secreto mesiánico

6
Secreto Mesiánico ¿Quién es Jesús? El evangelio de San Marcos puede ser analizado en dos grandes partes que denominaremos: Secreto Mesiánico y Revelación del Secreto. Esta división la podríamos realizar tomando la siguiente referencia: En este texto podemos resumir la temática denominada el secreto mesiánico. Como se puede observar el tema está relacionado con la identidad de Jesús. A lo largo de los capítulos del 1 al 8 del evangelio de San Marcos se pone de manifiesto la intriga que genera Jesús con sus contemporáneos. Por ejemplo la gente se admira porque “hablaba como quien tiene autoridad y no como los maestros de la Ley” (Mc 1, 22). Incluso las personas se preguntaban si la enseñanza de Jesús no era una “nueva doctrina” (Cf. Mc 1, 27). “Yo sé tú eres el Santo de Dios” (Mc 1, 24) Estas palabras son las que le dirige un Demonio a Jesús. Este personaje no puede revelar la identidad de Jesús, quién le ordena callar y abandonar al hombre que poseía. Los demonios o espíritus impuros obedecen a Jesús porque conocen su poder. MC 8, 27-30 “Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino les preguntó: ¿Quién dice la gente que soy yo? Ellos respondieron: algunos dicen que eres Juan Bautista, otros que Elías o alguno de os profetas. Entonces Jesús les preguntó: ¿y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Pedro le contestó: Tu eres el Mesías. Pero Jesús les dijo con firmeza que no conversaran sobre él”. I.N.S.F: Formación Religiosa: 27/06/2012 Tercer Año EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS

Transcript of secreto mesiánico

Page 1: secreto mesiánico

Secreto Mesiánico

¿Quién es Jesús?

El evangelio de San Marcos puede ser analizado en dos grandes partes que

denominaremos: Secreto Mesiánico y Revelación del Secreto. Esta división la

podríamos realizar tomando la siguiente referencia:

En este texto podemos resumir la temática denominada el secreto mesiánico.

Como se puede observar el tema está relacionado con la identidad de Jesús. A lo largo

de los capítulos del 1 al 8 del evangelio de San Marcos se pone de manifiesto la intriga

que genera Jesús con sus contemporáneos. Por ejemplo la gente se admira porque

“hablaba como quien tiene autoridad y no

como los maestros de la Ley” (Mc 1, 22).

Incluso las personas se preguntaban si la

enseñanza de Jesús no era una “nueva

doctrina” (Cf. Mc 1, 27).

“Yo sé tú eres el Santo de Dios” (Mc 1, 24)

Estas palabras son las que le dirige un

Demonio a Jesús. Este personaje no puede

revelar la identidad de Jesús, quién le ordena

callar y abandonar al hombre que poseía. Los

demonios o espíritus impuros obedecen a

Jesús porque conocen su poder.

Los enemigos de Jesús dicen que él

realiza sus milagros con el poder del propio

demonio. Esto demuestra claramente que no

conocen a Jesús. Para explicar que es en el nombre de Dios que él realiza sus obras

Jesús realiza el siguiente razonamiento: “¿cómo puede Satanás echar a Satanás? Si

una nación está con luchas internas, esa nación no podrá mantenerse en pie. De igual

modo, si Satanás lucha contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir, y pronto

llegará su fin”. (Mc 3, 23-27).

¿Quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen? Mc 4, 41

En este sentido podemos ver que los demonios temen al poder que Jesús en

persona representa. ¿En qué consiste tal poder? ¿De qué modo San Marcos lo expone?

MC 8, 27-30

“Salió Jesús con sus discípulos

hacia los pueblos de Cesarea de

Filipo, y por el camino les

preguntó: ¿Quién dice la gente

que soy yo? Ellos respondieron:

algunos dicen que eres Juan

Bautista, otros que Elías o alguno

de os profetas.

Entonces Jesús les preguntó: ¿y

ustedes, ¿quién dicen que soy yo?

Pedro le contestó: Tu eres el

Mesías. Pero Jesús les dijo con

firmeza que no conversaran sobre

él”.

I.N.S.F: Formación Religiosa: 27/06/2012 Tercer Año

EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS

Page 2: secreto mesiánico

Cuando se menciona el poder debemos pensar en alguien capaz de gobernar.

