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1
REVISTA BIOINVASIONES
Revista de invasiones biológicas de América
Latina y el Caribe
Volumen 1- Año: 2016
http://bioinvasiones.org/
2
BIOINVASIONES
Bioinvasiones publica artículos científicos y revisiones sobre invasiones biológicas en
todo tipo de especies y reportes sobre nuevas introducciones e invasiones recientes, en
todo tipo de ecosistemas en América Latina y el Caribe. Nos interesa también publicar
propuestas sobre prevención, control o políticas para el manejo de invasiones en
América Latina y el Caribe. Recibimos también propuestas para publicar números
especiales como resultados de simposios, talleres, cursos y grupos de trabajo.
BioInvasiones es la continuación del Boletín de la Red Latinoamericana para el Estudio
de Especies Invasoras; este Boletín fue publicado entre los años 2011 y 2014.
BioInvasiones estará disponible solo en versión digital. Nuestros artículos estarán
disponibles en internet en la página web www.bioinvasiones.org
Comité editorial
Ramiro Bustamante
Ileana Herrera
Philip Hulme
Martín Núñez
Aníbal Pauchard
Daniel Simberloff
En la fotografía de la primera página, se muestra a la chinita harlequín,
Harmonia axyridis (Tomada por Bernardo Segura).
3
BIOINVASIONES
CONTENIDO
HACIA UN MEJOR CONOCIMIENTO DE LAS PLANTAS INVASORAS EN
LATINOAMERICA: MANUAL DE PLANTAS INVASORAS DE SUDAMÉRICA
RAMIRO O. BUSTAMANTE, ILEANA HERRERA, ESTEFANY GONCALVES &
ANIBAL PAUCHARD…………………………………………………………..…….4
DIEZ CRITERIOS CLAVES A CONSIDERAR PARA ORIENTAR EL FUTURO
DE LAS INVASIONES BIOLÓGICAS EN SUDAMÉRICA.
GUSTAVO BIZAMA…………………………………….……………………..…….6
¿QUÉ SABEMOS DE LA PREVENCIÓN, CONTROL Y ERRADICACIÓN DE
ESPECIES INVASORAS EN MÉXICO? BETSABÉ RUIZ-GUERRA Y NOÉ
VELÁZQUEZ-ROSAS …………………………………………………………..…….12
LISTADO DE ESPECIES INVASORAS CON POTENCIAL PARA ACCIONES
DE COMPENSACIÓN EQUIVALENTE DE BIODIVERSIDAD EN EL CONO
SUR DE SUDAMÉRICA MILÉN DUARTE M. & CLAUDIA
SILVA…………………………………………………………………………………32
POLÍTICAS, DIFICULDADES E DESAFIOS PARA O CONTROLE E A
ERRADICAÇÃO DE ESPÉCIES EXÓTICAS INVASORAS EM AÇÕES DE
RESTAURAÇÃO AMBIENTAL NA MATA ATLÂNTICA, BRASIL
SILVIA RENATE ZILLER & LUIZ PAULO PINTO…………..………….................58
4
BIOINVASIONES
HACIA UN MEJOR CONOCIMIENTO DE LAS PLANTAS INVASORAS EN
LATINOAMERICA: UN MANUAL DE PLANTAS INVASORAS
BEYOND A BETTER COMPREHENSION OF INVASIVE PLANTS IN
LATINOALMERICA: A MANUAL OF INVASIVE PLANTS
RAMIRO O. BUSTAMANTE1, ILEANA HERRERA2, ESTEFANY GONCALVES1 &
ANIBAL PAUCHARD3
1Facultad de Ciencias, Universidad de Chile, Instituto de Ecología y Biodiversidad 2Universidad de Especialidades Espíritu Santo, Guayaquil, Ecuador
3Universidad de Concepción, Chile. E-mail: [email protected] Existe consenso en la sociedad que las
invasiones biológicas son un fenómeno
global (Sala et al. 2000) y constituyen
una amenaza a la biodiversidad
(Lockwood et al. 2007). No obstante su
importancia, los estudios en esta área,
tienen un fuerte sesgo geográfico. De
hecho, la mayor cantidad de
investigaciones de invasiones en plantas
y animales se han realizado en el
hemisferio Norte o en Australia y
Nueva Zelanda.
América del Sur y el Caribe también
han sufrido el efecto de las invasiones
biológicas (Pauchard et al. 2011). Este
efecto continental puede ser importante
dado que varios hotspots de
biodiversidad se encuentran ubicados en
este continente así como que cinco de
los siete países megadiversos
identificados a nivel planetario. Sin
embargo, el conocimiento de las
especies que han invadido, los factores
que facilitan este proceso, así como las
consecuencias ecológicas de esta
amenaza global, es aún incipiente
respecto de lo que se sabe en otras
regiones (Núñez & Pauchard 2010). De
hecho, en la mayoría de los países de
esta región, aún se están construyendo
las listas de especies y existen muchos
casos con problemas de identificación,
lo cual implica que no es posible certeza
sobre cuáles especies han llegado a los
países de América del Sur y el Caribe
(Arroyo et al. 2000). Debido a que
muchas invasiones de plantas traspasan
las fronteras administrativas, es
fundamental establecer colaboraciones
entre países y, entre otras cosas,
compartir experiencias para avanzar
más rápido en el conocimiento de este
fenómeno global, y poder así, entregar
información clave que permita hacer
una gestión ambiental efectiva.
El año 2016, se publicó por primera vez
un Manual que ilustra las especies de
plantas invasoras más relevantes de
Sudamérica (Herrera et al. 2016). El
objetivo de este Manual es ayudar a la
identificación de las especies de plantas
invasoras más comunes en nuestro
continente. En términos generales, este
Manual incluye 43 especies que ocupan
regiones tropicales y templadas de
nuestro continente. El libro está
estructurado en base en fichas que
5
resumen de manera simple los aspectos
más básicos para la identificación de las
especies y su historia natural. Cada
ficha muestra una descripción de los
caracteres diagnósticos y ecológicos de
la especie, fotografías de cada especie, y
se enfatiza en cada caso los impactos y
los procedimientos que se han usado
para su manejo y control.
Un aspecto interesante de este Manual
es que la mayoría de las fichas del
Manual fueron construidas por
estudiantes de postgrado de diferentes
países de Latinoamérica, quienes se
juntaron en un curso “Trends in the
ecology of plant invasions” organizado
por la Universidad de Concepción, la
Universidad de Chile y el Instituto de
Ecología y Biodiversidad (Chile)
durante el mes de Abril 2014 en
Malalcahuello (Chile). Los estudiantes
graduados han colaborado activamente
en la elaboración de este trabajo,
satisfaciendo así la necesidad de
establecer redes de colaboración entre
científicos jóvenes, para ganar una
mayor comprensión de las plantas
invasoras de nuestro continente.
Un aspecto novedoso de este Manual es
que la distribución de cada especie está
representada por un modelo de
distribución geográfica potencial
construido con la información que
existe de estas especies a nivel mundial.
Mayores detalles de cómo fueron
hechos así como sus alcances teóricos y
de aplicación se discuten en el Manual.
La construcción de este Manual puede
ser el primer paso para avanzar hacia
otros manuales ilustyrando la presencia
de otras especies invasoras en nuestro
continente: animales terrestres, marinos
e incluso microorganismos. Esperamos
que este Manual sea de utilidad para
estudiantes, profesores, profesionales y
gestores de la biodiversidad, así como
también para no profesionales
simplemente interesadas en el
conocimiento de estas plantas en
nuestro continente.
Referencias bibliográficas
Arroyo, M. T. K. Marticorena, C.
Matthei, O. & Cavieres, L. in Invasive Species in a Changing World (eds. Mooney, H. A. & Hobbs, R. J.) 385–
421 (Island Press, 2000).
Lockwood, J. L. Invasion ecology. (Blackwell Pub, 2007)
Nuñez, M. A. & Pauchard, A. Biological invasions in developing and
developed countries: does one model fit all? Biol. Invasions 12, 707–714 (2010).
Pauchard A, Quiroz C, García R, Anderson CH, Kalin Arroyo M. 2011.
Invasiones biológicas en América
Latina y el Caribe: tendencias en investigación para la conservación, en Conservación Bilógica: Perspectivas
desde América Latina. Simonetti J, Dirzo R. Editorial Universitaria,
Santiago Chile. pag 79- 94. Shigesada, N. & Kawasaki, K.
Biological invasions: theory and practice. (Oxford University Press, UK,
1997).
Williamson, M. H. & Fitter, A. The characters of successful invaders. Biol. Conserv. 78, 163–170 (1996).
6
BIOINVASIONES
DIEZ CRITERIOS CLAVES A CONSIDERAR PARA ORIENTAR EL FUTURO
DE LAS INVASIONES BIOLÓGICAS EN SUDAMÉRICA.
TEN KEY CRITERIA TO ORIENT THE FUTURE OF BIOLOGICAL
INVASIONS IN SOUTH AMERICA.
GUSTAVO BIZAMA1,
1Facultad de Ciencias, Universidad de Chile, Instituto de Ecología y Biodiversidad.
E-mail: [email protected]
Si bien en la última década existen
notorios avances acerca de los estudios
relacionados con las invasiones
biológicas, el objetivo de este
comentario es considerar 10 puntos
claves que podrían orientar de mejor
manera el futuro de las investigaciones
en las invasiones biológicas en
Sudamérica.
El primer punto a considerar 1) es la
falta de colectas existente sobre
especies invasoras en los museos y
herbarios, si bien es entendible que el
énfasis siempre ha sido colectar
especies nativas, el mundo está
cambiando y de manera rápida y
notable, producto de la globalización; es
por esta misma razón que es
imprescindible contar con muestreos
que nos permitan obtener bases de datos
sobre especies exóticas, y así poder
comprender el proceso de invasión y
posteriormente sus impactos; “no
podemos saber para dónde vamos, sin
saber qué es lo que hay”. Asimismo,
todas las bases de datos de herbarios y
museos deberían ser de libre acceso en
línea; sobre este punto hay algunos
ejemplos exitosos en Sudamérica, como
es el caso de speciesLink
http://splink.cria.org.br/ en Brasil.
El punto número 2) se relaciona con la
llamada ciencia ciudadana, cada vez
más necesaria en la colecta de datos
(Pocock et al. 2015). Este enfoque sobre
la colaboración de la ciudadanía ha sido
un gran aporte en otros países y ya ha
sido utilizado en Chile, para el caso del
reconocido coccinelido invasor
Harmonia axyiridis con excelentes
resultados, tanto en número de registros
y obtención de la abundancia (Grez et
al. 2016, Grez & Zaviezo, 2015).
Además, la llamada ciencia ciudadana
7
utiliza las redes sociales y facilita la
colaboración entre las personas
(http://www.chinita-arlequin.uchile.cl/),
y en segundo lugar se disminuyen los
costos de muestreo, por lo tanto sería
una excelente herramienta para
incorporar de manera masiva en
Sudamérica.
El tercer punto 3) es tener una mayor
atención sobre especies invasoras que
tenemos en común entre los países
vecinos; si bien existe información
documentada sobre la invasión
compartida de ocho mamíferos entre
Chile y Argentina (Jaksic et al. 2002),
se debería tener un conocimiento más
amplio y acabado, cabe recordar que las
especies que invaden no respetan
límites fronterizos, por lo tanto debería
ser una tarea en conjunto entre los
países vecinos combatir las invasiones,
de tal manera de poder dividir costos
económicos que implicaría su control
(ejemplo combate de la invasión del
castor entre chile y argentina, invasión
del caracol gigante africano en Brasil y
Argentina, el conejo en Chile,
Argentina y Perú, por nombrar
algunos). Asimismo si existen especies
invasoras que son solo controladas en
un país y no en otros países vecinos que
también son invadidos los esfuerzos y
costos serían en vano. Por otra parte
tener una visión más amplia y
cooperativa entre países vecinos acerca
de las medidas que han sido tomadas,
sobre experiencias que pudiesen dar
buenos resultados, podrán ser
consideradas para ser replicadas en los
diferentes países.
Un cuarto punto 4) es el estudio de
especies con importancia económica,
descuidando especies que podrían
generan un mayor impacto. En este
punto existen muchos ejemplos, uno de
ellos es el caso del dinoflagelado
(Didymosphenia geminata) que invade
los ríos del sur de Chile y si bien es un
espécimen interesante de estudiar, es
probable que el énfasis en un gran gasto
de recursos tenga más que ver con el
impacto en la empresa turistica que con
su relavancia ecologica, dado que sus
masas gelatinosas perjudican el paisaje
y la pesca. Por otra parte la mayoría de
los esfuerzos de control o erradicación
de plagas se concentran en cultivos
exóticos que presentan importancia
económica; evidentemente debería
existir un equilibrio y controlar especies
invasoras que causan impactos
perjudiciales sobre la biota nativa.
