Ludovico Silva El Estilo Literario de Marx 1975

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  • El estilo literariode Marx

    Ludovico Silva

  • EL ESTILO LITERARIODE MARX

    '20!

    LUDOVICO SILVA

    )

  • INDICE

    AdvertenciasIntroduccin1. El origen literario de MarxII. Rasgos fundamentales del estilo de Marx

    II.1 Arquitectnica de la ciencia, 29; I[.2Expresin de la dialctica, dialctica de laexpresin, 36; lI_3 Las grandes metforasde Marx, 52; Il.4 Otros rasgos: esprituconcreto, espritu polmico, csprilu hurln, 91

    III. Balance estilslico (lc la obra de MarxIV. Eplogo sobre la irona y la alcnncinTextos de MarxBibliografa

    lvul

    23

    1528

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  • Dedico este ensayo al querido maestroJuan David Garcia Bacca, gran conocedorde Marx, gran conocedor de las relacionesentre ciencia y estilo y gran estilista lmismo. Estoy seguro .de que a l le gustara escribir sobre el estilo de Marx partiendo de las siguientes palabras de Machado y de Marx:

    Las palabras, a diferencia de las piedras,o de las materias colorantes, 0 del aire enmovimiento, son ya, por s mismas, significaciones de lo humano, a las cuales hade dar el poeta nueva significacin. Lapalabra es, en parte, valor de cambio, producto social, instrumento de objetividad(objetividad en este caso significa convencin entre sujetos), y el poeta pretende hacer de ella medio expresivo de lopsquico individual, objeto nico, valorcualitativo. Entre la palabra usada portodos y la palabra lrica existe la diferencia que hay entre una moneda y una joyadel mismo metal.

    ANTONIO M,\c-Ano

    El lenguaje es la conciencia prctica.KARL MARK

  • ADVERTENCIAS

    1] Si bien algunas de las versiones de textos deMarx aqu analizados han sido realizadas especialmente para este libro, la mayor parte de lasveces se emplean las traducciones de WenceslaoRoces. En algunas ocasiones me he permitidohacer algunos leves retoques a las versiones deRoces, a fin de destacar ciertos rasgos estilsticos, sin que ello implique en modo alguno lapretensin de "corregir" a tan preciso y lmpidotraductor de Marx.

    2] A fin de facilitar la tarea de los lectores familiarizados con la le ngua en que escribi Marx,ofrezco al final de este ensayo, antes de la bibliografa, los correspondientes textos alemanes delos principales pasajes de Marx utilizados en ellibro. Cuando las notas al pie se acompaen deun asterisco (*), significa que remiten a esos textos, cuya numeracin responde a la de las notas.Hacemos excepcin con los fragmentos de Misrede la philosophie, obra escrita por Marx en francs y aqu citada en ese mismo idioma.

    [2]

  • INTRODUCCIN

    No es difcil adivinar la reaccin que suscitaren el lector el solo ttulo de este ensayo. El estilo literario de Marx? Fue acaso Marx un literato? O se trata ms bien de un nuevo estudiosobre sus ideas acerca de la literatura y el arte?

    Ni una cosa ni otra. Pensemos de nuevo en laexpresin: el estilo literario de Marx. Marx fueun escritor: dej una obra imponente. Esta obraconstituye un corpus cientfico, un tejido terico. Pero este corpus, adems de su osamenta conceptual, posee una musculatura expresiva; estetejido terico ha sido urdido mediante concretoshilos literarios. El sistema cientfico est sustentado por un sistema expresivo.

    En Marx, este sistema expresivo incluye, o es,un estilo literario. Es literario porque, as comola poesa abarca un reino que va ms all delde los versos y se extiende en la prctica a muchos tipos de lenguaje, del mismo modo la literatura en cuanto tal, como concepto y como prctica, va mucho ms all de las obras de ficcin0 imaginera y se extiende por todo el ancho campo de la escritura. Pero adems el sistema expresivo de Marx constituye un estilo, un genioexpresivo peculiar, intransferible, con sus mdulos verbales caractersticos, sus constantes analgicas y metafricas, su vocabulario, su economa y su danza prosdica.

    El concepto de estilo es ms restringido que[ 3 ]

  • 4 IN'rR0DUccr1~;el de literatura. En el caso de los escritorescientficos, si bien es cierto que todos practicany poseen una expresin literaria, no menos ciertoes que slo muy pocos practican y poseen unestilo. Es decir: un genio puesto conscientemente al servicio de una voluntad de expresin queno se contenta con la buena conciencia de haberempleado los trminos cientficamente correctos, sino que la acompaa de una conciencialiteraria empeada en que lo correcto sea, adems, expresivo y armnico, y dispuesta a lograrmediante todos los recursos del lenguaje que laconstruccin lgica de la ciencia sea, adems, arquitectnica de la ciencia. Nada pierde la ciencia, y gana mucho en cambio, si a su rigor demostrativo aade un rigor ilustrativo; nada hay quecontribuya tanto a la comprensin de una teoriacomo una metfora apropiada, o una analogaque le calce.

    En el caso especfico de Marx, su voluntad deestilo lo llev muy lejos. La parte de su obraque l pudo pulir y llevar a la imprenta constituye, como l mismo lo observa, "un todo artstico"; pero lo es no slo por la estructura arquitectnica que exhibe, sino porque hasta sus msinsignificantes detalles aparecen pulidos, tersos yalumbrados muchas veces mediante un arte rnetafrico tan acabado que' bien podra decirse demuchos de sus conceptos que poseen la apariencia de perceptos. En uno de sus versos juvenilesdice Marx del poeta:

    Was er snnet, erkennt, und was erfl1let,ersirmr.

    Es decir: percibe lo que piensa y piensa Io que

  • mrnonucciu 5siente. Esta frmula es aplicable a la totalidadde la obra de Marx, y muy especialmente a aquella compuesta por obras como la Contribucin aIa crtica de la economa poltica (1859) o el Libro I de El capital (1867), que como queda dichotuvieron la fortuna que no tuvieron otras obras,como los Grundrisse: recibieron el pulmentofinal, la lima incisiva y minuciosa de un escritorque tena a orgullo personal la capacidad de disear artsticamente sus frases y dotar sus ideasde una infinita plasticidad, a fin de hacerlas msaccesibles y a fin tambin de derrotar en la prctica esa especie de fetichismo verbal que hace dellenguaje cientfico una jerga abstrusa, hierticay muerta, incapaz de ejercer una accin directasobre el gran pblico. A ello se debe que hoy enda cualquier persona medianamente instrudapueda leer con gusto aquella obra maestra deprosa cientfica que es la Contribucin a Ia crticade la economa poltica, enterndose de todo elcontenido y, adems, aprendiendo a razonar econmicamente. Pues es caracterstico de todos losgrandes pensadores que son a la vez grandes estilistas el presentar sus obras no como el resultadodc pensamientos previos, sino como el proceso 0acto mismo de pensar; asiste as el lector a unalumbramiento sin tregua, y se beneficia de ello,pues en vez de verse obligado a digerir pensamientos endurecidos, se ve incitado a pensar, a1'c_.ensar, a recrear el acto mismo de los descubrimientos tericos. Uno puede no saber previamente nada de economa, pero si se lee la Crticacon la debida atencin se ver obligado a razonar econmicamente, a repensar el edificio dc laeconoma desde sus ms primitivos y abstractos

  • 6 1NrRoDUcc1Ncimientos, desde sus clulas: la mercanca, elvalor.

    Pareciera como si Marx se hubiese dedicado expresamente a demostrar enla prctica de su estiloque las "ideas" no son algo intangibleoinvisible,sino algo que se puede ver y percibir. El, queconoca a fondo la lengua griega antigua, sababien que la palabra idea significa originariamenteaspecto exterior, apariencia, forma. Cuando Platn, en el Protgoras (315 e), dice 1r'1v v Y-0-7~.lo que quiere decir es sencillamente algo asicomo "de bello aspecto, de forma bella". Elverbo ev no significaba otra cosa que "ver conlos propios ojos". Y qu significaba la palabrateora (ecoga), sino la accin de ver, de contemplar, de observar?

    Por eso lo que Marx piensa es algo que puedepercibirse plsticamente; lo conceptual tiene enl valor perceptual. i ello -ocurre as gracias aun estilo literario capaz de dar a las ms complicadas abstracciones el aspecto de verdaderasideas, dotadas de forma grcil, de color; sus teoras pueden visualizarse, lo mismo que su concepcin de la sociedad puede visualizarse metafricamente como una gigantesca arquitecturadotada de su cimiento econmico 0 Struktur yde su edificio o fachada ideolgica, Uberbau. Metforas que nos ayudan a percibir el contenidopropiamente cientfico o terico.

    Se insiste aqu, por otra parte, en la necesidaddc no tomar por explicaciones lo que no son sinometforas, ni a la inversa, tomar por metforaslo que son explicaciones. Muchos hacen tal inversin, y no hacen con ello ms que malentender y falsificar el pensamiento y el estilo de

  • mrnonucciu 7Marx. Contra estos malentendidos (vase nra,pargrafos II.3.l y II.3.2). he propuesto una releetura estilstica de Marx, importante no slo porque es un aspecto prcticamente virgen de la obrade Marx, sino --lo que es ms importante- porque una tal lectura se hace imprescindible paraseparar lo que es metfora de lo que es explicacin terica, aspectos que andan hoy tan confundidos en el marxismo que casi no hay marxistaque no hable seriamente de la teora del reflejo"o la teora de la superestructura", cuando talesteoras no existen en absoluto como teoras, sinocomo metforas. Si la obra de Marx no ofreciesejunto a esas metforas las ms minuciosas explicaciones cientficas, habra alguna razn paraconfundirnos.

    Con esto de las metforas de Marx ha ocurridouna confusin monumental, y tan arraigada quese hace hoy muy difcil aclararla; si sus teorase ideas han pasado a ser hoy para muchos merascreencias, inversamente, sus principales metforas han sido trocadas en explicaciones. No importa lo absurdas que resulten como tales 1 la"fc"en Marx es hoy capaz de tragarse cualquier cosa,por ms indigesta que sea. Pasa con esto algoparecido a lo que cuenta Unamuno en su ensayode 1896 Acerca de la rco;-ma de la orlografa, apropsito de la tan citada analoga evanglica:"Es ms difcil que entre un rico en el reino dclos ciclos, que el que pase un camello por el ojode una aguja". Ya desde la poca clsica la em(11) griega se lea lo mismo que la iota (L), dcmodo que ~im7\o (cmelos, camello) se lea igualque ^/.iu7.o; (cmlos, cable o "calabrote", que diceUnamuno). Debido a esta confusin se procluo

  • 3 INTRODUCCINuna falta de ortografa que hizo que donde debahaber un "cable" apareciese nada menos que un"camello", lo que desde el punto de vista de laanaloga no deja de ser un disparate. Sin embargo, aceptado secularmente el error, se hanproducido toda clase de explicaciones ingeniosaspara justificar ese camello!

    Lo mismo ha ocurrido con las metforas deMarx. Tomada la obra de ste como evangelio,se nos quiere hacer pasar camello por cable, y"superestructura" y "reflejo" pretenden acomodarse y justificarse como explicaciones del fenmeno ideolgico, sin darse cuenta los comentaristas neoevanglicos de que si realmente laideologa fuese una superestructura o un reflejo, entonces Marx sera por un lado el ms ferviente platonista creyente en un mundo de ideasaparte e independiente montado sobre la estructura social, y por el otro sera defensor de laabsurda tesis que hace de las ideas y los valoressociales un pasivo e inerme reflejo, un mundoinactivo y puramente especular.

