Sala Para Fumadores

7/24/2019 Sala Para Fumadores

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SALA PARAFUMAD

ORES


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Ilustracin de portada: Trnsito, de Manuel Santiago,amigo deNicols Valecia, pintado en la madrugada del da

17-XII-08, en Mallorca, tras sufrir una fuerte conmo-

cin provocada por la intuicin de que algo irrepara-

ble ocurra en su crculo de allegados.

Diseo de portada y coleccin, de Manuel Santiago

Junio de 2009

Familia Nicols Valencia Colectivo de Escritores PatraasEdita: Patraas [email protected]. 91 686 34 82

ISBN: 978-84-935810-3-9Depsito Legal:Imprime: Grficas URGEL, S.L.


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Nicols ValenciaSALA PARA

FUMADORES

poetascronopio


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Como me pediste y te prometNicols


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La Cancin

Caminaron un sin fin de millas, tanto como para rode-arlo todo, y serpentearon de norte a sur, de este a oeste,tanto como para no dejar sin comienzo a cada cosa quehabra de existir.Anduvieron y alzaron sus voces en cnticos tan slo

audibles para ellos mismos, sus dioses y la propia tierra.Esas voces reverberaron de aquello sin nombre en supiel y en su mente, afirmando su ya existencia.As lo cuentan los ancianos a todo aquel que se presta.El escuchador arde entonces por preguntarles acercade la luz, la emocin, el dolor y el amor, porque no

quiere dormir para siempre en la dicha, en la satisfac-cin del que no vibra.El "Tiempo de ensueo" se repite una y otra vez en ins-tantes, que algunos iluminan porque se da gracias a loshombres, que son los que portan la antorcha y recogenlos frutos.Habr un cambio cuando cada uno de nosotros tematodo aquello que no fue cantado, sino fabricado paranuestro engorde.


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DE LO QUE OCURRI

AL COMIENZO


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Este es el ltimo poemaescrito por Nicols Valencia


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DesmemoriaSlo recuerdo que olvido,siento que no dejo huellas en el camino.Recuerdo que tengo un pasadotrufado de llanto y risaluces y sombras, rechazos y besosy sed y hartura.Hoy repican las campanas,es tiempo de pensar en el invierno.

En su fro y sus silencios.Y en su fro.Slo recuerdo que olvido,dejo huella en el camino?Mustrame el sendero a tus labios!

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Deseo

Al percibir el movimiento y olorde tu pelo, lo espigado de tus dedos,nveo de tus uas y llano de tus manos,el modo en que las curvas de tu pechoestampan tu camisetita bordada con flores...Al mirarte a travs del espejo que no esmientras sacas unos apuntes para ojearnoto mi cuerpo en traqueteo.Te miro, nervios, ymi desequilibrio se sita en un punto difusoentre las pelotas y el corazn.

Eres Mara y no conozco tu nombre.Ahora, ya sin ptreos alcahuetes, s que te/quiero,

puedo escucharte sin oirte.Voy a estallar. Vivo aqu. Es mi estacin.

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Sombras de miradasHay miradas que son como agua ycorazones hambrientos que duermen

en los soportales por siempre.Hay miradas que acarician,otras, te atraviesan.Quin sino ella, sino ellas nos hacen temblarcomo lluvia de estrellas o como un volcn?

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Bailar solo... y con vosotros

Un amigo no ve la luna desde su ventana esta noche.La noche se ha hecho sobre todo, sobre todos,sobretodo porque ya se fue la luz.Qu sabrn esos "destinos" de lo que nos une?Qu, del temblor de sus dedos,de las cuatro cajetillas que reposan

en lo alto de la papelera? De llena, rebosa.Qu sabrn de las lgrimas que escurren por dentro?Acaso se cose en un atril?Tres son los vrtices que soportan esta noche:lgrimas, dudas y silencio.

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Bajo los rbolesHas mojado tanto tus zapatosen tan slo catorce aosque caminas junto al rbol

erguido,acrecentado bajo su cobijo, perono olvides que es tu acreedor de s tanto como tu solNi tan siquiera escuchas o imaginassu susurro cmplice al alejarte!

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Qu pudiera ser!

Mientras observo a ese sauce zarandendose,oye!, pienso en ti.Son das oscuros. Desconozco el modode sacudirme esta opresin en el estmago.Hierbas, libros, tallarines y una cita para hoy.Nia, escuchas estos extraos arpegios?

