Revista de Historia Naval Nº1. Año 1983

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    REVISTADEHISTORIA NAVAL

    INSTITUTO DE HISTORI Y CULTURRM D ESP OL V L

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    INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA NAVALARMADA ESPAOLA

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    REVISTA DE HISTORIA NAVALCONSEJO RECTOR:Presidente: Directordel Instituto de Historia y Cultura Naval, excelentsimo seor D. Fernando Moreno de Alborn Reyna, vicealmirante.Vicepresidente: Jefe del Departamento de Historia y director del MuseoNaval, D. Jos Mara Zumalacrregui Calvo, capitn denavo.Vocales: Secretariogeneral del Instituto de Historia y Cultura Naval,D. Juan Berenguer y Moreno de Guerra, capitn de navo.Subdirector del Museo Naval, D. Ricardo Cerezo Martnez,

    capitn de navo.Director: D.Ricardo Cerezo Martnez, capitn de navo.Redactoras: D.ttMara del Pilar San Po Aladrn y 4oa Lola HiguerasRodrguez, licenciadas en Filosofa y Letras.Administrador: D.Jos Luis Pando Villarroya, comandante de Intendenciade la Armada.

    DIREccIN y AoMmIsTaicrN:Museo Naval.Montalbn, 2.MADRID-l4 (Espaa).

    IMPRIME:Servicio de Publicaciones de la Armada.

    Publicacin cuatrimestral: Primer cuatrimestre 1983.Precio del ejemplar:

    Espaa y Portugal: 250 ptas.Resto del mundo: 2 $USA.Depsito legal: M. 16.854-1983.CONTRAPORTADA:

    Del libro Regimiento de Navegacin,por Pedro Medina. Sevilla, 1563.

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    SUMAIIOPgs.

    Salutacin del Excmo. Sr. D. Saturnino Suanzes de la Hidalga,Jefe del Estado Mayor de la Armada5Presentacin por el Excmo. Sr. D. Fernando Moreno de Alborn

    Reyna, director del Instituto de Historia y Cultura Naval7El convoy y el desembarco espaol de 1781 en Menorca, por JosGella IturriagaAlgunas consideraciones en torno a la Gran Armada, por Fra ncisco Felipe Olesa Muido31Coln y Urdaneta, descubridores de los anticiclones del Atlnticoy del Pacfico, por Alberto Lins Escard95La Empresa de Inglaterra, por Gonzalo Parente Rodrguez103La asistencia sanitaria a los buques de la Gran Armada a su retorno a los puertos guipuzcoanos, por Manuel Gracia Rivas111Los orgenes del contrabando holands en Espaa durante el reinado de Felipe II. por Carlos Gmez-Canturin Jimnez123El fracaso de la contraofensiva inglesa de 1589, por Hugo ODonnelly Duque de Estrada137Documento145Noticias generales, por Lola Higueras Rodrguez153

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    La direccin de esta REVISTA fl0 se hace responsable de las opiniones expresadas por los autores en sus artculos.La reproduccin y la traduccin, parcial o ntegra, de los textos e ilustraciones debe ser previamente solicitada por escrito a la direccin de la REVISTA.

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    SALTACIONDELJEFEDELESTADOMAYORDE LA ARMADACon ocasin de una ceremonia celebrada en el Cuartel General de laArmada, en noviembre de 1982, dije que ramos conscientes de que latradicin no es inmovilismo, sino el marco donde la evolucin y el progreso se mantienen controlados. Y esta definicin no es una figura retrica improvisada por m, sino ms bien un convencimiento extrado delanlisis del secular hacer de nuestra Armada.Nuestra Ley Orgnica fija con precisin la misin del Instituto deHistoria y Cultura Naval, y la define como el instrumento para, en elseno de la Armada, fomentar la conciencia martima nacional y el cultoa nuestras tradiciones. Por ello tiene el doble carcter de centro deestudios documentales y de investigacin histrica y de servicio de difusin cultural.En la mar, en mayor medida que en cualquier otra actividad humana,las pequeas causas motivan con frecuencia las grandes decisiones, yes sabido que en la mar casi nunca existe segunda oportunidad. Poresto nuestro inters de que el Instituto de Historia y Cultura Naval estudie y escudrie con detalle nuestra dilatada peripecia martima, biensea en el orden estratgico, orgnico, tctico, logstico, tecnolgico yhumano, pues se entiende que la historia es maestra de vida, y samepermitido argir que quiz en el caso de la historia naval lo sea enmayor medida.Pero la labor de investigacin del Instituto de Historia y CulturaNaval sera estril si se limitase a guardar celosamente el resultado desus logros en manuscritos archivados en estanteras, o si slo publicaseobras de gran valor histrico. Es necesario establecer un vehculo deexpresin gil entre los investigadores y estudiosos y la ya significativaaficin que por los temas navales se est desarrollando en Espaa. Poreso, apoyo con calor la creacin de la REVISTA DE HISTORIA NAVAL y espero la colaboracin de historiadores, de oficiales de Marina, y hasta delos ms sencillos aficionados a las disciplinas navales.Deseo a esta REVISTA largas y bonancibles singladuras.

    Saturnino SIJANZES DE LA HIDALGA,Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada

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    PRESENTACIONAl objeto de difundir trabajos de inters histrico, en el campo desu competencia, el Instituto de Historia y Cultura Naval crea la REVISTA

    DE HISTORIA NAVAL, cuya periodicidad ser, en principio, cuatrimestral.Con la aparicin de esta REVISTA, esperada de antiguo, el Institutopretende cuidar con .el mayor empeo la difusin de nuestra historia militar, especialmente la naval martima si se quiere dar mayor amplitud al trmino, en los aspectos que convenga para el mejor conocimiento de la Armada y de cuantas disciplinas tericas y prcticascan forman el Arte Militar: la Ciencia Militar si se considera esta disciplina como doctrina ordenada, constituyente de una rama especficadel conocimiento y quehacer humanos.Con este propsito se invita a colaborar a cuantos escritores, espaoles o extranjeros, civiles o militares, gusten, por profesino aficin, tratar sobre temas de historia militar, en la seguridadde que sern muy gustosamente recibidos siempre que renan unosrequisitos mnimos de correccin literaria, erudicin y originalidad,fundamentados en reconocidas fuentes documentales o bibliogrficas.El Instituto trata con ello de fomentar un ambiente propicio parael estudio de nuestra institucin naval, rica en experiencia, en la esperanza de promover y encauzar los nuevos conocimientos a travs de unageneracin de autores competentes, como es la actual, que se imponganla misin de divulgarla como necesidad previa para una cabal y progresiva evolucin del Arte Militar.

    Fernando MORENO DE ALBORAN REYNA,Vicealmirante director del Instituto de Historiay Cultura Naval.

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    EL CONVOYY El. DESEMBARCOESPAOLDE 1781EN MENORCAJos GELLA ITURRIAGA,General Inspector de Intervencin de la Armada.De la Real Academia de la Historia.

    1. Antecedentes.II. Las embarcaciones mercantes fletadas porla Real Armada para el transporte de tropasTu. Los buques de guerra, sus mandos y tripulaciones.IV. Derrotero y desembarco.

    1La circunstancia de haberme solicitado a finales del ao itimo.bicentenario de la reincorporacin de Menorca a la corona de Espaa,un artculo para el primer nmero de la REVISTA DE HISTORIA NAVAL,ampliacin monogrfica de la veterana con lozana y prestigio GENERALDE MARINA, brinda ocasin propicia para tratar de uno de los hechosimportantes de nuestra historia martima menos estudiado, generalmente no bien difundido e ignorado por muchos como exrlusivo de laReal Armada espaola: la expedicin de mar a aquella isla en el siglo XVIII.La exposicin de tan amplio tema, aqu obligadamente sucinta, permite presentar algunas novedades obtenidas de documentos inditosque ahora incorporo a la serie publicada durante el ao actual (1)como informacin complementaria, dedicada a los amigos y compafieros lectores de estas pginas, sobre la realidad hispnica de aquella

    feliz expedicin naval tenida por hispano-francesa en algunos textosal uso. que la presentan como tal, a veces ini,precisamente. por las circunstancias de hallarse entonces Espaa aliada con Francia y en guerracon Inglaterra; ser francs el jefe de la expedicin, duque de Crilln,oue era teniente general del ejrcito espaol, a cuyo servicio estabade tiempo atrs; hacerse a la mar el convoy espaol protegido, tanslo durante la salida, por la escuadra combinada de los aliados, mandada por Crdoba, antes de partir con rumbo opuesto, y por una tradicin, europea e infundada, recogida nueve aos despus en un texto(1) La Marina en la reconquista de Menorca, conferencia pronunciada enMahn el 29-1-1982 (en prensa); Cronologa de la Campaa 1781-1782, publicada en Anuario de Menorca-82, Ed. Menorca, S. A. Mahn; La inscripcineonme-morativa en Mahn de la toma del Castillo de San Felipe, Boletn de laReal Academia de la Historia, t. CLXXIX. julio-septiembre de 1982, pginas 209-2 18 y De los nombres y ttulos del Conde de Cifuentes, Menorca, Diario Insular, 10-8-82.

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    J. GELLA ITTJRRIAGAde Beccatini sobre la vida de Carlos Hl (2). Lo cierto es que los aliadosfranceses no fueron a Menorca hasta dos meses despus del desembarco que reincorpor la isla a la soberana de Espaa y llegaron, enmenor nmero, para coadyuvar en el sitio del castillo de San Felipe,rendido poco ms de tres meses despus de su llegada.Gibraltar, apenas iniciada la guerra en 1779, equivala a dos frentes martimos: el Pen y Menorca, vmbos en conexin de ayuda mutua,mantenida, dentro de lo posible, mediante algunas embarcaciones neutrales, las corsarias menorquinas y los buques de las escuadras quetransitoriamente rompieron el bloqueo. La mejor manera de escindirla conexin era reconquistar la isla, previas informaciones reservadassobre su situacin militar y conocimiento del nimo de la poblacin,para, en su caso, reconquistarla merced a una empresa naval sin contar, pese al tratado de alianza con Francia que haba dominado la isladesde 1756 a 1763. Criterio lgico que tuvo a bien adoptar Carlos III,segn escribi su secretario de estado el conde de Floridablanca en elprrafo siguiente:

    Tratbase de la campaa de todo el ao 1781 y firme vuestra majestad en no arriesgar ni desperdiciar ms fuerzas martimas en lascostas de Francia y de Inglaterra, le propuse que podramos pensaren apoderarnos de Menorca, cuyo puerto era el vivero de ms deochenta corsarios que infestaban el Mediterrneo, y el mejor y nicoabrigo que tenan los ingleses para sus escuadras y para sostener sucrdito y poder en aquel mar. Adi Floridablanca: la necesidad delsecreto, difcil habiendo de contar con un aliad o y con mii preparativos y prevenciones inexcusables; pero todo se consigui con el pretexto del bloqueo de Gibraltar y de las sospechas que se tenan de quehicisemos un sitio formal (3).

