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SOCIEDAD TRANSFORMADA 26 enero.indd 1 30/01/18 5:36 p.m.

Manuel Fernando Dávila Sguerra

Corporación Universitaria Minuto de Dios - UNIMINUTO

2017

SOCIEDADTRANSFORMADA


Presidente del Consejo de FundadoresDiego Jaramillo Cuartas, cjm

Rector General Corporación Universitaria Minuto de Dios - UNIMINUTOP. Harold Castilla Devoz, cjm

Vicerrectora General AcadémicaMarelen Castillo Torres

Rector Sede PrincipalJefferson Enrique Arias Gómez

Directora General de Investigaciones Amparo Vélez Ramírez

Vicerrectora Académica Sede PrincipalLuz Alba Beltrán Agudelo

Director de Investigación Sede PrincipalP. Carlos Germán Juliao Vargas, cjm

Directora General de PublicacionesRocío del Pilar Montoya Chacón

Coordinadora de Publicaciones Sede PrincipalPaula Liliana Santos Vargas


Dávila Sguerra, Manuel Fernando

Sociedad transformada: un modelo de atención social / Manuel Fernando Dávila Sguerra. Bogotá: Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO, Sede Principal, Facultad de Ingeniería, 2017.

ISBN: 978-958-763-250-7164 p. il.

1. Tecnología y civilización -- Aspectos sociales -- Siglo XXI 2. Filosofía de la tecnología -- Investigaciones 3. Adaptación de tecnología -- Aspectos sociales

CDD: 303.483 D19sBRGH Registro Catálogo UNIMINUTO No. 89065Archivo descargable en MARC a través del link: http://tinyurl.com/bib89065

SOCIEDAD TRANSFORMADA

AutorManuel Fernando Dávila Sguerra

Corrección de estiloElvira Lucía Torres Barrera

Diseño y diagramaciónSandra Milena Rodríguez Ríos

ImpresiónPanamericana Formas e Impresos S.A.

Impreso en Colombia – Printed in ColombiaPrimera edición: diciembre de 2017 200 ejemplares

Corporación Universitaria Minuto de Dios - UNIMINUTOCalle 81 B # 72B-70 Bogotá D. C., Colombia 2017

Reservados todos los derechos a la Corporación Universitaria Minuto de Dios - UNIMINUTO. La reproducción parcial de esta obra, en cualquier medio, incluido electrónico, solamente puede realizarse con permiso expreso de los editores y cuando las copias no sean usadas para fines comerciales. Los textos son responsabilidad del autor y no comprometen la opinión de UNIMINUTO.


CONTENIDOTABLA DE

Introducción 15

Parte 1. Academia 19Sociedad transformada: Robótica en Colombia 21El eterno retorno y la “ciencia de los computadores” 25Sistema Nacional de Educación Terciaria (SNET) 29VI Encuentro Nacional de REDIS: tendencias e ingeniería 33

Parte 2. Big Data 37Big Data y la ciencia de la identidad 39“Mundómetro” 43Big Data y la psicología de las palabras 47Sociedad transformada y el internet de las cosas 51

Parte 3. Mejores prácticas 55BYOD: flexibilidad frente a confianza y seguridad 57Automatización, software, nuevos riesgos y compromisos 61Smart cities 65

Parte 4. Personas 69Los grandes en informática son... personas: Grace Murray Hopper, creadora de COBOL 71


Sociedad Transformada

Ingeniero ético: la responsabilidad por el otro 75“Lo más importante en informática son... las personas”, Alan Turing ¿Podrán pensar las máquinas? 79Los grandes en informática son las personas: Gary Kildall 83

Parte 5. Política 87El gran ausente 89Poder no es tener información, es compartirla 93Cumbre para la educación 97Sobre la seguridad nacional 101

Parte 6. Seguridad 105Las “benditas” cookies 107Software seguro; buffer overflow 111Comunicaciones ocultas y peligrosas: estenografía 115Costos y tendencias del crimen informático 119Ciberguerra: la “moralidad” en la guerra en línea 123

Parte 7. Sociedad transformada 127Exceso de confianza 129Pr@tesis 133Desmitificando la red profunda 137La industria de software en Colombia 141

Parte 8. Tendencias 145Tendencias que transforman la sociedad 147Simplicidad en TI 151Centro de datos: ¿propio o externo? 155Tendencias hacia el 2022 159Convergencia humano-digital 163Máquinas que hacen máquinas 167Sistemas híbridos: ¿apps o cloud? 171

Referencias bibliográficas 175


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MANUEL FERNANDO DÁVILA SGUERRA

Ingeniero de Sistemas de la Universidad de los Andes. Magíster cum laude en Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana. Decano de la Facultad de Ingeniería de la Corporación Universitaria Minuto de Dios - UNIMINUTO. Director académico y entrevistador del programa de televisión MiBios: Los pioneros en la historia de la computación en Colombia, en transmisión permanente en el canal Zoom 2017.

Ha sido director de la Unidad Virtual de UNIMINUTO, Virtus; coordinador académico de la Asociación Colombiana de Ingenieros de Sistemas; director del Salón de Informática sobre Software Libre, años 2001 y 2004; autor de los textos en el curso virtual sobre Software Libre desarrollado para el Distrito de Bogotá en 2006; conferencista en la presentación de la Ley del Software Libre en el Congreso de la República de Colombia, y profesor e investigador de la Universidad de los Andes.


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Autor de e-Genesis, el Generador de Sistemas, una plataforma para generación automática de software que recibió mención especial en el Premio Colombiano de Informática 2006.

Escogido entre los 25 IT Manager del año 2008 por la revista IT-Manager.

Columnista de la revista Computerworld (Colombia) y de eltiempo.com sobre Linux, el software libre, y temas académicos, con más de 140 artículos publicados

Autor de los libros GNU/Linux y el software libre, Software libre: una visión, y Notas y reflexiones Universitarias: hacia un ecosistema inteligente.

Miembro fundador de la Asociación de Industriales del Software —Indusoft—, hoy llamada Fedesoft, y de la Asociación Colombiana de Ingenieros de sistemas —ACIS—; gestor y expresidente de la Red de Decanos y Directores de Ingeniería de sistemas —REDIS—.


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AGRADECIMIENTOS

En primer lugar debo agradecer a Ciro Villate, director de la revista Computerworld, quien me ha dado la oportunidad de publicar desde mayo de 2004 una columna de opinión sobre temas informáticos; un total de 145 publicaciones, de las cuales, las de los últimos tres años conforman este libro. También debo un reconocimiento a Dary Sandra Peña, de Computerworld, por su colaboración permanente en la recepción de las columnas mensuales para la revista.

Igualmente, a la Corporación Universitaria Minuto de Dios - UNIMINUTO, en donde se ha centrado mi actividad profesional desde 1999. Allí he completado ya 17 años de labores que me han permi-tido estar inmerso en el mundo académico colombiano, investigar con tecnologías de punta y analizar la sociedad, porque el carácter humano y social de la Corporación lo permite, y he recibido su apoyo en la publicación de cuatro libros relacionados con la informática y para llevar a cabo un programa de televisión sobre los pioneros en la historia de la computación colombiana llamado MiBios. Además del orgullo de trabajar en una Institución dedicada a formar una población estudiantil que ya está influenciando a Colombia por el número de graduados y la calidad de sus programas académicos.


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A los profesores investigadores de la Facultad de Ingeniería, pues el contacto permanente con sus proyectos me ha permitido enriquecer el conocimiento sobre las nuevas tecnologías aplicadas al contexto social.

A la Asociación Colombiana de Ingenieros de Sistemas —ACIS—, de la cual fui uno de sus fundadores hace más de 41 años. Entidad que, bajo la dirección ejecutiva de Beatriz Caicedo, me ha permitido apoyar su área educativa relacionada con nuevas tecnologías, me-diante la cual hemos creado un portafolio de más de 80 cursos sobre diferentes temas y se han dictado más de cuatrocientos cursos con profesionales de la más alta calidad que también me han aportado muchos conocimientos gracias a la relación tan estrecha con más de cuarenta de ellos.

A la Red de Programas de Ingeniería de Sistemas —REDIS—, organización de la que fui también fundador en el año 2003, que ha llevado a cabo más de 160 reuniones con las 28 universidades de Bogotá y seis encuentros nacionales de 90 universidades de todo el país. El contacto con los directores de estos programas ha sido otra fuente de conocimiento y de inmersión en la comunidad académica colombiana.

A la Asociación Colombiana de Ingenieros —ACIEM— en donde hemos fundado el Consejo de Ética para Ingeniería, otra fuente de re-flexión, en este caso sobre la ética, que tanta falta hace en Colombia.

Al Institute of Electrical and Electronics Engineers —IEEE— y a la Association for Computer Machinery —ACM—, organizaciones internacionales que constituyen una fuente permanente de cono-cimientos sobre las tendencias en informática, pues a través de sus revistas Computer y Communications of the ACM, respectivamente, he podido seguir el curso de lo que acontece tanto en lo relativo a desarrollos informáticos como en cuanto a debates de orden ético y social sobre sus implicaciones.


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Agradecimientos

A mi esposa María Fernanda, psicóloga clínica, estudiosa además del comportamiento humano a través de las asociaciones profesionales en las que participa, con quien he podido dialogar sobre las influencias psicológicas de las nuevas tecnologías en las personas y que me recibe las opiniones e ideas que se nos vienen a la cabeza en estos trabajos de orden académico e intelectual.

A Mi hijo Rodrigo, arquitecto y fotógrafo profesional, que a través de su profesión me ha enseñado un tipo de fenomenología en la cual participan la técnica, el arte y una visión de mundo que siempre recodaré a través del eje axial conformado por la tierra, el hombre y el cielo, según sus propias palabras. A mi hija María Elisa psicóloga social, quien a través de sus proyectos con las víctimas de Colombia y con aquellos que necesitan ser defendidos y representa-dos debidamente me ha enseñado a ver la profesión no solo desde un contexto técnico, sino humano, social, político y, sobre todo, a tener a la gente como centro de nuestras preocupaciones.

Debo también un agradecimiento a Kate Ling, la esposa inglesa de mi hijo Rodrigo, profesional del cine y la literatura, con quien he mantenido conversaciones muy gratificantes dado su origen y su conocimiento sobre la historia europea, especialmente la de su país, el Reino Unido, en cuanto a su historia, su sociedad y las tecnologías, conversaciones que con frecuencia han sido sobre el inglés Sir Tim Bernard Lee, el creador del HTML y de la WWW.

Y, finalmente, al ser más querido por toda la familia, mi nieta Beatriz, de dos años y medio de edad, a quien desde que viajó con sus papás a vivir a Nottingham no hemos dejado de pensar ni un instante.


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Capitulo

INTRODUCCIÓN

Para nadie es desconocido el enorme avance de las tecnologías informáticas hoy en día y la cobertura que ellas han logrado, a tal grado, que casi podemos decir que no hay persona desconectada a la nube en todo el planeta.

Por ser este un fenómeno de carácter global, determina una configuración del mundo diferente a la que teníamos hace algunos años. Se trata de un proceso cuya carrera desbocada comenzó en los años 70 con la aparición de Internet, que ya en los 90 se convirtió en un servicio público, pues los mismos usuarios lo fueron adoptando, de tal manera que esa nueva configuración del mundo se le debe a la gente misma.

La adopción de esas tecnologías por parte de los usuarios nos obliga a hacer un análisis de las consecuencias y a tratar de comprender cómo está configurada la nueva sociedad en la cual nos encontramos inmersos.


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Para tener una idea general sobre la popularidad y el uso masivo de Internet extractamos algunos datos de Worldometers, un sitio que provee estadísticas a nivel de nanosegundos. En el momento de hacer la consulta, un día de mayo de 2017, nos muestra que la población mundial es de 7 503 000 000 (siete mil quinientos tres mi-llones) de habitantes, que se venden cerca de 3 000 000 (tres millones) de celulares al día, con 3 630 000 000 (tres mil seis cientos treinta millones) de usuarios de Internet en el mundo quienes envían cerca de 90 000 000 000 (noventa mil millones) de correos electrónicos en el día, cerca de 300 000 000 (tres cientos millones de tweets diarios) y unos 5 000 000 000 (cinco mil millones) de búsquedas en Google al día.

Sin embargo, se debe tener presente que detrás de todas estas estadísticas están las personas y por eso se habla ahora no solo del internet de las cosas sino del internet de las personas.

La pregunta que nos atañe es: ¿De qué manera están siendo transformadas las personas y, por ende, la sociedad? Debido a asuntos como la ubiquidad; el mensaje transnacional instantáneo; las redes sociales creciendo e interviniendo en la vida de manera incontrolable; los cinco billones de dispositivos que estarán conectados a Internet en el 2023; el avance de la robótica que crea aparatos autónomos, a los que se les quiere dar categoría humana; el Big Data, capaz de interpretar los sentimientos de las personas o por lo menos de hacer creer que los puede analizar para tomar decisiones, con base en la idea de que a través de estas tecnologías se resuelve el enigma filosófico del “Conócete a ti mismo”; la nueva forma de guerra a través de Internet, la toma de control de las infraestructuras de un país enemigo para hacerle daño. La muerte del prójimo, que según el filósofo Luigi Zoja se da debido a que cada vez miramos menos a los ojos a nuestros interlocutores; la conformación de las redes sociales como enjambres, con la consecuente pérdida de identidad de las personas, como lo expone el filósofo coreano de orientación


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Introducción

heideggeriana Byung-Chul Han, que ha estudiado estos fenómenos sociales desde el lado de la filosofía. La aparición de personajes con nuevas personalidades como el hacker (ético) y el cracker (no ético) que desde un PC intervienen, unos para bien y otros para mal, en el mundo; quienes, haciendo caso de las ideas de Sigmund Freud sobre la soledad buscada y de Arthur Schopenhauer sobre la insociabilidad del ser, se mueven entre el desfavorable concepto de la neurosis y el favorable concepto de seres capaces, cuyo aislamiento es más una ventaja que una desventaja.

Una de las maneras de intervenir en el análisis de esta trans-formación social ha sido a través de mis artículos en la revista Computerworld. De ellos hemos recopilado en esta obra los escritos desde 2013, desde la mirada de ingeniero de sistemas amante de las nuevas tecnologías, pero prevenido y atento, por mi formación en filosofía, a observar los riesgos que ellas nos puedan traer.

El libro se ha organizado en ocho partes, que agrupan los artícu-los según su temática: Academia, Big Data, Mejores prácticas, Perso-nas influyentes en la historia de la computación, Política, Seguridad y Tendencias; de tal manera que se narra el estado de las nuevas tecnologías siempre con el ojo puesto en la sociedad transformada.


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Capitulo

PARTE 1ACADEMIA


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Capitulo

Sociedad transformada: Robótica en Colombia

Enero de 2016

Comentaremos algunas acciones que se presentan en la robó-tica colombiana, aunque de ninguna manera expresamos la totalidad del estado en este campo, pues existen muchas acciones que iremos siguiendo para poder presentar un panorama más representativo. Por ahora, reseñamos dos eventos en los que participó nuestro país, uno tuvo lugar en Colombia y otro, en Japón.

Del 4 al 5 de noviembre de 2015 se llevó a cabo en la Corporación Universitaria Minuto de Dios - UNIMINUTO el evento Robomatrix, una muestra del desarrollo de la robótica en Colombia y en otros países. Se convocaron colegios, en el primer día, y universidades, en el segundo, con el fin de poner a prueba los trabajos de los participantes en dos categorías. En la primera categoría, denominada seguidor de línea, se compitió con robots que hubieran sido creados para seguir una línea curvada bajo un fondo blanco sin salirse de su camino. La segunda competencia se dio en tres formas: microsumo minisumo o megasumo. En ella dos robots luchaban para sacarse el uno al otro de la pista, aplicando fuerzas para lograrlo.


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Para construir estos robots se requiere tener conocimientos de los dispositivos que los componen, como motores, sensores y pro-gramación de computadores, además de la capacidad de ensamble de las piezas; todo lo cual conforma el contenido de una asignatura que en algunas universidades se denomina Control de movimiento.

Robomatrix fue organizado por la Sociedad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología —Solacyt—, una asociación que, mediante el desarrollo de eventos y concursos de ciencia y tecnología en diferen-tes países, ofrece a los profesores y a los estudiantes de robótica la oportunidad de mostrar sus avances y, de esa manera, estimula el estudio de tal modalidad tecnológica. En 2015, los eventos se lleva-ron a cabo en diferentes ciudades y países como México, Colombia y Ecuador, con la participación de muchos colegios y universidades.

Como una muestra de la expansión de este campo en Colombia, en la sesión de los colegios se presentaron equipos de los planteles: José Félix Restrepo, Colsubsidio Las Mercedes, Buckingham, Kennedy (IED). Saludcop Sur (IED), San Bonifacio de las Lanzas y Rodrigo Lara Bonilla, entre otros. Participaron, además, varias universidades y otras instituciones de educación superior como la UNIMINUTO, la Universidad Cooperativa de Colombia, la Universidad de Ibagué, la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, el Grupo de Desarrollo RAS, la Universidad Incca de Colombia, la Universidad Católica de Colombia, la Universidad Central, la Escuela Colombiana de Inge-niería Julio Garavito, el Centro de Industria y de la Construcción, la Fundación CIDCA, la Escuela Tecnológica Instituto Técnico Central —ETITC—, la Universidad Nacional Abierta y a Distancia —UNAD— y la Universidad Santo Tomás.

La importancia de estas experiencias radica en la preparación de profesionales en la programación de sensores y control de movimiento; en ellas los estudiantes se enfrentan al manejo de aspectos del mundo que nos rodea como la geometría; el reconocimiento de los espacios;


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Parte 1 - Academia

la física, para el control de la velocidad y la fuerza; y la presencia de objetos alrededor de los dispositivos. Así, los estudiantes se ven inmersos en el aprendizaje de la ciencia, la ingeniería, la tecnología y las matemáticas, en lo que se denomina STEM (Science, Technology, Engineering, Mathematics), una modalidad de enseñanza que in-centiva conocimientos que, enseñados de manera independiente, no tienen el mismo efecto que se logra cuando se hace presente la robótica.

Hace algunos años, la UNIMINUTO, junto con iCarnegie, la subsidiaria de la Universidad Carnegie Mellon, inició un proyecto de STEM (Science, Technology, Engineering, Mathematics) en ocho colegios de Cundinamarca. Dicho proyecto reunió a más de 1000 estudiantes en esta forma de enseñanza, y ha traído muchas satisfacciones al ver que los niños muestran los resultados de sus proyectos y hablan de tecnología, física, matemática, geometría y programación de dispo-sitivos con tanta solvencia, lo cual demuestra el éxito de este tipo de proyectos.

El 13 de diciembre de 2015, en el evento de robótica más importante a nivel mundial, el All Japan Sumo Robot Tournament, el ingeniero Nobel Castellanos y el profesor Carlos Merchan, ambos de UNIMINUTO, participaron como exponentes de Colombia. Del pri-mero de ellos recibí, como contribución para este artículo, unas notas.

En la competencia organizada por Fujisoft Incorporated, en las instalaciones del Ryogoku Kokugikan. Ellos compitieron en dos categorías: sumo autónomo y radio control, en las instalaciones de Ryogoku Kokugikan Sumo Stadium bajo la organización de Fujisoft Incorporated. Se participó con el robot Runibot 2, diseñado y elabo-rado por el ingeniero Nobel Castellanos, quien lo describe con las siguientes especificaciones: “3 kg de peso, 20 × 20 cm de tamaño, con un arranque de 5 segundos de espera, que es el tiempo en que el robot detecta su entorno, un control de mando de inicio por bluetooth


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operado desde un celular”. En sus notas nos informa el ingeniero Castellanos que “Se llegó a los cuartos de final en combate con Turquía quedando al final como ganador Japón. Participaron equipos de Canadá, Estados Unidos, Australia, Rumania, Colombia, Ecuador, México, Brasil, Mongolia, Letonia, Estonia, Lituania, Perú, Polonia, España y Turquía”.

Lo que se está haciendo en Colombia en materia de robótica cobra especial importancia en estos momentos, cuando el internet de las cosas está llenando al mundo de soluciones que deben diseñarse de manera ética para el bienestar de las personas y de la sociedad. Otro aspecto de nuestra sociedad transformada.


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Capitulo

El eterno retorno y la “ciencia de los computadores”

Junio de 2016

Los primeros ingenieros de sistemas que nos graduamos en la década de 1970 estudiamos, en realidad, “ciencia de los com-putadores” (computer science), una de las cinco propuestas para crear currículos en esta profesión planteadas por la Association for Computing Machinery —ACM— y el Institute of Electrical and Electronics Engineers —IEEE—. Las otras tendencias son ingeniería de software, ingeniería de computadores, sistemas de información y tecnología de la información.

El IEEE presenta estas tendencias de una manera muy ingeniosa, mediante unas coordenadas cartesianas en las que el eje X muestra el nivel de profundización desde la teoría a la práctica y el eje Y, los conocimientos, desde la electricidad, la electrónica, el software de base, los lenguajes, los sistemas de información, hasta llegar, finalmente, a la empresa. Cada una de esas propuestas se muestra en una zona sombreada que indica el dominio de conocimiento que abarca y detrás de cada una hay un currículo sugerido.


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La zona correspondiente a computer science deja ver que su currículo, o dominio del conocimiento, va de la teoría a una práctica parcial en el eje X y del software de base hasta el inicio de los siste-mas de información, sin llegar en su totalidad al tope empresarial.

De hecho, en las épocas iniciales, aprendíamos lenguajes, desa-rrollo de compiladores, sistemas operacionales, algoritmos y estruc-turas de datos; además, nos preparábamos en matemáticas y física, a tal grado, que materias como el álgebra abstracta, los sistemas de grafos y el análisis numérico eran parte del currículo. Con el tiempo, el pragmatismo de las profesiones y la exigencia de la sociedad fue-ron dándole mayor importancia a tendencias en la cuales el hacer práctico, la aplicación, la invención y, en general, las soluciones concretas son las más demandadas y, por tanto, las que estamos promoviendo más en nuestras universidades.

Pero están sucediendo cambios y por eso he querido tomar, me-tafóricamente, el concepto del eterno retorno de Friedrich Nietzsche (2016) “aceptar que todos los acontecimientos del mundo, todas las situaciones pasadas, presentes y futuras se repetirán eternamente". Adicionalmente, me referiré a los recientes comentarios de Vinton Cerf (2016b), el padre de Internet, después de una visita que hizo a la Casa Blanca para tratar estos temas en los Estados Unidos, lo cual nos ayudará a entender hacia dónde van las cosas (Cerf, 2016, p. 7).

Uno de los temas tratados fue la inversión en billones de dóla-res que los Estados Unidos van a hacer para ampliar la formación de los jóvenes en estos campos, el entrenamiento de profesores con materiales e instructivos para lograr expandir los conocimientos que nunca se habían considerado, incluyendo tópicos como la inte-racción hombre-máquina, la resolución de problemas, el diseño deaplicaciones web, la programación de computadores, el análisis de los datos y la robótica.


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Parte 1 - Academia

La ciencia de los computadores, como es concebida hoy, abarca asuntos que van más allá de la programación de computadores, que ahora es un lenguaje que todos deben conocer; pero, especialmente, tiene que ver con una disciplina de pensamiento para obtener la capacidad de analizar problemas, separarlos en pequeñas porciones manejables y entendibles para llegar al todo, y poder, de esa manera, integrar los resultados.

Las competencias requeridas serán de utilidad en diferentes campos: ingeniería, ciencias, investigación, negocios, política, y en asuntos que necesiten pensamiento analítico. La importancia de estos temas es tal, que en los Estados Unidos están pensando en llevar esos conocimientos a los colegios, para que su población estudiantil, desde la infancia, se prepare para el futuro. Esta será una asignatura que tendrá la misma validez que la física, la química y la biología, cuya inclusión en la enseñanza en los colegios incrementará en los jóvenes el interés por el estudio de las profesiones informáticas.

