LIBRO DE MARIOLOGÍA

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ÍNDICE PRIMERA PARTE CONSIDERACIONES GENERALES CAPÍTULO I CUESTIONES PRELIMINARES 1. INTRODUCCIÓN..................................................................-1- 2. DEFINICIÓN DE LA MARIOLOGÍA...................................................-1- 3. EXCELENCIA DE LA MARIOLOGÍA...................................................-1- 3.1. Excelencia de su objeto...............................................-1- 3.2. Excelencia por los efectos que produce................................-2- 4. LAS FUENTES DE LA MARIOLOGÍA..................................................-3- 4.1. Fuentes constitutivas: Escritura y Tradición. .....................................................................-3- 4.1.1. La Sagrada Escritura..........................................-3- 4.1.1.1. Importancia de la Escritura para la Mariología........-3- 4.1.1.2. Ubique de ipsa...........................................-4- 4.1.1.3. Pasajes Marianos del Antiguo Testamento.................-4- 4.1.1.4. La figura de María en el Antiguo Testamento.............-5- 4.1.1.5. Los pasajes Marianos del Nuevo Testamento...............-5- 4.2.1.6. La figura de María en el Nuevo Testamento...............-5- 4.1.1.7. El problema del relativo silencio de María..................-6- 4.1.1.8. Uso de la Biblia en Mariología........................-7- 4.1.1.9. Los Apócrifos Marianos................................-7- 4.1.2. La Tradición: Padres, Doctores y Escritores Marianos..........-9- 4.1.2.1. Padres marianos.........................................-9- 4.1.2.2. Doctores marianos......................................-10- 4.1.2.3. Escritores marianos......................................-10- 4.2. Fuente directiva: el Magisterio eclesiástico.................................-11- 4.2.1. Principales documentos pontificios...........................-12- 4.2.2. Síntesis de la Mariología de los Pontífices..................-13- 4.2.3. La Liturgia Mariana..........................................-14- Nos -14- CAPÍTULO II LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA TEOLOGÍA MARIANA 1. EL PRIMER PRINCIPIO DE LA MARIOLOGÍA.........................................-15- 1.1. Dificultad y necesidad...............................................-15- 1.2. Condiciones que ha de reunir.........................................-15- 1.3. Opiniones de los teólogos............................................-16- 1.4. La sentencia más probable............................................-17- 2. LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES Y SECUNDARIOS DE LA MARIOLOGÍA..................-18- 2.1. Principio de singularidad o trascendencia............................-18- 2.2. Principio de conveniencia............................................-18- 2.3. Principio de eminencia...............................................-19- -1-

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SEQ CHAPTER \h \r 1NDICE

PRIMERA PARTECONSIDERACIONES GENERALES

CAPTULO ICUESTIONES PRELIMINARES

1. INTRODUCCIN.-1-

2. DEFINICIN DE LA MARIOLOGA.-1-

3. EXCELENCIA DE LA MARIOLOGA.-1-

3.1. Excelencia de su objeto.-1-

3.2. Excelencia por los efectos que produce.-2-

4. LAS FUENTES DE LA MARIOLOGA.-3-

4.1. Fuentes constitutivas: Escritura y Tradicin.

-3-

4.1.1. La Sagrada Escritura.-3-

4.1.1.1. Importancia de la Escritura para la Mariologa.-3-

4.1.1.2. Ubique de ipsa.-4-

4.1.1.3. Pasajes Marianos del Antiguo Testamento.-4-

4.1.1.4. La figura de Mara en el Antiguo Testamento.-5-

4.1.1.5. Los pasajes Marianos del Nuevo Testamento.-5-

4.2.1.6. La figura de Mara en el Nuevo Testamento.-5-

4.1.1.7. El problema del relativo silencio de Mara.-6-

4.1.1.8. Uso de la Biblia en Mariologa.-7-

4.1.1.9. Los Apcrifos Marianos.-7-

4.1.2. La Tradicin: Padres, Doctores y Escritores Marianos.-9-

4.1.2.1. Padres marianos.-9-

4.1.2.2. Doctores marianos.-10-

4.1.2.3. Escritores marianos.-10-

4.2. Fuente directiva: el Magisterio eclesistico.-11-

4.2.1. Principales documentos pontificios.-12-

4.2.2. Sntesis de la Mariologa de los Pontfices.-13-

4.2.3. La Liturgia Mariana.-14-

Nos-14-

CAPTULO IILOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALESDE LA TEOLOGA MARIANA

1. EL PRIMER PRINCIPIO DE LA MARIOLOGA.-15-

1.1. Dificultad y necesidad.-15-

1.2. Condiciones que ha de reunir.-15-

1.3. Opiniones de los telogos.-16-

1.4. La sentencia ms probable.-17-

2. LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES Y SECUNDARIOS DE LA MARIOLOGA.-18-

2.1. Principio de singularidad o trascendencia.-18-

2.2. Principio de conveniencia.-18-

2.3. Principio de eminencia.-19-

2.4. Principio de analoga o semejanza con Cristo.-19-

2.5. Principio de asociacin a Cristo.-20-

2.6. Principio de anttesis de Eva.-20-

CAPTULO IIIBREVE HISTORIA DE LA MARIOLOGA

1. IMPORTANCIA.-21-

2. LA HISTORIA.-21-

2.1. La Mariologa en la Edad Antigua (s. I-IX).

-21-

2.1.1. De la Edad Subapostlica al Concilio de feso (s. I-IV).-21-

2.1.2. Del Concilio de feso al fin de la Edad Patrstica (s. V-IX).-23-

2.2. La Mariologa en la Edad Media (s. IX-XVI).-24-

2.2.1. Desde el fin de la Edad Patrstica a San Bernardo (s. IX-XII).-24-

2.2.2. De San Bernardo al Protestantismo (s. XII-XVI).-24-

2.3. La Mariologa en la Edad Moderna (s. XVI-XIX).-25-

2.3.1. Del tiempo de los Protestantes al de los Jansenistas (s. XVI-XVII).-25-

2.3.2. Del tiempo de los Jansenistas a la definicin dogmtica de la Inmaculada Concepcin (s. XVII-XIX).-25-

2.4. La Mariologa en la Edad Contempornea (s. XIX-XX).-26-

1. INTRODUCCIN.-27-

2. PREDESTINACIN SINGULAR.-27-

2.1. El sentido de la proposicin.-27-

2.2. Escritura.-28-

2.3. Magisterio.-28-

2.4. Razn Teolgica.-29-

2.5. Diversidad especfica entre la Predestinacin de Mara Santsima y la nuestra.-29-

2.5.1. En cuanto al trmino.-29-

2.5.2. Diferente en cuanto a la extensin o comprensin.-30-

3. LA PRIMOGNITA ENTRE TODAS LAS CRIATURAS.-30-

3.1. Dos opiniones insostenibles.-30-

3.2. La voz de la Iglesia.-31-

3.3. La Razn Teolgica.-31-

3.4. Una doble consecuencia.-31-

4. EXCURSUS: SI ADN NO HUBIESE PECADO HABRA EXISTIDO LA MADRE DE DIOS? -32-

5. LA PREDESTINACIN DE MARA Y NUESTRA PREDESTINACIN.-33-

5.1. Los Padres y Escritores Eclesisticos.-33-

5.2. La Razn Teolgica.-33-

6. LA CUMBRE DE LA INFINITA LIBERALIDAD DIVINA.-34-

6.1. Predestinacin gratuita a la Maternidad divina.-34-

6.2. Predestinacin gratuita a la Gloria Eterna.-36-

CAPTULO IILAS PROFECAS MARIANAS

1. RAZN PSICOLGICA DE LAS PROFECAS.-38-

2. LAS PROFECAS MARIANAS EN GENERAL.-38-

2.1. Nocin e importancia de la Profeca.-38-

2.2. Existencia de las profecas marianas.-38-

3. LAS PROFECAS DIRECTAS.-39-

3.1. El Protoevangelio (Gn. 3, 15).-39-

3.1.1. Quin es la serpiente?-40-

3.1.2. Quin es la mujer de la que se habla?-40-

3.1.3. Quin es el linaje de la serpiente?-42-

3.1.4. Quin es linaje de la mujer?-42-

3.1.5. Riqueza doctrinal del Protoevangelio.-43-

3.2. La Virgen Madre del Emmanuel (Is. 7, 14).-44-

3.2.1. Texto y contexto.-44-

3.2.2. Quines son el Emmanuel y la Almah. -44-

3.2.2.1. Interpretaciones que excluyen todo sentido mesinico.-44-

3.2.2.2. Interpretaciones que admiten el sentido mesinico tpico.-45-

3.2.2.3. Interpretacin que admite el sentido mesinico literal.-45-

3.3. La vara de la Raz de Jess (Is. 11, 1-5).-46-

3.3.1. Texto y contexto.-46-

3.3.2. Qu debe entenderse por raz de Jess?-46-

3.3.3. Cmo est all significada Mara?-46-

3.4. La que dar a luz en Beln (Miq. 5, 2-4).-47-

3.4.1. Texto y contexto.-47-

3.4.2. Quin es el Dominador profetizado.-47-

3.4.3. Quin es la que dar a luz.-47-

3.5. La mujer que habra circundado al hombre (Jer. 31, 22).-47-

3.5.1. Texto y contexto.-48-

3.5.2. Variedad de interpretaciones.-48-

3.6. La Esposa del Cantar de los Cantares.-48-

3.6.1. Variedad de interpretaciones.-48-

3.6.2. Las bases de la interpretacin mariana.-49-

4. LAS PROFECAS INDIRECTAS.-49-

4.1. Figuras y smbolos de Mara.-49-

4.2. Base escriturstica y criterio para discernirlos.-50-

4.3. Las principales figuras de Mara-50-

4.3.1. Eva (Gn. 2, 21-23).-50-

4.3.2. Sara (Gn. 17, 16-19; 18, 10-14).-51-

4.3.3. Rebeca (Gn. 24, 12-25).-51-

4.3.4. Raquel (Gn. 29, 18).-52-

4.3.5. Mara, hermana de Moiss (x. 11, 1-10).-52-

4.3.6. Rut-52-

4.3.7. Ana, Madre de Samuel (I Sam. 1-2).-52-

4.3.8. Ester.-53-

4.3.9. Judit.-53-

4.3.10. Dbora (Jue. 4, 6- 5, 32).-53-

4.3.11. Jael (Jue. 4, 17-22).-54-

4.3.12. Noem (Rut 1, 1-4, 16).-54-

4.3.13. Abigal (I Sam. 25).-54-

4.3.14. Abisag, Sunamita (I Rey. 1, 1-4).-55-

4.3.15. Betsab (II Sam. 11 ss.).-55-

4.4. Los smbolos de Mara.-55-

4.4.1. El Paraso terrestre (Gn. 2, 8; 15, 22).-55-

4.4.2. El Arca de No (Gn. 6).-55-

4.4.3. La paloma con el ramo de olivo (Gn. 8, 8 ss.).-56-

4.4.4. El Arco Iris (Gn. 8, 21- 9, 16).-57-

4.4.5. La escala de Jacob (Gn. 27, 1-28; 22).-57-

4.4.6. La zarza ardiente (x. 3, 1-11).-57-

4.4.7. El Arca de la Alianza (x. 25, 10-16).-57-

4.4.8. El candelabro de oro (x. 25, 31-40).-58-

4.4.9. La vara de Moiss (x. 4, 2-4; 17, 20).-58-

4.4.10. La vara de Aarn (Nm. 17, 6 ss.).-58-

4.4.11. El velln de Geden (Jue. 6, 36-40).-59-

4.4.12. La nube (Is. 19, 1; I Rey. 18, 42-45).-59-

4.4.13. La Torre de David (II Sam. 5, 17).-59-

4.4.14. El Templo de Salomn (I Rey. 6, 2-38; II Crn. 3, 3-4, 22).-60-

4.4.15. El Trono de Salomn (I Rey. 10, 18-20).-60-

TERCERA PARTE LA MISIN SINGULAR DE MARA

CAPTULO I LA MATERNIDAD DIVINA

1. IMPORTANCIA FUNDAMENTAL DEL TRATADO.-61-

2. CONCEPTO EXACTO DE MATERNIDAD DIVINA.-61-

3. ERRORES CONTRA LA MATERNIDAD DIVINA.-63-

3.1. La actitud de los protestantes ante la Maternidad divina.-65-

4. EL ASPECTO TEOLGICO: EL HECHO DE LA MATERNIDAD DIVINA.-65-

4.1. Sagrada Escritura.-65-

4.2. La Tradicin.-67-

4.3. Magisterio.-67-

4.4. Razn Teolgica.-69-

5. EL ASPECTO FSICO O FISIOLGICO DE LA MATERNIDAD DIVINA.-69-

5.1. Naturaleza del concurso fsico de Mara.-69-

5.2. La elevacin sobrenatural del concurso fsico de Mara.-70-

5.3. Tres cuestiones fundamentales.-71-

5.4. Cuestin especial: Puede llamarse la Virgen Mara Causa Instrumental de la Unin Hiposttica?-72-

6. EL ASPECTO METAFSICO DE LA MATERNIDAD DIVINA.-74-

6.1. La Maternidad divina es formalmente una relacin.-74-

6.2. La relacin de la Maternidad divina es transcendental y predicamental.-75-

6.3. Relacin predicamental real o de sola razn?-75-

7. EL ASPECTO MORAL DE LA MATERNIDAD DIVINA.-76-

7.1. Dignidad y excelencia de la Maternidad divina considerada absolutamente, en s misma.-76-

7.2. Dignidad y excelencia de la Maternidad divina considerada en relacin a las dems dignidades.-77-

7.2.1. Considerado in genere.-77-

7.2.2. En relacin a la gracia santificante.-77-

-78-

7.2.3. La dignidad de la Maternidad divina de Mara Sma. es incomparablemente superior a la dignidad sacerdotal.-78-

7.2.4. Dignidad de la Maternidad divina considerada en relacin con la Santsima Trinidad, suprema glorificadora de Mara Sma.-80-