Un quinto punto 5) es una actualización
sobre el número de especies exóticas
presentes en los diferentes países que
componen Sudamérica. De hecho, para
desconocimiento de muchos, es
probable que Chile haya sido el primer
8
país en Sudamérica en mostrar interés
por “examinar el cambio que la fauna
chilena ha experimentado por el
hombre” creando el primer listado
“sobre los animales introducidos en
Chile desde su conquista por los
españoles” Rodulfo Philippi (1885). No
obstante, actualmente sólo en lo que a
plantas introducidas se refiere desde el
año 2000 se sabe que son alrededor de
743 (Arroyo el at. 2000), entonces
después de 16 años ¿se sigue
manteniendo esta mismo cantidad?, la
respuesta es un rotundo no! en este
mismo contexto, la importancia de las
actualizaciones de un listado de
especies exóticas es de vital
importancia; un ejemplo de ello es
observar lo que ha sucedido con las
reservas o parques nacionales donde
aun cuando las proporciones de especies
nativas son mayores dentro de los
parques que fuera de ellos (Jiménez et
al. 2013), este patrón pudo haber
cambiado con el paso de los años,
debido a la existencia de un aumento
relevante en el número de visitantes.
Una muestra de ello es lo que sucede en
la reserva del Cabo de Hornos,
considerada prístina y ausente de
plantas exóticas hace más de una
década, donde precisamente Rozzi et al.
(2004) se anticipa señalando “que es
esperable que el número y abundancia
de especies de plantas exóticas crezcan
en el futuro con la construcción de
mayores redes camineras e
infraestructura hotelera y de otro tipo en
la Isla Navarino”; será necesario
entonces realizar monitoreos
permanentes que permitan saber la
situación actual y poder establecer
futuras medidas de control y/o
mitigación.
En este contexto, el punto número 6)
tiene relación con el punto anterior:
tomar medidas con respecto al hombre
como vector de invasiones; se sabe que
existen una serie de vectores que
podrían aumentar las probabilidades que
una especie se establezca (Carlton
1996), pero también el hombre puede
dispersar semillas a grandes distancias
(13 km aproximadamente) (Auffret &
Cousins 2013); por lo tanto, se debería
tomar medidas de bioseguridad
apropiadas al ingreso de parques y
reservas (Hall 2015), de tal manera que
los turistas no ingresen semillas en los
zapatos o su ropa y actúen como un
potencial vector de invasión.
El séptimo punto a destacar 7), es la
falta de interacción entre el mundo
científico (“los expertos”) y los
organismos públicos que toman las
decisiones; un ejemplo de esto es la
relación de los grandes incendios
forestales acontecidos recientemente en
9
Chile con las plantaciones, que aún
cuando se sabe sobre la alta combustión
del eucalipto y pinos, actualmente no
existen protocolos con respecto a su
potencial invasor, incluso existen
subsidios públicos para estimular el
establecimiento de más plantaciones
(Pauchard et al. 2010). Esto último, sin
mencionar la pérdida de biodiversidad
existente, principalmente la que ocurre
con el reemplazo del bosque nativo por
plantaciones forestales, como bien
menciona Miranda et al. (2016). Es por
esta razón que se debe enfatizar una
interacción entre los organismos
públicos y los científicos de tal manera
de poder desarrollar programas y
legislación focalizados en las invasiones
biológicas.
El octavo punto 8) tiene relación con la
difusión; siempre se tiende a enfatizar
sobre el método científico pero nos
olvidamos de lo importante que es
comunicar estos conocimientos no sólo
a la comunidad científica, sino que
también a la ciudadanía, más aún
cuando las invasiones biológicas
resultan ser una amenaza de gran
importancia económica y de interés
público.
El punto número 9) tiene relación con la
importancia de aplicar estudios de
evaluación de riesgo de las invasiones
biológicas; esto resulta de vital
importancia ya que se podría orientar de
mejor manera las tomas de decisiones y
el asesoramiento de las futuras políticas
públicas. Los impactos generados por
las invasiones generan perdida de la
biodiversidad y costos importantes en el
bienestar humano, donde uno de los
más impactado es la producción de
cultivos; para tener una conciencia de
estos costos, las pérdidas causadas por
las especies introducidas de plantas,
animales y microorganismos ascienden
alrededor de 55.000 millones a 248.000
millones de dólares anuales en la
agricultura mundial (Bright, 1999). Por
ejemplo en el caso de Nueva Zelandia
se estima que los costos asociados a las
invasiones biológicas corresponden
aproximadamente al 1% del PIB
(Bertram 1999).
El último punto 10) es necesario
considerar que existen dos posibles
escenarios i) es aquel pesimista donde
las especies lograrían el equilibrio con
respecto al rango invadido, y sólo serían
frenadas por diferentes limitantes como
aquellas geográficas, depredación y
cambio de uso de suelo. El segundo
escenario ii) sería aquel que es
optimista, donde es posible aplicar el
conocimiento adquirido sobre las
experiencias de las regiones que han
sido más invadidas en el mundo; esto
debido a que Sudamérica presenta una
10
historia de invasiones relativamente
reciente en comparación en lo
acontecido en otros continentes,
(Europa, Australia, Nueva Zelandia
entre otros), donde ya se tiene
experiencia sobre protocolos de
bioseguridad. No obstante, cabe resaltar
que es muy probable que exista una
mirada totalmente diferente a la hora de
prevenir las invasiones biológicas;
mientras en aquellos países donde la
invasiones han ocurrido desde hace
mucho tiempo, los científicos presentan
un mayor énfasis en las etapas de
expansión e impacto. Contrario a lo que
sucede en Sudamérica, donde en general
las invasiones son más recientes,
debería existir un mayor interés por
prevenir; en este sentido, identificar a
los vectores y focalizarse sobre las
etapas iniciales de la invasión
(introducción, colonización y
establecimiento de las especies
invasoras). Por último, resultará vital la
colaboración entre autoridades públicas,
los privados y los científicos, para
tomar las mejores decisiones y así poder
enfrentar de mejor manera el futuro de
las invasiones biológicas en
Sudamérica.
Referencias bibliográficas
Auffret, A. G.. & Cousins, S. A. 2013.
Humans as long-distance dispersers of
rural plant communities. PloS One, 8: 1-
7.
Bertram, G. 1999. The impact of
introduced pests on the New Zealand
economy, Pests and Weeds a blueprint
of action. Report, New Zealand
Conservation Authority, 45-71.
Bright, C.1999. Invasive species:
pathogens of globalization. Foreign Policy, 51–64.
J.T. Carlton .1996. Biological invasions and cryptogenic species, Ecology, 77:
1653–1655.
Hall, C. M .2015. Tourism and biological exchange and invasions: a missing dimension in sustainable
tourism?, Tourism Recreation Research, 40:1, 81-94 pág.
Arroyo, M. T. K. Marticorena, C. Matthei, O. & Cavieres, L. in Invasive
Species in a Changing World (eds. Mooney, H. A. & Hobbs, R. J.) 385–
421 (Island Press, 2000). Grez AA, Zaviezo T, Roy HE, Brown
PMJ, Bizama G. 2016. Rapid spread of Harmonia axyridis in Chile and its
effects on local coccinellid biodiversity. Diversity and Distributions 22:982–994.
Grez, A.A. & Zaviezo, T. 2015. Chinita
arlequ_ın: Harmonia axyridis en Chile Available at: www.chinita-arlequin.uchile.cl (accessed 6 October
2015).
F.M. Jaksic, J.A. Iriarte, J.E Jiménez, D.R. Martínez. 2002. Invaders without
11
frontiers: cross-border invasions of
exotic mammals Biological Invasions, 4:157–173.
A. Miranda, A. Altamirano, L. Cayuela, A. Lara, M. González. 2017. Native
forest loss in the Chilean biodiversity hotspot: revealing the evidence. Reg.
Environ. Change, 17, 285–297. Pauchard, A.. M. Nuñez, E. Raffaele,
R.O. Bustamante, N. Ledgard, M.A. Relva & D. Simberloff . 2010.
Introduced conifer invasión in South America: an update. Frontiers of Biogeography 2: 34-36 pág.
PHILIPPI RA .1885. sobre los animales
introducidos en Chile desde su conquista por los españoles, por el
doctor don Rodulfo A. Philippi. Anales de la Universidad de Chile. 19 pág.
Pocock, M.J.O.. Roy, H.E.. Preston, C.D. & Roy, D.B. 2015. The Biological
Records Centre: a pioneer of citizen science. Biological Journal of the Linnean Society, 115, 475–493 pág.
R. Rozzi, R. Charlin, S. Ippi, O.
Dollenz. 2004. Cabo de Hornos: un parque nacional libre de especies exóticas en el confín de América.
Anales del Instituto de la Patagonia, Serie Ciencias Naturales, 55–6 pág.
12
BIOINVASIONES
¿QUÉ SABEMOS DE LA PREVENCIÓN, CONTROL Y ERRADICACIÓN DE
ESPECIES INVASORAS EN MÉXICO?
WHAT DO WE KNOW ABOUT THE CONTROL AND ERRADICATION OF
INVASIVE SPECIES IN MEXICO?
BETSABÉ RUIZ-GUERRA1 Y NOÉ VELÁZQUEZ-ROSAS2
1 Instituto de Ecología A.C. Red de Biología Evolutiva. Carretera antigua a Coatepec
351, El Haya, 91070, Xalapa, Veracruz, México.
2 Centro de Investigaciones Tropicales, Universidad Veracruzana. Ex Hacienda Lucas
Martín, Privada de Araucarias s/n, Col. Periodistas, C.P 91019, Xalapa, Veracruz. E-
mail: [email protected]
Resumen
En este trabajo revisamos el estado del
arte en materia de prevención, control y
erradicación de especies invasoras en
México. Presentamos un marco
histórico general y discutimos los
principales avances y retos a futuro. El
inventario nacional de especies
invasoras es uno de los resultados más
relevantes, así como la definición de los
lineamientos para los análisis de riesgo.
Además se está desarrollando el marco
político y legal para el manejo de las
especies invasoras. Sin embargo, los
trabajos sobre prevención, control y
erradicación de especies invasoras aun
son muy limitados. Las instancias
gubernamentales, académicas y
organizaciones no gubernamentales han
sido los principales impulsores para la
generación de investigación, manejo y
desarrollo de políticas públicas. Para
enfrentar este reto ambiental es
necesario el trabajo inter, multi y
transdiciplinario para entender la
ecología de las invasiones y sus
impactos en distintos sectores como el
ambiental, social y económico.
Palabras clave: invasiones biológicas, especies exóticas, sistemas insulares,
erradicación, Estrategia Nacional de Especies Invasoras.
13
Introducción
Las invasiones biológicas en los
ecosistemas naturales representan una
de las principales amenazas a la
biodiversidad y son uno de los
componentes más importantes del
cambio ambiental global (Vitousek
1997; Millennium Ecosystem
Assessment 2005). Las especies
invasoras tienen consecuencias en
diferentes niveles de organización, que
van desde genes hasta ecosistemas
(Millennium Ecosystem Assessment
2005). Además de los impactos
biológicos, la introducción de especies
invasoras puede causar impactos
sociales, a la salud y a la economía
mermando el bienestar humano (Holm
et al. 1997; Aguirre-Muñoz et al. 2009).
Por sus enormes implicaciones las
invasiones biológicas se han convertido
en un tema prioritario en diversos países
de primer mundo (Gardener et al. 2012).
Para el caso de Latinoamérica los
estudios de los efectos de las especies
invasoras sobre la biodiversidad y
procesos ecosistémicos es muy limitada
(Gardener et al. 2012). En el caso
particular de México, en los últimos
años el interés por parte del sector
gubernamental y académico hacia este
problema se ha incrementado; sin
embargo, la información sobre las
especies invasoras y sus repercusiones
se encuentra en etapas iniciales
(Aguirre-Muñoz y Mendoza 2009).
Debido a los impactos negativos
de las especies invasoras, la prevención,
detección temprana, manejo, control,
erradicación, regulación, legislación, así
como la investigación en términos
ecológicos se ha convertido en una
prioridad nacional (March Mifsut &
Martínez Jiménez 2007). En México,
los estudios y acciones han sido
dirigidos principalmente a especies
invasoras que causan daños económicos
en las actividades agrícolas y pecuarias;
mientras que el conocimiento de los
impactos ambientales, sociales y
económicos no se han valorado en toda
su dimensión (Aguirre-Muñoz et al.
