Peñas arriba - backend.educ.ar

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JoséMaríadePeredaySánchezPorrúa

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ISBN978-987-34-0339-2

Publisher:Vi-DaGlobalS.A.

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Domicilio:CostaRica5639(CABA)

CUIT:30-70827052-7

Dedicatoria

AlasantamemoriademihijoJuanManuelHacia el último tercio del borrador de este libro, hay una cruz y una fecha entre dospalabras de una cuartilla. Para la ordinaria curiosidad de los hombres, no tendríanaquellos rojos signos gran importancia; y, sin embargo, Dios y yo sabemos que en elmezquinoespacioquellenan,cabeelabismoqueseparamipresentedemipasado;Diossabetambiénacostadequéesfuerzosdevoluntadsesalvaronsusorillasparabuscarenlas serenas y apacibles regiones del arte, un refugio más contra las tempestades delespíritu acongojado; por qué de quémodo se ha terminado este libro que, quizás, nodebiódepasardeaquellatristefechanideaquellarojacruz;porqué,enfin,yparaquédeclaroyoestascosasdesdeaquíaesacorta,peronoble,falangedecariñososlectoresquemehaacompañadofielenmipobrelabordetantosaños,mientrasvoysubiendolaagria pendiente de mi Calvario y diciéndome, con el poeta sublime de los grandesinfortuniosdelavida,cadavezquevacilamipasoolosalientosmefaltan:«Dominusdedit;Dominusabstulit.SicutDominoplacuit,itafactumest».J.M.DEPEREDA

Diciembrede1894.

-I-Lasrazonesenquemitíofundabalatenacidaddesuempeñoeranmuyjuiciosas,ymelasibaenviandoporelcorreo,escritasconmanotorpe,plumadeave,tintarancia,letrasgordasyanticuadaortografía,enpapeldebarbascompradoenelestanquillodellugar.Yo no las echaba en saco roto precisamente; pero el caso, paramí, era demeditarsemuchoy,poreso,entrealegarélymeditaryresponderleyo,sefuepasandounabuenatemporada.La primera carta en que trató del asunto fue lamás extensa de las ocho o diez de laserie. Temía colarse en él de sopetón, y me preparaba el camino para sus fines,«tomando las cosas desde muy atrás, y como si nos tratáramos entonces, aunque delejos,porprimeravez».«Mucho le estorbaba la pluma entre los dedos», y bien lo revelaban la rudeza de lostrazos,ladesigualdaddelasletrasylasseñalesdemásdeunborrónlamidoenfrescooextendidoconelcantodelamano;«peroconpacienciaybuenavoluntadsevencíanlosimposibles».«Tusabuelospaternos-meescribía-,nolograronotroshijosquetupadreyyo.Yofuielmayorazgo,ycomotal,aquíarraiguédesdeelpuntoyhoraenquenací.Tupadre,comomásnecesitado,echósealmundo,yrodandomuchoporél,adquirióbuenoscaudalesyunamujerquenohabíaoroconquépagarla.Deesta trazame lapintócuandovinoadarmecuentadesusproyectosmatrimoniales,yatomarposesión,enpurachanza,delapobrezaquelecorrespondíaporherencialibredetusabuelos.Fuesealospocosdíasdehabervenido,ynohevueltonivolveréaverlemásenlatierra.Diosletengaeneternodescanso.»Tambiényomecaséandandolosdías,ytuvemujerbuena,ehijosqueelSeñormeibaquitandoamedidaquemelosdaba.Conelúltimodeellossellevóasumadre.¡Benditayalabada sea su divina voluntad, hasta en aquello con que humanamente nos agobia yatribula!Comoaúnnoerayopropiamenteviejoymesentíafuerte,yenestasangosturasy asperezas del terruñohallabanpasto y solaz abundante las cortas ambiciones demiespíritu,aprendíaarrastrarconvalentíalacruzdemisdolores,yhastalogréolvidarme,tiempoandando,dequelallevabaacuestas:vamos,quemehicealacarga,yvolvíaserel hombredebuen contentar y apegado a la tierramadre como la yedra almorio.Detardeentardenosescribíamosmihermanoyyo,ydeestemodosupoélmisventurasydesventuras,yyotunacimientoyeldetuhermana,elcasamientodeéstadespuésconunamericanoricoquese la llevóasu tierra, lamuertede tumadrey losrumbosquetomabasconloslibrosdelasaulas,segúnibasesponjándoteyhaciéndotehombre.»Unavezdioenfaltarmecartavuestramásdeloacostumbrado,queerabienpoco,ylaprimeraque tuveal cabode losmeses fue tuyayparadecirmeque tupadresehabíamuertodeuntabardilloenconado,ocosaporestearte.Ausentetuhermanaycargadadefamiliaydebienesenlaotrabanda,quedábastesoloenladeacá,yaticuentaqueenelmundo,aunqueconmediosdefortunaparabracearatusanchasenél.Lomismoqueyo, salvo la comparanza de gentes y lugares. Te brindé con éste mío, desconfiandomucho,enverdadsediga,dequemequisieraselenvite,hechodetodocorazón,porquebarruntaba tu modo de vivir y conocía tu estampa por retratos que me habías idomandando.Ni el unoni la otra se amañabanbien con lapobreza y rustiquezde estosandurriales;meparecíaamí.Ynoibaelparecerfueradecamino,porqueesoresultódeturespuesta,biendesentrañadassusfinezasycortesías.Desdeentoncesfueronperasdea libra las cartas entre nosotros dos. Tú corriendo la Ceca y la Meca, y yo firme yagarrado a estos peñascales como barda montuna. Y así hemos ido tirando tanguapamente: tú sin acordarte dos veces al año del santo de mi nombre, y yo sinapurarmeporellocosamayor,porquemientrastuvesalud,tuvealegría,yalaluzdeellame tenía por bien acompañado con vivir entre estas gentes y estos riscos y hasta susalimañas, queme parecían ya, a fuerza de verlos y palparlos, carne demis huesos ysangredemispropiasvenas.Perotúerasmozoy teníasmuchotiempoymuchatierrapordelante;yoviejoyconmuypocasfantasíasenlacabeza,ynosobradodecalorenlamasade lasangre; losmuchosañoshicieronalcabounade lassuyas,yayermañana,comoquiendice,unapizcadenada,unsorbodelechemásdelosacostumbrados,elairedeunapuerta,elaletazodeunmosquito,meacaldóenlacama.Tardéensalirdeella,ysalícomoparaentrarenlasepultura.Elroblesebamboleabacomosilefaltaralatierraque le sostenía, o se te despegaran de ella las raíces, o no pudiera con el peso de su

propioramaje.Yamedananseolascuestasarribaconsolomirarlas,ylamanoqueayerventeabagustosaelaperooelhachaconqueyomeentreteníaenlatierradelaboroenla espesura delmonte, hoyme pide el paluco del tullido, como el puntal de sostén eljastialresquebrajado;yloqueespeorquetodoello,queelánimovacantandoalsondelaosamentaquesedescuajaringaynopuedeyaconelpellejo.Ensuma,hombre:queenundosportres,ycuandomenosloesperaba,dielbajónquehabíadedarmástardeomástemprano.Esdeleyquelatierrallamealoqueessuyo,yamínocesadellamarmeunosdíashace.No tediréque tengamiedo,propiamentemiedo,aesevoceríoquenocalla día ni noche; pero es la verdad que a estas horas quisiera verme algo másacompañadodeloquemeveoenlasoledadenquemehallo.Soledaddigo,porqueconestar cada cosa de estos lugares en el punto en que siempre estuvo, y con ser estasbuenasgentes loquesiempre fueronparamí,ahoraresultaque tengocodiciadealgoquemelleguemásadentroquetodoello,porlomismoquelohayysépordóndeanda.Sí,hombre,sí:hasdesabertequetodalaleyquetuveamishijos,yasumadre,yatupadre,yalosmíos,yqueportantosañoshaestadocomodormidaenlomáshondodelcorazón, seme ha despertado de repente, cebando su hambre envejecida en la únicacarnedelanuestraqueconoce:enti,paraquelosepasdeunavez.Porquetuhermana,a ladistanciaqueestádenosotros,esparael casocomosi yanoviviera, ynoquierotenerporde lacastanuestraadossobrinazossegundosmíos,porpartedemimadre:dos bigardones de mala catadura y peor vivir. Hace no mucho tiempo bajaron de supuebloapedirme«algo»,ataleshorasyentalestérminos,quetuvequedarlesel«Diosvosampare»conlaescopetaechadaalacara.Primerayúnicavezqueloshevisto.»Puesbueno,yparafinyrematedelcaminoquetraigoyyamecansa:creoquesitúteanimarasymedieraselregalodetucompañíaenestacasona,elvoceardelatierramesería más llevadero. No hay cosa mayor con qué tentarte entre estos solitariosdespeñaderos,atiqueestásavezadoalaspompasyregalosdelacorte;peroatodosehacenloshombrescuandoseempeñanenello,sincontarconquetambiénaquíhaysusolcorrespondiente;yaunqueesciertoquetardaunpocopor lamañanaentrasponerlospicachosquerodeanel lugar,unavezarribaalumbraycalientayregocijaelánimocomoelsolmásmajodecualquieraparte.Además,tudestierronopodríadurarmuchoporrazonesqueyomesé;yporúltimoyfiniquito,consalirdeélencuantonopudierasresistirle,estabaelcuentoacabadoparati.»Ítemmás:tengociertosplanesenelmagín,quemedanmuchoquehacer.¿Quéhombreandasinellosenmicaso?Notengoherederosforzosos,ynodejadehaberencasaalgoqueecharaperderdemipropiapertenencia;algoqueiráapararDiossabeadónde,sienmisúltimasypostrerasnotopoalalcancedelavistaconunserquemehagaunpocodecosquilleoenlasentretelasdelcorazón.»Porsupuesto,quenotratodeencendertucodiciaconestasindirectas.¡Abuenaparteiría!Peroesbienque todoseestipuley se tengapresenteenhorascomo lasquehanempezadoacorrerparamí.»En fin,hombre,anímateavenirporacá; y sinopuedeshacerloporgusto,hazloporcaridaddeDios.»Menoslodel«bajón»ysusconsecuencias,todoloquemitíomecontabaenestacartame lo tenía yo bien sabido; y sabía también, por lo que se deducía fácilmente de suanterioryescasacorrespondenciaconnosotrosylopocoquemehabíadichomipadre,que su hermano Celso era un hombre campechano, de escasas letras y excelentecorazón,agudodemagínyuntantomarrullero,comobuenmontañés,ymáscuidadosodel cultivo y prosperidad de sus tierras y ganados, que del fomento de su cariño a lafamilia que le quedaba; dejadez que a ratos tocaba en una indiferencia que parecíarayanadelabsolutoolvido.Menosquedemitíosabíayodesutierranativaydenuestracasasolar,notantoporculpademipocacuriosidadsobreestosparticulares,comoporobradeunadelasflaquezasmássalientesdemipadre.Lellamabanmáslaatenciónlosapellidosquelascondicionespersonalesde«losnuestros»:asíesquealpreguntarleporla vida y milagros de cualquiera de ellos, en lugar de responder derechamente a lapregunta,seencaramabaenlacopadelárbolgenealógicode lafamilia,ygateandoderamaenramahaciaabajo,noparabahastadar,loquemenos,conlapatadelCid,siesqueseconformabaconeso.Desuspadressólopudesacaren limpio,en lasdiferentesvecesquelepedínoticiassobreellos,quehabíansidoelentronquedelacasa«única»delosRuizdeBejos,deTablanca,con lade losGómezdePomar, lamás ilustrede lasdePromisiones.Pocoscaudales,esosí,porpartedeestosúltimosprincipalmente,esdecir,por la de mi abuela paterna, que sólo aportó al matrimonio unas gargantillas y unasarracadasdecoral,dosrelicariosdeplataconunaastilladelaVera-Cruz,yunhuesodeSanta Felícitas, respectivamente; tres mudas de ropa blanca, dos mantelerías de hilo

casero,unacadenadeorocordobés,elvestidodegalaconquesecasó,yotroamediousoparatodoslosdías.Porpartedemiabueloyafuecosamuydiferente.NuestracasadeTablancaejercíaentodoelvalle,porvirtuddesucondiciónbenéficaaméndeilustre,ciertoseñoríoindiscutibleypatriarcal,yeraelparaderoobligadodetodaslaspersonasnotables que pasaban por allí, incluso los obispos. Solamente en lo que recordabamipadre,sehabíanhospedadodosenella:eldeSantanderyeldeLeón.Paraestosyotrosparecidos menesteres había en arcas y alacenas buena provisión de sábanas ymantelerías superiores, maciza y abundante plata de mesa y hasta dos colchas dedamascoyuncrucifijodemarfilyébano.Nadafaltabaallídeloquenodebíadefaltarenlacasadeunafamiliacomolanuestra.Perodesusituación,desuforma,desuamplitud,de sus comodidades, ni una palabra: a lo sumo, que era grande, con solanas, escudonobiliario y accesorias. Del terreno en que estaba enclavada y sus aledaños, de lascondicionesyaspectodelpaisaje,desuclima,desusrecursosparalavidaalgomásqueanimal, de las costumbres de sus habitadores, era ocioso inquirir cosa alguna porinformes de aquel buen señor, que con estar tan pagado de su estirpe y poner en loscuernosdelalunalosblasonesdesucasaylatierraenquehabíanacido,sólounavezymuy de prisa volvió a ella después de haberla abandonado, aunque por imperio de lanecesidad,siendomuchachotodavía.Seremontabaalomásaltodecuantohabíaoídoyleídosobreaquellaempingorotadaregióndelacordilleracantábrica,yeradevercómose las había, primeramente, con los celtas, nuestros supuestos progenitores, y sedescolgaba enseguida de allí para enzarzarse mano a mano y como quien ventila yjustiprecia ordinarios y corrientes asuntos de familia, con aquellas tribusmontaraces,conaquelcántabroferozquepasólosAlpesyluchóconAníbalcontraRomayderrotóaEscipiónenelTesino.DespuéshablabadeAugustoysus legiones,venidosaCantabriaexpresamente para someternos al yugo romano; de que tal era nuestro empuje, tal«nuestro»valorytal«nuestro»apegoalaindependencia,queelCésarhabíanecesitadoseisañosparatriunfarenunempeñoque lehabíaparecidoobradepocosdías;de loshorroresdeestaguerrabárbaraentre inaccesiblespeñascales yprofundos y sombríosbarrancos, donde rugían las aguas tintas en la sangre de «los nuestros» y de losaguerridoslegionarios.Nofaltabalodelasmadresquedurantelaguerramatabanasuspequeñuelosparanoverlosesclavosdelostriunfadoresextranjeros,ni lode lamuerteen cruz de tantos mártires entonando himnos de libertad entre maldiciones alconquistador, y con todo esto, un sinnúmero de pormenores sobre el tipo y lascostumbres de sus héroes, pormenores que yo hubiera querido sobre la tierra quehabitaron, tal y como era en mis días. Lejos de ello, sólo dejaba los cántabros paramezclarasussucesoresen laepopeyadeCovadongaoen los líosde los«Bandos»deCastilla;yyapuestoaquícon losditirambosasus ínclitos«antepasados»,recorríaconellos las cincopartesdelmundo,hastano saberpordónde se andaba,ni yo tampoco.Porque sobre estas materias tenía mi padre una erudición abundante, pero un tantosospechosa, obra de una voracidad que entraba con lo cierto lo mismo que con lofantástico,porapegotenaz,aunquemeramenteplatónico,alascosasdesutierra.Deestamanerasabíayodeella,alrecibirlacartademitío,pocomásdeloquesesabe,por conjeturas o por comparación, de otras semejantes que se han visto «al pasar», ymuydeprisa.Entre tanto, yohabía cumplidoya los treintaydosaños;hacía seisqueeradoctorenambosderechos,aunquesinsaber,pordesusodeellas,paraquéservíanesascosas;másdesietequecampabapormisrespetos,ymedabalagranvidaconelcaudalquehabíaheredadodemipadre.Porquedemimadrenoheredéunmaravedí.Fueunagranadinamuyguapa,hijadeunmagistradodeaquellaAudienciaterritorial.Laconociómipadreandandoporalláunatemporada,ocupadoennegociosdeminas,ysecasóconelladelanochealamañana.Elmagistradoeraviudoypobre,ysemuriódosañosdespuésdelabodadesuhija.Debo a Dios, entre otras muchas mercedes, la de un temperamento singularmenteequilibradodehumores,quemehapermitidoatravesarporlasmáspeligrosasasperezasdelavida,sindejarentreellaslamenortiradelpellejo.Muypocascosasmehanllegadoalalma,yraravezmeheapasionadoporlamejordeellas.Estahasidomimayorfortunaenmediodelalibertadydelaabundanciaenqueviví,siendoniñomimadoyconsentido,mientrasfui«hijodefamilia»,yricoydesligadodetodatrabaencuantoquedéhuérfanodepadreymadreymedeclaré«mozodecasaabierta».Enestascondicionesyconuntemperamentomásapasionado,sabeDiosloquehubierasidodemíydemidinero.Asíytodo, no acrecenté el heredado demi padre, y hasta le mermé en una buena tajada,porquenotodoslostiemposcorríanigualesparaelvilochavo;yyo,aunquesinperderde vista lo útil que es este ingredientepara vivir a gusto entre los hombres, nohabía

nacido para esclavo de él y tenía muy arraigadas aficiones que no eran baratas. Megustabaviajar,yviajabamuchodentroyfueradeEspaña;megustabaelllamado«granmundo»o«altasociedad»,ylafrecuentabaensussalones,enlosteatros,enlospaseosyhastaenlosbalneariosdemoda,yeneldeporte;megustabanlasBellasArtes,aunqueconsideradasprincipalmentecomoartículodelujo,ycomprabacuadrosyesculturasenlas exposiciones;megustaban ciertoshombresde lapolítica yde la literatura, noporpolíticos ni por literatos precisamente, sino por la resonancia de sus nombres y elatractivodesusconversaciones,yfrecuentabasutratoylosacompañabaensuscírculosyensusbanquetesyensustertuliasyfrancachelas…hastamegustabanlostorerosaciertadistancia,yaciertadistanciacultivabalaamistaddealgunosdeellos.Todo esto, y otro tanto más que de ello se sigue por ley forzosa, al fin y a la postreresultaba caro y producía hondos desgastes, si no del pellejo, cuando menos de lasensibilidadmoral,auntratándosedeunmozocomoyo,queenningúncuadroaspiróaser figura de primer término, ni a levantarmedia pulgada sobre la talla común de lamasadeespectadores;yesto,noporvirtud,sinoporexigenciasdemitemperamento.Esmuydenotarsequeenlaaficiónmásacentuadadetodaslasmías,ladelosviajes,meseducíamuchomáselartificiodeloshombresquelaobradelaNaturaleza.Comobuenmadrileño,amabaaMadridsobretodaslascosasdelatierra,ydespuésdeMadrid,asussimilaresdeEspañaydelextranjero:lasmásgrandesymásalegrescapitalesdelmundocivilizado.Loquequedabaentreunasyotras,meteníasincuidado,ypasabasobreello,parairadondefuera,comoinsensibleproyectilquellevaelparaderodeterminadodesdesu punto de origen. Hijo y habitante de tierra llana, losmontesme entristecían y loscielos borrosos me acoquinaban. Una vez sola había estado en la capital montañesa,disfrazando con el deseodepisar «la tierra demismayores», comodiríami padre, latentacióndeveranearenaquelpuertoquecomenzabaaser«elegante».AtravesandoenferrocarrillacordilleracantábricacasiporencimadelasfuentesdelEbro,recordéque«porallí»,nosabíasialaderechaoalaizquierda,debíadeandarmicasasolariega,enalgún repliegue de aquellos montes encapuchados de neblinas y ceñidos de negrosrobledales. Y no tuvo entonces mayor resonancia que ésta en mi corazón el tancacareado«gritodelasangre».Díasdespués,ydesdeunadelasalturasquedominanlaciudad,unsantanderino,prácticoenello,menombraba,señalándolosconeldedo,cadapicacho y cada monte de la grandiosa cordillera que empieza al Oriente en CaboQuintresyGalizano(lacoladelenormereptil),yacabaalOccidentemetiendoentrelasnubeslosPicosdeEuropa(sucabeza).Después,altrazarenelaireconelmismodedoelcursodecadaríodelosqueenellanacenyporelfondodesusnegrasbarrancassedespeñan,llegóaencararsealOeste;ymarcandotresrayascasiverticales,menombróelSaja,elNansayelDeva;yallíleatajéyoconelpensamiento,diciéndomeamípropio:«Juntoaunodeesostresríos(creoqueelNansa),másarribaomásabajo,debedeandarelsolardemismayores.»Yaestosolose redujo, por segunda vez, «el grito de la sangre» que llevaba en las venas. Comodecoración,meenamorabaaquelrosariodeescalonadasmontañasquedeE.aO.porelS.sirvendemarcograndiosoalaadmirablebahía;¡perocomotierrashabitables!…Taleseran,picomás,picomenos,misantecedentespersonalescuandorecibílacartaenquemitíoCelsomellamabaasulado,yportiempoindefinido,desdelomásrecónditoymontarazde la región cantábrica; y, sin embargo,nomecausó la embajada impresióntandesagradablecomopudierapresumirsetomandoalpiedelaletralodichosobremimododeserydesentir.Aparte de lo que me interesó el estado físico y moral de mi tío, no estaba yo tanenamorado de mi sistema de vida, que me espantaran los riesgos de trastornarleradicalmenteporalgúntiempo.Sinsentirme«cansado»devivircomovivía,porquenocabía el cansancio en un andar tan reposado y, relativamente, metódico como el quehabíausadoyohasta llegaradondehabía llegadopor tantosy tanpeligrososcaminos,comenzabaanotaralasazónciertalanguidezdeespíritu,ciertainapetenciamoralqueno estaban reñidas seguramente con un paréntesis de reposo, ymuchomenos con uncambiodeimpresionesyde«alimentos».Porestelado,lacartademitíonopodíallegarmásatiempode loque llegóamismanos.Lograve, lo inesperado, loterribleparamíestabaporotrolado:lacalidaddeloquesemepedíaenella.Resueltoacambiardevidaporalgúntiempo,Diossabequéderroteroshubieraadoptadoyo;peroesindudableparamíque jamáshabría elegido el quemi tío deseaba ymeproponía. Llegarmeallá parahacerleunavisita;pasarporallídelargo,siquieraporconocerdevistaelsolardemisabuelos,menosmal;peroestablecermeenél;hacer lavidade las fierasentreriscosybreñales;aclimatarmeaelladerepenteen laestaciónquecorría(másquemediadoelotoño), laantesaladel invierno,¡quétendríaqueverenTablanca!reciénllegadoyode

Aguas-BuenasydeParísydemediomundo«distinguido»,conlasmaletasatestadasde«novedades»,lomismoenropasqueenlibros;reinstaladoenmi«confortable»casitadesoltero… Vamos, era el colmo de lo imposible soñar siquiera en trocar todo eso y derepenteporloquesemeofrecíadesdeTablanca.Pero yo no podía decir a mi tío estas cosas que le hubieran lastimado mucho en lasituación de ánimo en que se hallaba; y le entretenía despachando sus apremiantesinstancias con evasivas corteses, pretextando negocios que no tenía, y apuntando«veremos»sinelmenorpropósitodecumplirlos.Entetanto,lavisión,amimodo,delacasadeTablanca,consusmontesysusfierasysusgentes y su desolación inverniza, no se apartaba un instante de mis ojos, porque lassúplicas demi tío, cada vezmás vivas, llegaron a tocarmemuy adentro; y por lo quepudierasuceder,sentía lanecesidaddeponerelcasoen telade juicio,quevale tanto,segúnlasreglasdelaexperiencia,comoempezaratransigir.Lociertoesqueundía,elenquerecibílaanteúltimacartademitío,quemecomoviómuyhondamente, di en el temade buscar dentro demí el porqué de ser yo tan pocosensible a los convenidos encantos de la Naturaleza. ¿Faltaba esa cuerda en miorganismo, o la tenía yno lahabíapuesto enocasióndeque vibrara?Pueshabíaqueaveriguarlo,porquecomenzabaamortificarmeeltemordecarecerdeella.Además,oesunohombre,ono loes;o tieneono tieneentrañasdehumanidad,agallaspara irpordondevayanyhacerloquehaganotros;osirveonosirveparaalgomásútilydemayorjugo y provecho que pisar alfombras de salones; engordar el riñón a fondistas judíos,sastresyzapaterosdemoda;concurriralosespectáculos;devorardistanciasembutidasenmuelles jaulasdeferrocarril,ygastar,enfin,eltiempoyeldineroenfutilidadesdemujerzuelapresumidaycasquivana.Encarriladoeldiscursoenestesendero,lleguéasentirunvigordeespíritu,unavirilidaddesconocidaenmí;soliviantósemiamorpropiodemozobiensaneadodealmaycuerpo;y aprovechando la fiebre, por temor de que, si era pasajera, se llevara consigo miardimientoaldesaparecer,escribíamitíodiciéndole«allávoy»yhastafijándolelafechademisalidadeMadrid.Entretantoharíayomispreparativosdeviaje,ymecontestaríaéldándome lasnecesarias instruccionespara llegarasucasadesde laúltimaestacióndelferrocarril.Mientras anduve ocupado en hacer abundante provisión de ropas de abrigo, calzadorecio, armasofensivasydefensivas, librosdeAimard,deTopffer ydecuantos, inclusoChateaubriand, han escrito cosas amenas a propósito de montañas, de selvas y desalvajes,lomismoquesiproyectaraunaexcursiónporelcentrodeunremotocontinenteinexplorado,puedoresponderdequenomefaltólafiebre.Menosseguridadtuvedeellocuandointenté«levantar»micasa.Meparecíaqueestoequivalíaaquemarmisnaves,o,porlomenos,adarmeyaporconsentidoenquehabíadesermuylargamipermanenciaentrelosososdeCantabria;yeltemordeesteriesgomeinclinóadejaresascosascomoestaban,sobrándomebuenosamigosenMadridquemiraríanporellas.Detodassuertes,nadamásfácilqueresolverlocontrariodesdeallá,siasílopidieranlascircunstancias.En fin, temiendo que por este resquicio demis flaquezas seme fueran colando otrosaires aún más fríos y enervadores, cerré las puertas del discurso a toda reflexióncontrariaaloconvenido,yAlea jactaest,medije,comoCésar, resueltoapasara todo trancemicorrespondienteRubicón.

-II-Y acometí la empresa en la fecha convenida, un día de los últimos de octubre, frío ynebulosoenlasalturasdelaromana«Juliobriga».Enlaclásicavillainmediata,terminodemijornadaprimera,yúnicaposibleenferrocarril,hiceunaltodemediahoraescasa:lo puramente indispensable paradesentumecer losmiembros y confortar el estómago;porquenohabíatiempoqueperder,segúndictamendelespoliquequemeaguardabaenaquelpuntodesdelavísperacondoscaballejosdelatierra,espelurciadosychaparretes,unoparaconducirmeamíyotroparacargarconmisequipajes.Puestosenmarchatodos,biencorridayalamediamañana,delanteelespoliquellevandodel ramal la cabalgadura que apenas se veía debajo de la balumba demis maletas yenvoltorios,sinsalirdelcascodelavillaatravesamosporunpuenteviejoelEbroreciénnacido;yabiencortotrechodeallíydespuésdebajarunbreverecuesto,queeraporaquel lado como el suburbio de la población que dejábamos a la espalda, vímonos encampolibre,silibrepuedellamarseloqueestácircuidodebarreras.Delascumbresdelas más elevadas se desprendían jirones de la niebla que las envolvía, y remedabanhúmedos vellones puestos a secar en las puntas de las rocas y sobre la espesura deaquellas seculares y casi inaccesibles arboledas, con el aire serrano que soplaba sincesar, y tan fresco, queme obligaba a levantar hasta las orejas el cuello demi recioimpermeable.SiguiendonuestrocaminoencaradosalOeste,llevábamoscontinuamentealaizquierda,aguasarriba, el caucedel río, con sus frescas y verdesorillas y rozagantesbóvedas ydoseles de mimbreras, alisos y zarzamora, y topábamos de tarde en cuando con unpueblecillo que, aunque no muy alegre de color, animaba un poco la monotonía delpaisaje.Alaveradelúltimodelosdeestaseriedeellos,enelcentrodeunreducidoanfiteatrodecerrospeladosensuscimas,seveíansurgirreborbollandoloscopiososmanantialesdelfamosoríoque,despuésdeformarbreveremansocomoparaorientarseenelterrenoyadquiriralientosentre los taludesdesupropiacuna,escapadeallí, a todocorrer,aescondidasdelaluzsiemprequepuede,comotodoelqueobramal,parasalirprontodesu tierra nativa, llevar el beneficio de sus aguas a extraños campos y desconocidasgentes,ypagaralfindesudesatentadocursoeltributodetodosucaudalaquiennoseledebeenbuenderecho.Yafeque,omisojosmeengañaronmucho,oseríaobrabienfácilybarataatajaral fugitivoamuypocadistanciadesusfuentes,yencastigodesudeslealtad, despeñarle monte abajo sin darle punto de reposo hasta entregarle,maceradoyenespumas,alasirasdesudueñoynaturalseñor,elanchurosoyfieromarCantábrico.Debípasardemasiadotiempoenmeditarsobreéstasyotraspuerilidades,yenpaladearlosrecuerdosquedespertabaenmí lacontemplacióndeaquellascristalinasaguasquetantohandadoquehaceralaHistoriayalafantasíadelospoetas,porqueelespolique,salvandotodoslosrespetosdecostumbreensurudacortesía,meapuntólaconvenienciadequecontinuáramosandando.-Dagrima-ledijeobedeciéndole-,pensarenlaconductadeesterenegadomontañés.Tuve que descifrar lametáfora para que el espoliqueme entendiera lo que yo queríadecirle;yencuantomehuboentendido,merespondió:-Déjeli,déjeliquesevayaengraciayantesconantesaondejazmásfaltaqueaquí.Pameterbuyaycausarmalisalomejor,ríuscomoéstinossobranporlabandadeacá.Explicóseasuvezelespoliqueparaqueyoleentendiera,ylleguéaconvencerme,conejemplosquemepusoderíosmontañesesdesbordadosa lomejorsinquéniparaqué,arrollandocasas,puentesymolinosenlasalturas,ycomiéndoseenlosvalleslastierrasquedebieranderegar,dequebienpudieraserobrameritorialoquemehabíaparecidoenelEbrofaltaimperdonable.Por cierto que no se explicaba mal ni dejaba de tener su lado interesante mi rudointerlocutor, enquienapenasmehabía fijadohastaentonces.Eraunmocetón fornido,ancho y algo cuadrado de hombros; vestía pantalón azul con media remonta negra,sujeto a la cintura por un ceñidor morado; y sobre la camisa de escaso cuello, un«lástico»ochaquetóndebayetaroja.Calzabaabarcasdetrestarugossobreescarpinesdepañopardo, y por debajo del hongodeformado conque cubría la abultada cabeza,caían largosmechonesdepelo áspero y entrerrubio, casi el color de su cara sanota yagradable,cuyodefectoúnicoeralamandíbulainferiormássalientequelaotra,comola

denuestrosPríncipesdelacasadeAustria.Llevabaenlamanoderechaunpalopinto,ydebajodelbrazoizquierdounparaguasazul,muygrandeyconremiendos.Habíamedadonoticiassumamentelacónicasdemitío.-¿Cómoandade salud? -lehabíapreguntadoyoencuanto semepusodelanteyamisórdenes.-Tanmajamenti-mehabíarespondidoél-.Esdegüenaveta,yhayhombripalargu.Enconcreto,sólopudesaberquequedabamuyalegreesperandomillegada.Dábamelosnombresdepueblosymontañascuandoyoselospedía,sincambiarelritmoairosodesuandaduranivolverporcompleto lacarahaciamí.Verdadquetampoco lemiraba yo derechamente cuando le preguntaba alguna cosa, porque más que en él,llevabapuestalaatenciónenlosdetallesdelpaisajeyenelarrastradovientecilloquemeibaponiendolasorejasencarnadas.Quejándomedeellounavezymostrandorecelosdequellovieraalcabo.-No hay que temelu -me dijo levantando, tan alto como pudo, el índice de su manoderecha,despuésdehaberlemetidoenlaboca-.Elaireescierzu,ylanieblaespienzaajalarparribaenlospicachus.Cuandointimamosalgomás,supequesellamaba«Chisco»,queservíaencasademitíomuchosañoshacía, yquenoeranaturaldeaquelpueblo, sinodeotromásabajo.Meadmiraba,yasí se lodije,verlecaminarsueltaydesembarazadamenteconuncalzadotanpesadoytanrecio,quesonabaenlaslastrasdelcaminocomosilasgolpearanconunmazo.-Poracánosegastaotruenlomásdelañu-merespondiósaltandoconlaagilidaddeunbailarínporencimadeunjaralquelecortabalalínearectaqueibasiguiendo-.¡Yprobesdenosconotracosamásblandaenlospiespatrotearporestossuelus!Desconcertado y pedregoso era amás no poder el que íbamos dejando atrás, y no leprometíamásplacenterolamuestradelqueteníamosdelante.Porfortuna,elrepliegueenqueelsenderosearrastrabaerarelativamentedescubiertoyfranco,enparticularanuestraizquierda.-¿Seráporesteorden-preguntéaChisco-,todoloquenosfaltaporandar?-¡Jorria! -contestó el espolique haciendo casi una zapateta-. ¡Qué yanu se lo pide elcuerpu!¡Siestuesunapurasala!¡Buenconsueloparamí,quellevabayalosriñonesquebrantadosdecabalgarportantosy tan repetidos altibajos, y comenzaba a sentir en mi espíritu madrileño el pesoabrumadordelosmontesylanostalgiadelaPuertadelSolydelascallesadoquinadas!Andando, andando, siempre arrimado a las estribaciones de la derecha, fueronenrareciéndoselosestribosdelaizquierda,ydejándosever,porlosfrecuentesyanchosboquerones,llanurasdesueloverdesalpicadasdepueblecillosentreespesasarboledas,unos al socaire de los montes lejanos, y otros arrimaditos a las orillas de un río desosegadocursoqueserpeabaporelvalle.-¿Es éste el Ebro? -pregunté a Chisco sin considerar que dejábamos sus fuentes muyatrásysusaguascorriendoendirecciónopuestaalaquellevábamosnosotros.-¿El Ebru? -repitió el espolique admirado demi pregunta-. Echeli un galgu ya, por elandarqueyevabacuando lealcontremusnacienti.Esti esel«Iger» (Híjar),que saldeaqueyusmontisdeacuyáenfrenti.Perobienarreparálacosa,noibaustémuyapartaudelojustu,porquesinoeselEbruahorapropiamenti,notardamuchuratuenalcanzalipadirsejuntuslosdosenunamesmapiezaporesusmundosayá;ytanEbruresultayaelunucomoelotru.-Yestevalle,¿cómosellama?-Estapartedeélquevamuspisandu,paelcuasi,CampoodeArriba.Debuenaganahubierarevueltomicabalgadurahaciasusrisueñaspraderías,cruzadasde senderos blandos y tentadores; pero me arrastraba a la derecha el pícaro deberencarnado en aquel condenado espolique, siempre cosido a las faldas de los montes,como si de ellos tomara el vigor y la fortaleza que parecían crecer en él según ibacaminando.Tambiénllegóainterrumpirseladesesperantecontinuidaddelabarreradeaquellado,yentoncescolumbrésobreuncerro,encajonadoenelfondodeunampliosenodemontes,uncastilloroqueroque,aunqueruinosoycargadodeyedra,conservabalasprincipaleslíneasdesusencillayelegantearquitectura.-¿Quécastilloesaquél?-preguntéalespolique.-EldeArgüesu-respondióme;ydicensiesobrademorus.Paraaquellos rudosmontañeses, comopudeobservarmásadelante, todaconstrucción

deparecidatrazaesdebidaalosmoros…oa«lafrancesada».En éstas y otras, volvieron a unirse y apretarse los altos muros de la barrera; fueestrechándose el valle del otro lado, y cuando quedó convertido en un saco angosto,dimosenunaaldehuelaquellenabatodoelfondodeél.-Aquíseacabóloyanuyandaderu-medijoChiscoentonces;ycomotampocohemosdejayarenmásdetreshorasotrulugarnialmavivientiquenosestorbeelcaminu,sialgole pidi el cuerpo pa levantar las fuerzas, no desaprovechi esta güena proporción dejacelu.Nadanecesitabayoniapetecía;peroestabaChiscoenmuydistintocaso.Autoricéleparaquesedespacharaasugusto,ysesatisfizoconmediopandecentenoyuncuarteróndequesoovejuno.Y fortunafueparaélquenoseextendieranamássusapetitos,porquehubiera jurado yo que no había otra cosa de mayor regalo en aquella desmanteladaventa. Autoricéle también para que descansara un ratomientras despachaba la frugalpitanza,yparaqueayudaraladigestiónconalgunostragosdevino;peroatodosenegó:alodelreposo,porqueconlasparadasasíse«enfriabanlosgoncesyseperdíaelbuencaminar, y los buenos caminantes debían de descansar andando»; a lo de la bebida,porque lamás sana ymejor para él era el agua corriente y fresca de los regatos quehallaríamos«apatás»enlospuertos.Conestocolgódeunamuñecaelpalopinto,atóalcorrespondientebrazolasriendasdelacabalgadura,aprisionóelparaguasenelsobaco;yconelpanyelquesoenunamanoyenlaotraunanavajaabierta,medioaentender,conunademányunamirada,queestabaapercibidoyamisórdenes.Noshallábamosentoncesalpiedeunaaltísimasierraquesedesenvolvía,adiestroyasiniestro,eninterminableanfiteatro.-¿Pordóndetomamosahora-preguntéaChisco-,yadóndeiremosasalir?-¿Vey usté -respondióme levantando y extendiendo el brazo y apuntando con la navajaabiertamientrasmascaba losprimerosbocadosdepanyqueso-; veyusté, enfrenti denos,ayá-rriba,ayá-rribadetou,unacoyá(collada)entredoscuetus…vamos,alacabardeestaprimerasierra?-Sílaveo-contesté.-Posgüenu:¿veyustétamién,porentrelosdoscuetusdelacoyá,otralomba(loma)másalta,quecierratouelboqueti?-Laveo.-Posporayíhemosdepasar.-¿Porentrelosdoscuetos?-Porencimadelalombaquevadelunualotru.-¿Porencimadeaquellaúltima?-Porencimadelamesma.-¡Pero,hombre-dijeestremeciéndome-,sisobreaquellalomanosevemásqueelcielo!-Pos creausté -me replicóel espoliquecongranprosopopeya-,que, así y con tou,haymuchatierraquepisaralotrulau.Noquiseestimarconlaimaginaciónlasdificultadesquepodíanaguardarmeenaquellaempresaqueacometíapormipropiay libérrimavoluntad;ysindecirotrapalabra,mepuseenseguimientodelespolique.Elcualtomóapecho,yabuenacuenta,losagrioscallejonesqueparecíanserlasraícesconqueestabaelmonteadheridoalvalle;callejonessarpullidosdecantosremovidosydescarnadosporelconstantefluirdelosregatosqueporallíbajandesdesuscercanosmanantiales.Aestas incómodassendas,encerradasentresetosbravíosydesconcertadasarboledas,sucediómuyprontoelsueloblandoyenteramentedespejadodelasierra.Aveceseratanfinoeltapizdeyerbamenudaentrebrezalesrastrerosyapretados,queresbalabansobreélloscaballosconmayorfrecuenciaquesobrelospedruscosylastralesdel camino andado por la finde del valle; pero como había espacio abundante ydesembarazadoentodasdirecciones,aprovechabayobienestasventajasparacuartearami gusto la subida e ir ganando la altura por donde mejor me pareciera. Chisco meprecedía trepando sosegadamente por derecho, garantido por sus tarugos contra losresbalonesdequenose librabaelcaballoqueconducíade las riendas,cuandopisabasobreelatusadoramajede losbrezos.Pocoapoco,elbombeode lasierra,quedesdeabajoparecíacontinuoyuniforme,empezóaencogerelradiodesucurvahastaquedarla trilladasendaquenosera forzososeguircomorayademulosobresuespinazo,yacada lado una profunda «hoyada» con hermosas brañas en sus laderas, y arroyoscristalinosenel fondo,golosinasquesaboreabanasusanchas lasyeguadasy rebañosquesebuscabanlavidaporallí.

Llevábamosyamásdeunahoradesubiryaúnnosfaltabaunbuentramoparallegaralacumbrequehabíamosdetrasponer.Pasadoellomodelasdoshoyadas,empezóChiscoadarseñalesdetenermuchaprisaporllegaraalgúnsitiodeterminado,yalfinresultóserun arroyo de aguas purísimas y transparentes como el cristal, en que bebieron a unmismotiempoyenunamismapoza,elespoliqueysucaballo.Noté,alacercarmeaellos,queandabaelmío algo codiciosodelmismo regalo, y no tratédenegársele.Mientrasbebíaconansialapobrebestia,quedéyoencaradoenopuestadirecciónalaquehabíallevadosubiendo,yconunpanoramaalavistaquemedejómaravillado.-¿Quévalleesese?-preguntéaChiscoquese limpiabaloshocicosconlamangadesulástico.-Poselvayiporondehemospasau-merespondió-;sóloquecomonovimusmásquelodelapartedeacá,yesuenracionis…Era verdaderamente hermosa aquella planicie que se perdía de vista hacia el Sur,circundada de altos montes de graciosas líneas y de calientes tonos, y adornada decuantosaccesoriospintorescospuede imaginarunartistaaficionadoaaquelgénerodecuadros:praderasverdes,manchasterrosas,esbeltosmontículos,caucesretorcidosconorillasdearbolado,pueblecillosdiseminadosentodasdirecciones,yunomásgrandequetodosellos,conunaaltatorreenelmedio,comoenmuestradesuseñoríoindisputablesobre la planicie entera. Aunqueno fiabamuchodemimemoria ni demi sensibilidadartística,creíayoqueaquelpanorama,consermontañésdepuracasta,sediferenciabamuchodelosqueyohabíavisto«abajo»algunavez:eraparientedeellos,sinduda,peronoenprimergrado.Desdeluegonohabía,entretodoslosvallesqueyoconocíadepeñasalmar,unotanextensonidetantaluzcomoaquél;yya,puestoacomparar,meatrevíahallarle más semejante, en sus líneas y en la austeridad de su color, a los valles deNavarracuandoaúnverdegueanenelcamposussembrados.Detodassuertes,eramuybello, y podía considerarse comouna gallarda variante de la hermosura campestre dequetantafamagozalaMontaña,consobradarazón.PorlasnoticiasnomuyminuciosasquefuedándomeChisco,supequeaquelvalleeraelde los tres Campóes: el de «Suso», o de Arriba (el más cercano a nosotros), el deEnmedio,yelde«Yuso»,odeAbajo;yelpueblograndeconlatorreenelcentro,queseveía en lomás lejano de la llanura, Reinosa, la villa en que yo había dejado el tren yencontradoaChisco.Cuandoéstenotuvomásquedecirme,continuósuacompasadamarchamontearriba,ynotardéenverledetenidoconsucaballo,ycomoencaramadoslosdosenelparapetodeunaazotea,sobreelperfildelaloma,destacándoseambassiluetasenunamanchaazuldelcieloremendadodenubescenicientas.Dejéyoentoncesmiséxtasiscontemplativosypiquéamidócilyresignadacabalgadura,quearrancótrotandoalaquerenciadelaotra.Pocospasosantesdellegaryoalpuntoenquemeaguardabaelespolique,volvióseéstehacia mí; y tendiendo el brazo derecho en dirección opuesta, me dijo con ciertasolemnidadqueentonabamuybienconloseñaladoporsumano:-ElPuertu.Subí lo queme faltaba, púseme junto aChisco ymiré…Tenía razón el espolique: eramuchalatierraquehabíaquepisarporaquel lado.¡Peroquétierra,divinoDios!Amiizquierda,yenprimertérmino,dosaltísimosconosunidosporsusbases,deNorteaSur,como dos gemelos de una estirpe de gigantes; enfrente de ellos, a mi derecha, lascumbres de Palombera dominadas por el «Cuerno» de Peña Sagra que extendía suslomoscolosaleshaciaelOeste; y allá enel fondo,peromuy lejos, cerrandoel espacioabiertoentrePeñaSagraylosdosconos,lasenormesPeñasdeEuropa,coronadasyadenieve, surgiendo desde las orillas del Cantábrico y elevándose majestuosas entreblanquecinasveladurasdegasatransparente,hastatocarlasespesasnubesdelcieloconsu ondulante y gallarda crestería. Por el lado en queme encontraba yo, descendía lasierrablandamentehastalabasedelprimercono,delacualarrancabahacialaderechauncerrodeacceso fácil,queresultaríamontañadesdeel fondode labarrancaenqueterminababruscamente.Loquehabíaentrela lomadeestecerroyelespaciolimitadoporlasPeñasdeEuropa,noeraposibledescubrirlo,porquelobajoquedabaocultoporelcerro,yloaltomelotapabaunaneblinaqueandabacerniéndoseenjirones,dequebradaen quebrada y de boquete en boquete. Sin aquel obstáculo pertinaz, hubiera visto, aldecirdelespolique,maravillasdepueblosycomarcas,yhastaelmarporelboquetedePeña Sagra.Hacíamás imponente el cuadro el contraste de la luz del sol iluminandogran parte de los altísimos peñascos más próximos y reluciendo a lo lejos sobre lasveladurasdelosPicos,conlatétricapenumbradelfondodeaquelbrocalenorme,cuyoladomásbajomeservíaamídeobservatorio.Ni entonces supe ni sabré jamás definir las complejas impresiones queme produjo la

súbitaaparicióndeaquelespectáculoantemisojos,encuyasretinasconservabatodavíaestampadalaimagendelrisueñovalledelostresCampoés.Loquerecuerdobienesque,sinapartarlavistadelcuadroqueteníaalalcancedeella,mefuiconelpensamientoalotro,ymeabisméenlacontemplacióndelcontrastequeformabanlosdos.«Allá -me decía-, la llanura abierta, los campos amenos, el sol radiante, los frutos, lasflores,laégloga,elidiliodelavida;aquí,labravurasalvaje,lalobreguezdelosabismos,el silenciomortal de los páramos, la inclemencia de la soledad; allí, el hombre, rey yseñordelatierrafértil;aquí,siervoinfeliz,sabandijamiserabledesusriscosescarpadosydesusmolesinfecundas.»Ymesentíinvadidodeunaprofundatristeza.LoqueChiscohabíahechopocoantesenelentrellanodelasierra,repitióensuloma:cuando agotó el caudal de sus informes, tiró de las riendas de su rocín y comenzó asumirseconélenlashondurasdeaquelpozo.Yomeresignéaseguirsuejemplo,masnosindespedirmeantesconunamiradacariñosadel esplendente panorama de la vega, contemplado entonces pormí desde una alturadignadelaságuilas.Hechoeldescensodeaquellapartedelbrocalmuyfácilmente,notardamosensubirlaladeradel cerroque seguíaa laprimerahondonada.Arrastrábamehaciaallí la fuerzamisteriosa de una curiosidad que tenía mucho de la atracción de los abismos. LlegóChisco a la loma antes que yo, según costumbre, y aguardóme en ella con el brazoextendidoya,como laotravez,paramostrarme loquedesdeallíseveía…¡YporDioscrucificadoquenoerapoco!Elpozodeantesseahondabaporaquelladomuchomás,ysusuelo,ondulanteycaprichoso,seperdíaentodasdireccionesentreespesasneblinassobre las cuales alzaban sus cabezasdegranito lasmontañasdelbrocal. Todaaquellainterminablesuperficieparecíaunmardelavacuajadoderepente;unmarhastaconsusislotes y escollos; unos monolitos muy grandes que se destacaban, escuetos ydescarnados, sobre la aridez del suelo entre matojos de «escobinos», de árnica o deregaliz. Abundaban los manchones verdes de las brañas de jugosos pastos, y no eraingratoa lavistaelcolordeotrosdetalles;pero ¡lodemás!…Aquelloscantospelados,tangrandes,tansecos, tanesparcidosentodasdirecciones;aquella inmensaextensióncalva,monda,rapadaydesnudadetodofollaje;aquellasnieblastenacescerrandotodaslas salidas y surgiendode todas las hoyadas; aquellos riscos inaccesibles y fantásticoselevándosesobretodoyportodoslados;aquelcierzocontinuoygemebundoqueparecíaelespíritufunerariodelasgrandesnecrópolis, llevandoconsigolosjironesdelanieblacomo si fueran sudarios arrancados de las tumbas en los senos entenebrecidos de lasbarrancas;aquellosbuitresquemeseñalabaChisco,revolandoenlasalturas;aquelcieloque iba encapotándose poco a poco… todo ello, que era lomás, visto a través de laslentespesimistasdemisojos,seimponíaalresto,queera,relativamente,muyescaso,ymepresentabatodalasuperficiedelPuertobajounaspectoferozyrepulsivo.Yonoveíamásqueuna llanura infinita,plagadadecostrasytumores;y losmonolitossolitariosydispersos, semeantojabanerupcionesdeverrugasasquerosassobreuna inmensapieldeleproso.Contemplando desde la sierra lo que se veía del panorama del Puerto, habíamecomparadoyo,porlafuerzadelcontraste,conunmíserogusanejo;peroalhallarmeenel observatorio demás adentro, ¡qué cambio tan radical y tan súbito de ideas, y cuánextrañas las impresiones recibidas!… Creo que fue de espanto, de frío y de«arrepentimiento»laprimera,yestoysegurodequefuedemelancolíalasegunda,comoloestoytambiéndequelasiguientemeinfundiólasensacióndeloqueteníaalavista,detalmodoycontalintensidadyfuerza,quehubierajuradoyoquecirculabanpormisvenaslíquidospedernales,yeramicuerpounaestatuadegranitocoronadaconmanojosde«loberas»yacebuches.Dejándomellevardelúnicopensamientoracionalquesobrevivíaenmicabeza,preguntéaChisco:-Dime,hombre,¿separeceaestonuestrovalle?-¡Quiá!-merespondióelespoliqueconelmayordesdén.-Esmásancho,¿eh?…ymás…-¡Quiá!Nilametásiquiera.-¡Demonios!-repliqué-.Peroseránmásbajoslosmontes…-Tampoco da en el jitu ahora -me contestó el arrastrado con una flema desesperante-,porquesonhastamásaltus;sóloqueestánmás«tupíus»…másarrimausunusaotrus.-Pues entonces -exclaméhasta con ira-, ¿en qué está la ventaja de tu valle sobre estepuerto,almadecántaro?-Poslaventajadelnuestruvayiestá-contestómeChiscodulceysonriente-,enqueesde

suyumásterreñuymás…vamus,más…Porúltimu,yaveráloqueeselnuestruvayi;ysinolepaezpuntumenosquelagloria,noséyoloqueseacosabuena.Convencidodequecuantomásahondaraenelinformante,másnegroshabíandesalirmelos informes que buscaba, y deseando perder de vista cuanto antes aquel cuadro dedesolación,dijealespolique:-Yahora¿pordóndetomamos?-Touporderechu-merespondió.-Pueshala,yabuenandar,sipuedes.-¡Jorria!-exclamóChiscocomenzandoadescenderlaotraladeraconigualfrescuraquesinosehubieramovidohastaentonces.Seguíleyosintitubear;yalvermeluegoenlashondurasdeaquelinmensobarranco,meparecióquesequebrabaelúltimovínculoquemeligabaalmundoqueyoconocía.Estábamos indudablemente, si no en el corazón, en una de las vísceras másconsiderables de la cordillera. ¡Y en otra víscera por el estilo se esconderíami nuevohogar!… ¡Santo Dios, en qué empresa me había arrojado un momento de sensibleríahumanitaria! Por ver de todo, se podía ver hasta aquella espantosa desolación; ¡perohabitarallí!…Este modo de discurrir a que me entregué cediendo a la fuerza de mis inveteradosresabios de mal disfrazado egoísmo, resucitados en presencia de aquél, para mí, tannuevocomoaflictivoespectáculo,llegóacausarmeciertorubor.AcudícontodoelpoderdemimemoriaydemidiscursoalrecuerdodelopactadoconmitíoyaloresueltodesdeMadrid;requerídenuevoelaltocuellodemiabrigo,porquelatardeavanzabayelcierzoibahaciéndosepormomentosmás frío ymásgemebundo, y arrimédosespolazosa labestia, precisamente en el instante en que ella daba una huida hacia la derecha,enderezando las orejitas ymirando recelosa hacia la izquierda: lomismo exactamenteque hacía el caballejo de Chisco; el cual espolique, notándolo ymirando en lamismadirecciónqueloscaballos,medecíaconciertomatizdealarmaenelacento:-¡Pique,pique,ytierraatrás!Ymedabaelejemplotomandounmediotrotecillodelantedesurocín,quenonecesitabaruegosniamenazasnicastigosparaseguirle.Tampocoelmíoechabaenfaltaesascosasparaseguirlosalosdos.Chocándometodoesto,preguntéalespoliquelarazóndeello.-Poca cosa -me respondió-, y ná demalu, sinoque la tarde va de caída, y nos quedanentoavíagüenastirasquemedirconlospies.Nomesatisfizolarespuesta,peronoinsistíconnuevaspreguntas.MásdeunahoratardamosenatravesarelPuerto,quemide,poraquellalínea,cercadedosleguas.Alfindeestajornadafastidiosa,nuevasorpresaparamí,nuevoespectáculo,nuevasideasynuevasimpresiones.Undespeñaderoalfrente,otroaladerecha,otroalaizquierda…¿PorcuáldeellostomaríaChisco…?Porelpeor,porelprimero,porelúnicoque, aunquemala, tenía salida visible. Esta salida era la resultante de algo así comodesmoronamientodeunacolosalmurallaconstruidaportitanesparaescalarnuevamenteel cielo. Por uno de los intersticios de aquella escombrera de montes dislocados,musgososunosyamediorevestirdeavellanales,árgomasyacebuchesotros,algunodeellos bien poblado de hayas robustas o de esbeltos «mostajos» (el árbol de sabroso yencarnado fruto), con grandes manchas rojizas en la falda, impresas por los secoshelechales,ytodosconpartedesusesqueletosderocaasomandoporlosdesgarronesdesusvestiduras,ibaelcaminoqueconducíaaltérminodemiempecatadaexpedición.Masparallegaraélteníamosquebajarunapendientequedabavértigo.Porallísedeslizabala vereda, de lastras resbaladizas lo más de ella, en ziszás, entre jarales y arbustosalgunasveces;muchasaldescubiertosobre labarranca,encuyo fondo,entenebrecidopor las malezas de ambas orillas, refunfuñaban las aguas de los regatos vagabundosencauzadasallí para ir a engrosarpor caprichososderroteros el caudal del ríoque sedespeñabaanuestraizquierdayalotroladodelPuerto.A todo esto, la noche se aproximaba; el tinte amarillento del follaje que se moría,destacandosobreelplomizoobscurode losmontes,dabaa los términosmáscercanosunalividezcadavérica;ydelfondodelosprecipiciosdondesepudríalavegetaciónqueyahabíamuerto,subíaunoloracre,unvahodetaninoquemecrispabalosnervios.EnpresenciadeaquelnuevoespectáculoyconlallanuradelPuertoalaespalda,yanoera yo la estatua de granito con sangre de líquidos pedernales: la contemplación deaquel laberintodesierrasbravías,decuetosescarpadosydepicachos inaccesibles;deásperos y sombríos repliegues, de pavorosas quebradas y de abruptos peñascales,transportó súbitamente mis imaginaciones a los entusiasmos «arqueológicos» de mipadre:allímesentícontaminadodeellos;allíconcebíalcántabrodesushimnosentoda

subárbaragrandeza,hastavestidodepielesybebiendosangredecaballo;yaunlleguéaverle: le vi, sí, resucitado en carne y hueso, en la carne y en los huesos demi propioespolique. Aquel cuerpo fornido e incansable; aquellas guedejas estoposas, aquel palopinto,queensudiestra remedabaunvenablo;aquelparaguasazulque,bajosubrazoizquierdo,podíatomarseporunhazdeflechasenvenenadas;aquellamandíbulasaliente;aquelmirarpoderosoeimperturbable;aquellafazmontunayatezada…¡oh!escarbandoun poco en todo aquello, no había duda, resultaba el cántabro primitivo. Comprendíentonces su resistencia de seis años contra las invencibles legiones de Augusto; y laslegionesenterasdespedazadasenelfondodelosdesfiladeros,orodandoporlasagriasladeras,aplastadasporlospeñascosdesgajadosdelascumbres;elsentimientoexaltadode su salvaje independencia; la muerte en cruz antes que el yugo del conquistador…todo,todolocomprendíytodolosentí,lomismoquelohabíacomprendidoysentidomipadre, menos que pudiera vivir entre tales vericuetos y tan esquivas soledades, unhombredemieducación,demissentimientosydemishábitos.Con estas fantasías en la cabeza y los ojos cerrados muy a menudo por no ver losabismosamispies,fuibajandolapendientecómoypordóndequisomicaballejo,acuyajuiciosa firmezamehabíaentregadoconciega fedesdearriba,porencargodelpropioChisco,quemeprecedíacaminandoporelderrumbaderoconigualdesembarazoqueyoporlospasillosdemicasa.Metido ya en la grieta como una lagartija, apenas daba el camino, «usgoso» ydesconcertado,parasentarsuspies,congrandesprecauciones,mijamelgo.Alomejor,grandes doseles de granito con lambrequines de zarzas y escaramujos raspándome lacabeza,mientrasqueporel ladoderechomepunzaban lasespinasde losescajos,yelmás ligero resbalón demi cabalgadura podía lanzarme a las simas de la izquierda. Ymirando hacia arriba en busca de luz, que ya nos faltaba abajo, montes erizados decrestasblanquecinas,yconosencapuchadosdeespesaniebla,ygárgolasdetajadarocaamenazando desplomarse sobre nosotros; y a todo esto, el camino estrechando yretorciéndosecadavezmás,subiendoaquí,bajandoallá,ysinpoderyodarmecuentadesi,desdequehabíamosdescendidodelPuerto,bajábamososubíamosendefinitiva.¡Oh, condenados admiradores de la Naturaleza «en toda su grandiosidad salvaje»! -decíameyo,entumecidoyquebrantadodealmaydecuerpo.Aquíosdaríayoelpagodevuestras sensiblerías de embuste, poniéndoos a pasto de admiración durante mediasemana.Alfinresultóquebajábamos;yestolonotécuandomevienterrenounpocomásabiertoydespejado:unaespaciosaramblaqueterminabaenunavaderaporlaquecorríanhaciaelNansa, aún no visto pormí, los acumulados tributos que le pagaban losmontes deaquellavertiente.Pasadalavadera,volvíaasubirelterreno,queerauninmensolastralcomolosmontesáridos que le servían de fondo, particularmente hacia la izquierda. Recuerdo que elsonidodelasherradurasdeloscaballejosyeldelostarugosdeChiscosobrelaslastrasde lasubida, juntamenteconelmurmullode lascristalinasaguasde lavadera,nomeimpresionabaenelespíritu,sinoenelcuerpo:medabafrío.Hastatalpuntollevabayopervertidaslassensacionesporobradeltedioydelcansancio.Elespoliquemesacaba,comosiempre,unabuenadelantera;ycuandolleguéaloalto,encontréle esperándome, sombrero en mano, en el vestíbulo o «asubiadero» de unsantuarioquehayallí.Detrásdelarejaquesirvedefondoalvestíbulo,veíase,nomuyclaramente,alaluzdeunalamparillaquelealumbraba,porqueladelcrepúsculopodíadarse afuera por extinguida, un altarcito con la imagen de la Virgen llamada de lasNieves, según informes de Chisco. Descubríme yo también, y sin obligarme a ello elmandatoqueleíenunamiradadelespolique.Elcual,vueltoenseguidahaciaelretabloydespués de persignarse con gran unción y parsimonia, cruzó lasmanos sobre el palopinto y comenzó a rezar en vozmuy alta por el alma de su padre. La oración era unPadrenuestro; y con ser tan usual y corriente entre todo fiel cristiano, sonaba en micorazónyenmisoídosacosanuevaenmediodeaquelsalvajeescenario,tancercadeDiosy tanapartadode los ruidos,de lasmiserias yhastadel amparode loshombres.PeronotéqueChisco,alconcluir laprimerapartede laoración, sedetuvoenseco; locualqueríadecirquerezarayo lorestante.Porfortunamecogíabastantepertrechadoparasalirairosodecompromisoscomoaquél,yrecéloquemepedía,aunquenotantopor su intención como por mis necesidades del momento. Tenía racional disculpa miegoísmoenlasemocionesde labregaexcepcionalquetraíayen laquemeaguardabaentrelastinieblasdelanoche,tanpavorosaenaquellasabruptassoledades.Perohubotiempoyoracionesparatodoyparatodos;porquetraselrezoporelalmadesupadre,rezóporladesumadre,ydespuésporlasdeabuelos,yenseguidaporlasde

todos sus parientes, y luego por las de cada uno de los míos, y, finalmente, por lasnecesidadesdelacristiandadentera.Conello,«unaSalvealaVirgendelasNieves»yun«VivaJesússacramentado»,santiguámonos,cubrímonos,acabódecerrarlanocheynosdispusimosacontinuarlainterminablejornada.Según Chisco, nos faltarían, para terminarla, tres cuartos de hora; el camino, «por elarte»delquehabíamosandadoentreelPuertoylavadera;perosiemprebajandohastala misma puerta de casa, lo cual «era una ventaja», porque se andaba ello solo «tanguapamente».Además,micaballose lesabíadememoria,ycondejarme llevarporél,estaba«alcabodelnegocio».-Corriente-dijeaChiscoportodocomentarioasusinformes,quemedieronescalofríos-;pero¿dequéseespantaronloscaballosenelPuerto,yporquémeaconsejabastúquepicaraalmíodefirme?-Y¿porquéeslapreguntaaestashoras,sisepuésaber?-preguntóasuvezelespolique,nopocosorprendido.-Porque ha vuelto a clavárseme el caso de repente, ahoramismo, en lamemoria, y laocasión me ha parecido de perlas para que respondas aquí lo que no quisisterespondermeenelPuerto.-Posespantáronse-dijoChiscoalgoroncerotodavía-;espantáronse(ynohayporquéseniegueya),espantáronse…delosu.-¡Deloso!-exclaméconlospelosdepunta-.Dóndeestaba?-Estaba…comoacincuentabrazasdenos, jechuunreguñu,a laveradeunbusquizal.TomaríaleustéporuncantugordudelosmuchusquehayenelPuertu:elquenoestáavezauaverlideesiarti,confúndilos.Sueliasomarenvecesporayí;gústalieloreualomejor, y soleáse un pocu, si tien ocasión de eyu. Pero no hay que temeli cosamayor,porquedelhombriajuyisiempricomoelhombrinosemetaconél.Contooyconesu,güenuesteneliadistancia,porunporsiacasu…Conquevamospalanti,silepaez,ynoarrecelialcuentrustalis,queporaquínoseusan,ydenochimayormenti.Conelsaboreodeaquellasnoticiasydeestas«seguridades»,sinunastrovisibleenelcielo, la tierra envuelta en lamás cerrada y tenebrosa de las noches, y empezando alloviznar, me dejé sumir en la barranca que se abría a corta distancia del santuario,encomendandomialmaaDiosymividaalinstintodelcuadrúpedoquemeconducía.Yasí llegué,sinsabercómonipordóndeniaquéhora,alsuspiradofindemi jornadamemorable.

-III-UnsilbidomuyoriginaldeChisco;ellatirdeunperrazopocodespués;unaluztenueyerrabundaaparecidadepronto;ladetenciónrepentinademicaballo,traselúltimoparde resbalones con las cuatro patas sobre los lastrales «pendíos» de la vereda; bultosnegros en derredor de la luz y rumor de voces ásperas y de distintas «cuerdas»; midescensodificultosodelcaballo,alcualparecíaadheridomicuerpopor losquebrantosdelajornadaylosrigoresdelaintemperie;micaídasobreunpechoyentreunosbrazosenvueltosentoscoropajequeolíaahumodecocina,ylasensacióndeunasmanazasquemegolpeabancariñosamentelascostillas,almismotiempoquelosbrazosmeoprimíancontraelpecho;minombrerepetidomuchasveces, juntoaunademisorejas,porunaboca desportillada;mi entrada después, y casi a remolque, en un estragal o vestíbulomuy obscuro; mi subida por una escalera algo esponjosa de peldaños y trémula dezancas;miingreso,alrematedeella,enotroabismotenebroso;mitránsitoporélllevadodelamano,comounciego,porunapersonaquenocesabadedecirme,entrejadeosdelresuelloyfuertesamagosdetos,cosasquecreeríaagradablesydesdeluegolesaldríandel corazón, advirtiéndome de paso hacia dónde había de dirigir los míos, o dóndeconvenía levantar unpie o pisar condeterminadas precauciones, sin dejar por ello depediragritosyconinterjeccionesdelomáscrudo,unaluzquejamásaparecía,porque,como supe después, toda la servidumbre andaba en el soportal bregando con losequipajesylascabalgaduras;deprontounpocodeclaridadporladerecha,ylaentradaenotropáramodefondosnegrísimosconunalumbreenunodesustesteros;después,elacomodarme,ainstanciasmuyrepetidasdemiconductor,enelmejorasientodelosquehabía alrededor de la lumbre; y el ponerse él, pujando y tosiendo, a amontonar lostizonesesparcidos,yarecebarloscondosgrandes,resecasycopudasmatasdeescajo.A esto se reducen todos los recuerdos que conservo de mi llegada al «solar de mismayores».Lanociónexactadecuantomerodeabaallíenaquellosmomentos,yaunlademípropio,nolaadquiríhastaquealcalordelafogatadescomunalqueresultódelhábilmanipuleo demi tío, se desentumecieronmis ateridos miembros, volvió a circular misangreconsuacostumbradaregularidad,yrevivieronconellayseenquiciarontodosloscomponentesdelaentorpecidamáquinademisideas.Dueñoyseñoryadeellasycomenzandoaorientarme,reparéquelacocinaeraenorme,yquesusnegrasparedesrelucíancomosifuerandeazabachebruñido;quela lumbre,cuyos penachos de llamas subían lamiendo los llares recubiertos de espesos copos dehollín,hasta rebasarde laanchacampanade lachimenea,estabaarrimadaaunpoyoconbovedilla,queeralajorníaocenicero,sobreunaespaciosayembaldosadameseta,enunodecuyosbordesdeempedernidamadera,yamenosdeunpiedealturasobreelsuelo general, apoyaba yo los míos; que ami sillón, grande y con brazales derechos,seguían, hasta cerrar todo el perímetro de la meseta, bancos y escabeles de maderadesnudaymuybrillanteporeluso,lomismoqueelsillón,yqueestehogarocupabalacabeceramásabrigadadelacocina.Despuéspasélavistaportodosycadaunodelosinnumerables e inconexos trastos, enseres y chirimbolosquehabía enaquel recinto, yhastameinteresarondosollonesytrescazuelasdebarro,cuyascoberterastemblabanentreespumarajosalimpulsodeloquehervíadebajodeellas,arrimadosalalumbreycalzados con sendos morrillos por detrás; por último, y cuando ya nada tenía queexaminarenlacocinaysusaccesorios,fijétodamiatenciónenmitío,queandabaamivera, o tan frontero amí como se lo permitía la fogata que ambos teníamos delante,buscándome lapalabraycolmándomedeatencionescariñosas. ¡Vayaustedasaberdequécaprichoinconsciente,dequéevolucióndesacordada,nacióaquelprocedimientotandescortésconlomásinteresantey,desdeluego, lomásestimadoyrespetableparamí,entrecuantohabía,enaquellaocasión,alalcancedemisojos!…Eranchiquitosygarzoslosdemipariente,ymirabanconlavivacidaddelosdelraposo,a la sombra de unas cejas grises,muy espesas y erizadas; la nariz, aguileña; la boca,nuncaenteramentecerradaniquieta,parlanchinacomolosojos,aunquecallara;latez,muypálidayrugosa;labarbilla,redondayalgoprominentedebajodellabioinferior;lasorejas, formidables y muy velludas en las cercanías de los oídos; la cabeza, bastanteplana por detrás, y el pelo (descubierto en el instante de examinarle yo, por habersequitadodonCelso lagorracaseraconquedeordinariosecubría,parapasarseambasmanosporél,cosaquelegustabamucho,comopuedeobservarsemásadelante),delamismacastayde igualcolorqueelde lascejas,cayendoenreciosmechonessobre lafrente,ysinvisiblesmuestrasdecalvaensusalturas.Elcuerpoeraproporcionadoala

cabeza,deregulartamaño,ydabaseñalesderecientesymuyconsiderablesmermasderobustez,enlosexcesivossobrantesdelchaquetónydelospantalonespardosconquelevestía; como las daban de pérdidas de vigor y fortaleza, la cerviz algo humillada y elandar no muy seguro. Calzaba medias azules y zapatillas de «cintos» negros y teníaechado sobre los hombrosungabanote obscuro, forradode tartándemuchos colores.Nadadecorbatínnisiquieradecuelloaltoniplanchado.Indudablemente habíamás vida en el espíritu que en lamateria demi tío; pero así ytodo,entresuspronósticospesimistasyeldeChisco,másrisueño,ajuzgaryoporaquelconjunto de alma y cuerpo, inclinéme más al dictamen de mi espolique, aunque sinacercarmemuchoaél:podíahaber«hombreparalargo»;yaunmáshalagüeñotodavíaselopuseporcomienzodenuestraconversación.-¡Ay, hijo de mi alma! -me respondió, sentándose a mi lado y palmoteando sobre miespaldaconsumanoderecha-.¡Cómoteengañaelbienquerer!Ciertoquenosoyloquetepintéenmiscartas,sinfaltaralaverdad,porquedesdequemedisteelsíquetepedíaen ellas, esponjé de pronto medio palmo, por un respingo de la alegría que aún medura…¡Quécosas,hombre!¡Quiénhabíadedecirmeamí,pocotiempohace,queelcaero no caer de repente un roble viejo, podía depender de!…Vamos, que cuantomás sevive,más se aprende.Pero adentrode la viga anda la carcoma; asegúrotelo yoque lasientoroersinhoradedescanso.(Aquíunamagodetosconvulsiva.)¿Notelodije?Puesalavistaletienesya.¡Éste,ésteeselujanopícaroquemeacaba!…Enfin,DiosesDios,y lo que Él quiera ha de ser, y lo que debe de ser… Conque dejemos el punto paratratarloensuocasión,yvamosaotrosparticularesmásurgentesporahora.Conestoempezóadescargarsobremíunagranizadadeobservacionesydepreguntasquecasiseempalmabanunasconotras,sindejarmeelmenorespacioparaingerirunarespuesta.Sierayoalto, sierabajo; si resultabamásomenosparecidoa los retratosque conservaba él; si más guapo, si más feo; si «salía» más a mi padre que a «laandaluza» (mi madre), de la que también conservaba retrato; cuántos «pedimentos»habríahechodesdequemerecibídeabogado;siteníanoviaysieramajayrica;quétalera«ParísdeFrancia»;cuántocostabaunviaje«desdeMadridallá»,yquécapitalesdelmundohabíavisitado;acuántosreyesconocíadevista,yquizásdetrato;quémehabíaparecido el camino desde Reinosa; si traía ganas de cenar; en dónde nos habíaanochecido;porquéusabatodalabarbaynoelbigotesolocomoenelretrato…Yasí;ytodo ello entreverado de golpeteos sobre mi espalda, de gestos indescriptibles y deinjuriascontralatosqueleamagaba,deadmiracionesestruendosas,derisotadas…yde«ajos», porque los echabapor ristras el buendonCelso y como la cosamásnatural ycorriente.Yoteníanoticia,pormipadre,deloregocijadoyexpansivodesucaráctercuandonoledabaporponersehechounerizoyhacerandaratodosenunpie;peronocreí,vistassuscartas y su lacia catadura, que le quedara en el cuerpo tanto acopio de aquellosingredientes retozones. Terminó la escena porque se movió gente en los pasadizosinmediatosyentróenlacocinaunamujerdeciertaedad,grisdepeloygristambiéndeenvolturas de pies a cabeza, y con un farol en la mano, para decirnos con voz algohombruna:-Aqueyuyaestáayí.Ycomo«aqueyu»eramiequipaje,y«ayí»mihabitación.-¡Jorria! -exclamómi tío volviéndosehacia lamujer-.Puespicaaponeruna luz…perouna luzdevela…¿Entiendes?Porque tú -añadiódirigiéndoseamí-, tendrásquehaceralgoentucuarto…siquieraconocerledevista;amásdeque«hacienda,tuamotevea…»ycomohaynoche largapordelante, tiemponosquedadesobraparaquevuelvasa lacocinaadarteotrochamuscón,sitelepideelcuerpo…¿Todavíaestásahí,fantasmonadelosdemonios?-Esquetamiénestáyalaluzayí-respondiólamujerquenosehabíamovidodelvanodelapuerta.-¡Acabarasderesollar!…Puesentonces,dácaelfarolyquédateaquítúacuidardeestospotingues…¡Mira,miracómosevaesaolla!…¡Quítalelacoberteraenelaireyéchalaunpocoatrás!Yavercómoestá lacenaenpuntoparacuandosetepida…Porquetú(pormí)querráscenartemprano,¿noesverdad?…Digoyo:conloquehasandado,yenayunasdesdetanlejos…Yoquetú,hubieratomadoabuenacuentaeltenteenpiequeteofrecísegúnllegaste;pero¡quesiquieres!…porquelasgentesfinasvivísdelaireysoisasí…¿Conqueandando?…Digo,siteparece.Cogióenestoel farolqueleentregabalamujergris;ycomoyo,queyaestabadepie,hiciera ademánde seguirle, echó por delante hacia la puerta y fuime tras él,medio atientas,encuantosalimosdelacocina,porqueladesmayadaluzdelfarolapenasseveía

en las densas oscuridades de afuera. Andando así a lo largo de un pasillo, llegamos adesembocarenotroquesecruzabaconél,yleseguimoshacialaderecha.Poresteladoterminabaenunsalónquemepareciómásnegroquelospasillos,porqueensusámbitosdesmesuradosparecíalaluzdelfarolladeunapajuela.-Estaeslasalona,ocomedor-dijomitíoalentrarenél-.¡Comedor!¡Quécomedorniquécuartajo!…Le llamoasí porquede eso sirve cuando se alojan en esta casapersonajesfinoscomotú,oalgúnseñorObispodeacáodeallá,ocuandohaybodaenellayalgunosdías después… hasta que llega la confianza y se arregla uno tan guapamente en la«perezosa» de la cocina: en invierno, al amor de la lumbre, y en verano… por lafrescura…¡Cascajo!,noterías,porqueenlacocinademicasasetiritadefríoenagostoencuantosedejandeparenparlasdospuertasylaventanaquetiene…¡Figúratetúloquepasaríasihiciéramosotrotantoestanoche,yesoquetodavíaestamosalacabarseelotoño!¿Vesunapuertaenesapareddelaizquierda?Pueseslademicuarto:ahíduermetu tío sesenta años haz; los restantes, quiero decirte, los primeros de la vida, me losdormíenesaalcobadeeste ladode laentrada:muchapartedeelloscontupadre,enunamismacama,hastaque,porandaratesterazosmuyamenudolosdosdebajodelaropasobrequiénestorbabaaquién…¡quéperneareldeaquelarrastrado,hombre!nossepararon,yleecharonaéladormirsoloenuncuartodelosdeatrás…Aquítieneslamesa,deencinapura, como losbancos…Bien retalladosdeespaldar, ¿eh?…como losbordesde lamesay lascuatropatas;digo,no,que laspatasestáncomotorneadasenrosca, igual que los fierros cruzados que tiene por debajo… También tienen algo detorneolassillasarrimadasalasparedes.Enfin,cosarústicatodoello,perodefirmezaybuenacalidad,comocorrespondeagentesdenuestroporte.¡Trabajolemandoalqueseempeñe en buscarle la fe de bautismo! ¡Zancajo, cómo estará de polillas!…Esta es lapuertadelasala:vamos,lapiezaderespeto.Poresotelahedadoati…Escortesíadeobligación, sin contar con el cariño… Ya lo ves, frente por frente de mi cuarto. ¿Teenteras?Puesjalaparadentro.Yentramos.Allíyaseveíamásclaro,nosolamenteporladobleluzdelfarolydelavela,lacualardíaencandelerodeazófarmuybruñido,sobreunacómodaconcolumnitasdebasasycapitelesdebroncedorado,sinoporquelasalateníacielorasoynodeviguetasal descubierto como el salón contiguo, y estaba, lo mismo que los muros, muy bienblanqueado. Arrimados a ellos había un canapé, varias sillas y otros mueblescontemporáneosdelacómoda;colgadosobreésta,unEccehomoentredoscornucopiasdebuenatalladorada;sobreelcanapé,unaPurísima,yenfrentedeestoscuadros,otrosdos, de santos también, todos ellos al óleo y en marcos dorados, pero sumamentedeslucidos ya. La sala tenía una gran alcoba, y la puerta de ingreso a ella cortinasblancasrecogidasenpabellonessobregrandesclavosromanos.Enelfondodelaalcoba,unacamademaderadealtísimo testeroconmoldurasdoradasymedallonespintados,colchadedamascorojoysábanasmuyfinasconpuntillasybordadosenelembozodelaencimera.-Vasadormir-medijomitíopaseandoelfarolsobretodosaquelloslujos-,enlamismacamaenquehandormidolosObisposdeSantanderydeLeón…¿Eh?¿quétal?-Que es gran honra paramí -le contesté-. Pero yo dormiríamás a gusto en ella sin lacolchadedamascoylassábanasbordadas,principalmentesinlacolcha.-¡Hombre!Pues¿paraquésequierenlascosasbuenassinoparalasocasionescomolapresente?Me costó algún trabajillo hacer comprender a mi tío, que tomaba mi resistencia adesaire, que se duermemejor ymás descuidadamente que entre encajes y damascos,bajolascoberturassencillasqueusamosadiariolossimplesmortales.-Puesnada,hijo-díjomealfin-:loprimero,tugusto,yéseeselquehadehacerseenestacasamientras en ella estés… ¡A buena parte vienes, cuartajo!… Irá fuera la colcha ycuantoteestorbeconellaenlaalcoba.Aquítienesunfelpudoparalospies…Creoquenotevendrámalalacostarte,porqueestossuelosdecastañoviejosonfríoscomoellossolos…¿eh?Puesesta lacenuca,ocomo la llaméisvosotros«allá»,a lacabecerade lacama,paraponerlaluzencimaymeteradentro…¿ves?elingredienteéste,nopiensoyoque teestorbe…ni tampocoesta sillonadel rincón…venacá, venacáaverla…Comosomosmortalesynadieestálibredeunapuro,ylasnochessontanlargasahora,yloscarrejos tanobscurosy tan fríosyno losconoces túmayormente…En fin,nohayquedecirte más. Pues bueno: aquí tienes perchas, con su guardapolvo correspondiente,clavadasenlapared…yenladeenfrenteesearmariodesocupado,enquepuedesmeteruna tienda de ropa… Me parece,¡pispajo! que por mucha que traigas, entre él y lacómodaylasperchas,consobrastehadecaber…Paratusrezos,porquealgunousarás,comobuencristianoqueeres, almeterteen la camayal salirdeella, ahí tienes, a la

cabecera, a Dios Nuestro Señor en cruz, y la benditera al lado, con su aguacorrespondiente, y su ramuco de laurel bendito, por si quieres rociarla por el cuarto;porqueeldemonionodescansaunpunto,ysecuelaporelojodeunacerradura.Aquíelpalanganero con todos los avíos de limpieza… y todavía sobra campo para otro tantomás…Yconesto, lodicho:en tucasaestás.Loque teestorbe, fueraconello; si algodeseasynolotienes,pídelo,que,comolohayaamano,tuyoserá…Yahoratedejoenpazyatusanchuras.Cuandoacabes,avisa,queenlacocinaestamos.Ysefue,zarandeandoelfarolenunamanoyrequiriendoconlaotraelabrigoqueseledeslizaba de los hombros; pero tosiendomucho ymuy anheloso de respiración. Aquelcuerpo caduco y herido de muerte ya, no podía resistir sin grandes quebrantos yprotestaslosajetreosenqueleempeñabalavivacidaddelespírituencerradoenél.Mientrasanduvetrajinandoenaquélmiaposento,pensémucho,ynotododecolorderosa. La última parte de mi viaje, de noche y lloviznando; los pasillos negros de lacasona;lacocinatangrande,tanoscuraalprincipio,detanextrañoaspectodespuésalaluz de la enorme fogata; el pelaje y las cosas de mi tío; la mujer gris aparecida derepente;eltenebrosopáramodelcomedor,exploradoalaluzmortecinadelfarolillodecuatro cristales empañados por la roña; el silencio de «afuera»… peor que el silencioabsoluto:unrumorlejanoeintermitente,bronco,algoporelestilodelquepusoespantoen el esforzado pecho de Don Quijote cierta noche en las proximidades de SierraMorena, y el otro silencio de la casa en cuanto cesaba de hablar mi tío, me habíanimpresionadodemalamanera.Lomejordelcuadroeramihabitación,amplia,sinllegara lo enorme, como su colindante y la cocina, blanca y bien provista demuebles; pero¡qué frío se sentía en ella! ¡Y aún no había empezado el mes de noviembre!Instintivamente palpé el espesor de las ropas de mi cama; y aunque era muyconsiderable, retiré lacolchadedamascorojoypuseensu lugarmipesadamantadeviajeendosdobleces.Sentíalospieshelados,ymecalcéunaszapatillasforradasdepiel;ynomeenvolvíelcuerpoenunabrigorusodequeibaprovisto,porqueestabaresueltoadarme otro chamuscón en la cocina inmediatamente. En lo que llamaba sala mi tío,además de la puerta que comunicaba con el comedor, había otras dos que debíancorresponder a otras tantas fachadas de la casa. Por curiosidad abrí el ventanillo o«cuarterón» de una de las hojas del claro más próximo a mí, y todo lo vi negro,negrísimo,altravésdeunmezquinocristalejo;abrídespuéslahojaentera,quedabaaunbalcónconrepisasdepiedra,yaúnmepareciómásnegroqueantesloquedeestemodo se veía. En cambio, los rumores que desde adentro se percibían lejanos y conintermitencias,desdeallí resultabancontinuos,másacentuadosymáspróximos.Debíaproducirlos el río despeñándose a corta distancia de la casona. A este murmurioincesantequecasierabramidoya,servíadefastidiosoacompañamientoelgolpeteodelalluvia,vertidaenelsueloporlascanalesdeltejado.Medabaesta«música»grantristezaycerrélapuertadelbalcónmásquedeprisa.Alsaliralasalonaconelcandeleroenlamano,meencontréconlamujergrisocupadaenponerlamesa,alaluzdeunvelóndetresmecheros,colgadodeunlistóndemadera,sujeto por una de sus extremidades a una vigueta del techo. No era antipática,ciertamente, la cara de aquella sirviente; y bien mirada, hasta se hallaban en ellavestigios de haber sido guapa en sus mocedades. Expresábase con un laconismo queteníaciertosmaticesclásicos,yrespondíaconagradoalaspreguntasquemearriesguéahacerla,porhablardealgoyalegrarunpocoeltediosocoloridodemisideas.AsísupequesellamabaFacia;quedesdemuyjovenservíaencasademitíoyqueenellapensabamorir,siesaeralavoluntaddesuamo,aquienqueríayrespetabacomoapadreyseñor,yaunconesonolepagababastantelosgrandesbeneficiosqueledebía.Élysuseñoralahabían recogido huérfana y desamparada, dándola desde entonces buena enseñanza ypocotrabajo,panabundante,yloquevalemásqueeso,cariñoysombra.Todoestomeloibadeclarandocomoaladescuidada,enperiodoscortadosysinmirarmealacara,peroreflejando en la suya cierta expresión de dulzura melancólica que la hacía muyinteresante, mientras se movía lentamente de acá para allá, poniendo aquí un platodespuésdepasarleconunlienzoblanquísimo,yallíunvasoountenedor.Deestemodo,yechandoyo laconversaciónhaciaese lado, llegóadecirmequesuamohabía tenidosiempreunasalud«defierru»,hastaqueunanoche,pocosmeseshacía,despuésdeunasemana de resfriado que no le privó de andar por el mundo, se había despertado«ajuegándosedeanseo,conunjirvordepecho,uncolordeceraenlacara,yunmirardeespanto en los ojos que desaflegía». Salió de aquello, pero para no levantar cabeza.«Tristezónyacobardao»,yaeraotrohombre.Latoslesofocabadenoche,ysepasabaenvilolamitaddeellas.«Entrólemalenconía»delasmásnegras;ysillegoanoacudiryoasulado,seva«comolossospiros».«Conelloycontoo»,Diossabíahastadóndellegaría

elcarrosinatollarseparasiempre.Y la pobre mujer, con los ojos empañados, apenas hallaba voz en su garganta paradecirmeesto.¡Abuenapuertahabíallamadoyoparacurarmedetristezas!Agravadas las que había sacado de mi habitación con el contagio de las de Facia,apartémedeellacondosfórmulasdeconsuelo,queparamíhubieraqueridoyo,yfuimeenderechuraalacocina.

-IV-Estabaallímitío,sentadoenelsillóndecabecera,yasuizquierda,enelbancoqueleseguíainmediatamente,unseñorCuramuycorpulento,conbalandrándepaño,gorrodeterciopelo raído, y entre manos una cachavona muy recia; frontero a los dos, con lalumbreentreambos, otropersonajemás corpulentoaúnqueel señorCura,de cabezacanosaygorda,caracetrinayojosmuysaltones;enelmismobanco,peroarespetuosadistanciadeestesujeto,Chiscosecándoseelbarrodesuspernerasalalumbre;yjuntoaella,yacurrucadaenelsuelosinestorbaranadie,conunacucharadepaloenlamanoderecha, y en la izquierda el mango de una sartén colocada sobre las trébedes, unamocetona de ojos azules, hermoso y abundante pelo rubio y cuerpo bien metido encarnes.Alapareceryoenlacocina,cesóelrecioclamoreodelaempeñadaconversaciónquemehabíaparecidodisputadesdeelpasadizo inmediato, y todas laspersonasdelgruposeencararonconmigoderepente.Descubrímeyoentoncesyavancéalgunospasoshacialamesetadelfogón.-¡Hola,hola!-exclamómitíoalverme-.YavienesenbuscadelagraciadeDios,¿eh?Mealegro,hombre,mealegro…Aver,toma,cógele…Bienquetúnopuedes,porqueestásocupada…Tú,Chisco,cógeleesecandeleroquetraeenlamano…Vaya-añadiómirandoalternativamente al Cura y al hombrón del otro banco-, aquí le tenéis ya: éste es misobrinoMarcelo,elhijodemidifuntohermanoJuanAntonio.¿Eh?¿Quétal?¿Quéhayque pedirle en estampa ni en ropaje?… Mira -me dijo a mí-, estos señores vienen avisitarte…Entonces se enderezaron a una los aludidos, que me parecieron dos gigantes,particularmenteelseglar,quemetíalacabezahastaloshombrosdentrodelacampanade la chimenea; pero ni el Cura se quitó el gorro, ni el otro el chambergazo con quetapaba una parte mínima de la blanquísima greña que se le desbordaba por todo elperímetrodelacabezota.Medieronsendosapretonesdemanos,quemehicieronverlasestrellas;ymientrasvolvíanasentarse,amisruegos,ymesentabayotambiénalosdemitíoentreélyelseñorCura,continuódiciendoelprimero,señalandoalsegundo:-El señor don Sabas Peñas, párroco de este pueblo desde que cantó misa… ¡ya hacefecha!porqueteadviertoquenobajaunapesetadelostresdurosymedio…Selosllevobien contados… Buen amigo, buen cumplidor de sus deberes, eso sí, y muy docto enlatinesdetodasclases…yenponerunabalaenelcorazóndeunososinqueletiembleelpulso…Noseleconoceotrovicio.El Cura soltó aquí una carcajada que retumbó en el embudo de la chimenea, y hastafarfullóunoslatinesdebreviarioquenopudeentender.Despuésdijomitíorefiriéndosealhombrazodelbancofrontero:-El señor… Hombre -añadió encarándose repentinamente con él-, ¿me dejas entregartodotupasaportedeunavez,paraacabarprimeroyentendernosmejor?Yasabesqueletengobienaprendidoenlamemoria…Elhombrazoserevolvióensubancogruñendounpoco,ydijoalfin,convozcavernosayresonante:-En ese que tú llamas pasaporte no hay cosa que me agravie, y puede estamparsesiemprealamismaluzdelsol:bienlosabestú.¡Perocuidadoconelretintín!porquehaybocasquehastaelmismo«Credo»delamisahacensonaraloquenoes…-Esabocanoeslamía,¡cuidadoconello!-Digoquehayesasbocas,ynodigomásqueeso-replicóelhombrazo.-Santoycorriente;peroyovuelvoapreguntartesivaonova,paraconocimientodemisobrino,todotupasaporte,¡cuartajo!-Yyoterespondoqueloqueeshonraparamí,nopuedeofenderme.Conquealláteveas,ynohaymásquedecir.-Pues escucha, Marcelillo, que allá va el documento: don Pedro Nolasco de laCastañalera,alcaldequefuedeesteRealValleenmilochocientostreintaydos,regidorenmilochocientostreinta,tenientedealcaldeenmilochocientosveintisiete,síndicoenmil ochocientos veinticinco, antiguo empleado en el lavadero de lanas de los señoresBotiforayCompañía,extramurosdelaciudaddeValencia…Ordenoymando.-¿Loves? -saltóaquíelhombrazo,conunvozarrónqueaturdía. ¡Yasacastes lapata!…¡yalajicistes!

-¿En qué? -preguntómi tío, fingiendo extrañeza,mientras elCura reía a borbotones ylanzabalatinesyyonosabíaquépensardetodoaquello…-Oiga,usted,caballerito-díjomeentoncesdonPedroNolasco,algotemblorosodevoz-:eslapuraverdadqueyohesido,yamuchahonra, todasesascosasqueustedhaoído…pero contra el «ordeno y mando» del remate, protesto una vez, y dos veces, y dosmillonesdeellas.-Constaenpapeles-afirmómitíocongranentereza.-Y mucho que consta -respondió don Pedro Nolasco-; pero con su cuenta y razón: enbandos que yo publiqué en su día, cuando las cosas andaban a paso más firme queahora… sí, señor; allí estaba bien y en su punto; pero no lo está donde tú acabas deponerloconlamalaintenciónquesiempretuvistes…-¡Esoesagraviarme!-exclamómitíosofocadoporlatos.-¡Dequemefaltarastúsinmotivomeestoyquejandoyo!-¡Yonotehefaltado!-¡Yoaseguroquesí!La cosa estuvo a punto de encresparse de veras por este camino; pero con laintervencióndelCurayconlamía,conjuróseatiempolatempestad,quenoeranuevaenaquella cocina entre losmismos contrincantes, según luego supe; porque los dos eransulfurososdegenio, y las cosasdel donPedroNolascouna continua tentaciónpara elespíritumarrullerodemitío.Puestosenpazbienpronto,continuóéste:-Por lo demás, llévame dos años de fecha, aunque niégalo el arrastrado, sin pizca detemordeDios,ytieneyaloscuatrodurosbiencorridosdepeso.Fuesiempredemuchoodre,buenapetitoymejorconducta.Asíhallegadoéltanacá,sinunmalretortijóndetripas. Nunca le tomó apego, como el Cura, a la caza mayor… en los breñales, seentiende,porquealaveradesucasaoalamordelalumbre,sezampaunbueyendossentadas,sihayquiense leofrezca.Poresoyotrascosas, le llamamos losquebien lequeremos,sinqueamallotomeniseofenda,«Marmitón».-¡Celso!-rugióaquídonPedroNolasco,dandopatadasenelbordedelamesetaenqueapoyabalospies,calzadosconzapatillasdecintosnegros,lomismoqueelseñorCurayquemitío.Yentoncesmefijéyoenquedebajodelaszapatillascalzabamediasalagartadas,verdes,congrandespintasnegras.-Esoesloúnicoqueteafea,salvolacara-díjolemitíoserenamente-:elgenial…Enesepuntoeresunajabalinacelosa,alomejordeunachanza.Salimosdeunachamusquina,yyatequieresmeterenotra…-¡Barájolas! -exclamódonPedroNolasco santiguándose-. ¿Ustedeshanvistootracomoella?Trapalóndelosdemonios,¿puesmehemetidoyocontigonitantoasí,desdequeseacabólootro?Mitíonolehizocaso,ymepreguntóamí:-¿Lehasvistoyabien?Puesconesascerdasytodo,eselvecinomásnoblóndelpuebloyelmejoramigodesusamigos,yademásesuvadelanuestracepa.Llevaelcorazónenlamano, y dará la piel cuando no tenga capa que partir con el pobre. Te lo digo yo,Marmitóndelosdemonios,aunquemepegues-añadióencarándoseconelgigante-;telodigoyo,¡cuartajo!,yo,quetengobuenaspruebasdeserverdad:ytelodigoconelalmayvida.Siquierescreerme,mecrees,ysino,peorparati.¿Noesasí,Cura?-EstDeus in nobis -respondió éstemoviendo la cabeza de un lado a otro, como quienafirma algo bueno que es además indiscutible-.No hay que darle vueltas, estDeus innobis,semperetubique.Ysinofueraasí,pobresdenosotrosacadachapuceríadelasquearmaSatanásenlasdisputasdeloshombres.-Puesbueno-repusomitíovolviéndosehaciasuamigoquenochistabanisemovía,conlosojazosclavadosenlalumbre-.Ahoraquieroquetequedesacenarconnosotros,nopormí,quenolomerezco,sinoporhonraramisobrino.-¡Abuentiempo!-murmuróelgiganterevolviendounpocolamiradahaciadonCelsoydescargandomucholoscelajesdesufaz.-¿Lodicesporquehascenadoya?-lereplicómitío.-Naturalmente.-Pues por esomismo, porque lo presumía, te convido yo. En estómagos como el tuyo,ceballamaceba…Yparaanimartemásyhacerlaredondaycabalestanoche,tambiénteconvidoati,Cura.-Esoyaesotracosa-dijoentoncesdonPedroNolasco,entrandodefrentealaporfía-:si

élsequeda…NegábaseelCuraaellodetodasveras;peroafuerzadeinsistirmitíoydeempeñarmeyotambién,aceptóalcabo.-¿Lohasoído,Tona?…PuesllévaleelcuentoaFaciaparaquepongadosplatosmásenlamesa,yañadetúloquefalte,siesquefaltaalgoenlacocina.Tona respondióquesobrabacon loquehabíaarrimadoa la lumbre, siemprequecadacual comiera «como Dios mandaba»; y mi tío, mientras el hombrón recibía concarraspeos lacondicionalque lasirvientehabíaechadohaciaallácon losojos,dioporrematadalahistoriaymandóquesetrataradeotramásdivertida.Nolofueronnitantosiquiera,paramigusto, laspocasquesalieronarelucirdespués,mientraslamocetonarubia,yFacia,lamujergris,queentrabaysalíaamenudo,dabanlosúltimostoquesaloscondumiosarrimadosalfuego.Pormiparte,y«parairtirandodela conversación» tuve que suministrar, a instancias del Cura y de don PedroNolasco,cuatrovaguedadessobre«esosmundosdeDios»,porlosquetantohabíarodado,aldecirdelosmismosseñores;ymenosinteresadoyaquealprincipioenloqueallísetrataba,ypudiendollevarmiatenciónaotrostérminosdelcuadro,observé,entreotrascosas,queTona y Chisco no tomaban parte en ello más que con los ojos y alguna que otraexclamaciónorisotada,yquelatalsirvienta,porsucarayporsutalle,depiesacabeza,enfin,eraloquesellamabaunabuenamoza.-Ya ves -llegó a decirmemi tío-, que aquí no se pasa el rato del todomal, despuésdehecho el hombre a estas cosas tan diferentes de las de «allá». Y mejores se pasantodavía,comoirásviendo,porqueestanochenohaceregla:noessazóndeellohoyporhoy,enquenoaprietaelfríoyestámuchadelamaízsindeshojar,yhayquedeshojarla,porqueloprimeroesloprimero;perodéjatequecorrandíasyempieceaempardecerseelcieloya«rebombar»elpozóndePeñaSagra, ¡trastajo!yverásacudirgenteaestacocina,hastahabernochedenocaberenestosbancos,cadacualconsuavíoyconsutema…todagentemontuna,pordecontado:purosjastialones.Hayquearmarseavecesdemuchoaguante,esosí,porqueenunrebaño,¡zancajo!notodaslasbestiassondeunamismacondición;perolasmejoresdeéstesonlasmás;ycontaldenopedircastañasalcamueso…Vamos,quetehadeentretener,siesqueteavezasaello…yDioslohagaasí.-¡Puesnohade jacerlu! -exclamódonPedroNolasco,asombradodequesepusieraendudaloqueélteníaporindudable.-AcustodiamatutinausqueadnoctemsperetIsraelinDomino-confirmódonSabas-,sincontarconloquetengodichoynomecansaréderepetir:estDeusinnobis;yporesonohayquedesesperardenadaqueseahonrado,convenientealhombredebienyconformealasantaleydeDios.Cuando llegó el momento de irnos a cenar, preguntó don Pedro Nolasco muysorprendido:-¿Pero,cómo?…¿Nocenamosaquí?-¡Noseñor!-respondiómitíoempujándonoshacialapuerta.-Pero¿porqué?-insistióaquélerguidosobreelfogón.-Curiosón de los demonios -replicó el otro volviéndose hacia él desde la mitad de lacocina-.Enprimer lugar,azoqueteregaladonodebierasponerle tachas;y,porúltimo,hasdesaberte, traga-aldabasdel jinojo,queni todos lostiemposcorrenunos,ni todosloshombressoniguales.¿Meentiendesahora?EstoocurríaenelinstanteenqueChisco,pormandatodeTona,seacercabaalaparedqueyohabía tenidoenfrente,a lacualestabaadaptadoun tablero,soltaba la taravillaquelesujetabaporarriba,lehacíagirarsobreelejequeteníaenelladodeabajo,yledejabaenposiciónhorizontalsostenidoporuntentemozo.Pidiendoinformessobreelusodeaquelaparato,averigüéqueeralamesa«perezosa»aquienhabíaaludidomitíoenelcomedor.-Y¿paraquélaponenahora?-preguntéle.-Paracenarloscriadosencuantonosotrosnoslarguemosdeaquí-respondióme.Megustóelartefacto,quequedabaarmadoamuycortadistanciadelfogón;tentómelanovedadaquella,ydesdeluegounímipareceralbiennotoriodedonPedroNolasco.-Puespormí-dijomitíoconfirmeresolución-,quelevantenlosmantelesdelaotramesaylostiendanenésta.Porregalarteelgusto,mandéquesecenaraallá:yasabesqueelmío esmuy diferente. Además, para lo que he de cenar yo…Conque si te gustamásesto…Convinimos,amisruegos,enqueporaquellanochequedaranlascosascomoestaban,cenando en adelante en la perezosa y dejando la mesa del salón para la comida delmediodía; bajóse de su pedestal don PedroNolasco, y salimos de la cocina los cuatro

comensalesenringlera,siguiendoaTonaquenosalumbrabaelcaminoconelcandilquehabíadescolgadodelacampanadelachimenea.Y sucedió lo que yo estaba temiendo rato hacía, por lo que había ido observandoalrededordelalumbreyenlostrajinesdelarepolludacocinera;quelacenadispuestaen honor mío era para servir de espanto más que de tentación y de consuelo a uncomensal demis tragaderas, hecho y avezado a las sabrosas parvidades de la cocinamundana. Comenzando a contar por los cubiertos y dos cucharones de plata deanticuadaforma,unatortadepan«casero»,ochovasosdecristalverdosoyunbotellónmuynegro, todocuantohabía y fueapareciendo sobre lamesaeramacizoygrandeyabundantehastaloincreíble.Primeramente,uncangilóndesopasdeleche,despuésunafuentemuyhonda,deunpotajedenabosenensalada; luegouna tortillade torreznos,seguidadeunaasadurapicante,y,porúltimo,unacompotadescomunaldemanzanas,ymuchoquesocuradodeovejas.Loúnicoqueescaseabaallíeranlaluzyelcalor,porqueladelasmechasdelvelóncasiseperdíaenelnegroespacioantesdellegaralamesa,yel chamuscón que yome había dado en la cocina sólome servía en el comedor parasentirdoblementelaglacialtemperaturadeaquelpáramo.ElCura,contraloqueyoesperabadesutamaño,comíanadamásqueregularmente,yera limpio y reposado en el comer. Mi tío probaba de todo sin gustarle nada, y yosatisficemi necesidad,más que apetito, de doce horas, casi tanto con la vista de tancopiosos alimentos, como con las parvidades que de ellos tomé… ¡Pero don PedroNolasco!…Noteníacalonimedidasuestómagodebuitre;devorabahastaconlosojos;ymucho de lo que no le cabía en la boca mientras funcionaba su gaznate, corríale enregatosporelexteriorhastasumirsebajolasobarbaentrecueroycamisa,omezclarsegotaagotaconlamugredelchaleco.Sehablópocoenlamesa,ydeestopocolamayorpartefuedemitíoparadecirinjuriasalglotón,quenolecontestaba,nicreoqueleoía,yparaponderarmesuasombroporlomelindrosoqueleparecíenelcomedor,ymuyespecialmenteporel«plan»decenamía,paraenadelante,queletracé.Nopodíacomprenderelbuenseñorqueunmozodemisañosyconmisalud,nocomieracuantoselepusieradelanteacualquierhoradeldíaodelanoche.«Abundanteysustancioso»eraladivisadelbiencomerentreloshombresrumbososdelpelajedemitío.Andandoen esto y «regoldando» ya el giganteporno tener su estómago cosademásjugoenqueentretenerse,oyóseunacampanadaderelóhacialomásobscuroyremotodelaestancia.-¡Lasdiezymedia!-dijomitíorevolviéndoseenelbanco-.Meparecequeyaeshoradeque te dejemos en paz. El viaje te habrámolido bien los huesos, y tendrás ganas detumbarlosenlacama.Porlodemás,notecreas:entreellaberintodelganadoabajo,ylatertuliadearribadespuésde rezar elRosario, rara es lanocheenquenosacostamosmástemprano…Yaverás,yaverás,¡pispajo!cómosabemosviviraquí,aunquemontunosypobres,ausodepudientesdeciudad…Conque¿entendístelo,Marmitón?Pues,¡jorria!yaqueestásjartu,yasucasaelquelatenga.Levantámonos todos,diograciaselCura, respondímoslecumplidaydevotamente,y sefue con don Pedro Nolasco, no sin haberme hecho volver a ver las estrellas con losapretonesdemanosquemedieronpordespedida.Pocotiempodespués,encerradoyoenmicuarto,paseábamealolargodeélintentandopensar enmuchas cosas sin llegar apensar con fundamento ennada, no sé si porquerealmentenoquería,oporquenopodíapensardeotramanera.Conestaoscuridadenmicerebroyelcontinuozumbardelríoensucañada,acabéporsentirmeamodorrado,ymeacosté.Blanca de ropas y limpia como un sol era mi cama; pero ¡qué fría… y qué dura mepareció!

