El anarquismo mesiánico de Walter Benjamin - Michael Lowy

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AO II - No 4 - OTOO/INVIERNO 1992

EL CIELOP ASALTO ORM I C HAEL LO W Y

SOBRE W. B E N J A M I N / M A R S H A L L BERM AN: REINVEN T A R EL M O D E R N IS M O / I. Y O U N G : M A R X IS M O Y F EM IN ISM O / A L A I N LIPIETZ: E U R O P A EN EL S I G L O X X I / JAMES O ' C O N N O R S O B R E EL M A T E R I A L I S M O H I S T O R I C O / J. M c . C A R N E Y : H A M U ERT O LA FILOSOFIA MARXISTA? / C R I S I S D E LA P O L I T I C A S : J.R. CA PELLA / B. DE S A N T O S SO BRE I N S T I T U C I O N E S / E. G R U N E R : LENGUAJE Y POLTICA / H. PRIETO: "TRI PALIUM": TRABAJO Y TORTURA

Eic ns dioe Imo a g Md ui n

Berthell: Historia de Amrica Latina (Crtica) Guerrano: Las Letrinas Historia de la higiene urbana (Alfons El Magnanim) Frankel: Los Utpicos Postindustriales (Alfons El Magnanim) Martnez Alier: De la economa ecolgica al ecologismo popular (Icaria) Scharpf: Socialdemocracia y crisis econmica en Europa (Alfons El Magnanim) Keller: Reflexiones sobre Gnero y Ciencia (Alfons El Magnanim) Albarracn: La economa de mercado (Trotta) Luna: Gnero, Clase y Raza en Amrica Latina (Univ. de Barcelona) Paterson: El futuro de la Socialdemocracia (Alfons El Magnanim) G omez Tovar: Utopas libertarias americanas (Tuero) Amelang - Nash: Historia y Gnero (Alfons El Magnanim) Kung: Proyecto de una tica mundial (Trotta) Rodrguez Cabrero: Estado. Privatizacin y Bienestar (Icaria) Heers: Esclavos y sirvientes en las sociedades Mediterrneas durante la Edad Media (Alfons El Magnanim) Olivas: Problemas de legitimacin en el Estado Social (Trotta) Alba: Historia social de la vejez (Laertes) Baudrillard: La Guerra del Golfo no ha terminado an (Anagrama) Fernndez Liria: Sin vigilancia y sin castigo. Una discusin con Michel Foucault(Libertarias/PRODHUFI) Chomsky: Ilusiones necesarias (Libertarias/PRODHUFI) McDannell Lang: Historia del Cielo (Taurus)

gandhiLibros - Caf - Foro CulturalMontevideo 453 (1019) Bs. As. Argentina 46-1994

DOSSIER "TEORIA MARXISTA, PRACTICA POLITICA Y EMANCIPACION H U M A N A '

El anarquismo mesinico de Walter Benjamin

l estilo de pensamiento de Walter Benjamin es nico y estrictamente Inclasifica ble. Sin embargo, podemos contribuir a su comprensin explorando el contexto particular donde va a cristalizarse: la atmsfera cultural de la mittel-Europa a mediados del siglo, y ciertas comentes poltico-religiosas subyacentes entre la intelligentsia juda de cultura alemana. El neo-romanticismo, en tanto crtica moral y social d "progreso" y de la civilization moderna en nombre de una lealtad nostlgica hacia la kultur tradicional era la tendencia dominante en el seno del mundo intelectual y artstico alemn de fines del siglo XIX hasta el surgimiento del fascismo. Se trataba, antes que nada, de una reaccin frente al proceso de industrializacin increblemente rpido, poderoso y brutal del pas durante ese perodo, que amenazaba disolver todos los antiguos valores y creencias y reemplazarlas por el clculo fro y racional de la produccin mercantil. Muchos escritores y filsofos judos de lengua alemana se sintieron atrados por esta visin del mundo y desarrollaron simultneamente una versin romntica del mesianismo judo y una versin romntica de la utopa revolucionaria: por ejemplo, Martn Buber, Gerschom Scholem, Gustav Landauer, Emst Bloch, Gyorgy Lukacs.1 Walter Benjamin se relaciona con ese contexto no slo por sus lazos personales con la mayora de los miembros de esa compleja red, sino tambin porque concentra en su vida y en su pensamiento todas las contradicciones, tensiones y oposiciones que dividen esa cultu ra judeo-germnica neo-romntica: entre teologa juda y materialismo marxista, asimilacin y sionismo, comunismo y anarquismo, romanticismo conservador y revolucin nihilista, me sianismo mstico y utopa profana. La asociacin ntima entre temas mesinicos y utpico-anarquistas partiendo de la cr tica neorromntica del "progreso" es una de las figuras capitales de la filosofa poltica d e Benjamin. Si examinamos uno de sus primeros trabajos, el discurso La vida de los estudian tes (1914) ya podemos percibir toda su Weltanschauung social-religiosa. Contra la "informe tendencia progresista" celebra el poder critico de las imgenes utpicas, como la revolucin francesa de 1789 o el Reino mesinico. Los verdaderos interrogantes que se le plantean a la sociedad no son los de la tcnica y la ciencia, sino los problemas metafsicos promovidos por Platn, Spinoza, los Romnticos y Nietzsche, que deben inspirar a los estudiantes para

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1 Ver al respecto nuestro artculo "Messianisme juif et utopies libertaires en Europe Centrale (19051923)", Archives de Sciences Sociales des Regilions, no 51; 1 1981.

