CPl

Misa DominicalCentre de Pastoral Litúrgica

30 y 31 de marzo; 1 y 8 de abril de 2018

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oCN

Celebremos U Pascuacon los panes ácimos4e la sinceridad y

MOSTRAR LA ALEGRÍA DE LA PASCUAEn el tiempo de Pascua celebramoslo que es el núcleo de nuestra fe, elMisterio Pascual, es decir, la muerte yla resurrección del Señor Jesús. Debenotarse en nuestra vida que tambiénnosotros hemos sido salvados y re-dimidos por Cristo, en su MisterioPascual. También en la liturgia debenotarse lo que estamos celebrando.

En primer lugar, la apariencia exter-na. Por este motivo convendrá quesiempre haya flores en el presbiterio-sobre todo- y que estén en buen es-tado,- que las flores estén en la mesadel altar, en el ambón y en el ciriopascual, que estará colocado preci-

sámente junto al ambón. Tambiénpodremos decorar el ambón y el altarsi se desea con algún paño blanco odorado.

De cara a las celebraciones litúrgicas,deberíamos procurar que sean muysolemnes y festivas. Se puede conse-guir cantando todas las partes de la

misa que se pueden cantar, escogien-do cantos adecuados para el tiempode Pascua y utilizando la plegariaeucarística primera o tercera. Tam-bién se puede colocar en el presbi-terio, en un lugar visible y a la vezdiscreto, una pila de agua bendita,que usaremos para la aspersión de losdomingos y para llenar el hisopo cadadomingo con el agua de esta pila. Deeste modo, hacemos visible que elagua que vamos a usar es la que sebendijo la noche santísima de Pascua.

Igualmente es muy recomendableque al final de la Eucaristía se cante eltradicional canto a la Virgen «ReginaCoeli», tan propio de la liturgia ro-mana en el Tiempo de Pascua.

Finalmente, el Tiempo de Pascua esel más adecuado para celebrar los sa-cramentos de la iniciación cristiana,ya que de la Pascua emanan todos lossacramentos. Por lo tanto, estará bienque en este período litúrgico celebre-mos los bautizos, las primeras comu-niones, las confirmaciones y tambiénla unción de los enfermos de maneracomunitaria.

Que todos estos elementos externosnos ayuden a mover nuestro corazóna este espíritu alegre de la Pascua, enel que celebramos que Jesús, muertoy resucitado, nos comunica su mismavida. Una alegría que se nos ha denotar desde el fondo de nuestro co-razón. ¡Muy buena y santa Pascua de*Resurrección!

JOSEP TEIXIDÓ

MD 2018/05

CANTO:PARA LA

LEBRACIONE:DE SEMANA SANTA

Domingo de Ramos

Procesión y entrada: *Hosanna al hijo de David, MD 333 (933) / CLN 161;Gloria, alabanza y honor, CLN 158; Victoria, tú reinarás, MD 334 (934)/ CLN 106; Sube el Nazareno, MD 349 (949) / CLN 169.

Responsorial: *Dios mío, MD 132 (732) / CLN D34.

Antes de la pasión: *Cristo, por nosotros, MD 128 (728) / CLN 157; Tantoamó Dios al mundo, MD 157 (757).

Durante la pasión:

CICLO A: Antes de ¡a salida hacia Getsemaní («Y lo mismo decían los demás dis-cípulos»), se canta el estribillo A ti levanto mis ojos, MD 241 (841) / CLN526; y se invita a todos a sentarse. Después de las negaciones de Pedro(«lloró amargamente»), se canta el estribillo Perdona a tu pueblo, MD339 (939) / CLN 125. Antes de empezar el camino del Calvario («y lollevaron a crucificar»), se canta la primera estrofa de Ved la cruz, MD335 (935) / CLN 103; y se invita a todos a ponerse en pie. Ai terminar, sepuede cantar Victoria, tú reinarás, MD 334 (934) / CLN 106.

