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    AlALVARO CUADRA

    LIBRO EN PREPARACION

    Álvaro Cuadra

    Manifestaciones Estudiantiles en Chile

    Cultura de la protesta: Protesta de la cultura

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    Presentación

    Las marchas y protestas son parte del paisaje urbano en las sociedadesdemocráticas modernas. Una marcha es la epresión de una protesta

    ciudadana! prota"oni#ada $ las más de las veces $! precisamente! por

    %uienes no han tenido otras v&as para manifestar sus puntos de vista. La

    marcha y la protesta es la vo# de los sectores sociales más alejados del

    poder. Marchan y protestan los ciudadanos de a pie' trabajadores!

    estudiantes! minor&as (tnicas y seuales. En una democracia marchan y

    protestan todos los ciudadanos %ue sienten vulnerados sus derechos.

    )esde los balcones del poder y los privile"ios resulta casi imposible

    comprender lo %ue si"nifica una marcha y una protesta. )e manera

    invariable! este tipo de manifestaciones son tenidas por amena#as! ante las

    cuales * por tanto $ solo cabe la represión violenta. Este prejuicio es

    alimentado! casi de inmediato por las voces esclavas y serviles de muchos

    medios %ue hacen de la mentira su ne"ocio y ras"an vestiduras contra el

    +vandalismo, y la +delincuencia,! olvidando de paso las dolorosas ra#ones

    de %uienes protestan en las calles. Cuando los estudiantes claman contra el

    lucro en la educación! por una educación p-blica "ratuita y de calidad o por

    un papel prota"ónico del estado en el ámbito educacional! están

    con%uistando su propio pasado! están recordando decenios de luchas

    sociales %ue lo"raron avances si"nificativos en esta materia en nuestro

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    pa&s. o estamos ante una %uimera! estamos ante un reclamo moral frente

    a una situación ver"on#ante e inaceptable en un pa&s %ue se %uiere

    civili#ado. Las marchas estudiantiles se instalan en un presente %ue nos

    trae la memoria de un otrora para restituir un principio de e%uidad y justicia

    social.

    Las protestas y marchas actuales resultan ser una trama compleja de

    si"nos %ue acusan y reclaman. i parada militar ni desfile! la marcha

    callejera posee la impronta de la comunicación no re"imentada. Una

    marcha! habla y lo hace desde abajo! desde la vida com-n. /ablan! desde

    lue"o! las consi"nas %ue como un +mantra, citadino resuenan entre los

    edificios! hablan las pancartas %ue sinteti#an en una palabra o en una frasetanta indi"nación contenida! hablan los rostros de %uienes manifiestan

     juntos. /ablan los cuerpos desnudos o pintados. Cuidado! en el paso de los

    miles subyace tenue y sutil el esp&ritu! el anhelo de justicia' Vox populi. Vox

    Dei . )ir&ase %ue el avance de la multitud por las avenidas de la ciudad

    resulta ser la metáfora in%uietante de una historia siempre vi"ilada por los

    “uniformes del orden”.

    En la historia de las sociedades contemporáneas! las marchas y protestas

    suelen ser el preámbulo de un nuevo clima cultural %ue lucha por hacerse

    visible. 0s&! las protestas en Par&s! Pra"a o Ciudad de M(ico en los a1os

    sesenta! as& en Madrid o el Cairo hace muy poco. 0nte las marchas y

    protestas en las calles conviene no olvidar jamás %ue! finalmente! se trata

    de +nuestros, estudiantes! hijos! nietos! hermanos! +nuestros, trabajadores!

    en fin! +nuestros, ciudadanos %ue anhelan y reclaman una vida mejor. o

    olvidar este precepto básico es ya comen#ar a desentra1ar la dosis de

    verdad %ue se lee en tantas improvisadas consi"nas y pancartas! la dosis

    de futuro %ue se esconde detrás de cada "rito apasionado! la dosis de

    libertad %ue se adivina en cada "esto.

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    En las pá"inas %ue si"uen %ueremos dar cuenta de al"unos ras"os %ue se

    advierten en las Manifestaciones estudiantiles en Chile 2344 * 2342. os

    interesa despla#ar la mirada! observando cómo lo político ad%uiere nuevas

    formas de epresión. 0s&! contra %uienes sostienen una suerte de etinción

    de la pol&tica en una “sociedad de consumidores”  si"nada por el consumo yla comunicación! advertimos más bien modos in(ditos de epresión pol&tica

    democrática en %ue la convicción de la demanda se conju"a con la

    seducción de la protesta. 0sistimos! pues! a un nuevo estadio en el

    desarrollo de los movimientos sociales en Chile en esta primera d(cada del

    si"lo 556.

    7antia"o de Chile! septiembre 2342

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    Manifestaciones estudiantiles en Chile

    Cultura de la protesta' Protesta de la cultura

    4.- Las manifestaciones como puesta-en-escena

    Las recientes manifestaciones estudiantiles en Chile ehiben una serie de

    ras"os del mayor inter(s! tanto pol&tico como cultural. Las nuevas

    "eneraciones han encontrado nuevos modos de protestar en un pa&s %ue

    hasta hace poco parec&a adormecido por la seducción de los medios y la

    publicidad en el seno de una +sociedad de consumidores,. )e al"-n modo!

    ha nacido en nuestro pa&s una in(dita cultura de la protesta %ue es! almismo tiempo! una protesta desde la cultura.

    Lo primero %ue se advierte en las -ltimas manifestaciones es su marcado

    acento est(tico. La muchedumbre se sabe prota"onista de una  puesta-en-

    escena %ue espera el horario estelar de los noticieros para una puesta-en-

    cuadro. Este carácter performativo y visual de las protestas es al"o nuevo!

    pues! más allá de los lien#os y pancartas de marcado tono ideoló"ico! lamanifestación es animada por diversas +acciones de arte, %ue van desde

    cuerpos desnudos a escenificaciones cuasi circenses de arte callejero. Las

    protestas son espacios de auto epresión.

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    Las nuevas armas contestar&as incluyen ma%uetas de los carros policiales!

    como ima"en especular y de"radada de la represión! rostros pintados e

    improvisados cánticos. Más parecido a un “carnaal”!  en el sentido de

    8ajt&n! %ue a la clásica protesta en las calles. Las manifestaciones

    estudiantiles se han vuelto foto"(nicas y tele"(nicas. Los estudiantes sesaben en los medios de comunicación! hay! por decirlo as&! una

    “consciencia medi"tica” arrai"ada en ellos. otemos %ue la muchedumbre

    no comparece ya ante un hipot(tico ma1ana histórico sino ante las cámaras

    nacionales y etranjeras. 0s&! el (ito de la convocatoria no solo se mide

    por la asistencia al acto sino por el “tiempo al aire”  de los diversos episodios

    %ue la constituyen en los noticieros televisivos nocturnos de ese mismo d&a'

    La acción pol&tica y la visualidad son! ahora! inseparables.

    La narrativa mediática es la %ue "aranti#a la  puesta-en-cuadro  de las

    diversas secuencias de una manifestación! es ella la %ue construye y refiere

    la po(tica de la protesta. La construcción mediática reco"e todos los ras"os

    formales y los convierte en referencias locales y "lobales. o olvidemos

    %ue eiste! además! toda una construcción visual alternativa en la red %ue

    compite con los medios. Los v&deos en  “#outu$e”   son subidos por los

    mismos estudiantes %ue se re"istran a s& mismos! multiplicando su

    presencia en el espacio y en el tiempo.

