Psicología pastoral de la iglesia, Jorge Leon

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  • 8/13/2019 Psicologa pastoral de la iglesia, Jorge Leon

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    Psicologa pastoral de la iglesia

    Contenido

    Prefacio

    1 La iglesia en una perspectiva pastoral

    2 La iglesia como comunidad teraputica

    3 El asesoramiento pastoral por medio de grupos

    4 El pastor en un mundo en conflicto

    5 Hacia la renovacin de la Iglesia

    6 Conclusiones

    Prefacio

    Este libro ha estado creciendo, cada captulo en su carpeta, durante mucho tiempo. Ahoratoca hacer la redaccin final. Debo escoger el material a publicar y el que debo desechar.Para ello necesito la confluencia de dos factores: sabidura humana y direccin divina. Elprimero de estos factores es consecuencia del segundo, porque toda habilidad humana es undon de Dios. La direccin divina, en un trabajo como el que encaro, se vivencia a travs dela inspiracin. Uno se inspira cuando busca, siente y tiene a Dios consigo.

    Yo veo a Dios en la belleza de la naturaleza que me rodea. Lo veo, lo siento, lo tengo

    conmigo. Siento que me acompaa al hacer este trabajo que, por su gracia, caer en muchasmanos para cumplir la misin que El desea sea cumplida.

    Estoy en Ymcapolis, Sierra de la Ventana, Argentina. Me encuentro frente al arroyo Negroque corre all abajo. Tambin contemplo el verdor del follaje y las colinas que, ms all,ocultan el horizonte. Impacientemente corren ante m las aguas. As han corrido, ascorrern por los siglos de los siglos. Corrieron antes de que yo naciera y seguirn corriendocuando yo no est ms en este mundo.

    Su murmullo atropellado de arroyo serrano me recuerda la voz de Dios que me llam a

    servirle, cuando an era nio, en medio del verdor de la campia cubana.An cuando cierro mis ojos para orar, mis odos perciben la voz del Creador a travs delcanto de las aves y el murmullo de las aguas al correr. Mi espritu siente a Dios en oraciny mi cuerpo lo percibe de otra manera. Todo mi ser est con El trabajando para ti, quetienes este libro entre tus manos. Que el Seor te bendiga y te enriquezca al leer sus pginasy, que al hacerlo, puedas ser ms til en Su nombre a los que contigo participan en la vidade tu iglesia.

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    Captulo 1

    La Iglesia en una perspectiva pastoral

    En otras obras que integran esta Coleccin Pastoral me he referido reiteradamente aldesafo que el evangelio hace a cada cristiano a procurar el completamiento de su condicinhumana segn el modelo que Dios nos ha dado en la persona de Jesucristo.1 Ahora nosvamos a referir al aspecto comunitario de este imperativo divino para lograr la plenaexpresin de la vida de fe.

    Cuando el creyente es honesto consigo mismo y con Dios, se da cuenta de la gran tensinque existe entre lo que es y lo que debera ser a la luz del evangelio. Esta toma deconciencia se ve dificultada por mecanismos inconscientes tales como la racionalizacin, elaislamiento, la proyeccin, etc., como hemos visto en el primer volumen de esta coleccin.

    Si la tensin es una realidad a nivel de los miembros de la Iglesia, es evidente que debedarse tambin a nivel comunitario. No obstante, el origen de las dificultades suele sermucho ms difcil de ubicar. El orgullo individual se magnifica al expresarse en formacomunitaria. Aun los problemas personales, cuando estn referidos a las relacionesinterpersonales dentro de la congregacin, suelen ser mucho ms complejos. De ah lanecesidad de describir las diversas situaciones que suelen darse en las congregaciones comosi se tratara del anlisis y radiografas para constatar la salud o la enfermedad de unpaciente.

    Nuestro objetivo no se agota en el intento de diagnstico. Si as fuera, slo lograramos

    sumir a muchas personas en la angustia, en la frustracin y, como consecuencia final, seproducira el conflicto espiritual y el alejamiento de Dios. Este captulo va a describir larealidad de la Iglesia segn la ptica de un pastor, pero ser seguido por otro que presentarla teraputica adecuada a cada situacin. Emprendo esta tarea difcil con mucha humildad,tratando de compartir con el lector mis reflexiones y vivencias de un cuarto de siglo deministerio cristiano y pleno ejercicio del asesoramiento pastoral.

    Diagnstico de la congregacin local

    Antes de intentar diagnosticar algunos de los males que afectan a la Iglesia de hoy vamos a

    presentar dos lneas de reflexin bblica. La primera es bsicamente teolgica y se refiere ala naturaleza de la Iglesia en un marco terico. La segunda, que es complementaria de laprimera, es histrica y se refiere a los males concretos de la Iglesia que existan en lasdcadas que siguieron a la resurreccin de Jesucristo y la experiencia de Pentecosts.

    La primera lnea de reflexin nos lleva al anlisis de una de las imgenes de la Iglesia2 quepone de manifiesto su falta de completamiento: la imagen del Templo de Dios. Tanto en 1Corintios 3:917 como en Efesios 2:2022 se presenta a la Iglesia como un edificio en

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    proceso de construccin. Ambos pasajes son complementarios, pero Efesios revela unamayor madurez teolgica por parte de Pablo. En Efesios 2:20 la palabra griega akrogonaiossuele ser traducida "piedra angular". Esta traduccin es muy cuestionada hoy; debera msbien traducirse "piedra que corona el edificio, terminacin del templo". Para fundamentar laargumentacin voy a presentar los puntos de vista de distinguidos telogos, tanto

    protestantes como catlicos. Entre los primeros, Joaqun Jeremas afirma: Tanto Efesios2:20 como 1 Pedro 2:5 describen la comunidad como un templo espiritual. Los apstoles yprofetas son el fundamento y Cristo es la piedra que mantiene unido todo el edificio y locompleta (Efesios 2:20) y siguientes .3 Para Vischer, Jesucristo es ambas cosas: Lapiedra angular y la piedra que corona el edificio.4 Entre los telogos catlicos el padreBenoit opina as: Debe entenderse que esa pieza suprema no espera en el aire a que losmuros vengan a unirse a ella- pero est all idealmente, en el espritu del Arquitecto y eshacia ella que convergen realmente todas las lneas del edificio.5 El padre Congar utilizaambas interpretaciones del trmino akrogonaios:"La piedra angular o la piedra que corona

    el edificio".6La Versin Moderna traduce Efesios 2:21 de la siguiente manera: "En el cual todo eledificio, bien trabado consigo mismo, va creciendo para ser un templo santo en el Seor".El verbo griego que se traduce "trabar" (sunarmologueo)aparece slo en este pasaje delNuevo Testamento. Es una palabra compuesta de la preposicin sun (que significa con,juntamente con) y harmologueo. Sobre este verbo griego tomamos de Armitage Robinsonla siguiente informacin: "En algunas inscripciones antiguas se presenta el elaboradoproceso de ajustar y colocar las piedras durante la edificacin. Harmologueo representatodo un elaborado proceso por el cual las piedras son ajustadas: la preparacin de las

    superficies incluyendo el corte, pulimento y prueba; la preparacin de las espigas y loshuecos para los mismos y finalmente el ajuste con plomo derretido".7 Una vez queconocemos el significado de harmologueo en la literatura griega podemos mejorcomprender lo que Pablo quera decir con sunarmologueo, una palabra que posiblementefue creada por l8 y que utiliza slo en Efesios 2:21 y en forma de participio para mostrar laidea de que la construccin del edificio contina todava.

    Las anteriores reflexiones nos explican el porqu de las tensiones e imperfecciones de lascongregaciones locales. Las piedras vivas que constituyen el templo espiritual de Dios (1Pedro 2:5) tienen sus imperfecciones y algunas se han desmoronado dejando portillos en

    sus muros. Adems, este templo est en proceso de edificacin, y por lo tanto lasdeficiencias son evidentes. Pero con eso y todo, es el templo espiritual de Dios y todocristiano debe contribuir a su edificacin. Ese es uno de los propsitos de este libro. En unasegunda lnea de reflexin bblica constatamos histricamente lo que a nivel de reflexinteolgica ha presentado San Pablo: La Iglesia es imperfecta y tiene amplios sectoresenfermos y enfermantes, que son ejemplos evidentes de la falta de completamiento de lavida nueva en Jesucristo. Ananas y Safira eran miembros reconocidos de la congregacin

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    de Jerusaln; sin embargo estaban ms interesados en agradar a los hombres que a Dios(Hechos 5:11). Se supone que entre cristianos se debe encontrar solucin, en amor, a todoslos conflictos. Sin embargo Pablo y Bernab no lograron ponerse de acuerdo; no fueroncapaces de mantener la unidad y cometieron el pecado de dividirse (Hechos 15:3639).Hoy se crean nuevas denominaciones por las mismas causas. Pedro haba comprendido que

    Dios no quera mantener separados a dos pueblos (dos denominaciones). Esta enseanza lahaba recibido por revelacin divina (Hechos 10:148). Sin embargo, ante los recinllegados de Jerusaln, muestra ms lealtad a su "denominacin" que a lo que Dios le harevelado en forma tan especial, y San Pablo lo reprende con firmeza y pblicamente(Glatas 2:1114). Uno se asombra de ver cmo hombres de los tiempos bblicos podanactuar como lo hicieron inmediatamente despus de haber vivido excelsas experienciasespirituales como la de Pentecosts (Jerusaln), la de Jope (Cesarea) y la del camino aDamasco. Esto ocurre hoy como ayer. Y si examinamos las epstolas paulinas encontramoslas divisiones que existan en la iglesia de Corinto por causa de la lealtad a personas antes

    que a Dios, divisiones que producan celos, contiendas y disensiones entre los creyentes (1Corintios 3:19). En la misma iglesia se produjo un caso de inmoralidad sexual tan horribleque, segn Pablo, "ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer desu padre" (1 Corintios 5:1). Pablo tuvo que luchar contra lderes que se desviaban de laverdad en beneficio propio. Las cartas a las siete iglesias, en el libro del Apocalipsis, ponende manifiesto la imperfeccin de estas comunidades cristianas. Ms adelante veremos elcaso de Ditrefes segn aparece en la Tercera Epstola de San Juan.

    Es interesante sealar que algunos cristianos tienen la tendencia a hacer lo que la Biblia nohace: esconder las fallas de la Iglesia. Alguien me dijo una vez que yo no deba mencionar

    los errores de la Iglesia porque eso abonara el terreno para los que afirman que "la religines el opio de los pueblos". Le respond: "Eso me recuerda el caso de una seora que decidino ir al mdico por temor a que ste le dijera que padeca de cncer. Fue al cabo de dosaos, cuando la situacin la forz. Efectivamente, padeca de cncer. Pero cuando se loconfirmaron nada se poda hacer: su cuerpo estaba minado por la enfermedad. El miedo areconocer la enfermedad y a tener que someterse a una operacin quirrgica que afectarasus atractivos femeninos y su esttica, la animaron a conservar la enfermedad que la llev ala muerte". Los cristianos no debemos hacer lo mismo que esta pobre seora. Es necesarioreconocer las enfermedades y buscar, bajo la direccin del Espritu Santo, la teraputicaadecuada.