CICLO B: Antes de ia salida hacia Getsemaní («Y ios demás decían lo mismo»),se canta el estribillo A tí levanto mis ojos, MD 241 (841) / CLN 526; yse invita a todos a sentarse. Después de las negaciones de Pedro («yrompió a llorar»), se canta el estribillo Perdona a tu pueblo, MD 339(939) / CLN 125. Antes de empezar el camino ai Calvario («Y lo sacanpara crucificarlo»), se canta la primera estrofa de Ved la cruz, MD 335(935) / CLN 103; y se invita a todos a ponerse en pie. Ai terminar, sepuede cantar Victoria, tú reinarás, MD 334 (934) / CLN 106.

CICLO C: Antes de la salida hacia Getsemaní(«Él les di/o: Basta»), se canta A ti levantomis ojos, MD 241 (841) / CLN 526; y se invita a todos a sentarse. Después delas negaciones de Pedro («lloró amargamente»), se canta el estribillo Per-dona a tu pueblo, MD 339 (939) / CLN 125. Antes de empezar el caminodel Calvario («lo entregó a su voluntad»), se canta la primera estrofa Ved lacruz, MD 335 (935) / CLN 103; y se invita a todos a ponerse en pie. Al termi-nar, se puede cantar Victoria, tú remarás, MD 334 (934) / CLN 106.

Comunión: Oh rostro ensangrentado, MD 338 (938) / CLN 102; Pueblo mío, MD346 (946) / CLN 154; Perdona a tu pueblo, MD 339 (939) / CLN 125; Osdoy un mandato nuevo, MD 350 (950) / CLN 164; Acerquémonos todos alaltar, MD 170 (770) / CLN O24.

Final: En silencio. O bien: Victoria, tú reinarás, MD 334 (934) / CLN 106; Caminaréen presencia del Señor, MD 229 (829) / CLN 520.

Jueves Santo

Entrada: *Nosotros hemosde gloriarnos, MD 342 (942)/ CLN 163; Antes de ser lle-vado a la muerte, MD 185(785)/CLN 032.

Responsorial: *EI cáliz quebendecimos, MD 133 (733).

Antes del evangelio: *Osdoy un mandato nuevo, MD350(950)/CLN 164,152 (sinestrofas).

Lavatorio de los pies: Donde>Tr" hay verdadero amor, MD

191 (791); Ubi caritas, CLN151; Donde hay caridad yamor, MD 179 (779) / CLNO26.

Comunión: Acerquémonos todos al altar, MD 170 (770) / CLN O24; Comiendodel mismo pan, MD 180 (780) / CLN O27; En la fracción del pan 167{767)/ CLN O5; Yo soy el pan de vida, CLN O38.

Reserva solemne: *Que la lengua humana, MD 164 (764) / CLN O33; Pangelingua, CLN O2; Cantemos al amor de los amores, MD 183 (783) / CLN O8.

Viernes Santo

Entrada: En silencio.

Responsorial: *Padre, a tus manos, MD134(734)/CLND37.

Antes de la pasión: *Cristo, por nosotros,MD 128 (728) / CLN 157; Tanto amó Dios almundo, MD 157 (757).

Durante la pasión: Después de la escenadel huerto («¿no lo voy a beber?») se cantaHágase tu voluntad, CLN 162, o bien Danosun corazón, MD 59 (659) (sin estrofas), y seinvita a la asamblea a sentarse. Después de laescena de Barrabás («El tal Barrabás era unbandido»), se canta el estribillo Anunciare-mos tu reino, MD 9 (609) / CLN 402. Antesde empezar el camino del Calvario («Enton-ces se lo entregó para que lo crucificaran»),se canta Oh rostro ensangrentado, MD 338

(938) / CLN 102; y se invita a todos a ponerse en pie. Ai terminar, se puedecantar Tanto amó Dios al mundo, MD 157 (757), o Victoria, tú reinarás,MD 334 (934)/CLN 106.