    La fi"ura emblemática de las manifestaciones estudiantiles en nuestro pa&s

    ha sido! %u( duda cabe! Camila 9allejos. Es interesante destacar %ue el

    lidera#"o es marcado por una l&der femenina. Es cierto! no es la primera! no

    es la -nica. )e hecho! como se sabe! la misma e presidente Michelle

    8achelet cuenta hasta el presente con una elevada adhesión ciudadana.

    7in embar"o! la lucide# y el "lamour de Camila 9allejos constituyen un

    factor %ue ha fortalecido la fuer#a del movimiento de estudiantes. En una

    “sociedad de consumidores”!  la protesta estudiantil posee la fuer#a de la

    seducción

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    2.$ %l $aile de m"scaras

    La esteti#ación de las manifestaciones estudiantiles no si"nifica! de buenas

    a primeras! una despoliti#ación de las protestas. 7i observamos con

    atención! las protestas estudiantiles están mostrando la conjunción de dos

    aspectos %ue aparec&an disociados' Convicción y 7educción. )e este

    modo! un movimiento social y juvenil se apropia del espacio p-blico$

    mediático conju"ando sus demandas con la ló"ica del espectáculo. Los

     jóvenes estudiantes resultan ser! paradojalmente! los verdaderos maestros

    de una +clase pol&tica, carente de convicciones e incapa# de seducir a la

    ciudadan&a.

    Las manifestaciones han dejado de ser un espacio cultural y pol&tico

    compacto y uniforme. Por el contrario! se trata de actos masivos

    abi"arrados y multicolores en %ue diversos actores pol&ticos y culturales se

    epresan. En toda manifestación encontramos un flujo de lo diverso! se

    trata de un movimiento en distintas direcciones %ue "ira en torno a una

    demanda central' %ducación p&$lica 'ratuita ( de calidad. La lista es lar"a'Estudiantes secundarios! estudiantes universitarios! padres y apoderados.

    Profesores secundarios! profesores universitarios. 0rtistas! intelectuales!

    representaciones de minor&as (tnicas y seuales! "rupos de teatro! "rupos

    ecolo"istas! ciudadanos indi"nados y muchos otros. La marcha de lo

    diverso es carnavalesca y transversal. Lejos de constatar una

    despoliti#ación de las protestas estudiantiles! estamos asistiendo a una

    nueva modalidad de la epresión pol&tica ciudadana.

    Lo carnavalesco incluye en sus már"enes! la escenificación de la violencia.

    La est(tica )ard Core  se nos presente como la irrupción de las fuer#as

    policiales! sea bajo la forma de amena#a presente! provocación

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    intencionada o! lisa y llanamente! brutal represión. La violencia puesta$en$

    escena en las urbes ha sido esti"mati#ada desde la Comuna de Par&s

    durante el si"lo 565 hasta el presente. :(rminos tales como +terrorismo,!

    +encapuchados,! +violentistas, o +lumpen, dan buena cuenta de ello. La

    violencia en las manifestaciones se ejerce desde el anonimato' /ay fuer#aspoliciales! funcionarios anónimos %ue se enfrentan con medios t(cnicos a

    estudiantes anónimos. Como en un baile de máscaras se habla de

    +infiltrados,. Contra lo %ue pudiera pensarse! el ejercicio de la violencia no

    fortalece la dosis de politicidad de una manifestación sino! más bien!

    proporciona un elemento de tensión dramática a la narrativa mediática %ue

     justifica! inevitablemente! la “restitución del orden”  

    ;.$ *sinus asinum fricat

    La ima"en de un oficial de Cara$ineros junto a al"-n ministro de estado o al

    mismo presidente reafirma el orden constituido frente a los +actos de

    violencia,' “*sinus asinum fricat” ! solo un asno frota a otro asno! afirmaban

    los anti"uos. El "obierno de turno celebra a sus fuer#as represivas en

    nombre de la ley! la moral y la pa# social. Los medios de comunicación!desde lue"o! clausuran su relato con un “)app( %ndin'”   en %ue las

    demandas estudiantiles son opacadas por el +vandalismo, o! en el mejor de

    los casos! minimi#adas por promesas y placebos para %ue todo si"a i"ual.

    o obstante! las manifestaciones persisten obstinadas y cada cierto tiempo

    re"resan inevitables. /ay varias ra#ones %ue pueden! en principio! eplicar

    este fenómeno. Por de pronto! el hecho notable de %ue el movimiento

    estudiantil se ha mantenido a una cierta distancia de los partidos pol&ticos

    tradicionales. Esto indica %ue este movimiento social no se inscribe en la

    “racionalidad partitocr"tica”   inherente al Chile republicano e ilustrado

    anterior al "olpe de estado de 4

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    racionalidad de nuevo cu1o %ue estar&a más próima a demandas

    filosófico$morales %ue a ideolo"&as estrictas' “%l pue$lo unido aan+a sin

     partido”  

    Las demandas estudiantiles eceden con mucho lo “políticamente correcto” .

    0l i"ual %ue los surrealistas! pareciera %ue a los estudiantes no les basta el

    imperativo marista de “,ransformar el mundo” . 7e trata más bien de una

    ur"encia moral y vital! menos Mar y más >imbaud' “Cam$iar la ida” En

    este sentido! las manifestaciones estudiantiles ponen de manifiesto no solo

    una enorme “$recha 'eneracional”   sino! además! una “$recha cultural (

     política” Las manifestaciones estudiantiles están poniendo de manifiesto un

    hast&o profundo de las nuevas "eneraciones respecto a lo %ue es y ha sidoeste pa&s.

    Las protestas de los estudiantes no admiten una lectura pol&tica tradicional.

    uestra “caa de herramientas”   resulta obsoleta ante este tipo de

    fenómenos. 0penas podemos barruntar al"unos aspectos %ue están

    orientando este proceso acelerado de cambios. 7abemos %ue estamos

    ante s&ntomas locales de una “mutación antropoló'ica”   de "ran escalaasociada a una “Cultura lo$al” o “Cultura /nternacional Popular”   Las

    demandas de las nuevas "eneraciones a escala mundial entran en

    constelación con a%uella “contra-cultura”   del si"lo 55! ya no como

    “Psicodelia” sino como a%uello %ue se ha dado en llamar +Ci$erdelia”

    0.- Las 1edes ( el fantasma de 2alador *llende

    )esde un punto de vista más amplio! se hace indispensable considerar dos

    ejes centrales %ue están situando a los actores pol&ticos y culturales en este

    tiempo' Las comunicaciones y el consumo. En la era de la “ci$ercultura” ! el

    movimiento estudiantil se desarrolla y se "estiona en el espacio virtual

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    como una epansión del espacio p-blico. Las “redes sociales”   son

    habitadas por estos “ci$ernautas”  %ue conversan! discuten y coordinan sus

    propias acciones. ?a no estamos ante modelos de comunicación

    centrali#ados! verticales y masivos al estilo “3roadcast”  sino ante modelos

    hori#ontales! no jerar%ui#ados y personali#ados! el estilo “Podcast”.  Estaimpronta comunicacional constituye una suerte de matri# %ue se proyecta

    en las relaciones sociales y sus modos de or"ani#ación. Los estudiantes

    adscritos a estructuras partidarias estrictas y burocráticas son una minor&a!

    su actuar 6>L 4in real life5 si"ue siendo “Podcast” ' El asamble&smo! la

    autonom&a y la acción parecen seducir a los jóvenes de hoy.

