Palabra Dominical XIX Domingo del tiempo Ordinario dominical domingo 12... · Del primer libro de...
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Año 2. No. 06 12 agosto 2018
Palabra Dominical
XIX Domingo del tiempo Ordinario
Antífona de entrada Sal 73. 20. 19. 22. 23
Acuérdate, Señor, de tu alianza; no olvides por más tiempo la suerte de tus pobres. Levántate, Señor, a defender tu
causa, no olvides las voces de los que te buscan.
Se dice Gloria.
Oración Colecta
Dios todopoderoso y eterno, a quien, enseñados por el Espíritu Santo, invocamos con el nombre de Padre, intensifica
en nuestros corazones el espíritu de hijos adoptivos tuyos, para que merezcamos entrar en posesión de la herencia que
nos tienes prometida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios por los siglos de los siglos.
Con la fuerza de aquel alimento, caminó hasta el monte de Dios.
Del primer libro de los Reyes: 19, 4-8
En aquellos tiempos, caminó Elías por el desierto un día entero y finalmente se sentó bajo un árbol
de retama, sintió deseos de morir y dijo: "Basta ya, Señor. Quítame la vida, pues yo no valgo más
que mis padres". Después se recostó y se quedó dormido.
Pero un ángel del Señor llegó a despertarlo y le dijo: "Levántate y come". Elías abrió los ojos y vio
a su cabecera un pan cocido en las brasas y un jarro de agua. Después de comer y beber, se volvió
a recostar y se durmió.
Por segunda vez, el ángel del Señor lo despertó y le dijo: "Levántate y come, porque aún te queda
un largo camino". Se levantó Elías. Comió y bebió. Y con la fuerza de aquel alimento, caminó
cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte de Dios. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Del salmo 33
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su
pueblo al escucharlo. R.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró
de todos mis temores. R.
Confía en el Señor y saltarás de gusto; jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres
y los libra de todas sus angustias. R.
Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el
Señor. Dichoso el hombre que se refugia en él. R.
Vivan amando como Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 4, 30-5, 2
Hermanos: No le causen tristeza al Espíritu Santo, con el que Dios los ha marcado para el
día de la liberación final.
Destierren de ustedes la aspereza, la ira, la indignación, los insultos, la maledicencia y
toda clase de maldad. Sean buenos y comprensivos, y perdónense los unos a los otros,
como Dios los perdonó, por medio de Cristo.
Imiten, pues, a Dios como hijos queridos. Vivan amando como Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como
ofrenda y víctima de fragancia agradable a Dios. Palabra de Dios. Te alabamos Señor.
Aclamación Antes del Evangelio Mt 4,4
R. Aleluya, aleluya.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma de este pan vivirá para siempre. R.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo.
+Del santo Evangelio según san Juan: 6, 41-51
En aquel tiempo, los judíos murmuraban contra Jesús, porque había dicho: "Yo soy el pan vivo que
ha bajado del cielo", y decían: "¿No es éste, Jesús, el hijo de José? ¿Acaso no conocemos a su padre
y a su madre? ¿Cómo nos dice ahora que ha bajado del cielo?".
Jesús les respondió: "No murmuren. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre, que me ha
enviado; y a ése yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Todos serán discípulos
de Dios. Todo aquel que escucha al Padre y aprende de Él, se acerca a mí. No es que alguien haya
visto al Padre, fuera de aquel que procede de Dios. Ése sí ha visto al Padre.
Yo les aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Sus padres comieron
el maná en el desierto y, sin embargo, murieron. Éste es el pan que ha bajado del cielo para que,
quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá
para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida". Palabra del Señor. R. Gloria
a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo
Creo en un solo Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo
Señor, Jesucristo, Hijo Único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz Dios verdadero
de Dios verdadero engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros,
los hombres, y por ,nuestra salvación bajó del cielo (en las palabras que siguen, hasta se hizo hombre; todos se inclinan) y
por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos
de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la
derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu
Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo
bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Plegaria Universal.
Oremos a Dios nuestro Padre, por nosotros y por los hombres y mujeres del mundo entero.
Después de cada petición diremos Padre escúchanos.
Por la paz que procede de Dios y la unidad de los cristianos. Oremos.