Vinton Cerf dice que eso no frenará, sino que incrementará, aún más, los resultados de la llamada cultura maker, es decir, la de aquellos que hacen, que construyen dispositivos o artefactos, tanto físicos como de software. Los estudiantes que aprenden-haciendo (praxeológicamente), que comparten lo que hacen con sus amigos, que aprenden de los demás, fortalecerán las posibilidades de reali-zaciones que hoy están demarcadas por el internet de las cosas, las impresoras 3D, la nube, elementos que continuarán transformando la sociedad.

Algo que debemos recalcar es la necesidad de incluir la ética en esta formación, tanto en los colegios como en las universidades, porque dicha transformación debe traer beneficios y se deben evitar los riesgos de que se nos salgan de las manos. No todo lo que se pueda realizar con la técnica debería realizarse si los aspectos éticos nos demuestran que pueden ir en contra de nosotros mismos.


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Las reflexiones de Vinton Cerf (Cerf, 2016b) nos hacen pensar que la formación en computer science va más allá de la misma com-putación y se relaciona con el pensamiento complejo y la relación integral de la vida. Tal vez el concepto del eterno retorno lo enten-damos más si lo analizamos como algo que se crea como un estado del arte para un momento dado, pero cuya vigencia cobra sentido más adelante, cuando se determina el nivel de universalidad de sus conceptos.


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Capitulo

Sistema Nacional de Educación Terciaria (SNET)

Noviembre de 2016

Esta propuesta del Ministerio de Educación, llamada SNET, pretende legislar sobre la educación para considerarla como el mo-tor del desarrollo y el progreso, mediante la formación de mejores ciudadanos.

En ese proceso educativo se deben tener en cuenta múltiples factores que permitan formar profesionales integrales, es decir, conocedores de su profesión, pero éticos y responsables ante la sociedad que recibe sus servicios. El conocimiento hoy cubre, según el documento en que se presenta la propuesta, "saberes disciplinares, científicos, técnicos y tecnológicos, competencias diversas, movili-dad académica y laboral, reconocimiento de aprendizajes, relaciones entre la educación, la cultura, las ocupaciones, así como el dialogo y reconocimiento entre la oferta educativa y las necesidades sociales y regionales".


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Desde la comunidad académica estamos colaborando en la versión final de la propuesta y entre cerca de 100 universidades que conforman la Red de programas de Ingeniería de Sistemas y Afines —REDIS— preparamos un pronunciamiento que se discutirá en el encuentro nacional en el mes de noviembre. En este artículo haremos solamente unos pocos comentarios para informar a quienes se interesan por estos asuntos de orden académico.

Uno de los temas atañe a la discusión sobre la formación pro-fesional versus la técnica y tecnológica, asunto que en nuestro país tiene connotaciones de tipo social. En los países desarrollados, como es el caso de los de Europa, la demanda por las carreras tecnológi-cas es muy alta y se habla de una tendencia del 70 % de las carreras tecnológicas frente a las profesionales; en Colombia, en cambio, la oferta y la demanda son mayores por lo profesional. Pensamos que esto se relaciona con la estratificación social de nuestro país, en donde se considera a la parte baja de la pirámide social como la que se dedica al hacer y la de arriba, a dirigir. En ese sentido, hay una estigmatización de orden social, por la cual se relegan las carreras técnicas y tecnológicas a los estratos más bajos.

En años anteriores se debatió mucho sobre la formación pro-pedéutica, es decir, una profesionalización en escala, en la que los estudiantes cursan primero lo técnico, lo tecnológico y se preparan para lo profesional.

En el SNET proponen un cambio en la manera de ofrecer lo técnico y lo tecnológico frente a lo profesional, enfatizando en la necesidad de darle la dignidad merecida a este ciclo de lo técnico y lo tecnológico. El propósito es desmontar el concepto de lo prope-déutico debido a que este modelo "aprisiona" lo técnico y lo tecno-lógico al confinarlo a la parte baja de la pirámide, lo que no permite que se desarrolle con todo su potencial y hace creer que la meta única es la profesionalización. Por ese motivo, se plantea que existan dos


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pirámides, cada una con su propio desarrollo, una para todo el ciclo técnico y tecnológico y otra para el ciclo profesional. De esa manera, ambos ciclos cobran importancia por sí mismos y, en mi concepto, abre la posibilidad de dignificar el proceso de formación técnica y tecnológica.

Pero no consideramos totalmente aceptable todo lo que el docu-mento propone. Nos preocupa, por ejemplo, que se le dé importancia desmedida a las certificaciones. No es que no deban existir, sino que no se les debe dar la exagerada significancia que se les dio hace cerca de catorce años, cuando se creó el llamado Proyecto Inteligente, con el cual el gobierno pretendía certificar 5000 programadores para convertir al país en líder mundial en desarrollo de software, proyecto que terminó en un gran descalabro, por la falta de comprensión de cómo es que se forma un programador de computadores y porque se le abrió la puerta a un mercado de certificaciones netamente co-mercial, sin los fundamentos académicos suficientes.

Todo esto fracasó y generó gastos por más de cuarenta mil millones de pesos, incluidas las demandas por la propuesta de éxito fallida mencionada en ese proyecto.

Otro documento paralelo es el Catálogo Nacional de Cualifi-caciones, en el cual se hace una taxonomía con las asignaturas de las diferentes áreas de las tecnologías y la ingeniería. La orientación de este documento se sustenta, en gran parte, por las experiencias de países desarrollados, pues se observa que en muchos casos define el ambiente empresarial de trabajo como “empresas productoras de software”, o “empresas expertas en servicios multimediales”, por ejemplo. Tales definiciones muestran que, en dicho documento se asumió que en Colombia había ya una industria formada en estos campos, lo cual sí sucede en países más desarrollados, pero no en el nuestro.


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Nos interesa vigilar que no se estipulen normas foráneas que no contemplen las verdaderas necesidades de nuestro país. En este sentido, encontramos que solo habían consultado a unas pocas universidades a nivel directivo, sin contar, por tanto, con criterios claros que solo pueden aportar los programas de las ingenierías co-rrespondientes. También llama la atención que se hayan contratado expertos europeos, sin haber consultado, puesto que en Colombia la mayoría de los programas de ingeniería de sistemas siguen el modelo norteamericano ACM-IEEE.

Estos asuntos se han ido depurando y seguimos trabajando en un comité permanente con el Ministerio de Tecnologías de la Infor-mación y las Comunicaciones, el Ministerio de Educación y otros organismos colombianos.


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Capitulo

VI Encuentro Nacional de REDIS: tendencias e ingeniería

Diciembre de 2015

Entre el 3 y el 5 de noviembre del 2015 se llevó a cabo el sexto encuentro nacional de REDIS, la Red de Programas de Ingeniería de Sistemas, con la participación de 47 universidades, el Ministe-rio de Tecnologías de la Información y las comunicaciones (TIC), la Asociación Colombiana de Ingenieros de Sistemas —ACIS—, la Federación Colombiana de la Industria del Software y Tecnologías Informáticas Relacionadas —Fedesoft—, la Asociación Colombiana de Facultades de Ingeniería —ACOFI— e IBM, entidades representan-tes de la academia de la ingeniería de sistemas, el Estado colombiano, el gremio, la industria del software, las facultades de ingeniería y las empresas.

Hace 13 años no era pensable lo que se ha logrado, como haber conectado a la comunidad académica con el Estado, en este caso, con el Ministerio de TIC, que desde la gestión de María del Rosario Guerra, con quien se iniciaron conversaciones; el ministro Diego Molano,


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que trabajó con las universidades permanentemente y, ahora, con el ministro David Luna, con quien nos reunimos en el presente mes. El ministro Luna fue muy abierto al solicitar de las universidades de la red su colaboración para que se pueda dialogar sobre los planes del Ministerio y buscar coherencia con los criterios de orden profe-sional y tecnológico que ayuden a plantear proyectos de beneficio nacional, sin dejar a un lado la internacionalización.

En el encuentro estuvimos representadas todas las regiones co-lombianas como ya los hemos vivido en los encuentros anteriores en Paipa, San Gil, Pereira, Medellín y Santa Marta. Se ha institucio-nalizado en estos encuentros la escritura de un libro, centrado en los temas propuestos por la red y se han realizado actividades como la socialización de los mejores proyectos de grado de nuestros estudiantes, se han editado revistas con los contenidos de dichos proyectos, se han llevado a cabo más de 150 reuniones del nodo de Bogotá y se ha logrado una cohesión de las diferentes regiones, de tal manera que se cuenta con representantes en Bogotá, Boyacá, Meta, Nariño, Zona Cafetera, Santander, la Costa, Valle, Antioquia, Tolima y Huila, que participaron en este sexto encuentro.

El tema central fue la prospectiva de la profesión, teniendo en cuenta los cambios tecnológicos que estamos viviendo y las 23 nuevas tendencias que el IEEE menciona en su reporte sobre las tecnolo-gías para el 2022 (Alkhatib et al., 2014), que definitivamente están transformando a la sociedad actual, lo que nos lleva a estudiar los cambios que se deben hacer en la formación de nuestros estudiantes.

Las preguntas que tratamos de responder fueron: ¿Cuál debe ser el perfil del ingeniero de sistemas que responda a las necesidades regionales, nacionales e internacionales? ¿Cuál debe ser la línea base del plan de estudios de ingeniería de sistemas en cada uno de los componentes: fundamentación básica, disciplinar y de libre elección? ¿Qué factores se deben tener en cuenta para medir el impacto que


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Parte 1 - Academia

tienen y pueden tener los ingenieros de sistemas en los ámbitos: regional, nacional e internacional? ¿Cuál debería ser el alcance de la formación técnica y tecnológica en la industria de TI? ¿Cómo se pueden facilitar los procesos de cooperación entre las instituciones de educación superior en pro de la movilidad, la flexibilidad y la pertinencia?

Escuchamos más de 250 criterios, opiniones y propuestas que estamos condensando en el documento propio del encuentro, el cual será muy útil para debatir dentro de las universidades y como materia prima para colaborar con el Ministerio de TIC, mientras logramos la integración del Ministerio de Educación Nacional, que se ha mantenido relativamente alejado de estos procesos.

Dentro de tantas ideas que se debatieron, menciono la intención de que las regiones colombianas atrajeran a las universidades del centro del país para unirse en proyectos que apoyen el agro, por ser esta una de las principales promesas como industria nacional, no solo para dar alimento al país, sino como despensa de otros.

Se debatió también sobre la idea recurrente de si el nombre de la profesión debe ser o no ingeniería de sistemas, ante lo cual hemos dado más importancia al contenido, tratando de no dejarnos llevar por la carga de la costumbre, puesto que han transcurrido más de cuarenta años de existencia de nuestra profesión y, en vista de la multiplicidad de cambios que hemos vivido, bien valdría la pena trabajar desde una nueva línea de pensamiento.

Dentro del plan de mejoras se decidió revitalizar los nodos re-gionales para que reafirmen los grupos de universidades, actualizar los nombres de sus líderes, asegurar en todas las regiones la continuidad de los grupos ante los cambios permanentes de los directores o de-canos, el mejoramiento continuo de la gestión relacionada con los encuentros mismos y la fortificación de la red basada en su acción


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permanente. Por ese motivo, se acordó cumplir con una reunión bimestral de los líderes de las regiones, conectar tecnológicamente a los nodos de fuera de Bogotá en las reuniones con el Estado.

No cabe la menor duda de la importancia de esta profesión, encargada de administrar la actual sociedad transformada, no solo desde el punto de vista de las nuevas tecnologías, sino de la sociedad misma, dándole importancia a las ciencias para la vida; de modo que, en conjunto con antropólogos, filósofos, filólogos, pedagogos, abogados e ingenieros, pensemos seriamente en cómo las nuevas tendencias tecnológicas están transformando nuestras vidas.


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Capitulo

PARTE 2BIG DATA


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Capitulo

Big Data y la ciencia de la identidad

Abril de 2014

Big Data continuará siendo un tema sujeto a cuestionamientos con respecto de sus alcances, como sucede con todo aquello que está en proceso de convertirse en un estado del arte.

Los libros nos dejan ver que estamos entrando en un mundo poderoso y diferente en cuanto al manejo de los datos y evitan las definiciones concretas, de esas que uno esperaría para que todo quedara aclarado. En uno de los libros que estoy estudiando dice que Big Data, simplemente, es big data, lo que al final no dice nada porque, también, explican que aun en pequeñas muestras de datos el Big Data nos puede ayudar a analizar la información. Al final, sabemos que estas tecnologías permiten extractar información perti-nente para su análisis en múltiples maneras e intereses, dentro de lo que se ha denominado la ciencia de los datos.


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En un artículo anterior escribí “Big Data: La máquina para leer el pensamiento” (Dávila, 2013a), para describir cómo, metafóricamen-te hablando, el Big Data en Internet permitirá descubrir quiénes somos, con base en nuestro ADN virtual, es decir, en los datos que hay en la web sobre nosotros. Allí mencionaba que somos actores involuntarios en la web y que aparecemos en videos y fotos con nuestro consentimiento o sin él. Uno se puede preguntar: ¿Cómo una foto o un video puede ser fuente de información que diga algo de valor conceptual sobre mí?

Esta pregunta me llevó a mirar algunos desarrollos de software biométrico que están orientados a la analítica facial, es decir, al reconocimiento del rostro y sus expresiones, que desde el concepto de ciencia de la identidad comienzan a mostrar características de gran trascendencia para la identificación de personas. Los profesores Karl Ricanek Jr., de la Universidad de North Carolina Wilmington, y Chris Boehnen del Oak Ridge National Laboratory publicaron un artículo en la IEEE bajo el título “Facial Analytics: From Big Data to Law Enforcement” (Ricanek & Boehnen, 2012) que podemos traducir como: De Big Data hacia su aplicación en la ley. El artículo se centra en mostrar cómo este tipo de aplicaciones pueden ser utilizadas de manera eficiente en el reconocimiento de delincuentes.

Es muy conocida la lectura de las huellas digitales con la que se intenta encarnar, en una representación digital, una característica física que determina la identidad de una persona. Descrito de otra forma, se trata de convertir la representación física de la huella en un metadato que puede ser procesado, estudiado e interpretado. Los metadatos que se obtienen mediante estos procesos son almacena-dos en grandes cantidades y conforman un sistema de información para certificar la identidad de muchas personas.

El sistema biométrico de un rostro extracta características físi-cas que en sus representaciones binarias expresan aspectos físicos de un objeto virtual y que permiten identificar sus componentes: nariz,


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Parte 2 - Big Data

boca, frente, color de piel, etc. Al obtener una secuencia de estas representaciones digitales, como sucede en un video, estos datos mostrarán variaciones de las expresiones faciales que, vistas de otra forma, son representaciones de los gestos, cuyas característi-cas físicas pueden interpretar actitudes, comportamientos y reflejar sentimientos internos (psicología de la Gestalt).

Las posibles aplicaciones de esta tecnología son inimaginables. Ya mencionamos que una de sus principales aplicaciones se da en asuntos legales, pero también son aplicables en asuntos comerciales, pues interpretar los gestos de un comprador frente a una vitrina puede ser fuente de información para crear tácticas de abordaje al consumidor para cerrar una venta. Con las aplicaciones orientadas a interpretar comportamientos psicológicos de las personas, que se basan en las interpretaciones de sus gestos, se corre el riesgo de generar diagnósticos errados o atrevidos, como sucede en los análisis psicotécnicos con mucha frecuencia.

Ya hay empresas que dictan cursos sobre las técnicas de lectura del rostro e incluso hay ofrecimientos de osados servicios en la web para que la gente conozca su personalidad, su carácter, sus posibles dones para escoger carreras profesionales o para profetizar cómo ha sido y será su vida, sus resultados en el amor y las expectativas de su vida económica.

Veamos algunos ejemplos de aplicaciones: el primero es un motor de búsqueda basado en imágenes en Facefirst, un software biométrico de reconocimiento facial (Airborne Biometrics Group, 2012); otro que permite caracterizar los aspectos físicos de un ros-tro a través de los datos que conforman su representación física; y una aplicación de la IBM para reconocimiento de rostros. Estos contenidos no corresponden a productos de los cuales podamos certificar su idoneidad, los mencionamos para mostrar que la ciencia de la identidad es una realidad.


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La moraleja es que, desde el punto de vista técnico, existe un reto para aplicar estas tecnologías, teniendo siempre en cuenta la distancia entre lo técnico y lo ético.

En lo personal, he trabajado fundamentalmente en interpreta-ción de textos usando expresiones regulares, por lo que puedo deducir la factibilidad de desarrollar aplicaciones de las características seña-ladas. En lo ético, debemos entender los peligros que nos puede traer aquello que desfigura el fin de las cosas, pues los usos inadecuados pueden hacer daño a terceros.


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Capitulo

“Mundómetro”

Noviembre de 2014

Durante el pasado evento internacional de educación virtual Moodlemoot, que organizamos desde la Asociación Colombiana de Ingenieros de Sistemas —ACIS—, tuvimos la oportunidad de escu-char una conferencia sobre Big Data del profesor español Fernando Santamaría, quien nos habló de una aplicación llamada Worldometers (Worldometer, 2016) que pretende medir las estadísticas del mundo en tiempo real.

Hoy en día estamos acostumbrados a citar las estadísticas de tiempos pasados, sobre las cuales se trabaja para tomar decisiones, corriendo así el riesgo de que tales decisiones se basen en datos que en la vida real hayan cambiado. Lo ideal sería que las estadísticas se basaran en datos reales del mismo instante en que estos sean consultados y, ojalá, acompañados de variaciones históricas que muestren las tendencias. Esto nos hace preguntarnos: ¿Cuál sería el cambio en la sociedad si obtuviéramos estadísticas que muestren los cambios en cuestión de segundos?


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Veamos la aplicación de Big Data de la cual estamos hablando y pensemos un poco alrededor de estas realidades que irán trans-formando la manera de proyectar la vida de aquí en adelante.

Al entrar a la aplicación, los números giran de manera permanen-te a gran velocidad, mostrando los datos, segundo a segundo, en la medida en que ocurren los hechos que los transforman. Para hacer un análisis hemos tomado la diferencia de los datos en un lapso de cinco segundos.

Aclaro que este escrito no es sobre estadísticas o minería de datos, sino una simple observación de los cambios que estamos viviendo en cuanto a la tecnología para insinuar cómo todo esto da mucho que pensar. Tampoco estamos haciendo publicidad al sitio que produce la información porque aún no hemos estudiado la cer-teza de los datos. Lo que pretendemos dar a conocer es el rumbo que está tomando la ciencia de los datos.

Durante esos cinco segundos, pudimos observar lo siguiente:

• La población mundial actual, que estaba en 72 637 92 334 de personas al iniciar la observación, se incrementó en 58 personas, pues nacieron 99 personas y murieron 41 personas. Si tuviéra-mos una medida histórica, sería posible determinar un patrón de comportamiento para tomar decisiones de orden político.

• Se fabricaron 48 automóviles y se produjeron 99 bicicletas nue-vas, lo que podría inducir a pensar que los países o la propia gente estaría prefiriendo un cambio en la manera de transportarse, hacia una más ecológica, o que los países han reglamentado o incentivado la fabricación de esa modalidad de transporte.

• Se publicaron 2 libros nuevos, mientras que se sucedieron 935 entradas a blog, lo que permitiría estudiar y analizar el rumbo de la imprenta versus los medios digitales.


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Parte 2 - Big Data

• Se enviaron 54 247 023 correos y 173 074 tweets. Esto muestra la dependencia de esas aplicaciones en el mundo.

• Hubo 1 020 340 búsquedas en Google y 25 541 emisiones de CO2, lo que nos podría permitir estudiar, por ejemplo, la relación entre el consumo de energía y la algoritmia del software de la nube desde la perspectiva que denominamos software verde.

• Se incrementó en 4 la cantidad de personas que pasaron a ser obesas y 8 murieron de hambre.

• Nos faltan 14 311 días para que se acabe el petróleo.

• Murieron 5 personas por cáncer y una por VIH, mientras que se fumaron 3 917 999 cigarrillos.

• Murieron 3 personas por fumar y una por alcohol.

• Hubo un muerto por accidente de automóvil. En el mismo portal de Worldometers aparecen las preguntas que

podríamos hacernos, entre las cuales destacaremos solo algunas:

¿Cuál es la veracidad de las fuentes? ¿Cómo es posible obtener-las en tiempo real? ¿Son datos válidos? ¿Habrá desviaciones por razones de privacidad? ¿Puedo obtener datos del país?

Al indagar un poco sobre esta aplicación descubrimos que fue creada por un grupo internacional de desarrolladores, investigadores y voluntarios sin afiliaciones políticas ni gubernamentales y que ellos siguen trabajando con el propósito de crear una manera de medir el mundo mediante un algoritmo que procesa las estadísticas disponi-bles en fuentes seleccionadas en milisegundos. En total logramos contar 60 fuentes, entre las cuales están: la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Comisión Económica para Africa; la División Estadística de Asia y el Pacífico, Europa, Latinoamérica y el Caribe; el Programa Mundial de Alimentos (PMA/WFP, Food


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aid), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Unión Postal Universal; la Organización Mundial de la Salud (OMS/WHO), la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI/WIPO), la Organización Meteorológica Mundial (OMM/WMO), la Organización Mundial del Turismo (OMT/UNWTO), la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), el Banco Central Europeo, la Oficina Europea de Estadísticas (Eurostat), el Organismo Internacional de Energía Atómica (AIE/IAE), la Agencia Internacional de Energía (AIE/IAE), la Organización Latino-americana de Energía (OLADE), el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio (OMC/WTO), entre otras.

Quise mencionarlas para darnos un juicio de su veracidad, pues aunque seguramente no estén todas, como para aseverar que las estadísticas que proporcionan son las reales del mundo, esto nos da ideas, inclusive, para ir pensando en el futuro de entidades nuestras, como el mismo Departamento Administrativo Nacional de Estadís-tica (DANE).


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Capitulo

Big Data y la psicología de las palabras

Febrero de 2016

Las palabras que usamos diariamente reflejan quiénes somos y la relación social en que estamos envueltos. El

lenguaje es la forma más común y más confiable como la mente traslada sus pensamientos internos y sus emociones

a una forma en que los demás lo puedan entender. Palabras y lenguaje son la esencia misma de la psicología y la

comunicación. Ellas son el medio por el cual la psicología cognitiva, de personalidad, clínica y social intenta entender

a los seres humanos.

Así comienza el artículo “The Psychological Meaning of Words: LIWC and Computerized Text Analysis Methods”, escrito por Yla R. Tausczik y James W. Pennebaker (2010), del Departamento de Psicología de la Universidad de Austin Texas (Tausczik, 2010), sobre el significado psicológico de las palabras y el LIWC (Linguistic Inquiry and Word Count), un método para hacer análisis de texto de manera computarizada.


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Agreguemos lo que dice Heidegger en sus obras Qué significa pensar y Ser y tiempo sobre el lenguaje como la “casa del ser” y la compleja pregunta relativa a si el lenguaje es solo una herramienta que usa los “dispositivos” del habla como la boca, la lengua y el pensamiento para expresarse o si él está por delante de la persona (Heidegger, 2008).

Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, es citado en el artícu-lo mencionado por el caso en el que a alguien se le “trabe la lengua” como reflejo de pensamientos ocultos e intenciones escondidas bajo un aparente error de tipo lingüístico. Y, por otra parte, el filósofo Bernard Lonergan, autor de Insight y del Método en teología, mencio-na tres operaciones exegéticas (comprensión de textos) relacionadas con el proceso de lectura de un texto. Ellas son: la comprensión del texto, es decir, entender las palabras empleadas y al autor; el juicio de la exactitud de la propia comprensión; y el establecimiento de lo que uno juzga que es la comprensión correcta del texto.

Pero ¿qué tiene que ver todo esto con la computación, con Big Data y con la sociedad transformada?

El área computacional provee formas para analizar el texto escrito y encontrar patrones como son las expresiones regulares que están en la mayoría de los lenguajes de programación, especialmente en Perl. Hoy en día, hay un gran esfuerzo para poder interpretar la información que hay en Internet y de todo lo que se escribe y se dice, aun con la voz y el cuerpo. En el artículo “When Technologies Manipulate Our Emotions”, publicado en la revista Communications of the ACM (Calvo, Peters, & D’Melo, 2015), se habla de la influencia de las formas de comunicación sobre las emociones de las personas, y ello nos condujo a este documento que se clasifica dentro de las intenciones de la Big Data.

