Qu-Enos Pasa Spa

147

description

ENOS

Transcript of Qu-Enos Pasa Spa

Page 1: Qu-Enos Pasa Spa
Page 2: Qu-Enos Pasa Spa
Page 3: Qu-Enos Pasa Spa

¿QU-ENOS PASA?

GUÍA DE LA RED PARA LA GESTIÓN RADICALDE RIESGOS ASOCIADOS CON EL FENÓMENO ENOS

Basado en los resultados del proyecto IAI � LA RED sobre el tema

GUSTAVO WILCHES-CHAUX

2007Bogotá-Colombia

Page 4: Qu-Enos Pasa Spa

ISBN: 978-958-98084-8-1

1a. edición: Noviembre de 2007

© Texto y fotografíasGUSTAVO WILCHES-CHAUX

Revisión científica y técnica:ALLAN LAVELL

Coordinación editorial:SANTIAGO MUTIS D.

Grabados anónimos tomados de:Iniciación astronómica, Camilo Flammarión, 1911 - Metamorfosis delos insectos, Mauricio Girard, 1868 - El lector moderno, Juan GarcíaPurón, 1936 - Nociones elementales de historia natural, G. Delafosse,1876 - Astronomía a las damas, Camilo Flammarión, 1911.

Diagramación e impresión:ARFO Editores e Impresores Ltda.Carrera 15 No. 54-32Tels.: 2494992-2175794Bogotá, D. [email protected]

Page 5: Qu-Enos Pasa Spa

Índice

PresentaciónRodney Martínez Güingla ............................................................................. 7

PresentaciónAllan Lavell ................................................................................................... 9

Nota aclaratoria ........................................................................................... 11

Introducción: Mientras esto se escribe... ....................................................... 13

Posdata a la Introducción ..................................................................... 15

PRIMERA PARTE

REFLEXIONES TEÓRICAS

CAPÍTULO 1La dinámica de la naturaleza

Esas múltiples dinámicas cuyo resultado es la Tierra ...................... 21

Las capas de la atmósfera ..................................................................... 23

Clima y tiempo ....................................................................................... 25

La variabilidad climática: un rasgo característico del temperamentode la Tierra ........................................................................................ 27

Los volcanes y los cambios del clima .................................................. 29

Clima, tiempo y caos ............................................................................. 31

Cambios del clima, variabilidad climática ......................................... 34

¿Qu-ENOS pasa? .................................................................................... 37

¿Qué es El Niño? .................................................................................... 38

CAPÍTULO 2El territorio y la dinámica de las comunidades

Naturaleza + Cultura = Territorio ....................................................... 43

Telarañas y territorios ........................................................................... 48

La seguridad territorial: otra telaraña ................................................. 50

Vulnerabilidad/Sostenibilidad: nuevas telarañas...(o la misma, con lentes más detallados) ........................................ 53

Page 6: Qu-Enos Pasa Spa

6

CAPÍTULO 3Manifestaciones e impactos de ENOSen las regiones estudiadas

Un rápido sobrevuelo por el camino recorrido .................................. 61

¡Atención: llegaron los patrones!(Las circunstancias de tiempo, lugar y modo) .............................. 62

CAPÍTULO 4La gestión del riesgo y la sostenibilidad del territorio

Territorio y riesgo: dos hijos del mismo matrimonio ......................... 67

El escenario donde se materializan los riesgos .................................. 69

GRR... La Gestión Radical del Riesgo ................................................. 71

Prevención: decirle �no� a la amenaza ............................................... 73

Mitigación: fortalecer la telaraña para decirle �no�a la vulnerabilidad .......................................................................... 75

SEGUNDA PARTE

LOS ESTUDIOS DE CASOResúmenes

Expresiones de ENOS en Argentina .......................................................... 79

Expresiones de ENOS en Colombia ........................................................... 87

Expresiones de ENOS en Costa Rica .......................................................... 97

Expresiones de ENOS en el Ecuador .......................................................... 108

Expresiones de ENOS en la Florida (USA) ................................................. 117

Expresiones de ENOS en México ................................................................ 130

Expresiones de ENOS en el Perú ................................................................ 139

Page 7: Qu-Enos Pasa Spa

7

l mega evento climático ENOS �ElNiño Oscilación del Sur� entró nue-vamente en escena en 1997-1998, estavez en una forma nunca antes vista,

Presentación

Epuesto que en esta ocasión la tecnología espa-cial y la revolución del internet nos permitie-ron seguirlo en tiempo casi real. Esta circuns-tancia, de por sí, marcó una nueva etapa parala ciencia y la sociedad en cuanto a su formade percibir este fenómeno climático.

No pudo existir desde el punto de vista cientí-fico mejor ocasión para comprender El Niño:mientras visualizábamos imágenes satelitalesdiarias de la temperatura del mar, podíamossaber con muy aceptable precisión la tempera-tura bajo la superficie del océano, les hacíamosseguimiento a los vientos en la atmósfera, de-cenas de mareógrafos en las costas entregabaninformación, y radio-altímetros situados en elespacio medían el nivel del mar con inéditaexactitud. Lo que se aprendió con ENOS 97-98rompió viejos y planteó nuevos paradigmas,generó una producción científica abundante,se mejoraron los modelos acoplados para lapredicción del clima, se hizo evidente la nece-sidad de invertir en sistemas para observar elocéano y la atmósfera y, en definitiva, quedódemostrado que el desarrollo tecnológico y cien-tífico fueron, son y serán fundamentales parala sociedad.

Sin embargo, el ENOS 97-98 nos planteó unasingular paradoja, que pone sobre el tapete la

situación actual: este evento fue el mejor pro-nosticado de la historia y la alerta tempranafue dada al mundo casi con seis meses de anti-cipación. A los países de América Latina, tra-dicionalmente impactados por El Niño, se losalertó en forma explícita y casi con criterio uná-nime, lo cual es inusual. Los gobiernos, los or-ganismos de socorro y el público en general,conocieron cada detalle de la evolución de estefenómeno. Ningún otro evento había sido obje-to de tan precisa predicción.

A pesar de eso, ese EL NIÑO 97-98 devastó ex-tensas zonas del planeta, y en los países de laregión andina en particular generó muertes ymillones de dólares en pérdidas materiales, ehizo retroceder puntos considerables en losíndices de crecimiento económico.

¿Qu-ENOS pasa? ¿Cómo pudo concretarsetamaña contradicción?

La presente obra nos pone en el contexto exac-to de una problemática que, pese a los años, lasduras lecciones del pasado inmediato y el cre-ciente impacto del clima en las sociedades delmundo, subyace tal cual, sin experimentar uncambio de actitud.

Hoy, 10 años más tarde, con la genialidad quecaracteriza a Gustavo Wilches-Chaux, y entiempos que demandan cambios urgentes enla gestión pública frente a los embates de lanaturaleza, este libro nos entrega el fruto de un

Page 8: Qu-Enos Pasa Spa

8

invaluable esfuerzo creativo basado en los ha-llazgos de una investigación de �La Red� so-bre el tema. Es una guía conceptual que nospermite entender las verdaderas fisuras en laforma como visualizamos, percibimos y enfren-tamos la relación entre clima y sociedad.

Para el mundo científico, los planificadores, lostomadores de decisiones, y cada uno de losactores que fueron, han sido y potencialmenteserán afectados por el clima, el libro �¿Qu-ENOSpasa?� permite al lector redescubrir junto consu autor, la dinámica de la naturaleza confron-tada con la dinámica de las comunidades, laestrecha y compleja relación con la cultura y laconstrucción socio-política y económica del te-rritorio. El libro provee conceptos sólidos paraentender las bases de la gestión de riesgoclimático, y confrontarlos bajo una visión inte-gral de la cual todavía carecemos en buenaparte de nuestros países.

En forma elocuente, creativa, accesible, pensadapara todos y no solamente para las élites intelec-tuales, el libro recorre las bases de la seguridadterritorial y sus principales pilares, y analiza cómoestos pueden colapsar a la hora de enfrentar yaun evento climático como El Niño, ya eventos ex-tremos puntuales o ya el mismísimo cambioclimático a mediano y largo plazo. La conceptua-

lización de la vulnerabilidad realizada por el au-tor, nos entrega una síntesis concreta, fruto de in-tensas discusiones entre quienes han estudiado,analizado y plasmado en realidades tangibles, eltema del riesgo frente a eventos naturales. Por su-puesto, con un valor agregado más: el ajuste con-ceptual y metodológico a nuestra realidad andina.

Además de presentarnos una magnífica com-pilación sobre los impactos del ENOS en dis-tintos países de Latinoamérica, el libro nos en-trega una aproximación muy precisa y a la vezamigable, al fin último de lo que debería ser lagestión pública frente al embate de los eventosnaturales y, en este caso, al clima cambiante: lainterdependencia entre la gestión de riesgo yla sostenibilidad, que a veces se supone comoobvia, pero que conlleva múltiples complejida-des y relaciones que, hoy por hoy, son el verda-dero desafío de gobiernos nacionales y locales,de planificadores y de los actores del desarro-llo de los países de la región.

Son enfoques holísticos, pragmáticos, reales yútiles para todos cuantos lidiamos en el día adía con el quehacer del clima, sus manifesta-ciones e impactos, y para quienes andamos enbusca de estrategias para convivir con él. Invi-to a los lectores y lectoras a emprender con no-sotros ese recorrido.

RODNEY MARTÍNEZ GÜINGLA

Coordinador CientíficoCentro Internacional para la Investigación

del Fenómeno de El Niño (CIIFEN)

Page 9: Qu-Enos Pasa Spa

9

Entre los años 2000 y 2005, en el marcodel Comparative Research Network(CRN1), creado por el InteramericanInstitute for Global Change Research

(IAI), y financiado con fondos de la NationalScience Foundation de los Estados Unidos deAmérica, se realizó el proyecto �Gestión deRiesgos de Desastre ENSO en América Lati-na�, en el cual participaron ocho equipos deinvestigación-trabajo en sendos países o regio-nes de las Américas: Florida (EE.UU), México,Costa Rica, Colombia, Ecuador, Perú, Argenti-na y el estado de Paraiba, en el Brasil. Todo loanterior en el marco �y con el patrocinio� deLA RED (Red de Estudios Sociales en Preven-ción de Desastres en América Latina).

Los equipos de trabajo e investigación fueroncoordinados respectivamente por AnthonyOliver Smith, de la Universidad de Florida, enGainsville; Virginia García Acosta, del Centrode Investigaciones y Estudios en AntropologíaSocial, CIESAS, México; Allan Lavell y AdrianaBonilla, de la Secretaría General de la FacultadLatinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO,en Costa Rica; Andrés Velásquez, del OSSO(Observatorio Sismológico del Sur Occidente),Universidad del Valle, en Cali; Othon ZevallosMoreno, de la Escuela Politécnica Nacional,Quito; Eduardo Franco Temple y Lenkiza An-gulo, del Intermediate Technology Develop-ment Group-ITDG, Perú; Hilda Herzer, de CEN-TRO, Buenos Aires, Argentina; y Marx PrestesBarboso, de la Universidad de Paraiba, enCampina Grande, Brasil.

Durante sus primeros tres años el proyecto fuecoordinado por Eduardo Franco Temple, ami-go y colega de destacado nivel académico yhumano, quien, por los destinos que nos rigen,abandonó esta tierra prematuramente en el año2003. A partir de entonces y hasta el presente,el trabajo de coordinación fue asumido por elautor de esta breve presentación. Este libro es,en fin, un tributo a la memoria y a la vida y eltrabajo de Eduardo, uno de los impulsores prin-cipales de este proyecto.

El proyecto comprendió las siguientes activi-dades: investigación sobre ENOS y patrones deriesgo en la región; creación de bases de datossobre daños y pérdidas asociados a ENOS du-rante el período 1970-2003, utilizando la meto-dología DESINVENTAR desarrollada por LARED; creación y administración de un centrovirtual de información y documentación sobreel tema; realización de varios eventos de for-mación académica y capacitación, y difusiónde resultados a través de libros, artículos y do-cumentos diversos. Estos materiales y los in-formes completos del proyecto pueden encon-trarse en la página web de LA RED: www.desenredando.org

A diferencia de los demás proyectos financia-dos en la primera etapa del ComparativeResearch Network (CRN1), el proyecto de LARED ha girado desde el principio en las dimen-siones humanas y los procesos de construc-ción social del riesgo y su gestión, y no en losaspectos físicos de la amenaza, asociados con

Presentación

Page 10: Qu-Enos Pasa Spa

10

la variabilidad climática. ENOS fue examinadodesde el punto de vista de la sociedad y susdinámicas, y no éstas desde el ángulo de ENOS.

Los resultados de la investigación realizadatienen varios �mercados� principales: los aca-démicos y estudiosos de la problemática, poruna parte; y por la otra, ese conjunto diverso deactores sociales que se conocen como�tomadores de decisión�, los cuales incluyendesde políticos hasta administradores deagencias de intervención. Y claro, la poblaciónmisma y sus organizaciones y líderes, que es-peramos estén entre los principales usuariosde estos resultados.

A raíz de esta división gruesa y algo imprecisade públicos interesados, surgió la necesidadde realizar dos tipos de publicaciones paracompartir nuestros hallazgos: un libro �aca-démico�, que recoge los resultados principalesde la investigación, y otro �popular�, másaccesible al mundo real de los participantesdirectos en el problema, que servirá de basepara la elaboración de esquemas de capacita-ción y de difusión popular sobre el tema, suscausas y sus consecuencias. Este segundo es ellibro que los lectores y lectoras tienen ahora ensus manos.

Ha sido escrito, compilado e ilustrado porGustavo Wilches-Chaux, escritor, comunica-dor, fotógrafo, abogado, humanista y pensa-dor de destacado nivel, y uno de los miembrosfundadores de LA RED, con base en los resulta-dos del trabajo de los equipos de investigaciónen la región, y en sus propias experiencias yreflexiones, recogidas a lo largo de más de 20años de trabajo en el tema de la gestión am-biental y la gestión del riesgo.

Los escritos �académicos� en que se basa unagran parte de su contenido, se publicarán enotro tomo bajo el título �ENSO y Riesgo deDesastre en las Américas: Proceso, Patrones,Gestión�, cuya edición, en español e inglés estáa cargo del autor de estas palabras.

¿Qu-ENOS pasa? sigue la tradición establecidapor LA RED en 1998, cuando apareció el libroAuge, caída y levantada de Felipe Pinillo, mecánicoy soldador (Guía de LA RED para la gestión localdel riesgo), escrito también por Wilches-Chauxcon base en investigaciones y experiencias de

muchos compañeros y compañeras de esta or-ganización.

Ese libro popularizó y sirvió de base para quese convirtieran en instrumentos de capaci-tación los conocimientos sobre el riesgo y sugestión generados por miembros de LA REDdurante los seis años previos. El contenido bá-sico fue sistematizado, en primera instancia,por Elisabeth Mansilla, en un documento decirculación interna de LA RED y luego transfor-mado, ampliado e interpretado por Wilches-Chaux en Felipe Pinillo.

Quienes trabajan en gestión del riesgo de de-sastres en la región, conocen el impacto queese libro pionero ha tenido y sigue teniendo enel pensamiento latinoamericano. Quizás es apartir de esa publicación que el término �ges-tión del riesgo� se convierte en concepto cen-tral en América Latina, en sustitución del de�administración de desastres�, concepto y en-foque que dominaban hasta entonces.

Nuestras profundas felicitaciones y agradeci-mientos a los investigadores del proyecto porsu entrega, logros y paciencia durante estosúltimos seis años; al IAI y a la National ScienceFoundation de los Estados Unidos de Américapor el apoyo financiero y material permanentepara la investigación y la publicación de estosmateriales; al Buró de Prevención de Crisis yRecuperación-BCPR- del Programa de las Na-ciones Unidos para el Desarrollo, por su apo-yo a la última reunión del proyecto IAI-LA REDy al taller de capacitación realizado en esemomento, todo celebrado en Guayaquil y LaCrucita, Ecuador, en abril 2006; al Centro In-ternacional de Investigaciones sobre el Fenó-meno del Niño-CIIFEN por su patrocinio de esaúltima reunión; y a OXFAM Gran Bretaña,por su apoyo financiero a las publicacionesdel proyecto. No está de más decir que la res-ponsabilidad para el contenido del presentelibro descansa únicamente en el autor del mis-mo y LA RED.

Y, gracias también a Gustavo por su imagina-ción y sensibilidad.

Para mí, como coordinador del proyecto, resul-ta grato hacer entrega del primero de estos dos�gemelos�, cuya misión en el mundo es difun-dir los resultados de nuestra investigación.

ALLAN LAVELL

Investigador PrincipalProyecto ENSO Riesgo

Secretaría GeneralFacultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

PRESENTACIÓN

Page 11: Qu-Enos Pasa Spa

11

Convencionalmente se ha adoptado el concepto de �Variabilidad Climática� parareferirse al conjunto de cambios naturales y permanentes propios del clima terrestre.El concepto de �Cambio Climático�, en cambio, se restringe a las diferencias entre loque es el clima actual del planeta y lo que será el clima futuro debido a efectos

antrópicos, o sea, al impacto de la actividad humana. Y el concepto de �Cambio Global� denotael conjunto de consecuencias ecológicas y sociales asociadas al cambio climático. Entre esasconsecuencias está el impacto del Cambio Climático sobre las expresiones de la VariabilidadClimática.

A lo largo de este texto utilizaremos esas denominaciones, pero cuando hablemos de �cambiosdel clima� nos referiremos a las expresiones de todas.

Nota aclaratoria

Page 12: Qu-Enos Pasa Spa

12

Page 13: Qu-Enos Pasa Spa

13

Mientras esto se escribe, informanlas noticias sobre el desborda-miento de los ríos Elba y Danu-bio, este último después de que

sus aguas subieran a niveles que no alcanza-ban desde hacía 111 años, lo cual ha provoca-do que centenares de casas y más de 200 milhectáreas de cultivos queden inundadas, ymiles de personas damnificadas.

Mientras esto se escribe, habla la prensa deinundaciones súbitas provocadas por fuerteslluvias en la cuenca del río Uaso Nyiro (Kenia),que han obligado al desplazamiento de másde tres mil personas en una región de Kenyaque todavía se encuentra bajo los efectos de unaprolongada sequía que afecta a tres y mediomillones de seres humanos y que ha causadola muerte de miles de rebaños en el norte y no-reste del país mencionado.

Mientras esto se escribe, una tormenta de gra-nizo y un tornado causan más de 75 heridos ydestrucción de cosechas, de casas, de vehícu-los y de infraestructura en el interior de Israel,donde estos fenómenos son inusuales. Y enocho estados del sur y del medio oeste de losEstados Unidos, donde sí son frecuentes, en loque va corrido del año 2006 se han presentado351 tornados, cuatro veces más de lo normalpara estos meses del año.

Mientras se escribían las páginas que siguen�primeros cuatro meses del año 2006� las inun-

daciones y otros fenómenos ligados a ellas,como los deslizamientos, han afectado a va-rias regiones de Colombia, del Ecuador, delPerú, del Brasil, de Bolivia.

Mientras esto se escribe, apenas comienza areestablecerse el paso por la carretera que unea Buenaventura, el principal puerto de Colom-bia sobre el Océano Pacífico, con el interiordel país, tras una serie de deslizamientos quemantuvieron al puerto aislado durante variosdías y provocaron la muerte de varias dece-nas de personas y gravísimas pérdidas eco-nómicas.

Un par de semanas antes de que estas pala-bras se escribieran, la revista Time le dedicabala carátula de su primer número de abril del2006 al tema del calentamiento global, con unllamado impresionante: �BE WORRIED. BEVERY WORRIED� (Preocúpese. Preocúpesemucho).

Mientras esto se escribe, crece la expectativaante lo que será la temporada de huracanes enel Caribe, luego de las temporadas 2004 y 2005que rompieron todos los records anteriores encuanto a cantidad de tormentas tropicales ymagnitud de las mismas.

¿Qué le está pasando al planeta Tierra? ¿Y alos seres humanos y a los territorios de que so-mos parte, qué nos pasa?

Introducción

Mientras esto se escribe...

Page 14: Qu-Enos Pasa Spa

14

Desde hace varios años es bien sabido que enel mundo entero los desastres que se originanen eventos hidrometeorológicos (resultado dela dinámica meteorológica y que se asociancon daños o efectos adversos sobre determi-nados grupos humanos1), están superando encantidad y en daños causados a los desenca-denados por otros fenómenos de la naturale-za, como los terremotos o las erupciones vol-cánicas.

En las páginas siguientes vamos a penetraren la naturaleza de los riesgos y de los desas-tres ligados a los fenómenos hidrometeoro-lógicos, y particularmente en aquellos queconstituyen expresiones de la llamada �varia-bilidad climática�, con énfasis en el procesoconocido como ENOS (El Niño � OscilaciónSur). Pero no lo vamos a hacer de manera ex-clusiva desde el punto de vista de la amenaza,es decir, del fenómeno hidrológico o climáticoque en determinadas condiciones se torna pe-ligroso, sino muy especialmente desde el pun-to de vista de la pérdida de la capacidad delos ecosistemas y de las comunidades huma-nas para convivir de manera armónica y �sos-tenible� con esos fenómenos. Es decir, desdela vulnerabilidad de los ecosistemas y las co-munidades o, en otras palabras, desde la pér-dida de resistencia y resiliencia de los territoriosen donde se concretan los riesgos y se mani-fiestan los desastres.

Con respecto a uno de los desastres �actuales�citados en los renglones anteriores, el analistade la BBC, Gabriel Partos, afirma que el hechode que el incremento del nivel de las aguas delDanubio, normal en éste y otros ríos, haya ge-nerado un desastre, se puede atribuir a trescausas: primera, los cambios en el uso del sue-lo de las llanuras de inundación con que cuen-ta el río para aliviar el exceso de agua, que pocoa poco se han convertido en tierras cultivablesy en asentamientos humanos; segunda, la des-trucción progresiva de los bosques de la cuen-ca, una de cuyas funciones ambientales es ayu-dar a controlar las aguas, y tercera, la �rectifi-cación� del curso natural del río por medio decanales artificiales, que han alterado totalmentesu dinámica2.

Ese análisis de Partos sobre un fenómeno queocurre en un contexto geográfico y cultural to-talmente diferente, es un buen ejemplo del en-foque utilizado por los investigadores e inves-tigadoras del proyecto ENOS IAI-LA RED que,durante seis años, se dedicaron a averiguar porqué ese fenómeno, en sus distintas expresio-nes y �patrones�, genera riesgos y desastres enlos paises estudiados. Los resultados de eseproyecto se resumen en la Segunda Parte denuestro documento, que en lo fundamental sebasa en ellos.

El tema que nos convoca en estas páginas re-sulta fascinante, no solamente porque día adía, en �tiempo real�, en nuestro vecindarioinmediato o en lugares remotos, se producenfenómenos que enriquecen y corroboran nues-tras presunciones, o que nos obligan a ajustarnuestras propias hipótesis. Pero, sobre todo,porque el debate alrededor del cambio cli-mático, y particularmente la polémica sobre elverdadero impacto de las actividades huma-nas en el calentamiento global del planeta, haalcanzado un grado tal de politización y de con-flicto (en el mejor sentido de ambas palabras),que sólo se me ocurre comparable con lasimplicaciones del debate sobre la posición dela Tierra en el sistema solar, en la primera mi-tad del siglo XVII.

Los efectos tangibles del cambio climático, queentre otras cosas están determinando que fe-nómenos propios de la dinámica de la natura-leza, como El Niño o los huracanes, dejen deser considerados exclusivamente naturales ypasen a engrosar la categoría de los socio-na-turales (aquellos que se expresan en la natura-leza pero que directa o indirectamente soninfluenciados por las actividades humanas),ponen a tambalear la racionalidad del modelode desarrollo dominante, con todo lo que esemodelo implica a nivel económico, ecológico,social, institucional, político e ideológico, de lamisma manera que los descubrimientos deGalileo Galilei hicieron tambalear en su mo-mento la racionalidad aristotélica-tomista y laautoridad de la Iglesia. Con la gran diferenciade que las teorías heliocéntricas no llevabanimplícita la identificación de responsabilida-des en la generación de eventos destructivos,mientras que el del calentamiento global sí de-muestra que muchos desastres no tienen a lanaturaleza como única responsable.

El proyecto IAI-LA RED explica por qué los im-pactos crecientes de El Niño y de La Niña enlas regiones en donde estos desencadenan de-sastres, no se deben tanto a las característicasintrínsecas de estas expresiones de ENOS, comoa la pérdida de la �seguridad territorial� de lascomunidades afectadas. Esa �seguridad terri-torial�, a la cual le dedicamos uno de nuestroscapítulos, es el resultado de la interacción di-námica entre una serie de factores, que le per-miten a las comunidades y a los ecosistemasresistir sin traumatismos los efectos de unosdeterminados fenómenos naturales, socio-na-turales o antrópicos.

De allí que entendamos que �gestionar� o �ad-ministrar� los factores generadores de riesgospara evitar que se conviertan en desastres,implica explorar y encarar las raices de losprocesos que determinan la pérdida de esa�seguridad territorial�, siempre y cuando

1 Guía metodológica deDesInventar. OSSO, LA RED(Cali 2003).2 BBC News - http://news. bbc.co. uk/- 19 april 2006.

INTRODUCCIÓN

Page 15: Qu-Enos Pasa Spa

15

estemos dispuestos a no quedarnos en medi-das meramente remediales o cosméticas. Enesa convicción se justifica la GRR o �gestiónradical del riesgo�.

Más que un libro terminado, las páginas quesiguen pretenden ser una �rejilla de interpre-tación�, una guía para leer y comprender esosfenómenos que todos los días �y cada vez conmayor intensidad y frecuencia� alteran nues-tra �normalidad� cotidiana, de los cuales nos

enteramos a través de la piel y de la experien-cia directa, o a través de la radio y la televisión,de la internet o de la prensa escrita. Fenóme-nos que, en uno y otro caso, de todas manerassiempre son cercanos, pues este mundo cadavez es menos ancho y los problemas que lo afec-tan cada vez son menos ajenos.

GUSTAVO WILCHES-CHAUXBogotá, abril de 2006

POSDATA A LA INTRODUCCIÓN

POSDATA A LA INTRODUCCIÓN

En el año largo transcurrido desde que se com-pletó la primera versión de este libro (incluidala Introducción) y la fecha en que se manda ala imprenta, las dinámicas del clima y del tiem-po han continuado haciendo de las suyas, des-de varias olas de intenso calor seguidas de olasde intenso frío (o viceversa) en Europa y Amé-rica del Norte, una temporada de huracanes2006 comparativamente �floja� en el Caribe (locual resulta coherente con la presencia de ElNiño en el Pacífico) pero con huracanes muyfuertes en otras regiones, incluyendo las costapacífica mexicana; dramáticos efectos de esemismo El Niño en Perú y Bolivia, que se hanextendido hasta bien entrado el 2007; agudi-zación de los tornados en Estados Unidos ynuevamente inundaciones, deslizamientos yotros desastres de origen hidrometeorológícoque se repiten una y otra vez en las cuatroesquinas del mundo, pero, en muchos casos,cada vez más abundantes y con efectos másdestructivos y complejos sobre la sociedad y elambiente.

En ese mismo periodo de tiempo el cambioclimático ha recibido una atención sin prece-dentes en los medios de comunicación y en lapolítica: el documental �Una verdad inconve-niente� de Al Gore, basado en el libro de igualnombre, recibe un premio Óscar e inaugura unnuevo tipo de discurso político; por primeravez el tema llega al Consejo de Seguridad delas Naciones Unidas, en términos de igualdadcon otras amenazas contra la �estabilidad� delplaneta; los líderes de las naciones más ricasdel mundo reunidos en el G8 (incluyendo algobierno de los Estados Unidos, tradicional-mente renuente a comprometerse con el tema),suscriben acuerdos para �frenar el cambioclimático� y reducir a la mitad las emisionesde gases invernadero para mediados del siglo,y se sientan a comparar agendas ambientales

con los paises del G5 (China, India, México,Brasil y Sudáfrica); el último informe del PanelIntergubernamental de Expertos sobre el Cam-bio Climático (Febrero 2007) parecería no dejarlugar a dudas sobre la responsabilidad de nues-tra especie en el estado actual del clima y en lainminnencia y gravedad de sus efectos.

* * *

A finales de septiembre de 2006 murieron seiscaimanes en una estación de investigación queposee la Universidad Nacional de Colombiaen la ciudad de Villavicencio, en los LlanosOrientales. Los medios de comunicación pre-sentaron esa media docena de animales muer-tos como las primeras víctimas de El Niño 2006-2007 en Colombia. Se habló de temperaturasque superaron en siete o más grados celsius elpromedio local, y de descensos de humedaddel 95 al 79 por ciento, lo cual, por supuesto,fue completamente cierto.

Sin embargo, cuando uno penetraba en los de-talles de la noticia, se encontraba al encargadode los animales afirmando que �cuando abri-mos las llaves [grifos] y empezamos a llenar losestanques de agua, nos dimos cuenta de que los ani-males estaban muertos porque parecían adheridosal piso�.

Resultaba inevitable preguntarse, entonces, siesos animales en unos hábitats naturales rela-tivamente conservados, esto es, con capacidadpara mantener unas condiciones mínimas dehumedad y de sombra a pesar de los cambiosde temperatura, también hubieran muerto, o sihubieran podido protegerse de esos cambiossimplemente guareciéndose en los charcos ybajo los matorrales, sin tener que depender deque un �funcionario� les llenara oportunamen-te los estanques de agua.

Page 16: Qu-Enos Pasa Spa

16

Evidentemente los caimanes no fueron vícti-mas de El Niño, sino de haber sido desplaza-dos de sus hábitats naturales, muchos de loscuales, seguramente, ya han desaparecido ohan sido deteriorados hasa el punto de perdersus capacidades de resistencia y resiliencia antelos cambios del clima.

Si de esos seis caimanes no puede decir sinerror, que en ese año fueron las primeras víc-timas de El Niño, sí se puede afirmar queaportan una explicación totalmente didácti-ca a por qué nosotros, los integrantes de lascomunidades humanas, también nos volve-mos vulnerables ante este tipo de fenómenoscuando los territorios de los cuales forma-mos parte pierden la capacidad natural deofrecernos la seguridad integral que requeri-mos, en este caso, para evitar que los cam-bios en el clima y el tiempo se vuelvan ame-nazas, y cuando las �prótesis culturales� quedeberían sustituir esos mecanismos natura-les, tampoco operan de manera oportuna yadecuada.

Otro ejemplo, igualmente didáctico pero mu-cho más dramático, pues involucra como vícti-mas a seres humanos, lo constituyó la muertede varios miles de ancianos en Francia duran-te el verano del año 2003, supuestamente de-bido a un incremento de las temperaturas,inusual y exagerado. Muy pronto se demostró,sin embargo, que la verdadera causa no habíasido el aumento del �calor ambiente� sino lafalta de �calor humano�: la sociedad y su cul-tura parecerían haber perdido su capacidadpara reducir la vulnerabilidad física y afectivade sus ancianos ante los cambios del clima.

Esperamos que las páginas que siguen nosayuden a comprender un poquito mejor porqué, no solamente los ancianos franceses, sinoen general los integrantes de la especie hu-mana, estamos perdiendo la capacidad desintonizarnos con las dinámicas de los territo-rios de los cuales somos parte.

Y que nos ayuden, también, a encontrar solu-ciones.

GUSTAVO WILCHES-CHAUXBogotá, junio de 2007

POSDATA A LA INTRODUCCIÓN

Page 17: Qu-Enos Pasa Spa

17

PRIMERA PARTE

REFLEXIONES TEÓRICAS

Page 18: Qu-Enos Pasa Spa
Page 19: Qu-Enos Pasa Spa

Capítulo 1

La dinámica de la naturaleza

Page 20: Qu-Enos Pasa Spa
Page 21: Qu-Enos Pasa Spa

21

A pesar de los muchos avances quehan logrado la ciencia y la tecno-logía en su comprensión del climade la Tierra, y de que hoy conta-

mos con instrumentos como los satélites ylos radares meteorológicos, que permitenmonitorear los fenómenos atmosféricos entiempo real, lo cierto es que en muchísimosaspectos la manera como piensa y como se com-porta la atmósfera terrestre en su interaccióncon los demás componentes del planeta (y conalgunos factores externos, como las radiacio-nes y el magnetismo solar) continúa plan-teándonos múltiples interrogantes a los sereshumanos.

Nos enseñaron en la escuela que la Tierra estácompuesta por una serie de �capas� formadas,cada una de ellas, por distintos tipos de mate-riales: la atmósfera, por aire; la litósfera, porrocas; la hidrósfera, por agua.

Posteriormente, el bioquímico ruso V. I. Ver-nadsky (1863-1945) y el filósofo francésTheilard de Chardín (1881-1955) propusieron,cada cual por su lado, la existencia de una capade pensamiento, de mente o de razón, a la quedenominaron noosfera. Y el norteamericanoAlvin Toffler (1928) habló de la infosfera, lacapa de información, cada vez más tangibledesde que existe la internet3. Quizás la expre-sión más evidente de esas �capas� que reflejanla huella de la especie humana sobre el plane-ta es eso que llamamos �la cultura�.

Lo que no nos enseñaron, al menos de maneraexplícita, fue que esas �capas� (en especial laatmósfera, la litósfera y la hidrósfera, cuyo es-tudio pertenece al terreno de las �ciencias na-turales�) no son concéntricas, como las de unacebolla, sino que están física y funcionalmenteentrelazadas, y que todas interactúan entre síde maneras diversas y complejas.

De ese entrelazamiento estructural y funcionalsurgen las condiciones que hace cerca de 4.000millones de años posibilitaron la aparición �yque posibilitan hoy la existencia� de la vida enla Tierra. Los efectos de ese entrelazamientode estructuras y procesos naturales y de suinteracción con la cultura, se materializan eneso que llamamos �territorio� y que será unode nuestros temas centrales de conversaciónmás adelante.

Esa conciencia sobre el entrelazamiento y lainteracción entre las distintas �capas� que for-man el planeta, ya la había expresado el natu-ralista francés Jean Baptiste Lamark (1744 �1829) y la retomó el mismo Vernadsky cuan-do en 1928, utilizando un término forjado porel austriaco Eduard Suess (1875), escribió suhoy clásico libro La biosfera, cuyo propósito,según el prefacio del autor, era �llamar la aten-ción de los naturalistas, geólogos, y especial-mente de los biólogos, sobre la importanciade los estudios cuantitativos de las relacionesentre la vida y los fenómenos químicos del pla-neta��.

�A lo mejor sí, o a lo mejor no,pero lo más probable es que quién sabe�.

ADAGIO POPULAR

Esas múltiples dinámicascuyo resultado es la Tierra

3 En su libro La tercera ola(1980), Toffler afirmó que la�cultura de masas� surgía dela relación entre las que él mis-mo denomina tecnósfera,sociosfera e infosfera.

Page 22: Qu-Enos Pasa Spa

22

La biosfera es, entonces, el espacio del planetaen donde existe la vida, el territorio de la vida anivel planetario. O mejor, la biosfera es la vidamisma en sus manifestaciones territorialesconcretas: los ecosistemas4.

La biosfera es el resultado de la interacción di-námica entre todos los ecosistemas del planeta(de los cuales también forman parte o con loscuales interactúan las comunidades humanas);la característica dinámica particular de la ma-teria en la Tierra, que permite afirmar válida-mente que éste es un �planeta vivo�, dotado,como nos lo enseñó el químico atmosférico bri-tánico James Lovelock en su �Hipóteis Gaia�(1972), de unos sistemas de homeostasis ode autorregulación, equivalentes al sistemainmunológico de los seres humanos.

De manera un poco arbitraria podemos afir-mar que esa dinámica que permite la vida tiene

lugar en un espacio relativamente estrechocomprendido entre el pico del Everest (aproxi-madamente 9.000 metros �9 kilómetros� dealtura sobre el nivel del mar) y el fondo de laFosa de las Marianas, con cerca de 11 kilóme-tros de profundidad.

En ese �espacio�, de aproximadamente 20 kiló-metros de longitud vertical, existimos los seresvivos. Pero esa existencia depende de procesosque tienen lugar en un ámbito mucho mayor,que va desde el núcleo mismo del planeta, a 6mil kilómetros de profundidad, hasta los luga-res de la atmósfera terrestre (aproximadamenteentre 0 y 100 kilómetros de altura sobre el niveldel mar) en donde ocurren procesos que deter-minan en el corto, mediano y largo plazo algu-nas de las condiciones en las cuales se desen-vuelve la vida. Y, así mismo, dependemos demúltiples procesos que tienen lugar en el Sol y,en general, en su ámbito de influencia.

4 Un ecosistema es el resulta-do de las interacciones, en unespacio y en un tiempo deter-minados, de las múltiplesinteracciones que conectan aunas especies con otras y a losseres vivos (animales, plantas,microorganismos) con los lla-mados componentes abióticoso supuestamente no vivos deesos ecosistemas (minerales,humedad, luminosidad, tempe-ratura, etc.). Gustavo Wilches-Chaux, �De nuestros deberespara con la vida� (Popayán,2000). http: //amauta.org/deberes.htm

REFLEXIONES TEÓRICAS

Page 23: Qu-Enos Pasa Spa

23

En la troposfera (de tropos: cambio)tienen lugar la gran mayoría de losfenómenos meteorológicos que con-forman eso que denominamos �el

tiempo�. Su altura oscila alrededor de los 8kilómetros en las latitudes templadas y llegahasta los 18 kilómetros en la zona ecuatorial.Esas alturas nunca son fijas, sino que varíandependiendo de los distintos factores queintervienen en el tiempo y el clima. En latroposfera se encuentran la mayor densidadde aire y el 99% de todo el vapor de agua quecontiene la atmósfera, con una concentraciónmayor (aproximadamente un 3% más) en laregión intertropical, a lo cual se debe su hu-medad característica. Por eso la atmósfera yla hidrósfera constituyen �en la troposfera�una unidad inseparable.

En esta capa de la atmósfera la temperaturadesciende a medida que ascendemos, aproxi-madamente a razón de 6 grados Celsius porkilómetro, hasta llegar a la tropopausa (8 -18 km), a partir de la cual empieza la estra-tosfera.

En esa parte de la atmósfera, que asciendeaproximadamente hasta los 25 kilómetros, latemperatura del aire permanece constante, aun-que cambie la altura.

A partir de la estratopausa la temperatura as-ciende hasta llegar a cerca de los 500 gradosCelsius, a unos 50 kilómetros de altura.

En la estratosfera, en alturas que oscilan entrelos 20 y los 30 kilómetros, se encuentra el 90por ciento del ozono que hay en la atmósfera(10 partes por millón �ppm� frente a las 0,04ppm que hay en la troposfera).

El ozono (O3) es un gas altamente tóxico paralos seres vivos (debido a lo cual se usa comogermicida), pero de su existencia depende lavida en la superficie de la Tierra. Ese gas apa-reció en la atmósfera cuando ascendió a lascapas altas de la atmósfera el oxígeno gaseoso(O2), un subproducto de la fotosíntesis queaprendieron a hacer las antecesoras de lasplantas actuales, hace cerca de 2 mil millonesde años5.

En la delgada y frágil capa de ozono, que seencuentra en las alturas indicadas, ese gas seencarga de absorber la mayor parte de las ra-diaciones ultravioleta (UV) procedentes delSol, con longitudes de onda de 280 a 320nanómetros, que afectan directamente el ADNde las células vivas, animales y vegetales. Estegas también contribuye a mantener el equili-brio térmico de la atmósfera, pues las radiacio-nes UV se convierten en calor cuando entranen contacto con las moléculas de ozono.

Donde termina la estratosfera (aproximada-mente a 50 kilómetros de altura) comienza lamesosfera, que asciende hasta los 80 kilóme-tros de altura, donde las temperaturas vuelvena decrecer hasta -83° C / -93° C.

Las capas de la atmósfera

5 O posiblemente desde antes,si nos atenemos a los investi-gadores que, con base en losgrandes depósitos de óxidosde hierro hallados en Río Tinto(España) y otros lugares delmundo, afirman que en la at-mósfera hay oxígeno gaseosoen cantidades abundantes des-de hace aproximadamente2.700 millones de años.

Page 24: Qu-Enos Pasa Spa

24

A partir de la mesopausa comienza la ter-mosfera, que asciende hasta 100-200 kilóme-tros de altura. Allí las temperaturas vuelven asubir hasta 700-1.300 grados Celsius, debido aque casi no existen gases capaces de absorberlas intensas radiaciones solares.

De la mesopausa en adelante comienza laexosfera, cuyo límite máximo podría fijarsearbitrariamente a unos 1.000 kilómetros dealtura. Allí se disuelve la atmósfera en el espa-cio extraterrestre.

Recordemos que el diámetro de la Tierra es de aproximadamente 12.000 kilómetros ensu parte más ancha, el Ecuador. La altura de la atmósfera, que también forma parte delplaneta, equivale apenas a una pequeña fracción de ese diámetro.

La troposfera, en donde se materializan �el clima� y �el tiempo�, solamenta asciendehasta los 8-18 kilómetros de altura.

REFLEXIONES TEÓRICAS

Page 25: Qu-Enos Pasa Spa

25

El mismo Tackle, autor de la cita ante-rior, resume de la siguiente manerasu definición: �Clima es el comporta-miento medio del sistema climático en

periodos largos de tiempo (con relación a lasfluctuaciones del �tiempo�)�.

En palabras más sencillas: el clima es como eltemperamento de una persona, que forma par-te esencial de su personalidad. Lo que común-mente se denomina su manera de ser. El tiempo,en cambio, vendría a ser el estado de ánimo deesa persona en un momento o ante una circuns-tancia particular*.

Alguien de personalidad alegre y plácida pue-de tener momentos de tristeza, de ira o de de-presión, al igual que otra persona de tempera-mento intransigente y agresivo puede tenermomentos excepcionales de alegría o de bon-dad. O alguien normalmente perezoso puedevivir etapas de gran desempeño y actividad;o, por el contrario, alguien hiperactivo puedecaer temporalmente en periodos de absolutaquietud.

Como lo explica Tackle, lo que él denomina�sistema climático� depende de factores queno dependen sólo de la atmósfera, entendidaen su acepción estricta y convencional7. Sesupera así la definición de �clima� que nosentrega el diccionario, como �conjunto de con-diciones atmosféricas que caracterizan unaregión�.

Más aún: clima y tiempo no dependen sola-mente de la interacción entre todas esas capasen que, de manera más o menos arbitraria, di-vidimos �el organismo� terrestre para efectosde su estudio, sino de factores ajenos a la diná-mica interna del planeta, como las radiacionesque emite el Sol en los distintos ciclos de suactividad, que a su vez se relacionan con elmagnetismo solar; y la posición de la Tierra ensu órbita alrededor del Sol (movimiento de tras-lación).

Incluso los efectos que sobre nosotros puedatener el viento solar8, dependen de su in-teracción con el campo magnético terrestre, re-sultado de la combinación entre el movimientode partículas cargadas eléctricamente en elnúcleo de la Tierra, las corrientes de convecciónque genera el calor del núcleo y el movimientode rotación del planeta9.

Otros factores como la inclinación del eje de laTierra o la duración del periodo de rotación,no son ajenos a la dinámica interna del plane-

Clima y tiempo

�Hace algunos meses recibí un correo electrónico de un colega de Francia que debajo de su firmaescribió el siguiente texto: �Clima es lo que esperamos y tiempo es lo que tenemos�. Esto es enpocas palabras una definición de clima. El tiempo son los valores diarios de temperatura, lluvia,presión, viento, etc..., y clima es el valor medio de esas variables durante un determinado periodolargo de tiempo. Pero clima es algo más que las variables del tiempo. Una definición más generalde clima es el comportamiento promedio de los continentes, océanos, atmósfera, criosfera, enperiodos relativamente largos de tiempo. [...] No hay una definición rigurosa en cuanto al periodopara determinar los valores medios, aunque para algunas aplicaciones se utiliza un periodo de 30años. Esta definición reconoce el rol interactivo de los continentes, el agua y el hielo en ladeterminación de las propiedades de la atmósfera. La criosfera incluye las masas de hielo de laAntártida y Groenlandia, como así también a los hielos del Polo Norte y de los glaciares montaño-sos. Las masas de hielo son muy importantes porque sus dimensiones físicas pueden cambiar,modificando en consecuencia la cantidad de radiación que es reflejada desde la superficie de laTierra y cambiando el balance radiactivo. Las masas de hielo son también enormes depósitos deagua dulce, y los cambios de volumen cambian la cantidad de agua en estado líquido y gaseosoen la atmósfera, y del agua líquida de los océanos�.

EUGENE S. TACKLE, 19976

9 Estudios del paleomagnetismode rocas procedentes de los fon-dos oceánicos, les permiten alos científicos determinar quedesde que existe el planeta sehan producido varias inversionesdel campo magnético terrestre,como resultado de las cuales lospolos Norte y Sur cambian en-tre sí de lugar. La última se pro-dujo hace 780.000 años. http://science. nasa.gov/headlines/y2003/29dec_ magneticfield.htmExisten indicios a partir de loscuales se puede suponer que lasinversiones geomagnéticas,durante las cuales la Tierra que-da despojada temporalmentede su campo magnético, danlugar a periodos climáticos muyfríos. Hardy, Ralph y otros, Ellibro del clima, página 168(Hermann Blume Ediciones,Madrid 1982).

6 Eugene S. Tackle, 1997, traducidopor Mario N. Núñez http://www.geology.iastate.edu/gccourse /model/basic/basic_lecture_es.html* En inglés existe la palabra �weather�(tiempo), diferente de �climate� (cli-ma). En ese idioma no existe la confu-sión que se presenta en castellanoentre la palabra �tiempo� con sentidocronológico y la palabra �tiempo� consentido meteorológico.

7 �Capa de aire que rodea la Tierra�(DRAE).8 Flujo constante de partículas car-gadas eléctricamente procedentesdel Sol, o �radiación corpuscularsolar�. Entre otros efectos, el vien-to solar empuja las colas de plas-ma o iones de los cometas en di-rección opuesta al Sol. Fluye a ve-locidades entre 250 y 1.000 kmpor segundo.

Page 26: Qu-Enos Pasa Spa

26

ta. Por ejemplo, un gran terremoto producidopor la tectónica de placas puede alterar lige-ramente esa inclinación, como calculan quepodría haber ocurrido con el terremoto del 26de diciembre de 2004 en Indonesia.

Los científicos Benjamín Fong Chao, del Cen-tro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, yRichard Gross del Jet Propulsion Laboratoryde la misma institución, que calculan ruti-nariamente los efectos de los terremotos sobrela forma de la Tierra y su rotación, y estudiantambién cambios del movimiento polar, afir-man que

el terremoto del 26 de diciembre desvió la posiciónmedia del Polo Norte de la Tierra unos 2,5 centímetros(1 pulgada) en la dirección 145 grados longitud este,más o menos hacia Guam en el Océano Pacífico. Estemovimiento sigue una tendencia sísmica a largo plazoidentificada en estudios anteriores. El temblor afectótambién la forma de la Tierra. Chao y Gross calcularonque el achatamiento de la Tierra en los polos (aplanadaen la cima e hinchada en el Ecuador) disminuyó unapequeña cantidad, aproximadamente una parte en 10mil millones. Esto confirma la tendencia de que los terre-motos hacen la Tierra menos aplastada en los polos y lavuelve más esférica.

También detectaron que el terremoto disminuyó la longi-tud del día en 2,68 microsegundos (un microsegundo esla millonésima parte de un segundo). En otras palabras,

la Tierra gira un poco más rápido de lo que lo hacía antes.Este cambio en la velocidad de rotación está relacionadocon el cambio en el achatamiento de los polos. Se parecea un patinador de hielo que sitúa los brazos más cerca alcuerpo produciendo un giro más rápido.

Ninguno de estos cambios ha sido aún verificado conmediciones, sólo se han calculado. Pero Chao y Grossesperan verificar los cambios cuando los datos de rota-ción de la Tierra procedentes de sensores situados en elsuelo y en el espacio sean actualizados.10

En fin, estos y otros pequeñísimos cambios gra-duales y muchas veces imperceptibles en elcorto plazo, acumulados a lo largo de millonesde años, junto con algunos cambios súbitos ycataclísmicos, como los que puede haber pro-ducido el impacto de un asteroide contra laTierra hace 65 millones de años, determinanque el clima, esa característica �estable� deltemperamento de los ecosistemas terrestres,también se encuentre sometido a un procesoconstante de transformación.

Es decir, no solamente una persona de tempe-ramento estable puede presentar distintos es-tados de ánimo, sino que ese mismo tempera-mento se suele transformar. No en vano afir-man que personas plácidas en su juventud yen su edad adulta, suelen volverse cascarra-bias e intransigentes cuando entran a la vejez;o viceversa.

10 http://ciencia.msfc.nasa.g o v / h e a d l i n e s / y 2 0 0 5 /10jan_earthquake.htm

REFLEXIONES TEÓRICAS

Page 27: Qu-Enos Pasa Spa

27

De allí surge el concepto de variabi-lidad climática y que no constitu-ye necesariamente sinónimo decalentamiento global, así en este

momento el calentamiento del planeta sea, se-gún muchos estudiosos del tema, una de susexpresiones evidentes.

A lo largo de los 4.500 millones que han trans-currido desde que se �enfrió� la corteza de laTierra, se han producido y se siguen produ-ciendo cambios del clima que, como lo veni-mos diciendo, no son exclusivamente atmosfé-ricos sino en general del paisaje planetario.

Ya mencionamos cómo, hace alrededor de 2.000millones de años, cuando la vida inventó lafotosíntesis, las primeras plantas verdes comen-zaron a capturar gas carbónico de la atmósferay a liberar oxígeno gaseoso, que posterior-mente dio origen al ozono. Muchas especiesanaeróbicas que no pudieron transformarsepara sobrevivir en una atmósfera de oxígeno oque no pudieron resguardarse en espacios sinaire, dejaron de existir. Otras especies descu-brieron la respiración y conquistaron la Tierra.Gracias a que la capa de ozono redujo la inci-dencia de radiaciones nocivas procedentes delSol, no se quedaron restringidas ni a los océa-nos primitivos ni a los charcos, sino que con-quistaron también la superficie del planeta.

Hasta hace unos 180 millones de años todoslos que hoy son cinco continentes separados,

se encontraban reunidos en una sola �masa� ala que los geólogos de hoy dan el nombre dePangea.

A una de las partes resultantes, la que coincideen términos generales con lo que son los conti-nentes del hemisferio norte (Norteamérica, Eu-ropa y Asia sin la India), le dan el nombre deLaurasia. A la que coincide con el hemisferiosur (Suramérica, África, India, Australia,Antártida y Nueva Zelanda), le dan el nombrede Gondwana.

Hace unos 165 millones de años se separó loque hoy es América del Norte del resto deLaurasia y comenzó a formarse el AtlánticoNorte.

Posteriormente la Antártida se separó deGondwana y luego, hace unos 90 millones deaños, América del Sur se separó del África. Deesa ruptura nació el Atlántico Sur. Hace 60millones de años la placa o porción de la corte-za terrestre sobre la cual se encuentra la penín-sula de la India se separó del África y comenzóa subir hacia la placa del Asia. El choque fron-tal entre ambas placas, que todavía continúa,formó esa �arruga� de la corteza de la Tierraque es el Himalaya.

Del choque entre ese fragmento de Gondwanaque constituye la placa suramericana y la pla-ca sobre la cual reposa el Océano Pacífico, seformó esa otra �arruga� de la corteza que es la

La variabilidad climática:un rasgo característicodel temperamento de la Tierra

Page 28: Qu-Enos Pasa Spa

28

Cordillera de los Andes, que alcanzó su alturaactual hace apenas 2 ó 3 millones de años (yque hoy sigue creciendo a razón de unos cuan-tos milímetros �y en algunos puntos, centíme-tros� anuales).

Cuando hace 65 millones de años se estrellóun asteroide en donde hoy viene a quedar elGolfo de México (cerca al pueblo denominadoXichulub), se produjo una alteración climáticaque dejó a los grandes dinosaurios sin las con-diciones ambientales que les permitían existir.Entonces nuestros antepasados mamíferos, quevivían confinados a sus escondites en las ro-cas, pudieron salir a conquistar la Tierra.

Sólo hace unos tres millones de años se junta-ron América del Norte y América del Sur a tra-vés del istmo de Panamá, que no solamente ten-dió un puente a través del cual descendieronlos grandes mamíferos del norte y extinguie-ron gran parte de las especies (muchas de ellasmarsupiales11) del sur, sino que cortaron el pasode las corrientes ecuatoriales que elevaban latemperatura de las aguas del Atlántico, lo cualcontribuyó al enfriamiento de la Antártida y ala congelación de las aguas del Ártico (el cas-quete de hielo que forma el Polo Norte)12.

Como consecuencia de ese corte en la �calefac-ción natural� del planeta, sumado al despla-zamiento de los continentes del norte hacia laregión polar por efecto de la tectónica de pla-cas, hace 2,5 millones de años, coincidiendocon la aparición del homo erectus, los hieloscomenzaron a cubrir Europa. No era esta laprimera ni sería la última de las grandesglaciaciones. 500 millones de años antes, granparte de la Tierra ya había estado cubierta dehielo, como lo ha vuelto a estar posteriormente.

Ya en �tiempos humanos�, el planeta ha expe-rimentado cambios tan grandes como los quehace unos 4.000 años determinaron que el

Sahara dejara de ser un ecosistema rico en flo-ra y en agua para convertirse en el desierto quehoy conocemos; o como el paso desde el pe-riodo muy frío que acompañó a la Edad deHierro hace 2.300 a 2.900 años, a periodos máscálidos, como el que les permitió a los vikingosasentarse en Groenlandia (�Greenland�) entrelos años 950 y 1250 d. C.

Por esos mismos tiempos, hace más o menosmil años, grandes civilizaciones mesoame-ricanas y de América del Sur (como la Chimúen el Perú) avanzaban hacia la extinción, posi-blemente por causas ligadas a su incapacidadpara adaptarse a los cambios del clima.

En épocas más recientes, entre 1450 y 1850aproximadamente, se produce una �pequeñaglaciación� o �pequeña edad de hielo� que,entre otras consecuencias, obliga a los vikingosa abandonar sus asentamientos en Groen-landia13. Bajo los efectos de esa �pequeñaglaciación� Londres celebraba las �Ferias delHielo� (desde principios del siglo XV hasta1814 cuando el Támesis se congeló por últimavez), y los ejércitos napoleónicos sufrieron sugran derrota en las estepas de Rusia (1812).

Mientras esto se escribe, el Instituto Goddard deEstudios Espaciales de la Nasa confirma que elaño 2005 ha sido el más caliente (en términos detemperatura anual promedio en superficie)desde que se comenzaron a llevar registrossistemáticos a principios del siglo XIX, seguidopor 1998, cuando la temperatura media se elevócomo consecuencia del fenómeno de El Niño, yluego por el 2002, el 2003 y el 2004.

Pero al mismo tiempo, el año 2006 comienzacon una oleada de frío en Europa que dejavarios centenares de muertos entre Rusia yGrecia, y la costa oriental de los EstadosUnidos se ve azotada por tormentas de nieveexcepcionalmente fuertes.

11 Que gestan a sus hijos enuna bolsa externa llamada�marsupio�, como las zari-güeyas y los canguros.12 La corriente del Golfo llevatodavía calor del trópico a lasIslas Británicas, lo cual les per-mite contar con temperaturashabitables.13 En su libro �Colapso - Por quéunas sociedades perduran yotras desaparecen� (Debate,2006), (Collapse: HowSocieties Choose to Fail orSucceed � Penguin 2004) elautor norteamericano JaredDiamond explica las razones porlas cuales los vikingos de ori-gen noruego que habitabanGroenlandia fueron incapacesde resistir los efectos de varia-bilidad climática. En los térmi-nos que estamos proponiendoen nuestro libro, procesos dedeforestación, erosión y so-bre-explotación de las tur-beras, combinados con formasextremadamenta jeraquizadase inequitativas de poder, entreotros factores, determinaronque los vikingos groenlandesesperdieran su �seguridad terri-torial�.

REFLEXIONES TEÓRICAS

Page 29: Qu-Enos Pasa Spa

29

Otro de los procesos en los cualesse entrelazan de manera estrechala atmósfera, la litosfera y la hi-drosfera, y por supuesto la biosfera,

es la actividad volcánica.

Los volcanes traen a la superficie y a la atmós-fera materiales sólidos, líquidos y gaseosos quese encuentran bajo la corteza de la Tierra.

En el curso de millones de años, materiales quese han asentado en el fondo de los mares porefecto de la erosión y la sedimentación, se hun-den bajo las placas continentales en las llama-das �zonas de subducción�, cuando las pla-cas oceánicas se deslizan por debajo de loscontinentes como consecuencia de la tectónicade placas. Siglos después esos materiales re-tornan a la superficie a través de las erupcio-nes volcánicas y con el tiempo se vuelven sue-los fértiles donde florece la vida.

Las grandes erupciones volcánicas alteran el cli-ma de la Tierra a escala local, regional y global,porque los aerosoles en que se convierten las par-tículas de dióxido de azufre (SO2) que quedan enla atmósfera, crean un �escudo� que reduce laentrada del calor solar, debido a lo cual bajan latemperatura y el nivel de las aguas oceánicas.

Después de 600 años de tranquilidad, el vol-cán Pinatubo produjo en junio de 1991 lamayor erupción volcánica del siglo XX. Una�banda� de nubes cargadas de ácido sulfúricorodeó al planeta durante varias semanas.

De acuerdo con un estudio realizado por expertos delCentro de Investigación Atmosférica y Marina deTasmania, Australia, y publicado en la revista Nature [...]los océanos necesitan desde 10 hasta 30 años para re-cuperar el nivel de temperatura después de eventos comoel de 1982 del Chichón, en México, o de 1991, del MontePinatubo en Filipinas, los casos mejor estudiados. Lassimulaciones indican que la erupción del Pinatubo en 1991produjo una caída de seis milímetros en el nivel de losocéanos cercanos por aproximadamente un año, mismoque se ha recuperado a un ritmo de 0,5 milímetros poraño, con una tasa similar para los próximos diez años,menor al 1,5 observado en promedio para el resto de losmares. La tasa promedio de los 50 años previos fue de0,4 milímetros por año, y en los últimos 10 años se haregistrado un aumento acelerado de hasta 3 milímetros.14

Entre los efectos ambientales atribuibles a laerupción del Pinatubo, figuran nevadas anor-males en Jerusalén y la muerte de corales en elMar Rojo15.

Pese a lo anterior, otras investigaciones realiza-das por el Departamento de Ciencias Ambienta-les de la Universidad de Rutgers, en NewBrunswick, N.J., y financiadas por la Nasa, indi-can que simultáneamente con ese efecto de en-friamiento del mar, la erupción del Pinatubo pro-pició un incremento de la �fase positiva� de lallamada �Oscilación Ártica�, en virtud de la cuallos vientos trasladan calor de los océanos hacialos continentes, generando un calentamientomayor de las zonas altas y medias del hemisferionorte. Las mismas investigaciones demostraronel efecto destructor que ejercen las erupciones

Los volcanesy los cambios del clima

14 http://www.cambio-climatico.com/las-erupciones-volca-nicas-son-claves-en-el-cam-bio-climático o buscar: cambio-climático Erupciones-Volcá-nicas.15 Revista Science, febrero2002. http://eob.gsfc.nasa.gov/Newsroom/MediaAlerts/2002/200202157818.html

Page 30: Qu-Enos Pasa Spa

30

volcánicas sobre la capa de ozono, lo cual contri-buye también al calentamiento polar16.

La erupción del Pinatubo constituye un ejem-plo claro y reciente de la manera como un pro-ceso propio de la litosfera ejerce un impactodirecto sobre dos capas de la atmósfera (latroposfera y la estratosfera), y sobre los suelosy el mar; para no mencionar sus efectos sobrelas comunidades humanas directamenteafectadas por los flujos de lodos, los flujospiroclásticos, las emanaciones gaseosas y lacaída de cenizas y rocas.

Así mismo, existen indicios que permitenpensar que, por ejemplo, los periodos dereactivación del volcán Galeras, en el sur deColombia, podrían estar ligados de algunamanera a fuertes temporadas de lluvia. Es de-cir que, por alguna razón que no está clara, laslluvias, un fenómeno propio de la troposfera,podrían actuar como �disparadoras� de la ac-tividad volcánica. Mientras esto se escribe(marzo-abril 2006), las poblaciones vecinas alGaleras se encuentran en estado de alerta anteuna posible erupción, en medio de una fuertetemporada de lluvias que afecta a gran partedel territorio colombiano.

Un hecho curioso que por alguna razón no esbien conocido, es que el 13 de junio de 1991,horas antes de la erupción �paroxística� delPinatubo, exactamente en esa misma zona, seformó el tifón Yunya, que contribuyó a alterarel patrón normal de los vientos monsones, yque resultó determinante para que la distribu-ción de las cenizas procedentes del volcán nocoincidiera con lo previsto en los mapas deamenaza17. Este es un ejemplo extremo de lamanera como pueden interactuar la atmósfera,la hidrosfera y las dinámicas propias de la cor-teza terrestre.

Sobre los efectos de la erupción en la zona in-mediatamente afectada, C. J. van Westen, delDepartamento de Investigación de Recursos dela Tierra del Instituto Internacional de Cien-cias de la Geo-Información situado en Enschede(Holanda), nos dice lo siguiente18:

Uno de los más significativos efectos de la deposición dela extensa cubierta de los depósitos del flujo piroclásticofue el cambio en las condiciones hidrológicas. Dado quelos valles aluviales existentes antes de la erupción fueroncompletamente colmatados con depósitos piroclásticos,nuevos drenajes se desarrollaron sobre el nivel de losflujos piroclásticos, con cauces que eran parcialmente di-ferentes con respecto a los pre-existentes. El ejemplomás impactante es el recubrimiento de la divisoria deaguas entre los ríos Sacobia y Abacan. Los depósitos deflujo piroclástico sobrepasaron la divisoria de aguas porcerca de 20 m y fueron depositados en la parte superiorde la cuenca del río Abacan. En consecuencia, durante e

inmediatamente después de la erupción, lahares genera-dos por el paso del tifón Yunya no siguieron el caucepre-erupción del río Sacobia, sino que fueron drenadossiguiendo el valle del río Abacan, causando destrucciónen la ciudad de Ángeles. La cuenca superior del ríoSapangbato también fue redirigida hacia la cuenca del ríoAbacan.

El estudio de Van Westen realiza un seguimien-to minucioso del impacto sobre la hidrografíay la topografía de las erupciones del Pinatubohasta finales de 1993. Para dar una idea de lamagnitud de ese impacto, transcribamos otroaparte del estudio citado:

Los valles han crecido rápidamente en la parte superiorde la cuenca cerca de la confluencia entre los dos vallesmayores. Este proceso de erosión masiva fue disparadopor una gran explosión secundaria, la cual ocurrió el 6 deoctubre de 1993. Como resultado de esta explosión, uninmenso flujo piroclástico secundario fue dirigido hacia elrío Pasig. Este evento provocó la captura de la totalidadde la cuenca superior del río Sacobia por parte del ríoPasig, y produjo un cambio importante en el traslado delahares desde el río Sacobia hacia el río Pasig. En el reco-nocimiento realizado a partir de fotografías aéreas, sepuede apreciar que el flujo piroclástico secundario cubriólas cárcavas mayores, con depósitos calientes de flujopiroclástico de al menos 20 m de espesor, tanto en lacuenca del Sacobia como del río Pasig. Este evento nodejó evidencias claras de cráteres secundarios debido a laintensa erosión subsiguiente, sólo amplios valles planos.La captura ocurrió durante el paso del typhoon Kadiang.El tiempo relativo de la captura puede ser reconstruidopor el cambio en la magnitud de los lahares en amboscanales, tal cual fue registrado por los sensores acústicosen la estación de monitoreo de lahares.

Como resultado de la captura de la parte superior de lacuenca del río Sacobia, la erosión en el río Pasig seincrementó dramáticamente. La rápida erosión vertical ylateral sobre los depósitos de flujo piroclástico, los cualesestaban aún calientes, trajeron como consecuencia nu-merosas explosiones secundarias a lo largo del río Pasig.En la parte inferior del río Sacobia, se incrementó la in-cisión vertical en el valle, alcanzando los depósitospreerupción y creando paredes verticales de hasta 50-80metros de altura.

