Subphylum Crustacea - bedim.cl

8
591 591

Transcript of Subphylum Crustacea - bedim.cl

Page 1: Subphylum Crustacea - bedim.cl

591591

Page 2: Subphylum Crustacea - bedim.cl

592

Phyl

um A

rthr

opod

a Su

bphy

lum

Cru

stac

ea

terés especial para los humanos debido a que convierten

eficientemente plantas vivas o materia orgánica muerta en

biomasa animal, transformándose así en una fuente de ali-

mentación importante para los peces o, por sí mismos, en

importantes recursos de la industria pesquera. Por otro lado,

muchos crustáceos son parásitos muy infecciosos de organis-

mos cultivados y de recursos pesqueros, y muchas especies

son consumidores voraces de algas comercialmente impor-

tantes. Además, son de especial interés para los biólogos ma-

rinos debido a la diversidad de estilos de vida e innovaciones

evolutivas. Finalmente, el público general queda fascinado

ante sus colores, formas y comportamientos.

Morfología GeneralLa diversidad morfológica de los crustáceos supera a la de la

mayoría de taxones superiores restantes. Existen copépodos

microscópicos, más pequeños que la cabeza de un alfiler,

que viven suspendidos en las aguas marinas y por otro lado,

enormes cangrejos rey (centollas) que caminan torpemente por

el fondo marino con sus patas de gran envergadura. Todas las

especies de crustáceos poseen un exoesqueleto quitinoso, que

les proporciona estabilidad y

también protección de los ór-

ganos internos. La forma del

exoesqueleto se ha visto modi-

ficada en las diferentes clases

y órdenes de crustáceos, pero

hay un patrón general que se

mantiene en todos los taxo-

nes de crustáceos. En algunas

especies parásitas este patrón

general es altamente modifi-

cado y los rasgos típicos de

los crustáceos sólo aparecen

durante las fases larvales.

Los crustáceos son animales

segmentados y en muchas

especies los segmentos cor-

porales pueden reconocerse

fácilmente. Se observan dife-

rentes grados de fusión de los

segmentos, mayoritariamente

Subphylum CrustaceaMartin Thiel – Traducido del inglés por Alexandra Alemany Schmidt

Introducción GeneralLos crustáceos son organismos que se encuentran presentes

en toda la región de los fiordos. Una muestra de agua puede

contener miles de pequeños copépodos moviéndose agita-

damente de un lado a otro del recipiente. Un alga varada

en la orilla será rápidamente cubierta por miles de pulgas de

mar. Una muestra de red de fondo de los fiordos puede con-

tener muchos camarones y langostinos. Los ríos fríos de la

región de los fiordos son hogar de ágiles cangrejos aeglidos

(pancoras) que deambulan entre las rocas del río. En las hú-

medas selvas del sur de Chile, grandes familias de chanchitos

de tierra se congregan debajo de troncos podridos.

¿Por qué han conquistado los crustáceos ambientes tan diver-

sos? Los crustáceos poseen un exoesqueleto duro que protege

los órganos vitales internos, y poseen apéndices articulados

que están modificados para realizar numerosas tareas, entre

las que se incluyen: caminar, nadar, raspar, excavar y cortar,

entre otras. Además, los apéndices de los crustáceos poseen

numerosas setas, que complementan las adaptaciones mor-

fológicas del cuerpo, o incluso ofrecen nuevas innovaciones

funcionales. Por último, muchas madres crustáceos propor-

cionan cierto grado de pro-

tección a sus crías, al menos

durante las fases iniciales del

desarrollo. En consecuencia

sus descendientes poseen

una ventaja que les permite

llegar a hábitats difíciles de

colonizar por especies con

fases vitales más delicadas.

Todas estas adaptaciones

morfo-funcionales permiten

a los crustáceos habitar en

gran variedad de ambientes,

que abarcan suelos foresta-

les, cauces de ríos y ecosis-

temas marinos.

