Pueblos 61 - Abril de 2014 - Monográfico "Comunicación, poder y democracia"

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Revista de Información y Debate n Segundo trimestre de 2014 n Nº 61 www.revistapueblos.org COMUNICACIÓN, PODER Y DEMOCRACIA M ONOGRÁFICO

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COMUNICACIÓN, PODER Y DEMOCRACIAM o n o g r á f i c o

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Ilustradora impaciente en eterno conflicto con el lápiz y el pixel. Maquetadora desde tiem-pos inmemoriales. Entusiasta aunque inexperta diseñadora gráfica. Aprendiz de diseño web. Autora insegura a tiempo completo.

Madre insomne. Lectora intermitente. Escapista frustrada de obligaciones varias, un poco indolente con vientos favorables pero diligente en condiciones adversas.

Autónoma en paro busca proyecto.

andrealopezalvarez.blogspot.com.es

Portada del número 61

Andrea López(A Coruña, 1976)

Pueblos es una apuesta por la solidaridad que ofrece una mirada crítica sobre las diferentes realidades sociales, políticas, económicas y culturales del mundo. Editada por Paz con Dignidad, busca consolidar un instrumento de comunicación que sirva para fortalecer e impulsar nexos entre organizaciones del Norte y del Sur que trabajan en procesos de transformación social. Fundada en 1995 (segunda época, 2002), cada año se publican cuatro números ordinarios de Pueblos (enero, abril, julio y octubre) y al menos un especial. Todos o prácticamente todos los artículos publicados en la edición en papel de Pueblos son originales. Pueblos – Revista de Información y Debate no se hace responsable de las opiniones de los autores y autoras de los artículos.

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PUEBLoS - rEviSta dE inforMación y dEBatENº 61 (II época). Segundo trimestre de 2014fUndada En 1995. Segunda época n 2002. Editada Por Paz con Dignidad (C/Gran Vía, 40 n 5º n Oficina 2 n 28013 n Madrid).dEPóSito LEgaL: M.47.658-1999. iSSn: 1577-4376coordinador: Luis Nieto Pereira. conSEjo EditoriaL: Eugenio Pascual Coruña (Asociación Paz con Dignidad) n Elena Nagore Cordón (Centro de Iniciativas para la Cooperación Batá, CIC Batá) n Carmen Sala. (Entrepueblos) n Instituto de Promoción de Estudios Sociales - Navarra n Puri Pérez Rojo (Mugarik Gabe Euskadi) n Organización de Cooperación y Solidaridad Internacional, OCSI) n Patxi Zabalo (Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional Hegoa - Universidad del País Vasco UPV/EHU) n Fidel Nieto (Universidad Luterana de El Salvador) n Jaume Botey n Carlos Gómez Gil n Adolfo Rodríguez Gil n Isaac Rosa n Pascual Serrano n Carlos Taibo. EntidadES coLaBoradoraS: Justicia i Pau de Cataluña n Xulio Ríos (Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, IGADI) n Mikel De La Fuente (Escuela Universitaria de Relaciones Laborales de la UPV/EHU) n Amparo Merino (Universidad de Castilla-La Mancha) n Edgardo Mira (Centro de Investigación Sobre Inversión y Comercio - CEICOM, El Salvador) n Revista Envío (Universidad Centroameri-cana de Managua, Nicaragua). n Marco Gandarillas, Centro de Documentación e Información CEDIB Bolivia. n Olimpo Cárdenas (Periferia Prensa Alternativa, Colombia). jEfa dE rEdacción: Andrea Gago Menor. conSEjo dE rEdacción ([email protected]): Rosaura Audi n Laura Daudén n Isabel Duque n Maider Iriarte n Suso López n Luis Nieto n Alba Onrubia García n Beatriz Ortiz Martínez n Susana Pérez Sánchez n Mª Cruz Tornay. agradEciMiEntoS: A Aloia Álvarez Feáns, Luís Álvarez Pousa, Silvia Arjona, Eneko Calle, Urbano de la Cruz Benito, Mª Ángeles Fernández, Ane Garay, Jesús González Pazos, Sonia Herrera, María Landi, Suso López, J. Marcos, José Manuel Martín Medem, Roberto Montoya, Dênis de Moraes, Marcos Pérez Pena, Víctor Pozas, Dennis Sorondo y a todas aquellas entidades y personas que han hecho posible la elaboración de este número. diSEño: Andrea Gago y Silvia M. Pérez. MaqUEtación: Alba Onrubia García. adMiniStración ([email protected]): Ángela Martín.

PUEBLoS SE rEaLiza con EL aPoyo dE LaS SigUiEntES inStitUcionES:Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) n Ajuntament d’Artà n Ayun-tamiento de Rivas-Vaciamadrid n Ayuntamiento de Valladolid n Bilboko Udala / Ayuntamiento de Bilbao n Bizkaiko Foru Aldundia / Diputación de Bizkaia n Eusko Jaularitza / Gobierno Vasco n Gipuzkoako Foru Aldundia / Diputación Foral de Gipuzkoa.

Este número ha contado con el apoyo especial de la Agencia Vasca de Cooperación Internacional para el Desarrollo/ Garapenerako Lankidetzaren Euskal Agentzia y de la Diputación Foral de Gipuzkoa/ Gipuzkoako Foru Aldundia. El contenido de esta publicación no refleja necesariamente la opinión de ninguna de las instituciones que la apoyan económicamente.

El dossier central ha sido editado también íntegramente en euskera.

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Revista de Información y Debate n Segundo trimestre de 2014 n Nº 60

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COMUNICACIÓN, PODER Y DEMOCRACIAM o n o g r á f i c o

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 3

EDITORIALPoder y medios: El mundo en datos ............................................................................................ 4

OPINIÓNNicaragua: comunicación por gracia de Dios y del FSLN (June Fernández) .......................... 5Contra Palestina, primero se creó el discurso (Teresa Aranguren) ................................................ 6De la ruina del viejo periodismo emerge la nueva independencia (Isaac Rosa) .......................... 7Miguel Romero y la cooperación solidaria (Pedro Ramiro) ......................................................... 8

NUEVOS MATERIALESNuevos materiales .......................................................................................................................... 9

ENTREVISTAUna conversación con Nazanin Armanian y Santiago Alba Rico: “Se creyó que bastaba con invertir lo contado por los medios hegemónicos para obtener la verdad” (Andrea Gago Menor) .............................................................................................................. 10

MIRADAS: Posibilidades y límites del activismo en InternetIntroducción (Andrea Gago Menor) ............................................................................................ 13Un fantasma recorre Internet (Carlos Capote Pérez-Andreu) ................................................... 14 Cuando salir de Internet se convierte en una pesadilla (Alejandro Touriño Pena ) .................... 17 La tecnología para los movimientos sociales: ni caja mágica ni quimera (Igor Sádaba) ................ 20Activismo feminista 2.0 (Eva Cruells Lopez, Núria Vergés Bosch y Alex Hache) .............. 23

DOSSIER: Medios de comunicación y discurso neoliberalMedios de comunicación: de guardianes de la libertad a guardianes del poder (Suso López ) .............................................................................................................................. 28 La nueva propaganda como cambio de mentalidad (Guillem Martínez) ................................. 32¿Contra el consenso neoliberal? Tiempo, recursos y comunicación crítica(Andreu Jerez) ............................................................................................................................. 34¿Hay moscas en las botellas de Coca-Cola? La propiedad de los medios, la propiedad de la información (Pedro Ramiro) ........................................................................... 36El gran capital en los medios: El emprendimiento “social” y las fundaciones “filantrópicas” como estrategia (Colectivo Filantropófagos) ........................................................ 39

MEDIOS Y DEMOCRACIA: Construyendo el cambio en América LatinaEl derecho a la comunicación y las políticas públicas de diversidad en América Latina(Dênis de Moraes) ................................................................................................................... 43Los medios en América Latina: de la resistencia a la construcción (Aram Aharonian) ................ 46En Argentina tenemos ley. ¿Cómo logramos el cambio? (Mariela Plugiese Lacorte) ................. 49La comunicación en Venezuela, en manos del poder popular (Mª Cruz Tornay) .............................. 51La democratización de los medios en la negociación de las FARC (J. M. Martín Médem) ................ 54La concentración de los medios de comunicación en Brasil y la actuación de los movimientos sociales (Bráulio Araújo) ....................................................................................... 56

COOPERACIÓN, EDUCACIÓN Y MOVIMIENTOS SOCIALES¿Otra comunicación está en marcha? Rompiendo las dicotomías de un mundo en transformación y globalmente desigual (Silvia Pérez) ............................................................... 59Radios comunitarias y procesos de re-creación de la ciudadanía activa en Guinea-Bissau (Miguel de Barros y Fátima Tchumá Camará) ............................................ 62La comunicación indígena y campesina en Bolivia como protagonista en los procesos de transformación (Jesús González Pazos) ................................................................................... 65

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CONTENIDOS

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Pueblos - Revista de Información y Debate*

INTRODUCCIÓN

4 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

Comunicación, poder y democracia

R eflejar la percepción del mundo que desean los gru-pos de poder. Es el objetivo de los medios de comu-nicación hegemónicos, como apuntaban en 1988

Noam Chomsky y Edward S. Herman en Los guardianes de la libertad. Los grandes medios de comunicación del Estado español son corporaciones gigantes que mantienen sus estructuras ejecutivas a costa no ya de depender de la publicidad o los créditos, sino de haber sido absorbidos por el poder financiero. No nos puede extrañar, por tan-to, que estos medios no informen como deberían sobre la estafa de las preferentes, los desahucios o los rescates a las entidades bancarias. Ni sobre Ucrania, Siria, Palestina, Cuba, Venezuela… y un inmenso etcétera.

En el artículo que ha escrito para este monográfico de Pueblos sobre comunicación, poder y democracia, Gui-llem Martínez nos remite a los thinks tanks republicanos estadounidenses de la época de Reagan para advertirnos acerca del cambio de mentalidad en el que parece que Eu-ropa está ya totalmente inmersa: “En un futuro postdemo-crático, la mejor propaganda, la más barata y la que parece más madura es la que nos hace creer que la culpa de todo no es de un gobierno o de unas empresas que hablan todo el día de libertad y democracia. Es nuestra. De nuestros hábitos o de nuestro destino”.

A esta revolución lingüística se refieren también Ma-ría Arnáiz y Daniel García cuando hablan de la coloniza-ción silenciosa (tanto en medios generalistas como alter-nativos) que está llevando a cabo el gran capital a través de fundaciones filantrocapitalistas: “Destierran del len-guaje los derechos sociales y lo traducen por necesida-des, ampliando su nicho de negocio de forma ilimitada. Ya no somos sujetos de derecho, sino clientes de dis-tintas clases sociales que consumen servicios. (…) No se nombran las desigualdades sociales: son problemas o desavenencias sociales, no teniendo que preguntarse las causas estructurales”. El emprendimiento social, el talismán del momento, crea un universo impreciso en el que conviven iniciativas de buena voluntad “entre las que se camuflan los proyectos de emprendedoras y emprendedores sociales de ideología neoliberal”. Inspi-ra, de eldiario.es, es un ejemplo de ello: un blog sobre

emprendimiento social patrocinado por, entre otros, Mo-mentum Project, el BBVA, Ashoka y la escuela neolibe-ral de negocios ESADE.

Frente a este panorama, de América Latina nos vuel-ven a llegar buenas noticias. La región vive un momen-to de cambio también en lo relativo a la comunicación, con la aprobación en varios países de leyes que apuestan por la democratización de los medios y el control de los oligopolios. Estos cambios implican, como apunta Dênis de Moraes, “enfrentar la concentración monopólica de los medios, definiéndose límites a la actuación de los grupos privados que operan la radiodifusión bajo el régimen de concesión pública” y, también, priorizar medidas “que aseguren la inclusión y el fomento de medios alternativos, comunitarios, públicos y sociales, capaces de ampliar la participación de múltiples voces sociales en los sistemas de difusión”.

Estos procesos no son para nada sencillos. “En Argen-tina tenemos ley”, dice Mariela Plugiese, para a continua-ción preguntarse: “¿Cómo logramos el cambio?” Porque, en palabras de Aram Aharonian, “promover efectivamente la participación, la interacción, nuevos valores y una esté-tica distinta en la comunicación implica pasar por profun-dos cambios culturales, pues de poco servirían si la pobla-ción no se apropia de ellos”.

¿Cómo implicar a la población en todo ello? Sin nin-guna duda, internet es una herramienta fundamental. Es por ello que dedicamos también una sección completa a preguntarnos por las posibilidades y límites del activismo en internet. En los últimos tiempos la relación entre tec-nología y cambio social se ha intensificado hasta niveles inimaginables pero, como afirma Igor Sádaba, “la tecno-logía no es un objeto monolítico y cerrado, una caja negra misteriosa y mágica, sino un elemento social que puede alterarse, adaptarse y reutilizarse de muy diversas formas”. Es, en otras palabras, y a pesar de todos los problemas re-lacionados con el control y la vigilancia por parte de Esta-dos y empresas, así como con la profunda y generalizada dependencia del software propietario, una excelente herra-mienta “para el trabajo duro y artesanal del activismo del siglo XXI”. q

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 5

OPINIÓN

“Hagamos patria previniendo los incendios foresta-les”, exclama la voz en off de un anuncio insti-tucional. Lo emite Canal 6, cuyo lema, que se

remite machaconamente, es “Nicaragüense por gracia de Dios”. No se trata de una televisión cristiana; es el único canal que depende directamente de la Presidencia de la República. Apenas dos anuncios después se emi-te un spot de promoción de la cultura nica que termina con una imagen electoral del presidente Daniel Ortega con la leyenda “Bendecidos, prosperados y en victoria”, que inunda (en forma de va-llas publicitarias y camisetas regaladas a la ciudadanía) las calles y los cuerpos del país centroamericano.

El Canal 6 es el único público, pero la familia pre-sidencial también es dueña de otros cuatro, algunos di-rigidos por hijos de Ortega y su esposa Rosario Murillo, coordinadora de Comuni-cación del Gobierno. Otros cinco pertenecen al magnate mexicano Ángel González, quien impide todo discurso crítico en su programación a fin de salvaguardar sus inte-reses empresariales. El Gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) también controla alrededor de una docena de emisoras privadas y en 2011 intentó sin éxito comprar una de las dos grandes cabeceras del país, El Nuevo Diario, atravesada por problemas económicos.

Y es que el problema no es sólo que la familia pre-sidencial y los empresarios aliados compren emisoras y canales de televisión como churros, sino que las escasas iniciativas independientes están por lo general abocadas al suicidio económico, porque el Gobierno no pone publici-dad institucional en los medios que no controla. Tampoco les concede entrevistas, por cierto.

Este panorama mediático reduce las posibilidades de que la ciudadanía acceda a discursos críticos sobre los últimos atropellos promovidos por el Frente Sandinista, tales como la cesión a una empresa china de la licencia para construir un Canal Interoceánico cuyo impacto so-bre el medio ambiente y los pueblos indígenas será ne-fasto, o la reforma de la Constitución con la que Ortega podrá ser reelegido de forma indefinida, le bastará con

*June Fernández dirige Pikara Magazine y colabora con medios como eldiario.es, Diagonal y Argia. Actualmente reside en Managua.

lograr la mayoría simple en primera vuelta y tendrá más fa-cilidades para gobernar a golpe de decreto.

Con una oposición política debilitada (y lamentable, por otro lado), el movimiento feminista constituye el principal actor disidente, que trasciende la tradicional agenda de los de-rechos de las mujeres para denunciar también la deriva auto-ritaria, neoliberal y fundamentalista religiosa del partido y el líder político que en 1979 revolucionaran al pueblo y pusieran

fin a la dictadura somocista. Programas de radio

como “Onda Local” (diri-gido por la periodista Patri-cia Orozco, integrante del Movimiento Autónomo de Mujeres) o “Cuerpos Sin Vergüenzas” (que se emite en Radio Universidad reali-zado por el Programa Femi-nista La Corriente) no sólo sensibilizan sobre las dife-rentes caras de la violencia machista o la vulneración de los derechos sexuales y reproductivos (recordemos que el aborto está comple-tamente penalizado desde

2007), sino que analizan con perspectiva de género temas como las injerencias religiosas en las políticas públicas o la creciente criminalización de la protesta social.

Pero en Nicaragua comunicación no es sinónimo sólo de prensa, radio y televisión. Al igual que el Gobierno, las orga-nizaciones feministas también llenan las calles con sus mensa-jes, incluidas contundentes estocadas contra Ortega y Murillo, como las impactantes vallas de “Quien abusa de su poder ofen-de a dios” que colocó el Programa Feminista La Corriente en las carreteras de Managua.

El pasado 8 de marzo, la Policía Nacional impidió al mo-vimiento feminista terminar la tradicional marcha por el Día Internacional de las Mujeres. “Nos tienen miedo porque no te-nemos miedo”, gritaron las manifestantes. Esa es la buena noti-cia: cuando el Gobierno arremete contra las feministas, las trata de silenciar o las acusa de antipatrióticas y hasta de agentes de la CIA (como hizo con la periodista feminista Sofía Monte-negro), está revelando que teme a las mujeres organizadas y su incombustible capacidad de señalar los abusos de poder.q

June Fernández*

Nicaragua: comunicación por gracia de Dios y del FSLN

FotograFia: Programa Feminista La Corriente.

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6 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

OPINIÓN

Teresa Aranguren*

La frecuencia con la que un tema aparece en los medios de comunicación no conlleva necesariamente un mejor conocimiento de esa realidad, pero sí genera una opi-

nión sobre ella. En el caso de Palestina, esa opinión se tradu-ce en un “eso no hay quien lo entienda”, “eso no tiene arre-glo” o, modelo de comentario con pretensiones históricas, “eso lleva así desde tiempo inmemorial y… no hay quien lo arregle, ni quien lo entienda”. Es decir, que mejor no hacer nada. Aunque la confusión siempre favorezca al opresor.

El drama de Palestina, que no tiene nada de inmemorial, comenzó con el lenguaje. Primero se creó el discurso, la na-rrativa de la historia; el expolio y la ocupación de la tierra vinieron después.

El discurso negacionista de la realidad de Palestina prendió fácilmente en el caldo de cultivo político-cultural del Occidente colonial. Resulta significativa la naturalidad con la que un mito (“la tierra prometida por Yahveh”) y una falsedad fácilmente comprobable (“una tierra sin pue-blo para un pueblo sin tierra) adquirieron categoría de he-chos evidentes.

Porque Palestina no era un desierto, ni un espacio va-cío. Se sabía que había un pueblo, había censos de sus ha-bitantes, registros de la propiedad, contratos comerciales, periódicos (a finales de los años 20 había más periódicos en Palestina que en España), había comerciantes, campesinos y campesinas, hombres de negocios, escritores, poetas, perso-nas ricas y pobres, conservadoras y progresistas. Un pueblo, en fin. Y, sin embargo...

La necesidad de establecer una continuidad entre el mí-tico tiempo bíblico y el tiempo actual requirió borrar la his-toria real de Palestina, ya que su relato cuadraba mal con el discurso excluyente del movimiento sionista. En la ope-ración de limpieza étnica que se llevó a cabo en los meses previos y posteriores a la creación del Estado de Israel no sólo se trataba de vaciar el territorio de población árabe, sino de eliminar las huellas de su presencia y su pasado. Por eso, tras la expulsión de sus habitantes, se procedía a destruir los pueblos y borrar sus nombres del mapa. La arqueología y la toponimia siempre han sido temas políticos en Israel.

Como el lenguaje. Y hay que preguntarse cómo se ha conseguido que al hablar de violencia en la zona se so-breentienda que se habla de “violencia palestina” (tanto la del terrorista suicida como la del niño que lanza piedras al ejército israelí), pese a que los datos del pasado y del pre-sente reflejan que la violencia incomparablemente más mortífera y atroz es la de Israel. Y hay que preguntarse también por qué el término ocupación está prácticamente desaparecido de la crónica periodística o por qué se afian-za la expresión “colonias ilegales”, ¡como si hubiera algu-nas legales!, asumiendo la tesis del ocupante y desechando la versión no del ocupado sino del Derecho Internacional.

La perversión del lenguaje es más peligrosa cuando se produce “naturalmente”, cuando simplemente sigue la co-rriente. Y la corriente va en la dirección marcada por la ver-sión israelí, que, aun con diferencias de grado y matiz, es también la versión de Occidente.

Pero la realidad no es cuestión de versiones. Hay ver-siones elaboradas para falsearla, ocultarla, negarla. Contar la realidad de Palestina requiere atravesar la telaraña tejida con silencios, medias verdades y mentiras redondas con la que se ha intentado borrar su pasado y ocultar su presente.

La realidad de la ocupación, la violencia impune de los colonos, el muro, los controles, las incursiones militares diarias, los registros, los secuestros disfrazados de deten-ción, la atrocidad cotidiana y el paulatino e imparable robo de la tierra, apenas ocupan espacio en los medios de co-municación, así que su existencia es percibida débilmente, casi como un elemento colateral de una situación “norma-lizada”. Una cineasta y amiga de Ramala me dijo no hace mucho: “La ocupación no siempre nos mata, pero siempre nos impide vivir”.

Desde hace mucho tiempo, sobre Palestina, las pala-bras no se usan para contar lo que pasa, sino para ocultar la dimensión de la tragedia.q

Juan Fender.

Contra Palestina,

primero se creó el discurso

*Teresa Aranguren es periodista y autora de los libros Palestina: El hilo de la memoria y Olivo Roto: Escenas de la ocupación.

Es miembro del Consejo de Administración de RTVE.

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 7

*Isaac Rosa es periodista y escritor. Su última novela es La habitación oscura (Seix Barral, 2013).

OPINIÓN

En 2013 Juan Luis Cebrián, presidente ejecutivo de Prisa, editora del diario El País, cobró 2,1 mi-llones de euros. De ellos, 1,57 millones corres-

pondieron a remuneración y 599.000 a acciones. Y no fue el único en su empresa: Prisa destinó 6,21 millones para pagar a los miembros de su consejo de administra-ción, según informó prnoticias.com. Frente al gigante de Prisa, unos cuantos nuevos medios surgidos en los dos últimos años, y muy relacionados con el desapareci-do diario Público, de cuya redacción salieron la mayor parte de periodistas: eldiario.es, Infolibre y La Marea.

En los tres casos, sus cuentas son públicas, pues en-tre sus principios está la transparencia. Sabemos así que eldiario.es tuvo un coste total en 2013 de 1.118.704 eu-ros, el 80 por ciento en pagos de sueldos y colaboradores. Del mismo modo, Infolibre gastó 1.054.751 euros, el 73 por ciento en sueldos. La Marea, tuvo un gasto mensual de 23.000 euros, lo que supone 276.000 anuales.

Vistos los números, la comparación surge sola: el cos-te de pagar a un ejecutivo como Juan Luis Cebrían equi-vale al coste de poner en circulación tres medios indepen-dientes. Por supuesto, los tres tienen plantillas reducidas y gastos ajustados, nada que ver con la estructura de Prisa y sus medios. Pero por eso no he comparado los gastos de Prisa con los de estos medios, sino sólo el sueldo de su principal ejecutivo: un solo Cebrián equivale a todos los gastos de eldiario.es, InfoLibre y La Marea.

¿A dónde quiero llegar? A la relación que hay en-tre la crisis del periodismo tradicional y sus prácticas empresariales. Aunque la respuesta de esos medios a la caída de ingresos es el ERE a sus trabajadores y la ba-jada en sueldos y pagos a colaboradores, el problema no está en sus plantillas, sino en su estructura ejecutiva y financiera. Hace tiempo que los grandes medios se convirtieron en “empresas periodísticas”, donde lo sus-tantivo es empresa, y periodística un adjetivo.

El resultado está a la vista: el hundimiento económi-co de todo un modelo empresarial y, peor, la pérdida de independencia respecto al poder, y de credibilidad ante sus lectores. En cuanto a lo primero, basta ver quiénes son los propietarios de los grandes medios en España. Entre sus accionistas hay bancos, eléctricas, grandes in-versores y, en el caso de Prisa, fondos de capital riesgo.

Las consecuencias se han visto en los últimos meses: presiones políticas y empresariales han terminado con el relevo en la dirección de los tres mayores periódicos de España: El País, El Mundo y La Vanguardia.

Frente a este periodismo cada vez más dependiente de sus propietarios, anunciantes y poder político y fi-nanciero, surgen nuevas formas de hacer periodismo. Los tres medios antes citados son los más destacados. Surgidos de las ruinas del fallido diario Público (deja-do caer por su propietario, el magnate Jaume Roures), representan nuevas formas de entender el periodismo, donde lo sustantivo deja de ser la empresa y donde pe-riodistas y lectores cobran protagonismo en la gestión.

En el caso de eldiario.es, los periodistas fundadores son también sus principales propietarios. A la vez, se apoya cada vez más en sus socios, que ya superan los 7.000, lo que aumenta su independencia con respeto a poderosos anunciantes, y le permite informar con liber-tad de empresas como Coca-Cola en su reciente ERE, o sobre la corrupción política y el desgaste de la monarquía.

Algo similar ocurre con InfoLibre, medio vinculado al francés Mediapart y cuyo modelo calca. Los periodis-tas son también los fundadores del medio, y los 3.500 socios permiten investigar sobre escándalos financieros y políticos.

El modelo más interesante es en mi opinión La Ma-rea: la fórmula elegida es la cooperativa, formada por los periodistas, pero también otros socios, a título par-ticular y en colectivos organizados. Entre todos suman ya más de un centenar de socios y sus votos cuentan igual en la toma de decisiones, al margen del capital aportado. La independencia de La Marea, que también se apoya en suscriptores, le permite informar sobre la situación de los derechos laborales en las grandes em-presas españolas, intocables para el resto de medios, caso de El Corte Inglés, principal anunciante en España.

La crisis del periodismo tradicional tiene mucho que ver con la codicia de sus ejecutivos y el cálculo de sus accionistas. Frente a un modelo caduco y desprestigia-do, se abre paso un nuevo periodismo. En manos de los lectores está que estos y otros proyectos tengan futuro.q

Isaac Rosa*

De la ruina del viejo periodismo

emerge la nueva independencia

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8 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

entrelazándose las resistencias y las alternativas a la globa-lización neoliberal… Miguel Romero ha sido un referente para todas y todos los militantes internacionalistas y socios de ONGD que creemos que “el lugar de las organizaciones solidarias tiene que estar entre quienes no se resignan, no aceptan el ‘sálvese quien pueda’ y rechazan las ‘oportu-nidades’ de someterse al engranaje que está triturando las expectativas de construir un mundo basado en la justicia y la igualdad universales”3.

Decía Miguel que “cuando se trabaja en una ONGD, la militancia solidaria no es algo natural, espontáneo, sino que hay que encontrarle su lugar, al precio de contradic-ciones inevitables”; no se trata de obviar dichas contra-dicciones, sino de “reconocerlas, buscar cómo afrontarlas y asumir los riesgos de la coherencia cuando se plantean conflictos abiertos en los que hay que elegir campo”4. Y él siempre lo tuvo muy claro: la cooperación solidaria debe jugarse, junto a los movimientos sociales, en el terreno de la acción política y el compromiso con la emancipación de las y los desposeídos.

Hoy, cuando avanza la crisis capitalista y asistimos al desmantelamiento de la cooperación como política pública de solidaridad internacional, no perder el sentido solidario que durante dos décadas ha impulsado las actividades de buena parte de las ONGD en el Estado español significa trabajar, desde el ámbito de la cooperación al desarrollo, “en la construcción de alternativas solidarias que pueden contribuir a la resistencia social frente a los procesos de empobrecimiento y, en un futuro, a ganar fuerza para re-vertirlos”5. En eso, como nos enseñó Miguel, también de-berían tener algo que decir las organizaciones que se de-dican a la cooperación internacional. Porque “las ONGD soportan la presión del sistema de valores y de los intere-ses de las empresas transnacionales, que son hegemónicos en la sociedad neoliberal. La presión es inevitable; el so-metimiento a ella, no”6.

Hasta siempre, socio.q

C on Miguel Romero aprendimos que “la solidaridad es una compañera incómoda del trabajo de coope-ración”. Pero también que mientras “la tecnocracia

compasiva está vaciando de contenido solidario la coope-ración al desarrollo, hay que oponerle alternativas en el discurso y en la práctica”1. Justamente, Miguel se dedicó los últimos veinte años a esa tarea: analizar y repensar la situación de la cooperación internacional en el marco de la evolución del capitalismo global, construir y fortalecer pensamiento crítico dentro del sector de las organizaciones no gubernamentales de desarrollo (ONGD), oponerse a la cada vez más extendida visión de la cooperación como una “industria de la caridad” basada en los principios de la “so-lidaridad de mercado” y defender, en fin, la cooperación solidaria como una relación social y política igualitaria, articulada con las luchas y los movimientos sociales.

Desde su trabajo en ACSUR-Las Segovias (organiza-ción en la que fue coordinador de Comunicación y Estu-dios entre 1994 y 2009), en muchos de los debates que tuvieron lugar en la Coordinadora de ONG para el desa-rrollo (CONGDE), a través de sus argumentos en textos y charlas, en la coordinación de proyectos de comunica-ción alternativa (“la necesidad de una vinculación entre prensa alternativa y las ONGD con un sentido militante de la solidaridad está en que ambas necesitan promover una ciudadanía socialmente (o mejor, sociopolíticamente) activa y, cada una en su campo, contribuir conjuntamen-te a lograrla”, decía Miguel)2 con la participación en los encuentros locales y foros internacionales donde han ido

Pedro Ramiro*

IN MEMÓRIAM

Miguel Romero y la cooperación solidaria

*Pedro Ramiro cordina el Observatorio de Multinacionales en América

Latina (OMAL) – Paz con Dignidad.

1 Romero, M. (2009): “La ‘irresistible ascensión’ de la tecnocracia compasiva”, Pue-blos, nº 37.

2 Romero, M. (2011) “Deseduquémonos: Comunicación alternativa en el Estado espa-ñol y educación para el desarrollo”, en A. Onrubia y A. Gago (coords.), Comunica-ción, educación y desarrollo, Paz con Dignidad, Toledo.

3 Romero, M. y Ramiro, P. (2012): Pobreza 2.0. Empresas, estados y ONGD ante la privatización de la cooperación al desarrollo, Icaria, Barcelona, p. 138.

4 Romero, M. (2009a) “La ‘irresistible ascensión’ de la tecnocracia compasiva”. Pue-blos, 37, 54-57.

5 Romero, M. y Ramiro, P. (2013): “La globalización de la pobreza”, Papeles de rela-ciones ecosociales y cambio global, nº 121, pp. 143-156.

6 Romero, M. (2002): “La ‘solidaridad’ de mercado”, en L. Nieto (coord.), La ética de las ONGD y la lógica mercantil, Icaria, Barcelona, p. 44.

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 9

NUEVOS MATERIALES

“Una mosca en Una botella de coca-cola”direCCión: Javier Couso Permuy. guión: PabLo igLesias. ProduCCión: ProduCCiones Con mano izquierda (Cmi) y observatorio de muLtinaCionaLes en amériCa Latina (omaL) - Paz Con dignidad. aPoya: agenCia vasCa de CooPeraCión aL desarroLLo. duraCión: 25 minutos. diCiembre de 2013. idiomas: CasteLLano y subtítuLos en euskera.El documental analiza los medios de comunicación que operan en el Estado español y su forma de tratar a los gobiernos populares de América Latina. Tomando como referencia varios textos de Pascual Serrano, en el documental se pregunta hasta qué punto los grupos privados que controlan casi todo lo que se lee, se ve y se oye, obligan a sus medios a defender sus intereses económicos a costa de la verdad y la ética periodística. Incluye testimonios y opiniones de una pluralidad de periodistas y analistas como Iñaki Ga-bilondo (Cadena SER), Casimiro García Abadillo (El Mundo), Jaime González (ABC), Antonio García Ferreras (La Sexta), Olga Rodríguez y Nacho Escolar (eldiario.es) y Juan Carlos Monedero (La Tuerka y publico.es), además de Pascual Serrano.

“esqUivar la propaganda. el poder de los medios, los medios del poder”

direCCión: emiLia arias y andrea gago. guión: emiLia arias. reaLizaCión: gorka naLda, truFó ComuniCaCión. ProduCCión: PuebLos - revista de inFormaCión y debate y

Paz Con dignidad. aPoya: agenCia vasCa de CooPeraCión aL desarroLLo. duraCión: 13 minutos. marzo de 2014. idiomas: CasteLLano y subtítuLos en euskera.

Propaganda, poder y medios son los vértices de un mismo triángulo. Los medios de comu-nicación han dejado, en muchos casos, de vigilar a quienes están arriba para estar al servicio

del pueblo para convertirse en “la voz de su amo”. Tras un breve repaso a la propiedad de los mayores medios de comunica-ción españoles, el vídeo da paso a las reflexiones de Manu Brabo (fotoperiodista, premio Pulitzer en 2013), June Fernández (directora de Pikara Magazine y colaboradora de Diagonal y Argia, entre otros medios) y José Manzaneda (coordinador de CubaInformación y analista en Russia Today, TeleSUR y otros) sobre cómo funciona la propaganda en los medios, cómo realizan su trabajo para evitar la propaganda y lo que pueden hacer las personas para ser críticas y evitar ser manipuladas.

“vamos a contar verdades”guion: gorka andraka. ProduCCión: PuebLos-revista de inFormaCión y debate y Paz Con dignidad. LoCuCión: maider iriarte, ane garay y gorka andraka. aPoya: agenCia vasCa de CooPeraCión aL desarroLLo. marzo de 2014. Serie radial dividida en tres capítulos de 25 minutos cada uno ("La propaganda de los medios, los medios de la propa-ganda", "Periodistas, a pesar de todo" y "La palabra ciudadana y sus altavoces") que aborda temas como la propaganda, los grupos empresariales en la comunicación, la ética periodística y las alternativas de información. Incluye entrevistas a June Fernández (fundadora de la revista Pikara Magazine), Jose Manzaneda (coordinador de CubaInformación), Teresa Aranguren (quien ha cubierto, entre otras, la guerra de Irán-Irak, la del Golfo, el conflicto de los Balcanes o la ocupación de Palestina), Greta Frankenfeld (coordinadora de Darfur Visible), Majed Dibsi (periodista y analista político palestino que trabaja en Radio Exterior de España), Dídac P. Lagarriga (fundador de Oozebap y miembro del consejo de redacción de Africaneando), Magda Bandera (una de las impulsoras de La Marea, editada por la cooperativa MásPúblico) y Clara Valverde (quien analiza el poder de las palabras en su libro No nos lo creemos. Una lectura crítica del lenguaje neoliberal).