    Al intentar un diagnstico de situaciones particulares en algunas congregaciones estamosinternndonos en una selva difcil de transitar y con riesgo de caer en un pantano. No esposible hacer un diagnstico vlido, en forma absoluta, para ciertas congregaciones. Lo quepodemos hacer es mostrar ciertas tendencias que acercan a congregaciones locales a unadeterminada tipologa comunitaria. Igualmente a nivel individual resulta muy difcilencontrar un individuo que caiga exactamente dentro de los lmites de una determinada

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    tipologa psicolgica, pero todos tendemos a estar ms cerca de una que de otra. Cuandoarribemos a la parte teraputica, en el segundo captulo, tampoco ofreceremos solucionessimplistas y absolutas. Esta obra pretende ofrecer una orientacin general; ayudar a abrirlos ojos para ver ciertas dimensiones de la vida congregacional que suelen pasardesapercibidas; especialmente las causas profundas de algunos conflictos que afectan la

    vida de la Iglesia y le impiden cumplir su ministerio plenamente. Es evidente que losconflictos congregacionales estarn determinados por la calidad humana de sus integrantesy en forma especial de aquellos que tienen mayor capacidad para ejercer liderato. Unabuena parte de la congregacin se deja llevar por las personalidades ms fuertes, lo cualsirve para acentuar la capacidad de liderato de algunas personas.

    Una iglesia es un conjunto de personas que confiesan a Jesucristo como su Seor ySalvador personal, conservan sus caractersticas individuales distintivas, adoran juntos aDios, interactan entre s a la luz del evangelio para el mutuo enriquecimiento, y colaborancon Dios para el logro de la redencin de todo el hombre y de todos los hombres. Toda

    persona que se integra a una congregacin cristiana lo hace porque necesita satisfacernecesidades personales. Es de esperar que estas necesidades sean predominantementeespirituales. La psicologa de las motivaciones nos muestra cun complejo es el mundomotivacional. Al lado de las necesidades espirituales hay muchos otros: afecto, seguridad,reconocimiento, status, prestigio, poder, etc. Algunas de estas necesidades soninconscientes y engaan hasta al mismo creyente. Cuando la necesidad bsica no es la delograr el completamiento humano segn el modelo de Jesucristo, se manifiestan las otrasdisfrazadas de espiritualidad. Cuando las personas en cuestin tienen gran capacidad deliderato, la congregacin puede ser distorsionada y conflictuada por la accin de estos

    lderes.Anlisis de los lderes en la iglesia local

    Por lo general se cree que el concepto de lder es una creacin del mundo moderno que notiene nada que ver con el lenguaje bblico. Los que as piensan estn equivocados. Entre losdones carismticos en la Iglesia-Cuerpo de Cristo, aparece el carisma de kybernesis (1Corintios 12:28). El significado original de este trmino es "el arte de conducir una nave".Luego lder es el que conduce tripulantes y pasajeros en su nave; es el responsable de lafeliz navegacin de todos y es el individuo en quien todos confan para que les lleve apuerto seguro. La traduccin de kybernesis suele ser poco feliz en la mayora de las

    versiones de la Biblia. Reconocemos la dificultad de traducir la palabra en 1 Corintios12:28 por causa de su contexto. Los trminos piloto o pilotaje, aunque estaran de acuerdocon el sentido literal, no nos dara una idea de lo que Pablo quera decir. El kybernetes(lder) es la persona con capacidad para conducir a un grupo y es reconocida como tal poraquellos que se dejan conducir por l. En otras palabras, es el patrn de una nave -grande opequea- a quien siguen todos aquellos que con l se embarcan. En Hechos 27:11 se utilizael trmino kybernetes en el sentido literal: "Pero el centurin daba ms crdito al piloto y al

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    patrn de la nave, que a lo que Pablo deca". En Hechos 18:17 se utiliza en el sentido delconcepto moderno de lder. De todo lo expresado sobre kybernesis y kybernetes se podraconcluir que una buena traduccin de kybernesis en 1 Corintios 12:28 sera: "los queejercen el liderato". La palabra griega est en plural; luego los dones para la conduccin deuna iglesia local son concedidos a varias personas y no son el monopolio de una sola. No es

    por casualidad que en esta obra el primer captulo est dedicado a la congregacin ydespus nos ocupamos del pastor.

    El lder, sea piloto de una lancha o de una gigantesca nave de pasajeros, no slo sabemanejar la nave: tambin conoce los mares por donde transita; sabe dnde est y haciadnde va. Cuando por razn de aguas poco profundas parece ir en otra direccin, sabeporqu se conduce por donde va. El lder conoce el camino y sabe despertar confianza enaquellos que conduce. Es significativo el hecho de que desde tiempos de la Iglesia primitivase ha utilizado la imagen de la Iglesia como una barca. Toda barca est destinada aconducir personas y necesita liderato; as es tambin la Iglesia. Del tipo de liderato que

    tengamos hoy depender en gran parte lo que la Iglesia ser maana.

    Los lderes de la iglesia local podran ser aproximados a una tipologa general. En miopinin los lderes que actan dentro de las comunidades cristianas podran ser clasificadosas: lderes autnticos, lderes confundidos y lderes falsos.

    El lder autntico es alguien que ha tenido una experiencia personal con Jesucristo y por lotanto lo toma en serio. Uno puede ser un lder autntico9 sin ser necesariamente cristiano,pero no podra ser un autntico lder de la Iglesia. Uno puede ser un lder de la comunidadsociolgica denominada iglesia, puede asistir a sus reuniones religiosas, sociales, etc., sin

    haber tenido una experiencia personal. Uno puede conocer mucho sobre el cristianismo sinser necesariamente cristiano. Es el sentido de la presencia de Dios en nuestra vida cotidiana-no en una experiencia ocurrida hace treinta aos- lo que hace de un lder comn unautntico lder cristiano. Es justo aclarar que al referirme a una experiencia personal conJesucristo no quiero significar un tipo especial de encuentro con Dios. S in caer enfanatismo ni mojigatera, el cristiano debe buscar una vida de permanente comunin ydependencia divina. No obstante, es necesario tener presente que el encuentro con Dios essemejante a las huellas digitales: no hay dos que sean iguales. Muchos cristianos se sientenfrustrados por no poder alcanzar el tipo de experiencia espiritual que desean [...]. Lasbendiciones de Dios, como las nubes, nunca se presentan en la misma formar.10

    El lder cristiano autntico es alguien que conserva sus caractersticas individualesdistintivas; que se acepta a s mismo tal cual es: un pecador redimido. Por lo tanto no seautoengaa ni finge santidad ante los dems. Al mismo tiempo no se conforma con ser loque es, ni con ser mejor que otros, se esfuerza, en Cristo, por alcanzar el completamiento desu condicin humana segn el modelo que Dios nos ha dado en la persona de Jesucristo. Deestas reflexiones se desprende que la humildad es una caracterstica indispensable en el

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    lder cristiano, porque frente a su Modelo siempre est en dficit. Esta realidad no debeconducirle a la frustracin11 sino a la humildad. Por lo general resulta muy fcil predicarsobre la humildad, pero muy difcil ser humilde. Slo mediante el quebrantamiento denuestro orgullo, por la aceptacin sincera de la distancia que existe entre lo que somos y loque debemos ser segn el modelo de Jesucristo, podemos llegar a ser humildes. El Seor

    nos invita: "Aprended de m que soy manso y humilde de corazn" (Mateo 11:29). Y Pablonos hace la misma exhortacin en el captulo segundo de su Epstola a los Filipenses.

    El lder cristiano autntico es alguien que adora a Dios junto con otros creyentes. Estaafirmacin de mi definicin de la Iglesia no excluye la vida devocional individual: la da porsentada. Al definir el hombre nuevo que necesitamos12 presento siete caractersticasesenciales que deben darse en las personas que aspiren a alcanzar ese grado de realizacinhumana bajo la direccin del Espritu Santo. La segunda de ellas es: "El hombre nuevo esalguien que ora". En cuatro pginas, del manuscrito original, sintetizo mis ms recientesreflexiones y vivencias personales sobre este importante aspecto de la vida cristiana.13 El

    culto a Dios en forma comunitaria es insustituible y el cultivo personal de las experienciasindividuales es su complemento. El lder cristiano autntico es un aspirante a la concrecindel hombre nuevo (Jesucristo) en su propia vida. Por eso su vida espiritual se fortalece conel aislamiento y la comunicacin con sus hermanos en la adoracin. Ambos factores son lasstole y la distole de la vida espiritual.

    Debo aclarar que al hablar de sermn no me refiero exclusivamente a las predicacionesverbales procedentes de un plpito; sino tambin a los mensajes no verbales -y verbales- denuestra vida cotidiana. Por lo general a los hermanos con los cuales interactuamos en lavida de la Iglesia les llega con mucha fuerza lo que hacemos y decimos informalmente;

    tambin les llega a aquellos que estando fuera de la Iglesia estn en relacin con nosotros.El cristiano es un permanente proclamador del evangelio a travs de su interaccin conotras personas. A travs de ella el lder cristiano se enriquece enriqueciendo a los dems.Para que la interaccin sea evanglicamente lcida es necesario alcanzar una plenacomprensin del evangelio un crecimiento personal al nivel de esa comprensin. Estos dosfactores escasean, lamentablemente, en algunas comunidades religiosas protestantes, dondeel estudio de la Biblia est siendo paulatinamente abandonado, as como su lecturadevocional.

    Finalmente, el lder cristiano autntico es alguien que colabora con Dios para el logro de la

    redencin de todo el hombre y de todos los hombres.14 La redencin la realiza Dios; lonico que puede hacer el creyente es colaborar con su accin redentora. En el NuevoTestamento se presenta la tensin entre los aspectos de la redencin que se concretaninmediatamente como resultado de la fe en Cristo y el arrepentimiento de los pecados(redencin vertical) y aquella que se refiere a la liberacin histrica del ser humano desituaciones esclavizantes de la vida cotidiana (redencin horizontal). Siempre que existaalgo que impida o retarde la realizacin humana, la redencin cristiana no se ha

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    consumado. Aunque el creyente puede estar seguro de que a nivel vertical (la reconciliacincon Dios, el perdn de los pecados y la seguridad de la vida eterna) la redencin se haconsumado en su vida por la obra redentora de Jesucristo en la cruz del Calvario, de la cualse hace beneficiario a travs de su fe y su arrepentimiento, en los aspectos horizontales(carencias efectivas, desequilibrio emocional, debilidades morales, problemas socio-

    econmicos o polticos, etc.) es posible que la redencin no se haya consumado plenamenteen su vida. La redencin cristiana es pues, al mismo tiempo, una escatologa realizada y unaescatologa en curso de realizacin. El lder cristiano autntico colabora con Dios (1Corintios 3:9) en favor de la redencin integral del ser humano. El nfasis exclusivo en lasalvacin del alma pertenece a la filosofa griega, no es cristiano. El evangelio apunta a laredencin de todo el hombre y de todos los hombres.