    Al bien logrado secreto durante los preparativos de la expedicinde mar, hasta el extremo que sus comandantes conocieron la misinencomendada a la misma ya en ruta de su destino blico, y la ignoraron, tambin, otras autoridades, incluso nuestro embajador en Parsel conde de Aranda, as como los aliados y los enemigos, hubo deaadirse una copiosa y larga, desde el ao 1780, correspondencia cursada, por la va reservada, a la Secretara de Estado con informes veraces emitidos por un grupo patriticamente comprometido en obtenerlos y enviarlos a la corte, capitaneado por el marqus de Sollerhic (4) desde Palma, en el que haba algn huido de la isla sojuzgada.mallorquines y residentes en Menorca, cuyos nombres y noticias cons

    (2) En Storia del Regno di CarIo III..., Tormo, 1790, traducida al espaoly publicada dicho ao en Madrid, 2 tomos, corno Vida de Carlos III de Borbnrey catlico de Espaa y de las Indias, escrita en lengua italiana por el AbateFrancisco Beccatini, pg. 250 del t. II se dice, errneamente: A fines del mesde septiembre del ao 1781 desembarcaron las tropas espaolas y francesas almando del teniente general duque de Crilln...(3) Memorial del conde de Floridablenca, t. LIX de la B. A. E., pg. 314.(4) Asi firmaba sus informes, no Sollerich. Mss. A. H. N., 4.205.1, Estado.10 1

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    EL CONVOY Y EL DESEMBARCO ESPAOL DE 1781 EN MENORCA

    Don Buenaventura Moreno, brigadier mayor general y comandantede las fuerzas navales de la expedicin a Menorca en 1781.(Museo Naval. Madrid.)

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    .1. GELL/i ITURRIIIGAtan en manuscritos como indicio esperanzador de una deseada reconquista (5).

    A la decisin de Carlos III, el secreto, la informacin confidencial,la eficaz organizacin del convoy, entre otras favorables circunstanciasprevias, se uni la oportunidad de la campaa, complementaria delbloqueo de Gibraltar, cuando intensificaba la ofensiva en vsperas delsitio, mientras Inglaterra se vea acosada por las escuddras combinadas hispano-francesas desde el canal de la Mancha al seno mejicano.expulsada de Honduras e islas antillanas y Florida, hostigada por suscolonos norteamericanos, que la vencieron en Yorktown. enfrentadacon Holanda hasta la batalla de Dogger-Bank y en oposicin a las demspotencias europeas contrarias a su proceder con el corrtercio martimoy concordes con la neatralidad armada en la que tan directa e inicial-mente particip Espaa.

    IIA mediados de julio de 1781 terminaba de fondear en la baha deCdiz una concentracin naval de embarcaciones mercantes fletadaspor la Real Armada para el transporte, con destino ignorado, de tropas, material de guerra y vveres, cuya relacin por nmero de sus

    unidades, del 1 al 73, expuesta sin orden correlativo, consta en ]os manuscritos, uno de ellos publicado por Danvila (6), con datos sobre clases, procedencias, capitanes, tonelaje, cifra de tropa a embarcar (soldados, oficiales y comandantes) agrupados por servicios de batallonesy brigadas, artillera, ingenieros, vveres, hospitales y la situacion enlas divisiones de un convoy al que tales embarcaciones estaban destinadas. Una vez reunidos esos datos, y confrontados, los ofrecemos,por cuanto concierne a este trabajo, en el unido apndice tercero, dondese relacionan, ordenados segn sus numerales o cifras distintivas, conexpresin de sus clases, nombres, procedencias, capitanes, tonelajes ynmeros de las tropas y de sus oficiales transportados. A estas 73 seles unieron, das despus, en aguas de Cartagena, las nmeros 74 y 75.Dados los datos que constan en los manuscritos pueden distribuirselas setenta y cinco embarcaciones en los tres grupos siguientes

    1. Por clases en:Fragatas34 Saetas3Polacras10 JabequesBergantines9 Pingues2Urcas Sin especificar5Paquebotes4

    (5) Mss. A. H. N., Estado 4.205.1.(6) Reinado de Carlos III, por Manuel Danvila y Collado, tomo V de laHistoria General de Espaua, publicada por la R. A. II., Madrid, 1891, pg. 185.Incluye los datos completos del Ms. A H. N., Est. 4.205.12 Nm. 1

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    EL CONVOY Y EL DESEMBARCO ESPAOL DE 1781 EN MENORCA2. Por su procedencia, matrcula o nacin:

    Espaolas37 Portuguesas3Genovesas11 Imperiales2Holandesas9 Toscanas1Suecas5 No constaNapolitanas4

    3. Por servicios iban destinadas 20 al cuerpo de artillera y trenartillero, aparte del transportado a bordo de los buques de guerra (caones, morteros, balas, bombas, granadas, camisas, frascos de fuego,carabinas, fusiles y pistolas), plvora, gaviones, salchichones y otro material blico; 1 para los ingenieros, 3 con vveres, 2 de hospitales y elresto para el transporte de tropas con sus oficiales y comandantes delas brigadas de granaderos, cazadores y dragones, Catalua, SaboyaBurgos, Murcia y Amrica con batallones de Burgos, Princesa. Amrica, Ultonia, Murcia, Saboya y otros.A las mercantes se incorporaron cuatro embarcaciones del comercio de Cdiz, o barcos de la Puerta de Sevilla, cubiertos para el desembarco, que haban de navegar en cabeza de las cuatro divisiones delconvoy, detrs del navo San Pascual, sin carga ni pasaje dada su finalidad de servir al trmino de la expedicin, ya en aguas litorales,para el transbordo de las tropas y su traslado a tierra. Los manuscritos registran el tonelaje de casi todos los transportes fletados, hallndose las cifras correspondientes entre el mximo de las 416 toneladasde una fragata espaola y el mnimo de las 62 de un bergantn de lamisma nacionalidad. En cuanto al total de las dotaciones de estos mercantes, si se tiene en cuenta su nmero y clases y que tan slo las34 fragatas, a una media ms bien baja de 21 hombres, llevaran 714 tripulantes, pudiera estimarse dicho total en cuanta superior al millar.Los trasportados de ejrcito eran unos 60 de la plana mayor ysus agregados que iban a bordo de los navos y 49 comandantes, ms354 oficiales, en los mercantes, con sus tropas de 7.448 soldados o, segn otro manuscrito, 7.384; es decir, en nmeros redondos, ocho milhombres (7). Pero cuntos militares de Marina fueron en los buquesde guerra?. El total, por citar, lo cifraremos ms adelante.La navegacin del convoy, dado el orden de marcha o de convoyproyectado que se realiz a lo largo de tres etapas, deba ajustarse aun agrupamiento de los mercantes en cuatro divisiones encajadas enla escolta de los buques de guerra, dispuestas dos delante, tras el navoSan Pascual y barcos gaditanos, y dos detrs, separadas y ambas rodeadas por la proteccin de escolta cerrada por el navo Atlante. A suvez cada una en dos columnas, formando, con otra, cuatro lneas paralelas, la primera divisin, con 23 embarcaciones; la segunda, con 22; la

    (7) Mss. A. A. B. (M. N.), 1689, y A. H. N., Est. 4.205 y 4.230.(8) Ms. A. A. B. (M. N.), 1689.(9) Ms. A. G. S., leg. s.aM.a, 467.Ao 1983 13

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    J. GELLA ITURRIAGA

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    EL CONVOY Y EL DESEMBARCO ESPAOL DE 1781EN MENORCAtercera, con 15, y la cuarta, tambin con 15, como puede verse en elapndice tercero, teniendo presente que por error de amanuense seduplica el nmero 68, con omisin del 48, y que sobra uno de los dos 64(l.a y 4.a), siendo el total de los numerales setenta y cinco.Las embarcaciones fletadas por la Real Armada que salieron deCdiz fueron 73, que con las mencionadas nmeros 74 y 75, menosuna enviada a Cartagena sin relevo, ms las cuatro del comercio gaditano, integraron el convoy a lo largo de su derrotero setenta y ocho;convoy que se hizo a la mar en Cdiz con escolta de diez buques deguerra y lleg a Menorca, segn se expondr seguidamente, protegidopor veintisiete, pues convoyes bien escoltados no tienen bajas.

    IIIDon Jos de Mazarredo firm en Cdiz, el 10 de junio de 1781, abordo del Santsima Trinidad, un estado de fuerza de los cuarenta buques de la escuadra de don Luis de Crdoba relacionados en dos grupos, separados por un espacio en blanco; el segundo era una listade 2 navos, 2 fragatas, 2 balandras, 2 bombardas y 2 brulotes, en totaldiez, con la indicacin de que los navos y una fragata tenan vverespara cuatro meses. Veintitrs das despus los 10 daran convoy, salvouna fragata relevada por otra del grupo primero al salir a la mar, enuna expedicin naval cuyo destino se ignoraba. Hoy la entrelnea del

    espacio en blanco nos evoca el acierto de la reserva y celeridad deaquella bien lograda empresa martima espaola cuyo sigilo lleg alextremo de no incluir, en esos buques de escolta inicial o de salida,los jabeques a incorporar en ruta por no convenir qve vayan a Cdizporque sera lo mismo que declarar que la expedicin no es para Amrica (10).Tales buques fueron los navos San Pascual, capitana, y. A tiante,las fragatas Santa Ru fina y Juno, las balandras Paloma y Amistad, lashombardas Santa Casilda y Santa Eulalia y los brulotes Gertrudis-Magdalena y Eulalia. Despus, en el derrotero, se unieron los dems de escolta, hasta un total de 27, segn se expondr, cuya relacin de nombres,clases, porte y mandos no se ha publicado hasta la fecha completa.Esto constitua una de las dificultades del estudio presente, felizmentedisipada merced al examen de una serie de medio centenar de manuscritos inditos iniciada por el referido estado de Mazarredo que, pasando entre otros estados y escritos oficiales as como por e1 diariode navegacin del San Pascual, termina con una relacin de todos losbuques de guerra expedicionarios en Menorca, fechada y firmada alos catorce das despus del desembarco, el 2 de septiembre de 1781, oEstado que manifiesta cmo se hallan los buques del mando del Brigadier mayor general de la Armada don Buenaventura Moreno: conexpresin de sus respectivos destinos (11).