7.2.5. El fundamento supremo de la singular dignidad de Mara: la pertenencia al orden hiposttico.

-83-

7.2.5.1. Los tres grandes rdenes del universo.-83-

7.2.5.2. Qu se entiende por pertenencia intrnseca al orden hiposttico.-83-

7.2.5.3. Sentencias de los telogos.-84-

7.3. Si la Virgen Mara tuvo perfecto conocimiento de haber concebido al Mesas, Hijo de Dios y Redentor de la humanidad.-86-

CAPTULO IILA EXTENSIN DE SU MATERNIDAD1. LA MATERNIDAD ESPIRITUAL DE MARA SOBRE LOS HOMBRES.-88-

1.1. El fundamento teolgico de la Maternidad espiritual de Mara.-88-

1.2. En la Sagrada Escritura.-89-

1.3. El verdadero sentido de la Maternidad espiritual de Mara-91-

1.4. Las etapas de la Maternidad de Mara.-93-

1.4.1. Maternidad predestinada.-93-

1.4.2. Maternidad dispositiva o preparatoria.-93-

1.4.3. Maternidad esencialmente constitutiva.-93-

1.4.4. Maternidad gestativa.-94-

1.4.5. Alumbramiento formal.-94-

1.4.6. Proclamacin de la Maternidad espiritual.-94-

1.4.7. Maternidad distributiva o de generacin individual-95-

1.4.8. Maternidad consumativa o gloriosa.-96-

2. EXTENSIN DE LA MATERNIDAD ESPIRITUAL DE MARA.-97-

3. PERFECCIN DE LA MATERNIDAD ESPIRITUAL DE MARA-99-

3.1. Objeciones y respuestas.-99-

3.2. Pruebas directas.-99-

3.3. Mara, Madre ideal.-100-

4. MARA MADRE DE LA IGLESIA.-101-

CAPTULO IIILA MEDIADORA Y DISPENSADORA UNIVERSALDE TODAS LAS GRACIAS

1. LA CORREDENTORA.-104-

1.1. Errores y opiniones.-104-

1.2. Nociones previas.-104-

1.3. La Sagrada Escritura.-106-

1.4. La Tradicin de la Iglesia.-110-

1.5. El Magisterio de la Iglesia acerca de la Corredencin.-111-

1.6. La Razn Teolgica.-113-

1.6.1. Posibilidad de la Corredencin.-113-

1.6.2. Conveniencia de la Corredencin.-115-

1.6.3. Naturaleza de la Corredencin.-116-

1.6.4. Las diferentes vas o modos de la Redencin y Corredencin.-119-

1.6.4.1. Por va de mrito.-119-

1.6.4.2. Por va de satisfaccin.-122-

1.6.4.3. Por va de sacrificio.-124-

1.6.4.4. Por va de Redencin.-128-

1.6.4.5. Por va de eficiencia.-130-

1.7. Las objeciones contra el ttulo de Corredentora.-132-

1.8. Oportunidad de la definicin dogmtica.-134-

1.8.1. Por razones de madurez en la fe.-134-

1.8.2. Por razones ecumnicas.-134-

1.8.3. Por razones de conveniencia, justicia y gratitud.-135-

2. MEDIADORA ENTRE EL CREADOR Y LAS CRIATURAS EN GENERAL.-136-

2.1. Importancia del tratado.-136-

2.2. El concepto exacto de Mediacin.-136-

2.3. Clases de mediacin.-137-

2.4. La Mediacin universal de Jesucristo.-138-

2.5. La Mediacin universal de Mara.-139-

2.6. La extensin del trmino mediacin.-140-

2.7. Los protestantes y la Mediacin de Mara.-142-

2.8. En qu sentido se da a Mara Sma. el ttulo de Mediadora.-143-

2.9. Pruebas de la Mediacin de Mara Sma.-143-

2.9.1. La Sagrada Escritura.-143-

2.9.2. La Tradicin.-144-

2.9.3. El Magisterio de la Iglesia.-144-

2.9.4. Comparacin entre la Mediacin de Cristo y la de Mara.-145-

2.9.5. La Mediacin universal adquisitiva.-145-

3. MARA DISPENSADORA UNIVERSAL DE TODAS LAS GRACIAS.-147-

3.1. El hecho de la Dispensacin universal.-147-

3.1.1. Sagrada Escritura.-147-

3.1.2. La Tradicin cristiana.-148-

3.1.3. Magisterio de la Iglesia.-148-

3.1.4. La Razn Teolgica.-149-

3.2. Naturaleza de la cooperacin de Mara en la distribucin de todas las gracias.-150-

3.3. Definibilidad de esta verdad.-152-

4. MARA SMA. ABOGADA NUESTRA.-153-

5. EXCURSUS: LA DEFINIBILIDAD DEL DOGMA DE LA CORREDENCIN, MEDIANERA UNIVERSAL Y ABOGADA NUESTRA.-154-

CAPTULO IVREINA DEL UNIVERSO

1. EL CONCEPTO DE REY Y DE REINA.-156-

2. LOS ADVERSARIOS DE LA REALEZA DE MARA.-157-

3. EL HECHO DE LA REALEZA DE MARA.-157-

3.1. Sagrada Escritura.-157-

3.2. La Tradicin de la Iglesia.-158-

3.3. El Magisterio de la Iglesia.-158-

4. NATURALEZA DE LA REALEZA DE MARA.-159-

CUARTA PARTE LOS PRIVILEGIOS SINGULARES DE MARA

CAPTULO IPRIVILEGIOS SINGULARESEN EL PRIMER INSTANTE DE SU VIDA.

1. LA INMACULADA CONCEPCIN.-167-

1.1. El significado de la palabra Inmaculada.-168-

1.2. Los adversarios de la Inmaculada.-169-

1.3. Sagrada Escritura.-170-

1.4. La Tradicin.-172-

1.5. Magisterio.-173-

1.6. La Razn Teolgica.-175-

1.6.1. La posibilidad o no repugnancia.-175-

1.6.2. Mltiple conveniencia de la Inmaculada Concepcin.-176-

1.7. Santo Toms y la Inmaculada Concepcin-181-

2. LA PLENITUD DE GRACIA.-183-

2.1. El aspecto positivo de la santificacin de Mara Sma.-183-

2.2. Cuatro cuestiones.-184-

2.2.1. Abundancia conque recibi Mara Sma. la gracia en el primer instante de su existencia.

-184-

2.2.1.1. La Sagrada Escritura.-184-

2.2.1.2. Magisterio de la Iglesia.-185-

2.2.1.3. La Razn Teolgica.-185-

2.2.2. Goz la Virgen Sma., en el primer instante de su existencia, al recibir la gracia, del uso de la razn?-187-

2.2.3. De qu manera se infundi y actu el uso de razn en la Virgen desde el primer instante de su Concepcin?-189-

2.2.4. Consecuencias derivadas del uso anticipado de la razn.-192-

CAPTULO IIPRIVILEGIOS SINGULARES EN EL CURSO DE SU VIDA

1. LA PERFECTA INMUNIDAD DE TODO PECADO ACTUAL.-195-

1.1. La Sagrada Escritura.-196-

1.2. Breve historia y Magisterio.-196-

1.3. Ataques contra la inmunidad de Mara de todo pecado actual.-197-

1.4. Mara Sma. exenta del fomes peccati.-199-

2. LA VIRGINIDAD PERPETUA DE MARA SANTSIMA.-200-

2.1. El sentido teolgico de la virginidad de Mara.-201-

2.2. Virginidad de Mara Sma. antes del parto.-202-

2.2.1. Los errores.-202-

2.2.2. La Sagrada Escritura.-203-

2.2.3. La Tradicin.-205-

2.2.4. El Magisterio de la Iglesia.-206-

2.2.5. La Razn Teolgica.-207-

2.2.6. El propsito de virginidad.-207-

2.3. Virginidad de Mara Sma. en el parto.-211-

2.3.1. Los errores.-211-

2.3.2. La Sagrada Escritura.-211-

2.3.3. La Tradicin.-212-

2.3.4. El Magisterio de la Iglesia.-214-

2.3.5. La Razn Teolgica.-218-

2.3.6. Objeciones.-218-

2.4. Virginidad de Mara Sma. despus del parto.-219-

2.4.1. Los errores.-219-

2.4.2. La Sagrada Escritura.-220-

2.4.3. La Tradicin.-221-

2.4.4. El Magisterio de la Iglesia.-221-

2.4.5. La Razn Teolgica.-223-

2.4.6. Objeciones.-224-

3. EL DESARROLLO PROGRESIVO DE LA GRACIA EN MARA SMA.-225-

3.1. Nociones previas.-225-

3.2. La gracia progresiva de Mara Sma.-226-

3.2.1. El aumento por las buenas obras.-226-

3.2.2. El aumento por los sacramentos (va ex opere operato).-229-

3.2.3. El aumento por la oracin de splica. (va de impetracin gratuita).-230-

3.2.4. Otros aumentos de la gracia en Mara Sma.-231-

3.3. La gracia final de Mara Sma.-233-

3.3.1. La gracia final de Mara Sma. en el momento de su muerte.-233-

3.3.2. La gracia final de Mara Sma. en el cielo.-233-

4. LAS VIRTUDES DE LA SANTSIMA VIRGEN MARA.-234-

4.1. Introduccin.-234-

4.2. El organismo sobrenatural.-235-

4.3. Divisin de las virtudes infusas.-235-

4.4. Las virtudes teologales en Mara Sma.-235-

4.4.1. La fe de Mara.-236-

4.4.2. La esperanza de Mara Sma.-239-

4.4.3. La caridad de Mara Sma.-240-

4.5. Las virtudes morales en Mara Sma.-243-

4.5.1. La prudencia en Mara Sma.-244-

4.5.2. La justicia en Mara Sma.-246-

4.5.3. La fortaleza en Mara Sma.-251-

4.5.4. La templanza en Mara Sma.-252-

4.6. Los dones del Espritu Santo en Mara Sma.-256-

4.6.1. Los dones del Espritu Santo en general-256-

4.6.2. Los dones del Espritu Santo aplicados a Mara Sma.-258-

4.6.2.1. Don de temor de Dios.-259-

4.6.2.2. Don de fortaleza.-261-

4.6.2.3. Don de piedad.-262-

4.6.2.4. Don de consejo. -263-

4.6.2.5. Don de ciencia.-264-

4.6.2.6. Don de entendimiento.-265-

4.6.2.7. Don de sabidura.-267-

4.7. Los frutos del Espritu Santo y las bienaventuranzas evanglicas en Mara Sma.-269-

4.7.1. Los frutos del Espritu Santo-269-

4.7.2. Las bienaventuranzas evanglicas en Mara Sma.-275-

4.8. Las Gracias Carismticas en Mara Sma.-283-

4.8.1. Naturaleza de las gracias gratis dadas.-283-

4.8.2. Nmero de las gracias gratis dadas.-284-

4.8.3. Las gracias gratis dadas en Mara Sma.-285-

CAPTULO IIIPRIVILEGIOS SINGULARESAL TRMINO DE SU VIDA

1. LA ASUNCIN A LOS CIELOS EN CUERPO Y ALMA.-287-

1.1. La Sagrada Escritura.-287-

1.2. La Tradicin de la Iglesia.-290-

1.3. El Magisterio de la Iglesia y breve historia.-292-

1.4. La Razn Teolgica-296-

2. INCIDENCIA DE ALGUNAS DOCTRINAS ESCATOLGICAS ACTUALES.-298-

2.1. El discutido tema de la muerte de Mara Sma.-299-

2.1.1. Opinin inmortalista.-300-

2.1.2. Opinin mortalista.-300-

2.1.3. Cuestiones complementarias acerca de su muerte.-304-

2.2. Cmo se realiz la Asuncin de Mara.-304-

3. SU SINGULAR GLORIA EN EL CIELO.-305-

3.1. Superioridad de Mara Sma. en la gloria esencial.-306-

3.2. Superioridad de Mara Sma. en la gloria accidental.-307-

QUINTA PARTEEL CULTO A MARA SMA.