    Lderes confundidos

    Los lderes que denominamos "confundidos" no son, necesariamente, malas personas; a

    veces son muy sinceros. Si supieran que estn confundidos, dejaran de estarlo; como lepas a Saulo de Tarso que a pesar de ser un lder religioso estuvo luchando contra Dioshasta que el testimonio de Esteban por un lado, y la obra de Dios por el otro" lo sacaron desu confusin. Fue entonces que se convirti en un autntico lder en el nombre de Dios.

    Como Saulo de Tarso, los lderes confundidos de hoy (convencidos de que tienen elmonopolio de la verdad y que como tales son instrumentos de Dios) son celososguardadores de la ortodoxia, segn su particular interpretacin. Muchos evanglicostradicionalmente han acusado a la Iglesia Catlica Apostlica Romana de ser dogmtica yabsoluta en sus interpretaciones y de negar a sus feligreses la libertad para examinar e

    interpretar libremente las Sagradas Escrituras. Tal acusacin se vuelve un bumerang paraestas personas que por lo general son tan dogmticas como la Iglesia de Roma, o ms.Sobre todo ahora que los catlicos estn estudiando y distribuyendo las Escrituras.

    Antes de entrar a analizar las distintas reas de confusin es bueno aclarar queconsideramos un lder a todo aquel que es capaz de influir sobre otros al extremo de alterarsu comportamiento conducindolos por el camino de sus ideas y/o actitudes. Anconsideramos lderes a aquellos que logran reclutar seguidores aunque sea por cortotiempo. De lo que acabamos de decir se desprende lgicamente que un buen nmero demiembros de la iglesia local pueden ser considerados lderes.

    Despus de esbozar una definicin de la Iglesia -al principio de este captulo- hicimos notarel carcter utilitario, consciente o inconsciente, de la integracin de las personas a laIglesia. Se unen a ella porque la necesitan. Y no est mal que se beneficien si existe unadecuado equilibrio en la bsqueda de satisfacciones personales.

    El hombre ha sido creado con necesidades espirituales, psicolgicas y materiales15 y quiencre las necesidades ha provisto tambin los medios adecuados para su satisfaccin. Ms

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    adelante, cuando intentemos hacer el "anlisis" y las "radiografas" de la congregacin nosreferiremos a las necesidades psicolgicas bsicas. Al ocuparnos de la dimensin horizontalde la redencin hemos sealado aspectos diferentes a la vida material del hombre incluidosen la redencin. Es que Dios redime a hombres concretos y no a almas desencarnadas.

    Ahora, al referirnos a las reas de confusin, que son muchas, nos limitaremos a enunciarcinco de ellas sin hacer un anlisis profundo: a) Las caractersticas de la personalidad dellder podrn contribuir a crear conflictos tanto en l como en otros miembros de lacomunidad. Sus motivaciones conscientes o inconscientes determinarn su conducta y suinfluencia sobre los dems. b) Las caractersticas sobresalientes de la personalidad de losdems miembros de la congregacin pueden contribuir a acentuar las dificultades depersonalidad del lder. La congregacin puede ser una comunidad enfermiza y enfermante osana y teraputica. Un lder enfermo puede enfermar a la comunidad y una comunidadenferma puede empeorar su situacin. La comunidad puede aportar negativamente a Suslderes confundindolos. c) El tipo de estructura eclesistica puede, o no, incentivar

    actitudes autocrticas y dictatoriales disfrazadas de piedad. d) Los objetivos de lacomunidad, la comprensin de su razn de ser. e) El medio socio-econmico, cultural, etc.del lder. Es evidente que la mayora del pueblo evanglico latinoamericano no es de nivelsecundario; slo unos pocos tienen nivel universitario. Esta limitacin a veces conduce aconfusiones en cuanto a la interpretacin de las Escrituras y su aplicacin a situacionesconcretas de la vida comunitaria, sobre todo cuando esta rea est en coincidencia con otrasde las que he presentado.

    De los cinco factores que hemos sealado no todos son necesariamente causantes deconfusin. Por lo general es la coincidencia de varios de estos factores lo que contribuye a

    la confusin. Yo no creo, por ejemplo, que para ser un lder cristiano sea indispensabletener nivel secundario o universitario; aunque la persona en cuestin tendra mejoresposibilidades de expresar su liderato con un buen nivel cultural. Recuerdo a Rosa AmeliaDomnguez, una humilde mujer de mi pueblo natal, quien era lder en mi iglesia localcuando el Seor me llam a la conversin. Yo tena slo diecisis aos y cursaba estudiosde bachillerato. En algunas ocasiones en que el pastor estuvo ausente predic Rosa Amelia.Eran muchas las palabras que pronunciaba mal, los errores sintcticos ocurran uno trasotro. Pero lo que me impresionaba era la forma en que comunicaba el mensaje. Tena talhumildad y sencillez, viva una vida tan cerca de Dios, que se haca merecedora del respeto

    y la admiracin de todos. Todava recuerdo el amor con que me hablaba y exhortaba a serfiel al Seor. No me importaban sus disparates al hablar, porque su manera de vivir hablabacorrecta y elocuentemente. Su falla estaba slo a nivel del punto e de mi exposicin. Peroesto no le impidi servir al Seor, aunque mucho ms podra haber realizado con una buenaeducacin.

    Antes de referirnos a algunas de las manifestaciones concretas de liderato confundido, deboadvertir que no tendra sentido que alguien se entretuviera en "identificar" a los personajes

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    El lder autcrata procura reconocimiento, autoridad y poder. La salud o la enfermedad detal actitud est determinada por los objetivos que se procuran. El deseo de autoridad paraser utilizado adecuadamente para el engrandecimiento de la obra de Dios es adecuado ylegtimo. Lo lamentable es que muchas veces la bsqueda del poder tiene como nicoobjetivo -consciente o inconsciente- alcanzar fines de beneficio personal o el mero disfrute

    del poder. Es lamentable tener que reconocer la realidad de que, en algunas congregaciones,algunas elecciones que se supone deben estar presididas por el Espritu Santo se hanconvertido en "batallas campales" por el poder, con desastrosas consecuencias para lacongregacin. El origen de la situacin conflictiva est en un pequeo grupo de lderesautcratas que luchan entre s por el poder, arrastrando a sus seguidores en una lucha entrehermanos estril y sin sentido y opuesta a los objetivos del evangelio.

    El antipastor

    En el anlisis de cada uno de los lderes confundidos debemos tener en cuenta las cinco

    reas de confusin. No vamos a volver sobre ellas, como hicimos en el anlisis del lderautcrata, pero el lector debe tenerlas siempre presentes. Al principio del captulosealamos los serios problemas pastorales que surgieron en la iglesia neotestamentaria, loscuales son planteados con toda honestidad como medio de alcanzar soluciones. Nos vamosa referir a Ditrefes, un lder antipastor que aparece en las pginas de la Biblia. El anciano,posiblemente San Juan, escribe a Gayo la Tercera Epstola de San Juan. Esta epstola fueescrita a fines del siglo I,16 cuando la iglesia era dirigida por apstoles y profetas queviajaban constantemente. Cada congregacin tena varios ancianos (presbteros) que seocupaban de las tareas pastorales. Ditrefes, aprovechando la ausencia de los lderesnaturales de la iglesia, quiso apropiarse del poder. Al parecer Ditrefes presidi una

    asamblea de la congregacin, donde la mayora vot por no recibir a los predicadoresenviados por el anciano. Pero una minora, que no se someti al antipastor, recibi a lospredicadores, por lo cual fueron excomulgados por Ditrefes. Demetrio parece haber sido eljefe de los predicadores enviados por Juan, posiblemente en una segunda visita. Juan lepide a Gayo que reciba al grupo de predicadores itinerantes. Es posible que la carta hayasido llevada por el mismo Demetrio. Juan se refiere a la calidad humana y a la calidad de lafe de sus enviados. Haban dejado sus comodidades para embarcarse en una aventura de feen servicio de Jesucristo y de su Iglesia.

    Cuntos pastores en la iglesia de hoy han tenido que abandonar sus plpitos por las

    insidias e intrigas de lderes confundidos! Llamamos confundido al lder que no estconsciente de las oscuras motivaciones de su proceder. Cuando stas son conscientes nosencontramos ante un lder falso. "Por sus frutos los conoceris", dice el Seor, y los frutosde Juan son muy diferentes a los de Ditrefes. El lder autntico destila amor. A pesar deser una carta que necesariamente tena que ser dura, en ella se expresa la dinmica del amordesde sus comienzos. Define aDitrefes de esta manera: Te gusta tener el primer lugarentre ellos. En otras palabras, no busca reconocimiento para presidir la accin de la iglesia

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    en el cumplimiento de su misin; su finalidad es sencillamente detentar el poder. Juan noutiliza la violencia contra Ditrefes, pero ste la usa contra sus opositores, expulsndolos dela iglesia. El que no est de acuerdo con l tiene que irse. As actan muchos Ditrefes en laIglesia de hoy, lamentablemente.

    Es una pena que la epstola no nos ofrezca ms informacin de cmo el antipastor logrusurpar la direccin de esa comunidad cristiana. Podemos imaginar la tcnica a la luz de lametodologa que siguen los Ditrefes de hoy. Los pasos son los siguientes:

    1. Busca una tesis que parezca razonable y justa que levantar como bandera para que otroslo sigan. El antilder suele actuar con mucha cautela en esta primera etapa. En el caso deDitrefes la tesis puede haber sido: "Nuestra congregacin ya est suficientemente madura.No necesitamos de gente que venga de fuera". Explotando el regionalismo posiblementeconsigui los primeros seguidores.

    2. Emprende una accin indirecta para evitar que los lderes naturales de la iglesia sepongan en guardia. A veces se sabe que existe cierto movimiento, pero no se sabe quin esla cabeza.

    3. Una vez asegurado un grupo de seguidores -que casi siempre es una minora- se preparael golpe contando con que la mayora es timorata o incapaz de darse cuenta de la intensidaddel problema. A veces los lderes, con su nerviosismo, ofrecen armas a los conspiradores.

    4. Una vez logrado el triunfo a travs de una eleccin, o por otros medios menosdemocrticos, se procura neutralizar a la minora que expres su desacuerdo osencillamente se les expulsa como hizo Ditrefes.

    Cuando uno se encuentra ante una situacin como la que hemos sealado es lgicopreguntarse si se trata de un lder confundido o de un falso lder. Como ya hemos sealadoel lder falso acta premeditada y conscientemente, mientras que el lder confundido esvctima de su propia confusin.

