Shambhala La Resplandeciente / Nicholas Roerich

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Shambhala La Resplandeciente / Nicholas Roerich

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ShAMBhALA

LA RESPLANDECIENTE

Jorge E. Morales
Rectángulo

«Cualquier fonna de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realjzada con la autorización de sus titulares, salvo excep­ción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) -www.cedro,org- si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra».

Primera Edición: Mayo de 2011

© 1928. Nicholas Roerich

© Editorial Nous Calle El Fresno, 30. La Montaña de los Ángeles. 14740. Córdoba [email protected]

ISBN: 978-84-937332-8-5

Depósito Legal: SE-4150-20 11

Producción: Noumicon y Clemente Jara

Ilustración Portada: Nicholas Roerich. Palh lO Shambha/a. 1933. Nicho/as Roerich Museum Ni?W York

Imprime: Publidisa Impreso en España. Printed in Spain

w\vw.cditorialnous.com

NICHOLAS ROERICH

S HAM B HALA LA RESPLANDECIENTE

PRÓLOGO DE JAVIER LEÓN

no~s

Jorge E. Morales
Rectángulo

"Un corazón amoroso es el requisito principaL' Respetar

a la gente como a un hijo único; no oprimir ni destruir;

no exaltarse a uno mismo aplastando a otros, sino confor­

tando y siendo amable con aquellos que sufren. No pensar

ningún mal ni cometerlo, sino por el contrario, pensar en

beneficio de todas las criaturas. "

[S. W. Ladeo La, Diario íntimo,

19 de agosto de 1923.]

Jorge E. Morales
Rectángulo

ÍNDICE

Prólogo de Javier León

11

Shambhala, la Resplandeciente

27

Jorge E. Morales
Rectángulo

PRÓLOGO

Jorge E. Morales
Rectángulo

Resulta emocionante perseguir mitos y

leyendas. A veces descubrimos que detrás de

ellas siempre se encierran narraciones increí­

bles que nacen desde los más oscuros orígenes

de la historia humana. No importa la latitud

ni el tiempo. Ellos siempre han estado ahí,

enseñando la forma más cercana de recordar

realmente quienes somos como raza humana

y como individuos. Mitos y leyendas que nos

acompañan desde que somos bienvenidos al

regazo social, pero también, historias que des­

cubrimos con la inquietud del saber, con el

asalto a los interrogantes cósmicos. Misterios y

misterios que se desarrollan en nuestra psique,

pero, también, en nuestros corazones llenos de

ansiedad por sentir y experimentar la vida.

Jorge E. Morales
Rectángulo

Más allá de 1hule o la Atlántida, de

Agartha o Avalón, Baltia o Atzlán, sin duda,

el mito más de moda en nuestra actualidad

sigue siendo la leyenda de Shambhala. Una

leyenda que nos sume en un mundo de

esperanzas futuras capaces de despertar no sólo

la curiosidad por su origen, sino también el

reencuentro con la aventura futura.

Eso debió pensar, y también sentir,

Esteváo Cacella (Aviz, 1585 - Tíbet, 1630),

jesuita portugués y uno de los primeros

occidentales que pudo entrar en Bután. En su

"Reporte sobre el Reino de Bután", escrito el4 de

octubre de 1627, hablaba de un reino llamado

Xembala en los siguientes términos:

«Existe un reino que es muy famoso aquí, y

que según dicen es muy grande, denominado

(Xembala" [Sham-bha-Ia), junto a otro

llamado Sopo [Sog-po} (Mongolia). "

1141

Las palabras de Esteváo Cacella son más

que inspiradoras e invitan, como mínimo, a la

curiosidad ya la búsqueda. Yes a esa búsqueda

a la que nos debemos desde hace años, explo­

rando desde la antropología los paraísos utópi­

cos, las ciudades ideales y los mitos alrededor

de lugares que tendían a la perfección material

o espiritual. Y el mito de Shambhala siempre

nos ha llamado poderosamente la atención.

Es por ello que persiguiendo sus pistas, y

tras editar en esta misma editorial su biografía

(La vida de Nicholas Ro erich , de Jordi Pomés,

Ed. Nous, 2008) llegáramos a este hermoso re­

lato de Roerich que ahora nos atrevemos a re­

producir y compartir con el gran público. Un

texto único que nos parece imprescindible para

adentrarnos en el conocimiento del mito, de la

leyenda, pero también de los atisbos de verdad

que pudiera encerrar. Incluso de aquellas pistas

que nos aproximen a su estudio.

Jorge E. Morales
Rectángulo

Nicholas Roerich (1874-1947) fue sin

duda un personaje excepcional y polifacético,

una de esas personas increíbles que surgen de

vez en cuando para enriquecer e inspirar la

cultura de su tiempo. Artista, científico y pen­

sador ruso, entregó toda su vida y obra pro­

fesional para conseguir un gran ideal: el ideal

de la paz mundial. Este ideal inspiró más tarde

el conocido Pacto Roerich, firmado en la Casa

Blanca por el presidente Roosevelt en 1935 po­

cos años antes de la 11 Guerra Mundial.

Roerich fue pintor, diseñador, restaura­

dor, poeta, antropólogo, escritor, botánico,

pacifista, filántropo, filósofO, escenógrafo, mís­

tico, arqueólogo, explorador ... Junto con su es­

posa Helena, gran inspiradora de su obra, fue

creador de sociedades como la Sociedad Agni

Yoga y de la reconocida Bandera de la Paz. Pero

sobre todo, el genial Roerich fue un incansable

buscador de la mítica Shambhala.

En su magnífico libro "El corazón de

Asia", (Ediciones SR, 2008), Nicholas Roerich

expresa el resumen de su viaje más importante:

"Si me preguntaran cuál fue la más sublime

entre las innumerables impresiones que

recibí en el viaje, respondería sin duda:

¡Shambhala!"

Más tarde, en la residencia Talai-Pho­

Brang, en Darjeeling, al norte de la India, es­

cribió "Shambhala, la resplandeciente", texto

que apareció en su libro, publicado en 1930,

"Shambhala: In Search ola New Era" (Sham­

bhala: en busca de una Nueva Era).

Pero, ¿qué es realmente Shambhala? Ade­

más de un mito pasado, es una palabra que se

ha puesto de moda en los movimientos me­

siánicos y espirituales de los últimos tiempos

y que puede escucharse en mantras, en medi-

Jorge E. Morales
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taciones y encuentros dentro del movimiento

Nueva Era. Algo más que un arquetipo del pa­

sado que vuelve a nuestros días con fuerza y

misterio.

A pesar de que el origen histórico de

Shambhala hay que situarlo en el budismo

tibetano, especialmente en el texto tántrico

conocido como Kalachakra, fue Madame

Blavatsky quien puso en boca de Occidente,

tras sus viajes por Oriente, todo lo relacionado

a este mítico lugar. Para ella, la situación

geográfica de Shambhala estaba en el desierto

del Gobi, deducción a la que pudo llegar a

partir de los escritos de Csoma de Koros , estudioso húngaro cuyos textos influyeron en

Blavatsky.

En 1825, Koros escribía que Shambhala

podría estar situada entre los 45 y los 50 grados

de longitud. Aunque él creía que podría en-

contrarse en el desierto Kizilkum en Kazajstán,

el Gobi también estaba comprendido entre las

dos longitudes.

Otros, posteriormente, la situarían en el

Turkistán Oriental, la región china de Xinjiang,

según la tradición, cerca del río Sita (Tarim); o

en las Montañas Altai, en Mongolia, entre ellos,

Roerich; o en la montaña Kailas, lugar donde,

para algunos tibetanos, estaría la montaña

central del reino de Shambhala. Para Alexander

Csomo de Koros, su situación estaría más allá

del río Sita, en las tierras del pueblo Yugurs,

en la actual región china de Gansu. ¿O tal vez

se refería a los Iugurs, de nuevo en la región

china de Xinjiang? En esa zona también hay

un gran desierto, como el del Gobi, llamado

Taklamacán. Y allí había un antiguo reino

budista llamado Yarkand. Yarkanda es ahora

una ciudad-oasis en mitad del desierto que ha

sobrevivido al tiempo.

Jorge E. Morales
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Para Blavatsky, debió ser natural situar

Shambhala en el desierto del Gobi, también

conocido en épocas anteriores como desierto

de Shamo, ya que los mongoles eran fervorosos

seguidores del Budismo Tibetano, particular­

mente de sus enseñanzas Kalachakra. Durante

siglos, habían creído que Mongolia era la Tierra

al Norte de Shambhala. También el esoterista

francés Saint-Yves situó allí la mítica Agartha.

Mirado desde cerca, al menos existe cierta

coincidencia etimológica en ambos nombres:

Sham-o y Sham-ba-la.

Según algunos estudiosos, en tibetano,

Shambhala es "bde 'byung", "la fuente de la

felicidad". Para la teosofía de Blavatsky, la pala­

bra Shambhala significa "isla blanca", y Gobi,

"el oculto", "aquel que lleva un secreto". Allí

vive, según la tradición teosófica, Sanat Kuma­

ra, el Señor del Mundo, el cual es conocido

como "el niño azul" o "de la eterna juventud".

I f

I ! , ¡

Azul es "shayama" y niño "bala" en sánscrito.