CAPTULO IEL CULTO A MARA CONSIDERADOEN S MISMO Y EN RELACIN A NOSOTROS

1. EL CULTO A MARA CONSIDERADO EN S MISMO.-308-

1.1. Definicin.-308-

1.2. Medios principales para adquirir, conservar y desarrollar la devocin.-310-

1.3. Divisin del culto.-310-

1.4. Errores.-312-

1.5. La verdadera doctrina de la Iglesia.-313-

1.6. Algunas objeciones.-319-

1.7. Actos o elementos constitutivos del culto mariano.-320-

2. EL CULTO A MARA CONSIDERADO EN RELACIN A NOSOTROS.-326-

2.1. Legitimidad del culto a Mara Sma.-326-

2.1.1. Legitimidad del culto a la persona de Mara Sma.-326-

2.1.2. Legitimidad del culto al Corazn Inmaculado de Mara Sma.-327-

2.1.3. Legitimidad del culto a las reliquias de Mara Sma.-328-

2.1.4. Legitimidad del culto a las imgenes de Mara Sma.-329-

2.1.4.1. La Sagrada Escritura.-330-

2.1.4.2. La Tradicin.-331-

2.1.4.3. Magisterio de la Iglesia.-331-

2.1.4.4. La Razn Teolgica.-332-

2.1.4.5. Naturaleza del culto tributado a las imgenes sagradas.-333-

2.2. Abusos del culto a Mara Sma.-335-

2.3. Utilidad del culto a Mara Sma.-336-

2.3.1. Beneficios individuales del culto mariano.-337-

2.3.1.1. Beneficios individuales del culto mariano durante la vida.-337-

2.3.1.2. Beneficios del culto mariano en la hora de la muerte.-346-

2.3.1.3. Beneficios del culto mariano despus de la muerte.-348-

2.3.2. Beneficios sociales del culto mariano.-349-

2.3.2.1. Beneficios que se derivan del culto mariano a la sociedad domstica.-349-

2.3.2.2. Beneficios que se derivan del culto mariano a la sociedad civil.-350-

2.3.2.3. Beneficios que se derivan del culto mariano para la sociedad religiosa.-353-

2.4. Necesidad del culto a Mara Sma.-354-

2.4.1. Algunas aclaraciones y lmites acerca de la necesidad de este culto.-355-

2.4.2. La Sagrada Escritura.-356-

2.4.3. El Magisterio de la Iglesia.-358-

2.4.4. La Razn Teolgica.-359-

2.4.5. Conclusin.-361-

3. LA VERDADERA Y FALSA DEVOCIN A MARA SANTSIMA.-361-

3.1. La verdadera devocin a Mara Sma.-361-

3.2. La falsa devocin a Mara Sma.-362-

4. LA PERFECTA CONSAGRACIN A MARA SANTSIMA-363-

4.1. Excelencia de la perfecta consagracin.-363-

4.2. Esclavitud mariana o piedad filial?-364-

4.3. Finalidad de la perfecta consagracin a Mara Sma.-365-

4.4. En qu consiste la perfecta consagracin a Mara.-366-

4.5. Motivos para consagrarse plenamente a Mara Sma.-369-

4.6. Frutos de la perfecta consagracin a Mara Sma.-373-

5. FORMAS DE PRESENCIA DE LA SANTSIMA VIRGEN EN LAS ALMAS QUE LE ESTN UNIDAS.-373-

5.1. El contacto virtual o dinmico.-373-

5.2. La presencia afectiva.-374-

CAPTULO IIFORMAS EXTERNAS DEL CULTOY FIESTAS MARIANAS

1. PRINCIPALES DEVOCIONES MARIANAS-378-

1.1. El Ave Mara.-378-

1.2. El Santo Rosario.-379-

1.2.1. Breve historia del Rosario.-379-

1.2.2. La excelencia del Rosario.-379-

1.2.3. El cuerpo del Rosario.-382-

1.2.4. El alma del Rosario.-383-

1.2.5. Modo de rezar eficazmente el Rosario.-383-

1.2.6. El Rosario, gran seal de predestinacin.-385-

1.2.7. Conclusin acerca del Rosario.-386-

1.3. La Salve Regina.-386-

1.4. La Letana Lauretana.-387-

1.4.1. Historia.-387-

1.4.2. Excelencia.-387-

1.5. El ngelus.-388-

1.6. Los siete dolores.-388-

1.7. El Oficio parvo.-389-

1.8. El sbado consagrado a Mara.-389-

1.9. El mes de octubre.-390-

1.10. EL mes de noviembre.-390-

1.11. Escapularios y medallas.-391-

1.12. Otras devociones marianas.-391-

2. PRINCIPALES FIESTAS MARIANAS.-398-

2.1. Inmaculada Concepcin (8 de diciembre).-398-

2.2. Ntra. Sra. de Guadalupe (12 de diciembre: para Amrica).-398-

2.3. Santa Mara Madre de Dios (1 de enero).-400-

2.4. La Purificacin de Mara (2 de febrero).-400-

2.5. Ntra. Sra. de Lourdes (11 de febrero).-400-

2.6. La Anunciacin de Mara (25 de marzo).-401-

2.7. Ntra. Sra. del Valle (12 de abril: slo para la Argentina).-401-

2.8. Ntra. Sra. de Lujn (8 de mayo).-402-

2.9. Ntra. Sra. de Ftima (13 de mayo).-403-

2.10. Mara, Madre de la Iglesia (lunes despus de Pentecosts).-403-

2.11. La Visitacin de la Virgen (31 de mayo).-404-

2.12. Inmaculado Corazn de Mara (da siguiente a la Solemnidad del Sagrado Corazn de Jess).-404-

2.13. Ntra. Sra. de Itat (9 de julio: slo para la Argentina).-404-

2.14. Ntra. Sra. del Carmen (16 de julio).-405-

2.15. La Asuncin de la Virgen (15 de agosto).-405-

2.16. Mara Reina del Universo (22 de agosto).-406-

2.17. Natividad de la Virgen Mara (8 de septiembre).-406-

2.18. Ntra. Sra. de los Dolores (15 de septiembre).-406-

2.19. Ntra. Sra. de la Merced (24 de septiembre).-406-

2.20. Mara del Rosario de San Nicols (25 de septiembre: por ahora diocesana).-407-

2.21. Ntra. Sra. del Rosario (7 de octubre).-408-

2.22. Mara Medianera de todas las gracias (7 de noviembre).-408-

2.23. Presentacin de la Virgen Mara (21 de noviembre).-409-

BIBLIOGRAFA-410-

PRIMERA PARTE

CONSIDERACIONES GENERALES

CAPTULO ICUESTIONES PRELIMINARES

CONSIDERACIONES GENERALES

CAPTULO ICUESTIONES PRELIMINARES

1. INTRODUCCIN. TC \l2 "1. INTRODUCCIN.La meta luminosa que nos proponemos alcanzar con este nuestro trabajo es obvia, aunque ardua: un conocimiento pleno -en cuanto es posible a las fuerzas humanas- de Mara Santsima, o mejor, una amorosa penetracin, una especie de sondeo del admirable, profundsimo Misterio de Mara.

Para tener una Mariologa digna de ese nombre, parecen indispensables tres cosas:

I- Riqueza de documentacin positiva, tanto bblica como patrstica;

II- Razonamiento vigoroso, sereno y noble;

III- Prudencia sistemtica.

Son estos tres los ms slidos fundamentos de la Ciencia Teolgica en general, y en especial, de la Mariologa.

En cuanto a la prudencia sistemtica, es bueno acotar que debemos evitar dos extremos: el maximista y el minimista. Los que se ubican en el primero son aquellos que se dejan llevar por un imprudente entusiasmo, y tienden a engrandecer lo que a la Virgen se refiere, sirvindose de argumentos (cuando lo hacen) que en otros tratados teolgicos nadie se atrevera a aducir, desprovistos como estn de verdadero valor. Esta actitud da lugar a opiniones infundadas, extraas, ridculas, que desacreditan la Mariologa. Los minimistas, al contrario, preocupados a veces por inexplicables prevenciones, sugestionados quiz por un exagerado sentido de reaccin, niegan a la Virgen ttulos que tienen un slido fundamento, y rechazan sin ms, como invlidos en Mariologa, argumentos que en cualquier otro tratado teolgico se tendran por vlidos. Son los dos extremos.

Pero hay otra actitud personal que debe ser mantenida en el justo medio por la prudencia sistemtica: la de aquellos que en vez de razonar con la mente, razonan (sobre todo en Mariologa) con el corazn. El corazn no est hecho para razonar, sino para amar.

La verdadera piedad est fundada sobre la verdad. El culto debe florecer siempre sobre el robusto tronco del dogma.

Debemos tener presente que Para que nuestro amor a Mara Sma. sea entusiasta no tiene ms que ser teolgico . Cuanto ms teolgica sea nuestra piedad filial a Mara Santsima, tanto ms entusiasta ser.

2. DEFINICIN DE LA MARIOLOGA. TC \l2 "2. DEFINICIN DE LA MARIOLOGA.A) Definicin nominal: Comnmente suele llamarse Mariologa (algunos dicen Marialoga). Etimolgicamente significa discurso o ciencia sobre Mara, palabra de Mara, del griego 9"D4" (Mara) y 8@(@H (discurso, ciencia), como Teologa (de 1,`H y 8@(@H) significa discurso o ciencia de Dios.

B) Definicin real: Puede definirse como Aquella parte de la ciencia teolgica que trata de la Madre de Dios.

3. EXCELENCIA DE LA MARIOLOGA. TC \l2 "3. EXCELENCIA DE LA MARIOLOGA.3.1. Excelencia de su objeto. TC \l3 "3.1. Excelencia de su objeto.La excelencia de una ciencia se mide por la excelencia de su objeto. Ahora bien, el objeto de la Mariologa es lo que para nosotros hay de ms noble despus de Dios, despus de Cristo. Mara Sma. es la cumbre del universo, es el vrtice de todas las maravillas, es la verdadera obra maestra de la sabidura, del poder de la bondad de Dios: una Obra Maestra que es slo sobrepasada por su Artfice . Segn Po IX, la Virgen Santsima es como un inefable milagro de Dios; mejor: el vrtice de todos los milagros. Dios Padre ha hecho un conjunto de todas las aguas y le ha llamado Mar (en latn, Mria); ha hecho un conjunto de todas sus gracias y le ha llamado Mara .

La singularsima excelencia del objeto de esta nuestra ciencia podramos verla sintetizada en aquellas palabras del Eclesistico (24, 5) sobre la Sabidura, palabras aplicadas por la Iglesia a Mara: Ego ex ore Altissimi prodivi, primogenita ante omnem creaturam. Mara es la primognita, o sea, la primera entre todas las puras criaturas. Primognita en todos los rdenes: en el orden de la naturaleza, en el de la gracia y en el de la gloria.

a) Primognita en el orden de la naturaleza; no en el tiempo, (puesto que ha surgido despus de otras innumerables), sino en la intencin divina, en el sentido de que ha sido prevista y querida por Dios -a nuestro modo de entender- antes que todas las otras puras criaturas, previstas y queridas por Dios despus de Ella, en orden a Ella y para gloria de Ella. Lo que es menos noble est ordenado a lo que es ms noble. Acaso no es Mara la ms noble entre todas las puras criaturas? Todas han sido creadas por Dios en atencin a Ella. Ella es la Reina de la creacin. Es tal y tanta la belleza que resplandece en su rostro, que toda la creacin permanece como suspensa ante Ella. Cuando produjo Dios a Mara puso ms cuidado que en el producir todas las otras criaturas. Despleg la potencia de su brazo. No slo el mundo ha sido creado en atencin a Ella, sino que en atencin a Ella ha sido conservado despus de la culpa.

b) Primognita en el orden de la gracia; incomparablemente superior al de la naturaleza, puesto que el bien sobrenatural de un solo individuo supera al bien natural de todo el universo. La Virgen Sma., precisamente en atencin a su misin singularsima de Madre de Dios, tuvo por s solo, desde el primer instante de su existencia una abundancia de gracias superior a la de todas las otras puras criaturas juntas consideradas no slo al principio, sino al fin de su existencia en la tierra. Donde los otros terminan, all comienza Mara. Cuanto ms amado es alguien por Dios, ms abundante gracia recibe de l. Y Dios am ms a la Virgen Sma. sola que a todas las otras puras criaturas juntas. La am como a Madre, mientras que a las otras criaturas las am como siervas.

c) Primognita en el orden de la gloria; esto en virtud de la correspondencia que hay entre gracia y gloria. La gloria es proporcionada a la gracia. Exaltada sobre todos los Serafines. La veremos aparecer no slo adornada para el Esposo sino adornada por su Esposo.