En este momento el nivel superior del flujo piroclásticohabía sido erodado completamente, y remanentes delsegundo nivel se observaban únicamente en la parte orien-tal de la cuenca. En los niveles de terrazas inferiores laerosión alcanzó, en diferentes lugares, los depósitospiroclásticos de 1991, subyacentes. La capacidad del lagotemporal para retener agua ha disminuido considerable-mente debido a la depositación de lahares en el río Yangca.En 1993 no se produjeron lahares asociados con la ruptu-ra del lago debido a que la barrera creada por los depósi-tos de lahar en el río Yangca eran mucho más altos que elcanal activo del río. Sin embargo, en 1994 la barrera crea-da por los depósitos de lahar se rompió generando en elrío Pasig, en la cuenca aguas abajo, un inmenso lahar.19

16 http://www.nasa.gov/centers/goddard/news/topstory/2003/0306 aopin.html17 Scott Oswalt, WilliamNichols, John F. O�Hara, �Me-teorological Observations ofthe 1991 Mount PinatuboEruption�. http://pubs.usgs.gov/pinatubo/oswalt/18 C.J. van Westen, �Modela-miento de erosión en depósitosde flujos piroclásticos en el vol-cán Mount Pinatubo, Filipinas�.http://www.itc.nl/external/unesco-rapca/19 Documento citado.

REFLEXIONES TEÓRICAS

Page 31: Qu-Enos Pasa Spa

31

Como ya vimos, son muchísimas lasvariables que influyen para definircómo es y cómo serán el temperamen-to de largo plazo y los estados de áni-

mo en circunstancias particulares, de las dis-tintas regiones de la Tierra.

Hay factores externos y de origen remoto, comolas radiaciones solares, que a su vez se relacio-nan con las fluctuaciones del campo magnéti-co del Sol.

Hay factores más cercanos, como la inclina-ción del eje terrestre sobre la órbita de trasla-ción y la posición particular de la Tierra en esaórbita en las distintas épocas del año.

Hay factores intrínsecos a la dinámica evoluti-va del planeta, como el campo magnético te-rrestre o los múltiples efectos de largo o cortoplazo de la deriva continental o tectónica deplacas, como son, en el primer caso, el cambiode posición de las placas continentales sobreel globo terráqueo y, en el segundo, las erup-ciones volcánicas y sus efectos sobre los sue-los, las aguas y las dos capas de la atmósfera(troposfera y estratosfera) sobre las cuales in-fluyen esas erupciones.

Hay factores topográficos, como la manera enque las tierras planas, las montañas y los va-lles influyen sobre los vientos y las nubes, y enconsecuencia sobre la precipitación. Y claro, lalatitud de cada territorio y su altura sobre el

nivel del mar, que son quizás dos de los facto-res más evidentemente relacionados con el cli-ma de un lugar determinado.

Hay factores directamente relacionados con laexistencia de la vida en la Tierra, como fue lamodificación de la composición de la atmósfe-ra a partir del momento en que la vida se in-ventó la fotosíntesis, ese que sigue siendo ElProceso (con mayúsculas) fundamental de labiosfera. O como son la producción de metanopor parte de las grandes colonias de insectos,de los animales rumiantes o de los depósitosde desechos orgánicos de las comunidadeshumanas. O como es la incidencia de la cober-tura vegetal sobre la manera como un determi-nado territorio absorbe, utiliza o refleja la ener-gía lumínica y calórica procedente del Sol.

Y como si fuera poco, hay factores que directa oindirectamente resultan de la actividad huma-na sobre el territorio, cuya real incidencia enlas transformaciones del clima todavía es ma-teria de discusión.

Son tantas y tan complejas las múltiplesinteracciones entre todos los factores mencio-nados (y con los muchos que se quedan sinmencionar) que, como decíamos al principio,resulta imposible tratar de entender la maneracomo piensa y como se comporta la atmósfera te-rrestre en su interacción con los demás compo-nentes del planeta, a partir de una visión �li-neal� convencional.

Clima, tiempo y caos

Page 32: Qu-Enos Pasa Spa

32

No en vano, a partir de los esfuerzos del me-teorólogo y matemático norteamericanoEdward Lorenz por entender esa manera de pen-sar de la atmósfera, para poder pronosticar sucomportamiento futuro de manera más acerta-da, nació ese principio fundamental de la teo-ría del caos que se conoce como el efecto mari-posa, desde que en una alocución ante la Aso-ciación Americana para el Avance de la Cien-cia (1979) Lorenz afirmó que el aleteo de unamariposa en el Brasil puede desencadenar untornado en los Estados Unidos.

En virtud del �efecto mariposa� �conocidotambién como �sensibilidad a las condicionesiniciales�� pequeñísimas diferencias en lascondiciones de partida de un proceso (o en losdatos iniciales con que se pone a �correr� unmodelo), conducen a enormes diferencias enlos resultados de largo plazo del proceso (o enlas predicciones del modelo)20. A partir de allíconcluye Lorenz que resulta imposible reali-zar predicciones atmosféricas precisas en ellargo plazo, debido a que no se pueden cono-cer con precisión todas las múltiples variablesque influyen en el modelo. Cualquier perturba-ción, por mínima que sea, que no haya sidoconsiderada, o cualquier ínfimo error en losdatos suministrados al modelo, conducirán aresultados totalmente diferentes.

Lo anterior no quiere decir que no se hayanlogrado significativos avances en la capacidadde realizar pronósticos meteorológicos de máscorto plazo, o de anticipar, por ejemplo, la can-tidad de tormentas tropicales que podrán for-marse en la siguiente temporada, o la posibletrayectoria que han de seguir los huracanes,dentro de un abanico de posibilidades cadavez más precisas.

Como queriendo demostrar que el nombre es-cogido para describir el �efecto mariposa� vamucho más allá de la metáfora, cuando los com-putadores grafican los datos aparentemente�desordenados� de un proceso caótico, el re-sultado es el �Atractor de Lorenz�, una figuraque recuerda las alas de un lepidóptero.

Pero la �sensibilidad a las condiciones inicia-les� no solamente resulta válida para explicarlas dificultades para acertar en los pronósticosmeteorológicos, sino también para entender porqué un factor aparentemente insignificante conrelación a otras variables que intervienen enun sistema, puede generar modificaciones cua-litativas capaces de transformar sustancial-mente el comportamiento del sistema.

Esa es una de las razones en que se basan quie-nes están convencidos de que a pesar de que elimpacto de la actividad humana sobre labiosfera podría parecer insignificante en rela-ción con todos los otros factores que incidensobre el clima y el tiempo, está resultando de-terminante en la dirección de los cambiosclimáticos que estamos experimentando, y quepodrían generar condiciones capaces de po-ner en peligro la supervivencia misma de nues-tra �civilización� en el planeta.

Una pequeña tachuela puede parecer insigni-ficante en relación con los automóviles y loscamiones que viajan por una super-autopistaa grandes velocidades, pero si esa tachuela le�pincha� la llanta a un vehículo que corre amás de 200 kilómetros por hora, podría causaren la autopista un accidente de enormes pro-porciones.

Los cambios que introducimos los seres huma-nos en los usos del suelo (y a partir de allí latransformación de la manera como la biosferaabsorbe y procesa las radiaciones solares), lacreación de pastizales en terrenos antes cubier-tos de humedales o bosques, la deforestaciónde las montañas, la expansión de las ciudades�esas �islas de calor�� sobre los territorios cir-cundantes, la liberación de grandes cantida-des de gas carbónico (y con él del carbono quela naturaleza �encerró� durante siglos en elcarbón y el petróleo) y la introducción a la at-mósfera de gases destructores de la capa deozono, son algunas de las formas a través delas cuales nuestra especie está contribuyendoa los cambios del clima: a nivel global al calen-tamiento del planeta y a nivel local la maneracomo en cada región particular se expresan esoscambios.

No estamos hablando todavía de la contribu-ción de nuestra especie a crear las condicio-nes que generan los riesgos que se puedenconvertir en desastres. Eso vendrá después.Por ahora nos limitamos a afirmar que losseres humanos somos un factor más de alte-ración climática. En qué medida es objeto deuna discusión acalorada (¿una contribuciónmás al calentamiento global?) entre quienesde una u otra manera �desde la ciencia, des-de la política, desde la gestión ambiental y lagestión del desarrollo� se relacionan con eltema. En el último informe del IPCC habla deun 90% de probabilidades de que el cambioclimático esté influenciado por actividadeshumanas.

20 En otro campo de las mate-máticas, aproximamos sinmayores problemas prácticosel valor de π (pi) a 3.1416. Sinembargo π representa una ra-zón cuyo valor posee una canti-dad infinita de decimales. Siestuviéramos trabajando en unmodelo de predicción atmosfé-rica, en el largo plazo obtendría-mos un resultado partiendo de3.1415926535897932 y unresultado totalmente diferentepartiendo de 3.141592653589793238. Los dos últimosdígitos -3 y 8- representan elaleteo de la mariposa.

REFLEXIONES TEÓRICAS

Page 33: Qu-Enos Pasa Spa

33

Hace 2,5 millones de años el paisaje que hoy se encuentra en el páramo de Sumapaz, porencima de los 3.500 metros de altura sobre el nivel del mar, se encontraba casi mil metrospor debajo, a la altura en la que hoy queda la ciudad de Bogotá (2.600 msnm).

Hasta hace 28.000 años el territorio sobre el cual hoy se extiende la Sabana de Bogotá era ungran lago. Entre hace 45 mil y hace 25 mil años los glaciares que cubrían los cerros orienta-les que hoy bordean la ciudad alcanzaron su mayor extensión. En algunos momentos elhielo puede haber estado en contacto con el bosque en alturas que oscilan entre los 2.700 ylos 2.000 msnm, es decir, por debajo de la altura actual de Bogotá.

LA DINÁMICA DE LA NATURALEZA

Page 34: Qu-Enos Pasa Spa

34

Las mujeres están mejor dotadas quelos varones para percibir los ciclosdel cosmos, porque en sus organis-mos los ciclos son mucho más eviden-

tes que en los de los hombres.

Sin embargo hombres y mujeres, y en generaltodos los seres vivos, funcionamos según ci-clos, el más inmediato de los cuales es el llama-do ciclo o ritmo �circadiano� (del latín circa =cerca y dies = día), que determina en cada per-sona las horas de vigilia y de sueño. Cualquieralteración de ese ciclo se hace sentir tarde otemprano. Por ejemplo, si pasamos una o dosnoches sin dormir, �tarde o temprano� el cuer-po pasa la cuenta.

Cuando la supervivencia de las comunidadeshumanas dependía de que nos supiéramos sin-tonizar de manera precisa con �el ánimo� dela naturaleza, nadie podía darse el lujo de des-conocer ni las fases de la luna, ni las fechas enque comenzaba o terminaba cada una de lasestaciones, ni los ciclos de vida de las plantasy las poblaciones animales.

Grandes obras de la prehistoria humana, comoel observatorio de Stonehenge en Inglaterra,eran centros sagrados y al mismo tiempo he-rramientas prácticas para registrar el paso delSol por puntos del horizonte previamente de-terminados que, vistos desde lugares específi-cos del �templo solar�, marcan el solsticio deverano (el día más largo del año), el solsticio de

invierno (el día más corto) y los equinoccios deotoño y de primavera, fechas en las cuales laduración de la noche es exactamente igual a ladel día.

A través de las pirámides y el calendario, losmayas armonizaban la vida del imperio y desus habitantes con los ciclos del cosmos. Lasllamadas etno-astronomías sistematizan el co-nocimiento del cielo que tuvieron y tienen hoylas culturas estrechamente ligadas a los ritmosnaturales:

Los indios Sikuani que viven en el Vichada (región amazónicacolombiana), piensan que lo que nosotros llamamos �VíaLáctea� es una enorme culebra �que mandaba en todo ynadie podía entrar porque ocupaba todo el universo�, yentonces el líder de los seres sobrenaturales les ordenó ados águilas que la sacaran de la tierra y la pusieran en elcielo para que no siguiera molestando. Y así: a la constela-ción que nosotros llamamos Tauro, ellos la llaman �la quija-da del caimán�; a la Cruz del Sur, la llaman �la tortuga� y aese cúmulo de estrellas que nosotros conocemos como�las pléyades� o �las siete cabritas�, ellos lo llaman IvinaiIvinaiIvinaiIvinaiIvinai�y cuando aparece en el cielo es la estación de verano ycuando se pone, entre los meses de Marzo y Abril, coincidecon el primer ribazón cuando empieza a subir el nivel de lasaguas, y vuela un poco el bachaco (hormigas de la especieAtta), y cuando desaparece de la vista después de la se-gunda mitad del mes de Abril, en ese momento vuela engrandes cantidades la hormiga bachaco.21

Desde que el emperador Constantino impusoel cristianismo como �religión oficial�, todas

Cambios del clima,variabilidad climática

21 Álvaro Baquero (�Etnoas-tronomías americanas�), cita-do por Gustavo Wilches-Chauxen �Del suelo al cielo (ida yregreso)�. Publicación CISP(Bogotá 2003).

Page 35: Qu-Enos Pasa Spa

35

las mitologías o �cuerpos de creencias� basa-das en el conocimiento y la identidad con lanaturaleza, comenzaron a llamarse �paganas�(del latín pagus = bosque, campo).

Los integrantes de nuestra �especie urbana�estamos dándonos el lujo de pensar y de ac-tuar como si nuestras vidas cotidianas se de-sarrollaran con independencia absoluta de losciclos naturales, de los cuales escasamente re-conocemos el día y la noche. Y eso porquenuestros cuerpos nos recuerdan de manera im-placable los deberes del sueño. De lo contra-rio, anularíamos la noche (como de hecho ya�borramos� las estrellas) con ayuda de la luzeléctrica.

La naturaleza, sin embargo, sigue su marcha.

Ya vimos cómo dentro de una relativa estabi-lidad del clima (la manera de ser o el tempera-mento de una porción determinada de la Tie-rra, que se caracteriza por la permanencia deunos promedios �normales� de temperatura,humedad, velocidad del viento, presión at-mosférica, etc.) se producen alteraciones deltiempo, es decir, de los estados de ánimo de laatmósfera en un territorio y en unas circuns-tancias particulares.

Pero esa manera de ser tampoco es permanente:la variabilidad es una característica intrínsecadel clima, que se manifiesta en una secuenciade oscilaciones o de �desviaciones� climatoló-gicas alrededor de la norma22.

Esos cambios localizados y de corto plazo�estados de ánimo� que determinan el tiempo,forman parte de la variabilidad climática, comotambién forman parte de ella los cambios que

tienen lugar sobre regiones más extensas o enperiodos más largos, que pueden cubrir variasestaciones (multi-estacionales), varios años(multi-anuales), varias décadas (multi-deca-dales) o varias centurias.

Algunos ejemplos de estas prolongadas fluctuacionestemporales incluyen veranos anormalmente calientes ysecos, así como inviernos extremadamente fríos y neva-dos, y series consecutivas de inviernos excepcionalmenteseveros, por lo contrario, muy suaves. Y puede aún darseque ocurra un muy suave invierno seguido de otro tre-mendamente riguroso. En general, los fenómenos de pro-longada escala temporal se asocian a menudo con cam-bios en la circulación atmosférica que abarcan grandesextensiones. En ocasiones, estas persistentes manifes-taciones ocurren de manera simultánea sobre vastísimasy aparentemente no relacionadas regiones del hemisfe-rio, o hasta del globo, y resultan en anormales condicio-nes y patrones23 de temperatura y precipitación. Durantelas décadas pasadas, los científicos han descubierto queimportantes aspectos de la variabilidad climáticainteranual (entre un año y otro) en los patrones planetariosdel clima, están relacionados con el ciclo conocido comofenómeno de El Niño.24

La variabilidad climática interanual se refiere a la fluctua-ción en el tiempo de los diferentes elementos meteoroló-gicos sobre una región. Esta fluctuación se establece, porlo general, con relación a un promedio histórico. El com-portamiento del clima muestra a través del tiempo extre-mos máximos y mínimos y oscilaciones menores cercanasa lo normal. El fenómeno ENOS es la principal fuente devariabilidad climática a gran escala conocida hasta ahora.Sin embargo, ENOS es sólo uno de tantos fenómenosoceano-atmosféricos que producen variabilidad. Los hu-racanes, la estacionalidad, los domos térmicos de los océa-nos, sistemas de altas y bajas presiones, también soncomponentes de un complicado sistema dinámico queproduce variación climática año tras año.25

22 Ministerio de Ambiente yRecursos Naturales de Guate-mala. Ponencia sobre los impac-tos del cambio y la variabilidadclimática. GEF/PNUD. Octubre,2002.23 Un �patrón� es un conjuntode elementos cuya expresiónmuestra un alto grado de repe-tición o regularidad. AllanLavell, en �ENOS, patrones deriesgo de desastre y su gestión:elementos conceptuales ybases de la investigación com-parativa, en �Riesgo y clima:proceso, patrones y gestiónen América� (Publicación IAI �LA RED, 2007).24 NOAA - Climate PredictionCenter.www.cpc.ncep.noaa.gov/products/analysis_monitoring/ensocycle/clim_vari.html25 J. Retana, R. Rosales. �Efec-to de la variabilidad climáticasobre la producción bovina decarne en la región Chorotegade Costa Rica�. Revista Tópi-cos Meteorológicos, IMN,Julio, 2001. Vol. 8, No. 1.

LA DINÁMICA DE LA NATURALEZA

Page 36: Qu-Enos Pasa Spa

36

Las primeras piezas de este puzzle llamado El Niño se obtuvieron de estudios atmosféricos. A principios delsiglo XX, el matemático inglés Sir Gilbert Walker, director general de los Observatorios Meteorológicos deIndia, utilizó los datos meteorológicos existentes para realizar un importante avance en el campo de laciencia atmosférica. En 1899, las lluvias monzónicas de las que dependía la agricultura en la India no seprodujeron, lo que causó una hambruna devastadora. Cuando se le solicitó a Walker que encontrara unmodo de pronosticar tales anomalías del tiempo, éste comenzó a analizar los datos existentes acerca detemperaturas, presiones atmosféricas y precipitaciones recopilados durante 40 años por una red mundialde estaciones meteorológicas. Walker observó una relación oscilante entre la presión atmosférica en laparte oriental del Pacífico Sur (al este de Tahití) y el Océano Índico (al oeste de Darwin, Australia), es decir,cuando la presión aumentaba en una región, normalmente disminuía en la otra y viceversa.

En un artículo de 1928 presentado a la Royal Meteorological Society, Walker denominó a este fenómenooscilante «Oscilación del Sur» (Southern Oscillation) e inventó un patrón de medida para medir las diferen-cias de presión entre las dos regiones. Observó que cuando la presión era muy alta en el este y baja en eloeste, las lluvias monzónicas eran muy fuertes en India. Así mismo, cuando la diferencia de presión erapequeña, no se producían precipitaciones, lo que solía provocar sequías. Además, las investigaciones deWalker demostraron que las condiciones de sequía no sólo ocurrirían en Australia, Indonesia e India, sinotambién en partes del África Subsahariana y al mismo tiempo se darían inviernos más templados enCanadá. Dado que había determinado ciertas correlaciones entre los lapsos de tiempo de estas diferenciasde presión en diferentes épocas del año, Walker también pensó que las mediciones se podían utilizar pararealizar pronósticos a largo plazo para algunos lugares.

A pesar de su perspicacia y visión, Walker no fue capaz de identificar los procesos físicos responsables de laOscilación del Sur. Durante las tres siguientes décadas, se dieron numerosos factores que desalentaron alos científicos a realizar una mayor investigación sobre este fenómeno. El más importante de estos factoresfue que desde 1930 hasta 1950 las señales climatológicas asociadas a la Oscilación del Sur y El Niño fueronmucho menos pronunciadas de lo que habían sido anteriormente, por lo que disminuyó el interés sobre esteasunto. Posteriormente, en 1957, una serie de eventos relacionados con la política internacional, la cienciay el clima hicieron resurgir el interés.

Ese año la antigua Unión Soviética lanzó el Sputnik, el primer satélite artificial, lo que hizo que el apoyo atodo tipo de investigación científica aumentara drásticamente en Occidente. Casualmente, ese año tam-bién marcó el comienzo de un nuevo fenómeno de El Niño de gran magnitud. Aunque se trató de un eventoimportante, podría haber pasado inadvertido de no ser porque 1957 había sido designado como AñoInternacional Geofísico, un año en el que científicos de todos los países cooperan para mejorar los conoci-mientos existentes acerca de la tierra sólida, los océanos y la atmósfera. Como resultado, científicos detodo el mundo realizaron gran cantidad de mediciones del planeta. Entre los datos que se recopilaron nosólo había mediciones atmosféricas, sino también las temperaturas de la superficie del mar en todo elPacífico, información que no había estado disponible en la época de Gilbert Walker. En la década de los 50,un grupo de investigadores observaron que las altas temperaturas de la superficie del mar en la costa dePerú parecían estar relacionadas con una pequeña diferencia en la presión del Pacífico tropical. De hecho,en 1959 los científicos de la Scripps Institution of Oceanography (Institución Scripps de Oceanografía)reunieron a un grupo de científicos para discutir el fenómeno. Sin embargo, no fue hasta finales de ladécada de los 60 cuando el meteorólogo Jacob Bjerknes, de la Universidad de California en Los Ángeles,describió un mecanismo que relacionaba las observaciones de Walker acerca de la Oscilación del Sur con ElNiño.

THE NATIONAL ACADEMIEShttp://www7.nationalacademies.org/opus/1spanish_elnino_3.html

REFLEXIONES TEÓRICAS

Page 37: Qu-Enos Pasa Spa

37

ENOS es un acrónimo que se utilizadesde hace algunos años para refe-rirse a �El Niño Oscilación Sur� (eninglés ENSO: El Niño Southern

Oscilation).

Cuando se comprobó que los años en que lasaguas del Océano Pacífico se calientan comoconsecuencia de El Niño, suelen intercalarseirregularmente con años fríos en los que lasaguas se enfrían por debajo de las temperatu-ras habituales, a estos últimos comenzaron aidentificarlos como años Niña o La Niña. Losaños en donde ninguna de esas dos alteracio-nes ocurre, se denominan �años neutros�.

De acuerdo con investigaciones realizadas porel climatólogo y matemático neozelandés KevinE. Trenberth, del National Center for Atmos-

pheric Research de Boulder, Colorado, se tipificael fenómeno ENOS cuando, en la región conoci-da como �Niño 3� (entre latitud 4º N y 4º S ylongitud 150º W y 90º W), durante seis o másmeses consecutivos se registra un calentamientoo un enfriamiento de las aguas oceánicas depor lo menos 0,5 grados Celsius por encima opor debajo de una línea base establecida apartir de la temperatura media del agua en elperiodo 1950-197926. Así, por ejemplo, según laOrganización Meteorológica Mundial (OMM)el ENOS 97-98 fue uno de los más fuertes jamásregistrados, con anomalías de temperatura dela superficie del mar (TSM) entre 2 y 5 gradosCelsius sobre su valor normal27.

Con base en esa caracterización se han regis-trado los siguientes episodios El Niño y LaNiña entre 1950 y 200028:

¿Qu-ENOS pasa?

26 Víctor Magaña, 1999. Losimpactos de El Niño en Méxi-co. IAI, SEP-CONACYT. Méxi-co D. F., México.27 Othón Zevallos Moreno,�Riesgo asociado a ENOS yvariabilidad climática en Ecua-dor�, en �Riesgo y clima: Pro-ceso, patrones y gestión enAmérica� (LA RED, Oxfam,2007).28 http://www.atmosfera.cl/HTML/temas/nino4.htm

EL NIÑO

Comienzo Fin Duración(meses)

Ago 1951 Feb 1952 7

Mar 1953 Nov 1953 9

Abr 1957 Ene 1958 15

Jun 1963 Feb 1964 9

May 1965 Jun 1966 14

Sep 1968 Mar 1970 19

Abr 1972 Mar 1973 12

Ago 1976 Mar 1977 8

Jul 1977 Ene 1978 7

Oct 1979 Abr 1980 7

Abr 1982 Jul 1983 16

Ago 1986 Feb 1988 19

Mar 1991 Jul 1992 17

Feb 1993 Sep 1993 8

Jun 1994 Mar 1995 10

Mar 1997 Mar 1998 12

(Fuente: Kevin E. Trenberth, diciembre 1997)

LA NIÑA

Comienzo Fin Duración(meses)

Mar 1950 Feb 1951 12

Jun 1954 Mar 1956 22

Mar 1956 Nov 1956 7

May 1964 Ene 1965 9

Jul 1970 Ene 1972 19

Jun 1973 Jun 1974 13

Sep 1974 Abr 1976 20

Sep 1984 Jun 1985 10

May 1988 Jun 1989 14

Sep 1995 Mar 1996 7

Jul 1998 Jun 2000 23

Dic 2000 May 2001 5

(Fuente: Kevin E. Trenberth, diciembre 1997)

Como se puede observar en las tablas ante-riores, ENOS corresponde a uno de esos fenó-menos que los meteorólogos llaman �cuasi-periódicos�, es decir, que ocurren con ciertaperiodicidad, pero no a intervalos regulares.Algunos investigadores, aproximando cifras

recogidas durante los últimos 50 años, afirmanque el periodo de retorno del fenómeno ENOSde cualquier intensidad suele oscilar entretres (3) y cinco (5) años, mientras que el perio-do de retorno de ENOS intensos anda por los15 a 20 años.

Page 38: Qu-Enos Pasa Spa

38

Para entender el fenómeno comen-cemos por describir someramentecómo es en épocas normales lainteracción entre los vientos y el mar

en el Pacífico tropical.

Entre un núcleo de alta presión (anticiclón) si-tuado en cercanías al Trópico de Cáncer (nor-te) y otro situado en cercanías al Trópico deCapricornio (sur), se forma una zona de bajapresión o �depresión barométrica� conocidacomo Zona de Convergencia Intertropical(ZCIT), cuyo ancho equivale aproximadamen-te a 20 grados de latitud, por donde circulanlos vientos alisios, normalmente en direcciónoriente-occidente (más exactamente desde elnoreste y sureste hacia el occidente, es decir,desde América del Sur hacia una zona de me-nor presión barométrica en Indonesia).

A su paso, empujan la capa de agua superfi-cial y cálida del Océano Pacífico hacia las cos-tas de Indonesia, en donde se acumulan y pro-vocan un ligero incremento del nivel del mar.Bajo la superficie se forma una contracorrien-te de aguas más frías en dirección occidente-oriente, que aflora a la superficie en la costasuramericana, cargada de plancton en suspen-sión y de nutrientes, lo cual propicia la abun-dancia de peces (Corriente de Cromwell). Esacontracorriente interactúa con la famosa co-rriente de aguas frías empujadas de sur a nor-te por vientos procedentes de la Antártida, co-nocida como Corriente de Humboldt. De esas

aguas cargadas de vida depende la prospe-ridad de los pescadores peruanos y la econo-mía basada en los excrementos de las avesguaneras.

Todavía dentro del esquema �normal�, y en lo que res-pecta a la temperatura superficial del mar, el ciclo de éstaa lo largo del año muestra mayores valores en la zonaecuatorial de ambos océanos, en contraste con lasurgencia de aguas frías subtropicales. Durante el veranodel hemisferio sur, se desplaza hacia el norte la franjaecuatorial de mayor temperatura superficial, mientras quelas aguas al sur del ecuador se vuelven más frías. En elsemestre siguiente, la franja de máxima temperatura su-perficial se mueve hacia el sur, alcanzando prácticamenteel ecuador; hacia marzo-abril la franja de aguas más cáli-das en el Pacífico se encuentra un poco más al norte quesu correspondiente Atlántica.29

Por causas que todavía no puede explicar to-talmente la ciencia30, cada cierto tiempo la zonade baja presión de Indonesia se traslada haciael centro del Pacífico, lo cual altera la direccióny la fuerza de los vientos, que comienzan a so-plar de occidente a oriente. En consecuencia,la dirección de la corriente superficial de aguacálida del océano también se invierte, y en lu-gar de agua fría se comienza a acumular frentea las costas suramericanas un agua cuya tem-peratura es superior a la normal. Esto produce,como efecto inmediato, que el agua carezca denutrientes, lo cual provoca la migración o lamuerte masiva de aves y peces y el consecuen-te desastre para las industrias pesqueras y

¿Qué es El Niño?

29 Reinaldo García, �Caracteri-zación de las fases pre-El Niñoen el suroccidente de Colom-bia�. Departamento de Geo-grafía, Universidad del Cauca,Colombia.http://www.unesco.org.uy/phi/libros/enso/garcia.html30 Existen investigaciones queligan el fenómeno a ciclos en elmovimiento orbital del Sol al-rededor del centro de masas delsistema solar. Ver: TheodorLandscheidt, �Variaciones aEscala Decanual en la Intensi-dad de El-Niño� (SchroeterInstitute for Research in Cyclesof Solar Activity, Germany).http://mitosyfraudes.8k.com/Calen/OANdeca.htmlhttp://mitosyfraudes.8k.com/Calen/OANdeca.html

Page 39: Qu-Enos Pasa Spa

39

guaneras. Como se verá más adelante, en 1972-73 y en 1982-83 el Perú padeció consecuenciaseconómicas catastróficas como resultado de ElNiño31.

Esa pequeñísima alteración de la temperaturadel Pacífico, que a veces no pasa de medio gra-do Celsius hacia arriba o hacia abajo, generavariaciones en la expresión de la variabilidadclimática interanual en distintas regiones dela Tierra, algunas de las cuales aparentementeno tendrían nada que ver con la franja ecuato-rial de ese océano.

El Niño Oscilación Sur (ENOS) constituye un fenómenoimpredecible que genera condiciones críticas como con-secuencia de un conjunto de eventos asociados alrede-dor del planeta, que no han sido fáciles de entender entoda su complejidad. Esos efectos no se presentan siem-pre de la misma manera, sino como una serie de condi-ciones climáticas irregulares que incluyen cambios de tem-peratura y fenómenos atmosféricos de distintas intensi-dades. De hecho, en los últimos 25 años se han registra-do eventos El Niño más fuertes y con mayor frecuenciaque en el periodo comprendido entre la década de los 40y la década de los 60 del siglo pasado (Gray 2005), y susefectos han sido totalmente diversos en distintos luga-res del planeta. Estas condiciones climáticas disímiles,que resultan afectadas por variaciones de intensidad queabarcan varias décadas, pueden disparar fenómenos na-turales y alteraciones ambientales que, combinadas condeterminadas vulnerabilidades sociales, son susceptiblesde producir consecuencias catastróficas en algunos lu-gares, mientras que en otros solamente generan peque-ños cambios.

Como lo anota Swetnam (2000), estas variaciones ENOSmulti-decadales comenzaron a evidenciarse desde la dé-cada de los 50, cuando los episodios La Niña (secos)superaron en número a los episodios El Niño (húmedos).Sin embargo después de dicha década los episodios ElNiño aumentaron de manera considerable.

Debido a los varios tipos de efectos que ENOS produce endistintas partes del planeta, ha resultado difícil asociarestos macro-eventos naturales con los huracanes,tornados, sequías y otros eventos particulares. Pero des-de 1997-98, cuando El Niño se presentó de manera es-pecialmente fuerte, los científicos se han dedicado aestablecer vínculos posibles entre este fenómeno y loseventos naturales capaces de desencadenar desastresen las comunidades.

Es bien sabido que la ligera alteración de la temperaturade la superficie del mar, y particularmente del OcéanoPacífico oriental, provocada por ENOS, incrementa demanera significativa la posibilidad de que ocurran fenó-menos hidrometeorológicos extremos, tales como se-quías, inundaciones y tormentas. Lo que no es posiblesaber todavía es de qué manera un evento ENOS espe-cífico puede reflejarse en el clima más allá de los trópi-cos (Sardeshmukh et al. 2002). Es conocido que la fasecálida de ENOS es un supresor de la actividad de los

huracanes en la cuenca del Atlántico (Tartaglione et al.2002)32 por lo que estos son más intensos en las fasesfrías de ENOS (La Niña) que en las fases cálidas (ElNiño). Los primeros causaron en la península de la Flori-da y en la costa oriental de los Estados Unidos, aproxi-madamente el 75% de los daños registrados durante elperiodo 1950-1990, equivalentes a unos 55 mil millonesde dólares (de 1990), contra solamente 2 mil quinientosmillones por cuenta de los huracanes ocurridos en losdiez años El Niño más cálidos33.

Tang y Neelin (2004) descubrieron también que ENOS y latemperatura de la superficie del mar en el Atlántico Norteconstituyen también factores importantes para deter-minar la frecuencia e intensidad de los huracanes. Sos-tienen estos investigadores que las relaciones entreestos factores posiblemente se llevan a cabo a travésde �teleconexiones� en la temperatura de la troposfera.Saunders y otros encontraron a su vez que ENOS contri-buye de manera significativa a la variabilidad en el nú-mero de ciclones tropicales intensos en el norte del At-lántico y en el Pacífico noroccidental. Una revisión delperiodo 1900-1997 para el Atlántico y 1965-1997 parael Pacífico noroccidental a nivel de los Estados Unidos,demostró el impacto diferencial que las fases frías ycalientes de ENOS ejercen sobre la land fall en distintasregiones. Por ejemplo, en el Caribe hay una relacióndirecta entre la fase fría de ENOS y los impactos en tierrade los huracanes, siendo estos del 65% durante lasfases frías y 18% durante las fases cálidas ENOS(Tartaglione et al. 2002).

Así mismo, se sospechaba que ENOS tenía que ver tam-bién con la generación y las características de los tornados.Hagemeyer (2001) sugirió que en la Florida resultan excep-cionales los tornados fuertes (de intensidades F2 y mayo-res), pero que su probabilidad se incrementa durante lasfases secas de ENOS. De hecho, los datos existentesdesde 1950 confirman la relación directa entre actividadde tornados y ENOS intensos. Los dos eventos El Niñomás extremos (1982-83 y 1997-98) produjeron lostornados más significativos que se han registrado en eseEstado (Hagemeyer 2001).

Resulta importante comprender los diferentes efectosque El Niño y La Niña pueden producir en diferenteslugares del planeta. Aparentemente El Niño desenca-dena una respuesta más fuerte pero más variable queLa Niña. Mientras el primero se asocia con condicio-nes meteorológicas más húmedas en algunas partesdel mundo, La Niña da lugar a condiciones más secas.Por lo general estos efectos de ENOS se encuentranteleconectados con los efectos en otras regiones. Deacuerdo con Morehouse (2000), El Niño acarrea condi-ciones más húmedas de lo normal durante el semes-tre invernal del sureste y suroeste de los Estados Uni-dos, mientras simultáneamente las condiciones tien-den a ser más secas de lo normal en el noroeste delPacífico.

A su vez La Niña, cuya ocurrencia está ligada a un enfria-miento significativo de las aguas del Pacífico oriental, setraduce en condiciones anormalmente secas en el sures-

31 Gustavo Wilches-Chaux,Hansjürgen Meyer, AndrésVelásquez, �La Costa Brava�,en Colombia Pacífica. FondoFEN Colombia � Tomo II (Bogo-tá 1993).32 Carissa A. Tartaglione,Shawn R. Smith and James J.O�Brien 2003 ENSO Impact onHurricane Landfall Probabilitiesfor the Caribbean. Journalof Climate, Vol. 16, Issue 17,septiembre 2003.33 Estos datos no tienen en cuen-ta los efectos de la temporadade huracanes 2005. (Nota deleditor).

LA DINÁMICA DE LA NATURALEZA

Page 40: Qu-Enos Pasa Spa

40

te y suroeste de los Estados Unidos, pero más húmedasde lo normal en el Pacífico noroccidental de ese país(Morehouse 2000).

Los anterior no significa, sin embargo, que ENOS genereestos efectos opuestos de manera automática. Como loindica Sardeshmukh (2002), ENOS no produce efectosopuestos, ni iguales tampoco, en los patrones de climade una manera uniforme en diferentes áreas del mundo.Por ejemplo, durante El Niño hay un riesgo significante delluvias e inundaciones en California y, durante La Niña, seincrementan los riesgos de sequías e incendios forestalesen Florida, sin embargo esto no puede ser asumido comoun patrón regular de comportamiendo del fenómenosENOS.

Observaciones realizadas a lo largo de la última décadademostraron que las condiciones más húmedas y mássecas que conllevan El Niño y La Niña, respectivamente,se convierten en precursoras de inundaciones y sequías.Un ejemplo de esto tuvo lugar durante la fase ENOS 1997-98 cuando, debido a las teleconexiones antes menciona-das, El Niño generó condiciones más secas en el noroes-te y al mismo tiempo condiciones más húmedas en el sureste de los Estados Unidos, lo cual se tradujo en unaprecipitación excesiva en La Florida, 200% por encima delos normal para los meses de octubre y diciembre. Inme-diatamente después vino La Niña y trajo consigo duranteabril y junio de 1998 la temporada más cálida y secaregistrada en La Florida en los últimos 104 años (Laing et al.2000).

Luego de comprender la probabilidad de que ocurran va-riaciones del clima como un efecto �teleconectado� conambas fases de ENOS, resulta razonable vincular estefenómeno con una serie de eventos asociados con di-chas variaciones. Jones, Shriver and O�Brien [...] demos-traron la manera como ENOS influye sobre las tasas deprecipitación en La Florida y otros lugares del mundo.Explicaron que los periodos de fuertes lluvias en las islasGalápagos (Ecuador) durante el otoño, frecuentementeson seguidos por inviernos lluviosos al sur de los EstadosUnidos. Las inundaciones generalizadas que se presenta-ron en ese país durante el otoño de 1997 y comienzos dela primavera de 1998, indudablemente estuvieron aso-ciadas con ENOS.

Los efectos de este fenómeno sobre los incendios fo-restales son todavía más evidentes. De acuerdo conGoodrick y Brenner (2000), durante la última década seevidenció la relación entre ENOS y los incendios que afec-taron La Florida. Swetnam (2000) confirmó el papel quejugó ENOS en la configuración de las condiciones propi-cias al fuego. A través del análisis de los anillos anualesde los troncos de los árboles desde 1600 hasta el pre-sente, este investigador demostró cómo las fases hú-medas de El Niño estimulan la aparición de una vegeta-ción exuberante, especialmente al nivel de los pastos,que luego se convierten en alimento ideal para el fuegodurante las épocas secas. La confluencia de etapasanormalmente húmedas seguidas de etapas extrema-damente secas, genera condiciones ideales para la apa-rición de incendios forestales34.

34 Anthony Oliver-Smith yotros, �Patterns and Processesof Vulnerability to Hazards inFlorida�, en �Riesgo y clima:proceso, patrones y gestión enAmérica� (Publicación IAI � LARED, 2007).

REFLEXIONES TEÓRICAS

Page 41: Qu-Enos Pasa Spa

41

Capítulo 2

El territorio y la dinámicade las comunidades

Page 42: Qu-Enos Pasa Spa
Page 43: Qu-Enos Pasa Spa

43

El territorio no es solamente un espa-cio físico ni una referencia geográfi-ca, sino el resultado dinámico y com-plejo de un matrimonio indisoluble en-

tre la dinámica de la naturaleza y la dinámicade las comunidades que formamos parte de él.

Las comunidades se relacionan con su territo-rio de diferentes maneras, unas materiales,como el aprovechamiento de los recursos na-turales o de los servicios ambientales que eseterritorio les ofrece, y de los cuales dependenpara vivir y crecer humanamente, con calidady dignidad.

Servicios ambientales tangibles, unos, como elagua, el aire, la energía solar, los alimentos (laseguridad y la soberanía alimentarias) y la fer-tilidad y la estabilidad de los suelos, indispen-sable esta última para habitar, movilizarse yproducir.

Servicios ambientales intangibles, los otros,pero no menos importantes y necesarios, comolos sentidos de pertenencia y de identidad. Ola posibilidad del disfrute estético del paisajediurno y nocturno como fuentes de aprendi-zaje, de inspiración, de recreación y de tran-quilidad.

Y también nos relacionamos con el territoriode manera simbólica, cuando bautizamos sushitos o cuando nos apoderamos o modifica-mos formal o informalmente los nombres ya

existentes; cuando recogemos su historia y sumemoria, y cuando �impregnamos� a cada unode sus componentes de un significado espe-cial. De lo cual depende, en parte, que ese terri-torio genere en nosotros sensación de miedo eincertidumbre o, por el contrario, de seguridad.Nuestras experiencias directas en el territorio(o la memoria de las experiencias vividas pornuestros antepasados) determinan en granmedida la �carga afectiva� con que marcamosun territorio determinado y, en consecuencia,nuestra relación con él.

De la interacción entre todos estos factores sur-ge el concepto de seguridad territorial, que eneste momento particular de la historia con-lleva en sí mismo el reto de recuperar el senti-do civil e integral de la primera de esas dospalabras.

La seguridad territorial está íntimamente liga-da con la sostenibilidad (o con el llamado �de-sarrollo sostenible�), esa manera de relacionar-nos en y con el territorio, que permite que ni ladinámica de la naturaleza se convierta en unaamenaza contra las comunidades, ni la diná-mica de las comunidades se convierta en unaamenaza contra los ecosistemas. Es decir, quela seguridad territorial es un atributo de doblevía, que beneficia tanto a las comunidades comoa la naturaleza.

Quizás uno de los servicios ambientales másimportantes para los seres humanos sea la

Naturaleza + Cultura = Territorio

El territorio es una construcción social, política y económica cuyoresultado son regiones con características humanas, productivas,económicas, políticas o sociales diferenciadas, referidas a su base derecursos naturales y características geográficas naturales en general.

ALLAN LAVELL

Page 44: Qu-Enos Pasa Spa

44

REFLEXIONES TEÓRICAS

estabilidad, entendida, para efectos de estosapuntes, como la permanencia en el espacio yen el tiempo de las condiciones que posibilitanla vida, lo cual no significa que no existan cam-bios, sino que estos se produzcan dentro deunos determinados rangos, a los cuales esta-mos adaptados los seres vivos, y en particularlos seres humanos; en otras palabras, que ladinámica de los cambios no rebase los límitesde nuestra adaptación. Esos límites o rangosestán en estrecha relación con la cultura. O mejoraún: son la cultura, en la medida en que conesa palabra englobamos el conjunto de crea-ciones y procesos a través de los cuales los se-res humanos imprimimos nuestra huella ma-terial y simbólica sobre el territorio.

Muchas actividades humanas inciden, de unau otra manera, sobre las dinámicas naturales,debido a lo cual los cambios a través de los cua-les se manifiestan esas dinámicas pueden lle-gar a superar nuestra capacidad de adaptación.

Esto sucede y seguirá sucediendo cada vez conmayor frecuencia a medida que la cultura vayadejando de ser un mecanismo de adaptacióny de diálogo con la naturaleza, para conver-tirse en un instrumento de pretendida do-minación (y decimos �de pretendida�, porque,a pesar de la arrogancia humana, la naturale-za acaba siendo mucho más poderosa que no-sotros).

Ya nos lo explicó Lovelock en su HipótesisGaia: los ecosistemas �y la biosfera en general,de la cual formamos parte las comunidadeshumanas� están dotados de sistemas de auto-rregulación u homeostasis, encargados, comosucede en nuestros propios organismos, dereestablecer un determinado estado estable oequilibrio dinámico cuando han sido altera-dos debido a una determinada acción externao desde su propio interior.

Eugene Odum (1913-2002) y otros maestros clá-sicos de ecología, nos enseñaron los conceptosde resistencia y resiliencia. El primero, en térmi-nos nuestros, hace referencia a la capacidadde una malla o de una red para evitar que unbalonazo se convierta en gol. O incluso, am-pliando todavía más esta metáfora, es la capa-cidad del �equipo� para evitar que el balón seacerque a su arco (es decir: evitar la amenaza).El segundo hace referencia a la capacidad deese tejido para recuperarse luego de que le hanmetido el gol. Ambos tienen que ver con esosmecanismos de autorregulación u homeostasisde que habla Lovelock.

En nuestros propios cuerpos, la resistencia esla capacidad que tenemos de evitar una enfer-medad a pesar de que nos encontramos per-manentemente inmersos en un océano de agen-

tes patógenos. Esa resistencia es el resultadode múltiples factores interconectados, como ladotación con que cuenta nuestro sistemainmunológico (que coevoluciona con el medioen donde se desarrollan nuestras vidas) y nues-tro nivel de nutrición. Y con factores afectivosy culturales, tanto sociales como individuales.No en vano el italiano Antonio Gramsci afir-ma que la salud depende de nuestras relacio-nes con nosotros mismos (con nuestros cuer-pos y espíritus), con nuestro entorno ecológicoy con nuestra comunidad.

Y la resiliencia es la capacidad que tenemospara recuperarnos después de haber sufridouna enfermedad; capacidad que también de-pende de factores afectivos, sicológicos y cul-turales, así como o de factores estrictamentecorporales. Y de factores individuales y socia-les (no nos enfermamos ni nos curamos �so-los�, sino como integrantes de un tejido social).Aquí nos encontramos por primera vez con untérmino fundamental de la gestión del riesgo,con el cual vamos a trabajar de ahora en ade-lante: la vulnerabilidad.

Existen múltiples definiciones de vulnerabili-dad, pero la que sigue nos permite entenderlaen función y como cara contraria de la resis-tencia y la resiliencia:

Factor de riesgo interno de un elemento o grupo de ele-mentos expuestos a una amenaza. Corresponde a la pre-disposición o susceptibilidad física, económica, política osocial que tiene una comunidad de ser afectada o desufrir efectos adversos en caso de que se manifieste unfenómeno peligroso de origen natural, socio-natural oantrópico. Representa también las condiciones que im-posibilitan o dificultan la recuperación autónoma poste-rior. Las diferencias de vulnerabilidad del contexto social ymaterial expuesto ante un fenómeno peligroso, determi-nan el carácter selectivo de la severidad de sus efectos.35

La malla, red o telaraña �aquí vamos a comen-zar a hablar también de telarañas� es resisten-te, cuando puede aguantar sin romperse losefectos de una acción proveniente del entornoo de su propio interior. Esa resistencia es ex-tensiva también a la araña que la teje, y se am-plía, como dijimos atrás, a su capacidad paraevitar la amenaza y, en consecuencia, para pre-venir el riego. Por ejemplo desplegando su reden un lugar resguardado del viento.

Y por el contrario, es vulnerable cuando nopuede resistir los efectos de esa acción, cuyaprobabilidad de ocurrencia se convierte, enton-ces, en una amenaza.

Y la araña es resiliente cuando, a pesar de quesu telaraña haya sido rota o arrancada por al-gún agente externo (el viento, un aguacero, unapersona o la caida del árbol donde se apunta-

35 Allan Lavell en �Riesgo y cli-ma: Proceso, patrones y ges-tión en América�, �ENOS, pa-trones de riesgo de desastres ysu gestión: elementos concep-tuales y bases de la investiga-ción comparativa�(IAI � LARED, Oxfam, 2007).

Page 45: Qu-Enos Pasa Spa

45

laba), es capaz de recomponer el tejido pararecuperar, de esa manera, su control territorial.

¿La vulnerabilidad constituye un atributo (lamayoría de las veces negativo) exclusivo de lascomunidades humanas, o se puede hablar tam-bién de vulnerabilidad de los ecosistemas?

Este es un tema que genera discusión. Quienesopinan lo primero, es decir, que sólo se puedehablar de vulnerabilidad en relación con lascomunidades humanas, manifiestan que hablarde vulnerabilidad ecológica o ambiental puedeinducir a confusiones y contradicciones, quepodrían conducir a que se equipararan los de-sastres (que son el resultado de procesos esen-cialmente humanos) con los procesos de trans-formación ambiental natural �la llamada �su-cesión�� a través de la cual la naturaleza o elambiente natural se transforman a sí mismos.

La transformación ambiental natural o sucesión significa lacontinuidad de procesos naturales que han existido des-de la formación de la Tierra y que han moldeado y cambia-do su superficie, su flora y fauna, de manera continua. Serefiere esencialmente a procesos en que la naturalezainteractúa con otros elementos naturales (ecosistemas,ríos, montañas, pendientes, zonas costeras, etc.), no mo-dificados en grado importante por la intervención huma-na. Ejemplos de esto se encuentran en los impactos desismos en las cuencas hidrográficas y en las pendientes;en los huracanes que modifican bosques y manglares, yen los incendios espontáneos y naturales que hacen lacatarsis o �limpieza� de los ecosistemas donde ocurren.

Hablar en estos casos de destrucción del ambiente o depérdidas ambientales, es en sí anti-evolucionista o anti-naturalista. El uso correcto de nociones sugeriría la ideade transformación y cambio, y no de destrucción y daño,términos, estos últimos, que incorporan connotacionessubjetivas, antrópicamente delimitadas. Aún cuando lastransformaciones sufridas afectan a la sociedad y reducenla cantidad y calidad de recursos potenciales con quecuentan los seres humanos, estos procesos son en símismos naturales y no pueden considerarse de la mismaforma en que se consideran impactos directos en la socie-dad, en sus bienes, patrimonio o estructuras materiales.

Así, la noción de vulnerabilidad ecológica o ambiental quese utiliza con frecuencia, hace referencia a un tipo devulnerabilidad muy distinta y de ninguna manera compa-rable con la vulnerabilidad social o humana. De hecho esprobable que sea más conveniente hablar de los distintosniveles de resiliencia o falta de resiliencia en lugar devulnerabilidad, evitando así confusiones y contradiccio-nes. En los casos de grandes eventos, la sociedad nopuede evitar los cambios; o sea, no puede reducir la su-puesta vulnerabilidad. Dicho de otro modo, no son sujetode intervención y control, y la transformación o cambioque resulta es inevitable.

El hecho de que la sociedad muchas veces intervenga enlos procesos naturales, intentando modificarlos, encierra

siempre sus propias contradicciones. Este es el caso, porejemplo, del control de las inundaciones naturales de ríos,el control de incendios espontáneos-naturales, o la modi-ficación de pendientes para permitir cultivos y construc-ciones, donde siempre se enfrenta la posibilidad de unimpacto futuro negativo cuando la naturaleza recobra losuyo.

Afectación, pérdida, daño o cambio que ocurre en am-bientes ampliamente intervenidos y modificados por losseres humanos, constituye otro tipo muy distinto de con-texto y problema que no debe confundirse con transfor-maciones naturales del ambiente. En este último caso losprocesos de intervención muchas veces generan nuevasamenazas socio-naturales, potencian la escala de loseventos físicos que sucedan, y aumentan las pérdidasuna vez que el evento ocurre.36

Quienes, como el autor de estas notas, opina-mos que sí es posible hablar de ecosistemasvulnerables, no solamente compartimos variosde los conceptos de Lavell citados en los párra-fos transcritos, sino que nos basamos en algu-nos de ellos cuando afirmamos que muchasveces los seres humanos �vulnerabilizamos�los ecosistemas cuando intentamos controlar-los, o simplemente cuando los explotamos sintener en cuenta su integralidad y sus dinámi-cas. Este es el gran peligro que encierra quereduzcamos los ecosistemas a un conjunto de�recursos naturales�. Es decir que no hay unacontradicción irreconciliable, sino una diferen-cia de enfoques.

Pensamos que �vulnerabilizar� los ecosiste-mas quiere decir afectar sus capacidades deresistencia y resiliencia: bloquearles su siste-ma inmunológico, al igual que hace el sida conlos seres humanos.

Quizás el ejemplo más evidente de que hemossido testigos en los últimos años, nos lo evi-denció el huracán Katrina cuando golpeó lascostas de Luisiana sobre el Golfo de México: elsistema inmunológico o de autorregulación queles permite a las zonas costeras absorber sinmayores traumatismos las visitas periódicasde los huracanes, que forman parte integral dela dinámica natural del territorio, son los man-glares y los humedales, al igual que la direc-ción y forma de los ríos de la zona y la topogra-fía misma de la línea costera, que han idocoevolucionando conjuntamente con (y pararesistir) las tormentas tropicales, e incluso paraaprovecharse positivamente de ellas. Sin em-bargo, durante los últimos cien años, todos loselementos que conforman ese sistema deautorregulación han sido destruidos o por lomenos alterados, hasta el punto de que perdie-ron su capacidad de resistir a los huracanes.

Es decir, que la intervención humana, dirigidaa �desarrollar� los terrenos costeros dentro de 36 Allan Lavell, idem.

EL TERRITORIO Y LA DINÁMICA DE LAS COMUNIDADES

Page 46: Qu-Enos Pasa Spa

46

REFLEXIONES TEÓRICAS

la concepción predominante de lo que debe serel �desarrollo urbano�, hizo vulnerables losecosistemas, lo cual, por una parte, convirtió alos huracanes en amenazas para esos mismosecosistemas y, por supuesto, para las comuni-dades humanas que se encuentran en ellos,pero convirtió además a otros elementos de losecosistemas en amenazas adicionales para lascomunidades.

De hecho, muchos de los daños que sufrieronlos habitantes de las regiones afectadas noprovinieron directamente de los vientoshuracanados, sino de amenazas concate-nadas, como la inundación por las aguas dellago Pontchartrain, o por la marea de tormenta(storm surge). Puede parecer obvio que estasamenazas están íntimamente ligadas al hura-cán, pero muchas compañías de seguros estánalegando que no son el huracán mismo paranegarles el pago de indemnizaciones a las per-sonas aseguradas contra �high winds� perono de manera específica contra otros efectos37.

Mencionamos en este momento sólo el caso deKatrina dado su carácter explícito y pedagógi-co, pero los ejemplos abundan y como encon-trarán más adelante nuestros lectores y lecto-ras, el estudio en que se basa este libro demos-tró de qué forma, al relacionarse de manerasinsostenibles con sus territorios, las activida-des humanas preparan las condiciones paraque los cambios ambientales se conviertan enriesgos y posteriormente en desastres.

El debate sobre si los ecosistemas naturalespueden o no volverse vulnerables, no solamen-te tiene implicaciones teóricas, sino tambiénprácticas, que frente a situaciones concretas nospermite cerrar el ciclo y entender como uncontinuum la relación entre amenazas y vulne-rabilidades.

En un trabajo que llevamos a cabo en 2004 den-tro de un convenio entre Conservación Inter-nacional Colombia y la Empresa de Acueduc-to de Bogotá para proponer alternativas demanejo para el humedal urbano de Tibabuyeso Juan Amarillo, analizamos de qué manera,en el matrimonio indisoluble entre las comuni-dades y los humedales que todavía sobrevivenen el territorio que hoy ocupa esa ciudad (unas800 hectáreas, de 50.000 que existían al comen-zar el siglo XX), las vulnerabilidades de las co-munidades (por ejemplo la económica, que lesimpide acceder a terrenos aptos para la cons-trucción y la vivienda), se convierten en ame-nazas contra los humedales; al tiempo que lasvulnerabilidades de estos y de otros cuerposde agua (producto, por ejemplo, de la de-secación o de la invasión de sus orillas orondas), se convierten en amenazas contra lascomunidades. Las gráficas de la página si-

guiente nos liberan de una mayor explicaciónal respecto.

Pero si a nivel local o regional podemos inter-pretar los desastres como una consecuencia dela pérdida de la capacidad de autorregulaciónde los ecosistemas (el bloqueo o deterioro de susistema inmunológico), sumada a la pérdidade la capacidad de adaptación de las comuni-dades a los cambios ambientales, que les impi-de resistir los efectos de las amenazas o recu-perarse adecuada y oportunamente después delos desastres (es decir: su vulnerabilidad glo-bal), a nivel general de la biosfera podemospensar totalmente lo contrario:

Fenómenos como el calentamiento global y sus efectossobre fenómenos naturales como los huracanes o losfenómenos de El Niño y La Niña pueden interpretarse dedos maneras:

Una, como resultados del impacto de la actividad huma-na sobre los mecanismos de autorregulación de la biosferay, más concretamente, como efectos del deterioro deesos mecanismos de autorregulación por causa de la ac-ción humana. En palabras más sencillas, podríamos decirque los seres humanos �echamos a perder� la capacidadde autorregulación de la biosfera.

Pero, por otra parte, podemos considerar que lejos dehaberse deteriorado, los mecanismos de autorregulaciónde la biosfera se encuentran en perfecto estado y, a tra-vés de fenómenos como el calentamiento global y suimpacto sobre los fenómenos naturales descritos, estánactuando para deshacerse de la plaga (tesis que perso-nalmente suscribo en este momento).

Nuestro trabajo como actores (teóricos y operativos) dela gestión del riesgo, es evitar que los fenómenos natu-rales, socio-naturales y antrópicos se conviertan enamenazas contra los seres humanos y, en consecuencia,evitar que den origen a riesgos y desastres. ¿Estaremos,entonces, evitando que los mecanismos de autorre-gulación �el sistema inmunológico� de la biosfera cum-pla sus objetivos? ¿Estaremos entonces favoreciendo a laplaga?

Personalmente considero que la única ética aceptable esaquella que tiene como objetivo último la felicidad huma-na. Nuestro reto, entonces, es trabajar en beneficio de lafelicidad humana: de la seguridad humana frente a ladinámica de la Tierra y frente a nuestra propia dinámica.Pero también, garantizar que nuestra especie no se con-vierta en una amenaza contra los ecosistemas.

Lograr lo anterior exige partir de una posición éticaque, entre otras cosas, nos exija reconocer el derechode la naturaleza a participar en las decisiones que laafectan. Los mal llamados �desastres naturales� cons-tituyen expresiones de la voz de la naturaleza, protes-tando por las malas, por no haber sido oída y atendidapor las buenas en el momento de tomar las decisioneshumanas.38

37 A finales de diciembre de2006 todavía no existía unadecisión judicial definitiva alrespecto. Para más informa-ción ver, entre otras fuentes, laedición digital del diario NewYork Times de diciembre 28,2006.38 Gustavo Wilches-Chaux,�Fundamentos éticos de lagestión del riesgo�. UNDPExpert Group meeting on riskmanagement and adaptation.Habana (Cuba), 17-19 junio,2002.

Page 47: Qu-Enos Pasa Spa

47

EL TERRITORIO Y LA DINÁMICA DE LAS COMUNIDADES

Page 48: Qu-Enos Pasa Spa

48

La comparación que propusimos arri-ba entre la resistencia de una telara-ña para aguantar sin romperse losefectos de una acción procedente de

su interior o del entorno, y la capacidad de unterritorio para resistir una amenaza; al igualque la resiliencia de la araña para reconstruirel tejido después de que por alguna razón hasido arrancado, y la capacidad del territoriopara recuperarse de los efectos de un desastre,no se queda en el terreno literario. Realmentenos encontramos ante una metáfora funcional,ante una herramienta.

Quien escribe estas líneas, ha utilizado duran-te muchos años el ejemplo de la telaraña paramostrar de qué manera se interconectan (o seaislan) entre sí, tanto los distintos factoresque determinan la vulnerabilidad o la soste-nibilidad de un sistema, como los distintos ac-tores y sectores institucionales y sociales queconfluyen en un mismo territorio.

Alguna vez, en una charla en la que me encon-traba utilizando este ejemplo, alguien del au-ditorio me hizo caer en cuenta de que aun cuan-do la telaraña hubiera resultado destruidacomo resultado de algún tipo de evento, mien-tras la araña estuviera viva existía la posibili-dad de que reconstruyera la malla.

A partir de allí se desencadenaron una serie dereflexiones que contribuyen de manera nota-ble a entender las relaciones entre nosotros, losseres vivos, y nuestros territorios, y también

entre esos territorios y los múltiples factores oprocesos externos �a veces remotos� cuyos efec-tos se materializan o concretan localmente yque, como consecuencia, también nos afectan.

¿Podemos afirmar válidamente que la telarañaes el territorio de la araña?

Posiblemente no sea todo el territorio, pues laaraña se desenvuelve en un ámbito más am-plio, pero sí es la manera como el animal seapropia material y simbólicamente de ese terri-torio, del cual forman parte también las ramaso los muros en los cuales afianza sus hilos, losfactores climáticos (como el viento y la lluvia),la luz solar que (dependiendo de la hora deldía) hace más o menos visible la telaraña, elcalor que la seca después de un aguacero, losanimales o las personas que pasan en su cer-canía o la atraviesan, los que quedan atrapa-dos, los predadores de la araña, etc. La telara-ña marca el campo en y desde el cual la arañaejerce su influencia o resulta afectada.

La telaraña tampoco es totalmente distinta dela araña que la teje, sino una secreción de lamisma. Araña y telaraña constituyen una uni-dad indisoluble, aun cuando la red todavía nohaya sido tejida, o cuando por alguna causahaya sido destrozada. En este caso, las partesde la unidad son la araña y todas las telarañaspotenciales, latentes en las capacidades de laaraña. Es decir, todas las telarañas que la ara-ña alcance a tejer mientras viva.

Telarañas y territorios

Page 49: Qu-Enos Pasa Spa

49

Así mismo, el territorio se puede entender comouna �secreción� (en este caso entre comillas)actual o potencial, material y simbólica, de losseres humanos que formamos parte de él, quelo habitamos. Por eso decíamos atrás que esmucho más que un simple espacio físico o queuna referencia geográfica.

El territorio constituye una unidad indisolu-ble con las dinámicas de las comunidades y delos ecosistemas que lo conforman. El territorio,sin esas comunidades, es otro territorio. Fuerade su territorio, las comunidades se conviertenen otras. El drama de los desplazados: la pér-dida de la seguridad territorial, la ausenciade sentidos de identidad y pertenencia. Laanomia.

Las fibras y el tejido de una telaraña puedenser muy fuertes, pero si los árboles de donde

cuelga son débiles, o el suelo que sostiene losárboles es deleznable, esas vulnerabilidades seconvierten en amenazas contra la araña y sumalla. Muy seguramente, en este caso, la arañano ha generado la vulnerabilidad del suelo nila de los árboles.

Cosa distinta sucede con el �matapalo� y otrasplantas parásitas39, que crecen y se fortalecen�chupándose� al árbol que las hospeda, conlo cual lo hacen vulnerable a los insectos, alas lluvias, al viento... Cuando el parásito sefortalece a costa del árbol, está construyendosu propia amenaza, como sucede con las co-munidades humanas que se �desarrollan� acosta de destruir los ecosistemas que ocupan.Ambos �parásitos y comunidades� están mi-nando la capacidad de sus respectivos terri-torios para ofrecerles la seguridad territorialque requieren.

39 No hay que confundir a estasespecies de la familia de laslorantáceas (llamadas vul-garmente �golondrinos�, �gua-tepajaritos�, �matapalos�),que verdaderamente parasi-tan a sus hospederos, con lasorquideas y las bromelias, malllamadas �parásitas�. Estasúltimas son epífitas (de epi:sobre, fitos: planta) que efec-tivamente viven sobre el árbol,pero no en una relación para-sitaria.

EL TERRITORIO Y LA DINÁMICA DE LAS COMUNIDADES

Page 50: Qu-Enos Pasa Spa

50

Ya habíamos hablado de seguridadterritorial en párrafos anteriores.Habíamos dicho también que es elresultado de la interacción entre una

serie de factores que le permiten a un territorioofrecerle estabilidad a quienes lo habitan, enten-dida la estabilidad, para efectos de estos apun-tes, como la permanencia en el espacio y en eltiempo de las condiciones que posibilitan la vida.

Simplificando al máximo sistemas y procesosque en la realidad son más complejos, diga-mos que los principales factores (naturalesunos, antrópicos otros) de los cuales dependela capacidad del territorio para ofrecerle esta-bilidad y seguridad a sus habitantes, son laseguridad y la soberanía alimentarias, la se-guridad ecológica, la seguridad social, la se-guridad económica y la seguridad jurídicainstitucional.

Como veremos más adelante cuando entremosa analizar la vulnerabilidad y la sostenibilidadcomo sendas redes o telarañas, lo más impor-tante en este caso no son esas �seguridades�vistas de manera independiente o aislada, sinoel tejido que forman las múltiples y dinámicasinteracciones entre ellas, que en el dibujo apa-recen simplificadas al máximo. Esas �seguri-dades parciales� son apenas clavos o punta-les de donde colgamos las hamacas. La verda-dera seguridad territorial es la telaraña que for-man esas hamacas al trenzarse. Uno o inclusotodos los clavos pueden ser muy fuertes, pero

si los lazos que los unen son débiles la mallaresultante será débil.

Veamos a qué hace referencia cada una de esas�seguridades�40:

Seguridad alimentaria:Seguridad alimentaria:Seguridad alimentaria:Seguridad alimentaria:Seguridad alimentaria: es la capacidad que tiene unterritorio para garantizarles a sus habitantes los alimen-tos básicos que requieren para disfrutar del derecho a lavida con calidad y dignidad. Teóricamente, la seguridadalimentaria de una región depende de su conectividadcon los mercados globales, de manera que en cualquiermomento puedan adquirirse, en cualquier parte del mun-do, los productos necesarios para la adecuada alimenta-ción de sus habitantes. Una región determinada, enton-ces, tendría su seguridad alimentaria garantizada si lo-grara generar los recursos económicos necesarios paraacceder a esos mercados, y no importaría que esa regiónabandonara la producción de alimentos en favor de laactividad industrial urbana o se dedicara al monocultivo.Desde ese punto de vista, tampoco importaría que loscampesinos de una región abandonaran la producción dealimentos para dedicarse a los cultivos de uso ilícito, puesla comercialización de estos últimos les proporcionaría losrecursos necesarios para importar alimentos de otras re-giones.

