La teorà a del significado en Willard Van Orman Quine
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Filosofía y Letras Facultad de Filosofía y Humanidades
1-1-2003
La teoría del significado en Willard Van Orman Quine La teoría del significado en Willard Van Orman Quine
Benjamìn Barón Velandia Universidad de La Salle, Bogotá
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La teoría del significado en W. O. Quine 2
LA TEORÍA DEL SIGNIFICADO
EN WILLARD VAN ORMAN QUINE
BENJAMÍN BARÓN VELANDIA
DIRECTORA: DRA. CAROLINA RODRIGUEZ RODRIGUEZ
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN EN FILOSOFÍA ANALÍTICA
UNIVERSIDAD DE LA SALLE
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
OCTUBRE DE 2003
La teoría del significado en W. O. Quine 3
UNIVERSIDAD DE LA SALLE
DIRECTIVAS
Hno. FABIO GALLEGO ARIAS
Rector
Hno. HENRY ALBERTO RAMÍREZ ROMERO
Vicerrector Académico
Hno. EDGAR FIGUEROA ABRAJIM
Vicerrector Promoción y Desarrollo Humano
Dr. MAURICIO FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
Vicerrector Administrativo
Dr. GUILLERMO PANQUEVA MORALES
Secretario General
Dr. CARLOS HERNÁN MARÍN OSPINA
Decano Facultad de Filosofía y Letras
La teoría del significado en W. O. Quine 4
____________________________
Dr. Carlos Hernán Marín Ospina
Decano
Facultad de Filosofía y Letras
____________________________
Dra. Carolina Rodríguez Rodríguez
Directora
____________________________
Dr. Carlos Hernán Marín Ospina
Jurado
____________________________
Dr. Juan Carlos Moreno Ortiz
Jurado
Bogotá, D.C., Octubre de 2003
La teoría del significado en W. O. Quine 5
A mi maestra, Carolina Rodríguez Rodríguez por sus aportes críticos e infinita paciencia demostrada en el desarrollo de este trabajo.
A un Ángel por darme la oportunidad de compartir su existencia.
A mi esposa y mi familia por todo el apoyo y la comprensión que me brindaron.
La teoría del significado en W. O. Quine 6
ÍNDICE GENERAL
Pág.
Introducción ...................................................................................................... 7
Capítulo I.
LA CRÍTICA AL CÍRCULO DE VIENA DESDE UNA PERSPECTIVA
CONDUCTISTA ................................................................................................ 10
Capítulo II.
EL ENFOQUE PRAGMATISTA DEL SIGNIFICADO EN QUINE .................... 32
Capítulo III
EL HOLISMO SEMANTICO ............................................................................. 40
Conclusiones .................................................................................................... 54
Bibliografía General ............................................................................................. 56
La teoría del significado en W. O. Quine 7
INTRODUCCIÓN
Con este trabajo pretendo abordar la filosofía de Willard Van Orman Quine, en lo
concerniente a su teoría del significado. La manera cómo fue abordado trasciende
los muros del simple acto de recopilación o reconstrucción de los diferentes
autores y encuentra morada en la realización de un ejercicio interpretativo y
comprensivo, que da cuenta del problema, para intentar ver el aporte y la
inserción de la teoría del significado de Quine, al interior del pensamiento
analítico. De esta manera, en el horizonte de lectura e interpretación del autor,
intento situarlo como el punto central de la coyuntura que fue denominada por
Giovanna Borradori como “fractura analítica”1; esto ubicaría a Quine entre la crisis
del positivismo lógico y la emergencia de la filosofía post-analítica.
El primer capítulo de este trabajo constituye una reconstrucción de la teoría del
significado en Quine a partir del texto Del estímulo a la ciencia2, con la finalidad
de describir la influencia del pensamiento conductista a partir de la conexión entre
los procesos de enseñanza-aprendizaje de la lengua y la estimulación de las
terminales nerviosas. Así pues, el recorrido por el conductismo implica el
tratamiento de categorías como percepciones sensoriales, ostensión directa de
los objetos, uso, comportamiento humano individual como colectivo, estímulos
verbales, estímulos no verbales, etc.