Por los gobernantes de las naciones, y por los que tienen responsabilidad en la administración pública. Oremos.
Por la creación entera, obra maravillosa de Dios y nuestro compromiso para cuidarla. Oremos.
Por los que están en peligro, por el retorno de los extraviados y por la libertad de los encarcelados. Oremos.
Por quienes oran por nosotros por los que se encomiendan a nuestras oraciones y por el descanso eterno de nuestros
hermanos difuntos. Oremos.
Escucha, Padre, nuestra oración y danos tu Espíritu Santo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Recibe benignamente, Señor, los dones de tu Iglesia, y, al concederle en tu misericordia que te los pueda ofrecer, haces
al mismo tiempo que se conviertan en sacramento de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de la Comunión Jn 6,51
El pan que yo les daré, es mi carne para la vida del mundo, dice el Señor.
Oración después de la Comunión
La comunión de tus sacramentos que hemos recibido, Señor, nos salven y nos confirmen en la luz de tu verdad. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Reflexión:
“No pongáis triste al Espíritu Santo”. Entre las muchas recomendaciones del Apóstol San Pablo a lo largo de sus cartas ésta es la más impresionante. Hemos sido ‘marcados’ con el Espíritu Santo, es decir, hemos sido
hechos templos suyos por el bautismo y la confirmación: él habita en nosotros. Pero nosotros con frecuencia no somos conscientes de tan gran don, no volvemos los ojos de la fe y del amor hacia dentro de nosotros donde habita el Espíritu
de Dios. A veces incluso con nuestro comportamiento poco evangélico ponemos triste al Espíritu Santo, porque nos dejamos llevar de “la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda maldad”. Pero sobre todo ponemos triste al Espíritu Santo, cuya huella llevamos impresa en el corazón, cuando decae nuestra fe, cuando nos alejamos de la fuente de la Vida que es la Eucaristía. “Murmuraban de Jesús los judíos” Y el motivo de la murmuración era “porque había dicho: Yo soy el pan que ha
bajado del cielo”. La murmuración es siempre signo de incomprensión y de falta de amor para con las víctimas de las malas lenguas; con frecuencia brota de la envidia que todo lo desfigura y enturbia. Murmurar, en el evangelio de san Juan, tiene mucho
que ver con la incredulidad, con la falta de fe. Los judíos, es decir, los dirigentes religiosos del pueblo, no se fían de Jesús, lo consideran un embustero, por eso todo lo que él hace y dice lo interpretan torcidamente. Jesús les ha dicho claramente que él viene de Dios, que su origen está junto a Dios. El evangelista lo había afirmado solemnemente en el prólogo de su evangelio: “En el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios”. Esta Palabra de que habla san Juan es Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre. Por tanto, hay que creer al Señor cuando nos dice: “Yo he bajado del cielo”. Esto es afirmar su propia condición divina: él viene de Dios, sólo él ha visto al Padre, por tanto, hay que aceptar su testimonio, hay que dar fe a su palabra. Pero los judíos no le creen, por eso murmuran despectivamente de Jesús: ¿cómo va a venir éste de Dios si conocemos dónde ha nacido y quiénes son sus padres? Aquellos hombres ilustrados y aparentemente religiosos no podían aceptar que Jesús, el hijo de un humilde carpintero, el hijo de María de Nazaret, fuese el enviado de Dios. Por eso murmuran sembrando la desconfianza a su alrededor, por eso le desprecian, porque no creen en él, porque no le aceptan. Para creer en Jesús. Pero Jesús les enfrenta directamente con su propio pecado: no creen en él porque en realidad está cerrados a la gracia de Dios. Sólo la fe nos abre el camino hacia el misterio de Cristo. Son muchos los que admiran a Jesús, los que lo estiman y respetan como un gran hombre, como un modelo de libertad y de humanidad. Pero nada más, no pasan de ahí; porque son incapaces de ver en él a Dios, de confesarle Hijo de Dios. Por eso dice Jesús: “Nadie puede venir a mí –es decir, nadie puede creer en mí- si el Padre que me ha enviado no le trae... Todo el que oye a mi Padre y recibe su enseñanza, viene a mí”. Esto significa que la fe en Jesús es un don de Dios, no una conquista nuestra, no un mérito propio. Dios nos empuja –como quien dice- interiormente, nos abre los ojos del espíritu parra ver en el humilde Profeta de Nazaret al Hijo de Dios. Creemos en Cristo por la gracia de Dios, por eso nuestra fe en él será