    Al mencionar a Unamuno he recordado un estupendo vocablo suyo que le cuadra perfectamente a Marx: ideoclasta. Si los iconoclastas sonrompedolos, deca Unamuno, yo soy ideoclastao rompeideas. Y lo deca en un artculo sobre la"idcocracia" o imperio de las ideas. Marx fuetoda su vida un ideoclasta, un rompeideas de losms fieros y saudos que ha habido. ste es unocle los aspectos de su estilo literario c intelectualque estudiar aqu. Unamuno deca tambin quesu combate era contra los ideulogiqueros. De ahque nada resulte tan parecido como los estilosliterarios de Unamuno y Marx. En materia dc

  • INTRODUCCIN 9estigmatizar ideas o personajes del modo ms implacable, pero conservando la serenidad del razonamiento, es difcil hallar otros que los igualen.Esta es una de las caractersticas ms resaltantes -si bien no la ms profunda- del estilo deMarx. Formaba parte activa de su voluntad transformadora, que no se quedaba en puras y pasivasfenomenologas. Esto me lo ha hecho notar JuanDavid Garca Bacca, quien es a su vez un formidable estilista: Seremos tan desgraciados losfilsofos que no podamos pasar de enomenlogos, descriptivos y describientes de lo inmediatamente dado, y no podamos transustanciarnos entransformadores de la realidad inmediata, a favor de la profunda y causal?" (Humanismo terico, prctico y positivo segn Marx, FCE, Mxico, 1965, p. 23).

    Todos los rasgos del estilo de Marx que en esteestudio se analizan, podran concentrarse y expresarse mediante una cierta categora lingsticacontempornea que, por gran coincidencia, resulta tener el mismo nombre de la gran preocupacin de Marx: la economa. El principio de economa ha sido introducido en la lingstica porAndr Martinet. Segn este principio, que es elprincipio del menor esfuerzo, el hombre no gasta sus fuerzas ms que en la medida en que puedecon ello alcanzar las metas que se ha fijado". Laevolucin lingstica est regida por la antinomia permanente entre las necesidades de comunicacin del hombre y su tendencia a reducir almnimo su actividad mental y fisica. Lo que sepuede llamar -escribe Martinet- economa deuna lengua es esta bsqueda permanente de equilibrio entre las necesidades comunicativas por

  • 10 1:~zTRoDucc1Nuna parte, inercia de la memoria e inercia articulatoria por la otra parte (estas dos ltimas enconflicto permanente); el juego de todos estosfactores se halla limitado por diversos tabes quetienden a congelar la lengua desechando todainnovacin demasiado evidente." De aqu se deduce que la economa es el marco que es precisoadoptar cuando uno se propone comprender ladinmica del lenguaje". Es comn a todas laslenguas, explica Martinet, el ser un producto econmico del conflicto entre las necesidades ilimitadas de la comunicacin y los recursos limitados,fsicos y mentales, del hombre. (Vase A. Martinet, Elements de linguistique gnrale, LibrairieColin, Pars, 1960, cap. 6, II, 6-5, y tambin elartculo Economia, en Linquisrique: guide alphabtique, bajo la direccin de A. Martinet, Denol, Pars, 1969, pp. 81 ss.)

    Se trata, pues, de comprender que toda lenguaes un sistema de fuerzas en equilibrio, un tejidode tensiones (dejemos ahora de lado el averiguarcul teoria econmica est aqu implicada, si eso no la "teora del equilibx-io"), y esto constituyesu dinmica, su movimiento. Es evidente que,desde el- punto de vista del estilo, ste debe consistir esencialmente en la forma como el escritorresuelva ese problema de' economa lingstica.No se trata, como dice Martinet, de "hacer economas" en el sentido corriente de "ahorrar",aunque en ocasiones funcione el principio delahorro, como ocurre por ejemplo en el estilo deAzorn, o en el del francs Albert Camus. Se trata de que en cada pgina haya sido gastada laenerga que all convena gastar: ni ms ni menos. As, para usar el ejemplo de Martinet, la

  • IN-rRoDUcc1N 1 1redundancia es un fenmeno lingstico que enla mayor parte de las veces, en contra de lo quese cree comnmente, no funciona como un "despilfarro econmico-lingstico, sino al contrario : como un gasto adicional de energa necesariopara la comunicacin efectiva. En la desinenciade los verbos ("soy") hay una indicacin de lapersona (yo"), con lo que resulta redundantedecir: "Yo soy"; sin embargo, no se comunicaen castellano lo mismo con "soy" que con "yosoy". El gasto adicional tiene un sentido expresivo. En otros casos, claro est, redundanciaequivale a despilfarro, como en el ejemplo aquelde Antonio Machado: "Los eventos consuetudinarios que acontecen en la ra", para decir "Loque pasa en la calle".

    En el caso de Marx tenemos un estilo literarioque hizo un constante uso de este principio deeconoma lingstica. Sus metforas constituyenun gasto adicional de energa verbal destinadoa la comunicacin efectiva con el lector. Haymuchos escritores cientficos que consideran inapropiado y poco serio este gasto adicional ; pareciera que su ideal es la incomunicacin y, ciertamente, hay quienes sienten cierto placer malsanoen no ser entendidos. Para Marx, en quien laprctica era el criterio ltimo del conocimiento,resultaba indispensable comunicarse prcticamente con el pblico, ser entendido hasta la raz afin de poder influir prcticamente en la tarea deVernderung o transformacin subversiva delmundo. De ah que cuidase tanto su economaexpresiva. Ello es patente en sus obras terminadas y pulidas. Hasta los ms insignificantesejemplos y figuras cobran un sentido determi

  • 1 2 Ir~m20DUcc1Nnado. Cuando nos dice que el valor de cambiohace iguales a todas las mercancias, el ejemploque nos pone es el siguiente, en la Contribucina la crtica de la economa poltica: "Un tomode Propercio y ocho onzas de rap pueden aspirar al mismo valor de cambio a pesar de la disparidad de los valores de uso del tabaco y de laelega". Ir a buscarse las elegas de Propercioparecera desmesura ; pero en realidad cs un recurso de economa lingstica, destinado a queel lector comprenda esa allseitige Entusserungo alienacin universal que de los valores de usode las cosas realiza el dinero. Para hablarnos delFetichismo mercantil, comienza con frmulas quehorrorizaran a cualquier economista "serio",como decir que las mercancas se presentan encl mundo burgus como objetos "fsicamente metafsicos (snnlich iibrrsinnlich). Sin embargo,esto es pura economa expresiva, lucha contratoda parsimonia o tacaera lingstica. Marx saba ser escueto y sobrio cuando ello convena;pero tambin saba alzar la voz cuando vena alcaso, como por ejemplo en el Manifiesto comunista, cuyo estilo apocalptico y poemtico tenauna precisa intencin comunicativa de orden poltico.

    Funciona de igual modo este principio econmico en la dinmica del lenguaje de Marx. Comose ver en este ensayo (especialmente en II.2),Marx construa sus frases buscando conscientemente un determinado equilibrio de fuerzas antagnicas de carcter verbal, destinado a reproducir o expresar determinados antagonisinos reales.En otras palabras, adaptaba sus signos a sussignificados con toda minuciosidad. Si en alguna

  • INTRODUCCIN 1 3parte se manifiesta la dialctica de Marx es eneste juego lingstico tan frecuente en l, mediante el cual nos presenta una afirmacin en undeterminado nmero de vocablos para luego negarla con el mismo nmero de vocablos peroinvirtiendo su orden sintctico, y finalmente sintetizarlo todo en una frase final. El lector hallar aqu ejemplos de las diversas variantesestilsticas que adquira este procedimiento enMarx. Es uno de los secretos de la redondez"de muchas frases suyas, que desgraciadamenteles ha valido circular de mano en mano comomonedas hasta desgastarse y perder su brillooriginal. Lo que, sin embargo, no es una objecin para Marx, pues al fin y al cabo su propsitoltimo era realizar su propia negacin como intelectual, la reabsorcin de su obra en el puebloal cual estaba destinada.

    El principio de economa reza as: "El hombreno gasta sus fuerzas ms que en la medida enque puede con ello alcanzar las metas que se hafijado". Este es el principio de economa vistopor un lingista. Ahora bien, Marx nos deca enun clebre pasaje donde defina su concepcinglobal de la sociedad: "La humanidad no se propone jams sino las metas que puede alcanzar".Se extraar alguien, entonces, de que Marxpensara que la sociedad humana es una sociedad fundamentalmente econmca? "Jams unasociedad expira antes de haber desarrollado todas las fuerzas productivas que es capaz de contener." Lo mismo ocurre con el lenguaje: ningunalengua expira, salvo en los casos. de muerte violenta, antes de haber desarrollado todas sus posibilidades expresivas.

  • 14 1N'rRoDUcc1NPero si ello ocurre siempre as en el plano social

    e histrico, no siempre ocurre igual en el planoindividual. As como cada individuo tiene que esforzarse para transformarla historia sin esperar aque algn hado histrico lo conduzca y lo mueva, del mismo modo cada escritor tiene que esforzarse por agotar sus posibilidades expresivas,sus posibilidades econmico-lingsticas de comunicacin, sin esperar a que algn destino seencargue de hacerlo comprensible. Es la nicasolucin posible al eterno conflicto terico entrela necesidad histrica y la libertad individual.Ese conflicto no existe en el plano del escritorindividual: quien .no ejerza hasta el mximo sulibertad creadora en la lengua, no puede esperarque ninguna necesidad histrica lo convierta enun gran escritor, como tampoco la historia hacegrandes a quienes le dieron la espalda.

    Si lo propio hoy es superar a Marx realizndolo, y no congelarlo en tab repitiendo hastael cansancio sus frases, ello ocurre as porqueMarx desarroll hasta el mximo sus propiasfuerzasproductivas creadoras, desarroll su economa expresiva hasta el lmite de sus propiasposibilidades.

    L. S.

    Caracas, abril de 1971

  • IEL ORIGEN LITERARIO DE MARX

    Marx no fue toda su vida un cientfico social.Slo comenz propiamente a serlo a partir de losaos 1843-44, poca en la que le hubiera calzadomejor la caracterizacin que de l hiciera Lasalleen 1851 (en carta a Marx, del 12 de mayo), cuando le dijo que era Hegel convertido en economista". Antes, haba sido un escritor poltico yfilosfico. Y antes de ser estas cosas, haba sidoun poeta. Como ocurre con muchos cientficossociales, Marx comenz siendo un literato.

    Este origen cobra importancia especial cuandose intenta examinar los rasgos fundamentalesde la expresin literaria de su obra cientfica madura, es decir, cuando se estudia la letra de suespritu cientfico, su peculiar forma de expresar con vivacidad y esplendor formal los mscomplicados problemas econmicos.

    Auguste Cornu ha narrado con sumo detalle ydelicadeza las vicisitudes de ese perodo primigenio del joven Marx,1 cuando ste aseguraba a supadre ser dueo de una vocacin literaria y potica muy definida, y escriba febriles poemas adems de dedicarse a toda clase de estudios esteticos y mitolgicos.

    Pero Marx se equivocaba, y de ello se dio cuen1 Auguste Comu: Karl Marx y Friedrich Engels: del

    idealismo al materialismo histrico, Platina, BuenosAires, 1965, especialmente pp. 65 ss.[IS]

  • 16 EL ORIGEN LITERARIO DE Mimxta algn tiempo despus: su vocacin real no erala literatura en cuanto tal, aunque si fuese unavocacin de escritor. En ello le ayud su propiopadre, quien con gran benevolencia, pero tambincon gran precisin, le sugiri que su vocacinno era precisamente la potica. Escriba as Heinrich Marx a su hijo Karl a comienzos de 1836:"No te oculto que, aunque me alegro profundamente por tus dones poticos, de los cuales mucho espero, me afligiria verte convertido en unpoeta menor"P'

    Heinrich Marx era un hombre muy culto, granlector de Voltaire, Rousseau y Lessing, y ejerciuna considerable influencia en su hijo. No assu madre, Hcnriette, dc espritu que Cornu califica de "estrechamente practico". Cmo hubierapodido influir en Marx una madre que, hacia elfinal de sus dias, ironizaba a su hijo por habersededicado a escribir El capital en vez de haberse dedicado a hacer un capital?