-V-Sinembargo,dormítodalanochedeunsolotirón;perosoñandomuchoysobremuchascosas a cual más extravagante. Recuerdo que soñé con el oso del Puerto; condesfiladerosycañadasquenoteníanfin,ytanangostasdegarganta,quenocabíayoporellas ni aun andando demedio lado. Obstinado en pasar huyendo de la fiera quemeseguíabalanceándosesobresuspatasdeatrásyrelamiéndoseelhocico,tantoforzabalacuñademicuerpo,queremovíalosmontesporsusbasesyoscilabanalláarriba,¡muyarriba!lascúspidespedregosas,yhastasedesplomabanmuchasdeellassobremí,perosinhacermedaño.Tambiénsoñéconmitíobailandoenlacocina,juntoalalumbre,unasseguidillasquecantabalamujergristañendounasarténmuygrande;ydespuéscondonPedroNolasco,elcualcomíabecerroscrudosytroncosdeabedulypeñascosdegranitoconbardales,mientrasibancomiéndomeamí,fibraafibraymuypocoapoco,elTedioylaMelancolía,unmatrimoniodelomáshorrible,quevivíaenelfondodeunabismosinsalidaporningunaparte.Quizásporhabersidoéstemiúltimosueñodelanoche,fuetantristemidespertarporlamañana.¡Porquefuetristedeveras!Peromehabíadormidoconlacuriosidadrecelosadeconocerdevistalatierraenquevoluntariamenteacababadesepultarme;ysintiendorevivir de golpe aquel vehemente deseo al ver un poco de luz que se filtraba por losresquiciosde laspuertas, levantémedeprisa, lavémetiritandodefrío,envolvímeenelabrigomásespesodelosvariosqueteníaamialcance,ymeasoméalmismobalcónaquemehabíaasomadoporlanoche.Ya no llovía; pero estaba elmezquino retal de cielo que se veía desde allí levantandomucho la cabeza, cargado de nubarrones que pasaban a todo correr por encima delpeñónfronteroydesaparecíansobreeltejadodelacasa.Entrenubeynubeycuandoserompíaalgúnempalmedelosdelaapretadareata,asomabaunjironcitoazul,salpicadodeveladurasanacaradas;algocomoesperanzadeunpocodesolparamástarde,siporventura regían en aquella salvaje comarca lasmismas leyesmeteorológicas que en elmundoqueyoconocía.Dejando este punto en duda, descendí con la mirada y la atención a lo que más meinteresabaporelmomento:loquepodíaversedelatierraentodasdireccionesdesdemiobservatoriodepiedramohosaconbarandilladehierrooxidado.¡Bienpocoeraello,Diosdemisericordia!Delanteycasitocándoleconlamano,unpeñónenormequeseperdíadevistaaloalto,yaúncontinuabacreciendosegúnsealejabacuestaarribahaciamiizquierda,alpasoquehacia la derecha decrecía lentamente y amedida que se estiraba, cuesta abajo, hastaestrellarse,convertidoencerro,contraunamontañaquelecortabaelpasoextendiendosus faldas a un lado y a otro.Rozando las del peñón y la del cerro hasta desaparecerhacia la izquierdaporelboquetequequedabaentreel extremo inferiordel cerroy lamontaña,bajabaelríoaescape,dandotumbosyhaciendocabriolasybramandoensucauce angosto y profundo, cubierto demalezas y demisterios. Inclinado hacia el río,entreélylacasa,debajo,enfrenteyalaizquierdadelbalcón,unsueloviscosodelastrashúmedasconmanchonesde césped,musgos, ortigas ybardales.A laderechay casi aplomodelbalcón, elprincipiodeuncorralque seguía fachadaabajo ydabavueltaenángulorectohacialaotra,lomismoqueelcobertizoquelecercabaporelladodelrío,yestabadestinado,porlasmuestrasvisibles,acuadras,leñerasypajares.Porelestorbodeestostejadillosydelalargalíneadefachadadelacasona,sólosealcanzabaaver,porladerecha,unaestrechafajadeterrenocultivado,paralelaalríoypertenecientealvalleque,segúntodaslastrazas,seextendíahaciaaquellaparte,esdecir,aladerechadelrío.Yatodoesto,elpatioysustejados,yelterrenodeafuera,ylaszarzasyloshelechosylabarandadelbalcón,enfin,cuantoseveíaosepalpabadesdemiobservatorio,húmedo,relucienteygoteando.No habiendo cosa más risueña en que poner la vista por aquel lado, fuime a la otrafachada,laquecorrespondíaalclarofronteroamialcoba.Porestapuertasalíaunlargobalcón o «solana», de madera encajonada entre dos «esquinales» o mensulones desillería, llamados también «cortafuegos». En el de mi derecha resaltaba el grueso ytalladocantodeunescudodearmas,cuyofrentenopodíaverpor loquesobresalíaelesquinalde labarandadelbalcón.Nopudiendover tampocodesdeallí, ypor idénticomotivo, el resto de la fachada, supuse, y no sin fundamento, que la parte de edificiohabitadapormíformabauncuerposaliente.Elbalcóncaíasobreunhuertodelmismo

ancho que aquella fachada de la casa, y muy poco más de largo, con suscorrespondientes inclinaciones hacia ella y hacia el río; una docena de frutales enesqueleto;uncuadroderepollosmediopodridos;algunasmatasderuda,demejoranayderomero;unrosalviciosoyenbarbecholodemás;unmuroviejoparacercarlotodo;ypor encimadelmuro, surgiendo lasmoles deunnegro anfiteatro de fragososmontes,quealláseandabanenalturaconelpeñóndeladerecha,queformabapartedeél.Ynoseveíaotracosa.Por la dirección de la luz y otras señales bien fáciles de estimar, di por seguro queaquellafachadadelacasamirabaalSur,yqueporellastralquebajabaamiizquierda,es decir, al Este, entre la pared del huerto y el monte de aquel lado desde un altodesfiladeroqueseveíaalgolejano,habíavenidoyolanocheantes.Porestevientonadateníaqueobservar,puesbienalavistaestabalamontañaquecorríaparalelaalacasaasombrándola con su mole. Había, pues, que buscar por el Norte del «solar de mismayores» laperspectivadelvalleentero,que leparecíaaChisco«puntomenosque lagloria».Con este propósitome retiré de la solana demi aposento, y salí al comedor. Estabanabiertoslosdosclarosdeélquedabanalexteriordelacasa.Acerquémeaunodeellos,yviquecorrespondíanambosaotra solanamuyescondidaal socairede lapareddemihabitaciónque,efectivamente,sobresalíamuchodelalíneageneraldelafachada.Entreestaparedyotromensulónmuchomenossalientequeellaalextremoopuesto,corríalasolana,alaquedabatambiénunapuertadeldormitoriodemitío.Estabaabiertaymecolédentro.Nohabíaallímásqueunacamadelmismoestiloquelamía, pero grande, de las llamadas de matrimonio; un crucifijo y una benditera en lapareddel testero,unacómoda,dosperchas,unpalanganero,unsillóndevaqueta,dossillasyunfelpudo.Lacamaestabayahecha,elsuelobarridoytodaslascosasenorden,señaldequemitíohabíamadrugadomásqueyo.MeasoméaunaventanaabiertaenlapareddelEstejuntoaunaalacena,yviloqueyamehabíaimaginado:elpeñascalnegro,jaspeado de grietas con vegetaciones silvestres y separado de la casa por un callejónpendiente,delastrasresbaladizas.Alvolveralcomedorporlasalona,hallémeconmitíoqueentrabaenélporlapuertadeenfrente.Llegabafatigosoyseapoyabaenunbastón.Alaluzdeldíaparecíamesutrazamuyotradeloquemehabíaparecidoalaluzartificial.Elblancoyfinocutisdesucarateníaunmatizazulado,yhabíaensusojosyensubocaunamuymarcadaexpresióndeanhelo.Sinembargo,su«humor»eraeldesiempre;ysieradisimulodelocontrario,noseleconocía.Seadmiródehallarmelevantadotantemprano.Veníaaverquéerademí;sisemeoíarevolvermeenlacama,paraentrar,enestecaso,aabrirmelosbalcones,silodeseaba,ysino,paratenerelgustodedarmelosbuenosdías.Leagradecímuchosucuidado, y después de abrazarle le pregunté cómo había pasado la noche y por quémadrugabatanto.-Como siempre, hijo del alma -contestóme entre toses y jadeos-. Y nome las dé Diospeores. En buena salud, me levantaba con el alba; desde que tengo tan mal dormir,madrugomuchomásqueelsol,ycontodoyconello,mesobratiempodecama.Pareciómequeel relente fríode lasmadrugadasnodebíadesentarlebien,yasí se lodije,aconsejándolequeseguardaradeél.-Esoseráentrevosotros -mecontestóconsuairechancerodecostumbre-, avezadosavivirentrecristales;¡peroentrelosmontunosdeporacá!…¡PobredetutíoCelsoeldíaenquenopuedadesayunarseconunatripadadeesagraciadeDios!Pero,vamosaver,¿ytú?¿tehasdesayunadoyaconalgomásdetugusto?Porquenofaltadeelloencasa,comotedijeanoche.Ysinohaspensadoeneso,¿enquétrastajohaspensado?…¡Miraquecomoseafaltadefranqueza!…Díjeleenquémeestabaentreteniendodesdequemehabía levantadoy loque llevabavistoya,ymereplicó,agarrándomeporunbrazoalmismotiempoytirandodemíhacialoscarrejosinteriores:-¡Por vida del ocho de copas, hombre!…Pues,mira, en parteme alegro de que hayasempezadopordondeempezaste:asítequedalomejorparaloúltimo…¡Venacá,venacá!Ymellevóaremolquehastalacocina,dondemehalléalamujergris,aTonayaChisco,sentadosa laperezosayalmorzandounasfritangasconborona.Diéronmerisueños losbuenosdías, levántandosemuycorteses,yapenasmedejó tiempomi tíoparacambiarconellosalgunaspalabras;porquetanprontocomoabrióunapuertacercanaalamesayenlamismapared,comenzóallamarmeasulado.Obedeciéndole, salí aunbalcóndemaderademucha líneaymuyvolado, lamitaddelcualcaíasobreelpatiodelascuadras,quenopasabadelcentrodeaquellafachada,yla

otra mitad afuera. De este modo podía ver el panorama completo y sin estorbos.Formaban la barrera de enfrente la montaña atravesada delante del cerro de laizquierda,yotraquelaseguíahaciamiderecha,bienpobladadevegetaciónensubase,de color pardomuy obscuro en lamitad, de alto abajo, de lo quepudiera llamarse sutronco; de verde crudísimo en la otra mitad, y con la enorme cabeza gris, como uncráneodespellejadoyseco,entornadahaciaelhombroizquierdo,conlablancaosamentaalairetambién.Mehacíaelefectoaquellavastamanchaverde,finayjugosa,iluminadaentoncescasidefrenteporunrayodesol,deunremiendodeterciopeloriquísimoenunvestidodetoscosayal.Formandoánguloconestamontañayquedandounboqueteentrelasdos, terminaba,coronadadecrestasypicachos, laquedescendíaporelEstede lacasarozándolaelcostadoconsusbardales.Dentrode todoestemarco, queparecíauna contradanzade colosos encapuchados, seextendía una tierra de labor tijereteada en pedazos, de pradera y de boronales, losprimerosdeunverdeaterciopelado,ylossegundosconlanotapajizaquelesdabanlostallossecos,aúnnocortados,delmaízreciéncogido.Entremiobservatorioyestamies,quedescendíaenrampahacialosmontesdeenfrente,ymuyinclinadaalmismotiempohacia el río, un pedregal erizado de malezas y surcado de senderos y camberas decomunicaciónconelpueblo,cuyascasitasseveían,hechasunrebaño,enlomásaltodelamies,conlaiglesiaenmedio,queparecía,y loeraensustancia,supastor.Entodosaquellosedificios,conlasfachadasmuylavaditasylaspuertasyventanasdeparenpar,veíayootrastantascarasdeseresdesdichadosyenfermizos,conlabocaylosojosmuyabiertos,ávidosdeaireydeluzquelesibanfaltando.Yentreaquellascaraslashabíadevarias expresiones, desde el patético compasible, hasta el cómico y el grotesco. Dabaganadeecharaalgunasdeellasunalimosna,paracalmarleslasangustiasdelestómago,ounsombrerodedesechoparasustituirlaruinosachimenea,yatodasunasideroparasostenerse,sinrodarhastaelmonte,enlaposturaviolentaenqueyolasveía.Tanembebidomehallabaenestelinajedevisiones,quenisiquierameenterabadelosinformes que iba dándome mi tío sobre cada cosa de las principales del cuadro.Parecíame todo el valle, relativamente a la altura de su marco, de una pequeñezasfixiadora,yconsiderábamecaídodelasnubesenelfondodeundedalenorme.¿QuéideatendríaChiscodelaGloriacelestial,cuandolaponíasolamenteunpuntomásarribaqueaquelloenlaescaladelohermosoyadmirable?¡Dioseterno,quéenvidiatuveentoncesalospájarosporquevolaban!-Dígameusted, tío -preguntéledegolpe,y sin repararenque lecortabaa lomejorunentusiásticodiscursoprecisamentesobrelaanchuraysalubridaddelvalle-,¿pordóndesesaledeaquí?-¿Jaciaónde?-mepreguntóélasuvez.-Pues…hacia…hacia fuera, hacia elmundo, vamos -respondíle yo aturullado comounchicueloimprudente,temerosodequemedescubrieralospensamientosquemehabíanarrancadolapregunta.-¡Jaciaelmundo!-repitióélsoltandounacarcajada-.Puesmehacegracialaocurrencia,¡pispajo!¿Estamosaquíenellimbo,oqué?-Hequeridodecir -repuse celebrando conuna risotada contrahecha lapreguntademitío-,quecuálessonlassalidasprincipales…-Ya,ya:yatehabíacaladoyoelpensamiento-respondiómeél,dejandodeprontoelairejaranero-, sino que como la ocurrencia tuya se acaldababien enuna chanza, y yo soyasí…Pues tediré:unade lassalidasprincipaleseselcaminopordondetúhasvenidoanoche,éstedealladonuestro.-Corriente.-Ylaotraeslaquesevealláabajo,alamanoizquierda:lamismasalidadelrío.¿Novesuncaminoquevaporencimadeél siguiendo toda la ladera?Elpuenteestáaquí a laizquierda,entreaquellosjarales.Puedequeleconfundasconellosporloviejoquees…Puesporesecaminoseva…-¿Hastadónde?-¡Hastadónde!…¡Trastajo!hastalamar,siteconviene.-Bien;pero¿pordónde?-Puesríoabajo,ríoabajo…depuebloenpueblo.¿Quieresquetelosnombreunoauno?-Nohaynecesidad.-Hastaquellegasauncaminoreal.Siquieresseguirleporladerecha,porquetejalelomundano,lesigues;ysitecontentasconmenos,lecruzas;ynoapartándotedelaveradelrío,enundosportresdarásconlosjocicosenlamar…Mira,hombre,aquídondemevesyconlosañosquetengo,nolleganacuatrolasvecesqueheestadoenSantander.La

primeracontu tía,reciéncasadoconella.Entoncesnohabíaelcaminorealdequetehablo, que es de ayer, y había que ir a buscarle más lejos. íbamos a caballo, comosiempre seha idodesdeaquípor lospudientes.Ella, enun sillónde terciopeloazul yclavillossobredorados,conlasgalasdenovia,alamodadeentonces.Campabadeveras,porque era guapetona de firme… ¡trastajo, si lo era! No nos comía la prisa y jicimosnocheen lavilladeSanVicente,quealotrodíaabriópuertasyventanasparavernossalir…Mira,hombre,pocomásdeunmesanteshabíasalidodeEspaña,atirolimpio,elúltimo ladrón de los de Pepe Botellas…Cabalmente. Pues bueno: paramos poco en laciudad,porquenonosgustóaquello.Lasegundavezfuearaízdelodelveintitrés,conunparientede losdePromisiones,quedeseaba,comoyo,vercómoandaban lascosasdel mundo, después de la taringa que habían llevado los botarates de la «Pitita».¡Cuartajo,quécumplidaseladieron…yquémerecidalateníanlosarrastrados!Pueslatercerafueayer,comoquiendice,nomásqueporelgustodesaberpormípropioquéeraesodelcaminodefierruqueacababadeestrenarse…Yparadecontar,despuésdeenterartedequenopasandedocelasquehesalidodelvallemásalládedosleguas…Yteaseguroquenuncaquedormífueradeél,jicesueñoconarte,ytodacomidaquenosea la demi casa,meha sabido siempre a condumio sin sustancia; y enno viendo yoestospicachonesencimadelacabezapordondequieraqueando,mehagocuentaqueno veo cosa de gusto ni de traza, y hasta la mar de la costame parece una pozuca,comparada con las anchuras de este valle… De las casas en ringle no se me hable,¡trastajo!porquesolamentedementarlasmefaltalarespiraciónymeajogaelhipo…Laverdad,Marcelo…Cadaunoa lo suyo,yconsucadacual.Yaeste respective,hasdesabertequehayenestevallegentesquesecaendeviejassinhabersalidodeélmásalládeloquecorredeuna«alentá»unperroconasma.Ysemorirántansatisfechascomosimurierandejarturadelmundoquetúconoces:igualquehadepasarmeamíeneldíademañana. Créeme, hijo: cuanta menos carga de antojos se saque de esta vida, másandadero se encuentra el camino de la otra. Hay quien jalla la mina cavando en unrincón de su huerto, y hay quien no da con ella revolviendo la tierra de mediacristiandad. Ahora, tú dirás quién es más afortunado de los dos y más digno deenvidiarse…¡Cascajo!yvamosadelanteconlahistoria,quecomodéyoenirmeporlosatajaderos.¿Dóndehabíamosquedadoconella?¿Quémásdeseassaber?-Pordepronto-respondíle,maravilladodeaquéllasuvivacidaddeimaginaciónysolturade«pico»,queparecíanincompatiblesconladolenciaqueleacababa-,siseensanchaelpaisajemásalládelboquetepordondesecuelaelrío.-Al contrario -respondióme-: en cuanto doblas el recodo, vuelven a encalabrinarse lospicachosa laveradelrío, tanprontoaun ladocomoaotro,cuandonoa losdosauntiempo.Anchurasdeéstasno seencuentranhastael camino real:mediodíade rodar,agua abajo, en una caballería de buenos pies; un paseo, como quien dice, y de loscortos…Enfrente de ese boquete tienes aquel otro de lamano derecha, por donde semeteunatiraquevaaacabarenpuntaalládentro.¿Leves?alpiemismodelamontañamanchadadeverdeporarriba.Puesporesecallejohayotrasalidaquevatrepandoporlos breñales… en fin, hombre, hazte cuenta que en cada resquebrajo que veas en unmontedeéstos,hayunsenderopordondeandanestasgentescomoporelportaldelaiglesia,ysepaseanytomanelaireyrecreanlavistaloshombresdesocupadosysanosdepecho,comotú.Yaverás,¡trastajo!yaverásloqueesbueno.-Así lo espero -respondí faltando a la verdad de lo que pensaba-. Y diga usted -añadíapuntandoalmismotiempoconeldedohaciaallá-,¿quésignificaaquellamanchaverdeenqueyamehabíafijadoyoantesqueustedmelamencionara?-¡Oh!-contestómealzandolosdosbrazosauntiempo-,¡esoeslagranriquezadellugar,amigo!Esoesel«Prao-Concejo»deaquí,porquetambiénhayotrospueblosquetienenelsuyo correspondiente; perono comoelnuestro. ¡Quia! ¡Pispajo, ya lequisieran!Esdetodosycadaunodeestosvecinos:uncaudaldeyerbaquesereparte«poradra»todoslosaños.Ya verás, ya verásqué romería searmaeldíade la siega, si te cogeaquí elprimeragostoquellegue…-Pero¿cómodemonios -preguntéverdaderamenteasombradode loquemecontabamitío-,sepuedesegarenaquelprecipicio,nibajaralvalleloqueenélsesiegue,nimuchomenossubiralláparasegarloyrecogerlo?Riósemitíodeloqueélllamabamiinocencia,«contantocomoyosabíadelmundo»,yprometiéndomelaexplicacióndeloquemeasombrabaparacuandolapidiera«sobreelterreno»,noquisodecirmemás.-Yenfiniquito-concluyó-,¿quéteparecedetodoloquehasvisto?…porquecreoquenofaltenadaenquenohayaspuestolosojos.-Sí, señor -le respondí al punto-: falta algo que busco con ellos desde queme puse a

mirarestamañana,ynohalloporningunaparte.-Y¿quécosaesella,hombre?-Puesunpalmodetierrallana.-¡Trastajo!-exclamóaquímitío,mirándomeconelasombropintadoenlosojos-,¿cómodemonioshadejallarseloquenohay?-¡Queno!-exclaméyoamivez.-No,hombre,no -insistióél con lamayorseriedad-.Entendíqueconocíaseldichoquecorreaquícomoevangelio.-Y¿quédichoesése?-Quenohayen todoestevallemás llanuraque lasaladedonCelso.¿Oísteloahora? -añadióriéndoseymirándomealacaraconsusojillosderaposo-.Puesatenteaello.Yvolvióareírse,ymereíyotambién,perodedientesafuera,conlocual,dejandoambosel balcón, volvimos a la cocina, en cuya perezosa se me antojó desayunarme aquellamañana.En aquel desayuno y en la comida del mediodía adquirí dos nuevos datos, que noresultaban de escasa cuenta sumados con los que ya poseía: el pan era de hornadashechasen la tabernacadamedia semana, ynohabíaotracarneque ladececina, conexcepcióndeldomingo,enquesematabaunaresenelpueblo.Allínoseconocíafresco,buenoyadiario,másquelalecheysuspreparados…precisamenteloqueestabareñidoconlosgustosdemipaladaryconlosjugosdemiestómago.Pocas noches he pasado en mi vida tan largas, tan tristes y de tan insoportabledesasosiego,comoladeaqueldía.Porquevistoyreconocidoyaentodassusfases,aloancho, a lo largo y a lo profundo, el terreno en que tenía yo que dar la batalla, perobatalla a muerte, contra los hábitos y refinamientos demi vida de hombremundano,comodón,melindrosoy«elegante»,habíaparaquelascarnesmetemblaran.¡Ay!todaaquellamifortalezalevantadaenMadridalcalordeunentusiasmoirreflexivoysentimental,sedesmoronabaporinstantes;ylosfríosrazonamientosaqueyomehabíaamparado en horas de sensatez para defenderme de los asedios demi tío cuandomellamabaasuladohastaporcaridaddeDios,revivíanenmicabezaconunempujeyunvigordecoloridoquemeespantaban.Sucedíameentonces loqueal temerarioqueporunfalsopundonor,porunarranquenerviosoydemaldisfrazadavanidad,desciendealfondo de un precipicio. Ya está abajo, ya hizo la hombrada, ya demostró con ella quellegahastadondellegueelmásintrépido…Corriente.Peroahorahayquesubir.¿Cómo?¿Pordónde?…¡Yallíesella,Diospiadoso!Sólo de tres maneras podía volver a la luz y a la libertad del mundo: o por el fin yacabamiento de… (¡qué barbaridad! hasta el tropezar con el supuesto sin haberlebuscadoyoconeldeseo,merepugnaba);oporelrestablecimientodelpobreseñor,cosaimposibleasusañosyconlomortaldeladolenciaquepadecía;opormeterloyotodoabaratoa lomejor, liarelequipajecuandomediera laganayvolvermeaMadridporelcamino más corto, lo cual me parecía una canallada que podía costar la vida albondadosooctogenario,paraquienmipresenciaensucasaparecíaserelpanyel solque le nutrían y le alegraban. Es decir, dos salidas con la puerta cerrada, Dios sabíahastacuándo,yunaquenosemefranquearíajamás,porrepugnanciasdemiconciencia.Endefinitiva,unaeternidad.Sientretantohubierahabidoenmíalgunainclinaciónnatural,algunaaptituddelasquehacenhastaplacenteraamuchoshombres,sinseraldeanos, lavidacampestre,menosmal;pero,pordesgraciamía,mefaltabantodasenabsoluto.Yonoeracazador,nihabíamanejado otras armas que las de adorno en los salones de tiro; ni entendía jota deganados,nidelabranzas,nidearbolados,nidehortalizas,nipintabanihacíacoplas;yporlotocantealaseñoraNaturaleza,ladelosmontesaltivosylosvallesmelancólicosylosumbríosbosquesylasnieblasdiáfanas,ylassinfoníasdel«favonioblando»entreelpelado ramaje, y los rugidos del huracán en las esquivas revueltas de los hondoscallejones,vistadecerca,mejorquemadre,meparecíamadrastra,carceleracruel,porel miedo y escalofrío queme daban su faz adusta, el encierro en queme tenía y losentretenimientosconquemebrindaba…Yatodoestohabíaqueañadirqueelinviernocon sus fríos, con sus nieblas, con sus aguaceros y con sus nevascas, estaba yacerniéndoseencimadelospicachosdelcontornoydelacasonademitío…Yaunque,pormisericordiadeDios,nopasarayoallímásqueél,¡seríatanlargo,tanlargo!…¡Cuántoslibros devorados sin sacarles pizca de sustancia! ¡cuántos chamuscones en la cocina!¡cuánta indigestión de bazofia! ¡cuántos paseos en corto! ¡cuántas rendijas del suelocontadas maquinalmente con los ojos! ¡cuántas rúbricas echadas con el dedo en losempañadoscristalejosdemicuarto!…¡VirgendelaSoledad,quéperspectiva!

Yasí,poresteorden,batallandohorasyhoras.¿Cómohallarunabreve,nimomentodereposo,nibienmullidalacama,consemejantegusaneraentreloscascos?

-VI-Dios, que, como dice el adagio, aprieta, pero no ahoga, permitió que a aquella tristenochesiguieraundíamuyrisueño,conelcielobarridodenubesyunsolque,aunquepálidoyfrío,iluminabaelvalleydecorabalascumbresdelosmontesenvolviéndolasennimbos de luz reverberante. Yo recibí la primera salutación del astro vivificador de lamadretierracomounodelosmayoresbeneficiosquepodíaotorgarmeelcieloenmediodelaoscurasoledadenquemeveía,ymitíoseapresuróaaconsejarmequeaprovecharala «escampa», que había de ser de larga «dura» por señales que él considerabainfalibles,para«hacermea lasarmasy tomar la tierra comoeradebidoy cuantomásantes». Diome con el consejo informes y programas que me parecieron excelentes; ycomonoteníaamisalcancesotrosrecreosmástentadoresydemigusto,optéporloquesemeproponía,ymedispuseenelactoaecharmealamontaña,quevaletantoallícomoenelmundocultoyrefinado«echarsealacalle»,esdecir,alaventuradeDios,«amatareltiempo».Antes de salir de casa entró en ella el médico, que iba a saludarme aprovechando laoportunidaddelavisitacasidiariaquehacíaamitío,particularmentedesdesuúltimaygrave enfermedad.Era unmozo que andaría con los treinta años, nomuy corpulento,perodereciacomplexión;depeloybarbacortos,negrosyfuertes;demiradafirme,perosin dureza; agradable de cara y de voz; muy sobrio de palabras; limpio, holgado ymodestodetraje,ynaturaldeunpueblodelosribereñosdelNansa.Estofuetodoloquedeélsupeenaquellaocasión.Suvisita fuebreve,ynosdespedimosmuyafablemente,quedandoyomuycomplacidodeaquelhallazgoenTablanca,másporloqueseleíaenlacarayenelairedelmediquillo,queporlasponderacionesquedesusprendashizomitíoalpresentármelo.Bajamos juntoshastaelportal,echandoélenseguidapor lacamberadelpuebloyyoporotradiametralmenteopuesta,hacialamontaña.Acompañábame Chisco, por donación muy recomendada de su amo, con la mismavestimentayelpropiocalzadoconquelehabíaconocidoyoenelpasodelacordillera,ynos acompañaba a los dos un perrazo sabueso; llamadoCanelo, de una casta paramísingularísimaporlogrande,queibaperpetuándoseencasademitíodesdequesupadrefuemozo y cazador. Chisco llevaba una escopetona de pistón con anchas abrazaderasreforzadasconbramanteenceradosobreellarguísimocañónroñoso,uncuernoparalapólvorayunabolsadebadanaverdeparaelperdigóny laspostasque ibanmezcladascon él. Yo una elegante y fina Lafaucheux de dos cañones, canana correspondiente,cuchillo de monte, borceguíes de ancha y recia suela claveteada, polainas de cueroinglés,ytodoelequipaje,ensuma,deuncazadordefigurín.Chiscomemirabadereojoyhastasesonreíaunpoquillo,particularmentecuandosefijabaenmicalzado,y,sobretodo, cada vez que me veía resbalar en la arcilla blanda o sobre las lastras de losencalabrinadossenderos.Alfinllegóadeclararmequeparapisarfirmenotendríamásremedioqueapechugar conunpardealmadreñascomo las suyas;que lodemi ropa,«podíapasar»,yque,encuantoalarmamento,«yasevería».¡Vayasiteníacamándulaselmozallón!Pordepronto,niélniyoíbamosentoncespropiamente«decaza»,sinodepaseo;sóloqueasícomoen lastierras llanassepaseaunhombreconunbastónen lamanooconlasdosdesocupadas,allísepertrechaelpaseantedearmasydemunicionesporloquepuedaacontecer.Como la excursiónme resultómuyentretenida y tambiénmuyprovechosa, porquemediobuenapetitoymejorsueño,aldíasiguientelarepetí,aunquepordistintoladodelamontaña, pero sin extender mucho más que en la anterior el radio de mis valentías,porqueelteatrodemisexperienciaseravastísimo,yelaprendizajemuydurodepelar.A los tres o cuatro días de andar en estas pruebas y continuando el tiempo alegre yprimaveral, se unió a nosotros Pito (Agapito) Salces, «Chorcos» de mote, hijo de uncaserodemitío;buencazadortambién,comocasitodosloshombresdeaquelvalle;algotorpedemagínymuy largoydeslavazadodemiembros.Lehabíaconocidoyoencasaunanoche,ymehabíancaídomuyengraciasucataduraysus«cosas»;porloquemitío,quepescabaenelaire lasocasionesy losmediosdeagasajarme,dispusoquedesdeeldíasiguienteseagregaraaChiscoparaacompañarmeenmiscorrerías.Eraademásmuyamigodeéste,yalosdoslessupieronagloriaellicordemifrasqueteyloscigarrosdemipetacaencuantoloscataron.Atodoesto,yonohabíaestadoenelpueblomásqueunasolavez,yésamuydepasadaymuytemprano,casidenochetodavía,yendoalamisaprimeradedonSabas;niconocía

decercaaotraspersonasque lasque frecuentaban lacocinademi tío,conelcualnohabíahechonuncaconversaciónempeñadasobrecosaalguna…nisiquierasobreFacia,cuyo aspecto singular y un tanto misterioso me llamaban mucho la atención,particularmentedesdeunanoche(ladeltercerdíademisexcursionesalamontaña)enquelahallé,saliendoyodemiaposento,comoextraviadaenlospasadizos,conelfarolenladiestra,lamiradadeespantoyelandardeunasonámbula.Seestremecióalvermedeimprovisojuntoaella,ymepidióperdónporhabermetomadopor…Nomedijoporquéniporquién;perorompióalloraryhuyóaocultarseenelcuartofronteroalapuertadelaescalera,elcualhabitabanellayTona.Enunmomentoenquemehalléasolasconmitío,antesderecogermeaquellanoche,lehablédelsuceso.Deprontomeparecióalgopicadodelacuriosidad;peroenseguidacambiódeaspecto,seencogiódehombrosymedijo:-Estámemalainfeliz.Cosasdeella.Siempreesporesearte.TambiénsemehabíaantojadoqueChiscomirabaaTonaconmuybuenosojos.Deestonohabléamitío;perosíalmozallón,yporhablardealgo,subiendolosdossolosunavezal«Prao-Concejo».-¡Jorria! -mecontestótrepandodelantedemí,sindetenerseunpuntonivolver lacara,perosacudiendoalairesumanoderecha.No me sacó de dudas la respuesta, y le pedí otra más terminante. Diómela en estostérminos:-Noestaríanmalpuestuseneya lospensarisdeunu…¡yesuque!…Perovan losmíosjaciamuyotraparti.LosdePitu,pongoelcasu,yaespleitudifirente.-ConquePito…Yella,tanrepolludaytanguapota,¿lecorresponde?-Esuesloqueyonosé…nipuéquelosepaéltampocu.-Esmuyposible…aunqueanteshaspuestounatachaaesabuenamoza.-¡Unatacha!…Y¿cuálfueeya?-Nolapintastemuyclara,peroladisteaentender.Despuésdeponderarporcosabuenaalamoza,añadiste«yesoque…»comoquiendice:«noesorotodoloquereluce».-Lodiríayo,siescasu,porsupadre…oporsumadre.-Y¿quétienensupadreosumadrequetachar?-¡Quéséyo!Historias.-Conquehistorias…¿Yquiéneselpadre?-Echeliustéungalgu.-¡Anda,morena!¿Ylamadre?-¡Ahorasíquepanojó!¡Ylatienélencasa!-¿Quién,hombredeDios?-Usté.-¿Yo?-Ustémesmu…¿Paquédemontresquierlosojusdelacara,sinoespaverloqueestádelantideeyus?-Acabadedecirloconmildemoniosquetelleven:¿quiéneslamadredeTona?-PosFacia.-¡Facia!-exclaméllenodeasombro-.Pero¿Faciaescasada?-Porlovistu-merespondióelmozallónconmuchaflema.-¿Conquién?-volvíapreguntarle.-Esa es la historia -respondióme él apuntando al suelo hacia atrás con el índice de sudiestra,sinvolverlacaranidisminuirelpaso.-Puescuéntamelaenseguida-ledijeyoentonces,sentándomeahorcajadasenelpicodeunarocaquesobresalíaaunladodelsendero,notantoporoírmásagustoloqueChiscomerelatara,comopordescansardelafatigaquemeibadandoaquelnuestroincesantesubirpor la laderadel agriomonte.Habíamosganadoel primer terciode sualtura, yestábamos ya dentro de los términos de la gran mancha verde que se veía desde lacasona «de mis mayores», es decir, del «Prao-Concejo», que desde allí me parecíainterminable, inmenso, en la dirección oblicua de la senda que llevábamos. Chisco,cuando notó que yo me había sentado, se detuvo, volvióse hacia mí, se sonrió a sumaneraalvermetanbienacomodado,y,porúltimo,retrocediólentamente.-Cuéntameeso-ledijeencuantosedetuvoamílado-;perocontodossuspelosyseñales.Para infundirlebuenos ánimos ledi un tragode losdemi frasquete, queera lamejorgolosina para él, y un cigarro de los mayores de mi petaca. Bebió y paladeó elconfortante licor, relamiéndose de gusto, y echó después una yesca, mientras yocontemplaba a vista de pájaro el vallecito de Tablanca, con sus casitas trepandomies

arribadetrásdelademitío,solayencaramadaenloalto,comosisehubieradetenidoallí para animarlas con la voz y algunas cuchufletas de don Celso; y, por último,recostándosecontraelterrenoyestribandoconlasabarcasenlasasperezasdelcamino,merefiriólosiguiente,queyotraduzco,pocomásqueensustancia,al lenguajevulgar,con verdadero sentimiento, porque no me es posible, por falta de memoria y decostumbre, reproducir al pie de la letra aquel pintoresco lenguaje, cuyo sabor localexcedíaconmucho,eninterés,alasuntorelatado.Faciaera,enefecto,unahuérfanadesvalidacuando la recogieronmis tíosensucasa.Educóseycrecióenella;llegóaserunagranmoza,porqueteníadequiénheredarlo,lomismoqueelserhonradaydiscreta;yporbuenamoza,yporhonrada,ypordiscreta,yhastapormuyagradecida,pasaba,yconrazón,enelpueblo,cuandosepresentóenél,como llovidode lasnubes,ciertogalán,unbaratijeroqueasombróaTablanca,nosóloporlasmaravillas,jamásvistasallí,delatiendaqueplantóenunferialdelvalle,sinoporel encanto de su pico, por la «majura» de su cara y por el rumbo de su porte. Comomoscas acudían a su tenducho reluciente los pobres papanatas de la feria, y comomoscascaíanenlamieldesusponderacionesylisonjas,dejandoenelceboengañadorhasta el últimomaravedí de los ahorrados para fines bien distintos. Para lasmujeres,sobre todo, tenía el charlatán un anzuelo irresistible; y para las buenas mozas, enparticular,un«aquel»que lasatolondraba.Tanbien le fueal indinoenaquelempeño,que acabada la feria trasladó el tenducho al pueblo y le abrió en un cobertizo queimprovisójuntoalaiglesia.Acreerleporsupalabra,élnoeratraficantepornecesidad,sinoporlujo.Legustabacorrerelmundoyverdetodo,yparalograrloasuantojo,comoera rico por su casa y le sobraba el dinero, le corría de aquella manera, comprandoalhajas«atodocoste»enlasgrandesciudadesdelatierra,paracedérselasalospobreshombresyalasbuenasmozasdeloslugarejosporunpedazodepan.Asídabaélperlasfinísimas de Oriente al precio de los garbanzos de Castilla; puñalitos de Damasco yrelojes de oro, más baratos que las navajas de Albacete y las coberteras de hojalata.Como había visto muchas tierras y estudiado muchos libros, sabía un poco de todocuantohabíaquesaber,ydabaremedios,yaunlosvendía,al«desbarate»,porsupuesto,para toda casta de enfermedades… y de contratiempos, porque, en su opinión, nadaexistíaverdaderamenteincurable,sabiendobuscaralascosassumotivo,comolosabíaél,porhaberestudiadomuchoslibrosyhabercorridomuchastierras.Aquellasegundacampaña de baratijero fue una barredera en el lugar. Ni una mota dejó el pícaro enTablanca.ParticularmenteFacia,queeradesuyosencillotaynoble,sedespilfarró.Gastóengargantillasdetodoscolores,ensortijas,espejucosyalfileronesdetodashechuras,undineral:todoloahorradodesussoldadasyalgomásquepidióacuenta,afrontandovalerosalasindignidadesconquelaapostrofabasuamo.Porqueresultabaqueaquellosantojos insaciables y aquel atrevimiento inconcebible en la, poco antes, tan modesta,comedidayrespetuosamuchacha,dimanabandeun«quéséyodemalaquél»,amododemaleficio,yque«lajalaba,lajalaba»contrasugustohacialasbaratijasdelatienda,ymuy particularmente hacia los donaires del baratijero. Como éste le había notado lainclinaciónyeraella(sinofender)lamejormozaentrelasmuchísimasymuybuenasquehabíaenellugar,apretóelpícarolaslisonjasyloschicoleos,yhastalarondólacasaporlas noches y la cantó unas coplas «finas» al son de una guitarra «que propiamentehablaba entre susmanos». En fin, que la inocente borrega llegó a prendarse en talestérminosdelhechicerogalán,quesolamentelequedóunapizcadejuicio,lopuramenteindispensablepara responderleenunode susasediosmásobstinados,que«en siendocomoDiosmandabaypordelantedelaIglesiayparavivirenTablancaalaveradesuamo,cuandolotuvieraporconveniente».Contuvoelhombresusímpetusconlarespuesta;meditóladurantealgunosdías;resolvióalcaboquesí;corrióselanoticiaporelpueblo;envidiaronaFaciasulocafortunatodaslasmozasdeél;llegóelcasoaoídosdedonCelso;tocóelcieloconlasmanos;pusoalainfeliz enamorada de loca y de sin vergüenza que no había por dónde cogerla; juró yperjuróqueelbaratijeroeraunbribóndesietesuelas;quenohabíamásquemirarlealacaraparaconvencersedeello;quesabeDiosdóndeseríanacido,dedóndevendríaypordóndehabríaandadohastaentonces,yqueporlacruzdeJesucristoconsideraraestoylootroylodemásallá…Comosicallara.Elhechizoestabatragado,yFacianocejabaunpuntoen suempeño.Bienpersuadidoentonces suamodequenohabía razonamientocapaz de convencerla, ni medida rigurosa, como la de plantarla en la calle, que noempeoraraeldestinodelainfeliz,entreverlaperdidaodesgraciada,optóporlomenosmalo al cabo de los días: arregló un casucho que teníamedio abandonado al extremoinferiordelvalle;agrególetierrasyganado;hizo,en fin,cuantopuedehacerunpadreporunhijoencasostales,ydijoaFaciadespuésdehabersenegadoarecibiralnovioya

verlealalcancedesuvoz:-Cásate cuando te dé la gana, y meteos ahí para que, siquiera, siquiera, cuando laspesadumbrestematen,tengascamapropiaenquemorirdespuésdehaberpedidoaDiosperdóndetusingratitudesylocuras.Alospocosdíasdecasado,ycongranpompa,elbaratijero,yaeraotrohombredistintode loque fueenel lugarantesdecasarse:hasta lacaraparecíadiferente, sobre todocuandohablabaconsumujerlopocoquehablaba;mirababajoymal,yparecíaqueleestorbabahastasusombra.Almesdeesto,comonosabíatrabajarlatierranimanejarelganado,ydeaquellasriquezasquetenía«porsucasa»,segúndijodesoltero,noseveíaunmaravedíparalevantarlascargasdesunuevoestado,cogióloquelequedabadesutenduchoysefueacorrerferiasymercadosconello.Volvióalosdosmeses,muertodehambre,mal encaradoypeor vestido.Hízose temiblepara sumujer, aquiengolpeabaconelmáslevepretexto,ysospechosoatodoelvecindario,quenoestabahechoaverenaquelhonradosueloholgazanesyrenegadosdesemejantecatadura.A los diezmeses de casados, tuvo Facia una niña; y sin llegar a cumplirse el año, sumarido,quehabíadesaparecidodelpueblouna semanaantes, volvióa casadenoche,rotoydesgreñado;diodosbofetonesasumujerporquelepreguntócariñosamentecómolehabíaido,pordóndehabíaandadoyaquévenía;ymientraslaamenazabaconabrirlaencanalsicontabaanadiequenolehabíavistoelpelodesdelasemanaanterior,hizoapresuradamenteunlíoconlasbaratijasquelequedabanencasayconotras,alparecer,semejantesquefuesacandodelosanchosbolsillosdesuropa,ysindespedirsedeFaciadesapareciódelacasaydelpueblo,perdiéndoseenlaoscuridaddelosmontes…hastahoy.Alosdosdíasdeesto,llegóalpueblounaparejadelaguardiacivilyunarequisitoriadeljuez del partido preguntando por él. Se trataba del robo de una iglesia y de unaspuñaladasalpobresacristánqueintentóimpedirle…Dospájarosdelacuadrillahabíancaído ya en el garlito, y sebuscabaal tercero, al capitánde ella, al famosobaratijerocasadoenTablanca…yenotras tresocuatroparroquiasmásdeEspañay sus Indias,segúnresultabadesusantecedentesprocesales.Con este golpe se espantó el vecindario, se llevó don Celso lasmanos a la cabeza, yenvejecióderepentequinceañoslapobreFacia.Del pícaro fugitivo sólo volvió a saberse que anduvo por las repúblicas de América,reciénescapadodeEspaña,y se ledabapormuertomuchosañoshacíaoarrastrandounacadena.Apocodeverseabandonada,tristeyarrepentidaladesventuradaFacia,recogiólaotravezdonCelsoporcaridaddeDios;yporcaridaddeDiostambiénnoladijounapalabradesdeentoncesqueserefieradecercanidelejosasulocuraniasudesgracia;yasulado fue creciendo la niña Tona, ignorando los verdaderos motivos de las tristezas yamargurasdesumadre,yviviendoenlacreenciadequesupadrehabíasidounhombredebienque,comootrosmuchos,sehabíamarchadoa«laotrabanda»paramejorarlafortuna,yqueallíhabíamuertosinconseguirlo,alcabodelosaños.Tal es la sustancia de lo que me refirió Chisco. Con ello sólo podía explicarse elarrechuchoaqueldeFacia,ypodíatambiénnoexplicarse:detodassuertes,elcaso,aundespuésdeconocidalahistoriadelamujergris,quenodejabadeserinteresante,noeraparametermeenescrupulosasindagaciones;ynomemetí.

-VII-Con dos guías tan complacientes y tan expertos como los míos, pronto conocí lasprincipales sendas, cañadas y desfiladeros, la fauna y la flora de los montes máscercanos del contorno; perdí el miedo que me infundían los «asomos» u orillasdescubiertasdelosprecipicios,siendodeadvertirqueallínohaycaminochiconigrandequenoseaunasomocontinuado,yadquirí lasolturay la fortalezadequemispiernascarecíanalprincipioparasoportarmelomismoenlascuestasarribaqueenlascuestasabajo;esdecir, siemprequeandaba,porquees lapuraverdadeldichocorrienteenellugar,dequeenaquellafragosacomarcanohayotrallanuraquelasaladedonCelso.Nosubíagrandesalturas,porquenometentabanmucholosespectáculosdeesacasta,ni tampoco hicieron mis rudos guías grandes esfuerzos para animarme a vencer lasinclinaciones de mi complexión relativamente perezosa; pero no dejé por eso desatisfacer mi escasa curiosidad en la contemplación de hermosísimos panoramas. Porúltimo, conocí también los principales puertos de invierno y de verano, a los cualesenvían sus ganados los valles circunvecinos, y admiré la lozanía de aquellas brañas(«majadas»)deapretadayfinayerba,verdaderascalvasenmediodegrandesytupidosbosques de poderosa vegetación. Cada una de estas calvas tiene, en los puertos deverano,unachoza,yenlosotrosun«invernal»:lachozaparaalberguedelaspersonasque pastorean el ganado, y el invernal, edificio amplio y sólido, de cal y canto, paraestabloypajardeunabuenacabañadereses.Porlocomún,cadainvernalcorrespondealos ganados de ocho o diez condueños de las «hazas» o partes de la braña contigua.Algunosdeesosinvernalesestabanyaocupados.Denochecomeelganadoprendidoenlapesebrera,dela«ceba»delpajar,segadaenlashazasenagosto;dedíapastaalairelibre,mientraseltiempoloconsiente,alcuidadodesusdueños,quedespuésdedejarlorecogidoalanochecer,bajanadormiralpueblo;alrevésqueenverano,duranteelcualduermenamontonadosenlachoza,quedandolacabaña«acurriada»,esdecir,reunidaenla majada circundante. Las yeguadas hacen vida más independiente y libre, y lashallábamos,enestadosemisalvaje,dondemenoslopensábamos.Pito era muy bruto, y aconteció más de una vez ir yo muy descuidado y sentir a miespaldaunestampido ferozquemehacíadardosvueltasenelaire.Era laespingardadelgaznápiro:unescopetónmásviejoyremendadoqueeldeChisto,quehabíahechounadelassuyas.Pitonosecansabaenavisaranadienientomarlamásleveprecaucióncuandounapiezase leponíaa tiro,esdecir,encuantoél laatisbaba, lomismoen losairesqueentrelosmatorros,queatravesandolasierraescampada,porqueparaunarmade las dimensiones de la suya y con lametralla de que la atascaba, no había lejos nicercas: se laechabaa la cara, yporencimadeunhombromíooentre laspiernasdeChisco,segúnlopedíalasituacióndelascosasydelaspersonas,sincansarseendecir«allávaeso»,«¡puuunnn!»Aquelloparecíaelfindelmundo:losmontesretemblaban,yquedabalapieza,nosólomuerta,sinohechatrizas,porqueélnoperdíagolpe,nilapiezaunsologranodelametralladelescopetón.Ylapiezaeraunaliebre,unazorra,ungatomontés,un«esquilo»(ardilla),unfaisánouna alimaña de regular cuantía, pues es muy de notarse que de ese y otros linajesparecidossonlosanimalesconquesetopaunoyendodepaseo,aunporlossitiosmásinmediatos al pueblo, como se topa en cualquier otra parte del mundo, que no seaaquélla,conelgatodoméstico,elperrocariñosoolasavesdecorral.Chiscoseconducíademuydistintomodoquesucamarada:todolohacíasinalterarenlomásmínimoaquellasuplacidezdecontinente.Sisemeponíaunapiezaatiro,conunamanomedeteníasuavemente,conlaotramelaseñalaba,yconungestoexpresivooconmediapalabramedabaaentenderquemelacedía.Siyoerrabaelgolpe,comosucedíacasisiempre,élmeleenmendaba,sinoselehabíaanticipadolaespingardadeChorcosdesde donde menos podíamos esperarlo; y notaba yo, en el primer caso, ciertacomplacenciamaliciosaenlamiradaquemedirigía,mientraspataleabalavíctimaenelsueloodescendíadelosairesdandotumbos,comosiquisieradecirme:«¿Veyustécómono val un pitu esa escopeta, con ser tan maja como es?» Pero Chisco se engañabagrandemente,porqueelarmaerainmejorable,ylasmunicionesmuydignasdeella.Loquefallabaeraelcazador,quesiendotandiestrocomoyoloeraeneltiroalblanco,nosabíapordóndeseandabacuandohabíaquetiraralacarreraoalvuelo.Elcasoesquellegó amortificarme esta torpeza; y contribuyeronmucho a ello,más que lasmiradasdulzonasdeChisco,lasrisotadasbrutalesconquesolemnizabaChorcoscadaenmiendaque hacía su espingardón roñoso a los fracasos de mi escopeta. Y tan adentro me

llegaron las mortificaciones, que poniendo mis cinco sentidos en el negocio aquel,conseguípronto,yaqueno ladestrezademisacompañantes,portarmede talmanera,quenofueran«enmendables»porningunodeelloslostirosqueyodesaprovechara.Conestocesaronlassonrisasdelunoylasrisotadasdelotro,ysentíyodescargadoelánimodeungranpeso; porque así vienenhilvanadas las flaquezasde la vida, y jamás sehadicho verdad como la del pedante don Hermógenes: «No hay poco ni mucho enabsoluto.»Dosvecesnosacompañóenestasexpediciones,mixtasdeexploraciónydecaza,elcuradonSabas;perosinmásarmaqueelcachiporropintoqueleservíadebastón.Hallabaélalgo comomengua en gastar la pólvora en aquellas salvas de puro recreo, y llamaba«animalitos deDios» a cuantos había en la escala demagnitudes, desde el jabalí o elcorzoparaabajo.Pero¡cuántosabíadetodalaescalaenterayverdadera,ydeaquellosmontesydeotrostales,yconquérespeto leoían losdosmozosque,comocazadores,tantosecrecíanamilado,yconquégustoleoíaylecontemplabayoaesepropósito…yotrosmuchos,paralosquenoteníanojosnioídoslasrudasentendederasdeChiscoysucamarada!Porqueeslociertoqueaquelhombrazotansosodepalabraytanpobrederecursosenlatertulia demi tío; algomás agradable y suelto oficiando en la iglesia, donde hablabadesdeel altarmayorbastanteal casoya lamedidadel entendimientode sus rústicosfeligreses,enlasalturasdelamontañanoseparecíaasípropio.Lodemenoseraenél,consermucho,elinterésquesabíadarenpocasypintorescasfrasesalasnoticiasqueyo le pedía, por no satisfacerme las que me suministraban Chisco y su compañero,acerca de las grandes alimañas, sus guaridas en aquellos montes y la manera decazarlas;loslancesdeapuroenquesehabíavistoélycuantoconestoserelacionabadecercaydelejos;susdescripcionesdetravesíashechasportalocualpuertoduranteunadesatada«cellerisca»susriesgosdemuerteenmediodeestosventisqueros,unasvecesporculpasuyayapegoalapropiavida,ylasmásdeellasporamoraladelprójimo:lodemásera,paramí,sumanerade«caer»sobrelamontaña,comoestatuademaestroensu propio y adecuado pedestal; aquél su modo de saborear la naturaleza que lecircundaba,hinchiéndosedeellaporelolfato,porlavistayhastaportodoslosporosdesu cuerpo; lo que, después de este hartazgo, iba leyéndomeen alta voz amedidaquepasabasusojosporlaspáginasdeaquelinmensolibrotancerradoyengriegoparamí;lafacilidadconquehallaba,dentrodelarudasencillezdesulengua,lapalabrajusta,eltoquepintoresco,lanotaexactaquenecesitabaelcuadroparaserbienobservadoybiensentido; el papel que desempeñaban en esta labor de verdadero artista su pintadocachiporro, acentuando en el aire y al extremo del brazo extendido, el vigor de laspalabras;elplegadodelhumildebalandrán,movidoblandamenteporelsoplocontinuodelairedelasalturas; lacabezaerguida, losojoschispeantes,elchambergoderribadosobreelcogote,lacorrecciónygallardía,enfin,detodaslaslíneasdeaquellaesculturaviviente…¡Oh!diéranlealpobreCuraenel llanodelatierra,enelvalleabierto,enlaciudad,unamitra; la tiarapontificia en la capitaldelmundocristiano, y ledaríanconellas lamuerte:pararespirarasugusto,paravivirasusanchas,paraconoceraDios,para sentirle en toda su inmensidad, para adorarle y para servirle comodonSabas leservíay leadoraba,necesitabaelcontinuoespectáculodeaquellosaltaresgrandiosos,de aquella naturaleza virgen, abrupta y solitaria, con sus cúspides desvanecidas tan amenudoenlasnieblasqueseconfundíanconelcielo.Nadadeesto,quetanhermosoeraytanalavistaestaba,sabíanleerniestimarlosdosmozones que tan profundo respeto tenían a don Sabas solamente por ser cura de suparroquiayhombredeindiscutiblecompetenciaencuantoselesalcanzabaaellos.Mi temperamento, en la escala de lo sensible, ni siquiera llegaba al grado de losinnumerablesquepara«sentirelnatural»necesitanverlereproducidoyhermoseadoenellienzoporlafantasíadelpintorylosrecursosdelapaleta;y,sinembargo,yoleíaalgoque jamás había leído en la Naturaleza cada vez que la contemplaba a la luz de lasimpresionestransmitidaspordonSabasencaramadoenlascimasdelosmontes.Yeramuy de agradecerse y hasta de admirarse por mí este milagro del pobre cura deTablanca;milagroquenuncahabíanlogradohacerconmigoniloscuadros,niloslibros,nilosdiscursos.Enlaúltimaocasióndeaquéllas,volviendoacasalosdos,yorendidoydescuajaringado,yéltanfrescoytanbriosocomosinohubierasalidodellugar,díjomequetodolovistopormíhastaentonceseracomonovernadayquehabíaqueveralgodeloquemeteníaprometido.-Loqueustedquieraycuandoustedquiera-respondíyotemblando,porelcompromisoqueadquiríaconaquelhombreparaquienerancosadejuegoexcursionesqueamíme

descoyuntaban.-Puesquedademicuentaelcaso-mereplicó-;ynohaymásquehablar.

-VIII-Mis visitas de exploración minuciosa al pueblo las hice solo y por mi propia cuenta,dejándome aparecer en él como a la descuidada, para sorprenderle mejor en susintimidades.Alconocer«devista»asuvecindarioenlamisadeldomingoanterior,yamehabía llamado la atención muy vivamente cierta uniformidad monótona de «corte»,digámosloasí,yhastadeindumentaria.Todoslosmozosusabanel«lástico»encarnado,yverdetodoslosviejos,ytodaslasmujeresllevabanla«manta»ochaldeparecidocolorycruzadode igualmodosobreelpechoy losriñones;entodasyentodosabundabaneltiporubioylalíneacurva,nosingracia,contendenciaalcuadradohacialoshombros;todosy todasandaban,hablabany semovíancon lamismaparsimonia, yen todas lascaras, viejas y juveniles, se notaba lamisma expresión de bondad con ciertomatiz desobresalto,comosilacontinuavisióndelasgrandesmolesacuyasombravivenaquellasgentes, las tuvieraamedrentadasy suspensas.Puesno tuveque rectificarunápicedeestas impresiones, recibidas de un simple vistazo al conjunto del vecindario aquél,cuando traté de estudiarle en detalle ymás a fondo; al contrario, resultóme que a lamonotoníadesumaneradeserydevestir,bienconfirmadadecerca,huboqueagregarotramonotoníanomenossalienteporcierto:ladesushabitaciones.TodaslascasasdeTablanca,conexcepcionescontadísimas,meparecieronconstruidasporunmismoplano:laplantabaja,destinadaacuadrasdelganadolanarycabrío;enelpiso,lahabitacióndelafamilia,ylacocinasinmástechoqueeltejado,yenloaltoeldesván,limitadoporuntablero vertical sobre el borde correspondiente a la cocina, formando con las tresparedesrestantesloquepudierallamarse«cajadehumos».Afuera,unaaccesoriaparacuadraypajardelganadovacuno,ypegadoaellaoalacasa,unhuertomuyreducido.De igual modo que en la cocina de mi tío se hablaba en todo el lugar por chicos ygrandes, viejos ymozos.Comonota característica de aquel lenguaje, las haches comojotasy lasoes finalescomoúes;verbigracia:«jermosu»y«jormigueru»porhermosoyhormiguero.Perotanacompasadaytanmelódicaeslacadenciaquedanalafrase,queno resultan las asperezas de la palabra desagradables al oído: al contrario; y tienenexpresiones y modismos de un sabor tan señaladamente clásico, que con ello y elsonsonete rítmico de que las acompañan, oyendo una conversación entre aquellosmontañeses,semeveníaalamemoriala«música»denuestrosviejosromanceros.Estambiénmuydenotarsequeningunadeestassingularidadesenelmododeserydeexpresarse,sufrevisiblealteraciónporelcambiodelugaresodecostumbres.Esallímuycorriente la de emigrar durante el verano los hombresmozos a provincias tan lejanascomolasdeAragón,paraejercereloficiodeserradoresdemadera,olasdeCastilla,conaperos de labor o con castañas, para cambiarlos por trigo o por dinero. Yo hablé conhombresdeestos,reciénllegadosalvalletrasdemuchosmesesdeausenciadeél,ynohallélamenordiferenciaquelosdistinguieraenelvestirnielhablar,nienlamaneradeconducirseentodo,desusotrosconvecinos;nitampocohehalladodespués,buscándolasde intento,muynotoriasseñalesdeque les interese, fueradesushogares,másqueelasuntoque los sacadeellos, como si sólo tuvieranojos y corazónpara ver y sentir elterruñonativo.La raza es de lomás sano y hermoso que he conocido en España, y yo creo que sonpartesprincipalísimasdeellolacontinuagimnasiadelmonte,laabundanciadelalecheylahonradezdelascostumbrespúblicasydomésticas.Supeconasombroquenohabíaenellugarmásqueunataberna,yésadelapropiedaddelAyuntamiento,quevendíaelvinocasiconrecetayparaquecadaconsumidorlobebieraensucasa;dedonderesultaba,porlafuerzadelacostumbre,queeramuymalmiradoelhombrequemostrabainstintos«taberneros», y mucho peor el que se dejaba arrastrar de ellos, aunque fuera pocasveces.Nomeasombrótantolanoticiadequeallíescaseabamuchoeldinero,porserunlinajedeescasezmuycomúnentodaspartes;peromepareciómuydenotarseladeque,encambio,eranmonedacorrientelosfrutosdelatierra,comoenlospueblosprimitivos;y así sucede que hay servicios muy importantes que se pagan con media docena depanojasoconunmaquilerodecastañas.Loquetampocohayenaquelvallesonpatatas;pero, en cambio, se cosechan abundantes en el de Promisiones, el valle demi abuelapaternayaguasarribadelNansa,dondenosedaelmaíz,queeslaprincipalcosechadeTablanca,por locualestosdosvalles,separadosentresíporcuatrohorasdecaminoabuen andar, están en frecuente trato para cambiar aquellos importantes frutos de latierra.

CasitodosloshombresdeTablancasonabarqueros,algunosdeloscuales,sindejardeserlabradores,hacenunaindustriadeaqueloficio.Éstosacampan,duranteelverano,enelmonte,encuadrillasdeochoadiez;cortanlamadera,preparanenbastolasabarcasapares, y así las bajan al pueblo, donde, después de bien curadas, van concluyéndolaspocoapoco.Enestatareahalléocupadosaalgunosdeellos;ymeembelesabaviéndolosmanejarlaazueladeangostoylargopetocortante,osacarconlalegrarizadasvirutasde lomáshondoe intrincadode la almadreña, o«pintar», las yaafinadas, apuntadenavajasobrelapátinaartificialdelcalostrosecadoalfuego.Otrossonmáscarpinteros,yacopian también y preparan en elmontemaderapara rodales y «cañas» (pértigas) decarro,oaperosdelabranzaqueluegoafinanyrematanabajo.Otrasingularidaddeaquellasgentessepultadasentremontesdelosmáselevadosdelacordillera:llaman«laMontaña»alatierrallana,alosvallesdelacosta,y«montañeses»asushabitantes.Unadelasprimeraspersonasconquienesmepuse«alhabla»enaquellaocasión,fueunhombreque resultómuyoriginal.Lehallé recogiendocantosdel suelo y cerrandoconelloselboquetedeun«morio»quesehabíadesmoronadoporallí.Trabajabacongranparsimonia, ypujabamucho, sinquitar lapipade suboca, a cadaesfuerzoquehacía,porqueyaeraviejo.Mesaludómuyrisueñoalvermeasulado,yhastamellamóporminombre,«señordonMarcelo».Bastabamicualidadde«señor»ydeforasteroparamereceraquelloshomenajesdeunapersona de Tablanca, donde son todos lamisma cortesía; pero yo era además sobrinocarnaldedonCelso,hijo«deldifuntodonJuanAntonio»,sangredelosRuizdeBejos,dela enjundia nobiliaria de Tablanca, de la «casona» «de allá arriba…», vamos, de losFaraones de allí; algo indiscutible, prestigioso y respetable per se y como de derechodivino;peronoalamaneraautoritariaydespóticadelastradicionesfeudales,sinoalapatriarcalyllanotadelostiemposbíblicos.Nome extrañó, pues, ni debía extrañarme, vistas las cosas por este lado, el cariñosoacogimientoquemedispensóelhombredelmorio.Estaba«amañanduaqueyu»porqueledabaencaraverlo«enabertal».Noeranhaciendasuya,«comopodíacomprenderyo»,niaquellatierraniaquelcercado;perohabíavistoundíaremovidoelprimercantodelosdeenmedio;despuésotrosdosdelos«apareaos»con él, y luego «otros de los arrimaus a eyus», y por último, se había dicho, «a lasprimerascelleriscasquevengan,oa laprimeraresquejociqueunamiajapalamberseestusverdinis,seesborregaelmoriuporaquí».Yasíhabíasucedido.Tresdíasestuvoelboqueteabiertosinquelovieraeldueñodelafinca;otroscuatro«pedricándole»élsinfruto para que le echara arriba antes que se picaran las bestias a aquel portillo yacabaranconla«pobreza»delcercado…hastaquepasandoel«moriu»semanasenterasenaquelestado«bichornosu»,sehabíaresueltoélacerrarelboquete.Porqueeradeese«aquel»,ynolopodíaremediar.Noentodaslasocasionesllegabaatantoelinterésquesetomabaporloajeno;perosiempreledabanencaraylemetíanengrandescuidadoslosdescuidosdelosdemás.YasabíaélcuándohabíallegadoyoaTablancaylavidaquehabíahechodesdeentonces.Legustabamuchovermeapegadoalatierrayalacasademis abuelos. Chisco era buen compañero para andar por donde yo andaba con él;también Pito Salces, pero no tan «amañau» como el otro «pa el autu de rozasi conseñores finus».SiChisco fueradeTablancacomoeradeRobacío,nohabríanadaquepedirle. Así y con todo, fiel, honrado y trabajador como era y sirviendo donde servía,ningúnpadredeaquel lugardebía, en«josticiade ley», cerrarle lapuertade sucasa.Pueshabíaquien,sinolacerrabapropiamente,tampocoselaabríadebuenavoluntad.Temasdeloshombres.Lamozaeramaja,yalgunosbienesteníaqueheredarensudía;pero no se encontraba «al regolver de cada calleju» un hombre de bien, que era uncaudal«deporsímesmo».Bien loconocíaella,yporesomirabaaChiscoconbuenosojos; pero era muy otro el mirar de su padre, y él se entendería. La madre iba porcaminos diferentes que su marido, y se arrimaba más a los de la hija… En suma yfiniquito, ya lo arreglaría don Celso, si la cosa era conveniente para todos. Pero ¡qué«amejao» ami padre resultaba yo! Le había conocido él pocomás que de «mozucu»,porque el señor don Juan Antonio le llevaría, si viviera, al pie de diez años. Se habíamarchadodellugarsintenerpelodebarbatodavía;despuésvolvió,«jechuunmozallónarroganti»; pero «entrar por aquí y salir por ayá, como el otru que diz». «Le jalabanmuchujacia lomundanulosdineralesquehabíaapañauporesastierrasdeDios»,y lamujer que le aguardaba para casarse con él. Había vuelto a quedarse solo «elmayoralgu»quenuncaquisoraerdeTablanca.«Aunquenoeramujeriegudeporsuyu»,lasoledadyotraspenaslehabíanobligadoacasarsetambién.¡Biencasado,esosí,«porvida del Peñón de Bejo»! con lo mejor de Caórnica, de la casa de los Pinares: doña

CándidaSánchezdel Pinar. Le parecía que estaba viéndola, tan arrogantona y tan…yluegoconsublanduradeentraña…PeroDiosnohabíaqueridoquelascosaspasarandeallí;yhoyunhijoymañanaotro,lehabíallevadolostresquehabíaidoteniendo,yporúltimoaella,quevalíaunPotosídeoropuro,yconella,laluzylaalegríadelacasona,quefenecería«mañanauelotru»conelpobredonCelso,queyahabíaestadoapuntodemorir.YenfeneciendoesteúltimoRuizdeBejos,yencerrándoselacasonaopasandoadueñosdesconocidos,¿quéseríadeTablancaniquévivirelsuyo,sinaquelarrimo,tanviejoenelvallecomoelmismoríoqueleatravesaba?Poresosealegrabaéltantodemivenida.Bien podía ser permisión deDios. Porque si yo tomara apego a aquella tierra,¿quémejordueñoparalacasona,nimáspompososeñorparaelvalleentero,cuandodonCelsofaltara?¡Ah,cuántosealegraríaéldequeyofueraanimándome!Porlopronto,allíleteníaparaservirmeenloquequisieramandarle…NardoCucón,el«Tarumbo»,si loqueríamásllanoyconocido,porqueasílellamabandemote,nosabíaporqué,peroeralapuraverdadquenoleofendía…Enfin,yaestabacerradoelboquete…Entonces fue cuando el Tarumbo se incorporó del todo, aunque algo encorvado deriñonestodavíaybastanteesparrancado,yseencaróconmigo.Sucharlahabíaduradotantocomosulabor,yyonohabíahechomásquemirarleyoírle.Sequitólapipadelabocadespuésderestregarseambasmanoscontraelpantalón;golpeólabocaabajosobrelauñadelpulgardelaizquierda,ymeenseñóenunasonrisatodalacajadesportilladadesusdientes.Eraunvejetederostroplácidoygreñasmuycanas,algoatipladodevozymuydurode«bisagras»;esdecir,torpedetodossusmovimientos.Paraunhombretancuidadoso como él de la hacienda de los demás, no me pareció muy bien cuidada lapropiaqueteníaalavista.Dígoloporeldesaliñoydesaseodetodasupersona,queeranmuyconsiderables…Asíytodo,resultabainteresanteymuysimpáticoelvejete.Hablé con él un buen rato todavía, porque me entretenía mucho su conversaciónpintoresca,yacabéporpreguntarleporlacasadelmédico.-Velaahí-merespondiódandomediavueltahacialaderecha,yapuntandoconlamanohacia un edificio algomás aseñorado que los del tipo corriente en el pueblo-. De doszancajásestáenella.-¿YladedonPedroNolasco?-preguntéledespués.-Velaaestaotramanu-respondiómeapuntandoconlasuyaalladoopuesto-.Porencimadel tejau de esa primera que tien frutales en el güertu, asoma el aleru vencíu y eljastialóndetraserudeeya,consubalconajedefierru.Enestoveníahacianosotrosdelapartealtadellugar,cuyascasas,comolasdetodosloslugares montañeses, no guardan orden ni concierto entre sí, una moza de buenaestampa,conuncalderóndecobremuybruñidosobrelacabeza,yuncántarodebarroencadamano.ElTarumbo,despuésdeconocerla,meguiñóunojo,lavolviólaespaldaymedijomientrascargabadetabacosupipa:-EsaesTanasia.-¿YquiénesTanasia?-lepreguntéyo.-LahijamayordelToperu-respondióme.-¿YquiéneselToperu?-volvíapreguntarle.-PoseselpadredeTanasia…Vamos,delamozonaquecortejaChiscu.-¡Ajá! -exclamémirándola con mucha atención, porque precisamente pasaba entoncespordelantedenosotros.Lamozona,quedebiópresumiralgodeloquetratábamoselTarumboyyo,sepusomuycoloradaysesonrió,bajandolosojosaldarnoslosbuenosdías.AlabédecorazónelbuengustodeChisco,ynomeexpliquébieneldelTopero.-Pues¿quédemoniosquiereparasuhija?-preguntéalTarumbo.-A un tal Pepazus -me respondió éste-.Unmozallón comoun cajigu, que remueve doshazas de una cavá, come por cuatru cavones, y descurre menos que este moriu quetenemusdelante.Díceseque tienelToperuestamanía: noesporque yo sea capazdejuralu,quecomousté,señordonMarcelu,puécavilar,amíya¿quémevaniquémevienenestascantimploras?Poniéndomeenmarchahacialacasadelmédico,aquiendeseabapagarsuvisitaaqueldía,despedímedelTarumbo;peroéste,atajándomea lamitadde ladespedida,díjomeque «payá» iba él también, porque cabalmente estaban las dos casas, la suya y la delmédico, frente por frente, y echó a andar ami lado. Pasamos una calleja conmuchosbardales,yaldesembocarenunaplazoletadesueloverdeycontorneadaensumayorpartedemoriosconyedrasysaúcos,dijomiacompañante,apuntandohacialaizquierdayalfondodeunsacoqueseformabaallípordoscercados,unode«busquizal»(zarzalespeso)yotrodeparedmedioderruidaentremalezas:

-Estaeslamicasa.Y volviéndose al lado opuesto, añadió, mientras apuntaba hacia otra que cerraba laplazoletaporallí:-Yéstaesladelméicu.LacasadelTarumboarrimabaporuncostadoalmuroruinoso,yalláseandabaconélenachaques y quebrantos y con los atalajes de su dueño. Con estos pensamientos en lacabeza,miréalTarumbosindecirlenada;perodebióde leérmelosélen lacaraque lepuse,porquemedijoenseguida:-Noseespantideeyu,porqueesdenesecidá.Quedamosyoylamujer,quenosalyadelacama;loshijus,entrecasausyausentis,lomesmuquesinolostuviera;yamínomealcanzaeltiempupanáconelquehacerquemedanloscuidaosajenus…Porque,créameusté,señordonMarcelu, loquepasóconelmoriuquemehavistuusté levantar,pasaaquíconlasmilyquinientasacahoradeldíaydelanochi;ysinojueraporelTarumbu,créameustédonMarcelu,créameustéynolotomiaemponderancia:sinojueraporelTarumbu,lametádelvecindariudeTablancaandaríaporestuscallejonisdevoráporlajambreyencuerusvivus.Guardémebiendeponérseloendudasiquiera;medespedídeélmuyafable,ymedirigíalacasadelmédico,queestabaadospasos.

-IX-Desdeque lehabíaconocido,pocomásquedevista,encasademi tío,sentíayograndeseodeecharunpárrafoamigustoconelmédicodeTablanca;porquesemeantojabaqueenaquelmozohabíamás«cantera»delaquesehallaeneltipousualycorrientedeloshombresdesuedadycircunstancias.Yresultólacanteraalosprimerosdesbroces;aflordetierra,comoquiendice.Como me había visto acercarme a su casa, salió a recibirme hasta el portal con unaropillacasera,pocomásquedeverano,apesardelafrescurainvernaldelambientequecorría;peroconbuenosabrigosdecarneblancayrollizaqueleasomabaenronchasporlospuñosrecogidosdesucamisadedormiryporencimadellevecuellodelaamericana.Condújomeescaleraarribaporunadepocostramos;después,porunpasadizocorto,y,porúltimo,meintrodujoenunasalitaconsolanaygabinete,lacual,porlosmueblesylos libros que contenía, supuse desde luego que le serviría de despacho. Sentámonosfrenteafrenteencómodos,aunquenoricosnielegantessillones,conunamesitaentrelos dos, cargada de papelejos, una plegadera, cajas de fósforos llenas y desocupadas,cenicero con colillas, una petaca de suela y una bolsa abierta de cirugía; y huboprimeramentelasvaguedadesacostumbradasentodavisita;despuésfumamos,sindejarde hablar del tiempo, por lo inusitado de su relativa templanza, ni del juicio que ibaformando yo de aquella tierra, para mí desconocida hasta entonces; luego tocamos elpunto de las condiciones higiénicas del valle; y por este resquicio salió a relucir laquebrantadasaluddemitíoCelso,sobrelacualteníayomuchosdeseosdehablarconelmediquilloaquél.Esmásdifícildeloqueparecemostraringenio,discreción,tinoy,sobretodo,arteenlastrivialidadesypequeñecesquesoneltemaobligadoaloscomienzosdeesasvisitas«decumplido»quetodoshacemos,quehacetodoelmundo.Esmásfácilganarunabatallacampal que entrar a tiempo y bien entonado en esas insustanciales sinfonías de lacomediaquevaarepresentarsedespués.Yotengoelvalordedeclarar,porloqueamíconcierne,quecasisiemprequemeveoenesostrances,entroadestiempoydesafinado,y que cuantomásme empeño en enmendar las pifias, peor lo pongo. Pero válgameelconsuelo de que llevo vistas mayores torpezas que las mías y hasta enormesinconvenienciasysandecesdondemenoserandeesperarseporlacalidadrefinadadelosactores.Puesbien:precisamenteenesemismopeligrosotrancefuedondeempecéyoavislumbrar la «cantera» de aquel mozo, despechugado y casi en ropas menores,mediquillosimpledeunaaldehuelasepultadaentremontes,enpresenciadeunelegantedeMadrid,hartodecorrerelmundodelosricosdesocupados;ynoseguramenteporloquemedijoniporloquehizo,sinoportodolocontrario:porloquesecallóyporloquenoquisohacer,omejortodavía,porlobienquesupocallarseyestarsequieto,yescogerloquemedijoyelmododedecirlo.Todoelmundotieneafándeserunpocoagudo,unpocograciosoyhastaunpocotraviesodelantedelasgentes,ydeahílasnecedadesylasinconveniencias;ycasianadieseleocurresersincero,conlocual,buenaeducaciónyunapizcadesentidocomún,haylagarantíadeno«quedarmal»allínienningunaparte,que no es garantía floja en los tiempos esencialmente comunicativos que alcanzamos.Pues cabalmente la sinceridad, y en su más alto grado, acompañada de un buenentendimiento,fueloprimeroqueyoechédeverenelmediquillodeTablanca.Hablandodelaenfermedaddemitío,medijoqueeramortaldenecesidad.Consistía…(yaquísedetuvorisueñocomoparapedirmeperdónporlaspalabrotasqueibaasoltar)enunadilatacióncardiaca…unestadoasistólico…-Encastellanocorriente-añadióconungestoyunademánmuynaturalesyexpresivos-,es lamáquinaviejacuyoorganismoempiezaadescomponerse.Seentorpeció la ruedadelcorazóncomopudoentorpecerseotradelasprincipales.Poralgunadeellashabíadeempezarlainevitableruina.Cuándoseconsumaráésta,cuándosepararálamáquina,noesposiblecalcularloafechafijanipormíniporlosquesepandeesascosasmásqueyo:lomismopuedepararsedentrodeseismesesqueenesteinstante.Loindudableesquehaymáquinaparamuypocotiempo.Aunquedeelloestabayobienpersuadido, laconfirmacióndemissospechasporlabiostanautorizadosmeprodujounefectomuypenoso.Apartedelosvínculosdesangrequeme unían a don Celso, había en él prendas personales que le hacían muy pegajoso alcariñodelosqueletrataban.Hablando de su enfermedad, se trató de otras análogas y de otras muchas que, sin

parecerse a ellas, tenían, sin embargo, el mismo funesto desenlace: la muerte delenfermo;yyaenestecamino,fuimosapararalconsabido«desaliento»delosdoctosenel «arte de curar» en cuanto cotejan y comparan los recursos de su ciencia con lasmíserascondicionesfísicasdelhombre;sóloqueelmozoaquél,alconvenirconmigoenla ineficacia de la medicina en la mayor parte de los casos de apuro, no se llevó lasmanosalacabeza,nirenegódelaincapacidadhumana,nimostróesperanzaalgunadeque ya irían arreglandopoco a poco esas dificultades «los héroes y losmártires de laciencia»:alcontrario,sinnegarqueestudiandomuchopodíaaveriguarsealgomásdeloque se sabía en la materia, dio los fracasos actuales, y aun los venideros, por cosanecesariayconloscualesyacontabaélalempezarsusestudios;esdecir,quenolenotélamenorchispadeentusiasmoporsuprofesión,nielmenorsíntomadedesencantoaltocarenlaprácticadeellasusdeficientesrecursos.Declarómehonradaylealmentequeasíeralaverdad;yconestoyunpocodeastuciamía,fuimosentrandopasoapasoenelterreno a que yo deseaba conducirle, o mejor dicho, fui sabiendo de él todo lo quenecesitabaparaacabardeconocerle«pordentro».EranativodeRobacío(igualqueChisco),ysupadre,donServandoCelis,unseñorporelartedemitíoCelso,habíadeseadoquesehicieramédico,porqueyateníaotrohijo,elmayor, estudiando Leyes enValladolid. A él, que estudiaba tercero del bachillerato enSantander, lomismoledaba.Nosentíaaversiónniapegoaningunacarrera literariaocientífica: todos sus cinco sentidos los teníapuestos enel terruñonatal.Estono se lodecíaanadie;perolosentía,ymuyhondo.Poresteladohastasehabíaalegradodelaelección de carrera hecha por su padre, porque la de médico era quizás la únicacompatible con sus aspiraciones y tendencias. Además, podían engañarle en esto lasilusionesdemuchachos;yde todassuertes, supadre teníamucharazónensacarledeallíparadarleunaocupaciónque,cuandomenos,habíadeilustrarleelentendimientoyponerleencontactoconelmundo.Enestaprueba,forzosamentehabíademanifestarseytriunfarsuverdaderavocación.Ysesometióaellahastagustoso,nocontandoportallade su campaña de humanista enSantander, porque a aquella edad y encerrado en uncolegionoseformanadiecabalideadeesascosastandelicadasycomplejas.HechalapruebadurantesieteañosdeestudiosenMadrid,resultó loqueélesperaba:eltriunfodefinitivodesusprimerasinclinaciones.-¿Está usted seguro -le dije siguiendo mi sistema de interrupciones y preguntas, paraobtenermásde loqueespontáneamentemeofrecíasuagradable laconismo-,dehaberpuestodesupartetodoelesfuerzoquerequeríalaempresa?-¡Segurísimo!-merespondiósinvacilar;yañadiósonriéndose:Puedojurarleaustedqueeneselinajedeestudiosaprovechébieneltiempo.-Puesmeparecemuyextrañoelresultado-repliqué-, juzgandodesussentimientosporlosmíos.-¿Porqué?-meinterrogómuyserio.-Porque no es eso lo usual y corriente entre mozos de las condiciones personales deusted;porqueconellasyenMadridyenrocecontinuoconelmundoysusgolosinas,lonaturalesqueselasvayatomandoelgusto.-Nohedichoyoquemedesagradaran-seapresuróareplicarmeelmédico-.Loquehayes que esas golosinas, sin desagradarme, no me satisfacían, no me llenaban, y medejabansiempredespiertoelapetitodeotracosamásdelgustodemipaladar.-Y¿cuáleraesacosa,sipuedesaberse?-Lodeacá,latierranativa.-Pero¡quédemoniospuedeustedhallarenelladeapeteciblehastaesepunto!-exclaméentonces,verdaderamenteasombrado.-Loquenohayenlootro-merespondióalinstante.-Puesnoloentiendo-concluí.-Niesfácil-medijomuysosegadamente-,desdeelpuntodevistadeusted,tandiferentedelmío.-Diferente-añadí-,segúnyconforme;pues,alcabo,setratadeunhombrequehavistoelmundoalgomásqueporunagujero,ydeaquímiasombroprecisamente.Me miró entonces el mediquillo con cierta insistencia recelosa, cambió dos veces deposturaenelsillón,sonrióseunpocoymedijoalfin:-¿Tacharía usted a un hombre, de los llamados cultos, porque hiciera coplas… de lasbuenas,seentiende,opintaracuadrosmagistrales,copiadosdelaNaturaleza?-Noporcierto-respondí.-Puesaquí,dondeustedmeve-añadióacentuandolasonrisa,queyapicabaenmaliciosa-,meatrevoacreermealgopoetayunpocoartista…amimodo,porsupuesto.

-Enhorabuena-repliqué-;ysinadularle,nohayenlanoticiaelmenormotivoparaqueyomemaraville;pero¿enquéseoponeellaaloqueyodigo?-Supóngame usted -prosiguió el médico, sin dejar de sonreír, pero más animoso yatrevidoqueantes-,supóngameustedconeldeliriodelmásgrandedelospoetasyconlafiebredelmásadmirabledelospintores;perosupongatambién(yenellonosupondrámás que lo cierto) que no sé hacer una mala copla ni coger los pinceles en la mano;supongaustedigualmenteque,aunquemeenamoranlasbuenaspoesíasyloshermososcuadros,no satisfacenpor completo lasnecesidadesdeesaespeciequepadezco yo, ysuponga,porúltimo,queenestevallemínimo,yenlosmontesquelecircundandecercaydelejos,cuyavisióncontinualeabrumayleentristeceausted,yenelconjuntodetodoello, con la luz que lo envuelve, espléndida a ratos, mortecina a veces, tétrica muy amenudo,dulceysoledosasiempre,yconlosruidosdesulenguaje,desdeelfierodelatempestad hasta el rumoroso de las brisas de mayo, y su fragancia exquisita nuncaigualadaporlosartificiosorientales,encuentroyocadadía,cadahora,cadamomento,elhimnosublime,elpoema,elcuadro, laarmonía insuperables,quenosehanescrito,nipintado, ni compuesto, ni soñado todavía por los hombres, porque no alcanza nialcanzará jamás a tanto la pequeñez del ingenio humano: el arte supremo, en unapalabra… ¿No halla usted en esta razón, poco más que esbozada, algo que justifiqueestasinclinacionesmíasquetaninexplicablesleparecen?-Algohay,enefecto -respondí-;perono lobastante,amientender-yañadí,dejándomellevardemasiadodemisinstintosuntantoprosaicos-:porquetodoelloes,alcabo,merapoesía.-Ya lehedichoausted -mereplicó,comosiseexcusaraenbromadeunagrave falta-,que tengo la debilidad de creerme algo poeta, aunque meramente pasivo; pero es lociertoqueeso,tanmalexpresadopormí,yseaelloloquefuere,es,algomásrazonadoyen escala mucho mayor, lo mismo que yo sentía de muchachuelo en mi lugar; lo queechabademenosenMadrid,yloqueparecenecesitarmiespíritualdeanoparavivirasugusto. Concédame usted para mi pecado -añadió con ademanes de la más esmeradacortesía-, siquiera la tolerancia que no negará a los hombres cultos de las ciudades,apasionadosdelosbuenoscuadrosydelosbuenoslibros.-Aunasí,yustedperdonemiinsistencia-observéconuntesónquenoeratodosinceridadnidelmejorgusto-,nomesalelacuentaqueustedseechaasípropio.Esoshombresdelaciudadnovivenconstantementeentresuslibrosysuscuadros.-Tampocoyoentrelosmíos-replicóelmédicoenseguida.-Esos hombres -continué yo, aparentando no enterarme de su réplica por el gusto deenredarleenotrasnuevasacabaríanporhastiarsedesuscuadrosydesuslibrosyportomarlosenaborrecimientosinollevaranamenudosuatenciónaotrasocupacionesyaotroslugaresmuydistintos…¡Peroestamonotoníadeaquí!…-¡Monotonía! -repitió el mozo enardeciéndose un poquillo-. ¡Y yo que la encuentrosolamente en las tierras llanas y en sus grandes poblaciones! Madrid, Sevilla,Barcelona… París, la capital que usted quiera, ¿pasa de ser una jaula más o menosgrande,mejoropeorfabricada,enlacualvivenloshombresamontonados,sinespacioenquémoverseniairepuroquerespirar?…¡Ocupaciones!…¡Laocupacióndelnegocio,laocupacióndelcafé,laocupacióndelpaseo,laocupacióndelacalle,laocupacióndelCasino,odelteatro,odelaBolsa…!Yonodigoquealgunasdeestasocupacionesyotrasmuchasdelosmundanosnoseanútilesynecesariasparalosfinesdelavida,deloquese llama vida de los pueblos y de las naciones; pero niego que, con excepciones muycontadas, sea cómodo, vario y entretenido nada de ello para la vida espiritual ennaturalezas como la mía y otras muchas… incluso la de usted -añadió, volviendo asonreírse,situvierayolafortunadehacerlepercibirlainfinitavariedaddeencantosydeaspectosqueseencierraysecontieneenestoque,alasprimerasojeadasdeunprofano,sólopareceunhacinamientoenormedepeñascosybardales.Siguió a este desahogo un himno entusiástico, hermosa y altamente entonado, a la«madreNaturaleza»,diporvisto,ydemuybuenagana,loqueéldeseabaqueyoviera;ymásporhundirotropocomisondaensusadentrosqueconintencióndearrancarlesusilusiones,díjelealcabo:-Pase,pues,lodelaamenidad,lodelahermosurayhastalasublimidadylaelocuenciade este escenario que le encanta ymaravilla; pero ¿y los actores que le acompañan austed en la égloga perenne de su vivir? ¿Qué me dice usted de ellos… del hombre…vamos,deloshombres?-¿Quétienenesoshombresquetachar?-preguntómeasuvezelmédico.-Quesonrústicos,queestánineducados.

-Comodebendeserycomodebendeestar-mereplicóinmediatamente-,paraeldestinoquetienenenelcuadro.Loabsurdoyloindisculpablefueraenmí,quenopidonipuedopedir en estas soledades agrestes las óperas del Teatro Real, ni los salones del granmundo, ni los trenes lujosos de la Castellana, exigir a estos pobres campesinos laelocuenciadenuestrosgrandestribunos,lashabilidadesdenuestrospolíticosyelsaberdenuestrosdoctoresyacadémicos.-Santo y bueno -dije yo entonces creyendo poner una pica en Flandes-, para la vidacontemplativa,paraladepuradelectaciónestética;peronosetratadeeso,amigomío,sinode la realidadprosaicade la vida social y, digámosloasí, de todos losdías.Estoshombres tienen lasmiseriucas y las roñaspropias ypeculiaresde subaja condicióny,además,porsuignorancianopuedenentenderseconusted.Aquífuedondeelmédicoseenardeciócasideveras,comosihastaentoncesnohubieratomadoelasuntoverdaderamenteporloserio.Comenzó por decirme que donde quiera que había hombres, cultos o incultos, habíadebilidades,roñasygrandesflaquezas;peroque,roñaporroña,flaquezaporflaquezaydebilidadpordebilidad,preferíaladelosaldeanos,quemuyamenudolehacíanreír,alade loshombres ilustrados, cuyascausasycuyos fines,por suabominablenaturalezaysusalcances,casisiempreleponíanapuntodellorar.Encuantoanopoderentendersecon los vecinos de Tablanca, era otro error mío y de otros muchos hombres cultos,empeñadosentomarciertascosasalrevés.¿Porquéhadeserelhombredeloscamposel que se eleve hasta el hombre de la ciudad, y no el hombre de la ciudad el quedescienda con su entendimiento, más luminoso, hasta el hombre de los campos paraentenderse losdos?Hágaseeste trueque,yseverácómoresulta la inteligenciamutuaquesedacomoimposibleporlosquenosabenbuscarla.Ynohayatemordequelasdosnaturalezas se compenetren y de las roñas de la una se contamine la otra; porque lacomunicaciónnohadesercontinuaniparatodo,yalhombreculto,porlomismoqueesmásinteligente,lesobranmediosparanorebasardeloslímitesdelaprudenciayhacerquecadaunodelosdosguardeelpuestoquelecorresponde.Yenesteequilibrio,quenodejadeofrecerdificultades,¡cuántoseaprendeavecesdelhombrerudodelosmontes,porelhombrecultodelasciudades,ycuántohallaéstequeveryqueadmirarallídondelos ojos avezados a los relumbrones llamativos del mundo civilizado, sólo distinguensombras,monotonía,soledadesytristezas!Como,alllegaraquí,meparecieraelmédicodispuestoacallarse,porsunaturalmodestoy reservado, y a mí me fuera gustando mucho su palabra, tan fácil como sobria,preguntéle, antes que el hornillo de su entusiasmo comenzara a entibiarse, qué cosaseran aquellas que podían verse y admirarse por el hombre culto en sus relativasintimidadesconelaldeano.Y entonces se enfrascó el simpáticomediquillo de Tablanca en otra teoría, que nomevendiópornuevaenelfondo.Segúnél, lostiemposdehoynoeranpeoresqueotrostiemposdeloscualeshandichosiempre los respectivos moralistas, que fueron los tiempos más malos de todos loshabidos hasta ellos: antes al contrario, le parecían los actuales, en lo bueno, hastamejoresque lospasados.En lomalo, ynopor la cantidad, sinopor la calidaddeello,estabaelpuntolitigioso.Ensuconcepto,lamaldaddeahoraalcanzabamayorhonduraque lasdeantes enel cuerpo social: lehabía invadidoel corazóny la cabeza; ésta seatrevíayaatodoycontodo,yaquélnoseconmovíapornada,gastadasusensibilidadconelrocedetantosytancontinuossucesos,porqueenningunaépocadelmundohanacontecido tantos y tan extraordinarios en tan breve tiempo como ahora. De aquellosatrevimientos y de esta insensibilidad, había de venir, estaba ya llegando, la parálisisabsolutaen lavidaespiritualde loshombres.La feen lodivinoyel sentimientode loreputado siempre por lo más noble en lo humano, iban relegándose al montón de lascosasinútiles,cuandonoperjudiciales;apenasseconcebíanlosgrandeshéroesdeotrasépocas,cuantomáslossentimientosqueloshabíanexaltadodesdelamasacomúndelosanónimos, hasta las páginas más esplendentes de la Historia. No era posible ya, nisiquierade«buengusto»,sentirentusiasmopornada,nidelodetejasarribanidelodetejas abajo. La verdadera agonía del espíritu social. De eso adolecían los tiemposactuales,yporahíveníalamuertedelcuerpocolectivo.Lecorroíalagangrenaporlosgrandescentrosdesuorganismoatiborrado:porlaciudad,poreltaller,porlaAcademia,porlapolítica,porlaBolsa…pordondemáscaudalrepresentaeltorrentecirculatoriodelasinsaciablesambicionesdelhombreculto.Pero,pormisericordiadeDios,lequedabansanastodavíalasextremidades,algunasdeellasporlomenos,ysóloconlasangrericade estos miembros podía, con mucho tiempo y gran paciencia, purificarse yreconstituirselapartecorrompidadeloscentros.

