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Material de lectura“Fundamentos del Psicoanálisis”

Prof. Yanina Maidana.

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1. Introducción.

Es difícil comenzar a hablar de una teoría psicológica que ha tenido tanta

difusión a nivel mundial y que se ha transformado en un saber casi popular. De hecho

no nos extraña cuando nos encontramos con frases como “sos un inconciente”, “sos un

histérico” o “necesitaba hacer catársis”. Por eso es inevitable la responsabilidad,

cuando de escribir se trata, ya que hablamos de un edificio teórico de mucha

complejidad, que necesitaría de más espacio para poder ver lo que esto implica. Es así,

que, teniendo en cuenta la finalidad de este escrito, el de ser un material de lectura y

re- trabajo al interior del aula, se intentará ser claro sin caer en reduccionismos.

1.2 Historia y contexto.

Sigismund Schlomo Freud o como se lo conoce hoy Sigmund Freud1, nació el 6

de Mayo de 1856 en Freiberg, ciudad actualmente llamada Pribor en la República

Checa, ubicado al norte de la región de Moravia. A los cuatro años de edad, su familia

se traslada a Viena. Desde un comienzo se vio impulsado por un deseo de conocer, fue

así, que habiendo considerado estudiar leyes previamente, decidió mejor hacer la

carrera de médico investigador, comenzando en la Universidad de Viena, donde realiza

sus estudios en medicina en 1873. Fue así que desde 1876 a 1882 trabaja en el

laboratorio de Fisiología de Erns Wilhelm von Brücke en Viena. En 1881 recibe el

título de Doctor y un año después decide ingresar como aspirante al Hospital General

por una necesidad económica, no dejando por ello su interés en la fisiología. En ese

momento ya en el laboratorio de anatomía cerebral deja sus estudios sobre el sistema

nervioso en animales para comenzar a estudiar al ser humano. De esta forma llega al

campo de las enfermedades nerviosas y desplaza su interés desde la Fisiología a la

Psicopatología.

En el año 1885 se traslada a París por medio de una beca para interiorizarse en

los estudios que allí realizaba Charcot en la Salpêtrière, según se sabía, llevaba a cabo

estudios con enfermas nerviosas, que por la época comenzaba a estar en auge. Gracias a

él se demostró la autenticidad de los fenómenos histéricos, ya que para la época venía 1 A la edad de 21 años acorta su nombre al de Sigmund Freud.

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en descrédito. Esto se debía en parte, a una tradición religiosa y poco científica que

caracterizaba a estos fenómenos como demoníacos; de hecho el mismo Freud marca la

tradición respecto de esta afección diciendo que en la Edad Media se consideraba a

estas mujeres como obra del demonio o producto de brujería. “En la edad Media

desempeñó un significativo papel histórico- cultural; a consecuencia de un contagio psíquico se

presentó como epidemia, y constituye el fundamento real de la historia de las posesiones por el

demonio y la brujería”2

Por otro lado Charcot, demostraba la existencia de histeria en hombres, esto era

de suma importancia ya que, para la comunidad científica, histeria se asociaba al

género femenino. “El nombre de histeria proviene de los primeros tiempos de la medicina y

expresa el prejuicio, solo superado en nuestra época, de que esta neurosis va unida a unas

afecciones del aparato genésico femenino.”3.

Incluso cuando Freud regresa a Viena y debe dar cuenta de lo aprendido con

Charcot la Sociedad de Medicina desestimó estos aportes e incluso se lo desafió a

presentar un caso de histeria masculina. Así lo hizo en 18864, pero no tuvo un

reconocimiento, con lo cual decide alejarse de la vida académica de la Sociedad de

Médicos. Fue así que si bien se retira de la vida académica no lo hace de la

investigación y por medio de su práctica como médico, llega a la conclusión de que el

origen de los síntomas histéricos se hallaba en la vida psíquica y se debían a

procesos velados a la conciencia, es decir, aquello que no aparecía en estado conciente

sino sólo bajo hipnosis.

Antes de volver a Viena decide pasar por Francia a especializarse en el método

hipnótico con sugestión que utilizaba Bernheim en Nancy, allí consideraban que la

hipnosis era producida por sugestión y no era propio de una condición del paciente,

sino que se podía lograr en personas sanas. De esta experiencia Freud obtiene una

modificación al método hipnótico tal como lo usaba Charcot para producir o curar

parálisis histéricas. Es así que comienza a utilizar la imposición de manos para

sugestionar al paciente y esto podía hacerse con o sin hipnosis. Llega a la conclusión de

que el paciente sólo en apariencia habría olvidado la causa del trauma que provoca la

enfermedad y que por medio de una presión en la frente podía recordarlo sin necesidad

de estar en hipnosis.