    Tambin influy en Marx -y en buena medidacondicion su gusto literario- su cuado, el barn de Wcstphalen. A ste dedic Marx posteriormente su disertacin doctoral sobre la filosofa natural de Epicuro y Demcrito. El barn deWestphalen poda leer de corrido el latn y elgriego, y particip sin duda en el nacimiento, enMarx, de la admiracin hacia la lengua griega,que nunca declin en l y hasta se transform eninstrumento para fabricar ironas contra los economistas burgueses, ya que stos -cuenta Marxa Engels cn carta de los aos de El capitaltcnan forzosamente que escandalizarse de untratado de economa donde se citase a Shakes

    2 Ibidem, p. 64.

  • EL ORIGEN LITERARIO DE MAR): 17peare y a Homero (los poetas preferidos deMarx), con el agravante de ser este ltimo citadoen griego; ello ofendera su esprit du srieuxeconmico y les dara un nuevo argumento paratildar a la obra de Marx de metafsica, literaria e "ideolgica". Eptetos -sobre todo esteltimo- que resuenan hoy en ciertos socilogoscientifiqueros. La mentira envuelta en semejantes calificativos revela, sin embargo, al igual quetoda mentira, una cierta verdad, y es que el autorde El capital era ciertamente un economista muyextravagante, que con tanta seguridad se movaen el terreno de los datos empricos ms concretos y minuciosos, como en el de las ms finas ycomplicadas abstracciones. Ejemplo de lo primero es el magistral captulo sobre la maquinariay la gran industria, donde se ofrece, valga elcaso, la ms detallada descripcin de un mecanismo de relojera y se descomponen, pieza porpieza, diversas maquinarias; ejemplo de la capacidad de abstraccin es el captulo primero, sobrela mercanca, verdadero modelo literario de anlisis sincrnico. Por otra parte, la extravaganciade Marx que siempre ha irritado a los cientficosburgueses es la combinacin de la objetividadcientfica con la denuncia indignada y combativade las contradicciones sociales y los intereses disimulados de la economa poltica. Asombra, finalmente, que Marx realizara en su propia personalidad cientfica aquello que consideraba comouna condicin bsica de la desalenacin: la superacin de la divisin del trabajo. No era uneconomista puro, ni un socilogo puro, ni un filsofo puro, ni un literalo puro, ni un polticopuro: era un cientfico social completo, que no

  • 18 EL ORIGEN' LITER.\RIO DE M.-\RXencontrara cabida exacta en ninguno de los "departamentos especializados" de las modernas universidades, como tampoco encontr jams cabidaen las universidades alemanas de su tiempo, llenas de petulantes y gruones" acadmicos queconsideraban, dice humoristicamente, a la dialctica como el azote de la burguesa".

    Volvamos a sus aos mozos. A los 17 aos,escribe unas Reflexiones de un joven sobre laeleccin de una carrera, donde expresa, entreotras cosas, que no siempre podemos abrazarla carrera a la que nuestra vocacin nos llama; lasituacin que ocupamos dentro de la sociedad empieza ya, en cierto modo, antes de que nosotrosmismos podamos determinarla".* Esto resultser una gran verdad respecto del mismo Marx;no slo fracas en lo que crea ser su vocacin:la literatura, sino que tambin abandon la profesin que su padre queria para l: la jurisprudencia. Antes de l determinar su vocacin, elambiente social estudiantil en que se mova ejerci paulatina e insensiblemente una influenciaque determin en l su verdadera vocacin: laciencia social, aunque todava bajo el signo dcla politica _v la filosofia. En sus Rele.\'ioneshaba escrito tambin: "Las profesiones ms peligrosas para un joven son aquellas que, en vezde integrarlo a la vida, se ocupan de verdadesabstractas". He all un primer anuncio de la futura lucha contra las ideologas.

    En octubre de 1835, Marx navega por el Mo3 Karl Marx, Das Kapiral, "Nach\\'ort zur zweiten

    Auflage", en: MaI'.\'-Engels Werkc, Dietz Verlag, Berlin.1962, \'0l XXIII, p. 27.

    4 Cf. Franz Mehring, Karl Marx, historia de su vida,Gri_ialbo, 3f ed., Mxico, 1968, p. 13.

  • EL ORIGEN LITERARIO DE M/mx 19sela hacia Coblenza. De all toma un vapor quelo lleva hasta Bonn, a donde llega el 17 de octubre de ese ao. Se inscribe en la universidad elmismo da de su llegada. Las instrucciones de supadre le sealaban la conveniencia de seguir materias jurdicas, y tambin fsica y qumica (loque no deja de ser un poco raro). Marx querainscribirse en nueve cursos, pero su padre lo convenci de tomar slo seis, en vista de un posiblesurmenage (Heinrich Marx no tenia por qu saber an que su hijo Karl era, como dijo estemismo aos despus, una mquina de devorarlibros"; o como lo expres Ruge en carta a Feuerbach del 15 de mayo de 1844, cuando dijo quelas lecturas de Marx eran un "ocano sin fondo").Obsrvese la composicin del cuadro de materiaselegido por Marx:

    -Pugg, Enciclopedia del Derecho-Bcking, Instituciones-Walter, Historia del Derecho Romano-Welcker, Mitologa de los griegos y los

    romanos-Schlegel, Cuestiones sobre Homero-D'Alton, Historia del arte modernos

    Sobre Derecho, slo tres materias; y ni sombrade cursos sobre fsica y quimica. En cambio, tresmaterias artstico-literarias! Ninguna dc estaselecciones fue intil para Marx. Cuando, juntocon Engels, criticaba la ideologa jurdica de lasociedad, o cuando fijaba su posicin sobre la alienacin estatal, se movan en l conceptos muy

    =' Auguste Cornu, Karl Marx y Friedrich Engels, ed.cil., p. 62.

  • 20 EL ORIGEN LITERARIO DE MARXconcretos, aprendidos en la mocedad. Igualmente, su aficin madura a metaforizar valindosede la literatura antigua, su examen (en los Grandrisse) de la mitologa como expresin del nodominio del hombre sobre la naturaleza y, ensuma, la brillantez de su estilo, hablan de unamuy arraigada y profunda formacin clsica.

    Esta formacin clsica es importante paranuestro asunto. Hay actualmente una tendenciaa desvalorizar la clebre "formacin clsica". Hayuna razn objetiva que justifica esa tendencia:la "formacin clsica" ha sido durante siglos lapunta de lanza metropolitana de la "cultura occidental", que tras bellsimos encajes disimulamal endriagos tales como el racismo, el colonialismo, el imperialismo. Esa cultura fue el ingenioso y genial invento del capitalismo. Ingenioso,porque de la misma forma como surgi el comercio mundial y la universalizacin de las relaciones econmicas bajo un patrn mercantil,surgi tambin una cultural universal, unos "valores" ideolgicos universales; el capitalismonaci creyndose etemo, y as se cree an conmayor fuerza que nunca; necesitaba una culturaque, pese a su carcter histrico y concreto (unapequea parte de la historia universal), se concibiese y anunciase a s misma como etema, como"la cultura" por excelencia. Genial, porque haproducido obras geniales. Nunca la esclavitudmaterial impidi el surgimiento, en su seno mismo, de la belleza imaginativa.

    Sin embargo, la formacin clsica" tiene,como todas las formaciones humanas, sus aspectos positivos. En efecto, nada hay de malo en elestudio de las lenguas clsicas y la literatura de

  • E1. ORIGEN LITERARIO DE Mfmx 21la antigedad. Condenarlos por el hecho de quesuelen acompaarse de una ideologa, es confundir las cosas. Es perfectamente concebible, enuna sociedad socialista, la dedicacin a esos estudios. Suprimirlos -segn es la tendencia- escaer en el ms lamentable quid pro quo.

    En Marx, por ejemplo, la formacin clsicatuvo excelentes resultados, particularmente en loque se refiere a su estilo como escritor. En qumedida puede esa formacin influir en el estilode un escritor? Es pregunta difcil, pero no imposible de responder. El que la responda, tiene quehacerlo con su propia experiencia.

    Todo aquel que ha estudiado a fondo una lengua muerta -el griego, por ejemplo, en cuyoestudio destacse Marx- ha aprendido a conocermejor los secretos de las lenguas vivas. El hechcde dar esfonada vida terica, en cada ejercicio de traduccin, a una lengua histricamentefenecida, tiene una consecuencia creadora respecto de la lengua viva, en especial la lengua materna: induce el asombro de que sea y est viva,viviendo ah frente a uno, en las bocas de loshombres; el asombro de que ella se estire voluptuosa como la respiracin misma, de que "saltedel cerco dc los dientes" (Homero) y alargueante nosotros sus articulaciones sintcticas igualque un organismo lleno de aliento, exento detoda esclerosis acadmica, libre de gramtica, vivaz y triunfante como un animal. Ello sirve, encuanto anlisis microscpico de una estructuramuerta, para dar razn estructural de lo vivo ydescubrir, al fondo de la opulencia de la lenguaviviente, la luminosa osatura lgica. Sirve, endefinitiva, para cultivar en el espritu de un es

  • 22 EL ORIGEN LITERARIO DE i\/IARXcritor la admiracin y el gozo frente a su propioinstrumento; sin esa admiracin y ese gozo gratuitos es imposible lograr una sola pgina en laque, a la solidez cientfica, se una la perfeccinverbal, el giro adecuado, la imagen justa, la metfora iluminadora.

    Es indudable la participacin de los estudiosclsicos en la formacin del estilo literario deMarx. Cuando estos estudios sirven realmentede algo, su utilidad no se reduce a la erudicinni mucho menos a la funcin de presuntos "modelos" eternos; por el contrario, su verdaderovalor es el que logran en escritores como Marx:crear en ellos una profunda conciencia del idioma vivo, un gusto gratuito por la perfeccin expresiva, por la rotundidad de las frases. Valrydeca ser sta la funcin del estudio del griego,y Unamuno lo deca respecto del latn. El precozdominio de Marx sobre su propia lengua, transparentado en el esplendor verbal de sus escritosjuveniles (en particular aquellos que recibieronla ltima mano de pulimento para ir a la imprenta, a diferencia de aquellos que permanecieroncomo esbozos: dicotoma estilstica que persistir a lo largo de toda la vida de Marx), se debeen buena parte al efecto formativo lingstico desus estudios clsicos.

    Su primer mdulo estilstico fue la abundanciametafrica. Segn Cornu, el corrector de lasya aludidas reflexiones anotaba que la disertacin "revelaba una gran riqueza de ideas, peroque la excesiva bsqueda de metforas perjudicaba a veces la claridad del pensamiento y lacorreccin del estilo". El resto de su vida, Marx

    6 Ibdem, p. 60.

  • F.l. ORIGEN LITERARIO DE MARX 23tuvo que autocontrolar permanentemente estaaficin a la metfora, de la que hay brillanteshuellas en obras como Introduccin a la crticade la filosofa del derecho de Hegel, Mseria dela filosofa, Trabajo asalariado y capital, Crticade la economa poltica y El capital. La cienciaeconmica, con su imperativo de precisin y anlisis, actuara frecuentemente de fuerza moderadora, equilibradora en este proceso estilstico.Quedara, como resultado, una irresistible potencia metafrica controlada por el marco tericocientfico y al servicio de ste. Y ms profundamente, quedara como elemento constitutivo dela ciencia de Marx lo que podemos llamar la imaginacn terica, suerte de inspiracin cientficaque, auxiliada por la precisin formal, era capazde ir siempre ms all de las apariencias sociales, hacia las estructuras, y siempre ms all delos postulados tericos de la economa poltica,hacia sus resortes ideolgicos.