Es cuando todo se acelera y cejo en el empeoque me inunda, clarificndolo en su totalidad.La luz, mgica luz.Msica, msica, msica! l llora, pero yopienso en ti.

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Pasillo

An podemos destruir el dapara fabricarlo desde el comienzo.Despus, lo observaremos al anochecer.Otro beso, abrindonos paso, horadando muros,pujando por el caballo perdedor.Ahora es, tambin lo so.Lo s porque a cada segundo martillean mi ser y,desnudo, les respondo que no todo lo que espodemos verlo con nuestros ojos.Tras esa puerta hay un largo pasillo,quiz lo encuentres nevado al comienzo

o rido despus, perorasga sus velos, esos que te ciegan y enmudecen!Renete conmigo!Somos hijos de la mayor puta,pobladores del desierto.

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S o noSi alguna vez me canso de los besoscreo que permanecer quieto hasta que reaparezcan.Mientras los das me condenen y la auroradecida esconderse tras el teln,creo que bailar hasta que la sentencia ra mi torpezay las mscaras se hagan visibles...Porque s, pese a que no fue yo tambin lo he vivido.Ahora dime que no, que la madurez es el ltimo

/camino.Entonces es que jams abrazaste al solpara mojarte despus en la arena.Quiz llore por ti!S o no.

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Adolescente a su madre

Puedo traicionarte a pesar de todo.Quiz te bese el da de tu muerte,ser entonces que escriba tus historiasy acabe el sortilegio, porqueora me arropasora me asesinas.Todo gira a nuestro alrededor y no somos el centro.Puedo traicionarte en vida,eso sera lo justo, peroa veces te quiero y todo est en calma.

Es que no ves caer la noche a nuestra espalda?Por qu caminas siempre sin abrir los ojos?No lo olvides, puedo traicionarteporque a veces me hieres, y otrasme alivias.

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La tormenta que me es propia

En pie frente a la tormentagrito en sordo para siquiera afirmar que existo.En el milagro de permanecer juntoshuyo por el albaal, que la asepsia, comola democracia, siempre me suscit dudas.

Ms vida, menos podre, mucho vino y poca tele,corro por el sembrado buscando el germen/de lo que es:

ms que suficiente para continuar mojado/tras sus huellas.

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D

el invierno en primavera

En ese tiempo en que el temblor propio se disipacaen las hojas dulcemente,as los das las recogen y los aos me desgarran.Cmo virar de nuevo rumbo al esplndido sueo,girar la vista a ese hueco que otrora lo soportarapara vivir sin llorar lo que no fue y me alcanza?Por qu dejar que todo acabe si

es el comienzo lo que me alimenta?Te deseo a pesar de que me acechese imagino a solas lo quetan slo escucho en los das claros, soberbios,cuya luz anochece los turbios pensamientos!

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Las lindes de un incendio

Fue ayer mismo que caminpor una vereda ardiendoy hoy no soy capaz de mantenerme enhiesto.

Yo fui nia, yo lo negu,rasgu la yesca de desconciertoy vuestra justicia prendi sobre mi cuerpo.

Ms no hagas de m un hroe,lejos queda de la intencin ese invento.

Slo quiero ser libre, mostrar del sistema el cieno.Fue ayer mismo que caminpor una vereda ardiendo.Con la sentencia a mi favor ya no hay modo.

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ConsueloMudos los rboles,rogu un lmite a todo aquelloque turbaba mis das,

te exig un equilibrio en las imgenes.

El lugar del equilibrio lo ocup una nieblatan llena de silencio y llagasdifciles de sanarque, insinuado el bosque, me adentr sin ms.

Temeroso de no encontrar la salidagir la espalda, vir la vista yfue como con un gajo de limnque brot la lgrima perdida.

Oscuro se oye el coro,estril, mi cordura,ya jams negar lo que es mopues locos sois vosotros, nuevos muertos de oro.

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A una posible vidaPara Leopoldo Mara Panero:

de lo que nadie te dijo.Ni toda la furia ni toda la inquina,el lloro del maldito slo bosquejala huella del gato que camina,

un leve trazo en vuestra teja.

