Patria Cultura - revistadelauniversidad.unam.mx · de kilómetros de mi.país y cuyas costumbres,...

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POR EL LIC. LUIS GARRIDO Patria y Cultura la racionalización de las relaciones humanas merced a nuevas institu- ciones sociales. La obra de siglos de pruebas y desgracias dará su fruto reuniencro a los hombres en 'un ambiente de conveniencias mu- tuas, de culto por ciertos valores supremos, de interdependencia material. Será el reinado del espí- ritu cielltífico moderno. Por otra parte, e! sentimiento de la patria va cambiando. Antaño se pensaba en ella en forma predo- minantemente sentimental: el lu- gar donde vimos la luz primera, en donde sufrimos y queremos, y en donde están nuestras tradicio- nes. Pero hoy día los sentimientos no tienen la misma significación. El hombre agobiado por las necesi- dades materiales, ve la patria en aquel lugar en dqnde puede vivir y morir lejos de las persecuciones polí tic as, de la miseria o de los odios de raza. . El idioma, que da a los pue- blos un rango particular, cada día' cuenta menos para caracterizarlos. A medida que se extiende la civili- zación, los hompres aprenden más de un idioma para viajar, hacer prosperar sus negocios y en gene- ral para establecer toda clase de vínculos con sus semejantés. Ya Fourier reprochaba a los filósofos que hubieran amontonado bibH9- tecas para buscar la felicidad, seña- lando que e! tronco del problema está en la moderna organización industrial. Este debilitamiento del lazo pa- trio debe preocupar a los hombres de estudio. Ellos tienen la misión de orientar el sistema cultural,-para . que no postergue la idea de patria, .sino que, por el contrario, la for- talezca y la haga vivir en relación al progr'eso humano. Es preciso que cada uno en su actividad luche por la patria, no como un valor sentimental puro, sino como una realidad económica.y social. Anti-. guamente se pensaba en la défensa de la patria por medio de las ármas. Las victorias militares enriquecían su territorio y sometían nuevos' súbditos. Hoy día defendemos la libertad como el más preciado don de la cultura occidental, y por lo mism(} la idea de patria, a la cual está ín- timamente vinculado el valor de la. dignidad del hombre y el sentido' de lo humano. Si es verdad que el concepto de 'patria no ha podi- do menos que sufrir la influencia. de! materialismo, también lo es 'que no son estériles los esfuerzos para engranar las cuestiones espiri- tuales con las necesidades funda- mentales del hombre. Cierto que el mundo parece a veces tender a la pero también lo es que lo anímico estará alimentado por la llama inmortal de cada uno de los hombres en particular. En cambio, humanitarismo es amor a todos los hombres, como en la bella Ara Pacis de Rolland: tt J e suis ¡rere de lous, el je vous aime tous, hommes, vivants d'une heure . .. " ¿Pero puede amarse a la humanidag sin grave perjuicio de lo nuestro? Quizá no, porque si queremos resaltar una lengua, una religión o un arte que nos son pri- vativos, no podemos brindarnos, profundamente, hacia otros seres humanos que aparecen extraños por sus almas y por su sangre, a no ser que nos hagamos humanitarios por amor propio para resaltar en el cariño a los demás el mérito de la propia civilización. Pero si el entendimiento entre personas disímiles y no es tarea fácil sobre bases de amor, creemos, sin embargo, en su acer- camiento a virtud de intereses afi- nes. La patria va dejando de ser un valor sentimental para conver- tirse en una realidad económica y cultural. La sentencia lamartinia- na de que "es la ceniza de los muer- tos la que creó la patria", tiende a en un lirismo. El mundo es hoy. campo de una te- rrible batalla ep donde se gesta una transformación social. Esta- . mas en presencia de un período de- cisivo de la historia, del cual puede surgir la nota tónica del porvenir: , de una civilización. Un sentimien- to de tal naturaleza no puede aliar- se profundamente con el amor a la humanidad. En p¡imer término, porque e! afecto se deriva del co- noCimiento; Nosotros no podemos amar una abstracción. Decía Goe- the que no existe la humanidad si- no los hombres. Por eso muchas personas sentimentales sostienen que se puede amar a la humani- dad sin perjuicio del patriotismo, porque admiran a Dante, a Fran- cisco de Asís, a Cervantes, a Bee- thoven, a Pasteur. Pero esto no es amor a la humanidad, sino recono- cimiento de los exponentes más al- tos del geRio humano. En segundo lugar, porque el amor está en ra- zón inversa de la distancia y de la cañtidad. ¿Es posible que sobre mi pueblo prefiera a las enormes ma- sas de hombres que viven a miles de kilómetros de mi. país y cuyas costumbres, ideas y sentimientos me son vagamente conocidos? Pa- tria es amor a lo individual, a lo l1uestro, y por eso afirmaba Vol- taire "que e! patriotismo es ser epe- migo de los demás hombres". En los días consagrados a la patria, la gente busca sus esparci- mientos personales. A ello contri- buyen las autoridades, organizan- do desfiles, verbenas y actos cívi- cos de diversa índole. Pero en la hora actual se hace necesario pres- tar unos instantes de reflexión a 19 que significa en realidad el con- cepto de patria y su futuro en re- lación con el avance de las ideas y la mayor interdependencia de las nacIOnes. Es evidente que las fronteras tienden a desvanecerse. El aleja- miento geográfico, e! idioma, la raza o la religión no constituyen ya barreras que defiendan la integri- dad de los pueblos en cuanto a sus propios perfiles. Las 'esencias del alma nacional están siendo re- legadas con motivo de la lucha por la vida y de la creciente inter- nacionalización que en todos los órdenes invade a las sociedades hu- manas. El concepto de la patria in- terfiere, además, con las ideas de humanidad y de cultura. En e! curso de su historia, los hombres no han podido crear más que un pequeño número de culturas dis- tintas, entre las cuales se estable- cen relaciones de carácter fortui- to. Don Antonio Caso citaba e! ejemplo .de nuestra cfvilización autóctona, que descubierta por los conquistadores, fué destruída por éstos, lo que prueba que lascultu- ras son fenómenos históricos que a veces representan una superpo- sición de orígenes diferentes, y que crean entre las naciones lazos de tipo accidental. La cultura se intercala uniendo a la patria y a la humanidad como un intermedia- rio indispensable, por lo que para amplificar la idea de patria\se debe hacer uso de la cultura que condi- ciona la vida nacional. . Sin embargo, el culto excesivo a la humanidad puede debilitar el sentimiento de amor a la patria. En efecto, este sentimiento des- cansa sobre todo en e! cariño a la tierra donde se vieron por primera _ vez los rosados dedos de la aurora y en donde descansan los huesos de nuestros antepasados. Pero cuando se ama a los hombres sin distinción de razas o de lengua, se pierde la perspectiva de nuestro hogar na- cional. El patriotismo se manifiesta en su forma objetiva como un proce- so económico y polític o, y en su aspecto subjetivo, como una con- ciencia que es orgullo por determi- nados pr:oductos comunes que for- man e! patrimonio de un Plleblo o UNIVERSIDAD DE MEXICO * 11