    Marx, como decamos, comenz creyndose poeta. Hay dos tipos de razones mediante las cualesse puede fcilmente probar que tal vocacin nunca fue profunda ni verdadera, aunque contribuysin duda a la formacin de su prosa, ya que nadaforma tanto a una prosa como la prctica inicial'del verso (a menudo la prosa misma consiste enversos agazapados). En primer lugar, los poemasde Marx eran conmovedoramente malos. Literalmente desesperado por la negativa de Jennya contestar sus arrebatos hasta tanto no fuera"oficial" su noviazgo, Marx llena tres cuadernosde poemas, que enva a su novia en la Navidad de.1836: eran el Libro de los cantos (Buch der Lieder) y el Libro del amor (Bach der Liebe). Tam

  • 24 EL ORIGEN LITERARIO DE MARKbin escribe algunos Epgramas sarcsticos y, en1837, unos captulos de una novela: Skorpion undFelix, amn de las primeras escenas de un dramaen verso: Oulanem.

    Los poemas para Jenny han sido valorados porMehring de esta forma que no ofrece dudas:"Son totalmente amorfos en todo el sentido deltrmino. La tcnica del verso es totalmente primitiva, y si no se conociera con exactitud la fecha en que fueron escritos, nadie podra suponerque se los redact un ao despus de la muertede Platen y nueve despus de la publicacin delLibro de los cantos de Heine. Por otra parte, nohay nada en su contenido que permita presentirlo. Son nada ms que sonidos romnticos delarpa: el canto de los elfos, el canto de los gnomos, el canto de las sirenas, las canciones a lasestrellas, el canto del taedor de campanas, elltimo canto del poeta, la doncella plida, el ciclo de las baladas de Albuino y Rosamunda".7

    En cuanto a la novela, que Marx subtitulaba"Una novela de humor", no consista en otracosa que en chistes crudos y mordacidades agresivas.

    En su libro Marx, Engels y los poetas, PeterDemetz dice claramente que "El diletante pretenda demasiado. Al querer imitar todas las virtudes de Sterne, Jean Paul, Hippel y E. T. A.Hoffman en una sola obra, su esfuerzo adolecinecesariamente de falta de orden, fuerza y efecto". Marx reconoci su propio fracaso y, para rehacerse, escribi su drama Oulanem, que, segnapostrofa el mismo _Demetz, segua escrupulosa

    7 Ibidem, p. 67.

  • EL ORIGEN LITERARIO DE MAR): 25mente los convencionalismos del habitual gnerode aventuras de corte gtico".

    Lo que ms se salva de todo este desastre literario (que, por otra parte, al ser reconocidocomo tal, dej huella saludable y positiva enMarx, y lo cur de la literatura) son los Epgramas, en los que se advierte una clara influenciade las clebres X enia_s de Goethe y Schiller ( 1797).Estn dirigidos contra Hegel. Mediante el eficazrecurso del hexmetro ascendente y el pentmetro descendente, y el corte rpido entre ellos,intent representar el movimiento dialctico. Valga un breve ejemplo:Weil ich da.: Hchste entdeckt und die Tiee snnend_ (geunden,Bin ich grob, wie ein Gott, hll'mch in Dnkel,(wie er.

    Lange orschch und trieb auf dem wogenden Meer(der Gedanken,Und da and ich % Wort, halt am Geundenen

    (estEn los versos que siguen a stos se hallan al

    gunas de las primeras manifestaciones de lo que,como veremos, constituir un rasgo fundamentalde su estilo expresivo: el juego de contraposiciones, especie de dialctica literaria de opuestos.Dice, por ejemplo: "Und was er sinner, erkennt,

    9 Peter Demetz, Marx, Engels und die Dichter, Stuttgart, 1959, cap. rn.

    0 "Puesto que he descubierto lo ms alto y, medi(tando, hallado lo profundo,crudo soy como un dios, y, como l, me oculto en(la vanidad.Largo tiempo he buscado navegando en el furioso(mar del pensamiento;encontr all la Palabra, y me aferr a mi hallazgo."

  • 26 EL ORIGEN LITERARIO DE MARXund was er hlet, ersinnt,1 o bien, en un versoque recuerda cierta frase de san Juan de la Cruz:"Alles sag-'-ich euch ja, weil ich Nichts euc/1gesagt.

    Como juicio global de todo este perodo, esacertado el que emite Cornu: "No es que KarlMarx, por cierto, haya estado desprovisto de talento literario y de dones poticos. En efecto,llegara a ser un gran escritor a quien se puedecomparar a Lessing y con Nietzsche por la precisin y la fuerza del estilo, por la deslumbrantebelleza de sus metforas, por su delicado sentidode la poesa, que lo convirti ms adelante en elconsejero temido y amado a la vez de grandespoetas como Heinrich Heine y F. Freiligrath.Pero su alma estaba entonces demasiado inquietay atormentada, su imaginacin demasiado afiebrada. . . "12

    Pero tal vez el ms adecuado y exacto juicioacerca de sus orgenes literarios sea el que expres el propio Marx en carta a su padre, fechada enBerln el 10 de noviembre de 1837, y que revelauna rpida recuperacin del sndrome, ya algoanacrnico en esas fechas, del Sturm und Drangliterario: "En la disposicin de espritu en queme encontraba entonces, mi primera produccinliteraria, por lo menos la que me resultaba msagradable y la que se me ofreca inmediatamente,era la poesa lrica y, como lo exigan la situacin en que me encontraba y todo mi desarrollointelectual, esta poesa era puramente idealista._ 1 l poeta "percibe lo que piensa y piensa lo queSICDB .

    11 "Os lo he dicho ya todo, ya que nada os he dicho."_ 12 Auguste Comu, Karl Marx y Friedrich Engels, ed.

    cit., p. 67.

  • EL ORIGEN LITERARIO DE M/\Rx 27Mi cielo y mi arte constituan un ideal tan lejanocomo mi amor. Una realidad que se diluye yse disipa en el infinito, acusaciones contra lostiempos presentes, sentimientos vagos y confusos, una falta total de naturalidad, construcciones brumosas, una oposicin absoluta entre elideal y la realidad, retrica y razonamientos enlugar dc inspiracin potica y, tal vez, cierto calorde sentimientos y cierto esfuerzo orientado haciael vuelo lrico. . . No deja de ser sintomticoen la vida y el estilo intelectual de un hombreque se caracteriz por la crtica radical y totalde sus contemporneos, el haber comenzado poruna crtica tan acertada e incisiva de s mismo.

    Y, en fin, haba un segundo tipo de razonesque permitan sospechar de su vocacin literaria.Al llegar a Bonn, Marx 'se inscribi en un Clubde Jvenes Poetas: lecturas, recitales. Pero culera realmente la actividad de este club singular,dado que al poco tiempo fue allarzado por la polica poltica?

    13 Ibidem, pp. 67-68.

  • IIRASGOS FUNDAMENTALES DEL ESTILODE MARX

    Las pginas anteriores nos han servido para situar el on`gen de Marx como escritor: su iniciacin y fracaso como poeta, lo que sin embargono fue tiempo perdido, dado que la mejor escuelapara la prosa suele ser el verso, en cuanto steobliga a la profundizacin en las cualidades plsticas y rtmicas del propio idioma, la propia prosodia; su formacin esttico-lingstica clsica,que contribuy decisivarr ente a su dominio consumado de la estructura lingstica; su tempranaaficin a la idealizacin metafrica, que con eltiempo se transforrnara en la oportuna metaforizacin de las ideas; en fin, su autocrtica comoescritor, que lo llev a desembocar antes de losveinte aos, y an antes de iniciarse como cientfico social, en su definitivo mdulo literario deexpresin, en el estilo intelectual que siempre lefue propio.

    Ahora intentaremos un punto de vista completamente distinto. Tomando la obra de Marx comoun conjunto expresivo, suerte de vasta partituraterica, intentaremos aislar algunos de los rasgosbsicos que constituyen su estilo literario e intelectual.

    [28]

  • ARQUrracTN1cA DE LA CIENCIA 29II.l ARoU1'rEc1oN1cA DE LA cnzucm

    El primer rasgo estilstico, que al mismo tiempoes el ms general de todos, podemos bautizarlocomo arquitectnica de la ciencia o bien: la obracientfica como obra de arte.

    Tomamos el vocablo "arquitectnica" en el preciso sentido que le daba Kant, en las pginasfinales de su Crtica de la razn pura ("Teoratrascendental del mtodo", cap. III: "Arquitectnica de la razn pura"). Cualquiera que sea laposicin que se adopte ante la obra de Kant, nadie puede sensatamente negar al menos dos cosas: que es un monumento racionalista, y queest sembrada de preciosas observaciones metodolgicas, muchas de las cuales conservan plenavigencia en cuanto tales. Ejemplo de ambas cosas es la seccin dedicada a la Arquitectnicade la razn pura".* Dice all Kant: Por arquitectnica entiendo yo el arte de los sistemas [dieKunst der Systemel. Como la unidad sistemticaes lo que convierte al conocimiento vulgar enciencia [. _ .] la arquitectnica es, pues, la teorade lo que hay de cientfico en nuestro conocimiento en general, ypertenece necesariamente a lametodologa. [. . _] Para ser realizada, la idea tiene necesidad de un esquema, cs decir, de una diversidad y un ordenamiento de las partes que seanesenciales y determinadas a priori dc acuerdo alprincipio del fin o meta. El esquema que no escsbozado de acuerdo a una idea, es decir, deacuerdo a un fin capital de la razn, sino quepor el contrario lo es empricamente, siguiendo[ines que se presentan accidentalmente [ . _ . ] nosda una unidad tcnica; pero el esquema que re

  • 30 imscos FUNDAMENTALES DEL Es'rn.o DE Mmzx

    sulta de una idea [. _ .] funda una unidad arquitectnica [archtektonische Enhetl. Lo que llamamos ciencia no puede fundarse tcnicamente[ . . . ], sino arquitectnicamente." [ . . . 11*

    El arte de los sistemas! L0 que hay de cientfico en nuestro conocimiento, llega a ser tal gracias a una unidad sistemtica, arquitectnica, enla que todas las partes se responden entre s, yen la que ninguna es verdadera sino con respectoal todo. Es lo mismo que el estructuralismo contemporneo llama "la prioridad lgica del todosobre las partes", slo que en Kant el a priori eralgico-trascendental y no meramente lgico. Sidejamos de lado la implicacin "trascendental",nos queda un esquema metodolgico perfectamente vlido.

    La arquitectnica es al arte de los sistemas,dice Kant. En lo que coincide, y no por azar, conun gran poeta, Paul Valry, quien hablaba de laplus potique des ides: l'ide de composition,"'siguiendo sin duda a su no menos grande maestroMallarm, para quien cada verso era una partitura, una mnima orquesta en la que, para decirlocon el maestro de todos, Baudelaire, les parfums, les couleurs et les sons se rpondent: son"correspondencias" arquitectnicas.

    Coinciden, pues, el mtodo general de la ciencia y el mtodo general del arte, en esta idea:para haber ciencia, y para haber arte, ha de haberarquitectnica. El pensamiento, para ser ciencia,debe ser sistemtico; la expresin, para ser ar

    14 Kant, Krtik der renen Vemunt, en Werke, InselVerlag, Wiesbaclen, 1956, vol. II, pp. 695-6.

    -15 Paul Valry, Oeuvrcs, La Plade, Pars, 1957,\'ol. I, p. 1504.