Por eso, como un joven cadver violado,harto de silencio y fiebres,desea alzarse sobre el comn dictadopara que al menos t le nombres.

Del rumor errtil que le animasurge clara la voz genuina,qu ms, sino gritarte, queda?

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Cuervos

Mientras siete caballos golpean mi vientrealguien me grita que es lo que debe ser.Hoy t te has maquillado los ojos, los labios ydesfallecera besndolos.La tarde anterior me busc el pnico,me agarr de la mano, me susurr al odo:"preso".Nunca barrotes tan frgiles ahogaron tanto,cundo el aire produjo asfixia?Ests tan hermosa esta noche detrs de la barra!es tan cruel mi ilusin de no ser! Y, sin embargo,

ser no tiene vuelta de hoja.Slo una oportunidad y veinte cigarrillosmientras te desmaquillas los ojos, los labios,ya cansada de esperarme tras el vaso.Cundo han de morir los cuervos?

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Y LO QUE VINO DESPUS


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Los ojos del aguaQu dolor es ese que busca ahorael refugio en la teora?Qu ilusin en la palabra,cuando jams supe su significado!De todas las noches de insomniome quedo con las horas tendido junto a vosotras,de todas las orillas que llaman al nufrago

/desesperadoprefiero ese abismo de aguas revueltas

que son vuestros besos clidos, sincerospara no vivir sobre la arena seca,para no ver ahogndose a mi compaero,para irme con l a la ciudad subacutica yencontrarme de nuevo en vuestro pecho herido.

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Tu voz

Es necesario?Es necesario que te alejes del bosquepara que las palabras rasguen tu vientrey los caminos espolvoreen maliciosos su arena en ti?Oh!, es necesario tu silencio ancho y tus pies ligeros,pues de la fuente ya surgi la ltima gota y

se la bebi un gorrino salvaje.Pero es necesario que vuelvas y nos lo cuentes,para que las rocas que vigilan este bosque

/se resquebrajeny permitan correr libre el agua que te atraviesa.

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De todo, estoEn la clnica psiquitrica

Nuestra Seora de la Paz

Hay algo que decir?Me falta el aire pero fumo con ganas.Vuelvo a casa.De todo lo que ocurre, he vivido vuestra locura hoy,la que desgarra.Fuera juegan los muchachos sanos, felices. Nada.

No hay motivo para que gritis,qu importa que otros lo hagan?Ellos son los que desean morir,quin dijo que somos un destino de muerte?Presente es el amor quebrado, roto.Observo y siento vuestro grito silenciado,a duras penas audible tras estas paredes viejas.No hay motivo para llorar,las historias tristes tambin me gustan.Estamos juntos, qu otra cosa se os ocurre?

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Cuando an tu coraz

n late

Son tan frgiles los muros que nos separanque resulta difcil quebrarlos.T ests siempre ah, al otro lado de mi espacio.Te conozco por el murmullo que oigo a cada instantee identifico como restos de ti.Porque t ya no eres t, sinolo que queda de ti en todos nosotros.De eso saben en el CAMF, en el Pozo,en todos los talegos, all donde se indica el margen.Eres libre, por eso andas arrastrndote,

llevas a tu espalda la carga de vidas ajenas,de todas las vidas.La tuya propia ya no es tuya en s yes tan ligera que cabe en uno de mis bolsillos.De eso saben mis desvelos.

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onde te dejoHe venido hasta aqu,he llamado a tu puerta vieja,he abierto sin ms como vine sin nada.Nada es lo que necesito cuando estoy contigo,

todo son tus manos recias empuando la sierra,desmembrando el leo ahoraque ests an ms cerca de nada.Todo, tu lloro seco por la hija muerta,tu esfuerzo hmedo por acercarte ya,inmediatamente, a todo,

que es slo eso, el fin.T, sentada a oscuras junto a fotos de muertos,t cocinando, t paseando hasta la fuente...Ahora es nada porque ya no quieres esto,ni siquiera esto,un coro de ruidos que antes te decan algo.Treinta aos esperndonos tras la puerta viejano es nada importante.Restos, ruinas de un chamizo muertohabitado tan slo por un nombreque se cuela en mi memoria:

Ni s ya a qu saben tus ojos sobre mdesde que hu!Ahora, abuela, puedo nombrarte,abrir la puerta vieja en sueos,que es lo nico que nos mantiene unidos.

