RICARDO CASTRO CARLOS CHÁVEZ ARTURO … · Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato,...

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ARTURO MÁRQUEZ (1950) Intermezzo de la ópera Atzimba (1899- 1900) Al igual que Felipe Villanueva, Gustavo Campa, Juan Hernández Ace- vedo y Juventino Rosas, Ricardo Castro pertenecía a la nueva generación de compositores románticos mexicanos, a la que Hugo Roca califica de trá- gica, por la muerte prematura de tres de ellos en un mismo año: Villanueva en 1893, a los 31 años de edad, y Juventino Rosas y Hernández Acevedo en 1894, con 26 y 32 años respectivamente. Compositor del porfiriato, Ricardo Castro escribió Atzimba en 1900. Origi- nalmente la concibió como opereta en dos actos y cantada en español con diálogos hablados, y en este formato la estrenó la compañía del empresario Macedo del Teatro Arbeu el 20 de enero de 1900. Posteriormente se revisó la obra, se tradujo al italiano y se representó en el Teatro Renacimiento el 10 de noviembre de 1900. Con libreto de Alberto Michel, el argumento de Atzimba, que trata sobre el trágico amor de un invasor español y una princesa purépecha, está basado en la última sección de Michoacn. Paisajes, tradiciones y leyendas (1891) de Eduardo Ruiz, y tal y como apunta la musicóloga Leonora Saavedra, “toma de él los rasgos más generales: la relación amorosa entre Atzimba, hermana de Tzimzitcha, último rey purépecha, y Jorge de Villadiego, capitán del ejército de Cortés; su trágica muerte a manos del rey y el sacerdote supremo, y la condición cataléptica y propensa al éxtasis de la princesa, que hace que se le suponga muerta en un momento de la trama”. El Intermezzo, asociado al sueño catatónico de la princesa, es la parte más conocida de la ópera y la que más gustó al público de la época, lo que llevó a Ricardo Castro a realizar una versión para piano. Con una íntima y delicada armonía, y un desa- rrollo de los materiales enmarcado en la estética europea del romanticismo, este Inter- mezzo es, según escribió el compositor Gustavo Campa en El Imparcial el 22 de enero de 1900, una “verdadera ‘reverie’ impregnada de casto sentimiento”. RICARDO CASTRO (1864-1907) N ació en Guanajuato en 1990. Realizó sus estudios de violín con la maestra Gellya Dubrova, de piano con el maestro Alexan- der Pashkov, de dirección coral con el maestro Jorge Medina y de dirección de orquesta con el maestro Gonzalo Romeu. Ha tomado clases magistrales con los directores Alberto Zedda, Jean Paul Penin, Jan Latham-Koenig y Avi Ostrowsky. Ha dirigido a la Oviedo Filarmonía, la Filarmonica Gioachino Rossi- ni, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, la Orquesta Filarmónica de la unam, Filarmónica de Jalisco, Orquesta Sinfónica Nacional, Orquesta Sinfó- nica de Minería, Coro y Orquesta del Teatro de Be- llas Artes, Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla, Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, Orquesta Sinfónica Juvenil Carlos Chávez y la Juvenil Universitaria Eduardo Mata, entre otras. Ha trabajado con destacados solistas, como Gabriela Montero, Abdiel Vázquez, Ryu Goto, Oxana Yablonskaya, Faustino Díaz, Horacio Franco, Eric Silberger y Tambuco, así como con cantantes de la talla de Lourdes Ambriz, Rebeca Olvera, Íride Martínez, Eu- genia Garza, Violeta Dávalos, Gabriela Herrera, Encarnación Vázquez, Octavio Arévalo, Javier Camarena, Andeka Gorrotxategui, David Lomelí, Alfredo Daza, Carsten Wittmo- ser, Carlos Almaguer, Jesús Suaste, Noé Colín y Rosendo Flores. Ha dirigido las óperas Aida, Amahl y los visitantes nocturnos, Bastin y Bastiana, La bohème, Las bodas de Fígaro, La flauta mgica, El gato con botas, El conde Ory, El viaje a Reims, La Cenicienta, El maestro de capilla, La serva padrona, El elíxir de amor, Madama Butterfly, La Traviata, El barbero de Sevilla, así como el estreno en México de Viva la mamma de Donizetti. Su predilección por el repertorio rossiniano lo ha llevado a presentar recientemente el rescate de algunas de sus obras raramente interpretadas en México, como la versión orquestal de la Petite messe solennelle y el Stabat Mater, así como el estreno de las óperas Le comte Ory, Il via- ggio a Reims y de la cantata Il pianto d’Armonia sulla morte di Orfeo con el tenor Javier Camarena. En agosto de 2014 realizó su debut internacional en la XXV edición del pres- tigiado Rossini Opera Festival en la ciudad de Pésaro, Italia, concertando la ópera El viaje a Reims de Rossini, convirtiéndose en el primer mexicano en dirigir en dicho festival. Recientemente se presentó en las ciudades de Bilbao y Oviedo, España. Ha dirigido en los máximos recintos culturales del país, como la Sala Nezahualcóyotl, el Teatro de las Artes, el Teatro Degollado, el Teatro del Bicentenario y el Palacio de Bellas Ar- tes. Colaboró con la Dirección General de Música de la UNAM en el periodo 2012-2015 como becario en dirección de orquesta y posteriormente como director asistente de la OFUNAM. Danzón no. 2 (1994) El compositor mexicano Arturo Márquez obtuvo su formación musical en Los Ángeles, Ciudad de México y París. Con un estilo