Orbano de propaganda y deîerçsa de la Irçdeperçdepa de...
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ADMINISTRACIÓN:
M E R C E D E S 1 1 . 2 R e d a c c i ó n : S a r a n r i i <ss
Ageoie en Buenos Aires: Emil iano Es t rada
C A L L E C A N G A L L O N.« 411
GUSCKICLOS
B e s t i a ^ n * ! © e l C O M I T É <GUE P U B L I C A " C U B A M B 1 E " , EL PRODUCT© ILE LA s u s c r i c i o n , a l S O S T E N I M I E N T O FIE LA I L E -ROLUCIÓN, 110 ESTABLECE CUOTA FIJA P A R A l o s SHSCRITORES, S I E N D O ELICI Á VOLUNTAD, DENTRO DEL L I M I T E DE TREINTA C E N T É S I -m o s c o m o M Í N I M U M , Y D I E Z P E S O S C O M O M Á X I M U M .
C U B A . L I B R E APARECERÁ TODOS !<S DOMINGOS
BHÍL BE AREPU3II PRESIDENTE
SALVADOR C I S U E R O S H E N T A N C O U R :
• . VICE ...... B A R T O L O M É . . M A S S Ó
S E C R E T A R I O DE G U E R R A
CÁRLOS B O L O F F :
DE HACIENDA . S E V E R O P I N A
DEL INTERIOR S A N T I A G O G A R C Í A CALILLARES
DE R. EXTERIORES R A F A E L P O R L U O N D O
SUB-SECRETARLO DE GUERRA M A R I O MENOCAL
DE HACIENDA J O A Q U Í N CASTILLO
DEL INTERIOR C a r l o s !MI!>OIS
DE RELACIONES EXTERIORES F E R M Í N B A L D É S D O M Í N G U E Z
GENERAL. EN GEFE . M Á X I M O G Ó M E Z
LUGAR TENIENTE A N T O N I O M A C E O
DELEGADO PLENIPOTENCIARIO Y AGENTE G E N E R A L DE LA REPÚBLICA
EN EL E X T E R I O R T O M Á S E S T R A D A P A L M A
Orbano de propaganda y deîerçsa de la Irçdeperçdepa de Cuba en el de la flaía DIRECTOR: RAMON VALOÉS GARCIA
A n o I M o n t e v i d e o , A b r i l 19 d e 1 8 9 6
M W E V I D E O . A B R I L 19 B E ] 896
Gasíelar y la ¡wH de Suba
RÉPLICA A LA EPÍSTOLA
A L O S A M E R I C I O S • - i '
Reflé romos la historia sagrada, que, en los remotos tiempos,- la soberbia de los hombres cególos hasta el punto qué osaron escalar el cielo. - .
Dios castigó su vanidad introduciendo . e n t r e ellos la confusión de las lenguas.
D. Emilio Castelar". el egreg io orador español, es ejemplo vivo de que los tiem- " pos pueden cambiar , pero, no las pasio-es de los hombres .
Niño mimado de la r or tuna , enorme cer eb ro regado abundantemente por sangre meridional , dotado de inflexiones de voz Inimitables* ve rdade ro ar t i s ta de la pala*
bra , a r r a s t r ado por el éxito hasta la cumbre de la popularidad en alas de lá Democracia llegó un día que creyó, en su soberbia, que podía a ton ta r al ideal que Le habla servido de peldaño para e sca l a r l a meta; y , desde ese instante , como en la leyenda bíblica, la confusión se estableció en su lengua, su voz perdió aquellas inflexiones que producían el delir io en las muchedumbres , y aquel cerebro , Júp i te r en potencia , que forjaba el rayo que abatía la altivez de los déspotas y fulminaba las i ras d é l a humanidad sedienta de just icia cont r a los t ronos seculares símbolos de absorciones irritantes,—-¿ya solo pudo p roduc i r frases ininteligibles, amalgamamons t ruosa de perlas y cieno, mezclas informes de g randes ideales, ext rañas .teorías e x h u m a das del panteón de los crueles t i ranos del Escorial y r e t rogadando s iempre , s iempre descendiendo del pináculo de l ibertad en que la luz-.brulaba, al abismo oscuro de la ment i ra y é t e l o s privilegios de raza, bajó, tal vez sin f -darse cuenta , los úl t imos peldaños de la gloria, y en la h o r r e n d a ¿ i -ma, cual otro Luzbel apostató i racundo de la religión de l ibertad en que había o t ro ra comulgado, apostrofó á los l ibres, y ciego é insensato, llamó salvación á la Monarquía, y facciosos á los que d e r r a m a n su sangre por conquistar los sacrosantos derechos de ciudadanos.
II
Nacido á la vida pública en el momento histórico en que España principiaba á v is lumbrar l iber tades mucho más completas que las predicadas por el evangelio del par t ido progresis ta , y el pueblo derechos más .saneados que los que le ofrecía la Constitución de la Monarquía, fué Castelar por su pico de oro, ya * tue no por su impor tancia en el entonces part ido denio-crát icv, el ante1 portam latinam de las nuevas ideas, que sustentadas por hombres de -firme voluntad y super ior in te l igencia , habían de producir , andando el t iempo, una revolución completa en el cr i ter io político de los españoles.
En la misma Corte, en donde por utópicas y soñadoras, no se consideraban por enloncespel igrosas lasdoctr inas predicadas por el que l lamaron ruiseñor de la Demacre cia, cautivó el acento y el lenguaje del joven orador , y cuando electo diputado ocupó una banca en el Congreso, las damas de Madrid se disputaban los sitios de las t r i -bunas fo rmando coro de serafines con las esclamaciones escapadas á su entusiasmo, al arcángel q' en el vasto salón de r r amaba á to r ren tes la armonía de su voz p r o n u n ciando frases de fuego hasta entonces no oidas, y conceptos sobre el derecho humano y la l ibertad de los pueblos, que a u n que no bien comprendidas por la incoherenc ia con que e ran expuestos, hacían t ras luc i r un nuevo mundo de ideas, y lanzando una poderosa cor r i en te de mis ter ioso fluido al corazón de los oyentes, les hacía estal lar en demostraciones del más de l i rante entusiasmo.
Creció la figura política de Castelar á medida que los trabajos del par t ido á que estaba afiliado obtenían éxito en la opinión, y cuando la Revolución de Set iembre barr ió de España e l - t rono que la envilecía, e r a ' va con Figüeras , Salmerón, y Pí y Margall uno de los jefes del Pa r t ido Republicano Federa l , y el ídolo del pueblo que cre ia ver en él la encarnac ión de su regenerac ión .