2 “Histeria” (1888).Tomo 1. Pág 45. Editorial amorrortu.3 Idem anterior.4 Esto se puede ver en un artículo titulado “Observación de un caso severo de hemianestesia en un varón histérico.”(1886). Tomo I . Editorial Amorrortu.

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Ahora bien, antes del viaje a París un médico vienés, el doctor José Breuer, le

comunica sus estudios sobre la histeria a raíz de un caso que habría atendido de una

muchacha llamada Bertha Pappenheim o más conocida como el caso Ana O. Este había

sido el caso de una joven de 21 años que habría contraído una neurosis histérica al

cuidado de su padre enfermo. Esta paciente padecía de varias perturbaciones de la

visión, el habla, parálisis de miembros superiores, alucinaciones, etc. Breuer utiliza con

ella el método de hipnosis catártica, que la misma paciente bautizara como de “talking

cure” (cura por el habla) o “limpieza de chimenea”. Se le dio este nombre ya que al

poder recordar las escenas traumáticas, producían una liberación en la paciente de los

síntomas que la afectaban. Recordemos que según la teoría traumática que elaboraron

en conjunto Breuer y Freud en “Estudios sobre la histeria”5 sostenían que: “el síntoma

histérico nacía cuando el afecto de un proceso anímico intensamente afectivo era desviado de

la elaboración consciente normal y encaminado por una ruta indebida. En el caso de la

histeria, dicho afecto se resolvía en inervaciones somáticas (conversión), pero podía ser

dirigido en otro sentido y descargado por medio de reviviscencia del suceso correspondiente

durante la hipnosis”6

Es decir Breuer le informa el método que habría descubierto con dicha paciente

que le sirvió a Freud para utilizarlo, pero ya sin hipnosis, ya que estaba mas interesado

en la sugestión. De manera tal que el método catártico era utilizado para reconducir el

afecto que había sido desviado de los caminos normales y para ello dejaban que el

paciente hablase; de esta forma por medio del habla se daba expresión al afecto que se

había estancado. Así Freud descubre que la forma de liberarse del afecto sería por

medio de la palabra o de alguna acción motriz adecuada, por ejemplo: si en lugar de

guardarse el llanto lo hubiera liberado esa angustia no se depositaría en alguna parte del

cuerpo (inervado) y no hubiera producido una parálisis. Este método fue utilizado por

Freud con el caso Emmy en 1889. Con todos estos aportes, se llega finalmente a la

teoría de la represión.

Recordemos que hasta acá se vienen delineando dos conceptos fundamentales:

1- Inconciente a partir de lo trabajado con Charcot.

2- Represión y resistencia con el método catártico.

Para entender este último punto cabe recordar que a medida que avanzaba en sus

investigaciones Freud se encontraba en sus tratamientos con pacientes, donde cada vez

5 “Estudios sobre la histeria”.Breuer y Freud (1893-95). Tomo II. Editorial Amorrortu.6 Ps.Eduardo Barisonzi en “Freud y el tiempo germinal del Psicoanálisis”. Bibliografía perteneciente a la cátedra de Psicología de la Facultad de Psicología. U.N.R. Pag.7

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que se les pedía que recuerden el suceso traumático ocasionador del síntoma, éstos

imponían una fuerza que se sentía como resistencia. Ahora bien, esto apuntaba

directamente a la causa del síntoma, punto en el cual habría diferencias entre ambos

autores. Breuer aducía que en el momento del trauma el sujeto se encontraba en un

estado hipnoide, por lo cual la causa del síntoma sería una división de la conciencia de

manera tal que el sujeto había olvidado el suceso ocasionador. En cambio Freud

postulaba como causa del síntoma que el sujeto habría reprimido el suceso y por eso en

apariencia no recordaba, pero cuando se lo exhortaba a que recuerde por catarsis con

sugestión, ya no con hipnosis, aparecía una defensa de parte del sujeto que era sentida

por el médico como resistencia. Esta diferencia lleva a que ambos se separen en el

campo teórico postulando Breuer su “histeria hipnoide” y Freud en cambio su “neurosis

de defensa”. Fundamentalmente Breuer se separa cuando Freud le comunica su posición

respecto de la sexualidad que sus pacientes ponían en juego en sus recuerdos, es así que

para Breuer el factor sexual en el caso Ana O se encontraba no desarrollado.