Los israelitas contemporáneos de Jesús esperaban que Jesús tuviera el poder de echar

a los romanos que invadían su país. Sin embargo, Jesús da a entender que su poder es

muy distinto del que ellos imaginan. Veamos algunos ejemplos. “Poder para perdonar

pecados” Mc 2, 10

En el relato de Mc 2, 1-12 se presenta una interesante escena. Jesús enseña en

su casa y unas personas llevan a un amigo paralítico en una camilla. Ellos esperan que

Jesús cure su enfermedad. De tanta gente que había no podían acercarse a Jesús por la

entrada principal. Suben al techo, lo rompen y con unas sogas hacen descender al

enfermo para dejarlo frente a Jesús.

Todas las personas esperan “el milagro”. Sin embargo, Jesús solo dice “se te

perdonan tus pecados”. Estas palabras no hacen que el paralítico camine. La gente

estupefacta empieza a preguntarse en su interior quién se cree Jesús que perdona los

pecados. Solo Dios los perdona.

Jesús conoce lo que piensan. Entonces declara “ahora sabrán que el hijo del

hombre tiene en la tierra poder para perdonar pecados” y a continuación añadió:

“levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”. Recién en este momento el paralítico

queda curado de su enfermedad.

De todo el relato podemos concluir. Que el poder de realizar milagros no es más

importante que el poder de perdonar los pecados. La misión de Cristo es curara a los

hombres de la verdadera enfermedad: el pecado.

La siguiente cita justifica nuestra conclusión:

En síntesis

De acuerdo con lo mencionado hasta aquí podemos recapitular los siguientes

elementos particulares del tema “el secreto mesiánico”.

En primer lugar se trata de conocer la persona de Jesús. En los primeros ocho

capítulos de San Marcos resuena en muchas ocasiones que la gente se pregunta

¿Quién es éste? Queda muy claro que toda acción de Jesús llama mucho la atención.

Jesús genera una intriga grandísima en sus contemporáneos.

Ahora bien, a pesar de las intrigas Jesús realiza acciones muy concretas de su

propia identidad. Por ejemplo, expulsa demonios, perdona los pecados, calma la

tempestad. En este sentido Jesús va preparando “el terreno” para darase a conocer

abiertamente, poco a poco, en la segunda mitad del Evangelio.

Revelación del Secreto

Page 3: secreto mesiánico

Verdadero hombre y Verdadero Dios

Las intrigas sobre la identidad de Jesús van alcanzando su máxima expresión. En

la primera parte de este trabajo habíamos señalado la cita que nos permitía hacer un

división en el Evangelio según San Marcos, es decir, Mc 8, 27-30.

Jesús interroga a sus discípulos más cercanos qué dice acerca de él. Las

respuestas son muy variadas. En este diálogo, podemos colocarnos nosotros como

participantes activos del mismo. Nos preguntamos: ¿Quién es Jesús? Las respuestas

que podamos dar cada uno serán también muy variadas. Dependerán de la experiencia,

del conocimiento cada uno haya adquirido sobre Jesús.

No obstante, la variedad de respuestas que podamos dar cada uno de nosotros

debemos mantener algunos puntos bien claros. Veamos cuáles son. En primer lugar,

Jesús de Nazareth es una persona histórica. Las fuentes históricas han confirmado su

existencia. Para citar a una de ellas podemos nombrar al historiador Josefo Flavio,

contemporáneo de Jesús.

En segundo lugar, Jesús fue reconocido por los Israelitas como un verdadero

Mesías. Esperaban que él los liberara de la opresión romana. Esta perspectiva se la

puede observar en todos los evangelios sinópticos

En tercer lugar, tenemos que tratar de entender que Jesús es verdadero hombre

y verdadero Dios. En esta sección intentaremos dar una explicación de cómo es que

podemos hacer tal afirmación.

Hijo de Dios – Hijo del hombre

En la lectura del evangelio podemos notar los títulos “Hijo de Dios e Hijo del

hombre”. Jesús en muchas de las ocasiones en las que se refiere a sí mismo utiliza el

título hijo del hombre. Sin embargo, la introducción del evangelio nos presenta a

Jesús cómo hijo de Dios. Entonces nos preguntamos qué significan estos títulos; por

qué estas diferencias.

El título hijo de Dios tiene sus raíces en el Antiguo Testamento. Los reyes de

Israel eran denominados como hijo de

Dios debido a su predilección para

realizar dicha función. Sin embargo en

el evangelio podemos ver que este título

adquiere un nuevo significado.