Los crustáceos son de in-

Fig. 1. Regiones principales del

cuerpo de un anfípodo peracári-

do y de un camarón decápodo.

Fig. 1

Page 3: Subphylum Crustacea - bedim.cl

Fig. 2

Fig. 4

Fig. 3

593

en las especies de decápodos más grandes. Los segmentos

corporales anteriores (torácicos) están fusionados para formar

el caparazón. Todos los órganos vitales se hallan en el capa-

razón, que a menudo está endurecido por la incorporación de

carbonato cálcico. En la mayoría de crustáceos pequeños (p.

ej. los peracáridos) sólo la cabeza y el segmento siguiente están

fusionados para formar el céfalon, pero algunos taxones (p. ej.

los cumáceos y los tanaidáceos) también poseen un caparazón

que cubre algunos o la mayoría de los segmentos torácicos.

El cuerpo segmentado de los crustáceos está subdividido en

tres regiones principales, la cabeza, el tórax y el abdomen (Fig.

1). La cabeza (céfalon) porta las antenas, las partes bucales y

los ojos. Los crustáceos tienen dos pares de antenas, que pue-

den ser cortas y robustas como en algunos cangrejos o finas

como en muchas especies de camarones. Las antenas portan

numerosos receptores sensoriales, que reciben y transmiten la

información táctil y química. Varios pares de apéndices buca-

les especializados trabajan en conjunto para procesar la comi-

da antes de la ingestión. Las mandíbulas cortan y trituran trozos

grandes de alimento, y las maxilas y los maxilípedos funcionan

como aparatos móviles, aguantando y empujando las partícu-

las de comida hacia la boca. Las mandíbulas, las maxilas y los

maxilípedos son generalmente similares en los diversos crustá-

ceos (Fig. 2), aunque las pequeñas modificaciones del diseño

general se emplean frecuentemente como características taxo-

nómicas, en particular entre los crustáceos peracáridos. Los

ojos son generalmente compuestos, como en otros artrópodos

(p. ej. las arañas y los insectos). En muchos decápodos los ojos

se encuentran sobre pedúnculos móviles (Fig. 3). Los ojos de

los crustáceos pueden ser incoloros o de varios colores, típica-

mente negro, rojo o amarillo, una característica que también se

emplea en la taxonomía.

La cabeza (o céfalon) puede estar separada de los segmentos

corporales restantes (como en los anfípodos o isópodos), o bien

puede estar insertada en el caparazón (Fig. 1), presentando

gran variedad de formas. La superficie del caparazón posee a

menudo algunas hendiduras y junto

con el patrón de color se emplea en

la identificación de las especies (Fig.

4). Los segmentos torácicos (los to-

Fig. 2. Diseño general de la mandíbula

(M), Maxila (X1 y X2) y maxilípedo (S) de

un crustáceo malacostraco típico.

Fig. 3. Varios crustáceos decápodos

(aquí una jaiba braquiura, camarón cari-

deo y cangrejo ermitaño anomuro) tienen

ojos pedunculados. Fig. 4. Diversidad

de forma y coloración del caparazón en

cangrejos porcelánidos.

Page 4: Subphylum Crustacea - bedim.cl

Fig. 6

Fig. 7

Fig.5

594

Phyl

um A

rthr

opod

a Su

bphy

lum

Cru

stac

ea

racómeros) portan las patas para caminar o ambulacrales (los

pereiópodos). Éstas están articuladas, típicamente con siete

artículos. En muchas especies el primer o los dos primeros pa-

res de pereiópodos están modificados en quelas. Las formas

de las quelas son tan diversas como su uso en la obtención de

alimento o combate intraespecífico (Fig. 5). Los pereiópodos

restantes son normalmente bastante simples y en la mayoría

de especies se emplean para caminar. En las especies que vi-

ven sobre algas, los pereiópodos poseen a menudo un último

artículo puntiagudo (el dáctilo), que garantiza un agarre firme

a las frondas de las algas (Fig. 6 figura inserta). Por el contra-

rio, las especies excavadoras y nadadoras poseen a menudo

pereiópodos aplanados que permiten excavar y nadar eficien-

temente (Fig. 6).