-Pues estos miembros sanos -añadió el médico con viril entereza-, son las aldehuelasmontaracescomoésta.Ydigomontaraces,porquesivamosameterelescalpeloenlasmásdespejadasdehorizontesymásabiertasalcomerciode las ideasyal tufillode laindustria, sabe Dios lo que hallaríamos en sus fibras… ¿Le parece a usted poco -preguntómeenconclusión-,esteverdaderotesoroentreotrossemejantesbienfácilesdedistinguir, para ser admirado por un hombre culto capaz de entusiasmarse con algotodavía? ¿Y no es trabajo bien honroso y muy entretenido el que procuran laconservaciónyhastaelfomentodeestoqueyomeheatrevidoallamartesoro,ariesgodequeustedseríadeélydemiscandorososidealismos?Algomásdignasderespetoeranlasteoríasdelnoblemozo,aunquesólolasestimaraporelfervoryelhonradoconvencimientoconquemelasexponía,yasíselodeclaré;peroañadiéndolequeapreciaríayomejorlafuerzadesusrazonesviéndolelucharcontramisdudasenterrenomástrilladoporlarealidaddelascosas:alcaboerayo,enmásoenmenos,delosgangrenadosporelvirusdelaciudad,ygustabadeverlosasuntosporsuladopráctico.Comprendiendo rápidamente lo que intentaba decirle con tantos circunloquios ymetáforas,quizásporotroresabiodemimundanacortesía,comenzóporadmirarse,asumodo, de que le fuera con semejante reparo un miembro de la familia de los Ruiz deBejos. ¿Cómo podía ignorar yo, con determinados ejemplos a la vista, lo mucho quequedabaquehacerenlospueblosruralesaloshombresdelucesydebuenavoluntad?-Lagranobra-continuó-delacasonadeTablanca,desdetiempoinmemorial,hasidolaunificacióndemirasydevoluntadesde todosparaelbiencomún.Lacasayelpueblohanllegadoaformarunsolocuerpo,sano,robustoyvigoroso,cuyacabezaeselseñordeaquélla. Todos son para él, y él es para todos, como la cosa más natural y necesaria.Prescindirdelacasona,equivaleadecapitarelcuerpo;yasíresultaquenosetomanporfavores losmuchosyconstantesserviciosqueseprestanentre launay losotros, sinopor actos funcionales de todo el organismo. Yo creo que es muy de admirarse estasingularidad que debiera haber saltado ya a los ojos de usted, y que seguramente nohabrá visto más que en algún libraco pasado de moda, pero como pintura infiel deimaginación, convencional y ñoña. Con esta gran obra de defensa contra las oleadasmaleantesquelleganhastaaquíenépocasdeterminadasdesdelosabsorbentescentrospolíticos y administrativos del Estado, ¡si viera usted qué sonido tienen en lasconcavidadesdeesterecónditolugarejoloscánticosdelassirenasdeallá;laspomposasvociferacionesdeloscharlatanesytraficantespolíticos,esosDulcamarasembaucadores,encomiandoespecíficosquehanfabricadoellosmismos,tomandolasaluddelpueblopordisfraz de sus codicias personales! ¡Si viera usted cómo disuenan esos cánticos yvoceríos entre el acordado son de estas costumbres casi patriarcales! Por eso no seconocenaquíciertasplagas,relativamentemodernas,delospuebloscampestres,nihanentradojamáslosmerodeadorespolíticosaexplotarlaignoranciaylabuenafedeestospobreshombres…Pero¡desdichadosdeelloseldíaenquelesfaltelafuerzadecohesión,hidalga y noble, que les da la casona de los Ruiz de Bejos!… Todo esto, como puedepresumirse, da bastante que hacer a cada rueda inteligente de cuantas componen lamáquina cuyo eje fundamental es hoy en este lugar el bien ganado prestigio de donCelso.Puesbien:trabajardeestemododondeyaexistalamáquina,ydondeno,trabajarpara construirla, es algode lomuchoque tienenquehacer en los pueblos rurales loshombrescultosdebuenavoluntad.YcreaustedquenofaltanenlaMontaña(porquenotodossushabitadoressondetansanamaderacomolosdeTablanca)hastamártiresdeesteheroicotrabajo.Quizátengaustedocasióndeconocerdecercaaalgunodeellos.Lo cierto era que si el simpáticomediquillo no estaba en lo justo en cuanto afirmaba,debíadeestarlo;yquecausándomeciertoruborhasta lastentacionesdecontradecirleen asertos tan honrados y tan hermosos, dime desde luego, si no por convencido, porpuestoencaminodeconvencermemuypronto.Hablamos algo más todavía, aunque sin tomar los asuntos tan a pecho como antes; yacabandopordondedebíahaberempezado,averiguéqueelmédicosellamabaManuel;quelellamaban«Neluco»desdequeteníausoderazón,lomismoallíqueensupueblonativo;queno lequedabaenéste,muertosupadrepocosañoshacía,más familiaqueunahermana,casadaconunpropietariodelasinmediaciones;quesinoeramédicodesu propio lugar, consistía en que al recibir el título de Licenciado en Madrid, estabavacante la plaza del titular de Tablanca, la cual pretendió y le dieron, no siendo fácilhallarotramásdesugustoqueaquélla,anoserladeRobacío,queestabaentoncesycontinuaba estando ocupada, y, por último, que tenía veintinueve años y que habíaempezadoalosveinticuatroaejercerlaprofesiónenTablanca,dondesehallabacomoensupropiolugar,ytanapegadoa«susenfermos»comoelpastorasurebaño.

Viquemequedabaunahora,antesde laacostumbradadecomerencasademi tío,yquise aprovecharla para pagar la visita a donPedroNolasco.Díjeselo almédico comorazón de mi despedida, y se mostró muy dispuesto a acompañarme si aceptaba yo lamolestiadeesperarleunosinstantes.Acepté,nolamolestia,sinoelfavorquemehacíaenello;entróéldeunsaltoenelgabinete,yantesdecincominutosaparecióenlasalabien calzado y no mal vestido, o, mejor dicho, acabando de vestirse con graciosadesenvoltura.Cogióunchambergoqueestabasobreunasilla,uncachiporrodelrincóninmediato, y me dijo, mientras yo me sacudía las perneras del pantalón después deenderezarme:-Cuandoustedguste.Ofrecióme enseguida su casa, aunque era de alquiler, como la vieja que le servía depatronaporrecomendaciónmuyencarecidadesuhermanaaquienhabíazagaleadoenRobacío;agradecílelaofertacomoeramideberenbuenacortesía,ysalimosjuntos,sinlos cumplidos corrientes entre españoles finos, y que tan molestos suelen ser enpasadizosdelaangosturadeaquéllos.

-X-Al volver a ver la casa del Tarumbo, recordé las «cosas» de éste y hablé de ellas almédico.-Yonosé-medijo-,siesunhombrefelizoundesdichado,pasándoselavida,comoselapasa,desviviéndoseporlosnegociosajenosyabandonandolospropios.Desdeluegoessumaníadelomásoriginalqueheconocido.Nosiemprelaextremahastaelpuntoqueustedhavistohoy;perolefaltamuypoco.Llevarloscalzonesrotosypredicaralvecinoparaquelecosanlasroturasdelossuyosantesquevayanamás,esdetodoslosdías.Tiene lamujer tullida, y la deja desamparadamuy amenudopor asistir a un enfermoextraño…yporciertoqueesunenfermeroadmirable.Últimamenteandamuyapuradocon el desplomequedicehaber visto en elmorio delanterode la casadel pedáneo, ytiene lasuyaseismeseshaceunboquerónabiertoenel jastialdelPoniente.PorestascosasdelTarumbo,cuandosumujerestabasanalegolpeabacasiadiario,yhoyquenopuedehacerlomismo,lediceacadainstantelosmayoresimproperios,loscualessufreélconigualresignaciónquelosgolpesdeotrasveces;porque,enmediodetodo,esunbendito,yporesonosabeunosicompadecerleosireírsedesusmanías.Pasando junto a la casita del Cura, inmediata a la iglesia, le llamé desde abajo parasaludarle, pues como nos habíamos visto y hablado ya varias veces, me sobrabafranquezaconélparadecirlequeestabamásobligadopor las leyesde lacortesíaa lavisitadedonPedroNolascoquealasuya,noquedándometiempoaquellamañanaparadejarpagadas lasdos;peroen lugardelCurarespondióamisvocessuama,unaviejamuyacartonadayenvueltacuantodeellaasomóporunaventanacorrespondientea lacocina, en tocas y pañolones. Díjome que don Sabas había salido de casa después dedesayunarse en cuanto había dicho misa, y que probablemente estaría en la casona.Dejélamemoriasparaél,quefueronrecibidasporlaintermediariaconun«resguardo»ami favor de lo más fervoroso y pintoresco que se puede imaginar, y continuamos elmédicoyyoandandohacialacasadedonPedroNolasco,perohablandomuchodedonSabasPeña,«unadelasruedasmásimportantesdelaconsabidamáquina»,aldecirdeNelucoCelis.TambiénélnotabaladiferenciaquehabíaentreeldonSabasdelosaltosmontesyeldonSabasdelvalleydelacocinadedonCelso;peroasíytodo,enelhombredeabajohabíamuchomásdeloqueyocreía,pornohabertenidoaúnocasióndeconocerlemejor.Nohallaríajamásenélalapóstoldegranelocuenciaymuchosaber;perosíalhombredebuen sentido y grandes virtudes, consistiendo la mayor de ellas en ignorar que lasposeía. Teniendo en cuenta lo limitado que es el círculo de ideas entre las gentesrústicas,yquetodocuantosesiembrefueradeélessimienteperdida,unpárrococomodonSabaseracuantopodíaydebíaapetecerseparaunaparroquiacomoladeTablanca.Hablandodeestascosas,mefaltótiempoparapediraNelucoalgunasnoticiassobreeloctogenario Marmitón, antes de llegar a su portalada, cuyas dovelas, removidas ydesportilladasyapor laacciónde las intemperiesyde lasyedrasy jaramagosque lasinvadían por todas sus junturas,me recordaban un poco lamandíbula superior de sudueñocuandoyosoñéquelehabíavistodevorartroncosypeñascales.Porelestilodelaportaladameparecióloqueseveíadelacasadesdeelcorral:muyviejaymuycastigadaporelrigordelostemporalesylaincuriadesusamos.Teníatambiénsucorrespondientesolanaquecorríadeesquinaaesquinaentredosmensulonesdesillería,ypordebajodeellaentramosenelsoportal,dondeunperrazopintoquesedespertabasobreunapiladehojarasca, me enseñó todos los dientes y contuvo un ladrido, y acaso algo más, porrespetoamiacompañante,quedebíaserlemásconocidoqueyo.SacudióNelucodoscachiporrazossobrelaclaveteadapuertadelestragal;ysinesperaraquelecontestaranarriba,entramosenélycomenzamosasubirlaescalera.Alapuertaen que ésta terminaba, nuevos cachiporrazos del médico. Enseguida levantó éste elpestillo,ynoscolamosdentro:uncrucerodepasadizosporelartedeldelacasonademitío Celso. Allí dio el médico dos golpes en el suelo con el regatón del cachiporro, yaparecieron simultáneamente y como evocados por un conjuro, en una puerta de laderecha,lafiguradescomunaldedonPedroNolasco,yenotradelaizquierda,ladeunajovencita, algo desaliñada de ropa y de peinado, pero limpia como los oros, fresca yrozagantecomounarositadeabril…-¡Ay,queesNeluco!-exclamóconuntimbredevozqueparecíanotadeunsalterio,yconsu carita de angelote de Rubens, inundada de alegría-. ¡Toma! -añadió enseguida

viniendohacianosotrosymirándomeuntanticoruborizada,comositrataradeenmendarsudescortesíaconmigo-.¡Yvieneconotroseñormuycabayeru!Vaya,¡seréyotochona!…¡PuessieselsobrinodedonCelso!…¡Vileyoenmisaeldomingo!¡Hija,quétorpedemí!…Y¿cómoestáusté?Mire,señordonMarcelo,hadeperdonarmesimejayadeestearte,porqueheestadoamasandoenlacocinaconlamimadreylasmozaspalajornádeestanoche,yahoramismuibaaponermeunpocomáscristiana…Taleralavehemenciadesuafabilidad,quenomeofrecióelmásligerointersticioparacolarme conuna respuesta a su saludo ouna satisfaccióngalante a sus excusas. Pero¡quédonosaestabayqué linda, con su revoltijode cabellos castaños sombreándole lacara juvenil, tersaysonrosada,hablandoporsusojosazules,de largaspestañas,tantocomoporsuboquitadelabiosrojossobrelosdientesmásblancosyapretadosqueyohevistoenmivida,mientrasseafanabaporcubrircon lasantesrecogidasmangasdesuvestido,ydebajodelosflecosysobrantesdelespesochalconqueseenvolvíaelgraciosobusto, sus rollizos brazos, salpicados aún por leves costras, lo mismo que las manospequeñuelasyrechonchas,delamasade«pandetrigo»queacababande«sobar»!Deprontosonóhacialapuertafrontera,tapiadacasiconlamolededonPedroNolasco,algocomoelestruendodeuncañonazo,quemedecía:-¡Adelante,cabayeritos!YporobedeceradonPedroquenosllamaba,apartámonosdelalindapanaderaquenosempujabaconlosojoshaciaélmientrassedespedíadenosotros«hastaluego»;perodetalmodo, que con ello y con algomás que yo había creído notar antes, y un poco demalicia que nunca falta en los pensamientos de los hombres en determinados casos,comoaquél,nopudemenosdeexclamarenmisadentros:-¿Si serán estos los anteojos con quemira Neluco estos lugares que tan hermosos leparecen?VistodecercadonPedroNolascoyalaluzdeldía,mepareciómuchomásgrandeymásfeoqueen la cocinademi tío, a la luzde la fogata ydel candil:mejorquedeun serracional, lapieldesucara,porsuasperezayporsucoloragrisado,parecíadecolosopaquidermo;susojosreventones,resultabanverdesconramajosencarnados; lacabezadescomunal, apenas le cabía entre los hombros hercúleos, y todo su conjunto, con lograsientodelvestidoque leenvolvía,sedestacababrutalmentesobre lasblanquísimasparedesdelsalónenquefuimosrecibidos;salónviejo,esosí,consueloyvigueteríadecastaño casi negro, como los muebles que contenía; pero limpio todo y sobado hastarelucir, con algunas chucherías sobre la cómoda y en las paredes, quedenunciaban lapulcritudylasdelicadezasdeunamujercomolaqueacababadedespedirsedenosotrosenel crucerode lospasadizos.De la cual supeenel actoqueeranietadedonPedroNolasco y que se llamaba Lita (Margarita). Sumadre, la hijamenor de las que habíatenidoelgigante,eraviudadeunjándalorico,quesemurióa losdosañosdecasado.EstomelocontóacañonazosymuypocoapocoelochentóndelaCastañalera,queconsertangrandeytanfeo,noeradesagradable:amiver,porelfondonobloteyhonradoquesedescubríaatravésdelosporosdesucortezasilvestre.AlacabarseestassalvasdelvozarróndedonPedroNolasco,entróenescenasuhija,laviudadel jándalo, unamujer comode cuarenta años, sana y frescachona todavía,máscorpulentaqueLita,peromuyparecidaaellaenelcoloryenelcortedelacara,y,sobretodo, en la afabilidad expansiva. Me dio mil excusas por no haber venido antes aconocermeya saludarme, fundándolasen lasmismas razonesque suhija; y sinhacercaso de los cumplidos con que yo la respondía, echó sobremí todo el cuestionario derúbrica,aquetanacostumbradoestabaenaquelpueblo:simegustabalatierraaquélla;quecómohabíatardadotantoeniraconocerlaytomarlabuenaley,porqueeramuchalafalta que yo hacía allí en muriéndose mi tío; que mejor sería París de Francia desdeluego,peroqueella(laviuda)nocambiaríaaTablancapornadadeestemundo,aunquejamáshabíapasado,haciaabajo,deSanVicente,yhaciaarriba,deReinosa;sipor losretratosquehabíavistoenlacasona,erayomásparecidoamipadrequeamimadre;quepordóndeandabamihermanayquésabíadeella…hastaqueenéstasyotratales,oípisarmenuditoyfuerteenelcarrejoinmediato,yaparecióenelsalón,llenándoledefrescurayregocijo,Litareciénpeinada,sinelpañolóndeantesyconunachaquetaensulugar, que aunque no se ajustaba al cuerpo, ponía bien a las claras la elegancia y lariquezadesuscurvas.Condosdeditosmásdealtura,creíayoquenohabría lamenortacha que poner, como estampa hechicera, a la nieta de don PedroNolasco. Pero ¿dedóndesacabaaqueldiablejo,quenohabíaconocidomásmundoqueelcontenidoenlasriberasdelamitaddelNansa,esdecir,unarendijilladepocasleguasentredostaludesmontañosos, aquellas delicadezas de tocado y de vestido, y aquellas travesuras yzalamerías que tanto la separaban del tipo común de las mozonas del valle, que, de

seguro,habíancorridotantomundocomoella?Sentóseentre sumadre yNeluco y casi enfrentedemí. Yono laquitabaojo, ypuedojurar que me registró con los suyos, parleros y escrutadores, desde los pies hasta lacabeza,mientrasmeacosabaapreguntasporelestilodelasqueaúnnohabíacesadodehacermela jándalaviuda.Medabagustooírlaymirarla.Pocasveceshabíavistoyoenmujeralgunaconciertomáscabalymásdonosoentrelapalabrayelgesto,entrelaideayelmovimientoexpresivo.Hastalaspuntasdelospies,calzadosenmenudaszapatillasdeabrigoyqueapenasalcanzabanalsuelo,cantaban,asumodo,enaquellamúsicaqueparecíaungorjeo.Endosocasioneshabían intentado lamadrey lahija iravisitarme;pero comoyonuncaparaba en casa…Porqueesa visita la creían ellasmuypuesta enrazón: sin contar con lo que pedía la buena crianza, éramos parientes; ¡vaya si loérarnos!Por losRuiz deBejos unpoco, y por losCastañaleras,másde otro tanto.Endemostración de ello, fue sacando entronques la viuda; y cuando ya comenzaba yo aenterarme,porsulabor,delparentesco,metióenellanuevoshilosdonPedroNolasco,ytodalamadejasemehizounamaraña;peromeguardémuybiendedeclararloasí:antesalcontrario,mediporconvencidoyhastamefelicitédeello.-Comoqueresultamosprimos-concluyólaviuda-,aunqueunpocolejanos;peronotanto,sibiensemira,quepudiéramoscasarnoslosdossindispensa…Yseechóareírcontodasualma.-¡HijadeDios!-exclamóentonceslarapazuelaconunestiróndefaldashacialarodilla,mientras se llevaba hasta la boquita risueña la otramano amedio cerrar-. ¡Y yo queestuveapiquedetuteále,cuandoahora,porlacuenta,mesaletío!Podría no ser todo esto rigurosamente «correcto»; pero a mí me resultaba muyentretenido.Enseguida,vueltaarepetirmelahijaloqueyamehabíadicho,ytambiénlamadre, y también el Cura y don Pedro Nolasco y cuantas personas habían hecho enTablancaconversaciónconmigo:que«aqueyu»noeraMadrid;que semevendrían losmontes encima, y que avezado a tratar con señorones mundanos, y puede que conmarqueses y con príncipes, los aldeanos de Tablanca habían de parecerme «jabatus»,peroquesimirababienporlasdoscarasunoyotro…¡ay,ycómosealegraríanellasytodoslosallípresentesylosvecinosdelvalledepuntaacabo,yhastalasestrellitasdelcielo, de que viera yo las cosas como podían y debían de verse! Porque el pobre donCelsoestabayaparapoco,yenacabándoseél…Enfin, lodecostumbre…PoraquísecolódonPedroNolascoconunhimno«cañoneado»a lamadreNaturaleza, yun juiciocomparativosobrelapazdelaaldeayloslaberintosdelaciudad.Porquehabíadesaberyoquetambiénélhabíacorridoelmundoensusmocedaes…LellamóentoncesaMadridun pariente que tenía por allá, y como se veía robusto y fuerte, acudió a la llamada.Cogiéronleenlacortetiemposazarososydepeligroporlasagoníasdela«francesada»;yhabiéndolesalidoenValenciaunacolocaciónqueparecióasutíomuydeaprovecharse,aceptóla de buena gana. Estaba ella en las afueras de la ciudad, y en un lavadero delanasdelosseñoresBotiforayCompañía, losmismosquerezabanenelbandoquemehabía relatadodememoria el zumbónde su parienteCelso. Si enMadrid no se había«jallau,porlasecurayelanchordelterritoriu»enValenciase«jalló»menos,conunsolquele«ajogaba»enveranoyunhablardegentesquenoparecíadecristianos.Soñabadíaynocheconlaspraderasy lasmontañasdesutierra;yantesdeenfermarsedeun«cordial»quelematara,volvióseaellamásquedepaso,alosdosañosnocumplidosdehaberladejadoportentacionesdelenemigomalo.HallóseenTablancacomoreyensuspalacios, y sehabíaguardadomuybien,desdeentonceshasta la fecha,«de sacarunapata»medio jeme fueradesu términomunicipal…Ochentaycuatroañoscontabaa lasazón,sinsaberloqueeraunmaldolordetripas.Habíatenidodosmujeres,diezhijosyveintidósnietos.Unagranpartedeellosandabaañoshacíaporelotromundo;rodabapor éste, y no muy lejos, la mayor de los vivos, y a la vista tenía yo lo único que lequedabaenTablanca:poco,perobueno,esosí,pararecreodesuvejez.Habíaquécomeren su casa, y salud ybuenapetitopara comerlo.En recta justicia, ¿quémáshabíadepedirleaDios,sinoeralamerceddeunabuenamuerte?Conestoypocomásseacabólavisita,durantelacualnodesplególoslabiosNeluco,nimiró a Lita con la intención que yo esperaba, ni Lita lemiró a élmás que cuando ledirigía la palabra con una llaneza que tenía más de fraternal que de otra cosa.Recomendáronmemucholostresdecasaquenomeolvidaradelcaminodeella,yhastame convidaron a comer, «un día demi agrado», juntamente conNeluco, para que nopesarasobremísolo«lapenitencia».Todoestomeparecióbienymuyensulugar;pero¿porquéunaaldeanucacomolanietadelMarmitónteníaaquellosairesyaquellastravesurasdeseñoritadeciudad?¿PorquésetuteabaconNelucoyhabíaentrelosdosunaintimidadtansospechosa?

Meatreví ahablardeambosparticulares almediquillo apenas salimosdel caseróndedonPedroNolasco.Porciertoquehubierajuradoyoqueenelapretóndemanosyenlamirada conquedespidióLita aNeluco en la penumbradel pasadizo, en el cual iba elmédicoelúltimodetodos,habíamuchodelpicantedemissospechas.Sobreelprimerpunto,medijoNelucoqueLita,nacidaycriadaenTablanca,nohabíatenido más escuelas que la del maestro del lugar y la de su propia madre, ni habíacorridomástierrasquelascomprendidasentresocuatroleguasalaredonda.Ochodíasencasadeunosparientesdeacáporcelebrarseduranteelloslaromeríadelpueblo;unaquincenaconlosdeRobacíoporunacausaparecida,ymuypocomásporestearte.ElrestoeraobradelinstintoydelafuerzadevisiónquetienenlasmujerestanperspicacesytanguapascomoLita,parataladrarmontañasconlosojos,verhastaloinvisiblealotrolado,ysaberguardarsupuestodondequieraquehabitan,poraisladoyobscuroqueellugarsea.Elotropuntoaúneramásfácildeexplicar.TablancayRobacíoerandospueblosquese«trataban» mucho; y las familias de Lita y de Neluco, muy amigas desde tiempoinmemorial:hastahabíaalgodeparentescoentreellas.Litahabíapasado,deniñaydemoza,buenas temporadasencasade losCelis; yNeluco,mientrasvivióenRobacío, acadainstantesellegabaaTablancaycasisiemprecomíaysehospedabaencasadedonPedroNolasco.Seexplicaba,enefecto,deestemodoymuysencillamente,eltuteoylafamiliaridad entre el médico y la nieta del Marmitón; pero lejos de oponerse, ¿noayudabaestoalootroqueyosospechaba?Apunté,comoenchanza,unasindagacionesenestesentido.Igualquesihubieradadoconlosnudillosenunapeñadelmonte.Hastadudé si Neluco se había enterado de ellas. Lo cierto es que si no eran fundadasmissospechas,debíandeserlo.

-XI-Cuando menos lo esperaba, me dijo el Cura al despedirse de mí en el estragal de lacasona,cercayadelahoradecomer:-Mañana,siDiosquiere,yacaballolosdos.Yoiríamejorapie,comosuelo,ycomoiráChiscoparaacompañarnosycuidardelasbestiasenocasionesquesepresentarán;peroustedesmaderadeotro robledalmás flojo, yhayque tenerlo todopresente.Antesderompereldía,porsupuesto.Entendíleyrespondí,haciendodetripascorazón:-Acaballo,yantesderompereldía.-PuesqueseentereChiscodeello,ysuficit.Con esto y una risotada se apartó de mí, y echó cambera abajo en demanda de supuchera.Conlossueñosqueyocogíatrasdelasfatigasquemedabaporlosmontesdelcontorno,le costó a Chisco Dios y ayuda despertarme al día… ¡qué digo día! a lo más espeso ytenebroso de la noche siguiente. Tona, después de vestirme yo tiritando de frío y sinconcienciacabaldeloquehacía,mesirvióuncanjilóndecaféqueacabódeespabilarme;y cuando bajé al portal, vislumbré, a la opaca luz de un farol que tenía Chisco en lamano, la negra silueta de don Sabas, a caballo en su jaquita rucia, que no me eradesconocida,asícomoelespelurciadojamelgoquecasimemetióelespoliqueentrelaspiernasparaabreviarmelaoperacióndemontarenél.Rompimos los tres lamarchaporelmismocaminoquehabía traídoyo lanochedemillegada a Tablanca, tan a oscuras como entonces, aunque mejor acompañado y menosdoloridoderiñones.Porrespetoamí,puesamisdosacompañantesiguallesdabaeldíaque las tinieblas para caminar a pie seguro por aquellas escabrosidades, conservabaChisco,quenosprecedía,elfarolencendidoenlamano;perohubierajuradoyoquemásque la luz del farol del espolique, me alumbraban las chispas que sacaban de lospedernalesdelsuelolasherradurasdeltordillodedonSabas;elcualdonSabashacíalosimposiblesporentretenermeyhastadivertirmeduranteelpasodeaquellanegra,ásperae interminable senda; pero ¡ay! sin conseguir sunoble y generoso empeño.Porque enaquellas «bajuras» y envuelto en tan espesaoscuridad, donSabas era todavía elCurasosodelacocinademitío,ytodassusobservacionesenromanceytodossussalmosenlatín,leresultabanadestiempoyfueradetodaoportunidad.Andaqueteanda,resbalandoaquí,yallápujandoysuspirandomicabalgadura,alcabode una hora empezaron a dibujarse los perfiles de los montes sobre el cieloconfusamenteiluminadoporlatenueclaridaddelcrepúsculo.Enlagargantapordondecaminábamoseradenochetodavíaparanosotros;y,enrigordeverdad,nonosamanecióhastaquecoronamoselrepechoescabrosoyllegamosalsantuariodelaVirgenquemeerabienconocido.ElCura,queparecíateneresacondicióndelospájarosdelmonte,amedida que se elevaba y veía surgir la luz por encima de las barreras tenebrosas delhorizonte,sevolvíamáslocuazyempezabaasoltarpocoapocolasocultasarmoníasdesuscánticos;nomuchos,peroagradables,y,sobretodo,alcaso.Alosprimerosfulgoresdelcrepúsculo,alabóaDiosenunasalutaciónfervorosa,yaunquenodesucaletre,biensentidaensucorazón.Unpocomásarriba,enloquepudiera,sinmuchoagraviodelaverdad,denominarsellano,yantesdellegaralaermita,todavíaenlapenumbraquenosharíainvisiblesanomuylargadistancia,atracósurocínalmío;ydeteniéndoleporlasriendas que casi me arrancó de las manos, después de detener el suyo, me dijoapuntando con su diestra ociosa a un altísimo y lejano picacho, en cuya cúspide seestrellabaelprimerrayodesolquepenetrabaenaquellasmontaracesregiones.-¡Mira, hombre! -acostumbraba a tutearmeo a hablarmeen impersonal en cuantonoselevábamosunpocosobreelniveldeTablanca-.¡Mira,Marcelo!¿Nojuraríasqueaquelloque resplandecey flameaalláarriba,alláarriba,enaquelpicacho,es laúltimade lasluminariasconqueelmundofestejaasuCreadormientraselsolandaapagadoporlosabismos de la noche? ¡Cosa buena! ¡Cosa grande! Laudate Dominum omnes gentes…Magnificentiaopusejus,manetinaeternum.Al llegar al santuario nos descubrimos y rezó don Sabas en alta voz, y en voz alta lecontestarnosnosotrosloquenoscorrespondía.Elrezofuebreve,yenlatínlamitaddeél.DespuésseacercóChiscoalenverjado,yporentredosdesusbarrotesmetióelfarol,que ya no necesitábamos, y le dejó en el suelo muy arrimado a la paredilla, pararecogerle a la vuelta; mas no sin santiguarse antes de meter la mano y después de

sacarla, ni sin contemplar la imagen con una veneración que tenía algo de recelosa,como si la pidiera, a la vez que seguridad para la prenda que dejaba allí depositada,perdónporloquepudierahaberdeirreverenteensuatrevimiento.Pasadalavadera,notomarnos,comoesperabayo,elcaminoqueconducedirectamentealPuerto,sinootroporelestiloaladerecha;ymontesycolladasvan,tajosybarrancasvienen;aquísiguiendolacuencadelrío,alláperdiéndoladevista,ysiempresubiendoobajando de risco en risco, de pueblo en pueblo, vi a lo lejos el principal del valle dePromisionesenqueradicabaelsolardemiabuelapaterna,y llegamos,alcabodedoshoras de caminata, a un ancho desfiladero entre dos montañas que parecían, por sugrandeza,nocaberenelmundo.Por ser la más accesible para mí «por entonces», según dictamen de don Sabas,comenzamos a faldear la de la izquierda; y sube que te sube, dimos al fin en unentrellanodondeyaescaseabalavegetaciónysemeibahaciendoinsoportablelabrisamatinalporsu frescura.Allí seapeódonSabas,ymeordenóquehicierayo lomismo.Hícelo y de muy buena gana, porque me sentía entumecido sobre la dura silla de mirocín,améndequemeconceptuabamásseguroapiequeacaballoenaquellacornisa,sobreelrápidodeclivedelamontaña.-Loquefalta,hayquesubirloapie-medijoelCura-,porquenoescaminodecaballos,sinodehombresy,todolomás,decabras.Conque¡ánimoyarriba!Ysinesperarmirespuesta,comenzóatreparconpiesymanosentrepeñasyraigones.¡Cómo envidié yo a Chisco que se quedaba en la explanadita de abajo con lascabalgaduras!DonSabastenía laprácticadeaquellasascensiones,yademás lapasiónde las alturas; pero yo, que carecía de ambas cosas, ¿para qué me aventuraba en lasubidadetantremebundosdespeñaderos?Alfinllegamosarriba,yopormilagrodeDios,siguiendogateoagateolosdedonSabas;peromuertodecansancioyempapadoensudor.-Reposaunosmomentos-medijoelCuraallí-;peroconlosojoscerrados,¡ycuidadoconabrirloshastaqueyolomande!Más por necesidad que por obediencia, cumplí al pie de la letra el mandato de donSabas.Estuveunlargoratotumbadoenelsuelo,bocaarribayconambasmanossobrelos ojos, porque sólo así encontraba el absoluto descanso que me era indispensableentonces. Sentía fuertes latidos en el corazón que repercutían en las sienes, y al vivocompásdeestegolpeteofuncionabanmispulmones.Cuandoelunoylosotrosvolvieronasuritmososegadoynormal, llaméadonSabasymepuseasusórdenes.Estabamuycercademí,encaramadoenunapeñaenlaactituddecostumbreyempezandoaembriagarseporlosojos,ynosinmotivociertamente.-Arrímateunpocoacá-medijodesdesupedestalcalizoconmanchonesdemusgoypocomásaltoqueyo-.Arrímate,contempla…¡ypásmate,Marcelo!HabíamossubidoporelOestedelamontaña,queeselladopordondelashaymayoresqueella,yelpanoramaconquemebrindabaelCuraseveíaporlasotrasvertientes;esdecir, que era cosa nueva para mí y recién aparecida ante mis ojos. ParticularmentehaciaelEsteyhaciaelNorte,parecíanotenerlímitesamivista,pocoavezadaaestimarespectáculos de la magnitud de aquél; y era de una originalidad tan sorprendente yextraña, que no acertaba a darme cuenta cabal ni de su naturaleza ni de su«argumento».PorelSursedominabaelhermosovalledeCampóo,yaenotraocasiónvistoyadmiradopormí;enlamismadirecciónymáslejos,lostonospardosdelatierracastellana;máscerca,elPuertodemarrasconsusmonolitosdescarnadosysusoledaddesconsoladora.AlOesteyasombrándolotodoconsusmoles,PeñaSagraylosPicosdeEuropa separados por el Deva, cuya profunda y maravillosa garganta se distinguíafácilmente en muchos de sus caprichosos escarceos entre los peñascos inaccesibles yfantásticos de una y otra ribera; y más allá del Deva, en sus valles bajos, según ibainformándome don Sabas, con el laconismo y el modo con que señala el maestro deescuela conunacañaenuncartel las sílabasa suseducandos,unabuenapartede laprovinciadeAsturias.PeroloverdaderamenteadmirableymaravillosodeaquelinmensopanoramaeracuantoabarcabanlosojosporelNorteyporelEste.Enlomáslejanodeél,peromuylejano,ycomosi fuerael comienzode lo infinito,una fajaazul recortandoelhorizonte:aquellafaja era elmar, elmarCantábrico; hacia suúltimo tercio, por la derecha yunida a élcomouna ramaal troncodeque senutre,otramanchamenosazul, algoblanquecina,queseinternabaenlatierrayformabaenellacomounlago:labahíadeSantander.Peroes el caso (y aquí estaba la verdadera originalidad del cuadro, lo que más medesorientabaenélymesorprendía)quelafajaazulsepresentabaamisojosmuchomás

elevadaqueelperfildelacosta,yqueconellasefundíanotrasmuchomásblancasqueibanextendiéndoseyprolongándosehacianosotros,quedandoentre lamayorpartedeellasislotesdelasmásextrañasformas;picosyhastacordillerasqueparecíansurgirdeunarepentinainundación.Atodoesto,elsol,hiriéndoloconsusrayos,sacabadelassuperficiesdeaquellosgolfos,ríasyensenadas,hacesdechispas,comosivertierasuluzsobrellanurasempedradasdediamantes.-Es lanieblabajade losvalles,meadvirtióelcura;y fueseñalándolosynombrándolostodosunoauno.Yamelohabíaimaginadoyo;peroaunasí,nopodíanideseabadeshaceraquellailusiónde ópticaquemepresentaba el panorama comoun fantástico archipiélago cuyas islasveníancreciendoenrigurosagradacióndesdelasmásbajassierras,primerpeldañodelaenorme escalera que comenzaba en la costa y terminaba, detrás de nosotros, en elmismocielocuyabóvedaparecíadescansarporaquel ladosobre lospicosdeBulnesyPeñavieja.-Segúnvayasubiendoelsol-medecíadonSabasdesdesuplintocalcáreo-,yarreciandoel remusgo allá abajo, irá la niebla esparciéndose y dejándose ver lo que está tapadoahora…¡Puestambiénescosadeversedesdeaquílasalidadelsol!…Yalgúndíahemosdeverlo,siDiosquiere…ymejordesdemásarriba…desdeallá…Ymeapuntaba,vueltounpocoaladerecha,haciaunalomaaltísimaenque,segúnmeadvirtiótambién,convergíantrescordilleras.Entretanto,yonopodíaapartar losojosdelarchipiélagoenelcualme ibaforjando lafantasíatodocuantopuedeconcebirseenmateriadelíneasydeformas:eltemploojival,el castillo roquero, la pirámide egipcia, el coloso tebano, el paquidermo gigante… Nohabíaantojoquenosatisficieralaimaginaciónatodosugustoenaquellassorprendenteslejanías.La predicción de don Sabas no tardó en cumplirse. Poco a poco fueron las nieblasencrespándoseydifundiéndose,yconelloalterándoseymodificándoseloscontornosdelos islotes, muchos de los cuales llegaron a desaparecer bajo la ficticia inundación.Después, para que la ilusión fuera más completa, vi las negras manchas de sus molessumergidas,transparentadasenelfondohastaque,enrarecidamásymáslaniebla,fuedesgarrándose y elevándose en retazos que, después de mecerse indecisos en el aire,ibanacumulándoseenlasfaldasdelosmásaltosmontesdelacordillera.Roto, despedazado y recogido así el velo que me había ocultado la realidad delpanorama,sedestacólimpiaybiendeterminadalalíneadelacostasobrelafajaazuldelamar,yaparecieronlasnotasdifusasdecadapaisajeenelambientedelaslejaníasyenlosvallesmáscercanos:lasmanchasverdosasdelaspraderas,lospuntosblancosdesusbarriadas,lostoquesnegrosdelasarboledas,elazulcarminosodelosmontes,laslíneasplateadasdeloscaminosreales,lastirasrelucientesdelosríosculebreandoporelllanoa sus desembocaduras, las sombrías cuencas de sus cauces entre los repliegues de lamontaña… Todos estos detalles, y otros y otros mil, ordenados y compuestos con artesobrehumano en medio de un derroche de luz, tenían por complemento de sugrandiosidad y hermosura el silencio imponente y la augusta soledad de las salvajesalturasdemiobservatorio.Jamáshabíavistoyoporcióntangrandedemundoamispies,nimehabíahalladotancerca de su Creador, ni la contemplación de su obra me había causado tan hondas yplacenterasimpresiones.Atribuíalasalnuevopuntodevista,ynosinracionalyjuiciosofundamento.Hastaentoncessólohabíaobservadoyo laNaturalezaa lasombradesusmoles, en las angosturas de sus desfiladeros, entre el vaho de sus cañadas y en lapenumbradesusbosques;todolocualpesaba,hastaelextremodeanonadarle,sobremiespírituformadoentrelarefinadamoliciedelasgrandescapitales,encuyasmaravillasse ve más el ingenio y la mano de los hombres que la omnipotencia de Dios; pero enaquelcasopodíayosaborearelespectáculoenmásvastasproporciones,enplenaluzysinestorbos;ysindejarporesodeconceptuarmegusanoporlafuerzadelcontrastedemipequeñezconaquellamagnitudes,loera,alcabo,delasalturasdelespacioynodelos suelos cenagosos de la tierra. Hasta entonces había necesitado el contagio de losfervores de don Sabas para leer algo en el gran libro de la Naturaleza, y en aquellaocasiónleleíayosolo,decorridoymuyagusto.Y leyéndole embelesado, llegué a sumirme en un cúmulo de reflexiones que,empalmándose por un extremo en la monótona insulsez de toda mi vida mundana yembebiéndoseenseguidaenelespectáculoenqueserecreabanmisojos,seremontabandespués sobre las cumbres altísimas que limitaban el horizonte a mi espalda, y aúnseguían elevándose a través del éter purísimo por donde suben las plegarias de los

desdichadosylossuspirosdelasalmasanhelosasdelSumoBien.Volviendo, al fin, los ojos hacia don Sabas, de quien me había olvidado un buen rato,porqueelmismotiempohacíaquenosecuidabaéldemí,lehallé,porlastrazas,leyendoelgranlibroenlamismapáginaqueyo.EstabaenplenohartazgodeNaturaleza,segúndeclarabansusojosresplandecientes,subocaentreabiertaycomoávidadeaireserrano,yaquellasuespecialinquietuddemúsculosyhastaderopa.-¿Sehavistotodobien?-mepreguntóvolviendoensíderepente.-Atodomisabor-lerespondí.-Pues hacerse cuenta de que ya se ha visto algo de las grandes obras de Dios quetenemosporacá.-¡Grandees,enefecto,yhermosoyadmirableesteespectáculo!-repliqué.-¿Grande? -repitióelCura;yvolvióacontemplarleen todasdireccionescon losbrazosextendidos,comosiquisieradarmedeaquelmodolamedidadesumagnitud.Despuéssedescubriólacabeza,cuyoscabellosgrisesflotaronenelaire;elevóalcielolamiradaylamanoconsombreroytodo,yexclamóconvozsolemneyvaronilquevibrabaconextrañosonenelsilencioimponentedeaquellasalturasmajestuosas:-Excelsussuperomnesgentes,Dominus,etsupercoelos…gloriaejus.Sería por el estado excepcional de mi espíritu o por obra de un agente externocualquiera;peroeslociertoqueamímeparecióqueaquellanotafinalestampadaenelcuadroporelCuradeTablanca,rayabaenlosublime.

-XII-Faltábame conocer, entre lo que no debía de serme desconocido en aquella vasta ymontarazcomarca,lasalidadelvalleporlacuencadelríohastasudesembocadura,conlocualhabríacompletadoyolatravesíadelespinazodelacordilleracantábricaporunade susvértebrasmásconsiderables; y comocabalmenteenaquellosdíasestabayoenvenadeexploracionesycorreteos,aunque,bienlosabeDios,másqueporansiasdelacuriosidad,pormiedoa la inacciónenervadoraenfrentedeltemibleenemigo,cabalguéunamañanamuytempranoenelpeludojamelgoquetansesudamentemehabíantraídoyllevadoporlasescabrosidadesmáspeligrosasdelamontaña,y,depropioydeliberadointento, solo y sin otro guía que el instinto y la larga experiencia del honradocuadrúpedo,másunosinformesquemehabíansuministradodepalabralanocheantesen la tertuliademi tío;atraveséel ruinosopuentequeune lasdosorillasdelNansaacorto trecho de la casona, y emprendí lamarcha siguiendo la bien trillada senda queculebrea por la ladera del cerro, acompañándome el continuo rumor de las invisiblesaguascorriendoenelfondodelsombríocauceamuchasvarasbajomispies.Dudabayoque,despuésdeloquellevabavistoenlaaltamontaña,hubieraenlacuencadelrío,desdeTablancahaciaabajo,cosaquepudieracautivarmiatención;yasísucedió,enefecto:sindejardeseráspera,angostaymontarazensupartemáselevada,carecíadelagrandezaimponentedelosdesfiladerosde«arriba».Lospueblos,amontonados,ensendasrinconadasdelagarganta,ibansucediéndoseamipasoconlaregularidaddelasestacionesdeunferrocarril.Unodeellos,mássoleadoquecuantoshabíadejadoatrás,aparecióderepenteamivistaenunvallecito,alpiedeunaladerarapidísima,porlacualdescendía mi jamelgo paso a paso entre un laberinto admirable de viejos y copudosrobles que parecían puestos allí para mantener las tierras del monte adheridas a suesqueleto:tanagriaeralacuesta.Llegado al valle felizmente, aunque un poco dolorido de cintura yo, por el continuoesfuerzohechoconellaparaconservarelcuerpoenlavertical,sobrelalíneadelcaballo,paralelaalsuelo,supequeelpueblocolumbradopormídurantelabajadaporlosclarosde la espesa columnata de troncos, era Robacío. Acordéme entonces de Neluco y deChisco,ysupuseque lacasadelprimeroseríaunagrande,de«cuatroaguas»,quenodistabamuchodelcamino;ysupusebien,segúnrespuestaquedioaunapreguntaquelehice,unmuchachucomásguapoquelimpiodecaraydevestido,quejugaba,conotrosde pelaje aún más humilde, en una brañuca próxima a la portalada. Responder a mipregunta, dejar el juego y lanzarse a abrir el postigo, mientras los otros chicuelos,suspensosyalgocortados,mecontemplabanconlosojosmuyabiertos,fuetodouno;ynobienhuboasomadolacabecitaalcorral,cuandoyacomenzóagritarallí:-¡Madre!…¡madreee!¡Aquíestáunseñorquevieneacasa!Yporsiestoerapoco,descorriódesdeadentrolafallebadelosportones,ylosabriódeparenparafindequepasarayosinapearme.Conesteestruendoyaquelvocerío,antesque acabara de sorprenderme de la ocurrencia, ya estaba en el encachado soportal yenfrente de mí, una mujer de mediana edad, buenas carnes y sano color, y con elmodesto atavío casero que ordinariamente usan a diario las matronas pudientes deaquellacomarca.Conesto,yconhallarbastanteparecidoensucaraconladeNeluco,nodudéqueaquellamujererasuhermana.Meapeédeunbrinco;ysincuidarmedelcaballo,comencé,mientrasandabahaciaellaconelsombreroenlamano,adeshacermeenexcusas,aexplicarlaelsuceso…Yoteníamuchísimogustoenponermeasuspies,enconocerla personalmente, en ofrecerla mis respetos; pero esto lo hubiera hecho…pensabahacerlo,aotrahoramenosintempestiva…amivueltaporlatarde…laculpaerade aquel diablillo que, sin darme tiempo para explicarme, se había apresurado allamarla…A todo esto, ellamemiraba de hito en hito; hasta que, sin llegar yo a decirla cuantopensabadecir,bañótodasufaznoblotayrozaganteenunasonrisaquepudierallamarseinmensa, si semidieran lassonrisascomo lassuperficies;arrancóhaciamíconambasmanostendidas,yexclamócortándomeeldescosidodiscursoderepente:-¡VirgenlamiMadre!UstéeselsobrinodedonCelso.Declaréquesíloera,ycontinuóella,sinsoltarmimanodeentrelassuyas:-SabíayoporNelucoqueandabaustéporayá;yporeso,yporelaire,yporalgoquehadicho…yporestascorazonásquealomejortieneuno…¡Hija,loquemealegro!…¡Vaya,vaya!…Y¿cómoestáelpobredonCelso?…Mal,creoyo, loquenoshadichoNeluco…

PorqueNelucoestancariñosoytan…vamos,tanapegaoalossuyos,quehoraquetengasobranteensuobligación,cátaleenRobacío…Pero¿quéhacemosaquíplantificadosenel portal? Suba, suba, señor don Marcelo, y descansará como debe, y le pondré dealmorzar…¡Cómoqueno!Aquítodossomosunos.¿Usténolosabe?¿NoselohadichoNeluco?LacasonadedonCelsoylanuestracasa…¡vaya!…depadresahijosvienelaestimaciónylabuenaleyyhastaelparentesco,siunpocoseescarbaenlasangre…Nomevalieronexcusas,pormásqueponderélolargodelajornadaqueteníaquehacerantesdelanoche,yloapuradoqueandabadetiempoparaella.-Tendráledesobra-medecíalajovialmatronaguiándomeyahacialaescalera-,paraesetrabajoyotrotantomás,sisabeaprovecharsedeél;ynocreoyoqueesperderhoralaquesegastaenconfortarelcuerpoalamitádelcamino…¡Vayaconella!Ylopeordelcuentoesqueestá«él»ausenteynovendráhasta lahoradecomer,másquemenos…Anda en el invernal amañando un morio que se quebrantó el otro mes; y como enteniendo obra entre manos no acierta a perderla de vista… ¡Pues no lo sentirá pococuandolosepa!…¡Hija,quécasualidá!Bienqueyaleverácuandopaseustédevueltaesta tarde… Aunque mejor fuera que se quedara a comer con nosotros y dejara lacaminataparaotraocasión…¡Vayaqueesantojoeldellegarhastaelcaminoreal!…Dosvecesentodamividahepuestoyolospiesenél…Miresisoycorrentona…¡Vaya,vaya!…Hablandoporesteartemientrassubíalaescaleraylaseguíayopasoapaso,másqueenlo imposible de atajarla en su pintoresca charla, pensaba en el parecido que hallabaentreellaylamadredeLita,nosolamenteporelcarácter,sinoporelestilo,sinsaberyoentonces,comolosupeandandoeltiempoyconociendonuevasgentes,queenaquellaforma y con aquellos aires campechanos y llanotes, se desborda siempre el espíritugenerosoyhospitalariodelasdamasdeaquellaagresteregiónmontañesa.Yaenloaltodelaescalera,quenoeralarga,entramosenelcrucerodesiempre,porquetodaslascasaspudientesdeaquellasalturas,yaunlasequivalentesdelosvallesbajosqueheconocidodespués,parecenhechasporunmismoplano;sóloqueenladeRobacíohallé una novedad que llamó muy agradablemente mi atención, y fue la de tener lasparedesde todos lospasadizos literalmentecubiertas,de techoa suelo, con ristrasdepanojas, que, por estar abiertos puertas y balcones e inundada de sol toda la casa,resplandecíancomotapicesorientalesbordadosdeoroyperlas.Ni aunadmirarlomedejó labuenahermanadeNeluco, porque teniendoen cuenta loapresuradoqueyoandaba,entreconducirmealasalayllamaragritosaunasirvientaysacar,entanto,cosasdeunaalacenayotrascosasdeunarmario,yponerlasprimerasenmanosdelamozona(quenollegótanprontocomoellaquería)conunabuenasartadeadvertenciasydeencargosamediavoz,ylassegundassobreunamesaquehabíaenlasala,arrimadaaunapared,yandardeacáparaallásindejarmenuncaenteramentesolonifaltodesuconversación,másdecercaomásdelejos,nohallabayomomentodepensarconsosiegoenpuntoalgunoenquefijaralaatención.Alfinsedetuvoysecalmólaventoleraaquélla;yrecogiendoloqueanteshabíapuestosobrelamesaycolocándolointerinamenteenlassillasinmediatas,levantóelalaqueaquéllateníalibreyplegada,yno las dos, por no necesitarse para mí solo tanto espacio, según tuvo la bondad deadvertirme; tendió sobre el tablero resultante un blanquísimomantel; puso sobre ésteuna botella de vino, un cubierto de plata maciza y de anticuada forma, dos vasos decristal, tres platos amontonados, una torta de pan, tibio todavía, según me dijo lacomplaciente señora, porque no hacía aún dos horas que había salido del horno delcorral;unquesoduro,deovejas,ycosademediomaquilerodenuecesyavellanas.Entretanto,nocesabadehablarme,ymehacíamuchaspreguntassinesperarencadaunadeellasarecibirmirespuesta,porentero,alaanterior.Mepreguntó,antetodo,porsuparientedonPedroNolascoyporsuhijaMariPepa,delamismaedadqueella,amigaíntima desde la niñez, casi su hermana, porque como hermanas se querían… Pues ¿yLita, Lituca? Era un serafín aquello, más que mujer. ¡Qué guapa, qué aguda, quéhacendosa!Siellafuerahombreymozosoltero,yasabíaconquiéncasarse,comoLitalequisiera. ¡Y no su hermano Neluco!… ¡Cuántas veces se lo había dicho! ¿Para quéquiereslaenjundia,hombre?¿Quémáspuedesapetecer?…Siapareáiscomodemolde…¡Ah,panfríodesatanincas!…¡Tochu,másquetochu!CuandoLitaibaaRobacío,eralaalegríadelacasa:nicanarioenjauladeoropodíacompararseconella.Enéstasyotrascomenzóadarmeenlanarizunolormuyagradabledefritangas,yconél entró en la sala un rapaz como de seis años, con la jetamuy pringosa y la ropillaestropeada;despuésotrodeigualpelaje,perodemenosedad;enseguidaotromenorquelosdos;luegounamuchachuelarubia,deojossaltones,muyenjutadecanillasylargadebrazos;trasella,otrarapazamorena,carrilluda,deojosnegrosygruesaspantorrillas,la

cual traía de lamano aun chiquitínmuy risueñoque se tambaleaba al andar con suspatucasestevadas;y,porúltimo, llegóelmuchachoqueconsudescomedidadiligenciahabíasidolacausadecuantoestabasucediendoallí.Todaaquellaprole,aparecidaunoauno,apasolentoyconmirarreceloso,sefuecolocandoensemicírculo,muyapretado,enfrentedemí;ycomonosabíanquédecirme,pormásqueyolespreguntabamuchastonterías,ysumadremelosibanombrandoporordendeedades,alavezquelosreñía,y no con gran coraje, por un descortés atrevimiento, cada cual entretenía el tiempo yconllevaba el mal rato como mejor podía: quién pellizcándose las narices, quiénrascándoselacabezayquiénalgunapartedesucuerpomásbajaymástrasera.«Pero¿no parece -me decía sumadre en tanto-, que gobierna Satanás a estos arrastrados?Póngalosustédepiesacabezacomounsoldemayoencuantosetirandelacamatodoslosdías,paraverloscomoustélosvealamediahora…ysinohayescuelacomohoy,porser jueves, cosa es de no poder mirarlos ni aguantarlos. ¡Señor y Padre celeste, quécriaturas!…Peroesténellasenbuenasalud,queesloqueimporta,ylodemásyaseiráarreglando con el tiempo. ¿No es verdad?… Vaya, ahora venga acá y arrímese a lamesa…yperdonelamiseriucaporlabuenavoluntadconqueselaofrezcoafaltadecosamejor.»Estolodijoalverentraralacriadaconunagranfuenteentremanos,conteniendodospares de huevos estrellados y una enormidad de lomo y de jamón frito, con sucorrespondientecercodepatatas.Hubo las porfías que eran de esperarse sobre lo poco con que me satisfacía yo, y lomucho que ella me ofrecía con generosa obstinación, pensando que «lo dejaba porcortedad».Alfintransigimostomandoyoalgomásdeloquenecesitaba,yrepartiendoelrestohastaloqueellameofrecía,entrelossieterapacesquedevorabanconlosojoselsuculentoagasajohumeandosobrelamesa.También vino a colación allí lo que ya empezaba yo a echar demenos en boca de lahermana deNeluco; la tesis a que tan acostumbradome tenían las buenas gentes deaquellosvalles: sime ibagustando la tierrademismayores; ladiferenciaquehallaríaentreaquellassoledadesylasgrandezasydiversionesaqueestaríaavezadoenMadrid…y,porúltimo,lalástimaqueseríaquenotomaraalvallelabuenaleyqueélsemerecía;porque,muertodonCelso,quepormuertohabíaquedarleya,Tablancasequedabasinpadrey sinsombradeamparo. ¡Ysi supierayobien loquevalíaesasombraenaquelpueblo, y lo que venían valiendo otras como ella desde tiempos muy remotos! Parasaberloasí,eraprecisoverloquepasabaenotroslugaresquenolatenían,comopasabayatambiénenRobacío,desgraciadamente.Allínohabíauniónnipazentreunosyotros,por culpa de cuatro mangoneadores amparados por otros tantos «cabayerus de ayáfuera», que no se acordaban del pueblo más que en las ocasiones de necesitar lasespaldasdeaquellospobresmelenosparaencaramarseenelpuestoquelesconvenía,ypipiaragustolasuvasdelracimo.EstonopasabaenTablanca,dondenosesentíaunamosca,niteníanentradaaquellospersonajesmásqueconsucuentayrazón.Dabagustoaquella hermandad de unos con otros, y aquel ayuntamiento sin deudas, y aquelvecindariosinhambreybienvestido.PuestodaestaventuraacabaríacondonCelso,siyonomeanimabaarecogerlosfrenosqueélsoltaríadesusmanosalpasaravidamejor.Losingulardeestatesis,tanmanoseadaporunosyotros,eraparamílasolemnidadylahonduradelsentimientoconquemelaexponíanentodaspartes.LamismahermanadeNeluco, tan jocosa y tan chancera en sus descosidos discursos, se formalizó hastaconmoverseal exponérmela.Yésteerael ladopordondemásme llamaba laatenciónaqueltema,queiba,porlodemás,degenerandoenmanía.Conelasentimientoylasdiplomáticaspromesasquelacostumbremehabíaobligadoaadoptarencasostales,diporrematadoelpunto;yconelpretextodelaprisaquetenía,terminados el almuerzo y la visita, no sin saber antes, por la inagotable bondad deaquella incomparablemujer,que suhermanomayor, abogadodebastantenota, estabacasadoenValladolid,yqueporesoyporserNelucodemasiadomozoyandartodavíadelaCeca a laMeca, se había quedado ella en las particiones con la casapaterna; perocomosifueradetodosloshermanos,porqueelabogadobajabaaRobacíocasitodoslosveranos,yNelucocadadíaqueleeraposible.Gozaba ella que era una bendición de Dios cuando estaban todos reunidos, chicos ygrandes;ycuantomásapretados,mejor.Yapretadosloestabanenaquellasocasionesamenudo,porqueaunquelacasaeragrande,comoteníanmucholaberintodelabranzasyganados…¡VirgenMadre,cómolegustabanesostrajinesasumarido!Puescongustarletanto,deseguronolegustabanmásqueaella…Ybienserevelabanestosgustosentodalacasa,particularmentedeescaleraabajo.Enel portal, desde donde se veían las puertas abiertas de los establos, un horno con su

tejadilloprotector,unpozoconelcorrespondientelavadero,grandespilasdeleñayuncarro de bueyes bajo un cobertizo, olía a heno, se oían los golpes y los cencerrillos yesquilas del ganado preso en las pesebreras, y brujuleaba de soslayo y como a ladescuidada,uncopiosoaveríoalrededordeun«garrote»,encuyofondoroíamicaballo,desembridadoyamarradoalposteconunasogaporelpescuezo,losúltimosgranosdelpienso de maíz con que le había agasajado el sobrino mayor de Neluco, mientras sumadremeagasajabaamíenlasaladearribaconhuevosyconjamón.Estosesupopordeclaracióndel chicuelomismo, al preguntarle yo,muycomplacido,por el autorde laocurrencia.Alentadoporelbuenéxitodeella,saliósedelmontóndesushermanos,queentropelhabíanbajadoconsumadredetrásdemí,yenundosportresembridóelrocíndespués de arrojar al averío lasmezquinas sobras del pienso; sacó lamansa bestia alcorral, y la plantó allí, en debida forma, para que montara yo. Abrevié la despedidacuantopude,condensandomisexpresionesdecordialagradecimientohastalaavaricia,portemora los lujosverbososde lahermanadeNeluco,queen lomásnimiohallabancausaparadesbordarse;cabalguédeprisadeslizandoen lamanodelchicueloquemeteníaelestribounamonedadeplatasinque lovierasumadre,dádivaque le llenódeasombroydezozobrahastaenrojecerle lacaraydejarle tambaleándose,por loque lecostómuchotrabajoabrirmelaportalada;yencuantolavideparenpar,paguéconunasonrisayunasombrerada losúltimosofrecimientosde la inagotablematrona; salí a labrañuca de afuera oyendo las despedidas de adentro «hasta la tarde»; piqué sincompasión al jamelgo, y tomé el camino río abajo como si me persiguieran lobos derabia.Creo,sinestarmuysegurodeellopornohaberfijadolaatencióncongranempeñoenelcuadro,queporallícomienzaelverdaderoensanchedelacuenca,yelríoadescansarunpocodelasfatigasdesurápidodescenso,tendiéndosealalargaenbuenostrechoscasi llanosybien iluminadosporelsol.Loquesí recuerdobienesquecon la libertadquelesdanestasrelativasanchuras,elríoyelcamino(alaizquierdayaéstedeaquél)seseparanunodeotroconalgunafrecuencia,aunquesinllegaraperdersedevistaporcompleto.Alfinyalcabo,ningunaobligacióntienendeandarjuntosportodaspartes;ysindudaporeso,elcamino,sintrabasni impedimentos,comoelrío,queleobliguenadescender continuamente y por determinado canal, a lomejor se echaba por un atajocuesta arriba, gozándose después en saludar desde la loma del cerro pedregoso a suarrastradocompañero,quesudabalagotagordaparaabrirsepasoenlosprofundosdeunvallecitoangosto,entrealisales,guijarrosymimbreras.Dondesejuntanotravezlosdoscamaradaseshaciaelfinaldesuviaje,porestrecharselacuencanuevamente,perosincrecergrancosalostaludes;yyanovuelveelríoagozardeotrallanadaqueladesusepultura,festoneadaalolargoensumargenterrestreporuncaminorealquenielNansaniyovimoshastaquenoshallamosyoencimadeél,yelríoestrellándosecontralosestribosdelpuentequeunelasdosorillas.Allíledimiafectuosadespedida,mientrasahogabanconunabrazosusmurmullos(quedurantenuestrajornadadeseishorasnohabíancesadounmomento)lastraidorasaguassalobresque leesperaban inmóvilesy cristalinas, comounespejoenque semiran lasnubesdelfirmamento,tendidasalsolenunavastallanurasalpicadadeislotestapizadosde verdes y olorosas junqueras. Esta pintoresca ría está separada del mar por unabarreramuyalta: unmontenegro ypedregoso, rajadode alto abajo, quedandoasí unboquete muy angosto donde se cuelan las aguas y los barcos, y se ve el Cantábrico,mirandodesdeadentro,comounpedazodecieloatravésdelasrejasdeunacárcel.Todoaquelpanoramamepareciómuybelloporsuslíneas,porsuluzyporsucolor,masapesardeello,ocupómiatenciónbrevesinstantes,porquesehabíanlargadomisideaspormuy distintos derroteros. Fue el caso que no bienme vi sobre el camino real, sedespertaronsúbitamentemismaldormidasinclinacionesmundanas;yescapándosemelamirada y lospensamientos a lo largodel blanquísimoarrecifeque corríaparalelo a lacostaydesaparecíaenlacurvadeunaltozano,empecéaconsiderar.-Porahísevaalavidayalalibertaddelasplaniciessoleadas,albulliciodelasciudades,alasdamaselegantesyaloshombresbienvestidos,alaconversacióncultayamena,alossalonesalfombrados,allibro,alteatro,alperiódico,alCasino,alAteneo…¡mientrasqueporaquí!…Yvolvílosojosalsenderodelamontaña,ylevitreparentrelospedruscosylosescajosbravíosdeunasierracalva;ydistinguídetrásdeella,lalomadeotrasierramásalta,yporencimadeésta,otraysobresucumbreladeunmontequelasasombrabaatodas;yasí sucesivamente,hastaperderse lasúltimasdesvanecidasenunambientebrumosoytétrico que no me dejaba percibir con claridad los dos peldaños de aquella escaleradisforme, entre los cuales se escondía la sepultura en que, por un mal entendido

sentimientofilantrópico,habíaresueltoyoenterrarmevivo.Sentídeprontoalzarsedentrodemíunaprotestademilibérrimoalbedrío,yconellalanostalgiade laciudad;peroconunafuerzatannuevaytan irresistible,que,sinsaber,cómo,meviencaradootravezalcaminorealyposeídodeunvehementísimodeseo,delatentaciónpuerilydesatentada…de«escaparmeporallí».Pasótodoesto,comovértigoqueerademiexaltada imaginación,enpocosmomentos;peronosindejarmehuellasmortificantesenelespíritu.Alotroladodelpuentehabíaunascasasdemuyalegreaspecto:pareciómedeparadoreldeunadeellas, yalláme fui.Paradorera,enefecto, y tabernabastantebien surtida.Mandé dar un pienso a mi cabalgadura y pedí unas frioleras para mí, más que porsatisfacerunanecesidadquenosentía,porcomprarelderechodedescansarunpocoala sombra y en un banco, bajo techado, ya que no era posible hacerlo al aire librerecreandolosojosenlacontemplacióndelmar,queconestartancercadeallí,noseveíamásqueporelnegroboqueróndelaría.Erayabiencorrida launade latardecuandovolvíacabalgar.Repaséelpuente,ysindirigir la vista al camino real que dejaba a mi izquierda, comencé a desandar aguasarriba loquehabíaandadopor lamañanaaguasabajo.Al llegaraRobacío,viquemeesperabaen labrañucacontiguaa laportaladademarras,toda lafamiliade lacasonaaquélla,conelpadreenprimer término.BiensabeDiosquehicevotosolemneenmisadentrosdenoecharallípieatierra,comonomedesmontaranatiros.EraelcuñadodeNelucounhombrebastantegordoynomuyalto,morenoyatezadoderostro,conanchaspatillas grises, pelo recio y poca frente.Nohablaba tanto como sumujer, perono eramenosafectuosoyhospitalarioqueella.Con ladisculpa (yera lapuraverdad)dequellevaba las horasmuymedidas, hablé poco yme ingeniémucho para que no hubieramododeenredar laconversaciónquemeamenazabaacada instanteporel ladode lamujerdeaquelbuenhombre.Estrechéle,alfin,porsegundavezlavelludamano,conlosofrecimientosylascortesíasdecostumbre,yconun«adiós»atodoslospresentes,cortéloscumplidosconquemedespedían,ymelargué.Resueltoaquenomecogieralanochecerradaenelcamino,saquéalpobreanimalquemeconducía, los ijares yhasta lasasadurasaespolazos.PorunmilagrodeDios llegóvivoacasa.Pero llegóal fin,yno tan tardecomo ibayo temiéndomeamedidaque leveíaperdiendofuerzasytambaleándoseporelásperocamino.Porloqueamítoca,lleguéenlamismasituacióndeánimoqueunestudiantillonovelala cárcel de su colegio, después de haber pasado largas vacaciones con su familia:jurándomeamípropionovolvera salirdeTablanca solo yporaquel camino,paranocaernuevamenteenlamalatentacióndeescaparme.

-XIII-HablandounosdíasdespuésconNelucodeestaexcursión,medijocuandovinoalcaso:-Puesahoranecesitaustedhacerotra,aguasarriba.RespondílequeyalahabíahechoconelCuraenunaocasiónbastanterecienteydemuyplacenterorecuerdoparamí.ReplicómequecondonSabassólohabíavistoyoloqueleconveníaaélquevierapara losfinesque llevaba,yyonecesitabaveralgomás,yaunestabaobligadoaello:porejemplo,Promisiones.-Atravesé todo el valle -respondí-, y conservo perfectamente su aspecto general en lamemoria.-Noesbastante-mereplicóelmédico-.Enesevallehayunpueblo,queeselprincipal…-Levitambién…-Delejos.-Delejosydecercatienemuypocoquever.-Exacto-dijoNeluco-;peroeneselugarejohayunacasasolariega…ladelosGómezdePomar,sangrederancioabolengoquecorretambiénporlasvenasdeusted.-Hombre-interrumpióaquímitíoqueestabapresente,mientrasNelucosesonreíacomosiseburlaradelasmismasponderacionesqueibahaciéndome,queveasaPromisiones,bienestá;queconozcasdevista lacasonade losGómezdePomar,pasetambién;peroque lo que queda allí de esa sangre vieja valga la pena de meter su jocico en aquelestragaluncabayerucomotú…¡pispaju!esosíqueloniegoapiesjuntos.-¡Perosiallínoquedagotadeesasangre,donCelso!-replicóNeluco.-¡Miraaquiénselocuenta!-respondiómitío-.Perodeallíeslaquequeda…Diossabesienpresidio.-Yomereferíaalacasasolamente…-Quenisiquieraesde«ellos»ya…porquelossinvergüenzasdesaforaos,ladieronporunpellejo de vino en cuanto faltó el baldragazas que los engendró en una osamontuna.¡Cascajo!malacentellalospartaendosporlosriñones.-Yal finyalpostre,¿quévienea importarleyaesacaídaadonMarcelo? ¡Le toca tanpocodelparentesco!…-Diquenada,¡cuartajo!sitepaez.¡Loshijosdeunsobrinocarnaldemimadre!…-¡Puesdigo!…niungalgolealcanzaya…Detodasmaneras,siustednoquiere…-¿Yo?…¡Abuenapartevasconelreparo!…¡Vayaquemegusta!…No,no,loqueespormí…-Además,nosetratadeesosólo,quedebeversedepasada…-¿Jaciaónde?-Haciaotraparte…aotrositioaqueyoquiero llevarle…porqueesaexpediciónhadehacerladonMarceloconmigo.Necesitaremosdosdías.-¡Largavaaser,trastajo!-Nomucho;perocomodebemoshacernocheallá…-Puessipensabasguardarelsecretodelparador,nomedesmásseñasdeél,porqueyaleheconocido…-Es posible… Y como ahora hay en Tablanca peste de salud paramuchos días, si donMarceloestáconformeyustednosdasupermiso…-¿Yo?…¡pispajo!Loqueyoquieroesquemisobrinoseexplayeyentretengaasugusto,paraquenocojadudaalatierradesupadre…Esobienlosabeél…ytambiénlosabestú…Conque, si en ello vos va diversión, bien hecho será, y antes con antes, por si eltiemposecansadeserbueno. ¡Ojalápudierayo ir convosotros,aunqueno fueramásquepordarunabrazoaesebuenamigo!Pero¡nisaliramisa,cuartajo!…-Yasaldráusted,donCelso…-Sí,conlospiespa-lanteelmejordía…AlsubsiguientedeestaconversaciónemprendílacaminataconNeluco,losdossolosyacaballo:yoeneldesiempre,bienrepuestoyadesusúltimasfatigas,yélenotrorocinejoporelestilo,queeradesupropiedadyteníalacostumbre,comocaballodemédico,depararsedelantedetodaslasviviendasquehallabaalpaso.Tambiénmadrugamosaqueldía,ynopoco,ytambiénnosamaneciócercadelsantuariopróximo a la vadera, y también saludé a la Virgen, siguiendo el ejemplo que me dioNeluco, rezándola una Salve en latín. Es mucha la devoción que la tienen los

tablanquesesytodosloshabitantesdelospuebloscomarcanos;ysufiesta,enelmesdeagosto,de lasmásconcurridasycelebradasdetodas lasdeaquellaregión.La imagentieneunaleyendaquenomehabíanreferidoniChisconidonSabas,yconocíporNelucomientras volvíamos a ponemos en marcha, descendiendo hacia la vadera. En tiemposmuy remotos quisieron los tablanqueses sustituir con otra nueva y «de mejor ver»aquellamismaVirgenquelesparecíamuyantigua,tantoquenoseconocíasuorigen«enmemoriadehombre».Acordadalasustitución,adquirieronlaimagenquedeseabanylacolocaron en el altarcillo después de retirar de él la antigua, a la cual enterraron congran solemnidad, no sabiendoquéhacer de ella ni cómohonrarlamejor. Pero cuál noseríalaadmiracióndeaquellospiadososmontañesesalveraldíasiguienteenelaltarlaimagenenterradalavíspera,yvacíasusepultura,sinhallarrastronihuellaporningunapartedelmundode la imagennueva.Conestemilagropatente sehizomásextensa yfervorosaladevociónalaVirgenresucitada,yenestegrado,omuypocomenos,sehaconservadohastalafecha.Repitiendo el camino andado por mí en compañía de don Sabas, me pareció habertardado menos que con él en llegar a Promisiones; ventaja que fue debidaindudablemente a lo queme entretenía Neluco con noticias muy curiosas sobre cadapalmodeterrenoquepisábamosyleerantanconocidoscomolosrinconesdesucasa.NolosconocíamenoselCura,seguramente;peroaunquealláseandabanlosdosenelmododesentirydesaborear la tierramadre,eranmásnumerosos los«registros»delmédico,ymásvaria,porconsiguiente,lamúsicadesuconversación.Yaenelvalle,tomamosderechamentehaciaelpuebloquehabíadadoorigenalaporfíaentre mi tío y Neluco. El tal pueblo, de disperso y pobre caserío, ostentaba sobre elmontículo más elevado de los varios que forman su escabroso término, un edificiocercano a la iglesia, que no abultaba más que él, como si hubiera querido lucir sinestorbosyparaquefueranbienvistasdetodos,propiosyextraños,lasúnicasgrandezasqueposee.Eledificioeradelbuenestilo«rico»montañés;desilleríadegranolafachadadelSuryunapartedeladelEste,loprecisoparaencuadrarenellaunbalcóndepúlpitoconbalaustradadehierro;elresto,mamposteríasólidaconmuypocosclarosdeventana.Enlafachadaprincipal,gransolanacorridadeesquinalaesquinal,yencimadeellaydelbalcón del Este, sendos y ostentosos escudos de piedra demucho relieve y rica talla;sobretodoello,lapátinamusgosa,laherrumbreylapolilladelosañosydelaincuria,ygrandesalerosdeartesonadopodridoconloscanecillosderrengados.AquellacasaeralasolariegadelosGómezdePomar;ybiensabeDioslatristezaconquelavienestadotandeplorable,másqueporsimpatíadeparentesco,porimpulsonaturaldehombrehonradoydebuengusto.Habitábalaunlabrador,ydeelloeranevidentesseñaleslosmontonesdeestiércol, la carretay losaperosque seveíanen la corraladayenel soportal, yelheno que asomaba por los agujeros de una de las desvencijadas puertas de la solana,entreloselegantescercosdesillería.Saliódeellaunbuenhombrequenosviomirarlapor todas partes; y como resultó que conocía a Neluco, nos brindómuy cortés a quepasáramosadescansar,«siteníamosgustoenello».Elmédicomepidiómiparecerconlamirada,yconunademánlediyolanegativa.Meacordabadealgunosdichosdemitío,particularmenteeldehaber sidovendida«porunpellejodevino», y la lástimadeantessefuetrocandoenira.Continuandonuestro viaje,medioNeluco algunos informes que yo le pedí, vivamenteinteresadoenconocerlosdespuésde loquehabíavistoenelpueblo,enelcualnonosdetuvimosmásdemediahora.LafamiliadelosGómezdePomarnuncahabíasidotanricadepropiedadesydedinerocomo pagada de su alcurnia, achaquemuy común en laMontaña. La bambolla de unhidalguete de aquella casta, que volvió deMéxico a principios del siglo pasado, labrósobreloscimientosdelsolarantiguolacasaqueacabamosdever,conlamayorpartedeldinero que traía. Con el resto y las haciendas que le pertenecían en el valle y en lasinmediaciones,seempeñóensostenerellustredesufamilia,elevándoladegolpeaunaalturaenque jamáshabíanvividosus fidalgosantecesores.Logrósu intentovanidoso,pero no sin muy considerables mermas y quebrantos en su caudal. Al heredarle susucesor, heredó también una buena carga de censos y de hipotecas; y como en su nolarga vida no pudo verse aliviado del peso de esta cruz, recibióla también sobre susespaldaselquevinodetrásdeél;perocomolepesabamucho,antesquemoriragobiadoporella,prefirióquitárseladeencimaatodotrance.Yselaquitó,aexpensasdelomásjugosodesucaudal.Asísalvólorestante,queempezabaaserenredadopocoapocoenlas mallas inextricables del préstamo usurario. Era cuerdo el hombre, y ajustó lasnecesidades de su casa a lamedida de lo que poseía libremente para sostenerlas.Notrabajó las tierras con sus manos, pero pagó el trabajo de otros para vivir él de sus

productos; y en su casa y en las accesorias de ella, donde siempre había reinado elsilencio enervante de la holganza y de los grandes fastidios de la vanidad infanzona,comenzaronaoírseyarespirarselosruidosdelaactividadcampesina,elcencerrodelganadoylafraganciavivificanteyregeneradoradelosfrutossazonadosdelatierra.Miabuelapaternaalcanzóaquellostiempos,losmásventurososdelafamiliadelosGómezde Pomar. Su padre era un señor a la manera de mi tío Celso: campechano y sinretóricas,sencillohastalarudeza,ynobleysanodecorazón.Notuvomásquedoshijos:miabuelayelmayorazgo.Ésteresultómenosenérgicoylaboriosoquesupadre;secasócon una medio señora campurriana, y tuvieron un hijo solo, y ése de pocas creces,enfermoysinalientosparanada.Aquíempezóaflaquearlafirmezadelahastaentoncesenhiestamedianíadelacasa,muchoporlanaturaldejadezdelpadre,algopornopecardehacendosalamadre,yelrestoporfaltadeestímuloenlosdosparaenmendarseenpresencia de la ingénita apatía ymortal endeblez del hijo. El cual dio en la gracia deespigarunpoco,precisamentecuandodebíadehabersemuerto, según loscálculosdesuspadres,fundadosprincipalmenteenlosreiteradosdictámenesdetodoslosmédicosycuranderosdecuatroleguasalaredonda.Conestoyconmorirseaquéllosmuchoantesde loquecreían,elhuérfanorecibióelcaudalhereditariocuandomenos lopensaba,ycon bastantes goteras, casi tantas como las que tenía la casa solariega, en la que nogastaronunmaravedíen todasuvida losúltimosseñoresdeella.Eneseparticular, lopropio hizo el hijo, atento solo, en los primeros años de su orfandad, al trabajo dereconstituirse, dándose todo el regalo que era compatible con su hacienda, aunquecomiendoyadela«ollagrande».Comonosalíadecasaysehabíapropuestoarreglarseun completo plan de vida dentro de ella, se casó con la criada, una lebaniega cerril,siempre vestida de sayal y con «bocio». Tuvo de ella dos hijos como dos oseznos deAndara,decuyaeducaciónnosecuidócosamaldita:lejosdeello,lesdiocontinuamenteel mal ejemplo de su desgobierno, y muy a menudo el de las escandalosas reyertasmatrimonialesprovocadasporlalebaniegaincivil,queeralaestampadelasuciedadyelcolmodeldespilfarro.Alfinsemurieronlosdos,elladeunapulmoníadobleyéldeunderrameseroso,aunquefuevozcorridaenellugarquehabíaacabadodeunaborracherade aguardiente. Todo podía ser, porque es cosa demostrada quemuy amenudo hacíaméritos para ello. Los hijos, que eran unos perdidos a los diez y seis años, cuandoentraronporlaleyenlibreposesióndeloheredado,yadebíanmásdelastrescuartaspartesdeello.Eranborrachos,corretonesypendencieros,ydabanmásquehacera lajusticia en seismeses que todo el partido judicial en un año. Lo últimoque les quedófueronlacasasolaryunoscercadoscontiguosaella;ycomoseloteníanhipotecadoauntabernerodelvalle,acuyasexpensascomíanybebíanúltimamente,yalvencerelplazode la deuda no tuvieron con qué redimirla, el tabernero se quedó con lo hipotecado,echólosdecasatanprontocomopudo,ymetióenellaauninquilinocargadodefamilia,pero que pagaba bien y cultivaba mejor las tierras que le dio también en renta. Alhombreaquélacababadeconocerleyoenlacasamisma.-¿Ylosotros?-preguntéaNelucoencuantodiofinasurelato-.¿Quéhasidodeellos?-¿Dequiénes?-preguntómeélasuvez.-Delosdueñosdelacasa-respondí-;mejordichodelosex-dueños,delosdosperdulariosqueselavendieronaltaberneroporunpellejodevino.-Pues de esos ilustres vástagos de los Gómez de Pomar no sé nada cierto a la horapresente.Cuandosevieronenlacalle,sinhogar,oficionibeneficio,desaparecierondeaquí,ysesupoqueandabanporAndalucíabuscándoseelmododevivircomoeldiablolesdabaaentender.Alcabodelosaños,volvióunosolo,noasupueblo,sinoaeseotroqueestáencalabrinadoenaquellacúspidedeenfrente,yalcualpiensoquellegaremosenpocomásdeunahora.Allí,conelprestigioqueledabasuapellidoylafanfarriaquedesenvolvió delante de la hija de un hombre de bien que tenía algunas haciendas,consiguióqueésteselacedieraenmatrimonio.Estableciéronseencasaaparte,yalpocotiempo de ello apareció su hermano en el lugar, pobre y mal vestido. Acogióle elmatrimonio, como era natural. Por entonces los conocí yo siendo estudiante todavía,durante las vacaciones de verano, en la romería de la Virgen de las Nieves. Meparecierondemuymalacatadura,particularmenteelmayor,encuyosemblantedetorvay recelosa mirada, lo mismo que en el resto de su persona, se veían las huellas y elestragodetodassusmalandanzas.Elotro,elmenor,queeraelcasado,teníaunapalidezamarillenta, y unos ojillos de raposo, y una mueca de sonrisa, y un andar de sierpevenenosa,queestabanpidiendoelbancodecrujíadeunagalera, yel corbachodeuncómitre desalmado. Decían los que reparaban en ellos por conocerlos bien, que losvigilabamucholaGuardiacivil;seríaonoverdad;peroeraindudablequeelloshuíandela pareja que andaba en la romería, como el diablo de la cruz. Por aquellas calendas

hicieronunavisitaasutíodeusted,donCelso;peroteníaésteentoncesmásbríosymásagallasquehoy,yrespondióasutaimadaexposicióndenecesidadesentalestérminosyen talactitud,queno insistieronensupetición,nihanvueltoaparecerporTablanca.Poco después se largaron otra vez por esos mundos a buscarse la vida, con grancontentamientodetodoellugar,yhastadelapobremujerdeunodeellos.Aprincipiosde este otoño oí en Tablanca que había vuelto el casado y que por aquí andaba tansinvergüenzayharagáncomosiempre;peroyonolehevisto,nianadieheoídohablardeél.Con estas interesantes biografías y los comentarios subsiguientes, entretuvimos elcamino, sinuoso y endemoniado, dejando por nuestra derecha la cuenca del río quedistabayamuypocodesusfuentes.Al fin, llegamosalpueblo,encaramadoalláarribacomounnidodeáguilas, ymeguióNelucoalaúnicahospederíaquehabíaenél:uncasuchodemalamuerteconuncuartoen el soportal, y en el cuarto un toscomostrador y su correspondiente estantería conmediadocenadebotellonesyfrascosdevarioscolores,algunospaquetesdecigarrosyde cajas de cerillas, y media docena de vasos de otros tantos calibres; arrimado a laparedysostenidoportresestacassinlabraruntablónenbruto,decastañoabarquillado;delanteycomoalamitaddeestebanco,unamesadeigualmateriaydelmismoestiloque él; sobre la mesa, un jarro y dos vasos medio desocupados de vino tinto, y, porúltimo, sentados en el banco y con la mesa delante, dos hombres en los cuales ni elmédiconiyonosfijamosgrancosapordepronto.Después,ymientrashablábamosconel tabernero,Neluco, que los tenía enfrente,me dio con el codo yme advirtió con lamiradaquerepararaenellos.Híceloconatenciónyvique losdos teníanmuydistintopelajedel acostumbradoy corrienteentre los aldeanosdeaquellas comarcas: ofrecíantodoel aspectode los vagabundos famélicosde las ciudades; ambos llevaban labarbagrisamediocrecer,yelropajeobscuroymugriento,conmuypocasseñalesdecamisa.Enelunocreíver,omásbienrecordar,rasgosdelapinturaquemehabíahechoNelucodelGómezdePomarcasadoenaquelmismopueblo.Lasseñasdelotronocoincidíanennadaconlasqueyoconocíadelhermanosoltero.Eratodavíamásinnoblesucaraqueladeésteymásrepulsivoelconjuntodesupersona:teníaunchirloenlanariz,queseladividíacasipormitad,yunojomedioborrado.Se les conociómuy pronto que no les agradaba la insistencia con que losmirábamosNeluco y yo; y fuera por esto o porque ya nada tenían que hacer allí, apuraron elcontenidodeloscorrespondientesvasos,yselargaronhaciéndonosunligeroademándesaludo,perosindecirpalabra.Entonces dejó bruscamente Neluco lamateria que trataba con el ventero, reducida asaberquépodríaservirnosparatomaruntenteenpie,ycomenzóapreguntarleporlacastadelosdosparroquianosqueacababandesalir.Resultó,encuantoaluno,loqueyomepresumíayNelucodabaporindiscutible:queeraelGómezdePomarcasadoallí;elotrohabíavenidoconélenlosprincipiosdeoctubre,yjuntosvivíanydelamismaollacomían desde entonces, como grandes y antiguos amigos que eran, a expensas y adespechodelapobremujerqueaduraspenasteníalomásindispensableparaquenosemurierandehambrelosfrutosdesudesventuradomatrimonio.Sumaridofaltabapocasvecesdellugar,ynopasabaningunanochefueradeél;lasausenciasdelamigo,sinsermuchas, eranmás largas: solían durar dos o tres días. Preguntado el primero por sumujer…,ytambiénporelalcalde,acercadelaprocedencia,oficio,ocupacionesyplanesdel segundo, respondía que era un caballero perteneciente a una de las principalesfamiliasdeMadrid,arruinadoconlosnegociosdelaBolsa;habíaestudiadodejovenparaingenierodeminas,ypasabapormuyentendidoenellas.Sabía,porinformesadquiridosallá con otros inteligentes, que había una riquísima, de oro puro, en cierto sitio entreTablancayPromisiones;yenbuscadeellaandabacadavezquesalíadel lugar,mejordicho, lahabíaencontradoalprimertanteo,porqueeran infalibles lasseñasquetraía:los otros viajes que iba haciendo eran para estudiar bien los filones y la manera deexplotarlos.Encuantoacabaraeseestudioque le robabahastael sueño, sevolveríaaMadridparadarcuentadetodoaloscapitalistasquehabíandeemprenderlaslaboresbajo su dirección, asignándosele a él, para remunerar su trabajo, la mitad de lasganancias.Apesardeestosrumbosos informes, laGuardiacivil lehabíapedido lospapeles, igualquealúltimoperdulario;perocomolosllevabaenreglaynosemetíaconnadie,ninadiesequejabadeélylefiabaelvecinodellugarconquienvivía,nopasabanlascosasamásqueavigilarledelejos,lomismoqueasufiador,mientrasenelpueblosecerrabanlascasas al anochecer y no se dejaban, de puertas afuera, ni las gallinas en sus«albergaderos» provisionales. En cuanto al Pomar ausente, sólo se sabía de él, por

referenciasdesuhermano,queandababiendesaludyquenotardaríaenllegar,porquehabríaenlaminadeoroempleosdemucholucroparalosdos.¡MorrocotudosconsanguíneosmehabíaencontradoyoenaquellasalturasdeCantabria!TeníarazónNeluco:merecíanserconocidosdecercapormíelsolarylossolariegos.Porestelado,nomeibadandoelviajemotivospararenegardeél.Tomandoeltenteenpiequenossirvióeltaberneroconexcelentevoluntadypoquísimalimpieza,yreanimadoslosbríosdelascabalgadurasconnoséquébrozasnutritivasquesehallaronenelpajarde la tabernay enelgranerodeunvecino, volvimosamontarNelucoy yopara seguirnuestrocamino,delquenos faltaba todavía lomás largoy lopeor,segúnelmédicomedijoalcabalgar.Dejadoelpuebloatrásycomenzandoyaadescenderlacamberaporlaotravertientedelmonte,noshallamostopeatopeconlosdoscomensalesdemarras,queestabantomandoelsolarrimadosdeespaldasaunvalladoyapurandounascolillas.Entoncessetrocaronlospapelesen lo tocanteamiradas:consermucha lacuriosidadconque losmiramosnosotros, fueronmuchomayores lafijezay la intensidadde lasmiradasdeellos,sobretodolasdirigidasamí,yespecialmentelademiconsanguíneo.Nisiquieranoshonraronconelademáncortésconelcualsedespidieronenlataberna.Verdadestambiénquelacara que les pusimos nosotros no era para engendrar respuestas de cortesía. Alcruzarmeconellosllevéinstintivamenteladiestraalacintura,dondetenía,debajodelaespesa cazadora, un revólver de seis tiros, y bien sabeDios que no por recelo de loshombres.Neluco, que también le llevaba, pero enunade las pistoleras de su silla, sesonrióalobservarelmovimientoyconocermisintenciones,ymedijo:-Noirántanallálascosas,estéustedsegurodeello.Necesitanvivirbienconlajusticiahastallegarasusfines,siesquetienenalgunomaloentrecejas;ysiletienen,noesdeasaltar en despoblado al primer transeúnte que se les ponga a tiro. Sin embargo, noestándemáslasprecaucionescomolasnuestras,aunquehayansidotomadascontralasalimañas del monte, sin acordarnos de las vilezas de cierta casta de hombresdesconocidaenestoshonradosvalles.Detodasmaneras,prometoresarcirleaustedestatarde y esta noche, pero muy cumplidamente, con impresiones más gratas, de losamargoresquelevacausandoaustedensupaladardehombrehonradonuestrajornadahastaaquí.PedíleaDiosqueasífuera,ycontinuamosbajandoydepartiendoalacompasadogateardenuestrasfirmescabalgaduras.

-XIV-PordóndemeibaconduciendoelempecatadomediquillodeTablanca,meseríaimposibledecirloniaunconelplanodelterrenoalavista.Algunavezcreíhallarmeenunpedazode senda recorridadíasatrásen compañíadedonSabas;pero sindarme tiempoparasalirdedudas,dejabamiconductoraquelcaminotrilladoyechabapordondemenoseradeesperarse.Sucaballoeraunacabra,yélunaventoleraquelearrastrabaporlomásinverosímil de lo penoso y atrevido. Para aquel diabólico centauro, todo atajo eraandadero, lomismopor los jarales de las faldasquepor los riscos de las cumbres.Elcaso era rodear poco y llegar cuanto antes, según él decía, mientras dejaba yo encuarentenalasinceridaddesuafirmación,quebienpudieraserencubridoradeantojosirresistibles de un montañés tan castizo como Neluco. Porque es lo cierto que nosubíamos a una altura ni bajábamos a una hondonada sin que el médico hicieraardorosospanegíricosdeloqueseveíadesdearribaodesdeabajo.Paramí,quebrantadoeinsensibledealmaycuerpo,todoerayaigualydeunmismocolor;yhastadelvértigode losgrandes asomosestaba curado con la frecuenciade verlos aquel día; y cuidadoqueloshubotantremendosydesendatanangosta,retorcidayladeada,queelmismoNeluco se apeó para pasarlos… tapándose la cara con el sombrero por el lado delabismo.Debajadas«pendias»,nosediga:aquellofuedespeñarsemásquebajar.Cuandomenosloesperaba,meencontréenelPuerto,quemepareciómenosinteresanteque laprimera vez, porque le veía a la inversadeentonces, con la línea insulsade lasierrabajaporgranpartedesufondo,enlugardelasgrandiosasmontañasqueenestasegundavisitaibanquedandoamiespalda.Tambiénflotabansobreéllasnieblas,comoen el monte por donde habíamos subido, y también lo deploró Neluco, porque meimpedíangozardel espectáculo admirable, que tantomehabíaponderadoChiscoa sumodo.Pero¿quépodíafaltarmedeverenpuntoapanoramas,despuésdelosquehabíavistoconelCuradesdemuycercadeallí?Referíle,mientrasnosinternábamosenaquelescabroso desierto, lo del oso «hecho un reguñu» encontrado allí la otra vez, segúnafirmación de mi espolique. No le sorprendió el caso, porque tenía noticia de otrossemejantes.Sinembargodelocual,meañadió,enaquelmismopuertopastabanenlosprimeros meses del verano, y sin riesgo alguno por lo común, muchas cabañas deganado,hastadelosvallesdelamarina,yaunmeenseñóalgunaschozasdevaqueros,recientementeabandonadasyquemuyprontodesapareceríanbajolanieve.Tampocomepareció tan larga como la primera vez la travesía, ni tan fatigosa la contemplacióncontinuadesuaridez,locualpudoconsistirenquehicelaentradapordistinta«puerta»quelasalidadeentonces,oenelhábitoadquiridoyapormídeandarentremontañas,ymuyprincipalmenteenloagradabledelacompañíadeNeluco.Al fin traspusimos la cumbre de la sierra que limita el Puerto hacia el Sur, y volví acontemplar la verde y extensa planicie del valle de los tres Campóes. Con aquelespectáculoreviviómiespírituadormilado,ycomencéarespirarconavidezelairedelahermosavega,comosimehubierafaltadohastaentonceselnecesarioparalavida;casoquenoadmiróaNelucoporlorarocuandoseledeclaré,porque,porunaleyfisiológica,delpeso«ideal»delasgrandesmolesqueagobiaalosespíritusavezadosalasllanurasabiertasydespejadas,participaelorganismofísicotambién.Bajandosincesarnuestrascabalgaduras,queyanopodíanconelrabo,por lossenderosqueyohabíaconocidoalsubir,amediabajadasesaliódeellosNelucoytomóporotrohacialaderecha.Apocorato de andar en él, descubrimos en el extremo del valle más arrimado a aquellaestribaciónde lasierraydebajodenosotros,unagran torreseñorialconungrupodeedificiosagregadosaella,acortadistanciadeunpueblecilloagrupadoenunafrondosarinconadadelmonte.Señalandoalpuebloyluegoalatorreysusaccesorias,ydeteniendoalmismotiemposucaballo,medijoNeluco:-AquellugarejoesProvedaño,yaquíestáelfindenuestrajornadadehoy.Despuéstendió lavistaporelesplendentepanoramadelvalle,y fuedándomesobreéltodaslasnoticiasquemehabíadadoChisco,yotrasmuchasmás.Convinoconmigoenquesindejardesermontañéstodoelconjuntodelpaisaje,teníaimpresoyaensuslíneasyensustonoselinflujodesusvecindadescastellanas,ycontinuamosbajando.Cuandoacabamosdebajaralvalle,yonomesatisfacíaconesparcirlavistasobreél,niconaspirar la fraganciadesuspraderasaterciopeladas:mehubierarevolcadoenellasdebuenaganacomounabestia;ycomounabestiaenvidiabaalasqueandabanlibresy

paciendoporallí.ConsultéconNelucoestabestialocurrencia,y lacelebramos losdoscon grandes risotadas; pero así y todo, no faltaron un par de razones, fisiológicastambién,apuntadasporelmédicoydiscutidasporambos,paraexplicarelantojomuy«racionalmente».ResistiéndosetodavíaNelucoaampliar losescasos informesquemehabíadadoporelcaminosobrelapersonaaquieníbamosavisitar,anduvimosporlollanouncortotrecho,yllegamos,noalatorre,sinoalatraseradeuncuerpodeledificioqueseuníaaellaporelmurodeunaportalada.Entreesta fachadadeledificioynosotrosse interponíaotromuromásbajoquelaamparabaentodasulongitud,yporencimadeestemuroseveíauncarrodebueyesarrimadoaledificioyparaleloaél;enelcarrohabíaunacargadeheno«verde», segúnmimododever, y segúnelmásautorizadodeNeluco,de retoño«seco»; y sobre la carga, un hombre de alta estatura que lanzaba con impetuoso bríograndes«horconadas»deellaaunboqueróndelapared,dondelasrecogíaotrapersonaylasconducíamásadentro.Nadadeparticularteníatodoesto;perosílotuvo,ymuchoparamí,loquesucedióenseguida;yfueque,vueltoderepentehacianosotroselhombrequedescargabaelcarro,ymientrasnosmirabafrunciendomucholosojos,apoyándosegallardamenteenelhorcónclavadopor suspuntasenelheno,observéqueNelucosedescubría delante de él y le saludaba con el nombre del caballero a quien íbamos avisitar.Descubrímeentoncesyotambién,llenodeextrañeza,ynosapeamoslosdos,casialmismo tiempoqueeldescargadordelheno saltabadel carroabajo,muydiligente yairoso,porlarabera.Representabacincuentaaños,biencorridos;teníabuencolor,lacabezamuypobladadepeloalborotadoyrecio,lacarapequeñayenjuta,yaúnparecíamáschicadeloqueera,por lo espeso de la barba que le ocupaba la mitad; la barba y el pelo, empezando aencanecer; lafrenteancha,ydestacadoelentrecejo; lanarizcurva,y lamiradadesusojuelos verdes, firme y escrutadora; cara, en fin, cervantesca y un tanto «aquijotada».Daba grandes pasos con sus largas piernas al dirigirse a nosotros que le salimos alencuentro,ybalanceabaelcuerpo,nervudoycenceñoyalgoinclinadohaciaadelante,alcompás de las zancadas; vestía un traje modesto de paño obscuro, fuerte y barato, ycalzabaabarcasdetarugos.ConocióalmediquillodeTablancayleabrazómuyregocijadoycariñoso;amímesaludóconlacortesíaylosademanesdeungranseñor,delosexquisitamenteeducados;porqueloshaydeellossinpizcadeeducación.Cuandosupoquiénerayo,porbocadeNeluco,estrechóconefusiónmimanoentre lassuyas,quemeparecieron,por lo fuertesyaunporlaasperezadesuspalmas,mejorquedecarneyhueso,delrobleseculardeaquelloserguidosmontes.Convozdeescasotimbreyalgodesafinada,comoladetodoslossordos,puesloeraélymásqueengradode«teniente»,medijo:-Nolepidoaustedperdónporloshábitosyocupacionesenquemeencuentra,porquesituvieraamenguaemplearmetanamenudocomomeempleoenestasrudaslabores,nomeempleara.Nomedanellas todoelpanquemenutreelcuerpo,peromeayudanaconservarle;ycomoalaparqueconvenientes,mesonmuyagradablesylastengoporhonrosas,¿aquéacusarmedeellascomodeunpecadocontralostimbresdemilinaje?Alsaberdespuésqueíbamosconpropósitodepasarallílanoche,volvióserápidamentehaciaNelucoyledijoconafablesonrisa:-Puesdeesemodo,yyaqueconocesbienlacasa,encárgatetúdehacerloshonoresdeella a este caballero, mientras yo doy aquí abajo algunas disposiciones que sonnecesariasparaquedarenteramentealadeustedes.Entren,pues;suban,pidanytomencuantoapetezcandeloquehaya.Conestomeempujósuavementehacialatorre;cogióenseguidalosdosjamelgosporlosbridones, y los arrastró materialmente hacia la portilla por donde había salido delcercado,mientrasllamabacontodasuvozalsirvientequedebíaencargarsedeellos.GuiómeNeluco y seguíle yo: estabaabierta laportalada, embutida entre la torre yunextremodelosedificiosqueformandosladosdelaespaciosacorraladaenqueentramos,cerrándola por el otro lado unmuro que une otra esquina de la torre con la fachadafronteradelaescuadradeedificios.Estoserantres,aunqueenunasolapiezaydeunamisma altura, y de distinta época cada uno de ellos; pero todosmásmodernos que latorre, particularmente el principal. No era esta casa tan ostentosa como la de losPomaresdePromisiones;perosítan«biennacida»,ydesdeluegomásranciadelinaje.Buenahuertaygrandescercadosenlasinmediacionesdelacorralada.Lomásnotabledetodoellofueparamílatorre,delaquedabandosfachadasalcorral,enunadelascuales,ynoensucentro,estabalapuertadeingresoaella,bajayangostayreforzadaconenormesclavosygrandesbarrotesdehierromohoso.Teníacuatropisosyterminaba

en un gracioso parapeto con gárgolas de piedra para desagüe del tejadillo apuntado.Pareciómeunaconstruccióndevenerableantigüedad,ynomeequivoquéenelsupuesto.Despuésdedarunvistazogeneralatodosaquelloscaracterísticosaccesorios,cuadrasygallinerosinclusive,delamansióndelcaballeroaquieníbamosavisitar,ysiemprebajoladireccióndeNeluco,seguíleyoestragaladentroyescaleraarriba,yasíllegamosalapiezaquepodíallamarseestradoosalónderecibir,amplia,conlucesaungranbalcóndehierro,devigueteríadescubiertaysuelodereciastablasdecastaño.Colgabandelasparedesalgunos retratos viejos, de familia, por ordendeantigüedad,desde la cotademalla hasta la peluca y las chorreras; dos grandes cornucopias de talla dorada,semejantesalasquehabíaenmihabitacióndelacasonadeTablanca,yunSanJerónimopenitente,muyestropeado.Losmueblesnoguardabanestiloniordenniconcierto,yencadaunodeellosyenelconjuntodeloqueconteníatodoelsalón,yenelsalónmismo,se echaba muy de menos la huella de la hábil mano de la «señora de su casa», quefaltaba en aquélla por no haberla necesitado aún su dueño para arrojar la cruz de susoledad,quenodebíapesarlemucho.Deseguroquenohubieraconsentidoesaseñorarimeros de libracos viejos y apolillados sobre el sofá dedamasco rojo, ni unbancoderobletalladoentredossillasderepsverde,nidospedruscoscélticosyunaescombreradecascotesromanosencimadelbancoderobleydelaconsoladenogal,noobstanteserlos unos y los otros buena presa del solariego en sus incesantes exploracionesarqueológicasenaquellascomarcasysusaledaños;niunaescopetadetrásdelapuertadel balcón, ni una colodra colgada de un retrato. También hubiera hallado la señoraausentemuchoqueordenar,osiquieraquedespolvorearyaunquebarrer,en lapiezainmediata,queeraeldespachoocuartodeestudiodelseñor.Porque¡válgameeldeloscielos!¡Cómoestabatambiéndelibrosfueradesusestantes,yderesmasdeperiódicos,ydefajosdepapeles,ydemontonesderevistas,ydehuesos fósiles,ydecandilejasy«escudillas» romanas, y de bronces herrumbrosos, y de ejemplares de panojas demuchascastas,enlassillas,porlossuelos,enlamesadeescribirycreoquehastaenelaire!Andando en estas investigaciones, se nos presentó una mujer más que cincuentona,limpiayafable,apreguntarnosquéqueríamostomarmientrasllegabalahoradelacena,que en aquella casa era la de las ocho; porque barruntaba que debíamos de venirdesfallecidos…Dímoslelasgracias,asegurándolaquedeningúnalimentonecesitábamoshastalahoradecenar,yvolvióadejarnossolos.TodavíasenegabaNelucoasuministrarmelasnoticiasqueyolepedíasobreelmododeserdeaquelcaballerodetanextrañasyllamativasprendas,porquepreferíaquefueraélmismo dándoseme a conocer… y «después hablaríamos». Por de pronto, leyendo losrótulosdealgunos librosde losestantes,sacóelmédicounodeellosy lepusoenmismanos.-Esta es obra suya -me dijo al mismo tiempo-, recientemente impresa por la RealAcademiaEspañoladespuésdehaberlapremiadoenpúblicocertamen.Titulábase: Ensayo histórico, etimológico y filológico sobre los apellidos castellanosdesdeelsigloXhastanuestraedad.-Y esta otra -añadióNeluco,mientras yo leía el índice de la primera,mostrándome elrótulo de otro libro-: Noticia histórica de las behetrías, primitivas libertadesCastellanas…Estelibroesunasombrodeerudiciónydeingenio,yesmuydeadmirarpor el «montañesismo»que respira, y el tradicionalismo«científico» ypatriarcalmentedemocráticoenqueestá inspirado.Demuéstraseenél,entreotrascosas,por las leyesdelConcejo,laantiguaysumaimportanciadelaganaderíaenlaMontaña.Yéstamás,LosEddas,traduccióndelpoemadeestenombre,algocomolaIliadadelossuecos:esempresadelosalboresliterariosdenuestroamigo.Después,encadaperiódicoyencadarevistade losqueandandesparramadosporaquí,hayalgún trabajodeerudiciónodecrítica,ytodosellosenderezadosalbienyalamayorgloriadelaprovincia,quelatienemuyseñaladaencontarleaélentresushijos,yparticularmentede lacomarcaenquenació,viveydeseamorir…¿Veusted?…LosGarcilasos…admirableseriebiográficadeesta dinastía de guerreros y de poetas de entronquemontañés…Veamos qué rollo eséste…tireustedhaciaallá,porquenovaacaberenlamesa…Unplanohechoyfirmadopor él, y bien recientemente. Ya tenía yo alguna noticia de este trabajo estupendo.Proyecto de encauce y riegos delHíjar desdeRiaño aReinosa…Parece la obra de unconsumadoingeniero…Puesdesegurotieneestecartapaciollenodeapuntesdetrabajosen preparación. ¿No lo dije?… La parte de los navegantes montañeses en eldescubrimientodeAmérica…Biografíadel célebrepoetadramáticoD.PedroCalderóndelaBarca…JuandelaCosa…-Meconstaquetienedosnovelasyunaleyendainéditaporquehevistolosmanuscritos,

históricasymontañesastambién…Desuestilogallardo,brioso,castellano limpio,netocomolasangrequecorreporsusvenas;desumododeverydesentirlatierramadreydecantar suhermosura, ya se iráustedenterandocuando leadmireen susescritos…Pero¡canario!permítameustedqueledigaconestafranquezaquedebedehaberentrehombresformalescomonosotros,quenotieneustedperdóndeDiosalobligarmeamíaqueleenteredeestascosasquedebieranserlemuyconocidas,siquieraporloquetienede montañesa su sangre, ya que no (aunque esto debiera bastar) por ser toda ellaespañola.Tenía razónNeluco, y así se lo confesé con lamayor frescura. ¡Ah, pues si él hubierasabidohastadóndellegabamiignoranciaenesosparticulares!…¡quetodamierudiciónbibliográfica española cabía holgadamente en un papel de cigarro! Fuera de losescritoresdeMadrid,noconocíaunosolo,nidenombre.Porfortuna,noinsistióNelucoeneltema;quesi insiste,cantodeplano.Y¿aquénegarlo,sieralapuraverdadyyo,hastaentonces,nomehabíaavergonzadodeella?Enéstasyotras,comoyaanochecíayandábamoscasiatientasentrelospapelotesdeldespacho,volvimosalsalón,precisamentealmismotiempoqueentrabaenélelseñordelacasa,conunquinquéencendidoenlamano.Nospidióperdónporlatardanzadespuésdedarnoslasbuenasnoches,ycontinuóandandohaciasudespachoencuyamesapusoel quinqué. Retrocedimos tras él nosotros… y ¡nueva sorpresa para mí! El rústicodescargador de yerba había sustituido los burdos ropajes del oficio con una levitacerradaytodoslosaccesorioscorrespondientesaesaprendadesempiternadistinción,inclusoelaliño,muyesmerado,delabarbaydelcabello.Másqueunseñordealdeaconresabiosde labriego,meparecióentoncesaquelsingularcampurrianounpersonajedecorte, unministro, o cosa así, que sedisponía a dar audiencia. Tanbien le sentaba lalevita,ytanaseñoradoseransusmodales.Como al andar enfrascado en estas reflexiones le mirara yo de arriba abajo con maldisimuladacuriosidad,notólaélymedijosonriéndose:-Nocreausted,amigomío,quemehevestidoestosatalajesseñorilesparaqueseveaquelostengo.Nolleganatantomisflaquezasdeinfanzónsinprivilegios.Nelucolosabebien. Pero me gusta dar a cada cual lo que merece, y no tengo todavía bastantefranquezaconusted,queescaballeroyhombredemundo,pararecibirleenmicasa,porprimeravez,vestidodecarretero.Va,pues,conusted,comohaidoantesconotros,esteceremonial; y no me lo agradezca, porque es deuda de homenaje que le rindo muygustoso.La verdadesquenohallé enmi repertoriode fraseshechas y aceptadasen la«buenasociedad»para«cumplir» en lances tales, unpardeellasqueentonarandebidamenteconaquelmodelodehidalga cortesía, y quemedespachédemalamanera con cuatrovulgaridades ramplonas, mal hilvanadas y entre dientes. Enseguida empezó lo quepudierallamarse,enestiloparlamentario,lasesión.Recién llegadoporprimeraveza laMontaña,oriundodeellayvástagodeuna familiaconocidísimadel señoraquél, evidenteeraquehabíade seryo lamateriaprimade laconversación que se entablara allí. Y eso sucedió. Respondiendo a sus discretaspreguntas,fuientregándole,conelpasaporte,todamihojadeserviciosymerecimientos,que, enDios y enmiánima lo juro,nuncameparecieronmenosnimásdignosde serdesconocidos;yesoquesólodeclaré losmás indispensables.Algosaquéen limpio,sinembargo, y de mi gusto, de la ingrata tarea, y fue el conocer, a mi vez, algunosantecedentesdelavidaymilagrosdemirespetablehuésped;entreotros,quedespuésde terminada su carrera de abogado, había sido, durante algunos años, periodista enMadridalamaneradeentonces,tandiferentedeladeahora,discutiendoyexponiendomuchoybatallandopoco;gallardíasdetorneomásqueguerraimplacabledepasiones;yquehabía vivido largo tiempo en varias provincias deEspaña, unas veces por gusto yotrasdesempeñando,cargospúblicosimportantes.Tras éstas y otras análogas materias, vinimos al caso concreto de mi llegada a laMontañaysusmotivos.¡Ah,quéatinado,quéelocuenteyqué«hondo»estuvoenesteparticularaquelcaballero!¡Qué bien conocía a mi tío, qué magistralmente me le pintaba, y cuán sinceramentedeplorabasuestadodesaluddespuésdehaberoídodebocadeNelucosu irrevocablesentenciademuerte!-NosabeTablancaloquepierdeenél-nosdijo-,nilosabránlosvallescircunvecinos,quetanpocosepaganhoydesuraroejemploydesuobraadmirable.Puessobreestaobra,¡quécosasmedijotambién!Ensuconcepto,sólopodíanestimarlaloshombresesforzadosquesepasabanlavidaconsagradosalmismogenerosoempeñosinlograrfrutoalguno.¿Noteníantodoslosterrenoslosmismoselementosdefertilidad?