La plataforma LIWC permite analizar textos, desde algo tan simple como contar la frecuencia de su uso, hasta el análisis desde el punto de vista gramatical y su correspondiente interpretación


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Parte 2 - Big Data

psicológica de sentido. Este software puede leer los textos y seleccio-nar cada palabra para asegurar que exista en los diferentes dicciona-rios y tesauros, llevar un registro de la frecuencia de uso y catalogar sus características lingüisticas —verbos, sustantivos, adjetivos, adverbios, preposiciones, artículos, verbos auxiliares, pronombres, conjunciones—, mientras que el algoritmo utilizado crea categorías que van creciendo en la medida en la que el software se expone a más documentos. Como es sabido, el Big Data cobra validez, dependiendo de la cantidad de fuentes que alimentan los textos no estructurados.

La interpretación del sentido de las palabras requiere la participación de expertos en psicología, filología y otras ciencias sociales que están en capacidad de comprender, por ejemplo, cómo el uso del yo o del usted despersonalizan una relación, a diferencia de cuando se menciona un sujeto concreto. Igualmente, términos como nosotros pueden ser escritos, en algunos casos, para referirse a sí mismo y, en otros, para referirse al conjunto conformado por otras personas que se encuentran con el sujeto que escribe. Las emociones son representadas por palabras que van de lo positivo—magnífico, bueno, excelente, maravilloso— a lo negativo —terrible, feo, horroroso— que pueden ser identificadas por el software e interpretadas según sus índices de sensaciones.

Tausczik y Pennebaker (2010) en su artículo ofrecen explicacio-nes sobre los significados de las palabras y sobre la manera como se pueden interpretar para indicar diferentes aspectos de quienes las usan. Muestran las tendencias en las relaciones sociales, según el uso de los pronombres y frases indicativas de un mayor estatus con respecto de los otros miembros de un grupo de personas; hay palabras que indican procesos grupales de alta o baja cohesión como el uso del nosotros en pequeños grupos frente a un nosotros dirigido a una multitud. Hay expresiones que indican honestidad o engaño, generalización o imprecisión, dependiendo del número de palabras que cuando se usan en exceso pueden significar intento de engaño o deseos de convencer.


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Las investigaciones que aquí se mencionan dan muestra de mucha complejidad e incluyen otros factores, como por ejemplo el lenguaje utilizado entre parejas, en el que el uso de la primera per-sona en singular o en plural determinan aspectos de afecto, estilos de aprendizaje o diferencias individuales.

Como moraleja, sugiero que se deben incluir más ciencias humanas dentro de los planes de estudio de los programas univer-sitarios de Ingeniería de Sistemas.


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Capitulo

Sociedad transformada y el internet de las cosas

Marzo de 2015

En el artículo titulado “Prototyping Connected Devices for the Internet of Things” (Haciendo prototipos para dispositivos conecta-dos en el internet de las cosas), publicado en la revista Computer de la IEEE (Hodges, Taylor, Villar, Scott, Bial, & Fischer, 2013), predicen que en el 2020 habrá 100 billones de artefactos conectados a Internet. Nosotros, en el 2013 ya habíamos hablado de este asunto (Dávila, 2013b) a raíz de una entrevista a un profesor colombiano, principal investigador de Wiring, en la que incluimos el tema de Arduino, sensores que son un ejemplo de los dispositivos de la electrónica libre conectados a la web.

Cuando se pone a trabajar la imaginación sobre las posibles aplicaciones que se pueden crear con estos dispositivos, la lista es larguísima, ya que pueden detectar actividades físicas y aspectos del entorno como movimiento, presencia de objetos, temperatura y muchas otras que afectan la vida común, y al conectarlos a Internet adquieren un enorme poder.


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En un artículo que se está publicando por estos días en la revista de ACIS que titulé Sociedad transformada escribía lo siguiente:

[...] Estos sensores se están instalando en las ciudades del mundo en diversas aplicaciones que aumentarán aún más el tráfico del ciber-espacio y, por lo tanto, se prende una alarma más sobre los aspectos de seguridad. Escuché a alguien en una conferencia que en el pasado uno entraba al recinto de los computadores y ahora los computadores entran a nuestros cuerpos. Es el caso de un marcapasos, por ejemplo, que ya está en posibilidades de incluir un IP para control del paciente, que hace que ese corazón pase a ser parte de los dispositivos que deben ser protegidos por un firewall. Nadie se imagina lo que pudiera suceder si se le hace un Cracking al corazón de una persona. En el mundo del crimen político dejaría obsoletos a los francotiradores.

Con estos dispositivos se incrementará la automatización de las infraestructuras; la mecatrónica surgirá como una de las principales carreras profesionales e, igualmente, se pondrá en riesgo la soberanía nacional pues sus represas, las plantas petroleras, los equipos médicos son ya susceptibles de ataques informáticos. Al espacio de la guerra que tradicionalmente eran tierra, mar y aire se le sumará el Ciberespacio, como lo constatamos en la revista de ACIS sobre Las Fuerzas Militares y las TIC (Dávila, 2014a). publicada en el mes marzo de 2014, edición en la que trabajamos con los principales centros de investigación y desarrollo de nuestras fuerzas militares. (Dávila, 2015a).

En otra oportunidad, durante el evento de investigadores Latin American Faculty Summit 2014, de Microsoft, que se llevó a cabo en Chile, escuchamos sobre una aplicación, que usando sensores mide, en tiempo real, las fuerzas que el viento ejerce en los aviones, lo que tiende a desviarlos de sus rutas. Con esos datos se logra equilibrar la ruta del vuelo, además de tomar medidas (Big Data) que permitan predecir lo que ocurrirá en un próximo vuelo por las mismas rutas y determinar las necesidades de combustible debido a estas variacio-nes en los vuelos.


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Parte 2 - Big Data

Lo que viene en camino en este sentido continuará, sin duda al-guna, transformando la manera de vivir de las personas, pues como ya lo hemos comentado, afectará no solo la vida del ciudadano común, sino la de las industrias, la medicina, la educación, la ciudad y el campo con aplicaciones como la agromática y la robótica orientada a la automatización.

El tráfico de la web crecerá de manera geométrica, tanto, que el reporte de la IEEE sobre las 23 nuevas tecnologías que ya están en camino incluye algo llamado security cross-cutting issues, cuya traducción podría ser: asuntos relacionados con información cruzada, que hace consciencia sobre el incremento de las fuentes de información que se combinará con la analítica de los datos, con lo cual se creará una caja de pandora en aspectos de seguridad, pues los ataques podrán venir de cualquiera de las fuentes. Esto le dará más importancia a un tema olvidado como es el software seguro, el cual asume que la seguridad perimetral ya ha sido traspasada y, por lo tanto, las aplicaciones deberán dar cuenta de su propia seguridad.

Finalmente, el mundo financiero cambiará en muchos aspec-tos, tal como lo hemos dicho en otra publicación sobre tendencias (Dávila, 2014b), en donde citamos el informe del IEEE sobre las tecnologías para el 2022 (Alkhatib et al.), en el cual se invita a pensar en el futuro y se plantea la siguiente pregunta: ¿Qué sucedería si un seguro médico tuviera una póliza de valor variable, dependiendo de la actividad física del paciente, controlado con un sensor que lleve el cliente?

Estas ideas sobre lo que hemos llamado sociedad transforma-da nos van dejando inquietudes que debemos pensar, inclusive en cuanto a los cambios que deberán sufrir los programas académicos relacionados con las tecnologías informáticas para que vayan más allá del conocimiento técnico y se alineen en el campo de sus influen-cias en la sociedad.


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Capitulo

PARTE 3MEJORES

PRÁCTICAS


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BYOD: flexibilidad frente a

confianza y seguridad

Junio de 2015

El BYOD o bring your own device (traiga su propio dispositivo) no es más que la posibilidad de que los empleados utilicen sus pro-pios dispositivos para el manejo conjunto con los de las empresas, polémica que sin necesidad de haber sido bautizada con ese nombre ha existido desde que se creó Internet, pero apenas en los últimos años ha salido a la luz como una cuestión de orden formal.

Esto se agudiza con los procesos de certificación en asuntos como arquitectura empresarial, ISO y demás estándares de mejores prácticas que adoptan las empresas para asegurar una administración controlada. Podemos decir que, en estas estructuras administrativas, el control es una de las variables que determinan el éxito de la operación. Parecería un contrasentido que se prohíba el uso de tantos recursos que se encuentran en la nube abierta para el apoyo de la gestión empresarial en un momento en que es necesario aumentar la productividad personal de los funcionarios para apoyar la gestión


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de la empresa. Pero no es tan sencillo, ya que hay asuntos ocultos involucrados en estos procesos que contraponen la necesidad de control con la autonomía y la seguridad. No hay un argumento que le dé ciento por ciento la razón a ninguna de las dos posturas. Tratemos solo de mencionar algunos aspectos contrapuestos que hacen de esto una dicotomía que, como tal, a lo mejor no tenga una respuesta única.

El BYOD agilizaría la velocidad de respuesta de los funcionarios ante situaciones de competencia para concretar negocios, debido a la posibilidad de dar respuestas inmediatas a los clientes, pero pone en peligro el cumplimiento de las normas de las empresas que intentan evitar que se opere de manera improvisada y tienen normas de con-trol para asegurar una operación dentro del marco institucional. En este sentido, se contraponen la velocidad de respuesta que puede estar en manos de un funcionario, y que puede ser necesaria en la operación, frente a una gestión segura, pero lenta en la gestión, cuando se opera institucionalmente.

El BYOD permite agilizar el manejo de repositorios de datos cuando los funcionarios tengan a la mano ciertos tipos de informa-ción que, si bien ha sido extractada de las bases de datos de la empresa, se corre el riesgo de que sea depositada en sitios de la nube abierta que, además de residir en fronteras extrañas al país de origen, son susceptibles de ser interceptados por terceros. También pone en riesgo la veracidad de la información, pues esta pudo haber sido actualizada en las bases de datos originales minutos antes de una toma de decisiones.

Hay, en esta posibilidad de autonomía, un aspecto relacionado con la confianza, como ocurre con el teletrabajo. En un artículo que escribí, comenté sobre la problemática relacionada con el uso de las redes sociales en las empresas, por parte de sus funcionarios, lo que implicaría un cambio en la manera de pensar, pues las formastradicionales de operar son, en general, centralizadas, rígidas, proce-dimentales y regidas por estrictas normas, llenas de prohibiciones,


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Parte 3 - Mejores prácticas

lo cual dificulta la libre actuación de sus funcionarios. Recordaba en ese artículo a Kant, cuando le preguntaron qué era “la ilustración” y respondió: “salir de la minoría de edad”, es decir, respetar los propios pensamientos y no necesitar de amos, ni de tutores para el desarrollo de la vida. La “mayoría de edad” no está permitida en los funcionarios de las empresas, debido a sus compromisos con las instituciones, dentro de las cuales caben las tendencias de orden religioso, político y empresarial.

Uno de los mayores focos de inseguridad en los sistemas es la llamada ingeniería social, que abre las puertas a riesgos generados por las personas, no por la tecnología misma, sino por actuaciones de orden humano como pueden ser: olvidar un celular o una tableta en un lugar público, ingerir licor cuando se tienen los dispositivos con los datos a la mano, el robo de dispositivos, las imprudencias de tipo verbal y, en general, las situaciones de orden social que ponen en peligro la seguridad. A todo ello se pueden agregar los aspectos tradicionales de seguridad, pues, si hay inseguridad en las grandes infraestructuras tecnológicas de las empresas con una gran actividad de protecciones de todo tipo, ¿qué se podría decir de los riesgos de los datos cuando estos son administrados en plataformas abiertas en donde el peligro de ataques es lo más probable?

Pensamos que esta opción se puede dar solo en empresas muy de avanzada, en cuanto al manejo del recurso humano o solo en cier-tas áreas, en las cuales no se comprometa información confidencial o de orden estratégico. En cualquier caso, es necesaria una inducción muy de avanzada para los usuarios, en cuanto a los riesgos existentes en las redes de datos y las diferentes circunstancias en las cuales sus datos pueden ser interceptados. Hemos escuchado historias en las que grandes ejecutivos adoptan diversas personalidades cuando hacen uso de las redes sociales para evitar ser interceptados. Estas historias son, de todas maneras, preocupantes, pues aumentan la paranoia que traen las redes sociales que, en estos casos, afectan hasta la identidad de las personas.


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Automatización, software, nuevos riesgos y compromisos

Julio de 2015

Desde el punto de vista técnico hay elementos tanto de hardware como de software para el desarrollo de aplicaciones en el área de la automatización, incluida la robótica. En el ámbito profesional se produce una convergencia de conocimientos, pues la electrónica, las telecomunicaciones, la ingeniería de software, la mecatrónica y la seguridad informática tienden a unir esfuerzos para un propósito que hemos denominado sociedad transformada.

Pero, al lado de la transformación de la sociedad por los proce-sos de automatización, se moverán otros de orden político, humano y social porque los asuntos relacionados con derechos de autor, patentes y privacidad se verán afectados, obligando así a que otros profesionales como los sociólogos, psicólogos, políticos, filólogos, abogados, educadores y empresarios trabajen en conjunto con los in-genieros de sistemas para que con sus apreciaciones determinen los riesgos y los límites de este proceso cuya frontera es indeterminable.


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Al hablar de automatización, su cobertura se extiende al manejo de la infraestructura tanto en el ámbito privado como del Estado y, por tanto, los profesionales de sistemas tenemos una responsabilidad en varios frentes, pues estará en riesgo, inclusive, la seguridad nacional.

Ya en otras ocasiones hemos hablado del software seguro, un área bastante descuidada en los procesos informáticos, debido a que los expertos en seguridad informática no programan, en general, y los expertos en software no lo son en cuestiones de seguridad. Pode-mos afirmar, de manera generalizada, que cuando se habla de este tema los profesionales de ambas áreas voltean la mirada hacia otro lado y la cuestión sigue quedando huérfana. El problema radica en que la presencia de la electrónica libre, tipo Arduino o Wiring, popularizará la programación de sensores con IP, con los cuales aparecerán más hackers no éticos, es decir crackers, que generarán múltiples maneras de ataques aún desconocidos, lo cual hace ne-cesario que se profundice en el tema del software seguro que abre huecos de seguridad, cuyo estudio está muy abandonado.

Hay riesgos también por el posible desconocimiento técnico de la computación en la nube, como lo asegura un artículo de la revista Computer del IEEE de abril de 2013, titulado Cyberentity Security in the Internet of Things (Ning, Liu, & Yang, 2013), debido a que la combinación de la electrónica para el manejo de dispositivos, ma-quinaria y sensores controlados de manera remota aumentará los riesgos en el nuevo concepto del internet de las cosas. Esto hará que se aumente la cobertura al llenarse de sensores el espacio físico de las ciudades, la industria, las empresas, las casas, el agro y demás áreas de la sociedad, lo cual abre aún más las posibilidades para ataques que, en muchos casos, estarán orientados a dispositivos que manejan infraestructura, medicina y aun prótesis en cuerpos humanos.

Se presenta también un riesgo por la presencia de nuevas tecnologías electrónicas como, por ejemplo, los dispositivos de radio-frecuencia, radares, rayos infrarrojos, GPS (global positioning systems), wifi, Bluetooth, ZigBee, es decir, dispositivos que usan protocolos


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de alto nivel de comunicación inalámbrica para su utilización con radiodifusión digital y domótica, válvulas y switches programables que conectan sensores.

La presencia de estas múltiples aplicaciones en el internet de las cosas hará más necesario y delicado el proceso de autenticación en los sistemas remotos. Ya tenemos suficientes problemas con las múltiples claves que manejamos, como usuarios de las redes sociales, de la banca o de las empresas privadas. Por este motivo, es muy probable que se hagan populares, y de manera definitiva, las tecnologías de autenticación única y centralizada como el single sign-on en sus múl-tiples formas. Ya no podría admitirse que cada aplicación tuviera una forma propia de autenticación, pues haría imposible el manejo de las aplicaciones, y, menos aún, podrían admitirse fallas de seguridad, como la que ocurrió el año 2014 con este tipo de autenticación, que es la primera puerta que debe cerrarse para tener seguridad.

Si se cumpliera que en el 2020 tuviéramos cien billones de dispositivos conectados a Internet como lo predice el IEEE, todos ellos deberán ser controlados desde el punto de vista de seguridad y se deberán crear leyes y normas cuyo cumplimiento sea necesa-rio para poder acceder a todos estos sistemas. Se tendrán que aumentar los mecanismos para detectar la identidad de los usuarios malintencionados, pues el incremento de estas personas prende las alarmas en cuanto a los resultados entre privacidad, seguridad y conveniencia de control para que la seguridad permanezca en ni-veles tolerantes.

Se deben abrir espacios para la investigación en asuntos como la fotónica, los nuevos manejos de la minería de datos, el surgimiento del Big Data, las ciudades digitales, las interconexiones entre centros de datos, el manejo de redes federadas y el aseguramiento de que las aplicaciones relacionadas con la automatización cumplan altos niveles de calidad para no afectar a los usuarios. La guerra ya no solo se dará en tierra, mar y aire, sino también en el ciberespacio.


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Capitulo

Smart cities

Octubre de 2016

Este tema será tratado con mucha frecuencia en los próximos años porque, cada vez más, se definen las mejores prácticas de lo que es una smart city y, sobre todo, porque las ciudades requieren gran-des cambios y la emigración hacia ellas es cada vez más notoria.

Dos ilustres profesores, uno de Telecom Paris Tech y otro de la Universidad de Kentucky, ambos colaboradores de la Association for Computing Machinery —ACM—, han publicado un artículo que, en mi concepto, es de los más pertinentes y ajustados a lo que está sucediendo en este paradigma. Se basan en el hecho de que la mitad de la población mundial vive en ciudades, que para el año 2030 ascenderá a 8,5 millardos (millardo = mil millones) de personas, en el 2050 será de 9,7 millardos y en el 2100 llegará a 11,2 millardos (Khatoun & Zeadally, 2016).

Mientras tanto, el mundo sufre grandes transformaciones que están cambiando la manera de vivir. Por ejemplo, tendremos que convivir con la extinción del petróleo, al que, según las estadísticas


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mundiales de Worldometers (Worldometer, 2016), le quedan 13 593 días. En el caso del agua, el consumo anual es de 8 741 448 millardos de litros y, parte de ese consumo, se debe a la computación en lanube, pues se habla de que una consulta de Google consume 7 gra-mos de CO2, dato que ha sido reportado con diferentes valores, por lo cual hay que ser cautos en tomarlo como definitivo. Si considera-mos que se hacen cerca de cuatro mil millones de consultas diarias a Google más el consumo del resto de aplicaciones en la nube a nivel mundial, es evidente el enorme consumo energético por este motivo y, por lo tanto, el uso de agua en las hidroeléctricas.

¿Qué pasa con las ciudades? Estas, según el estudio citado, son menos del 2 % de la superficie de la Tierra, pero consumen el 78 % de la energía mundial. Todo eso supone la necesidad de trabajar para generar energía por métodos alternativos, disminuir las emisiones de CO2, controlar la polución, estudiar los problemas de congestión del tráfico vehicular, disminuir el ruido, controlar los hechos crimina-les y los ataques terroristas, y adecuar la vida al cambio climático, entre otros.

Los sistemas urbanísticos deberán contemplar modelos georrefe-renciados en 3D que permitan manipular los espacios como objetos monitoreables y será necesario hacer cartografía social que permita ofrecer los servicios que la comunidad necesita, cuyos datos reposarán en grandes servidores en la nube.

Las ciudades se llenarán de sensores (internet de las cosas), pero se abrirán “huecos de seguridad”, pues estos son dispositivos “hackeables” de manera remota. Los visitantes deberán ser atendidos con servicios en la web, no solo para transportarse, sino también para conocer los lugares turísticos. Existirán controles en los hogares para disminuir el consumo de energía y se incrementarán los servicios educativos con el uso de las TIC. Una de las áreas que se verá intervenida será la


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de la salud, ya que se incluirán sensores inalámbricos en los cuerpos de las personas, habrá implantes en la piel para controlar asuntos como el azúcar, presión de la sangre y otros aspectos, todo en tiempo real para tratamientos monitorados de manera remota.

Cobra importancia, entonces, la ética en la formación ciudadana, en los procesos investigativos y en la empresarialidad.

Los datos se presentarán bajo la modalidad open data, dándole fuerza a una nueva profesión llamada ciencia de los datos, ya que estos deberán ser leídos de múltiples fuentes, con estructuras abiertas y diversas bajo la programación NoSQL. Esos datos viajarán por las redes enviando conceptos de orden político, legal, organizacional, técnico, religioso y social que impulsarán el estudio de la minería de datos. En la gobernanza de la ciudad influirán los ciudadanos al lado del gobierno oficial, pero, además, con una característica de ubicuidad e instantaneidad.

En los sistemas de información, la arquitectura orientada a servicios —SOA—, cobrará fuerza y cada vez la nube se deberá configurar dinámicamente, pero será atacada por criminales in-formáticos con spoofing, data tampering, eavesdropping, malware, interrupción de servicios y muchos más.

El reto es grande y las universidades debemos orientar nuestra investigación y procesos innovadores para que contribuyan a estos nuevos paradigmas. En UNIMINUTO seguimos trabajando en el Ba-rrio digital (Premio Computerworld a la Mejor Solución Informática del 2014) y nos complace observar que algunos de estos aspectos están incluidos en la taxonomía de nuestro proyecto. Por ejemplo, la georreferenciación de todo el barrio en 3D, la realidad aumentada en sitios del barrio, aplicaciones para la seguridad ciudadana, co-nexión de los comerciantes con los cuadrantes de la Policía Nacional,


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recolección de residuos sólidos con la ciudadanía, generación de energía por el roce de los automóviles en la vía y, ahora, por el cami-nar de la gente, el carro eólico, un automóvil eléctrico fabricado por la Corporación Industrial Minuto de Dios, cuya energía es generada por el viento que recibe al andar.

Finalmente, en materia de educación, se ofrece capacitación gratuita a personas de la tercera edad, sordos y niños; además se tienen ya algunos tenderos facturando con tecnologías de punta. Nuestra expectativa es que el gobierno atienda esas iniciativas de las ciudades para que se potencien estos logros en proyectos aplicados en la vida cotidiana.


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PARTE 4PERSONAS


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“Los grandes en informática son… personas”:

Grace Murray Hopper, creadora de COBOL

Mayo de 2014

Recordar la historia de vez en cuando no hace daño.

Aún no conozco estudios formales sobre la participación de la mujer en el mundo de la informática, pero se dicen muchas cosas, especialmente por la disminución del número de mujeres estudiando esta carrera en las universidades. Este artículo no se va a centrar en este tema propiamente, pero inicio con este comentario porque vamos a hablar de una mujer cuya intervención marcó toda una épo-ca de la computación: Grace Murray Hopper, la creadora de COBOL, acrónimo que significa Common Business Oriented Language.

Este fue el primer lenguaje creado para ser compatible con todos los computadores que existían en la década de 1960. La responsable de la grandeza de este desarrollo de software fue la matemática y física Grace Murray (1906-1992), graduada en la Universidad de Yale


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en 1930, que más adelante ingresó a las Fuerzas Armadas durante la Segunda Guerra Mundial y llegó al grado de teniente. Estuvo además vinculada en el desarrollo del Mark I, un computador cuyas características físicas suenan extrañas para la tecnología de hoy: medía aproximadamente 15,5 metros de largo, 2,40 metros de alto, 60 centímetros de ancho y pesaba cerca de cinco toneladas. Para su funcionamiento mecánico tenía 760 000 ruedas, 800 kilómetros de cable y se basaba en la máquina analítica de Charles Babbage. Se dice que tomaba de 3 a 5 segundos por cálculo y se programaba con interruptores.

El lenguaje COBOL nació de FLOW-MATIC, que fue el primer lenguaje de alto nivel, también creado por Grace Murray Hopper en 1955, en un trabajo hecho para UNIVAC, la empresa que unida a la Corporación Burroughs creó lo que hoy es Unisys. Sin embargo, se dice también que otra mujer, Ada Lovelace (1815-1852), una ana-lista del motor de análisis de Charles Babbage, es reconocida como la "primera programadora de computadoras" en 1842.