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que su comunidad se transforme en "la cspide de una permanente revolucin del espritu" Su afinidad con el anarquismo est sugerida por la afirmacin de que toda ciencia y todo ar te libres son necesariamente "extraos al Estado y a menudo enemigos del Estado", Pero se expresa de un modo ms directo cuando se refiere al espritu tolstoiano, con su llamado a ponerse al servicio de los pobres, "espritu que naci en las concepciones de los anarquistas ms profundos y dentro de las comunidades monsticas"2 Utopa, anarquismo, revolucin y mesianismo se combinan alqumicamente y se articulan con una crtica cultural neo-romn tica del "progreso" y del conocimiento puramente cientfico-tcnico. El pasado (las comuni dades monsticas) y el futuro (la utopa anarquista) estn directamente asociados en una sn tesis tpicamente romntico-revolucionaria. Ese documento contiene in nuce varias de las fu turas iluminaciones de Benjamin y se pueden sealar de manera precisa y rigurosa las simili tudes con sus ltimos escritos. Anticipa ciertos temas que atravesarn toda su obra a veces abiertamente, y otras como una comente subterrnea oculta. As, vemos que se disea la continuidad esencial de su trayectoria espiritual de 1914 a 1940. Esto no quiere decir que no se hayan dado cambios importantes en ese itinerario es innegable que despus de 1924 el marxismo se transforma cada vez ms en un componente crucial de su visin del mundo. Sin embargo, como trataremos de mostrar, el comunismo y el materialismo histrico no han reemplazado sus antiguas convicciones espirituales y libertarias, sino que se han amalgama do con ellas, constituyendo una figura de pensamiento singular y nica. Para Benjamin como para muchos jvenes intelectuales judos de cultura alemana a comienzos del siglo el romanticismo es el punto de partida, el clima cultural decisivo, la fuente principal de valores y sentimientos. Por supuesto, su propia concepcin de la historia no puede reducirse a las ideas romnticas clsicas; pero la referencia al romanticismo, a las crticas culturales de tipo romntico a la civilizacin industrial capitalista, y a las concepcio nes romnticas de la religin, del arte, de la cultura, estn presentes en sus escritos, desde el ensayo sobre Hlderlin (1915) hasta el artculo sobre EJ A Hoffmann de 1930. Como escri bir en una carta a Gerschom Scholem de junio de 1917, para l "el romanticismo es segu ramente el ltimo movimiento que una vez ms salva, en el presente, la tradicin (die Tradition hinberrettete)".3 Es verdad que en los aos 30, con la apropiacin creciente del materialismo histrico, sus referencias al romanticismo son cada vez menos frecuentes, pero algunos elementos fun damentales de la visin del mundo romntica estn presentes en sus deas religiosas y filosfico-polticas. No se pueden comprender ni el mesianismo ni el anarquismo de Benjamin sin el campo cultural romntico que le sirve de fuente principal. El lazo entre el romanticismo y el mesianismo est atestiguado no slo por el inters de Benjamin por los escritos kabalsticos del filsofo romntico Franz J oseph Molitor, sino sobre todo por su tesis de doctorado, donde sostiene que la verdadera esencia de la Frhromanti k "debe ser buscada en el mesianismo romntico". Descubre la dimensin mesnica del ro manticismo sobre todo en los escritos de Schlegel y Novalis y cita entre otros este sorpren dente pasaje del joven Friedrich Schlegel: "El deseo revolucionario de realizar el Reinado de Dios constituye... el comienzo de la historia moderna."4 La utopa libertaria de Benjamin est tambin fundada sobre una estructura de sensibili dad neo-romntica. En un pasaje muy claro de una carta de 1918 a Scholem se afirma expl citamente esta conexin (en referencia, sin embargo, a otros autores).2 W. Benjamin, "La vie des tudiants ", 1914, en Mythe et Violence, Denoel, 1971, pp. 37, 42,44,45. 3 W. Benjamin, Correspondance, Aubin, 1979, t . 1910-1928. C fr. en alemn Briefe, Frankfurt a m I Main, 1966, Band I, p.138. 4 Citado por W. Benjamin en Der Begriff der Kunstkritik in Deutschen Romantik, Buchgdruckerei Artur Scholem, Berln, 1920, p.2 (trad. cast. Ed. Pennsula, Barcelona).

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Benjamin se refiere al romanticismo como "uno de los ms poderosos movimientos de nuestra poca" y agrega que el aspecto ideal del romanticismo catlico (en oposicin a su costado poltico) "se ha desarrollado por la recepcin de elementos sociales en el seno del anarquismo (Leonhard Frank, Ludwig Rubiner)"5 Como hemos visto, la dimensin catlicoromntica restitucionista est ntimamente ligada, en el discurso a los estudiantes de Benjamin (1914), a las ideas libertarias: las comunidades monsticas y los grupos anarquistas son presentados como los dos modelos ms significativos de accin social. De un modo general, las concepciones polticas de Benjamin estn influidas por las de los pensadores libertarios, anarquistas o anarco-indicalistas, ms profundamente emparen s tados con el romanticismo anticapitalista y con sus aspiraciones restitucionistas: Georges So rel, Gustav Landauer, Tolstoi, Strindberg.6No obstante, sus ideas estn lejos de ser "polticas" en el sentido habitual del trmino. Scholem defini como "anarquismo teocrtico" la doctri na que les era comn en 1919 el trmino "teocrtico" no tiene ningn sentido poltico si no exclusivamente una significacin religiosa.7Segn Werner Kraft, que era su amigo cerca no en esa poca, el anarquismo de Benjamin tena cierta cualidad "simblica". No estaba ni a la derecha ni a la izquierda sino "en alguna otra parte".8 Benjamin mismo emplea con evi dente deleite el trmino "nihilismo" para designar, durante los aos 20, sus propias deas po lticas (o ms bien antipolticas). Por ejemplo, en una carta a Scholem en 1924 se refiere a "mi nihilismo", trmino que Scholem interpreta como sinnimo de convicciones anarquis tas.9 Scholem mismo contribuy ciertamente a desarrollar esas convicciones en Benjamin, por ejemplo proveyndole la literatura libertaria (especialmente los escritos de Landauer) pe ro la tendencia exista ya antes que se encontraran, como se puede deducir del discurso "la vida de los estudiantes'' (1914).1 0 La clave para la comprensin del carcter particular del anarquismo de Benjamin es su relacin con el mesianismo judo, una relacin de la cual uno pude darse cuenta slo por el concepto de afinidad electiva: partiendo de las mismas races neo-romnticas las dos figuras culturales tienen en comn una estructura utpico-restauracionista, una perspectiva revolu cionario/catastrfica de la historia y una imagen libertaria de porvenir ednico. Uno de los primeros escritos en los que esas visiones libertarias y revolucionarias se ma nifestaron con toda su carga explosiva es el ensayo sobre la violencia (Zur kritk der Gewal , t 1921), directamente inspirado en las Reflexiones sobre la violencia de Sorel. En ese texto, Benjamin expresa su desprecio absoluto con respecto a las instituciones estatales, como la polica ("la forma de violencia ms degenerada que se pueda concebir") o el parlamento ("deplorable espectculo"). Aprueba sin reservas la crtica antiparlamentaria "radical y per fectamente justificada" de los bolcheviques y de los anarco-indicalistas (una asociacin alsW. Benjamin, Correspondance, I, p.67, corregida segn Briefe I, p. 181. En un ensayo poco conocido de 1913, Dialog uber die Regiositat der Gegenwart, Benjamin se refiere a Tolstoi, Nietzsche y Strindberg como profetas de una nueva religin y de un nuevo socialismo (Ver Benjamin, Gesammellte Schriften, Suhrkamp, Frankfurt am Main, 197 7 II, I p. 23-24). Utilizamos el trmino " restitucionismo" , que hemos tomado de los trabajos de sociologa de las religiones de Jean Seguy, para designar tas concepciones que apuntan a restablecer un estado de cosas pasado, a restituir su integridad quebrada. 7 G. Scholem, W. Benjamin, Geschichte e iner Freundschaft, Suhrkamp, Frankfurt am Main, 1976, pp. 100, 204 (trad. cast.en Ed. Taurus, Madrid) y notas de una entrevista con G. Scholem en diciembre de 1979. 8 Notas de una entrevista con Werner Kraft, enero de 1980. 9 W. Benjamin, Correspondance I, p.325 y G. Scholem, Walter Benjamin, p.155 (trad. cast: Ed. Pennsula, Barcelona). 0 1 G. Scholem, W. Benjamin, pp. 19, 22. 5