Ahora bien, si es tan excelente el objeto de la ciencia mariolgica, igualmente excelente ser la ciencia misma. Si se tiene presente el principio de S. Toms: El conocimiento de las cosas nobilsimas, por muy imperfecto que sea, confiere al alma la mxima perfeccin , se puede comprender hasta qu punto perfecciona a nuestro entendimiento la ciencia que tiene por objeto a Mara Sma.

3.2. Excelencia por los efectos que produce. TC \l3 "3.2. Excelencia por los efectos que produce.Estos efectos son principalmente tres: facilita el conocimiento y el amor de Dios, de Cristo y de Mara.

a) Facilita el conocimiento y el amor de Dios. La escala para subir hasta Dios, para conocerlo, son las criaturas. De las criaturas, al Creador: he aqu el itinerarium mentis ad Deum. Los efectos hablan de sus causas. Ahora bien, entre todas las criaturas producidas por la infinita Sabidura, poder y bondad de Dios, la Virgen Sma. en quien Dios hizo grandes cosas, tiene indudablemente el primado.

b) Facilita el conocimiento y el amor de Cristo. Ella -como Madre y Compaera del Mediador divino en toda su obra mediadora-, es el rostro que ms se asemeja a Cristo . Mara, adems, no puede considerarse separada de Cristo. Porque si Cristo es el sol, Mara es el cielo; si Cristo es la piedra preciosa, Mara es el joyel que la guarda; si Cristo es la flor, Mara es el tallo . Consiguientemente, el conocimiento y el amor de Mara son complementos necesarios del conocimiento y el amor de Cristo.

c) Facilita el conocimiento y el amor de Mara. El conocimiento es presupuesto necesario del amor. No se puede amar lo que no se conoce. Se ama poco, ordinariamente, lo que se conoce poco. Para amar a Mara como Ella merece ser amada, es necesario conocerla en toda su amabilidad, o sea, en toda su singularsima belleza y bondad. Porque la belleza y la bondad son la calamita y la calamidad del corazn .

4. LAS FUENTES DE LA MARIOLOGA. TC \l2 "4. LAS FUENTES DE LA MARIOLOGA.Las fuentes de la Mariologa son aquellos lugares en donde se encuentran las diversas verdades o tesis mariolgicas de un modo explcito, o al menos implcito, con certeza o al menos con slida probabilidad. Estas verdades constituyen el llamado Depsito de la Revelacin divina, o sea, la Revelacin pblica (que se contrapone a la privada, hecha a individuos privados), definitivamente cerrada con la muerte del ltimo de los Apstoles. Y como el Depsito de la Revelacin divina (contenido en la Sagrada Escritura y en la Tradicin Apostlica) ha sido confiado por Cristo al Magisterio vivo e infalible de la Iglesia, es decir, a aquellos a quienes l dice: Id y ensead..., el que a vosotros escucha, a M me escucha (Lc 10, 16), para que lo custodie fielmente, lo exponga ms abundantemente, lo determine siempre ms, y lo declare infaliblemente , se sigue que la Escritura y la Tradicin deben interpretarse a la luz de la enseanza del Magisterio Eclesistico. La Teologa, an la positiva, no puede ser equiparada a una ciencia meramente histrica. Puesto que Dios ha dado a la Iglesia, al mismo tiempo que estas fuentes, el Magisterio vivo para que ilustre y desarrolle aquellas verdades que slo oscura y como implcitamente estn contenidas en el depsito de la fe . Se puede distinguir, por tanto, una doble clase de fuente constitutiva de la fe y de la ciencia de la fe, resultante de la Sagrada Escritura y de la Tradicin Apostlica.

4.1. Fuentes constitutivas: Escritura y Tradicin.

4.1.1. La Sagrada Escritura. TC \l4 "4.1.1. La Sagrada Escritura.Una Mariologa slida se construye con elementos extrados de la Escritura y de la Tradicin Apostlica, interpretados a la luz y bajo la gua del Magisterio.

4.1.1.1. Importancia de la Escritura para la Mariologa. TC \l5 "4.1.1.1. Importancia de la Escritura para la Mariologa.A juicio de los protestantes y racionalistas, la Escritura sera enteramente desfavorable a la Virgen Sma. y a sus glorias. No slo hablara muy poco de Mara, sino tambin en lo poco que dice creara no pocos embarazos respecto a Ella, porque nos sera presentada como una mujer cualquiera, defectuosa, etc. No faltan tampoco quienes, no contentos con eso, llegan hasta afirmar que la Biblia es la tumba de la supersticin mariana , particularmente de lo que los protestantes no se cansan de llamar mariolatra. Y de hecho, para combatir la idea catlica de Mara, los protestantes y los racionalistas alardean de un continuo recurso a la Biblia, interpretada, naturalmente, segn sus caprichosos mtodos.

De aqu la necesidad de recurrir ante todo a un estudio serio de la Sagrada Escritura, para demostrar con eficacia hasta qu punto se engaan nuestros adversarios al servirse de la Biblia como arma de combate contra el dogma y el culto marianos.

4.1.1.2. Ubique de ipsa. TC \l5 "4.1.1.2. Ubique de ipsa.En todas partes [se habla] de Ella. La Virgen Sma., as como est al lado de Cristo en el centro de toda la creacin, as est con l en el centro de toda la Biblia. Casi todas las pginas de la Sagrada Escritura -escribi San Agustn- no hablan ms que de Cristo y de la Iglesia . Ahora bien, puesto que la Virgen Sma. es verdadera Madre de Cristo y de la Iglesia -Madre fsica de Cristo y Madre espiritual de la Iglesia-, se sigue que ni Cristo ni la Iglesia se pueden concebir sin Mara. Si, pues, toda pgina de la Escritura, leda con los ojos de la fe, habla de Cristo y de la Iglesia, se sigue que habla tambin, al menos indirectamente, de Mara Sma., sin la cual ni Cristo ni la Iglesia, ni el Cristo fsico ni el Cristo mstico, son concebibles. Es imposible encontrar a Cristo sin Mara su Madre.

Se habla en todas partes de Ella, porque se habla en todas partes de l. Por tanto la Biblia, que es el libro de Cristo, es tambin el libro de Mara.

Por eso los Padres, los Doctores y los escritores eclesisticos han visto un poco en todas partes a Mara Sma. en la Biblia: Ubique de ipsa. San Andrs de Creta escriba: De Ti [oh Santa Mara] han cantado todos los intrpretes del Espritu . El pseudo-Bernardo: Sobre Ella, y por Ella, y para Ella, es toda la Escritura . Tambin San Ildefonso, Arzobispo de Toledo: El Espritu Santo habl de Ella por boca de los Profetas, la intim con orculos, complet su retrato con figuras, la prometi con las cosas que la precedieron, la complet con las que la siguieron . Y San Vicente Ferrer: La Virgen Mara est msticamente contenida, directa o indirectamente, en todos los libros de la Escritura, en todos los cnticos; ms: en cada uno de los versculos . Ha habido escritores eclesisticos que han aplicado a la Virgen Sma. la mayor parte de los libros y de los versculos de toda la Biblia, dndonos una verdadera Biblia Mariana .

4.1.1.3. Pasajes Marianos del Antiguo Testamento. TC \l5 "4.1.1.3. Pasajes Marianos del Antiguo Testamento.Los pasajes Marianos del A. Testamento que hablan de modo directo y explcito de Mara Sma., son:

a) El llamado Protoevangelio (Gn. 3, 15), en que se predice su singular misin de Madre del Redentor y de asociada suya en la lucha (las enemistades) con la serpiente infernal, y en el triunfo sobre ella;

b) La profeca de Isaas sobre la Virgen Madre del Emmanuel (Is. 7, 14);

c) La profeca de Miqueas sobre la que dar a luz en Beln (Miq. 5, 2-3); algunos exegetas de vala, fundados en buenos argumentos, aaden a esas tres profecas la de Jeremas sobre la mujer que rodear al varn (Jer. 31, 22).

A estos pasajes directos y explcitos se aaden otros dos indirectos e implcitos, que son:

a) El cap. VIII de los Proverbios y el XXIV del Eclesistico, donde directa y explcitamente, en sentido pleno, se habla de Cristo, Sabidura Encarnada, inconcebible sin Aquella en la que se ha Encarnado, y que, por tanto, ha sido predestinada juntamente con l antes que todas las otras puras criaturas;

b) La Esposa del Cantar de los Cantares, en sentido parcial singular (como miembro ms eminente de la Iglesia), en sus ntimas relaciones con Dios.

A estos pasajes de interpretacin literal suelen aadirse otros de interpretacin tpica o espiritual, o sea, varias figuras y tipos de Mara Sma., como Eva, Ester, Judit, etc.; el Arca de la Alianza, el Arca de No, etc. De ninguno de ellos, sin embargo -si se excepta Eva, figura de Mara- puede afirmarse con certeza que sea tipo.

4.1.1.4. La figura de Mara en el Antiguo Testamento. TC \l5 "4.1.1.4. La figura de Mara en el Antiguo Testamento.Se nos presenta bajo tres aspectos fundamentales: en la luz de la profeca, en el eterno plan divino, en sus relaciones ntimas con Dios.

a) En la luz de la profeca. La primera profeca, eternizada por Moiss en el primer libro de la Biblia, se refiere a la promesa de la Redencin hecha por Dios inmediatamente despus de la cada del gnero humano (Gn. 3, 15). La Virgen Sma. nos es presentada aqu por Dios como Corredentora ntimamente asociada al Redentor, como Nueva Eva asociada al Nuevo Adn, en la eterna enemistad y en el pleno triunfo sobre la serpiente infernal que por medio de la primera Eva y del primer Adn haba precipitado en la ruina a todo el gnero humano. La Virgen Sma. nos es presentada con Cristo, su Hijo, como la eterna enemiga, la eterna vencedora de Satans. Las profecas subsiguientes no son ms que determinaciones, cada vez ms particularizadas, de esta primera profeca. Las dos profecas de Isaas no hacen ms que subrayar la Virginal Maternidad divina de Mara Sma. (7, 14) y su estirpe davdica (11, 1). La profeca de Jeremas subraya la extraordinaria novedad de su figura (31, 22). Miqueas determina finalmente el lugar (Beln) donde suceder ese prodigio.

b) En el eterno plan divino. En el cap. VIII de los Proverbios y en el cap. XXIV del Eclesistico, nos presenta el puesto de Mara Sma. en el plan del orden presente, escogido y establecido ab aeterno por Dios. Dichos textos se refieren directamente, en sentido pleno, a la Eterna Sabidura, y, en su sentido integral, al Verbo de Dios, a la Sabidura Encarnada, que, en cuanto tal, es inconcebible sin Aqulla en la que ha tomado carne, es decir, sin Mara. Por consiguiente, todo lo que en los indicados textos se dice directamente de la Eterna Sabidura, se dice tambin indirectamente, por consecuencia lgica, de Mara Sma. Con razn, pues, la Iglesia, en su Liturgia, aplica esos textos, y no ya en sentido acomodaticio, sino en sentido literal consiguiente, lgicamente extensivo, a la Virgen Sma. Ahora bien, en esos pasajes, Mara Sma., inseparable de Cristo, Sabidura Encarnada, nos es presentada como principio de los caminos del Seor, como primognita, es decir, la primera entre todas las puras criaturas, la primera entre todas juntamente con Cristo, en el pensamiento y en el corazn de Dios.

c) En sus relaciones ntimas con Dios. La Biblia nos presenta a Mara Sma. en el Cantar de los Cantares, como esposa, la ms colmada de gracias divinas, en sus ntimas relaciones con Dios, como esposa amadsima y amantsima de Dios.