Adoración de la cruz: Pueblo mío, MD 346 (946) / CLN 154, 165; ¿Qué te hehecho, pueblo mío?, CLN 166; Oh cruz fiel y venerable, MD 347-2 (947-2);Sube el Nazareno, MD 349 (949) / CLN 169; Ved la cruz de salvación, MD335-1 (935-1), MD 335-2 (935-2)/CLN 103.

Comunión: Desde lo hondo, MD 225 (825) / CLN 529 (entre estrofas, se puedendejar momentos de silencio); A ti levanto mis ojos, MD 241 (841)/CLN 526.

Final: En silencio.

Vigilia Pascual

Lucernario: Luz de Cristo (Misal).

Aclamación: Oh luz gozosa, MD 8 (608) / CLN 760; Jesucristo es el mismo ayer y.hoy, MD 10-2 (610-2).

Liturgia de la Palabra: Responsoriales propios, MD 135-139 (735-739), 145-148(745-748).

Antes del evangelio: Es la primera vez que cantamos el Aleluyadespués de la Cuaresma. Por eso, quien preside puedeentonar solemnemente el Aleluya, MD C2, y todos ío repi-ten. Enseguida se puede cantar MD 144(744) + salmo 117(estrofas en el Lecdonario).

Bautismo: Un solo Señor, MD 5-1 (605-1) / CLN 708.

Aspersión: De tu costado, MD 93-1 (693-1); Vidi aquam, MD93-2 (693-2) / CLN A82; Una nueva vida, MD 21 (621).

Comunión: *Nuestra Pascua inmolada, MD 351-2 (951-2); ¡Resu-citó!, MD 362-1 (962-1) / CLN 208; No busquéis entre losmuertos, MD 356-2 (956-2); Acuérdate de Jesucristo, MD352-1 (952-1) / CLN 202; Tú eres nuestra Pascua, CLN O11.

Final: Regina caelí, MD 392 (992) / CLN 303; Reina del cielo, MD388 (988) / CLN 324; La fiesta del Señor, MD 362-2 (962-2).

Domingo de Pascua

Entrada: *Cristo resucitó, MD 351-1 (951-1) / CLN A13; NuestraPascua inmolada, MD 351-2 (951-2); Cristo, alegría delmundo, MD 370 (970) / CLN 761; Vive con nosotros, MD356-2 (956-2).

Aspersión: *Vidi aquam, MD 93-2 (693-2) / CLN A82; *Agua viva,M D 93-1 (693-1 ); Un solo Señor, M D 5-1 (605-1 ) / CLN 708;o se puede retomar el canto de entrada.

Responsorial: *Este es el día, MD 149 (749), 224 (824) / CLN 522.

Secuencia: Victimae paschali laudes, MD 352-2 (952-2) / CLN233; Ofrezcan los cristianos CLN 226, 227.

Aleluya: MD C6; CLN E2; Aleluya, mujeres santas, MD 354-1(954-1).

Comunión: La fiesta del Señor, MD 362-2 (962-2); ¡Resucitó!,MD 362-1 (962-1) / CLN 208; A los tres días resucitó, MD358 (958) / CLN 210; Tú eres nuestra Pascua, CLN O11.

Final: Regina caeli, MD 392 (992) / CLN 303; Reina del cielo, MD388 (988) / CLN 324; Acuérdate de Jesucristo, MD 352-1(952-1) /CLN 202.

Centre de Pastoral Litúrgica Hoja verde

EvangeliosLas perícopas evangélicas del Tiempo Pascual sonextraídas del evangelista Juan, a excepción de:— domingo de Pascua, solo si se cjuiere escoger

una de las lecturas opcionales: sinóptico delciclo correspondiente (la de la vigilia] o bien,si hay misa vespertina, la de Lucas (Emaús),

— domingo tercero, ciclos A y E, se toman deLucas,

— solemnidad de la Ascensión, se lee la perícopadel sinóptico del ciclo correspondiente.

La elección se ha hecho de modo (jue cada año,hasta el tercer domingo, se leen apariciones delResucitado y comidas con sus discípulos. En elcuarto, la figura del buen Pastor. A partir delQuinto, perícopas del discurso de despedida deJesús en la Cena.