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tamente reveladora), as como la idea (que l atribuye a Sorel) de una huelga general que se "asigna como la nica tarea para destruir la violencia del Estado" . Esta concepcin que l mismo menciona como "anarquista", le parece "profunda, moral y autnticamente revolu cionaria", incluso si produce consecuencias "catastrficas". Sin embargo y aqu Benjamin se separa de Sorel y se ubica en otra esfera : la teologa mesinica - la violencia revolucio nari a, como violencia pura e inmediata, es una manifestacin de la violencia divina, la ni ca culpable de romper el "crculo mgico de las formas mticas del derecho" (comprendida aqu la violencia del estado) y de instaurar as "una nueva era histrica". Esta violencia divi na/revolucionaria es "destructora de derecho" y se opone a la violencia mtica fundadora de derecho as como a la violencia conservadora del derecho." La dialctica sui generis entre anarquismo y mesianismo, revolucin y teologa, que consti tuye el modo conceptual de este texto verdaderamente demonaco, se vuelve a hallar tambin, bajo una forma particularmente densa, en esta pieza de mercurio hermtica titulada Fragmento teolgico-poltco. Escrito ms o menos en la misma poca, este escrito "anarquista metafsica" (Scholem dixit) trata de distinguir radicalmente la esfera del devenir histrico de aquella del Mesas: "Ninguna realidad histrica puede ella misma por s misma querer referirse al mesia nismo". Pero inmediatamente despus, Benjamin construye sobre este abismo aparentemente infinito un puente dialctico, una sutil pasarela, un extrao pasaje que puede ser atravesado en los dos sentidos: a) del cielo hacia la tierra: "seguramente la bsqueda de la felicidad de la libre humanidad encuentra un impulso en esta orientacin mesinica"; b) de la tierra hacia el cielo: "el orden profano de lo profano puede favorecer el advenimiento del reino mesinico". Al concluir el fragmento, Benjamin hace votos de una resti t t o in integrum temporal y espiritual ui tarea que l atribuye a una forma de la poltica mundial "cuyo mtodo se debe llamar nihi lismo" (trmino que reemplaza generalmente al de anarquismo, juzgado quizs demasiado profano por Benjamin.1 La restitutio in integrum es una figura del derecho cannico que exige 2 el restablecimiento integral de una situacin anterior al acto incriminado: se trata, en Benjamin, probablemente de una referencia al estado ednico primordial, del que se trata en su ensayo de 1916 Sobre el lenguaje en general y sobre el lenguaje humano. En la tradicin mesinica juda, el rol del Mesas consiste precisamente en restablecer el Gran Edn perdido. La primera referencia al bolchevismo en los escritos de Benjamin es la que hemos men cionado ms arriba, en el ensayo sobre la violencia de 1921, donde est directamente aso ciado con el anarco-sindicalismo como doctrina revolucionaria antiparlamentaria. Este lazo entre ideas comunistas y libertarias estar presente de una u otra forma en el curso de su evolucin poltica. Lejos de reemplazar el anarquismo, su marxismo estar en gran medida, impregnado de coloracin libertaria. Despus del descubrimiento simultneo del marxismo, a travs de Historia y conciencia de dase de Lukcs, y del bolchevismo, gracias a Asja Lacis (1924), el comunismo (y ms tar de el materialismo histrico) se convertir en algo central en la reflexin poltica Benjamin. Condente de las tensiones entre lo que l llama "los fundamentos de mi nihilismo" y la dia lctica hegelio-marxista, representada por (a obra de Lukcs, se siente, sin embargo, profundamente atrado por "la praxis poltica del comunismo" considerada como "conducta que compromete" (verbindliche Haitung).1 Dos aos ms tarde, le advierte Scholem que tie 3 ne pensado afiliarse al partido comunista, pero subraya que eso no significa "abjurar" de su antiguo anarquismo (sea dicho, al pasar, que esta carta es el primer escrito donde se refiere 1 W. Benjamin, "Pour une critique de la violence", Mythe et Violence, pp. 133,134, 137, 138,147 1 (trad. cast.en Ensayos escogidos, Bs. As., Sur, 1967). 1 W. Benjamin, " Fragment Thologico-politique" , en Mythe et Violence, pp. 149-50. 2 1 3 W. Benjamin, carta de G. Scholem de sepiembre de 1924, en Correspondance I, p. 325 (Cfr. Briefe t l,p.3 55).8

explcitamente a sus propias convicciones como anarquistas, ms que meramente 'nihilis tas") Para , los mtodos anarquistas son "seguramente impropios" y los objetivos comunis tas son un sin sentido"; no obstante, esto no le quita ni un pice a la accin comunista, por que sta es el correctivo de esos objetivos y, porque no hay objetivos polticos sensatos.1 Se 4 podran, quizs, deducir a partir de estos sealamientos oscuros y esencialmente negativos, algunas sugerencias "positivas" : los objetivos anarquistas son significativos porque no consti tuyen objetivos polticos, pero el mejor mtodo para conseguirlas lo da la accin comunista. Tratando de interpretar este pasaje enigmtico, el investigador americano Richard Wolin escribe que para Benjamin los nicos objetivos vlidos en ltima instancia son los mesini cos.1 Esto nos parece justo a condicin de no olvidar que para Benjamin los objetivos me5 sinicos y anarquistas estn estrechamente vinculados: en esta misma carta a Scholem, ha bla de una identidad entre observancia religiosa y poltica que se manifiesta solamente en la transformacin (Umschlagen) paradjica de una en otra (cualquiera sea la direccin)"16 Este "ida y vuelta" (Umschlagen) paradjico del anarquismo (o "nihilismo") en mesianismo y vi ceversa, es quizs una de las claves ms importantes para entender la visin del mundo so cial/religiosa, esotrica y sutil de Benjamin, desde los Fragmentos teolgico-polticos hasta tas Tesis sobre la filosofa de la historia. La tentativa de articular el comunismo y el anarquismo es el l it motiv del ensayo de Bna in e ejm sobre el surrealismo (1929). Se refiere a s mismo ("el observador alemn") como situa do en una posicin "infinitamente peligrosa entre la fronda anarquista y la disciplina revolu cionaria", y exalta a los surrealistas como los ms notables herederos de la tradicin libertara: "Desde Bakunin a Europa le ha faltado una idea radical acerca de la libertad. Los surrealistas tienen esta idea". Es cierto que su concepto de anarquismo tiene una dimensin metafrica amplia: se refiere, por ejemplo, a Dostoievsky, Rimbaud y Lautramont como "algunos gran des anarquistas" que, a lo largo de los aos 1865-1875, "sin comunicacin entre ellos, traba jaron en sus mquinas infernales", y cuyos ingenios hacan explosin exactamente en el mis mo momento cuarenta aos ms tarde (con el impuso del surrealismo). El trmino "nihilismo" aparece tambin en relacin con Breton, en quien saluda "el nihilismo revolucionario"; le lla ma la atencin adems, un pasaje de Nadja, donde el poeta surrealista se congratula de las jomadas de revuelta en Pars en solidaridad con los mrtires anarquistas Sacco y Vanzetti.17 Es cierto que Benjamin teme insistir demasiado exclusivamente en "el componente anar quista" de la revolucin, a expensas de la "preparacin metdica y disciplinada" es decir, el comunismo. A pesar de ello, cree que en relacin con las cuestiones cardinales de la po ca, el surrealismo y el comunismo estn muy prximos, en oposicin al optimismo beato de la socialdemocracia, ambos comparten la misma percepcin del destino de la humanidad europea: "pesimismo en toda la lnea". Y si el Manifiesto Comunista exige que la realidad se supere a s misma (por un "estallido revolucionario"), entonces "los surrealistas son los ni cos que habrn comprendido la orden que ste nos da hoy".1 8 A partir de 1930, la referencia al anarquismo parece desaparecer de sus escritos, as co mo las menciones a la era mesinica, pero se puede descubrir su presencia hermtica, como una especie de hoguera oculta, un fuego subterrneo que modela activamente lo que se de sarrolla en la superficie. Por ejemplo, es probable que su simpata por el comunismo durante los aos 1929-1935 no deje de tener relacin con la orientacin claramente "apocalptica" del Comintern durante esa poca: el as llamado "Tercer Periodo", con su doctrina de la in1 W.Benjamin, Correspondance I, p.389. 4 1 Richard Wolin, Walter Benjamin, an Aesthetic of Redemption, Cambridge University Press, 1 5 982, p.177. 1 Benjamin, Correspondance I, p.388 , traduccin inexacta. Ver B efe I, p.426. W. 6 ri 1 W.Benjamin, " Le surral sm e " , 1929, Mythe et Violence, pp.297-98. 7 i Ibid., pp. 11-314. 8 1 3