4.1.1.5. Los pasajes Marianos del Nuevo Testamento. TC \l5 "4.1.1.5. Los pasajes Marianos del Nuevo Testamento.Estos son: La Anunciacin (Lc. 1, 26-29); La Visitacin y el Cntico Magnficat (Lc. 1, 39-80); Los Desposorios con San Jos (Mt. 1, 20-24); el parto virginal en Beln (Lc. 2, 1-21); La Presentacin de Cristo en el Templo, la Purificacin de Mara Sma. y la profeca del anciano Simen (Lc. 2, 22-38); la adoracin de los Magos (Mt. 2, 1-12); la huida a Egipto (Mt. 2, 13-23); la prdida del Nio Jess en el Templo de Jerusaln (Lc. 2, 41-52); la sumisin de Jess a Mara y a Jos (Lc. 2, 51); la impetracin del primer milagro en las bodas de Can (Jn. 2, 1-11); la Virgen durante la vida pblica de Cristo (Mt. 12, 46-50); Mara Sma. proclamada bienaventurada por una annima mujer del pueblo (Lc. 11, 27-28); Mara Sma. en el Calvario, al pie de la Cruz (Jn. 19, 25-27); Mara Sma. presente en el Cenculo el da de Pentecosts (Hech. 1, 14); la gloria de la Virgen en el cielo (Apoc. 12). Debemos notar, sin embargo, que algunos -pocos- exegetas se resisten hoy a ver a la Virgen Sma. en la mujer del Apocalipsis.

4.2.1.6. La figura de Mara en el Nuevo Testamento. TC \l5 "4.2.1.6. La figura de Mara en el Nuevo Testamento.a) Los hagigrafos del N. Testamento nos presentan, ante todo, a Mara Sma. como Virgen, llena de gracia, sin lmite de tiempo, una Virgen que no conoce varn, o sea, que ha hecho voto de virginidad y que concibe por obra del Espritu Santo (Lc. 1, 26-29).

b) Presentada como Esposa de Jos, de la casa de David, causa involuntaria, para l, de ntimas inquietudes (Mt. 1, 20-24), a causa de su concepcin virginal.

c) Nos es presentada como Madre de Cristo, verdadera Madre del Seor (Lc. 1, 43), y, por tanto, Madre de Dios, ya que lo concibe virginalmente (Lc. 1), lo da a luz en Beln (Lc. 2, 7, 12), lo presenta en el Templo (Lc. 2, 22-38) y lo ve sujeto a s (Lc. 2, 51).

d) Es presentada como Mediadora, tanto en la santificacin del Bautista (Lc. 1, 39-80), como en la impetracin del primero de la larga serie de milagros obrados por Cristo (Jn. 2, 1-11), o en la bajada del Espritu Santo sobre los Apstoles en el Cenculo el da de Pentecosts (Hech. 1, 14).

e) Es presentada tambin como la Corredentora Dolorosa, (Jn. 19, 25), para quien la Pasin Redentora de su Hijo fue como una espada que traspas su alma (Jn. 19, 25), segn lo haba predicho Simen cuando Ella ofreci a su Hijo en el Templo (Lc. 2, 22-38).

f) Presentada como Madre espiritual de todos los cristianos, proclamada por Jess como tal desde lo alto de la Cruz (Jn. 19, 25-27).

g) Presentada, por ltimo, como la ms gloriosa entre las mujeres, como la mujer revestida de sol (Apoc. 12), como la Bendita entre las mujeres (Lc. 1, 42), como Aqulla a quien todas las generaciones llamarn bienaventurada (Lc. 2, 27), o sea, objeto de un culto universal y perenne, ya que el que es Poderoso ha obrado en Ella grandes cosas (Lc. 1, 49): profeca luminosa que se cumpli muy pronto cuando fue aclamada bienaventurada por una annima mujer del pueblo (Lc. 11, 27).

No se encontrar en autores eclesisticos nada que inspire tanto respeto o admiracin hacia Ella, como, por ejemplo, lo que de la Anunciacin o de la Visitacin nos cuenta San Lucas.

Uniendo en un haz luminoso todos estos rayos nacidos de los libros inspirados del Nuevo Testamento, tenemos una figura de mujer verdaderamente singular, nica, trascendente a cualquier otra figura creada, verdaderamente digna de la admiracin, de la veneracin y de la confianza de toda la humanidad.

4.1.1.7. El problema del relativo silencio de Mara. TC \l5 "4.1.1.7. El problema del relativo silencio de Mara.Hay algunos que se lamentan de este relativo silencio de Mara en las Escrituras. Pero si bien hablamos de escasos cuantitativamente (por la escasez de noticias biogrficas), no obstante debemos hablar de sobreabundantes cualitativamente, por la amplitud de horizontes que nos abren sobre la Virgen Sma.

Es famoso un texto de Santo Toms de Villanueva que dice: Para responder a estas cavilaciones, es decir, por qu no se escribi un libro sobre las actividades de la Virgen, como lo tenemos de San Pablo (pues debe descartarse por temerario e impo acusar de negligencia a los evangelistas), no se me ocurre otra solucin que tal fue el beneplcito del Espritu Santo, y que bajo su inspiracin las pasaron por alto los evangelistas, y basten, como compendio ms que suficiente de su historia, las palabras que nos han servido de texto: que de Ella naci Jess. Qu ms quieres averiguar? Qu ms puedes desear en la Virgen? Te basta que sea Madre de Dios... .

Hay que descartar, ante todo, que los hagigrafos hayan procedido as por el bajo concepto que tenan de Mara, puesto que en sus escritos se manifiesta todo lo contrario. Estos la presentan como Madre del Seor, como Llena de Gracia, como Bendita entre las mujeres, como Aquella en la que Dios ha obrado grandes cosas.

Hemos de decir que ese relativo silencio entra admirablemente en los designios de Dios. l, en su infinita sabidura, determin esconderla en la tierra para glorificarla ms en el cielo .

Los Evangelios se limitan a transcribir la primitiva catequesis apostlica, que -como es natural- giraba casi entera alrededor de la persona adorable de Cristo, desde su Bautismo (en el que comenz su manifestacin pblica como Mesas e Hijo de Dios [Mc. 1, 11]), hasta la Ascensin, conforme a la misin dada por el mismo Cristo a los Apstoles: Recibiris el Espritu Santo, que bajar sobre vosotros, y daris testimonio de m en Jerusaln y en toda la Judea y Samara y hasta los confines de la tierra (Hech. 1, 8). La Virgen qued necesariamente en la penumbra, como la estrella que centellea y se esfuma en el cielo inundado por la luz del sol .

Su vida fue sublime, como las cosas sencillas, y sencilla, como las cosas sublimes. Lo que se observaba exteriormente en Ella no hubiera podido suministrar materia suficiente para un libro. Tan sencillo era! Su bigrafo se hubiera encontrado en la misma situacin embarazosa de las Carmelitas de Lisieaux respecto a Santa Teresa del Nio Jess, como se lee en su autobiografa: Sor Teresa est para morir. Y, en verdad, poco podr decir de ella nuestra Madre despus de su muerte. Se encontrar en un verdadero apuro, porque esta hermanita, fuera de su amabilidad, no ha hecho realmente nada que merezca ponerse por escrito .

Podemos aadir tambin que los tres Sinpticos escribieron probablemente sus Evangelios mientras an viva la Virgen Santsima. No es improbable que ajustndose al vivo deseo de Mara de permanecer en la sombra, se hayan limitado, con respecto a Ella, a lo estrictamente indispensable. Y as se comprende muy bien cmo la intervencin de la Virgen Sma. en el primer milagro de Cristo, en las bodas de Can, y la heroica presencia de Ella junto a la Cruz del Hijo, hayan sido omitidas por los tres sinpticos, y referidas solamente por San Juan, que escribi despus de la Asuncin gloriosa de Mara. El relativo silencio de los hagigrafos nos parece ms elocuente que cualquier palabra.

4.1.1.8. Uso de la Biblia en Mariologa. TC \l5 "4.1.1.8. Uso de la Biblia en Mariologa.Para valorar como conviene los distintos pasajes marianos de la Biblia, es necesario tener bien presentes las nociones de propedutica bblica y especialmente las leyes de la hermenutica. Algunos se toman en sentido literal, propio (por ej., la Virgen Madre del Emmanuel) o impropio (la Esposa del Cantar de los Cantares), y otros en sentido espiritual tpico (Ester, Judit, etc.).

Se debe tener presente tambin, que en un mismo pasaje bblico cualquier verdad mariolgica puede estar contenida explcita o implcitamente; y lo que est implcitamente contenido, puede estarlo formalmente, o sea, en trminos equivalentes (por ej., la proposicin Mara es Madre de Dios, est contenida formalmente en la proposicin Mara es Madre del Seor), o slo virtualmente, esto es, por va de raciocinio (como conclusin teolgica).

4.1.1.9. Los Apcrifos Marianos. TC \l5 "4.1.1.9. Los Apcrifos Marianos.Qu son los apcrifos marianos. Apcrifo (B@iDLn@H) significa etimolgicamente desconocido, secreto. La expresin libro apcrifo ha sido empleada por los Padres y por los escritores eclesisticos en tres sentidos diversos.

En primer lugar, en el sentido del libro pseudo-cannico, es decir, en el sentido de que la Iglesia universal no lo recibe en su coleccin de libros sagrados e inspirados, ledos pblicamente en sus asambleas oficiales.

En segundo lugar y sucesivamente, fue tomada en el sentido de libro no perteneciente a aquel a quien se le atribuye en el ttulo.

Por ltimo fue tomada esta expresin, en el sentido de libro hertico o, al menos, sospechoso, por la razn de que buena parte de ellos haban sido escritos por los herejes para difundir ms fcilmente la hereja. Slo estos ltimos, los libros apcrifos de los herejes, han sido condenados por la Iglesia.

Cules son esos libros apcrifos? Los principales apcrifos marianos son referibles al Nuevo Testamento. Pueden dividirse segn su gnero literario en Evangelios, Cartas y Apocalipsis.

a) Evangelios apcrifos. Tenemos los siguientes:

*El Protoevangelio de Santiago . Tanto por la antigedad como por la importancia, puede llamarse el rey de los apcrifos marianos. Es de tono estrictamente ortodoxo. Fue escrito originariamente en griego y consta de veinticinco captulos; en los diecisiete primeros (la parte ms antigua, s. II) se narra la vida de Mara Sma. antes de la Anunciacin; en los otros ocho, en cambio (la parte ms reciente, no posterior al fin del s. III), se narran los comienzos de la historia evanglica, o sea, la concepcin y nacimiento virginal del Redentor, la venida de los Magos, la matanza de los inocentes y la muerte de Zacaras, padre del Bautista, por orden de Herodes.

El Protoevangelio de Santiago, que encontr mucha acogida en todas las iglesias orientales, donde tuvo amplsima difusin, dio origen en Occidente al Evangelio del pseudo-Mateo, o sea, al Libro del nacimiento de la B. Virgen Mara y de la infancia del Salvador, de cuarenta y dos captulos (quiz del s. VI).

*La historia de Jos el Carpintero. En ella Jess cuenta a los Apstoles la vida y especialmente la muerte de San Jos (del s. IV).

*El Evangelio de Santo Toms, o sea, la Narracin de la infancia del Seor, de Toms, Filsofo Israelita. Se narran varios milagros, generalmente extravagantes, que habran sido obrados por Jess Nio entre los cinco y los doce aos de su edad. Y se cierra con el episodio de la prdida de Jess en el Templo.

*El Evangelio rabe de la Infancia (as llamado porque durante mucho tiempo no fue conocido ms que a travs de un texto rabe). Narra de modo bastante completo la infancia de Cristo, mientras la Sma. Virgen es presentada como Mediadora de todos los favores concedidos por el divino Nio.

*El Trnsito de Mara Sma. -No faltan slidos argumentos para probar que ya en el s. II exista un relato sobre el Trnsito de Mara Sma., debido al pseudo-Leucio Carino, clebre Maniqueo que se finge discpulo de San Juan Evangelista, quien tuvo bajo su amparo a la Virgen .

b) Cartas Apcrifas. Se nos presentan como escritas por Mara Sma., y son tres:

*La carta de la B. Virgen a los de Mesina, conservada religiosamente en la Catedral de Mesina.

*La carta de Mara Sma. a San Ignacio de Antioqua, que la haba invitado a venir a su ciudad para ser su consuelo y el de sus fieles. La Virgen le promete una visita juntamente con Juan y le exhorta a la perseverancia.

*La carta de Mara Sma. a los Florentinos, en la que la Virgen les exhorta a la fe, a la oracin y a la paciencia.

c) Apocalipsis apcrifos. Existen dos:

*El Apocalipsis de la B. M. Virgen sobre las penas de los condenados (del s. IX aproximadamente). La Virgen, bajo la direccin del Arcngel San Miguel, ve las penas de los condenados en el infierno, y, conmovida ruega al Arcngel que interceda por los cristianos condenados. Pero el Arcngel le responde que no obstante sus repetidas splicas, Dios no se ha dejado conmover. Llegada, despus del destierro terreno, al cielo, la Virgen Sma. ruega al Seor y a Ella se une toda la corte celestial. Dios, movido por tantas splicas, enva al Hijo que concede una intermisin durante el da de Pentecosts para glorificar al Padre, al Hijo y al Espritu Santo .

