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    GLADYS LECHINI*

    LOSESTUDIOSSOBRE FRICAYAFROAMRICAEN AMRICALATINA.

    ELESTADODELARTE

    Este libro compila los trabajos presentados como resultado del SeminarioInternacional: Los estudios africanos en Amrica Latina. Herencia, presencia yvisiones del otro, organizado por el Programa Sur/Sur de CLACSO, en coordi-nacin con el Centro de Estudos Afro-Orientais de la Universidad Federal deSalvador de Baha, Brasil, los das 4 y 5 de setiembre de 2006. La mencionadareunin pudo concretarse gracias al apoyo que la Agencia Sueca de DesarrolloInternacional (ASDI) brinda permanentemente a la cooperacin Sur-Sur y a susconcreciones acadmicas.

    Este encuentro internacional tuvo como objetivo mapear el estado de losestudios africanos y afroamericanos en Amrica Latina y el Caribe. Es decir, rea-lizar un balance, tomando en cuenta qu temas se han estudiado y hasta dnde seha avanzado en los distintos centros acadmicos de nuestra regin, reflejar la

    evolucin de estos estudios a nivel de grado y posgrado y las nuevas tendencias.Asimismo este encuentro se pens como el puntapi inicial que permitira orga-nizar una lista de acadmicos, de centros de docencia e investigacin, publicacio-nes y bancos de datos, para actualizar el repertorio de la Africana Latinoamerica-na al estilo del realizado por el Profesor Luis Beltrn y avanzar en la construc-cin de una agenda de trabajo a travs de la creacin de redes intra-latinoamerica-nas.

    * Investigadora del CONICET, Directora de Proyectos del CERIR, Directora del Doctorado enRelaciones Internacionales de la UNR, Directora del Departamento frica del Instituto deRelaciones Internacionales de la UNLP, ex Coordinadora del Programa Sur-Sur de CLACSO.

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    Los estudios sistemticos sobre las problemticas africanas comenzaron enAmrica Latina hacia finales de la dcada del cincuenta, paralelo al proceso dedescolonizacin del continente africano. Sin embargo, los trabajos relativos a losafricanos que llegaron involuntariamente a Amrica durante el perodo colonial

    fueron un tema central para los historiadores y especialistas sobre los procesosamericanos desde mucho antes. Esto explica porqu en los estudios africanosexisten dos campos que, aunque se solapan, desarrollaron anlisis diferentes des-de variadas disciplinas. Consecuentemente, en esta presentacin se abordarnalgunas cuestiones preliminares referentes a los estudios en las universidades lati-noamericanas de estas dos grandes problemticas: la referida a la presencia africa-na en Amrica Latina, por un lado y la que se ocupa de los estudios sobre cuestio-nes histricas, polticas, econmicas y sociales de los pases africanos, por el otro.

    Como dira David Gonzlez, investigador cubano del Centro de Estudios defrica y Medio Oriente de la Habana (CEAMO), frica en Amrica y fricaen frica. El objetivo ser, por tanto, abrir un camino que habilite la prosecu-cin de estudios de esta naturaleza, para de este modo contribuir a generar unamasa crtica de produccin acadmica sobre un tema hasta ahora muy poco tra-bajado en las ciencias sociales latinoamericanas.

    Esta obra tiene as el propsito de convertirse en un disparador para pro-mover la difusin y el conocimiento de los diversos aspectos que abarcan losestudios africanos en Amrica Latina, contribuyendo al registro y a la consolida-cin de las distintas vertientes que se abordan en la actualidad. Partiendo delreconocimiento de los relevantes aportes iniciales que permitieron avanzar en laconstruccin del andamiaje presente de los estudios africanos, hoy se admite laexistencia en la academia de un remarcable impulso reciente, que en muchoscasos ha sido acompaado por el diseo de polticas pblicas, como en Brasil,Colombia, Venezuela, Cuba y Nicaragua.

    Este proceso de movilizacin a lo largo de Amrica Latina, tambin se vioreflejado en algunas iniciativas de representantes gubernamentales, tales como los

    parlamentarios afrodescendientes que decidieron comenzar a reunirse para haceror su voz. El inicio de la articulacin entre legisladores de las Amricas y elCaribe comenz en el ao 2003, con la realizacin del I Encuentro de Parlamen-tarios Afrodescendientes, del 20 al 23 de noviembre, en la Cmara Federal deDiputados de Brasilia. Este esfuerzo permiti realizar un primer inventario de laparticipacin de legisladoras y legisladores negros en los congresos federales ylocales, asambleas legislativas, parlamentos y senados. La participacin de los ylas afrodescendientes como legisladores en la regin es muy baja, si se considera

    que representan ms de 150 millones de personas en las Amricas y el Caribe,prcticamente una tercera parte de la poblacin. En el primer Encuentro de Bra-silia participaron representantes de once pases y doce estados brasileros. El se-

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    gundo Encuentro se realiz en Bogot, Colombia, del 19 al 21 de mayo de 2004.La Carta de Bogot, que recoge los resultados alcanzados, contina con el hiloconductor iniciado en la Carta de Brasilia, reconociendo los avances logrados entan solo medio ao, replanteado lo pendiente e identificando como estratgico el

    lanzamiento del Parlamento Negro de las Amricas y la formalizacin de la Redde Legisladores Afrodescendientes. La importancia de la tercera reunin realizadaen San Jos de Costa Rica, en septiembre de 2005, se debi a su resolucin prin-cipal, la cual promovi la constitucin del Primer Parlamento Americano de Afro-descendientes, que debera reunirse por primera vez en Brasil.

    Tambin se observaron avances a nivel de las instituciones polticas multi-laterales, tales como las Naciones Unidas y la Organizacin de Estados America-nos (OEA). Futuros estudios podrn determinar cmo se influenciaron e inter-

    conectaron estos procesos domsticos e internacionales. Para el caso de la Orga-nizacin mundial, el dato de mayor relevancia fue la convocatoria realizada en1997 por la Asamblea General, para la tercera conferencia internacional contra elracismo1, la cual se desarroll en frica. A diferencia de las anteriores, cuyo ejecentral fue el Apartheid, en esta reunin los temas principales fueron los prejui-cios raciales y la intolerancia: la discriminacin por razones de sexo, raza o reli-gin, la situacin de los pueblos indgenas, las secuelas de la esclavitud y losconflictos tnicos. Como resultado de este proceso, cuatro aos despus se realizen Durban (Sudfrica) la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discrimi-nacin Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, entre el 31 deagosto y el 7 de septiembre de 2001. La misma estuvo precedida por dos reunio-nes del comit preparatorio2, y de cuatro reuniones regionales dentro de loscuales se realizaron cuatro seminarios de expertos.

    1 Desde su creacin, las NU desarrollaron varias actividades y conferencias internacionales para

    luchar contra la discriminacin, entre las que pueden mencionarse la Convencin para la Preven-cin y la Sancin del Delito de Genocidio (1948), la Declaracin sobre la eliminacin de todas lasformas de discriminacin racial (1963), la Convencin Internacional sobre la eliminacin de to-das las formas de discriminacin racial (1965 ), la designacin del 21 de marzo como Da Interna-cional para la Eliminacin de la Discriminacin Racial (1966), la Convencin Internacional parala Represin y el Castigo del Crimen de Apartheid (1973), la declaracin del Primer Decenio dela Lucha contra el Racismo y la Discriminacin Racial (1973-1982), la Primera Conferencia Mundialpara Combatir el Racismo y la Discriminacin Racial, Ginebra (1978), la Segunda ConferenciaMundial para Combatir el Racismo y la Discriminacin Racial, Ginebra (1983), el Segundo De-cenio de la Lucha contra el Racismo y la Discriminacin Racial (l983-l992 ), el Tercer Decenio dela Lucha contra el Racismo y la Discriminacin Racial (1994-2003), la Conferencia Mundialcontra el Racismo, la Discriminacin Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia(2001).2 Ambas fueron realizadas en Ginebra en mayo de 2000 y de 2001.