En la época de Grace Murray no existía en realidad el concepto de un lenguaje de programación que fuera capaz de que expresarlos algoritmos en forma de texto y de palabras que emularan el len-guaje natural para que fuera entendido por la máquina, lo cual fue el motivo para construir el primer compilador cuya tarea fuera convertir las instrucciones del lenguaje fuente a lenguaje binario de máquina. Poder expresar las instrucciones en un lenguaje de frases en inglés fue novedoso, aunque la ilusión de que los programas fueran leídos por los directivos de las empresas nunca se cumplió.

Miremos una muestra de las instrucciones de COBOL que dejan ver claras estas intenciones:

• OPEN INPUT NOMINA, OUTPUT RESULTADOS

• READ INFORMACION—DE-NOMINA AT END GO TO FINAL


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Parte 4 - Personas

• ADD DEDUCCION-DE-IMPUESTOS, DEDUCCION-DE-HOSPITA-LIZACION GIVING TOTAL-DE-DEDUCCIONES

• SUBTRACT TOTAL-DE-DEDUCCIONES FROM SALARIO GIVING PAGO-TOTAL

Las variables DEDUCCION-DE-IMPUESTOS, DEDUCCION-DE-HOSPITALIZACION y TOTAL-DE-DEDUCCIONES son parte de unas estructuras de datos que se expresan en ciertas secciones del progra-ma llamadas FILE-SECTION.

Durante los años 60, las grandes empresas crearon sus sistemas de información usando este lenguaje, de tal manera que, aún hoy en día, son muchas las empresas que trabajan en COBOL, debido a que los cambios de lenguajes en grandes sistemas son complejos ymás vale la seguridad que los riesgos en estas migraciones.

El famoso Y2K, que creó tanta angustia empresarial en el año 2000, se debió a que los programadores crearon las estructuras de los datos de fechas con solo dos dígitos para el año y, por lo tanto, con el cambio de siglo los algoritmos que involucraban fechas iban a crear serios problemas en los resultados.

Hay muchas historias alrededor de las viejas épocas de la pro-gramación. Una de ellas la viví siendo director del Centro de Cómputo de las empresas de Energía Eléctrica y de Acueducto de Bogotá, por allá en 1977. Allí teníamos un gran computador de la serie IBM 360, que ocupaba unos 90 metros cuadrados de área, 15 operadores y usábamos tarjetas perforadas. En una ocasión en que se hizo un cambio de zonificación de Bogotá, se trasladaron las direcciones del formato alfanumérico de origen a la nueva dirección. La inclusión de una instrucción de COBOL que pasaba los campos en blanco de los datos numéricos a ceros se incluyó, equivocadamente, en los datos de las nuevas direcciones, de tal manera que después de días y noches de procesamiento de miles de datos nos dimos cuenta de que estaban saliendo direcciones como Calle 100000 Número 23-4000000.


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Pero no le echemos la culpa al COBOL, pues se trata de errores que, como el del Y2K, son fallas humanas en la programación de computadores. Son tales fallas las que hacen tan peligrosa la inge-niería de software por su dependencia humana. Más bien, debemos agradecerle a Grace Murray Hopper su innovación porque de ahí se desprendió toda una carrera de los lenguajes de programación.


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Ingeniero ético: la responsabilidad por el otro

Septiembre de 2014

Con el nombre de Ingeniero ético, la Asociación Colombiana de Ingenieros —ACIEM— creó en el 2013 la Comisión de Ética con el deseo de lograr un cubrimiento nacional para hacer reaccionar a Colombia ante los problemas de inmoralidad y de falta de ética de que somos testigos en la vida cotidiana.

Esta es una de las muchas maneras como la ACIEM se hace presente en la práctica de la ingeniería colombiana, como se observa en la conformación de las diversas comisiones de alto nivel que traba-jan en asuntos que competen a nuestras profesiones. Las comisiones que trabajan hoy son: Energía, Electrónica y Telecomunicaciones, Aeronáutica-Aeroespacial, Gestión de Activos y Mantenimiento, Regla-mentos Técnicos de Construcción, Integración y Promoción profesio-nal, Infraestructura y Transporte, Promoción y Desarrollo Empresarial; Televisión, y Ética.


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La creación del Comité de Ética se fundamentó en la preo-cupación acerca de los permanentes casos de corrupción que se han convertido en noticia cotidiana y que parecerían no conmover a la ciudadanía debido a que son acciones repetitivas. Esta inquietud de la ACIEM partió de la pregunta: ¿Cómo salvaguardar el ejercicio ético de los profesionales de las diferentes ingenierías? Si bien el centro del trabajo es la ingeniería, la Asociación reconoce que la ética se fundamenta en conceptos universales que permean a los ámbitos personal, profesional, cívico y empresarial en términos generales.

La ACIEM quiere aprovechar sus fortalezas para generar im-pacto y promover la reflexión sobre este tema entre los ingenieros colombianos y en la ciudadanía en general. Algunos aspectos que hacen de la ACIEM una entidad idónea para esta tarea son su co-bertura; la influencia sobre el gremio de los ingenieros colombianos; su identidad como entidad consultora del Gobierno Nacional para los asuntos relacionados con las ingenierías, que le permite influir en algunos aspectos de las políticas de Estado; los 12 000 afiliados en todo el país; los 150 Ingenieros que participan en las 10 comisiones ya mencionadas, y sus 57 años de existencia.

La Comisión de Ética está conformada por los directores de las demás comisiones, un delegado del Consejo Profesional Nacional y de Cundinamarca, un delegado del Tribunal de Honor y otros miembros de la ACIEM. Se cuenta con el apoyo de las siete redes académicas universitarias que conforman los programas de ingenierías de siste-mas, civil, industrial, electrónica, mecatrónica, mecánica y eléctrica, que serán multiplicadores en la formación ética de sus estudiantes.

Para darle a esta iniciativa una fuerza operativa práctica y ejecutora se ha creado una subcomisión que se reúne todos los lunesdel año de 7 a.m. a 9 a.m. Además de los ingenieros que la componen, esta subcomisión es apoyada por dos filósofos, que son parte de la


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Parte 4 - Personas

Especialización de Ética de UNIMINUTO. El propósito es influir para que cada colombiano establezca un manifiesto personal que lo lleve a hacer reflexiones morales antes de actuar en su vida cotidiana.

Hay una idea que ya está siendo implementada y aprovechamos para invitar a los lectores de esta columna a unírsenos para aplicarla en su entorno. Se trata de que, en toda junta directiva, consejo académico, reunión familiar y demás encuentros grupales se ins-tauren 5 o 10 minutos de reflexión ética, durante los cuales alguno de los participantes, de manera libre, plantee un asunto que merezca ser analizado. Esto, con el fin de ir creando la disciplina de pensar éticamente en todos los aspectos de la vida.

Una pregunta que se puede plantear una persona es: ¿Cómo debo pensar para lograr tener una actitud ética? Tal cuestionamien-to puede abordarse de muchas maneras. Una de ellas la muestra Aristóteles en su Ética Nicomaquea, así como lo hacen muchos pen-sadores desde la Antigüedad hasta nuestros tiempos. Pero tratando de concentrarnos en una manera de pensar éticamente, nos permitimos traer el planteamiento del lituano Emmanuel Levinas que vivió entre 1906 y 1995.

Este filósofo, en su obra Ética e infinito (2002), centró sus puntos de vista en la responsabilidad que tenemos con aquellos que están a nuestro lado, en lo que se ha acuñado como la responsabilidad por el otro. Dice Levinas que basta con mirar los ojos del otro para que se establezca una responsabilidad mía por él. Ante la pregunta de si el otro debe, entonces, devolver esa responsabilidad, Levinas (2002) responde que no:

[...] desde el momento en que el otro me mira, yo soy responsable de él sin ni siquiera tener que tomar responsabilidades en relación con él; su responsabilidad me incumbe [...] ¿Pero el otro no es también responsable con respecto a mí? [...] Puede ser, pero esto no es asunto


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suyo [...] la relación íntersubjetiva es una relación asimétrica. En este sentido, yo soy responsable del otro, sin esperar la recíproca, aunque ello me cueste la vida. La recíproca es asunto suyo. Precisamente, en la medida en que entre el otro y yo la relación no es recíproca, yo soy sujeción al otro; y soy “sujeto” esencialmente en este sentido. (pp. 79-81).

Para los ingenieros, este pensamiento se acopla perfectamente, puesto que lo que hacemos siempre está dirigido hacia los demás. Los invitamos a entrar al portal del ingeniero ético en http://aciem.org/home/index.php/aciem/etica-en-ingenieria


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Capitulo

“Lo más importante en informática son…

las personas”, Alan Turing¿Podrán pensar las máquinas?

Mayo de 2015

Alan Turing (1912-1954) es considerado el padre de la actual ciencia de los computadores y se le conoce por haber diseñado una máquina con pretensiones de que fuera universal para desencriptar los códigos de los alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Por ser un trabajo secreto, este matemático, lógico, criptógrafo, informático y teórico solo se vino a conocer cuando ya la Segunda Guerra pasó a ser del orden de la historia.

La editorial Elsevier, en el 2013, publicó un libro de más de 900 páginas titulado Alan Turing: His work and impact, editado por S. Barry Cooper de la Universidad de Leeds (Reino Unido), y Jan Van Leeuwen de la Universidad de Utrecht (Países Bajos) (Cooper, 2013, 551-568), con opiniones de 70 especialistas sobre temas que Turing trabajó como pensador y científico de la computación.


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En uno de sus artículos, titulado “Computing Machinery and Intelligence”, ‘Máquinas de computación e inteligencia’ (pp. 551-568), Turing se pregunta: ¿Las máquinas pueden pensar?, pero hace un viraje proponiendo los “juegos de imitación” que comparan las respuestas de una persona con las de una máquina para medir el nivel de aciertos del uno y del otro. Turing pensaba que en 50 años los programadores de computadores podrían diseñar un juego de imitación con un número de respuestas parecidas entre hombre y máquina, si se incrementaran las capacidades de almacenamiento. La pregunta dio pie para una serie de objeciones que contestó en el artículo mencionado. Veamos algunas:

Ante la objeción teológica que considera que Dios les dio a los hombres un alma inmortal y no a los animales ni a las máquinas y, por lo tanto, ninguno de estos puede pensar, Turing recordó a Copérnico y afirmó no tener la intención de ser irreverente usurpando el poder de Dios para crear almas. Los asuntos relacionados con la fe y la razón, el cuerpo y el alma son complejos. Descartes llegó a decir que el cuerpo y el alma se unían por la hipófisis, idea que después fue criticada por otros pensadores. Otros consideran la idea de crear máquinas pensantes como desastrosa. Turing opina que pensar es una capacidad muy humana y que, a pesar de los esfuerzos para hacerlo con la máquina, el hombre seguirá siendo superior.

Como las matemáticas discretas son un elemento fundamental para la programación de los computadores, se objetaron las limita-ciones de las máquinas discretas, en el entendido de que un proceso discreto es aquel que va de un estado A a uno B, en un número finito de iteraciones. Esta discusión pone a todos, según Turing, en el mismo terreno, con lo cual se facilita llegar a un acuerdo cercano. Sin embar-go, la discusión es más compleja cuando se incluye el comportamiento continuo del sistema nervioso. Turing insiste en defender el concep-to del juego de la imitación como una forma de simularlo.


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Parte 4 - Personas

A los aspectos de la conciencia, en el sentido de que no sería posible igualar el cerebro humano a una máquina mientras esta no pueda escribir un soneto basado en emociones; no sepa qué es lo que está escribiendo; no pueda sentir, placer, tristeza, sentimientos de miseria por los errores cometidos o sensaciones de hambre o de-presión cuando no consigue lo que se quiere, Turing se defiende diciendo que es una objeción extrema, y casi un misterio del que ni siquiera se sabe, en donde está localizada la conciencia.

Las máquinas tienen limitaciones, en cuanto a tener iniciativas o sentido del humor, diferenciar lo correcto de lo erróneo, cometer errores, enamorarse, gozar de unas frutas con crema, aprender de la experiencia, usar palabras apropiadas y otras cosas más. Al respecto, Turing arguye que las máquinas se construyen para propósitos muy específicos y que la generalización de aptitudes es una cuestión similar a la conciencia y vuelve a comentar la necesidad de fortalecer las capacidades de cómputo, como el espacio de almacenamiento, por ejemplo.

Lady Lovelace (1815-1852), considerada la primera progra-madora sobre la máquina analítica de Charles Babbage, había ya objetado que solo se le puede indicar a la máquina lo que uno quiere que haga. Sin embargo, la algoritmia ha avanzado hasta conseguir más cosas, como hacer a las máquinas capaces de “aprender”; por eso Tuning defiende la posibilidad de que estas puedan dar sorpre-sas y crear cosas nuevas. La informalidad del comportamiento hace imposible predecir cómo va a actuar una persona en circunstancias que estén fuera de las normas conforme a las cuales se actúa en la vida normal. Turing separa conceptualmente las reglas de conducta de las reglas de comportamiento y dice que una máquina discreta puede llegar a predecir comportamientos, así sea en cientos de años de iteraciones.


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Finalmente, sobre los aspectos de percepción extrasensorial como la telepatía, la clarividencia, el preconocimiento y la psicoquinesia, Turing responde comparando estas capacidades con las que tiene una máquina basada en la generación de números aleatorios ante una serie de preguntas. Parece indicar la presencia de la probabilidad matemática en lo relacionado con predicciones.


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Capitulo

Los grandes en informática son las personas:

Gary Kildall

Mayo de 2016

Aprovechando que los Sistemas Operacionales cumplieron 50 años, nos hemos permitido hablar de estas plataformas y de alguien que, por una mala disposición de su parte, no fue el personaje mun-dial de más alta importancia como estaba predeterminado serlo. Se trata de Gary Kildall (Kildall, 2016).

Los Sistemas Operacionales han tenido un papel de gran importancia, pues sin ellos nada sería posible en el uso de los com-putadores. Hoy, gracias a su alto nivel de desarrollo, ni siquiera pensamos en ellos cuando prendemos un computador, como sucede cuando prendemos la luz de la casa o abrimos el grifo del agua. La investigación comenzó en los años 50, pero solo en 1965 –aproximadamente– se vino a consolidar su existencia para el uso de los mainframes.


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Entre 1950 y 1960, predominaron los sistemas en batch, palabra que significaba que los programas se ejecutaban de uno en uno, de tal manera que el programa en ejecución ocupaba toda la máquina y los demás deberían esperar su turno. A eso se le denominaba modo monousuario.

Ente 1960 y 1975, comenzaron a aparecer los sistemas multi-usuarios que permitían que varios programas se ejecutaran al mismo tiempo, compartiendo los recursos de la máquina, y mayor eficiencia gracias al manejo de colas de ejecución en tiempos compartidos y de los algoritmos implementados en los sistemas operacionales. De 1975 a 2005, aparecieron los sistemas de escritorio para el manejo de aplicaciones de oficina y en 2005 se inició la nueva era de la computación en la nube.

Una época de gran importancia fue la década de 1960, cuando vimos emerger nuevas tecnologías en los sistemas operacionales, como fueron el DOS (no el de los micros sino en los mainframes) y el OS, en equipos como el IBM 360, que fueron verdaderos pioneros de estas tecnologías y precursores del computador IBM 370, del cual se desprendió toda la tecnología de la virtualización de servidores que hoy es la base de la computación en la nube.

Con la aparición de los microcomputadores en 1980, ya existían currículos en las universidades norteamericanas, en las cuales se incluía el estudio de los sistemas operacionales y se estimulaba su desarrollo, dando así origen a la aparición de muchos de ellos en las diferentes marcas de micros. El primer autor en dar un golpe a la universalización de estas plataformas fue Gary Kildall, que ya en 1981 había logrado que su sistema operacional, llamado CP/M, se ejecutara en casi cualquiera de los micros de esa época. Eso fue antes del DOS de Microsoft y hay una historia que cuenta que él fue el escogido por la IBM para poner su sistema en el PC, pero por un trato desobligante de Kildall, fue rechazado para esa misión.


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Parte 4 - Personas

Quien vino a manejar bien ese inicio del PC y a ser el beneficiario de esa oportunidad, fue Bill Gates, con su DOS, que en realidad fue desarrollado por Tim Paterson.

Tuve la oportunidad de ser alumno de Gary Kildall en Digital Research, una empresa que quedaba en pueblito de pintores al sur de California llamado Pacific Grove. Fue en un curso que dictó en 1981 sobre el desarrollo de BIOS (Basic Input Output System) multiusuario para crear otra versión del CP/M con características multiusuarias que se llamaría MP/M, cuyo desarrollo utilizaba el lenguaje assembler.

Cabe recordar que estos sistemas operacionales se basaron en Unix, un sistema desarrollado en 1969 por Dennis Ritchie, Ken Thompson y Douglas McIlroy que conformó, hasta el año 2000, una de las comunidades académicas más fuertes, técnicamente hablando, cuyo carisma vino a fortalecer lo que sucedió después con la apari-ción del licenciamiento GPL de Richard Stallman y el núcleo de Linux de Linus Torvals en 1991. Entre 1983 y 2000 era usual que viajá-ramos anualmente a la Universidad de Santa Cruz en California a estudiar las nuevas versiones de Unix.

Sobre Kildall, Wikipedia cuenta que:

En 1980, IBM se acercó a Digital Research buscando una versión del CP/M para su próxima computadora personal. Según cuenta la le-yenda, Kildall dejó esperando a los hombres de IBM varias horas para volar en su avioneta. Esta leyenda, aunque popular, no es considerada verdadera, ya que era Dorothy, la esposa de Kildall, quien manejaba las transacciones comerciales. Otra historia dice que IBM quería que Dorothy firmara su acuerdo de no divulgación estándar, que ella con-sideraba muy limitante. IBM volvió para hablar con Microsoft y Bill Gates vio la oportunidad comercial de su vida. Obtuvo los derechos para un clon de CP/M llamado QDOS (por Quick and Dirty Operating System) escrito por Tim Paterson de Seattle Computer, se lo licenció a IBM, y así nació el MS-DOS/PC-DOS.


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Más tarde, la IBM descubrió que el sistema operativo de Gates podría haber infringido el copyright de CP/M; se contactó con Kildall, y acordaron que éste no les llevaría a juicio a cambio de que junto con el PC-DOS se vendiera el CP/M. El precio fijado era de 250 dólares para el CP/M y 40 dólares para el PC-DOS. La decisión de usar el sistema operativo de Microsoft fue el principio del fin de Digital Research, como el mayor productor mundial de software para microcompu-tadora. (Gary Kildall, 2016).

Kildall se sumió en la tristeza y murió en 1994 casi como un desconocido.


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PARTE 5POLÍTICA


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El gran ausente

Octubre de 2014

Me referiré a un tema relacionado con el gobierno en el área educativa, relacionado con la formación de ingenieros de sistemas, para señalar al gran ausente en el esfuerzo por incentivar el estudio de esta carrera tan fundamental para todo país. Se trata del Minis-terio de Educación Nacional.

El grupo que más trabaja al respecto a nivel de política nacionales la Red de Programas de Ingeniería de Sistemas —REDIS—, que, como una muestra de su trabajo permanente, lleva ya 140 reunio-nes, con la participación de las 20 universidades bogotanas que la componen y se está preparando el quinto encuentro nacional de la red con más de 80 universidades y se han escrito ya cuatro publicaciones que recopilan las contribuciones de sus miembros.

Los temas que se tratan se relacionan con la prospectiva de esta ingeniería, debido a los cambios tan fundamentales de las tecnologías informáticas que hoy en día incluyen varios aspectos del conocimien-to: la electrónica, la computación en la nube, la característica remota


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de los dispositivos que nos hace hablar del internet de las cosas, el Big Data, los sensores para las ciudades inteligentes, la robótica, la automatización y otros aspectos que impactan la formación de estos profesionales.

Hay una tendencia hacia el estudio de otras carreras, a pesar de la gran importancia del manejo de las nuevas tecnologías, de donde viene la mayoría de la innovación en estas épocas globalizadas. Por esa razón, en REDIS nos hemos interesado por intervenir en la enseñanza de las nuevas tecnologías en los colegios.

Los motivos de esas tendencias no son claros, pero hago refe-rencia a uno de mis escritos en una de las publicaciones de REDIS, en la cual consignamos nuestras ideas sobre los temas que nos preocupan. Allí, bajo el título Entre el saber hacer y el saber dirigir en ambientes verticales, analizo la estratificación social del país, en donde el hacer es visto como oficio y esto no atrae a muchos de los estudiantes. Además, hay confusión al creer que la ingeniería de sistemas se basa en solo el manejo de herramientas, cuando hoy suinfluencia es tan alta que para la administración de las grandes em-presas han emergido mejores prácticas como el Marco de Referencia de Arquitectura empresarial de The Open Group —TOGAF—, la Arquitectura orientada a servicios —SOA—, la Biblioteca de Informa-ción Tecnológica e Infraestructura —ITIL—, los Objetivos de Control para Información Tecnológica —COBIT—. Es claro que hoy en día no es posible manejar una empresa sin la participación de los ingenieros de sistemas para garantizar la gobernabilidad y la adecuada esco-gencia e implementación de los estándares tecnológicos.

Tenemos críticas en cuanto a la deficiente formación en tecnologías de la información y las comunicaciones —TIC— en los colegios, que aun sabiendo que allí están los futuros talentos no los incentivan.


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Parte 5 - Política

Las TIC nacen de procesos de investigación y de conocimientos adquiridos. Con el apoyo de la industria, estas tecnologías convierten dichos conocimientos en commodities, es decir en cosas que usamos como los celulares, las tabletas, los smartphones y demás disposi-tivos cuya industrialización es manejada por las multinacionales especialmente. Por otro lado, con el uso cotidiano de las redes sociales, en un país consumidor como el nuestro, no se incentivan suficientemente las habilidades para crear tecnologías y esto hace pensar a los estudiantes de los colegios que ya lo saben todo. En general, los planes de estudio en materia de TIC en los colegios no van más allá de enseñar a utilizar aparatos y herramientas, dejan-do a un lado la creatividad, que bien podría estimularse mediante la enseñanza de la programación de computadores y promoviendo el uso de robots y sensores, con los cuales se puede interesar a los estudiantes para que vean en la ingeniería de sistemas una opción muy importante para el desarrollo de las personas y del país.

Un cambio de esta magnitud le compete al Ministerio de Edu-cación, entidad que debe influir de manera positiva, en conjunto con las universidades, sobre los colegios para fomentar una enseñanza más pertinente de las tecnologías y que estas sean vistas, no solo como el uso de juguetes tecnológicos, sino como un elemento que puede contribuir a un mejor manejo de las empresas, la educación, la industria, la medicina, el agro y muchas más actividades benefi-ciosas para la vida de nuestro país; más aún, si se tiene en cuenta que no hay casi actividades en las que estas no se necesiten.

Y ¿qué ha sucedido con el Ministerio de Educación? En una palabra, nada. En la gestión ministerial que acaba de terminar fue imposible que la ministra recibiera a los decanos y directores de los programas de ingeniería de sistemas, por desconocimiento de la importancia de lo que aquí hemos esbozado. Es sorprendente que siempre nos enviaran a hablar con los técnicos mas no con los


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pedagogos, lo cual indica una falta total de entendimiento al respecto, en un momento en que el mundo se mueve con estas tecnologías, casi siempre mal usadas o con sus propósitos trastocados.

Hace unos años creamos, entre todas las universidades que conforman la REDIS, una obra multimedial en la cual, desde la idea de que un día se fueran de vacaciones todos los ingenieros de sistemas del mundo (metáfora, al fin y al cabo), se hizo evidente la importancia de los ingenieros de sistemas, lo cual no constituye ninguna novedad, pues ¿qué haría el mundo sin telecomunicaciones, sin servidores, sin software y demás elementos indispensables para la vida humana? Siendo así, ¿cómo no ve la importancia de esta profesión una entidad como el Ministerio de Educación?