¿Habíadiferenciasdeconsideraciónentresemillasqueparecíanidénticas?¿Dependíanlosfrutosdelamaneradesembrar?Élnosabíaaquéatenerseenvistadeloqueleibaenseñandolapropiaobservaciónenmuchos ejemplos que había estudiado muy de cerca. A veces veía un mal común yrelativamentenuevo,queleparecíalacausamediatadequeseestrellaranenelfracasolosmásheroicosydesinteresadosintentos;pero¿porquénosehabíanestrelladolosdedon Celso en el mismo escollo? Es verdad que don Celso había recibido de algunosantepasados suyos bien dispuesto y preparado el campo para su labor benéfica; perotambién se había dado este caso en otras partes, y, sin embargo, el mal nuevo habíalogradotriunfarenellas.PertenecíadonCelsoaunacastadehombres,muycontados,queposeen,comoundondeDios,elinstintodeverelladoprácticodetodaslascosas,ylavirtuddeimponerse,sinaparatosretóricosniartificiosteatrales,alasmuchedumbresmásindóciles,ydearrastrarlashastalosúltimosextremosdeloheroico.Deestamaderahabíansidolosgrandesguerrerosylosciudadanosmásinsignes.¿Estaríaelméritodesucosechaenéstesumododesembrar?Detodasmaneras,laobrademitíodebíadevivireternamente,comoladeotrosmuchosbienhechoresdesuíndolegenerosa.Yporaquívino,porsuspasoscontados,loqueestabayoviendovenirratohacía.-Esusted joven -llegóadecirme-,hechoyamoldadoa lavidamuelleyregalonade lasgrandes ciudades, y extraño enteramente, menos por su sangre, a este mundo enpequeño que rebulle y se agita entre los repliegues sombríos de estas comarcasgrandiosas. ¡Qué lástima -añadió-, que todo esto junto sea un obstáculo, aunque noinvencible, para que la labor de donCelso en Tablanca tenga en usted un apasionadocontinuador!Porquesiustednoloes,¿quiénvaaserloya?Eludiendounarespuestacategóricaaestainsinuacióntanterminante,despachémeconun«¿quiénsabe?»medioenbroma,yestapreguntaquedebíadealejarmásdesutemaalcaballero:-Yenestascomarcas,¿cómoandanesascosas?-¡Oh!-merespondióenelacto,conunademánquevalíatantocomodecir«nohablemosdeeso»-. Por acáquisiera yo ver adonCelso…aunque ¡vayausteda saber!…Loquepuedoafirmarleesqueyo,conlapluma,conlapalabra,conelejemplo,dedía,denoche,no he cesado de cumplir conmi deber: a eso he vuelto aquí, a eso consagro todomitiempo,enesogastomisaludymicortocaudal…todomenosmiperseverancia,queesindestructible…perocomosisembraraenunapeña;porqueelmalnuevoarraigómuyhondamenteaquí,oyonomedoybuenarteparaextirparle.Seguidamente, y como para orientarme a su gusto en el terreno de que se trataba,comenzóahablarme,comosi lofueraleyendoenunlibro(taleseranlaabundancia,laclaridad y elmétodo de lo queme exponía), de la organización patriarcal de aquellospueblos desde las primeras «Hermandades» que se formaron en el siglo XIsimultáneamenteconlasCruzadas,desenvolviendoamisojoselcuadrovastísimodelahistoria desde entonces acá, en rasgos tan breves como vigorosos y expresivos, yenlazando con los hechos más culminantes de ella y más gloriosos, los de aquellahumilderazadeobscurosmontañeses.¡Oh!yo,quesólolosconocíavagamenteporlosditirambospompososdemipadreensusexaltacionessolariegas,¡cuántoaprendíaquellanoche,yconquégusto,acercadelas interesantesvicisitudesporquehapasadoaquelesquivorincóndelmundo,aquellaregióncantábricatanignoradadeextrañosyaundepropios!Entoncescomprendíloquevalíanloslibrosylasinvestigacionesarqueológicasde aquel hombre, destinados a reivindicar para su «patria chica» las glorias que se lenegabanenlagrande,sacándolasdelpolvodelosarchivosydebajodelascostrasdelatierra.Llegadosporcaminostanplacenterosalprosaicoterrenodeldíapresenteyatratardenuestropuntodepartida,delllamadoporél«malnuevo»enaquéllasyotrascomarcasrurales,díjonos,interrumpiendoloqueyohabíacomenzadoaexponerycomosalvedadqueconceptuabanecesaria:-Deboadvertiraustedesque,aunqueloparezcoenocasiones,nosoy,niacienleguas,unapasionadociegodetodolopasado.Creo,porquealavistaestá,quelascosassevanmodificando a medida que corre el tiempo, y lo del refrán castellano que «a otrostiempos,otrascostumbresyotrasleyes»;peroquiero,sindejarporesodeserhombredel día, antes al contrario, por lo mismo que lo soy, que esas modificaciones de lascostumbresydelasleyessederivenporsupropiopeso,digámosloasí,delanaturalezade lascosasmismas;que las leyesseacomodenalmododeserde lospueblos,no lospueblosalasleyesdeotraparteporqueenelladenbuenosfrutos.Notodoslosterrenossonigualespararecibirunabuenasemilla,comoyadecíamosantescircunscribiéndonosalapequeñezdeestascomarcasagrestes;quiero,enfin,queloquesehapromulgado

porbuenoyenlaaplicaciónharesultadomalo,semodifiquesiquiera,paraevitarnuevosdesastres.Yconestasalvedad,continúodiciendoqueenlaimposibilidaddequemalesde tan hondas raíces se extirpen con el trabajo aislado de los hombres de buenavoluntad,yolediríaalEstadodesdeaquí:«Tómate,enelconceptoquemásteplazca,loqueenbuenayestrictajusticiatedebemosdenuestrapobrezaparalevantarlascargascomunesdelapatria;perodéjanoslodemásparahacerdeelloloquemejornosparezca;déjanosnuestrosbienescomunales,nuestrassabiasordenanzas,nuestrostradicionalesylibresconcejos;enfin(ydiciéndoloa lamodadeldía),nuestraautonomíamunicipal,yCristocon todos.»Sideestamaneranose lograel finqueyobuscoyha logradodonCelsoensuvalle,leandaríamosmuycerca.Pero¿cómohadedársenosesosihadevivirel desastrado sistema que nos rige y del cual reniegan ya sus más fervorososadmiradores?Omejordicho,¿cómohandevivirsinelamparodeél,talcomoestá,loshombresquehoyseusanynosgobiernan?¿Cómohandeseramosyseñoresdevidasycaudalessino tienenensusmanos todos loshilospor loscualesseconducehasta losmás escondidos rincones de la nación la voluntad, la amenaza y el zarpazo de laverdaderatiranía,milvecespeorquelamuerte?…Ypuntoyaparte,porquesicontinúopordondevoy,pierdolosestribos.Nelucoyyo,quelehabíamosoídoembelesados,leaplaudimosdemuybuenagana,sobretodoNeluco,queerauncantabrazocomounaloma;ycomolasesiónhabíasidolargayentró lamujerdeantesaprevenirnosqueestaba lacenadispuestayapreguntarasuamosilaservíaporquehabíandadoyalasochoenelrelóde«alláatrás»,decidimosalpuntoafirmativamenteNelucoyyo,porcortésdelegacióndeaquél;apoderósedelaluzlasirvienta; saliódeldespachodelantedenosotros,y la seguimos los tresalcomedor,queeraotrosalónbastantedestartaladoymuyfrío,situadoalNortedelacasa.

-XV-Lacenanofuemuyvariada,peroabundanteysabrosa.Allítodoparticipabadelcaráctersanoyausterodelseñordelatorre.Carneylecheendosotresformas,yalgúnfrutodelatierra.Pocomásomenos,comoencasademitío.Perolaamenidadquelefaltabaalacenaporsupropiasencillez, lahallábamosNelucoyyobiencumplidaenlapalabradenuestronobleanfitrión.Aquelhombreeraunpozolleno,rebosandodesaber,yencuantodesplegabalos labiossaltabanloschorrosdeello.Teníaelsuelopatrioembebidoenlamasa de la sangre, y por donde quiera que andaba con sus imaginaciones y susdiscursos,ibaapararaél,ydeélhablabahastaconlalenguaextrañadelospoetasodeloshistoriadoresodelosgeógrafosdelaantigüedadquelehabíantraídoacuentoensusestrofasoensuslibrosinmortales.Yenestatareaempeñado,teníaavecesinesperadasysúbitassalidasdesucarril,aunquenodelcampodesusdisertaciones,verdaderamentegeniales. Había demostrado, verbigracia, en un hermoso periodo, cómo la regiónmontañesadelNortedeEspañafuepobladapor losgriegosantesquepor losfenicios,con textos de Mela y de Strabón, según los cuales estos historiadores hallaroncostumbres griegas en la Cantabria independiente hasta el tiempo de Augusto,añadiendounalargalistadeotrasqueaúnseconservanhoyenaquellosvalles,comoelcantar de bodas, traducción, y quizás música, de los epitalamios griegos, y laslamentacionesporlosdifuntos,ysaltódeprontoconladeclaraciónterminantedequelafamosa«Jota»quenosolamentesecantaenAragónyValencia,sinoenNavarraymásarriba, hasta el nacimiento delEbro en aquel valle deCampóo, eramás española queafricana(¡nuncahabíasoñadoyoquepudieraexistiresaduda!).Yenseguidavinieronlasprobanzasoriginalísimas.-Además -recuerdo que añadió-, conservamos en la Montaña el baile guerrero dehombressolos,semejantealzorcicovascongadoyala«danzaprima»deAsturias,hijostodosdelosbailesceltasyceltibéricosconqueenlasnochesdelunallenasecelebrabaaunsoloDiosvagamenteconocido.Yonosésitodoestoeracreíblealpiedelaletrayfundamentosólidoparasutesis;perodesdeluegoerasimpáticocomochispazoescapadodelmartilleosobrelaprincipal,hartomásseriaydemostrable.SalieronaplazatambiénmisexcursionesyentretenimientosdesdequehabíallegadodeMadrid. Díjele por dónde había andado y la cumbre más alta a que había subido encompañíadedonSabas.-Bienelegidoestuvoelobservatorio-merespondió-,aunquelosconozcomejorestodavía,como losconocerádonSabas, sibienno tana lamanocomoése,quees lo suficienteparaadmirarlaNaturalezaenunodesusaspectosmásesplendentesunnovicioenesascosas.Desdeeseobservatorio-prosiguióentusiasmándose-,tendríaustedalaespaldalasrocassiemprenevadasenqueviveasusanchaslagamuza;másabajoelverdeobscurodelosrobledalesjuntoalclarodelashayas…enfin,eloasislebaniensedondelavidyelolivovegetancomoenAndalucía,comoenRiojayAragón,cuyascumbrespudodivisarporelotroladosiguiendolaondulantemarchadelEbro.MirandoalNorte,columbraríanuestro mar, nuestro Cantábrico tremebundo; y al Mediodía, la inmensa planicie deCastilla laVieja. ¡Hermosacátedraparauna leccióndeHistoriaMontañesa!…Aunquelejos,sedistinguetambiénlarocatajadaquepermitecerrarconunaportillaelpuertodeAliba y el despeñadero en que vino a concluir la oleada mahometana rechazada enCovadonga; al Este, después de Reinosa y de la pantanosa llanura de la Vilga, unamontaña bruscamente cortada como por la mano de un titán, dejando aislada unapuntiaguda cumbre: aquél es el «Cuerno deBezana», y a sumismo pie hay otras dosmaravillas naturales: la cueva de Sotos-Cueva, cuyo fin nadie ha tocado, porqueprobablementeacabaenmaravillamayor:unlagosubterráneodondesesumenlasaguasdetodoaquelvalle.AllíhubootrabatallacomoladeCovadongayenaquelmismosiglo,aunquenofuetancelebradaporquefueronvencedoreslosmoroscordobeses.Alpiedeotra sierra que se desprende hacia el Sur y vuelve al Este encadenando al Ebro, estáBrañosera,ypocomásabajoAguilardeCampóo,lamanidadeososyelnidodeáguilas,principiodeotroraudaldehombresnomenosfieros,quedespuésdeasolar,almandodeAlfonso I, los campos góticos fueron repoblándolos lentamente de castellanos. En fin,paraacabarprontoestebosquejodelgrancuadroquesólopuedeapreciarsedesdeaquelpuntodevista, siquisousted recrear la suyaen la contemplacióndeotrabellezamásque las naturales, también la hallaría debida a lasmanos del hombre: vería cruzar su

espíritudefuegotajandoelcerrodondeestuvoJuliobriga,horadandomontañascomoelrayo; y siguiendo con la vista su penachodehumoque ondula y desaparece entre losvalles,divisaríaen laplayael findesuviaje,Santander.Todavíamisojoscuentanunopor uno sus palacios y casas principales, y descollando sobre todas, la de Dios, laCatedral. Pues con sermuchas y grandes estasmaravillas que usted vio, aun puedenversemás ymayores.Buenaocasióndeello tieneustedahora,porqueel observatorioestámenoslejosdeaquíquedeTablanca,yyomebrindoconmuchogustoaservirleausteddeguía.Agradecí en el alma la invitación; pero me excusé de aceptarla, fundándome en lapromesa hecha a mi tío de volver a su casa al día siguiente, y en los deberesprofesionalesdemiacompañante,queleobligabananoalejarsepormuchotiempodesupartido. En rigor de verdad,me sentía yomuy poco tentado de lo que seme ofrecía,porquenoestabamicuerpo,hechoalheña,paramaceradodenuevosinotroestimulantemásenérgicoqueeldeverunpanoramaalgomásextensoqueelqueyahabíavisto.-Como,ustedguste-merespondióelobsequiosocaballero-,yloquemásgratoycómodolesea.HablandodelcaminoquehabíamosllevadohastaallídesdeTablanca,nopodíaomitirselodelacasadelosGómezdePomar,nilodelencuentroconunodeellosenelpueblodemás arriba. A todo este relato prestó grandísima atención nuestro huésped, pero sindecirunapalabradurantenidespuésdeél.Todassus impresionesestallaronenungestoyunademánenquesetransparentaban,centelleando,larepugnanciaylaconmiseración.La sobremesa había durado cerca de dos horas, como nos lo hizo notar el caballerojuzgandoquedesearíamosdescansar;ycomoéstaeralaverdad,aunqueestábamosmuybienentretenidosasulado,dioseporterminadalaconversación,condújonosanuestrosrespectivosdormitoriosyencerrémeyoenelmío,contemplandolacama,deanticuadaforma, pero limpia y bienmullida, como la tentaciónmás seductora de cuantas habíasentidodesdemisalidadeTablancaalamanecerdeaqueldía.Caíenellechocomountroncoderribado,dudoso,enelcrepúsculodemisomnolencia,entresimederribabanlosquebrantosdemifatigosajornadadetodoeldía,oelpesodela balumba de «cosas» queme había ingerido en el cerebro adormilado la inagotableerudición del solariego. Celtíberos, Agripa, legionarios, Augusto, cántabros, godos,mahometanos, Guadalete, Covadonga, Don Pelayo, las Cruzadas, Sotos-Cueva,panoramas esplendentes, campos sangrientos de batallas, rocas escarpadas, negros yrugientesabismos,elCantábrico,lasdanzasguerrerasalaluzdelaluna,loslamentospor los difuntos… todo esto semovía a la vez y rechispeaba en las oscuridades demicabeza;yaldesacordadosondesusestrépitosyalpesodesus ferocessacudidas,medormí.Perosiguióladanzadelasvisionesdándometemaparalosdeliriosdemisueño.Aquello parecía el fin del mundo: legiones enteras de romanos despeñándose por lasladeras de los montes; masas de huestes africanas hinchiendo los desfiladeros deCovadongayahogándoseenlapropiasangrequecorríaporelfondotenebrosodetodaslasbarrancas;después,huyendodespavoridadelapersecucióndelosfierosmontañeses,otramasa,ladelossobrevivientesmahometanos,trepandoPicosarribaentrelosaullidosde la tempestad, para ir a despeñarse a la vertiente opuesta y bajar convertida enrimeros de cadáveres con las enrojecidas aguas del Deva, hasta desaparecer entre elfiero oleaje del embravecido mar Cantábrico, que también ayudaba a los cristianoscontra losmoros.Águilas y buitres cerniéndose sobre aquellas carnicerías espantosas;picachos desgajándose por sí propios para consumar la obra exterminadora de losvalientes mesnaderos de los señores godos de Cantabria; cuevas sin fin, oscuras, deenormes antros, fríos y viscosos, repletos de moros y romanos descuartizados yhediondos; bosques inextricables en que se perdían la senda y la respiración; rocastajadas sobre abismos insondables; gemidos de agonía entre gritos desaforados delibertad; valles risueños inundados de luz; danzas, cánticos y juegos en sus praderasrozagantes,ypazyabundanciaensushogaresrústicos;después,lanubenegracargadaderayosypedriscos,pasandosobreelloempujadaporel soplode loshombresmalos,arrasándolo todo, haciendo estériles los campos fecundos y trocando en odios y enguerras implacables y continuas, el amor y la paz que antes reinaban entre sushabitadores. Y a todo esto, en los campos de batalla, en los desfiladeros, en lasescarpadasladeras,entodaspartesdondehabíamoros,oromanos,ogentesenemigasde la fecristianaode laspatrias libertades,odelcomúnsosiegoode los fuerosde lajusticia, se veía, veloz como la centella, fiero como el león, un hombre largo y enjuto,cabalgandoenunrocíndeescasatalla,sincasconiarmadura,conlacabezadescubiertaybañadaenluz,elpelorevueltoylasbarbaserizadas,entrandoporlomásespesodela

refriega, enristrada la lanza.. ¡qué digo lanza! un horcón de dos puntas, y con ellasdesbaratandoenemigosylanzándolosalaire,comopajaconelbieldo;volandodespués,mejor que saltando, sobre los abismos, entre los bosques, y peleando incansable einvenciblehastacon lasnubescargadasderayosypedriscosycon loshombresmalosque las empujaban contra la santa libertad de los pueblos y los fueros sagrados de lajusticia. Y aquel hombre incansable e invencible, ¡cosa extraña!… era el solariego encuyacasaestabayopasandolanoche.Todaellameduró lapesadilla,sinun instantedereposo;ypuedoafirmarlo,porquealdespertarme con la fuerza de la emoción que me produjo la última «horconada» delcaballero, dirigida contra uno de los hombresmalos que empujaban la nube negra, yresultóserunapersonadeMadridaquienyoconocíamuchodevistaydefama,observéqueentrabalaluzporelcuarteróndelaventanademidormitorioquehabíaquedadoamediocerraralacostarme.Saltéentoncesdelacamaparaacabardedespabilarmeydesosegar con ello el agitado espíritu, y me asomé al cuarterón entreabierto. ¡Otrasorpresa!Enelcercadoinmediatoestabaelsolariegoconeltrajebastoylasabarcasdetarugos,segandoamásymejorunretoñoqueparecíaterciopelosalpicadodebrillantes;ydetrásdeélibaotrosegadorquepormásquemenudeabalas«cambadas»en»«lafajadepradoque le correspondía,no lograbapicarle lasalmadreñas.Con tal empujey talsoltura«tiraba»eldalleelsolariego.Porlos«lombíos»quehabíatumbadosyaylahoraquemarcabamireló,pocomásdelassietedelamañana,supusequehabíacomenzadolafaenaapuntodeamanecer.EnestollamóalapuertademicuartoNelucoqueibaadespertarme,porqueeralargoelcaminoquenosaguardabaydebíamosdeaprovechardelamañanatodoloposibleparaandarle.Entró,ymientrasyomeaviaba,lereferíminuciosamentelodelsueño,despuésdehaberleenseñadodesdeelcuarterónalsolariegoenlapradera.Leinteresóelrelatodemipesadilla;peronolesorprendiólomásmínimoveralcaballerosegandoytandemañana,porqueleteníabienconocidoysabíaquemadrugabamásqueelsol.Unahoradespuésnosdesayunábamosenelcomedorencompañíadelsolariego,notanelegante como por la noche pero pulcro y aseado ymuchomejor vestido que cuandosegaba. Acordóse allí que fuera nuestra salida amediamañana, amás tardar; y paraaprovecharbienelescasotiempoqueteníamosdisponiblehastaentonces,seabreviólasobremesaynosllevóalobsequiosohuésped,acompañadodeNeluco,aunasolanaquedominababienelvalle,sobreelquemedionuevosycuriososinformes,concluyendoporaconsejarmequenohicieracasodeloshidrólogosquesostienenquelosmanantialesdelEbro son filtraciones del Híjar, porque élmismo había estimado los niveles de ambosríos,yresultabamuchomásaltoeldelprimeroqueeldelsegundo,sincontarconquelasaguasdeunoyotrosondediferentecolor.Despuésmehablódelatorrequeseveíamuybiendesdeallí,yloquesobreellamedijo,porconvenirentodooengranparteaotrasmuchassemejantesdelaMontaña,mereceloshonoresdenoserolvidado.EledificioestádeshabitadodesdeelsigloXV,yruinoso,porconsiguiente,enparticularpordentro,razónporlaqueme«leexplicó»elsolariegodesdeafueraydelsiguientemodo,palabramásomenos:-Ladisposiciónquetienensuspisos(elbajo,bodegaysaladerodecarnes;elprincipal,que parece fue salón de recibo y banquetes, y los dos últimos que se comunican pormediodetrampasalfindecadaescalera)demuestraquenidelosdomésticossefiabanlosamos.Enelúltimopiso sehallanventanasmásaltas y adornadas, conasientosdepiedraaloslados,queserviríanalascastellanasysushijasocriadasparaocuparseenlaboresdesusexo.Repareustedquenotienealmenas,sinounparapetooprolongacióndelapared,amayoralturaqueeltejado,cuyasaguassalenalexteriorporgárgolasdepiedra.Ysiesteparapetoservíaparaofenderalosqueintentaransocavarloscimientosde la torre, ladisposicióndesu ferradapuerta,comoustedve,noalmedio, sinoauncostado de esta fachada de Occidente, hace creer que se flanqueaba la entrada pormediodeunbalcónsaliente,depiedraconmatacanesosaeteras,situadoenelcentroyala alturadel primerpiso, donde ahora se ve esa ventana cuadrada,mal acomodada alarcodesalidaqueinteriormenteseconserva,ynohayenlosotrosdosfrentes,provistosdeventanasojivasotreboladas,mientraseldelNortesólotienelassaeterasoaspillerasde todos… Vea usted sobre la puerta un pequeño escudo: acaso es el único que seconservadelosprimitivosqueseusaron,porquenotienecimeraocelada;yenlaorladedosríos,toscamentediseñados,sevenarmasytrofeosmilitares,aúnmásconfusos,quealgunos han tomado por letras desconocidas, y a otros se les antojaron cabezas deserpientes,cuandoeranelloslosquenoconocíanlascatapultas,escorpionesybodoquesusados como máquinas ofensivas antes de la invención de la pólvora, ni la caldera ypendón, insignia de los ricos-hombres o caudillos de mesnada. Estas señales y la

certidumbredequeenEspañanosefiguraronarmasdelinajehastafinesdelsigloXII,ymuypocodespuésseintrodujolaarquitecturaojivalquesenotaenlapuertayventanajedelatorre,mehacefijarsuconstrucciónaprincipiosdelsigloXIII,talvezporelmismoseñorcuyocastilloroquerodepocomásabajodeaquí,fuederribadoenpenadealgunarebelión de las que solía promover por aquel tiempo la casa de Lara, extendida enmuchasramasporestevalleylosinmediatos,yreprimidaconmanofuerteporelReyD.Fernando,comosunietaIsabellaCatólicaextinguiólosbandosdeCastillaenqueestatorreyotrassehicieronnotar.Tambiénesdeadvertir,comorestodelaindependenciaytenacidadcántabras,queenestosedificiosaellaagregados,dondesenotandetallesdelsigloXVjuntoaobrasdelXVIysiguienteshastadelactual,nohayningúnotroescudoque el de la torre, ya descrito, si bien dos puertas interiores de esta casa que hizo elAlcaide de Argüeso, cuyo castillo le chocó a usted tanto ayer, según me han dicho,entonces condenado amuerte y salvado por la influencia de su pariente elDuque delInfantado, tienen escudos lisos, no sé si para ser labrados allí, aunque esto se haríamejor antes de ponerlos en su sitio, o por haber sido picados en pena de las«Comunidades»,quesiguieronyacaudillaronenestepaíselseñordeestacasayeldeladeHoyos,hermanode JuanBravo,eldescabezadoenVillalar…Y seacabó lahistoria,porquedesde entonces, amigomío, las casasdemayorazgo yparientesmayoresde laMontaña,notuvieronpodermásqueparapleitos,oparaponerunapicaenFlandes,unaventureroenAmérica,ounvoluntariocomoelmancoinsignedeLepanto,mientraslosGrandes se disputaban, por las antecámaras o retretes de Palacio, los virreinatos yencomiendas, o las «llaves» de su servidumbre. Pero más comúnmente vivieron losseñoresmontañesesretiradosensuscasonasymayorazgos,prefiriendoserlosprimerosdesualdea,acualquierpuestode lacorte,aunquesussegundonessehicieranporsucabeza o por sus puños, obispos y generales, o trajeran de América con qué adquirirtítulosymujeres,dequienes,alavueltadepocasgeneraciones,sepudieradecirloquedelosdinerosdelsacristán.Dichotodoesto,comoquiennodicenadanisepagamuchonipocodelvalordeloquedice,yqueaNelucoyamínoshabíacautivadobastantemásquelospedruscosmohososdelatorre,cuyaimportanciahistóricayarqueológicanodesconocíamos,seencogiódehombros el solariego volviendo la espalda al edificio, y enlazándonos a los dos por lacinturacon susbrazos,nosarrastróhaciael interiorde la casa,diciéndonosalpropiotiempo:-Ahora, enseguidita, a prepararse para lamarcha, puesto que se empeñan ustedes envolversehoy,porquelosdíassonyamuycortosynohaytiempoqueperder.Andando así, hablé al solariego de sus obras, declarándole honradamente que no lashabíaleído.-Nome extraña ni me duele -me contestó-, porque otros hay conmás obligación queusted de conocerlas, y ni siquiera saben que están escritas, ni que sea yo capaz deescribirlibros.Andanasílascosas,yyaseiránarreglandodeotromodo,siDiosquiere.Entre tanto, yo tendré muy regalado gusto en ofrecérselas ahora mismo, sincomprometerleporelloaquelaslea.Nopagoyoconimpuestostangravososelfavorylahonraquemedispensanpersonastanbiennacidascomousted,hospedándoseenmicasa.Mostréme,comopudeysupe,agradecidoalafineza;llegamosaldespacho;diomeélloslibros, con la honrosa «auténtica» de su dedicatoria autógrafa; previno el mozo lascabalgaduras en el corral; bajamos a él los que estábamos arriba; hubo abajo lasdespedidas,lascongratulaciones,lasprotestasylosapretonesdemanosquefácilmenteseimaginan;montarnos,alfin,Nelucoyyo;volvimosadespedirnosdesdelasalturasdenuestrosrespectivosjamelgos;respondiónoselcaballeroconreverenciasyconpalabrasqueyanooíamosbien;descubrímonos,porúltimo,mientrasrevolvíamos loscaballejoshacia laportalada,queestabaabiertadeparenpar;picamos recio; salimos,yabuenandar,mepusealcostadodeNeluco,que,comoesdepresumir,dirigíalacaminata.Peroyonomefijésiquieraenladirecciónquetomábamos,porquemesentíarepletodelseñordeaquellatorre,porsusaber,porsubondad,porsutalentoyporsus«cosas»tansingulares y tan nuevas para mí, y no tenía otro deseo que el de verme a solas conNelucoparaacosarleapreguntasysabermásymásdetodoaquello.ComosiadivinaramisdeseoselmediquillodeTablanca,encuantometuvoasuladosacóaplazaelasuntodeestemodo:-Ayer le prometí a usted, por lamañana, indemnizarle con creces por la noche de lospenososratosque leproporcionéconelconocimientodesuparienteGómezdePomar.¿Hecumplidomipromesa?-¡Oh!-lerespondí-,yconmayorescrecesdelasqueustedpudoesperar…Perodígame

usted,Neluco-añadíarrimándomemásaél-,estehombre,porsusprendasexcepcionalesdecarácterydesaber,gozarádeungranprestigioymereceráelrespetodetodos,nosolamenteensuvalle,sinoenlaprovinciaentera.SonrióseNelucoamargamente,ymereplicó:-¿Prestigio…respeto,diceusted?Puessírvaledegobiernoqueesehombrenoestáenuncorreccional,porunmilagrodeDios.Quedémeestupefacto.Observóloelmédicoymedijoechándoseareír:-No vaya usted a creer que se trata de otro pájaro por el estilo del hidalguete dePromisiones.-Meparecequeconlasseñasqueempezabaustedadarme…-Efectivamente;peroconellasytodo(porquenolastachonicorrijo),yaveráustedcómonohaymotivoparaqueseledesvanezcanlasilusionesquesehaforjado.Esehombreestodoloqueustedhavistoymuchomásqueveríasicontinuaratratándoleyobservándoledecerca.Veríaustedentoncesquesucorazónestangrandecomosuinteligencia;queestodoélespíritudecaridadsinlímiteseinagotable,comoelOcéano;queenactosdeellaarriesgacienveceslavida,porqueabundan,desgraciadamente,lasocasionesdehacerlodurantelasinclemenciasinvernalesenestosdesamparadosdesfiladeros;que,habiendocorrido el mundo y teniendo en él deudos encumbrados y valedores poderosos, hapreferidoalomássolicitadoporlasvulgaresambiciones,lasestrechecesyoscuridadesdesuvallenativo,cuyaprosperidadessumanía;que,ademásdelareligióndivinadesufe cristiana, inquebrantable, tiene la terrena del honor y de la Ley justiciera eincorruptible; que es tal la integridad de su conciencia, que si un día llegara areconocersedelincuenteynohubierajuezquepersiguierasudelito,élsedeclararíajuezyhastacarcelerodesípropio;quetienelapasióndelosdébilesydelosmenesterososyde los perseguidos, el ansia inextinguible del saber y el delirio por las glorias de supatria;quelosdesafueroscontraelbiencomúnleexaltanyembravecen…y,porúltimo,queeselhombrequeustedadivinóensupesadilladeanoche,gastándose lavidayelpatrimonioenlidiarvalerosamente,sinpuntodesosiego,contratodolinajedeinfieles.Con tales condiciones de carácter, este hombre hubiera sido en los siglos medioscaballero andante o cruzado; pero le tocó nacer en estos tiempos descoloridos yprosaicos,ysusarremetidasandantescasleresultanmuyamenudo«quijotadas»,hastapor los descalabros… Porque este sol tiene manchas también (y no lo sería si no lastuviera); y aunque estas manchas, bien observadas, no vienen a ser otra cosa queextremadasexaltacionesdesusgrandesvirtudes,alcabosonmanchas,yporelladodelasmanchassolamente,leestimayjustipreciaelvulgo,reyysoberanoquenoentiendepizca de claro-obscuros. Y comohoy todo es vulgo, leyes inclusive, deduzca usted porconsecuenciahastaelcorreccionaldequelehabléantes.-Nopuedodeduciresto tan fácilmentecomoustedcree -respondíaNeluco,porquenoestabayoconformeenquelascosasanduvierantanmalcomoéllaspintaba.-Pues lo explicaré mejor con un ejemplo -replicó Neluco-. Figúrese usted que, segúndeclaranlasleyesfundamentalesdelEstado,todociudadanotienelafacultaddeevitarlacomisióndeundelito,siemprequepueda,ypresupongaenseguidaquenuestrohombretomaelpreceptolegalalpiedelaletra,ytratadecumplirleenlaprimeraocasiónqueselevaalasmanos.Yaestáevitadoeldelito,contodaslasconsecuenciasnaturalesdeunaresistenciaobstinada,ymuynaturaltambién,departedeldelincuente.Peroálzaseésteenquejadel«atropello»,ycomienzanlostrámitesreglamentarios,yvienelaleyconsusdistingos y sutilezas casuísticas, y hete a nuestro hombre pagando los vidrios rotos yquizásalaspuertasdelacárcel,comounsalteadordecaminos.Yhaycasosdeello.-¿Porqué?-Pues unas veces, porque «esa es la Ley», que parece hecha de intento para amparardelincuentes;yotrasmuchas,porquehaciaeseladolaempujan…aquellasnubesnegrasquetambiénvioustedanocheensupesadilla.-Nolocreo,yustedperdone.-¡Dichosousted!-Pero¿quérazónhay,puestosacreerenesasnubes,paraquenofavorezcananuestroamigoyseacondenadoelotro?-Larazóndel«malnuevo»,quetambiénnosmencionóélanoche.-Seráasí;peronoloentiendo.-Puessigamosconelejemploimaginado,ysupongamosqueeldelincuentevictoriosoesunarbitristadenota,hombredevetasoezypeorentraña,logreroytrapisondista,perobienredondeadodecaudales.Suponiendoesto,bienpuedesuponersequeestehombreescaudillodeunapretadoescuadróndesumisosmesnaderos,queentranenlasbatallas

quehoyseusancomounrebañodeborregos;oquetieneartediabólicoparamanejarloscubiletesytrampantojosdeesafarsa,asucompletogusto;oquesinotienenadadeello,sabebuscarloporcualquiercamino,yquesabe,además,elvalorqueesashabilidadesrepresentanenelderechoflamante,ylamaneradenegociarlas.Pueslomenosconquesepaganhoyesosmerecimientos,esunapatentedecorsoconlaqueentranasacoencuantoabarcasuextensajurisdicción,elcorsarioosusprotegidos,hastaenlosalcázaresde la Ley. Este es el «mal nuevo» a que aludía nuestro amigo, que por pasarse dehonrado,yanotienemesnadasconqueservirbajoelpendóndelosmodernosseñores,esos que mandan en las nubes negras que son sus delegados omnipotentes y hacenmangasycapirotes,enpropiobeneficio,delasleyessinvigorydelesquilmadosuelodelapatria.Ledijeaustedenunaocasión,hablandode loquehoy teníanquehacer loshombrescultosydebuenavoluntadenlospueblosruralesparaconseguirenellosloquedonCelsoysusantecesoresenelsuyo,quenoentodaspartesselograbaelmismofruto;quehastahabíamártiresdeeseheroicotrabajo,yquequizástuvieraustedocasióndeconocer a alguno de ellos. Pues ya le ha conocido usted en el señor de la torre deProvedaño.Esehombreinsigne,contodosusaber,contodassusvirtudes,contodossustimbresde ilustre linaje,con todossussacrificiosenderezadosalbienya lagloriadelsuelo en que ha nacido y de la patria entera, es un mártir de su trabajo de Sísifoincansable.Noteníayo,descuidadomadrileño,juicioformadosobreesosmalesnuevosyesasnubesnegras,apesardehabersoñadoconlamitaddeellolanocheantescomoenprofecíadeloquehabíadepintarmeNelucoaldíasiguiente;perorecordandovaguedadesylugarescomunes que a propósito de tan delicada materia había leído muchas vecesmaquinalmente en los periódicos u oído sin atención en conversaciones de café, yuniéndolo todo a lo dicho por Neluco y a lo que, durante un buen rato, continuódiciéndometodavía,y,sobretodo,porlacomplacenciaqueyosentíaenengrandecermásymás la idea queme había formado del caballero de la torre, acepté de buena ganatodoslospareceresdelmédico,yasífuimosentreteniendolasubidadelasierra,primeraparte de nuestra larga jornada. Para hacérmela aún más placentera, refirió Nelucoalgunos rasgosde aquel hombre singular, y entre ellos el siguiente, que le pintabadepiesacabeza.Enciertaocasiónse leocurrióaunconvecinosuyo,queyanoeramozo, iramirarunpocoporelganadoqueteníaenelinvernal,distantedeProvedañounajornadademediodía,aunbuenandarporlosaltosmontes,caraalEste.Eldíaeradediciembre.Estabaelcielogris;afeitabaelcierzodepurofrío,yaquellamismanochecayóunanevadadedospalmos.Nevandodesdeelamaneceryhelandodesdequeanochecía,pasómásdemediasemana,ynovolvíaaProvedañoelhombrequehabía idoal invernal,niseconocíasuparadero.Entérasedelsucesoelseñorde la torre,quenohabíasalidodecasaenesemismo tiempopornohacer falta fueradeella; lánzasedeunbrincoal corral; tomaelcaminodelpueblo,volando,másquepisando,sobrelaespesacapadenievequeletapizay emblanquece, como al lugar como al valle entero y como a todos los montescircunvecinos; llega,golpeaconsugarrote laspuertas,cerradaspormiedoa laglacialintemperie; ábrense al fin una a una; pregunta, indaga, averigua, estremécese,indígnase,amonesta,increpa,amenazadondenohallalasvoluntadesasugusto;y,porúltimo, endereza a garrotazos las más torcidas, hasta conseguir lo que va buscando:mediadocenadehombresqueleacompañenalinvernalenquedebehallarse,bloqueadoporlanieve,sinomuertodehambreodevoradoporloslobos,suinfelizconvecino,que,contandovolveralamañanasiguiente,nohabíallevadootrasprovisionesdebocaqueunpandecuatro libras;hacebuenacopiodeellas;exhortaa los seisque le rodeanpocoresueltos;anímanseyseenardecenalcabo,porquesonbuenosycaritativosenelfondo;emprendenlamarchalossietemontearriba,montearriba;yanda,anda,anda,cuandolleganatrasponerlascumbresdePalombera,sientendoloridoelpecho,comosielairequeaspiranllevaraconsigomillonesdepuntasaceradas,yunatorpezayunquebrantoen las rodillas, cual si fueran losas de plomo los «barajones» que arrastran sus pies;confórtanseunpococonuntragodeaguardientequebeben«alariola»;yanda,andasincesar,avecessevenenvueltosenremolinosdenievecernida,desmenuzadaysutil,quelesimpidehastalarespiraciónyque,porfortuna,pasancomounanubecillamásdelasque se ciernen y vagan errabundas sobre lamontaña; elmismo señor de la torre, decomplexión de hierro y que camina siempre delante, nota que le va faltando suindomable fortaleza; que los miembros se le entumecen, que no puede modular unasílabaconsuslabioscontraídosporlafrialdad,queestányertas,insensiblessusmanosamoratadas; empieza a temer algo serio, y no por él, seguramente, y salta, brinca, sefrota,segolpea,gritayaúllacomounsalvaje…todomenosvacilarydetenerse,nidejar

uninstanteenreposounmúsculoniunafibradesucuerpo;yluegocantaysechanceamientrasanda,paraalentarydarejemploalosquevanasusórdenesylesiguenenelsilencio absoluto, aterrador, de aquellas alturas solitarias e inclementes. Al fin quiereDiosquecolumbrenel invernal,que lesquedenfuerzasbastantespara llegaraél,quelleguenvivosyqueencuentrenadentroloquevanbuscando.Elhombreestáallí,peroapuntodemorirdehambreydefríoydedesconsuelo.Mientrasunosleconfortanunpococon bebidas y con palabras, otros encienden una fogata que le vuelve el calor, quetambién les faltaba a todos. Tras de la bebida espirituosa, el señor de la torre vaalimentandoconprudenciaalhambrientoyaterido,quedevora,másquecome,cuantoleponen delante de la boca. Ya hay hombre; pero alelado, taciturno y entristecido. Esprecisocurartambiénaquellatristeza;ymandaquelecuentenalgoentretenidolosquesepan cuentos o romances.Nadie de los seis sabe una palabra de esas cosas; pero elseñordeProvedañosabedememorialibracosenteros,yenjaretaenvozaltayresonantemedio poema del Mio Cid. Como si callara. El hombre no chista, ni siquiera prestaatención.Hayquehacermás,ymandaquesecantealusodelatierra;peronadieestáenvozparaello,ycantaélagritopeladotonadasdelvallenativo,yhastael«prefacio»delamisadeldíadel«Corpus»,lamássolemneyregorjeadadelaño.Enestaprueba,yamiraelhombrealcantorymuestraalgúndeleiteenoírle.Pueshayqueecharelresto:¡abailartodoelmundo!…Ycomonadiesemueve,bailaélcomoundesesperadoaloaltoya lo bajo, y después la jota aragonesa, y, por último, un zapateado que arranca alentontecido una exclamación de asombro y una risotada de alegría, y al caballero, yadescuajaringado y jadeante, estas palabras que parecen, por el tono, una maldición:«¡acabaras,hijodeunacabra!»Todosya«enbuenamorycompaña»descansan,secalientan,hablan,comen;seacabaeldía,duermen,amaneceelsiguiente,claro,serenoyradiantedesol,ysevuelvenlosochoa Provedaño por encima de la nieve congelada, como si nada hubiera sucedido. Todoesto,narradoporNelucominuciosamente,teníaqueoír.Pasadoselpuertoylosdesfiladerosinmediatos,yrezadaenlaermitadelotroladodelavadera la Salve de costumbre, logré ver a la luz del sol de media tarde, el resto delcaminohastaTablanca,porelquesiemprehabíapasadodenoche;elcualnomepareciótanprofundoni tanpeligrosocomoyo lehabía imaginadoentre tinieblas.Llegamosalfin,ydespuésdesaberalapuertademicasa,porChisco,quenohabíanovedadarriba,despedímonoselmédicoyyo«hastaluego»,ycontinuóélandandohacialasuya.

-XVI-Nohabíaquepensaryaennuevasexcursionesporlamontaña:conlaúltimasehabíanagotadomisfuerzasycolmadolamedidademipocoexigentecuriosidad.Elcuerpoyelalma me pedían reposo durante algunos días; y después… Pero ¿habría después cosanuevaenquedistraermisociosinterminables?¿Volveríaaencontrarinterésenlovistoygozado ya? Y en caso afirmativo, ¿me permitirían esos lujos los invernizos temporalesque, por milagro de Dios, no se habían desencadenado aún sobre Tablanca y suscontornos?Pordepronto, lavidaquehabíahechoduranteaquellasdossemanas,muycorridas,deplácidaybiensoleada temperatura,nohabíadejadodedarme frutosmuydignosdeestimación.Conmiscorrerías incesantes,sinologréhacermealatierratanpronto y tan completamente como esperaba mi tío y lo deseaba yo, cuando menosmatabaeltiempodedíayhallabaporlanochetemasabundantesparaamenizarunpocolatertuliadelacocinonaylasconversacionesdelamesademitío;comíaconexcelenteapetito, y los condumios de la mujer gris y de su repolluda hija me sabían a gloria;sentíameanimosoyfuerte,ymedormíacomounamarmotaencuantotendíaelcuerposobrelacama;descuidabamucholalecturadelosperiódicosquerecibíadeMadrid,yalescribiramisamigos, yano ibanmiscartasempapadasenel tintemelancólicode losprimerosdías;íbamepareciendomásllevaderalavisiónincesantedelospeñascosenmiderredor,ylamiserablecortedaddeloshorizontesnomeasfixiaba;enfin,quesinomehabía«hechoatodo»,concebíayalaposibilidaddeello.Dígalo,sino,elejemplodelatertulia:alprincipiomeerainsoportable;ycadatertuliano,nuevoparamí,quesepresentabaenella,meparecíamászafioymás insulsoque losanteriores;nohallabachisteensus«humorismos»expresadosenunlenguajemutiladoyconvencional, ni motivo, por lo tanto, para algunas risotadas vergonzantes que hastallegaban a incomodarme, como si me ofendieran; hastiábame la simplicidad de losasuntos que más les interesaban a ellos, y sin poderlo remediar acordábame delresobadolamentodelpoeta latinodesterradoenelPonto:elbárbaroparecíayo,queanadieentendíanidenadieeraentendidoallí.Intentababuscarenmislibrosyperiódicos,enlasoledaddemihabitación,elremediocontraestosaburrimientosdelacocina;peroeltemordequelotradujeramitíoenseñaldemenospreciodesusrudostertulianos,mecontenía. Viéndome forzado a alimentar el espíritu de todo ello, llegué poco a poco apaladearlo sin repugnancia, y muy pronto acabé por encontrarlo agradable a falta decosa mejor. Lo mismo me había pasado con los condumios de Facia. Aprendí el valorcastellano de los modismos locales con que se alimentaban y entretejían lasconversaciones de la tertulia, y el roce obligado y continuo con ellas me dio elconocimiento que me faltaba de las materias «conversables». Y ya estaba hecho elmilagro;porquesabidoydesentidocomúnesquenohaycosaquenosinteresemientrasladesconozcamos;ycomocorolariodeesteaxioma,que,pormínimaqueellasea,nosresultainteresanteencuantolaconocemos.Valgaelejemplodeunamigomíotocadodelapasióndehacerpalillosdedientes,sóloporquedominaelarteconrarahabilidad.Ello fue que en la primera semana ya metía yo mi cuchara en las conversaciones yporfiaba en serio con aquellos rústicos sobre temasde su alcance que empezaba yo apenetrar;que ibadistinguiendo loscaracteres, las triquiñuelasy zunasdecadauno, yquemesentíamuyhalagadoporloselogiosdetodosellosamisproezasdeexcursionistaydecazador.Mitíosebañabaenaguarosadaconestascosas,porque lastomabaporseñalesdemirápidaaclimatación;yyomecomplacíaenverconquéescasoesfuerzodemiparteleproporcionabaunodelospocosgocesaquepodíaaspiraryaelpobreviejo.Después,misvisitasalpueblo,elcasodeFaciarelatadoporChisco,laadquisicióndelaamistaddelmédicoyloquecontodoellosefueenlazandonaturalmente,dieronnuevoempuje a esta buena tendencia mía y me infundieron mayor apego a las cosas yvicisitudes de aquellas sencillas gentes. Veía con gusto aumentarse de día en día latertulia yestudiaba la catadurayel carácterdecada tertulianonuevoparamí, conelmismointerésquesisetrataradeunreciénllegadoalossalonesde«la»Medinaceli;ysi, por ejemplo,medecíami tío a la oreja cuando sepresentabaunoen la cocinaporprimera vez en la temporada: «ése tiene la gracia de Dios para contar cuentos»,sentíametocadode igualcuriosidadquesienuna fiestaaristocráticamedijeran:«ésequeacabadellegareseloradorquehaderribadoestatardeenlasCortesalGobierno»o«el autor del libro H del drama Z». Tenía razón Neluco cuando me afirmaba que elhombrede inteligenciacultivada llevaensípropio losrecursosnecesariosparaviviragustoentodaspartes,contaldequenotruequeloscabosdelapoleaniseempeñeen

subirloqueestáabajo,enlugardebajarloqueestáarriba,hastaconseguirelniveldeideasapetecidoparaunfindeterminado.Lejosdecorregireljuicioquehabíaformadoyodeltemperamentodelostablanquesesal«verlospasar»,comoquiendice,enelporchedelaiglesiaoenlascallejasdelpueblo,me afirmé más y más en él cuando los traté de cerca en la cocina de mi tío y logréestudiarlosenplenoejerciciode todossuscomponentes físicose intelectuales;porqueallíysóloallíeradondeexponíanyventilabanlosasuntosmásimportantesdesuvida,alcalorcillodelasfogatasdelacocinonaybajolapresidenciadedonCelso,quesiempredabaenelclavodelomejorymásconveniente,lomismoconunacuchufletaqueconundictamenformal.Eran,sinexcepcióndeunosolo,parsimoniososenextremoydeblandacondición;yensustiroteosdebroma,alosquesonmuyaficionados,despilfarrabanlasmetáforas,llenasdecoloridolocal,griegasparamíalprincipio,ymuydonosasdespuésquesupetraducirlasamilengua.Íbamepareciendoladeellos,entretanto,másdulceycadenciosaderitmocuantomáslaoía«sonar».ElcuradonSabasconcurríamuyamenudoytansosocomolaprimeravez;peroamíyano me lo parecía después que le había visto tan «elocuente» sobre los riscos de lamontaña:consagrábaleporesociertaveneración, independientedelaqueledebíaporsu investidura y por sus virtudes, y se me antoja que no lo desconocía él ni ledesagradaba.Comoquesehabíajactadomásdeunavezdelantedemí,dequeconesasatadurashabíadeamarrarmeélalatierrademismayores,yparasiemprejamás,«persaeculasaeculorum»:así,hastaenlatín,habíarecalcadolajactancia.DonPedroNolascosólodosotresveceshabíavueltoalatertulia;yeso«porseryoquienera»,porquesearreglaba ya muy mal, a los años que tenía, con las asperezas de los callejos en laoscuridad de la noche, aunque llevaba linterna. Neluco frecuentó más la cocina alprincipioqueal findeaquellatemporada,yyocreoquelohizoconel fincaritativodeabreviarme el periodo de «aclimatación», porque le notaba yomuy diligente en echarhaciamílostemasdelasconversaciones,entraducirmelasmetáforasyenayudaramitíoensuincesantetareadeavivarfuegosdelatertuliaaguijoneandoalosconcurrentesmásactivos.AllíconocíalTopero,elpadredeTanasia,yaPepazos,elnoviopreferidoaChiscoporelToperoparasuhija,aldecirdelTarumbo,quetambiénsedescolgabaamenudopor lacocinona.ElToperoeraunhombredemedianaedad,cuadradotedeespaldasyalgorojodegreñas,pocohabladorymuyhábil en la laborque llevabaa la tertulia (era raroeltertulianoqueibasinella):«pintar»abarcasconlapuntadesunavaja.Despachabatresocuatropares cadanoche,por loque teníabuen repuestodeellasenpreparaciónencasademi tío,como le teníanotrosde«cebillas»,de«colodras»yhastade«banillas»(tirasfinasdeavellano)parahacer«maconas»(cestosgrandes),porqueaquéllaparecía,por esa y otras señales, la casa de todos…, hasta para establecer en ella su oficina,cuatrovecescadaaño,elcobradorambulantedecontribuciones.PepazoseraunAlcidescapazdeecharsesobresushombrosfornidoselmismopeñóndeBejos a poco que se le hurgara el amor propio; coloradote, mofletudo, con las cejasunidasymuypeludassobreunosojazosdebuey.Esepulíayremataba«zapitas»,queconser la que menos capaz de dos azumbres de leche, no se veía sobre sus muslosbombeadosyentresusmanosgrandonas.Trabajabamuydeprisa,pujabamuchoensusarremetidasacontravetayenloscambiosdepostura;yfueradesulabor,nuncaestabaatentoanadamásquelopocoqueseleocurríaalTopero,yesoparacelebrárseloconuna risotada que jamás venía al caso. Yo solía mirar entonces a Chisco que siempreandabaenelúltimorincóndelatertulia;peroelcondenadodeél,onohabíacaídoenlamalicia,osehacíaeldesentendido.Nopudiendoacomodarmealasinjustaspreferenciasdel Topero, complacíame algunas veces en ponderarle, trayendo el asunto por loscabellos,lasvalentíasdeChiscoysusprendasdemozocasadero,delasque,amimodode ver, debíande estar codiciosas lasmejoresmozas deTablanca. ¡VálgameDios, quépujar entonces el de Pepazos, qué sudar el de sus carrillos, qué revolcones los suyossobre el banco, qué bailar entre sus manos aceleradas el de la «zapita», mientras elToperometíaporlaalmadreñalacaraenvueltaenhumaredasdelapipaderabocortoquenuncaretirabadesuboca!EnestoscasosyaseclareabaChiscounpocomás,ylenotabayoelgozoconquesaboreabalos«atragantos»desurival,yhastamepagabaelfavorenunamiradadulzona,consupocodeguiñada.Yesoqueestabayoconvencidodequellevabalacargadesusamoresconlamismaacompasadaparsimoniaquelasllevabatodasymeacompañabaamípor losvericuetosyhondonadasde losmontes.Perohaysiempreenelcorazóndelhombremáshonradounafibradeperversidadmaldominadaqueleprocuraungoceenlamortificacióndesuvecino,conunpretextodecaridadmalentendida;yyocreoqueunafibradeesamalacastaeralaquemeimpelíatanamenudo

a mortificar al pobre Pepazos y al Topero, más bien que el propósito de favorecer aChisco,quequizásnolonecesitabaonoloechabademenos.ElTarumbonollevabanuncalaborpropia;pero,encambio,estabasiemprependientedelaquehacíanlosdemás.CuandoelToperoterminabaunpardeabarcas,letraíaotrodelmontóndelasqueteníapreparadas,ylomismohacíaconlaszapitasdePepazosyconlasbanillasolascolodrasolascebillasdelosquelasnecesitaban.Hablabahastaporloscodos,ysiempreeranlasdesdichasajenaslasquelearrancabanlosmayoreslamentos.A Pito Salces se le hallaba indefectiblemente a los alcances del roce con Tona en susmanipuleos de cocinera diligente: hacia el rabo de la sartén, por ejemplo, y en loslinderosdelcaminomástrilladoentreelfogónylaalacenadelaceiteylasespecias.Sele sentían los ímpetus de su amor corriéndole hasta por los brazos inconmensurables,comoelaguade lluviapor lasmangasdeun tejado; reviraba losojoshaciaTona,ysedevanabaasípropio,comoenunovillo,cuandolajampudamozaseacurrucabadelantedeéloletocabaalpasarhacialaalacena.NohubierasidobienvistodedonCelsoquelarequiriera allí de amores, suponiendoque la hubiera tolerado ella, y se consolaba conaquellasinternasexpansiones,tanpocodisimuladas.LapobreFacia,desdelodeaquellanoche,apenassedejabaverenlacocinadurantelatertulia,yniallínifueradeallísabíahacercosaconarte;¡ellaqueeraantesunbrazodemarparaelgobiernode lacasa!ConexcepcióndeChiscoqueeradeella;deChorcosqueibaporTona,ydePepazosquequeríadarenelcorazóndeTanasiaporlatabladesupadre, bastante más codicioso que la hija, todos los tertulianos de la cocinona eranhombresmuymaduros:losmozospreferíanlastertuliasdemujeres,o«jilas»(hilas),delas que había dos o tres en el pueblo. A una de ellas concurría a menudo la hija delTopero, con su correspondiente rueca bien cargada de lino, bajo el roquero pinto conlazosylentejuelas,ysiPepazosnosedejabaverenaquellatertuliaconigualfrecuenciaque Tanasia, bien sabía Dios que consistía en lo vergonzoso que él era delante de lamozonaycontestigosqueyaestabanenelajodesusdeseos;peroibaalgunaqueotravez para dar aquel regalo a sus ojazosmortecinos, y esas noches eran las únicas quefaltabadelacocinadelacasona.Reflexionandoyomuchasvecessobreloquemásmellamabalaatenciónenella,quenoeranseguramenteéstasyotraspintorescastrivialidadesdedeterminadosconcurrentes,sinoaquellafamiliaridadcariñosa,aquellarara,profunda,íntimatrabazónafectivaentretodosellosymitío,recordabalacomparaciónquedeestecasooriginalmehabíahechoNeluco en la primera conversación que con él tuve, y no me parecía rigurosamenteexacta:másqueunorganismodemiembros subordinadosal imperiode lacabeza,meparecía una familia con todas las comunes variedades de aptitudes y temperamentos,unida por el amor desinteresado, tan propio y natural entre todos sus miembros, ygobernadaporlaexperiencia,laabnegaciónylasabiduríadelpadre.Persuadidodeesto,teníaporimposiblelasustitucióndeunhombrecomodonCelsoconotrocomoyoparallenarelvacíoqueéldejaraconsumuerteenelvecindariodeTablanca.Entreélymitíohabíaunacompletayabsolutacompenetracióndeideas,desentimientosydepropósitos,quenopodíahabertratándosedemí,enteramenteextrañoalatierraysuscostumbres,por nacimiento, por educación y por hábitos adquiridos en otromundo tandistinto deaquél. ¿Cómo no se le ocurría esto a Neluco, ya que tan disculpable era en lainexperienciadeotrasmuchaspersonaselquenoselesalcanzara?Ysinembargo,díasandando,mesalióconlamismacoplanadamenosqueeldoctoyexperimentadoseñordelatorredeProvedaño.¿Seequivocaríantodosellos,rústicosycivilizados,alcoincidirtanexactamentecomocoincidíanenunamismaidea?¿Trataríayodecurarmeensanasalud, sin darme cuenta de ello, cuandome consideraba en lo cierto creyendo todo locontrariodeloqueelloscreían?Porfortunanomepreocupabaelpuntodudoso,porquenohabíaracionalesmotivosdequellegaraaquitarmeelsueño.Ni laspretensionesdelos que bienmequerían allí, ni la abnegación caritativa demi parte, debían pasar deciertoslímites.De todasmaneras, tampocoel hallazgodeaquellapatriarcal ymínima república en lomás escondido de una comarca salvaje, considerada por mí en los primeros instantescomoundestierroinclemente,eraparadespreciado.Enfin,quenohubierasidojustoenquejarmedemisuerteal siguientedíademi largaexpediciónacompañadodeNeluco,hecho el recuento minucioso de los frutos que me habían dado aquellas dos largassemanasdecorreríasyexploraciones.Deeste recuento tratéde separaralgunaspartidasprincipales, a títulode«reservas»,para laseventualidadesdel invierno,quenopodíatardarmuchoendejarsecaersobreTablanca,yempecéacontarporlosdedos:Chisco,sucamaradaPitoSalces,TanasiaysupadreelTopero, elTarumbo,NelucoCelis, donPedroNolasco, suhijaMariPepay su

nietaLituca,elpárrocodonSabasPeñas,Facia,lamujergris;Tona,suhija;mitíoCelsoyelescenariodeTablanca.Todoestoallí,alalcancedelamano;yfueradeallí,lafamiliade Neluco en Robacío; en Promisiones, el hidalguete mi consanguíneo, y más allá,dominándolo todo y alzándose sobre todo como un faro de poderosa luz, la figuraesculturaldelcaballerodelatorredeProvedaño.Después de hecha esta segregación, procedí al análisis de las partes de ella que másinterés podían ofrecerme desde el punto de vista en que yo me colocaba: Chisco, untantoflemático,conpuntasdesocarrónymarrullero,aspirandoacasarseconTanasia,guapamozadeverdad,encompetenciaconPepazos,preferidodelTopero,porqueteníaalgunos bienes que le faltaban a Chisco, y nome constaba de toda certidumbre si deTanasiatambién,apesardeloarloteysimplónqueeraPepazos.Todoelinterésdeestejuegodependíadel calor conque le tomaraChisco. PitoSalces eraunbraseroque seconsumíaporTona:esosaltabaalavista;ycomotambiéneramediopiezadomésticaenlacasonademitío,améndenoblotedealmaymuyarrimadoaltrabajo,apocoqueTonahicieraporsí,elresultadonoeradudoso.Facia.¡Estasíquemedabaquepensarcuantomásreparabaenella!Alespantodeaquellanoche,reciénllegadoyoaTablanca,habíansucedidootrosdosporelestilo;perocomohuíademíencuantomeacercabaaellaconpropósitos de interrogarla sobre tan extraño particular, después de pedirme con lasmanosjuntasyporelamordeDiosquenoledijeraamitíounapalabradeloqueestabanotando,limitábame,porcomplacerla,aobservarladesdelejosyanoperderladevistamientrasmefueraposible.¿Quédiablospodíahaberallí?¿Eranfantasmas,alucinacioneshistéricas de la pobre mujer tan castigada por la desgracia a lo mejor de su vida, oestaba bajo el peso insoportable de alguna nueva desdicha? Neluco Celis: continuabapareciéndome lo mismo que me pareció cuando le hablé por vez primera: discreto,simpático,declarísimainteligenciaynoblecorazón,yunarcacerradaparaguardar loque a mí se me antojaba que debía estar al alcance de mi vista: verbigracia, suinclinaciónamorosaa lanietadedonPedroNolasco.PorqueyonopodíaconcebirqueLitayNeluconoseamaran,comonoloconcebíatampocolamatronalocuazdeRobacío,niloconcebiríanadiequetuvieraentrañasdehumanidadyvislumbresdebuengusto,yreparara un poco en aquella parejita, «única», que parecía puesta por Dios en aquelrinconcitodelatierraparaesosólo,paraamarseyparaunirse.Litaysumadrehabíanestadodosvecesenmicasadespuésqueyoestuveenlasuya.Unadeellas,segúnmedeclararon, para pagarme la visita y saludar, de paso, a mi tío; y la otra, por mi tíosolamente, cuya salud les interesaba mucho; además de que, como no podía salir decasa,ibanahacerleunratodecompañía,comosiemprequelopermitíaneltiempoysusocupaciones.Todoestome loafirmabaLitucadescubriendo lasesmaltadas filasdesusblanquísimosdientes, en su lenguaje vehemente, retozón y admirativo, a la puerta delestragal ymientras sacaba sus pies, calzados conmenudas zapatillas de abrigo sobremediasdecolor,deunpardealmadreñasqueparecíandoscáscarasdenuez.Enaquellavisita,lomismoqueenlaanterior,yo,tercoyemperradoenmitema,leechécincuentaveces al campo de la conversación disfrazado de mil modos, con el piadoso fin deobservar qué cara le ponía Lita… y nada: ni un gesto, ni un punto arrebolado en lasmejillas, ni lamás insignificante señal en la nieta dedonPedroNolascodequehabíaoídosucorazónlasllamadasqueyolehacíaconelnombredeNelucoyloselogiosdesusméritos:hablabadeélconeldescuidoylaserenidadconquepodíahablardesumadreode su abuelo. Lo cual me impacientaba a mí, como si fuera asunto de mi propiapertenencia,yenmásdeunaocasiónmeacometieronseriastentacionesdepreguntarladerechamente y sin ambages ni rodeos: «¿se quieren o no se quieren ustedes? ¿Amausted o no ama a Neluco?». Pero señor, ¿por qué tenía yo tanto empeño en que seamaran?Omejordicho,¿porqué le tenía tangrandeenquequedaraenseguidaaquelpuntobienesclarecidoydeslindado?Después, mi tío Celso, el alma y el centro de todo cuanto le rodeaba, con su energíaindomable, sus cuchufletas singularísimas, su atención siempre fija en el modo dehacerme, ya que no divertida, llevadera la vida en su casa, y los cuidados a que meobligabanelparentescoy lagratitudparavelarporél conespecial esmeroduranteeltiempodelashumedadesydelosgrandesfríos,enelcual,segúndictamendelmédico,corríasuvidalosmayorespeligros,porlaíndoledelaenfermedadquepadecía.Yporúltimo,sutertuliaymislibros,misperiódicosymicorrespondencia.Lorestantedeambosmontones,algodeelloporsu insignificancia,yotropocopor lejano,sólopodíaconsiderarsecomopersonajesdecorativosyaccesoriosescénicos.Cierto que con todas estas reservas de tan escasa importancia en relación con lasnecesidadesdemiespíritu,sepodíallegarhastaloépico,consideradascomoelementosde creación en la fantasía de un novelista ingenioso; pero tomadas en lo que eran y

valían,comocasosycosasdelavidarealyprosaicaenunmediotanremoto,tanobscuroytanaisladocomoaquél,¿quéhabíadeprometermeyodeellasparaenadelante?¿Quéauxiliarescontramienemigotemiblepodíaesperardeaquellado?¿Quépodíavenirdeallídeloquemásnecesariomeera?-¡Quiénsabe!-medijeenconclusióndemiscavilaciones-.Porpuntosmásobscuroshaamanecidootrasveces;siestádeDiosquehadeveniralgo,ellovendrá.Todoescuestiónde paciencia y de saber conformarse.Conque un poco de filosofía, y a esperar lo queviniere.

-XVII-Ycomenzóavenirsintardarmucho;pero¡ay!loquevinofue,primeramente,unanieblagrisquebajódelosmontes,envolviótodoelpuebloysecolóhastaenloshogares;trasdeaquellanieblavinoun«gallego»fríoconotranieblapardaquefuemezclándoseconlaprimera,tiznándoladesucoloryhaciéndolamáshúmedaypegajosa; llegótambiénunruidosordoycontinuo,como lejanocañoneo,queamímeparecíade lamarbatiendofuribundahaciaelNortelospeñascosdelacosta;perosegúndictamendelagentedemicasa,erael«rebombe»del«pozóndePeñaSagra»,unlagoopozomuygrande,queseda por existente, aunque no sé de nadie que le haya visto, en las entrañas de aquelcolosodelacordillera;ysincesaresteruidobronco,dejáronseoírenelespacioysobreelvalleunoscomoquejidossiniestrosyantipáticos,queeran,segúninformesdeChisco,elgraznarde los«butres» (buitres) y lasgrullas,quepasaban«cararriba»; señalésta,comoladel«rebombar»delpozoyladelasnieblasbajasconel«gallego»detrás,dequesenosechabaencimaunainvernadadelasgordas.Ysecumplieronlasprofecías:lasnieblasseconvirtieronennegrasnubeshenchidasdeaguaceros, que el viento, embravecido poco a poco, estrellaba, con mugidostremebundos, contra casas, ribazos y bardales, cerrándose boquetes y horizontes pordonde quiera que se miraba; sintieron los más ardientes de sangre los primerosestremecimientos de frío, y nos declaramos todos en la casona seria y formalmentebloqueadosporelinvierno.Las primeras consecuencias de este bloqueo fueron en ella, como era fácil depresumirse, la reducciónde la tertuliaamediadocenaescasadevalientes,entreellosPitoSalces,aquiennoatajabanenlosimpulsosdelaquerenciaqueleatraía,nilosmásfieros vendavales, y (lo que fue para mí harto más desagradable y no esperado tanpronto)unacrisisdemalgéneroenelestadodemitío.Comoporencargodelmédicoselevedabahastaelasomarlasnaricesalcuarterónabiertodeunaventana,seconsumíadeimpacienciaenlospáramosentenebrecidosdesucárcel;ycuandollegabalanochey,después de rezar el Rosario en la cocina, veía entrar en ella dispersos, acobardados,ateridosde fríoycaladosdeaguaaunospocos tertulianosde losdeaquellaapretadafalange de las primeras noches, y notaba la causa de la deserción de los demás en elfurioso batir de las celliscas contra puertas y ventanas y en el cañón de la chimenea,quedábasepensativoymustio,conlacervizhumilladaylavistafijaenelflameardelalumbre,cuyocalorbuscabaporinstinto.Yasíundíayotroyotro,sinqueladurezadesufibraalcanzaraadisfrazarsiquieralosdesalientosdesuespíritu,llegóaungradotaldeabatimiento,quemealarmó,porqueenunestadomoralcomoelsuyo,cualquieraletazodesuenfermedaderamuytemible.Hablandoconélunamañanadeaquellosdías tancrudos,ysolos losdosen lacocina,queera suordinarioparaderoentonces, yoanimándole comopodíayél conociendo laendeblecalidaddemisestimulantes,acabópordecirme:-No te canses,Marcelo: este ujano queme roe esmás fuerte que tú y yo juntos, porgrandes que sean tus cuidados y por dura que haya sido mi correa. Mira, hombre:todavía no jaz un año queme tenía yo por tan duro de caer como las hayas de esosmontes. ¡Trastajo con la vanidá de la guapeza humana! A lo mejor del pensar quesolamenteunrayode lavoluntádeDiospodíaacaldarmeenelsuelo,unsoploquenoapagaríaunaluz,mepusoalaspuertasdelamuertecuandomenosloesperabaymásdescuidadodormía.Desdeentoncesacá,¡pispajo!,yoquenuncameespantédenadanimeencogíporcosaalguna,miroyremitocondesconfianzahastaelsueloenquepongolospies,porquesiempreyatodashorasyentodaspartesestoytemiendoelúltimogolpequefaltaparaqueelrobleacabedecaer.Estaeslaverdad,¡cascajo!,yhastacreoqueteapuntéalgodeellaenalgunade lascartasque teescribí.Peroentonceseran losdíasmáslargosylasnochesmáscortas;alumbrabaelsolalatierraycalentabalasangredelos viejos, y, sobre todo, volvía de su viaje muy temprano; madrugaba mucho paraespantarlasideastristesdelascabezasenqueapenasentralacaridaddelsueñoporlanoche.Poresomejallastetancampantea lavenidaymehasvisto irtirandoasíhastaayer, como quien dice… hasta que vino lo que yo había visto venir otras veces sinapurarmeporello,ynosésitedigaquecongusto…¡congusto,trastajo!porquecuandohaybuenasalud,latierranotienesalsasinosestácantandosiempreunamismasolfa…y sin cambiar de ropajes… Digo que fui tirando tal cuál hasta que llegó la primercellerisca,éstaquetodavíaestápasando,mientrasllega,porlasseñales,otramásdura

depelarqueella;yseapagóelsoldedía,ysecerraronpuertasyventanas,yempezóafaltardenochelagentedelacocina,yanohaberfinparalashorasdelacamanipuntode sosiego para el mal pensar de la cabeza. Yo nunca había visto pasar por ella lasnegrurasqueahorapasan.Hastaestosdíasydesdequetengousoderazón,siempreelinterés de los demás jizo queme olvidara demí propio; pues ahora ¡ya te quiero uncuento, pispajo!… y esto es lo quemedescuajaringa: no tengo ojosmás que para vercómova lacarcomarejundiendoyajondandoeneste troncopodridoquesecaeporsímesmodedíaendía,dehoraenhora.Paezqueelviento,alrebombarenelcañóndelachimenea,medicealgoquenuncahabíaoídoyoantes;peroalgomuytemerosoymuytriste…vamos,queajuyeradeellodebuenagana,sieltemporaldeafueranomecerraratodos loscaminosdeescape,yel fríonomeencadenara los remosynomecortara lapocarespiraciónquemequedaenelgaznate…Otracosanuncavista:tepuedojurarqueno me asusta la muerte porque soy viejo y cristiano y sé que ha de venir sin tardarmuchoyqueme tocaesperarlaconfiadoen lamisericordiadeDios,como laespero;yconello y con todo,meespanta la enfermedadquemevaquitando la vida. ¿Cómo seexplicaestepotaje?¿Quétepareceatiqueseráesto,Marcelo?Faltábanme amí los sofismas científicos con queNeluco, por ejemplo, hubiera podidoaclararaparentementeaquellascomplejasoscuridadesquemeconsultabamipobretío,ydespaché la consulta con cuatro vaguedades muy recalcadas y encarecidas sobre elinflujoqueejercenenlamáquinadelospensamientosloslargosinsomnios,lasoledaddelanoche,losfríosestacionales…-Bienpodránteneralgodeculpaesos ingredientes -mereplicómi tíoconmuyescasasseñalesdecreerlo-;peroavecessemefiguraamíquehaytambiénotrosmotivosdepormedio…yhartoserá,¡trastajo!,quenovengadeesabandatodalapodredumbre.Mira,hombre…(porquepuestoenteladejuicioelpunto,debeventilarseenregla;yyolehevistopormuchascarasentantasytantasnochesdenopensarenotracosa):siamímevivieranomásqueunosolodeloshijosqueDiosmefuedando,lamuertedesupadrenoseríapropiamentemuerte;porqueencasoscomoéste,ybienlosabestú,lavidadelosquesevanretoñaenlosquesequedanparaalgomásquellorarlosyrezarporellos:esun eslabón trabado en otro eslabón… vamos, una cadena que nunca se rompe ni seacaba.Perotalcomohanresultadoaquílascosasypuestoyoaconsiderarqueestoyadosdedosdemorirme…¡ay,Marcelo,quépinturassemeponendelantedelosojos!Conlas últimas boqueadas, la cadena rota para siempre, el hogar sin lumbre, los establosvacíos,lacasaensilencioy(loqueespeor,sinometisteislallaveentrelascuatrotablasque fueron a pudrirse conmis huesos al campo santo) enmanos de hombres que noveránenellamásqueelochavoroñosoconquepagaránelderechodemaltratarla.Pueséchateapensardespuésentodasestasgentesquevivendesucalor,porquesontodosellos, lo mismo que fueron sus padres y debieran serlo sus hijos, como sangre de lanuestrasangreycarnedelnuestropropiocuerpo,mirándoladereojoalprincipioparaacabarpornoacordarsedeellayporirsedesparramando,comopollucossinlamadre,robados al fin, uno a uno por el milano que no duerme… ¡Ay, trastajo! Esto es muydoloroso,hastaparasoñadoenpesadilla…¿Quénoserá,hijomío,vistoypalpadoenlamismarealidad?Créeme,Marcelo:importamuchomásquelavidadetutío,loquehadeirseconellaalotromundo,siDiosnoloremedia…¿Notepareceatiquepudieraseréstala«consistidura»delascosasrarasquemequitanelsueñoytantomeacobardanúltimamente?Conociendo como conocía yo la entereza de carácter y los sentimientos de mi tío,evidenteeraqueandabaenlociertoenaquellasuposición,yqueporciertoloteníaélaunqueaparentabalocontrario;peroyonopodíadeclarárseloasí,porquedeclarándolo,omemanifestabaasusojosdescariñadoeinclemente,oaceptabauncompromisoquenopodíaaceptar,porqueeraotromuydistintodelsuyomimododeveraquellascosas.Mehubiera sido fácil engañarle aventurandounapromesaquequizásandabaél buscandodesde la primera carta que me escribió; pero me repugnaba esa mentira dicha a unhombre tan honrado y tan sagaz como aquél, exponiéndome, además, a que nome lacreyera.Poresoadoptéuntemperamentoanodinoquenialcanzóalevantarsusabatidosánimos,nisiquieraadisfrazarlelosaprietosenquemepusoconsupregunta.-Todoello-repusoelbuenseñor,tratandodehacerunpinitodechácharaquenolesalíabien-, es decir por decir.Marcelo, y ya que echamos la conversación hacia ese lado…¡Pues tendría que ver, ¡pispajo!, que diera yo ahora en la gracia de agobiarte conpesadumbres nuevas, cuando más falta te hace algo alegre con que espantar lasnegrurasdeestetemporalquesenoshaechadoencima!Mira,hombre,créasmeonomecreas:lasúnicasagallasquemequedan…vamos,loúnicoparaquemesientoanimosoalahorapresente,esparaayudaraquenoseteamurrienati también lasalegraderas.

¿Oístelo?Puesbueno.Algomásydemásimportanciaquetengoquedecirte,yatelodiréensuhoraylugarcorrespondientes,ysintardarmucho.Dichodebieraestaryayporsiacaso,díashace;pero…bastadeconversación,ynoteespantelaamenaza,queaunqueelpuntoespariente cercanodel tratadoaquí, no tiene la cara tan fea.Si las tuvieranigualeslosdosmelibraríayomuchodedarteaconocerlaquenohasvistotodavía.Entró en la cocina Tona, algo tocada también de lamurria inverniza, a trajinar en elfogóndondehablábamosmitíoyyoalcalorcillodelalumbre,yyanopudepreguntarleloqueteníaalapuntadelalengua,comoexploraciónsiquieraalrededordelacastadeaquelnuevo«punto»quemehabíapuestoengrancuriosidad.Peromásquecuriosoporaclararle,quedépreocupadoytristeconlapinturahechapordonCelsodelestadodesuespíritu.Parallegaratalesextremosdefranquezaunhombredesutemple,¿cuálnoseríaelpesodesutribulación?Y¿cuállamagnituddemidisgustoydemipenaalconsiderarqueyoposeíaelremediodelamásgrandedelassuyas,y,sinembargo,meresistíaaofrecérsele?¿Erahonradaestaconductamía?¿Estabaobligadoyo a aceptar compromisos imposibles de cumplir? ¿Estaba bien demostrada estaimposibilidad? ¿Cabía, en la duda, el recurso de prometer, a reserva de cumplir hastadondesepudiera?…Puestalacuestiónenestosúltimostérminosyamepareciómásracionalysoportable;ysihubiéramoscontinuado losdossolosen lacocina,esposiblequeallímismohubieraintentadoyointroducirporesteresquicioelprimersosténparasusdesfallecimientos.Pero Tona llevaba tarea para rato (como que se andaba en las proximidades delmediodía),yporsierapocoesteestorbo,entróFaciaadirigirlafaena.¡Cosaextraña!Lamujer gris era el único ser de los que habitábamos la casona, en quien no habíaestampadoalgunaronchaelazotedeltemporalreinante.HastaelmismoChiscoandabaun tanto espelurciado y encogido por establos y corraladas, y entraba en la cocinaalgunasvecesconelhumoravinagrado;alrevésqueFacia,lacual,desdequesehabíandesencadenadolasprimerascelleriscas,parecíaotra.Cuantomásazotabanlosgranizoslosparedonesdelacasa,ymás«runflaban»losvendavalesenelcañóndelachimenea,másalegreseleponíalacaraymásdiligentesevolvíaparaeltrabajo.Viéndolatanboyanteyentanventajosasdisposiciones,trabéconversaciónconellaaquelmismodía,alllevarmenoséquécachivachesamicuarto.-Parece-ladijeparaempezar-,quemarchanbienlosasuntos,¿eh?Entendiómelapregunta;ydespuésdesobrecogerseunpococonella,merespondiósintitubear:-AsímelosconserveDiosmuchutiempu.-Mealegroenelalma-ladijeentonces-;porquepornoverlaaustedconlosespantosdeestosdías…-¡Nimelosmiente,señor,porobradecaridá!-mereplicóvolviendoacompungirse-.Paezquelosmales,comosioyeran,seponendepieencuantoselesmentaenboca…-Detodassuertes,resultaquelosnegociosdeustedandanalrevésdeltiempo.-¿Porquélodiz,cristianu?-Porquealavezqueélseembraveceyseemperra,ellosvanmejorando.-SiempreloqueDiosjazestábienjechu…¡Ah,siestoduraramuchu!…-¿Eltemporal?-Ylootru.-¿Cuáleslootro?-Loquerezaconloqueustéquieresaber.-Ysinllegaraconseguirlo,pormásseñas…Vamosaver,Facia:ahoraqueestáustedunpocomás tranquila, ¿por qué nome lo cuenta? ¿Por qué está llevando usted sola tanpesadacarga?…porqueyocreoquenisiquieraTonatienelamenornoticiadeella…-¡Hija demi alma!…La lenguame partiera en dos con losmesmus dientesmius si lavieraententacionesdeparláselu…¡igualquealprobeseñorymiamu!¡SantaVirgendelasNieves!…Y, por caridá deDios, nomepreguntemás de esu por ahora…ni nuncajamás,señordonMarcelu;queyo,porlacuentaquemetrae,buscaréelamparudeustécuandolacargamerindaylasangustiasmeajueguen…porquelapestehadegolver,ysinmuchatardanza,señordonMarcelu. ¡Ay,desdichadademí!…¡Yelamu…yTona!…¡SantaVirgenlamiMadre!Púsose lívida de repente, se le pintaron en la cara las angustias de otros días, y llevóhastaellasusmanoscruzadasyconvulsas.Memovióacompasiónlapobremujer,ysentíremordimientosdehabersidoyoelcausantedeaquellacrisisamarga.Toméconempeñoeltrabajodecalmarla,yloconseguí;peroconlaayudadeuna«zurriascada»ferozqueseestrellóde repentecontra laspuertasdelbalcón.Cuandoestoocurría, seenjugaba

Facialosojosyrespondíamalamenteamisúltimasobservaciones.Aloírelestrépitodeafuera,suspendióhastalaslágrimasyselanzóaunodeloscuarteronesabiertos,yallíseestuvomirando,conlaavidezdeunsediento,aquellamardelluviacernida,revueltayzarandeadaenelespacioporlafuriadelvendaval.-¡Oh! -exclamó al fin, retirándose de su observatorio con la cara radiante de alegría yandandopresurosahacialapuertadesalida-,pormisericordiadeDios,hayparatu.¿Noerabiensingularyextrañotodoaquello?Entre tanto, yo no cesaba de meditar sobre el grave tema, y punto de sumatrascendenciaparamí,surgidoaquellamismamañanadelaconversaciónquetuveconmitío;ycuantomásvueltasledabaenmicabeza,másobligadomecreía,hastaporobrade caridad, a ofrecerle lo único que honradamente le podía ofrecer yo. Si con esteofrecimientosecurabadesusangustiasmortales,¿quémayorsatisfacciónparamí?Siandando el tiempo resultaba que no llegaban mis fuerzas tan allá como mis buenospropósitos,¿quéculpatendríayodeello?Novacilémás:busquéamitío,lehalléensucuartocercadeunbrasero,hojeandounospapeles,tosiendomuchoymoviéndosemaldebajodelaespesaropaqueleabrumaba,alatétricaluzdelamediatardeyalruidoingratodelascelliscasydelostruenosquenocesabanafuera.

-XVIII-Me anuncié preguntándole desde la puerta si podía hablar con él cuatro palabras sinmolestarle.Volvió hacia mí la cara con la viveza ratonil que le era propia, y me contestó,enderezandocuantopudoelcuerpecillodescarnado:-¡Mira,hombre,quécasualidad!…Apuradamenteestabayopensandoenirenseguidaapreguntarte lomismoparacumplirtedespués lapromesaque tehiceestamañanaporrematedenuestraconversación.-Puesacumplirotrapromesa-añadí-,quenopudehacerleaustedentoncesporfaltadeoportunidad,peroquequedóhechaenmisadentros,vengoyoahora.-Yaestássentándoteyhablando-medijoaesto,arrojandosobrelacómodalospapelesquehojeaba,sentándosedespuésenunasillajuntoalacajadelbraseroeindicándomequehicierayolopropioenotraqueestabaenfrentedeella.-Enlodesentarme-ledije,haciéndolo-,leobedezcoausteddesdeluego;peroenlodehablar…notanto.-¡Estaesbuena,trastajo!¿Porqué,hombre?-Porquequierodarleaustedlapreferencia,comodebo,enloquemutuamentetenemosquedecirnos,segúnparece.-Vaya, vaya, déjate de cumplimientos, y empecemos por el caso tuyo, que para el míosiemprehaylugar.Conque¿quéesloqueseteocurre,hijomío?-Pues loquesemeocurre -dijeyocomenzandoatocar lasdificultadesdeacometerdefrenteunasuntodetandelicadanaturalezacomoaquél,cuyopuntodepartidaeranadamenosque lamuertedemivenerable interlocutor-, semeocurre,miquerido tío,algoqueserelacionaconotroalgoqueleoíaustedestamañanaymeprodujomuyhondaymuyamargaimpresión…-Aver,aver-interrumpióelpobrehombreacercandomássusillaalamía,mientrassepintabaensusojueloschispeanteslacuriosidadqueledevoraba.-Nocreaustedquesetratadeunacosadelotrojueves-añadísonriéndome.-Sea del otro jueves o del otro sábado, ¡venga esa cosa por derecho y sin envoltorios,hombre!-merespondióconunbríoinconcebibleensuextenuacióncadavérica.-Corriente-ledijeyo,nosabiendocómoarmonizarmisescrúpulosconsusimpaciencias-;perodespuésdedeclarar,para ladebida inteligencia,queyo tomoelcasoenelpuntomismoenqueustedlepusoyledejóestamañana.-Declaradoyentendido…¡Adelanteahora!-Me dijo usted entonces, metido en la injustificada aprensión de que iba a morirsepronto…yDiosnoloconfirme.-ÉsaescuentadeÉlymía…¡Adelante,Marcelo!-Medijousted,repito,confesándomeademásqueesa…aprensión…-Aprensión,¿eh?-Queesa…cavilación,siloprefiereasí,eralaqueleestabamatando;queaustednoleespantabalamuerte,sinoelmorirse,elcesardevivir,el irsedelmundoparasiempre,porquehacemuchafaltaenélynodejaquienlereemplaceensulabordetodalavida.¿Noesésta,tío,lasustanciadeloqueustedmedeclaró?-Justaycabal,Marcelo;justaycabal…-Yporeso,poresapenatangrande,poresemodotantristedeverlascosas,ibaustedperdiendolatranquilidadyelsueño…yhastalavida…-Nimásnimenos,¡pingajo!…¡hastalavida!-Unaalucinacióncomootracualquiera;pero,enfin,asíloveusted,yestobastaparasumartirioque,endefinitiva,esrealyverdadero.Puesbien:siustedtuvieraunhijoquelesucedieraensus inclinaciones,ensuspropósitosyensusobras,nohubieracabidoenustedese temora lamuerte,ni esa…aprensióndemorirse…Creoquees esto loquetambiénmedijoustedestamañana,omelodioaentender,porlomenos.-No,no:lodije;ysinoresultóbienclaro,fueporquenosupedecirlo.-Corriente;perosucedequenoexisteesehijo,yquetampocomedijoustedsilafaltadeélpuedesustituirsecon…algo.-¿Conqué,Marcelo?¿Conqué?YaquíelbenditodeDioserguíasucabeza,alargandoelpescuezodescamadoyrugosoydevorándomeconlosojosanhelantes.