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    En el continente americano la reunin regional tuvo lugar en Santiago deChile en octubre del ao 20003. La Conferencia concluy que la identidad delas Amricas no puede disociarse de su carcter multirracial, pluritnico, multi-cultural, multilingustico y pluralista; diversidad que constituye un aporte a la

    convivencia humana y a la construccin de culturas de respeto mutuo y de siste-mas polticos democrticos. Los treinta y cinco gobiernos que se dieron cita enChile reconocieron la discriminacin que sufren los pueblos indgenas, los afro-descendientes y los migrantes y se comprometieron a redoblar sus esfuerzos paraerradicarla. Los anlisis sobre el racismo en la regin y las propuestas de solucio-nes quedaron expresados en el Plan de Accin de Santiago, que se presentdurante la Tercera Conferencia Mundial contra el Racismo. Esta conferencia re-gional en Chile fue un antecedente clave para las sucesivas decisiones en torno a

    los derechos de los afrodescendientes en Amrica Latina. La reunin impuls alos gobiernos americanos a avanzar en la elaboracin de un marco legal y concep-tual a los efectos de hacer visible a los afrodescendientes y desarrollar planes yprogramas para luchar contra el racismo y la discriminacin que estos grupossufren en la regin.

    Paralelamente y quizs como consecuencia de este impulso, en el marco dela OEA, la Comisin Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) cre enfebrero de 2005 unaRelatora Especial sobre los derechos de las personas afrodescen-dientes y sobre la discriminacin racialcon el propsito de estimular, sistematizar,fortalecer y consolidar la accin de la CIDH4. Cabe resaltar que el gobierno deBrasil realiz una contribucin especial para apoyar las operaciones del primerao de la Relatora5. Asimismo, en el mes de junio de 2005, la Asamblea Generalde la OEA encomend al Consejo Permanente la institucin de un Grupo deTrabajo encargado de recibir contribuciones para elaborar un proyecto de Con-vencin Interamericana contra el Racismo y toda Forma de Discriminacin e Intole-rancia, destinado a incrementar el grado de proteccin, fortalecer los estndaresinternacionales vigentes, teniendo en cuenta las formas y fuentes de racismo,

    3 La reunin regional para Asia fue en Tehern en febrero de 2001, la de frica en Senegal, enenero de 2001, y la de Europa en octubre del ao 2000.4 Los principales objetivos de la Relatora Especial apuntaron a generar conciencia del deberestatal de respetar los derechos de los afrodescendientes y promover la eliminacin de todas lasformas de discriminacin racial; analizar los desafos que actualmente enfrentan los pases en estamateria; formular recomendaciones e identificar y compartir las buenas prcticas en la regin;observar y ofrecer asistencia tcnica a los Estados miembros en la implementacin de las recomen-daciones; elaborar informes; analizar quejas y denuncias realizadas en la CIDH.5 OEA 2005 Brazilian donation gives start to new OAS office on rights of afro descendants inAmericas, en parte de prensa , 1 de marzo, en .

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    discriminacin e intolerancia del Hemisferio. El grupo de trabajo comenz afuncionar tres meses despus y celebr ocho reuniones ordinarias y varias especia-les, hasta diciembre de 2006. El anteproyecto de ley en estudio fue presentado enabril de 2006 y elaborado con las contribuciones recibidas por los estados miem-

    bros, representantes de la sociedad civil, especialistas de las Naciones Unidas, derganos, organismos y entidades de la OEA, as como de otras entidades regiona-les e internacionales.

    FRICAEN AMRICALATINA

    Con respecto a los estudios sobre lapresencia africana en Amrica Latina,

    cabe destacar que inicialmente se centraron en el perodo colonial, ocupndosedel empleo de los esclavos en la produccin rural, minera y en el espacio urbano.Dichos trabajos fueron realizados por especialistas en estudios latinoamericanos,ya sea historiadores, demgrafos, y ms recientemente, antroplogos. La aten-cin se puso en el trfico (en especial en la cantidad de piezas y en el origen yfortuna de los traficantes); en el crecimiento demogrfico de las castas (no slo delos negros sino tambin de las mezclas, la natalidad, mortalidad y casamientos);en el desarrollo productivo (como mano de obra artesanal en las ciudades y ha-ciendas, en las plantaciones y en la fundicin de metales); en su situacin jurdicay social y en la presencia de regimientos de negros en los ejrcitos independentis-tas o en las guerras civiles.

    Desde una perspectiva histrica, el gran precursor de estos estudios fue eljesuita Alonso de Sandoval (1576-1652) quien escribi sobre los esclavos quellegaban a Cartagena en el siglo XVII6. Ya en el siglo XX, las preocupacionesacadmicas mostraron inters en los aspectos lingsticos (Cuba, Puerto Rico,Colombia, Brasil), religiosos (Brasil, Cuba), sociolgicos, tnicos (Brasil, Co-lombia, Panam, Puerto Rico, Cuba) y musicales7.

    6 Correspondi a Alonso de Sandoval dar los primeros pasos para organizar una misin entre losnegros y a l se debe un libro monumental, escrito en Cartagena y publicado en Sevilla, en el cualrealiz un exhaustivo estudio de la esclavitud, sus antecedentes, las caractersticas de las razasafricanas sujetas a servidumbre y las tcnicas misioneras ms adecuadas para evangelizar a losnegros. En su obra, titulada Naturaleza, Polica Sagrada y Profana, Costumbres, Ritos y Catecis-mo Evanglico de todos los Etopes, se encuentra uno de los estudios ms completos de sociologay etnografa africanas y la descripcin de las distintas razas que los negreros, despus de sus cacerasen el frica Central, conducan a los puertos de Cacheu, la isla de Cabo Verde, Sao Thom y SanPablo de Loanda, en donde los embarcaban con destino a las Antillas y al Norte y Sur del Conti-nente Americano. Ver tambin de Sandoval (1987): Un tratado sobre la esclavitud, con Introduc-cin, transcripcin y traduccin de Enriqueta Vila, Madrid, Alianza.7 La presencia africana ha dejado una marca profunda en las culturas latinoamericanas a travs de

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    El venezolano Jess Chucho Garca (2002), nos recuerda en su seminaltrabajo sobre la africana latinoamericana, que la academia en torno a los estudiosafro data de los aos veinte, cuando estudiosos desde la antropologa (Herskovits,Ortiz, Nina Rodrguez, Bastide, posteriormente Aguirre Beltrn, Acosta Saignes,

    Arthur Ramos), o de la etnohistoria (Brito Figueroa, Jos Luciano Franco, More-no Fraginals) comenzaron a acercarse a la problemtica africana.

    Hasta el presente han podido relevarse estudios sobre las poblaciones afro-americanas en Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Mxico, Pana-m, Paraguay y Per8. Para el caso de los pases hispanoparlantes, en los trabajosanalizados se observa un mayor nfasis en el mestizaje entre blancos e indios(dando preferencia al blanqueamiento), invisibilizando la presencia de poblacio-nes afroamericanas y su contribucin a las culturas nacionales. Pero esta invisibi-

    lizacin disminuy a partir de la dcada del noventa, gracias a una combinacinde factores entre los cuales merece citarse el surgimiento de una temtica afro enlos Estados Unidos, vinculada, para algunos, al abandono de la discriminacinracial y la superacin de la colour bar o barrera de color y para otros, al peso delos votos de los ahora afroamericanos. Esta creciente presencia de grupos demilitantes negros y el consiguiente surgimiento de redes transnacionales tuvieronsu efecto spill over sobre toda la Amrica Latina, otorgndole un fuerte impul-so a los ya existentes grupos locales.