    (10) Ms. A. H. N., leg., Estado, 4.230.(11) Ms. A. G. S., Sa. Marina, 481.Ao 1983

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    J. GELLA ITTJRRIAGAEl jefe de la expedicin de mar, teniente general del ejrcito duquede Crilln, decidi embarcar en el San. Pascual, navo que arbolaba lainsignia del comandante de la escuadra y del convoy, el brigadier mayor general Moreno, buque del porte de 70 caones y 567 personas dedotacin, mandado por el capitn de navo don Luis Francisco Varona.Conduca de transporte al comandante general del ejrcito y la mayorparte de su plana mayor, los mariscales de campo marqus de CasaCagigal y conde de Cifuentes, brigadier mayor general don Juan Roca,cuartel maestre general don Carlos Lemaur, intendente don PedroMontenegro, comandante de artillera don Bernardo Tortosa, coronelesdon Lorenzo Colona y don Pedro Gorostiza, teniente coronel don JosCrespo y ocho subalternos de diferentes grados y cuerpos como ede

    canes y tres franceses con igual carcter. Tambin transportaba material: 2.920 quintales de plvora, seis caones con su cureas, un afustece mortero y tiles correspondientes, 48 palanquetas, 300 balas de a 24y 2.400 de a libra. Asimismo iba a bordo, por R. O. de 13 de julio, elcapitn de navo don Jos Castejn, procedente del Santsima TrinidadEl otro navo, Atlante, de 70 caones y 578 hombres de dotacin, lomandaba el capitn de navo don Diego Quevedo; llevaba a bordo, detransporte, al teniente general don Flix Buch, mariscal de campo donHoracio Borghese, coroneles don Pablo Sangro, don Federico Requesens,don Luis Gervasi y don Diego Pignatelly, 18 oficiales, un teniente vicario general, dos comisarios de guerra, un tesorero y dems personal(le ciruga y hospitales. Transportaba, adems, seis caones con sus cureas y material de artillera.La fragata Juno, de 32 caones, y la Santa Ru fina, de 34. tenanpor comandantes al capitn de navo don Antonio Ramn de Ortegay al capitn de fragata don Pedro Caaveral, respectivamente. Los comandantes de las balandras Paloma, de 16 caones, y Amistad, de 14,eran el teniente de navo don Jos Lorenzo de Goicoechea y el alfrezde navo don Lorenzo Mendoza Moscoso; tambin respectivamente, lasbombardas Santa Casilda, de 8 caones, y Santa Eulalia, de 8. tenanpor comandantes a los tenientes de navo don Juan Mara Lasquettiy don Antonio de Torres. Los brulotes Gertrudis-Magdalena, de 6 caones, y Santa Eulalia, de 6, estaban al mando del teniente de fragatadon Benito Viln. el primero, y de don Andrs Castel, alfrez de fragata.el segundo.La instruccin reservada de Carlos III dirigida al duque de Crilln,fechada en Aranjuez el 19 de junio de 1781, comunicaba haberle conferido la jefatura de la expedicin, como general, y la designacin delmayor general e la Real Armada don Buenaventura Moreno para elmando de comandante de la escuadra de guerra que deba escoltar elconvoy. Entre otras normas decan las instrucciones: El comandantede mar sabr el verdadero objeto de la expedicin luego que hayaembocado el estrecho, entre los cabos de Espartel y Trafalgar. Sobrelas relaciones entre ambos mandos destacaba: Bien entendido queruando en algn caso fuere aquel comandante de opinin diferente16 1

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    EL CONVOY Y EL DESEMBARCO ESPAOL DE 1781 EN MENORCAo contraria a vuestras disposiciones os la representar con las razonesfacultativas que tenga y si no obstante hallareis por conveniente yse lo previniereis, bajo de vuestra firma, deber con formarse y ejecutar lo que dijereis exponindose a todos los riesgos sin responsabilidad alguna de su parte; bien que fo de vuestra prudencia queiams abusaris de esa confianza (12).

    A don Buenaventura Moreno se le envi otra instruccin, fechadatres dias despues, en la que Floridablanca comenzaba as unas normaspara el apresto y salida de la expedicin de mar: La comisin de V. S. esde las ms importantes que en las actuales circunstancias pueden ocurrir en esta monarqua y resultante de su logro las mayores ventajas.as como la gloria de las reales armas; por esto el rey, que tiene satisfaccin y pruebas del celo, actividad, espritu y pericia militar deV. S. en los asuntos de Marina, lo ha elegido para el mando de lasfuerzas navales que han de convoyar y auxiliar esta expedicin y obraractivamente en ella; segua con el primer encargo que me ha mandado S. M. sobre buena armona y correspondencia y entre otras normas dispona se pusiera a las rdenes del duque de Crilln en cuantollegase a Cdiz y se encargase de los buques expedicionarios que seaporten por el Gobernador de Cdiz y por el Presidente de la Contratacin de Indias (13).La escolta de los diez buques antes mencionados se ampli con]a incorporacin al convoy, el da 29 de julio, en la Subida, prxima ala capital del departamento de Cartagena, de los trece siguientes: lasfragatas Nuestra Seora del Rosario, de 34 caones, mandada por elcapitn de fragata don Baltasar de Sesma, y Santa Gertrudis, de 28 caones, cuyo comandante era el capitn de fragata don Anbal Casoni;los cuatro jabeques Mallorqun, de 34 caones, al mando del tenientede navo don Nicols de Estrada, Gamo, de 30, Carmen, de 14, Fortua, de 10, cuyos comandantes eran, respectivamente, el teniente denavo don Marcos Fonguin, el alfrez de navo don Onofre Barcelo yel del mismo emple) don Juan Bautista Donal; la balandra Carlota,de 14 caones, al mando del alfrez de fragata don Andres de Valencia,y seis gabarras o lanchas caoneras, con dos caones de a doce cadauna, mandadas por seis contramaestres.En la ltima parte del derrotero qued, ya en el mar balear completa la escolta de veintisiete buques con la incorporacin al convoy delos jabeques Lebrel, de 32 caones, al mando del capitn de fragatadon Joaqun de Zayas, y el San Luis Beltrn, de 26, cuyo comandanteera don Federico Gravina, teniente de navo, y las galeotas Concepcin y San Antonio, de tres caones cada una, mandadas por el te-(12) Ms. A. H. N., Est., leg. 4.230.(13) Ms. A. G. S.. S. M. 481. Floridablanca a don Buenaventura Moreno:Instruccin para el apresto y salida de la expediin de mar puesta a su cargo.Aranjuez, 22 de junio de 1781.

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    J. GELLA ITURRIAGAniente de fragata don Antonio Barrientos Rato y el alfrez de navodon Antonio de Aguirre Villalva.Para completar los datos precedentes sobre los mandos. obtenido devarios documentos segn queda expuesto, es necesario cifrar con lamisma justificacin el total de los pRrtenecientes a la Real Armada, decapitn a paje, que participaron en la reconquista de la isla, pues sesabe el nmero de expedicionarios del Ejrcito pero se ignora el deoficiales mayores, guardias marinas, oficiales de mar, infantera, artilleros, marinera, grumetes y pajes, con exclusin de los criados y delas dotaciones mercantes del convoy. Los resultados de los documentosanteriores y de los posteriores son casi iguales y permiten cifrar eltotal en 4.588, corroborado por el manuscrito firmado trece das despus de la reincorporacin de Menorca, salvo el castillo de San Felipe,a la corona de Espaa.Con la justificacin documental precedente queda constancia porvez primera del nmero, clase, nombres y porte de los buques, conlos nombres y empleos de sus comandantes, lugares de incorporaciny total de las tripulaciones (14). Acerca de tales ocho datos se destacan, como ms aproximados entre los publicados los referentes a seisde ellos en dos obras de historia, no monogrficas sobre el tema, justamente elogiadas por la maestra de sus autores (15).

    IvDurante la primera quincena de julio de 1781 se reunieron n la escuadra de Crdoba, iondeada en la baha gaditana, la francesa de Guichen y numerosas embarcaciones mercantes de varias naciones Tantoen Cdiz como en las riberas inmediatas la concurrencia de tropas, marinera, trabajadores y curiosos era tan extraordinaria como desusadoel ir y venir de arrieros con acarreos, el cmulo de depsitos de material blico, incluso improvisados campamentos. y la abundancia defardos para embarcar. La gente deca, por mera suposicin, que el destino de la expedicin pudiera ser Gibraltar, las Antillas o Buenos Aires.Al comenzar la segunda quincena del mismo mes decidi el duquede Crilln embarcar en el buque insignia de la escuadra del mayor general de la Armada, brigadier don Buenaventura Moreno, en curo navo pernoct el 18, fecha del embarco de las tropas, terminado el da 20,vspera de la salida a la mar, en el que Crdoba recibi la orden, cumplida antes de veinticuatro horas, de relevar en la escuadra del convoyla fragata Santa Brbara, reincorporada as a la combinada, por la

    Juno.(14) Vase el apndice segundo.(15) Armada espaola, de C. Fernndez Duro, t. VII, p. 304, y M. Danvjlay Collado, t. V de la Historia General de Espaa, ed. R. A. II., M. 1894, pg. 180.ambas, en relaciones similares, mencionan 23 buques con algunas variantes ycuatro nombres y empleos de comandantes.