La emoción es contagiosa, y no logré darle, sin descubrir algo de la mía, esta breverespuesta:-Verbigracia,conundeudodesumismoapellidodeusted…Serevolvióconvulsoentoncesenlasilla,comenzóaresobarseunacontraotralasmanostrémulas, avivó las llamas de sus ojos que no apartaba de los míos, y me dijoansiosamentedespuésdehaberacudidoenvanodosvecesalosregistrosdesuvoz:-Venga el nombre de ese deudo… si es que le conoces tú. Por lo que a mí toca, noconozcomásqueuno.-Pues si le conoce usted… -apunté yo, prefiriendo, por un sentimiento harto fácil deestimar,quelainsinuaciónpartieradeél.-Y¿quéadelantoyoconconocerle?-exclamóaquímitío,detenidoprobablementeporelmismoreparoqueyo.Dándoloporciertoyconenteraresolucióndellegarcuantoantesalfinquemeproponía,leañadí:-Confranqueza,tío:aunquenadamehadichoustednuncadeello,muchossíntomasbienclarosmehanhechocreerque,ensuopinión,nocaeríamalenestacasa,mañanauotrodía,eseparienteaquienambosnosreferimos.-¡Cascajo…puesyolocreo!…¡Comosantoensupeana!-Y¿porquénomelohadichoustedderechamente?-Pues,hijodelalma,yfranquezaporclaridad,porquenomegustansantosalafuerza;ypara serlo de buena voluntad y de la clase que se necesitan aquí, no veía yo la mejormaderaeneseparientemío.¿Loquieresmásneto?Iba, entre tanto, difundiéndose por toda su faz, lívida y acartonada, una expresión deintensa alegría; pero con tal rapidez, que no parecía sino que le daban impulso losmismosvendavalesquezumbabanentrelospeñascosyjaralesdelcontorno.Ycuandoledije terminantemente lo que pensaba decirle, se incorporó con la agilidad de unmuchacho, me miró con unos ojos en que se pintaba la exaltación de su espírituresucitado,yexclamó:-¡Tú,Marcelo!…Nadamenosquetú…¡elhijodemihermanoJuanAntonio!…¡UnRuizdeBejosdepuracasta,sanoygarridocomountrinquete!…Pero¿lohaspensado…lohasmedidobien,hijomío?¿Nohayentuarranquealgo…vamos,algodecaridáqueteciegue? ¿Sabes bien todo lo que pesa esa carga en un hombre de tu ropaje? ¿SeráposiblequeDiosmisericordiosolohayasidoconmigotambiénenestoquelehepedidotandeveras?-Vamos a cuentas sobre ello, querido tío -le dije levantándome yo también según ibacreciendo su exaltación, y tomando sus manos entre las mías-. Vamos a cuentas, y acuentasclaras:elsimpledeseodeusted,declaradoconfranqueza,mehubierabastado,desdequeestoyenTablanca,parabrindarme,sinesfuerzosniviolencias,aloquemehebrindadohoy,enelsupuestoaventuradodequeyolesobrevivaausted…-Déjate de supuestos, hijo, y dalo por cosa hecha… y para muy pronto: yo sé a quéatenermesobreesomejorquetú.-Démoslo,porunmomento,comoustedquiereyparaentendernosmejor;ydigoquemecomprometo,enesetristeydesgraciadocasoqueDiosalejedenosotrostanallácomoyodeseo,aponerdemipartecuantoquepaen las fuerzasdemidecididavoluntad,paraproseguirlaobrabenéficadeustedaquí,ydesdeluego,leempeñomipalabradequelacadena, por de pronto, no ha de romperse por el eslabón que yo represento en ella…Después,sóloDiospuedesaberloquesucederá;Porque…-¡Punto ahí, Marcelo!… porque ya me concedes hasta más de lo que yo me hubieraatrevidoapedirte…¡YDiostelopagueenlamedidadeloqueyoloaprecio!Enseguidameabrazómuyconmovido;abracéleyoaél tambiénalmismotiempo,ynomuyserenoquedigamos, yabrazadosestuvimos lobastanteparaqueyopercibieraelaceleradocompásdesurespiración.Al desprenderse de mí, clavó la vista durante un buen rato en el crucifijo que estabacolgadosobreeltesterodesucama.Sehabíadescubiertolacabezaparaeso,yyo,porrespetoaloquedebíadeestarsetratandoenaquellaescenasinpalabras,medescubrítambién.Encuantodescendióconlaatenciónalascosasdelbajomundo,medijoconvozenteraymuchatranquilidad:-Vamosahoraatratardelasuntomío.Púsemegustosoa susórdenes; rogómeque leayudaraunpocoallí y saliódel cuarto:llegóse al mío; metió la cabeza dentro de él; hizo lo propio en la alcoba del salónintermedio,ytrancóluegolapuertadeéste.Vueltoasupuntodepartida,desdedondele

observabayollenodeextrañeza,cerrótambiénconllavelapuerta,ymedijoplacenteroysonriente,peroahogándosedecansancio:-¿Teasombraránunpocoestoshusmeosdelebrel,eh?Respondílequesí,yañadió:-Puestodossonnecesarios,conlocuriosasquesonlasgentes,cuandoelcasolorequierecomo ahora. Por lo pronto, repara bien lo que yo vaya jaciendo, y ten la caridad deayudarmecuandotelopida.Dicholocual,sedirigióalaalacenaqueestabacercadelaventanayenlamismapared,ylaabrióconunadelasllavesencadenadasenunllaveroquesacó,pujandomucho,deunbolsillointeriordesuchaleco.La alacena era de poco fondo, y no tenía más que una balda a la mitad de su altura.Sobrelabaldaydebajodeellahabíacomounadocenadelegajos,arranciadoslosmásdeellosyatadosconbramantedeshiladoymediodestorcido.-Soncopiasdeescrituras-medijomitío-,cuentasviejasdeparticionesdebienes,yotrospapelotesdefamilia…Veteponiéndolotodoencimadeesacómoda,porqueyonotengoyaresuelloniparalevantarlosbrazossolos…¡Porvidadelosdemonios…delpispajo!…Hiceloquememandaba,yfuesacandodelaalacena,ademásdeloslegajos,tresparesdecandelabrosdeplata,varioscubiertosyunabandejadelmismometal,yunrimerodeporquerías,entreellasmásdeseislibrasdepolvosdesalvaderaenvueltosenunpapelde estraza, y una jarra blanca como de media azumbre, con un paluco adentro. Elinteriordelajarrayelpalucoestabancubiertosdeunacostranegruzcamuyremovidaycuarteada.Preguntéamitíoconunamiradaparaquéservíaaquello,ymerespondió:-Esoesparahacertinta…digo,era;porqueyaconlaúltimahechaelañoquepasó,hadesobrarme. La hacía con agallas y caparrosa, y la revolvía dentro de la jarra con esepaluco,queesdehigar,porquedeotramaderanosirve:sacalatintamalcolor.Despuésdedesocupada laalacena,memandómitíoquesacara labaldatirandohaciamí. Saqué la balda, que era pesada y de castaño, como todo el interior de la alacena.Quedabansobreel fondodeella,ensentidoverticalyunoencadaángulo,dosanchoslistones,queparecíanestarallíparasostenerlosextremosdelosotrosdoshorizontalesymásestrechos, sobre loscualesdescansaba labalda;peroeraotromuydiferente sudestino: estaban sueltos y servían para ocultar unos pasadores de hierro con que sesujetabaa los tableros lateraleseldel fondo.Sacadoésteal fin,despuésdequitadoelestorbo de los cuatro listones, y vencida la dificultad, no pequeña, de correr lospasadoresoxidados,aparecióunbultonegroenlasentrañasdelapared.-Jaladeesopa-cá,arrastrándolo -medijomi tíoseñalándomeelbultocon lamanoporencimademishombrosmedioembutidosenlaalacena.Embutílos todavíamásparahacer loquemeordenabami tío; lleguécon lasmanosalbulto, que tenía cuatro caras, duras y frías, comoque erandehierro; doblé los dedossobrelasaristasdelfondo,ytiréhaciamí-,peronomebastóelprimertirón,porqueeramuy pesada la caja, y tuve necesidad de repetirle con mayor fuerza para arrastrarlahastalabocadelaalacena,dondeladejéporencargodemitío.-Ahora -me ordenó-, dale media vuelta, de modo que quede hacia nosotros la cara deatrás.Hícelo así, y apareció en ella la cerradura, que a la simple vista no tenía nada departicular.Lacajamediríapocomásdeunpiedeancha,porcosadepieymediodealta.-Corriente -dijo mi tío entonces-. Pues ahora déjame ponerme donde tú estás; peroreparabienloquemeveashacerparaenterartemejordeloquetevayaexplicando.Entonceseligióotradelasllavesdesullavero,y,conmanoalgotemblorosa,ladirigióaunpuntodeterminadodelacerraduradelacaja.Todosestosprocedimientosydetallesibanponiendomicuriosidadymiextrañezaenungradodetensiónextraordinario.Elaspectodelahabitación,tanausteroquerayabaenlo pobre; su puerta y las inmediatas, cerradas con llave; aquel hombre extenuado,envueltoenunropajeburdoydesaliñado,sobreelquedestacabanlacaralívida,deojoshundidosyrelucientes,ylasmanoscadavéricas;aquellaalacenadefondosnegros,yenotrofondodeella,másnegroaún,unacajadehierroocultaporunatrampamásomenosingeniosa; una luz tétrica iluminando la estancia, y fuera de ella los bramidos delhuracán, me estaban pareciendo en conjunto un pasaje de melodrama, en el cualdesempeñabayounpapeldegalánjoven,protegidodeldesalmadousurero,porunodeesosincomprensiblesantojosdelcorazónhumano.-Esta caja -me decía mi tío mientras me revelaba prácticamente el secreto de sucerradura,bienfácildeaprender,despuésdeexplicado-,ladiscurrióylajizounjerrerudeaquí,muyamañanteydemuchaidea,yselaregalóamipadre;yparaellaseabrió,

tiempoandando,estaalacenaenestemorio,quenobajadecuatropiesdemacizo.Nohaymemoriadeintentoderoboenestacasa;peroyaquehabíacajaconsecretoyalgoqueguardarenella…Tan pronto como quedó abierta, y a la vista una buena parte de lo que guardaba, sevolviómitíohaciamíymedijo,comosiestuvieraleyendolospensamientosquebullíanenmicabeza:-Loquemenostehasfiguradotú,alverloqueestápasandoaquíratohace,quetutíoesun avariento dejado de la mano de Dios, y que trata de deslumbrarte los ojos con losfrutosdesusrapiñas.Laverdad,Marcelo:yomelofiguraría,puestoentucaso.Mesonreísindecirunapalabra,ycontinuómitío:-Pero así y con todo, por esta vez fallan las señales.Esto que aquí ves, es, en suma yfiniquito,elahorrodetutíoCelso…ylapucheradelospobresdeTablanca.Estasalhajassueltassonlasquehanidollegandoamismanos,comollegaronotrassemejantesalasde tupadre,porherenciadenuestrosmayores,menosunasPocas,estasarracadasdeoro,yestasgargantillasdecoral,yesterelicariodeplataconpiedrasfinas,queleregaléyo a mi pobre mujer cuando nos casamos, y tuvo empeño en legármelos a su muerte.Estoscartuchoslargosycortos,gordosyflacos,sondemonedasdeorotodosellos.Noséloquecomponenenconjunto,porquenuncahequeridocansarmeenaveriguarlo.Loque sé es que las mermas de ello dependen de las necesidades que haya fuera de micasa.Amíyacuantosenellavivimos,nossobraconloquenosdalatierracadaaño,yesoquenostratamosbienyaquéquieres,boca.Lasfuentesquelohanidomanando,noestán,comopuedescomprender,en laspobrestierrucasyenlosganadosdeTablanca:otrashaymuylejosdeaquí,yviejasenlafamilia,demejoresmanantiales.Detodasellastendrás noticias, cuando las necesites, en papeles que están en esos legajos y hastaencimadelacómoda…velosahí,porqueunratohaceandabayoconellosentremanos.Loque importaquesepas sin tardanza,por loquepueda tronar,esquehabíaenestejoriaco loqueya tienesa la vista ynoestá inventariadoenningunaparte; yque todoello,alhajasymonedas,esdetusolapertenenciadesdeestemismomomento.Sorprendido con la ocurrencia, intenté hacer muy formales reparos a mi tío. No meconsintiódecirunasolapalabra.-Esasuntomío-medijo,tapándomelabocaconunamano,fríacomopiedrasepulcral-,yresuelvo sobre él lo que me da la gana. Además, estoy entrando en vena de hablar, ynecesitohablaryosoloysinquenadiemecortelapalabra…¡trastajo!,hastaparasacarlosatrasosdeestosdíasdemurriasnegras.Lopeores¡porvidadelpispajo!quemevafaltandoelresuello…Dejaquedescanseunpoco.Sentóseenunasillaapuradoderespiración,máslívidoqueantesdecara,ytrasudando.Aconsejélequenovolvieraahablardeaquelasuntonideningúnotro,porquenecesitabareposoy tranquilidad;peronome tomóencuentael consejo.Apoco rato, aunque sinmoversedelasilla,continuóasí:-Convienequeteadvierta,paraque lotengasentendido,quenotratodecorresponderconestamiseriaalgran favorquemeofrecistepocohace.Lapruebadeello, sino tebastamipalabra,lahallarásenmitestamento,hechoalaspuertasdelamuerte,cuandoel primer ataque de esta perra enfermedad… Te repito que me dejes hablar a mí solohastaqueseacabetodoloquequierodecirte.Otrodíahablarástú,ypata…Volviendoalcaso,digoquedetodoestoqueyaes tuyodesdeahora,hansalidomuchosde losqueestasgentescreenmilagrosmíos;porqueotrastantasveceshetenidoquehacermederogarunpoco,conlaexcusadelnopoder;puesdeblandearmealasprimerasdejándolesdescubrirelmanantial, ¡pobredeélypobredemí,hijodelalma!porque,en finiquito,estoshombres,aunquebuenosenloprincipal,sonrudosydelosqueserigenmásporlabocaqueporel entendimiento…Tampoco tedigoestode la fuenteparaobligarteconello a cosa alguna, sino porque es la verdad, y no sobra el que la conozcas… comoconozco yo que cada uno tiene su modo de matar pulgas, y que tú tendrás el tuyoparticular,por consiguiente, y sabráshacerde tucapaun sayo,odos, o losque se teantojen…oninguno,simejorteparece.Pero(yvayaelejemploparaverelasuntoporlasdoscaras)porsiteallanarasaquíalgúndíaaseguirlosmismosgustosquehetenidoyo en lo tocante a este vecindario, no te he de ocultar que ha de costarte bastantetrabajo al principio, y algunos disgustos después. Para ayudarte a orillar las primerasdificultades,terecomiendoalCura,quesabetanbiencomoyo,yhastamuchomejorqueyo, de qué pie cojea cada uno de sus feligreses. También te puede servir de ayuda, ybuena, Neluco Celis, el médico; que aunque mozo, tiene una voluntad de perlas paraestascosas,granojoymayorentendimiento.TeadviertotambiénqueelCuraeselúnicohombre, fuera de nosotros dos, que sabe lo que se guarda en esta pared. Creíconvenientedeclarárselocuandonocontabacontigo,porquenoselocomieranalgúndía

losratones,ofueraaparar,andandoeltiempo,amanosquenolomerecen;porquenotengoherederosforzososniotrosparientespobresqueesosdosbandolerosdequemehablasteelotrodía,ynosonmerecedoresmásquedeungrillete,quenolesfaltará,siviven…Déjamequesemepaseestegolpedetos,yquetomeotrorespiro.¡Ay,trastajo,quémiseriucasomosalomejor!Estavezfuemáslargoelparéntesisdemitío,porquefuemayorlafatigaprovocadaporlatos.Encuantoserepusounpoco,continuódiciendo:-Puesbueno,yaloqueteiba:yaestásaltantodelascosasytienesenmarchatuplan:aquíempiezanlasalegríasdelabuenaentraña,perotambiénlasdesazonesgordas,sinotearmasmuchodepaciencia, ¡peromucho,pispajo!Porquevuelvoadecirtequeestoshombres, como caerás tú prontamente en ello, no todos son santos. Pero cinco dedostenemosencadamano,ynohaydosqueresulteniguales:lomismopasaentreloshijosdefamilia;ypasandoasíenunafamiliadepocosydeunasangresola,¿quénopasaráenuna familiademuchos,comoéstaenquehayhijosde tantasy tandiferentesmadres?Toparás,devezencuando,hastacondesagradecidos,yverásqueésteeseltropiezoquemásdueleyelquemásobligaacerrarlosojosparaseguiradelanteconeldeberqueunotieneconDiosyconsusbuenasintenciones;yobrandoasí,hastallegarásamiraraesosdesdichadoscomoahijosquemásnecesitanporsusflaquezas,deamorydelavigilanciadel padre. De todas suertes, la prosperidad y el agradecimiento de los buenos teconsolarándelaingratituddelosquenolosontanto;porquemalos,propiamente,yonolos conozco aquí: la verdad sea dicha. Llevada de este modo la tarea, acabarás portomarlamuchaley;peroguárdatebiendedarlanuncaporasegurada,porfirmequelacreasportodaspartes,porquetorresmásaltasydeesamismahechurasehanvenidoalsuelo de la noche a la mañana. Tan seguros como yo a estos hombres, tenía a los deCoterucomigranamigodonRomándelaLlosía,yyatehecontadocómoyporqué,dosañoshace,encuantovinieronestaspolíticasnuevasquehoynosgobiernan,enunabrirycerrar de ojos se le fueron de las manos, y de hombres agradecidos y cariñosos, seconvirtieronenfierasenemigassuyas,hastaelpuntodeverseobligadoelcaballero,máspordolordeloqueveíaquepormiedoquelotuviera,amudarsuresidenciaaSantandercon toda su familia.Yporallá seandaa las fechas, sinapartar losojosde supueblo,aunque con el consuelo, últimamente, de ver cómo van echándole de menos allí ysuspirandoporéllosmismosquelevilipendiaron,segúnvanvolviendolashecesalfondodelacuba,revueltapormanosviles.Loque te probará, por otra parte, hijomío, que la semilla buenanopuededar nuncamalos frutos,yquea lacortaoa la larga,ydespuésdehabersembradoasí, lobuenosiempretriunfaysaleafloteporencimadetodo.Conestonotecansomásporahora,yvamosadejar,sitepaez,todosestoscachivachescomoestaban.Procedimosaello,esdecir,procedíyo,porquemipobretíonoestabaparamoversedelasilla,yaduraspenaslogrósacardelaargollalallavedelaarquetadespuésdecerradayabiertapormívariasvecesbajosudirección,paraquenosemeolvidaraelsecretodelacerradura,ymientrasibayocolocandocadacosaensusitioytrancabalaalacena,cuyallavequisoseparartambiéndelllavero,yseparéyoalfin,asusinstancias,pornotenerélfuerzasnipacienciaparahacerlo.Enseguidameentrególasdosllaves,sinconsentirmelamenorpalabraencontradesudecisiónirrevocable.-Pero,almadeDios -medijoporúltimorazonamiento-,¿notehasenteradodequesoninútilesyaenmillavero?¿Nohasvistoqueniparamoverlastablucasdesclavadasdelaalacenamequedanfuerzasya?¿Cómo,sindarcuartoalpregonero,hedecomponermeparallegarconlasmanosaloquehaydentrodelacaja?¿Noloconsideras?Puessi(loque no es de esperar) necesitara yo algo de ello en lo que me queda de vida, por noalcanzar lo corriente que anda más a la mano en los cajones de esa cómoda, conpedírtelo a ti estaba el punto resuelto. Conque basta de esta conversación, y a otracosa…Quiero tambiénque te llevesa tu cuartoestospapelesqueestabayohojeandocuando entrastes aquí, para que te vayas enterando de ellos si no tienes cosa másdivertidaenquéentretenerte.Hizo apresurada y torpemente con todos los que estaban desparramados sobre lacómoda,unrevoltijolastimoso,ymelosentregóasí.Mientrasyolosplegabayordenabaun poco mejor, le exponía excusas y reparos que resultaban inútiles: no quería oírme.Cuandoacabémifácilybrevetarea,medijo:-Ahoravuélvete,hijomío,a tusquehaceresyaorearunpoco lacabezapor lacasa; yvete en la confianza de que si con lo tratado aquí entre los dos no me has quitado laenfermedaddeencima,mehasdado fuerzasyánimoqueyano teníapara llevarlasinpenanimiedohasta lamismasepultura;yesto,enmimododever,valemásqueuna

buenasalud.Despuésmeabrazó, y todavíamedijoantesdemovermeyohacia lapuertade salida,volviéndoseélhacialasolana:-Mira,hombre;hastalairadeDiosparecequesehacalmadotambién:yanolluevetantonitruenanirebombaelvientocomoantes.Yeralapuraverdad:lamismaluzdelaestancia,apesardeirseacabandolatarde,eramenostristequecuandoyohabíaentradoenella.

-XIX-Al cerrar la noche de aquel día sólo quedaban del temporal unos rumores lejanos eintermitentes,amaneradejadeodesucansanciodespuésdeunabregaferozycontinuadurante semana y media. Con este motivo fue la tertulia algo más animada que lasanterioresúltimas,yhastaelpatriarcapresidentedeellaparecíaotroporloparlanchínqueestuvoyloespabiladodehumor.Bienconocíayolacausadelmilagro.ComoconocíaladequeFacia,alrevésdetodos losdemás,anduvieratanalicaídaytétrica laspocasveces que se dejó ver en la cocina. Le faltaban a la pobre aquellos estampidos de laborrascaenlabocadelachimenea,quearrojabansobrelosrecogidosllarescostrasdehollín tan grandes como la palma de la mano; aquel redoblar de los granizos en laspuertas y en las ventanas de la casona; aquel chorreo incesante de los goteriales deltejado,yaquelfluirdelosaguacerosporpatiosycorraladas,enregatosespumososquesedespeñabandespuésporlosdeclivesdeafuerabuscandoelríoqueyanocabíaensucauce. Mirábala yo compasivo algunas veces, y respondíame ella con una miradamelancólica,queparecíasignificar:«Yaestálabonanzaahí;¿veustedquédesgraciadasoy?» Y esto era lo que más me preocupaba aquella noche, cuando tanto y de cuentapropiateníaenquéemplearlaimaginacióndespuésdeloocurridodoshorasantesenelaposentodemitío.¿Notienecosasbieninexplicableslapícaracondiciónhumana?Peroluego se cambiaron las tornas y las pagué todas juntas, como decirse suele, porqueapenaspeguélosojosentodalanoche,yesoquemehabíametidoenlacamabastantedescuidadoporhabervistoamitíoenlasuyadurmiendoconlatranquilidaddeunmozo.¡Entonces sí que vi con los pormenores más nimios, y con toda su luz y su cortejo depremisas,deduccionesycomentarioslaescenadeaquellatarde!Nopudeaveriguarsiendefinitiva,elpensartantoytantoenellameresultabagratoomemortificaba:maticeshabía para todo en el cuadro y en los pensamientos. Lo cierto fue que, desazonado ynerviosoconlabatallademispreocupacionesaoscuras,encendílaluz,yquenobienlahube encendido, me acordé de los papeles que mi tío me había dado en su cuarto aldespedirnos,yhabíaguardadoyodespuésenuncajóndelacómoda.-Buenrecurso-medije-,parasobrellevarestaslargashorasdeinsomnio.Levantémeenseguida,cogí lospapelesymevolvía lacama,dispuestoaenterarmedeellos.Losprincipaleserantres:eltestamentodemitío,uninventariodesuspropiedadesvaloradas en venta y renta, y una memoria dedicada a mí, de letra suya, con losrenglonesmuytorcidosybastanteemborronada:estabafirmadaconfechaposterioraladel testamento, y muy poco anterior a la de la primera carta que me había escritodespuésdeenfermar.Empecéporeltestamento,queeralargoyminucioso.Despuésdelasmandaspiadosasybenéficas, que eran muchas, entre ellas una muy importante relativa a la escuelamunicipal, hacía muy buenos legados a sus sirvientes, en particular a Facia, a la cualdejaba en propiedad, amén de su correspondiente legado en dinero, la casería, contierras y ganados, en que había vivido recién casada con el bribón que la engañó;perdonaba todas lasdeudasasusconvecinosdeTablanca,y lasrentasdelañoenquefallecieraalosllevadoresdesushaciendas,cabañasyrebaños.DejabaamihermanaunafincadedosqueposeíaenlaprovinciadeLeón;ydelremanentedesucaudal,despuésdehechaséstasyotrasmenos importantesdeducciones,menombrabaamíheredero,porserelúnicovaróndelalíneadirectadelosRuizdeBejos.Puestaslascosasaquí,ysingransorpresamíadespuésdelotratadoporlatardemanoamano con el testador, entré en muy vivos deseos de conocer el valor aproximado delcaudalhereditario.Alfinyalcabo,¡quédemonio!,erayotambiéndecarneflacacomolosdemáshombres.Segúnyoloesperaba,porantecedentesqueteníaadquiridosdemipadre, todo el caudal de mi tío, para un hombre de su modo de vivir, era muyconsiderable; pero para un Ruiz de Bejos de mis usos y costumbres, ya era cosa muydiferente:mejordicho,aquelcaudal,disfrutadoenTablancacomo ledisfrutabami tío,eraunaverdaderariqueza;viviendocomoyovivíaenMadrid,sinsermanirrotonimuchomenos, me le hubiera comido en pocos años. Así y todo (¿a qué negar lo que nodesagradaporqueesinherentealahumanacontextura?),mesentímuysatisfechoconlaherencia, la cual llegaría a hacerme el primer hacendado de Tablanca. ¿A quién ledesagradaserelprimeroencualquierpartedelmundohabitadoyhabitable,poroscuray mínima que ella sea? Valga por compensación de esta flaqueza, la mortificación quesentía con los temores de que no fuera tan desinteresada como yo creía la gratitud

cariñosaconquerespondíamicorazónalaslarguezasydistincionesdemitío.Su memoria, redactada con el espontáneo y agradable desaliño que le era propio, sereducíaaexponerme,agrandesrasgos,elarmazóndesuobrabenéfica,llamadaporél«sudeber»; losfrutosprincipalesdeella; loquelecostabaaproximadamentecadaañoendinero,porqueenpaciencia,noteníacalonimedida,yunarelacióndelasfamiliasdeTablancamásmerecedoras,por susespeciales condicionesy virtudes,del amparoy laestimaciónde«lacasona».Todoaquellomelodeclarabaparamigobiernosolamente.Elúnico encargo que me hacía, y muy encarecido, era el de procurar que no sedesmembrara durante mi vida el patrimonio de los Ruiz de Bejos que pasaba a mismanosíntegroytalcomoéllehabíarecibidodelasdesupadreyéstedelasdelsuyo,nialheredarmemishijos,sillegabaatenerlos;ysino,quepasaraalosdemihermanaconigual recomendación para los mismos fines, siempre que fueran compatibles con lasleyes. Por de pronto y para «lo de puertas adentro» que me dejara guiar por lasindicaciones del párroco don Sabas Peña; y si no vivía éste ya, de la persona que mebuscaría por su mandato. Él no podía explicarse con mayor claridad allí, porque lospapelessoncosaslivianasquesellevaelairefácilmente,«yvayaustedasaberenquémanos van a dar a lo mejor». Después me nombraba las personas encargadas deadministrarle las fincas «que radicaban» fuera del valle y de la provincia, y concluíaadvirtiéndome que, como ya se declaraba en el testamento, a la hora en que escribíaaquellos renglones no debía nada a nadie, como no fuera su alma a Dios, en cuyamisericordiaconfiabayaquienpedíaquehicieraelmilagrodequeyosintieraalgunavezeldeseodedejarloshuesosenelcamposantodeTablanca,despuésdehabervividomuchosañosenlacasonadelosRuizdeBejos.Como losdemáspapeles,aunque relacionadosconel caudaldemi tío,nomeofrecíangraninterés,renunciéasudetenidalecturaporentonces,yconsagréeltiempoqueteníabiendesobraaespaciarlaimaginación,aojoscerrados,porelcampovariadísimodelossucesosdeaqueldía.Asímecogióelsueñomuycercadelamanecer.Cuandodesperté,entraba la luz en mi gabinete por el cuarterón que siempre dejaba entreabierto en lapuertadelasolana.Meparecióquelaluzeramásalegrequelaquemehabíasaludadoenidénticoscasosdurantelaúltimaquincena,oqueestaríaelsolyamuyarriba,locualnoseríaextrañoporlotardequemehabíadormidoporlanoche.Miréelrelóqueteníaalacabeceradelacama,yviqueeranpocomásdelasocho.Apesardelafaltaquemehacíadormirunbuenratomás,levantémeyabrítodoelcuarterón.Elpococieloqueveíadesdeallí,estabarasoyazulcomounpañodeseda,yelsolbañabayatodoslospicachosdelOeste.Relucíanlaspeñasylostroncosylosbardalesylossuelosportodaspartes,esosí,ysesentíaunfríohúmedoypegajosoquellegabahastaloshuesos;peroestabarisueñayencalmalaNaturaleza,yestolevantabamucholosánimos.Pensandomásqueenestascosasenmitío,aquienanhelabasaludarcomotodoslosdíasal levantarme (especialmentedesdequeandaba tanalicaído,ymehabía recomendadomucho el médico la mayor vigilancia sobre él), y barajando con este sentimiento losrecuerdosqueseibandespertandoenmimemoria,despachéenelairemisoperacionesdetocador.«Yvamosaver -decíameamipropioencuantomehallédispuestoa salirdelcuarto-,¿quécarapongoami tíodespuésde loquehapasadoestanoche?¿Enquétempledeánimo,enquéestilohedeexpresarle«loqueprocede»?Y¿cuáles«loqueprocede»?.Porqueéldebedarporhechoqueaestashorasestoyenteradodetodo;yencasostales,ungradomenosdelojustoenlaexpresióndeloquesesiente,desnaturalizalaseriedaddeunpapelyhastaponeenridículoalactor».Afortunadamente se anticipó él mismo a sacarme del atolladero. Sin responder a lasalutaciónque lehiceen lacocina,adondehabía idoel infelizdesde lacama,medijo,porqueestábamossolosenaquelmomento:-Comoyahabrásleídolospapelesqueteentreguéayertarde,porlomenoselprincipaldetodos,quiero,yasí te lomando,quenomehablesunapalabraahoranidespuésninunca,deesosparticularesnideningúnotroqueseaparientedeellos.Haztelacuentadequenohapasadonadaentrenosotrosdedossemanasacá,yatenteaellosideseasdarmegusto.¿Entendístelo?Puesenlacreenciadequesí,tedigoahora,respondiendoatupreguntadeantes,quehepasadounanochedelasbuenas,¡delasbuenas,trastajo!Hedormidomásdecuatrohoras,ynohetosidoveinteveces.Porestecaminotancómodosalídelcompromisoquetantomeapuraba,ybiensabeDioscuánto me alegré de ello. ¡Sobre que las resoluciones de mi tío habían de serirrevocables!…Pero¡quémaloestabaelpobre,noobstantelaextraordinariamejoríadesu espíritu! ¡Cómo se iban conociendo de día en día, en su cuerpo aniquilado, laszarpadasdelamuerte!

Hacia las once de la mañana aparecieron en la casona don Pedro Nolasco y toda sufamilia,esdecir,suhijaysunieta,yfueronrecibidosenmihabitación,dondetambiénhabíabraseroynoshallábamosmitíoyyoconNelucoquehabíaidoahacerlesuvisitadiaria. Lita llevaba la cabeza envuelta enuna esponjada toquilla de color azul celeste,querealzabalafrescuradesulindacarasonrosaditaporlacrudezadelaireserrano,ytodoelcuerpogentilarrebujadoenunchaldelanagris,demuchoabrigo.Segúnentrabay hablaba en su estilo regocijado y pintoresco, iba destocándose la cabeza ydesenvolviendoelairosocuerpoconsuságilesmanosmediocubiertaspormitonesrojosdeestambre.Mirándolaaellaymirandoalsolqueinundabaelvalle,trasunosdíastannegrosytantempestuososcomolosreciénpasados,yonoséporquélleguéaverenlanietadedonPedroNolasco,algoasícomolapalomaquevolvíaalarcaanunciandoquehabíacesadoyalairadeDiosyquetodalaNaturalezasurgíadelosabismosdetinieblaspurificadadelasculpaseiniquidadesdeloshombres.DonPedroNolascohacíatemblarlasparedesconelestruendodesusponderacionesdelorecioydelocrudodeltemporal.No recordaba otro como él de muchos años atrás. Había estado como sin sangre enaquellosdías,ynohuboduranteelloslumbrequealcanzaraameterleencalor.Ybienseconocían,sinqueéllosponderara,loschamusconesquesehabíadado,porqueapestabadesdelejosahumodecocina,yteníalapielcomoloschorizoscuradosyhastaconhollín.MariPepanoveíamotivospara tantasponderaciones:aquel temporalhabíasidocomootros muchos que habían pasado y que pasarían. Lo único de él que la mortificóverdaderamente,fueelprivarla,yprivaratodoslosdesucasa,deirahacerunratodecompañíaadonCelsoyvercómoandabadesalud.Yaesoibanentonces,aprovechandoelprimersolqueseveíadespuésdeunaquincenadeaguacerosy«celleriscas»,ysobretodo ello se habló mucho en muy poco tiempo, quitándose unos a otros la palabra,mientrasLita,corriendosusillahacialamíaqueestabaalejadadelbrasero,mecontaba,casialoído,loalarmadosqueestuvierontodosensucasaconlasnoticiasqueNelucolesibadandodemi tío,alpasarporallídevueltadesusvisitas,yel trabajoque lehabíacostadoaelladisimular lapenaqueacababadesentiralencararsedeprontocondonCelso. ¡Qué «mortalón» le veía, Virgen y Madre de Dios! Y tras esto, me acosó apreguntas:sicomía,sidescansaba,siconocíasuestado,simedabamuchoquehacer,sipodían ellos hacer algo en alivio nuestro; porque ya se sabía que casa sin mujeres,andabacomoDiosqueríaenlosapurosgraves.BuenaeraFacia,buenaeraTona;pero…al cabo,al cabo.Vaya,quenoera lomismo.Sumadreeraunagranenfermera, yellatenía buena voluntad; y cuando llegara el caso, si desgraciadamente llegaba, que noanduviéramos con miramientos que no pegaban bien entre vecinos amigos y hastaparientes.Comoalomásdeestotuvequeresponder,ylaconversacióncontinuabaenredándoseenelotrogrupoconlainagotableverbosidaddeMariPepa,yhastasemarchóNelucodelavisita,porqueteníaquehacerotrasdosantesdecomer,y,sobretodo,porqueestabayomuy a gusto al lado de aquella criatura tan atractiva, lo tratado entre los dos se fueenredando también poco a poco, hasta extraviarse al fin por derroteros que ningunacomunicacióndirectateníayaconelpuntodepartida.Todas las mujeres que yo llevaba tratadas en el mundo, con más o menos intimidad,como formadas en un mismo plantel y educadas con unos mismos fines, salvas muyimportantes diferencias plásticas, de esas que tocan más al cuerpo que al espíritu delobservador,mehabíandadoendefinitivaunasumadesemejanzasmoralesque llegóaparecersea lamonotonía,segúnmimaneraparticulardeveresascosas;ydeaquí,esdecir,deesacondiciónmía,deladesgraciaodelafortunadenohabersidoformadaminaturalezadelmismobarroqueladeotroshombresllamados«impresionables»lafaltadeverdaderacuriosidady,porconsiguiente,dehondointeréshaciaaquellasmujeres,apesardehabervividoconellasencontinuotrato.PeroelcasodeLita¡eratandiferentede los otros casos! Por de pronto, yo encontraba a su lado una complacencia, unadelectaciónmuyextrañayenteramentenuevaparamí.Buscandounacomparaciónparaestesentimiento,veníansemealasmientesejemplosmuyraros:verbigracia,loslienzosreciénlavadosysecos,elhenodelaspraderasconsufragancia«asaludyelaguadelasfuentesrústicasconsupurezatransparente.Aspirandolauna,podíanpasarse«lashorasmuertas» contando las pedrezuelas relucientes del fondo de la otra. ¡Placer bienprimitivo y candoroso ciertamente! Pero era un placer, al cabo, para quien no habíahalladootroequivalenteentrelosrefinadosartificiosdelmundo;yporesosinduda, ledabayatanaltoprecioenaquellasbravíassoledades.Ellofuequelatentacióndecontarlaspedrezuelasdelafuentemeentróaqueldíacondoblada fuerza que en otras ocasiones, y que no pudiendo resistirla, me lancé a laempresa,tomandoporpretextoeltemporalpasado,nuestrasforzadasencerronasporsu

culpa,ylosquenosesperabanalaspuertasdellugar.Porqueyomepreguntaba,viendo,admirado, aquella criatura de tan equilibrado organismo: pero, señor, ¿de qué sealimentanestaalmatanregocijadaysatisfecha,yesacabezitaluminosaqueirradialospensamientos sin el estorbodeuna solanube, en elmismo campoenque yo, hombreatiborradodelecturasyderecuerdos,nohalloconquélevantarunpocoelespírituencuantosenubla la luzdelsol?¿Quécantidadde ideaspuedehaberenesecerebro,dequé calidad serán y cómo las ha adquirido? No llegaba yo con mis preocupaciones dehombremundanohastaelextremodecreerquenopudiera llevarseconresignaciónlavidadesconociendototalmentelamagiadelgranescenariodemispreferencias,porqueteníaencontradeesteabsurdoelejemplodeMariPepayeldesuamigadeRobacío,que eran el colmo de la felicidad dentro de ese mismo desconocimiento absoluto, sincontarlasrudasysedentariaslabradorasquenosabíanloqueeraunapesadumbre.PeroLitaeramuchomásqueesto,ymuchomásquesumadreyquelahermanadeNeluco,connohabervistomayorcantidaddelmundo,nibebidolasideasenmejoresfuentesqueellas.Teníaunasafinaciones,unasdelicadezasde sentidoyunalcancedevistaen lashondurasdelascosas,aunquetratadasmedioenchanzayalaligera,quesolamentelasconcebíayoenlasinteligenciasmuycultivadas.El caso fue, repito, que di principio a la investigación, movido de una curiosidad muygrande; pero teniendo buen cuidado por acomodarme en lo posible a las naturalescondiciones del terreno, de allanarme yo mismo al nivel de lo más sencillo yrudimentario:casi,casi,meintrodujeensuconcienciaporlaspuertasaprendidasenlainfanciaenelcatecismodelPadreAstete.«Sitiospordondehabíaandado,ocupacionesquehabíatenido».Ensustancia,deesovinimosatratarenloscomienzosdemilabor.DeloprimeronosupemásqueloqueyasabíaporNelucoCelis:unmundodecuatroleguas,escasas,a laredondadeTablanca;dosotresfamiliasdelpelajede lasuya,esparcidasporél;dosferiascadaprimavera,sielinviernonohabíasidomuylargo,ytresocuatroromeríaseneltranscursodecadaverano.¿Deseabaveralgomásqueeso?¡Psh!…pordesearpropiamente,no.Ahora,alegrarsedetenerocasióndeconocerlounpoco,puedequesí,porqueanadie leamargaundulce;perodetodassuertes,aellase le figurabaquenohabíadeencontrarseagustoentretantoy«tanpomposo»revoltijo.Unaamigasuya,demásalládelPuerto,lamandabaalgunasvecesunperiódicodemodasqueellarecibíacadasemana:porlosdibujosylasexplicacionesdeesepapel,estabaaltantodecómo se vestían las señoras para ir a las grandes fiestas y al paseo. «¡Virgen la mimadre», cuánto dinero debían de gastar en esas galas y diversiones, y qué mal lasentarían a ella tantos lujos, avezada a las pobrezas de una aldeúca montés y quéavergonzada se vería en aquellos festivales tan resplandecientes, debajo de unosperifollosquenosabríamanejar!…¡Quita,quita!BienseestáSanPedroenRoma.Algomás que las estampas de aquellas señoras, la entretenían en el papel unos dibujos delaboresquesehacíanfácilmenteysincostarmuchodinero.Deésashabíaidollenandolacasa.Tambiénhabíaaprendidoenelmismopapel a cortarse los vestidosy chaquetas.¿Qué mejores entretenimientos para pasar horas sobrantes? Porque cuando no teníalaborparasípropiaopara losdesucasa,se ladabanbienabundante lamitadde lasmozas de Tablanca. ¡Como ella no sabía negarse, y las otras pobres no conocían otrorefugio cuando se trataba de las galas domingueras!… «¡Pero qué curiosón era yo,VirgendelasNieves!¡Siquerríaburlarmedeella?»¿Porquélapreguntabaesascosas,niquépodíanimportarmeamí,quetantohabíavistoporelmundoyconoceríaatantasdamasdelaslujosasdelpapel?Yacontabayoconestasalidadeloscarrilesdelasunto,lugar común de toda clase de interlocutoras en diálogos por el estilo: pura modestia.¿Cómonohabíadeinteresarmeamí,másquetodoloquellevabavistodeloquehayyseveentodaspartes,aquelhallazgotanlindoytannuevo,dondemenossepodíaesperar?No eran adulaciones ni «cortesanías de madrileño» estas palabras: podía jurárselo, yesperaba ser creído sin que ella me pusiera en un extremo tan desfavorable para miformalidad.Enesaconfianza,lejosdeenmendarme,reincidíaenelsupuestopecado,yalapruebasino.Lecturas.¿Cuáleseranlasquemáslagustaban?¿Quélibroshabíaleído?…¡Librosella!…Siyomereferíaalosqueseusabanahora.Nopasabandetres:dosquele había prestado la amiga del papel de modas, y otro que había traído su padre deAndalucía.Losdelaamigatratabandeamoríosmuytiernosquelapusieronalgotriste,porque le daba lástima de los pobres enamorados: en los dos libros se veían y sedeseaban las parejas de novios para salirse con la suya. El libro de su padre teníaestampas, y era una historia de bandoleros que robaban y mataban y eran al mismotiempomuyblandosymuynoblesdecorazón.Esonolopodíaentenderellabien…Puesestos librosy«losdecasa»eran losúnicosquehabía leídoen todasuvida.Y¿cuáleseran«losdecasa»?PuesunomuygrandeymuyantiguodeCartasdeSantaTeresa,que

ya se le sabía de memoria; el Año Cristiano, que leía en alta voz su madre todas lasnoches por el capítulo del santo correspondiente al día; la Guía de pecadores, que suabueloleíadelmismomododevezencuando,ydetalarte,quelallenabadeespantoynoladejabadormirconsosiegodespués,enmediasemana;y,porúltimo,DonQuijotedelaMancha.Ésteleleíaellasolaparasí,aunquesalteandoalgolalectura,porquemuchascosasquehabíaallínoeranparagustadasdeprontoporunamujertanrudacomoella.Sobrelacalidaddelaspersonasdesutrato,yamehabíadicholoprincipal;elresto,«ala vista lo tenía…». «Pero,Señorde los cielos -volvía adecirme-, ¡ni aunqueestuvieraobligadaaconfesarmeconusté!»Ydeestegéneroerantodaslaspedrezuelasquefuicontandoyestudiandoenelfondodeaquella fuente cristalina y tentadora. Yo comprendía que con ello solo pudiera Litaconformarseyviviralegresindesearotracosamejor(«mejor»segúnmicriterio),yqueconunatravesuranaturalyunainteligenciatanclaracomolassuyas,sepudierallegarhastaeldisimulodemuyapremiantesdeseos;peroaquelartedelicadoconquemanejabala escasez de sus recursos «exteriores», ¿dónde le había aprendido? ¿Cómo podíanconcebirsetantosytanvariadosregistrosenunamáquinatansimple?Esteeraelcasoextrañoparamí.«¡Pero qué majadero soy! -me dije de pronto, al sentir el paso de un recuerdo por mimemoria-,¿quémásescuelaniquémáslibrosnecesitaqueNeluco?»Sentítambiénremordimientosdeconciencia,comosiestuvieraponiendomismanoseneltesorodeunamigo,ymeapresuréadaruntajoalaconversación,llevandoenseguidalosrestosdeellahacialaotraqueyaestabaenlaagoníaporfaltademateriaoporsobradecansancioentrelosinterlocutores.Marcháronse poco después los visitantes, dejando a mi tío muy fatigado con laconversaciónenquehabíatomado,porrebeldíasdesutemperamento,máspartedelaque debiera, y yo llevé mi cortesía en aquella ocasión al extremo de acompañar a lafamiliadedonPedroNolascohastaelpedregalenqueempiezaadescenderlacamberahaciaelpueblo. ¡QuégraciosamentepisabaLitaconsusprimorosasalmadreñas,yconquédonaire se recogía losplieguesairososde suvestido,queapenasdejabanverdosdedosdemediablancasobreelanchoypeludoribetedelaszapatillas!PorlanochemedijoChiscoasaltándomeenelpasadizoqueseguíayoparairalacocina,delacualsalíaél:-¿Noteníaustéganasdeprobarseunpocuenalgudecazamayor?Respondílequesí,temblandosinsaberporqué,yañadió:-Posalamanutienlaproporcióndeeyu.-Explícate-ledijealgonervioso,sindudaporelexcesodemicuriosidad.-Sehavistuelosu.-¿Endónde?-EncimadelmesmurejoyóndelSalgueru:ahoraymediadeaquí.-Bien;pero…depaso.-¡Quiá!no,señor:encuevándose.-Conque…encuevándose…Y¿quiénlehavisto?-Chorcus,estamañana,viniendodelinvernaldePicachus.-¿Estábiensegurodehaberlevisto?-Como yo de que estoy viéndole a usté ahora mesmu; y el oju suyu no falla pa esasvisualis,nielgolfatutampoco,porquelutiendesagüesufinu.-Corriente…y¿quépensáishacer?-Possalirlosdosdemadrugáadalelosgüenosdías.-¿Solos?-Y¿paquémás?Noserá laprimervez…Perocomoustéme teníaalvertiude tiempusatrásquesisepresentaraunaproporcióndeesas,laaprovecharíacongustu…-Tienesrazón,yhashechomuybienenavisarme…¡Vayasiteloagradezco!…hastaporlareservaconquelohaces,sindudaparaquenoseenteremitío.¿Noesverdad?-Muchu.queloes…¡comoqueporesoibaabuscaliaustéasumesmasala,cuandolehealcontrauenelcaminu…paquenoseenterielamuqueestáenlacocina!…PorqueelrecaunomelodioPituhastajazuncuartudehora.-Perfectamente…Pues lapalabraespalabra;ysi lasaluddemi tío lopermite, iréconvosotros con muchísimo gusto, ¡ya lo creo! Pero entendámonos: ¿cuánto durará esaexpedición?…porqueyonopuedodejarlemuchotiemposolo.-Niyotampocofaltardecasamásdeloregular.Aunquepalaamañanzadelganau,yadejuquienjagamisvecis…Ustécuentiporseguruque,enterusoenpeazus,estamusde

güeltapalahoradecomer.-¡Qué cosas tienes, hombre!… Conque enteros o en pedazos, ¡como si fuera tanarriesgadoellance!-Noesdebodaspropiamenti;peroclaruestáqueeldichufuesólupordecir.Tocantialodemás, si tien usté el menor… vamus… el menor recelu por la bestia, que no deja deimponerunpoculaprimeravez…ytamiénlassiguientis,novenga,quecompromisudeeyunohayfirmau.Metocóenlovivolasalvedaddelmozón,quenoestabafueradeloprudentenidejabadeveniralcaso,ymelaechédeterne,preguntándoleconbríobastanteforzado:-¿Quéarmashayquellevar?-Poslaescopetaconcartuchudebala,ygüenacopiudeeyus;elcochillóndemontiporsiescasu…-¿Creesquepodráhacerfalta,eh?-Amímehaprestaugüenserviciumásdeunavez…y llévisi tamiénesicachorriyudemuchustirus,quenosécómoleyamanustéis.-¿Elrevólver?-Esimesmu.-¿Ynadamás?-Ygüenojuymejorpulsu.-Pero,hombre…mepareceamíqueparaunabestiasola,siendotresloscazadores,nosenecesitatantoarsenal…-Siestuvierasolapropiamenti,conelprimertirulebastaba,sieramíu;perocomoestáencuevá,¡vayaustéasaber!…Hayquemirarlascosas.-Enresumen,¡canario!¿vosotrosvaisconalgunaconfianza?-Ysinolayeváramus.nojuéramus.-Puesmañana,cuandoseahoradeemprenderlamarcha,entrasenmicuarto;ysiestoydormido, me despiertas. Te prometo que si no tiene novedad mi tío, iré con vosotros;perosidesgraciadamentelatuviera…yavestú…Conquehastamañana.Yo no sé qué cara pondría Chisco oyéndome hablar así, porque en el pasadizo dondeestábamosconversandoamedia voz,no se veía lamanodelante.No sémás, sinoquecarraspeóunpoquitoyque,sinañadirunasolapalabraalasmías,echóaandarhacialaescalera, mientras yo me dirigía a la cocina donde se oían ya los parleteos de losprimerostertulianos.

-XX-¡Virgensanta,quénochepasé!Antesdeacostarmelehabíadichoamitíoquesiélseencontrababien y nomenecesitabapara alguna cosa, pensabamadrugar y subir a lamontaña con Chisco para estirar un poco las piernas y quemar algunos cartuchos, sihabíaocasióndeello.Elpobrehombre,quese recreabaenhacermeagradableo,por lomenos, llevadera lacargademidestierro,aplaudiócontodasualmamipropósito,¡cuándohubieradadoyoalgo bueno porque me le quitara de la cabeza con un par de razones transmisibles«decentemente»aChiscopormí!Nolopodíaremediar:elcompromisoadquiridoconélparaeldíasiguiente,meinquietabamucho;yalvermesoloenmiaposentodespuésdedejarenel suyoami tío, cuyacondescendenciaamisdeclaradospropósitosmehabíaparecidoalgocomofirmadejuezalpiedeunasentenciademuerte,meinquietómuchomás; y cuandometido ya en la cama, después de preparado el arsenal queme habíarecomendadoChiscopara labatalla,mequedéaoscuras, la inquietudanduvorayandocon la fiebre. Y yo creo que el caso no era paramenos.Dígasele a un hombre de lasciudades,hechoatodaslasmoliciesdeunavidaregalona:«vasavértelasmanoamanocon una bestia de lasmás feroces y temibles, en el fondo de una caverna delmonte,expuestoaquelafieranoestésolaynecesitesdefendertedeotraodeotrasdelmismolinaje»;yaverquécarnesse leponenaesesujeto,por templadoquesea.CiertoqueChiscoysucamaradahabíandellevarlamayorparteenelempeñobrutal,yqueyanoerannuevosparaellosesoslancesterribles;peroalcaboerandosrudosmontañesesconmáscorazónqueentendimiento,sobretodoPitoSalces,quenoteníasentidocomún;yvistas las cosas por este lado, había mucho y muy grave que temer, racionalmentepensando.Puesencuantomequedédormido, ¡qué sueños!Manadasdeosospor todaspartes, yosos de todos tamaños y colores; y por remate de estas visiones, una cavernatremebundallenadeellos: tresde losmás lanudosygraves,sentadosenunapeñadelfondo;losdemás,enapretadamasa,ocupandotodoelámbitohastalabocadeentrada,menosunespaciomuyreducidoentrelaprimerafiladelamasaylostresanimalotesdelapeña.Enesteespacioestabayo,queeraelreoenaquellaespeciedejuiciooral,yaúnquedaba junto a la peña y casi enfrente de mí el hueco suficiente para otro osodescomunalqueseentreteníaenafilarlasuñasenuncantogordodelsuelo,mientrassepasaba la lenguapor los hocicos ymemiraba con ojos sanguinolentos balanceando lacabeza.Aquelosoeraelverdugodeallí,queesperabaaquelosjuecesdieranelberridoquemecondenabaamuerte,parazamparseunabuenaracióndemispedazosyarrojarlos restantesa lamuchedumbrequeya sehabía comidoaChisco y aPitoSalces, conescopetas y todo. Bien empleado les estaba, por andarse en guapezas temerarias conaquellosanimalesquenosehabíanmetidoconnosotros.Intentandoestabaelúltimoesfuerzosobrehumanoparahacermeentenderdeaquelfierotribunal, cuando me arrancaron de las garras del sueño unas cuantas sacudidas deChiscoqueacababadeentrarenmicuarto.Puesconvermeasílibredetanangustiosapesadilla, aún hallé cierta semejanza entremi despertar y el del reo en capilla por lallegadadelverdugoparavestirlelahopa.Amanecíaya,y,porlastrazas,undíadelosmásesplendorososytempladosquepodíanconcebirseenaquellaestaciónyenaquelpueblo.Porestapuertanohabíaescape,ymevestí con la resolución de un héroe; pero nome eché encima el armamento sin saberantes cómo había pasado la noche mi tío, que de seguro estaba ya despierto, si nolevantado, según su costumbre de madrugar tanto como el sol mientras le quedaranfuerzas bastantes para arrojar sus huesos de la cama. Me dirigí en el acto a suhabitación,porlasrendijasdecuyapuertaseveíaluz.Llamé,yenseguidaoísuvozquememandabaentrar.¡QueDiosmeperdonesienalgúnrinconcillodelosmásobscurosyremotosdemicorazón,seocultabaungermensiquieradeinconscientedeseodehallarenlasaluddelpobrehombrealgúnligerotrastornoquejustificaraenmíunaresoluciónterminantedenosalirdecasa«porentonces»!Tan ricamente había pasado la noche y tan animado le hallé acabando de rezar susoraciones acostumbradas, que me costó mucho trabajo reducirle a que no meacompañarahastaelportal.Envistadeello,despedímehastaelmediodía,ymevolvíamicuartodondemeaguardabaChisco…yelcafécaliente,contostadas,queporencargodelmozónmehabíapreparadoTona…Enfin,quemediahoradespuésestábamosChisco

y yo, armados hasta los dientes, en el portal, donde Pito Salces, con su espingarda alhombroyunaperruca falderaal lado,entreteníasus impacienciasoliscandoaTonaensustrajinesdearriba.SoltóChiscoelCaneloqueyalatíaensuperrera,oliéndoseloqueseestabafraguandoentrenosotros,ymemostrósuregocijo,alverse libre,poniéndomelasmanossobreelpecho…yariesgodeperderelequilibrioconlafuerzadesuscariñosasdemostraciones.Andandoyamontearriba,medeclaróChisco,enrespuestaaunainsinuaciónmía,quenohabíanquerido,élyChorcos,enteraranadiemásqueamídelhallazgodeloso,porquetal como se presentaba el lance, era «cosa curriente» y a «cañón posau…» y cuantosmenos bultos, más claridad. No era yo de su parecer, y creía que, cuando menos, lacompañía,porejemplo,dedonSabas,noshubieravenidodeperlas.Quenoyqueno,yqueellossabíanmuybienloquesepensaban.Nodijeunapalabramássobreelcaso.Tampocoteníadudaparamisacompañantesqueelanimaloteaquéldebíahabersedado,duranteel temporal, lagranvidaen su refugio,porqueharto loparlabanel esqueletofrescoycasimondodeunayegua,vistoporPepazosenuna«rejoyá»delascercaníasdelacueva,yunabecerrucaextraviadadelacabaña,aliralabrevaderodesdeelinvernalde Escajales, que no había vuelto a aparecer. Era, por más señas, deMaquileros, unvecinodelTarumbo.Demaneraquesetratabadeunosocebadoencarnefrescayaquéquieres,boca.¡Excelenteocasiónladenuestravisitaparaafinarelapetitodesumerced!Enlazado naturalmente con esta conversación, vino el plan de ataque a la fiera en sumismaguaridadespuésdecercioradosnosotrosdequeestabaenella.Lacosanopodíasermásfácil,talcomolaponíanlosdoscazadoresqueconocíanapalmoslacuevaysusinmediaciones. También se discurrió sobre la eventualidad de que sumerced hubierasalidodepaseooenbuscadeprovisionesalllegarnosotrosasucasa,enlacualhabríaseñales infalibles de su modo de vivir y de la mayor o menor frecuencia con que laabandonaba.Perosihabíafamiliaeneldomicilio,comoeratambiéndecreerse,seríanmuy contados los ratos que faltara de él la madre… «u el padre». De modo queresultaban posibles contra nosotros tres, en aquel desatinado empeño, dos osos, sincontarlaprole,quepodíaserabundanteytalludita.Porsupuestoquemeguardabamuybiendeapuntarestasobservacionesquesemeibanocurriendoamedidaquehablabanlosdosmozallones:teníaempeñadomiamorpropioenaquellaempresa,ynoqueríaqueseinterpretaranmisrazonesdesentidocomún,porseñalesdeencogimiento.Despuésvinieronlosconsejosylasinstruccionesparamí,quejamásmehabíavistoenotra.Me parecíanmuy bien, sólo que todos ellos se fundaban en unamisma base: laserenidad y el buen pulso. ¡Como si estas pequeñeces se llevaran, en lances tanpeliagudos,enelmorraldelasprovisionesoenelcintodelacartuchera!Acordábameyoentonces, de algo semejante que había visto en una piececita francesamuy graciosa.CiertomercaderdepielessepresentaenunaaldehueladelPirineoconunbuenacopiodeellas,adquiridoenArgel:poresto,yporllevarlosfardosylasmaletasdeterminadasiniciales,yporalgoqueéldicesobreelclimaafricanoylascaceríasenaquellasselvas,tómanle los sencillos aldeanos, que eran muy aficionados a la caza, por un famosomatador de leones. Déjase correr él que lo ha notado, porque le tiene cuenta laequivocaciónparasusfinesmercantiles,ycomienzaelasediodepreguntasdeaquellosadmiradoresentusiastasdelperínclitofrancés.«Pero,vamosaver-lleganapreguntarle-,¿cómopuedeunhombreponersecaraacaraconunleónyatreverseasoltarleuntiro?»Aloquerespondemuysosegadamenteelpeletero:«Delamaneramássencilla.¿Nosehan visto ustedes alguna vez cara a cara con una liebre? Pues imagínense, en cuantoesténdelantedelleón,queelleónesunaliebre…ynohaymás.»«Efectivamente-replicaelmenosoptimistade lospreguntantes, rascándose lacabeza-; sóloquemepareceunpocodifícilhaceresassuposicionesdelantedelleón.»Lamontaña, desde que yo no andaba por ella, había cambiadomucho de aspecto: losrobledales que dejé bastante bien vestidos todavía, aunque con el ropaje mustio yamarillento,sehallabancompletamentedesnudos,ylomismolespasabaalashayasyalos arbustos de «hojamudable». El suelo estaba «deslavado»; la yerba de las brañas,tendida y atusada como el pelo de una cabeza recién sacada del agua, y era cadahondonada un torrente. Según íbamos ganando altura, encontrábamosmás amenudograndesplacaso«tresechones»degranizocongeladoen las laderassombrías,ydesdelos picos de Europa hasta los de Sejos, todas las cumbres que se alcanzaban a verestabancubiertasdenieve,enlaquecentelleabaelsolalherirladefrenteconsusrayos.Asíeraelaireambiente,fríoycortantecomounanavajadeafeitar.Puescontodoelloyconlopenosoqueeradeandarelcaminoquellevábamos,porloresbaladizodelsueloyla multitud de obstáculos que nos oponían los desbordados arroyos, no me ibapareciendolargo.Puedequeconsistieraestoenlaspocasganasqueyoteníadellegaral

findenuestroviaje;porquedesdeluegonoconsistíaenlodivertidodemiconversaciónconlosdosmozonesnienlosextremosderegocijoaqueseentregabaChorcosacadainstante,comosifueraasuspropiasbodas.Talerasuirracionalinquietud,queandabados o tres veces el camino, igual que los perros que iban con nosotros. Intentandopararlelospiesunpoco,peromuyprincipalmentelanzarlaconversaciónaotroterrenomásagradable,soltéentreamboseltemadesusamoríosconlasrespectivasmozonas.Pitoacudióamillamadacomounmastínalamanoqueleofrecemediopernil.Chisco,que caminaba ami lado sin perder el compás de sus aplomadosmovimientos, apenasdejódescubrirenunamiradasosonaydescolorida,quesehabíaenteradodelaalusión.Chorcosmedeclarósinambagesqueestaba«amerluzaóndel too»por lacriadademitío;lateníaenlas«telucasdelosojos»y«metíadepatasenelcorazón.Vamos,¡puches!,quesinosesalíaconlasuya,nosabíaloqueseríadeél».Ella,hastalapresente,nolehabíadichoqueno…nitampocoquesí;verdadqueél,porsuparte,nohabíasidotodoloclaroquedebíade ser…«¡Puches, loque leencogíael respetoencuanto seveíaa laveradeella!Pero lamadre…ydonCelso…y lacaraque lamesmaTona leponíaa lomejor…¡ypuéqueporverletanacobardao!…Detoassuertes,¡puches!,TonaeraTona,yélacabaríaporsalirsecon lasuya,oporajuegarsedehipuamorosu,peronoconelñudodelpasapán…»Eralomismo,plusminusve,queyamehabíadichootrasdosvecesandandoconmigoporlosmontes.Demaneraqueenaquellas fechasnohabíaadelantadosunegociounsolopaso.TampocoeldeChisco,segúnéstemeconfesómuysereno,yesoque leteníaalgomásadelantadoquePitoSalceselsuyo.Tanasiahabíallegadoadecirleclaramenteque«porsuparte,sí,ydeaquíno intentabapasareldeRobacío,porquesabíaqueelTopero lerechazabapornoserdeTablancayporserpobre,doscosasqueélnopodíaremediar.Acordémeyoentoncesdequelasegundateníaremedioeneltestamentodemitío,yledije:-Esverdadquelaprimeraesirremediable;perolasegunda¿porquéhadeserlo,Chisco?A lo mejor amanece por lo más obscuro… o si no suben los muladares, bájanse losadarves,yallásalenlosunosconlosotrosenaltura.-Psh -me contestó encogiéndose de hombros-, y, por último, que se queden las cosascomo están. Amí nome ajondan tantu como a Pitu esusmalis en la entraña. No valTanasiamenosqueTona;perotanrogá,tanrogá,sevanquitandopocuapoculasganasdeeya…ytamién,esudequeleponganaunuenpujayenrematiconunjastialcomoPepazus…vamus,quejazmalestómagu…Y,enfiniquitu,elgüeysueltubienselambe,ypuéque seanpermisióndeDios esos trompiezus, pa librarmeenel díademañanadeotrus que me descalabraran pa toos los días de mi vida… Dende que tuvi dientis paroyeli,estoygananduelpanencasaajena,ynomehaidumalasí.¿Aquéapuraseunhombreporcambiardesuerticuandonosabiloquehandedaliporloquedeja?ConestasfilosofíasdeChiscoylasintemperanciasdePitoSalces,acabamosdesubirunaladeradesueloescurridizo,ynosvimosalcomienzodeunaanchasierraquedescendíaen suaves ondulaciones hacia nuestra izquierda. Atajábala por allí el frontispiciopedregosodeunaltomontequeladominabaentodasulongitud,yestabaseparadodeellaporunabarranca.Sobreéstasealzaba,ycomoalmediodeaquelperfildelasierra,unpeñónblanquecinoqueparecíalacapucha,vistapordetrás,deunmantodetitanes,pardoobscuro,extendidoallíparasecarsealosrayosdelsolqueiluminabatodalavastasuperficie.A la derecha del peñón comenzaba unamancha verdinegra, como demonte bajo, quedesaparecíaprontoenlassombrasdelabarranca;yalaizquierda,unpedregaldepocorelieveentretejidodemalezas.ApuntandoalpeñónmedijoPitoSalcesencuantonosvimosenlasierra,porqueChiscoyalosabíaporserlebienconocidoelescenario:-Ayíestálacuevaaondevamus.Me temblaron lascarnes.Y luegoañadióapuntandoalperfilmáselevadode la sierra,hacianuestraderechayrefiriéndosealoso:-Bajandudeayíycomodendelametádelcaminuhastaondenosjayamusnusotrus,luviayer.Salíadeaqueyuscarrascalisysejuepordelantidelpeñascuondeestálabocadelacueva;ynopasóallaudeacá,nisegolvióporelotru,porqueyonoapartéelojudeayímientrasanduveagüenpasuelcaminu,nienlamediahoralargaqueaquímesmuestuviparau.Chisco,sindecirunapalabra,atóelCaneloconuncordelquellevabaliadoalacintura,ymandóaChorcosquehicieraotrotantocon laperruca,antojándosemeamíquehabía

leído en la actitud sobresaltada de aquellos nobles animales, la confirmación de lossupuestos de Pito, al cual advirtió, con la amenaza de amarrarle a él también si notomabaenseriolaadvertencia,quenohicieracosaalgunasinqueselamandaranhacer.Con todos aquellos preparativos y mandatos, y muy singularmente con lo raso ydesamparado de la extensión que había entre el peñasco y nosotros, acabé deamilanarme.¿Noeraunabarbaridadasaltarapechodescubiertolaguaridadeunafiera?Se lo dije a Chisco y me respondió, muy secamente, que no, añadiéndome que loimportanteeraquenolefaltaraanadielaserenidad:enteniéndola,todolodemáscorríadecuentadeél.Laalusiónnopodía sermásdirectaamí,porquePito,de tanbrutocomoera,pecabaprecisamenteporelextremocontrario.Entendíla,dolióme,hicedetripascorazón,ydijealdeRobacío:-Pordondevayaotrohombre,iréyo:tenloentendidoasí.-Posconeyubasta-replicóme-,ypechualaguacuantuantis.Sehizounabreveinspeccióndearmasymuniciones.Delasprimerasnollevabanlosdosmontañesesmásquelasescopetonasyunoscuchillosenormes,cuyasempuñaduras,deastadeciervo,asomabanporencimadelosceñidoresdesuscinturas.Loscartuchosconbala,toscamentepreparadoslanocheantesporellosmismos,losllevabansueltosenlosbolsillosdellástico.ylospistonesagranelenlasfaltriquerasdelpantalón:todoseguroya la mano, como ellos decían. Yo les sacaba de ventaja el revólver y un cañón en laescopeta.-Nuncadispari los dos aun tiempu -me recomendóChisco-, y guardi el segundupa siconvienrepetirenmejorsitiu,sinquitarelarmadelacara.Fuera por haberme echado la cuenta del perdido, o porque hubiera realmente causaracional para ello, es lo cierto que llegué a tener gran confianza en la imperturbableserenidaddeChisco,yquenofuielúltimoenromperaandarhacialapeñacuandoéstediolaordenenestaspalabrassolemnes,despuésdesantiguarse:-¡AlamanodeDios!Bajábamoslostresenalayabuenandar,conlosperrosatadosmuyencorto,porqueamedidaquenosacercábamosalpeñasco, costabamucho trabajocontenerlos, ymuchomayoracallarsuslatidos.Eraplanacordadoyaatacaralafieraensuguarida,entrandopor el lado izquierdode la boca, y no convenía que los perros senos anticiparan, porrazones,quesehabíandiscutidotambién.Cerca, muy cerca ya del peñasco, el Canelo arrastraba materialmente a Chisco, quetirabadeélcontodassusfuerzasensentidocontrario,yniamordazándoleconunamanopodía hacerle callar. La perruca faldera latía y vociferaba también, a su modo, yzarandeaba el cordel que la sujetaba a la manaza de Pito; pero temblaba mucho…aunquenotantocomoyo.Eraindudablequelafieraestabaensuguarida¿Noshabríaoídoya?¿Saldríaarecibimosalapuerta?Pero,atodoesto,¿dóndeestabalapuerta?Alhacermeyoestapreguntamentalmente,fuecuandoChiscoseadelantóaPitoyamí;ycon encargo de que me colocara el último de los tres, comenzó a andar con muchacautelaymuyarrimadoalpeñasco,lopocoquenosfaltabadecaminohastalaorilladelaquebrada.Canelo ibadelantedeél, locode inquietud,olfateandoenelsueloyenelaire, batiéndose los ijares con el rabo y conmedio palmo de lengua fuera de la bocacuando no latía. Chorcos no estaba menos sobreexcitado que el sabueso, y seguía aChiscopisándolecasilostarugostraserosdesusabarcas.Canelodesaparecióprontoalotroladodelapeña,yChisco,despuésdedetenerseunosinstantesaobservardesdelaesquina, hízonos señas de que podíamos seguirle, y desapareció también. Entonces alavanzarnosotros, fuecuandopudeyodarme la respuestaa lapreguntaquemehabíahechopocoantes:¿dóndeestabalabocadelacaverna?¡Dioseterno,quécúmulodebarbaridades lasdeaqueldía!Pues labocaestabaenuntajodelapeña,casiapico,sobreelbarranco.Demodoqueveníaaserlacuevacomolabuhardilladeunacasamuyalta,¡muyalta!,alacualbuhardillahubieraqueentrarporlaventana,andandopor lacornisade la fachadacorrespondiente.Salvoque lacornisadelapeñatendríacomocincopiesdeanchurayunfestóndejaramagosporafueraquevelabaunpocolavisiónaterradoradelabismo,lacomparaciónesexactísima.Poraquellacornisa,quecorríahastaperderseenelcarrascaldelotroladodelacueva,vipasaraChiscoyasuperro,aPitoSalcesdetrásdesuperrucafaldera,ycómoibandesapareciendo,unoauno,enelantrotenebrosoloshombresylosanimales,despuésdemuylevesprecaucionesdelmozóndeRobacío.Noofrecíagrandesdificultadesamipasoaquel caminocuya longitudnoexcederíadequince o veinte varas; pero la consideración racionalísima de lo que íbamos a hacer

despuésde recorrerle, sin otra retiradaqueel abismoenel casomuyposiblede salirescapadosdelacueva,sinoquedábamoshechosjigotealládentro,clavómispiesenelsueloalosprimerospasosquedisobreél.Vitodolobrutalmentetemerarioquehabíaennuestra empresadesatinada, y formé seriopropósitode volvermeatrás.PeroChisco yPitoSalcessehabíansumidoyaenlacaverna;yaunquetemerariosymuybrutoslosdos,noerahonradonidecentedejarlossinsuayudaunhombrequeacababadeprometerlesirtanallácomofueraotro.Duraron muy pocos instantes estas vacilaciones mías; y cerrando los ojos de lainteligencia a todo razonamiento de sentido común, es decir, bajándome al nivel deaquellos dos bárbaros, avancé resuelto por la cornisa y llegué a la boca de la cueva,dentro de la cual latían desesperadamente los dos perros, yme hallé aChisco y a sucamaradadisponiendoelplandeataque.Lacueva,comoyasabíayoporreferenciasdelosdosmozosque laconocíanmuybien, teníadossenos:elprimero,a laentrada,eraespaciosoynomuyaltodebóveda,conelsuelobastantemásbajoqueelumbraldelapuerta,muyescabrosoyendeclivemuypronunciadohaciaelmurodelfondo,enelcualseveíalabocadelotrosenoogabinetedeaquelsalónderecibir.Olíaallíasótanoyamusgoyaperrera…yahombresescabechados.NoteníayadudaparaChiscoqueera«la señora», es decir, la osa, lo que rezongaba en el fondo del antro invisible,respondiendoallatirdesesperadodelosperros;ylaseñoraconsuprole,porquesinestecuidadoamoroso,yahubierasalidoalestradoparahacemosloshonoresdelacasa.Eneste convencimiento, se trató en breves palabras, casi por señas, porque no habíainstante que perder, de si sería más conveniente soltar la perruca que el sabueso; yacordado loprimero,elbárbarodePito,sinoírotrasrazones,se fuehasta labocadelantro en el cual metió la cabeza al mismo tiempo que a la perruca. Ésta habíadesaparecido,algovacilanteeindecisa,hacialaderecha;ynosécuálfueprimero,sieldesaparecer la perruca allá dentro, o el oírse dos chillidos angustiosos y un bramidotremebundo,oelretrocederPitocuatropasosdelboquerón,exclamandohacianosotros(yocreoqueconregocijo),peroconelarmapreparada:-¡CristoDios!…¡Vosdigoqueaqueyusnosonojus:sondosbrasales!ComprendióChiscoalpuntodequésetrataba;soltóelsabuesoymemandóamíquemequedaradondeestaba(esdecir,comoalprimerterciodelacueva,muycercadelmurodeladerecha),peroconelarmalista,aunquesindispararantesqueellosdos,yavanzóélhastacolocarseenlamismalíneadeChorcos,demaneraquesustirossecruzaranenángulobastanteabiertoenelcentrodelboqueróndelfondo.Como toda la prudencia y la reflexión que podía esperarse de aquellos dos rudosmontañeses había que buscarla en Chisco, yo no apartabamis ojos de él, y no podíamenos de admirarme al observar que ni en aquel trance de prueba se alteraba laperfecta regularidad de su continente: su mirada era firme, serena y fría, como deordinario;sucolorelmismodesiempre,ynohabíaunmúsculoniunaseñalentodosucuerpoquedelataraensucorazónunlatidomásdelosnormales;alrevésdePitoSalces,quenocabíaensuropa,nopormiedoseguramente,sinoporeldeleitebrutalqueparaélteníanaquelloslances.TomandoyoporguíademianhelantecuriosidadlamiradadeChisco,ysindejardeoírlos ladridosdeCaneloapenasmetidoésteen la covacha,pronto le vi retroceder,perodando cara al enemigo con las cuatro patasmuy abiertas, la cabeza levantada y casitocando el suelo con el vientre. Lo que le obligaba a caminar así no era difícil deadivinar:trasélvenía lafieragruñendoyrezongando;yalasomaralboquerón,nomeimpidióelfríonerviosoquecorrióportodomicuerpo,estimarlaexactitudconquePitohabíacalificadoellucirdelosojosdeaquelanimalazo:realmentecentelleabanentrelosmechoneslanudosdesuscuencas,comolasascuasenlaoscuridad.Lapresencianuestrale contuvo unos instantes en el umbral de la caverna; pero rehaciéndose enseguida,avanzó dos pasos, menospreciando las protestas de Canelo, y se incorporó sobre suspatas traseras,dandoalmismotiempounberridoyalzando lasmanoshastacercadelhocico,comosiexclamara:-¡Peroestoshombresqueseatrevenatanto,sonmuchomásbrutosqueyo!Alverqueseincorporabalafiera,dijoaPitoSalcesChisco:-Túaloju;yoalcorazón…¿Estás?Pues…¡auna!Sonarondosestampidos;batió labestiaelaireconlosbrazosqueaúnnohabíatenidotiempodebajar;abriólabocadescomunal,lanzandootrobramidomástremendoqueelprimero; dio un par de vueltas sobre las patas, como cuando bailan en las plazas losesclavos de su especie, y cayó redonda enmitad de la cueva con la cabeza haciamí.Corrí yo entonces a rematarla con otro tiro de mi escopeta; pero me detuvo Chisco,diciéndomemientrascargabaapresuradolasuyaigualquehacíaPitoporsuparte:

-Guardeesasbalasporloquepuedesucederdeprontu.Paloqueustédeseajacer,conelcachorriyusobra.Nomehalagabamuchoaquelpapeldecacheteroquesemeconcedíaycasiporcaridad;pero con el deseo de poner algo de mi parte en aquella empresa feroz tan pronta yfelizmenterematada,aceptéledebuengrado,yhastasentímuygrandecomplacenciaenverqueconunbalíndemirevólverencajadoeneloídodelaosa,lahabíaproducidoyolasúltimasconvulsionesdelamuerte.Yalgoeraalgo,yotravezseríamás.Pito silbaba y pataleaba de gusto en derredor de la fiera mientras cargaban suespingarda. Chisco no se daba todavía por satisfecho, a juzgar por lo receloso de susaires.¿Qué quedaba allí por hacer? Lo que hizo Chorcos enseguida con su irreflexión desiempre; llamaraCaneloymeterseconélen lacuevadesalojadapor laosa. ¡Puches!habíaqueacabarigualmenteconlascrías…ysaberloquehabíasidodelaperruca,quenisalíani«agullaba…»Buenoestabadeentenderelcaso;perohabíaqueverlo,¡puches!Por mucha prisa que se dio Chisco en seguir a su camarada para acompañarle, nohabiendopodidocontenerleconrazonamientos,cuandollegóalboquerónyavolvíaPitocon la perruca faldera abierta en canal en una mano, en la otra un osezno como unbotijo,ylaescopetadebajodelbrazo.Dijoquequedabanotrosdoscomoél,ysevolvióabuscarlos,despuésdearrojarelque traíacontraun lastróndel suelo, ydeentregaraChisco lo que quedaba de la perruca para que viéramos, él y yo, si aquello teníacomposturaporalgúnlado.¡Puches,cómoleafligíaaquelladesgracia!Lacavernateníamuypocofondo:seveíabastanteenellaconlaluzquerecibíaporlaboca, y por eso se hacían muy fácilmente todas aquellas maniobras de Pito. El cualreaparecióalinstanteconlasotrasdoscríasdelaosa,asegurandoquenoquedabanmásquehuesosmondosenlacama.Porelaireandabanaún losdososeznosarrojadosporPitodesde laembocadurade lacovacha,cuandoCanelosaliódisparadocomounaflechaylatiendohacialaentradadelacuevagrande.Yo,queestabamuycercadeella,miréaChiscoyleíensusojosalgocomolaconfirmacióndeunreceloqueélhubieratenido.Observarestoyamenguarselaluzdela cueva como si hubieran corrido una cortina delante de su boca, por el lado delcarrascal,fuetodouno.-¡Elmachu!-exclamóChiscoentonces.Peroyo,queestabamáscercaqueéldelafieraymereciendoloshonoresdesumiradarencorosacomosiamísoloquisierapedircuentasdeloshorrorescometidosallíconsufamilia, sinhacercasodeconsejosnidemandatos,apuntéporencimadeCanelo,quedefendía valerosamente la entrada y a riesgo de matarle, disparé un cañón de miescopeta.Laherida,quefueenelpecho,lejosdecontenerle,leenfureciómás;ydandounespantosorugido,arrancóhaciamíatropellandoaCanelo,queenvanohabíahechopresa en una de sus orejas. Faltándome terreno en que desenvolver el recurso de laescopeta, di dos saltos atrás empuñando el cuchillo; pero ciego yadepavor y perdidacompletamentelaserenidad.Desdeelfondodelacuevasalióotrotiroentonces:eldelaespingardadePito.Hirió tambiénaloso,perosólo ledetuvounmomento: lobastanteparaqueelmozóndeRobacío lehundiera lahojade su cuchillo pordebajodel brazoizquierdo, hasta la empuñadura.Fueel golpedegracia, porque conél sedesplomó lafiera patas arriba, yendo a caer su cabeza sobre el pescuezo de la osa, donde learranqué,conotrotirodemirevólver,elúltimoalientodevidaquelequedaba.Apesardeello,losdosmozonesvolvíanacargarsusescopetas.¿Paraqué,Señor?¿Eraposiblequequedaranentodalacordilleranientodoelmundosublunar,másososquelosqueallíyacíananuestrospies,entrechicosygrandes,vivosymuertos?Despuésnosmiramos los tres cazadores, como si tácitamente hubiéramos convenido en que eraimposible cometer mayores barbaridades que las que acabábamos de cometer, y quesolamenteporunmilagrodeDioshabíamosquedadovivosparacontarlas.Estaescenamuda, que fue brevísima, acabó por echar Pito el sombrero al aire, es decir, porestrellarlecontra labóvedaerizadadepuntascalcáreas;Chiscohizo lopropio,yyonoquisesermenosquelosdos.Luegonosdimoslasmanos,yjuroaDiosquealestrecharla deChisco entre lasmías, latiómi corazón a impulsos delmás vivo agradecimiento.¿Quéhubierasidodemísinsuempujeserenoyvaleroso?Canelo,atodoesto,cuandonoselamíalosarañazos,pocoprofundos,quelerayabanlapiel enmuchas partes, jadeaba y gruñía, con el hocico descansando sobre sus brazosjuntosytendidoshaciaadelante,peroconlosojosclavadosenlososeznosquerebullíanentre las asperezas del suelo y charcos de sangre, como gusanos muy gordos. Nocontaban,porlastrazas,másdeunasemanadenacidos.CogiólosunoaunoChiscoporelpellejodelcerviguillo,ylosfuearrojandoalabarrancaporencimadelacornisadesde

el fondode lacueva. Ibaahacer lomismocon laperruca,despuésdeaseguraraPitoque «aqueyu» no tenía costura ni remedio posible, porque había quedado «vacía poraentru»,comoalavistaestaba;peroPitoquisodarmejordestinoqueeldelososeznosal cadáver del pobre animalejo, tan inicuamente sacrificado, y propuso que leenterráramosenlasierra;yaelloasentimosdebuenaganaChiscoyyo.¡Puches,cómoamargabaaPitoaquellapesadumbreelplacerdelavictorialYcomonadaquedabaquehacerallíporentoncesparanosotros,salimosdelacavernayaspiré, con ansias de cautivo de mazmorra, el aire libre de las tierras soleadas.Sepultamoslaperrucaenunhoyoabiertoapuntadecuchilloalasombradeunmatojode la sierra; y, sin movernos de allí, apuramos más de la mitad del contenido de mifrasquete. Después se sacaron algunas provisiones de boca que llevaba Chisco porencargomíoenunmorral; dimosaCanelounabuenapartedeellas, y el restonos lefuimoscomiendo,andandoabuenandar,afindellegaraTablancaalmediodía,conformeseloteníayoofrecidoamitíoCelso.Y llegamos, antes aún de lo esperado; y todas las gentes que nos encontraban alacercamosalpueblo,presumían,porelairequellevábamos,quehabíamoshechoalgunamuygorda;perocuandolescontábamoslaverdad,nolacreían.¡Tanbestialmentegordalaconsideraban,conmuchísimarazón!Selareferíamitío,aunqueocultándoledetallesquepudieranimpresionarledemasiado;perocomoalfineramontunoelbuenseñor,perdonómelatemeridadporlograndedelsuceso, y tuve al último que contársela con todos sus pormenores. Se entusiasmó deverdad. Puestas ya las cosas tan arriba, invité, con su permiso, a Pito Salces a quecomieraaqueldíaconsucamarada.Vioelmozón,comoyoloesperaba,elcieloabierto,porquecomerconChiscoeracomerconTona. ¡Puches,quédoblepanzada sedio!Yo,queasistíalfinaldelacomida,añadícongustosaaquiescenciademitío,alsurplúsconqueyasehabíaobsequiadoa loscomensales,enhonordelnuevo,unabotelladelmásrancio«tostadillo»lebaniegoqueseguardabaenlabodegadelacasona.Brindéconlosdos mozones, y canté alabanzas hiperbólicas a la bravura de Pito, para que Tona lasoyerabien;conlocualyeltostadillo,sepusoelalabadoqueardía;yallímismopidiópormujeralahijadeFacia,quenohacíamásquellorar;asífuequeTona,coloradacomounpimientoporlounoyangustiadaporlootro,llamóaPito«jastialóndesvergonzau»;ynoalcanzómejorrespuestalafogosademandadelrendidopretendiente.Perocomoéldecíadespués: «lo importanti pa el casu no era lo que eya pudiera contestame, sino lo quehabíadecantala,yalcabolacantéyo;yesu,¡puches!,ayálotien.»Comoenlatertulianosehablóaquellanochedeotracosaquedellancedelacueva,alsaliraldíasiguiente,antesqueelsol,PitoSalcesyChiscocondoscarrosenbuscadelosdos osos muertos, sin necesidad de invitaciones los acompañaba medio escuadrón degentemoza;concuyoauxilioprontosevencieronlasmuchasdificultadesquehuboparasacarlos de la cueva. Andando de vuelta, fueron los acompañantes adornando lascarretas y losbueyes con ramajosde lamontaña, y asídesfiló la alegrecomparsapordelante de la casona y para que viera mi tío los gloriosos trofeos de nuestra bestialhazaña;yasíbajóalpueblo,dondehubocánticosybailoteoporlargo,conla«salsa»amis expensas por especial encargo mío. Obsequiáronme al otro día con las pieles, yregalé yo a Chisco y a Pito Salces sendos centenes isabelinos, con lo que pensaronenloquecerdealegría.Así acabó aquella memorable y descomunal aventura, que debió de haber acabadoconmigotanprontocomolaacometí.

-XXI-Sinosdescuidamosunpoco,enelmontesequedaelsangrientobotíndenuestrabatalla,porqueapenasdespellejadaslasfierasenellugar,elsol,comosinadatuvieraquehaceryadespuésdehaber alumbrado tantasbarbaridades, se envolvió la cara en cresponescenicientosquefuerondilatándosepor labóvedaceleste,al impulsodeunremusguilloquedioensoplaramediatarde.Arreciómuchoelfríoycomenzaronapasarpordelantedeloscristalejosdemigabineteunoscopitosblancosquedanzabanenelaire,comosise resistieranamancharsecon las inmundiciasde la tierra.Porsimequedabaalgunaduda sobre lanaturalezade aquellos síntomasqueme supierona rejalgar entróFaciamuy diligente y hasta risueña, con la disculpa de llevarse mi brasero, que ya estaríamuriéndose,para«rescoldarle»unpoco,ymedijo,mientrasseacurrucabaparacogerleporlasdosasas:-Estánevandu,yvaahabertemporaldeeyu.-Yusted -la respondí conganasdemeterle la cabeza en el rescoldo-, tan alegre comounaspascuasporesomismo.Pero¿quécastadecriaturaesusted?-¡Señor-replicóahogándosederepenteconunsollozo-, loúnicoqueséesquesoyunamujermuydesdichá!Salió llorando, y yome quedé con remordimientos de haber despertado en ella aqueldolorconlasequedaddemipregunta.Despuésacabédeamurriarme,viendodesdeuncuarteróndelasolanacómoibanespesandoloscoposydesapareciendotodoslosmontesentrelasespesasveladurasquebajabandelcielo.¡Otrotemporalenperspectivayotraencerronacomolapasada!Cuando volvióFacia con el brasero chisporroteando, entrómi tío detrás de ella. Iba ahablarconmigodelanevadaqueestabaencima.Leapenaba,primeramente,pormí,quevolveríaahallareternaslashoras,Diossabíaporcuántotiempo,entrelosparedonesdelacasa;porquelasnevadasqueveníanderepentecomoaquélla,yatraición,lomismopodíanserpasajerasquedurables;yensegundolugar,¿paraquéhabíadeocultármelo?elmucho frío le calabamás «jondo» de lo que él pensaba con los buenos ánimos queteníapararesistirle…Pero«elhueso,elpícarohuesoenvejecidocomoelsuyo,eratierrapura, ¡tierrapura ymalaque se reblandecía ydesborregabaen cuanto le faltaban laslumbraducas de sol!». Otra cosa: todos los años se sacaba la nieve en los puertos sucorrespondienteracióndecarneviva;ysiemprequevionevarporprimeravezencadainvierno, se preguntó a sí mismo: ¿a qué infeliz le tocará este año la suerte? Porquenunca faltó, de una banda o de la otra quien, por descuido, por desgracia o pornecesidad,sevieracogidoysepultadoenlamontañaporunacelleriscadenieve;yesoqueno se le regateaban los socorros, sinmiedoa los ejemplosdemuchosqueallá sehabían quedado con los socorridos, envueltos en una misma mortaja. Siempre leapenaronaélestasreflexiones,hechassobrerecuerdosdedesgraciasqueledolieronenlomásvivo;«¡peroahora,¡cuartajo!,desdequesoyloquesoyyhevistocaerelprimertrapodenieve!…Ná,hombre,ná,chochecesdeviejoapolillaohastalostuétanos…¡Puesmiraquetevengoconbuenascoplasparaunaocasióncomoésta!…¿HasvistohombremássimplequetutíoCelso?¡Pispajoconlarocinádelosdemonios!».Latristeverdaderaque,apesardelosalientosquehabíacobradomitío,lostemporalescrudoslemataban,yquelosquebrantosdesucuerposelereflejabanenelespíritupormásqueseempeñabaendisimularlo.Mientrasmehablabaasíyyolerespondíadandovueltasporelgabinete,sepegabaalbraserocomolazarzaviejaalagrietadelpeñasco,y no dejaba en paz a la badila pareciéndole poco el calor que le daban las ascuas enreposo.Cadavezquellegabayoalapuertadelasolana,mirabamaquinalmenteporunodesuscuarterones,yveíacómoibanespesandoloscoposyseamontonabanlosqueelairedepositabasobrelabarandadelbalcón,hastaqueenunademisvueltasnotéqueseformabangrandes remolinossobreelhuerto;que loscoposcrecíandevolumen,y,porúltimo,queempezabaa«trapear»contalpujanza,queenuninstanteemblanqueció lapocatierraqueseveíadesdeallí,yseapagaronlosmortecinosdestellosdelaluzdelsolquellevabandoshorasdelucharinútilmenteconlaespesuradelnublado.-Puratiniebla-oídeciramitíodesdeelbrasero-,yapocomásdemediatarde.Losientoporti,Marcelo…ymira,llamaaesascondenadasmujeresparaquetetraiganunaluzyteseamenostristelasoledad…Yenestogolpeabaelsuelodesesperadamenteconsucachava,haciéndomecreerquelastinieblas le entristecían a él más que a mí. Había sobre la cómoda una bujía en su

palmatoria,ymeapresuréaencenderlaconunacerillademifosforera.-Hombre -continuódiciéndome,mientrasmirabadehitoenhitocómoprendía la llamadel fósforo en el pálido enteco y congelado de la vela-, yo que tú, aprovecharía estascarceladaspara leer tantos libracos como trajiste contigo, y responder a tantas cartascomorecibes…Porquedemínotienesquecuidarteparanada;paranada,¡trastajo!¡Enarrimándomea la lumbronade la cocina, ya tengo todo loquenecesito…Y si no, converlobasta.ConloqueselevantódelasillayrompióaandarelbenditodeDios,sindarmeapenastiempoparaalumbrarleconlavelaenlomásobscurodelospasadizos.¡Leer!¡escribir!Nosabíaelpobreseñorquecuandounhombredaenhallartediosoelcursodelashoras,nopuedededicarseanadaqueledistraiga,porquenecesitatodoeltiempoparaaburrirse,pormandatodeunaleydelapícaracondiciónhumana.Aquellanochenovinounalmaalatertulia,ylacaramenostristequehuboenlacocinafueladeFacia,laincomprensibleymisteriosamujergris.Mitíoyyo,comolosolíamoshacer a menudo, cenamos en la perezosa: él su correspondiente ración de leche,alimento único que te había prescrito Neluco últimamente, por convenir tanto a suinvencibleinapetenciacomoalaíndoledesuenfermedad,yyolosordinarioscondumiosdeTonaydesumadre,alosquesehabíaidohaciendomiestómagoagradecido.Comolanocheeratanlargayyosabíabienlointerminablequeleparecíaamipobretíola parte de ella que se destina por las gentes que tienen buena salud al reposo en lacama,procuréquenosacostáramoslomástardeposible,despuésdehabercenadolostressirvientesyrecogídoselavasija,yvueltotodosaarrimarsealalumbre,yprobadoyo, con poca fortuna, sacar a Tona de la esclavitud de una modorra que la tenía encontinuo cabeceo, y aChiscode su impasibilidad sospechosa. Peromi tío, que todo loobservaba,dioprontolavozde«vámonos»,yselevantódesusillón,másagradecidoquesatisfechodeaqueltannotoriocomoinútilsacrificioquetodosestábamoshaciendoporél.Antes de acostarme salí un momento a la solana para ver cómo quedaba la noche.Continuaba nevando, y todo lo vi negro por el cielo y blanco por la tierra, sin queturbaran la serenidaddeaquel cuadromelancólicootros rumoresque losdel río,muyencrespado con los tributos de las pasadas celliscas y el que estaba recogiendo de lanievequesedeshacíaasucontactoconél.Me desperté muy temprano al otro día, y por satisfacer una curiosidad en que habíamuchodepueril,measoméalbalcón,bienarropado.Habíacesadodenevar,peroestabaelcieloencapotado,«decolordepanzadeburra».YohabíavistonevadasenMadridyenParís y en San Petersburgo,…muchas nevadas, pero siempre en terreno llano y entrecalles: es decir, una alfombra de lienzo algo sucio sobre la vía pública, y mantas devellones blancos tendidas en los tejados de enfrente; nevadas, en fin, de teatro, sin lamásremotasemejanzaconloqueestabaviendodesdelasolanademitío.Parecíaquelasmontañasdelcontornohabíantriplicadosualtura,ylaunidaddecolordetodasellasconlaredondezdeformasquelesdabalaacumulacióndelanievesobresusnaturalesybruscas asperezas, cambiaba a mis ojos todos los términos y todas las líneas delpanorama que tan conocido me era. No hallaba en el nuevo un solo detalle con queorientarme para reconstruir el que se había borrado en pocas horas. Arboledas,senderos,cañadas,todohabíadesaparecido,odebajodelanieve,oporlosengañosdelaluzsinclaro-obscuro;cielo,montes,valles…todoera lomismo,amododedescomunalcanteradesalrefinadaodecalviva,encuyofondoestuvierayo.Niunaveenelespacio,ni un ser viviente en el suelo en cuanto abarcaba la vista, y el rumor continuo, igual,monótono, del invisible río, como si fuera el estertor de la naturaleza, que se moríatiritando,anémicayabotargadaporlafrialdad.Me volví pronto al gabinete,muymal impresionado, y hallé en el relativo calor de laalcoba unmomentáneo remedio al frío glacial que en la solana había penetrado comounasaetaenmicuerpoyenmiespíritu.Lavoteándomeestabaaúnparabuscarporestemediounareacciónconsoladora,cuandoentróFaciadepuntillasporcreermetodavíadurmiendo,conelbraseroquehabíasacadodelgabineteporlanoche,segúncostumbre,antesdeacostarmeyo.Viéndomelevantado,medijoquesealegraba,porqueteníaquedarmeunanoticia,ynobuena.Penséquesetratabademitío,ymealarmé.-Noesdelamu,graciasaDios-medijorespondiendoaunapreguntaquelahice,quehapasaubastantebienlanoche,yyaestácalentándoseenlacocina..EsdelprobePepazos.Preguntélaqué lehabíaocurridoaPepazos, ymecontestóquenohabíavueltoacasadesdequehabíasalidodeellalatardeanterior.