    En el caso de Brasilel estado latinoamericano con la mayor poblacinafricana y afrodescendiente fuera de frica entre los ochenta y los noventa huboun conjunto de factores externos e internos que contribuyeron al cambio. A pesardel descenso del lugar de frica en el escenario internacional y en las relacionescon Brasil, la Fundacin Ford comenz a financiar en este pas estudios sobre losafrodescendientes. Esta mudanza estuvo relacionada tanto a la influencia afro-americana sobre las militancias afrolatinoamericanas, como a la transicin demo-crtica en Brasil, que trajo a la superficie una multiplicidad de temas sociales parala discusin. De este modo los debates en relacin con el movimiento negro y

    frica comenzaron a volcarse al interior de la propia sociedad, formando parte delas discusiones de otros movimientos sociales brasileos, tales como el feminista,

    la msica. Casi todos los gneros ms escuchados, cantados y bailados en Amrica tienen su raz enlas tradiciones de las comunidades africanas que llegaron al continente desde el siglo XVI. A travsde fascinantes procesos de mezcla, apropiacin y comercializacin, varios se han convertido tam-bin en smbolos nacionales, como la samba brasilea o el merengue en la Repblica Dominicana.Todos estos ritmos dan testimonio de la vida cotidiana, las ilusiones y los sentires de diversosgrupos y generaciones. Muchos siguen vivos: continan explorando nuevas posibilidades con cadageneracin. Cfr. Yepes, Enrique Algunos ritmos afrolatinoamericanos, en .8 Para esta parte del informe fueron de mucha utilidad los aportes realizados por Alejandro Frige-rio, relator del Grupo de Trabajo sobre Afroamrica en el mencionado seminario.

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    campesino, sin tierra, eclesisticos, que comenzaban a tener una dimensin na-cional.

    El Centro de Estudios Afro-Asiticos de la Universidad Cndido Mendes(CEAA) de Ro de Janeiro, Brasil, es un ejemplo para mostrar cmo el financia-

    miento transit desde la problemtica propiamente africana a los estudios afro-brasileos. Esta afirmacin puede observarse al efectuar un seguimiento de supublicacin Estudos Afroasiticos, que muestra ese cambio de nfasis y temti-ca, entre finales de los aos ochenta y principio de los aos noventa, cuando secomenz a promover la formacin acadmica de afrodescendientes. Debido a losnuevos temas para los cuales se podan obtener fondos de la Fundacin Ford entre otras instituciones norteamericanas para realizar investigaciones y publi-car, es que algunos autores sostienen que la agenda afronorteamericana form a la

    agenda afrobrasilera a travs del financiamiento, siendo la militancia negra afro-brasilea un reflejo de la afroamericana9.Como se mencionara y volviendo a la cuestin de los cambios en los enfo-

    ques, a partir de los noventa puede apreciarse el surgimiento de nuevas miradasque apuntan a romper con los esencialismos culturalistas y estudian las identida-des de las poblaciones afrodescendientes como procesos histricos, producidosen contextos e interacciones especficas. En consonancia con estas influencias, seampliaron las perspectivas, abordndose nuevas lneas de investigacin, en sumayora interdisciplinarias. Las mismas incluyen las acciones de resistencia de losnegros esclavos y sus descendientes, tanto individuales como grupales y tambintrabajos sobre los afrodescendientes y su rol en las sociedades latinoamericanasactuales, as como sobre las disporas, promovidos muchos a partir del Proyectode la Organizacin de las Naciones Unidas para la Educacin, la Ciencia y laCultura (UNESCO), sobre la ruta de los esclavos10.

    9 Sobre esta cuestin, consultar el interesante artculo de Santana Pinho, Patricia 2005 Descen-

    trando os Estados Unidos nos estudos sobre a ngritude no Brasi, en Revista Brasileira de CienciasSociais(So Paulo) vol 20, N 59, outubro, 37-50.10 La UNESCO inici su singladura afroamericana con nfasis en Amrica Latina en los aossesenta, con la organizacin de coloquios y de publicaciones y en 1994 lanz -en el marco de losproyectos rutas (de la seda, del Al-Andalus, etc)- La ruta del esclavo con una duracin de diezaos. Este proyecto fue pensado no solo para honrar a los africanos esclavos que vivieron unatragedia sin precedentes, sino para revalorizar las innumerables influencias de este dilogo forzadoen las culturas y civilizaciones de Europa, las Amricas y el Caribe. Adems de mirar el pasado, laintencin era llamar la atencin acerca de todas las formas contemporneas de racismo, discrimi-nacin e intolerancia. Por ello diez aos despus, en 2004, la Asamblea General de las NacionesUnidas proclam el Ao Internacional para Conmemorar la Lucha contra la Esclavitud y suAbolicin, marcando el bicentenario del establecimiento de la primera repblica negra: Hait.Recientemente el proyecto fue renovado, habindose celebrado la primera reunin del nuevo Co-mit Cientfico Internacional en la sede de la UNESCO, el 22 de febrero de 2006.

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    Concomitantemente con estos cambios, en la regin latinoamericana sefueron desarrollando narrativas ms multiculturalistas de la nacin, apoyadas porreformas constitucionales que reconocen que estos pases son multitnicos y plu-riculturales (tal el caso de Brasil, Colombia, Ecuador y Nicaragua). Asimismo,

    desde la perspectiva de las respuestas locales, merece anotarse la reciente creacinde ctedras de estudios afro, en el marco de un proceso de puesta en escena dela etnoeducacin, como en el caso de Colombia, que ser tratado ms adelante.

    Junto a las movilizaciones activistas, con sus reivindicaciones sociales ypolticas a nivel nacional, van a surgir tambin otras instituciones a nivel subre-gional, como la Organizacin Negra Centroamericana (ONECA). Esta es unared de organizaciones de carcter regional e integracionista que aglutina a losgrupos de afrodescendientes del istmo centroamericano y la dispora. Cada una

    de las organizaciones que la conforma es independiente en el ejercicio de susfunciones11. En ese contexto, tambin algunos organismos multilaterales mostra-ron su inters, al presionar a las instituciones nacionales encargadas de realizar loscensos, para que incluyan preguntas sobre afrodescendencia, tal el caso del BancoMundial y el Instituto Nacional de Estadsticas y Censos (INDEC) en Argenti-na12.

    Aunque an hoy persisten los procesos de invisibilizacin, discriminacin,estigmatizacin, exotizacin y marginacin social de las poblaciones afroameri-canas, afectando ms gravemente a las mujeres afrodescendientes, se ha logradoun aumento en la cantidad y en la diversificacin temtica y disciplinar de losestudios acadmicos, produciendo cambios cualitativos y abandonando la folclo-rizacin de los estudios clsicos y los enfoques descriptivos sobre el perodo de laesclavitud.

    Los nuevos trabajos problematizan temas ms especficos, desde perspecti-vas tericas ms contemporneas, incluyendo el gnero, la relacin raza-clase, laconstruccin identitaria, abordando las temticas desde una perspectiva crecien-

    11 La ONECA fue fundada en Dangriga, Belice, en agosto de 1995. Basa su funcionamiento en elvoluntariado y su principal fortaleza radica en cada una de sus organizaciones miembros, estable-cidas en Panam, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala, Belice y en los Estados Unidos deAmrica.12 Otro ejemplo que cabe mencionar es el de la ONG frica Vive, coordinada por Maria Mag-dalena Lamadrid. Esta organizacin fue fundada en 1997 luego de que dos activistas negros cana-dienses consultores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) visitaran Buenos Aires y secontactaran con sus fundadoras para integrar a los afrodescendientes argentinos a un programa deayuda econmica para grupos negros, el Programa de Alivio a la Pobreza en Comunidades Mino-ritarias de Amrica Latina. La fuente de apoyo externo con la cual cont la ONG para desarrollarsus actividades fue la red de organizaciones negras Afro Amrica XXI, creada por los mencionadosconsultores, quienes se proponan integrar a los grupos afroamericanos de la regin, tal como lomenciona Frigerio en esta obra.

