LuIS GARCíA BERLANGA Calabuch - Filmoteca de Andalucía

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Calabuch Luis García Berlanga. España. 1956. 93 min. ByN. v.o.e. Filmoteca de Andalucía Programación JUN 2019 ciclo LUIS GARCíA BERLANGA Título original: Calabuch. Nacionalidad: España. Año de producción: 1956. Director: Luis García Berlanga. Guión: Leonardo Martín, Ennio Flaianno, Florentino Soria y Luis García Berlanga. Producción: Águila Films, Films Constellazione. Fotografía: Francisco Sempere. Montaje: Pepita Orduña. Ayte. dirección: Luis Giménez, Leonardo Martín, Gustavo Pérez Puig. Música: Francesco Angelo Lavagnino. Sonido: Jaime Torrens. Maquillaje: José Luis Ruiz. Intérpretes: Edmund Gwenn, Valentina Cortese, Juan Calvo, Franco Fabrizi, Félix Fernández, Nicolás D. Perchicot, Mario Berriatúa, Francisco Bernal, María Vico, Isa Ferreiro, Manuel Guitián, Casimiro Hurtado, Pedro Beltrán, Manuel Alexandre, Lolo García. Duración: 93 min. Versión: v.o.e. ByN. FICHA TÉCNICA SINOPSIS El profesor Hamilton, un sabio ingenuo que creía que las bombas atómicas, de hidrógeno, de cobalto, eran buenas para la huma- nidad, huyó al convencerse de su equivocación y se llevó sus inventos. Se escondió en el pueblo más maravilloso del mundo, donde se puede vivir y morir en paz; Calabuch. Calabuch es ese lugar donde la gente aún puede vivir con sentido del humor, con amistad, esperando a la muerte como a una vieja amiga que llega a pie, sin prisas, llevándoselo uno a uno, en lugar de venir silbando por el aire y matar de un estallido a medio mundo. Cuando concluyó Novio a la vista, Berlanga intervino en varios proyectos que no llegaron a encontrar financiación. Fue entonces cuando entró en una etapa de búsqueda en la que pretendía encontrar una historia cuyo material pudiera ser tratado con una lógica cinematográfica y que al mismo tiempo fuera realizable. Se convirtió en un director exigente que buscaba ideas nuevas y un enfoque distinto al de sus contemporáneos. Entre los títulos que barajó estaban: El Gran Festival, Cinco historias de España, Los gancheros y Tierra de nadie, pero a los censores no les gus- taron ninguno de los proyectos y pasaron al olvido. Fue en esa búsqueda incesante cuando encontró un argumento de Leonardo Martín, que terminó por convertirse en la idea sobre la que nacería CALABUCH. El rodaje transcurrió sin grandes problemas; el equi- po marchó a Peñíscola y allí rodó una película coral con la intervención y ayuda de todos sus habitantes. El nombre de Luis García Berlanga ya era respetado por la profesión cinematográfica, hasta el punto de poder contar con un actor internacio- nal de la talla de Edmund Gwen que había intervenido en películas tan importantes como La humanidad en peligro (1954), de Gordon Douglas, y ¿Pero quién mató a Harry? (1955), de Alfred Hitchcock. CALABUCH también acudió a diversos certámenes nacionales e interna- cionales y llegó a obtener un gran éxito en el Festival de Venecia de 1956; la proyección fue el día 3 de septiembre, las carcajadas resonaron muchas veces durante la proyección, los espectadores interrumpieron la función varias veces con sus aplausos y constituyó un indiscutible triunfo. Encendidas las luces de la sala, las palmas se prolongaron por largo tiempo. A la salida del recinto, Berlanga y todo el equipo estaban muy satisfechos del éxito logrado. El cineasta confesaría que su intención fue la de hacer una cinta honrada, sencilla y cordial, una película pacifista, en resumen. Finalmente dijo que la verdadera paz, para él, consistía en una pequeña guerra sin cañones, pero llena de acción (Berlanga, 1956, pág. 34). El filme constituyó una agradable sorpresa y fue relacionada con grandes conmociones cinematográficas que se produjeron en otros Festivales: El hombre tranquilo y Día de fiesta. Tras la proyección el cine español organizó una cena a la que fueron invitados los principales representantes del cine internacional allí asisten- tes. La noche concluyó con una puesta en escena que repetía la escena final de la película. Multitud de fuegos artificiales fueron lanzados al cielo veneciano que cuando estallaban se formaba la palabra Calabuch. La película llegó a obtener uno de los premios del certamen; el año 1956 fue una fecha importante para el cine español, y el Festival de Venecia era una buena muestra de ello, porque dos de nuestras mejores película consiguieron sendos galardones: CALABUCH y Calle Ma yor. De nuevo, Berlanga y Bardem volvían a coincidir. COMENTARIO www.filmotecadeandalucia.es [email protected] Medina y Corella, 5. 14003 Córdoba Tel. 957 103 627. Fax. 957 740 016 CONSEJERÍA DE CULTURA Y PATRIMONIO HISTÓRICO MIÉ 20:30 26 VIE 18:00 28 Sala Val Del Omar

