Recension de La Infancia de Jesus de Ratzinger - Escudero Freire
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7/30/2019 Recension de La Infancia de Jesus de Ratzinger - Escudero Freire
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Redaccin de Atrio, 23-Diciembre-2012
ha escrito un libro sobre . Pretende ser historia y teologa.
En las mltiples incertidumbres histricas opta por de entender la fe, su teologadesde una Iglesia poderosa. Otros, con todo derecho, hacen lo mismo, pero desde
, con la atencin fija en el . es uno de
ellos. Y en este largo escrito tomadlo con calma, a dosis, en estas fiestas ofrecido
por dialoga con Ratzinger (lo resaltaremos en rojo) pero sobre todo expone
su
He ledo con la atencin debida el libro de Benedicto XVI sobre la infancia de Jess (Mateo
1-2 y Lucas 1-2). Los dos evangelios de la infancia utilizan fuentes muy distintas, con
relatos y escenas cuya finalidad teolgica es tambin muy diversa. Como conozco mejor la
obra lucana, slo voy a hacer la recensin de Lucas 1-2. Seguro que algn experto enMateo 1-2 nos obsequiar con otra resea.
Uno de los criterios a tener en cuenta para entender mejor el contenido teolgico de estos
pasajes es que
Lucas presenta a Juan como el ltimo profeta del Antiguo Testamento, y a Jess
como Mesas, pero con unos ttulos que desbordan totalmente las previsiones y los
anuncios del Antiguo Testamento sobre l:
La Ley y los profetas llegaron hasta Juan, a partir de ah se anuncia el reinado de
Dios(Lc 16,16).
Ah se produce un corte, una verdadera ruptura, porque Jess no viene a completar la
Antigua Alianza, sino a iniciar algo radicalmente nuevo y definitivo: la llegada del reinado
de Dios. Querer mezclar y hacer componendas entre el Antiguo y Nuevo Testamento
llevara a la ruina de ambos:
Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque, si no, el vino nuevo revienta los odres;
el vino se derrama y los odres se echan a perder. No, el vino nuevo hay que echarlo en
odres nuevos(Lc 5,37-38).
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Sera bueno tambin recordar que, aunque el Mesas haba sido anunciado de distintas
maneras y por diversos profetas, el contenido de estos anuncios difiere cualitativamente de
los ttulos y prerrogativas con que est adornado Jess, no slo despus de la resurreccin;
estas prerrogativas le pertenecen ya desde su concepcin y nacimiento. As el
ttulo Santo, aplicado slo a Yahv en el AT, se le atribuye tambin a Jess en Lucas 1,35; el
deSeor, propio de la resurreccin, Lucas se lo aplica a Jess en muchos pasajes de suEvangelio; tambin se lo atribuye en el Evangelio de la infancia (Lc 1,17; 2,11). El ttulo Hijo
de Dios, con el que culmina la cristologa de la Anunciacin (Lc 1,35), es trascendente y
est de acuerdo con las primeras palabras de Jess(Lc 2,49), donde Jess contrapone su
Padre celeste a su padre terrestre, Jos. El ttulo de Mesas, siguiendo el linaje de David y
con la connotacin de poder y dominiosobre todas las naciones de la tierra, es rechazado
frontalmente por todos los evangelistas: el mesianismo de Jess es de servicio y
solidaridad con los ms pobres y necesitados, no de dominio y poder.
Estas contraposiciones entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, y entre Juan Bautista y
Jess, tienen que ser examinadas con rigor, para entender adecuadamente la teologa delEvangelio de la infancia de Lc.
Lc, despus de un pequeo prlogo a toda su obra (Lc 1,1-4), comienza el Evangelio de la
infanciacon el anuncio de la concepcin y nacimiento de Juan Bautista (Lc 1,5-25). Antes
de examinar algunas afirmaciones de Benedicto XVI sobre el contenido de esta narracin,
comprobemos las circunstancias que la rodean.
- Esta escena nos introduce en un ambiente marcadamente sagrado: Zacaras
es sacerdote(Lc 1,5). Mientras presta su servicio sacerdotal, entra en el santuario a ofrecer
el incienso, pero la muchedumbre del pueblo est fuera (Lc 1,8-10). Es decir, Zacaras se
encuentra en lugar sagrado, celebrando uno acto de culto sagrado, que slo podan
celebrar los sacerdotes: est en el lugar oficial de las manifestaciones divinas. El
pueblo, que no cuenta para nada, permanece fuera, haciendo su propia
oracin. Zacaras, en claro contraste con el pueblo,representa lo sagrado; el pueblo, lo
profano, lo que pertenece a su vida cotidiana. Pues bien, en este ambiente sagradoes
donde se le aparece el ngel del Seor a Zacaras y le anuncia el nacimiento de Juan, a
pesar de que l es mayor, y su esposa Isabel mayor y estril. Anuncia tambin el carcter
proftico de Juany afirma que ser precursor de Jess, el Seor(Lc 1,11-17).
Zacaras, a pesar de ser sacerdotey de estar inmerso en el mbito de lo sagrado, se
muestra incrduloante el anuncio del ngel:
Qu garanta me das de eso? Porque yo ya soy viejo y mi mujer de edad avanzada(Lc
1,18).
Lo que podra considerarse como una simple objecin de Zacaras ante el anuncio del
ngel, requerida por el gnero literario de anuncios, aqu se convierte en falta de fe en el
mensaje divino, porque Zacaras conoca sin duda otras concepciones del Antiguo
Testamento, similares a la que le haba anunciado el ngel: anuncio del nacimiento de Isaac
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(Gn 18,10-14); anuncio del nacimiento de Samuel (I Sam 1). Por eso esta incredulidadante
el anuncio del ngel lleva consigo un castigo ejemplar:
Pues mira, te vas a quedar mudo y no podrs hablar hasta el da en que eso suceda, por
no haber dado fe a mis palabras, que se cumplirn en su momento(Lc 1,20).
La conclusin es clara: Zacaras, sacerdote, celebrando un acto sagrado en el santuario, no
tiene fe, no se fa del mensaje del Seor. Puesto que l aparece como el ltimo sacerdote
del Antiguo Testamento, antes de la concepcin de Jess, el castigo de quedarse mudo
tiene carcter simblico: Lucas hace enmudecer a toda la casta sacerdotal, porque hacer
gala de lo sagradopara distinguirse y distanciarse del pueblo, encumbrarse, ser objeto de
honores y celebrar ritos sagrados, sin tener fe;es un verdadero fraude. Al salir del
santuario ya no pudo comunicarse de manera normal con la multitud que estaba fuera, slo
por seas. De hecho Zacaras volver a hablar despus del nacimiento de su hijo Juan, pero
no como sacerdote, sino como profeta por la irrupcin del Espritu Santo sobre l:
Zacaras, su padre, lleno de Espritu Santo, profetiz: Bendito sea el Seor Dios de
Israel (Lc 1,67-68).
As pues, Lucas, desde la primera pgina de su Evangelio, afirma que el
sacerdocio del Antiguo Testamentoya no tiene nada que comunicar al pueblo, a pesar de la
tradicin sagrada seculary del respeto que esta institucin le mereca a la gente. Fiarse de
Dios es lo fundamental, y la fe no est relacionada con el sacerdocio, sus ritos y los lugares
sagrados.
pasa por alto estas conclusiones sobre lo sagrado y la falta de fe del
sacerdote Zacaras, y, sobre todo, llama la atencin que considere sacerdote a JuanBautistaen este relato. Escribe: el sacerdocio de Juan Bautista va hacia Jess; en Juan
todo el sacerdocio de la Antigua Alianza se convierte en una profeca de Jess . Y ms
adelante: Juan que se llenar de Espritu Santo ya en el vientre materno(Lc 1,15), vive
siempre, por as decirlo, en la Tienda del Encuentro, es sacerdote no slo en determinados
momentos, sino con su existencia entera, anunciando as el nuevo sacerdocio que
aparecer con Jess .
Con este tipo de afirmaciones, la exgesis se resiente a causa de ideas preconcebidas,
porque ni Juan Bautista aparece en esta narracin como sacerdote, ni anuncia ningn
sacerdocio de Jess, que nunca aparece como sacerdoteen la obra lucana. Llenarse de
Espritu Santo ya en el vientre materno(Lc 1,15) se refiere a la condicin profticade Juan,
que ir por delante del Seor, con el espritu y poder de Elas preparndole al Seor un
pueblo bien dispuesto(Lc 1,17). Juan aparece, pues, como el ltimo profeta del Antiguo
Testamento,con el espritu y poder de Elas. As es tambin presentado por su padre
Zacaras en el Benedictus:
A ti, nio, te llamarn profeta del Altsimo, porque irs delante del Seor, a preparar sus
caminos. (Lc 1,76).
se apoya en el hecho de que no beber ni vino ni licor(Lc 1,15) para afirmar
que Juan essacerdote , pero esta afirmacin no se refiere a su sacerdocio, sino a su vidaaustera en el desierto,privndose de bebidas alcohlicas, en sintona con su vestimenta y
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alimentos: Juan iba vestido con pelo de camello, con una correa de cuero a la cintura y
coma saltamontes y miel silvestre(Mc 1,16). Su voz proftica, desde el
desierto, constituye un claro desafo a los sacerdotes y al templo. La afluencia masiva para
recibir el bautismo de Juan en el Jordn indica claramente que el templo, con todo lo que
representaba, ya estaba desprestigiado en esta poca. Pero los mayores ataques contra el
templo y los sacerdotesno vinieron de Juan Bautista, sino del mismo Jess. Los profetasfueron anunciando la reforma del culto;Jess, su abolicin.
En el anuncio de la concepcin de Jess, como contrapunto y contraste dialctico,
captaremos todo lo afirmado con mayor claridad, porque la historia de Jess corre paralela
a la de Juan Bautista en el Evangelio de la infancia;este paralelismo es antittico, es decir,
de contraste y confrontacin, y resalta de manera muy plstica las prerrogativas de Jess, y
otros aspectos relevantes del Evangelio. Este paralelismo nos lleva a descubrir en Jess una
personalidad misteriosa y compleja: no hay personaje alguno en el Antiguo Testamento que
se le pueda aproximar; nos quedamos, pues, sin puntos de referencia. La figura de Jess
con sus prerrogativas desborda tambin cualitativamente la de Juan Bautista. De hecho,Lucas afirma que con Jess empieza algo radicalmente nuevoy en su Evangelio lo va
resaltando de diversa forma.
Lucas 1,26-38.
