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Síntesis del texto Guerreschi, C. (2007). Las nuevas adicciones. Internet, trabajo, sexo, teléfono celular, compras.

Argentina: Lumen. Elaborado por Lcda. Irene Ruiz, M.A.

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El surgimiento de las TIC, ha traído consigo muchos beneficios:

Establecer comunicación con personas alrededor del mundo de forma simultánea,

Conocer, recibir y dar información de forma sincrónica o asincrónica, y

En sus contextos originales, ser un medio lúdico para obtener: o Un aprendizaje interactivo por el acceso a múltiples herramientas, o Incrementar habilidades cognitivas, o Aprender de forma colaborativa, entre muchos más beneficios,

Pero estos nuevos recursos usándolos sin tomar en cuenta las medidas y la orientación pertinente han comenzado a causar ciertos problemas, entre los que se pueden encontrar los siguientes.

1 Este texto fue elaborado para el Diplomado en Ambientes de Aprendizajes Significativos con TIC, Universidad Rafael

Landivar, Guatemala, junio de 2013. La autora posee una Licenciatura en Psicología Educativa y tiene una Maestría en Educación y Aprendizaje por la Universidad Rafael Landivar de Guatemala.

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Uso y abuso de la Red

Con el inicio de Internet se ha incrementado la calidad de

vida de las personas, pues tiene muchos aspectos positivos

que conlleva a nivel social, psicológico y educativo y donde

los usuarios pueden encontrar información, mantener

relaciones sociales, jugar, entre otras actividades (Kraut, et.

Al, 1998, citados por Guerreschi (2007). Pero el aumento al

acceso a este tipo de tecnología, también ha llevado al

surgimiento de trastornos en el comportamiento,

comprometiendo de forma progresiva el aspecto social y

psicológico de las personas.

“El trastorno por adicción a Internet representa una modalidad de expresión de una dolencia a

través de un nuevo producto tecnológico” Guerreschi (2007, p. 26). Las personas que desarrollan

esta adicción a Internet, son las que se quedan conectadas durante horas, perdiendo la conciencia

del tiempo y sin lograr controlar la necesidad de conectarse a la Red.

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Griffith (1998, citados por Guerreschi (2007, p. 28-29), incluye 6 componentes centrales de la adicción a Internet:

Estado de dominio

Alteraciones del tono del humor.

Tolerancia.

Síntomas de abstinencia.

Conflictos.

Recaídas.

Mientras que Young, (1998, p. 30), lo relaciona con los criterios asociados al juego de azar patológico:

Preocupación por Internet.

Necesidad de mayor cantidad de tiempo en línea.

Reiterados intentos de reducir el uso de Internet.

Retracción a consecuencia de un uso reducido.

Problemas en el manejo del tiempo.

Problemas de estrés en la familia, en la escuela, en el trabajo o con los amigos.

Mentiras respecto al tiempo que estuvo en línea.

Cambios en el humor.

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También Shapira (2003), indica que se debe considerar el

trastorno del uso de Internet como un trastorno del control de los

impulsos, pues los sujetos experimentan una tensión creciente,

que conduce al estrés psicológico y al empobrecimiento de las

actividades diarias en diversos contextos sociales, educativos o

económicos y a toda edad.

Los navegantes dependientes del uso de la Red, señalan que

pueden transcurrir cuarenta horas por semana conectados y

refieren que este uso excesivo de la Red es causa de problemas

con su familia, con su trabajo y en su vida en general, pero que a pesar de todo esto, no logran frenar la

caída en esa situación. Además, comentan que el Internet les proporciona una sensación de

anonimato, simple y accesible de utilizar y un modo eficaz de lograr apoyo social, experimentar

diferente percepción de sí mismo, aumentar sensación de poder, pero al mismo tiempo, si son usuarios

patológicos de la Red, se muestran deprimidos, solos, ansiosos y con baja autoestima pues se refugian

en la realidad virtual para evadir las dificultades cotidianas, aunque Young en 1998 en una

investigación realizada concluyó que aunque hay evidencia de una relación entre abuso en el uso de

Internet y la depresión, no se ha establecido cuál de los dos trastornos es la causa y cuál el efecto.