que se caracteriza por la experimentación constante con el medio y el lenguaje, particularmente evidente en sus trabajos interdisciplinares, su música ha seguido una línea de ac- cesibilidad con influencias populares urbanas fusionadas con un estilo más conven- cional. A principios de 1994, la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autóno- ma de México (OFUNAM) le encargó una obra, y el resultado fue el Danzón no. 2, de Márquez, dedicado a su hija Lily. El estreno tuvo lugar el mismo año de su composición bajo la dirección del maestro Francisco Savín. Para comprender mejor el espíritu de este Danzón no. 2, sirva el texto escrito por el propio compositor: La idea de componer el Danzón no. 2 surgió en 1993 durante un viaje a Malinalco con el pintor Andrés Fonseca y la bailarina Irene Martínez, ambos expertos en bailes de salón y con una espe- cial pasión por el danzón, la cual me transmitieron desde el principio y también en posteriores excursiones a Veracruz y al Salón Colonia en la colonia Obrera de la Ciudad de México. A partir de estas experiencias empecé a aprender sus ritmos, su forma, sus contornos melódicos a base de escuchar las viejas grabaciones de Acerina y su Danzonera, y dentro de mi fascinación capté que la aparente ligereza del danzón es solo una carta de presentación para una música llena de sensualidad y rigor cualitativo que nuestros viejos mexicanos siguen viviendo con nostalgia y júbilo como escape hacia su mundo emocional, que afortunadamente aún podemos ver en el abrazo que se dan música y baile en Veracruz y en los salones de la Ciudad de México. El Danzón no. 2 es un tributo a ese medio que lo nutre. Trata de acercarse lo más posible a la danza, a sus melodías nostálgicas, a sus ritmos montunos, y aun cuando profa- na su intimidad, su forma y su lenguaje armónico, es una manera personal de expresar mi respeto y emotividad por la verdadera música popular. El Dan- zón no. 2 fue compuesto gracias a un encargo de la Dirección General de Actividades Musicales de la UNAM y está dedicado a mi hija Lily. FEDERICO IBARRA (1946) Sinfonía no. 2, Las antesalas del sueño (1993) Federico Ibarra, quien estudió composición en la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México, se trasla- dó en 1971 a París gracias a una beca y, posteriormente, en 1975, prosi- guió sus estudios en Santiago de Compostela. Tal como lo apunta el propio compositor, entre sus rasgos estilísticos más distintivos, destaca su búsqueda en torno a la forma sonata, experimentando con la elaboración estructural para llegar a las exigencias expresivas. Ibarra es un com- positor que, en su producción, muestra un gran interés por las múltiples combinaciones instrumentales, una inagotable curiosidad por las combinaciones tímbricas y una predi- lección natural por la claridad del tejido musical. Compuesta en 1993 y titulada Las antesalas del sueño, la Sinfonía no. 2 de Federico Ibarra, construida en un solo movimiento e inspirada en el surrealismo, con- tiene como epígrafe el siguiente verso del escritor mexicano Xavier Villaurrutia (1903- 1950): “Un ruido sordo / azul y numeroso / preso en el caracol / de mi oreja dormida”. La obra comienza con un ritmo contundente y de carácter siniestro que evo- luciona, en su tratamiento como ostinato y a partir de un crescento, hacia un elocuente dramatismo que deriva hacia una tranquila y misteriosa sección central que enlaza con la última sección, muy rítmica y de gran intensidad. CARLOS CHÁVEZ (1899-1978) JOSÉ PABLO MONCAYO (1912-1958) Sinfonía no. 2, India (1935) Carlos Chávez, poseedor de un gran talento musical y dominio de la orquestación, fue discípulo de M. Ponce y de P. L. Ogazón. De 1926 a 1928 estuvo en Nueva York, donde conoció a compositores tan destacados como E. Varèse o Aaron Copland. La personalidad musical de Carlos Chávez ha sido, sin ninguna duda, una de las más importantes de la música mexicana del siglo XX. Su música está llena de descubri- mientos estilísticos, formales y armónicos. Chávez comenzó a escribir su segunda sinfonía en 1935, y para su construcción, más que inspirarse en la herencia musical de los pueblos mexicanos, utilizó como base melodías originales recogidas en sus investigaciones. Chávez eligió para la obra una nutrida plantilla de instrumentos de percusión, es- pecificando la utilización de instrumentos nativos y señalando de qué manera podrían ser re- emplazados en el extranjero en caso de no contarse con dichos instrumentos originales de los pueblos mexicanos. Constituida por un único movimiento, la sinfonía India se asemeja a un poema sinfó- nico, y está estructurada de acuerdo a una forma sonata con tres temas y un breve desarrollo co- dal. La introducción evoca un mundo primitivo a partir de la utilización de la escala pentatónica y a una rica combinación de métricas diferentes en la percusión que le otorgan un dinámico exotismo. El primer tema claramente reconocible de la obra es una melodía propia de los indios huicholes del estado de Nayarit, que emerge líricamente a cargo de las maderas y las cuerdas. El segundo tema se alza gradual y