2016). El presente trabajo tiene como
objetivo hacer una revisión bibliográfica
de los avances que se han logrado en
materia de prevención, control y
erradicación de especies invasoras en
México en los últimos 20 años.
Marco histórico sobre las especies invasoras
Los esfuerzos encaminados a prevenir,
controlar y erradicar las especies
invasoras en México se han realizado a
través de una serie de acciones y
14
eventos a nivel nacional e internacional
que iniciaron formalmente en 1993, con
la firma del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (TLC). En el cual,
México formó parte del tratado de
Cooperación Ambiental de
Norteamérica (NAAEC, por sus siglas
en inglés) y se integra en la Comisión
de la Cooperación Ambiental (CCA), en
donde el tema de las especies exóticas
toma relevancia para hacer frente a las
restricciones sanitarias y fitosanitarias
del TLC, así como para enfrentar los
problemas de las especies invasoras
acuáticas en la región. De 2003 a 2005
la CCA creó el grupo de trabajo para la
Conservación de la Biodiversidad
(GTCB), el cual estableció las
principales directrices para estandarizar
los procesos de evaluación de riesgo de
la biodiversidad para la toma de
decisiones (March Mifsut & Martínez
Jiménez 2007).
En el 2005, la Comisión
Nacional para el Conocimiento y Uso
de la Biodiversidad (CONABIO) asume
la responsabilidad para crear un grupo
de trabajo sobre especies invasoras. A
partir de entonces se han realizado una
serie de acciones que incluyen,
congresos, foros nacionales e
internacionales, cursos, talleres y
convocatorias para el estudio de esta
problemática en México. A la par se han
firmado diversos acuerdos
internacionales cuyo objetivo principal
es la conservación de la biodiversidad a
través del desarrollo de investigación,
un marco legal internacional, así como
la elaboración de estrategias para la
prevención, mitigación, control y
erradicación de especies invasoras.
Entre éstos acuerdos destacan el
Convenio de Diversidad Biológica, el
Convenio Internacional para el Control
y la Gestión de aguas de lastre y los
sedimentos de buques en 2004, la
Convención Ramsar sobre los
Humedales, el Acuerdo sobre la
Aplicación de Medidas Sanitarias y
Fitosanitarias (SPS Agreement) de la
Organización Mundial del Comercio
(WTO 2012) entre otros. México
también es miembro de la organización
Norteamericana de protección a las
plantas (NAPPO) que establece
estándares fitosanitarios para la
importación y exportación de plantas
(Mendoza et al. 2014). En 2010 se
publica la Estrategia Nacional sobre
Especies Invasoras en México,
Prevención Control y Erradicación
(Comité Asesor sobre Especies
Invasoras en México 2010), cuya meta
es lograr que en el año 2020 se cuente
con un sistema eficiente de prevención,
detección y respuesta temprana, así
15
como instrumentos que operen dentro
de un marco legal congruente y
conforme a las necesidades nacionales
(Comité Asesor sobre Especies
Invasoras en México 2010). La
estrategia propone tres grandes
objetivos estratégicos: “1.- Prevenir,
detectar y reducir el riesgo de
introducción, establecimiento y
dispersión de especies invasoras. 2.-
Establecer programas de control y
erradicación de poblaciones de especies
exóticas invasoras destinados a
minimizar o eliminar sus impactos
negativos y favorecer la restauración y
conservación de los ecosistemas. 3.-
Informar oportuna y eficazmente a la
sociedad para desarrollar acciones
estratégicas transversales” (CONABIO
2014). Para el 2020 se plantean las
siguientes metas: i) la identificación y
priorización de las especies exóticas
invasoras y sus vías de introducción, ii)
el control o erradicación de las especies
prioritarias y iii) el establecimiento de
medidas para gestionar las vías de
introducción a fin de evitar su
introducción y establecimiento
(CONABIO 2014). Estos antecedentes
hacen evidente que el trabajo realizado
durante las últimas dos décadas en
México sobre especies invasoras ha
colocado éste tema como una prioridad
nacional, desarrollando mecanismos e
instituciones que ayuden a enfrentar
esta problemática y sirvan para mitigar
los efectos negativos en la
biodiversidad, cumpliendo de esta
manera con las obligaciones adquiridas
en los convenios internacionales para la
conservación de la biodiversidad.
¿Qué se ha hecho?
Actualmente el Sistema Nacional sobre
Especies Invasoras de la CONABIO ha
identificado 1 957 especies exóticas,
que incluyen especies exóticas
introducidas (956), exóticas no
introducidas que representan un riesgo
para el país (143), exóticas cuyo estatus
de presencia se desconoce (549) y
algunas nativas translocadas que tienen
comportamiento invasivo (309). Se
cuenta con registros para 385 de estas
especies en el país y con fichas de
análisis de riesgo para 461 especies
(CONABIO 2014).
Para conocer los avances en el
estudio de las especies invasoras en
México, se realizó una búsqueda
bibliográfica y se revisaron todos los
trabajos publicados desde 1995 a 2016
en el buscador Web of Sciences con las
siguientes palabras clave: biological
invasions and Mexico, exotic species
16
and Mexico, biological invasions and
eradication, y biological invasions and
islands. Además se revisaron los
informes técnicos de proyectos
apoyados o realizados por la CONABIO
y la Comisión Nacional de Áreas
Naturales Protegidas (CONANP) así
como artículos de divulgación. Los
resultados de ésta revisión muestran que
durante el periodo analizado se
publicaron 45 artículos indexados, en 41
revistas nacionales e internacionales,
entre las que sobresalen debido a la
cantidad de artículos publicados:
Biological Invasions (10), Revista
Mexicana de Biodiversidad (7),
Conservation Biology (4), Botanical
Sciences (3) y Diversity and
Distributions (2). Es importante señalar
que algunos artículos fueron publicados
en revistas con un enfoque social como
Human Ecology y Landscape and
Urban Planing. Esto muestra que el
análisis de las especies invasoras tiene
un enfoque interdisciplinario y que no
debe considerarse solo el aspecto
ecológico, aunque estos enfoques más
holísticos son todavía incipientes en los
estudios de caso en México. Las
publicaciones referentes a especies
invasoras crecen a partir de 1998 y
logran su mayor frecuencia en el 2010 y
2015. Estos estudios se realizaron en
ecosistemas terrestres (bosques
templados, matorral xerófilo y bosques
secos), insulares, acuáticos (arrecifes
coralinos, lagunas, oasis en desiertos) y
ecosistemas costeros (humedales), así
como en plantaciones y paisajes
suburbanos. Entre estos destacan por el
número de publicaciones los sistemas
acuáticos, los desiertos, el matorral
xerófilo y humedales (Figura 1).
17
Figura 1. Porcentaje de estudios de especies invasoras en México por ecosistema.
Los estudios se realizaron en 20
estados de México, lo que representa el
62% del total de las entidades
federativas, de éstos destacan por el
número de publicaciones los estados de
Baja California (12), Sonora (10) y
Veracruz (7) (Figura 2). Además se han
realizado proyectos de erradicación en
37 islas (Aguirre-Muñoz et al. 2016). El
60% del total de estudios revisados
fueron realizados con animales (ej.
carpa común, pez león y borrego entre
otros); mientras que, el 30% evaluó las
consecuencias y/o la restauración de
sitios con plantas invasoras. En el caso
de las plantas, los estudios con pastos
invasores fueron los más frecuentes
(62%), seguidos por los realizados con,
Tamarix y Thypha (Tabla 1). Además,
destaca el caso de pasto buffel
(Cenchrus ciliaris), especie originaria
del sureste de Asia y del Este de África,
que fue introducida en México en los
años 30´s para mejorar los forrajes de
las zonas de pastoreo, actualmente
cubren más del 8% de la superficie total
del estado de Sonora (Arriaga et al.
2004).
18
Estudios de Especies Invasoras
0
1 ó 2
3 a 6
< 10
< 20
-115 -110 -105 -100 -95 -90
10
15
20
25
30
35
Figura 2. Porcentaje de estudios de especies invasoras por entidad federativa.
Tabla 1. Especies y familias de plantas y animales publicados en artículos indexados de 1995 a
2016 en México. El subíndice indica la referencia.
Especies Nombre común
Plantas
Arundo donax45
(Poaceae) Caña común, caña brava
Atriplex semicaccata2 (Chenopodiaceae) Morenita rastrera, romerillo
Brassica tournefortii2,44
(Brassicaceae) Mostaza asiática, mostaza africana
Bromus rubens2 (Poaceae) Espiguilla, espiguilla de burro,
19
plumerillo rojo
Cenchrus ciliaris 7,8,9,10,11,12,13
(Poaceae) Zacate buffel
Centaurea melitensis2 (Asteraceae) Abre puños
Cynodon dactylon2 (Poaceae) Zacate bermuda
Cryptostegia grandiflora15
(Apocynaceae) Bejuco de goma, caucho de la India,
estrella del norte
Echinochloa pyramidalis3,4
(Poaceae) Zacate alemán
Eragostris superba5 (Poaceae) Garrapata
Eragostris lehmanniana5 (Poaceae) Amor seco africano
Kalanchoe draigremontana42
(Crassulaceae) Aranto, Espinazo del diablo
Kalanchoe pinnata6(Crassulaceae) Bruja, flor de aire, belladona, maravilla
Phymatosorus grosus1 (Polypodiaceae) Helecho monarca
Ricinus communis45
(Euphorbiaceae) Ricino, higuerilla
Salsoa tragus2(Chenopodiaceae) Cardo ruso
Schismus barbatus2 (Poaceae)
Pasto del mediterráneo
Schismus arabicus44
(Poaceae) Schismus árabe
Tamarix ramosissima2 (Tamaricaceae) Pino salado
Typha domingensis14
(Thyphaceae) Tule, masa de agua, cola de gato
Hongos
Batrachochytrium dendrobatidis24
(Incertae sedis) Hongo quítrido de los anfibios
Animales
Apis mellifera scutella16,17
(Apidae) Abeja africana
Cactoblastis cactorum47
(Pyralidae) Palomilla del nopal
Creaseria morleyi20
(Palaemonidae) Camarón de corral
20
Ctenopharingodon idella45
(Cyprinidae) Carpa herbívora, carpa china
Cyprinus carpio 33,34,35,45
(Cyprinidae) Carpa común o carpa europea
Digitonthophagus gazella22
(Scarabaeidae) Escarabajo
Drosophila suzukii29
(Drosophilidae) Drosophila de alas manchadas
Euoniticellus intermedius22
(Scarabaeidae) Escarabajo
Felis catus23
(Felidae) Gato domestico
Ictarus punctatus43
(Ictalirudae) Bagre de canal
Lithobates catesbeianus41
(Ranidae) Rana toro
Micropterus salmomoides43
(Centrarchidae) Lobina
Myopsitta monachus18
(Psittacidae) Cotorra monje
Mytilopsis adamsi30
(Dreissenidae) Falso mejillón
Neoergasilus japonicus21
(Ergasilidae) Copepodo parásito
Oreochromis spp45
(Cichlidae) Tilapia
Orechromis niloticus35
(Cichlidae) Tilapia del Nilo
Oncorhynchus mykiss43
(Salmonidae) Trucha arcoíris
Ovis aries31,32
(Bovidae) Borrego
Passer domesticus19
(Passeridae) Gorrión común
Poecilla reticulata33
(Poeciliidae) Guppy, pez millón
Pomacea caniculata39
(Ampullariidae) Caracol manzana o ampularia
Procambarus clarkii36
(Cambaridae) Cangrejo de rio o cangrejo rojo
Pterois volitans26,27,28
(Scorpaeniformes) Pez león
Pterygoplichthys pardalis37
(Loricarioidea) Pleco
Solenopsis invicta25
(Formicidae) Hormiga de fuego
21
Sparus aurata38
(Sparidae) Dorada
Sus scrofa40
(Suidae) Jabalí
Tilapia cf. Zilli33
(Cichlidae) Tilapia
Xiphophorus hellerii33
(Poeciliidae) Cola de espada, espada, sable
Zaprionus indianus29
(Drosophilidae) Mosca
1Tejero-Díez y Torres-Díaz 2012.,
2Palma-Ordaz y Delgadillo-Rodríguez 2014.,
3López-Rosas
et al. 2015., 4López-Rosas, H y P. Moreno-Casasola 2015.,
5Reyes et al. 2015.,
6González de
León et al. 2016., 7Franklin y Molina-Freaner 2010.,
8 Brener 2010.,
9De la Barrera
2008.,10
Arriaga et al. 2004.,11
Tinoco-Ojanguren et al. 2016.,12
Ortega-S et al. 2013, 13
Lyons et
al. 2013.,14
Hall 2009., 16
Guzmán-Novoa et al. 2011., 17
Kraus et al. 2007., 18
Mac Gregor-Fors et
al. 2013.,19
Mac Gregor-Fors et al. 2009., 20
Botello y Álvarez 2010., 21
Suárez-Morales et al.