1 BORRADORI. Giovanna. Conversaciones Filosóficas: el nuevo pensamiento norteamericano. Traducción de Jorge Antonio Mejía Escobar. Editorial Norma, Bogotá, 1996. 2 QUINE. W. V. O. Del Estímulo a la Ciencia. Editorial Labor, Barcelona, 1968.
La teoría del significado en W. O. Quine 8
El segundo capítulo representa un reconocimiento de los elementos pragmáticos
de la teoría del significado, en donde los conocimientos humanos son simples
herramientas de acción, lo cual lleva a la búsqueda del criterio de verdad de las
teorías mediado por su éxito práctico. En este contexto, el significado adquiere un
valor intersubjetivo, que se encuentra validado por el acuerdo o coincidencia entre
los hablantes, los estímulos que ellos reciben y el modo en el que coordinan su
acción. Como es evidente, esta apertura hacia el pragmatismo permite que Quine
logre romper el solipsismo propio de las teorías anteriores y consiga situar el
problema del significado desde una perspectiva comunitaria; por supuesto, esto
complejiza el problema tratado, dado que la construcción del significado ha
dejado de ser una simple reconstrucción lingüística de lo que nos informan
nuestras terminaciones nerviosas y adquiere una orientación social; aparecen
nuevos elementos que tendrían una incidencia directa en la forma en la que los
sujetos significan su mundo, tales como la cultura, la sociedad y primordialmente
la acción, porque esta última es el tribunal de verdad al cual tenemos que recurrir.
Finalmente, en el tercer capítulo, se identifican los criterios de la doctrina del
Holismo en Quine, como ápice para fundamentar una teoría del significado
consistente y a la vez flexible; esta postura logra depurar la tradición analítica de
sus elementos rígidos y dogmáticos, al tiempo que inaugura una nueva
orientación de pensamiento: la filosofía post-analítica. Es aquí donde
encontraremos planteamientos y críticas respecto a la metafísica3, al Círculo de
Viena y al pensamiento analítico en general, lo cual le permite al autor ir más
allá de los límites del empirismo lógico.
Ahora bien, este esfuerzo constituye un rasgo de madurez del pensamiento
Quineano; estamos haciendo referencia a todo el trabajo de depuración de las
teorías de algunos autores analíticos clásicos como G. Frege, G. Moore, B.
3 QUINE. W. V. O. Teorías y Cosas, Editorial Ariel, Barcelona, 1982, PG 229.
La teoría del significado en W. O. Quine 9
Russell, L. Wittgenstein y R. Carnap4, entre otros. Esta nueva orientación de
Quine tiene como objetivo principal encontrar herramientas y argumentos que
brinden soporte a una teoría del significado mucho más amplia, con una visión
Holística y que no se considere a sí misma como la panacea a los problemas
semánticos, sino que, sea susceptible de evolucionar según las necesidades que
enfrente el hombre en diversos contextos.
El estudio aquí propuesto intenta proporcionar un trabajo comprensivo sobre la
teoría del significado en Quine, que todavía no se ha hecho en lengua española.
Más aún, en Colombia el estudio de la obra del autor está aún en un proceso
incipiente, por no decir que precario, dado que solamente en nuestro país ha sido
abordada por Andrjze Lukomsky, Ignacio Ávila y William Duica5. Este hecho
plantea la necesidad de contribuir en la recepción de los autores y tendencias
más actuales del pensamiento analítico y post-analítico, de modo que podamos
ser interlocutores válidos frente a la tendencia filosófica que resulta ser
predominante dentro del mundo académico contemporáneo. Finalmente, el trabajo
aquí propueto se dirige a un público universitario amplio, no sólo de filósofos, sino
también de lingüistas e incluso de psicólogos.