solemne, el cual, al igual que el tercero, de carácter más extro- vertido, es una melodía original del pueblo yaqui, de la región de Sonora. A partir de la reapa- rición del primer tema se inicia el desarrollo codal que reunirá todos los elementos escuchados anteriormente, sumando una melodía de la tribu seri en un colorido crescendo orquestal. Iván López Reynoso Josep Jofré i Fradera director invitado dicho que fue con Blas Galindo a Alvarado, Veracruz, “para recopilar de viva voz los sones que habrían de inspirarlo”; cuando él observó la libertad con que los músicos po- pulares tocaban los sones sin repetirlos nunca iguales, consultó el caso con Candelario Huízar, quien le aconsejó el procedimiento del desarrollo libre sobre los temas expues- tos. Según se observa en varios manuscritos, Moncayo hizo anotaciones sobre los sones, su forma de ejecutarlos y bailarlos y los instrumentos empleados. Aunque hoy en día el término “huapango” hace referencia a los sones huaste- cos, en 1941 el término servía para denominar a todos los sones veracruzanos; de he- cho, Moncayo trabajó solamente con sones jarochos, mismos que recopiló en la cuenca del río Papaloapan. Aunque la obra está basada en tres piezas (El Balajú, El Siquisirí y El Gaviln), Moncayo, quien transcribió por lo menos ocho sones, acabó por emplear fragmentos o elementos rítmicos de otros, como El Pjaro Cu. La orquestación parece mirar al impresionismo de Ravel, mientras que la articulación formal parece enmarcar- se en un proceso rapsódico con elementos de rondó. El Huapango de Mon- cayo fue estrenado el 15 de agosto de 1941 por la Orquesta Sinfónica de México bajo la batuta de Carlos Chávez. ARTURO RODRÍGUEZ (1976) Carlota. Pas de deux d’ amour (2004, orq. 2008) El joven compositor regiomontano Arturo Rodríguez retrató con un díptico musical a Maximiliano de Habsburgo y a Carlota de Bélgica. Cada una de las partes está dedicada a uno de los dos personajes. “Maximiliano está estructurado como un vals vienés en el estilo de los grandes valses de la época y pensado como un preludio a lo que sucederá después en la segunda parte, Carlota”, escribe el propio compositor, quien también apunta que: El boceto original de Carlota data del año 2004, escrito originalmente como un pas de deux para un ballet aún inconcluso sobre la vida de Carlota de Bélgica, quien fuera emperatriz de México a finales del siglo XIX junto a su adorado Maximiliano, emperador de México y archiduque de Austria. Tres años después del fusilamiento en México de Maximiliano, Carlota desarrolló una pa- ranoia y una locura que la acecharon por los 50 años restantes de su vida. Se dice que aún creía ser emperatriz de México y algunos dicen haberla visto bailando y hablando con un muñeco de trapo a quien llamaba Max. La versión sinfónica que en esta ocasión se escucha intenta adentrarse a la mente loca y enamorada de Carlota quien, encerrada en su habitación del Castillo de Miramar en Italia, cree estar 50 años más joven bailando una pieza romántica con su adorado Maximiliano en el Castillo de Chapultepec en México. Se escucha al final de la obra una cita de La paloma, canción favorita de la emperatriz, que escuchara por primera vez en Cuba, rumbo al puerto de Veracruz. Orquestada en 2008, Carlota se estrenó en julio del 2009 en Concepción, Chile, con la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Concepción y con Julian Kuerti en la dirección musical. Huapango (1941) José Pablo Moncayo nació en Guadalajara, Jalisco, ciudad en la que cursó sus es- tudios en el Conservatorio Nacional, trabajando al mismo tiempo como pianista en cafés y para la radio. En el año 1942, gracias a una beca del Instituto Berkshire, pudo realizar estudios con el compositor estadounidense Aaron Copland. Fueron compañeros suyos Blas Galindo, Salvador Contreras y Daniel Ayala en el conjunto de música de cámara bautizado cono Grupo de los Cuatro. El lenguaje musical de Moncayo se expresa particularmente en una ambigüedad tonal que en ocasiones deriva en un cuidadoso tratamiento modal de rico lirismo (Tierra de temporal, Amatzinac). A menudo construye sus melodías sobre escalas de carácter modal (sobre todo la de tonos enteros y la octatónica). Esta característica, sumada al empleo de densas texturas instrumentales, lo acerca sensiblemente al impresionismo. Asimismo, utiliza la alternancia y el contraste métrico para conseguir llamativos juegos de ritmo. Sus capacidades de inventiva melódico-armónica y de instrumentación también sobresalen en obras de firme intención tonal como Huapango y Sinfonietta, en las que de nuevo es evidente una extraordinaria vivacidad rítmica. En general, su obra madura puede entenderse entre el nacionalismo sustentado sobre todo en ritmos y melodías características, y un estilo más personal que se apoya en la libertad de la armonía y la forma. En 1941 Carlos Chávez encargó a Moncayo una pieza orquestal basada en sones jaro- chos para incluirla en un concierto de la Orquesta Sinfónica de México que acabó por llamarse Música tradicional mexicana. José Antonio Alcaraz afirmó que el mismo Moncayo le había