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Por otro lado, existen otras condiciones de problemas físicos relacionados con el uso y abuso de la

computadora y al estilo de vida sedentario, entre ellas:

“Trastornos del sueño: causados por el hábito de permanecer conectado hasta tarde, trastornando así el ritmo normal sueño-vigilia.

Cansancio excesivo: consecuencia de la pérdida de horas de sueño, con la consiguiente repercusión en el desempeño escolar o laboral.

Debilitamiento del sistema inmunitario: causado también por la irregularidad del sueño, lo que provoca una mayor predisposición a contraer enfermedades.

Irregularidad en la alimentación: el sujeto a veces se olvida o saltea voluntariamente comidas para maximizar el tiempo de conexión a Internet.

Escaso cuidado del cuerpo y falta de entrenamiento: la atención del sujeto se dirige hacia una única actividad, la conexión a Intenet, perdiendo interés hacia otras cosas.

Dolor lumbar: síntoma de la vida sedentaria y de la falta de actividad física.

Síndrome del túnel carpiano: los sujetos que pasan largas horas frente a la computadora suelen tener mayor riesgo de desarrollar esta patología, debido a la posición de la mano para sostener el mouse.

Cefalea: dolor de cabeza.

Cansancio ocular.” (p. 38).

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Así, se puede ver que el abuso del uso de Internet o de otros recursos de la web, interfieren en las

actividades diarias de algunas personas, algunas veces desde la niñez, aunque se da con más

frecuencia en la adolescencia y en la edad adulta y pueden acarrear consecuencias familiares en la

medida que se aumentan las horas transcurridas frente a la computadora, pues disminuye el

tiempo disponible para dedicarse a la familia y a las personas significativas. Se deterioran las

relaciones entre padres e hijos, amistades importantes y con mayor frecuencia en la pareja.

El Internet es un medio para escapar de la realidad cotidiana,

donde el sujeto va perdiendo de forma progresiva el interés,

llegando a descuidar las obligaciones domésticas y de

trabajo, se han dado casos donde las madres olvidan buscar

a sus hijos en las escuelas o preparar las comidas.

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Por otro lado, los estudiantes tienen un excelente

instrumento de investigación si saben utilizarla de forma

efectiva, pero muchas veces es fuente de distracción, ya que

pone a su disposición otro tipo de actividades que los puede

distraer. Los trabajadores tienen la posibilidad de utilizar la

red en su trabajo, pero si lo hacen con fines no profesionales,

pueden sufrir un despido. Los empleadores señalan y

lamentan que la productividad sufra una disminución debido

al uso inapropiado del Internet, además de aumentar los errores en su desempeño laboral.

Otros sujetos presentan problema cuando participan del comercio online, juegos de azar virtuales

o participa en subastas, pues muchas veces se trata de estafas que suceden debido al uso de

tarjetas de crédito como medio de pago; además pueden ser utilizados por los piratas telemáticos

o los hackers. Estas actividades tienen diferentes características comunes: la competencia, el

riesgo y el logro de una excitación inmediata y “generan una ilusión de omnipotencia, de la que

deriva una fuerte activación emocional. Las compras en la Red provocan gratificación por el solo

hecho de haberlas efectuado, aun si no se puede poseer rápidamente la mercancía.” (p. 57)

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Con respecto a la adaptación social de las personas por el uso de Internet, se tienen diferentes

posiciones, pues por un lado Baruch (2001), citado por Guerreschi (2007), argumentó que el

Internet apartaría a las personas de las sanas relaciones sociales, mientras que Engelberg y Sjöberg

(2004), realizaron una investigación donde estudiaron la relación entre la habilidad social, la

personalidad y el uso de Internet, encontrando que las personas extravertidas están menos

inclinados a buscar sitios de socialización, porque su necesidad de intercambios sociales está

satisfecha en la vida “offline”. Además señalan que los usuarios que pasan más tiempo en línea, se

sienten más solos y tienen más bajos niveles de inteligencia emocional y en la capacidad de

comprender emociones.

Otro problema que se está generando, es la sobrecarga

cognitiva, que se da por la necesidad de encontrar

información, el navegar “en sitios de la Red ofrece una óptima

oportunidad para estas personas, que progresivamente se

tornan adictas a la descarga de material de Internet. Se piensa

que poseer todo el material informativo posible es un modo de tomar mejores decisiones o de

tener un mayor prestigio social respecto de aquellos que están menos informados.” (p. 57).