    7i las nuevas tecnolo"&as y las redes sociales ampl&an la noción de espaciop-blico! es el consumo el %ue sit-a a los sujetos en un nuevo ima"inario

    histórico y social. La +sociedad de consumidores,! en tanto dise1o socio

    cultural! crea las condiciones de posibilidad para formas in(ditas de

    sociali#ación! permitiendo la emer"encia de un nuevo “car"cter social”  Es

    en esta dimensión donde se ha acu1ado el concepto de “narcisismo

    socio'en6tico” ! para eplicar cómo las relaciones de seducción redefinen el

    individualismo en las sociedades democráticas del si"lo 556. Cual%uier

    consideración sobre los movimientos sociales contemporáneos no puede

    dejar de lado esta cuestión! pues! en ri"or! estamos asistiendo *

    precisamente * a la confrontación de una cultura seculari#ada y una “polis”  

    an%uilosada. Las instituciones sociales! y muy especialmente la educación!

    aparece etemporánea y vetusta ante una cultura  “mediati+ada”   Las

    burocracias educacionales! secundarias y universitarias! están muy

    distantes del mundo rutilante %ue destellan las pantallas y los escaparates.

    Una clase ma"istral no puede competir con un "rupo de 1oc7.

    En este nuevo mundo! empero! la historia si"ue presente. Las

    manifestaciones estudiantiles no solo se apropian del espacio mediático

    sino %ue ocupan un espacio urbano lleno de historia! los monumentos y la

    ar%uitectura prescriben! todav&a! los despla#amientos y el espacio de

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    circulación. 7in embar"o! el tiempo histórico tambi(n se hace presente

    como un “ahora”  %ue se conecta con un “otrora” ! otro ahora! un presente

    diferido %ue vuelve. Entre medio de los estudiantes %ue se despla#an

    aparece la ima"en! un doble! del presidente 7alvador 0llende %ue alienta a

    los jóvenes y repite incansable su discurso. Esta  “simulación” essi"nificativa! pues instala en el ima"inario actual una fi"ura %ue más de tres

    d(cadas de silencio han %uerido desterrar. o se trata de una vindicación

    circunscrita a lo pol&tico e ideoló"ico! más bien se enarbola su estatura

    moral frente a la miseria del presente. Las manifestaciones estudiantiles en

    nuestro pa&s representan mucho más %ue una demanda sectorial! pareciera

    más bien %ue se trata! casi literalmente! de un lento despertar despu(s de

    una lar"a noche de pesadillas y olvidos.

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    Manifestaciones estudiantiles en Chile

    )el liceo a las redes

    8.- Los estudiantes sin uniforme

    Los estudiantes chilenos están dando cuenta de profundos cambios

    culturales! en el seno de una “sociedad de consumidores”   %ue lejos de

    abolir lo pol&tico más bien transforman su modalidad de epresión cuyas

    aristas lindan con la  performatiidad!  la isualidad y el espect"culo

    medi"tico.  0s&! la comunicación  y el consumo  constituyen los elementos

    centrales de cual%uier análisis del presente. Las manifestaciones

    estudiantiles se han convertido en espacio de expresiidad ! espacio de lo

    diverso.

    Es interesante tomar nota sobre la escenificación de las protestas de

    estudiantes. En ella comparece! desde lue"o! todo el aparato policial

    dispuesto para ello. )estacamentos uniformados! motori#ados! unaverdadera tecno burocracia cuya +expertise”  no es otra %ue la represión.

    )e este modo! pi%uetes especiali#ados! reconocidos como “9uer+as

    %speciales” @AAEEB o como “rupo de peraciones Policiales %speciales”

    @DPEB! constituyen las herramientas policiales antidisturbios %ue

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    desplie"an la autoridad ante los estudiantes. Los estudiantes! por su parte

    no reconocen nin"-n “Dress Code”  prescrito para la ocasión. La mayor&a se

    inscribe en la ló"ica del “;eans”   y el “)oodie”! ambas prendas se

    encuentran en cual%uier escaparate y responden más bien a cierta +moda

     juvenil, promovida por la publicidad. 7in embar"o! el “)oodie”! un poleróncon capucha! ha lle"ado a convertirse en un s&mbolo "lobal de la rebeld&a y

    la protesta.

    El códi"o vestimentario %ue opone a la polic&a y los estudiantes pareciera

    mostrar al"o mucho más profundo %ue una manera de presentación. 0l

    observar estudiantes sin uniforme! se advierte una renuncia a la

    uniformidad en todos los dominios. En otras palabras! la muchedumbrevariopinta da buena cuenta de dos fenómenos concomitantes' Una protesta

    contra la burocrati#ación uniforme de un sistema educacional normali#ado

    y! al mismo tiempo! el reconocimiento tácito de la individualidad como

    instancia de le"itimación.

    La renuncia al “uniforme”  es! en el caso de los estudiantes un "esto pol&tico!

    mientras %ue en el aparato policial es! apenas! una astucia cada ve# %ueal"-n “funcionario de ciil”  se infiltra entre los estudiantes como parte de su

    trabajo de inteli"encia. Los estudiantes y la polic&a se yutaponen como dos

    vectores culturales %ue apuntan en direcciones opuestas. )e una parte! 

    “rden ( Patria”! esto es' territorialidad! estado nacional! burocracia

    verticalista! orden diri"ista! fuer#a de la otra! desterritoriali#ación! mundo

    "lobal! asamble&smo! participación y movimiento estudiantil.

    Las instituciones pol&ticas! y las policiales en particular! hablan desde la

    Declaración %ue estatuye! impone y defiende un presunto orden o ley. Los

    estudiantes se instalan en plano de la %xpresión! esto es! a%uellas formas

    %ue privile"ian la subjetividad! el diálo"o y la participación. Esta misma

    oposición se hace etensiva a los diversos partidos pol&ticos %ue! en tanto

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    instituciones pol&ticas adscriben a la ló"ica burocrática de la militancia y el

    carácter declarativo %ue lo constituye.

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    aventurar %ue las nuevas matrices culturales derivadas de los modos

    relaciones en red se plasman en nuevas formas de or"ani#ación juvenil!

    más proclive al asamble&smo Podcast  %ue a la tradición burocrática de los

    partidos pol&ticos.

    El liceo en Chile y en "ran parte de 0m(rica Latina se inscribe en la

    tradición napoleónica %uien creó en 4F32 el +L(c6e”  con el claro propósito

    de formar a la 6lite de la nación. El liceo ad%uirió pertinencia en nuestro

    continente como parte del proyecto ilustrado republicano! convirti(ndose en

    un dispositivo central de la llamada “modernidad oli'"r=uica”. /asta bien

    entrado el si"lo 55! tales instituciones de ense1an#a administraron el

    sistema educacional secundario! etendiendo lentamente su coberturadesde las familias aristocráticas hacia una creciente clase media.