Ciclo BDomingo de Pascua (Jn 20,1-9), en lostres ciclos. Tres constataciones: la losa qui-tada del sepulcro y el cuerpo desapareci-do (María Magdalena),- los lienzos tendi-dos (los discípulos),- el discípulo a quienJesús amaba lo vio y creyó. Lento proce-so hasta creer lo que decían las Escrituras.Opcional (Me i 6,1-7], el de la vigilia: Jesús elNazareno, el crucificado, ha resucitado. O bien(Le 24,43-35j, misa vespertina. Lo reconocieroncuando partió el pan.

Segundo (Jn 20,19-31) en los tres ciclos.Aparición, el primer domingo, de Jesúsresucitado a los discípulos, encerradosen casa, sin Tomás, envío y don delEspíritu. Y nueva aparición, ocho díasdespués, con el incrédulo Tomás ya pre-sente. Importancia de la asamblea domi-nical como momento de encuentro conel Señor resucitado.

Tercero (Le 24,35-48). Nueva aparicióna los discípulos. Jesús insiste en el rea-lismo de la resurrección, que no es unasupervivencia espiritual. Les enseña lasmanos y el costado, come con ellos: esel mismo que padeció. Se les abren losojos: serán testigos del Resucitado enJerusalén y en todo el mundo.

Cuarto (Jn 10,11-18). Cada año, el cuartodomingo, encontramos un fragmento de la pará-bola del pastor del cap. ío de Juan. Jesús esel pastor que reconoce a sus ovejas, queno se arredra ante las dificultades, quellega incluso a dar, voluntariamente, lavida por ellas, incluso por las que no sonde su redil.

Quinto (Jn 15,1-8). Fragmento del dis-curso de despedida: imagen de la viña,en la que Jesús es la verdadera vid, suPadre es el labrador, y nosotros, los sar-mientos. Jesús insiste que, para dar fru-to, debemos permanecer unidos a él y éla nosotros.

Sexto (Jn 15,9-17). Siguiendo con elmismo discurso, Jesús les confía lo quelleva en el corazón: que Dios es amor,que todo amor proviene de él y que,como él mismo se mantiene unido con elPadre, también nosotros debemos man-tenernos en su amor y hacerlo extensivoa toda la humanidad. Así, la alegría deCristo estará en nosotros y nuestra ora-ción será escuchada. O bien la perícopa tfuecorrespondería al séptimo (Jn Í7,ii\>-i9\cia el final del mismo discurso, Jesús se despidecon palabras cfue son compendio de su Evangelio:Reza al Padre para cjue sus seguidores sean uno,su alegría llegue a plenitud y sean consagradosen la verdad.

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Ascensión (Me 16,15-20). Jesús es lle-vado al cielo, pero antes los discípulosreciben de él el encargo de continuar latarea de predicar a todos la Buena Noti-cia. Reciben también la promesa de queno estarán solos.

Pentecostés (Jn 20,19-23). Jesús envíaa los apóstoles como el Padre le ha en-viado a él y sopla sobre ellos dándoles elEspíritu Santo que les guiará en esta ta-rea (fragmento del mismo evangelio del segundode Pascua). O bien (Jn 45,26-27,- Í 6 , í 2 - í 9 ) .Envío de los apóstoles a dar testimonio y don delEspíritu tfue les loará conocer la verdad plena.

Primeras lecturasA diferencia del resto del año, la primera lecturadel tiempo pascual no se extrae del Antiguo Testa-mento, sino de los Hechos de los Apóstoles (puedeser indicación de la novedad de este tiempo). Pedroa menudo será un personaje destacado.

Ciclo BDomingo de Pascua (Hch 10,34a. 37-43), en los tres ciclos. En el discurso de Pedroen casa del centurión romano Cornelio,encontramos los elementos esencialesde la fe de Pascua: muerte, resurrecciónal tercer día, manifestación a los testigoscualificados, misión de anunciar y de tes-tificar.