De Shayama Bala derivó Shambhala, "el lugar

donde la voluntad de Dios es conocida", según

la mística actual.

Como decíamos, el origen primero de

esta leyenda hay que situarla en el texto Ka­

lachakra. Marcelle Lalou y otros estudiosos

fechan el Kalachakra en el siglo X. Según la

leyenda budista, el mismo Buda, a petición de

del rey Suchandra de Shambhala, había reco­

pilado este texto en más de doce mil versos.

Así, un año después de su iluminación, el Buda

Shakiamuni se mostró simultáneamente en el

Pico del Buitre con la apariencia de un mon­

je y como Kalachakra en Dhanyakataka, al sur

de la India, transmitiendo el Tantra de Kala­

chakra. Suchandra, rey de Shambhala, volvió

a su hogar y recopiló toda la explicación re­

cibida, declarando el Budismo de Kalachakra

como religión de su estado. Los reyes siguientes

Jorge E. Morales
Rectángulo

del reino de Shambhala mantuvieron esta tra­

dición. El mismo texto habla de una profecía

futura, la cual asegura que Shambhala renacerá

en el futuro.

Según las profecías y cálculos astrológicos

del Kalachakra, en el año 2425 llegará desde

Shambhala una gran guerra durante la cual

los bárbaros serán derrotados yel nuevo reino

resplandecerá hasta la extinción de la doctrina

budista, esto es, hasta el año 5104.

Siguiendo con Roerich, éste dirigió entre

1925 y 1928 una expedición desde la India,

a través del Tíbet, hasta la "Mongolia Exterior

y la región de las Montañas Altai. El objetivo

principal de la misma era estudiar plantas, et­

nología e idiomas, además de aprovechar los

increíbles paisajes y leyendas para pintar. Y la

leyenda de Shambhala estuvo muy presente en

todo el viaje, si no fue, como muchos aseguran,

el motivo principal del mismo. Los miembros

de esa expedición afirmaron haberla localizado

en la región de Altai. Incluso hoy en día, para

muchos de sus seguidores, las Montañas de Al­

tai son un gran centro espiritual conectado de

algún modo con la mítica-mística Shambhala.

Muchos años más tarde de aquella expe­

dición, el15 de junio de 2007 fui invitado por

Joaquin Tamames y Jorge Carvajal, de la Fun­

dación Ananta, a un peculiar viaje hacia tierras

mongolas. Quisimos acompañar modestamen­

te los pasos de Roerich y otros aventureros que

más tarde fueron en búsqueda de la ciudad

mítica. En una expedición de unas veinte per­

sonas partimos desde Madrid hacia Moscú di­

rección a Ulán Bator, en Mongolia. El primer

día lo empezamos practicando un ayuno de 24

horas, una meditación grupal y unos asanas

yóguicos que debían acomodar nuestros cuer­

pos a la dureza de la travesía.

Jorge E. Morales
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Pronto partimos hacia las tierras mon­

tañosas de Altai y el majestuoso desierto del

Gobi. Pasamos por Manzushir, subimos al

monte Tsetseegün, en la región de Bogdkhan.

Visitamos el templo budista de Manzshir y vo­

lamos en avioneta hacia Bayankhongor.

En el desierto dormíamos en las yurtas de

los nómadas, en tiendas o simplemente al aire

libre. Nos bañábamos en los ríos de agua hela­

da y comíamos una rica comida que nos pre­

paraba el equipo de la expedición. Llegamos

hasta Tsagaan Aguy, "la cueva blanca", donde

tuvimos experiencias hermosas. Muy cerca de

Boontsaagan Nuur, "el lago de muchos blan­

cos", pudimos tocar unos camellos salvajes que

lloraban ante el roce de nuestras manos.

y todo eso hasta que por fin llegamos a

Eech Hairhan, "La Montaña Madre", visitan­

do más tarde uno de los monasterios más anti-

1 24 1

guos de Mongolia, el Shankh's Baruun Khuree,

el cual en el siglo XV1 tenía más de mil qui­

nientos monjes, y hoy día no alberga más de

treinta. Desde allí nos dirigimos a Karakorun

para volver de nuevo a Ulán Bator.

En esta travesía, concluimos que el viaje

a la mítica Shambhala era más bien un verda­

dero viaje interior hacia la más Íntima esencia

de lo humano. Quizás el Tercer Lama Panchen

(1738-1780) lo expresó mejor en "La Guía a

Shambhala" (del tibetano Sham-bha-la'i lam­

yig). Este lama explicó que el viaje físico a

Shambhala requería de muchas prácticas espi­

rituales. Por lo tanto, el viaje a Shambhala era

en realidad una búsqueda interior, la persecu­

ción de un ideal humano.

Sea como sea, el VIaje hacia los mitos

siempre enriquece a la antropología y, especial­

mente, a los buscadores que emprenden cual-

1251

Jorge E. Morales
Rectángulo

quier camino con tal de reencontrarse con las

profundas leyendas que configuran el espíritu

de nuestra raza. Roerich nos presenta en este

librito parte de ese espíritu, y nosotros, aven­

tureros y buscadores incansables del reino de

la verdad, ofrecemos este manuscrito para re­

vivir en nuestras carnes la aventura de ir siem­

pre más allá. Que el reino de Shambhala y su

leyenda ilumine nuestro viaje.

1261

SHAMBHALA

LA RESPLANDECIENTE

Jorge E. Morales
Rectángulo

- ¡Lama, háblame de Shambhala!

- «Pero vosotros, los occidentales, no sa­

béis nada de Shambhala, no deseáis saber nada.

Probablemente preguntáis sólo por curiosidad;

y pronunciáis esta palabra sagrada en vano».

- Lama, no pregunto acerca de Shambha­

la sin un objetivo. En todas partes, las personas

conocen este gran símbolo bajo nombres di­

ferentes. Nuestros científicos buscan el menor

indicio de este notable reino. Csoma de Koros

sabía algo sobre Shambhala cuando realizó su

prolongada visita a los monasterios budistas.

Grunwedel tradujo el libro del famoso Tashi

Lama, Pal-den ye-she, referido a La Ruta a

1291

Jorge E. Morales
Rectángulo

Shambhala. Sentimos que se oculta una Gran

Verdad bajo símbolos secretos. Verdaderamen­

te, el ardiente científico desea saber todo acerca

de la Kalachakra.

- «¿Cómo puede ser ello, cuando algu­

nos de vuestros occidentales profanan nuestros

templos? Fuman dentro de nuestros sagrados

santuarios; no comprenden ni desean venerar

nuestra fe y nuestras Enseñanzas. Se mofan

y se burlan de los símbolos cuyo significado

no penetran. Si nosotros visitáramos vuestros

templos, nuestra conducta sería completamen­

te diferente, porque vuestro gran Bodhisattva,

Issa, es en verdad eminente. Y ninguno de no­

sotros difamaría las Enseñanzas de misericor­

dia y justicia».

- Lama, sólo los muy ignorantes y

estúpidos ridiculizarían vuestras Enseñanzas.

Todas las Enseñanzas de justicia están como

en un sitio sagrado. Y nadie que esté en su

sano juicio violará los lugares sagrados. Lama,

¿por qué crees que la Enseñanza esencial del

Santo es desconocida en Occidente? ¿Por qué

crees que en Occidente no sabemos nada sobre

Shambhala?

Lama, sobre mi mismísima mesa puedes

ver la Kalachakra, la Enseñanza que trajo el

Gran Athisa de la India. Sé que si un espíritu

elevado, ya preparado, oye una voz que excla­

ma Kalagiya es el llamado a Shambhala. Sabe­

mos que Tashi Lama visitó Shambhala. Cono­

cemos el libro del Sumo Sacerdote, T' aishan:

El sendero rojo hacia Shambhala. Hasta co­

nocemos la canción mongol acerca de Sham­

bhala. Quién sabe, quizás incluso conozcamos

muchas cosas nuevas para ti. Sabemos que hace

muy poco un joven lama mongol escribió un

nuevo libro centrado sobre Shambhala.

Jorge E. Morales
Rectángulo

El Lama nos estudia con su mirada pene­

trante. Luego dice:

- «La gran Shambhala está mucho más

allá del océano. Es el poderoso dominio celes­

tial. No tiene nada que ver con nuestra tierra.

¿Cómo y por qué vosotros, las personas de la

tierra, os interesáis en ella? Sólo en algunos si­

tios, en el Lejano Norte, podéis discernir los

resplandecientes rayos de Shambhala».

- Lama, conocemos la grandeza de Sham­

bhala. Conocemos la realidad de este Reino

indescriptible. Pero también sabemos algo de

la realidad de la Shambhala terrenal. Sabemos

cómo unos altos y pocos lamas fueron a Sham­

bhala, cómo en la ruta vieron las cosas físicas

habituales. Conocemos las historias del lama

buriato, de cómo fue acompañado a través una

galería secreta muy estrecha. Sabemos que otro

visitante vio una caravana de habitantes de las

montañas con sal de los lagos, en las fronteras

de Shambhala. Es más, nosotros mismos he­

mos visto uno de los tres fuertes fronterizos de

Shambhala. De modo que no me hables sólo

de la Celestial Shambhala, sino también de la

que está en la tierra, pues sabes tan bien como

yo que en la tierra Shambhala está conectada

con la Celestial. Y en este vínculo están unidos

los dos Mundos.