    7e trataba de establecimientos p-blicos y laicos de dependencia estatal

    %ue re"ulaba la t&mida movilidad social de a%uellos a1os. Lo %ue nos

    interesa destacar es %ue se trataba de instituciones sociales verticalistas y

    diri"istas! centrali#adas en una rector&a %ue sustentaba un orden. )urante

    la primera mitad del si"lo 55 y en el conteto de lo %ue se ha llamado un%stado >acional Democr"tico Popular ! la or"ani#ación de los estudiantes

    cristali#aba en los Centros de *lumnos y en una 9ederación de %studiantes

    2ecundarios. /a"amos notar %ue tales formas de or"ani#ación eran! por lo

    "eneral! tuteladas por los diversos partidos pol&ticos representados a trav(s

    de su rama juvenil! al punto de %ue muchos diri"entes pol&ticos actuales se

    iniciaron en la AE7E7.

    7i bien en la actualidad subsisten formas de or"ani#ación estudiantil

    análo"as a las de otrora! no es menos cierto %ue su %uehacer ha sufrido

    "randes mutaciones. 7e constata un debilitamiento de la relación entre la

    or"ani#ación estudiantil y los partidos pol&ticos! asimismo se advierte una

    epansión de epresiones radicales %ue afirman el carácter  performatio 

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    del movimiento. Las nuevas formas de relación * participación estudiantil

    se verifican en el ci$erespacio! es all& donde coordinan las acciones y se

    establecen los neos %ue lue"o se escenifican en el espacio urbano. Las

    redes sociales constituyen! de hecho! una suerte de “asam$lea

     permanente”! "aranti#ada por la hori#ontalidad y la coneión constante. )etal manera %ue la irrupción de nuevas modalidades comunicacionales

    prefi"uran nuevas prácticas sociales y pol&ticas %ue movili#an a cientos de

    miles de estudiantes en el espacio p-blico.

    ?.- >o al lucro

    La resistencia a militancias duras no si"nifica! en absoluto! %ue los

    estudiantes epresen con relativa claridad sus puntos de vista pol&ticos. 7e

    advierte una proliferación de movimientos a la i#%uierda de la i#%uierda

    tradicional. Más %ue una “enfermedad infantil del i+=uierdismo”!  como

    advirtiera 9.6. Lenin! más bien estamos ante una modalidad de pensar y

    hacer pol&tica %ue ecede los marcos normativos de un partido más

    tradicional! una modalidad  performatia. 7i observamos el (nfasis en eldesplie"ue de la subjetividad y el anhelo de acción sin dilaciones ni

    mediaciones! se entiende por %u( las posiciones más radicales de corte

    anar%uista! fundamentadas en una matri# liberal! ad%uieren inusitada

    relevancia entre los estudiantes! en clara oposición a las tesis tradicionales

    de la i#%uierda ortodoa.

    Las protestas estudiantiles han mostrado una clara tendencia hacia laradicali#ación! alejándose de la tradición partitocrática. :anto as& %ue el

    indiscutible lidera#"o de Camila 9allejo ha sufrido más de un traspi( entre

    sus pares. o obstante! no todo está dicho y el propio desarrollo pol&tico del

    movimiento estudiantil decantará nuevas tendencias y l&deres en el futuro.

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    Lo %ue resulta claro! y hasta indiscutible! es la estatura de la demanda.

    Movili#ar a más de cien mil jóvenes en pos de una educación p-blica

    "ratuita y de calidad frente a un estado subsidiario y cautivo de la

    he"emon&a neoliberal es! fuera de discusión! un lo"ro histórico.

    El reclamo estudiantil no puede ser resuelto en el marco judicativo %ue nos

    ri"e actualmente. Es claro %ue mientras se manten"a vi"ente la

    constitución sancionada por la Gunta Militar en la d(cada de los a1os

    ochenta del si"lo pasado! no eiste posibilidad al"una de modificar

    sustancialmente el sistema educacional chileno. Esto no es un secreto para

    nadie! por lo tanto! la demanda estudiantil resulta ser el más radical desaf&o

    al orden neoliberal vi"ente! en cuanto pone en entredicho todo el andamiajeconstitucional en %ue se sostiene el Chile actual. En este sentido! el

    movimiento estudiantil es visto como una amena#a no solo por el "obierno

    de derechas sino! tambi(n! por el resto de la clase pol&tica %ue se ha

    constituido a la sombra de la herencia dictatorial.

    7e ha pretendido comparar este movimiento estudiantil con a%uel de Paris

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    estudiantes! y as& lo han proclamado! es entender un derecho fundamental

    como un +bien de consumo,! esto es! la consa"ración del lucro y la

    mercantili#ación de los derechos básicos de un pueblo.

    El movimiento estudiantil chileno no es un pla"io ni ha nacido de +torpedos,!

    es una eperiencia histórica nueva %ue nace de un conteto histórico muy

    concreto! la perpetuación de un orden injusto creado por una dictadura %ue

    se prolon"a con la complicidad de sus herederos. )e all& la tremenda

    importancia del reclamo juvenil! pues! en definitiva! es la más clara

    demanda pol&tica planteada estos -ltimos a1os y %ue supera con creces el

    clima de corrupción y dema"o"ia %ue caracteri#a a nuestra clase pol&tica'

    >o al lucro

    @.- %xamen final

    o es tiempo de apresurar conclusiones! los movimientos sociales no se

    desplie"an ni se desarrollan de manera mecánica. Por ahora!

    content(monos con caracteri#ar sus sin"ularidades y celebrar la justicia yestatura de sus demandas. Las protestas estudiantiles convocan a un pa&s

    entero! la cuestión planteada es sobre la educación! se"-n hemos

    se1alado! nos lleva a la pre"unta de fondo sobre %u( pa&s %ueremos vivir

    en el porvenir.

    El movimiento estudiantil ha puesto sobre el tapete la condición

    es%ui#ofr(nica en la %ue estamos sumidos por un lado! una clase pol&tica

    %ue administra un modelo de pa&s por más de dos d(cadas en un mundo

    cada ve# más distante y ajeno a la realidad cotidiana de la mayor&a de la

    población y! por otro lado! la irrupción de un movimiento social %ue muchos

    se resisten a ver. )os visualidades en competencia! un pa&s oficial

    construido por los medios ad nauseam! imá"enes id&licas de consumo

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    eentas de cual%uier contenido pol&tico donde un estudiante es sinónimo de

    delincuenteJ Un pa&s no oficial! el pa&s de las nuevas "eneraciones!

    hastiada ya de tanta dema"o"ia.

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    Manifestaciones estudiantiles en Chile

    otas pendientes

    8.- A/n&tiles ( su$ersiosB

    El presidente de un partido oficialista ha calificado a %uienes protestan en

    las calles de Chile por su derecho a la educación como “una man'a de

    in&tiles su$ersios” ! incluye en su insolente calificativo a al"unos

    parlamentarios en ejercicio. Lo primero %ue salta a la vista es la distancia

    %ue media entre la derecha republicana de anta1o y las nuevas elites

    pol&ticas y empresariales formadas en la escuela Pinochet. En efecto! la

    mayor&a de los nuevos diri"entes de la llamada derecha chilena fue

    bauti#ada por el dictador en “Chacarillas”   en 4

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    en el ima"inario de este sector pol&tico! hoy en el "obierno. 0l i"ual %ue

    Aausto! la derecha chilena estuvo dispuesta a sellar un pacto con

    Mefistófeles con tal de ase"urar su ri%ue#a y sus privile"ios. El resultado

    está a la vista' Una derecha minusválida a la hora de "obernar en

    democracia.