*El Apocalipsis de una visin tenida por Mara Sma.. Mientras la Virgen haca oracin en el Glgota, un viernes a la hora de sexta, fue arrebatada al tercer cielo, donde vio un alma justa que sala del cuerpo, y fue acogida con alegra por los ngeles, y un alma pecadora entregada al ngel del Infierno; visit el paraso, donde habl con Enoc y Elas; visit el infierno, donde vio las penas de los pecadores, y en especial las de los ministros de la Iglesia y los monjes. Tambin aqu parece que la Virgen habra obtenido una relajacin de las penas desde la tarde del viernes hasta la maana del lunes. Toda esta visin habra sido contada por Mara Sma. a San Juan para que l la pusiera por escrito. Este Apocalipsis depende del Apocalipsis de Pablo, y no es anterior al siglo VII (habla de los mahometanos) .

Existen tambin fragmentos de otros Apcrifos que hacen referencia a Mara Sma., por ej. La Ascensin de Jess, compuesta por un cristiano alrededor del 100-150, donde exalta la virginidad de Mara Sma. en el parto; Las Odas de Salomn, cnticos probablemente de origen gnstico, compuestos en Siria hacia el 150-200, donde exaltan la virginidad en el parto; Los Orculos Sibilinos, sobretodo el libro VIII de 500 versos, del s. III, donde la Virgen Mara es llamada una vez con su nombre propio, es llamada Virgen del seno inmaculado que ha dado a luz virginalmente y aparece como Mediadora del gnero humano; la Tercera Carta de San Pablo a los fieles de Corinto (ao 190-200) se afirma el origen davdico de Mara Sma.; Evangelio de Pedro (ao 150), de origen gnstico, se hace mencin de la virginidad despus del parto; etc..

En cuanto al valor de los apcrifos, hay que evitar cuidadosamente dos extremos: una total valoracin y una plena desvalorizacin. Tomados en conjunto, especialmente los que se refieren a Mara Sma., no deben, ni mucho menos, repudiarse totalmente, como enteramente intiles, aunque tampoco totalmente aceptados. Es necesario examinarlo todo, rechazar lo intil y conservar lo bueno. En realidad, los Apcrifos pueden tener una relativa importancia apologtica, histrica, dogmtica y artstica.I) Importancia apologtica. Las extravagancias contenidas en ellos, su locuacidad, su maravillosismo, etc., dan evidente testimonio en favor de la preeminencia, de la dignidad, de la seriedad de contenido, del candor y de la sobriedad de los Evangelios cannicos. Hay un contraste sumamente estridente entre los libros cannicos y los diversos apcrifos.

II) Importancia histrica. En estos escritos se encuentran, como dice San Agustn: algunas cosas verdaderas con muchas falsas . Y tambin, segn San Jernimo: hay en ellos oro en el lodo . Puede servir, indudablemente, para conocer la mentalidad, la piedad del ambiente y del tiempo en que fueron compuestos con respecto a la Virgen Sma., la altsima idea que de Ella se tena, la veneracin de que estaba rodeada, la confianza que se fomentaba hacia Ella por su singular poder de intercesin. Adems de esto, los Apcrifos, especialmente los ms antiguos, pueden haber conservado y transmitido a las generaciones siguientes, junto con creaciones de fantasa, algunos datos histricos, tradicionales. As, el nombre de los padres de Mara Sma. (Joaqun y Ana) su presentacin al Templo, el nacimiento de Jess en una gruta, nos son conocidos solamente a travs del Apcrifo Protoevangelio de Santiago; la colocacin de Jess, apenas nacido, entre el buey y el asnillo, se lee por primera vez en el Apcrifo del pseudo-Mateo.

III) Importancia teolgica. Ciertamente, no es posible apoyarse sobre los Apcrifos para establecer dogmas o nuevas verdades mariolgicas. Pero con eso no se excluye que los dogmas o verdades mariolgicas conocidos ya por otra va (Magisterio, Escritura, Tradicin), puedan recibir una luminosa confirmacin de los diversos Apcrifos. Adems, no raramente todos o casi todos los hechos -a veces extravagantes- contados por los Apcrifos han sido evidentemente inventados para probar una tesis o verdad de fe, por ej., la perpetua virginidad de Mara (del Protoevangelio de Santiago), la Asuncin psicosomtica de Mara Sma. (el Trnsito), la singular eficacia de su Mediacin, etc.

4.1.2. La Tradicin: Padres, Doctores y Escritores Marianos. TC \l4 "4.1.2. La Tradicin: Padres, Doctores y Escritores Marianos.4.1.2.1. Padres marianos. TC \l5 "4.1.2.1. Padres marianos.Tomamos aqu el trmino Padres en sentido amplio.

a) En el perodo Preniceno (ss. I-IV). Mencionamos slo algunos entre los ms destacados :

*San Ignacio Mrtir (_107). En sus cartas hay elementos sobre la Maternidad divina y sobre la Virginidad antes del parto y en el parto.

*San Justino Mrtir (_165-166). Nos presenta por primera vez el clebre paralelismo Eva-Mara. Mara Sma. es, adems, la Virgen-Madre del Verbo encarnado.

*Arstides (primera mitad del s. II) ensea que Cristo descendi del cielo para nuestra salvacin y naci de una Santa Virgen, y tom carne sin semen y sin corrupcin. Importante la expresin Santa Virgen; es la primera vez que la Maternidad Virginal de Mara Sma. es puesta en relacin con la santidad y es, por tanto, presentada como exigitiva de la santidad.

*San Ireneo, Obispo de Lyn (140-202), suministra tal riqueza de elementos mariolgicos (Maternidad divina, Virginidad perpetua, Corredencin, Maternidad espiritual e Intercesin), que justifica el ttulo de primer telogo de Mara.

*Hegesipo (_ despus del 180), fundndose en las tradiciones palestinenses, ve en los llamados hermanos del Seor, primos de Cristo.

*Abercio de Hierpolis (hacia el fin del s. II), habla de un pez (smbolo de Cristo) pescado por una Virgen pura (Mara): clara alusin a las relaciones que median entre la Eucarista y la Virgen.

*Clemente Alejandrino (150-215). Mara, en sentido histrico, es Virgen y Madre; la Iglesia, en cambio, es Virgen y Madre en sentido mstico.

*Tertuliano (c. 160-222), presenta diversos elementos mariolgicos relativos a la Maternidad divina (sobre la cual, contra los docetas, es el ms claro de todos los escritores prenicenos), sobre la virginidad antes del parto (niega, sin embargo, la virginidad en el parto y despus del parto), sobre la santidad, la cooperacin, como nueva Eva, a la Redencin.

*Orgenes (185-254), escribe sobre la Maternidad divina, la perpetua Virginidad, la santidad de la Madre de Dios, la cooperacin a la Redencin y la Maternidad espiritual.

*San Pedro Alejandrino (_311), es el primero en usar la expresin siempre Virgen.

b) De la poca postnicena:

*San Efrn Siro (306-373), es el primer Doctor Mariano del ejrcito de los Padres, principalmente en sus Himnos a la Virgen (canta incomparablemente los diversos privilegios marianos).

*San Atanasio (_373), Mara Virgen es presentada como modelo de la virginidad.

*San Juan Crisstomo (354-407), aporta algunos elementos varios.

*San Ambrosio (339-397), habla de Mara Santsima en varias de sus obras.

*San Jernimo (349-420) escribi en defensa de la virginidad de Mara contra Helvidio.

*San Agustn (354-430), en sus mltiples obras se encuentran varios y preciosos elementos mariolgicos.

4.1.2.2. Doctores marianos. TC \l5 "4.1.2.2. Doctores marianos.

*San Beda el Venerable (_735).

*San Pedro Damiano (1007-1072).

*San Anselmo, Arzobispo de Canterbory (1033-1109).

*San Bernardo (1090-1153), es el verdadero Doctor Mariano por antonomasia. Su influjo en todos los marilogos siguientes es excepcionalmente notable. Ha exaltado melifluamente a la Virgen en doce sermones.

*San Antonio de Padua (_1231), ha dejado varios discursos sobre la Virgen ricos en elementos mariolgicos.

*San Buenaventura (1221-1273).

*Santo Toms de Aquino (1225-1274), se destaca por su acostumbrado rigor teolgico.

*San Alberto Magno (_1280), es uno de los escritores marianos ms fecundos.

*San Pedro Canisio (1521-1597), rechaza fuertemente las acusaciones de los protestantes de su tiempo.

*San Roberto Belarmino (1542-1621).

*San Francisco de Sales (1567-1622).

*San Alfonso Mara de Ligorio (1696-1787).

4.1.2.3. Escritores marianos. TC \l5 "4.1.2.3. Escritores marianos.

*El Beato Guerrico, Abad de Igny S.O.C. (_1151-1155), dej tales discursos marianos que merecen ser ledos casi con el mismo respeto con que se leen los de San Bernardo.

*Juan Duns Scoto (_1429), clebre especialmente por la controversia sobre la Inmaculada Concepcin.

*Juan Gerson (_1429), escribi varios opsculos marianos densos en doctrina.

*San Bernardino de Sena, O.F.M. (_1444), es en Mariologa el eco de San Bernardo.

*Francisco Surez, S.I. (_1617).

*San Lorenzo de Brindis, O. Min. Cap. (1559-1619).

*San Juan Eudes (1601-1680), escribe sobre el Corazn Inmaculado de Mara en su obra Le Coeur admirable de la Mre de Dieu, digna de leer por su uncin.

*J. B. Bossuet (_1704).

*San Luis Mara Grignion de Montfort (_1716) es clebre en todo el mundo por su Tratado de la verdadera devocin a la Virgen Sma. y por el opsculo El secreto de Mara. Acerca del Tratado escriba el P. Faber: En este libro se revela el sentido de un no s qu sobrenatural e inspirado que va aumentando a medida que se avanza en su estudio. Leyndolo y releyndolo se ve uno obligado a tocar con la mano que su novedad no envejece, su plenitud no disminuye, el fresco perfume y el fuego sensible de la uncin no se alteran ni vienen a menos .

4.2. Fuente directiva: el Magisterio eclesistico. TC \l3 "4.2. Fuente directiva: el Magisterio eclesistico.a) La misin de la Iglesia: consiste en custodiar, exponer y defender las verdades reveladas.

b) Los dos modos como la Iglesia cumple su misin:

* De una manera sencilla, ordinaria.

* De una manera solemne, extraordinaria.

El primer modo es el de todo los das; el segundo, en cambio, es el que se ejerce rara vez, en algunas circunstancias particulares. Pues bien, de ambos modos ha ejercido el Magisterio Eclesistico, respecto de Mara Sma., su oficio nobilsimo.

c) El Magisterio extraordinario de la Iglesia sobre Mara Sma.. No estn de acuerdo los telogos en el nmero exacto de las verdades mariolgicas definidas por el Magisterio Eclesistico extraordinario como dogmas de fe. Todos convienen en admitir cuatro:

1- La perpetua virginidad de Mara Santsima. Contenida en varios smbolos de fe y afirmada en varios concilios .

2- La Maternidad divina. Definida contra Nestorio en el Concilio de feso del ao 431 .

3- La Inmaculada Concepcin. Fue definida por Po IX el 8 de diciembre de 1854 .4- La Asuncin en cuerpo y alma, al trmino de su vida terrena. Definida por Po XII el 1 de noviembre de 1950 .

Algunos telogos aaden una quinta a las cuatro verdades de fe que acabamos de enumerar: La Inmunidad de Mara Santsima de la culpa actual venial, definida en el Concilio de Trento. Parece evidente la definicin dogmtica de esta verdad mariolgica si se tiene en cuenta el ambiente histrico en que se mueven las expresiones usadas en el Concilio .

d) El Magisterio Ordinario y los principales documentos marianos. Adems del Magisterio extraordinario, integrado por definiciones conciliares o pontificias, existe tambin el Magisterio ordinario, representado por la predicacin mariana cotidiana de la Iglesia. Las enseanzas del Magisterio ordinario sobre la Virgen se manifiestan principalmente en las encclicas marianas de los papas y en la Liturgia de la Iglesia.

El valor doctrinal de las encclicas ha sido puesto en el debido relieve por el Santo Padre Po XII en la Encclica Humani generis .