El Lama se queda callado. Con los ojos

medio ocultos por los párpados, examina nues­

tros rostros. Y en el ocaso de la tarde comienza

su relato:

- «Realmente, está llegando el momen­

to en que la Enseñanza del Santo una vez más

llegará al Sur desde el Norte. La palabra de la

Verdad, que comenzó su gran sendero desde

Bodhigaya, regresará nuevamente a los mismos

sitios. Simplemente debemos aceptarlo como

Jorge E. Morales
Rectángulo

es: el hecho de que la verdadera Enseñanza

abandonará el Tíbet y aparecerá otra vez en el

Sur. Y en todos los países se manifestarán las

alianzas de Buda. En realidad, grandes cosas

están llegando. Venís de Occidente, sin em­

bargo traéis noticias de Shambhala. Debemos

tomarlo muy en serio. Es probable que el rayo

de la torre de Rigden Gyeppo haya llegado a

todos los países.

La Luz de la Torre de Shambhala resplan­

dece como un diamante. El está allí, Rigden

Gyeppo, infatigable, siempre vigilante de la

causa de la humanidad. Sus ojos nunca se cie­

rran y en su espejo mágico ~e todos los acon­

tecimientos de la tierra. El poder de su pen­

samiento penetra los sitios más apartados. La

distancia no existe para El; instantáneamente

puede brindar ayuda a quienes sean dignos de

ella. Su poderosa Luz puede destruir cualquier

oscuridad. Sus inconmensurables riquezas es-

tán listas para ayudar a todo aquel que esté ne­

cesitado y se ofrezca a servir a la causa de la

justicia. Hasta puede cambiar el Karma de los

seres humanos ... »

- Lama, me parece que hablas de Maitreya,

¿no es así?

- «¡No debemos pronunciar este misterio!

Hay mucho que no puede ser revelado. Hay

mucho que no puede ser cristalizado en soni­

do. Con el sonido revelamos nuestros pensa­

mientos. Con el sonido proyectamos nuestro

pensamiento en el espacio y el resultado puede

ser el mayor de los daños. Porque todo lo que

se divulga antes del momento destinado des­

encadena un daño incalculable. Hasta pueden

provocarse las mayores catástrofes con estos

actos tan atolondrados. Si Rigden Gyeppo y

el Santo Maitreya son uno y el mismo para ti,

que así sea. ¡Yo no lo he dicho!

1351

Jorge E. Morales
Rectángulo

Incontables son los habitantes de Sham­

bhala. Numerosas son las espléndidas fuerzas

nuevas y logros que de allí se están preparando

para la humanidad ... »

- Lama, el Vedanta nos dice que muy

pronto serán entregadas a la humanidad nue­

vas energías. ¿Es verdad?

- «Innumerables son las grandes cosas

predestinadas y preparadas. A través de las

Sagradas Escrituras sabemos de la Enseñanza

del Santo sobre los habitantes de las estrellas

distantes. De la misma fuente hemos oído

del pájaro de acero volador. .. , de serpientes

de hierro que devoran el espacio con fuego y

humo. Tathagata, el Santo, predijo todo para

el futuro. Sabía que los ayudantes de Ridgen

Gyeppo se reencarnarían a su debido tiempo;

que el ejército sagrado limpiaría Lhasa de to­

dos sus atroces enemigos; y que se establecería

el Reino de la justicia».

- Lama, si los grandes guerreros se encar­

nan, ¿acaso las actividades de Shambhala no

tendrán lugar aquí, en nuestra tierra?

- «En todas partes, aquí y en el Cielo. To­

das las fuerzas benévolas se unirán para des­

truir la oscuridad. Todo el que preste ayuda en

esta Gran Tarea será recompensado cien veces y

en esta mismísima tierra, en esta encarnación.

Todos los pecadores contra Shambhala perece­

rán en esta encarnación porque han agotado la

misericordia» .

- Lama, tú conoces la verdad. Dime en­

tonces por qué hay tantos sacerdotes indignos.

- «Ciertamente, ésta no es una excusa,

pero si la Enseñanza debe desplazarse hacia el

Sur, entonces, no es sorprendente que muchos

lamas sabios hayan abandonado el Tíbet. En

Occidente, ¿saben que Pan-chen-rinpoche (el

Lama Tashi) está conectado con Shambhala?»

1371

Jorge E. Morales
Rectángulo

- Lama, sabemos, por supuesto, que

Pan-chen-rinpoche es muy estimado en todas

partes. En diferentes países, no sólo entre los

budistas, sino entre los pueblos de muchas na­

ciones, hemos notado hasta qué punto favora­

ble hablan de Su Santidad. Se dice incluso que

en Sus habitaciones privadas, mucho antes de

Su partida, se habían trazado en los frescos los

detalles de sus futuros viajes. Yen esto sabemos

que Pan-chen-rinpoche sigue las costumbres

de todos los Grandes Lamas. Nos han dicho

cómo durante su vuelo El y Sus seguidores es­

caparon a muchos de los más grandes peligros.

Conocemos que en uná época sus perse­

guidores de Lhasa ya estaban sobre El, cuando

una gran nevada les bloqueó el camino. Otro

día, Pan-chen-rinpoche llegó a un lago en las

montañas; se vio ante un difícil problema. Sus

enemigos estaban muy cerca de El, pero para

escapar, le sería necesario dar un gran rodeo

por el lago. De modo que Pan-chen-rinpoche

se sentó a meditar profundamente durante al­

gún tiempo. Cuando se levantó, dio órdenes

de que, a pesar del peligro, toda la caravana de­

bería pasar la noche a orillas del lago. Entonces

sucedió lo inusual: durante la noche hubo una

gran helada que cubrió el lago de hielo y nie­

ve. Antes de alba, cuando aún estaba oscuro, el

Lama Tashi dio órdenes a su gente de moverse

deprisa y El y Sus trescientos seguidores cruza­

ron el lago sobre el hielo por la ruta más corta,

escapando de esta manera del peligro. Cuando

los enemigos llegaron al mismo sitio, el sol ya

estaba alto y sus rayos habían derretido el hie­

lo. Sólo les quedaba rodear el lago. ¿No fue así?

- «Verdaderamente, así fue. Pan-chen­

rinpoche recibió ayuda de la Sagrada Sham­

bhala a lo largo de Sus viajes. Vio muchos sig­

nos maravillosos cuando cruzó las tierras altas

hacia el Norte».

Jorge E. Morales
Rectángulo

- Lama, no lejos de Ulan-Davan vimos

un enorme buitre negro que volaba bajo, cerca

de nuestro campamento. Cruzó en dirección a

algo resplandeciente y bello, que volaba hacia

el sur sobre nuestro campamento y que brilla­

ba bajo los rayos del sol.

Los ojos del Lama parecían echar chispas.

Con ansiedad, preguntó:

- «¿También olisteis los perfumes de los

inciensos de los templos en el desierto?»

- Tienes toda la razón, Lama, en el desier­

to pedregoso, a varios días de cualquier sitio

habitado, muchos de nosotros fuimos a la vez

conscientes de un exquisito vestigio de perfu­

me. Ello sucedió varias veces. Nunca olimos un

perfume tan delicioso. Me recordó a un cierto

incienso que un amigo mío me dio una vez en

la India. De dónde lo obtuvo, no lo sé.

1 40 1

- «Ah, estáis protegidos por Shambhala.

El enorme buitre negro es vuestro enemigo,

que está ansioso por destruir vuestro trabajo,

pero la fuerza protectora de Shambhala os si­

gue en esta forma Radiante de la Materia. Esta

fuerza siempre está cerca de vosotros, pero no

siempre podéis percibirla. Sólo en ocasiones se

manifiesta para fortaleceros y dirigiros. ¿Ha­

béis notado la dirección en que se movía esta

esfera? Debéis seguir la misma dirección. Me

habéis mencionado la llamada sagrada: ¡Ka­

lagiya! Cuando alguien oye este llamamiento

imperativo, debe saber que la ruta hacia Sham­

bhala está abierta para él. Debe recordar el año

en que fue llamado, pues desde ese momento y

para siempre el Santo Rigden Gyeppo le ayu­

dará en todo. Sólo debéis saber y daros cuenta

de la forma en que las personas reciben ayuda,

pues muchas veces ellas rechazan la ayuda que

les es enviada».

1 41 1

Jorge E. Morales
Rectángulo

- Lama, dime cómo Shambhala ayuda

a las personas simples. Tenemos noticia de

los adeptos y de los ayudantes encarnados de

Shambhala. Pero, ¿de qué manera se manifiesta

el poder de Shambhala entre los humildes?

- «De maneras indecibles y múltiples.

Cada uno que en encarnaciones pasadas si­

guió las Enseñanzas de justicia y fue útil para

la Causa Común, recibe ayuda de esta Cau­

sa Común. No hace muchos años, durante la

guerra y la inquietud, un hombre preguntó a

un lama si debía cambiar de vivienda. El lama

le respondió que podía quedarse en el mismo

sitio durante seis meses más, pero que después

estaría en grave peligro y que entonces debería

huir sin tardanza. Durante los seis meses que

siguieron, el hombre tuvo mucho éxito en su

trabajo; todo estaba en paz y sus posesiones se

multiplicaron. Cuando los seis meses llegaron

a su fin, pensó: «Por qué habría de arriesgar mi

142 1

propiedad abandonando este sitio tranquilo?