De esta forma Freud ingresaba (1895) en lo que hoy se conoce como “la teoría

de la seducción”, gracias a que observa que en el relato de sus pacientes histéricas

comienzan a aparecer recuerdos infantiles de seducción de parte de un adulto. Pero

llega a darse cuenta que esto no sería posible siquiera estadísticamente, por ello descarta

esta teoría y comienza a plantear estos recuerdos como fantasías. Esto implica que lo

que se recuerda no coincide con el hecho real, sino con una construcción psíquica

mediada por el desarrollo del individuo; de manera tal que un hecho real puede tener

igual eficacia que una construcción fantaseada para constitución de una neurosis. Esto

lo lleva a abandonar la consideración del efecto patógeno del trauma o de la seducción

como causa de la histeria y por ello para poder indagar sobre la construcción de dicha

realidad psíquica Freud comienza a teorizar estas fantasías en torno a lo que hoy se

conoce como el Complejo de Edipo.

2-Complejo de Edipo

Su característica principal es la de ser constitutivo del ser humano, es decir que

éste se va a organizar acorde a su complejo de Edipo personal. El relato de sus

pacientes, que siempre recala en el pasado infantil, llevó a Freud a considerar el

complejo de Edipo como situación universal y como nuclear del ser humano. Consistiría

básicamente en el amor al progenitor del sexo opuesto y el odio al progenitor del mismo

sexo, tanto para el varón como para la mujer. Pero esto es lo que se conoce como

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complejo de Edipo positivo, más tarde Freud, descubre las tendencias bisexuales como

constitutiva del ser humano y plantea un complejo de Edipo nuclear donde se amaría

tanto a la persona del sexo opuesto como a la del mismo sexo, partiendo siempre de la

madre con lo cual se complica el panorama para la mujer.7

Para el varón la situación sería la siguiente: como el primer objeto de amor es la

madre, o quien cumpla esa función 8 , es así que, en consecuencia le corresponde odio

al padre. Luego por medio de la amenaza de castración, que no implica otra cosa que la

prohibición del incesto con la madre, permite habilitar al padre como hombre y

destierra al niño como todo para esa madre; en este sentido castración implica que uno

descubre que no es todo para el otro. Siguiendo con este desarrollo en un segundo

momento el varón deja a la madre y se dirige al padre en tanto objeto de amor. Aquí

podríamos decir, se encuentra la bisexualidad constitutiva en el varón, en este momento

y como antes hay también odio, pero esta vez, dirigido a la madre. Esto nos permite

comprender que en el desarrollo psicosexual del ser humano exista ambivalencia en

relación a los sentimientos con respecto a nuestros progenitores. Abandona así el

complejo de Edipo positivo9 e ingresa en el complejo de Edipo negativo para luego

amar a otras mujeres y ello ocurre gracias a que se identifica con este padre, pasa de la

elección de objeto a la identificación, ya no quiere tener a ese padre, sino que quiere

ser como él y por ello desea lo que él desea, una mujer. Esta identificación será la base

para la constitución del ideal del Yo.

En la mujer en cambio, se puede decir que ingresa en primera instancia a un

complejo de Edipo negativo, donde se tiene como objeto de amor a la madre. Ahora

bien, en este caso no hay complejo de castración efectivo como en el varón, ya que la

castración implica la fantasía de que le van a cortar el falo10. Sin embargo como en

esta época no conocen la diferencia de los sexos, la niña va a cree tener uno y será su

clítoris quien ocupe ese lugar de falo o representante de pene. De cualquier forma

cuando comienza la curiosidad infantil que lleva al descubrimiento de la sexualidad,

la niña se da cuenta de que el varón tiene algo que ella no, es decir, las mujeres no lo

tienen. De cualquier forma, cree por un tiempo que ya le va a crecer o que si su madre y

7 Ver “La organización genital infantil”, (1923). Tomo XIX “ y “ Sobre la sexualidad femenina” (1931)Tomo XXI. Editorial Amorrortu. 8 Aquí no hacemos referencia a la madre biológica sino a aquella persona que cumpla dicha función, de protección y cuidado en los primeros momentos del ser humano.9 Aquí nos referiremos como positivo cada vez que haya amor al sexo opuesto y negativo a su contrario amor al progenitor del mismo sexo.10 Es decir el representante del pene, es sabido que en esta época existe en el niño la creencia de que todo tiene pene, es por ello que la mujer también cree tenerlo.