Defraudada España en sus aspiraciones por los hombres del Gobierno Provisor io y por las Cortes Consti tuyentes, vio á sus políticos a r r a s t r a r su n o m b r e por Europa mendigando de Corte en Corte, como las ranas de la fábula, un rey que los gobe rna se, encenderse vio por su causa una de l a s 1
g u e r r a s más desastrosas, de nuest ro siglo que dio lugar por el de recho de conquista, en plena Europa y en pleno siglo XIX, á la desmembración de la Francia ; y vio sen ta r se en el t rono de San Fernando á un mo-oarca.que. si por prudente é i lustrado y cabal lero se captó el respeto del pueblo, por extranjero-quedó condenado"desde el p r imer día á abandonar el elevado puesto qu i en mal hora habla aceptado.
La generosa renuncia de Amadeo de
Saboya, trajo e! nuevo gobierno provisorio de D . Estanislao Pignoras, antesala de la República.
Convocadas las Cortes Consti tuyentes la proclamaron so lemnemente el 8 de Junio de 1873 poniendo á su frente al honrado Pi y Margall .
Había llegado el dia de. hacer práct icas las doct r inas inculcadas al pueblo duran te más de quince años.
Reconozcamos con lealtad que la República l legaba á recojer la herenc ia de todos los he r ro r e s de la Monarquía, de todo el periodo tormentoso de los inter inatos y del re inado do Amadeo; que amedren ta das las clases productoras y pudientes en a rmas el part ido Carlista, desmoralizada la Administración, é impaciente y receloso el pueblo, s iempre víctima de la perfidia — la t a r ea de los hombres, encargados de implantar la nueva forma de gobierno, e r a a rdua y laboriosa. Pe ro , la República, aún votada por las Cortes, e ra una revolución social, y como tal, debió habe r sido r a d i cal en sus procederes.3"sopena de suicidarse y a r r a s t r a r en su. ru ina al pueblo, debió no claudicar en su credo, ni desnatura l i zar en la a l tura las doctr inas que como dogmáticas babian predicado en el llano.
La escisión en las ideas y en los medios de hacer las práct icas se produjo en el seno de los prohombres de la Repúbl ica auxiliada por la multi tud de republicanos de ocasión que ingresaron en sus filas. Va cilaron, y vacilando perdieron el rumbo, y
, a len ta ron las esperanzas de los monár quicos, que no poi haber sido vencidos estaban sometidos.
No se hacen revoluciones á medias. No se des t ier ran los hábitos serviles
y los in tereses creados por una Monarquía secular," con resoluciones libias, y con-transacciones con las añejas preocupaciones.
La Re ubi ica" sucumbió en España por que le faltó el hombre capaz de dominar la situación. Salmerón confundió la rect i tud de sus principios con una tolerancia mor ta l . A F igueras le faltó carác te r en los momentos más supremos. Pi y Margall creyó que la fuerza d é l a s ideas e ra suficiente para t r iunfar de la pervers idad de los par t idar ios de la Restauración. A Cas-te lar le sobró soberbia y le faltó tino y, . o-bre todo, consecuencia.
La imposibilidad en que se encontró el gobierno de Pi y Margall pa ra conciliar los in tereses de los diversos part idos y fracciones le hizo ceder el cargo á Salmerón que v i éndose ' en la a l t e rna t iva de falsear sus principios ó hacer un gobierno infructuoso, el 5 de Set iembre t raspasó el mando á Cas t e l a r , que exijió de la Asamblea las facultades de un Dictador.
El solemne momento histórico había v e r d a d e r a m e n t e l legado.
El ruiseñor de la Be moer acia, se habia conven ido en águila caudal.
E l a rd ien te t r ibuno del Congreso y del Jurado iba á hablar desde la Pres idenc ia de la República.
EL caudillo de la l iber tad se hallaba en el poder supremo.
i 1 apóstol de la r edenc ión iba á oficiar de gran Pontífice de la religión de los derechos del hombre .
El ídolo del pueblo estaba en el pedestal de la Pa t r i a .
Europa y A m é r i c a quedan en ansiosa espectat iva
P e r o , el águila no tenia de la re ina del espacio más que la soberbia,
El t r ibuno - HABÍA olvidado la palabra apocalíptica.
El caudillo de la l ibertad solo encontró inspiración para sus actos en los gastados expedientes de la t iranía.
El apóstol de la redención olvidó por completo sus prédicas y sus dogmas.
Y el ídolo del pueblo, solo supo ser el ve rdugo de sus hermanos , el asesino d e s ú s discípulos, el déspota ensoberbecido, y el politice ramplón ó perverso , que después de confiar el mando de l a s fuerzas de la República á genera les t ra idores y de filiación genuinamente monárquica, exige á la Asamblea un voto de confianza il imitada y su receso duran te ocho meses, y no-t rans ig iendo el Congreso con esta imposición violenta- y a tenta tor ia , rescinde en ella el mando eí 2 de Ene ro de lUli. dando
N ú m e r o lt>
lugar á qne aprovechándose el Capitán ge nera l de Madrid, Pavia, de acuerdo con Martínez Campos, de la confusión, realiza-cen uno de esos vergonzosos pronunciamientos de que está plagada la historia mi -l i tar de España, y presentándose con sus tropas en el salón del Congreso hace des pejar á culatazos las bancas de la l&epresh; sentación Nacional. r ,
No se diga que somos injustos con Emi lio Castelar,
El hombre es hijo de sus hechos, y ahi están todavía palpi tantes los hechos casi incomprensibles del ex -P re s iden te de la República española.
Castelar que habia l lamado mil veces asesinato jurídico al derecho que la so ciedad se abroga de m a t a r á uno de sus semejantes, sucedió á Salmerón pa ra firm a r la sentencia de m u e r t e de unos sargentos sublevados.
Castelar que habia enseñado al pueblo, que con su a r r eba tadora elocuencia le habia convencido de que la contr ibución de sangre que se le imponía e ra la más ignominiosa, la más cruel y la más inhumana. Que con su ard iente propaganda se la habia hecho odiar y escarnecer , una vez en el poder hizo amet ra l la r á ese mismo pueblo en la sangr ienta revolución llamada de las quintas porque se sublevaba cont ra esa forma odiosa del reemplazo del e jérc i to .
Castelar que había dicho á sus he rma-nos que la República federal e ra la única que podia hacer Ja felicidad de la Pa t r ia , y ev i ta r la entronización de un poder despótico; que le había hecho int ransigente con toda o t ra forma de Gobierno, Castelar en la Pres idencia fusila á los que se bat ieron por ese ideal, y bombardea sin miser icordia á los que en Cartájena, defendiendo una causa jus ta , ó cegados por la pasión y las enseñanzas del t r ibuno, morían defendiendo el gobierno que él les enseñó á amar .
Nuevo Saturno devoró á sus hijos y su propia gloria .