Todo me parece tan próspero y no existe nin­

gún peligro aparente. Es probable que el lama

se haya equivocado».

Pero el fluido Cósmico no se detuvo. Y

el peligro predestinado surgió de repente. Las

tropas de los enemigos se acercaron al lugar a

toda velocidad desde ambas direcciones. En­

tonces, el hombre se dio cuenta de que ahora

no podía huir. Se dirigió apresuradamente a

ver al mismo lama y le contó lo que le había

sucedido.

El lama le dijo que por ciertas razones era

necesario que se salvara; pero ahora es más di­

fícil ayudarte - añadió. - Perdiste la mejor

oportunidad, aunque todavía puedo hacer algo

por ti. Mañana, reúne a tu familia y dirígete

con ella hacia el Norte. En el camino te encon­

trarás con tus enemigos. Es inevitable. Cuando

Jorge E. Morales
Rectángulo

los veas avanzar, apártate del camino y perma­

nece en silencio. Aunque se te aproximen, aun­

que te hablen, quédate callado e inmóvil hasta

que hayan pasado.

y así sucedió. El hombre, con su familia y

sus pertenencias, partió al alba. De repente, al

final de la mañana, distinguieron las figuras de

un grupo armado que se acercaba a toda prisa.

Se apartaron del camino y permanecieron en

silencio, tensos.

Los salteadores pronto se aproximaron y

el hombre oyó gritar a uno de ellos: - «Aquí

están. Veo personas aquí. Probablemente hay

un buen botín para nosotros».

Otro le respondió riendo: - «Amigo,

seguramente has dormido mal anoche, puesto

que no puedes diferenciar piedras de seres hu­

manos. ¡Están muy cerca de nosotros y dices

que no son piedras!»

1441

El primero insistió: - «¡Pero si hasta veo

un caballo!» El otro rió: - «No creo que lle­

gues lejos en un caballo tan pétreo. ¿Crees que

un caballo, que nota la presencia de los nues­

tros, permanecería inmóvil?»

Todos se echaron a reír de buena gana y,

burlándose del error del primero, pasaron muy

cerca del inmóvil grupo. Luego desaparecieron

en la neblina. Así, aun en la situación más di­

fícil, aquel hombre se salvó. Porque había sido

útil a Shambhala simplemente una vez.

Shambhala lo sabe todo. Pero los secretos

de Shambhala están bien protegidos».

- Lama, ¿cómo están protegidos los secre­

tos de Shambhala? Se dice que muchos servi­

dores de Shambhala, muchos emisarios, están

en todo el mundo. ¿Cómo pueden conservar

los secretos que se les confiaron?

1451

Jorge E. Morales
Rectángulo

- «Los Grandes Guardianes de los miste­

rios observan de cerca a todos aquellos a quie­

nes les confiaron Su labor y les encomendaron

grandes misiones. Si se les presenta un mal

inesperado, reciben ayuda de inmediato. Y el

tesoro confiado será protegido. Hace unos cua­

renta años, un gran secreto fue confiado a un

hombre que vivía en el Gran Desierto mon­

gol de Gobi. Se le dijo que podía usar este se­

creto con un propósito en especial, pero que,

cuando sintiera que se acercaba el momento

de abandonar este mundo, debería encontrar

a alguien digno a quien confiar este tesoro. Pa­

saron muchos años. Finalmente, este hombre

cayó enfermo, y durante su enfermedad se le

acercó una fuerza maligna, y se quedó incons­

ciente. En este estado, por supuesto, no podía

encontrar a nadie digno de recibir la confianza

de su tesoro. Pero los Grandes Guardianes es­

tán siempre vigilantes y alertas. Uno de ellos

del Alto Ashram se apresuró a través del pode-

1461

roso Gobi. Estuvo más de sesenta horas sobre

la montura sin descansar. Llegó ante el hombre

enfermo a tiempo para revivido y, si bien fue

por poco tiempo, le permitió encontrar a al­

guien a quien transmitir el mensaje. Quizás os

preguntéis por qué el Guardián no se llevó el

Tesoro con él, y por qué la misma sucesión de­

bió tener lugar. Porque el gran Karma tiene sus

propios procedimientos y hasta los más Gran­

des Guardianes de misterios a veces no desean

tocar los hilos del Karma. Pues cada uno de sus

hilos, caso de romperse, produce como resulta­

do la mayor de las calamidades».

- Lama, en Turfan y en Turkestán nos en­

señaron cuevas con extensas galerías sin explo­

rar. ¿Podemos llegar a los Ashrams de Sham­

bhala a través de estas rutas? Nos dijeron que

en algunas ocasiones, personas extrañas salían

de estas cuevas y se dirigían a las ciudades. De­

seaban pagar con monedas extrañas y antiguas

que ya están fuera de uso.

1471

Jorge E. Morales
Rectángulo

- «Es verdad, es verdad; los habitantes

de Shambhala a veces emergen a este mundo.

Se encuentran con los servidores terrenales

de Shambhala. Por el bien de la humanidad,

envían regalos preciosos, notables reliquias.

Puedo contaros muchas historias de los mara­

villosos regalos que se recibieron a través del

espacio. Hasta el mismísimo Rigden Gyeppo

aparece en ocasiones en cuerpo humano. De

repente, se muestra en sitios sagrados, en mo­

nasterios, yen un momento predestinado pro­

nuncia sus Profecías.

De noche o por la mañana temprano, an­

tes del alba, el Soberano del Mundo llega al

Templo. Entra. Todas las luces se encienden so­

las al mismo tiempo. Algunos ya reconocen al

Gran Forastero. Los lamas se reúnen con gran

reverencia. Escuchan con la mayor atención las

Profecías del futuro.

1481

Se aproxima una Gran Época. El Sobera­

no del Mundo está listo para luchar. Muchas

cosas se están manifestando. El Fuego Cósmi­

co se está acercando nuevamente a la tierra.

Los planetas están manifestando los nuevos

tiempos. Pero habrá muchos cataclismos antes

de la nueva era de prosperidad. Nuevamente

la humanidad será puesta a prueba, para ver si

el espíritu ha progresado lo suficiente. El fue­

go subterráneo ahora busca encontrar contac­

to con el ardiente elemento Akasha; si todas

las fuerzas buenas no combinan su poder, los

mayores cataclismos son inevitables. Se relata

cómo el santo Rigden Gyeppo se manifiesta

para dar órdenes a sus mensajeros; cómo en

la roca negra, camino a Ladak, aparece el po­

deroso Soberano. Y de todas las direcciones,

los jinetes mensajeros se aproximan con gran

reverencia para escucharlo, y a toda velocidad

se apresuran a cumplir lo que ordena la gran

sabiduría» .

1491

Jorge E. Morales
Rectángulo

- Lama, ¿cómo es que los VIajeros aún

no han descubierto la Shambhala terrenal? En

los mapas puedes ver muchas rutas de expedi­

ciones. Al parecer ya están marcadas todas las

cumbres y se han explorado todos los valles y

los ríos.

- «Es verdad, hay mucho oro en la tierra y

muchos diamantes y rubíes en las montañas y

¡todos están tan ansiosos por poseerlos! ¡Y tan­

tas personas tratan de encontrarlos! Pero hasta

el momento, estas personas no han encontra­

do todas las cosas, de modo que ¡dejad que un

hombre intente llegar a Shambhala sin haber

sido llamado! Habéis oído hablar de los arro­

yos envenenados que rodean las tierras altas.

Quizás hasta habéis visto personas morir a cau­

sa de estos gases cuando se les acercan. Quizás

habéis visto cómo los animales y las personas

comienzan a estremecerse cuando se aproxi­

man a ciertas regiones. Muchos tratan de llegar

150 I I

j

a Shambhala sin ser llamados. Pero sólo unos

pocos alcanzan el punto Sagrado, y sólo si su

Karma está listo».

- Lama, hablas de un sitio Sagrado sobre

la tierra. ¿Existe allí una vegetación rica? Las

montañas parecen yermas y los huracanes y he­

ladas que todo lo devastan parecen, en general,

severos.

- «En medio de las altas montañas exis­

ten insospechados valles encerrados. Muchos

manantiales cálidos nutren la rica vegetación.

Muchas plantas raras y hierbas medicinales

pueden florecer en este terreno volcánico in­

usual. Quizás habéis oído que a sólo dos días

de Nagchu, donde no hay un árbol o planta a

la vista, hay un valle con árboles y hierba yagua

cálida. ¿Pero quién puede conocer los laberin­

tos de estas montañas? Sobre las superficies pe­

dregosas es posible distinguir las huellas huma-

I 51 I

Jorge E. Morales
Rectángulo

nas. No se puede comprender el pensamiento

de la gente, y aquel que puede, permanece en

silencio. Quizás os habéis encontrado con nu­

merosos viajeros durante vuestros peregrinajes,

forasteros vestidos con simpleza, que caminan

en silencio a través del desierto, haga calor o

frío, hacia sus metas desconocidas. No creáis

que porque el atuendo es simple el forastero

es insignificante. Si sus ojos están medio cerra­

dos, no presumáis que su mirada no es aguda.