“mUjeres brasileñas: del icono mediático a la realidad”guion y direCCión: Laura daudén, andrea gago menor y aLba onrubia garCía. grabado en brasiL. ProduCCión: PuebLos - revista de inFormaCión y debate y Paz Con dignidad. aPoya: agenCia vasCa de CooPeraCión aL desarroLLo. duraCión: 14 minutos. marzo de 2014. idiomas: Portugués, subtítuLos en CasteLLano y euskera.Las mujeres son constantemente cosificadas para la venta de productos y la con-quista de las audiencias. Un modelo de concentración de los medios en seis familias de gran poder, una cultura machista y la maximización del beneficio económico son algunas de las claves para entender por qué los grandes medios de comuni-cación presentan un único modelo de mujer y ocultan la gran diversidad existente en Brasil. El vídeo incluye entrevistas a Terezinha Vicente y Rita Freire, de la Rede Mulher e Mídia; Jacira Melo, directora del Instituto Patrícia Galvâo; Iris Miranda, psicóloga y activistas, y Melissa Miranda, periodista y activista.

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10 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

Una conversación con

Nazanin Armanian y Santiago Alba Rico

“Se creyó que bastaba con invertir lo contado por los medios hegemónicos para obtener la verdad”

El conflicto en Siria ha dejado totalmente al descubierto los vacíos y diferencias en la izquierda y la fragilidad del trabajo de los medios de comunicación alternativos. Nazanin Armanian, iraní refugiada en Barcelona desde 1983, coautora de libros como “Irán: la revolución constante” (Flor del Viento, 2012), y Santiago Alba Rico, residente en Túnez desde 1998 y que acaba de publicar “¿Podemos seguir siendo de izquierdas? Panfleto en sí menor” (Pol.len) comparten habernos acercado, a través de cientos de artículos, realidades distantes y complejas como las de Siria, Irán, Egipto o Túnez. Comparten, también, el haber recibido incontables críticas por algunos de estos artículos, en especial por algunas de las ideas que expresaron sobre Libia, Siria y las intervenciones militares (realizada y posible, respectivamente) de EEUU sobre estos países. En esta entrevista abordamos estas cuestiones, el alcance de las revueltas árabes, la propaganda imperialista, los clichés y la información sobre zonas de conflicto.

Andrea Gago Menor*

santiago aLba riCo y nazanin armanian. biLbao, Febrero de 2014. FotograFías andrea gago menor.

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 11

Nazanin Armanian y Santiago Alba Rico n ENTREVISTA

O currió con Libia y volvió a ocurrir con Siria. ¿Será po-sible superar la brecha que

han provocado entre la izquierda los distintos enfoques sobre el con-flicto en Siria?- Santiago: No va a depender de que las izquierdas nos pongamos de acuerdo, va a depender de que haya proyectos apoyados por las pobla-ciones que nos obliguen a disminuir esas brechas en el Estado español y el mundo árabe. Hay un problema con la izquierda global que tiene que ver con el distanciamiento de las poblaciones, digamos que por razones históricas (algunas verdaderamente injustas, porque las izquierdas han sufrido toda clase de represión, de censura y de persecuciones), pero también por errores. Hay un alejamiento de la ca-lle, de movimientos sociales que no se reconocen en una tradición, en un pa-trimonio que tenemos que conservar. En la situación de crisis global, eco-nómica pero también civilizacional, de valores, la izquierda debería tratar de suturar su relación con las pobla-ciones, dejar de pelearse y recuperar grandes principios sin los cuales no vamos a conseguir interpelar a estas mayorías sociales.

- Nazanin: Creo que la propia rea-lidad siria pondrá en su sitio a todas esas izquierdas fragmentadas. Llevará tiempo, porque hay mucha mentira mediática, porque la gente no sabe si Bashar Al Assad está torturando a la gente o no. Es curioso que la gente de izquierdas piense que un régimen dictatorial que ha estado cuarenta, cincuenta años en el poder de forma tan brutal, toda la familia, no torture. Más que una crisis sobre Siria es una crisis de la izquierda, que ha perdido los parámetros de análisis social. Ha dividido el mundo entre buenos y ma-los. Los malos son los imperialistas, pero en muchas cosas Estados Uni-dos es mejor que los talibanes. Como sociedad, no como imperialista que invade Afganistán. En Estados Uni-dos existen las ejecuciones, pero no tantas como en Irán o Siria, y aún así los llamamos más reaccionarios que esos regímenes. Hay un problema en la izquierda europea y en la latinoa-mericana que no hay en la izquierda de Oriente Medio, donde estas cosas se manejan más o menos bien. Hay

otro factor, y es que nuestra opinión, desde afuera, no va afectar a la suerte de la población siria. Es un debate que tenemos que resolver entre nosotros, y más que nada por nosotros mismos.

- Veo difícil que la izquierda haga ahora mismo estos ejercicios.- S. Hay tres ejes en torno a los cua-les se construye cualquier proyecto: la fuerza, la información y los principios. En cuanto a las relaciones de fuerza estamos claramente en inferioridad de condiciones. Pero lo malo es cuando estando en inferioridad de condicio-nes de fuerza de alguna manera se produce una renuncia a estar bien in-formados, y también a los principios. Estoy de acuerdo con lo que ha dicho Nazanin. Primero, hay que entender que podemos influir muy poco en esa realidad. Es tan asurdo que me acusen de haber justificado no sé qué bombar-deos como atribuirse un mérito en el curso de los acontecimientos si es que Estados Unidos sale debilitado. Nos quedan la información y los principios y, si renunciamos a esos dos campos, como hace un sector de la izquier-da que prefiere aplicar un esquema a saber lo que está ocurriendo realmen-te, por una combinación de pereza y dogmatismo, va a ser todo muy difícil.

- Durante un tiempo se habló en todos los medios, de todas las ideo-logías, de las primaveras árabes. Ahora parece que el término se está rechazando. ¿Qué opináis? - S. Como fue una etiqueta mediá-tica escogida en un momento dado por quienes construyen la opinión

“Lo malo es cuando estando en inferioridad de condiciones de fuerza de alguna manera se produce una renuncia a estar bien informados, y también a los principios

pública, en cuanto la realidad no se ajusta a ese cliché se inventa otro. De las “primaveras árabes” al “invierno islamista”, que es una fórmula que se ha consagrado también. Quienes llevamos tiempo estudiando esa zona del mundo desde el compromiso sa-bíamos que no eran “primaveras”. Los medios necesitan narraciones y éstas son simplificaciones. No es que no sean necesarias, lo que pasa es que, cuando quienes narran tienen intere-ses, comerciales o geoestratégicos, las etiquetas acaban convirtiéndose en epítetos. Sabíamos que eran procesos de larga duración en lugares donde no había condiciones para revoluciones socialistas, con transformaciones de la estructura económica. Hay quienes, después de haber proyectado clichés islamofóbicos, de pronto descubren un mundo desconocido e invertido respecto al primero, descubren que hay dictaduras pero también ansias de libertad, blogueros jóvenes alternati-vos… Todos esos actores en los que Occidente se puede reconocer. Cuan-do eso se convierte en un gobierno is-lamista, hay golpes de Estado, guerras civiles… todo ese entusiasmo resulta vergonzante y se formulan nuevos clichés, también desde la izquierda. Hubo procesos a veces muy duros, otros más pacíficos, pero siempre con alto coste de vidas, podemos discutir mucho si son revoluciones populares.

- N. La prensa occidental se sor-prendió pensando que esa gente había despertado de un sueño muy largo. No es verdad, pues en la mayoría de esos países ya se habían producido movi-mientos puntuales. La Primavera de Damasco del 2000 fue duramente aplastada. No fue primavera árabe, ni en su momento ni en la consecuencia, si queremos pensar que provocó un cambio radical, profundo, estructural, en los países musulmanes. Para occi-dente un cambio son unas elecciones cada cuatro años y que el sistema po-lítico y económico quede intacto: una fachada democrática ya es una prima-vera. Pero no ha habido ni esto. La mayoría de estos países han ido hacia una guerra civil o intervenciones ex-tranjeras. Son la misma élite contro-lando todo.

- S. Disiento un poco. Es verdad que no ha habido cambios estructu-rales, pero eso no es suficiente para

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12 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

“Para occidente un cambio son unas elecciones cada cuatro años y que el sistema político y económico quede intacto: una fachada democrática ya es una primavera

ENTREVISTA

eliminar el término revolución. Hubo movimientos en todas partes, sofoca-dos, pequeños. Ha habido un desper-tar de conciencias y un depósito de memoria que no podemos desestimar.

- N. Una revolución tiene éxito cuando hay un cambio estructural. Pero sí ha habido este despertar, lo que es un proceso irreversible. En Irán fue un movimiento popular. Se adueñó la burguesía de él, pero el pueblo iraní ya no será lo mismo: después de treinta y pico años el régimen no lo puede do-mesticar. Este despertar acerca de que tenemos derecho sobre nuestro petró-leo, por ejemplo, es irreversible. Les pueden aplastar, pero ya es imposible devolver a estas masas a los rincones de las cocinas, sobre todo a las mujeres. Podrán conseguir o no sus derechos, depende del equilibrio de fuerzas, pero éstas cambian, nada es definitivo.

- Los medios alternativos han refle-jado la brecha de la que hablába-mos antes en la izquierda. ¿Cómo creéis que han abordado el tema de Siria?- N. La política exterior de España tanto del Partido Socialista como del Partido Popular es la de Bruselas y la OTAN. En la izquierda hay per-sonas, como hemos comentado, que se ponen del lado de Al Assad. A mí me han llamado “agente del imperia-lismo” por llamar al régimen de Al Assad así, “régimen”. Tampoco voy a defender a Gadaffi; voy a defen-der que haya habido una esperanza de vida de 74 años, la mayor de toda África, que haya habido enseñanza

la izquierda latinoamericana. Quiero apuntar que en Rebelión, uno de los diarios referentes para la izquierda la-tina y española, se nota un cambio, y lo celebro, porque es una fuente im-portante de información.

- S. Transmitiré a los ex compañe-ros de Rebelión tu opinión, les anima-rá mucho. Unos les acusan de ser trai-dores y otros de ser pro régimen sirio.

- N. ¡Pero somos analistas!- S. Creo que es otro de los efec-

tos colaterales negativos de las llama-das revueltas o revoluciones árabes. Antes de que empezaran teníamos algunos medios contra hegemónicos, algunos comerciales, algunos alterna-tivos, que parecían que estaban cons-truyendo otro marco de credibilidad. Después de, sobre todo, la invasión de Irak, a partir de las mentiras de Bush y de la cobertura mediática, quebró el marco de credibilidad de los grandes medios a los ojos de la opinión pú-blica europea y latinoamericana. Ese marco hundido fue aprovechado por otros medios: unos que ya estaban en funcionamiento, otros que se crearon.

Teníamos, por un lado, a dos me-dios grandes, poderosos, económica-mente potentes, Al Jazeera y TeleSUR, y, por otro, a los medios alternativos en internet. Con las revoluciones ára-bes y la brecha de la izquierda, todos esos medios que de alguna manera ha-bían empezado a dibujar una alterna-tiva se han venido abajo, ha quebrado ese modelo. Al Jazeera se convertía en un peón claro de Qatar y TeleSUR de los intereses geoestratégicos de Venezuela, para defender a Al Assad, al régimen iraní o a Gadaffi. Los me-dios alternativos se enfrentaron a un problema, y es que habían construido su credibilidad en oposición a los he-gemónicos. Sin medios para producir información, se creyó que bastaba con invertir lo contado por los medios hegemónicos para obtener la verdad. Pero el poder, cuando no tiene una mentira mejor, utiliza la verdad.

Todo esto ha ido acompañado de una quiebra de principios. Hemos siempre denunciado las mentiras, el doble rasero y las manipulaciones, y sólo hemos sabido responder de la misma forma. Medios como Russia Today o Hispan TV están legitimando las mentiras de la izquierda. Consul-tan a personas que tienen una cierta autoridad y que encuentran un hueco informativo para un discurso sensato. Pero cuando tú, con un discurso sen-sato, estás legitimando una política informativa que en la cuestión de Si-ria se alimenta de los noticiarios del régimen... No voy a creer lo que cuen-tan los medios hegemónicos, pero tampoco lo que cuenta una dictadura, porque todas las dictaduras mienten. Si hay una dictadura, hay tortura; si hay dictadura, hay mentira.

- ¿Cómo nos informamos?- S. Hay que fiarse de los pocos pe-riodistas que conocemos, de quienes conocemos su trayectoria, su trabajo, que son comprometidos y que están produciendo información sobre el te-rreno.

- ¿La publiquen donde la publi-quen, aunque no sea la línea gene-ral del medio?- S. Sí, la publiquen donde la publi-quen. Hay que tener referentes indivi-

y sanidad gratuitas, pero por eso no voy a llamarlo régimen democrático. Ha sido una dictadura. Por decir estas cosas me pusieron a parir en la red, me expulsaron de la publicación Ojos por la Paz. Sobre Siria existe la mis-ma postura. “¿Cómo puedes llamar a la República siria, régimen sirio?” Para mí lo es, igual que el régimen de Obama. Es un grupo cerrado de poder total. Es un problema que comparte

nazanin armanian. biLbao. FotograFía agm.

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 13

*Andrea Gago Menor edita Pueblos-Revista de Información y Debate.

Nazanin Armanian y Santiago Alba Rico n ENTREVISTA

“Los medios alternativos se enfrentaron a un problema, y es que habían construido

su credibilidad en oposición a los hegemónicos

duales. El problema es que ha quebra-do un modelo, el modelo ilustrado que unía transparencia, espacio público y verdad. Esto lo ha minado el capita-lismo, lo ha hecho imposible, aunque debamos defenderlo. Pero, como esa ecuación era imposible, parecía que la verdadera era la contraria. Cuanto más se cuchichea una noticia, cuanto menos se cita o se publica, cuanto más en la oscuridad germina... más verda-dera nos parece. Estábamos creyendo cosas absolutamente absurdas e in-sólitas, porque hay un link que no se sabe quién ha creado sobre cualquier barbaridad.

- Una de las cosas que afectan a los medios alternativos, además de la falta de tiempo y recursos, es la ve-locidad de internet. Las tecnologías obligan a trabajar muy rápido, las redes sociales obligan a opinar con-tinuamente. ¿Cómo influye esto en el análisis de la información?- N. Si no conocemos la situación de un país concreto no podemos opinar. De Siria no me fío de las informacio-nes. De Irán hablo porque lo conozco, leo en su propio idioma de todas las corrientes del régimen, de la oposi-ción. No sólo sigo lo que dice Petras en Estados Unidos... ¡La principal fuente de información del régimen de Irán es un señor norteamericano que no sabe persa, que no tiene ni idea! Él es referente, llama al régimen de Irán antiimperialista...

- S. Hace falta una labor de co-secha, de recolección minuciosa. Un análisis completo son horas de traba-jo, de investigación. El problema, en efecto, es que el tiempo de internet es incompatible con el tiempo del análi-sis. El tiempo cerebral, el del pensa-miento, es el de la sucesión, y el tiem-po de internet es el de la inmediatez. La actualidad pura borra la historia, los procesos. No sólo tenemos que estar informados al minuto de lo que está ocurriendo en todos los escena-rios, sino que se nos exige que respon-damos al minuto. La realidad es muy cambiante, hay que trabajar mucho, estar muy pendiente, pero también te-ner cuidado de no responder a esta in-terpelación de inmediatez, que puede llevar a la ruina.

- N. Nosotros no pintamos nada, pero… esa persona que tiene que de-cidir si mandar un ejército… Es una ruina.

- S. En el Pentágono hacen pro-yectos a más largo plazo, planes, tie-nen sus informantes sobre el terreno. En este sentido, deberíamos hacer un poco eso, porque de otra manera nunca tendremos los datos para poder determinar con un mínimo de lucidez y sentido común. El tiempo que lla-man “real” es el más irreal de todos. La noticia del triunfo de la revolución francesa, del derribo de la Bastilla, tardó tres meses en llegar a Haití, don-de estaba empezando una revolución. Ahora hay una saturación que exige una reducción de los formatos, que es precisamente el ritmo de la publi-cidad. La publicidad ha suplantado al análisis de la información, y creo que desde la izquierda deberíamos resis-tirnos un poco a eso.

- N. Sí, menos reacciones inmedia-tas, exponer las distintas opiniones. El

gunda Guerra del Golfo, en 1991, he vivido en Túnez la revolución y he es-tado en otros países en conflicto. Para entender por qué los medios hegemó-nicos manipulan o mienten, a veces no hace falta atribuirlo a malas intencio-nes de grupos que se reúnen en la os-curidad. A veces tiene que ver con que no investiga ningún periodista, con el modelo precario de trabajo. Es impo-sible pensar ahora en periodistas como Kapuściński, vinculado a un medio y que casi siempre iba con protección. Ahora es un “sálvese quien pueda”. Hay un montón de periodistas con mu-chas ganas de hacer cosas que van a una zona de guerra sin un chaleco, les pagan 90 euros por jugarse la vida... Y estamos hablando de grandes medios.

Y, claro, ¿qué hacen? Hay un tipo en Tailandia cubriendo protestas sin saber la lengua del país. Luego lo mandan a Túnez sin saber ni árabe ni francés. Cuando llega recibe la lista de contactos de quien sale para Pakis-tán. Todos esos periodistas que están diez días en un país se ponen en con-tacto con las mismas personas. Nada tiene de raro que al final las versiones se parezcan mucho, porque todos tra-bajan en condiciones muy parecidas: sin conocimiento del terreno, sin co-nocimiento del idioma y manejando listas que han heredado.

- N. Sí, y hay otro factor, que es que tienes que tener formación políti-ca para ser buen periodista.q

debate sobre Siria ha ayudado a que veamos que entre nosotros tenemos unos conflictos ideológicos, políticos. Quienes sean inteligentes dirán “tene-mos este problema, ¿de dónde viene?, ¿cómo podemos solucionarlo?” Esto nos ayudará para otras ocasiones.

- A veces también parece que sólo podemos creer a la reportera o re-portero que va a la zona en conflic-to, que quizás hace cuatro cosas... y que vuelve, en ocasiones, como si ya hubiese entendido todo. ¿Qué ocurre con el periodismo sobre las zonas en conflicto?- S. Yo viví en Egipto durante la se-

santiago aLba riCo. biLbao. FotograFía agm.

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14 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

MIRADAS n Posibilidades y límites del activismo en internet

Carlos Capote Pérez-Andreu*

Hasta el año pasado, hablar de espionaje era algo de frikis. El espacio que ocupaba la privacidad en nuestras conversaciones era equiparable al que ocupa la sensatez en las conversaciones sobre política y, si acaso llegábamos a mencionar el tema, era para hacer alguna broma. Quizá, hablábamos sobre Fa-cebook y alguien decía: “¡Os acordáis de cuando aún existía la privacidad!” Acto seguido, subíamos una galería completa de fotos a la red social.

Un fantasma recorre Internet

de unas máquinas, las SORM boxes1, para recibir copia de prácticamente todas las comunicaciones digitales que pasan por el país. Al parecer, la NSA había llegado a un acuerdo pare-cido con la empresa de comunicacio-nes AT&T.

¿Cómo es posible que la NSA, o la FSB, tengan acceso a todas esas con-versaciones de forma masiva? ¿No deberían tener una orden judicial para intervenir una comunicación? Una excusa bastante cutre les está bastan-do: que lo que están haciendo “no es intervenir” nuestras comunicaciones sino “recibir copia de ellas y almace-narlas”. No es de extrañar el comen-tario del exdirector de la NSA, Mike McConnell: “Podemos no saber si algo está en nuestra base de datos has-ta que tenemos motivo para ir a con-sultarla”2. Es probable que sea cierto.

Pero, ¿qué pasaría si un gobierno hubiese pedido a su servicio postal de correos una copia de cada carta enviada a, por ejemplo, Amnistía Internacional?

En países como India, en los que no es tan común tener un ordenador en casa, se aplican métodos muy pa-

Hasta ese momento, lo que sa-bíamos de la NSA era que recababa información de interés para Estados Unidos sobre el resto del mundo. Ahora sabemos que han llegado a in-tervenir el teléfono de Ángela Merkel, que han tenido acceso a registros de más de 60 millones de llamadas tele-fónicas en España o que tienen puer-tas traseras para acceder a un sinfín de información en las redes sociales más populares.

Mientras tanto, los frikis, esa gente que lleva años hablando sobre privacidad, esperan su turno para po-ner unas cuantas cartas más sobre la mesa. Y es que ahora parece que sólo nos espía la NSA, pero ni la NSA es la única agencia de espionaje que debe preocuparnos, ni deben preocuparnos sólo las agencias de espionaje.

todos esos oJosEl Servicio de Seguridad Federal (FSB) ruso tiene poco que envidiar a su homóloga estadounidense. Exige a las empresas de telecomunicaciones que operan en Rusia la instalación

“Saben mucho de nosotros”. Eso siempre lo hemos sabi-do, pero, hasta hace poco, no

teníamos muy claro ni quiénes sa-bían tanto, ni qué sabían. Quizá, por eso el tema nos preocupaba tan poco y hemos barrido tanto tiempo bajo la alfombra. No conocíamos lo suficien-te el problema como para dedicarle energías a tratar de afrontarlo. Ade-más, tampoco teníamos mucha idea de cómo solucionarlo. Y la alfombra daba mucho de sí.

Llegó el 20 de mayo de 2013 y todo empezó a cambiar. Ese día, Ed-ward Snowden había quedado en Hong Kong con Glenn Greenwald y Laura Poitras para entregarles un montón de documentación confiden-cial sobre espionaje. Snowden traba-jaba como administrador de sistemas de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense y por ello tenía un montón de información sobre cómo y a quién espía la NSA. Gran parte de esa información revelaba formas ile-gales y masivas de espionaje. Snow-den creyó que el mundo debía saberlo.

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 15

MIRADAS

“Por fin, hemos entendido que no acabaremos con el

hambre y la desigualdad hasta que los pueblos

decidan sobre sus políticas agrarias, sobre quién posee sus tierras

o sobre sus métodos de producción. En el mundo

digital pasa lo mismo

desde donde estés hasta tu casa o tu trabajo... ¡sin que nunca le hayas di-cho a Google dónde vives o trabajas!

Pero el enemigo, muchas veces, está más cerca. A veces, son empresas privadas las que espían a movimien-tos sociales en Brasil5. Otras veces, es alguien que hackea a centenares de vecinos para espiarlos a través de sus webcams6. En el peor de los casos, es un narcotraficante el que ofrece unos 35.000 euros por cualquier información que ayude a identificar a un activista7.

PrivaCidad Como dereCho humanoHay una idea que no suele estar pre-sente en nuestras conversaciones so-bre privacidad y que creo decisiva: la privacidad es un derecho humano. La propia Declaración Universal, re-conoce, en el artículo 12, que: “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su do-micilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación.”

recidos de espionaje basados en la alta penetración de la telefonía móvil, o del generalizado uso de los ciberca-fés3. Las formas de espionaje se adap-tan a las circunstancias. En Etiopía, el gobierno utiliza el software FinSpy para infectar los ordenadores perso-nales de sus adversarios políticos, teniendo acceso, entre otras cosas, a grabaciones de todas sus conversacio-nes vía Skype4.

Pero los gobiernos no son los únicos que deben preocuparnos. Hay empresas que tienen, quizá, más in-formación sobre nosotros que la NSA o la FSB. Google, o Facebook, tienen acceso a muchas de nuestras conver-saciones más privadas, correos elec-trónicos, aficiones, a detalles sobre nuestras compras on-line o a qué ha-cemos los fines de semana. Una de las cosas más escalofriantes que puedes hacer, si usas un teléfono Android, es instalar Google Now. Sólo con ello, Google es capaz de decirte cómo ir

De hecho, la protección jurídica de la correspondencia era, hasta hace poco, incuestionable.

La Constitución Española vigente asegura en el artículo 18.3 que: “Se garantiza el secreto de las comuni-caciones y, en especial, de las posta-les, telegráficas y telefónicas (...)”. El mismo derecho aparecía ya reconoci-do, con una redacción aún más acerta-da, en el artículo 32 de la Constitución Española de 1931: “Queda garantiza-da la inviolabilidad de la correspon-dencia en todas sus formas (...)”

Quizás deberíamos empezar a plan-tearnos por qué motivo ha sido el dere-cho a la privacidad reconocido durante tanto tiempo y qué ha cambiado. Aun-que no tengo una respuesta definitiva, parece que tiene que ver con las ga-rantías necesarias para vivir en una so-ciedad abierta, una sociedad en la que, entre otras cosas, la gente puede aso-ciarse y reunirse libremente. Sin em-bargo, poca libertad de reunión existe si alguien puede colarse en tus oficinas o escuchar secretamente tus reuniones.

Algunas de las filtraciones de Snowden revelaron que la NSA esta-ba muy interesada no sólo en el conte-nido de nuestras conversaciones, sino también en los metadatos asociados, es decir, en la información sobre qué personas se estaban comunicando, cuándo, a través de qué dispositivos o dónde estaba cada uno de ellos mien-tras hablaban. Cuando se tiene accesoiñaki Landa.

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16 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

MIRADAS n Posibilidades y límites del activismo en internet

*Carlos Capote Pérez-Andreu (Capo) forma parte de Masticable y trabaja gestionando proyectos

informáticos en Amnistía Internacional. En este artículo expresa sus propias opiniones.

“Hoy, los servicios ‘en la nube’ son tan baratos y sencillos de usar que pocas empresas se plantean seriamente las consecuencias de utilizarlos sobre la custodia de sus propios datos.

a este tipo de información de manera masiva, el asunto entra en el ámbito de la seguridad nacional. Imagina la información a la que tienen acceso Facebook y Google sobre los milita-res españoles: saben quiénes son sus familiares, sus amistades, dónde tra-bajan, dónde duermen, dónde están ahora mismo. La importancia de la privacidad y la seguridad de las co-municaciones no es debatible.

Causa soberanaA veces son necesarios nuevos dis-cursos para que los debates avancen. Ya no se habla de dar de comer al po-bre, ni de darle una caña y enseñarle a pescar. Desde que entendimos que “el problema del hambre” tenía sus raíces en una cuestión de poderes, creamos un concepto más adecuado: soberanía alimentaria. No ponemos el foco en la consecuencia, la cuestión no está tanto en quién pasa hambre sino en por qué. Por fin, hemos entendido que no acabaremos con el hambre y la desigualdad hasta que los pueblos de-cidan sobre sus políticas agrarias, so-bre quién posee sus tierras o sobre sus métodos de producción. En el mundo digital pasa lo mismo.

Incluso los discursos más críticos sobre vigilancia suelen quedarse en la superficie. En el mejor de los casos, llegan a mencionarse sus consecuen-cias más desagradables, como la situa-ción de vulnerabilidad que se genera para activistas, defensores y defenso-ras de derechos humanos, periodistas, o para cualquiera que, en algún mo-mento, pueda llegar a estar en el punto de mira del poder de turno. También se habla de los motivos de quienes pueden estar interesados en espiarnos. Las empresas quieren saberlo todo: cuánto dinero tenemos, quiénes son

nuestros amigos y si gastamos dine-ro con ellos, dónde vivimos, o hace cuánto tiempo que compramos nues-tra lavadora. Los gobiernos quieren saber entre qué cuestiones se debaten quienes no tienen claro a quién votar, saber quiénes convocan las protestas, participan, critican al gobierno en re-des sociales, o qué detalle escabroso utilizar sobre la vida de cualquiera de sus adversarios. Se habla de la vigi-lancia, de cómo nos vigilan, de los motivos de la vigilancia y hasta de sus peores consecuencias, pero no se habla mucho de sus causas. Se habla poco de soberanía digital.

La tendencia natural, en lo que a tecnologías se refiere, es a dejar el con-trol en manos de unas pocas personas. Para quien se apaña un poco con las tecnologías, suele ser más cómodo re-solver un problema a alguien que en-señarle; para quien no se apaña mucho, requiere mucho menos esfuerzo pedir que le resuelvan un problema que in-tentarlo. Pero no afecta sólo a las perso-nas físicas. En muchas empresas, hasta hace unos pocos años, el simple hecho de sacar físicamente un documento

de las oficinas era motivo de despido. Hoy, los servicios “en la nube” son tan baratos y sencillos de usar que pocas empresas se plantean seriamente las consecuencias de utilizarlos sobre la custodia de sus propios datos.

Pero, si la información es poder, distribuir el conocimiento es empode-rar. “Alguna gente ha hecho la elec-ción de trabajar en sistemas que per-miten a la gente ser libre”8, afirmaba Jacob Appelbaum, uno de los desarro-lladores de Tor9, una herramienta que ayuda a navegar por Internet sin dejar rastros, sin que nuestro proveedor de Internet sepa qué páginas hemos visi-tado y sin que los administradores de esas páginas web sepan que hemos sido nosotros quienes las hemos vi-sitado. Herramientas que prometan cosas parecidas hay muchas, pero que sean libres y que la propia NSA haya reconocido que se le resiste, sólo Tor.

¿Qué quiere decir que Tor sea “libre”? La informática es, en cierto modo, como la repostería. Si conoces la receta, puedes hacer bollos. Si te gusta un bollo pero no tienes la re-ceta, dependes de quien sí la tenga. Si quieres más bollos, se los tendrás que pedir y tendrás que pagarlos. Además, tendrás que fiarte de que la información sobre cómo están hechos sea cierta. En el mundo de los progra-mas informáticos, tener que fiarte de quien desarrolla un programa es un problema serio. Microsoft Word, en teoría, es un programa para editar do-cumentos. Pero, ¿y si abre una puerta trasera10 para que Microsoft, o el FBI, puedan conectarse a tu ordenador?

No hay mejor consejo para luchar contra la vigilancia (y, de paso, redu-cir las desigualdades tecnológicas) que el de usar software libre. Quizá, en un futuro no muy lejano, nuestra época sea recordada como ese periodo inicial de la era digital en el que todo era tan inseguro y la privacidad de las comunicaciones había casi desapare-cido. Un fantasma recorre Internet, el fantasma cypherpunk11.q

1 “Russia’s Surveillance State”, por Andrei Soldatov, durante el 29º Chaos Communication Congress [29c3].2 “Everything we know about NSA spying”, por Kurt Opsahl, durante el 30º Chaos Communication Congress [30c3].3 “India’s Surveillance State”, por Maria Xynou, durante el 30º Chaos Communication Congress [30c3].4 “American Sues Ethiopian Government for Spyware Infection”, caso de la Electronic Frontier Foundation.5 Ortiz, Fabíola: “Movimientos sociales espiados por empresas privadas en Brasil”. Ver en periodismohumano.com,

27/02/2014.6 ABC, 02/05/2013.7 “México: Narco ofrece recompensa por un tuitero de Tamaulipas”, febrero de 2013. Ver en www.fayerwayer.com.8 “Not My Department”, por Jacob Appelbaum, durante el 29º Chaos Communication Congress [29c3].9 www.torproject.org.10 Hay sospechas de que Microsoft incluye puertas traseras para la NSA que datan del año 1999 (caso NSAKEY).11 Cypherpunks, activistas que abogan por el uso generalizado de la criptografía como una vía para el cambio pro-

gresivo en el manejo de la información en Internet.

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 17

MIRADAS

Alejandro Touriño*

Cuando salir de Internet se convierte en una pesadilla

Imagínese que, por el motivo que sea, una mañana se levanta, se dirige a la calle y, para su disgusto, todos los sujetos con los que se topa conocen algo de usted que usted jamás hubiese querido compartir con ellos. Imagínese además que este secreto que usted no había querido compartir no solamente ha sido hecho público, sino que además le perseguirá allá donde vaya, siendo conocido por todas y todas incluso más allá de su propia muerte. Ese secreto le privará de un puesto de trabajo digno, de su honra, de su tranquilidad, de su paz espiritual, pero tambiénde las de su familia.

D ecía el refrán español que no hay mal que cien años dure. Ese refrán, como un signo más

de los tiempos, ha sido tumbado sin escrúpulos por los motores de bús-queda de Internet. Si algo han dado Google y compañía a la causa de la vida es precisamente eso, memoria. La información siempre ha existido, pero su acceso y localización nunca habían sido tan rápidos y sencillos como en la actualidad. Permítanme el símil: Google es el nuevo Archivo de Indias, la hemeroteca a la que todos acceden y de la que, por el momento, nadie puede escapar.

Ese fue precisamente el caso de un sujeto, Mario Costeja, quien a princi-pios de 1998 observó cómo el diario La Vanguardia publicaba en su edi-ción impresa primero, y en la digital después, dos anuncios relativos a una subasta de inmuebles relacionada con un embargo derivado de deudas a la Seguridad Social.

Ante estos hechos, en noviembre de 2009, más de diez años después de que el embargo se trabase, esta perso-na se puso en contacto con la empre-sa editora del periódico alertando de que, cuando introducía su nombre y apellidos en el motor de búsqueda de Google, aparecía una referencia que enlazaba con las páginas del periódico que incluían los referidos anuncios. Alegó el afectado para ello que el em-bargo estaba solucionado y resuelto desde hacía años y carecía de relevan-cia en aquel momento. Es decir, que el carácter noticiable de la información

carecía de relevancia y que la pervi-vencia de la noticia en el entorno de Internet le estaba causando un mal innecesario. La editorial le respondió que no procedía la cancelación de sus datos, dado que la publicación era ve-raz y se había realizado en su debido momento por orden del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales español, sin que concurriesen circunstancias que justificasen su retirada.