    El criticn

    Sin pretender usurpar el lugar del lder o pastor, el criticn subraya siempre la notanegativa. Lo positivo parece no interesarle. El estribillo de algunos criticones es: "La iglesiano hace nada". Por lo general los que tal cosa afirman lo nico que hacen es criticar como siellos mismos no fueran la iglesia. Si usted, que lee estas pginas, tiene esa tendencia,supongo que no ser tan ingenuo como para creer que es perfecto en el ser y en el hacer.Cmo esperar que los dems que con usted integran la iglesia sean y hagan lo que usted noes ni hace?

    Volviendo a la comparacin de la Iglesia de hoy con la del Nuevo Testamento; recordemosque Jess fund una Iglesia diminuta con gente imperfecta. No reclut a sus ms cercanos

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    colaboradores de entre los "separados", de entre los fariseos que trataban de ser perfectos, aexcepcin de Saulo de Tarso. De los doce escogidos originalmente: uno fue un traidor, otroun cobarde que lo neg, dos eran ambiciosos que esperaban los principales puestos en elreino que esperaban inaugurara de inmediato (Marcos 10:3541), el resto le abandoncuando estaba en peligro de muerte. Pero a pesar de todo, Jesucristo les am y dio su vida

    en la cruz para salvarlos a ellos y a nosotros. La iglesia original, la que pastoredirectamente el Seor, es semejante a las iglesias que El pastorea hoy a travs del EsprituSanto. Las crticas que se pueden hacer hoy a cualquier congregacin se podran hacertambin a la que estaba integrada por Pedro, Santiago, Juan, Judas, etc. La iglesia tienefuturo en el mundo no por sus componentes sino por su Pastor. Si Jesucristo no fuera quienes, y si el Espritu Santo no vitalizara la Iglesia como lo ha estado haciendo, sta no habrasobrevivido al evento del Calvario. Debemos recordar que la iglesia timorata y enfermizaque pastore Jess en la primera mitad del siglo I de nuestra era, fue curada por el EsprituSanto y se convirti en una iglesia gloriosa que hizo posible que el evangelio se extendiera

    hasta lo ltimo de la tierra (Hechos 1:8). La iglesia enferma de hoy ser curada, como la deayer, por la terapia del Espritu y no por las crticas.

    El hereje

    Usamos el trmino hereje, no en su sentido peyorativo, sino en el del concepto bblico dehairesis, de anlisis parcial o sectario. La hereja no consiste en afirmar algo contrario a laverdad; significa "posar la lupa" sobre una parte de la verdad, magnificarla e ignorar elresto de la misma.

    El hereje est confundido en el rea e de la lista que hemos presentado. Es decir, una serie

    de factores culturales, familiares, etc. determinan su comprensin de su misin.

    La redencin cristiana es inclusiva: se ocupa de la totalidad del hombre y de la humanidad.Se puede posar la lupa en la dimensin vertical y afirmar: "La misin de la iglesia consisteslo en salvar las almas y asegurarles la entrada al cielo". Tambin se puede posar la lupaen algn aspecto de redencin horizontal y pretender convertir el evangelio en activismosocial. La Iglesia de hoy se ve a veces polarizada por grupos que entienden su misin demanera diferentes.17

    Podramos incluir otros tipos de lderes confundidos, no agotamos el tema; pero a losefectos de clarificar las causas de ciertas situaciones congregacionales que crean senosproblemas comunitarios y pastorales, hemos cumplido con el lector.

    Para terminar nuestras reflexiones sobre los lderes confundidos es indispensable aclararque slo se trata de una aproximacin a situaciones reales que se producen en lascongregaciones por causa de la falta, entre sus miembros, del completamiento de lacondicin humana segn el modelo de Jesucristo. No es fcil encontrar personas quepodamos encasillar con exactitud dentro de los lmites de la tipologa que hemos

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    presentado, que no es exhaustiva. Pero muchos cristianos se acercan bastante a algunos delos tipos que hemos presentado.

    Lderes falsos

    En forma indirecta nos hemos referido a los lderes falsos al hacer consideraciones sobrelos lderes confundidos. Una persona puede ser un falso lder de la iglesia cuando lasconfusiones que hemos analizado no son confusiones; por el contrario, est consciente desus objetivos de realizacin personal, sin un real inters en la Iglesia y su mensaje redentor.Y hay falsos lderes que, sin pretender objetivos de autorealizacin, se valen de laplataforma, el capital humano y el prestigio que le otorga el ser un lder cristiano paradifundir una determinada ideologa poltica. Fingiendo ser siervos de Jesucristo sonapstoles18 de intereses o de ideales que estn en pugna con el mensaje cristiano.

    Hay mucha ingenuidad entre los cristianos. Ms de uno que parece ser un lder autntico oque toleramos porque nos parece confundido son realmente falsos lderes, lobos disfrazadosde ovejas. Ante tal situacin tenemos que reconocer con Pablo: Porque por ah andanmuchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que sonenemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales ser perdicin, cuyo Dios es el vientre, ycuya gloria es su vergenza; que slo piensan en lo terrenal (Filipenses 3:1819).

    Anlisis de la membresa de la iglesia local

    La fiebre no es una enfermedad: es una seal de alarma que nos dice que el cuerpo estsiendo atacado por un mal y que ste se defiende. Cuando se llama al mdico, ste interrogaal paciente para descubrir otros sntomas que le puedan conducir al diagnstico provisional

    correcto. Para comprobar la exactitud de su diagnstico, por lo general ordena radiografas,anlisis y, en fin, lo que se estime necesario para lograr la comprobacin de su diagnsticoprovisional.

    La Iglesia est afiebrada, sntoma de que est siendo atacada por uno o varios males. Es quevive en un mundo contaminado por la violencia, el odio, la deshumanizacin, el hambre, lasubversin, la antisubversin, el mal uso de drogas, la disolucin creciente de la familia, lasperversiones sexuales, los crmenes, el egosmo, la prepotencia, la explotacin, etc. LaIglesia, igual que una buena madre, no puede darse el lujo de acostarse porque se siente malcuando tiene a toda su familia en grave estado y en peligro de muerte. La humanidad est

    enferma. La Iglesia est afiebrada pero, aun as, es la nica esperanza para la familiahumana. En el prximo captulo veremos cmo la Iglesia puede y debe eliminar su fiebre ycumplir a plenitud la tarea de enfermera saludable de la familia humana, trabajando con elamor de una madre.

    No hace falta ser un especialista para ponerle el termmetro a un paciente. Cualquiera quese lo proponga podr tomarle la temperatura a cualquier congregacin local. No me

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    propongo presentar una tipologa exhaustivamente analizada; ni siquiera voy a intentarbuscar las causas del mal, como hice con los lderes que denominamos "confundidos". Mevoy a limitar a enumerar algunas temperaturas que son sntomas de anormalidad en la vidade algunos creyentes. La fiebre, he dicho, no es en s la enfermedad, sino el anuncio de supresencia. Por qu existen cristianos que, como las golondrinas, tienen necesidad de

    mudarse de iglesia con frecuencia? Por qu hay otros a los cuales les fascina la intriga?Por qu a algunos les encanta el chisme? O no pueden vencer su susceptibilidad, orgullo,celos, fallas morales? Por qu algunos creyentes son arrogantes mientras que otros sonhumildes? Por qu algunos son colaboradores y otros siempre llevan la contra? Por qualgunos son trabajadores y otros indiferentes? Por qu unos son optimistas y otrospesimistas? Porqu unos oran y leen sus Biblias y otros no lo hacen? Por qu algunos sonamados y otros mantenidos a cierta distancia?

    Los problemas son evidentes, no nos conformaremos con reconocer la existencia de lafiebre, trataremos de descubrir las causas de sta y otros males. Trataremos de analizar a la

    congregacin a partir de las fuerzas psicolgicas que determinan nuestra conducta. Muchasveces se confunden los problemas emocionales con los espirituales. Muchas veces serequiere resolver primero los problemas emocionales para despus propiciar el crecimientoespiritual.

    Antes de iniciar el anlisis debo reconocer que ste es necesariamente parcial. Espsicoteolgico. Un examen exhaustivo con "radiografas y anlisis" del mundo en quevivimos, donde la Iglesia est inmersa, requerira otros tipos de investigacin (por ejemplo,el anlisis de la comunidad desde el punto de vista sociolgico, econmico, poltico,cultural, educacional, de salud fsica). Sera muy til un trabajo en equipo para analizar una

    comunidad cristiana desde pticas diferentes y complementarias dentro del contexto en quedesarrolla sus actividades.

    El anlisis que vamos a hacer es eminentemente psicolgico y tiene como objetivocomprobar las incidencias de los problemas emocionales en la vida de fe yrelacionesinterpersonales en la congregacin. A continuacin presentamos un diagrama quenos servir para concentrar y clarificar la exposicin que nos permitir comprender lasmotivaciones ocultas de la personalidad humana:

    El anterior esquema nos va a servir para clarificar este captulo y el prximo. Llamodinmicas de la persona a cuatro fuerzas19 que determinan el comportamiento de todoindividuo. Estas fuerzas no estn claramente delimitadas y actan en forma diferente encada ser humano, expresndose con mayor o menor vigor en cada uno e interactuando enlas formas ms diversas que uno puede concebir.

    La historia personal: actitud hacia los padres

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    He colocado en primer lugar la historia personal del individuo porque es la basefundamental de la personalidad. Cuando el nio nace se encuentra en un mundo hostil. Hasalido de un lugar paradisaco, de absoluto reposo, oscuridad y calor para, de repente,encontrarse ante torturadoras luces, ruidos extraos y nuevos estmulos. El nio llora ytendr que volver a llorar muchas veces a lo largo de su existencia. Pronto se da cuenta de

    que hay dos gigantes que se interesan por l, especialmente la madre de quien depende y dela cual, en cierta forma sigue formando parte. No tiene todava conciencia de su yo, de suindependencia con relacin al ser gigantesco del cual ha salido. Segn el esquemafreudiano el Complejo de Edipo surge antes de la consolidacin del yo. La criatura sueleinclinarse hacia el progenitor del sexo opuesto en quien encuentra gratificacin; al mismotiempo rechaza al del propio sexo como rival. Ya en esa etapa primitiva del desarrollohumano aparece la tensin fundamental entre lo agradable y lo desagradable, el bien y elmal, Dios y Satans. Freud consider a la religin como una neurosis obsesiva de origeninfantil.20 Todos los seres humanos somos un poco neurticos. Freud no fue la excepcin.