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las demás mujeres no lo tienen, es porque se lo cortaron. De cualquier forma así como

en el varón en este momento aparece la angustia de castración, el equivalente en la

mujer, será la envidia de pene.

Es dable aclarar que el hecho de la creencia de tener falo en ambos sexos y las

demás teorías infantiles que van construyendo11, forman parte de la fantasía que permite

dar cuenta para el pequeño sujeto infantil de los acontecimientos en relación a su

sexualidad y que responden a su estructuración como sujetos deseantes. Esto quedará en

el inconciente como construcciones psíquicas que conocemos como recuerdos.

Ahora bien, más allá de las consecuencias del atravesamiento del Edipo es

necesario también pensar que todo sujeto se constituye como tal gracias a éste y a como

logra salir de él. Es decir más allá del momento en el cual el niño ama a sus

progenitores también tenemos que centrarnos en el conocimiento de las identificaciones

que permiten la salida del Edipo. Esta identificación es necesaria para la conformación

de la sexualidad, de acuerdo a como el sujeto atraviese dicho período, determinará en

parte la elección sexual. Por ello gracias a este proceso psíquico de la identificación le

permite al varón desear otras mujeres, no prohibidas por el incesto.

En cambio la mujer quien después de amar a su padre, lo deja, pero no tan

tajantemente como el varón, ya que no opera la amenaza de castración con la fuerza

represora que se ve en éste. Tiende a dejar al padre pero sólo, para trasmudarlo por un

hombre portador de pene que le de aquello que le falta, el falo, que en la mujer adulta

tomará la forma de un hijo12. Es por esta forma de salida del Edipo en la mujer que se

dice que queda más apegada a éste y que en consecuencia determinará el curso de sus

relaciones: “El marido nunca es más que un varón sustitutivo, por así decir; nunca es el

genuino, es otro, el padre, quien posee el primer título de la capacidad de amor de la esposa,

al marido le corresponde a lo sumo el segundo. Ahora bien, para que se desautorice a éste por

insatisfactorio importa cuán intensa sea la fijación y cuán tenazmente persevere en ella.”13

Y muchas veces estas relaciones dan cuenta de un trasfondo patológico que de

no haber mediado un tratamiento determinará el destino de la pareja: “la desfloración en

la mujer no tiene sólo la consecuencia cultural de atar duramente la mujer al hombre;

desencadena también una reacción anárquica de hostilidad al varón, que puede cobrar formas

patológicas, exteriorizarse con mucha frecuencia en fenómenos inhibitorios de la vida sexual 11 Como las teorías infantiles en torno al nacimiento, que por momentos se las adjudican a partes del cuerpo visibles como el pupo, o la cola, ya que no conocen la vagina y su función.12 Para el conocimiento más a fondo de las ecuaciones simbólicas en la mujer ver “Sobre las transposiciones de la pulsión, en particular del erotismo anal” (1917). S. Freud. Tomo XVII. Ed. Amorrortu.13 “El tabú de la virginidad”. (1917-1918) S. Freud . Tomo XI. Ed. Amorrortu. Pág. 199.

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amorosa matrimonial, y a la que es lícito atribuirle el hecho de que unas segundas nupcias sean

a menudo más felices que las primeras.”14

3-Modelos de aparato psíquico.

3.1-Primer tópica.

Freud imagina un modelo de aparato psíquico, desde los aportes teóricos de la

época y a partir de los conocimientos obtenidos en la clínica. Podemos afirmar que los

conceptos más importantes de esta primer construcción teórica son: represión e

inconciente. Dicho modelo podemos encontrarlo en “La interpretación de los sueños”15

Se lo denomina óptico o virtual dando cuenta de su localidad psíquica es decir no

orgánica, y además porque toma el modelo de la óptica, el microscopio y la fotografía,

que en la época tenían mucha difusión. Es así que estructura el aparato en tres sistemas

o instancias.

a) el sistema de la conciencia o Cc.

b) el sistema de lo preconciente o Prec

c) el sistema de lo inconciente o Inc

Con la palabra sistema alude a lugares psíquicos, virtuales, que si bien no

podemos observarlos, podemos inferir su existencia en base a su funcionamiento. Estos

lugares guardan una relación, una secuencia y están caracterizados por un

funcionamiento distinto. Es así que Freud describe en primera instancia al inconciente

dando cuenta y dejando por sentado su posición respecto de la psicología del momento.