4.2.1. Principales documentos pontificios. TC \l4 "4.2.1. Principales documentos pontificios.a) Po IX.

Bula dogmtica Ineffabilis Deus. Con fecha 8 de diciembre de 1854. Se define que Mara Santsima fue inmune de toda mancha de pecado, perfectamente inocente y santa desde el primer instante de su concepcin.

b) Len XIII.Escribi desde 1883 a 1901 doce cartas encclicas sobre el Santo Rosario. Seis de ellas son breves y de carcter ms bien prctico, sobre asuntos secundarios. Tales son las de 1883 y 1884, la de 1887 sobre la Cofrada del Rosario; la de 1889, sobre las indulgencias del Rosario, y la de 1901, sobre la dedicacin de la Baslica del Rosario, de Lourdes. Las seis restantes se las puede llamar mayores en contraposicin de las seis anteriores. Son las siguientes:

*Carta Encclica Octobri mense adventante. Con fecha 22 de septiembre de 1891. Ocasin de la Encclica fue la vuelta del mes de octubre, consagrado a la Virgen Santsima del Rosario. El fin de la Encclica fue que se redoble el fervor en honrar e invocar a la Madre de Dios con el rezo del Rosario.

*Carta Encclica Magnae Dei Matris. Con fecha 8 de septiembre de 1892. Tambin sobre el Santo Rosario.

*Carta Encclica Laetitiae Sanctae. Con fecha 8 de septiembre de 1893. El tema es el valor de los bienes en que es fecunda la virtud del Rosario y cun eficaz sea para curar las tres llagas de la edad presente: aversin a la vida modesta, repugnancia a padecer y el olvido de los bienes venideros.*Carta Encclica Iucunda semper expectatione. Con fecha 8 de septiembre de 1894. El tema fue tambin la excelencia del Rosario.

*Carta Encclica Adiutricem populi christiani. Con fecha 15 de septiembre de 1895. Fin de la Encclica es mover a los Pastores y a la grey a recurrir a Mara con plena confianza, especialmente en el prximo mes de octubre, con el Santo Rosario, para la reconciliacin de las naciones disidentes con la Iglesia.

*Carta Encclica Fidentem piumque animum. Con fecha 20 de septiembre de 1896. Habla de los frutos ya obtenidos por las repetidas recomendaciones del Santo Rosario, y nuevamente inculca y estimula a hacerlo.

c) San Po X.Carta Encclica Ad diem illum. Con fecha 2 de febrero de 1904. La ocasin de la Encclica fue el 50 aniversario del dogma de la Inmaculada Concepcin. Fin inmediato de la Encclica: excitar la confianza y el amor hacia la Virgen Santsima para que se renueven en el mundo sus beneficios. El fin ltimo: la actuacin del programa pontificio instaurare omnia in Christo. Y el tema en general: el camino ms seguro y ms breve para llegar a Cristo, a su conocimiento, a su amor y a la unin con l, es Mara Sma.

d) Po XI.*Carta Encclica Lux veritatis. Con fecha 25 de diciembre de 1931. La ocasin y divisin de la Encclica: el XV centenario del Concilio de feso, en el que tres dogmas brillaron a los ojos del mundo con su primera luz:

-Que en Jesucristo hay una nica persona, que es divina;

-Que todos, por tanto, deben reconocer y venerar a la Virgen Santsima como Madre verdadera de Dios;

-Que en el Romano Pontfice reside, por institucin divina, la autoridad suprema, suma e independiente, sobre todos y cada uno de los cristianos, en las cuestiones referentes a la fe y a la moral.

*Carta Encclica Ingravescentibus malis. Con fecha 29 de septiembre de 1937. La finalidad: que el Rosario sea la oracin de todos y de todos los das. El Papa formula un voto de gratitud por la salud recobrada y una reparacin de una injuria gravsima, recientemente inferida a la Virgen. En Ella dice que el nico remedio a los males recientes de nuestro tiempo es el retorno a Cristo, al que est unido en todos los fastos del nombre cristiano, el patrocinio de Mara Santsima. Ella es la vencedora de todas las herejas y enemigos del nombre cristiano, la auxiliadora en las necesidades pblicas y privadas. En los errores y en los males grandes y numerosos que nos amenazan, en vez de desanimarnos, debemos interponer ante Dios la Mediacin de Mara. Entre las varias splicas a Mara, el Rosario merece un puesto especial y distinguido, puesto que se trata de una prctica excelentsima.

e) Po XII.

En varios documentos ha hablado frecuentemente de Mara Sma., y el 31 de octubre de 1942, consagraba solemnemente a su Corazn Inmaculado el gnero humano y toda la Iglesia con la plenitud de su autoridad apostlica. Tres documentos reflejan particularmente su pensamiento mariano: el eplogo de la Encclica Mystici Corporis Christi, del 29 de junio de 1943; La Constitucin Apostlica Munificentissimus Deus, del 1 de noviembre de 1950 y la Encclica Ingruentium malorum, sobre el Santo Rosario.

*Constitucin Apostlica Munificentissimus Deus. Con fecha 1 de noviembre de 1950. Se define dogmticamente lo siguiente: pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma revelado por Dios que: la Inmaculada Madre de Dios siempre Virgen Mara, terminado el curso de la vida terrena, fue asumida a la gloria celeste en alma y cuerpo. Luego amenaza con excomunin a quin se oponga a esta definicin.

*Carta Encclica Ingruentium malorum. Con fecha 15 de septiembre de 1951. El Papa dice aqu que el remedio de los males presentes de la humanidad se encuentra en la oracin, por la Mediacin de Mara Sma., invocada sobre todo con la devocin del Rosario, especialmente en el mes de octubre.

f) Pablo VI.Pablo VI quiso volver a hablar de la Virgen Santsima, exponiendo los fundamentos y criterios de esa singular veneracin que la Madre de Cristo recibe en la Iglesia, as como las diferentes formas de devocin mariana (litrgicas, populares y privadas) correspondientes al espritu de la fe.

*Carta Encclica Christi Matri. Con fecha 15 de septiembre de 1966; AAS 58 (1966), 745-749.

*Exhortacin Apostlica Signum magnum. Con fecha 13 de mayo de 1967; AAS 59 (1967), 465-475.

*Exhortacin Apostlica Marialis cultus. Con fecha 2 de febrero de 1974; AAS 66 (1974), 113-168.

g) Juan Pablo II.

De este Papa tenemos innumerables discursos, alocuciones y homilas. Se hara interminable el enumerar. Solo nombramos su Encclica.

Carta Encclica Redemptoris Mater. Con fecha 25 de marzo de 1987. Trata sobre la bienaventurada Virgen Mara en la vida de la Iglesia peregrina.

Dejamos el Concilio Vaticano II que lo trataremos ms adelante al hablar del ttulo de Mara Madre de la Iglesia.

4.2.2. Sntesis de la Mariologa de los Pontfices. TC \l4 "4.2.2. Sntesis de la Mariologa de los Pontfices.Como ms adelante iremos viendo el Magisterio conforme vayamos analizando las definiciones dogmticas, los ttulos y la singular misin de Mara Sma., nos limitamos a decir qu temas fueron tocados por los papas en el Magisterio:

Predestinacin. Manifestacin de ese decreto de Predestinacin por las profecas. Maternidad divina. Maternidad espiritual. La asociacin al Mediador: la Corredentora, la Dispensadora de todas las gracias, la Realeza de Mara. Los privilegios singulares como: La Inmaculada Concepcin, plenitud de gracia, inmunidad de todo pecado actual, su Virginidad perpetua, sus virtudes, la Asuncin. El Culto a Mara Santsima: su legitimidad, utilidad, necesidad; las distintas formas externas del culto; sus fiestas marianas.

4.2.3. La Liturgia Mariana. TC \l4 "4.2.3. La Liturgia Mariana.Nos TC \l4 "Nos vemos en la necesidad de tener que decir algo de la Liturgia ya que lo utilizaremos como una de las fuentes de este tratado.

Por Liturgia Mariana entendemos el complejo de elementos positivos referentes a la Virgen, que se encuentran en la oracin pblica y oficial de la Iglesia, tanto universal como particular. La Iglesia en su admirable Liturgia, expresa diversas verdades marianas y dirige el modo externo como debemos honrar pblicamente a Mara. Con la Liturgia, la Iglesia ensea a los fieles ms como madre que se adapta a sus hijos, que como maestra, mediante tesis o lecciones cientficas, etc. Ella manifiesta abiertamente a sus hijos cul es su fe en Mara, no ya con las ridas frmulas de la Escuela, sino con las vivas y frescas expresiones que brotan del alma que ora.

Las fuentes de la Liturgia Mariana son muchas. Se pueden, dividir en dos clases: primarias y secundarias. Son fuentes primarias los libros litrgicos oficiales de la Iglesia universal, esto es, el Misal, el Breviario, el Ritual, el Martirologio y el Pontifical Romano. Estas fuentes son ricas en elementos marianos positivos y suministran piedras muy slidas para la construccin mariolgica. Son, en cambio, fuentes secundarias los libros litrgicos de una parte de la Iglesia (la Liturgia Ambrosiana, Mozrabe, de un Patriarcado o de una Dicesis u Orden religiosa, etc.). Mientras las fuentes primarias tienen una importancia indiscutida, ilimitada, las fuentes secundarias, dado su carcter local o particular, tienen una importancia relativa y limitada.

El valor dogmtico de la Liturgia in genere resulta del clebre adagio teolgico: lex supplicandi statuit legem credendi. La Iglesia, como ora, as cree. La oracin es el eco de la fe de la Iglesia, tanto docente como discente. Las diversas fiestas litrgicas, especialmente, son como el vehculo de la doctrina de la Iglesia (siempre asistida por el Espritu Santo) sobre cualquier punto particular. Tanto ms que, en ocasiones, a propsito de tales fiestas, los Padres y Doctores han tenido sus homilas ordenadas a exponer el tema. La Liturgia, pues, es un verdadero lugar teolgico, y de ella puede deducir el telogo pruebas ms o menos demostrativas para establecer sus tesis. No es de extraar que la Liturgia prepare las mismas definiciones dogmticas y vaya como al mismo paso que ellas .

Esto que decimos es en general. Pero en particular, para comprender bien y determinar el valor dogmtico de cada uno de los lugares litrgicos, es necesario distinguir en qu sentido, por ejemplo, emplea la Liturgia los diversos pasajes de la Sagrada Escritura, esto es, si en sentido escriturstico (literal o tpico), o en sentido puramente acomodaticio. En el primer caso tendremos una verdadera interpretacin escriturstica por parte del Magisterio ordinario de la Iglesia. En el segundo caso, en cambio, la acomodacin no servir ms que para significar -que no es poco- el pensamiento y la doctrina de la Iglesia sobre el asunto. Por ejemplo el que ve un sentido puramente acomodaticio en la aplicacin que la Iglesia hace a Mara de los conocidos pasajes de los Proverbios y del Eclesistico sobre la Sabidura, est obligado a admitir por lo menos que con tal aplicacin la Iglesia manifiesta lo que piensa acerca de la Predestinacin de Mara, o sea, el puesto de Mara Sma. en el plan divino de la creacin, el primado de que goza sobre todas las otras puras criaturas. Lo mismo hay que decir de las dems enseanzas dadas por cualquier Padre o Doctor, o escritor eclesistico en las lecciones del Oficio divino, por ejemplo. La Iglesia las ha escogido y las ha insertado en su Liturgia porque reflejan fielmente, al menos en conjunto, su doctrina sobre el asunto.

Hay que tener cuidado, a pesar de todo, de no exagerar el valor del argumento litrgico. Por ej., cuando se refiere en los libros litrgicos (aun en las mismas oraciones) un elemento histrico de origen puramente humano (ejemplo: la traslacin de la Santa Casa de Loreto o la muerte de Mara Sma.), en vano se invocara en favor de tal hecho el dicho: Lex supplicandi statuit legem credendi. Este dicho vale, no para todas las cosas contenidas en la Liturgia, sino para las contenidas como objeto de demanda y de splica.

Para tener, pues, un verdadero argumento ex Liturgia, de valor dogmtico, son necesarios varios pasos convergentes en el mismo sentido, y deben referirse a verdades de fe o a hechos de naturaleza dogmtica, y no a hechos puramente histricos.

CAPTULO IILOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES

DE LA TEOLOGA MARIANA

LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES

DE LA TEOLOGA MARIANA

Ante TC \l1 "Ante todo, vamos a recoger brevemente algunos de los ms importantes principios mariolgicos que constituyen como el fundamento y la clave para entender y explicar los sublimes privilegios con que Dios omnipotente adorn a la que haba escogido, desde toda la eternidad, para ser la Madre del Verbo encarnado.

Entre estos principios mariolgicos, los telogos suelen destacar aparte el que consideran primer principio y base fundamental de toda la Mariologa, exponiendo despus los dems principios que, aunque importantsimos tambin, pueden considerarse como secundarios en relacin al primario y fundamental. Vamos, siguiendo este criterio, a exponer separadamente el principio primario o fundamental y los principios secundarios.