-Pero¿porquécaminotomóalsalir?-volvíapreguntar.-Poreldelospuertus-merespondiólatétricamujermuyapenada.Me estremecí recordando lo queme había dichomi tío sobre los tributos que cobrancadaañolasnievesenlasmontañas.Entrandoenmásexplicaciones,supequePepazos,en cuanto vio caer los primeros copos de nieve, salió en busca de unas yeguas de sucasa,queantesdelmediodíaandabanpastandoenunahoyadaamenosdeunahoradelpueblo, monte arriba. Las había visto él mismo. Tienen las yeguas libres la extrañacondición de huir de las nevadas hacia las cumbres, al revés que todos los animalesdomésticos.Dícesequelohacenporaversióninstintivaalcautiverio.Seráonoseráasí;peroesunhechoconstanteaquellasingularcostumbre.PortenerloPepazosbiensabido,salióenbuscadesusyeguascuyoparaderoconocía.Suponíasequeloscerrilesanimales,presumiendo la que su amo trataba de jugarles, huirían hacia las alturas. Otro quePepazos,al verestoypensandoen lanevadaqueseveníaencima,porquebienclarasestabanlasseñalesdeella,habríadejadoqueeldiablosellevaralasyeguasyvuéltosealpueblo por de pronto; pero era, tras de poco avisado, muy terco, nada aprensivo yconfiadoconexcesoensurobustezdeencina,yselasapostaríaalosvelocesanimalescomositodosfueranunos;yasí,corriendotrasellosdecañadaencañadaydelomaenloma,alomejor,severíaentrelaoscuridaddelanocheyconloscaminosborradosporlanieve.Demodoquesinohabíatenidolafortuna,comotambiénsecreía,decaerenalgúninvernal,covachonaocosaasí,erahombremuertoaaquellashoras,porquedebíadehaberenlosmontesmáscercanoscosadeunavaradenieve.¡Eramucholoquehabíatrapeadodesdelacaídadelanoche!Nomepareciómalrazonadoestetristepronóstico,ypreguntésisepensabahaceralgoenvistadeél;aloquemerespondióFaciaqueyaestabahechocuantopodíahacerse.Alromper el alba habían salido del lugar, no todos los hombres que se brindaron a ello,porquehubieransidodemasiados,sinolosqueseescogieronpormásapropósitoporsurobustezyporsuexperiencia:cosadeunadocenadeellosenjunto.Pidiéndolanombresde aquellos valientes y caritativos convecinos, citóme el primero a don Sabas, que nofaltaba nunca a esas llamadas, por considerarse necesario como cualquier otro paraatenderalnegociodelavidadelsocorrido,yúnicoensuparroquiaparaelnegociodelalma,si llegabaatiempoydesgraciadamentenoalcanzabayaparaotracosa;despuésme nombró al médico, que no cabía en su casa en cuanto sabía que estaba algúnconvecinoenlaapuradasituacióndePepazos;luegoaChisco,unodeloshombresmásarrojados, más fuertes y más entendidos para aquella casta de faenas; y después denombrarmeaotraspersonasquenomeerantanestimadas,porhaberlastratadomenos,cerrólacuentaconPitoSalces,mozocapazdelosimposibles,siemprequehubieraasuladoquienleimpidierahacerunabarbaridad;ytresperrosdebuenanariz,unodeellosCanelo.Meparecióaquellaempresahartomásaltaquelamíadelaantevíspera,nosóloporlacalidad del enemigo, sino por la grandeza de los fines, y pedí a lamujer gris algunosinformes sobre la manera de llevarlo a cabo. Iban los expedicionarios provistos, antetodo,de«barajones»,unastablascontresagujeroscadauna,enloscualessemetenlostarugosde lasabarcas.Nohabíanadacomoelloparaandar sobre lanieve sinquesehundieran los pies ni se formaran pellas entre los tarugos. Llevaban también palas,azadas, cuerdas y otros útiles para abrirse paso donde no le hubiera descubierto, omandaralgúnauxiliodesdearribaadondenopudierabajarunhombreporsuspies;nose lesolvidaríaelaguardientenialgodealimentosólido,nideropasecasi lahabíaamano…niunpocodebotiquín,puestoque ibaelmédico;porquehabíaquepensarentodo.Deestamaneraemprenderíanlamarchahastala«joyá»adondehabíaidoPepazosa recoger las yeguas, ydespués tomaríanel rumboquemásacercadocreyeranalquepudotomarél,corriendodetrásdelosfugitivosanimales.Pordepronto,yahabíalacasiseguridad de que el camino le habían llevado uno y otros cuesta arriba. Con estasprecaucionesylabuenavoluntaddetodos,sepodíaesperaralgo…aunquenomucho,siDiosnotomabaelcasodesucuenta.Detodassuertes,nocabíahacercosamayorquelaquesehabíahecho,enlapequeñezdelasfuerzashumanas.MeadvirtiótambiénFaciaquemitíonosabíaunapalabradelsuceso,yyolarecomendémucho lanecesidaddequeno llegaraaconocerle, inventandounadisculpacualquieraparaexplicarlelaausenciadeChiscosilanotara.Yenesoquedamos.Cuando la mujer gris me dejó solo en mi cuarto, me empeñé obcecadamente enconsiderar por su lado más negro la generosa empresa acometida por aquellosabnegadostablanqueses,yvolvíaasomarmealbalcón.Nonevabaentonces,perosemeoprimióelespíritualverelaspectoceñudoyamenazadorquepresentabaelcielo;y,sinembargo, sentí cierta mortificación del amor propio por no haberse contado conmigo

paraformarpartedeaquelladenodadalegión,¡comosinohubierasidoyounverdaderoy continuo estorbo en ella! Pero si no la acompañé materialmente, no la aparté uninstantedemimemoria;yporeso,alasomarmealoscristalesdemisobservatorios(yloerantodoslosclarosdelacasa),cadacoposolitarioeindecisoquepasabaalalcancedemisojos,meinquietabamuchoporcreerlemensajerodeotrosmilymilmillonesdeellos.Afortunadamente estaba el aire en calma, lo cual hubiera hechomenos temible en elmonteunrecrudecimientodeltemporal.Asícontinuaronlascosashastamuycercadelmediodía.AesahoraaparecieronporelNoroeste unos celajes negros, sucios, tormentosos; vi, casi al mismo tiempo, que lasarboledas y puntas salientes de losmontes que cercaban el valle por el lado opuesto,comoporlafuerzadeunestremecimientoinstantáneosedesnudabandesusenvolturasdenieve,lascualescaíanencataratas,levantandoalcaerblanquísimaspolvaredasquearrastrabael aireembravecidoya; yamuypoco rato,quede lanubemásbajaymáslejanaymásnegra,sedesprendíaunamasaenformadeconoinvertido,yquesucúspideseuníaconladeotroqueascendíadelatierra.Fundidosasílosdosconos,formaronunagigantesca columna, la cual, girando al mismo tiempo vertiginosamente sobre su eje,vinoavanzandohaciaelvalleyllegóaélyleatravesóaloancho,tocandocasielsueloconsubaseyelevandoelcapitelenormeporencimadelosmásaltospicachosdelEste.Acompañábalaunsiniestrorebramar,yunaluztétricaqueapenasmedejóverelestragodesuchoquecontraelobstáculoinconmovibledelosmontes,sobreloscualessedeshizoennegros ydeshilados jirones. ¿Qué seríade los infelices errantespor sus cumbres yladeras?…Bajo el peso terrorífico de esta idea, pasó unahora, durante la cual volvió a reinar lacalma en la Naturaleza; pero no llegó al valle ninguna noticia de los infelicesexpedicionarios.Mellamaronacomer,sentémealamesaynocomí,nisiquierasupedisimularbienlasinquietudesqueeran lacausadeellodelantedemitíoquenomequitabaojo; inventéparatranquilizarleunamentirasandiaymalzurcida,yalfinmelevantédelaperezosa,dejandoalpobreseñorpersuadidodequemiresignaciónestabaapuntodeagotarseenpresenciadeaquelnegrotemporal.Preferíquecreyeraestoadescubrirlelaverdad;ledejéreposandoloqueélllamabasucomida,ymevolvíamironda,declaroenclaro,portodos los ventanillos de la casa. Continuaba encalmado el viento y nevabamuy poco;peroChisconoasomabaporningunaparte,niunanoticiadelasqueyoesperabaconunansiaquetocabaenlofebril.Llególamediatarde,sombría,oscura,tétricaycomopreñadadehorroresparacuantoslacontemplaranconojoscomolosdemisrecelos.Ninevabaniventabaya,niseoíaunavoz,niunapisadaniungolpe,nialacasonanialpuebloseencaminabaalmanacidaporningunasendadelasvisibles.Todoerasilencioylobreguez y amenazas de una noche tremenda para el infeliz que anduviera vivo yerranteentrelasinclemenciasdelamontaña.Misinquietudesnocabíanyadentrodemí,niyodentrodelacasona.Mecalcéymeabriguéconvenientemente;bajéalportalconmuchasprecaucionesparaquenolonotaramitío,yemprendíresueltamenteelcaminodelpueblo,borradoenabsolutoporlanieve.Mecostóeldescensodelpedregalmásdecuatrocostaladas;perolleguévivoypronto.Noaspirabayoaotracosa.¿Aquépuertallamar?Alaprimera.Llamé.Igualestemoresallíquelosmíos,yniunanoticiamás;esdecir,ningunanoticia.Internémeenellugaryllaméaotrapuerta,queresultóserladelTopero. Buena fuente para los informes que yo iba buscando. Hallábase la familiavagandoporlacasayporelportal,sinhablarunapalabraytropezandounosconotros,asomándosea los esquinales,mirandoporaquí y escuchandohaciaallá, y volviéndoseadentroytornandoasalir.TeníalosojosTanasiacomopuños,detantollorar;yencuantomevioamí se llevóeldelantal aellos; y tal fue sudesconsuelo,queparecíaecharelalmaencadasollozo.Porlodemás,estabamuyguapa.Temiéndomelopeor,lapreguntéporquélloraba,ymerespondió,entrejipidosylagrimones,quesimeparecíanpocoslosmotivos.-Ya pué ver -me dijo el Topero viniendo en su amparo-, con la cellerisca negra de jazpocashoras,yloqueestáenelmontisinsabesedeeyu…MeacordédePepazos;perotambiéndeChisco.¿PorcuáldelosdoslloraríaTanasia?Nopudiendo preguntárselo (aunque hubiera sido ociosa la pregunta), traté de consolarla.No lo conseguí de pronto, porque era mucha tempestad para calmarla en un soloconjuro;peroalosdosotresquelahice,noquedarondeellamásquelahinchazóndelos ojos y algún que otro suspiro mal devorado en el pecho. Utilizando el influjo queindudablemente había alcanzado yo en esta prueba sobre el ánimo de Tanasia, sentícomo esperanzas de arrancarla el secreto de su corazón a poco queme empeñara en

ello;peroestabaelmíovivamenteinteresadoenotroasuntomuydiferente,ymeparecióelempeñohastaunaprofanación.¿Qué importabanya laspreferenciasamorosasde lahijadelTopero,cuandoChiscoyPepazos,contodoslosquehabíansubidoalamontañacon el primero en busca del segundo, podían no ser más, a aquellas horas, que unmontón de rígidos cadáveres mal envueltos en la mortaja de la nieve? Arrastráronsehaciaesteladotodosmisanhelos,yacoséapreguntasociosasatodosyacadaunodelosdelacasa.Loúnicoquesaquéenlimpioydenuevofuelanoticiadequetanprontocomopasólatrombademediodía,habíasalidootraexpedicióndevalientes;peronomásque «contra eyus», «contra» los que faltaban; es decir, a su encuentro, o ver si loscolumbrabandesdeciertadistancia.Nosepodíahacerotracosa,ignorándose,comoseignoraba,surumboysuparaderoenunatardetancorta,tanamenazanteyconeltemordeunanochecomolaquesebarruntaba.Lociertoesquehabíamotivossobradosparaestremecerseytemblar,comomeestremecíaytemblabayopensandoendonSabas,enNeluco, enChisco, en Pito Salces…Dios piadoso, ¡qué sería de ellos y de cuantos loshabíanacompañadoensudenonadaempresa!YpensétambiénenlanietadedonPedroNolascoyenelmismooctogenarioMarmitón,yensuhija,sieransabedoresdeloqueocurría.Pero¿cómoignorarseenaquellacasaloqueera tansabidoy tan lloradoen todas lasdel lugar?Yenesta situación, ¿quiénseacercaba, sin un consuelo racional, a aquella familia, sobre todo a Lita, que debía dehallarsetocandoelcieloconlasmanos,ynodeira,sinodeespanto,deconsternación,alpedir aDios por la vida de todos, y particularmente por la deNeluco?Por esonomeacerquéyo,alcabodelostrescuartosdehorabiencorridosquepaséencasadelToperoluchandoconladuda.Asíllegóelcrepúsculo,torvo,silencioso,amenazante,comoladrónasesinoqueaguardalas tinieblas de la noche para consumar el crimen forjado en su cerebro. Cuantoscálculoshacíamosparaengañarnosunosaotros,resultabanincreíblesenpresenciadelarealidaddetantashorastranscurridassinsabernadadelosausentes,y,sobretodo,deaquellanocheespantablequeseveníaencimadeTablancayque,si llegabaantesqueellos,podíaconsiderarseyacomosulosafuneraria.Yososteníaqueno,contratodasmisconvicciones, porque eramuy duro rendirse sin protesta en tan apurada situación deespíritu, y no alentar unpoco el de aquellas honradas gentes, hartomás competentesqueyoenelpuntoqueventilábamos.-Pase-lleguéadecirles-,quePepazos,queestá«allá»desdeanoche,solo,desprevenido…¡Perolosotros!…bienpertrechadosdemediosdedefensa,convíveresabundantes…Enfin,quedeéstoscasirespondoyo.ObservéquelegustabaelrazonamientoaTanasia,aunenlahipótesisdedarpordifuntoaPepazos,yestomeanimóadistinguiryencarecerlasvalentíasdeChiscoentrelasdetodoslosvalientesqueleacompañaban,locualfuemenosdelagradodelToperoquedelde suhija, señal bien evidentedequeel Tarumbono estabamal informadoacercadeestedelicadoparticular.Peronodialdescubrimientolaimportanciaquelehubieradadoenotraocasión,porque las impacienciasnosconsumían,ynotabaque,comosiallínohubieramásánimosquelosmíos,amedidaqueselosinfundíaaTanasiayasufamilia,iba quedándome yo sin ellos. Pensaba al propio tiempo que cambiando de lugarcambiaríandecaralossucesos,connoticiasquepodíansalirmealpasocuandomenoslocreyera;pensabatambiénenmipobretío,aquienhabíadejadosoloyentristecidopormismal traducidas preocupaciones; y pensaba, por último, en la tenebrosa noche queestabaya llegando, yen lospeligrosdequemecogieraenel camino, aunquenomuylargo,demicasa.Salí,pues,deladelTopero,salpicándomeelvestidoloscoposdenievequeempezabanacaer; y apretando bien el paso y aprovechando la escasísima luz que quedaba del díaparamirarentodasdireccionesbuscandoconlosojosloquenoencontrabaporningunaparte,lleguéprontoalacasona,enlacualhalléamitíomuyapuradopormiausencia,que le expliqué como mejor pude, y a la mujer gris que me devoraba con los ojospidiéndomenoticiasqueesperabayoobtenerdeella.NihabíavueltoChisco,niporallíhabíapasadoalmavivientequedieracuentadeélnidelosotros.Yatodoesto,mitíoechándoleyaenfaltayFaciayTonayyoviéndonosnegrosparaocultarlelaverdaddeloqueocurría,ylanieveespesando,yavanzandolastinieblasdelanoche…¡Dioseterno,quéanhelaciónlamía!Cuandosecerraranlosportonesdelacasa,yChisconoestuvieradentrodeella,yaquelinfelizseñorlosupiera,ytuviéramosqueenterarledelaverdad…¡quépuñaladaparaél!Yacabólanoche,alfin,deenvolverlacasonayelvalleylasmontañasenlamásdensaeimpenetrable oscuridad; se cerraron los portones, se avivó la fogata de la cocina, searrimóaellamitíoenelsitiodecostumbre,peroinquietoyalarmadotambién,porque

nos veía alarmados e inquietos a todos los que vagábamos como sombras, más queandábamoscomopersonas,ensuderredor…y¡nada,niunavozafuera,niungolpe,niunsilbido…Elsilencio,lasoledad,elfríodelossepulcros,¡lamuerteportodaspartes!JamásmehabíaparecidolamajestaddeDiostanimponente,nilehabíarezadoconmásfervorqueentonces,mientrasandabayodepuertaenpuertamirandoyescuchando,sinverni oírmásque la insondablenegrurade la noche, el incesantebramardelNansa,que,másqueruido,parecíalarespiracióndelsilencioyloslatidosdescompensadosdemicorazón.Así pasó una hora que me pareció un siglo; y ya iba yo a preparar a mi tío (quelanguidecía por momentos sin atreverse a preguntarnos una palabra) para la terriblenoticiaconundiscursomuymalhilvanado,cuandoquisoDiosqueseoyerandosreciosgolpes en el portón que da a la calleja. Aquello era, cuandomenos, una tregua en laespantosaagoníaqueestábamossufriendotodosdentrodeaquellosennegrecidosmuros.Perosielque llamabanoeraChiscooquiennostrajeranoticiassuyasyde losdemásausentes,¿nohabíaparamatarle,fueraquienfuera?Yo mismo cogí el farol que estaba encendido desde mucho antes por un lujo deprecauciones tomadasa faltadecosamejorymás tranquilizadoraenqueocuparme,ybajédetresentreslospeldañosdelaescalera;lleguéalportónalmismotiempoqueserepetían en él los garrotazos, y con mano torpe y acelerada solté el barrote que leasegurabapordentro,destranquéyabrí.Dosbultosaguardabanafuera.Levantéelfarolparareconocerlosantesdedejarlosentrar,yconocí ¡Diosmisericordioso!aNelucoyaChisco… También Canelo estaba allí, acurrucado. Entraron,me abalancé a ellos y losabracé casi llorando de alegría. ¡Pero en qué estado se hallaban! Chisco, macilento,desalentado,conlacabezavendadayunbrazoencabestrillo.Neluco,despeadoylacio;ylosdosempapadosenaguadepiesacabeza,yertos,amoratadosdefrío…Invadiéronmedenuevo los sobresaltos y las inquietudes, y lespreguntéconunmiedohorriblea lasrespuestas:-¿YdonSabas?-Bueno-merespondióNelucoconvozempañada.-¿YPitoSalces?-También.-¿YPepazos?-¡PorelamordeDios!-interrumpióelmédicoempujándomehaciaelfondodelestragal-.Ropa seca y un poco de lumbre para mí, y una cama para éste, antes de todo; ycalentándonoshablaremosdespués.-Esqueestámitíoenlacocina-repliquétemiendoquenopudieradecirsedelantedeéltodoloqueNelucotuvieraquecontar.-No importa -respondió impaciente y andando, llevándose por delante a Chisco queparecíainsensibleacuantolerodeaba.CerróFaciaelportón,ysubimostodos.

-XXII-ElrelatoquehizoNelucoalamordelalumbreyvestidoyaconropasmías,fuelacónico,expresivo y pintoresco en sumo grado; y bien puede asegurarse que aun sin estasexcepcionalescondiciones,nolehubierafaltadolahondísimaatenciónconqueleoímosmitío,susdoscriadasyyo.Segúnelmédico,laquedadadePepazosenelmontehabíacorridoporellugarhacialasdiez de la noche, con la rapidez de un reguero de pólvora inflamada, y con lamismabrevedad se examinó el suceso, fue estimada su importancia y se acordó y dispuso elúnicosocorroquepodíaprestárseleyseleprestaríatanprontocomoDiosmandaraalatierraunachispadeluzconqueguiarseparaemprenderelcaminounpocomenosqueatientas.Asísehizoalalborearelnuevodía.Losnombresdelosexpedicionarioseranlosmismosquemehabía dadoFacia pocashorasdespuésdehaber salidodeTablanca laexpedición.AChisco,quenoestuvopresenteen«lasjuntas»,selediopor«conforme»,yseleavisóconlasdebidasprecaucionesparanoalarmarasuamo.SeconocíaelpuntodepartidadePepazosdetrásdesusyeguas,yciertaquerenciaqueéstasyotrasdellugarteníanadeterminadossitiosdelosaltos;yunavezcolocadoslosexploradoressobreaquelterreno,nisiquierapusieronendudaladirecciónquehabíantomado las unas huyendo y el otro persiguiéndolas para «atajarlas». Por un palmo denievemásomenos,nodejabaPepazosdevolverasucasa,poralejadoqueestuviesedeellaypormuynegraquefueralanoche;yelnohabervueltoeraseñaldequecuandocayóenlacuentadequeestabanevandodefirmeypensóenvolverse,elespesordelanievenobajabayademediavara,locualnopodíahaberocurrido,segúndictamendelosquehabíanvisto«elairedenevar»aquellanoche,antesdelasochoymediaolasnueve.Sumando las horas transcurridas desde el comienzo de la empresa de Pepazos hastaentonces;midiendoelandarque llevaríamontearriba, ydeduciendodeello los ziszásqueharía, probablemente, en sus varias intentonasde«ataje»por las laderas, salía lacuentajusta:siPepazosnoestabaenelinvernalde«Peñarroja»,estabaenla«Cuevona»del«PedregalóndeEscajeras»,ose lehabíazampadoel lobo, locualnoeraverosímilhabiendo cerca del mozallón bestias de tan sabrosa carne como las que él ibapersiguiendo.Nielhambrenielfríoerancapacesdeacabarenunanochesolaconunavida tandurade roer como la dePepazos.Nadie lo dudó, y la caravana emprendió lasubida de losmontes sin atender otra cosa que a pisar en firme y ganar tiempo. PormisericordiadeDios,eldía,aunquepardo,sepresentabarelativamentesereno,yapenaschispeabalanieveporentonces.Treshorasdurólasubidamásagria,yotraelpasodelaprimeralomaalolargodeella.Deestascuatrohoras,lasegundaylatercerafuerondeprueba,porquehuboenellasdetodo lomaloqueabundaenelmontedurante lasnevadasdelcalibredeaquélla:airesque entumecen, torbellinos que ahogan, nieblas que desorientan y extravían, sendasborradas,suelostraidores,caminosfranqueadosconlaspalasoadivinadosporlosmásexpertos; caídas inesperadas, cómicasmuchas y de riesgosmortales algunas de ellas;sustosfrecuentesyfatigasincesantes…Lahoraqueduróelpasodelahoyadaentrelaprimera y la segunda loma, fue más llevadera. Al fin de esta hoyada, es decir, a loscomienzosdelalomasegunda,estáelPedregalón,conlabocaabiertaamuypocaalturadelsueloyencaradaalarutaquellevabanlosexpedicionarios.Secolumbrómuyprontolamancha gris del pedregal sobre el fondo blanquísimo y esponjado de la nieve; diezminutos después se dibujó perfectamente la boca de la cueva, y desde un poco másadelante, algo que no estaba enteramente quieto dentro de susmandíbulas abiertas ydesencajadas;cincuentapasosmás,yhasta losmenossutilesdevistaconocieronenloque parecía mendrugo de aquel gaznate descomunal y olfateaban ya los perros de lacaravana,aPepazosencuerpoyalma.Allíestabaelpedazodebruto lomismoqueunídolo japonés acurrucado en su hornacina, con los brazos en jarras, losmofletesmuycolorados, la boca de oreja a oreja y los ojos muy risueños, viendo llegar a susconvecinos,tantranquiloydescuidadocomosiloshubieracitadoélparaqueacudieranaaquelsitioyalahoraenquellegaban.Correspondienteaestaactitudirracional,fueelsaludoqueledirigieronlosreciénllegados,quenopodíanyaconlosbarajonesniconlospropioscuerpos:unatempestaddeinjuriasydemotes,yhastadeladridosdelosperros.-¿Porquénotegolvistesatiempu,animal,másqueanimal?-preguntóleuno.AloquerespondióPepazosalinstante:-Porque me había empeñau en atajar las yeguas; y como la nievi me servía pa

columbralasbiendimpuésque cerró la noche… jala, jala, jala, parribadetrásde eyas;tornaaquíyatajaacuyá…-Y¿dóndeestánesasbestiasalapresente?-lepreguntóelCura.-SábeluDios -contestó Pepazos entristecido con la pregunta-. Al ayegar yo a esa joyá,tresponierum eyas la otra cumbri como si las yevaran los demontris… y échilas ungalgu…Apretabalaventisca,espesabalanievi,habíamuchuqueandarhastaTablanca,teníacercaestacuevona,yaquímeacaldétanguapamenti.-¿Yhabrássidocapazdedormir?-leinterpelóelmédico.-Como que no tenía otra cosa que jacer… -respondió el mozallón admirado de lapregunta.-Sinacordartemalditalacosa-insistióNeluco-,delsustoquedabasatufamiliayatodoelpueblo…Seencogiódehombroselinterpelado,comosientoncescayeraenelloporprimeravez.Alnotarlo,dijodonSabasdescomponiéndoseunpoco:-Y si todoshubiéramossido tancernícaloscomo tú, ¿quéhubiera sidode ti, sinohoy,mañana,cuandoelhambreyelfríoteacometieran?Otroencogimientodehombrosporrespuesta,comositampocohubieracruzadoseñaldesemejanteideaporelmeollodePepazos.Enfin,quenohabíaataderoenaquelhombre…nimuchotiempoqueperder;porloquesemetieronlosdeafueraenlacuevona,obrabienfácil,porquelellegabayalanieveamediavarade laboca;descansaronycomierontodos,poniendoaraya lavoracidaddePepazos,sin locualnohubieranalcanzadolasprovisionesparaélsolo;ycomoelcieloiba ennegreciéndosepormala parte, después de un ligero reposo salieron todos de lacuevaapercibidosparalamarcha,ylaemprendieronabuenandarmontadaabajo.Al principio todo fue bien, y hasta abundaron las zumbas, las indirectas y las ironíasenderezadas a Pepazos, que no se enteraba de la mayor parte de ellas por naturaltorpeza de su magín. Pito Salces se desató en barbaridades contra él, y, sobre todo,contraelTopero,queleabríalapuerta,mientrasselacerrabaaunhombretanavispadocomounoqueél(Chorcos)conocía«igualqueasímesmo»,yque,aunqueotracosasedijera por ciertas lenguas, era el que plantaba el jito en el corazón de Tanasia. Esto,dichoentrecabriolas,manoteosyrisotadas,delantedetodaaquellagente,ysinrespetoalgunoalaautoridaddelseñorCura,dejódesconcertadoymohínoaPepazos,yaChiscodelcolordelanieve,ynodefrío,sinodesantaindignaciónquepusoaChorcosengraveriesgodebajarrodandounaladera«pendía»queasomabaadiezvarasdeellos.Pero pasó la gresca, como pasaban a cada instante ciertas rachas de cierzo queflagelabanlascarasconmanojos(talesparecían)delanievesecaquellevabaconsigo.Loquenopasabaeraaquellanegruraqueseveíasobreelhorizonte frontero: lejosdepasar,ibaavanzandoyextendiéndoseentodasdirecciones;ycuantomásavanzabayseextendía,«másdeella»quedabaalaotraparte;vamos,comola«jumera»deuncaleromuygrandequeacabaradeencendersedetrásdelosmonteslejanos.YestoeraloquenoperdíandevistadonSabasylosque,aunquenotantocomoél,eranmuyentendidosen aquella casta de nublados; y por esto husmeaba el Cura el paisaje con avidez, ycortabalasapuntadasconversacionesconmandatossecosdeavivarlamarcha.Hastalosperrosencogíanelraboyseponíanalaverayalandardelagente,sobretodocuandoseoyóbramarelcierzoentrelospeladosrobledalesyenlasgargantasdelacordillera,yseenturbióderepentelaluz,comosifueraaanochecerenseguida,yseviodesprendersede lomás negro ymás lejano de las nubes aquel pingajo siniestro que había visto yodesdemicasa,yunirseluegoconelotropingajoqueascendíadelatierra,ycomenzar,fundidos ya en una pieza los dos, a dar vueltas comoun huso entre los dedos de una«jiladora» y andar, andar, andar hacia ellos, los peregrinos del monte, como si loempujara el bramar que se oía detrás de ellos, si no era ellomismo lo que bramaba,repletodeirasydeansiasdeexterminio,muertesydesolaciones.DonSabasmiró entonces aNeluco con ojos de alarma;Neluco alCura;Chisco y PitoSalcesalosdos;ytodossemiraronunosaotros,ytodossedetuvieronderepentecomosiobedecieranal impulsodeunmismoresorte.Caneloysuscongéneressedetuvierontambiénysearrimaronalgrupo,mirandoa todas lascarasyexhalandoentrecortadosaullidosquejumbrosos.-Aquello-dijoSabasapuntandoalatromba-,hadepasarporaquísintardarmucho…¡Yenquésitionoscoge!Estabanalasazónenelcentrodeunaaltura,casiunameseta,desamparadaportodaspartesydominadahacialaizquierdaporunpicacho,entreelcualylasierraseabríalabocadeunabarrancaprofundísima.Cercadelabarrancayenelladodelasierra,había

unrobledalbastanteespesoydereciostroncos.Escasorefugioeraaquélypeligrosoensumogradoparadefendersedeunenemigotanformidablecomoelqueselesibaencimaa paso de gigante; pero como no tenían otromejor a sus alcances, a él acudieron sintardanza.Eligiócadacualsutronco,enlaseguridaddequelomismopodíaservirledeamparoquedeverdugo;yallíseestuvieron,encomendándoseaDiosyrespondiendoalas preces que en voz resonante le dirigía donSabas, pidiéndole por la vida de todos,aunquefueraalpreciodelasuyapropia.Lotantemidoyesperadonotardóenllegar,negro,espeso,rugiente,furibundo,comositoda lamar con sus olas embravecidas, y sus huracanes y sus bramidos, y su empujeirresistible, hubiera salido de su álveo incomensurable para pasar por allí. Temblaronhasta los más valientes (y lo eran mucho todos los de aquella denodada legión), yningunodeellossupodarsecuentacabaldelprincipionidel findelpasodeaquel tanrápidocomoespantosohuracán.¡Yquesolamenteleshabíaalcanzadounodelosjironesdelatromba,desgarradaensuprimerchoquecontralasmolesdelacordillera!Hubo en el robledal ramas desgajadas y troncos removidos, y apareció desfigurado elsuelo,barridodenievedondeanteshubomucha,yenormescúmulosdeelladondehabíaescaseadomás.Estofueloprimeroquesemetióporlosojosdelosinfelices,tanprontocomolosabrieronparabuscarseconlavistaunosaotros.Nadieestabaenelsitioquehabíaocupadoantesde la tormenta,yPepazosyacíasepultadodemedioabajoenunapiladenieve,fueradelrobledalyamuypocospasosdelabarranca…¡Perofaltabauno!¡faltaba Chisco! y no respondía a las voces con que se le llamaba, ni se le veía porninguna parte… ¿Dónde buscarle? ¿Qué sitio había ocupado en el robledal? ¿Quiénestuvocercadeél?¿Quiénlehabíavistoalreventarlacelleriscanegra?Enaquelmismo instantesacóPepazossuszancasde lanievey rompióahablar.Él sehabíasalidodelrobledalporcreersemásseguroafueraalsentirenlacaralosprimeroslatigazosde«lanube».ObservóloChisco,queestabaasu lado,y le llamóparaquesevolvieraalrobledalantesconantes,sinoqueríasalirvolandoporencimadelabarrancaocaerenellasepultado,quetantodaba:Pepazosqueno,yChiscoquesí,échasesobreelotroparameterleadentroporbuenasopormalas; revientaenesto la cellerisca, ynovolvióPepazosaoírniaverniasentircosaalgunadeestemundohastaloqueestabaviendoyoyendoalapresente.Pito Salces, que no quitaba ojo a Pepazos ni perdía una sola palabra de las que ibadiciendoelmozallón,encuantoéstecesódehablarseplantódeunsaltóenlaorilladelabarranca,yallísepusoahusmear,con laavidezdeunperrodebuenanariz,entodasdireccionesyhastaenlasnegrasprofundidadesdelabismo.Eldolor,laconsternacióndeaquellasgenerosasyhonradasgentes,nosonparapintados.Secorríadeacáparaallá;olfateabadesesperadamenteCanelo(alosotrosdoscanesloshabíabarridoelhuracán);sellamabaaChiscoentodoslosimaginablestonosdelaangustiahumana,yseremovíanlosmontonesdenieveconlapala,conlaazada,conlospies,conlasuñas…¡ynada!EnestoseoyeungritodePitoSalces,yestaspalabrasquevolvieronlavidaatodos:-¡Aquíestá,puches!oyonotengoojosenlacara.HallábaseelbuenodePitoesparrancadoenelbordemismode laquebradaymirandoansiosamentehaciaabajo.Allí,enelestrecholomodelaúnicapeñaqueavanzabasobreelabismoysearraigabaenlaorilla,acosadetreintapiesmásabajodedondeafirmabanlos suyos para mirar Pito y los que habían acudido a su llamada, se veía un cuerpohumanomediocubiertoporlanieve.IndudablementeeraeldeChisco,porlasseñalesdesu vestido y de su tamaño; pero ¿quedaría algo de vida en aquel ser que parecíainanimado? Pito sostenía que sí, porque se atrevía a jurar que había pescado cierta«movición» de brazo en él. De todasmaneras, había que sacarle de allí. ¿Cómo? ¿Pordónde?Yaquílasansiasyladesesperación,porqueelsocorroeradificultosoyeltiempoapremiaba inexorable. El corte de lamontaña por aquel lado era casi vertical, a picosobreelbarranco,ysólohabíaunligerotramo,detaludmuyenlomado,precisamenteaplomodelapeñaconlacualseuníaporsubase.Entrelapeñaylabasedeltaludhabíaun espacio de algunas varas. En aquel espacio, muy arrimado a la peña y con bienmarcada inclinación hacia el abismo, estaba lo que se parecía a Chisco boca abajo einmóvil; parecer que confirmaba Canelo desde arriba latiendo desaforadamente ybuscando una senda por donde lanzarse en ayuda de su dueño. Por razones de sumaprudencia,mandóNelucoquesesujetaraalperroenelactoyseletuvieralejosdelsitioen que se hallaban don Sabas, Pito Salces y él, discurriendo sobre el problema de labajada. Ésta no era imposible, ni mucho menos, para aquellos arriesgados y duchosmontañeses con los recursos auxiliares que tenían a su disposición; pero en aquellosinstantesofrecíaunpeligrotremendo,noparaelquebajara,sinoparaelquesehallabaabajoya, indefensoe inerte.El taludestabacubierto,hasta laaristadearriba,deuna

capadenievequenomediríamenosdevaraymediadeespesor,ydebíademedirmuchomástalvezeldoble,laquehabíaenlaexplanadadeabajo,enunodecuyosladosyacíaChiscosindar señalesdevida,pormásquesiguiera jurandoChorcosquesí lasdaba.Remover la nieve de arriba, siquiera fuese ligeramente (y de aquí la precaución deNeluco tomadaconCanelo), equivalíaaproduciruncorrimientodeella,que,ganandopesoyvelocidaddepalmoenpalmo,llegaríaalapeñacomounaluddebastanteempujeparaarrastraraChiscoalosprofundosdelabarranca.Esto,queestabaenlamentedetodos,eraloquelosteníafebrilesyconsternados.Todosestabandispuestosabajar,peroanadieleerapermitido.PitoSalces,quenocabíadentrodesímismoyandabaleguaspor segundo en los tres palmos de suelo que ocupaban sus pies, se dio de pronto unpuñetazoenlafrente.¡Puches!yateníalaidea.-¿Estánlascuerdaslistas?-preguntó.Respondiéronlequesí.-¿Alcanzarácaunadeeyashastaabaju?Selerespondióqueconsobrasdeotrotanto.Pidióluegounapala.Examinólacuerda,midiéndola braza a braza; la dejó después enroscada en el suelo cerca del borde delbarranco; puso la pala sobre la rosca, y volvió a asomarse al precipicio. Enseguidapreguntóalosmáscercanosdelosquelemirabanaélsilenciososyllenosdecuriosidad:-¿Habrásiquiera,siquiera,dosvarasdenieveenlayanaucadeayábaju?-Ymásquemás-selerespondió.Quitóselosbarajonesenunperiquete;losarrojóaunlado,enderezóseydijo:-Losrayos,¡puches!,sonpacuandotruena,ylasoraciones,señordonSabas,pacuandosenesecitancomoahoramesmu.Besó la mano al Cura; arrimóse otra vez a la orilla de la barranca; dijo a los que lecontemplabanatónitos,porignorarlosplanesquelemovíanahaceraquellascosastanraras,quetuvieranlistaslapalaylacuerdaparacuandolaspidieraél;miróuninstantehacia abajo, santiguóse rápidamente, invocó a «Jesús crucificado…» ¡y allá va eso! Selanzóalabismoentreelasombroyelespantodetodos.Hayqueadvertirquedesdequese notó la falta deChisco hasta aquella sublimebarbaridad, no pasaron diezminutos.¡Tandeprisaseandaba,sediscurríayseobrabaallí!Los que vieron caer a Pito Salces (que fueron todos los que de la caravana quedabanarriba,Caneloinclusive)derecho,rígidocomounhuso,yhaciendodelosbrazosalasybalancín para gobernarse en los aires, no lograron averiguar cuál fue primero, si elhundirse en la nieve hasta la cruz de los calzones, o el echar las dosmanos sobre elcuerpoinmóvildesuamigo,haciendopresaenél.Enseguidatiródelcuerpocontodassusfuerzas,logróarrastrarleasuterrenoyledejósobrelanieveenlugarmásseguroyboca arriba. Todos conocieron a Chisco en cuanto le vieron así; pero ¡horror de loshorrores! en el sitio en que había estado apoyada su cabeza quedaba unmanchón desangre que se distinguía perfectamente sobre la blancura deslumbradora de la nieve.Casialmismotiempoquesehacíaestetristedescubrimiento,gritabaPitodesdeabajovolviendolamiradahacialosdearriba:-¡Hayhombre,puches,yhastaconsuresueyucorrespondienti!-¡Arribaconélsintardanza!-gritóNelucoentoncesdesdeloalto.-¡Hayquebarrerprimeroelcamino!-contestóChorcosdesdeabajo-.Échenmeunapalaantesconantes,porqueyatengolaidea,¡puches!,yvaiganjicienduporarribaloqueamímeveanjacerporacáabaju…encuantoyoavise.Cayólapalaenseguida,perfectamenteaplomoyenelsitiomismoqueChorcosseñalabacon la mano; apoderóse de ella, y comenzó a expalar nieve a diestro y a siniestro,arrojándolaporencimade losbordesdeaquellaaéreayminúsculapenínsulaunidaalcontinente de la montaña por un istmo que no tenía tres varas de anchura. En dosminutosquedóelistmodespejadoyabiertaunasendaenelcampizoquetapizabaporallílosraigonesdelpeñasco,hastaelmontóndenievesobreelcualyacíaChisco.Enseguidasearrimóelintrépidomuchachoalabasedeltalud,yallí,comosisehallaraenelhuertodesucasa,sininquietarselomásmínimoporlavisióndelosabismoshorrendosqueseabríanamediavaradecadaunodesuspies,púsoseaexpalar lanievedel talud,aunlado y a otro, mandando al propio tiempo que se hiciera arriba lo mismo, en cuantoalcanzaran las palas. Sin base ya la nieve del talud y removida por lo alto, empezó aescurrirse hasta el istmo, donde se partía en dos cascadas que desaparecían en elbarranco. Despejado y limpio el talud en breves momentos y desembarazado, porconsiguiente, de los peligros que se temían antes, echóse abajo la cuerda que pidióChorcos;atócomodebíayél sabíahacerlo,a suamigopor los sobacos, y tirandocontiento losdearribayayudandoélconcariñodesdeabajo,quedóChisco,quenopodía

hacernadaporsí,arrimadoaltalud.-¡Arribaahoraconél!-voceóPitoSalces,yapulsu,porquesinoyevaunbrazucascau,hadefaltalipocu.LlegóChiscofelizmentealoalto,volvióadescenderlacuerda,atóseconellaChorcos,subiéronle;ysindetenersenadieaponderarlelahazaña,niocurrírseleaélqueloqueacababadehacermerecieratalnombre,corrierontodosarodearaChisco,dequienyasehabíaapoderadoelmédicoenel robledal,asistidodedonSabasprincipalmente.Laheridadelacabezaresultóinsignificante,ylodelbrazonisiquierallegabaadislocacióndel hombro. Lo peor era la sangre perdida que le debilitabamucho, y lo que pudierahaber de conmoción cerebral, aunque era buen síntoma lo dócil que ibamostrándosetodoelorganismoa losremediosqueNelucoleaplicaba.Alostrescuartosdehorasesentabaelenfermoporsupropioesfuerzoyporsu librevoluntad;otrocuartodehoradespués, pedíaminuciosasnoticias de todo lo que le habíapasado; a la hora ymedia,comíacongranapetitoybebíacuandoledaban;ysincumplirselasdoshoras,ensayabasusbríosdecaminantepataleandosobre lanieveyrogandoalCurayaNelucoqueserompieralamarchacuantoantes.Caminandoya,decíadonSabasalmédico:-¡Ysediráqueyanosehacenmilagros!Haberenelparedónlisodelabarrancaunasolapeñasaliente; iradarChiscoaesapeñaarrastradopor lacellerisca; tener lapeñauncolchóndemásdedosvarasdenieve, y envolverleaél la celleriscaencobertoresdemásdeotrotanto,paraquelacaídafuerablanda.¿Nosonmilagroséstos?Y,porúltimo,¿no es elmayor de todos la ocurrencia de Pito? Porque ¿de qué hubieran servido losotrossinesabarbaridad?ComohabíaqueacomodarsealandardeChisco,quenoerasuandarordinario,labajadaa Tablanca duró bastante más de lo calculado a la salida de la «Cuevona» del«PedregalóndeEscajeras»; y como,así y todo, elmozóndeRobacíonoeradehierro,llegóa cansarsemuchoyano sentirsebienamedidaqueavanzaba lanocheyel fríoarreciaba.Hubo temores de que no pudiera llegar a Tablanca por sus pies, y se buscaron atajosparallegarcuantoantes.Cómollegaron,alfin,Nelucoyelenfermo,yalohabíamosvistonosotros.SecalentólacamadeChisco,seledespojódesusropashúmedas,seledieronunas friccionesde aguardiente; y en la cama seguía reposandoal referirNelucoen lacocina estos sucesos que más de una vez empañaron los ojos de Facia, e hicieronestremecersedepavorydeentusiasmoasuhijaTona,mientrasamitíoletemblabalabarbilla y le chispeaban los ojuelos clavados en los del narrador. En cuanto amí, conadmirar tanto como admiré la atrocidad heroica de Pito Salces, y con sentir tanhondamentecomosentíelpercancetremendodelpobreChisco,aúnmeresultabapocotodoelloencomparacióndelcuadrodehorroresqueyohabíaestadoforjándomeenlacabezaduranteeldíayunabuenapartedelanoche.Terminadoelrelato,conminuciososcomentariosdelosoyentes,yreanimadoyaNelucoconelcalordelalumbrona,dioseunavueltaporlaalcobadeChisco;vioyvimostodosquedormíaprofundamenteunsueñotranquiloyreparadorsinseñaldecalentura;dionosinstruccionesparaloquepudieraacontecerhastaquevolvieraélalamañanasiguiente;pidióelfarolqueyaleteníaFaciapreparado;despidióseysefueasucasa,dondeestaríasuamadegobiernollorandoporélyhastaencomendándoleaDios.Expliquéyoluegoamitío,conlarazóndeestossucesos,miconductadetodoeldía;pareciótranquilizarsecon ello; nos arrimamos poco después a la perezosa; cené yo con un apetito como nohabíasentidootroenmivida,yunahoradespuésnosretirábamosadormir.¡A dormir!… ¡Buenas andaban para ello las horas de aquel día y de aquella nochememorables!Habíameyometidoenlacamaconlacabezaatiborradadesucesosextraordinariosyelcorazón henchido de impresiones; veía la tempestad rugiendo entre las montañas,desgajando peñascos y desarraigando troncos seculares, y a una docena de hombres,sencilla y naturalmente generosos, envueltos entre remolinos de nieve y de granizo,rodando por los suelos, como la hojarasca muerta de los árboles; veía a Chiscomoribundoenellomodeunaroca,sobreelfondonegrodeunabismoespantoso;veíalasansiasdesesperadasdesuscompañerosdefatigas,quenohallabanlamaneradesacarledeallí,yveía,porúltimo,alnoblotePitoSalcesvolandoporlosairesyjugándoselavidaenaquelarranquebrutalmentesublime,porelintentosolodesalvarladesuamigo,quede seguro hubiera hecho una barbaridad idéntica por él; consideraba yo todo lo querepresentabanyvalíanalaluzdelbuensentidoestascosas,ylasimpleacometidadelaexcursiónalamontañaenundíacomoaquél,porpuroysantoespíritudecaridad,comoelhechomásnatural y sencillo, sin lamenorprotesta, sin lamás leveduday sin idea

siquieradelamásremotaesperanzadelucronideaplauso;y,sinpoderloremediar,meacordabadeloquehabíaleídoyoídotantasvecesenmimundo;delclamoreoresonanteque solía moverse en tertulias, casinos y papeles, y de los honores y cintajos que sepedíany seotorgabanparapremiaruna«hazaña»quenovalíadoscominosenbuenaventa; pensaba también en mi pobre tío, a quien las dudas primero, y después elconocimiento de la realidad con todos sus pormenores, habían afectado muyprofundamente, y en que le había dejado yo a la puerta de su dormitoriomuchomásabatidoymacilentoquedecostumbre,másfatigosoymásperseguidoporlatos;enfin,hasta pensé en lo que, en buena justicia, habrían ganado Chisco en la estimación deTanasia,dequiennoeradignounanimalotecomoPepazos,yPitoSalcesenladeTona,que no habría echado en saco roto las heroicas atrocidades del mozallón que tan deveraslaquería.Hastabienpasadalamedianochenoempezaronlosamagosdelsueñoaconfundirmeyamontonarme estos pensamientos y aquellas imágenes en la cabeza; y entonces fue,precisamente, cuando oí unos golpes dados en el suelo del cuarto de mi tío. Solía élllamar así con un palo que le ponían arrimado a la cabecera de la cama. Pero en losgolpesdeaquellanochehabíaalgoquelosdistinguíadelosgolpesdeotrasveces,oídospormísinalarma.Podíaserestoverdad,oproductodeunaalucinaciónmía;peroyo,enladuda,meatuvealoprimeroymelevantédeunsalto,encendílabujía,mevestíenelaireyacudíalallamada.Yresultóloqueyometemía.Halléalpobreseñorincorporadoen la cama, de color de lirio, con la mirada de angustia, la boca entreabierta, larespiración anhelosa y difícil, y un estertor en el pecho que parecía el de la muerte.Recitaba,sílabaasílaba,salmosdelMiserere…yyonosupequéhacerniquédecirleenlos primeros momentos: me imponía aquel cuadro que nunca había visto, y sentía almismo tiempo mucha compasión. Contando con ataques de aquella especie, había encasavariosmedicamentosynoshabíadadoNelucoalgunasinstruccionesparacombatirel apuro en los primeros instantesmientras se le avisaba a él; pero yo no acertaba ahacerniadisponercosaconcosa.¡Tanaturdidomeveía!Llegaronaestolasdoscriadas,quetambiénhabíanoídolosgolpes,y,porverasuamodesdelapuerta,medijoFaciaaloído:-¡Lomesmuquelaotravez!VolvióseTonavolandohacialacocinaacumplirunmandatodesumadre,ysequedóéstaconmigoenelcuartodelenfermo.Éter,maniluvios,sinapismos…¡quéséyocuántosrecursossepusieronen juegoallí!Atodoseprestabaelangustiadoseñor,menosaqueseavisaraaNeluconiadonSabas,porque después de la brega que habían tenido desde el alba, necesitaban el descansotantocomoél.¡YcuidadoconqueseenteraraelpobreChiscodeloqueestabapasando!porqueeracapazdelevantarseconriesgodeponersepeor;yChiscoyelCurayNelucoyyo y Facia y todos y cada uno de los que dormían o descansaban a aquellas horas oandaban sanos y buenos por la casa, hacían falta en el mundo; todos menos él, queviéndoseenaqueltranceseveíaenlosuyopropioyenloqueeranatural.Todo esto nos lo iba diciendo poco a poco, mientras clavaba en nosotros su vistacristalizadayanhelosayhundíasusmanoscadavéricasenunapalanganallenadeaguamuy caliente, aprovechando el alivio que iban produciéndole éste y otros remediosheroicosqueleaplicábamossincesar.-Además -nosdijo-, estono es lamuerte todavía; lo conozco yobien; y si creyeraotracosa,yaestaríaaquíelCurapormiorden,porlacuentaquemetiene.¡Cascajo!…Peroesotroavisodeella…vamos,elsegundotoque;altercero,lamisa…ynomiento, lamisadecuerpopresente;elcuerpode tu tío,Marcelo,de tuamo,Facia,queyaestádesobraenestacasayenelmundo…¡BenditasealavoluntaddeDiosporsiemprejamás,amén!Después sepusoa rezarpor lobajo; y amedidaque se le calmaban las angustias ibacerrando los ojos, hasta que acabó por quedarse dormido; y así dormitando ydespertandoacada instante,pasómuchotiempo.Hacia lamadrugadadesaparecióporcompleto el ataque, y durmió el enfermo tranquilamente y de un tirón, cerca de doshoras. ¡Pero qué ganas había tenido yo durante la noche de avisar a Neluco, y quéansiedadlamíaporqueamaneciera!Cuandoamaneció,al fin,tiritabayodefrío…ydetristeza,sentadoa lacabeceradelacama de mi tío, después de haber visto desde la solana de mi cuarto que no sepresentabaelnuevodíamásrisueñoqueelanterior,ydeenviarrecadoaNelucoparaqueanticiparalavisitacuantolefueraposible.

-XXIII-Encuantomitíosehallólibredelataquealdespertardelsueño,relativamentetranquilo,queyolehabíaveladodesdeelamanecer,yvioelcuartoalumbradoporla luzdeldía,aunquepardaymelancólica,olvidósedelasmortalesangustiasquehabíasufridopocashorasantes,yno tuvonideclaróotrodeseoqueeldesaltarde lacamaparahacer lavida de costumbre. Dios y ayuda nos costó reducirle a que siquiera nos escuchara lasrazonesqueteníamosparaoponernosasu irreflexivoypeligrosoempeño.Neluco,queyasehallabapresenteybienenteradode todo loocurridodurante lanoche, tuvoqueenfadarsedeverasyhastafaltarleunpoquilloalrespeto.Sinoporlasbuenas,porlasmalas tendría que quedarse aquel día en la cama, y el siguiente, y el otro, y todo eltiempo que durase el temporal de nieve. Había que evitar a todo trance losenfriamientos…Después,yasevería.AlocualrespondiódonCelso,echandolumbreporlosojillosderaposoyapretandolospuñosdecoraje:-¡Paratiestaba!¡paratiyparatodoslosdetuarrastradooficio,mediquíntrapacerodelcascajo! ¿Por quién me tomas? ¿De qué madera te has pensado que soy yo? Melevantaré…onomelevantaré,conformeysegúnmeveadeagallas;peronoporqueseleantojeasíoasaoaningúnenterradordevivos…porqueenterrarenvidaes ¡cuartajo!tenerenlacamadíasydíasaunhombrecomoyo,sincalenturanidolores.Alcaboseentregó,másqueporconvencimiento,porfaltadefuerzasparasalirseconlasuya;perovolvió lacarahacia laparedrefunfuñandoprotestase improperioscomounchiquillocontrariado.DespachadoesteasuntoymientrasíbamosaveraChisco,decíayoalmédicoqueacasotuvierarazónmitíoensuporfíaconnosotros.¡Eratanextraordinariasunaturaleza!-No hay naturaleza que valga -me respondió Neluco-, a cierta edad de la vida y condeterminadasenfermedades.-Pero¿tangraveeséstaquepadecemitío?-lepregunté.-Yaleherespondidoaustedenotraocasiónaesapregunta.-Efectivamente.-Puesaténgaseustedaello,ysírvaledegobiernoparasumejorinteligencia,quedecadacien enfermos de esta clase, aun siendo mozos, se mueren… ciento y uno; conquefigúreseustedsihabráqueandarconcuidado,siquieraparadetenerlamuertededonCelso unos cuantos días. Lo que aquí se necesita ahora para disciplinarle un poco, esorganizar la asistencia modificando al propio tiempo la vida de este hogar. Usted nopuedeacomodarseaciertasfaenas, impropiasdesushábitosyhastadesunaturaleza;Faciaeslaestampadelamelancolía,ysuhijaTonaincapazdesuplirconlamáscariñosadelassolicitudes,lahabilidadyelpulimentoquelefaltan.Además,nilamadrenilahijapueden,porsucondicióndesirvientes,imponersealoscaprichosimpetuososdesuamo,que, por otra parte, se las sabe ya de memoria, lo mismo que a usted. Más que concaldos y con drogas, hay que atender a este enfermo con entretenimientos que ledistraigan y alegren y le obliguen a ser dócil, hasta por la cortesía. En fin, que hepensadoenMariPepa.MariPepavendráaquídeenfermeraconmilamores,yviniendoella,vendráLitatambién;yconelpretextodeacompañaradonCelso,sepasaránasuladotodoeldíayharándeestecaserónunapajarera.Austed¿quéleparece?Deperlasmepareció,yasíselodeclaréaNeluco.Quedóélenconvertirelplanencosahecha,yllegamosenestoalaalcobadeChisco.Elcualnoestabayaenellaniensusinmediaciones.PreguntandoporélaTona,supimosqueandaba,buenratohacía,arreglandoelganado.Bajamosa lascuadrasyallídimosconél.Algoledolíaelbrazotodavía«janciaelhombral»;perocomoeraelizquierdo,semanejababienparasusquehaceres.Teníabuena«apetencia»,se«jallaba»firmedelosotrosremos,yporesosehabíalevantadocomotodoslosdías.Yasabíalodesuamo,ylellevaban«losdiantris»alconsiderarquemientraselpobreseñorpasabalasdeCaín,élestuviera durmiendo a pierna suelta toda la noche, y por culpa de «blanduras yarreparus» que se habían tenido «malamenti» con un hombre de su correa. Pulsóle elmédico y le reconoció el brazo y la herida de la cabeza; diole por sano y bueno si seobligaba a observar ciertos cuidados que le prescribió; despidióse de mí hasta «mástarde»,ysefue.Antesdesalirmedijomuyquedo:-Creoquehicemuymalanocheenreferirciertascosasdelantedesutíodeusted,conloimpresionadoqueyaestabaelpobreseñor.Sospechélomismo,volvímealladodelenfermoymesentéalacabeceradesucama.Le

hallémás«humano»queantes,sindudaporquetambiénestabamásabatido.Comonoletentaba el deseo de hablar, ni era conveniente provocársele, según encargo muyencarecidodeNeluco,dimeameditaryopornotenerotracosaenquéocuparmeallí.Eraindudablequeyohabíallegadoaquererdeverasamitío:alavistaestabaloquemedolía lagravedaddesuestadoyelpeligroenquesehallabadequedársenosentre lasmanosalahoramenospensada;y,sinembargo,laperspectivadeaquellaseriededíasde cama, impuesta por el médico al enfermo, con la sujeción a que me obligaba estamedida,enelmenguadoytétricorecintodeaquellaalcoba,ylatenazyespesanevadaque tenía el cielo en tinieblas, la tierra sin suelo en que pisar y encarcelados a sushabitadores,mepreocupabaymedolía¡aquénegarlo!muchomás.Elcorazónhumanoadolececonfrecuenciadeestosachaques,nopormaldadpropiamente,sinoporfaltadeeducacióndelossentimientos,pordesusodelosmásdelicadosdeellos,porresabiosdelegoísmo adquiridos en la libertad de una vida sin trabas ni linderos. Explicábame yoaquelladebilidad,quemeparecíahastapecadograve,conestasreflexiones,yconellasmeconsolaba,aunquenotantocomoconlaesperanzadequeserealizaranlosplanesdeNeluco y vinieran Lita y su madre, sobre todo Lita, a aliviarme del peso de la cruz,renovando el aire y los sonidos y las caras y hasta la luz de aquellos ámbitosentristecidos, mudos, negros y monótonos. Pero ¿se prestarían a venir Mari Pepa y suhija,noobstantesusbuenosycaritativosdeseos?¿Nolesarredraríanlosobstáculosdelanieveydelfrío,deaquelfríocomonolehabíasentidoyonienRusiaquizás,pornohaberenTablancaotro recursoqueelde lacocinayunmalbraseroparacombatirle?¡Malconocíayolosalientosdelasseñorastablanquesas!AmediamañanaentrabanporlapuertadelsalóndelacasonalahijaylanietadedonPedroNolasco,pocodespuésdehaberlas oído yo «gorjear» y llenar el pasadizo de voces argentinas y armoniosas.Tambiénlashabíaadivinadomitío.-¡Jesús!…¡lacellerisca!-habíaexclamado,aloírlas,enuntonoquerevelabamásalegríaquepesar.Salíasuencuentroy lasrecibísindisimularunapizcaelalegrónqueconsuvisitamedaban.Losojosylanarizeraloúnicoqueseveíadesuspersonas:todolodemáseraunconglomerado de faldas, chaquetas, toquillas y mantones de lana espesa y dulce.Preguntandoyexclamando,oraenvozbaja(cuandonoeraconvenientequelooyeramitío), ora casi a gritos (por convenir que lo oyera), iban desliándose la cabeza ydescubriendolacara,hastaqueaparecióladeLita(mefijépocoenlaotra)comolunadeeneroentrenubesgrises,omáspropiamente,comounamanzanitadeagostoarrebujadaenlashojasdesuramo:asíestabadecoloradita,detersaydeapretadalaredondezdesuscarnesporallí.ComoveníanbieninformadaseinstruidasporNeluco,pocoonadahablamosdelpapelquelescorrespondíaenlacomediaqueíbamosarepresentardelantedelenfermo.DonPedro Nolasco no había podido acompañarlas; mejor dicho, no se lo habían permitidoellas, por temor a una caída que hubiera sido mortal en un hombrazo de sus años…porque estaban los caminos ¡Virgen María, la nuestra Madre! que daban miedo. Se«eslociaban»lospiesenlanievecomoanguilasenlamano.Solamenteenlasubidadelpedregalsehabíacaídoella(Lituca)dosveces,ysobreunamismarodilla,quedebíadeestarhechaunacompasión.No lohabíavisto todavía,peropodía jurarsepor loque la«resquemaba»,aunquenolaimpedíalosmovimientos,graciasaDios.Porlodemás,yasabíanellasquealenfermonoleconveníalacharla,aunquelapidiera:devezencuando,algunachunga,comosielmalfueradebroma;atiempoyconamor,lasmedicinasyelalimento;yqueperdonáramoslafranquezasisedabanporconvidadasacomer,porqueellas,conelpretextodelanevada,pensabanquedarsehastalanochesinquedonCelsomaliciaralaverdaddelmotivo.Veníanprovistasdelaborparahacermásentretenidaslashorassobrantesalrededordelbrasero.Mi tío las recibió con cuatro cuchufletas y algunos lamentos. Aunque vivo todavía, sedaba por muerto ya. Protestaron ellas contra el supuesto, asegurándole que lo que lehabía«encamado»entonceseralafrialdaddelanevada,ypuedequetambiénalgodelsentirqueledieraelconocimientodeloocurridoenelmonteeldíaantes.-Noloniego-respondióaellomitío-,yporlomismonotienevueltadehojaloquevosacabodedecir;porque¿quépuedeesperarseyadeunhombredemivetacuandosedejaacaldar,comoyoestoyacaldado,porchapuceríascomoesas?Era la pura verdad; pero, así y todo, insistieron las bonísimas mujeres en negarla,aunque no con los bríos necesarios para lograr sus caritativos fines, porque erancariñosas enextremoy se sentían impuestas y conmovidasante aquella extenuación yaquella lividez cadavéricas del pobre don Celso, que ni por afán de mantener susderechos desconocidos por la tiranía profesional de Neluco, se acordaba ya de

levantarse.Dejáronlealfinenelsosiegoquenecesitaba;instalámonosenelsalóncontiguo;llególamujergrisconelbraseroencogolladodeascuasresplandecientes;púsoleenlacajaqueestabaallí,ynossentamosalrededordeella,sinperderdevistaalenfermo,MariPepa,suhijayyo.MariPepasacódeunbolsillomuygrandedesudelantallosavíosdehacermedia; Lita (no supe de qué repliegue de sus complicadas envolturas) los de hacerpuntilla,yambascomenzaronatrabajarensusrespectivaslaboresyahablaralmismotiempo,peromásconlosojosyporseñasqueconlaboca,enloquetuvierarelaciónconelestadodemitío.De«lodeayer»,sehablómuchomás,ytambiénconciertocuidadoparaquenofueraoídodesdelaalcobaloquepodíaimpresionarlenuevamente.YfueunmilagrodeDiosquenonosoyeralomásdeello,porqueconelobstinadoempeñoqueyoteníaenquehabíadehaberalgoentreLitayelmédico,estuveverdaderamentepesadoymachacónenciertospasajesdeldiálogo;particularmentedurantelasescapadasdeMariPepaalaalcoba,porquehabíatosidomitíoosecreíaquehabíallamado…oparaversinecesitaba alguna cosa, sin que tosiera ni llamara. En casa de don Pedro Nolasco sehabíasabidotodo,pocoantesdepasar«lanube»queloshabíaaterrado.Habíanvividoenlamismaangustiaqueyohastamuyentradalanoche.YoreferíaLitalasdudasquehabíatenidoencasadelTopero;yaquífuedondemitenacidadrayóenimpertinencia.Loconocí en una mirada de extrañeza con que respondió mi linda interlocutora a unaindirecta mía en que se clareaban demasiado mis intenciones. Me impuso aquellaserenidad que me pareció protesta contra un mal entendido derecho de preguntar«ciertascosas»pormuyevidentesquefueran.En esto llegó don Sabas, quejándose desde el pasadizo de los miramientos que se lehabíanguardadoennuestracasaaquellanoche.¿Quiénnoshabíadichoqueporunviajemásomenosa lamontaña,noquedaraél conagallas suficientespara cumplir con sudeberacualquierhoraquesellamaraasupuerta?Ysilacosahubieraapretadounpocomásde loqueapretó,¿quéhubierasidodelcristianoenpeligrodemuerte?¿Dequiénhubierasidolaresponsabilidad?¿Quésehubieradichodeélyquédetodosnosotros?…Yaunquelacosanoapretara,¿paracuándosonlosbuenosamigos?-Pues,mira-añadióarrimadoyaalacamadedonCelso-,loqueeséstanotelaperdono.-¡Bah, bah! -refunfuñó el aludido revolviéndose un poco-, no me rompas la cabeza. Túpuedesjacerloqueteacomode,queyobienséloquemehice.-¡Jinojo! -replicó don Sabas-, es que el miramiento ése fue tal, que si no topo ahoramesmo con Neluco, se pasa el santo día sin que yo me entere de lo que a ti te pasóanoche.Intervine yo, desenojé al Cura, quedóse con mi tío a solas y continuamos los demásalrededordelbrasero,comoantes,charlaquecharla,sobre«lodeanoche»sobre«lodeayer»yhastasobreciertapromesahechapormíamisinterlocutoraseldíaenquelashabíaconocido,decomerensucasaalgunavez;promesaquetodavíaestabasincumplir,porculpabiennotoriadelaagitadavidaquellevabamontearribaymonteabajo,cuandonode los fieros temporales queme teníanbloqueado en la casona.Almediodía volvióNeluco,quenohallóenelenfermonadadeparticularnidenuevo,niquisoaccederalruegoquelehicedequedarseacomerconnosotros;ruegoque,porsuparte,mehabíadesairadoyaelCura.Marcháronselosdosjuntos,despuésdeprescribirnoselprimeroelplandeasistenciaparalatarde,ydeconjurarnoselsegundoaqueporningúnmotivonimiramientohumanodejáramosdeavisarlealamenornovedad;volvieronLitaysumadrealaalcobadelenfermoparaponderarlelamejoríaquenotabanenél(ybiensabeDioscuántomentíanasabiendasensusponderaciones),yadarleMariPepaunossorbosdelechemientras suhija le arreglaba las ropasde la camay entraba lamujergris enelsalónaponerlamesaenlascercaníasdelbrasero,yapocoratonossentamosacomer.Comiendo y hablando, tuve yo que decir, porque me lo preguntaron mis locuacescomensales,quécosassecomíanporlospudientes,yaquéhoras,en«esosmundosdeDios». De todo se admiraban aquellas sencillísimas mujeres; y yo, al notarlo, mecomplacíaenapurarlanota,yasílleguéaponderarleselexquisitosabordelasancasderana y de los nidos de golondrina, entre otras distinguidas y elegantes porqueríasalimenticiasquecité.YeradeverentonceslacaraqueponíaMariPepaylosgestosdeascoquehacíaLitucamirandoasumadreyvolviendoamirarmeamí,comosidudaradelaverdaddeloqueyorefería.-Puro vicio, hija, puro vicio -decía al cabo Mari-Pepa-; puro vicio de la jartura en quevivenesasgentonas,decuantoDioscrió.Comoestabatanenlazadolounoconlootro,tirandodelmododecomersalióelmododevivir y el modo de viajar. Nuevas admiraciones y nuevos asombros. También extremébastantelatesisaquí,yhastasospechoquementíunpoco,aunquedentrodeloverosímil

y perdonable. Lo de acostarse cerca del amanecer y levantarse después del mediodíaparanosalirdecasahastaelanochecer, lesmaravilló tantocomo lasopadenidosdegolondrinaylasfriturasdeancasderana.-¡María la mi Madre! -exclamó Lita al enterarse de ello-, pues si esas gentes no vennuncajamáselsol,¿quédiantrespuedenverquelasalegreylasengorde?Yocreoqueesoesvivircontraley.-Vicio, hija, vicio -insistía Mari Pepa-; vicio de no saber qué jacerse en una vida tanregalona.PreguntómeLitasiyotambiéntenía«porallá»esasmalascostumbres;respondílaquesí,y me dijo, por todo comentario, con una ingenuidad y una llaneza verdaderamenteinfantiles:-Puesbuenpicaronazoestaráusté…¿Verdá,madre?Celebréyoeldichoconunarisotadanomenosingenua,dandoenseguidalasgraciasporelpiropo,casialmismotiempoquerespondíaMariPepaalapregunta:-¿Quiénsabe,hijadelalma,quiénsabe?Quiensejazacomer«niales»degolondrinasinreventar de «duda», bien puede jacerse a vivir de ese modo sin ofender a Dios niquebrantarlasalud.ConestasalvedaddesumadresepusoLitamuycolorada,yquisoenmendarloquepudohabermeparecido impertinenciasuya;yyo, sindejarlaconcluir, laallanéelcaminodesusdeseosofreciéndolaporañadiduraunadeclaración,nodesprovistadesinceridad,demisgrandesdesencantos.-Nolepasaríatalahora-meobjetóMariPepa-,sisehubieracasadoatiempo,paravivircomo Dios manda. ¿A qué diantres quieren el saber y los posibles cuando se vensolitarios de familia y mozones de casa abierta?… Pues mire, don Marcelo: dicen queparaestascasas,pormuycerradasqueestén,siempretieneeldiablounallave.-Podrátenerla-repliquéyomuyformal-;peroenlamíanohaentradonunca.-¡Jorria,trapaceróndesatanincas!Soltódespuéslacarcajada,ylasoltóLitaalmismotiempo.Ayudélasyoconotra,porlagraciaquemehacíanlasdos;yenseguidacomenzaronlos«picadillos»ytiroteosquenopodían faltar allí, entre los tres. Porque estas quisicosas son ingénitas en la mujer detodascastasy latitudes;ypuestas todasellasenunamismasituación, todas, salvo lasdiferenciasdelugarydeestilo,vienenaescarbarenelmismoterrenoyconlospropiosfines.Siemprelasiniciativasylafuerzadelatrevimiento,lasmarrulleríasyeltesón,enla madre; la estudiada reserva, la mal disimulada curiosidad, el elocuente silencio, elmirardesoslayo,lapinchadasutil,enlahija.Asíllegaronlasdosadarporhechoquenohabría tenido yo menos de cincuenta novias, ni bajarían de tres las que quedaban enMadrid llorando mis ausencias y tal vez mis ingratitudes. Pero si en el fondo no eranueva la escena para mí, éranlo, hasta embelesarme, aquellos pintorescos matices delengua; aquella dialéctica a la buena de Dios, sin andamiajes retóricos ni artificiosconvencionales; aquellas malicias sanotas que brotaban del regocijado palabreo,espontáneas, frescas, airosas y transcendiendoa«la tierra» como las rosasdel huertoentrelavirginalyespléndidahojarascadelcercadoquelasprotege.Poresosentíenelalmaqueseacabaraaqueloriginalísimo«discreteo».YseacabóporacudirMariPepaamitíoquetosíaysequejaba,mientrasLituca,alavezqueescuchabalosquejidosylastoses,memandabacallarponiendoundedínmuymonosobrelaboca,yllegabaFaciaarecogerlosmendrugosylevantarlosmantelesdelamesa.

-XXIV-Pasóprontolodemitío,ypasarondoshorasmássinotrosucesodignodenotarseenlacasona y fuera de ella, que unas rachas de vendaval húmedo que «ennegrecieron» unpocolanevada,cosaquenosllenóatodosdecomplacencia,menosalamujergris,porserelfenómenoseñaldepróximodesnieve.Cercadelanochecer,cuandoMariPepaysuhijarecogíanlasrespectivaslaboresysesacudíanlashilachasagarradasalosvestidosyapercibíanlas«nubes»y losmantones,diciéndoledepasoamitíomuchascuchufletasporanimarle,ygoteabanlascanalesdeltejadolanieve«derretida»porlalluviaqueibaespesando, vino el médico otra vez. Examinó al enfermo, y nada de particular ni dealarmante halló en él que hiciera temer una noche como la pasada; pero tampoco seatrevió a prometérnosla más tranquila, porque todo cabía en una enfermedad de tanmalacastaenundolientetananiquiladoeindefensocomomitío.Estomelodijoapartedespués de darme, delante de Facia y deMari Pepa, el plan de campaña hasta el díasiguiente,sinperjuiciodevolverélaúltimahora,porloquepudieraocurrir.LamadredeLita insistiómuchoenquedarseavelar;peroyono loconsentí,porque tampoco lohubieraconsentidoelenfermoni lehubierasentadobien lamerasospechadetratarsede ello, con lo receloso y aprensivo que se ponía a medida que las tinieblas ibaninvadiéndole la alcoba. Se acordó que velara Facia, que no se acostara Chisco y quedurmiera yo como las liebres; y con ello se marcharon Lita y su madre con Neluco,despidiéndoseellas«hastamañana»yél«hasta luego»; se fueronquedandoaoscurasaquellosdestartaladosyfríosámbitosdelacasona;crecióconlastinieblaselsilencio,ypasóunbuenrato,mientraslamujergrisaderezabaelvelón,sinqueyovieraotracosaenderredormíoquelasmortecinasascuasagonizandoentrelascenizasdelbrasero,nioyeraotrosrumoresquelosdelatrabajosalabordelrespirardemitíoenelfondodelaalcoba, y los del acompasado y monótono fluir de las canales sobre el encharcadogoterial.Cuando hubo luz en la alcoba, me acerqué a la cama del enfermo y le hablé paradesentristecerleunpocoyanimarle.Trabajoperdido.Meagradecíamucholaintención;peroél solo sabía todo lomalqueseencontrabay lo imposiblequeera salirdeaquelatolladerosinunmilagrodeDios.Mesuponíaagobiadoporlacargademisujeciónasuasistencia, y se empeñaba en tranquilizarme con la promesa de que no sería largomicautiverio;mepedíaperdónporlosmalosratosquemedabaentretanto,ymeconjurabanuevamenteaquecuandorecobraramilibertad,noecharaenolvidoloquetanrogadometenía;porquelodemenoseraélenaquelpueblo,sihabíaquienocuparaenlacasonaelpuestoquequedaravacíoconsumuerte.Mepareceríayapesadoel tema;peroesomismomedemostraríalaimportanciaqueélledaba…Todoesto,dichoentrequejidosypausasanhelantes,convozapagadaysepulcral,a la luzextenuadadelvelóncolocadosobrelacómoda,quesóloservíaparaextremarlapalidezcadavéricadelenfermo,entreoloresdeéteryromero,mientrasseguíanfluyendolascanalesyrezongandoelvendavalafuera, resultaba bien triste ciertamente. Por obra de la casualidad se producen amenudocontrastesmuycuriososqueparecenchanzasmuypesadasdeldestino.Sobrelacómoda y debajo del mechero encendido del velón, había un rimero de cartas yperiódicosquehabíapuestoyoallí lanocheantespara irentreteniendoconsu lecturamislargashorasdeveladespuésque,pasadoelataquedeasma,pudoconciliarelsueñomitío.Pues lamayorpartedeaquellascartasydeaquellospapeles impresos,estabanatestadosdenoticias, reseñasy juiciosdebailesenproyecto, recepciones suntuosas ycomediasnuevasenlossalonesyteatrosdeMadrid,comositodosehubieraescritoparaqueyomeenteraradeelloentanoportunaocasión.La recaída de mi tío; el descenso de la temperatura, con el subsiguiente despejo desendasycaminos,y lasalsillade«lodeayer» llevarona lacocinonaaquellanocheungrangolpedetertulianos.AsistióhastaelTarumbo,queraravezibaporallí,hartomásintranquiloydesazonadoconlaenfermedaddedonCelsoylaburradadePepazos,queporhabérseleensanchadoenmásdeotrotanto,conelpesoyladestilacióndelanieve,el boquerón que ya tenía su casa en el jastial del Poniente. También concurrió PitoSalces,quesequedócomosinpulsoscuandoTona,conlafazinundadadesonrisasylosojosdedulzuras,leponderólahazañadelavísperayledeclarósinremilgosque«deeseaquél y de esos prontos le gustaban a ella los hombres». ¡Puches, cómo se pusoenseguidaelmozallónconlaalabanza!Sinolecontengoconunareflexiónimperiosayuna sacudida recia de su lástico, hace otra barbaridad allímenos laudable que la delmonte.Jamáshabíapensadoél(melojuróasí,entrelazandolosdedosdesusmanos,por

aquéllasqueerancruces)queunacosa«tan jacederaycurrienti»pudieravalertantoscaudales.¡ConloduradepelarqueTonahabíasidohastaentonces!¡Puches,quésuertelasuya!Pensandoquese laenvidiaríaChisco,acordémedeldescubrimientohechopormí en casa del Topero y en el corazón de Tanasia, y fuile con el cuento al mozón deRobacío,enunapartequetuveconél.Respondiómequemehabíatomadoyountrabajobienocioso,aunquemeleagradecíamucho.-Lascosas-concluyóeneltonosentenciosoquetanpropioleera-,parodarbien,handerodarporsímesmasjanciaunu.Aquelhombreera laparsimoniay la imperturbabilidadencarneyhueso,y lasmismaspulsacionesteníadelantedelosoensucaverna,quealcalorcillodelanovia.Por encargo demi tío andaba yomuy amenudo en la cocina,más que por hacer loshonores a la tertulia, para evitar que los tertulianos le invadieran a él la alcoba. Losqueríamucho;peronohubierapodidosoportarlosenlaangustiosasituacióndecuerpoydeespírituenquesehallaba.Poreso,aunsinlaprohibiciónterminantedelmédico,nohabríaqueridorecibiraningunodeellosduranteeldía.Cuandosetrataradedespedirsedetodos,yaseríadiferente.AúltimahorallegarondonSabasyNeluco:elprimeroresueltoaquedarseallí,sinquelonotara el enfermo, favor que le habría pedido yo si no se hubiera anticipado él aofrecérmele; el segundo a informarse del estado de las cosas antes de retirarse adescansar.Comolastalescosasnoofrecíanaspectonuevonimuyalarmante,sedespidiódemi tío, y de los que con él nos quedábamos en la casona, y se fue con los últimostertulianos, uno de los cuales era Pito, que tropezaba con gentes, bancos, puertas ytabiques, de puro aceleradote y desatinado que le habían puesto las alabanzas y losarrumacosdeTona.Pasó lanochemejorde loque todosesperábamos,yamanecióeldíasiguientesinunanubeenelcieloniunaráfagadeaireenlatierra;ycuandoelsoltraspusolospicachosdelEsteysaludóalvalleconsusrayosquechisporroteabansobrelanievequenohabíadeshecholalluvia,mipobretíomandóqueseabrierandeparenparloscuarteronesdesualcoba,yaqueno leerapermitidohacerotrotantocon laspuertasyventanasparaque entraran la luz y el aire en la abundancia que necesitaba él para salir a flote enaquella mar de angustias «que le ajogaba», por culpa del arrastrado mediquillo queparecía empeñado enmatarle. Y lo cierto era que si en el cuerpo no se notaban cosamayorlosmilagrosdelapanaceaquecontantoafánsolicitabaelenfermo,loshacíaensuespíritumuyconsiderables.Era«otrohombre»desdequeelsolsehabíacoladoensualcoba como por las rejas de una cárcel, y veía flotar, danzando dentro de la fajaluminosaqueatravesabalahabitaciónpordelantedesulechodesdeelcuarteróndelaventana, las pelusillas y el polvo vagabundos. No apuntaba siquiera el propósito delevantarse, porque no se lo permitía la extenuación de sus fuerzas; pero creía en laposibilidaddevolveratomarelsolantesdemorirse,aunquefuerasacándoleenuncestoalasolanasiledurabaaltiempoaquelbuensemblanteunoscuantosdías.Y le duró más de siete, y se templó en tales términos y se arregló la envejecida ydesconcertadamáquinademitíodetalmanera,que,noenuncesto,sinobiensentadoenelsillóndevaquetadesudormitorio,ybienforradoyenvueltoenmantasycapotes,consiguiódarsemásdecuatro«panzadasdesol»alairelibreenelabrigadorincóndelasolana,adondelesacabayopocomenosqueenvilo,porlapuertadesualcoba,entrelastempestadesdevotosyreniegosconqueprotestabacontra«laperraacabación»queentanmiserablesextremosleponía.Tuvomuchasvisitasenese tiempo,y la familiadedonPedroNolascose lashacíapormañanaytarde.EnlasenquesehallabaelvejancóndelaCastañalera,cadavezmenossocorrido de palabra y de asuntos de conversación, solía interrumpir los largosparéntesisdesilenciocondescargascomoéstaydoscachiporrazosenelsuelo:-¡Vaya,vayaconelbuenodedonCelsoquesenosquieremorirsinmásnimás!No,no;puescomovalgalamía,notesalestúconlatuya.Esotelojuroyo.Lituca, si se hallaba presente, salía al quite de la impertinencia con una broma algoforzadaenquemealudíaamíconlospiadososfinesdequerematarayalasuerteparatranquilidaddemitío.Yéstosyotrosparecidoslanceseranelúnicoladoagradablequeteníaparamíaquelcuadrodecontinuase interminables tristezas,sobre lascuales ibadescollandodedíaendíayamedidaquelatemperaturasetemplabaysurgíanriscosyladerasporlosanchosdesgarronesabiertosenelespesotapizdenieveporlosrayosdelsol,lafigura,desuyomelancólica,delamujergris,particularmentehacialacaídadelatarde,y,sobretodo,aldescolgarelcalderónyempuñarlosdoscántarosdebarroparairalafuenteentredíaynoche,segúncostumbreinmemorialenella.Comosehabíahechotanvisibleparamíestaagravacióndelosespantosdelapobremujer,laobservabacon

cuidado desde lejos, y por eso pude notar que eran de prueba terrible para la infelizaquellosmomentos:parecíaunreodemuertequecaminabahaciaelpatíbulocadavezquesealejabadelcantaralconelcalderónsobrelacabezayuna«escala»encadamano.Deunodeaquellosviajesvolvióquedabacompasiónysustomirarla,ymástardequelodecostumbre.Selaconocíaenlosojosquehabíalloradomucho,yanduvotodalanochepor la casa de acá para allá sin saber hacer cosa con arte. A ratos se quedaba comoalelada, y a ratos se sentía acometida de una inquietud que no la dejaba parar enninguna parte. La vi, sin que ella lo notara, más de dos veces, en la penumbra delcarrejo, llevarsecondesesperaciónambasmanosa lacabeza,y laoí invocaralmismotiempo, en voz enronquecida y mal dominada, al «devino Dios de las misericordiasgrandes» y a «la Virgen Santísima de las Nieves, la su madre clemente y amorosa».Deseabamorirdeprontamuerte,sieneldeseonopecaba,antesdesertestigo«deeyu»ymancharlavistadelossusojosenunavergüenzatal.Temíporsurazón;ymovidodeunsentimientodelástima,mehiceelencontradizoconella.Nosesobrecogióalverme,comosolíaen talescasos;al contrario:parecíacalmarseunpocoy reanimarseconmipresencia,yhastanotéenellacomodeseosdedecirmealgo.Tomándolopormotivo,lahablé,primeroparatranquilizarla,despuésparaindagar,paradescubrirlacastasiquieradeaquellosmisteriosqueentrancetanangustiosolaponían.-¡Ahora no! ¡ahora no! -me dijo después de vacilar un poco-; cuando no puedamás…cuandolacargamerindadetoo,¡estonces!¡estonces!…yaustésolo…Y,porcaridádeDios, donMarcelo: que, hoyporhoy, no sepanáde estos espantosquemeacaban, elseñorsutío…¡ninaide,siserpudiera!…Apartósedemíconestoyhuyóaencerrarseensucuarto,mientrasvolvíayoaldemitíoseriamentepreocupadoysinsaberquépensardeaquellascosastanraras.Nada ocurrió, por fortuna, que hiciera necesaria la presencia de la infeliz mujer enningunapartedelacasaaquellanoche.Lacualdebióserbienterribleparaella;porqueapenasme hube levantado yo de la cama al día siguiente, y eso quemadrugué tantocomo el sol, apareció como un fantasma en mi cuarto, después de haberme pedidopermisoparaelloentreabriendolapuertaconmuchocuidado.Teníalosojoshundidosycircundados de una aureola cenicienta; parecía que le habían chupado las brujas lospocos jugos de la cara, sobre la que caían, por debajo del pañuelo atado a la cabeza,encrespadosmechonesdecabellosgrises;letemblabanlosresecoslabios,ysalíadesugargantalavozenronquecidaycomorechinando.Dejósecaerderodillasdelantedemí,ypidióportodoslossantosdelcieloquelaoyeracomoenconfesión.-Porque -me dijo por último, entre sollozos mal comprimidos y espasmos de todo elcuerpo-, ya no puedomás con la carga, y llegó la hora de quitármela de encima o demorirdebajudeeya.Hice, ante todo, que se incorporase y que se sentara enuna silla, cerrépor dentro lapuertadelgabinete,sentémeyoenseguidajuntoalainfelizmujer,ymedispuseaoírla,conformeellalodeseaba,despuésdedirigirlapalabrasdeconmiseraciónydealiento.

-XXV-Dos partes tuvo la confesión deFacia. En la primeramedeclaró todo lo que yo sabíaperfectamente por boca de Chisco: la historia de su desdichada unión con el pícarobaratijerocontralavoluntadylassabiasadvertenciasdemitío,queeracomosupadreyseñor.Pordesoírle,decíalainfeliz,habíafaltadoalaleydeDios,yporestafaltahabíavenido el castigo de sus desventuras; desventuras que ella había sufrido, aunque conmuchas lágrimas, sin una sola queja. Era su deber. Que arrastrara la vida como unacargaofrentosa;que laspesadumbresy losdolores fueranminándolayconsumiéndolapordondenadiemásqueellalonotara;queencanecieransuscabellosfueradesazónyquenohallara,parareponerlasfuerzasgastadasenlostrabajosycavilacionesdeldía,eldescansodelanoche,latranquilidaddelsueñoquenolefaltaalpordioseroquemataelhambrellamandodepuertaenpuertayerrandodemonteenmonte,conunzurrónalaespaldayunpalucoenlamano,¿quéimportaba?Desconociéralosuhija,tuviéraseporhuérfanadeunpadrehonrado,yestosololadabagranconsueloylasfuerzasnecesariaspara llevarsucruzcomounacargaredentoradesusdelitos, imperdonablesen laotravida sin una dura penitencia en ésta. Cuando, con las miras puestas en estos fines,vacilaba un poco, porque, al cabo, era tierra frágil y miserable, y desconfiaba de susbríosysevelaapuntodetropezarydecaer,acudíaalamparodedonSabas;yallá,alarejadelconfesonario,enlosprofundosdelaiglesia,alromperlosprimerosalboresdeldía, ella, después de besar el polvo de los suelos y de regarle con sus lágrimas,declarando sus pesadumbres y flaquezas, y él reprendiéndola y exhortándola con lasabiduríay ladulzuradeunpadrecariñosoaunhijomuydesdichado,hallabasiemprelosperdidosalientosparacontinuar lasubidadesuCalvariocon lacargadesucruz…AsíestabanlascosascuandoyohabíallegadoaTablanca.Preguntéla por qué en la gran cuita que de tal modo la atribulaba entonces no habíabuscado,comootrasveces,losconsejosylaayudadedonSabas.Respondiómequeerancasosmuydiferentesunosyotros;quenodependíadesuresignaciónnidesusánimoselqueentalescongojaslaponía,yqueyoeraelúnicoservivientedelosdeellaconocidos,llamadoaentenderenélantesquenadie.Asombréme, lloródesconsolada,golpeóse lacabezaconlasmanos,semordiólospuñosapretadosconvulsivamente,volvióahincarseenel sueloparapedirmeperdónabrazadaamis rodillas, creciómiasombro, conseguícon trabajo que se sentara de nuevo, y la conjuré, por todos los santos de la cortecelestial,aquemedeclararaenseguidatodocuantoteníaquedeclararme.Rehízosealgoafuerzadeempeñarseenello,ycomenzóasíentresuspirosmuyhondosysollozosmalreprimidos,lasegundapartedesuextrañaconfesión:-Estandolascosasdeestasuerti,unatarde,alabocaryadelanoche…(alostresdías,pormásseñas,devenirustéaTablanca),cogíyoloscántaros,comoloscogíatodaslastardesalcaerelsoly loscojoa lapresentey loshecogidodendequetuvefuerzaspaeyu, y fuimeporel agua.La fuenti, tal queusté lo sabe, está cayejuarribadeaquí, amedio cuarto de hora de un buen andar, subiendo, y en una rinconá muy jonda a laderecha,segúnsesube.Porestartanatrasmanudellugarytanplacenteradeestacasa,solamentenusotros bebemosde eya; de suerte ymodu, que es una soledáde lasmássolasatoaslassantashorasdeldíaydelanoche.Posquiénlediz,señordonMarcelodemialma,queandando,andando,ybienaladescuidáporcierto,enaqueyatardezucaquele pinto, malas penas aboco a lo más obscuro de la rinconá, cuando me doy con losjocicos… ¡Virgen María la mi Madre de las Nieves! con la estampa de hombre másdesastráqueenlosjamaseshabíayovistoniveré.Túveleporsalteadorfacinerosu.Dimeporfenecíaayímesmu,yclaméaldevinoDios,soltandolosbotijosdelasmanosyenunpurotemblordetodoelcuerpo.Alzóseenestoelhombre,queestabasentauenunapeñadebajodelbinquizalmástupíoquehayayí,yhablópachungueaseconlosmisajuegosquebienalavistaestaban,ypajuramequeveníadepaz,sinoseleponíaenextremosde venir de guerra… porque él a too se amañaba… Y entonces, entonces, señor donMarcelo,entoncesfuecuandoyoentendíquesemeenturbiabalavista,ysemecuajabalasangreenlasvenas,ysejundíaelsueloenquepisaba…Aqueyufueelespantudelosespantus,ylascongojasdelasagoníasdelamuerte…Porque¡SantaVirgenlamiMadrecelestial!aquelenemigodehombretanjaraposuytanmalencarau,porvozymovicionesypalabras,resultóserél,¡elmesmuenhuesuycarne,enalmayvida!-¿Quién?-preguntéaFacia,másconlaintencióndedistraerladelparoxismoenquehabíavueltoacaer,queporlacuriosidaddeunarespuestaquecasiadivinabayo.

-Posél,señordonMarcelo-medijolainfelizretorciéndoselasmanosentrelazadasyconel espanto en los ojos, como si tuviera al hombre aquél delante de ellos-; el propiucausantidemispenassinconsuelo;¡elmalpadredelahijainfelizdelasmisentrañas!-Pero ¿está usted segura de que era él? -pregunté a Facia fingiendo unas dudas y unasombroquenosentía.-¡Ay,señor!-merespondiósollozando-;aunquenolohubieraestauentoncis,quebienloestuve,¡heteníotantosmotivospaestarludimpuésacá!-Corriente-añadí-.Pero¿dedóndevenía…yparaqué…yporqué?-Posvenía,segúnrelatequemejizoconaquelpalabrearzalameruquesiempretuvoyamímeentontecióensudía,deporesusmundusayá;lejos,¡muylejos!…hastamáslejos,aveces,quelaotrabanda.Yaveustésiserábienlejos.Siemprebuscándoseelbienvivir,ynuncadandoconél.Llegóaversehastaencadenas,añosyaños,aunquenuncaporculpasuya,sinodeotros,malosamigosypiorescompañerusdetrabajo.Alcabodelostiempos, alcontróse libre de prisiones y señor de sí mesmo; pero se vio solo ydesamparado,envejecíodecuerpoyfaltodesalú;lejalabaestatierraporque,alcaboyfiniquito,aquílequedabanpeazosdelassusentrañas;yenbuscadelamparodeeyuslepusoelsucorazónquenolementía.Tomandolenguasatiempo,supodemí…¡ay,señordonMarcelo!creoquehastamásdeloqueséyomesma.Porsaberdetoo,sabíadesdequemelohabíaoídoamíenhorasmejores,aunquebiencontásfueron,queelseñormiamoentregaasussirvientislassoldásdetiempoentiempo,paquehagamusdeeyasloquemásnosvengaengusto.Conestesaberyeldelvivirdenusotrasdos,traíaelindinodeélajustálacuenta,añoporañoydíapordía,delmontantedelagorroqueyodebíaguardar, y guardabaen verdádeDios, comooro enpaño, pa elmejor acomododemiTonaeldíademañana.Noqueríadarseaverporentoncesenelpueblo;perovivíaenotronomuylejanuypodíamosentendernosélyyomuyamenudosielcasolopedía.Hastaaquí fue lodulcede laentrevista,segúnelrelatodeFacia.Para lapinturade loamargodeellaymuchodelosucedidodespués,yanotuvolainfelizrelatoranicoloresniartenifuerzas.Perdíaelhilodelossucesosymeembrollabaelasunto.Deseandoyoconocerle a fondo y por derecho, acudí a confortarla y a dirigirla con reflexiones decariño y con preguntas de indagación minuciosa. Me salió bien el procedimiento, y lasustanciademilaborfueésta:Bienajustadaporelmaridolacuentadeloshaberesdesumujer,vinolaexigenciadelprimer«donativo».Porentoncesteníabastanteconello;después,yasevería.Facianolotraeríaamano,porquenocontabaaliralafuenteconaquellaurgenciarepentina;peroélsecomprometíaavolverarecogerloallímismoaldíasiguientealamismahora,yeraigual.Sielladeseabacallarsecomounamuertaen lotocanteaaquelencuentroya loquefuerasiguiéndosedeél«porrespetosequisotales»elhombrenoseopondríaaello,porque era «de un natural caballero y generoso, y sabía ponerse en todos los casos».PerodebíadetenerFaciaentendido(y leencarecíamucholaadvertencia,porsubien)queél,conlascarceladasycadenasquehabíasufrido,teníasaldadastodassuscuentasconlajusticia.Eralibrecomoelaire,yestabaenposesióndetodossusderechos,inclusoeldevivirconsumujeroeldereclamarasuhijaparallevárselaconsigo,siloprimeronoleconvenía.SiladecíanotracosaporlodelasrequisitoriasllegadasaTablancaaraízdefaltaréldeallí,nolediríanlaverdad:primero,porqueerainocentedetodoloqueseleachacaba;y segundo,porque,aunqueno lo fuera,pagadoconsobras lo teníayaenmontónconotrospecados…quetampocohabíacometido.Peroél(volvíaarepetirlo)nointentaríaprevalersedesuderecho:conocíalascosas,ynoseapartaríadelgustodesumujer,si leteníaenquelotapadonosedescubriesenipor lasmoscas.Así,yconestesacrificio de su parte, podía llegarse también a los fines que él iba buscando con suvueltaaTablanca.Paraladesdichadamujer,queyasehabíaconsideradolibredeaquelpadróndeafrenta,y sólo aspiraba a que en el pueblo se fuera olvidando, como se olvidaba, que habíaexistido,yaquesuhijanotuvierajamáslamenorsospechadeél,laapariciónrepentinadeaquelhombresuperabaconmuchoatodocuantopodíaimaginarseenlaescaladelashumanasdesventuras.Creyóapuñocerradocuantoelpícaro laafirmó, ydesdeaquelinstante quedó indefensa esclava suya, como el pájaro de la sierpe que le fascina yaterra.Lahacienda, lavida:todoleparecíapocoparacomprarelsilenciodel infameyponerentreélysuhijaunmurotal,quenilaságuilasfuerancapacesdevolartanalto.Y todo se fue haciendo como el bribón lo pedía. En la fuente y al anochecer, lasentrevistas; y en cada entrevista, un «donativo» de Facia y nuevas baladronadas deltunantesobreelsacrificioquehacíaporelbienyelsosiegodesu«familia»,viviendosinhogaryasaltodemata.Comosu«prestadodomicilio»estabalejosdeTablanca(aunqueteníaparalasocasionesdeapuro«unapeadero»alamitaddelcamino,bienabrigadode

los temporalesyacubiertode lacuriosidadde lasgentes), lasaparicionesdelhombreaquélsóloocurríanentiempobonancible;ydeaquíloqueangustiabanaFacialosdíassoleadosy loqueladeleitabanlosborrascosos,puesaunquenoerandiarias,nimuchomenos,lasentrevistasenlosprimeros,sehacíanimposiblesenlossegundos.Uvaauva,prontoseacabóelracimodelosahorrosdeladesventuradamujer;ycuandoya nada la quedó que ofrecer a la insaciable voracidad del vampiro, comenzó éste aesbozar otras exigencias que tardó en comprender el ofuscado y nunca muy sutilentendimientodeFacia.Cuando llegó a comprenderlas por declararlas el otro sin ambages ni repulgos, lasangustiasdeladesventuradafuerontales,queleparecierondejuegolassufridashastaallí. Él no podía, en conciencia, conformarse con la miseria recibida de su mujer. Suabnegación y sus sacrificios en bien de la tranquilidad de su «adorada familia» valíanmuchomás,yhabíaquebuscarlodondelohubiera;ycomolohabíaabundanteencasadesuamo,demitío,deallíhabíadesalir,ymucho,yenseguida,yconelingenioyporlamanodesumismasirviente,de lapropiaFacia.Sentíamuchísimo llevar lascosasporeseladoytandeprisa;perolapícaranecesidadleobligabaaello.Era,antetodo,lealyagradecido,ydebíagrandesfavores,quequeríapagar,aotrosdoscaballerosquehabíancompartidoconélsustrabajosdepresidioynolehabíanabandonadodespuéshastaelmomentoenqueasílodeclaraba.Aquí me asaltó de pronto un recuerdo, y pedí a Facia las señas «particulares» de sumarido. Comenzó por la de un chirlo en la cara que le partía un ojo y la nariz, y nonecesité de las restantes para dar por conocido al personaje. Sin descubrirle missospechas, la reprendí duramente por haberme ocultado hasta entonces lo que meestaba declarando. A él, más que a ella, le importaba callar, porque tenía grandescuentas pendientes con la justicia. Todo lo que la había dicho en contrario, era unembusteparaexplotarsucandorosaignorancia.Selepodíahabercogidoenunadesusemboscadas,comoaunzorroenelcepo,comoselecogeríadesegurosiaúnandabaporallí…Aestoseestremeciódeespantolaangustiadamujeryvolvióacaerderodillasdelantedemí,parapedirmeporDioscrucificadoquenosehicieratalcosa.Tambiénaellaselahabíaocurridoalgunavezquepodíanoserverdad todo loqueél ladecía«alautodeaquellosparticulares»;pero¿yqué?…Siloquelaacongojabanoeraeso,sinoeltemoralruidoyalescándalo;aqueel lugarseenteraradelcaso,ydespuésdonCelsoy,sobretodo,suhija,¡Oh,estonunca!…¡Tapar,taparynomásquetapar!…Porello,lavidasuyay cien vidas y mil vidas; el suplicio en cruz, en la lumbre de un horno; descuartizadaviva…enterradaensalud,entresaposyserpientes.-¿Yelrobotambién?-lainterrumpíconmaldisimuladadureza.-¡Señor!-merespondiócomoaterradaporelsonidodelapregunta-.Aunquecapazfuerade eyu, ¿qué sé yo ónde guarda las riquezas el mi amo, ni si las tiene en casa tansiquiera?Aquímerefirió,espiritadayconvulsa,despuésdesentarseotravez,pormisreiteradosmandatos,cómo,noteniendovalorparahacerloqueelinfamelaproponía,niresoluciónbastante para negarse a ello, había ido entreteniéndole las impaciencias con aquelreparoyconeldelacontinuapresenciamíaydeotrasgentesenlacasaconmotivodelarecaída de su amo (porque esto ocurrió en los días que siguieron a la nevada); pero,aunque de todo estaba enterado él, a nada de ello daba la menor importancia: alcontrario, sostenía que al amparode aquellos quehaceres y preocupaciones, era comomejorpodíaellalograrsusintentos,silosponíaporobra.Esto,porlasbuenas;porquesiaún laparecíamucho, acudiría a lasmalas, pues, por lasmalas opor lasbuenas, ellohabíadehacerse,yenelaire.La infeliz no sabía qué partido tomar dentro de aquel estrecho círculo de hierrocandente,abrasador;ycomolas impacienciasdelpícaronodabanlamenortregua,undía, la víspera del en que Facia me lo contaba, la había dicho él: «Puesto que no teresuelves a cogerlo con tus manos, «hemos» resuelto «nosotros» robarlo con lasnuestras.Hacialamedianochedemañana,cuandoyanoquedeseñaldehombreenlacocina ni chispa de rescoldo en el hogar y duerman todos en la casa, llegaremos alportóndelacalleja.Entoncesoirásunsilbidodeesteaire(ysilbóporlobajodeciertomodo).Sinmásqueoírle, te llegascallanditoalestragalymeabres lapuerta, con talfinura y cuidado, que ni las mismas bisagras se enteren de ello. Lo demás corre denuestra cuenta. Ya daremos con el gato, por escondido que esté. Si hay algunodemasiado ligero de sueño, boca abajo para in saecula en cuanto se despierte, y elprimero tu amo, si es que no ha habido que empezar por su sobrino… o no se dejanamarrar todos con la docilidad que pide el caso.Conque ya estás advertida, y bien te

constacómolasgasto.Sabiendoquemejuegolavidaeneltrance,figúrateloquesemeimportarádelatuyasihayqueponerlaenpleitoporquesetehayaidounpocolalenguaentodoeldía,yporrazóndeellonoencontramoslacasaporlanocheenelsosiegoylatranquilidadquesiempretuvoataleshoras.»Dichotodoestoconuncinismoferoz,marchóse,dejandoaFaciamásmuertaqueviva.Yasí estaban las cosas; y estando así, ¿cómo gozar hora de sueño ni minuto detranquilidad,nicómodejardeconfesarloalfinyalpostre,niaquién,sinoamí?Interesómedeveraselcaso,porquevistos losantecedentesdel«caballero»aquélydesus fidalgos camaradas, no era para tomarlo a risa; y después de meditar un pocomientrasFaciagemíayseretorcíalasmanoscadavéricas,ladije:-¿Demaneraqueesohadesucederestamismanoche?-Asífuelaamenaza-respondióme,casisinvozparaello.Notabayoquelapobremujerestabaenaquellos instantesbajo ladobletorturade lossucesosmismosdeclarados,ydeltemoraloquepudieraalcanzarladelmaljuicioqueyohubieraformadodetodoello;inspirábamehondacompasión,yconelfindealiviarlaunpocodeambostormentos,lahabléasí:-Enprimerlugar,deldichoalhechosiemprehaygrantrecho,ymuchomássiloshechossondelamagnituddeéstequeaustedlaespanta;demaneraquelasamenazasdevenirestanocheesosbandolerosadesvalijaramitío,secumplirán…onosecumplirán;ybienpesadoymedidotodo,quizásfuerapreferiblequevinieran,particularmenteparausted,por aquello de que «muerto el perro, se acabó la rabia». En segundo lugar, con laconfesiónqueustedmehahecho,y¡ojaláse lehubieraocurridohacérmela laprimeravezquetopóconsumaridoenlafuente!sinovieneporaquíestanochealiquidartodassusdeudasenunasolapartida,tengotodoloquenecesitosaberparaobligarle,por lacuentaqueletrae,aqueabandoneestacomarcacallanditolabocayabuenandarpordonde nadie le vea, y la deje a usted en santa paz por todos los días de su vida. Demanera que no hay para qué gemir ni angustiarse, como usted gime y se angustia.Déjelo, pues, todo a mi cargo; obedézcame en cuanto yo disponga; comience porarreglarseeltocadoyelvestido,despuésdealegrarunpocolossombríoscelajesdelacara;vuelvaaocuparsedesdeahoraensusordinariosquehaceresconelremangoquesolía;atiendaamitíocomosiempre,ycuidemuchodequeTonanoempieceaponerenduda las disculpas con que, en éstos y otros días de tormenta, ha estado ustedengañandosucandidez.Conqueyaestáustedabsueltadetodopecadoporloqueamítoca;yánimo,yacumplirlapenitenciaquelaacabodeimponer.Con esto la di dos palmaditas en la espalda; logré que las angustias desesperadas deantessetrocaranencopiosoysosegadollanto;incorporósealfinconciertobrío;intentó,ynoseloconsentí,besarmelasmanos;ydespuésdeprometermequeemplearíatodoslosalientosquelaquedabandelossuyosylosqueyolahabíaprestado,enobedecermismandatos,sedirigióalapuerta.Peroyonoséquéviodeprontoenlaluzdelaposento,quese lanzó,conaquella fuerzaquesiempre laarrastraba,untiempohacía,a leer losfenómenosmeteorológicosenlabóvedaceleste,aunodeloscuarteronesdelapuertadelasolana.Allíseestuvounosinstantesdevorandoelespacioconlosojos.Acerquémeyoalotrocuarterón,yexclamóellaentonces:-¡Ay, señordonMarcelo!…Si las señalesnomintieran, ¡quésuerte lanuestra!…¡Miri,miri esas nieblas que abajan por ayí… y por ayí, y por toas partes; miri esi cieluencenizauyescuru;miriaqueyasmotasnegrasdeayáarriba,quesonbutresquepasancaraacá!…Poslounuylootruytooeyuenjuntu,yesefríoqueahoranotoquesesienti,tooesnieve,nievepuraquesecuezyestápacaerdeunahoraaotra.¡SielSeñorymiPadredeloscielosfueratanmisericordiosuquetampocuestavezfallaranlosbarruntus!…Yconestoabandonóelobservatoriosinesperarmirespuesta,ysaliódelgabinetecasibatiendolaspalmasyconunaagilidaddesconocidaenellamuchotiempohacía.Yomequedé¿aquénegarlo?haciendovotosporquelosbarruntosnofallaran;despuésmeditéunratosobrelossucesosquepodríanocurriraquellanoche;yconelesbozodeunplanenlacabeza,dejémicuartoypaséaldemitío.