    18 1

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    .1. GELLA ITURRIAGAEl 19 las armadas surtas en la baha gaditana hicieron triple salvade veintin caonazos y descargas de fusilera en celebracin de laconquista de Pensacola, saludos a la voz y al can que los expedicio

    narios estimaron como buen augurio. A las nueve de la maana delda 21 empez a salir del puerto de Cdiz la escuadra de Moreno, detrs de la combinada de Crdoba, para fondear juntas en las inmediaciones, con gran parte de los transportes, a cuyos capitanes y patronesinstruyeron, desde varias embarcaciones menores, cuatro oficiales yms de sesenta hombres de mar (16). El resto del convoy zarp al dasiguiente hacia el mismo lugar, en las inmediaciones de Rota, para quedar con los dems buques de guerra y mercantes que se haban concentrado all el da anterior. La combinada hispano-francesa, en su brevecometido de vigilancia, estuvo a la vela por el da y a pique del andadurante la noche, segn escribi Crdoba con la escuadre ligera a mibarlovento, hasta separarse del convoy al anochecer del da 22 e iniciar, rumbo O.NO., sus 72 buques una larga navegacin por el ocano,A las seis menos cuarto del da 23 se haca a la vela el convoy rumboa levante, barloventeando por los vientos contrarios S.SO. y O.SO. Por latarde, al embocar el estrecho, se dio la seal de zafarrancho de combate. All, entre los cabos Trafalgar y Espartel, como decan las instrucciones reservadas, es cuando el duque de Crilln entreg al brigadier Moreno los pliegos referentes a la expedicin de mar, derrotero hacia Baleares y desembarco en Menorca. Por el temporal quedaron rezagados el da 25, con el navo Atlante, varios transportes de laretaguardia. En esta fecha se destac del convoy rumbo a una misinrpcreta la fragata Santa Ru fina. Muy cerca de Gibraltar, a la vista deAlgeciras, Moreno envi al general Ruiz de Valcrcel un escrito solicitndole el envo, para un asunto urgente del servicio, del piloto Pons,de la bombarda Santa Ursula, y al mismo tiempo rogarle reexpidieraun pliego dirigido a Floridablanca, que haba de tramitarse medianteel general interino del departamento de Cdiz, marqus de Casa Tilly.Crilln comunic a Floridablanca, entre otras novedades de la carta de 26 de julio, nos encontramos a la altura de Almera a 45 leguas de Gibraltar y aada, sobre la navegacin en conserva, que elejrcito viene siempre muy unido y contento. El 27 Floridablancadio a nuestro embajador en Pars, conde de Aranda, la noticia de la expedicin para destruir el nido de piratas y quitar un recurso a Gibraltar (17). Salieron de Algeciras hacia Cartagena, mandados por Zayas,el San Luis, con carga para cuatro caoneras, el Lebrel y las galeQtasConcepcin y San Antonio, que ms adelante se incorporaran a la expedicin. En ese da lleg a Fuengirola una embarcacin cuyo patrnllev al fuerte un comunicado del convoy para el comandante generaldel Campo de Gibraltar (18).El 28 comenzaron a entrar los buques, con mal tiempo, en la Subida,

    (16) Ms. Moreno al ministro de Marina, 22-7-1781. A.G.S., s.a M 481.(17) Ms. Crilln a Ploridablanca. A. H. N., Est. 4.230.(18) Ms. A. H. N., Est. 4.104.20 1

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    EL CONVOY Y EL DESEMBARCO ESPAOL DE 1781 EN MENORCAdonde se pusieron al anda por la noche. Don Buenaventura comunical marqus de Castejn que en virtud de oficio de Crilln sobre convenir al real servicio se trasladara a Mallorca don Juan Eymar alparaje de la costa que l sealase y aada: despach a la fragataRu fina e instruido a su comandante del objeto de su comisin leprevine igualmente que despus de practicarla hiciese derrota a laisla de Cabrera y esperase en ella su incorporacin (19). El da 29 entraron en la Subida, procedentes de Cartagena, los trece buques mandados por don Baltasar de Sesma (20); no llegaron el Atiante y dieztransportes. En esa fecha Floridablanca ya haba dispuesto, mediantelos ministros de Guerra y Marina, que los capitanes generales de Barcelona y Mallorca atendiesen preferentemente las demandas de los mandos del convoy. Crilln dio una instruccin militar con fuerza de ordenanza cuyo artculo primero se refera as a los menorquines: Siendotodos los habitantes del pas oriundos de Espaa y no habiendo dejado de tener nunca el corazn esvaol, de ningn modo se debernconsiderar como enemigos, antes al contrario ser preciso tratarlos conla mayor suavidad y amistad, debiendo todos los individuos del Ejrcito considerarse en esta isla como si estuvieran en el centro de Espaa (21).La expedicin de mar permaneci en la Subida, por los vientos contrarios del E. y NE., hasta el da 6 de agosto, que se hizo a la vela conSO. flojo. El comienzo de esta segunda parte de la derrota fue lentoy de navegacin dura por vientos desfavorables alternados con calmas.Durante los siete primeros das no pudo el convoy mantener la formacin requerida, pese a las seales de unin, frecuentemente bordeandoy a veces retenido por calma. El da 12 se hallaba aitn al frente delcabo de Palos, rebasndolo con SE. bonancible, y faltaban el Atiante,la Gertrudis, dos jabeques y seis gabarras o caoneras, de las que doshaban colisionado, sin consecuencias, la vspera.Mientras tanto Crilln someti a la consideracin de Moreno suproyecto de desembarco iniciando una serie de conversaciones sobre eltema. En Cartagena el capitn general suspenda la salida de embarcaciones extranjeras, el San Bruno entregaba un pingue genovs apresado por el convoy, la Napolitana descargaba 54 tiendas de campaapara la tropa expedicionaria y la Concepcin, procedente de Algecirascon el San Luis y el Lebrel, dejaba un pliego para la Rosario. El Mallorqun condujo a un puerto cataln diez enfermos y los relevos deun oficial y un cirujano para seguir rumbo a Cartagena con correspondencia oficial. Se trasladaron tierra adentro a unos prisioneros ingleses que desde Alicante enviaron a Salou la noticia de la misin delconvoy. Por otra parte la plana mayor del ejrcito preparaba en el

    (19) Ms. 28-7-1781, A. G. S., S. M., 481. Eymar era uno de los confidentes de Sollerhic y edecn de Crilln desde julio. En Palma transbordo aljabeque corsario de Ferrer, que lo llev al lugar costero donde le esperabaSollerhic.(20) Vase el cap. III y el apndice segundo.(21) Ms. A. H. N., Est. leg. 4.230.Ao 1983

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    J. GELLA ITURRIAGASan Pascual instrucciones para los destacamentos de desembarco y primeras acciones en tierra, segn el proyecto de Crilln.

    En los siete primeros das de esta parte del derrotero la navegacinfue dura y lenta, de continuo perder camino por los vientos contrarios.alternados con calmas. Hasta el 12 ya citado no rebas cabo de Palosel convoy. Don Buenaventura envi al ministro Gonzlez de Castejncopia de las instrucciones de Crilln sobre las operaciones militares arealizar en Menorca y otra del escrito suyo de contestacin en todas suspartes (22). El 15 regresaron a la expedicin el Mallorqun y un barcodel comercio que haba llevado pliegos de Crilln a Cartagena, donde estaba la fragata transporte de ingenieros en reparacin por avera. Sedio caza a un bergantn sueco, tras ponerse a la capa al dispararle trescaonazos. Al da siguiente calm el O.NO. y se aproximaron los buques separados Atiante, Gertrudis, Gamo, Paloma, Lebrel, galeotas, gabarras y cinco transportes. El 17, con mar gruesa y sudeste bonancible,el convoy, unido, forz de vela, a unos treinta y ocho grados de latitud, rumbo a Formentera, que rebasaron a medianoche.El 18 amaneci con viento fresco SSE., que rol a suroeste; se incorporaron a la escolta del convoy dos jabeques y dos galeotas mandados por el capitn de fragata Zayas; a las tres de la tarde apres unatartana inglesa. Al anochecer estaba la expedicin a la mediania deCabrera, que rebas durante la noche. De cmo arreciaba el suroesteda idea la siguiente expresin de una carta de Moreno al ministro deMarina: qued slo con la gavia arrizada y el trinquete sobre Tos bolsos despus de cargado. (23). A las 7,30 del da 19 avistaron con alegralos expedicionarios, ya prximos a Menorca, en la costa mallorouina,el cabo de Pera.En el amanecer del 19, al amainar una turbonada, el convoy forzde vela hacia Ciudadela para desembarcar un destacamento en la caladel Degollador y montar la isla por el norte, segn proyecto, pero losvientos O. y OSO. y la mar gruesa obligaron a ceir, cambiar el rum}.o y costear al sur hacia la isla del Aire y cala Alcaufar, en espera dedesembarcar una parte de la expedicin, cuando se pudiera, mientrasel resto segua costeando hacia cala Mezquita o Mezquida. Quiso elbrigadier Moreno, con la agradable vista de la formacin en convoy,acercar el navo, en sus bordadas por escasear el viento, a medio tirodel castillo de San Felipe e izar ante el enemigo la bandera y gallardetn, afirmndola con un caonazo con bala disparado hacia la 1.Media hora despus llegaba el convoy a la Mezquida. A las dos unbote del navo llev a tierra al capitn de fragata Salazar y alfrezde navo Tavern, para sondar y reconocer el lugar ms adecuado deldesembarco, con el teniente coronel Crespo y tres edecanes. Les re-

    (22) Ms. Moreno al marqus Gonzlez de Castejn, a la vela, 14 de agostoA. G. S., S.a M. 481.(23) Ms. Carta de 19 de agosto a bordo del San Pascual, en la playa dela Mezquita. A. G. S., S M. 481.22 1

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    EL CONVOY Y EL DESEMBARCO ESPAOL DE 1781EN MENORCAcibieron diferentes paisanos abrazndolos con mucha alegra, segninform el capitn de navo Castejn (24). Realizada su misin y tremolada la bandera del bote como seal, regresaron en ste con unospaisanos que quisieron venir al navo.Veintitrs caonazos del San Pascual anunciaron el desembarco, dirigido por Varona, Salazar y otros marinos. Precedi a las embarcaciones menores para transbordo de tropas la fala del navo con elduque de Crilln, brigadier Moreno, mayor general Roca, mariscal conde de Cifuentes, coronel marqus de Peafiel, cuartel maestre general Lemaur, comandante de la artillera Tortosa, intendente Montenegro, capitn de navo Castejn, quedndose a bordo del navo su comandante, Varona, para avisar las providencias de cuanto se ofreciese.La bandera de la fala, que se haba arbolado en un montecillo, fueentregada por Roca a uno de los granaderos que le siguieron en el avance hacia Mahn, iniciado cuando a medianoche termin el desembarco.Pese al riesgo por el viento fortsimo y estado de la mar la operacinse desarrofl bien, salvo la varadura, sin consecuencias, de un transporte.En cala Alcaufar no se pudo desembarcar hasta la madrugada delda siguiente. En esta ocasin (escribi Moreno al ministro de Marina)me es muy propio recomendar a todos los oficiales destinados al desembarco, particularmente al comandante de la fragata Rosario don Baltasar Sesma, que contra todos los obstculos.., manifest sus arrojadasy bien previstas providencias para verificarlo en la maana siguiente,vues en la tarde ni la ms pequea embarcacin podas atracar por lamar y su braveza en la playa. Este y otros testimonios documentalesponen de relieve el buen comportamiento profesional de los marinosexpedicionarios, en cordial colaboracin con sus compaeros de Ejrcito, El duque de Crilln manifest en unas instrucciones No es posibledar los debidos elogios a la paciencia, firmeza de nimo e inteligenciade que ha dado continuas pruebas don Buenaventura Moreno en suconducta para con la mayor parte de los capitanes de buqaes detransporte, tan ignorantes como poco subordinados en una navegacin de un mes, en la cual hemos experimentado por los vientos contrarios y calmas todos los inconvenientes que trae consigo la mar, sinque hayan impedido llegar juntos y con el mismo buen orden quesalimos de Cdiz. Todo lo que toca a la Marina se ha ejecutado con lamisma inteligencia, acierto y precisin en el desembarco y se reflejasobre las dificultades en el de Alcaufar a los extraordinarios esfverzosde sus jefes y de don Baltasar de Sesma que expuso su persona y buques a los mayores riesgos para lograr el fin. En sus Memorias constaque Moreno era diestro y valiente (25). Tambin hay elogiosas refe