Fig. 5. Diversidad de forma y tamaño de la quela en varios crus-

táceos decápodos.

Fig. 6. Jaiba nadadora con dáctilo aplanado usado como remo

y jaiba que habita algas con dáctilo como gancho usado para

escalar y sujetarse a algas.

Fig. 7. En jaibas braquiuras el abdomen del la hembra es sustan-

cialmente mas ancho comparado con el abdomen del macho de-

bido que la hembra incuba la masa de huevos bajo su abdomen.

El abdomen, que incluye el pleon y el último segmento corporal

(el telson), puede ser muy pequeño, como en muchos cangre-

jos, o grande y potente, como en las langostas y los camarones.

En los cangrejos el abdomen no es visible a primera vista, de-

bido a que se encuentra flexionado bajo el caparazón (Fig. 7).

Por el contrario, en las langostas y los camarones el abdomen

muscular es fácilmente visible – cualquiera a quien le guste co-

mer camarones o langostas conoce muy bien el abdomen de

estos animales. El abdomen porta los pleópodos, cuyo número

varía entre las especies dependiendo del grado de fusión de los

segmentos abdominales. En las especies con un abdomen mus-

cular los pleópodos tienen función nadadora y poseen forma

de remos. Muchos de los crustáceos más grandes viven sobre

el fondo, pero usando sus pleópodos pueden nadar, al menos

distancias cortas.

Page 5: Subphylum Crustacea - bedim.cl

Fig. 8

595

En la mayoría de crustáceos decápodos (cangrejos, langostas

y camarones), los pleópodos femeninos portan los huevos du-

rante el desarrollo embrionario. Sus pleópodos son apéndices

muy ramificados, en forma de pluma, lo que les permite por-

tar cientos o miles de huevos. Por ello el abdomen femenino,

que posee pleópodos que portan huevos, es a menudo más

ancho que el abdomen masculino (Fig. 7). En los camarones y

las langostas la masa de embriones en desarrollo puede verse

fácilmente bajo el abdomen de la hembra, pero en los cangre-

jos el abdomen aplanado de la hembra cubre generalmente

la masa entera de huevos y para comprobar si la hembra está

ovígera (que incuba huevos) se debe abrir cuidadosamente el

abdomen (Fig. 8). No todos los crustáceos incuban sus em-

briones bajo el abdomen. Los cirripedios (picorocos) incuban

sus embriones en la cavidad del manto y los crustáceos pera-

cáridos poseen una bolsa incubadora especial (el marsupio)

en la cual se desarrollan los embriones hasta convertirse en

juveniles pequeños. Los machos no participan en el cuidado

embrionario y consecuentemente no poseen estas estructuras,

ni sus pleópodos están modificados para incubar las crías.

En muchos crustáceos, además de las estructuras relacionadas

con la incubación, las diferencias específicas entre sexos se

basan en otras características sutiles o fácilmente visibles. Los

machos son a menudo más grandes que las hembras, produc-

to de intensas peleas entre machos para conseguir hembras

reproductivas. Una de las características principales determi-

nada por la intensa selección sexual entre los machos, son las

quelas. Los machos emplean estas quelas durante las peleas, y

aquellos individuos que poseen las quelas más grandes,

son principalmente los triunfadores en apareamientos

exitosos. En otras especies los machos no pelean direc-

tamente por las hembras, pero sí compiten en carreras

por quién es el primero que encuentra hembras listas

para aparearse. Este tipo de selección ha conducido

a una evolución de machos con grandes ojos y enor-

mes antenas (que portan numerosos quimiorrecepto-

res), que les permiten captar las señales emitidas por

las hembras receptivas. En muchas de estas especies

los machos son muy diferentes de las hembras, y en

algunos casos no es fácil asociar los dos sexos a una

misma especie. No obstante, en otras especies donde

la selección sexual es débil o ausente, las diferencias

entre los sexos son muy sutiles, con machos y hembras

muy parecidos.