4 Hay una consideración salvadora: que sigamos tomándonos en serio nuestra concreta ciencia acumulada, nuestra particular teoría del mundo, nuestro laxo edificio total de cuasiteorías, cualquiera que sea... dentro de nuestra propia doctrina total, sometida a evolución, podemos juzgar de la verdad con la mayor seriedad y del modo más absoluto; considerándola, sin duda, sometida a rectificar; pero este añadido es ya ocioso. Quine. W. V. O Palabra y Objeto. Editorial Labor, Barcelona, 1968, p. 38.
La teoría del significado en W. O. Quine 10
LA CRÍTICA AL CÍRCULO DE VIENA DESDE UNA PERSPECTIVA
CONDUCTISTA
Capítulo I
Quine recibe la influencia directa del Círculo de Viena a través de Carnap quien
fue su maestro; sin embargo, es necesario establecer que aunque hay una
influencia de Carnap, también existen unos elementos importantes en donde el
discípulo se separa del maestro. ¿Cuáles serían estos elementos?.
El primero de ellos es seguramente el hecho de plantear la teoría de la
significación en términos de verificación; esto es lo que conoce como el criterio
empirista del significado. Para Carnap, siguiendo algunas indicaciones que
Wittgenstein había dado en el Tractatus Logicus Philosophicus6 no todas las
expresiones tienen significación. El autor clasifica las expresiones en tres grupos:
unas expresiones serían analíticas, que podríamos definir como aquellas que
constituyen verdades lógicas o tautologías en sí mismas; estas proposiciones
analíticas corresponden de una manera directa con los juicios analíticos de Kant,
con las verdades de razón de Leibniz o con las relaciones de ideas de Hume. Son
proposiciones que no necesitan ser demostradas porque constituyen una verdad
por ellas mismas.
El segundo grupo de proposiciones tiene que ver con los enunciados que
Wittgenstein llamó empíricos o genuinos; son los que aportan una nueva
información sobre el mundo y permiten dar datos descriptivos sobre la realidad.
Estás proposiciones sí tendrían la intencionalidad de conocimiento, de ser
5 Cfr. RODRÍGUEZ, Carolina. La filosofía Analítica en Colombia, Editorial el Buho, Bogotá, 2002, Cap II. 6 WITTGENSTEIN Ludwig. Tractatus Logicus Philosophicus. Editorial Alianza, Madrid, 1981.
La teoría del significado en W. O. Quine 11
cognitivas y de aportar información; corresponden a los juicios sintéticos de Kant,
a las verdades de hecho de Leibniz o a las cuestiones de hecho de Hume.
Finalmente Carnap, siguiendo a Wittgenstein, llega a proponer que existe un
tercer grupo de proposiciones que son las metafísicas. La mayor parte de los
enunciados de la filosofía corresponden a este grupo; al no ser ni analíticas ni
empíricas son vacías, es decir, son absurdas, no dicen nada, no tienen validez
lógica, ni contienen una correlación empírica. Son proposiciones que tendrían que
ver más con el mundo de la poesía, (es decir; con las cuestiones de orden
subjetivo) que con el ámbito de la ciencia y del conocimiento.
A partir de esta clasificación de las proposiciones empleada, Carnap, propone un
criterio para tratar de demarcar qué es científico y qué no, qué hace parte del
mundo de la metafísica y qué hace parte del territorio de la ciencia. Lo que
Carnap quiere hacer es proveernos de un criterio o de un instrumento que nos
permita separar las proposiciones metafísicas, que son absurdas y sin sentido, de
las proposiciones científicas, que son las únicas que producen conocimiento
sobre el mundo. Este criterio de demarcación a través de la verificación esta
formulado así: para Carnap, que una proposición tenga significado es igual a que
sea verificable, es decir, significa si y sólo si se puede contrastar empíricamente
con los elementos que se encuentran en una realidad objetiva.
Desde la perspectiva del Círculo de Viena, no todas las oraciones son
verificables. Teniendo en cuenta la anterior clasificación es necesario decir que
las analíticas no son verificables porque constituyen unas verdades de razón
que no necesitan ser comprobadas; por su parte, las metafísicas tampoco son
verificables porque no dicen nada sobre el mundo ni están referidas a objetos.