    (24) Ms. A. H. N., 4.230, Est. y R. A. H. Copia.(25) Louis de Bertn des Balbes de Quiers, Memoires militaires, Pars 1791, nm. LXVI.Ao 1983

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    J. GELLA 1TURRIAGArencias en la literatura de la poca publicadas e inditas. Por ejemplo,en una obra teatral (26) deca el personaje que representaba a Cagigal:El comandante de mardon Buenaventura, viendoque los ingleses echarona fondo (con vano intento)varios buques junto al fuertede San Felipe, creyendopoder impedir la entraday salida de los nuestrosdel perto, ha fortificadoel arsenal, disponiendola batera flotante

    o cadena, que ha compuestode otros de guerra, corsariosque aprehendi al ingls haciendoen tierra otra bateracon que poder ofenderlosde ms de ciento y sesentacaones que les cogieron,sin los muchos que han sacadode los que arrojaron ellosal mar, cuando a San Felipeprecipitados huyeron

    Entre los inditos, he aqu otro ejemplo tomado de una de las 142 octavas reales que escribi en Rvena Jos Orozco (27):De la fuerza Naval los oficialesde su parte a la accin daban el[lleno,rayos mil arrojando artificialesal ronco rimbombar de cada true[no:

    Distinguido lugar en los analesde la nacin merecer un Morenoy cada subalterno, que a porfaaspiraba emular lo que vea.

    Tropas y marinera convivieron la campaa en colaboracin cordial, como lo hacian los mandos, incluso cuando por cuestiones orgnicas del servicio hubo alguna disparidad entre Crilln y Moreno, resolvieron ambos de acuerdo, disciplinadamente, conforme a las instrucciones para estos casos previstas, y todos, militares de tierra y de mar,a su vez se comportaron segn lo ordenado con los habitantes del pasoriundos de Espaa, ya que no habiendo dejado de tener nunca el corazn espaol de ningn modo se deberdn considerar como enemigossegn queda expuesto en la instruccin antes mencionada.Concluido el desembarco, salvo el material pesado, tomado y protegido el arsenal, as como 53 almacenes valiosos, apresadas varias embarcaciones, hechos ms de 150 prisioneros, tomados caones, establecido el cuartel general en Mahn, acampadas las vanguardias ante elcastillo, bloqueado el puerto, entrados por tierra en Ciudadela y Fornelis los destacamentos de los marqueses de Avils y Peafiel y acatada jubilosamente la soberana de Carlos III, el 24 era toda la isla del(26) La toma de San Felipe por las armas espaolas, comedia nueva quese represent por las dos compaas de cmicos de esta imperial villa de Madrid y por su orden, en obsequio del serensimo seor conde de Artois el da 4 deagosto de 1782..., por Lorenzo Daniel y don Alonso Quadrado, Valencia, 1783.(27) Ms. R. A. H. 9/2.598. Conquista de Menorca. 142 estrofas del poemapico panegrico al excmo. sr. duque de Crilln..., por don Joseph Orozco, presbtero, nm. 94. Ravena, ao 1782.

    24 Nm. 1

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    EL CONVOY Y EL DESEMBARCO ESPAOL DE 1781 EN MENORCArey de Espaa, excepto el fuerte de San Felipe (28). En la noche detal fecha termin la Real Armada la primera fase de su campaa enMenorca con la proeza de sacar dos bergantines (antes se haba sacadootro) abandonados en la embocadura del puerto, en el glacis del castillo, recogindolos Salazar, Liniers, Tavern, Bulln con un oficial del

    Castillo de San Felipe, segn maqueta del Museo Militar de Menorca,con explicacin topogrfica.Ejrcito, ocho granaderos, carpinteros de ribera, marineros y un edecna bordo de tres lanchas y bajo tiroteo de fusilera. De esta manerapas la Armada a la segunda fase de su campaa en Menorca por unperodo de dos meses, hasta la llegada de tropas francesas, en menornmero, y otro de casi tres y medio hasta la rendicin del castillo. Feodos de actuacin incesante para organizar martimamente la isla;vigilar las costas y proseguir el bloqueo; realizar apresamientos; trans

    (28) Vase nota 24.

    FUERTE DE

    PARED DE PIEDRASECA Y PRIMERALINEA DE DEFENSA DELCASTILLOSAN FELIPE Y DEL ARRABAL

    f_-J

    UERTE DE SUN CARLOS

    IR DOCTODEENTRADA DEL PUERT _____DE MANOS

    FUERTE DE SAN

    PENINOULA DEL LAZORETO EN LAORILLA NORTE DEL PUERTO

    Afio 1983 25

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    J. GELLA ITURRIAGAportar prisioneros ingleses y familias para su repatriacin; convoyartransportes de nuevas tropas, artillera, vveres, ganado y mercancas;perseguir a ios corsarios argelinos; participar con el Ejrcito en las bateras del asedio al castillo de San Felipe y, ulteriormente, poner aflote los buques ingleses hundidos que cerraban el puerto. Mas el tratar de todo esto rebasa la finalidad del estudio presente y que3a paraotra ocasin.As fue la expedicin de mar de la Real Armada a Menorca en 1781,que hizo posible, con el Ejrcito, la reincorporacin de la isla a la soberana espaola o la reconquista, segn denominacin de documentosde la poca antes mencionados y el testimonio de un coetneo historiador menorqun (29). Merced a tan venturoso acaecimiento fue confirmada tal soberana por la paz de Versalles en 1783 y reafirmada en1802 por la de Amiens.

    (29) Mss. R. A. H. 9/5.476, Juan Ramis y Ramis, Resumen topogrfico ehistrico de Menorca, 1787, f. 127: la gloriosa reconquista de Menorca en 1781...y del castillo de San Felipe en 4 de febrero de 1782.26 1

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    EL CONVOY Y EL DESEMBARCO ESPAOL DE 1781 EN MENORCAAPENDICE PRIMERO

    Embarcaciones mercantes fletadas por la Real Armada, relacionadaspor orden numrico (*).

    Clase Nombre,nacin y capitn Tns.Tropa Ofs.1 Fragata LaDiligente, Espaa, don Fco. Larraaga 209 117 62 N. 5a de Beln, Espaa, don Juan Vzquez250 185 83 N.5. de los Dolores, Portugal, 5. Vasconcelos182 11.2 34 LaConstanza, Holanda, J. Evers224 77 45 Urca LaNavegacin, Holanda, Veret Gerit ... 328 219 86 Jacoboy Antonia, Holanda, Rudens deRuiter400 246 87 Neptuno,Holanda, Cornelio Cray 229 186 78 LaLibertad, Holanda, Pedro Torteil271 222 69 Fragata LaVernica, Espaa, Andrs Perea177 J 121 710 SanFrancisco de Paula, Gnova, L. Nocciha 293 251 10ji PedroO-Rnskotd, Suecia, Gustavo Berg 372 189 1212 LaDuquesa, Suecia, 5. E. Forstron346 209 813 Paquebot Ana Luiso, Suecia, E. Asklund242 157 ,714 Bergantn L,asArmas de Sumsull, Suecia, N. Veterflen 210 163 815 Fragata LaConcepcin, Gnova, P. Franco Penco 294 205 7

    16 LaFortuna, Gnova, Pco. Corobo188 112 617 Polacra SonAntonio u Carmen, Npoles, Prspero Terracido145 92 418 Fragata Virgo Potens, Gnova, J. Bta. Rafo292 244 1219 Polacra Virgende Gracia, Gnova, Bartolom Patrn...215 1321 820 AnaSusana, Portugal, D. V. Pinto298 187 1 1121 Catalina,Espaa, Pablo Moreda261 157 1 1022 Fragata SanJosef, Espaa, Angel Colombo364 1 204 123 LaAsuncin, Espaa, Pedro Colombo 235 1 148 1 824 Bergantn La Unin, Holanda, Simn Ruisman200 1 126 525 Fragata SanJosef, Espaa, Flix Bitn178 93 626 N.5 de Rosario y la Perla, Espaa, 1M. Roval]o416 1 225 1427 ElAguila Lusitana, Portugal, FranciscoOliveira215 1 121 1 828 SanJos. Espaa, Rafael Pea349 1 209 1029 SantaAna. Gnova, Lorenzo Guilino 259 1 176 830 Polacra Concepcin, Espaa, Bartolom Rabasa 278 1 163 L 831 Fragata N.a del Buen Viaje, Espaa, Francis- 1co Angli208 1 146 632 SacraFamilia, Espaa, Ignacio Salvidea 284 1 149 633 Gibraltar,Espaa, Joaqun Castellanos 219 434 Bergantn Oliva Blanca, Espaa, Juan Fabre153 93 635 Fragata Seora Juana, Holanda, Cristbal Sumac 223 144 636 Paquebot Neptuno, Espaa, Antonio San Clemente 154 104 637 Fragata Susana, Espaa, Francisco del Ciervo 253 188 838 Paquebot El Rosario, Espaa, Juan Maza129 339 Bergantn N,5a de los Dolores, Espaa, Jos Aneses.; 84 40 r SanJoaqun., Espaa, Jos Ibez62 J