Veamos, pues, los rasgos ms caractersticos del anuncio de la concepcin y del nacimiento
de Jess (Lc 1,26-38). Al leer detenidamente esta narracin, lo primero que salta a la vista
de manera global es que la escena de Zacaras y Juan Bautista tiene como paralelo la de
Isaac, y la de otros personajes importantes del Antiguo Testamento, cuyos hijos nacieron
de madres estriles y de padres de edad avanzada. La narracin de Jess, por el contrario,
apunta directamente, a travs del Espritu creador, a la creacin de Adn, realizada
directamente por Dios. Esta primera creacin ha fracasado, y Jess aparece como la nueva
creacin, es decir, con l se realiza un nuevo comienzo. Este paralelismo juega a favor de
Jess, nacido tambin de Dios (de su Espritu), y principio, no slo de una nueva
creacin, sino tambin de una nueva humanidad . El paralelismo que Lucas establece con
Adn exime a Jess de pertenecer al Antiguo Testamento, y para l cesa la obligacin de
someterse a los ritos, leyes y lugares sagrados que han ido apareciendo a lo largo de la
historia de Israel. Otra cosa es que sus padres, como buenos judos, hayan cumplido con
Jess los ritos que ordenaba la Ley mosaica.
prescinde de detalles importantes, dignos de resaltar en esta narracin. Poreso vamos a detenernos, en primer lugar, en aquellos aspectos significativosque
establecen una clara contraposicin entrelo sagrado y lo profano. El ngel Gabriel, al
aparecerse a Mara, lo hace en Nazaret, poblacin desconocida en el Antiguo Testamento, y
por tanto no ligada a las promesas mesinicas. Adems, Nazaret se encuentra en Galilea,
provincia alejada del poder poltico-religioso de las ms importantes instituciones judas,
cuyo centro era Jerusaln (Judea). No hallamos nada de carcter sagradoen esta escena: no
hay sacerdotes intermediarios, ni templo, ni ofrenda ritual, como en el caso de Zacaras.
Mara est en su casa y all tiene lugar el anuncio del ngel. Es una doncella sin
renombre, una desconocida, pero es la agraciada del Seor. As, por pura gracia, iniciativa y
gratuidad de Dios, Mara queda integrada en lo trascendente; irrumpe de manera directa ycon fuerza en la historia de la salvacin, inaugurada por Jess como reinado de
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Dios, quedando Jos, padre del nio, y de la estirpe de David, en un discreto segundo
plano. El anuncio del nacimiento de Jess aparece as enmarcado en el desarrollo de una
vida normal, en el devenir de lo cotidiano y sin relieve especial alguno: lo sagrado no
aparece aqu por ninguna parte.
Llama tambin la atencin que el ngel le diga a Mara:
Algrate, favorecida, el Seor est contigo(Lc 1,28).
As se refleja la alegraasociada siempre a la venida y al encuentro con Jess. Tambin se
refleja esa alegra mesinicaen el anuncio del nacimiento de Jess; el ngel les dice a los
pastores: Tranquilizaos, mirad que os traigo una buena noticia, una gran alegra (Lc
2,10). Favorecida, es lo mismo que agraciada; entre tantas mujeres israelitas que habran
podido ser elegidas como madre de Jess, Dios, por iniciativa propia, escoge gratuitamente
a Mara sin mrito especial alguno. Era una joven normal de su tiempo, desposada con Jos;
eso s, una gran desconocida para la clase dirigente y dominante de Israel que esperaba la
venida del Mesas con un esplendor y grandeza inusitados, y, por supuesto, con una
manifestacin apotesica en el templo, lugar sagrado por excelencia. Mara proclamar
profticamente esta predileccin de Dios por ella en el Magnificat:
Proclama mi alma la grandeza del Seor,
Se alegra mi espritu en Dios mi Salvador,
Porque se ha fijado (Lc 1,46-48).
Y en el mismo himno Lucas afirma:
Derriba del trono a los poderososY exalta (Lc 1,52).
Esta idea de que Dios elige a la gente sencilla, a los que no cuentan para los grandes de
este mundo, es recurrente en el Evangelio de Lucas.
Mara escucha el anuncio de Gabriel:
Pues mira, vas a concebir, dars a luz uno hijo y le pondrs de nombre Jess. Ser
grande, se llamar Hijo del Altsimo, y el Seor Dios le dar el trono de David su
antepasado; reinar para siempre en la casa de Jacob y su reinado no tendr fin(Lc 1,31-
33).
El ttulo principal de este pasaje es Hijo del Altsimo. Qu alcance tiene? Est claro que Hijo
del Altsimose contrapone al ttulo de Juan, profeta del Altsimo(Lc 1,76). En qu sentido?
Tanto H. H. Oliver , como R. Laurentin afirman la superioridad mesinicade Jess
sobre el carcter profticode Juan, ya que Jess nunca aparece como profeta en el
Evangelio de la infancia de Lucas. Pienso que el mismo Lucas, en el versculo 33, contexto
inmediato en que se encuentra el ttulo Hijo del Altsimo(Lc 1,32), da la respuesta
adecuada: se trata del ttulo mesinicoque corresponde a Jess, y que es superior a la
condicin proftica de Juan. Lo mismo pasa con el ttulo grande, aplicado a Juan (Lc 1,15) y
a Jess (Lc 1,32): grandeza proftica de Juan y grandeza mesinica de Jess. Estos ttulos
no son trascendentes.
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Terminado el anuncio, Mara pone una objecin :
Cmo suceder eso si no vivo con un hombre?
El ngel le contest:
El Espritu Santo bajar sobre ti y la fuerza del Altsimo te cubrir con su sombra; por eso
el que va a nacer ser llamado Santo, Hijo de Dios(Lc 1,34-35).
En este anuncio de Gabriel se encuentra la cristologa ms avanzada de toda la obra
lucana. Los ttulos abiertos a la trascendencia se deben a la irrupcin del Espritu Santo
sobre Mara(Lc 1,35): son los ttulos Santo e Hijo de Diosen sentido trascendente.
La novedad radical respecto al Antiguo Testamentono estriba en que Jess aparezca
como Mesas, en la lnea de la grandeza de David, sino en que se le atribuya el
ttulo Santo, slo aplicado de Yahv, y que aparezca como Hijo de Diosen sentido
misterioso, estricto y trascendente . No hay ningn personaje de la Antigua Alianza con
estos ttulos. La irrupcin del Espritu Santo sobre Mara est relacionada con estos ttulos
trascendentes, aplicados a Jess, que sealan y marcan un nuevo comienzo.Jess, pues,
desborda los anuncios y previsiones sobre el Mesasdel Antiguo Testamento.
En Lc 2,49, Jess haba llamado a Dios: mi Padre, contraponiendo y sobreponiendo esta
paternidad, a la paternidad natural de Jos: Mira con qu angustia te buscbamos tu
padre y yo(2,48). Hay tambin una conexin teolgica innegable con Lc 10,21-22. El
versculo 22 dice as:
Mi Padre me lo ha enseado todo. Quin es el Hijo, lo sabe slo el Padre. Quin es el
Padre, lo sabe slo el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar(Lc 10,22).
Este versculo trata, pues, de manera directa sobre el conocimiento nico y recproco entre
el Padre y el Hijo.Podemos, por eso, afirmar que el conocimiento exclusivo que Jess, el
Hijo, tiene de su Padre entraa una relacin profunda, nica y misteriosa con l, en sentido
trascendente.
Mara recibe este secreto, lo guarda en su corazn, y lo acepta por la fe, es decir, se fa de
Dios, ya que todava no est capacitada para comprender la profundidad del misterio de su
hijo. Es decir, Mara es presentada como creyente: acepta los acontecimientos que se van a
desencadenar sobre la personalidad y la misteriosa condicin de su hijo. sta es su
grandeza y en esto se diferencia de Zacaras. El padre de Juan, sacerdote, no cree en elanuncio del Seor (Lc 1,18-20); Mara, por el contrario, acepta el mensaje de Dios y
responde al ngel:
Aqu est la esclava del Seor; cmplase en m lo que has dicho(Lc 1,38).
Su confianza en Dios es total; cree que para Dios no hay nada imposible(Lc 1,37), y por
eso da su consentimiento al anuncio de Gabriel. sta es la verdadera grandeza de
Mara, haber sido la primera creyente en el misterio de Jess; por eso la primera
bienaventuranzadel Evangelio de Lucas es para ella (Lc 1,45) .Entr en casa de Zacaras
y salud a Isabel(Lc 1,40). Zacaras queda en un discreto segundo plano, y, en la escena,
que tiene una riqueza teolgica importante, las protagonistas son las dos mujeres, Mara e
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Isabel . Mara salud a Isabel, y su hijo dio un salto en su vientre(Lc 1,41).
Isabel, llena de Espritu Santo, proclama a voz en grito: Bendita t entre las mujeres y
bendito el fruto de tu vientre!(Lc 1,41-42). Y un poco ms abajo sale de su boca la
primera bienaventuranza:
t que has credo! Porque lo que te ha dicho el Seor se cumplir(Lc 1,45).
El objeto de nuestra fe, como la de Mara, es Jess, su persona, su actividad y su mensaje.
El reinado de Dios se identifica con l.
no distingue con nitidez entre los ttulos mesinicos y los trascendentes de
Jess (Lc 1,32-35). Parece darle a los ttulos mesinicosun mayor realce del que en
realidad tienen. Tampoco establece ningn contraste entre lo sagradode la escena de
Zacaras, y lo profano, inaugurado por Mara en la escena de la Anunciacin. Nadie se lo
podra pedir, siendo l, en este momento, Pontifex Maximus;detenta, por tanto, todoel
poder sagradoen su persona. Tampoco nadie espera de l que cambie de opinin en el
tema de la virginidad de Mara, ya que, desde el siglo IV, y, sobre todo desde el s.
V, Concilio de Calcedonia(451), la Iglesia oficial y la teologa tradicional durante siglos han
venido afirmando que Mara no concibi por medio de varn, como toda mujer que ha sido
madre, sino por obra del Espritu Santo.
Por eso, una vez examinada la posicin de Benedicto XVI sobre la virginidad de Mara,
quiero ofrecer una respuesta sencilla y lo ms completa posible sobre este tema, ante las
dudas de muchos cristianos que estn desorientados por lo que escuchan en reuniones,
crculos privados, opiniones aisladas, etc., sin saber cmo explicar y poder aceptar lo que
va siendo normal en la teologa ms avanzada de nuestro tiempo, es decir, que la
concepcin de Jess se ha realizado por obra de varn, como sucede en el caso decualquier otra persona.
en el apartado que titula: El nacimiento virginal, mito o verdad histrica?, p.
57, contiene algunas afirmaciones que, a mi juicio, convendra matizar. Refirindose a la
Anunciacin, afirma: Es la obediencia de Mara la que abre la puerta a Dios. La Palabra de
Dios, su Espritu, crea en ella al nio. Lo crea a travs de la puerta de su obediencia De
este modo se produce una nueva creacin, que, no obstante, se vincula al s libre de la
persona humana de Mara . Dos veces habla de cuando lo mscorrecto es hablar que renglones ms abajo es proclamada dichosa por
haber credo(Lc 1,45). Tampoco contrapone la fe de Mara, a la incredulidad del sacerdote
Zacaras. Con l enmudece el sacerdocio del Antiguo Testamento.