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Ms all

Si somos palabra, a m que me arranquen la lengua.No quiero ser ms que esto que escucho,tan slo esto.Aquella otra voz que confundo o mezclocon la sonrisa de quien no conozco an

pero me abraza dulcemente,s que algn da ocurrir,entonces ser cierto que no hay palabra,se har el silencio, olvidado en horas, en das de ruido,para al fin nombrarnos sin ellas: dentro.Entonces, como digo,ya no seremos nunca ms los de antes,quin lo querra?Si somos palabra, a m que me arranquende la boca de los necios,ni siquiera mi nombre en sus bocas!

No deseo nadadel uso de poder, que pisa yrompe el cristal de la copa,ese instante que huye para quelo recordemos an ms all de lo que somos: nada.

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SloHe venido hasta aqutentando mis lmites, ahora,a pesar del insomnio y la ceniza,cuando amanece.T me has mirado, ms que eso,has tocado mi mano yun miedo que me atenaza desde siemprese ha hecho caricia, y te he deseado tanto!cuando desapareces en la cocina.

Entonces he comenzado a prepararmepara intentar vivir una maana mssoando que voy a tu casa y me acaricias...Todo esto que invento para no desesperarme,que es slo eso: soledad. T.

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Martes

A veces me pasa,

trato de agarrar una rama, peroaqu no hay rboles, me caigo.Puede que est mintindome,poco importa cuando grito, as,sin abrir la boca.Poco me importas y a la vezeres t a quin me dirijo.Me enciendo un cigarrillo ycaigo, eres t al fin?Por supuesto que soy un tipo corriente,nada se acaba aqu.

Fuera, los ruidos de siempre. Fuera.No es esta la ocasin, ni siquiera squ es lo que me desgarra y hunde.Bien quisiera rer, otros das lo hago, perono es esta la ocasin, Im sorry!

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As dichoCarmen Otegui frente a m,

atenta y comprometida.

As dicho, sin palabras o con tus ojos charlatanes,lo que pareca cae en mi tierra y germina.As dicho, cuando an no saba pese a querer

/comprender,me nutres al alejarme ya de tu salapara gozar tu silencio, como de orculo en recuerdo,

/cuandosalgo a la calle. Ya lo que era, es.Ahora s que lo otro no era nada, nada de nada, yque es tan ancho como el mundo el hombre ysin embargo todo es cercana, o sea,lo que conocemos en el principio.Entonces me vuelve tu sonrisa, aslimpia, y no necesito ms nada,aunque espero, respiro, espero.An es de da, ya todo luce para m.

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Esto que me ocurre y se escapa

Ahora lo s, pero no quiero nombrarlo para ti,sera el fin.Lo que ya s, para m.An no puedo mostrrtelo, no del todo.Instante en que te quiero y se escapa.

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El nombre del vrtigo(o lo contrario)

El vrtigo siempre aparece,

es un viaje mortal: cuando caes, ya lo que era, es.Entonces, vuelta a empezar.Lo cierto es que a pesar de todo amanece ylos nombres brillan como estrellas limpias,enigmticos en su cercana lejana:Tienen carne y hueso los nombres?Deja que te mire, si me caes bienpuede que pronuncie el tuyo y durmamos al fin,yo, que ni nombre ni carne ni hueso ahora,ahora que vuelo extraado.

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Eso

La locura es uno yvuela.Ojos muertos llaman al loco,que se pierde an ms.Por favor, mrame con tu retina desnuda!Lo que veas, lo importante es lo que veas,

para dejar de aullar as,para cerrar mis ojos y que sean los tuyos/los que amen,

ahora no puedo.Entonces, eso ser puro lenguaje.

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Reci

n nacido

vivo, vivo!De cuntas lunas estamos hechos?No es tpico, no!Poco a poco y por siemprecaminas sobre una sola pierna,mueres a cada paso.Deja que la mentira te ayude ollmalo dios si as te parece:desndate abriendo tu pechocomo en la primera respiracin.