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Capitulo

Poder no es tener información, es compartirla

Septiembre de 2015

Al pensar en las telecomunicaciones quisimos recordar una experiencia con Vinton Cerf, uno de los padres de Internet y dise-ñador del protocolo TCP/IP, a quien le escuchamos la frase “Poder no es tener información, es compartirla”. En 2009, tuvimos un encuentro con él en las oficinas de la Asociación Colombiana de Ingenieros de Sistemas —ACIS— en compañía de los decanos y directores de Ingeniería de Sistemas de Bogotá, miembros de la Red de Programas de Ingeniería de Sistemas —REDIS—. Fue una reunión organizada con Google en la primera y única visita que Cerf ha hecho a nuestro país para encontrarse con la ministra de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) de esa época, María del Rosario Guerra. (Quienes tengan curiosidad de ver ese encuentro pueden hacerlo a través de Google, mediante los términos de búsqueda: “Vinton Cerf Acis” o en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=0DSW9rtPZkQ).


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Era de esperarse que gran parte de la sesión se dedicara al tema de las telecomunicaciones y, en este caso, a Internet. Por esos días, estábamos comenzando a trabajar, por primera vez en Colombia, en la promoción del protocolo IPV6, a raíz de una solicitud que nos hizo la Ministra y que terminó en un evento internacional que orga-nizamos con el Servicio Nacional de Aprendizaje —Sena—, el Mi-nisterio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, la Asociación Colombiana de Ingenieros de Sistemas —ACIS—, la Red de Programas de Ingenieros de Sistemas —REDIS— y la Red Nacional Académica de Tecnología Avanzada —Renata—.

Una pregunta obligada para Cerf era: ¿Por qué la capacidad de direcciones del IPV4, supuestamente grande, se está saturando a tal grado que haya sido necesario crear otro protocolo como el IPV6? Escuchar la respuesta del propio diseñador, que en la década de 1970 era profesor de Stanford, no deja de ser impactante; sobre todo, cuando reconoce que fue un error de diseño de su parte, excusable al conocer la historia. Ellos, en realidad, estaban trabajando en algo experimental, no en un proyecto terminal, y con los primeros resultados decidieron compartir el desarrollo de este protocolo con otras universidades y, cuando menos se dieron cuenta, el TCP/IP, es decir Internet, había sido adoptado a nivel mundial por parte de los mismos usuarios a medida que se fue extendiendo el conocimiento sobre sus servicios, como el correo electrónico, por ejemplo.

En esa reunión, insistió todo el tiempo en la necesidad de que las universidades investigáramos sobre temas que aún no se han trabajado, como un aporte a la humanidad. También, para crear comercio a través del conocimiento y, como ejemplo, nos contó sobre los trabajos que en ese entonces adelantaba con la Nasa para el di-seño del internet interespacial, en los cuales estaban superando los problemas propios de la velocidad con que viaja la información, sus relaciones con la velocidad de la luz, los problemas de las curvaturas


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Parte 5 - Política

de los planetas, que hacen que, en sus rotaciones, se pierdan los puntos focales de comunicación, y otro tipo de problemáticas que se dan aun en la tierra.

Cuando se llevó a cabo este encuentro, no se hablaba del internet de las cosas (IoT, siglas de su denominación en inglés: internet of things), pero él ya estaba previniendo sobre esta proliferación de sensores en todo tipo de dispositivos. Como ejemplo, nos habló de su casa domotizada, en la cual controlaba la temperatura de sus cuartos, en especial la de su cava de vinos que debía tener unas temperaturas y una humedad específicas, y comentó que en una ocasión por un daño del sensor comenzó a recibir mensajes cada 5 minutos a su celular sobre el aumento de temperatura de su cava. Esto ayudó para crear aplicaciones que permitieran encender de nuevo, de manera remota, los sensores apagados. Naturalmente esta experiencia, algo doméstica, ayudaba a mejorar la fabricación de estos sensores que se usaban en situaciones de más alto rango de pertinencia que el del ejemplo.

Con buen humor, comentaba que incluso se podría controlar el robo de una botella de vino colocando sensores en ella, pero con el riesgo de tener un hueco de seguridad en el caso de que el ladrón se tomara el vino ahí mismo y volviera a dejar la botella.

Hablamos ese día del problema de la escasa financiación para la investigación en nuestro país; de la problemática que significa ser un país consumidor de tecnología, en lugar de ser un país pro-ductor; de la ignorancia de nuestros dirigentes en estos asuntos, lo cual no permite crear estrategias de avanzada para que el país avance, no solo respecto a la compra de tecnología, sino en cuanto a su creación y exportación.

El problema de la investigación en Colombia aún está vigente y tal vez es más grave ahora que el Gobierno quiere bajar los presupuestos de Colciencias y por la falta de políticas claras con


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respecto de las mediciones de la calidad de la investigación que, en nuestro concepto, debe dirigirse más a medir el impacto en el entorno y no solo la cantidad de publicaciones. Este tema lo trataremos en la Cumbre Líderes por la Educación en el mes de septiembre, a donde hemos sido invitados como ponentes.

La experiencia con uno de los pioneros más importantes del mundo en estas tecnologías de punta nos dejó muchas inquietudes sobre nuestro papel como ingenieros de sistemas y sobre el futuro de la investigación en el país, que no mejorará mientras no haya políti-cas agresivas de parte del Gobierno para incentivarla y ojalá liberarla de asuntos de orden político.


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Cumbre para la educación

Octubre de 2015

El 2 y el 3 de septiembre de 2015, la Revista Semana organizó la Cumbre Líderes por la Educación, en la que reunió a algunos de los principales actores nacionales e internacionales para debatir sobre el camino que se debe seguir en Colombia para mejorar su sistema educativo.

Debemos felicitar a Semana por este evento que permitió deba-tir, proponer y compartir ideas que, en suma, ayudarán a mejorar la educación en Colombia.

Fui invitado para participar como ponente, en calidad de decano de la Facultad de Ingeniería de UNIMINUTO, en compañía de Yaneth Giha, directora de Colciencias; Nohora Elizabeth Hoyos, presidenta ejecutiva de Maloka; Marina Camargo Abello, directora del doctora-do en Educación de la Universidad de la Sabana; Rodrigo Arboleda,


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consultor senior internacional en Educación y Tecnología, egresado del Instituto Tecnológico de Massachusetts —MIT—, y Dino Segura, director de la Escuela Pedagógica Experimental.

El tema propuesto en esta mesa fue sobre las últimas tendencias del impacto de la ciencia en la vida cotidiana de la gente y ¿cómo la ciencia y las tecnologías pueden colaborar en los procesos de educación?, ¿para qué la educación en ciencia y tecnología?

Siguiendo la línea de lo que hemos venido escribiendo en esta columna, hice referencia al grupo de Ciencias para la Vida de UNIMINUTO, en el cual hemos reflexionado de manera individual, y en algunas ocasiones en grupo, sobre la influencia de la tecnología en la vida del ser humano hoy.

Lo primero que propuse fue la importancia de tener cierta mali-cia con respecto del uso de las nuevas tecnologías que, al ser usadas de manera corporativa, e incluso en forma masiva por la sociedad, tienen aspectos que se deben contemplar en asuntos de seguridad nacional y de seguridad ciudadana.

Es el caso de la nube abierta, cuyos datos residen en servidores de otros países, recordé cómo en el 2012, debido al rechazo generado por las leyes PIPA y SOPA para restringir el uso de Internet en los Estados Unidos, Google (Gmail), Facebook, Twitter y Wikipedia amenazaron con cerrar por un día sus servicios. La pregunta que nos hacemos es: ¿Qué sucedería si eso ocurre por decisiones de orden político en los países dueños de esas plataformas? Ante lo que está sucediendo hoy, por ejemplo, en las fronteras entre países: uno que las cierra, sin ningún recato ni respeto por los derechos humanos, y en el otro un candidato a la presidencia que propone construir una muralla para separar la frontera de los Estados Unidos con México, ¿no cobra valor la posibilidad de que las tecnologías de la nube abierta se cerraran un día por asuntos políticos?


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Parte 5 - Política

Del Big Data debemos analizar la posibilidad de leer información no estructurada que va a permitir el acceso a lo que hemos llamado el ADN virtual de las personas, es decir, todo aquello que de nosotros aparece en la web, haciendo creer que es posible determinar asuntos como ¿quién es usted?

Se habla, también ya, de la posibilidad de aplicar la Gestalt en la interpretación de los gestos para determinar la personalidad de alguien. Todo ello pone en nuestras manos la responsabilidad ética de lo que decidamos hacer con estas tecnologías. Menciono dos artículos recientes, titulados “Computationally Modeling Human Emotion” (Marsella & Gratch, 2014) y “Using Rhetorical Structure in Sentiment Analysis” (Hogenboom, Frasincar, De Jong, & Kaymak, 2015), que sugieren por dónde están las cosas.

Hice también referencia a las aplicaciones estadísticas que miden el mundo en nanosegundos, las cuales permitirán tomar decisiones mediante el análisis de las variaciones de los datos de manera instantánea y averiguar los cambios que ha habido en el mundo, en lapsos de segundos, en asuntos como la población mundial, na-cimientos, muertes, fabricación de automóviles y bicicletas, libros publicados, entrada a blogs, tweets, búsquedas en Google, emisiones de CO2, personas que pasaron a ser obesas, muertes por hambre, días para que se acabe el petróleo, muertes por cáncer o VIH, cigarrillos fumados, muertes por fumar o por ingerir alcohol o accidentes de automóviles. En este caso se puede percibir la utilidad, pero vale preguntarnos: ¿Cómo influirá esto en la toma de decisiones a nivel político, por ejemplo?

En cuanto al internet de las cosas mencioné un artículo que cita a Vinton Cerf, el padre de Internet, que dice “'Sometimes I'm terrified of the internet of things” (Noyes, 2015), lo que nos confirma la importancia de ver los peligros en un mundo en el cual habrá billones de aparatos conectados a la web en el 2020, con influencia


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en aspectos como las infraestructuras de los países o la medicina, que comprometen vidas humanas por las prótesis que usan software para su reconfiguración.

Finalmente, expusimos algunos aspectos sobre la no linealidad de la educación (Hurlburt, Voas, Miller, Laplante, & Michael, 2010) y el riesgo que implica medir la calidad de la investigación solo por las estadísticas del número de publicaciones (Parnas, 2007), dejando así de lado los proyectos que realmente impactan la sociedad que nos rodea.

En el artículo publicado en la revista Computer del IEEE, titulado “A Nonlinear Perspective on Higher Education” (Hulrburt, 2010) se afirma al respecto que: “Para su perjuicio, las instituciones académicas son cada vez más conectadas, con campos disciplinarios muy especializados, a menudo perdiendo contacto con las realidades sociales culturales y naturales emergentes” (Hulrburt et al., 2010). Falta una gota de agua para que se rebase el vaso y se pierda la estabilidad y haya un colapso.


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Sobre la seguridad nacional

Septiembre de 2016

Desde hace cuatro años el Estado colombiano ha venido de-sarrollando el Conpes para la seguridad informática de Colombia en reuniones periódicas de expertos nacionales e internacionales y la colaboración activa de la OEA. Las primeras recomendaciones fueron publicadas por la OEA en su sitio de Internet: http://www.oas.org/es/centronoticias/comunicado_prensa.asp?sCodigo=C-196/14

Esta experiencia nos ha obligado a pensar en muchos aspectos de la seguridad, a sabiendas de que es un tema prácticamente ilimitado.

En agosto de 2014, escribimos sobre las “Comunicaciones ocultas y peligrosas en esteganografía”, el mecanismo utilizado por los terroristas de las Torres Gemelas, consistente en ocultar los datos dentro de objetos virtuales gráficos, lo que abrió los ojos de Estados Unidos para crear el gran centro de datos de Utah, en donde se escudriña la información que pasa por los servidores de los Estados Unidos como un recurso de seguridad nacional.


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A ello se suma la amenaza de cierre por un día de Google, Wikipedia y Facebook en el 2008 para contrarrestar las leyes PIPA y SOPA presentadas en el Congreso de los Estados Unidos para posible control de Internet, que nos abrió los ojos ante el hecho de que los contenidos que ponemos en la nube abierta se encuentran en servidores de otro país, los Estados Unidos en este caso, lo que atentaría contra la seguridad nacional en un caso hipotético de cierre de estos servicios por diferencias de tipo político. Estas preven-ciones pueden parecer irreales; pero, si hoy en día un candidato a la presidencia de los Estados Unidos propone hacer un muro con la frontera de su país vecino, ¿no es entonces posible una decisión del estilo mencionado?

Otro hecho que preocupa es el caso de Brasil, que ha cerrado en tres ocasiones Whatsapp por razones de control político, lo cual es una clara intervención sobre los ciudadanos, y también nos pre-viene sobre el uso de la tecnología como arma de control político en un país.

En noviembre del 2015, escribimos una columna sobre “Ciberguerra: la ‘moralidad’ de la guerra en línea”, en la que hacía-mos referencia a los acuerdos, aún no legalizados, sobre los derechos humanos en los casos de ataques cibernéticos bajo situaciones de guerra entre países. Anotábamos la influencia, en este tipo de guerras, de los hackers que, de manera individual y aun fuera del dominio del Estado, se convierten en participantes sustanciales y peligrosos para el país contrario.

En casos de conflictos, se hace necesario pensar en ciberdefensa, sobre la cual ya existe una maestría de la Escuela Superior de Guerra, cuyo objetivo es:

Formar un magíster en ciberseguridad y ciberdefensa, a través de un programa que integre conceptos, prácticas, y procedimientos pro-pios de la seguridad de la información, las telecomunicaciones y el


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Parte 5 - Política

riesgo operacional; capaz de formular políticas, diseñar estrategias, tomar decisiones y gestionar conocimiento propio, para garantizar el cumplimiento de la misión de una organización y su resiliencia.

En mayo de este año fuimos invitados por la Armada Nacional al primer Congreso Internacional de Ciberseguridad y Ciberdefensa en el que se trataron temas como: el ransomware, para evitar ser un rehén en la web; el paradigma de la ciberseguridad orientado a la de-fensa nacional; los riesgos de ataques a la infraestructura crítica del país; el estado de madurez de los controles de seguridad en América Latina; las modalidades de los ataques; el rol de las redes sociales, y las amenazas avanzadas.

Por estos días, recibí un documento editado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que se titula Experiencias avan-zadas en políticas y prácticas de ciberseguridad, (Bid, 2016) en donde se presenta el panorama general de Estonia, Israel, República de Corea y Estados Unidos (Lewis, 2016), que hará parte de toda esa información que nos alimenta para continuar trabajando en estos temas de tanta importancia para la nación.

Finalmente, en el 2015, fuimos invitados en representación de Colombia —como UNIMINUTO— por el Gobierno Coreano, a Seúl, en compañía de representantes de varios países como Moldavia, Birmania (Myanmar) y Vietnam para prepararnos en la recepción de una donación, con el fin de crear un centro de formación ciudadana llamado IAC —Innformation Access Center—; allí tuvimos la ex-periencia de conocer sus planes de seguridad informática que, en resumen, muestran un país preocupado por el tema, no solo a nivel del gobierno, sino de la ciudadanía.

Es plausible que el Gobierno colombiano ya esté trabajando de manera seria hacia establecer una política en este campo, lo que nos crea una responsabilidad para que, en las universidades, en las empresas y en la mente de los ciudadanos se cree la preocupación sobre estas cuestiones que, en general, no son tenidas en cuenta.


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Cuando el internet de las cosas llene al mundo de sensores que se “hablan” entre sí y tomen decisiones de manera automática para manejar los dispositivos de nuestras ciudades, empresas, represas, hospitales, maquinaria y, en general, de la infraestructura nacional, deberíamos estar preparados para manejar los niveles de inseguri-dad que todo aquello traerá consigo.

Ya no solo tendremos que defendernos de nosotros mismos, sino también de nuestros propios inventos.


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PARTE 6SEGURIDAD


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Las “benditas” cookies

Enero de 2014

La seguridad informática, la privacidad, los ataques cibernéticos, el crimen por computador, entre otras, son cuestiones tan complejas, que hasta se han creado carreras profesionales para formar expertos en redes y seguridad informática. El riesgo, sin embargo, no atañe solo a las grandes empresas, sino también al ciudadano común, mucho más de lo que él se imagina.

El 19 de diciembre de 2013 el periódico El Tiempo recibió la visita de un experto israelí en ciberataques, catalogado como uno de los más versados en el mundo, quien afirma: “Estamos expuestos todos a ciberataques”.

En Colombia hay varios grupos trabajando en este sentido: Computerworld hace un foro anual sobre seguridad, cuyos resultados publica en la edición correspondiente; la Asociación Colombiana


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de Ingenieros de Sistemas —ACIS—, que cuenta con tres mil inge-nieros afiliados realiza las Jornadas de Seguridad; hay, además, especializaciones en seguridad informática en instituciones de edu-cación superior como la Universidad Piloto y la Universidad de los Andes y una tecnología en pregrado en la UNIMINUTO.

En esta columna hemos tratado el tema cerca de diez veces y, con seguridad, seguirá vigente, pues es casi imposible agotarlo. Hoy hablaremos de las cookies, esos pequeños espías que se encargan de dar a conocer lo que hacemos cuando navegamos en nuestros compu-tadores o dispositivos.

Uno se puede preguntar: ¿Por qué cuando entro a Amazon aparecen en mi navegador los productos de mi preferencia? Es como si la web conociera mis gustos. Y eso es exactamente lo que sucede, pues nosotros le hemos dado esa oportunidad a través de las cookies, que son parte de los navegadores de Internet. Aparecen como datos que se almacenan en las memorias del disco duro y que serán usados por el software remoto para evidenciar las tendencias de navega-ción con intenciones diversas. Lo que el usuario debe saber es que él mismo puede configurar el navegador para activar o desactivar esas opciones.

La idea viene de Netscape, uno de los navegadores líderes en el comienzo de Internet, al cual le debemos muchos de los estados del arte que usan hoy los más conocidos como Internet Explorer, Mozilla Firefox, Google Chrome, Opera, Safari, Seamonkey, entre otros. Uno de los fundadores, en 1994, fue el programador Louis J. Montulli II, conocido también por el desarrollo del navegador de texto Linx (1991-1992), en compañía de otros dos programadores llamados Michael Grobe y Charles Rezac. Montulli fue quien ideó el concepto de las cookies y, según Wikipedia, aparece como uno de los cinco miembros del salón de la fama de la World Wide Web.


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Parte 6 - Seguridad

Así como en nuestro artículo titulado “Big Data: La máquina para leer el pensamiento” hablábamos de los peligros éticos que trae la nube, así mismo hay consecuencias relacionadas con la privaci-dad, al permitir el uso de esta funcionalidad en los navegadores, que, si bien es una responsabilidad del usuario, también es cierto que en la mayoría de los casos hay desconocimiento.

En una ocasión, el Gobierno de los Estados Unidos decidió hacer una campaña antidrogas que le permitió, a través del uso de cookies, enterarse ilegalmente de las tendencias de consumo de los ciudadanos. Otro caso muy sonado es el de una joven que recibió un folleto que ofrecía cunas para bebé, lo que motivó a su padre a presentar una queja a la empresa vendedora, pues su niña era menor de edad. Cuando avanzó en sus quejas se descubrió que la niña estaba embarazada y fueron las cookies las que delataron su circunstancia, pues la información que aportaron a Internet indicaban que ella visitaba sitios que, en general, solo consultan mujeres embarazadas. Este caso aparece mencionado en el libro The Big Data Revolution, escrito por Jason Kolb y Jeremy Kolb (2013), como un ejemplo de las situaciones que se dan cuando se sobrepasa la privacidad del usuario.

Se sabe que la Unión Europea, en 2002, legisló algo sobre esto, pero, de todos modos, al existir mecanismos técnicos de control de la navegación, son reglas fácilmente transgredibles. Hay, por lo tanto, problemas éticos que hacen que un profesor de la Universidad de Nevada llamado Hal Berghel (2013) se refiera a las cookies como las “heces de la web”, término bastante duro, pero que él mismo considera caritativo, pues son, según él, “lo más peligroso a la salud digital, que nadie había podido predecir” (p. 104).

Uno de los mecanismos tecnológicos por los cuales se logra acti-var las cookies atañe al llamado CGI —Common Gateway Interface—, el cual permite que el software remoto acceda a las áreas del sistema en el disco duro y proceda casi indiscriminadamente.


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En uno de mis artículos, titulado “Datos en custodia”, hablaba de los peligros de la nube y mencionaba nuestro grupo de Ciencias para la Vida, en el que trabajamos, entre otras cosas, “la influencia de la tecnología en la vida del hombre hoy”, en compañía del doctor Jorge Reynolds y profesionales en sistemas, antropología, filosofía, filología, psicología, derecho y pedagogía. Invito a ver nuestras con-ferencias, que pueden encontrarse a través de Google, mediante los criterios de búsqueda: “Ciencias para la vida UNIMINUTO”. Mi conferencia de apertura está disponible en http://www.youtube.com/watch?v=U4Q5xPO 8h0w.


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Software seguro: buffer overflow

Mayo de 2014

En otra columna, planteábamos que la problemática de la se-guridad no se centra solamente en las redes de computadores, es decir, en lo que se denomina seguridad perimetral, sino que las debilidades en el desarrollo de software conforman un hueco de seguridad que casi no se tiene en cuenta.

Hablamos en esa ocasión de la metodología propuesta por Gary McGraw, quien sugiere adicionar unas fases más al ciclo de desarrollo de software que aseguren la creación de aplicaciones que se autoprotejan.

Lo delicado del riesgo es la falta de consciencia en la ingeniería de software, que permite que las aplicaciones puedan quedar en manos de los atacantes. En algunos casos, se trata de gente muy sofisticada técnicamente, como sucede con el software inseguro; en otros, simplemente de personas que usan la denominada ingeniería social, es decir, estrategias centradas en las debilidades de las personas


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responsables de la seguridad, de quienes, a través de las relaciones personales o descuidos, se puede obtener información confidencial. Por ejemplo, averiguar contraseñas para entrar a los sistemas con roles de administrador.

Gary McGraw, filósofo y experto en Computer Science, es coautor del libro: Building Secure Software y autor de Software Security: Building Security In (2006). En el segundo, hace una interesante exposición sobre los modos en que la inseguridad en el software se evidencia y hemos querido traer a esta columna algunos apartes de sus planteamientos.

Como siempre lo hacemos, cuando hablamos de seguridad in-formática, aclaramos que la terminología que usamos para referirnos a las personas que lideran estos procesos, es la de darle al hacker la identidad de un apasionado ético de la tecnología y al cracker la de aquellos que se han saltado la línea de la ética para hacer daño a terceros.

Los crackers no siempre tienen que tener el código fuente en sus manos para poder hacer un ataque al software. Basta con hacer re-petidas observaciones al comportamiento de un programa para que las fallas que lo hacen abortar se hagan evidentes antes de que ocurra una terminación controlada. Estas terminaciones anormales dejan al programa sin su propio control y, por lo tanto, se abre la posibilidad de leer, con otros programas, los contenidos de la memoria en que estaban trabajando y de revisar los datos que quedan en las memorias que estaba usando el programa abortado. De esa manera, se pueden descubrir datos confidenciales que estén almacenados en la memoria o contraseñas, entre otros, que facilitarán ataques o suplantaciones.

Muchos suponen que tener compilado un programa, es decir en representación binaria, es suficiente garantía para que no sea vul-nerado. Pero esto no es así porque con un conocimiento del lenguaje


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Parte 6 - Seguridad

de máquina y aplicando ingeniería reversa se puede desensamblar un programa, de tal manera que se obtenga un código fuente en len-guaje assembler que es fácilmente manipulable por un programador que tenga el conocimiento. El resultado es equivalente a tener el código fuente original, que hasta podría trasladarse a lenguaje C u otro lenguaje, en la medida en que se conozcan la gramática del lenguaje y los modos como los compiladores convierten a binarios los programas fuentes.

Según Gary McGraw, y otros autores de publicaciones espe-cializadas, uno de los problemas más comunes y, de cierta manera, más misteriosos para los legos debido al nivel de conocimientos que se requiere, es el llamado buffer overflow o desbordamiento de pila.