2010., 22
Montes de Oca y Halffter 1998., Rodríguez et al. 2006.,24
Luja et al. 2012. 25
Quezada-
Martínez et al. 2011., 26
Rodríguez-Cortés et al. 2015.,27
Dhal y Patterson 2014., 28
López-Gómez
et al. 2013., 29
Lasa y Tadeo 2015., 30
Salgado-Barragán y Toledano-Granados 2006., 31
Walter y
Levin 2007., 32
Ortíz-Alcaraz et al. 2016., 33
Soler y Ruiz-Campos 2013., 34
Wakida-Kusunoki y
Amador-del-Angel 2011., 35
Zambrano et al. 2010., 36
Hernández et al. 2008., 37
Wakida-
Kusunoki et al. 2007., 38
Balart et al. 2009., 39
Campos et al. 2013., 40
Breceda et al. 2009., 41
Luja
y Rodríguez-Estrella 2010., 42
Guerra-García et al. 2015., 43
Ibañez et al. 2011., 44
Sánchez-Flores
2007., 45
Domínguez-Domínguez et al. 2006., 46
Suárez-Morales et al. 2010., 47
Andraca-Gómez et
al. 2015.
Los principales temas abordados
fueron registros de las especies
invasoras, análisis demográficos, la
modelación de la distribución actual y
potencial de la especie, consecuencias
ecológicas y genéticas de las especies
invasoras sobre la dinámica de los
ecosistemas invadidos, revisiones sobre
la expansión geográfica de las especies
invasoras y en menor proporción
estudios sobre el control, erradicación,
análisis de riesgo y revisiones sobre las
vías de introducción a México.
Por otra parte, la CONANP
realizó un listado y mapas de
distribución de especies invasoras en
ANPs. En materia de control y
erradicación, la CONANP en
colaboración con dependencias
nacionales e internacionales ha
realizado diversos programas entre los
22
que destacan: la eliminación del pino
salado (Tamarix aphylla) y gato feral
(Felis catus) en la Reserva de la
Biosfera Isla de Guadalupe, control del
perro feral (Canis familiaris) y
erradicación de ciprés (Cupressus sp.)
en el Parque Nacional Cañón del
Sumidero, prevención y control del pez
león (Pterois volitans) en la Península
de Yucatán y el Caribe Mexicano
(CONANP 2011). En 2009 se concluye
el programa de erradicación de la
palomilla del nopal (Cactoblastis
cactorum) en Isla Mujeres e Isla Contoy
(Peréz & Golubov 2008). El mayor
éxito de los programas de erradicación
se ha registrado en los sistemas
insulares, liderados por el Grupo de
Conservación y Ecología de Islas
(GECI), quienes han erradicado 58
poblaciones de mamíferos exóticos
establecidos en 37 islas del Pacífico
mexicano, Golfo de California, Golfo
de México y Caribe Mexicano.
Actualmente se está trabajando en la
erradicación de 82 poblaciones de
mamíferos en 34 islas más (Aguirre-
Muñoz 2016, Aguirre-Muñoz et al.
2009). Las técnicas de erradicación
incluyeron trampeo, cacería, dispersión
de carnadas y venenos ad hoc con un
costo de 188 dólares americanos por
hectárea y con un promedio 35 000
dólares americanos invertidos por
especie endémica (Aguirre-Muñoz et al.
2009). Estas acciones han derivado en
la recuperación de comunidades
vegetales y de vertebrados nativos
(Aguirre-Muñoz et al. 2016).
En materia legal en 2010, la Ley
General de Equilibrio Ecológico y la
Protección al Ambiente (LGEEPA)
incorporó la definición de especie
exótica invasora, y se establece la
prohibición de su liberación o
introducción en los ecosistemas
naturales, así como su movimiento
dentro del territorio nacional (Mendoza
et al. 2014). Además se publicaron listas
de especies invasoras y acuerdos
relativos a la prevención de la
introducción de especies exóticas
invasoras al país. Se desarrolló un
método de evaluación rápida de
invasividad, el cual consta de 10
criterios que califican cuestiones como
su riesgo de introducción,
establecimiento y dispersión, así como
los impactos que puede ocasionar
(CONABIO 2014, Golubov et al. 2014).
Aunado a esto se integró el sistema de
información sobre especies invasoras
(SIEI), cuya función es recopilar
información sobre la situación de las
especies invasoras en México (González
et al. 2014).
23
Además de éstas acciones se han
publicado diversos libros
especializados: Especies acuáticas
Invasoras en México (Mendoza &
Koleff 2014), Especies Invasoras del
Alto Impacto para la Biodiversidad,
Prioridades en México (March Mifsut y
Martínez Jiménez 2008) y protocolos
para la erradicación de cinco especies
(Tamrix ramosissima, Tamarix aphylla,
Hemichromis guttatus, Arundo donax,
Oreochromis aureus; CONANP 2015).
En materia de divulgación el trabajo ha
sido muy incipiente, solo se pudieron
registrar cinco artículos, en donde se
exponen los riesgos que representan las
especies invasoras.
Avances y metas a futuro
Hasta la fecha se ha avanzado de
manera notable en el inventario de las
especies exóticas terrestres y acuáticas
presentes en el territorio mexicano. Se
ha definido los lineamientos para los
análisis de riesgo. Se está trabajando en
el marco político y legal para la
prevención y el control de la
introducción de especies invasoras y se
han identificado las especies prioritarias
en Áreas Naturales Protegidas (Conabio
2014). Sin embargo, estos avances solo
cubren el primer objetivo de la
estrategia nacional, mientras que el
trabajo para el control y erradicación de
las especies invasoras aún es muy
limitado. Actualmente no se sabe con
certeza cuántas especies exóticas
invasoras están establecidas en México,
cuál es su distribución, tamaños
poblacionales y sus consecuencias sobre
los ecosistemas (Comité Asesor sobre
Especies Invasoras en México 2010).
Por otra parte, en el caso de las especies
de plantas prioritarias solo se han
realizado estudios en 6 (Cenchrus
ciliaris, Brassica tournefortii, Bromus
rubens, Centaurea melitensis,
Eragostris lehmania y Tamarix
ramosissima) de las 23 especies
reportadas por SEMARNAT (March
Mifsut & Martínez Jiménez 2007), de
las cuales la mayoría son con Cenchrus
ciliaris. El resto de familias han sido
poco estudiadas, a pesar del gran
número de plantas invasoras registradas
en el país. En el caso de los animales
destacan los mamíferos en islas y en
sistemas acuáticos los peces como los
plecos (Hypostomus plecostomus),
debido principalmente a las pérdidas
económicas que estos generan en las
pesquerías nacionales (Mendoza et al.
2007). En general, esto hace evidente la
24
necesidad de aumentar los esfuerzos
para el estudio de aspectos básicos de la
ecología de las especies invasoras, con
el propósito de generar estrategias de
control y erradicación.
Otros retos que requieren de particular
atención son la identificación de vías de
invasión, en la normativa restringir el
movimiento de especies nativas dentro
del territorio nacional para evitar que se
vuelvan invasoras o que hibridicen con
especies nativas. Así como el desarrollo
de protocolos de prevención, control y
erradicación de especies invasoras en
sistemas continentales. Otras áreas de
estudio poco exploradas son la de los
efectos sinérgicos que puede haber entre
especies invasoras y otros componentes
del cambio global ambiental (e. g.
cambio climático, fragmentación del
hábitat, etc), así como el de las
consecuencias económico-sociales de
las especies invasoras. Por último, es
importante destacar que el control y
erradicación de especies invasoras
requiere trabajo inter, multi y
transdisiplinario para lograr los
objetivos establecidos en la estrategia
nacional. En particular, el desarrollo de
estrategias de difusión sobre el
problema de las especies invasoras
dirigidos a la sociedad, así como la
formación de recursos humanos
especializados en esta área para evitar
nuevas introducciones (Mendoza et al.
2014).
Agradecimientos
Agradecemos a los revisores del manuscrito por sus valiosos comentarios y sugerencias.
S. González de León elaboró el mapa de estudios en México.
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niloticus) in Xochimilco, Mexico City.
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32
BIOINVASIONES
LISTADO DE ESPECIES INVASORAS CON POTENCIAL PARA ACCIONES
DE COMPENSACIÓN EQUIVALENTE DE BIODIVERSIDAD EN EL CONO
SUR DE SUDAMÉRICA
LIST OF INVASIVE SPECIES WITH POTENTIAL FOR EQUIVALENT
COMPENSATION ACTIONS OF BIODIVERSITY IN THE SOUTH CONE
SOUTHAMERICA
MILÉN DUARTE M1,2. & CLAUDIA SILVA3
1Facultad de Ciencias, Universidad de Chile, 2Instituto de Ecología y Biodiversidad
3Wildlife Conservation Society, Chile. E-mail: [email protected]
Resumen
Las compensaciones por biodiversidad,
son un instrumento de gestión para la
conservación que busca compensar los
impactos generados por la actividad
humana sobre la biodiversidad. El
presente trabajo tiene como objetivo
listar especies invasoras de animales y
plantas para las cuales su control tenga
el potencial de ser usado para
compensar actividades que generan
daños en la biodiversidad en
Sudamérica. Fueron encontradas 38
especies potenciales a ser usadas en
compensaciones, de las cuales un 84 por
ciento pueden ser controladas por
métodos manuales, mientras que las
demás tienen controles culturales,
químicos y/o biológicos. Más de la
mitad de estas especies generan alto
impacto sobre la diversidad biológica,
por tanto su uso en gestión para la
conservación es clave para controlar el
deterioro de la biodiversidad en la
región.
Introducción
La pérdida de biodiversidad a nivel
mundial, se atribuye a la perdida de
hábitat, contaminación, introducción de
especies exóticas, cambio climático y
sobre-explotación de recursos. Esto,
principalmente por la intensificación de
las actividades extractivas y productivas
generadas por las grandes cadenas de
33
producción a nivel mundial. Para
manejar impactos desde quienes los
generan, existe una jerarquía de
medidas de mitigación compuestas de
prevención, minimización y
compensación equivalente de
biodiversidad (Figura 1).
Figura 1. Cadena de pasos para la jerarquía de mitigación de impactos (modificado de
Aiama et al. 2015)
La compensación equivalente de
biodiversidad (en inglés biodiversity
offset), es un instrumento de gestión
ambiental compuesto de medidas
diseñadas para abordar los impactos de
proyectos de desarrollo productivo
sobre la biodiversidad, y que tiene como
objetivo que, como resultado del
balance entre impactos y medidas de
gestión, se produzca al menos una
Pérdida Neta Cero de biodiversidad o
incluso una ganancia neta, con respecto
a la composición de especies, estructura
de hábitat, función de ecosistemas y uso
de las personas o valores culturales
asociados a biodiversidad (BBOP,
2012). Este instrumento, de ser bien
aplicado, puede disminuir la pérdida de
biodiversidad, disminuyendo la pérdida
de hábitat o minimizando los impactos
generados sobre los ecosistemas, hábitat
y especies (Quétier F & Lavorel S.
2011). La noción de equivalencia en la
compensación, hace referencia a que los
impactos y las medidas de
compensación a ejecutar sean
34
comparables en términos del
componente de la biodiversidad en
cuestión (es decir, una especie, tipo de
hábitat, ecosistema, etc) y la magnitud
de las pérdidas generadas por el impacto
y las ganancias generadas por la
compensación (BBOP 2012, Gardner et
al. 2013). En Latinoamérica, países
como México, Colombia, Perú y Brasil
tienen regulaciones específicas que
requieren este tipo de compensaciones
(Villaroya et al. 2014), mientras que
otros países tienen o están desarrollando
regulaciones que permiten su uso
(Gelcich et al. 2016, TBC 2016).
Dentro de los factores de pérdida de
biodiversidad , las especies invasoras se
consideran uno de los precursores más
importantes (Sala et al. 2002), ya que
éstas compiten por hábitat y recursos, y
además , impactan por depredación a las
especies nativas y endémicas. En
consecuencia, el control o erradicación
de especies exóticas y dañinas son
acciones deseables para generar
beneficios a la biodiversidad, y por lo
tanto, el control de estas especies puede
constituir acciones de compensación
equivalente de biodiversidad, al
contribuir a mejorar la calidad de
ecosistemas nativos degradados (Norton
& Warburton 2014, Holmes et al.