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ARTURO MÁRQUEZ(1950)

Intermezzo de la ópera Atzimba (1899-

1900)

Al igual que Felipe Villanueva, Gustavo Campa, Juan Hernández Ace-

vedo y Juventino Rosas, Ricardo Castro pertenecía a la nueva generación

de compositores románticos mexicanos, a la que Hugo Roca califica de trá-

gica, por la muerte prematura de tres de ellos en un mismo año: Villanueva en

1893, a los 31 años de edad, y Juventino Rosas y Hernández Acevedo en 1894, con 26

y 32 años respectivamente.

Compositor del porfiriato, Ricardo Castro escribió Atzimba en 1900. Origi-

nalmente la concibió como opereta en dos actos y cantada en español con diálogos

hablados, y en este formato la estrenó la compañía del empresario Macedo del Teatro

Arbeu el 20 de enero de 1900. Posteriormente se revisó la obra, se tradujo al italiano y

se representó en el Teatro Renacimiento el 10 de noviembre de 1900.

Con libreto de Alberto Michel, el argumento de Atzimba, que trata sobre el

trágico amor de un invasor español y una princesa purépecha, está basado en la última

sección de Michoacan. Paisajes, tradiciones y leyendas (1891) de Eduardo Ruiz, y tal y

como apunta la musicóloga Leonora Saavedra, “toma de él los rasgos más generales: la

relación amorosa entre Atzimba, hermana de Tzimzitcha, último rey purépecha, y Jorge

de Villadiego, capitán del ejército de Cortés; su trágica muerte a manos del rey y el

sacerdote supremo, y la condición cataléptica y propensa al éxtasis de la princesa, que

hace que se le suponga muerta en un momento de la trama”.

El Intermezzo, asociado al sueño catatónico de la princesa, es la parte más

conocida de la ópera y la que más gustó al público de la época, lo que llevó a Ricardo

Castro a realizar una versión para piano. Con una íntima y delicada armonía, y un desa-

rrollo de los materiales enmarcado en la estética europea del romanticismo, este Inter-

mezzo es, según escribió el compositor Gustavo Campa en El Imparcial el 22 de enero

de 1900, una “verdadera ‘reverie’ impregnada de casto sentimiento”.

RICARDO CASTRO(1864-1907)

Nació en Guanajuato en 1990. Realizó sus

estudios de violín con la maestra Gellya

Dubrova, de piano con el maestro Alexan-

der Pashkov, de dirección coral con el maestro Jorge

Medina y de dirección de orquesta con el maestro

Gonzalo Romeu. Ha tomado clases magistrales con

los directores Alberto Zedda, Jean Paul Penin, Jan

Latham-Koenig y Avi Ostrowsky. Ha dirigido a la

Oviedo Filarmonía, la Filarmonica Gioachino Rossi-

ni, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México,

la Orquesta Filarmónica de la unam, Filarmónica de

Jalisco, Orquesta Sinfónica Nacional, Orquesta Sinfó-

nica de Minería, Coro y Orquesta del Teatro de Be-

llas Artes, Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla,

Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, Orquesta Sinfónica Juvenil Carlos

Chávez y la Juvenil Universitaria Eduardo Mata, entre otras.

Ha trabajado con destacados solistas, como Gabriela Montero, Abdiel Vázquez, Ryu

Goto, Oxana Yablonskaya, Faustino Díaz, Horacio Franco, Eric Silberger y Tambuco, así

como con cantantes de la talla de Lourdes Ambriz, Rebeca Olvera, Íride Martínez, Eu-

genia Garza, Violeta Dávalos, Gabriela Herrera, Encarnación Vázquez, Octavio Arévalo,

Javier Camarena, Andeka Gorrotxategui, David Lomelí, Alfredo Daza, Carsten Wittmo-

ser, Carlos Almaguer, Jesús Suaste, Noé Colín y Rosendo Flores. Ha dirigido las óperas

Aida, Amahl y los visitantes nocturnos, Bastian y Bastiana, La bohème, Las bodas de Fígaro,

La flauta magica, El gato con botas, El conde Ory, El viaje a Reims, La Cenicienta, El maestro

de capilla, La serva padrona, El elíxir de amor, Madama Butterfly, La Traviata, El barbero de

Sevilla, así como el estreno en México de Viva la mamma de Donizetti. Su predilección

por el repertorio rossiniano lo ha llevado a presentar recientemente el rescate de algunas

de sus obras raramente interpretadas en México, como la versión orquestal de la Petite

messe solennelle y el Stabat Mater, así como el estreno de las óperas Le comte Ory, Il via-

ggio a Reims y de la cantata Il pianto d’Armonia sulla morte di Orfeo con el tenor Javier

Camarena. En agosto de 2014 realizó su debut internacional en la XXV edición del pres-

tigiado Rossini Opera Festival en la ciudad de Pésaro, Italia, concertando la ópera El viaje

a Reims de Rossini, convirtiéndose en el primer mexicano en dirigir en dicho festival.