Es imposible discernir desde qué dirección se

aproxima el poder. Todas las advertencias son

inútiles, todas las profecías son inútiles, pero

sólo a través del único Camino de Shambha­

la se puede obtener el logro. Dirigiéndote tú

mismo directamente al Santo Rigden Gyeppo

tendrás éxito».

- Lama, dijiste que los enemigos de Sham­

bhala perecerían. ¿Cómo perecerán?

152 1

- «Es cierto, perecen a su debido tiempo.

Sus propias ambiciones atroces los destruyen.

Rigden Gyeppo es misericordioso. Pero los

pecadores son agresores de sí mismos. ¿Quién

puede decir cuándo se entrega el premio me­

recido? ¿Quién puede discernir cuándo ver­

daderamente se necesita ayuda? ¿Y cuál será la

naturaleza de esa ayuda? Son necesarias mu­

chas catástrofes, y tienen sus propósitos. Sólo

cuando nuestra limitada inteligencia humana

se convence de que todo se destruye, de que

toda esperanza perece, entonces la mano crea­

dora del Soberano proyecta Su poderoso rayo.

¿Cómo son aniquilados los pecadores? Un

lama pintor tenía el elevado don de pintar con

incomparable belleza las imágenes sagradas.

Pintaba soberbiamente las Imágenes de Rigden

Gyeppo, la del Santo Buda y de Dukhar, la que

Todo lo Ve. Pero otro pintor sintió celos, y en

su ira decidió hacer daño al justo. Y cuando

1531

Jorge E. Morales
Rectángulo

comenzó a calumniar al lama pintor, su casa

comenzó a arder por alguna causa desconoci­

da. Todas sus posesiones fueron destruidas y

las tierras del calumniador se quemaron grave­

mente, tanto que durante mucho tiempo fue

incapaz de trabajarlas.

Otro calumniador amenazó con destruir

todos los trabajos de un hombre honesto. Y él

mismo se ahogó al poco tiempo, mientras atra­

vesaba el Tsampo. Otro hombre, que llevaba a

cabo magníficas obras de caridad, fue atacado

por alguien que buscaba destruir todas las po­

sesiones que habían sido dedicadas a la causa

de la humanidad. Pero nuevamente el rayo po­

deroso de Rigden Gyeppo alcanzó al agresor y

en un día su riqueza desapareció y se convirtió

en un mendigo. Quizá lo hayáis visto alguna

vez, mendigando en el bazar de Lhasa.

154 1

En cada ciudad podéis oír cómo fueron

castigadas aquellas criaturas indignas que di­

rigieron su veneno contra los dignos. Sólo a

través del Sendero hacia Shambhala podéis ca­

minar a salvo. Cada desvío de este Camino de

gloria os enredará en los más grandes peligros.

Todo sobre la tierra puede buscarse y repartir­

se. El Bendito no ordena fe ni un culto ciego,

sino el conocimiento de la experiencia».

- Así es, Lama. También puedo decirte

cómo uno cerca de nosotros se convirtió en un

hermano de Shambhala. Sabemos cómo llegó

a la India en una misión científica, cómo se

perdió repentinamente de la caravana y cómo,

mucho después, un mensaje inesperado reveló

la noticia de que estaba en Shambhala.

También puedo decirte cómo, del distan­

te Altai, muchos Antiguos Creyentes fueron a

buscar las llamadas «Belavodye» (aguas blancas)

1 55 1

Jorge E. Morales
Rectángulo

y nunca regresaron. He oído los nombres de

las montañas, ríos y lagos que existen en la

vía hacia los lugares sagrados. Son secretos;

algunos de los nombres están alterados, pero se

puede discernir su verdad fundamental.

Puedo decirte cómo un digno estudiante

de esta Elevada Enseñanza partió para llegar a

Shambhala antes del momento que se le había

ordenado. Era un espíritu puro y sincero, pero

su Karma no se había agotado y su labor terre­

nal aún no estaba completa. Era pronto para él

y uno de los Grandes Maestros se lo encontró a

caballo en las montañas y personalmente habló

a este viajero aspirante. Misericordiosa y com­

pasivamente le envió de regreso para que com­

pletara sus tareas sin terminar. Puedo hablarte

de Ashrams más allá de Shigatse. Puedo decirte

cómo los Hermanos de Shambhala aparecie­

ron en diversas ciudades y cómo impidieron las

mayores calamidades humanas, cuando la hu-

156 1

manidad los comprendió como corresponde ...

Lama, ¿has conocido Azaras y Kuthumpas?

- «Si tienes conocimiento de tantos inci­

dentes, debes tener éxito en tu trabajo. Saber

tanto acerca de Shambhala es en sí un arroyo

de purificación. Mucha de nuestra gente du­

rante su vida ha encontrado Azaras y Kuthum­

pas y a los hombres de las nieves que los sirven.

Sólo hace poco los Azaras han dejado de verse

en las ciudades. Se han reunido todos en las

montañas. Muy altos, con pelo largo y barba,

parecen hindúes a simple vista. Una vez, cuan­

do caminaba a lo largo del Brahmaputra, vi un

Azara. Intenté alcanzarlo, pero rápidamente

dio la vuelta más allá de las rocas y desapare­

ció. Sin embargo, no encontré ninguna cueva

o caverna allí, todo lo que vi fue un pequeño

Stupa. Probablemente no quería que lo moles-

taran.

1571

Jorge E. Morales
Rectángulo

Ya no se ven Kuthumpas. Antes aparecían

abiertamente en la región de Tsang y en el lago

Manasarowar, cuando los peregrinos iban al sa­

grado Kailash. Incluso hasta los hombres de las

nieves se ven muy rara vez. La persona ordina­

ria, en su ignorancia, los confunde con apari­

ciones. Existen profundas razones por las que,

precisamente ahora, los Grandes no aparecen

como antes. Mi viejo maestro me contó gran

parte de la sabiduría de los Azaras. Conocemos

varios lugares donde estos Grandes vivieron,

pero por el momento estos lugares están de­

siertos. ¡Qué gran razón, qué gran secreto!»

- Lama, ¿entonces es verdad que los As­

hrams han sido trasladados de las cercanías de

Shigatse?

- «Este misterio no debe pronunciarse.

Ya dije que los Azaras ya no se encuentran en

Tsang».

1581

- Lama, ¿por qué vuestros sacerdotes di­

cen que Shambhala está mucho más allá del

océano, cuando la Shambhala terrenal está

mucho más cerca? Csoma de Koros incluso

menciona, justificadamente, el sitio: el maravi­

lloso valle en la montaña, donde se llevó a cabo

la iniciación de Buda.

- «He oído que Csoma de Koros cosechó

desgracias en vida. Y Grunwedel, a quien men­

cionaste, se volvió loco; porque ambos tocaron

el gran nombre de Shambhala por curiosidad,

sin darse cuenta de su prodigiosa importancia.

Es peligroso jugar con fuego, y sin embargo,

el fuego puede ser una de las cosas más úti­

les para la humanidad. Probablemente habéis

oído cómo ciertos viajeros intentaron penetrar

en el territorio prohibido y cómo los guías se

negaron a seguirle, diciéndoles: - «Es mejor

que nos matéis». Hasta estas personas simples

comprendían que asuntos tan elevados sólo

podían tocarse con el mayor de los respetos.

1591

Jorge E. Morales
Rectángulo

¡No ultrajéis las leyes! Esperad en ardiente

labor hasta que el mensajero de Shambha­

la llegue a vosotros, merecidamente. Espe­

rad hasta que El de voz poderosa pronuncie:

«Kalagiya». Entonces, podéis proceder sin

cuidado e interpretar este asunto majestuoso.

La curiosidad vana puede transformarse en un

aprendizaje sincero, en una aplicación de los

Elevados principios de la vida cotidiana».

- Lama, tú eres un vagabundo. ¿Dónde

volveré a encontrarte?

- «Te ruego que no preguntes mi nombre.

Es más, si me encuentras en alguna ciudad o en

otro sitio habitado, no me reconozcas. Yo me

acercaré a ti».

- y si yo me acercara a ti, ¿simplemente te

irías o me hipnotizarías de alguna manera?

1601

- «No me obligues a utilizar estas fuerzas

naturales. Entre algunas Sectas Rojas, está per­

mitido aplicar ciertos poderes. Pero sólo pode­

mos emplearlos en casos excepcionales. No de­

bemos quebrantar las leyes de la naturaleza. La

Enseñanza esencial de nuestro Santo nos pide

que seamos cuidadosos al revelar nuestras posi­

bilidades interiores».

- Lama, dime más, dime si has visto en

persona a Rigden Gyeppo.

- «No, aún no he visto al Soberano en car­

ne y hueso. Pero he oído Su Voz. Y durante el

invierno, cuando la nieve cubría las montañas,

una rosa, una flor del lejano valle, fue Su regalo

para mí. Me preguntas tanto, que puedo ver

que tienes conocimientos sobre muchas cosas.

¿Qué harías si comenzara a examinarte?»

- Guardaría silencio, Lama.

1 61 1

Jorge E. Morales
Rectángulo

El Lama sonrió.