Muchos crustáceos poseen branquias o estructuras

similares. En las especies pequeñas estas branquias

pueden no estar protegidas, pero en los decápodos

grandes están cubiertas por el caparazón. Los crustáceos muy

pequeños no tienen estructuras respiratorias especializadas.

Los crustáceos poseen un sistema circulatorio abierto y un co-

razón simple, que distribuye la hemolinfa por todo el cuerpo.

En la mayoría de crustáceos grandes, el sistema excretor con-

duce a la vejiga, y la orina es eliminada a través del nefroporo

en la región cefálica. El sistema digestivo es relativamente sim-

ple con un intestino que está subdividido en anterior, central

y posterior. El intestino anterior tiene filtros quitinosos especia-

lizados y estructuras para moler, que trituran y seleccionan el

alimento. La digestión tiene lugar en la glándula del intestino

central, donde también se absorbe el alimento digerido. La ab-

sorción del agua y la formación de las heces tienen lugar en

el intestino posterior. Los testículos u ovarios están situados en

pares dorsalmente. Los testículos se conectan al exterior a tra-

vés del vaso deferente, donde los espermios maduros son al-

macenados hasta el apareamiento. En las hembras de algunos

decápodos más grandes, los oviductos presentan receptáculos

especiales, las “espermatecas”, en las que se puede mantener

los espermios durante largos períodos de tiempo.

Biología GeneralLos crustáceos se pueden encontrar en todos los hábitats

marinos y en muchos de agua dulce y terrestre. Habitan en

fondos blandos, donde algunas de las especies más grandes

excavan galerías profundas, muchas especies deambulan por

hábitats rocosos, se aferran a algas u otros sustratos epibentó-

nicos. Las diversas adaptaciones morfológicas que presentan

Fig. 8. Hembras ovígeras de dos especies de jaiba con

masas de huevos.

Page 6: Subphylum Crustacea - bedim.cl

Fig. 9

Fig. 10

596

Phyl

um A

rthr

opod

a Su

bphy

lum

Cru

stac

ea

los crustáceos reflejan el amplio rango de hábitats utilizados y

las diversas fuentes alimenticias explotadas.

Alimentación: los crustáceos como grupo son consumidores

generalistas, y se alimentan de cualquier tipo de fuente alimen-

ticia orgánica, esté viva o muerta. Existen ramoneadores que

consumen macroalgas grandes y ramoneadores que consumen

pequeñas algas de las superficies rocosas. Los suspensívoros

tienen algunos de sus apéndices (antenas o pereiópodos) trans-

formados en tamices muy eficientes, que utilizan para filtrar

partículas de alimento de las corrientes naturales o inducidas

por ellos mismos (Fig. 9). Otros se alimentan de depósitos, que

raspan de los sedimentos superficiales o excavan madrigueras

que pueden alcanzar un metro de profundidad. Muchos de los

cangrejos más grandes son depredadores voraces, que trituran

incluso las conchas más gruesas de bivalvos o caracoles con

sus poderosas quelas. Los crustáceos ectoparásitos o endopa-

rásitos explotan una gran variedad de hospedadores, incluyen-

do peces y otros crustáceos. Por ejemplo, los piojos de peces,

que son uno de los principales problemas en la acuicultura del

salmón, son crustáceos pequeños que pertenecen a la clase

Copepoda.