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POR EL LIC. LUIS GARRIDO

Patria y Culturala racionalización de las relacioneshumanas merced a nuevas institu­ciones sociales. La obra de siglosde pruebas y desgracias dará sufruto reuniencro a los hombres en'un ambiente de conveniencias mu­tuas, de culto por ciertos valoressupremos, de interdependenciamaterial. Será el reinado del espí­ritu cielltífico moderno.

Por otra parte, e! sentimientode la patria va cambiando. Antañose pensaba en ella en forma predo­minantemente sentimental: el lu­gar donde vimos la luz primera,en donde sufrimos y queremos,y en donde están nuestras tradicio­nes. Pero hoy día los sentimientosno tienen la misma significación.El hombre agobiado por las necesi­dades materiales, ve la patria enaquel lugar en dqnde puede viviry morir lejos de las persecucionespolí ticas, de la miseria o de losodios de raza. .

El idioma, que da a los pue­blos un rango particular, cada día'cuenta menos para caracterizarlos.A medida que se extiende la civili­zación, los hompres aprenden másde un idioma para viajar, hacerprosperar sus negocios y en gene­ral para establecer toda clase devínculos con sus semejantés. YaFourier reprochaba a los filósofosque hubieran amontonado bibH9­tecas para buscar la felicidad, seña­lando que e! tronco del problemaestá en la moderna organizaciónindustrial.

Este debilitamiento del lazo pa­trio debe preocupar a los hombresde estudio. Ellos tienen la misiónde orientar el sistema cultural,-para .que no postergue la idea de patria,

.sino que, por el contrario, la for­talezca y la haga vivir en relaciónal progr'eso humano. Es preciso quecada uno en su actividad luchepor la patria, no como un valorsentimental puro, sino como unarealidad económica.y social. Anti-.guamente se pensaba en la défensade la patria por medio de las ármas.Las victorias militares enriquecíansu territorio y sometían nuevos'súbditos.

Hoy día defendemos la libertadcomo el más preciado don de lacultura occidental, y por lo mism(}la idea de patria, a la cual está ín­timamente vinculado el valor de la.dignidad del hombre y el sentido'de lo humano. Si es verdad queel concepto de 'patria no ha podi­do menos que sufrir la influencia.de! materialismo, también lo es'que no son estériles los esfuerzospara engranar las cuestiones espiri­tuales con las necesidades funda­mentales del hombre. Cierto queel mundo parece a veces tender ala ~idad, pero también lo es quelo anímico estará alimentado porla llama inmortal de cada uno delos hombres en particular.