tanto más firme, cuanto más correspondamos a la gracia, cuanto más escuchemos al Padre y nos dejemos instruir por él. Pero ¿cómo y dónde nos habla y enseña Dios? En la Sagrada Escritura. Toda la Escritura es la Palabra de Dios que nos habla de Cristo. Por eso la lectura asidua y meditada de la Biblia es el mejor alimento de nuestra fe: a través de ella Dios mismo nos habla de su Hijo, aumentando en nosotros la fe y el amor por él. El alimento de la fe. La fe es el camino hacia Cristo y hacia la
Eucaristía que es el don de su presencia entre nosotros; por eso el Señor ha insistido sobre este punto antes de referirse explícitamente al Pan de vida eterna. Y con toda razón, porque
es imposible penetrar en el misterio de la Eucaristía, si no damos crédito a su palabra, si no creemos firmemente que él puede hacer lo que dice y promete. La Eucaristía es Jesucristo mismo que se nos da en forma de alimento, fruto de su sacrificio por nosotros: “Yo soy el pan de vida... Si alguno como de este pan vivirá para siempre... Este pan es mi carne para la vida del mundo”. La Eucaristía es el cuerpo del Señor que él mismo nos lo entrega como prenda de vida eterna. El cuerpo de Cristo resucitado que recibimos en la comunión, es la garantía más firme de nuestra propia resurrección. Por eso Jesús nos urge a participar en la Eucaristía, por eso nos invita a alimentarnos de su cuerpo y de su sangre, porque así se asegura nuestra resurrección, la vida parar siempre. Este es el misterio de nuestra fe: ojalá sepamos apreciarlo en todo su valor. La Eucaristía es el don supremo de Cristo a los hombres: la entrega de sí mismo como alimento de la fe y garantía de nuestra futura inmortalidad. En la oración de entrada de esta Misa hemos pedido a Dios nuestro Padre que aumente en nosotros “el espíritu filial, para que merezcamos alcanzar la herencia prometida” a los hijos. Esa herencia no es otra que la participación en la misma vida divina. Y la prenda de esta herencia, la certeza de que algún día se nos regalará, es la Eucaristía, pues en ella recibimos al Autor de la Vida. Por eso, cuanto más recibimos al Hijo único del Eterno Padre en la comunión eucarística más aumenta en nosotros la conciencia de hijos de Dios y la confianza de ser merecedores de la herencia eterna. José María de Miguel González, O.SS.T.
Avisos parroquiales: El próximo domingo 19 de agosto es el tercer domingo del mes, en la misa de 1pm se les dará la bendición a mamás
embarazadas o con bebés pequeños, a fin de que sus bebés nazcan y crezcan con salud de alma y cuerpo. Asistan.
De talleres de Oración y Vida hacen una cordial invitación a adolescentes, jóvenes y adultos a vivir los talleres a partir
del lunes 13 de agosto. “Aprender a orar para aprender a vivir”. Mayores informes en el área de avisos.
En la parroquia el próximo miércoles 15 de agosto de 5pm a 6.30pm inician las inscripciones para los niños al catecismo,
etapas de 5, 6, 7 años, reconciliación, eucaristía, confirmación, catecumenado y catequesis para papás. Se inicia el curso el
miércoles 29 de agosto. En la capilla del Inmaculado Corazón de María catequesis sabatina las inscripciones sábados
18 y 25 de agosto de 9.30am a 11am. Inician curso el sábado 1 septiembre. Miércoles: Inscripciones 22 y 29 de agosto
de 5pm a 6.30pm. Inicio de catequesis 5 septiembre de 5pm a 6.30pm. En la capilla de la Divina Providencia (Cruz de
Fuego) catequesis sabatina las inscripciones sábados 18 y 25 de agosto de 10am a 12pm. Inician curso el sábado 1
septiembre. En la capilla del Divino Rostro las inscripciones 22 y 29 de agosto de 4pm a 6pm. Inician curso el 5
septiembre.