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CalabuchLuis García Berlanga. España. 1956. 93 min. ByN. v.o.e.

FilmotecadeAndalucía Programación JuN 2019c ic lo LuIS GARCíA BERLANGA

Título original: Calabuch.Nacionalidad: España. Año de producción: 1956.Director: Luis García Berlanga.Guión: Leonardo Martín, Ennio Flaianno, Florentino Soria y LuisGarcía Berlanga.Producción: Águila Films, Films Constellazione.Fotografía: Francisco Sempere.Montaje: Pepita Orduña.Ayte. dirección: Luis Giménez, Leonardo Martín, Gustavo Pérez Puig.Música: Francesco Angelo Lavagnino.Sonido: Jaime Torrens.Maquillaje: José Luis Ruiz.Intérpretes: Edmund Gwenn, Valentina Cortese, Juan Calvo, FrancoFabrizi, Félix Fernández, Nicolás D. Perchicot, Mario Berriatúa,Francisco Bernal, María Vico, Isa Ferreiro, Manuel Guitián, CasimiroHurtado, Pedro Beltrán, Manuel Alexandre, Lolo García.Duración: 93 min. Versión: v.o.e. ByN.

FICHA TÉCNICA

SINOPSIS

El profesor Hamilton, un sabio ingenuo que creía que las bombasatómicas, de hidrógeno, de cobalto, eran buenas para la huma-nidad, huyó al convencerse de su equivocación y se llevó susinventos. Se escondió en el pueblo más maravilloso del mundo,donde se puede vivir y morir en paz; Calabuch. Calabuch es eselugar donde la gente aún puede vivir con sentido del humor, conamistad, esperando a la muerte como a una vieja amiga quellega a pie, sin prisas, llevándoselo uno a uno, en lugar de venirsilbando por el aire y matar de un estallido a medio mundo.