Las únicas proposiciones verificables son las empíricas; así, ante una proposición
es necesario analizar cuáles son los objetos a los que se refiere y cómo
describe un estado de cosas dentro del mundo; ese sería el criterio empirista de
La teoría del significado en W. O. Quine 12
la significación. Sin embargo este criterio fue juzgado como algo reduccionista y
unilateral, porque aplicado con radicalidad lo que estaría mostrando es que son
muy pocas las proposiciones que realmente son verificables.
Ahora bien, dentro del mismo Círculo de Viena se empieza a captar la
imposibilidad o dificultad de manejar este criterio de verificación, porque dentro de
las mismas proposiciones empíricas todas no son verificables. Por ejemplo, si yo
trabajo un enunciado como “la pelota roja está sobre la mesa”, ello supone que
haya un mundo que contiene objetos denominados “pelotas”, donde existe el color
“rojo” y donde hay “mesas”; entonces, tendría que existir una realidad así para
que yo pudiera establecer una relación entre una serie de estados de cosas y el
lenguaje que profiero. Solo en la plena satisfacción de estas condiciones, la
aserción, “la pelota roja esta sobre la mesa”, sería un enunciado verificable.
Pero no todas las proposiciones empíricas que se refieren a estados de cosas son
verificables de una manera inmediata; este problema lo descubrieron tanto Ayer
como Carnap. Una proposición como por ejemplo, “se está agrandando el hueco
de la capa de ozono”, es un enunciado empírico, pero que no puede ser verificado
de una manera directa por cualquier hablante, sino que, requiere de una serie de
mediaciones. Sabemos que puede ser verificable y seguramente es un enunciado
verdadero. Pero tendríamos que dar un gran rodeo para poder comprobar
su veracidad; entonces, eso ya nos está poniendo en una desventaja frente al
criterio de verificación, porque algunas proposiciones serían verificables
directamente y otras no, así empieza a fallar el criterio.
Lo más importante, además, para reconocer las fallas de este criterio tiene que
ver con el examen de lo siguiente: si yo utilizo una proposición como “el criterio de
la verificación es igual a tener significado” y le aplico el test de Wittgenstein o el
test de Carnap y me pregunto ¿Qué clase de proposición es esta en la que se ha
La teoría del significado en W. O. Quine 13
formulado el criterio de verificación?. Seguramente voy a encontrar que no
es analítica, porque no está expresando una verdad de razón, ni una verdad
lógica; también puedo descubrir que no es una proposición sintética, porque decir
que “el criterio de verificación sea igual al significado” no me está llevando a
describir o a comprobar un estado de cosas dentro del mundo, como sucedía con
la oración “la pelota roja esta sobre la mesa”.
Entonces, la conclusión que se desprende de esto, es que el postulado de la
verificación es un enunciado que ni siendo analítico ni siendo sintético, termina
convirtiéndose en vacío o metafísico. Esta es una conclusión muy dura para el
Círculo de Viena; si el criterio de verificación quería ser una demarcación entre lo
metafísico y lo científico para descalificar los pseudo problemas en filosofía, ahora
encontramos que se convierte en un postulado metafísico. Esto autor refuta la
filosofía de Carnap y hace necesario buscar un nuevo punto de partida para el
significado que esté más allá de la verificación.
Como se evidencia, el criterio de la verificación postulado por Carnap es una
contradicción lógica, porque paradójicamente el autor que habla de la eliminación
de la metafísica gracias al análisis lógico del lenguaje, está formulando que el
criterio para hacer esto se expresa a través de un enunciado metafísico: La
verificación como equivalente al significado.
Quine se hace cargo de manera directa del problema de cómo plantear una teoría
del significado que vaya más allá de las inconsistencias cometidas por Carnap. Lo
primero que hace es mostrar que la postura de su maestro era inicialmente
errónea y esta, como hemos dicho, se remonta a Kant.