Es te es el hombre tal como sus propias obras Jo p resen tan en la política española-
No se t ra te de exigi r contemplaciones al juicio político en mér i to á la brillantez de sus frases, ni á sus idealismos de oropel, porque ese sería un lirismo injustificado y una complacencia cr iminal por la ponzoñosa semilla que dejaría implantada, t a n t o más cuanto su acti tud en la época de la res taurac ión solo le p resen ta como un apóstata empedernido, . . . - -
Y si como hombre público en su pa t r ia Caste lar ha sido un doloroso desencanto , en la cuestión antil lana, Castelar,-ha sido un monst ruo de deformidades morales , y de insensatas ext ravagancias , v - .
III
¿ C u a l h a sido la acti tud de Castelar en la cuestión de Cuba?
Las ideas que ha ensalzado sobre Ja libertad,, sobre ios derechos del hombre , sobre la independencia de los pueblos, sob r e la justicia, ¿las ha aplicado al juzgar a u n pueblo que sufre?
Lejos de eso: no puede decirse de Caste la r que h a y a sido con los cubanos tan siquiera adversar io leal ni' crítico verdadero.
P o r el cont rar io , ha sido para Cuba, como p a r a España, falso apóstol, y enemigo de la verdad.
Ha creído cohonestada su aviesa conducta, declarando que antes que republicano era español.
¿Fe ¡ o, cómo e n t e n d e Castelar la República, que ve aategonismos e n t r e su credo y la ciudadanía de s u patria?
Castelar enros t ra á tos cubanos su neg ra ingra t i tud pa ra con ia M-ulre Pat r ia ; se eleva en sus discursos al quinto cielo para ensalzar las glorias de España én la conquista,y s u derecho á la posesión de la t i e r r r a Americana . Hace der roches de elocuencia pa ra t r a t a r de probar "Ja felicidad de aquel pueblo ingra to bajo la bandera de la Monarquía. Á él que tan*-amante de Amér ica se finje ¿qué le debe Cuba?
Sentado en los escaños del Congreso ha sida testigo ¡>as¡vo5. año t r a s año f ¿e !a,|
C U B A L I B R E
pacificas reclamaciones fie los na turales de la Isla.'-Ha nido á los más emi nentes hombres públicos de España, y á MIS más notables generales , denunciar abusos incalificables y fraudes inauditos en su administración. Su trato con cubanos distinguidos, lo han impuesto c i rcunstanciadamente de las tropelías cometidas cont r a el derecho, yhas t a l a vida y la hacienda de sus habitantes Su conocimiento de aquella agrupación social le ha dado á conocer los e lementos de vida propia con que cuenta, y ias inteligencias de que puede dispon e r para-su propio gobierno .
¿Porque como español celoso del decoro de su patr ia , ó como demócra ta s incero y consecuente , ó como filósofo que dice vis lumbrar e! bri l lante porveuir de la Amér ica , no ha levantado nunca su voz para fustigar á los que deshonraban á España convir t iendo la administración ce Cuba en cueva de ladrones, á los que vejaban á aquel sufrido pueblo, á los que le usurpaban sus derechos?
Y producida la lucha á q u e a r r a s t r a r o n á los 'cubanos sus derechos de hombres violados, y el afán de conquis tar para su patr ia un lugar digno en t re las a g r u p a d o - " nes humanas , tanto en 1868 como en 1895, ¿porqué como hombre hon rado , como inteligencia privilegiada, como republ icano , como demócrata, como cr is t iano, como hombre de principios, no ana temat izó el lujo de barbar ie con que hacían la guer r a los que t remolaban la b a n d e r a de las Navas de To.losa, de Baylen y de Lepanto? El que con las más sublimes frases, en to das las modalidades del pensamiento, en la cátedra, en los comicios, en el 'jwi. había condenado el patíbulo como una vergüenza social y una af renta á la civilización ¿cómo no tuvo una palabra de protesta pa ra las infames ejecuciones practi c^das en millares d^ inocentes víctimas por Valmaceda, por W e y l e r y por los fe-roces voluntarios de la Habana?
Castelar que de r r ama copiosas lágrimas en la tumba de los már t i r e s de Polonia ¿•orno no encuen t ra ni una sola frase de humanidad ante las tumbas de Céspedes, de Varona , de Martí, y de los infinitos m á r tires de la independencia Cubana?
¿Es que su españolismo ha muer to los sentimientos de honradez y humanidad yha • atrofiado su conciencia? ¿O es que esa honradez de principios y esa conciencia no han existido nunca?
Durante su presidencia se perpe t ró en Cuba á la sombra de la bandera republ icana, uno de los cr ímenes más horrendos que regis t ran los anales de la g u e r r a an t i llana. El Virginias, una nave con la bandera estrel lada de los Estados Unidos, fué apresada por el c rucero español El Torunda conduciendo una expedición de 180 hombres . No era , según las prescripciones del derecho internacional , ni un pirata , ni un corsario, e r a s implemente una expedición de guerra ; sus t r ipulantes , en t r e los que se encontraban Pedro Céspedes O 'Ry-an, Varona y Jesús del Sol, son bajados á t i e r r a en Santiago de Cuba en t re el e s carnio y ios insultos do los voluntarios qme más parecían un pueblo de cafres que de lensores de los supuestos derechos de un pueblo civilizado. Encerrados en i nmundos calabozos sen a r ras t rados poco después al banquillo sin formación de causa y mueren con ejemplar en tereza á pesar de la ya que se les hace hasta en sus últimos • momentos.
Pues bien, esa hecatombe de 180 prisioneros de guer ra ; ese agravio á la civilización; ese crimen de lesa humanidad; ese bárbaro a tentado que conmovió al mundo, fué 'Viameníe autorizado desde Madrid por :
el Pres idente Emilio Castelar, con la misma insensibilidad con que el hilo te legráfico trasmitió la sentencia á los verdugos de Cuba!...
Consumado el crimen; anatematizado por todo rl orbe, Castelar s iampre tartufo hizo propalar por la prensa que l e e r á adicta mil invenciones que atr ibuían al mal estado de la linea telegráfica la mala comprensión de sus órdenes ; pero, aunque fuera doloroso creer lo , el inundo tuvo que convencerse de la t r is te y vergonzosa realidad, y el que también había sido ídolo de América vio eclipsarse la aureola de sincero entusiasmo que en el mundo de Colón se le profesaba.
Hé aquí lo que sobre este suceso le esc r ib ía desde Caracas su intimo amigo y admirador Héctor .1. Várela. «¿Yno t é t e m e l o la mano? «¿Y no se aprimió tu cora-«zón? «¿Y no te sentiste descender al «nivel de los mismos que tu habías com-«batido, cuando no eras más que un hijo «del pueblo?
¿Y no sentistes, allá en el fondo mister i o s o de tu conciencia, algo como el Re-tmoidim lento7.
«¡Oh! si tal monstruosidad fuera cierta, -«hermano de mi alma! si fuese ciert") que « l a sangre de G'Ryan, do Céspedes, de Va-«roña ,y domas compañeros ¡labia sido «der ramada por tu orden!