La realidad está demostrando que, por el contrario, laverdadera seguridad alimentaria no puede depender delas fluctuaciones de los mercados globales y que (comosucede en las zonas cocaleras o amapoleras) la plata ensí misma no garantiza que la gente tenga qué comer. Laalimentación vuelve a mirarse como una relación esencialy directa de las comunidades humanas con su entorno

La seguridad territorial: otra telaraña

40 Gustavo Wilches-Chaux,�Cuy-dados Intensivos�. Publi-cación ENDA América Latina(Bogotá 2004).

Page 51: Qu-Enos Pasa Spa

51

productivo (la tierra), más que como una relación conmercados financieros abstractos. De allí el auge que es-tán tomando las propuestas de agricultura urbana en susdistintas modalidades. (En Cuba, por ejemplo, a travésde cultivos �organopónicos� urbanos, se han logrado su-perar algunos de los perjuicios que le causa a ese país elembargo económico a que ha sido sometido, al igual quela dependencia que su economía tenía del monocultivode la caña de azúcar. En otros países de América Latinacomienzan a proliferar experiencias de agricultura urbanasimilares, aunque todavía poseen carácter marginal).

La seguridad alimentaria tampoco se refiere exclusiva-mente a la cantidad de los alimentos a que tienen accesoquienes los necesitan, sino también a su calidad. No pue-de depender de productos químicos o de transgénicos,que en lugar de hacernos más autónomos nos hace másvulnerables, al tiempo que afectan nuestra seguridadecológica. Por eso el concepto de �seguridad alimentaria�se amplía al de �soberanía alimentaria�, lo cual, en lapráctica, tiene que ver con el derecho a comer aquello a locual estamos culturalmente acostumbrados, preparadode una manera que forma parte de nuestra identidad. Deallí que �la cocina� forme parte del patrimonio cultural delos pueblos. Los alimentos tienen que tener para noso-tros sentido y significado, más allá de las calorías o de losnutrientes que eventualmente puedan proporcionarnos.Si uno es lo que come, mal puede sentirse obligado aconsumir �cosas� extrañas.

(Esto se vuelve muy evidente en situaciones de desastrecuando llegan, a manera de �ayuda humanitaria�, ali-mentos totalmente desconocidos para las comunidadesafectadas, en el supuesto de que quien está sufriendo

las consecuencias de un desastre debe estar dispuesto aconsumir cualquier cosa que se le proporcione. Por otraparte, recordemos que cuando uno se encuentra lejos desu casa, quizás lo que más extraña es la comida y muyespecialmente �la sazón� materna).

Seguridad ecológica:Seguridad ecológica:Seguridad ecológica:Seguridad ecológica:Seguridad ecológica: es esa posibilidad, de la que yahablamos, de evitar que la dinámica de la naturaleza seconvierta en una amenaza contra las comunidades, y quela dinámica de ésta se convierta en una amenaza contralos ecosistemas. También es la capacidad de la naturale-za de ofrecerle a la comunidad, de manera sostenible, losbienes y servicios ambientales que ésta requiere paradisfrutar del derecho a la vida con calidad y dignidad.Uno de esos servicios es la capacidad de absorber sintraumatismos o de amortiguar los efectos de los cambiosambientales extremos que se originen en procesosglobales, regionales o locales, de manera que esos cam-bios no excedan nuestra capacidad de adaptación. Enconcreto, un servicio ambiental que el territorio deberíaestar en capacidad de prestarnos es el de amortiguar lasexpresiones destructivas de ENOS.

Seguridad social:Seguridad social:Seguridad social:Seguridad social:Seguridad social: hace referencia a la capacidad de unterritorio para ofrecerles a sus habitantes oportunidadespara generar, mediante un trabajo digno, los recursos nece-sarios para garantizar el derecho a la vida con calidad ydignidad. Así mismo, hace referencia a la existencia de lascondiciones necesarias para que exista salud, en el sentidointegral con que el ya citado Antonio Gramsci entendía esapalabra: la posibilidad de gozar de buenas relaciones connosotros mismos (con nuestros cuerpos y espíritus), connuestro ambiente y con nuestra comunidad. La seguridadsocial, entonces, abarca los temas de empleo y de la oferta

EL TERRITORIO Y LA DINÁMICA DE LAS COMUNIDADES

Page 52: Qu-Enos Pasa Spa

52

institucional de atención médica preventiva y curativa, perova mucho más allá. Dentro de esta dimensión de la seguri-dad territorial entran las relaciones entre los miembros deuna comunidad, la solidaridad, la reciprocidad y los sentidosde pertenencia e identidad. Como decíamos atrás, esta-mos haciendo el esfuerzo de limitar las dimensiones de laseguridad territorial, pero cada una de las dimensiones ele-gidas se podría disgregar en muchas más. Simplementepara mantener ese propósito vamos a incluir la seguridadseguridadseguridadseguridadseguridadculturalculturalculturalculturalcultural como un aspecto de la social (como podemosincluir también la seguridad energéticaseguridad energéticaseguridad energéticaseguridad energéticaseguridad energética como un aspec-to de la ecológica41), aunque al igual que las otras, estasdos dimensiones están estrechamente vinculadas con to-das las demás. Se podría describir la seguridad cultural comola capacidad de los habitantes de un territorio para apropiar-se simbólicamente del mismo, para encontrarle sentido a laexistencia en función de ese territorio (pertenencia, propósi-to, identidad) y para habitarlo y disfrutarlo sin que uno sevea obligado a renunciar a lo que es y a su capacidad decrear. Es decir, a su identidad cultural. Cuando aparecenfenómenos desconocidos en nuestros territorios, o cuandolos conocidos adquieren dimensiones o características conlas cuales no podemos convivir, ese territorio conocido seconvierte para nosotros en un extraño y algunas veces enun terrible �agresor�, frente al cual no conservamos ningunaidentidad. La pérdida de la seguridad ecológica se convierte,entonces, en vulnerabilidad cultural.

Seguridad económica:Seguridad económica:Seguridad económica:Seguridad económica:Seguridad económica: hace referencia a la capaci-dad del territorio, del Estado y de la sociedad, para ofre-cerles acceso a sus habitantes, en condiciones de equi-dad (o sea: de igualdad de oportunidades), a la produc-ción y a la distribución de riqueza y de bienes y serviciospara la satisfacción de sus necesidades. Lo anterior inclu-ye la existencia de distintas opciones para la producciónde esa riqueza y la generación de esos recursos; la exis-tencia de alternativas de intercambio, como el trueque, ydistintas formas de economía solidaria para producir, ofre-cer y acceder a los bienes y servicios que requiere la co-munidad. A este eje pertenecen también los ejes de laproductividad y la competitividad de una región.

No siempre se pueden equiparar vulnerabilidad y pobre-za, como si fueran sinónimos, pero en muchos casos sí esfácil demostrar que la pobreza, una de las más tangiblesexpresiones de la inequidad, sí es causa de múltiplesvulnerabilidades que podrían disminuirse con un mejoracceso de todos los actores y sectores de una comuni-dad a las oportunidades y a los bienes y servicios esencia-les que debería ofrecer un verdadero desarrollo.

La pobreza, recordémoslo bien, no es solamente insufi-ciencia de ingresos económicos sino, en general, exclu-sión de las condiciones que hacen posible ejercer el dere-cho a la vida con calidad y dignidad, condiciones que dealguna manera son el resultado sinérgico de la interacciónentre todos los factores que conforman nuestra telaraña.Por eso es necesario tener mucho cuidado con los progra-mas destinados a �combatir la pobreza� que se centran

de manera exclusiva en el aspecto económico y en lageneración de ingresos, pues pueden colocar a las comu-nidades en falsas disyuntivasfalsas disyuntivasfalsas disyuntivasfalsas disyuntivasfalsas disyuntivas que las obligan, por ejem-plo, a elegir entre tener empleo o contar con un ambientelimpio, o entre conservar su cultura y mejorar su situacióneconómica.

Seguridad jurídica-institucional:Seguridad jurídica-institucional:Seguridad jurídica-institucional:Seguridad jurídica-institucional:Seguridad jurídica-institucional: hace referencia a lacapacidad de un territorio para ofrecerles a sus habitantesun Estado que posea el carácter de servicio público, al cualpuedan acceder todas las personas en condiciones de igual-dad y equidad42. No porque todas seamos �iguales� en lavida real, sino porque el Estado mismo se encargue dereconocer las diferencias y de adecuarse a los requerimien-tos especiales de cada sector de la sociedad. Hace referen-cia también a la existencia de �reglas de juego� claras, queno cambien dependiendo de los intereses particulares ycircunstanciales de los sectores dominantes. Podemosentender también esta dimensión de la seguridad, como lacerteza que puede tener un individuo o un grupo humano,de que la sociedad posee mecanismos eficaces para ga-rantizar el respeto a sus derechos humanos, empezandopor el derecho a la vida con calidad y dignidad (que incluyelos derechos económicos, sociales y culturales), y el dere-cho a la gestión del riesgo como herramienta concreta paradefender el derecho a la vida ante determinadas amena-zas de origen antrópico o natural.

Mirar la telaraña desde esta ventana nos permite aproxi-marnos a la gestión del riesgo desde una perspectivaperspectivaperspectivaperspectivaperspectivade derechosde derechosde derechosde derechosde derechos y entender por qué investigadores �comoel peruano Pedro Ferradas� entienden la vulnerabilidadcomo expresión de la insuficiencia en el ejercicio de susderechos por parte de una determinada comunidad.43

¿Frente a qué tipo de amenazas tiene que ofre-cerles el territorio seguridad a sus habitantes?

Frente a todas, desde los fenómenos asociadosa ENOS, para los efectos que nos ocupan eneste libro, hasta el impacto de un tratado delibre comercio sobre los productores locales. Olos efectos de los cambios en los usos del sueloy otras medidas que estos tomen en aras dereducir o de aprovechar ese impacto.

Cuando analicemos los efectos de las expresio-nes de ENOS en distintos países, encontrare-mos territorios debilitados en su capacidad deresistir esos efectos debido a que los usos delsuelo se han transformado para ajustarlos a unadeterminada concepción del desarrollo, o conmiras a que satisfagan las exigencias de merca-dos externos, sin tener en cuenta la vocaciónecológica primordial de esos terrenos. Sin pre-guntarse siquiera, como sucede con los hume-dales y los manglares en las zonas costeras,cuál es la función que cumplen en los mecanis-mos de autorregulación de los ecosistemas.

41 La seguridad energética hacereferencia a la capacidad delterritorio para ofrecerle a sushabitantes �y de estos paraaprovechar� las condicionesnecesarias para acceder a laenergía necesaria para ga-rantizar el funcionamiento dela sociedad.42 No sobra recordar que Esta-do y Gobierno no son sinónimos.El Estado es la expresión políti-ca de una sociedad organizada;el Gobierno es (o debería ser) eladministrador temporal de losrecursos del Estado para bene-ficio de toda la comunidad. ElEstado es como una unidadresidencial (con sus habitantesy sus casas o apartamentos,sus zonas comunes, su equi-pamento colectivo �tanques deagua, redes eléctricas, salóncomunal, instalaciones pararecreación infantil, etc.)� y elGobierno es el administrador deese conjunto.43 Comentando los borradoresde este documento en un tallerque realizamos en Piura en abrilde 2006, invitados por la orga-nización no gubernamentalCEPRODA MINGA, Ferradaspresentó datos según loscuales en el año 2001 el 17%de las familias campesinasdel Perú (una de cada seis), su-frieron �shocks� como conse-cuencia de desastres de origennatural que los sumieron encondiciones de extrema pobre-za, de las cuales no se habíanpodido recuperar a la fecha enque se hizo el estudio.

REFLEXIONES TEÓRICAS

Page 53: Qu-Enos Pasa Spa

53

Por allá en 1988 escribí un textodenominado �La vulnerabilidadglobal�44, en el cual evidenciaba quela debilidad para resistir una ame-

naza no dependía solamente de la mayor omenor fortaleza de las estructuras físicas o desu localización lejos o cerca del lugar en dondese expresaba la amenaza, sino también de otraserie de factores que incluían los económicos,los sociales (organizativos), los políticos, loseducativos, los ecológicos, los ideológicos, losculturales y los institucionales. Pensaba, en-tonces, que lo que determinaba o reducía la vul-nerabilidad de una comunidad frente a unaamenaza era, respectivamente, la menor o ma-yor fortaleza de cada uno de esos factores. Hoytenemos más claro, como lo anotábamos unaspáginas atrás al hablar de la seguridad territo-rial, que esos factores son �clavos� y que tantoo más importante que la fortaleza de los mis-mos es la fortaleza del tejido que forman loslazos o las hamacas que se cuelgan de ellos. Lomismo resulta válido cuando no tejemos lamalla desde clavos-factores, sino desde clavos-actores. Una sociedad puede tener actores muyfuertes, pero si las líneas de comunicación en-tre ellos son débiles o inexistentes, esa socie-

dad es incapaz de resistir los efectos de la ma-terialización de una amenaza.

Nuevamente el ejemplo más didáctico y actualnos lo aporta Katrina: entre un clavo-actor muyfuerte, como los científicos que conocían per-fectamente y habían modelado hasta el másmínimo detalle lo que podría ocurrir si un hu-racán de las características de Katrina visitabala zona, y otro clavo-actor muy fuerte como lasautoridades políticas, no existía comunicaciónsuficiente, ni estas últimas estaban dispuestasa convertir el conocimiento científico en deci-siones capaces de reorientar el desarrollo. Si-milares �incomunicaciones� pueden identifi-carse entre otros actores institucionales y so-ciales de los estados del Golfo (y de estos conlos nacionales), debido a lo cual no solamentefueron incapaces de evitar el desastre, sino quevarios meses después del golpe de Katrina to-davía tienen enormes problemas para recu-perarse. Lo anterior, que de alguna manera serepite en todas las situaciones, nos permiteafirmar que los desastres pueden interpretarsecomo problemas de incomunicación entreactores humanos y entre los ecosistemas y lascomunidades.

Vulnerabilidad / Sostenibilidad:nuevas telarañas...(o la misma, con lentes más detallados)

44 Publicado por primera vez enel libro Herramientas para lacrisis: desastres, ecologismo yformación profesional, SENA,Colombia (1989).

Page 54: Qu-Enos Pasa Spa

54

REFLEXIONES TEÓRICAS

�����TELARAÑATELARAÑATELARAÑATELARAÑATELARAÑA� DE F� DE F� DE F� DE F� DE FACTACTACTACTACTORES DE VULNERABILIDORES DE VULNERABILIDORES DE VULNERABILIDORES DE VULNERABILIDORES DE VULNERABILIDAD / SOSTENIBILIDAD / SOSTENIBILIDAD / SOSTENIBILIDAD / SOSTENIBILIDAD / SOSTENIBILIDADADADADAD

La complejidad del tejido social del sistema no se limita a los aspectos organizativos de la comunidad, sino quecomprende toda la red de relaciones e interacciones con los distintos factores de los cuales dependen la vulnerabilidado la sostenibilidad del sistema. La sostenibilidad depende de la resistencia y de la resiliencia de la telaraña, es decir, desu capacidad para aguantar un balonazo y/o para recuperarse de los efectos del mismo. Ese balonazo puede ser, porejemplo, un terremoto, una temporada invernal, una crisis económica generalizada o un conflicto armado. Másimportantes que las características independientes de cada uno de esos factores, son las relaciones que se establecenentre ellos. Los factores son como clavos en la pared. Las relaciones son las hamacas que colgamos de esos clavos.

Tomado de GUSTAVO WILCHES-CHAUX,�Un viaje por los caminos de la comunicación social y la gestión participativa del riesgo�.

CISP / DIPECHO (Manabí � Los Ríos, Ecuador; Bogotá, Colombia, 2005)

Page 55: Qu-Enos Pasa Spa

55

La selección de estos clavos o factores de vulnerabilidad-sostenibilidad no deja de ser arbitraria: podríamoshaber trabajado agrupándolos todos en sólo seis factores, o por el contrario podríamos haberlos discrimina-do aún más. Lo importante es tener clara la complejidad de ambos conceptos y el hecho de que ambossurgen como resultado de una serie de interacciones dinámicas, que cambian de manera constante.

Cuando nos enfrentamos a un sistema complejo como éste, no sólo de manera teórica sino, algunas veces,con la obligación de tomar determinadas decisiones que afectarán de una u otra forma la vida de unacomunidad y las relaciones con su entorno ecológico y con otras comunidades (a veces durante variasgeneraciones) como sucede en el caso de definir si se lleva a cabo o no una reubicación, estamos ante dosposibilidades:

La una, inmovilizadora: la complejidad del sistema nos asusta; nos impide tomar la decisión necesaria. Nosparece que son demasiadas las variables que tomar en consideración y que nos resulta imposible asumirresponsabilidad por la enorme cantidad de efectos posibles que puede generar esa decisión.

La otra, por el contrario, nos empodera (para acudir a esa palabra extraña que se está volviendo de usocomún). La telaraña nos demuestra que no importa cuál sea nuestra posición en el sistema ni en cuál de losclavos estamos ubicados; cualquier decisión nuestra tiene la posibilidad de influir sobre la totalidad de latelaraña y sobre el resto de los clavos. Si somos docentes y estamos en el clavo de la educación, desde allípodemos idear la manera de sacudir la telaraña; lo mismo si somos integrantes de un concejo municipal, osi somos empresarios, investigadores o miembros de una organización comunitaria o de una ONG ambien-tal. Lo importante es tener conciencia de la complejidad e integralidad del sistema y capacidad para actuardesde nuestra posición local.

Debemos saber también que, al igual que sucede con el Cubo de Rubik, no todos los avances en uno de losfactores van a significar necesariamente un avance del sistema como totalidad. Por el contrario, los avancesen una de las caras del cubo pueden significar que se desorganicen otras caras que ya considerábamosordenadas. Así, por ejemplo, para tomar un caso de la realidad, promover el uso de estufas de gas en unacomunidad indígena puede significar un avance en la cara ecológica del cubo, en la medida en que reduceel uso de la leña y por ende la presión sobre el bosque local, pero puede singificar un retroceso en la caracultural, pues la transmisión de la cultura de generación en generación se lleva a cabo por vía oral, enreuniones familiares que se realizan alrededor del fogón de leña y no de una estufa de gas. El impulso de unmonocultivo en una comunidad, para aprovechar los buenos precios de un determiando producto en elmercado nacional o itnernacional, puede significar un avance en la cara económica, pero un retroceso en lacara ecológica y eventualmente en la cara cultural, en la medida en que ambas depende de la conservaciónde la biodiversidad.

Tomado de GUSTAVO WILCHES-CHAUX,�Un viaje por los caminos de la comunicación social y la gestión participativa del riesgo�.

CISP / DIPECHO (Manabí � Los Ríos, Ecuador; Bogotá, Colombia, 2005)

EL TERRITORIO Y LA DINÁMICA DE LAS COMUNIDADES

Page 56: Qu-Enos Pasa Spa

56

REFLEXIONES TEÓRICAS

En los clavos de la telaraña anterior reemplazamos los factores de sostenibilidad y de vulnerabilidad por unaserie �incompleta� de actores y de sectores sociales, enmarcados todos por un flujo permanente ycomplejo de interacciones entre la naturaleza y la comunidad.

En este caso, los hilos que vinculan a los distintos actores y sectores entre sí representan canales ylenguajes para la comunicación. Al igual que sucede en la telaraña anterior, unos hilos fuertes deben generaruna red sostenible, capaz de resistir sin mayores traumatismos los embates de una amenaza externa.

Una buena comunicación entre todos los actores y sectores sociales, entre estos y la naturaleza y entreestos y la comunidad en general, constituye un ingrediente esencial de la sostenibilidad.

Cuando, por alguna razón, algunos de estos canales de comunicación son débiles o están rotos, no sóloentre actores y sectores entre sí, sino con la naturaleza con la cual, lo reconozcan o no, mantienen múltiplesinteracciones, se generan las condiciones propicias para que cualquier cambio interno o externo se convier-ta en amenaza e inclusive en desastre.

(Continúa...)

Page 57: Qu-Enos Pasa Spa

57

La importancia de cada uno de esos canales de comunicación no siempre es igual; su �peso� específicodepende del momento particular por el cual atraviesa una comunidad.

Así, por ejemplo, el �protagonismo� de la comunidad internacional en nuestras comunidades locales puedeser insignificante en algunos momentos y, en cambio, decisorio en otras oportunidades: como cuando algúnactor externo realiza una gran inversión en nuestro territorio o cuando, con posterioridad a un desastre, seproduce una afluencia masiva de ayuda internacional.

Sabemos por experiencia directa que en ambos casos suelen fallar muchos de los hilos que conformannuestra telaraña de comunicación. Las inversiones de un país extranjero en condiciones de �normalidad� sesuelen pactar entre gobiernos o con el sector empresarial, pero no siempre tienen en cuenta los interesesy preocupaciones de los demás actores sociales. Mucho menos los de los ecosistemas que de una u otramanera esa inversión puede impactar.

Y, con mayor razón, la telaraña de comunicación tiende a fallar en situaciones post desastre. Por eso seafirma que muchas veces las donaciones satisfacen más las necesidades de los donantes que las de losreceptores, y por eso muchas veces, por ejemplo, se invierten grandes recursos nacionales o de cooperacióninternacional para reubicar comunidades afectadas por una inundación... pero se trasladan a una zona dedeslizamiento. ¿Qué ocurrre en el fondo? Una gran falla de comunicación.

O, en otro ejemplo, entre la clase política y el sector empresarial de una región se puede pactar con elgobierno nacional y la banca internacional la realización de una determinada obra de infraestructura, comouna presa o un embalse, pero sin tener en cuenta de manera suficiente el impacto de esa obra sobre lascomunidades que serán desplazadas, ni sobre la fauna y la flora de los bosques que serán inundados. Tardeo temprano el conjunto de la sociedad tendrá que hacerse cargo de la correspondiente �cuenta de cobro�,que se expresará en graves desequilibrios ecológicos o en conflictos sociales. Lo más triste e injusto es queno siempre quienes provocan el daño son quienes se ven obligados a responder, sino las generacionesposteriores, que heredan las deudas de sus antepasados.

Quienes nos dedicamos a la comunicación social debemos reconocernos a nosotros mismos como esoslinieros que andan en camiones con escaleras, armados de alicates y destornilladores y con guantesaislantes, que se dedican después de los vendabales a reparar las redes de energía eléctrica que hanresultado afectadas.

O, con mayor razón, debemos vernos como linieros conscientes de su responsabilidad social cuando diseñany tienden nuevas redes, y cuando realizan mantenimiento preventivo sin necesidad de que previamentehaya mediado un vendabal.

La comunicación es un proceso complejo, permanente, multilateral y recíproco de intercam-La comunicación es un proceso complejo, permanente, multilateral y recíproco de intercam-La comunicación es un proceso complejo, permanente, multilateral y recíproco de intercam-La comunicación es un proceso complejo, permanente, multilateral y recíproco de intercam-La comunicación es un proceso complejo, permanente, multilateral y recíproco de intercam-bio de información entre actores institucionales y actores y sectores sociales, que mediantebio de información entre actores institucionales y actores y sectores sociales, que mediantebio de información entre actores institucionales y actores y sectores sociales, que mediantebio de información entre actores institucionales y actores y sectores sociales, que mediantebio de información entre actores institucionales y actores y sectores sociales, que mediantela generación de confianzas mutuas, la identificación de intereses compartidos y la cons-la generación de confianzas mutuas, la identificación de intereses compartidos y la cons-la generación de confianzas mutuas, la identificación de intereses compartidos y la cons-la generación de confianzas mutuas, la identificación de intereses compartidos y la cons-la generación de confianzas mutuas, la identificación de intereses compartidos y la cons-trucción de un lenguaje común, contribuye a sembrar y a consolidar la conciencia sobre latrucción de un lenguaje común, contribuye a sembrar y a consolidar la conciencia sobre latrucción de un lenguaje común, contribuye a sembrar y a consolidar la conciencia sobre latrucción de un lenguaje común, contribuye a sembrar y a consolidar la conciencia sobre latrucción de un lenguaje común, contribuye a sembrar y a consolidar la conciencia sobre lanecesidad de que las comunidades entiendan y aprendan a convivir de manera sosteniblenecesidad de que las comunidades entiendan y aprendan a convivir de manera sosteniblenecesidad de que las comunidades entiendan y aprendan a convivir de manera sosteniblenecesidad de que las comunidades entiendan y aprendan a convivir de manera sosteniblenecesidad de que las comunidades entiendan y aprendan a convivir de manera sosteniblecon la dinámica del territorio del cual forman parte.con la dinámica del territorio del cual forman parte.con la dinámica del territorio del cual forman parte.con la dinámica del territorio del cual forman parte.con la dinámica del territorio del cual forman parte.4545454545

Tomado de GUSTAVO WILCHES-CHAUX,�Un viaje por los caminos de la comunicación social y la gestión participativa del riesgo�.

CISP / DIPECHO (Manabí � Los Ríos, Ecuador; Bogotá, Colombia, 2005)

45 Tomado de �Estrategia deInformación y Divulgación Pú-blica para la Gestión de Ries-gos�, consultoría que LA RED(Red de Estudios Sociales so-bre Desastres) y otras firmasespecializadas, realizaron enRepública Dominicana con fi-nanciación del BID en losaños 2000 y 2001. Los resul-tados completos de esa con-sultoría se encuentran en la si-guiente dirección: http://www.desenredando.org/public/va-rios/2002/pdrd/index.html

EL TERRITORIO Y LA DINÁMICA DE LAS COMUNIDADES

Page 58: Qu-Enos Pasa Spa
Page 59: Qu-Enos Pasa Spa

Capítulo 3

Manifestaciones e impactosde ENOS en las regiones

estudiadas

Page 60: Qu-Enos Pasa Spa
Page 61: Qu-Enos Pasa Spa

61

En el primer capítulo de este libro nosadentramos en las distintas manerascomo se entrelazan e interactúan lasdiferentes �capas� que conforman la

Tierra, y conocimos la enorme cantidad de facto-res que de una u otra manera intervienen paradeterminar el clima y las condiciones del tiempoen una región cualquiera del planeta. Y aprendi-mos que la variabilidad climática no solamenterepresenta una �influencia externa�, sino unacaracterística intrínseca y permanente de labiosfera. ENOS, dijimos, con sus fases El Niño yLa Niña y con sus �años neutros�, es una de lastantas expresiones de esa variabilidad climática.

En el segundo capítulo exploramos el signifi-cado dinámico de la palabra �territorio�, re-sultado de la interacción entre la naturaleza yla cultura, entre los ecosistemas y las comuni-dades. Entendimos que el territorio es más queun simple espacio físico o una referencia geo-gráfica, porque una de las dimensiones a tra-vés de las cuales los seres humanos nos rela-cionamos con él es la afectiva, que tiene que vercon eso que se denomina �apropiación simbó-lica�. De alguna manera el territorio constitu-ye el mapa de nuestros afectos. Cada hito estámarcado con la sensación de las experienciasvividas en él, directamente o en la memoria denuestros antepasados.

En ese segundo capítulo también intentamosentender de qué manera las arañas �dominan�el territorio, material y simbólicamente, con sus

telarañas. Y acudimos a ellas, a la fortaleza o de-bilidad de sus hilos y a la fortaleza o debilidadde las ramas de donde los cuelgan, para intro-ducirnos a los conceptos de sostenibilidad yvulnerabilidad del territorio, y de resistencia yresiliencia de las relaciones entre ecosistemas ycomunidades. Mientras las arañas estén vivas,dijimos, existirán miles de telarañas potenciales.

En este capítulo vamos a ver de qué manera seha expresado el fenómeno ENOS en las distin-tas regiones estudiadas para este efecto en lainvestigación que adelantaron IAI y LA RED46

sobre el tema, cuyos resultados, como se expli-ca en la Introcucción, constituyen la base deeste documento.

A la luz de lo que hemos conversado en loscapítulos anteriores, intentaremos entenderpor qué la telaraña de un determinado territo-rio ha sido incapaz de resistir sin traumatismosuna cierta manifestación del fenómeno ENOS,debido a lo cual se ha generado un desastre.En otras palabras, por qué un territorio (y losecosistemas y las comunidades que lo confor-man) han perdido la capacidad de convivir conesa expresión de la vida del planeta que es lavariabilidad climática, alterada a su vez por elcambio climático. Fenómenos iguales o inclu-so menos intensos que los que antes no signifi-caban amenazas en una región determinada,ahora desencadenan grandes desastres47.Quiere decir, entonces, que la telaraña (o lasramas de donde cuelga) se ha debilitado.

Un rápido sobrevuelopor el camino recorrido

46 Interamerican Institute forGlobal Change Research y Redde Estudios Sociales sobre De-sastres.47 En este campo la gravedadde los desastres se mide deacuerdo con el �Índice de Mag-nitud� (IM), que refleja susefectos negativos sobre los bie-nes materiales, los servicios,las personas y la duración delos efectos. En este caso la mag-nitud se refiere a los efectos deldesastre, a diferencia del cam-po de la sismología, en el cual lamagnitud (medida en gradosRichter) denota la cantidad deenergía liberada por un sismo.Ver: Hilda Herzer y otros, �Re-giones y ciudades bajo el aguaen Argentina. Una historia re-currente.� (Documento de lainvestigación IAI/ENOS � LARED (2005) o si no: �Riesgo yclima: Proceso, patrones ygestión en América� (Publica-ción IAI � LA RED, Oxfam2007).

Page 62: Qu-Enos Pasa Spa

62

Un patrón �nos cuenta Allan Lavellen la introducción al libro que re-coge los resultados del proyectoIAI-ENOS� es un conjunto de ele-

mentos cuyo despliegue muestra un grado altode repetición o regularidad. Los patrones cons-tituyen la base para establecer relaciones en-tre factores causales y las formas que adoptanlos factores o condiciones bajo análisis. Loscambios en los patrones (normales o regula-res) y la aparición de anomalías dentro de laregularidad, señalan cambios en la estructu-ra y operación de los factores causales, loscuales son entonces objeto de interpretación yanálisis48.

Dice Lavell que se pueden distinguir tres tiposde patrones:

El patrón temporal hace referencia a la re-gularidad en el tiempo de ocurrencia (diario,semanal, mensual, anual, quinquenal, in-teranual, etc.) del factor o los factores bajoanálisis:

En nuestro estudio, los análisis de las amenazas, losriesgos manifiestos y desastres asociados a ENOS u otrosfenómenos climáticos, se realizan a partir de los resulta-dos obtenidos haciendo uso de DESINVENTAR, el instru-mento de inventario desarrollado por LA RED, que permi-te analizar los tiempos y momentos de ocurrencia dedistintas amenazas, y su intensidad e impactos en gru-pos y territorios distintos. Aunque DESINVENTAR es unregistro que abarca desde desastres pequeños hasta

grandes (o sea: eventos asociados con diferentes nive-les de pérdida), también permite conocer la regularidad yrecurrencia de las amenazas físicas detonadoras deestos mismos desastres. Sin embargo, dado que elDESINVENTAR no registra todo evento físico que ocurre,debido a que muchos no se asocian con daños y pérdi-das, o sencillamente a que no han sido registrados enalguna fuente de información accesible, el sistema nopuede usarse para analizar a cabalidad patrones de ries-go sino más bien patrones de riesgo que efectivamentese convierten en desastres.

El patrón temporal se refiere a alguno de los siguientesfactores o condiciones, cualquiera de los cuales aportaelementos importantes para analizar el fenómeno:

� Periodo de retorno de episodios ENOS clasificado se-gún la intensidad del fenómeno.

� La temporalidad del fenómeno ENOS con referenciaa otras manifestaciones de la variabilidad climática.

� La temporalidad de distintos tipos de amenaza físicaen relación con intensidades diferentes de ENOS.

Los patrones territoriales se refieren a regula-ridades en las expresiones espaciales o geo-gráficas de las amenazas, de las vulnerabili-dades y del riesgo, asociados con el fenómenoENOS, y a la variabilidad climática en general.Es decir, a los lugares en donde se manifiestanesas expresiones. En la investigación IAI-LARED, los patrones territoriales constituyeron elpatrón base, desde donde se introdujeron con-

¡Atención: llegaron los patrones!(Las circunstancias de tiempo, lugar y modo)

48 Allan Lavell en �ENOS, pa-trones de riesgo de desastres ysu gestión: elementos concep-tuales y bases de la investiga-ción comparativa�, en AllanLavell, �Riesgo y clima: proce-so, patrones y gestión en Amé-rica� (IAI � LA RED, Oxfam2007).

Page 63: Qu-Enos Pasa Spa

63

sideraciones sobre los patrones semánticos ytemporales de las amenazas y consideracionessobre vulnerabilidades.

Y por último, los patrones semánticos, que serefieren a la permanencia de un mismo tipo deamenaza (o de un conjunto de ellas), asociadacon las fases del fenómeno ENOS (por ejemplo:inundaciones, vendavales, deslizamientos, se-quías, tormentas, huracanes, etc.). Esta regu-laridad solamente puede identificarse con re-ferencia a diferentes expresiones territorialesde las variables, como su relación con ciertasciudades, áreas productivas, grupos socialesespecíficos ubicados en el territorio, y con refe-rencia a periodos ENOS en general o clasifica-dos de acuerdo con su intensidad.

El problema, sin embargo, es que algunas ve-ces las amenazas asociadas con ENOS son engeneral de los mismos tipos de las que formanparte de la variabilidad climática en años sinpresencia de ENOS, tales como sequía, inunda-ción, deslizamiento, plagas, oleajes fuertes yotras. En otras palabras, esto quiere decir quecon o sin ENOS esos eventos se presentan.

Para otros países y regiones, en cambio, ENOSsignifica la llegada de amenazas que sólo omuy predominantemente, ocurren asociadas aciertas fases de ese fenómeno, como por ejem-plo lluvias extensas e intensas en zonas áridasdel Perú, como Piura, o nevadas en zonas ba-jas de ese mismo país. Son excepcionales, pues-to que no coinciden con las expresiones másconocidas y normales de la regularidadclimática de las zonas afectadas.

En otras zonas o regiones, como el nordeste deBrasil, las amenazas pueden ser versiones oexpresiones más agudas de fenómenos, comola sequía y la aridez, que simplemente formanparte del clima normal.

Finalmente, hay regiones en las cuales las ame-nazas asociadas con ENOS son iguales a lasque aparecen a veces con mayor intensidad,anualmente o en periodos quinquenales, enaños sin presencia de ENOS. Tal el caso deCentroamérica, que �con o sin ENOS� resultaafectada por huracanes, tormentas tropicales,sequías, deslizamientos, oleajes o plagas. O elde la Argentina, afectada por inundaciones ysequías, tanto en años El Niño como en otrasfases del ciclo (años La Niña y años neutros).

Todo lo anterior genera problemas y retos es-peciales.

Cuando un fenómeno se repite con expresio-nes e intensidades similares, y con regulari-dad periódica, la adaptación resulta obvia. Esel caso de las comunidades que habitan en

países de latitudes templadas, para las cua-les las nevadas constituyen parte de la vidacotidiana durante cierto periodo del año, o delas comunidades de los ríos amazónicos, queno solamente conviven con las inundaciones,sino que dependen de los beneficios que con-llevan.

El problema comienza cuando los fenómenosse presentan con intensidades que exceden losrangos de adaptación de las comunidades(como está sucediendo con los huracanes delCaribe); cuando, como las sequías o las lluvias,se prolongan más allá de lo esperado, o cuan-do tienen lugar en temporadas distintas de lashabituales.

Y por supuesto el asunto se agrava cuando losfenómenos ocurren de manera regular, pero conperiodos de recurrencia que van más allá de lamemoria de las comunidades y que por ende,para efectos prácticos, resultan excepcionales.O cuando son fenómenos definitivamente in-sólitos, como el caso ya citado de las lluvias enPiura, o del huracán Catarina, que en marzode 2004 azotó la costa brasileña sobre el Atlán-tico Sur, un lugar en donde nunca se habíanregistrado huracanes (por lo menos desde losaños 60, cuando se colocaron en órbita los pri-meros satélites artificiales).

Lo anterior tiene incidencias concretas y prác-ticas que se traducen en que si bien por unaparte se ha incrementado la capacidad de pre-decir y de monitorear la ocurrencia del fenó-meno ENOS a nivel muy global, por otra partela capacidad de anticiparse a lo que podránser sus expresiones locales es bastante pre-caria.

En el primer capítulo analizamos la enormecantidad de factores que determinan el climay el tiempo en cada lugar en particular, de locual depende que un mismo fenómeno global,regional o, por decir algo, �nacional�, se ma-nifieste de manera diferenciada en el nivel mu-nicipal.

Esa imposibilidad de anticipar las caracterís-ticas de los eventos amenazantes, es uno de losmotivos por los cuales no resulta fácil cons-truir escenarios de riesgo (�visiones� anticipa-das de lo que podrá ocurrir en futuras fases deENOS).

El otro motivo es que la capacidad de resisten-cia y de resiliencia del territorio (ecosistemas +comunidades) también es cambiante. Es decir,la telaraña se puede haber fortalecido o �másprobablemente� debilitado, debido a lo cual unfenómeno cuyas �visitas� antes resultabaninocuas, puede resultar tremendamente dañi-no en nuevas oportunidades.

MANIFESTACIONES E IMPACTOS DE ENOS EN LAS REGIONES ESTUDIADAS

Page 64: Qu-Enos Pasa Spa

64

Leamos lo que escribe Lavell al respecto:

Ni la sociedad ni el ambiente son estáticos. En conse-cuencia, tampoco el riesgo. Así por ejemplo, para 1983 y1997, los años en que comenzaron los dos periodos másintensos de ENOS registrados en el siglo pasado, el am-biente de las zonas, regiones o países bajo la influenciade sus efectos, había sufrido cambios importantes. Pro-cesos de deforestación, de erosión del suelo, de corte demanglares, de cambios en el uso del suelo, de conversiónde tierras agrícolas o rurales hacia usos urbanos, etc.,habían, en unos lugares más que en otros, producidograndes transformaciones, degradación ambiental y de-bilitamiento de los ecosistemas y de su capacidad deresistencia y resiliencia. Esto significa que lluvias o se-quías intensas y prolongadas asociadas con periodos in-tensos de ENOS, separadas por casi 15 años, aun cuandofuesen de similares intensidades y montos, causaronmayor destrucción y más daños en el periodo más recien-te. Si lo examinamos desde la perspectiva solamente dela amenaza física (o sea, no desde la perspectiva delriesgo como tal, que requiere tener en cuenta los nivelesy tipos de vulnerabilidad de las zonas afectadas), esto sedebió al impacto de los procesos prolongados de degra-dación, los cuales terminan facilitando la construcción denuevas amenazas de tipo socio-natural, tales como des-lizamientos, inundaciones, hundimientos, sequías, ero-sión de suelo, etc. Debido a esto las expresiones de ENOSno solamente causaron mayor afectación en zonas queya antes habían sido �tocadas�, sino en zonas que nohabían sido afectadas en eventos anteriores.[...]El tiempo es continuo y el presente se construye sobre elpasado. Una amenaza asociada directamente con unperiodo ENOS (inundación, sequía o deslizamiento) o conla variabilidad climática en años no ENOS, no existe sinpasado ni futuro, sin un contexto concreto, ambiental ysocial. El contexto ambiental nos remite a la potenciali-dad para transformar eventos físicos naturales en ame-nazas y eventualmente en daños y pérdidas. El contextosocial nos remite a los aspectos y características particu-lares que facilitan la vulnerabilidad humana y, en conse-cuencia, el aumento del riesgo asociado con determina-dos eventos físicos naturales o socio-naturales. Amboscontextos son dinámicos, continuos y muchas veces es-tán concatenados.

El riesgo y las amenazas asociadas con ENOS no son unafunción aislada ni de carácter estático. Dos eventos ENOSpueden generar eventos físicos de similar magnitud, y sinembargo sus impactos pueden ser distintos. Esa diferen-cia sólo se comprende teniendo en cuenta el contexto

económico, social, histórico, ambiental y político de laszonas y poblaciones afectadas. El análisis de los patronesde riesgo asociados a ENOS constituye un desafío. Tome-mos ejemplos de un escenario de riesgo y desastre parti-cular para ilustrar nuestros argumentos:

En Centroamérica, en 1998, el impacto de las lluvias aso-ciadas con el huracán Mitch fue más severo en términosde procesos erosivos, deslizamientos e inundaciones, delo que hubiera sido el caso si no hubieran ocurrido lasequía y los incendios forestales de 1997 y 1998, ambosasociados con la ocurrencia de El Niño. El Niño generóvulnerabilidades que luego se convirtieron en amenazas.

Un segundo factor que contribuyó a incrementar el nivelde la amenaza, fue que Mitch ocurrió al final de la tempo-rada normal de lluvias, cuando el suelo ya se encontrababastante saturado. En el caso de El Salvador, muchaszonas afectadas por Mitch fueron afectadas posterior-mente, en 2001, por los impactos de los terremotos deenero y febrero, seguidos por el impacto en 2001-2002de una sequía intensa que se extendió a otros países dela región. Finalmente, varias zonas afectadas por estoseventos sucesivos fueron también severamente impac-tadas por la caída del precio del café a principios de estenuevo siglo. Claramente, el riesgo derivado o asociadocon cualquiera de estos eventos no puede entendersesin tener en cuenta el impacto de los otros en los nivelesde subsistencia y en la vulnerabilidad o fragilidad de lapoblación de las zonas afectadas.

En conclusión, el riesgo asociado con un evento ENOS enparticular, no puede considerase autónomamente y sinreferencia al contexto de una sociedad y de ambiente enconstante evolución y movimiento.

Esta situación avala uno de los argumentos por los cua-les, en la investigación IAI-LA RED, se aduce que resultaimposible analizar ENOS aisladamente del riesgo que ayu-da a construir. Debemos considerar a ENOS como unadimensión de la variabilidad climática y del cambio climáticoglobal, que opera en un contexto de cambios sociales yeconómicos que inciden sobre los niveles de vulnerabili-dad o resiliencia de la sociedad y, en consecuencia, sobreel riesgo.

Con el advenimiento de la globalización neoliberal, últimafase del capitalismo excluyente, estas consideracionestomarán aún más auge en el futuro, en cuanto se refierea cambios en los patrones de amenaza, vulnerabilidad yriesgo asociados con ENOS, y con la variabilidad y el cam-bio climático.

REFLEXIONES TEÓRICAS

Page 65: Qu-Enos Pasa Spa

65

Capítulo 4

La gestión del riesgoy la sostenibilidad del territorio

Page 66: Qu-Enos Pasa Spa
Page 67: Qu-Enos Pasa Spa

67

Cuando varias páginas atrás explo-ramos los ingredientes que confor-man el territorio, dijimos que éstenace del matrimonio indisoluble

entre la dinámica de los ecosistemas y la di-námica de las comunidades humanas queinteractúan con ellos. O, en otras palabras, en-tre la naturaleza y la cultura.

De ese matrimonio también nacen los riesgos,que a su vez son el producto de la confluenciaentre unas amenazas y unos factores que ha-cen a las comunidades (y en algunos casosa los ecosistemas) vulnerables frente a esasamenazas.

Es decir que los conceptos de riesgo y territo-rio, si bien no son ni de lejos sinónimos, sí cons-tituyen conceptos hermanos.

Una amenaza es la probabilidad de que ocurraun fenómeno o un evento de origen natural,socionatural o antrópico49 que representa unpeligro para la comunidad o para el ecosistemaexpuesto a recibir sus efectos. Si ese evento ofenómeno representa un peligro es porque lascomunidades y los ecosistemas son vulnerablesa su impacto. Es decir, porque la telaraña es in-capaz de aguantar el balonazo... o de recuperar-se después de que un gol la ha atravesado.

Desde este punto de vista, vulnerabilidadvendría a ser lo opuesto a resistencia y resi-liencia... y a sostenibilidad. Una comunidad

o un ecosistema se vulnerabilizan cuando hanperdido o se han debilitado su resistencia ysu resiliencia frente a unas determinadasamenazas.

Cuando la dinámica de la naturaleza (o al-gunas de sus manifestaciones) se convierteen una amenaza contra las comunidades, ycuando la dinámica de éstas se convierte enamenaza contra los ecosistemas, la relación sevuelve insostenible. Esa insostenibilidad semanifiesta en la existencia de múltiples ame-nazas y vulnerabilidades, y en consecuenciaen la aparición de riesgos susceptibles de con-vertirse en desastres.

Cuando entre dos integrantes de una pareja larelación se vuelve insostenible, la pareja nor-malmente se rompe. Pero en el caso de losecosistemas y las comunidades, la mayoría delas veces el matrimonio es indisoluble. Es decirque como ambos forman parte de esa parejallamada territorio, en la práctica les resultaimposible separarse, salvo en algunos casostotalmente excepcionales cuando una comu-nidad se reubica o abandona totalmente su te-rritorio de origen (normalmente para constituirnuevos matrimonios... y muchas veces nuevasinsostenibilidades).

Algunas veces una de las partes de la pareja,convencida de aquello de que el matrimoniosolamente dura �hasta que la muerte los sepa-re�, intenta negar o eliminar a la otra. A veces

Territorio y riesgo:dos hijos del mismo matrimonio

49 Amenazas naturalesAmenazas naturalesAmenazas naturalesAmenazas naturalesAmenazas naturales sonaquellas que tienen su origenen fenómenos propios de la di-námica de la naturaleza, comouna erupción volcánica, un te-rremoto o un maremoto. O losfenómenos de El Niño y de LaNiña, en condiciones �norma-les�. Amenazas soAmenazas soAmenazas soAmenazas soAmenazas socio-nacio-nacio-nacio-nacio-na-----turales turales turales turales turales son aquellas que seexpresan en la naturaleza peroque de una u otra manera, di-recta o indirecta, son in-fluenciadas por actividades hu-manas. Por ejemplo un desliza-miento o una inundación sonsocio-naturales cuando se pro-ducen por manejo inadecuadode cuencas y laderas. Los hu-racanes y los fenómenos rela-cionados con ENOS se convier-ten en socio-naturales en lamedida en que el calentamien-to del planeta (que a su vezestá parcialmente influenciadopor factores humanos) alterasus características. Y ame-ame-ame-ame-ame-nazas antrópicasnazas antrópicasnazas antrópicasnazas antrópicasnazas antrópicas son aque-llas causadas por actividadesnetamente humanas, como lacontaminación o los acciden-tes industriales.

Page 68: Qu-Enos Pasa Spa

68

REFLEXIONES TEÓRICAS

incluso le da cristiana sepultura. Pero la rela-ción con el fantasma sigue vigente.

Como relatamos atrás, Bogotá es una ciudad decasi ocho millones de habitantes, cuya porciónplana está construida sobre antiguos hume-dales, la mayor parte de los cuales yacen hoysepultados bajo el ladrillo y el cemento. Sin em-bargo la presencia de esos humedales �desapa-recidos� es constante: se nota en el hundimien-to de las edificaciones que ocupan el antiguolago, en la manera como se comportan las aguascuando cae un aguacero, en la respuesta de lossuelos ante las ondas telúricas.

Por el territorio que ocupa la ciudad de La Pazcorren cerca de 220 ríos y quebradas, el 70% delas cuales están canalizadas o �embovedadas�,hasta el punto de que muchos paceños ni si-quiera saben que existen (como les sucede a lamayoría de los habitantes de Bogotá con loshumedales y los ríos sepultados). Periódica-mente, cuando las lluvias exceden unos cier-tos niveles, esos ríos y esas quebradas salen arecordarles a los habitantes de La Paz que allí

están todavía, vivitos y coleando, como sucedió,de manera dramática y con gran cantidad depérdidas humanas y materiales, en el año 2002.

Durante casi todo el siglo XX los habitanteshumanos de los estados norteamericanos so-bre el Golfo de México, intentaron divorciarsede los humedales y de los manglares que cons-tituían elementos esenciales de esos territorios,hoy en gran parte urbanizados. Realmente, másque divorciarse, lo que hicieron fue eliminar-los, desecarlos, arrasarlos, desplazarlos. El te-rritorio perdió su capacidad de convivir conlas tormentas tropicales y los huracanes, ex-presiones de la dinámica de la naturaleza enesa parte de la Tierra, que como resultado seconviertieron en amenazas. Durante la tempo-rada de huracanes 2005 quedó en absoluta evi-dencia tanto la insostenibilidad de las relacio-nes entre las comunidades y los ecosistemascosteros, como la indisolubilidad de las mis-mas. Incluso la separación temporal o evacua-ción en plena emergencia de las comunidadesmás vulnerables, resultó casi imposible en lamayoría de los casos.

Page 69: Qu-Enos Pasa Spa

69

Al igual que por la naturaleza de lasdinámicas de donde provienen lasamenazas las clasificamos comonaturales, socio-naturales o antró-

picas, por el lugar donde se generan las clasifi-camos como globales, regionales y locales.

En el campo de los fenómenos hidrometeo-rológicos, por ejemplo, el calentamiento actualdel planeta es un típico fenómeno global, cu-yas causas no provienen de un solo tipo dedinámica (es el resultado de la interacción en-tre procesos naturales y actividades humanas),ni tiene su origen en una sola parte de la Tie-rra, si bien hay regiones que contribuyen a esecalentamiento de manera mucho más clara queotras. No todo el planeta se calienta al mismoritmo ni de la misma manera, ni los efectos deese proceso de cambio son los mismos en todoslos ecosistemas y lugares.

Y así mismo, si bien la tendencia del planetacomo un todo (o mejor: de la biosfera, que in-cluye las interacciones entre suelo, hidrósferay atmósfera) es a calentarse, ello no es obstácu-lo para que simultáneamente algunas regionesexperimenten intensas temporadas invernales,como la que provocó la muerte de más de 300personas en Rusia y en Europa Central a prin-cipios del año 2006; ni que, para citar otro ejem-plo, a pesar de que según el Instituto Goddardpara Estudios Espaciales de la Nasa, el año2005 haya sido el más caliente que se ha regis-trado en los últimos cien años (desde que se

comenzaron a llevar esos registros), pocos díasdespués de terminar ese año la costa orientalde los Estados Unidos haya sido escenario dela que se considera la peor tormenta de nievede su historia.

Otros fenómenos tienen su origen en regionesdeterminadas y sus efectos pueden limitarse aesas mismas regiones o afectar, de diversasmaneras, a otros lugares del planeta. Este úl-timo es el caso de ENOS, en virtud del cual unleve cambio en la temperatura promedio delPacífico desencadena distintas alteraciones enel clima de la Tierra, algunas de las cuales semanifiestan como fenómenos hidrometeo-rológicos extremos. Esos fenómenos cons-tituyen, entonces, expresiones locales delfenómeno regional.

Y un tercer grupo de fenómenos, como aque-llos directamente ligados a la deforestación o alos cambios en el uso del suelo en una locali-dad determinada, tienen causas y efectos loca-les. Los efectos de una temporada invernal�normal� o �anormal� en una cuenca que haperdido su cobertura vegetal son perceptiblesde manera inmediata y la relación entre causay efecto es casi totalmente lineal.

En realidad los fenómenos de origen global,los de origen regional y los de origen local es-tán estrechamente relacionados entre sí. Así porejemplo, existen evidencias en el sentido de queel calentamiento global del planeta está inci-

El escenario donde se materializanlos riesgos

Page 70: Qu-Enos Pasa Spa

70

REFLEXIONES TEÓRICAS

diendo, entre otras cosas, en las caracterísitcasde dos fenómenos de carácter regional: los hu-racanes y El Niño.

Como existen también evidencias de que, comolo aprendimos en el capítulo tercero de este li-bro, las manifestaciones de los fenómenosglobales y regionales dependen de las caracte-rísticas particulares de los escenarios localesen donde se materializan esas expresiones. Esoexplica por qué una temporada El Niño relati-vamente �débil� puede producir daños mayo-res en un mismo lugar que una temporada�fuerte�, pero que ocurrió años antes cuandolos ecosistemas de ese lugar se encontrabanmenos deteriorados.

Y en el otro sentido, una acumulación de fenó-menos locales, como la destrucción de grandesporciones de selva tropical o la contaminaciónatmosférica y de las aguas del mar, sumados,posiblemente, a la �urbanización del mundo�y a la consecuente multiplicación de las �islasurbanas de calor�50, puede dar lugar a un �sal-to cualitativo� o a un comportamiento emergentecomo el calentamiento global, cualitativamente

más complejo que la suma de los procesos lo-cales.

Un ejemplo interesante de cómo un fenómenoque ocurre en un escenario local puede produ-cir efectos planetarios, es la erupción del vol-cán Pinatubo, cuyas emisiones de gasessulfurosos rodearon a la Tierra durante variassemanas, con efectos comprobados sobre el cli-ma global. (Otro ejemplo, en otro campo, es elatentado del 11 de septiembre contra las To-rres Gemelas...).

De todas maneras, cualesquiera que sean lascausas y los orígenes geográficos de los proce-sos generadores de amenazas, de lo que no cabeduda es de que donde por lo general se materia-lizan o expresan esas amenazas, es en el escena-rio local. Lo cual resulta importante para enten-der por qué la gestión del riesgo debe ser esen-cialmente local, lo cual no excluye la posibilidadde que se realicen esfuerzos a nivel regional omundial para, por ejemplo, reducir las emisionesde �gases invernadero� a través de mecanismoscomo el Protocolo de Kyoto y así, eventualmente,�congelar� el calentamiento global.

50 Urban Heat Islands (UHI),concepto con que se designa alcalentamiento de las grandesciudades como consecuenciadel cambio en el uso del suelo,de la acumulación de activida-des y de seres humanos en unosespacios relativamente con-centrados, y de fenómenos de-rivados de los anteriores, comolos cambios en el albedo o ca-pacidad de un territorio parareflejar energía solar. No existeunanimidad entre los científicossobre cuál puede ser el verda-dero aporte de las �islas urba-nas de calor� al calentamientoglobal. Aparentemente unamayoría opinan que ese aportees �insignificante� e incluso hayalgunos que alegan que el indu-dable calentamiento de las ciu-dades se interpreta, errónea-mente, como evidencia del ca-lentamiento global del planeta,cuando realmente se trata deun fenómeno aislado.

Page 71: Qu-Enos Pasa Spa

71

Desde que la vida apareció sobre elplaneta Tierra, hace aproximada-mente 4.000 millones de años, has-ta los tiempos que corren, los seres

vivos (desde las primeras bacterias o proto-bacterias hasta las comunidades humanas)hemos coevolucionado de manera permanentecon el entorno: nos hemos transformado comorespuesta de supervivencia ante los cambiosdel medio, y al cambiar nosotros hemos trans-formado ese medio, en un proceso de múltiplesretroalimentaciones, complejas, implacables,imparables.

Ese proceso ha producido múltiples extin-ciones que sacaron del juego a millones de es-pecies que no pudieron adaptarse a los cam-bios ambientales. Luego de cada una de esasextinciones, las especies sobrevivientes trans-mitieron a sus descendientes las característicasgenéticas y los aprendizajes que les permitie-ron permanecer en la Tierra, transformándola.

Algunas de esas extinciones fueron provoca-das por amenazas externas, como el choquedel asteroide hace 65 millones de años. Otras,por amenazas generadas por los mismos se-res vivos, como la aparición del oxígeno ga-seoso, hace 2.000 ó 2.700 millones de años. Enesos, como en otros muchos casos, la telarañade interacciones posibilitaba la existencia,quedó rota para siempre para unas especies;otras fueron capaces de sobrevivir para tejernuevas redes.

Hasta cuando aparecimos los primeros sereshumanos, hace unos 2 ó 3 millones de años, yhasta que hace unos 100.000 años nos conso-lidamos como especie �dominante� y comen-zamos a inventar la Cultura, las especies vi-vientes tuvieron como sus principales aliadosen el proceso evolutivo al tiempo y a un aba-nico amplio de opciones genéticas para el errory el ensayo. Existían millones de años dispo-nibles para que unas especies fueran desa-pareciendo y otras se fueran adaptando ycoevolucionando.

Pero desde que los seres humanos comenza-mos a tener conciencia de nosotros mismos yconciencia del Cosmos, nos dimos cuenta deque no podíamos darnos el lujo de poner enmanos del azar nuestra supervivencia ni comoespecie ni como individuos. Fue entonces cuan-do comenzamos a descubrir y a inventar esaserie de herramientas de adaptación creativa,de coevolución consciente, cuyo conjunto reci-be el nombre de Cultura.

En muchas etapas de la historia humana laCultura nos ha servido para adaptarnos, enotras para �desadaptarnos�.

Desde ese punto de vista la gestión del riesgose puede entender como una herramientacultural para responder de manera conscienteal reto evolutivo �o más bien: coevolutivo� depermanencer en la Tierra.

GRR...La Gestión Radical del Riesgo

Page 72: Qu-Enos Pasa Spa

72

REFLEXIONES TEÓRICAS

¿Cómo? A través de la intervención insti-tucional y social (ambas intervenciones cultu-rales) sobre los factores que generan amenazasy los que generan vulnerabilidades, con el finde reducir en lo posible el producto de los mis-mos, es decir, el riesgo, y evitar que éste se con-vierta en desastre. Y para que cuando ocurraun desastre, a pesar de todas las prevenciones,seamos capaces de reconstituir la telaraña demanera oportuna y adecuada.

Si se amplía el lente con que se analizan lasamenazas y las vulnerabilidades presentes enun determinado territorio, y se dinamizan almáximo ese par de conceptos, se puede resu-mir así el objetivo de la gestión del riesgo:

� Evitar que las actividades humanas se con-viertan en amenazas contra los ecosistemasy que la diámica de estos se convierta enamenaza contra las comunidades.

� Contribuir a la conservación de la capa-cidad de resistencia y resiliencia de losecosistemas y de las comunidades. O enotras palabras, a la sostenibilidad y seguri-dad del territorio.

Desde ese punto de vista, la gestión del riesgose puede entender como un sinónimo de ges-tión ambiental para el desarrollo sostenible, locual lleva implícita la necesidad de realizargestión social, gestión política, gestión econó-mica, gestión cultural y gestión institucional,puesto que el concepto de �ambiente� superalo meramente ecológico para abarcar todos losfactores que interactúan en un determinadoterritorio. Más aún, en la medida en que cadavez parece más clara la correlación inver-samente proporcional existente entre insos-tenibilidad ambiental (léase: riesgo) y gober-nabilidad, la gestión del riesgo muchas vecesimplica desarrollar y aplicar al máximo la ca-pacidad para el manejo de conflictos.

El término gestión del riesgo se suele acom-pañar expresamente de distintos adjetivos:integral, local, participativa, prospectiva. Almenos para efectos de este texto, cuando nolos utilicemos no es porque los excluyamossino, precisamente, porque consideramos queuna verdadera gestión del riesgo debe llevarimplícitos todos esos �e incluso otros� adje-tivos; así como en algún momento la huma-nidad llegará a entender que todo desarrollodebe ser integralmente �sostenible� para quepueda ser considerado como un verdaderodesarrollo.

Quizás uno de esos adjetivos no explícitos debaser �radical� �GESTIÓN RADICAL DEL RIESGO�,con varias de las acepciones que le otorga eldiccionario a esa tan temida palabra:

� Perteneciente o relativo a la raiz� Fundamental, de raiz� Partidario de reformas extremas, especial-

mente en sentido democrático� Extremoso, tajante, intransigente

La gestión del riesgo es un proceso continuoque abarca desde el manejo de los factores ge-neradores de riesgos con el ánimo de prevenirlos desastres, hasta la reconstrucción de lascomunidades y la restauración de los ecosis-temas afectados por ellos, pasando por la pre-paración para enfrentar eventuales emergen-cias y las respuestas institucionales y socialescuando éstas ocurren.

Todas y cada una de esas responsabilidadescorresponden a diversos actores que, depen-diendo de las características y de los momen-tos de cada proceso, deben asumir papeles �ro-tativos� de liderazgo, de apoyo o secundarios,pero todos necesarios y complementarios.Sólo de esa manera será posible incidir de for-ma tajante sobre las raices del problema; sobrelas causas reales que generan los riesgos. Delo contrario, así se le ponga el nombre de �ges-tión del riesgo� o de �prevención de desastres�,lo que se está haciendo es maquillaje.

A lo largo de las últimas dos décadas muchosactores institucionales y sociales han venidoadoptando el lenguaje de la gestión del riesgoy del desarrollo sostenible, algunos en reso-nancia con cambios en la forma de pensar y deactuar que corresponden a la nueva manera deentender los desastres y los riesgos (en generala una nueva manera de entender la biosfera yel papel de los seres humanos en la misma),otros simplemente de manera cosmética.

Actores de una supuesta gestión del riesgo alos cuales no solamente los árboles no les de-jan ver el bosque, sino que han orinado alrede-dor de ciertos áboles para marcar �su territo-rio� e impedir que otros actores se aproximen aellos.

Por eso otro de los adjetivos implícitos de lagestión del riesgo es �democrática�, no sólo enel sentido formal de la palabra, sino en el senti-do de incluyente, horizontal, aliada con la vida,comprometida con la construcción de autono-mías, capaz de valorar la diversidad, respetuo-sa de las diferencias, abierta a los diálogos deignorancias y de saberes, en la cual cada sectory cada actor sea consciente de sus limitacionesy sus potencialidades. En la verdadera gestióndel riesgo el autoritarismo no tiene cabida, ven-ga de donde provenga. En eso debe radicar suintransigencia, como debemos ser intransigen-tes también en la búsqueda de que palabrascomo �democracia�, �seguridad� y �libertad�recuperen su sentido humanista.

Page 73: Qu-Enos Pasa Spa

73

Si bien en el lenguaje corriente la pala-bra prevención quiere decir �Prepara-ción y disposición que se hace antici-padamente para evitar un riesgo o eje-

cutar algo�51, en sentido estricto y dentro de laterminología particular de la gestión del ries-go, se entiende como el conjunto de medidas yacciones que se llevan a cabo para evitar que sematerialice una amenaza que, como ya dijimos,es la probabilidad de que ocurra un evento querepresenta un peligro para las comunidades ylos ecosistemas expuestos a sus efectos. Enotras palabras, prevención es decirle �no� a laamenaza52.

Sin embargo, en el mismo lenguaje de la ges-tión del riesgo, el concepto tiende a ampliar-se, como resultado de lo cual la prevención deriesgos se define como el conjunto de �medi-das y acciones dispuestas con anticipaciónque buscan prevenir nuevos riesgos o impe-dir que aparezcan. Significa trabajar en tor-no a amenazas y vulnerabilidades probables.Vista de esta manera, la prevención de ries-gos se refiere a la Gestión Prospectiva delRiesgo, mientras que la mitigación o reduc-ción de riesgos se refiere a la Gestión Correc-tiva. Dado que la prevención absoluta raravez es posible, la prevención tiene una con-notación semi-utópica y debe ser vista a laluz de consideraciones sobre el riesgo acep-table, el cual estará socialmente determina-do en sus distintos niveles�53.

Cuando las amenazas se derivan de la posibleo segura ocurrencia de fenómenos que formanparte de la dinámica natural del planeta, evi-tar que se produzcan resulta imposible. Noexisten, al menos hasta el momento, manerasde evitar una erupción volcánica, un terremotoo un tsunami, e inclusive ciertos procedimien-tos tendientes a hacer abortar los huracanesmientras se están formando no sólo son de efi-cacia dudosa, sino que, en algunos casos, laspérdidas que se producen por la alteración delos ciclos hidrológicos en la zona de influenciade los huracanes cuando estos no ocurren,pueden llegar a ser mayores que los daños di-rectos ocasionados por esas tormentas. En tér-minos generales podemos afirmar que el clima�afortunadamente� todavía resulta incontro-lable para los seres humanos. (¿Qué sería de lahumanidad si pudiéramos manipular el climapara convertirlo en arma de guerra o en venta-ja comercial?).

El Niño, y en general los fenómenos estríc-tamente naturales relacionados con ENOS y conla variabilidad climática (que a su vez puedealterarse como consecuencia del cambioclimático), no son evitables. No podemos �en-friar� a voluntad las aguas del Pacífico parareprimir El Niño (o las del Caribe para dejarsin �combustible� a las tormentas tropicales),ni �calentarlas� para mermarle intensidad aLa Niña.

Prevención:decirle �no� a la amenaza

Mitigación: fortalecer la telarañapara decirle �no� a la vulnerabilidad54

51 Diccionario de la Lengua Es-pañola.52 Cuando se habla coloquial oinstitucionalmente de desarro-llar una �cultura de la preven-ción� o, más apropiadamente,de introducir la prevención enla cultura, se hace referencia alpropósito amplio de convertirla gestión del riesgo en uncomponente �normal� de la�manera de ser� de las comu-nidades. Esto incluye la aspira-ción a que las comunidadessean conscientes de las conse-cuencias de sus acciones so-bre el entorno social y natural.53 Allan Lavell, en �ENOS, Pa-trones de riesgo de desastre ysu gestión: elementos concep-tuales y bases de la investiga-ción comparativa�, en AllanLavell, �Riesgo y clima: proce-so, patrones y gestión en Amé-rica� (Publicación IAI � LA RED,Oxfam, 2007).