-XXVI-En aquelmomento entrabaNeluco. Yo no había visto al enfermomás que un instantedespuésdesaltardelacama;nadahabíarespondidoamispreguntasporquedormitaba,y a la escasa luz que entonces aclaraba un poco las tinieblas del dormitorio, nadatampocomehabíachocadoensuaspecto;peroalobservarlenuevamenteyamejorluz,ya me pareció cosa muy distinta. Estaba mucho más anheloso que por la noche, másazuladodecolor,másvidriosodemirada, y, sobre todo,muyatormentadopor la tos ymuyinquietoenlacama.MiréaNeluco,queleestabapulsando,yleíensucarasombríalaconfirmacióndemidiagnóstico.Depronto,nosdijoélconvoztenueysilabeandocasilaspalabraspornoalcanzaramássusalientos:-Hoynomegustopizca,muchachos.Nosmiramoselmédicoyyo,ylepreguntóéste:-¿Porquélodiceusted?-Porquemeencuentropeorqueeldíaenquemásmalomehevisto.-Aprensionesdeusted,-dijeyo,pordeciralgoqueleanimase.-Esohadeversepronto-respondióelenfermo.Neluco,entretanto,continuabapulsándole,oraenunamuñeca,oraenlaotra;arrimóeloídoasupecho,encimadelcorazón,yledescubrióypalpólaspiernashastalarodilla;hízolevariaspreguntasluego,y,porúltimo,sequedóunbuenratoarrimadoalacamaymirándole fijamente, con la cabeza algo caída, como si no supiera qué decirle o loestuvieradiscurriendoenvistade los fenómenosqueobservaba.YoestabaenfrentedeNeluco,arrimadoalacamatambién;yalapuertadelaalcoba,conlosbrazoscruzadosyenpie,comodosestatuasdelamelancolíaydelacuriosidad,Faciaysuhijaesperandoórdenes.Lasprimerasfuerondemitíoparapedir«otraalmohada»,yesoquepasabandetreslasqueleservíandeapoyoparasusespaldasycabeza.Mientras las dos mujeres cumplían el mandato y mullían y arreglaban el montónresultanteparamenorincomodidaddelenfermo,salióNelucodeldormitorioyyotrasél,porunaseñaquemehizo.-Estovaporlaposta-medijo,demodoquenolooyeraelenfermo.-¿Tangravelehallausted?-preguntéle.-Gravísimo -me respondió-. Cuestión de horas más o menos. Así es que si apunta elmenor deseo de confesarse, no se le contraríen por ningún miramiento; y si no leapunta…procurenustedesapuntársele.No ledispongonadanuevo,porque todo seríainútil,inclusolamortificacióndeunacantárida.Lahinchazóndelaspiernas,comoustedhabrávisto,hatomadoestanocheungranincremento…elpropioynaturaldelavancerepentinoquehadadolaenfermedad,quizásporelrápidodescensoquehahabidoenlatemperatura esta madrugada… porque no sé si habrá usted notado que hace un fríodesdeelamanecer,quecortaunpelo.Estodel fríoprodujoenmi imaginaciónun trastruequesúbitode ideas; yolvidandoalenfermo, no me acordé más que de la intentona dispuesta por los tres forajidos paraaquella noche; y así es que pregunté a Neluco con la misma avidez que pudo hacerloFaciaensus«mejoresdías»deespantosycongojas:-¿Creeustedquenevará?-Y de firme -me respondió Neluco-. Todos los síntomas son de una nevada de las máscopiosasyduraderasquesedescuelganporacá.-¿Ycreeustedtambién-insistí-,queempezaráhoymismo?-Comoqueyaempezabacuandoyohevenido-mecontestó-.¡Veausted!Ymecondujoalapuertadelasolana,desdecuyoscuarteronesvimospasar,llevadosporelairecilloglacialquesoplabaafuera,algunoscopos,idénticosalosqueyohabíavistoalempezar la otra novela. Sin embargo, el cielo no estaba tan «encenizado» ni sombríocomoentonces.Asíseloadvertíalmédico,yélmereplicó:-Perotodoseandará,ypronto,no lodudeusted.Por lomismo-añadió-,hayquetenermuchocuidadoconelabrigodeestashabitaciones.Quenofaltedeaquíelbraserobienquemado, de modo que se conserve inalterable la temperatura que ahora hay en elcuarto del enfermo. No ha de sanarle la precaución, ni de mejorarle siquiera, porsupuesto;perohayqueponerdenuestraparte,enbiendeél,todocuantoseaposible…Otracosa:envistade loqueocurre, y,particularmente,de loquepuedaocurrir,haceaquífaltamásgentequeustedes,porrazonesqueenotraocasiónanálogaledi,ypienso

avisar a Mari Pepa para que venga enseguida con su hija… Es posible que le digatambiénalgoadonSabas,paraqueestéprevenidosiquiera.Con poco más que esto y unas advertencias que me hizo concernientes al enfermodespuésdepasarotraratitoasu lado,sefueNelucoyquedémeyosumidoenlasmásendiabladas cavilaciones. El mismo Satanás, puesto a discurrir un conflicto para lacasona,nolehubierahiladotanbiencomoloestabaelqueyotemíaparaaquellanoche,silasamenazasdelbaratijeroserealizaban,onoveníaaimpedirloyarreglarlotodoeldeusexmachinadelanieve,enladosisenquemelahabíapronosticadoNeluco.Porquedeotromodo,«¡VirgenlamiMadreceleste!»,comohabríadichoenigualcasolamujergris.DonCelso,agonizantequizásaaquellashoras,otalvezcadáverya;Litaysumadrea su lado, asistiéndole o rezando por él; Facia en los paroxismos de su reproducidatribulación;tresbandolerosasaltandolacasa,yyo,conChiscoyPitoSalces,atirolimpioconellos,acabandodematarconelsustoamitío,siaúnvivía,yponiendoapuntodemorirdecongojaalasmujeres,adosdelascuales,porlomenos,estabayoobligadoadefender de todo riesgo mientras me quedaran un soplo de vida, un cartucho quequemaroun asadorque esgrimir.Recién oídapormí la confesióndeFacia,mehabíaimaginadoestecuadromuchomássencillo.Chisco,PitoSalcesyyo,armadoshastalosdientesybienapercibidos,enacechoysinrespirar,enlastinieblasdelportalón;unodenosotros abriendo la puerta con las precauciones convenidas en cuanto se dejara oírafuera el silbido del baratijero, y luego los tres, según iban entrando los bandidos…¡fuegoaquemarropasobreellos!Nielprimerpeldañodelaescalerahabíandeprofanarconsupie los infames.Paraqueno se sobrecogierami tío conelestruendo, lehabríaengañadoyoantesconunembustecualquiera:lehabríadicho,porejemplo,quesehabíavistolanocheanteselloborondandolacasaporaquellado,yquepensábamosmatarleen lasaltashorasde la inmediata si volvía.LasagallasdeChiscoydePitoSalcesmeeranbienconocidas,ynohabíaparaquéavisarmásgentenidarcuartoalpregonero.Nos bastábamos los tres para aquella empresa por de pronto: lo demás, es decir, elrecoger los despojos de la batalla, los cadáveres achicharrados y hechos jigote, ya loharía la justicia oportunamente avisada. Y a esto se reduciría todo. Pero con el nuevoaspecto de las cosas, ignorado por los bandidos; con la casa llena de mujeres, y lamuerte,consucortejodelágrimasydeceremoniasyaccesoriospatéticos,enseñoreadade ella, ¡qué perturbaciones y qué escándalos y qué profanaciones y sacrilegios noproduciríaunabatallaenelestragal,atiroseco,consuscorrespondientesblasfemiasyalaridos, y cadáveres ensangrentados y palpitantes! En fin, que si no arreglaba elconflicto la nevada, había para volverme tarumba y tener por cuerda y resignada a lamujer gris en sus recientes apuros. Por lo pronto, y esto me calmaba algo lasinquietudes,habíamuchashoraspordelante;severíaquérumbosibatomandoycómoseportabaeltemporalinsinuado,yquémarchaseguíadurantelamañanalaagravacióndemi tío.Yobienprovistoestabadearmasymuniciones;Chisco también,yami ladovivíaen casa; y aChorcos, ya cuidaría yodeavisarle a tiempoparaque sequedaraavelar con el pretexto del grave estado de don Celso. No dejó de ocurrírseme que, enlugar de esperar a los salteadores en el portalón de la casa, se les podía armar unaemboscada en los peñascos inmediatos a ella, y fusilarlos a mansalva en cuanto searrimaran a la puerta los tres. Pero este plan eramenos «concluyente» que el otro, yestabaexpuestoaquiebrasquepodíansalirnoscarasa losacometedores,pormásquenos asistiera la justicia, según todas las leyes divinas y humanas. Así y con todo, sepesarían y medirían ambos planes si llegaba el caso y en su hora, y se optaría por elmejor.Estoymuchomáslomeditabayovoltejeandomaquinalmenteporelinteriordelacasonadespuésdehaberdespedidoalmédico.Dando,derepente,porbienexaminadoelpuntoporentonces,resolvívolveravercómoandabamitíodesusangustiasmortales.Peronoentréensucuartosinasomarmeantesaunode losvidriosde lapuertaquedabaa lasolana por el comedor. El cielo continuaba obscureciéndose y el chispear de la nieveespesando. Me gustó el síntoma. Mí tío, aunque entre amagos continuos de la tos,parecíamássosegado,ydormitaba.Facia,sentadalejosdeélyatentaacuantopudieraocurrirle,despuésqueyohubecontempladoalenfermoacercándomedepuntillasasucama,medijoconlamirada:-Bienvaeso,¿eh?Aloqueyorespondíconotramiradayungesto:-Delomejor.PerobiensabeDiosquenilapreguntanilarespuestasereferíanalestadodelenfermo,sinoalaspectodeltemporal.Pasarondoshorassinquedentronifueradelacasonaocurrieranovedaddignadeser

notada,yllegaron,perosinelestrépitodecostumbre,Litaysumadreyhastaelpropiodon Pedro Nolasco. Esta peripecia, relativamente alegre, en el sombrío drama que sedesenvolvía, y a todo andar, en aquellos envejecidos ámbitos, me levantó mucho elespíritu.Venían los trespersonajeshondamente impresionadospor lasnoticiasque leshabíadadoNeluco.Elgigante,portodosaludo,meestrechólamanoensilencio,condostremendassacudidasqueapocomedesarticulanelbrazoporelhombro;sunietaysuhija,conlosojosempañados,mepidieron,mientrascomenzabanadesliarselosabrigos,yenvozmuybajaalgotemblorosa,lasnoticiasdecajónsobreelestadoactualdemitío.Díselas,no tanmalascomo lasqueesperabanellas, yesto lasanimóaacercarsemuyqueditohastalapuertadelaalcoba.DesdeallíestuvieroncontemplandoelbatallarquenocesabadentrodelasruinasdedonCelso,entreelsueñoqueleamodorrabaylatosqueseloprohibía,hastaqueserevolvióenlacamaporunodeaquelloschoques,delquesalió medio sofocado, con la boca y los ojos muy abiertos y acopiando el aire pararespirar,hastaconlasmanos.Entoncesseocultaronrápidamente,casideunsalto,enlasalona, y se volvieron ambas hacia mí, que no las perdía de vista, con la pena y laconmiseraciónpintadasenlacara.Atodoesto,donPedroNolasco,depie,rígido,inmóvily silencioso, en el mismo sitio en que se había plantado al entrar. Pasó en breve elacceso,yvolvióelenfermoacaerenelmarasmodeantes…Pero¿quédiablosveíayoenLituca que me cautivaba más la atención en aquellos momentos que el pasmo de suabueloylaangustiosasituacióndemitío?¿Quéhabíaenelladenuevoydeextrañoparamí?Pues, lisay llanamente, las lágrimasdesusojosy laexpresióndoloridadesucarainfantil;yyomepreguntabaencuantosalídemisdudas:«Pero¿cuándoestámásmonaestachica?¿cuandoríeygorjeacomolospajaritosdelmonte,sinpenasnicuidados,ocuandosiente,comoahora,afaltadedolorespropios, lacompasiónquele inspiranlosajenos?»Ynosabiendoporcuáldeestosextremosoptar,quedémeconlosdos,porqueeslociertoque,riendoollorando,estabamonísimaaquellacriatura.Temiendoque la impresionara conexceso la contemplación frecuentede aquel cuadroaflictivo de la miseria humana, tan nuevo para ella, la aconsejé que se abstuviese deentrarenelcuartodelenfermo.Aloquemerespondióconunafuerzaderesoluciónqueseimponía:-¡Puesmirequetendríaquever,señordonMarcelo!…¡Vaya!¡vaya!…¿Piensaquesoyyode melindres, por si acaso? No diré que al principio no me encoja un poco; perodespués… ¡vaya! ¡vaya! Y, por último, para las ocasiones son las valentías; y ahora onunca.¡ElmipobreseñordonCelso!…-Déjela, déjela -me decía casi al mismo tiempo la rozagante Mari Pepa, arrojando elúltimo de sus abrigos flotantes sobre una silla, encima de los que acababa de arrojarLituca-;déjelaqueentreysalgacuandoquiera,queesbuenojacerseatodo,comoellaseirájiciendo,porquelaconozcobien.Alquehayquetenerarayasobreesepunto,esalmipadre.Cayólelanoticiacomounapeñaenlanuca,yaturdiósecomoustéleve.Yonosabía sidejarleencasao traerle;perovile roncerodequedarse soloymuyarrimaoavenirse, y jícele su gusto, que era también el nuestro; porque puestas aquí, podemostardarmásomenosenvolveracasa,ymejorqueenpartealgunaestaráelventuraoconnosotrasdondequieraqueellosea.Loqueestáélesaterecíodefrialdá,¿noescierto,padre?Ymire, en la cocinahabrábuena lumbre, ¿noes verdá,donMarcelo? y estaráustémásapartaodeestas cosasque le amurrian y acobardan, sindejardeestarbienacompañaoconlosqueentranysalen…ydepaso,mire,queañadaTonabuenporquéalollóngrande,quesomostresbocasmás…¡Hija,québobásseleocurrenaunacuandonosabe loquediz,ni tomar los tiemposcomovienen!Conque¿entendióme,padre?…Yausté,donMarcelo,¿quélepaezdeestedisponermío,comosiestuvieraenlamicasa?Todomeparecióbien,hastaelestilo,ylasprecaucionesquetomabaMariPepaparanoser oída del enfermo, y la decisión de Lituca, y, en particular, la cara que ponía paradeclarármela.YomismocondujealacocinaadonPedroNolasco,quesedejabatraeryllevarcomounniñoatolondrado,ylesentéenelsillóndemitío,dejándolealcuidadodeTonaydeChisco,queandabaporallíentonces,conencargodeque leentretuvieranyanimaran…y ledierandecomercuantopidiera, si lopedía.Yovolveríaporallímuyamenudo,ylasseñorasloharíantambiéndevezencuando.Enel ínterin,muchaleñaamanoybuenalumbresincesar.Antesdesalirdelacocina,miréporloscristalejosdelapuertaquedaalbalconazodeaquellafachada,yviquecontinuabanennegreciéndoseloscelajesyqueyablanqueabanunpocolospicachosdeenfrenteyhastalaspraderasdelvalleporalgunossitios.Cuandolleguéalcuartodemitío,yasehabíanapoderadodeélydesusaledañosLitucaysumadre,yenviadoaFaciaasusordinariosquehaceres,pornosernecesariaallísupresencia por entonces. Ordenaban adentro muebles, ropas y frascos y botellas de

potingues;enderezabanfelpudosyalfombrillas,queabundabanenelsuelo;graduabanydirigíanlaluzdeloscuarteronesdelaventanaylaqueentrabaporlapuerta,demodoquenodieradellenoenlacaradelenfermo,yhastalelimpiabanelsudorviscosoyfríoquerelucíaensufrente,ylearreglabanlascoberturasylasalmohadas;perotodoello,lomismoquecuando trabajabanafuera, sinhacer ruidoni levantarpolvoni causar lamás leve mortificación al paciente. Me daba gusto contemplar aquel trabajo de hadasbienhechoras.Mitío,sofocadoporlatos,despertabaalgunasvecesdesuletargo,abríalos ojos, clavaba en nosotros su mirada entorpecida y voraz, y volvía a cerrarlosenseguida para caer de nuevo en su modorra. Cuando se aprovechaba una de estascoyunturas para darle unos sorbos de caldo o la «cucharada» medicinal que «lecorrespondía»,tomábaloentrequejidosybalbucíaprotestasiracundas.Cercadelmediodíasedespejóunpocoynosponderómucholomalqueseencontraba.Llegó en esto Neluco, y ni por cortesía intentó convencerle de lo contrario. Pero leexhortóaque llevara conpaciencia sus trabajos,puesnoestabaobligadoamenosunhombredesufeydesucorrea.Aloquecontestóelenfermo,contodalairacundiaquepudohallarentreelmontóndesuspropiasruinas:-¿Todavíatepaezcosadenálamipaciencia,condenao?Conlamitádeloquetengotequisiera yo ver, mediquín, matasanos de los demonios, a ver qué cara ponías… ¡Pueshombre!…Intervinimostodos,Nelucoinclusive,paracalmarle,ysecalmópronto;peronoapuntólamenor idea de prepararse a bien morir. Sobre este punto venía muy contrariado elmédico.Medijo,aldespedirse,quedonSabasestabaausentedellugar,auxiliandoaunmoribundodeotropueblo,cuyopárrocosehallabaenfermo.Alsaberlolehabíamandadoun propio; pero como hasta el pueblo había muchas varas de camino que medir y lanevadaibaespesandoporinstantes,aunquedonSabasprocuraríanoperderunosoloencuantoseenterasedeloqueocurríaenlacasona,¡fueraustedasaberaquéhoradelatardellegaría,ysillegaríaatiempoya!PornoacercardemasiadoalgigantóndelaCastañaleraalcuadroquetantristementeleimpresionaba, comimos todos con él en la perezosa de la cocina, servidos por Tona,mientras su madre cuidaba del enfermo. No fue aquella comida tan sabrosa para mícomootraqueyonoolvidaba,másqueporlorecientedesufecha,porloregocijadaquela hicieron aquellas dos comensalas que en la última, algo por respeto a la tristeza«oficial»de lacasa,yalgomáspor lapenaque losmotivosdeestatristeza lesdaban,comieron muy poco y hablaron menos. Menos habló todavía que ellas, don PedroNolasco,quenohablópalabra;pero,encambio,¡quéengullirelsuyotanformidable!Antes de que acabáramos de comer, supimos por Facia que el enfermohabía vuelto adormirseyque«eltrapeudelanieveibatanamás,quedabagustu».YomeacordédelaausenciadedonSabasydelafaltaquehacíaalladodemitío,ynorecibílanoticiacontantoplacercomoelquesentíalamadredeTonaaldármela.Según corrían las horas de la tarde, apretaba el temporal y también las ansias delenfermo,queseguíaluchandoconellasaojoscerradosysinconciencia,alparecer,deloque estaba pasando. Bien sabe Dios lo que nos inquietaban estos síntomas y queardíamosendeseosde insinuarle loqueNelucodeseaba,yaquenoseanticipabaélainsinuarlo;pero¿dequéserviríalainsinuaciónmientrasnotuviéramosamanoalCura?Entreestasdudasylasconsiguientesinquietudes,llególanochecerrada,apocomásdelascuatro,conunaterciadenievesobreelvalleyunnevarespesoycontinuoqueyameibaalarmandomucho,porquesuponíaadonSabasencaminoypensabaenlospeligrosque podía correr. Entre tanto la cocina se llenaba poco a poco de gente que acudía asaberdedonCelsoyaofrecerseparatodaclasedemenesteresenlacasaenaquellashoras de prueba, y amí nomedisgustaba verme tan bien acompañado en ocasión detantosapuros.AdonPedroNolascolesucedíalopropio,yhastarompióahablarconloscontertuliosysepermitióciertosvaticinios risueñosacercade laenfermedaddelviejoamigoycasipedazodesualma…precisamenteenelinstanteenquemitíosaliendodesumodorrapertinazydespuésderecorrerlaestanciaconlosojosazorados,dijoentreangustiasdelarespiración,comosinolecupierayaenelpechounaburbujadeairesinhaberledesocupadodeotraigual:-Ahora… ahora es la de irse de veras, hijos míos, y la de prepararme al viaje en todaregla.HacedmelacaridaddedecirlealCuraquelellamoyoparaloqueélsabe…sinoesalgunodelosbultosqueyodistingomalamentedesdeaquí,nosésiporculpadelapoca luz del cuarto, o porque ha empezado a apagarse ya la de mis ojos… ¡Sabas!…¡Sabas!…Todoslosallípresentesoíamosycallábamos,ynosmirábamosunosaotrossinsaberquécontestar.¿CómodecirlequeelCuranoestabaenlacasonanienelpueblo?…Pero¡qué

ofuscación tan absurda la nuestra! ¿Qué inconveniente había en entretenerle lasimpaciencias, respondiendo que habían ido a avisarle y que estaba a punto de llegar?EstoibaaresponderleyoalmismotiempoquemeacercabaasucamaconLitayMari-Pepa,hechasunmardelágrimas,mientrasquedabaFaciaarrimadaalapareddelfondocon los brazos cruzados, la cabeza inclinada sobre el pecho y los ojos, secos,entristecidoseinmóviles,clavadosenlafazcadavéricadesuamo,cuandoéstevolvióaexclamar,peroconunbríoinconcebibleensuestadomiserable:-¡Sabas!¡Sabas!…Enestooíun rudogolpeteo, comoaldesembocardel carrejoen la salona, yalmismotiempounavozquerespondíaaestasllamadasenérgicas:-¡Alláva,jinojo!…Conocílavoz,retrocedídeunsaltohastalapuerta,yviqueporladelsalónavanzabaunbultoque lomismopodíaserun jaralde lamontaña, talycomodebíanestartodosenaquellosinstantes,queunhombrazodelcalibreylostalaresdedonSabas,porqueveníanevadoporlacabezayporloshombrosypordondequieraqueasomabaunrelieve,pormínimoquefuera,ensusluengasyespidasvestiduras;yalandarysacudirsedepropiointento,arrojabaenelsuelolanieveencascadaspolvorosas,comocaedelosmatorroscuandolossacudeyzarandeaelcierzoenfurecido.Salíasuencuentroparaayudarleasacudirseyaenjugarse…yanada,porquededosbativoleossedesprendióde todo loflotantequegoteabasobreél.Asíquedó,enunperiquete,lisoymondodepiesacabeza,esdecir,dechaquetacortayenpelo.Mientrasseibadespojandodeaquellasenvolturasyaccesorios,medecía:-¡Ah! pues gracias a que el tordillo tiene más agallas de lo que paez, y pudo con elespoliquequeamediocamino lecarguéa lasancas,quesino…¡jinojo!dígotequenollegamosvivosningunodelostres;porquenevadashevistoenloquellevodevivir;perocomoésta,¡vaya,vaya!…¿YquélepasaalpobredonCelso,hombre?Cuandoallámelofueronadecir,nomecogiódesusto,porquemeloveníayotemiendodedíaendía.Lopeordelcasofuequeaquelinfelizagonizantenoacababa,ynoeracosadeabandonarleentrancetal…Pues¡cuidadosi ledapornoacabarentodalatardedeDios!…Atodoesto, lanieveespesandoy cerrándose los caminos. ¡Mira túquéocasiónparaponerseeste otro en la agonía!… ¡Si lo que haceSatanás para jincar el diente a las almas, esmuchocuento!Abienquenohasidoelloporfaltadeadvertenciasmías;peroesteCelso,consertanhombredefe,esdesuyotan…Todoesolodecíaya,ycasilogritaba,elbuenodelCuraalapuertadeldormitoriodesuamigo,dondeleinterrumpióeldescosidorazonamientootrallamadacomoladeantes.-¡Sabas!¡Sabas!-¡Aquíestoy,hombre!-respondióelCura-.¡Cuidadoqueestema!…Puesmira,conesasprisasenmejorsalú,nolastuvierasahora…-¡Esoes!-refunfuñómitío-.Paraconsuelodemisajogos,tíñemeyvociférame,¡pispajo!-¡Quétehedereñir,hombre,quétehedereñir!-díjoleentoncesdonSabas,queenfrentede aquellas ruinas miserables del amigo y camarada de toda su vida, no acertaba acontenerloslagrimonesquelebrotabanenlosojos-,¡nicómotehedevociferar!…¡Puesbuenoestaríaello,jinojo!…sinoque,comohevenido,pudenovenir,porcausadefuerzamayor. ¡Y figúrate tú entonces! ¡figúratelo, Celso!… Vaya -añadió interrumpiendo deprontosudiscursoypasandolamiradaporelcuartoyacentuándolaconunmovimientode susbrazos,muy significativo-: aquí sobran todosmenosel enfermoy yo; porque loquevaapasarentrenosotros,noadmitemástestigoqueuno,queeselSeñoryjuezdevidasyalmas.SalimoslosquesobrábamosycerródonSabaslapuertapordentro.Yonoséloquepasópor mí entonces; pero declaro que me sentí muy conmovido y que hasta lloré,disimulándolomucho,comosifueraunadebilidadindignadeloshombresfuertes.¿Procedían aquellas lágrimas vergonzantes del contagio de otras más francas? ¿Eranarrancadasdemicorazónporlapenadeveraaquél,miparienteenestadotanmíseroycompasible? ¿Me lasproducíaaquella raraescenaqueacababadepresenciarentreelCura y el enfermo, a través de cuya tosca urdimbre se dejaban ver fondos y lejaníasadmirables?Quizáshubieraenellasalgodetodosycadaunodeestosingredientes;peroelhechoesqueyolloraba,aunquenotantocomolasmujeresqueseagrupabanjuntoamí, mientras iban entrando de puntillas en el salón en que estábamos muchos de lostertulianosde lacocinaquesehabíanamontonadoenelcarrejodespuésde la llegadadelCura,transidosdepesadumbre…ydecuriosidad.LaluzqueFaciahabíaencendidoenlalamparilladeldormitorioalsalirdeél,yqueaúnconservaba en lamano, iluminabaunpoco aquellas fauces entenebrecidas; y así pude

entreverlas atascadas, materialmente, de figuras apiñadas y oscilantes que mirabanhacianosotroscon impacienciasvoraces;yaunhubiera juradoyoquealláenel fondo,detrásdetodalamasa,peroalzándoseuncodosobrelacabezadelmástalludo,relucían,como dos linternas en un túnel, los ojazos verdes y saltones del gigantón de laCastañalera.

-XXVII-AlcabodeunbuenratomepidióMariPepamuchascosasque,asu juicio, ibanasernecesariasallímuypronto.Yo,delegandoenellayensuhijacuantasatribucionesteníaenlacasa,lasentreguélaspocasllavesqueguardaba,ymandéaFaciaquesepusieraasus órdenes con las restantes. Para despachar bien y pronto lo que proyectaban, eraindispensableque se volvierana la cocina los tertulianosque,dispersosporaquí o enrebañosporallá,todoloobstruían…yapestaban,ynohabíamaneraderevolverseentreellos. Hízose así al punto por mi mandato, y empezaron las dos mujeres a saquearalacenas,armariosycajones.Faciaguiaba,yyoseguíacomounautómataalastres.Mientrasdesvalijabanelúltimocajóndelacómodademicuarto,seabriólapuertademitío, y apareció don Sabas en el hueco. Noté que salía lloriqueando, y corrí hacia éltemiendo que ya hubiera concluido todo allí; pero desde medio camino oí toser alenfermo, y esto me tranquilizó. Salióme al encuentro el Cura, y me dijo, mientras sesecabalosojosconunpañuelodeyerbas:-No se puede remediar, ¡qué jinojo!… por más avezado que uno esté a contemplarmiseriasyacabacioneshumanas…Porquehaycasosycasos,señordonMarcelo,yéstees uno de losmás duros de pelar para el pobreCura. Sesenta años de vivir,más quecomoamigos, comohermanos, y cadacual en suministerio… ¡y cuidado siha sidodealturaelsuyo!…algorejundeenlaentraña…mepareceamí…Deprontodizelotroalunode ellos: «vaya, pues yomemarcho…yparano volver: conque ajústame tú estascuentasquetengoquedaraDios,portumediaciónmesmadelomuchoqueledeboydelopocoymalquelehepagado…yahítequedas,viejoysolo,hastaquetelleguelatuya,quenopuedetardarporquedeviejonadiepasa;yyaverásloqueesjallarteundíayotrosin el amigo de siempre, que parecía ya carne de tus carnes y llenaba todo el lugar,aunqueenélnoseleviera…»Yvayausté,porotraparte,asabersialllegarladeuno,lecogerá así o le cogerá asao, porque la carne es flaca y Satanás no duerme, y si, portomasopordacas,tampocovolvemosaencontrarnosenelotromundo.Porqueélvabiende equipajes… ¡eso sí, jinojo! y derecha como un juso ha de subir la su alma. En lohumanonopuedepresumirseotracosa,conlapreparaciónqueélhahecho,despuésdeunavidadecaridad,queyomesédememoria…Enfin,quedeéstaseva,yquenohayquedormirseparadisponerle todo loque le faltaenel tranceenqueseve…Hayqueviaticarleenseguida,yparaellomevoya la iglesiaahoramismo.AdviértaseaquíparaqueseespereaDiosconlapompaqueseledebe.Se habían llevado sus talares a la cocina para secarlos a la lumbre; y al ir el Cura arecogerlos, hizo a la gente congregada en ella la misma advertencia que a mí, y laarrastró luego consigo, menos a Chisco y a Pito Salces, a quienes ordené yo que sequedaran«vigilandolacasa,porloquepudieraocurrir».Ociosolujodeprecaucionesaaquellashoras(cercadelassiete),conunanocheoscuracomobocadelobo,cayendolanieveapuñados,yconunosrugidosdelvendavalhacialamontaña,quedabanmiedo.Sin preocuparme gran cosa del pobre Marmitón, que se quedaba solo otra vez,repantigado,mudoyatónitoenelsillóndemaderaymuyarrimadoalfuego,volvímealcuarto demi tío para ver lo que pasaba en él después de la salida de don Sabas. Yaestaba desconocido todo aquel interior, y aún continuaban transformándole pormomentoslasdoshadasdelacasona.Enlacamadelenfermo,lacolchadedamascorojodelosgrandesdías,yvueltosobreella,elamplioybordadoembozodeunasábanadelujo; lasalmohadas,confundasdegrandesguarnicionesmuytiesasyescaroladas,yelenfermomismo, concamisola limpia, calentadapocoantesalbraseroy sahumadacontomillo, sobreelespesochaquetónelásticoque leabrigabael tronco; juntoa lacama,unaalfombraenlugardelfelpudodesiempre;encimadelacómoda,cayendoenairosospabellonespor los lados,otracolchade lasbuenasde lacasa,y sobreella,esperandomejordestino,elcrucifijodemarfil,seiscandelerosdeplata,unvasoconaguabenditayunramitodelaurel.Cuando yo llegué, se ocupaban las dos mujeres, que parecían tener diablillos en lasmanos,ensustituir,ayudadasdeFacia,eltrastoviejoquesiempreestuvoalacabeceradelacama,conunamesitacuadrangularsacadademigabinete,dondelausabayoparaleer y despachar mi correspondencia. Ofrecíles mi ayuda para aquella faena; pero ladesdeñóLitaconungestecillomuyintencionadoydosfrasesdecortesíaparatemplarle.MientrasFaciasellevabaelachacosoartefacto,tendieronellassobrelamesaotracolchade damasco rojo, y sobre la colcha una muy blanca sabanilla con randas de muchos

calados; luego trasladaron de la cómoda a la mesa el crucifijo de marfil, cuatrocandeleros y el vaso con agua bendita y el ramito de laurel; enseguida otra alfombradelantede lamesita;después todas las tirasy ruedosqueseencontraronpara formaruna senda tan larga como se pudo; cuatro vapuleos a las sillas antes de ponerlas enorden;unostoquecitosmásalasropasdelacama;unamiradadesdelejosalconjuntodetantasytandiversascosas…yyaestabaaquellodespachado.Mi tío, entre tanto, jadeando y tosiendo y pasando entre los dedos sarmentosos de sudiestracuentasymáscuentasdelrosario,yrezaquerezaentredientes,sindarseporenteradodeloqueocurríaensuderredor,nicontestarmásqueconungestoavinagradoalamenorpreguntaqueselehiciera.Antesdemorirconelcuerpo,estabayaenelotromundoconelespíritu.DeDiosera,aDiosibaysólodeDiosesperaba.Terminadolodelcuarto,seemprendióafueraotralabormáspeliaguda,paralaquenobastaronlasmujeressolas.MariPepaesparcíaenelsuelo lascolchasypañolonesquehabíanacopiadoenelsaqueoyandabanenconfusomontónsobrelassillas;Litaescogíay combinaba colores y tamaños, y Pito Salces y yo, encaramados en muebles de lanecesaria altura, clavábamos en las paredes, y tan arriba como nos era posible, contachuelas,conpuntas…hastaconclavos«trabaderos»ycuantohabíamospodidohaberalasmanosenunamechinaldelabodegaenqueacumulabaChiscolasreservasdeestaespecie, lo que la diligente y afanada nieta del gigantón de la Castañalera nos ibaalargandoconsusmanitasprimorosas,delodesparramadoporelsuelo.Alandarrayandoconlamediatarea,eltañidodeunacampana,desigualeintermitente,oraremoto,oracercano;comodébilquejidodeagonía,unasveces;vibranteyclamorosootras, según los caprichos del viento encajonado y revuelto en las estrecheces yencrucijadasdelvalle.Eraelprimertoque«aadministrar», laseñalquesehacíaenlaiglesiaal vecindariopara los finesque sabíaél.Un ratitodespués, calló la campanayllegarondoshombresconsendosbrazadosdevelasydeciriosquemandabaelCura,pordelante. Venían enjutos de tobillos arriba, peromuy espelurciados y «ardiéndoles» lasnarices y las orejas; porque, según declararon, aunque había cesado de nevar,continuaba soplando el cierzo, más frío que la misma nieve. Si mal no nos parecía,quedaríanseallíya,puessobreestarseguros«dejallaralSeñor»enelcamino,sivolvíana tomarelde la iglesia,noestabaelpedregal,con lacapadenievequeteníaencima,paramuchassubidasybajadasporélsinunaurgencia.Asentimosdebuenaganaatancuerdoparecer,yquedáronseloshombres…hastapasmadosdel«visualpomposu»queibantomandolospasadizosylaescaleradelacasonaconlafaenaquenoshacíasudar.Continuámosla, sin embargo, con nuevos bríos, pero a puntada larga, es decir,enrareciendoloscolgajos,porqueyaseoíaotravezel toquedeantes,señaldequesehabíapuestoencamino loqueesperábamos,améndequenoandábamos sobradosdetelasnide«herrajes»paracubrirtantasparedes.Para vestir los desnudos suelos del tránsito, discurrióLituca sembrarlos, y los sembróellamisma,depenquitasolorosasdelaurelqueabundabaenlasgrietasdelospeñascosdeenfrente.Yaúnlaquedótiempoparasahumartodalacasaconromeroymejorana,quemadoporellaenlasascuasdelbrasero,llevándoleChiscoyPitoSalcesentremanospor salas, pasillos y escaleras. Después, velones, candeleros, palmatorias y candiles,iluminando hasta lo más obscuro y remoto; el cuarto de mi tío, con las seis velasencendidasya,rechispeandolaluz,yelbrazadodeciriostraídosdelaiglesia,ardiendotambién al cuidado de los dos hombres encargados de darles a tiempo el destino quetenían;Marmitónencuadradoenlapuertadelacocinaymirandoalcruceroiluminado,sinatreverseadarunpasohaciaél;MariPepayendoyviniendoportodaspartes;suhijadandolosúltimostoquesalcuadrogeneral;Tonasinchistarypasmadota,cercadedonPedroNolasco; Pito Salces y Chisco, en el estragal, con sendos cirios ardiendo, en lamano;mi tío, con losojosentreabiertos, recostadocontra lasalmohadasy rezandosincesar;Facia,consumejorvestidonegroyatentaaloquepudieranecesitarelenfermo,juntoa lapuertade su cuarto, depie, inmóvil ymelancólica; la campanade la iglesiatañendoacompasadamente;el silenciocasiabsolutoen losámbitosde lacasona,yyo,clavado como una estatua en el salón dominando con la vista el aposento demi tío yhasta el crucero del fondo del pasadizo, observándolo todo, oyéndolo todo, y presa deunaemociónque,porlocomplejayextraña,nomepodíaexplicar.Depronto,unavoz, ladeTonaqueseasomabaamenudoa lapuertadelbalcónde lacocina,gritódesdeelfondodelúltimocarrejo:-¡Yavienin!Cubriéronse entonces apresuradamente la cabeza lasmujeres; tomamos cada cual unciriode losquecuidaban losdoshombres,ydímosleotroadonPedroNolascoquesehabíamovidohaciaelgrupo;y siendoyoparteprincipalísimadeél, conél lleguébien

pronto,atodoandarycasiarrollandoalaturdidogigante,albalcóndelacocina.Nosolamentehabíacesadodenevar,sinoquetambiénsehallabaelvientoencalmado;y,porunaventurosacasualidad,porunrasgónabiertoenlaespesuradelosnegroscelajesasomabalalunallena,derramandosuluzpálidasobreelblancotapizdelvalleylosmásaltos picos del brocal de montes que le aprisionan. En otras circunstancias mejores,acasomehubieradetenidoaconsiderarloquemásmeadmirabaysorprendíaenaquelextraño panorama, y hasta qué punto se parecía aquella fantástica realidad a losnumerosos «efectos de luna»que yohabía visto pintados en lienzos y cartulinas; pero¡buenoestabaentonceselhornodemicabezaparapastelillosdeaquelarte!Yaunquelohubiera estado: necesitaba la atención para otro espectáculo queme la solicitaba confuerza irresistible. Y fue que apenas abocado a la puerta del balcón detrás de lasmujeres, vi que, surgiendo de las tinieblas, iban apareciendo como fantasmas ycoronandolaalturadelpedregal,dosfilasdebultosnegros,juntoamuchosdeloscualestitilaba oscilando una lucecilla triste y acobardada, como si ardiera detrás de loscristalejosdeunfarolucoroñoso.Cuantomássealargabanlasfilashacialacasona,másbultossurgíandelaoscuridaddelagriodeclive.Selesveíamoverse;peronoseoíansuspasossobreelásperosuelonevado,nialterabanelsilenciodelaNaturaleza,queparecíahaberenmudecidoderepenteporrespetoaloqueestabapasandoallí,otrosruidosquealgúnmurmurio de tarde en tarde, comode rezo coreado, y el tañido constante de lacampanadelaiglesia,repetidoyaporeldébiltintineodeunacampanillademonagoqueaúnnohabía surgidode laoscuridad.Deprontoaparecióen laalturaunbultomenorquelosotros,conunfaroldedosluces:ésteeraelmonagodelacampanilla,yhastaseledistinguíaen lamanocuando la sacudíaparaque sonara.Detrásdelmonago,otrosdosbultosconsendosfarolestambién;yenmediodelosdos,elpárrocodonSabas,decapa pluvial y debajo de un paraguas muy grande (regalo, por cierto, hecho por mipadre,siendoyomozueloaún,a la iglesiadeTablanca);y,porúltimo,detrásdelCura,todavía más bultos con luces surgiendo de la vertiente sombría. Entonces cayó derodillasMariPepaqueestabadelantede todos,yexclamóconvozentera,mientrassellenabandelágrimassusojos:-Engraciaterecibaelalmaquetedesea.Yomehinqué también, y con la cabezahumillada, repetí enel fondodemi corazón laplegariadeaquellanoblemujer.Pocodespuésvolvíamostodos,conservandoaúnlashachasencendidas,ymáscorriendoque andando, hacia el crucero. Allí estaba ya Neluco, que se había disgregado de laprocesiónconalgunoshombresdelosmásapegadosalacasa,proveyéndolosdeciriosyseñalándolespuestosenelpasilloyalolargodelaescalera;aLitayasumadreselosdioalapuertadelasalona;«yusted,conmigo,alládentro»medijo,conduciéndomealmismo cuarto del enfermo, del que no se había apartado Facia un instante.Preguntámosle si se encontraba bien; respondió que «como nunca jamás», aunque nohallabaensuspulmonesingurgitadosalientosparadecirlo;arrimámonosalapuerta,yallíesperamos,comodoscentinelas inmóviles, loqueempezabayaa llegarysesentíahaciaelestragalporelruidodelasalmadreñasoalgunapalabraqueotraamediavoz,yenlaescalerayenelpasillo,porelsordogolpeteodelaspisadasconescarpinesenlosinseguros tablones del tillado, y el resoplar inconsciente de tantas respiracionescontenidasalafuerza.Igualquecuandosevallenandodeaguaunavasijapuestadebajodel caño de una fuente, por elmatiz de los sonidos se conocía por instantes cómo secolmabandegenteloscarrejosyelsalónyelgabineteytodoslosrinconesyescondrijosfranqueablesdelacasa.Alfinseoyóenelestragallacampanilladelmonago,ycasialmismo tiempo la voz potente de don Sabas rezando algo que no se entendía bien;después enmudecieron uno y otra, y se percibieron claramente las recias pisadas delCuraydelosqueleescoltaban,sobrelospeldañosdelaescalera;alabocaralcrucero,lospasosmásdistintosyotrorezodedonSabas;losqueaúnnoestábamosderodillas,nos hincamos, y los pechos, oprimidos ya por el peso de aquel cuadro imponente…desahogáronse en suspiros o en sollozos entrecortados, que fueron recorriendo, comonotafúnebrellevadaporelaire,todoslosámbitosdelacasona.HastalapuertadelsalónnovolvióaoírselavozdelCura:allíresonóotravez,declamando,reposadaypatética,esteversículodelMiserere:Ecceenimininquitatibusconceptussum:etinpecatisconcepitmematermea.A los rumores de antes sucedió el silenciomás profundo; y avanzando don Sabas conmesuradoandar, lamiradapuestaenelbordadorelicarioquecontenía lasdosHostiasconsagradas,rodeadodelucesqueresplandecíanenelorodesusvestidurasyprecedidodeMari-Pepa,deLitaydelmonago,llegóalapuertadondenosotrosesperábamos,yallí,deteniéndoseunosinstantescomoparadarmayorsolemnidadasuspalabras,rezóeste

otrosalmo:Ecceenimveritatemdilexisti:incertaetocultasapientiaetuaemanifestatimihi.Entonces el enfermo, tembloroso y lívido, cruzó las descarnadas manos, humilló lacabeza sobre el agitado pecho, y con una voz que parecía salir del fondo de unasepultura,respondióalaspalabrasdelsacerdote:Avertefaciemtuamapecatismeis:etomnesiniquitatesmeasdele.Aquí dio fin y término otra vezmi ya vacilante serenidad, y el «nudo» queme estabaoprimiendolagargantaratohacía,trocóseenhumorbenéficoquemeempañabalosojosycrecíaporelcontagiodel llorarde lasmujeresquemeacompañabanenelcuarto,yque,alfin,llegaronacontaminaraNeluco,médicoytodo,mientrasvolvíaaoírseafuerala nota triste de antes recorriendo los grupos y lasmasas de aquellas compungidas yhumilladasgentes…HastaquevibródenuevolavozdelCura,ytodocalló,comosihastaconelrespirarseprofanara laaugustasolemnidadde loque ibaasucederallí…comocreeríayoprofanarlosimeatrevieraaextraersurecuerdodelsagradodelamemoria,donde lo guardo indeleble, para describirlo con mi pluma torpe y grosera en estemiserablepapel.Nohademerecermeigualrespetoalgodelohumanoqueallípasóporcomplementodelcuadroquetantoteníadedivino.Estopuedeydebeser,yaquenopintado,quenodanparaempresatanaltaloscoloresdemipaleta,mencionado,porlosmenos;yvayacomoejemplo aquella exhortación final de don Sabas a la paciencia, al recogimiento, a lagratitud a Dios, del enfermo; cómo empezó encarrilado en las fórmulas trilladas delritual,ysefuedescarrilandopocoapocoyentrándoseporlassendasdesupropioestiloy particulares sentimientos; cómo de esta manera se confundían y enredaban en laexhortación,el lenguajesolemnedelsacerdoteconel familiarde lapasióndesbordadadelamigocariñoso;cómollegóaresponderlemitío,yaparaprotestarnuevamentedesufeacendrada,desuresignaciónsinlímitesydesuconformidadabsolutaconlosdecretosdeDios, yaparaquejarsemansamentedequepudiera serpuestoen teladedudapornadieelcumplimientodeéstossusdeberesdecristiano;cómolereplicódonSabasparatranquilizarle sobre tan delicado particular, al que en modo alguno había intentadoreferirse él, cómo, enredados en este singularísimo diálogo, ya no hablaba el Cura enimpersonal, y llegaron a tutearse los dos; cómo en la llaneza de este estilo tocaronpuntosdesumoalcancepiadoso,ysedeclaródonSabasenvidiosodelasuertedemitío,a quien tantos, muy erradamente, compadecían entonces, y se dieron mutuas paces,poniendoportestigodelacordialidaddel impulsoa«aquelDiossacramentadoqueallíestabapresenteencuerpoysangre»;cómo,alfin,bajándosemuchoelCurayalzándoseunpocomitío,seconfundieronlosdosenunabrazo,llorandodonSabasyahogándosede fatiga el pobre enfermo conmovido; cómo con estos actos y aquellos dichos, eltorrentedesollozos,malcontenidoafuera,sedesbordóportodalacasa,ytratóNelucodecerrarlapuertadelcuartoenquenosencontrábamosparaquemitíonolooyera,ycómoésteseloimpidióconsorprendenteenergía,ymandóquesefranquearalapuertaa cuantos cupieran adentro para darles el último adiós; cómo hubo que complacerle,aunqueyanopodíamosrespirarnilossanosenaquellaestancia,ycómosedespidiósinretóricassentimentales,peroencristianopuro,sindejardeseraldeanoneto,acabandopordecirles:«Silloráisporqueperdéisloquehesido,Diosvoslopagueenlamedidadelconsuelo que me dais con ello; pero si vos duele mi muerte por la falta que he dehaceros,malllorado,porqueaunquemevoy,aquívosdejoquienharámisveces,yhastaconventajaparavosotros.Venacá,Marcelo.(Acerquémealacama,hechoundoctrino,torpe y desconcertado. Luego añadió él,mostrándome almontón de tablanqueses quehabíaninvadidolahabitación):Éstees;delamisangreneta,yamoyayseñordeestacasa.Devosotrosdependedesdehoyquesea,no loqueyohesido,quebienpocofueello, sino todo lo que debí de ser. Para él todo vuestro respeto y vuestra lealtad dehombreshonradosyagradecidos,yparamí…quepidáisaDiosdevezencuandoporelbuenparaderodeestaalma,apuntoyadesubira juicioensudivinapresencia.Yconesto,hijosmíos,ylabendicióndeunpadreviejoymoribundo…¡hastalaeternidad!»Estambiéndemencionarsecómolerespondieroncongemidosylágrimasaquellasrudasybuenasgentes,pornohallarensuslenguaspalabrasconqueexpresarloquesentían;y cómo, finalmente, puso término a esta escena don Sabas acercándose a adorar yrecogerlaFormaconsagrada,ysonóotravezlacampanilla…ysaliódelcuartoydelacasaelSeñorde losseñoresyReyde losreyescon lamismasolemnidadyreverenciaconqueenellahabíapenetrado.

-XXVIII-EnunpieandabaelCuraconlocuidadosoqueletraíaloextremoydesesperadodemitío, y, sin embargo, cuando llegó a la casona resuelto a no salir de ella mientras alenfermolequedaraunsoplodevidayaélunasola funciónque llenarasu ladocomosacerdoteocomoamigo,yagruñíaeltemporalenlamontañaydescendíalanievesobreelvalleenespesosremolinos.Esdecir,quesólohabíanduradola«escampa»yelsosiegoloestrictamentenecesarioparaquefueraDiosalacasonadesdelaiglesia,yvolvieraalaiglesiadesdelacasona;milagropatenteenopinióndeFacia,ynopuestoendudaporlosquedepartíanconellasobreelcaso.Entró,pues,elCuracomo lavezprimeraenaquellanoche,sacudiéndose la ropapara«desnevarse»;arrojóelcapotesobreloprimeroqueselepusopordelante,yllevandoenlamanounsaquillodecolor,cerradoconunajareta,secoló,sindetenerse,enelcuartodemi tío, que sólo parecía vivir para esperarle. Encerráronse allá los dos; ymientrasandábamosenlasalonalosdesiempre,deaquíparaallíyenderredordelbrasero,sinsaberquédecirnosnienquésitioniparaquédetenernosnisentarnos,oíayocómoibanpasando desde la escalera gentes y más gentes hacia la cocina, donde continuaba elgiganteconsternadónyarrimadoalalumbre,peroconmuchasganasdecenar.Porquelasfuncionesdecomerydigerirnoseregíanenaquelhombrazoporlasgrandescrisisdelespíritu,sinoporunaleymecánica.Necesitabacomer,muchoyamenudo,comolamole ruinosa necesita el puntal para no desplomarse. No obstaba aquel insaciableapetito de su estómago para sentir el pobre hombre desfallecido de pena su corazón.DeplorabalamuertededonCelsocomotodosycadaunodelostablanquesesquemáshubieranestimadosusprendas,ylallorabatambiéncomoamigo;peroledolía,ademásysobretodo,porlaedadqueélcontabayporloviejoyarraigadodesuintimidadconelque se iba. En alturas semejantes, cada amigo de esos que se va, es un sillar que searranca en los cimientos de la vida del que se queda; y don Pedro Nolasco no habíatomadoenseriohastaaqueldíalodelamuertedesuamigo,aquienporsucarácterycorrea consideró siempre «incapaz» de morirse. También le dolía en el alma unaseparación así, sin despedida; pero no tenía valor para intentarla, y nosotros nosguardábamos muy bien de estimularle a vencer sus resistencias: al contrario, lemanteníamos en ellas pintándoselas comomuy justificables, y encomendábamos a losque de ordinario le acompañaban en la cocina la caritativa labor de entretenerle yanimarle, comohacíamos amenudo elmédico y yo conMari-Pepa y Lituca, que no leperdíandevistanidesconocíanlaimportanciadeaquellacrisisexcepcional,aunaedadyuntemperamentocomolossuyos.Deestoprecisamentesehabía llegadoa trataren lasalona,cuandoseabrió lapuertacerrada antes por elCura y apareció éste con sobrepelliz y estola preguntandopor elmonaguillo que había venido con él y debía de andar por la cocina. Corrió Facia aavisarleyentramoslosdemásenelcuartodelenfermo,enloslinderosyadelaagoníayconlosojosclavadosenuncrucifijocolocadoporelCuraparaesoalospiesdelacama.Vinoelmuchacho,y,consuayuda,administródonSabaslaExtremaunciónalmoribundo.LlorabaMariPepaysollozabaLitucamientrascolocabansobreél todas lasmedallasyreliquias que había en casa con indulgencia plenaria para la hora de la muerte;lagrimeaban callandomuchos de los que habían acudido de la cocina con elmonago;rezábamostodosrespondiendoalasoracionesdelCura,yenlosintervalosdesilencioseoíanalavezelrespirarestertorosoyagitadodelagonizante,yelzumbidodeltemporalentrelasespesurasycañadasdelosmontes.Aesteactoimponentesiguióotroquenoloeramenos: la recomendacióndel alma, leídaenvoz clamorosapordonSabas, con losconsiguientesrezosenquetodostomábamosparte.Yestofuelargo,muylargo,puesquellegóamedirseporhoras,conalgunosdescansosbreves,duranteloscualessemovíanoserenovabanmuchosdeloscongregados,andandodepuntillasydevorandosuspirosysollozos, y volvía a oírse adentro el estertor acompasado del moribundo, y afuera elmugirdelosvendavales.Porelfúnebrecoloridodelcuadro,porlalentitudensudesarrollo,porelexcesomismodelaatenciónconqueyoleseguía,lavisióndelamuertecontodosucortejodetristezasseenseñoreódemídetalarte,quemásquesentirlayestimarlaenlaregióndelasideas,meparecíaolerlaypaladearla;confundíayalassensacionesmoralesconlosquebrantosdelorganismo,yelcolorylasfigurasylossonidosdeltristecuadrocaíanagolpessobremicerebroymelecontundíanyfatigaban.Elinstintodelavidameexcitabadevezencuandoarespirarotroambiente,acontemplarotra luzyarenovarelespírituenotros

horizontesmássaludablesqueaquéllos;ypaseandolavistaporlosmezquinostérminosdeaquelrecintofúnebre,acababasiemprepordetenerlaenlacaradeLituca,enlaquecuantomássegrababanlossurcosdesuslágrimas,másderelieveponíanlafrescuradesujuventud.Yeramuydenotarsequenohacíanmisojosunviajedeesos,sintoparconlossuyosenelcamino.¿Estaríalapobresubyugadaporlospropiosinflujosybuscaría,por instinto también, los mismos asideros que yo? Es muy posible, porque paraentramboseraigualmenteaflictivoydesconsoladorynuevo(paramíalomenos)aquelespectáculo.Nuevo,sí,porqueenlosrecuerdosqueyoguardabayguardoenlamemoriadelpasodelamuertepormihogar,nadahabíaqueseparecieraenlosprocedimientosnienlosdetallesnienlosaccesoriosaaquellalenta,crueleinexorablelabordestructora;aaquel acabamiento de un hombre fibra a fibra, en lo recóndito de un caseróndestartaladoyembutidoenunarendijadelacordilleracantábrica,yalamortecinaluzdedosvelucasdecera,mientraszumbabayrugíalanevascaenlastenebrosassoledadesdelcontorno.PeroLituca,derodillasyrezando,comosumadre,volvíarápidaaclavar lavistaenelcrucifijo, como el sediento caminante los labios en el caño de una fuente, y asírefrigeraba y fortalecía su espíritu en cada desfallecimiento que le causaba aquelincesantebatallardelamuerteparaacabarconunavidaquetambiénhabíasidorisueñayjuvenilcomolasuya.Nodejabayodeacudiralamismafuentequeellaendemandadelosmismosalientos;peroahondabanmuchomáslasraícesdelavidaen,minaturalezacurtidade las intemperiesdelmundo,queenelorganismotiernoyvirginaldeaquellacriatura, y por eso no resultaban iguales en los dos los frutos de un mismo esfuerzomoral.Deprontoseprodujounfenómenoenlaagoníadelenfermo.Abriólosojos,clavólavistaenel crucifijo ymovió lasmanoshaciaél.EntendióledonSabas,púsoseleentreellas,acercóleélmismoasuslabios,seabrazóalacruz;yconestoyunsuspiromuyhondo,entregóaDioselalma.¡Extraña coincidencia! Al indescriptible rumor de los últimos alientos de mi tío,respondióenelactodesde la iglesiaelprimer tañidode lascampanasquedoblabanamuerto por él. Otro «milagro» que jamás quiso explicarse Facia por la oficiosaintervención de algún mal informado tertuliano de la cocina, en la incesantecomunicaciónquehuboaquellanocheentreellayelpueblo,noobstanteloduroyhastapeligrosodeltemporal.Conaqueltristedesenlacedetodoeldía,losinsegurosdiquesquehabíanmantenidoalapobresirvientadevorandoensilencio lashielesdesupesadumbre,sederrumbarondegolpe,ysalieronentorrenteslaslágrimasylosgemidos.Parecíanohaber,enlohumano,consueloparaella,nifuerzascapacesdearrancarladelbordedelacama,dondebesabalasmanosyertas«delsuseñor»,yponíaaDiosportestigodelomalquelehabíapagadoenvidalosbeneficiosqueledebía.Ysucedióloqueeradetemerse:elestruendodeestaexplosióndedoloresprofundamentesentidos,sefuepropagandoportodalacasa,enlacual acabaron por llorar a gritos también hasta los que no habían pensado llorar deningunamanera,yloslazosdeladisciplinaydeloshumanosrespetos,muyrelajadosyadurantelaagoníadelpatriarca,acabaronderomperseconestedescomunalyplañiderovocerío: invadieron la estancia mortuoria gentes que en tropel brotaban de todos lossenos del caserón, y todas querían ver al muerto, y todas le veían al cabo, y todasllorabanygemíandespuésmásreciamenteporelespantodehaberlevisto.Yo no sabía, en tanto, por dónde me andaba, ni dónde ni cómo tenía la cabeza. Porfortuna, donSabas yNeluco se apoderaronde la dirección de todo y comenzaronpordespejarelcuartoylasinmediaciones;pusieronlasseñorasamicuidado,yaPitoSalcesyaChiscoasusórdenesen lasalona,ysequedarondespuéssolosyapuertacerradacon elmuerto…Y aquí es donde comienza la verdaderamaraña de esbozos, de notassueltas de color, de perfiles extraños ymanchas sombrías, que guardo en lamemoriacomoimpresióndelcuadrodeaquellanocheinolvidable.Creoque,conánimodeveralgigantedelaCastañaleraantetodo,fuialacocina,enlaquenocabíalagente;quesupliquéalos«sobrantes»queseretiraranadescansarasuscasas, yaque,desgraciadamente,noerannecesariosallí susbuenos servicios, yhastaqueconseguíengranparteloquepretendía;recuerdoquehalléaMari-Pepayasuhijaconvenciendoalhombróndequelascosashabíanparadoenloqueacababandepararporquenohabíaotrocaminoparaellas,ydeque,comoyanoteníaremediolosucedidoyélsehallababiencenadoyenbuenacompañía,éralemuyconveniente,paradescansaryendulzarlospensamientos,acostarseenlacamaqueseleteníapreparadaybienlejosdelosruidosde«lootro»;quenocostógrantrabajoconvencerle;quesedejóconducirauncercanodormitorio;queseacostó;quelehicimoslatertuliahastaqueleacometióel

sueño,yquesedurmiócomountroncoyledejamosroncando.Después…¿quéseyo?…elcuartodemitío;lacama,desnudayadelujos,enelcentro,ysobreellaelcadáverafiladoyamarillo,amortajadoconhábitofranciscano,porquedesdeeltiempodelaexclaustraciónnuncafaltóacopiodeellosenlacasonaparatrancescomoaquél;alrededordelacama,blandonesardiendo;hacialacabecera,donSabas,oMariPepa,oFacia,ocualquier tablanquésde losde lacocina…oyo,derodillasyrezando;ChiscoyPitoSalcesalcuidadodelasluces;Nelucorociandosuelos,mueblesyropasyfelpudos conun líquidodesinfectante, ypor la ventanaentreabierta colándoseunairefríoysutil,ytambiénelzumbidolejanodelvendavalymásdeuncopodenieve…Litaysumadreenmigabinete,arrebujadasenchalesytoquillas,conlospiessobrelacajadelbrasero…Mari Pepa acercándose de puntillas y asomándose a la alcoba de su padrecuando cesaban sus ronquidos estentóreos; mi tema, ya maquinal, de aconsejar a lasseñorasyalCuraqueseacostaran,ydurmieranydescansaran;laresistenciadetodosacomplacerme,aunquelapobreLitucaseestremecieradefríoenocasionesynopudieralevantar lospárpadosenrojecidos…Quecenaran…Yahabían tomadoellasun tenteenpie;yencuantoadonSabas,¿cómohabíadepensarenellosiendoyamásdelamedianoche y teniendo que celebrar a lamadrugada?…En la cocina, la lumbre agonizante;Tonacabeceandocercadeella;sumadregimiendoporlobajoenelrincónmásobscuro;hombres con la cabeza sobre las manos y las manos sobre la perezosa, durmiendotranquilamente;otrosapuntodedormirse,sentadosenlosbancosdelfogón,fumandolapipa y con los ojos mortecinos clavados en los tizones: todo este cuadro a menos demedia luz y sinotros ruidosqueel sollozardeFacia…Algúnbultoqueotroerrandoaoscurasporlospasadizos,yunolorportodalacasaapabilodecera,alaurelpisoteadoya romeroya tabacode lopeor…UnratitodepláticaconelCurayconNelucoenmicuartodelantedeMariPepa,queacababadellegardelaalcobadesupadre,ydeLita,que dormía con la primorosa cabeza caída sobre el pecho, después de negarse adescansar enmimisma cama, que tan a lamano tenía, quién sabe por qué linaje deescrúpulos;deplática,digo,sobreeldíaolosdíasyelceremonialdelashonrasfúnebresycuantoconestosparticularesserelacionaba…Pepazosyotromozallón,entrandoenlaestanciamortuoriaarelevaraChiscoyaPitoSalces;elTarumborezandoaunladoyelTopero a otro, de la cabecera; el frío arreciando allí, y la llama de los ciriosbamboleándosesincesarensusmechasconelaireglacialqueseguíafiltrándoseporlaventanaentreabierta…Largos ratosde silencio ydequietuden toda la casa; otrosdelánguidaconversaciónenmigabinetesobretemasdefamilia:eldifunto,losausentes…yvueltacondonSabasalcuartomortuorio,ovueltaconNelucoalacocina,endonde,enunadeellas,encontramosaTonaescanciandoaPitoSalcesuntraguetedeloautorizadopor«lacasa»paratalesusosenlancetanexcepcional,yvueltaamigabinete;y,alfinyalpostre,Litatendidasobremicamaycubierta,derodillasabajo,conmipropiamanta,y durmiendo con el ritmo dulce y sosegado con que dormiría un ángel, si los ángelessintieranesanecesidaddelosseresdecarneyhueso.Sumadrelehabíadesvanecidolosescrúpulosdeunavez,cargandoconella,entreverasychanzas,portodorazonamientoy poniéndola donde y como estaba. ¡Y aún me pedía perdón por el atrevimiento lacandorosamujer!Ya todoesto,yonorecuerdohabersentidonihambre,ni frío,nised,nicansancioentodalanoche,niquemepasaraporlasmienteslamásremotaideadeloquelamujergris me había declarado por la mañana, y, sin embargo, me pesaban los ojos comocuandosedeseadormir,yteníalabocaescaldadayelestómagodesfallecido,elcuerpoquebrantadoylacabezaatiborradadetodolinajedeideastristes.Eramiestadocomoeldeuncalenturientoconpesadilla.Al amanecer, a misa del alma. ¿Quiénes? Todos querían ir a oírla; pero no se loconsentimosamuchosquehacíanfaltaenlacasa,yparticularmenteaMariPepa,quesehubieravistomuymalparaacompañarnos.Nonevabaya;perohabíamásdeunavaradenievesobreelsuelodelvalleyestabanlascumbresdelosmontescomosumergidasenunmardenegridoyborrascosoquenoaugurabacosabuena.Resignóseaquedarse lapiadosayexcelentemujer;peronoFacia,másavezadaqueellaafranquearobstáculosdetallinaje.¡Quéfríotanintenso,Diossoberano,encuantomevifueradecasa!¡Yquéhundírsemelospiesenaquelsuelohúmedoyesponjoso!¡Cuántosresbalonesycaídasenelpedregal,ycómomehubierareídodelatristefiguraqueibahaciendoyoentreaquellagentequeandabasobreelinsegurotapizconigualfirmezaquesobrelosestragalesdesuscasas,silas ideas de que estaba impresionado mi cerebro no hubieran sido tan tristes yfunerarias! Y la silueta del Cura que caminaba delante de todos, con sus hopalandasnegras,consunegro tapabocaarrolladoalpescuezo, ¡quégrandemeparecíasobre la

blancuradeslumbradoradelanieve!¡YquésolemnidadtantemerosayelocuenteladeaquelsilenciodelaNaturaleza!¡Yquésonidotandébil,tanextenuadoymelancólicoelde las campanas de la parroquia doblando a muerto sin cesar desde que habíaamanecido!Deboteenbotesellenólaiglesia:todoelpueblohabíaacudidoallí.Lamisafuerezadaybreve,ysereprodujeronenellalosllantosdelacasonaalpedirelCuraunaoraciónporelalmadeuntanamadofeligrés.Despuésde lamisaquiseverelcementerio,queestáadospasosde la iglesia.Cuatroparedesnomuyaltas, una cruz en el centro, una tejavanahumilde a laderechade lapuerta,yenel ladodeenfrentemediadocenadesauces lloronesdemarcandoconsustroncosjorobadosunpedacitodetierra,yrozandoconlaspuntasdesulacioydesvaídoramaje el espeso tapiz de nieve que enrasaba toda la superficie del campo santo. Enaquelpedacitode tierra, limitadopor lossauces,sesepultandesdetiempo inmemoriallosmuertosdelacasonadeTablanca.Al emprender yo la subida a ella con las personas que me habían acompañado en labajadayalgunasmás,sedespidiódemíelCura«hastalatarde».-Ya es hora -medijo-, de que yo dé un vistazo a lami jacienda, de la que no sé pizcaveinticuatrohorashaz…ydequemedesayuneyduermaunrato,siestacelleriscanegradelmeollomedejaapetitoycalmaparaello,pormisericordiadeDios.Alguientuvolafelizocurrenciaenlacasonademandarqueseexpalaralacamberadelpedregal,enmiobsequio,yaesodebíquelasubidaporellanofueraloqueyometemía,recordandoloquehabíasidolabajada.Marmitón había dormido toda la noche de una tirada, con lo que habían entrado enequilibrio y en juego las piezas y los engranajes de su armadura de coloso; y de estasuerte funcionaban en él, hasta las pesadumbres, con perfecta regularidad. Yo lleguécuandosuhijaysunietaleservíaneldesayuno,ymehablóde«ladesgraciadelpobreCelso» como si acabara entonces de ocurrir. Pregunté a Lita (y juraría yo que se lopreguntésinpizcadesegundaintención)sihabíadormidoydescansadoasugusto;yenlugarderesponderalapregunta,sepusomuyencarnadaycomenzóadescargarsobresumadretodaslasresponsabilidadesdehaberseacostado,«vestida,esosí»,enlacamaenqueyolahabíavisto.Reíaseaestosumadredetodasveras,mientrasasegurabayoalavergonzosaquehabíasidomíalaculpa,«yamuchahonra»;ydeaquítoméyobaseparaexponerles losproyectosque tenía:quenopensaranenvolverasucasaenunoscuantosdías,pornoestareltiempoparaello,y,sobretodo,pornecesitarlasenlamíayoparaunagranobradecaridad,yseresignaranlasdosaacomodarseenmigabinete,yaestrenado por Lituca. Yo dormiría en la alcoba del salón contiguo, que tenía sucorrespondientecama;conellaycuatrocachivachesqueseleagregarandemicuarto,estaríacomounpríncipe…¡VálgameDioslosreparosylosmiramientosylosasombrosconquesenegarondeprontoacomplacerme!noenlodequedarseenlacasaalgunosdías, sinoen lodeocuparelgabineteque lesofrecíayo…Hastaqueal fincedióMariPepa,resignóseLita,yaplaudióelgiganteelacuerdoconuna«¡esaesladerecha!»queretumbó enmedia casa. Y esto y los quehaceres que consigo trajo para ser puesto enejecuciónantesconantes,fueronlosesparcimientosúnicosparamíentodoaqueltristedía.Llegó la tarde, fría, brumosa y tétrica; subió el vecindario en masa, pedregal arriba,detrásdelCuraconornamentosnegros,precedidodelestandartedelas«Ánimas»ydeuncrucifijogrande;resonaronenelestragal,entonadasporvocesbienavenidasconlasonoradedonSabas, lamentacionesterriblesdelsantoJob,elmayorpoeta fúnebredequehaynoticiaenlatierra;bajóseelféretroentrenuevosllantosygemidos;yandando,andandoconélhaciaelpueblola luctuosaprocesiónelcaminoquehabíaandadopocoanteshaciaarriba,llegamosalcamposantodespuésdeunadetenciónbrevealapuertadelaiglesia,paraqueelhijofielysumisorecibieradesuMadrecariñosalabendicióndedespedida.Y allí, entre los mustios llorones, en un mísera fosa recién abierta en el suelo,desapareció del mundo para siempre, bajo una capa de tierra que pronto volvería acubrir lanieve,unhombrequehabíasidohastaaqueldíaelpatriarca,el señor,el reyindiscutidoeindiscutibledetodoelvalle.

-XXIX-Muchosañoshacíaqueelcaserónde losRuizdeBejosnosehabíavistoenotracomoaquélla. Limpia era Facia y no era Tona desaseada; pero de lo que éstas limpiaban ybarríanenéldeordinario,aloqueselimpió,fregoteóypulimentóenaquellosdíasconlos puños mismos o bajo la dirección de mis incomparables huéspedas, había unadistancia enorme. Todo les parecía poco para borrar los estragos de los recientesbarullos y desconciertos y «vestir» la casa al tenor de lo que pedía el extraordinariosucesoqueseaguardaba;todolodesordenadoenellavolvióaordenarse,ytodoquedócomonuevo,particularmenteelcuartodemi tío…Recuerdomuchoquealandaren lafaenade«desfigurarle»coneltrastornodesumueblaje,medijoLituca,sinvolverlacarahaciamínihaciasumadrequelaayudaba,nisuspenderuninstantesutrabajo:-Pues,conlaveniadeusté,donMarcelo,dígolequesiestofueracosamía,nolotocarayomásqueparaasealu.-¿Porqué?-preguntélaconmuchacuriosidad.-Porque-respondióalpunto-,conesconderdelavistadeunoocambiardesitiolascosasqueenvidausaronlosmuertos,paezqueselosolvidamáspronto…Créoloyoasí.Peroenestolallamósumadre«parleterucasinsustancia»yselallevóconsigofueradeallíparaotrasocupacionesdeurgencia,porlocualnopudeyodecirlaloquepensabaenapoyo de su dictamen, en consideración siquiera a la culpa que yo tenía de aqueltrastrueque,y,sobretodo,aqueselepusoalapobrelacaracomounaamapolaconlareprimenda,aunquelanzadaensondechanza.SiporolvidarentendíaLitucadejardesentirhondamente,entendíamuybien,porqueelcorazón humano, tierra miserable al fin, necesita del concurso de los sentidos paraconservar el calor de los afectos que le animan, y aun así se apaga la hoguera con eltiempo;perosiporolvidarentendíaborrardelamemoria,seequivocabagrandementeenaquel caso.Eramuyconsiderable el vacíoquedejabami tíoCelsoen la casonadeTablancaparanosernotadoacadainstante,pormuchoquefueraeltiempoquepasara.Por de pronto, allí no se hablaba de otra cosa, ymuy principalmente de noche en lastertuliasde lacocina,quesecolmabadegenteapesardel fríoyde lanevasca.Se letraíaacuentoacadainstante,ynadie,inclusoelgigantóndelaCastañalera,tocabasusillón,quelesparecíasagradoya.Sóloyopodíasentarmeenélsinprofanarle,ysóloyomesentaba,ejercitandoenellounderechoalavezquecumplíaconundeber,enopinióndeaquellosrústicosquemehabían jurado,enel fondodesuscorazones,obedienciaylealtad,cuandomi tío, yamoribundo,«mealzósobreelpavés»albordedesu lechoydelante de la Hostia consagrada. «El rey ha muerto. ¡Viva el rey!» Si es lícito usarejemplosinsignificantesenasuntosdegranmonta,comoalguiendijoenlatín,nodejódehaberalgodeelloenloquemehabíapasadoentoncesamí,yaúnmeestabapasandoenlosdíassubsiguientes.Ynolodigotantoporelrespetoylaadhesiónquememostrabanloshonradostablanquesesdesdelamuertedemitío,comoporloqueyosentíaahondary extenderse y engrosar en mi conciencia escrupulosa las raíces de mi compromisorenovadoyconsagradodeaquelmodotansolemne.Eran aquellas tertulias de la cocina una conmemoración incesante de los méritos deldifunto,entodaslasedadesycircunstanciasdesulargavida:anadielefaltabaalgoquerecordaro referirocomentar.«Aqueyavistadeojuque leíaen laescuridá»;«eldeciragudu de la su palabra»; «la mucha mano que tenía en todas partes para vencerimposibles,enbiendeaquelvecindario»;esterasgogeneroso;aqueldichotanatiempo;la blandura de su corazón, siempre abierto a las desdichas ajenas, igual que su bolsainagotable;susaberdetodo,sutenerdetodoparatodos,ysuvivirconnada;lodurodesucorrea,suapegamientoalterruñonatal;susheroicidadesdehombre,susvalentíasdemozo; los donaires de su persona, el rumbode sus bodas y lo rozagante de sumujer;siendomuydenotarsequeenestaspinturasdelascosasdelajuventuddemitíoCelso,siempre acudían presurosos don Pedro Nolasco o don Sabas el Cura a confirmarlas,cuandonoaenriquecerlasconnuevosymuycuriososdatos,conlaautoridadirrecusabledetestigospresenciales.Undíadeaquellospocos,elsiguientealdelentierrodemitío, llaméaparteaFacia,aTona y a Chisco, para leerles las cláusulas testamentarias que se referían a ellos.Mandélesquesesentaran;noquisieron,yenel tonomássolemnequepudese las leí.Legabaeltestadoralaprimera,améndelasfincasquehabíatenidoenrentacuandosecasó,seisonzasdeoro;otrasseisaTona,yaChiscodoce.Despuésdelalecturadecada

cláusula,mirabayouninstantealcorrespondientelegatario.Faciainclinólacabezaysetapó la cara con las manos, como si se avergonzara, en su humildad, de aquellainmerecidamunificenciadesuseñor;Tonasufrióunasacudidadearribaabajo,comosila hubieran aplicado una descarga eléctrica;Chisco nomovió pie nimano ni una solafibrade todosucuerpo,perosepusomuydescolorido.Estandoasí los tres,prometíaTonayaChiscodoblarlesellegadopormicuenta,yaFaciamejorarletambiénelsuyo.Conestorompieronallorarlamadreylahija,yseaumentólapalidezdeChiscoyhastaletemblóunpoquitínellabiodearribaporunlado,síntomasquenohabíanotadoyoenélni aunviéndole en la cuevademarras,manoamanoconel oso. ¡Si le calaríabienadentrolasorpresadeaquellagranizadadeonzasdeoro,queeraunariquezaentrelospobreslabriegosdeTablanca!Y¿quiénsabenisabrájamássiaqueltemblorligerísimodel labio fueamagode sonrisadegozo,porhaber vistode repenteen su imaginaciónpasarenrespetuosodesfiledelantedeélatodalafamiliadelTopero,mientrasPepazossemachucabalacabezona,atesterazolimpio,contraelesquinaldesucasa?Conestosedieronporenteradoslostresytanimpresionadosestaban,quealromperaandarparaapartarsedemísehicieronunamarañaynoacertabanluegoconlapuerta.Súposetodoellomuypronto,ylodelasdeudasperdonadasporeltestador…ytodoloprincipaldeltestamento,porqueesascosassiempresesaben,porunpocoquesecuentay sedeclara, y otro tantoque se coligeo se trasluce; elevósepor la candidezaldeanahastalasnubeselcaudalenfincasysonanteheredadopormí;yconesoylaideaqueseteníademisriquezasparticulares,creyéronmeunportentodegranseñor,tanpudientecomounrey;loquenocontribuyópoco,enmiconcepto,aafirmaryengrandeceraquelrespetoqueyamehabíanconsagradocomoamerosobrinodemitíoycontinuadordeladinastíaydelaobradelosRuizdeBejosenlacasonadeTablanca.Bienmeparecíantodasestascosas,siquieraporelladopintorescoqueteníanyelfondopatriarcalysencilloteenquedestacaban;peromeparecíanmuchomejorlosratosquepasabaenlaintimidaddeMariPepaydeLituca,yprincipalmenteenladeLitucasola,porquedetodohabíayparatododabanaquellas largashoras invernizas.Masfuera laconversaciónconlahijaofueraconlamadre,ofueraconlasdosalavez,casisiemprecomenzabaporestatesis,uotrasemejantedeclamadaenaltasvocesporcualquieradeellas:-Pero¡válgamelamiMadreSantísima!¿quédiráusté,señordonMarcelo,deestamalapestequelehacaídoenlacasona?¿Noledaencaraestapocavergüenzaconque,trasde comerle el costado derecho, le tenemos arrinconado en lomás obscuro y ruin, porcamparnosotrassolasenlomáspomposu,comositodoeyufueranuestroynodeusté?¿Noseríamejorque,yaqueempieza laescampa, ledejáramosenpazysinestorbosynos volviéramos a la nuestra casa antes con antes?… ¡Mire que tiene que ver estadesvergüencería!Erade rigorqueyo lasatajaraenestasalturasdelapóstrofeconotroenquesalíanadanzarsucompromisodenoabandonarmehastapasadoeldíadelosfunerales;laobracaritativaqueestabanhaciendomientrasmeacompañabanenmisoledad,yaliñabanyvestíanelviejoysuciocaserón,ydisponíanelprogramaparaaquelacontecimiento,tanextrañoparamí;locómodoyagustoqueyomeencontrabaenlahabitaciónquehabíaelegidoalcederleslamía,queeralamenosmaladelacasa,aunqueestabaacienleguasde ser lo que merecían ellas; lo distraído y animado que se encontraba don PedroNolasco,yelbienqueestolehacíaenhorastancríticasydetantopeligroparaél.Así o por el estilo, si se trataba de las dosmujeres, o estaba presenteNeluco, o donSabas,oambosa lavez,porqueveníanporcasamuyamenudo;perosi se tratabadeLitucasola,manoamanoconmigo,yaeramuydistintalasonatademirespuesta.Yonoséenquédiablosconsiste;peronoparecesinoquehayunaleyestampadaenlamentede todos los hombres, o una fibra de cierto temple inextinguible escondida en sunaturalezacarnal,quelesobligaadecir«cosasbonitas»aunamujerguapasiemprequeestánasolasconellayaunquesetratedelasánimasdelpurgatorio.Puespormandatode esa ley o de esa fibra, al replicar a la nieta del gigantón en sus obligadaslamentaciones,hechasseguramente,comolasdesumadre,másporbromaocumplido,oetiqueta a su modo, que como expresión fiel de sus deseos, ya la miraba con ojospicarones; despuésme atusaba la barba en silencio, como sime costara gran trabajocontener lo muchísimo y muy hondo que se me ocurría y acababa por soltar unaandanadade«travesuras»delacervocomún:silaestorbabamipresenciatancontinua;siechabademenos«algo»(eneste«algo»mereferíayoaNeluco)quenoandabapormicasa tanamenudoo tana tiempocomopor la suya; quéharía yopor transformarenplacenterasaquellashorasquetanpesadasleparecían…hastaquelapobremuchacha,ya por estas cosas que la decía, o por el modo de decírselas, terminaba por ponerse

coloradayporexclamar,revolviéndoseconinfantildesembarazoenlasilla:-¡VayaquetieneestedonMarceloundecirdecosasyunentenderdelasqueunaledizaél!…¡LamiMadreSantísima!Puesmire:quitárameconeyu,lafranquezapabromearmealgunavez…¡Comosifuerapocoelregaloyelmimoenquenostieneensucasa!¡Puespodíayopedirmás!…Y esta casta de réplicas solía dar ocasión a nuevos y más intencionados subterfugiosmíos, hasta que me asaltaban los remordimientos acordándome de Neluco… o seamparaba ella de alguno demis libros con santos, que le entusiasmaban, y acudía yoentoncesaexplicarlelasestampasparaconcluirtambiénpordondesiempre,aunqueenunestiloydemodomássoportables.UnavezsetratabadeungrabadoconcoloresquerepresentabaelinteriordeunteatrodeParísdurantelarepresentacióndeunfamosodramadegranespectáculo.Seveíanelescenarioyunabuenapartede las localidadesprincipales, llenoselunoy lasotrasdeactoresfastuosamentevestidosydedamasycaballerosmuyengalanados.SabíaLitucaya, por consejo mío, hallar la perspectiva de esos cuadros mirándolos por el embudohechoconunamano;ymirandoasíaquelinterior,sequedómaravilladayprorrumpióenlasexclamacionesmásextremosas.Conocíayoaquelteatroyaqueldrama,yhabíavistoa mi sabor la realidad de aquella pintura que tanto le entusiasmaba. Declaréselo,asombróse demí tanto como del cuadro, yme apresuré a referirla el argumento condetalles que recordabamuybiende sus escenasmás culminantes y del decoradomásaparatoso; y, por último, le di una idea del papel que hacían en la función losespectadores,dellujodelasseñoras…ydelasmajaderíasdeloshombrespresumidos,particularmentedelos«buenosmozos».Admiróseelladeunascosas,riósedeotrasymedeclaró,alfin,respondiendoaunapreguntamía,queverlotodosinservistadenadie,yale gustaría; pero estar en ello y ser vista de todos, aunque la asparan. Recordabahaberme dicho algo por el estilo, tiempo hacía (y era verdad). Tomando pie de aquí,continuéyoexplorandolacalidadyeltamañodesusambicionesdemujer;ydecuadroencuadroydesupuestoensupuesto,fuiapararaqueenrespuestaaotrapreguntamía,medijera:-Puescontodaverdádelamialma,yasíDiosmecastiguesilemiento:comodeseos,pordecir propiamente deseos de mujer moza, vamos, lo que yo pediría, puesta a pedir,tocanteaeseparticular,esunavidacomolaqueahorallevo.A lo cual repliqué yo que pedir eso, aunque poco, era pedir imposibles, y había queponerse,paraelpuntoquetratábamos,enlarealidaddelascosas.-Eltiemponosepara-añadí-,ydestruyepocoapoco,cuantoviveenél.Envirtuddeesacondición ineludible, llegará un día (yDios le alejemucho) en que hasta sumadre deusted desaparezca de entre los vivos. Esta es la ley fatal de los sucesos humanos. Enprevisióndeello,oporqueasílomandaotraleyquegobiernalosimpulsosdelcorazóndelhombre…yde lamujer,aciertaedadde lavida,porejemplo,a laquetieneustedahora,sedeseaunapoyoaquienarrimarse,unacompañíaenquevivir,ensustitucióndelos que han de faltarnos necesariamente; la chispa que avivemañana el fuego que seextingaenelhogar y restablezca sucalor sagrado.Enunapalabra,Lita:quehayquepensar,pensarsiquiera,encasarse.Puessupongamos,yustedperdonelafranqueza,quese trata de usted y que la llueven a usted pretendientes demuchas condiciones y demuchaspartes;quevieneellabriegohumildeconelhomenajedesupobrezadisculpadaconlaenvolturadesushonradasintenciones;quelasolicitaelhidalguetedegotera,deesosquetienenlamantadesusrecursostanajustadaasusnecesidades,quesitirandeellaparacubrirseelpescuezo,dejanaldescubierto lospies;yelhacendado toscoquefundasumayorvanidadenhabersudadomuchoelpedazodepanqueleofreceaustedconmanocallosaypalabratorpe…ysudando;yelabogadillodepocospleitosyconlamantadelhidalguete;yasí,porestaescalaarriba,hastaelpersonajequelabrinda,enelmundodedondeélviene,contodaslastentacionesdellujoydelesplendor;vamos,conla vida que hacen las más encopetadas señoronas del teatro que usted acaba de verpintadoeneselibro.Confranqueza,Lita,¿acuáldeesospretendientesescogeríausted?Durante laprimerapartedeéstemi razonamiento,nosabía lapobremuchachadóndeponerlavista,yaunsepellizcabaalgolaropa;despuésyamemirabaconlosojosmuyabiertos y la boquita risueña, y por toda respuesta a la pregunta que puse como rayaparasumar,debajode la listade lossupuestospretendientes,soltóunarisotadade lasmásespontáneasycordiales.-¿Dequéseríeusted?-preguntéla,fingiéndomeunpocoresentido.-¡Ni aunque fuera el caso de llorar! -me respondió cambiando de postura en la silla-.¡Vaya, que es buena! ¡Pues dígole que ni estampado en un papel! Eso, mi señor donMarcelo,espasarseyadeljitoconmásdeotrotantodelojusto…ynovale.¡Vaya,vaya,

queesocurrencia!-Estoes,Lituca,ponereldedosobrelallaga,nimásnimenos,yllamarlascosasporsusnombres, por más que usted aparente creer lo contrario para escurrir el bulto… ydispénsemelallaneza.-Perosinohallegadoesecaso,trapaceróndeldiantre,¿cómoquierqueyoleresponda?-Enelsupuestodequehayallegadohiceaustedlapregunta.-Peroustedsabemejorqueyoloquevadeldichoalhecho.-Esverdadque losé,nomejor, sino,por las trazas, tanbiencomousted;yapesardeello, insisto en la pregunta, dejándonos de eventualidades más o menos posibles oprobablesycolocándonosenlorealypositivoyhacedero.Yasí,preguntootravez:hoyporhoy, enestemismo instante, tal comoustedes, tal comoustedpiensay siente, ¿acuáldelossusodichospretendienteselegiría?¿Concuáldeelloscreeusted,hoyporhoy,enesteinstante,queseríamásfelizteniéndolepormarido?-¡Pero,lamiMadreceleste!…¡MirequeestemaeldeestehombredeSatanás!¿Cómohededecirleyoesascosas?-Comosedicenotras,Lituca…-Puesyaselodijeendenantes,ybienalasclaras.-Ybienalasclarasrespondíaustedqueaquelloerapedirimposibles.-Puesesomismopido…esomismodeseoahora.-Puesnoconcuerdaesarespuestaconmipregunta.Allísetratabadevivircomoahoraviveusted,yaquísetratadevivirdeotramaneramuydistinta.-Puesllámelohache,contodoyconello.-Nopuedonidebollamarloasí.-¡Ydale,JesúsSeñor,conlamatraca!¿Cómoquier,almadeDios,queselodiga?-Encastellanocorriente…porderecho…sincallejuelasdeescape.-¡Porvida!…-yaquíhizounmohíndeimpacienciadelosmáshechicerosqueyohevistoenmujer,yhastasediodospalmaditassobreelregazo;después,irguiendolaprimorosacabecitayendureciendounpocolavozyelgesto,añadió-:Yensumayfiniquito,¿quéobligacióntengoyodedeclararlo,niquéleimportaaustéelsaberlo?Fingí tomar en serio y como dura lección estas palabras y sólo repliqué a ellas paradisculparmi atrevimiento…Entonces soltó la picaruela otra risotada, yme dijo en untonoquerevelabaelmayordeseodedesenfadarme,siporventuramehabíaenfadadoyodeveras:-Puesahoraqueconelsustolecastiguélapicardía,porquepicardíaes,ydelasgrandes,el sonsacar a una mujer los pensamientos que nunca tuvo… Pero ¡tochona de mí! -exclamó de pronto cruzando lasmanos y compungiendo la carita-. ¿Pues nome estoyjaraneando,comounaboba, lomismoquesinohubieraporquéllorarsindescansoenestacasa?¿Quédiráustédemí,señordonMarcelo?¡Vaya,vaya,queotrasimplecomoyo!Yapuedeversimeperdona,siquierapornosermíatodalaculpa.Conestaevasivade lamuytaimadayconentrarMariPepa,seacabó laconversación.PeronoteníadudaparamíqueeraNelucoelmóvil,eltipoyelreguladordetodaslasambicionesdelanietadedonPedroNolasco.Entretantonosedescuidabanunmomentolospreparativosparaelfuneral.CorríadecuentadedonSabasavisaratodosloscurasdelArciprestazgoymuchosmás,si se podía; y con su dirección y con la del médico, y hasta con su ayuda material,escribíaofirmabayocartasymáscartas,dandocuentadelfallecimientodemitíoydelafechadesushonrasfúnebresenlaiglesiaparroquialdeTablanca,atodaslaspersonasde viso de la provincia, que, en opinión de aquellos amigos, debían de saberlo. Lasmujeres, mientras llegaba la oportunidad de proveer la despensa de lo que en ellafaltase,pasaban revistay recontaban,manoseabanyapercibían losutensiliosdemesapara la «comilona» de aquella gran ocasión, y a los primeros amagos de desnievesalieronpropiosentodasdirecciones,y,a lavezqueellos,elpeatóndelcorreoquesellevóenlavalijalosavisosquenopodíandistribuirlospropios.Ycomoenestoalumbrabaelsolyamuyamenudo,volvió lamujergrisahacerde lassuyasyapreguntarmeacadapasoconsusojosangustiados,pornoatreverseahacerlodepalabra,enquépararíalanochemenospensadaloquehabíaquedadopendienteenlade lamuerte de su amo. La verdad es que yo, si no lo había echado enteramente enolvido, después de pensarlo mejor y de enlazarlo con los recientes sucesos que tanradicalmentehabíantransformadoelmododeserdeaquellacasa,vivíamuydescuidadodeello,yhastamecausabaciertoruborcillorecordarlaimportanciaquehabíallegadoaconcederlo,sugestionadoquizáporlosespasmoshistéricosdelapobreFacia.

Respondíauna vez a susmiradashablándola en ese sentidopara tranquilizarlamejor;mas no pude averiguar si logré lo quemeproponía, porquedesde el compromiso quehabíaadquiridoconmigosobrelamaneradeconducirseenaquelasunto,nomedejabatraslucir la verdad de sus sentimientos. Pero si alguna confianza le inspiraron mispalabrasaqueldía,bienpocoleduróalainfeliz;porquealamañanasiguiente,trasunanochedelluviastorrenciales,aparecióradianteelsolenuncielosinnubes,yelsuelodelvalle y las laderas de losmontes desnudándose a toda prisa de sus blancas y espesasenvolturas,que,convertidasenarroyoscristalinosymurmurantes,corríanporpradosyregaterasasumirseenelálveodelNansa,henchidoyahastalasmalezasdesusbordes,entrelascualesibadejandoelríolacargadesusespumas.

-XXX-Señaladofuetambiéndeveras,¡bienseñalado!,aqueldíaparalacasonadeTablancaypara el pueblo. El mismo gigantón de la Castañalera me aseguró que, con estar loscaminosintransitablesylospuertosamediodesnevar,habíansidoaquélloslosfuneralesmáspompososquesehabíancelebradoenlaparroquia,encuantopodíaacordarseél(yesoquelaextensióndesusrecuerdosandabarayandoconunsiglo),porlotocante,enparticular, al número y calidad de los concurrentes forasteros. Entre el clero, que fuemuynumeroso,acudiólomásafamadodelavicaríaenelcantofúnebre,y,porende,nofaltóelpárrocodeZarzaleda,queeraunaespecialidadmuyadmirada,ynosinrazóndefundamento, para entonar elDies irae con su voz atenorada y vibrante, que ponía lospelos de punta a los fielesmás duros de conmover; y concurrieron también con estospárrocosmuchosdesusfeligresesque,sinparentesconiafinidadpersonalalgunaconeldifunto,eranfervientesadmiradoresdesubuenafama.Peronofueestecontingente,nipor lo numeroso ni por el ruido que movían sus espelurciadas cabalgaduras en lascallejasdellugar,loquemásllamólaatenciónenél,sinoelotrocontingente,eldelosseñores que fueron llegando a la casona por todos los senderos de los montescircundantes.ChiscoyPitoSalcesayudabanadesmontaralosquenotraíanespolique,queeranlosmás,yseapoderabandesuscaballos;NelucoydonPedroNolascolessalíanalencuentroenlaescaleraymelospresentabanamídespuésalapuertadelasalona,desdedondelosconducíaamigabinete,quehabíavueltoaser,poraqueldía,estradoosaladehonor,yencuyamesadecentrohabíaunagasajodevinosgenerososybizcochosde soletilla, con el cual los brindaba tan pronto como concluían las salutaciones ycortesías de rúbrica, sin perjuicio de que llegaran luego Mari Pepa o su hija, muyvestidasyaderezadasyadedíade fiesta,aunque luctuosa,aofrecerlesalgodemayorsustancia,porsiestabanenayunas,comoleche,caldoochocolate…omagrasdejamóncon huevos estrellados; pero todos optaban por la copeja de vino con bizcochos,«reservándoseparadespués…».«Después»era lacomidadelmediodía, terminados losfunerales.Porquetodosaquellosseñoreseranhuéspedesmíos,avisadosconestacondición,yaunsinella…yaunsinavisoninguno.Bastabalacostumbreparaautorizarlo;yelseramigosde la casa mortuoria en un lugarejo tan desmantelado como aquél, para justificar lacostumbre.Derecibiryagasajaralclero,hechoapocoymalguisado,estabaencargadoporordenycuenta mías, y también según otra costumbre, el párroco don Sabas; de los demásforasterosdelmontón,nadiesolíacuidarse,ynadiesecuidóallítampoco.Asíytodo,por lacondicióndemiscomensales,aunquerelativamenteescasos,ypor loquemeobligabalamía,eradenecesidadecharelrestoenlacasona;ynadiecreeríaano verlo, como yo lo vi, la suma de desvelos y sudores que llegó a representar aqueltrabajo; lo que se revolvió en la casa y en el lugar; las gentes que fueron puestas enmovimiento; las leguas de camino que se trillaron por buenos andadores, y las horasrobadas al sueño y al descanso más de una noche; y a pesar de ello y de las«guisanderas» a jornal que ayudaron a las mujeres de casa en lo más duro ycomprometidodelafaena,sabeDiosloquehubieraresultadoalahoracríticaysolemne,sin la vigilancia continua y la previsión y diligencia admirables de mis dos hadasbienhechoras…ylahermanadeNeluco.PorquelaínclitamatronadeRobacíoestabaenTablancadesdelavíspera.Habíallegadoal anochecer con sumarido, y «a las ancas». Así fueron a casa deNeluco; halláronlacerrada,ysiguierona ladedonPedroNolasco;díjoles lamozonaqueservíaenella loque pasaba, y torcieron hacia la casona, sin lástima alguna del pobre rocín que ya sequebrantaba por el lomo y estuvo a pique de gastar el último resuello al subir elpedregal.Al encontrarse las dos amigas en mitad del carrejo, enzarzáronse en un abrazo, taníntimoyapretado,queparecíauna«engarra»;secomíanabesos,yentrebesoybesosedecíanlasmayoresatrocidades;llegóLitaconsuabuelo,yserepitiólaescena,hastaqueacabóladeRobacíoporfijarseenmíyrompióallorarporeldifunto,detanbuenagana,queparecíanohaberconsueloparaella,mientrassumarido,queyamehabíasaludado,hacíasuscorrespondientespucheros,yseenjugabanlosojosconlosdelantalesLitaysumadre,queerandesuyomuytiernasdecorazónypegajosasdelaslágrimas.Acabóseelestrépito, por la virtud de un conjuro mío, con la misma rapidez con que se había

desatado,ynosfuimoshacialasalonatodosjuntosyensantapaz,aunquenoensilencio.AlllegarNeluco,otroestampidodesuhermana,quenocerróbocaentodalanocheniquisosalirdelacasonadesdequesupoeltrajínquehabíaenella.Cabalmenteseperecíapor esas cosas, y la mataba la quietud. Por otra parte, los caminos no estaban muyapeteciblesquedijéramos,paraqueunamujerdesuscarnesseaventuraraapisarlosdenochesinunagrannecesidad;améndequeellanohabíadecausarapurosniextorsionesen la casa, porque bien sabía Mari Pepa que, en juntándose las dos, siempre hacían«camaredonda».Deestemodoyporaquellosmotivosdurmióallí,ysefueronsolos,despuésdecenar,sumaridoyNelucoacasadeéste.LosprimerosquellegaronalotrodíabientempranofuerondosparientesdelaquefuemujerdemitíoCelso,delosSánchezdelPinar,deCaórnica,aorillasdelSaja.Eranelunomuyaltoyelotromuybajo:losdosdeespesaspatillasgrises;pocorisueñosambosynadalocuaces.Lesdabavergüenza-asímedijeronporentrar-visitarmeyofrecermesusrespetosporprimeravezenocasióntantriste;puesencerradosensuvalle,delquenosalíanjamássinunmotivodegranmonta,unpocoporignoranciadelossucesosyotropoco por la maña de «dejar negocios para otro día…». En fin, allí estaban para quedispusieradeellosamicomodidad,comopodíadisponerdeotroscomparientesdeallá,queno leshabíanacompañado,quiénpor faltade salud,quiénpor ladecabalgadura.Todos tuvieron enmucho a don Celso y le fueronmuy adictos, aunque le molestaronpoco.Sinacabardesentarseapenasestospersonajes,aparecióenlasalonaotrocuyoaspectomesorprendiómucho.Eraalto,másqueeldeCaórnica;deluengaypuntiagudabarbablanca,morenodecolor,denarizmuyprominenteyaguileña,ojospequeñitosyverdesycejaserizadasyblanquísimas;lacabezacubiertaconunaltogorrocilíndricodepieldenutria,y todoelcuerpo,hasta lospies,conuncapotóndepañoceniciento.Parecíaunmago.Sequitóelgorroysedespojódelcapoteencuantoseencaróconmigo,ydejóaldescubiertounmatorraldepelosblancos,reciosyapretados,yunvestidodeanticuadaformaconrelacióna los figurinesvigentes,debuenpaño,sí,peromuydescoloridoya.AquelhombreveníadelosprecipiciosdelDeva,yresultóserelfamosodonRecaredo,dequien yo teníamuchasnoticias pormi tío; hidalgo de rancio solar, célibe impenitente,afamado cazador de fieras, y de grande y merecido influjo en toda su comarca; bienrelacionadocon loshombresdelajetreopolíticode lacapitalysucursalesdeella;muysolicitado de aspirantes a la representación en Cortes del distrito, en épocas de lideselectorales…yprimorosocarpinterodeafición,únicabienarraigadaqueseleconocíaycon la cual entretenía las soledades y holganzas de su vida en el viejo caserón quehabitaba.DetrásdedonRecaredollegarondeungolpe,porhabersejuntadounosenelcaminoytodos a lapuertade la casona, hasta cincopudientes,másomenos ligados a ella porparentescolejanooamistadantigua,delasorillasdelNansa,aguasarribayaguasabajo.Enseguidadeéstos,aparecieronenlasalonaotrosdospersonajesdegrancuenta,quemeimpusieronmuchoporsuaposturayatalajes,tandiferentesdetodoloqueseusabaporallíydeloquealasazónmerodeaba.Erannadamenosqueel ilustrecaballerodonRománPérezdelaLlosíaysuyernodonÁlvarodelaGerra.IbandesdeSantander,donderesidían,yhabíanhechoelviajeendosjornadas. La verdad ante todo: yo, que hasta entonces dominaba la escena con eldesembarazoqueda laconcienciade«valermás»en laescalade laeducaciónyde laculturaintelectuales,alvermeenfrentedeaquellosdosconcurrentesdetandistinguidoyeleganteporte,sentíquesemebajabanmucholoshumosdelachimenea,hastaenlodellevarbienlaropa,particularmenteenloquetocabalacomparaciónconelapuestoycorrectísimo yerno del señorón deCoteruco.Me vi bastante torpe para expresarles lagratitud que les debía por aquel acto tan honroso para la memoria de mi tío, y lasatisfacción de que me sentía poseído al estrechar las manos de unas personas dequienes tantas y tan grandes noticias tenía yo desde que había llegado a Tablanca.Recuerdo que este fue el tema demi respuesta a las salutaciones corteses de los doscaballeros; pero no lo que dije. De lo que estoy seguro es de haberlo dichomuymal.Valgalaverdad.SindarmetiempoparapreguntaradonRomán(conloquemeevité,probablemente,lacomisión de una gran impertinencia) a qué altura andaban sus propósitos de vuelta aCoteruco,aparecióenescenaotropersonajedelosdeprimeratalla,yalcualabracéconverdadera efusión demi alma: el perínclito señor de la Torre de Provedaño, que parallegaralahoraquellegaba,comodonRecaredoparairdesdelosriscosdelDevaylosdeCaórnicadesde su valle, habíanecesitadoandardenoche lamitaddel camino, ¡yqué

camino! Así llegaba él, con la cara echando lumbres y los labios contraídos entre lasbarbaserizadasy losbigotesconcarámbanos.Loquehabíapasadoantesentreelquellegabaylospresentes,porconocersetodosdetrato,odenombrecuandomenos,pasóallíentonces;peroconlanotablediferenciadequealreparareldeProvedañoeneldeCoteruco, no acabó todo ello en el apretón de manos afectuoso o en los familiares ymutuos palmoteos en la espalda, sino que conmovidos y anhelantes uno y otro, sindecirse una palabra, se abrazaron tan estrechamente, que parecían no acertar asepararse.DespuésletocóelturnoadonÁlvaro,conquiennoteníatantaamistadeldeCampoocomoconsusuegro;yarregladaaestaleyfuelaexpresióndesusaludo.Paramuypocomásqueestoscumplidosmedioeltiempo,porqueaúnnohabíanvueltoasentarselamitaddelaspersonasallípresentes,cuandovinorecadodedonSabasdequetodoestabaprontoenlaiglesiayquesenosaguardaba.Comoyaeranmuycercadelasdiezynoduraríaelfuneralmenosdedoshoras,ylosforasteroshabíandevolverasushogares después de comer en el mío, y las tardes eran muy cortas, nos pusimos enmarcha inmediatamente, acompañándonosNeluco y también suhermanayMariPepa,muyenlutadas.AlviejoMarmitónnolepermitimossalirdecasa.Paradisponerlamesaydirigirloyordenarlotodo,sequedóLitucaquesepintabasolaparaelloyotrotantomás.TambiénsequedaronChiscoyPitoSalcesconotrosdosmozonesdemiconfianza,bienadvertidos por mí de muchos cuidados, particularmente el de la vigilancia, no sé siporquemesalióespontáneamentedeadentrolaocurrencia,oporquemelainspiróunamirada elocuentísima de la mujer gris, al ver cómo iba a quedarse la casona, sinnosotros,indefensaypuntomenosquevacía.Andando ya hacia la iglesia, vimos aparecer de pronto, sobre la jiba del pedregal, unhombrealtoyfornido,dehermosacabeza,envueltoentreunchambergodeanchasalasyunabarbagris;veníaacuerpoconunchaquetónpardo,y lospantalones,delmismocolor,arremangadossobreunosborceguíesdereciasuelaymuyembarrados.Traíalasmanosmetidasenlosbolsillosdelchaquetón,ungarrotepintoynudosodebajodelbrazoizquierdo,yenlabocaunapipaahumando.ElprimeroqueleconociófueelseñordeProvedaño,queibadelosmásdelanterosentrenosotros.Sedetuvouninstanteparamirarleconlamanodecantosobrelafrente,ysedetuvotambiénelotroconlosojossombríoseimperturbablesclavadosenél.Parecíandosleones.Nolesfaltómásqueolerse.Despuésseacercaronmás,yseestrecharonlasdiestrasconreciassacudidas.Entoncesmeparecierondosroblesgemelosdelamontañaestremecidosporelsoplodeunamismaráfaga.Noséloquesedijeron,nisisedijeronalgo.¿Paraqué?EnestasdudasviadonRománPérezdelaLlosíasalircomounaflecha,deentrelosmásrezagadosdelgrupoquebajaba,haciaelhombrequesubía,yqueéste,alnotarqueseleacercabaeldeCoteruco,desprendiósudiestradeladelcampurriano,y sequitó conellamarcialmenteel chambergo,descubriendoasí la frenteespaciosayblanca,sobrelacualparecíareflejarseelrayodeluzquelanzaronentoncessusojos.Nohe visto jamás actitud de hombre más varonil, más noble ni más hermosa. Pero donRománnoseanduvoenchiquitas,yquierasono,leestrechóentresusbrazos.Suyernohizolomismoenseguida.DespuésseadelantódonRecaredoyletendiólamano.Atodoesto,flotabaenelaireelnombrede«donLope»pronunciadopormuchasbocas;yconello y lo que yo sabía por la historia de los descalabros de don Román en su pueblo,narradaminuciosamentepormitíovariasveces,diporconocidoelpersonaje;ynomeequivoqué,puesalospocosmomentosmelotrajodelamanoelseñorPérezdelaLlosíaymedijopresentándole:-MimejoramigoyelmásnobleconvecinomíodeCoteruco,donLopedelRobledal.Vienea Tablanca para ofrecerle a usted personalmente toda la amistad y respeto que lemerecieronlasvirtudesdedonCelso,yarezarporsualmaenlosfuneralesdehoy.Correspondí con la mayor cordialidad y como mejor pude a aquellos noblesofrecimientos; supo él adónde íbamos por allí; y sin querer aceptar un momento dedescanso,quenonecesitaba,retrocedióysefuecaminodelaiglesiaconnosotros…digomal, con don Román solamente, pues le tomó éste por su cuenta desde luego,apartándose un buen trecho de los demás, que nada hicimos por acercarnos a ellos,respetandolasantaavidezconqueelnobleexpatriadodeCoterucoaprovecharíaaquellaprovidencialocasióndesaberalgomásde loquesabíasobreelestadodecosasdesupueblonativo,aunque fueranextraídascon laganzúadesusansiasdeaquelarcóndecuatrollaves.Mientrastanto,donÁlvarodelaGerrafuetrazandonuevosycuriosísimosrasgosdelcarácter,originalhastaloincreíble,deaquelhidalgomontañés.Así llegamos a la iglesia, en la que no hubiéramos logrado penetrar sin salir, comosalierondeella,partedelosqueestabandentro,loscualesapenascabíandespuésenelsoportal,quetambiénestabaatascadodegente.