Su origen tiene que ver con el manejo de la memoria de los programas donde se almacenan datos y que conforman los buffer de memoria. Estas áreas tienen tamaños predeterminados y es de esperarse que en ellas se almacenen los datos con los tamaños es-perados. Sin embargo, si por error, o de manera consciente, se alma-cenan cadenas de datos más grandes que los buffer, el programa, dependiendo del lenguaje y del compilador, sobreescribirá más allá del área de memoria reservada, afectando así posiciones de la memoria que no deberían ser tocadas por el programa.

La mayoría de las veces, estos errores terminan abortando la ejecución del programa, con el riesgo, como ya se dijo, de que un atacante lea la memoria y extraiga datos confidenciales. El otro peligro radica en que en las áreas sobrepuestas se introduzca códi-go malicioso que tome el control del programa, lo que en manos criminales se convierte en un peligro. Este tema puede parecer lejano de las posibilidades racionales debido a que encierra un gran conocimiento, pero dentro del mundo de los desarrolladores no trae grandes complicaciones.


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Hace años trabajé con un antivirus colombiano que fue muy exitoso y que era capaz de proteger de virus desconocidos. Los antivirus tradicionales lo que hacían era almacenar las marcas que dejaban los virus en las memorias de los programas atacados y, de esa manera, reconocer si por ahí había actuado un virus ya clasifi-cado. El antivirus que menciono no trabajaba así. Él se introducía en los programas compilados que estaban en lenguaje de máquina ycuando atacaba un virus, el código inyectado detectaba el ataque y recomponía el programa a su estado inicial.

Finalmente, debemos mencionar la existencia de herramientas de software (análisis estático) que revisan el código fuente para detectar riesgos en el uso de instrucciones que abran una brecha de seguridad. Para ampliar la información se puede consultar la página de contacto con Gary McGraw (http://www.cigital.com/).


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Capitulo

Comunicaciones ocultas y peligrosas:

esteganografía

Agosto de 2014

Un hecho aceptado, aun por los expertos de la seguridad informática, es que no es posible tener un sistema completamente seguro. Tanto es así, que dentro de las políticas de seguridad ha co-brado importancia el monitoreo para detectar las diferentes formas como los atacantes intentan entrar a la red o a los sistemas para generar situaciones de conflicto (Wang & Wang, 2004).

Hoy, trataremos de un mecanismo que en realidad no tiene las características de un ataque a los sistemas, sino que es una forma de comunicación oculta entre personas o grupos, cuyos contenidos pueden ser inofensivos o peligrosos, dependiendo de los objetivos de dicho intercambio de información. Se trata de la esteganografía (Ker, 2014), a través la cual se cree que se comunicaron los terroris-tas de las Torres Gemelas de Nueva York.


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En la revista Communications of the ACM han venido apareciendo algunos artículos sobre la esteganografía a los que les hemos hecho seguimiento y que nos iluminaron para tratar el tema en esta co-lumna. Uno de ellos se titula “Trends in Steganography”, ‘Tendencias en esteganografía’ (Zielinska, Mazurczyk, & Szczypiorski, 2014). Este mecanismo de comunicación permite transmitir mensajes de manera oculta dentro de archivos aparentemente inocuos, como puede ser una inocente fotografía, una imagen o una pieza musical digitalizada. Los autores del artículo mencionado hacen referencia a una noticia de CNN en la que se habla de los métodos de comunicación que usaron los terroristas de las Torres Gemelas en el 2001, que no fueron detectados en su momento, pero aparentemente utilizaron esta estrategia.

Pero ¿cómo es posible comunicarse a través de objetos virtuales gráficos, como puede ser una fotografía? La respuesta tiene que ver con el hecho de que todo lo que se transmite en las redes de computadores obedece a cadenas de bits que viajan de acuerdo con ciertos protocolos de comunicaciones como el TCP/IP, el protocolo de Internet. La manera como se acomoda la información para ser transmitida obedece a estructuras de datos cuyos diseños determi-nan los campos en los cuales va la información de control, los datos mismos y espacios sin información en donde se pueden ocultar men-sajes que, al ser decodificados por el receptor, pueden ser leídos. Estos textos podrían ir encriptados para dificultar aún más la detección de su presencia.

A continuación, mencionaremos algunas características que definen el que una transmisión esté dentro de las normas de la esteganografía:

• La información oculta debe ir embebida en un medio inocente que sirva de camuflaje al contenido oculto.

• El propósito es comunicar información de una manera encubierta.


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Parte 6 - Seguridad

• Se debe garantizar discreción en la comunicación, con eficientes algoritmos camuflados que deben resistir a análisis estadísticos que no inspiren sospechas, como podría ser un aumento de los tiempos de transmisión o que genere cambios visuales o auditi-vos en el objeto virtual transmitido.

• El portador debe ser tan popular que no genere sospechas y no debe ser “visible”, no solo a los ojos, sino por ejemplo al rendimiento o al aumento del tamaño de la información que sirva de transporte.

• Debe ser anónimo y privado.

Como a veces se confunde la esteganografía con el encripta-miento de datos, mencionaremos un par de ejemplos, tomados de los antiguos griegos, que nos muestran de manera sencilla las diferencias entre estos dos mecanismos de envío de datos. Una de las primeras formas de encriptamiento se llama escítala, que consiste en dos varas de igual espesor: una, en manos del emisor y la otra, en manos del receptor. El emisor corta una cinta y la enrolla en espiral para escribir filas de mensajes, de tal manera que al desenrollar la cinta aparecerán una multitud de letras totalmente descoordinadas. El mensajero lleva esa cinta al receptor, a quien, al enrollarla en la vara que le ha sido entregada previamente, se le reproducirán las líneas de los mensajes. El objetivo era hacer los datos ilegibles.

De igual manera, se dice que Heródoto, 484 años antes de Cristo, fue el primero en usar la esteganografía enviando un mensaje en el cuerpo de una liebre perseguida por un cazador, lo que pasaba desapercibido y, así, el mensaje llegaba en el cuerpo de la liebre. El objetivo era hacer que la acción de enviar un mensaje pasara desapercibida.

Hoy, los trucos de la esteganografía pueden variar, mediante el envío de acrósticos camuflados, imágenes JPG o BMP transformadas,


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dentro de los mismos campos de los servicios del TCP/IP, a través de los mensajes de la telefonía IP o en transmisiones de streaming.

En esta forma de comunicación se mezclan los conocimientos técnicos con la creatividad, lo que hace más compleja la detección de su presencia o el desarrollo de sistemas automáticos de monitoreo, aumentando con ello las probabilidades de éxito por parte de los involucrados.

Tal como se han desarrollado técnicas complejas para la detección los virus, deben existir herramientas que automaticen el monitoreo de la esteganografía, pero, en realidad, aún no las hemos encontrado, así que nos queda pendiente la tarea.


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Costos y tendencias del crimen informático

Abril de 2015

Hewlett Packard y el Instituto Ponemon han publicado un documento titulado “Informe mundial 2014 sobre el costo del crimen cibernético”, que nos viene bien analizar no solo por los aspectos financieros, sino también por las tendencias de las amenazas que se han reportado a nivel mundial y que aparecen en este informe.

Como elemento introductorio, comentan que mientras se lleva-ba a cabo el estudio hubo robos por más de 49 millones de dólares, ataques de crackers (usamos esta palabra para definir al hacker no ético) chinos contra el Consejo Nacional de Investigación de Canadá, la Westinghouse Electric Company, U. S. Steel y el Sindicato de Tra-bajadores Metalúrgicos. Además, crackers rusos robaron la colección más grande de credenciales de Internet. El estudio lo hicieron entre 257 empresas en siete países, para un total de 2 081 entrevistas, utilizando 1 717 ataques para medir el costo total que llegó a ser


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de USD 7,6 millones y que fue un 10,4 por ciento mayor que el año anterior. Los siete países en los cuales se hizo el mayor gasto debido a los crímenes cibernéticos fueron, de mayor a menor costo: los Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, Reino Unido, Australia y Rusia, cuyos costos variaron de $ 11,56 millones de dólares a 3,33 millones (Instituto Ponemon, noviembre, 2014). Puede ser un poco atrevido decirlo, pero parece ser que los mayores crímenes informáticos se dan en donde más se concentra el conocimiento.

En la actualidad algunos ciudadanos estamos colaborando con el Comando Central Cibernético de Colombia —CCCO— para esta-blecer el estado de riesgos del país y determinar, entre otras cosas, los principales sectores que deben ser protegidos. Este informe nos puede ayudar en la tarea. El estudio citado muestra que los sectores que son víctimas del crimen cibernético con mayor énfasis son las organizaciones de energía y servicios básicos, servicios financieros y tecnología e industria, pero les siguen los servicios públicos, trans-porte, comunicaciones, sector público, defensa, productos para el consumidor, educación e investigación, hospedaje y alimentación, venta minorista, automotriz, medios, ciencias biológicas y salud.

Los crímenes cibernéticos más costosos son aquellos causados por denegación de servicios, ataques basados en la web y personal interno malintencionado. Estos crímenes representan más del 55 por ciento de todos los costos de los crímenes cibernéticos. La mitigación de dichos ataques requiere la adopción de tecnologías como sistemas de prevención de intrusiones, soluciones de pruebas de seguridad de aplicaciones y soluciones empresariales.

Los tipos de ciberataques en orden de frecuencia fueron: virus, gusanos, troyanos, malware (código malicioso), botnets (control remoto de servidores), ataques basados en la web, phishing (suplan-tación de identidad) e ingeniería social, denegación de servicio, dispositivos robados, personal interno malintencionado.


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Pudimos observar que, en los resultados sobre los costos anuales por tipo de ataques, estos presentan una relación con ciertos países y aparecen notoriamente altos en los Estados Unidos por ataques en la web y código malintencionado; en el Reino Unido, por denegación de servicios y dispositivos robados; en Japón, por personal malintencionado, así como por virus, gusanos y troyanos y botnets; en Alemania, por phishing e ingeniería social y en Francia, por malware.

Ahora que estamos comenzando a trabajar en UNIMINUTO so-bre la psicología de los crackers en Colombia, estos datos nos hacen pensar en que debe existir una relación entre los tipos de ataques y la caracterización de las culturas en los diferentes países. Este aspecto, que tiene que ver con asuntos de ética, no puede salir de las responsabilidades de los técnicos en seguridad informática. Bien lo dice un amigo muy experto en estos temas como es Jeimy Cano: “El primer proxy en la red es usted”.

Los tiempos de resolución de los diferentes tipos de ataques varían, siendo los más complejos de resolver los de personal interno malintencionado, el código malintencionado y los ataque basados en la web; pero son significativos también los de phishing e ingeniería social y denegación de servicios. El phishing o sustitución de identidad en muchas ocasiones tiene como fuente la ingenuidad de los usuarios que prestan sus claves o las hacen públicas en sus ambientes de oficina.

Finalmente, como ya lo hemos mencionado en más de uno de nuestros artículos, vemos poco trabajo en lo correspondiente a software seguro, que tiene que ver con las aplicaciones desarrolladas para la nube, en el sentido de que una vez que un atacante sobrepase la red perimetral, las aplicaciones deben defenderse solas. Esto tiene mucho que ver con la protección contra intrusos, pero a nivel de los programas aplicativos, lo cual requiere incluir una capa de seguridad


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en las metodologías de desarrollo de software. En vista de ello, por primera vez en la Asociación Colombiana de Ingenieros de Sistemas —ACIS— iniciaremos cursos relacionados con este tema y esperamos, de esa manera, colaborar en este asunto de gran importancia, sobre el cual se ha trabajado y muy poco.

El informe citado analiza muchos más aspectos y puede ser consultado en https://ssl.www8.hp.com/ww/en/secure/pdf/4aa5-5207enw.pdf


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Ciberguerra: la “moralidad” en la

guerra en línea

Noviembre de 2015

Por estos días en los que tanto se habla de paz, también se habla de guerra.

Se siente extraño al hablar de algo que no debería suceder, pero que la historia ha demostrado que siempre ha estado presente y que desde hace muchos años atañe a los terrenos de las nuevas tecnologías, que entraron a formar parte del armamento de las guerras. Tierra, mar, aire y ahora el ciberespacio son los terrenos en los cuales estas contiendas se desarrollan.

Por allá en 1932, en Europa dos grandes pensadores —uno de la ciencia, Albert Einstein (1879-1955), y otro del psicoanálisis, Sigmund Freud (1956-1939) intercambiaron cartas sobre una pre-gunta: ¿Por qué la guerra? (Resistencia Colombia, 2015).


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El científico, Einstein, confiesa ser un lego en asuntos del alma, por lo que sus respuestas, como él mismo lo dice, son de orden admi-nistrativo. Propone, por ejemplo, exigir la pérdida de libertad de acción de las naciones, lo que implicaría la renuncia incondicional a la soberanía de las naciones. Culpa, en estos casos, al afán de poder de unas camarillas que gobiernan por los demás y que logran cana-lizar los apetitos de odio y destrucción con las masas que los siguen como esclavos.

Freud mira con suspicacia el tema propuesto por Einstein sobre derecho y poder y se permite cambiar las palabras por derecho y vio-lencia, recordando que el hombre ejerce su fuerza desde los inicios de la humanidad con el uso de la fuerza física, la cual se vio ampliada al utilizar los instrumentos, es decir, las armas y las tecnologías. Para él, el antagonismo natural es el hombre, quien en su manera de saldar las diferencias opta, bien sea por matar al enemigo o por atemorizarlo. Esta última opción es riesgosa, pues crea en el enemigo atemorizado el deseo de venganza y, por lo tanto, el ganador de la contienda deberá asumir el costo de la autodefensa. Las cartas de Freud profundizan sobre temas de la psicología humana y van, poco a poco, demostrando como la guerra casi es una condición innata, producto de la miseria de la humanidad.

En la revista Communications of the ACM del mes de octubre de 2015 se publicó un artículo extractado de un blog de John Arquilla, profesor de la Escuela de Posgrados de la Fuerza Naval de los Estados Unidos, y Daniel A. Reed, profesor e investigador de la Universidad de Iowa en temas computacionales y científicos. El artículo se titula: “The Morality of Online War; the Fates of Data Analytics, HPC”, de donde hemos tomado parte del título de este escrito. Hablan allí de unos asuntos moralmente contradictorios, pero necesarios para tratar de darle “honorabilidad” a las batallas y justicia a la guerra.


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Parte 6 - Seguridad

Los autores mencionan tres principios como base de pensa-miento, que son: los derechos en los propósitos, como es el caso de entrar en una guerra para defenderse de ataques de un enemigo, es decir en actitud de autodefensa; la debida autoridad, cuando son las organizaciones que las naciones han construido para poder discutir sus diferencias —este es el caso de la ONU, desde la cual se aprueban o desaprueban contiendas entre países, como último recurso que se da cuando ya la diplomacia pierde su funcionalidad—; y la proporcionalidad, que se refiere a contiendas equilibradas (Arquilla & Reed, 2015).

La historia de las guerras ya ha enseñado los niveles de incum-plimientos de los acuerdos de orden moral; sin embargo, es una necesidad de la humanidad mantener normas para intentar minimi-zar los niveles de atrocidades que en ella ocurren. Ahora, entran las nuevas tecnologías a operar como armas y, por lo tanto, como loexpresan los autores de la publicación mencionada, es necesario observar cómo la cibernética puede ser regulada de alguna manera en ese tipo de ataques.

Las observaciones relacionadas con el pacificamiento o la “mo-ralidad” en las guerras no son muy optimistas, pues se han visto pocos resultados a pesar de intervenciones de la OTAN en Kosovo y en Libia, los ataques de Corea del Norte en 1950, la intervención en Irak basadas en errores de los Estados Unidos y la bomba atómica de Hiroshima debido, supuestamente, al ataque de Pearl Harbor. Cuando entra la cibernética a actuar, la debida autoridad se debilita, pues no son necesarias las armas tradicionales, dado que su fuerza es manejada por individuos aislados o redes agresivas, que solo usan el conocimiento tecnológico de las telecomunicaciones.

Mientras una nación utiliza el último recurso, ¿quién controla los ataques a la infraestructura física de un país —como son las represas, los equipos estratégicos en la producción industrial o de las mismas


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armas—, llevados a cabo por crackers que son capaces de interceptar los dispositivos que usan sensores con IP para su manejo remoto?

La proporcionalidad no es posible, pues las plataformas de las redes de Internet están en manos de países poderosos, a quienes les bastaría con “cortar” unos cuantos servicios de la nube abierta a un país para convertirlo en un enemigo “mudo, sordo y ciego”, o con dejar abiertos esos servicios para poder leer sus contenidos usando estrategias de Big Data y conocer así sus movimientos.

Estas reflexiones justifican la queja de la Unión Europea en el sentido de que los datos de las redes sociales vienen a alimentar servidores radicados en otros países fuera de la esfera de su soberanía.


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Capitulo

PARTE 7SOCIEDAD

TRANSFORMADA


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Capitulo

Exceso de confianza

Agosto de 2016

En términos generales, nos entregamos con los ojos cerrados a las nuevas tecnologías y a los alcances de las telecomunicaciones debido a la confianza que adoptamos sobre su uso.

Sin embargo, cabe preguntarse si los resultados que de ellas es-peramos no nos deben generar algún tipo de prevención, puesto que con el tiempo observamos que han existido situaciones de conflictos. Tal vez debemos meditar más sobre la seguridad de las tecnologías venideras y sobre los riesgos que involucran para la vida humana.

Para tal fin, revisaremos algunas preguntas que se hacen algunos expertos en la revista Communications of the ACM para analizar con cierto detenimiento estas prevenciones.

Uno de ellos, en el artículo titulado “Turing's Red Flags” (Walsh, 2016, pp. 34-37) escribe acerca de un concepto planteado por Alan Turing, en 1950, sobre las prevenciones que se deberían tener para evitar errores en la inteligencia artificial que pudieran afectar a los


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seres humanos. Se menciona allí el test de Turing, que es un recurso para revisar, cualificar y cuantificar los resultados poniendo a prueba una máquina con inteligencia artificial en una conversación con un ser humano. Esta prueba requiere que la persona no sepa si está conversando con otra persona o con una máquina, de tal manera que la evaluación del éxito de dicha conversación se basa en el porcentaje de convencimiento de que la máquina ha respondido o interactuado exitosamente en el 70 %, durante cinco minutos de con-versación. Es decir, que se haya comportado como otro ser humano.

Turing pensaba que en 50 años las máquinas cometerían erro-res, cuando estuvieran inmersas en la vida cotidiana de las personas, y se preguntaba: ¿Qué sucederá si la interacción entre hombre y máquina falla al asociarle a ella un desarrollo de tipo social cuando hayamos entregado una total confianza?

La ACM analiza el caso, muy sonado por estos tiempos, del carro autónomo al que muy pronto veremos rodando por las carreteras de muchos países, conducido por sensores y no por personas. El gran interrogante que a todos nos preocupa es si seremos capaces de confiar en dichas tecnologías la vida de nuestras familias. Este es uno de esos casos en los que sería apropiado aplicar las pruebas del test de Turing para medir las probabilidades de error que, en este caso, como en muchos otros, lidian con la vida humana y basta un error para que ocurran catástrofes.

Un chofer humano toma muchas decisiones, casi de manera inconsciente, cuando maneja un automóvil, las cuales determinan variaciones en la conducción del vehículo. En el caso del carro autónomo, estas decisiones las tomará un computador de acuerdo con los datos que recibe del mundo exterior y que almacena en las memorias de sus sensores. Seguramente, los vehículos tendrán placas para que los choferes humanos los identifiquen de los demás tipos de automóviles, al igual que lo debe hacer el carro autónomo bajo


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Parte 7 - Sociedad transformada

el control del software y los algoritmos que prevean, con la mayor exactitud posible, las variantes de su recorrido o las decisiones de tipo instantáneo, en caso de cruces adecuados o inadecuados de los otros automóviles.

Ya se ha reportado un accidente entre un carro de Google y uno de Delphi Automotive, en el cual, aparentemente, al carro de Google se le atravesó el de Delphi al hacer este un cruce. El automóvil de Delphi debió haber tomado una acción para evitar el accidente, pero esto no sucedió. Quienes estamos en el mundo de la programa-ción sabemos que el éxito de un algoritmo es la contemplación de la mayoría de las posibilidades de una situación, bien sea de orden digital o analógica. Más aún, cuando se trate de dispositivos que impacten la vida de las personas. No deben ocurrir, por ejemplo, casos de abrazos mortales debido a que un sensor espere un mensaje de otro sensor y el otro sensor no envíe nada porque espera un mensaje del primero.

Estos sensores deberán reaccionar no solo teniendo en cuenta el cumplimiento de una ruta definida, sino de acuerdo con el compor-tamiento del tráfico y los posibles errores humanos o mecánicos de los demás vehículos que transitan por las vías. Tal consideración nos hace recordar la experiencia de Kasparov cuando jugó ajedrez contra un gran computador de la IBM, el Deep Blue, hecho que generó controversia debido a que, según Kasparov, detrás del computador había un ser humano interactuando, puesto que la máquina hizo una jugada en la cual había malicia y esta no es condición de una máquina.

El título del artículo citado, “La bandera roja de Turing”, se refiere a una costumbre de cuando se estaban introduciendo los primeros vehículos de tracción animal en las calles de una ciudad, que consistía en poner a una persona delante del vehículo con una bandera roja para indicarle a los transeúntes que venía un aparato extraño a lo cotidiano, con el fin de evitar accidentes con los peatones.


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Para terminar, podemos mencionar otro texto, titulado “Big Data Analytics and Revision of the Common Rule” (Metcalf, 2016), en el cual se hace referencia a los errores de Big Data en mediciones sobre enfermedades en los Estados Unidos comparadas con las efectuadas por el Departamento de Servicios de Salud.

En resumen, esta es una sociedad transformada debido a la influencia de las tecnologías, que nos deja la inquietud de que de-bemos ser cuidadosos con los excesos de confianza.


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Capitulo

Pr@tesis

Agosto de 2015

En el mundo de la filosofía, la técnica ocupa un lugar pre-ponderante en la mente de los pensadores y, de hecho, se habla de ella de muchas maneras respecto a su relación con los hombres.

Haciendo una transferencia de concepto, de pronto de manera no muy ortodoxa, los griegos consideraban a sus esclavos como una extensión del cuerpo de los amos y uno podría pensar que las máquinas, las herramientas y todos los dispositivos que nos inven-tamos para mejorar nuestro nivel de vida vienen a reemplazar a esa inhumana situación de esclavitud, al ser estos dispositivos la nueva extensión de nuestros cuerpos.

Sigmund Freud, en su libro El malestar en la cultura (1930/2007), hace una defensa de la técnica cuando habla de las teleco-municaciones y expresa sus buenos sentimientos hacia el teléfono, que permite saber de manera inmediata cómo le fue a un amigo en un viaje o cómo se encuentra un hijo que está en otro lugar. Pero al


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mismo tiempo advierte el peligro de que el hombre se convierta en un dios prótesis, al cubrir su cuerpo de tecnologías que reemplazan a los miembros humanos.

Otro filósofo llamado Peter Sloterdijk escribió un libro titulado Sin salvación: Tras las huellas de Heidegger (2011) y en el capítulo llamado “La humillación por las máquinas” analiza toda esa relación entre ellas y las personas, dejando entrever cómo las máquinas van ganando terreno y reemplazando de manera “humillante”, en algunos casos, a los hombres mismos. En uno de sus apartes habla de cómo estas vienen a crear una segunda naturaleza como son las prótesis que reemplazan órganos humanos y que llegan a ser más poderosas que los órganos naturales. El crecimiento de estas formas de órganos mecánicos va configurando, según Sloterdijk, a un nuevo hombre, del cual habría que estudiar una nueva ontología. Es como si con la proteica se estuviera creando una nueva raza de seres humanos, cuya configuración requiere inclusive crear una nueva ética

Lo anterior está presentado dentro del ámbito filosófico, pero se trata de una realidad que cobra fuerza cuando estas prótesis son diseñadas con las tecnologías de la automatización y de la robótica, con dispositivos interconectados con IP, es decir accesibles de ma-nera remota y con componentes de software. Esto forma parte del internet de las cosas, del cual hemos hablado en varias oportunidades.

Estos dispositivos en el mundo de la medicina son cada vez más populares y hoy podríamos decir que la medicina no existe sin la ayuda de la tecnología. Si en las décadas de 1960 y 1970 uno entraba al recinto de los computadores (los centros de cómputo), ahora lo computadores entran en nuestros cuerpos.