Page 74: Qu-Enos Pasa Spa

74

Lo anterior no quiere decir que las medidas ten-dientes a reducir la emisión de gases de efectoinvernadero a la atmósfera �lo que en el len-guaje del cambio climático se denomina �miti-gación�, con un sentido ligeramente distintodel que ese término tiene en la gestión del ries-go� carezcan de utilidad y de sentido. Pero, enprimer lugar, aun en el más optimista de losescenarios, los efectos de esa reducción tarda-rán varias generaciones en notarse y, en segun-do lugar, esa reducción incidiría precisamentesobre el componente humano del cambioclimático, no sobre el proceso evolutivo natu-ral del planeta.

No sucede lo mismo con las amenazas socio-naturales, aquellas que se expresan en su na-turaleza, pero en cuya ocurrencia o intensifi-cación cumple un papel importante la influen-cia humana. Ni con las amenazas antrópicas,cuya causa es totalmente atribuible a los sereshumanos. En estos casos sí es posible actuarsobre los factores generadores de la amenaza,con el objeto de evitarla o por lo menos de redu-cir su frecuencia o su poder destructivo.

En algunos casos, como sucede con la conta-minación urbana o con los accidentes indus-triales, la �autoría� humana es fácilmente re-conocible.

No sucede lo mismo con amenazas como lasinundaciones, los deslizamientos o los incen-dios forestales, que bien pueden ser fenóme-nos naturales, socio-naturales o antrópicos. Enestos casos es necesario analizar cada eventoparticular, con el fin de determinar la naturale-za del mismo.

Un deslizamiento, por ejemplo, puede ser to-talmente natural, como sucedió con la mayoríade los más de 3 mil que ocurrieron en la regióncolombiana de Tierradentro después del terre-moto del 6 de junio de 1994. El sismo se produ-jo en medio de una intensa temporada inver-nal, cuando las empinadas laderas de la zonaestaban completamente saturadas de agua, yni siquiera aquellas cubiertas por vegetaciónnativa estuvieron en capacidad de resistir susefectos. Esos deslizamientos obstaculizarontodos los ríos y quebradas y generaron un flujode lodo y escombros (�avalancha� en el len-guaje local), que en algunos lugares alcanzóhasta 70 metros de altura. Deslizamientos muyparecidos se desencadenaron en la zona de

Pakistán afectada por el terremoto de octubrede 2005.

Otros deslizamientos, como el ocurrido enVillatina (barrio de Medellín, Colombia) en1987 y el de Santa Tecla, en El Salvador, des-pués del terremoto del 13 de enero de 2001,deben calificarse como fenómenos socio-natu-rales. Si bien el segundo fue desencadenadopor un sismo, lo cual no ocurrió en el primero,en ambos casos incidió de manera clara el ma-nejo inadecuado de las aguas en la parte altade ambas laderas colapsadas.

Y en otros deslizamientos la relación causa-efecto entre la intervención humana y el fenó-meno es todavía más directa. Tal es el caso, porejemplo, de aquellos provocados por el manejoinadecuado de taludes y suelos en la construc-ción de carreteras.

En casos como los expuestos en los párrafos an-teriores sí resulta posible evitar la amenaza, opor lo menos reducir la magnitud de la misma.

De una u otra manera en todos los estudiossobre las manifestaciones e impactos localesde ENOS en las regiones estudiadas en desa-rrollo del proyecto IAI-LA RED en que se basaeste texto, aparece muy claro de qué maneramuchas de esas manifestaciones son realmen-te socio-naturales, a pesar de corresponder adistintas fases de un fenómeno eminentemen-te natural como ENOS.

Para concluir este apartado, recordemos quelas amenazas no son eventos puntuales ni ais-lados, sino procesos complejos, en razón de locual un evento natural, como un terremoto oun huracán, normalmente desencadenan unaserie de amenazas concatenadas, que a su vezpueden ser naturales (como los deslizamientosde Tierradentro, un tsunami después de un te-rremoto o una marea de tormenta asociada aun huracán), socio-naturales (como el desliza-miento de Santa Tecla o las inundaciones deNueva Orleans por colapso de los jarillones oleeves) o antrópicas (como los incendios porfugas de gas después de un terremoto, o lossaqueos y otras alteraciones del orden públicoen los días posteriores a la materialización deuna amenaza). Si bien no es posible evitar ni elterremoto, ni el huracán, ni el tsunami, sí resul-ta posible tomar medidas anticipadas para pre-venir muchas de esas amenazas concatenadas.

REFLEXIONES TEÓRICAS

Page 75: Qu-Enos Pasa Spa

75

En los términos que hemos venido uti-lizando en estas páginas, la mitiga-ción consiste en fortalecer la telarañaque surge de la interacción entre los

distintos actores y factores que confluyen enun territorio determinado, con el fin de in-crementar su capacidad para aguantar sintraumatismos los efectos de una amenaza (re-sistencia) y/o para recuperarse de manera opor-tuna y adecuada luego de que se haya materia-lizado esa amenaza (resiliencia). Como muchosde esos factores son ecológicos, la mitigaciónse extiende al fortalecimiento de la resistenciay de la resiliencia de los ecosistemas que for-

man parte del componente natural del territo-rio, sin desconocer que en cada ecosistema losfactores naturales son inseparables de los cul-turales o antrópicos.

Los resultados del proyecto de IAI-La Red quese resumen a continuación (Segunda parte)tienen, entre otros objetivos, precisamente,mostrar cómo en los distintos casos estudia-dos se han logrado fortalecer las telarañas, yasea reforzando los clavos o las ramas en dondeestán soportadas, o las hamacas o interaccionesentre esos actores y factores.

54 Ya indicamos que en la ter-minología del cambio climático�mitigación� tiene un sentidoligeramente diferente: reducirla emisión de gases de efectoinvernadero a la atmósfera yreducción de sus fuentes. Elconcepto de �adaptación� seaproxima más al de �mitiga-ción�, tal y como lo entende-mos en estas páginas: �Ajustenatural o por sistemas huma-nos en respuesta al actual oesperado cambio climático osus efectos, el cual reduce eldaño o aprovecha las oportuni-dades de beneficios. Existenvarios tipos de adaptación: an-ticipada y reactiva; privada ypública, y autónoma y planea-da.� Glosario de Términos enCambio Climático � CambioClimático en México http://cambio_climatico.ine.gob.mx/glosario.html

MITIGACIÓN: ... PARA DECIRLE “NO” A LA VULNERABILIDAD

Page 76: Qu-Enos Pasa Spa
Page 77: Qu-Enos Pasa Spa

SEGUNDA PARTE

LOS ESTUDIOS DE CASOResúmenes

Page 78: Qu-Enos Pasa Spa
Page 79: Qu-Enos Pasa Spa

79

Expresiones de ENOS en Argentina55

55 Apartes de �Regiones y ciu-dades bajo el agua en Argenti-na. Una historia recurrente�, deHilda Herzer, María GracielaCaputo y Alejandra Celis, enAllam Lavell, �Riesgo y clima:Proceso, patrones y gestión enAmérica� (Publicación IAI � LARED, Oxfam, 2007).56 EFECTOS SOCIALES: muer-tos, heridos, evacuados, afecta-dos, damnificados, viviendas da-ñadas y destruidas, efectos so-bre la educación y los serviciosde salud. EFECTOS ECONÓMI-COS: transporte, servicios pú-blicos (energía, comunicaciones,provisión de agua potable y sa-neamiento), industria, produc-ción agropecuaria. (Nomencla-tura de la Comisión Económicapara América Latina- CEPAL).57 El Índice de Magnitud -IM-refleja los efectos negativos delos desastres sobre los bienesmateriales, los servicios, laspersonas y la duración de losefectos. Da una idea del impac-to del desastre, con fines com-parativos.

La base de datos de los desastres ocu-rridos en Argentina entre enero de1970 y diciembre de 2001, contiene13.974 registros o reportes (base

DesInventar nacional). Entre ellos, las inunda-ciones y las tempestades constituyen los deto-nadores de desastre predominantes, no sóloporque más del 55% de los reportes se refierena eventos relacionados con estos tipos de fenó-meno sino también porque son los de mayorrecurrencia e impacto negativo, en términossociales y económicos56. El inventario de Ar-gentina muestra que en estos 32 años, las inun-daciones y las tempestades ocasionaron 1,7 mi-llones de evacuados �el 93% de los evacuadostotales� y destruyeron unas 28.000 viviendas-el 60% del total.

En siguiente lugar se ubican los incendios�unos 1.300 reportes, 9,16% del total� que seconcentran en las áreas urbanas, fundamen-talmente en la ciudad de Buenos Aires y elconurbano bonaerense (el 77% de ellos). Encuarto lugar, se ubican las nevadas �con 710reportes, 5,1% del total� que mayoritariamenteocurrieron en la región patagónica (el 87% deellas). Con menos del 4% del total de reportes,pero muy relevantes debido a sus impactos, seubican los incendios forestales, las sequías ylos vendavales.

El 77,5% de los registros corresponden a de-sastres de origen hidrometeorológico (10.797fichas) y el 22,5% a otros tipos de desastre. Al

comparar la suma de los Índices de Magnitud(IM)57 de estos dos grupos, surge que los de ori-gen hidrometeorológico no sólo son predomi-nantes por su frecuencia sino también por susaltos impactos sobre la sociedad, ya que con-centran el 82% de la suma de los IM.

Entre los desastres de origen hidrometeo-rológico, las inundaciones concentran el 53%de los registros y más del 60% de la suma delos índices de magnitud de todos los reportes.En términos de impacto, le siguen las tempes-tades (14,7%), las nevadas (6%), las sequías(4,5%) y los incendios forestales (3,9%). Aun-que hay menos registros de sequías que de in-cendios forestales, el impacto de las primerasfue mayor.

¿CUÁL ES LA INCIDENCIA DE LOS EVENTOS

ENOS EN EL RIESGO DE DESASTRE

EN ARGENTINA?

Generalmente, una multiplicidad de factoresclimáticos actúan como disparadores de desas-tres y, entre ellos, el fenómeno ENOS �en su faseNiño o Niña� es un disparador más, entre otros.

A continuación se presentan los efectos másprobables para cada fase, de acuerdo con laevidencia histórica disponible en el país.

Para eventos cálidos - El Niño:

Entre los resultados se destaca la relación que hay en el noroeste argentino y en la cuenca del Paraná entrela manifestación de ENOS y el registro de desastres.

Entre los eventos asociados destacan las inundaciones en Paraná (vinculadas a El Niño), las sequías en elnoreste y la Pampa (vinculadas a La Niña) y aluviones en el noroeste (vinculados ambas fases).

Entre los factores que contribuyen al aumento de los desastres se identifican:

� Expansión urbana sin control ni normativa.� Falta de mantenimiento de la infraestructura urbana.� Aumento de la construcción del riesgo en la ciudad.

La gestión del riesgo enfrenta varios problemas:

� Es arbitraria, politiquera, puntual y desarticulada.� El enfoque local no se complementa con un enfoque de cuenca.� Existen consecuencias fuera de los focos de atención primaria.

Comentarios metodológicos: La escala local ayuda a vislumbrar patrones. ENOS no es un parámetro paraarticular la gestión en vista de que existen otras dinámicas.

Page 80: Qu-Enos Pasa Spa

80

� Aumento del caudal de los ríos meso-potámicos58 (región del Noreste ArgentinoNEA) y excesos de lluvias en una extensafranja del centro y noreste del país, haciafines de la primavera y el verano.

� Lluvias iguales o mayores al valor climáticoen la Pampa húmeda. Sin embargo, la re-gión presenta heterogeneidad interna y seobservan bolsones en condiciones de sequíay bolsones húmedos, que varían territorialy temporalmente.

� Temperaturas superiores a los valores me-dios, en el extremo noroeste del país (NOA),de mayo a abril.

� Excesos de lluvia en el centro-oeste del país,de junio a noviembre y temperaturas supe-riores a los valores medios, de mayo a abril,en la misma región.

� Sequías en la región del Noroeste Argenti-no (NOA), especialmente en la provincia deSalta.

Para los eventos fríos - La Niña:

� Precipitaciones inferiores a las habituales(sequías) y temperaturas inferiores a losvalores promedios en las provincias pam-peanas (Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos,La Pampa y Córdoba), especialmente entreoctubre y diciembre.

Las fases del ciclo ENOS se tomaron de la cro-nología de NOAA debido a que presenta crite-rios claros para establecer los eventos59 y por-que es la única cronología que presenta índi-ces trimestrales para los 32 años60.

Análisis temporal

Los años con mayor número de registros dedesastres de origen hidrometeorológico son, enorden decreciente: 1981, 1973, 1984, 2000, 1972,1986, 1998, 2001 y 1987. No se puede afirmar,entonces, que exista una correlación entre unadeterminada fase del ciclo ENOS y un altonúmero de registros de desastre de origenhidrometeorológico, a escala nacional.

Para analizar los niveles de riesgo manifiestoasociados a ENOS en Argentina, se agruparonlos registros de desastres de acuerdo con si ocu-rrieron durante un periodo Niño, Niña o neu-tro. En este último se concentra la mayor partede los registros seguido por la fase Niña y, porúltimo, El Niño. Sin embargo, al ponderar elnúmero de registros por la duración total delas fases, en las fases Niño el número de desas-tres / tiempo fue mayor que en el resto de lasfases. Es decir, los desastres (de todo tipo deorigen hidrometeorológico) tuvieron unarecurrencia mayor durante los Niños, interme-

dia durante los periodos neutros y menor du-rante las Niñas.

Después se analizaron temporalmente por se-parado los 8 eventos detonantes asociados alclima con presencia significativa en la baseArgentina (inundación, tempestad, sequía, in-cendio forestal, vendaval, nevada, aluvión, gra-nizada), para establecer su relación con loseventos ENOS.

Los resultados de este análisis son los siguientes:

InundacionesDel total del número de registros de desastresasociados con inundaciones en el país (5.529)el número de incidencias es similar para lasfases Niño y las neutras, y menor para las fa-ses Niña. Sin embargo, durante las fases Niño,el promedio de inundaciones por mes fue un30% mayor que durante los periodos neutros ymás del doble de las ocurridas durante even-tos Niña.

En otras palabras, durante eventos Niño, en elnivel nacional, existe una mayor probabilidadde ocurrencia de inundaciones que durantes lasfases neutra y Niña. En esta última, la probabi-lidad es la más baja de todas las fases. De todasmaneras, es importante señalar que debido a laelevada recurrencia de las inundaciones, el ries-go asociado a ellas es alto en todas las fases.

TempestadesLas tempestades (2.199 registros), que defini-mos como desastres disparadas por lluvias yvientos o también granizo, siguen un patróndiferente al de las inundaciones. Para los últi-mos 32 años, hay más registros de tempesta-des correspondientes a periodos neutros que aNiñas o Niños. Sin embargo, el promedio detempestades por mes fue aproximadamente si-milar en todas las fases del ciclo ENOS. Es de-cir, no se encontró ninguna relación entre esteciclo y las tempestades.

Sequías e incendios forestalesLas sequías (435 registros) y los incendios fo-restales (509 registros) presentan un patrón si-milar entre ellos (esto se explicaría en parteporque las condiciones ambientales existentesdurante sequías son claramente favorables paralos incendios). Ambos eventos ocurrieron conuna recurrencia notablemente mayor duranteepisodios Niña, intermedia durante los perio-dos neutros y más baja durante los Niños. Ade-más, el promedio de registros por mes acentúaeste patrón ya que la frecuencia promedio desequías fue casi 4 veces mayor durante las fa-ses Niña que durante las fases Niño y casi 3veces respecto de los periodos neutros. En elcaso de los incendios forestales, su frecuenciafue, en promedio, unas 2,2 veces mayor duran-

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

58 Los caudales de los ríos sonmayores a los valores medios,debido a lluvias en las cuencassuperiores, ubicadas en los paí-ses vecinos.59 La cronología de NOAA sebasa en el índice ONI (OceanicNiño Index). Cuando este índi-ce es igual o mayor a 0,5 (o igualo menor a �0,5) durante, almenos, 5 meses seguidos seconsidera que se está bajo unafase cálida (o fría).60 Fases Niño (mes/año): 1/70- 5/72 al 3/73 (Niño Fuerte) -9/76 al 2/77 - 9/77 al 1/78(suave) - 5/82 al 6/83 (Ex-traordinario o Mega Niño) - 8/86 al 2/88 (Niño fuerte) - 5/91AL 6/92 (Niño fuerte) - 3/93 al7/93 - 4/94 A 3/95 - 5/97 al4/98 (Extraordinario o MegaNiño) - 5/2002 al 3/2003 -Fases Niña: 7/70 al 1/72 (fuer-te) - 5/73 AL 5/76 (Niña muyfuerte) - 9/83 al 1/84 - 10/84al 6/85 - 5/88 al 5/89 (Niñamuy fuerte) - 9/95 al 3/96 - 7/98 al 6/00 - 10/00 al 2/01 -Fases neutras: 2/70 al 6/70 -2/72 al 4 /72- 4/73 - 6/76 al8 /76 - 3/77 al 8/77 - 2/78 al4/82 - 7/83 al 8/83 - 2/84 al9 /84 - 7/85 al 7/86 - 3/88 al4/88 - 6/89 al 12/90 - 7/92AL 2/93 - 8/93 al 3/94 - 4/95al 8/95 - 4/96 al 4/97 - 5/98al 6/98 - 3/2001 al 4/2002.

Page 81: Qu-Enos Pasa Spa

81

te las fases Niña que durante los Niños y 1,7veces mayor respecto de los periodos neutros.En este caso, durante las Niñas, el riesgo desequía y de incendio forestal claramente seincrementa respecto a otras épocas.

VendavalesEn los últimos 32 años de los 431 casos de ven-davales registrados en el país (431 registros entotal) un mayor número ocurrieron durante lasfases cálidas y las frías que durante las épocasneutras. Si ponderamos el número de registrosde vendavales por la duración de las fasesENOS, surge que la recurrencia de estos desas-tres fue mayor durante los Niños, intermediadurante las Niñas y menor durante las etapasneutras.

NevadasLa mayor cantidad de los 710 registros de ne-vadas a nivel nacional coincide con periodosneutros (aproximadamente el doble que en lasfases cálidas o frías). Sin embargo, al dividir elnúmero de registros de nevadas por los mesesque duró cada fase61, resulta que este patrón sesuaviza. Es decir, durante los periodos neu-tros la cantidad de nevadas por mes fue, aproxi-madamente, un 20% mayor que durante losNiños y las Niñas. En consecuencia, este pa-trón no muestra una relación entre nevadas yel ciclo ENOS.

AluvionesMás de la mitad de los registros de aluvionesse concentra en los años neutros, el 30% du-rante las fases Niño y el 17% restante, durantelas fases Niña. Al ponderar los registros por laduración de las fases, se observa que la canti-dad de aluviones por mes fue casi idéntica du-rante las fases Niño y neutra y duplicó los queocurrieron durante Niñas. Es decir, parecieraque durante las fases frías existe una menorprobabilidad de ocurrencia de aluviones queen otras fases, lo cual se explicaría en parte porla clara relación entre aluviones y saturacióndel suelo debido a lluvias intensas y prolonga-das asociadas con las fases Niño y neutro.

GranizadasEl 40% de las granizadas ocurrió durante fa-ses neutras, las restantes ocurrieron, casi enigual cantidad, durante fases Niño (31%) odurante fases Niña (29%). Sin embargo, duran-te los eventos Niño, el promedio de granizadaspor mes fue un 20% mayor que durante los pe-riodos neutros y los eventos Niña. Es decir,durante eventos Niño pareciera existir una pro-babilidad levemente mayor de ocurrencia degranizadas que durante los eventos Niña o lasépocas neutras.

En síntesis: En el análisis se evidencia unamayor recurrencia de las inundaciones duran-

te las fases Niño y de sequías e incendios fores-tales durante las fases Niña.

CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL RIESGO

DE INUNDACIÓN: EL CASO DE PERGAMINO

El municipio de Pergamino está ubicado en elnoreste de la provincia de Buenos Aires, en labaja cuenca del Paraná y forma parte de la prin-cipal región agropecuaria del país. Ocupa unasuperficie de 299.178 hectáreas (el 95% bajo ex-plotación agropecuaria) y tiene una poblaciónde 99.112 habitantes62, de los cuales, aproxima-damente, el 83% se concentra en su principalcentro urbano, la ciudad de Pergamino.

La ciudad de Pergamino se ubica en una zonarelativamente baja, caracterizada por un inade-cuado manejo del agua. Esto se manifiesta encanalizaciones realizadas en ámbito rural queaumentan el flujo del escurrimiento hacia elcasco urbano o en el trazado inadecuado derutas, caminos y puentes que constituyen obs-táculos al escurrimiento del agua.

La ciudad funciona como prestadora de servi-cios rurales aunque, actualmente, también pre-senta una incipiente reactivación de la activi-dad industrial. Durante las últimas décadas,su crecimiento no fue tan marcado en términospoblacionales como en superficie construida yexpansión territorial, el cual se realizó sobretierras destinadas a la producción agrope-cuaria ocasionando cambios en la dinámica delagua. El aumento de la superficie construida ypavimentada significó una disminución delárea de infiltración, favoreciendo la acumula-ción de agua en las zonas más bajas y privi-legiando el movimiento horizontal del aguafrente al vertical en las áreas más elevadas.

Surcada por el arroyo Pergamino, que la atra-viesa de oeste a este, y el arroyo Chu-Chú, quelo hace de norte a sur, la ciudad avanzó sobrelos valles de inundación de estos cursos, ocu-pando áreas receptoras de los excesos de agua.Además, las cañadas y lagunas contenidas enel área urbana, fueron objeto de continuosloteos, nivelación, relleno y aperturas de ca-lles. En consecuencia, se perdieron zonas deretención que permitían un escurrimiento máslento del agua hacia las zonas más bajas. Porotra parte, la red de desagües es altamente de-ficiente63, a lo que se debe agregar que estosdesembocan en el arroyo Pergamino a travésde una serie de compuertas que se cierran cuan-do el arroyo crece y supera el nivel de las mis-mas. En esos casos, el agua que escurre desdedistintos sectores de la ciudad se acumula yanega toda la franja baja, aledaña a las márge-nes del arroyo.

61 En este caso, sólo se con-sideraron los meses en queefectivamente ocurrieron ne-vadas, no tomándose en cuen-ta los meses de verano.62 INDEC. Censo Nacional dePoblación y Viviendas, 2001.63 De acuerdo al diagnósticoelaborado por el INA (InstitutoNacional de Aguas) en 2004,en algunas zonas la red de al-cantarillado de aguas lluvias esescasa; en otras, tiene una ca-pacidad menor que la necesa-ria o los sectores no se interco-nectan entre sí, debido a la dife-rencia de cotas. Actualmente,la mayor parte de esa red noresponde a las exigencias de sucuenca porque está diseñadapara caudales menores.

EXPRESIONES DE ENOS EN ARGENTINA

Page 82: Qu-Enos Pasa Spa

82

De esta manera se fueron generando situacio-nes que inciden en la conformación de vulne-rabilidades y en la construcción de riesgos ydeterminan la condición de fragilidad de la ciu-dad frente a los excesos hídricos.

Inundaciones, lluvias y su relación con ENOS

A lo largo del siglo XX se distinguen dos tiposde inundaciones que afectan a la ciudad: lasgrandes, ocasionadas por lluvias y desbordesde los arroyos, y las ocasionadas sólo por llu-vias. Las primeras revisten mayor gravedad yson las que, en la definición de la sociedad lo-cal, asumen el carácter de �extraordinario�, quesuele asociarse a precipitaciones cuya magni-tud supera lo considerado �normal�, aunqueno es sencillo definir qué es normal en una re-gión caracterizada por una gran variabilidadpluviométrica anual.

Entre 1912 y 2002, ocurrieron 113 inundacio-nes de diversa magnitud; entre éstas, en 48 oca-siones se desbordaron el arroyo Pergamino, elarroyo Chu-Chú o ambos, y al menos en 35 ca-sos los niveles alcanzados por el agua deter-minaron la evacuación de parte de la pobla-ción64. Entre ellos, tres casos revisten especialgravedad en cuanto a sus perjuicios en la ciu-dad: el de octubre de 1939, el de febrero de 1984y, el más grave de todos, el de abril de 1995.

EL AUMENTO DEL IMPACTO DE LAS INUNDACIONES

Entre 1930 y 1994, al menos en 52 ocasioneslas lluvias superaron los 55 mm/día sin cau-sar inundaciones. Inclusive, en muchos de es-tos casos, la precipitación se señaló como be-neficiosa para la producción agropecuaria.Hubo casos con lluvias copiosas, en la prima-vera de 1945 (112,4 mm/día) y el verano de1948 (115,9 mm/día ó 242,3 mm/4 días) en losque los arroyos no desbordaron. En cambio sonllamativas las inundaciones con desborde delarroyo en 1986 (55 mm/día, 228 evacuados), y1992 (53 mm/día, 166 evacuados en un áreaextensa).

Estos datos muestran que no existe una rela-ción lineal entre el monto de las lluvias y elimpacto de la inundación. En otras palabras,se corrobora que ninguna inundación es sóloel efecto inevitable de las lluvias ya que paraello confluyen otros factores. Tal hecho consti-tuye uno de los argumentos fundamentales encontra de la idea de que en el tema de los desas-tres son las amenazas lo que constituyen el prin-cipal, si no único, problema. Sin embargo, pa-reciera que al pensar en inundaciones se otor-ga demasiado peso explicativo a la incapaci-

dad de predecir la intensidad y la duración delas precipitaciones. Bajo esta visión, a lluvias�extraordinarias� le corresponden, inevitable-mente, daños �extraordinarios� y, ante lo ex-traordinario, sólo resta esperar. Ninguna deestas afirmaciones es correcta y atenderlas pue-de conducir a errores fundamentales en la pro-moción y contenido de la gestión del riesgo.

Se clasificaron las inundaciones ocurridas enPergamino, de acuerdo con su impacto65, enleves (46), moderadas (21), graves (32) y muygraves (las de 1995, 1939 y 1984). Al relacionarestas categorías con las lluvias que detonaronel desastre, se observa que frente a una mismaintensidad de lluvia, su impacto fue aumen-tando a lo largo del siglo XX. En términos gene-rales, a medida que pasa el tiempo, el efecto de50 ó 60 milímetros es cada vez más devasta-dor. Es decir, existe una tendencia por la cualla ciudad es crecientemente vulnerable fren-te a precipitaciones cada vez menores.

Entonces, debemos buscar otros factores y pro-cesos que confluyen en una inundación y ana-lizar de qué manera estos han ido generandoun empeoramiento en las condiciones de la ciu-dad. Muchos de ellos, como la forma de expan-sión de la ciudad, el no respeto por la topogra-fía, las falencias del sistema de desagüe o loscambios en el uso del suelo en el área rural,fueron mencionados reiteradas veces por re-presentantes de la comunidad local o a travésde los medios, pero se los menciona en térmi-nos generales como un telón de fondo que nose profundiza. Son cuestiones genéricas sinresponsables claros.

El riesgo y la vulnerabilidad desdela perspectiva de la sociedad local

El análisis histórico de las inundaciones enla ciudad de Pergamino muestra recurrenciasen el tiempo junto con un proceso de vulnera-bilidad progresiva, acompañado de una de-gradación ambiental creciente. A pesar de ello,y a la vez reforzando este proceso, las formasde procesar el riesgo en Pergamino han sidorecurrentes e inelásticas a las experiencias deinundación.

El tipo de comprensión social del fenómeno,muestra la persistencia de un conjunto de va-loraciones ambivalentes por parte de los acto-res presentes en la sociedad local. Ello es así,en parte, porque el imaginario colectivo de lainundación pareciera haberse estructurado alo largo del tiempo en torno a un conjuntode ideas o fuerza recurrentes, que pueden sin-tetizarse en los siguientes grandes ejes:

� La caracterización ambigua del fenómeno,que oscila entre los polos �ordinario-ex-

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

64 De acuerdo a la baseDesInventar Pergamino, arma-da a partir de información deldiario local La Opinión y a otrasfuentes locales, las inundacio-nes más graves ocurrieron en1933, 1936, 1938, 1939,1940, 1944, 1963, 1966,1975, 1978, 1982, 1984,1986, 1988, 1991, 1992,1995, 2000 y 2001.65 Se definió como: Leve: des-borde de los arroyos o bien,anegamientos por efecto de lalluvia, sin desbordes; Modera-do: anegamiento de sectores dela ciudad sin evacuación; Gra-ve: anegamiento con evacua-ción; Muy Grave: anegamientosevero con evacuación. Granimpacto sobre las personas asícomo en términos de cobertu-ra espacial y temporal de lainundación.

Page 83: Qu-Enos Pasa Spa

83

66 Apartes de �Regiones y ciu-dades bajo el agua en Argenti-na. Una historia recurrente�, deHilda Herzer, María GracielaCaputo y Alejandra Celis, enAllan Lavell, �Riesgo y clima:Proceso, patrones y Gestión enAmérica� (Publicación IAI � LARED, Oxfam, 2007).67 El taller reunió a diferentesrepresentantes de los distintosactores y sectores presentesen Pergamino, incluyendo al go-bierno municipal, las comisio-nes de inundados, INTA (Insti-tuto Nacional de TecnologíaAgropecuaria), la delegación lo-cal de Dirección Provincial de Hi-dráulica, investigadores, comi-siones vecinales, trabajadorassociales, organizaciones no gu-bernamentales, como Cáritas yRed Solidaria, colegios, profe-sionales, miembros de la Comi-sión Asesora Pergamino delComité de Cuenca del Río Arre-cifes y medios de comunicaciónlocales.

traordinario�: en general los discursos os-cilan entre estos polos valorativos e, inclu-sive, la sociedad los superpone sin una realconciencia de la contradicción que la acen-tuación de uno u otro implica en términosde gestión de situaciones de riesgo y en laposibilidad de generar políticas estables demitigación.

� Su explicación en términos de causalidadesexternas y naturales, cuya escala excede lasposibilidades de intervención local.

� Las obras de ingeniería como medio exclu-sivo de prevención y solución y, a veces,también como parte del problema.

� La persistencia de dificultadas por parte delos diversos actores para identificar y acep-tar el rol que desempeñan: su nivel de res-ponsabilidad en el proceso de degradacióndel ambiente así como sus capacidades yposibilidades de acción relacionadas conla búsqueda de soluciones. En general, pre-domina una percepción débil de la respon-sabilidad colectiva en el proceso de vulne-rabilidad progresiva, degradación y riesgoen Pergamino. Los actores involucradostienden a marcar las responsabilidades ydeficiencias de los otros, sin incluir las pro-pias acciones y responsabilidades, en elagravamiento de las inundaciones. De ma-nera similar, existe un débil o nulo recono-cimiento de las capacidades locales, tantopropias como ajenas. Ello se traduce en unafalta de hipótesis de acción colectiva quepermita contribuir a la búsqueda de solu-ciones para mitigar el riesgo.

La débil memoria histórica del proceso deinundación constituye un elemento de vulne-rabilidad importante. No se establecen co-nexiones entre las distintas experiencias y cadavez que el fenómeno ocurre de nuevo producegrandes pérdidas que toman a la población porsorpresa, sin que ello sirva para adelantarse afuturos eventos.

Si existiera conciencia de la recurrencia de es-tos eventos, la inversión del municipio (tantoen medidas estructurales como no estructura-les) debiera ser permanente. Pero si el fenóme-no se percibe como extraordinario, único y sin-gular, así mismo se considera la inversión paraconjurar sus efectos y se presume que no debie-ra repetirse dentro de los cálculos de probabili-dad, 100 ó 500 años, dependiendo del ciclo quese estime.

La memoria fragmentada de la inundación ylas prácticas sociales vinculadas a ella se tra-ducen en la carencia de una noción de riesgosocialmente consensuada y en la falta de una

hipótesis de acción colectiva que permitan mi-nimizar y prever futuras situaciones. Esto ge-nera deficiencias o severas limitaciones en lagestión organizativa y en la concepción e imple-mentación de políticas de prevención y mitiga-ción del riesgo de inundación por parte de losfuncionarios del gobierno local. Mucho menosexiste una hipótesis o noción clara de la rela-ción ENOS, variabilidad climática en general ycambio climático con el fenómenos de las inun-daciones y su relevancia para la gestión.

ENFOQUE DE LA GESTIÓN DEL RIESGO

EN EL CASO PERGAMINO

En el caso de Pergamino66, por ejemplo, a partirde un taller llevado a cabo en junio de 200367,se puso en marcha un proceso tendiente a �de-volverle a la sociedad su propia historia en re-lación a las inundaciones e identificar la di-versidad de factores que vienen contribuyen-do al aumento sostenido de la vulnerabilidadfrente a estos desastres�, y �a reflexionar sobreel riesgo en forma colectiva, especialmente,sobre medidas no estructurales que propendana disminuirlo.�

Resulta muy interesante anotar cómo se iden-tificaron los problemas de incomunicaciónsubyacentes tras los desastres ocurridos y dequé manera muchas de las estrategias apun-tan hacia el establecimiento o reestablecimientode los canales de comunicación inexistentes operdidos.

El taller hizo evidente la necesidad de encon-trar instancias de articulación que favorezcanla construcción de un idioma común entre elEstado, las diferentes instituciones y organi-zaciones y los vecinos. Asimismo, la necesi-dad de romper los fuertes niveles de fragmen-tación existentes e integrar a todas las insti-tuciones del sistema académico y científico-tecnológico, en un programa que tenga porobjetivo poner la capacidad técnica a disposi-ción tanto de la sociedad como de los gobier-nos locales y de los gobiernos provinciales.

En la gestión del riesgo hay componentesinstrumentales estructurales y no estructu-rales. Los primeros corresponden al conjun-to de acciones que se llevan a cabo tendiendoa resguardar un territorio a través del uso deobras de ingeniería-estructurales; estos com-ponentes son de capital intensivo. No hay,sin embargo, obras estructurales que resguar-den por completo a un territorio de los ries-gos y las amenazas que enfrenta. El hecho deque no será posible eliminar completamenteel riesgo, ni aún realizando todas las obrasde defensa y saneamiento necesarias, se co-

EXPRESIONES DE ENOS EN ARGENTINA

Page 84: Qu-Enos Pasa Spa

84

68 �Estudio de obra de defensa ycontrol de inundaciones para lacuenca del arroyo Pergamino.Desagües pluviales de la ciudadde Pergamino�.

rroboró en un estudio de diagnóstico reali-zado y presentado por el Instituto Nacionaldel Agua (INA)68. Si tenemos en cuenta que lamagnitud de las amenazas es variable, quelas vulnerabilidades de la sociedad son cam-biantes y dinámicas, y que las obras ejecuta-das deben cumplir con ciertos requisitos (ni-vel de concreción, mantenimiento, funcio-namiento, etc.), muy a menudo, en breveslapsos, las obras quedan obsoletas y dejande proteger. A esto hay que agregarle losnuevos riesgos que las mismas obras puedengenerar.

Esto marca fuertemente la necesidad de con-tar con una serie de medidas no estructuralestendientes a reducir el riesgo, lo que no impli-ca dejar de lado las medidas estructurales. Lasobras deben seguirse trabajando paralela-mente, aunque teniendo en cuenta que noconstituyen una solución definitiva sino so-luciones acotadas, pensadas y diseñadas sólopara determinadas combinaciones de amena-zas y vulnerabilidades, dentro de un territo-rio limitado.

Los componentes no estructurales son aquellasacciones e instrumentos que se movilizan en elterritorio para el mismo fin de la reducción delriesgo y la amenaza, pero son de carácter de�inteligencia intensiva�. Es decir, con poco ca-pital financiero pero utilizando inteligente-mente los recursos que hay en el territorio.

Algunas medidas no estructurales propuestaspor los participantes fueron:

Vinculadas con la regulación del uso del suelo:

� Identificar las áreas vulnerables de la ciu-dad y contar con mapas de riesgo de inun-dación.

� Regular el uso del suelo en las áreas inun-dables y no inundables.

� Actualizar, controlar y respetar el códigode planeamiento urbano de manera quetenga en cuenta las áreas vulnerables de laciudad.

� Implementar regulaciones y políticas ac-tivas de manejo del suelo rural que tieneincidencia sobre la ciudad; por ejemplo:realizar la sistematización de los suelos ru-rales, controlar la erosión, regular y con-trolar las canalizaciones realizadas en lazona rural.

Para mejorar el proceso de gestión:

� Cooperar entre organizaciones de la socie-dad para determinar zonas de alto riesgo.

� Modernizar y adecuar los sistemas de in-formación existentes en el municipio.

De mantenimiento y control:

� Mecanismos de control de la sociedad paragarantizar que se cumpla la normativa.

� Control de la disposición de residuos do-miciliarios, por ejemplo exigir la colocaciónde residuos en altura en la vía pública.

� Mantenimiento de la red de desagües de laciudad.

Programas de prevención de la emergencia:

� Ampliar la red de monitoreo y desarrollarpronósticos locales y regionales.

� Desarrollar sistemas de alerta y planes depreparación para la emergencia: el sistemade alerta involucra varios pasos, no sólo elalerta hidrometeorológica sino también latransferencia de la información y su comu-nicación. No existe un mecanismo adecua-do de �transferencia� de la informaciónhacia los organismos y a cada vecino. Esnecesario desarrollar modos de comunica-ción sistemáticos entre sectores.

Preparación y atención en la emergencia:

� Implementar un sistema coordinado deDefensa Civil, que integre a las organiza-ciones comunitarias, las comisiones veci-nales, las ONGs de asistencia y solidarias ylas comisiones de inundados.

� Identificar nuevos riesgos derivados de laemergencia.

� Realizar un monitoreo de calidad del agua,intensificando el muestreo en cada inun-dación.

� Realizar un monitoreo de la salud durantey con posterioridad a la emergencia.

Como una de las principales enseñanzas delcaso Pergamino, podemos anotar aquello deque

la incorporación de una política de gestión del riesgo comobase del desarrollo urbano local sólo podrá lograrse apartir de la aceptación y apropiación de la recurrencia delproceso de inundación y el carácter colectivo de la cons-trucción del riesgo como proceso de vulnerabilidad pro-gresiva. La persistencia de la tendencia a proyectar lagénesis del problema del agravamiento de las inundacio-nes en factores extraordinarios y externos a la dinámicasocial propia de Pergamino ha aumentado la vulnerabili-dad local frente al fenómeno de la inundación.

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

Page 85: Qu-Enos Pasa Spa

85

Los procesos de ocupación territorial y de producción delespacio urbano, es decir, los procesos de expansión urba-na, los patrones de uso del suelo, la falta de regulacionespara la construcción y los severos déficits de infraestruc-tura y los servicios básicos, combinados con la pobrezaurbana, aumentan la presión sobre el ambiente expo-niendo a una proporción cada vez mayor de población dela ciudad a riesgos de inundación.[...]La gestión del desastre en Pergamino se caracteriza porla falta de continuidad, la concentración y centralizaciónen las gestiones del gobierno provincial, la falta de auto-nomía de las instituciones municipales y el bajo nivel departicipación popular y de las organizaciones comunita-rias en el proceso.

La anterior anotación con respecto a Pergami-no, podría describir de manera exacta, la reali-dad con respecto a la gestión del riesgo en mu-chos otras sociedades de América Latina, porno decir en otros lugares del mundo. En conse-cuencia, los comentarios siguientes poseen unavalidez que trasciende a la del caso analizado:

Una gestión del riesgo adecuada debe concebirse comoun proceso continuo y dinámico, estrechamente relacio-nado con un proceso de desarrollo que apunte a eliminarlas condiciones de vulnerabilidad. Dicho proceso no pue-de ser promovido exclusivamente desde el Estado o des-de el sistema científico-tecnológico; básicamente, debeasentarse en fuertes mecanismos de participación social;es un proceso que tiene que surgir de un espacio públicofortalecido, que permita el encuentro entre el Estado y lasociedad civil, a través de sus organizaciones.

La gestión del riesgo abarca al conjunto de los actores dela sociedad aunque las formas de participación, la capaci-dad efectiva de acción y los niveles de responsabilidad

son distintos según se hable de actores públicos, priva-dos u organizaciones comunitarias de diverso tipo. Delmismo modo que el Estado debe asumir una hipótesis deriesgo, la sociedad tiene que asumir su responsabilidad,encontrarse dispuesta a modificar pautas y conductasarraigadas, ejercer su función de control, aportar su cono-cimiento basado en la experiencia real sobre la problemá-tica y generar propuestas de soluciones.

En este sentido, la prevención debe estar directamentevinculada con los barrios, que debieran asumir el rol decontrol a través de sus comisiones barriales: acción ciuda-dana activa. No se puede construir desarrollo local si nose conoce el territorio y esto significa no sólo el conoci-miento técnico, sino también el conocimiento real quetienen los vecinos. Es necesario establecer mecanismospara que cada quien muestre, enseñe y pueda actuarcoordinadamente en su territorio.

Programas, planes y proyectos deben contar con la parti-cipación de la sociedad. Cuando dichos programas son yse sienten propios, se los respeta y, fundamentalmente,se los trata de ejecutar. Los actuales proyectos de planesde defensa civil que no han recibido atención y por endeno se han concretado, parecen reafirmar esto.

Por otro lado, es preciso tener tanto una visión de conjun-to como identificar problemas e implementar políticas enuna escala micro territorial, que permita atender las situa-ciones y características específicas de los distintos gruposen riesgo.

A escala regional se propone una lógica de gestión queinvolucre a los distintos municipios de la cuenca y que secomplemente con las acciones a nivel local. De este modose debería fortalecer la gestión del riesgo de inundacióntanto en el plano local como en el regional y apuntar alaseguramiento de la continuidad de los procesos.

EXPRESIONES DE ENOS EN ARGENTINA

Aiello, José L., Forte Lay, Juan A. y Basualdo, Adriana. (1997) �El Niño, Un fenómeno del Pacífico Ecuatorialcon consecuencias en la Pampa Húmeda�. CONAE � FECEACOP (en línea) Octubre, 1997. Disponibleen:http://www.acopiadores.com.ar/informacion/meteorologia_0498_2.htm

Aiello, José L., Forte Lay, Juan A. y Basualdo, Adriana. (1998) �La Niña y las lluvias en las 5 provinciaspampeanas�. Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) � Federación de Centros yEntidades Gremiales de Acopiadores de Cereales (FECEACOP) (en línea). Buenos Aires, Argentina.Disponible en: http://www.conae.gov.ar/ninio/ninia

Barros, Vicente (2004). Pilot Project on Floods in the Paraná-Plata basin: impacts and climate forcing, UBA-CONICET, mimeo.

Barros, Vicente et al. (2003). Informe del taller sobre Cambio climático global e inundaciones, encuentro entreactores sociales y gubernamentales, FLACSO, marzo 2003, Buenos Aires, Argentina.

Bartolomé, Caputo, Celis, Gurevich, Herzer, Petit, Rodriquez. (2000) «Gestión Municipal. Pergamino:Ciudad en Riesgo». En Informe sobre Desarrollo Humano en la Provincia de Buenos Aires, 2000.Honorable Senado de la Nación, Banco de la Provincia de Buenos Aires, Argentina.

Blaikie, Cannon, Davis, Wisner (1996) �Vulnerabilidad. El entorno social, político y económico de losdesastres�. LA RED; ITDG, Lima, Perú.

BIBLIOGRAFÍA

Page 86: Qu-Enos Pasa Spa

86

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

Caputo, Celis, Gurevich, Herzer y Petit (1998). �Predicción e imprevisión. Ese es el dilema social� enDesastres y Sociedad, especial: El Niño en América Latina. Enero-diciembre 1998 N° 9, año 6. LARED; ITDG, Lima, Perú.

Caputo, María Graciela e Hilda Herzer (1987). �Reflexiones sobre el manejo de las inundaciones y su incorpo-ración a las políticas de desarrollo regional�. En Desarrollo Económico Nº 106, vol 27, Buenos aires,Argentina.

Celis, Alejandra (2000) �DesInventar Argentina� Informe Proyecto LA RED: Inventarios de Desastres enAmérica Latina usando Desinventar. Website: http://www.desinventar.org.

Chuquisengo, Orlando y Luis Gamarra (2001). �Propuesta metodológica para la gestión local de riesgos dedesastre; una experiencia práctica. Intermediate Technology Development Group �ITDG-, Lima, Perú.

Dourojeanni Axel, Andrei Jouravlev, Guillermo Chávez (2002) �Gestión del agua a nivel de cuencas�,en CEPAL Serie Recursos e Infraestructura Nº 47, Naciones Unidas, Santiago de Chile, Chile.

Glantz, Michel. (1998) �Corrientes de cambio: el impacto de El Niño sobre el clima y la sociedad� Oficina deAsistencia para desastres -USAID, UNESCO. Chile.

Herzer, Hilda; Caputo, María Graciela; Celis, Alejandra; (2003). �Prevención y Reducción de los impactoscausados por inundaciones, el caso de Pergamino, Argentina� Proyecto GTZ-CEPAL sobre Prevención yreducción de las amenazas generadas por desastres. CEPAL, Santiago de Chile, Chile.

Herzer, Hilda; Caputo, María Graciela; Celis, Alejandra; Gurevich, Raquel; Petit, Hernán; Bartolomé,Mara y Rodríguez, Carla (2000). �Grandes inundaciones en la ciudad de Pergamino: extraordinarias, perorecurrentes�. En Realidad Económica, Nº 175, noviembre de 2000.

Herzer, Hilda, Clichevsky Nora (1999). �Política urbana y vulnerabilidad progresiva. Proyecto CI-0294. Informe final.

Herzer Hilda y Gurevich Raquel (1996). �Degradación y desastres: parecidos y diferentes�. En FernándezM.A. Ciudades en riesgo. LA RED: USAID, Lima, Perú.

Herzer, Hilda (1990). �Los desastres no son tan naturales como parecen�. En Medio Ambiente y Urbaniza-ción Nº 30: Desastres y Vulnerabilidad en América Latina, IIED-GEL, Buenos aires, Argentina.

Hewitt (1983). Interpretations of Calamity. Boston, Mass. Allen&Unwin.

INA, (2004). «Estudio de obras de defensa y control de las inundaciones - desagües pluviales de la ciudadde Pergamino». Diagnóstico global del funcionamiento del sistema de desagües realizado por elInstituto Nacional del Agua, completado en 2004, a pedido de la provincia.

LA RED- Observatorio Sismológico de Sur Occidente (OSSO), Universidad del Valle, Colombia (2003)�Guía Metodológica de DesInventar 2003�, julio de 2003. Website: http://www.desinventar.org.

Lavell Allan (1996) (Editor) Estado, sociedad y gestión de los desastres en América Latina. En busca del paradig-ma perdido. LA RED, FLACSO, ITDG., Lima, Perú.

Lavell, Allan. (1996) «Degradación Ambiental, Riesgo y Desastre Urbano. Problemas y Conceptos: Hacia laDefinición de Una Agenda de Investigación». En Fernández María Augusta. Ciudades en Riesgo. LARED, USAID. Lima, Perú.

Morello, Jorge y Matteucci, Sivia. (1999) �Singularidades territoriales y problemas ambientales de un paísasimétrico y terminal�. En Realidad Económica Nº 169. Argentina.

Nuñez, Mario y Vargas, Walter. (1998) �El Niño 1997-1998: Un factor económico y social�, en Boletín Infor-mativo Techint, Nº 295, pp 9-36. Julio/Septiembre. Buenos Aires, Argentina.

Podestá, Guillermo, Letson, David, Messina, Carlos, Royce, Fred, Ferreyra, Andrés, Jones, James, Hanses,James, Llovet, Ignacio, Grondona, Martín, O´Brien, James (2001) «Use of ENSO-related climateinformation in agricultural decision making in Argentina: a pilot experience» En: The FloridaConsortium Technical Report Series. Technical Report FC-UM-2001-002. The Florida Consortiumof Universities.

Smith, C.A. and P. Sardeshmukh �Bivariate ENSO Timeseries or the �Best� ENSO index� (en línea)NOAA-CIRES, Climate Diagnostic Center. (Actualizado 26-07-2001; citado septiembre, 2001) Dis-ponible en: http://www.cdc.noaa.gov/~cas/best/index.html.

Vargas, Jorge Enrique (2002). �Políticas públicas para la reducción de la vulnerabilidad frente a los desastresnaturales y socio-naturales�, en CEPAL Serie Medio Ambiente y Desarrollo Nº 50, Naciones Unidas,Santiago de Chile, Chile.

Page 87: Qu-Enos Pasa Spa

87

69 Resumen de �FenómenoENOS en Colombia. Una visiónnacional y regional de los impac-tos asociados�, de AndrésVelásquez y Nayibe Jiménez.Observatorio Sismológico delSurOccidente � OSSO, Univer-sidad del Valle, Cali, Colombia.Este artículo se realizó con elapoyo de C. Rosales, V. Aguilar,F. Ramírez, C. Quintero, M. Bau-tista, M. A. Yandar, J. H. Caicedoy J. Mendoza, del equipo de in-vestigación del Proyecto ENOS� IAI-LA RED y de desarrollo deDesInventar del OSSO.

Expresiones de ENOS en Colombia69

Para establecer una relación entre el fe-nómeno ENOS (eventos cálido y frío)y el impacto que pudo haber genera-do en el contexto colombiano durante

las últimas tres décadas, los siguientes análi-sis se han fundamentado en el inventario dedesastres DesInventar Colombia y en los estu-dios adelantados por el Instituto de Hidrología,Meteorología y Estudios Ambientales � IDEAM,sobre el impacto típico que ENOS puede oca-sionar en el territorio colombiano. En cuanto alos periodos definidos como El Niño y La Niñase utilizó la clasificación propuesta por la NOAA(2006) con base en el Índice Oceánico Niño.

Los estudios adelantados por el IDEAM sobreel impacto típico que se puede presentar en lasfases cálidas (El Niño) y frías (La Niña) de ENOSen Colombia se sintetizan, de manera general,en los siguientes aspectos (IDEAM, 1997a, 1997b,1998, 2002):

Impactos de El Niño en el Océano Pacífico

� Incremento de la temperatura superficial delmar. Anomalías que en amplias regionesdel Pacífico colombiano pueden alcanzarvalores entre 2 y 3 grados Celsius por enci-ma de lo normal.

� Aumento del nivel medio del mar en el Pa-cífico. Durante años El Niño se han regis-trado incrementos del nivel medio del marde 20 a 40 centímetros en Tumaco y Buena-ventura.

� Alteraciones de ecosistemas marinos. Cam-bios en las condiciones marinas, que danlugar a emigración e inmigración de espe-cies e incluso, en algunos casos, a muertemasiva de colonias de corales.

Impactos de El Niño en el territorio continental

� Incremento de la temperatura del aire du-rante las horas del día. En la mayor partedel territorio nacional se registran valoresentre 1 y 2 grados Celsius por encima de lonormal, mientras que en la región Pacíficapueden alcanzar valores superiores a lonormal en 2° C o más.

� Tendencia a disminución significativa dela temperatura del aire en horas de la ma-drugada, especialmente en los altiplanosnariñense, cundiboyacense (a más de 2.500msnm) y en los páramos y pisos alto-an-dinos de Antioquia y de los santanderes.

� Déficit de los volúmenes de precipitaciónen las regiones Andina, Caribe y en laOrinoquía; mientras que las lluvias tiendena ser más abundantes en la parte sur de laregión Pacífica, en la vertiente oriental de laCordillera Oriental y en algunos sectoresde la Amazonía.

� Incremento de la radiación ultravioleta quealcanza la superficie de la Tierra.

� Alteraciones en la oferta hídrica. Dismi-nución o exceso de la oferta hídrica en las

Las tipologías identificadas son el déficit de precipitación, el racionamiento de agua y el incremento en losincendios forestales.

Se detecta una peculiar relación entre procesos bancarios y la ocurrencia de apagones en los años 71,76, 79, 81 y 91, lo que hace pensar que hay un vínculo entre los manejos socioeconómicos y políticos yel control del tema energético.

La Niña: se registra un incremento de hasta un 80% sobre la media de desastres reportados por eventoshidrometeorológicos.

Patrón espacial: se destaca la existencia de una reacción regional multinivel para la gestión integral delriesgo en el caso de La Niña. Al mismo tiempo ha habido un enfoque especial en el Alto Cauca, en dondeuna corporación autónoma impulsa acciones de gestión.

La falta de regulación respecto al cuidado de obras de protección estructural, como la invasión de las áreasaledañas a los diques.

Metodológicamente se distinguen diferencias debido a las escalas con que se aborda el territorio; como loscasos de la implementación de los sistemas de información y los sistemas de alerta temprana y losobservatorios de incendios forestales.

Page 88: Qu-Enos Pasa Spa

88

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

diferentes regiones hidrográficas del país.En algunas de estas regiones tanto los cau-dales como los rendimientos hídricos pue-den tener disminuciones de más del 30%,lo cual afecta principalmente los abasteci-mientos de agua potable, la generación hi-droeléctrica, los sistemas de riego y la nave-gación, entre otros.

� Alteraciones fisico-químicas del suelo.Como consecuencia de la alteración de laslluvias los suelos van perdiendo su hume-dad normal, lo cual genera déficit en el con-tenido de aglutinantes (arcilla, etc.) y en lacobertura vegetal, dejándolos más propen-sos a la propagación de incendios y mássusceptibles a los movimientos de masacuando llega la temporada lluviosa.

� Alteraciones en los ecosistemas terrestresen términos de: cambios en los mecanismosmigratorios de varias especies y riesgos deextinción para algunas de ellas; deshielode las capas superficiales de los nevados;disminución de los caudales de los ríos; ries-gos de incendio de la biomasa vegetal yacomprometida por condiciones de bajahumedad y de altas temperaturas; riesgode inundaciones por el exceso de lluvias enzonas al sur del país, y/o el desborde deríos y/o el incremento de oleajes y del niveldel mar.

Impactos de La Niña en el Océano Pacífico

� Efectos en el nivel del mar. El incrementode los vientos Alisios de componente estesobre la franja ecuatorial del Océano Pací-fico ocasiona un aumento en la tensión deforzamiento que la atmósfera impone almar en esa dirección y como consecuenciade ello se origina un aumento del nivel delmar sobre la margen occidental de la cuen-ca del Pacífico y descenso en la parte orien-tal. En el sector sur de la costa Pacífica co-lombiana el descenso oscila entre 15 y 20centímetros.

� Disminución de la temperatura superficialdel mar entre 1 y 1,5 grados Celsius en lasaguas costeras del Océano Pacífico colom-biano, que usualmente tiene entre 26º C y28° C.

� Alteraciones en los ecosistemas marinos.La Niña estimula la emigración de espe-cies de aguas cálidas a otras regiones y lainmigración de especies de aguas relativa-mente frías. Sin embargo, y aunque no sedispone de una información detallada so-bre el comportamiento del ambiente mari-no en el sector oceánico de las aguas marí-timas colombianas, específicamente du-rante los eventos La Niña (IDEAM, 1997 a),

se estima que las disminuciones del niveldel mar y de la temperatura relacionadascon este fenómeno no constituyen unaamenaza importante para los ecosistemasmarinos de esta región.

� Efectos sobre la costa Pacífica. En esta re-gión se suman las alteraciones oceánicasa las del continente. El aumento de la pre-cipitación y de los caudales de los ríosincrementa el aporte de sedimentos al mar,proceso que influye sobre las característi-cas fisico-químicas del agua al modificarlas condiciones de ecosistemas costeros ta-les como manglares, lagunas, estuarios ydeltas.

Impactos de La Niña en el territorio continental

� Efectos en el brillo solar. En general, aun-que se presentan disminuciones de la can-tidad de brillo solar durante los eventosfríos, esta condición no es predominante,sino que se observa sólo en ciertos sectoresdel territorio nacional.

� Efectos sobre la temperatura del aire. Latemperatura del aire se reduce hasta 2º C enlos valores medios mensuales en las regio-nes Andina y Caribe. La región Pacífica, porel contrario, no presenta alteraciones impor-tantes de esta variable en relación con elfenómeno La Niña.

� Efectos en la precipitación. Más de la mitadde los episodios documentados hasta la fe-cha se han iniciado a partir del segundotrimestre del primer año; las lluvias duran-te los dos primeros trimestres son práctica-mente normales en las cinco regiones natu-rales del país. A partir de ese momento ydurante los siguientes tres trimestres, el efec-to climático reflejado a través de los exce-dentes de lluvia, se manifiesta claramenteen las regiones Andina, Caribe y Pacífica.Para el segundo semestre del segundo año,el efecto se debilita notablemente y el com-portamiento de las lluvias tiende a norma-lizarse.

� Efectos en la frecuencia de los ciclones tro-picales del Caribe colombiano. Colombiase ve afectada por depresiones, tormentastropicales y huracanes que se desarrollanen el Atlántico tropical y sobre el mar Cari-be. El periodo del año durante el cual laactividad de estos fenómenos meteoroló-gicos es mayor, va desde junio hasta no-viembre de cada año. Se ha observado queel enfriamiento de la superficie del mar enel Pacífico tropical es una de las condicio-nes que favorecen el desplazamiento de ci-clones en el Caribe. El huracán Joan (octu-bre 1988) que afectó la región Caribe, coin-

Page 89: Qu-Enos Pasa Spa

89

cidió con el evento La Niña 1988-1989, yen julio de 1996, cuando se registró un re-lativo enfriamiento de la superficie del Pa-cífico, el huracán César afectó las áreasmarítimas e insulares de Colombia y laPenínsula de la Guajira.

Marejadas

La base de datos registra 131 reportes de afec-tación por marejadas, de los cuales 66 corres-ponden a la zona del Litoral Pacífico. 39 deestos reportes se presentaron en episodios ElNiño, siendo 1982-1983, 1991-1992 y 1997-1998 los que presentan mayor cantidad de re-portes asociados. Los reportes por marejadasen episodios El Niño fueron 4 veces más quelos registrados durante periodos neutros y 8veces más que los registrados en episodios LaNiña en el Pacífico. Según el IDEAM (2002), du-rante eventos El Niño el nivel medio del mar enTumaco y Buenaventura (Pacífico sur colom-biano) asciende hasta 20 ó 40 cm, estos muni-cipios coinciden con los que registran la ma-yor cantidad de reportes por marejadas en labase de datos.

Eventos biológicos, epidemias, heladas

Sólo el 7% de los reportes asociados a estoseventos tienen relación directa con El Niño1997-1998. Este número de reportes eviden-cia que el sub-registro de información es bas-tante grande y que aunque existen fuertes im-pactos de ENOS en los ecosistemas marinos yterrestres y por ende en la economía70, la faltade información sistemática no permite esta-blecer relaciones directas con el fenómeno. Noobstante, se sabe de estudios que correlacio-nan el incremento de algunas enfermedadescon los periodos climáticos, como es el casocon la malaria (IDEAM, 1997a; Poveda & Rojas,1997).

Las heladas, otro evento cuya ocurrencia indi-ca el impacto de El Niño según el IDEAM (2002),registran en el inventario de desastres 38 re-portes asociados. De estos, sólo 7 correspon-den a episodios cálidos, 6 a episodios fríos y23 a periodos neutros. Es decir que el panora-ma no guarda correlación con los estudiosmencionados al respecto.

Inundaciones, avenidas torrenciales,deslizamientos, vendavales, tempestades

Entre 1970 y 2002 los reportes por eventoshidrometeorológicos (inundación, desliza-miento, avenida, tempestad, lluvias, vendaval,neblina, etc.) representan el 75% del total dereportes para el periodo. De estos, el 63% co-rresponde a desastres por inundaciones,deslizamientos y avenidas torrenciales, cuyo

comportamiento temporal es el que guarda unamayor correlación con las fases frías de ENOS.En la mayoría de episodios cálidos (El Niño),los reportes asociados a estos eventos mues-tran una ostensible reducción. Durante los pe-riodos fríos se presentaron 2,6 más desastresque los ocurridos durante episodios El Niño, y1,3 veces más que los registrados en periodosneutros (periodos no definidos como El Niño oLa Niña).

Respecto a los vendavales, lo que se percibe esque a partir de la segunda mitad de la décadade 1990 hay un aumento de los reportes tantoen las fases cálidas y frías de ENOS, como enlos periodos neutros. Este aumento en el nú-mero de reportes puede estar asociado a lasfuentes consultadas. En el resto del periodo deestudio se presentan incrementos y disminu-ciones de desastres, sin que estos sean siste-máticos durante alguna fase del ciclo ENOS.Los reportes por tempestad, por su parte, tie-nen cierto comportamiento constante durantelos 32 años, es decir, en promedio se presentan7 reportes por año, sin que haya fuertes varia-ciones en su aumento o disminución. El núme-ro de reportes por lluvias es cercano en episo-dios La Niña y periodos neutros (338 y 375respectivamente), mientras que en episodios ElNiño se reduce a la mitad.

Sequías e incendios forestales

La base de datos de Colombia tiene un signifi-cativo déficit de información respecto a los de-sastres asociados a estos eventos ya que losreportes de prensa (principal fuente de datos)registran por lo general datos acumulados,como en el caso de las sequías. La publicaciónde información no es tan sistemática comopuede ser la de inundaciones, avenidas ydeslizamientos, pues su inicio y duración sondifusos y los efectos relacionados pueden es-tar desfasados en el tiempo. Sólo desde 1997 sehan complementado los datos de incendiosforestales con información de la actual Direc-ción de Prevención y Atención de Desastres�DNPAD� del país, por lo cual se percibe unimportante aumento en la base de datos de losregistros de estos eventos al final de la décadade 1990.

Por los estudios realizados sobre El Niño enColombia, se conoce que la mayor presencia ointensificación de estos eventos, en especial lassequías, son un indicador importante del im-pacto de episodios cálidos (El Niño) de ENOSen el país (Montealegre, 1998; Poveda y Jaramillo;IDEAM, 2002). A pesar del acusado registro de-ficiente de información, la existente ofrece cier-tas posibilidades de análisis en términos decorrelación con la presencia de las fases ENOS.De esta manera, encontramos 439 reportes por

70 Además de la información delIDEAM ya citada, una noticia deldiario El Tiempo (abril 27 de1998) ofrece un panorama dela relación entre El Niño, unevento biológico y la economíaregional: �Después de soportarla fuerte sequía generada por ElNiño, el ganado comenzó a mo-rirse por culpa de las lluvias y esque la transición de la tempera-tura seca al invierno que en estatemporada ha sido la más fuer-te en muchos años, ha ocasio-nado la intoxicación y muertede más de 2.000 vacas leche-ras, especialmente en la Saba-na de Bogotá, los valles de Ubatéy Chiquinquirá. Este fenómenoque generalmente se presentaen los Llanos Orientales, elMagdalena Medio y la CostaAtlántica, registra pérdidas por5.000 millones de pesos deacuerdo con los informes de losganaderos. Según el informe delICA las reses se están intoxi-cando con la acumulación denitratos que son absorbidos porlos pastos y al ser consumidosen exceso causan cambios enel metabolismo�.

EXPRESIONES DE ENOS EN COLOMBIA

Page 90: Qu-Enos Pasa Spa

90

ambos eventos durante episodios cálidos, encomparación con 186 registrados durante epi-sodios La Niña. En periodos neutros hay 462reportes pero de estos más de la mitad se regis-tran entre los años 2000 y 2001 y el 80 % corres-ponde a las fuentes DNPAD y al diario El Paísde Cali que, como se indicó anteriormente, fue-ron consultadas para los últimos años de labase de datos.

En síntesis, el análisis sobre el comportamien-to temporal y espacial de los desastres regis-trados en la base de datos se fundamenta prin-cipalmente en los reportes asociados a inun-daciones, avenidas, deslizamientos, sequías eincendios forestales. Por las fuentes utilizadas,los tres primeros eventos son los mejor docu-mentados en la base de datos DesInventar Co-lombia, y por lo tanto permiten hacer una rela-ción más precisa con los episodios cálidos yfríos definidos por la NOAA.

Conclusiones

En Colombia los años El Niño generan déficitde precipitación, lo que se traduce en unasignificativa reducción �cerca del 20%� de losdesastres asociados a inundaciones, avenidastorrenciales y deslizamientos, lo cual resultapositivo.

Pero, por otra parte, ese mismo déficit de llu-vias favorece la ocurrencia de incendios fores-tales, sequías y heladas en los altiplanosandinos, con efectos sociales y económicos ta-les como pérdida de cosechas, déficit hídricopara acueductos, aumento de explotación deacuíferos, aumento de enfermedades tropica-les e incremento de incendios forestales (lamayoría con intervención antrópica), entreotros. Las inundaciones, deslizamientos y ave-nidas torrenciales pueden alcanzar hasta el82% de los registros en algunos episodios delfenómeno frío La Niña. Sin embargo, tanto lasprecipitaciones como el acumulado de repor-tes por los tres tipos de eventos considerados,tienen una variabilidad tal que no necesaria-mente se correlaciona con fases cálidas y fríasde ENOS.