Cuando concluyó Novio a la vista, Berlanga intervino en varios proyectosque no llegaron a encontrar financiación. Fue entonces cuando entró enuna etapa de búsqueda en la que pretendía encontrar una historia cuyomaterial pudiera ser tratado con una lógica cinematográfica y que almismo tiempo fuera realizable. Se convirtió en un director exigente quebuscaba ideas nuevas y un enfoque distinto al de sus contemporáneos.Entre los títulos que barajó estaban: El Gran Festival, Cinco historias deEspaña, Los gancheros y Tierra de nadie, pero a los censores no les gus-taron ninguno de los proyectos y pasaron al olvido.Fue en esa búsqueda incesante cuando encontró un argumento deLeonardo Martín, que terminó por convertirse en la idea sobre la quenacería CALABUCH. El rodaje transcurrió sin grandes problemas; el equi-po marchó a Peñíscola y allí rodó una película coral con la intervención yayuda de todos sus habitantes.El nombre de Luis García Berlanga ya era respetado por la profesióncinematográfica, hasta el punto de poder contar con un actor internacio-nal de la talla de Edmund Gwen que había intervenido en películas tanimportantes como La humanidad en peligro (1954), de Gordon Douglas,y ¿Pero quién mató a Harry? (1955), de Alfred Hitchcock.CALABUCH también acudió a diversos certámenes nacionales e interna-cionales y llegó a obtener un gran éxito en el Festival de Venecia de1956; la proyección fue el día 3 de septiembre, las carcajadas resonaronmuchas veces durante la proyección, los espectadores interrumpieron lafunción varias veces con sus aplausos y constituyó un indiscutible triunfo.Encendidas las luces de la sala, las palmas se prolongaron por largotiempo. A la salida del recinto, Berlanga y todo el equipo estaban muy satisfechosdel éxito logrado. El cineasta confesaría que su intención fue la de haceruna cinta honrada, sencilla y cordial, una película pacifista, en resumen.Finalmente dijo que la verdadera paz, para él, consistía en una pequeñaguerra sin cañones, pero llena de acción (Berlanga, 1956, pág. 34).El filme constituyó una agradable sorpresa y fue relacionada con grandesconmociones cinematográficas que se produjeron en otros Festivales: Elhombre tranquilo y Día de fiesta.Tras la proyección el cine español organizó una cena a la que fueroninvitados los principales representantes del cine internacional allí asisten-tes. La noche concluyó con una puesta en escena que repetía la escenafinal de la película. Multitud de fuegos artificiales fueron lanzados al cieloveneciano que cuando estallaban se formaba la palabra Calabuch. Lapelícula llegó a obtener uno de los premios del certamen; el año 1956fue una fecha importante para el cine español, y el Festival de Veneciaera una buena muestra de ello, porque dos de nuestras mejores películaconsiguieron sendos galardones: CALABUCH y Calle Ma yor. De nuevo,Berlanga y Bardem volvían a coincidir.

COMENTARIO

www.filmotecadeandalucia.esinformacion.filmoteca.ccul@juntadeandalucia.es

Medina y Corella, 5. 14003 CórdobaTel. 957 103 627. Fax. 957 740 016

CONSEJERÍA DE CULTURAY PATRIMONIO HISTÓRICO

MIÉ20:3026 VIE

18:0028Sa la Va l De l Omar

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El jurado contribuyó a la consolidación de unnuevo cine español que comenzaba a despuntary que se confirmaba con las dos películas pre-sentadas. CALABUCH obtuvo aquel año el pre-ciado galardón de la OCIC (Oficina CatólicaInternacional del Cine), premio que venía ademostrar el interés con el que los cató licos reci-bieron la película de Berlanga. Fue una enor mesatisfacción conseguir un premio de talescaracte rísticas, sobre todo si procedía de un festi-val como era el de Venecia. Algunas escenas fueron tratadas con una graciaque funcionó con precisión, consiguiendo llegarhasta el fi nal de la historia con una emociónsobrecogedora.Berlanga consigue contar con una serie de acto-res de gran nivel internacional, entre los que des-tacan: el norteamericano Edmund Gwen, quelogró transmitir ese matiz sensible y humano tannecesario para inter pretar el divertido papel delsabio; Franco Fabrizi y Valentina Cortese, dosactores italianos muy respeta dos en su país deorigen, y el español Juan Calvo.Ésta fue la última vez en la década de los cin -cuenta que Berlanga participaba en un festivalde pri mera categoría. Tendría que esperar hasta1963, fecha en la que volvería a estar presenteen un certamen si milar; concretamente fue en elFestival de Venecia, donde acudiría con su obramás representativa: El ver dugo.Con CALABUCH, Berlanga alcanzó uno de losmayores éxitos comerciales de su todavía cortacarrera, logrando permanecer en cartel cuarentay dos días en las madrileñas salas Palace yPompeya. La fecha de es treno fue inmejorable,exactamente el 1 de octubre de 1956, aunquetuvo que competir con otras produc ciones de