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    temente pluridisciplinar, recurriendo conjuntamente a la historia, la sociologa yla antropologa. Cambiaron los mtodos y tcnicas de obtencin de nuevos yviejos datos a partir del uso de la computacin y de una interpretacin ms aguday poltica de la realidad que posibilit, por ejemplo, en el caso de Baha, compa-

    rar los datos disponibles sobre el trfico de esclavos en los archivos del primermundo, nica fuente usada hasta no hace mucho tiempo, con los surgidos apartir de investigaciones en archivos locales.

    Desde la perspectiva terico-metodolgica, se est discutiendo hasta dn-de es pertinente re-examinar las varias teoras a disposicin o efectuar un verda-dero quiebre epistemolgico que cambie radicalmente nuestra visin del pasadoy del presente. Asimismo se estn re-visitando un conjunto de categoras y con-ceptos utilizados acrticamente: cual negro, africano, resistencia, sincretismo,

    hibridacin, mestizaje. En algunos pases como Brasil se han producido impor-tantes avances en el proceso de fertilizacin cruzada entre varias disciplinas, entanto en los pases hispanoparlantes se est recin comenzando.

    Sin embargo, an subsisten subculturas acadmicas nacionales, es decir,formas de estudiar el presente y el pasado de las poblaciones afroamericanas, quetoman como dados y como naturales determinados conceptos, sin cuestionarlos.La existencia de estas subculturas permitira, por un lado ahondar en las especifi-cidades, pero por el otro, impedira avanzar en estudios comparativos que den unpaso adelante en el campo de los estudios afroamericanos.

    En Amrica Latina, Brasil y Colombia, por su propia historia, poseen unarelevante tradicin y experiencia acadmica as como un mayor compromiso anivel gubernamental, probablemente como consecuencia del rol de las organiza-ciones afro en sus respectivas sociedades. De esta forma pueden mostrar una seriede iniciativas que impulsaron un mejoramiento del status de los afrodescendien-tes. En el caso de Brasil, esta cuestin comenz a cobrar impulso con la Constitu-cin de 1988, que proscribi los actos racistas y les reconoci tierras a las pobla-ciones herederas de los antiguos quilombos. A comienzos de 2003 se avanz an

    ms con la promulgacin de la Ley 10639/03, que exige que las escuelas incorpo-ren dentro de su currcula educativa la enseaza de la historia y la cultura afrobra-silera y africana, en el marco de una educacin que rescate y rejerarquice lasrelaciones tnico-raciales. Asimismo y de manera reciente se introdujeron en Bra-sil programas de accin afirmativa, que incluyen en el sistema de universidadespblicas el uso de cupos reservados para afrodescendientes13.

    13

    En el ao 2001 comenz a desarrollarse el Programa Polticas da Cor na Educao Brasileira(PPCor) con el objetivo de realizar investigaciones y brindar apoyo a las comunidades sub-repre-sentadas en las universidades brasileas, particularmente las afro-descendientes. Entre los aos2002 y 2003 con el apoyo de la Fundacin Ford de Estados Unidos fueron financiados 16 proyec-

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    En cuanto aColombia, este pas posee proyectos sanitarios, educativos yleyes sobre tenencia de la tierra para los grupos afrodescendientes desde princi-pios de la dcada del noventa. A partir de la redefinicin constitucional de 1991,las comunidades negras fueron consideradas como un grupo tnico con dere-

    chos territoriales y culturales especficos. En este nuevo marco constitucional seelabor la ley 70, promulgada en agosto de 1993, que defini los mecanismospara la titulacin colectiva de territorios y la obtencin de nuevos espacios departicipacin y representacin poltica para el conjunto de las poblaciones negrascolombianas, ubicadas en la cuenca del Pacfico. A esta ley debe agregarse el De-creto 2249, promulgado el mismo ao, que posibilit la creacin de la ComisinPedaggica Nacional para las Comunidades Negras, la cual elabor polticas deetnoeducacin14; y al ao siguiente el Decreto 1627 donde se cre un Fondo

    Especial de Crditos Condonables para los Estudiantes de estas Comunidades.Por otra parte, en el ao 2000, la Ley 649 otorg un cupo de dos corules en laCmara de Representantes a las comunidades afrocolombianas.

    La mencionada Ley 70 de 1993 tambin estableci la obligatoriedad deincluir en los diferentes niveles de estudios las Ctedras de estudios afrocolom-bianos. Por ello, el Ministerio de Educacin, coincidiendo con la fecha en que seconmemoraron los ciento cincuenta aos de la abolicin legal de la esclavitud enColombia lanz el 21 de mayo de 2001 la ctedra de estudios afrocolombianos,con el propsito fundamental de difundir su cultura, fortalecer la identidad tni-ca de los afrodescendientes colombianos y rescatar su aporte a la historia nacio-nal, volviendo visibles estas expresiones culturales.

    Recientemente Venezuela, como parte de su Agenda frica (2005), esta-ra dispuesta a llevar a cabo una revolucin africanista y afrovenezuelista coniniciativas que se asemejan a las colombianas, tales como la creacin de las Cte-dras Nacionales de frica en una decena de instituciones mayoritariamente uni-versitarias. A ellas habra que aadir la Ctedra Libre de frica desde el Minis-terio de Relaciones Exteriores que cuenta con un vice-ministro para frica y el

    Centro de Estudios Regionales y del Legado de frica (CERLA). En el caso deEcuador, en el marco del doctorado en Estudios Culturales Latinoamericanos dela Universidad Andina Simn Bolvar, se sitan los trabajos de Catherine Walsh(2007), quien tambin dirige el Taller Intercultural y la Ctedra de Estudios de laDispora Afro-Andina.

    tos de accin positiva, adems de llevar a cabo diferentes actividades de sensibilizacin y difusinde la problemtica.14 La lucha por la etno educacin, se hace ms visible a principios de los setenta, con antecedentesen los aos cincuenta, cuando investigadores afrocolombianos se preguntaron por las condicionesen que se ofreca este servicio en Comunidades Negras.

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    Relata Beltrn que adems de Venezuela, Brasil y Colombia, otros pases,tales como Cuba y Nicaragua, cuentan con iniciativas y disposiciones legales enel rea educativa para incorporar la enseanza de las problemticas africanistas.Aunque enArgentinarecin se estn iniciando este tipo de estudios, la cuestin

    de la afroargentinidad ha tomado cierto impulso cuando se trat de identificarlas variadas necesidades de los diferentes grupos que conforman su sociedad. Enese contexto se pretendi redefinir el concepto de identidad nacional, deconstru-yendo el discurso que plantea que la Argentina no posee afrodescendientes. Estosestudios no slo se realizan a nivel acadmico, sino que participan tambin algu-nas ONGs y organizaciones de ayuda mutua de afrodescendientes y el propioEstado, a travs de diferentes dependencias (INDEC, Secretara de DerechosHumanos, Instituto Nacional contra la Discriminacin, la Xenofobia y el Racis-

    mo [INADI] y diversos programas de becas). Tal como plantea Becerra, existentrabajos sobre los afrodescendientes en varias unidades acadmicas, como porejemplo en las Universidades Nacionales de Buenos Aires, Mendoza, Crdoba,La Plata y Litoral.