- «Entonces, sabes mucho. Quizás hasta

sepas cómo usar las fuerzas de la naturaleza

y cómo en Occidente durante estos últimos

años, se presenciaron muchos signos, en espe­

cial durante la guerra que tú, o uno de voso­

tros, comenzó».

- Lama, con certeza esta matanza sin

precedentes de seres humanos debe de haber

precipitado un inesperado flujo de reencarna­

ciones. Tantas personas murieron antes de la

hora predestinada y a través de tales incidentes,

tanto se distorsionó y trastornó ...

- «Probablemente no conocíais las Profe­

cías por las que estas calamidades fueron pre­

dichas hace mucho. De haberlas conocido,

nunca podríais haber comenzado este horrible

holocausto.

Si sabes algo sobre Shambhala, si sabes

cómo utilizar tus fuerzas naturales escondidas,

también sabes acerca de Namig, las Cartas Ce­

lestiales. Y sabrás cómo aceptar las Profecías

del futuro».

_ Lama, hemos oído que todos los viajes

del Tashi Lama y del Dalai Lama fueron predi­

chos en las Profecías mucho antes de que ocu-

rrieran.

- «Repito que en las habitaciones privadas

del Tashi Lama, por orden suya, se pintaron

todos los acontecimientos de sus futuros viajes.

Con frecuencia, forasteros desconocidos pro­

nuncian estas profecías, y se pueden ver y oír

signos evidentes de los acontecimientos cerca­

nos.

Sabed que cerca de la entrada del gran

templo de Geser Khan hay dos caballos, uno

Jorge E. Morales
Rectángulo

blanco y uno rojo. Y cuando Geser Khan se

aproxima, esos caballos relinchan. ¿Habéis

oído que recientemente ocurrió este signo, y

muchas personas oyeron el relincho de los ca­

ballos sagrados?»

- Lama, has mencionado el tercer gran

nombre de Asia ...

- «Misterio, misterio, no debes hablar de­

masiado. En algún momento hablaremos a un

gran sabio: Geshe de Moruling. Este monas­

terio fue fundado por nuestro Dalai Lama el

Grande, y el sonido del Gran Nombre es parte

del nombre del monasterio. Se dice que an­

tes de abandonar Lhasa para siempre, el Gran

Dalai Lama tuvo una misteriosa comunión en

este monasterio. Es verdad, varios lamas des­

aparecieron de este monasterio para realizar

grandes tareas nuevas. Allí podrías encontrar

algo familiar para ti».

1641

- Lama, ¿puedes decirme algo acerca de

los tres monasterios más grandes cerca de Lha­

sa: Sera, Ganden y Depung?

El Lama sonrió.

- Oh, son grandes monasterios oficiales.

En Sera, puedes encontrar muchos luchadores

verdaderos entre los tres mil lamas. Muchos

lamas de países extranjeros, como Mongolia,

están en Ganden. Allí está el trono de nues­

tro Gran Maestro, Tsong-khapa. Nadie puede

tocar este gran silencio sin temblar ante tanta

presencia esplendorosa. Depung también tiene

algunos lamas sabios».

- Lama, ¿hay algunas galerías ocultas bajo

el Potala? ¿Y existe un lago subterráneo bajo el

templo principal?

El Lama volvió a sonreír.

1651

Jorge E. Morales
Rectángulo

- «Sabes tantas cosas que parecería que

hubieras estado en Lhasa. No sé cuándo has

estado allí. Da igual si estuviste allí ahora o con

otras vestimentas. Pero si has visto este lago

subterráneo, debes de haber sido o bien un

gran lama, o un criado que llevaba una antor­

cha. Pero como criado no podrías saber todas

las cosas que me has dicho. Probablemente se­

pas también que en muchos lugares de Lhasa

hay manantiales de aguas termales yen algunas

casas las personas usan este agua para sus que­

haceres».

- Lama, he oído que algunos animales -

ciervos, ardillas y chacales - se acercan a los

lamas que meditan en l~s cuevas de los bosques

de los Himalayas, y que los simios y monos a

veces les traen su comida.

- «Por mi parte, os pregunto, ¿qué es im­

posible? Una cosa es evidente: que un ciervo

1661

no se acercaría a un ser humano en una ciudad

porque muy pocas veces se encuentran perso­

nas bien intencionadas en esos sitios atestados

de gente. La humanidad no conoce la impor­

tancia y el efecto definido de los auras; no se

dan cuenta de que no sólo los seres humanos,

sino hasta los objetos, también poseen sus au­

ras significativos y eficaces».

- Lama, sabemos de ello y hasta hemos

comenzado a fotografiarlos. Y en cuanto a los

objetos inaminados, Lama, también sabemos

algo acerca del Trono del Maestro, y que nadie

debe tocar este trono. De esta manera, la pre­

sencia del Grande siempre está cerca.

- «Si conocéis el valor de un trono tan

venerado, entonces conocéis el significado de

la condición de Gurú (Maestro espiritual). La

relación con El es la más elevada que podemos

alcanzar en vida. Esta condición nos protege y

Jorge E. Morales
Rectángulo

ascendemos a la perfección conforme nuestra

estima al Gurú. Aquel que conoce el signifi­

cado esencial del Gurú no hablará en contra

de las reliquias. En Occidente, también tenéis

retratos de los seres queridos y sentís una gran

estima por los símbolos y los objetos que usa­

ron vuestros antepasados y grandes Guías. De

modo que no lo toméis como idolatría, sino

sólo como una profunda veneración y recuer­

do del trabajo que llevó a cabo alguien gran­

de. Y no es solamente esta veneración externa,

porque si sabéis algo de la emanación física de

los objetos, entonces también sabéis algo sobre

la magia natural. ¿Qué pensáis del cetro má­

gico que indica las riquezas subterráneas de la

tierra?»

- Lama, por todas partes conocemos mu­

chas historias del extraño poder de esta varilla

móvil, a través de la cual se localizan muchas

minas, manantiales y pozos.

- «¿Y quién creéis que trabaja en estos ex­

perimentos, la varilla o el hombre?»

- Creo, Lama, que la varilla es algo muer­

to, mientras que el hombre está lleno de vibra­

ciones y poder magnético. De modo tal que la

varilla es sólo una pluma en la mano.

- «Sí, en nuestro cuerpo todo está concen­

trado. Sólo debéis saber cómo usarlo, y cómo

no abusar de él. ¿Acaso en Occidente sabéis

algo en relación a la Gran Piedra en la que es­

tán concentrados poderes mágicos? ¿Y sabéis

de qué planeta vino esta piedra? ¿Y quién po­

seía este tesoro?»

- De la Gran Piedra tenemos tantas leyen­

das como vosotros tenéis imágenes de Chin­

tamani, Lama. Desde la antigua época de los

druidas, muchos pueblos recuerdan estas le­

yendas de verdad acerca de las energías natu-

1691

Jorge E. Morales
Rectángulo

rales ocultas en este extraño objeto de nuestro

planeta. Muchas veces, en estas piedras caídas

hay diamantes ocultos, pero éstos no son nada

en comparación con algunos otros metales y

energías desconocidas que se encuentran todos

los días en las piedras y en las numerosas co­

rrientes y rayos.

Lapis Exilis (la Piedra del Exilio), así se

llama la piedra que mencionan los antiguos

Meistersingers (Maestros Cantores). Vemos

que Occidente y Oriente están trabajando jun­

tos en muchos principios. No nos hace falta

ir a los desiertos para oír noticias de la Piedra.

En nuestras ciudades, en nuestros laboratorios

científicos, tenemos otras leyendas y pruebas.

¿Acaso alguien hubiera creído que los cuentos

fantásticos que hablan del hombre volador se

cumplirían? Sin embargo, ahora, el correo de

todos los días, los visitantes cotidianos, pueden

llegar volando.

/70/

- «Ciertamente, el Santo dijo hace mucho

que los pájaros de acero volarían por el aire.

Pero al mismo tiempo, sin la necesidad de le­

vantar esas masas tan pesadas, podemos elevar­

nos en nuestros cuerpos más sutiles. Vosotros

los occidentales siempre soñáis con escalar el

Monte Everest con pesadas botas; pero noso­

tros alcanzamos las mismas alturas y cimas mu­

cho más altas sin problemas. Sólo es necesario

pensar, estudiar, recordar y saber cómo atrapar

conscientemente todas las experiencias propias

en los cuerpos más sublimes. Todo ha sido in­

dicado en la Kalachakra, pero sólo unos pocos

lo han comprendido. Vosotros en Occidente,

con vuestros aparatos limitados, podéis oír so­

nidos a larga distancia. Hasta podéis captar los

sonidos Cósmicos. Pero hace mucho, Milare­

pa, sin ningún aparato, podía oír todas las vo­

ces Supremas».

/71/

Jorge E. Morales
Rectángulo

- Lama, ¿es verdad que Milarepa, en su

juventud, no fue un hombre espiritual? En al­

guna parte hemos leído que hasta mató a toda

la familia de su tío. ¿Cómo, entonces, puede

un hombre semejante convertirse en un ser es­

piritualmente evolucionado, después de tales

excesos de ira y hasta asesinato?