Ms adelante, escribe: Karl Barth ha hecho notar que hay dos puntos en la
historia de Jess en los que la accin de Dios interviene directamente en el mundo material:
el parto de la Virgen y la resurreccin del sepulcro, en el que Jess no permaneci ni sufri
la corrupcin. Estos dos puntos son un escndalo para el espritu moderno. A Dios se le
permite actuar en las ideas y los pensamientos, en la esfera espiritual, pero no en la
materia. Esto nos estorba .
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Lo primero que nos sorprende es que se equiparen dos acontecimientos, la resurreccin de
Jessy la virginidad de Maraque tienen poco que ver entre s: mientras que la
resurreccincentr el inters, por una necesidad vital de las primeras comunidades
cristianas, la virginidadde Mara ni se plantea en este primer estadio de las comunidades
cristianas. Adems, Karl Barth habla de la historiade Jess, y el hecho de la resurreccinno
pertenece a la historia, ya que no hubo testigos oculares; hay que hablar ms bien delmisterio de la resurreccin, que pertenece a la meta-historia;habla tambin de la
resurreccin del sepulcro, pero los relatos sobre el sepulcro vaco, que van surgiendo en
diversos lugares, tienen como finalidad expresar la fe en la resurreccin. Adems, una cosa
es que Dios puedaactuar en la materia y, otra es que lo haya hecho. Por lo dems, en la
Anunciacin no se habla de parto virginal, sino de concepcin virginal. Por eso, no
podemos admitir esta afirmacin tajante de Benedicto XVI: estos dos puntos el parto
virginal y la resurreccin real del sepulcro son piedras de toque de la fe Por eso la
concepcin y el nacimiento de Jess de la Virgen Mara son
y un signo luminoso de esperanza . La resurreccin de Jess s es piedra de
toque o fundamento de nuestra fe; la concepcin y el parto virginal de Mara, no. Loveremos a continuacin.
1. En relacin con la concepcin virginal de Mara, conviene saber que las comunidades
cristianas primitivas no se presentaron este problema. Les fue totalmente ajeno. Pablo, que
escribe sus cartas a partir de unos veinte aos desde la muerte de Jess, no habla
de virginidad de Mara;escribe:
Pero cuando se cumpli el plazo envi Dios a su hijo, nacido de mujer(Gl 4,4).
2. Es verdad que Mateo y Lucas usan fuentes hebreas distintas sobre la infancia de Jess, y,
para algunos telogos, slo coinciden en que Mara concibi sin obra de varn, por la
accin del Espritu Santo. Al comentar Lc 1,35, ya hice ver que la actividad del Espritu
Santo en Mara est relacionada, no con la virginidad, sino con las prerrogativas de su hijo,
al que se aplica el atributo Santo, exclusivo de Yahv, y del que se afirma que esHijo de
Dios en sentido trascendente.
3. Las mitologas antiguas, desde Egipto hasta Mesopotamia, para destacar la grandeza de
un personaje ilustre, afirmaban que dicho personaje haba nacido de la unin sexualentre
su madre y un dios. Esto se afirma de algunos faraones en Egipto, de emperadores asirios,y de grandes guerreros como Alejandro Magno. Tambin se aplica a algunos emperadores
romanos como a Octavio Augusto. En la Palestina del tiempo de Jess y en Asia Menor se
conocan estas tradiciones mitolgicas, y Lucas, pagano, de formacin helenista, y que
escribe para paganos, la utiliza tambin para resaltar la grandeza y excepcionalidad de
Jess. Eso s, en la narracin de la Anunciacin no hay vestigio alguno de la relacin sexual
de Mara con ningn dios. Se trata de la fuerza y el poder creativo del Espritu Santo, que
interviene en su seno, para indicar que Jess desde su concepcin tuvo la plenitud de ese
Espritu, y aparece as, con atributos sorprendentes, como la nueva creacin(Lc 1,34-
35). La referencia a la primera creacin y al poder creador del Espritu de Diosresulta aqu
determinante (Gn 1,1-2).
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4. Este planteamiento teolgicono niega que Jess haya nacido, como los dems seres
humanos, por concurso de un varn, en este caso de Jos. Con frecuencia encontramos en
los evangelios pasajes con un marcado contraste, pero el hecho de ponderar la grandeza o
excelencia de uno de esos dos trminos no anula la realidad o el contenido del otro. Es
evidente que en la escena de la Anunciacin se establece un claro contraste entre nacido de
varn y nacido del Espritu. Predomina nacido del Espritu, por las prerrogativas con queviene adornado Jess, el Hijo de Dios, pero no se niega la realidad del primer trmino, es
decir, la paternidad de Jos.
A manera de ejemplo, para clarificar este contraste en la Anunciacin, leemos en el
Evangelio de Lucas que una mujer dijo a voz en grito:
Dichoso el vientre que te llev y los pechos que te criaron! Pero Jess repuso:
Mejor: Dichosos los que escuchan el mensaje de Dios y lo cumplen!(Lc 11,27-28).
Es evidente queJess no niega la primera bienaventuranza referida a su madre, pero le da
ms importancia a la segunda. Mara cumpli con creces esta segunda
bienaventuranza, findose totalmente de la palabra de Dios en la escena de la Anunciacin.
Algo semejante encontramos en el Prlogo del Evangelio de Juan. Hablando el cuarto
evangelista de la Palabra, escribe:
Vino a su casa, pero los suyos no la recibieron.
Pero a los que la recibieron, los hizo capaces de ser hijos de Dios. A los que le dan su
adhesin, y stos no nacen de linaje humano, ni por impulso de la carne, ni por deseo de
varn, sino que nacen de Dios(Jn 1,11-13).
Aqu tambin se afirma que nacer de Dioses ms importante que nacer de varn. En
otro pasaje, Juan afirma lo mismo de otra manera. En conversacin con Nicodemo, Jess
afirma:
Te aseguro que si uno no nace de nuevo no podr gozar del reinado de Dios(Jn 3,3). En el
contexto (Jn 3,4-8) se asegura que este segundo nacimientoest relacionado con nacer
del Espritu.El Espritu, creador de algo nuevo, con carcter definitivo, aparece
constantemente en los evangelios.
En relacin con el dogma de la virginidad de Mara, que se puede aplicar tambin a otrosdogmas, es conveniente aclarar algunos trminos:
En cuanto a la virginidad de Marasostenida en los primeros concilios de la Iglesia, hay que
decir, ante todo, que en esos concilios se discutieron fundamentalmente verdades, sobre
todo, las relacionadas con los ttulos y las prerrogativas de Jess, que, evidentemente
implicaban tambin a Mara. Estas verdades se debatieron con pasin y con ardor, y
siempre hubo vencedores y vencidos. Los vencedores se llamaron a s mismos ortodoxos, y
a los vencidos les pusieron la etiqueta de heterodoxos o herejes. Los ortodoxos
proclamaban los dogmas, y alos as llamados herejesse les condenaba o anatematizaba, y
eran separados de la comunin de esa Iglesia triunfante. Pasados algunos siglos de la
historia de la Iglesia, el concepto de hereje se fue ampliando, y muchos eran torturados por
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orden de la Santa Inquisicin, o mandados al patbulo, el ms frecuente el de la hoguera.
Muchos siglos despus, algunas de estas herejasdejaron de ser tales porque estaban ms
conformes con los puntos centrales de los evangelios. As las cosas, conviene afirmar lo
siguiente:
- En los evangelios y el resto del Nuevo Testamento no hay dogmas, es decir, nohay verdades derivadas de una teologa especulativaque, a su vez, se apoya en conceptos y
argumentos filosficos, tomados de la filosofa clsica griega, sobre todo de Aristteles, y
de las diversas filosofas contemporneas a los escritos del Nuevo Testamento, entre las
que destaca la influencia del estoicismo.
- Tambin influyeron en la elaboracin de los dogmas las circunstancias histricas
concretas, casi siempre las de carcter poltico-econmico, que condicionaron incluso el
comienzo y la finalizacin de algunos concilios .
Los argumentos sacados de los Evangelios o del resto del Nuevo Testamento y del Antiguo,
son con frecuencia inconsistentes, por estar distorsionados o sacados de contexto. Como
contrapunto, y, dado el avance de la teologa en el siglo XX y en lo que va del XXI, algunos
de los dogmasque han ido surgiendo a lo largo de la historia de la Iglesia, han sido
sometidos a revisin, por la poca consistencia que tenan, al no encontrar un apoyo serio
en el Nuevo Testamento, o al chocar frontalmente contra las tendencias teolgicas ms
actuales y renovadas .
La Anunciacin y el marcado contraste con Zacaras, en lo tocante al tema de lo
sagrado, podramos resumirlo as:
En la Anunciacin, que tiene como centro la concepcin de Jess con sus prerrogativas
trascendentes, no hay vestigio alguno de lo sagrado. Tanto el lugar, la casa de Mara, como
la ciudad, Nazaret, como la regin, Galilea, estn lejos de los lugares y las instituciones
sagradas de Israel. Mara es a su vez una joven sencilla, de linaje desconocido, pero es la
escogida gratuitamente por Dios. Nos encontramos, pues, en el terreno de lo secular, de la
vida normal, de lo profano.
El contraste con Zacaras no puede ser mayor. En el anuncio al padre de Juan lo
sagradobrilla con todo el esplendor: el anuncio del ngel a Zacaras tiene lugar en eltemplo; l es sacerdote, y estaba prestando su servicio sacerdotal junto al altar; era una
ceremonia sagrada: ofreca el incienso. Este contraste alcanza su culminacin cuando
percibimos que, en medio de este ambiente sagrado, Zacaras no tiene fe.
Mara, por el contrario, fuera de todo ambiente sagrado, haciendo su vida normal y sin
llamar para nada la atencin, acepta el mensaje de Gabriel, da su consentimiento y es
proclamada dichosa por haberse fiado de Dios. La grandeza de Mara est en su fe, y la fe
es un acto humano libre de adhesin a Dios, y no pertenece al terreno de lo sagrado. Mara
es la primera creyente en Jess, pero, aunque su vida diaria discurre en la rutina y la
normalidad, tendr que seguir renovando, da a da, su fe ante el desconcierto causado por
su propio hijo, debido a su misteriosa personalidad. En esta escena tan importante de laAnunciacin ha intervenido directamente Dios, con una revelacin gratuita y trascendente,
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y ha tomado partido, no por el mbito de lo sagrado, sino de lo profano, de lo cotidiano, de
lo secular.