  • ARQUITECTONICA DE LA cnaucm 31tstica, debe ser arquitectnica, regirse por el artede los sistemas.

    Y si ciencia implica arquitectnica, y arquitectnica implica arte, entonces ciencia implica arte.Hueso lgico de este razonamiento: si p implica q, y q implica r, entonces p implica r; simpley lmpida ley de transitividad. Hueso materialdel razonamiento: si una condicin estructuralde la ciencia es su carcter arquitectnico, y siigualmente es una condicin estructural del artesu carcter arquitectnico, entonces ciencia yarte tienen al menos una condicin estructuralque es la misma. Lo que en la expresin formalizada es una variable: 'r', se convierte en laexpresin no-formalizada en una constante: elcarcter arquitectnico.

    Es de extraar entonces que lo que hay dearquitectnica en un sistema cientfico sea almismo tiempo lo que hay en l de belleza?

    Para Karl Marx fue una verdadera obsesindurante toda su vida construir una Economaque tuviese aspecto y estructura arquitectnicos;y cra en l consciente el hecho de que ello deba.lograrse del mismo modo como se logra una obraartstica. Y no slo en lo referente a la formageneral del edificio cientfico, sus lneas estructurales ms amplias y generales; tambin en loconcerniente a los pequeos detalles: las molduras expresivas, el frisado de las frases, el nerviocurvo y firme de las bvedas verbales, el rccamado metafrico, las pilastras conceptuales y, enfin, los cimientos de erudicin.

    Ante la insistencia de Engels en ver publicadodc una vez el primer tomo de El capital, Marx leescriba: "[ _ _ _] no acierto a decidirme a mandar

  • 32 mscos FUNDAMENTALES DEL iasi-11.0 DE MARX

    nada para la imprenta antes de verlo todo terminado. Cualesquiera que puedan ser sus defectos,la ventaja de mis obras consiste en que formanun todo artstico, lo que slo se consigue con mimtodo de no dejar jams que vayan a la imprenta antes de que estn terminadas" (Marx aEngels, 31 de julio de 1865).

    Ntese cmo el propio Marx subraya el "todo"artstico y perfecto que deban ser sus obras antes de ir a la imprenta. Lo que hoy llamamosla obra de Marx" est dividida en dos grandesmitades: la que fue a la imprenta en vida delautor y la que se qued en estado de manuscritoinconcluso. La primera es la nica que puedeconsiderarse, si respetamos el criterio literarioy cientfico del propio Marx, como terminada";es aquella que recibi la lirna definitiva de estilo,eso que Ortega llamaba la postrer soba de piedra pmez que tersifica y pulimenta". La segundamitad debe considerarse estilsticamente imperfecta, inconclusa, trunca, siempre guindonos porel criterio de Marx. Tena razn Marx?

    Desde el punto de vista de la arquitectnica, esevidente que tena razn. Hay un abismo estilistico entre obras como la Contribucin a la crticade la economa poltica, publicada en 1859, y losGrundrisse, redactados entre 1857 y 1858. La comparacin resulta tanto ms adecuada si pensamosque la Crtica es como un resultado de las investigaciones practicadas en los Grurzdrsse. En la

    10 K. Marx y F. Engels, Hstorisch-kritsche Gesamtausgabe (MEGA), Marx-Engels-Lenin Institut, Mosc.1927-35, secc. III, vol. 3, p. 279. Ver Cartas sobre eltomo I de El capital" (trad. W. Roces), en K. Marx, Elcapital, Fondo de Cultura Econmica, 4* cd., Mxico,1966, p. 672.

  • ARQUITECTONICA DE LA c1ENc/i 33poca en que escriba stos, Marx solicit a Lassalle que le encontrara un editor para su tratadode crtica de la economa burguesa y la sociedadcapitalista (siempre el viejo y gigantesco proyecto, arrastrado penosamente desde 1844). Lassallehall al editor Franz Duncker, quien se ofrecia pagar buenos honorarios a Marx, lo que iluminla terrible miseria de ste. Pasan los meses yLassalle no recibe el manuscrito. Habindole expresado a Marx, en carta del 22 de octubre de1858, la impaciencia del editor, contesta aqulque, aparte de la miseria y las enfermedades delhgado, lo retardan "preocupaciones de estilo":las crisis hepticas, dice, dejan su huella en elestilo de la obra; por otra parte, explica, tratndose de una obra que enfoca "por primera vez yde modo cientfico una concrpcin importante delas relaciones sociales", es preciso que su formasea perfecta, que su expresin literaria vaya acorde con la nueva concepcin. Slo unos ochomeses despus aparecer publicada la Crtica. Apesar de tener a la mano su manuscrito de losGrundrisse, de magnitud cuantitativa y cualitativa impresionantes, Marx escribi una nuevaobra: la Crtica. Atrs, qued el otro manuscrito, para siempre nconcluso.

    La lectura de ambas obras es muy diferente,lo que prueba la verdad de lo que afirmaba Marxa Engels en la carta ya citada; hay notables diferencias de estilo entre una y otra. Los Gmndrisse estn repletos de frases enormemente largas, sembradas de docenas de incisos, parntesis,oscuridades, mezclas arbitrarias de idiomas yotros rasgos que hacen difcil su lectura, a despecho de un nmero igual de pasajes brillantes,

  • 34 R/iscos x=uNDAMENAu5s DEL Esr11.o DE Mxnxestilsticamente rotundos y claros. Es visible allla mano de un hombre que, acosado por la msatroz miseria (pan y papas la mayor parte deltiempo, segn cuenta Marx), se vea obligado durante el da a escribir artculos de prensa a guisade "trabajo asalariado", y que slo por la nochehallaba algn espacio para dedicarse a lo que lllamaba "su verdadero trabajo"; escriba febrilmente hasta las 4 de la madrugada, avaro de untiempo que se le acababa, y desde luego sin lapaz y el humor necesarios para pulir amorosamente lo que escriba o, mejor, lo que expulsabade su cerebro a borbotones. La Crtica es, estilsticamente, otra cosa. La miseria existencial eraigual, pero al menos escribiendo la Crtica habala promesa de unos honorarios, por lo que podadedicar a ella su tiempo de trabajo asa1ariad0"yconvertirlo en tiempo creador de valor cientificoy literario. Marx pudo as concentrar en esta obratodas sus dotes de escritor. Logr as un estilopunzante, incisivo, irnico, de frases redondas ypulidas, en consciente contrapunto con la precisin conceptual, es decir: plena unin del signoliterario y el significado cientifico. Uno puedesentarse a leer la Crtica; los Grundrisse, uno tiene que sentarse a estudiarlos. Estos son un borrador genial, pero un borrador; aqulla, en cambio, es uno de los ms perfectos modelos queexiste de literatura cientfica, de ciencia comprendida como obra de arte, de arquitectnica cientfica. La misma diferencia va, como veremosms adelante, de obras como la Crtica de la filosofa del derecho de Hegel a los Manuscritos del44, o bien del tomo I de El capital a las Teoriasde la plusvala.

  • ARQUITEQTNICA DE LA c1ENcIA 35Todo esto hace que no podamos considerar

    la obra de Marx como arquitectnicamente perfecta, en el sentido en que consideramos as, porejemplo, la Divina comedia. Sin embargo, siabandonamos el punto de vista de la perspectivatotal, y nos concretamos a perspectivas parciales,entonces podemos hablar de una gran mitad dela obra de Marx que es arquitectnicamente modlica y estilsticamente acabada. Esa parte esla que forman las obras que pudo publicar durante su vida. En todo caso, el plan de Marx fuesiempre arquitectnico. En su edicin de lasobras de Marx," Maximilien Rubel ha reconstruido magistralmente la arquitectura de esaEconoma que siempre proyect Marx, a partirde 1844, poca de los primeros borradores. Lavastedad del proyecto hizo oue Marx lo abandonara peridicamente (sobre todo en los aos demiseria de 1851-56), aunque siempre, en cartas,prometa realizarlo. Marx aspiraba a realizar unaobra cientfica en la que se estudiasen todos losaspectos de su concepcin de la historia, esosque explica esquemticamente en el clebre Prlogo a la Crtica de 1859: tanto los aspectos estructurales del edificio social (Struktur) como elaspecto mismo del edificio (Uberba.u).1" Todosestos planes pens finalmente concentrarlos enEl capital, que deba comprender al menos seislibros, de los cuales slo "termin". . . uno!

    Todos los bigrafos que acostumbran hablardel "destino" 0 de la "predestinacin" de sus

    1" Karl Marx, Oeuvres: Economia, ed. tablie parMaximilien Rubal, La Pliade, Pars, 1965 (vol. I) y 1968(vol. II); cf. vol. II, pp. Lxxxv ss.

    19 Cf. Karl Marx, Zur Kritik der politschen Oekonome, en Marx-Engels Werke, ed. cit., vol. XIII, p. 8.

  • 36 RASGOS FUNDAMENTALES DEL ESTILO DE MARX

    personajes deberan saber que, en el caso de Marx,no existi "predestinacin" alguna. De haberlahabido, sin duda habria cuidado bien de queMarx no sufriera tanta y tan aguda miseria, tanta crisis heptica, tantos fornculos, tanto periodismo, tantos acreedores que lo obligaban aesconderse como animal perseguido en casa deEngels, y habra permitido as que concluyera yacabase muchas ms obras de las que pudo terminar, y realizase muchas ms partes de la vastaestructura arquitectnica que siempre aspir alevantar.

    II.2. EXPRESION mz LA DLAuc'rIcA: DI/u.ic'r1cADE LA Expansin

    El carcter que hemos llamado arquitectnicodel estilo intelectual de Marx es, por decirlo as,un rasgo estructural, que pertenece a su obratomada como un conjunto y mirada en perspectiva. Invirtamos ahora el punto de vista y miremos de cerca la carnadura verbal que llena yalienta, como masa viva de clulas, a toda aquellaosamenta estructural.

    Aparece as un nuevo rasgo, tal vez el fundamental del estilo de Marx. Enunciado a la manera de ste, el rasgo puede perfilarse como ladialctica de la expresin o, lo que para el casoes lo mismo, la expresin de la dialctica.

    Marx es un dialctico materialista no slo porhaber aislado, como l deca, el "ncleo racional"1 de la dialctica hegeliana y haberlo apli

    1 Cf. Das Kapital, ed. cit., I, p. 27.

  • EXPRESIN DE LA DmucT1cA 37cado al estudio de la historia bajo el criterio delas relaciones materia-les de produccin; lo estambin por haber materializado la dialctica enun estilo literario que es la ms perfecta expresin del movimiento lgico-histrico en que consiste la dialctica. Nadie, que sepamos, ha notado algo que, sin embargo, est a la vista, asaber: que Marx conscientemente busc expresar,mediante ciertas particularidades suyas de estiloliterario y mediante un especfico movimientoverbal, el movimiento mismo real a que se refieren sus escritos. Hablando en trminos semntico-sintcticos, las relaciones formales y lgicasen que Marx hace entrar los signos verbales,constituyen una gesticulacin plstica destinadaa reflejar las relaciones materiales e histricasde los significados.