gran atractivo para el público: Romy Schneideratravesaba por el cenit de su carrera, se habíacon vertido en una de las actrices más populares,gracias a tres títulos que se proyectaban simultá-neamente: Los jóvenes años de una Reina,Sueños de circo y el mayor triunfo de su carrera,Sissi; Gina Lollobrigida también conocía un éxitoclamoroso con La mujer más guapa del mundo,que se colocaba ya en su semana número 28;William Holden y Kim Novak formaban la parejamás explosiva del momento en Picnic, y la popu-laridad de Sofía Loren comenzaba a subir inter-pretando comedias italianas del tipo Pan, Amory... La industria española tenía solamente unapelícula en la cartelera, pero se trataba de unafuerte apuesta, ya que contaba con el niño pro-digio Pablito Calvo y su mejor película, Mí tíoJacinto, aunque no llegó a suponer ni la mitaddel éxito que fue Marcelino, pan y vino.CALABUCH tiene entre sus rasgos la huella delos momentos más felices de Bienvenido, Mr.Marshall, el del humor que campeaba en los sue-ños incrustados de aquel relato.La película es sencilla de argumento y de realiza-ción. Está narrada con un lenguaje directo quehuye de los excesos y las complicaciones, apoya-da en unos personajes que defendían la opciónde una forma de vida sencilla. El director preten-dió ofrecer una diversión honesta, una pequeñafiesta que llevara a la mente de los espectadoresun soplo de optimismo.Toda la crítica estuvo de acuerdo en afirmar queCALABUCH era una película divertida desde elcomienzo hasta el final, llena de gracia y de untierno humor que culminaba en la típica escenasentimental. El filme presentaba un lugar idílico,con sus pequeños y humildes personajes despre-

ocupados, optimistas, sin recelos ni rencores. Unlugar donde la cárcel no tiene llave, donde paracelebrar las fiestas aparece anualmente un torerocon el mismo astado al que, lógicamente, le pro-fesa un singular cariño; un lugar donde la máxi-ma aspiración de sus habitantes consiste enganar vistosidad y suntuosidad en las competi-ciones de fuegos artificiales celebradas con laslocalidades vecinas, y un lugar donde una comu-nidad se agrupa para defender lo que consideraauténtico, no dudando en formar un pequeñoejército para enfrentarse a otro mayor.La opinión más generalizada acerca de CALA-BUCH fue la de ser calificada como la obra másingenua de su realizador. Todo se toma a bromamenos la bondad, la paz, la amable y pacíficaconvivencia; parece como si el cineasta quisierapedir perdón por la conducta seguida en sus pri-meros años de profesionalidad y, para compen-sar las travesuras de sus inicios, adoptara uncomportamiento reconciliador que incorporabalos valores éticos y morales que el gobiernodefendía. El protagonista, Jorge Hamilton, era unser viejo y cansado que conocería un cambioespiritual desconocido en su persona.La trama resultaba creíble y verosímil, pero flota-ba en el ambiente una cierta incredulidad entodo lo que allí ocurría, ignorándose o al menosevitándose casi por completo los defectos huma-nos que todo ser posee. Puede distinguirse unamezcla de lo real y lo imaginario, lo serio y lofestivo, lo vulgar y lo inusitado, apareciendo laexageración y lo esperpéntico, con la únicaintención de dibujar, en muchos momentos lacaricatura.El director ha contado con un estilo gratamentedesenvuelto, de verdadera destreza técnica yexacta utilización artística, sin desviacionesrebuscadas ni confusas.En cuanto al nivel artístico, la película fue dura-mente atacada. No hubo unanimidad en las opi-niones, siendo, en su mayoría, de lo más diver-sas. La crítica más divertida y feroz la hizoTruffaut, quien describió en un periódico francésque la bomba atómica debería haber caídosobre la cabeza de Luis García Berlanga.Los críticos españoles destacaron, una vez más,la ingenuidad en el tratamiento y en los persona-jes, el lenguaje directo y la interpretación, quefue en exceso alabada, no sólo del protagonista,Edmund Gwenn, sino de la mayoría de los acto-res secundarios que en ella intervinieron.

Francisco Perales.

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