«¡Cuan t remenda sería lu responsabili-«dad ante la historia, ante la opinión, ante «laRepúbl ica y a n t e la posteridad!!
«La América, que halda enlazado á la «corona que ciñe tu inspirada frente, sus «más bellas y perfumadas flores, las a r r a n -«caria una á una con dolor, y al a r ro ja r «las a! viento con desprecio, te d e r r u m b a ría del pedestal de grandeza en que su «amor y su admiración te habian colocado!
Castelar conocedor del problema anti l lano, fi l ia á la verdad á sabiendas, y calumnia á los cubanos con refinada perfidia.
Llama á la fuerzas de los patr iotas hordas desenfrenadas, y gavillas de facciosos sin disciplina y sin ley. ¿Es posible que á sus oidos no hayan llegado las palabras de Martínez Campos, reconociendo la regularidad de la organización de aquel ejérci to, su perfecta disciplina, y la corrección y humanidad de sus actos?
Si son facciosos y bandoleros los soldados cubanos que por redimir la Pa t r i a han abandonado tranquil idad, fortuna ó medios de subsistencia, posición, hogar y cuanto más querido hay en la vida; que al desp renderse de los brazos de la madre querida, de la esposa y de los hijos idolatrados dejándoles por todo consuelo el nombre bre sacrosanto de Cuba iib^e; si son salvajes ó cr iminales esos sublimes tabaqueros cubanos de Cayo-Hueso, de Florida, de Tampa y de Nueva Y o r k que quitan á la boca d e s ú s hijos el p a n d é varios dias en el mes. ganado con el duro y honrado t ra bajo de sus manos, para ofrecerlo á los combatientes de la esclava antil lana, ¿Por qué él que se titula apóstol de la Democracia llama heroicos soldados á los c r iminales queEspaña ha sacado de sus presidios para di trazarlos con él honroso uniformo-del ejérci to, y lanzarlos como fieras hambrientas á los campos de Cuba? ¿Cree Cas-te lar que Lolo Benitos valia más que José Mart í ó que el último de los soldados de la revolución?
Califica de escoria y resaca do la sociedad cubana á los patr iotas que luchan por la Independencia. ¿Y Betancour , Agüero , Varona , Céspedes, Sangüi l i , Va l des L)o-_ mingue/ , Zaya, y toda esa pléyade de abo gados, médicos, escr i tores , poetas, h a c e n dados y hombres notables del pueblo cubano, Castelar no los conoce? ¿Y si los conoce porque ios injuria?
Titula cabecillas insubordinados , á Máximo Gómez y Maceo, á Serafín Sánchez y Cas te lio, á Calixto García y KolofT, ¿pero si tales son, si tan poco va len j o r q u é á España no le bastan cíe ito sesenta mil hombres y 47 genera les pa ra vencerlos, y tiene que pasar el bochorno de recibir de manos de esos jefes de tribus sus PRISIOneros ilesos y cons iderados en noble r ep re salia de la furia española?
»?e opone á que los cubanos sean t ra tados con human idad en la gue r ra ; prefiere verlos t ra tados como alimañas; exige se les m a n t e n g a fuera de la ley para que puedan r epe t i r s e las bacanales sangr ien-ias del - Virginm»; los cree indignos del de recho de beliqei antes, y-se dirije á los a m e r i c a n o s con frases za l ameras , suposiciones insidiosas, y ridiculas amenazas , inci tándolos á ser cómplices del sacrificio de Cuba..
Pers is te sobre la ingrat i tud de la hija rebelde en el preciso momento en que la madre cruel y a v a r i e n t a de cua t ro siglos iba á t o r r a r s e dulce y cariñosa acordándole l ibertades y cier to g rada de autonomía y de justicia comerc ia l . Basta ya de indigna supercher ía! Bien sabe Castelar á qué a te nerse respecto á la farsa de concesiones en la administración de la isla que el Gobierno y las ( 'ortos de España aparen ta -
.ban.concoder á la Antilla, para lograr la suscripción de un emprést i to monstruo, con el voto aparen te de ios cubanos.
Profet ice cuanto quiera que Amér ica no reconecerá la beligerancia, que ya al p ro feta le falta la inspiración divina y sus vaticinios s iempre resul tan contrar ios ; pe ro , no invoque para apoyar sus augur ios temas que á España le conviene mas no recor dar.
¡Qué menguados apareen algunos hombres dir igentes de ¡apolítica española, frente á los hombres de la Revolución!
¡Qué pequeño aparece el ex-pres idente de la República, el en un tiempo i lustre catedrát ico de Historia de la Universidad de Madrid , al combatir la sagrada causa de la independencia amer icana y á sus caudillos!
¡Que contras te en t re su figura de verdugo d i la ido i d..*. emancipación, y la noble y espar tana del mulato Antonio Maceo!
Y sin embargo , colocándose soberbio y vanidoso frente por frente á Amér ica se queja de que los americanos no lo escuchan .
¿Y con que títulos p re tende er ig i rse eu monto r de América?
Los del Norte , e m i n e n t e m e n t e prác t i cos y perspicaces están á cub aeot los cantos d é l a engañosa s i r e n a .
Los del Sur, s ienten que Cas te la r lanzando su ana tema á la Revolución de Cuba y, disfamando á sus héroes , es so. lo el eco de los QU3 , hace ochenta años , apostrofaban con los mas duros epí te tos á San Martin, à Bolívar, á O ' H o g i n s , á Ar t i gas, á Sucre y á cuantos luchaban cont ra -el poder despótico de la -Metropoli.
Los americanos del Sur que aun s ienten v ibrar en el espacio las victorias de Aya-cucho y de Junio , de Carabobo y de las Piedras ; en cuyo cielo aun resplandacen .'os a r r e b >tes de aquella g lo r io s i y homér ica epopeya; en cuya sangre todavía circulan hirvientes glóvulos de los que cir cularon en el plasma de los hé roes de Mayo, esos, los que aun pres tan culto s incero en el a l tar de la patr ia y veneran el a rca sagrada de sus t radiciones y del nombre de los funda lores de su nacionalidad, solo pueden oír las imprecaciones de Castelar como un insulto lanzado á las cañizas de sus abuelos, y solo pueden contestarlas . . c o n el desprecio .
R. Váleles García.
P O S I B L E
E l h a r t i d o R e v o l u c i o n a r i o
cubano se c o r s t i t u y e p a r a l o
g r a r con los e3Í 'uerzosreunido s
de todos los h o m b r e s de b u e n a
vo lun tad , / / Independencia absolvíÍ7 de la I la de Cuba? y fomen ta r y aux i l i a r la de
P u e r t o Rico .