En cambio, humanitarismo esamor a todos los hombres, comoen la bella Ara Pacis de Rolland:ttJe suis ¡rere de lous, el je vousaime tous, hommes, vivants d'uneheure . .. " ¿Pero puede amarse ala humanidag sin grave perjuiciode lo nuestro? Quizá no, porque siqueremos resaltar una lengua, unareligión o un arte que nos son pri­vativos, no podemos brindarnos,profundamente, hacia otros sereshumanos que aparecen extrañospor sus almas y por su sangre, a noser que nos hagamos humanitariospor amor propio para resaltar enel cariño a los demás el mérito dela propia civilización.

Pero si el entendimiento entrepersonas disímiles y alejad~s no estarea fácil sobre bases de amor,creemos, sin embargo, en su acer­camiento a virtud de intereses afi­nes. La patria va dejando de serun valor sentimental para conver­tirse en una realidad económica ycultural. La sentencia lamartinia­na de que "es la ceniza de los muer­tos la que creó la patria", tiendea c~nvertirse en un lirismo. Elmundo es hoy. campo de una te­rrible batalla ep donde se gestauna transformación social. Esta-

. mas en presencia de un período de­cisivo de la historia, del cual puedesurgir la nota tónica del porvenir:

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de una civilización. Un sentimien­to de tal naturaleza no puede aliar­se profundamente con el amor ala humanidad. En p¡imer término,porque e! afecto se deriva del co­noCimiento; Nosotros no podemosamar una abstracción. Decía Goe­the que no existe la humanidad si­no los hombres. Por eso muchaspersonas sentimentales sostienenque se puede amar a la humani­dad sin perjuicio del patriotismo,porque admiran a Dante, a Fran­cisco de Asís, a Cervantes, a Bee­thoven, a Pasteur. Pero esto no esamor a la humanidad, sino recono­cimiento de los exponentes más al­tos del geRio humano. En segundolugar, porque el amor está en ra­zón inversa de la distancia y de lacañtidad. ¿Es posible que sobre mipueblo prefiera a las enormes ma­sas de hombres que viven a milesde kilómetros de mi. país y cuyascostumbres, ideas y sentimientosme son vagamente conocidos? Pa­tria es amor a lo individual, a lol1uestro, y por eso afirmaba Vol­taire "que e! patriotismo es ser epe­migo de los demás hombres".

En los días consagrados a lapatria, la gente busca sus esparci­mientos personales. A ello contri­buyen las autoridades, organizan­do desfiles, verbenas y actos cívi­cos de diversa índole. Pero en lahora actual se hace necesario pres­tar unos instantes de reflexión a 19que significa en realidad el con­cepto de patria y su futuro en re­lación con el avance de las ideas yla mayor interdependencia de lasnacIOnes.

Es evidente que las fronterastienden a desvanecerse. El aleja­miento geográfico, e! idioma, laraza o la religión no constituyen yabarreras que defiendan la integri­dad de los pueblos en cuanto asus propios perfiles. Las 'esenciasdel alma nacional están siendo re­legadas con motivo de la luchapor la vida y de la creciente inter­nacionalización que en todos losórdenes invade a las sociedades hu-manas.

El concepto de la patria s~ in­terfiere, además, con las ideas dehumanidad y de cultura. En e!curso de su historia, los hombresno han podido crear más que unpequeño número de culturas dis­tintas, entre las cuales se estable­cen relaciones de carácter fortui­to. Don Antonio Caso citaba e!ejemplo .de nuestra cfvilizaciónautóctona, que descubierta por losconquistadores, fué destruída poréstos, lo que prueba que lascultu­ras son fenómenos históricos quea veces representan una superpo­sición de orígenes diferentes, yque crean entre las naciones lazosde tipo accidental. La cultura seintercala uniendo a la patria y a lahumanidad como un intermedia­rio indispensable, por lo que paraamplificar la idea de patria\se debehacer uso de la cultura que condi­ciona la vida nacional. .

Sin embargo, el culto excesivoa la humanidad puede debilitar elsentimiento de amor a la patria.En efecto, este sentimiento des­cansa sobre todo en e! cariño a latierra donde se vieron por primera _vez los rosados dedos de la auroray en donde descansan los huesos denuestros antepasados. Pero cuandose ama a los hombres sin distinciónde razas o de lengua, se pierde laperspectiva de nuestro hogar na­cional.

El patriotismo se manifiesta ensu forma objetiva como un proce­so económico y polí tico, y en suaspecto subjetivo, como una con­ciencia que es orgullo por determi­nados pr:oductos comunes que for­man e! patrimonio de un Plleblo o

UNIVERSIDAD DE MEXICO * 11