    Para el caso de los estudios sobre racismo en Brasila partir de los ochenta,se encuentra el trabajo presentado por Paula Cristina da Silva Barreto, que partedel reconocimiento de que la actual estructura socio-econmica brasilea estdivida a lo largo de lneasraciales. La autora expone los debates en torno atpi-cos cardinales para la comprensin multidimensional e integral del complejo fe-nmeno del racismo, tales como la desigualdad, las polticas de accin afirmativay la identidad. El anlisis del tratamiento de estos temas evidencia que los estu-dios contemporneos sobre el racimo en Brasil deben centrarse en la paradjicasituacin de una existencia paralela de exclusin e inclusin que requiere de con-ceptos abarcativos y dinmicos endgenos que consideren la multidimensionali-dad y ambigedad de la problemtica.

    En tantoMrio Maestrirealiza un detallado recorrido por la historiografabrasilea dedicada al estudio de la poblacin de origen africano en el Sur del pas,

    mostrando cmo, desde el perodo del Imperio hasta la actualidad, se fue modi-ficando la interpretacin y valoracin sobre la presencia africana en el desarrollopoltico, econmico y social de Ro Grande. Caracterizando el contexto interna-cional e interno en el que se llev a cabo cada estudio e investigacin, Maestriexplica cmo la minimizacin y negacin de la presencia africana en el siglo XIXfue transformndose paulatinamente hacia el reconocimiento de la importanciaobjetiva del rol de la poblacin de origen africano en la evolucin histrica deesta regin.

    Finalmente,Ana Flvia Cicchelli Piresse ocupa de los africanos libres enBrasil, analizando el contexto y las disposiciones legales que dieron lugar a lacreacin de este grupo, su evolucin y el tratamiento recibido por parte del go-

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    bierno nacional. Tambin realiza un anlisis de la historiografa desarrollada so-bre el tema, destacando que se bien los africanos libres son una categora amplia-mente mencionada en los estudios sobre la esclavitud, no abundan investigacio-nes especficas sobre la temtica, la cual sin embargo, ha cobrado renovada rele-

    vancia en los ltimos aos.En los estudios sobreArgentinatanto Frigerio como Becerra coinciden en

    responsabilizar al imaginario de una narrativa dominante que muestra una Ar-gentina ideal, cultural y racialmente homognea, blanca y europea, como el mayorcondicionante para invisibilizar los aportes africanos.Alejandro Frigerio le agregaun segundo factor contextual: la existencia de un sistema de clasificacin racialque ha provocado, durante al menos gran parte del siglo XX, la desaparicincontinua de los negros en la sociedad y el predominio cada vez mayor de la blan-

    quedad portea. Convencido que la invisibilizacin de los negros se producetambin en las interacciones de la vida cotidiana, se ocupa de explicar los proce-sos sociales que han llevado, en los ltimos aos, a una mayor visibilidad de losafroargentinos y de otras poblaciones migrantes que incluyen a afrodescendientesy la manera en que estos nuevos desarrollos han incentivado el estudio de lacultura y la historia afroargentina.

    Para el autor, el creciente auge de los estudios histricos, antropolgicos yculturales sobre los afroargentinos debe ser entendido no slo como consecuen-cia de replanteos de modelos tericos vigentes hasta hace poco en la historia o enla antropologa, sino principalmente dentro del surgimiento reciente de narrati-vas multiculturales; de agrupaciones de militantes afroargentinos; de grupos demigrantes afroamericanos devenidos en activistas culturales y de la insercin deambos tipos de agrupaciones dentro de redes transnacionales de movimientosnegros.

    Mara Jos Becerra,por su parte, presenta un anlisis historiogrfico sobrela esclavitud en la provincia de Crdoba, Argentina. La pertinencia del temaradica en el hecho de haber sido la capital de esta provincia un importante centro

    de compra-venta y distribucin de mano de obra esclava durante la colonia. Ensu trabajo Becerra toma nota del desarrollo tardo de estos estudios en Crdoba finales de la dcada del cincuenta con la creacin de la Escuela de Historia yanaliza la produccin acadmica segn las dcadas y de acuerdo a diferentes enfo-ques: demogrficos, econmicos, jurdicos, laborales, militares o religiosos. Asi-mismo se ocupa de relevar investigaciones sobre Crdoba realizadas desde otrasuniversidades, como Mar del Plata, La Plata o Buenos Aires.

    Salvador Vzquez Fernndezbrinda un acabado panorama del estado del

    arte de los estudios afromexicanos en Mxico. El autor plantea que desde unaperspectiva histrica y antropolgica, la poblacin mexicana es presentada gene-ralmente como una mezcla entre espaoles e indgenas, siendo que hasta media-

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    dos del siglo XX, el racismo y la influencia de las teoras modernas del darwinis-mo social hicieron que se dejaran de lado otros grupos, en especial los negros, quetambin haban contribuido en la conformacin de esta sociedad.

    Los afromexicanos surgieron tardamente en la literatura: no fue hasta 1946,

    con la publicacin del trabajo pionero de Gonzalo Aguirre Beltrn, que aparecie-ron los luego denominados estudios afromexicanos, que comenzaron a tomarimpulso entre los setenta y los ochenta. Sin embargo es durante la ltima dcadadel siglo XX y lo que va del siglo XXI que los estudios sobre poblaciones africanasadquirieron una relevancia significativa. Las investigaciones realizadas tratan tan-to las cuestiones de gnero como las histricas principalmente referidas a losesclavos y aqullas relacionadas con la sobrevivencia y reproduccin de las ma-nifestaciones culturales de origen africano. Sin embargo, Vzquez Fernndez con-

    sidera que an deberan desarrollarse de manera ms profunda enfoques metodo-lgicos que permitan conocer acabadamente las contribuciones del afromexicanoen la historia nacional y en la construccin de una nacin multicultural.

    El caso de Paraguayest tratado por Ignacio Telescaquien inicia su presen-tacin con una contundente afirmacin: que poco se escribe sobre la historia deParaguay y mucho menos en el propio Paraguay, por tanto, menos an se haestudiado la historia de los africanos, los cuales son tomados como un grupohomogneo y distinguible. Esto porque histricamente ha habido discrimina-cion cultural: ya que los negros no exitieron, los indgenas fueron asumidos ysubsumidos y las lenguas indgenas dejadas de lado. Solo recientemente se vieneabordando el tema de los afrodescendientes como un grupo formando parte de lasociedad a la que pertenecen: no slo a los pardos en sociedad, sino a la sociedadcon los pardos. De esta manera Telesca cuestiona y problematiza la identidad delParaguay tomando como puerta de entrada la presencia numrica de los afrodes-cendientes, las estrategias discriminatorias de parte de un grupo y las estrategiasde sobrevivencia por parte del otro, haciendo hincapi en la autoidentificacinde cada uno de los sectores que componen la sociedad.

    Refirindose a la poblacin de origen africano en Per, Mara de FtimaValdivia del Rio tambin resalta la escasez de produccin acadmica sobre losafroperuanos, principalmente si se la compara con los estudios desarrollados entorno al mundo andino. La literatura acadmica es un indicador de cmo seconstruy la memoria histrica peruana y en ella los afrodescendientes, y en par-ticular las mujeres, se hallan casi ausentes. Las primeras investigaciones sobre eltema se realizaron en el siglo XX y provinieron de la historia y de la antropologa.Ambas ramas del conocimiento inicialmente estudiaron las caractersticas de la

    poblacin negra y sus prcticas sociales y culturales. Recin a partir de los noven-ta las investigaciones se diversificaron, se incorporaron enfoques multidisciplina-rios y se incluyeron las temticas del gnero y la sexualidad. No obstante, la ma-

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    yora de los estudios homogenizaron a la poblacin afroperuana, considerndolacomo un grupo tnico con una identidad compacta, sin un anlisis de las diferen-cias de gnero, sexualidad y etnicidad, esencial para comprender el aporte de lasmujeres afroperuanas a la construccin nacional. Valdivia del Rio destaca la au-

    sencia de mujeres afrodescendientes en el proyecto nacional y su invisibilizacinen la historia, atribuyendo esta carencia a la permanencia de esterotipos prove-nientes de categoras pre-republicanas, en las cuales la poblacin negra no eraconsiderada como parte de la ciudadana.