minencia de la revolucin mundial. En una carta a Scholem de abril de 1931 se refiere a "la revolucin bolchevique en Alemania" como un acontecimiento probable en el futuro prxi mo. En su respuesta, Scholem ve un peligro en la intensa aspiracin de Benjamin de una co munidad, "as fuera apocalptica, de la revolucin" . Benjamin replica en julio de 1931: "Esti mo poco probable que sea necesario esperar ms all del otoo para que estalle la guerra ci vil".19 Hay tambin en el artculo de 1930 sobre las teoras del fascismo, el clebre ltimo pargrafo (que Adorno haba querido suprimir en una reedicin de los aos 60) que llama a transformar la guerra mundial en guerra civil (en Alemania).2 Por el contrario, tiene una acti 0 tud escptica en relacin con el Frente Popular en Francia, de modo consecuente con sus antiguas convicciones antiparlamentarias. En una carta a Fritz Lieb de julio de 1937 se queja de que los diarios de izquierda "slo se acoplen al fetiche de la mayora 'de izquierda' y na die est molesto porque ella haga una poltica que, llevada adelante por la derecha, causara revueltas".2 1 Pero hay signos ms directos de la persistencia de la fe anarquista esotrica de Benjamin durante los aos 30: en febrero de 1935 es decir, durante el perodo en el que pareca ms prximo a la doctrina comunista ortodoxa escribe en una carta a Alfred Cohn que, al leer la novela de Drieu la Rochelle El Desertor, "con gran sorpresa de mi parte, encontraba exactamente delineada mi propia actitud poltica".2 Un examen de esta novela publicada 2 en 1934 puede, entonces, damos una pista muy preciada para atrapar su filosofa poltica oculta. Su hroe (o antihroe) es un desertor francs de la Primera Guerra Mundial, exilado en Amrica latina, un intemacionalista cosmopolita, para quien "el nacionalismo es el aspecto ms innoble del espritu moderno". El viajero que se entrevista con l (probable mente expresando las opiniones de Drieu) lo trata tanto de "viejo reaccionario", como de "judo errante", "anarquista" o "utopista inofensivo". El desertor responde: "No quiero su es tado de guerra europeo, su movilizacin perpetua, su socializacin militar. Dle usted el nombre que se le ocurra: anarquismo, si as lo quiere. Pero yo s bien que no tengo nada que ver con teoras que jams le en los libros." Pero hay una especie de espritu espontne amente libertario en su filosofa antipoltica y antiestatal: "La poltica es el juego ms grosero entre los juegos que ofrece este planeta. Todo lo que es del Estado, es tarea de sirvientes".2 3 Si esta figura literaria representa, para retomar las mismas palabras de Benjamin, la exacta presentacin de su propia posicin poltica, no hay duda de que esta posicin es mucho ms afn al anarquismo de lo que la obra escrita en los aos 30 hace suponer. Hay en la novela de Drieu un pasaje emotivo que no puede leerse sin pensar inmediata mente en Port-Bou, en setiembre de 1940: "En 1914, era uno de los raros, de los cuales ha br millares de ejemplares en la prxima guerra. Habr millares de hombres que se defendern de los temblores de tierra, huyendo o que entre dos muertes, elegirn la del contestatario fusilado antes que la del individuo resignado, bombardeado o gaseado." No hay ninguna referencia explcita al anarquismo en los diversos ensayos y notas sobre Baudelaire redactadas por Benjamin en 1938-39 a menos que consideremos a Blanqui,1 W. Benjamin, Correspondance II, pp. 49,51. 9 2 W. Benjamin, "Theorien des deutschen Faschismus" , Die Geseilschaft, 1930, Bd.2, p.41, Benjamin 0 sostena esta idea, que haba sido censurada en una publicacin anterior. En un artculo de 1929 sobre una obra de teatro militarista haba escrito que la nica respuesta a la guerra consista en " la insurreccin armada" (bewaffneter Aufstand). La revista Die Literarische W elt public el artculo en mayo de 1929 sin el pasaje incendiario (Ver W.Benjamin, Gesammelte Schriften IV, 1 p.463 y IV, 2, p.1031). 2 W.Benjamin, Correspondance II, p.224. 1 2 2 Ibid., p.151. 2 Drieu la Rochelle, " Le Dserteur" , La Comdie de Charleroi, 1934, Gallimard, Paris, 1960, pp.2173 227.