Ante la negativa del diario, que amparaba su publicación en el dere-cho a informar consagrado en el artí-culo 20 de la Constitución Española, en febrero de 2010, el afectado remi-tió un escrito a la filial española de la multinacional Google solicitando que al introducir su nombre y apellidos en su motor de búsqueda no aparecieran en los resultados de búsqueda enlaces a ese periódico. La filial española de Google se lavó las manos en el asunto y remitió al afectado a su matriz en Estados Unidos, por entender que es ésta la empresa que presta el servicio de búsqueda en internet y no la filial española, centrada en la comercializa-ción de publicidad para sus servicios.

Ante la imposibilidad de este su-jeto de limpiar su mácula del famoso buscador, decidió acudir a la Agencia Española de Protección de Datos e instar una acción frente a, por un lado, la empresa que edita y divulga el dia-rio La Vanguardia y, por otro, frente a la propia empresa Google. Anali-zado el correspondiente expediente, la Agencia Española de Protección de Datos decidió estimar la recla-

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de Internet operados desde fuera de la Unión Europea; y, de otro, si un buscador está obligado a eliminar los contenidos que, aun ciertos, no son del gusto del afectado.

Es importante conocer que el Tribunal de Justicia de la Unión no resuelve el litigio nacional, y es el tribunal nacional (en este caso, la Au-diencia Nacional) quien debe resol-ver el litigio atendiendo a la decisión del Tribunal de Justicia. Como puede imaginarse, no se conoce el caso de ningún tribunal nacional que haya pedido auxilio a su mayor para luego desoír su recomendación.

Pero la cuestión es que el Derecho de la Unión hace al Tribunal de Justi-cia acudir a su vez al abogado general para que se pronuncie acerca de las cuestiones planteadas. Es decir, que pasándose la patata caliente unos a otros, ésta llega finalmente al abogado general, que ha de proponer al Tribunal de Justicia, con absoluta independen-cia, una solución jurídica al asunto que se le plantea. De nuevo, las conclusio-nes del abogado general no vinculan al Tribunal de Justicia. Sin embargo, el seguidismo del Tribunal de Justicia a

liente de decidir si Google está o no obligada a borrar lo que, aun siendo cierto, no es del gusto del afectado. Nacía aquí el archiconocido debate del “derecho al olvido” o “derecho al olvido digital”.

Y ante la que se le venía encima, y sabedora de que a nadie contentaría su resolución, la Audiencia Nacional decidió tirar de lo que bien podríamos denominar el comodín de la llamada. El comodín de la llamada del que la Audiencia Nacional iba a hacer uso no era otro que una figura propia del De-recho comunitario denominada “cues-tión prejudicial”. Dicha institución jurídica permite que los tribunales de los Estados de la Unión Europea, en el contexto de un litigio del que estén conociendo, pregunten al Tribunal de Justicia de la Unión acerca de, entre otros aspectos, la interpretación del Derecho comunitario.

Pues bien, las preguntas que la Audiencia Nacional elevaba a su ma-yor europeo en el marco del caso del “derecho al olvido” eran principal-mente dos. De un lado, si el Derecho europeo en materia de protección de datos es de aplicación a buscadores

mación formulada por el interesado contra Google, instándole a adoptar las medidas necesarias para retirar los datos de su buscador e imposibilitar el acceso futuro a los mismos, pero desestimó la reclamación contra La Vanguardia por entender que la publi-cación de los datos en la prensa tenía justificación legal.

Como era de esperar, Google, no satisfecha con la resolución, interpuso recurso ante la Audiencia Nacional, en el que solicitaba la nulidad de la resolución de la Agencia Española de Protección de Datos. La Audiencia Nacional se encontró con la patata ca-

”“Google es el nuevo Archivo

de Indias, la hemeroteca a la que todos acceden y de la que, por el momento, nadie puede escapar

iñaki Landa.

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 19

Posibilidades y límites del activismo en internet n MIRADAS

las conclusiones del abogado general no admiten discusión.

Así las cosas, en junio de 2013, el abogado general Niilo Jääskinen hubo de enfrentarse a las dos grandes cues-tiones que le planteaba el Tribunal de Justicia y que han marcado un antes y un después en el ya conocido como caso del “derecho al olvido digital”.

En lo que aquí interesa, se pedía al abogado general que se pronuncia-se acerca de si debe interpretarse que los derechos de supresión y bloqueo de los datos comprenden que el in-teresado pueda dirigirse frente a los buscadores para impedir la indexa-ción de la información referida a su persona, publicada en páginas web de terceros, amparándose en su voluntad de que la misma no sea conocida por las personas internautas cuando con-sidere que puede perjudicarle o desea que sea olvidada, aunque se trate de una información publicada lícitamen-te por terceros.

un dereCho que... ¿existe?En lo que al olvido digital respecta, se planteaba al abogado general la difícil cuestión de pronunciarse acerca de si el archiconocido y aclamado “derecho al olvido” existe o no como tal. Para responder a esta cuestión, recordó en sus conclusiones el abogado general que la puesta a disposición de una he-rramienta de localización de informa-ción no implica control alguno sobre el contenido incluido en páginas web de terceros. A su juicio, el proveedor de servicios de motor de búsqueda en internet, Google en este caso, no puede ni jurídicamente ni de hecho controlar el contenido obrante en páginas web alojadas en servidores de terceros.

En consecuencia, en criterio del abogado general, una autoridad nacio-nal de protección de datos no puede requerir a un proveedor de servicios de motor de búsqueda en internet que retire información de su índice. En efecto, el Derecho comunitario no establece ningún “derecho al olvido” generalizado. Por tanto, no puede in-vocarse tal derecho frente a proveedo-res de servicios de motor de búsqueda sobre la base de dicha normativa. El Derecho de la Unión reconoce a toda

persona el derecho a oponerse, en cualquier momento y por razones legí-timas propias de su situación particu-lar, a que los datos que le conciernan sean objeto de tratamiento. No obstan-te, el abogado general considera que una preferencia subjetiva por sí sola no equivale a una razón legítima y, por tanto, el Derecho comunitario no faculta a una persona para restringir o poner fin a la difusión de datos perso-nales que considere lesivos o contra-rios a sus intereses.

A juicio del abogado general, es posible que la responsabilidad secun-daria de los proveedores de servicio de motor de búsqueda con arreglo al De-recho nacional implique la existencia de deberes que exijan bloquear el acce-so a páginas web de terceros con con-tenidos ilegales, como las páginas web que vulneran derechos de propiedad intelectual o que muestran informa-ción injuriosa o delictiva. En cambio, solicitar a los proveedores de servicios de motor de búsqueda que eliminen información legítima y legal que se ha hecho pública traería consigo una inje-rencia en la libertad de expresión del editor de la página web. En su opinión, dicho comportamiento equivaldría a una censura del contenido publicado realizada por un particular.

En definitiva, y sin perjuicio de que resta un largo camino de vuelta hasta que la Audiencia Nacional dic-te sentencia acatando los dictados de Europa, lo cierto es que el “derecho al

olvido” no existe o, al menos, no exis-te frente a los buscadores de internet, tal y como Mario Costeja y la Agen-cia Española de Protección de Datos lo concibieron en su momento.

De esta manera, el abogado gene-ral viene a señalar un nuevo camino a los que, como este individuo, pre-tendan hacer desaparecer su rastro de Internet. La vía no es, pues, dirigirse frente a quien indexa, sino frente a quien publica. Es decir, que si es un medio de comunicación o un boletín oficial quien publica un contenido, el afectado habrá de dirigirse a quien lo ha publicado y no a quien lo ha in-dexado, solicitando a aquel que elimi-ne el contenido o bien imposibilite el acceso al mismo por ser el este vulne-rador de sus derechos. En definitiva, el derecho al olvido ha nacido muerto. Ya lo dijo Borges, “si hay algo que no existe, es el olvido”.

De las enseñanzas del abogado general de la Unión Europea hemos aprendido que el sujeto que vea sus derechos afectados como consecuen-cia de la publicación de información o datos de su persona en internet ha-brá de dirigirse directamente a quien publica dichos datos o información, y sólo en el caso de que dicha informa-ción efectivamente vulnere de algún modo sus derechos se verá facultado el individuo a exigir legítimamente su retirada o bloqueo. El derecho al olvido nació muerto. No nos esforce-mos en resucitarlo. Otros caminos son posibles.q

“Solicitar a los proveedores de servicios de motor de búsqueda que eliminen información legítima y legal que se ha hecho pública traería consigo una injerencia en la libertad de expresión del editorde la página web

*Alejandro Touriño es socio de Information Technology de ECIJA y autor del libro El derecho al olvido y a la

intimidad en Internet, publicado por Editorial Catarata (www.catarata.org).

”“El derecho al olvido ha

nacido muerto. Ya lo dijo Borges, ‘si hay algo que no existe, es el olvido’

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20 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

ni caja mágica ni quimera

La tecnología para los movimientos sociales:

En los últimos tiempos la relación entre tecnología y cambio social se ha intensificado hasta niveles inimaginables. Si alguien nos hubiera interrogado en nuestra más tierna infancia sobre predicciones apocalípticas de ciencia ficción para el siglo XXI nunca hubiéramos acertado. Basta con ver las películas del género de aquella época (lo llaman “paleofuturismo”), que siempre trataban de pesadillas de control autoritario, cyborgs resplandecientes y paisajes postnucleares devastados.

Igor Sádaba*

U n sano ejercicio de recuerdo colectivo nos conduciría a la conclusión de que el chamanis-

mo político y las fantasías proféticas aciertan muy pocas veces. Es más, a mi memoria llegan los ecos de los pri-meros libros críticos que se escribie-ron sobre la red y lo digital en la déca-da de 1990, en los que se postulaba un internet abocado a la banca electróni-ca y el negocio capitalista salvaje, los panópticos virtuales omnipresentes y donde cualquier atisbo de actividad ciudadana o popular sería desintegra-do y aniquilado en segundos. La rea-lidad se ha encargado de poner en su sitio las cosas y sorprendernos nueva-mente con escenas impredecibles.

Concretamente, el vínculo estre-cho establecido entre movimientos sociales o activismo político y tec-

nologías digitales nos resulta ahora incuestionable. Cualquiera que se plantee lanzar una campaña o una movilización política debe pasar, en algún momento, por la comunicación electrónica e internet como ejes ver-tebradores, plataformas de asalto o acompañantes de lujo.

No parece posible, hoy en día, ha-cer política fuera de las redes digitales. O, al menos, no de una forma potente y eficaz. Internet y sus tecnologías afi-nes han inaugurado una nueva forma de hacer política. No es una cuestión de valorarlo, lamentarlo o celebrarlo, sino de reconocer las transiciones y cambios de escenario. El espacio di-gital es un terreno muy propicio para difusión de convocatorias, visibiliza-ción de conflictos, coordinación entre grupos e incluso construcción de teji-

do social y comunitario. La organiza-ción de la protesta y la movilización han obtenido muchas ventajas de un medio descentralizado, anónimo, glo-bal y de bajo coste.

de Las LuCesNo hace falta convencer a nadie. Por nuestro inconsciente colectivo desfi-lan una cierta cantidad de casos famo-sos o ejemplos célebres que jalonan el camino hasta el presente: la antiglo-balización y los Indymedias, el 13-M y la “noche de los móviles”, el 15-M o la primavera árabe y las redes socia-les, etc. Por no hablar de fenómenos como Wikipedia, el mundo hacker y el software libre o algunas campañas on-line muy fructíferas. Podríamos añadir que ya hemos llegado a un ni-vel de madurez técnica y experiencia

iñaki Landa.

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 21

Posibilidades y límites del activismo en internet n MIRADAS

política tal que sabemos por qué cir-cuitos pasa hoy en día la savia de la acción colectiva y los botones que hay que tocar para activar ciertos procesos movilizadores.

Una de las mejores enseñanzas, para mi gusto, es que la tecnología no es un objeto monolítico y cerrado, una caja negra misteriosa y mágica, sino un elemento social que puede alterarse, adaptarse y reutilizarse de muy diversas formas, constituyendo un mecanismo político en sí mismo. No estamos ante un fetiche ajeno del que sólo pueden pontificar ingenieros o geeks expertos, sino ante un produc-to histórico maleable del que pueden apropiarse los movimientos sociales como canal, apoyo o ariete. El coro-lario inmediato es que casi cualquier actividad técnica tendrá componentes sociales y políticos y viceversa. O, como decíamos en un viejo artículo y parafraseando una cita archiconocida, la tecnología es política por otros me-dios. Y, cabría sumarle, el fin activista justifica estos medios.

de Las sombrasAhora bien, dicho esto, que a estas al-turas de la película nos deja un poco fríos porque aporta poco, ¿qué más podemos reflexionar sin caer en la trampa de festejar dicha constatación, sin fanatizar los resultados o sin caer en la moda de inventar cansinamente todo tipo de metáforas o terminología apabullante para el nuevo contexto?

Una mirada al panorama histórico nos deja un reguero de casos donde la tecnología como herramienta política ha sido enriquecedora y contundente para los movimientos sociales pero, de forma simétrica aunque sombreada e invisible, miles de microproyectos que no pasaron de pequeñas protestas fallidas o campañas infructuosas. Por no mencionar los usos represivos, per-versamente vigilantes o adictivamente adormecedores del mismo kit técnico. Realmente, ¿tan directas, lineales o in-mediatas son las consecuencias positi-vas del arsenal digital y las herramien-tas comunicativas en relación con un cambio social justo y efectivo?

De hecho, desde hace apenas tres décadas, hemos pasado en ciertos

ámbitos políticos de una posición cla-ramente tecnófoba a sus antípodas. Ahora la tecnología se considera un bien común potencialmente transfor-mador del panorama político y parte del equipo de supervivencia de cual-quier militante que se precie.

Andrew Sullivan, por ejemplo, profetizó en un famoso artículo que la revolución sería tuiteada1, como expresión del poder transformador de

las redes digitales a partir de entonces. Este tipo de posturas podrían llegar a sobrestimar y sobredimensionar el papel de la técnica o las comunidades on-line en el campo político. Duran-te la guerra fría, tal y como recuerda Morozov, se pensaba que algunos programas de radio que emitía EEUU en territorio soviético junto con las fo-tocopiadoras para copiar literatura oc-cidental iban a erosionar y desbaratar el régimen comunista.

Hoy nos puede resultar ingenuo pensar en esos términos, pero con internet ha renacido la idea de que la tecnología, por sí misma (apps, tuits, grupos de Facebook, redes wifi, tablets, etc.), es capaz de convocar manifestaciones, generar consensos ideológicos, agregar indignaciones dispersas e incluso abatir gobiernos o incrementar la calidad democrática. No digo que esto no pueda ocurrir, solo que no parece que sea un efec-to único, necesario o fulgurante y que tampoco será el producto exclusivo de cables, chips y pantallas. Internet es muy flexible y multifacético y los resultados que produce dependen en exceso de otras variables sociales, culturales y políticas que apenas se tienen en cuenta en muchos análisis.

iñaki Landa.

“Con internet ha renacido la idea de que la tecnología,

por sí misma, es capaz de convocar manifestaciones,

generar consensos ideológicos, agregar

indignaciones dispersas e incluso abatir gobiernos

o incrementar la calidad democrática

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22 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

MIRADAS n Posibilidades y límites del activismo en internet

“Evitar el determinismo tecnológico es perentorio

para poder rescatar la potencia transformadora

real de las nuevas tecnologías en la

construcción de otro mundo posible y deseable

magia teCnoLógiCa y Contextos soCioCuLturaLesUn ejemplo de la huida urgente del determinismo tecnológico la podemos pensar desde la comparativa entre tres países mediterráneos: España, Italia y Grecia. Los tres están pasando por serios procesos de recortes y crisis de ajuste (la alargada sombra de la Troika), los tres llevan sufriendo un desencanto con la clase política pro-fesional muy patente y los tres tienen un nivel muy parecido de desarrollo tecnológico.

Sin embargo, cada uno ha genera-do una respuesta, en términos políti-cos o revuelta popular, muy diferente. Mientras en Grecia han crecido peli-grosamente grupos de extrema dere-cha (Amanecer Dorado) y un partido de izquierda (Syriza), en Italia ha sur-gido un partido liderado por un actor cómico (Beppe Grillo) y en España se desencadenó el 15-M como seña de identidad. Los factores culturales y socio-políticos fabricaron resultados finales bastante divergentes dado un mismo nivel de frustración y desarro-llo tecnológico (mismos ingredientes).

Por lo tanto, ¿Son generalizables los casos espectaculares que hemos vivido recientemente? Si fuera así, ¿por qué no brotan 15-M o primaveras árabes en todas partes? ¿O a la vez? ¿O con resultados definitivos y per-manentes? Las cualidades positivas de las redes sociales sólo se activan bajo ciertos supuestos que no son técnicos, sino socioculturales y políticos.

La cuestión es que los deslumbran-tes fuegos artificiales que acompañan la magia tecnológica pueden inducir esperanzas y anhelos muy razonables, pero no existen soluciones técnicas a problemas colectivos. Ni ecuaciones o fórmulas prodigiosas. Solo condi-ciones necesarias pero nunca suficien-tes. Lo contrario es partir de hipótesis naturalistas que piensan que la gente es ignorante/impotente y que “bien equipada” lo dejará de ser; que todo es una cuestión de encontrar últimas versiones, aplicaciones libres, cáma-ras con más píxeles, cachivaches con más batería o redes wifi abiertas.

De hecho, el viraje que han hecho muchos grupos políticos y la izquier-da en general es digno de sorpresa. De un recelo constante y una desconfian-za dogmática a un encumbramiento virtual y una obsesión emprendedora bastante llamativa. La relación entre tecnología y cambio social no deja de ser un cuadro enmarañado de apren-dizajes e historias. En él tenemos una bulliciosa amalgama de casos, ejem-plos, ideas, fuerzas y tensiones que nos conducen a un sano escepticismo crí-tico. Evitar el determinismo tecnoló-gico es perentorio para poder rescatar la potencia transformadora real de las nuevas tecnologías en la construcción de otro mundo posible y deseable.

herramientas Para un trabaJo duroDando un paso más allá me atrevería a afirmar que las nuevas tecnologías parecen facilitar cierto tipo de movili-zaciones. Los últimos tiempos nos han acostumbrado a fogonazos y flashes masivos, espasmos de protesta y coordi-naciones deslocalizadas múltiples. Pero también parece que limitan el acceso a poblaciones menos usuarias o carentes de destrezas informáticas, fuerzan la in-mediatez y no siempre dan continuidad o un esqueleto duradero a las mismas.

En el cosmos comunicativo y di-gital, la articulación y encadenamiento de tareas y maniobras activistas se ha vuelto fluida y ágil, a la vez que han crecido modos de compromiso políti-co débil basado en la simple acumu-lación mecánica de clics, retuiteos y reenvíos. Del mismo modo, no resulta

igual catapultar digitalmente movi-mientos con larga duración o bases políticas estables que nuevas movili-zaciones o protestas puntuales.

En definitiva, internet no es un nue-vo mercado donde seres autónomos se coordinan exitosamente mediante un cierto mecanismo impersonal que au-torregula sus interacciones (una mano invisible virtual que garantiza reunio-nes ideales). Más bien tiene un fuerte componente social que condiciona el hecho de que los movimientos sociales on-line puedan o no a producir bienes comunes y horizontalidad a raudales.

Lo contrario sería igual a pensar que los trending topic de Twitter son la conciencia del mundo libre. Debe-ríamos ser críticos con cualquier ge-neralización en torno a estos temas. Internet ya no puede ser comparado con periódicos, imprenta o televisión a la vista de lo ocurrido. A pesar de no ser una quimera para los movimientos sociales (ni todo es la Wikipedia per-fecta ni todos los crowdfunding con-siguen financiación), las tecnologías digitales son excelentes herramientas para el trabajo duro y artesanal del ac-tivismo del siglo XXI. q

“¿Por qué no brotan 15-M o primaveras árabes en todas partes? Las cualidades positivas de las redes sociales sólo se activan bajo ciertos supuestos que no son técnicos, sino socioculturales y políticos

”*Igor Sádaba es licenciado en Ciencias Físicas (1996) y

en Sociología (2001) y doctor en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid (2007).

Autor de, entre otros, Dominio abierto: conocimiento libre y cooperación (CBA, 2009) y Movimientos sociales

y cultura digital (coordinador con Ángel Gordo, La Catarata, 2008). Pertenece al Grupo de

Investigación UCM Cultura Digital y Movimientos Sociales (Cibersomosaguas).

1 “The Revolution will be Twittered”, The Atlantic, 13 ju-nio de 2009.

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 23

En defini-tiva, las m u j e r e s

están reinterpre-tando las tecnolo-gías como instrumentos para la organización política y como medios para la creación de nuevas comunidades feministas. El impulso de las organizaciones de mujeres y de las ciberfeministas en este ámbi-to se puede considerar de gran im-portancia, no sólo por la cantidad de iniciativas contabilizadas como por la innovación de los usos estratégi-cos y creativos que hacen los colec-tivos feministas en la red. El uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) no ayuda sólo a superar las desigualdades de género, sino que además fomenta el empode-ramiento de las mujeres a través de la creación de redes.

CiberaCtivismo Feminista 1.0Desde su nacimiento, se conside-ró un espacio de producción on-line privilegiado para las mujeres, ya que su entorno desjerarquizado permi-te producir y distribuir información sin necesidad de pasar por ninguna estructura que filtre sus propuestas. Así lo creyeron las primeras ciberfe-ministas, que consideraron de forma extremadamente optimista que las redes difusas, horizontales y flexibles propias del ciberespacio eran más afines a ciertos valores y formas de

actuar de las mujeres, estableciendo una relación íntima entre éstas y las tecnologías digitales1.

Aunque el ciberfeminismo de la segunda ola se muestra mucho más crítico y menos esencialista, las ci-berfeministas siguen creyendo en las potencialidades de actuación feminis-ta en los espacios TIC y las transfor-maciones de género a través de éstas2. Según Rossi Braidotti3, “la estrategia más efectiva para las mujeres es la de utilizar la tecnología para liberar nuestra imaginación colectiva del falo y sus valores accesorios como son el dinero, la exclusión, la dominación, la femineidad icónica y la violencia sis-tematizada”. Donna Haraway4 (1991) enuncia que no se trata de ir contra la ciencia y tecnología sino de “codificar de nuevo la inteligencia y la comu-nicación para subvertir el comanda-miento y el control”.

Así, desde los inicios de internet, el activismo feminista en la red o ci-berfeminismo se sitúa como motor de desarrollo y conformación del ci-berespacio, generando nuevos espa-cios de participación desde muchos frentes: el ciberactivismo social, el mediactivismo, el artivismo y el ha-cktivismo, todos ellos estrechamente

Cada vez más mujeres se conectan, navegan y

contribuyen en la construcción de internet, haciendo uso

de sus servicios interactivos y abriendo espacios de

comunicación y acción en la red con el fin de transformar

el mundo. Las mujeres se están apropiando de la tecnología

a través de las redes para ponerla como base de una

sociedad más inclusiva e igualitaria. Redes que

posibilitan la denuncia de las desigualdades, la organización

de campañas que apelan a mejorar sus condiciones

de vida, la creación de espacios de temáticas no visibilizadas

y de interés común.

Activismo feminista2.0

Eva Cruells Lopez, Núria Vergés Bosch y Alex Hache*

MIRADAS

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24 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

su existencia en 1991 con el “Mani-fiesto de la Zorra/Mutante”: “Suc-cionado, absorbido por un vórtice de banalidad... acabas de perderte el siglo XX. Estás al borde del milenio, ¿cuál?, ¿eso que importa? (…) Lo cautivador es la mezcla de fundidos. El contagio ardoroso de la fiebre del milenio funde lo retro con lo posmo, catapultando cuerpos con órganos hacia la tecnotopía… donde el códi-go dicta el placer y satisface el de-seo”. Como expresaba Eva Salas en 2008, deconstrucción, ironía, juego y placer, parodia, performatividad, exageración y sobreidentificación son algunas de las actitudes y estra-tegias que las ciberfeministas artistas usan para cuestionar las identidades de género y la cultura establecida.

El ciberfeminismo social arranca también con fuerza en 1993, desde la

Asociación internacional para el pro-greso de las Comunicaciones que crea el grupo APC-Mujeres (www.apcwo-men.org) con la filosofía de utilizar las TIC para el empoderamiento de las mujeres en el mundo. Los primeros pasos se sitúan en el debate a través de listas de correo electrónico de las posiciones que los grupos de mujeres quieren trasladar a la IV Conferencia Mundial de Mujeres, y el proceso cul-mina en septiembre de 1995 en Pekín, donde un equipo de 40 mujeres de 24 países asegura formación y apoyo a 1.700 usuarias, creando además un espacio electrónico con información de las ONG presentes en China en 18 idiomas que contabilizó 100.000 visi-

interconectados y multiplicando las esferas de acción y transformación en la red por parte de las mujeres. Todas ellas comparten, en primer lugar, la lucha por un mayor empoderamien-to y apropiación para el acceso, uso, contribución y desarrollo de las TIC por parte de las mujeres. En segundo lugar, la crítica al modelo hegemónico (tecnológico) heteropatriarcal y la lu-cha por transformar las relaciones de género y tecnología para una mayor justicia social. Por último, todas ellas reivindican construir una red libre, segura, desjerarquizada y de acceso universal.

Las primeras en definirse expre-samente como ciberfeministas fue-ron el grupo de artistas australianas

VNS Matrix, que declara-

ron

tas en su página web. En palabras de Montserrat Boix5: “Por primera vez, y sin estar presentes físicamente en China, las mujeres de todo el mundo pueden hacer el seguimiento on-line de los trabajos de la Conferencia y ex-presar sus opiniones en tiempo real”.

En Pekín, por primera vez se plan-tea en una Conferencia Mundial de la Mujer la reivindicación de la comu-nicación como uno de los Derechos Humanos básicos y como elemento estratégico clave para el cambio so-cial que las mujeres exigen en la lu-cha por la igualdad de derechos. “Po-demos invertir la relación de fuerzas porque tenemos los contenidos y las prácticas. La clave es valorarlas. Es imperativamente necesario tener una estrate-gia

ofensiva, incluso agresiva. No tenemos nada que perder y todo a ganar. Es así como podremos cambiar la imagen en los media: en tanto que actrices (au-toras, conceptoras, artistas, realizado-ras...), en tanto que sujetos (vida coti-diana, política, trabajo, violencias....), en tanto que público” dice Joelle Palmieri, mediactivista y creadora en Francia en junio de 1996 de la red Pe-nelopes, pionera en la experimentación del sonido y el vídeo con contenidos feministas emitidos a través de progra-mas de televisión vía internet, así como del uso del software libre para la pu-blicación abierta de contenidos on-line.

De 1995 a 2005 proliferan la crea-ción de redes y espacios ciberfemi-

“El uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) no ayuda sólo a superar las desigualdades de género, sino que además fomenta el empoderamiento de las mujeres a través de la creación de redes

MIRADAS n Posibilidades y límites del activismo en internet

iñaki Landa.

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 25

MIRADAS

nistas. En Italia, porticodonne.org; en Canadá, cybersolidaires.org; en España, mujeresenred.net, Espacio de mujeres de Pangea o Ciberdona; en Francia, penelopes.org; en Europa del Este, www.witt-project, en África, famafrique.org, y en America Lati-na, rima.org, entre otras. Todas estas iniciativas no se han limitado al uso pasivo de herramientas tecnológicas desarrolladas por otros (en general hombres blancos y ricos como Bill Gates o Steve Jobs), sino que han con-tribuido al diseño y desarrollo de sus propias herramientas tecnopolíticas, fomentando así su propia soberanía tecnológica6: desde medios comunita-rios y televisiones on-line, servidores autónomos feministas, la invención y desarrollo del software libre y las licencias libres hasta portales de no-ticias con sistemas de publicación abierta como el Spip.

La posibilidad de modificación del código, del contenido y de los formatos es una de las bases para la apropiación de las mismas herramien-tas, dotando a las mujeres de autono-mía y libertad para la participación y la transformación social. Tal y como dice la Ciberfeminista Laurence Ras-sel en una entrevista en Donestech so-bre la relación feminismo y software libre: “en francés sistema operativo se llama ‘système d’exploitation’, ¡así qué lo mínimo de lo mínimo es ser dueñas de nuestro propio sistema de explotación!

CiberaCtivismo Feminista 2.0De 2005 a la actualidad, a la vez que internet crece y cambia a una red que permite cada vez más conectar gen-te, compartir información y expresar la inteligencia colectiva humana, se multiplican por cientos de miles las

iniciativas feministas sociales, artísti-cas, culturales y tecnopolíticas colec-tivas e individuales en la red.

Las emergencia de la nueva ge-neración de páginas web, la web 2.0 (wikis, blogs, p2p, aplicaciones we-btop, redes sociales, media sociales, etc.), aunque incrementa las posibili-dades de ataques y prácticas neoma-chistas contra las mujeres, también aumenta las posibilidades de colabo-ración, de participación y de acciones colectivas en la red por parte de las mujeres, así como para hacerles fren-te. Así, las mujeres podemos partici-par en lugar de únicamente publicar, coproducir creaciones multimedia, crear archivos y vocabularios colec-tivos, usar programas generalmente libres (CMS) que permiten mucha versatilidad para la creación colecti-va adaptada a las finalidades de las mujeres: comunicar, informar, co-nectarse, intercambiar, difundir, etc.. La red se convierte en un espacio privilegiado para dar voz a las muje-res y visibilizar sus luchas, así como para tejer redes y afinidades entre mujeres que se encuentran a cientos y miles de distancia con un solo clic.

Surgen así iniciativas recientes como las memes7 feministas, a partir de un grupo de amigas que se conocie-ron por Facebook que habían detecta-do afinidades políticas y se lanzaron a hacer manada en la red. El proyecto surge, tal y como cuentan para la re-vista Pikara8 porque “estábamos har-tas del humor sexista que circulaba

“ La posibilidad de modificación del código, del contenido y de los formatos es una de las bases para la apropiación de las mismas

herramientas, dotando a las mujeres de autonomía y libertad para la participación

y la transformación social

”Corrientes y estrategias de los feminismos de la tecnología - Principales debates

Feminismos género tecnología

relación

género - tecnología

actitUdcrono yaUtorías

radical libertarias

Mujeres Indiv Construct. binario-no-binario

NeutralBiotec

Tecno>> Optimismo 70 (Firestone, 1970)

liberales MujeresIndiv. binario

NeutralLaboral

Tecno>> Optimismo 70-80(Trescott,1979;Stanley,1983)

radical cUltUrales

Mujeres-SexoEsencial binario

No NeutralBiotec.Militar

Género>> Pesimismo 80(Corea et al,1985,1987)

socialistas Mujeres-GéneroConstruct. binario

No NeutralLaboralDomótica

Género>> Pesimismo 80 (Cockburn,1983; Webster,1989)

ciborgFeministas GéneroConstruct. no-binario

No NeutralBiotec.

MutuamenteConstitutiva

ModeradoOptimismo

80-90(Haraway;1985, 1991)

ciber-Feministas 1

Género Esencial Binario

NeutralTIC

Tecno>> Optimismo 90(Plant, 1997)

ciber-Feministas 2

GéneroConstruct. no-binario

No NeutralTIC

MutuamenteConstitutiva

ModeradoOptimismo

90-00 (Sollfrank et al, 1999; Fernandez et al, 2002)

post-colonialistas

Género Construct. inter-sección

No NeutralLaboral TIC

MutuamenteConstitutiva

ModeradoOptimismo

90-00(Gajjala,1999; Galpin, 2002)

tecnoFeministas GéneroConstruct. binario

No NeutralLaboral TIC

MutuamenteConstitutiva

ModeradoOptimismo

00 (Wajcman,2004, 2007)

qUeerFeministas

Género Construct. no-binario

No NeutralTIC Biotec

MutuamenteConstitutiva

ModeradoOptimismo

90-00(Halberstam,1991; Landstrom, 2007)

Fuente: “Se buscan mujeres #activistas. KIT de formación en Género, TIC y activismo”. Publicado por ACSUR-Las Segovias con la colaboración de Donestech en 2013. Disponible en www.acsur.org.

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26 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

MIRADAS n Posibilidades y límites del activismo en internet

por la red, especialmente a través de los memes. Pensamos que se trataba de una herramienta que podíamos uti-lizar con fines subversivos”. Los me-mes, con más de 7.000 ‘me gusta’ en Facebook con sólo tres meses de vida, son todo un éxito y dan cuenta de la necesidad de la risa, la parodia y la ironía para articular nuestras luchas, que, según ‘las memeras’, además, “a veces están teñidas de un carácter se-riote que no nos gusta nada, o al me-nos no en todos los casos. ¡Llevemos a la práctica aquello de ‘si no se puede bailar no es mi revolución’! ¡Partámo-nos la caja mientras dinamitamos el patriarcado!”

Otras iniciativas ciberfeministas con gran número de seguridoras y se-guidores son El cazador cazado9, de la artista y activista Alicia Murillo, que se rebela con gran creatividad contra el acoso callejero; o Filósofa Frívo-la10, quien, con mucho humor, pone

en jaque al patriarcado con diferentes herramientas: Facebook, blog y, sobre todo, Twitter, donde cuenta con casi 6.500 personas seguidoras y alrededor de 50.000 tweets. Hay otras muchas, como Feministas ácidas11 o Coño ar-mado, coño liberado, por citar las que se encuentran en el Estado español12.

resistenCias y obstáCuLosLos feminismos en la red encuentran también sus resistencias y obstáculos pues, a pesar de las potencialidades de la red, ésta no deja de ser un es-pacio de reproducción de jerarquías y patriarcado. Determinados aspec-tos merecen más reflexión y actua-ción, como las brechas digitales de género, sexualidad, raza, clase, edad y procedencia que nos atraviesan, o los modelos de negocio y la invasión de la privacidad y opacidad en el uso de los datos detrás de empresas como Google, Microsoft o Yahoo. También

1 Plant, 1997. 2 Vergés et al, 2010; Hawthorne y Klein, 1999; Fernandez and Wilding, 2003.3 Raidotti, Rossi (2002): “Un ciberfeminismo diferente”, Debats, 76.4 Haraway, Donna (1991): Simians, Cyborgs and Women: The Reinvention of Nature.5 Boix, Montserrat (2002): “Comunicación, tecnologías de la información y feminismos”. Disponible en:

www.mujeresenred.net. 6 Hache, Alex; et al. (2013).7 En las teorías sobre difusión cultural, un “meme” es la unidad mínima de información cultural que se puede transmi-

tir de un individuo a otro o de una generación a la siguiente. Este término y su significado en sociología es análogo al de “gen” en biología. Es un neologismo acuñado por Richard Dawkins en su obra The Selfish Gene (1976).