    El "ncleo racional" de la dialctica reside enla frmula, de estirpe heraclitiana, de la coincidentia oppositorum, el choque de los opuestosque produce un resultado sinttico. Pero no puede entenderse en absoluto la dialctica de Marxsi nos quedamos en esa formulacin. En lgicapura, la negacin de la negacin no constituyesino una simple y llana afirmacin. Si decimos:'no-no (p)', lo que en realidad estamos diciendoes simplemente 'p'; es como, en matemtica, escribir: [(2-2) + 2] = 2. En Marx, ese "ncleoracional" no es ms que una pauta general paraexpresar tericamente un movimiento real e histrico. Como pauta general, puede funcionar,pero slo a condicin de que no pretendamosutilizarla con absoluta precisin lgica; no hay,ni creemos que la pueda haber, una formulacinlgica del movimiento dialctico real que sea

  • 38 lmscos 1=UNDAMENTALt=s DEL Es'r1Lo DE MARX

    "materialmente adecuada y formalmente correcta". (Tarski.)

    As, por ejemplo, aunque resulte materialmenteadecuado (desde el punto de vista de la teoriaclsica de la verdad como adaequatio o correspondencia) decir, como dice Marx, que del choquede opuestos histricos antagnicos (poseedoresy desposedos, propietarios y expropiados) puedeproducirse una sntesis histrica, real, cuyo modelo futuro es la sociedad comunista en su fasesuperior, sin embargo, si quisiramos expresartal idea desde un punto de vista estrictamentelgico y formalmente correcto, no podramos decir que del choque de contradictorios "se produce" una sntesis ; tendramos que hablar al menosde una relacin de conjuncin entre contradictorios (o sea: 'p y no-p'); pero de all no resultaninguna sntesis "dialctica", pues la contradiccin lgica no "produce" nada 0, como lo ha recordado Popper, produce cualquier cosa:

    (pyno-P)->(?)El valor de la relacin de implicacin (representoda por '-') ser siempre tautolgico, siempreverdadero, cualquiera que sea el valor de la variable que pongamos en lugar del signo de interrogacin. En lgica, la contradiccin no funciona "dialcticamente". Pero esto no quiere decir(como quiere Popper erradamente) que no existan histricamente opuestos reales que puedenproducir una sntesis. Puede concederse que noes propio hablar, stricto sensu, de "contradicciones" sociales; pero s es propio hablar de "antagonismo (Marx dice unas veces Widerspruch y

  • Expansin ms LA D1Auc'r1cA 39otras, Gegensatz). Lo cual no hace sino probarque, en el plan de Marx, no figuraba ( lo pruebaaplastantemente su Miseria de la filosofa) laaplicacin rgida de esquemas lgicos hegelianosa la historia, pues ello equivaldra a suponer enMarx precisamente la ideologa proudhoniana segn la cual la historia se rige por la Idea 0 lasideas, los "principios", y no al revs. Lo que haceMarx es sealar las leyes que concretamente presiden la sntesis y superacin futura de los antagonismos sociales. Como lo ha visto Mandel,*la sociedad actual ofrece ya varias precondiciones concretas que anuncian esa sntesis.

    Miseria de la filosofa es una obra en parte dedicada concretamente a destruir las ilusionesproudhonianas de aplicar directamente las categoras lgicas hegelianas a la economa poltica;de tal aplicacin, explicaba Marx, no poda resultar sino un engendro: la metafsica de la economa poltica, que ideolgicamente no escondaotra cosa que la idealizacin y etemizacin de lascondiciones materiales capitalistas, o sea: la apologia metafsica del sistema. Marx, que escribiesa obra en francs para que le pudiera entenderProudhon, dice: "Ainsi, qu'est-ce donc que cettemthode absolue? L'abstraction du mouvement.Qu'est-ce que l'abstraction du mouvement? Lemouvement l'tat abstrait. Qu'est-ce que lemouvement l'tat abstrait? La formule purement logique du mouvement ou le mouvementde la rason pure. En quoi consiste le mouvement de la rason pure? A se poser, s'opposer, se composer, se formuler comme thse. anti

    2 Emest Mandel, Tratado de economa marxista,ERA, Mxico, 1969, vol. II, cap. XVII.

  • 40 R/lscos FUNDAMENTALES DEL ESTILO DE MARX

    these, synthse, ou bien encore s'affirmer, senier, nier sa ngation. Comment fait-elle, larason, pour s'afEirmer, pour se poser en catgoriedetermine? C'est l'affaire de la raison elle-mmeet de ses apologistes".` As, el movimiento dialctico, en su formulacin estrictamente lgica,no es otra cosa que una abstraccin, un movimiento abstracto sin correspondencia alguna conla realidad. La peculiar filosofa de la historiaque pretende pensar una realidad en correspondencia perfecta con los esquemas lgicos, se convierte, dice irnicamente Marx, en simple y llanahistoria de la filosofa, historia ideolgica, y escamotea precisamente todo cuanto puede interesar a la economa poltica. De ah el ataque aProudhony a su obra Systme des contradictions,vano intento de aplicar las categoras lgicas hegelianas (que por lo dems no entenda bien, porlo que Marx juzg conveniente explicrselas), directamente a la historia. Cometia Proudhon elmismo error garrafal que hoy cometen los comisarios-filsofos del marxismo, que hacen guardiapretoriana en torno a las "tres leyes de la dialctica" y convierten a Marx en el ms desaforadoidealista hegeliano; sin duda, no han ledo bienlos nada ambiguos pasajes de Miseria de la osofa. La dialctica no era, para Marx, un mtodolgico propiamente; era un mtodo histrico.Para que un mtodo lgico sea formalmente correcto, su primera condicin es su vaciedad ; pero aMarx le interesaba precisamente el lleno de la historia, su concrecin mltiple. "Admettons avec M.

    f Karl Marx, Misre de la philosophie (Rponse la"Philosophze de la msre" de M. Proud!-ion), en K. Marx:Oeuvrcs, ed. cit., vol. I, p. 77.

  • EXPRESIN DE LA rIA1.c'r1cA 41Proudhon que l'histoire relle,1'histoire selon l'ordre des temps, est la succession histoque danslaquelle les ides, les categories, les prncipes sesont manifests. Chaque principe a eu son siclepour s'y manifester: le principe d'autorit, parexemple, a eu le XI* sicle, de mme que le principe d'individualisme le xvIII sicle. De consquence en consquence, c'tait le sicle qui appartenait au principe, et non le principe qui appartenait au sicle. En d'autres termes, c'tait leprincipe qui faisait l'histoire, ce n'tait pas l'histoire qui faisait le principe."

    Este fragmento es tan explcito que vale lapena citarlo ms en extenso, no slo porque cornprueba nuestras afirmaciones, sino porque sirvede perfecta ilustracin del rasgo estilstico queintentaremos definir. Contina Marx: Lorsque,ensuite, pour sauver les prncipes autant que l'histoire, on se demande pourquoi tel principe s'estmanifest dans le x1 ou dans le xv1I1 sicle pluttque dans tel autre, on est ncessairement forcd'examiner minutieusement quels taient les hommes du XI' sicle, quels taient ceux du xvIII*,quels taient leurs besoins respectifs, leurs forcesproductrices, leur mode de production, les matires premires de leur production, enfin quelstaient les rapports d'homme homme qui rsultaient de toutes ces conditions d'existence. Approfondir toutes ces questions, n'est-ce pas faire l'histoire rclle, profane des hommes dans chaquesicle, rpresentcr ces hommes la fois commeles auteurs et les acteurs de leur propre drame?Mais du moment que vous rpresentez les hommes comme les acteurs et les auteurs de leurpropre histoire, vous tes, par un dtour, arriv

  • 42 RASGOS FUNDAMENTALES DEL ESTIID DE MARK

    au vn`table point de dpart, puisque vous avezabandonn les principes temels dont vous parliezd'abord".

    Era necesaria esta digresin sobre la dialcticapara evitar precisamente que se me atribuya deentrada un intento proudhoniano de mistificar literariamente la dialctica. Cuando digo que elestilo de Marx es expresin viva de su dialctica,no pretendo decir algo muy profundo, ni sugerir la existencia rgida y misteriosa de esquemaslgicos implcitos en las frases de Marx, ni afirmar la presencia en stas de algn mitolgicoespritu hegeliano. Tan slo me refiero a un simple rasgo estilstico que era, a todas luces, plenamente consciente en Marx. El nombre mismode "dialctico" que le doy al estilo de Marx, noes un nombre estrictamente lgico. Pero ello noimplica que no haya razones objetivas para llamarlo as.

    El secreto literario de la "redondez" y la contundencia de numerosas fmses de Marx es elmismo secreto de su concepcin dialctica dela historia como una lucha de clases o luchade opuestos: en sus frases es muy frecuente hallar una estructura sintctica en la que aparecenntidamente dibujados dos opuestos en correlacin antagnica, que suelen terminar fundidos enuna frase sinttica. Lo acabamos de ver en algunas frases del texto citado; por ejemplo: "[ . . .]c'tait le sicle qui appartenait au principe, etnon le principe qui appartenait au sicle. End'autres termes, c'tait le principe qui faisaitl'histoire, ce n'tait pas l'histoire qui faisait leprincipe.

    92 Karl Marx, Misre de la philosophie, ed. cit., p. 93.

  • EXPRESION DE LA nmucrica 43El secreto literario que gobierna estas cons

    trucciones, frecuentes en grandes prosistas y sobre todo en grandes poetas (Petrarca y Garcilaso,por ejemplo), consiste en formular pn'mero unafrase, y hacerla seguir de una segunda en la quese dice lo inverso pero utilizando los mismosvocablos en relacin sintctica invertida ; y a menudo, rematando con una tercera frase donde,tambin con los mismos vocablos pero aadiendoalgunos otros, se realiza una sntesis de las correlaciones antagnicas antes establecidas. Cuando hablamos de "correlaciones" pensamos en lateora literaria de las correlaciones, ideada porel fllogo espaol Dmaso Alonso y por discpulos suyos como Carlos Bousoo, segn la cual,en muchos poemas clsicos y modernos, existe unesquema de correlaciones metafricas que consiste en nombrar primero una serie de objetos,nombrar luego una serie de correspondientes metafricos de aquellos mismos objetos y, finalmente, reunirlos todos -los objetos y sus correspondencias- en una frase final de carcter sinttico.Lo propio ocurre a menudo con las frases deMarx, que por ello dan a menudo la impresinde redondez estilstica ; slo que en Marx se concreta este rasgo como un juego de opuestosconceptuales reflejado en un juego de opuestos verbales y sintcticos, por lo que no es desatinado bautizar tal rasgo como genuinamentedialctico.

    Obsrvese, por ejemplo, el siguiente fragmentode los Manuscritos del 44:

    9-3 Vase Dmaso Alonso y Carlos Bousoo, Seis calasen la expresin literaria espaola, Gredos, Madrid, 1951,especialmente los capitulos II, III y IV.

  • 44 RASGOS FUNDAMENTAL DEL ESTILO DE MARKWie wrde der Arbeiter dem Produkt seiner Ttigkeit fremd gegenbertreten knnen, wenn er imAkt der Produktion selbst sich nicht selbst entfremdete: Das Produkt ist ja nur das Resmee derTtigkeit, der Produktion. Wenn also das Produktder Arbeit die Entusserung ist, so muss die Produktion selbst die ttige Entusserung, die Entusserung der Ttigkeit, die Ttigkeit der Entusserungsein. In der Entfremdung des Gegenstandes derArbeit resmiert sich nur die Entfremdung, die Entusserung in der Ttigkeit der Arbeit selbst.[Cmo podria el trabajador enfrentarse como unextrao al producto de su actividad, si en el actomismo de la produccin no se alienase de s mismo?El producto no es otra cosa que el resumen de laactividad, de la produccin. Si, por tanto, el producto del trabajo es la enajenacin, la produccinmisma es la enajenacin activa, la enajenacin dela actividad, la actividad de la enajenacin. En laalienacin del objeto-produ-to del trabajo no hacesino resumirse la alienacin, la enajenacin de laactividad del trabajo m.ismo.]4

    Hemos procurado conservar en la traduccinlos rasgos del estilo propio de Marx, as comosus elaborados y precisos juegos de palabras que,por supuesto, son mucho ms que simples juegos.[Aunque creemos que se hace preciso unificar elvocabulario y denominar alienacin (como hacen los marxistas franceses) a la realidad designada por Man: mediante tres vocablos que sealteman en sus escritos de juventud (en los demadurez aparece casi siempre "Entfremdung"),en el presente caso, para conservar el juego verbal de Marx, hemos tenido que traducir Ent

    _24 Karl Marx, Oekonomisch-philosophische Manusknpte aus dem Jahre 1844, en Marx-Engels Werke, ed.citl:1'Erg'zinzungsband: Schriften bis 1844, erster Teil",p. _

  • Exmuzsxn De LA DIALCHCA 45fremdung" por alienacin y "Entusserung"por "enajenacin", sin que ello signifique establecer diferencias sutiles entre los trminos castellanos.]