Base L.a del Partido Reeolueionario. Está acredi tado por la historia de los
diversos levantamientos que se han suce
dido en ¡a Isla de Cuba con t ra el poder
español , que el c r i t e r io que cons tan t emen-
te ha presidido á su represión, ha tenido
por fundamento inquebrantable , el desco
nocimiento por pa r t e de E s p a ñ a de todo
motivo ó consideración lejítima que pu
diera, en su concepto,justif icar la ac t i tud
de sus autores , y, por lo tan to , su razón de
ser
Proclamando sus soberanos derechos pa
ra consti tuir una nacionalidad l ibre , ha
ciendo valJR sus facultades na tu ra l e s d o
hombres de pensamiento, los patr iotas le
vantados en a rmas se presen taban an te el
mundo en la actitud del g u e r r e r o - c i u d a d a
no que va consciente á combat i r por la
reivindicación de sus derechos sagra
dos.
El mundo independiente , el mundo de
la l ibertad ha mirado en todas las épocas
con profunda simpatía esas explosiones del
patr iot ismo contenido por la fuerza bru
tal del dominador . E l mundo del pensa
miento y la justicia, reconociendo la ra
zón que asistía á un pueblo desgrac iado
que lucha por lo que es propio, lia recibi
do s iempre con los brazos estendidos á ese
pueblo heroico que prefería r e g a r con su
s a n g r e el suelo de sus antepasados, antes
de renunc ia r á una protes ta tan viril y
enérgica , como la pureza de los principios
que la daban origen.
Solo la España consecuente con su poli-
tica tradicional que hace del subdito un
paria den t ro del organismo de una na
ción, sin influencia ni valor a lguno en el
orden de la sociedad, j a m á s ha debido r e
conocer los derechos na tura les de sus
colonos, y la proclamación de esos d e r e
chos por los órganos eficientes de los go
biernos patr ios, no teniendo para ella m a
yor importancia que la de un acto marca
d a m e n t e sedicioso, ha debido s iempre des
t ru i r el ge rmen de la insurrección,
desbara ta r los planes leoantiújos de los
amer icanos , pa ra m a n t e n e r eu toda su efi
cacia sus derechos incuestionables de so
beran ía heredi tar ia .
Pe ro , si este hecho, que reviste un ca
rác te r geuera l , no puede ser motivo de
his tor ia de la revolución de cada uno de
los Es tados de la América , siendo igual
men te una faz carac te r í s t ica de la acción
política desenvue l ta por la España en sus
dominios, es también innegable--que esta
nación en sus luchas con t r a las pre tenc io-
n e s na tura les de sus colonos, de const i tuir
por si mismo n a c i o n e s independ ien tes y
soberanas , ha pron uncíado en de te rmina
das c i rcunstancias una pa labra , que si bien
muy poco usada en la t e rmino log ía polí
tica de la metrópol i ; se ha hecho serv i r -
no obstante , como de una esperanza á los
deseos j amás satisfechos de sus subditos,
ansiosos de l iber tad.
La AUTONOMÍA: he ahí la palabra que Es
paña en los momentos crí t icos porque pasan
sus a r m a s combat ien tes , lanza á los pa
tr iotas victoriosos, bien sea desga r rando
su corazón absolutista: y autonomía no es
ot ra la p i l a b r a fatídica para los patr iotas
de Cuba que c r eye ron aperc ib i r la muy cer
ca con el pacto de Zanjón, que chor rea
s a n g r e ac tua lmen te .
El pueb¡o cubano, como todo pueblo que
t iene conciencia de sus derechos está in
capacitado s iquiera pa ra oir semejante pa
labra . Al gobie rno de la Repúbl ica de Cuba,
como r ep re sen t an t e genuino de una socie
dad de hombres que aspiran á la vida in-
de pendiente , y depositarios de sus da pe
d ios conten idos en las Bases del Par t ido
de la Revolución, su deber his tórico le in
dica cons idera r á esa pa labra como un em
blema de la tradidicíón á los destinos de
una nacionalidad por const i tuirse procla
mados en un documento solemne, y su in
sinuación por cualquiera , como una base
política de a r r eg lo , algo asi como un a ten
tado inaudito contra la l ibertad de la na
ción con t r a sus p r inc ip ios absolutos, de
procedimiento en la me t rópo l i .
E n cues t iones de d e r e c h o n a t u r a l no
hay t r a n s a c i o n e s posibles.
.. ¿Tiene ó nó Cuba, de recho á la libertad?
¿La hemos tenido nosotros p a r a consti
tu i rnos en un Estado libre?
Si nadie se hal lar ía suficientemente osa
do á desconocer las leyes del p rogreso del
mundo, p á r a l o s cuales todo h o m b r e es
una entidad l ibre por naturaleza y toda reu
nión de hombres , una sociedad natural que
debe real izar su dest ino en la vida, no
siendo este sino el propio destino moral,
de cada una de las personal idades que la
forman, nadie tampoco, podr ía sostener el
absurdo de que p o r lo menos a lgún vín
culo debe m a n t e n e r á esos hombres libres,
sujetos á un dominador in t ruso .
Si se t iene entonces de recho á la liber
tad, n inguna razón de justicia ni de d e r e
cho histórico puede a m p a r a r la acción do
minadora de un e x t r a n g e r o , y si en razuii
y este derecho no exis ten, no podemos
c r e a r un lazo de u n o n e n t r e uno y otro
q u e s e r í a una c reac ión mons t ruosa d é l a
se rv idumbre , vergonzosa pa ra el pueblo que
aceptar ía de aquel la m a n e r a una l ibertad
res t r inj ida .
Asi lo han comprendido Cuba y sus re.,
p re sen tan te s en el gobie rno . La base p r i
m e r a del Par t ido Revoluc ionar io prescribe
t e r m i n a n t e m e n t e la-separación absoluta de
la España en el gobierno de la isla. Nin
gún vivendo político e n t r e ambas nacio
nalidades, dueño cada una de sus; destinos;
y no solo engañoso, pa ra conseguir una
pacificación imposible por las a rmas , que
Cuba no la aceptar ía , pe ro tampoco s i r
viéndole de ga ran t í a la fuerza moral y
m a t e r i a ! del mundo e n t e r o , porque la li
b e r t a d es una y á ésta j amás la veremos
suje ta por el vínculo de la autonomía á
un gobierno e x t r a n g e r o y mucho menos
monárquico , porque su solo hecho lo des
na tura l izar ía .
El Gobierno de la Revolución tendrá
aquí mismo un mér i to , que no le será me
nos reconocido por la his tor ia que el que
pudie ra significar cualquier o t ro de sus
trabajos pa t r ió t icos . Un ca r ác t e r á toda
p r u e b a y una ene rg ía indescriptible para
sos tener aquella base do grandís ima t ras
cendencia p a r a los dest inos futuros de su
C U B A LIBILE país en estos solemnes momen tos en que
se oyen voces e s t r a n g e r a s p re tendiendo
garant izar una au tonomía imposible, es
quizá por ahora el mayorsacrif ic ioque á s u s
miembros puede exij i r les la futura Repú
blica, si sacrificio podemos l l amar ^ ¿ p r á c
tica de u n a convicción profunda como la
que aquel principio orgánico t raduc i rá
seguramen te pa ra hombres públicos tan
distinguidos.