8 Burgos, Ana; y R. Martínez, Yendéh (2013): “Luchas emergentes en red: feminismos 2.0”. Ver en: www.pikarama-gazine.com/2013/05/luchas-emergentes-en-red-feminismos-2-0.

9 Ver en: http://atravesespejoalicia.blogspot.com.es.10 Ver en: http://filosofafrivola.blogspot.com.es.11 “Feministas Ácidas. Proyecto de lucha activa contra la ilusión de igualdad y el terrorismo heteropatriarcal”,

www.feministasacidas.com.12 Ver nota 8.13 Ver nota 8.

*Eva Cruells es investigadora tecnosocial y video-maker, tecnoactivista en Donestech, Colectivo Circes,

Voces gitanas y Medialab Rural Obirar. Núria Vergés Bosch es investigadora tecnosocial

en en Grupo Copolis (UB) y en el Programa Género y TIC del IN3 (UOC), tecnoactivista y artista en

Donestech, Telenoika y Màquina de Turing. Alex Hache es Investigadora tecnosocial, tecnoactivista

en Donestech, RedActiva y el Proyecto n-1.cc.Donetech nace en 2006 con

el objetivo de conocer las relaciones de las mujeres con las tecnologías, visibilizarlas y crear

redes. El colectivo experimenta y utiliza las TIC de forma intensiva

como instrumento y finalidad, tanto para trabajar como para

experimentar, crear, conectar y redistribuir. [email protected] / www.donestech.net.

requiere más atención la política de censura de contenidos feministas en las redes y medios como YouTube o Facebook, donde censuran pechos, vaginas e incluso espaldas desnudas pero no evitan la violencia ni las agre-siones machistas; el aumento de los ataques de troles machistas a activis-tas feministas de la red, etc…

Todo ello muestra que la mayor parte de las tecnologías que usamos siguen siendo desarrolladas en un marco patriarcal que pone en peligro la potencialidad de la red desde sus inicios como un espacio libre y de coo-peración. Pero, como bien apuntaba Karen Spärck Jones, “la tecnología es demasiado importante para dejársela sólo a los hombres”. También por ello es importante que empecemos, como feministas y activistas, a plantearnos cual va a ser nuestro rol en el fomento de prácticas más reflexivas, seguras y estratégicas con las tecnologías.q

Corrientes y estrategias de los feminismos de la tecnologíaExclusión/InclusiónFeminismo liberal

Monopolio de los hombres sobre la tecnología. Desigualdad de acceso y oportunidades instituciones y carreras científicas.

Estrategias de inclusiónSocialización de los valores y aspiraciones de las mujeres. Oportunidades y apoyos mujeres. Descubrir a las mujeres excluidas de la historia.

Diferencia de género/ Diferencia sexualEcofeminismo, feminismoradical y feminismo socialista

Crítica a la naturaleza genérica de la propia tecnología inherentemente patriarcal.Acento en diferencia sexual.

Estrategia del cambioRedefinición de la tecnociencia y sus instituciones. Pensar la tecnología en cuanto a cuidados y sostenibilidad.

Diversidad culturalPostfeministas:Haraway, cyberfeministas y tecnofeminismo

La tecnología es un producto sociomaterial, una telaraña que combina artefactos, personas, organizaciones, significados culturales y conocimiento.Tecnología y género son mutuamente constitutivos.

Estrategia de desplazamientoGénero y tecnología son procesos culturales que pueden ser negociados y transformados.Desplazar las jerarquías de género. Deconstrucción del discurso (donde operan las relaciones de poder).

Fuente: “Se buscan mujeres #activistas. KIT de formación en Género, TIC y activismo”. Publicado por ACSUR-Las Segovias con la colaboración de Donestech en 2013. Disponible en www.acsur.org.

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M E D I O S D E C O M U N I C A C I Ó N Y D I S C U R S O N E O L I B E R A L

Revista de Información y Debatewww.revistapueblos.org

Dossier n Número 61Segundo trimestre n 2014

D e g u a r d i a n e s d e l a l i b e r t a d a g u a r d i a n e s d e l p o d e r > L a n u e v a p r o p a g a n d a c o m o c a m b i o d e m e n t a l i d a d > ¿ C o n t r a e l c o n s e n s o n e o l i b e r a l ? T i e m p o , r e c u r s o s y c o m u n i c a c i ó n c r í t i c a > ¿ H a y m o s c a s e n l a s b o t e l l a s d e C o c a - c o l a ? L a p r o p i e d a d d e l o s m e d i o s , l a p r o p i e d a d d e l a i n f o r m a c i ó n > E l e m p r e n d i m i e n t o “ s o c i a l ” y l a s f u n d a c i o n e s “ f i l a n t r ó p i c a s ” c o m o e s t r a t e g i a

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28 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

En 1988, Noam Chomsky y Edward S. Herman publicaban Los guardianes de la libertad, un ensayo en el que desarrollaban un “modelo de propaganda” según el cual los medios de

comunicación, lejos de “ser independientes y contribuir al descubrimiento de la verdad”, tienen como finalidad única y exclusiva el reflejo de “la percepción del mundo que desearían los grupo de poder”.

El análisis de Chomsky y Herman se centraba de manera exclusiva en el modelo de medios norteamericano y desde que vio la luz han pasado ya 26 años, pero nada de ello impide que sus

conclusiones se mantengan en buena medida vigentes y que su estudio se pueda aplicar a cualquier ecosistema mediático.

Suso López*

Medios de comunicación:

de guardianes de la libertad a guardianes del poder

En una entrevista concedida a principios de 2013 al Observa-tori Crític dels Mitjans Mèdia-

Cat1 con motivo de la publicación del Anuari dels silencis mediàtics de 2012, Noam Chomsky mantenía una de las tesis centrales de Los guardianes de la libertad: “los grandes medios no dejan de ser inmensas corporaciones. Como el resto de negocios, buscan vender un producto (lectores, espectadores) a unos clientes (es decir, empresas, a

través de los anuncios)” y añadía que “sería muy naif dudar que los propieta-rios y los inversores de los medios no influyen en su propio medio con afán de conseguir el mayor beneficio eco-nómico”.

Dejando atrás el periodismo y el necesario compromiso de éste con la ciudadanía para abrazar el poder, los medios de comunicación (prensa, radio, televisión o internet), van per-diendo por el camino su mayor patri-

Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante.

RyszaRd KapunścińsKy

monio: la credibilidad. Una prueba de ello es un estudio elaborado en marzo de 2013 por el Centro de Investigacio-nes Sociológicas (CIS) español que situaba la de periodista como la pro-fesión peor valorada junto con la de juez. Un indicio de que el rumbo no es el correcto. Pero hay más.

La evidente merma de credibili-dad coincide en el tiempo con la de-licada situación económica que viven los grupos de comunicación y que va

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 29

Medios de comunicación y discurso neoliberal n DOSSIER

ligada a la crisis que padece el capi-talismo, lo que empuja a los medios hacia una importante dependencia de las entidades financieras. La situación es tal que, actualmente, no hay grupo de comunicación en el Estado espa-ñol que no siente en sus consejos de administración a representantes de la banca. Pere Rusiñol, en Papel moja-do. La crisis de la prensa y el fracaso de los periódicos en España (Debate, 2013), obra de recomendable lectura para comprender el estado de los me-dios en el país, sostiene que “el cuar-to poder ya no debe lidiar más con la presión del sector financiero: ya esdirectamente el sector financiero” y añade: “la simbiosis entre el poder fi-

nos sus mejores amigos a cambio de la tarta de la publicidad. Hemos callado ante lo que pasaba con los bancos y las cajas de ahorros, que a través de la publicidad cerraban bocas encubierta-mente. Los medios de comunicación son empresas cada vez más poderosas. Muchos están intervenidos por bancos y pertenecen a grupos mediáticos que suelen responder a intereses vergon-zosos. Son medios que mantienen relaciones escandalosas con el poder político y económico. Todo ello difi-culta mucho el trabajo del periodista”, lamenta en una entrevista concedida a Diagonal en abril de 2013.

La pérdida de credibilidad que pa-decen tanto la profesión como las y los

poder? ¿Qué responsabilidad tenemos las y los periodistas por permitir que se haya llegado a esta situación? ¿Y qué papel debe jugar la ciudadanía?

Los medios de comunicación ante una dobLe cRisisLas tesis defendidas por Chomsky y Herman en Los guardianes de la liber-tad describen unos medios de comuni-cación cuyo “propósito social” no es otro sino el de “inculcar y defender el orden del día económico, social y po-lítico de los grupos privilegiados que dominan el Estado y la sociedad del país”. Ignacio Ramonet ahonda en esta visión de los medios como mecanismos reproductores del poder: “la comunica-ción, tal como la conciben los medios

dominantes en prensa, radio, te-levisión e internet, tiene como

función principal convencer al conjunto de las pobla-ciones de su adhesión a las ideas de las clases domi-nantes”, afirma en el pró-

logo de Desinformación. Cómo los medios ocultan el

mundo (Península, 2009) de Pascual Serrano.

Esta histórica dependencia del poder, especialmente del financie-ro, se acentúa con el estallido de la crisis de las subprime en EEUU y la sacudida global que afecta al capita-lismo. Pocas descripciones sobre los efectos de la crisis en los medios de comunicación son tan clarividentes como la que realiza Pere Rusiñol: “el boom se construyó sobre una burbuja con apalancamientos superlativos fo-mentados por ejecutivos con sueldos obscenos. Y el posterior e inevitable pinchazo ha dejado un reguero de ca-dáveres y cambios fundamentales en las estructuras de propiedad y el poder económico”.

Del alcance de las consecuencias post-pinchazo dan buena cuenta los datos que recoge el Informe Anual de la Profesión Periodística 2013 de la Asociación de la Prensa de Madrid. Entre mediados de 2008 y finales de 2013 se destruyeron 11.151 empleos en el Estado español y echaron el cierre 284 medios. Ante la delicada situación económica de los medios,

mªJosé comendeiRo.

nanciero y los medios es tan perfecta que en ocasiones se da incluso en direc-ción contraria: los dueños de medios ocupan puestos directivos en la banca”.

Gervasio Sánchez, periodista con amplia experiencia en la cobertura de conflictos armados, no duda de que la crisis que padece el periodismo está íntimamente ligada al coqueteo de éste con el poder y se muestra espe-cialmente crítico con la connivencia de los medios con la banca: “los pe-riodistas y los medios han dejado a un lado la esencia del periodismo en fa-vor de intereses empresariales. Hemos dejado de vigilar al poder para hacer-

periodistas coincide con un momento en el que, tal y como afirman Jesús Sanz y Oscar Mateos2, “el mundo que hemos tenido bajo nuestros pies en las últimas décadas parece estar desmo-ronándose a marchas forzadas”. En este momento crucial en el que el pe-riodismo es más necesario que nunca, éste ha dejado de ser guardián de la libertad para convertirse en guardián del poder.

¿Es posible revertir esta situa-ción? ¿Hay espacio para desarrollar un periodismo crítico, responsable, ilusionante, honesto, al servicio de la ciudadanía y que ejerza de azote del

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30 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

DOSSIER n Medios de comunicación y discurso neoliberal

riodismo televisivo al que Xosé Rúas en su libro Quero ser presidente (Al-varellos Editora, 2008) describe de manera irónica pero clara y directa: “La televisión está programada para satisfacer al ciudadano que llega can-sado a casa, cena, se sienta en el sofá y sólo busca una goma de mascar para los ojos”. Mariano Cebrián, en Infor-mación televisiva. Mediciones, con-

“cuyos ingresos por publicidad se re-dujeron prácticamente a la mitad entre 2008 y 2012, las entidades financieras se hicieron con buena parte del con-trol de los grupos de comunicación (a través de fondos de inversión o de la participación directa en el accionaria-do), con todo lo que ello significa para la merma de la independencia de la in-formación y, por ende, de la credibili-dad del periodismo. ¿Cómo puede un medio azotado por las deudas y cuyo sostén es una entidad financiera infor-mar sobre la estafa de las preferentes, sobre los cientos de desahucios, los rescates estatales a las entidades ban-carias o las jugosas indemnizaciones con las que se retiraron los gestores de unas cajas de ahorros de las que ya no quedan ni los restos? ¿Cómo puede el periodismo realizar uno de los ejer-cicios que se le presuponen por su na-turaleza, el control del poder, si es el poder el que lo ata económicamente?

A estos datos hay que sumar la permanente amenaza de expedientes de regulación de empleo que se cier-ne sobre medios tanto públicos como privados, la elevada precariedad o la pérdida de derechos sociales y labora-les de las trabajadoras y trabajadores de la comunicación, lo que deriva en una evidente merma de calidad. “Un repaso a los temas que han dominado la agenda en los últimos años nos per-mite comprobar que los asuntos tra-tados nunca están contextualizados, no se presentan los antecedentes que permiten comprenderlos y menos aún comparaciones para poder valorarlos en su justa medida”, lamenta Pascual Serrano.

El periodismo de consumo rápido, de titulares que fluyen en la escaleta o en el sumario de un programa de ra-dio, elaborado a golpe de tuit, carente de reflexión e íntimamente ligado al poder contribuye a minar la credibi-lidad de los medios, agentes clave de socialización y encargados histórica-mente de contribuir a la configuración de la opinión pública. A ello debemos añadir una evidente dejación de fun-ciones del periodismo al abandonar su principal cometido de formar e in-formar a la ciudadanía para centrarse únicamente en entretener. El ejemplo más evidente de esto último es el pe-

Los grandes medios no dejan de ser inmensas corporaciones. Como el resto de negocios, buscan vender un producto (lectores, espectadores) a unos clientes (es decir, empresas, a través delos anuncios)

tenidos, expresión y programación (Síntesis, 2003), refuerza las palabras de Rúas al explicar la manera en que la televisión trata la información: “lo espectacular y el entretenimiento dan prioridad a lo llamativo, a lo extraor-dinario y a lo insólito por encima de contenidos que aporten mayor cono-cimiento de la realidad”.

apoyo ciudadano paRa Las aLteRnativas“En el momento de mayor necesidad de una comunicación al servicio de la ciudadanía nos encontramos con una mayor dependencia en cuanto a los mismos poderes que nos han llevado a la situación actual”, se lamenta Ja-vier Díaz en un reciente artículo pu-blicado en la revista Pueblos3. Pese a lo dramático de la situación que viven los medios, hay motivos para el opti-mismo y la esperanza. José Bejarano, integrante del colectivo Se buscan pe-riodistas, señalaba en declaraciones al semanario catalán La Directa (nú-mero 320, junio de 2013) que la razón por la cual la ciudadanía había dado la espalda al periodismo no era otra sino que el sector se había entregado a in-tereses ajenos a la sociedad. La solu-ción, pues, pasa porque el periodismo vuelva a fijar el foco en las historias de las y los de abajo y en la fiscaliza-ción de lo que hacen quienes mandan. “¿Se imaginan que el periodismo de-jara de provocarse tortícolis de tanto mirar hacia arriba, que apostara por internarse en los barrios humildes de las ciudades para relatar toda una realidad que ahora mismo define a nuestro país, y que se olvidara de los despachos, de las corbatas, del com-padreo con el poder?”, se pregunta Olga Rodríguez en “Y entonces…, ¿para qué nos habíamos hecho perio-distas?”, publicado en noviembre de 2013 en eldiario.es.

Si algo positivo podemos extraer de la crisis que viven los medios de comunicación tradicionales es que tanto los ERE como el cierre de mu-chos de ellos han sido el germen de nuevos proyectos periodísticos (de radio, prensa o televisión) cuyo na-cimiento otorga una pizca de luz en medio de tanta oscuridad. Los datos que ofrece el Informe de la Profesión

¿Cómo puede un medio azotado por las deudas

y cuyo sostén es una entidad financiera informar

sobre la estafa de las preferentes, sobre los

cientos de desahucios, los rescates estatales a las

entidades bancarias o las jugosas indemnizaciones

con las que se retiraron los gestores de unas cajas de

ahorros de las que ya no quedan ni los restos?

30 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 31

Periodística 2013 de la Asociación de la Prensa de Madrid hablan de alrededor de 300 proyectos periodís-ticos y comunicativos creados desde el año 2008, aunque el propio infor-me reconoce que podrían ser muchos más.

Los motores que impulsan a los nuevos medios no son grandes con-glomerados mediáticos, fondos de inversión o entidades financieras y la publicidad deja de ser su principal fuente de ingresos. Ahora a los man-dos de la embarcación se encuentran las y los propios periodistas con la colaboración económica de lectoras, oyentes y espectadores. Ya sea en forma de cooperativa, de fundación, asociación o a través de modalidades fiscales clásicas (eldiario.es, Revista Mongolia o Infolibre, por ejemplo, son sociedades limitadas), represen-tan lo que Juan Luis Sánchez4, par-tícipe en varios de estos proyectos, define como una “depuración crítica del periodismo”, cuya voluntad debe ser la de recuperar el pacto perdido de la profesión con una ciudadanía que, en palabras de Xavier Giró, en la introducción del Anuari dels Silencis Mediàtics 2012, “necesita saber para poder actuar”.

June Fernández, integrante de Pikara Magazine, un proyecto que une la perspectiva feminista con el buen periodismo, coincide con Sán-chez a la hora de definir el momento que estamos viviendo: “Se está de-sarrollando una cultura periodística ilusionante, que cuestiona algunas de las dinámicas de los medios tradicio-nales (…) y que propicia una cultura más colaborativa, en la que fluyen las fórmulas de apoyo mutuo, tales como compartir contenidos, intercambiar banners, tuitearnos, etc. Sabemos que sumando fuerzas tendremos más opciones de consolidar este nuevo

La voluntad periodística pasa por afrontar el trabajo con honestidad, ética, rigor e integridad, con volun-tad didáctica para lograr el empode-ramiento ciudadano; y por romper con los silencios establecidos. Jesús Rodríguez, periodista del Setmanari Directa, ofrece en un artículo publi-cado en el número 211 de Diagonal Periódico, una definición de lo que conlleva ser periodista que encaja con lo que necesita la profesión para recuperar la credibilidad. La clave pasa por “ser curioso, meter la nariz donde no te llaman; con respeto pero con ganas de saber, con espíritu crí-tico y autocrítico. Desarrollando las herramientas necesarias para poner luz en los cuartos oscuros de los po-derosos y mostrarlo a los lectores sin demasiada pedantería; pero sin re-nunciar a la calidad en las artes de la comunicación. Dando voz a las que quieren denunciar la injusticia y a las que trabajan por proponer y consoli-dar alternativas”.

Se trata, en fin, de abandonar la indiferencia y abrazar el compromiso, de guardar la libertad y no el poder.q

“modelo (…) Creo sinceramente que estamos transformando la forma de hacer periodismo, y que este proceso también nos está transformando y for-taleciendo como periodistas. A mí no me parece poca cosa”5.

Para apuntalar este incipiente pa-norama comunicativo que se erige en paralelo a la caída de los viejos muros mediáticos conviene una respuesta ciudadana activa que nos convierta en partícipes de la construcción de los medios. “No cabe otra posibilidad que dejar de contentarnos con el papel de público receptor y consumidor que se nos viene encomendando desde las superestructuras mediáticas”, apunta Carmen Mayugo6. Sólo con el apo-yo ciudadano y voluntad periodística será posible construir proyectos co-municativos emancipadores que cues-tionen el modelo establecido y que abran sus páginas y ondas a las y los que hasta ahora han sido silenciados.

La ciudadanía y los movimientos políticos y sociales deben contribuir a la construcción de un periodismo hecho desde abajo, vigilante del po-der (del contrario y del afín), rigu-roso y veraz, un instrumento al ser-vicio de una comunidad con la que se comparten maneras de pensar y de ver e interpretar el mundo. Jesús Maraña, director editorial de Infoli-bre, apela al apoyo ciudadano para la construcción de un nuevo ecosistema mediático que cuestione un modelo vigente que se encuentra en estado crítico desde hace tiempo: “si no se quiere depender de grandes empre-sas, de grandes bancos o de poderes políticos, sólo cabe confiar en un pacto entre periodistas y lectores: en los contenidos y hasta en la propie-dad de los medios”, señalaba en un artículo en el que analizaba la salida de Pedro J. Ramírez de la dirección de El Mundo7.

En este momento crucial en el que el periodismo es más necesario que nunca,

éste ha dejado de ser guardián de la libertad

para convertirse en guardián del poder.¿Es posible revertir

esta situación? ¿Hay espacio para

desarrollar un periodismo crítico, responsable?

*Suso López es comunicador audiovisual y especialista en gestión de la comunicación.

[email protected]. Twitter: @Susolopez.

1 Ver: www.media.cat.2 Mateos, Oscar; y Sanz, Jesús (2013): Cambio de época, ¿cambio de rumbo? Aportaciones y propuestas desde los

movimientos sociales, Cristianisme i Justícia, Barcelona, octubre de 2013.3 Díaz Muriana, Javier (2014): “La comunicación como eje de transformación social, desde la experiencia del Foro

Andaluz de Comunicación”, en Pueblos – Revista de Información y Debate, nº 60, primer trimestre de 2014.4 Sánchez, Juan Luis (2014): “Periodismo: no vale con existir”, Diagonal. Ver en www.diagonalperiodico.net, 27/01/2014.5 Fernández, June (2014): “Nuevos medios y formas”, Diagonal. Ver en www.diagonalperiodico.net, 29/01/2014.6 Mayugo, Carmen (2005): “La audiovisibilidad, territorio ciudadano para ejercer el derecho a la comunicación”, en

Martínez, M. (ed.): O Terceiro Sector e o Audivisual, Compostela, Foro da Cidadanía e da Comunicación.7 Maraña, Jesús (2014); “Diez apuntes (y una postdata) sobre el cese de Pedro J.”, Infolibre. Ver en www.infolibre.es,

01/02/2014..

Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 31

DOSSIER

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DOSSIER n Medios de comunicación y discurso neoliberal

32 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

En las últimas semanas triunfa en la red Flos Mariae, un grupo musical de chorrocientas hermanas que cantan canciones que, al parecer, compone su madre. Son canciones que tratan el amor, el matrimonio, la familia, el esfuerzo, la maternidad y la espiritualidad desde una perspectiva católica integrista. Eso, sumado a que cantan como una almeja, provoca cierto humor en quien no comparte esa lógica. Sí, es divertido. Hasta que descubres que ese grupo es un indicio de un cambio descomunal por aquí abajo que puede helar la sangre. Y se te congela la risa. Este artículo, de hecho, es un intento de congelar la risa.

Guillem Martínez*

La nueva propaganda

Si investigas un poco ese grupo, descubres que esa familia cató-lica realiza otras actividades en

la red: una página con meditaciones sobre la Biblia, otra de relaciones para solteros y solteras con fines matrimo-

niales y otra con noticias vinculadas al pack catolicismo. En ese cóctel descubres algo no previsto, un indi-cio de ese cambio descomunal. Esos católicos quizás no lo saben, pero son protestantes. Es decir, están realizan-

mª Jesús comendeiRo.

do, desde una aparente cosmovisión católica, la misma función (y con los mismos géneros, palabras, tonos e im-plicaciones) que otras páginas religio-sas o vinculadas a la religión que se emiten desde Estados Unidos, articu-ladas desde un novedoso protestantis-mo, radical, rampante, político, que acostumbra a caer en lo que se ha lla-mado Tea Party. El confuso y variado Tea Party empezó a formarse torpe-mente en los años 60 y 70. Adquirió su individualidad en la primera era de Reagan (aquello que él denomi-naba Revolution) y fue determinante en la reformulación de los conceptos libertad o democracia, que desde entonces no han parado de crecer y modularse. Son una parte del electo-rado republicano importante y arti-culada; hasta tal punto que el Partido Republicano (una estructura, por otra parte, endeble, que desaparece cada cuatro años) está seriamente inquieto.

Lo llamativo es que a miles de kilómetros de, pongamos, Pennsyl-vania, un grupo de católicas crea que está emitiendo catolicismo cuando en realidad emite una revolución in-telectual que integra inputs extraños, como trazos míticos del sentimiento religioso americano y gotas del anar-quismo-individualismo USA. La cosa, nos explica George Lakoff, empezó a fraguarse en los laboratorios - thinks tanks republicanos bastante años antes de la era Reagan. A través de lo que Lankoff presupuesta en varios cientos

como cambio de mentalidad

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 33

DOSSIER

La nueva propaganda

de millones de dólares, se investigó y fabricó un lenguaje que tenía que arrinconar el poderío demócrata y el lenguaje básico, directo, brutal y au-toritario republicano, que se veía in-capaz de competir y ganar. El fruto de tanto esfuerzo intelectual y económi-co nace con Reagan, un hombre (un actor) con un léxico formidable, que mezclaba conceptos religiosos con, y he aquí la absoluta novedad, concep-tos democráticos radicales, incluso li-bertarios. Libertad y democracia em-piezan a ser el eje de todo. En nombre de ellas se descubre que se puede crear una escuela confesional que veta a Darwin, se pueden crear posi-bilidades involutivas a varios dere-chos (por ejemplo, a abortar) y, sobre todo, desarticular y saquear al Estado. En tiempos de Franklin D. Roosevelt, las grandes fortunas, vía IRPF, daban al Estado 95 centavos por dólar. Esta mañana, tras el paso de Reagan y su vocabulario revolucionario, la situa-ción es, literalmente, inversa.

El reparto de la riqueza y la provi-sión de servicios han sido detonadas en EEUU a una escala imposible de producirse sin violencia. O, lo que es lo mismo, sin propaganda, que es la violencia de la democracia, como apunta Chomsky. Una violencia/pro-paganda en tiempo real, lo que dice el político mientras hace otra cosa. Si no es perceptible es porque el ob-servador comparte palabras y lógica. Es decir, que si quiere intelectualizar su pobreza, debe de apuntar como ex- * Guillem Martínez es periodista y escritor.

pues las políticas no habían podido resistir la ola conservadora de los 70: su libertad, su democracia, sus bajadas de impuestos. Mitterrand fue el últi-mo partido socialista que aún acudió a unas elecciones con la nacionalización de la banca en el programa

La existencia de Flos Mariae ilus-tra un cambio de mentalidad profun-do. Afecta a la propaganda de Estado, pero no la emite el Estado. O, al me-nos, no sólo. La emiten también los particulares. La puedes emitir incluso tú, a través de tu culpa, cuando viajas en el metro a partir de los 25 años. Por así decirlo, España ha dejado de ser ca-tólica. No en el sentido en el que apun-taba Azaña cuando dijo esa frase, sino en el sentido en el que Weber dibujaba la dicotomía catolicismo-protestantis-mo. Tener dinero ya no es pecado. El pecado es no tener el suficiente y tener que viajar, lo dicho, en metro.

Todo esto es importante. Apunta hacia donde irá la propaganda a cor-to y medio plazo. El Régimen del 78, único Estado de Europa que dominaba la posibilidad de emitir cultura ver-ticalmente (durante tres días, tras el 11M, el Gobierno estuvo emitiendo in-formación contraria a la de los medios internacionales y ningún medio local lo desautorizó) ha perdido esa posibi-lidad desde 2011, cuando se produce una revolución cultural llamativa que, en su día, denominamos 15M.

Con la reforma constitucional ex-prés de 2012, el Estado ha dejado de ser el emisor de bienestar para pasar a ser el recaudador de deuda. Es cam-bio estructural tan importante que el régimen del 78 debería pasar a ser ré-gimen de 2012. Los antiguos métodos de propaganda, fundamentados en la posibilidad de la cultura vertical, es posible que ya no sirvan. En un futuro postdemocrático, la mejor propagan-da, la más barata y la que parece más madura es la que nos hace creer que la culpa de todo no es de un gobierno o de unas empresas que hablan todo el día de libertad y democracia. Es nues-tra. De nuestros hábitos o de nuestro destino. Ya hay canciones que así lo apuntan.q

plicación a su destino, o a su culpa. Margaret Thatcher, la otra participan-te en esa revolución conservadora de los 70, llegó a compartir lenguaje con Reagan sin esmerarse mucho en ello (no consta, de hecho, ningún contac-to de tan alta escala entre la derecha británica y los thinks tanks republi-canos). Quizás Thatcher llegó a ello por deslumbramiento americano y, a partir de la lectura de liberales clási-cos ingleses como Spencer (ese tipo al que sólo leían los tories ingleses y los anarquistas barceloneses), condensa esa posibilidad de propaganda en una legendaria frase: “Si a los 25 años aún viajas en metro examina tu vida, eres un fracasado”. Si a determinada edad no eres millonario, algo falla. Y ese algo eres tú. ¿Cómo llegó esa revolu-ción conservadora de los 70 al norte de Girona, la zona desde la que can-ta Flos Mariae su amor a Dios, a la virginidad y al esfuerzo personal que posibilita que, a los 25 años, no vayas en metro, que dice, en fin, que la pro-blemática no son dinámicas o estruc-turas, sino tus elecciones personales?

A finales de la primera legislatura Aznar apareció un breve en la prensa al que nadie hizo ni caso. Anunciaba que la fundación FAES y el Republican Party habían firmado un convenio para intercambiar lenguaje. El lector que lo vio pensará que intercambiarían tacos, antes de pasar a pensar en otra cosa y olvidarlo. Pero ha resultado fatal. En la segunda legislatura (a mediados de ella un técnico republicano reconocía que España era el país en el que la re-volución lingüística republicana “se había hecho efectiva al cien por cien) los conceptos democracia y libertad acabaron dibujando y explicándolo todo. Creaban, incluso, una confusión y una crispación social efectivas, y li-beraban al poder de dar explicaciones más allá de su defensa non-stop de la democracia y la libertad.

El neoliberalismo (¿por qué no lo llamamos postliberalismo?) vivió su edad de oro, un momento efervescente de grandes negocios a la sombra del Estado, incluida la guerra. España, de la mano del PP, vivió su gran revolu-ción lingüística, que dejó sin lengua-je a una socialdemocracia que sólo poseía como patrimonio las palabras,

“La mejor propaganda, la más barata y la que parece más madura es la que nos hace creer que la culpa de todo no es de un gobierno o de unas empresas que hablan todo el día de libertad y democracia. Es nuestra.

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DOSSIER n Medios de comunicación y discurso neoliberal

34 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

E l periodismo honesto sí existe. No es un ningún mito. Ha ha-bido y hay grandes periodistas

que ejercieron y ejercen la profesión desde la honestidad, que no sesgan las informaciones que previamente han contrastado, que creen que sus reportajes deben contener pluralidad de voces que reflejen lo más fielmen-te posible la realidad sobre la que re-portan, que creen en la información como instrumento crítico con realida-des injustas e invisibles. Esta perso-na nunca dirá que busca la cobertura objetiva porque sabe que, pese a que sí hay datos objetivos, la objetividad

absoluta en su profesión es imposible. Los periodistas honestos existieron, existen y existirán pese a las empresas periodísticas públicas y privadas cuya defensa de intereses propios o ajenos les lleva demasiado a menudo a ven-der como indiscutibles enfoques que son puramente ideológicos.

Vamos a analizar cómo posiciones claramente ideológicas representantes del consenso neoliberal se incrustan como verdades irrefutables en los re-latos de los grandes medios tradicio-nales, que acaban ofreciendo así opi-niones disfrazadas de “informaciones objetivas”.

Tiempo, recursos y comunicación crítica

¿Contra el consenso neoliberal?

mª José comendeiRo.

El periodismo objetivo no existe. Es un mito.

Todo periodista tiene una opinión personal sobre la realidad acerca de la que

reporta en forma de noticia, crónica, entrevista o reportaje. Esa postura personal se acaba

reflejando irremediablemente en las estructuras de sus

piezas, en el orden con el que presenta sus informaciones, en sus titulares y en aquello

que decide descartar. Por tanto, cualquier lector,

oyente o espectador debería desconfiar de quien declare

defender el “periodismo objetivo”, porque o bien

desconoce la profesión o bien pretende manipular a la gente

a través de esa pretendida “objetividad”.

Andreu Jerez*

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 35

DOSSIER

*Andreu Jerez es periodista, reportero del canal internacional alemán DW y miembro del colectivo Contrast (http://www.contrast.es/), @andreujerez.

sión) a participar en la reestructuración de las entidades en problemas, Estados como el español o el griego podrían ha-ber evitado pedir préstamos que a poste-riori han supuesto durísimos recortes en gasto público en sanidad o educación.

El informe pasó nuevamente de puntillas por el panorama mediático, mientras buena parte de los textos periodísticos aplaudían el rescate de los bancos con dinero público como una medida “inevitable”. La ideología neoliberal (privatizar los beneficios y socializar las pérdidas) volvía a in-crustarse así en la narrativa predomi-nante en los grandes medios europeos al tiempo que la gran banca colocaba espacios publicitarios en las páginas de los diarios y en los prime time de las cadenas de televisión.

peRiodismo y poLítica económicaLa precarización laboral ya es un he-cho en las grandes redacciones perio-dísticas y ello supone puro veneno para el periodismo honesto: ante la falta de medios y de personal, la exigencia de las rutinas productivas diarias es cada vez mayor. Todo esto provoca que muchos editores y redactores apenas tengan tiempo para valorar la impor-tancia de las diferentes noticias, para contrastar informaciones o para inves-tigar asuntos silenciados (por injustos). Las y los profesionales de los medios acabamos así participando en la cons-trucción de un espejismo de la actua-lidad, mientras el periodismo honesto está cada vez más acorralado en las redacciones.