    Desde otro punto de vista, Luis Ferreira Makldestaca la importancia quela msica y la danza tienen en la conformacin de identidades y culturas negras ycmo su estudio ha estado presente en los anlisis histricos y antropolgicossobre la presencia de la cultura africana en Amrica Latina. Por ello en su presen-

    tacin se ocupa de relevar qu lugar se le otorga a las expresiones musicales en losreferidos trabajos. Asimismo analiza si los estudios sobre las artes performticashan tomado en cuenta las relaciones sociales racializadas y de qu manera stasson identificadas como formas culturales de la dispora africana. Luego de reali-zar un recorrido por las reuniones y foros organizados a partir del ao 2000 en elCono Sur, y de revisar la produccin bibliogrfica sobre el tema, Ferreira conclu-ye que si bien ha habido avances puntuales en los estudios sobre identidades yculturas negras con foco en la msica y en la danza, cuando considerada su inter-seccin con el campo de las relaciones raciales, la produccin de estudios es bas-tante escasa. Por ello propone avanzar en proyectos transculturales que posibili-ten un cambio epistemolgico con la presencia de voces negras y tnicas para unespacio acadmico mayoritariamente blanco.

    AMRICALATINAMIRANDOAL FRICA

    El segundo mbito de discusin estuvo centrado en los estudios acadmi-

    cos sobrefricadesarrollados en los centros de investigacin y universidades lati-noamericanas. Los trabajos presentados mostraron que estos estudios son relati-vamente recientes, debido fundamentalmente a la formacin europesta, la cualno solamente fortaleci las corrientes norte-sur, sino que incidi en sus conteni-dos iniciales. A pesar de que los estudios postcoloniales intentaron remediar estossesgos y buscar nuevas referencias para recuperar la historia de un continentedescripto durante muchos aos como inmutable y sin memoria, an queda mu-cho camino por transitar para avanzar en el redescubrimiento de una realidad

    que aunque aparece como extraa, es fluida y estimulante.En el caso de Amrica Latina, el surgimiento y evolucin del conocimien-to sobre las problemticas africanas respondi a una combinacin de factores

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    entre los cuales hay elementos externos e internos. Desde la perspectiva externa,la evolucin poltica y socioeconmica del continente africano, principalmenteel proceso de descolonizacin y posterior independencia de estos estados se cons-tituy en un factor determinante a la hora de sentar las bases de los estudios

    africanos en la regin. Focalizados inicialmente desde la geografa y la historia, enla mayora de los casos respondieron a una visin enciclopdica y eurocntrica,participando de una nfima porcin de las respectivas currculas. Desde la pers-pectiva interna, la inmigracin africana promovi mayormente los estudios sobreafrodescendientes en Amrica Latina, por sobre lo que estaba sucediendo en fri-ca, pero la presencia visible de africanos en la poblacin contribuy a inspirar lacreacin de centros que comenzaron a ocuparse de lo que ocurra del otro ladodel Atlntico, como sucedi en Brasil, a partir de los sesenta.

    Sin embargo, la insercin de los nuevos pases en el sistema internacionalde la guerra fra, conformando un grupo denominado Tercer Mundo cuyasmayores expresiones fueron el Movimiento de los No Alineados y el G77, creadoen el marco de las reuniones de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comer-cio y Desarrollo, en Ginebra fue el factor que inspir el desarrollo de los estu-dios africanos, paralelo al avance muchas veces inestable de polticas guberna-mentales que propiciaban el acercamiento con estos pases.

    El hecho que en la dcada de los sesenta las independencias de los pasesdel Tercer Mundo se produjeran en cadena contribuy a que tanto desde la pers-pectiva de la ciencia poltica y de las relaciones internacionales como desde lahistoria, se enfocara en forma conjunta el estudio de los procesos de descoloniza-cin en Asia y frica. Esto tambin es explicable en funcin de un hito en lahistoria del despertar de los pueblos de estas dos regiones, cual fue la Cumbreafroasitica de Bandung, en 1955. Pero aunque el espritu de Bandung sobrevue-le tambin en forma intermitente las aspiraciones y las relaciones entre los pue-blos afroasiticos, las particularidades de estas dos subregiones, as como la evo-lucin poltica y econmica de sus sociedades, expresan cada vez ms la necesidad

    de un abordaje particularizado, en el marco ms general de su pertenencia al Sur.Los mviles de estos acercamientos incidieron en los abordajes desde dife-

    rentes disciplinas: las relaciones internacionales, la historia, la ciencia poltica, lademografa, la antropologa, la lingstica, la sociologa, etc. Sin embargo, el rele-vamiento de los estudios sobre frica en Amrica Latina (bibliografa y ensean-za) permite observar la preeminencia de los enfoques histricos. Particularmenteen el caso de Brasil, existe tambin una relevante produccin orientada a la ense-anza de la literatura africana en lengua portuguesa, probablemente como resul-

    tado de la revalorizacin de la Comunidad de Pases de Lengua Portuguesa (CPLP)creada en 1996, con sede en Lisboa, que rene a Portugal junto a sus ex colonias.

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    En Amrica Latina las institucionespioneras en estos trabajos fueron enBrasil, el Centro de Estudos Afro-Orientais, (CEAO) de 1959, el Centro de Es-tudios de Asia y frica (CEAA) de El Colegio de Mxico (de 1964) y en Cuba, elCEAMO (Centro de Estudios de frica y Medio Oriente) creado en 1979. A

    pesar de los altibajos, los estudios sobre frica han ido creciendo y consolidndo-se, al punto tal que hoy pueden mostrarse estudios de grado y posgrado.

    En cuanto a los estudios deposgrado, merece mencionarse El Colegio deMxico y su Maestra (con opcin a Doctorado) en Estudios de Asia y frica,creada a iniciativa de la UNESCO en los ochenta, los cursos de postgrado en elCEAO de Baha, en el CEAA de Ro de Janeiro y recientemente en la Universi-dad Nacional de Tres de Febrero, en Buenos Aires, con su Maestra en DiversidadCultural. Casi todos los maestros y doctores brasileos (y algunos africanos y

    latinoamericanos) especializados en la temtica africana se formaron en el pro-grama de posgraduacin en Sociologa y Antropologa de la Universidad de SaoPaulo.

    Respecto a los estudios degrado, se efectuarn aqu slo comentarios refe-ridos a los estudios africanos en Amrica Latina, segn los trabajos presentadosen este seminario15. Como ya se mencionara, Brasilposee la mayor poblacin deorigen africano del mundo, fuera de frica, lo cual ha incidido notablemente ensu ethos cultural y en el desarrollo, aun con altibajos, de una poltica africanaenmarcada en el atlantismo. A partir de un acercamiento inicial a los pases afri-canos de la costa occidental, con la cada del imperio portugus, Brasilia se aproxi-m al frica portuguesa. Luego de los cambios producidos en Sudfrica que seexplicitaron en las elecciones multirraciales de 1994, se profundizaron las rela-ciones con Pretoria. Sin embargo, muchas veces el mpetu en los estudios africa-nos cedi paso a los estudios afroamericanos, solventados por instituciones fi-nancieras norteamericanas. En otros casos se debi al peso relativo que adquirie-ron estas temticas en las agendas polticas domsticas, como la mencionada ley10639/03, que inst al sistema educativo a establecer asignaturas sobre historia y

    cultura africana y afro brasilea.ParaLuena Pereira, la investigacin y la enseanza sobre frica en Brasilse

    produjo en relacin a lo que ella considera dos esferas. En la acadmica se gene-r un ncleo con la creacin de centros de estudios, programas y reas sobrefrica, desde mediados del siglo XX. Una segunda esfera, se constituy a partirde la re-emergencia de los movimientos sociales negros en los aos setenta, loscuales, junto a la lucha por el fin del racismo, buscaron la revalorizacin de lahistoria y cultura africana y afrobrasilea, como forma de construccin de una

    15 Cabe aqu aclarar que las referencias brindadas aqu son indicativas y de ningn modo preten-den mapear todas las instituciones e iniciativas existentes.