Recientemente se presentó en las ciudades de Bilbao y Oviedo, España. Ha dirigido en

los máximos recintos culturales del país, como la Sala Nezahualcóyotl, el Teatro de

las Artes, el Teatro Degollado, el Teatro del Bicentenario y el Palacio de Bellas Ar-

tes. Colaboró con la Dirección General de Música de la UNAM en el periodo

2012-2015 como becario en dirección de orquesta y posteriormente como

director asistente de la OFUNAM.

Danzón no. 2 (1994)

El compositor mexicano Arturo Márquez obtuvo su formación musical

en Los Ángeles, Ciudad de México y París. Con un estilo que se caracteriza

por la experimentación constante con el medio y el lenguaje, particularmente

evidente en sus trabajos interdisciplinares, su música ha seguido una línea de ac-

cesibilidad con influencias populares urbanas fusionadas con un estilo más conven-

cional.

A principios de 1994, la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autóno-

ma de México (OFUNAM) le encargó una obra, y el resultado fue el Danzón no. 2, de Márquez,

dedicado a su hija Lily. El estreno tuvo lugar el mismo año de su composición bajo la dirección

del maestro Francisco Savín. Para comprender mejor el espíritu de este Danzón no. 2, sirva el

texto escrito por el propio compositor:

La idea de componer el Danzón no. 2 surgió en 1993 durante un viaje a Malinalco con el pintor

Andrés Fonseca y la bailarina Irene Martínez, ambos expertos en bailes de salón y con una espe-

cial pasión por el danzón, la cual me transmitieron desde el principio y también en posteriores

excursiones a Veracruz y al Salón Colonia en la colonia Obrera de la Ciudad de México. A partir

de estas experiencias empecé a aprender sus ritmos, su forma, sus contornos melódicos a base

de escuchar las viejas grabaciones de Acerina y su Danzonera, y dentro de mi fascinación capté

que la aparente ligereza del danzón es solo una carta de presentación para una música llena de

sensualidad y rigor cualitativo que nuestros viejos mexicanos siguen viviendo con nostalgia y

júbilo como escape hacia su mundo emocional, que afortunadamente aún podemos ver en el

abrazo que se dan música y baile en Veracruz y en los salones de la Ciudad de México. El

Danzón no. 2 es un tributo a ese medio que lo nutre. Trata de acercarse lo más posible

a la danza, a sus melodías nostálgicas, a sus ritmos montunos, y aun cuando profa-

na su intimidad, su forma y su lenguaje armónico, es una manera personal de

expresar mi respeto y emotividad por la verdadera música popular. El Dan-

zón no. 2 fue compuesto gracias a un encargo de la Dirección General

de Actividades Musicales de la UNAM y está dedicado a mi hija Lily.

FEDERICO IBARRA(1946)

Sinfonía no. 2, Las antesalas del sueño (1993)

Federico Ibarra, quien estudió composición en la Escuela Nacional

de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México, se trasla-

dó en 1971 a París gracias a una beca y, posteriormente, en 1975, prosi-

guió sus estudios en Santiago de Compostela.

Tal como lo apunta el propio compositor, entre sus rasgos estilísticos

más distintivos, destaca su búsqueda en torno a la forma sonata, experimentando

con la elaboración estructural para llegar a las exigencias expresivas. Ibarra es un com-

positor que, en su producción, muestra un gran interés por las múltiples combinaciones

instrumentales, una inagotable curiosidad por las combinaciones tímbricas y una predi-

lección natural por la claridad del tejido musical.

Compuesta en 1993 y titulada Las antesalas del sueño, la Sinfonía no. 2 de

Federico Ibarra, construida en un solo movimiento e inspirada en el surrealismo, con-

tiene como epígrafe el siguiente verso del escritor mexicano Xavier Villaurrutia (1903-

1950): “Un ruido sordo / azul y numeroso / preso en el caracol / de mi oreja dormida”.

La obra comienza con un ritmo contundente y de carácter siniestro que evo-

luciona, en su tratamiento como ostinato y a partir de un crescento, hacia un elocuente

dramatismo que deriva hacia una tranquila y misteriosa sección central que enlaza con

la última sección, muy rítmica y de gran intensidad.

CARLOS CHÁVEZ(1899-1978)

JOSÉ PABLO MONCAYO (1912-1958)

Sinfonía no. 2, India (1935)

Carlos Chávez, poseedor de un gran talento musical y dominio de la orquestación,

fue discípulo de M. Ponce y de P. L. Ogazón. De 1926 a 1928 estuvo en Nueva York,

donde conoció a compositores tan destacados como E. Varèse o Aaron Copland.

La personalidad musical de Carlos Chávez ha sido, sin ninguna duda, una de las

más importantes de la música mexicana del siglo XX. Su música está llena de descubri-

mientos estilísticos, formales y armónicos.

Chávez comenzó a escribir su segunda sinfonía en 1935, y para su construcción, más

que inspirarse en la herencia musical de los pueblos mexicanos, utilizó como base melodías

originales recogidas en sus investigaciones.

Chávez eligió para la obra una nutrida plantilla de instrumentos de percusión, es-

pecificando la utilización de instrumentos nativos y señalando de qué manera podrían ser re-

emplazados en el extranjero en caso de no contarse con dichos instrumentos originales de los

pueblos mexicanos.