En la siguiente narracin, en la que Mara visita a Isabel, todo encaja de nuevo en el mbitode lo profano, de lo cotidiano y de la normalidad. A pesar de que Mara va a la casa de
Zacaras, ste queda relegado en la escena. Todo sucede entre Mara, su prima Isabel, y los
dos nios que estn en el vientre de sus madres. Pero la presencia de Jess en el seno de
Mara hace que Isabel se llene de Espritu Santo y llame dichosa a Mara por haber credo(Lc
1,41-45). No hay templo ni mediacin alguna sacerdotal. El Espritu se ha presentado de
nuevo al margen de lo sagrado.Jess posee la plenitud del Espritu de Dios, y lo derrama
aqu sobre Isabel con sola su presencia. El evangelio de Lucas seguir insistiendo en este
hecho, porque con Jess aparece siempre el influjo del Espritu Santo, en l y en las
personas que lo circundan y le prestan su adhesin. Ni el templo ni los sacerdotes
contemporneos de Jess podan proporcionar el don del Espritu, porque a esossacerdotes les faltaba la fe, como a Zacaras, y realizaban actos de culto llenos de ritos,
pero vacos de contenido.
Mara proclama luego el Magnificaty, terminado este himno, volvi a su casa(Lc 1,56).
A continuacin, Lucas narra el nacimiento de Juan Bautista(Lc 1,57-66). Cuando van a
circuncidarlo le quieren poner el nombre de su padre, Zacaras. Interviene la madre
diciendo que se va a llamar Juan. Como los acompaantes insistan en que ninguno de los
parientes se llamaba as, preguntaron a su padre por seas cmo quera que se llamara. l,
tomando una tablilla, escribi: su nombre es Juan. Todos se maravillaron y slo entonces
se desat su lengua y empez a hablar bendiciendo a Dios. Se haba cumplido lo anunciado
por el ngel, y Zacaras, lleno de Espritu Santo, (Lc 1,67). En su propia casa, sin
ritos ni ceremonias,desaparece el sacerdote de la escena, y, por iniciativa de Dios, surge el
profeta. Zacaras entona el Benedictus.Avanzado el himno, habla de la misin de su propio
hijo: Y a ti, nio, te llamarn , porque irs , a preparar
sus caminos(Lc 1,76).
Juan aparece, pues, como profeta, y su misin es ir delante del Seor, a preparar sus
caminos. Este es uno de los pasajes importantes del Evangelio de la infancia en que Lucas
aplica el ttulo de Seor, propio de Yahv, a Jess, antes de que ste naciera.
Esta escena termina hablando de Juan: El nio iba creciendo y su personalidad se
afianzaba; vivi en el desierto hasta que se present a Israel(Lc 1,80).
Estas afirmaciones : vivi en el desierto, lejos del
templo y de todo contexto sagrado, y desde el desiertocomienza su misin de precursor
de Jess. Es decir, Juan vive en el desierto, alejado de todo el aparato religioso y sagradode
su tiempo. Ya no se habla ms de l en el Evangelio de la infancia. Lucas lo vuelve a poner
en escena con una introduccin solemne (Lc 3,1-2), y afirmando que le lleg un mensaje
de Dios a Juan, hijo de Zacaras, en el desierto(Lc 3,3). De nuevo, por iniciativa divina, se
establece lnea directa entre Dios y Juan, sin ningn tipo de mediacin sagrada, y en el
desierto. Aunque el desierto tenga reminiscencias bblicas, el lugar no es sagrado. El
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bautismo administrado por Juan tampoco tena carcter sagrado. Lo realizaba recorriendo
toda la comarca del Jordn para que se arrepintieran y se les personaran los pecados(Lc
3,3-4).
Esta sencilla y grandiosa escena sobre el nacimiento de Jess, su significado profundo, y
sus principales destinatarios, discurre por los caminos de la vida normal de Mara y
Jos, sometidos, como toda la nacin juda, al decreto del emperador Augusto. A su vez,
este decreto imperial sita la narracin del nacimiento de Jess, no dentro del estrecho
marco del judasmo, sino dentro del panorama universal representado por el Imperio
romano. De este modo,Jess queda insertando en el marco de la historia universal.
sita perfectamente el marco histrico y teolgico del nacimiento de
Jess(pp. 65-71). Incluso da los detalles fundamentales de la inscripcin de Priene, ao 9
a. C., sobre el Emperador Augusto en una fusin de divinidad-humanidad (pp. 66-67); ydestaca la pax augusta(pp.67-68). A continuacin se refiere al censo para cobrar los
impuestos (pp. 68-70), y, aunque histricamente, este censo est en
discusin,teolgicamentese acomoda a la profeca de Miqueas 5,1-3, sobre el nacimiento
de Jess en Beln (pp. 71-72). Luego se refiere a la abundante datacin histrica,
relacionada con el comienzo de la vida pblica de Jess (Lc 3,1s), (pp. 70-71). Me parece,
pues, acertado lo que escribe en esta seccin: Jess no ha nacido y comparecido en
pblico en un tiempo indeterminado, en la intemporalidad del mito. l pertenece a un
tiempo que se puede determinar con precisin y a un entorno geogrfico indicado con
exactitud: lo universal y lo concreto se tocan recprocamente .
Es verdad que va a nacer en Beln, ciudad de David, pero el marco de su nacimiento est
configurado por los paganos, representados aqu por el emperador Augusto y el Imperio
romano, indicando Lucas, de este modo, queJess no viene a restablecer el reinado de
David, sino que su misin se extender hasta los confines del mundo(Hechos 1,8).
A continuacin aparece Jos, slo para indicar que, como cabeza de familia, toma con l a
su esposa, que estaba encinta, y que se dirigen a Beln, ciudad de David, porque Jos
era de la estirpe y familia de David(Lc 2,4). Jess queda, pues, simblicamente
entroncado con la familia de David, pero no va a nacer colmado de honores en la ciudad
santa, Jerusaln, sino en medio de una pobreza severa y rodeado de gente pobre, los
pastores.
El amplio comentario de sobre el NACIMIENTO DE JESS , a mi manera de
ver, deja mucho que desear. No podra ser de otra manera, ya que este relato de Lucas
encierra uno de los pilares ms slidosque fundamenta la Teologa de la liberacin, y bien
sabemos que el cardenal Ratzinger fue durante 25 aos el incansable fustigador de esta
teologa, censurando con dureza a muchos telogos y sus escritos. No obstante, vamos a
discurrir por su comentario, antes de ofrecer el punto de vista de la Teologa de la
liberacinsobre este pasaje, que tanto nos puede interpelar y enriquecer.
comentando no haba sitio para ellos en la posada, primero saca las
conclusiones de una breve elucubracin teolgica, y luego afirma: Esto debe hacernos
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pensar y remitirnos al cambio de valores que hay en la figura de Jesucristo, en su mensaje.
Ya desde su nacimiento, l no pertenece a ese ambiente que segn el mundo es importante
y poderoso . Estoy de acuerdo con esta afirmacin, que se me antoja tmida y aislada,
dado los comentarios que hace sobre otros textos de esta misma escena. As, comentando
que Mara puso a su nio recin nacido en un pesebre, y siendo este texto parte de la
sealdada por el ngel a los pastores, se limita a afirmar que est en consonancia con latradicin de las grutas que haba en estos parajes (p. 74). Al comentar Mara envolvi al
nio en paales, afirma que se trata de una referencia anticipada de la hora de su muerte
(p. 75). En esta misma pgina, recurre a la interpretacin alegricade San Agustn, que no
tiene nada que ver con este texto (p. 75). Luego, con diversas citas del Antiguo
Testamento, afirma que el pesebre sera de algn modo el Arca de la Alianza, en la que
Dios, misteriosamente custodiado (por dos querubines) est entre los hombres (p. 76).
Est claro que esto es una sublimacinde lo que representa el pesebre.
habla a continuacin de los pastoresy afirma: Jess naci fuera de la ciudad,
en un ambiente en que por todas partes en sus alrededores haba pastos a los que lospastores llevaban sus rebaos. Era normal por tanto que ellos, al estar ms cerca del
acontecimiento, fueran los primeros llamados al pesebre (pp. 78-79). Benedicto XVI, a
quien tanto le gustan las elucubraciones teolgicas, despoja a los pastores de la profunda
carga teolgicaque tienen en este relato. Un poco ms abajo, para enmendar un tanto la
plana, afirma: ellos los pastores representan a los pobres de Israel, a los pobres en
general: los predilectos del amor de Dios (p. 79). De acuerdo, pero qu trabajo le ha
costado llegar a esta breve constatacin, por lo dems incompleta! Al final vuelve a recurrir
a Augusto para poner de relieve la pax romana, pp. 84-85; la contrapone a la paz de Jess
que el mundo no puede dar (Jn 14,27), y termina con esta afirmacin certera: Augusto
pertenece al pasado; Jesucristo en cambio es el presente y es el futuro: el mismo ayer yhoy y siempre(Heb 13,8, p. 85). En el ltimo prrafo de esta seccin (p. 86) habla de la
sealdada por el ngel a los pastores,encontraris a un nio envuelto en paales y
acostado en un pesebre, y, como veremos, la despoja tambin del fuerte y profundo
contenido teolgico que encierra.
Estando en Beln, le lleg a Mara el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primognito; lo
envolvi en paales y lo acost en un pesebre, porque no encontraron sitio en la
posada(Lc 2,7). Jess fue, pues, hijo primognitode Mara, ya que tuvo otros hermanos
como nos consta en Lc 8,19-21 .
Como est cerca, y la teologa que se contiene en la revelacin celesteesexigente, nos interpela y nos llama al compromiso cristiano, ofrezco otra reflexin sobre el
nacimiento de Jess.
La persona de Jess se convierte en el centro de esta narracin y aparece como novedad
radical y definitiva. En un buen nmero de pasajes Lucas nos manifiesta que los nuevos
tiempos, inaugurados por Jess, son precisamente nuevos, porque con Jess llegan a su
cumplimiento las promesas fundamentales del Antiguo Testamento. sta es la razn
principal por la que el Antiguo Testamento, poca importante de salvacin, ha llegado a su
fin. Slo est en vigor lo nuevo, lo definitivo, inaugurado por Jess. Ya hemos comprobado
que, en torno al HOY de Lc 2,11, palabra clave en su Evangelio, se encuentran unos ttulos
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o atributos de Jess trascendentes, que establecen un claro contrastecon su condicin
de debilidad humana.
Lo envolvi en paales y lo acost en un pesebre(Lc 2,12) es la seal de pobreza y
debilidad, dada por el ngel, para que los pastoresreconozcan al nio. A travs del
nacimiento de Jess en un pesebre, por no tener sitio en una posada, intuimos la condicinde Mara y Jos, como gente normal y corriente. A la aldea de Beln, ciudad de David,
habra ido mucha gente a empadronarse, y slo los pudientes pudieron pagar los precios
excesivos para pernoctar en las pocas posadas que haba.