Dicha posición de la época consistía en que se consideraba a todo lo psíquico como

consciente, en cambio para el psicoanálisis lo psíquico es en principio inconciente.

Se denomina de esta forma inconciente, a aquello que no tiene acceso directo a

la conciencia; preconciente, en cambio, es aquello inconciente descriptivamente, es

decir aquellos contenidos que no están en este momento en la conciencia, pero que son

capaces de hacerse conscientes. Para comprender mejor su funcionamiento

describiremos como Freud va mostrando dicho modelo en base a sus esquemas.

14 Idem anterior. Pág.203.15 “La interpretación de los sueños. “.(1900). S. Freud. Tomo IV. Ed Amorrortu. Cap 7

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En primera instancia dibuja este esquema para dar cuenta del funcionamiento del

aparato tal como lo hace un arco reflejo, es decir, al comienzo cuando todavía no están

constituidos los sistemas, funcionaría de manera tal que la energía que ingresa por el

polo perceptivo o P, debe ser evacuada por el polo motor o M tal y como lo hacemos

con los reflejos. Esto es ejemplificado en su obra, suponiendo la existencia de una luz

que cae sobre los ojos que produce el cierre de los párpados con la finalidad de

deshacernos de ese estímulo por medio de una acción motriz. Ahora bien supongamos

que es el aparato psíquico de un niño en crecimiento con lo cual se va complejizando a

medida que se va desarrollando: de manera tal que todos aquellos estímulos que

ingresan en nuestro aparato no se pueden conservar simultáneamente en nuestra

conciencia. Por lo cual supone que detrás del polo P debería existir un sistema que

guarde, de las percepciones que llegan al aparato, unas huellas; estas son denominadas

por Freud como huellas mnémicas.

Esto fue sostenido por el autor, hasta que escribe el texto “Nota sobre la

pizzarra mágica”16 donde da cuenta del funcionamiento de la memoria: …“nuestro

aparato anímico, es ilimitadamente receptivo para percepciones siempre nuevas y además les

procura huellas mnémicas duraderas, aunque no inalterables”... “esa insólita capacidad debía

atribuirse a la operación de dos sistemas diferentes. Poseeríamos un sistema P-Cc que recoge

16 S. Freud, en “Nota sobre la pizarra mágica” (1924-1925) Tomo XIX. Ed. Amorrortu.

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las percepciones, pero no conserva ninguna huella duradera de ellas de suerte que puede

comportarse como una hoja no escrita respecto de cada percepción nueva. Las huellas

duraderas de las excitaciones recibidas tendrían cabida en sistemas mnémicos situados

detrás” 17 Aquí podemos observar porqué toma el modelo de la pizarra mágica, aquel

juguete infantil que se compone de un papel de celuloide adelante, en el cual se escribe

y queda marcado sólo momentáneamente, hasta que levantamos el papel; luego al

hacer esto se borra la escritura pero queda escrita en la superficie de abajo. Es así que

podemos decir que se guardan las huellas pero no en un orden espacial, y cronológico

sino en todo caso, podemos pensar que lo hace de acuerdo a leyes, las leyes del

inconciente.

Siguiendo con la interpretación de los sueños, para poder explicar los demás

sistemas que conforman el aparato debemos recurrir a lo que acontece en los sueños.

Cuando por momento olvidamos aquello que soñamos, esto ocurre dice Freud, porque

hay una instancia criticadora que sostiene con la conciencia una relación muy estrecha,

y una instancia que resulta ser la criticada. Estas instancias serán llamadas Prec a la

primera, e Inc a la segunda. Veamos algunas características de estas instancias o

sistemas

3.1. Características:

Sistema Preconciente:

I. Se rige por el proceso secundario, es decir una forma de trabajo del aparato en el

cual la energía que circula no lo hace de manera libre sino por medio de mecanismos de

condensación y desplazamiento.

II. En este sistema aparece la categoría del orden temporal es decir se encuentran

representaciones ordenadas de acuerdo a como aparecen en el tiempo

III. Se maneja por el principio de contradicción que hace que dos elementos

contrapuestos no puedan coexistir.

IV. Aquí se encuentra el deseo de dormir y gracias a el podemos conciliar el sueño.

V. Así mismo se le atribuye la función de controlar las puertas de la motilidad, hace

posible que cuando durmamos no nos movamos.