Más allá de la evidente crisis que sufre el sector, muchas veces me pregunto si a los propietarios de los medios les interesa realmente que los periodistas tengan tiempo y recursos para ejercer su profesión de manera honesta, pues ello pondría en entre-dicho la escandalosa infiltración de la narrativa neoliberal en los discursos mediáticos. El periodismo es, al fin y cabo, parecido a las políticas econó-micas sobre las que informa: detrás de ambos siempre se esconde una po-sición ideológica, y esa postura es a veces bien incómoda con el poder.q

namismo económico también genera una aumento de la desigualdad social.

Un dato que pone blanco sobre negro lo dicho previamente: según un reciente estudio del estadounidense Center for Economic and Policy Re-search, veinte años después de la fir-ma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) entre Es-tados Unidos, Canadá y México, en el país latinoamericano había (en 2012) catorce millones de personas más por debajo del umbral de la pobreza que en 1994. No en vano, México es un alumno modelo del neoliberalismo global: su economía crece al tiempo que lo hacen sus desigualdades so-ciales y también el crimen organiza-do. Pese a la contundencia del dato, no vi ni rastro del citado informe en los medios de comunicación de masas tradicionales.

Los bancos, “instituciones sistémicas”Otro de los asuntos sobre los que la cobertura de los medios tradicionales deja bastante que desear es la crisis bancaria de la llamada periferia euro-pea. Los bancos son presentados regu-larmente por diarios, radios y televi-siones como instituciones financieras a las que “no se puede dejar caer” por su excesivo peso en las econo-mías de libre mercado. A partir de esa premisa (evidentemente ideológica), numerosas piezas periodísticas de carácter informativo (no me refiero a tribunas o columnas de opinión) justifican directa o indirectamente la inyección de dinero público en aque-llos bancos en problemas como una medida inevitable, como algo que los gobernantes responsables tienen que hacer ante la ausencia de alternativas. Pero sí que las hay.

El año pasado, poco antes de las úl-timas elecciones federales de Alemania, la fracción verde del Parlamento euro-peo, con el diputado alemán Gerhard Schick al frente, publicó un informe sobre la participación de los acreedores en la crisis bancaria de la Eurozona. En él, los autores ponían en evidencia con amplia documentación que si el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea hubiesen reaccionado antes obligando a los grandes acreedores de la banca peri-férica (otros bancos y fondos de inver-

El nuevo estadio del capitalismo, conocido como neoliberalismo (en su versión de democracia liberal, Unión Europea o Estados Unidos; en su ver-sión más autoritaria, China o Rusia) está omnipresente en la práctica to-talidad de los medios de comunica-ción de masas. Esa omnipresencia se refleja en la repetición cíclica de las agendas informativas, de los enfoques periodísticos y de la autocensura que las y los profesionales de los medios suelen aplicar sobre su propio trabajo de forma consciente (por miedo a las represalias) o inconsciente (por sim-ple ósmosis ideológica y profesional).

Arranquemos con el primer ejem-plo: la cobertura económica sobre los tratados de libre comercio, en general, y más concretamente sobre el TLC que Estados Unidos y la Unión Euro-pea pretenden firmar próximamente. Si echamos un vistazo a noticias, te-letipos y crónicas dedicadas al asun-to por medios y agencias españolas y alemanas, destaca la ausencia de un análisis crítico de sus consecuencias. Las notas suelen ceñirse a hablar del (lento) avance del proceso negociador y de las dificultades. Además, apenas recogen las posiciones críticas de or-ganizaciones como ATTAC y, si lo hacen, es de manera abstracta, poco concreta.

Desde una perspectiva puramente económica, el TLC es descrito como “una alianza que se traduciría en 160.000 millones de dólares de be-neficios para Europa y 130.000 para EEUU” (ABC, 21-02-2014); como “la mayor zona de libre comercio del mundo, con más de 800 millones de personas” (EFE, 17-02-2014) y como “una mayor capacidad de consumo para los ciudadanos” de ambas ori-llas del Atlántico (diario económico alemán Handelsblatt, 19-02-2014). Todo ello es celebrado, además, por la “economía”, citada a menudo en la prensa alemana como un ente abstrac-to, casi de carácter divino, evitando así nombrar al gran empresariado eu-ropeo y estadounidense.

El enfoque expuesto sobre la co-bertura del TLC obvia, sin embargo, una realidad difícilmente rebatible: los tratados de libre comercio de corte neoliberal traen consigo crea-ción de riqueza, pero la ausencia de herramientas distribuidoras de ese di-

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36 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

DOSSIER

La propiedad de los medios, la propiedad de la información

¿Hay moscas en las botellas de Coca-Cola?

Pedro Ramiro*

T omando como base la investiga-ción que Pascual Serrano ha he-cho sobre los grandes grupos de

comunicación que operan en el Estado español2, este documental nos cuenta cómo “buena parte de la información que vemos, oímos y leemos pertenece al BBVA, a Repsol, al Grupo Plane-ta, a La Caixa, al Banco Santander, a Telefónica o a Silvio Berlusconi. Son grandes corporaciones multinaciona-les y agencias de publicidad las que controlan lo que ves, lo que oyes y lo que lees”. De ahí que en estos medios podamos ver con frecuencia noticias en las que se destaca el comportamien-to “ejemplar” de las multinacionales españolas en América Latina. ¿Será una casualidad que los presidentes de

los gobiernos latinoamericanos que han apostado por reforzar el papel del Estado y ejercer una mayor soberanía sobre sus recursos naturales sean, pre-cisamente, los peor tratados por los mass media en este país?

medios de comunicación y muLtinacionaLes españoLasEn el prólogo del libro Papel mojado, Pere Rusiñol, ex redactor jefe de El País y adjunto a la dirección de Pú-blico hasta el cierre de su edición im-presa, afirma que “hoy casi todos los grandes medios de España han sido absorbidos por el poder financiero. No con la clásica dependencia de la in-fluencia publicitaria o de los créditos, sino de forma mucho más profunda: directamente en la propiedad”3. Por eso se explica, por ejemplo, que en el diario El País, propiedad de un grupo empresarial como Prisa que, a su vez, ha pasado a ser controlado por grandes

bancos como el Santander y La Caixa, siempre ocupen titulares destacados las declaraciones de Emilio Botín so-bre la “recuperación” de la economía española; mientras, por el contrario, escándalos como el del acuerdo del presidente del Santander con Hacienda para evitar ser condenado por evasión fiscal o el del indulto a su ex consejero delegado, concedido por el ejecutivo Zapatero justo antes de dejar el gobier-no y posteriormente anulado por el Tri-bunal Supremo, pasen desapercibidos. Como cuenta Rusiñol, “en otras épo-cas el increíble indulto a Alfredo Saénz abriría el periódico en lugar de estar arrinconado en un faldón perdido”4.

Existen pocos estudios que nos muestren el entramado de los grandes medios, nos expliquen sus relaciones con la banca o analicen sus conexiones con las empresas transnacionales. Tra-ficantes de información, editado final-mente por Akal tras la negativa de los

“Alguien dijo que en los Estados Unidos se puede escribir contra el presidente demócrata o contra el presi-dente republicano, pero nunca se podrá publicar la noticia de que se haya descubierto una mosca en una botella de Coca-Cola”. Así comienza Una mosca en una botella de Coca-Cola, el documental producido recientemente por OMAL-Paz con Dignidad y Producciones CMI (con dirección de Javier Couso y guion de Pablo Iglesias1) en el que se analiza la relación que existe entre los principales medios de comunica-ción y las grandes multinacionales españolas. Porque, como se pregunta en el documental, ¿quién elige a los presidentes?, ¿la ciudadanía o los medios de comunicación? ¿Quién se atrevería a enseñar la mosca en la botella de Coca-Cola?

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 37

Medios de comunicación y discurso neoliberal n DOSSIER

“ Los gobernantes de países como Venezuela,

Ecuador, Bolivia y Argentina, son objeto de todo tipo de descalificaciones y

comentarios agresivos por haberse atrevido a mostrar

las moscas en las botellas de Coca-Cola

accionistas y directivos de Península (editorial controlada por el Grupo Pla-neta) a publicarlo a pesar de haberlo encargado y contar con el visto bueno del editor, es una de las pocas excep-ciones a esta regla. A partir de este libro de Pascual Serrano, el documental nos recuerda las conexiones entre las com-pañías multinacionales y los principa-les grupos mediáticos españoles: Prisa, editora de El País y dueña de la cadena SER, está en manos de fondos de inver-sión como Liberty y de bancos como La Caixa, Santander y HSBC; Vocento, responsable de ABC y diversos diarios locales, tiene entre sus propietarios al BBVA y Ferrovial; Unidad Editorial, empresa a la que pertenecen El Mundo, Marca y Expansión, también se encuen-tra controlada por un grupo financiero.

Eso por no hablar de cómo otros grandes grupos de comunicación, vin-culados a diferentes familias del em-presariado español (entre ellos están el Grupo Zeta, Planeta, Libertad Digital o el Grupo Intereconomía), concen-tran la propiedad de buena parte de los medios que vemos habitualmente en los quioscos y la televisión. “Los due-ños, los accionistas, los anunciantes… esos son los verdaderos intocables”, dice Serrano como conclusión de su entrevista en el citado documental.

noticias y “tRatamiento infoRmativo”A nadie puede extrañar, en este con-texto, el “tratamiento informativo” (por llamarlo de alguna manera) que dispensan los grandes medios de co-municación privados a las noticias

relacionadas con las multinacionales españolas. En el mismo sentido, los gobernantes de países como Vene-zuela, Ecuador, Bolivia y Argentina, que han puesto en marcha políticas económicas contrarias a los intereses de estas mismas empresas (nacio-nalizaciones, subidas de impuestos, expropiaciones), son objeto de todo tipo de descalificaciones y comenta-rios agresivos por haberse atrevido a mostrar las moscas en las botellas de Coca-Cola. “Ha sido una información manipulada, agresiva y completamen-te sesgada, aplicando un doble rasero que no se aplica a otros países con bastante más deficiencias democráti-cas”, afirma en el documental Ignacio Escolar, director de eldiario.es. Y te-nemos múltiples ejemplos de ello.

“Expolio”. “Atropello”. “Saqueo”. “Tropelía”. A mediados de abril de 2012, los principales periódicos de este país sacaban toda su artillería pesada y abrían sus ediciones con ti-tulares como estos para descalificar la decisión del gobierno argentino de nacionalizar la petrolera YPF, filial de la multinacional española Repsol. “Populismo intimidatorio”, “mato-nismo”, “cacicada”, “peronismo tras-nochado”, “nacionalismo visceral”, “guerra sucia”, “reflejo propio de otra época”… Todo valía con tal de criti-car la medida del gobierno de Cristina Fernández (que, por cierto, contaba con un amplio respaldo de la pobla-ción argentina según las encuestas) ya que, como dijo entonces el minis-tro de Asuntos Exteriores, se asumía que se trataba de “una decisión contra

Repsol y, por tanto, contra España y contra el gobierno de España”5.

Algo similar ocurrió en 2006, cuando el entonces recién elegido presidente Evo Morales promulgó la nacionalización de los hidrocarbu-ros. Según el editorial que publicó El Mundo, “el decreto dinamita la liber-tad económica, un concepto ya de por sí muy devaluado en el país andino”. Haciendo causa común con los inte-reses de grandes compañías españolas como Repsol, el diario de Unidad Edi-torial se preguntaba: “¿Con qué segu-ridad invertirá a partir de ahora en Bo-livia una empresa extranjera sabiendo que sus negocios pueden evaporarse en sólo unas horas?”6 Más reciente-mente, los episodios de “conflicto” de Sacyr en Panamá7 y de las nacionali-zaciones de las filiales de Iberdrola, Red Eléctrica y Abertis en Boliva,

mª José comendeiRo.

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38 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

“ La lógica es simple: identificar las ganancias

obtenidas por la reducida minoría que posee la

propiedad accionarial y ocupa la alta dirección de las grandes corporaciones con el

“progreso” y el “bienestar” de las mayorías sociales

DOSSIER n Medios de comunicación y discurso neoliberal

un papel central en todo ello: “Nos es-tán obligando a creer que los intereses de las multinacionales españolas son nuestros intereses, cuando es preci-samente lo contrario”, afirma en Una mosca en una botella de Coca-Cola la periodista Olga Rodríguez.

eL GRupo pRisa como eJempLoDice Pere Rusiñol que “los medios de referencia son parte fundamental de este sistema en crisis y difícilmente pueden ser, en consecuencia, los más adecua-dos para narrar esta crisis”10. Podemos comprobarlo siguiendo la trayectoria de, por ejemplo, el Grupo Prisa.

Este gran grupo empresarial de comunicación ha venido organizando en los últimos años, tanto en América Latina como en España, los encuentros “Invertir en...” Contando con la cola-boración de los respectivos gobiernos y con el patrocinio de las principales empresas españolas presentes en cada uno de estos países, el diario El País se ha dedicado a favorecer la expansión

de los negocios de las transnacionales y promocionar las “bondades” de la inversión extranjera en México, Brasil, Chile, Perú, Colombia y Panamá. En enero de este año, sin ir más lejos, Prisa organizó la jornada Invertir en Colom-bia. En ella participaron el presidente del gobierno colombiano, Juan Manuel Santos; Felipe González, ex presidente del gobierno español y consejero de Gas Natural Fenosa; altos directivos de esta empresa gasista, Ferrovial, In-dra y Telefónica. Y toda la imagen que dieron de Colombia los reportajes, en-trevistas, tribunas de opinión y hasta el propio editorial de El País, como no podría ser de otra manera, giró en torno a las oportunidades de negocio para las empresas españolas en el país andino.

Fuera del relato oficial, cualquier “molestia” a los intereses del capital: nada de mencionar los índices de po-breza y desigualdad, ningún dato sobre la violencia política y las amenazas a los dirigentes sindicales, nada de ha-cer referencia a las protestas y movi-lizaciones populares contrarias a la creación de la sociedad neoliberal del “post-conflicto”. Como escribía Erika González, “ya sea por el hecho de que el Grupo Prisa es una compañía con inversiones en Colombia, o bien por-que los grupos empresariales presentes en la jornada financien la publicidad de esta transnacional de la comunica-ción, el mensaje a transmitir se resu-mía en una idea: lo que es bueno para las transnacionales españolas es bueno para la población colombiana”11.

Como nos cuenta el Informe Mon-golia sobre los principales medios de comunicación españoles, “estos no son solo intermediarios: son agentes cla-ve en la crisis”. Y efectivamente, sus conexiones con la banca y las grandes corporaciones, su dependencia tanto de las empresas anunciantes como de las entidades financieras que han pasa-do a controlar sus consejos de adminis-tración, les ha llevado a que “cualquier conflicto de estas empresas en el mun-do es un problema automáticamente asumido como propio por más agen-tes: por los bancos accionistas y por los medios propiedad de estos”12. Pero ése no es nuestro problema.q

*Pedro Ramiro coordina el Observatorio de Multinacionales en América Latina

(OMAL) - Paz con Dignidad.

1 El documental Una mosca en una botella de Coca-Cola puede verse íntegramente online en www.omal.info.2 Serrano Pascual (2010): Traficantes de información. La historia oculta de los medios de comunicación españoles,

Akal, Madrid.3 Reality News-Mongolia (2013): Papel mojado. La crisis de la prensa y el fracaso de los periódicos en España,

Debate, Barcelona, p. 11. 4 Ibídem, p. 14. 5 “Argentina expropia a Repsol su filial YPF”, El País, 17 de abril de 2012.6 “El leonino decreto de Evo”, editorial de El Mundo, 3 de mayo de 2006.7 Ramiro, Pedro (2014): “Sacyr en Panamá o la historia de ‘nuestras empresas’”, en La Marea, 17 de enero.8 González, Erika (2013): “Iberdrola en Bolivia: una actividad nada ejemplar”, en Diagonal, 31 de enero.9 Ramiro, Pedro (2013): “¿A quién representa la marca España?”, en Pueblos, nº 57.10 Reality News-Mongolia, op. cit. p. 15.11 González, Erika (2014): “La Colombia del Grupo Prisa”, en el eldiario.es, 23 de enero.12 Reality News-Mongolia, op. cit. pp. 13 y 18..

nos sirvieron para comprobar que la reacción de las instituciones que nos gobiernan iba a ser la misma: “El go-bierno español defiende siempre los intereses de las empresas españolas, estén dentro o estén fuera de España”, declaró el año pasado el ministro de Industria y Energía8.

Que se trate de confundir los in-tereses de “nuestras empresas” y de todo lo que representa la marca Es-paña con los intereses generales de la población no es algo que sea dema-siado novedoso9. La lógica es simple: identificar las ganancias obtenidas por la reducida minoría que posee la propiedad accionarial y ocupa la alta dirección de las grandes corporacio-nes con el “progreso” y el “bienestar” de las mayorías sociales. Tras la crisis financiera y la caída de la demanda en los países centrales, hoy que la orto-doxia dominante impone sus recetas para “salir de la crisis” y la internacio-nalización empresarial y la atracción de inversión extranjera se presentan como los pilares fundamentales para la ampliación de mercados y la “recu-peración económica”, esta idea se ha visto todavía más reforzada (a pesar de que se demuestra su falsedad cada vez que se hacen públicos los datos de los dividendos empresariales y los sueldos de los grandes ejecutivos y se comparan con las condiciones labora-les de la mayoría de la población). Y los medios de comunicación cumplen

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 39

Hace ya algún tiempo que venimos escuchando la fórmula “cambiar el mundo”. Pero hemos de reflexionar sobre quién nos lo dice y aproximarnos a su significado connotado. Últimamente están surgiendo iniciativas que se autoproclaman adalides de soluciones sociales e innovadoras ante el contexto de crisis. Son empresas privadas, promovidas desde arriba. Estas vienen seleccionadas, apoyadas y financiadas por empresas del gran capital, bancos, filántropos, directamente o a través de fundaciones. Pero… ¿Cómo penetran? ¿Cuáles son sus estrategias de comunicación? ¿Qué uso hacen del lenguaje? ¿De qué medios de comunicación se sirven?

en los medios El gran capital

Colectivo Filantropófagos*

E l ejemplo más paradigmáti-co en el panorama actual en el Estado español es el caso

de Ashoka, fundación filantrópica internacional originaria de EE UU con presencia en más de setenta paí-ses. Su fundador y director ejecuti-vo es el neoyorquino Bill Drayton. Pudimos asistir a su presentación en sociedad cuando se le concedió el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 2011.

Ashoka financia y estructura su actividad a través de alianzas con una larga serie de empresas, fundaciones y otras corporaciones del gran capi-tal. En el Estado español está patro-cinada, entre otras, por el BBVA, la Fundación Telefónica o la farmacéu-tica Boehriger Ingelheim, y mantiene alianzas estrechas con la Fundación Botín o el grupo Vips. Estas fundacio-nes filantrocapitalistas son la herra-mienta más importante que usa el gran capital para penetrar en sectores estra-tégicos donde hacer negocio (salud, educación, medioambiente, comuni-cación…); y las y los emprendedores sociales su herramienta para acceder y ampliar la clientela hacia sectores críticos de la población y personas que viven en situación de pobreza.

peLiGRo: ¡entRan!Con objeto de visibilizarse, conseguir que su ideología permee socialmente y realizar acciones de marketing ne-cesitan contar con espacios en los me-dios de comunicación. Hoy asistimos a una colonización silenciosa tanto en medios generalistas como alternati-vos. Esta penetración se lleva a cabo a través de una financiación directa de proyectos o a través de emprendedo-res sociales, líderes a sueldo de estas fundaciones.

Las y los emprendedores sociales de Ashoka cobran un sueldo men-sual durante tres años y quedan li-gados, por contrato, a su pertenencia vitalicia. Hemos de ser conscientes de que Ashoka concentra y controla la información que generan sus em-prendedoras y emprendedores, ha-ciendo uso de ella para materializar la penetración del gran capital en los movimientos sociales y espacios al-ternativos. Se trata de un intento de dominación, control de sus efectos y apropiación de sus ideas.

Tampoco hay que perder de vista que en un contexto en el que los go-bernantes están legislando a favor de los intereses privados, estas fundacio-nes e iniciativas de emprendimiento están encontrando apoyo institucio-nal. Por esta razón también hacen uso de medios de comunicación públicos

DOSSIER

El emprendimiento “social” y las fundaciones “filantrópicas” como estrategia

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DOSSIER n Medios de comunicación y discurso neoliberal

40 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

“Fundaciones filantrocapitalistas son la herramienta más importante que usa el gran capital para penetrar en sectores estratégicos donde hacer negocio y las y los emprendedores sociales su herramienta para acceder y ampliar la clientela hacia sectores críticos de la población y personas en situación de pobreza

como herramienta para llegar a las ma-sas, difundir su modelo de sociedad y conseguir legitimación social. En mu-chas ocasiones, son las y los propios emprendedores del sector de la comu-nicación quienes, una vez ocupan es-pacio en los medios de diversa índole, visibilizan y presentan a sus iniciativas amigas como “transformadoras”.

Hallamos formatos en que hacen un tratamiento exclusivo de proyectos

diseñados desde arriba y, en otros, los presentan entremezclados con inicia-tivas populares sin hacer distinciones, en un ejercicio de simulación demo-crática. También los encontramos en los medios como expertos atribuyen-do “autenticidad” a los discursos de humanización del capitalismo.

eL uso perverso deL LenguAjePrestemos atención a las estrategias discursivas y el uso pernicioso del lenguaje que realizan fundaciones y emprendedores a través de tres accio-nes: la omisión, la apropiación, y el juego de la confusión.

Destierran del lenguaje los dere-chos sociaLes y lo traducen por nece-sidades, ampliando su nicho de nego-cio de forma ilimitada. Ya no somos sujetos de derecho, sino clientes de distintas clases sociales que consumen

servicios acorde a su bolsillo. La dig-nidad de las personas vuelve a depen-der del nivel económico o clase social.

Construirán, paralelamente, un mercado para personas pobres que ellos mismos abastecerán. Igualmen-te intentarán abarcar y prestar solu-ciones alternativas para consumido-res críticos, ampliando así su ámbito de negocio hacia la masa disconfor-me con el sistema. No se nombran las desiGuaLdades sociaLes: son pro-blemas o desavenencias sociales, no teniendo que preguntarse las causas es-tructurales de las mismas. Es una omi-sión intencional, ya que los escenarios de desigualdad son indicadores positi-vos para la prosperidad del negocio.

Se apropian del concepto de em-podeRamiento desde una perspectiva economicista neta, traduciéndola a la capacidad de acceder a un crédito

aLianzas de ashoKaAmanco, Price Waterhouse Coopers, Banca Cívica, Banca JP Morgan, Banco Goldman Sachs, Banco Interamericano de Desarrollo, BBVA, Banco Santander, Boehringer Inge-lheim, Caixa Catalunya, Cemex, Citibank, Danone, Departamento de Estado de EE.UU, Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbanístico de EE.UU, Deutsche Bank, DKV Seguros, eBay, Ericsson, ESADE, IESE, Exxon Mobil, Fundación Bankinter, Fundación Botín, Fundación Coca-Cola, Fundación Ford, Fundación Gates, Fundación Hewlett, Fundación Kellogg, Fundación Rockefeller, G-20, GDF Suez, General Electric, Google, Grameen Bank, Grupo Norte, Grupo VIPS, Hilti, IE Business School, Intel, Latham & Watkins, McKinsey & Co, Microsoft, MTV, Nike, Novartis, Orange, Schneider Electric, Siemens, Telefónica, Total, Unión de Bancos Suizos (UBS), USAID, Zurich Seguros y un largo etcétera.

fuente: Revisión de páginas web oficiales de Ashoka de todo el mundo.

¿habLamos de empodeRamiento de Las muJeRes o de neGocios?La Fundación Ana Bella es una iniciativa promovida por Ana Bella, emprendedora social de Ashoka, que tiene por misión, según su web, (www.fundacionanabella.org), construir una sociedad en igualdad libre de violencia hacia las mujeres: “Nace para visibilizar y ayudar a las mujeres maltratadas que no se atreven a denunciar y para apoyar en su proceso de empoderamiento a las mujeres supervivientes que siguen en riesgo de exclusión por haber sido maltratadas”.Pero las únicas acciones que se contemplan en su blog y en su cuenta de Facebook se pueden resumir en una agencia de colocación de per-sonal low cost para una empresa del gran capital y propias (www.empresia.es/empresa/catering-solidario-ana-bella) y, extraordinariamente, jornadas de sensibilización que son más bien campañas autopromocionales, donde existe una ausencia absoluta de análisis de contexto y denuncia sobre cuestiones multifactoriales.Los entes filantrópicos del capital se nos presentan como salvadores por facilitar un trabajo, pero el trabajo es un derecho, no un premio o un privilegio. Si esta fundación es tan sensible al empoderamiento de la mujer, más bien podría animar y acompañar en el proceso a estas mujeres hacia una organización sindical. La intervención social con mujeres víctimas de violencia de género ha de ser de ámbito de gestión y vigilancia pública. Actualmente vivimos el desmantelamiento de los servicios públicos de atención a víctimas, a la vez que emergen figuras como Ana Bella, que pretende dar una respuesta individual a un problema colectivo haciendo negocio de ello. El proyecto de Ana Bella está financiado por entes capitalistas (como BBVA o Danone…) con estructuras jerárquicas y patriarcales. ESADE, la entidad que imparte formación al equipo de profesionales de la Escuela Ana Bella, es una universidad elitista, neoliberal, gestionada por la orden de los jesuitas. La Fundación Ana Bella dice perseguir el empoderamiento de la mujer, pero es absolutamente dependiente de las inversiones de entidades y empresas capitalistas, elitistas y patriarcales, con una estrategia consistente en integrar a las mujeres víctimas de violencia machista como mano de obra barata en puestos de trabajo fuertemente feminizados en empresas del gran capital.

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 41

verso tan impreciso existirán inicia-tivas de buena voluntad entre las que se camuflan los proyectos de empren-dedoras y emprendedores sociales de ideología neoliberal.

con nombRes y apeLLidosinspiRa es un blog del diario.es so-bre emprendimiento social que está patrocinado por Momentum Project, una idea de la escuela neoliberal de negocios ESADE, el BBVA, la con-sultora PWC y Ashoka. Una escuela

que actúa como lobby y think tank neoliberal, un banco que desahucia, invierte en armas y opera en

paraísos fiscales, y una

de las más grandes consultoras del mundo responsable de la elaboración de multitud de informes que apoyan la privatización del sector público. Todas ellas apuestan por el emprendi-miento social.

En este mismo diario encontra-mos el espacio coLaboRatoRio. hacia una economía compaRtida. Nos llega de la mano de Pau Llop, emprende-dor social de Ashoka desde 2009. Su objetivo es dar a conocer “una red de nuevos proyectos que utilizan Inter-net para visibilizarse y desarrollarse de manera sostenible y para el bien común”2. Autodenomina su espacio “Canal de economía social”. Si bien, conociendo su trayectoria, debería-mos: a) introducir el sesgo neoliberal en la interpretación de los conceptos como “sostenible”, “economía social” o “bien común”; b) preguntarnos a qué iniciativas está dando protagonis-mo y a qué intereses responden.

Una de las últimas entradas de este blog es la titulada “El periodismo sí tendrá quien lo pague”. Un artículo que afronta el futuro del periodismo a través de “nuevos enfoques” y “pro-yectos disruptivos”, implementando “aceleradoras de startups, emprendi-miento social, economía compartida. Desintermediación. Colectivización. Multitudes tomando el mando. Dine-ro fluyendo según nuevas reglas, lejos de las estructuras convencionales”3.

y de endeudarse, en vez de abordarla hacia una autonomía real. sociaL y so-LidaRio son dos apelativos que acom-pañan sus propuestas de negocio, con la intención de presentar un marco justificador y humanizado de sus ac-ciones. Sin embargo, con “social” sen-cillamente nos describen su ámbito de negocio; mientras que “solidario” sólo proyecta la actitud de quien consuma sus productos, no así sus intenciones, lo que responde a una ética basada en el beneficio económico. Se puede in-terpretar a los promotores de estas ini-ciativas como intermediarios del nue-vo mercado “social” y “alternativo”.

Nos hablan insistentemente de su carácter de innovación sociaL. El componente innovador primordial no es la creatividad que venden, si no el cambio de marco a una perspectiva mercantilista en la planificación, di-seño, ejecución e imbricación en la realidad de sus proyectos sociales.

La amplitud y fronteras desdibu-jadas en la definición del concepto de empRendimiento sociaL1 juegan inten-cionalmente a confundirnos. Puede ser un fenómeno individual o co-lectivo; puede integrar al sector con ánimo de lucro, sin ánimo de lucro, e instituciones públicas; no es signi-ficativo que sea una transformación gradual o de impacto; no se delimita a un sector en concreto. En ese uni-

mª José comendeiRo.

“ Asistimos a una colonización silenciosa

tanto en medios generalistas como alternativos. Esta

penetración se lleva a cabo a través de una financiación

directa de proyectos o a través de emprendedores sociales, líderes a sueldo

de estas fundaciones

DOSSIER

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42 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

*Nombre apellido apellido es xxxx en xxxx y colabora con xxxxxxxxxxxxxxx.

42 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

DOSSIER n Medios de comunicación y discurso neoliberal

“No buscan transformar, buscan emocionar y

generar conductas de consumo ampliando la

diversidad de perfil de clientes y sus

ámbitos de negocio

sectoRes en que tRabaJan empRendedoRes sociaLes de ashoKa deL estado españoLSanidad, acceso a la vivienda, empleo, inserción socio-laboral, educación, universi-dades rurales, economía social, economía solidaria, banca ética, comunidades autofi-nanciadas, microcréditos, emprendimiento juvenil, periodismo, opinión pública, turismo responsable, biomasa como fuente energética, conservación y protección del territorio, sector pesquero, agricultura y ganadería ecológicas, recuperación de semillas locales, desarrollo rural sostenible, patrimonio cultural, sector penitenciario, violencia de gé-nero, igualdad de género, abuso infantil, seguridad infantil en internet, discapacidad intelectual, etc.

fuente: http://www.ashoka.es/fellows.

*María Arnáiz y Daniel García forman parte del Colectivo Filantropófagos: www.filantropofagos.com.

1 Definición extraída de curso UNED-COMA de Emprendimiento e Innovación social 2013.2 www.eldiario.es/colaboratorio. 3 24/11/2013: www.eldiario.es/colaboratorio/IndieVoices-Media_Factory-periodismo-medios-media-crowdfunding-

financiacion_6_199540061.html. 4 http://mediafactory.vc/index_es.html.5 http://youtu.be/29IG3Pe7CZQ.6 Global Voices, red internacional de blogueros ciudadanos que informan y resumen lo que se está publicando en las

blogosferas de todo el mundo. Su manifiesto apunta a una libertad de expresión y democratización de acceso a los medios por la ciudadanía a través de las nuevas herramientas virtuales. Pero si se hace un recorrido por la web se identifica un filtro ideológico de contenidos que abriga intereses del gran capital.

Foundation, Omidyar Network, del fundador de Ebay, Pierre Omidyar, o la Open Society de George Soros, es-tán presentes en diversos proyectos de comunicación, como puede ser gLo-baL voice6.

Los medios de comunicación tie-nen tanta importancia en la forma de ver el mundo que son de obligado se-guimiento crítico. Advertimos como fundaciones y emprendedores socia-les desarrollan estrategias de mar-keting humanizando el capitalismo, mercantilizando hasta valores solida-rios. No buscan transformar, buscan emocionar y generar conductas de consumo ampliando la diversidad de perfil de clientes y sus ámbitos de ne-gocio.

Por otra parte, vemos el calado que tienen en el diseño de las progra-maciones de los medios públicos, la penetración en medios generalistas, la “prensa alternativa” que se alinea con escuelas de élite y el uso del lenguaje en sus estrategias de comunicación. Está claro que la “comunicación es poder”, otro espacio donde batallar el poder político. Estemos atentos e identifiquemos las procedencias de esas peroratas capitalistas y sus signi-ficados reales. Que no consigan desar-ticular o fagocitar discursos críticos y voluntades honestas.q

de Ashoka, director y fundador de BottUp y Nxtmedia, participa de for-ma habitual en foros como el celebra-do en el Impact Hub de Madrid, sede de Ashoka España, titulado “Nuevos modelos de negocio en el periodis-mo”. A este foro también estaban invitados a participar periodistas de Diagonal, La Marea, Periodismo Hu-mano o Via52.

El acceso de las fundaciones filan-trocapitalistas a los medios de comu-nicación masivos es habitual. Anto-nella Broglia, responsable del evento de emprendimiento TedX Madrid y embajadora de Ashoka para Europa, tiene un espacio dedicado a la inno-vación social todos los viernes en la 2 de TVE en el programa “Para todos la 2”. Ana Saenz de Miera, directora de Ashoka España, es colaboradora habi-tual del blog de El País 3500 miLLones. ideas iRReveRentes contRa La pobRe-zA. Desde esta plataforma publicita proyectos de emprendedores y em-prendedoras sociales de la fundación como “Supermercados solidarios” o “Nuevos modelos carcelarios”. Otro emprendedor de Ashoka, José Mª Pé-rez, Peridis, es habitual en programas de radio de la Cadena SER.

Pero no es Ashoka la única fun-dación filantrocapitalista que hemos identificado en los medios. Knight

Los dos ejemplos que se publici-tan son media factoRy e indievoices. El fundador de Indievoices es Sasa Vucinic, emprendedor de Ashoka desde el año 2008. En 1996 fundó, con apoyo financiero de la fundación de Soros Open Society Institute, con quien ya había trabajado anteriormen-te, la Media Development Loan Fund (MDLF); organización desde la que ha financiado 277 medios indepen-dientes por todo el mundo por valor de 123 millones de dólares, casi total-mente en países en vías de desarrollo.

Media Factory es un proyecto de Mariano Blejman, emprendedor social del Knight International Jour-nalism Fellowships, un programa de la Knight Foundation y la Fundación Bill y Melinda Gates. Media Factory se presenta como “una aceleradora de nuevas compañías de Internet enfoca-da exclusivamente en medios de co-municación en América latina”4. Con tal fin pusieron en marcha su red de mentores e invirtieron 75.000 dólares norteamericanos en emprendedores. El propio Blejman declara que Media Factory viene para “resolver un pro-blema de conexión entre empresas de capital riesgo y medios de comunica-ción en America latina”5.

