La irradiación de los alimentos es el proceso mediante el cual los alimentos se exponen a una fuente de energía capaz de remover electrones de los átomos (radiación ionizante).

Se usa para preservar los alimentos, reducir el riesgo de contraer enfermedades transmitidas, prevenir la presencia de pestes invasivas y postergar o eliminar la maduración.

Los alimentos no se vuelven radiactivos.

Dependiendo de la dosis, la radiación destruye microorganismos, bacterias y virus, o bien los transforma en entidades incapaces de reproducirse.

La irradiación se emplea, entre otras cosas, para abatir la maduración de las frutas disminuyendo la acción enzimática den los alimentos. No destruye, sin embargo, las toxinas, o corrige el color, textura o el sabor de los alimentos.

Existe un concepto erróneo acerca del tratamiento de los alimentos con radiación: éstos no se vuelven radiactivos por sí mismos, a menos de que hayan entrado en contacto con una sustancia radiactiva.

Se usan 60Co y 137Cs como fuente de rayos gamma.