    Todos tenemos un marco referencial inconsciente que nos permite reaccionarcoherentemente frente a las dificultades y enigmas que la vida nos plantea. Cuando losjovencitos se enfrentan con los conflictos de la pubertad-adolescencia, la situacin que seplantea por la presencia de la crisis o por su represin requiere una solucin adecuada paraevitar que deje huellas que puedan afectar la convivencia con otras personas. Especialmentenos interesa subrayar la incidencia de las dificultades en las relaciones interpersonales enlas congregaciones cristianas. La lucha con los padres por alcanzar la propia identidadpuede ser fijada y transferida al Padre celestial, y crear actitudes atestas militantes. Lamilitancia, el sentido de "cruzada contra la supersticin", pone de manifiesto lasmotivaciones emocionales de la accin supuestamente racional. Estas personas creen

    manejarse con esquemas bsicamente racionales, pero estn racionalizando.21 Los que noexperimentan la rebelda de la adolescencia, los que se someten, pueden fijar una actitud desumisin que se manifiesta en las tendencias de su personalidad. El varn se casar con unamujer dominante y la mujer procurar un marido de carcter fuerte a quien obedecer entodos sus caprichos. Este es el tipo de persona que en la iglesia se somete a un lderautcrata y se siente "agradecido" al pastor que le da "palos espirituales" desde el plpito.Ambas partes "disfrutan" de esos sermones condenatorios y se produce, a veces, unarelacin enfermiza pastor-feligrs. El pastor sadista siente la necesidad de golpear y elcreyente masoquista la de ser golpeado. Los dos se satisfacen y adems se asegura unabuena asistencia al culto. Y en la puerta del templo: un fuerte apretn de manos, o unabrazo, y las emocionadas palabras: "Gracias, pastor, por su mensaje, que me ha sido degran bendicin". Claro que no siempre que se hace tal afirmacin estamos en presencia deuna relacin enfermiza. Muchas veces es una relacin teraputica por la obra del EsprituSanto.

    En algunas personas no se supera la crisis. Pero ni la lucha ni la dependencia alcanzan lavictoria, y permanecen ambas actitudes. As surge la ambivalencia.22 En el esquema que

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    vamos siguiendo en el desarrollo de estas ideas, vemos una correlacin entre luchapermanente y racionalismo, entre dependencia y fe y entre ambivalencia yduda.23 Debemos aclarar que sencillamente estamos tratando de describir las situaciones(que hemos vivido en nuestra experiencia pastoral) con la misma objetividad que unespecialista hace una radiografa o un anlisis de sangre. No pretendo ser infalible en mi

    anlisis crtico de situaciones pastorales concretas; sencillamente reflexiono sobre la iglesiade hoy en perspectiva pastoral.

    Hay quienes afirman que "los trapos sucios se lavan en casa". Con ese argumento sepretende ocultar las fallas de la familia para presentarse ante los dems con una mscaraque oculta la verdad. Sabemos que "Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombresembrare, eso tambin segar" (Glatas 5:7). El mundo utiliza esa filosofa de vida donde loque cuenta es la apariencia, pero la Iglesia de Jesucristo no debe imitarlo. No debemosseguir al Seor por caminos de hipocresa. Yo creo, de todo corazn, en la afirmacin delCredo Apostlico: "Creo en la Santa Iglesia Catlica (o Universal)". Creo en la santidad de

    la Iglesia porque es vivificada y sostenida por el Espritu Santo a pesar del pecado dealgunos cristianos. Si as no lo creyera no sera un ministro de Jesucristo, ni predicara elevangelio. Pero creo que es pecado idealizar a la Iglesia al extremo de no reconocer loserrores de algunos de sus miembros. La Iglesia est afiebrada, pero ese es sntoma de quetiene vida y de que alienta la esperanza de ser restaurada para ser enfermera del mundo. LaIglesia debe tener fe en s misma, porque Jesucristo es su Seor y porque el Espritu Santoes una realidad. Pero no debe esconder sus fallas, debe confesarlas y eliminarlas paraalcanzar por la gracia de Dios, el completamiento de la condicin humana segn el modelode su Seor.

    Historia personal: actitud hacia los hermanos

    Mucho se ha escrito sobre las tensiones entre hermanos movidas por los celos y la intencinde monopolizar el afecto de los padres. No vamos a ocuparnos del tema en profundidad.Nos vamos a contentar con el sealamiento de que la Biblia nos presenta un ampliomuestrario de este tipo de conflicto humano: Can y Abel, Jacob y Esa, Jos y sushermanos mayores, el hijo prdigo y su hermano mayor, etc. En todos estos casos prevalecela rivalidad, los celos y el resentimiento entre los hermanos. Esa es una etapa normal en eldesarrollo humano. El nio normal parece egosta, pero no lo es. Sencillamente estafirmando su personalidad. Se encuentra en un momento de su desarrollo psquico en que

    necesita afirmar su yo. No presta sus juguetes y trata de sacrselos a otros chicos; todo "esmo" para el nio. En el fondo lo que necesita es afirmarse y por lo tanto no admitecompetencia.

    La necesidad de afecto es tan importante para el nio como el oxgeno para poder vivir. Sino est dispuesto a compartir un juguete mucho menos va a aceptar compartir sus padres.Los celos son inevitables en una etapa de la maduracin del nio. Esta etapa crtica

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    que su esposa deba ser ms cuidadosa de la higiene de la casa pues haba sentido olor aqueso podrido. Lo mismo haba dicho a otras personas. Por fin alguien tom un espejo y selo puso delante para que se diera cuenta de que el queso podrido lo tena en el bigote.

    Para no usar demasiado espacio resumir las motivaciones inconscientes de esta persona.

    Se haba peleado con su padre y hasta haba acudido a los tribunales en una disputa con lpor motivo de la herencia cuando falleci su madre. Adems, estaba peleada con su nicohermano. En un caso as slo la gracia de Dios puede salvar a una persona de la esclavituddel resentimiento. Le ayud mucho ponerle delante el espejo para que se diera cuenta deque el mal no estaba en los dems sino en ella misma.

    La Biblia tambin nos presenta casos de hermanos donde predominaba la actitud de vidaque denominamos apareamiento. Es una actitud en que uno se siente para con otro en unarelacin de amor, comprensin y mutuo apoyo. Es lo normal en toda persona adulta. Paralimitarnos al Nuevo Testamento recordemos que lo primero que hizo Andrs al encontrarse

    con Jesucristo fue buscar a su hermano Simn para contarle su experiencia personal a fin deque su hermano pudiera recibir la misma bendicin: el encuentro con el Seor (Juan 1:41).Parecera que, a pesar de los defectos que hemos sealado en el primer ncleo de la iglesiaque fund Jess, nuestro Seor se esforz para que el grupo inicial tuviera una buena basede salud mental. Los hijos de Zebedeo fueron llamados cuando estaban apareados,trabajando juntos. Es significativo que aquellos que fueron llamados a convertirse en"pescadores de hombres" eran pescadores y constituan dos parejas de hermanos bienavenidos. Jacobo y Juan estaban tan identificados que no disputaban entre s. Deseabanrealizarse como lderes, pero con una mentalidad que no estaba de acuerdo con lospropsitos del Reino.24 Lo que deseo ahora sealar es el acuerdo, la falta de pugna, entre

    los dos hermanos. Formaban una unidad familiar cerrada y los diez discpulos restantesfueron los que se sintieron perjudicados y enojados (Marcos 10:41).

    Las personas que han logrado vencer sus luchas infantiles con sus hermanos y son capacesde actuar como adultos desarrollan actitudes de vida que se caracterizan por elapareamiento con sus hermanos en la fe. Se produce una verdadera fraternidad bajo elseoro de Jesucristo, fraternidad que ofrece a la iglesia las mejores posibilidades paracumplir la misin que su Seor le ha encomendado. Las personas que ms trabajo me handado, en mi experiencia pastoral, son aquellas que han tenido problemas con sus padres ycon sus hermanos carnales. Claro que el mensaje redentor de Jesucristo es para todos los

    hombres; la semilla del evangelio se siembra en los cuatro tipos de terrenos (Marcos 13:19).

    Las necesidades psicolgico-espirituales bsicas

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    La segunda fuerza25 determinante de nuestra conducta congregacional es la que serelaciona con la calidad y cantidad de alimentos recibido para satisfacer el hambre psico-espiritual.

    La seguridad y el afecto son necesidades sicolgicas bsicas que estn profundamente

    imbricadas. Nos sentimos seguros porque somos amados; y cuando en nuestro contextofamiliar somos amados, nos sentimos seguros junto a seres que nos aprecian y nosreconocen. El recin nacido necesita tanto del amor como del alimento. Se sabe de bebitosabandonados por sus padres que han cado en estado de marasmo y han muerto casidisecados a pesar de disponer de todo el alimento que necesitan. Durante toda la vidanecesitamos alimento material, pero tambin necesitamos del amor como el alimentoespiritual por excelencia. En el amor a Dios, a s mismo y al prjimo se resume toda la leyy los profetas (Mateo 22:3440). Toda la revelacin divina se concreta en el amor, porqueDios mismo es amor (1 Juan 4:8). De ah la necesidad de afecto que tiene el ser humanoque ha sido creado a imagen y semejanza de Dios.

    Cada ser humano es nico, como sus huellas digitales. Esa singularidad debe ser respetada.Cada persona aspira a ser s misma, a ser autntica, y en la familia se debe propiciar esaposibilidad sin descuidar la adecuada educacin e instruccin.

    Cada persona necesita perdn, por cuanto todas hemos cometido faltas. A veces loscreyentes aceptan intelectualmente que Dios les ha perdonado sus pecados, pero sonincapaces de perdonarse a s mismos por lo que han hecho. Esta situacin suele crearsituaciones difciles en la congregacin. A veces la falta de alguien en quien poder confiarpara confesarle un pecado, en la seguridad de que guardarn el secreto, produce serios

    trastornos. Recuerdo el caso de una seora que haba arruinado la vida de toda su familia ycreado divisiones en su iglesia. Cuando me confes que veinticinco aos antes le haba sidoinfiel a su marido comenz a gritar: "Por fin, por fin se lo pude decir a alguien". Segn surelato, un ao despus de su casamiento fue a ver a un profesional porque muy pocas veceslograba arribar al orgasmo. Este lo convenci de que era normal y que el problema lo tenasu marido. "Era muy joven e inexperta y sin saber cmo", me dijo, ced ante la sugerenciadel profesional de demostrarme prcticamente que yo era normal". Comprob que elmdico tena razn, pero el asunto no termin en una demostracin prctica. Continu poralgo ms de un ao. Ello provoc tantos problemas que su marido decidi mudarse a otraciudad. Al perder el contacto con su amante nunca ms volvi a ser infiel a su marido. Pero

    se senta culpable e indigna de su marido. Viva en la angustia de sentirse pecadora. Habanpasado ms de veinte aos de la ruptura con su amante y todava careca de paz, a pesar deque crea que Dios la haba perdonado.

    El ser humano necesita una autntica relacin con Dios. El hombre es religioso pornaturaleza26 y no hallar descanso para su alma hasta que sta descanse en Dios, para lo

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    cual a veces es indispensable una adecuada accin pastoral previa. El encuentro con Diostiene, entre otros, una importante accin teraputica.

    Tensin fundamental

    En todo ser humano existe una tensin fundamental por encontrarse en l dos fuerzascontradictorias en pugna: el pecado y la imagen de Dios.27 Esta tensin es inevitable,aunque en algunas personas es menos perceptible que en otras.