Por otra parte, la ocurrencia de desastres nosigue un patrón de distribución espacial es-pecífico, ni en las fases cálidas y frías de ENOSni en los periodos neutros. Los reportes se con-centran, como es de esperar, en las regionesAndina, Caribe, Pacífica y algunas zonas deloccidente de la Orinoquía, donde también seconcentran la población y la economía del país.Se estima que el comportamiento espacial ytemporal de El Niño y La Niña afecta al país deforma diferencial para cada región física-natu-ral y climática (Amazonía, Orinoquía, Andina,Caribe y Pacífica).

Los efectos sociales y económicos más noto-rios atribuidos a El Niño en Colombia en ladécada de los 70s, fueron los racionamientosenergéticos comúnmente relacionados con dé-ficit de precipitaciones, pero que realmente res-pondieron a causas estructurales y de planifi-cación estatal y sectorial más profundas. En elcaso del �apagón� de 13 meses (entre 1992 y1993), el efecto del déficit hidrológico, o de ElNiño, pudo ser evitado con un manejo racio-nal y acciones preventivas y correctivas antici-padas en el sector eléctrico.

El racionamiento de energía eléctrica a que sevieron sometidos los colombianos se debió aproblemas estructurales, de planificación y deoperación del sistema eléctrico nacional y, se-gún foros y documentos del Ministerio de Mi-nas y Energía, de la Dirección Nacional dePlaneación y del Banco Mundial, a que supues-tamente se sobredimensionó la capacidad ins-talada, así como a una excesiva dependenciade la generación hidroeléctrica. Sin embargo,ese apagón y El Niño sirvieron de base para laadopción de políticas gubernamentales quecondujeron al desmonte del monopolio estataldel sector eléctrico y la privatización del servi-cio, mediante una nueva legislación y regula-ción del sector por parte del Estado.

Efectos de ENOS sobre la estructurainstitucional del Estado colombiano

El mayor efecto socio-económico e institucionalde ENOS en Colombia se produjo a principiosde la década de 1950, cuando por iniciativadel Gobierno Nacional de entonces se creó laCorporación Autónoma Regional del Valle delCauca-CVC, la primera de su tipo en AméricaLatina, dedicada integralmente al control deinundaciones, la generación y distribución deenergía eléctrica y al desarrollo y manejo de losrecursos naturales. Con ese fin se tomaroncomo modelo las experiencias del valle delTennesse en los Estados Unidos con la TVA(Tennesse Valley Authority). Las obras de re-gulación del río Cauca y el manejo de aguassubterráneas, desarrolladas desde 1958 por laCVC, ayudaron a mitigar las sequías (que seproducían en promedio cada seis años) y lasgrandes inundaciones (que se presentaban enpromedio cada 10 años), asociadas a ENOS enel Valle del Alto Cauca.

Sin embargo, debido al contexto caracterizadopor problemas socio-económicos, violencia,migraciones y desplazamientos internos, co-rrupción, falta de planificación y manejos po-líticos con intereses sobre la renta del suelo, enque se llevaron a cabo las obras de mitigacióndesarrolladas por la CVC, éstas conllevaron acambios radicales en los usos del suelo en Cali,una ciudad que pasó de 241.000 habitantes a

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

Page 91: Qu-Enos Pasa Spa

91

comienzos de 1950, a unos 2�300.000 en el2005.

Casi la mitad de esta población ocupa actual-mente las antiguas llanuras de inundación delrío Cauca y de algunos de sus afluentes, dese-cadas como consecuencia de las obras de miti-gación mencionadas. El sector está conforma-do por barrios débilmente protegidos por undique (localmente llamado �jarillón�), en ac-tual estado de deterioro, sobre el cual se handesarrollado otros barrios tanto legales comoinformales. A pesar de que desde la época desu construcción en los años 60s ese dique hacontrolado las inundaciones, los asentamientosurbanos ubicados en su área de influencia sehan visto afectados por deficiencias de la redartificial de drenaje, la cual no fue diseñada niconstruida para separar aguas lluvias de aguasservidas.

Finalmente, el fenómeno ENOS, que era pocoreconocido en Colombia antes de El Niño de1983, excepto por expertos, ingresó en la políti-ca del Estado después de El Niño de 1992-1993,al cual se responsabilizó del ya mencionadoracionamiento de energía que sumió en la os-curidad al país durante 13 meses. Por otro ladoel IDEAM, la entidad nacional encargada delos aspectos climáticos y de las alertas hidro-meteorológicas, desde hace algunos años ac-tualiza a diario la información sobre el tema,incluida la emisión de alertas tempranas, conbase en su red de monitoreo e información degrupos e instituciones internacionales.

El Ministerio del Ambiente, Vivienda y Desa-rrollo Territorial (MAVDT), el IDEAM y las cor-poraciones autónomas regionales (creadas bá-sicamente siguiendo el modelo de la CVC) exis-tentes en cada departamento, que en conjuntoconstituyen el Sistema Nacional Ambiental(SINA), vienen realizando un importante es-fuerzo por difundir alertas tempranas del cicloENOS y de sus potenciales repercusiones encada región y municipio. Aún está por evaluarsesi estas previsiones (suponiendo que tenganun grado aceptable de verificabilidad), real-mente son interpretadas y se traducen en ac-ciones específicas por parte de las autoridadesy comunidades locales y regionales. Y, másaún, por parte de otras instancias del Gobier-no Nacional y de los sectores potencialmenteafectados.

Nuestra percepción es que los avances científi-cos y las capacidades de pronóstico del cicloENOS (El Niño, La Niña y años neutros), toda-vía no son aprehendidos por las localidades,entes y gobiernos regionales ni nacionales.

En el caso colombiano, como sucede en otras re-giones, las variaciones climáticas y sus efectos

producen hondas repercusiones sobre la vidacotidiana, la economía y la sostenibilidad deldesarrollo, cuyas causas no se pueden reducir ala simple disyuntiva de si llueve o no llueve.

Es preciso reconocer, sin embargo, los enormesavances que se han logrado a la fecha en com-paración con los años 1992-1993, cuando lospronósticos no lograban incidir de manera al-guna sobre las políticas de Estado.

Durante la fase previa a El Niño de 1997-1998,la participación más decidida de investiga-dores e instituciones en el grupo ERFEN, lasmejores y rápidas relaciones con organismosinternacionales por la expansión de la redmundial, junto con el papel permanente delIDEAM con su difusión de pronósticos de cor-to, mediano y largo plazo, han conducido alpaís a una posición de mejores posibilidadesde gestión de riesgos asociados a ENOS.

ENFOQUE DE LA GESTIÓN DEL RIESGO

EN EL CASO COLOMBIANO

Cuando expusimos los resultados del estudioIAI-LA RED sobre el Valle del Cauca (Colom-bia), mencionamos la creación de la Corpora-ción Autonóma Regional del Valle �CVC� aprincipios de los años 50, como una medida defortalecimiento institucional para enfrentar losriesgos de origen hidrometeorológico que enesa época afectaban la zona.

También presentamos un resumen de los fac-tores propios de un �contexto caracterizadopor problemas socioeconómicos, violencia,migraciones y desplazamientos internos, co-rrupción, falta de planificación y manejos po-líticos con intereses sobre la renta del suelo, enque se llevaron a cabo las obras de mitigacióndesarrolladas por la CVC�, que en opinión delos autores del estudio han incidido negativa-mente para impedir la total efectividad de lasmedidas adoptadas por esa institución.

Y así mismo, resaltamos los logros obtenidospor el conjunto del Estado con posterioridad ala crisis energética de 1992-1993, gracias a loscuales el país ha podido afrontar posteriorestemporadas de sequía, algunas más fuertes quelas de los años mencionados, sin que se hayarepetido la crisis.

Desde la creación de la CVC las firmas consul-toras OLAP, G&H y KTAM (1956), �a partir deun riguroso estudio de las condiciones natura-les y socio-económicas de la región�, identifi-caron una serie de acciones que debería em-prender la institución, que corresponden a loque actualmente conocemos como gestión del

EXPRESIONES DE ENOS EN COLOMBIA

Page 92: Qu-Enos Pasa Spa

92

riesgo. Mientras el caso de Pergamino nos per-mite visualizar una serie de procesos funda-mentados básicamente en la participación co-munitaria, en este caso podemos identificar dequé manera una institución estatal puede con-tribuir a la gestión del riesgo:

� Establecer áreas demostrativas para que losagricultores conozcan las bondades del rie-go y el drenaje, y para realizar investiga-ciones que permitan determinar los culti-vos que mejor se adaptan a los suelos y lascondiciones climáticas del valle del ríoCauca. Un programa de información agrí-cola para enseñar los métodos modernosde cultivo y riego y la creación de distritosde mejoramiento.

� Para el control de avenidas se parte del he-cho que en un año promedio se inundan56.900 Ha por el río Cauca y por sus tributa-rios otras 30.500, para un total de 87.400 Haque corresponden al 23% de las 380.000 Hade la zona del Valle del Cauca. Cada diezaños en promedio ocurre una inundaciónextraordinaria por el río Cauca, como la de1950 que anegó 85.000 Ha. Por temor a estola mayor parte de la zona se dedica al cultivode pastos �y esto sólo en parte del tiempo�.

� Sobre el grado aconsejable de proteccióncontra inundaciones, el Plan (creado por lasconsultoras para la CVC) menciona quecuando en el área que ha de protegerse hay ciu-dades y pueblos, se justifica un alto grado deprotección para evitar las pérdidas catastróficasque podrían resultar de una gran avenida, comolas que suelen presentarse cada 50 ó 100 años.Pero cuando se trata de proteger las tierras delabor, puede ser más económico afrontar las inun-daciones ocasionales que pagar el altísimo costode las obras necesarias para precaverse contraavenidas tan poco frecuentes. Los presentes es-tudios han demostrado que en el Valle del Caucael grado de protección no necesita ser superior alnecesario contra la creciente de 10 años...

� Proponen también una demarcación de zo-nas porque la protección de 10 años no seconsidera adecuada para zonas urbanas y...aunque afortunadamente, no hay ahora gran-des centros urbanos en la zona anegadiza, debie-ra dictarse algún decreto que impidiera en elfuturo la fundación de ciudades dentro de taleszonas.

� Necesidad de riego ante la deficiencia delas lluvias y el agua necesaria para los cul-tivos. La precipitación anual medida en lazona plana es de 1.120 mm pero cada seisaños hay uno en que la lluvia es de 760 mmo menos y cada diez años uno en que sólollega a 690 mm.

El programa de obras hidráulicas propuestoen el anterior Plan de desarrollo mencionado,se concretó, en gran medida, durante las si-guientes décadas, mientras que el modelo degestión de la CVC fue multiplicado en otrasregiones del país. Indudablemente dichas obrascontribuyeron en aquel momento a mitigar elimpacto de las inundaciones y sequías, aso-ciadas hoy a las fases frías y cálidas de ENOS,en la amplia región que abarca el Valle del AltoCauca. No obstante, el análisis del desarrollourbano seguido por Cali, la principal ciudadlocalizada en el área de influencia de la CVC ycapital del departamento del Valle del Cauca,permite evidenciar que los cambios en los usosdel suelo que presentó esta ciudad en la zonadonde la Corporación adecuó las tierras, im-plicaron, a su vez, cambios drásticos en lascondiciones de riesgo de la población actual-mente asentada en ellas.

Las condiciones de vida de muchos poblado-res, el deterioro del jarillón por los usos dadosa este espacio (para construcción de viviendas,la cría de marraneras, entre otros), la ocupa-ción de una laguna de regulación del río exis-tente en la zona, han implicado la continuaconstrucción y acumulación de condiciones devulnerabilidad frente a amenazas como lasinundaciones o los sismos, con alto riesgo tan-to para los pobladores y sus bienes como parainfraestructura vital del resto de la ciudad, lo-calizada en esta zona (Plantas de Tratamientode Aguas Residuales - PTAR, de TratamientoAgua Potable Puerto Mallarino).

Finalmente el estudio mencionado destaca unaspecto de especial interés para quienes consi-deramos que reestablecer y fortalecer los lazosde comunicación (lo que en el estudio se deno-mina �construcción de redes�) entre los distin-tos actores institucionales y sociales presentesen el territorio, constituye una de las estrate-gias esenciales de la gestión del riesgo:

El desarrollo del proyecto ENOS en Colombiafue el marco para la generación de relacionesentre diversas instituciones claves en el mane-jo del tema y otros asociados, así como para lacreación de herramientas como la base de da-tos SRID-ENSO o instituciones como el SISAV(Sistema de Información del Sector Agro-pecuario del Valle del Cauca), cuyos impactoslogran trascender la duración del proyecto,apoyando de esta manera la generación de ca-pacidades locales para la gestión de los ries-gos asociados a ENSO. A continuación se des-criben, grosso modo, las características de estasiniciativas:

Sistema regional de información sobre desas-tres ENSO-SridENSO. En el marco del proyectoENSO IAI-LA RED, el OSSO, con el apoyo de la

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

Page 93: Qu-Enos Pasa Spa

93

Corporación OSSO, desarrollo el sistemaSridENSO, bajo la plataforma DesDocumentar,para facilitar el análisis de documentación ydatos relacionados con impactos del Fenóme-no El Niño Oscilación Sur (ENOS) y su comple-mento La Niña y la variabilidad climáticainteranual. Esta base de datos es alimentadaen línea por los diversos investigadores delproyecto con la información recopilada en eltranscurso del mismo. A la fecha, se cuenta con527 documentos disponibles para ser consul-tados por todos los usuarios del sistema engeneral. Además de la disposición de los do-cumentos sobre el tema, el sistema permite ha-cer relaciones con la información contenida enlas bases de datos DesInventar y establecer dis-cusiones a partir de los comentarios que losusuarios hagan de los documentos registrados.SridENSO se localiza en la página del proyec-to (htt://cambioglobal.org/desdoc) y es admi-nistrado por personal del OSSO.

Bases locales y regionales en construcción.Durante el desarrollo del proyecto se apoyó laelaboración de nuevas bases de datos locales yregionales, a través de trabajos de pre-grado ocomo parte de las actividades de entidadespúblicas sobre el tema. Algunas de estas basesya se encuentran culminadas, como es el casode Pereira y Risaralda realizadas por una es-tudiante de la Universidad Tecnológica dePereira y ampliadas para el departamento deRisaralda con el apoyo de la Corporación Au-tónoma Regional de Risaralda-CARDER. Tam-bién, las bases de datos de Antioquia realiza-das por estudiantes de la Universidad EAFIT(Escuela de Administración y Finanzas) deMedellín. Finalmente, se inició la creación debases de datos en entidades subnacionales,como el Comité de Atención y Prevención de

Desastres del Quindío y la Subsecretaría dePrevención y Atención de Desastres de la Go-bernación del Valle del Cauca.

Sistema de Información del Sector Agro-pecuario del Valle del Cauca-SISAV. En el SISAVlos agricultores dispondrán de todos los recur-sos informativos que poseen gremios y empre-sas para que sean utilizados en beneficio deldesarrollo agrícola de la región. Esta base dedatos le permitirá a los usuarios contar con in-formación y herramientas confiables para suactividad productiva. El proyecto ENOS-IAIaportó bases de datos y criterios para el tema deproductividad agropecuaria e impacto de losdesastres sobre el sector en el Valle del Cauca,siendo el OSSO miembro fundador del SISAV.

Observatorio Colombiano de Incendios Fores-tales-OCIF. En el año 2005, luego de un proce-so de maduración del proyecto, fue creado elOCIF en la Universidad Autónoma con sedeen la ciudad de Cali. El Observatorio tiene comoobjetivo la generación de conocimiento acercade la ocurrencia de incendios forestales y suimpacto en el departamento del Valle del Cauca,en una primera etapa, más adelante en el país,para la generación de alertas tempranas y me-didas preventivas relacionadas con la ocurren-cia de estos eventos. Dentro de los primerosproyectos adelantados por el OCIF se encuen-tra el desarrollo de una base de datos enDesInventar sobre los incendios forestales ocu-rridos en la región y, de manera retrospectiva,en los últimos 50 años. Esta labor es adelanta-da actualmente por estudiantes de la Universi-dad Autónoma y se espera, en el transcursodel proyecto, vincular nuevos estudiantes paraque desarrollen sus trabajos de grado en el OCIFy con DesInventar.

EXPRESIONES DE ENOS EN COLOMBIA

BIBLIOGRAFÍA

Aguilar, V. & Mendoza, D. (2002) Aproximación a un modelo de Susceptibilidad a Movimientos deMasa en la Región del Eje Cafetero, Colombia. Tesis Ingeniería Topográfica, U. del Valle, Cali.

ANDESCO � CEDE (2004) Análisis de la evolución de los servicios públicos domiciliarios durante laúltima década. Capitulo Energía Eléctrica. 195 p. Obtenido de la red mundial en diciembre de 2005en http://economia.uniandes.edu.co/~economia/archivos/ temporal/d2005-21.pdf

Carvajal, Y, Jiménez, H. y H. Materón (sf) Incidencia del fenómeno del Niño en la hidroclimatología delValle del río Cauca. Obtenido de la red mundial en marzo del 2000 en www.unesco.org.uy/phi/libros/ENSO/carvajal.htm

CRECE, DANE, IRD (1999) Mesclier, Évelyne � Coordinadora científica. Dinámicas socioeconómicas enel espacio colombiano. División de ediciones DANE, Bogotá, 147 p.

Cuervo, L. M. (1992) De la vela al apagón. 100 años de servicio eléctrico en Colombia. CINEP, Bogotá.

DANE (1997) XVI CENSO nacional de población y V de vivienda, CENSO 1993. Sistema de consulta enCdrom. Compuarte, Bogotá, 1998.

Page 94: Qu-Enos Pasa Spa

94

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

DGPAD (1998a) Plan nacional para la prevención y contingencia para el manejo de los efectos del eventodel pacífico. DNPDAD. 114 p. Obtenido de la red mundial en junio de 2001 en www.anticorrupcion.gov.co/mininterior/dnpad/Planniño.doc

DGPAD (1998b) Plan nacional para la prevención y contingencia para el manejo de los efectos delevento del pacífico. DNPDAD. 114 p. Obtenido de la red mundial en junio de 2001 en www.anticorrupcion.gov.co/mininterior/dnpad/Planniña.doc

HIMAT (1987) Calendario Meteorológico 1987. Documento HIMAT PE-AM-014. Bogotá diciembre de1986, 221 p.

HIMAT (1988) Estudio sobre el fenómeno �El Niño�. HIMAT. Bogotá, mayo de 1998, 32 p.

HIMAT (1992) Estudio sobre el fenómeno �El Niño�. Bogotá, 42 p.

HIMAT (1994) Estudio sobre el fenómeno �El Niño�. HIMAT. Segunda edición, Bogotá, 42 p.

HIMAT (1990) Calendario Meteorológico 1991. Ediciones Antropos LTDA. Bogotá, diciembre de 1990,175 p.

García, R. (1998) Caracterización de las fases pre-el Niño 1981-1982 y 1990-1991 en el suroccidente deColombia. Bulletin Inst. fr.etudes andines. 27(3): 733-742.

IDEAM (2002) Efectos naturales y socioeconómicos del Fenómeno El Niño en Colombia. Obtenido de lared mundial en mayo de 2004, www.ideam.gov.co. 58 p.

IDEAM (2002) Movimientos en masa dañinos ocurridos en Colombia durante el Fenómeno Frío delPacífico ( La Niña) 1999 � 2000. Obtenido de la red mundial en mayo de 2004, www.ideam.gov.co.22 p.

IDEAM (1997a) Posibles efectos naturales y socioeconómicos del fenómeno El Niño en el periodo 1997� 1998 en Colombia. Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales �IDEAM. Docu-mento inédito. Julio de 1997. Santafé de Bogotá, 71p.

IDEAM (1997b) Preparémonos para recibir el fenómeno El Niño en los municipios colombianos. Obte-nido de la red mundial en agosto de 1997, www.ideam.gov.co. 139 p.

IDEAM (1998) Fenómeno frío del Pacífico La Niña. Informe especial del IDEAM. 24 de agosto de 1998.Obtenido de la red mundial el 29 de junio del 2000 en www.ideam.gov.co

IDEAM (2002) Boletín No. 83, Condiciones e indicadores ambientales en Colombia, diciembre de 2001:Proyecciones en el corto, mediano y largo plazo. Obtenido de la red mundial en enero del 2002, enwww.ideam.gov.co, 115 p.

IGAC (1996) Diccionario Geográfico de Colombia. Horizonte Impresores Ltada. Bogotá.

IGAC (1992) Atlas de Colombia. Editolaser limitada. Bogotá. 321p.

Jiménez, N. Elementos históricos y urbanos en la generación de desastres por inundaciones ydeslizamientos en Cali, 1950-2000. Trabajo de pregrado, Plan de Historia, Facultad de Humanida-des, Universidad del Valle. 2005. 187 p. + Anexos y Planos.

Montealegre, J. E. (1998) Aspectos relacionados con la predicción climática en Colombia durante laocurrencia de los fenómenos cálidos del Pacífico (El Niño). Boletín Especial No. 1, año 15, ComisiónColombiana de Oceanografía. Bogotá, octubre de 1988. pp 37 � 40.

Mora, O; Barreto, C; Cuestas, S. (1984) Changes in shrimp abundance in the Colombia Pacific coastduring the 1982-83 El Niño phenomena. Rev. com. perm. pac. sur., No. 15, pp. 247-257.

NOAA (2006) ENSO Cycle: Recent Evolution, Current Status and Predictions. Update prepared byClimate Prediction Center / NCEP. en la red mundial en enero del 2006 en: http://www.cpc.noaa.gov/products/analysis_monitoring/lanina/ENSO_evolution-status-fcsts-web.pdf

NOAA (2005) Cold and Warm Episodes by Season. Climate Prediction Center. Obtenido en la redmundial en noviembre del 2001 en: http://www.cpc.noaa.gov:80/products/

analysis_monitoring/ENSOstuff/ENSOyears.html

Ocampo, J. A. (1981) El desarrollo económico de Cali en el siglo XX. En : Alcaldía de Santiago de Cali(editor) Santiago de Cali - 450 años de historia. Cali: Editorial XYZ, p. 127 - 147.

Olano (2004) Memorias Ricardo Olano. Fondo Editorial Universidad EAFIT. Serie. 1. 958-8173-71-X .Medellín - Colombia.

OLAP, G&H Y KTAM. El desarrollo coordinado de energía y recursos hidrúlicos en el Valle del ríoCauca. Cali : 1956 (enero). XVII-4 p. + apéndices, figuras y cuadros.

Page 95: Qu-Enos Pasa Spa

95

EXPRESIONES DE ENOS EN COLOMBIA

Peña, A. J. (2000) Incidencia de los fenómenos El Niño y La Niña sobre las condiciones climáticas en tressitios del valle del río Cauca. Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad Nacional de Colom-bia, Sede Palmira, 121 p.

Poore, R. Z, J. Darling, H. J. Dowsett & L. Wright (2001) Variations in River Flow to the Gulf of Mexico:Implications for Paleoenvironmental Studies of Gulf of Mexico Marine Sediments. U.S. GeologicalSurvey Bulletin 2187. Obtenido en la red mundial en junio del 2001 en: http://pubs.usgs.gov/bulletin/b2187/table1.html

Poveda G. y A. Jaramillo (2000) ENSO related variability of river discharges and soil moisture inColombia. Biospheric aspects of the hydrologiuc cycle. No. 8, 3-6, IGBP, Diciembre 2000.

Poveda G. y W. Rojas (1996) Association between El Niño phenomenon and malaria outbreaks inColombia. Proc. XII colombian hydrological meeting. Colombian society of Engineers. 1996.

Poveda, G, M. M. Gil & N. Quinceno (1998) El ciclo annual de la hidrología de Colombia en relación conel ENSO y la NAO. Bulletin Institute Fancaise d´Etudes Andines 27 (3) 721-731. Obtenido en la redmundial en junio de 1999 en http://www.unesco.org.uy/phi/libros/ENSO/Indice.html

Poveda, G. y O. J. Mesa (1996) The north atlantic oscillation and its influence on the hydroclimatologyof Colombia (in Spanish). Proc. XVII Latin America Congress on hydraulics and hydrology IAHR,Guayaquil, Ecuador, Vol II, 343/354.

Poveda, G. y O. J. Mesa (1997) Feedbacks between hydrological processes in tropical south america andlarge scale oceanic-atmospheric phenomena. J. Climate, In press. 1997.

Restrepo, J. D. & B. Kjerfve (2000) Magadalena river: interannual variability (1975 � 1995) and revisedwater discharge and sediment load estimates. Journal of hydrology 235, 137 � 149.

Tassara, C. (1998) Análisis y prioridades operativas para enfrentar los efectos de El Niño en AméricaLatina. Bruselas. Obtenido de la red mundial en noviembre del 2000 en http://www.cispngo.org/biblioteca/policy%20CISP/nino%20es.htm

Van Kestern, A & M. Otero (1998) Seminario Regional sobre experiencias para la Prevención de Dañosy Reconstrucción de Zonas Afectadas por el Fenómeno Climático de El Niño, en la Agricultura.Boletin del IICA, COMUNIICA, # 9, junio de 1998. Obtenido de la red mundial en noviembre del2000 en http://www.iicanet.org/comuniica/n_9/espanol/x_nino.html

Velásquez, A. y Jiménez, N. La gestión de riesgos en el ordenamiento territorial: Inundaciones en Cali,la CVC y el fenómeno ENSO. En : Seminario Internacional Ambiental CVC 50 AÑOS. (2004 : Cali).Memorias del Seminario Internacional Ambiental CVC 50 años. Cali : CVC. 16 p. Disponible en:www.desenredando.org

Velásquez A., C. Rosales y F. Ramírez (2000) Los desastres en Colombia una visión desde DesInventar.Cali � Paracas, marzo del 2000. Reporte final del proyecto DesInventar � LA RED. Documentoinédito 71 p.

Velásquez, A. y C. Rosales (2000) Reporte de actividades y preproyecto Colombia. Informe año 1 delproyecto: Gestión de riesgos de desastre ENSO en América Latina, Capítulo Colombia. Disponibleen http://apu.rcp.net.pe/tes/e/ENSO/colombia/colom bia.htm

Veásquez, A. y Meyer, Hj. (1992). Un ensayo de evaluación de las amenazas, de los riesgos y de losdesastres en Colombia. AGID Reporte No. 13.

Sitios en internet

Página de la Dirección General para la Prevención y Atención de Desastres � DGPADhttp://www.anticorrupcion.gov.co/mininterior/dnpadPágina del instituto de hidrología, meteorología y estudios ambientales � IDEAMhttp://www.ideam.gov.coPágina del Sistema de Interconexión eléctrica Nacional � ISAhttp://www.isa.org.coPágina de la National Oceanic and atmospheric administration � NOAAhttp://www.noaa.govPágina de la Universidad Católica de Chile � Electric power systemshttp://www2.ing.puc.cl/powerPágina del Sistema de Inventario de Desastres � DesInventarhttp.//www.desinventar.orgPágina de la Red de estudios sociales en prevención de desastres en América Latina � LA REDhttp.//www.desenredando.orgPágina del proyecto Gestión de riesgos de desastre ENSO de la REDhttp://cambioglobal.org

Page 96: Qu-Enos Pasa Spa

96

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

Periódicos

El País (EP), Cali.El Tiempo (ET), Bogotá y Cali.

Documentos oficiales

�La Revolución Pacífica�. Programa de Gobierno de Cesar Gaviria, Bogotá. 700 p.Acta final del V reunión de ministros de relaciones exteriores de los países de la Comisión Permanente

del Pacífico Sur, 7 de agosto de 1997.Boletines de alerta climática No. 81 y 82, junio y julio de 1997 Comisión Colombiana de Oceanografía �

CCO, Bogotá.Boletines marítimos No. 5 y 6, julio y agosto de 1997 Centro de Control de Contaminación del Pacífico

CCCP, Tumaco.Comunidad Andina de Fomento � CAF, Acta de su Undecima Reunión, Isla Margarita, Venezuela 26 y

27 de junio de 1998.Declaración sobre el Fenómeno El Niño en Guayaquil Ecuador, 5 de abril de 1998 Decreto 93 de 1998.

Plan de Prevención y atención de desastres.Documento CONPES Documento No. 2948 Orientaciones para prevenir y mitigar posibles efectos del

fenómeno de El Niño 1997 � 1998. 27 de agosto de 1997.Documento CONPES No. 3146. 20 de diciembre de 2001. Estrategia para consolidar la ejecución del

PNPAD en el corto y mediano plazo.Documento del DNPOAD para el CONPES No. 2417, marzo 1 de 1989.Ley 142 de 1994, Servicios PúblicosLey 143 de 1984, Ley EléctricaLey 93 de 1993, Sistema Nacional Ambiental � SINA.Resumen de emergencia ERFEN.

Page 97: Qu-Enos Pasa Spa

97

Expresiones de ENOS en Costa Rica71

Los desastres asociados con amenazasnaturales y socio-naturales son losmás frecuentes en los países en desa-rrollo, donde eventos dañinos relacio-

nados con otras formas de amenaza, por ejem-plo, las que provocan accidentes tecnológicos,suelen ser esporádicos. No obstante, la relevan-cia está no sólo en las características que origi-nan tales acontecimientos, sino en la escala enla que estos se manifiestan.

Si bien esos que llamamos �desastres� son losmás impresionantes por las dimensiones queadquieren, los eventos menores y cotidianosson, en muchas maneras, igualmente impor-tantes: ponen en evidencia contextos de vulne-rabilidad específicos, mientras contribuyen aprofundizar tal vulnerabilidad en ciclos sinsolución. Además, desde el punto de vista dela investigación, estos pequeños eventos sonsumamente interesantes de estudiar, porque sise parte de un enfoque de proceso los grandesdesastres no son sino el corolario de un conti-nuo de riesgo, colmado de otros tantos, muchomás pequeños �desastres�, que en la escalalocal ocurren con más frecuencia de lo que ima-ginamos (Lavell, 1993). Tales eventos son reflejode una problemática mucho más allá del ries-go como tal; expresan, de hecho, un estado yuna trayectoria social y económica, más aún,política, que deviene de las decisiones que hanconfigurado un tipo de desarrollo, un modelo,a partir del cual, la pobreza, la distribución dela riqueza y la estructura institucional de un

país se configuran. Son estos aspectos los quefinalmente determinan cuándo, dónde, de quémanera se originan, refuerzan y distribuyen lavulnerabilidad y un sinnúmero de amenazasque coexisten en un territorio.

Podemos imaginar que al distribuirse sobre elentorno, las amenazas aportan el plano hori-zontal del riesgo y la vulnerabilidad, el planovertical, al corresponder con el ingreso econó-mico y los recursos de todo tipo con que cuentauna familia, condiciones que crean los gruposjerárquicamente dispuestos, con mayor y me-nor acceso a opciones de recuperación ante unimpacto, a partir de su nivel socioeconómico ylos vínculos sociales de pertenencia. Ambosplanos, entonces, se cruzan para originar fi-nalmente un determinado contexto de riesgo, yun desastre, o muchos pequeños eventos queoriginan daños.

El contexto multiamenaza de Costa Ricaen la región centroamericana y el enfoquede este estudio

En el escenario multiamenaza propio del con-texto costarricense, los eventos de ordenhidrometeorológico son los más relevantes porfrecuencia y acumulación de daños y pérdi-das. Entre ellos, se constata que son las inun-daciones y los deslizamientos los más frecuen-tes (PEN, 2003, 2004). Por la misma razón, am-bas tipologías tienen también una particularimportancia en lo que respecta a la contribu-

En general se pueden apreciar ciertas tendencias en el comportamiento del fenómeno.

Semánticas: ENOS se relaciona directamente con sequía, lo que ha derivado en la implementación deacciones de preparación en las zonas afectadas.

Temporal: Mayor acumulación y frecuencia de reportes; particularmente de inundaciones, deslizamientos ysequías.

En el tiempo se han podido ver varias acciones y ciertos cambios en la percepción del riesgo. Existe unincremento en la intervención en la prevención, lo que se refleja en obras de alcantarillado pluvial. Se dio unatransformación de los comités locales de emergencia a comités municipales, esto sugiere un cambio en laconstitución de las escalas locales del a gestión integral del riesgo.

Institucionalmente, el cambio en la percepción y definición del problema se aprecia al hablarse ahora de�prevención de desastres� y no como antes, �manejo de desastres�. Este cambio en la nomenclatura seoperacionaliza en la figura institucional del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo.

71 Resumen de �El riesgo poreventos ENOS y variabilidadclimática en Costa Rica: Ten-dencias e implicaciones identi-ficadas a partir de la fuenteDesInventar, 1970-2003�, porAdriana Bonilla, Programa deInvestigación en Desastres yGestión de Riesgos (Secreta-ría General � FLACSO.

Page 98: Qu-Enos Pasa Spa

98

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

ción de los eventos dañinos en el reforzamientode la vulnerabilidad de las comunidades y lasfamilias más pobres.

La pobreza es en términos generales, un com-ponente estructural de nuestro contexto eco-nómico. Afecta en este país a más del 20% de lapoblación �lo que equivale a cerca de un mi-llón de personas� y su proporción se ha man-tenido casi invariable en los últimos 20 años.Si bien no son sinónimos y no toda personapobre es vulnerable per sé, es incuestionable queel acceso a los recursos, opciones y oportuni-dades que permiten reducir la vulnerabilidadparticular y colectiva ante los desastres �in-cluyendo educación, movilidad social, seguri-dad social y asentamientos y viviendas apro-piados, sin olvidar la satisfacción de las nece-sidades básicas� están determinados por elnivel socio-económico.

Por su parte, los eventos dañinos de toda esca-la, siendo aparentemente ocasionales, tienen porel contrario dos características en las que nosiempre reparamos: a) se presentan con una fre-cuencia cotidiana, distribuidos sobre el territo-rio y en variados escenarios, aunque no nos en-teremos de todos los que suceden; b) son ele-mentos que corresponden en realidad a otracomponente estructural, que guarda un vínculomuy cercano con la pobreza: el riesgo. Éste, com-puesto por la vulnerabilidad y la amenaza,se origina en condiciones políticas, económicasy sociales y lo importante de su génesis eimplicaciones, no consiste tanto en entenderlocomo un resultado, sino como un proceso. Esesta cualidad la que permite estudiar y concebirel riesgo de la forma más adecuada para podermodificarlo a través de una acertada gestión.

No obstante, pese a la condición estructuraldel riesgo, es común que los eventos que lo po-nen de manifiesto se vean diluidos por los es-quemas e idiosincrasia de las instituciones,tanto como por las prioridades de la poblaciónen el día a día y la necesidad que ésta tiene deconvivir y sobrevivir en un entorno en el cuallos eventos dañinos son, como mínimo, unamolestia, que una vez ocurrida no deseamosretomar, ni siquiera para corregir sus causas yevitar que vuelvan a producirse. Es por eso queal plantear una aproximación de este proble-ma, que a la vez procure aportar elementos conuna idea de integralidad, es preciso trabajar,como mínimo, en dos niveles:

a) El nivel puntual, que detalla los eventos ysus características;

b) El nivel estructural, que aporta el análisisde conjunto y se acerca, así sea desde unenfoque que puede ser más o menos espe-culativo �según las restricciones de datos e

información y de métodos disponibles� alas causas de fondo y las bien llamadas �pre-siones dinámicas�. Ambos componentesestán tras la ocurrencia de estos eventos,cuya percepción ha sido distorsionada alpervertirse el sentido genuino de los fe-nómenos y manifestaciones propios delsistema terrestre tras la etiqueta de los �de-sastres naturales�. (Blaikie et al., 1996)

Estos niveles o criterios son sólo una forma deorganizar ideas que vienen al caso, pero hansido, desde hace cerca de dos décadas y bajodistintas presentaciones, objeto de debate, re-visión y reconceptualización por parte de va-rios especialistas en la región y en el mundo,en la búsqueda por encontrar la escala de estu-dio más adecuada en lo temporal y lo espacial,que se ajuste a las características de los even-tos en la realidad, entendidos como resultadosde procesos mayores y cuyo origen es diverso ycomplejo. No obstante, sorprende lo poco queesos aportes se han filtrado en ciertos círculos,lo cual a su vez ha sido significativo en la len-titud con que han sido acercados al ciudadanocomún, que sufre los efectos de estos aconteci-mientos, desde su punto de vista, perniciosos.

Acerca de la climatología

Es fundamental incorporar también el climaen este análisis, sobre la misma idea de con-junto, con el propósito de contribuir a la no-ción de que referirse a ENOS y a la variabilidadclimática en Centroamérica, implica referirseen cierto modo a una única cuestión, puestoque tanto en fase cálida como fría, ENOS tienerepercusiones que sólo vienen a ser parte deun marco global de manifestaciones climáticasdiversas sobre la región. Con esto no se preten-de negar la importancia de ese fenómeno encuanto a los daños probables que se le puedenasociar y a sus propias características físicas,pero sí aclara el hecho de que la climatologíacentroamericana no está determinada única-mente por él. Evidencia de lo anterior está en elesfuerzo de los meteorólogos de estos paísesen el sentido de �si cabe el término� �des-niñizar� tal climatología, para hacer visiblesotros procesos que la afectan y que son partede su compleja dinámica (Alfaro, 2005).

En la misma dirección, debe recordarse queexiste una gran variedad de aspectos relacio-nados con la presión atmosférica tanto en elAtlántico como en el Pacífico, variaciones tér-micas, de vientos, precipitación, frentes fríos ymasas de aire en interrelación continua e ince-sante, cuyos efectos, a la par de la orografía,contribuyen a crear esta climatología carac-terística, de múltiples vertientes, muchosmicroclimas y alta humedad, que impera sobrela mayor parte del territorio centroamericano.

Page 99: Qu-Enos Pasa Spa

99

72 Se trata de accidentes, es-capes de sustancias tóxicas,sismos, erupciones volcánicas,explosiones y erupciones e in-cendios estructurales, entreotros. Estos últimos represen-tan el 67% del total de estegrupo.73 Este grupo incluye: avenida,lluvia, vendaval, sequía, incen-dio forestal, epidemias (dengue,malaria), plagas (roya, mohoazul, salivago, ratas), ola decalor.

Dada su situación latitudinal, pues se ubicadentro de la zona de convergencia intertropical,así como por sus características ístmicas yorográficas, los meteoros y fenómenos atmos-féricos en general inducen una altísima inesta-bilidad en toda Centroamérica, y por supuestoCosta Rica no está excluida de ello. De hecho,las constantes manifestaciones de esta natura-leza tienen como consecuencia que la variabi-lidad climática sea la norma. Si bien puededescribirse el día a día de la meteorología re-gional y nacional con base en pronósticos comoen el resto del mundo, lo cierto es que, másallá de las condiciones previstas, la realidadde las manifestaciones locales del clima sueleser errática con tanto peso de la istmicidadinteroceánica y el efecto orográfico como de laciclogenética del Caribe� y esos son sólo algu-nos de los elementos que aportan interesantesy variados fenómenos que pueden derivar enla génesis de eventos dañinos.

Es por eso que no se equivoca quien señala laexistencia de condiciones naturales relevantesen el preestablecimiento de un área fértil para lageneración de riesgos, muchos y diversos, loscuales finalmente surgen a partir de una vulne-rabilidad de naturaleza social, indispensablepara que se manifiesten. También es por eso queal principio de esta sección se mencionó el con-cepto del �escenario multiamenaza�, pero locierto es que nos hemos habituado tanto a nues-tro entorno y sus paisajes, que probablementenunca hemos comprendido, como sociedad cen-troamericana, y costarricense, para el caso par-ticular, su fragilidad. Ello es causa de nuestrosprincipales problemas contemporáneos, entrelos que no pueden excluirse los desastres.

Acerca del caso costarricense

Este estudio es un retrato particular, basado eneventos hidrometeorológicos ocurridos en Cos-ta Rica y recopilados en un inventario, cuyoanálisis pretende reflejar, a la luz de la trayec-toria y los registros de estos desastres y susdaños, cuánto se ha transformado este país ylas consecuencias de dicho cambio económi-co, social y del paisaje, sobre la vulnerabilidadde la población, expresada en una mayorrecurrencia de eventos hidrometeorológicosreportados, conforme se avanza sobre la líneadel periodo de estudio.

No deben obviarse en esta lectura dos hechos:

a) Las características antes apuntadas acercade las particularidad del territorio centro-americano y costarricense, hacen que, pesea la importancia de los sismos y las erup-ciones volcánicas, las escalas temporalesclimáticas y meteorológicas �en generalmás cortas que las geológicas�, produzcan

en el contexto de vulnerabilidad regionaly nacional una mayor frecuencia de even-tos asociados al clima y a los fenómenosatmosféricos, lo que resulta en un efectoacumulativo de daños por estos eventos,altamente significativo;

b) Se asume un sesgo inevitable en cuanto a lasfuentes primarias en que se basa DesInventar,debido a que la circulación �acceso a los si-tios afectados y capacidad de cobertura delos diarios� es mayor ahora que hace dos otres décadas, lo que puede influir hasta unpunto que no es factible calcular, sobre elvolumen de eventos para cada década.

Riesgo y desastres en Costa Rica: 1970-2003

Al comparar los registros para eventos totalesy eventos hidrometeorológicos, se observa dequé manera influye el peso de los segundossobre la dinámica general de los reportes, pues-to que alcanzan a ser un total de 4.349 para elperiodo. Representan un 75,7% de los 5.742eventos que tiene DesInventar para todo el país,al año 2003. Puesto de otro modo, sólo 1.393son reportes no hidrometeorológicos72.

Aunque no son idénticas, las líneas de los grá-ficos guardan cierta similitud, que se refuerzahacia los últimos seis años del estudio (1998-2003), situación derivada fundamentalmentedel efecto acumulativo de los daños y altera-ciones que produjo el huracán Mitch y otrosfenómenos que se sucedieron en la región, cu-yos efectos por un lado agravaron y por otrocontribuyeron a crear nuevas amenazas y aprofundizar contextos locales de vulnerabili-dad por todo el territorio nacional. El resulta-do de eso es el abultado recuento de reportesque se registra a partir de 1999, el cual es im-pulsado precisamente por los reportes de tipohidrometeorológico.[�]En la relación entre tipologías de eventos, lasinundaciones son un total de 2.400, es decir, el55% de todos ellos. De seguido, los desli-zamientos, 924, son poco más del 21%. De estaforma, el 76% está compuesto por ambos tipos,restando sólo 24% para las demás categoríashidrometeorológicas73.[�]En este punto, corresponde revisar el significa-do provincial de las inundaciones, puesto queson un referente importante en el Caribe y has-ta ahora este aspecto no ha sido tocado. La pro-vincia de Limón recoge por sí sola 501 regis-tros de inundaciones, incluidos en ese grantotal de 2.400 eventos ya mencionados. Sinembargo, San José reporta 597.

En DesInventar, las inundaciones refieren todoproceso en el cual las aguas se desbordan ha-

EXPRESIONES DE ENOS EN COSTA RICA

Page 100: Qu-Enos Pasa Spa

100

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

cia fuera de su sistema, de ahí que es precisoaclarar que existe una diferencia cualitativaentre ambas provincias, puesto que las inun-daciones en el Caribe son las típicas que ocu-rren en la llanura, cuando los ríos descargansobre las tierras de relleno el exceso de sedi-mentos y caudal transportado desde las cuen-cas alta y media. En el caso de San José y otrasprovincias de la Gran Área Metropolitana(GAM), lo que con frecuencia sucede es que pe-queñas quebradas, muchas veces estrangula-das y que recorren áreas urbanas, se desbordanleve o severamente y afectan viviendas asenta-das al lado de los cauces. Otro origen para es-tos reportes procede de la saturación y tapona-miento de los sistemas urbanos de evacuaciónde las aguas pluviales, situación que en la épo-ca lluviosa suele derivar en el anegamiento deviviendas por aguas transportadas a través delas carreteras, cuando las alcantarillas son in-capaces de canalizarlas hacia los sistemas sub-terráneos que deben colectarlas.

En este sentido, la población está expuesta demanera desigual a las inundaciones, como des-igual es el acceso histórico a los recursos que lossistemas económicos y sociales asignan (Blaikieet al., 1996; Lavell, A., 1994). Muchas de las inun-daciones reportadas, especialmente en San Joséy Desamparados, corresponden a barriadaspopulares y asentamientos marginales, ubica-dos cerca del cauce de ríos y quebradas.

C. Green (1990), citado por Blaikie et al., (1996),reflexiona acerca de la progresión de las inun-daciones en las ciudades contemporáneas delos países en desarrollo, tema en el cual le pre-ocupa fundamentalmente la rapidez y propa-gación de los espacio urbanizados, con pocomiramiento a las características de los empla-zamientos. Considera que al paso actual, estohará que la importancia de las inundacionesrurales decaiga, mientras se multiplican lasinundaciones en medios urbanos. Esto aludetanto a una importancia relativa de las ciuda-des con la extensión que hoy tienen, como a suexpansión futura en el curso de las próximasdécadas, donde aparecerán espacios residen-ciales sobre paisajes que hoy quizás cataloga-ríamos como rurales.

En el escenario costarricense, las provinciascosteras son las que registran más daños sobrela población, pero no son necesariamente lasque más eventos generales reportan. La tenden-cia sugiere que, en correspondencia con lo yaseñalado, las zonas rurales reportan menosincidentes, pero más intensos, en tanto que enlos medios urbanos se da lo opuesto: muchafrecuencia con poca intensidad, lo que estimu-la la acumulación progresiva de los daños aso-ciados. Esto es relevante en este punto porque,aparentemente, es resultado no sólo del creci-

miento y concentración de la población en lasáreas centrales y de mayor atracción, sino que,más importante aún, parece derivar de su dis-tribución, la cual se basa en la desordenadaexpansión urbana de nuestro contexto nacio-nal (PEN, 2004).

Nuestro patrón de expansión urbana ha pro-ducido una �creciente segregación del territo-rio metropolitano, situación en la que los sec-tores de menores ingresos son empujados aagruparse en zonas geográficas críticas, don-de se desarrolla un proceso circular de degra-dación económica, social y ambiental� (PEN,2002). La heterogeneidad socioeconómica en laocupación del territorio tiende a volverse difu-sa, conforme se consolida el proceso actual deurbanización en el país.

Las investigaciones muestran que en el casode Costa Rica, en poco más de 10 años la man-cha urbana creció un 8,3%, siguiendo la ten-dencia histórica de las últimas tres décadas: setrata de una �forma urbana caótica, que se ex-pande en todas direcciones, sin planificacióny con escaso control�. El mayor impacto de es-tas condiciones se concentran en los cantonesde Desamparados, Alajuelita y Escazú, haciael sur. Hacia el noreste, Coronado, así comoSanto Domingo, San Pablo y Heredia cantóncentral, así como hacia el oeste del Valle Cen-tral, en las comunidades ubicadas sobre la au-topista General Cañas.

Actualmente, la zona de mayor crecimiento esla que se ubica en la periferia del AMSJ, espe-cialmente las áreas de menor desarrollo relati-vo dentro de la GAM. Entre los detalles pun-tuales que configuran tendencias en cuanto alcrecimiento urbano en el país entre 1975 y 2005,destaca el crecimiento del cantón de Coronadoen un 184,7%; Patarrá, distrito de Desampara-dos, creció un 1.009%, San Felipe, en Alajuelita,un 451% y La Trinidad, cantón de Moravia,con 242,7% (PEN, 1999; 2002).

Sequías

Las sequías representan la tipología emble-mática de El Niño sobre la vertiente del Pacífi-co del país. Aunque pueden ocurrir asociadasa otros fenómenos atmosféricos, como sucedióen el año 2001 a causa de un particular acom-plamiento sobre el Atlántico, muy similar aENOS74 (Ramírez et al., 2001), los registros demues-tran que con cada evento de El Niño, especial-mente las regiones Pacífico Norte y Central, re-accionan con un descenso notable de las llu-vias y un cambio en la distribución de la preci-pitación.

Varios periodos en 1972-73, 1976-77, 1982-83,1991-93 y 1997-98, corresponden con eventos

74 En el caso de Costa Rica, esteevento, aunque significativo,fue mucho menos severo queen Nicaragua, Honduras y ElSalvador.

Page 101: Qu-Enos Pasa Spa

101

El Niño y, a la vez, concentran casi todos losreportes de sequías en el país. Esto refleja has-ta qué punto esta tipología es característica,aunque no exclusiva, del efecto de episodiosEl Niño en el área del Pacífico de Costa Rica,tal como sucede en general en toda Cen-troamérica.

La provincia de Guanacaste reúne 334 (77%)de las 435 sequías registradas. Desde el pun-to de vista de su fenomenología, el caso de lasequía tiene una particularidad con respectoa otras categorías de eventos, puesto que cuan-do se trata de analizarla a partir de los repor-tes de fuentes secundarias, como los diariosen los que se basa DesInventar, se hace evi-dente la facilidad con que puede producirseun desfase temporal entre la génesis y con-solidación del fenómeno, por un lado, y sudifusión a través de la prensa u otros medios,por el otro, tal como sucedió con el eventoENOS de 1997-98.

Este episodio tuvo en nuestro país costos ele-vados, especialmente para el sector agrope-cuario, pero también en generación hidroeléc-trica y otros ámbitos (Bonilla y Lavell, 2001). Sóloel sector agropecuario reportó US $ 52,4 millo-nes en pérdidas, monto equivalente al 56,3%de las pérdidas producidas sobre el conjuntode la economía nacional (Flores, 2001). Pese aeso, la difusión de este evento hacia la opiniónpública fue apenas superficial, lo que contras-tó con la actividad y la generación de produc-tos y acciones en las instancias nacionales yregionales vinculadas al sector agropecuario ehídrico, que nunca estuvieron más concentra-das en actuar ante la presencia de un eventoENOS. De acuerdo con autoridades naciona-les, Costa Rica previó lo que podría suceder yse abasteció de melaza y alimentos para elganado y se promovió la mejora de laspasturas, reubicación de abrevaderos y exca-vado de pozos (Bonilla y Lavell, 2000). Los dañosse concentraron en la región Huetar Norte y noen el Pacífico Norte y Central, como podríasuponerse, debido precisamente a la respuestadesigual de los productores entre una región yotra.

Finalmente, dado el comportamiento de la se-quía como un fenómeno progresivo que serefuerza a través de etapas sucesivas y con efec-tos en distintos ámbitos �que dan lugar a lasequía meteorológica, hidrológica, agronómicay atmosférica (INETER, 2002)� los reportes en laprensa y fuentes oficiales no se incorporan nise cuentan de la misma forma que con loseventos de impacto repentino �inundaciones,deslizamientos y vendavales, por ejemplo�sino que, una vez consolidado el déficit hídrico,cuando ya hay efectos notables sobre personasy sistemas productivos, es cuando aparecen las

noticias e informes especializados que dancuenta de lo que ocurre. Es por eso que un soloreporte de sequía refiere en realidad un pro-ceso, generalmente de varias semanas y has-ta meses y que se corresponde territorialmentecon amplias zonas en una región, vertiente opaís.[�]En cuanto a la señal del fenómeno, es posibleque ésta comience a ser significativa y a gene-rar un déficit hídrico y condiciones de sequíaen ciertos lugares, desde antes que se declarepropiamente el establecimiento de una fase fríao cálida de ENOS, lo que explicaría por qué seencontraron reportes de sequía varios mesesantes del momento en que se dio oficialmenteel inicio del episodio El Niño correspondiente(Alvarado, 2006). Es posible que eso haya ocurri-do durante los eventos El Niño en la década de1970.

Otra explicación que ha tomado auge y es ac-tualmente investigada por los científicos de laregión, es la presencia de un fenómeno simi-lar a ENOS pero en el Atlántico, el mismo rela-cionado con la sequía de 2001. Aparentemen-te, cuando este fenómeno induce un enfriamien-to en las aguas de ese océano, es decir, lo queen el Pacífico conocemos como una fase oanomalía negativa �un evento de La Niña�,su efecto es inverso al de La Niña del Pacíficoy tiende a producir un déficit hídrico sobreCentroamérica.

Además de lo señalado, es posible que no sólola intensidad de la anomalía que se registre,sino también el conocimiento que en un mo-mento y otro se ha tenido del fenómeno, hayacontribuido notablemente a que sus efectos seanmenores conforme se avanza sobre la línea deltiempo, como lo evidencian los pocos reportespara los periodos de El Niño de 1997-98 y 2002-03, respecto de los de los periodos de 1972-73,1976-77 y 1982-83, puesto que una oportunaintervención gubernamental ha probado serefectiva cuando hay respuesta del sector pri-vado.

Incendios

Los incendios forestales generalizados que sesucedieron en toda Mesoamérica desde 1995 a1998, no aparecen como una consecuencia di-recta de El Niño leve y extenso que se mantuvooscilante entre 1991 y 1995, pero probablemen-te las condiciones que los propiciaron se de-bieron en parte al efecto sostenido de su in-fluencia, que a través de un relativo déficit delluvias pudo contribuir, especialmente duran-te la época seca, a que estos incendios se pro-pagaran por todo el Arco Seco centroamerica-no y en general por las áreas boscosas de laregión, desde México hasta Panamá.

EXPRESIONES DE ENOS EN COSTA RICA

Page 102: Qu-Enos Pasa Spa

102

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

[�]Todo este recuento puede sugerir que el lapsode vigencia del fenómeno ENOS puede ser tanimportante como su intensidad, que general-mente es la que más llama nuestra atención.Revisando las tendencias interdecadales querevelan los datos recogidos en nuestro estudio,podemos establecer que un evento moderadoprolongado podría inducir efectos estructura-les importantes y duraderos, tanto como unosevero pero corto podría estar asociado conefectos coyunturales serios, pero de menor pre-valencia. Por supuesto, cada país y región res-ponde distinto en cada evento, de manera queesto es una propuesta especulativa, sustenta-da en evidencias del comportamiento del fenó-meno en el pasado.

Lo hallado en cuanto a los efectos de ENOS enCosta Rica, pone de manifiesto ciertas tenden-cias sobre patrones espaciales, temporales ysemánticos, puesto que:

a) Las sequías siempre se presentan cuandoEl Niño está vigente, al menos en dos regio-nes del país, lo que incluye tanto un patrónespacial, por las áreas que suelen ser afec-tadas, como semántico, por ser la sequía unevento típico de El Niño, aunque no exclu-sivo de él.

b) Cuando prevalece una fase ENOS, los repor-tes se incrementan en un número indeter-minado, para una variedad de fenómenoshidrometeorológicos, tales como inundacio-nes, sequías, deslizamientos y vendavales,que se distribuyen por todo el país, segúnlas características de cada región. Esos even-tos no son particulares de ENOS, pero sí handemostrado que tienden a incrementarseante su influencia, ocurriendo lo opuestocuando se trata de periodos neutros. Enotras palabras, sí existe una temporalidadpropia de ENOS, asociada no con un patrónsemántico de eventos exclusivo, pero sí consu cantidad, lo que se refleja al final de cadadécada.

Análisis de un proceso creciente de configuracióndel riesgo: daño versus no daño en la relaciónentre las provincias de San José y Heredia

Heredia y San José se encuentran en los extre-mos de los registros por eventos dañinos en elpaís. Mientras la primera sobresale en cada unade las tres décadas estudiadas, la segunda apa-rece siempre en el último lugar de los reportes,pero los acontecimientos de los últimos nueveaños �una sucesión de periodos ENOS, con elhuracán Mitch incluido� han modificado estatendencia de forma notable, si bien aún la cuen-ta total de reportes entre una y otra muestrauna evidencia abultada.

Las categorías de eventos guardan coheren-cia con lo que ya se ha referido para todo elpaís, en cuanto a la predominancia de lasinundaciones, los deslizamientos y los ven-davales, si se observan los datos generalespara ambas provincias. Lo relevante en estepunto, es la cantidad de vendavales enHeredia, tipología de frecuencia regular eneste caso, cuya cantidad es proporcionalmentemayor que para las demás provincias del país.Casi el 92% de los eventos dañinos en Herediase compuso de esas tres categorías mencio-nadas.

En San José, no obstante, los incidentes estánmás distribuidos entre las diversas tipologíasde eventos y los vendavales son mucho menossignificativos, equivaliendo a cerca de la terce-ra parte de los deslizamientos reportados. Sedestaca también la importancia de la sequía,que aparece en un cuarto lugar. Siendo la pro-vincia más habitada, una situación de déficithídrico que afecte la disponibilidad de aguapara consumo humano es significativamentecrítica, por lo que representa una amenaza se-mejante ante la posibilidad de que se produz-can eventuales racionamientos.

En lo que toca a los daños, los afectados poreventos hidrometeorológicos representan laúnica categoría en la cual Heredia supera aSan José por más del doble de los casos. Esto sedebe a que 2.000 personas que acudían a unaactividad religiosa fueron temporalmente ais-ladas a causa de una inundación, de maneraque se trata tan sólo de un dato coyuntural.

Los daños en la provincia herediana no repre-sentan una pista significativa que se aleje de loque sugieren los datos generales, excepto porel hecho de que la mayor parte de ellos se pro-dujeron luego de 1998. A diferencia de eso, SanJosé �provincia y cantón� han tenido una ten-dencia sostenida de incremento de reportesdesde 1970.[�]Heredia Cantón Central, es totalmente urbano,en la medida de la urbanidad de las ciudadescentrales costarricenses. Una de las principa-les universidades públicas del país y variasuniversidades privadas, así como diversos ser-vicios y un hospital regional, son parte de supaisaje urbano. No obstante, es especialmentedesde principios de los años de 1990 que serefuerza la llegada y asentamiento de familias,particularmente de clase media, quienes bus-can vivir fuera de San José, pero relativamentecerca de sus centros de trabajo. La florecienteoferta de comercios y áreas residenciales enaquél momento surgía con fuerza y entre lossitios más atractivos están Heredia, Belén y Flo-res, pero este proceso de inmigración y ocupa-ción ha abarcado a toda la provincia.

Page 103: Qu-Enos Pasa Spa

103

Estos elementos pueden contribuir a explicarde qué manera el cambio de uso de la tierra enHeredia Centro habría sido detonante para lavariación en el comportamiento de los reportesde eventos hidrometeorológicos dañinos de esalocalidad y de toda la región administrativa ala que pertenece.

La particularidad de lo ocurrido con Heredia,se evidencia a través de su comparación conalgunos de los cantones principales en canti-dad de reportes hidrometeorológicos a escalanacional: San José, Desamparados, Limón,Talamanca y Turrialba. Esta figura evidenciacómo el Cantón Central Herediano es el únicodel conjunto que reportó en 1999 una cantidadsimilar a la de todo el periodo anterior (1970-1998) y un ascenso marcado desde el mismoaño 2000, que se mantiene hacia los años pos-teriores.

Estos datos llevan a preguntarse, finalmente,¿qué ha pasado en el cantón central y en laprovincia de Heredia desde 1999?

A nuestro juicio, la situación puede resumirseen varios puntos:

a) A partir de 1999, se produjo un cambio drás-tico en la cantidad de registros de la pro-vincia herediana, que tenía la menor canti-dad de reportes por eventos hidrome-teorológicos en el país. Esto partió de laprofundización de las condiciones de vul-nerabilidad luego del huracán Mitch, acon-tecimiento que indujo un efecto similar entodas las regiones del país, aunque en elcaso herediano se manifestó de manera acen-tuada. El núcleo más importante de estatransformación se encuentra en el cantóncentral y dentro de él, en los distritosHeredia y Ulloa. A partir de 1999, la pro-vincia registra anualmente más del doblede eventos que los reportados por año has-ta 1998. Es decir, se ha producido una rup-tura o inflexión en los procesos vinculadosal riesgo de eventos dañinos en esta pro-vincia, efecto que ha tendido a concentrarseen las localidades centrales. Vulnerabili-zación el territorio como efecto de Mitch.

b) Heredia ha recibido en los últimos 20 añosuna inmigración equivalente a casi el 30%de los habitantes con que contaba hasta1984. Esto se habría traducido en un cam-bio dramático en los patrones de infiltra-ción y escorrentía, por la impermeabi-lización del suelo en un área de miles demetros cuadrados. La pujante ofertahabitacional derivada de esta atracción hamodificado el uso de la tierra en una partedel territorio, que pasó de una cobertura fo-restal-agropecuaria a una residencial-co-

mercial, lo que habría incidido en la géne-sis de nuevas amenazas locales como en laaparición de nuevos grupos vulnerables,donde una nueva organización del espaciohabría colocado más población en lugarespropensos a riesgos que antes no habíansido identificados como tales (Blaikie et al.,1996).

c) Estas modificaciones plantean una inver-sión del comportamiento provincial en tér-minos de la propensión a sufrir eventoshidrometeorológicos asociados con daños.

d) En los reportes globales para los últimos 23años, Heredia sigue siendo la última encantidad absoluta de reportes, por lo quecomparativamente su perfil bajo se mantie-ne. Sin embargo, comparada consigo mis-ma, entre 1999 y 2003 la provincia ha re-gistrado el equivalente al 63% de todos losreportes que acumula para 1970-2003. Esdecir, en cuatro años Heredia ha registrado1,7 veces más eventos que en los 29 añosanteriores.

e) Todo ello sugiere que la provincia heredianaviene a constituirse en una oportunidadúnica para analizar en tiempo real a travésdel seguimiento y como si fuese un labora-torio de estudio y análisis del proceso deconstrucción del riesgo, la trayectoria deexacerbación de la vulnerabilidad y el efec-to sobre ésta de procesos de urbanizacióny diversificación de los sectores económi-cos y de servicios. El comportamiento delos eventos asociados con daños es un cri-terio que debe estudiarse para comprendery comparar tal proceso con el de San José yotras provincias, de manera que sea posi-ble recrear el escenario en el cual se da latransformación de un espacio relativamen-te seguro y poco vulnerable, con condicio-nes estables que permitían un control delriesgo ante eventos hidrometeorológicos, enuna zona de riesgo incremental acelerado.

ENFOQUE DE LA GESTIÓN DEL RIESGO

EN COSTA RICA

Existe una amplia documentación acerca delos efectos perjudiciales de El Niño de 1997-98. De hecho, ningún evento ENOS anteriorfue tan esperado ni recibió tanta atención yplanificación para prevenir sus consecuen-cias perniciosas, que de todas formas seprodujeron, aunque en menor medida que loproyectado si no se hubiesen aplicado medi-das de mitigación. No obstante, muy pocodetalle de tales consecuencias finalmente tras-cendió a la prensa.

EXPRESIONES DE ENOS EN COSTA RICA

Page 104: Qu-Enos Pasa Spa

104

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

Los años 1980, 1981, 1984 y 1989 presentanlos menores niveles de registros, lo que tienepor consecuencia que esa década reporte 2,5veces menos eventos que la de 1990-1999. Porotro lado, el periodo 1980-89 es el que menosciclones tropicales tuvo en el siglo XX (AlfaroE., Alvarado, L., 2003). Esto lleva a plantearsevarias preguntas:

1. ¿Sería probable que dada la influencia dela ciclogénesis regional sobre la frecuenciae intensidad de los eventos, la ausencia detormentas y huracanes fuera el origen deesta situación de SEQUÍA? De ser así, ¿cómose relaciona esto con la vulnerabilidad?

2. ¿Existe en Costa Rica una particular sensi-bilidad a la intensidad y magnitud de losciclones tropicales, respecto de eventos me-teorológicos que no tienen su influencia?¿Su poca recurrencia en esa década, repre-sentó un descenso general en los reportesde acontecimientos relacionados con ame-nazas naturales y asociados con daños,unido esto a una menor cantidad de repor-tes en la prensa, acerca de El Niño?

Y respecto de El Niño, ¿es factible considerarque el comportamiento de ENOS, en general,pudiera ser la respuesta a esta situación?¿Qué representaría esto en términos del sig-nificado de la amenaza como componente delriesgo?

ALGUNOS DE LOS AVANCES Y LOGROS

INSTITUCIONALES EN LA GESTIÓN DEL RIESGO

POR EVENTOS HIDROMETEOROLÓGICOS

EN LOS ÚLTIMOS AÑOS

El impacto de eventos severos de poca re-currencia comparativa, tiende siempre a pro-ducir un colapso temporal y una crisis de lacual las instituciones nacionales de respuestaa emergencias se recuperan con una rapidezvariable, según sean sus propias aptitudes y elconocimiento que tengan de la realidad nacio-nal en cuanto a los escenarios multiamenaza,formas de vulnerabilidad y desarrollo de ca-pacidades locales para enfrentar este tipo desituaciones. Tales instituciones nacionales aúntienden a configurarse en torno a la interven-ción postimpacto, como resultado de una tra-yectoria histórica que actualmente procura co-rregirse; sin embargo, ha habido progreso en lapromoción de iniciativas con enfoque de ges-tión. Este avance ha tomado mucho tiempoporque era preciso que se comprendiera, en losniveles técnicos y políticos, el verdadero ori-gen de los desastres, más allá de las emergen-cias impactantes que podemos atestiguar. En

términos concisos, éste ha sido el recorrido queha seguido la Comisión Nacional de Preven-ción de Riesgos y Atención de Emergencias,CNE.