Es depr imente también á la Revolución
prestar oídos á esa palabra, porque el la es
la voz de la soberbia impoten te , opuesta
como un que al t o r r e n t e ya inconteni
ble de las a rmas de la l iber tad. No es esa,
palabra española en las horas de sus
triunfos. España no la reconoce. Es p a r a
ella, hija de los acontec imientos desgra
ciados de su incapacidad con t r a los- pue
blos levantados en masa, de su imppten-
cia contra las leyes na tura les de p rog re
so l ibre.
Si España se hubiera cre ído rebajada
en su honor y en su dignidad, reconoc ían
doles á los revolucionar ios sus derechos
naturales , si proclamaba en todos los mo
mentos que nunca podría t r a t a r con los
insurrectos conservando éstos las a rmas
en la manó, ¿no se c ree r ía de shon rada
ahora si ofreciera una autonomía que na
die le pide, á esos insur rec tos que no han
pensado deponer su actitud rebelde? ¿Es
posible que esa misma nación c o n s i d e r e ¡
que si antes esos insurgentes la hub ie ran v^-s
manchado en su honor , son ellos aho ra 9
dignos de que se les concedan, por lo
menos la autonomía, que no la solicitan?
Ninguna razón hay para c ree r lo asi.
España m su fuero in terno pensa rá s iem
p r e que al proceder de este modo, lo ha
r ia violentada-por la fuerza de las cosas;
los revolucionar ios nunca serán pa ra ella
sino facciosos favorecidos por la sue r t e
d é l a s a rmas , y como el triunfo ó la d e
r ro t a de los ejérci tos no puede da r d e r e
chos á quien no los t iene en justicia, E s
paña se deshonrar ía como an tes t r a tando
ahora con los revolucionarios, facciosos
de ayer , y Cuba por esto mismo debe
pensar que no podría e n t r a r en negocia
ciones de n ingún géne ro con un poder que
solo procede por el imper io de la fuerza
j amás por el reconocimiento y la pu r idad
de los principios.
Cuba no puede oir proposiciones de se
mejante poder porque como nacional idad
dueña de sus destinos, su dignidad de
pueblo l ibre eu e! futuro, quedar ía m e
noscabada por los ofrecí miemos de un Es
tado que en todo tiempo le lia desconoci
do sus derechos de soberanía; y la a u t o ,
mía jamás const i tuirá para aquel país una .',
proposición aceptable de convenio por
que repugna ala l ibertad, es rechazada ...
por las bases consti tucionales d é l a R e p ú -
y es un vínculo de se rv idumbre tendido
por la España, nunca convencida, pero
debil i tada y vencida por e! esfuerzo de l a s
a rmas l iber tadoras .
Hoy más quo "nunca, el pueblo cubano
está incapacitado para pensar siquiera en
la posible exis tencia de semejante vinculo
autonómico, porque esa política de c i r cuns
tancias inspirada por el gobierno español
como la única salvación del desastre , se
ría fulminada por el solo recuerdo de los ,
mil lares de patriotas raidos desde hace un.
año por r ecupe ra r sus l iber tades na tu ra
les sirviéndoles de bandera las bases que
so las consignaban, l ibradis en su esencia
ai azar de sus combates, pero jamás á
convenio que se los res t r ingi r ían , á t r an
sacciones ó pactos vergonzosos.
La Independencia, ó la Rccolución
hasta conseguirla, no es o t ra la politica
ve rdade ra p i r a los que piensan en la
practicabil idad de los principios orgánicos
del par t ido en armas , consecuentes con
los derechos del hombre y los. an teceden
tes his tór icos y políticos de la metrópol i .
Ángel Gordldo. ,...¡
Buenos A i r e s , Abril 7 de i89o .
I I S l M A i i Allá vá indignad > sanador, me'an ;ilieo
Allá vá con el en jambre de sus sueños
con la tempestad de sus cóleras; con sus
tr istezas de vencido; con el r um or de sus
estrofas, con el himno t r iu i fa l de su pala
bra .
¿Soñador? Así le l laman. ¡Sueño subli
me! ¡Oh, la l ibertad, hermoso sueño. Con
ella soñaba Bolívar en Jamaica mirando
la m a r tui bia, la m a r negra , escapado al
puñal y t r is te y s o l o . . . .Con ella soñaba
Mazzini ,perseguido, hambr ien to , saliendo á
los caminos de Suiza, desgreñada la blan
ca cabel lera , para rogar á los t r anseún tes
sobre la agonía de su I ta l ia bajo los cas
cos de los Croatas. Con ella soñaba Ko-
cíusko. Con ella soñaba Palackoff, dando
al viento como mariposas del dolor sus es
trofas a ladas , allá sobre las playas de Si-
ber ia , bajo el cielo sin luz, cerca á las
olas negras , á la estepa inc lemen te , v ien
do levanta rse en el cielo t r i s te una es
t re l la blanca, que él l lamaba el alma de
Polonia ¡Oh sueños con la l ibertad y
la patr ia ; sueños gene radores del hero ís
mo y de la gloria; columna de fuego que
lleváis los pueblos al combate; ¡oh bellos y
pálido heraldos que lleváis las g randes a l
mas al mar t i r io , benditos seáis!
. L a l iber tad es el sueño de las a r m a 8
grandes .
La patr ia esclava es el to rmento de las
almas fuertes .
¡Oh sueño tempestuoso y bravio de los
oprimido?! Pasad, soñadores , con la fren
te alta, s in t iendo como os pers igue la car
cajada estólida del vulgo. Mañana, si vues
t ro ensueño es real idad, vues t ra es la g lo
r ia ; si él es quimera , vues t ra es la glo
r ia .
Los sueños nobles ennoblecen.
Al soplo de un s u é ñ e s e alzó la A m é r i c a
del fondo de los mares solitarios; en las
alas;flamígeras de otro sueño subió la l i
ber tad á la cima de los Andes. Si la vida
es sueño, ¡beneitos sean los que sueñan
con lo g rande y con lo noble!
Mart í es el verbo de C u b a luchadora .
Su acento pasa sobre las mult i tudes co
mo.un g rande y generoso soplo, venido
del océano inmenso , del campo libre-
lleno de a r o m a s , respi rando vida. Él m u r
m u r a al oído del emigrado , del vencido,
del en fe rmo , la mágica palabra: esperanza!
El vá á todas las a lmi s m u r m u r á n d o l e no
sé qué t ierno acento de cariño; no sé qué
ex t raño y asordador himno de grandeza.