2016).
El control dice relación con manejar y
controlar las poblaciones de especies
invasoras mediante acciones que
disminuyan las poblaciones y limiten su
espacio de ocupación (Norton &
Warburton 2014). Para ello, es
necesario generar planes de acción que
sean realizables técnicamente,
adaptables a cambios en las tácticas o
estrategias de producción, con
conocimiento ecológico de las especies,
y financiamiento que permita dar
continuidad a los planes(Norton &
Warburton 2014). Por otra parte, la
erradicación de especies invasoras ha
sido mejor documentada para el caso de
invasiones en islas, esto principalmente
por los limites naturales de movilidad
las especies de animales y dispersión de
plantas durante la aplicación de las
acciones de manejo (Holmes et al.
2015).
La biodiversidad de Sudamérica ha sido
también afectada por las invasiones
biológicas (Pauchard et al. 2011,
Gardener et al. 2012), sin embargo el
desconocimiento de las especies
invasoras y la falta de medidas
concretas para su manejo, son hoy una
tarea pendiente (Núñez & Pauchard
2010).
Uno de los desafíos para que el manejo
de especies invasoras pueda ser
aplicado en esquemas de compensación
35
equivalente es que éste sea
técnicamente factible (Norton &
Warburton 2014). Existen numerosos
estudios sobre especies invasoras de
animales y plantas en Sudamérica
(Pauchard et al. 2011). las que pueden
ser utilizadas como foco para
compensar biodiversidad mediante su
erradicación o control (Tabla 1).
Conectar compensaciones de
biodiversidad con manejo de especies
invasoras podría ser un punto de
inflexión interesante para la
problemática de las invasiones
biológicas en América del Sur. Por lo
tanto, el objetivo de este trabajo es
explorar el potencial de trabajar con
especies invasoras en compensaciones
por biodiversidad. Para ello, se propone
un listado de especies identificadas
como invasoras en Sudamérica, y de las
cuales se conoce algún método de
control.
Metodología
Para generar un listado de especies
invasoras como potenciales para
compensación, se realizó una búsqueda
exhaustiva de especies de plantas y
animales invasoras de Sudamérica en
los buscadores y fuentes de ISI Web of
Science, libros de divulgación para
Sudamérica; y como filtros de búsqueda
en español "especie invasora" y
"Sudamérica" o "América del Sur" o
"Cono sur", tanto en inglés (i.e. South
America, “invasive specie” , “Alien
specie”) . No fueron incluidas islas
oceánicas en el análisis. Luego, el
listado fue filtrado con aquellas especies
de las cuales se tiene conocimiento de
algún método de control biológico
efectivo.
Por otra parte, con la finalidad de
priorizar entre el listado de especies
invasoras, se evaluó el impacto sobre la
biodiversidad de cada especie. Para ello
se utilizaron los criterios distribución de
la invasión(número de países donde
invade), evaluación en el listado de “las
100 especies más invasoras del
mundo”(UICN 2000) e impacto sobre la
biodiversidad conocido hasta la fecha.
De este modo, se construyó una
clasificación de impactos: Alto (listado
UICN 2000 y/o invasión en más de
cuatro países y/o impactos conocidos
como extensivos sobre otras especies o
servicios ecosistémicos), Medio
(invasión en más de dos países) y
Bajo(invasión en solo un país).
Resultados
Se listaron 31 especies de plantas y 7
especies de animales, todas invasoras en
algún país de Sudamérica (Tabla 1). Del
total de especies listadas, 26 especies de
plantas y 6 de animales pueden ser
36
controladas mediante métodos
manuales; 2 especies de animales y 5 de
animales por métodos de control
culturales; 20 especies de plantas por
métodos químicos; y 4 especies de
plantas y una especie de animal por
métodos biológicos. En cuento a los
impactos sobre la biodiversidad 22
especies que tienen alto impacto sobre
la biodiversidad, 13 especies fueron
clasificadas como de medio impacto y
dos especies con impacto medio.
Tabla 1. Listado de especies invasoras
de plantas y animales, con potencial de
ser utilizadas para compensación por
biodiversidad.
37
Especie invasora
Donde invade Impacto sobre la
biodiversidad
Método de control Bibliografía específica Mecánico Cultural Químico Biológico
Plantas
Salsola kali
(cardo ruso) Argentina y Chile Medio
Si, arar los
sitios infestados.
Si, quema en
otoño. Si, herbicidas
Ayres D et al.
2009, Chinnock R (2010)
Conium maculatum
(cicuta)
Chile, Argentina, Brasil, Uruguay
Alto Si, remoción manual.
Castells E et al.
(2005), Fuentes N et al.( 2013),
Panter K et al. (1988)
Centaurea solstitialis
(Abrepuño)
Chile, Argentina,
Uruguay Alto
Si, supresión
de semillas.
Si, quemas, pastoreo y siembra de
especies competitivas.
Si, herbicida clopiralid y
picloram.
Si, Eustenopus villosus y
Chaetorellia succinea
Maddox DM et al. (1985),
Larson LL y Sheley RL
(1994), DiTomaso JM (2001), Hierro
JL Y col (2006)
Cirsium vulgare
(cardo negro)
Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador,
Paraguay, Perú y Uruguay
Alto
Si, manual.
Cortar la roseta o el
tallo para evitar floración.
Si, herbicida
sobre la rosera.
Si, mosca toro del cardo (Urophora
stylata)
Bruzzese E(1996),
Bullock J y col (1994), Forcella
F y Randall JM (1994), Michaux
B(1989), Quiroz
38
et al. (2009)
Taraxacum
officinale (diente de león)
Chile, Venezuela,
Ecuador y Argentina Medio
Si, manual con
raiz incluída.
Si, herbicidas y
bioherbicidas.
Cavieres et al.
(2005)
Echium vulgare (lengua de
vaca)
Chile y Argentina Medio
Si,
revegetación en zonas con
la planta para generar sombra.
Si, Metsulfuron y
Clorsulfuron.
Carvallo GO et
al. (2013)
Convulvulus arvensis
(correhuela)
Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Perú y
Uruguay.
Alto Sí, pero requiere un
plan integral.
Si, herbicidas 2, 4-D, MCPA
y dicamba.
Quiroz et al. (2009)
Ricinus communis (higuerilla)
Venezuela, Brasil, Ecuador(Galápagos) y Chile.
Alto Sí, remoción manual de plántulas.
Si, herbicida Picloram +2.4D.
Sujatha et al. (2008)
Acacia dealbata
(aromo)
Chile, Argentina,
Bolivia, Uruguay y Brasil.
Alto Sí, remoción
manual.
Fuentes-Ramirez A et al.
(2010), Fuentes-Ramirez A et al. (2011)
39
Genista
monspessulana (retamilla)
Chile, Argentina, Colombia)
Medio
Sí, remoción de plántulas y
adultos, y quema
controlada.
Si, herbicidas.
Si, Arytainilla hakani, Lepidapion
argentatum y Chyliza
leptogaster.
Gómez P y
col(2012), Pauchard et al. (2008).
Gleditsia
triacanthos (acacia negra)
Argentina y Uruguay Medio Sí, manual. Leggieri L
(2010)
Robinia
pseudoacacia (acacio)
Chile y Argentina Medio Sí, mediante
quema.
Si, herbicidas
con glifosato 6,25%
Akamatsu F et
al. (2014), Castro-Díez P et
al. (2014), Sabo AE (2000), Boring L y
Swank W(1984)
Ulex europaeus
(espino amarillo)
Argentina, Chile,
Brasil, Colombia, Bolivia, Ecuador y Uruguay.
Alto
Sí, revegetación
en zonas colindantes para evitar el
paso de luz.
Si, herbicidas.
Clements DR et al. (2001),
Gaynor D y MacCarter L
(1981)
Azadirachta indica (neem)
Colombia, Brasil, Bolivia y Venezuela
Alto Si, herbicidas como triclopir.
Mohali S et al. (2002), Nisbet
AJ (2000), Moro MF et al.
(2013), Schmutterer H (1990)
40
Ligustrum
lucidum (ligustro)
Argentina, Uruguay y Bolivia.
Alto
Sí, extracción
renovales desde la raíz.
Hoyos LE et al. (2010)
Eschscholzia
californica (dedal de oro)
Chile y Argentina Medio
Si, herbicida
pendimethalin y DCPA
Leger EA y Rice KJ (2003,
2007), Peña-Gómez FT et al. 2014
Pinus contorta (pino contorta)
Chile, Argentina, Perú y Bolivia
Alto
Sí, revegetación
en zonas colindantes
para evitar el paso de luz.
Peña et al.
(2008), Richardson DM
y Rejmánek M (2004), Langdon B et
al. (2010), Ledgard N
(2001)
Pinus elliottii (pino
americano)
Argentina, Brasil y
Chile Alto
Sí, manual con corta de tronco, y
quema controlada.
De Abreu RC y Duringan G (2011),
Richardson DM et al. (1994).
Digitalis purpurea (
campanilla)
Chile y Colombia Medio Sí, manualmente.
Castro et al.
(2005), Dietzch AC et al.
(2011), Willis AJ et al. (2000)
41
Panicum
maximum (pasto de guinea)
Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia,
Ecuador, Perú, Uruguay y
Venezuela.
Alto Si, glisofato.
Si, hongos como Gigantea
drechslera, Exserohilum rostratum, y E.
longirostratum.
Chandramohan
S et al. (2002), Stricker KB et al. (2016)
Pennisetum
purpureum (pasto elefante)
Brasil, Chile,
Colombia, Paraguay, Perú Y Venezuela.
Alto
Sí, remoción manual con
rizomas y quema controlada.
Si, pero luego
de la remoción mecánica.
Van de Wouw et al. (1999),
Gordon DR et al. (2011)Nava CJJ et al. (2013)
Rumex acetosella (lengua de
vaca)
Chile, Argentina, Venezuela y Ecuador.
Alto Si, dicamba y triclopyr
Yurkonis KA et
al. (2005), Pauchard A y
Alaback PB (2004)
Pyracantha
angustifolia (crataegus)
Argentina Bajo Sí, manual para plántulas.
Si, pero luego de la remoción
mecánica, triclopyr o
glifosato.
Giantomasi A et al. (2008),
Tecco PA y col (2006), Tecco
PA et al. (2007)
Rosa
rubiginosa (rosa mosqueta)
Argentina, Chile y
Perú. Medio Sí, manual.
Cavallero L y
Raffaele E (2010),
Rejmánek M y Richardson DM (2013),
Zimmermann H
42
et al. (2011)
Rubus niveus
(mora) Ecuador y Bolivia. Medio
Sí, manual
para plántulas.
Si, herbicidas
con control permanente
Gardener MR et
al. (2010), Richardson DM
y Rejmánek M (2011), Renteria JL et al. (2012a
y b)
Rubus
ulmifolius (zarzamora)
Argentina y Chile. Alto
Si, glifosato
junto a control mecánico.
Dirnböck T et
al. (2003), Richardson DM
y Rejmánek M (2011), Giorgis MA et al.
(2011)
Cinchona pubescens (cascarilla)
Ecuador (Galápagos) Alto
Sí, manual
junto con control
químico.
Si, picloram y metsulfuron.
Ehrenfeld JG y Scott N (2001),
Buddenhagen CE et al. (2004), Jäger H y
Kowarik I (2010).
43
Salix rubens (mimbre negro)
Argentina y Chile. Medio
Sí, mecánico y
químico juntos.
Adair R et al. (2006),
Richardson DM y Rejmánek M
(2011)
Verbascum
thapsus (verbasco)
Argetina y Chile. Medio
Sí, manual
desde el rizoma.
Si, pero desde
la roseta basal glyphosate y sulfometuron.
Parker IM et al. (2003), Alba C
et al. (2011), Alba C y Hufbauer R
(2012)
Tamarix spp
(tamarisco) Argentina Alto
Sí, remoción
completa del individuo.
Zavaleta ES et al. (2001),
Harms RS y Hiebert RD (2006).
Animales
Lepus europaeus Liebre común
Perú, Chile, Argentina, Paraguay, Brasil, Bolivia.
Alto Sí, caza y trampeo.
Bonino N et al. (2010), Merino
ML et al. (2009), Novillo A y Ojeda RA
(2008), Iriarte JA et al.(2005)
Oryctolagus cuniculus
Conejo común
Chile y Argentina. Alto Sí, caza y
trampeo.