Conforme la CNE adquiría su propia identi-dad y maduraba su proceso de consolidacióninstitucional, era evidente que en el escenarioglobal como en el nacional se hacía necesariocolocar en el centro del debate los conceptoselementales �amenaza, vulnerabilidad, ries-go�, para poder luego dirigirlos a una aplica-ción concreta en escenarios reales. Esto no hasido tan difícil con la amenaza, pero sigue sien-do complicado lograrlo con la vulnerabilidady el riesgo, si bien ya no hay quién discuta suimportancia. El problema es en buena medidametodológico, por las dificultades que imponemedir la vulnerabilidad. Ello ha llevado a di-versas imprecisiones y omisiones, como la ideareiterada de aplicar estos conceptos a elemen-tos de la naturaleza, como los ecosistemas, elrecurso hídrico y otros, o elaborar �mapas deriesgo�, que no son sino representaciones es-paciales de una amenaza identificada y unarelación de exposición física de ciertos gruposy objetos.

En el caso de Costa Rica, la CNE ha pasado dela idea de crear un Sistema de Gestión de De-sastres a un Sistema Nacional de Prevencióny, recientemente, a un Sistema de Gestión delRiesgo (La Gaceta, 2006). Con sólo reparar en es-tas nomenclaturas, se puede observar en quésentido se ha producido �para bien� un cam-bio de enfoque institucional con el paso deltiempo. Hasta mediados de los años de 1980,la CNE �originalmente, Oficina de Atenciónde Emergencias� daba énfasis a éstas, haciendohonor a su nombre, y a los desastres, en gene-ral (Lavell, A. En: Lavell, A., Franco, E., 1996). Enaquel momento no se contemplaba el riesgo nise concebía el tema de la escala en la génesis delos eventos asociados con daños, de maneraque los pequeños impactos localizados no eranparte del debate.

Si bien los sismos y terremotos están siemprepresentes en el imaginario popular, tal como loreflejan los acontecimientos de los años de1980, cuando la temática giraba fundamental-mente en torno a ellos y buena parte de la in-versión técnica y tecnológica del Estado y lasuniversidades se concentraba ahí, una décadadespués las tendencias se modificarían, aladquirir relevancia el tema ENOS y los recu-rrentes eventos de tipo hidrometeorológico, quehoy ocupan un porcentaje mayor del quehacerdiario de la CNE y el Centro de Operaciones deEmergencia (COE), organismo creado para con-vocar a la intervención y gestión a las institu-ciones del Estado relacionadas con la seguri-dad, la salud pública y el apoyo a los sectores

Page 105: Qu-Enos Pasa Spa

105

productivos eventualmente afectados por elimpacto de un desastre.

Se diría que el progreso en torno a la acción delestado nacional ante los eventos dañinos haavanzado aceleradamente en los últimos 10años. Desde la aprobación de la primera refor-ma legal importante aprobada en 1999, se hansucedido dos reformas más, una en 2002 y laotra a principios de 2006. En esta última nosólo se hace referencia a la creación de un Sis-tema Nacional de Gestión del Riesgo, comoya se mencionó, sino que además se evidenciael propósito de promover un cambio en la per-cepción y significado del riesgo para la socie-dad, especialmente en dos sentidos: a) en lanecesidad de que diferentes niveles de gestiónsocial e institucional se involucren en el proce-so de su reducción a largo plazo, creando lascondiciones para que esto se dé por medio delas instancias que la ley legitima, desde el ni-vel local y por las vías y procedimientos espe-cificados; b) en el hecho de que el riesgo es par-te de la cotidianeidad y asumirlo así es la úni-ca forma de aprender a comprender cómo segenera y de qué manera puede la sociedadaprender a convivir con el grado de riesgo acep-table que está dispuesta a manejar.

Actualmente, varias disposiciones desde elámbito de lo local a lo nacional ponen de ma-nifiesto este progreso en el tema, a saber:

a) En la ley aprobada el pasado mes de enero,se modifica la figura del �Comité Local deEmergencias� (CLE), que pasa a denominar-se �Comité Municipal de Emergencias�(CME) (La Gaceta, 2006). Este cambio de no-menclatura puede parecer superficial, perosi se consideran brevemente sus impli-caciones es obvio que a mediano plazo re-presentará una transformación en la formacomo se ha practicado la gestión e interven-ción local ante diversos riesgos. Hasta ahoralos CLE eran integrados por líderes localesvoluntarios y no necesariamente incluíana representantes del gobierno municipal,lo que en ciertos casos dificultaba la vincu-lación con éste y el desarrollo de procesosconjuntos, que generalmente son promovi-dos con el apoyo de la CNE. En adelante, lanueva reforma impone la incorporación delas autoridades municipales a la composi-ción y labor de los CME.

b) El cobro de una tasa de alcantarilladopluvial a todos los propietarios de inmue-bles del cantón de Goicoechea, cuyaspropiedades tengan al menos 8 metros li-neales de frente. El monto recaudado sedestina a la inversión en mejoras en la in-fraestructura del alcantarillado municipal,se cobra periódicamente y su recaudación

anual inicial se calculó en 120 a 130 millo-nes de colones en 2001, siendo esta la for-ma en que de manera concreta la gestióndel riesgo se hizo parte de la política muni-cipal de forma explícita en este cantón (PEN,2002; Romero, L., Brenes, A., 2002). Esta inicia-tiva �novedosa en el país� pretende dismi-nuir las inundaciones derivadas de la in-suficiencia del sistema local de alcantari-llas pluviales, a causa del aumento en losvolúmenes de escorrentía en las comunida-des urbanas durante los últimos 30 años.Sólo en 2004, el 25% de las inundacionesreportadas se originaron en problemas conel alcantarillado, en 67 cantones del país(PEN, 2005). Las disposiciones sustentadasen el compromiso y apoyo económico de losmismos habitantes, contribuyen a generaren estos una nueva y saludable percepciónacerca del riesgo y su gestión.

c) En el año 2001 la Contraloría General de laRepública dispuso que todas las institucio-nes, empresas públicas del Estado y gobier-nos locales, cumplieran con la disposiciónde incluir en sus presupuestos una partidapara desarrollar acciones de prevención ypreparativos para situaciones de emergen-cia en las áreas de su competencia, tal comolo establecía la Ley Nacional de Emergen-cia vigente en aquél momento y lo mantie-ne la actual (La Gaceta, 2006). En 2002, ya el48% de los municipios �31 cantones de 81en total� cumplían siquiera con el financia-miento de este rubro, si bien no todos lo eje-cutaron entonces (Romero, L., Brenes, A., 2002).El monto del fondo depende de la capaci-dad y presupuesto municipal general decada cantón, pero al menos esto permite aten-der parcialmente las emergencias locales,deslindando así responsabilidades entre laesfera nacional y comunal y atribuyendo alas municipalidades una necesaria funciónque esperamos se traduzca en voluntad po-lítica y opciones reales para hacer gestiónlocal del riesgo.

d) Otras iniciativas con varios años de vigen-cia, corresponden a la creación de instan-cias administrativas dentro del sistema degobierno: el Programa Sectorial Agro-pecuario en Gestión del Riesgo (PSAGR),creado en el año 2000 y adscrito a la Secre-taría Técnica de Planificación SectorialAgropecuaria (SEPSA) y la Oficina de Pre-vención y Atención de Desastres (OPAD),establecida en la Municipalidad de San Joséen 1997. El primero promueve la capacita-ción de los funcionarios sectoriales en eltema del riesgo y los eventos dañinos queafectan la actividad agropecuaria nacional,así como produce investigación con propó-sitos técnicos, y representa al sector ante el

EXPRESIONES DE ENOS EN COSTA RICA

Page 106: Qu-Enos Pasa Spa

106

COE, entre otras tareas. En el segundo caso,se trata de una dependencia que procura laidentificación de las zonas más problemá-ticas del cantón de San José y los tipos deeventos más frecuentes, con el propósito decolaborar en la mitigación de los muchosinconvenientes que dentro de esta área con-tribuyen al riesgo actual, así como paratratar de reducir éste en el largo plazo, re-curriendo al apoyo interinstitucional conplanificación estratégica (Romero, L., Brenes,A., 2002).

e) Los Planes Reguladores Cantonales, crea-dos por la Ley de Planificación Urbana, soninstrumentos que han transformadosignificativamente el manejo del territoriocantonal y los criterios municipales en suadministración. Pese a que se señala queexisten deficiencias técnicas en ellos, mu-chos cantones están logrando una gestiónmás responsable de sus municipios a tra-vés de su aplicación. Además, se procuraincluir en estos documentos las amenazasidentificadas a escala cantonal, lo que per-mite imponer por la vía legal, restriccionesen el uso de la tierra (Romero, L., Brenes, A.,2002). Ya un esfuerzo de aproximación en

este aspecto, se había hecho con la elabora-ción del Atlas de Amenazas Naturales (CNE,2001), que constituye, si bien sintético y ge-neral, un primer nivel de trabajo que brindapautas para profundizar en las problemá-ticas locales, ya sea que este paso lo asu-man los gobiernos locales o intereses parti-culares o institucionales de investigación.

Como las cifras lo han evidenciado, los even-tos dañinos de tipo hidrometeorológico son losmás frecuentes y sus daños pueden ser signifi-cativos, ya sea que se trate de grandes desas-tres o de vendavales vecinales. Tanto para es-tos como para los eventos asociados con otrasformas de amenazas, las nuevas disposicionesadministrativas y legales han contribuido acrear un escenario para la gestión del riesgo enel país, cuyos frutos a mediano plazo podríancontribuir en llevar las condiciones actualeshacia la dirección correcta. No obstante, serápreciso mucho más, como lo saben los invo-lucrados en la tarea de reducir el riesgo, puestoque se requiere para hacerlo efectivo, sosteni-do y duradero, de un compromiso a escala país.En todo caso, comenzar desde las comunida-des es la clave para que tales condiciones selogren.

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

Alfaro, E., Alvarado, L. Frecuencia de los ciclones tropicales que afectaron a Costa Rica en el siglo XX.En: Fernández, W. et al. Julio, 2003. �Tópicos Meteorológicos�. Publicación periódica. InstitutoMeteorológico Nacional (IMN). Ministerio de Ambiente y Energía. República de Costa Rica. SanJosé, Costa Rica.

Alfaro, E. Comunicación personal. Setiembre, 2005.

Alvarado, L. Comunicación personal. Enero, 2006.

Blaikie, P., Cannon, T., Davis, I., Wisner, B. 1996. Vulnerabilidad: el entorno social, físico y económico de losdesastres. Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina (LA RED), IntermediateTecnology Development Group (ITDG-Perú) Tercer Mundo Editores. Bogotá, Colombia.

Bonilla, A., Lavell, A. 2000. Proyecto para la Gestión del Riesgo ENSO en América Latina. Patrones deRiesgo ENSO y su configuración. I Informe Técnico. Instituto Interamericano para el Cambio Glo-bal (IAI) � Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina (LA RED) �Secretaría General, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). San José, Costa Rica.

Bonilla, A., Lavell, A. 2001. Proyecto para la Gestión del Riesgo ENSO en América Latina. Patrones deRiesgo ENSO y su configuración. II Informe Técnico. Instituto Interamericano para el CambioGlobal (IAI) � Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina (LA RED) �Secretaría General, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). San José, Costa Rica.

Brenes, A., Romero, L. 2002. Gestión del riesgo en las municipalidades del Área Metropolitana de SanJosé. Centro para la Prevención de Desastres en América Central (CEPREDENAC), Comisión Na-cional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE). San José, Costa Rica.

Climate Prediction Center. 2006. ENSO cycle: recent evolution, current status and prediction. ClimatePrediction Center / NCEP. National Oceanic and Atmospheric Administration. Power PointPresentation for public release.

CNE. 2001. Atlas de Amenazas Naturales (por provincia y cantón). En: www.cne.go.cr/atlas_de_amenazas/atlasde.htm. Sitio oficial de la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos yAtención de Emergencias (CNE). Consultado: 01-11-2001.

BIBLIOGRAFÍA

Page 107: Qu-Enos Pasa Spa

107

EXPRESIONES DE ENOS EN COSTA RICA

Flores, R. 2001. Estrategia de gestión de riesgos para el espacio rural costarricense. Programa SectorialAgropecuario de Gestión de Riesgos (PSAGR), Secretaría Ejecutiva de Planificación SectorialAgropecuaria (SEPSA) � Gobierno de Costa Rica. San José, Costa Rica.

INEC. 2001. IX Censo Nacional de Población y V de Vivienda: resultados generales. Instituto Nacionalde Estadísticas y Censos. San José, Costa Rica.

INETER. 2002. Amenazas por sequía meteorológica. En: www.ineter.gob.ni/amenazas%naturales/sequia/Informacionsequia/sequia.htm. Sitio oficial del Instituto Nicaragüense de Estudios Terri-toriales (INETER). Consultado: 25-09-2002.

La Gaceta. 2006. Aprobada Ley Nacional de Emergencias y Prevención del Riesgo. En: La Gaceta. DiarioOficial, Gobierno de la República de Costa Rica. Miércoles 11 de enero de 2006. Año CXXVIII, N° 8.La Uruca, San José, Costa Rica.

La Red., 2003. Desinventar: sistema de inventario de desastres. CD-ROM, versión 6.2.4 La Red, 1994-2003. Observatorio del Sur Occidente de Colombia (OSSO), Corporación OSSO, Instituto Interame-ricano para el Estudio del Cambio Global (IAI), Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo(PNUD).

Lavell, A. (1993)

Lavell, A. (1994) Comunidades urbanas, vulnerabilidad a desastres y opciones de prevención y mitiga-ción: una propuesta de investigación � acción para Centroamérica. En: Lavell, A. (ed.). 1994. �Vi-viendo en riesgo�. Tercer Mundo Editores. Bogotá, Colombia.

Lavell, A.(1996) Costa Rica: cambio sin transformación. Los límites de un paradigma. En: Lavell, A.,Franco, E. 1996. �Estado, sociedad y gestión de los desastres en América Latina�. IntermediateTecnology Development Group (ITDG-Perú) - Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastresen América Latina (LA RED) � Secretaría General, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales(FLACSO).

PEN. 2000. 6° Informe de Desarrollo Humano Sostenible. Proyecto Estado de La Nación. ConsejoNacional de Rectores (CONARE), Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). SanJosé, Costa Rica.

PEN. 2002. 8° Informe de Desarrollo Humano Sostenible. Proyecto Estado de La Nación. ConsejoNacional de Rectores (CONARE), Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). SanJosé, Costa Rica.

PEN. 2003. 9° Informe de Desarrollo Humano Sostenible. Proyecto Estado de La Nación. ConsejoNacional de Rectores (CONARE), Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). SanJosé, Costa Rica.

PEN. 2004. 10° Informe de Desarrollo Humano Sostenible. Proyecto Estado de La Nación. ConsejoNacional de Rectores (CONARE), Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). SanJosé, Costa Rica.

PEN. 2005. 11° Informe de Desarrollo Humano Sostenible. Proyecto Estado de La Nación. ConsejoNacional de Rectores (CONARE), Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). SanJosé, Costa Rica.

Ramírez, P. et al. 2001. Condiciones de sequía observadas en el Istmo Centroamericano en el año 2001.Comité Regional de Recursos Hidráulicos. San José, Costa Rica.

Romero, L., Brenes, A. 2002. Diagnóstico de la gestión del riesgo en las municipalidades del AreaMetropolitana de San José. Centro para la Prevención de Desastres en América Central(CEPREDENAC), Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE).San José, Costa Rica.

Page 108: Qu-Enos Pasa Spa

108

Expresiones de ENOS en el Ecuador75

A nivel mundial los desastres aso-ciados al clima van en aumento.En Ecuador, a partir del eventoEl Niño 1982-1983, se empezó a

prestar mayor atención al fenómeno ENOS (ElNiño Oscilación Sur) como generador poten-cial de desastres. La ocurrencia del segundogran evento ENOS del siglo XX, el de 1997-1998, que produjo casi cuatro veces más pér-didas que el anterior, desencadenó una cre-ciente preocupación por el estudio de la pro-blemática.

El riesgo de desastre asociado a fenómenosde la naturaleza está relacionado con la pro-babilidad de que la materialización de estospueda afectar personas, bienes materiales, in-fraestructura, servicios, o en general ejercerun efecto negativo sobre algún tipo de activi-dad humana, sobre la sociedad o sobre la na-turaleza misma. Desde esta perspectiva, exis-ten relaciones complejas entre los procesossociales-económicos, que inciden sobre lascondiciones de vulnerabilidad, las amenazasy el riesgo, que generan un círculo vicioso enla medida en que, frente a una amenaza, losactores sociales con menos recursos econó-micos no tienen capacidad para enfrentar lasperdidas, por lo cual sus condiciones de vidaempeoran generando mayores factores devulnerabilidad ante la siguiente amenaza,produciendo así una amplificación de losefectos. Es decir, nos encontramos ante un pro-ceso de vulnerabilidad acumilativa.

LOS DESASTRES ESTÁN CADA VEZ MÁS LIGADOS

A LA VARIABILIDAD CLIMÁTICA

La base de datos levantada para Ecuador parael periodo enero 1970 a diciembre 2003, pre-senta un total de 3.589 desastres, es decir unpromedio de más de 105 desastres por año, delos cuales 1.375 son de origen antrópico (acci-dentes, incendios, explosiones, etc.), 101 deorigen geodinámico (erupciones volcánicas,sismos, fallas, tsunamis) y 2.114 ligados a lavariabilidad climática (VC) o de origen hidro-meteorológico76, que representan el 58,9% deltotal.

Los desastres en el Ecuador están cada vez másligados a la variabilidad climática. En efecto,entre la década del 70 y fines del 2000, los de-sastres de origen hidrometeorológico seincrementaron del 15,8% al 67,1% y entre elloslas inundaciones y deslizamientos de maneramás significativa.(�) Los desastres antrópicos(accidentes e incendios) eran los más frecuen-tes en la década de los 70s, mientras en los 90slo fueron los de origen hidrometerológico(inundaciones y deslizamientos).

Cabe mencionar que debido a las intervencio-nes antrópicas sobre el ambiente natural tantoal nivel global (efecto invernadero, cambiosclimáticos), así como a nivel local (inducidospor los procesos de urbanización, expansiónde la frontera agrícola, impactos de la infraes-

Respecto a las tipologías se identifican inundaciones, deslizamientos y aluviones como los eventos quegeneran mayores impactos.

Entre los procesos de configuración, la degradación ambiental de las partes altas de las cuencas y lainfraestructura inadecuada en las partes bajas, se conjugan para aumentar las condiciones de riesgo.

Esto genera una expansión espacial de los desastres que acontecen.

Aun así, la gestión se encuentra todavía orientada principalmente hacia la atención de la emergencia. Sesuma a esta problemática una ausencia de trabajo sectorial, lo que dificulta la articulación de accionesintegrales.

Se destacan al mismo tiempo señales de aprendizaje por parte de sectores privados, los cuales hanempezado a desarrollar herramientas de gestión autofinanciadas.

75 Resumen del estudio �Ries-go asociado a ENOS y varia-bilidad climática en Ecuador- Patrones y procesos de con-figuración: Una visión inter-pretativa a partir de tres déca-das de registro de desastres�de Othón Cevallos Moreno(Co-PI Ecuador).76 Aunque no todos son even-tos estrictamente hidrometeo-rológicos, se les denomina asíaquí a aquellos que se conside-ran asociados o disparados porfenómenos ENOS y por la va-riabilidad del clima. Estos son:Inundación, Deslizamiento,Avenida, Lluvias, Vendaval,Tempestad, Marejada, Hura-cán, Sedimentación, Helada,Granizada, Sequía, Litoral, Alu-vión, Alud, Incendio Forestal,Epidemia, Plaga, Tormenta Eléc-trica, Nevada, Ola de Calor(Lavell et al., 2001).

Page 109: Qu-Enos Pasa Spa

109

tructura vial, hidroeléctrica, industrial, etc.), lasamenazas hidrometeorológicas son cada vezmás de origen socio-natural y no puramentenaturales.

MAGNITUD DE LOS DESASTRES

La metodología de la RED para elaborar la baseDesInventar, a diferencia de otras bases, consi-dera un desastre como �el conjunto de efectossobre vidas humanas e infraestructura econó-mica que produce un evento (natural o no) so-bre una unidad geográfica de máxima escalade resolución�, sin que exista un mínimo demuertos, heridos, afectados o se haya necesita-do de la declaración de emergencia o de ayudainternacional, como establece la definición delCentro de Investigación de Epidemiología deDesastres de la Universidad de Lovaina, CRED.

DesInventar permite determinar eventos gran-des como El Niño 1997-1998 o el sismo del Cocade 1985 o la erupción del Reventador del año2002, como una suma de eventos y efectos di-versos, distribuidos en unidades geográficas, ya lo largo del tiempo. Esto permite agregar y com-parar los desastres que surgen como efecto deeventos extraordinarios, con la �normalidad�de pequeños y frecuentes desastres cotidianosque no reclaman la atención internacional o aveces ni siquiera nacional, pero que acumula-dos pueden ser tan graves como los primeros.

Para realizar este análisis se utilizó la metodo-logía de La Red, propuesta por el equipo deArgentina, con el fin de determinar la magni-tud de los desastres. Su escala va de 0 (impactonulo) hasta 30 (impacto máximo). Este Indicede Magnitud se basa en la cuantificación delos efectos sobre bienes materiales y servicios,impacto sobre las personas y la duración delevento. De acuerdo con este trabajo, de 1.322desastres de origen hidrometeorológico, 1.043son clasificados como pequeños, 272 media-nos y sólo 7 grandes. Los pequeños y media-nos desastres produjeron la mayor cantidadde efectos, lo que corrobora que el problemabásico no son sólo los grandes desastres.

A nivel nacional, para todo el periodo de regis-tro, Guayas, Manabí y Pichincha son las pro-vincias más afectadas. A su vez estas provin-cias (en el siguiente orden: Guayas, Pichincha yManabí) son las de mayor población en el país.La región con mayor número de reportes de de-sastres es la Costa, teniendo el 58,3% del total deregistros de la base, seguido de la Sierra y elOriente con 33,9% y 7,8% respectivamente.

En la Costa, los reportes de desastres más re-presentativos según su importancia se relacio-

nan con inundaciones (606), deslizamientos(161) y epidemias (128). En lo que respecta a laRegión Sierra los desastres más frecuentes sondeslizamientos (258), inundaciones (150) y llu-vias (99). En la Región Amazónica los más fre-cuentes son los deslizamientos, las inundacio-nes y las lluvias en menor proporción.

A nivel cantonal aquellos que presentan ma-yor número de desastres son los ubicados en elGolfo de Guayaquil, en Manabí y en la provin-cia de Esmeraldas en la Región Costa y en Qui-to y Cuenca en la Región Sierra. La mayor par-te de los eventos se hallan concentrados espe-cialmente en los cantones más cercanos a lalínea costera, bajo la isolínea de 1.000 metros,debido a las precipitaciones severas que ocu-rren en esta zona. Los cantones con nivelesmedios de desastres se ubican al pie de la Cor-dillera Occidental y los cantones con nivelesbajos se localizan en la región interandina y laAmazonía.

El estudio realizado indica que el número dedesastres se ha incrementado de forma eviden-te a lo largo de los últimos 34 años. Un análisispor quinquenios demuestra que el número dedesastres de origen hidrometeorológico ha pa-sado de un promedio de dos (2) eventos poraño en el quinquenio 1970-1974, a un máximode 116 en el quinquenio 1995-1999. Existen enespecial fuertes incrementos del número dedesastres en los quinquenios en los cuales sepresentaron eventos ENOS de gran magnitudcomo es el caso de los quinquenios 1980-1984(ENOS 82-83) y particularmente 1995-1999(ENOS 97-98).

Aparte del crecimiento del número de desas-tres de origen hidrometeorológico en los perio-dos ENOS, también hay incremento de estosdesastres en los periodos considerados comoNo ENOS (Neutros y La Niña, de acuerdo conla clasificación de Trenberth, 1997), es decirexiste una �normalidad� de ocurrencia de de-sastres, provocada por procesos socio-econó-micos subyacentes que generan vulnerabilidada las poblaciones frente a eventos HM norma-les asociados a la variabilidad climática. Enefecto, el número de eventos en periodos ENOSextraordinarios (82-83 y 97-98) es tan signifi-cativo que iguala al número de eventos en los13,5 años siguientes.

Un análisis más pormenorizado, contabilizan-do los desastres en los periodos establecidospor la NOAA como Niño, Niña o Neutro (verserie en el Artículo dedicado a Argentina) per-mite determinar que el 51% de todos los desas-tres hidrometeorológicos y el 56% de las inun-daciones se han presentado en los 110 mesescalificados como El Niño. Esto reitera que enlos periodos cálidos de ENOS en Ecuador se

EXPRESIONES DE ENOS EN EL ECUADOR

Page 110: Qu-Enos Pasa Spa

110

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

incrementan los desastres de origen hidrome-teorológico, típicamente las inundaciones y losdeslizamientos. Sin embargo, si se excluyen losdos periodos extraordinarios ENOS (mayo/1982-junio/1983 y mayo/1997-abril/1998), endonde el número de eventos, como hemos visto,es significativamente mayor en el resto de perio-dos, indistintamente si se trata de periodos ElNiño débiles, moderados, fuertes, o La Niña oNeutros; ocurren también eventos de desastres,asociados a ENOS y a la variabilidad climática.En efecto, el 33% de todos los desastres, inclu-yendo inundaciones, se han presentado en los162 meses calificados como Neutros.

Por otra parte, los periodos La Niña son menossignificativos en términos de ocurrencia dedesastres de origen hidrometeorológico, ya queen los 119 meses así catalogados, ocurrieron el15% del total de desastres y apenas el 6% delas sequías. La ocurrencia de sequías está cla-ramente asociada a los periodos Neutros (75%del total).[�]Podemos concluir, entonces, desde el puntode vista de la preparación y de la mitigacióndel riesgo de desastres, al igual que desde elpunto de vista de la predicción del fenómeno,resultan igualmente importantes los eventos�extraordinarios� asociados a la fase cálida deENOS, como los que suceden en otras fases, sondébiles, moderados, fuertes o aún muy fuertes.Es decir, aquellos fenómenos propios de la va-riabilidad. En todas las regiones y en todos losperiodos, con o sin El Niño, se produce uno uotro número significativo de desastres.

Inundaciones

Aunque no siempre es posible caracterizar lasinundaciones, un 40% de las reportadas co-rresponden a zonas rurales con afectación atierras agrícolas y pequeñas poblaciones dis-persas y un 33% son urbanas. Adicionalmente,un 10% afectan a vías, puentes o al transporte,un 3% son inundaciones costeras, un 5% afec-tan a zonas urbanas y rurales simultáneamen-te y en un 9% no es posible identificar esas ca-racterísticas. Las inundaciones rurales y lasurbanas se presentan con mucho más frecuen-cia en la costa.

En el caso de las inundaciones rurales los prin-cipales afectados son un sinnúmero de peque-ñas comunidades aisladas que muchas vecesno tienen apoyo de las autoridades.

En el caso de las ciudades, las inundaciones sedeben en un 40% a desbordamiento de ríos queatraviesan las ciudades y un 60% a problemasde falta de capacidad o deterioro del sistemade alcantarillado, o al taponamiento de alcan-tarillas en las vías perimetrales urbanas.

Deslizamientos

Es el segundo evento más recurrente en la baseDesInventar y el segundo por la cantidad depersonas afectadas que generan. Estos hanocurrido en un número de 476 a lo largo de los34 años investigados. Del total, el 51,9% de losdeslizamientos reportados ocurrieron enla sierra, 33,8% en la costa, incluyendo Galá-pagos, y 14,3% en la Amazonía.

Típicamente, los deslizamientos son fenóme-nos que ocurren preponderantemente en la sie-rra, producto de las fuertes pendientes e ines-tabilidad de la geología de los Andes, induci-do o agravado por los cortes de los taludes o eldesalojo de materiales provocados por la aper-tura de las vías. En esta región los cantones dela zona centro, Quito y Cuenca, son los másafectados.

Básicamente los deslizamientos se producenen ciudades por los efectos de la urbaniza-ción sin planificación, usualmente en el áreade colinas y laderas. Otra fuente importantede deslizamientos son los cortes y la desesta-bilización de los taludes por la construcciónde las vías. En zonas rurales se debe básica-mente a los procesos del avance de la fronteraagrícola.

En la costa los cantones más afectados pordeslizamientos son los ubicados en las estri-baciones de la Cordillera Occidental o en laCordillera de Chongón. Un dato interesante esque la mayoría de los deslizamientos reporta-dos en Zamora son debidos a la explotaciónminera.

El reciente fenómeno de El Niño 97-98 develó alos deslizamientos como un problema de granmagnitud también en la costa. Durante esteevento, la costa reporta el 57% de los desliza-mientos, superando a la sierra. En términos deprovincias, Manabí fue la provincia donde ocu-rrieron más deslizamientos (44), seguido porPichincha (23), Guayas (17) y Esmeraldas (14).En la costa, las formaciones arcillosas de lacordillera costanera, degradadas por defo-restación, la agricultura inadecuada, etc., quehan producido condiciones apropiadas parala ocurrencia de estos eventos.

En todos los casos reportados, el mecanismodesencadenante principal o de disparo fueronlas lluvias intensas o continuas. Otro de losfactores a tomar en cuenta, es la construcciónde vías en donde los cortes en los terrenos selos realiza con pendientes muy fuertes, muchasveces por ahorro de dinero, lo que a la postreevidencia un potencial deslizamiento. Para elcaso del Ecuador las 30 cuencas existentes tie-nen problemas de estabilidad de taludes.

Page 111: Qu-Enos Pasa Spa

111

En la Región Amazónica también se han pre-sentado deslizamientos de grandes proporcio-nes, tal es el caso del deslizamiento ocurrido enla vía Guarumales-Méndez, provincia deMorona Santiago, en el 2002, en donde por lamagnitud del evento se tuvo que declarar al sitiocomo un campo santo; la causa del deslizamien-to se atribuyó a las lluvias ocurridas en el sitio.[�]Otra consecuencia indirecta del fenómeno deEl Niño 97-98 fue la epidemia77 de malaria,debido, según la CAF, a que las grandes movi-lizaciones generadas por los múltiples de-sastres ocurridos, dispersaron la malaria delnorte del litoral hacia toda la región costanera.

Variación geográfico-temporal

La ocurrencia de desastres de origen hidrome-teorológico se ha ido ampliando, a lo largo delas últimas tres décadas, desde los núcleos máspoblados hacia todo el territorio nacional yprincipalmente hacia los cantones de la costay de la sierra centro y sur. Para la década del 70se reportaban desastres principalmente enQuito y Guayaquil; sin embargo, para la déca-da del 80, debido principalmente al eventoENOS 1982-1983, este espectro se amplió haciaun mayor número de cantones, especialmentede la costa, sierra centro y sur y Amazonía.

En la década del 90 el proceso creció aún más,reportándose desastres en 67 cantones, granparte de ellos en la provincia de Manabí y en lacuenca media y baja del río Guayas.

Esto permite visualizar un proceso de amplia-ción de las zonas de afectación y por tanto decrecimiento de las condiciones de vulnerabili-dad, ya que se puede razonablemente aceptarque no ha habido alteración climática a nivelgeográfico.

En parte el incremento se explica por los acele-rados procesos de urbanización del Ecuadora partir de la década del 70, impulsado por elboom de la exportación petrolera. En efecto, deacuerdo con los resultados preliminares delúltimo censo de noviembre de 2001, la pobla-ción urbana del país supera ampliamente a lapoblación rural. La relación población urba-na / población rural se ha incrementado des-de una relación 58,2% / 41,8% para el censode 1990 a una relación de 60,98% / 39,02% parael censo del 2001. Para la década 1990-2000,la tasa de crecimiento urbana fue del 3,6%,mientras la rural fue negativa (�0,07%), lo queexpresa el proceso de migración rural-urbana.

El crecimiento poblacional es, sin duda, otrofactor de significación. A pesar de la continuadisminución de la tasa de crecimiento po-blacional (desde un valor de 2,92% entre 1980

y 1990, hasta el 2,11% para la década 1990-2000), la población del país creció de 9,6 millo-nes en 1990 a 12,1 millones en el 2001.

Efectos en personas e infraestructura

Los mayores efectos de los desastres son: pér-didas de vidas humanas, destrucción de vi-viendas, heridos y en general pérdidas mate-riales y económicas en los sectores de vialidady transporte, actividad agropecuaria, serviciospúblicos en ese orden.

Del análisis de los efectos se puede concluir que:

� El 36% de todos los desastres reportadosprovocan muertes.

� El 29% de los desastres destruyen viviendas.

� En el 20% de todos los desastres se afecta elsector vial y en el 13% se afecta al sectoragropecuario.

� Los deslizamientos son los tipos de desas-tres HM que más personas matan, seguidode las epidemias y las inundaciones.

� Las inundaciones, por su número y exten-sión, son los desastres que más viviendasdestruyen y que más personas afectan.

� La segunda causa de destrucción de vivien-das son los deslizamientos en lugares defuertes pendientes en laderas, junto a bor-des de quebradas y ríos, etc.

Índice de Riesgo Hidrometeorológicomaterializado (IRH)

Tanto la ocurrencia de desastres como sus efec-tos, pueden ser utilizados como Indicadoresde Riesgo Materializado (IRH). El índice mássimple es el número de desastres registradosen el periodo de estudio. Si se construye unaserie de valores independientes, asumiendo uncomportamiento homogéneo de la serie, cons-tituida por el número de años en que ocurrie-ron eventos de origen hidrometeorológico (fre-cuencia), dividida para el número total de añosde registro, se tiene la frecuencia relativa, comoaproximación de la probabilidad de ocurren-cia, con valores entre 0,0 y 1,0. El mismo análi-sis puede ser hecho para todos los eventos deorigen hidrometeorológico, así como para even-tos particulares, aunque en estos casos el nú-mero de eventos es menor.

De acuerdo con esto, Quito, Guayaquil y princi-palmente Cuenca, presentan los mayores índi-ces de afectación para el periodo analizado. Enel caso de Cuenca se debe a la ocurrencia deldeslizamiento de la Josefina en 1993, que causóuna gran cantidad de daños, muertos y afecta-dos. En el caso de Zamora el IRH alto se debe ala ocurrencia del deslizamiento en Nambija.

77 Enfermedad que ataca en unamisma zona numerosos indivi-duos en cortos periodos detiempo (días, semanas, máxi-mo meses), como el cólera, lafiebre tifoidea, la peste bubóni-ca, etc. En el Ecuador la mayorparte de epidemias se registranen la costa.

EXPRESIONES DE ENOS EN EL ECUADOR

Page 112: Qu-Enos Pasa Spa

112

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

En general, los cantones que corresponden acapitales de provincia son los que exhiben losmayores valores de IRH, ya que muchas de es-tos cantones tienen la mayor cantidad de po-blación e infraestructura expuesta. Sin em-bargo, otros cantones, como Quevedo, Pujilí yBaquerizo Moreno, también presentan altosíndices de riesgo materializado.

� En la conformación de esos riesgos se pue-den identificar los siguientes factores, encuanto a la vulnerabilidad hace referencia:La vulnerabilidad por carencia de acceso a re-cursos (SAR), que se define en función de Ne-cesidades Básicas Insatisfechas, Índice deCalidad de Vivienda , Índice de Infraestruc-tura (servicios) y Hacinamiento, se presen-ta principalmente en zonas empobrecidasde la costa, como Esmeraldas, el sur deManabí y el norte de Guayas, en provinciasde la sierra centro y sur como: Chimborazo,Cañar, Azuay y Loja, y en Morona Santia-go, Pastaza y Napo en la Amazonía. En loscantones donde se encuentran las capita-les de provincias y ciudades grandes, losíndices de vulnerabilidad por carencia deacceso a recursos son menores.

� La vulnerabilidad socio-económica, que se de-fine en función del número de personas, delnivel de escolaridad y de la población eco-nómicamente activa, se presenta en loscentros urbanos de mayor concentraciónpoblacional y de mayor infraestructura,como son: Quito, Ambato, Riobamba,Guamote, Cuenca y Loja, en la Sierra, y enla Costa: Guayaquil, Santo Domingo,Portoviejo y Esmeraldas78.

� La vulnerabilidad demográfica y poblacionalse presenta fundamentalmente en los can-tones de la Sierra, seguido por los cantonesde la provincia de Manabí. Esto se debeprincipalmente a la pobreza y la migración.

� La zona más vulnerable ante amenazas hidro-meteorológicas es el callejón interandino, apesar de no ser la más expuesta. En la costalas provincias más vulnerables son Esme-raldas, Manabí y Guayas (en este orden).Esta vulnerabilidad, unida a la mayor ex-posición a las amenazas por ENOS y varia-bilidad climática de las provincias costeras,da como resultado la conocida alta afecta-ción a esta región.

Riesgo y vulnerabilidaden las poblaciones menores

Los procesos de migración del campo a la ciu-dad, son expresión de la necesidad de sobre-vivencia de los sectores rurales. Según P.Vásquez (Zevallos et al., 1996, p. 290), los benefi-

cios del desarrollo en el Ecuador se centralizanen Quito, Guayaquil y, en menor medida, enCuenca. En las regiones se reproduce el viciocentralizador, polarizando el proceso en la ca-pital, y en cada cantón en la cabecera cantonal.El proceso es más descarnado a medida que sealeja de los polos más desarrollados, pues cadaeslabón trata de resarcir del siguiente más de loque pierde con el anterior, de manera que loscaseríos o comunidades rurales son los últimosdel eslabón y quedan agobiados con todo elpeso de las injusticias y condenados a unamenor capacidad de resistencia.

Según los datos de DesInventar, en general amayor población mayor número de desastres ymayores afectaciones. Al dividir los indicadoresde números de desastres y sus efectos en cadacantón por el número de habitantes, este núme-ro resulta en un indicador indirecto de la condi-ción de vulnerabilidad con relación a la amena-za hidrometeorológica, ya que resulta que en loscantones pequeños, a pesar de haber menor po-blación y menor cantidad de bienes expuestos,relativamente hay más eventos y más muertes.Este es el caso, por ejemplo, si se divide el núme-ro de muertos por desastre de origen hidrome-teorológico en cada provincia por su población.

Algo similar ocurre si se realiza este ejerciciopara el número de desastres de origen hidro-meteorológico o si se divide el IRH para el nú-mero de habitantes. Allí se muestra otra dimen-sión de la problemática, más cercana a la vul-nerabilidad de cada población. Nuevamente,en estos casos, las provincias de la regiónamazónica y de la costa (y no las grandes ciu-dades) presentan mayores valores de índice deriesgo materializado per cápita.

Esto es un indicativo de que los cantones pe-queños con menor población e infraestructurason relativamente más vulnerables que las gran-des ciudades. Por supuesto, en estos datos estáimplícita también la ocurrencia de la amenazahidrometeorológica con mayor significación enla región costera, en particular en los periodosENOS.

¿Esta comprobación resulta contradictoria conel hallazgo de DesInventar sobre la proporcio-nalidad directa entre crecimiento urbano e in-cremento de vulnerabilidad? No, en la medidaen que efectivamente el proceso de urbaniza-ción es uno de los factores que más incrementala vulnerabilidad, pues implica más personasy más bienes expuestos, mayor índice de ries-go manifiesto, más desastres y más efectosdestructivos como consecuencia de estos. Sinembargo, una mirada más cercana muestra queen proporción al número de habitantes y a lacantidad de bienes expuestos, las poblacionesmás pequeñas (las rurales, las más dispersas,

78 La aparente contradicciónexistente en el hecho de que lamayor vulnerabilidad por caren-cia de recursos (SAR) se pre-sente en las zonas empobreci-das de la costa, mientras que lamayor vulnerabilidad socio-económica se registre en loscentros urbanos de mayor con-centración poblacional, se debea la diferencia de los indicadoresutilizados para medir ambas�vulnerabilidades�.

Page 113: Qu-Enos Pasa Spa

113

las más pobres y las más alejadas de los cen-tros de poder) sufren proporcionalmente másmuertes y más pérdidas ecológicas y materia-les como consecuencia de los desastres.

Manifestaciones de ENOS

Según la Organización Meteorológica Mundial(OMM, 1998) el ENOS 97-98 fue uno de los másfuertes jamás registrados, con anomalías detemperatura de la superficie del mar (TSM) en-tre 2 y 5 grados Celsius sobre su valor normal.En los eventos 82-83 y 97-98 se registraron lasmás intensas precipitaciones máximas en 24horas en varios sitios de la costa ecuatoriana ycaudales específicos extraordinarios. En losaspectos hidrológicos, el ENOS 1997-1998 enEcuador registró también cifras récord en va-rios sitios (Heredia-Calderón, 1998), cercanos a losmáximos mundiales.

Por otro lado, en la fase fría del ENOS (even-tos La Niña), también pueden presentarseanomalías positivas de precipitación. Tal esel caso de la anomalía ocurrida en varias es-taciones de la costa durante el evento La Niña1988-1989 (Heredia y Galárraga, 1999). Eventosintensos extraordinarios de carácter local,son también posibles sin que estén asocia-dos a ENOS y de hecho se han presentado enla zona de Manabí. Tal es el caso de los pe-riodos lluviosos en el periodo La Niña 1999-2001, o el evento extraordinario registradoen marzo del 2001 en la Estación Portoviejo(Zevallos, 2002).

Señales ENOS y variabilidad climática:normalidad y anormalidad

Para conocer con más detalle la normalidad yanormalidad de la pluviosidad anual y su re-lación con la ocurrencia de eventos ENOS, seanalizaron las anomalías pluviométricas de lasestaciones Manta, Chone y Portoviejo, de cuyoanálisis se puede concluir que la presencia deun periodo cálido de ENOS (El Niño) significauna mayor probabilidad de exceso de plu-viosidad; y al contrario, un año que correspon-da a la fase neutra de ENOS o en menor medidaa la fase fría (La Niña) advierte de una mayorprobabilidad de déficit de precipitación. Sinembargo, sólo los eventos ENOS muy fuertes,como los del 82-83 y 97-98, producen claramen-te anomalías pronunciadas de precipitación(usualmente con desviaciones mayores a 1).Las restantes ocurrencias de periodos neutros,La Niña, El Niño moderado o incluso El Niñofuertes, pueden ser consideradas parte de lavariabilidad climática normal (anomalías me-nores a 1 desviación positiva o negativa). De-bido al clima semiárido de la costa centro deEcuador, la ausencia de eventos El Niño impli-ca un mayor riesgo de sequía.

PROCESOS DE CONFIGURACIÓN DEL RIESGO

Niveles de análisis: de lo nacionala lo regional y hacia lo local

Como región de análisis se seleccionó la pro-vincia de Manabí, principalmente su región cen-tral, en donde se asientan las más importantesciudades, con una población total cercana a los600.000 habitantes. Para el estudio regional dela provincia de Manabí se levantó informaciónde un diario local con el fin de construir unabase de datos más completa y detallada para elperiodo comprendido entre 1960 al 2003, lapsoen el que se presentaron periodos de sequías einundaciones muy severos.

Los indicadores socio-económicos de Manabí

La provincia de Manabí presenta índices deDesarrollo Social, Vivienda y Brecha de Pobre-za en el rango medio con relación al resto delpaís (vulnerabilidad económica). El Índice deGestión Municipal es bajo y alcanza apenas al29,4% (vulnerabilidad institucional). Entre loscantones, los más grandes y poblados, como lacapital provincial Portoviejo, tienen los mejo-res índices de desarrollo relativo. A su vez, den-tro de cada cantón, la pobreza y la carencia dedesarrollo es mayor en la zona rural que en lasciudades.

Como ejemplo, en el cantón Portoviejo el Índicede Desarrollo Social en la ciudad es de 69,3% yde 48,1% en el campo. Para el cantón SantaAna, el Índice de Vivienda es de 66,7% en laciudad y de 46,5% en el campo. En términos degestión municipal tienen similar grado de des-empeño en el rango bajo. En función de dife-rencia de género, los indicadores de analfabe-tismo por ejemplo, son mayores en las mujeres(16,3%) que en los hombres (14,7%), aunque ladiferencia se está acortando (vulnerabilidadeducativa).

Debido a la pobreza rural, la migración campo-ciudad se constituye en una estrategia espon-tánea de mitigación de pobreza. A partir de ladécada de los 70s, el despoblamiento de lasáreas rurales y el aparecimiento de numerosasbarriadas marginales en las dos ciudades ma-yores (Manta y Portoviejo), testifican este pro-ceso. Como ejemplo, la población del cantónManta creció el 44,8% entre 1990 y 2001, mien-tras otros, como Santa Ana, Olmedo, 24 deMayo, Bolívar (cantones fundamentalmenterurales) decrecieron su población (vulnerabili-dad económica).

Especialmente las sequías del 68-69 y 79-82fueron muy severas. En la primera no llovió en20 meses, la mayoría de los ríos se secaron y el

EXPRESIONES DE ENOS EN EL ECUADOR

Page 114: Qu-Enos Pasa Spa

114

aprovisionamiento de agua debía hacerse des-de pozos excavados en el cauce de los ríos. Lasequía ocasionó el éxodo de miles de familiascampesinas, como se reportó en abril del 68 enDiario Manabita (Ficha #177). El aprovisiona-miento de agua de los escasos sitios posibles,como La Guayaba, ocasionó peleas colectivas,como rezaba la nota de prensa de marzo de1969 (Ficha #35)79.

Por otra parte, particularmente las inundacio-nes de El Niño 97-98 fueron las más severas,lloviendo hasta 3.850 mm en Chone, en prácti-camente 24 meses consecutivos. Las lluviasocasionaron un sinnúmero de afectaciones. Enmarzo de 98 se reportaba en el cantón Olmedola destrucción de 10 viviendas y la afectación aotras 200 por la crecida del río Puca (Ficha #1038). En noviembre de 1997, los enfermos delHospital de Calceta debieron ser evacuados porlas inundaciones del río Carrizal (Ficha #995).En junio de 1998, mes en el que usualmente nollueve, varios barrios de la ciudad de Chone seinundaron con 1,50 metros de agua (Ficha #992).En octubre de 1997 se reportó que la parroquiaNovillo del cantón Flavio Alfaro quedó com-pletamente aislada por las lluvias (Ficha #982).

LOS PROCESOS DE CONFIGURACIÓN DEL RIESGO:EL CASO DE LA CUENCA DEL RÍO PORTOVIEJO

Análisis ambiental

Un diagnóstico de la problemática ambientalrealizada por Zevallos (2000) para el proyectode Asistencia Técnica para la Gestión Ambien-tal, determina que los problemas ambientalesmás serios del río son la contaminación poraguas servidas y basuras, el estrangulamientodel cauce del río por el relleno de sus márge-nes, la pérdida de capacidad hidráulica y lasedimentación del cauce. A nivel de la cuenca,la degradación ambiental por deforestación yquema de vegetación, la conversión de bosquesen pastizales en laderas con fuertes gradientes,la ocupación desordenada de colinas y lade-ras para urbanización, ocasionan el incremen-to de la erosión, la pérdida de fertilidad, la bajade productividad de los suelos y el empobreci-miento de los campesinos que habitan en estazona80.[...]En otro estudio, realizado por Valencia (2001),con la dirección de Zevallos, se determinancomo causas últimas de las inundaciones:

1. El mal manejo de los recursos naturales fun-damentalmente en la cuenca media y alta.

2. La inadecuada implementación de la infra-estructura, principalmente en la cuenca baja.

Como resultado se obtuvo un mapa de peligro-sidad con relación a la producción de agua ysedimentos en la cuenca alta y media y por tan-to del origen de los problemas de inundación ysedimentación para el valle localizado en lacuenca baja.

El mayor índice negativo resulta en la cuencaalta (localizada al sur de la cuenca principal),la cual corresponde a la subcuenca del ríoLodana. Esta región es también la de mayorpobreza y en efecto presenta gravísimos pro-blemas erosivos inducidos por procesos dedegradación ambiental y agravados comoconsecuencia del fenómeno El Niño 97-98.El cambio del uso del suelo y la conversión apastizales de bosques nativos como en la subcuenca del río Chico (centro este de la cuenca)han inducido también procesos erosivos en lasladeras, como los recientemente ocurridos enAlajuela81.

Efecto de la infraestructura sobrelas inundaciones

Vías mal concebidas, diseñadas y construidasa través del cauce de inundación sin conside-rar criterios hidráulicos o ambientales, hanocasionado que éstas funcionen como re-presamientos. Adicionalmente, algunas víasconstruidas con alcantarillas insuficientes opuentes estrechos, actúan como verdaderosembudos que remansan al río, produciendo lasedimentación del valle y agravando de estamanera las inundaciones.

La construcción de 13 puentes, 12 de ellos de-masiado angostos o bajos, ha ido estrangulan-do la capacidad hidráulica del río, agravandolas inundaciones en varios sectores. La cons-trucción de 7 presas derivadoras en el caucedel río, con una altura de 2,5 � 3,0 metros, obli-gan a sobreelevar el fondo del río y los nivelesde agua, favoreciendo las inundaciones eincrementado los problemas de sedimentacióncon graves consecuencias para la agricultura,la vida de los campesinos y para los ecosis-temas. El ejemplo más claro es la carretera CruzVerde (Ceibal) hacia Rocafuerte, que atraviesatodo el valle del río Portoviejo. El puente tieneapenas 20 m de luz y el río en esta sección tieneuna capacidad hidráulica de sólo 66 m3/s,mientras el caudal de crecidas calculado es deaproximadamente 600 m3/s, con las conse-cuencias previsibles.

Detrás de cada desastre está invariablementela poca conciencia sobre el riesgo, la falta dealternativas por causa de la pobreza, las solu-ciones parches o demagógicas, la imprevisión,la irresponsabilidad y en ocasiones la corrup-ción del sistema. Entonces, aparece claramen-te que el desastre no tiene en último término un

79 Hace referencia a las fichasen que se recogen los datosdentro de la metodologíaDesInventar.80 Vulnerabilidades que le ha-cen perder capacidad de re-sistencia y de resiliencia a losecosistemas, a partir de lo cualse generan amenazas para lascomunidades que interactúancon ellos. (Nota de Wilches-Chaux).81 El deterioro de los ecosis-temas refleja el deterioro dela calidad de vida de la gente,y viceversa (comentario deWilches-Chaux).

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

Page 115: Qu-Enos Pasa Spa

115

origen natural. El desastre es político. El de-sastre es técnico. El desastre es ambiental. Yfinalmente: el desastre es la sociedad que he-mos configurado82.

Se ha visto también que el incremento de losriesgos asociados a ENOS y a la variabilidadclimática se explican parcialmente por unamayor magnitud y frecuencia del fenómenonatural �lluvia� así como por el crecimiento dela población y de la infraestructura expuesta ala amenaza. Sin embargo, como ha sido tam-bién demostrado, ante la ocurrencia de even-tos de similar magnitud, los impactos mayoresse deben fundamentalmente al incremento dela vulnerabilidad social. El deterioro de la eco-nomía nacional, el aumento de la pobreza y dela inequidad, los procesos de urbanización yla degradación ambiental son causa para elincremento de las amenazas y para la agudi-zación de las condiciones de vulnerabilidadde la población, la infraestructura y los ecosis-temas, que deviene en un crecimiento de lascondiciones de riesgo.

De allí que las acciones de prevención y miti-gación de último momento prácticamente notengan ninguna incidencia en reducir de ma-nera significativa el riesgo de desastres en lascomunidades, ni en la ocurrencia de inunda-ciones y deslizamientos, ni en el número demuertos o afectados o en la infraestructuraperdida. La idea es simple: no podemos resol-ver en pocos días lo que hemos venido dete-riorando a lo largo de décadas, peor aún con-siderando los escasos recursos disponibles.Las obras de emergencia que casi cada añolos gobiernos se ven forzados a implementarpara calmar en algo la presión social y colec-tiva, definitivamente no están apuntando aresolver los problemas de fondo ni los proble-mas verdaderos, sino a paliar pequeños ca-sos aislados de amenazas puntuales, que pocoinciden en la gran problemática de toda unaregión.

82 En resumen, el desastre es lapérdida de la capacidad del te-rritorio para ofrecerles a sushabitantes seguridad integral(comentario de Wilches-Chaux).

EXPRESIONES DE ENOS EN EL ECUADOR

Aiello, José L., Forte Lay, Juan A. y Basualdo, Adriana. (1997) �El Niño, Un fenómeno del Pacífico Ecuatorialcon consecuencias en la Pampa Húmeda�. CONAE-FECEACOP (en línea) Octubre, 1997. Disponibleen:http://www.acopiadores.com.ar/informacion/meteorologia_0498_2.htm

Anderson, Mary y Peter Woodrow. (1989). Rising from the Ashes: Development Strategies in Times ofDisaster. Boulder Colorado. West View Press.

Barrenechea Julieta, Gentile Elvira, González Silvia y Claudia Natenzon (2003). Una propuestametodológica para el estudio de la vulnerabilidad social en el marco de la teoría social del Riesgo.En �En torno de las metodologías: abordajes cualitativos y cuantitativos� Silvia Lago Martínez,Gabriela Gómez y Mirta Mauro-Coordinadoras.

Benavides, A., (2005). Impacto físico del evento ENSO en la infraestructura escolar del Ecuador: Caso deestudio en la cuenca del Río Portoviejo. Proyecto de Titulación, Escuela Politécnica Nacional. Julio2005.

Bendix, J., Bendix, A., (1998) � Climatological Aspects of the 1991/1992 El Niño in Ecuador, Bulletin del�Institut Français d�Études Andines. 27 (3) : 655-666.

Blakie, Piers, Cannon Therry, Ian David, Ben Wisner. Vulnerabilidad: el entorno social, Político yEconómico de los Desastres. LA RED. ITDG Perú. Tercer Mundo Editores, Colombia.

CAF, (Corporación Andina de Fomento) (1999) El Fenómeno �El Niño 1997-1998. Retos y Solucionespara la Región Andina. Resumen Ejecutivo para los Presidentes . XI Reunión del Consejo Presiden-cial Andino. Cartagena de Indias.

Cardona, O., Hurtado, J., Duque, G., Moreno, A., Chardón, A., Prieto, D., (2004) Dimensionamientorelativo del Riesgo y de la Gestión. BID-CEPAL-IDEA, Programa de información en Indicadores deGestión de Riesgos.

Chicaiza, D., (2004) Sistema de inventario de Desastres: Depuración y Complementación del ProgramaDesinventar, Proyecto de Titulación, Escuela Politécnica Nacional. Abril, 2004.

CRED-EM-DAT (2004) EM-DAT Glossary, http://www.emdat.net/glossary.htm

Comisión Económica para América Latina y el Caribe - CEPAL, ECUADOR: Evaluación de los efectosSocioeconómicos del Fenómeno El Niño en 1997-1998, 16 de julio de 1998.

BIBLIOGRAFÍA

Page 116: Qu-Enos Pasa Spa

116

Daqui D. (2004) Análisis del Riesgo Espacial, Temporal y Semántico a partir del Registro de Desastrespor eventos ENSO y Variabilidad Climática en Ecuador, Proyecto de Titulación, Escuela PolitécnicaNacional. Noviembre de 2004.

Franco E., 2000, Documento metodológico. Proyecto Gestión del Riesgo ENSO en América Latina.Componente 2: Investigación comparativa sobre los riesgos de desastre ENSO. ComunicaciónPersonal.

Glantz, M. (1996). Corrientes de Cambio. El Impacto de �El Niño� sobre el clima y la sociedad. CambridgeUniversity Press. Santiago de Chile.

Hewitt, Kenneth (1997). Regions of Risk. Longman Press

Heredia-Calderón, E. A. y L. Rodríguez-Fiallos, 1998, El Evento ENSO 1997-98: Evaluación Hidráulica yAlgunas Recomendaciones de Diseño para la Rehabilitación de la Red Vial del Litoral Ecuatoriano,Seminario Internacional El Fenómeno �El Niño� 1997-1998: Evaluación y Proyecciones, Guayaquil(Ecuador).

Heredia-Calderón, E. y Galarraga R., Miniproyecto de Investigación: Influencia de la variabilidadclimática tipo ENSO en los Recursos Hídricos del Ecuador, Primer Instituto de Verano IAI/UMsobre Ciencias Interdisciplinarias en América: �Interacciones entre la variabilidad ClimáticaEstacional a Interanual y Sistemas Humanos�, 11-30 de Julio de 1999, Universidad de Miami, Flori-da, EE.UU. http://www.rsmas.miami.edu/IAIUM.

Johnson, D. E. Métodos Multivariados aplicados al análisis de datos. Internacional Thompson Editores,Ciudad de México-México, 2000.

LA RED (2000a), Guía metodológica para el inventario de desastres, Manual de Usuario Desinventarversión 6.0

LA RED (2000b), Manual de Usuario DesInventar versión 6.0

LA RED (2001), Análisis Regional de los Patrones Semánticos, Temporales y Espaciales de los Riesgos deDesastre ENSO y Referencia a Procesos Sociales de Base: Estado de la Cuestión en el Proyecto,Documento de Trabajo, Piura.

LA RED (2002), Documento metodológico para el Proyecto de Investigación Comparativa 2: �Configu-ración de Riesgos de Desastre ENSO�, Documento de Tranajo, Piura.

Larrea Carlos, Carrasco Fernando, Cervantes Javier y Noemí Viedma, 2000, Desarrollo Social y GestiónMunicipal en el Ecuador. Jerarquización y Tipología. Primera Edición, Quito, ODEPLAN.

Lavell Allan, Bonilla Adriana (2001), Costa Rica: Patrones de Riesgo ENSO y su Configuración 1970-2000. La Red, 2000

National Research Council, 1999, Making Climate Forecast Matter, U. S. National Academy Press, 175 p.

OMM, Revista Cimate, No. 13, junio 1998, Ginebra, Suiza.

Rossel, F. Roura, J., Pombosa, R., Ontaneda, G., Mejía, R., Heredia, E., Homogeneización y regionalizaciónde la influencia de El Niño �sobre las precipitaciones mensuales y anuales y construcción de mode-los explicativos y de previsión, en Memorias del XV Congreso Latinoamericano de Hidráulica,1998, Oaxaca, México.

Rossel, F., 1997, Influencia de El Niño sobre los regímenes hidro-pluviométricos del Ecuador, serieINSEQ No.18, tomos I, II y III, Publicación INAMHI-ORSTOM.

Rossel Frederic, Cadier Eric, Gustavo Gómez, (1996), Las inundaciones en la zona costera ecuatoriana:causas; obras de protección existentes y previstas, Bulletin de l� Institut d� Etudes Andines.25 (3): pp399-420.

Trenberth, K., 1997, The definition of El Niño, Bulletin of the American Meteorological Society, Vol. 78,No. 12, 2771-77.

Villacís Marcos J., (2001), Influencia de ENSO sobre la precipitación en los Andes Centrales del Ecuador.Proyecto de Titulación, Escuela Politécnica Nacional, Quito.

Zevallos, O., M.A. Fernández, G. Plaza Nieto, S.Klinkicht (Compiladores), 1996. �Sin Plazo para laEsperanza�. Reporte sobre el Desastre de La Josefina-Ecuador, 1993.

Zevallos, Othón. (2000). Informe de Avance I. LA RED. www.desenredando.org

Zevallos, Othón. (2001). Informe de Avance II. LA RED. www.desenredando.org

Zevallos, Othón. (2002). Informe de Avance III. LA RED. www.desenredando.org

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

Page 117: Qu-Enos Pasa Spa

117

RIESGOS EN LA FLORIDA

Evaluar la vulnerabilidad de la Flori-da frente a desastres de origen natu-ral es una tarea que debe realizarseen el contexto de cambio de los pa-

trones y procesos sociales, económicos y am-bientales que ha caracterizado el desarrollo delEstado en siglo XX.

Los patrones del riesgo locales y de la vulnera-bilidad son generados por los procesos so-ciales, políticos, territoriales y económicossubyacentes, que funcionan con resultadosregionalmente específicos. La mayoría del ries-go asociado a ENOS tiene un carácter mássocionatural que natural. Las intervencioneshumanas, como la deforestación, proyectos deinfraestructura, sobrepastoreo, minería y ex-plotación de acuíferos, contribuyen a confi-gurar riesgos como inundaciones, incendios ysequías. Al mismo tiempo, la urbanización, lamigración y los procesos de desarrollo econó-mico generan complejos patrones de vulnera-bilidad frente a huracanes, tornados y otras tor-mentas. Así, la evolución del riesgo de desas-tre no puede ser explicada sin hacer referenciaa los modelos de desarrollo y las prácticas queoperan en la región. Para lograr una reducciónsostenible del riesgo en el futuro, las conside-raciones del mismo deben ser desagregadas entérminos sociales, económicos y de desarrolloterritorial.

MEDIO SIGLO DE CAMBIOS ACELERADOS

(1950-2000)

La última mitad del siglo XX ha sido un perio-do de enormes cambios en la Florida. Particu-larmente en los últimos 30 años, poderosasfuerzas, como la emigración, la inmigración, elcambio climático y el desarrollo infraestruc-tural y económico, han alterado profundamentela identidad social y física de la Florida y desus ciudadanos. En estos años el Estado haexperimentado un periodo de significativo cre-cimiento poblacional y urbanístico, así comode cambio económico y ambiental.

La Florida es el cuarto Estado más poblado delos Estados Unidos, con más de 17 millones dehabitantes. Las tasas de crecimiento duplicanactualmente las del resto de la nación. Por ejem-plo, en la mitad del siglo XX, entre 1950 a 2000,la población de la Florida se duplicó cuatroveces, creciendo de 2,7 millones en 1950 a 15,9millones en 2000. En los 90s el crecimiento fuede alrededor del 23,5%, mientras que la tasanacional fue de 13,1%. Este aumento pobla-cional muestra algunas características parti-culares. La Florida en su conjunto, y particu-larmente ciudades como Miami, tiene pobla-ciones que muestran altos niveles de personasmayores, que en muchas ocasiones se mudancon intenciones de retiro. Miami y el sur de Flo-rida también se distinguen, en general, por elalto número de residentes nacidos de extranje-

Expresiones de ENOS en la Florida (USA)83

Este estudio, el único de este proyecto que se realiza en un país del �primer mundo�, revela de qué maneralos cambios en el uso del suelo, el crecimiento urbano, las brechas existentes entre ricos y pobres y laevolución de la economía durante los últimos 50 años, generan los escenarios propicios para que fenóme-nos de carácter natural, como los huracanes, los tornados, las tormentas eléctricas, las inundaciones, lassequías, los incendios forestales y las heladas, produzcan graves desastres en las comunidades quehabitan en territorios que han perdido la capacidad de convivir sin traumatismos con los efectos de esosfenómenos, cuya ocurrencia no es inusual en esas zonas.

En los días en que este libro se preparaba para entrar en prensa (febrero 2 y 3 de 2007) en una noche seregistraron tres tornados que azotaron la zona central de la Florida y dejaron cerca de 20 víctimas mortales,además de una enorme destrucción física y ecológica y enormes pérdidas económicas.

83 Resumen de �Patrones y pro-cesos de vulnerabilidad anteamenazas en la florida�,por Anthony Oliver-Smith,Christopher Berry, SarahCervone, Amanda Holmes,Byron Real, Joanna Reilly-Brown and Astrid Wigidal.

Page 118: Qu-Enos Pasa Spa

118

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

ros. La distribución de dicha población se lo-caliza con fuerte presencia en el sur y en laszonas costeras de la península, y su desarrolloha sido principalmente urbano y suburbano.Para inicios del siglo XXI, el porcentaje de resi-dentes urbanos en el Estado ha crecido en un75% desde 1950 (Mormino 2005: 19).

La naturaleza del crecimiento urbano tambiénpresenta características particulares. Actual-mente Florida es indiscutiblemente un Estadourbano, en donde sólo hay unos pocos cientosde miles residentes en las afueras de las áreasmetropolitanas (Mormino 2005:20). Sin embargo,en dicho patrón de metropolización, más per-sonas viven en áreas no incorporadas que lasque lo hacen en municipalidades incorpora-das. El hecho de que millones de habitanteshayan decidido vivir en áreas alejadas de loscentros urbanos, es un reflejo del impacto delautomóvil, del diseño urbano y la planifica-ción. El resultado de dichos impactos es quelas ciudades de la Florida tienden a descen-tralizarse, mostrando bajos niveles de densi-dad poblacional (Mormino 2005: 31). Otro hechosignificativo de esta tendencia ha sido la exce-siva dificultad para regular el crecimiento. Con-secuentemente, las ciudades de la Florida tien-den a ser �ciudades marginales�, caracteriza-das por una urbanización irregular. Muchosatribuyen el deterioro de los centros de las ciu-dades a la pérdida de suelos de cultivo y laurbanización irregular.