    Los dichos del se1or Carlos Larra&n son sintomáticos respecto de cierta

    incapacidad pol&tica de la derecha para hab(rselas con el pa&s real %ue

    marcha por las calles. :ratar de +in-tiles subversivos, a todo a%uel %ue

    disienta de sus supersticiones pol&ticas y económicas! o manifestarse

    aterrori#ado frente a un eventual +plebiscito, es! por decir lo menos!

    impropio de un comportamiento democrático consistente. Por este camino!la -nica respuesta posible ante las demandas justas de los ciudadanos es

    la represión y la violencia policial. :al ha sido la lección aprendida de

    0u"usto Pinochet.

    )e este modo! una derecha %ue sostuvo toda su dema"ó"ica campa1a

    electoral en el +cambio, se encuentra! paradojalmente! parali#ada ante la

    ei"encia de cambios planteada por los ciudadanos. Los diri"entes de estesector pol&tico! mal formados en visiones reduccionistas tecno económicas

    y en las miserias de la dictadura! están ayunos de sabidur&a histórica y se

    muestran incapaces de liderar la profunda transformación pol&tica %ue

    reclama la sociedad chilena de hoy. i in-tiles ni subversivos' uevas

    "eneraciones de chilenos %ue reclaman su derecho a vivir en un pa&s

    democrático de verdad.

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    %ue es indispensable esclarecer. 7e ha dicho %ue hay tres modos de no

    comprender los problemas %ue se plantean' Primero! ne"ar o no ver el

    problema. 7e"undo! ver el problema pero ser incapa# de advertir una

    solución posible. :ercero! no plantear el asunto en el nivel anal&tico %ue

    reclama. 0s&! entonces! es menester reconocer %ue las demandasplanteadas por los estudiantes han ecedido el ámbito propiamente

    educacional para instalarse como una demanda ciudadana. o nos

    en"a1emos! estamos ante un amplio malestar ciudadano con el actual

    estado de cosas al %ue nos ha conducido el llamado “modelo chileno”! 

    instaurado en la d(cada de los ochenta.

    La protesta ciudadana! encabe#ada por los estudiantes! divideverticalmente a la sociedad chilena y ha desbordado los cauces previstos

    por la institucionalidad pol&tica! incluidos los partidos oficialistas y

    opositores. Entre las muchas lecciones %ue deja esta protesta masiva! es

    %ue por ve# primera en mucho tiempo! los ciudadanos “sa$en =ue pueden”. 

    )e modo %ue! utili#ar como distractores de opinión p-blica actos aislados y

    mar"inales de violencia callejera es ne"ar y no abordar el problema de

    fondo. La protesta ha llamado la atención por su l-dica claridad y nitide#! se

    reclama la presencia del estado en "aranti#ar un derecho fundamental'

    Educación "ratuita para los chilenos. Pon"amos las cosas en su lu"ar'

    0cusar a los estudiantes de “ideolo'i+ar”  sus demandas es de una torpe#a

    solo concebible en autoridades ence"uecidas por la ideolo"i#ación

    neoliberal! incapaces! por tanto! de entender si%uiera la diferencia entre un

    derecho y un ne"ocio.

    La masiva protesta ciudadana pone en ja%ue a un "obierno %ue ha perdido

    la iniciativa pol&tica! arrastrando con ello al con"lomerado opositor. Una

    derecha anclada a una constitución y a una ideolo"&a de hace ya más de

    tres d(cadas ha perdido! irónicamente! su capacidad para el cambio %ue

    prometió. Una amplia mayor&a de chilenos y! muy especialmente! las

    nuevas "eneraciones reclaman! justamente! un cambio profundo en el pa&s.

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    0tentos e informados sobre las realidades de otras democracias más

    avan#adas en el mundo! sensibles y cada ve# más conscientes de sus

    derechos! los chilenos están! hoy! menos dispuestos a se"uir viviendo una

    democracia autoritaria' un sistema injusto y abusivo! arcaico y clasista.

    7i reconocemos el problema planteado en toda su radicalidad! es claro %ue!

    en el futuro inmediato! es imperativo avan#ar hacia una reconfi"uración del

    mentado +modelo chileno,. 0%uellos pol&ticos %ue sean capaces de atender

    al clamor de las mayor&as y %ue posean el talento y la valent&a de +pensar

    en "rande,! podrán liderar el cambio %ue Chile reclama. Cual%uiera sea la

    fórmula democrática para modificar el rumbo del pa&s! (sta deberá conju"ar

    t(rminos %ue! hasta a%u&! parecen ecluyentes' crecimiento económico y justicia social! desarrollo y democracia. La historia suele imprimir sus

    tiempos y sus ritmos a las sociedades humanas! la sabidur&a pol&tica

    consiste en saber descifrar las sendas y hori#ontes %ue nos se1alan. En

    esta se"unda d(cada del si"lo 556! es hora de ir dejando atrás la herencia

    infame de tanto prejuicio! de tanta injusticia y avan#ar sin miedo hacia un

    Chile más justo.

    ?.- ;uentud diino tesoro

    7i hay al"o %ue se puede afirmar con certe#a del Chile de hoy es el hecho

    evidente esta (poca es prota"oni#ada por una nueva "eneración. Un hecho

    demo"ráfico con repercusiones culturales! sociales y pol&ticas! os "uste o

    no! cuanto más avan#amos en edad! menos nos pertenece el ma1ana. o

    obstante! los asuntos p-blicos son administrados por una clase pol&tica

    anclada en individuos e ideas cristali#adas hace d(cadas. Esta suerte de

    +brecha "eneracional, es una de las componentes! no la -nica por cierto! de

    la actual crisis %ue vive nuestro pa&s. Un contin"ente si"nificativo de

     jóvenes están mutando el +carácter social, de la sociedad chilena actual.

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    7i lo pensamos con un m&nimo de sensate# y aplicamos una +comprensión

    "enerosa, al bullicio en las calles! resulta claro %ue la mayor&a de nuestra

     juventud reclama con vehemencia por una +democracia de verdad,. i más

    ni menos' La “educación p&$lica 'ratuita”  es tan solo el aspecto coyuntural

    de un anhelo no solo le"&timo sino imprescindible en una sociedad viva. 0

    esto se opone! cómo no! el pa&s individualista! me#%uino! c&nico!

    acomodaticio! cobarde y mediocre %ue hemos conocido por d(cadas.

    Pocas veces el esp&ritu humano alcan#a una cierta altura! lo normal es la

    median&a. Ailósofos y poetas han se1alado el camino' :ransformar el

    mundo! cambiar la vida. Los cambios en la vida de las naciones han sido

    prota"oni#ados! justamente! por las nuevas "eneraciones capaces de

    concebir un mundo otro. 7i bien durante doscientos a1os de vida

    +independiente,! nuestra sociedad ha dado sobradas muestras del estado

    de miseria en %ue habitamos! ha habido "eneraciones de chilenos %ue se

    han atrevido a enarbolar la bandera de los sue1os! pa"ando! las más de las

    veces! con su vida tal atrevimiento.