    Ao 1983 27

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    J. GELLA ITIJRRIAGA

    N. Clase Nombre,nacin y capitn Tns.Tropa Ofs.41 Fragata Cailota, Espaa, Joaqun Garca Luca 293 200 1142 Saeta SanJaime, Espaa, Jaime Crual140 1 43 Polacra Asuncin, Espaa, Jos Santos122 44 Nf a de la Misericordia, Espaa, JuanFons10245 Saeta SacraFamilia, Espaa, Juan Fonfort118 146 Polacra Npoles, Pedro Espasa 19247 Fiagata Mara Juana, Espaa, Blas Pintado11848 Polacra Npoles, Pablo Rusa192 J 49 Fragata SanFrancisco de Paula, Gnova, Jer. M

    rengo... 220 11850 Polacra Constante, Gnova, Lzaro Madera185 1 174 451 .Frdgata Asuncin, Toscana52 . Piedad, Espaa, Miguel Huet ... 286 183 1153 Urca Joven Juana, Holanda, Andrs Tanis 28554 Fragata Resolucin, Suecia, Asel Gabriel Avere 228 155 6

    Santa Ana, Gnova, Lorenzo Guilino259 176 856 Bergantrn San Antonio de Padua, Espaa. AntonioLpez140

    57 Polacra Virgen del Carmen, Gnova, BernardoDodero185 112 4

    58 1ragata Virgen del Rosario, Gnova, Antonio Marengo143 1 106 4

    59 Asuncin, imperial Disma Mariano Bik. 247 169 860 Bergantn Tiempo Velox, Holanda, Huibrand Pie-

    tren250 131 461 Fragata San Josef y San Francisco de Paula, imperial, Bartolom Milefik285 1 212 1062 Bergantn Sto. Cristo del Buen Viaje, Espaa, Jaime

    Millans126 163 1ragata San Pascual, alias Salazar, Espaa, Fe

    lix Lastra 402 64 Fnix, Et. Menases221 74 365 Virgen del Rosario66 Paquebot Santa Catalina, Espaa, Francisco Pardo67 N. Sf de la Soledad, Espaa, Juan Guadalupe68 Pingue N. S. dc la Misericordia. Espaa, Martn

    deNoa69 Luis Maestre70 Pinguc Jess. Mara y Josef, Npoles, Jacinto

    Marcelo71 Saeta Virgen de la Esperanza, Espaa. Josef

    Borgh7273 Jabeque Mallorqun, Espaa, Francisco Capus74 _ Ibicenco, Espaa...75

    (*) El resumen y las diferencias observadas en los dos manuscritos utilizados para hacer esta relacin pueden verse en la parte II del texto.

    28 Nm.1

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    EL CONVOY Y EL DESEMBARCO ESPAOL DE 1781 EN MENORCA

    caa)a)ca44caOca caa).0cf ,ecI)caca caca4-O OI-

    ccia)a)c&OcacaOcaa).0a)ti)ca

    caa)ca+4a)caocaa)

    .Ewca cacaO Oa) 1o caa) caa)4 a)a) a)a) a)a) a)44 ) a)4-4a)

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    caca) a)1-4 a)0 0ca caa) a)ca caa) 1)ca ca.0 .0ca ca1 a)

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    J. GELLA ITURRIAGAAPENDICE TERCERO

    ORDEN DE CONVOY PREVIO AL DESEMBARCO1.)SANPASCUAL

    NAVIOPALOMA 45OrCO 73 MALLOROUIN

    (BALANDRA) CORRerOSCddo JABEQUE)12 0 VISION 2DV SION

    CARLOTA AMISTAD(BALANDRA) (3 36 5 30 BALANDRA)27 49 7 5032 4 lB 57

    4) 64 29 61FORTUNA 31 15 CARMENJABEQUE) 8 2 55 20 JABEQUE)lO 9 58 3423 (2 3 3725 14 7 5216ROSARIO JUNOGABARRA GABARRA GABARRAFRAGATA)

    GABARRA GABARRA GABARRA

    GERTRUDIS SANTAEULALIABRULOTE) BRULOTE)

    SANTARUF)NA NO AFECTA A DIVISION(FRAGATA 1

    LEBREL SANLUIS CONCEPCION SANANTONIO(JABEQUE) (JABEQUE) (GALEOTA) (GALEOTA)

    32 O VIStOS 40D)VISos5) 39 44 6024 40 45 6233 42 47 6335 43 56 6469 22 53 657 68 67 666 71 72 6B)..I74 75

    SANTACASILDA SANTAEULALIA(BOMBARDU) (000BAROA(

    GAMO SANTAGERTRUDISJABEQUE) FRAGATA)

    AT LANT ENAStO)

    () VEASE EL TEXTO PARTEII EL 68, DUPUCADO(D(V(S(ONES3 Y49) COMPENSA LA OMIS(ON GEL 45 EL 64 10_40 SOBRAUNO

    30 1

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    ALGUNAS CONSIDERACIONESENTORNO A LA GRANARMADAFrancisco Felipe OLESA MUIDO,Profesor de la Escuela de Guerra Navaly de la Universidad Central de Barcelona.

    Carcter, fin, mtodo y fuentes de este trabajo.El presente estudio tiene carcter y estructura de ensayo. No es,ni pretende ser, Una relacin circunstanciada, comprobada y valoradade la empresa que contra Inglaterra dispuso nuestro monarca, de felizrecordacin y memoria, el rey Felipe II, y que se realiz en el ao 1588.Es, o al menos pretende ser, este trabajo, una concatenacin lgicade las reflexiones que sugiere dicha campaa a la luz de una complejapluralidad de tcnicas, de constancias, de intuiciones y de conviccionesque tratan de ayudar a comprender niejor lo ocurrido, y a sacar ponderadas conclusiones del planteamiento y desarrollo de esta empresa.Parece obligado iniciar el estudio mediante el contraste de lo queera Espaa y de lo que era entonces Inglaterra; de cmo se estructuraban y organizaban las fuerzas armaclas espaolas e inglesas, y entspecial sus respectivas fuerzas navales; de cmo se hallaban articulados los distintos planos orgnicos y de cmo actuaban sus dispares sistemas de accin.El mtodo empleado es, sin duda, de tipo estructural, aunque abierto,en determinados casos y problemas, a una interpretacin dialctica noalejada del pensamiento de Nicolai Hartmann y que, por tanto, revierte a las bases del ms puro estructuralismo realista.En cuanto a las fuentes, debo reconocer, y reconozco, que las utilizadas exceden en mucho de las meramente documentales y que heprocurado que la atenta observacin del mbito y de las cosas, dotende sentido al fro y no siempre sincero documento, y aunque pongan demanifiesto lo que el propio papel oculta.Entre las fuentes documentales se han preferido las que con notade comprobadas obran en mis archivos, y he procurado en las inglesas despus de sana y multipolar crtica destacar las que atestiguanhechos que demuestran los excesivos triunfalismos de la historiografabritnica. Tambin he procurado sealar, en cuanto a las hojas de servicios de los mandos navales espaoles, los datos que Inglaterra reconoce y algn espaol ignora.Considero intil, con este planteamiento, incluir una relacin biblio-grfica que, en esta materia, se extendera a buena parte de mis ar

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    F. F. OLESA MUIDOchivos y biblioteca, y que tendra que ser continuamente matizada porel carcter sustancial y formalmente contradictorio de la informacinaportada.El ser de Espaa.

    Para centrar el objeto de estas conrideraciones es ante todo necesario concretar el alcance en el siglo xvi, de trminos tales comoEspaa, monarqua espaola e imperio espaol.Cuando se utiliza el trmino monarqua espaola se hace referencia a todo cuanto rige, por uno u otro ttulo, el monarca espaol. y cuando se emplea el trmino imperio, se indica ms que una determinadafrmula jurdica de gobierno, una realidad: la realidad de mando. Lamonarqua espaola es, en aquel momento histrico, la realizacin dela idea de Espaa. El imperio espaol queda pues constituido portodos los pueblos y territorios sometidos a la monarqua espaola.Estos comprenden, por una parte a partir de 1580 y a consecuenciade la incorporacin de Portugal a Espaa, la totalidad de la pennsulaIbrica con sus adyacentes archipilagos balear y canario y su inmediata proyeccin norteafricana; quedando estructurado el conjunto desus reinos, dominios y seoros en las coronas de Castilla, Aragn yPortugal. En 1583, y gracias a las victoriosas campaas de las Azores,queda tambin incorporado este archipilago a nuestra monarqua.Por otra, forman parte de nuestro imperio los reinos y dominios que,aunque ajenos a la pennsula y a sus islas adyacentes, se hallan vinculados, por los ms diferentes ttulos, a nuestra monarqua. Espaa queda pues constituida por las distintas entidades que, juntas y unidas,la forman. Espaa, como sujeto poltico, es una integracin de pueblosy territorios situados en cinco continentes.En Europa, no slo se extiende Espaa por la pennsula Ibrica ysus archipilagos, sino tambin por los condados pirenaicos de Rosellny Cerdaa, los reinos de Npoles, Cerdea y Sicilia los tres, parteintegrante de la corona de Aragn, el Estado de Miln, los protectorados del norte y del centro de Italia, el Franco Condado, Luxemburgo y los Pases Bajos de Alemania. Feudataria suya es tambin laOrden de San Juan de Jerusaln en la isla de Malta, que Carlos 1 cedia esta religin. En Asia forman parte del mbito espaol las posesionesportuguesas que constituyen sus Indias Orientales. En Africa, son espaolas no slo las plazas de Melilla, Ceuta y Orn, sino tambin diversos presidios costeros situados en la ribera sur del Mediterrneo ylas factoras, insulares y continentales, que jalonan la ruta del Indico.En Amrica se hallan los ms ricos florones de la monarqua espaolaen su corona de Castilla. Las Indias Occidentales se extienden a lolargo y a lo ancho del norte Nueva Espaa, centro y sur de aquelcontinente, incluyendo su cinturn de islas antillanas. En Oceana estn bajo soberana espaola el archipilago de las islas Filipinas asbautizadas en honor del rey Prudente y diversas posesiones caste32 1

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    ALGUNAS CONSIDERACIONES EN TORNO A LA GRAN ARMADAllanas y portuguesas establecidas en aquellos territorios. No era puesexageracin meridional, sino fiel reflejo de la realidad de las cosas,afirmar que en los dominios del rey de Espaa jams se pona el sol.