Pero este hecho tiene adems un significado real y teolgico para el recin nacido: naci
pobre entre los pobres(los pastores). Esta narracin del nacimiento de Jess constituye un
contraste ntido y claro con las celebraciones de la Navidad en las distintas catedrales,
templos y baslicas de todo el mundo cristiano: ministros sagrados, ornamentos con
bordados primorosos, ritos y ceremonias ampulosas, vasos sagrados deslumbrantes,
entradas y salidas hierticas de los ministros, lmparas artsticas, incienso Todo estoagrada y entusiasma a la gente, pero tiene muy poco que ver con la sobria narracin
evanglica, y puede distraernos de lo esencial de esta celebracin. A travs de los siglos, se
han ido celebrando casi imperceptiblemente estas ceremonias grandiosas, olvidando el
mensaje central del nacimiento de Jess, porque la suntuosidad de lo sagradoha ido
absorbiendo, casi sin darnos cuenta, la realidad cotidiana, sencilla y profana de la vida de
Mara y Josy del crudo nacimiento de Jess en un estado de pobreza dura. Pero para
entender todo esto con mayor claridad, examinemos la revelacin celeste que el ngel de
Seor hace a los pastores.
La revelacin celeste(Lc 2,8-12) nos manifiesta, de manera desconcertante, el alcance de
esta escena, porquelos principales destinatariosdel nacimiento de Jess son los pastores,gente marginada y despreciada en ese tiempo. En Lc 2,11 encontramos tambin el trmino
griego smeron(HOY). Ya hemos visto que no es un simple adverbio de tiempo; tiene una
carga teolgica profunda, ya que el tercer evangelista lo usa en once ocasiones y, con su
uso, se refiere siempre al nuevo comienzo, relacionado con Jess y su misin, as como a
su nuevo modode actuar. El pueblo llano o sencilloaparece tambin aqu como destinatario
de la revelacin celeste.
As pues, el ngel del Seorcomunica el mensaje celestea los pastores. Este mensaje habla
de las prerrogativas con que viene adornado Jess y encierra una seal desconcertantey de
difcil interpretacin. Se trata, pues, de una revelacin del mismo DiosEl contenido de este mensaje, el primero sobre la persona de Jess ya presente en
nuestra historia, reviste una importancia extraordinaria. Hay que destacar de inmediato
que los pastores, al entrar en contacto con la divinidad, se asustaron mucho(Lc 2,9). Por
eso el ngel les dijo: no temis(2,10). As, y de manera tan sencilla, se nos presenta un
cambio radical entre el Antiguo y el Nuevo Testamento: cesa el temor en contacto con la
divinidad. A travs de Jess, el encuentro con Dios va a resultar normal, porque Jess de
manera inequvoca nos va a revelar a Dios como Padre a lo largo de toda su vida. Pero hay
ms. El temor normal en la poca anterior, se va a convertir ahora en gozo profundo: Os
traigo una buena noticia, una gran alegra(Lc 2,10). Se trata de la alegra causada por la
venida de Jess, y por los nuevos tiemposque l inaugura. Se acab la poca de un Dios
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lejano que infunda temor y hasta terror. En Jess, Dios se manifiesta cercano, por eso el
que se adhiere a Jess ya no tiene motivos para el temor, sino para rebosar de alegra.
En este pasaje Lucas utiliza el verbo (Lc 2,10), que significa traer o anunciar
una buena noticia. Lo ms importante es que esta buena noticia se identifica con el
nacimiento de Jess. Es decir, Lucas establece una clara identidadentre esta buena noticiay la persona de Jess. Es el momento de recordar que en Lc 4,18 se utiliza este mismo
trmino evangelizar, aplicado a la actividad liberadoraque Jess va a llevar a cabo durante
su vida pblica. As pues, tanto la persona de Jess, como su actividad liberadoraquedan
sealadas como la buena noticiaen favor de los marginados y oprimidos, representados en
este pasaje por los pastores, pobres entre los pobres. Por eso stosestn presentes al
aplicarse Jess a s mismo la cita importante de Isaas (Lc 4,18):
El Espritu del Seor descansa sobre m. Me ha enviado
(evangelizar) a los pobres, a poner en libertad a los oprimidos(Isaas 61,1-2).
El trmino evangelizar, con la carga teolgica que comporta, lo volvemos a encontrar en los
versculos que cierran las escenas de Nazaret y Cafarnan, en las que Jess
presenta el programa de su mensaje y actividad. Es importante constatar que aqu el
trmino evangelizarest relacionado explcitamente con el reinado de Dios.Este reinado
encierra caractersticas de novedad absoluta.Jess, enviado por Dios Padre, tiene el
privilegio de inaugurarlo y proclamarlo. El gento quera retener a Jess en Cafarnan, pero
l les dijo:
Tambin a las otras ciudades tengo que (evangelizar) del reinado de
Dios, pues para eso he sido enviado(Lc 4,43).
La buena noticiaes, pues, que Jess ya est proclamando el reino de Dios. Esta
proclamacin y su realizacin constituyen el centro de su misin.
Veamos ahora el contenido de los ttulos atribuidos a Jess por la revelacin celeste:
Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesas, el Seor(Lc 2,11).
La revelacin celeste atribuye a Jess unas prerrogativas que llaman poderosamente la
atencin. Dos de estos atributos pertenecen exclusivamente a Dios en el Antiguo
Testamento: Salvador y Seor. El otro ttulo, Mesas,es propio de Jess y est relacionado
con su misin terrestre. Por otra parte, la seal dada por Dios a los pastores esdesconcertante:
Un nio envuelto en paales y acostado en un pesebre(Lc 2,12). Esta seal resulta
paradjica y desconcertante, al compararla con los ttulos atribuidos al recin nacido.
El ttulo de Salvadorlo emplea slo Lucas entre los sinpticos. El tercer evangelista estaba
impregnado de la cultura greco-romana, por lo que es probable que conociera la
clebre Inscripcin de Priene, referida a Csar Augusto, en la que se descubre unparalelismo innegable con la narracin del nacimiento de Jess de su Evangelio. En la
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narracin del nacimiento de Jess, el tercer evangelista ha recurrido al gnero
literariode losanuncios imperialespara que sus destinatarios paganos comprendieran que
Jess es el nico Salvador y Seor.
En efecto, Lucas nombra exclusivamente a Csar Augusto, prototipo de emperador
divinizado, en el marco de la cronologadel nacimiento de Jess (Lc 2,1). Pero hay uncontraste significativo: los ttulos de salvador y seor, atribuidos a Augusto
Inscripcin de Priene-, corresponden a Jess, no por decreto de ningn tipo,
sino (Lc 2,9-11). Por otra parte, el tiempo de paz, asociado
al nacimiento del emperador Augusto, para Lucas es el tiempo de la benevolencia divina
para con el gnero humano, a causa del nacimiento de Jess:
Gloria a Dios en lo alto, y paz en la tierra a los hombres que Dios tanto ama!(Lc 2,14).
Este texto se refiere sin duda a la paz mesinicaque llegar a las personas que se abran a
la accin de Dios a travs de Jess.
Pero lo ms importante es que el ttulo de Salvadorcorresponde al nombre mismo de Jess,
dado por el ngel en la Anunciacin (Lc 1,31). Que en el nombre deJessest ya indicada
su misin es evidente si recurrimos a la etimologa hebrea Yeshua (Jess), quees la
abreviacin de Yehoshua: Yahv es salvacin. Adems Lucas, que era pagano y escribe
para ellos, est anticipando el tema de la salvacin destinada a todas las naciones, propio
del libro de Hechos de los Apstoles.
As pues, la revelacin celesteatribuye a Jess el ttulo de Salvador. El trasfondo de
los anuncios imperialesy la comparacin implcita entre Csar Augusto y Jess le confieren
a este ttulo y a la actividad que representacarcter universal.Jess desde su nacimientoaparece como Salvador, tambin de los paganos.
Personalmente, me parece que esta situacin se puede aplicar al mundo de hoy. El as
llamado Occidente cristianoha dejado masivamente de ser cristiano. Sus dioses son el
dinero, el consumo desenfrenado, y el bienestar refinado a toda costa. No importa que a su
lado haya gente sin techo y pasando hambre. Este primer mundoignora a la mayor parte de
la humanidad, postrada, oprimida y humillada por la pobreza y todo tipo de marginacin, a
la que los ricos y poderosos la han sometido. Probablemente a estos marginados,
oprimidos y excluidospor los poderosos y opulentos, est destinada en un
futuro inmediato la liberacin, proclamada y realizada por Jess y por sus seguidores, de
parte de Dios.
.
Otro ttulo de Jess en Lc 2,11 es el de Mesas. En la escena de la Anunciacin, Lucas ya
haba subrayado dicho ttulo a travs de la profeca de Natn, que alude explcitamente a
David como antepasado de Jess:
steJess ser grande, lo llamarn Hijo del Altsimo, y el Seor Dios le dar el trono de
David su antepasado (Lc 1,32-33). En la narracin del nacimiento, el evangelista hace
alusin a Beln como ciudad de David (Lc 2,4). Es ms, en el versculo 11 que estamoscomentando, estn asociados el trmino Mesasy la expresin en la ciudad de David.
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Es evidente que el ttulo de Mesasencierra un carcter particularista, ya que est
relacionado solamente con el pueblo de Israel. Adems, el ttulo de Mesas, aplicado a
Jess, no responde a las expectativas del pueblo y de sus dirigentes, que esperaban una
manifestacin espectacular del Mesas con carcter poltico y guerrero en el Templo.
Un Mesascon poder poltico-religioso, capacitado para derrotar y expulsar a los romanos y
devolverle a Israel el poder y esplendor de antao, teniendo como punto de mira el reinadode David, paradigma de la grandeza de Israel. Esta perspectiva, que no era la de Jess,
constituy su gran tentacin mesinicadurante toda su vida pblica (Lc 4,1-13).
.
El ltimo ttulo que encontramos en Lc 2,11, y que ayuda a comprender la personalidad de
Jess, es el de Seor,en griego Kyrios. Este ttulo es propio deJess resucitado, por eso se
halla profusamente en el libro de Hechos de los Apstoles, pero Lucas tambin lo atribuye
a Jess durante su vida pblica, y hace ver que Jess ya eraSeordesde su nacimiento.
Las primeras comunidades cristianas reconocen e invocan a Jess como Seor. Lucas
transfiere a Jess el ttuloKyrios, propio de Yahv, en una especie de sntesis teolgica. Con
este procedimiento literario-teolgico el evangelista nos indica que, a partir de su
nacimiento, las prerrogativas propias de Dios pertenecen tambin a Jess.