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ESCRITOS SUELTOS


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Fro

Fro son mis manos moradas hasta quedar muertascuando se es hielo el fro deja de existir, no es. Froes la despedida, la cal, la distancia, la frustracin, unloco que se ahoga, algunos poetas, el no gozar de tusbesos, la venganza, la desilusin, la desconfianza, el

saber ntimo de que amo ms que esos que siemprehablan de amor. Fro es saber que en la vida no haynormas sino miedos, que slo tenemos dos verdade-ros enemigos: la muerte y uno mismo, saber que a tino te quedan ms que contados momentos de pleni-tud, fro es crecer, la incomunicacin, las primeras

reacciones de esa persona de la que intentas recuperarsu cario, fro es el fracaso aunque hay fracasos quebrillan muchsimo ms que el xito, perder el autocon-trol, un latigazo, una de esas miradas que significanadis, las miradas de asco de los que estn "in", elsilencio, el caminar sin camino, la piel de la serpiente,el futuro, trazos del pasado, abril, la piedra, el metal, laespera de lo que sea, fro son los significados ence-rrados en palabras, los intelectuales, la inaccin, encierta forma la serenidad, lo absurdo, la estupidez, froes la recogida de basuras, la pulcritud, la perfeccin, la

locura hasta que se convierte en cotidianidad, el barro,las grandes frases, los lemas, el trabajo cuando no tegusta, el misterio cuando deja de serlo, el cuero, larabia, el odio, estar seco, en blanco, la superposicinde valores hasta que te haces con el banco, una pareja

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que ya no se ama, la melancola, la guerra, la culata deuna pistola, las realidades que no conoces hasta que teinvolucras en ellas, los prejuicios, lo limitado de nues-

tras vidas, un folio en blanco, la tristeza, la angustia, elreloj, las prisas, lo neurtico, saber que tienes quedejar que te utilicen hasta que tengas la excusa paraque dejen de hacerlo, el castigo, la vejez, el sonido deun lpiz consumindose en un dibujo, un lbum defotos sin fotos, el mar Cantbrico, los jvenes enlata-dos en bares de plstico creyendo ser felices y plenos,la huida, el engao, lo zafio, lo brusco, la indiscrecin,un bollo de ayer, una ciudad sin duende, un cuerpomuerto, el agua de la sierra, la imposibilidad de loque sea, la luna, la superficialidad, Nietzsche apa-

rentemente, el no dejar crecer, pisar, el no saber cmoayudar a un amigo ahogado en conflictos que no escapaz de superar, de elaborar, los estereotipos, losfinales, el que se acabe la msica.

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Porque...

si los locos se muestran agresivos es porque sesienten impotentes ante la hostilidad que les rodea, yno hay nada ms frustrante y violento que la imposi-bilidad de enfrentarse a la violencia.

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PasoLo terrible no es slo que vamos a morir, sino el pro-ceso en que nos damos cuenta.Es comn que para no afrontar esto, ni lo uno ni lo

otro, nos sepultemos ahogando nuestras energas enasuntos o empleos que nos provocan infelicidad envez de al menos intentar comprender.

La locura es reeducacin (cuidado con tu psiquia-tra!), es un proceso lento y doloroso para aprender avivir en plenitud, eso seguro, desde otro lugar: Ponlet tu propio nombre! Tan slo hay que creer en ello,en uno mismo y en el modo en que acaricias a tuchica o la manera en que comienzas a ver los maticesen tus padres, en fin, eso que ocurre cuando miras a

travs de la ventana exhausto ante la belleza de esteamanecer cualquiera. Pero es necesario el milagro, unpoco de suerte y otro tanto de valor. Vamos a morir,s, ahora lo sabemos, pero mientras nos amamos, nosgozamos y as exorcizamos el miedo.

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Sin ttulo

Cuando sientes lo que dices, verdaderamente no nece-sitas decirlo.Cuando no es as, cuando tus palabras son ms otracosa que realidad, tu expresin muestra tu necesidad.

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Dr. Fau

Nos tratamos de t,siempre nos tratamos de t.Que as sea.Es bondad tu profesinya que en ello ests,O es tu corazn generoso,tu pelo cano, tus ojos cansadosy tu carcter agrio?Ya que buceas en lo msprofundo de nuestras alcantarillas,las de tus pacientes, dime:

Cul es la peor zozobra, lams temible tormenta?, sies que ahora sabes algo.