Órganos Sensoriales: los crustáceos emplean los tres sentidos

principales: visual, táctil y químico. El más desarrollado es el

sentido químico, que emplean en la búsqueda de alimento y

también en las relaciones inter- e intraespecíficas. Densos gru-

pos de quimiorreceptores están situados sobre las antenas, que

permiten a los crustáceos detectar sustancias químicas disueltas.

Las partes bucales también contienen muchos quimiorrecepto-

res, que son empleados principalmente para probar la comida.

Los reorreceptores que reciben los estímulos táctiles están distri-

buidos por toda la superficie corporal, pero también se encuen-

tran en mayores concentraciones en la región cefálica y en las

antenas. La mayoría de crustáceos posee un par de ojos, pero

todavía se está investigando su capacidad visual, es decir, lo que

realmente son capaces de ver. La información recibida por todos

estos órganos sensoriales es procesada en el sistema nervioso

central bien desarrollado, con un cerebro prominente.

Reproducción: la mayoría de las especies de crustáceos posee

sexos separados. Unas pocas especies de camarones y varias

de tanaidáceos cambian de sexo durante su vida. Muchos ci-

rripedios son hermafroditas simultáneos, lo que quiere decir

que pueden actuar como macho y como hembra al mismo

tiempo. A diferencia de muchos otros invertebrados mari-

nos, muy pocos crustáceos liberan sus gametos al agua. En la

mayoría de las especies, los machos y las hembras se juntan

para el apareamiento, y muchas de las especies más grandes

tienen incluso una fecundación interna. La biología sexual de

los crustáceos ha sido objeto de atención durantes las décadas

pasadas. Generalmente un sexo busca al otro. Mientras que en

muchas especies los machos buscan a las hembras, también

existen varios ejemplos donde los papeles están invertidos, es

decir, las hembras buscan a los machos. Cuando un macho y

una hembra se encuentran, se evalúan el uno al otro (princi-

palmente mediante señales químicas) y si todos los “requisitos”

están cumplidos, proceden con el apareamiento. El cortejo es

generalmente breve, pero en muchas especies los machos

Fig. 9. Ejemplos de crustáceos suspensivoros son los picorocos

(derecha arriba) y cangrejos porcelánidos.

Fig. 10. Macho anfípodo portando una hembra durante el

cuidado precopulatorio de la pareja.

Page 7: Subphylum Crustacea - bedim.cl

597

protegen a la hembra hasta que ocurre el apareamiento en

sí. Esto se observa en muchas especies de jaibas, pero tam-

bién ocurre en crustáceos copépodos y peracáridos. En todas

estas especies, el macho porta a la hembra típicamente más

pequeña con él (Fig. 10). La hembra es receptiva tras la muda

reproductiva. Los machos la protegen durante el período de

muda (básicamente la defienden frente a otros machos). Poco

después de que la hembra haya finalizado con la muda repro-

ductiva, el macho transfiere uno o más paquetes de esperma-

tóforos en su tracto reproductivo o sobre su superficie ventral,

donde ocurre la fecundación. En muchas especies de jaibas,

las hembras guardan el espermatóforo en la espermateca y lo

utilizan posteriormente para fecundar sus óvulos sin necesidad

de aparearse otra vez. Tras la fecundación la hembra incuba

los embriones en desarrollo bajo su abdomen o bien en otras

estructuras especializadas.

Tras períodos de incubación de duración variable, muchas hem-

bras de crustáceos liberan larvas planctónicas (p. ej. los Cirripe-

dia, Copepoda, Decapoda, Stomatopoda). Estas larvas viven y

crecen durante varias semanas o meses en el plancton. Durante

este tiempo pueden dispersarse a través grandes distancias de-

bido a las corrientes reinantes. Las larvas pueden migrar hacia

arriba y abajo en el agua, pero no pueden nadar contra las co-

rrientes. Dependiendo de la profundidad a la cual se encuentran,

las larvas pueden ser desplazadas hacia afuera y hacia adentro

de los fiordos y canales. Las larvas de muchas especies pasan

la primera mitad de su ciclo larvario cerca de la superficie y se

mueven a capas más profundas para retornar a sus hábitats del

fondo marino. Aunque los biólogos marinos poseen un concep-

to general del ciclo larvario, esta fase de la vida de los crustá-

ceos todavía plantea muchas interrogantes por responder. Por

ejemplo, la pregunta, dónde se asentará una larva, que ha salido

de un hembra en una región particular de los fiordos, al final

de sus viajes larvarios, sigue motivando programas intensivos de

investigación.