Profundicemos en una situación que mencionamos someramen-te en otro artículo sobre el caso de un marcapasos instalado, usando nanotecnología, en el corazón de una persona. Imaginémonos el caso en que ese paciente llega a su casa y automáticamente el dispositivo


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conecta sus sensores con el wifi. El software instalado en los circui-tos del marcapasos analizará su estado de funcionamiento, el ritmo cardíaco, el historial de estrés al que fue sometido el paciente durante el día y otras métricas que los médicos conocen para transmitir la información al centro de datos de la institución de salud al cual está inscrito el paciente. Podría inclusive darse el caso en que el software haga intervenciones de ajuste en el dispositivo, situación en la que por lo menos se espera que el hardware y el software no tengan errores de diseño. El reto tecnológico se incrementa si involucramos en estos sistemas los peligros de los ataques cibernéticos tradicionales, ya no a la cuenta bancaria de una persona, sino a su corazón. Lo anterior nos plantea un reto tecnológico enorme para asegurar que no haya peligro en la vida de los pacientes.

Además, nos lo refuerza el artículo titulado “Security Challenges for Medical Devices” (Sametinger, Rozenblit, Lysecky, & Ott), en la revista Communications of the ACM del mes de abril del 2015. Dicen sus autores que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos —FDA, siglas de su nombre en inglés— ha clasificado unos 1700 dispositivos médicos y ha identificado tres tipos de riesgos para los pacientes, dependiendo de si son dispositivos que hacen procesos o requieren software. A estos últimos se les ha asignado el nivel de riesgo más alto. No es casual que la estrategia de software de los Estados Unidos haya definido el software como producto de seguridad nacional.

Tal vez el título del libro de Sloterdijk, Sin salvación, haga referencia al hecho irreversible de que las nuevas épocas deban convivir con estas realidades. Todas aquellas formas de inseguridad informática, que van desde el robo de claves hasta la intervención en la transmisión de datos, la suplantación, la denegación de servicio, los ataques de intermediario (man in the middle), la manipulación indebida de datos (tampering) etc., se podrán dar, no ya en las cuen-tas bancarias, sino en los dispositivos médicos.


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Con respecto del nuevo software, se debe, con mayor razón, cumplir con la taxonomía que describe el proyecto estratégico de software de los Estados Unidos para el 2015, que lo describe con la extraña palabra: trustworthiness, es decir, digno de confianza.

Se unen entonces la medicina, la ingeniería de software y la filosofía para tratar de entender más la época en que vivimos.


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Capitulo

Desmitificando la red profunda

Abril de 2016

En un artículo anterior sobre la “psicología de la palabra”, relacionado con el Big Data y la información no estructurada, desarrollamos el tema del lenguaje, que ocupa un amplio rango en el pensamiento, para tratar de comprender el misterio que hay detrás de la lengua que hablamos.

En el mundo de los computadores usamos términos que le dan el nombre a las cosas sin pensar, a veces, en su origen. Decimos, por ejemplo, que vamos a “sortear” un archivo para indicar que lo queremos ordenar, pero sort en inglés significa ‘clasificar’ u ‘ordenar’ y sortear en español significa ‘rifar’. Decimos que un computador es un “cerebro electrónico”, como una metáfora para referirnos a la cen-tral process unit o unidad central de proceso, la CPU, y decimos que un sistema operacional tiene una BIOS o basic input/output system, es decir, un sistema básico de entrada y salida, que al mismo tiempo hace referencia a la vida.


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Una anécdota, que viene al caso, la vivimos hace años cuando lanzamos un antivirus desarrollado por dos ingenieros de sistemas colombianos llamado Compucilina. Sacamos una publicidad que decía “Compucilina, el antivirus que cura toda clase de virus”. En el mensaje hablamos de sus características con palabras que indicaban que: curaba, ponía en cuarentena los virus, vacunaba y erradicaba los virus. En realidad, el mensaje era cierto porque su algoritmo no necesitaba conocer los virus descubiertos previamente, dándole así una característica universal. La sorpresa fue que comenzamos a re-cibir llamadas de personas enfermas de virus crónicos, esperanzadas en que al fin alguien ofrecía una solución a sus dolencias. La inten-ción era sana, pero no tuvimos en cuenta el sentido de nuestro mensaje dependiendo de a quién le llegaba.

De ahí la importancia del lenguaje que se usa para nombrar las cosas. Otros ejemplos son el de la computación en la nube, el Big Data o el internet de las cosas que tienen su razón de ser y a los que se les dan nombres pomposos por haberse convertido en estado del arte.

En el caso de la red profunda, se le asignan nombres que des-piertan ideas misteriosas e inclusive una mirada de orden diabólico y esto es lo que intentaremos desmitificar, pues al tratarse de tecno-logías, tienen explicaciones terrenales. Lo diabólico se puede dar en ellas tanto como en la red normal que conocemos. Veamos esta definición de la red profunda, tomada del artículo titulado “The Invisible Web: Uncovering Sources Search Engines Can’t See” (Sherman & Price, 2003). Dicen sus autores, dos consultores exper-tos en seguridad informática, que esta red se compone de “páginas de texto, archivos u otro tipo de información de alta calidad disponible en la Web que los motores de búsqueda tradicionales no pueden detectar debido a limitaciones técnicas o a decisiones deliberadas” (p. 282). Si observamos bien, esta definición no tiene pretensiones de crear misterios insondables ni asuntos demoníacos como parte de su esencia, como sí ocurre en otras publicaciones en las que hasta


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los gráficos sobre la red profunda muestran precipicios oceánicos insondables que con solo mirarlos producen miedo (Ciancaglini, Balduzzi, McArdle, & Rösler, 2015).

De una manera muy profesional, Sherman y Price (2003) hablan de cuatro tipos de publicaciones que forman parte de una red profunda: la web opaca, la web privada, la web propietaria y la web verdaderamente invisible. Sobre la web opaca, se dice que son sitios que pudieran ser reencontrados por los motores de búsque-da tradicionales, pero que han sido bloqueados intencionalmente (Chertoff & Simon, 2015).

De la web privada se dice que consiste en páginas web de las que se evita su acceso universal mediante el uso de claves de segu-ridad o el uso de textos que no permiten la entrada de robots a sus datos y que solicitan información que solo puede ver un ser huma-no, para dar acceso a sus contenidos, o páginas web que no usan metatags, lo cual dificulta que sean encontradas por los motores de búsqueda tradicionales.

La web propietaria es aquella con sitios que exigen suscripción o que usan por ejemplo bases de datos propietarias, y para su uso se debe tener un acceso garantizado. Y, finalmente, está la web de ver-dad invisible, que se da en el caso de sitios que no son desarrollados con HTML o, dicho de una forma más general, que su diseño se sale de la manera tradicional, estándar y normalizada de las publicacio-nes en la web.

Técnicamente hablando, en Wikipedia se explica la manera de transmisión de esta red con el nombre de “enrutamiento cebolla”. Esta técnica, conocida como TOR (siglas de su nombre en inglés: the onion routing), se utiliza para crear comunicaciones anónimas en Internet y consiste en que los mensajes se encapsulan en capas encriptadas, dispuestas en forma similar a como sucede en una


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cebolla. La transmisión se hace en una serie de nodos de red llamados “enrutadores cebollas” que “descascaran” una capa a la vez, descubriendo así el destino siguiente de la transmisión. Cuando la capa final es desencriptada, el mensaje llega a su destino final con-servando el origen anónimo (Tor, 2016).

Es posible que en el futuro estas redes profundas incrementen sus contenidos para huir de la exposición pública de muchos conteni-dos que no quisiéramos publicar de manera abierta. Por último, cabe mencionar a TOR (https://www.torproject.org/), el navegador que nos puede llevar a esos insondables terrenos, en donde, por supuesto, también puede hallarse un rincón de lo prohibido.


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Capitulo

La industria de software en Colombia

Julio de 2014

En junio de 2004, la revista Semana publicó una nota titulada “Marzo 3 de 1957 <br> La máquina que cambió al país” (Montes, 2004), en la cual hace un homenaje a dos hitos en la historia de la computación colombiana. Uno, es la llegada del primer main frame (gran computador) en 1957; el otro, la llegada de los primeros mi-crocomputadores en 1980, lo que impulsó la industria del software colombiano.

A mediados de los 80, fundamos la Asociación de Industriales de Software (Indusoft), impulsados por una nueva era del mercado del software debido a la popularización del uso de los computado-res. Se contaba con menos de 20 empresas de software, en las que desarrollábamos programas de contabilidad, facturación, inventarios, cartera, nómina y algunas aplicaciones verticales para ganadería, colegios, corredores de seguros, entre otros.


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En 1999, otro grupo de empresarios del software, orientados a las exportaciones, crearon Fedecolsoft, pero luego decidieron unirse a Indusoft y crear Fedesoft, asociación que hoy aglutina a las casas de software del país.

La tecnología se ha renovado aceleradamente y ha pasado por diferentes hitos, como por ejemplo el desarrollo para máquinas individuales, la aparición de Windows y Macintosh, el disco duro, la invención del mouse, la era del sistema operacional Unix, la aparición de Linux, las redes locales impulsadas por ethernet de Xerox, las tecnologías de redes locales creadas por Novell, las plataformas cliente/servidor, la aparición de Internet en los años 90 y su concre-ción en la computación en la nube de hoy.

La presencia del Estado colombiano fue lenta, comparada con la de las empresas, lo cual comprendemos debido a la diferencia de tiempo que existe entre el momento en que aparece una novedad tecnológica y el momento en que se convierte en un estado del arte. Esto ocurre cuando la tecnología afecta la vida de los ciudadanos y de la sociedad. Es el caso de asuntos como considerar al software producto de seguridad nacional, evidenciar los peligros y la debi-lidad de la seguridad en las redes, que pueden afectar la soberanía nacional y la vida misma de los ciudadanos. Todo esto ya es cosa del presente y el Estado colombiano ha tomado consciencia de su responsabilidad para legislar, crear políticas públicas y darle la importancia debida a la industria del software colombiano.

Destacamos la acción adelantada por los últimos ministerios de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), en especial el anterior, en manos de la ministra María del Rosario Guerra y, el actual, en manos del ministro Diego Molano.

De manera especial, el ministro Molano ha sido consciente de la importancia de la informática para el país, ha impulsado la industria del software nacional y se ha preocupado por entregar


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más de dos millones de computadores y acceso a Internet en más de 928 municipios. Para ello creó el proyecto de Fortalecimiento de la Industria TI de Colombia —FITI—, dirigido por el ingeniero Albeiro Cuesta, bajo el viceministerio de María Isabel Mejía y un grupo de colaboradores verdaderamente comprometidos.

El FITI nos ha compartido algunas estadísticas de esta indus-tria que, si bien tiene talentos y oportunidades, aún le falta para consolidarse: hay dos mil empresas de software activas con una facturación de $1 800 millones de dólares en el 2011, el 0,4 % del PIB. La mayoría de las empresas son pequeñas, como se observa en la distribución que presenta el FITI: microempresas, 55 %; pequeñas, 34 %; medianas, 9 %, y grandes, 2 %. Estas empresas se ubican en diferentes regiones del país, distribuidas así: Cundinamarca, 64,6 %; Antioquia, 15,3 %; Pacífico, 7,6 %; Atlántico, 4,4 %; Eje Cafetero, 2,6 % y Santander, 2 %.

Solo 48 empresas están certificadas en CMMI, hecho que muestra la falta de una conformación empresarial suficientemente fuerte. El software desarrollado se centra en las modalidades de customer relationship management —CRM—, enterprise resource planning —ERP— y supply chain management —SCM— y algunos sistemas verticales, lo cual fue la base para que el Ministerio de TIC comenzara a trabajar en la marca País TI y un avance del software libre, que es usado más como plataforma de desarrollo y utilitarios, así como para la creación de empresas de servicios.

Las importaciones —de Estados Unidos, Alemania, México, Canadá e Israel— en el 2011 fueron de $176 millones de dólares, y las exportaciones a Ecuador, Estados Unidos y Costa Rica, de $106 millones de dólares.

El FITI recomienda centrarse en aumentar la especialización de la oferta; incrementar los niveles de cooperación, debido a la abundancia de pequeñas empresas; la especialización del capital


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humano en el sector TI; evidenciar mejor los mercados que se deben atacar; cuidar la obsolescencia tecnológica, y aumentar las certificaciones de los profesionales.

El Ministerio actual ha fortalecido su relación con la academia, pues más de 80 programas de Ingeniería de Sistemas y afines de la Red de Programas de Ingeniería de Sistemas y Afines—Redis— han sido acompañados por Ministerio de TIC en los encuentros nacio-nales, para definir las prioridades en la ingeniería de sistemas y afines. Algo similar, podemos decir de sus trabajos conjuntos con Fedesoft y la Asociación Colombiana de Ingenieros de sistemas —ACIS—.


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Capitulo

PARTE 8TENDENCIAS


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Capitulo

Tendencias que transforman la sociedad

Diciembre de 2016

Desde el año pasado, hemos seguido el reporte del IEEE sobre las 23 nuevas tecnologías que transformarán al mundo hasta el 2022 (Alkhatib et al., 2014). Adicionalmente, la profesora Irena Bojanova de la Universidad de Maryland presentó un informe sobre lo que está en el horizonte de la revolución digital, lo cual nos da un panorama que nos permitiremos comentar.

Las innovaciones que podrían haber sido temas de ficción hace unos años, hoy, son una realidad, no solo en los países desarrollados, sino también en nuestras universidades colombianas, representadas en prototipos nacidos de la investigación. Ellas serán parte de la vida cotidiana dentro de cinco a diez años, aunque algunas ya existen. La pregunta que nos hacemos es: ¿De qué manera estas innovaciones irán modificando la vida de los seres humanos, la configuración de la sociedad y al mismo ser de las personas tanto en su interior como en su exterior?


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En esta columna ya hemos hablado del Big Data, el internet de las cosas, las impresoras 3D y la computación en la nube, relacionándolos con la sociedad transformada que ha sido una de nuestras preocupaciones.

Hay otras innovaciones que afectan al cuerpo de las personas, como las que detectan sensibilidad de la piel (bioacoustic sensing), que al ser tocada produce señales acústicas que servirán para activar tareas en dispositivos electrónicos. Los sensores ya están en capaci-dad de detectar situaciones que se sucedan en el entorno natural como la luz, temperatura, vibraciones (electrovibration), magnetismo, elementos químicos cuya densidad es medible. Estos dispositivos serán autónomos y sus aplicaciones dependerán de la imaginación de los investigadores para su pertinencia comercial o social.

La protésica permite crear miembros electromecánicos que reemplazan a los naturales, siendo aquellos, a veces, más poderosos que los propios (human augmentation) desde el punto de vista de su utilización mecánica. El filósofo alemán Peter Sloterdick, en su libro Sin salvación (2011), habla de la “humillación por las máquinas”desde el punto de vista de que ellas nos están reemplazando, con mayor efectividad, en asuntos que antes eran solo del ámbito huma-no. El incremento de poder de estos dispositivos se verá aumentado cuando sean controlados con señales del cerebro (brain-computer interface), lo que implica intervenciones de orden metafísico en la vida de las personas.

La llamada computación afectiva puede reconocer, interpretar, procesar, simular y responder a los afectos y sentimientos humanos como la alegría, la ira, el dolor, el amor, la aversión, el deseo; de tal manera que las emociones humanas se tratarán de interpretar afectando con ello la vida de los clientes, estudiantes, empleados, amigos, enemigos, competidores y demás seres humanos intervenidos. En esto ya ha avanzado el Big Data, aun en el reconocimiento de


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Parte 8 - Tendencias

rostros, de voz y de tonalidades sonoras que permiten la aplicación de la Gestalt para intentar conocer lo que es una persona o por lo menos interpretar su estado anímico. Ya hay motores de búsqueda basados en imágenes, no solo en texto.

Asuntos como la traducción simultánea, los carros autónomos, los biochips que introducidos en el cuerpo dan señales bioquími-cas para el uso médico, ya son temas de conversación casual entre las personas

En cuanto a la robótica y la automatización, las hemos visto avanzar mundialmente con la web 4.0 y localmente en UNIMINUTO, en eventos como Robomatrix que contó con la participación de más de 15 universidades que concursaron con robots construidos por los estudiantes y profesores en combates de sumo o en competencias de seguimiento de línea (carro autónomo), lo que evidencia no solo la parte lúdica, sino el hecho de que se están formando profesionales capaces de diseñar aparatos autónomos bajo las normas de la in-teligencia artificial, dispositivos que serán capaces de manejarse por sí mismos y tomar decisiones dependiendo de la lectura de los datos del entorno, reemplazando tristemente actividades repetitivas que hacen las personas.

La educación se ve intervenida con mejores prácticas de educa-ción virtual, como se observa cada año en el Moodlemoot, evento internacional que hacemos desde ACIS, en donde se habla de la gami-ficación y de otras metodologías orientadas a asegurar el aprendizaje de los estudiantes.

También la ropa de las personas se verá afectada (wearable user interfaces), pues habrá pantallas en la piel de las personas, relojes digitales y el mismo celular, haciendo de las personas cámaras ambulantes o “cosas” adicionales para el internet de las cosas, haciendo georreferenciables a las personas, creando con ello un estado del arte


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llamado internet de la gente. Este último fue uno de los temas que Computerworld trató este año, evento en el que tuve la oportunidad de ser conferencista.

Finamente, mencionemos otras tecnologías como la analítica para predecir hechos, la realidad aumentada y virtual, la comuni-cación de máquina a máquina, el monitoreo de la salud mediante dispositivos móviles, la neurociencia implementada con software para conocer la tendencia de los consumidores, por ejemplo.

Como podemos ver, hay nuevos compañeros en la vida de las personas: las máquinas. Eso sí, con el deseo de tener claro hasta qué punto las podremos controlar.


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Capitulo

Simplicidad en TI

Febrero de 2014

Esta edición se centra en analizar el hecho de que “La solidez de un sistema depende de su eslabón más débil”. Y se plantea la pregunta: ¿Está usted parado sobre bases firmes? Tal cuestionamien-to puede analizarse de muchas maneras. En nuestro caso, haremos unos comentarios sobre el concepto de la simplicidad en el desarrollo de software para los nuevos dispositivos.

En la década de 1960 y aun en los años 70, el desarrollo de aplicaciones se orientaba al ambiente empresarial, y los encargados de estos desarrollos eran expertos en análisis de sistemas y progra-mación. Ellos interactuaban con los usuarios para conocer los reque-rimientos de las aplicaciones y, así, poder construirlas. En esa época no existían los sistemas interactivos porque las telecomunicaciones apenas se estaban desarrollando.


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Con los años, aparecieron metodologías basadas en el ciclo de desarrollo, que en su composición más general abarca las siguientes fases: levantamiento de requerimientos, diseño, programación, prue-bas y, finalmente, la liberación o puesta en marcha del sistema.

Aunque las fases son similares, hay diversas formas de hacerlo. Mencionaré algunas de ellas, pero no con la pretensión de profundi-zar, sino para hacer notar que no hay una sola manera de desarro-llar aplicaciones. Estas son: el modelo construir y mejorar, el método cascada, el prototipo rápido, el modelo incremental, la eXtreme programming, round tripping, el proceso racional unificado —RUP, sigla en inglés—. Si alguien quiere profundizar, puede acceder a mi conferencia titulada “Estrategia del software para el 2015 en los Estados Unidos”, disponible en http://e-logicasoftware.com/tutoriales/conferencias/estrategia-eeuu-software-2015/conferencia/140818-estrategia-del-software-para-el-2015-eeuu-excelencia.pdf

Algo curioso sobre estas metodologías es que, algunas de ellas, han nacido de experiencias de tipo industrial. Por el ejemplo, la me-todología de construir y mejorar nace de la Volkswagen, a partir del criterio de liberar el producto y dejar que las fallas encontradas por los usuarios fueran la base para mejorar las próximas versiones de los automóviles; el modelo del prototipo rápido nace de las plantas pilo-to de los ingenieros químicos, y el modelo de eXtreme programming nace de la Chrysler, bajo el eslogan “Monte al pasajero (el usuario) en el asiento del chofer”, que claramente sugiere que el usuario sea parte del desarrollo.

El software desarrollado mediante cualquiera de las metodolo-gías requiere grandes manuales del usuario para la implementación de los sistemas.

Pero ¿qué ha sucedido en el transcurso de los años? Tal vez lo más notorio es el hecho de que la tecnología informática de hoy no abarca solo el ambiente empresarial, sino también el ámbito personal,


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a tal grado, que el software es motivo de política pública, debido a que pone en riesgo el funcionamiento de la sociedad, en donde se deben administrar los servicios públicos, la salud, el transporte, la educación, el comercio y, en general, todas las actividades en las que está involucrado el ciudadano común.

El Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos —IEEE—añade a las diversas taxonomías o atributos de calidad de los diseños el de la simplicidad en TI que sería uno de los eslabones sobre los que se basan los nuevos desarrollos.

El diseñador gráfico John Maena, fundador del Consorcio para Simplicidad en el Media Lab del Massachusetts Institute of Technology —MIT— y autor del libro The Laws of Simplicity contesta a la pregunta de ¿Qué es la simplicidad?, así: “Algo que se identifica por tres factores que son: ser efectivo y eficiente, simple y reducido, transparente y aprendible”. Es algo a lo que el IEEE se refiere como “el poder de lo menos” (the power of less) en uno de los artículos sobre este concepto en la revista Computer, aludiendo con ello a la relación entre el pensamiento complejo para lograr lo simple. Las leyes que propone Maena (como se citó en Petrovic, 2006) para lograr la simplicidad de un producto son:

• Reducir: es el primer camino para lograr la simplicidad.

• Organizar: para que un sistema se vea menos complejo en medio de la complejidad.

• Ahorrar tiempo: hace que la gente perciba lo simple.

• Aprender: lo que es fácil de aprender, se ve fácil de usar.

• Diferenciar: como ya se dijo, lo simple está emparejado con lo complejo.

• Contextualizar.

• Emoción: es preferible algo emocionante.


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• Credibilidad: en lo simple se da la credibilidad.

• Fallas: algunas cosas nunca serán simples.

• Unidad: es preciso dejar a un lado lo obvio y darle significado a lo diseñado.

The Laws of Simplicity hace referencia a la psicología de la Gestalt con la cual los diseñadores pretenden la reducción del es-fuerzo de la atención.

Hoy se presenta un fenómeno interesante, pues en las fuerzas productivas del software se está incrementando la presencia de profesionales del diseño. Esto hace que la simplicidad la creen los diseñadores y las funcionalidades los profesionales de sistemas. Un ejemplo de esta tendencia lo comenzamos a mostrar cuando escribimos el artículo sobre Wiring, una combinación de electrónica y de software para programar los dispositivos de la electrónica libre para diseñar sensores (Dávila, 2013b).


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Capitulo

Centro de datos: ¿propio o externo?

Junio de 2014

Asimilaremos el concepto de centro de datos al de computación en la nube, aclarando que mientras que la computación en la nube no sea un verdadero estado del arte, las dudas sobre ella rondarán, ante la toma de decisiones corporativas para su adopción. Solo dejará de haber controversia cuando su utilización se compare con la acción de apagar o encender la luz, o la de abrir o cerrar una llave de agua, acciones que no dejan dudas de que el servicio prometido va a funcionar. Sin embargo, eso no desvirtúa que la computación en la nube sea una gran solución y, seguramente, irreversible. Pero, a la pregunta sobre ¿qué es más conveniente entre una nube propia o externa?, no creemos que haya una respuesta única ya que median demasiadas circunstancias que deben ser analizadas.


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En el año 2010 dirigimos la edición número 112 de la revista de la Asociación Colombiana de Ingenieros de Sistemas —ACIS— sobre computación en la nube, a partir de la pregunta: ¿Una realidad? o ¿una estrategia comercial? En el foro llamado Cara y Sello escu-chamos a usuarios de Amazon, Salesforce, Google y, directamente, a Microsoft. Ellos hablaron de sus fortalezas, pero, por otro lado, publicamos los puntos de vista encontrados de Vinton Cerf, el padre de Internet y vicepresidente de Google en ese momento, que le daba un visto bueno y el de Richard Stallman, el padre del software libre, que descalificaba esta modalidad con una frase irónica, refiriéndose al SAAS como software como un “ser vicio”.