VI. Se rige por el principio de realidad, es decir aplazando la satisfacción hasta una

mejor oportunidad donde pueda hacerlo de manera controlada y más acorde a las

exigencias de la realidad. De manera tal que la obtención de placer no se anula sino que

se planifica, quedando posibilitada por la actividad del pensamiento. Un ejemplo de

17 Idem anterior. Pág 244.

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esto es cuando el niño quiere comprarse un juguete y el padre le dice que para lograrlo

deberá realizar una serie de tareas, si el niño lo hace se podría decir que ha aplazado la

satisfacción inmediata.

Sistema Inc:

I. Existe una atemporalidad, los deseos mantienen su vigencia, no son afectados por

el tiempo. No hay nada pasado en este sistema, subsiste lo infantil y lo actual, sin una

ordenación cronológica.

II. Principio de no- contradicción: elementos o mociones afectivas contradictorios

pueden co- existir sin estorbarse, ejemplo blanco- negro, alto- bajo.

III. Principio de placer, lo que intenta hacer es descargar energía pulsional sin atender

a las exigencias de la realidad. Por ejemplo cuando estamos enfermos, en lugar de

esperar al horario acordado para la toma del medicamento, la persona lo hace antes de

tiempo.

IV. Se rige por el proceso primario, donde la energía que circula en el sistema podría

desplazarse libremente y por ello también condensar varios elementos, ejemplo de esto,

cuando soñamos con una persona y decimos “se que era X, pero tenía el pelo diferente”.

Mas tarde observaremos por un detenido análisis que los elementos corresponden a

otras personas, condensados en esa primera.

V. En este sistema encontraremos el motor del sueño que según Freud será un deseo

sexual infantil reprimido y por ello inconciente,18

Esto es lo que Freud da cuenta en “la interpretación de los sueños” y en la cual

deja por sentado como último esquema de esta primer tópica lo siguiente:

18 Esto lo aseverará en la interpretación de los sueños diciendo que el sueño es “una realización alucinatoria de deseos sexuales, infantiles, reprimidos y por consiguiente inconcientes” o en otra de sus definiciones donde dice, “ El sueño es un acto psíquico de pleno derecho, su fuerza impulsora es, en todos los casos un deseo por cumplir…” En “la interpretación de los sueños” 1900. Cap VII, pto B “la regresión”. Tomo V. Editorial Amorrortu.

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Ahora bien, en la misma descripción que hace el autor da cuenta de que entre

ambos sistemas antes nombrados, Inconciente y Preconciente, opera la censura, que si

bien no la dibuja, da cuenta de su existencia a partir del funcionamiento del sueño.

Freud averigua que en el estado de vigilia la censura mantiene toda su fuerza, sin

embargo al momento de dormir, se rebaja aunque no totalmente, sino lo suficiente como

para no detener la formación del sueño. Esta censura controla que los contenidos del

inconciente no sobrepasen a la conciencia, sino por medio de una serie de artilugios que

aquí no vamos a describir, ya que no es nuestro objetivo conocer la formación de

sueños. Solo diremos que aquellos contenidos que pujan salir a la conciencia en el

momento del sueño, si bien se rebaja la censura, sigue alerta, por lo tanto esto obliga a

que tenga que realizar un camino regrediente para poder aparecer al sueño (es decir a la

conciencia) como alucinación.

Con respecto a la conciencia Freud en “la interpretación de los sueños” no la

desarrolla demasiado. Solo diremos que considera a la conciencia como un lugar de

percepción anímica, tanto de lo interno como de lo externo, para ello dispone de la

atención.

En esta primera tópica cabe recordar que el concepto de inconciente es

sistemático en tanto inconciente como lo reprimido. Freud considera que el inconciente

está constituido por representaciones y pensamientos reprimidos. La represión es aquel

mecanismo que tiende a apartar a de la conciencia y a evitar el retorno a ella porque esto

causaría displacer. Por ello el displacer es evitado por la represión, guiada por el

principio del placer. Podríamos decir que lo reprimido para un sujeto adulto con el

aparato psíquico constituido, es decir conformado con las distintas instacias, inc, prec,

cc, y censura, sería la historia sexual infantil.

3.2- Segunda tópica.

En los tratamientos que llevaba a cabo Freud con sus pacientes le fue

permitiendo seguir investigando sobre la constitución psíquica y fue así como llega a un

más profundo entendimiento de determinadas provincias anímicas especialmente de lo

que normalmente conocemos como Yo. Así vislumbró que había dentro de éste dos

aspectos: uno que intentaba colaborar con la cura tratando de aportar todo el

material disponible y por ende recordar los sucesos reprimidos, y otro que se

resistía y era el que ejercía cierta presión sobre los recuerdos del inconciente.