Llegados a este punto, conviene sealar que en el Antiguo Testamento Kyrios, ms que un
ttulo, era el nombre mismo de Yahv. Que Lucas emplea el procedimiento literario-
teolgico ya reseado, el de aplicar Kyrios, el nombre de Yahv, a Jess, parece cosa
manifiesta, porque en el Evangelio de la infancia (Lc 1-2), Kyriosaparece en algunos
pasajes aplicado a Dios, y en otros se refiere a Jess. De esta manera, Lucas nos hace ver
que las prerrogativas de Dios en el Antiguo Testamento pertenecen ahora a Jess desde su
nacimiento(Lc 2,11), algo impensable e inaudito, a no ser por la revelacin celeste. Por eso
Jess, adornado con estos atributos divinos, aparece como novedad absoluta, e inaugura
los nuevos tiempos. El cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento en Jess
desborda con creces la perspectiva y el contenido de dichas promesas.
Aunque Jess era ya Kyriosdesde su nacimiento, comenz a manifestar y a ejercer las
prerrogativas propias de este ttulo, a partir de la resurreccin. Las comunidades cristianas
comprendieron tambin que Dios haba transferido a Jess no slo su nombre
de Kyrios, sino tambin todas las prerrogativas que este nombre entraaba: influjo sobre la
historia de la humanidad y dominio sobre el universo.Jess resucitado, libre ya de loslmites espacio-temporales, est presente en la historia de salvacin del nuevo pueblo de
Dios, que es la humanidad entera. Es decir, su nueva forma de vida junto al Padre, sin
lmites espacio-temporales, le permite estar en contacto con los que creen en l y con la
gente de buena voluntad en cualquier tiempo y lugar.
Jess, como Seorque es, est presente en la historia humana, no para someternos ni
esclavizarnos, sino para dignificarnos, abrindonos un horizonte de trascendencia. Los
seres humanos somos los protagonistas de nuestra propia historia. Jess, presente en ella,
por medio de su Espritu nos va concediendo capacidad de amar, abrindonos as
radicalmente a las necesidades de los dems. Tambin nos infunde sabidura y fortaleza
para que actuemos con honestidad y justicia sin desfallecer. De esta manera contribuimos a
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devolverles a los marginados, oprimidos y excluidos de la sociedad la dignidad que nunca
tuvieron o que, en algn momento, les fue arrebatada por los jefes y los poderes
econmicos, polticos y religiosos de nuestro tiempo.
As pues, los ttulos de Salvador y Seorde Lc 2,11, al mismo tiempo que equiparan las
prerrogativas de Jess a las de Dios, indican tambin quines son los destinatarios de sumisin terrestre: todos los pueblos de la tierra.El ttulo de Mesas, aunque se refiere de
manera directa al pueblo de Israel, al estar en conexin con los deSalvador
y Seor, trasciende tambin ese mbito. No ha habido ningn personaje ni profeta del
Antiguo Testamento con los ttulos y prerrogativas que son propios de Dios. El hecho de
que las promesas de la Antigua Alianza se fueran a realizar en Jess, el Mesas, tampoco
haca prever la hondura, el misterio y la trascendencia de su personalidad. Por eso es
correcto hablar de novedad absoluta, al referirnos a Jess. La revelacin celeste,hecha a los
pastores, nos indica, como veremos en breve, que el Mesasno viene slo para Israel, sino
tambin para los paganos. Su misin va a ser universal y eficaz. La universalidad le viene
dada por los ttulos de Salvador y Seor. La eficacia queda vinculada al hecho de que Jess,desde su nacimiento, recibe la transferencia de los atributos y prerrogativas propios de
Yahv, en relacin con la salvacin-liberacin del gnero humano.
Jess se presenta, pues, como novedad radical, y propuso un mensaje
totalmente innovadorpara la sociedad en que vivi. Debido a ese mensaje y a su
realizacin, Jess choc frontalmente con las autoridades poltico-religiosas de su tiempo.
Los creyentes, que le hemos prestado nuestra adhesin, debemos reflexionar sobre su
mensaje en profundidad, para trasladarlo, adaptarlo, e intentar dar respuesta a los
acuciantes problemas de muchas personas de nuestra sociedad. La confrontacin que se
pueda originar con las autoridades religiosas o civiles por ser fieles al Evangelio, no nos
debe preocupar, a tenor de la ltima Bienaventuranza:
Dichosos los que viven perseguidos por su fidelidad, porque sos tienen a Dios por
rey(Mt 5,10).
La revelacin celeste hecha por el ngel del Seor (Lc 2,8-12), interpreta de manera
desconcertante el nacimiento de Jess, al indicar quines son los destinatarios primordiales
de este nacimiento, as como los ttulos divinos con que est adornado el recin nacido. Ya
hemos reflexionado sobre los ttulos divinos. Qu nos dice, pues, este relato sobre lospastores y el pueblo llano en estrecha relacin con ellos? (Lc 2,10). Dios mismo
proporciona una seal desconcertante como garanta de lo anunciado (Lc 2,12), que resulta
paradjica, sobre todo, si la cotejamos con los ttulos trascendentes atribuidos al recin
nacido por la misma revelacin: Salvador y Seor (Lc 2,11). El texto que nos atae dice as:
En las cercanas de Beln donde haba nacido el nio (Lc 2,4-7) haba unos pastores que
pasaban la noche a la intemperie velando el rebao por turno. Se les present el ngel del
Seor, la gloria del Seor los envolvi de claridad y se asustaron mucho. El ngel les dijo:
Tranquilizaos; mirad que os traigo una buena noticia, una gran alegra que lo ser para
todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesas, el Seor. Y
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os doy esta seal: encontraris un nio envuelto en paales y acostado en un pesebre(Lc
2,8-12).
Este es el texto de Lucas que incluye la revelacin celestey sus principales destinatarios,
los pastores, a los que se les da una sealpara que reconozcan al recin nacido. Para
comprender el alcance de esta revelacin, habr que preguntarseen este relato. Por otra parte, puesto que ya hemos
analizado los ttulos que corresponden a Jess desde su nacimiento y la seal dada por
Dios,brota espontnea esta pregunta: los pastoresy la seal dada por Dios, estn en
consonancia con las prerrogativas atribuidas a Jess?Enseguida veremos que el hecho de
que los pastores sean los destinatarios directos de la revelacin celeste produce sorpresa y
desconcierto, pero es Dios mismo quien se dirige a ellos para hablarles sobre el nio. Hay
otros textos importantes en el Evangelio de Lucas entre los que destaca Lc 4,18-21, al que
ya hemos aludido por los que se puede comprobar que el contenido de esta manifestacin
celeste est anticipando y otorgndole credenciales divinas a Jess, y a su actividad y
mensaje durante su vida pblica.
.
Quines son y a quines representan, pues, los pastores en esta narracin? Es verdad que
hay una tradicin bblica favorable a los pastores, que refleja el honor debido a los
patriarcas o al mismo David, porque todos ellos fueron pastores. Dios mismo ha sido
considerado pastor de Israel . Nuestro texto, sin embargo, no recoge estas tradiciones.
El contexto inmediato, otros pasajes de Lucas, en clara conexin con los pastores, y el
horizonte de su propio Evangelio estn a favor de la interpretacin peyorativade los
pastores. La historia, la sociologa y otras fuentes, contemporneas a Jess, vienen en
nuestra ayuda.
Para los contemporneos de Jess, los pastores eran gente peligrosa, siempre dispuesta al
atropello. Por eso eran menospreciados y estaban totalmente marginados por la sociedad
de su tiempo , ya que no tenan derechos civiles ni religiosos. Eran considerados como
delincuentes habituales, dispuestos siempre al robo y al pillaje, por lo que no merecan
confianza alguna . De aqu que no pudieran testimoniar en juicio. En este sentido, eran
equiparados a los recaudadores de impuestos, considerados por los judos como gente
pagana e indeseable. stos tampoco podan testimoniar en juicio .
Para Lucas y las comunidades cristianas primitivas, con las que comparta la fe enJess, esta gente pobre y despreciada, de manera especial por los dirigentes del pueblo, es
precisamente la elegida por Dios para recibir la revelacin celeste sobre el recin nacido,
como destinatarios privilegiados. A ellos va dirigido en primer lugareste mensaje de
Dios, llamado buena noticia, y por eso destinado a causar gran alegra. Estamos tratando
uno de los puntos que conforman el corazn del Evangelio y que fundamentan la Teologa
de la liberacintan denostada y combatida por el Vaticano desde su nacimiento, all por
los aos sesenta . Los pastores pertenecan sin duda a la amplia y variada categora
de los pobres de Yahv. Los fariseos adems los despreciaban porque, dada su vida
nmada, no podan observar las prescripciones de la Ley .
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Hay un contraste manifiesto entre la sociedad juda del tiempo de Jess, con sus
complicados mecanismos socio-econmicos, con criterios selectivos y excluyentes por
parte de los jefes del pueblo, dado el tenor de vida de esta clase dirigente, por una parte,
y el proyecto definitivo de Dios en Jess, por otra, que, a travs de una revelacin celeste,
escoge y seala a los pastores como destinatarios privilegiados del Evangelio. Este
contraste resulta desconcertante y hasta escandaloso. Los pastores, prototipo de la gentemarginada, vilipendiada y menospreciada, son precisamente los elegidos por Dios para
recibir los primeros, de manera directa, la buena noticia del nacimiento de Jess. ste,
adornado de prerrogativas divinas, viene a devolverles la dignidad perdida a los pastores, y
a las clases marginadas, oprimidas y explotadas de todos los tiempos, a quienes los
pastores representan.
Hemos visto que los pastoreseran una clase socialcompletamente marginada y
despreciada. Ahora vamos a conocer otro aspecto importante. Por no cumplir la Ley, eran
excluidos del pueblo de Dios, eran considerados . En la prctica eran tenidos
como paganos o gentiles. Los dirigentes religiosos tambin considerabana los recaudadorescomo gente excluida del pueblo de Israel. Por colaborar con los
romanos, cobrando sus impuestos y enriquecindose con la extorsin que practicaban
habitualmente, eran consideradospecadores pblicos. As pues, tampoco ellos formaban
parte del pueblo elegido. Lucas, que era pagano, de manera velada, sutil e irnica est
afirmando queJess viene en primer lugar para ofrecer su salvacin-liberacin a los
gentiles. Por otra parte, al aadir () una gran alegra que lo ser para todo el pueblo(Lc
2,10), est considerando tambin al pueblo de Israelcomo destinatario de la revelacin y
salvacin que ha venido a traer Jess, aunque en un segundo plano .
Por lo comentado hasta ahora, en esta escena la revelacin celeste y el nacimiento de
Jesstienen lugar en un mbito marcadamente profano;no hay atisbo alguno de ambiente
sagrado. Sin duda alguna, se trata de unarevelacin divina, gratuita y trascendente, por
provenir de Dios, pero la categora de sagradono se puede aplicar a Dios. Lo sagrado ha
sido creado por el ser humano para hacerse intermediario entre lo divino y lo humano. As
van surgiendo en todas las religiones los sacerdotes, personas sagradas,
intermediariosentre Dios y el pueblo, con un variado escalafn entre ellos; se
levantan templos y santuariospara realizar los sacrificios, las ofrendas y los diversos actos
de culto con una enorme variedad de ritos. En la revelacin celeste de esta narracin, no
aparece ningn intermediario con carcter sagrado. Dios se comunica directamente con los
pastoresque, como hemos visto, era la clase ms menospreciada y marginada de su
tiempo. Lo sagrado est completamente ausente de esta escena. Por lo dems, el nioacostado en un pesebre en el escenario y ambiente de los pastores, dista de lo sagrado
como el cielo de la tierra;se trata de un lugar y de un ambientemarcadamente profanos.