Por el “año de la Juventud” se tendrá un concierto juvenil el próximo 24 de agosto a las 5.30pm en el Atrio de la
Parroquia. Mayores informes en el área de avisos.
La escuela de Pastoral inicia su curso el próximo 2 de septiembre, para formar agentes de evangelización y católicos con
buen conocimiento de su religión. Informes al final en la mesa que se encuentra en la parte posterior.
El jueves 4º de cada mes se tendrá la celebración de la misa por los familiares y amigos de Sacerdotes y vida consagrada,
en la cual se pedirá por su vocación sacerdotal y vida consagrada, a las 8pm. Terminando la misa hora Santa vocacional
dirigida por los jóvenes. Se les invita a todos los jóvenes a participar.
Tu oración es muy importante para el buen desarrollo de la construcción de la capilla del Santísimo, sigamos orando y
ofreciendo nuestra Eucaristía para que se llegue a buen término.
En la oficina parroquial les ofrecemos misales mensuales del mes de septiembre, cirios pascuales, veladoras a la divina
providencia, oración de los 5 minutos del mes de agosto, veladoras, vino para consagrar, Hostias para consagrar, para
el servicio del altar, los cuales los puedes ofrecer como una ofrenda a la Parroquia.
¿Eres titular de una gaveta en el área de criptas de la Parroquia, conoces el reglamento del derecho de uso de las gavetas
que emitió el Sr. Obispo en el año 2006, tienes actualizados tus datos, sabes qué procedimiento debes seguir si vas a hacer
uso de una gaveta? Pasar a la oficina Parroquial con tu recibo de titular, para que recibas toda esta información.
Cápsula litúrgica Sabías que …
¿Qué elementos principales hay en una iglesia? Los Ornamentos litúrgicos El Alba se corresponde a la “túnica” que usaban los romanos hacia el siglo IV. Era de forma amplia, con mangas largas y llegaba hasta el suelo. El nombre viene de la palabra latina que significa “blanco”. Cuando los antiguos romanos tenían que caminar se ceñían el alba con un cinturón o Cíngulo que la
ajustaba al cuerpo y la levantaba un poco del suelo. Debajo del alba, en especial cuando no cubre completamente el cuello, se usa el Amito. Es facultativo. Es un paño rectangular que se coloca alrededor del cuello y sobre los hombros. Antiguamente se usaba un paño similar por cuestiones de higiene. Las personas distinguidas en la época romana usaban una prenda, alrededor del cuello. En invierno preservaba del frío y en verano del calor. Esta prenda dio origen a la Estola que usa el sacerdote en la Misa y para la administración de los
sacramentos, como signo visible de su sacerdocio. Sólo la llevan obispos, sacerdotes y diáconos. Comúnmente lleva tres cruces (una en el centro y las demás en los extremos) o algún símbolo cristiano. La Casulla es el ornamento exterior que se pone sobre el alba y la estola. Se usa para la celebración de la Misa o ritos relacionados con ella. Son de muchos estilos y "diseños" Es una representación de la caridad de Cristo que cubre todas las cosas (Colos. 3, 14)
El origen de la casulla lo encontramos en la antigua “pénula” romana, que era un vestido de lana, pesado, de forma redonda, con una sola abertura en el centro y que cubría completamente el cuerpo. La Sobrepelliz es semejante al alba, pero más corta. Se coloca encima de la sotana y se usa para administrar sacramentos y realizar algunas ceremonias litúrgicas. La usan tanto los sacerdotes como los otros ministros. La Capa pluvial se usa en las procesiones, en la Exposición solemne con el Santísimo Sacramento y otras celebraciones. Por lo general está bordada en sus dos franjas laterales y en el cuadrado -en forma de escudo- de su parte posterior. Para las procesiones con el Santísimo y la Bendición eucarística, tanto si se hace con el copón como cuando se hace con la custodia, el sacerdote (o el diácono) usan el Paño de
hombros o paño humeral de amplias proporciones. La Mitra es una insignia propia de los obispos. Indica la plenitud del sacerdocio. Normalmente es de color blanco y está especialmente adornada. En la actualidad, las mitras tienen dos puntas, una colocada hacia delante y otra hacia atrás. Los Ornamentos litúrgicos
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