Si, puede ser usado como
alimento
Si, mixomatosis(virus
de enfermedad hemorrágica con
Lowe S et al. (2000), Novillo
A y Ojeda RA (2008)
44
pulgas como vectores)
Castor
canadensis Castor
Chile y Argentina Alto Sí, caza y trampeo.
Si, puede ser usado como
alimento y para
vestimenta
Anderson CB et al. (2009),
Anderson CB et al. (2006), Skewes O et al.
(2006), Anderson CB y
Rosemond AD (2007), Pastur GM et al.
(2006)
Xenopus laevis
Rana africana Chile Bajo
Sí, caza y
trampeo
Si, puede ser
usado como alimento
Lobos G y Measey G J
(2002), Lobos G et al. (2013).
Mustela vison Visón
Chile y Argentina Medio Sí, caza y trampeo
Ibarra JT et al. (2009), Valenzuela AE
et al. (2013)
Sus scrofa Jabalí
Galápagos, Chile y Argentina
Alto Sí, caza y trampeo
Si, puede ser usado como
alimento
Cuevas MF et
al. (2010), Merino ML et al. (2009),
Iriarte JA et al.(2005)
45
Cervus elaphus
Ciervo Europeo Chile y Argentina Alto Sí, caza
Si, es usado como trofeo
de caza.
Merino ML et al. (2009),
Novillo A y Ojeda RA
(2008), Speziale KL et al. (2012), Iriarte
JA et al.(2005)
46
Discusión
Las especies invasoras son una de las
mayores amenazas para la conservación
de la biodiversidad, al ser uno de los
principales promotores del cambio
global, afectando en distintos niveles de
la jerarquía ecológica (Parker et al.
2013). Por otra parte, las invasiones
biológicas son hoy un problema que
afecta no solo a la biodiversidad, sino
que también, a actividades humanas
fundamentales como la agricultura
mediante la modificación de los suelos
(Ehrenfeld JG & Scott N. 2001) y
efectos negativos en la economía, como
por ejemplo en Estados Unidos, donde
se han calculado pérdidas de unos
US$120 billones al año (Pimentel D et
al. 2005). Por lo que es necesaria la
implementación de políticas que
busquen disminuir o eliminar el impacto
generado por ellas. En nuestra revisión,
se encontraron 38 especies potenciales.
Entre ellas destacan aquellas 22
especies que tienen alto impacto sobre
la biodiversidad alojadas en más de 4
países: cinco animales y 17 plantas.
Luego, 13 especies fueron clasificadas
como de medio impacto habitando en al
menos dos países, entre ellas una
especie animal. Finalmente, una especie
de planta y una animal fueron
clasificadas como de impacto bajo ya
que se distribuían solo en un país como
invasoras. Si bien las especies listadas
se encuentran en un número acotado de
países, eso no significa que no puedan
invadir nuevos sitios, puesto que los
procesos de invasión son dinámicos, y
es difícil predecir cuando estos procesos
alcanzan su equilibrio, pudiendo incluso
ocupar regiones climáticas distintas a
las nativas (Goncalvez et al. 2014).
Al momento de decidir cómo
compensar impactos generados por
actividades humanas sobre los
ecosistemas, existen distintas
estrategias, las cuales pueden agruparse
en compensaciones que evitan pérdidas
de áreas de alto valor de conservación y
compensaciones focalizadas en la
restauración de ecosistemas degradados
(ICMM-IUCN 2012). En ambas
modalidades, el control o erradicación
de especies invasoras es una actividad
factible de implementar para generar
mejoras en la condición ecosistémica.
Algunas metodologías de cuantificación
de impactos y compensaciones ya
incorporan atributos específicos de
especies invasoras dentro de la
caracterización de la condición de
ecosistemas terrestres o dulceacuícolas
(e.g. Faber-Langdoen et al. 2008,
Gibbons & Freundenberger 2006). No
obstante, para que el manejo de especies
invasoras sea considerado dentro de las
medidas de compensación de
47
biodiversidad, se deben tomar una serie
de factores en consideración, entre
ellos, que las técnicas de control a
aplicar no signifiquen impactos
colaterales para el resto de la
biodiversidad presente, qué sea factible
reducir la densidad de la especie
invasora a niveles que deriven en
beneficios significativos para el
ecosistema, y que existan garantías de
que el control o sus efectos serán
mantenidos en el largo plazo (Norton &
Warburton 2014). Nuestra revisión
muestra especies invasoras que son
potenciales focos de erradicación como
compensación ya que existe bibliografía
que avala técnicas de control efectivo a
través de experiencias previas. En
relación al método de control de las
especies, la mayoría de las plantas
pueden ser controladas por métodos
manuales (26 de 31 especies), como la
remoción o quema. Las que no pueden
ser controladas por estos métodos,
pueden serlo por métodos químicos
(herbicidas, glisofato, entre otros) o
biológicos. Los animales invasores
pueden ser capturados o cazados. La
caza puede ser también usada como
método cultural, en tanto en varios
países esta práctica representa un hito
local, como por ejemplo la caza de
jabalí en Argentina (Novillo A & Ojeda
RA 2008)Cómo método biológico para
el control de animales invasores, se
registra el caso del Oryctolagus
cuniculus (Conejo común) el que puede
ser infectado con mixopatosis, sin
embargo los métodos biológicos son
acotados en tanto los daños colaterales
son poco conocidos.
La articulación del manejo de especies
exóticas invasoras y las compensaciones
equivalentes de biodiversidad tiene
beneficios tanto para la biodiversidad
como para la economía. Es por eso una
oportunidad para los tomadores de
decisiones, y esperamos que este listado
sea un impulso para avanzar en esta
área de la conservación.
48
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RESTAURAÇÃO AMBIENTAL NA MATA ATLÂNTICA, BRASIL
SÍLVIA RENATE ZILLER1 &LUIZ PAULO PINTO2
1 Instituto Hórus de Desenvolvimento e Conservação Ambiental, Eng. Florestal, M.Sc.
Dr. Conservação da Natureza, [email protected]
2 Conservação e Manejo de Vida Silvestre, [email protected]
Resumo
A Mata Atlântica é uma das regiões
com maior diversidade biológica e
endemismos do mundo, reconhecida
como uma prioridade global para a
conservação da biodiversidade. O
bioma retém apenas cerca de 12% da
cobertura florestal original, o que exige
ações integradas em larga escala para
recuperar e proteger a floresta e seus
ecossistemas associados remanescentes.
A erradicação e o controle de espécies
exóticas invasoras é uma das estratégias
fundamentais para aumentar a eficiência
da restauração ambiental, assegurar a
conservação da biodiversidade em
longo prazo na Mata Atlântica e reduzir
a pressão sobre espécies nativas
ameaçadas de extinção. Para alcançar
esse objetivo é preciso colocar em
prática o manejo de espécies exóticas
invasoras através do desenvolvimento
de capacidades técnicas, do
aperfeiçoamento da legislação
ambiental específica com segurança
jurídica e aportar investimentos
financeiros.
Palavras chave: Mata Atlântica;
Corredor Central da Mata Atlântica;
espécies exóticas invasoras; restauração
ecológica; biodiversidade.
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Resumen
El Bosque Atlántico es una de las
regiones de más alta diversidad
biológica y de endemismos en el
mundo. En el bioma restan sólo cerca de
12% de la cobertura original de bosque,
lo que exige acciones integradas en
grande escala para recuperar y proteger
el bosque y los ecosistemas asociados
remanentes. La erradicación y el control
de especies exóticas invasoras son
acciones fundamentales para aumentar
la eficiencia de la restauración
ambiental, asegurar la conservación de
la diversidad biológica en largo plazo y
reducir la presión sobre las especies
nativas amenazadas de extinción. Para
alcanzar ese objetivo es necesario poner
en práctica el manejo de especies
exóticas invasoras a través del
desarrollo de capacidad técnica y de
mejorías en regulaciones ambientales,
así como asegurar la seguridad jurídica
e el aporte de inversiones financieras.
Palavras clave: Bosque Atlántico;
Corredor Central da Mata Atlântica;
especies exóticas invasoras;
restauración ecológica; biodiversidad.
Introdução
A Mata Atlântica é amplamente
reconhecida como uma das regiões de
maior diversidade biológica e
endemismos do mundo, sendo
considerada uma das prioridades globais
para a conservação da biodiversidade
(Myers et al. 2000; Pinto et al. 2012).
Ao mesmo tempo, foi a base da
consolidação e da formação histórica do
Brasil, passando por vários ciclos de
conversão de florestas naturais para
outros usos da terra que resultaram em
paisagens antropizadas (Dean, 1997).
Estimativas indicam que restam
somente entre 11,4% e 16% da
cobertura florestal original (Ribeiro et
al. 2009), o que exigirá ações em larga
escala e integradas para proteger e
manejar as florestas remanescentes e
resgatar áreas desmatadas e degradadas.
Espécies exóticas invasoras são uma das
principais causas atuais de perda de
biodiversidade, com consequências
sociais e econômicas em todo o mundo
(Mooney & Hobbs, 2000; Gurevitch &
Padilla, 2004; Clavero & García-
Berthou, 2005). O manejo dessas
espécies é um aspecto fundamental da
restauração ambiental (Cornish &
60
Burgin, 2005; Brancalion et al. 2015). A
importância do tema foi reconhecida
pela CDB nas chamadas “Metas de
Aichi”, que fazem parte do plano
estratégico para 2020, estabelecido na
Conferência das Partes realizado em
Nagoia, no Japão (COP-10), em outubro
de 2010. A Meta 9 trata de medidas de
prevenção, erradicação e controle de
espécies exóticas invasoras que devem
ser colocadas em prática pelos países
signatários da Convenção.
Nesse contexto, a restauração ambiental
é um elemento essencial nas estratégias
de conservação da Mata Atlântica,
assim como do resgate dos serviços
ambientais, na adequação de
propriedades rurais e no estímulo ao
crescimento de uma economia baseada
na cadeia produtiva da restauração
ambiental (Mesquita et al. 2010;
Calmon et al. 2011; Brancalion et al,
2012). A avaliação do Pacto pela
Restauração da Mata Atlântica,
movimento multissetorial em operação
no bioma desde 2009, indica que
existem pelo menos 17 milhões de
hectares para ações de restauração
ambiental na Mata Atlântica. Esse
número leva em consideração as
exigências da Lei sobre a Proteção da
Vegetação Nativa (“Novo Código
Florestal Brasileiro”, Lei nº 12.651, de
25 de maio de 2012), a importância da
biodiversidade e a conectividade da
paisagem, sem necessidade de interferir
em áreas de alta aptidão agrícola
(Calmon et al. 2011).
O tema se tornou ainda mais importante
a partir do compromisso internacional
assumido pelo Brasil na Convenção
sobre Diversidade Biológica (CDB) de,
pelo menos, recuperar 15% dos
ecossistemas degradados no país. Mas,
para manter um bioma tão complexo e
biodiverso como a Mata Atlântica,
talvez seja necessário restaurar áreas
além dessa meta estabelecida pela CDB.
Análises recentes sobre a estrutura de
comunidades de aves, anfíbios e
mamíferos na Mata Atlântica indicam
que a integridade das comunidades
desses três grupos é mantida até o limiar
de cerca de 30% de cobertura florestal
em um dado território (Banks-Leite et
al. 2014). Portanto, seria necessário,
praticamente, duplicar a cobertura
florestal atual da Mata Atlântica para
garantir a conservação da
biodiversidade em longo prazo.
Para alcançar esse novo patamar, é
preciso aumentar a eficiência dos
trabalhos de restauração ambiental,
ampliando o ferramental em uso,
provendo capacitação técnica,
61
facilitando processos de autorização e
assegurando que os investimentos feitos
revertam em projetos de sucesso, com
boa resiliência, e que dispensem
intervenções de manutenção a partir de
um ou dois anos de tratos culturais.
Apesar de abrigar os principais centros
de restauração ambiental do país, com
décadas de experiências e ações
realizadas (Rodrigues et al. 2009a), a
restauração da Mata Atlântica constitui
um grande desafio, visto que as
estratégias e intervenções necessárias
esbarram em dificuldades técnicas,
legais e econômicas em um ambiente
sob forte pressão antrópica.
Nesse artigo é apresentada uma
avaliação da situação da restauração
ambiental em um contexto de
ocorrência de espécies exóticas
invasoras na Mata Atlântica brasileira,
tendo como referência o Corredor
Central da Mata Atlântica (CCMA),
região chave e um dos centros de
endemismo do bioma. Para a avaliação
da situação de ocorrências e desafios
relacionados ao controle de espécies
exóticas invasoras na região foram
realizadas visitas de campo e entrevistas
com atores chave no ano de 2011.