Llegados a este punto es importante conocer el mensaje que el ngel del Seor -Dios
mismo-, transmite a los pastores:
Tranquilizaos; mirad que os traigo una buena noticia, una gran alegra, que lo ser para
todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesas, el Seor. Y
os doy esta seal: encontraris un nio envuelto en paales y acostado en un pesebre(Lc
2,10-12).
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Los pastores se asustaron al contactar con lo divinomentalidad del Antiguo Testamento,
y el ngel los tranquiliza. A partir de la venida de Jess, podemos ponernos directamente
en contacto con Dios sin miedo alguno, y sin necesidad de intermediarios sagrados. A
continuacin les dice que les trae una buena noticia, motivo de una gran alegra. La
palabra Evangeliosignifica buena noticia, y, al proclamarla en el nacimiento de Jess,
All donde est Jess, su personadevuelve la dignidad perdida a la gente marginada, atropellada y oprimida por los ricos y
las clases dirigentes poltico-religiosas. El Evangelio slo se convierte en buena noticia si
causa la liberacin a los excluidos, oprimidos y sometidos. La presencia de Jess y su
actividad as lo demuestran, ya que durante toda su vida pas haciendo el bien:
Me refiero a Jess de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espritu Santo, que pas
haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con
l(Hechos 10,38).
Adems, como hemos visto, en este pasaje se le aplican a Jess prerrogativas divinas, esdecir, se le atribuyen dos ttulos que en el Antiguo Testamento pertenecan slo a
Yahv: Salvador y Seor . Por otra parte, la seal dada, para que los pastores reconozcan
al nio, es desconcertante y paradjicasi la cotejamos con esos ttulos. Lo acabamos de
decir: slo a Yahv, Dios de Israel, se le atribuan esas dos prerrogativas, y ahora se
transfieren a Jess. No olvidemos que el Evangelio de la infancia contiene la cristologa ms
desarrollada de toda la obra lucana, porque es lo ltimo que l aade a su Evangelio que
empezaba en el captulo tercero.
Por lo dems, los pastores, de evangelizados por el ngel, se convierten en
evangelizadores(Lc 2,15-20): la gente se admiraba de lo que decan los pastores;
slo Mara conservaba el recuerdo de todo esto, meditndolo en su interior(Lc 2,19). Estole iba a dar la posibilidad de ir comprendiendo mejor y aceptando la personalidad
misteriosa y desconcertante de su propio hijo, y poder revelarla en su momento. Por eso
Mara es, sin duda alguna, una de las fuentes del Evangelio de la infancia. Lucas luego ha
tratado esta y otras fuentes, que ha tenido en sus manos, con la libertad teolgica que le es
caracterstica.
No hay vestigio alguno de lo sagradoen toda esta narracin del nacimiento de Jess. La
relacin se establece con la esfera de lo celeste o lo divino, pero ya hemos visto que este
mbito es gratuito e inalcanzable, por ser trascendente;no pertenece a lo que
nosotros entendemos por sagrado. As pues, lo secular, lo profano, la vida normal, sacadaa veces de la rutina cotidiana por acontecimientos y avatares imprevistos, es decir, la vida
tranquila y cotidiana de Mara y Jos, condicionada en esta escena por el Edicto imperial, ha
ido marcando el rumbo de sus vidas de manera natural y progresiva. En su vida pblica, el
contacto con su hijo, Jess, les ha ido apartando, poco a poco, del mbito sagrado y
cerrado del judasmo, para compartir, despus de la resurreccin, la adhesin a Jess con
gentes de todas las razas y naciones, movidos por el Espritu Santo, que termin echando
por tierra todas las barreras sagradas del judasmo.
Probablemente el Dios de Israel ya estaba cansado de tantos intermediarios
sagrados, pero sin fe, y de tantos actos de culto vacos de contenido, y quiso que con Jess
se fuera estableciendo una relacin fluida entre lo celeste y lo terrestre sin que esta
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relacin quedara lastrada por sacerdotes descredos, por gran nmero de lugares sagrados,
por templos en los que se ofrecan mecnicamente un sinfn de sacrificios de animales, y
por mltiples y variados actos de culto, celebrados siempre en lugares sagrados.
Otra conclusin manifiesta: los grandes de este mundo, los ricos y poderosos no son
precisamente los ms capacitados para aceptar y vivir el Evangelio. Los privilegiados delreinado de Diosson los pobres, los marginados, los excluidos y despreciados por la
sociedad, los oprimidos, la gente sencilla, el pueblo llano. El Evangelio, al mismo tiempo
que libera al ser humano de la marginacin, explotacin u opresin a las que con
frecuencia se ve sometido, a su vez lo capacita para elegir con libertad una vida sencilla
que pueda dar en rostro a los valores del mundo este. As, de persona marginada y
oprimida, una vez liberada, puede convertirse enpersona liberadora, contribuyendo a
devolver a otros la dignidad maltrecha o perdida.
Este plan de Dios, por lo novedoso, gratuito, desconcertante y paradjico, choca
frontalmente contra losvalores establecidosde la sociedad en general, y por gran parte dela Alta jerarqua en particular, ya que esos valores son con frecuencia idnticos. Es inaudito
y desconcertante que lo dbil de este mundosea revestido de la fortaleza y sabidura de
Dios para llevar adelante sus planes. No hay duda de que el Evangelio va contra corrienteal
afirmar que la gente sencilla, el pueblo llano, los sin nombreson los privilegiados
del reinado de Dios(Lc 10,21-22). Son, en efecto, los elegidos por Dios gratuitamentepara
adherirse a Jess, y luego llevar a cabo la salvacin de Dios por medio de su Hijo. sta es la
gran paradoja y la novedad radical de Jess y de su Evangelio: en lo dbil, en lo que no
cuenta para este mundo, se manifiesta la benevolencia, la sabidura y el poder de Dios (I
Cor 1,20-29).Jess de Nazaret, que rechaz como tentacin el poder religioso, y el
poltico-econmico, l mismo es la benevolencia, la sabidura y el poder de Dios para la
humanidad.
Ya hemos hecho alusin al paralelismo entre Lc 2,8-12 y Lc 4,18-21 y contexto. Quizs sea
conveniente profundizar un poco ms, para comprobar mejor la estrecha relacin que
existe entre estos dos pasajes. En Lc 2,10-11 el Evangelio se identifica con la persona de
Jess desde su nacimiento. Dios mismo anuncia esta buena noticiaa los pastores. En la
escena de Nazaret (Lc 4,18-21) el Evangelio se identifica con el mensaje y la actividad
liberadora de Jess. l mismo anuncia esta buena noticia a los pobres y oprimidos,
destinatarios directos de su mensaje y actividad:
El Espritu del Seor descansa sobre m. Me ha enviado a dar la buena noticia a lospobresa poner en libertad a los oprimidos (Lc 4,18).
Una vez que hubo ledo el texto de Isaas, con un breve comentario Jess se lo aplica a s
mismo:
Hoy, en vuestra presencia, se ha cumplido este pasaje(Lc 4,21).
De nuevo resuena este que indica el nuevo comienzo. Es evidente, pues, que el
Evangelioes y significabuena noticia, en primer lugar, para las clases oprimidas y
marginadas de la sociedad. Jess ha sido enviado para liberar a estas personas de toda
clase de injusticia, que pesa como una losa sobre ellas, y para devolverles sus derechos, ladignidad, y la alegra de volver a sentirse personas libres. Sin libertad, inherente a todo ser
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humano, y sin los derechos fundamentales que le pertenecen, se vive en una situacin
infrahumana.Jess entabl una lucha sin cuartel, siempre con medios pacficos, para
devolverle a todo ser humano la libertad y la dignidadque le pertenecen. El reino de Dios
se construye con personas libres, porque somos hijos de Dios, hermanos de Jess, y
hermanos unos de otros; no con personas esclavas.
Sabemos por los evangelios que Jess puso todo su empeo en devolverles la libertad y la
dignidad a las personas sometidas o esclavizadas de su entorno. Querer alcanzar o
recuperar la libertad perdida, es un requisito importante para integrarse conscientemente
en el reino de Dios. Al contrario que Jess, las diversas religiones de la humanidad
incluido el cristianismo cuando funciona como una religin ms, a travs de muchos de
sus dirigentes, y multiplicando leyes y normas, han sometido las conciencias de sus
respectivos creyentes en nombre de Dios, impidiendo as que mucha gente
alcanzara la libertad y la responsabilidadinherentes a toda persona adulta.
As pues, el Evangelio se identifica con la persona, actividad y mensaje de Jess. Quedatambin claro que los primeros destinatarios de esta buena noticiason los pobres, los
oprimidos, los explotados, en una palabra, los menospreciados por los dirigentes y las
clases acomodadas de la sociedad, porque estos seres abyectosno cuentan en absoluto
para ellos. Para Dios s cuentan, y son seres privilegiados, porque a travs de Jess les ha
llegado este mensaje de liberacintan esperado. Dios lo ha querido as, y as lo ha
revelado: por medio de una revelacin celeste a los pastores, en Lc 2,10-12; por medio del
mismo Jess en Nazaret, en Lc 4,18-21. Estos dos pasajes, con un contenido teolgico y
humano tan profundo, no hacen sino anticipar, como programa, y ratificar, como
compendio, la actividad liberadora de Jess durante su misin terrestre. Nos encontramos,
pues, ante una novedad absoluta y radical, la del cambio cualitativo de valores que
comporta el reinado de Dios, proclamado y llevado a cabo por Jess.
hunde, pues, sus races en estos pasajes fundamentales del Evangelio.
Al cumplirse los ocho das, cuando tocaba circuncidar al nio, le pusieron de nombre
Jess, como lo haba llamado el ngel antes de su concepcin (Lc 2,21).
afirma que Pablo alude a este rito al escribir: Cuando se cumpli el tiempo,
envi Dios a su hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban
bajo la Ley, para que recibiramos el ser hijos por adopcin (Gl 4,4s.) .