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para quien "la Anarqua regular es el futuro de la humanidad", como un pensador libertario.2 4 Pero Rolf Tiedemann ha mostrado justamente que esos escritos "pueden ser ledos como un palimpsesto: bajo el marxismo explcito, el viejo nihilismo se hace visible y su camino corre el riesgo de conducir a la abstraccin de la prctica anarquista".2 El trmino "palimpsesto" no 5 es quizs lo suficientemente preciso: la relacin entre los dos mensajes es menos un lazo me cnico de superposicin que una aleacin de sustancias previamente destiladas. Este problema se plantea tambin para las Tesis sobre la filosofa de la Historia (1 940): se gn Tiedemann "la representacin de la praxis poltica en Benjamin era ms la del entusiasta del anarquismo que la ms sobria del marxismo".26 Sin embargo, esta formulacin nos pare ce tambin inadecuada, en la medida en que opone como mutuamente exclusivos los pasos que Benjamin f siona en el "ncleo duro" de su teora. Habermas tambin se refiere a la u presencia de una "concepcin anarquista de los -prsents (J etztzenzen) en las Tesis. En las notas preparatorias de las Tesis encontramos adems una referencia directa a una figura anarquista: Netchaiev, que l asocia a Los Demonios de Dostoievsky (y tambin a Marx) a raz del intento de "tejer la destruccin revolucionaria con la idea de Redencin" . Mesianis mo y anarqua quedan soldados uno con el otro, nuevamente. Al analizar las ideas normativas que gobernaban el pensamiento de Benjamin, Scholem observa con notable profundidad: "La idea mesinica que, metamorfosendose, sigue jugan do en la ltima parte de su obra un papel primordial, reviste en l un carcter profundamen te apocalptico y destructor. El principio de destruccin ... aparece ahora como un aspecto de la Redencin, que se manifiesta en la inmanencia y se cumple a travs de la historia del trabajo humano.''2 Scholem se refiere a esta problemtica sobre todo en el ensayo El carc 9 ter destructivo y los escritos literarios de los aos 30, pero las notas preparatorias para las Tesis sobre la filosofa de la historia, son la expresin ms asombrosa de ese concepto me sinico revolucionario de destruccin, que "teje" o "entrelaza" (verschrnken) la lucha de clases con la Redencin, Marx con Netchaiev, el materialismo histrico y Dostoievsky (con siderado por Benjamin en 1929 como uno de los "grandes anarquistas" del siglo XIX). El "principio de destruccin" no es el nico terreno donde se opera una convergencia entre mesianismo y revolucin libertaria/comunista en los escritos ltimos de Benjamin. La afinidad electiva entre los dos est fundamentada tambin en la comn estructura restitucionista/utpica: el futuro redimido como restitutio in integrum, restauracin de una paraso perdido, Tikkun del mundo.30 La nostalgia de la armona ednica rota, que es tan decisiva en los escritos teolgicos de juventud de Benjamin especialmente el ensayo sobre el lenguaje (1916) donde la expulsin del paraso est ligada a la "decadencia del bienaventurado espritu lingstico, del espritu adnico" y la cada en el caos de las lenguas de la Torre de Ba bel3 reaparece nuevamente en las Tesis de 1940. La expulsin est ahora representada 1 por la imagen dialctica de la tempestad que sopla del Paraso y que empuja irresistiblemen2 Ver " Librer l'Enferm, en guise de postfa ce", en Blanqui, Instructions pour une prise d'a r es et autres 4 m textes, tablis et presents par M . Abensour et V. Pelosse, La Tte des Feuilles, 1973, p. 208. 2 R.Tiedemann, " Nachwort" en W.Benjamin, Charles Baudelaire, Suhrkamp, Franfurt am Main, 1980, p.207. 5 26 R.Tiedemann, "Historischer Materialismus oder politischer Messianismus?", en P.Bulthaup ( hersg.), Materialen zu Benjamins Thesen "Uber den Begriff der Geschict e" , Suhrkamp, Frankfurt am Main, 1975, p.109. 2 J.Habermas, "L'actualit de Walter Benjamin. La critique: prise de conscience ou prservation", Revue 7 d'Esthetique, nouvelle srie, no1, 1981, p.121. 2 W.Benjamin, Gesammelte Schriften 1,3, p.1240-41. 8 2 G.Scholem, "Walter Benjamin", F i dlit et Utopie, Calmann-Levy, 1978, p.134. 9 e 3 El concepto hebreo de Tikkun significa a la vez reforma, restauracin y redencin. En un libro de Franz0 Joseph Molitor sobre la tradicin juda y la Kabala -probablemente una de las principales fuentes del pensamiento religioso de Benjamin- la misin redentora del Mesas es descrita como "el restablecimiento del estado anterior" a la cada de Adn. Cfr. Franz-Joseph Molitor, Philosophie der Geschichte oder ber di Tradi t on, Theissingschen Buchhandlung, M nsler, 1839, Dritter Theil, p.598. i

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te hacia el futuro al ngel de la historia La imagen nueva d la Torre de Babel tendida hada e el cielo es la montaa de escombros que "se alza al cielo" . Esta tempestad, que aleja a la historia del Paraso, mientras se desarrolla "una catstrofe sin modulacin ni tregua, amonto nando los escombros", es a lo que "le damos el nombre de progreso". La crtica del "progreso" es un aspecto crucial de la doctrina revolucionara de Benjamin; de origen romntico, en su obra adquiere una calidad utpica nueva. Es un tema que atra viesa el conjunto de sus escritos a excepcin de un corto perodo entre 1933 y 1935 cuando (bajo la influencia de Brecht) parece concebir el progreso tcnico como un instrumento para avanzar hacia la prctica revolucionaria. Encontramos esta desconfianza profunda y radical hacia el "progreso" en la imagen dalctica de Sentido nico (1928) que presenta a la revolucin antiburguesa como el acto de cortar la mecha encendida antes que alcance a la dinamita, es decir "antes del momento ca si calculado de la evolucin tcnica y cientfica" que finalizara en una catstrofe poniendo fin a tres mil aos de cultura.3 3 Est presente en el ensayo sobre El Narrador (1936) donde Leskov es saludado (a travs de una cita de Tolstoi) como el primer escritor "que ha denunciado los inconvenientes del progreso econmico* y como uno de los ltimos narradores que se mantuvieron fieles a la edad dorada, en la que los hombres vivan en armona con la naturaleza.3 Ella alimenta la 4 polmica de Benjamin en contra del positivismo (incluida aqu la socialdemocracia positi vista) quien "slo fue capaz de ver el progreso de la ciencia natural en el desarrollo de la tecnologa, sin darse cuenta del retroceso simultneo de la sociedad". En el ensayo sobre Fuchs de 1937, opone a este evolucionismo (darwinista) socialdemcrata y a sus chatas ilu siones optimistas que ignoran los peligros de la tecnologa, sobre todo en relacin con la guerra la visin de una barbarie en ascenso percibida por un Engels en La Situacin de la dase trabajadora en Inglaterra, y entrevista por un Marx en sus prognosis del desarrollo ca pitalista".3 Esta es tambin una de las principales razones por las cuales Benjamin se senta 5 tan atrado por Baudelaire. Entre sus notas sobre el autor de Las flores del mal est el siguien te sealamiento (probablemente de 1938): "Esta devaluacin de lo humano por la economa de mercado tuvo un profundo impacto en su experiencia histrica...Nada es ms despreciable que poner en juego la idea de progreso contra esta experiencia...La historia ha demostra do desde entonces cunta razn tena al no confiar en el progreso tcnico".3 6 En un notable ensayo sobre "la estructura mesinica de las ltimas reflexiones de Walter Benjamin", Irving Wohlfarth escribe que Benjamin conceba la revolucin tanto acelerando la dialctica del progreso histrico, como tirando del freno de emergencia.1 Esta formula 7 cin es muy esclarecedora pero, en nuestra opinin, hara falta especificar que la primera variante fue una breve experimentacin intelectual de mediados de los aos 30, mientras que la crtica del "progreso" es un componente esencial de la mayor par de sus escritos. te Cmo puede explicarse la efmera excursin de Benjamin por el "progresismo" ? El argu mento habitual es "la influencia de Brecht" . Esto es verdad, pero la influencia, en general, le jos de explicar algo pide ser ella misma, a su vez, explicada. Sugerimos la hiptesis siguien3 1 W. Benjamin, Mythe et Violente, pp.93-95. 32 Citamos las Tesis segn la traduccin al francs (inconclusa) del propio Benjamin. Ver G.S. (Gesammelte Schriften), I, 3, p.1263. 33 W. Benjamin, Sens Unique, 1928, Lettres Nouvelles, 1978, pp.205-206. 34 W. Benjamin, "L e narrateur", 1936, Posie et Revolution, Denoel, 1971, pp.150,155. 3 W. Benjamin," Eduard Fuchs, C ol l ecor and Historiam", 1937, New German Critique no 5, Spring 5 t 1975, pp.34, 44-45. 3 W. Benjamin, G.S.I, 3, pp.1151-2. 6 3 7 I.Wohlfarth, " O n the Messianic structure of Benjamin' s last refl ections", Glyph 3, Baltimore, 1978, p.168.