- «Tienes razón. En su juventud, Milare­

pa no sólo mató a esta familia, sino que proba­

blemente cometió muchos otros crímenes ho­

rrendos. Pero los procedimientos del espíritu

son inexplicables. De uno de vuestros misio­

neros, hemos oído la historia de vuestro san­

to llamado Francisco. Sin embargo, en su ju­

ventud también cometió muchas ofensas, y su

vida entonces no era pura. ¿Cómo pudo lograr

en una vida tanta perfección que en Occidente

se le considera uno de los santos más enalte­

cidos? De vuestros misioneros, que visitaron

Lhasa en siglos pasados, hemos aprendido mu-

chos cuentos, y algunos de vuestros libros están

en nuestras bibliotecas. Se dice que se pueden

encontrar libros de vuestro evangelio sellados

en algunos de nuestros Stupas. Quizá nosotros

sepamos mejor que vosotros cómo venerar las

religiones extranjeras».

- Lama, es tan difícil para nosotros los

occidentales venerar vuestra religión; muchas

cosas son tan confusas, muchas cosas están tan

corruptas. Por ejemplo, ¿cómo podría com­

prender un forastero, al ver dos monasterios

completamente iguales por fuera, que en uno

se predique el budismo, mientras que, el otro

sea el enemigo acérrimo del budismo? Todavía

más, si entramos en estos monasterios, vemos

superficialmente casi las mismas imágenes. Así,

para un forastero, distinguir si una svástica está

puesta en dirección invertida o no, es tan difí­

cil como comprender por qué las personas que

son completamente ignorantes y a quienes les

1731

Jorge E. Morales
Rectángulo

da por beber tienen el mismo título de lama

que tú, que sabes muchas cosas y tienes tanta

cultura.

- «Tienes razón. Muchos lamas usan la

vestidura lamaísta, pero su vida interior es mu­

cho peor que la de un laico. Muchas veces, en­

tre muchos miles de lamas, podéis conversar

acerca de asuntos elevados y esperar una res­

puesta digna. ¿Pero acaso no sucede lo mismo

en vuestra religión?

Hemos visto muchos misioneros; pro­

bablemente hablan del único Cristo, pero se

atacan unos a otros. Cada uno dice que su en­

señanza es superior. Yo creo que Issa Oesús)

brindó sólo una Enseñanza, entonces ¿cómo

este gran Símbolo puede tener divisiones que

se declaran hostiles entre sí? No creáis que so­

mos tan ignorantes. Hemos oído que ritos ce­

lebrados por una secta de sacerdotes cristianos

1741

no son reconocidos por otro sacerdote también

cristiano. Por lo tanto, se deduce que debéis

tener muchos Cristos opuestos.

En nuestros desiertos, se han encontrado

muchas cruces cristianas. Una vez pregunté a

un misionero cristiano si estas cruces eran au­

ténticas y me dijo que eran cruces bastardas,

que durante todas las épocas el falso cristianis­

mo había penetrado en Asia, y que no debe­

mos considerar estas cruces símbolos elevados.

Entonces, dime, cómo distinguiremos la cruz

auténtica de la falsa? Nosotros también tene­

mos una cruz en el Gran Signo de Ak-Dorje.

Pero para nosotros, es el gran signo de la vida,

del elemento ardiente: el signo eterno. ¡Nadie

hablaría en contra de este signo!»

- Lama, sabemos que sólo a través del co­

nocimiento del espíritu podemos percibir lo

que es auténtico.

1751

Jorge E. Morales
Rectángulo

- «Nuevamente demostráis vuestro co­

nocimiento de las grandes cosas. Nuevamente

habláis como si lo hicierais desde nuestra po­

derosa Kalachakra. ¿Pero cómo desarollaremos

nuestro gran entendimiento? Es verdad, somos

sabios de espíritu; sabemos todo, pero ¿cómo

evocaremos este conocimiento de las profun­

didades de nuestra conciencia y lo transmitire­

mos a nuestras mentes? ¿Cómo reconoceremos

las fronteras necesarias entre la vida ascética y

la vida común? ¿Cómo sabremos cuánto tiem­

po podemos ser ermitaños y cuánto tiempo de­

bemos trabajar entre los hombres? ¿Cómo sa­

bremos qué conocimiento puede revelarse sin

causar daño y cuál- quizás el más elevado­

puede ser divulgado sólo a unos pocos? En esto

consiste el conocimiento de la Kalachakra».

- Lama, la Gran Kalachakra es práctica­

mente desconocida, pues se confunde su En­

señanza con la enseñanza inferior tántrica. Así

como tenéis verdaderos budistas, y sus opues­

tos, los Bon-Po, también tenéis un Tantra más

bajo, de hechicería y nigromancia. ¿Y acaso el

Santo no denunció la hechicería? Dime con

franqueza si un lama podría ser un hechicero.

- «Tienes razón. Nuestros Grandes Maes­

tros no sólo prohibieron la hechicería, sino un

despliegue indebido de fuerzas superiores a lo

normal. Pero si el espíritu de alguien está tan

avanzado que puede llevar a cabo muchas cosas

y utilizar cualquiera de sus energías de manera

natural y para el Bien Común, entonces, ya no

se trata de hechicería, sino de un gran logro,

una gran labor para la humanidad.

A través de nuestros símbolos, a través de

nuestras imágenes y thankas, podéis ver cómo

actuaban los Grandes Maestros; entre los mu­

chos Grandes Maestros, veis pocos en absoluta

meditación. Por lo general, llevan a cabo una

1771

Jorge E. Morales
Rectángulo

parte activa en la gran labor. O bien enseñan a

las personas o dominan las fuerzas oscuras más

poderosas y aliarse a ellas, aunque más bien sea

por el Bienestar Común. A veces podéis ver a

los Maestros en verdadero conflicto, dispersan­

do las fuerzas malignas del espíritu. La guerra

terrenal no está sancionada por nosotros, pero

los budistas, a lo largo de la historia, han sido

atacados, y ellos jamás han sido los agresores.

Hemos oído que durante vuestra reciente Gran

Guerra, los sacerdotes cristianos de ambos la­

dos decían que Issa y Dios estaban con ellos.

Si Dios es uno, debemos comprender con ello

que estaba en conflicto consigo mismo. ¿Cómo

podéis explicar una contradicción que resulta­

ba tan inexplicable para todos los budistas?»

- Lama, esta guerra ha acabado. El error

más desastroso puede suceder, pero ahora to­

das las naciones están pensando cómo abolir

no sólo la idea sino el material e instrumentos

verdaderos de la guerra.

1781

- «¿Y creéis que deberían abolirse todas las

armas y buques de guerra? Es mejor que se los

transforme en instrumentos de paz y de una

Enseñanza más Elevada. Me gustaría ver los

grandes buques de guerra convertirse en escue­

las viajeras de Alta Enseñanza. ¿Es ello posible?

Durante mi viaje a la China, vi tantas armas y

buques de guerra que pensé que si sólo estas

espantosas creaciones pudieran ser símbolos de

una Enseñanza Elevada, antes que símbolos de

matanzas ¡qué tremendo flujo de energía Cós­

mica para el Mundo!»

- Lama, la serpiente pica, Slll embargo

está considerada el símbolo de la sabiduría.

- «Probablemente habéis oído la antigua

parábola de cómo se advirtió a la víbora que

no mordiera, sino que sólo silbara. Cada uno

debe ser poderoso, ¿qué protección consideráis

la más poderosa?»

1791

Jorge E. Morales
Rectángulo

- Lama, ciertamente, sólo el poder del

espíritu proporciona la protección, pues sólo

en el espíritu somos fortalecidos mental y físi­

camente. Un hombre, concentrado espiritual­

mente, es tan fuerte como una docena de los

atletas más musculosos. El hombre que sabe

cómo usar sus poderes mentales es más fuerte

que la muchedumbre.

- «Ah, nuevamente nos aproximamos a

nuestra Gran Kalachakra: ¿quién puede existir

sin alimento?, ¿quién puede existir sin dormir?,

¿quién es inmune al calor y al frío?, ¿quién pue­

de curar heridas? En realidad, sólo aquel que

estudia la Kalachakra.

Los Grandes Azaras que han tenido ac­

ceso a las Enseñanzas de la India, conocen el

origen de la Kalachakra. Saben muchas cosas

que, cuando se revelen para ayudar a la huma­

nidad, regenerarán la vida por completo. In-

/80/

advertidamente, muchas de las Enseñanzas de

la Kalachakra se usan, tanto en Oriente como

en Occidente, y aun teniendo en cuenta esta

utilización inconsciente, los resultados son

muchas veces maravillosos. Por lo tanto, es

comprensible cuán incomparablemente gran­

des serían las posibilidades manifestadas por

un logro consciente y cuán sabiamente podría

usarse la gran energía eterna, esta materia su­

blime e imponderable que se encuentra disper­

sa por todas partes y que está a nuestro alcance

en todo momento. Esta Enseñanza de la Ka­

lachakra, esta utilización de la energía prima­

ria, ha sido llamada: Enseñanza del Fuego. El

pueblo hindú sabe que el Gran Agni, aunque

sea una Enseñanza antigua, será la nueva Ense­

ñanza para el Nuevo Mundo. Debemos pensar

en el futuro; y sabemos que en la Enseñanza de

la Kalachakra yace todo el material que puede

aplicarse para el mayor de los usos. Ahora hay

muchos maestros, tan diferentes como hosti-

Jorge E. Morales
Rectángulo

les unos con otros. Y sin embargo, muchos de

ellos hablan de una única cosa y esta cosa está

expresada en la Kalachakra. Uno de vuestros

sacerdotes una vez me preguntó: «¿Acaso la cá­

bala y Shambhala no son parte de esa única

enseñanza?» Preguntó: «¿Acaso el gran Moisés

no es un iniciado de la misma Enseñanza y un

seguidor de sus leyes?» Podemos afirmar sólo

una cosa: cada Enseñanza de la Verdad, cada

Enseñanza del Alto principio de la Vida, pro­

viene de una única Fuente. Muchos antiguos

Stupas budistas han sido convertidos en tem­

plos Linga y muchas mezquitas tienen paredes

y los cimientos de antiguos viharas budistas.