    El pecado nos viene ya en ciertas tendencias que uno recibe como herencia racial: el pecadode nuestros mayores o pecado original. El contacto con el mundo pervertido nos lleva aveces a acciones incorrectas en nuestra niez, antes de haber arribado a un esquema moralni haber concebido la idea de pecado. El sentimiento de culpa a veces suele surgir comouna reaccin en cadena cuando acciones o situaciones evocan esa accin del pasadoinfantil, aun cuando no se haya cometido la falta moral. El pecado es un compaero taninevitable como la sombra cuando caminamos bajo los rayos del sol. En nuestro peregrinarpor los caminos del mundo debemos contar con ese compaero desagradable y a la vezinevitable. La misma Palabra de Dios dice: Por cuanto todos pecaron (Romanos 3:23); sidecimos que no tenemos pecado, nos engaamos a nosotros mismos, y la verdad no est ennosotros. [...] Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos a l mentiroso, y su palabra noest en nosotros (1 Juan 1:8, 10). Afortunadamente no slo existe el pecado. Dios haprovisto los medios para liberarnos de su accin perturbadora. Eso lo veremos en elprximo captulo.

    Adems del pecado, en cada ser humano -creyente o incrdulo- est presente la imagen deDios, que se expresa en la esencia moral del ser humano y la necesidad de un absoluto alcual serle fiel. Esa realidad est presente en todos por decisin divina (Gnesis 1:2627).

    Los principios tico-morales de una atmsfera cristiana

    Esta cuarta dinmica, como las anteriores, no acta en la misma forma en todas laspersonas, ni en una persona con la misma fuerza en las distintas pocas de su existencia.

    Adems de la esencia moral que nos viene de la imagen de Dios, todos hemos recibido unaeducacin. Por lo tanto todo ser humano tiene metas, normas y valores que estndeterminados por estas dos orientaciones: la que nos viene por naturaleza y la recibida por

    educacin.Igualmente todos, en alguna forma, sentimos temor ante un mundo que nos es hostil enforma creciente. No es fcil comprender la compleja realidad en que nos ha tocado vivir. Lacomprensin de uno mismo es un paso fundamental para lograr comprender la realidadcircundante.

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    Captulo 2

    La Iglesia como comunidad teraputica

    En el captulo anterior utilizamos la imagen de la Iglesia como madre enferma-enfermera.No debemos avergonzarnos de que nuestra congregacin local pueda estar afiebrada. Eso essmbolo de vida; los cadveres son los que siempre estn fros. En todo ser humano hayelementos salutferos y enfermantes en pugna por prevalecer. As tambin en la Iglesia. Lasalud y la enfermedad son dos variables que se han dado en todo individuo, y en todaiglesia local, en algunos momentos de su existencia. Por otro lado, nuestro Seor nos dice:Los sanos no tienen necesidad de mdico, sino los enfermos. No he venido a llamar justos,sino a pecadores, al arrepentimiento (Mateo 9:1213).

    Algunos cristianos pareceran pretender mantener la absoluta divisin Iglesia-mundo comoantpodas de la realidad humana en nuestro planeta. No todos los que estn en la Iglesia sonlos "buenos", ni tampoco todos los que estn fuera son los "malos". Una idealizacin de laIglesia, que impida verla en toda su humanidad, y un menosprecio arrogante por los queestn fuera, no contribuyen a que el cristiano se ubique adecuadamente en la realidad paracumplir la misin para la cual Dios lo ha colocado en el mundo.

    El concepto de Iglesia enferma-enfermera del mundo nos conducir, por la gracia de Dios,a nuestra propia salud y a la salvacin del mundo. Es evidente que la tarea restauradora dela Iglesia debe estar movida por el amor, como la madre enferma vela por sus hijos enestado de gravedad. Si bien reconocemos que la enfermedad de la Iglesia es una realidadhistrica, se ha presentado con mayor intensidad en distintas etapas de su existencia. Nodebemos perder la perspectiva de que las personas que cometen faltas dentro de la iglesialas cometeran peores si estuvieran fuera. Aunque encontramos casos excepcionales, comoel que Pablo menciona en 1 Corintios 5, que se salen de lo comn, en muchas otrasinstituciones humanas que no vamos a mencionar, pero que el lector puede suponer,encontramos fallas terribles. El cristiano que ha nacido de nuevo trata de agradar a Dios ycuenta con fuerzas que provienen del Espritu Santo que le permiten resistir las acechanzasdel mal. Pero los incrdulos no cuentan con esas energas espirituales. De ah la gravedadde las enfermedades que se contraen en el mundo. Como una ilustracin de la frivolidad yla anemia moral creciente en amplios sectores de nuestro mundo civilizado, voy apresentar un caso que de ninguna manera ocurrira teniendo como protagonista a un

    cristiano nacido de nuevo en Jesucristo.

    Un pastor recibe la visita de una dama que le ha solicitado una entrevista:

    Visitante: Aprecio mucho que me haya recibido aun sin conocerme. Este hecho me hacepensar que usted se interesa por la gente y que podr esperar una buena orientacin de suparte.

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    Pastor: Ciertamente estoy en la mejor disposicin de ayudar, a la medida de misposibilidades. Creo que eso es lo que se debe esperar de un ministro cristiano No escierto?

    Visitante: S, aunque no todos son lo que se espera que sean.

    Pastor: Creo que los dos estaremos de acuerdo en que todos los ministros cristianos somosseres humanos y no dioses. Pero me parece que en este momento es ms importante centrarnuestra atencin en la orientacin que usted espera de m, segn lo expres hace unosinstantes. La escucho con mucho inters.

    Visitante: S, a eso he venido, pero me cuesta comenzar.

    Pastor: Espero que usted no vea en m al juez que la va a condenar; sino a la persona que lava a acompaar para tratar de encontrar una salida adecuada a su necesidad. El hecho deque haya escogido hablar con un pastor supone que usted espera que seamos tres los que

    peregrinemos en pos de una salida. No tengo que decirle quin es la tercera persona,verdad?

    Visitante: Justo por eso he venido a verle. Usted rene dos dimensiones complementarias:la psicologa y la religin, que le permitirn ayudarme. Pero..... estoy dando vueltas y novoy al centro de mi problema... (silencio).

    Pastor: Cmo podr ayudarla si no me confa el problema?

    Visitante: Bueno, se lo voy a contar. Me siento muy triste y angustiada. Me tengo asco. Notengo respeto por m misma. Ojal tuviera valor para suicidarme (silencio).

    Pastor: Comprendo que usted se siente angustiada y triste, pero algo debe haber ocurridopara que se sienta tan mal.

    Visitante: No tengo el derecho a afirmar que mi marido tiene la culpa, porque si yo hubierasido una mujer decente me habra opuesto a hacer semejante cosa. Soy despreciable, soycualquier cosa... (llanto).

    Pastor: Realmente cree que usted tiene toda la culpa?

    Visitante: No! l es un buen pajarn. l acept jugar a las llaves porque quera estar con

    otra mujer. Me ha desilusionado. Me contaron que cuando hicieron el sorteo de las llaves al le toc venir conmigo y exigi que se hiciera un nuevo sorteo... l quera ir con otra yno conmigo!

    Pastor: Cmo supo que su marido exigi un segundo sorteo?

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    Visitante: Me lo dijo el chico que le toc acostarse conmigo. Me lo dijo despus quehabamos consumado la relacin. Me sent terriblemente mal. Entonces le pregunt quin lehaba tocado a mi marido. Al enterarme me sent an peor. Soy una porquera. Jams debdejarme convencer a participar de ese juego diablico, sucio, inmoral.

    Pastor : Cmo fue que la convencieron: alcohol, drogas?

    Visitante: No! Si hubiera sido por un medio como el que usted sugiere no me sentira tanmal. Fue un convencimiento racional. Se trata de una barra de amigos. Todos nos casamosms o menos por la misma poca, un par de aos de diferencia a lo sumo. Varias veces, enjarana, mi marido se refiri a lo interesante que sera jugar a las llaves con un grupo dematrimonios amigos. Me cont que un compaero de oficina y su esposa haban jugado yles haba ido muy bien. Nunca me pas por la mente que yo podra prestarme a semejantecosa. Parece que fue el demonio el que lo prepar todo. Cuatro matrimonios decidimos irjuntos a la playa por unos das. Nos hospedamos en el mismo piso de un hotel: despus me

    enter que las reservaciones haban sido hechas mucho tiempo atrs. Fue all donde sedesarroll el infierno que me consume. Un miembro del grupo, el que me toc en el sorteo,trajo el libro El matrimonio moderno de Wilhelm StekeI. Ley algunos prrafos donde elautor se refiere a matrimonios mltiples. Despus cuando le el libro me di cuenta que suinterpretacin de Stekel no era la correcta. Este hombre es el idelogo y ejecutor de midesgracia con la complicidad de mi marido. l deca que debamos ser jvenes liberados,que no deberamos colocar barreras a nuestros instintos sexuales que por naturaleza sonpolgamos, etc. Segn l, la felicidad del Barn de Humboldt residi en que le dio libertad asu mujer a acostarse con quien le gustara durante sus largos viajes exploratorios. Dijo quedebamos actuar como seres inteligentes sin dejarnos impresionar por costumbres arcaicas

    como la fidelidad conyugal y el matrimonio monogmico. Eso es una estupidez, dijo...Entonces comenz mi desgracia cuando dijo: "Propongo que las cuatro damas se vayancada una a su dormitorio. Los hombres sortearemos las llaves, y un rato despus cada unoabrir la puerta del dormitorio que le haya tocado en suerte. Casi todos estabandesacuerdo. Yo miraba a mi marido que permaneca callado. Me qued helada cuando ldijo: "Estoy de acuerdo. Acaso no somos los ocho buenos amigos? Por qu no compartirnuestras intimidades?"

    Actu segn lo que esperaban de m que fuera: una "mujer liberada". Todo pas sinpalabras, vertiginosamente. Pero despus me sent mal. Me sent culpable. Tuve asco de m;

    me produje nuseas a m misma. Le rogu al que me haba tocado que se marchara, pero lrespondi que el convenio era por toda la noche y que no tena sentido que me quedara solay que l no poda ir a su dormitorio. Me enoj y le exig que saliera. El no me podacomprender y se rea cnicamente. Me dijo ciertas cosas que hirieron profundamente midignidad de mujer. Pero en cierta manera l tena razn. Yo me haba comprometido ahacer el juego. Por fin logr convencerlo y se march. Despus me sent peor. Por lo menosestando con l tena alguien con quien discutir. Me sent terriblemente sola y con dos

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    preguntas martillando sobre mi mente: Por qu mi marido me ha hecho esto? Qu estarhaciendo? Cuando l lleg no pudo comprender por qu yo estaba hecha un mar delgrimas. Ese mismo da regresamos a la Capital. Dgame pastor Cmo puedo sacarmeel asco que me tengo?