Segundo (Hch 4,32-35a). Descripción,a partir de la experiencia de los cristianosacabados de convertir, de las característi-cas esenciales de la vida comunitaria delos primeros cristianos: un solo corazóny una sola alma, todos los bienes en co-mún, nadie vive en la indigencia. Narra-ción tal vez idealizada, pero que expresaun proyecto que debería ser también elnuestro.

Tercero (Hch 3,13-15.17-19). Despuésde la curación de un inválido, Pedro, en

un sermón enérgico, se dirige al pueblo:nosotros somos testigos de que Dios haresucitado al inocente que vosotros, porignorancia, entregasteis, negasteis y ma-tasteis. La conversión y el perdón de lospecados pasan por él.

Cuarto (Hch 4,8-12). Pedro, lleno delEspíritu Santo, proclama ante los ma-gistrados que el inválido ha sido curadogracias a Jesús «a quien vosotros cruci-ficasteis y a quien Dios resucitó». Él esla piedra angular, y no hay salvación enningún otro.

Quinto (Hch 9,26-31). Pablo, antiguoperseguidor de los cristianos, es apadri-nado por Bernabé para entrar en el grupode los discípulos de Jerusalén. Y comien-za a predicar en nombre del Señor. Sur-gen, sin embargo, dificultades por partede sus antiguos compañeros y se ve obli-gado a huir de Jerusalén. Sin transición,Lucas añade que la Iglesia gozaba de pazy se multiplicaba.

Sexto (Hch 10,25-26.34-35.44-48). Pe-dro vuelve a tener la palabra, en la mismacasa del centurión romano Cornelio, adonde es enviado por el Espíritu. Hastaentonces, todos los cristianos eran judíosconvertidos. Pero Dios rompe las barre-<

ras haciendo bajar al Espíritu sobre losgentiles, que recibirán el bautismo. Se irá

(Sigue en la página 49)

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(Viene de la página 4)

comprendiendo que el mensaje de Cristoes para todos.

Ascensión (Hch 1,1-11), en los tres ciclos.Promesa del Espíritu, encargo a los dis-cípulos de ser testigos hasta el confín dela tierra, ascensión de Jesús hacia el cie-lo, promesa de su retorno al final de lostiempos.

Pentecostés (Hch 2,1-11). El Espírituirrumpe sobre la comunidad reunida yrepara la dispersión de Babel: todos oyenproclamar las grandezas de Dios en suspropias lenguas.

Segundas lecturasComo secunda lectura se leen, en cada ciclo, perí-copas del Nuevo Testamento seleccionadas por esteorden: ciclo A, primera carta de Pedro, ciclo E,primera de Juan, ciclo C, Apocalipsis. Son excep-ción el domingo de Pascua y las solemnidades dela Ascensión y de Pentecostés.

Ciclo BEn este ciclo B, el segundo domingo selee un fragmento del final de la primeracarta de Juan y, desde el domingo tercerohasta el séptimo, de forma semicontínuafragmentos de la misma carta. (Este añotenemos a Juan, casi cada domingo, en lasegunda lectura y en el evangelio).

Domingo de Pascua (Col 3,1-4), en lostres ciclos. Pablo saca consecuencias de laincorporación, en el bautismo, a Cristoresucitado. El bautizado entra en unahistoria hecha de tensiones: muerte yvida, arriba y abajo, presente y futuro.La aventura de Jesús sigue en cada unode los bautizados. Hoy de forma velada,pero mañana se revelará plenamente. Obien (iCor 5,eb-8). Exigencia, para los bauti-zados, de participar en la vida nueva de Cristo

resucitado, de ser una masa nueva, abandonandola levadura vieja.

Segundo (Ijn 5,1-6). Juan, con pocaspero densas palabras, presenta los ele-mentos esenciales de una vida cristiana:creer en Jesucristo, amar a Dios, la únicafuente del amor fraterno. Quien por la feha nacido de Dios vence al mundo.