    La juventud de hoy reclama! finalmente! su lu"ar en este mundo! un

    porvenir %ue les pertenece por derecho propio. Es de necios oponerse al

    nuevo verdor en nombre de verdades ya resecas y est(riles. Puede %ue los

     jóvenes cometan muchos errores! pero serán los suyos. 0 los mayores nos

    corresponde más bien facilitar el desplie"ue de esta fuer#a %ue emer"e!

    asumir el desaf&o con "enerosidad y "rande#a de esp&ritu! sabiendo %ue

    cada nueva "eneración es una oportunidad para hacer de este pa&s un

    ho"ar más justo! más di"no para todos.

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    K.- %ducación: na cuestión política

    Las manifestaciones estudiantiles ponen en evidencia %ue el tema de la

    educación se inscribe entre las "randes cuestiones pol&ticas no resueltas enel pa&s. Las demandas planteadas por los estudiantes! profesores y

    acad(micos es clara' La educación es un derecho y no una mercanc&a más

    epuesta a los avatares del mercado. )esde el punto de vista neoliberal se

    trata! desde lue"o! de una herej&a %ue contradice todos los manuales de

    econom&a liberal en los %ue se han formado las elites.

    Contra la presunta ra#ón neoliberal! habr&a %ue recordar %ue en la historiade las luchas sociales en Chile! la educación "ratuita y de calidad para

    todos ha sido una bandera enarbolada por los más diversos sectores

    pol&ticos! desde don Pedro 0"uirre hasta 7alvador 0llende. Esto %uiere

    decir %ue la educación representa un anhelo de superación para las nuevas

    "eneraciones! un derecho elemental de ni1os y jóvenes %ue nacen en esta

    tierra. En este preciso sentido! no se trata de barajar "uarismos y

    porcentajes! se trata de una decisión pol&tica. Es bueno recordar %ue

    naciones mucho más precarias económicamente han tomado la decisión de"aranti#ar a sus ciudadanos una educación "ratuita y de calidad.

    6nsistir de manera tan obstinada como obtusa en mantener +el ne"ocio de la

    educación, entre nosotros! despresti"iando toda manifestación estudiantil

    como si se tratase de vándalos! es prote"er a los mercaderes %ue por

    definición lucran con una cuestión tan sensible e importante para el

    desarrollo del pa&s. Cuando un "obierno sostiene este tipo de pol&ticas

    insulta a miles de familias %ue deben endeudarse para costear la educación

    de sus hijos! sin saber si lle"aran a obtener su t&tulo.

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    Las protestas estudiantiles no son un acontecimiento puramente episódico!

    entenderlo as& es no entender el problema de fondo. La educación chilena

    atraviesa una profunda crisis derivada de haber convertido este derecho en

    una mercanc&a más! en detrimento de los sectores más pobres. )i"ámoslo

    con todas sus letras' El neoliberalismo muestra la estatura de su fracaso! justamente! en todas a%uellas cuestiones importantes para la sociedad! en

    primer lu"ar la educación.

    0 %uienes sostienen %ue concebir una educación "ratuita en el actual

    estado de cosas es una %uimera irreali#able! habr&a %ue recordarles %ue la

    privati#ación de la educación fue una decisión pol&tica del dictador en sus

    -ltimas horas. El Chile de hoy está poniendo en evidencia %ue lademocracia pos autoritaria de e%uilibrios cupulares al interior de la clase

    pol&tica comien#a a mostrar sus "rietas e inconsistencias. Cuando cientos

    de miles de chilenos protestan en las calles contra los %ue se enri%uecen

    con la educación y son tratados como delincuentes por los medios! el

    "obierno y la polic&a! es %ue al"o anda mal con nuestra democracia.

    @.- Mala educación

    El pa&s atraviesa un momento pol&tico complejo %ue ya no admite las ideas

    y cate"or&as %ue hasta hace poco eplicaban este ámbito del %uehacer

    nacional. Por ello! antes de intentar una visión más amplia de lo %ue está

    ocurriendo se hace indispensable delinear la naturale#a y el alcance de

    este fenómeno social. /e ah&! una primera precisión' 0sistimos al más

    importante fenómeno social! pol&tico y cultural en nuestro pa&s en dos

    d(cadas.

    o nos en"a1emos! una movili#ación capa# de convocar a cientos de miles

    durante varios meses consecutivos por una serie de demandas ciudadanas

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    es al"o %ue no se ve&a en nuestro pa&s desde hace mucho tiempo. 7e trata!

    desde lue"o! de una movili#ación social or"ani#ada y democrática cuyas

    demandas son pol&ticas! en el más alto sentido del t(rmino. Pero! además!

    tales demandas están delatando una nueva atmósfera cultural o +ethos, en

    nuestro pa&s. )icho con claridad! lejos de ser una mera +huel"a estudiantil,!estamos ante un reclamo ciudadano de enver"adura %ue pone en ja%ue *

    ni más ni menos * el llamado +modelo chileno,.

    7i la derecha chilena cre&a haber detenido los procesos históricos!

    cristali#ándolos en un marco jur&dico constitucional redactado por mano

    militar! habr&a %ue decir %ue se e%uivocó. La realidad presente muestra %ue

    las nuevas "eneraciones desaf&an abiertamente la +jaula institucional,! lamisma %ue administraron con eficiencia los cuatro "obiernos

    concertacionistas! con %ue se ha pretendido acallarlos. El estado de hast&o

    ciudadano es el s&ntoma ine%u&voco de %ue el mentado +modelo, está

    haciendo a"ua.

    o es hora de hacerse ilusiones fáciles. Es claro %ue el cambio %ue se

    reclama no puede ser satisfecho con las actuales re"las del jue"o. Por depronto! ni la 0samblea Constituyente ni el mecanismo plebiscitario están

    contemplados en la constitución vi"ente. El proceso en marcha solo posee

    sentido puesto en el hori#onte de una transformación democrática profunda

    en el pa&s. Una tarea nada de fácil si consideramos la trama de intereses y

    complicidades "enerados en torno al actual estado de cosas! un tejido %ue

    incluye poderosos y oscuros poderes fácticos @castrenses! eclesiásticos!

    económicos y pol&ticosB

    Con todo! hay %ue decir %ue la ciudadan&a simpati#a ampliamente con la

     justa causa enarbolada con mucha valent&a por los estudiantes. o

    obstante! no es suficiente estar del lado correcto de la historia. o basta la

    le"itimidad de una demanda democrática! es menester luchar por ella con

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    denuedo. Los rostros ale"res de la nueva diri"encia estudiantil dan cuenta

    de una "eneración bien educada! bien inspirada! l-cida y apasionada! tan

    distante de las autoridades de derecha! mal educados! %ue solo saben

    repetir la lección aprendida de sus maestros uniformados' amena#ar!

    reprimir! humillar! insultar! mentir.

    .- Las mentiras de la teleisión

    0nte el resultado de las recientes encuestas sobre el recha#o de la

    ciudadan&a tanto a los pol&ticos de "obierno como a los representantes de

    la oposición! ser&a interesante pre"untarse por el nivel de recha#o de laciudadan&a frente a los medios de comunicación! especialmente frente a los

    noticieros de la televisión abierta. Es ya un lu"ar com-n %ue la mayor&a de

    los periodistas trasmitan +en vivo, las protestas callejeras! mostrando *

    desde lue"o $ los +actos vandálicos,! la +violencia y los desmanes,. El

    libreto ha lle"ado a ser monótono! al"una periodista primeri#a entrevista a

    comerciantes callejeros victimi#ados por la protesta! a ren"lón se"uido! los

    encar"ados del +orden p-blico, aparecen amena#ando a los diri"entes de

    profesores y estudiantes. Ainalmente! el se1or presidente cierra el cap&tulohaciendo un llamado al diálo"o y el entendimiento.