    Se observa en el fragmento el rasgo que antestratamos de explicar tericamente. Sin embargo, los opuestos no son aqu conceptuales, sinomeramente verbales. Para decir una misma cosa,vase cmo Marx exprime todas las posibilidadessintcticas: el producto del trabajo es la enajenacin, la produccin misma es la enajenacinactiva, la enajenacin de la actividad, la actividad de la enajenacin". He aqu cmo se realizaun virtuoso trnsito lingstico entre la primera"determinacin" de la alienacin laboral (alienacin del producto) y la segunda (alienacin dela actividad productiva). El trnsito conceptuales reflejado mediante una cabriola formal de granefectividad expresiva. Se observa, por otra parte,el esquema antes aludido de las correlacionesque terminan fundindose. Los trminos claves:"producto", "alienacin-enajenacin" y "produccin-actividad productiva", comienzan por serplanteados interrogativamente, luego en formade afirmacin y, finalmente, se resumen en lafrasc final, en la que el trnsito conceptual yformal est ya consumado.

    El pasaje que sigue al anteriormente citado esigualmente significativo, por cuanto en l se perfilan con toda nitidez y hasta linearidad losopuestos en juego. Tratemos de disponer grficamente tales opuestos, para comodidad dellector:

  • 4- RASGOS FUNDAMENTALES DEL ESTIID DE MARXWorin besteht nun die

    En qu consiste, pues,Entusserung der Arbeit?la enajenacin del trabajo?

    Erstens, dass die Arbeitdem Arbeiter usserlichistPrimero, que el trabajole es extemo al trabajador,

    d.h. nicht zu seinemWesen gehrt

    O SBB, qu@ HO PCICHECC8 SU SCI',

    dass er sich daher inseiner Arbeit nichtbejaht,que por tanto no seafirma en su trabajo,

    sondern vernent

    sino se niega,

    nicht wohl,

    no se siente feliz,sondern unglcklichhltsino desgraciado

    kene reie physischeund geistige Energieentwickelt,no desarrolla libreenerga espiritualy fsica,

    sondern seine Physsabkasteit und seinenGeist ruiniertfsino que mortifica sucuerpo y arruina suespritu.

    Der Arbeiter hlt sichda.her erst ausser derArbeit bei sichEl trabajador est ens, slo cuando estfuera del trabajo

    und in der Arbeit aussersich.

    y en el trabajo sesiente fuera de s.

    Zu Hause ist er, wenner nicht arbeitet,Est en lo suyo, cuando no trabaja,

    und wenn er arbeitet,ist er nicht zu Hause.y cuando trabaja, noest en lo suyo.

    Sene Arbeit ist dahernicht reiwillig,Su trabajo no esvoluntario,

    sondern gezwungen,Zwangsarbeitsino trabajo forza-do.

  • EXPRESION DE LA r1Aucr1cA 47Sie ist daher nicht dieBeriedigung einesBedrnisses,No es la satisfaccinde una necesidad,

    sondern sie ist nur einMittel, um Bedrnisseausser ihr zu berieden.sino slo un medio parasatisfacer fuera de llas necesidades.

    [...] Wie in derReligion dieSelbsttigket dermenschlichenPhantasie, des menschIichen Hirnsund des menschlichenHerzensunabhngig vom ,Indivduum, d.h.als eine remde,gttliche oderteulische Ttigket,auf es wirkt,[. . . ] As como en la religin la actividad propia de la fantasia humana, de la mente y elcorazn humanos actan sobre el individuoindependientemente del, es decir, como unaactividad extraa, divi~na o diablica,

    so ist die Ttigkeitdes Arbeiters nichtseine Selbstttigkeit.Sie gehrt zueinem anderen, sie istder Verlustseiner selbst.

    del mismo modo,la actividad del trabajadorno es su actividadpropia.Pertenece a otro,es la prdidade si misma.

    La cita podria prolongarse, ya que esta zonade los Manuscritos del 44 est sembrada de contraposiciones semejantes, todas encaminadas aprecisar los efectos morales, psicolgicos y hastafisiolgicos de la alienacin del trabajo. Si laalienacin es, en su ltima raz, una suerte de se

    25 Ihidem, p. 514.

  • 48 RAsG
  • EXPRESIN DE LA 1:1Auc'r1cA 49(c) la segunda, en cambio, se siente destruida y ne

    gada en la alienacin, ve en ella su im-potenciay la realidad de una existencia inhumana.

    La divisin en tres partes la practicamos paradestacar la absoluta precisin estilstica y el juego de correspondencias. En (a) se introduce eltema; en (b) se encuentra el "sentirse bien",el "afirmarse", el "propio poder", la "apariencia"y la "existencia humana"; en (c), por el contrario, se hallan -en perfecta correspondencia negativa con (b)- el "sentirse destruido", el"negarse", la "im-potencia", la realidad y la"existencia inhumana". Ahora bien, este juegode opuestos no permanece inalterable, sino quese funde, se sintetiza en la afirmacin de que ambos aspectos antagnicos forman parte, en definitiva, de la misma autoalienacin humana. Forman un todo, una estructura social basada en elantagonismo de las clases: es como una esferaque contuviese en si dos polos opuestos. El propietario privado, dice Marx en el mismo lugar,representa la accin para el mantenimiento deesa anttesis, en tanto el proletario representala accin para la destruccin de la anttesis; unafuer-La conservadora frente a una fuerza subversiva. (Podramos aadir, siguiendo a Mannheim:una ideologia realizada frente a una utopa realizable.) Tal es el movimiento histrico real, llenode contradicciones cuyo desarrollo constituir lasolucin dialctica de aquellas mismas contradicciones. Marx explica esta teoria en trminossencillos en El capital, cuando escribe: "Vea

    2" Karl Marx y Friedrich Engels, Die helige Familieund andere philosophische Friihschriten, Dietz Verlag,Berln, l953, p. 100.*

  • 50 R/isoos FUNDAMENTALES DEL Es1'ILx DE M/mx

    mos que el proceso de cambio de las mercancasencierra aspectos que se contradicen y excluyenentre s. El desarrollo de la mercanca no suprime cstas contradicciones; lo que hace es crearla forma en que pueden desenvolverse. No existeotro procedimiento para resolver las verdaderascontradicciones. As, por ejemplo, el que un cuerpo se vea constantemente atrado por otro yconstantemente repeldo por l, constituye unacontradiccin. Pues bien, la elipse es una de lasformas de movimiento en que esta contradiccinse realiza a la par que se resuelve".*`

    Toda la obra de Marx est llena de frases comolas arriba analizadas. Es la expresin literaria,cuidada al mximo artsticamente, de un pensamiento que vea en la sociedad capitalista unvivero de contradicciones objetivas: Capital vs.Trabajo, Apropiacin vs. Alienacin, Burguesiavs. Proletariado, Ideologa vs. Conciencia de Clase, Necesidades del mercado vs. Necesidades humanas, Valor de cambio vs. Valor de uso, Relaciones de produccin vs. Relaciones de destruccin,Estructura social vs. Apariencia social, Divisindel trabajo vs. Divisin del trabajador, Socializacin de la produccin vs. Modo privado de apreciacin, etc.

    La existencia objetiva y el descubrimiento deestas contradicciones (que no representan, comoinsinan gentes como Popper,2 las fuerzas delmal" frente a las fuerzas del bien", 0 una "teoraconspiracional" sino simplemente: la historia hu

    29 Karl Marx, Das Kapitaf, ed. cit., I, pp. 118-119; traduccin de Roces en El capital, ed. cit., I, pp. 64-65.*

    2 CF. Karl Popper, El desarrollo del conocimientocientifico, Paids, Buenos Aires, 1967, p. 393.

  • ExPR1=.s1N DE LA DIAucTIcA 51mana, los 7000 aos de explotacin) constituyen la verdadera razn de que el pensamientode Marx fuese dialctico. La dialctica en Marxno es una super-Razn hegeliana implicada enla historia; es nada ms, y nada menos, queun mtodo racional para enfocar la historia desde el punto de vista de la lucha de clases y lasrelaciones de produccin. Como vimos antes enun texto, no se trata de explicar la historia porlos principios o las ideas, sino de explicar losprincipios o las ideas por la historia. Marx noconfunda lo real y lo racional; no era ese panlog-ista en que lo han convertido quienes pretendenhacer de la dialctica marxista un mtodo de explicacin de toda la materia y el universo. La dialctica no es sino el mtodo marxista para elestudio de la historia.

    Su estilo fue fiel a su pensamiento. Tal vezcon los ejemplos citados y analizados hayamospodido dar una idea de este rasgo estilstico fundamental de Marx. Las citas podran multiplicarse, pero ello es innecesario en este ensayo,que no pretende sino sugerir campos de estudioen este aspecto casi virgen de la obra de Marx.

    Lo cierto es que el principal rasgo del estiloliterario de Marx es su elaborada, consciente correspondencia con los contenidos conceptuales.La ms perfecta expresin de semejante correspondencia la hemos ido a buscar en ciertos pasajes modlicos en los que es claro el juego dialctico de opuestos y se dibuja ntidamente lacorrespondencia signo-significado. Sin embargo,esta correspondencia se expresa en la obra deMarx de mil formas distintas, aunque aqulla seala ms notoria y constante. Marx sabe adaptar

  • 52 RASGOS FUNDAMENTALES DEL ESTILO DE MARX

    su estilo con infinita plasticidad a sus objetosde estudio, y conserva, a lo largo de su obra, unacuriosa uniformidad de vocabulario para el tratamiento de ciertos temas. Dice Althusser queen El capital es dable registrar la presencia deuna prctica terica que, analimda, constituirael secreto de la dialctica y la epistemologa marxistas. Una de las condiciones para desentraaresa prctica terica es, sin duda, el anlisis dela forma literaria de Marx, que refleja con increble precisin los movimientos reales, histricos, designados por los vocablos que emplea. Nose trata, en definitiva, de un estilo que se contente con "designar" fenmenos; se trata de unestilo que, adems, los representa, los acta, comosi las palabras se convirtiesen de pronto en actores sobre un tablado. El lenguaje de Marx es,en este sentido, el teatro de su dialctica.

    En el Cratilo, escriba Platn: "[ . . _] desde elpunto de vista de lo posible, el ms bello lenguaje sera aquel que emplease palabras que fuesen, todas o en su mayora, semejantes a losobjetos, es decir, apropiadas; y el ms feo, encaso contrario".

    II.3. ms GRANDES METFORAS DE M/mx

    A lo largo de la obra de Marx se nota la aparicin peridica, constante, de algunas grandes metforas, suerte de metforas-matrices que abarcana todas las otras figuras literarias y les sirvende totalidad. Son las metforas con que ilustra

    3 Platn, Cratlo, 435 c 6-d l.

  • ms GRANDES MErAFoms DE Mmut 53su concepcin de la historia, y al mismo tiempolas que le sirven a menudo para formular susimplacables crticas contra idelogos y economistas burgueses.