¿Pero qué daño se puede hallar en ello, si esas

construcciones han sido dedicadas al único

principio Elevado de la Vida? Muchas imá­

genes budistas sobre las rocas encuentran sus

orígenes en Enseñanzas muy anteriores al San­

to. Sin embargo, también simbolizan la misma

esencia elevada.

/82/

¿Qué es lo que se revela en la Kalachakra?

¿Hay muchas prohibiciones? No, la excelsa

Enseñanza expone sólo lo constructivo. Así es.

Se proponen las mismas fuerzas elevadas para

la humanidad. Y se revela, con fundamento

científico, cómo la humanidad puede usar las

fuerzas naturales de los elementos. Cuando

os dicen que la ruta más corta es a través de

Shambhala, a través de la Kalachakra, significa

que el logro no es un ideal imposible, sino que

es algo que puede alcanzarse a través de una

aspiración sincera y afonosa aquÍ, en esta tierra

y en esta encarnación. Esta es la Enseñanza de

Shambhala. Es verdad, cualquiera puede lo­

grarla. Realmente, cada uno puede oír la pro­

nunciación de la palabra Kalagiya.

Pero para alcanzar este estado, un hombre

debe dedicarse enteramente a la labor creativa.

Aquellos que trabajan con Shambhala, los ini­

ciados y los mensajeros de Shambhala, no se

/83/

Jorge E. Morales
Rectángulo

sienten recluidos, viajan por todas partes. Con

mucha frecuencia, la gente no los reconoce y a

veces ellos no se reconocen entre sí. Pero llevan

a cabo su trabajo, no para su propio provecho,

sino para la Gran Shambhala. Todos ellos co­

nocen el gran símbolo del carácter anónimo.

A veces parecen ricos, y sin embargo, carecen

de posesiones. Todo es para ellos, pero no to­

man nada para sí. De esta manera, cuando

os dedicáis a Shambhala, todo os es quitado

y todo os es dado. Si os arrepentís, vosotros

mismos sois los perdedores; si dais alegremen­

te, os enriquecéis. En esencia, la Enseñanza de

Shambhala se asienta sobre lo siguiente: no ha­

blamos de algo distante y secreto. En conse­

cuencia, si sabéis que Shambhala está aquí, en

la tierra, si sabéis que todo puede lograrse aquí,

en la tierra, entonces todo debe recompensarse

aquí, en la tierra. Habéis oído que la recom­

pensa de Shambhala verdaderamente está aquí

y que sus ganancias se multiplican. Lo dicho

184 1

no es porque la Enseñanza de Shambhala sea

única, sino porque la Enseñanza de Shambha­

la es vital, porque se entrega para que sea útil

en el plano de las encarnaciones terrenales y

pueda ser aplicada a las condiciones humanas,

cualesquiera que estas sean. ¿De qué manera

podemos estudiar la acción? ¿Cómo estar pre­

parados para cualquier forma de conquista,

cómo estar abiertos a todo? Sólo con el estudio

práctico de Shambhala. Cuando leáis libros

que tratan de Shambhala, en parte traducidos

a otros idiomas y en parte velados, no os sin­

táis confundidos con los grandes símbolos. In­

cluso en Occidente, cuando habláis de grandes

descubrimientos, usáis un lenguaje técnico y el

lego no lo comprende y toma las expresiones

literalmente, juzgando sólo en la superficie.

En este sentido, lo mismo puede decirse de las

Grandes Escrituras como de los documentos

científicos. Algunos toman los grandes Puranas

en su sentido literal. ¿Qué conclusión pueden

1851

Jorge E. Morales
Rectángulo

sacar? Sólo la que puede obtenerse desde la su­

perficie del lenguaje, de su filosofía, pero no

de la importancia de los signos que se usan.

La armonía del exterior y del interior puede

lograrse sólo a través del estudio de la Kala­

chakra. Probablemente habréis visto los Signos

de la Kalachakra en las rocas, en sitios comple­

tamente desiertos.

Algunas manos desconocidas han hecho

un dibujo en las piedras o han grabado las le­

tras de la Kalachakra sobre las rocas. Es verdad,

es verdad, sólo a través de Shambhala, sólo a

través de la Enseñanza de la Kalachakra, se

puede lograr la perfección de la ruta más corta.

Kalagiya, Kalagiya, Kalagiya. ¡Venid a

Shambhala!»

Luego nuestra conversación se volvió aún

más bella y sagrada. De allí en adelante penetró

1861

esa nota que exalta todos los esfuerzos huma­

nos. Hablamos de la montaña Kailash, de los

ermitaños que hasta hoy viven en las cuevas de

esta maravillosa montaña, colmando el espacio

con sus llamadas que evocan la justicia.

y luego hablamos de Aquel Sitio que yace

al norte del Kailash ...

Cayó el crepúsculo y toda la habitación

pareció cobrar un nuevo significado. La ima­

gen de Chenrezi, soberbiamente bordada so­

bre la seda brillante que colgaba por encima

de la cabeza del Lama, parecía observarnos de

un modo atrayente. Estas imágenes ya no se

encuentran en el Tíbet.

A cada lado de esta imagen había otras,

también de un extraño brillo. Una de ellas era

Amitayus; la otra, el Señor Buda, siempre in­

mutable con el signo inconquistable del rayo

Jorge E. Morales
Rectángulo

- el dorje - en la mano. Desde el santuario

en la habitación, Dolma, la Tara Blanca, son­

reía benignamente.

De un ramo de fucsias frescas y dalias vio­

letas emanaba una refrescante vitalidad. Tam­

bién desde allí brillaba la Imagen del Poderoso,

el Invencible Rigden Gyeppo y Su Presencia

nuevamente nos recordó el sitio misterioso al

norte del Kailash. En las esquinas de este estan­

darte había cuatro imágenes muy significati­

vas. Debajo estaba el sucesor de Rigden Gyep­

po con un pandit hindú, uno de los primeros

exponentes de la Kalachakra. En las esquinas

superiores había dos imágenes del Tashi Lama,

el de la izquierda era el Tercer Tashi Lama,

Pan-chen Palden ye-she, que dio noticias acer­

ca de Shambhala. y a la derecha había una

figura correspondiente al actual Tashi Lama,

Pan-chen Chü-kyi nyi-ma ge-leg nam-jyal pal­

zang-po, que ha enviado recientemente otra

1881 j

plegaria a Shambhala la Resplandeciente. En

el centro del estandarte está el propio Rigden

Gyeppo y desde la base de Su trono irradiaba la

Ak-ojir-Ak-dorje cruzada, la Cruz de la Vida.

Una legión de hombres estaba reunida delan­

te del trono de Rigden: ¡quién no estaba entre

ellos! Había un habitante de Ladak, con su alto

sombrero negro; chinos con sus sombreros re­

dondos con una bola roja encima; aquí, con

sus vestimentas blancas, había un hindú; allí,

un musulmán, con un turbante blanco. Aquí,

kirguizes, buriatos, kalmukos; y allí, mongoles

con sus trajes característicos.

Cada uno ofrecía al Soberano los mejores

presentes de sus tierras: frutos y granos; tejidos

y armaduras y piedras preciosas. Nadie obliga­

ba a estas naciones; venían voluntariamente de

todas partes del Asia, a rodear al Gran Gue­

rrero. ¿Quizás estaban conquistados? No, no

había humildad cuando se acercaban a El. Las

1891

Jorge E. Morales
Rectángulo

naciones se le aproximaban como a su propio

y único Soberano. Su mano apuntaba hacia

la tierra como en el majestuoso gesto del gran

León Sangre; sobre la fuerza de la tierra hizo su

juramento de construir constantemente.

Del aromático incienso delante de la Ima­

gen, ascendían vahos azulados que flotaban

ante ella inscribiendo numerosos signos en la

misteriosa lengua Senzar. Luego, por temor a

que aquellos que no conocen la Gran Verdad la

profanaran, los signos fragantes flotaban jun­

tos y se desvanecían en el espacio.

Talai-Pho-Brang, 1928

1901

Otras obras sobre Nicholas Roerich

en nuestra editorial:

La Vida de Nicholas Roerich (1874-1947),

de Jordi Pornés Vives.

Editorial Nous, 2008.

Jorge E. Morales
Rectángulo

i

EDITADO EN LA MONTAÑA DE LOS ÁNGELES EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DE 2011

Jorge E. Morales
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