20/7/08

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Planta Psiquitrica y mujerTu modo de estarTan diferente de tu coco

Como tu temor dulceComo tu pendiente izquierdo

A la desconcertante Rakel

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Postfacio

No hay motivo para llorar

"Aunque la razn es comn a todos,

la mayora vive como si tuviera la suya"

Herclito

Aqu tena que hablar del autor de Sala para fumadores,pero la mejor biografa de Nicols Valencia es su poe-mario. El destino ha querido que(de su pasin des-tructiva de los ltimos aos) slo hayamos podido

rescatar estos poemas. Nicols era un vecino de estemundo, de este pas y de estas calles de Legans, quedescubri muy pronto, apenas adolescente, con ansiay con asombro la propia identidad en discusin contodas las estatuas de la necrpolis que es nuestra civi-lizacin. Desde los Museos Capitolinos hasta Ro

Bravo, todo son estatuas para confundir, cada unavoceando su razn. Las antenas de Nicols, sinembargo, conectaban mejor con la vida alrededor,captando los mensajes ms inadvertidos, receptoras de

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todos los asombros. Cuando la Humanidad abandonsu destino comn un paraso construido y habitadopor las primeras sociedades humanas "para no dejar

sin comienzo a cada cosa que habra de existir", comoescribe Nicols en Cancin, que abre este poemarioall por los lejanos das del Neoltico comenzaba parael hombre otro camino que nos ha trado hasta aqu, atravs del destino individual como ley y de todas lasvillanas, a este erial del despilfarro y del hambre, aesta locura de un sistema de pedestales que no hahecho sino sembrar de estatuas y cadveres los cami-nos y rotondas por las que transit el trfico de laHistoria. Nicols lo aprenda todo con rapidez y tenala rara cualidad de dejarse penetrar por todo, por

todos los entusiasmos, por todas las tristezas. Su pre-cocidad fue la causa de que abandonase paulatinamen-te las estatuas, al tiempo que dilua su identidad abra-zado a hombres y mujeres de verdad, abrazado a losrumores de la naturaleza y abrazado sobre todo a lascalles o al insomnio.

Deca yo que su mejor biografa es el presente poema-rio. Sala para fumadoresfue ordenado por el autor talcomo se publica. Conviene recordar, sin embargo, queNicols Valencia escribi mucho durante sus aos deindagacin de la propia identidad. Escriba en libretas,a mano, el ordenador lo usaba de almacn, hasta que

lo borr todo. Era el ms exacto pintor de las esqui-nas, de la vida que fluye centelleante. Con las palabrasy sus ojos converta cualquier arista en un hallazgo,era el mejor escritor de historias imaginable. Pero al

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cabo de unos seis aos de escritura, lo dej, queman-do todos sus papeles. Yo supe de este segundo desas-tre, el del fuego, porque l me lo confes una tarde en

la parada de la 481, en la Avda. Portugal. Aquellanoche me habl de sus textos ms queridos, de estospoemas, como de una obra terminada y que an con-servaba. No cej hasta tener en mi poder los origina-les. Me pas copia escrita y copia informtica. Fuemucho ms tarde, por fin, cuando Nicols me autori-z a publicarlos y me rog que lo hiciera, si algunavez tena medios para ello. Hoy ha sido su familiaquien ha hecho posible la presente edicin. En lacopia informtica, Nicols haba introducido correc-ciones a los textos escritos, no muchas pero muy acer-

tadas. Son las versiones que he elegido para su publi-cacin.El orden del poemario es significativo. Lo dividi entres partes, aunque la tercera,Escritos sueltos, es frag-mentaria y testimonial, flashes de sus ms recurrentespreocupaciones y angustias. La primera parte, De lo

que ocurri al principio, la escribi casi en su totalidadcon 19 aos. El poema Fro, que incluy enEscritossueltos, es el primer poema que escribiera de entretodos los que aqu se incluyen, un poema ferozmenteexhaustivo de las miserias de la vida en nuestra socie-dad. Es en la segunda parte, Y lo que vino despus,

donde el autor hace recuento de encuentros, descubri-mientos y despedidas.Existir la objetividad? Yo no puedo leer a Nicolssin escuchar su respiracin, sin sentir su mirada azul