    Es evidente que los problemas psicolgicos y la corrupcin moral se producen con mayorintensidad y cantidad fuera de la Iglesia. En el ncleo de toda neurosis est entronizado elpecado. No es posible violar la natural integridad moral del ser humano, que procede de laimagen de Dios que est presente en todo ser humano, sin daar la personalidad toda. Elcristiano sabe que "la paga del pecado es muerte, mas la ddiva de Dios es vida eterna enCristo Jess Seor nuestro" (Romanos 6:23). Bajo el impacto de la Palabra de Dios y losrecursos de la fe, el creyente procura liberarse de los efectos esclavizantes del pecado.

    La Iglesia, aunque est afiebrada, est en condiciones de ofrecer el medicamento quenecesita el mundo moribundo. En el caso de la seora que hemos mencionado, la

    aceptacin de Jesucristo como Seor y Salvador y el autntico arrepentimiento condujo a laseguridad del perdn y a la liberacin de la angustia y la desesperacin para dar paso a lagratitud al Seor y al intento de comenzar una nueva vida bajo el seoro de Jesucristo.Casos como este se presentan a diario en todo el mundo. Mediante el culto, lossacramentos, la predicacin, el asesoramiento pastoral, el testimonio, la literatura, la Iglesiaest ejerciendo su ministerio teraputico a la maltrecha humanidad.

    El rol de los lderes locales en la teraputica congregacional

    En el captulo anterior definimos a la congregacin local como "un conjunto de personasque confiesan a Jesucristo como su Seor y Salvador personal, conservan sus caractersticasindividuales distintivas, adoran juntos a Dios, interactan entre s a la luz del evangelio parael mutuo enriquecimiento, y colaboran con Dios para el logro de la redencin de todo elhombre y de todos los hombres". Como lo promet en el captulo anterior, volvemos sobreel tema de la labor que realiza el lder cristiano autntico al interactuar a la luz delevangelio con los dems miembros de la comunidad de fe. La interaccin de signo positivo,por parte de los lderes de la congregacin es semejante a la estructura de hormign quehace posible la seguridad de un edificio. De ah la urgente necesidad de un mayorcrecimiento personal de los que ejercen liderato cristiano.

    Hemos sealado que la Iglesia est afiebrada, afirmacin que es vlida a nivel universal yaplicable a las congregaciones locales en algunos momentos de su existencia. He prometidoreferirme a "cmo la Iglesia puede y debe eliminar su fiebre y cumplir a plenitud la tarea deenfermera saludable de la familia humana, trabajando con el amor de una madre". La fiebrede la iglesia suele ser causada por los propios lderes de la congregacin local. Recurdeseque consideramos un lder a todo aquel que es capaz de influir sobre otros al extremo dealterar su conducta. Como en los derrumbes de los edificios, el mal est en la estructura

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    sustentadora que resulta incapaz de soportar tanto peso. El lder puede realizar unainteraccin de signo negativo o de signo positivo. Cuando ocurre lo primero la fiebre afectaa todo el cuerpo.

    Cuando Pablo se refiere a la Iglesia como el cuerpo de Cristo no est utilizando una mera

    figura del lenguaje: est presentando lo que para l era una realidad espiritual. Todomiembro tiene una funcin que cumplir en el cuerpo. El lder cristiano no debe utilizar losdones que Dios le ha concedido para su beneficio personal, porque estos le han sidootorgados para servir a los dems, para la edificacin del cuerpo de Cristo. Mucho se hadiscutido sobre el origen del concepto paulino del cuerpo de Cristo.28 Cualquiera que stesea, no debemos olvidar que se trata de una imagen que seala hacia una realidad concreta.Pablo saba, como nosotros, que hay personas en las congregaciones locales cuyaincidencia en las actitudes y decisiones de la comunidad es prcticamente nula. En todacongregacin hay lderes y seguidores.

    Los que afectan la vida de la iglesia son los primeros, y pueden realizar una accinenfermante o salutfero sobre la comunidad. La Primera Epstola a los Corintios es unmensaje pastoral a una iglesia enferma. En su captulo doce Pablo incluye por primera vezla imagen de la Iglesia como cuerpo de Cristo. Pablo al escribir seguramente estabapensando en los lderes de la comunidad. Porque son ellos los que tienen la facultad deenfermar o sanar a todo el cuerpo: "si un miembro padece, todos los miembros se duelencon l- (1 Corintios 12:26). No vamos a discutir si el concepto de miembro en San Pablotiene o no un sentido grupal, de ncleos alrededor de ciertos lderes (como las clulas y lostejidos diferentes que integran a cada miembro del cuerpo humano). La realidad de nuestrascongregaciones nos muestra las cualidades enfermantes o salutferas de los lderes de la

    comunidad. Tambin nos muestra la escasa incidencia sobre la congregacin delcomportamiento de algunos de sus integrantes que no son lderes.

    Cuando la congregacin tiene un serio problema a travs de uno de sus lderes, ste nopuede ser objetivizado porque envuelve a toda la iglesia. Dicho de otra manera, casi nuncadecimos: "Tengo un dolor en el pie izquierdo". Casi siempre decimos: "Me duele el pieizquierdo". Hay un sentido corporativo y solidario del cuerpo, tanto en la salud como en laenfermedad. Esto es tan vlido en el cuerpo humano como en la Iglesia. Si uno tiene unainfeccin en un dedo del pie se pone en movimiento todo un ejrcito para defender, no sloel dedo, sino la totalidad del cuerpo. Si la infeccin es grave el cuerpo produce fiebre. Esta

    fiebre es una demostracin palpable de la batalla que todo el cuerpo est librando paradefender a uno de sus miembros y al mismo tiempo mantener su integridad y existencia.Igualmente los problemas graves de los lderes de la comunidad afectan a toda la Iglesia ysta se siente fatigada, tensa, afiebrada. Lo que es vlido para los elementos enfermantes loes tambin para los factores salutferos; cuando alguien se entrega en un beso de amor noexperimenta slo una agradable sensacin en la boca, sino en la totalidad de su ser: alma,mente y cuerpo.

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    Sea o no vlida la aplicacin de la imagen de la Iglesia como cuerpo de Cristo a los lderescomo miembros salutferos o enfermantes de la congregacin local, les aplicaremos elcaptulo de 1 Corintios siguiente. En 1 Corintios 13 se presenta la antinomia hombremaduroinfante. Esta idea es desarrollada en Efesios 4:13, donde se aclara que el hombremaduro, completo, ntegro, no es otro que Jesucristo, modelo para ser imitado por todo

    creyente. En la vida de todo ser humano, lder o no, se da la permanente tensin entre elinfante y el adulto a lo largo de toda su existencia. Hay ciertas caractersticas del infanteque son normales: capacidad de comportamiento limitado a pocas expresiones, actitud msbien pasiva frente a la actividad adulta, actitud de dependencia con relacin a otraspersonas, intereses confusos y vagos, aceptacin de un rol subordinado en la familia y en lasociedad y carencias de un adecuado autoconocimiento. Estas caractersticas dejan de sernormales cuando se manifiestan en forma predominante en la persona grande, la quesuponemos adulta. Cuando todas se concentran en un solo individuo nos encontramos conalguien que est incapacitado para ejercer el liderato en cualquiera de sus formas, con

    alguien que necesariamente es un seguidor de otro.Si bien no es necesario que todos los miembros de la congregacin sean lderes destacados,es indispensable que todos aprendan a ser adultos. El adulto posee la plasticidad como paracomportarse en formas muy diferentes segn lo requieran las circunstancias; el infante estpredeterminado por las pocas formas que conoce. El adulto logra alcanzar una capacidadcreciente de actividad creativa; el infante tiende a la pasividad cuando de creatividad setrata. El adulto logra alcanzar un adecuado nivel de independencia con relacin a losdems; el infante es siempre dependiente. El adulto aspira a realizarse como persona y aocupar una posicin igual o superior a sus iguales; el infante acepta su subordinacin.

    La antinomia adulto-infante aparece en San Pablo con caractersticas bien definidas. Tantoen 1 Corintios 13:11 como en Efesios 4:14 la versin Reina-Valera utiliza el trmino nio,debo explicar por qu prefiero referirme al infante por oposicin al adulto. En ambospasajes bblicos Pablo utiliza el trmino nepios, que es una palabra griega compuesta de ney eipon, que literalmente significa no habla", aplicado a los infantes poroposicin alhombre adulto. En el caso de 1 Corintios 13:11 el nepios es capaz de balbucear algunaspalabras: "Cuando yo era un infante, hablaba, razonaba y juzgaba como lo hace un infante,pero cuando llegu a ser hombre abandon la actitud infantil" (versin personal). En 1Corintios 13:10 hay una enigmtica alusin a "cuando venga lo que es perfecto". A travs

    de los siglos se ha dado a este pasaje las ms diversas interpretaciones. Todo parece indicarque se refiere a la antinomia adulto-infante; es decir, se refiere al hombre perfecto segn laintencin de Dios. Si esto es as podra dividirse 1 Corintios 13 en dos partes. Losversculos 1 al 8 se refieren al hombre maduro que debe ser cada creyente a travs delamor, y del 9 al 13 se presenta la realidad del hombre que no ha alcanzado elcompletamiento de su condicin humana segn el modelo que Dios nos ha dado en lapersona de Jesucristo. Es significativa la coincidencia de los trminos nepios (bebito),

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    teleis (acabado, terminado, completo, ntegro) y anr (varn, hombre, marido) en 1Corintios 13 y Efesios 4. Llama la atencin que en ambos pasajes Pablo utiliza el trminoanr en forma nica en sus epstolas.29 Tambin en forma nica se combinan los trminosanr y teleis en 1 Corintios 13:10, 11 y Efesios 4:13. Alguien podra afirmar que Pabloutiliza el trmino anr que tiene el sentido restrictivo de varn o marido y no el de

    anthropos,30 que significa hombre en el sentido genrico, porque se est refiriendo a smismo. Si as fuera, cmo explicar el uso de anthropos en 1 Corintios 7:7: Quisiera msbien que todos los hombres fuesen como yo?.

    El adulto cristiano es aquel capaz de tener paciencia (1 Corintios 13:4). En un pasajeparalelo el autor de la epstola de Santiago afirma que la paciencia perfecta conduce alcreyente a la perfeccin. Aqu se utiliza el trmino teleis tanto para la integridad de lapaciencia como para el completamiento de la humanidad del creyente (Santiago 1:4). Lapalabra paciencia engloba muchas de las cualidades del cristiano perfecto -el hombremaduro en Cristo (anr teleis) al cual Pablo hace referencia en Efesios 4:13- que son

    enumeradas en 1 Corintios 13. Adems, el ministerio de nuestro Seor es un claro ejemplode las caractersticas del hombre nuevo. Por eso nos dice: Sed plenamente hombres[teleis] como Dios es plenamente Dios [teleis] (Mateo 5:48 en versin personal). Ellder cristiano debe perfeccionarse en el amor. Si no lo logra afiebrar a la Iglesia con susactitudes.