Tercero (Ijn 2,1-5a). Jesucristo, nuestrodefensor, es la víctima ofrecida por nues-tros pecados y por los de todo el mundo.Cumplir sus mandamientos es responder-le con la fidelidad y la verdad de nuestrasobras.

Cuarto (Ijn 3,1-2). El amor que Diosnos tiene es tan grande que ha hecho denosotros, ya desde ahora, sus hijos, y se-remos parecidos a él porque lo veremostal como es.

Quinto (Ijn 3,18-24). El mandamientode Dios es creer en Jesucristo y amarnosunos a otros. La experiencia del amor alos hermanos da plena confianza anteDios y permite reconocer que él está ennosotros.

Sexto (Ijn 4,7-10). Nuevo enfoque quecambia la idea que muchos se hacen deDios: Dios es amor y todo amor provienede él. Un amor universal, sin fronteras,que se ha manifestado de manera clara enla entrega de su Hijo. O bien la perfcopa (juecorrespondería al séptimo (iJn 4,11-íóJ. Juanasegura cfue amar a Dios y proclamar a Jesús, suHijo, como Salvador del mundo nos hace entraren su amor.

Ascensión (Ef 1,17-23). La oración dePablo asocia petición para los creyentes yacción de gracias por lo que Dios ha rea-lizado en Cristo, que es lo que realizarátambién en sus discípulos: la resurreccióny la glorificación a su derecha. Cristo esSeñor de la creación y de la historia. Es

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también Señor de la Iglesia, que es sucuerpo. O bien (Ef 4,i-i3). Desde la cárcel, ypensando en su próxima muerte, Pablo invita alos cristianos a constituir un solo cuerpo, reunidopor los dones tfue Dios les hace y capaz de tomarel relevo de Jesús para trabajar en la realizacióndel Cristo total.

Pentecostés (iCor 12,3b-7.12-13). Losdones múltiples del Espíritu son repar-tidos para la unidad de la comunidad,para el bien común. Es el Espíritu quienasegura la cohesión de todos los bautiza-dos, llamados a formar un solo cuerpo enCristo. O bien (Gal 5,16-25). Pablo contra-pone la vida según el Espíritu y la vida según lacarne y describe cada una de las dos vidas.

LLUÍS PRAT

Dos carteles para la vida:la secuencia de Pentecostés y el derecho a un trabajo decenteLa bellísima secuencia de Pentecostés haacompañado a la Iglesia desde el finaldel siglo XII. Dentro de la liturgia tiene supropio espacio en la Eucaristía del domingode Pentecostés, pero, como invocación delEspíritu Santo, es leída y rezada en la vidacotidiana por muchos cristianos. Por estemotivo, el CPL la ha editado en dos forma-tos: como cartel, para colgar en los localesparroquiales o dentro de las iglesias, y comohojita, para ser distribuida entre los diversosgrupos pastorales o entre los asistentes a lascelebraciones de Pentecostés.

V

Continuamos, dentro de la serie de carteles quetratan de la vida cotidiana, con el Derecho al tra-bajo decente, una afortunada expresión de Bene-dicto XVI, que ha encontrado especial eco entrelos cristianos que han hecho de la Doctrina Socialde la Iglesia un estilo de vida propio. El trabajodecente, propugnado también por el papa Fran-cisco, nos recuerda el derecho de todas las perso-nas a poder vivir con dignidad de un trabajo quecontribuya el bienestar común. Un recordatoriooportuno cuando, según los informes de Caritas,la actual precariedad laboral dificulta extraordina-riamente que muchos hombres y mujeres puedanvivir de su salario.