Muchos crustáceos más pequeños no poseen estadios larva-

rios planctónicos. Las hembras incuban sus embriones hasta

los estadios juveniles tempranos, que son morfológicamente

idénticos a los adultos. Estos juveniles pequeños pueden co-

lonizar inmediatamente los hábitats de los adultos (i.e. reclu-

tamiento local).

Ciclo de vida: los ciclos de vida de los crustáceos son tan di-

versos como sus modelos reproductivos. En las especies que

viven en el fondo marino y producen larvas planctónicas, las

fases juvenil y subadulta crecen en hábitats bentónicos. Al alcan-

zar la madurez sexual, los adultos se aparean y tras incubar sus

embriones las hembras liberan generalmente cientos y miles de

larvas planctónicas. Las larvas crecen y se alimentan en el agua y

pueden recorrer grandes distancias durante este período. La vida

de la larva es peligrosa y durante sus viajes planctónicos muchas

larvas pueden ser víctimas de predadores, morir de hambre o

ser llevadas a lugares poco adecuados por las corrientes. De este

modo, pocas larvas regresan a los hábitats bentónicos. También

los juveniles corren un riesgo elevado de ser depredados y a me-

nudo llevan un estilo de vida críptico durante los primeros meses

o años de su vida. Muchos de los crustáceos más grandes viven

varios años y participan en varias épocas de reproducción. En la

región de los fiordos, los períodos de reproducción dependen

altamente de las estaciones. El apareamiento puede tener lugar

durante el otoño o invierno, las larvas son liberadas al principio

de la primavera, crecen durante los meses de primavera cuando

la comida en el plancton es abundante y regresan al fondo mari-

no a principios del verano.

Las especies con desarrollo directo (Peracarida) producen cama-

das pequeñas, a menudo sólo con decenas de huevos relativa-

mente grandes. Los juveniles emergen de la bolsa incubadora

de la hembra y colonizan directamente el hábitat parental. Las

hembras de las especies que viven en aguas cálidas pueden pro-

ducir varias camadas seguidas en un sólo período de pocas se-

manas. La supervivencia de los descendientes es generalmente

alta, y si las condiciones son adecuadas estas especies pueden

formar grandes poblaciones en períodos relativamente breves.

El crecimiento es rápido, y durante el verano los juveniles alcan-

zan la madurez sexual en pocas semanas, contribuyendo así al

crecimiento de la población. La vida de estos crustáceos dura

generalmente poco, rara vez excede un año. Las especies que

habitan en aguas muy frías, p. ej. en la región austral de los fior-

dos, pueden vivir varios años.

Todos los crustáceos deben mudar su exoesqueleto viejo para

crecer. Durante este período de tiempo su superficie corporal

es blanda y son muy vulnerables a los depredadores. Muchos

crustáceos se esconden poco antes y después de la muda. Los

juveniles pequeños, que crecen muy rápido, pueden mudar

cada semana, mientras que los cangrejos grandes o langostas

mudan posiblemente sólo una vez al año o incluso dejan de mu-

dar (y crecer).

EcologíaLos crustáceos son consumidores secundarios importantes en

todos los principales hábitats marinos de la región de los fior-

dos. En muchas regiones rocosas, los cangrejos se encuentran

entre los depredadores más abundantes. De igual forma, en los

hábitats dominados por algas, los crustáceos peracáridos son

ramoneadores voraces, que consumen gran parte de la produc-

ción primaria de algas. Concentraciones de copépodos y krill

son los principales consumidores de microalgas planctónicas.

