A mis Amigos:

A los de siempre, desde mi infancia, que custodian la memoria de la inocencia compartida, aún en la distancia preservada entre montañas azules …

A los que guardan mi adolescencia feliz, plena de complicidades, que cobijó mis primeros encuentros con el amor inolvidable.

A ésos con los que juntos rompimos barreras de tabaco furtivo, tardes de playa, danza nocturna, Rock and Roll y boleros, madrugadas de guitarras, serenatas, cine prohibido para menores de 18, lágrimas, despedidas, encuentros …

A los de las Navidades y Años nuevos en la Plaza Blanca , cuando tomábamos por asalto alguna casa con la anuencia de los dueños

A los amigos que me dio Corrientes, abriéndome los brazos para hacerme sentir en casa, con ese embrujo propio de la gente noble.

A los que lloraron mis dolores y compartieron mis alegrías.

A los que sostuvieron mi alma partida …

A los que comprendieron mis silencios madurados a flor de lágrimas, pérdidas, desencuentros, ilusiones holladas, muertes y renacimientos.

A los que en paralelo alimentaron sueños.

A los que participaron de mi oficio de enseñar, o de llevar la voz de la acción cultural a pesar de partidismos e intereses descalificados …

A quién rescató en noviembre el sentido de renacer mujer

Y creer en mí

Y doblegar la tristeza.

Y encender los sueños

Y convenir que la vida es bella y vale la pena vivirla.

Y concederme el derecho a la ilusión

Y los instantes

Y la rosa

Y el poema …

A los amigos virtuales que a diario me alcanzan su voz o sus letras, sus preocupaciones y afanes …

A los alumnos devenidos en amigos.

A los que están allí, sembrando la amistad en el dintel de sus puertas, y en el vano de sus ventanas, abriendo la casa con aromas a lavandas.

A los que ponen su hombro para acurrucar mis dicencias.

Los del mate andariego, los de las charlas desalmidonadas.

Los que me miran por dentro pasando por alto la vejez, la gordura, y esas patrañas…

Mis queridos amigos

A todos ustedes, les deseo que las campanadas del 24 de diciembre inunden vuestro espíritu de Paz para que la irradian en sus próximos – prójimos …

Tal vez si lo hacemos auténticamente , empecemos a cambiar el Mundo para mejor …

Que las campanadas del 31, suenen con las notas de mayor vibración: Ésas que convoquen la prosperidad para cada uno de vuestros íntimos deseos.