    No voy a realizar un profundo trabajo exegtico sobre 1 Corintios 13 pues necesitaramosmucho espacio. Me voy a limitar a sealar algunas de las caractersticas fundamentales dellder cristiano para cumplir una misin salutfera en la congregacin local. El hombremaduro en el amor de Cristo es paciente frente a las situaciones conflictivas que se

    presentan en la vida congregacional. Qu queremos decir con eso? Vamos a reflexionarsobre 1 Corintios 13:4, versculo muy rico en contenido. La versin Dios llega al hombre lotraduce as: "El que tiene amor, tiene paciencia". Muy diferente es la versin de Reina-Valera: "El amor es sufrido". Ncar Colunga traduce: "La caridad es paciente". Ante taldiversidad de versiones es lgico que el lector se pregunte, y qu es lo que dice la lenguaoriginal? La traduccin no es fcil. El amor "makrothymei", dice. En esa palabra griegaest el secreto del significado. Se trata de la tercera persona singular de un verbo queexpresa la accin del amor. Este verbo est compuesto por dos palabras: makrs, que quieredecir largo (referente a espacio), lejos, distante, remoto; y thyms, que quiere decir pasin

    fuerte, emocin, ira. Luego makrothymei significara, aproximadamente, estar distante delos arrebatos emocionales, ejercer el dominio propio.31 El amor produce en el ldercristiano la madurez que le permite actuar de esa manera. El ejercicio de este tipo depaciencia en su forma ms pura conduce a la perfeccin humana, como hemos visto enSantiago 1:4.

    El segundo verbo que aparece en 1 Corintios 13:4 como accin concreta del amor bienpodra traducirse "ser bondadoso". El amor lo hace a uno bondadoso como seal de nuestra

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    madurez. El lder cristiano contribuye a la salud de su congregacin a travs del amor.Debemos aclarar que no nos estamos refiriendo al amor en una perspectiva humanista, sinoal primero de los dones del Espritu Santo (Glatas 5:22). Si hiciramos un estudiopsicolgico de los ms crueles tiranos que existen sobre nuestro planeta, se llegara a laconclusin de que esos personajes son emocionalmente inmaduros. Por eso son tan crueles;

    por eso no pueden tener rasgos de bondad. Son infantes que se han convertido en personasgrandes. A nivel intelectual suelen ser muy despiertos, pero dormidos a nivel emocional.Cuando nos acercamos a ese hombre segn la medida de la estatura de Jesucristo (Efesios4:13) crecemos hacia la bondad de Jesucristo.

    Despus de presentar dos verbos en forma positiva para mostrar la accin del amor, SanPablo nos muestra otras fuerzas que no proceden del amor, y lo hace a travs de otros sieteverbos. No debemos olvidar que esta carta est dirigida a una iglesia muy afiebrada. EnCorinto haba todo tipo de problemas: divisiones alrededor de lderes diferentes (captulo3), un grave caso de inmoralidad (captulo 5), diferencias de opinin sobre el matrimonio

    (captulo 7), tensiones con relacin a la carne sacrificada a los dolos (captulo 8), abusos enla Santa Cena (captulo 11), tensiones por causa del don de lenguas (captulo 14) ydiferencias de opinin sobre la resurreccin de los muertos (captulo 15). Los lderes de laiglesia de Corinto deban cumplir una misin salutfera para sanar la congregacin de todossus males. Los dos verbos que hemos considerado hasta ahora son la accin directa delamor. Los siete verbos que vamos a considerar muy someramente constituyen la fuerza y laaccin del mal contra el cual luchan las fuerzas del amor.

    La iglesia de Corinto estaba afiebrada y la enfermedad era causada por sus propios lderes.Las causas del mal eran: la envidia, la jactancia, el envanecimiento, lo indecoroso, la

    bsqueda de prebendas, la irritacin, el rencor y el gozo en la injusticia. Reina-Valeratraduce estos verbos como si fueran sustantivos, nos hemos limitado a repetir las palabrasde Reina-Valera.

    Despus de los dos verbos que muestran la accin teraputica del amor de Dios y de lossiete que muestran la accin enfermante del pecado que haba en la iglesia de Corinto, SanPablo presenta otros cuatro verbos que muestran la accin del amor ante las fuerzas delpecado. Segn la traduccin de Reina-Valera: "El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo loespera, todo lo soporta" (versculo 7).

    Como nos interesa resaltar la dinmica teraputica del amor que se expresa en lacongregacin especialmente por la identificacin de sus lderes con el espritu de Cristo ycon Dios -que segn 1 Juan 4:8 es amor-, me voy a detener en estos cuatro verbos. Elprimero es mucho ms rico que el verbo "sufrir" (Reina-Valera). Significa originalmentecubrir (como con un techo), proteger, cubrir con el silencio (guardar un secreto), sostener aalguien, mantenerse firme, resistir. Quizs lo que Pablo quera decir es que:"el amoraguanta cualquier cosa", es decir, yo puedo resistir las situaciones ms dificultosas si me

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    siento amado. El amor humano puede sostener a una persona en medio del sufrimientoporque se siente amado y porque ama a sus seres queridos. Pero cuando el creyenteexperimenta el amor de Dios, puede resistir cualquier situacin, aguantar cualquier cosa. Atravs de los siglos millones de cristianos se han enfrentado a situaciones angustiosas y hanaguantado bajo la dinmica del amor de Dios. Pablo no escribe esta epstola en un esquema

    conceptual, no pretende resumir un tratado de tica, se est refiriendo a la situacinconcreta de la congregacin de Corinto. Cuando Pablo dice el amor panta stegei (todo loaguanta) se refiere a las tensiones existentes por falta de amor que hacan que unoscristianos se sintieran distantes de otros. El verbo stego tambin expresa la idea de techar,cubrir bajo un mismo techo. Slo el amor puede cubrir bajo un mismo techo, en la familiade Dios, a personas que sostienen opiniones divergentes. Pablo est mostrando a los lderesde la iglesia en Corinto el remedio para curar a su congregacin, para hacer desaparecer lafiebre smbolo de su enfermedad espiritual.

    El segundo y el tercer verbo no tienen mayor complicacin en lo que a la traduccin se

    refiere. El amor "todo lo cree, todo lo espera". Se refieren a la actitud optimista que debetener la Iglesia frente a los problemas que la embargan. El amor engendra tanto la fe comola esperanza. Luego la Iglesia debe confiar en que las dificultades sern vencidas. Esta ideaes central en Pablo y le sirve para resumir todo el captulo: "Y ahora permanecen la fe, laesperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor" (13:13).

    El cuarto verbo, "todo lo soporta", es muy similar al primero. Resulta difcil establecerclaras lneas de demarcacin entre ellos. Significa permanecer, perseverar, resistir.

    Antes de entrar a considerar la actitud infantil, por oposicin a la adulta, Pablo hace una

    ltima referencia al amor afirmando que ste "nunca deja de ser". Ciertamente el amor es lanica virtud teologal que el hombre puede compartir con Dios. No es lgico pensar de Dioscomo un ser que tiene fe o esperanza, virtudes bsicamente humanas. Todo acabar con eltiempo, pero el amor permanecer.

    Si dejamos atrs a Corinto y posamos la lmpara de nuestra atencin sobre otra iglesiaurbana, de su ciudad o de la ma, nos encontraremos con la misma realidad: la escasez deun autntico amor por la obra de Dios, por el prjimo y por s mismo de una buena parte delos lderes de la iglesia. Donde falta el amor encontramos una iglesia afiebrada. El amor esla mayor fuerza teraputica que existe; es la mayor contribucin de la iglesia a la salud

    mental de la humanidad, junto con el perdn de Dios y el nuestro.

    Un sntoma infalible de la deficiencia afectiva, capaz de enfermar a la Iglesia, es elpredominio del inters por la posicin social sobre el cumplimiento de roles por parte dealgunos lderes de la iglesia. Cuntos lderes trabajaban contentos en sus comunidades decreyentes mientras ocupaban "puestos importantes" y dejaron de hacerlo al no ser reelectos!Realmente el inters estaba en el prestigio y la dignidad que implicaba el puesto. Por el

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    contrario el lder cristiano que se siente inundado por el amor de Dios cumple su papel deministro de Jesucristo aunque no disfrute de la distincin de un "cargo eclesistico". Hayalgunos creyentes que se echan a perder cuando son elegidos para un puesto. Eran capacesde cumplir deberes, pero una vez enfermos por la ambicin de prestigio son incapaces decumplir su ministerio. Un lder cristiano me dijo en una ocasin: "Si deseas conocer a

    Pedrito dale un carguito". El origen del mal est en la falta de amor en sus tresdimensiones: Dios, el prjimo y uno mismo. Al hombre natural, evidentemente, le gustams el prestigio, el figurar, que el cumplimiento del deber. Cuando uno vive en el Espritude Cristo y est impregnado en su amor, alcanza la madurez suficiente para poder continuarcumpliendo con el deber, aun cuando haya perdido posicin social.

    El amor, como fruto del Espritu Santo, es la prueba de la calidad del liderato. La presenciao la ausencia del amor pone en evidencia si somos lderes cristianos autnticos,confundidos o falsos. Las palabras con que Jess design a los lderes que escogi no serefieren a posicin social sino a tareas. El Seor nos ha llamado bsicamente para hacer y

    no slo para ser personajes importantes y distinguidos. Si somos lderes lo somos porquehacemos. El nfasis de la imagen de la Iglesia como una vid, en San Juan 15, est en lafructificacin. El lder cristiano que, como la higuera, desea mantener su posicin sindesempear su papel, se secar espiritualmente y enfermar a la Iglesia (vase Mateo21:1822).

    Algunos lderes de la iglesia, que perdieron o no su rango, hoy estn fuera de lascongregaciones. Han cado en una actitud crtica e individualista. Pretenden ser fieles alSeor fuera del cuerpo de Cristo, lo cual es imposible. Una mano separada del cuerpo dejade ser mano para convertirse en masa putrefacta y maloliente y, finalmente, en polvo de la

    tierra. Igualmente el cristiano no puede serlo a cabalidad separado de una comunidad decreyentes. La lealtad a Jesucristo le conduce necesariamente a la integracin en comunidad.Una persona que se haba separado de la iglesia por tensiones con otras personas en unaocasin me dijo: No voy a la iglesia porque ella est llena de hipcritas. No necesito asistiral culto para ser cristiana. La falta de amor era evidente, no slo por lo que deca sino porla forma despectiva y autosuficiente en que se expresaba. Le dije: No tiene sentido quecomencemos a discutir el asunto. Slo hay dos posibilidades: o usted tiene razn o estequivocada. La persona reafirm que ella tena toda la razn y entonces le dije: "Si ustedtiene razn su deber es volver a su congregacin para cumplir su ministerio salutfero.

    Porque esa iglesia llena de hipcritas es la misma que fund su Seor y el mo. Esa iglesiaes la ltima esperanza que le queda a la humanidad". Se qued muy impresionada ms porla forma que por la profundidad de lo que le dije. Desp