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«Misa Dominical»:Un instrumento para la participación

El Concilio Vaticano II, enla Constitución SacrosanctumConcilium, pidió «una participaciónconsciente, activa y fructuosa» enlas celebraciones litúrgicas. Estedeseo de los padres conciliares, querecogía el sentir del movimientolitúrgico, se repetía en diferentes

números del documento (cf. núms.11, 14, 19, 27, 30, 31 ,41 ,48 ,50 . . . )Para lograr esta participación delos fieles en la liturgia surgierondiferentes iniciativas, actividades,propuestas entre las que se sitúaMisa Dominical. Con el deseo de quese fuera haciendo realidadesta participación,sus diferentessecciones han idoofreciendo -yofrecen- formaciónlitúrgica, aclaración

de cuestiones, sugerencias para lascelebraciones, subsidios bíblicos ylitúrgicos, material para los equiposde liturgia, etc. De modo que suaportación ha sido integral, variada,enriquecedora tanto para sacerdotescomo para fieles.

Pasados cincuenta años desde susinicios sigue estando presente esamisma finalidad: conseguir unaparticipación plena, conscientey activa. Misa Dominical continúasiendo un buen instrumento paraayudar a la pastoral litúrgica de lasparroquias y comunidades cristianas.Será necesario para el futuro volvera incidir en los temas fundamentalestrasmitiendo entusiasmo y frescurasin repetir lo ya dicho en losnúmeros precedentes, dar con lasclaves que precisan las variadascomunidades actuales para vivir lacelebración de su fe, adecuarse ala pedagogía más moderna de unasociedad tecnológica y cambiantey otros tanto retos que a lo largodel siglo XXI irán surgiendo. Todopara que «los fieles participen [enla liturgia] consciente, activa yfructuosamente» (SC 11) y celebrenasí el misterio pascual, la muerte y laresurrección de Cristo, fundamentode nuestra fe cristiana.

JOSÉ ANTONIO GOÑI

MD 2018/05 51

Última página

En los diálogos que Jesús tiene consus interlocutores, tal como los recogesan Juan, encontramos los diálogosque Jesús tiene con el lector, con cadauno de nosotros. En estos diálogosrecibimos la Buena Noticia: «Tantoamó Dios al mundo...»; «El que bebadel agua que yo le daré nunca mástendrá sed...»; «Levántate, toma tucamilla y echa a andar»; «Yo soy laresurrección y la vida»... Y tambiénrecibimos interpelaciones: «¿Québuscáis?», pregunta a los discípulosde Juan y a nosotros; «¿Crees esto?»,pregunta a Marta y a nosotros...

Una de estas interpelaciones laescuchamos el Viernes Santo en lanarración de la Pasión. El contextoes el interrogatorio de Pilato a Jesús,un interrogatorio en el que no quedaclaro si el gobernador romano sequiere quitar a Jesús de encima o, alcontrario, le está «buscando» comole podían buscar los discípulos deJuan en el inicio de este evangelio. Lainterpelación es esta: «¿Dices eso portu cuenta o te lo han dicho otros demí?». Jesús hace la pregunta cuandoPilato es tentado a etiquetarle como«rey de los judíos».

Ante el misterio de Jesús -como el decualquier otra persona, también no-

sotros corremos el riesgo de resolver-lo poniéndole una etiqueta que lo re-duzca y tener una excusa para quitár-noslo de encima. Si lo buscamos, encambio, le haremos preguntas paraconocerlo y terminaremos «quedán-donos con Él aquel día» (Jn 1,39).

Etiquetar a las personas es unapráctica muy generalizada. Loscristianos no nos escapamos y nosponemos etiquetas unos a otros.Haciendo esto cerramos la puerta adescubrir el misterio que lleva cada serhumano. O, peor, quizá etiquetamosintencionadamente para reducira la persona a lo que nos interesa yencerrarla en esa reducción. ComoPilato hizo finalmente con Jesús: lepuso la etiqueta en forma de cartel:«Jesús, el Nazareno, el rey de losjudíos», y le encerró en un sepulcro:«Lo escrito, escrito está».

Mala práctica, esta de etiquetar.No obstante en la noche de Pascuaescuchamos la Buena Noticia:«Vieron que la piedra estaba corriday eso que era muy grande». Jesúsno se deja reducir ni encerrar. Lafuerza de Dios le libera y, resucitado,es liberador de todas las etiquetas yopresiones.

JOSEP MARÍA ROMAGUERA

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