Efectivamente, Jess queda incorporado al pueblo de Israel, pero habra que especificar que
la circuncisin obliga al cumplimiento de la Ley mosaica, y que Jess en su vida pblica se
desentiende de ella o la contraviene con su conducta y enseanza: el precepto del sbado,
las tradiciones de Israel, los alimentos impuros, comer con gente indeseable, la abolicin
del culto y del templo El motivo es que, en tiempo de Jess, la Ley mosaica atentaba
contra los valores y derechos esenciales de las personas. Pero Jess coloc al ser humano
en el centro de su actividad y mensaje. Por eso sabemos que las comunidades cristianas
primitivas, siguiendo las enseanzas y el quehacer de su Maestro, ,
declarando que para ser cristiano, no haba que pasar por el judasmo (Hch 10,1-11,18;
Hch 15). Es decir, este rito religioso y sagrado, que obligaba al cumplimiento de la Ley
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mosaica, queda abolido. Como dice Pablo con frecuencia, no estamos bajo la Ley, sino bajo
el influjo del Espritu de Dios.
afirma que este segundo episodio es ms complejo, porque encierra tresacontecimientos: la purificacin de Mara, el rescate del hijo primognito y la
presentacin de Jess en el templo (p. 87). Todo esto est mandado por la Ley del Seor
(Lc 2,22). Luego Benedicto XVI analiza a fondo las leyes del Antiguo Testamento que tenan
que ver con estos acontecimientos . Pero reconoce que lo singular de esta narracin es
que no habla del rescate de Jess, sino de su presentacin (p. 89). En efecto, el tercer
evangelista aprovecha esta prescripcin legal para poner de relieve el hecho de la
presentacin. Benedicto XVI vuelve a insistir en que sobre el acto del rescate prescrito por
la Ley, Lucas no dice nada (p. 89). Luego, afirma que para Lucas es esencial precisamente
esta primera entrada de Jess en el templo como lugar del acontecimiento (p. 89), para
terminar afirmando que a este acto cultual, en el sentido ms profundo de la palabra,sigue en Lucas una escena proftica (p. 90). Vamos a ver, sin embargo, que Lucas no hace
alusin a ningn acto cultual, y menos en sentido profundo.
En la presentacin, nos encontramos con una pequea narracin, seguida por un himno. En
la narracin destacamos lo siguiente:
Simen es un israelita piadoso, pero vive al margen del templo y de sus
funciones, porque no es una persona sagrada.
Este personaje cobra importancia cuando Lucas afirma que el Espritu Santo estaba con
l, que lo haba avisado que no morira sin ver al Mesas, y que fue al templo impulsado porel Espritu. Es decir, el temploqueda en un segundo plano, como algo circunstancial, y
Lucas centra el episodio en el tema del Espritu. La presencia de Jess hace que irrumpa el
Espritu de Dios, y Simen, bajo su influjo, habla como profeta.
Aunque Mara y Jos haban ido al templo para cumplir la Ley de Moiss, no se habla del
rito de la presentacin de Jess; la presentacinqueda desdibujada y pierde su importancia
ante la profeca de Simen sobre el nio. No se narra, pues, acto de culto alguno. Como
este himno encierra temas importantes de la teologa lucana, sera bueno terminar esta
seccin con una reflexin sobre su contenido.
Este pequeo himno(Lc 2,29-32), puesto en los labios de Simen, es el pasaje con mayor
alcance universal de todo el Evangelio de Lucas. Con el ahora, que lo encabeza, subraya
Lucas el comienzo de la novedad mesinica. Segn tu promesa, relaciona al nio que tiene
en sus brazos con el cumplimiento de las promesas de Dios. El anciano profeta, guiado por
el Espritu Santo, descubre en este nio al salvador de todos los pueblos , y lo
proclama, ante todo, luz para alumbrar a las naciones (los gentiles), y slo luego lo
considera tambin gloria de su pueblo, Israel. El estrecho horizonte judo se ensancha
desde los comienzos de la vida de Jess. Estaprofeca se abre al universalismo de Hechos
de los Apstoles: Recibiris el Espritu Santo para ser mis testigos en Jerusaln y hasta
los confines de la tierra(Hch 1,8).
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La experiencia de las comunidades cristianas primitivas, recogida en el libro de Hechos, ha
sido dura y polmica, porque los judos han ido rechazando la salvacin de Jess. Por eso la
apertura a los gentilestiene carcter polmico, de confrontacin, porque histricamente es
fruto del rechazo de los judos. Pablo y Bernab, de hecho, se dirigieron en primer lugar a
los judos, pero, al ser rechazados por stos, empezaron a anunciar el mensaje de la
salvacin de Dios a los paganos:
Era menester anunciaros primero a vosotros el mensaje de Dios; pero como lo rechazis y
no os consideris dignos de la vida eterna, sabed que vamos a dedicarnos a los
paganos(Hch 13,46).
Lucas, que era pagano, y que adems haba vivido de manera intensa y dramtica esta
situacin, presenta a Jess en primer lugar como salvador de los paganos;a continuacin,
tambin de Israel: luz para alumbrar a las naciones, y gloria de tu pueblo, Israel .
En la obra lucana y en las cartas de Pablo el tema del Espritu le gana la batalla al de la Ley
mosaica. Aqu se establece lnea directa entre el Espritu Santo y Simen, y el rito de la
presentacindesaparece de la escena. El tema de lo sagradouna vez ms cede el paso a la
comunicacin del Espritu de Dios que no depende de intermediarios. Es la fuerza de lo
divino frente a lo sagrado. Lucas va dejando cada vez ms claro que con Jess y con el
Espritu de Dios estamos en el horizonte del Nuevo Testamento, mbito de lo secular y
profano, no del Antiguo, mbito de lo sagrado.
Simen, sosteniendo al nio, afirma que ser Se trata de la actitud
que se toma ante Jess. En el mismo Evangelio, el pueblo est pendiente de sus
labios, mientras que los jefes del pueblo,desde el comienzo de su vida pblica, buscan la
manera de quitarlo de en medio. Un buen comentario de este pasaje lo hace el mismo Jesscuando recibe a dos emisarios de Juan; despus de hacer alusin a las palabras de Lc 4,18,
y de curar a los que lo necesitaban, afirma: Dichoso el que no se escandalice de mi!(Lc
7,23). Escandalizarse de Jess es rechazarlo. Luego le dice a Mara: una espada te
traspasar el alma.
comenta acertadamente: La teologa de la gloria est indisolublemente unida
a la teologa de la cruz . A continuacin, Lucas nos presenta a una mujer piadosa, que
ante la presencia de Jess, profetiza, atribuyndole al nio la liberacin de Jerusaln. El
horizonte es el judo, pero Lucas hace ver que tambin las mujeresse benefician del
contacto con Jess. Aqu presenta a Ana como profetisa.
Por ltimo, habla de la escena que cierra el Evangelio de la infancia (Lc 2,41-
52), y la titula: Jess en el templo a los doce aos (p. 125). Destaca que la obligacin de la
familia era llevar los hijos al templo, a partir de los trece aos. A veces se adelantaba la
edad para que se acostumbraran a cumplir con laTor. El nio se queda en Jerusaln, en el
templo, y los padres se dan cuanta de que no est con ningn miembro de la caravana, y
deciden volverse a Jerusaln. A los tres daslo encuentran en el templo, sentado entre los
doctores, respondindoles y preguntndoles (Lc 2,46). admite que los tres
das puede ser lenguaje simblico y referirse al periodo entre la muerte y la resurreccin de
Jess(p. 128). Recalca la importancia del templo para Israel y para la Sagrada Familia desde
la infancia de Jess(p. 126-127), pero creo que exagera cuando afirma: Jess no est en
el templo por rebelin a sus padres, sino justamente como quien obedece, con la misma
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obediencia que lo llevar a la cruz y a la resurreccin (p. 129). Adems, Jess no va a la
cruz por obediencia al Padre, lo arrastran a la cruz los sacerdotes y los jefes del pueblo,
porque lo consideran una persona subversiva, un malhechor y un blasfemo. El Padre,
resucitando a Jess, confirma tu actividad y su mensaje durante su vida pblica.
Ante el reproche de Mara: Hijo, por qu te has portado as con nosotros? Mira con quangustia te buscbamos tu padre y yo!(Lc 2,48), Jess le responde: Por qu me
buscabais? No sabais que debo ocuparme de lo que pertenece a mi Padre?(Lc
2,49). comenta as este pasaje: En esta respuesta hay sobre todo dos
aspectos importantes. Mara haba dicho: Tu padre y yo te buscbamos angustiados. Jess
la corrige: yo estoyen el Padre. Mi padre no es Jos, sino otro: Dios mismo . El texto no
dice que Jos no sea su padre. Aqu hay una manifiesta contraposicin entre tu padre, en
labios de Mara, y mi Padre, en boca de Jess. Es decir, Jess no niega que Jos sea su
padre terrestre, pero, a esta paternidad, contrapone otra paternidad, para l ms
importante: con la expresin mi Padre, referido a Dios, se est proclamando Hijo de
Dios, como en la Anunciacin (Lc 1,35), y como en el pasaje de Lc 10,22: Mi Padre me loha enseado todo; quin es el Hijo lo sabe slo el Padre; quin es el Padre lo sabe slo el
Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Quiero terminar, poniendo de relieve que , comentando La infancia de
Jess, en algunas ocasiones afirma queJess es Dios. En esta narracin, hablando de que
Jess creca no slo en edad, sino tambin en sabidura, y ponderando el misterio que
encierra su persona, escribe: Se manifiesta concretamente que l es verdadero hombre y
verdadero Dios, como lo formula la fe de la Iglesia . El credo de algunos concilios as lo
formula, pero en el Evangelio de Lucas nunca encontramos esa afirmacin. Lucas s habla
de Jess como el Hijo de Dios, que, en algunos pasajes, tiene sentido trascendente.
Es un libro cmodo de leer y uno se siente tranquilo al leerlo, ya que no hay un solo
comentario que inquiete al lector o lo ponga delante de los problemas lacerantes de
nuestro tiempo; demuestra una gran erudicin y conocimiento de las
Escrituras. La teologa que encierra su libro tiene normalmente presente, como trasfondo,
el statu quode la Iglesia jerrquica, y hace interpretar errneamente algunos textos
importantes, o bien, omite el comentario de otros pasajes que podran llevar a una seria
confrontacin entre el Evangelio y elstatu quode la Iglesia jerrquica, al que hemosaludido.
De hecho, nunca ofrece la confrontacin dialcticaentre los dpticos de Juan Bautista y los
de Jess, porque a travs de esta contraposicin, se pone de manifiesto la supremaca de
loprofano, referida a Mara y a Jess, frente a la decadencia de lo sagrado, relacionada
con el sacerdociode Zacaras. Mara acepta el mensaje del Seor, a pesar de lo novedoso,
fe de Mara frente a la incredulidad del sacerdote Zacaras; otra contraposicin pone de
manifiesto la novedad radical de Jess, que aparece como la nueva creacin, frente a la
desaparicin de las principales instituciones sagradasdel Antiguo Testamento. Jess las va
declarando obsoletas, a lo largo del Evangelio de Lucas. Slo queda en pie el profetismo, yaque Juan aparece como el ltimo profeta de la Antigua Alianza;hay tambin un marcado
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