El responsable del blog Colabora-torio, Pau Llop, emprendedor social

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Cintillo si necesario n SECCIÓN

Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 43

Construyendo el cambio en América Latina n MEDIOS Y DEMOCRACIA

En una época de mercantilización generalizada, economías globalizadas y digitalización, se vuelven esen-ciales reivindicaciones y presiones sociales permanentes por leyes y políticas públicas que favorezcan la construcción de sistemas de comunicación más equitativos y diversificados. Lo que significa, de un lado, enfrentar la concentración monopólica de los medios, definiéndose límites a la actuación de los grupos privados que operan la radiodifusión bajo el régimen de concesión pública; y de otro lado, priorizando medidas que aseguren la inclusión y el fomento de medios alternativos, comunitarios, públicos y sociales, capaces de ampliar la participación de múltiples voces sociales en los sistemas de difusión.

Dênis de Moraes*

El derecho a la comunicación y las políticas públicas de diversidad en América Latina

E stá en cuestión hacer prevalecer un conjunto de principios y prác-ticas que, teniendo en cuenta las

complejidades y reconfiguraciones de la era digital, protejan e impulsen la diversidad, la información veraz, la producción audiovisual nacional y las identidades y tradiciones culturales de los pueblos, a partir del reconocimien-to de su rol esencial en la vida de los individuos y de las comunidades.

La comunicación desempeña un papel clave para la consolidación o la reversión de consensos y también para la soberanía nacional, el desa-rrollo cultural, la integración regio-nal y la cooperación internacional. Cuando me refiero a la formación FotograFía de la emisora Kania Fm de Venezuela realizada por mª Cruz tornay.

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44 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

MEDIOS Y DEMOCRACIA

de consenso, tengo en mente el con-cepto de hegemonía propuesto por el filósofo marxista italiano Antonio Gramsci. De acuerdo con sus ideas, la hegemonía presupone la conquista del consenso y del liderazgo cultural y político-ideológico por una clase o bloque de clases que se impone sobre las otras. Involucra la capacidad de un determinado bloque de articular un conjunto de factores que lo habi-lite a dirigir moral y culturalmente, y de modo sostenido, la sociedad como un todo. La hegemonía es obtenida y consolidada no sólo por cuestiones vinculadas a la estructura económica y la organización política, sino tam-bién, en el plano ético-cultural, a la expresión de saberes, prácticas, mo-dos de representación, juicios de valor y modelos de autoridad que quieren legitimarse y universalizarse.

Por lo tanto, la hegemonía no debe ser meramente entendida en los lí-mites de una coerción pura y simple, puesto que incluye la dirección cultu-ral y la aquiescencia social a todo un conjunto de convicciones, creencias, normas morales y reglas de conducta. Se torna indispensable definir estrate-gias de argumentación y persuasión, como también acciones concatenadas que resulten en interpretaciones con-vincentes sobre la realidad social.

La batalla simbólica por la de-mocratización de la comunicación necesita cuestionar las verdades dis-cursivas que los medios, como apa-rato privado de hegemonía, elaboran, diseminan y ambicionan perpetuar. La pluralización depende de varios facto-res, entre ellos el convencimiento pú-blico sobre la necesidad de espacios

ción y de la Comunicación (NOMIC). Un paso adelante en esta dirección fue la aprobación, en la Conferencia Gene-ral de la Unesco, realizada en noviem-bre de 1978 en París, de la Declaración sobre los principios fundamentales re-lativos a la contribución de los medios de comunicación masivos para el for-talecimiento de la paz y de la compren-sión internacional para la promoción de los derechos humanos y la lucha en contra del racismo, el apartheid y la incitación a la guerra.

En 1980, el Informe McBride re-conoció la existencia de un grave des-equilibrio en el flujo mundial de infor-mación y comunicaciones, y promovió la discusión de alternativas que pudie-ran revertir la situación. Su publicación estimuló una serie de conferencias re-gionales, incluso en Latinoamérica, sobre políticas culturales y comunica-cionales, patrocinadas por la Unesco. Sin embargo, el Informe McBride y la Unesco enfrentaron fuerte oposición por parte de los grupos globales de los medios y durante la onda neoliberal, bajo el liderazgo de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, cuando se puso en marcha una ofensiva mundial en fa-vor del “libre flujo de la información”.

A partir de ahí, la discusión sobre el desequilibrio en el flujo de informacio-nes Norte-Sur fue oficialmente movién-dose hacia el ámbito de la actual OMC (Organización Mundial de Comercio), beneficiando los intereses de las poten-cias capitalistas y las corporaciones.

“La batalla simbólica por la democratización de la

comunicación necesita cuestionar las verdades

discursivas que los medios, como aparato privado

de hegemonía, elaboran, diseminan y ambicionan perpetuar

más libres de información y opinión, y la implementación de políticas pú-blicas que promuevan una efectiva di-versificación de los contenidos.

las polítiCas de ComuniCaCiónLos marcos modernos de las políticas de comunicación se relacionan con los objetos nacionales perseguidos por los Estados a lo largo de los siglos XIX y XX como respuesta a la renovación continuada de las tecnologías. El papel del Estado fue esencial en el desarrollo del telégrafo, de las telecomunicacio-nes, del cine, de la radio y de la tele-visión. A medida que estas industrias se fueron consolidando, la actuación estatal se volvió determinante para la configuración de derechos, reglamen-taciones y restricciones.

En función de la correlación de fuerzas vigente en cada coyuntura específica, las políticas oscilaron y oscilan entre la defensa del interés público y las exigencias de rentabi-lidad de las empresas privadas. No obstante este movimiento pendular entre los valores sociales y las ambi-ciones mercantiles, históricamente es en nombre del interés nacional que se reconoce y se legitima la intervención del Estado para ordenar y armonizar los mercados constituidos por nuevos medios de comunicación y redes de distribución de contenidos. Esa inter-vención en general abarca la fijación de normas, estrategias y prácticas de organización, regulación, gestión, fi-nanciamiento, formulación de planes y condiciones competitivas. Se trata de reconocer al Estado como instancia capaz de resguardar el interés colecti-vo en los procesos, prácticas y diná-micas comunicacionales, en compara-ción con los designios del mercado y sus engranajes de gestión, reproduc-ción y comercialización.

Uno de los marcos de las discusio-nes sobre políticas de comunicación fue el célebre Informe Mc Bride, titulado Un mundo y muchas voces, que resultó de iniciativas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) a fines de la década de 1960 para intentar revertir el desequilibrio de los flujos interna-cionales de información y construir el Nuevo Orden Mundial de la Informa-paula Cabildo.

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 45

ción controlada”, con actores privados asumiendo el control sobre las cuestio-nes clave que involucraban el sistema comunicacional como un todo. A con-tinuación, las políticas se volvieron escasas e insuficientes, y los controles monopólicos se beneficiaron con le-gislaciones omitidas o complacientes. La privatización desenfrenada acen-tuó la concentración (de propiedad, de capitales, de medios tecnológicos, de dominios sectoriales) de las indus-trias de información y entretenimiento en manos de un reducido número de corporaciones nacionales y transna-cionales, con alianzas estratégicas y asociaciones en todos los continentes.

Por consiguiente, el reflujo de las políticas públicas de comunicación en las décadas de 1980 y 1990 tuvo que ver con la concentración y la transna-cionalización, así como con la omi-sión, muchas veces deliberada, por parte de los Estados de sus responsa-bilidades para con la modernización de las infraestructuras productivas y tecnológicas, y la acción regulatoria.

En el contexto de crisis del neoli-beralismo, en el ámbito de la sociedad civil, se están retomando las reivin-dicaciones por una participación más activa del Estado en la reestructura-ción y en la regulación de actividades esenciales. Entre las cuestiones prio-ritarias, se destacan la concentración en la propiedad de los medios de co-municación; la convergencia entre los sectores de informática, audiovisual y telecomunicaciones, y las formas de regulación de la radiodifusión y de los flujos globales de comunicación.

esFuerzos por Cambiar la estruCturaEn ese sentido debemos destacar los esfuerzos de gobiernos progresistas latinoamericanos (Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina y Uruguay) para aprobar y aplicar legislaciones que cambian los modos de estructuración de la radiodifusión, a partir de la com-prensión de que es necesario revertir las condiciones que beneficiaron la expansión de los monopolios mediáti-cos. Y lo hacen tomando en cuenta las situaciones específicas de cada país y enfrentando violentas campañas opo-sitoras de los grandes medios, que no

se conforman en perder espacios de influencia social y privilegios econó-micos y financieros.

Se trata de promover medidas que aseguren una distribución equitativa entre tres instancias involucradas en la radiodifusión: el Estado (para garan-tizar un servicio público de calidad), el sector privado (con fines de lucro y responsabilidades sociales) y el sector social (sin fines de lucro, independien-te del poder estatal y constituido por entidades y movimientos comunita-rios, sociales, étnicos y de género, universidades, sindicatos, asociaciones profesionales, etc.).

La distribución equitativa demarca los campos de actuación de los acto-res que interfieren en los procesos co-municacionales, de modo que resulta decisiva para separar los presupuestos comerciales de los contenidos de inte-rés social y comunitario. Igualmente, es importante para distinguir las par-ticularidades de las esferas estatal y pública (que representan los diferentes grupos, clases e instituciones sociales).

De ahí la relevancia de una distri-bución equitativa del espectro de la radiodifusión, respetando las peculia-ridades de los sectores estatal, públi-co, privado y social/comunitario, pero impediendo la supremacía de los inte-reses mercantiles. La radiodifusión es parte de los bienes públicos comunes, y de esta forma no puede ser monopo-lizada por actores privados, como si fuese de su exclusiva propiedad.

Se amplía en entendimiento de que es el Estado la única institución que puede salvaguardar la diversidad cul-tural en tanto elemento fundamental para la afirmación de la ciudadanía. En este sentido, y sin ignorar los efectos de la explosión digital en curso y la necesidad del Estado de respetar los derechos individuales y colectivos, crece la importancia de políticas públi-cas que tengan en cuenta la libertad de expresión como parte constitutiva del derecho humano a la comunicación y exigencia insuperable para la democra-tización de la vida social.q

Aun así, debemos resaltar que fue el debate iniciado en la Unesco con el In-forme McBride el que llevó a impulsar las primeras formulaciones sobre el de-recho a la comunicación, que abarca el derecho de los pueblos a la información y avanza en relación a definiciones so-bre los principios de libertad de expre-sión y de libertad de prensa.

A partir de 1980, en el cuadro de globalización capitalista e interna-cionalización de los mercados, las políticas neoliberales de desregula-ción, desestatización y privatización debilitaron la interferencia del Estado en áreas estratégicas y en la promo-ción de políticas sociales. El discur-so dominante pasó a rotular como “intromisión indebida” del Estado la formulación de directrices para la expansión de las tecnologías de co-nexión y transmisión (satélite, cable, redes infoelectrónicas), bajo la justifi-cación de que correspondía al merca-do autorregularse. Con esto, las ambi-ciones empresariales predominan en las reglas básicas de la convergencia digital, promovida por la hibridación de las infraestructuras (redes, plata-formas, sistemas) de generación de datos, imágenes y sonidos.

en amériCa latinaLa adhesión de numerosos gobiernos latinoamericanos al ideario neoliberal ocasionó una serie de distorsiones. En los últimos treinta años, las políticas públicas de comunicación estuvieron orientadas por la eliminación de restric-ciones a la concentración de medios. La revisión de los marcos legales fue hecha para posibilitar una “liberaliza-

* Dênis de Moraes es doctor en Comunicación y Cultura por la Universidad Federal de Río de Janeiro y

profesor e investigador de la Universidad Federal Fluminense, en Brasil.

“La radiodifusión es parte de los bienes públicos comunes, y de esta forma no puede ser monopolizada por actores privados, como si fuese de su exclusiva propiedad

Construyendo el cambio en América Latina n MEDIOS Y DEMOCRACIA

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46 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

Los medios en América Latina:

de la resistencia a la construcción

Para comenzar a vernos con nuestros ojos es necesario visi-bilizar a las grandes mayorías, a

la pluralidad y diversidad de nuestra región, recuperar nuestra memoria: un pueblo que no sabe de dónde viene di-fícilmente podrá saber a dónde va. La profundización de este nuevo proceso emancipatorio exige el protagonis-mo de los espacios de participación colectiva para garantizar y robustecer las políticas públicas de integración regional, y el reconocimiento de de-rechos y la justicia en lo económico, social y cultural. Al mismo tiempo, jamás han estado tan violentadas tanto la libertad individual como la sobera-nía de los Estados, como consecuen-cia directa de una altísima concentra-ción de las comunicaciones y de los medios en pocas manos. Ésta es una limitante tanto para la democracia como para las libertades individuales.

Estamos pasando de más de 500 años de resistencia a una etapa de construcción (nueva comunicación, nuevas democracias),

donde se deben dar pasos en la práctica y, a la vez, ir diseñando nuevas teorías que tengan que ver con nuestras realidades, idiosincrasias y futuro,

rompiendo los añejos paradigmas liberales. En América Latina estamos reinventando la democracia.

Transitamos una etapa inédita que recupera y actualiza las mejores tradiciones emancipatorias y de resistencia popular.

Aram Aharonian*

paul

a Cab

ildo

.

MEDIOS Y DEMOCRACIA

Page 47: Pueblos 61 - Abril de 2014 - Monográfico "Comunicación, poder y democracia"

Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 47

Construyendo el cambio en América Latina n MEDIOS Y DEMOCRACIA

América Latina está en un pro-ceso de reinvención y, además, re-definiendo su inserción en el mundo multipolar. Modifica su actual rol de proveedor de materias primas, que lo coloca en una situación frágil y vulne-rable, para buscar un tipo de industria con tecnología punta y desarrollo de las manufacturas, al tiempo que desa-rrolla su mercado interno con equidad y justicia. Su futuro no está aún defi-nido, en especial porque su visión de sí misma, su destino como territorio y su relación con las grandes potencias, especialmente con Estados Unidos, se está transformando radicalmente.

No podemos hablar de comuni-cación y democracia sin ubicarnos en el contexto de la recuperación, revalorización y reconstrucción del Estado como espacio institucional y ético-político, dispuesto a asumir e implementar políticas públicas como la transformación de los sistemas de comunicación y normas y medidas que contribuyen a la democratización de la información, la cultura y los co-nocimientos.

Tampoco podemos hacerlo sin referirnos a la concentración mono-pólica de los medios y todas sus im-plicaciones, el valor estratégico de las políticas de comunicación, las legis-laciones democratizadoras impulsa-das desde los movimientos sociales, a veces con el apoyo de los Estados, las normas antimonopólicas, el fomento a la revitalización de la comunicación estatal a partir de la re-creación de me-dios propios y de las políticas para el afianzamiento de los medios populares (comunitarios, alternativos, indepen-dientes) y el fomento a la producción cultural y de contenidos audiovisua-les, así como la incansable lucha por el derecho a una nueva comunicación abierta, democrática, plural, diversa.

Por primera vez en la historia de la región aparecen en las agendas pú-blicas la preocupación por reestruc-turar los sistemas de difusión, habida cuenta de la enorme concentración de las industrias de la comunicación, de la información y del entretenimiento en manos de pocas empresas y con-glomerados nacionales y trasnacio-nales, auténticos latifundios mediáti-cos y cibernéticos, para terminar con legislaciones omisas y complacientes con los monopolios y oligopolios.

Y hoy somos conscientes de que la comunicación jamás estuvo tan invo-lucrada en la batalla de las ideas por la dirección moral, cultural y política de nuestras sociedades, donde los medios de comunicación desempeñan el papel de servidores de la hegemonía, de la ideología de las clases dominantes, en la búsqueda de ubicar en el imaginario colectivo el consenso sobre su visión de mundo, el mensaje único, hege-mónico, consumista, antidemocrático.

La lucha simbólica por la demo-cratización de la comunicación ne-cesita cuestionar el discurso que los medios, como aparato privado de he-gemonía, elaboran y diseminan. Pero la democratización depende también del convencimiento público sobre la necesidades de espacios más libres, plurales, diversos para la información y la opinión y el fomento del Estado a la diversificación de los contenidos.

lo hegemóniCoPara el sociólogo marxista italiano Antonio Gramsci, la hegemonía pre-supone la conquista del consenso y del liderazgo cultural y político-ideológi-co por una clase (o bloque de clases) que se impone sobre las otras, e invo-lucra la capacidad de un determinado bloque de articular un conjunto de factores que lo habilite a dirigir moral y culturalmente, sostenidamente, la sociedad como un todo. Si se quiere cimentar una hegemonía alternativa a la dominante es preciso propiciar una guerra de posiciones cuyo objetivo es subvertir los valores establecidos y encaminar a la gente hacia un nuevo modelo social. El objetivo consiste en la imaginación de una nueva cultura no subalterna, muy diferente de la burguesa, que pueda llegar a ser domi-nante, sin verse arrastrada por culturas tradicionales.

La separación creciente entre go-bernantes y destinatarios de sus deci-siones; entre intelectuales y el resto, en-tre las y los funcionarios de las teorías y quienes las reciben, es inaceptable en el pensamiento del italiano. La hege-monía no es una construcción monolí-tica, sino el resultado de mediaciones de fuerza entre los bloques de clase en determinado contexto histórico. No es estática. Puede ser reelaborada y altera-da tanto en el ámbito social (a través de

asociaciones y movimientos contrahe-gemónicos) como por el Estado.

Hace cuatro décadas, para impo-ner un modelo económico y político se recurrió a las fuerzas armadas, con el saldo de miles y miles de personas muertas, desaparecidas, torturadas. Hoy los medios de comunicación ma-siva llevan el bombardeo del mensaje hegemónico directamente a nuestras salas, comedores y dormitorios, du-rante 24 horas al día, a través de la información, la publicidad y el entre-tenimiento, transmitiendo un mismo mensaje, dirigido a las percepciones más que al raciocinio.

El tema de los medios de comu-nicación social tiene relación directa con el futuro de nuestras democracias, porque la dictadura mediática preten-de suplantar a las dictaduras militares de cuatro décadas atrás. Son los gran-des grupos económicos, los latifun-dios mediáticos, que usan a los medios y deciden quién tiene o no la palabra, quién es protagonista y quién antago-nista. Y plantean una realidad virtual, invisibilizando la realidad adversa a sus intereses. La gente común cono-ce la historia (virtual) a través de los medios. Y sólo cuando su propia reali-dad contrasta con esta historia virtual y la hace estallar en pequeños trozos, logra darse cuenta de esa dualidad, de ese divorcio entre medios y realidad.

Para cualquier análisis que quera-mos hacer, debemos tener en cuenta

“La comunicación jamás estuvo tan involucrada en la

batalla de las ideas por la dirección moral,

cultural y política de nuestras sociedades, donde los medios de

comunicación desempeñan el papel de servidores de la hegemonía, de la ideología

de las clases dominantes

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MEDIOS Y DEMOCRACIA n Construyendo el cambio en América Latina

“La democratización depende del convencimiento público sobre las necesidades de espacios más libres, plurales, diversos para la información y la opinión y el fomento del Estado a la diversificación de los contenidos

la revolución digital de las últimas dos décadas, que provocó la mezcla de texto, sonido e imagen. Desde en-tonces, las fronteras entre el mundo de la comunicación, el de la cultura de masas y el de la publicidad son cada vez más tenues y las grandes empre-sas, a través de las megafusiones, se han adelantado a gestionar el conte-nido de las distintas esferas. Nuestras sociedades consumen hoy grandes do-sis de información sin siquiera saber que es falsa. La clave es un sistema de instantaneidad que nadie puede verificar y que en muchas ocasiones es una manipulación de laborato-rios y estudios de cine o televisión.

Construir demoCraCiaLa democracia sigue instalada como sistema formal, sin apropiación ciu-dadana, razón por la cual su insti-tucionalidad es precaria. Construir democracia es construir ciudadanía, empoderar a las personas pobres ga-rantizándoles igualdad de acceso a la salud, vivienda, educación e informa-ción, dar voz e imagen a las grandes mayorías ninguneadas.

Eduardo Galeano decía que “ya no se necesita que los fines justifi-quen a los medios. Ahora los medios de comunicación justifican los fines”. Hoy los medios de comunicación co-merciales cartelizados atacan como partido político y se defienden con la muletilla de la defensa de la libertad de prensa, cuando sólo reivindican, en realidad, la impunidad de sus em-presas y de los intereses imperiales.

Debemos ser proactivos y no li-mitarnos a lamentos y denunciología, debemos convencernos que estamos abandonando una época de más de 500 años de resistencia para iniciar (¡y cómo nos cuesta!) la nueva etapa de construcción. Debemos romper vie-jos paradigmas para poder reinventar nuestras democracias y democratizar palabra e imagen. Apostar al futuro es, sin duda, incluir preferentemente la opción por las personas jóvenes, las nuevas generaciones.

Pero lo primero que debemos de de-mocratizar y de ciudadanizar es nuestra propia cabeza, reformatear totalmente nuestro disco duro. El primer territorio a ser liberado son los mil cuatrocien-tos centímetros cúbicos de nuestro cerebro. Aprender a desaprender, para desde allí comenzar la construcción.

En este presente es indispensable la democratización de las comunica-ciones, la articulación de los medios populares y el fortalecimiento de los medios públicos. Es así que el afian-zamiento de una agenda para una co-municación democrática requiere del impulso de los movimientos sociales, de los Estados nacionales y de las ins-tancias regionales de integración.

Estamos en una etapa de transición. En nuestros países debemos dar por terminada la etapa de la resistencia (al colonialismo cultural) para comenzar la difícil etapa de la construcción (de nuevas alternativas, de la democracia, del futuro de nuestros pueblos). Cons-trucción sugiere cambiar paradigmas, reinventarnos; sugiere proceso, avan-

ces y retrocesos. Tenemos muchos problemas para construir, para pen-sar hacia adelante, en pensar en cosas nuestras; en crear y errar también. Es tiempo de seguir elevando nuestra au-toestima, esa que parecía haber tocado fondo hace apenas una década. Como excusa para no construir, muchas ve-ces hemos puesto la falta de recursos por delante, aunque generalmente el problema mayor es que no teníamos ideas. Nos habían secuestrado la uto-pía, aniquilado nuestros sueños.

Ahora hay que aprovechar esa posi-bilidad de construir una nueva comuni-cación, una nueva sociedad, una nueva democracia, y construirla no sólo en la práctica sino también en la teoría, una nueva teoría adecuada a este nuevo enfoque de América Latina. Hay que darle la palabra a la gente y no tener miedo, apelar al raciocinio del pueblo y no sólo a los sentimientos, que son los golpes bajos permanentes de la cons-trucción comunicacional hegemónica.

Se han roto algunos viejos paradig-mas. Las nuevas legislaciones estable-cen un tercer sector de la comunicación, más allá del privado y el público, que es el sector ciudadano sin fines de lucro (alternativos, independientes, comuni-tarios), que debe desarrollarse en igual-dad de condiciones con los otros dos sectores. Este solo hecho, que supera la visión tradicional reducida a la polari-dad Estado-sector privado, representa un cambio paradigmático significativo.

Pero promover efectivamente la participación, la interacción, nuevos va-lores y una estética distinta en la comu-nicación implica pasar por profundos cambios culturales, pues de poco ser-virían si la población no se apropia de ellos. Es necesario cambiar la “matriz productiva” de la comunicación y pasar de una sociedad consumidora de infor-mación o mercancías a una sociedad crítica y productora de información, de medios, de respuestas, de preguntas, de nuevas creaciones, de nuevos discursos.

La construcción (de una nueva co-municación democrática, de democra-cias participativas) se hace desde aba-jo, hombro con hombro. Lo único que se construye desde arriba es un pozo.q

*Aram Aharonian (Uruguay, 1946), coordinó el diario Noticias y fue jefe de redacción de La Voz

(Argentina). Fundador y ex director de TeleSUR, hoy dirige la Fundación para la Integración Latinoamericana

y el Observatorio en Comunicación y Democracia. ”

“Promover efectivamente la participación, la interacción,

nuevos valores y una estética distinta en la

comunicación implica pasar por profundos cambios

culturales, pues de poco servirían si la población no

se apropia de ellos

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 49

En Argentina tenemos ley.

¿Cómo logramos el cambio?

Las leyes son palabra escrita y mucho más. Son el mapa en el cual nos podemos mover como sociedades modernas. Y cuando, además, son leyes construidas socialmente, debatidas y resistidas por las personas poderosas, denotan mucho más que ese marco normativo y develan cambios sociales necesarios. La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) fue sancionada en Argentina en octubre de 2009, luego de una construcción social rica y participativa y de la voluntad política del Gobierno1. Sin embargo, hicieron falta cuatro años más para que se pronunciara la Justicia sobre el último de los obstáculos jurídicos que pusieron los medios y para que se pudiera avanzar sobre la concentración de medios y los oligopolios.

Mariela Plugiese*

M ientras tanto, el debate por la nueva ley permitió cuestionar algunos elementos cruciales

para las sociedades modernas. En pri-mer lugar, planteó a gran parte de la sociedad que la comunicación es un derecho y que este derecho es mucho más que la actividad comercial que rige a los principales medios de comunica-ción del mundo. Por otra parte, visibi-lizó que detrás de los medios de comu-nicación hay una historia, en muchos casos fundacional, de relaciones so-ciales e interese sectoriales y políticos definidos. Y que estos intereses son los que marcan la agenda y la ideología del medio aunque el último siglo y medio haya tratado de convencernos de que el periodismo es trans-parente, ahistórico y desinteresado.

nueVos aCtores y nueVa ConCepCiónPara los medios sin fines de lucro, esta ley nos convierte en actores de la co-municación audiovisual en la Argenti-na. De ser prohibidos pasamos a poder ocupar un 33 por ciento del espectro radioeléctrico y a tener derechos y res-ponsabilidades ante el Estado. Pero, más allá de lo normativo, hubo un empoderamiento de los medios comu-nitarios (y las mujeres y hombres que los conforman), al ser protagonistas del cambio social a través de las leyes.

Además, colocó en la escena pú-blica la presencia e importancia de los

medios comunitarios y cambió el con-cepto de hacer comunicación. Ejer-cer el derecho a la comunicación no es sólo poder decir lo que uno quiere sin que se lo impidan, pararse en una plaza o detrás de un micrófono. Por supuesto tampoco es sinónimo de li-bertad de empresa. Es más, la comu-nicación y el derecho a ejercerla no es sinónimo de periodismo (que al fin y al cabo, es una construcción histórica de pocos siglos). El derecho a la co-municación significa que la palabra de todos y todas tenga peso, es el dere-cho a construir discursos que incidan, que se escuchen y, sobre todo, que se puedan construir colectivamente.

paula Cabildo.

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50 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

MEDIOS Y DEMOCRACIA n Construyendo el cambio en América Latina

*Mariela Pugliese Lacorte forma parte del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) y de la

Radio Comunitaria FM Bajo Flores.1 Busso, Néstor; y Diego, Jaimes (comp.) (2011): La Cocina de la Ley, El proceso de incidencia en la elaboración de la

Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en Argentina, ed. FARCO, Buenos Aires.

Lo que se busca con el derecho a la comunicación de los pueblos es que deje de existir, en palabras de Gracia-na Peñafort, una visibilidad tutelada, una mirada de los sectores populares recortada por los medios y por las clases e intereses que representan. No queremos una mirada tutelada por otros, un marco de entendimiento en el cual otros nos inserten. Queremos pensar nuestras realidades a través de nuestras representaciones y con nues-tro lenguaje (que expresa, como sabe-mos, prácticas sociales y no es sólo un código común). Queremos gestionar nuestros medios y comunicar desde allí. Esto es algo que los medios co-munitarios vienen planteando desde hace más de 30 años en la Argentina, pero que pudo cruzar las fronteras de nuestras organizaciones a partir de la lucha y de la sanción de la LSCA.

Para un medio comunitario la cons-trucción colectiva de la comunicación está ligada a la búsqueda de la justicia social, de la igualdad y del buen vivir de todas y todos. Y la comunidad acá es mucho más que un territorio y tiene que ver con poder construir una ciuda-danía donde los históricamente vulne-rados y excluidos podamos ser dueños de nuestra historia, de nuestro presente y de nuestro destino. Pero ¿cómo lo-gramos que esto deje de ser el deseo

de unos pequeños grupos y pase a formar parte del “sentido común” de la sociedad (como en los dos últimos siglos lo fue la propiedad privada, el consumo y los derechos individuales por sobre los colectivos)?

el 33 por CientoLa reserva del 33 por ciento apunta a equilibrar los poderes mediáticos y a generar la posibilidad de la disputa de sentidos. Ese tercio del espectro radioeléctrico no es una concesión caritativa para los medios pobres, pre-carios y pequeños. Ese 33 por ciento representa o deberá representar la voz potente de un pueblo que fue silencia-do por los poderosos, porque lo que se está discutiendo es quién queda aden-tro y quién queda afuera de la sociedad.

Sin embargo, para que esa voz deje de ser un susurro o sea mostrada por otros según sus propios paráme-tros (y hasta ahora, para las grandes mayorías, esto sigue siendo así), el sector comunitario (o sin fines de lu-cro, como indica la ley) debe fortale-cerse. Esta es una pelea grande, que tiene algunos desafíos muy concretos: necesitamos medios comunitarios que puedan incidir en la agenda pública, en la transformación de la sociedad.

Y acá son varios los actores invo-lucrados. Por un lado, los medios co-munitarios, las organizaciones. ¿Cómo crecer sin perder el espíritu de medios comunitario, colectivo, que tiene a la comunicación como derecho y no como fin comercial? Es un terreno nuevo en América Latina. Tener fuer-za y ser pueblo al mismo tiempo. Y en esta última década, en algunos países, ser pueblo y ser gobierno. Esta unión requiere de capacidades técnicas y de mirada clara en cuanto a objetivos so-ciales y políticos, requiere organiza-ción profunda. En el caso de los me-dios comunitarios, ahora que hay un marco normativo, tenemos que poder tener una estructura interna lo suficien-temente fuerte como para resolver los requerimientos administrativos y lega-les que plantea la ley y el Estado; pero

también tenemos que poder generar cambios sociales y para esto hay que tener medios técnicamente potentes, audiencias que nos escuchen y generar contenidos originales, de calidad, in-clusivos y atractivos.

Por otra parte, este crecimiento va a ser complejo si no tenemos un Esta-do que acompañe el fortalecimiento. Como ha acompañado el crecimiento y sostén de las industrias, del agro, del cine, la literatura o las bibliotecas po-pulares. La búsqueda del bien común implica desarrollar políticas públicas de comunicación que permitan fo-mentar y sostener el sector para que cumpla la función social necesaria en la construcción de una sociedad me-jor. Y en este sentido, es importante aclarar que “sin fines de lucro” no significa que no se requieran ingresos. Significa que los recursos se necesi-tan para transformar la realidad de muchos, en lugar de generar más re-cursos para unos pocos. En Argentina se están dando algunos pasos en ese sentido, la ley prevé ciertos aspectos (Fondo de Fomento para sector sin fines de lucro, por ejemplo) y otros caminos están todavía por recorrerse (discusión de la pauta publicitaria, políticas impositivas, redistribución de ingresos, acompañamiento institu-cional o trabajo autogestionado).

Una ley no termina cuando se es-cribe. Y una ley que viene a transfor-mar no sólo estructuras económicas sino concepciones culturales no se aplica mágicamente. Se construye, entre todos. Requiere de Estados que respeten la voz y los intereses del pue-blo y también de hombres y mujeres organizados que nos sumemos a estos espacios tan diferentes a los que los últimos años de liberalismo nos han enseñado. Medios donde no es impor-tante nuestra pequeña voz individual ni nuestra “carrera”, sino que se va descubriendo, con maravilla, cómo con la voz colectiva aparece algo nue-vo, potente, que permite que el sueño de una Patria Grande con justicia e igualdad esté un poco más cerca.q

“¿Cómo crecer sin perder el espíritu de medio comunitario, colectivo, que tiene a la comunicación como derecho y no como fin comercial? Es un terreno nuevo en América Latina. Tener fuerza y ser pueblo al mismo tiempo

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 51

MEDIOS Y DEMOCRACIA

N inguno de los países que apostaron por democratizar la comunicación y romper

los monopolios mediáticos lo con-siguieron sin que sus gobiernos recibieran a cambio las mayores campañas de ataques, fundamenta-

das en el derecho a la libertad de ex-presión, cuando realmente se trataba de defender el derecho a copar un bien pú-blico como es el espacio radioeléctrico.

En este escenario de lucha de po-deres, la República Bolivariana de Venezuela es el ejemplo más extremo de lo que puede hacer el poder mediá-tico para conservar unos intereses de clase, en este caso amenazados por la llegada del presidente Hugo Chávez al gobierno. El 11 de abril de 2002, el país sufrió lo que ha pasado a la Histo-

Durante décadas, el escenario mediático de América Latina se ha definido por la existencia de

grandes oligopolios en manos de las familias más ricas de la región, convertidas en actores

políticos ilegítimos con capa-cidad para imponer y derrocar

gobiernos. Sin embargo, el giro a la izquierda dado en la mayo-

ría de los países del subconti-nente supuso el alejamiento de

las políticas neoliberales para ganar en democracia y parti-cipación ciudadana, lo que a

su vez implicaba democratizar la comunicación y permitir el

acceso igualitario a los medios. Y es que, como recuerda el

comunicador Antonio Pasquali, esta participación en igualdad

de condiciones no es “la última y refinada coquetería en las democracias adultas, sino la

esencia misma del sistema”1.

Mª Cruz Tornay*

La comunicación en Venezuela, en manos del poder popular

emisora negro primero. FotograFía: mª Cruz tornay márquez.