La teoría del significado en W. O. Quine 14
Para Quine es imposible establecer una distinción entre enunciados analíticos y
sintéticos porque todos los juicios, por más metafísicos o por más abstractos que
parezcan, terminan teniendo un contenido de experiencia. Si todos los
enunciados tienen un contenido empírico, no hay proposiciones puras, no hay
verdades lógicas, no hay tautologías. Más aún, tanto las proposiciones de la
lógica como las de la metafísica tendrían un nexo con la experiencia; si esto es
así, tal como lo demuestra Quine, estamos poniendo de manifiesto que Carnap ha
cometido un grave error. Si es cierto que las proposiciones analíticas y las
metafísicas tienen un contenido de experiencia, eso no sólo hace imposible la
distinción entre analítico y sintético; además, lo que está probando es que no hay
una real separación entre las proposiciones de la metafísica y las de la lógica,
que estarían en las mismas condiciones: De esta manera todo el programa del
Círculo de Viena se refuta desde sus cimientos7.
El reto que tiene que asumir Quine en este punto es ir más allá del positivismo
lógico, ir más allá del criterio de verificación y tratar de hallar una nueva
perspectiva desde donde la teoría del significado pueda ser defendida. Es en este
punto en donde Quine da un giro hacia el conductismo y a partir de allí trata de
encontrar las respuestas.
Ahora bien, la relación entre el conductismo y el empirismo lógico ya había sido
planteada; el mismo Carnap, siguiendo a Neurath, su compañero de trabajo y de
programa, había llegado a establecer que las únicas verdaderas ciencias eran las
ciencias naturales y que el modelo de estas era la física; que si en algún
momento deseábamos hacer una descripción de las actividades humanas, esta
tendría que hacerse desde una perspectiva fisicalista; como es evidente, la única
rama de las denominadas “ciencias humanas” que podía hacer esto era la
psicología; para Carnap, la psicología debería transformarse, abandonar los
problemas de la mente y de la introspección y tratar de describir objetivamente la
7 Para el Circulo de Viena la distinción entre analítico y sintético la daba la experiencia.
La teoría del significado en W. O. Quine 15
conducta de los humanos desde un punto de vista físico. A este nivel, según la
opinión de Carnap, no habría ninguna diferencia entre la forma en que la física
describe el movimiento de los objetos y la forma en que la psicología conductista
debe estudiar los actos humanos.
Sin embargo, aunque Carnap ya había visto la posibilidad de plantear la
psicología conductista en clave fisicalista y darle a esto una fundamentación
conceptual desde el empirismo lógico, el autor no fue capaz de ver que a partir
del conductismo sí se podía llegar a plantear una teoría del significado. Esto fue
lo que Quine si fue capaz de entender. La teoría del significado en Carnap estaba
aislada del conductismo. Quine, por el contrario integra el significado a la
conducta, a partir del programa psicológico de Skinner.
Lo importante es rescatar en este punto que para Quine la epistemología es algo
muy importante y que no es algo de naturaleza exclusivamente filosófica.
“la epistemología o algo que se le parece entra sencillamente en una línea como
un capítulo de la psicología y por tanto de la ciencia natural”8
La cita anterior muestra que el tema del Holismo en Quine no solamente tiene que
ver con una condición para poder entender el significado de las expresiones como
lo vamos a ver en el capítulo tercero de este estudio. El holismo adquiere una
condición de interdisciplinariedad de los saberes, donde la filosofía termina
fundiéndose con la semántica y con la psicología y la base de todo esto sería una
psicología conductista. Quine simultáneamente se aleja y se acerca, aunque
parezca paradójico de la postura de Carnap frente a la psicología.
La epistemología no sería un campo de saberes eminentemente teórico sino que
sería practico a la luz de las ciencias naturales, así, la psicología permitiría
La teoría del significado en W. O. Quine 16
entender el fundamento de estímulos desde donde se mueven los objetos
humanos y desde donde construyen su forma de ver la realidad. Por eso Quine
expresa en el texto de la relatividad ontológica lo siguiente:
“cuando por otra parte reconocemos con Dewey que el significado es primariamente una propiedad de la conducta, reconocemos que no hay
significados, ni semejanzas, ni distinciones de significado, más allá de los que está implícitas en las disposiciones de la gente a la conducta manifiesta”9.