En los sedimentos blandos, los crustáceos están entre los consu-

midores más significativos de materia orgánica particulada que

se deposita continuamente sobre estos sedimentos. La mayoría

Page 8: Subphylum Crustacea - bedim.cl

Fig. 11

598

Phyl

um A

rthr

opod

a Su

bphy

lum

Cru

stac

ea

de los crustáceos son alimento de consumidores terciarios. Can-

grejos, camarones y crustáceos peracáridos son devorados por

peces depredadores. Las ballenas se alimentan de los abundan-

tes bancos de krill de la región exterior de los fiordos. Por ello,

los crustáceos juegan un papel importante en la conversión de

materia orgánica y en la transferencia de productos primarios a

niveles tróficos superiores.

Los Crustáceos de la Región de los Fiordos Los crustáceos son uno de los taxones con más especies en la

región de los fiordos. Una de las especies más conocidas es el

cangrejo rey austral, la “centolla” Lithodes santolla. Esta especie

se pesca intensivamente por toda la región de los fiordos. Otras

especies que también se pescan comúnmente son las jaibas del

género Cancer y la jaiba mora Homalaspis plana. Camarones

thalassínidos del género Callichirus excavan túneles en los sedi-

mentos blandos de la zona intermareal inferior. La persona que

camine por el intermareal de sedimentos blandos sólo podrá ver

las entradas a los túneles y montones de sedimento acumulados

en su entrada (ver flecha en Fig. 11). Se necesitan bombas de suc-

ción para sacarlos de sus escondites. Muchas otras especies de

crustáceos pueden encontrarse durante las visitas a la región de

los fiordos (ver capítulos siguientes).

Pocas de las especies de crustáceos actualmente conocidas es-

tán restringidas a la región de los fiordos chilenos. Muchas de

las especies encontradas en la región septentrional de los fiordos

tienen el centro de su distribución a lo largo de la costa conti-

nental del Chile central y septentrional. La fauna muy diversa de

crustáceos de la región austral de los fiordos comparte muchas

conexiones con la fauna de crustáceos de la Península Antártica.

Recolección y PreservaciónLos crustáceos se pueden recolectar y preservar fácilmente (ver

capítulos siguientes para los detalles). Los decápodos pueden

identificarse gracias a su caparazón, su color y sus quelas, sin

que sea necesaria su disección. Sin embargo, las especies de

peracáridos más pequeños requieren disección y examinación

microscópica, especialmente en los taxones menos conocidos.

Muchos crustáceos se pueden mantener fácilmente con vida,

si las condiciones son adecuadas (suministro de agua limpia y

aireación). La observación de los animales vivos puede ser muy

gratificante para los futuros biólogos marinos o los aficionados

interesados. El conocimiento de la biología de los crustáceos de

la región de los fiordos es muy escaso. A la mayoría de especies

sólo les podemos dar un nombre, pero apenas sabemos algo o

nada sobre su alimentación o conducta reproductiva. No obs-

tante, esta información es muy importante si aspiramos a enten-

der mejor el papel de este grupo de animales en el ecosistema

de los fiordos.

SistemáticaLa sistemática de los crustáceos es todavía tema de discusión.

Una de las propuestas más recientes ha sido presentada por

Martin y Davis (2001). Estos autores distinguieron seis clases

de crustáceos, los Branchipoda, Remipedia, Cephalocarida,

Maxillopoda, Ostracoda, y los Malacostraca. Los Maxillopoda

contienen entre otros a los conocidos picorocos (Cirripedia) y

los Copepoda planctónicos, y los Malacostraca contienen los

crustáceos decápodos y peracáridos, que se describen con más

detalle en los capítulos siguientes.

Fig. 11. Colectando camarón

fantasma con una bomba de

succión manual