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    identidad positiva, que permitiese una inclusin ms justa de los negros en lasociedad brasilea. Entre ambas esferas, el Estado y sus instituciones, especial-mente el sistema educacional, se constituyeron en la principal arena de esta lucha.

    En ese contexto, el primer centro de estudios africanos pionero fue el Cen-

    tro de Estudos Afro-Orientais de la Universidad Federal de Bahia (CEAO/UFBA),creado en 1959, al cual le siguieron el Centro de Estudos Africanos de la Univer-sidad de So Paulo (CEA/USP) en 1968 y el Centro de Estudos Afro-Asiticos dela entonces Facultad Cndido Mendes (hoy Universidad Cndido Mendes, CEAA/UCAM) en 1973. Los principales enfoques provinieron de la Historia, las Letras(especialmente la Literatura Comparada), la Antropologa, la Sociologa y lasRelaciones Internacionales.

    La mayora de los autores (Beltrn, 1987; Pereira, 1991; Zamparoni,

    1995:105-124) que han estudiado esta problemtica marcan la relativa autono-ma de los estudios africanos respecto de los afrobrasileos, debido a las aproxi-maciones polticas y econmicas hacia los estados africanos de los sucesivos go-biernos instalados en Brasilia. Sin embargo, recientemente, y en funcin de varia-bles ya analizadas, los estudios afrobrasileos estn predominando sobre los afri-canos, sobre todo porque existe un grupo de acadmicos negros, cuya preocupa-cin gira en torno a los afrodescendientes y su lugar en la sociedad brasilea,segn lo demuestran los estudios recientes desarrollados en el CEAO y en elCEAA, con larga trayectoria de relaciones con la militancia negra.

    Esto puede observarse en el trabajo presentado porJos Maria Nunes Perei-ra.Con una mirada que proviene de su experiencia en el CEAA, de Rio de Janei-ro tanto desde sus funciones como director y ahora investigador y profesor esteautor realiza un interesante abordaje del africanismo brasileo, no sin antes con-textualizarlo en Amrica Latina y referenciarlo a Europa y Estados Unidos, parademostrar que all tambin son relativamente recientes las preocupaciones acad-micas por los estudios sobre frica.

    El caso cubano, en tanto, muestra cmo debido a los componentes raciales

    y culturales as como a los poltico-ideolgicos fueron impulsados los estudiosafricanos, principalmente desde su vertiente histrica. Elena lvarez Acostanosdescribe la relevancia de la enseanza de la historia de frica en Cuba, pas con unalto componente africano en el centro de sus races socio-culturales y de su iden-tidad. A partir de los cambios producidos en 1959 en Cuba, se comenzaron aincorporar los contenidos de la historia africana en todos los niveles de la educa-cin. A este proceso contribuy no slo la eliminacin de la prctica racial hacialos negros y los mestizos sino tambin el reforzamiento de los vnculos entre

    Cuba y los estados africanos, particularmente por el apoyo brindado por La Ha-bana a los movimientos de liberacin nacional y a la cooperacin Sur-Sur.

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    Pero los estudios africanos en la isla caribea no estuvieron libres de limi-taciones, provocadas por la falta de bibliografa e informacin actualizada y porel sesgo europesta de los textos existentes en espaol, contrariamente a lo quepudiera esperarse por la orientacin del rgimen poltico cubano. A pesar de estas

    restricciones, cabe destacar varias instituciones que se dedican al africanismo,como el Centro de Estudios de frica y Medio Oriente (CEAMO), la Casa defrica, el Instituto Superior de Relaciones Internacionales, la Casa del Caribe deSantiago de Cuba y el Centro Cultural Africano Fernando Ortiz. En este con-texto, fueron bsicos los Cuadernos de frica, publicados por Armando Entralgoas como su compilacin en seis tomos titulada frica

    Maguemati Wagbou tambin marca la escasez de estudios africanos en Co-lombia, sea desde la ciencia poltica, la historia, la sociologa o la antropologa,

    lamentando el fracaso del magnfico proyecto de Nina S. De Friedemann paraabrir las ciencias sociales latinoamericanas a un dilogo Sur-Sur. Recalca asi-mismo que las pocas iniciativas para insertar el conocimiento sobre frica en laacademia colombiana se desarrollaron junto con los estudios afrocolombianos. Aprincipios de los aos ochenta, la Asociacin Latinoamericana de Estudios deAsia y frica (ALADAA)16 comenz a reclutar a jvenes investigadores colombia-nos para una especializacin en Historia de frica y Asia en el Colegio de Mxi-co, pero no fue incentivo suficiente. En la actualidad solo puede mencionarse elcentro de Estudios Africanos de la Facultad de Finanzas, Gobierno y RelacionesInternacionales de la Universidad Externado en Bogot.

    En el caso deArgentina, la inmigracin involuntaria africana llegada a suterritorio durante el perodo colonial se invisibiliz debido a los flujos migrato-rios europeos de fines del siglo XIX y principios del XX (Lechini, 2006:45-46).Argentina, autopercibida como un pas blanco y europeo careci de poltica ha-cia el continente y solo recientemente se han desarrollado los estudios africanosen las universidades. A pesar del desinters por la temtica, se puede observarcmo, a partir de los sesenta, hubo tentativas de aproximacin al estudio de fri-

    ca desde los mbitos acadmicos, que coincidieron con los flujos y reflujos delinters de los sucesivos gobiernos argentinos por frica. Estos altos y bajos tam-bin influyeron en el auge y la cada de centros de investigacin, muy vinculadosal esfuerzo personal y a la escasez de financiamiento, lo cual llev en varias opor-tunidades al condicionamiento de las agendas de trabajo.

    Como lo planteaDiego Buffa17, es con la independencia de los estadosafricanos que comenzaron a crearse las primeras ctedras de historia de frica,

    16 La ALADAA fue creadaen Mxico (1976) en ocasin de la celebracin del XXX CongresoInternacional de Ciencias Humanas de Asia y frica del Norte, con sede en el Centro de Estudiosde Asia y frica (CEAA) de El Colegio de Mxico.17 En su trabajo, el autor realiza un relevamiento del surgimiento y evolucin de las ctedras sobre

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    tarea emprendida por verdaderos pioneros en las universidades de Crdoba, Neu-qun y Rosario18, en tanto la geografa africana se enseaba desde antes en LaPlata. Pero este primer impulso qued preso de los avatares polticos argentinos yde la inestabilidad institucional, sucedindose perodos que promovan los estu-

    dios sobre el frica, con otros que los desalentaban. Se editaron colecciones comolaBiblioteca de Asia y fricade Eudeba en los sesenta, las publicaciones del Cen-tro Editor de Amrica Latina en los setentas. Se organizaron centros de investiga-cin o grupos de estudio como el Instituto del Tercer Mundo de la Universidadde Buenos Aires o el Grupo de Estudios Africanos en la Universidad de Rosario.Pero este esfuerzo qued oculto tras la dictadura militar cuyos idelogos soste-nan que los pases africanos eran marxistas y por tanto, formaban parte del ene-migo a combatir.

