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Mi historiaCada cristiano debe estar preparado para compartir su testimonio

El pecado es pecado y no importa si fue la envidia, la amargura, la ingratitud o la glotonería. Uno narra su historia y mues-tra los cambios que Dios ha logrado en esas áreas de su vida.

No olvides dejar en claro que fue Dios, mediante Jesucristo, que al sufrir, morir y resucitar, te perdonó, pagando por ti en la cruz.

EL EJEMPLO DE PABLO:En la Biblia tenemos varios ejemplos de personas que narran su testimonio. Uno de ellos es Saulo de Tarso, conocido después como Pablo. Él narra su testi-monio, en Hechos 22:3-21. Lee en voz alta éste pasaje. Identifica y escribe cada una de las etapas en el testimonio de Pablo, anota en cuánto tiempo lo leíste:

Lo leí en __________ minutos.

RECOMENDACIONES:1. Ahora escribe tu testimonio dividién-

dolo en tres partes.

2. Repásalo y toma el tiempo hasta que cada parte no pase de un minuto.

3. Dilo a algún familiar o persona de confianza pero ahora sin leerlo.

4. Haz los cambios que sean necesa-rios hasta que sea totalmente claro y lo puedas decir en pocos minutos.

5. Ora pidiendo a Dios que utilice tu tes-timonio cada vez que lo compartas.

6. ¡Dios te bendiga y utilice tu testimo-nio cada vez que sea necesario!

Mi historiaMi Testimonio

Nombre:

Fecha:

3 Etapas importantes de mi historia:

• Mi vida antes de conocer a Jesús

• Mi encuentro con Jesús

• Resultados de mi encuentro con Jesús

DÍA DE EVANGELISMO GLOBAL

Lectura recomendada:

En la Biblia hay otro testimonio de un ciego que fue sanado. Él no sabía mu-cho de teología o Biblia. Pero su expe-riencia era real y eso es lo que contó. Esta historia está en Juan 9:1-38

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Cada cristiano debe estar prepara-do para compartir su testimonio de cómo llegó a experimentar la vida eterna en Cristo Jesús en cualquier momento que se requiera. La Biblia

dice en 1 Pedro 3:15 de la siguiente manera: “Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reve-rencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”.Por tal motivo, te recomendamos seguir los siguientes principios para compartir tu testi-monio exitosamente:

Divide tu historia en tres partes iguales de un minuto

La primera etapa debe ser dedicada a hablar de cómo era tu vida antes de conocer a Jesucristo. En esta parte te

recomendamos que compartas aquellos pecados de los que tienes memoria y que marcaron tu vida. Puede ser que odiabas a alguien, que robabas a tus padres de niño, que mentías en el trabajo o a tus amigos para aprovecharte de ellos, puede ser que golpeabas a tu esposa o maltratabas a tus hijos por algún vicio que no podías dejar como el alcoholismo o drogadicción.

Por ejemplo, “cuando estaba en la universidad me hice amigo de un joven que era muy alegre y salíamos junto con otros compañeros los fi-nes de semana a fiestas y me di cuenta que él tomaba alcohol y drogas. Sin poner mucha atención comencé a tomar y empecé a ingerir drogas. Al principio pensé que sólo era curiosi-dad, pero después de unos meses ya no podía pasar mucho tiempo sin estar bajo el efecto de alguna sustancia. Pero lo peor es que un día que no tenía dinero para comprarla, le tomé dinero a mi mamá de lo que ella tenía para la comida. Lo hice varias veces y me empecé a sentir mal por todo eso. Por si fuera poco, mi lenguaje también cambió ya que de cada diez palabras, por lo menos una era una grosería y así me dirigía con todos mis amigos”.

La segunda etapa está dedicada a ha-blar de cómo fue tu encuentro con Je-sucristo. En esta parte también trata de

ser específico mencionando qué fue lo que le dijiste a Jesús para entregarle tu vida.

Por ejemplo, “pero ahora que hago un recuen-to de esa parte de mi vida, cada vez que estaba con mi amigo en alguna fiesta, siempre venían a mi mente las palabras de Juan 3:16 que mi mamá me hizo memorizar de niño y que repe-tíamos en la iglesia a la que ella me llevaba.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Recuerdo bien que era un viernes en la noche, y todo parecía rutina-rio como en los últimos meses. Ya habíamos comenzado a tomar y a platicar con algunas señoritas. Pero ese versículo comenzó a pa-sar por mi mente y me sentí mal hasta que me salí de la fiesta y tomé un taxi sin avisarle a mi amigo. Al llegar a casa, me metí a mi cuarto y busqué una Biblia. Cuando la tuve en mis manos, busqué ese versículo hasta que lo encontré. Lo leí como cinco veces y de repente, en mi mente le dije a Dios, por favor dame esa vida eterna que se ofrece en este versículo. A partir de ese momento he creído que Jesucristo murió en la cruz por mis pecados. Le pedí perdón por gastar mi vida y el dinero de esa manera y por haber robado para conseguir esas sustancias que no me estaban dejando nada bueno”.

La tercera etapa debe ser dedi-cada para hablar de los cambios que has experimentado como re-

sultado de aceptar a Jesucristo como tu salvador. De la misma manera, tra-ta de ser específico basado en lo que has mencionado anteriormente.

Por ejemplo: “Ahora le doy gracias a Dios por permitirme conservar mi trabajo y le doy gracias porque ya no me gasto el dinero con mis amigos tomando. Aho-ra procuro comprarles algo a mis hijos antes de llegar a casa y he descubierto que puedo dirigirme a las personas sin groserías. Incluso, aunque esté enojado, Dios me ha dado un nuevo vocabulario para comunicarme con las personas”.

El Final: Tu testimonio puede terminar diciendo algo más o menos así: “De la manera en la que Dios perdonó mis pe-cados, Él lo quiere hacer contigo ahora. Sólo necesitas arrepentirte y confesarle tus pecados y aceptar el sacrificio que Jesucristo hizo al morir en la cruz para salvarnos y perdonar nuestros pecados. Si Dios lo hizo conmigo, también lo po-drá hacer contigo. Hazlo ahora median-te una oración”.

Una persona no necesita haber sido dro-gadicto, alcohólico, traficante o asesino para que su testimonio sea espectacular.