La duración de los oficios no bajó un minuto de las dos horas calculadas; y cuandovolvimosalacasonalosquedeellahabíamosidoalaiglesia,máselextrañodonLopequequeríavolverseaCoterucodesdeallí,ysehubieravueltosinlaintervencióndedonRomán, único entre todos nosotros conocedor de los resortes por que se regía aquelcarácterexcéntrico,yaestabalamesapreparadacontodaslasgrandezasdeabolengo…,y algomás que se había podido adquirir, hasta en las casas de los amigos, como donPedroNolascoyelmédico.Porquepasábamosdedocenaymedialoscomensales,entrepropiosyextraños.Enotrotiempomehubieradadounaccidenteenpresenciadelmenúdeaquellacomida,cuantomásdelacomidamisma,porquefueverdaderamenteespantableaquelllegaralamesa(conducidosporFaciayporsuhija,sofocadasporeltrajínyrelucientesdepellejo)depilasdepotajesconmetralladeembutidos;derimerosdepollospatasarribaentrelagunasdegrasa;de solomillosenroscados;demagrasconhuevosduros;decarneentodasuertedeguisos;depatosrellenosdesalchichasyde lomo,y trasello, los flanescomoruedasdemolino,ylasnatillasyelarrozconleche,pocomenosqueacalderadas.No entendían el rumbode otromodo lasmujeres que lo habíanmanipulado; y asímeexpliqué yo perfectamente sus afanes y desvelos, y las gentes y las cosas que habíanmovidoyremovidoenlacasa,enellugaryfueradeél,detresdíasaaquellashoras.Elpesodelaconversación,durantelacomida, lellevaronelseñordeProvedañoydonRomán.Comoerapropioynatural,secomenzóporelelogiodeldifuntoydesuscosasgeniales; igual que en la cocina, salvo el lenguaje y el estilo. Entre Neluco y yo,suministramos lossolicitadospormenoresacercadesuenfermedadydesumuerte…ysaltódegolpe loqueyo veía venir ratohacía, ymeextrañabaquenohubiese saltadoantesenlaconversación:elpuntodecontinuaryoallílaobrabenéficademitío.Aquísecalló don Román como un muerto, y me dijo el insigne campurriano, después deaplaudirme los buenos propósitos declarados por mí de poner todos los medios paralograr tan grandes fines, que si me decidía, en mis procedimientos, a servir a misprotegidos el vino viejo en odres nuevos, cosa que él no desaprobaría, lo hiciera consumo tacto, «porque -concluyó-, hermosa es la luz; pero no hay que abrir de repentetodaslasventanasalosquehanvividoaoscurasporachaquesdelavista;pueshayquetemerlaslocurasqueentranporlosojosdeslumbrados».AestoyanopudocallarsedonRomán,yexpusoelejemplodelacaídadeCoteruco,endemostracióndeloafirmadoporsuamigo.Enderezadalaconversaciónporestoscarriles,noshablódeloquelecostabaaclimatarse a la vida de la ciudad: no podía con ella un hombre como él, nacido pararespirarelaireoxigenado,puro,de laNaturaleza,ynecesitaba también lapresenciayhastalacompañíadeaquelloshombresrústicos,aunconsusingratitudes.Elrecursodedejarlos a solas con su pecado, había producido muy buenos frutos. Poco a poco sehabían ido levantando de su caída, y ya le echaban demenos. Esto le consolaba y lesatisfacía;ysinohabíavueltoyaaCoteruco,eraporquequeríahacersedesearunpocomás,paraasegurarmejorlacuracióndesus«locos».Desgraciadamentenoparticipabansushijosdeaquéllassusilusiones,porqueteníanotrosgustosmuydiferentes;perotodopodíaarreglarseconalgúnsacrificiodecadacual.Entretanto,distraíasusimpacienciasconloshechizosdeunanietecillaqueDioslehabíadado,yeralacriaturamáshermosaquehabíanacidodemadre.Andábasea la sazónenproyectosde llevarlaaSotorriba,paraque laconocierasuotroabuelo,donLázaro,cuyosachaques le impedíansalirdecasa.AlguienpreguntóallísieraverdadquedonGonzaloGonzálezdelaGonzalerasehabíaquedadomemoypobreaconsecuenciadedisgustosydespilfarrosdomésticos,peronoobtuvorespuestalapregunta,porqueapareciódegolpeyporrazoenlasalonaunnuevopersonajequecomenzópordecirqueniporhaberrodadotresvecesporlossuelosycasireventado la tordilla en sus ansias de correr, había podido llegar antes. ¡Así venía elinfeliz de embarrado y descosido de pies a cabeza! Era un hombre de buena edad,estampaagradable…yjuezmunicipaldesupueblo:deaquélmuyempingorotadoenquehabíaconocidoyoaunodemisconsanguíneosdePromisiones, yendoconNelucoa laTorredeProvedaño.El casoeraque,al ir amontarmuydemañanaparaacudira losfunerales de mi tío, le habían entregado un oficio del juez de primera instancia,obligándoleapracticarunasdiligenciasqueleentretuvieroncercadedoshoras…todorespecto a la «trigedia» del día anterior, que yo debía conocer, y para eso, la verdadfueradicha,paraquelaconocieraveníaélprincipalmente.Hicímosle sitio en la mesa, previne a Facia que le fueran sirviendo desde la sopa defideos inclusive; y mientras salía Tona y se quedaba su madre cambiando platos yretirandosobrasdestrozadasdeguisotes, y todos leprestábamosgrandísimaatención,refirióélquebajandounpastordesu invernal, reciénempezadoeldesnieve,acampo

travieso,porqueapretabaelfríoycorríamuchounanubenegrapormalaparteypeorcamino,separóuninstante,paraecharunayescayencenderlapipa,alamismabocadeuncovachón,conocidodemuypocos,porestar fueradesenda frecuentada,comoa lamitaddedistancia,porelatajo,entreTablancayelpueblodelrelatante,peroentérminomunicipal de éste. Parado allí el pastor y dale que te pego con el canto de la navaja,porquenochispeababienlapiedraonoeralayescadelomejor,observaqueledaenlanarizun«jedor»quetumbabadeespaldas.Miraaquíyolfateaallá,notaqueeljedorsaledelacueva;tiéntalelacuriosidad,entra,yenunrecodomuyancho,hacialaderecha,vetres hombres tendidos a la larga, boca arriba, tiesos y casi amontonados unos sobreotros,muertoslostresyarrimadosaunapilucadecenizaytizonesapagados.Espántase,huyedeallí;yporserelmáscercano,segúnsucuenta,daenelpueblodelnarradoryrefiere lo que ha visto. Acude éste allá por su cargo, acompañado en debida forma, yresulta verdad lo denunciado por el pastor. Tres eran, en efecto, los cadáveres, y depersonas bien conocidas en el lugar, y bien pertrechados iban de armas de fuego… yhastadecuerdasynavajas.Sindudalossorprendióallíeltemporaldenieve,desdequecomenzó,yperecierondehambreydefrío…pordecretodeDiosqueconocíasusmalasintenciones.Eraelunounpeinequesetitulabaingenieroydecíaandarenbuscadeunaminadeoro,meseshacíaya,consuvestidoharapiento,susgreñasysubarbasilvestreysucosturónenlacara,quelepartíaunojoylamitaddelanariz.Aquíseoyóunestrépitoinfernaldeplatoshechostrizas,yungritodeFaciaaquienselehabían caído de lasmanos comouna docena de ellos. Lamiré entonces y la encontrémirándomeamiconojosespantadosyel colorde lamuerteen lacara.Díjelecon losmíos que no cometiera una indiscreción; entendióme, y la añadí de palabra ysonriéndomequenoeraelestropicioaquélmotivoparaqueseasustaratanto,aludiendoalosplatosrotos,mientrasTonaarrimabaaldeljuezmunicipaldosmediasfuentesbiencolmadas de potajes, algo pasmadona por lo que había pescado del relato, peroseguramentemásporeldesastredelavasija,quehabíaarrancadoelgritoasumadre.Vueltoelrelatanteasuhistoriadespuésdeesteincidente,yviendoyoque,porrespetoamí,sinduda,andabaconrepulgosymelindresparadeclararennetocastellanoquiéneseranlosotrosdosmuertos,apresurémeadecirle:-Sé perfectamente de quiénes se trata, y quiero evitar a usted la repugnancia dedeclararlo delante de mí: se trata de dos parientes míos; de los dos hidalgos dePromisiones.Conunovivíaelingenieroesedelchirlo,ensupueblodeusted:losvimosjuntosNelucoyyoalpasarporél,yendoaProvedaño.Segúnnoticiasdebuenorigen,esperabanentoncesdeundíaaotroalhermanoquefaltabadeaquelmipariente(que,porlovisto,llegóatiempo)paradarelúltimogolpeenlaexplotacióndelaminadeoropuroquehabíadescubiertoellincedelasbarbassilvestres.Enbuenajusticia,teníanlostresmásquemerecidoelpalo,enelquehubieranmuertoanomorirdeeseotromodo.Conque ya ve usted si tengo hasta motivo, por lo que a mis parientes toca, paraalegrarmedequehayanacabadoasí,comocualquierhombredebien.Declaró el preopinante que era la pura verdad todo cuanto yo había dicho; añadió enrespuestaaunapreguntaquealguienlehizo,queelhombredelchirloenlacarahabíavivido en el lugar con el nombre, indudablemente supuesto, de Pedro González queconstabaensucédulapersonal,yqueconésese lehabíaregistrado,yamuerto,enellibro correspondiente; alegréme yo de ello, y de seguro se alegraríaFacia, que lo oía,muchomás… y se acabó aquella conversación sinmeternos en otra nueva, porque sehabía acabado también la comida, apremiaba el tiempo y teníanmucho que andar loscomensales forasterosparavolverasushogares losunos,y losotrosparaterminarsujornada.PorqueresultóquedonRecaredoaprovechabalaidaaTablancaparadespacharunnegocio,pendientedeesepasoañoymediohacía,enunpueblecillodelNansa,aguasabajo,yelinsignecampurrianoteníatambiénsusquehaceresdeurgenciaenlacapital,porloqueselellevaronconsigodonRománysuyerno.DesapareciósinsabercómodonLope; fuéronse, mientras seguía comiendo todo cuanto le ponían delante el juezmunicipal susodicho, los dos desiguales de Caórnica y los cinco pudientes del Nansa,aguas arriba y aguas abajo de la casona; acabó, al fin, de comer el que quedabacomiendo,ymarchóseigualmente,ybienrepleto,asulugar…Alotrodía,muytemprano,se largaronaRobacío lahermanayelcuñadodeNeluco;ypocas horas después, ¡ay! me abandonó también toda la familia del gigantón de laCastañalera.

-XXXI-¡Y aquélla fue la más negra para mí! La de verme solo en los ámbitos enmudecidos yyertosdelacasona,alcázardemiflamanteypatriarcalseñorío,enelpobreterruñode«mis mayores». Todo me resultaba ancho, todo me sobraba allí y todo se me veníaencima,comosiestuvieraedificadoenelaire,desdequesehabíavueltoasushogareslafamilia del viejo Marmitón. Porque con la presencia continua de unas mujeres tananimosasyalegrescomoaquellasdos,máseltrajínenqueanduvieronempeñadasyelentrar y salir de tantas y tan distintas gentes en los últimos días, no había podidoconoceryoensuverdaderamagnitudelvacíoquedejabaenlacasonalamuertedesuvenerable habitador y dueño, que, vivo, la llenaba toda, y era además el lazo que meamarraba a ella con la fuerza de mi compromiso, fundado principalmente en laconsideracióndeloqueélestimabaelregalodemicompañía.VeníanamenudoavermeelCuradonSabasyNeluco,ypasabanconmigolargosratos;continuabalatertuliadelanochemuyconcurridayanimada;presidíalayoconlamayorasiduidad,yhacíadetripascorazónparacreermemuydivertidoenella,oparadarloaentender delante de aquellos rústicos y buenos tertulianos; ocupábame a ratos endespacharmicorrespondenciaoenarreglar lospapelesycuentasde latestamentaría;hablabaconFaciaymecomplacíaenvercómo,creyéndoseya,envirtuddelasnoticiastraídaspor el juezmunicipal demarras, y demis subsiguientes reflexiones, libreparasiempredelacruzquetantolahabíaoprimido,ydandoporguardadoenelfondodeunasepulturaelsecretodeloquepodíaserafrentaparasuhija,ibalapobremujertornandoa la vida, y recobrando poco a poco las extenuadas fuerzas de su espíritu, llorando yrezandoalavezporelhombredesventurado,muertoconelalmamanchadadenegrasintenciones, tras una vida azarosa y criminal; gozábame también en descifrar en elimpenetrable continente de Chisco ciertos confusos caracteres que delataban en losadentrosdesupechazounregocijomansoyprofundodesde laherenciade la«piládeonzas»,yentirarledelalenguaparasabercómoandabadesdeentoncesensustratosyamistades con la familia del Topero, el cual, según mis noticias, se había humanizadomuchoconélyhasta«leechabamemorialesconlosojos»yaunconalgunasindirectasdemasiado insinuantes; interesábame de veras Pito Salces, que andaba amurriadote yreceloso temiendo que hubieran cambiado las buenas disposiciones de Tona hacia éldesdequeeraricaporsumadre,yhastaporsípropia,tomandoelpobrepordesdeneselpasmo,muynatural,enquecayólamozonaenaquellosdíasdelancesgordos;salíadecasaalgunasvecesparaventilarunpocolasideasyestirarlosmiembrosentumecidos,aunque hallaba siempre el suelo como una esponja encharcada, y frío el sol queiluminaba el valle, mientras me segaba las barbas el ambiente que no apagaba unacerilla,yteníaquevolvermeamiagujerosinhabermeatrevidoadescenderelpedregalpordondequeríanconducirmelosimpulsosdeminecesidaddedepartirconalguienquemecomprendiera;tramábalaconChiscodespués,oconelprimeroquesemepusierapordelante, y, en fin, hasta procuraba, siguiendo las enseñanzas bucólicas de Neluco,descenderconmirazón,más luminosa,a lastenebrosidadesdeaquelloshombresparahallarelnivelapetecidoyconélelprometidodeleite;peroaunasí,mesobrabanhorasyhoraseternasdesoledadydesilencioenaquellospáramosenvejecidosynegrosenqueresonabaelecodemispasosfebrilescomosilosdierabajolasbóvedassombríasdeuncalabozo;ypordondequieraquelamirara,aquellamilaborheroicaparahacerlavidamás llevadera no venía a ser otra cosa que labor de encarcelado, hasta con el tenaz,profundoytentadordeseodeescaparme.Deescaparmesí;porquehabíavueltoaimponérsemeestaidea,nocomolaprimeravezquelasentípasandopormicerebrocomounaráfaga,sinocomounpruritoirresistibleque iba desbaratando por momentos la obra de mi aclimatación, casi a punto determinarse ya. Parecíame la fuga una verdadera canallada; pero los cuerposabandonadosenelaire,caenporsupropiagravedad;yasímesentíayocaer,roto,conlamuertedemitío,elvínculoquemásmeligabaalacasona.Ciertoquemequedabanlasligadurasdeuncompromisosolemnizadotantasvecesydelantedetantasytandistintaspersonas;perotambiéneraverdadqueaesecompromisolehabíapuestoyolalimitaciónde«encuantomefueraposible»,yque,suponiendoquellegaraasercapazdepenetrarlaobrademi tíopara trabajarenella,mi trabajonoseríacontinuoniacadahora,nisiquiera de cada día, al paso que la tediosa realidad que me asfixiaba era continua,perenne,detodoslosmomentos.Luchando sin cesar entre estos impulsos empecatados y las repugnancias de mi

conciencia de hombre formal, hubo ocasión en que me reí de mí propio, viéndomediscurrir conel criteriodeun colegialmal avenido con suencierro. ¡Quécosas semeocurrían para justificar una escapada, con promesa de volver y propósito de nocumplirla!Serenándomedespuésydandomayoralturaamispensamientos,detúvemeaconsiderarel valor de los buenos frutos que había conseguido con el trabajo de mis propiasobservaciones,yelejemploylapredicación,másomenosdirecta,demitío,deNeluco,del señor de la Torre de Provedaño, sobre todo, y de otras muchas personas de granmonta;yentoncesmeavergoncédehaberpensadocomopenséparasacudirlacargademistristezas.Colocadoenesteterreno,prontocomprendíqueloqueyonecesitabadesdeluegoyconurgencia para salir airosamente del conflicto, era adquirir otras ligaduras con quésustituirlasquebrantadasporlamuerte;otrovínculonuevoquemeunieraaTablanca,yaqueno tanestrechamentecomo loestuvomi tío,hastaelpunto, cuandomenos,dequedejaralacasonadesercárcelparamí.Bueno.Peroesevínculo¿dóndehallarle?¿dequécastaera?…¡Quiénsabelosespaciosque recorrí entonces con la imaginación enardecida y visionaria! En este viaje veloz ydisparatadonohallémomentodetranquilidadnidereposo,porquetodomeparecíamalparahacerunaltoderespiro…hastaquedienlamásperegrinadelasocurrencias.Peroya tenía siquiera una hipótesis en que detener el discurso fatigado. Pues a ello, y contoda laminuciosidadescrupulosadequien,comoyo,meditaenasuntotangravecomoaquélporvezprimeraensuvida.Elevélospensamientosporencimadelasenriscadasbarreras del valle, y le llevé lejos, muy lejos de Tablanca; cerré los ojos, acudí a losrepuestosdelamemoria,yfuiextrayendodeellaunaverdaderalegióndeimágenes,alas que hice desfilar después, una a una, por delante de mí. Cuando hubo pasado laúltima figura de esta bizarra procesión, volví con el pensamiento a las montunasrealidadesdeTablanca…ymellevélasmanosalacabeza,comoquiensepercatadequehaestadocolmándoladedisparatesparaobtenerideassalvadoras.Apaguélalinternademiscavilacionesy,¡ohsorpresa!,conelúltimorayodesuluzvipasarrápidamenteporlos términosofuscadosde la imaginación,unanuevae inesperada imagenqueparecíallevarensí lavirtudderesolvertodaslasdificultadesdelconflicto.Pero…Yacabéporhacermecrucesyecharmeareír.RiéndomeestabaaúncuandoentróNeluco.-Asímegustaverleausted-medijo-,ynoconlatristecataduradeestosdíasatrás.-Puesa ella volveremos, amigoNeluco -le respondí-, siDiosnohaceelmilagroque lepido.-Sinembargo,ustedsereíaahora…-Larisadelconejo…-No insisto -repuso el médico-, porque no quiero que me tenga usted por imprudente;pero le aseguroque, sin ese temor,másdedos veces lehubierapreguntado, enestosúltimosdías,porlosmotivosdeundesalientoquenohapodidousteddisimular.Despertaba esta declaración de Neluco la idea, no dormida enteramente en mí, deconfesarmeconél,comoFaciasehabíaconfesadoconmigo.Podíaesperarmuchodelosconsejosdesuexperiencia,y,enúltimocaso,elalivioquedaenlasapreturasdelánimoelrecursodedepartirsobreellasconunamigodebuenentendimiento.-Precisamente-lerespondíarmándomederesolución-,teníayograndesdeseosdeecharunpárrafoconustedsobrelosmismosparticulares.Conque,ahoraonunca.Cerré la puerta de mi gabinete, sentámonos los dos con la mesita entre ambos, ycomencéahablarledeestamanera:-Hadesaberusted,amigoNeluco,quedesdequevolvieronareinarelordenyelsilencioenestacasa,despuésdemuertoysepultadomi tío,yonoséenqué invertir lashorasquemesobrandentrodeella…Mepareceninterminables,noveoelmododemejorarlasymeasustaloporvenirconunaperspectivasemejante.Estaeslaverdaddeloquemesucede;letengoaustedporbuenamigo,yaustedseladeclaro.-¿Para qué? -me preguntó el médico, muy serenamente, después de contemplarme ensilenciounosinstantes.-Porlopronto-lerespondí-,paraqueustedlaconozca,ydespués,paraque,silotieneabien,meayudeconsuautorizadoconsejo.-¿Aqué?-volvióapreguntarmeconlamismaserenidaddeantes.-¡Puesmegustalaocurrencia,caramba!-exclaméyountantopicadoporaquelmododeacorralarme,queseparecíamuchoaunabromaalgopesada-.¿Quéseentiendeaquíporayudaraunhombrequepereceenelfondodeunprecipicio?

-Perdoneusted-replicóelmédico-;perooyonoestoyenmiscabales,oelcasoquemecitaporejemplo,noesaplicableenteramentealcasoparticulardeusted.Elquesehallaenelfondodeunprecipicio,nopuedetenerotrodeseoqueeldesaliryalejarsedeél;ya usted, en la situación en que hoy se encuentra, se le puede servir de dos maneras:ayudándoleasalirdeella,otrabajarparahacérselasoportableyhastadivertida.Ahorausteddirádecuáldeestosdosextremossetrata.-Delquemejorleparezcaausted-ledije-,odelosdosjuntos…Enfin,póngaseustedenmicaso,yháblemeconfranqueza.-Pues con franqueza le digo -repuso el médico que no me extraña lo que le sucede austed.Loesperaba…Entendámonos:esperabaquemuertodonCelsoysoloustedensucasa,habíadeparecerleéstamásgrande,másnegraymástristequeantes,yeltiempoquepasaraenella,muylargoyenojoso.Nadamásnaturalenunhombredelosgustos,de laeducaciónyde losantecedentesmundanosdeusted.Loquenoesperabaesquellegaransusdesalientosalextremoaque,por lovisto,han llegado…Puesmireusted,señor don Marcelo: ni por cortesía siquiera le aconsejo a usted que, para distraer sufastidio,selargueenseguidadeTablanca;consejoque,oyonoséleerfisonomíasoeselquemáshabíausteddeagradecerme.Ynoseledoy,porqueestoysegurísimodequesiselargaraustedenlasituacióndeánimoenqueseencuentraahora,novolveríaporacáentodoslosdíasdesuvida.-Hombre-respondíyocogidoporlamitaddelocierto-,esoesmuchodecir.-Nimásnimenosquelojusto-replicóelmédico-,porqueeslapuraverdad;yustednopuedenidebehacereso,aunqueechemosenolvidociertapromesayhastalosolemnedelaocasiónenquefueratificada;porqueustednadatienequehacerenesemundoqueletienta,yaquísí;porqueallá-ydispenselafranqueza-,apesardesusmerecimientospersonales, no pasaría de ser uno más en el montón de los anónimos, y aquídesempeñaríaunpapelmuchomáslucido,noporelrelumbróndesujerarquía,sinoporla condición benéfica del cargo. Nada de esto quiere decir que esté usted obligado asepultarseaquíperpetuamente:alcontrario,yoseríaelprimeroenaconsejarlequenolohiciera;quedevezencuandotraspusieraesascumbresparaecharunacanaalaire,biensegurodequeesascorrerías,hechasporunhombredelentendimientoydelaculturaydeloscaudalesdeusted,habíandeluciralfinyalcaboenbeneficiodeestevalle.Masparallegaraeseextremo,esdecir,paraquepuedayoexcitarleaquesevaya,esprecisoasegurarleaquíantesconalgoquelesirvadeceboparavolver,pornaturalyespontáneomovimientodesucorazón…Enunapalabra,tieneustedqueaclimatarsedenuevoaestacasa y a esta tierra, y a estos hombres, tales y como habían llegado a parecerle, a lamuertedesutíodonCelso.-Pero,hombredeDios -exclaméyoaquí-, siprecisamenteesésemidedomalo;si todoeso que usted me dice parece pensado con mis propios pensamientos y dicho con mipropia lengua;siyonodeseootracosaqueapegarmeaeste terruñoycogerle todoelamor que usted le tiene; pero ¿cómo? ¿con qué? Este es el caso. Vivo mi tío, laobligación, convertida en gusto ya, de acompañarle, me entretenía, y con ello, todocuantolerodeaba;muertoél,mefaltaaquelrecursopoderoso,mepierdoenelvacíodeesta casa, y me abruman las eternas horas que paso en ella buscando la manera deabreviarlas.Continuarsuobrabenéfica.Enhorabuena.Estoesfácilyhermosodedecir;peroesmuyvagoyno resuelvenada, y loqueyonecesitoesalgomásconcreto,másprácticoydelmomento.Sisetratara,verbigracia,decortarcamisasparalospobresodeenseñar la doctrina a los muchachos, yo me pasaría los días enteros manejando, lastijerasoinjiriendoelPadreAsteteenlascabezasdeestosmotilones;peronosetratadeesonidecosaparecida:laobrademitíonodaquéhaceracadainstanteniacadahora.-¿Cómoqueno?-interrumpiómeNeluco-.¿Laconoceustedafondoporsiacaso?-No,señor-lerespondí.-¿Ylepareceausted-añadió-pocoentretenimientoeldeestudiarladeesemodo,nosólopara conocerla, sino para mejorarla? Porque a usted le hemos de exigir también -prosiguióelmediquitobromeándose-,quelamejore,ylamejoraráseguramente.-Santoybueno-dijeyosiguiendoeltonoquemedabaNeluco-:lamejorarésiustedesseempeñan.Pero-añadíformalizándomedeveras-,eseestudioquemerecomiendausted,hasta para entretenimiento de las horas de estos días, ¿cómo le hago? ¿por dóndecomienzo?-¿Yparacuándo?-replicóNeluco-sonlosbuenosamigosyloscompetentesconsejeros?¿Enquéocupaciónmásagradablenimáshonrosapodríaustedemplearnos?…yperdonelainmodestiaconquemesumoconellos…Yyaquedeestosetratayestoyautorizadoporustedparahablarleconfranqueza,hededecirlequeademásdeesteestudio,delquenopuedeustedprescindir,hayotraocupaciónmásdelmomentotodavía,enlaquedebió

de habernos empleado días hace… y no nos ha empleado usted, con gran extrañezanuestra; con lo cual ha perdido un excelente recurso para matar horas sobrantes…Pensabayoque,aunqueaustedlesobrabaeldineroalveniraTablanca,habíadepicarleunpocolacuriosidaddeconocerdevistalashaciendasdeaquí,heredadasdedonCelso,yelorganismo,vamosaldecir,delostratosycontratosconsusllevadores,yalgomás,aestetenor,quenodejadeofrecersuladopatriarcal,yporende,interesanteypintorescopara un hombre como usted. Con el pretexto de verlo con los propios ojos, se deja lacárcel que abruma y entristece, se respira el aire libre y se renuevan las ideas y seesparceelánimoencogido.Conlacontemplacióndelovistoasí,nacenpensamientosquese comunican, por de pronto, con quienes nos rodean, y dan materia abundante paradiscurrir después si estamos solos, o para departir con interés gustoso si estamosacompañadosdeamigosquenosquierenbien.Lapropiedad,porpequeñaquesea,tieneesavirtud,ysiesreciénadquirida,enmásaltogrado.¡Figúreseustedsiduranteestosdíasenquetansoberanamentesehaaburridoytanhermososehamostradoeltiempo,noshubieran faltadomotivosdeexcursionesy temasdeconversaciónyandamiajesdeproyectos! Vamos, que parece mentira que ni por instinto de conservación se le hayaocurridoaustedunacosatanhacederayconveniente,yhayapreferidoentregarseatadode pies y manos a las inclemencias de su carcelero. Pero todavía no es tarde parasubsanar esta equivocación. Le acompañaremos a usted por esos campos mientras eltiempoloconsienta;veremosyhablaremosloqueaustedleimportaverydeloqueleinteresa hablar; continuaremos aquí después las conversaciones de afuera, y seapuntarán o se discutirán y se reformarán cálculos y proyectos. aunque alguna vezresultencastillosenelaire.Esto,pordepronto.Muchodelodemás,vendráellosoloameterse por las puertas de esta casa… Por ejemplo: dentro de pocos días, porque yaestamos en el mes de hacerlo así, verá usted ir llegando la falange de sus colonos yaparcerosapagarle las«rentas»que ledeben,unosenmaíz,encastañasoendinero;otrosenlastresespeciesjuntas,yalgunosconlasmanosenlosbolsillosdesocupados,para que usted les provea de lo que más necesitan. Así irá usted conociendo, poco apoco,hastaelpiedequecojean,ydescubriendoelcaminopordondehadellegarhastala entraña misma del misterio… Amén de esto, ¿por qué no ha de volver usted a sussaludablescorreríasdeantes?AhíestáChisco,másanimosoyufanoaúnqueentonces,porquehamejoradofortuna,ydoblementeapegadoaustedporlaslarguezasqueconélha tenido; ahí está Chorcos suspirando todavía, aunque no tanto como por la hija deFacia,poraquellasaventurasmontaraces,yaquellostragosdelicortanconfortantes,yaquellos agasajos tan frecuentes… y aquí estoy yo, finalmente, para cuando quieradisponerdemí;ylomismoledirádonSabasdesípropio,ycadaunodeloshabitantesdeestepueblo…Otroejemplomás.A lahoramenospensadaveráustedretoñarenelcampo los preludios de la primavera; hallará la tierra enjuta y salpicada de florecillasesmaltadas;aspirarálafraganciadelosmontesydelosprados,yquizásefijeenqueyaeshorademoverlatierra…pintoelcaso,deestehuerto,yaundecultivarlemejordeloquesehacultivadohastahoy;yconesosfines, llamausteda losobreros,hastaporelgustodepagarlesel jornal;y losmandaquecaven;ysegún levanobedeciendo,sevausted emborrachando con el olor de la tierra removida, que es el olor de los oloresagradables,ypiensaennuevasyvariadasplantaciones,yhastaesbozaunproyectodejardínenelrincónmásabrigado…Yquiendicemejorarelhuerto,diceretejarlacasaorepararsusachaquesinteriores…enfin,quenuncafaltanquehaceresalhombrequeseempeñaentenerlos,aunqueseaenlassoledadesdeTablanca…Y¿paraquésequiereeldinero?Aquí hizo un alto Neluco y se quedó mirándome fijamente como en espera de micontestación.Notardéendársela.-Todoesecuadroqueacabausteddetrazarme-ledije-,meenamoraymeseduce…comopintadoenunpapel.Masquierodarporsupuestoqueeslapurarealidad.Yatengoenmismanoselremediocontraelfastidiodeunoscuantosdías…deunabuenatemporada,siustedquiere.Corriente.Pero¿Ydespués?Cuandonopuedavoltejearporlamontaña,niremoverlatierrademihuerto,nitenganegociosquetratarconmiscolonos,yustedesté ocupado en sus quehaceres profesionales, y don Sabas en los de su ministerio, yvuelvanlascelliscasdesatadas,ylashorassinfin,ylasnocheseternas,¿quémehagoyoen las soledades de este palomar, sin la naturaleza y las aficiones de mi tío, o de donSabasodeusted?-Es que yo cuento -me replicó Neluco-, con que le basten y le sobren para atarle aTablanca,detalmodoqueselepuedadarlicenciaparaqueseausentedelvallesineltemordequenovuelvaaél,esosentretenimientosyotrostales,sillegaustedatomarlesgusto…Después,¡quédemonio!eshastapecadomortaldecirleaunhombredeltalento

ydelaexperienciadeusted,cómosesorteanlashorassobrantesenlavida,quetodospasamos.Loprincipaleslabasedelaocupación:laslagunasdeellasecolmancomosepuede.Paraeso es el entendimientoqueaustedno le falta…Y,porúltimo, si con losrecursosdeélnoconsigue loquebusca, todavía lequedaelde ligarseal terruñoésteconvínculosdetalresistencia,quesólolamuertepuedaromperlos.-Losvínculos…matrimoniales,vamos-leinterrumpí-.¿Aquéandarnosconmetáforas?-Cabalmente-replicóelmédico.-Pueslodicho-añadíyo-.Estáustedpensandoconmipropiocaletreyhablandoconmimismalengua.Tambiénsemehabíaocurridoesasalidaunmomentohace.-¿Enserio?-Oenhipótesis.-Noeslomismo.¿Yporquénohadehabérseleocurridoenserio?Estáustedenlamejoredadparacasarse,esrico,hacorridoelmundo,tienelaexperienciadeél,estáhuérfanoysoloyacentenaresdeleguasdelúnicodeudocercanoquelequeda,ytansobradodecaudalescomousted. ¿Paraquédemoniosquiereel suyoy la largavidaque tienepordelante, sinopara reconstruir la familiaquehaperdidoydejaren la tierra, cuando laabandone para siempre, alguien que le cierre los ojos con cariño y le llore de todocorazón?-Yusted -respondí aNelucomedio en serio ymedio en chanza-, que ve y siente todasesascosastanbonitas,queyonoveoniechoenfalta,comodeurgentenecesidad,¿porquénomehadadoyaelejemplo?-Porquesoncasosmuydistintoseldeustedyelmío,señordonMarcelo-díjomeaestoNeluco-. Yo empiezo a vivir ahora, necesito trabajar, y trabajar mucho, para ganar elpedazodepanquecomo; y además,nimeaburroen la soledadenquevegeto,nimetientan,comoausted,lasseduccionesde«alláafuera»,niconmigohadeextinguirsemiapellidoaunqueyomuerasolterón…¡Perosimevieraenelpellejodeusted!…-Converteysinvertedeesemodo-dijeyoparamí,contemplandoalmédicoconojosdemalicia-,nohasdetardarmuchoencaerdelladoaqueteinclinas,marrullero-yañadíenvozalta-:Puessupongamos,amigoNeluco,queyo,porpensarcomopiensausted,oporvocaciónverdadera,oporesoquesellamarazóndeestado,resuelvocasarme…paraviviraquí,porsupuesto,aunquenoseaperpetuamente.Naturalesqueyobusqueunacompañeraadecuadaamiscondiciones…Yenestecaso,¿mequiereusteddecir,señorcasamentero,conquécaraniconquéconcienciaofrezcoyoaningunamujer,entretodaslas que conozco, este presidio por recompensa de la dicha que yo voy buscando en elintentodecasarmeconella?-¡Pues eso sólo le faltaba a usted! -exclamó aquí Neluco llevándose las manos a lacabeza, como yo me las había llevado poco antes y con el propio motivo-. Con unacompañera de esa estofa no viviría usted aquí en santa paz media semana. Mil vecespeorquelaenfermedadseríalamedicina.-Ysiendoesto,comoloes-repuse-,¿dequétrazahadeser,ydedónde,lamujerqueyobusque para casarme con ella? ¿Quiere usted que apechugue con una mozona deTablanca?-¿Ynohaymásmujeresenelmundo-dijoconenterezaelmediquillo-,quelasmozonasdeTablancaylasseñorasdeMadrid?Procureusted,señordonMarcelo-añadióentonodelamayorsinceridad-,quelamujerelegidaparacompartirconustedelseñoríodeestacasa,seconsideremuyhonradaygananciosaenello:conestobasta,ynodudequelasde esta condición abundan a nuestro alcance. El asunto no es puñalada de pícaro: datiempo para discurrir, para andar y para ver… y ¡qué demonio, hombre! -exclamó deprontoconinusitadavehemencia-,puestoquehablamosyaenserio,yparaqueveaqueno fantaseo yo en lo que afirmo, válgale este ejemplo que ahora se me viene a lamemoria: ¿quiere usted belleza y ternura y bondad y delicadezas de sentimiento, ycuantosepuedapedir,menos lacultura refinadade los salones,enunasolapieza,enunamujermodelo,aunparaunhombrecomousted?Puesbiencerca latenemos:Lita.Conqueanímeseustedapretenderla.Mequedéestupefacto.¿Eraaquellobroma?¿Eraabnegación?¿Eraarranquepatriótico?Ledeclarémiasombro,ymedijo:-DesdequevinoustedaTablanca,estáempeñadoenvervisionesaesepropósito.Loséporalgoqueustedmehadichoyotropocoquehadejadotraslucir.Enunaocasión lepintélacastaylosmotivosdelcariñoquenostenemoslosdos.Loqueentoncesledijeera la pura verdad, y la mejor prueba de ello, lo que acabo de proponerle y tantoasombro le ha causado. Crea usted que con todo lo que le estimo y le considero, nollevaríamiabnegaciónhastaelpuntodebrindarleconprendadetanaltovaler,sifuera

mía en el sentido que usted se había imaginado. Esto sin contar con que, aun sin esesoñado compromiso, sabe Dios lo que la huéspeda pensaría de estas cuentas, si nosestuvieraescuchandoporelojodeesacerradura.Instintivamente volví los ojos hacia la puerta. Entonces soltó una carcajada Neluco, ycomprendíquenosabíayollevarlabromaconlafrescuraqueelcasorequería.Cambiódiscretamentedeconversaciónelmédico;dimospocodespuésunasvueltasporlasalona,hablando…norecuerdodequétrivialidades;fuesealcabodeuncortorato,yquedémeotravezsolo;pero¡cosaextraña!sininquietudesnitristezas.

-XXXII-¡VayasimedioquepensarlaocurrenciadeNeluco!Estávistoqueelmayorinterésdelascosasnodependedelascosasmismas,sinodesuscircunstanciasyaccidentes.Aquelmismopensamiento,expresadoenvozaltaporelmédico,habíapasadoensilenciopormimentepocoantessindejarenellaelmenorrastro…Cierto,detodaverdad.Pero¿dequéhabíanacidoelobstinadoempeñoqueyotuvedesdequelleguéaTablancayconocíalanietadedonPedroNolasco,enaveriguar«loquehabía»entreellayNeluco,dandopor supuestoque«habíaalgo…»yque tijeretashande ser?Al fin y al cabo, ¿quémeimportaba a mí que lo hubiera o no lo hubiera? Híceme estas preguntas, porqueenlazandosusmotivosconelefectoquemehabíacausadolainesperadaocurrenciadelempecatado mediquillo, cabía suponer la existencia, en que jamás había creído, deciertas corrientesmisteriosas por lomás hondo e inexplorado del corazón…De todasmaneras,existieranonoesascorrientes,elcoincidirNelucoyyo,porimpulsopropioyespontáneo,enunpuntotansingularyconcreto;yoesbozandolaideamentalmente,yél,como si me la hubiera leído en el cerebro, presentándomela después con visos derealidad, era sobrado motivo para consagrar al caso toda la atención que yo estabaconsagrándole.Nosedantodoslosdías,ensituacionessemejantes,coincidenciasdeesecalibre.Ello fue que me pasé las horas muertas desmenuzando la insinuación inesperada delmédico y sometiéndola, por fragmentos impalpables, a la fuerza de un análisisescrupuloso. Así llegué hasta la felonía de sospechar del desinterés de Neluco,creyéndolecapazdehabermeapuntadola idea,deacuerdoconla interesada,oconsumadre siquiera.Peromebastóun instantede reflexiónparadesvanecerel recelo, convergüenzadehabercaídoenél.En todas las edades de la vida tenemos los hombres algo de niños, y siempre hay un«juguete»quenos llegacuandoypordondemenos lopensamos,quenos sorprendeynos encanta y nos preocupa, y hasta «nos hace buenos…» y además tontos. Dígoloporquenosolamentemepaséel restodeaquella tardeyunabuenapartede lanochedandovueltasalquemehabíaregaladoNeluco,para«verloqueteníadentro»,sinoquealdespertarmealotrodía,loprimeroquesememetióentreloscascosdelmeollofueladuda de si era o no la nieta del gigante de laCastañalera tan guapa y tan donosa enrealidadcomoelmédicome lahabíapintadoy lahabíavistoyocuandome interesabamenosqueentonces;yconestaduda,elpropósitofirmedeiraaclararlaconmispropiosojosencuantomelevantara…«Porque-loqueyomedecía-,noesquemeimportedoscominos,endefinitiva, laaclaración;noesqueme lleguealalmaporningunaparte lapersona,peromeinteresamuchoelcaso.Setratadeunsupuestoquepudierarealizarseelmejordía,yesdesumanecesidadverlo,pesarloymedirlotodominuciosamenteyatiempo,paraevitarulterioreseirremediablesdesencantos.»Ycomolopensélohice…yaunhicemásdelopensado;porquemeesmeréenelropajecomonuncamehabíaesmeradoallí…yhastamedi«brillantina»enlabarba.EncontréaLitucadelamismatrazaquecuandolaconocíycomolahabíavistomuchasvecesmientrasvivióenmicasa,detrapilloytrajinando;conunchaldeabrigocruzadoenelpechoyanudadoatrás,despeinadayconunabayetaenlamano,dalequeledaspara despolvorear los muebles, y soba que soba para sacarles brillo. Se sorprendiómuchoalverme«tantempranoytanperipuestoalcabodedíasydíassindejarmeverdenadie»,ytemióqueaquellainesperadavisitafuera«paracosamala».¿Estabaenfadadoconellas?¿Mehabíandado,sinquerer,motivoparaestarlo?Todoestomelodijoensulenguapintorescayarmoniosa,suspendiendosutrabajo,arreglándoseconlamanolibre,blanquísima y rechoncha, los desordenados cabellos que le coronaban la frente, ysonriendoconlaboca,conlosojosparlanchinesyconlosdoshoyuelosdesuscarrillitossonrosados. Me vi mal para responderla en el tono que pedía la situación; porque lareferencia a lo de ir yo tan compuesto, me ruborizó un poquillo como si me hubieradescubiertounaflaquezaindignadeunhombrecorridoporelmundo.Estodelropajeloexpliquéconlarazóndellutoqueestabaobligadoallevarynomepermitíasalirdecasaconlosholgadosyalegresvestidosdecostumbre.Lodequemivisitafuera«paracosamala»porlasseñasdeaquelloshábitosceremoniosos,necesitabaunaaclaración,yselapedíaLituca.Hízomeladiciendoquelacosamalaenqueellahabíapensadodepronto,era una despedida para lejanas tierras, por no tener ya quehaceres en aquéllas tantristonasparamí.¡PensaryoenirmeentoncesdeTablanca!…Podíajurarquenuncame

habíavistomásapegadoalvalle.Pero¿porquémiausenciadeéleracalificadaporelladecosamala?-¡Otra,señor!-respondióaestoconlanaturalidadmásencantadora-.¿Quierequetengapor cosa buena el perder de vista a una persona como usté?… ¡Mire que hasta le hecomidoelpan!Soltóaquíunarisotadadelasquesolía,ymepidiópermisoparairaarreglarseunpoco,«porquenoestabasuverparacabayerotanprincipal»,llamandoenseguidaasumadreparaquemeacompañaramientrastanto.Quevinierasumadre,santoybueno;peroquefueraellaavestirseyacicalarse,deningúnmodo…Nolopodíaconsentir.Ohabíaonohabía franqueza entre convecinos y hasta comparientes tan íntimos como nosotros.Cabalmente(estonoselodijeaella)estabayogozándomeenadmirar,desdequehabíaentrado, el extraordinario relieve que adquirían los encantos de su hechicera personasobreelfresco,limpioyairosodesaliñoquelaenvolvía.ApuñocerradocreíaqueNelucoy yonos habíamosquedado cortos en lamanerade verla y admirarla.Quedóse al fin,llegósumadre,yentrelasdosjuntasmepusieronparapelar,por«loolvidadasquelastenía».Aleguéporexcusademiapartamientoocupacionesapremiantesdentrodecasa,despuésdeunsucesotangravecomoelocurridoenella…Nadamevalióelrecursoanteaquellos dos diablejos que todo lo metían a barato. Acudió el viejo Marmitón a laalgazara. Cesó ésta unos instantes, y los utilicé yo para averiguar cómo andaba elgigantón desde que no nos veíamos. Andaba «tal cual» según el interesado, ymuchomejor que eso según Mari Pepa.. .«porque ¡comía el bendito, que no había con quéllenarle!».-¡Esosí,graciasaDios!-confirmóelaludidoconsuvozarróndesiempre.Estábamosyaenlasala;sentámonostodos,yempezóaenjuiciarselavisita.Evocáronsepor las mujeres los recuerdos de los trajines pasados en aquellos días tan tristes, yaproveché la ocasión para ponderar la soledad en quemehabía quedado y lo que lasechabademenosencasa…Ynoséapunto fijodequémodose fueenredandodesdeaquí la conversación, porque yo me mezclaba en ella maquinalmente con la palabra,mientras tenía los pensamientos en Lita que estaba enfrente de mí. Pero unospensamientosmuyextraños.UnavezmelaimaginévestidacontodoslosperifollosdelaselegantesdeMadrid,ymeprodujolavisióndeloimaginadotandeplorableefecto,quediunrespingoenlasilla.Meparecieronunaprofanaciónaquellosarrequivesentalcuerpoque no había sido formado para tener por fondos los artificios convencionales de laciudad,sinolosinmutablesygrandiososescenariosdelaNaturaleza.Por éste y otros derroteros semejantes iban mis pensamientos volando a mi placer…hastaquemeasaltóderepenteelrecuerdodeaquellasalvedadquehabíahechoNelucopor remate de la «cuenta» que estuvimos echándonos los dos la víspera por la tarde.Podíala«huéspeda»noestarconformeconellasinoshubieraoídoajustarla.Eldiablome lleve si en aquel momento tenía yo resolución hecha de conducir a término planalguno relacionado con la aprobación de nuestros cálculos; y, sin embargo, la dudasurgidaderepenteenpresenciadela«huéspeda»misma,mecontrariómuchísimo.Noes el hombre onza de oro que a todos guste por igual, aunque tengamuchas a buenrecaudo,comoyolasteníaentonces;ypodíasucedermuybienqueLitucanogustarademí por especiales razones… y hasta por estar prendada de Neluco sin que éste losupiera,puestodocabíaenelcampode lossupuestosverosímiles.Pero¿cómoaclararesta duda en el acto, sin descubrir el misterio de mis intenciones? Y, sin embargo,aquellonopodíaquedar así; porque yonecesitaba tener esehiloprincipal en lamanopara tirar de él cuandome diera la gana, o para no tirar nunca sime conveníamás.Egoísmopuroyrebeldías insanasdelamorpropiocontrariado;ycomosiemprequeunhombre, por corrido que sea, se halla en estas situaciones de ánimo, lo primero quepierde es el sentido común, barruntando yo que iba a cometer allí alguna majaderíagordasimedejabadominarunpoquitomásdelpruritoqueempezabaaconsumirse,diunrecortealaconversaciónqueseguíamaquinalmente,yporterminadalavisita,conlapromesaformal,¡vayasiloera!derepetirlaamenudo.Yo no sé lo que pensarían en casa del viejoMarmitón del desconcierto que debió denotarse entre las palabras que salían demi boca y las ideas queme retozaban en elcerebro,nisi lenotaronsiquiera;peroesunhechoqueamedidaqueandabahacia lacasona,formandoseriospropósitosdeiraclarandoladudapocoapoco,extrayendodelfondodelacristalinafuentelaspedrezuelasmisteriosasconlaspinzasdemiexperienciay el tacto demi nativa serenidad para esas cosas, memaravillaba del desarrollo quehabíaalcanzadoaquelarrechuchomío,ydelocercanoquemehabíapuestodecometerunaligerezaimpropia,noyadeunhombremaduro,sinodeuncolegialinexperto.PeroenlotocanteaLituca,noenmendabaunatildedeloconvenido.Eradelomásmonoy

hechicero que podía buscarse en estampa y en carácter de mujer; y además, lista ysensibleybuena,sincontarlodehacendosayhábil.Granbarro,indudablemente,paraformar una compañera a su gusto unAdán como yo, en un paraíso de la catadura deTablanca.Quieredecirse,yasíeslapuraverdad,queaunquepasóenbreveshoraselarrechuchoquemehabíasacadodemisordinariosquicios,nosellevóconsigolaideaplácidaquelehabía engendrado. Al contrario, me la dejó en la mente, cristalizada y luminosa,irradiando sus destellos peregrinos sobre todo cuanto me rodeaba, como el suaveresplandordelcrepúsculoqueaparecesobreelhorizonteanunciandoelespléndidosolquevienedetrás.Seríapueril,inocente,alosojosdeunmundanomuycorrido,aquélmiestadopsicológico;perolociertoeraqueyanomecreíasolonidesocupadoenTablanca,niaoscuras,tristeyensilencioenlacasona;yesto,algomásvalíaquelacredencialde«hombre incombustible», otorgada por otro, esclavo infeliz quizá de esa y otraspreocupaciones semejantes. Cabía temer que también pasaran estas ráfagasconsoladoras,comohabíapasadoelhuracándeantes,yyolotemíseriamente;peroibancorriendolosdías,ylejosdepasarconellos,cadavezsedejabansentirmáshalagüeñasymetraíannuevasfragancias.RepetílasvisitasalafamiliadedonPedroNolasco,porqueasíselohabíaprometidoenlaprimeradelasdeaquellaserie;yalgodebieronpublicardemisecretomisojos,oeltimbredemivozo losátomosdelaire,puessinhabersedeslizadomi lenguaunpuntomásalládelarayaquelahabíapuestoporlímite,yanoerayoparaLitucaloquehabíasido hasta entonces. Se le acobardaban los ojos enfrente de losmíos, eramuchomáscomedida en sus regocijadas expansiones, y le daban qué hacer los frunces de sudelantalcuandohablábamossolos,tantocomolasideasylaspalabrasqueempleábamosen la conversación. Estos síntomas, que se fueron acentuando al andar de misinsinuacionespuramentemímicas,llegaronadarmeporaclaradaladudaquetantomehabíacarcomido,sinhaberaventuradoyounasolapalabraenelempeño:esdecir,quesemehabíaidoalamanoelhiloqueyodeseabatenerenella,solo,porsupropiavirtud,sinoeraporlafuerzadelamisteriosacorriente,enlaquenopodíamenosdecreerya.Ensuma:que,omeengañabamuchomibienacreditadaexperienciaenesos lances,opodíatirardelhiloamiantojocuandomedieralagana.Estaba,pues,enlasmejorescondicionesimaginablesparahacerunaltoenmiempresayexaminarelterrenotranquilamenteyamigusto.Sobresiestemododepensareramásomenos honrado y decente, no me puse a discurrir, la verdad sea dicha. Convenía laparadaamispropósitos,ylahice.NoporesodejédefrecuentarlacasadeloctogenariodelaCastañalera:alcontrario,yhastacomíconlafamiliadosvecesenaquellatemporada;sóloqueprocurabaamenudollevaraLitaalterrenoyalestilodenuestrasprimerasintimidades,economizandomucholas insinuacionesdeotracasta,yusándolasúnicamenteparaconservar«arrimados losfuegos».¡Y con qué docilidad tan hechicera acudía la inocente a mis llamadas! Tampoco esteprocedimientosepasabadenoble;peromeeramuyconvenienteyconelloapaciguabaciertossíntomasderebeliónquemeintranquilizabanlaconciencia.NoeramenoscomunicativoqueconlafamiliadeMarmitón,condonSabas,conNeluco,conlossirvientesdemicasa,conmistertulianosdecostumbreyconelpueblodepuntaacabo;peroconnadielofuitantocomoconNeluco.Meperecíaporconversarconél;ycomoenestasintimidadessemedeslizabanenlalenguaalgunosdestellosdelaluzenquesebañabanmisideasensuescondrijo,elmuylagartosesonreíaalacallada,yconbienescasoesfuerzodeingenio ibadescubriéndometodoloqueyonoqueríadeclarar.Por fortuna, era infinitamentemás discreto que yo en aquellas circunstancias, y todoquedabareducidoaquecambiarandemadrigueralossecretosqueibanescapándosedelamía.Volví a las andadas pormontes y barrancos, y hastame parecían llanos y placenteroscaminosysendaspor loscualesnoandabayoantessinoechando lospulmonespor laboca.TambiénmeacompañabanentoncesChiscoyPitoSalces;peromásrespetuososyhastamásserviciales,aunqueparezcaestomentira,que laotravez,cuandoyonoeraamo y señor de la casona, ni había tenido ocasión de mostrar ciertas larguezas queChisconoolvidabaunpuntoporloqueaélletocaba,niPitoSalcesporloqueatañíaalamozona de sus pensamientos. Prestándome gustoso a todo lo que Neluco me habíarecomendadoycontinuabarecomendándomeparaentretenerlashorassobrantesdeldíay de la noche, visité una por una mis haciendas, mis prados, mis heredades, miscastañeras y robledales,mis casas,mis aparcerías de ganados; estudié con verdaderoafán de penetrarle hasta el fondo, el organismo, como decía Neluco, «de los tratos y

contratosdemitíoysusaparcerosycolonos»,dondeestabalaenjundiadelgranespíritude este hombre benemérito que, sin políticas bullangueras y perturbadoras, habíalogrado resolver prácticamente, y por la sola virtud de los impulsos de su corazóngeneroso y profundamente cristiano, un problema social que dan por insoluble los«pensadores» de los grandes centros civilizados, y tiene en perpetua hostilidad a lospobresyalosricos.Conelestudiodeestoshermosos.detalles,acabédecomprenderloquenocomprendíalasimplelecturadela«Memoria»,encuyointencionadolaconismo,por lo tocante a la obra benéfica del patriarca, vi entonces otro rasgo de su exquisitadelicadeza en sus relaciones conmigo. Este estudio, aunque somero, me ocupó días ydías;mediomuchoymuygratoquéhaceryquépensar,ynuevasymuyhondasraícesdeadherenciaaaquelpobre terruñoquepor instantes ibacambiandodeaspectoantemisojos.También le llegósuvezalhuertode lacasona,comomehabíaaconsejadoNelucoy lohubierahecho yo sin su consejopor espontáneo impulsode las inclinacionesque ibanapoderándosedemí,dedíaendía,dehoraenhora.Secavó,seremoviótodasutierra;sepusieronenbuenordenlasplantasenfermizasqueencerraba,ysetrazóunregularpedazode jardín,queseplantaríadebidamentecuando fuera tiempodeello, lomismoque loscuadrosdestinadosa frutalesyhortalizas.Yeraverdadqueno teníaparejaelolordelatierrabienenjuta,removidaalaluzyalcalorcillovivificantedelespléndidosoldefebrero.Jamáslohabíanotadohastaentonces…Ciertoquetampocomehabíapuestoyoenocasióndenotarlo.Después de aquellas labores del huerto, como el tiempo seguía risueño y primaveral,emprendí otras más rudas, entre ellas la de suavizar en lo posible la cambera delpedregal, única vía de comunicación que tenía la casona con el pueblo. No quedó elcaminoamigusto,perosímuymejorado.Ynoacometíenseguidalasreformasquehabíaido proyectando en el viejo caserón de los Ruiz de Bejos, porque éstas eran palabrasmayores,comodecíaelCura,ymefaltabanloselementosnecesariosparaacometerlas.Peroseacometeríantanprontocomomefueseposible,ysinmiedodeque,entretanto,semeadormecieran lospropósitos,porquecabalmenteeranaquellasobrasunode losrenglonesmás importantes del plan de vida nueva que yome había trazado y estabatrazándomecontinuamente.ElCurasepasmabadeaquellosmisafanes,ymásconlamiradayconelgestoqueconpalabras,medabaaentender losatisfechoqueestabademí;Neluconomeperdíadevista un momento, y parecía entusiasmado con los nuevos fervores míos, los cualesestimulaba con tentaciones de otras golosinas, que al fin me hacía tragar con sudiabólicaestrategia.EncasadeMarmitónponíanenlasnubeselmilagro,ysóloenbocadeLitucaerancomedidas lasalabanzasyserefrenaban losplácemes,aunquebien losvoceabanlosojos,comosilafuerzadeunaleyocultaimpusieraaquellalimitaciónalosimpulsos de su alma; por el pueblo «se corrían» ya las noticias más estupendas apropósitode esta resurrecciónmía, yme colgaban, con lo cierto, planes y calendariosquejamásmehabíancruzadoporlasmientes;teníanme,noyaporelcontinuador,sinoporel reformadoromnipotentede laobra tradicionalde losRuizdeBejos,porundonCelso refundidoyhastamejorado,nosolamente«enestampay ropajes», sino también«en posibles y enmagín»; por la noche iban a la casona los tertulianos con las ideasempapadas en estas fantasías, y me veía negro para rebajar muchas partidas de lacuentagalanayponerlascosasensupunto…Enfin,quedentrodemíyenderredormíoera plácido y risueño todo lo que poco antes había sido triste y aflictivo y tenebroso.Hasta lamismaFaciaeramuyotrade loque fue: comenzabaanutrirse ya sonreír, ydormíasin sobresaltos…SóloPitoSalcesandabaamurriadónycaviloso, yyonopodíaconsentirlo,porlomismoquemecreíacapazderemediarlo.-¿Porquénoechas«eso»aunladodeunavez?-ledijeundía.-Comonoestáenmílapara…-merespondiómirándoselasuñasdeunamano-.¡Quémásquisierayo,puches!Leprometímiayudaensuscongojas,ycasibailódegusto.DespuésllaméaTonaamigabineteylahablédelcaso.Sepusocoloradonacomountomatemaduro,yalfinllegóadeclararme, en medias palabras y entre oscilaciones de sus caderas y manoseos deldelantal,que«porsupartenodiríapropiamentequeno…cuandojuereocasióndeeyu…sisumadre…».LlaméaFaciaenseguida,vino,ysometíelnegocioasuconsideración.Mostróseenteradadeélporciertasseñalesquenuncamienten,ymedijoque«porsuparte… cuando juere ocasión de eyu… si a mí no me paecía mal…». Cabalmente meparecíatodolocontrario;yconesto,yconconvenirlostresenquelaocasiónde«eyu»podíaser,ysería,despuésdepasarelrigordeloslutosquellevabanpormitío,sedioelasuntopor terminado comoyodeseaba yPitoSalces también.Llaméle apoco rato; le

enterédeloconvenidoconTonaysumadre;hizodoszapatetasysediodospuñadasenloscarrillos;leencarecílaobligaciónenqueestabadesermásprudentequenuncaenlotocanteasunoviazgo,siqueríaquenoselecerraranlaspuertasdelacasayleregalarayoensudíaelajuardelasuya;ysefuedandozancadas,riéndosesoloytapándoselabocaconlasmanosenseñaldeacatamientoamisrecomendaciones,despuésdepedirmepermiso, que le di, para recabar de Tona y de sumadre la confirmación verbal de loacordadoconmigo…ypara«entraren lacasa» todas lasnoches,y«siamanovenía»,parahablarconlamozonaalgunaqueotravezconlosdebidosrespetos.Acometidoyadelafiebrecasamentera,detuveaChiscoaltoparconélenelcarrejodelacocina.Perolevitanigualasímismo,contalesdestellosenlacaradelbienestardesusadentros…yestabayotanhechoaélymehacíatantafaltaenlacasona,quenomeatrevíatentarlelapaciencia,yledespedíconunpretextomalurdido.Corriendoasílosdías,esmaltáronsedefloresyreverdecieronloscampos;calentómáselsol; templóse y se embalsamó el ambiente; desperezóse, al fin, la Naturaleza como sidespertaradeun largoyprofundosueño,ysedispusoaaderezarse,conelesmerodeunadamapulcraymuypagadadesubelleza,empezandoporlasnimiedadesdeltocadorparaconcluirpor lomásespléndidoyostentosode su ropero; ymepareció llegada laocasiónderealizarunpropósitoquehabíaformadoymaduradoúltimamenteconseriasymuydetenidas reflexiones.Se tratabademivueltaaMadrid«poralgún tiempo».Esteviaje le conceptuaba yo de sumanecesidad, no tanto por lo que tocaba amis asuntosparticulares,bastantedescuidadosdesdequemehallabaenTablanca,cuantoporverelefectoquemehacía,contempladodesdelejos,elcuadrodemisnuevasilusiones;estimarcon exactitud la resistencia que quedaba a los vínculos que aún me unían a la vidapasada,ycompararlacon lade losque ibanamarrándomea lanueva.Conceptuabayoestapruebadegranimportanciaparalosfines«ulteriores»y«posibles»demiscálculos,sin el menor recelo ya de que los vanos fantasmas de otras veces me infundieran latentacióndenovolver,tanprontocomoperdieradevistaalacasona.DeclaréundíaelpropósitoaNeluco.Lepareciómuybien,yhastameaseguróquesinosemehubieraocurridoamí,melohabríaaconsejadoél.«Habíancambiadomucholascosasdesdequehabíamosajustadolosdos,enaquelmismositio,ciertacuenta…»Yelmuy tuno, sonriéndose,me dio un golpecitomuy suave con el puño de su cachiporro.Despuésleconfirmémisyadeclaradosintentosdeemprenderenelpróximoveranolasconvenidasreformasenel interiordelacasa,yleencarguédelacopiodelasprimerasmateriasydebuscarmeobreroscompetentesparaello…YoenviaríadeMadrid,yauntraería conmigo «cuando volviera», lo que no podía hallarse en Tablanca ni en susinmediaciones,paradarlaúltimamanoaunalaborquetantomeinteresaba.Atodoseprestóconalmayvidaelexcelenteamigo…yhastasemefiguraquepensóqueaquellasrecomendaciones no se las hacía yo tanto por apego a la obra, como por exhibirlepruebasirrecusablesdemisintencionesdevolverpronto.Yquizápensarabien.LlegóelCuraenesto,dilecuentadelotratado,ylegustómucholodemejorarlacasa;peronotanto lo de mi viaje a Madrid… «Ahora, si convenía para bien de todos, como yo leaseguraba,fueraeyuporelamordeDios.»¿YLituca?¿Quédiríademimarchacuandotuvieranoticiadeella?Yaldárselayoyaldespedirme,¿dejaría lascosascomoestaban?¿Levantaríaunpoquitomás lapuntadelvelo,onolalevantaría?Pensémuchosobreéstas,alparecer,pequeñeces,queeran,sinembargo,piezasmuyconsiderablesdelcimientoenqueseapoyaba laarmazóndemishipótesis; y al fin tuve que resolverme por la afirmativa, aunque en su gradomínimo,cuandovilosesfuerzosquecostóalapobredisimularamediaseldeplorableefectoquelecausólanoticia.Peroasíytodo,oquizásporlomismo,enaquellavisitanoserióunasolavezconlasverasdeantes;yaaldespedirmeyo«hastalavuelta»conunapretóndemanosmuyelocuente,tuvoquedarmeconlosojosacobardadoslarespuestaquelefaltóen sus palabras descosidas. En cambio, Mari Pepa, a quien me costó mucho trabajoconvencer de que mi marcha no era «la del humo», como ella la había calificado depronto,hablóyjaraneóysedespidióportodoslosdesucasa,inclusoeloctogenario,quenohabíadichodiezpalabras, y ésasmonosílabas y comootros tantos estampidos.Lostresbajaronconmigohastalacorralada,desdecuyapuertalesdielúltimoadiós,conlosojosyelpensamientofijosenLituca,cuyaexpresióndepenabiensentidaleagradecíenelalma.Dos días después me despedía en Reinosa del Cura y de Neluco que me habíanacompañado hasta allí, y de Chisco que había ido tirando del rocín que conducíamisequipajes; me acomodaba en los blandos almohadones de un coche del ferrocarril, ycomenzaba a rodar hacia las llanuras de Castilla, con la vista errabunda por loshorizontes, aún no abiertos a mi placer, y la cabeza atiborrada de pensamientos

insubordinadoseindefinibles.

-XXXIII-NopuedonegarquemeencontrémuyagustoenmicasitadelacalledeArenal,tanbien«vestida», tan elegante, con todas las cosas tan a la mano y tan a la medida de misnecesidades. No me veía harto de pisar el suelo alfombrado, de arrellanarme en losblandossillones,decontemplarmeenlosespejosdelosarmarios,derecrearlavistaenloscuadrosdelasparedesyenlosbroncesyporcelanasquecoronabanlosmueblesdefantasía o guardaban las artísticas vidrieras, ni de tendermis huesos en lamullida yvoluptuosacamaaesperarelsueño,quenotardabaenllegar,comounaleteosuavísimodegeniecillosbienhechores.¡QuépocoseparecíatodoaquelloalacasonadeTablanca,tangrande,tanvieja,tandesnuda…ytanfría!También me hallé muy complacido entre el grupo, no muy numeroso, de mis íntimasamistades, lomismo cuandodepartíamos sobre lo ocurrido en el escenario denuestromundodesdequeyofaltabadeél,quecuandoservíandemotivoasusbromasla«pátinamontaraz»dequeveíanempañadatodamipersona,olasnuevasaficionesalascualesmemostraba inclinado, aunque cuidandomucho de no descubrir el oculto resorte delaparentemilagro.Lo que no me gustaba tanto eran las muchedumbres y el ruido y la línea rectainformándolo todo, en el suelo de la calle, en losmuros paralelos y compactos de lascasasenfiladas, en lapiedra y enel hierrode las jaulasdel vecindario, avezada comoteníalavistaalascurvasondulantesygraciosasdelaNaturaleza,alordenadodesordendesusobrascolosalesyalasobriedadjugosaydulcedesustonosseveros.Echabandemenosmispulmoneselairericoypurodelamontaña,cuandosehenchíandelespesoymalolientedelosgrandescentrosrecreativosatestadosdelucesydegentes;yandabaconlacabezamuyaltaaunporlossitiosmásespaciosos,porlacostumbredebuscarlaluzporencimadelosmontes;antojábansemelascalleshormiguerosynoviendoenellasmásquelasobrasylosfinesdelaambiciónhumana,cuandoelevabamivistamásalládelosalerosqueasombrabanlarendijadelacalle,nodescubríasiemprelaimagendeDios,olaveíamenosgrandequelaquemereflejabanforzosamentelosgigantescospicachosdeTablancaencuantoclavabamisojosenellos.Yohubieraqueridoentalescasosunacomponendaentrelosdosextremos,algoporelestilodeloquesentíaGedeóncuandoselamentabadequenoestuvieran las ciudades construidasenel campo;perono siendoposible la realización de mis deseos, no muy apremiantes, me habría acomodado tanguapamenteaestasyaquellasrelativascontrariedades,entrelascualeshabíanacidoyvivido y hasta engordado, sin la menor sospecha de que pudiera haber cosa mejordispuestayordenadaparaelregaloybienestardeunapersonadebuengusto,enpartealgunadelmundoconocido.Lodelasmuchedumbres,quecomenzópordesagradarmeunpoco,yallegóaserharinade otro costal. No hay como las picaduras del amor propio o las insinuaciones delegoísmoparasacardesupasoaloshombresmásparsimoniosos.Cadavezquesalíadecasaoasistíaaunespectáculo,siempre,enfin,quemeveíaenvueltoenlosoleajesdelmar de transeúntes o de espectadores, me acordaba del dicho de Neluco y mepreguntabaamípropio:¿quiénsoyyo,quérepresento,quépapelhago,quépitotocoenmedio de estasmasas de gente? ¿Para quédemonios sirven en elmundo los hombresque,comoyo,sehanpasadolavidacomolasbestiaslibres,sinotraocupaciónqueladeregalarse el cuerpo? ¿Quién los conoce, quién los estima, quién llorará mañana sumuerteninotarásufaltaenelmontón,niserácapazdedescubrirlahuelladesupasoporlatierra?¿Yparaeso,paraviviryacabarcomolasbestias,soyhombreylibreymozoy rico? ¿No serían una mala vergüenza una vida y una muerte así? Y me iba con elpensamientoalasagrestessoledadesdeTablanca,dondenoexistíaundesocupado,niunegoísta, ni un descreído, y había visto yomorir ami tío abrazado a la cruz entre lasbendiciones y las lágrimas de todo el pueblo. Esto sería triste y «obscuro» ante laconsideracióndeunelegantedespreocupado;peroeraluminosoygrandealosojosdelbuensentidoydelaconcienciasana.Quedábamealgunasveces,sinembargo,ladudadesi estas reflexiones eran legítima y directamente nacidas de la observación serena ydesinteresada,oveníanimpuestasporlaideademiadquiridocompromiso,ineludibleya;pero la verdad es que aquellas dudas se desvanecían fácilmente, y que cada día quepasaba me era menos agradable el desairado papel de comparsa anónimo que habíahechoyoenelmontóndecorativodeesaincesantefarsadelavida.Contribuía mucho a sostener el calor de estos sentimientos, mi frecuente y animada

correspondenciaconNeluco,elcualnoeramenosexpresivo,discretoeintencionadoconla pluma que con la palabra; y digo lo de intencionado, porque nunca le faltaba unpretextoenlascartasparadedicarelmejorpárrafodeellasaLita,demaneraquemeenterarayode loqueme«añoraba» lahijadeMariPepa,sinquepareciesenoticiadeelloloquemedecía.Yoseguíaunprocedimientosemejanteparaqueseenteraraelladequenolaechabaenolvidounsolomomento;yasífomentabayteníaenincesantecultivoestedelicadofrutodemitranscendentalevolución,dentrodeloslímitesqueyomehabíatrazadoparaeso.Medabaminuciosacuentadelestadode lascosasdealláquepodían interesarme;meconsultaba dudas o me apuntaba ideas sobre los encargos que le tenía hechos, o meesbozaba otros planes que siempre me parecían bien. Así me defendía de las malastentacionesconquemeasediabanlosdiablejosdemividapasada,encuyasgarrashabíavuelto a caer. Entre tanto, ordenaba y disponíamis caudales demodo que los tuvierasiemprealamanoporalejadoquemevieradeellos;yporúltimo,meatrevíconloquemásme dolía y a lo cual llamaba yo «quemarmis naves»: «deshice»mi casa. Queríadestruirelnidoparanotenertantoapegoalárbol.Empaquetélomás,vendímuypocoyregaléalgodeelloamisamigos.Envié loempaquetadoa laMontaña,yme instaléenunafonda.Entoncesfuecuandomepuseamirar,converdaderayreposadaatención,elconsabidocuadro «desde lejos». Como «obra de arte», me parecía bellísimo; como realidad, notanto;perohabíaque tenerencuenta la luzy los«adherentes»quemedeslumbrabanalgoenmiobservatorio,y la incesanteymaléfica laborde losdiablejosempeñadosenque yo no saliera de Madrid y volviera a las andadas. Ello fue que, sin meterme engrandes filosofías, salí triunfantede lapruebaconpoquísimoesfuerzodemivoluntad.Verdades tambiénque,porbuenasopormalas,yo,decentemente,necesitabatriunfarenaquelempeño.Atodoesto,mecarteabamuchoconmihermana;yaldarle lanoticiade lamuertedenuestro tío y de sus disposiciones testamentarias, no la había omitido lo de mispropósitosdecontinuarsuobraenelvalle.Comolacartafueescritaenaquellosdíasdemis entusiasmos bucólicos, la hablé largamente de mis proyectos de vivir allí y dereformarlacasonaparahacerlamásllamativaypegajosa…enfin,detodomenosdeloprincipal:quierodecir,dela«santa»aquiensedebíanlosmilagrosdemiconversión.Elcasoesquemihermanaalabómuchomis resoluciones, yhastameprometióhacerunviaje a España con todos sus hijos, ya que a su marido no le podía arrancar de susingenios y cafetalesni conaguahirviendo, sólo conel finde vivir conmigounabuenatemporada en la casona tan pronto como yo la dijera que ya se hallaba habitable. Asícomo así, estaba ya harta de «moliendas», «trapiches» y «bagazos»… y hasta del solultramarino que la derretía, y deseaba cambiar de aires y de panoramas… y derepostero.Despuésmeatrevíaapuntarle la ideadesujetarmeal terruñocon los lazosdelmatrimonio,ylaconveniencia,amijuicio,deelegirporcompañeraunamujercomolaque lepintabaporejemplo,copiando lascondicionesdeLituca.Deperlas lepareciótambién todo esto. «A ello y cuanto antes», me decía por conclusión de una cartarecibidapormíprecisamenteeldíaenqueentregabalallavedemicasaasupropietarioparaestablecermeenlafonda.Recuerdo muy bien estos particulares, porque no contribuyeron poco a sostener mifirmezaenaquellosdíascríticosenquetandetemereranlasvacilaciones.ConlosapuntesquehabíallevadoyoaMadridyotrosquefueenviandoNelucocuandose le pidieron, un arquitecto amigo mío y persona de buen gusto, hizo un plan dereformasinterioresdelacasonadeTablanca,muyadecuadoalcarácteryantigüedaddeledificio:cosaseriaycómodaenloposible.Dondesenoscorrióunpocolamanofueenmigabinete.«Porloquepuedaocurrir»,lehabíadichoyoalarquitecto.Entendiómelaintención,ysedespachóasugusto,yalmíotambién.Conestosplanosypormenoresalavista,encarguéaNelucoloquedebíaadquirirseporallá para lo fundamental de las obras; adquirí yo enMadrid lo puramente accesorio ydecorativoquemefaltaba,yalaMontañaconelloenseguida.Vamos,queandabayoconestascosascomoniñoconzapatosnuevos.EnmayoempezóNeluco lasobras, ya finde junio, cuandoyaestaban terminadas lasprincipalesymásengorrosasysedesbandabanhaciaelNortelasgentesadineradasdeMadrid,salíyoparalaMontañaconunaimpedimentaquemetíamiedo.EstaveznomequedéenReinosaparatomarelcaminodelPuerto,sinomuchomásabajo,paraseguirporlollanohastaladesembocaduradelNansa,yacontinuardespuésaguasarriba.Estecamino, aunquemás largo, eramenos incómodo paramí, y casi indispensable para laconduccióndelaimpedimentaqueibadetrás.

CuandolleguéaTablanca,meencontréasushabitantesasombradosdeloqueestabanviendoen lacasona.Aquel traqueteodeherramientasybullirdeobrerosyacopiardemateriales, no se había soñado jamás en aquel pueblo, donde no se labró una casa niacometió una obra que pasara de levantar un «jastial», o reponer unos cabrios, oenderezarunacumbre,encuantoalcanzabalamemoriadelosmásviejos.Asustábales,principalmente,eldineralquecostaríatodoaquello,ydespuéseltemordeque«porelvisual que iba tomando la casona por adentro», se les cerraran la puerta y la cocina,teniéndolos en poco para darles entrada libre como antes. Me costó Dios y ayudaconvencerles de lo contrario, aun haciéndoles ver por sus propios ojos, como ya se lohabíahechoverNelucomásdedosvecessinfrutoalguno,quenosetocabalacocinanipara profanarla con un blanqueo, y que sólo alcanzaban las reformas a las piezasprincipales y a la escalera. Pero más que estas demostraciones sobre el terreno, lesconvenció laparrafadaque les largué,casiunsermónentero,sobre loquehabíasido,eraysería,mientrasyoviviera,aquelnoblesolarparalostablanqueses;laimportanciaque daba y daría siempre a sus tertulias, y lo resuelto que estaba a que las cosassiguieran allí como en vida de mi tío… Convenciéronse al fin, pero no sin quedar yoconvencido también de la razón con que decía, sin que se lo creyéramos los que leoíamos,ciertoamigomío,muyapasionadodelamilicia,quedebeponersemuchotientoenlodereformar«instituciones»viejas,aunqueseaconelfindemejorarlas,porque,aveces,dosbotonesdemásodemenoseneluniformetradicional,puedeninfluirhastaeneldesprestigiooenlaindisciplinadelregimientoqueleusa.Como esto fue lo primero que me impresionó al llegar a Tablanca, lo primero sale arelucirenestacadenaderecuerdosdeaquellosdíasysucesos;puesaldarlapreferenciaa la memoria de los más gratos, por otro eslabón bien diferente hubiera comenzado.DígoloporlaimpresióninenarrablequemecausóLituca,aquienhabíadejadoalgotristeymuy arrebujada en los pesados ropajes de invierno, y encontrada risueña como unaauroradeabril,yrebosandodejuventudyfrescuraensushábitosveraniegos,sencilloshastalapobreza,perolimpiosyalegrescomoelplumajedelastórtolasquelaarrullabandesdesuhuertoflorido.Después, losfondosdelescenarioenquedescollabatangentilfigura:antesdesnudos,fríos,yertos,encharcadosenaguaoamortajadosennieve;ahoralaNaturaleza riente y vestidacon lapompade susmejoresgalas; lospradosverdes ylozanos,losmontesfrondososyhabladoresconelrumordelasbrisasjugueteandoensufollaje yesparciendopor todoel valle la fraganciamásexquisita.Mecostómuchísimotrabajocontenerenmi lengua lasoleadasquesubíandemicorazóncuandomeviporprimera vez enfrente de aquella criatura que cada día se me revelaba con nuevosatractivos, y noté que leyéndome ella esta lucha en la expresión de mis ojos o en elacento de mi voz, tampoco acertaba a pintar con el colorido que la imponían «lascircunstancias», el placer con que volvía a verme. Entre tanto, su madre, su abuelo,Neluco,donSabas,Chisco, todamiservidumbre, lahermanayelcuñadodeNeluco,aquieneshabíasaludadoamipasoporRobacío;elvecindarioenterodeTablanca, todosparecían regocijarse hasta el entusiasmo conmi vuelta y conmis planes y propósitos.Estomehalagabamuchoyhasta llegabaaentusiasmarme,yatodoellodabaabrigoyrefugio,conlaimagendeLituca,enelfondodemicorazón,empezandoadudaryamuyseriamentesiprocedíadeéstasolaaquellanuevaluzquemeembellecíatodocuantomecircundaba,ohabíarealypositivamenteenelloalgocapaz,porvirtudpropia,dehacerelmilagrodemirápidaconversiónaotravidaquepocoantesmeparecíainsoportable.Porque lo cierto es que yo había llegado a Tablanca por primera vez en el rigor delinvierno y en las peores condiciones que pueden imaginarse para la aclimatación enaquel«medio»,deunhombredemisantecedentes;yvistasalaluzdelsolestival,teníanaquellas mismas cosas aspecto muy distinto. El valle, vestido de verano, era hastahermoso; la gente, animada y alegre; los panoramas, mucho más interesantes por laabundancia de luz y limpieza de los horizontes; la temperatura, hasta calurosa en lossitios bajos; las fiestas y romerías, abundantes… y la más solemne y original de lasprimeras, una que me había ponderado mi tío mucho, aunque no todo lo queverdaderamentemerece:ladelrepartodelayerbadelPrao-concejoenagosto,queduraochodíasseguidos;laverdaderafiestadeltrabajo.Todoelpuebloconcurreaaquellavastayempingorotadapradera,vestidodegala,paraladesignaciónde«partidores»,bajolapresidenciadel«regidor»competente;yesdevercómoaquellos«funcionarios»,despuésdedecirleselregidor,descubriéndoselacabeza:«Hablenlospartidores»,conunavaritaenlamanoysinsaberunajotadegeometríanide problemas de triangulación, van demarcando con equidad admirable las «hazas» osuertescorrespondientesatodoelvecindario;cómosesorteanlashazasporgruposdeciertonúmerodevecinos;cómosubenantesdeamanecerlosdesignadosparaeldía,y

sieganlayerbaylaoreanylabajanalpuebloeneldíamismo,en«basnas»(especiedenarrias),conteniéndolasensudescensoporeldecliverápidodelmonte,unaparejadebueyes enganchada detrás de cada basna, y cómo se continúa esta patriarcal faenadurante una semana, sin una sola protesta, por no haber un solo perjudicado en larepartición, y cómo se colman los parajes de Tablanca de aquel heno finísimo,sustancioso y fragante, que es una verdadera riqueza para el valle, cuyos hermososganadostienenbienmerecidafamadeserlosmejoresdelaprovincia.Después de esta bulliciosa solemnidad, que removió al vecindario entero y le dejórendido por la doble fatiga de los jolgorios y del trabajo, dispuse yo el casamiento deTonaconPitoSalces.Nosepodíayaconaquelbárbaro,quenocesabaderogarme,conlacabezagacha,losojoscerradosysobándoselasmanos,queacabaradedarlicenciaalamozonapara«echaraqueyuaunlau,cuantimásantes».EnseguidaabordéaChisco,lecontéelcasoyledije:-Ytú¿teresuelvesonoteresuelvesalomismo?Aloqueelmozallónmerespondióprimeroconunasonrisillaalgotruhanesca,ydespuésconestaspalabras,dichasconelmayorsosiego:-Puesmeherisueltu…aqueno.-¿Despuésdepensarlobien?-lepregunté.-¡Vaya! -me contestó echando un poco atrás la cabeza y metiendo las puntas de susmanos en los bolsillos del pantalón. Y luego añadió en su estilo dulce y reposado-:Cuando juí probe, me cerraban las puertas los mesmus que me las abren ahora en«parracil»,porqueyasoyhombridecaudalis;yesudequeaunuseleestimiporloquetienynoporloqueélvalideporsímesmu…¡jorria!aotruconlatostá,queyoyasoyzorruvieju;ycomomayormentiamínomeapurantampocuesascosas…contaldequeausténoleestorbiyoenlacasonaconelmitrabaju,palargutiensirvientiplacenteru.Congratulémedeellomuchísimo,porlacuentaquemeteníaconservaruncriadodelasrarasprendasde aquél…yprecisamente al otrodíade este suceso fue cuando yo «lahice»redonda.HallábameconNelucoenelgabinete,cuyasobrasprincipalesestabanyaterminadas,ynos ocupábamos los dos en desembalar cosas de las muchas que había traído yo deMadridparadecorarle,mientrasseoíaelmachaqueoy loscánticosa lasordinade losobrerosenlaspiezasinmediatas,hastalaescalerainclusive,cuandosemepusodelantetoda la familia de don Pedro Nolasco, que, con el atractivo de las obras, subía confrecuenciaa lacasona,aunqueno tantocomoelmédicoyelCura,queno faltabandeellaunsolodía.Estabalatardecalurosa,yLitucaestrenabaunvestidodepercalblancocon rayas azules; con el cual, unos zapatines escotados, un capullo de rosa en el pelojuntoa laoreja,yunapenquitadebrezo floridoen laboca, resultabaverdaderamentehechicera.Encimadelascajasamedioabrir;sobrelamesetademármoldelachimenea,construidafrentea lapuerta;enelzócalodelaartísticaembocaduraconquesehabíasustituidoel tabiquedivisoriode laalcoba,yarrimadasa losángulosde lahabitación,habíapiezasdesarrolladasdericopapelimitandotapicería,yrelucíanadornosdemetalybaquetonesdorados…¡MaríaSantísima,lasexclamacionesquehizoMariPepaalverlo,pensandoqueaquellovalíaunariqueza,sincontarlomuchoquelegustaba!-¡Ay,miseñordonMarcelo,quéaoscurashavividounaenestosandurriales,sinsaberpizcade laspompas conque se regalanenelmundo lasgentespoderosas! ¡Mirequetienendemontresestashermosurastanrelumbrantesquenuncasesoñaronaquí!¿Quétepaez,hijamía?Padre,¿quélepaez?¡Mirequecampadeveras!…¡Vaya,vaya!Yello,¿pa qué es, donMarcelo? ¿Onde se ponen esas cosas tan majas? A ver, a ver si nosentera,queesbuenosaberdetodo.SonreíaLitucasindecirunapalabra;mirábaloensilencioypasmadotesuabuelo;reíasedetodasverasNeluco,yyo,haciéndomesumagraciaaquellasespontaneidadesdeMariPepa, satisfacía muy gustoso sus deseos explicándola el destino de cada cosa y el deotras muchas que no estaban a la vista, poniendo especial empeño en describir elgabinete, para que lo entendiera bien Lituca, tal y como habría de ser después deconcluido. Y ya, puesto a describir, tras esta descripción hice la de todas las piezasreformadas, para que se tuviera una idea de la entonación general de la casa,mejorasencillaynocostosa,conrelaciónamimododeverydevivirhastaallí,peromotivodeasombro y de estupefacción para Mari Pepa, que acabó por decirme encarándoseconmigo:-Pues no seré yo, señor don Marcelo, quien tache a los pudientes porque gasten sudineroenbuscarseelregalodelavidasinolvidarsealmismotiempodelospobres,comolohaceusté;pero tampocode lasquese traguen la tostásinconocerlaporelgusto…

¡Vaya,vaya!…Aquíhaymásmirade loquepaezalprimergolpe…porque todosestosperendenguesyotrostales,antójansemedemasiadoparaunhombresolo…YquieraDiosqueyoacierteyqueparabienseaycuantoantes,señordonMarcelo…Puestambiénledigoqueporaltoqueellalevanteelcopete,bienlahadecaberaquí…Vaya,vaya,queuna reinapuedeviviren talpalacio… ¡Jesús,Señor!…Conquemejorhoyquemañana,don Marcelo, que así como así, no está sobrante de gentonas de viso este pobrelugarón…¡Peroquétochadonasmeatrevoadecirleausté,Virgen lamiMadre!…¿Noverdá,donMarcelo,quesabráperdonármelas?Lainesperadaocurrenciadeaquellamujer,delantedeLitucaenquienteníayopuestoslos ojos y el pensamiento sin cesar, me desconcertó en tales términos, que no superesponderlamásqueconunarisotadamaquinal;ymehizotanextrañaimpresiónenlosprofundosdelalma,que tomé lacoincidenciacomo lavozdemidestinoquemedecía«ahoraonunca».Obcecadoenlaideaysintiéndolacreceryavasallarmepormomentosal ver loque vi deprontoen la actitud violenta y en la cara indefinibledeLituca,meaproximé al médico lo más disimuladamente que pude, y le pedí que, por caridad deDios,mesacaradeallíadonPedroNolascoyasuhija,mientrasdecíayodospalabrasalanieta.Acerquémeaéstaenseguidaconladisculpadeenseñarlanoséquéchucheríasqueasomabanentrelospapelescoloradosdeunacajaamedioabrir;llevóseNelucoalosdemáshaciaelcrucero,yladijeencuantonosvimossolos:-Sumadredeustedestá en lo cierto, por loque toca al destinode estas obras: no sehacenparamísolo;peroseequivocaenloprincipal:enloquepresumedelareinaconquien deseo compartir este humilde alcázar demi señorío. No la preguntó a usted sidesea conocerla, porque, aunque no lo desee, es de gran necesidad para mí que laconozca,yvaustedaconocerlaahoramisma…Puessírvaledegobiernoqueesamujeraquien yodeseohacer reinadeestehumildepalacio, y principalmentede sudueño, esusted, Lita. Dígame si no le agrada el trono con que la brindo, para pegarle fuegoenseguida.Sequedólapobre,pálidaytemblando,comosivacilarasobreellalamoledelpeñóndeBejos, y me vi y me deseé para arrancarla una respuesta tan terminante como yo laquería.Metidoenesteempeño,estuvepegajosónybabosocomoundoncelprimerizo…¡qué demonio! como estarán hasta los tenorios más «lagartos» cuando va la cosa deverasyseponeenla jugadatantacantidaddesípropiocomode«lomío»poníayoenaquélla.Al fin,sacándoloapulsoygozándomeen la turbaciónque impedíaa la infelizsermás explícita conmigo, supe todo lo que necesitaba saber, y otro poco que semeotorgóenpremiodeltrabajoquemecostóadquirirlo.Teníamuchomiedo,lainocente,dealgoqueveníanotandoenmídesde«ciertodía»;miedoquenoseatrevíaaconfesarniaun a su propia conciencia; porque ¿qué sabía ella de lo cierto y de lo incierto, de lobuenoydelomaloenesascosas?Ahoraseloponíayoenclaro,depronto,«sinmásnimás»;¡yo!unhombretansabedordelmundoydeltratodelasgenteseducadas,ricoyenlamejoredaddelavidaparaescogerentrelobuenodelomuchoquehabríaconocidoenotraparte,porque todo,porgrandeque fuera,me lomerecía; ¡aella!unapobreeignorante aldeanuca, del rincón más obscuro y apartado de la tierra. Y por estaconcienciaqueteníadeloruinymiserabledesípropia,¿cómonodudardeloqueveíaytocaba?Ysicreíaenello,¡cómonoespantarseconlaseguridaddequenomesaldríantodas las cuentasquemehabíaechadoalproponerla loque laproponía,niquépena,mañana,másterribleparaellaqueladenoversecapazdehacerdichosoaunhombrequetanaltayregaladalahabíapuesto!¡Quéremonísimaestabacuandomedecíaestascosasconalteradavozypalabratorpe,despojandodesus farolillosencarnadosconunamano,ynomuy firme, lapenquitadebrezoquesosteníaconlaotra,losojoshumedecidosycobardes,sonrosadaslasmejillasy un poco agitado el seno! Ella así y yo animándola con lamirada «enternecida» y lafrase dulzona, representábamos la escena sempiternamente cursi a los ojos de unespectador desapasionado y frío; pero yo, que había sido de éstos hasta entonces, laencontraba hasta sublime, yme producía sentimientos e impresiones que jamás habíanotadoenlosprofundosdemicorazón.Acabólaescena,comotantasotrasdelteatroenquesefingenestospasajesdelavidahumana,«oyéndosepasos»afuera,ysaliendonosotros,gesticulandoydiciendosandeces«paradisimular,alencuentrodelosquellegaban.Ypuestasaquílascosasya,¿quéhacer?Puesloquehicealdíasiguiente:bajaralpuebloparapedirsolemnementelamanodeLitucaasuabueloyasumadre,despuésdehaberdadopor la noche cuenta demi resolución alCura donSabas y almédico, queme lapusieronen lasnubes,particularmenteelprimero,quehasta lloródeentusiasmado,y,porsugusto,hubieramandadorepicarlascampanasencelebracióndelacontecimiento,

queteníaporprovidencialparalacasona,paramí,paraLitucayparaelvalleenteroyverdadero.Bajaba, pues, hacia el pueblo aquella inolvidablemañana de un día de los últimos deagosto, recapitulando lomás sustancial yprácticode lomuchísimoquehabía caviladoporlanoche;contemplabaporúltimavez,conlosojosdelaimaginación,elpanoramademi pasada vida ymi probable paradero con los rumbos adoptados en ella, examinabadespuéselcuadrodesucesoseimpresionesquemehabíatraídoúltimamenteaaquellastan peregrinas andanzas; empeñábame de nuevo en distinguir lo principal de loaccesorio, lascausasdelosefectos,enelcomplejomontóndeidease impresionesquemellenabalacabezayelcorazón;sentíameunasvecesenardecidoyvaleroso,yotrasunpoquitomenos,peronuncaarrepentidonidesalentado…-…Yporúltimo-lleguéadecirme-,silasteoríasdeesemediquilloestánbienfundadas;silareconstitucióndelcuerpodegeneradoypodridohadevenirporlasangrepuradelasextremidades,alguienhadeempezaresaobraeminentementehumanitariaypatriótica.¿Yporquénohedeseryo?…Adelante,pues,conladinastíadelosRuizdeBejos;yafindequeenmínoseacabe,demoscuantoantesunareinaindígenaalostablanqueses,ybendigaDioselintentoparaquelequepaaéstemirejuvenecidohogarlagloriadehaberpuestolaprimerapiedraenesemonumentoderegeneraciónenquecreeyconfiesa,conelentusiasmodeunapóstol,NelucoCelis…Yaunqueandandolosdíasresultetodoestomúsicacelestial,¿aquémáspuedoaspiraryo,mundanoinsípidoydesencantado,queaviviralcalordeestefuegodivinoquecentelleabaenmicorazónyenmicerebro,ymehatransformado,decortesanomuelle,insensibleydescuidado,enhombreactivo,diligentey útil?… Y para unos amores así, con una compañera como la que ha hecho tanestupendomilagro,¿quémejornidoqueestevallecitoabrigadoyrecónditoenquetancercanosseven,sesientenyseadmiranlosprodigiosdelaNaturaleza,ylainmensidad,laomnipotenciaylamisericordiadesuCreador?

-XXXIV-Hanpasadoalgunos,bastantesaños,desdequeocurrieronestossucesoshastalafechaen que los conmemoro en los apuntes que preceden, con el único fin de distraer lanostalgia de aquel bendito rincón de la tierra, del queme apartan, pormuy contadosmeses,urgenciasquemeimponenestecostososacrificio.Porquetancabal,tanintensa,tancontinuahasidomifelicidadenesetiempo,queavecesmeespantanlostemoresdequenohayasidomigratitudtangrandecomoelbeneficiorecibido,yundíamehieralajusticiadeDiosenloquemásamo,pararecordarmeloqueledebo.

Santander,diciembrede1894.