Conozco de cerca la experiencia exitosa de UNIMINUTO, en dónde tenemos 200 servidores Linux en una nube privada y se utiliza VMware para el manejo de más de noventa mil estudiantes; también, las experiencias en un laboratorio de software libre en dos versiones: una, utilizando una nube privada con KVM y otra, con una nube externa. La diferencia entre la nube privada y la externa radica en la necesidad de mayor capacidad técnica propia en la nube privada.

En la nube pública, la dependencia del vendedor es evidente, pues la plataforma no está en nuestras manos y solo media la con-fiabilidad de la empresa oferente y su permanencia en el mercado. Pero surge una pregunta aterradora: ¿Qué sucederá si el cliente entra en dificultades financieras y sus facturas se atrasan? ¿Cuándo le cortarán el servicio?

La seguridad es uno de los factores más relevantes. Sin embargo, la oferta de seguridad externa no asegura la protección total y, por lo tanto, no es confiable entregarla a terceros. En la infraestructura como un servicio (IAAS) se puede confiar, si acaso, en la seguridad propia de la plataforma, pero la seguridad sobre los sistemas del cliente debería seguir siendo una responsabilidad intransferible. De todas


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maneras, la seguridad perimetral, incluyendo firewalls y proxys, debe ser configurada por el usuario. En este caso, en las nubes privadas o externas, la responsabilidad está en manos del usuario.

En una nube externa, la dependencia de situaciones extremas: fenómenos naturales, tsunamis, terremotos, situaciones políticas, te-rrorismo o guerra en los territorios en los cuales están localizados los servidores es una variable que también debe ser tomada en cuenta. Se deben exigir servidores espejo para mantener copias de la información, ojalá localizados en sitios geográficamente diferentes. Esto desmonta la idea, a veces usada por los vendedores como herramienta de venta, de que no importa en dónde se encuentren los servidores. Esto tal vez sea válido desde lo técnico, pero no en asuntos jurídicos que deben ser tenidos en cuenta en caso de litigios que tienen que ver con las leyes y derechos del manejo de los datos de cada país. ¿Qué pensarán los clientes si sus servidores están en Ucrania o en el Japón? o ¿qué habría sucedido si hubieran estado en las Torres Gemelas?

Los niveles de personalización se pueden analizar en dos sen-tidos: uno, cuando la plataforma externa permite configurar los servidores de la manera tradicional, de modo que se tenga control de la arquitectura del hardware y sobre el uso de la CPU, la memoria y el almacenamiento. Hay otros casos en los cuales la oferta de valor no está relacionada con la arquitectura del hardware, sino con los servicios ofrecidos: escalabilidad, oportunidad, etc.; pero para el usuario desaparecen las bases tecnológicas para darle prioridad a las taxonomías o promesas de resultados. En el primer nivel de perso-nalización, se asegura el control de la plataforma por parte del usuario, y en el segundo, se deja en manos del proveedor el cumplimiento de la oferta de valor. ¿Cuál será la mejor?

Finalmente, la integración y la facilidad de liberación de las aplicaciones es una variable de gran importancia y se espera que en la nube externa haya mayor facilidad para la operación, pues en esto


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radica una de las fortalezas. Cuando se espera que se nos faciliten asuntos como la integración de aplicaciones o la migración hay una gran dependencia de las características propias de las aplicaciones del usuario y tal vez no es el caso de dejar esto en manos del provee-dor, sino asumirlas directamente.

Como preveíamos desde el principio, no hay un simple sí o no, especialmente, si le agregamos un aspecto de orden psicológico, como lo es la percepción de inseguridad que no es medible.


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Tendencias hacia el 2022

Diciembre de 2014

En el informe del IEEE sobre las tecnologías para el 2022 (Alkhatib et al., 2014) intentan predecir el futuro, pero algunas de las tecnologías que allí se mencionan ya están en el mercado y, en otros casos, estamos trabajando en ellas, lo que nos impone el reto, para el 2015, de analizar estas nuevas tecnologías, aun desde el punto de vista ético, pues son transformadoras de la sociedad en que vivimos.

La enorme producción de datos en la web y la instalación de millones de dispositivos que producen información cruzada (security cross-cutting issues) debe ser analizada, considerando también que muchas de estas aplicaciones se han registrado bajo licenciamientos libres, como el caso del código abierto o el Creative Commons, que determinan nuevas formas de la propiedad intelectual y han puesto a pensar a los especialistas en derechos de autor (The Open Intellectual Property Movement).


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Temas como el software verde están en el ámbito de la protección del medio ambiente, debido a que el software puede aminorar el consumo energético en la nube, convirtiendo la protección del medio ambiente en una responsabilidad social y profesional, debido a la influencia de las tecnologías en el consumo energético y la pro-tección de la naturaleza (sustainability).

Los MOOC (massively online open courses) aún generan dudas de las posibilidades de convertirse en estado del arte o de quedarse solo como una novedad. Las comunidades educativas deberán estu-diar este tipo de contenidos para poder dialogar sobre su influencia en la educación tradicional.

En el hardware se avizora la hora de la computación cuántica (quantum computing) que afectará, de manera positiva, la velocidad de los procesadores y las capacidades de almacenamiento, además de traer cambios en los paradigmas tradicionales del desarrollo de software. Otros asuntos, que son más del ámbito de la ingeniería electrónica, incrementarán los diseños de nuevas aplicaciones usando nanotecnología (device and nanotechnology), los circuitos integrados 3D (3D integrated circuits) y la memoria universal (universal memory). Esta última cambiará los diseños tradicionales de la DRAM (dinamic random acces method), con lo cual se incrementará la capacidad de la memoria principal en los computadores. Los conceptos de multinúcleos (multicore) permitirán tener, gracias a la posibilidad de la programación paralela y a la disminución de consumo energético, más poder en los computadores y la fotónica (photonics) dará paso a los supercomputadores y con ello cambiará la arquitectura de software y se transformarán las telecomunicaciones. Parece que habrá obsolescencia de algunas tecnologías tradicionales.

Más redes se interconectarán, dando espacio a nuevas formas de hacer minería de datos, con tendencia hacia la computación de alto desempeño (networking and interconnectivity). No debemos


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olvidar que estamos inmersos en un mundo de sensores e Internet, incluyendo wifi, para conectar casas, oficinas, países y dispositivos, por lo cual se necesitará cada vez más rendimiento de los servidores (High-Performance Computing, HPC).

La computación en la nube (cloud computing) ha traído nuevas maneras de crear infraestructuras y aún no se agota lo que esta modalidad traerá en el futuro. La oferta de software como un servicio (SAAS) no solo provee los servicios, sino que interconecta protocolos (software-defined networks).

La nube va a estar conectada, según el IEEE, con más de 50 billones de dispositivos, lo que dio pie para hablar del internet de las cosas (the internet of things), que traerá redes conectadas de múltiples orígenes, y se abrirá la discusión sobre la conservación del medio ambiente por el consumo de energía, el crecimiento de la automatización y la impredecible transformación de las ciudades que comprometerán la privacidad y la seguridad. En estos días, por ejemplo, unos rusos intervinieron miles de cámaras de video que cumplían tareas de seguridad en diversos países, incluido Colombia (http://www.radiosantafe.com/2014/11/20/hackers-rusos-violan-seguridad-de-camaras-web-privadas-en-todo-el-mundo/).

Las interfaces hombre máquina (natural user interfaces) nos conectarán con sensores, robots y autómatas, transformando así la manera como el hombre se comunica con sus máquinas e impactando la vida misma de las personas.

La impresión 3D (3D printing) será un factor que cambiará la industria, puesto que afectará la producción, y alrededor de ella se abrirán debates de orden ético, como se vislumbra por ejemplo en cuanto a la capacidad de fabricar armas en las casas. Big Data y la analítica (Big Data and analytics) convertirán sus metodologías en estándares para analizar los datos, con lo cual seguramente surgirán profesiones nuevas, como la ciencia de los datos.


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Las máquinas aprenderán (machine learning and intelligent systems), lo que impulsará la inteligencia artificial y la manera de resolver problemas usando el reconocimiento de patrones; en conse-cuencia, se requerirá la construcción de herramientas informáticas para analizar datos, imágenes y videos conforme a las normas de la Gestalt (computer vision and pattern recognition). La robótica afectará el mundo de la medicina (medical robotics), pues abre la posibilidad de hacer intervenciones remotas y esto ayudará a salvar más vidas y aumentará, seguramente, la duración de la vida.

Y, para concluir, como todo lo que se haga impactará a las per-sonas, se justificarán los debates de ciencias para la vida (life sciences) y habrá cabida para la biología computacional y la bioinformática (computational biology and bioinformatics).


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Convergencia humano-digital

Febrero de 2015

Esta edición trata sobre la nube, Big Data, la movilidad y las redes sociales, un conjunto de tecnologías perfectamente ligadas: la nube es el repositorio de la información; Big Data, el sistema encarga-do de la analítica, es decir la interpretación de los datos orientado al análisis y la predicción; y la movilidad y las redes sociales, como el elemento humano que, a través de la interacción entre las personas, crea la realidad y la pertinencia vivencial.

En otras ocasiones abordamos el tema de Big Data, desde la reflexión sobre cómo puede influir en la sociedad la interpretación de las personas según su ADN virtual, es decir, de lo que de ellas se sabe, a través de sus contenidos y de su presencia en la web. El primer artículo lo titulamos “Big Data: la máquina para leer el pensamiento” (Dávila, 2013a) y el segundo, “Big Data y la ciencia de la identidad”. (Dávila, 2014c).


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En ellos hemos mencionado a la Gestalt que, en su definición más simple, hace referencia a la interpretación de las formas, un asunto del dominio de la psicología, para analizar las emociones de las personas por su actitud corporal, que según Wikipedia se basa en algunos principios —como semejanza, proximidad, simetría, continuidad, dirección común, simplicidad, relación entre figura y fondo, igualdad o equivalencia, cerramiento, experiencia—, que trazan lo que en el lenguaje de la ingeniería de software llamaríamos una taxonomía de la Gestalt.

La presencia de la tecnología en las actividades humanas nos hace pensar que, así como hablamos de la convergencia digital, podríamos hablar también de la convergencia humano-digital, que en este caso se refiere a la manera como, con el uso de tecnologías, se pueden interpretar las actitudes humanas. Si bien es un asunto tra-tado desde un aspecto muy objetual, intenta tomar el conocimiento de la psicología y lo que se conoce de los patrones del comportamiento para que sea analizado por las máquinas y el software con el fin de interpretar las actitudes corporales.

En la revista Communications of the ACM del mes de diciembre de 2014, nos encontramos con artículos que soportan estos plan-teamientos, pues dan fe de que las cosas van por este camino. Uno de ellos trata de la decodificación del lenguaje del movimiento humano: “Decoding the Language of Human Movement” (Edwards, 2014) y otro, sobre un modelo computacional de las emociones humanas: “Computationally Modeling Human Emotion” (Marsella & Gratch, 2014).

El primero de estos artículos, que habla sobre el movimiento humano, nos recuerda al famoso mimo Marcel Marceau, que logró identificar muchos patrones del movimiento del cuerpo en la cultura occidental, lo cual le permitió crear un lenguaje para comunicarse


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con los espectadores sin usar las palabras. Ahora, ese lenguaje po-drá ser interpretado por software que analizará los movimientos del cuerpo humano para interpretarlos a través de patrones.

El segundo, que se ocupa de las emociones, hace referencia a Aristóteles y a Hume, dos grandes filósofos que se han preocupado por este tema. Dice Aristóteles que “la razón [...] es poderosa solo si ella permanece aislada de las emociones” y Hume habla sobre la esclavitud que la razón pueda tener de las pasiones.

Como un ejemplo de medición técnica de las emociones, en la edición citada de la revista Communications of the ACM se relata un ensayo con actores sometidos a situaciones sorpresivas para filmarlos y medir sus reacciones corporales. En uno de los casos muestra a un actor solitario en un cuarto y, sorpresivamente, un pájaro se estrella contra una ventana dentro del recinto. La primera reacción que se observa es el rostro de sorpresa del actor, evidente porque sube sus cejas durante unos segundos para luego bajarlas y abrir su boca, bien sea motivado por la sorpresa o para tomar aire y oxigenarse antes de tomar una decisión de huida o de enfrentamiento; las cejas aba-jo muestran, en primera instancia, un sentimiento de miedo que se convierte en una actitud defensiva cuando toma con sus dos manos una sombrilla que tiene desde el principio y se coloca en una posición agresiva, mientras se retira un poco de la escena. Unos segundos más tarde parece entender la situación, baja la sombrilla y pone una de sus manos en la boca en actitud de comprensión de lo que está sucediendo e inicia un movimiento hacia el pájaro con sus dos manos adelante, como concentrando su preocupación en la problemática que está viviendo el animal, con el ánimo de salvarlo, y finalmente lo libera. El pájaro, que es percibido al comienzo de la escena como un objeto amenazante para luego convertirse en una víctima, hacía aparecer en el actor todo un cúmulo de emociones.


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La tecnología permite medir cada instante y mostrar que en 2,6 segundos se pasó de una actitud de defensa a una de protección. Las cejas subieron en actitud de sorpresa en 60 milisegundos y bajaron en 300 milisegundos, al cambiar a una actitud de entendimiento.

La tecnología complementa la taxonomía de la Gestalt que ya mencionamos con otras variables medibles como, por ejemplo, el tiempo, las expresiones, los movimientos del cuerpo, los gestos del rostro que alimentarán el software que compara los datos obtenidos con los patrones para hacer predicciones, de acuerdo con el análisis de las emociones.

La pregunta que nos hacemos es: ¿Cuál será la influencia de estas aplicaciones en la sociedad cuando su popularidad permita que sean las máquinas las que nos hagan el análisis del comportamiento de nuestros conciudadanos y de nosotros mismos?


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Máquinas que hacen máquinas

Marzo de 2016

La técnica ocupa un lugar de gran importancia en el estudio de la filosofía y esta, a su vez, nos pone a pensar más allá de nuestra orientación puramente técnica en lo que se refiere a la transformación del hombre moderno y de la misma sociedad, debido a su influencia. Por eso, haremos una mezcla entre filosofía y técnica sobre este asunto de las máquinas que pudieran hacer máquinas.

Encontré, por ejemplo, que el filósofo Aloys Wenzl en La técnica como problema filosófico, establece las diferencias entre la máquina y el hombre, pero afirma que : “El hombre se vuelve parte de la máquina cuando, para su funcionamiento, aparece la necesidad de formar maquinistas” (como se citó en Berciano, 1995). Por otra parte, Martin Heidegger en Los conceptos fundamentales de la metafísica (2007), en una disertación sobre las máquinas y el hombre, plantea la diferencia entre lo que es natural en el ser humano, como lo es el organismo, y las máquinas, para concluir que el organismo no es una máquina.


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Esto tiene que ver con las especulaciones acerca de si las má-quinas tienen alma o de si los robots tienen sentimientos. Tales aparatos, según Heidegger, son simples utensilios que sirven para algo; dice también que no todas las máquinas son herramientas y que estas necesitan instrucciones para su funcionamiento: “La má-quina no solo precisa del constructor para ser máquina en general, sino también de las instrucciones de funcionamiento”.

La pertinencia de estos asuntos, hoy en día, se explica debido a la enorme penetración de la tecnología y al gran poder que las máquinas han adquirido, gracias también a la presencia del software que, al final de cuentas, es el que determina su comportamiento. Nos impulsa aún más el deseo de tratar estos temas cuando descubrimos la posibilidad del Big Data para analizar los sentimientos en un escrito, la interpretación psicológica de una persona aplicando la Gestalt a través de software y la posibilidad de que se construyan máquinas que puedan, a su vez, construir máquinas o software que haga software.

Las impresoras 3D, por ejemplo, transforman un objeto virtual en un objeto real y físico construido con base en materias primas que las alimentan. Surge entonces la pregunta: ¿Podría lograrse que las impresoras 3D fabriquen impresoras 3D? En el caso del software ya es sabido que se puede construir software que produzca software o software para la construcción de autómatas, lo cual nos introduce en las posibilidades de la recursividad de la técnica y el incremento de la probabilidad de que las máquinas reemplacen al hombre en más actividades cada vez, incrementando así la autonomía creadora a las máquinas.

Este debate viene de hace muchos años y traigo a la memoria el que abrió Alan Turing acerca de si las máquinas pueden tener alma, sobre lo cual escribimos un artículo titulado “¿Podrán pensar las máquinas?".


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El internet de las cosas (IoT, siglas del nombre en inglés, Internet of Things), por el otro lado, nos pone a pensar sobre qué sucederá cuando haya 50 billones de aparatos conectados a Internet en el 2020, interactuando todos entre sí a través de algoritmos que puedan tener cualidades de autómatas. Con respecto de la recursividad de las máquinas, unos investigadores de la universidad de Marie Curie UPMC lograron que un robot se reparase a sí mismo ante una falla determinada (Edwards, 2016) y entonces se comenzó a pensar en la utilidad de esta posibilidad en los casos en que los robots actúen para salvar vidas en eventos violentos, tanto de la naturaleza como ante acciones terroristas. No es sencillo determinar los casos en que eso pueda suceder y más aún si puede llegar a hacerse en tiempo real, pero lo que sí es factible es hacer que un robot fabrique, por ejemplo, un brazo dañado en su estructura bajo el control de una impresora 3D que esté involucrada en su diseño.

Pero aún más, es factible que las máquinas comunicadas entre sí a través de los sensores y los protocolos de redes inalámbricas puedan intercambiar datos que activen algoritmos “pidiendo ayuda” para reconfigurar el funcionamiento de un dispositivo cuyo software haya abortado. Es una especie de simulación de lo que hace la biología, que logra reestructurar sus tejidos después de una herida en el cuerpo humano, lo que en el caso de las máquinas no deja de ser algo artificial, pero posible.

En lo personal, he trabajado el asunto del software que hace software en la plataforma de mi autoría llamada e-genesis, el Generador de Sistemas, en donde he logrado que el software se autodocumente a sí mismo o que el software del generador haga software para el mis-mo generador, experiencia que nos enseña también las limitaciones, pues lo que uno concluye es que detrás de todo esto están los seres humanos. Por eso, Alan Turing decía que, al final de cuentas, el botón de apagar una máquina está en nuestras manos.


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Pero en el reporte de la Computer Society del IEEE (Alkhatib et al., 2014), en donde se presentan las 23 tecnologías que están transformando a la sociedad, se mencionan los problemas de se-guridad a través de las cosas que van a estar entrecruzadas debido a las nuevas tecnologías centradas en lo que se denomina el internet de las cosas, el Big Data, y la generación de información desde múlti-ples orígenes.

La pregunta alrededor del tema que hoy tratamos sería ¿Cuál es la posibilidad de que dentro de los millones de interacciones entre sensores estos tomen un camino incontrolable, hasta el punto en que perdamos el control del botón de apagado?


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Sistemas híbridos: ¿apps o cloud?

Julio de 2016

Quienes hacemos software orientado a la web siempre hemos tenido una duda con respecto del verdadero balance entre las soluciones para móviles, en el sentido de si realmente se requiere desarrollar apps o simplemente dejar que las aplicaciones web cubran la necesidad de desarrollos.

Hago memoria sobre la aparición de uno de los primeros dis-positivos móviles con amplias características de computador, como fue el caso del pequeño computador o tableta Nokia 770 en el año 2005, cuando aún no había sido lanzado al mercado el iPhone de Apple, que vino a salir en el año 2010.

El Nokia 770 permitía tener Linux instalado en el pequeño equipo (del tamaño de un iPhone) y conexión a Internet. Aún no se hablaba de las apps, razón por la cual fue una innovación de gran importancia. En mi caso particular, ya había desarrollado mi Generador de Sistemas, llamado e-Genesis, el cual reside en un hosting en Internet con muchas funcionalidades creadas desde cero, como


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el disco virtual, el correo electrónico, la mensajería instantánea, la producción automática de portales y el generador mismo, que crea software de manera automática, basado en especificaciones de diseño.

Al tener en las manos un Nokia 770, la primera pregunta fue si era necesario bajar el e-Genesis al dispositivo móvil, o más bien hacer que este aparato se conectara a Internet y se manejara todo lo que se ha mencionado sin necesidad de escribir software residente en el dispositivo móvil. La decisión fue simple: dejar el e-Genesis en la web, conectarlo desde el Nokia 770 vía Internet y crearle al sis-tema una funcionalidad para que los portales realizados, es decir las interfaces del usuario, se generaran desde el servidor remoto, o sea desde la nube, para la pantalla de PC o del dispositivo móvil, adecuando la reducida ergonomía por el tamaño de la pantalla, en este último caso.

No fue necesario hacer software para el dispositivo, pues todas las funcionalidades las manejaba desde Internet, al que, en ese tiempo, aun no se le llamaba nube, facilitándole al usuario una vi-sualización cómoda y apropiada al dispositivo móvil. Además, no fue necesario disminuir las funcionalidades del software, como extra-ñamente sucede en muchas apps de hoy en día.

Todos sabemos que los dispositivos móviles se han llenado de aplicaciones que corren en el mismo aparato (apps), pero la gran mayoría lo que hace es conectarse con Internet para el manejo de repositorios de datos, dadas las reducidas capacidades de almace-namiento en los pequeños aparatos.

Siempre que aparecen nuevos paradigmas en los sistemas de computación, como la nube, los móviles, la educación virtual y muchos otros casos, surge la duda respecto de si son estados del arte o simplemente novedades. Con el tiempo se establece la verdadera categoría, dependiendo del nivel de usuarios y uso generalizado, pero también por presiones del mercado que crean necesidades.


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Las apps son un ejemplo de ello. La pregunta es: ¿Realmente son necesarias o van a desparecer en la medida en que Internet es más popular, más robusto y más generalizado?

He escuchado decir que a veces la comunicación con Internet es más rápida que las mismas aplicaciones locales. Naturalmente, cuando las aplicaciones hacen uso de ciertas características del hardware como el sonido, las fotos o los videos locales, serán nece-sarias aplicaciones propias para eso, pero no todas requieren esas funcionalidades, como es el caso del correo electrónico y el acceso a las redes sociales que se pueden lograr vía Internet, simplemente.

Lo que me movió a escribir este artículo, además de las dudas personales que he comentado, fue una nota publicada en febrero de 2016 por Vinton Cerf, el padre norteamericano de Internet, titulada Apps and the Web, en la que dice: “Mucho se ha escrito sobre la di-ferencia y eventual rivalidad entre las aplicaciones nativas de los equipos móviles y las de Internet”. En el mismo escrito, Cerf se plantea las preguntas que ya he mencionado y nos permite aventurarnos a pensar de la manera como lo he expuesto.

Hasta hoy, no he necesitado desarrollar aplicaciones propias para ningún móvil, para usar mi plataforma e-Genesis, pues a través de la conexión con Internet se tienen todas las funcionalidades, sin excepción, y ello me ha permitido despreocuparme de asuntos como el espacio en disco, ya que se utiliza el que ofrece el hosting o la cloud computing en donde residen las aplicaciones y mis datos.

El ministerio de TIC ha trabajado ampliamente en incentivar eldesarrollo de apps, como se puede leer en el último número de la revista Sistemas de la Asociación Colombiana de Ingenieros de Sis-temas —ACIS—, sobre “El poder de las apps: desafíos y nuevos estándares” (2016).


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Al final, el centro de este asunto es la capacidad de desarro-llo de software de nuestros profesionales, sin importar si son apps o cualquier otro tipo de desarrollo, que solo se logra con conocimientos formales en esta profesión.

El mercadeo de las aplicaciones es otra fase que el programador debe tener en cuenta, pero independientemente de cómo se de-nominen —hoy se llaman apps; mañana quizá tengan otro nombre—, la formación profesional es la misma.


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Capitulo


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Esta edición de Sociedad transformada se terminó de imprimir en el mes de diciembre de 2017.

En su composición se utilizaron los tipos:Charter, Zurich BT, Bergamo Std, Avenir y Cinzel.


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