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te: los artculos escritos en 1933-35 en los cuates puede hallarse una evaluacin altamente fa vorable del progreso tecnolgico (especialmente en "La obra de arte en la era de su reproductividad tcnica" y "El autor como productor") son tambin aquellos que manifiestan un sostn acrtico hacia la URSS cuya ideologa era en esa poca (Segundo plan quinquenal ms que nunca una versin ferozmente industrialista y productivista del marxismo. Hasta 1933 Benjamin, simpatizante de la Unin Sovitica, aceptaba opiniones crticas por ejemplo, las de T ts ky, del cual lea en 1932 la autobiografa y la Historia de la Revolucin Rusa con mu ro cho inters: "Hace aos que no siento haber asimilado nada con una tensin semejante hasta cortar el aliento"3 El comienzo del "parntesis progresista" en Benjamin, coincide con el ad 8 venimiento de Hitler en Alemania, que hizo parecer a la URSS, a los ojos de muchos intelec tuales de izquierda, como la ltima muralla contra el fascismo. El final, por el contrario, pare ce coincidir con los primeros procesos de Mosc, recibidos por Benjamin con perplejidad. Estimularon probablemente en l una toma creciente de distancia hacia la URSS y su doctri na. Entre los papeles de Benjamin, recientemente descubiertos por Giorgio Agamben (ahora depositados en la Biblioteca Nacional), se encuentra una breve nota sobre Brecht, sin fecha, y que contiene una condena radical de la GPU.39 Hacia 1937 Benjamin parece interesarse de nuevo por la crtica trotskysta de la URSS: conoce a Pierre Missac y debate con l sobre La Revolucin traicionada, de Trotsky obra que fue el objeto de una sntesis muy favorable de Missac en la revista Cahiers du Sud (N 196, agosto de 1937). Al ao siguiente, en lo de Brecht, en Dinamarca, el problema "Trotsky" vuelve al centro de sus conversaciones; segn Brecht los escritos de Trotsky "prueban que se mantiene una sospecha justificada que exige un acercamiento escptico hacia los asuntos de Rusia". Algunos das ms tarde, Brecht se re fiere a la URSS como una "monarqua obrera" y Benjamin compara tal organismo con "fanta sas grotescas de la naturaleza que son extradas del fondo de los mares bajo la forma de un pez con cuernos o de otro monstruo".4 Despus del pacto germano-sovitico de 1939 rompe 0 definitivamente con la variante stalinista del comunismo condenada en las Tesis de 1940 a travs de la alusin transparente a los "polticos que eran la esperanza de los adversarios del fascismo, arrastrndose y confirmando la derrota, traicionada la causa que nunca fue suya".4 1 Ahora bien, paralelamente con esta evolucin con respecto a la URSS, la crtica del "progre sismo" tecnolgico vuelve a ser (sobre todo a partir de 1937) un tema esencial en su reflexin, culminando en las Tesis sobre la Filosofa de la Historia. Esto no quiere decir que despus de 1937 Benjamin rechace simplemente la ciencia y la tcnica, o que niegue el progreso de las "aptitudes y conocimientos" de la humanidad (ex plcitamente reconocidos en las Tesis). Lo que rechaza apasionadamente y con obstinacin es el mito mortalmente peligroso de que el desarrollo tcnico traer por s solo un mejora miento de la condicin social y de la libertad de los hombres y que los socialistas slo tie nen que seguir el movimiento irresistible del progreso material para establecer una sociedad emancipada. Est ntimamente convencido de que sin una interrupcin revolucionaria del progreso tcnico tal como existe bajo el capitalismo, la existencia misma de la humanidad corre peligro. Adems, se siente cada vez ms indinado a pensar que el "progreso" capita lista/industrial ha producido un grado considerable de "regresin" social y que ha hecho de la vida moderna exactamente lo contrario del paraso perdido: a saber, un infierno. En Zen3 8 W.Benjamin, carta a Gretel Adorno, primavera de 1932, Correspondance II, p.68. 3 Se trata de notas a los " Commentaires sur les pomes de Brecht", Fonds Walter Benjamin, 9 Biblioteque Nationale, Paris. 4 0 W. Benjamin, Essais sur Bertoldt Brecht, Maspero, 1964, pp. 144, 148-49. [Trad. cast. en Iluminaciones III, Madrid, Tauru s, 1975) El Sr. Pierre Missac ha tenido a bien transmitirnos algunos recuerdos de sus entrevistas con Benjamin. 4 Traduccin [al francs] del mismo Benjamin, G .S. I, 3, p.1263. 1