Aquí Quine esta introduciendo un elemento que es revolucionario dentro de las
teorías del significado: el sujeto. Aunque parezca paradójico, dentro de las teorías
del significado de Frege o de Carnap, el sujeto no hacía parte; sencillamente el
significado era algo que estaba de suyo dado en las proposiciones, en los
nombres, en los enunciados. Ahora Quine nos está mostrando que no es así, que
los significados son producidos desde una perspectiva biológica por la conducta
de los seres humanos y lo que hay que hacer es mostrar cómo se relaciona ese
sujeto interno con la conducta externa y mostrar cómo los sujetos están en
interacción con los objetos de la realidad: cuando eso se explica se esta teniendo
un primer avance en la teoría del significado.
Quine está asumiendo una actitud de carácter antidogmático que intenta mostrar
que la superación de las fronteras entre las diferentes ciencias no solamente
contribuye a la elucidación del problema del significado, sino que además permite
fundar la base de la epistemología en la psicología. Este es el principal elemento
que permite el viraje de Quine hacia el conductismo, tal como lo da a entender en
la siguiente cita:
8 QUINE. W. V La relatividad ontológica y otros ensayos. Editorial Tecnos, Madrid, 1974, PG 109. 9 Ibidem Nota 8.
La teoría del significado en W. O. Quine 17
“Así, la proposición según la cual las cosas externas se conocen en última instancia, sólo por su acción sobre nuestros cuerpos debe tomarse como una de
varias verdades coordinadas en la física y en cualquier otro campo, acerca de cosas físicas que al principio no están en tela de juicio”10
La actitud revolucionaria de Quine nos esta pidiendo ir más allá de la estructura
lógica del significado tal como fue propuesta por Frege y Carnap. Quine hace una
grave trasgresión de los postulados que Frege había defendido en la teoría
semántica que llegó a proponer en uno de sus textos más clásicos que se titula El
Pensamiento Una Investigación Lógica, la tesis central en este texto consiste en
lo siguiente; Frege intenta defender que hasta el momento el problema del
significado no ha podido avanzar porque se ha venido confundiendo con
conceptos de carácter psicológico. Ahora, lo que Frege quiere hacer es mostrar
cómo el significado depende del pensamiento y cómo la investigación del
pensamiento es por esencia lógica. Frege asume una actitud de tipo
antipsicologísta en donde pretende negar el hecho de que el mundo subjetivo sea
conocido por la ciencia; así, a Frege no le interesa hacer una teoría del
significado centrada en la figura del sujeto porque cree que si lo hacemos
incurrimos en un grave error, a saber: la imposibilidad de describir objetivamente
las experiencias interiores de un sujeto, que en último término resultan
incomunicables en un lenguaje.
Frege intenta mostrar que el mundo del significado no depende de lo que hay en la
conciencia o en el interior de los sujetos; cosas como las emociones, las
sensaciones y las representaciones, sencillamente carecen de de significado. Esto
nos permite entender que Frege divide la realidad en tres reinos. El primero es el
reino del sujeto, ámbito de la conciencia psicológica, que es inexplicable desde el
punto de vista de la ciencia y en donde se carece de verdad y objetividad. El
segundo reino es el de las cosas objetivas: todo lo que existe dentro del mundo
10 Ibidem Nota 7. Pg 18.
La teoría del significado en W. O. Quine 18
real. Pero aquí solamente tenemos objetos y por ello es necesario buscar un
tercer reino en donde estén la verdad y el pensamiento. Ese tercer reino tiene
una naturaleza de carácter platónico, es un reino invisible a nuestros ojos, pero
que esta aquí, una especie de mundo de las ideas en donde existe la objetividad
y la condición de posibilidad de la verdad. Desde esa perspectiva, el autor nos
está diciendo que ni la verdad ni el pensamiento dependen del sujeto, porque
están más allá de él, están en ese tercer reino.