Marti es el acento melancólico del a lma
cubana, que vá gimiendo a v e c e s solitaria)
á vecesdol iente , y en ot ras se alza v ibra lo-
r a y ter r ib le ; que her ida se recoge para l lo
r a r en sus montescomo una paloma azul e n
t r e su nido, é indignada se alza, o t ras , co"
mu un cóndor bravio lanzando gr i to si-
n i e s t r o . . .
La elocuencia de Martí es la del cora
zón.
Su t rase , obscura á veces, coloreada,
rad ian te e n otras , sale de sus labios im
pregnada de sent imiento, ya sea vaga co
mo la t r i s tezaque agobia su alma, ya tem
pestuosa y soberbia como la indignación
que lo posee.
Oyéndole, se piensa en la patr ia , en la
just ic ia , en la l ibertad, en el bien; se al
zan en las lontananzas del recuerdo los
mira jes de los bosques patr ios; se oye co
mo el r u m o r de Y e r g n ' a u d en el salón
de los Roland, y pasan por la memor ia los
pálidos héroes del cadalso y de la gue
r r a . . .
Así como él; asi debió ser Yergn iaud .
Su misma juven tud ; su mismo aspecto pen
sador y triste; su misma frase pulida como,
a r m a d u r a de antiguo caba ' lero en día de
jus ta ; el mismo culto á la pureza de s e n t i
miento y á la castidad de la frase; e*
amor desbordante por el .pueblo; el mismo
corazón sereno y t ie rno; la misma basta
erudición clásica; la misma estoica res ig
nación al m a r t i r i o . . .Todo lo mismo; pero
más fuerza, más real idad, más lucha en
Marti .
Cuando principia á hablar con la frente
inclinada, como si pesaran sobre ella t o -
dos los dolores de su patria, se ve allí al
vencido doloroso; más cuando echa a t r á s
su cabeza poderosa, sacude su ca'beilera
y lanza súfrase indignada, se vé de pié ai
apóstol, aquel cuyo verbo condensado
puede ser luego una t o r m e n t a .
Tr is teza infinita de !a patr ia; entusias
mo de lucha y de batalla, eso inspira el
acento dé Martí. Su elocuencia no asorda,
no ciega, impone con imponencia mágica.
Como en una tempestad en el polo no se
escucha vibrar el t rueno y solo se ven
bri l lar los relámpagos rojizos en la en t r a
ña de la nube obscura, allá donde van las
olas en tropel, el mar espumea furioso y
sobre el abismo negro brilla el cielo in
c e n d i a d o . , . .
Cuba t iene muchas representac iones
egreg ias de sus energías , pero el pensa
miento de su independencia tiene en
Marti la más pura, la más e locuente y l a
más s incera de sus voces.
Tal es el . t r ibuno. -
Como jefe de part ido, jñzguen lo allá los
suyos, por lo suyo .
Después de todo, Mart í quedará en pié
cerno una g r ande a l m a . . . .
Pasa rá acaso el ruido de su talento,
pero no pasará el recuerda de sus luchas
y el resplandor de su vir tud.
Solo el bien perdura .
J . M. VARGAS YILA.
La BEilGEhlICIA CDBiNA Los americanos del nor te han dado e[
ejemplo más sublime de patriotismo, que
se puede dar á las naciones Sud-America
nas reconociendo la bel igerancia cubana.
La l iber tad: esa diosa tan adorada del
mundo encero, y conocida en to l a s las
naciones civilizadas, pronto será la que
vaya á colocar la es t re l la solitaria, en la
bandera de la per la de las Ant ' l las, en la
hero ica Cuba.
La gloria de las naciones consiste en
ser Ubi'es, pues sin i a libertad no puede
haber adelantos morales ni mal'eriales:
la autocracia, es la llaga social que co
rrompe las naciones, y las lleva d la de
pravación y al vicio; por eso Cuba lucha
por su independencia , porque no quiere
ser la m a n c h a ignominiosa de la Amér i
ca, de esa América donde nacieron W a s
hington, F rank l in , Monroe , Juárez, Bolí
var , San Mar t in , Sucre , Art igas y o t r o s
mil. L a sangre de r r amada por sus hijos
en a ras de la l iber tad, forman to r ren te s
que ahogan los gri tos de victoria dados
por la t i rania .
¡Cayó Marti! y cayeron muchos otros,
hé roes dé l a l i be r t adcubana .pe ro l a sangre
de r r amada en holocausto de la patr ia; sir
ve de ga la rdón y estimulo á las g e n e r a
ciones venideras . ¡Loor! á los patr iotas cu
banos que con su ejemplo han conmovido
las fibras del patriotismo y que saben mo
rir por ser libres.
La gran República de Nor te-América ,
puede es tar orgullosa en ser la p r imera
en r e c o n o c e r l a bel igerancia cubana, co
mo también fué la pr imera en romper la
infames cadenas de la t i raeia.
\Americanoidel Sudl desde el Niágara al
cabo de Hornos las frases del gran pa t r io
ta Monroe será un hecho.
América para los ameriemos.
Reconozcamos pues, todas las r e p ú b l i
cas americanas la l ibertad de la he ro ica
Cuba y ayudaremos á hacer efectiva esa
frase,
Y i va Cuba Libre .
Vivar, los Estados Unidos.
Zqpican.
Uno de los muchachos amer i canos .
Montevideo, Abril 11 de IS9&
LECHUZA P o r todas las vias se confirma que el
combate de Lechuza á más de ser el más
sangr iento de todos lo que han tenido lu~
g a r en la actual campaña de Cuba, ha si -
do una ve rdade ra catástrofe pa ra las fuer
zas españolas solo comparable aunque en
menores proporciones, con la sufrida con
las t ropas italianas en África.
Según las más exactas vers : ones , Anto
nio Maceo disponía, de cerca de 8.000hom
bres y el genera l Suarez rucian de solo
P o r es ta vez, l a desproporc ión numér i
ca en favor de los pat r io tas , que s iempre
mencionan los pa r t e s oficiales del gobier
no de España, ha sido c ie r ta .
La columna española luchó con valor
heroico, y esto prec isamente dio lugar
que la acción fuera t an sangr ienta . Los
españoles tuvieron 450 muertos y cerca de
500 heridos y las fuerzas de la República
200 muer tos y más de 300 heridos, que
están en asistencia en Lechuza, que quedó
en poder de Maceo, y sus a l rededores , con
jun t amen te con muchos de los heridos es"
pañoles. • ' H?
A la Habana han principiado á l legar
numerosos her idos, que cuentan h o r r o r e s
de esa acción en que el a rma blanca tu
vo más preferencia .
¡Cuanta sangre de r r amada por valerosos
combat ientes , á causa de los que gozando
de todas las delicias del s ibari t ismo en
Madrid, se obcecan en m a n t e n e r en Cuba
la t i ranía!