Otro patrón de urbanización, mayoritariamenteresultado de la economía de la Florida, basadoen el turismo y en su condición de lugar deretiro, es el desarrollo de las zonas costeras.Hacia el final del siglo XX, 25 de las 30 ciuda-des más grandes del Estado estaban localiza-das en las costas del Golfo o del Atlántico. Lasáreas entre las ciudades, a orillas de la costa,fueron afectadas por un relativo desarrollodesregulado, de modo tal que muchas áreas noincorporadas y pequeños pueblos se caracteri-zan por una ininterrumpida línea de grandesedificaciones y condominios a lo largo de laestrecha línea de costa. En la costa Atlántica,esta delgada línea, densamente poblada, se lo-caliza en las islas entre la carretera intercosteray el Océano Atlántico. Entre 1950 y 2000 la po-blación costera se incrementó en un 609%, de 2millones de personas a más de 12 millones. Encontraste, los residentes de las áreas no costerasaumentaron en un impresionante 493%, sinembargo, en términos absolutos, el cambio enlas cifras de 750.000 a 3,7 millones, resulta pocofrente a los incrementos costeros.

Económicamente, el Estado, a mediados delsiglo XX, se basada en la agricultura y el tu-rismo, aunque también poseía un sector mano-facturero, si se quiere, relativamente pequeño

comparado al de los Estados del norte. Los si-guientes 50 años han traído a la Florida, juntocon un enorme crecimiento poblacional y de-sarrollo urbano, sucesivos periodos de apogeoy crisis, que han generado una economía demarcados contrastes. En la Florida existe unaenorme riqueza junto a críticas condiciones depobreza. En 2000, el ingreso promedio del Es-tado era menor que la cifra nacional. Como loindica Mormino (2005), la construcción, las in-dustrias de espacio y defensa, la expansión delos agronegocios de cítricos, vegetales de in-vierno y ganado y el auge de la industria delturismo, no han logrado levantar las econo-mías de entre los estratos más bajos de los Es-tados Unidos. La Florida depende excesiva-mente en dos industrias muy vulnerables, tu-rismo y agricultura. Su estructura laboral se hacaracterizado por marcados aumentos del sec-tor que recibe los menores pagos y los sectoresagrícolas. La manofactura constituye sólo el 5%del producto estatal bruto. A pesar de la ma-siva riqueza acumulada en ciertos sectores,particularmente el turismo, construcción y agri-cultura, la economía de la Florida se caracteri-za por anchas brechas en el ingreso y riquezaentre la población en general.

Tanto el enorme crecimiento poblacional comolos particulares patrones de desarrollo urbanohan tenido serias implicaciones en el frágilambiente de la Florida. En efecto, como en lamayoría de los ambientes, el ser humano hatransformado el de la Florida. Sin embargo,para este caso, los cambios han sido extremos.Las personas han reconfigurado los terrenosestatales, alterado sus recursos hídricos, lastemperaturas y cambiado la composición quí-mica del aire. Las innovaciones tecnológicasen pesticidas, aires acondicionados y transpor-te masivo han hecho que la Florida sea habita-ble y accesible para millones (Mormino 2005: 231).Estimulado por la masiva inversión en turis-mo, la construcción y la agricultura, el creci-miento y desarrollo han devastado grandesáreas del Estado y minado característicasecológicas claves y procesos como los patro-nes de precipitación y drenaje para el tercio delEstado localizado más al sur. Los ríos han sidocanalizados, los humedales drenados, rellena-dos y cubiertos por complejos habitacionales.Los bosques y las áreas silvestres derribadas.Especies de flora y fauna se han extinguido.Dunas y playas han sido erosionadas o des-truidas por la construcción. Biotoxinas, quími-cos industriales y fertilizantes han entrado enlos ecosistemas en grandes cantidades. Todosestos costos del crecimiento y el desarrollo hanocasionado una destrucción ambiental que hapuesto en peligro la vida en el Estado.

Las implicaciones de tales procesos sociales,demográficos, económicos y ambientales en

Page 119: Qu-Enos Pasa Spa

119

relación con las vulnerabilidades hacia lasamenazas naturales son muchas. Unos pocosejemplos servirán para ilustrar cuán encajadosestán los patrones de vulnerabilidad dentro delos procesos de desarrollo de la Florida. Desdeuna perspectiva demográfica, densidades depoblación concentradas son una problemáticapara las situaciones en donde hay necesidadde evacuación. Una evacuación exitosa depen-de de la densidad de población, calidad de loscaminos y la duración de la alerta temprana.Las densidades de población a lo largo de laslíneas costeras expone a grandes cantidadesde personas a tormentas y cambios en las ma-reas. Sociológicamente, los altos porcentajes deretirados mayores de otras regiones significamucha menos experiencia de esta poblacióncon los tipos de amenazas que son característi-cos de la Florida y pueden tener mayores difi-cultades para responder a las alertas así comolidiar con las condiciones post-desastre. Losaltos porcentajes de personas nacidas de ex-tranjeros y que no son angloparlantes puedenpresentar dificultades con la comunicación dealertas por parte de las autoridades. El creci-miento económico de los sectores de serviciosy agricultura ha limitado a muchas personas atener bajos ingresos. Estas personas pueden notener acceso a sistemas de comunicación o vi-vir en inadecuadas condiciones habitacionales.Casas antiguas, móviles y las construidas an-tes de que se establecieran los códigos de cons-trucción, son inadecuados para ocupación entemporada de huracanes. El desarrollo desar-ticulado implica servicios de agua y energíavulnerables en situaciones de amenaza, com-prometiendo la calidad del agua potable. Lagestión de aguas residuales podría suspen-derse y los inadecuados drenajes pueden deri-var en contaminación de aguas superficiales,poniendo en peligro las poblaciones humanas,de peces y la estabilidad de la industria decrustáceos.

ENOS Y LAS AMENAZAS DE ORIGEN NATURAL

EN LA FLORIDA

Como se ha observado en las últimas décadas,las condiciones más húmedas y más secas deEl Niño y La Niña, son, respectivamente, pre-cursores de inundaciones y sequías. Un ejem-plo de esto sucedió durante la primera fasede ENOS de 1997-1998 donde, con el patrón deteleconexión explicado anteriormente, El Niñogeneró condiciones secas en el noroeste y hú-medas en el sureste. Esto causó precipitaciónexcesiva en la Florida, que fue 20% por encimade lo normal para los meses comprendidosentre octubre y diciembre de 1997. En claro con-traste, poco después de El Niño, se dio La Niña,que trajo el más seco y caluroso periodo en

más de un siglo en la Florida entre abril a ju-nio de 1998, y que se ubica entre uno de losmás secos en 104 años de registro (Laing et al.,2000).

Al entender las probabilidades de variacionesen las condiciones del tiempo y los patrones deteleconexión en ambas fases de ENOS, es razo-nable vincular dicho fenómeno con un núme-ro de eventos asociados con estas variaciones.Jones, Shriver y O�Brien muestran que ENOStiene influencia en las tasas de precipitaciónde la Florida y en otras partes del mundo.Explican que las fuertes lluvias en las islasGalápagos durante el otoño son frecuentementeseguidas por lluviosos inviernos en el sur delos Estados Unidos. Las inundaciones ocurri-das durante el otoño de 1997 y los principiosde la primavera de 1998, son asociados inequí-vocamente con la oscilación.

Los efectos de ENOS en los incendios forestalesson aún más evidentes. De acuerdo conGoodrick y Brenner (2000), en la última décadade interacción de ENOS en la Florida la activi-dad de los incendios forestales ha sido clara.Swetman (2000) confirma la influencia de ENOSen la creación de condiciones para la apari-ción de incendios. Usando el análisis de losanillos de los árboles desde 1600 hasta la fe-cha, Swetman señala que ENOS ha tenido unainfluencia significativa en la disponibilidad decombustible y potencial de incendios, especial-mente durante eventos extremos. Un episodiode El Niño más húmedo está asociado en gene-ral con el aumento de la presencia de vegeta-ción estacional exuberante, especialmente cier-tos tipos de pastos, los cuales se convierten encombustible durante la estación seca. Por talrazón la confluencia de un El Niño marca-damente húmedo con un La Niña más seca delo esperado crea un enorme potencial para lapropagación de incendios forestales.

Morehouse (2000) expone que esta confluenciaocurrió durante el ENOS de 1997-1998, cuandolas interacciones entre El Niño y La Niña po-tenciaron la temporada de incendios foresta-les más destructiva en la historia de la Florida.Morehouse (2000) y Goodrick y Brenner (2000)afirman que un cambio rápido de condicionesde humedad a condiciones de sequedad (o deEl Niño a La Niña) tiene un gran potencial parala aparición de incendios forestales, los cualesempiezan debido a detonantes sociales o natu-rales.

Como un evento global, los efectos de ENOS pro-ducen anomalías climáticas en diferentes par-tes del mundo, las cuales teleconectan regionesdel mundo ampliamente separadas (Glantz,1994). Como se ha señalado, estas teleconexionesfuncionan con consecuencias similares u opues-

EXPRESIONES DE ENOS EN LA FLORIDA

Page 120: Qu-Enos Pasa Spa

120

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

tas en áreas como el sureste y noroeste de losEstados Unidos, o en áreas como las islasGalápagos. Tales anomalías pueden manifes-tarse también como severas sequías, inundacio-nes y huracanes. La razón por la cual los regis-tros de la Florida no reflejan necesariamenteuna relación con ENOS antes de los 90s sedebe a la alta inestabilidad de dicho evento, elcual no sólo produce conjuntos de condicionesclimáticas similares/opuestas en regiones se-paradas, sino también por los cambiosmultidecadales. Por esto, el análisis de un áreao segmento particular de tiempo puede confun-dir fácilmente a los investigadores que no pue-dan percatarse de la importancia del análisisde las condiciones locales que se generan debi-do a ENOS. No obstante, al agrandar la escalade análisis, tanto espacial como temporalmen-te, los investigadores obtienen sorprendentesresultados de cómo ENOS funciona en diferen-tes partes del mundo y de sus distintos patro-nes de similitud/disimilitud. Este entendimien-to sobre la mecánica de ENOS mejora nota-blemente el conocimiento de los roles de estemacroevento en la difusión del riesgo social y lavulnerabilidad, en combinación con la difusiónde condiciones antrópicas como la urbaniza-ción, producción de bienes o el uso y extracciónde recursos naturales alrededor del mundo.

AMENAZAS DE ORIGEN NATURAL EN LA FLORIDA

Huracanes

Debido a su localización geográfica, la Floridaes frecuentemente el primer lugar de contactode huracanes en los Estados Unidos. Históri-camente este Estado ha sido uno de los másafectados por este tipo de amenazas y necesa-riamente ha tenido que adoptar medidas paraminimizar los efectos de dichos eventos. Elambiente subtropical de la Florida y la proxi-midad geográfica al Océano Atlántico y al Gol-fo de México crean un estado de vulnerabili-dad hacia tornados, tormentas y huracanes.Las comunidades más vulnerables a los im-pactos de los huracanes están localizadas enla zona costera del Estado, muchas de estasdependen de los recursos costeros para soste-ner sus economías basadas en el turismo. Elimpacto de los huracanes puede afectar seve-ramente las actividades turísticas en dichascomunidades costeras, afectando al mismotiempo las economías locales.

Entre 1970 y 2001, la Florida fue afectada porhuracanes que han causado daños económi-cos e inestabilidad social en 11 años diferentes.De acuerdo con la Base de Datos Florida 1 deDesInventar, en la que se basa este capítulo,durante el periodo de 1970-2001, los huracanes

fueron responsables por 58 muertes, la destruc-ción de más de 250.000 casas y pérdidas econó-micas de más de 28 mil millones de dólares.

A excepción del huracán Andrew, que dejó untotal de 44 muertes, el número de víctimas mor-tales debido a huracanes en los últimos 30 añoses mínimo en comparación a décadas previas.Sin embargo, los daños económicos causadospor este tipo de eventos son enormes, siendo elhuracán Andrew el que ha creado la mayoríade los daños durante el periodo de estudio. Deacuerdo con DesInventar, el total de pérdidasse acercó a 29 mil millones de dólares, de loscuales 25 mil millones corresponden al hura-cán Andrew. Este ha sido el huracán más des-tructivo en la historia de los Estados Unidos.Andrew destruyó o dañó 125.000 casas y dejósin hogar a 250.000 personas. (Este estudio fueescrito antes del paso de Katrina por el Golfode México*).

Los patrones de vulnerabilidad de las comuni-dades de la Florida se evidencian en los efectosdel huracán Opal, en el condado de Okaloosa,en donde los 38,6 kms de costa sobre las que sedesarrolla la industria turística fueron severa-mente afectadas. Opal tocó tierra como una tor-menta �categoría 4� a las 6 pm el 4 de octubrede 1995, y produjo una destrucción estimadaen más de 3 mil millones. Hasta 2004, Opal fueel tercer huracán más costoso en impactar losEstados Unidos, detrás de Andrew (1992) yHugo (1989). Más de 100.000 personas fueronevacuadas antes de que la tormenta llegara atierra y aproximadamente 40.000 residentesfueron instalados temporalmente en alberguesde la Cruz Roja. Las intensas tormentas nive-laron las dunas de arena y depositaron de tresa cinco pies de arena en los frentes de las casasy negocios con vista a la playa. Cientos de bo-tes en la marina fueron destruidos. Los siste-mas de agua y alcantarillado fueron dañados,los caminos erosionados y los sistemas de elec-tricidad y teléfono afectados.

A diferencia de la mayoría de desastres, los re-sidentes y encargados de atender la emergen-cia reciben las advertencias del Centro Nacio-nal de Huracanes sobre si un huracán va aimpactar un área determinada. Sin embargo esconocido que los huracanes pueden experimen-tar cambios inesperados en su curso o intensi-dad al momento de hacer contacto con tierrafirme. Inmediatamente antes de su contacto contierra, Opal incrementó su fuerza de huracán�categoría 2� a �categoría 4�, y la velocidad dedesplazamiento aceleró de 8 mph (12,9 kph) a21 mph (161 kph), causando que el huracánllegara a tierra un día antes de lo esperado.

Como en muchos condados de la Florida, elturismo es un componente integral de la eco-

* Las pérdidas causadas por elKatrina se calculan en 100 milmillones de dólares, y hay quie-nes hablan hasta del doble deesta cifra.

Page 121: Qu-Enos Pasa Spa

121

nomía del condado de Okaloosa. Aun así, laindustria del turismo es altamente susceptiblea los impactos negativos de los eventosclimáticos extremos. Muchas comunidadescosteras dependen de la calidad de las playasy los servicios para atraer a los visitantes y ge-nerar ganancias a partir del turismo. La des-trucción costera generada por Opal impactósignificativamente la actividad turística pormás de un año. El año siguiente al paso delhuracán, las visitas disminuyeron en 70.000personas. Antes de Opal, el condado contabacon 10.000 unidades habitacionales que po-dían ser arrendadas; después de su paso, que-daron menos de 2.000 unidades utilizables. Losmoteles y condominios tuvieron que ser recons-truidos antes de que pudieran aceptar nuevosvisitantes, y los condominios y casas dispo-nibles fueron ocupados por contratistas, ins-pectores de seguros, encargados de atender laemergencia y propietarios desplazados. Las ga-nancias globales generadas por turismo al añode Opal eran de cerca el 18%. Un año despuésdel desastre, se invirtió 1 millón de dólares enanunciar al resto de la nación que el noroestede la Florida se había recuperado de Opal.

Tornados

La Florida lidera la estadística nacional en tér-minos del total anual de tornados reportadospor cada 25.900 km2, y se ubica de tercero entérminos del total de tornados por año (FEMA).No obstante, en general los tornados en la Flo-rida son pequeños, eventos de corta duracióny raramente cobran vidas humanas. Mientrasque el mayor número de tornados ocurre enjunio, julio y agosto, los tornados más letalestienen lugar a inicios de la primavera: febrero,marzo y abril. Los tornados de invierno y pri-mavera son más poderosos debido a las corrien-tes de chorro que se mueven a los largo delGolfo de México.

En el resto del país los tornados más violentosocurren en la tarde y a inicios de la noche debi-do al ascenso del calor durante el día. Sin em-bargo, los tornados más violentos de la Floridapueden ocurrir a cualquier hora, de día o denoche. Este factor temporal incrementa la vul-nerabilidad de los residentes, pues mucha genteya duerme después de la media noche y nopuede recibir las alertas difundidas por radioo televisión. No obstante, los tornados en laFlorida son tan pequeños y de tan corta dura-ción que el Servicio Meteorológico no puedeemitir una alerta a tiempo. Por ejemplo, duran-te la noche del 22 al 23 de febrero de 1998, almenos se produjeron siete tornados. Cuatro delos siete tornado causaron pérdidas humanas.A las 12:40 am, el 23 de febrero, se produjo untornado en el condado de Osceola que viajó 56km antes de elevarse, una hora después, sobre

el condado de Orange. Este tornado fue el máscatastrófico de los siete ocurridos aquella no-che; causó 25 muertes y cerca de 150 heridosen la ciudad de Kissimmee y sus alrededores,en el condado de Osceola. Numerosos proce-sos demográficos, económicos, ambientales ysocioculturales, incluyendo los patrones deasentamiento, las bases económicas de las co-munidades, los patrones de conservación y usodel suelo y la estructura institucional, activa-ron o incrementaron la vulnerabilidad de laspersonas del condado ante el citado evento.

Osceola está localizado en la gran área metro-politana de Orlando, y es uno de los condadoscon mayor velocidad de crecimiento. La po-blación total del condado era de 172.500 en2000, con 77% de personas blancas, 7% depersonas de color y 29% personas de origenlatino (una categoría que la Oficina de Censosclasifica como una �categoría separada de laraza� y que aparentemente está incluida en lacategoría �blanco�, debido a lo cual la sumade los porcentajes supera el 100%). La investi-gación realizada en torno a la composición ra-cial de las víctimas del condado revela que másdel 90% de las víctimas eran blancos, mien-tras que sólo dos eran hispanoamericanos oafroamericanos. Como lo señalan Schmidlinet al., esto puede ser un fenómeno que está másasociado a la ruta del tornado que a cualquierriesgo particular asociado a la raza, esto debi-do a que la mayoría de las víctimas residíanen parqueos para remolques y casas rodantes.Todas las muertes asociadas al tornado ocu-rrieron ya fuera en casas rodantes, vehículosrecreacionales o carros; por otra parte, el tor-nado impactó la subdivisón hispanoameri-cana de Buenaventura Lakes, que consisteprincipalmente de lotes de casas, por lo que elriesgo era considerablemente menor.

En vista de que el condado está localizado alsur de Orlando, un destino turístico altamentedesarrollado, la base de su economía está do-minada por dicha actividad, con la ganaderíay los cítricos jugando roles suplementarios.Mientras el porcentaje de personas viviendopor debajo de la línea de pobreza es ligera-mente menor que el del Estado en su conjunto,el ingreso per cápita, US$17.022, está por deba-jo del promedio estatal de US$ 21.577. Los ba-jos ingresos de la mayoría de los empleadosen turismo y agricultura conlleva a destinarun menor monto para gastos habitacionales,lo que aumenta el uso de las casas rodantes enla región de Kissimmee. Adicionalmente, laeconomía basada en turismo invita a las per-sonas a vacacionar en vehículos recreacionalespor algunos meses en la misma área. Esta con-centración de la población económicamenteconstruida cerca de Kissimmee incrementa lavulnerabilidad frente a eventos de tornados

EXPRESIONES DE ENOS EN LA FLORIDA

Page 122: Qu-Enos Pasa Spa

122

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

en el área, simplemente debido a la cantidadde residentes que son al mismo tiempo poten-ciales víctimas. Los altos niveles de concen-tración de población en el noroeste del conda-do de Osceola, combinados con el hecho deque muchas personas viven en casas rodanteso de recreo, los hace extremadamente vulnera-bles. La existencia de dos lagos en las cerca-nías contribuye a una mayor concentración enel área vulnerable.

Tormentas eléctricas

De acuerdo con la National Agricultural SafetyDatabase, sobre la Florida ocurren más tormen-tas eléctricas y, por lo tanto, mayores impactosdebido a rayos que en cualquier otro Estado.Las tormentas eléctricas se generan cuandomasas de aire cargadas de humedad se elevandebido a la temperatura y, formando cúmulos,se oscurecen conforme acumulan más hume-dad. Las partes superiores de las nubes gene-ran una carga positiva, mientras que las par-tes inferiores generan carga negativa, lo quehace que se dé un flujo de energía hacía el sue-lo. Las cargas positivas tratan de desplazarselo más cerca de la nube, generalmente en losobjetos más altos cerca de la misma, el relám-pago ocurre cuando la diferencia entre las car-gas positivas y negativas es lo suficientemen-te grande como para vencer la resistencia ycrear una ruta de conducción entre ellas. Ade-más de los relámpagos, otro fenómeno muycomún son las ráfagas de aire descendente,que pueden sobrepasar las 100 mph (161 kph),conocidas como �explosiones verticales�, yque pueden generar importantes daños en in-fraestructura y ambiente.

En promedio, como resultado de las tormentaseléctricas mueren 10 personas y 30 resultanheridas en la Florida. Aproximadamente el50% de los accidentes ocurren en contextosrecreacionales y cerca del 40% de los mismosestán relacionados con actividades recreativasasociadas al agua, como navegación, surfingy natación (Becker DATE). Nuestra base deDesInventar revela que actividades remunera-das como las propias de la construcción y tra-bajos de mantenimiento explican también par-te de los accidentes generados por causa de losrelámpagos. Las tormentas eléctricas y sus efec-tos también representan drásticos impactoseconómicos, sumando miles de millones dedólares para el Estado durante los últimos 30años de acuerdo con la base de datos de ENOS.La base de datos también revela que cada con-dado en la Florida ha reportado al menosUS$100.000 en pérdidas debido a tormentaseléctricas en el periodo de 1970 a 2000.

De acuerdo con la División de Gestión de Emer-gencias de la Florida (FDEM, por sus siglas en

inglés), las secciones interiores de la parte cen-tral del Estado reciben la mayor cantidad detormentas, con un total de más de 100 días poraño. Estas también son frecuentes en las zonascosteras, con un promedio de 80 a 90 días poraño. DesInventar revela que dos áreas, en elcondado Gilchrist/Marion y en el Pinellas/Hillsborough/Polk, han reportado las ma-yores cifras de pérdidas por las tormentaseléctricas durante los pasados 30 años. Pinellasy Hillsborough son también los lugares endonde hay más heridos y muertos por tormen-tas eléctricas.

El impacto desproporcionado de las tormen-tas eléctricas se correlaciona con el hecho deque ambas regiones se encuentran en la zonacostera del Estado, que recibe los 80 a 90 díasde tormenta por año. Las altas pérdidas de-bido a las tormentas reportadas en Gilchristy Marion pueden relacionarse con las acti-vidades agrícolas en dichas áreas. MientrasPinellas y Hillsborough están altamente urba-nizados y, por tanto, expuestos a daños estruc-turales por causa de los vientos, el condado dePolk mantiene un importante nivel de activi-dad agropecuaria que puede exponerla a su-frir altas pérdidas por causas de las tormentas.Las actividades de recreación tienen un pesoimportante dentro de las muertes por impactosde rayos en la Florida. Los números de talespérdidas humanas son mayoritarios en loscondados de Pinellas y Hillsborough que enotras áreas afectadas. El hecho de que estos doscondados de la zona del Golfo sean los másafectados puede explicarse por el hecho de lacantidad de actividades recreativas, así comoel acelerado crecimiento urbano, lo que exponea más trabajadores a realizar actividades enexteriores, aun con tormentas eléctricas.

Inundaciones

Las inundaciones ocurren a partir de la combi-nación de factores naturales, como duración eintensidad de las lluvias, permeabilidad delsuelo y escorrentía, con factores culturales,como la infraestructura física (asfaltado, alcan-tarillado y drenaje). Las inundaciones se gene-ran cuando el suelo es saturado por una tor-menta de modo tan veloz que no se puede ab-sorber la totalidad del agua. La escorrentíatransporta capas superficiales de agua que rá-pidamente fluyen por gravedad. Como resul-tado, todo en la ruta de las corrientes superfi-ciales es arrastrado hacia drenajes, cuencas ycuerpos de agua cercanos. En las zonas urba-nas, las inundaciones pueden exacerbar sucomportamiento ante el bloqueo o la inefi-ciencia de los sistemas de drenaje y la extensasuperficie asfaltada; esto facilita el rápidofluido de volúmenes de agua que en otrascondiciones serían absorbidos por el suelo

Page 123: Qu-Enos Pasa Spa

123

(Marchman, 2000). Por supuesto, las inundacio-nes son fenómenos que pueden ocurrir encualquier parte en donde la capacidad de car-ga de los cauces esté a su máximo nivel. A lolargo de las zonas costeras las tormentas pue-den inundar de manera temporal las zonasbajas, muchas de las cuales, luego del paso dela tormenta, pueden permanecer inundadaspor un tiempo indefinido.

El condado de Dade, seguido por los dePinellas, Volusia y Alachua, son los que másregistran inundaciones, y coincidentemente,son condados con algunos de los niveles máselevados de densidad poblacional. De lo ante-rior, puede inferirse la existencia de una rela-ción directa entre urbanización/infraestructu-ra y el daño acrecentado de las inundaciones.Aunque las inundaciones pueden ocurrir encualquier parte del Estado, el peligro es mayoren aquellas áreas en donde no se está equipa-do para manejar avenidas de alta intensidad(Alpalachicola Regional Planning Council, 2004). Tan-to en zonas urbanas y rurales los impactos sue-len estar diferenciados. La combinación de cier-tas condiciones económicas, políticas y de es-tructuras municipales crean las condicionespara que los territorios se vean más o menosafectados por el fenómeno. Por ejemplo, el con-dado de Alachua reporta más incidencias defuertes lluvias que muchos otros condadoscosteros que suelen tener contactos con tormen-tas tropicales. Hipotéticamente, esto puede de-berse a las concentraciones poblacionales, queles hace más susceptibles ante daños estructu-rales como caídas de árboles y daños en techos.

A pesar de la alta incidencia de los daños re-portados por causa de las inundaciones enlas zonas urbanas, los daños más severos yrecurrentes se dan en las zonas rurales. Porejemplo, en el caso del condado Franklin, elfactor que generó inundaciones de alta inten-sidad fue la sucesión de dos tormentas tropi-cales (Beryl y Alberto)84. En áreas menos urba-nizadas, la falta de adecuados sistemas dealcantarillado pueden retardar la tasa de ab-sorción, y los hogares en condiciones deficien-tes, probablemente localizados en zonas deriesgo , van a resultar más afectados que aque-llos de las zonas urbanas.

Lo que sí está claro es la susceptibilidad de lasáreas costeras a verse afectadas por inunda-ciones. Muchas de estas áreas registran dañosque alcanzan los millones de dólares. En defi-nitiva, las zonas bajas y las regiones altamenteurbanizadas a lo largo de la costa son las quepueden recibir mayores daños por causa de lasinundaciones. Ambas áreas sufren daños es-tructurales (inundación de caminos, casas ycomercios) aunque las zonas urbanas parecenestar mejor equipadas para recuperarse o pre-

venir ciertos daños. Muchos condados de-penden altamente de actividades agrícolas, porlo que una inundación en el área de los culti-vos puede ser de mayor impacto en las zonasrurales que en algunos condados urbanos(Livingston, 2003). La destrucción de una cose-cha tiene además efectos negativos colaterales;igualmente, la gravedad de las inundacionesen zonas urbanas no debe de tomarse a la lige-ra. Las áreas costeras están entre aquellas enlas que el valor de la tierra es más alto, dondegrandes casas son construidas en los centrosde las áreas urbanas (por ejemplo, St. Augustiney St. Petersburg). Por tal razón, la proximidada grandes cuerpos de agua incrementa su vul-nerabilidad a posibles inundaciones. La redde daños, inmediata y tangible, que las inun-daciones generan en las zonas urbanas es no-toria de acuerdo con los registros deDesConsultar. Este tipo de daños pueden seranalizados y clasificados. Sin embargo, laresiliencia de cultivos y hatos puede ser dismi-nuida con condiciones de inundaciones soste-nidas. Situaciones en las que se facilite el sur-gimiento y expansión de enfermedades que sedesarrollen en ambientes acuáticos, puedenfácilmente arrasar con cosechas y ganado.Igualmente, los aumentos en la turbidez delagua (cantidad de sedimento presente) afectaincreiblemente la acuacultura y, por ende, lasindustrias del turismo y la pesca, pilares de laeconomía local para muchas comunidadescosteras (Agencia de Protección Ambiental, 1994).

Las inundaciones en las áreas costeras pue-den ser un fenómeno recurrente. Algunas delas más visibles e inmediatamente reconociblesefectos de las inundaciones son la erosión delas costas, la inundación de las zonas bajas ylos daños, tanto estructurales como en cose-chas. Indistintamente del tipo de inundación,éstas pueden igualmente afectar los niveles decalidad del agua, en detrimento de las comuni-dades locales y las industrias (MMWR Weekly,1995). Esta serie de efectos no se manifiestanhasta tiempo después que la inundación haocurrido y pueden extenderse por largos pe-riodos de tiempo. Por lo tanto, la red de efectosderivados puede llegar a ser mucho más gran-de de lo calculado originalmente.

Los eventos ocurridos en el estuario deApalachicola, en el condado Franklin, duran-te los inicios de los 90s hasta 2000, sirven parailustrar estos temas. La salud del ecosistemade la bahía de Apalachicola constituye un cla-ro ejemplo de cómo se manifiestan temas depolítica regional, debilidades microrregionalesen infraestructura, susceptibilidad económicay degradación ambiental. La Reserva Nacio-nal de Investigación Estuarina de Apalachicolaes la más grande en su tipo en América delNorte y una de las más grandes en el hemisfe-

EXPRESIONES DE ENOS EN LA FLORIDA

84 Florida Severe Storm,Flooding, Tropical Storm Al-berto Declared July 10, 1994.h t tp : / /www. fema .gov /h a z a r d s / h u r r i c a n e s /histevents.shtm.

Page 124: Qu-Enos Pasa Spa

124

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

rio occidental. La reserva se encuentra en unacuenca mayor que es nutrida por aguas supe-riores en Georgia y Alabama. El intenso creci-miento urbano en Atlanta durante la mitad yfinales de los 90s generó preocupaciones entorno a derechos de riego y la pureza del recur-so. Este debate interestatal del agua ilustra lanaturaleza sistémica de una problemáticalocal. La salud de los ecosistemas de Apala-chicola funciona como un indicador de crisisemergentes debido a su importancia para laseconomías de muchos pescadores, recolectoresde ostras y camarones de la región que traba-jan en el estuario y en la zona de la bahía. Susmedios de vida no sólo están siendo condicio-nados por la degradación del agua por vectoresde fuente dispersa, contaminación aguas arri-ba y por turistas (arrojando desechos desde losbarcos), sino que también son susceptibles aciclos de dinámica climática, como las periódi-cas tormentas tropicales y sequías que acom-pañan los sistemas de El Niño y La Niña. Es-tos dos factores se concatenan con el crecimien-to urbano para generar condiciones de suscep-tibilidad económica y ambiental. Por ejemplo,las prácticas de desarrollo que remueven lacobertura de zonas altas y estaruinas permitenla infiltración directa de agua contaminada.Dicha situación es exacerbada como resultadode la coincidencia de condiciones meteoroló-gicas extremas con inadecuados sistemas dealcantarillado. Esto se apreció durante las tor-mentas dentro de los eventos El Niño de me-diados de los 90s, especialmente con la tormen-ta tropical Alberto. Esta tormenta saturó losdrenajes y desactivó las estaciones de bombeo,liberando peligrosas cantidades de agua con-taminada en los sistemas acuáticos locales. Elconsecuente cierre de la bahía devastó la in-dustria pesquera y activó múltiples programasde ayuda en emergencia a nivel local, estatal ynacional. Pese a esto, el posterior desarrollo dela isla St. George y otras regiones costeras ig-norarían este incidente específico y optaríanpor instalar altas concentraciones de tanquessépticos, que en dichas condiciones presentanaltos niveles de infiltración.

El reciente auge de desarrollo se vuelve para-dójico cuando se considera que uno de los prin-cipales factores que hacen atractivos a la re-gión es la industria pesquera. La ironía radicaen que el boom turístico y la subsecuente olea-da de desarrollo son uno de los factores quecontribuyen al deterioro de la actividad pes-quera. La renta obtenida del impuesto al usode tierras públicas de la Reserva ha sido des-plazado por el sector privado, que se ha adue-ñado de dichas propiedades. Tal es el caso deSt. Joe Paper Company, que ha dedicado susantiguos terrenos de plantación al desarrollourbanístico y al comercio de propiedades.

Sequía

Anterior a la oleada de desarrollo, el ambientedel centro y sur de la Florida consistió enaproximadamente 36.018 km2 de acres de pan-tanos que dominaban el paisaje de aquel en-tonces. Una de las características esenciales dedicho sistema natural es su sistema de manejodel agua. La absorción de una precipitaciónaltamente variable, la extensión de hidro-periodos o periodos de inundación, son com-ponentes esenciales del ambiente de loshumedales y un factor de disminución de lavulnerabilidad ante la estación seca y eventosde sequía, ya que permiten almacenar una grancantidad de agua y transportarla. Las caracte-rísticas ambientales se constituyeron a partirdel gradiente de elevación superficial, la canti-dad de vegetación y los sustratos de turba.

La precipitación en el sur de la Florida es alta-mente variable. El área recibe cerca de 1.400mm/año de lluvia en un año de precipitacio-nes normales. Desviaciones generan inunda-ciones o sequías. Las inundaciones pueden serinducidas por huracanes y son más frecuentesque las sequías, las que pueden darse una vezcada diez años. La variabilidad en la precipi-tación es muy notable, con cerca del 75% de lasprecipitaciones en la temporada lluviosa, queva de mayo a octubre. El ciclo hidrológico na-tural puede llegar a cambiar por alteracionesen el consumo del agua. Los consumidores delrecurso son la naturaleza, las prácticas agríco-las y las poblaciones urbanas. El consumo deagua se ha mantenido estable, sin embargo elcrecimiento poblacional y sus prácticas, comola intensificación agrícola, han aumentado lacantidad de agua dulce requerida.

El ciclo hidrológico natural se compone de laevapotranspiración, la precipitación, el aguasubterránea y la escorrentía. La amenaza na-tural de sequía, una desviación regular del ci-clo hidrológico, puede generar una reduccióndel volumen de agua en alguna de las partesdel mismo. Por tanto, la sequía se ha definidocomo meteorológica, agrícola, hidrológica osocioeconómica, que es también el orden en queaparece y es experimentada por la poblaciónhumana. La sequía meteorológica se refiere ala reducción en la precipitación en compara-ción a las cantidades de un año �normal�. Lasequía agrícola se genera cuando la humedaddel suelo requerida para el crecimiento de unaespecie particular no se alcanza. La sequíahidrológica consiste en una reducción del vo-lumen de agua en cuerpos superficiales y sub-terráneos como caudales, lagos y acuíferos. Lassequías socioeconómicas ocurren cuando susefectos empiezan a afectar a las comunidadeshumanas.

Page 125: Qu-Enos Pasa Spa

125

La llegada del desarrollo en el sur de la Floridaimplica una severa y continua intervención enel ciclo hidrológico a través de la construcciónde canales y diques. Tales alteraciones cam-biaron el territorio de un área que pasaba pul-gadas bajo el agua gran parte del año, a unazona habitable para grandes cantidades depoblación.

Los humedales del centro y sur de la Floridahan sido drenados. El control de los hidro-periodos de inundación se ha alcanzado me-diante la descarga de masivos volúmenes deagua a través del sistema de canales o median-te el almacenamiento artificial en diques. Dosimportantes rasgos de los humedales, la capa-cidad de almacenar cantidades importantes deagua y la capacidad de lidiar con altas irregu-laridades en la distribución de las lluvias, sehan perdido. Estos cambios en el sistema natu-ral vuelven los humedales mucho más sensiti-vos a las desviaciones. Mediante este proceso,el riesgo de inundación, o hidroperiodos, se haincrementado, y, al mismo tiempo, el sistemase ha hecho más vulnerable a sequías meteoro-lógicas y a la misma estación seca.

Debido a la pérdida de capacidad de almace-namiento de agua de los humedales, el lagoOkeechobee, el segundo más grande de losEstados Unidos, con una capacidad de 1,05trillones de galones (4,5 km3 aprox.), se ha con-vertido en la figura principal del proyecto decontrol de inundaciones y abastecimiento deagua del sur de la Florida. El lago provee con-trol de inundaciones, abastecimiento de aguapara uso agrícola y urbano y prevención deintrusión salina en los acuíferos costeros, de-bido a los bajos niveles que presentan porsobreuso. Es también una zona recreacional yuna fuente de agua para el resto de los elemen-tos ambientales de la zona. La fragilidad delsistema aumentó con las altas demandas delos focos urbanos en las zonas costeras y lademanda de agua para la agricultura, lo quegeneró bajos e inusuales niveles de agua enperiodos secos. Para satisfacer las múltiples de-mandas, los niveles de agua en el lago se man-tuvieron artificialmente altas, pese a compro-meter seriamente los ecosistemas y, consecuen-temente, el potencial recreacional del que de-penden muchas de las comunidades aledañas.Así, en tiempos de precipitaciones �normales�se generan conflictos de intereses por el usodel agua. Como es de esperar, tales conflictosse incrementan en épocas en donde se dansequías meteorológicas. Por ejemplo, el conda-do de Glades, uno de los condados rurales ad-yacentes al lago Okeechobee en la parte oes-te, ha basado su desarrollo económico en acti-vidades altamente dependientes de la dispo-nibilidad y calidad de agua dulce. La base eco-nómica del condado consta de materias pri-

mas (acuacultura, horticultura y agricultura) yen el turismo basado en actividades de aguadulce en las costas del lago. La degradaciónecológica del lago está afectando a varias espe-cies animales que son atractivos turísticos paramuchos visitantes, principalmente debido a losaltos niveles de contaminación del agua y eldescenso en los niveles, como fue el caso de lasequía de 1980-1982, que afectó notablementeel sector económico. Igualmente, el sector agrí-cola, que depende de varios sistemas de irri-gación también se ve seriamente afectado enépocas de escasez.

A diferencia de las comunidades costeras, quese han visto beneficiadas y protegidas por lacapacidad de almacenamiento del lago, el con-dado de Glades no ha experimentado el creci-miento ni la prosperidad de la región en gene-ral. El ingreso per cápita en 1999 estaba cerca delos US$10.000, por debajo del promedio esta-tal, con US$18.905, ubicándose en el puesto 48dentro del Estado. Los condados de Collier,Palm Beach y Martin, por otra parte, se ubica-ban en los puestos 1, 2 y 3, con ingresos percápita superiores a los US$40.000 anuales. His-tóricamente, el desempleo ha sido también altoen la región respecto al promedio, con cercadel 8% ó 9% durante los 90s. Aparte de su de-pendencia económica y su creciente vulnera-bilidad hacia cambios económicos debido aldesempleo y a los bajos ingreso, la poblacióncreció a una tasa mucho menor y constituye,con apenas 10.000 habitantes en 2000, cercadel 1% de la población que recibe beneficios apartir del uso que se le da al lago.

La sequía o los eventos que generen escasez deagua pueden ser causados natural o socialmen-te. En el periodo 2000-2001, el sur de Floridaasí como el condado Glades experimentaronuna sequía y una sequía socioeconómica cau-sada por factores humanos, como la alteracióndel ambiente, el consumo del agua y la dismi-nución del nivel. Estos factores simultáneoscondujeron a la disminución del nivel del lagoy a una consecuente restricción para todos losusuarios (rurales y urbanos) generando de-sastrosos impactos, especialmente en el sectoreconómico que basaba su actividad en los re-cursos provenientes del lago.

Incendios forestales

De acuerdo con la definición del FloridaDepartment for Community Affairs (FDCA) unincendio forestal es un �evento indeseado enun medio natural� (FDCA 2004: 16). Estos even-tos ocurren unas 5.000 veces por año, y aun-que hay 13 eventos que ocurren diariamenteen el Estado, el riesgo social ante dicha ame-naza no ha sido estudiado en detalle85. Las con-diciones climáticas y el comportamiento hu-

EXPRESIONES DE ENOS EN LA FLORIDA

85 Los datos sobre incendiosforestales en la Florida estánfragmentados. La FDCA empe-zó un registro periódico de in-cendios forestales en 1981.Los datos sobre lugar, área que-mada y causas del siniestro sonregistradas, pero no hay refe-rencias de pérdidas económi-cas o de vidas humanas. ElNOAA empezó a documentarlos incendios forestales en1996, con registros periódicosde muertos, heridos, daños apropiedades y cosechas.

Page 126: Qu-Enos Pasa Spa

126

mano son dos de las más importantes causasde incendios forestales en la Florida. La vulne-rabilidad social a los incendios se ubica en laconfluencia de condiciones naturales y el in-cremento de población y la urbanización.

En la Florida los incendios forestales son al-tamente influenciados por condiciones cli-máticas globales, particularmente ENOS. Deacuerdo con Morehouse (2000), ENOS conllevacambios en el clima y las condiciones del tiem-po, destacando los siguientes patrones en elterritorio estadounidense:

� El fenómeno de El Niño ocurre debido a unsignificativo calentamiento de la superficiedel mar en el Pacífico Este. Como resultado,el sureste y el suroeste tienden a estar máshúmedos que en condiciones normales du-rante el invierno de medio año, mientras queen el Pacífico Noroeste las condiciones tien-den a ser más secas de lo normal.

� La Niña se genera debido a un enfriamien-to significativo de la superficie del mar enel Pacífico Este. Esto deriva generalmenteen condiciones anómalamente secas en elsureste y suroeste, pero más húmedas quelas condiciones normales en el Pacífico No-roeste.

Estos patrones sugieren que durante La Niñaexisten posibilidades superiores al promediode actividad de incendios forestales. Duranteel periodo 1981-1998, la tendencia fue de muybaja actividad de incendios forestales duranteepisodios El Niño, y altamente significativa du-rante los eventos La Niña. Un ejemplo de di-cho patrón es el periodo de incendios foresta-les de 1998, cuando grandes extensiones debosque se quemaron. Dichos incendios ocu-rrieron luego de un repentino cambio de un ElNiño húmedo (de primavera de 1997 a prima-vera de 1998 cuando la Florida experimentólluvias por encima de lo normal) a un La Niñaseco, en el periodo de abril a junio de 1998, quefue el periodo más seco y caliente en más de unsiglo.

El cambio repentino de condiciones húmedasa secas es extremadamente peligroso en térmi-nos de probabilidad de ocurrencia de incen-dios. La estación lluviosa impulsa generalmen-te el crecimiento de abundantes pastos, los cua-les, en la estación seca, se convierten en un efec-tivo combustible para los incendios. El mismopatrón se da cuando después de huracanes otormentas, cuando generalmente se derribanárboles, ramas y otros tipos de vegetación.Durante la estación seca, los escombros delos árboles caídos se convierten también en unpeligroso combustible (USA Today, 2005).

Otro elemento que contribuye a la vulnerabili-dad frente a los incendios forestales en la Flori-da es la urbanización de las interfases urbano-silvestres. De acuerdo con los datos del FDCAcompilados en la Base de Datos de IncendiosForestales Florida 286, más del 75% de los in-cendios entre 1981 y 2001 se debieron a causashumanas. Entre las conductas humanas másimportantes que favorecen la aparición de in-cendios está la urbanización en ecosistemasadaptados al fuego y el consecuente aumentode población en dichas áreas. Según el FDCA(2004) el crecimiento en la población de laFlorida en la última década fue de cerca de 3millones de personas, lo que promovió la ur-banización masiva en la llamada zona deinterfase urbano-silvestre. Los asentamientosalrededor de las áreas silvestres incrementanlas posibilidades de que se produzcan dañosgenerados por actividades humanas, como in-cendios o contaminación. El crecimientopoblacional mantiene una clara relación conlos daños por incendios forestales.

Durante los incendios de 1998, el área másafectada fue la costa centro-este. Las comuni-dades situadas a lo largo del camino I-95 en-tre St. Augustine y Cocoa Beach (de los conda-dos de Flagler, Volusia y Brevard), fueron par-ticularmente afectadas por estos devastadoresincendios (Minshew y Towle, 1999). De acuerdocon la Base de Datos DesIventar Florida 1,Brevard y Volusia representaron el 87% deltotal de pérdidas económicas durante losincendios de 1998 y 1999. En Brevard la can-tidad total de daños económicos fue deUS$200.082.500, y en Volusia de US$150.276.000,lo que significa que, respectivamente, el 50% yel 35% de los daños por incendios forestalesen dichos años se localizaron en la Florida.Finalmente, es importante destacar que los in-cendios forestales tienen implicaciones seriasen las condiciones de salud de la población.De acuerdo con Sorensen et al. (1999), en 1997 y1998, las visitas a salas de emergencias seincrementaron sustancialmente por asma(91%), bronquitis aguda (132%) y dolores enel pecho (37%).

Heladas

Las heladas ocurren generalmente durante losmeses de diciembre y enero, cuando las tem-peraturas descienden por debajo de los 32ºFahrenheit (1,55º C). Su duración varía en pe-riodos que van desde horas hasta muchos días.Sin embargo, de acuerdo con DesInventar, lasheladas no han sido un fenómeno que hayaocurrido anualmente entre 1970 y 2001. Lasheladas que ha experimentado el Estado abar-can 12 años de los 31 cubiertos por la base dedatos.

86 El Proyecto Gestión del Ries-go de Desastres ENOS enAmérica Latina en la Universi-dad de Florida, ha compilado dosbases de datos para el Estadode la Florida: DesInventar Flori-da 1, que contiene todos loseventos, naturales y humana-mente inducidos, que han cau-sado pérdidas humanas y ma-teriales entre 1970 y 2001; yDesInventar Florida 2 ForestFires Database, que contienetodos los incendios forestalesreportados al FDCA y que ocu-rrieron entre 1981 y 2001. Elestudio está basado en ambasbases de datos.

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

Page 127: Qu-Enos Pasa Spa

127

Las alertas se activan cuando los pronósticosde temperaturas menores a los 32º F (1,55º C) seextienden por más de 24 horas. Una alerta dehelada severa se activa si la temperatura espe-rada es inferior a los 28º F (-2,2º C) por al menostres horas. Este tipo de heladas ocurren en zo-nas rurales, en el interior del sur de la Floridacerca de una vez cada diez años y son menosfrecuentes en las áreas metropolitanas cerca delas costas.

De acuerdo con los datos de DesInventar de1970 a 2001, se registran 273 reportes de hela-das (lo que representa el 2,9% del total de losdesastres reportados). Hillsborough y Collierhan experimentado heladas durante once delos doce años en que el fenómeno se ha mani-festado en la Florida.

En otro sentido, los registros de DesInventarapuntan que, entre 1970 y 2001, en la Florida,las heladas se han dado durante los meses dediciembre y enero en doce diferentes años. Lastemperaturas más bajas alcanzadas en dichoperiodo han sido localizadas en el condado deMarion durante la helada de 1998 (15º F ó 9,44ºC) y en 1971 (16º F u 8,9º C). Zierden y O�Brienseñalan que el record de 7menor temperaturase dio en 1899, cuando Tallahassee experimen-tó temperaturas de �2º F (-19º C).

Los principales problemas sociales derivadosde las heladas han sido algunas muertes y eldesempleo de agricultores. De acuerdo con labase de datos, las heladas en la Florida hancausado ocho muertes entre 1983 y 2001. Sinembargo, el Servicio Meteorológico Nacionalhace referencia a un estudio que reporta unaimagen más amplia, en la que figuran 124 muer-tes debido a heladas entre 1979 y 1999. Es es-pecialmente significativa los 26 casos de per-sonas que murieron debido a la hipotermia en198987.

El desempleo, particularmente el agrícola, esotro de los impactos negativos de las heladas,especialmente desde que la agroindustria enFlorida es extremamente sensitiva a cambiosdramáticos en la temperatura. De acuerdo conla Agencia para la Innovación de la FuerzaLaboral (AWI por sus siglas en inglés), 8.330trabajadores sufrieron desempleo temporal en2001. En el área de producción vegetal (8.242)y el resto en pesca artesanal, con pérdidas va-loradas cerca de los US$11,2 millones.

Las heladas producen las mayores pérdidaseconómicas en agricultura; además de generardesempleo, afecta también la estabilidad de laproducción. Miles de acres de cítricos se per-dieron y en algunos condados los daños llega-ron a afectar las condiciones del suelo.

De acuerdo con DesIventar, en 1983, 1985 y1997, se dieron pérdidas significativas que su-peraron los US$40 millones por condado. Mien-tras, 1999 ha sido el año en el que los dañosdebido a las heladas por condado fueron me-nores, rondando los US$130.000. Adicional-mente, durante 2001, un reporte destaca quelos granjeros de la Florida sufrieron importan-tes daños en cosechas de caña de azúcar, cítri-cos, helechos y las industrias de pesca tropi-cal. Dichas pérdidas se estiman en US$179 mi-llones (esta información, sin embargo, no hasido reportada en la base de datos)88.

En conclusión, a lo largo del año el clima de laFlorida provee condiciones de un paraísosubtropical para turistas y para el sector agrí-cola. No obstante, cuando el tiempo (inespera-damente) fluctúa y se generan heladas los cos-tos sociales y económicos son elevados. ¿Quéhace a unas áreas más vulnerables que otras?

Los desastres en la Florida aparentementecatalizan procesos económicos y socio-demo-gráficos. Sin embargo, las heladas pueden serun caso único de desastre en la Florida. Estasson catalizadoras de cambio mediante la de-vastación, pero sin renovación. Muchos habi-tantes conocen personalmente los drásticosdaños sociodemográficos, económicos y am-bientales, que se dieron debido a la devasta-ción de las heladas en los 80s. �Sí, lo recuerdobien. Era la víspera de Navidad de 1983�, diceBruce Day, un planificador regional. Las hela-das destruyeron la industria de cítricos en elcondado de Marion.

Las heladas han marcado las fronteras parala producción de cítricos y otros vegetales enla Florida desde 1800. White Springs, en elcondado de Hamilton, fue dominado por plan-taciones de cítricos hasta la ocurrencia de lamayor helada de 189589. Los productores fue-ron desplazados al sur de Marion, que teníatres ejes primarios: McIntosh (1.000 acres, 4,05km2 aprox.), Citra (2.000 acres, 8,1 km2 aprox.))y Weisdale (entre 6.000 a 7.000 acres, 24,3 a28,3 km2 aprox.)90. Aunque en la mayoría delcondado no se diera la actividad de los cítri-cos, estos fueron los tres principales focos dela industria.

Las heladas perjudican a los agricultores másque a cualquier otra industria, particularmen-te a las plantaciones de naranja. �Las heladasdañan a los cítricos más que a nada; no dañanel pasto ni las granjas de ganado y caballos�91.La economía local del área se basó alrededorde la industria de los cítricos. Aun así, algunosproductores se trasladaron hacia el sur, tratan-do de hacer más viable la industria de los cítri-cos; la mayoría quedó en quiebra, otros retira-

EXPRESIONES DE ENOS EN LA FLORIDA

87 National Weather ServiceForecast: http://www.srh.noaa.gov/mfl /newpage/about_cold.html, FloridaDivision of Emergency Mana-gement: http://www. floridadisaster.org/bpr/EMTOOLS/Severe/cold.htm88 Federal Emergency Mana-gement Agency (FEMA): http://www.fema.gov/emanagers/2001/nat021201.shtm89 Bruce Day (Consejo Re-gional de Planificación deWithlacoochee).90 Bill Phillips (productor de na-ranjas desde 1986 y ex-direc-tor del servicio de extensióndel IFAS durante las heladas de1983 y 1985).91 Lee Ulsberger (EvaluadorAgrícola de Propiedades delCondado de Marion).

Page 128: Qu-Enos Pasa Spa

128

Apalachicola Regional Planning Council. Franklin County Local Mitigation Strategy: 2004 Planningfor a Disaster Resistant Community. June 30, 2004. Website: http://www.thearpc.com/srpp/emergency/franklincover.doc

BEBR (Bureau of Economic and Business Research)2004 Florida Statistical Abstract 2004. University of Florida: Warrington College of Business.

FDCA2004 Wildfire Mitigation in Florida. Land Use Planning Strategies and Best Development Practices.

Florida Department of Community Affairs. Florida Department of Agriculture and ConsumerServices.

Goodrick, Scott and Brenner, Jim2000 Climate�s Influence on Wildfires in Florida. In: Barbara Morehouse (Editor), The Implications

Of La Niña And El Niño For Fire Management. Workshop Proceedings. Tucson: University ofArzona.

Goodrick, Scott and Brenner, Jim2000 Climate�s Influence on Wildfires in Florida. In: Barbara Morehouse (Editor), The Implications

Of La Niña And El Niño For Fire Management. Workshop Proceedings. Tucson: University ofArizona.

Glantz, M.(ed.)1994 Usable Science: Food Security, Early Warning, and El Niño. Proceedings of the Workshop on

ENSO/FEWS, Budapest, Hungary, October 1993. UNEP, Nairobi; and NCAR, Boulder, Colorado.

Gray, William2005 The Use of ENSO Information in Hurricane Forecasting. Fort Collins, Colorado: Colorado

State University, Department of Atmospheric Sciences. (http://www.isse.ucar.edu/elnino/gray.html)

Hagemeyer, Bart2001 El Nino - Southern Oscillation (ENSO) and Florida Dry Season Tornadoes Predictability. NWS

(National Weather Service) Melbourne, Florida. (http://lift.wvlc.lib.wv.us/wvfema/Library/Tornadoes/El%20Nino%20Tornados%20predictability.htm)

Jones, Catherine Stephens, Shriver, Jay F., and O�Brien, James J.1999 The Effects of EI Niño on Rainfall and Fire in Florida. The Florida Geographer 30: 55-69

Laing, Arlene G., Paxton, Charles H., Goodrick, Scott L., Sharp, Dave, and Blottman, Peter F.2000 Florida Wildfire Initiation and Environmental Conditions During 1998

Livingston, Robert J., et al.2003 Relationships of River Flow and Productivity of the Apalachicola River-Bay

System. Final Report, NOS/CCMA/Biography Program

Marchman, Grady. Northwest Florida Water Management District, Water Resources2000 Special Report 00-01, March, 2000, An Analysis of Stormwater Inputs to the Apalachicola Bay

Minshew, R.S. and Towle, Jack1999 The 1998 Wildfires in Florida. Volusia�s County Owns Armageddon. Environmental Health,

March 1999.

MMWR WEEKLY. January 20, 1995 / 44(02);37-39, Epidemiologic Notes and Reports 1995 Multistate Outbreakof Viral Gastroenteritis Associated with Consumption of Oysters-Apalachicola Bay, Florida, December1994-January 1995. October 6, 2004

BIBLIOGRAFÍA

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

dos. Algunos plantaron pinos para mantenersu ocupación como agricultores. En 1985, pro-pietarios de 9.600 parcelas reclasificaron susterrenos. Unos pocos pagaron el alto costo decercar sus propiedades para mantener su ga-nado. Sin embargo, cerca de Orlando se estabaexperimentando un boom poblacional, y el de-sarrollo habitacional empezó a tomar forma.

Las hermosas colinas y lagos de las viejas plan-taciones de naranja se convirtieron en bienesraíces. Sin embargo estos ingresos puntualesno se convirtieron en futuros dividendos parala gente ni el condado en general. Muchosvendieron sus tierras a desarrolladores urba-nísticos: �La gente plantó azoteas como supróxima cosecha� (Bruce Day).

Page 129: Qu-Enos Pasa Spa

129

Morehouse, Barbara(Editor)2000 The Implications Of La Niña And El Niño For Fire Management. Workshop Proceedings.

Tucson: University of Arzona.

Mormino, Gary2005 Land of Sunshine, State of Dreams: A Social History of Modern Florida,

Gainesville, University Press of Florida.

Sardeshmukh, Prashant, Compo, Gilbert, Penland, Cécile, and Bacon, Susan2002 El Niño and Probability. NOAA-CIRES, Climate Diagnostics Center. (http://www.cdc.

noaa.gov/spotlight/07092003/sec3.html)

Saunders, M. A., Chandler, R. E., Merchant, C. J., and Roberts, F. P.2000 Atlantic hurricanes and NW Pacific typhoons: ENSO spatial impacts on occurrence and landfall.

Geophysical Research Letters, January 2000.

Sorensen, B, Fuss, M, Mulla, Z, Bigler, W, Wiersma, S, and Hopkins, R.1999 SURVEILLANCE OF MORBIDITY DURING WILDFIRES-CENTRAL FLORIDA, 1998, MMWR:

Morbidity & Mortality Weekly Report, 01492195, 02/05/99, Vol. 48, Issue 4

Swetnam, Tom2000 �Wildfire and Climate in the Paleo and Historical Context: Historical Fire and Drought Pat-

terns in the Western United States.� In: Barbara Morehouse (Editor), The Implications Of LaNiña And El Niño For Fire Management. Workshop Proceedings. Tucson: University of Ari-zona.

Tang, B. H. and Neelin, J. D.2004 ENSO Influence on Atlantic hurricanes via tropospheric warming. Geophysical Research Let-

ters, Vol. 31, 2004.

Tartaglione, Carissa A., Shawn R. Smith*, and James J. O�Brien 2003 ENSO Impact on Hurricane LandfallProbabilities for the Caribbean. Journal of Climate, Vol 16, Issue 17, Septiembre 2003.

US Census Bureau2005 Florida Quick Facts

U.S. Environmental Protection Agency, Office of Water, National Quality Inventory-1995 1994 Reportto Congress (EPA, Washington, DC, 1995)

USA Today2005 �Wildfire forecast fuels concern for Fla. disaster zones�. Section: News, Pg. 03a February 21,

2005.

EXPRESIONES DE ENOS EN LA FLORIDA

Page 130: Qu-Enos Pasa Spa

130

Expresiones de ENOS en México92

¿Es factible asociar ciertos desastres deorigen hidrometeorológico al fenóme-no ENOS en México? Sus manifestaciones, efectos e impactos han sido has-

ta ahora identificados con más claridad enpaíses como Ecuador o Perú, mientras que enMéxico es menos evidente la relación entre laintensidad y/o frecuencia de la variabilidadclimática interanual ENOS y el aumento deeventos hidrometeorológicos que contribuyena la concretización de desastres.

Los resultados que presentaremos a continua-ción parecen apuntar a que el incremento delos impactos de fenómenos hidrometeo-rológicos en México está asociado, más que conlas manifestaciones del fenómeno ENOS en sí,con una creciente construcción social de ries-gos que se ha traducido en una gran cantidadde inundaciones. No obstante, la presencia delfenómeno ENOS y los efectos asociados con él,particularmente inundaciones, actúan comodetonadores de desastres cuando se presentanen contextos locales y regionales de alta vulne-rabilidad. ¿Qué procesos de desastre se hanmaterializado en eventos con mayores impac-tos y cuáles se pueden atribuir y/o relacionarde manera más directa al fenómeno ENOS?[�]En términos generales no hay consensos sobrelos impactos directos de ENOS en México, aúncon indicadores de su regularidad e inciden-cia, pero sí hay elementos clave que permitenexplorar patrones semánticos y territoriales

vinculados con una constante y creciente cons-trucción de riesgos de desastre.

ENOS EN MÉXICO Y LA CONSTRUCCIÓN

SOCIAL DEL RIESGO

Como ha ocurrido en diversas latitudes, tam-bién en México a partir de la ocurrencia delahora identificado como el gran Niño del sigloXX, el de 1997-1998, entre especialistas, orga-nismos nacionales e internacionales y sectoresgubernamentales dedicados a esta problemá-tica, las anomalías climáticas y en especial losefectos de El Niño han despertado un ampliointerés. Se ha reconocido que se trata de un fe-nómeno que lo único que tiene de novedoso esel nombre (aunque el bautizo haya ocurrido enPerú hace ya más de un siglo), y que se trata deun fenómeno global cuya asociación con cam-bios inusitados del clima se derivan de las�teleconexiones� (Glantz, 1998). Los efectos eimpactos identificados con las manifestacio-nes de este fenómeno han desatado una olaintensa de investigaciones relacionadas con elconocimiento del fenómeno mismo, aceptandoque es uno de los factores que modulan el cli-ma y sus variaciones interanuales. Sin embar-go, poco se ha avanzado en las asociacionesentre su presencia y el contexto específico en elque se presenta, es decir, entre los factores quecontrolan el tiempo y el clima, y el grado devulnerabilidad acumulada de las sociedades

92 Resumen de �Manifestacio-nes, efectos e impactos deENOS en México (patrones deriesgo)�. Directora del estudio:Virginia García Acosta (PI).Estudiantes del proyecto:Fercia Angulo Fernández,Fernando Briones Gamboa,Leticia González Álvarez, JoséAlfonso Hernández Gómez,Myriam de la Parra Arellano,Juan Manuel RodríguezEsteves.

Metodológicamente se hizo una diferenciación entre manifestaciones, efectos e impactos.

No hay una señal tan clara de las manifestaciones ni, por consiguiente, de los efectos de ENOS en lascomunidades.

La escala de análisis estuvo centrada en cuencas, las que estuvieron localizadas en Guerrero, Veracruz, elistmo de Tehuantepec y Oaxaca.

Es en la cuenca del río Tijuana en donde se podría ver con mayor claridad una relación entre ENOS y lasmanifestaciones naturales. Justamente para este caso la vulnerabilidad se ha incrementado por un creci-miento de la urbanización descontrolada.

Entre otros procesos de construcción de riesgo se menciona a la deforestación, los contrastes entre elmedio rural y el urbano, la erosión y la contaminación con basura de desagües y canales en las ciudades, loque aumenta la magnitud de las inundaciones.

Las lecciones más destacadas hacia el final del proyecto se centran en que, con ENOS o sin él, la variabilidadclimática es mayor; y que además el papel del trabajo de campo es fundamental a la hora de entender,particularmente a nivel local, la ecología cultural de la gestión del riesgo.

Page 131: Qu-Enos Pasa Spa

131

en las que inciden determinados efectos de ElNiño (sobre todo inundaciones y sequías) yque, en su caso, determinan la construcción deriesgo de desastre.[�]El concepto de construcción social del riesgo(García Acosta, 2005 y Lavell, s.f.) pretende respon-der a la necesidad de profundizar en estos aná-lisis sociales, partiendo de un estudio trans-versal de las formas en que la sociedad cons-truye contextos de fragilidad, aumentando lasdiferentes formas y determinadas dimensionesde la vulnerabilidad (Wilches-Chaux, 1993; Car-dona, 2001), todo lo cual se traduce en una faltade adaptación al medio físico que, en determi-nadas ocasiones, provoca que el propio mediose convierta en una amenaza e incluso en unfactor de generación de riesgo. Para entenderestos procesos es necesario, entonces, partir deun enfoque holístico ante la necesidad de con-siderar no sólo la interrelación entre los proce-sos naturales y los sociales, sino también lasformas en que ambos se influyen dialéctica-mente (Cardona, 2001; Lavell, s.f.).[�]De acuerdo con los especialistas en el tema, ElNiño impacta el clima en México provocandomayor precipitación en invierno y escasez delluvia en verano, es decir, su presencia en elterritorio mexicano, al igual que en otras latitu-des, está íntimamente ligada con la disponibi-lidad de agua. Las lluvias de invierno se inten-sifican durante años Niño en el noroeste y no-reste de México, mientras que disminuyen ha-cia la parte sur. Los inviernos con Niño, por suparte, resultan más fríos en casi todo el país,mientras que los veranos con Niño son mássecos y cálidos que en veranos de Niña. El ve-rano Niño en México, por su parte, provocaque las lluvias en la mayor parte del país dis-minuyan, llegando con frecuencia a producirseveras sequías. Los efectos de El Niño en ma-teria ambiental, asociados a menores precipi-taciones incluyen menos humedad en el sueloy frecuentemente, pérdidas de miles de hectá-reas de bosques por incendios forestales. Reco-nocen que los efectos e impactos de El Niño enMéxico no son siempre los mismos, debido enparte a diferentes características regionales ytemporales de las anomalías de lluvia y tempe-ratura de un año Niño a otro.[�]La disminución de las lluvias en México du-rante años El Niño, principalmente en la re-gión del noroeste, parece estar asociada con eldecremento en el número de huracanes en elCaribe y Golfo de México, por lo que la relaciónentre El Niño y los huracanes del Atlánticoparece ser significativa. Por otro lado, no es cla-ro que la ocurrencia de El Niño afecte el núme-ro de huracanes que se forman en el Pacíficomexicano, como tampoco el número de hura-canes en el Pacífico nororiental. Una de las re-

giones más afectadas en términos de disponi-bilidad de agua es la región del Pacífico norte,en donde los años Niño parecen resultar en unmonzón débil y escurrimientos por debajo delo normal. De hecho, con �El Niño del siglo�,en el verano de 1997 se presentó una de lasmayores sequías que ha experimentado el país,con decrementos cercanos al 50% de las llu-vias, afectando prácticamente en todo el terri-torio el ciclo agrícola primavera-verano que esfundamental para la producción agrícola na-cional; a esta sequía se asociaron un gran nú-mero de incendios forestales en la primaveradel 98, que provocaron una de las más severascatástrofes ecológicas y sociales en la historiadel país. Mientras tanto, en el invierno de finesdel 97 y principios del 98, las lluvias excedie-ron los parámetros normales en el noroeste deMéxico (en Baja California) y en la penínsulade Yucatán, no siempre respondiendo a lospronósticos que se habían lanzado.