    Lo -nico %ue %ueda fuera de esta  “nuea forma de informar”! %ue a decir

    verdad! no tiene nada de nueva! son * precisamente * los motivos y

    fundamentos de un movimiento capa# de aunar miles de voluntades. ada

    se dice del estado lamentable en %ue se encuentra la educación p-blica!

    entre muchas otras cuestiones! en nuestro pa&s. La televisión y otros

    medios silencian el clamor de un amplio sector de chilenos! haci(ndose

    cómplices de una manipulación re1ida con el más m&nimo sentido (tico y

    profesional del periodismo. Con justa ra#ón! un "rupo de universitarios*

    futuros periodistas * "ritan en las calles' +>os cansamos de la teleisión!

     periodismo en acción! contra - información”

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    Cuando %uienes se están formando para trabajar en los medios de

    comunicación los perciben como una fuente de desinformación y mentiras!!!

    al"o anda mal. Esta nueva "eneración! nativos di"itales! posee

    herramientas y redes %ue les permiten un acceso a la información mucho

    más amplio en cantidad y calidad %ue sus predecesores' no sólo eso!

    además están en capacidad de constituir redes sociales de nivel nacional y

    "lobal. En suma! los estudiantes de hoy tienen plena consciencia no sólo

    de las miserias pol&ticas del pa&s en %ue habitan sino tambi(n del modo

    cómo estas miserias se silencian.

    8asta recorrer la infinidad de “$lo's, y medios di"itales alternativos! para

    advertir la brecha %ue eiste entre la información oficial administrada por

    "randes monopolios mediáticos y a%uella %ue alimenta a las futuras

    "eneraciones. En la red encontramos la bitácora de otro Chile! a%uel %ue se

    encuentra apenas ras"u1ando la superficie y %ue se escribe

    cotidianamente. 0ll& están las imá"enes! videos y foto"raf&as! tetos

    escritos y re"istros de audio! %ue reclaman la visibilidad %ue los medios

    oficiales les nie"an. 7i antes los periodistas se formaban como linotipistas!

    no es temerario pensar %ue es en este mundo di"ital donde se estánformando las nuevas "eneraciones de periodistas %ue ya se cansaron de

    los noticieros de la televisión chilena.

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    Manifestaciones estudiantiles en Chile

    Una van"uardia mediática

    8.- De la puesta-en-escena a la puesta-en-red

    0l eaminar la emer"encia de las recientes movili#aciones estudiantiles! seadvierte cómo a medida %ue el movimiento se epande y se desarrolla vaad%uiriendo! al mismo tiempo! un enorme  prota'onismo medi"tico  %ue loinstala al centro de cual%uier consideración pol&tica inmediata. Estacentralidad %ue ad%uiere el movimiento estudiantil es capa# de opacar lapresencia y acción de otros sectores sociales %ue comparten el espacionacional. 7i llevamos nuestra l&nea de análisis al l&mite! se puede sostener%ue el movimiento estudiantil ha mostrado su inmenso potencial paraorientar y confi"urar a la totalidad del movimiento social %ue! finalmente! sesubordina a su a"enda. En pocas palabras! se puede afirmar %ue elmovimiento estudiantil en nuestra sociedad se eri"ió en su momento comola “an'uardia” de los movimientos sociales.

    En la tradición del pensamiento polemoló"ico! pol&tico y est(tico se ha

    utili#ado la noción de “aant E 'arde” o +an'uardia”   para denominar al"rupo de avan#ada con respecto al cuerpo principal. Este concepto! seopone por definición a los re#a"ados! en ri"or! la “reta'uardia”. Estacondición de primera l&nea supone tambi(n una desviación o alejamiento deuna cierta tendencia he"emónica! toda an'uardia es lo novedoso! a%uello

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    %ue se opone a la tradición. La  an'uardia ei"e una cierta  poesis ocreación %ue no se puede epresar sino como un ha$la idiolectalsusceptible de devenir en el decurso histórico un ha$la sociolectal  canónica. 7ea %ue se trate de un "rupo de artistas! un comando militar o unmovimiento revolucionario de avan#ada! lo cierto es %ue! en cuantocreación! lFaant-'arde representa el momento del pensamiento dier'ente.Por esto! toda van"uardia es ef&mera! inestable y eperimental.

    0 partir de estas consideraciones! se puede afirmar %ue el movimientoestudiantil en nuestra sociedad se eri"ió en su momento! precisamente!como la “an'uardia” de los movimientos sociales! una “an'uardia sui'eneris”! o si se %uiere! una “an'uardia medi"tica”. 0l afirmar %ue elmovimiento de los estudiantes chilenos se transformó! en un momento

    histórico determinado! en una “an'uardia medi"tica” ! ei"e precisar en %u(sentido y bajo %u( condiciones se puede concebir tal noción en el seno deuna sociedad si"nada por el consumo y la comunicación.

    Una “an'uardia medi"tica”  solo es concebible en una sociedad en caminohacia una sociedad mediati+ada en %ue los medios devienen el principioaial de lo social. En un mundo tal! el á"ora pol&tica se despla#a de lasinstituciones tradicionales a las pantallas de televisión y a las redessociales. Esto %uiere decir %ue la  puesta-en escena  ya no es una mera

    operación televisual sino una práctica social y pol&tica %ue se transforma enimá"enes en flujo. )icho de manera muy sencilla! la desiación idiolectal (noedosa! a%uel discurso %ue se opone a una cierta tradición cristali#a! sedisemina y se coordina a trav(s de flujos audiovisuales' la puesta-en-red. Es en este ciberespacio donde "ermina un pensamiento %ue se va aescenificar lue"o en el espacio urbano.

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    pla#a de la ciudad. Un v&deo en #outu$e  "aranti#a cientos de miles devisitas en un breve espacio de tiempo! dentro y fuera del territorio dondeacontece el evento. Los medios y redes ofrecen tales ventajas %ue se hanconvertido! de manera casi natural! es el espacio privile"iado de la pol&tica.7in embar"o! ha"amos una precisión para evitar la reificación de losdispositivos comunicacionales' Las nuevas tecnolo"&as son capaces decatali+ar lo pol&tico! pero no son a'entes políticos en s& mismas. Lo pol&ticoradica en las tensiones! contradicciones! en el seno de una sociedad! es enese espacio donde conver"en los vectores de fuer#as e intereses capacesde subvertir un orden histórico dado.

    Las manifestaciones estudiantiles en Chile han mostrado! en efecto! nuevasmodalidad de expresión de lo político! nuevos modos de coordinar acciones

    y han catali#ado un movimiento social a niveles insospechados. oobstante! nada de ello autori#a a desconocer el hecho capital de %ue sonlos estudiantes y sus demandas por una educación p-blica "ratuita y decalidad los a'entes políticos %ue han hecho posible estas manifestaciones.0hora bien! en este sentido! una “an'uardia medi"tica”  es! en este caso!una an'uardia política  en el más pleno sentido del t(rmino! inscrita! almismo tiempo! en la ló"ica mediática. Una posible lectura teórico$comunicacional es %ue un r6'imen de si'nificación  es! tout court!  unr6'imen de politicidad .