España es vict ima á la par de Cuba del
mons t ruo de la monarquía.
Y al r econoce r CUBA LIBRE el valor de
las fuerzas del genera l Suarez Inclan, no
puede dejar en olvido al bravo Maceo y
sus denodados soldados, que luchando dia
á diay sin descanso, encuent ran s iempre
en la es t re l la de libertod que los guía, las
fuerzas necesarias para vencer el po rven i r
d é l a patr ia .
¡Yiva Antonio Maceo! ¡Vivan los solda
dos americanos de la l iber tad .
REPRESALIAS
E r a n inev i tab les ; se veían ven i r La fu
r ia española las han estado provocando dia
á dia,y h o r a a h o r a durante ca to rce meses.
Parec ía que avergonzados el Go b ie rno
de Alfonso XIII y los niños mimados de
Emilio Castelar, d e la magnanimidad de
los patr iotas , ex t r emaban su barbar ie p a
ra obligarlos ú r enunc ia r á ella.
A la generosidad constante de los r e
publicanos con los veuicidos, el Gobierno
español ha contestado con sus ominiosos
bandos y sus diarios fusilamientos.
A su caridad con los enemigos he r idos ,
con el presidio y las ne -aciones á mujeres
y ancianos,
Al respeto á la humanidad de los pa
tr io tas , con el asesinato de los niños.
E l vaso ha rebazado, la paciencia se ha
agotado, y á las tropelías comet idas en
Sugua la Grande por las tropas de W e y
ler y los voluntar ios , , la Revolución ha
puesto por c o n ectivo 22 cadáveres pen
dientes de otras tantas pa lmeras
¡Que la sangre de r r amada caiga sobre la
monarquía y sobre sus miserables s ica
rios?
BELIGERANCIA
Siguen los Estados Unidos los trabajos
para reconocer al Ejército de Cuba la beligerancia. El Pres idente , Cleveland ha
remit ido al Congreso en ca rác te r reserv a
do todo el exped ien te de informaciones in
coado por el Gobierno. .••-.:;.-.'r.- -'
Es voz cor r i en te qiie Méjico; el Brasi l ,
otras repúblicas se «d'ésii an ' al reconocí"
miento de Estados Unidos,
C U B A L T B B E
B A S E S
D e l P a r t i d o R e v o l u c i o n a r i o C u b a n o , p r o p u e s t a s p o r e n c a r g o d e l a e m i g r a c i ó n d e C a y o H u e s o y a p r o b a d a s p o r l a s d e m á s e m i g r a c i o n e s . -
Ar t l.° El Par t ido Revolucionario Cubano se conti tuye para lograr , con los es* fuei'zos reunidos de todos los hombres de buena voluntad, la independencia absollitad de la Isla Je Cuba, y fomentar y auxi l iar la de P u e r t o Rico.
Ar t . 2.° El Pa r t i do Relucionario Cubano no fiené por objeto pricipi tar inconsider adamen te la g u e r r a en Cuba, ni lanzar á toda costa al país á un movimiento mal dispuesto y discorde, sino ordenar , de a-cuerdo con cuantos e lementos vivos y hon* rados se le unan una g u e r r a generosa y breve encaminada, á asegura r en la paz el trabajo, y la felicidad de los habi tantes de isla.
Ar t . 3, El Part ido Revolucionario Cubano r e u n i r á les elementos de revolución hoy exis tentes y al legara á sin compromisos inmorales con pueblo ú hombre alguno, cuantos elementos nuevos pueda, afin de fundar en Cuba por una g u e r r a deespí r i tu y método republicanos,una Nación capaz de asegura r la dicha durable de sus hijos y de cumplir en la vida histórica del cont inen te , los deberes difíciles que su s i tua ción geográfica le señalan.
Ar t . 4. El Pa r t ido Revolucionario Cubano no se propone pe rpe tua r en la R e pública OubanaY con formas nuevas ó con al teraciones más aparen tes que esenciales el espíri tu au tor i ta r io y la composición burocrát ica de la colonia, sino fundar en el ejercicio franco y cordial de las capacidades legítimas del hombre , un pueblo nuevo y de s incera democracia, capaz de vencer , por el orden del trabajo real y el equilibrio de las fuerzas sociales, los pel i gros de la l iber tad repen t ina en una sociedad compuesta por la esclavitud.
Ar t . 5. El Par t ido Revolucionario Cubano no tiene-por objeto l levar á Cuba u n a agrupación victoriosa que considere la Isla como su presa y dominio, sino p r e para r , con cuantos medios eficaces le per mita la l ibertad del ex t ran je ro , la g u e r r a que se ha de hacer para el decoro y bien de todos los cubanos, y e n t r e g a r á todo el país la patr ia libre.
Ar t . 6. El Par t ido Revolucionar io Cubano se establese para fundar la patria, una cor dial y sagaz, que desde sus trabajos de p i e par-ación, y en cada uno de ellos, vaya dis poniéndose para salvarse de los peligros n te rnos y externos que la amenacen, y sust i tuir al desorden económico en que a-goniza, un sistema de Hacienda pública que abra el país inmedia tamente a l a actividad diversa de sus habitantes .
\rt¡ 7. El Par t ido Revolucionrio Cubano cuidará de no a t r ae r se , con hecho ó des-claración alguna indiscre ta d u r a n t e su propaganda, Ja malevolencia ¿suspicacia de los pueblos con quienes la prudencia ó el afecto aconseja ó impone el m a n t e n i miento de relaciones cordiales .
Ar t 8. El Par t ido Revolucionario Cubano tiene por propósitos concretos los siguientes:
[. Unir en un esfuerzos continuo y común la acción de todos los cubanos res i dentes en el ex t r an j e ro .
ÍI. F o m e n t a r relaciones s inceras en t r e los factores históricos y políticos de den t ro -y fuera de ' a Isla que puedan cont r ibu i r al triunfo rápido de la g u e r r a y á la mayor fuerza y eficacia de las int i tuciones que después de ella se funden, y deben ir en g e r m e n en ella.
II I . P r o p a g a r en Cuba el conocimiento del espíritu y ios móviles de la revolución y congrega r á los habitantes de la Isla en un ánimo favorable á su victoria, por medio que no ponga innecesar iamente en riesgo las vidas cubanas.
IV. Alegar fondos de acción para la realización de su programa, á la vez que r e cursos p a r a l a gue r r a .
V. Establecer d i sc re tamente con los pueblo amigos relaciones que t iendan á acelar, con la menor sangre y sacrificios posibles, el éxito de la guer ra y la nueva Repúbl ica indispensable al equilibrio amer icano .
Ar t . 9. El Par t ido Revolucionario Cubano se r e g i r á conforma á los Es ta tu tos secretos que acuerdan las - organizaciones que lo fundan.
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