Restauração Ambiental e Espécies Exóticas Invasoras no Corredor Central da
Mata Atlântica
O Corredor Central da Mata Atlântica
representa um exemplo das contradições
e necessidades de uma agenda integrada
de restauração ambiental e controle de
espécies exóticas invasoras. Cobrindo
mais de 12 milhões de hectares de áreas
com alta diversidade biológica no sul da
Bahia e o estado do Espírito Santo,
entre o Nordeste e Sudeste do Brasil, o
CCMA é uma região chave para a
conservação da biodiversidade do
bioma e foi selecionado pelo Ministério
do Meio Ambiente para uma
experiência de planejamento e
conservação em larga escala na país
(Ayres et al. 2005; MMA, CI &
Fundação SOS Mata Atlântica, 2006;
Martini et al. 2007).
A situação de perda florestal no CCMA
segue o padrão do bioma. A região tem
menos de 17% da cobertura florestal
original (Ribeiro et al. 2009) e a
fragmentação é acentuada, com mais de
98% dos remanescentes em áreas
menores ou iguais a 100 hectares (Pinto
et al. 2006). A planta mais comumente
encontrada no CCMA como obstáculo à
62
regeneração natural e recuperação
ambiental é a braquiária (Urochloa
decumbens e outras do gênero), que
aumenta as dificuldades e os custos
operacionais. Outras espécies exóticas
invasoras comuns na região são:
dendê (Elaeis guineensis), nativo da
África Ocidental, extremamente
frequente nas formações florestais
do sul da Bahia, estabelecendo áreas
de total dominância (Figura 1);
acácia (Acacia mangium), nativa da
Austrália, de reprodução precoce e
disseminação por aves, agressiva
invasora de restingas, áreas abertas e
pouco sombreadas;
jaqueira (Artocarpus heterophyllus),
nativa da Ásia, invasora de
formações florestais e, como o
dendê, bastante dominante,
possivelmente por alelopatia,
impedindo a permanência e a
regeneração de espécies nativas
(Figura 1);
leucena (Leucaena leucocephala), nativa da América Central, introduzida como
forrageira, podendo ser bastante dominante e atrapalhar a regeneração e a sucessão
natural de espécies nativas;
sansão-do-campo ou sabiá (Mimosa caesalpiniifolia), nativo da Caatinga no
nordeste do Brasil, utilizado para cerca-viva, invasor em restingas e outras áreas
pouco sombreadas.
a. Técnicas de restauração
Entre as técnicas comumente adotadas
em projetos de restauração ambiental
executados em áreas de vegetação
nativa estão a nucleação, o adensamento
e o enriquecimento, utilizando-se
espécies de vários grupos ecológicos
que se propagam a partir da implantação
inicial. Em áreas dominadas por
gramíneas africanas como braquiária
(Urochloa spp.), capim-elefante
(Pennisetum spp.) ou capim-colonião
(Megathyrsus maximus), essas técnicas
são limitadas porque as mesmas
impedem a regeneração de outras
espécies. Nesses casos é preciso gerar
uma cobertura densa de copas, usando
espaçamentos pequenos de plantio para
maximizar o sombreamento das
gramíneas e facilitar a sua exclusão
(Brancalion et al. 2015; Rosas et al.
2015; Standish, 2002).
63
Essa abordagem de plantios em alta
densidade pode implicar o uso de 3.500
a 5.000 mudas por hectare ou mais,
contra apenas 1.500 a 1.800 mudas em
ambientes sem invasão biológica,
número previsto para uso em alguns dos
projetos avaliados no CCMA. As áreas
invadidas por gramíneas exóticas
requerem manutenção intensiva, feita
em geral por roçadas mecânicas
frequentes, para evitar que as mudas
plantadas sejam sufocadas pelas
gramíneas exóticas, aumentando ainda
mais os custos, que pode ser
multiplicado por 2 a 3 vezes em relação
a projetos em áreas sem gramíneas
africanas.
Figura 1. (a) subosque de uma floresta no sul da Bahia, Brasil, com regeneração exclusiva de dendê, Elaeis guineenses; (b) subosque de floresta com regeneração
exclusiva de jaqueira, Artocarpus heterophyllus (Fotos: Sílvia Ziller, Instituto Hórus).
Embora ideal, a exigência pelo uso de
um número elevado de espécies nativas
para fins de restauração ambiental pode
dificultar ainda mais o alcance dos
resultados estipulados em projetos. A
grande parte dos viveiros comerciais
não está preparada para atender projetos
de restauração ambiental, como
observado para a rede de viveiros do
CCMA (IBio, 2007), pois apresentam
problemas de planejamento, gestão e
domínio técnico da produção de mudas
e sementes. É comum que os viveiros
não disponham de espécies pioneiras
nem arbustivas, produzam espécies
exóticas e exóticas invasoras e não
trabalhem com uma diversidade elevada
de espécies da flora nativa, oferecendo
poucas opções viáveis a projetos de
restauração ambiental.
Em consequência da falta de
alternativas oferecida por muitos
viveiros, o uso de espécies nativas que
não são as mais adequadas e pouco
adaptadas para o contexto de áreas
degradadas leva a elevados percentuais
de mortandade das mudas, aumentando
64
novamente os custos pela necessidade
de reposição ao mesmo tempo que
reduzem a viabilidade de manutenção
dos plantios em projetos de curto prazo.
A ineficácia de algumas espécies
nativas num meio de alta competição
pode, por exemplo, comprometer o
potencial de sombreamento e não evitar
a ocupação de gramíneas exóticas
agressivas (Brancalion et al. 2009a). Se
a reposição não é feita, ou se é feita com
espécies que não vão suportar o
ambiente de plantio, ou se o projeto
termina sem manutenção suficiente,
ficam formadas clareiras com gramíneas
africanas que seguem impedindo a
restauração das áreas alvo, ainda que
possa haver árvores eventuais em
crescimento. Ainda assim, a
regeneração não continua de forma
espontânea, sem manutenção
continuada.
Plantios de restauração ambiental em
nucleação ou em linhas/faixas, que
visam criar sombreamento mais denso
em alguns pontos sem cobrir toda a área
a ser restaurada, tendem a não se
expandir em meio a contextos de
dominância de gramíneas africanas
(Figura 2). Essas áreas podem ficar
estagnadas apesar do enriquecimento
com espécies arbóreas e fracassar no
processo de restauração ambiental,
como observado em alguns projetos no
CCMA. Para agregar à dificuldade de
eliminação das plantas invasoras,
projetos de restauração ambiental são
muitas vezes desenhados para execução
em um período de um a dois anos em
função de limitações de financiamento.
Esse tempo pode ser suficiente para a
realização de plantios extensos, porém
na presença de gramíneas exóticas
invasoras tende a ser insuficiente para
prover a manutenção necessária, em
especial se as técnicas empregadas para
o controle das gramíneas não forem
efetivas. A roçada mecânica raramente
consegue ser mais do que um paliativo,
pois não é suficiente para fazer cessar o
efeito alelopático (Barbosa et al. 2008;
Rodrigues et al. 2012; Souza et al.
2006) e de competição da braquiária e
de outras invasoras. Para ativar a
regeneração natural ou a germinação do
banco de sementes de espécies nativas é
preciso eliminar essas plantas de modo
a fazer cessar esses efeitos.
65
Figura 2. (a) sítio de restauração florestal realizado em linhas em área dominada por braquiária, no sul da Bahia, Brasil; (b) área dominada por braquiária Urochloa
decumbens impedindo a regeneração natural, Parque Nacional do Descobrimento, Bahia, Brasil (Foto: Sílvia Ziller, Instituto Hórus).
Como as braquiárias se recuperam da
roçada e voltam a produzir sementes em
30 dias ou menos, os projetos deveriam
programar roçadas mecânicas a cada 20-
25 dias na época de chuvas ou,
dependendo das condições climáticas
locais e da velocidade de recuperação e
produção de sementes das gramíneas
exóticas, de forma contínua. Esse é um
grande limitante, tanto em função dos
custos envolvidos quanto da logística
necessária. A dominância e o vigor da
braquiária e de outras espécies exóticas
invasoras podem ser observados no
CCMA e em diversas áreas no Brasil,
mesmo após anos de roçada mecânica
frequente.
b. Controle químico: usos e precauções
Face a essas situações bastante
concretas, é preciso reconhecer a
necessidade de controle químico para
aumentar a eficiência de trabalhos de
restauração ambiental, em especial
quando envolvem espécies exóticas
invasoras (Brancalion et al. 2015; Tu et
al. 2001). Afora exceções onde se
consegue vencer as gramíneas africanas
pelo sombreamento em ecossistemas
florestais com uso principalmente de
espécies pioneiras, assim como pela
manutenção em médio prazo, observa-
se com maior frequência a permanência
de gramíneas em áreas em restauração.
O controle químico proporciona
vantagens como a redução dos custos
em função do menor número de
intervenções necessárias, que se
reduzem a uma, duas ou três ao ano
contra 10 ou mais em caso de roçada
mecânica. Além disso, em função de
eliminar as plantas vivas, faz cessar o
efeito alelopático e a competição,
ativando, por consequência, a
germinação e a colonização por espécies
66
nativas cujo sombreamento
gradativamente reduz o vigor das
invasoras. Há casos em que apenas uma
intervenção é necessária para permitir a
formação de capoeirinhas que superam
a braquiária e então passam a evoluir
para estágios florestais naturais sem
maiores necessidades de intervenção
(Projeto de Restauração Ambiental da
Fazenda Arraial, Paraná, Norske-
Skog/Poyry 2010-2013).
É compreensível que haja, inicialmente,
algum mal-estar no tocante ao uso de
herbicidas com fins de restauração
ambiental. O histórico de promoção, a
falta de critério técnico e o uso
indiscriminado desses produtos para a
produção agrícola tem gerado conflitos
de ordem social e ambiental. É preciso
lembrar que as pessoas costumavam
lavar embalagens de agrotóxicos nos
rios, realizam aplicações sem
equipamentos de proteção individual
(EPI) e muitas vezes praticam doses
mais elevadas do que o necessário por
má orientação. O uso tópico de
herbicidas em tocos de árvores cortadas,
para impedir rebrote, assim como a
aspersão de gramíneas, são técnicas
importantes para viabilizar a restauração
ambiental. Para que isso seja viável sem
gerar impactos indesejáveis, a aplicação
deve ser feita por pessoal capacitado e
seguir todas as normas de segurança
pessoal e ambiental, assim como
respeitar condições climáticas e
ambientais adequadas. Também é
essencial fazer distinção entre os muitos
herbicidas disponíveis no mercado e
evitar o uso de produtos de alta
persistência ambiental, exsudação por
raízes de plantas e alta mobilidade no
solo.
Além de haver avanços em relação a
essas questões – embora, infelizmente,
as pessoas tendam ainda a pecar
especialmente no que diz respeito ao
uso de EPI – há também uma melhora
tecnológica importante, com produtos
menos agressivos ambientalmente, sem
exsudação por raízes e de degradação
rápida, em geral com meia-vida de 20 a
45 dias. É o caso dos princípios ativos
triclopir e glifosato, mundialmente mais
usados para controle de plantas exóticas
invasoras (Sheley & Petroff, 1999; Tu
et al. 2001). Quando esses produtos são
aplicados em tocos de árvores invasoras
cortadas, sua degradação é muitas vezes
mais rápida do que a degradação do
toco em si, estabelecendo-se uma forma
segura de trabalho com o produto
isolado no toco em decomposição.
No contexto da restauração ambiental,
que requer o controle de espécies
67
exóticas invasoras, a aplicação de
herbicidas deve ser considerada na
condução dos trabalhos no campo
(Gonçalves et al. 2003; Rodrigues et al.
2009b; Martins, 2011; Brancalion et al.
2015). De forma análoga, motosserras
podem ser usadas de forma adequada e
trazer benefícios, assim como gerar
impactos negativos. É preciso ressaltar
que a decisão de não implantar o
controle efetivo de espécies exóticas
invasoras tem consequências negativas,
pois equivale a permitir sua expansão e
o gradativo aumento de áreas
impactadas (Flory & Clay, 2010a; Flory
& Clay, 2010b).
Assim sendo, a pior decisão de manejo
é por não fazer nada, ou por não
permitir que algo seja feito. Isso ocorre
quando há falta de clareza, de base
técnica ou simplesmente de referência
nos órgãos responsáveis. Estudos têm
buscado ampliar o conhecimento e
analisar a aplicação e os efeitos dos
herbicidas na restauração ambiental no
Brasil (Flórido-Garcia, 2015;
Brancalion et al. 2009b; Martins, 2011),
o que virá a agregar à comprovação da
adequação e viabilidade de uso desses
produtos.