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52 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

MEDIOS Y DEMOCRACIA n Construyendo el cambio en América Latina

“Las cuñas de la comuna se intercalan con las intervenciones de las personas que llaman para denunciar el nuevo intento de golpe de Estado que se esconde detrás de las protestas estudiantiles

ria como el “primer golpe mediático” por la implicación de algunos medios de comunicación junto a la patronal del país, Fedecámaras, en la planifica-ción y desarrollo del intento de golpe de Estado. Las cadenas privadas Glo-bovisión, Venevisión, RCTV y Tele-ven hicieron creer que los simpatizan-tes chavistas que se protegían de los disparos de los francotiradores ataca-ban a una marcha de opositores en una avenida que en realidad se encontraba vacía. Horas después, presentaban a un triunfante Pedro Carmona, pre-sidente de la patronal golpista, asu-miendo la presidencia del país ante la supuesta renuncia de Hugo Chávez.

En el momento en el que medios españoles y estadounidenses abrían con la noticia de un nuevo presidente en Venezuela, miles de personas baja-ban de los cerros de Caracas para exi-gir la restitución del presidente electo. Para los medios privados aliados de la burguesía venezolana, lo que ocurría a las puertas del Palacio de Miraflores no era noticia y prefirieron emitir se-ries de dibujos animados.

En las horas de apagón informati-vo que sólo sumaban confusión y des-concierto sobre lo que sucedía en la capital, los medios de comunicación populares realizaron una labor funda-mental en la denuncia del ataque a la legalidad democrática y en la visibili-zación del respaldo popular a Chávez. La mayoría de las emisoras que salie-ron a las ondas durante esas horas eran radios que venían de la clandestinidad y represión en los años de presidencia de Rafael Caldera y que dejaron de ser

perseguidas a partir de 1998, lo que favoreció un impulso del movimiento.

Los sucesos de abril de 2002 pu-sieron al descubierto cuál iba a ser uno de los grandes enemigos del presiden-te Chávez a lo largo de su mandato y lo necesario de contar con canales que contrarrestaran la influencia y el poder mediático que en ese momen-to ejercían cuatro familias (Cisneros, Phelps, Capriles y De Armas), que a su vez contaban con ramificaciones en otros sectores económicos.

ComuniCaCión popular en moVimientoAntes de eso, el movimiento de comu-nicación popular se había organizado en el marco del proceso constituyente para solicitar la inclusión de avances respecto a la democratización de la co-municación y del espectro radioeléc-trico. José Manuel Iglesias, miembro de la coordinación de la Asociación Nacional de Medios Comunitarios, Libres y Alternativos (ANMCLA), explica cómo, efectivamente, en el año 2000 se reforma y promulga la Ley Orgánica de Telecomunicacio-nes, que deja espacio a las emisoras que anteriormente ni siquiera tenían cabida en la ley y que permitió que un año después se publicara el regla-mento de radiodifusión. Las reformas fueron utilizadas por los medios pri-vados como un ataque a la libertad de expresión y a la supuesta pluralidad de medios cuando, en realidad, la ma-yoría pertenecía a los mismos dueños.

La reforma supuso en ese momen-to un avance hacia la redistribución del espacio radioeléctrico, pero la formidable campaña de ataque que generó no se correspondía en absoluto con las aspiraciones de la norma, que realmente era poco ambiciosa. Lejos del reparto porcentual y equitativo aprobado en países como Ecuador, Argentina o Bolivia, la Ley de Teleco-municaciones cede a la radiodifusión comunitaria los espacios huecos que deja la privada y hoy la distribución del espectro se reparte aproximada-mente entre un 80 por ciento para los medios privados, un 18 para públicos y un escaso dos por ciento para los comunitarios. Para Iglesias, la Ley

de Telecomunicaciones es una norma “bastante neoliberal, ya que ni siquie-ra habla de porcentajes y lo público y comunitario sigue siendo bastante marginal”. Hubo un tiempo en que también se sumaron a la petición de la distribución porcentual, más que un reparto de frecuencia, pero lo que en este momento se pide desde AN-MCLA es “un control social del es-pectro que de una forma organizativa permita que éste sea controlado por el poder popular”.

Aunque no llegara tan lejos como las reformas de Argentina o Ecuador, la ley y el apoyo gubernamental per-mitieron un avance fundamental para democratizar la comunicación entre una mayoría social invisibilizada en los medios privados. En un país con mayoría mestiza, democratizar los me-dios significa democratizar las voces y los rostros del pueblo. José Manuel cuenta cómo la televisión privada ha-bía acostumbrado a la sociedad a que no saliera “ni un marroncito claro”, pero “que ahora se vea y se escuche el mestizaje de este país es un aporte no sólo al proceso revolucionario, sino a un mundo más humano y más justo”.

De partir de una situación de ile-galidad y represión, en la actualidad se calcula que existen en Venezuela 1.175 medios alternativos y comu-nitarios entre radios y televisiones y medios impresos y digitales. Además, cuentan con 250 “unidades de comu-nicación de calle” puestas en marcha con el reparto de megáfonos entre los consejos comunales y movimientos sociales. A su vez, estos medios popu-lares se organizan en 37 redes regiona-les y ocho organizaciones nacionales, entre ellas, ANMCLA, que comenzó a funcionar un año después del golpe.

Los medios alternativos y comuni-tarios han estado ligados a la organi-zación popular y algunos han logrado la autogestión a través del apoyo de la comunidad. Es el caso de algunos me-dios emblemáticos, como Radio Arse-nal, en el barrio caraqueño del 23 de Enero; Lara TV, en la ciudad de Bar-quisimeto, o la radio Negro Primero, emisora de la comuna Sarria.

La Negro Primero se encuentra en la segunda planta del edificio de la co-

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 53

MEDIOS Y DEMOCRACIA

*Mª Cruz Tornay, periodista sevillana que vive en Venezuela, forma parte del consejo de redacción de

Pueblos – Revista de Información y Debate.

1 Pasquali, Antonio (1991): La comunicación cercenada. El caso Venezuela, Monte Ávila Editores, Caracas.2 www.lasmontoneras.net.3 http://ecopopularve.wordpress.com/.

“Combatir, aunque sea en desventaja, contra “un

asedio de veinticuatro horas por todos los flancos de enajenación y consumo” significa ejercer a través de la comunicación “una

lucha de clases que implica desmontar al enemigo con sus mismas herramientas”

muna Simón Rodríguez, en un barrio situado a los pies del parque nacional Waraira Repano, nombre que dio a la cordillera el grupo indígena caribe que habitaba en el valle de Caracas. Antes de llegar a la cabina, Carlos Lugo muestra los talleres de costura, la panadería, la pescadería y la char-cutería que actualmente funcionan en la comuna para activar un tejido productivo que a su vez garantiza al barrio alimentos a precios justos. En la misma planta de la charcutería y frente al taller de costura se encuentra la cabina de radio en la que participan vecinas y vecinos y miembros de las empresas de propiedad social directa que trabajan en el edificio. En Vene-zuela, la agenda política marca el día a día y las cuñas de la pescadería de la comuna se intercalan con las inter-venciones de las personas que llaman para denunciar el nuevo intento de golpe de Estado que se esconde detrás de las protestas estudiantiles.

Carlos Lugo, coordinador de la emisora Negro Primero, explica cómo la visión de un modelo de comuni-cación integral implicó levantar en catorce años “un proyecto que pasa por cuatro elementos indispensables: la vida colectiva comunal-social, la producción, la defensa integral y la comunicación”. Como en otras ex-periencias, la radio Negro Primero en ningún momento fue un fin en sí mismo, sino un elemento de desa-rrollo que llega a todos los elemen-tos de forma transversal. A su vez, la integración en la comuna permite el mantenimiento y la financiación de la emisora de forma autónoma, lo que todavía supone una asignatura pendiente para la mayoría de medios comunitarios que se financian a través de los ingresos recibidos por la publi-cidad que contrata el Ministerio del Poder Popular para la Información y la Comunicación (MINCI).

El papel de los medios comunita-rios a lo largo de estos años ha sido fundamental tanto para el desarrollo

social como para “la revolución que se está viviendo en América Latina y puntualmente también en Venezuela”. Y tanto es así porque la comunicación se convierte en una herramienta para hacer frente a un modelo que “du-rante siglos ha impuesto enajenación, dominio y legitimación del individua-lismo”. Un tipo de comunicación en el que se defienda la conciencia de la vida colectiva y social es fundamental en barrios como este del norte de Ca-racas en los que, según explica Carlos, durante años “se impuso la pobreza y la miseria y se dejó a los desclasados”.

Combatir, aunque sea en desven-taja, contra “un asedio de veinticuatro horas por todos los flancos de enaje-nación y consumo” significa ejercer a través de la comunicación “una lucha de clases que implica desmontar al enemigo con sus mismas herramien-tas”. Carlos es consciente del mo-mento histórico que vive Venezuela y América Latina y cómo es necesario dar “una batalla comunicacional y po-lítica, junto a la organización popular”. Esta conciencia ha supuesto la crea-ción de alianzas con otros colectivos y la generación de estructuras como Las Montoneras2 o Ecopopular3, portal de portales puesto en marcha por comuni-cadores de Argentina y Venezuela.

desaFios pendientesEl papel de los medios comunitarios y alternativos para democratizar la comunicación y avanzar en la organi-zación del poder popular en Venezuela ha sido innegable, si bien todavía que-dan por delante desafíos de los que el movimiento es consciente. Organiza-ciones y colectivos de medios comu-nitarios se reunieron hace poco para impulsar el Plan Nacional de la Co-municación Alternativa y Comunitaria para los próximos cinco años y plan-tearon propuestas respecto a cuatro grandes temas: el aspecto formativo, que hace de cada medio una escuela; el fortalecimiento de la producción de contenidos propios; el uso responsable

de la comunicación del espectro ra-dioeléctrico, y la autosustentabilidad del medio “tomando como referencia la autogestión de algunos medios con apoyo del poder popular”, según ex-plica Reynaldo Escorza, director de la Dirección de Medios Alternativos y Comunitarios del MINCI.

A diferencia de otras experiencias de radios populares sectoriales, como las radios mineras o las campesinas, el desarrollo de los medios comunitarios en Venezuela ha crecido de forma pa-ralela a la organización popular, qui-zá, como explica José Manuel desde ANMCLA, “porque la Revolución Bolivariana es muy urbana y ha sido defendida por comunidades populares organizadas sobre la base de solici-tud de servicios, más que de sectores económicos precisos como obreros o mineros”. Tanto es el nexo entre los medios comunitarios y la organiza-ción popular, que en este momento se discute en la Asamblea Legislativa el proyecto de Ley de Comunicación del Poder Popular, presentado bajo la fi-gura del pueblo legislador y que tiene como objetivo impulsar y consolidar la comunicación del Poder Popular como derecho humano y defender la comunicación participativa y emanci-padora de las comunidades.q

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54 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

El jesuita Javier Giraldo, uno de los más importantes defensores de los derechos humanos en Colombia, propuso en una carta abierta para las FARC que en las negociaciones de La Habana “se elabore, como priori-dad de prioridades, un nuevo marco legal para la información y la comu-nicación que abra caminos a la par-ticipación”. Giraldo advirtió que “la condición elemental y básica de toda participación es el acceso a la verdad, a la información no manipulada y a la comunicación libre y no amorda-zada”. Y denunció que “en Colombia los grandes medios de comunicación fabrican mentiras y calumnias de grandes proporciones, de alcance sis-temático y de efectos letales”.

el negoCio de la CompliCidad“Le vamos a dar las dos licencias de los canales de la televisión privada a los dos grandes grupos económicos, como debe ser”. Así me lo anunció Ernesto Samper1 cuando, siendo co-rresponsal de TVE en Colombia, me tocó sentarme a su lado en un almuer-zo del entonces presidente con los me-dios internacionales. Hasta entonces las empresas comerciales compraban espacios para su programación en las

José Manuel Martín Medem*

emisiones de la televisión estatal, pero a partir de 1998 se impone el duopolio de CARACOL y RCN.

Los sucesivos gobiernos negocian con las empresas el mantenimiento del negocio audiovisual a cambio del acompañamiento en la ejecución de sus políticas. No hay servicio público,

Por primera vez en la negociación de un gobierno con la insurgencia, se incluye la democratización de los medios de comunicación como condición para la solución política del conflicto. La propuesta de las

Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) es la mejor de la izquierda latinoamericana.

paul

a Cab

ildo

.

La democratización de los medios en la negociación de las FARC

pluralismo ni espacio para las iniciati-vas sociales. En la radio hay un poco más de diversidad, pero también en función del reparto entre las mismas empresas como agradecimiento por lo que Samper denominaba el patriotis-mo informativo. En prensa, los cacaos (los empresarios más poderosos) se re-

MEDIOS Y DEMOCRACIA

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 55

MEDIOS Y DEMOCRACIA n Construyendo el cambio en América Latina

*José Manuel Martín Medem es miembro de la Comisión Ejecutiva del Sindicato

de Periodistas de Madrid.

parten el control de sólo dos diarios de alcance nacional, El Tiempo y El Es-pectador. Una revista de información política, Semana, es la voz del sistema institucional, económico y militar. Du-rante el doble mandato presidencial de Álvaro Uribe la sumisión informativa de los grandes medios se profundizó bajo lo que, en una definición genial, las organizaciones no gubernamentales denominaron el embrujo autoritario.

El 15 de diciembre del 2004, Ál-varo Uribe contó a un grupo de direc-tores de medios y periodistas de con-fianza, invitados a una tertulia en la Casa de Nariño, la sede presidencial, que el representante de las FARC Ro-drigo Granda, capturado dos días an-tes, había sido secuestrado en Caracas por funcionarios venezolanos sobor-nados por el gobierno de Colombia para trasladarlo a Bogotá. El relato de aquella velada de Uribe en complici-dad con los periodistas del patriotis-mo informativo forma parte del libro de memorias de Jaime Bermúdez, La audacia del poder. El que fuera asesor de políticas de comunicación y canci-ller de Uribe explica la colaboración de los más poderosos medios de co-municación para justificar el terroris-mo de Estado de un presidente que ha-bía utilizado el presupuesto nacional para corromper a policías de otro país en el que había organizado un secues-tro, violando el derecho internacional.

En el negocio de la complicidad con los gobiernos de Colombia parti-cipa también la corporación española PRISA, que compró CARACOL Radio y tiene en Bogotá su centro editorial para América Latina. Con CARACOL y El País, las informaciones de los medios de PRISA aplican sobre Co-lombia una tremenda pinza: sintoni-zan con la política gubernamental en el escenario interno y defienden esa misma política en sus ediciones y emi-siones para España y América Latina.

El duopolio de la televisión colom-biana regaló el pantallazo de la legiti-midad mediática al comandante de los paramilitares Carlos Castaño y nunca acogió con un similar despliegue de entrevistas especiales a Javier Giraldo, que tuvo que refugiarse en el exilio. Cuando ya no fue posible ocultar las

barbaridades de los paramilitares, ac-tuando en complicidad con militares, policías, empresarios y diputados, la revista Semana tuvo que confirmar en un editorial (aunque hablando sólo del pasado) lo que durante tanto tiempo habían denunciado defensores y defen-soras de derechos humanos: “La mag-nitud de lo que ocurrió en Colombia rebasa la imaginación del ciudadano común. Sobre todo del ciudadano ur-bano que, desde su cómoda quime-ra de progreso y consumo, no vio el horror al que la clase dirigente le dio la espalda, la justicia no fue capaz de frenar y la prensa apenas mostró a me-dias. El horror al que las instituciones de la seguridad, la justicia y la política no fueron capaces de ponerle un muro de contención por complacencia o por miedo. Cuando la violencia se legitima a través de la autoridad, los discursos o los medios de comunicación, el instin-to criminal se desata con más fuerza”.

pluralismo, serViCio públiCo, dereCho de aCCeso e iniCiatiVas soCialesEn sus Propuestas para la democratización de los medios de comunicación, las FARC reclaman una nueva legislación audiovisual que establezca los siguientes principios básicos:l Las frecuencias de radio y de te-

levisión se distribuirán en partes iguales para el sector público, pri-vado y social, a través de una ins-titución no gubernamental.

l Se fortalecerán los medios de ser-vicio público (bajo control social y profesional que impida su gu-bernamentalización), se estimula-rá la participación de los sectores sociales y se impedirá la concen-tración de la propiedad en los ne-gocios audiovisuales.

l Se repartirá en partes iguales en-tre los tres sectores la financiación procedente de la publicidad de ser-vicio público.

l Se garantizará el acceso de todas las organizaciones políticas y so-ciales a los medios de comunica-ción del Estado mediante la asig-nación de franjas de programación.

l Se regulará el acceso universal a las tecnologías con conectividad a Internet de banda ancha y software

libre, servicios de acceso público y dotación subsidiada de portátiles.

l Se mejorarán las condiciones labo-rales de las y los profesionales de la información y de la comunicación.

La iniciativa de las FARC supera en lo fundamental incluso a las nuevas le-gislaciones audiovisuales de Argenti-na y Ecuador, que son las mejores del mundo, aunque le falta un ingrediente que esas leyes sí tienen: las limitacio-nes para la inversión internacional en la apropiación de emisoras de radio y de televisión.

Los avances en la propuesta de las FARC son muy importantes en el de-recho de acceso y en la definición del sector social, que supera la habitual definición de comunitario. Cuando se reparten las frecuencias entre el servi-cio público, los negocios audiovisua-les y el sector comunitario, se corre el peligro (como sucede en las reformas de Argentina, Ecuador, Venezuela y Uruguay) de confinar a lo social en lo comunitario, limitando el alcance y la cobertura de los medios no conven-cionales. Para las FARC, las iniciati-vas sociales tienen derecho a la misma presencia estatal que el servicio públi-co y las empresas comerciales.

Las FARC incluyen por primera vez en América Latina, para la demo-cratización de los medios de comuni-cación, el derecho de acceso, que abre el servicio público para la presencia de partidos, sindicatos y organizacio-nes sociales que sin ese recurso no tendrían la capacidad de conseguir una difusión mayoritaria de sus mane-ras de pensar y actuar.

En el preacuerdo sobre participa-ción política al que ya se ha llegado en las negociaciones de La Habana se han incluido algunas de las propuestas de la guerrilla antes mencionadas: se establecerán medios de interés públi-co y comunitario, se abrirán espacios en las emisoras y canales institucio-nales y regionales para garantizar la participación política y social, habrá nuevas convocatorias para la adjudi-cación de licencias y se repartirá la publicidad de servicio público entre todos los sectores con criterios de transparencia e igualdad.q

1 Presidente de Colombia de 1994 a 1998.

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56 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

Bráulio Santos Rabelo de Araújo*

La concentración de los medios de comunicación en Brasil y la actuación de los movimientos sociales

T ambién existe una concentra-ción horizontal, es decir, una concentración del poder eco-

nómico en un mercado específico. En la televisión en abierto (presente en el 98 por ciento de los hogares2 y beneficiaria del 60,92 por ciento de la publicidad3), Globo es líder del mer-cado concentrando en 2009 el 45,2 por ciento de la audiencia4 y el 73,5 por ciento de la publicidad, tres veces más que sus principales competido-

ras5. En la televisión de pago tiene participaciones en 38 canales y poder de veto a la entrada de contenidos en las distribuidoras SKY y NET que, en conjunto, controlan cerca del 80 por ciento del mercado6.

La concentración también se da en la producción audiovisual. A pesar de que la Constitución brasileña deter-mine el “fomento de la producción in-dependiente” (Art. 221), no hay unas cuotas de obligado cumplimiento para

paul

a Cab

ildo.

La propiedad de los medios de comunicación en Brasil está muy concentrada. Los grandes grupos de comunicación que actúan en el país (como Globo, SBT, Bandeirantes, Record, Abril, Folha, Estado y RBS) controlan la mayoría de los canales de televisión y radio, periódicos y revistas, productoras de cine, agencias de noticias, discográficas, editoriales y portales de Internet1. La actuación de esos grupos en los diferentes medios de comunicación configura una concentración vertical y cruzada, puesto que les permite una producción y distribución de información y entretenimiento en diferentes modalidades de medios.

las emisoras de televisión en abierto. A consecuencia de esto, el contenido independiente representa menos del 10 por ciento de la programación de las emisoras comerciales7. También existe concentración geográfica. Un estudio de 2009 del Observatorio del Derecho a la Comunicación8 señala que el tiempo medio de programación regional en las emisoras comerciales es sólo el 9,14 por ciento del total de la programación.

MEDIOS Y DEMOCRACIA

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 57

Construyendo el cambio en América Latina n MEDIOS Y DEMOCRACIA

Además de las distintas modalidades de

concentración, los sistemas público y comunitario están

poco desarrollados y no consiguen competir con el

sistema comercial

regulaCión insuFiCientee inCumplidaLas normas brasileñas que restringen la concentración de la propiedad de los medios de comunicación son insufi-cientes y jamás fueron capaces de im-pedir la concentración empresarial del sector. Los límites a la concentración horizontal son tenues y a excepción de una restricción a la participación cru-zada entre empresas de radiodifusión y telecomunicaciones (Artículo 5º y 6º de la Ley 12.485/11), no hay leyes que impidan la concentración cruzada ni la vertical en los medios de comu-nicación. Como si esto no fuese sufi-ciente, las pocas restricciones en vigor son violadas por las empresas y por el propio Estado.

Las empresas esquivan el límite jurídico que establece una emisora de radio o televisión por localidad por medio del cambio de su antena para municipios más grandes que los de su concesión original, bajo la justifica-ción de que la alteración permite una mejora del servicio. Valiéndose de esa práctica, el Grupo Bandeirantes, por ejemplo, controla seis emisoras de ra-dio en la ciudad de São Paulo, el mayor mercado del país. Los límites naciona-les y regionales a las concesiones son eludidos mediante la filiación de las emisoras a los grandes grupos, con contratos que someten a las filiales a las delimitaciones técnicas, financieras y de programación de la emisora prin-cipal, práctica que viola el artículo 12 del Decreto Ley 236/6718.

Finalmente es el propio Estado quien a menudo distribuye licencias

Además de las distintas modali-dades de concentración, los sistemas público y comunitario brasileños es-tán poco desarrollados y todavía no consiguen competir con el sistema comercial. La creación del ente pú-blico de radiodifusión en 2007 fue un importante avance en la democra-tización y descentralización del sec-tor, aunque todavía cuenta con una audiencia y un presupuesto escasos si lo comparamos con los del sistema comercial nacional y los del sistema público de otros países. En 2012 la media de audiencia de las emisoras públicas en Brasil osciló entre el 0,2 y el 0,95 por ciento en las ciudades de Río de Janeiro y São Paulo, y en el Distrito Federal9, bastante inferior a la de Globo del 41,27, por ciento, o la de Rede TV, del 1,68 por ciento (res-pectivamente líder y última entre las grandes emisoras comerciales)10 y la audiencia del 21,3 por ciento del canal público BBC1 de Reino Unido11.

Por su parte, el presupuesto de la empresa pública (la EBC) en 2012 fue de 466 millones de reales brasile-ños12, equivalente tan solo al 2,4 por ciento de la inversión publicitaria ob-tenida por todo el sistema comercial brasileño13 o al 3,7 por ciento de lo que facturó la Red Globo en el mis-mo año14. Es verdad, sin embargo, que el presupuesto de todo el sistema de la EBC es comparable a lo facturado por el resto de canales de televisión comercial brasileños, que en 2009 os-ciló entre los 200 millones y el billón de reales15.

El sistema comunitario, por otra parte, está atrofiado a causa de una reglamentación excesivamente res-trictiva. La ley que regula el sector (9.612/98) limita las emisoras comu-nitarias a una potencia de 25w y a una cobertura máxima de un radio de un kilómetro, además de dejar un único canal a la radiodifusión comunitaria. Con esas limitaciones, la potencia conjunta de las 4.556 emisoras comu-nitarias autorizadas a funcionar en el país16, equivale a 113.900w, cerca de un cuarto de la potencia de una única emisora comercial de la ciudad de São Paulo, la Radio Transamérica, cuya potencia irradiada es de 400.000w17.

por encima de los límites legales. Lo que ocurrió cuando el Gobierno Fede-ral otorgó siete licencias de FM y tres de onda media (OM) nacionales a Rede CBS19, violando los límites de seis FM y dos OM nacionales por entidad estable-cidos en el citado Decreto Ley 236/67.

los moVimientos soCiales Contra la ConCentraCión de mediosLa Constitución brasileña de 1988, re-conociendo el problema de la concen-tración de los medios, prohíbe el mo-nopolio y oligopolio en el sector (Art. 220), determina el estímulo para la pro-ducción regional e independiente (Art. 221) y define que los sistemas privado, público y estatal de comunicaciones de-ben ser complementarios (Art. 223).

Sin embargo, para que surtan efec-to, las normas constitucionales nece-sitan ser reglamentadas, como vienen reclamando las Organizaciones de la sociedad civil y quedó reflejado en la I Conferencia Nacional de Comuni-cación (2009), primer momento en la historia en el que todos los sectores de la sociedad (poder público, sector privado y sociedad civil) se sentaron a debatir conjuntamente las políticas pú-blicas relativas al sector de la comuni-cación. Las propuestas aprobadas por la Conferencia reivindicaban combatir la concentración, la ampliación del es-pacio de producción regional e inde-pendiente y el fortalecimiento de los sistemas público y comunitario, entre otras medidas.

Tras la Conferencia, el Gobierno del ex presidente Lula informó de la elaboración de un proyecto de regu-lación del sector a partir de las pro-puestas aprobadas por la sociedad. Sin embargo, el proyecto fue abando-nado tanto por su Gobierno como por el de su sucesora, la presidenta Dilma Roussef, y ni siquiera fue publica-do. Como respuesta a la omisión del Gobierno, el Forum Nacional para la Democratización de la Comunicación (FNDC), en colaboración con dece-nas de entidades de los movimientos sociales brasileños, lanzó en 2012 un Proyecto de Ley de Iniciativa Popular volcado a regular el sector de las co-municaciones. El Proyecto, entre otras medidas, prevé la creación de límites

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MEDIOS Y DEMOCRACIA n Construyendo el cambio en América Latina

ducido por Anatel y por el Ministerio de las Comunicaciones a partir de una recomendación del MPF señaló que 16 estaciones de radio comerciales operan ilegalmente en la ciudad de São Paulo puesto que poseen antenas y estudios instalados en la capital o en ciudades vecinas cuando, sus licencias sólo les permiten emitir en otros municipios. Ante este informe, Anatel inició los procedimientos administrativos para remediar y punir las infracciones y el MPF hizo una nueva recomendación para que la fiscalización se realice en todo el país22.

A pesar de estas iniciativas, las movilizaciones por el derecho a la co-municación en Brasil afrontan dificul-tades para avanzar. Los proyectos que tienen por objetivo la regulación de los medios de comunicación son tachados de inconstitucionales por el sector pri-vado por violar, supuestamente, la li-bertad de expresión, de empresa y de concurrencia. Esas alegaciones no se sustentan, puesto que las libertades públicas no son absolutas y pueden ser objeto de regulación. Los medios de comunicación en especial deben ser regulados (como sucede en gran canti-dad de países democráticos) de manera que se garantice que los ciudadanos y ciudadanas puedan comunicar en igualdad de condiciones.

La correlación de fuerzas en el Congreso Nacional impide avances hacia la democratización de la comu-nicación, sin embargo, la opinión pú-blica da señales de insatisfacción con la estructura mediática en Brasil. En las manifestaciones de junio de 2013 iniciadas por las tarifas en el transpor-te público, el tema de la comunicación no tardó en aparecer. Hubo movili-zaciones contra la concentración y a favor de la regulación de los medios de comunicación en grandes ciudades del país.

CorrelaCión de Fuerzas y aVanCesLa propiedad de los medios de comu-nicación en Brasil está concentrada, ya sea por falta de límites legales o por la violación de las tenues restricciones de la legislación. Los movimientos sociales brasileños vienen generan-do acciones junto a la sociedad civil y a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial con el objetivo de promo-ver la pluralidad y la diversidad en los medios. Los esfuerzos obtuvieron algunos avances, no obstante, la co-rrelación de fuerzas en la política ins-titucional ha impedido progresos sig-nificativos. Así, después de más de 25 años de la promulgación de la Consti-tución, Brasil todavía no ha consegui-do democratizar su sistema de comu-nicaciones, elemento esencial para la construcción de un sistema mediático mas igualitario y una democracia más efectiva en el país.q

*Bráulio Santos Rabelo de Araújo es abogado, doctor en Derecho Económico por la Facultad de Derecho

de la Universidad de São Paulo y miembto de Intervozes – Coletivo de Comunicação Social.

Traducido para Pueblos - Revista de Información y Debate por Alba Onrubia García.

1 Biondi, Antonio; Charão, Cristina. Terra de Gigantes. ADUSP, n. 42, p. 6-25, jan. 2008.2 Comitê Gestor da Internet no Brasil (CGI): Investigación sobre O uso das tecnologias de informação e comunicação

no Brasil: TIC Domicílios e Empresas 2012, São Paulo. Disponible en: www.cetic.br.3 Ver: www.projetointermeios.com.br.4 Ver: http://midiadados.digitalpages.com.br/html/reader/119/18334.5 Jimenez, Keila. Globo fatura R$ 7 bilhões em 2009. O Estado de S. Paulo. 25 mar. 2010. www.estadao.com.br.6 Fonsêca, Daniel. Não dá para não ver: As mídias nas manifestações de junho 2013. São Paulo; FES, 2013.7 Centro de Pesquisa e Desenvolvimento em Telecomunicações - CPQD (2006): Cartografia Audiovisual Brasileira de

2005: Um estudo quali-quantitativo de TV e cinema, Campinas.8 Observatório do Direito à Comunicação (2009): Produção Regional na TV Aberta Brasileira. São Paulo. Disponible

en: www.direitoacomunicacao.org.br.9 Presidência da República; Secretaria de Comunicação Social; Empresa Brasil de Comunicação (2013): Relatório de

Gestão do Exercício de 2012, Brasília. Disponible en: www.ebc.com.br.10 Ver: http://midiadados.digitalpages.com.br/html/reader/119/15659.11 Ver: www.barb.co.uk/resources/tv-facts/annual-share-of-viewing?_s=4.12 Ver nota 8.13 Ver: www.projetointermeios.com.br.14 Globo Comunicação e Participações S.A. (27 mar. 2013): Relatório da Administração de 2012. Rio de Janeiro.15 Jimenez, Keila. Globo fatura R$ 7 bilhões em 2009. O Estado de S. Paulo. 25 mar. 2010. Disponible en:

www.estadao.com.br.16 Ministério das Comunicações (2013): Radiodifusão Comunitária – Número de emissoras comunitárias no país en

Caderno da 1ª Conferência Nacional de Comunicação. Disponible en: www.mc.gov.br/numero-de-emissoras-comu-nitarias-no-pais.

17 Anatel – Agência Nacional de Telecomunicações. Sistema de Controle de Radiodifusão. Disponible en: http://siste-mas.anatel.gov.br/SRD/Consultas/ConsultaGeral/TelaListagem.asp.

18 Bolaño César Ricardo Siqueira (2007): Qual a lógica das políticas de comunicação no Brasil?, São Paulo; Paulus.19 Ministério das Comunicações (2013): Relação de Sócios e Diretores. Disponible en: www.mc.gov.br.20 Véase la Web de la campaña “Para Expressar a Liberdade”: www.paraexpressaraliberdade.org.br/. El Proyecto de

Ley está disponible en: www.paraexpressaraliberdade.org.br/arquivos-nocms/plip_versao_final.pdf.21 Acciones Directas de Inconstituconalidad por Omisión en los artículos 9, 10 y 11.22 Ekman, Pedro (2014): A Corrupção está no ar. Blog do Intervozes na Carta Capital, 14 jan. 2014. Disponible en:

www.cartacapital.com.br.

fijos para la concentración horizontal, vertical y cruzada; la reserva de una parcela del espectro a las emisoras pú-blicas y comunitarias; la creación de cuotas de producción independiente y regional; la retransmisión de progra-mación producido por grupos sociales relevantes y la creación de un fondo para apoyar la sustentabilidad de las emisoras públicas y comunitarias. Para ser considerado por el Congreso, el Proyecto de Ley deberá ser suscri-to por, al menos, el uno por ciento del electorado nacional, distribuido al menos entre cinco Estados (Art. 61 de la Constitución), lo que corresponde a cerca de 1,4 millones de firmas20.

En paralelo al ámbito legislativo, el movimiento social está actuando en la esfera del poder judicial. En 2010 el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y las organizaciones sindicales FI-TERT, FENAJ y CONTCOP propusie-ron acciones en el Supremo Tribunal Federal requiriendo la regulación de los artículos constitucionales vinculados a la comunicación, entre ellos el Art. 220 § 5º y el 22121. Los incumplimientos de los límites en la concentración y otras violaciones se están combatiendo por un grupo formado por el Ministerio Público Federal (MPF) y por las orga-nizaciones de la sociedad civil ligadas a la comunicación. Un informe pro-

La propiedad de los medios de comunicación en Brasil está concentrada, ya sea

por falta de límites legales o por la violación de las tenues restricciones de la legislación

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 59

COOPERACIÓN, EDUCACIÓN Y MOVIMIENTOS SOCIALES

mª José Comendeiro.

Durante las últimas seis décadas, las ONGD y un gran número de comunicadores y comunicadoras del “Norte” hemos dedicado

muchos esfuerzos a tratar de “sensibilizar” a los y las ciudadanas de los llamados países desarrollados sobre una realidad que

parecía suceder, y también originarse, a miles de kilómetros de distancia de nuestros hogares. La pobreza, el hambre o incluso

(en propuestas más críticas) las injusticias sociales han sido, hasta hace no mucho y según la narrativa promovida por ONGD y por los pocos periodistas “comprometidos” dentro de la estructura

de los mass media, realidades ajenas a lo que sucedía en los países llamados desarrollados. Incluso aquellos discursos que

han tratado de mostrar las interdependencias y las causalidades de las brechas Norte-Sur, mayoritariamente no se han alejado

de un esquema mental determinado por la eterna dicotomía que dividía al mundo entre países ricos y países pobres.

Silvia M. Pérez*

¿Otra comunicación está en marcha?