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tralpark (1938) encontramos este pasaje extraordinario, cargado con la energa de la deses peranza: "Hay aue fundamentar el concepto de progreso en la idea de catstrofe, que las cosas sigan andando as; he ah la catstrofe(...) El pensamiento de Strindberg: el Infierno no es lo que nos espera, sino esta vida misma.4 2 Contra el mito socialdemcrata y marxista vulgar del progreso como mejora automtica, irresistible e ilimitada, contra su visin conformista y corruptora del desarrollo tecnolgico como la corriente que hay que seguir para estar adelantado y contra su concepcin positivis ta de la explotacin de la naturaleza, Benjamin opone su visin de la revolucin como inte rrupcin redentora de la continuidad de la historia, como el accionar de los frenos de emergencia por parte de la humanidad que viaja en el tren de la historia. 43 Blanqui, el com batiente revolucionario legendario, "cuyo taido haba sacudido como una campana al si glo XIX" encama ante sus ojos, esta visin. Reaccionaba hasta la irrisin hacia la creencia en el progreso: el presupuesto fundamental de su actividad no fue jams esa fe ilusoria sino la decisin de poner fin a la actual injusticia. "Esta revolucin de arrancar a ltimo momento a la humanidad de la catstrofe que la amenaza permanentemente, ha sido capital para Blanqui ms que para cualquier otro hombre poltico revolucionario de esta poca".4 4 Ms que un "progreso", la revolucin es el salto del tigre en el pasado, en busca del para so perdido, de la edad dorada arcaica, de la armona ednica entre los hombres as como en tre la humanidad y la naturaleza. Encontramos aqu nuevamente la Restitutio in integrum su gerida por el Fragmento Teolgico-Poltico (1921- 1922). Utopa y restitucin, futuro y pasado estn amalgamados (como en una boda alqumica) y opuestos al Infierno presente. En Pars, Capital del siglo XIX (1936) Benjamin se refiere a los sueos del futuro como si estuvieran siempre "casados" (vermahlt) con elementos que provienen de la historia arcaica (Urgeschicht ), es decir, de una sociedad sin clases. Depositadas en el inconsciente colectivo, las expe e riencias de esta sociedad "en alianza recproca con lo nuevo, dan nacimiento a las utopas".46 Qu significaba exactamente para Benjamin esta sociedad sin clases, prehistrica, arcai ca o primitiva? La principal referencia en ese contexto, era la obra de acholen. La resea (en francs) sobre Bachofen, escrita por Benjamin en 1935 es una de las claves ms decisi vas para la comprensin de toda su filosofa de la historia. La obra de Bachofen subraya Benjamin, fue inspirada por "fuentes romnticas" y atrajo el inters de pensadores marxistas y anarquistas por su "evocacin de una sociedad comunista al alba de la historia" . Refutan do las interpretaciones conservadoras (Klages) y fascistas (Bumler), Benjamin demuestra que Bachofen "haba escrutado en una profundidad inexplorada, las fuentes que, a lo largo de las edades, alimentaban el ideal libertario con el cual Reclus se identificaba". En lo que concierne a Engels y Lafargue, el inters radicaba en el estudio de las sociedades matriarca les, donde exista un alto grado de democracia, igualdad cvica as como formas de comu nismo primitivo que significaban un verdadero "cuestionamiento del concepto de autori dad.4 Ese texto -asi como la referencia, en la misma poca, al Desertor anarquista de la 6 novela de Drieu testimonia la continuidad de las simpatas libertarias de Benjamin, que l4 2 W.Benjamin, Charles Baudelaire, Payot, Paris, 1983, p.242 (trad.cast. Madrid, Tauru s, 1972). : 4 W.Benjamin, G.S. I, 3, p.1232. 3 4 W.Benjamin, "Thses sur la Philosophie" (trad.de Benjamin), G.S. I,3, p.1264 (trad.cast. Ensayos 4 en escogidos, ed.cit.) y "Zentralpark ", en Charle s Baudelaire, p.40. 4 W. Benjamin, Posie et Rvolution, p.125. 5 4 W.Benjamin, "Johann Jakob Bachofen" , 1935, G.S. ll, 1, pp.220, 226,230,231. Siguiendo a Bachofen, 6 Benjamin se refiere a las comunidades "ginocrticas" ; o, si existe una contradiccin evidente entre ginocracia (o matriarcado) de un lado, igualitarismo y antiautoritarismo por otro. La antropologa moderna ha puesto en cuestin la existencia de estas sociedades "ginocrticas" . Es posible que "matriarcado" y "ginocrada" no sean sino la expresin mtica del miedo y la ansiedad del hombre patriarcal (Bachofen) frente a las comunidades del pasado o a la igualdad existente entre los sexos. En tal caso " matriarcado" designara simplemente la ausencia de autoridad patriarcal.

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concibe siempre como complementaras (y no contradictorias) con e! marxismo. Por otra parte, nos parece evidente que las comunidades comunistas primitivas, igualitarias y antiautoritarias descriptas en el ensayo sobre Bachofen, son precisamente las sociedades sin clases prehistricas mencionadas en Pars, capital del siglo XIX, como fuente de la utopa. Las sociedades arcaicas de la Urgeschichte son tambin las de la armona entre el hom bre y la naturaleza, rota por el "progreso" y que debe ser restablecida en la sociedad eman cipada del porvenir. Un nombre representa para Benjamin, la figura emblemtica de esta re conciliacin futura: Fourier. En el ensayo sobre Jochmann (1937) es mencionado como un dialctico que descubri que "todas las mejoras parciales en la constitucin social de la hu manidad durante la "civilizacin" estn seguidas necesariamente por un deterioro de su sta tus general; y en Pars, capital del siglo XIX es comparado con Paul Scheerbart (un escritor libertario muy apreciado por Benjamin) como un ejemplo paradigmtico de la conjuncin entre lo antiguo y lo nuevo, en una utopa que da nueva vida a los smbolos primitivos (Uralte) del deseo. En el gran manuscrito inacabado del Passagenwerk que acaba de ser pu blicado en Alemania, el trabajo apasionado de Fourier es mencionado como la forma ms autntica de relacin armoniosa con la naturaleza. Finalmente, en las Tesis de 1940, las ide as de Fourier se oponen a las concepciones burguesas, social-demcratas y marxistas-vulgares de "explotacin de la naturaleza" y sus sueos ms fantsticos son festejados como ilus traciones de un tipo de trabajo que apunta a emancipar la creatividad de la naturaleza.4 7 Al situar su edad dorada en el pasado prehistrico, Benjamin se diferencia de la corriente principal del romanticismo alemn, cuya patria nostlgica era la Edad Media. En esto l est muy cerca (mas de lo que l mismo crea) de Marx y Engels: en una carta a su amigo, del 25 de marzo de 1868 Marx escriba que la primera reaccin contra la ideologa de las luces ha ba sido concebida "desde un ngulo medieval romntico", mientras que la segunda reac cin que cor responde a la orientacin socialista, "consiste en sumergir por debajo a la Edad Media, en la poca primitiva de cada pueblo", donde se encuentra "en lo ms antiguo, lo ms moderno" y en particular "igualitarios, en un grado que hara temblar a Proudhon".4 Es 8 muy poco probable que Benjamin tuviera conocimiento de esta carta pero uno no puede dejar de sentirse sorprendido por la asombrosa similitud con sus propias referencias a una poca primitiva en la que lo muy antiguo y lo muy nuevo estn ntimamente unidos. Claro est que la nostalgia de un pasado arcaico es sin ms ni ms una parte fundamental del ro manticismo (Rousseau!). Ursprung ist das Ziel (El origen es el fin): el epigrama de Karl Kraus sirve como exergo a la X IV aTesis sobre la Filosofa de la Historia de Benjamin que define a la revolucin como "un salto de tigre en el pasado". Hay entre esta teora utpica restitucionista de la revolucin proletaria y el mesianismo judo, una profunda afinidad electiva, que no es una simple analoga, sino que en obra de Benjamin constituye una interpenetracin activa y una combinacin/fusin entre las dos figuras espirituales. Existe un lazo misterioso, una correspondencia en el sentido baudeleriano, entre cada trmino de la utopa revolucionaria profana y de la esfera mesinica sagrada, entre la histo ria de la redencin y la historia de la lucha de clases: al Paraso perdido corresponde la so ciedad comunista prehistrica, igualitaria (sin clases), democrtica y no autoritaria, que vive en armona ednica con la naturaleza; a la expulsin del jardn del Edn, donde la tempes7 4 W.Benjamin, G.S.II, 2, p.583; Posie et Revolution, p.126 (Cfr,en alemn Iluminationen, Suhrkamp, Frankfurt am M a in, 1980, p.172) (trad.cast.en Iluminaciones II Poesa y capitalismo, Barcelona, Tauru s, 1972). Passagenwerk (G.S. V,1) Suhrkamp, Frankfurt am Main, 1983, p.456; Posie et Revolution, pp.283284. Para Benjamin, Marx y Fourier no son contradictorios: busca sus puntos de convergencia y menciona repetidas veces el texto donde Marx hace la defensa de Fourier contra Karl Grn y saluda " su gigantesca visin del hombre" (Posie et Revolution, p.126). 4 8 Anexo a Engels, L'origine de la famille, de la propiet prive el de l'Etat, Edition Sociales, Paris, 1975, pp.328-29 (diversas trad.cast.).