A necessidade desse conhecimento e
sua disseminação é premente para a boa
prática no campo. Num dos projetos
protocolados para licenciamento
ambiental no CCMA, no estado da
Bahia, houve permissão para o controle
de árvores de Eucalyptus e Pinus em
áreas de preservação permanente e
reservas legais – áreas destinadas à
proteção ambiental conforme o Código
Florestal Brasileiro –, mas a permissão
para Acacia mangium, presente nas
mesmas áreas, foi negada. Também foi
negada permissão para o uso de controle
químico nas áreas de preservação
permanente, ainda que se saiba que de
nada adianta apenas cortar eucaliptos ou
acácias, pois ambas as espécies
rebrotam de forma vigorosa, apenas
aumentando o trabalho a ser feito ao
longo do tempo.
Essa falta de coerência denota o
desconhecimento do assunto ou a falta
de referência num âmbito mais amplo,
tanto pela importância da medida de
controle quanto à perda de oportunidade
de cobrir uma área e permitir que uma
de três espécies dê continuidade ao
processo de invasão. Obviamente o
custo e o esforço para repetir o processo
são dobrados, o que gera desestímulo
com relação à ação em si.
c. Lacunas de informação sobre
espécies exóticas invasoras
68
A escassez de listas oficiais de
referência para espécies exóticas
invasoras no Brasil e a deficiência de
formação técnica generalizada no
assunto específico cria condições de
insegurança para os técnicos em todos
os âmbitos, desde os responsáveis pela
emissão de autorizações até os
responsáveis por projetos de restauração
ambiental no campo. Num contexto de
múltiplas interpretações e poucas
referências legais, aqueles que se
sentem inseguros tendem a não correr
riscos e evitar a emissão de
autorizações, o que gera um impacto
altamente negativo nos esforços de
restauração ambiental em curso.
A consequência dessa realidade é
comumente constatada pela constante
presença de espécies exóticas invasoras
em unidades de conservação no CCMA
e também em outras áreas (Ziller &
Dechoum, 2013; Sampaio & Schmidt,
2013). Embora já exista a percepção de
sua presença, existem muitas dúvidas
sobre o potencial impacto ou sobre o
processo de invasão em si. O processo
inicial tende a ser lento e pouco visível,
enquanto que áreas totalmente
dominadas por uma ou mais espécies
exóticas invasoras têm mais baixa
viabilidade de erradicação ou controle
efetivo. De qualquer maneira, seja qual
for a situação, existem dúvidas sobre os
métodos de manejo que devem ser
empregados.
A falta de clareza sobre a legislação
vigente é um problema comum e um
fator preocupante por manter as pessoas
em estado de espera, com receio de
implicações legais, ao invés de
dedicadas à ação. Em função disso,
muitas oportunidades de ação concreta
em situações de invasão biológica em
fase inicial estão sendo perdidas. Ações
de controle que, nessa fase, podem levar
à erradicação de populações de espécies
invasoras, conter seu avanço ou limitar-
se a intervenções periódicas rápidas e de
baixo custo irão, com o passar do
tempo, tornar-se onerosas em tempo e
recursos. As oportunidades de controle
de focos iniciais e de populações
pequenas de espécies exóticas estão
sendo deixadas de lado devido a
dúvidas sobre a necessidade, a
viabilidade, a forma de manejo e o
respaldo legal a essas ações.
Políticas Relativas a Espécies
Exóticas Invasoras e à Restauração
Ambiental
O Decreto 2.519, de 16 de março
de1998, promulga a Convenção sobre a
Diversidade Biológica (CDB) no Brasil,
69
incluindo no seu Artigo 8, item h, o
compromisso de prevenir a introdução,
e controlar ou erradicar espécies
exóticas no país. Em consonância com o
Decreto acima citado, a Comissão
Nacional de Meio Ambiente –
CONABIO – publicou, em outubro de
2009, a Estratégia Nacional para
Espécies Exóticas Invasoras através da
Resolução no. 5.
Entre diversos componentes da
Resolução no. 5 do CONAMA constam
medidas de prevenção à introdução de
espécies e ações de controle e
erradicação, além do estabelecimento de
marcos legais regulatórios, que incluem
a publicação de uma lista oficial de
espécies exóticas para o país. Outros
marcos legais importantes sobre esse
tema no Brasil são:
Resolução CONAMA no. 429/2011,
que dispõe sobre a metodologia de
recuperação das Áreas de
Preservação Permanente - APP e
reconhece como ação de interesse
social o controle de espécies
exóticas invasoras nessas áreas;
Lei Federal no. 11.428/2006, que
dispõe sobre a utilização e proteção
da vegetação nativa do Bioma Mata
Atlântica, considera de interesse
social as atividades imprescindíveis
à proteção da integridade da
vegetação nativa, e dentre essas, a
erradicação de espécies exóticas
invasoras;
Lei no. 9.985/2000 do Sistema
Nacional de Unidades de
Conservação, que proíbe a
introdução de espécies exóticas em
unidades de conservação;
Lei no. 9.605/1998 de Crimes
Ambientais, regulamentada pelo
Decreto no. 6.514/2008, que prevê
penalidades para a introdução ilegal
de espécies no país e para a
disseminação de espécies exóticas
invasoras que ameacem outras
espécies, habitats ou ecossistemas
(Artigo 61).
O reconhecimento legal da importância
da prevenção e do controle de espécies
exóticas invasoras, inclusive em áreas
legalmente protegidas, como áreas de
preservação permanente e unidades de
conservação, está retratado nessa
legislação. Assim sendo, não deveria
haver motivo para a negação de
autorizações para controle dessas
espécies em projetos de restauração
ambiental e iniciativas análogas. Se isso
continua acontecendo, a dificuldade está
no conhecimento dos marcos legais, das
espécies exóticas invasoras ou no
possível uso de controle químico?
70
A Base de Dados Nacional de Espécies
Exóticas Invasoras gerenciada pelo
Instituto Hórus de Desenvolvimento e
Conservação Ambiental mantém o
registro das espécies já reconhecidas
como invasoras no Brasil
(http://i3n.institutohorus.org.br/www).
As agências ambientais dos estados do
Paraná, de Santa Catarina e do Rio
Grande do Sul promulgaram listas
oficiais para referência estadual em
2007, 2012 e 2013, respectivamente. O
estado de São Paulo publicou uma lista
bastante restrita, o Espírito Santo
mantém uma lista online para referência
a atividades de restauração ambiental e
o Rio de Janeiro tem uma lista
elaborada e validada por um grande
grupo de profissionais e cientistas da
área ambiental, porém não publicada
oficialmente.
Muitas outras bases de dados estão
online em nível global para dirimir a
grande parte das dúvidas sobre a
capacidade invasora de espécies
exóticas, como a Base Global
coordenada pelo Grupo Especialista em
Espécies Invasoras da União
Internacional para a Conservação da
Natureza (ISSG/IUCN), o Compêndio
Global de Espécies Invasoras da CABI,
organização internacional de base no
Reino Unido dedicada a assuntos de
agricultura e biodiversidade, o
Compêndio Global de Plantas
Invasoras, da Austrália e diversas bases
de dados nacionais na América Latina
(Rede IABIN – I3N).
Há uma noção generalizada e infundada
de que existe no Brasil uma lei que
proíbe o uso de herbicidas em áreas
legalmente protegidas. A Portaria no. 14
publicada pelo Instituto Brasileiro dos
Recursos Naturais Renováveis
(IBAMA), em 26 de maio de 2010,
renovado como Instrução Normativa no.
7, em 2 de julho de 2012, permitiu a
utilização, em caráter emergencial, de
herbicidas à base de triclopir ester
butoxi etílico, imazapir e glifosato em
unidades de conservação. Essas normas
foram publicadas com vistas a viabilizar
a realização de testes de eficácia no
processo de registro definitivo dos
respectivos produtos no IBAMA, para
fins não agrícolas. Em abril de 2016 foi
aprovado o registro definitivo de Garlon
NA, à base de triclopir, para uso não
agrícola. Essa aprovação deixa clara,
por fim, a legalidade de uso desse
produto para fins de controle de plantas
exóticas invasoras em ambientes
naturais, independentemente de sua
classificação como área sob proteção
legal.
71
Com esse registro consolidado, não
deve haver mais motivos para
postergar-se o controle de espécies
exóticas invasoras em áreas destinadas à
restauração ambiental ou em áreas
legalmente protegidas. Talvez a questão
maior continue sendo a veiculação de
informações adequadas.
Conclusões
Dados os esforços consideráveis em
andamento para a restauração de áreas
degradadas na Mata Atlântica, é
importante que estejam claras as
lacunas e as demandas de
responsabilidade técnica com vistas a
facilitar o alcance de metas
estabelecidas em programas e projetos
dessa natureza.
Conforme exposto, o problema mais
frequente tem sido a dificuldade de
vencer a dominância de braquiária e,
eventualmente, de outras gramíneas
africanas em áreas degradadas. Outras
espécies exóticas invasoras têm sido
negligenciadas, em especial em
ambientes florestais, como o dendê e a
jaqueira na região do CCMA. Nesse
contexto, algumas ações e medidas
importantes podem e devem ser
aperfeiçoadas e aplicadas. São elas:
promover a realização de seminários
técnicos específicos sobre
restauração ambiental, envolvendo
as agências ambientais municipais,
estaduais e federais, para ampliar o
conhecimento sobre o tema, buscar
consenso e diminuir os obstáculos à
restauração da Mata Atlântica;
proporcionar segurança e respaldo
legal para os técnicos atuarem na
restauração ambiental que envolve o
controle de espécies exóticas
invasoras, utilizando os métodos
mais adequados a partir de
embasamento técnico-científico,
inclusive o uso de controle químico;
ampliar os investimentos na
formação de pessoal qualificado no
manejo e na aplicação de medidas
de prevenção à introdução e à
disseminação de espécies exóticas;
estimular viveiros de produção de
mudas a incluir em seu plantel
espécies adequadas para fins de
restauração ambiental, assim como
cessar a produção de espécies
exóticas invasoras para fins não
produtivos;
definir listas de espécies nativas
adequadas a distintos ecossistemas e
condições ambientais para fins de
restauração, para referência em
viveiros e projetos;
72
estimular o plantio de espécies
nativas em propriedades rurais para
fins de uso econômico, criando-se
alternativas para a recomposição de
reservas legais e evitando o uso de
espécies exóticas invasoras como
Acacia mangium, Leucanea
leucocephala e outras exóticas
invasoras;
publicar e revisar periodicamente
listas oficiais de espécies exóticas
invasoras, para que haja clareza e
referência específica para as
espécies utilizadas em programas e
projetos técnicos, licenciamento
ambiental, etc.
São inúmeros os desafios para a
ampliação e consolidação da
restauração ambiental como mecanismo
concreto de conservação da
biodiversidade e resgate de serviços
ambientais, tão essenciais para as
demandas da sociedade. No Brasil,
sobretudo, esse tema tem importância
crescente nas discussões para a
construção da Política Nacional de
Restauração da Vegetação Nativa
(PLANAVEG), na implementação do
novo Código Florestal Brasileiro, no
Pacto pela Restauração da Mata
Atlântica e nos compromissos
assumidos em acordos nacionais e
internacionais para a proteção da
biodiversidade e adaptação a mudanças
climáticas. A agenda do manejo de
espécies exóticas invasoras precisa,
cada vez mais, ser conhecida e
amparada no melhor conhecimento
técnico-científico, assim como integrada
à agenda da restauração ambiental e da
conservação da biodiversidade no
Brasil.
Agradecimentos
Esse trabalho foi financiado pela ONG Conservação Internacional em parceria com a
empresa Kimberly-Clark. Agradecemos também o apoio e informações de técnicos das
ONGs (Instituto Floresta Viva, Instituto BioAtlântica-IBio, Instituto de Estudos Sócio-
ambientais do Sul da Bahia-IESB, Organização de Conservação de Terras do Baixo Sul
da Bahia-OCT, The Nature Conservancy do Brasil), das empresas de papel e celulose
(Fibria, Veracel, Suzano), do Instituto Chico Mendes de Conservação da
Biodiversidade-ICMBio, do Instituto de Defesa Agropecuária e Florestal-IDAF e
Instituto Estadual de Meio Ambiente e Recursos Hídricos-IEMA do estado do Espírito
73
Santo, e do Instituto do Meio Ambiente e Recursos Hídricos-INEMA do estado da
Bahia.
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