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Para los niños, los medios de comunicación presentan muchas ventajas y

potenciales peligros, ya que es posible conectarse a través de la televisión y del

celular, siendo los niños los “nuevos usuarios tecnológicos”. (p. 59). Los juegos

de azar no están bien reglamentados en Internet y un niño puede tener acceso,

donde se puede jugar por diversión o por dinero: se han individualizado links de

de casinos, lugares de apuestas y de pornografía.

Otro grupo vulnerable son los adolescentes, pues es una edad donde tienen

que adaptarse y enfrentar los cambios propios de la edad, el desarrollo de la identidad y el

establecimiento de relaciones íntimas. Así con el uso de Internet y con el anonimato, “pueden asumir

la identidad que más desean, sin temor a ser juzgados por el aspecto o por el modo de actuar”. (p. 60).

“En consecuencia, es probable que los estudiantes que usan excesivamente la Red puedan fallar en las

metas evolutivas esperadas, permaneciendo inmaduros para las relaciones sociales reales”. (p. 60). Así

puede observarse que si se utiliza este recurso en exceso por los adolescentes, se puede identificar que

la sustitución del contacto cara a cara por experiencias sociales online y la sustitución de la propia

identidad con seudoidentidades son dos resultados negativos que retrasan o interrumpen el desarrollo

esperado para estas edades.

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Después de ver estos efectos de la dependencia al Internet, es importante determinar cómo se

puede utilizar el recurso de la Red de forma controlada y moderada y Young propone estrategias

cognitivo-comportamentales para cambiar los hábitos de abuso de Internet, entre ellas:

“Reconocer aquellas actividades que se está perdiendo o ha descuidado, asignándole puntaje según sea muy importante, importante o poco importante.

Evaluar el tiempo transcurrido en línea y los usos preferidos durante la semana.

Utilizar técnicas de gestión del tiempo, como: cultivar una actividad alternativa, practicar lo contrario, establecer períodos firmes, programar el uso de Internet semanalmente.

Encontrar un grupo de ayuda o autoayuda en el mundo real.

Reconocer los factores desencadenantes del comportamiento.

Llevar consigo notas recordatorias con mensajes positivos sobre las ventajas de la limitación del uso de la Red.

Dar pasos concretos para centrar los verdaderos problemas.” (p. 65 y 66).

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Uso y abuso de los celulares

La disponibilidad del “teléfono celular introdujo nuevos comportamientos en la vida cotidiana y nuevas

modalidades de comunicación en las relaciones humanas” (Lacohée, Wakeford y Pearson, 2003, p.

133). Con esto se aumentó la frecuencia de llamadas telefónicas solo para contactar a otra persona,

pero sin motivo de urgencia.

El teléfono celular según Di Gregorioi, (2003), provee una

sensación de libertad, independencia y seguridad, pues se lleva

siempre consigo y se puede utilizar en cualquier momento y

lugar.

Con la utilización del celular, nace un nuevo modo de

comunicación, no sólo verbal, sino por escrito a través de los

mensajes de texto SMS y esta función va disminuyendo cada vez

más la comunicación telefónica verbal. Los jóvenes son los que más utilizan los SMS por razones

económicas, pues cuestan menos que una llamada y porque les permite comunicarse al margen de la

observación de los adultos.

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Asimismo, la aparición de los celulares ha originado nuevos modelos sociales y status ligados a la

posesión de celulares de última generación para estar a la moda, integrado a contactos frecuentes

e importantes.

“Las pasiones que despierta el teléfono celular trascienden el interés por un simple objeto

tecnológico y el placer que produce. La relación con él se transforma en algo muy parecido a la

relación afectiva con una persona.” (p. 137).

De diversas investigaciones y análisis conductuales realizados, han surgido varios tipos de adicción

ligados a distintos factores, encontrando así un amplio espectro de categorías de adictos al uso del

celular, entre ellos:

Los adictos a los mensajes de texto.

Los adictos al nuevo modelo.

Los exhibicionistas del celular.

Los “game players”.

Los que padecen el síndrome del celular encendido.