    7i observamos las formas de lidera#"o %ue ha ad%uirido el movimientoestudiantil chileno! no podemos soslayar su componente est6tico E

     performatia  como ras"o inherente. La presencia de este ras"o en loslidera#"os estudiantiles es con"ruente con la ló"ica de la seducción propiade las +sociedades de consumidores”. Es bueno detenerse en este punto!pues lo novedoso %ue plantean las protestas estudiantiles es!precisamente! la posibilidad cierta de eri"ir una “an'uardia política”  en elseno de una +sociedad de consumo” ! crecientemente! +mediati+ada”0sistimos! pues! a la manifestación de la primera "eneración de estudiantessociali#ada en los nuevos parámetros históricos! sociales y culturales.

    ada tiene de etra1o! entonces! %ue los l&deres de los estudiantes sedesenvuelvan en una atmósfera %ue nos trae a la memoria a los “1oc72tars” . El discurso contestatario es hoy! tambi(n! seductor y "lamoroso.

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    /a"amos notar! de paso! %ue la m-sica juvenil ha sido! desde hacedecenios! uno de los códi"os más delet(reos de la cultura bur"uesa deconsumo y portadora privile"iada de las claves contra culturales hasta elpresente. o olvidemos %ue! finalmente! la contra cultura! desde la 3eateneration hasta la Psicodelia y lo %ue hoy se ha dado en llamarCiberdelia! son feudatarios de las an'uardias est6tico-políticas  decomien#os del si"lo 55! entre ellas! el Dadaísmo y el 2urrealismo.

    ?.- )ic et nunc

    0 diferencia de "eneraciones anteriores! los estudiantes de hoy han nacidoen un mundo carente de un veros&mil revolucionario. :ras el ocaso de laUnión 7ovi(tica y el descr(dito del “socialismo real ( existente” ! el conceptomismo de “1eolución”   se ha despla#ado a las fronteras de un ma1anaincierto. Es evidente %ue la ca&da del muro no ha hecho del capitalismo al"odeseable! por el contrario! su he"emon&a mundial y su voracidad con"(nitaha derivado en lo %ue al"unos llaman “capitalismo del desastre”! cubriendoel planeta entero de violencia! miseria y da1o medioambiental.

    En este mundo postcomunista! los discursos contra culturales se hantornado más minimalistas y plurales! concentrando sus esfuer#os en el+a=uí ( ahora”  de la eistencia. :oda acción de resistencia ha renunciado al“,elos”  y a cual%uier forma de para&so diferido! las acciones se resuelven endemandas concretas y en pla#os ur"entes. En una “sociedad deconsumidores”! sometida por definición a las leyes del mercado y sumidasen ins&pidas democracias formales y mercantiles! se debilita el concepto de“clase” ! ahora se trata más bien de recuperar la “ciudadanía”! -nico modode restituir lo pol&tico frente al orden tecno económico. Las protestas hoy

    son +protestas ciudadanas, en una democracia d(bil e imperfecta. 0s&! los indi'nados  del mundo entero! los estudiantes en Chile o u(bec. Larebeld&a frente a las lamentables consecuencias de un orden mundialneoliberal reclama acciones concretas en un presente. La nuevasmovili#aciones ad%uieren el rostro  est6tico @seductor y mediáticoB y

     performatio @acción concreta! presente y ur"enteB de lo político.

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    El a=uí ( ahora  da buena cuenta! además! de las nuevas coordenadaseistenciales de espacio y tiempo. La cardinalidad y la calendariedadinstiladas por los medios y las redes impone la satisfacción inmediata! sin

    dilaciones! sin mediaciones. Esta verdadera mutación antropoló'ica %ue seconstata en las nuevas "eneraciones y %ue ya está en curso imprimeprioridad a las demandas de los jóvenes. o nos en"a1emos! cuando losar%uetipos de la vida social se han seculari#ado en una Cultura/nternacional Popular ! ya no es posible responder a tales demandasciudadanas desde instituciones pol&ticas puramente normativas!burocráticas y deliberativas. En tiempos de ideopolítica! el tiempo seacelera y los pla#os se hacen cada ve# más breves.

    0.- audeamus i'itur

    El “audeamus i'itur”   es el más reconocido himno universitario en elmundo entero. o se sabe con certe#a su ori"en! aun%ue se sabe %ueirrumpe en las universidades alemanas durante el si"lo 59666! lo %uellamaron “%in 2tudentenlied”. y se atribuye su m-sica a Cristian rntaus

    @4=4=B! más tarde reelaborada por un teólo"o evan"(lico de apellidoNindleben. Lo interesante de este himno universal es %ue en su versiónori"inal contiene una serie de versos “políticamente incorrectos”   %ue hansido! por cierto! silenciados cada ve# %ue en las más e"re"iasuniversidades del planeta los coros inundan los áulicos y solemnesespacios de protocolos acad(micos.

    Los estudiantes han sido considerados! por lo "eneral! “políticamenteincorrectos” ! por%ue se oponen a la tradición. En la actualidad asistimos en

    Chile a las demandas de una nueva "eneración! son ellos los %ue nos traennoticias del ma1ana! son ellos los portadores de lo noedoso. Lo nuevo es!ni más ni menos! la demanda por una educación p-blica "ratuita y decalidad. En un pa&s mercantili#ado hasta los tu(tanos en %ue el mismopresidente afirma %ue la educación es un “$ien de consumo” ! la demanda

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     juvenil no podr&a ser sino una herej&a may-scula %ue pone en ja%ue lasuperstición neoliberal %ue ha %uerido naturali#ar la idea de %ue todo sevende! todo se compra.

    El movimiento estudiantil en nuestro pa&s viene a poner de manifiesto elmalestar profundo de amplios sectores de la sociedad chilena con un ordende cosas %ue ata1en a lo pol&tico! lo económico y lo cultural. o es este ellu"ar de eponer el Li$ro de 1eclamos! pues bien sabemos %ue la lista eslar"a. Lo cierto es %ue la insatisfacción de las nuevas "eneraciones nodisminuye con el tiempo y! di"ámoslo con fran%ue#a! los placebosensayados hasta el presente no han funcionado. 01o tras a1o! losestudiantes secundarios y universitarios vuelven a las calles a prota"oni#arsu protesta.

    El movimiento estudiantil ha ad%uirido ya un prota"onismo social ymediático %ue lo convierte en una suerte de “an'uardia medi"tica” ! en laavan#ada %ue epresa un soterrado “malestar ciudadano”   %ue la clasepol&tica no ha sabido ponderar adecuadamente. Chile reclama cambiossustanciales. Los problemas relativos al sistema educacional! no son tandistintos a a%uellos del sector salud ni a los %ue a%uejan a la previsiónsocial. Chile reclama cambios democráticos %ue no son satisfechos con elactual ordenamiento %ue ehibe el pa&s. Pareciera %ue ante el orden injusto

    en %ue estamos sumidos no cabe sino ser “políticamente incorrecto” einsistir con los estudiantes en el derecho pleno a una educación p-blica"ratuita y de calidad para todos.

    CC e8ooO2342 Chile