1. EL PRIMER PRINCIPIO DE LA MARIOLOGA. TC \l2 "1. EL PRIMER PRINCIPIO DE LA MARIOLOGA.La cuestin del primer principio de la Mariologa constituye, si se considera bien, el problema fundamental de toda la metodologa mariolgica. Se puede decir, analgicamente, del primer principio de la Mariologa lo que se dice del cimiento en una casa o de la semilla en un rbol. De la misma manera que el cimiento da a una casa firmeza y solidez, orden y unidad, el primer principio, presidiendo toda la estructura del tratado o edificio mariolgico, le da consistencia y pone orden y unidad orgnica en sus diversas partes. De la misma manera que del germen o clula germinativa procede todo el rbol (races, tronco, ramas con las flores y los frutos), del primer principio de la Mariologa procede todo el tratado mariolgico, o sea, todas las conclusiones que lo constituyen e integran. El primer principio debe expresar germinalmente la esencia, la misin, la razn misma de ser de Mara, el puesto exacto que Ella ocupa en el plan presente de la Providencia divina. Es, por tanto, como el centro hacia el que convergen todos los radios de la circunferencia.

Expondremos la dificultad y necesidad de establecer un primer principio fundamental que informe toda la Mariologa, las condiciones que ha de reunir, las diferentes opiniones de los telogos marianos y, finalmente, la sentencia que nos parece ms probable .

1.1. Dificultad y necesidad. TC \l3 "1.1. Dificultad y necesidad.Hay gran diversidad de opiniones para establecer con exactitud el verdadero principio primario o fundamental de la Mariologa, esto an entre los marilogos ms eminentes. Sin embargo, la necesidad de un principio bsico y fundamental que informe y d verdadera unidad a toda la Mariologa se impone necesariamente, a no ser que neguemos a esta parte de la teologa y -por extensin- a toda la teologa su carcter de verdadera ciencia, en el sentido tcnico y riguroso de la palabra.

Si la Mariologa es parte de la ciencia de la teologa, debe poseer un rasgo que es caracterstico de toda ciencia. Debe organizar todos los datos de su objeto material segn un principio de orden. Debe apoyarse en un principio fundamental que sea la base inconmovible de toda la Mariologa, asegurando la unidad y la cohesin de todos sus elementos.

1.2. Condiciones que ha de reunir. TC \l3 "1.2. Condiciones que ha de reunir.El primer principio fundamental que informe, cohesione y d unidad a toda la Mariologa como rama o parte especial de la ciencia teolgica ha de reunir, al menos, las tres condiciones siguientes:

a)Que sea una verdad de fe, o sea expresamente revelada por Dios, ya que, como dice S. Toms, los principios de la teologa son los artculos de fe . No bastara tomar como primer principio una verdad cualquiera deducida por razonamiento teolgico. No es lo mismo un principio que una conclusin, por muy ciertos y verdaderos que sean.

b)Que sea uno solo, esto es, que exprese una sola verdad absoluta, no dos o ms. De lo contrario, si expresara dos o ms verdades, una de ellas debera ser principio de las otras -con lo cual estas otras ya no seran principios sino conclusiones-, o seran dos o ms principios independientes entre s, con lo cual destruiramos la unidad interna de la Mariologa como ciencia, para caer en varias ciencias correspondientes a los principios independientes. El primer principio debe expresar una sola verdad absoluta de manera explcita; pero implcitamente debe contener una gran cantidad de verdades, prcticamente toda la Mariologa.c)Que sea el ltimo fundamento y la base objetiva de todas las dems verdades mariolgicas. Como acabamos de decir, debe contener implcitamente prcticamente toda la Mariologa.

1.3. Opiniones de los telogos. TC \l3 "1.3. Opiniones de los telogos.Prescindiendo de los que dudan o niegan la existencia de un primer principio mariolgico del cual pueda deducirse toda la Mariologa, tres son las principales corrientes o tendencias: la de los que proponen un solo principio simple, la de los que establecen un solo principio compuesto y la de los que consideran necesario admitir dos principios distintos, por considerar imposible derivar toda la Mariologa de uno solo. Las formulaciones son las siguientes:

1 nico principio simple, que es:

*La Maternidad divina: un gran nmero de marilogos.

*Mara, Nueva Eva: (Card. Newman, Alameda, Everett, Deneffe, Billot, Lavaud, etc.).

*Mara tipo de la Iglesia (Semmelroth, Kster).

*Madre de Cristo? (nuestra sugerencia, por considerar una ms).

2 nico principio compuesto, que es:

*Mara, Madre Corredentora: (Benz, Merkelbach, Leloir, Garrigou Lagrange, etc.).

*Mara, Madre Esposa: (Scheeben, Druw, Feckes, Dercks, etc.).

*Mara, Madre de Dios concreta e histricamente: (Bernard, Bover, etc.).

*Mara, Madre del Cristo total: (Garca Garcs, ngel Luis, etc.).

*Mara, Prototipo de la Iglesia: (Otto Semmelroth).

*Mara, Perfectamente redimida: (Karl Rahner).

*Mara, Llena de gracia: (Mller).

*Mara, Nuevo Paraso: (Congar, Moeller, etc.).

*Mara, Madre universal: (Roschini).

3 Dos supremos principios, que son:

*Mara, Madre de Dios y socia del Mediador: (Alastruey, Bittremieux, Ceuppens, Dillenschneider, Keuppens, A. Mouraux, etc.).

*Mara, Madre de Dios y de los hombres: (Terrien).

1.4. La sentencia ms probable. TC \l3 "1.4. La sentencia ms probable.Tales son las principales sentencias entre los marilogos modernos. Muchas de ellas casi se identifican realmente entre s, diferencindose tan slo por algn matiz especial en el que fijan preferentemente su atencin. Nosotros defendemos la primera opinin del primer grupo: la Maternidad divina, sin ms, no slo porque es la de la mayor parte de los marilogos , sino porque coincide con la verdad objetiva. Dicha sentencia puede formularse de la siguiente manera:

La Maternidad divina de Mara, considerada integralmente en s misma, constituye el primer principio bsico y fundamental de toda la Mariologa. (Sentencia ms probable y ms comn).

La razn fundamental para admitir sin ninguna vacilacin ni duda esta sentencia es porque solamente en ella se cumplen perfectsimamente las tres condiciones que ha de reunir indispensablemente el primer principio mariolgico como hemos indicado ms arriba. Pero ninguna de las otras rene las tres condiciones indispensables para alcanzar la dignidad de primer principio de toda la Mariologa; ya sea porque algunas no son de fe (aunque sean conclusiones ciertas en teologa), o porque no expresan una sola verdad absoluta, o porque de ellas no salen por rigurosa demostracin teolgica todas las dems verdades mariolgicas. En cambio la Maternidad divina cumple perfectamente con todas ellas para constituir el primer principio bsico y fundamental de toda la Mariologa. Probemos si se cumplen las tres condiciones:

1 Se trata de una verdad expresamente revelada por Dios en la misma Sagrada Escritura y expresamente definida por la Iglesia como dogma de fe. En la Escritura se nos dice expresamente que Mara Sma. es la Madre de Jess:

*Mara, de la cual naci Jess, llamado Cristo (Mt. 1, 16).

*Estaban junto a la Cruz de Jess su Madre... (Jn. 19, 25).

*Con Mara, la Madre de Jess... (Hech. 1, 14).

Ahora bien, el dogma fundamental de todo el cristianismo es que Jess es Dios, el Verbo de Dios Encarnado. Luego Mara, su Madre, es la Madre de Dios, la Madre del Verbo encarnado. Se trata de algo expresa y claramente revelado por Dios en la Sagrada Escritura y definido expresamente por la Iglesia en el Concilio de feso como verdad de fe .

2 Expresa una sola verdad absoluta, no dos o ms.Con la aadidura integralmente considerada se quiere significar nicamente que la divina Maternidad debe ser considerada ntegramente, o sea con todo lo que lleva consigo de una manera intrnseca y esencial, sin necesidad de nuevas aadiduras extrnsecas o accidentales.

3 La divina Maternidad, finalmente, constituye el ltimo fundamento y la base objetiva de todas las dems verdades mariolgicas.Esto lo iremos viendo al estudiar cada una de las dems verdades mariolgicas, desde su misma Predestinacin hasta su gloriosa Asuncin a los cielos, con todos los dems atributos y privilegios excepcionales de Mara. Todos ellos -sin ninguna excepcin- le fueron concedidos en atencin a su divina Maternidad, o sea, porque haba de ser la Madre del Verbo encarnado (Predestinacin, Inmaculada Concepcin, Plenitud Inicial de Gracia, etc.), o porque ya lo era (todos sus dems privilegios a partir de la Encarnacin del Verbo en sus virginales y pursimas entraas) .

2. LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES Y SECUNDARIOS DE LA MARIOLOGA. TC \l2 "2. LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES Y SECUNDARIOS DE LA MARIOLOGA.Despus de haber precisado cul es el primer principio bsico y fundamental de toda la Mariologa, veamos ahora cules son los principales principios secundarios que se derivan del primario. Son los siguientes:

2.1. Principio de singularidad o trascendencia. TC \l3 "2.1. Principio de singularidad o trascendencia.Afirmamos el siguiente principio y luego pasamos a dar una explicacin del mismo:

Siendo la Santsima Virgen Mara una persona enteramente singular, trascendente a todas las dems, y constituyendo Ella sola un orden aparte, le corresponden justamente privilegios singularsimos que a ninguna otra persona humana o anglica pueden convenir.

Lo primero que debemos hacer para tener una idea exacta de Mara es separarla de todas las dems cosas creadas. Ella es un mundo por s, con su centro, con sus leyes enteramente propias. Por encima de Ella no est ms que Cristo. Y bajo Ella estn todas las otras cosas, visibles e invisibles, materiales, espirituales y mixtas.

En la vasta escala de los seres y de su dignidad, Ella constituye un orden aparte, incomparablemente superior, no slo al orden de la naturaleza, sino tambin al de la gracia y al de la gloria, puesto que pertenece al orden hiposttico.

La misma Iglesia ensalza en su Liturgia a Mara con el ttulo de Virgen singular: Virgo singularis . Y entre los santos Padres son innumerables los textos que podramos citar en este mismo sentido.

2.2. Principio de conveniencia. TC \l3 "2.2. Principio de conveniencia.Dios concedi a Mara, de hecho, todas aquellas gracias, dones y privilegios que realmente convenan a su excelsa dignidad de Madre del Verbo encarnado.Cuntos y cules sean estas gracias, dones y privilegios es imposible determinarlo concretamente. Esto equivaldra a comprender totalmente a Mara, lo que nadie hasta ahora ha osado afirmar o pretender. Por eso, rectamente entendido, es verdadero axioma tan repetido por marilogos: De Maria nunquam satis (de Mara nunca se dice lo bastante). Lo cual no quiere decir que alabando a Mara no quepan exageraciones, errores y hasta verdaderas herejas, sino tan slo que apenas podemos encontrar palabras justas para ensalzarla convenientemente, teniendo en cuenta su excelsa y casi incomprensible dignidad de Madre de Dios. La misma Liturgia de la Iglesia expresa con fuerza esta verdad , y el Papa Po IX, en la Bula Ineffabilis Deus, conque defini el dogma de la Inmaculada Concepcin, dice expresamente que Mara manifest tal plenitud de inocencia y santidad, que no se concibe en modo alguno mayor despus de Dios y nadie puede imaginar fuera de Dios . Por eso ha podido afirmarse que de Mara basta decir que no es Dios para no temer haber dicho demasiado.

De todas formas, hay que usar del principio de conveniencia con mucha precaucin y cautela, ya que se presta a grandes abusos y a dejar en ridculo la Mariologa como ciencia. Ha de usarse nicamente para apoyar dones o privilegios realmente convenientes a Mara como Madre de Dios y de los hombres, sin confundir lo conveniente con lo simplemente posible. Y as, por ej., Dios pudo conceder a Mara el don de la impasibilidad -del que parece gozaban nuestros primeros padres en el Paraso antes de su pecado-, pero este don no era conveniente que se lo concediera a Mara, pues le hubiera impedido prestar su colaboracin dolorosa a la Redencin del gnero humano. Los ejemplos podran multiplicarse en abundancia.

2.3. Principio de eminencia. TC \l3 "2.3. Principio de eminencia.Cualquier gracia o don sobrenatural que Dios ha concedido a algn Santo o criatura humana, lo ha concedido tambin a la Virgen Mara: 1) en la misma forma, 2) en grado ms eminente y 3) en modo equivalente.Este principio secundario, como todos los dems, tiene su fundamento en el hecho colosal de la Maternidad divina de Mara. Escuchemos algunos testimonios del mismo por parte de los santos, de los telogos y del mismo Magisterio de la Iglesia:

San Bernardo: Lo que consta haber sido concedido a algunos mortales, aunque sea a pocos, ciertamente no se puede pensar que fuese denegado a Mara, por la cual fueron todos librados de la mu