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clavada en mis ojos. Los ojos de Nicols se clavan entodo. Escriba con los ojos, de ah la plasticidad de supoesa, la viveza de cada una de sus miniaturas -no

digo iluminaciones por no meterlo en el Parnaso, nose nos vuelva a morir. Para salvar su poesa, y la poe-sa, hay que huir por siempre del Parnaso como hizol.Los poemas de la primera parte son poemas de apro-ximacin a la vida y de exaltacin, no hay solucin decontinuidad, poemas juveniles. Pero eso s, es un rarojoven quien escribe, con conciencia de todos los enig-mas : "Es tiempo de morir un poco ms para vivifi-carnos" dice en un verso, o "Slo recuerdo que olvi-do", o "Cundo han de morir los cuervos?" Hay for-

mulada en estos poemas una difana conciencia deidentidad, de individualidad. Identidad por el deseo,en Deseo, por ejemplo, Nicols tambin tena veinteaos y saba que no era la edad ms bella de la vidacuando concluye este poema: "Voy a estallar. Vivoaqu. Es mi estacin." Pero tambin se define por una

identidad como de niebla y desorientacin, enConsuelo, sin tapujos: "Oscuro se oye el coro,/ estril,mi cordura,/ ya jams negar lo que es mo/ pueslocos sois vosotros, nuevos muertos de oro." Elpoema marca, de alguna manera, el final de la adoles-cencia y de su proceso de bsqueda de identidad. Yo

soy as, estoy perdido y los locos sois vosotros, viene adecir.En la segunda parte del poemario es como si hubieseestallado la clera del sabio. Al hablar de poesa hoy,

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ya no se suele hablar de la mentira del discurso poti-co, la gran mentira desenmascarada una y mil vecespor los dadastas y una y mil veces vuelta a venerar,

despus de las vanguardias y de Auschwitz: Mallarmse volvi loco un ao, hace ya siglo y medio, escribia un amigo que la destruccin era su Beatriz, y heaqu que la destruccin ya no es otra cosa que un eso-trico buchipluma jugando con las palabras, siempreentre la casualidad y el azar. Ni se recuerda ya a suspolicas, por ejemplo, fusilando durante la siesta delfauno con balas de plomo a los comuneros ante lafosa abierta del cementerio del Pre-Lachaise. Frgil,muy frgil la memoria del discurso potico al uso.Pero sin memoria no hay poesa.

Pues hablemos de poesa. Desde Auschwitz, la poesahuye de la msica formal e investiga la belleza delhabla, en el habla, en la calle. Pocas sensibilidadescomo la de Nicols Valencia para la naturalidad y lacoloquialidad. Lo dems que se escribe es silencio deiglesia, o sea, poemas o papeles que iluminan si arden.

Si algo conquistaron las vanguardias y el sufrimientode los hombres en este ltimo siglo pasado fue el dis-curso potico de la belleza del deseo, de la belleza dela crtica, de la belleza del proyecto utpico que ha delatir en cada verso. En Guantnamo se contina tor-turando con msica, como en Auschwitz.

Cuando Nicols proclama la destruccin del lenguajees muy consciente del alcance de su propuesta. El len-guaje fue la parte del hombre que ms ha construidoen este disparate que es el mundo del hombre y la

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sociedad de hoy. El lenguaje no es inocente. "Sisomos palabra, a m que/ me arranquen la lengua."Ms alles el poema central (para m) de esta parte

segunda, quiz de todo el poemario. Comienza as: "Sisomos palabra, a m que/ me arranquen la lengua". Supropuesta y la imagen que la construye no pueden serms claras. El poeta desea la vuelta al silencio y alparaso igualitario de la comunicacin gestual, al terri-torio que habitara la humanidad antes de la divisinsexista del trabajo y antes del pensamiento simblico.Propone una vuelta al paraso sin tiempo, al parasodel presente, este lugar, este dentro: "entonces sercierto que no hay palabras,/ se har el silencio olvida-do en horas, en das de ruido,/ y al fin nombramos

sin ellas. Dentro".Existi la humanidad que se conoca sin nombrarse,sin palabras, "dentro". Este poema,Mas all, repitoque es un poema manifiesto. Y "dentro", como enotros poemas lo es "fuera", la palabra clave en su pro-puesta. Lo mismo da que el autor suee el amor, "ten-

tando mis lmites", para engaar la soledad, en Slo,que ronde la desesperacin, "Fuera, los ruidos desiempre. Fuera", y encienda un cigarro, enMartes, oen la calma, despus de la terapia: "es tan ancho comoel mundo el hombre y, sin embargo, todo es cercana,o sea,/ lo que conocemos en el principio", as lo

escribi enAs dicho.El ltimo verso citado, la cercana de "lo que conoce-mos en el principio" nos devuelve al origen, al mundode la paz, al paraso habitado por la comunicacin