Por lo que toca a La Niña debemos reconocerque, en general, los avances en el conocimientode la variabilidad climática relacionada conese fenómeno no han alcanzado la profundi-dad que los correspondientes a su contrapar-te93; incluso aún existe una falta de claridadacerca de si los efectos e impactos de La Niñahan sido producto de la «cola» de El Niño in-mediatamente anterior. Algunos científicos, in-clusive, identifican a todos los años no-Niñocon años Niña, al no hacer una distinción pre-cisa entre años normales y episodios fríos, locual quizás esté basado en que no hay grandiferencia climática entre años Niña y años«normales�, además de que no hay efectos eimpactos mayores clara y directamente relacio-nados con ella, al menos, no del tamaño de losasociados con El Niño94.

EL NIÑO EN DESINVENTAR-MÉXICO

De entre los eventos asociados con abundan-cia o escasez de agua, los que dominan el pa-norama eventual general en DesInventar-Méxi-co para estos 34 años capturados son las inun-daciones por un lado, y los incendios foresta-les por otro, las primeras con más del doble dereportes (1.901) con respecto a los segundos(707). Del conjunto de eventos asociados conabundancia de agua, le siguen a las inunda-ciones, en secuencia descendente, lluvias (680),heladas (623) y tempestades (417), que ni su-madas alcanzan el total que arrojan las inun-daciones: 1.720 frente a 1.901. Algo similar,aunque con distintas proporciones, ocurre conlos reportes sobre escasez de agua; en este casodominan el panorama los incendios forestalesque, como mencionamos, suman 707 reportes,total frente al cual la suma de los otros dos even-

93 Cornejo-Grunauer, 2002 yGlantz, 2002, entre otros. Unmuy buen resumen apretadosobre qué es, cómo se mani-fiesta y qué efectos e impactosha tenido La Niña, es el artículode Quintana (2000) relativo aChile.94 Donoso, 2003.

EXPRESIONES DE ENOS EN MÉXICO

Page 132: Qu-Enos Pasa Spa

132

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

tos, sequía (con 384) y ola de calor (179), cons-tituye cerca del 60%.

HOY CON AYER: EL NIÑO EN LA HISTORIA

DE MÉXICO

A partir de una serie de estudios desarrolla-dos en México relativos a sequías históricas95,y contando con una muy rica base de datosque cubre más de 500 años de informaciónsobre manifestaciones, efectos e impactos defenómenos hidrometeorológicos a los que de-nominamos genéricamente �desastres agríco-las�96, en el seno del proyecto se desarrollóuna investigación específica para identificarla presencia de ENOS en la historia de México.Identificando los patrones semánticos y terri-toriales de ENOS en México97, utilizando tan-to los estudios de especialistas contempo-ráneos sobre ENOS en el país como los datosproporcionados por DesInventar-México,combinados con los datos históricos, y con-trastándolos con las cronologías históricasexistentes de la presencia de ENOS particular-mente en Sudamérica (Quinn y Neal, 1992; Quinn,Neal y Antúnez, 1986 y Ortlieb, 2000), se llegó auna interesante propuesta que muestra quede los 27 años Niño �fuertes� o �muy fuertes�que se identificaron para Perú y Chile, sóloocho de ellos se manifestaron también en elterritorio mexicano98.

Este hallazgo fue particularmente interesante,pues confirma que tanto las inundaciones comolas sequías que han ocurrido en la historia deMéxico y particularmente aquellas que hantenido mayores impactos y que pueden cate-gorizarse como desastres, no han estado nece-sariamente asociadas con ENOS. Más aún, losdatos históricos muestran que los impactosasociados con inundaciones y sequías, deriva-das o no de la presencia de ENOS, han sidocrecientes en nuestro país: ¿es entonces El Niñoo son otros los elementos que han provocadodesastres relacionados con fenómenos hidro-meteorológicos en México?

CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL RIESGO

Y ENOS EN MÉXICO

¿Es El Niño en las regiones mexicanas elegi-das algo realmente �anormal�? ¿Lo es en lascomunidades elegidas dentro de esas regiones?¿Lo es a nivel urbano y a nivel rural? ¿Se iden-tifica por la población como algo distinto?¿Realmente El Niño constituye un disruptorde la vida diaria en los lugares estudiados?¿Es El Niño un evento más en el cotidiano delas poblaciones altamente marginadas?

A las preguntas anteriores se añadieron otras,como las siguientes:

¿Cómo distinguir claramente los efectos de laconstrucción social del riesgo que están aso-ciados con ENOS, de los que no lo están? ¿Cómodiferenciar los de los tres procesos centrales enla construcción social del riesgo asociados aENOS: desertificación/desertización, defores-tación y erosión? ¿Qué diferencia existe entrelos componentes de la vulnerabilidad que serelacionan directamente con ENOS, de los queno lo están?

Sabemos que el impacto de las amenazas na-turales y la ocurrencia de eventos desastrososen las economías regionales y locales es cadavez más elevado. Este impacto presenta unaconcentración progresivamente desigual tan-to territorial como socialmente. Lo anterior sedebe, en gran parte, a los procesos económi-cos que han ocurrido en América Latina enlos últimos 20 años, periodo que incluye losdos Niños más intensos del siglo: 1982-1983y 1997-1998. Estos procesos han provocadoque los escenarios del riesgo y de la vulnera-bilidad sean cada vez más heterogéneos y cam-biantes.[�]Al intentar afinar los patrones territoriales,tomamos como marco temporal los dos gran-des ENOS 1982-83 y 1997-98 que, en el casode México, dan cuenta de un incrementoconsiderable en este último de los impac-tos, no concomitantes con un aumento si-milar en los elementos que caracterizan alfenómeno mismo. Lo anterior llevó a lan-zar la hipótesis de que, durante el periodointermedio, la construcción de riesgos y conella el incremento de la vulnerabilidad fue-ron los responsables del acrecentamiento delos impactos de los eventos asociados conabundancia de agua, inundaciones en par-ticular.[�]La metodología brevemente descrita llevó aelegir tres cuencas localizadas en los Estadosde Guerrero, Veracruz y Baja California. Enestas cuencas hidrográficas o fluviales, corres-pondientes a porciones de tierra firme con «unsistema centrípeto de laderas y corrientesfluviales» que confluyen en un río principalque99, en el caso de las elegidas, son los ríos deOmitlán (Guerrero)100, Papaloapan (Veracruz)y Tijuana (Baja California). En el estado deOaxaca, y por contar tanto con estudios ad hocen la zona costera asociados con ENOS101, comopor las posibilidades que ello ofrecía paraalcanzar una mayor profundización, seeligió el área correspondiente al Golfo deTehuantepec.[�]

95 Nos referimos en particulara los estudios de Florescano(1980, 1995).96 Se trata de los estudios de-sarrollados en el CIESAS y pu-blicados recientemente: GarcíaAcosta et al., 2003 y Escobar,2004).97 No fue tan clara la identifica-ción de patrones temporales,debido principalmente al carác-ter más cualitativo de la infor-mación utilizada.98 El trabajo resultante fue pre-sentado como tesis de licencia-tura en Arqueología por LeticiaGonzález Álvarez (2004).99 Lugo, 1989: 58 y Soto yFuentes, 1966: 74.100 En este caso se trata de unasubcuenca, que se deriva deuna cuenca mayor, la de CostaChica-Río Verde, que a su vezse subdivide en cuencas meno-res, una de las cuales es la delrío Papagayo, cuyos caudalesdesembocan en el río Omitlán.101 Magaña, 1999.

Page 133: Qu-Enos Pasa Spa

133

102 Basado en el trabajo de JuanManuel Rodríguez Esteves.

LA CUENCA DEL RÍO TIJUANA,BAJA CALIFORNIA102

La cuenca del río Tijuana se ubica en el extre-mo más al noroeste de México, cubre una su-perficie de 4.481 km2, donde dos terceras par-tes de ella se encuentran en territorio mexicanoy el resto en el estado norteamericano deCalifornia. La zona de estudio posee un climade tipo mediterráneo, por lo cual el periodo delluvias se presenta en época invernal. El pro-medio de lluvia anual acumulada durante elperiodo de 1926 al 2002 fue de 239 mm, sinembargo, durante el último año de ENOS 1997-1998 la precipitación anual acumulada llegó alos 495 mm, lo que indica que la precipitaciónfue del 207% más que un año �normal�.[�]Las inundaciones en la cuenca del río Tijuanarepresentan los eventos más frecuentes relacio-nados con la influencia de ENOS. Esta influen-cia se deja sentir especialmente en la ciudad deTijuana (1�400.000 habitantes en el año 2000),la cual se encuentra en la parte baja de la cuen-ca muy próxima a la desembocadura del ríoTijuana. Las inundaciones se presentan debi-do a varios factores, los primeros urbanos ysocioeconómicos, que se traducen en una in-fraestructura pluvial deficiente o inexistente,falta de planeación urbana efectiva, construc-ciones ubicadas en las zonas de influencia delos cauces (planicie de inundación o cañadas).

Luego vienen los factores naturales relaciona-dos directamente con la superficie de lassubcuencas tributarias del río Tijuana. En estesentido, las subcuencas referidas llegan a cu-brir algunas decenas de kilómetros cuadrados,lo que se traduce en rápidas crecidas de losarroyos que ocupan el fondo de las cañadas.De igual manera, el régimen pluvial de la zonase caracteriza por poseer lluvias de tipo irregu-lar, ya que éstas varían de manera importantede un año a otro y en especial cuando se pre-sentan condiciones de ENOS.

Por otro lado, la ciudad de Tecate (60.000 habi-tantes), a 50 km al este de la ciudad de Tijuana,también padece el problema de las lluvias in-tensas, sólo que en este caso el principal factorson las constantes crecidas del arroyo Tecate, elcual cruza la ciudad de este a oeste, dejándolaen la mayoría de las veces dividida en dos par-tes. Finalmente en el Valle de las Palmas, unvalle dedicado a la agricultura de riego, repre-senta la zona aluvial y por lo tanto de acumula-ción de sedimentos más importante de la cuen-ca del río Tijuana. Con sus 1.500 habitantes parael año 2000, la población del Valle de las Pal-mas se ha enfrentado a la crecida del río LasPalmas, principal tributario del río Tijuana,durante los eventos de ENOS de 1983 y 1993, lo

que ha producido la incomunicación de variosranchos agrícolas durante varios días.

Las marejadas son eventos que afectan sola-mente a la ciudad de Tijuana por ubicarse en ellitoral del Océano Pacífico. La ciudad ha en-frentado marejadas en la Delegación de Playasde Tijuana, la cual se ubica al oeste y es ocupa-da por aproximadamente 25.000 habitantespara el año 2000. El principal riesgo al que seenfrenta esta zona es la destrucción del male-cón y de algunas construcciones que se hanubicado muy próximas a la playa (hoteles yrestaurantes principalmente).

Los deslizamientos se han presentado princi-palmente en la ciudad de Tijuana, ubicada enun 57% en terrenos con pendientes de 15% ómás. El problema radica en que muchas cons-trucciones se encuentran en laderas de cerroso cañadas, por lo que al hacer cortes en los ta-ludes el terreno se desestabiliza, especialmen-te con la presencia de agua de lluvia. Final-mente, los eventos de vendavales se han pre-sentado en la zona de estudio, provocando pro-blemas como la caída de árboles, anuncios ycables de transmisión de energía eléctrica.[�]Un hecho relevante para la cuenca del ríoTijuana, y en especial para la ciudad de Tijuana,fue el año 1980 (no ENOS), durante el cual lasfuertes precipitaciones provocaron que la pre-sa �Abelardo L. Rodríguez� llegara en más deuna ocasión a su nivel de seguridad, por lo quetuvo que abrir sus compuertas para evitar da-ños en su infraestructura, lo que provocó lainundación de la cuenca baja del río y severosdaños en colonias ubicadas sobre ambos már-genes del río.[�]Con base en los datos de DesInventar, se tieneque de los 45 eventos hidrometeorológicos en-tre 1973 y 1998, el 89% se presentaron en laciudad de Tijuana mientras que sólo el 7% y4% fueron eventos que afectaron a Tecate yValle de las Palmas, respectivamente. Deesta forma en los años de 1973, 1978, 1980, 1983,1993 y 1998, los 45 eventos hidrometeoro-lógicos relacionados con ENOS (excepto 1978 y1980) que se presentaron en la cuenca del ríoTijuana estuvieron relacionados con inunda-ciones (31), marejadas (6), deslizamientos (6) yvendavales (2), los cuales afectaron en su granmayoría a la ciudad de Tijuana.

La fuerte concentración de eventos de inunda-ción en la ciudad de Tijuana puede indicar quees precisamente la fuerte concentración pobla-ción (respecto a las demás localidades) y laocupación de zonas no aptas para el desarro-llo urbano (zonas de cañadas) las causas porlas cuales existe una mayor concentración deinundaciones. Sin embargo, habrá que consi-

EXPRESIONES DE ENOS EN MÉXICO

Page 134: Qu-Enos Pasa Spa

134

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

derar las formas en que los diarios reportaneste tipo de eventos, ya que es más fácil queaparezcan noticias sobre inundaciones en lasciudades que en lugares más alejados, dondela densidad población es menor.

LA CUENCA BAJA DEL PAPALOAPAN,VERACRUZ103

Veracruz es uno de los estados �posiblemente�impactado por las manifestaciones de El Niño.Se encuentra en la parte central del Golfo deMéxico, su población en el año 2000 era de6�908.975 habitantes en una superficie total de72.815 km2 en 210 municipios. Veracruz, juntocon Chiapas, Guerrero y Oaxaca es uno de losestados con los índices de marginalidad másaltos104. Más de un millón seiscientos mil habi-tantes del Estado se encuentran en el área deinfluencia de fenómenos hidrometeorológicos(24,3% del total, según CONAPO 2001) y más dela mitad de su población reside en ciudadesexpuestas a ciclones, siendo los efectos másimportantes las inundaciones. Aunque son laslocalidades de mediana y baja marginalidadlas más expuestas a dichos eventos y tambiénlas más afectadas. En este sentido, por su loca-lización, en una zona de clima tropical lluvio-so, sus características topográficas así como sugrado de vulnerabilidad entendiendo a éstacomo: �el grado con base en el cual los grupos,clases, regiones o países son diferenciales anteel riesgo en términos de las condiciones socia-les, económicas y políticas específicas� (GarcíaAcosta, 1997:11). Sumado a lo anterior, las con-diciones de marginalidad en una parte de lapoblación veracruzana, se convierten en poten-cializadores de las manifestaciones y efectosde ciertos fenómenos naturales, lo cual se pue-de traducir en desastres.[�]Con el fin de hacer una investigación más pre-cisa, sólo dos municipios fueron estudiados demanera particular. El primero fue Tlacotalpany, en particular, su cabecera municipal dadala identificación de algunas característicasque mencionaremos más adelante, el segundo,Cosamaloapan.

En el caso de Tlacotalpan, además de encon-trarse localizada en la ribera del Papaloapan,presenta características peculiares que pare-cen responder a determinadas estrategiasadaptativas culturalmente construidas que, sinembargo, pueden no haberse desarrollado dela misma manera en otras comunidades locali-zadas en la misma ribera. Tlacotalpan aparen-ta haber adaptado su paisaje al entorno natu-ral que le rodea pues, por ejemplo, las casasedificadas sobre la ribera están construidassobre los denominados �tapancos�, que per-

miten a sus pobladores ocuparlos cuando sepresentan las frecuentes inundaciones prove-nientes del desborde del Papaloapan.

Respecto al segundo municipio a estudiar den-tro de la Cuenca, se eligió particularmente apartir de los resultados de DesInventar Vera-cruz, un municipio que, en contraste con Tlaco-talpan, tenía mayor número de reportes asocia-dos con abundancia o escasez de agua en unolos periodos considerados años Niño, es decir,1982-83 y 1997-98, lo que responde a los dosaños Niño considerados de mayor impacto.

El municipio de Cosamaloapan, resulta ser eltercer municipio más afectado del Estado, so-bre todo por inundaciones. Cabe mencionar quejunto con Tlacotalpan son los dos municipiosque se encuentran en la trayectoria del río en lacuenca baja del Papaloapan y, sin embargo,resulta notorio el hecho de que ni en DesIn-ventar-México ni en DesInventar Veracruz,Tlacotalpan tiene un solo reporte; mientras queCosamaloapan es para 1997-98 el segundo mu-nicipio con mayor afectación a nivel estatal.

Por otra parte, uno de los resultados del traba-jo de campo, es que Cosamaloapan, con algu-nos de sus servicios públicos e infraestructuraatiende las contingencias de municipios veci-nos, lo que implica que a este municipio le que-den registrados todo tipo de eventos, no sólolos propios. Cosamaloapan tiene un bajo ín-dice de marginación (CONAPO 2001) y Tlaco-talpan alto. El primer municipio tiene su eco-nomía sustentada en ingenios azucareros. Enel caso de la economía del segundo, ésta versaprioritariamente entre la ganadería, la pesca y,eventualmente, el turismo, ya que el lugar fuedeclarado Patrimonio Cultural de la Huma-nidad por la UNESCO (1998).

LA SUBCUENCA DEL RÍO OMITLÁN, GUERRERO105

El estado de Guerrero se sitúa al sur de la Re-pública Mexicana, localizándose entre los 16º18� y 18º 48� de latitud norte y los 98º 03� y 102º12� de longitud oeste. Por su ubicación geográ-fica el estado se encuentra directamente dentrode la zona tropical, y posee un clima cálido, secaracteriza por tener su época de lluvias ubi-cada en la mitad calurosa del año, que va demayo a finales del mes de octubre.

Guerrero se compone de tres grandes cuencas:Balsas, Costa Grande y Costa Chica-Río Ver-de, esta última se subdivide en cuencas maspequeñas, una de estas es la del río Papagayo,sus caudales desembocan en el río Omitlán, lasubcuenca de este río se compone de 6 ríostributarios que son: río Omitlán (La Venta-

103 Basado en el trabajo deFercia Angulo Fernández.104 Según datos del ConsejoNacional de Población, el índicede marginalidad del Estado deVeracruz es de 1,13, sólo porencima de las entidades enu-meradas anteriormente (www.conapo.gob.mx) consultado enagosto 2002.105 Basado en el trabajo de JoséAlfonso Hernández Gómez.

Page 135: Qu-Enos Pasa Spa

135

106 Basado en el trabajo de Fer-nando Briones Gamboa.

Chapala), río Omitlán (Chapala-Llano Gran-de), río Unión (Xochitepec-Azul), río Azul oHuacapa y río Chapala.

Geográficamente la comunidad de Colotlipa(municipio de Quechultenango) se encuentra enun valle rodeado por pequeños cerros. El nú-cleo de población se sitúa entre los ríos Azingo,Blanco y el río Azul, este último es la continua-ción del río Huacapa que baja desde la capitalChilpancingo. Hay un número importante depersonas viviendo a las orillas de los ríos Azingoy Blanco, esta población se ha asentado en elbarrio Manila, lugar situado a las orillas del ríoAzul, por lo que son susceptibles a sufrir lasinundaciones por desbordes periódicos, ya seaen la temporada de lluvias o bien por tormentassúbitas. Tixtla de Guerrero se encuentra situa-da dentro de un Valle cerrado dentro del cual seencuentra una laguna que desemboca por me-dio de un sistema de grutas y ríos subterráneoshacia el municipio de Quechultenengo, dondese encuentra Colotlipa. La laguna de Tixtla tie-ne una longitud de aproximadamente 1.300metros y su mayor anchura es de 800 metros, suprofundidad es de 2 metros; la laguna cuentacon un sistema de drenado subterráneo llama-do �El Resumidero�, que se ubica al oriente dela misma. Sin embargo la localidad ha sufridolas consecuencias de constantes crecidas de sunivel, afectando a la población de los barriosCantaranas y El Santuario entre los meses dejulio y octubre. Para el caso de Chilpancingo lasriadas se presentan cada estación de lluvias afec-tando la población que se asienta en los márge-nes de las cañadas Jalahuatzingo y Apatzingo.

La subcuenca del río Omitlán en el estado deGuerrero tiene entidades con índices de mar-ginación elevados (CONAPO; 1990-1995 y 2000).Se registran reportes de eventos hidrome-teorológicos del río Omitlán en años de El Niño1982-83 y 1997-98, que provocaron daños a laspoblaciones de los municipios que la compo-nen. Las localidades analizadas aquí son:Chilpancingo de los Bravos (dos barrancas,contexto urbano), Tixtla de Guerrero (urbanosemi-rural), Colotlipa (rural), dichos lugarespresentan condiciones de vulnerabilidad par-ticulares y poseen asentamientos humanos aorillas de una laguna, arroyos y ríos.

EL ISTMO DE TEHUANTEPEC, OAXACA106

En el Istmo de Tehuantepec hay dos fenóme-nos climáticos recurrentes: viento y lluvia. Larelación entre el fenómeno ENOS y los fuertesvientos que se observan en la región se repre-senta porque �el número de nortes aumentadurante los años El Niño en comparación a losaños La Niña. Schultz et al. (1998) descubrieron

que hay más pasajes frontales fríos en el sur deMéxico durante los inviernos El Niño en com-paración con los inviernos La Niña�. (Romero-Centeno et al., 2003; 2.637). A estos vientos se lesconoce popularmente como �tehuanos� y eninvierno producen el fenómeno llamando �Nor-te�, que se presenta con fuertes vientos secos(remolinos anticiclónicos), contrario de Vera-cruz, donde llegan acompañados de lluvia. Los�tehuanos� son masas de aire polar que cru-zan del Golfo de México al Pacífico por el Ist-mo de Tehuantepec a través de una ruptura enlas cordilleras, justamente donde se separa laSierra Madre del sur de la Cordillera Centro-americana, en un punto llamado Paso deChivela. Según Bourassa y O�Brien (s.f.), �es-tos vientos tienen un impacto grande sobre lastemperaturas de superficie de mar locales [�]también aumentan la productividad de pescaatrayendo nutrientes aguas territoriales férti-les a la superficie�.

La influencia del fenómeno ENOS podría re-presentarse por un aumento en la frecuenciae intensidad de los huracanes y tormentastropicales; la región de la costa del Pacíficooaxaqueño está expuesta a estos meteoros, so-bre todo al final de la temporada de lluvias,entre los meses de septiembre y noviembre.DesInventar nos muestra que la mayoría delos reportes de desastres están relacionados afenómenos hidrometeorológicos, principal-mente exceso de agua, lo que sugiere que lasfases calientes (aumento de lluvias) tienden aaumentar el riesgo de desastre, contrario aperiodos normales donde no se registran da-ños mayores. En numerosas localidades de laregión las inundaciones son recurrentes al fi-nal de la temporada de lluvias. De igual for-ma los vendavales y derrumbes ocurren a cau-sa de los huracanes y tormentas tropicales.[�]Es difícil asociar la frecuencia de la regulari-dad de manifestaciones ENOS a los eventosdesastrosos. En el trabajo de campo algunospescadores del grupo étnico Huave o Meroikooc, hicieron alusión a ciclos de 5 años debuen clima y 5 de mal clima. Las temporadasde sequía y lluvia están bien identificadas enla cosmogononía Huave y los zapotecas urba-nos de Juchitán y Tehuantepec; la variabilidadclimática es una constante en los discursos yofrecen numerosas referencias de sequías y llu-vias intensas pero sin asociarlas a ENOS o a unlapso particular. La referencia más representa-tiva fue el paso de los huracanes Paulina y Ricken 1997.[�]DesInventar muestra que los reportes de even-tos hidrometeorológicos generadores de de-sastres se concentran en el centro urbano deSalina Cruz y municipios con altos índices depobreza y marginación. La tendencia en el

EXPRESIONES DE ENOS EN MÉXICO

Page 136: Qu-Enos Pasa Spa

136

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

aumento de reportes de desastres que coincidecon el aumento demográfico y los niveles depobreza.

La sociedad istmeña tiene una fuerte herenciacultural que se expresa es sus reivindicacionesidentitarias, la tradición de resistencia a lo lar-go de su historia y su relativa autonomía polí-tica. Estas características han sido factores demovimientos sociales y conflictos políticos li-gados a situaciones que han favorecido al au-mento de la vulnerabilidad.

Una de las consecuencias más evidentes de losúltimos años son las confrontaciones políticasen las décadas de los setentas y ochentas quemotivaron invasiones y reparticiones de tierracomo estrategias de protesta y proselitismousadas por las dos fuerzas políticas en dispu-ta: el PRI107 y la COCEI108. Las motivaciones delos movimientos estaban ligadas tanto a losproblemas ancestrales de propiedad de tierracomo a los efectos de la puesta en marcha degrandes proyectos de desarrollo regional: laconstrucción del ferrocarril interoceánico queconecta Salina Cruz con Coatzacoalcos, la pre-sa Benito Juárez en Jalapa del Marqués, el Dis-trito de Riesgo 19 y la refinería de PEMEX enSalina Cruz. Estos proyectos provocaron ex-propiaciones de terrenos que se tradujeron enel descontento de los afectados.

El istmo oaxaqueño ha atestiguado en los últi-mos 50 años un proceso de industrializaciónque ha reconfigurado el territorio y favorecidoel rápido crecimiento demográfico. El corredoreconómico que han formado las ciudades deJuchitán, Santo Domingo Tehuantepec y Sali-na Cruz tiene su origen en el carácter geoes-tratégico de la región. La instalación de la refi-

nería de PEMEX en Salina Cruz (1974) repre-sentó un polo laboral que implicó la formaciónde colonias circundantes que no cuentan conservicios públicos adecuados, presentando al-tos niveles de pobreza y características topo-gráficas que las hacen altamente vulnerables.En nuestro trabajo de campo muchos pobla-dores de zonas que se han inundado nos co-mentaron que la motivación de instalarse allíresponde a tres causas principales:

a) La posibilidad de obtener un terreno pro-pio (eran peones de rancherías o de pue-blos más aislados). El terreno les fue regala-do o vendido por su coalición política.

b) La necesidad de instalarse cerca de las fuen-tes de trabajo (como la refinería de PEMEX).

c) Por seguir a sus familiares instalados antesque ellos, lo que demuestra por otra parte laimportancia del núcleo familiar en la orga-nización del territorio.

Salta a la vista que de las tres ciudades másimportantes de la región, son Juchitán y SalinaCruz las que más sufren de inundaciones (enTehuantepec se ha construido un dique queprotege la ciudad), principalmente al final dela temporada de lluvias (septiembre-octubre).Curiosamente, algunos nombres de las colo-nias que se inundan dan cuenta de lo recu-rrente de los eventos: por ejemplo barrioCheguigo, término zapoteca que quiere decir�del otro lado del río�, hace alusión a los mili-tantes de la COCEI que se instalaron en las par-tes bajas del cause. En Salina Cruz el barrioCantarranas tiene ese nombre porque en la épo-ca de lluvias el agua se estanca provocando laproliferación de estos anfibios.

107 Partido Revolucionario Ins-titucional, en el poder durantemás de cinco décadas bajoesquemas clientelistas y pa-ternalistas.108 Coordinadora Obrero Cam-pesina Estudiantil del Istmo.Movimiento político de izquier-da que aliado al Partido So-cialista Unido de México ganóen 1981 las elecciones muni-cipales en Juchitán y desalo-jaron a sus adversarios del PRIconcretizando un conflicto queprovocó muertos, manifesta-ciones políticas y una fragmen-tación social aún presente en-tre los militantes de los dosfrentes.

Angulo, Fercia, 2006, Construcción social del riesgo y estrategias adaptativas frente a El Niño. El caso deTlacotalpan y Cosamaloapan en la cuenca baja del Papaloapan, Veracruz, Tesis de Maestría, Univer-sidad Autónoma de la Ciudad de México, México.

Bourassa, Mark A. y James J. O'Brien, s/f, �Non-Inertial Flow in NSCAT Observations of TehuantepecWinds�, en: Center for Ocean-Atmospheric Prediction Studies (COAPS), Florida State University.

Braudel, Fernand, 1969 �Histoire et sciences sociales. La longue durée�, en: Écrits sur l´histoire,Flammarion, París.

Briones Gamboa, Fernando, La construction sociale du risque: L�istme de Tehuantepec face au phenomeneclimatique "El Niño (Oaxaca, Mexique). Tesis doctoral, Escuela de Altos Estudios en Ciencias Socia-les, Paris (en proceso)

Capel Molina, José, 1999, El Niño y el sistema climático terrestre, Ariel Geografía, Barcelona.

Cardona, Omar Darío, 2001, �La necesidad de repensar de manera holística los conceptos de vulnerabi-lidad y riesgo. Una crítica y una revisión necesaria para la gestión�, presentado en InternacionalWork-Conference on Vulnerability in Disaster Theory and Practice, Disaster Studies of WageningenUniversity and Research Centre, Wageningen, junio.

BIBLIOGRAFÍA

Page 137: Qu-Enos Pasa Spa

137

EXPRESIONES DE ENOS EN MÉXICO

CONAPO 1990-1995, www.conapo.gob (consultado en agosto de 2002)

CONAPO, 2000, www.conapo.gob (consultado en agosto de 2002)

CONAPO, 2001, www.conapo.gob (consultado en agosto de 2002)

Cornejo Grunauer, M. Pilar, 2002, "La Niña effects in Ecuador", en: M.Glantz, ed., La Niña and its impacts:Facts and speculation, United Nations University Press, Tokyo/Nueva York/París, pp. 134-138.

Dewar, Robert E. y James R. Wallis, 1999, �Geographical Patterning of Interannual Rainfall Variabilityin the Tropics and Near Tropics: An L-Moments�, en: Approach Journal of Climate, 12(12): 3457�3466.

Donoso, María Concepción, 2003, "La Niña and Mesoamerica", en: http://www.esig.ucar.edu/lanina/report/donoso.html

Escobar Ohmstede, Antonio, 2004, Desastres agrícolas en México. Catálogo histórico, volumen II: Siglo XIX,Fondo de Cultura Económica/CIESAS, México, D.F.

García-Acosta, Virginia, 1997, "Las ciencias sociales y el estudio de los desastres", en: Umbral XXI, 24:8-13.

García Acosta, Virginia, 2002, �Historical Disaster Research�, en: Susanna M. Hoffman y AnthonyOliver-Smith, eds., Catastrophe & Culture. The Anthropology of Disaster, School of American Research/James Currey Ltd., Santa Fe/Oxford, pp. 49-66.

García-Acosta, Virginia, 2004 �La perspectiva histórica en la Antropología del riesgo y del desastre.Acercamientos metodológicos�, en: Relaciones. Estudios de historia y sociedad (Religiosidad ydesastres), XXV (97): 123-142

García-Acosta, Virginia, 2005, �El riesgo como construcción social y la construcción social de riesgos�,en: Desacatos. Revista de Antropología Social, septiembre-diciembre, 19: 11-24.

García-Acosta, Virginia, Juan Manuel Pérez Zevallos y América Molina del Villar, 2003, Desastresagrícolas en México. Catálogo histórico, volumen I: Épocas prehispánica y colonial (958-1822),Fondo de Cultura Económica/CIESAS, México, D.F.

Girot, Pascal, 2006, "Cambio Global e impacto local: aspectos de la resiliencia", conferencia dictada en"Conferencia Internacional Gestión del Riesgo asociado al evento El Niño/La Niña (ENOS). Varia-bilidad y cambio climático", Centro Internacional de Investigaciones sobre el Fenómeno de ElNiño/LA RED/IAI, Guayaquil, Ecuador, abril.

Glantz, Michael H., 1998, Corrientes de Cambio: El Impacto de �El Niño� sobre el Clima y la Sociedad,traducción y adaptación de Rodrigo H. Núñez, Cambridge University Press/Servicio Hidrográficoy Oceanográfico de la Armada de Chile, Valparaíso.

Glantz, Michael H., ed., 2002, La Niña and its impacts: Facts and speculation, United Nations UniversityPress, Tokyo/Nueva York/Paris.

González Álvarez, Leticia, 2004, El Niño perdido en la historia de México. Búsqueda desde una perspec-tiva multidisciplinaria, tesis de licenciatura en Arqueología, ENAH, México, D.F.

Hernández Gómez, José Alfonso, 2006, La construcción social del riesgo a inundaciones y su asociacióncon El Niño. El caso de la subcuenca del Río Omitlán, Guerrero 1982-83 y 1997-98, Tesis de Maestría,CIESAS, México.

Instituto Nacional de la Pesca, 1998, Boletín No. 38, México

Lavell, Allan, s/f, �Gestión de riesgos de desastre asociados con la variabilidad climática y el fenómenoENOS en particular: Consideraciones generales y apuntes conceptuales�, manuscrito, FLACSO,CIESAS, LA RED/IAI.

Lavell, Allan, 1998, �Un encuentro con la verdad: los desastres en América Latina durante 1998�, en:Anuario Social y político de América Latina y el Caribe, FLACSO, Año 2, pp. 164-172.

Lavell, Allan, 2000, �Desastres y Desarrollo: hacia un entendimiento de las formas de construcciónsocial de un desastre. El caso del huracán Mitch en Centroamérica�, en Nora Garita y Jorge Nowalski(eds.), Del desastre al desarrollo humano sostenible en Centroamérica, BID/Centro Internacional para elDesarrollo Humano Sostenible, San José de Costa Rica, pp. 7-45.

Lavell, Allan, 2006, "Consideraciones conceptuales y prácticas sobre la gestión del riesgo en torno aENOS, variabilidad climática y cambio climático global", en "Conferencia Internacional Gestióndel Riesgo asociado al evento El Niño/La Niña (ENOS). Variabilidad y cambio climático", CentroInternacional de Investigaciones sobre el Fenómeno de El Niño/LA RED/IAI, Guayaquil, Ecuador,abril.

Page 138: Qu-Enos Pasa Spa

138

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

Lezama-Gutiérrez, Justino, Claudia Islas-Torres, Víctor O. Magaña-Rueda, Tomás Morales-Acoltzi, JoséLuis Pérez-López, Saturnino Orozco-Flores y José Jiménez-López, 1999, "Impacto de `El Niño´ 1998y `La Niña´ 1999 sobre la precipitación pluvial para Tlaxcala", en: Memorias del IX CongresoNacional de Meteorología. Variabilidad climática en México, 25-26 de noviembre Universidad deGuadalajara, Guadalajara, México, pp. 86-88.

Magaña, R., Víctor O, ed., 1999, Los Impactos de El Niño en México, SEP/CONACyT/IAI, México, D.F.

Magaña, Víctor, Jorge L. Vázquez, Joel B. Pérez y José L. Pérez, 1999, �El fenómeno El Niño/Oscilacióndel Sur (ENOS) y sus impactos en México�, en: Elva Escobar Briones, Marcial Bonilla, AntonioBadán, Margarita Caballero y Alain Winckell, comps., Los efectos del fenómeno El Niño en México1997-1998, CONACYT, México

Magaña, Víctor O., Jorge L. Vázquez y José L. Pérez Joel, 2003, �Impact of El Niño on precipitation inMexico�, en: Geofísica Internacional, 42(3): 313-330.

Maskrey, Andrew, ed., 1998, Navegando entre brumas. La aplicación de los sistemas de InformaciónGeográfica al análisis del riesgo en América Latina, ITDG/LA RED, Bogotá.

Maskrey, Andrew, 2006, "Reducción del riesgo de desastres en América Latina y El Caribe", conferenciadictada en "Conferencia Internacional Gestión del Riesgo asociado al evento El Niño/La Niña(ENOS). Variabilidad y cambio climático", Centro Internacional de Investigaciones sobre el Fenó-meno de El Niño/LA RED/IAI, Guayaquil, Ecuador, abril.

Oliver-Smith, Anthony, 2002, �Theorizing Disasters. Nature, Power, and Culture�, en: Susanna M.Hoffman y Anthony Oliver-Smith, eds., Catastrophe & Culture. The Anthropology of Disaster,School of American Research/James Currey, Santa Fe/Oxford, pp. 23-47.

Ortlieb, Luc, 2000, �The documented historical record of El Niño events in Peru: an update of the Quinnrecord (sixteenth trough nineteenth centuries)� en: Henry F. Diaz y Vera Markgraf, eds., El Niñoand the southern Oscillation. Multiscale variability and global and regional impacts, CambridgeUniversity Press, Cambridge, pp. 207-295

Parra, Myriam de la, 2005, �Desastres y pobreza. Los desastres vistos como un problema no resuelto deldesarrollo�, tesis de licenciatura en Antropología Social, Escuela Nacional de Antropología e His-toria, México, D.F.

Quinn, William H., Victor T. Neal y Santiago E. Antúnez de Manolo, 1986, �Preliminary Report on �ElNiño� Ocurrences over the past Four and Half Centuries�, College of Oceanography , Oregon StateUniversity, Lima.

Quinn, William H. y Victor T. Neal, 1992, �The Historical record of �El Niño� events�, en: R. Bradley yP. Jones, eds., Climate since a.D. 1500, pp. 623-648.

Rodríguez Esteves, Juan Manuel, La construcción social del riesgo de desastre en el noroeste de México:ENSO (El Niño/Southern Oscillation) en la cuenca del río Tijuana, Tesis de doctorado en CienciasSociales, CIESAS Unidad Occidente, Guadalajara, México (en proceso)

Romero-Centeno, Rosario, Jorge Zavala-Hidalgo, Artemio Gallegos y James J. O�Brien, 2003, �Notesand Correspondence. Isthmus of Tehuantepec Wind Climatology and ENOS Signal�, en: AmericanMeteorological Society Journal of Climate: 16(15): 2628�2639.

Secretaría de Gobernación, México, 2001, Programa Especial de Prevención y Mitigación del Riesgo deDesastres 2001-2006, México.

Steward, Julian H., 1973, Theory of Culture Change. The Methodology of Multilinear Evolution,University of Illinois Press.

Trasviña, A., D. Lluch Cota, A.E. Filonov y A. Gallegos, 1999, �Oceanografía y El Niño�, en: V. Magaña O.,ed., Los impactos de El Niño en México, op. Cit., pp. 69-101.

Vera, Gabriela, 2005, �Vulnerabilidad social y expresiones del desastre en el distrito de Pochutla,Oaxaca�, en: Virginia García Acosta, coord., La construcción social de riesgos y el huracán Paulina,CIESAS, México, pp. 35-151.

Villegas, Claudia, 2005 �Recuperando el paraíso perdido: el proceso de reconstrucción en la ciudad deAcapulco�, en: Virginia García Acosta, coord., La construcción social de riesgos y el huracán Paulina,CIESAS, México, pp. 153-256.

Wilches-Chaux, Gustavo, 1993, �La vulnerabilidad global�, en Andrew Maskrey (comp.), Los desastresno son naturales, LA RED/Tercer Mundo Editores, Bogotá, pp. 9-50.

Page 139: Qu-Enos Pasa Spa

139

Expresiones de ENOS en el Perú109

Dentro de la historia del Perú el inte-rés por El Niño siempre ha estadopresente; en mayor o menor medi-da cada sociedad dentro de su pro-

pio contexto histórico se encargó de dedicarleuna determinada atención a este asunto. Co-nocemos evidencias de la presencia de El Niñoen el Perú desde el período del Horizonte For-mativo, en el valle de Cupisnique. En ese en-tonces El Niño provocó cambios tanto en lospatrones de subsistencia como también en losmétodos de almacenamiento.110

Sin embargo, no tenemos la intención de hacerun inventario histórico de la presencia de ElNiño en el Perú; al contrario, hemos escogidoarbitrariamente algunos eventos que han ocu-rrido en un pasado no muy lejano: el evento de1982-1983 y el de 1997-1998, con el objeto deconocer cómo ha ido desarrollándose la ges-tión de riesgo de desastre frente a la posibili-dad siempre presente de un evento como ElNiño en el Perú. Buscamos responder a la sen-cilla, aunque importante pregunta de qué tanpreparados nos encontramos para afrontar elfenómeno de El Niño, teniendo el sustento delo aprendido en años anteriores.

Creemos que para responder a dicha preguntatenemos que conocer cómo ha ocurrido la his-toria de El Niño en el Perú a la vez que es nece-sario preguntarnos cómo ha ido evolucionan-do la sociedad peruana con relación a cadauno de los eventos de El Niño que ha tenido

que afrontar. Sobre todo preguntarnos qué fac-tor ha estado en la base de los desastres que seterminaron de configurar tras la presencia deEl Niño y qué elementos socio-naturales estu-vieron expuestos ante un evento detonador dedesastre tras El Niño, etc.

Cabría pensar que en cada evento la sociedad�madura� un poco más, lo cual permitiría es-perar de ella una gestión de riesgo de desastrecada vez más sólida; de la misma manera,frente a estos eventos se espera que el Estadoconozca y articule mejor las políticas de pre-vención, aceptando los riesgos como parte delprogreso de la sociedad; negar la atención deestos sería tan necio como negarnos el propiodesarrollo.

El Niño en sí no es el problema: el problemaestá en la falta de contextualización social quese ha hecho sobre él. El Niño forma parte de ungran tema, por eso debe ser atendido en su to-talidad evitando reducirlo exclusivamente alimpacto geográfico o sectorial, que es lo quefrecuentemente se hace. La influencia de ElNiño estará ineludiblemente ligada a todos lossectores dentro de un país; cada uno de éstosen mayor o menor medida se encontrarán afec-tados por las condiciones climáticas específi-cas y temporales de El Niño, el cual trae consi-go toda una secuela de trastornos múltiples quepermite revelar problemas de muy diversaíndole (problemas de tipo social, económico,demográfico y político, entre otros).

El Niño ha sido, desde siempre, una presencia permanente en los ecosistemas y comunidades de la costadel Perú. Los pescadores de Paita, población de este país, bautizaron como Corriente de El Niño al flujo deaguas cálidas que aparece normal y periódicamente frente a las costas suramericanas, en el mes dediciembre, coincidiendo con la Navidad.

La denominación se extendió luego al calentamiento anormal y prolongado del océano Pacífico frente a lascostas de Perú y el Ecuador, fenómeno de aparición cuasi-periódica que nos ocupa en estas páginas, y que enlos últimos años ha desatado procesos que han causado enormes pérdidas en el Perú. Así como también, enalgunas zonas específicas, el incremento de las lluvias asociado a El Niño, ha producido beneficios como elaumento del agua en pozos y reservorios, el reverdecimiento de los pastos y la recuperación de bosques deespecies como el algarrobo, que, en algunos lugares, estaban al borde de la desaparición.

A pesar de los avances en la capacidad de predecir eventos ENOS con suficiente anticipación, no se haavanzado igualmente en la determinación de los efectos particulares que puedan tener esos eventos enzonas concretas del país. Los efectos de El Niño son muy variados y pueden cambiar en cada ciclo depresentación del fenómeno y, así mismo, afectan los diferentes sectores involucrados, de distinta manera ycon diferente intensidad.

El estudio demuestra sin lugar a dudas que los desastres provocados por ENOS no se deben tanto a laamenaza misma como al incremento de la vulnerabilidad de las zonas en donde impacta el fenómeno.

109 Resumen del estudio �Pro-yecto gestión de riesgos dedesastre ENSO en AméricaLatina: una propuesta para laconsolidación de una red regio-nal de investigación compara-tiva, información y capacitacióndesde una perspectiva social�,liderado por Eduardo Franco. In-tegrantes: Juan Carlos Gil H.,Gustavo Grimaldo M., ArturoMaldonado N., Max WatanabeR. Proyecto ENOS IAI-LA RED(Lima, diciembre 2001).110 Linda Manzanilla, Indi-cadores Arqueológicos de De-sastres: Mesoamérica, LosAndes y otros casos, en V.García Acosta, �Historia y De-sastres en América Latina�,1997, LA RED. Vol II.

Page 140: Qu-Enos Pasa Spa

140

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

En este sentido El Niño actúa como una suertede sparring que nos permite conocer el gradode desarrollo que el país ha alcanzado midien-do la respuesta de la sociedad y el Estado. Poreso hablar de El Niño significa ante todo ha-blar de qué hemos hecho y qué hemos dejadode hacer en el asunto de la gestión de riesgos.

Todos los episodios motivados por el fenóme-no de El Niño siempre estuvieron acompaña-dos de una serie de cambios y renovaciones.Con la vuelta de cada fenómeno de El Niñohay una nueva oportunidad para mejorar yutilizar lo aprendido del pasado. El Niño nosolo ha traído consigo catástrofes sino que ade-más ha servido como promoción y motivacióncasi obligada al hombre peruano para la intro-ducción de nuevos modelos que impliquenmejor adaptabilidad al entorno natural quelo rodea. El Niño puede �o podría� ser con-siderado como eje fundamental de cambiossustantivos en la sociedad peruana, podríapropiciar cambios en patrones de subsisten-cia, podría servir para reorientar aspectos de-mográficos provocando modificaciones en lacolonización y asentamiento de territorios einclusive podría ser el eje que articule un nue-vo tipo de idiosincrasia local.

EL FENÓMENO DE EL NIÑO EN 1982-1983:LA HISTORIA SE REPITE

Al revisar el �Manual de Seguridad de la Se-cretaria Ejecutiva del Comité Nacional de De-fensa Civil� de 1977 comprendemos el porquédel fuerte impacto de El Niño en los años 1982/1983 en el Perú; a lo largo de 279 páginas queincluye el manual, sencillamente el tema de ElNiño no es tomado en cuenta, circunstanciascomo esta ejemplifican muy bien el alcance dela prevención de parte del Estado para enton-ces, a cinco años de la catástrofe que afectó alPerú.

El Niño de 1982-83 significó para el Perú pér-didas estimadas en dos mil millones de dóla-res, como resultado de intensas lluvias en lacosta norte y la sequía que afectó el altiplanodel sur. [�] Los daños ocasionados por El Niñofueron tremendos: en el ámbito agropecuarioel 85 % de la producción agrícola de Tumbes seperdió; más o menos hablamos en total de alre-dedor de 9 mil hectáreas perdidas. En generallos más afectados fueron los pequeños agri-cultores, quienes no sólo perdieron sus sem-bradíos, sino también sus viviendas y sus ani-males domésticos.

Como Tumbes y Piura, varios departamentosdel Perú sufrieron las consecuencias de ElNiño; sin embargo, todos somos conscientes

de que éste tipo de eventos se producen concierta periodicidad y más intensamente en losdepartamentos del norte. Resulta alarmante quepara entonces las características del desastrehayan sido mucho más graves en comparacióna fenómenos de magnitudes similares ocurri-dos antes, y más alarmante resulta saber queen dicho momento el gobierno no guardabaninguna partida presupuestal adicional. El go-bierno central no había previsto este tipo deeventos, menos aún pensar que el gobierno es-taba preparado para afrontar una crisis comoésta.

Lo paradójico es que eventos como estos se vie-nen repitiendo desde hace tanto tiempo. Fuen-tes escritas nos remiten a una presencia de ElNiño en el norte peruano desde 1578: �la villade Saña también sufrió daños, pero se hizo casoomiso y se reconstruyeron los edificios en elmismo lugar que era por demás peligroso�.111

¿Porqué no prever el fenómeno sabiendo queeste se repite cada cierto tiempo?

En países como el nuestro donde siempre estápresente la posibilidad de un evento como ElNiño deberíamos estar preparados de manerasistemática para afrontar el evento venidero;debemos aprender a convivir con El Niño, de-bemos aprender de nuestros antiguos errores ysobre todo aprender a sobrellevar los efectospositivos y negativos de El Niño.

EL NIÑO DE 1997-1998:�TODOS SOMOS DEFENSA CIVIL�

El Niño de 1997-1998 se presentó con fuertestormentas costeras e inundación fluvial queafectaron especialmente las zonas de Piura yTumbes en la costa norte y a Ica en el centro delterritorio nacional; según cifras del INEI (Insti-tuto Nacional de Informática) 529 mil perso-nas habían resultado afectadas (396 mil enzonas urbanas y 133 mil en zonas rurales) elPREDES (Centro de Estudio y Prevención deDesastres) habló de 600 mil personas afecta-das y calculó los daños en 1.800 millones dedólares en el sector agrícola; según datos inter-nos del gobierno de Fujimori se perdieron unas17 mil hectáreas de cultivos, que representanmás o menos el 1,4% del área nacional total decultivo; inclusive fue necesario el transporte defrutas y verduras por medio de aviones y bar-cos, ya que las intensas lluvias y los continuosdeslizamientos habían dejado imposibilitadoel transporte terrestre.

Sin embargo, el gobierno de turno utilizó el even-to de El Niño como herramienta política; la pre-vención desde un punto de vista institucional

111 María Rostworowski, ElDiluvio de 1578 en �Desastresy Sociedad�, 1994, n. 3. LARED.

Page 141: Qu-Enos Pasa Spa

141

EXPRESIONES DE ENOS EN EL PERÚ

y organizativo no fue uno de los objetivos ytareas fijados por el gobierno, sino más bien seorientó en función de un afán personalista yreelecionista de Fujimori.

Circunstancias como ésta orientaron el pano-rama general en el asunto de la gestión de ries-go en el tema de El Niño. Entre 1997-1998 faltócoordinación multisectorial, en lugar de pro-mover el fortalecimiento de la organización ci-vil, preparándola para afrontar emergenciasposibles, había una falta de coordinación en-tre los diferentes actores, no había mesas detrabajo formalmente constituidas; la relación aeste nivel entre los gobiernos locales y regiona-les era prácticamente nula, por un lado los go-biernos municipales y por otro los gobiernosregionales CTAR (Consejos Transitorios de Ad-ministración Regional), que sí contaban conpartidas del Ministerio de la Presidencia a di-ferencia de los poco flexibles presupuestos delos gobiernos municipales locales, había unconflicto expuesto a todas luces entre ambosactores por dirigir la asignación de recursos entrabajos de prevención y mitigación de El Niño.

El Niño de 1997-1998 estuvo bastante poli-tizado y la falta de coordinación que existióentre los diferentes actores sociales influyó di-rectamente en el adecuado desarrollo de laprevención.

LA IMPORTANCIA DE LA MEMORIA

Como podemos observar, El Niño es un fenó-meno natural cíclico, que afecta en mayor omenor medida a buena parte de la poblaciónperuana; la historia de El Niño en el Perú debeir de la mano de un importante sentido de lamemoria, de una memoria colectiva que noolvida y que al contrario tiene presente losefectos que El Niño trae consigo. Solo así po-dremos efectivamente provocar una culturasustentada en una adecuada gestión de riesgofrente al desastre.

Sabemos que no hay dos fenómenos de El Niñoiguales. No debemos olvidar que los fenómenosde El Niño son bastante complejos, debemossaber diferenciarlos y definirlos. Una manerade hacerlo es tomando cada evento de El Niñocomo �episodio�, esto es algo arbitrario que seha establecido por comodidad. Además debe-mos tener muy presente que los eventos particu-lares de El Niño afectan de manera diferente acada uno de los sectores de la sociedad.

El verdadero impacto de El Niño en el Perú noes medible en un período de tiempo determina-do, esto es algo relativo. El Niño trae consigo

una secuela que afecta varios aspectos de laorganización social, económica y estructuralde una región, algo similar a lo que ocurre conla sequía en los valles altos bolivianos, dondeson necesarios varios años para lograr una re-cuperación sólida de la agricultura.

Aparte de las pérdidas por causa directa delimpacto de El Niño, que se pueden medir in-mediatamente luego de acontecido el evento,usando cifras estimables sobre la base de losimpactos físicos directos o por medio deinventarios, existen otros múltiples factores quede manera circunstancial o deliberadamente,se conjugan para incrementar los impactos eco-nómicos del evento.

Finalmente, debemos entender que El Niño esuna parte natural de nuestro ecosistema, contodos los beneficios y desventajas que un fenó-meno natural nos puede brindar, por lo quedebemos aprender a maximizar las gananciasy a reducir las pérdidas que traiga consigo.[�]

EL NIÑO Y LA OSCILACIÓN SUR

En forma breve, un evento El Niño pude descri-birse como la aparición de agua caliente en lasuperficie del mar en el océano Pacífico Central yOriental, cerca del Ecuador, cada cierto tiempo.En algunos casos, el calentamiento a lo largo dela costa no se disipa dentro de los meses habitua-les, sino que se mantiene por más de un año.

Desde tiempos remotos El Niño forma parte delsentido común de pescadores y pobladorescosteros, pues las aguas frías y ricas en nu-trientes son desplazadas y se producen alte-raciones en los patrones normales de preci-pitaciones. Si bien se trata de un fenómenorecurrente, no lo es a intervalos regulares, niostenta siempre la misma magnitud.

La tarea de entender El Niño es consideradacada vez más por los climatólogos y meteo-rólogos como una clave importante para reve-lar los misterios sobre los patrones de con-diciones meteorológicas y de climas tropicalesy, en una diferente medida, de sus impactosfuera de los trópicos. A la par que se profun-diza en las �teleconexiones�, aumenta laconfiabilidad de las predicciones y madurauna �ciencia utilizable�, crece la necesidad deeducar al público, en especial a los políticos, yse refuerza en los últimos, un marcado interéspor identificar las consecuencias ambientalesy sociales de El Niño.

Los procesos atmosféricos son complejos; lomismo sucede con los procesos oceánicos. El

Page 142: Qu-Enos Pasa Spa

142

Niño es el resultado de complejas interaccionesentre la atmósfera y el océano. De esto puededesprenderse que una comprensión total delfenómeno no puede ser alcanzada en su totali-dad, o bien que se requiere de largo tiempo ymuchos recursos. En todo caso, el desafío paraaquellos de nosotros que no somos científicosnaturales está en tratar de hallar la forma dedecidir cuáles descubrimientos son relevantespara la sociedad, es decir, que están en capaci-dad de impactar la esfera de las decisiones.

HIPÓTESIS DE TRABAJO

Hipótesis generales

� Los riesgos frente a los desastres van enaumento.

� Cada año se observa un mayor número deeventos que tienen algún grado de impacto,especialmente aquellos eventos relaciona-dos con ENOS. Debido a esto, los riesgosfrente a la posibilidad del desastre tambiénhan aumentado. De acuerdo con un mayornúmero de eventos con considerable impac-to se espera también un incremento en laprobabilidad del riesgo del desastre.

� Los desastres traen consigo elevados gas-tos en términos sociales y económicos.

� La vulnerabilidad de las poblaciones va enaumento. Este incremento se debería, porun lado, a las condiciones sociales y econó-micas de las poblaciones (incremento de-mográfico desordenado, ocupación territo-rial no planificada, etc.) y por otro lado, a lainadecuada gestión del riesgo para preve-nir desastres (uso de poco adecuadas tec-nologías de control de inundaciones; etc.).

� No existen fenómenos El Niño iguales.

� El Niño como tal no es el desastre.

Hipótesis particulares para el caso del Perú

� Los eventos ENOS afectan principalmentela Costa Norte.

� Los principales eventos asociados conENOS son de tipo hidrometeorológicos.

� Durante periodos ENOS , la mayoría de loseventos presentes están relacionados conla pluviometría.

� Se predicen los eventos ENOS con ciertaanticipación pero los daños no decrecen.

Los sistemas de predicción han progresa-do de tal manera que es posible predecir unfenómeno El Niño con varios meses de an-ticipación. Sin embargo esto no origina quese tomen las adecuadas medidas de gestióndel riesgo, lo que ocasiona que los daños nodisminuyan; por el contrario, van en au-mento.

� La mayoría de eventos asociados con ENOSse concentra en los primeros meses del año.La mayor concentración de eventos se pro-duce en el periodo de verano, en los mesesde enero, febrero y marzo.

� Los efectos de El Niño son muy variados ypueden cambiar en cada ciclo de presenta-ción del fenómeno.

� Los efectos de El Niño afectan a los diferen-tes sectores de distinta manera y en diferen-te intensidad a cada uno de los sectoresinvolucrados.

Analisis de resultados a partirde las hipótesis señaladas

A partir del estudio realizado se ha podidodeterminar una leve tendencia sobre la hipóte-sis de que los riesgos frente a los desastres es-tán aumentando, sin embargo esta tendenciaes bastante moderada, lo cual puede hacerseun poco más tangible si tomamos en cuenta loseventos ENOS . La sucesión de eventos en cadaaño es más bien irregular, observándose clara-mente algunos picos significativos relaciona-dos con los fenómenos de El Niño de 1972-1973,1982-1983, 1997-1998.

En relación a estos picos se observa un aumen-to representativo del impacto de los eventosgeneradores de desastres. Con respecto al añode 1970, se aprecia la presencia de un pico quese atribuye al sismo y deslizamiento ocurridosen Ancash. Algo similar ocurre en el año 1994:de la lectura de los gráficos realizados pode-mos determinar que en ese año la presencia deEl Niño fue bastante moderada. El pico exis-tente se atribuye a fuertes lluvias en la sierraperuana, que no necesariamente tiene comocausa el fenómeno de El Niño.

Así también, sobre el impacto mayor de loseventos ENOS en la Costa Norte peruana, lahipótesis ha sido comprobada: Tumbes y Piurason los dos departamentos que reciben la ma-yor cantidad de consecuencias negativas de loseventos ENOS a lo largo de los 30 años toma-dos en cuenta para el estudio.[�]

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

Page 143: Qu-Enos Pasa Spa

143

La hipótesis acerca de la mayor concentraciónde eventos ENOS durante los primeros mesesdel año en el Perú se ha comprobado positiva-mente: hay una importante presencia de nú-mero de eventos en los meses del verano en elPerú, lo cual también resultó válido para loseventos no relacionados con ENOS. Durantelas tres décadas estudiadas, se aprecia clara-mente un elevado número de eventos con-centrados en los tres primeros meses del año(en Enero 2900 desastres, en Febrero 2800desastres y en el mes de Marzo más de 3000desastres).

CONCLUSIONES PRELIMINARES

A partir de lo que hemos revisado en esteinforme podemos concluir diciendo queDesInventar112 es una herramienta poderosacomo base de datos que reúne información acer-ca de desastres a lo largo de un amplio periodode tiempo.

La utilidad de tener esta base de datos actuali-zada y depurada está en acercarnos de unamanera cada vez más fina a los patrones deamenaza. Los patrones temporales, espacialesy semánticos bajo los que se ha guiado estainvestigación, nos dan luces acerca de la confi-

EXPRESIONES DE ENOS EN EL PERÚ

guración del riesgo frente a amenazas en zo-nas específicas.

Es necesario distinguir el impacto que tieneENOS en algunas regiones del Perú en relacióna la presencia de ENOS en toda la extensión delterritorio peruano.

Como vemos, ENOS está presente en todo el te-rritorio nacional, pero es el impacto del mismoel que hace la distinción afectando sobrema-nera algunos regiones específicas, de allí elinterés por abordar una región piloto determi-nada como unidad de análisis.

En este sentido, las condiciones que presentaen general la costa peruana hacen que ésta re-gión sea más sensible a los impactos de ENOS,aumentando la vulnerabilidad y potenciandolas amenazas, que definitivamente provocanque el riesgo también aumente.[...]

En nuestro caso al haber hecho énfasis en unfenómeno climático recurrente como es el fenó-meno de El Niño, la determinación de estospatrones es fundamental al momento de quelos organismos del Estado o la sociedad civilimplementen sus políticas de prevención ymitigación del riesgo frente a desastres.

112 DesInventarDesInventarDesInventarDesInventarDesInventar es un desa-rrollo conceptual y metodo-lógico elaborado por LA RED,sobre los desastres de todas lasmagnitudes y sobre diversidadde entornos locales, regionalesy nacionales. ConceptualConceptualConceptualConceptualConceptual,porque no parte de los grandeseventos de alto impacto sobreregiones o países, sino de losefectos esparcidos de este tipode eventos sobre comunidadesvulnerables a escala de sus lo-calidades, por un lado, y, por elotro, porque también conside-ra como desastres todas aque-llas pérdidas por impactos defenómenos de origen natural,tecnológico o antrópico, de fre-cuente ocurrencia en esas mis-mas comunidades. Metodo-Metodo-Metodo-Metodo-Metodo-lógicológicológicológicológico porque, con base endefiniciones de efectos negati-vos y de pérdidas, permite si-tuarlos en función de las varia-bles espacio temporales en quesuceden. Para ello posibilitarepresentar cartográficamentetodas las variables considera-das mediante levantamiento dedatos estadísticos y elabora-ción de gráficas ordenadas deacuerdo con una división polí-tico-administrativa tal que,partiendo de lo local, posibilitasu propia visión (de lo local),hasta visiones integradas es-pacialmente a escalas nacio-nales así como visiones multi-temporales a estas escalas.DesInventar ha permitido de-mostrar que la suma de los lla-mados �desastres pequeños� y�desastres medianos� (aque-llos que generalmente no pro-ducen muertos, por lo cual raravez logran atraer la atención dela opinión pública), genera máspérdidas acumuladas (econó-micas, de oportunidad, etc.),que los grandes desastres.http://www.desinventar.org/sp/index.html

ANGULO Lenkiza (2005). Patrones de Riesgos de Desastre asociados con los efectos locales del Cambio ClimáticoGlobal en la cuenca del río Piura: procesos sociales, vulnerabilidad y adaptación (mimeo), Lima: SolucionesPrácticas ITDG , 522 ps.

________________ (2006). Cambio Climático y Variabilidad Climática en la Cuenca del Río Piura:Recuperando el conocimiento popular sobre sus efectos e impactos locales y las experiencias deadaptación (mimeo), Lima: Soluciones Prácticas ITDG, 39 ps.

BLAIKIE, CANNON, DAVIES y WISNER (1996). Vulnerabilidad: El entorno social, político y económico de losdesastres, La Red. IT Perú. Tercer Mundo Editores, Bogotá-Colombia.

CEPESER (1991). Desarrollo y Conservación de los Recursos Naturales y el Medio Ambiente de la Región Grau,Piura: CEPESER, 95 ps.

CISNEROS Fausto, MUJICA Norma (1999). �Impacto del Cambio Climático en la Agricultura: Efectosdel Fenómeno El Niño en los cultivos de la costa central�, en Perú: Vulnerabilidad frente al CambioClimático. Aproximaciones a la experiencia con el Fenómeno El Niño, Lima: CONAM, 209 ps.

INRENA (2005). Evaluación de la Vulnerabilidad Física Natural Futura y medidas de adaptación en áreas deinterés en la cuenca del río Piura (mimeo), Lima: INRENA ,146 ps.

IPCC. Tercer Informe de Evaluación. Cambio Climático 2001. Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad. Parte de lacontribución del Grupo de Trabajo II al Tercer Informe de Evaluación, publicado en página Web http://www.ipcc.ch/, 92 ps.

IPCC. Tercer Informe de Evaluación. Cambio Climático 2001. Informe de Síntesis. Resumen para responsables depolíticas, publicado en página Web http://www.ipcc.ch/, 38 ps.

BIBLIOGRAFÍA

Page 144: Qu-Enos Pasa Spa

144

MARTICORENA, Benjamín. �Presentación de Libro� en Perú: Vulnerabilidad frente al Cambio Climático.Aproximaciones a la experiencia con el Fenómeno El Niño, Lima: CONAM, 209 ps.

SAMALVIDES, NUÑEZ, MARQUIÑO, CABEZAS y CARRILLO. �Cambio Climático: Evaluación de susimpactos desde la perspectiva de la salud pública� en Perú: Vulnerabilidad frente al Cambio Climático.Aproximaciones a la experiencia con el Fenómeno El Niño, Lima: CONAM, 209 ps.

SEMINARIO Bruno (2004). Escenarios Socioeconómicos para el Departamento de Piura 2005-2025 (mimeo),Lima: CONAM, 71 ps.

SENAMHI (2004). Caracterización climática de la cuenca del río Piura, Lima: Dirección de Climatología delSENAMHI, 70 ps.

SENAMHI (2004). Escenarios Climáticos en el Perú 2004-2050 Cuenca del Río Piura y Anexos de Mapas, Lima:Centro de Predicción Numérica de SENAMHI.

WILCHES-CHAUX Gustavo (1993). �La Vulnerabilidad Global�, en Los Desastres no son naturales. LaRed. Tercer Mundo Editores. Bogotá-Colombia.

LOS ESTUDIOS DE CASO. RESÚMENES

Page 145: Qu-Enos Pasa Spa

145

Page 146: Qu-Enos Pasa Spa
Page 147: Qu-Enos Pasa Spa

ESTE LIBRO SE TERMINÓ DE IMPRIMIREN LOS TALLERES GRÁFICOS

DE ARFO EDITORES E IMPRESORES LTDA.,EN EL MES DE NOVIEMBRE DE 2007.

EL TEXTO FUE COMPUESTOEN CARACTERES BOOK ANTIQUA DE 10 PUNTOS.

BOGOTÁ, D.C. - COLOMBIA