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tad aleja a los hombres del Paraso hacia el infierno, corresponde "el progreso", la civiliza cin industrial, la sociedad capitalista/mercantil, la catstrofe moderna y su montn de des pojos, al advenimiento del Mesas corresponde la interrupcin revolucionario/proletaria de la historia, y a la Edad Mesinica el restablecimiento del paraso con su lengua Adnica co rresponde la nueva sociedad sin clases, comunista, libertaria y su lenguaje universal. Ursprung ist dasZiel y Restitutio in integrum son la quintaesencia espiritual de esta "teologa de la revolucin" marxista/libertaria.49 Muchos comentadores conciben la relacin entre el mesianismo y la revolucin en los escritos de Benjamin como un movimiento de "secularizacin", otros, por el contrario, (Gerhard Kaiser) hablan de una "teologizacin del marxismo".5 A lo largo de las polmicas acer 0 bas en tomo a Benjamin durante los aos 60 en Alemania, se insista tanto en su metafsica religiosa como en su materialismo comunista. El mismo Benjamin se refera a su pensamien to como si estuviera frente al rostro de Jano pero parece que los crticos o partidarios elegan mirar slo uno de los rostros, ignorando el otro. Para poder superar este tipo de polmica no es intil recordar que el dios romano tena en efecto dos caras pero una sola cabeza: los "rostros" de Benjamin son manifestaciones de un solo y mismo pensamiento que tena si multneamente una expresin mesinica y secular. En realidad Benjamin ya haba explicado en 1926 (en la carta a Scholem mencionada ms arriba) que estaba interesado en una forma de identidad entre religin y poltica que se manifiesta "solamente en la Umschlagen paradjica de la una en la otra": las Tesis sobre la Filosofa de la Historia son exactamente un vuelco paradjico de ese tipo, de la religin ju da en lucha de clases marxista, o inversamente de la utopa revolucionaria en mesianismo apocalptico. La primera forma del vuelco del mesianismo a lo poltico no puede ser aprehendida por la categora de "secularizacin" strictu sensu, puesto que la dimensin religiosa no desa parece (como s lo hace en una verdadera secularizacin). Se puede decir, sin embargo, que esta dimensin tiene implicaciones y consecuencias seculares. En las notas preparatorias de las Tesis, Benjamin escribe: "Marx seculariz la representacin de la Edad Mesinica en (a representacin de la sociedad sin clases. Y tuvo razn. No obstante, esta secularizacin ha sido aprovechada por la socialdemocracia, para presentar a la sociedad sin clases como la meta final del "progreso histrico", despojndola as de su verdadera significacin: "la inte rrupcin mil veces fallida, pero finalmente lograda" del curso de la historia. En consecuen cia, "hay que restituirle al concepto de sociedad sin clases, su verdadero rostro mesinico (echtes Messianisches Gesicht) en favor, incluso de la poltica revolucionaria del proletariado".5 Criticando esas notas, Tiedemann cree que para Benjamin "la poltica revolucionaria 1 del proletariado no debe ser puesta en prctica en inters del establecimiento de una socie dad sin clases, sino inversamente, esta ltima slo es una ocasin para hacer que entre en juego la poltica revolucionaria, apuntando as a la revolucin por la revolucin... El fin y los medios la sociedad sin clases y la revolucin se confunden Ms que "confusin" existe en nuestra opinin en Benjamin, una unidad dialctica entre fin y medios: no habr4 9 Entre las notas preparatorias para las Tesis, hay un pasaje asociando la era mesinica con el advenimiento de una lengua universal, capaz de reemplazar la confusin de la Torre de Babel, una lengua que todos comprenderan "como los nios los domingos comprenden la lengua de los pjaros" . El lazo entre esta idea y sus reflexiones teolgicas de 1914 es innegable (Ver al respecto el ensayo de I.W ohifarth mencionado arriba). 5 G.Kaiser, "Walter Benjamins 'Geshishtsphilosophischen Thesen", en P. Bulthaupt, Materialen sur 0 Benjamins Theses..., p.74. 5 1 W. Benjamin, G.S.I,3,p.1231-2. 5 2 R. Tiedemann, "H is torischer Materialismus oder politischer Messianism us?" , Le Temps de la Rflexion, Gallimard, II, 1981, pp.64-65.

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sociedad sin clases sin una interrupcin revolucionaria de la continuidad histrica ("progre so"), y no habr accin revolucionaria del proletariado si el fin (la sociedad sin clases) no es comprendida en toda su explosividad mesinica, como un punto de ruptura. El objetivo de Benjamin no es " a revolucin por la revolucin", pero para l sin revolucin no puede ha l ber redencin, y sin una visin mesinico/redentora de la historia, no hay praxis revolucio naria autnticamente radical. En un reciente artculo sobre los utopistas socialistas/religiosidad (como Leroux) Miguel Abensour seala que su dimensin religiosa no es una huida hacia afuera, de la poltica en la mstica, sino una forma de "bsqueda del distanciamiento absoluto" que "permitira a la utopa trastocar las apuestas polticas clsicas, situarse en relacin con la cuestin revolucio naria".53 En nuestra opinin, lo mismo se aplica para Walter Benjamin: la consecuencia pro fana del mesianismo de sus ltimos escritos es alimentar su carga explosiva; contribuye a darles el carcter subversivo nico que hace de las Tesis sobre la Filosofa de la Historia uno de los documentos ms radicales, innovadores y visionarios del pensamiento revolucionario desde las Tesis sobre Feuerbach de Marx. Hay que aplicaren el estudio de la obra de Benjamin, la distincin que establece entre el qumico/comentador y el alquimista/crtico: al mirar ms all del "bosque" y de las "ceni zas" de sus escritos, el alquimista debe concentrar su atencin en la llama espiritual ardiente de su obra: la redencin revolucionara d la humanidad. [Traducido de Les Tempes Modemes, octubre de 1983, Pars]

5 M . Abensour, "L'utipie socialiste: une nouvelle aliancde de la politique et de la religion" , Le 3 ' l Temps de la Rflexion, Pars, Gallimard, II, 1981, pp. 64-65.

E l C lo e p i r o t l a s o

Editorial

Dossier "Marxismo, poltica y eman cipacin":Michael Lwy sobre Walter Benjamin Marshall Berman sobre modernismo Ellen Meiksins Wood: Capitalismo y emancipacin humana Iris Young: Marxismo y Feminismo Jimmy O 'Connor sobre Materialismo Histrico J. McCarney: Ha muerto la filosofa marxista? J.R.Capella: viejas y nuevas formas de lo poltico Ensayos: Alain Lipietz: La economa europea E. Grner:sobre lenguaje y poltica B. de Santos: crtica del institucionalismo H. Prieto: el Trabajo como Tripalium