    Natural consecuencia de este hecho fue el carcter esencialmentemartimo de la monr qua espaola y, por tanto, su imperio. El verdadero lazo de unin entre los reinos y dominios que juntos formanEspaa fue, sin duda alguna, el mar. No haba otro, geopolticamentehablando. El Mediterrneo, la Mar Ocano nuestro actual Atlntico,el mar de las Indias u ocano Indico y el tempestuoso Pacfico, constituan la red vial que permita ser imperio a nuestra monarqua: a lamonarqua espaola, que es, entonces, la realizacin de la idea de Espaa. El trmino monarqua se identifica, pues, con Espaa entera.Por los caminos del mar, hechos despus, por sabia gobernacin,disciplinadas rutas martimas, circularon las lanas, la seda, la sal, lasmanufacturas, el oro y la plata; pero tambin los hombres que alumbraron una nueva cultura y que daran un sentido nuevo a las relaciones humanas. La idea de Hispanidad comunidad de fe, de lengua yde destino, sin barreras raciales es, sin duda, su natural fruto.El reino de Inglaterra.

    Hasta mediado el siglo xvi, Inglaterra es una nacin esencialmenteagrcola y ganadera, que explota un limitado comercio martimo casitodo l de cabotaje y semicabotaje y que se esfuerza en mantenery desarrollar su presencia en los bancos de pesca cantbricos y noratlnticos, no siempre con fortuna. Sus recursos industriales son casinulos. Gales e Irlanda, sometidos a Inglaterra en esta poca, tienenuna situacin todava ms precaria y de no diferente signo.Bruscamente, sin embargo, una transformacin profunda se produce en Inglaterra. Se establece una pujante industria metalrgica queintroduce nuevas tcnicas de fundicin y templado. Se inicia una explotacin racional de los bosques. Se perfecciona la construccin naval.Se presta creciente atencin a la produccin y manufactura de laslanas y a su exportacin en naves inglesas, con evidente perjuicio delcomercio castellano. Se limitan los privilegios y derechos preferenciales de que gozaba hasta entonces, en el puerto de Londres, la Hansa.Se establecen relaciones comerciales con Moscovia a travs de la rutadel Artico y se trata de explotar en propio beneficio, por cualciuiermedio, las riquezas de las Indias Occidentales y Orientales. John Hawkins inicia sus triangulares viajes Plymouth, Costa de Oro, posesiones espaolas del Caribe y regreso a Plymouth cargando baratijas,capturando negros en Africa, vendindolos en las Antillas y retoriiando a Inglaterra con los tesoros obtenidos con el fruto de aquel sucio trfico. Felipe II, nuestro rey Prudente, trata de cortarlo, Hawkins pretende mantenerlo por la fuerza de las armas. Las incursionesinglesas sobre los territorios espaoles en Amrica, y sobre lasflotas de Indias, se hacen cada vez ms frecuentes. El acecho contraAo 1983 33

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    .F. OLESA MUIDOel trfico espaol devime, aun en tiempo de paz, crnico. La piraterase transforma, para Inglaterra, en el verdadero negocio nacional; negocio en el que participa, incluso, la propio reina.Llegada la guerra, la depredacin sigue a ttulo de corso, .. .pero conusos y modales de piratera.Contrasta la actitud inglesa en el Atlntico, donde reivindica paras el derecho de libre agresin al trfico eremigo o neutral, y la queadopta Inglaterra en las aguas prximas a sus costas y en especialen el rea del canal de la Mancha donde exige a los navegantes extranjeros el formal reconocimiento de la soberana inglesa.Espaa, por fortuna, sostiene en paz y en guerra su trfico indianoy, a pesar de las incursiones, conserva su imperio ultramarino. Los combates, durante estos difciles aos, se traban sin embargo en el ocanoo en la proximidad de las costas espaolas, metropolitanas o no, El litoral ingls, a modo de santuario terrorista, queda preservado de losataques espaoles.Corresponde al marqus de Santa Cruz, y tambin a don Juan deAustria y quiz a Valds, el indudable mrito de replantear la estrategia global espaola y proyectar el asalto al reino de Inglaterra: deproyecta? el asalto a la gran baze de partida de la agresin inglesa.Si se analiza con detencin este cambio de planteamiento estratgico, pronto se advierte que es rplica de lo ocurrido en la propia estrategia inglesa.La fuerza naval haba sido hasta aqu tradicionalmente concebirla comolas murallas de madera the wooden walls que defendan el territoriometropolitano ingls contra los invasores extranjeros. El concepto sufre una expansin que tiende a englobar, como mbito territorial ingls.]as aguas circundantes y el canal.El planteamiento de Drake, estratega genial, supone una extrapolacin de ste, al pretender que el mbito de dominio ingls se extienda a travs de los mares y ocanos hasta alcanzar la costa frontera...y penetrar en ella si resulta posible. Ante el planteamiento de Drakeuna sola rplica era posible: desmantelar la base de la agresin inglesay procurar la regresin de Inglaterra a formas de vida.., ms tradicionales.El esquema espaol de fuerza.

    Para defender estos martimos caminos y para proteger sus terminales, para guardar de la ajena codicia y del desorden a los pueblosy territorios integrados en la hispnica monarqua y tambin para someter a los posibles focos de perturbacin, Espaa estructura un eficazy complejo esquema de fuerza que sabe integrar ya all en el siglo XVI, en un solo y articulado conjunto, la defensa territorial delos distintos reinos y dominios; la proteccin de los convoyes a traves34 1

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    ALGUNAS CONSIDERACIONES EN TORNO A LA GRAN ARMADAde las flotas y la del trfico martimo local a travs de las escuadras de guarda la organizacin y mantenimiento de un potente ncleo de intervencin rpida los tercios igualmente apto para lucharen mar y en tierra; y la constitucin de especificas fuerzas de ataquearmadas y ejrcitos de operaciones ante cada situacin en presencia,dotndolas de los ms adecuados medios para llevar a efecto las empresas y jornadas puestas a su cargo. Todo ello queda a las rdenesde un solo y nico mando supremo, que no era ni terrestre ni naval;sino conductor y total regulador del esfuerzo poltico, militar y deguerra de todo el conjunto de la monarqua espaola.Tal variedad de mbitos, que abarcan prcticamente el entero orbe,exiga variedad de medios y pluralidad de estructuras. Los elementosde combate difieren, ya entonces, no slo en funcin de las caractersticas geogrficas, hidrogrficas y meteorolgicas del teatro de operaciones, sino tambin de la especfica naturaleza del enemigo y de lamisin neutralizacin, dominio, hostigamiento o accin defensivaasignada a la fuerza y a sus rganos de sostenimiento y mando en aquelconcreto mbito.No slo, pues, difieren los medios de combate destinados a ser utilizados en tierra y en la mar, sino que tambin varan, en cada uno deestos distintos campos de accin, los medios de lucha, segn las concretas caractersticas situacionales. No es lo mismo operar en el cuadro alpino de La Valtelina, que en las llanuras del Brabante o en lasardientes tierras tunecinas. No es tampoco lo mismo cruzar el Atlntico en el sentido de los paralelos, al amparo de los vientos alisios, que,siguiendo meridianos, circunnavegar Africa para llegar a y regresar de las Indias Orientales, con ayuda de los monzones. No es tampoco lo mismo operar en el duro Cantbrico o en el borrascoso mardel Norte que en el veleidoso Mediterrneo. Ni siquiera permanecenlas caractersticas climticas y meteorolgicas de un determinado mbito. Durante los siglos xv y xvi se produce una verdadera mutacin en las condiciones atmsfricas del Atlntico Norte. A causa deellas, Groenlandia desaparece como ncleo habitado. La historia delclima ensea que en 1588 se produce una crisis climatolgica. Los elernentos, en verdad, luchan durante la Jornada de Inglaterra contra Felipe II el Prudente, Esta disparidad de mares y tiempos obligaa disponer de distintos tipos de unidades, de armas y de buques, y obliga tambin a articularlos en distintas formas para constituirlos enfuerza.La galera, embarcacin rasa que navega a remo y vela y tiene,en el Mediterrneo, merced a su rgimen de vientos y a su mar corta,oran valor militar, no slo por su amplia capacidad de maniobra y porsu propulsin regular y regulable, sino tambin por su artillera principal en caza y su fuerte guarnicin de gente de guerra siempre dispuesta a desgastar con su arcabucera hasta l]egar al abordaje que lamarinera facilitaba, al aferrar al buque adversario, contrasta con lanao, con la carraca y con el galen; todas ellas naves mancas, o sea,Ao 1983

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    F. F. OLESA MUIDOnaves sin remos, ms supeditadas por ello al viento y a las corrientes,pero que se imponen en los grandes espacios ocenicos. El artillado, eneste tipo de buques, se revela ya antes de 1588 ms resolutivo queel incierto abordaje. Lo mismo ocurrir con el brulote, que constituye,entonces, el gran riesgo del buque manco fondeado.Alonso de Chaves sugiere, como principio tctico ya en tornoa 1530 que mejor es hundir o rendir a distancia con la artilleraque fiarlo todo al momento del abordaje.

    La artillera se diversifica. Es necesario distinguir entre piezas detipo can, piezas de tipo culebrina, y pedreros. Las piezas tipo canse caracterizan por lanzar proyectiles de hierro y de peso relativamente elevado, a distancias medias. En relacin con las piezas detipo culebrina, tienen menor alcance y mayor peso de proyectil, y enrelacin con los tipos pedreros, mayor alcance, capacidad destructivay precisin. Las piezas tipo culebrina se caracterizan por lanzar proyectiles de hierro, de pequeo y mediano peso, a gran distancia. Enrelacin con las piezas tipo can tienen las culebrinas mayor alcance,pero tambin menor peso de proyectil. La artillera pedrera, a pesarde su construccin monobloque, mcntiene la tradicin de las viejasbombbrdas. Se caracterizaba, como ellas, por tener la recmara, queahora forma cuerpo con la caa, de dimetro notoriamente inferior asta. Son los pedreros piezas de corto alcance y proyectil de piedra. Lacaliza, al romper, se convierte en autntica metralla.Quedan, adems, las p.ezas de cmara abierta como las lombardasy los llamados falconetes y versos de alcuza; piezas, todas ellas, ya entonces, de voco valor militar.El enemigo, en presencia o en potencia, influye decisivamente eneste proceso de organizacin, que es rplica ante una determinada situacin estratgica y ante unas posibles reacciones tcticas. No seHlistan los ejrcitos, ni se estructuran las escuadras y armadas conigual criterio, si se trata de combatir contra Francia, contra Guillermode Orange o contra el imperio otomano. La ndole del adversario, losrecursos por l disponibles y el futuro teatro de la guerra. dan un clarotinte diferencial a la aplicacin y ordenacin de nuestros propios recursos materiales, personales, financieros y posicionales. Las estructuras resultantes pueden llegar a ser extremadamente complejas.La principal linea de abastecimiento del ejrcito que opera enFlandes se inicia en Catalua y Valencia y, a travs del Mediterrneo,de Gnova y de Miln estado que cumple funcin de plaza de armasespaola, cruza los Alpes y sigue despus la ruta del Franco-Condadoo la del Rin hasta los Pases Bajos. Ello exige mantener el dominiodel mar en el Mediterrneo occidental, neutralizar a Francia y asegurar la Alta Italia, los Grisones y el curso medio y bajo del Rin; flanuendolos con el Ducado de Saboya, el Franco Condado y Luxemburgo.La estrategia es, pues, una estrategia de grandes espacios, conjuncin deesfuerzos terrestres y navales.36 1

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    ALGUNAS CONSIDERACIONES EN TORNO A LA GRAN ARMADALas fuerzas navales espaolas.