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gestual y la mirada, al mundo sin lenguaje. Todo estolo escribe con ms exactitud enEso, Entonces, esoser puro lenguaje, y se est refiriendo a las miradas

desnudas. La belleza que gusta a su poesa es estedeseo de paraso de la comunicacin por el gesto,aunque el camino se intuye oscuro. Ya no hay poetas,proclama, el hartazgo y los eructos de nuestra civiliza-cin han hecho de ellos unos sumisos animales deautobs que se casan y mueren, como dijera otro ilu-minado por l tan admirado. Slo fuera del Parnaso yfuera del discurso del Parnaso se producen los deste-llos que sobreviven en el discurso potico, nuevaspropuestas de parasos. En Nicols, aoranza de unparaso que existi.

En fin, en el poemario estn todas las claves de supoesa y de su imaginario. Lo que he comentado es loque hace a estos poemas inolvidables (para m)."Quin sabe cmo ser mi sueo?": bien poda habersido este el ltimo verso del libro.No faltarn, sin embargo, quienes resuman la pro-

puesta potica de Nicols Valencia como los poemasde un esquizo. Dirn una gran verdad. Es ms, difcil-mente se puede escribir ya poesa lejos de la esquizo-frenia que nos atormenta a la mayora. Pero es unaverdad intil. De su Sala para fumadores, lo que merecela pena destacar es que en cada uno de sus poemas

aletea el asombro, y que entre ellos se abre paso unapropuesta de otro mundo, una propuesta que el lectorescucha a pesar de todas las interpretaciones. "Unpoema corre el riesgo siempre de no tener sentido, y

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no sera nada sin ese riesgo", afirma Jacques Derrida.La poesa de la utopa corre este riesgo especialmente.Pero no creis a los psiquiatras, ello dicen que saban

cosas de Nicols, pero no creis a esos malditos poli-cas de la normalidad. Los psiquiatras no supieronacompaar al autor de estos poemas en sus explora-ciones del miedo ni supieron acompaarle en el trn-sito. Nicols les haba dedicado a ellos ms tiempoque a todos nosotros, pero no consigui que ningunolo eche de menos hoy, cuanto ms que lo llore. Ellos,empeados en administrar individuo por individuouna razn que slo es til cuando es de todos, losapstoles del discurso racional y de las pirulas, hacetiempo que haban borrado a Nicols de la lista de los

vivos. Desengamonos, es para lo que fueron titula-dos estos doctores, para hacer corralitos con los cn-didos y los limpios de corazn, con los perdedores,con nosotros.Es por todo esto que yo saba que la vida de Nicolsno era la vida de un desdichado, sino la de un sabio.

No hay lugar para las lgrimas, l tambin lo saba:"no hay motivo para llorar,/ las historias tristes tam-bin me gustan./ Estamos juntos, qu otra cosa se osocurre?".

Andrs Menca

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Nicols Valencia


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ndice

La Cancin 7

DE LO QUE OCURRI AL COMIENZO 9

Desmemoria 11Deseo 12Sombras de miradas 13

Bailar solo... y con vosotros 14Bajo los rboles 15Qu pudiera ser! 16Pasillo 17S o no 18Adolescente a su madre 19

La tormenta que me es propia 20Del invierno en primavera 21Las lindes de un incendio 22

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Sala para fumadores


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Consuelo 23A una posible vida 24Cuervos 25

Y LO QUE VINO DESPUS 27Los ojos del agua 29

Tu voz 30De todo, esto 31Cuando an tu corazn late 32

Donde te dejo 33Ms all 34Slo 35Martes 36As dicho 37Esto que me ocurre y se escapa 38

El nombre del vrtigo (o lo contrario) 39Eso 40Aburrimiento 41Recin nacido 42

ESCRITOS SUELTOS 43Fro 45Porque... 47

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Paso 48Sin ttulo 49

Dr. Fau 50Planta psiquitrica y mujer 51

Postfacio (No hay motivo para llorar) 53

Sala Para Fumadores

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