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Sabemos que los contenidos del inconciente acceden a la conciencia por medio

de deformaciones, es decir indirectamente, por medio de lo que se conoce como

formaciones del inconciente, a saber: sueños, síntomas, chistes, y actos fallidos. Si bien

hicimos referencia en parte a los sueños y dejamos en claro que son cumplimientos

enmascarados de deseos sexuales infantiles y reprimidos; Freud da cuenta en su libro

“Psicopatología de la vida cotidiana”19 de las demás llamadas formaciones del

inconciente. Allí se da cuenta de que dichas formaciones son los efectos de los deseos

inconcientes y constituyen cumplimientos de deseos, implican un intento, una fantasía

plasmada en las palabras, en las imágenes o en el cuerpo de que aquellos deseos

insatisfechos aparezcan así cumplidos.

Se puede decir que para el paciente aquellos aspectos del Yo que se resiste a ser

reconocido por el mismo paciente son tan inconcientes como las formaciones antes

enunciadas. Es así que estos aspectos que se encuentran en el Yo entran en conflicto en

tanto habría una parte reprimida y por lo tanto olvidada y otra represora dentro de esta

misma instancia: “El Yo es por cierto el sujeto más genuino: ¿cómo podría devenir objeto?.

Ahora bien, sin duda ello es posible. El Yo puede tomarse a sí mismo por objeto, tratarse como

a otros objetos, observarse, criticarse…Para ello, una parte del Yo se contrapone al resto. El

Yo es entonces escindible…”20

Esto rompe con lo propuesto en la primer tópica, por eso llega a crear una

segunda donde ubica tres instancias. El Yo, el Ello y el Superyo. 21

19 “Psicopatología de la vida cotidiana”. Sigmund Freud. 1901. Tomo VI, Editorial Amorrortu.20 En “Nuevas conferencias de introducción al Psicoanálisis. Conferencia nº 31 “La descomposición de la personalidad psíquica”. Tomo XXII. Pág 54. Editorial Amorrortu

21Idem anterior. Pág 73.

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El Yo designa a aquello que el sujeto reconoce como siendo él, lo que reconoce

como propio. Con respecto a las funciones, la principal es la perceptiva, en la medida

que es el primer contacto que tiene el sujeto con otro y que por lo tanto es constitutivo

del psiquismo. Ya que a partir de ese Yo irá identificándose con los otros, proceso en el

cual se toma un rasgo del otro que le sirve para conformar su Yo. Así mismo tiene esta

instancia otras funciones que ya se atribuían al sistema P- CC de la primer tópica, a

saber, aparte de la percepción, el pensamiento, la memoria, y la conexión con la

realidad.

Con respecto al Ello. Se considera que el ser humano cuando nace es todo Ello,

es decir, tanto el Yo como el Superyo no estarían constituidos. Aquí el sujeto es todo

pulsión. El nombre de Ello apunta al carácter impersonal, es decir no es como el Yo,

que resulta reconocido por el sujeto como propio sino que es algo que no reconoce

como tal. Nos maneja desde un lugar en el cual no somos capaces de reconocernos. Pero

además de este carácter de ajenidad al Yo, la palabra Ello como pronombre neutro alude

al carácter impersonal, ya que no es otro Yo. El Ello no tiene una coherencia, como

pretende tener o cree tener el Yo, a él se anudan pensamientos y deseos múltiples y

contradictorios. Una vez que opera la represión todos esos deseos y pensamientos se

unen al Ello como instancia original, forman parte de él como inconciente reprimido.

Con respecto al Superyo Freud le adjudica tres funciones: el ideal del yo, la

conciencia moral y la autoobservación. Se constituye a partir del Complejo de Edipo

por eso se le dice que es su heredero. Pudimos ver en el Edipo como el Yo a partir de

las identificaciones con los objetos originarios se va constituyendo; recordemos que

en el momento de la exogamia, para dejar esos objetos se identifica a con ellos y así

constituye su ideal. Acorde a este modelo organizará su Yo. De cualquier manera cabe

aclarar que ese ideal del yo termina siendo una parte diferenciada dentro del Superyo.

Y dicha parte no es la copia de los padres, sino que se conforma acorde a los propios

ideales de éstos. Esto explica porque los padres pudieron ser muy complacientes sin

embargo el superyo del niño termina siendo muy severo.