Constituida por un único movimiento, la sinfonía India se asemeja a un poema sinfó-

nico, y está estructurada de acuerdo a una forma sonata con tres temas y un breve desarrollo co-

dal. La introducción evoca un mundo primitivo a partir de la utilización de la escala pentatónica

y a una rica combinación de métricas diferentes en la percusión que le otorgan un dinámico

exotismo. El primer tema claramente reconocible de la obra es una melodía propia de los indios

huicholes del estado de Nayarit, que emerge líricamente a cargo de las maderas y las cuerdas. El

segundo tema se alza gradual y solemne, el cual, al igual que el tercero, de carácter más extro-

vertido, es una melodía original del pueblo yaqui, de la región de Sonora. A partir de la reapa-

rición del primer tema se inicia el desarrollo codal que reunirá todos los elementos escuchados

anteriormente, sumando una melodía de la tribu seri en un colorido crescendo orquestal.

Iván López Reynoso

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ader

a

director invitado

dicho que fue con Blas Galindo a Alvarado, Veracruz, “para recopilar de viva voz los

sones que habrían de inspirarlo”; cuando él observó la libertad con que los músicos po-

pulares tocaban los sones sin repetirlos nunca iguales, consultó el caso con Candelario

Huízar, quien le aconsejó el procedimiento del desarrollo libre sobre los temas expues-

tos. Según se observa en varios manuscritos, Moncayo hizo anotaciones sobre los sones,

su forma de ejecutarlos y bailarlos y los instrumentos empleados.

Aunque hoy en día el término “huapango” hace referencia a los sones huaste-

cos, en 1941 el término servía para denominar a todos los sones veracruzanos; de he-

cho, Moncayo trabajó solamente con sones jarochos, mismos que recopiló en la cuenca

del río Papaloapan.

Aunque la obra está basada en tres piezas (El Balajú, El Siquisirí y El Gavilan),

Moncayo, quien transcribió por lo menos ocho sones, acabó por emplear fragmentos

o elementos rítmicos de otros, como El Pajaro Cu. La orquestación parece mirar al

impresionismo de Ravel, mientras que la articulación formal parece enmarcar-

se en un proceso rapsódico con elementos de rondó. El Huapango de Mon-

cayo fue estrenado el 15 de agosto de 1941 por la Orquesta Sinfónica de

México bajo la batuta de Carlos Chávez.

ARTURO RODRÍGUEZ(1976)

Carlota. Pas de deux d’ amour (2004, orq. 2008)

El joven compositor regiomontano Arturo Rodríguez retrató con un

díptico musical a Maximiliano de Habsburgo y a Carlota de Bélgica. Cada

una de las partes está dedicada a uno de los dos personajes. “Maximiliano está

estructurado como un vals vienés en el estilo de los grandes valses de la época y

pensado como un preludio a lo que sucederá después en la segunda parte, Carlota”,

escribe el propio compositor, quien también apunta que:

El boceto original de Carlota data del año 2004, escrito originalmente como un pas de deux para

un ballet aún inconcluso sobre la vida de Carlota de Bélgica, quien fuera emperatriz de México

a finales del siglo XIX junto a su adorado Maximiliano, emperador de México y archiduque de

Austria. Tres años después del fusilamiento en México de Maximiliano, Carlota desarrolló una pa-

ranoia y una locura que la acecharon por los 50 años restantes de su vida. Se dice que aún creía ser

emperatriz de México y algunos dicen haberla visto bailando y hablando con un muñeco de trapo

a quien llamaba Max. La versión sinfónica que en esta ocasión se escucha intenta adentrarse a la

mente loca y enamorada de Carlota quien, encerrada en su habitación del Castillo de Miramar en

Italia, cree estar 50 años más joven bailando una pieza romántica con su adorado Maximiliano en

el Castillo de Chapultepec en México. Se escucha al final de la obra una cita de La paloma, canción

favorita de la emperatriz, que escuchara por primera vez en Cuba, rumbo al puerto de Veracruz.

Orquestada en 2008, Carlota se estrenó en julio del 2009 en Concepción, Chile, con la Orquesta

Sinfónica de la Universidad de Concepción y con Julian Kuerti en la dirección musical.

Huapango (1941)

José Pablo Moncayo nació en Guadalajara, Jalisco, ciudad en la que cursó sus es-

tudios en el Conservatorio Nacional, trabajando al mismo tiempo como pianista en

cafés y para la radio. En el año 1942, gracias a una beca del Instituto Berkshire, pudo

realizar estudios con el compositor estadounidense Aaron Copland. Fueron compañeros

suyos Blas Galindo, Salvador Contreras y Daniel Ayala en el conjunto de música de cámara

bautizado cono Grupo de los Cuatro.