    Bajo este prisma bajo el prisma de un sistema integral hade ser contemplada la marina espaola del siglo xvi. La marina es-pao la es, pues, una realidad natural integrada por recursos industrialesatarazanas, astilleros, fundiciones, talleres y otras estructuras deapoyo, materiales buques, armas y capacidad de carga, humanosmandos superiores y utilizadores, gentes de guerra, de mar y de remo,y tambin maestranza embarcada y radicada en tierra, posicionalecbases, apostaderos, atalayas y puertos, y financieros asignaciones,rentas, presas y dems frutos de la mar, puestos todos, llegado elcaso, y a peticin de la monarqua espaola, al servicio de su imperio.La marina se define, en el siglo xvi, como mercante, de pesca y deguerra, ms por su utilizacin que por su construccin. Es evidente, sinembargo, que determinada construccin favorece el armamento en guerra. En esta poca no abunda aunque exista la marina de Estado:prevalece la marina de armamento particular que la corona, para suutilizacin en guerra, asenta, fleta, embarga o requisa, para, despus,pa a su cargo, reforzarla, artillarla o mejorar su artillado, alistarlade pertrechos y provisiones y guarnecerla con topas. La HaciendaReal expresin financiera de la monarqua paga, salvo contadasexcepciones, el servicio; a cuyo costo contribuye, en mayor o menorproporcin, todo el imperio. En caso d necesidad o conveniencia lamonarqua asienta, fleta, embarga, apresa o requisa tambin buquesextranjeros, incluidas sus dotaciones, sean o no espaolas. El poder delimperio permite que as sea.Todo ello explica una compleja realidad. Hallamos naos de guerrav tambin naos de mercanca. Hallamos pinazas que cumplen, en lasarmadas y escuadras, funciones de exploracin y enlace. y tambinotras destinadas a 1a pesca. Balleneras que cazan estos cetceos y otrasque controlan pasos obligados. El filibote o filipote es un buque mangudo de poco calado, construido para navegar entre los bajos de lascostas de Flandes y Holanda, pero poco apto para cruzar el caral dela Mancha. Hallamos filibotes, artillados y guarnacidos, en la costade Flandes actuando como guardacostas o como incursores, y a otrosfilibotes ganando flete en los mismos parajes. Hallamos pataches defendiendo las ras y las bocanas de los puertos pataches de guarda,a otros portando pliegos y reconociendo costas propias y enemigas pataches de aviso, y, a otros ms, dedicados al pacfico trfico costero.Hallamos zabras, a las que se califican de armada por estar armadasen guerra, destinadas a la guarda de la costa y a la escolta de convoyes. Pero hallamos tambin otras destinadas al transporte del correo. La galizabra o zabra agalerada, buque propulsado a remo yvela, es esencialmente, sin embargo, un buque de guerra que se destina al control y proteccin de costas y a misiones de aviso en el litoral cantbrico y flamenco, aunque tambin portea caudales y pliegospor ser buque rpido y seguro. Incluso la urca embarcacin esenAo 1983

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    P. F. OLESA MUiDOcialmente mercante aporta a la fuerza naval su capacidad de cargay con ello su aptitud para ser utilizada como nave logstica.Esta destacada ambivalencia entre utilizacin mercante y utilizacinen guerra se da tambin en los galeones y en las galeras. A pesar deser el galen un buque con acusada aptitud guerrera. con frecuenciahallamos galeones de mercanca que llevan y traen entre Sevilla, Lisboae Indias, manufacturas, especias y metales preciosos. Igual ocurre conlas galeras; buques de guerra por excelencia. Guerra y paz se nter-penetran.Articulacin orgnica de las fuerzas navales espaolas.

    Las estructuras navales reflejan este hecho. El trmino escuadra supone en la Marina espaola durante el siglo xvi una determinadaunidad naval de combate compuesta por dos o ms buques, relativamente homogneos, y organizados permanentemente, o con tendencia a permanecer durante un tiempo. Pero su raz es ms honda: la escuadraha sido en Espaa, esencial y tradicionalmente, hasta entonces, un conjunto de buques capaz de navegar y combatir juntos y de forma ordenada. Es, pues, una unidad compuesta por buques armados en guerray adiestrados para maniobrar en formacin.Destaquemos, sin embargo, que la escuadra, unidad originariamentetctica, evoluciona, en la primera mitad del siglo xvi, hasta ser respuesta orgnica ante una necesidad dada, geopoltica o estratgica. La escuadra slo navega y combate reunida en las grandes ocasiones. Este fenmeno se acusa en el Mediterrneo.La pequea unidad transitoria de carcter tctico, basada en la necesidad de recproco apoyo, recibe el nombre de conserva, tanto si seconstituye con buques armados en guerra, como si la integran buquesde mercanca, dotados slo de elementales medios de defensa.Cuando para acometer una jornada, o para desarrollar un plan deoperaciones, se renen varias escuadras, stas solan agruparse, para lanavegacin y el combate, en bandas; unidad esencialmente operativainspirada en la costumbre de distribuir la fuerza naval, si se forma enescuadrn o sea, cuando se forma en lnea de frente, en dos agrupaciones: la constituida por los buques que se hallan a la derech.a de lacapitana y la constituida por los buques que se hallan a su izquierda.Otra estructura de combate es la armada. La ms plstica y exactadefinicin de la armada viene sugerida por Fernando III el Santo en elfuero de Sevilla: es la hueste que nos habedes de facer por mar. Lahueste en la Edad Media quedaba constituida por los hombres enedad y situacin de empuar las armas, llamados o apellidados parauna empresa o jornada. La hueste no era, por tanto, una fuerza permanente; ni, en consecuencia, la armada, que ser hueste por mar. Todoello aclara el valor de la expresin mandar, juntar y formar armada,que tan reiteradamente aparece en los documentos del siglo xvi y donderepetidamente se seala que la armada se rene para hacer alguna empresa.38 1

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    ALGUNAS CONSIDERACiONES EN TORNO A LA GRAN ARMADAEl hecho, pues, de formar armada implica la movilizacin total ozonal de los recursos navales del imperio y su integracin en aqullamediante prestacin voluntaria, fletamento libre o forzoso este ltimo

    llamado embargo, y aun en casos extraordinarios, por requisa Lasembarcaciones as obtenidas eran, como fruto del sistema, de muy variado tipo y, en su mayora, mancas. La misma variedad exista encuanto al personal, en gran parte movilizado en sus propios buques, enmenor parte obtenido mediante levas; no faltaron, sin embargo, voluntarios. El artillado de armada y la arcabucera de guarnicin y derefuerzo eran suministrados de ordinario por las atarazanas reales.A estas naves se unan, constituyendo el ncleo de la armada, lasescuadras disponibles de galeones, de galeazas y de otros buques armados en guerra.Se hallan, pues, las armadas, en su conjunto, constituidas, de unaparte. por buques esencialmente aptos para la guerra por razn de construccin o de estable armamento. y de otra, por buques, generalmentede propulsin a vela, que pertenecan a particulares y aue haban sidomovilizados precisamente para aquella oasin. El trmino armada noimplica, sin embargo, magnitud. La Armada de la Guarda de la Carrerade Indias cuenta, en un urincipio, con slo cuatro bajeles armados enguerra.En el ltimo cuarto del siglo xvi se tiene clara conciencia de quedebe organizarse y mantenerse una armada la Armada del Mar Oca

    no como fuerza naval permanente; pero tambin se tiene de que auncuando esta armada se divida, para op erar en varias escuadras, todas ycada una de ellas forman parte integrante de la Armada del Ocano,tanto cuanto se hallan en aguas peninsulares como cuando se hallenfuera de ellas. En el Mediterrneo, sin embargo, la armada no es todava,a finales del siglo xvi, una fuerza permanente, sino un recurso navalextraordinario.La llamada magia del nombre hace que de nuevo se llame escuadra, en el ltimo cuarto del siglo xvi, al conjunto de buques que deforma ordenada navegan o combaten juntos. Resurge el concepto deescuadra, contemplado como unidad tctica.En el Mediterrneo, y en el ltimo cuarto del siglo xvi, reciben tambin el nombre de escuadras las agrupaciones de cuatro galeras mandadas por un cuatralbo.En la Gran Armada de 1588 forman escuadra, adems de los galeones de Portugal y de Castilla, y las galeazas de Npoles, todas ellas integradas por buques de guerra las escuadras de buques armndos en guerra de Guipzcoa, Vizcaya, Andaluca y Levante. A estas escuadras osea, a los buques de guerra y a los buques armados en guerra se uneun buen nmero de zabras, pinazas, pataches, urcas y carabelas. adems de cuatro galeras buques estos ltimos que, como era logico ydada la dureza de la travesa, no llegaron a su destino.Otra estructura que es necesario analizar es la llamada flota. En elsiglo xvi se entiende por tal, en lengua espaola, no slo un apuntamiento de navos cualesquiera como resulta de las medievales Partidas delAo 1983

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    F. F. OLESA MUIDOsabio rey Alfonso, sino una agrupacin de bajeles organizada para laexplotacin del trfico martimo en orden a su mejor control y seguridad. La flota es, pues, en el siglo xvi, una estructura martima mercante que trata de lograr la seguridad del trfico mediante la navegacin en convoy.Son las ms conocidas flotas, las ocenicas de Nueva Espaa y Tierra Firme; aunque cumplieron tambin importante funcin las iJamadas de las Lanas entre los puertos del norte de Espaa y Flandes. ydel Andal