La conciencia moral, es aquella parte del superyo que mide al yo respecto del

ideal y si este no cumple lo castiga con la culpa. Así mismo la autoobservación es

descripta por Freud en el delirio de observación del esquizofrénico y además como

parte de esa instancia crítica dentro del superyo en cualquier persona que atraviese una

melancolía. En dichos casos se observa la rebaja del sentimiento de sí, esto explica

13

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Freud en “Duelo y melancolía”22, es decir esos autorreproches típicos en el melancólico

no son otra cosa que los reproches que hace esa instancia crítica el superyo al objeto

perdido e introyectado en el Yo.

4. Psicoanálisis y educación.

Si bien Freud no se dedicó al estudio de la educación, los que siguieron al

maestro llamados post- Freudianos asimilaron muchos de sus aportes a diversos

campos, esto es lo que se conoce como psicoanálisis aplicado. Si bien sobre este punto

hay discenso entre los mismos psicoanalistas, no se puede negar que por momentos el

mismo Freud hizo lo mismo. Con respecto al campo de la educación haría bien el lector

de dirigirse al texto “Sobre la psicología del colegial” 23 y “El interés por el

psicoanálisis”24, donde hallará en palabras del mismo Freud que las contribuciones más

importantes rondan a partir del desarrollo psicológico del niño, para la educación inicial,

primaria y secundaria. En este punto da cuenta de la necesidad del educador de corregir

modos tradicionales ligados al castigo frente a exteriorizaciones de la sexualidad. Por el

contrario insita a utilizar dicha energía pulsional y sexual para actividades acorde a fines

culturales. Es decir promover la sublimación de la energía pulsional.

Esto es lo que Silvia Schlemenson nos muestra como “disponibilidad psíquica

para el aprendizaje”25: …“Pero puede también enseñar cuán valiosas contribuciones a la

formación del carácter prestan estas pulsiones asociales y perversas del niño cuando no son

sometidas a la represión, sino apartadas de sus metas originarias y dirigidas a unas más

valiosas, en virtud del proceso de la llamada sublimación”….

A lo cual Freud agregaría: “La educación debería poner un cuidado extremo en no

cegar estas preciosas fuentes de fuerza y limitarse a promover los procesos por los cuales esas

energías puedan guiarse hacia el buen camino”26.

Así mismo, hace referencia no sólo al aporte que realiza el Psicoanálisis a la

educación de los niños, también en sus aportes a la educación del adolescente, refiere

que estaría determinada por un fenómeno psíquico llamado transferencia, concepto

tomado de la clínica, que consiste en trasladar a la persona del médico los afectos que

antes se volcaban a las imagos (o imágenes) parentales. Es así que en educación en

general, aparece el mismo fenómeno, que puede ser utilizado con inteligencia por el

22 “Duelo y melancolía” (1917). Tomo XIV. Ed Amorrortu.23 “Sobre la psicología del colegial (1914). Tomo XIII. Ed. Amorrortu24 “El interes por el psicoanálisis” (1913). Tomo XIII. Pto II . H.El interés pedagógico. Ed. Amorrortu.25 “El aprendizaje: Un encuentro de sentidos” Silvia Schlemenson26 “El interes por el psicoanálisis” (1913). Tomo XIII. Pto II . H.El interés pedagógico. Ed. Amorrortu. Pág.192

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Page 16: material de lectura psicoanalisis

profesor: “Es en esta fase del desarrollo del joven cuando se produce su encuentro con los

maestros. Ahora comprendemos nuestra relación con los profesores de la escuela secundaria.

Estos hombres, se convirtieron para nosotros en sustitutos del padre.”… “transferíamos sobre

ellos el respeto y las expectativas del omnisciente padre de nuestros años infantiles, y luego

empezamos a tratarlos como nuestro propio padre. Les salimos al encuentro con la

ambivalencia que habíamos adquirido en la familia y con el auxilio de esta actitud combatimos

con ellos como estábamos habituados a hacerlo con nuestro padre carnal.” 27

5. A modo de cierre

Hasta aquí intentamos mostrar algunos de los aportes teóricos más importantes

de la obra del creador del Psicoanálisis, por supuesto que no la agota. De cualquier

forma sabemos que se ha dispuesto este escrito con la finalidad de no agotar el sentido

sino, muy por el contrario, incentivar a seguir su lectura. Esperamos haya resultado un

aporte teórico conceptual que permita conocer una de las teorías psicológicas más

importantes en el amplio campo de la psicología.

27 “Sobre la psicología del colegial (1914). Tomo XIII. Ed. Amorrortu. Pág 250

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