    Tal como describeMarisa Pineau cuando refiere a los aportes de la Univer-sidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de Lujn, con la recupera-cin de la democracia los estudios africanos tomaron un nuevo impulso. Se crea-ron en las Universidades Nacionales ctedras especficas dedicadas al conocimientohistrico y la realidad de los pases de Asia y frica; a la vez que se incorporaronnuevos contenidos en las ctedras tradicionales. Se incluy en la currcula delgrado acadmico el estudio de frica Contempornea en particular, dentro detodas las Carreras de Historia. En su presentacin destaca la recurrencia a biblio-grafa de autores africanos para acercarse a una produccin original propia ydesarrollada, rica y variada, as como a traducciones de textos originales en in-gls y francs19.

    Sin embargo, al compartir la historia africana el espacio con los estudiosasiticos, se produjeron dos fenmenos: o bien se mantena un amplio nivel degeneralidad, por la imposibilidad de profundizar los contenidos de realidades tancomplejas, o se colocaba el acento en frica o en Asia, desvalorizando la otraregin. Lamentablemente los aos noventa marcaron un descenso del lugar defrica en la agenda argentina y por ende del respaldo y de la promocin de los

    estudios de una regin prescindible para el mundo y slo objeto de la CruzRoja Internacional, de acuerdo a la concepcin neoliberal predominante por en-tonces. Solo recientemente, pareciera que un nuevo impulso podra producir otroperodo de florecimiento.

    Historia de frica y de la creacin de centros e institutos, en universidades pblicas y privadas, delas ediciones de libros y revistas especializadas, paralelo a la evolucin de la cuestin en la cancille-ra argentina y en los organismos de investigacin pblicos y privados.18 Por esa poca, en la Carrera de Historia haba tres asignaturas dedicadas a la Historia de frica.19 Asimismo realiza una importante actualizacin de los eventos ms recientes desarrollados en laciudad de Buenos Aires referidos a estas temticas.

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    Marta Maffia, por su parte, se ocupa de la enseanza e investigacin sobrefrica y Afroamrica en la Universidad Nacional de La Plata, coincidiendo conlos otros autores en torno a la existencia de un crecimiento reciente, pero hetero-gneo. Con respecto a la enseanza de grado, la primera aparicin de frica fue

    en el Profesorado enGeografa, en 1953, repuntando la temtica slo en los aosochenta. En la Universidad Nacional de La Plata, frica fue abordada desde lageografa y la geografa poltica, la historia, vinculndola tambin con los estu-dios asiticos, con acento ora en frica ora en Asia. En tanto los estudios sobreAfroamrica se desarrollaron en la Carrera de Historia, o desde la etnografa (delViejo Mundo) y la antropologa. Mafia tambin insiste tanto en la invisibiliza-cin historiogrfica como acadmica de la comunidad negra y de su cultura.Las primeras tesis doctorales sobre afroamericanos en historia aparecieron recin

    con la vuelta a la democracia.Respecto a la investigacin, generalmente apoyada por el Consejo Nacio-nal de Investigaciones Cientficas y Tcnicas (CONICET), Maffia describe losanlisis histricos acerca de la esclavitud y la influencia del negro en el Ro de LaPlata; los que se dedican al anlisis cultural y etnolgico/etnogrfico referido alnegro, dentro de los que se incluyen los grupos africanos llegados con posteriori-dad a la poca de la trata (principalmente los caboverdianos) y los trabajos sobretemas polticos y polticos internacionales, ms recientes y destinados al conoci-miento de las dinmicas sociales y polticas de los nuevos pases africanos y susvinculaciones con Amrica Latina.

    En esta presentacin en particular, Juan Jos Vagni refiere a los estudiossobre frica del Norte y Medio Oriente en los centros acadmicos de Argentina yBrasil. All, un reducido nmero de investigadores con muchas limitaciones perocon un gran esfuerzo y solvencia, comenz a ocuparse de esta subregin desde lahistoria y las relaciones internacionales. En el caso de los abordajes de tipo hist-rico, se destaca el estudio de las comunidades judas de origen magreb en Suda-mrica, en tanto los trabajos desde las relaciones internacionales y la ciencia pol-

    tica, analizan la accin exterior de la regin hacia el Magreb. Asimismo y a modointroductorio, Vagni describe el recorrido y las huellas literarias del legado anda-lus.

    Finalmente y a modo de cierre de las problemticas aqu analizadas, LuisBeltrnse ocupa de brindar un panorama general de la evolucin de los estudiosafricanos y afroamericanosen lo que l denomina iberoamrica, sobre la base de sularga trayectoria en la promocin del conocimiento sobre frica en la menciona-da regin, a travs de conferencias y publicaciones. Por haber desarrollado duran-

    te muchos aos su actividad acadmica en la entonces Repblica del Zaire, estambin un profundo conocedor de la cultura y las lenguas africanas.

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    En el trabajo que nos presenta, utiliza el trmino africana para referirse alas races africanas en la sociedad y la cultura de los pases americanos de hablaespaola y portuguesa. Siguiendo al antroplogo cubano Fernando Ortiz, inicia-dor de los estudios afrocubanos, para Beltrn laafricanaes sobre todo el resulta-

    do de un proceso multitransculturador no slo con relacin a las culturas euro-peas y amerindias sino tambin entre culturas africanas que se produce en Am-rica, siendo uno de los tres elementos constitutivos de la iberoamericanidad y dela identidad sociocultural nacional de cada uno de estos pases.

    Describe los estudios especficos, tanto sobre frica como sobre los afro-americanos, desarrollados en los pases iberoamericanos, detalla los centros deinvestigacin, las publicaciones, los problemas, mostrando as que es uno de losprincipales estudiosos contemporneos de una temtica que poco a poco est

    adquiriendo mayor centralidad en los estudios de las ciencias sociales en la Am-rica Latina.

    ALGUNAS REFLEXIONES

    En casi todos los pases de Amrica Latina a lo largo de la segunda mitaddel siglo XX se han detectado altos y bajos en el inters puesto en la temticaafricana y, por tanto, en la enseanza e investigacin, como resultado de unacombinacin de factores polticos, econmicos y culturales.

    Una evaluacin reciente de los estudios en la regin muestra opinionesdispares: para algunos acadmicos hubo un ascenso del estudio de temas africa-nos en el Sur, debido a la revalorizacin de frica en la agenda externa de losestados y gobiernos de Amrica Latina. Esto se produjo paralelo a un descenso dela temtica en los centros acadmicos del Norte, junto a un cierto desintersproducto de la amplitud y diversidad de los temas globalizados. Para otros, Am-rica Latina no ha producido conocimiento nuevo sobre frica y le cuesta desem-

    barazarse de su ropaje eurocntrico.En este contexto, sea para promover o profundizar los estudios afroameri-

    canos y africanos en la regin, un aspecto interesante a considerar es la necesidadde promover los anlisis que aborden las cuestiones africanas desde una perspec-tiva multidisciplinaria, que permita combinar varias percepciones, enfoques te-ricos y bagajes disciplinarios.

    Asimismo, aunque pueda todava existir alguna mirada tributaria del pre-juicio y de la ignorancia, ha habido progresos recientes para inducir y fomentar la

    creacin y ampliacin de una agenda africana, a travs de la cual puedan crearsesinergias constructivas, y as perfeccionar el registro y la consolidacin de lasdistintas vertientes que abordan los estudios africanos y afroamericanos, mejo-

    GLADYS LECHINI

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    rando el conocimiento de los variados aspectos y manifestaciones de la africanay fomentando la cooperacin acadmica intra-latinoamericana junto a la africa-na.

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