El lenguaje musical de Moncayo se expresa particularmente en una ambigüedad tonal

que en ocasiones deriva en un cuidadoso tratamiento modal de rico lirismo (Tierra de temporal,

Amatzinac). A menudo construye sus melodías sobre escalas de carácter modal (sobre todo

la de tonos enteros y la octatónica). Esta característica, sumada al empleo de densas texturas

instrumentales, lo acerca sensiblemente al impresionismo. Asimismo, utiliza la alternancia y

el contraste métrico para conseguir llamativos juegos de ritmo. Sus capacidades de inventiva

melódico-armónica y de instrumentación también sobresalen en obras de firme intención tonal

como Huapango y Sinfonietta, en las que de nuevo es evidente una extraordinaria vivacidad

rítmica. En general, su obra madura puede entenderse entre el nacionalismo sustentado sobre

todo en ritmos y melodías características, y un estilo más personal que se apoya en la libertad

de la armonía y la forma.

En 1941 Carlos Chávez encargó a Moncayo una pieza orquestal basada en sones jaro-

chos para incluirla en un concierto de la Orquesta Sinfónica de México que acabó por llamarse

Música tradicional mexicana. José Antonio Alcaraz afirmó que el mismo Moncayo le había

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Tradición y vanguardia

ORQUESTA SINFÓNICA DE LAUNIVERSIDAD DE GUANAJUATO

PROGRAMACIÓN SUJETA A CAMBIOSSIN PREVIO AVISO

hORARIOS dE TAQUILLA:Módulo de información Mesón de San Antonio

de lunes a viernes de 9:00 a 17:00 horas. Teatro Principal de lunes a jueves 17:00 a 22:00 horas.

el día del concierto de 17:00 a 20:00 horas.

INFORMES:Oficinas de la OSUGMesón de San Antonio, primer pisoAlonso núm. 12, CentroGuanajuato, Gto., 36 000Tel.: 473 – 7 35 37 00, exts. 2723 y 2747 - Fax 2718Correo electrónico: [email protected] www.extension.ugto.mx

Rector GeneralSecretario General

Secretario AcadémicoSecretario de Gestión y Desarrollo

Directora de Extensión Cultural

dr. Luis Felipe Guerrero Agripinodr. héctor Efraín Rodríguez de la Rosadr. José Luis Lucio MartínezMtro. Jorge Alberto Romero hidalgodra. Sara Julsrud López

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JUEVES 15 DE SEPTiEMbrE Teatro Principal / 20:30 hrs. / Guanajuato

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La Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (osug) ocupa un

lugar privilegiado en el panorama musical de México como uno de los en-

sambles orquestales de mayor prestigio en el país y con una sólida proyec-

ción internacional. Desde su fundación, importantes solistas y directores han par-

ticipado en los programas de la orquesta, entre ellos Manuel de Elías, John DeMain,

Enrique Diemecke, Moritz Eggert, Bernard Flavigny, Homero Francesch, Guido

Maria Guida, Claude Helffer, Dmitri Hvorostovsky, Neeme Järvi, Cyprien Katsar-

is, Katia y Marielle Labéque, Christian Lindberg, Eduardo Mata, Gerhart Muench,

Gunter Neuhold, Jorge Federico Osorio, Kurt Pahlen, Sanscha Rodzesvendski, Leif

Segerstam, José Serebrier, el Trío Altenberg, Ramón Vargas y Pascal Verrot.

Además de ofrecer más de treinta programas anuales en sus temporadas, la

osug es la orquesta residente del Festival Internacional Cervantino, en el que ha

participado con programas de gran trascendencia artística como el estreno en

México de la Sinfonía no. 4 de Lutoslawski, el estreno en Guanajuato del Conci-

erto para violín de Paul Hindemith y decenas de ejecuciones y estrenos de obras

de compositores tales como Mario Lavista, Joaquín Gutiérrez Heras, Silvestre Re-

vueltas y Juan Trigos. Gracias a su enorme repertorio, dinamismo y personalidad,

la osug ha sido invitada a diversos festivales nacionales y ha realizado múltiples

giras internacionales.

Esta orquesta es testimonio vivo de la larga tradición cultural del estado de

Guanajuato y es la primera orquesta profesional permanente de una universidad

mexicana. Su concierto inaugural ocurrió el 25 de abril de 1952 bajo la batuta

del maestro José Rodríguez Frausto, quien estuvo al frente de ella por 34 años.

En 1986 asumió la dirección el maestro Mario Rodríguez Taboada y para 1992 la

osug se fusionó con la Filarmónica del Bajío para crear un solo organismo, del cual

asumió la titularidad Héctor Quintanar. Durante este periodo, la orquesta desar-

rolló un valioso proyecto de difusión de la música nacional con la grabación de seis

discos compactos de la colección Compositores Mexicanos, integrada por 32 obras

inéditas de 23 autores.

En 1997 José Luis Castillo asumió el cargo de director titular y expandió no-

tablemente el repertorio de la orquesta, recorriendo todas las etapas del vasto es-

pectro musical con un acento particular en lo contemporáneo. De 2005 a 2011

Enrique Bátiz asumió el cargo de director invitado y asesor musical, con quien la

osug realizó giras por China y Egipto.

En 2012, año en que la osug cumplió sesenta años de existencia, se designó

como director titular al maestro Juan Trigos, quien continuó la idea de difusión de

la música nacional impulsada en la osug por Héctor Quintanar. Entre 2012 y 2014

se efectuaron giras por México, Estados Unidos e Italia.