Rompiendo las dicotomías de un mundo en transformación y globalmente desigual

E n los años previos a que la cri-sis y los ajustes estructurales formaran parte de nuestro voca-

bulario cotidiano, la pulsión comuni-cativa del periodismo comprometido con la solidaridad internacional tra-taba de acercar una realidad situada a miles de kilómetros de distancia al impasible consumidor occidental, pretendía evidenciar la necesidad de dedicar recursos a solventar la pobre-za de los más pobres o, en el mejor de los casos, se empeñaba en hacer com-prender a la ciudadanía del Norte la responsabilidad de las actuaciones de sus gobiernos o empresas en la situa-ción del Sur.

La llegada de la crisis, el incre-mento de la desigualdad en nuestro te-rritorio, ha hecho que muchas ONGD

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60 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

COOPERACIÓN, EDUCACIÓN Y MOVIMIENTOS SOCIALES

y comunicadoras y comunicadores que habían puesto gran dedicación en ser altavoces y dar voz a las realidades del Sur (desigualdad, pobreza, impactos de ajustes estructurales, luchas de mo-vimientos sociales transformadores...) se pregunten ahora cómo informar sobre la realidad internacional cuando la injusticia social está a la puerta de casa, cómo evitar ese “primero los de aquí”, cómo lograr que la difícil reali-dad local no invisibilice las desigual-dades que existen en otras regiones.

Sin embargo, la premisa desde la que se plantean estas cuestiones recae de nuevo en el mismo error focal de los que tradicionalmente hemos uti-lizado. Porque, si bien hay muchos ejemplos de buenas prácticas, y se pueden nombrar múltiples logros, la realidad actual y las lógicas mayori-tarias nos muestran que hemos errado sustancialmente: 1/ en los objetivos y metas que nos mueven al comunicar sobre la pobreza y la desigualdad in-ternacional, 2/ en la conformación de un imaginario dicotómico con el que hemos pretendido “formar” a los y las ciudadanas, muchas veces debido a 3/ nuestra propia incomprensión de la interdependiente realidad global.

ONGD, comunicadores y medios tenemos alguna responsabilidad en la imagen atomizada que hemos ofreci-do de un mundo que ya hace varias décadas es crecientemente desigual. La dicotomía países ricos-países pobres ha fomentado la incompren-sión de los problemas mundiales, un mundo interdependiente en el que las desigualdades domésticas y las inter-nacionales están íntimamente relacio-nadas. En esto, las ONGD tenemos alguna responsabilidad.

unos obJetiVos ComuniCatiVos que… ¿transForman?El pasado mes de febrero, el diario El País publicaba los resultados de una encuesta encargada a Metroscopia. “España”, destacaba el artículo, “debe implicarse de forma significativa en la ayuda al desarrollo porque ‘es un de-ber moral y ayuda a construir un mun-do más justo y sostenible’. Así opina el 81 por ciento de los españoles, sin grandes diferencias entre incli-naciones políticas, género ni edad”1.

danía es “solidaria”, se “compromete” con la lucha contra pobreza en el mun-do, incluso en un momento en el que la pobreza es parte de su geografía dia-ria. Ahora bien, lo que no resulta tan evidente es cómo imaginamos que ha de ser ese compromiso. ¿Cómo ha de implicarse nuestro Estado con el desa-rrollo? ¿Mediante donaciones puntua-les en caso de desastre o emergencia humanitaria? ¿Apoyando económica-mente proyectos concretos en los paí-ses más empobrecidos? ¿Pulsando un “me gusta” en alguna campaña contra el cambio climático? ¿Colaborando con organizaciones internacionales que se encargan de estos temas? Y es en este sentido, en el que algunas de las lógicas comunicativas de las ONGD han contribuido a desdibu-

jar el carácter de política pública que tiene la cooperación al desarrollo, así como su relación con otras políticas públicas de carácter nacional e inter-nacional (migratoria, diplomática, sa-nitaria, educativa…). La uniteralidad, discrecionalidad, la voluntariedad, la caridad interesada, al fin y al cabo, que se impone a nivel legislativo en las políticas de cooperación, se acompaña de unas lógicas comunicativas que no ayudan a romper este esquema de ayu-da entre países (personas) donantes y países (y pobres) receptores.

Los enfoques comunicativos pre-dominantes (que responden en gran medida a los propios objetivos de las organizaciones) se han alejado de la co-municación que pretende ser transfor-madora, fundamentalmente porque los objetivos que se persiguen (el conteni-do que se transmite) muchas veces no lo son tampoco. En las áreas de comunica-ción de las ONGD seguimos reprodu-ciendo esquemas y patrones propios de gabinetes de prensa o de departamentos de marketing, como describe Víctor Marí, que tienen que ver con posicio-nar la marca (lógica publicitaria), captar fondos (lógica instrumental, o “comu-nicación mercadeada”, en palabras del citado autor) o transmitir información sobre la ONGD y sus acciones y activi-dades (lógica informacional).

La crisis ha acrecentado, en gran medida, el uso de técnicas publicitarias para la captación de fondos por parte de muchas organizaciones, en especial de las que tienen más visibilidad me-diática, en un momento de grave crisis financiera. Algunas ONGD han incre-mentado sus acciones publicitarias, sin olvidarse de la situación local, equipa-rando, en muchos casos, las desigual-dades de aquí con las de allí, iniciando incluso acciones sociales dentro del Es-tado, pero sin llegar a incidir sustancial-mente en las causalidades comunes y la propuesta de soluciones globales a los problemas. El objetivo de estas accio-nes comunicativas suele ser múltiple: 1) la captación de fondos y 2) la denun-cia de las causalidades de la pobreza (o a la inversa). Una mezcla de objeti-vos que confunde, resta credibilidad y hace desconfiar a los y las ciudadanas de la veracidad de nuestro compromiso con transformar realidades, aquí y allí.

“Algunas de las lógicas comunicativas de las ONGD han contribuido a desdibujar el carácter de política pública que tiene la cooperación, así como su relación con otras políticas de carácter nacional e internacional (migratoria, diplomática, sanitaria…)

La encuesta desvelaba, según en-fatizaba El País, el compromiso de la ciudadanía española con la coopera-ción al desarrollo. Sin embargo, más allá de la encuesta, es evidente que la política pública más afectada por las medidas de ajuste y los recortes en Es-paña, la política de cooperación para el desarrollo (con una reducción en su presupuesto de más de un 70 por cien-to) no ha sido reivindicada en las pro-testas ciudadanas, ni ha sido un foco in-formativo ni de denuncia periodística.

¿A qué se debe esta aparente pa-radoja? Parece evidente que la ciuda-

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 61

COOPERACIÓN, EDUCACIÓN Y MOVIMIENTOS SOCIALES

estas políticas forman parte de las po-líticas de desarrollo y que impactan en múltiples geografías sitúan cada vez más cerca a estas organizaciones de la ciudadanía y de las luchas ciudadanas locales que, al fin y al cabo, también están exigiendo soluciones estructura-les a problemas globales.

La actual coyuntura ha evidencia-do como nunca antes (sin caer en la retórica del pensamiento dominante de ver la crisis como una oportuni-dad) cómo los problemas del desarro-llo son interdependientes. Aunque nos

1 Toharia, M.: “La ayuda a los países pobres, un deber moral para el 81% de españoles”, El País, 5 de febrero de 2014.2 Autores y autoras como Víctor Marí, Javier Erro, Teresa Burgui o Eloísa Nós han desarrollado ampliamente el aná-

lisis de la comunicación social del tercer sector en nuestro país, haciendo especial hincapié en las lógicas que se “alejan” de la transformación en la comunicación de las ONGD, como son las prácticas de captación de fondos o las de marketing corporativo (véanse, por ejemplo, V. Marí, Comunicar para transformar, transformar para comunicar. Tecnologías de la información desde una perspectiva de cambio social, Editorial Popular, Madrid, 2011; o J. Erro, “Las prácticas comunicativas de las ONGD. De la comunicación mercadeada a la construcción de una mirada comunica-cional”, Directorio de ONGD, CONGDE, 2000). Sus propuestas se fundamentan en la sólida corriente latinoamerica-na de la educación popular, la comunicación para el desarrollo o comunicación para el cambio social (Paulo Freire, Carlos Núñez o Mario Kaplun, etc.), así como en otras y otros autores que han reflexionado sobre la transformación social a través de la comunicación (como Gonzalo Abril o los clásicos Habermas o Mattelart).

3 Kassam, A.: “Media revolution in Spain as readers search for new voices”, The Guardian, 25 de marzo de 2014. Disponible en www.theguardian.com.

4 MacBride, S., (1980): Un solo mundo, voces múltiples. Comunicación e información en nuestro tiempo, UNESCO.*Silvia M. Pérez es responsable de comunicación

de la Plataforma 2015 y más.

tros contactos con comunicadores y comunicadoras, organizaciones que en otros países trabajan en las mismas causas nos convierte en excepcio-nales agentes posibilitadores para la creación de redes, para la difusión de luchas comunes, en el planteamiento de las interdependencias y en la arti-culación de propuestas.

La crisis de los grandes medios en nuestro país también ha promovido un escenario “favorable” para plantear alternativas fuera de los canales ordi-narios de difusión y comunicación de la desigualdad. La eclosión de internet, los nuevos medios y formatos informa-tivos que provee la red y la crisis de las grandes empresas comunicativas han facilitado que multitud de medios se estén consolidando y sean referentes en abordar las temáticas de transfor-mación social como elemento central de su discurso. Es precisamente el foco y la forma en el que se abordan los te-mas sociales lo que, tal y como subraya el diario The Guardian3 en un reciente artículo sobre el tema, está derivando la audiencia de las grandes cabeceras hacia estos nuevas formas de contar y analizar la complicada realidad. En este sentido muchas de las nuevas propues-tas trabajan y están abiertas a la cola-boración con ONGD. Es un momento idóneo para, precisamente, olvidar las lógicas comunicativas utilitaristas o mercantilistas y plantear análisis, pro-puestas y alternativas transformadoras.

Hace más de tres décadas, en 1980, el conocido como Informe Mac-Bride4 propuso establecer un “nuevo orden mundial de la información y la comunicación”. “Cada nación”, decía el informe, “forma parte ahora de la realidad diaria de otra nación. Aun-que quizá no tenga conciencia real de su solidaridad, el mundo continúa volviéndose cada vez más interdepen-diente. Pero esta interdependencia va de la mano con muchos desequilibrios y a veces genera graves desigualda-des”. Hemos aprendido mucho desde entonces, pero quizá es un buen mo-mento para retomar, rescribir o al me-nos releer las visionarias propuestas por un nuevo orden que nos transfor-me (también en la comunicación).q

Así, los movimientos ciudadanos que se han consolidado o han nacido impulsados como respuesta a los im-pactos de la actual crisis recelan de un sector que aglutina a organizaciones cuyos objetivos (la lucha contra la po-breza y la desigualdad, la gobernanza global, la transformación…) se acom-pañan de acciones comunicativas cen-tradas en la captación de fondos, y que han utilizado el imaginario de la pobre-za para conmover carteras más que para transformar y proponer alternativas.

ComuniCar y transFormar la desigualdad globalEs cierto también que muchas orga-nizaciones, investigadores, expertas y movimientos sociales, también dentro del tercer sector, llevan décadas tra-bajando formar, comunicar e incidir políticamente con el claro objetivo de revertir la situación de desigualdad global y plantear alternativas. Un tra-bajo construido comúnmente con or-ganizaciones del Sur, en el que se han intercambiado lógicas de comunica-ción, enfoques y objetivos que ayuden a romper dicotomías y a entender la estructuralidad de los problemas. Así, gracias a este trabajo, la agenda de la ayuda ha ido incluyendo temáticas como la justicia alimentaria; enfoques como la coherencia de políticas para el desarrollo; objetivos como la sos-tenibilidad y la desigualdad, e incluso (así se está trabajando en la agenda post-2015) la necesaria ruptura de la dicotomía entre países donantes y re-ceptores a la hora de abordar las polí-ticas de desarrollo.

Así, la justicia fiscal, la sanidad universal, la presión sobre las asimétri-cas relaciones comerciales o los dere-chos laborales entran a formar parte de los ejes centrales de trabajo de muchas ONGD. La comprensión de que todas

“ El contexto, en el que la desigualdad aumenta incesantemente también

dentro de nuestras fronteras, genera un marco

en el que es ‘oportuno’ comunicar las causas

globales de la pobreza

cueste reconocerlo, el contexto, en el que la desigualdad aumenta incesan-temente también dentro de nuestras fronteras, genera un marco en el que es “oportuno” comunicar las causas globales de la pobreza, repolitizarse e incidir en transformaciones estructu-rales (aunque muchas organizaciones siguen confundiendo esta oportuni-dad con un oportunismo adaptativo o instrumental con objetivos que no van mucho más allá de su propia su-pervivencia). Nuestro bagaje, nues-

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62 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

Antes del surgimiento de las radios comunitarias, gran parte de la población de Guinea-Bissau se encontraba marginada por los medios de comunicación públicos y privados debido a su escasa co-bertura y a los idiomas empleados. Estas emisoras llenaron una gran laguna al permitir a las comuni-dades no sólo el acceso a los medios de comunicación, sino también la producción de información y su difusión en las lenguas locales de cada barrio o pueblo.

E n este artículo analizamos las dinámicas, efectos e impactos de dos emisoras: Voz de Quele-

lé1, primera experiencia de radio co-munitaria en Guinea-Bissau (al igual que en los países africanos de lengua oficial portuguesa), y Fala di Urok, en la primera área marina protegida co-munitaria en Guinea-Bissau2. El cruce de estas dos experiencias nos revela el interesante mecanismo que las ha

llevado más allá de las funciones bá-sicas de un medio para convertirlas en instrumentos de democracia y de de-recho a la palabra de las comunidades desfavorecidas.

ComuniCaCión en áFriCa:hablar de radio ComunitariaEn palabras de Cicilia Peruzzo3, “la importancia de la comunicación comu-nitaria como facilitador del ejercicio de

Miguel de Barros y Fátima Tchumá Camará*

Radios comunitarias y procesos de re-creación de la ciudadanía activa

en Guinea-Bissau

paula Cabildo.

los derechos y deberes de ciudadanía es innegable”. En el contexto africano, hablar de comunicación comunitaria es hablar de radio comunitaria, que em-plea las lenguas autóctonas para hacer llegar sus mensajes. Hoy Guinea-Bis-sau cuenta con más de 30, de las que 20 forman parte de su Rede Nacional das Rádios Comunitárias (RENARC).

A través de las lenguas locales, las poblaciones que no comprenden las

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 63

COOPERACIÓN, EDUCACIÓN Y MOVIMIENTOS SOCIALES

lenguas oficiales pueden recibir infor-maciones y saber qué está pasando, y no sólo en su contexto sino en cual-quier parte del mundo. Según Cicilia Peruzzo, el empleo de estas lenguas permite una nueva forma de relación entre la radio y la comunidad, basada en el “reconocimiento de la impor-tancia de la radio como algo propio”, por lo que la protege y participa ac-tivamente. Por ello, para Tudesq4 “la radio es en África un medio de comu-nicación para la democratización de la sociedad y la promoción de la identi-dad cultural”.

Las poblaciones alejadas de los centros urbanos no tienen muchas ve-ces acceso a otros medios. En Guinea-Bissau, un país con un elevado índice de analfabetismo (52,2 por ciento5), falta de energía eléctrica crónica y una mediocridad mediática asociada al atraso económico (televisión e in-ternet están prácticamente reservadas a las áreas urbanas), la oralidad posee una importancia capital en la transmi-sión de información y conocimiento.

Las radios comunitarias surgen como un medio de comunicación al-ternativo y dinámico, contribuyendo a rescatar a las y los ciudadanos del ano-nimato, permitiéndoles intervenir en la discusión de los problemas locales (sa-lud, agricultura, gestión de los bosques y recursos marinos, propiedad de la tie-rra, exclusión femenina, casamientos precoces y forzados, etc), dando más libertad de acción y de pensamiento en

su afirmación en cuanto actor apropia-do de su espacio y cultura.

Voz de Quelelé Rádio Voz de Quelelé, la precursora de las radios comunitarias en Guinea-Bissau, surgió en 1994 y la dinamiza la ONG Acção para o Desenvolvi-mento (AD), que actúa en el barrio en apoyo a la comunidad desde la liberalización política del país. Emi-te noticias de otras radios, pero tam-bién difunde contenidos informativos propios en portugués, criollo y en las lenguas nacionales predominantes (balanta, fula, mandinga, manjaco y papel) y permite la participación de la comunidad y de los decisores locales y tradicionales.

Según Carlos Schwarz6, fundador de AD, Rádio Voz de Quelelé repre-sentó en el momento de su creación un desafío al poder. Durante las primeras elecciones con varios partidos, en 1994, se agravó el miedo a esta emiso-ra del entonces “partido-Estado” Par-tido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGCV).Voz de Quelelé fue cerrada debido a las desconfianzas del régimen políti-co frente al riesgo de movilización de electorado hacia la oposición, aunque volvió a abrir tres meses después por causa de una epidemia de cólera.

Conviene resaltar que fue esta grave epidemia la que contribuyó a la reapertura de la radio, que hizo frente a las carencias de las unidades sani-tarias. Schwarz explica que “era una vergüenza muy grande padecer cóle-ra, porque estaba asociada a diarreas y las personas preferían morir antes que decir que tenían diarrea”. Pero el ba-rrio “se organizó en equipos que pa-saban diariamente por las casas para preguntar si estaba alguien enfermo”, si necesitaba ir al hospital.

La interacción entre una radio y su público depende de las contribu-ciones creativas y de los modelos de cada emisora y las personas que pre-sentan los programas, resultando fun-damental un desarrollo consistente, variado, reflejo de los intereses de la comunidad a la que la radio sirve. La interactividad se consigue con el tra-tamiento de temas relativos a la parti-cipación de las y los ciudadanos y el ejercicio de sus derechos. Un ejemplo

es el programa “No kunsi no diritu” (“Conozcamos nuestros derechos”), un consultorio jurídico participativo que da apoyo y orientación para la resolución de conflictos por vía legal pero que también pretende generar consensos y alertar sobre las formas de ejercer la ciudadanía, denunciando violaciones de derechos civiles.

Fala di urokLa puesta en marcha en 2011 de Fala di Urok se inserta en un proceso am-plio que abarca nociones como es-pacio comunitario, crecimiento sos-tenible, gobernanza participativa y valorización de bienes materiales e inmateriales, así como la devolución a los actores locales de un sentido de pertenencia y autoestima. La creación de esta emisora se integra en un pro-ceso de animación comunitaria como instrumento de gobernanza compar-tida iniciado en 1996 y que culminó con la creación del Área Marina Pro-tegida Comunitaria (AMPC) Urok.

Cuenta con la participación exclu-siva de actores locales en la produc-ción, edición y presentación de los programas. En su emisión nocturna, se dirige a una audiencia que ya haya regresado de sus quehaceres y que, re-unida en grupos de amistad, intereses o familiares, tiene en la radio un punto de encuentro. En la articulación entre animación y comunicación comunita-ria, se torna esencial el dominio de la educación y de la cultura, el aprendi-

“Nos revela el interesante mecanismo que las ha llevado más allá de las

funciones básicas de un medio para convertirlas en

instrumentos de democracia y de derecho a la palabra

de las comunidades desfavorecidas

El que las y los locutores se comuniquen en lenguas cuyos códigos dominan refuerza lo identitario y consigue llegar al terreno emocional y afectivo, potenciando la interactividad entre locutores y oyentes.

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64 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

COOPERACIÓN, EDUCACIÓN Y MOVIMIENTOS SOCIALES

zaje continuo, la transmisión de ese aprendizaje y la implicación de las personas.

Es el caso de la radio-teatro comu-nitaria, elemento fundamental del pro-ceso movilizador de Urok. Los grupos de teatro popular, problematizando el conocimiento sobre la realidad local para su mejor comprensión, pasaron a ser importantes dinamizadores. En este contexto, la articulación del tea-tro popular con la radio comunitaria da lugar a contenidos vivenciales que a la vez se sustentan en los pilares del AMPC: cultura, medio ambiente y de-sarrollo participativo y sostenible. Las personas que forman parte del grupo de teatro son igualmente productoras y presentadoras de programas, de modo que se apropian de las técnicas e instru-mentos tecnológicos de comunicación y adquieran una visión más crítica.

Fala di Urok desarrolla también radio-teatro con la escuela, iniciativa mediante la que posibilita una comu-nicación creativa y animada sobre los contenidos escolares, articulándolos con los del área protegida.

logros y retosEl impacto de estas radios es reconoci-do y visible en los espacios comunita-rios, reforzado por la interacción abier-ta. El empleo del criollo y las lenguas locales permite mayor alcance de los contenidos, pero no sólo eso: el que las y los locutores se comuniquen en len-guas cuyos códigos dominan refuerza lo identitario y consigue llegar al terre-no emocional y afectivo, potenciando la interactividad entre locutores y oyentes.

Por otro lado, las personas que tra-bajan o colaboran con las radios comu-nitarias, la mayoría jóvenes y estudian-tes, pasan a gozar de un estatus social más elevado, son reconocidas por la comunidad como prestadores de ser-vicio público y adquieren una mayor capacidad de expresión e intervención, conquistando así un espacio en cuanto ciudadanos y ciudadanas activas.

De este modo, los vehículos de co-municación creados por sectores or-ganizados de las clases subalternas, o ligados orgánicamente a ellas, incluso informalmente, crean un campo pro-picio para la educación para la ciuda-danía. Las relaciones entre educación y comunicación se explicitan, ya que las personas envueltas en tales pro-cesos desarrollan su conocimiento y cambian su modo de ver y relacionar-se con la sociedad y el sistema de los medios de comunicación de masas.

Los contenidos transmitidos por las dos emisoras de las que hemos ha-

1 Quelélé es uno de los barrios más populosos de Bissau, con 17.518 habitantes. Tiene más de 14 etnias guinenses y comunidades de Senegal, Malí, Mauritania, Liberia y Nigeria. (INEC, 2009).

2 Urok está formado por tres islas habitadas en régimen permanente (Formosa, Nago y Chediã) y por varios islotes no siempre habitados. Forma parte del Achipiélago de Bijagós, un conjunto de 88 islas e islotes que abarcan un área de cerca de 10.000 Km².

3 Peruzzo, C. (2004): “Rádio comunitária, educomunicação e desenvolvimento local”. Ver en expressconsultoria.com.br/comefe/files/artigos/radio-cecilia_peruzzo.pdf.

4 Tusdesq, A. (2002): L’Afrique parle, l’Afrique écoute. les radios en Afrique subsaharienne, Karthala, Paris. 5 Las tasa de alfabetización de los varones es mayor (62 por ciento), que la de las mujeres (38 por ciento), según el

Instituto Nacional de Estatística (2010). 6 Carlos Augusto Schwarz da Silva murió el 18 de febrero de 2014.7 Calheiros Trindade, B.M.M. (2009): “Análise Crítica do texto: ‘Animação Comunitária: o que é? Como se faz? Quem

faz?”, revista Práticas de Animação, nº 2.7 Mattelart, A. (1996): A Mundialização da Comunicação, Instituto Piaget, Lisboa. 8 Barros, M.; Fortes, P.; Santy, B. (próxima publicación):“Dynamic of community entrainment activities in buildong citi-

zenship: mobilisation, awareness and involvement of local communities in the Marine Protect Area Urok”, en Martins, R.; Barros, M.; Cunha, A. (eds.): Hispano-Lusophone Community Media: identity, cultural politics, difference, Oxford, Sean Kingston Publishing.

*Miguel de Barros ([email protected]) es sociólogo e investigador asociado al Instituto Nacional

de Estudos e Pesquisas da Guiné-Bissau (INEP) y al Núcleo de Estudos Transdisciplinares de

Comunicação e Consciência da Universidade Federal do Rio de Janeiro.

Fátima Tchumá Camará ([email protected]) es periodista y

máster en Comunicación, Cultura y Tecnologías de la Información por el Instituto Superior de Ciências

do Trabalho e da Empresa - Instituto Universitário de Lisboa (ISCTE-IUL).

Artículo traducido para Pueblos – Revista de Información y Debate por Susana Pérez Sánchez.

blado en este artículo son diferentes, pero ambas escogieron nombres con palabras “voz” y “habla”, lo que des-taca cuestiones como la libertad y el derecho a expresarse, la democratiza-ción, el partir del abordaje de los pro-blemas concretos de la comunidad, dando sentido, significado y dignidad a sus preocupaciones y, aún más, a las soluciones endógenas. En esta lógi-ca, la animación sociocultural surge como una forma de educación no for-mal abierta y centrada en los intereses y necesidades de la comunidad, una acción pedagógica que quiere desper-tar la razón, la toma de conciencia de las personas y sus potencialidades, así como de los mecanismos que impiden o facilitan su realización, como sos-tiene Calheiros Trindade7.

La mayoría de las radios enfrentan carencias y dificultades financieras y son organizaciones no gubernamen-tales las que acaban sosteniéndolas. La participación todavía es deficitaria en el caso guineano, pero no decae el interés por parte de la población be-neficiaria y se vislumbran nuevas es-trategias para sostener esos pequeños “generadores de cambio”. Como dec-cía Mattelart8, la idea es “hacer evo-lucionar”, construir comunidades más capaces de formular sus problemas y encontrar las respuestas necesarias.

Todas estas cuestiones permiten ver las radios comunitarias como una forma socio-pedagógica anclada en la aproximación entre personas oyentes y productoras cómplices, movilizadas para la transformación social. Estos procesos constituyen un gran desafío para las comunidades locales9, en la medida en se acompañan de nuevos proyectos de desarrollo socio am-biental y organizacional e implican formas de socializarse y participar políticamente.q

“Las personas que trabajan o colaboran con las radios comunitarias son reconocidas por la comunidad como prestadores de servicio público, conquistando así un espacio en cuanto ciudadanos y ciudadanas activas

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Información y Debate n PUEBLOS n Segundo trimestre n 2014 n 65

L o resumido es el proceso que se desarrolla en Bolivia desde hace más de quince años a car-

go de las organizaciones indígenas originarias y campesinas CSUTCB, CIDOB, CONAMAQ, CSCIB y Bar-tolinas1, con el Centro de Formación y Realización Cinematográfica (CE-FREC) y la Coordinadora Audio-visual Indígena de Bolivia (CAIB). Proceso que hoy se ha convertido en una referencia nacional e internacio-nal por su amplio desarrollo e impor-tantes resultados, pero especialmente por su visión y práctica comunitaria; y proceso que, desde la cooperación y solidaridad internacional, se ha respaldado partiendo del respeto al protagonismo de las organizaciones como sujetos políticos y desde el convencimiento de que debe de ser una apuesta política de la coopera-ción apoyar procesos verdaderamen-te transformadores y emancipadores frente a la injusta realidad social, económica, cultural y política que hoy vivimos la mayoría de pueblos y personas en este planeta.

Hacia 1995 se dan los primeros pasos de ese trabajo por el empode-

Sistemas comunicacionales radiales y audiovisuales

en manos de hombres y mujeres indígenas y

campesinos controlando todos sus procesos, desde

la idea y el guion hasta la emisión en la televisión

pública o las radios, pasando por el rodaje

y la producción. Y todo ello desde una visión y

determinación colectiva, comunitaria. Donde no

hay directores ni venta del producto a las salas, pero

hay decisión política de empoderarse en el uso y control de los medios de

comunicación al servicio de los procesos propios.

Jesús González Pazos*

La comunicación

indígena y campesina

en Bolivia como protagonista en los procesos de transformaciónFotograFía: mugariK gabe.

ramiento indígena y campesino del medio audiovisual, para poner éste al servicio de sus procesos sociales, culturales, económicos y políticos. Así nació el inicialmente denomina-do Plan Nacional de Comunicación Indígena, hoy Sistema Plurinacional de Comunicación Indígena Originario Campesino de Bolivia, con tres pila-res básicos que hoy conserva: la For-maCión téCniCa en el conocimiento y control de los medios (guionización, luz, sonido, cámara, producción…); la produCCión de materiales audio-visuales (vídeos, televisión y radio) centrados en el abanico de tipos más amplio posible (ficciones, videoclips, documentales culturales o reivindica-tivos…), y la diFusión de los mismos en comunidades y centros urbanos. Destaca que los protagonistas de es-tos pilares serán hombres y mujeres elegidos en sus comunidades y orga-nizaciones de base y quienes definan necesidades, orientaciones y materia-les a realizar. Incluso los guiones es-critos de forma colectiva incluyen en muchos casos a las propias comunida-des, demostrando que se puede hacer comunicación de otra forma diferente

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66 n 2014 n Segundo trimestre n PUEBLOS n Información y Debate

COOPERACIÓN, EDUCACIÓN Y MOVIMIENTOS SOCIALES

*Jesús González Pazos forma parte de Mugarik Gabe (www.mugarikgabe.org).

a la dominante, presa del mercado, el consumo y los lineamientos de deter-minados grupos de poder.

Las difusiones se realizan prime-ro en las comunidades. Por una parte, prima la determinación de devolver los productos a sus verdaderos pro-tagonistas. Por otra, se busca generar procesos participativos de reflexión y debate en torno a problemáticas varia-das: pérdidas de elementos culturales, indefensión ante la discriminación y el racismo, formación para la partici-pación tanto ante el Estado neoliberal como, posteriormente, en la construc-ción del nuevo Estado plurinacional, de nuevos modelos económicos y de relacionamientos en la diversidad, todos ellos bajo el paraguas del Buen Vivir como alternativa civilizatoria.

Esas difusiones y procesos de re-flexión se fueron extendiendo por los centros urbanos, visibilizando lo que ocurría en las comunidades y las alter-nativas que allí se generaban. El nivel máximo de este pilar se articula, a par-tir de los años 2002-2003, en el pro-grama “Entre culturas” en la televisión pública. Con alcance para todo el país y sin permitir injerencias en los conte-nidos, ésa sería la primera vez que los pueblos indígenas y campesinos tuvie-sen un espacio propio a este nivel. Pos-teriormente, durante el periodo de la Asamblea Constituyente (2006-2007), se logra emitir un segundo programa televisivo, “Bolivia Constituyente”, en directo y semanal, el único que hizo un seguimiento pormenorizado y con-tinuo de los trabajos y problemas de este importante periodo reciente que debatía la nueva constitución política del estado plurinacional.

A partir de 2001 se empezaron a dar los primeros pasos en un cuar-to y decisivo pilar de este proceso: la formación política y social que debía complementar la recibida por tantos comunicadores y comunicadoras for-madas desde el inicio. Recordemos que no se trataba de hacer vídeos ni radio por una cuestión artística o mer-

cantil, sino al servicio de los procesos indígenas y campesinos, por lo que las organizaciones nacionales vieron in-mediatamente la necesidad de esta for-mación política complementaria. Des-de los primeros talleres de trabajo en derechos, género y procesos sociales, se incluyeron dirigentes de diferentes niveles de las propias organizaciones y toda la formación tuvo en cuenta la posibilidad de alcanzar en algún mo-mento una Asamblea Constituyente.

En las formaciones se dio priori-dad también a la perspectiva de géne-ro para visibilizar la discriminación y vulneración de derechos que enfren-tan las mujeres indígenas y campesi-nas. Al fin y al cabo, si el objetivo es ir construyendo un sistema político y social diferente, más justo y equi-tativo, éste no podrá ser realidad sin abordar la despatriarcalización. Hoy este cuarto pilar confluye en una es-cuela de formación permanente y reglada de la que en 2014 saldrá la segunda promoción de dirigentes y comunicadores y comunicadoras in-dígenas. Desde el inicio, muchas de las personas que participaron en el proceso comunicacional y formativo fortalecieron, posteriormente, a las propias organizaciones indígenas y campesinas y fueron parte activa en la Constituyente, en el Legislativo o

“La experiencia comunicacional y formativa acumulada en estos más de quince años permite afirmar que se ha operado un proceso permanente de apropiación social y política de los espacios y medios

en otras estructuras del nuevo Estado plurinacional.

Conlleva cierta dificultad desta-car los frutos más importantes de este proceso, pero podemos citar los si-guientes, que muestran la apropiación y empoderamiento de los pueblos in-dígenas y campesinos de Bolivia de los medios comunicacionales al servi-cio de sus procesos:lGran e importante producción de

materiales comunicacionales he-chos y orientados desde la cosmo-visión y planteamientos políticos indígenas y campesinos.

l Incidencia en la sociedad desde es-pacios de difusión, divulgación y debate en radio y televisión.

lPuesta en marcha de sistemas regio-nales de comunicación, manejados y dirigidos por equipos indígenas.

lProceso de capacitación que de-rivó hacia un importante proceso de formación de comunicadores, comunicadoras y dirigentes, con una gran proyección hacia y en las comunidades, organizaciones e instancias del Estado plurinacional.

lAporte a la creación y sostenimien-to del Pacto de Unidad de las cinco confederaciones indígenas y cam-pesinas, pilares del proceso consti-tuyente.

lProyección hacia otros países y orga-nizaciones indígenas del continente, dando apoyo formativo y fortale-ciendo la comunicación indígena.

La experiencia comunicacional y for-mativa acumulada en estos más de quince años permite afirmar que se ha operado un proceso permanente de apropiación social y política de los espacios y medios. Son las orga-nizaciones indígenas y campesinas las que protagonizan este empode-ramiento para el fortalecimiento de sus identidades diversas y como su-jetos emancipadores en el marco de la construcción de un país diferente, transformado social, cultural, econó-mica y políticamente hacia modelos más justos y equitativos.q

1 Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), www.csutcb.org; Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), www.cidob-bo.org; Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ), www.conamaqkullasuyu.org; Confederación Sindical de Comunidades Interculturales de Bolivia (CS-CIB), cscibinterculturales.blogspot.com.es; Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa (bartolinas.blogspot.com.es).

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SSuScripción anualEstado español: 32,5 euros - Unión Europea: 35 eurosNúmero de suscripciones:

DatoS De la perSona SuScriptoraNombre:Dirección: Población:Provincia:Teléfono/s - fax:Correo electrónico:

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