Podemos observar cuatro

momentos en los cuales se hace

referencia a Jesús como Hijo de Dios: a)

Introducción al evangelio

b) En el bautismo de Jesús. Se da una

situación particular. Desde el cielo una

voz declara: «Tú eres mi Hijo, el

Amado, mi Elegido.»

MC 2, 15-17

“Jesús estuvo comiendo en la casa de

Leví, y algunos cobradores de

impuestos, y pecadores estaban

sentados a la mesa con Jesús y sus

discípulos; en realidad eran un buen

número. Pero también seguían a Jesús

maestros dela Ley del grupo de los

fariseos, y, al verlo sentado a la misma

mesa con pecadores y cobradores de

impuestos, dijeron a los discípulos:

¿qué es esto? ¡Está comiendo con

publicanos y pecadores!. Jesús lo oyó y

les dijo: no es la gente sana la que

necesita médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

Page 4: secreto mesiánico

c) En la transfiguración se da la misma situación particular y la voz del cielo declara: «Este

es mi Hijo, el Amado, escúchenlo.»

d) Por último, en la crucifixión de Jesús, el soldado romano que se encuentra a los pies de

la cruz exclama: “en verdad este era Hijo de Dios”

El hecho de que la Voz del cielo proclame “este es mi hijo” da a entender que el

Padre revela la naturaleza divina de Jesús. De esta manera podemos asegurar que

Jesús es Verdadero Hombre, debido a que nace de María, sufre, se alegra e incluso

muere como hombre. No obstante, creemos que Jesús es, además, Verdadero Dios, es

decir, tiene la misma naturaleza divina de Dios-Padre.

Podemos reconocer la naturaleza humana de Jesús cuando se muestran sus

sentimientos: siente hambre, cansancio, se enoja, se ríe, llora, etc. Por otro lado,

podemos reconocer la naturaleza divina de Jesús debido a lo planteado anteriormente.

No obstante, es importante el testimonio que reciben los apóstoles de parte del

Espíritu Santo.

Pasión Muerte y Resurrección.

Los tres últimos capítulos de evangelio de Marcos nos relatan el misterio más

grande de la fe cristiana. Se trata de la Pasión, muerte y resurrección de Jesús. Este

acontecimiento se debe entender como un acontecimiento histórico, pero además como

un dogma de fe. A continuación intentaremos explicarlo.

Acontecimiento histórico

Afirmamos que se trata de un acontecimiento histórico porque Jesús de

Nazareth existió realmente en un contexto histórico determinado. En este sentido

podemos leer el evangelio según San Lucas y veremos cómo este evangelista coloca la

historia de Jesús en el contexto de la historia universal.

En esta cita notamos que Lucas coloca la historia de Jesús en el contexto de la

historia de mundo bajo el imperio romano.

Acontecimiento de fe

Afirmamos que la resurrección de Jesús es un acontecimiento de fe porque

creemos que Jesús está vivo en el cielo. No podemos pensar en pruebas como si se

tratara de un hecho de la física. Tenemos su testimonio y el testimonio de miles de

personas que cambiaron sus vidas debido al “encuentro personal con Jesús”.

¿Podemos afirmar que la tumba vacía de Jesús es una prueba fehaciente de su

resurrección? No podemos hacer tal afirmación. Sin embargo, podemos decir que la

“tumba vacía” es la esperanza de la resurrección. Además es el testimonio de las

personas que se encontrado con Jesús personalmente.

Page 5: secreto mesiánico

Los católicos creemos que Jesús está presente en los pobres, en los sacramentos, en el

cura que consagra los sacramentos y en las personas que creen en él.

LC 3, 1

“Era el año quince del reinado del

emperador Tiberio. Poncio Pilato era

gobernador de Judea, Herodes

gobernaba en Galilea, su hermano

Filipo en Iturea y Traconítide, y

JN 14, 22-26

Judas, no el Iscariote, le preguntó: «Señor, ¿por qué hablas de mostrarte a nosotros y no al mundo?»

Jesús le respondió: «Si al guien me ama, guardará mis palabras, y mi Padre lo amará. En ton ces vendremos a él para poner nuestra morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras; pero el mensaje que escuchan no es mío, sino del Padre que me ha enviado.

Les he dicho todo esto mientras estaba con ustedes. En adelante el Espíritu Santo, el Intérprete que el Padre les va a enviar en mi Nombre,