    Se necesitara un volumen completo para estudiar al detalle las principales de estas vastasmetforas. Porque ellas no cumplen un papelpuramente literario u ornamental; aparte de suvalor esttico, alcanzan en Marx un valor cognoscitivo, como apoyatura expresiva de la ciencia. Se equivocan quienes creen que las metforas no son una fuente de conocimiento; podrnno representar un conocimiento exacto, pero tienen valor cognoscitivo. La base de toda metforaes un razonamiento analgico, y ya desde lostiempos de Aristteles sabemos que conocemosmuchas cosas por analoga, trmino que l defina como "igualdad de relaciones".i Establecerla igualdad de relaciones que hay entre dos conjuntos de fenmenos (por ejemplo: entre lospulmones y el aire, por una parte, y las branquiasy el agua, por la otra) es dar un paso fundamental en el estudio de esos fenmenos. Adems deestas razones, hay las que podran esgrimir lospoetas: toda metfora apropiada aumenta la potencia expresiva del lenguaje, y toda ciencia necesita de un lenguaje potente de expresin; luego:toda metfora apropiada es una excelente compaera de la ciencia, tanto como lo son los ejemplos apropiados. De metforas y ejemplos decaNietzsche que a veces lo son todo para expresarun pensamiento.

    De las grandes metforas de Marx examinaf Aristteles, Erica ncomaquea, 1131 A 31: 'H y

    vmloyrx om crt lywv.

  • 54 1:/xscos 1=UNDAMiaN'rAi.Es DEL ESTILO DE MARX

    remos aqu tan slo tres: 1) la metfora de lasuperestructura; 2) la metfora del "reflejo",y 3) la metfora de la religin. An podramossealar otras no menos importantes. Qu es,por ejemplo, el clebre fetichismo mercantil"sino una gigantesca metfora, engastada comodiamante sobre la armazn de una teoria cientfica, con la finalidad de hacer a sta ms comprensible y expresiva? La teora segn la cual enla sociedad capitalista las relaciones sociales fundamentales --que son relaciones humanas de produccin- aparecen como relaciones entre cosas(y el capital mismo, que no es sino una relacinsocial, aparece como una cosa, una cosa tan decididamente misteriosa que hasta es capaz de"generar" ms capital, como ocurre con el capital usurario y bancario rn general) halla superfecta analoga en el fenmeno primitivo delfetichismo, cuyo rasgo esencial implica la personificacin de una cosa -el fetiche- en la quese delega el poder de disponer de la vida o de lamuerte; y por tanto, implica tambin la cosificacin de la persona que se prostema ante el fetiche, temeosa y deudora de la propia vida. Elobrero no vale para el capitalista como persona;vale como mercanca. A su vez la mercanca producida por el obrero se convierte para ste enun autntico fetiche al cual debe su vida, es decir,su medio de vida (You take my life / when youdo take the means whereby I live, dice Shakespeare en cita que gustaba hacer Marx). Es loque Marx llamaba la alienacin del producto", odominio de ste sobre el productor. Y, en general, la vida econmica se convierte en el imperio

    32 Por ejemplo, en Das Kapital, ed. cit., I, p. 511.

  • LAs GRANDES MEIFORAS DE zvumx 55de las cosas. El dinero es una relacin social,pero aparece como una cosa que domina todaslas relaciones sociales. El tiempo se vuelve oro,es decir, moneda o "equivalente general" (efectivamente, es el tiempo de trabajo el creador dela riqueza monetaria!). A su vez, las cosas sevuelven personas: "En cuanto empieza a comportarse como mercanca -escribe Marx al comienzo de El capital- la mesa se convierte en unobjeto fsicamente metafsico. No slo se incorpora sobre sus patas encima del suelo, sino quese pone de cabeza frente a todas las dems mercancas, y de su cabeza de madera empiezan asalir antojos mucho ms peregrinos y extraosque si de pronto la mesa rompicse a bailar porsu propio impulso".`*

    En su fascinante obra La rama dorada* cuentaFrazer que en la isla de Timor (Indias Orientales) existen dos tipos de jefes; el primero deellos, el raja-civil", una especie de jefe civil",que se ocupa de conducir los asuntos polticos;y el segundo, un jefe-fetiche, 0 "raja-fetiche", quese ocupa --por azar?- de todo lo relativo a laeconoma y los medios de subsistencia de las comunidades. En apariencia y formalmente, el pn`mero de los jefes es el ms importante; pero enrealidad y materialmente hablando, es el jefefetiche quien decide los asuntos verdaderamenteimportantes y vitales, los asuntos bsicos, losasuntos econmicos. Su poder principal es la facultad de "dcc1arar tab cualquier cosa". Lo que

    33 Karl Manr, Das Kapital, ed. cit., I, p. 85; ver traduccin de Roces en El capital, ed. cit., I, p. 37.*

    -14 James George Frazer, La rama dorada: magia yreligin, Fondo de Cultura Econmica, 41* ed., Mxico,1961, p. 217.

  • 56 Rxscos FUNDAMENTALES DEL ESTILO DE M/mx

    en estos pueblos primitivos es una realidad sansphrase es lo que metafricamente designa Marxcomo fetichismo en las modernas naciones capitalistas. En stas hay un Estado que dirige lapoltica, y se supone que sus funciones son lasms importantes; pero las funciones realmenteimportantes y vitales, las funciones bsicas 0 econmicas, se rigen por un jefe-fetiche: el capital,adornado con todas sus plumas y matices de "valor de uso", "valor de cambio", "salario", "fuerzade trabajo", "sistema monetario", etc. El verdadero nombre de las compaas llamadas annimas es el capital que poseen, y es un nombreque no pueden ocultar tras anonimato alguno,porque es su nombre autntico. Las relacionesentre el capitalista X y el capitalista W no sonrelaciones entre personas, sino entre capitales.Tanta personalidad adquiere este supremo fetiche moderno, que sin necesidad de la presenciadirecta de sus dueos, puesto en un banco, fructifica y se acrecienta en intereses. De igual modo,las relaciones de produccin" no aparecen comorelaciones que mantienen un capitalista y unobrero, sino como las relaciones existentes entreun capital y una fuerza de trabajo convertida enmercancia; por eso deca Marx que "el capitalemplea al trabajo". A su vez, el trabajo ha producido el capital, pero lo ha producido como elprimitivo produce manufactureramente su fetiche, esto es, como un objeto que en adelante,despus de creado y producido, se convertir endueo y seor del creador o productor. No estamos en un estadio primitivo, por lo cual no puedehablarse de real fetichismo; sin embargo, no haymetfora ms apropiada que la del fetichismo

  • ms GRANDES MET/$1=o11As DE MARX 57para ilustrar el_ verdadero carcter de las relaciones sociales existentes en los tiempos de Marxy, con abundantes creces, en los nuestros.

    Pero vayamos a las tres grandes metforas quehabiamos prometido analizar. Y vayamos contiento, porque ser muy difcil, por no decir imposible, separarlas, en cuanto rasgos estilsticos,de toda una armazn conceptual.

    II.3.l. La superestructura" como metfora

    Este tema ofrece, de entrada, una tremenda dificultad. Presentar como metfora -o ms propiamente, como analoga que fundamenta una granmetfora- un trmino que para la inmensa mayora de marxistas, marxlogos y marxianos estoda una explicacin cientfica cumplida, es cosaque suena fcilmente a hereja o a sutileza burguesa destinada a minar el edificio terico deMarx. Por otra parte, entrar en polmica minuciosa con un cierto nmero, por ms reducido yselecto que ste fuese, de los autores que venen la Superestructura" una explicacin cientficay no una metfora, nos llevara tan lejos que tendramos que desvirtuar por completo el estrictocarcter de este ensayo sobre el estilo de Marx,para convertirlo en un ensayo sobre teora marxista. Sin embargo, no quedar ms remedioque hacer alguna incursin en este sentido, entreotras razones porque en Marx, como en cualquierotro autor de teoras cientficas, es por completoimposible separar quirrgicamente los signos delos significados; 0, como se deca antes con ter

  • 58 imsoos 1=UNn/MENrAi.Es DEL Esrito De Mmx

    minologa estetizante, separar la "forma" del"contenido".

    Hay un verdadero estilo literario alli donde lossignos son la expresin ms exacta posible, plstica y musicalmente, prosdicamente, de los significados; o sea, all donde no hay discordanciao desmesura entre los signos empleados y lossignificados que se ha querido expresar. Comodeca Antonio Machado, si uno quiere decir loque pasa en la calle, hay que decir "Lo que pasaen la calle" o algo semejante, por ejemplo, "Loque ocurre en la calle todos los das"; pero enmodo alguno hay que decir: Los eventos consuetudinarios que acontecen en la ra". En esteltimo caso hay discordancia o desmesura, ausencia de concordia entre signos y significado.No hay estilo, no hay incirin exacta del bisturverbal en el torso del concepto. Si un escritorcomo Marx tiene estilo, y estilo brillante, es porque en su prosa signos y significados marchanconcordes, en equilibrio de fuerzas, y pueden juntos realizar toda suerte de cabriolas, al modode atletas ideales cuyo peso, fuema y movimientos van calculados con exactitud, desplazndoseen hazaas areas que, pese a su osada, no contravienen ninguna de las leyes de los cuerpos,sino que juegan con ellas.

    Lo que en castellano cultista suele llamarse"superestructura" -a veces transformado en "supraestructura" o, quiu ms sensatamente, en"sobrestructura"- Marx lo designaba de dosmodos: unas veces, empleando la etimologa latina, dice Superstruktur; otras, hablando en alemn, dice Uberbau, que viene a ser literalmentela parte superior (ber) de un edificio, cons

  • ms cn/mpizs MBr1=oR.-ts DE MAR): 59truccin o estructura (Bau); aunque, desde elpunto de vista arquitectnico no es propio llamarUberbau 0 superestructura a la parte superiorde un edificio, ya que ste es, todo l, una solaestructura; Uberbau designa en realidad los andamios o tableros que se van superponendo a unedificio, a medida que se va construyendo, peroque lgicamente desaparecen cuando el edificioest ya terminado. Un edificio acabado arquitectnicamente es una estructura; no hay en l rastro alguno de superestructura, Uberbau o andamios-puentes.

    Ninguno de los dos vocablos antes mencionados abunda en las obras de Marx, en contra delo que pudiera desprenderse de tanta literaturasobre la superestructura ideolgica. Es ciertoque Engels s insiste en el trmino, sobre todoen ciertas cartas de los aos 80. Pero Marxmismo no lo menciona sino en muy escasas oportunidades.

    Que nosotros recordemos. slo habla de Superstruktur en tres ocasiones, y de Uberbau,en una sola. Es muy probable que estemos equivocados en el nmero, pero en todo caso es seguro que Marx casi nunca us esa expresin. Locual es una primera razn para pensar que, aunque ilustrativa de una teora cientfica, la clebresuperestructura" no era otra cosa, para Marx,que una metfora, usada con discrecin estilstica en unas pocas ocasiones y las ms de lasveces sustituida por otras metforas o, mejor an,por explicaciones tericas. Ocurre lo mismo quecon el no menos clebre reflejo, metfora arbitrariamente convertida en teora y que examinaremos ms tarde. Cuando Marx manejaba una

  • 60 RAscos FUNDAMENTALES DEL Esr1Lo DE MARX

    teora, la analizaba y la repeta hasta el cansancio, como ocurre con la teora del valor-trabajoo la teora de la plusvala. En cambio, cuandoempleaba una metfora, saba ser discreto y lausaba en contadas ocasiones, pues no ignorabaque