En junio de 2015 Roberto Beltrán Zavala fue nombrado director titular de la

osug. Con una sólida carrera internacional y una nutrida agenda de conciertos,

el maestro Beltrán ha sido huésped en varias de las orquestas más prestigiadas

de Europa y su trabajo ha sido unánimemente aclamado por la prensa europea

especializada.

Programa 6 - Segunda Temporada 2016

Viernes 23 de septiembre / Teatro Principal / 20:30 horas / GuanajuatoCharla preconcierto (entrada libre) / 19:30 horas / Teatro Principal

Joseph Young, director invitadoWendy Holdaway, fagot

CONCIERTO MEXICANO

Polca y Tango del ballet The BoltDmtri SHOSTAKOVICH

Gran Tango parta fagot y orquestaJulio PARDO

Sinfonía no. 7 en la mayor, op. 92Ludwig van BEETHOVEN

Iván López Reynoso, director invitado

1. Intermezzo de la ópera Atzimba (1899-1900) Ricardo CASTRO (1864-1907)

2. Sinfonía no. 2, Las antesalas del sueño* (1993) Federico IBARRA (1946)

3. Sinfonía no. 2, India (1935) Carlos CHÁVEZ (1899-1978)

INTERMEDIO

4. Carlota. Pas de deux d’ amour* (2004, orq. 2008) Arturo RODRÍGUEZ (1976)

5. Danzón no. 2 (1994) Arturo MÁRQUEZ (1950)

6. Huapango (1941) José Pablo MONCAYO (1912-1958)

*Estreno en Guanajuato

DIRECTOR TITULAR Roberto Beltrán Zavala

VIOLINES PRIMEROS Dmitry Kiselev - Concertino Héctor Hernández Pérez – Asistentede concertino Pedro Manuel Zayas Alemán Gyongyi Horvath Simone Jaquemart Luis Enrique Palomino Verau Carlos Miguel Toc Polanco Katherine Giovanna Ramirez Maksim Smakeev Jorge Luis Torres Martinez Yessica Pamela Melgar BlancasAndrea Alvarado Rodríguez

VIOLINES SEGUNDOS Saúl Isidro Ramos Amador * Sergio Andrés González ** Fidel Berrones Goo Andrés Idelfonso Gallegos Rodríguez Luis Alfredo González López Óscar González González David Litven Carlos Alberto López García Alexander Applegate Leonel Abraham Quintanilla Melgar Moab Alberto González López

VIOLAS Djamilia Rovinskaia * Froylán Garduño * Betsabé Jiménez Valencia Sergio Morales Chávez Carlos Nolde Puga Anayantzi Oropeza Silva Carlos Reyes Hernández Víctor Manuel Rufino Figueroa

VIOLONCHELOS Michael Severens * Mikhail Rovinski ** Luis Gerardo Barajas Bermejo Daniel Magaña Alvarado Fernando Melchor Ascencio Bruno Mente Fortunato Rojas Francisco Omar Barrientos

CONTRABAJOS Russell Brown * Óscar Argumedo González * Jorge Preza Garduño Armando Delgado Rodrigo Mata Álvarez José Arnoldo Valladares

TECLADOS Jan Copeland

PIANOJacobo Cerda de León ***

PERSONAL AMINISTRATIVO OSUG

Patricia Belia Arroyo SolisGerente general

Adalberto Tovar GómezCoordinador de personal

Lilian Bello SuazoCoordinadora de producción

Juan Carlos Urdapilleta MuñózCoordinador de Biblioteca

Elías GalindoCoordinador de relaciones públicas

Zugehy Alejandra Soto VázquezAdministradora

Ma. Guadalupe Aguilar BurquizaSecretaria

Luis Roman Landeros LiceaEncargado del foro

Juan Gabriel Medrano RangelAuxiliar técnico

Pedro Ibarra YebraAuxiliar técnico

PROGRAMA DE MANO

EDICIÓNJosep Jofré i Fradera

FORMACIÓNAlejandra Rodríguez

CORRECCIÓNEdgar MagañaMartín Eduardo Martínez

*Principal**Co-principal

***Invitado

FLAUTAS Cuauhtémoc Trejo * Beatrice Ovalle ** Roberto SamarioRaúl Garza Paz *** (piccolo)Genma González *** (piccolo)

OBOES Marie Park * Héctor Fernández **

OBOE / CORNO INGLéSOmar Elizalde

CLARINETES Hugo Manzanilla * Heather Anne Millette **

CLARINETE BAJO Y SAXOFÓN Juan Esparza

FAGOTES Katherine Snelling * Alan Monahan ** - Contrafagot Ariel Samaniego

CORNOS Claire Hellweg * Darío Bojórquez ** Michelle Pettit Jonathan Lusher Daniel Norman

TROMPETAS Ricardo Alberto Flores * Juan Cruz Torres ** José Cayetano Hernández

TROMBONES Louis Olenick * John Swadley Eugenio Venegas Vega

TUBA Salvador Pérez Galaviz *

TIMBALES Óscar Samuel Esqueda Velázquez *

PERCUSIONES Mario Alonso Gómez Sosa ** Octavio Zapien González Alan Sánchez Sánchez Ulises Hernández

ARPA Dulce María Escudero Pérez

JUEVES 15 DE SEPTiEMbrE Teatro Principal / 20:30 hrs. / Guanajuato