Aunque no haya mundo y aunque no haya sujeto Frege intenta mostrar que
verdades como por ejemplo “2 + 2 = 4”, no dependen ni del mundo ni del sujeto,
sino que son verdades tan universales y tan eternas, que tienen existencia propia
y por ello hacen parte del tercer reino.
En un sentido similar al de Frege, Carnap argumenta que la mente es
sencillamente un pseudoconcepto mal empleado por la psicología, porque no
existe lo interno y en realidad la psicología tal como ha venido funcionando no es
más que una pseudociencia, un saber aparente que no ha sabido cómo usar el
lenguaje con claridad.
De lo anterior se puede concluir que dentro de los grandes fundamentos de la
tradición analítica formalista, como lo son Frege y Carnap, ni la mente, ni la
psicología, ni el mundo interno, son campos válidos para investigar y por
supuesto, esos campos no tienen ninguna relación con la semántica y con sus
conceptos centrales: sentido y referencia.
Quine intentará darle una vuelta a esta postura, asumir una postura crítica y
mostrar que es necesario salir de esta actitud. Por eso el autor comprueba que no
existe tal anarquía o tal subjetividad total dentro de lo interno, esto lo logra
La teoría del significado en W. O. Quine 19
demostrar a través de un concepto muy importante para él, que es el de similitud
perceptual:
“Puesto que el aprendizaje depende así de la similitud perceptual, la propia similitud perceptual no puede haber sido aprendida, al menos no en su totalidad.
Gran parte de la similitud perceptual es innata. No obstante, los criterios individuales de similitud perceptual cambian radicalmente, y tal vez con rapidez
durante un tiempo, a consecuencia de la experiencia y del aprendizaje.”11
Lo que Quine quiere mostrar es que aunque el aprendizaje dependa de la
experiencia y de la interacción con el ambiente, hay una similitud perceptual que
es una especie de condición interna desde donde nosotros asimilamos las
experiencias y las categorizamos, es una estructura A priori que guarda cierta
relación de similitud con las formas A priori de la sensibilidad en Kant. Hay una
condición interna que hace sistematizar en un sentido específico la experiencia
que nosotros estamos adquiriendo del mundo exterior, con esto lo que está
haciendo Quine es revalidar la existencia de ciertas condiciones internas y su
relación con la experiencia y el significado.
Ahora, esta revalidación de lo interno a través de la categoría de similitud
perceptual no debe llevarnos al siguiente engaño, que Quine quiere hacer una
teoría del significado de carácter mentalista, idealista. Por el contrario, quiere
hacer una teoría del significado en términos observacionales y de carácter
objetivo.
Para Quine el lenguaje es un producto que está elaborado con todos los
aditamentos que posee el lugar en el que nace, crece y se desarrolla, es por eso
que cada una de las culturas genera un discurso valiéndose de todas las
herramientas de lenguaje con las que ésta cuenta, incluyendo el ambiente. Por
11 Ibidem Nota 2. PG 27
La teoría del significado en W. O. Quine 20
esta razón es que en la mayoría de las circunstancias se hace imposible la
traducción de lenguajes nativos, debido a que muchas de las palabras tienen
significado contextual, de modo que sólo los habitantes que conozcan el contexto,
es decir, que se hayan formado y educado en este ambiente, sabrán a qué se
refieren cuando escuchen esta palabra.
“ El lenguajes es un arte social. Para adquirirlo, dependemos enteramente de
índices accesibles intersubjetivamente relativos a lo que hay que decir y al momento de decirlo. De ahí que no haya ninguna justificación para conferir
significaciones lingüísticas, a no ser en términos de disposiciones de los seres humanos a responder abiertamente a estímulos observables12.”
Decimos que lenguaje es un arte social porque está construido por un común de
personas que buscan comunicarse y generar lazos de identidad. Por tal efecto
cada individuo aporta palabras y significados a la comunidad, de acuerdo a la
dinámica del grupo y a la circunstancia, por esto cuando se emplea una palabra
para nominar un objeto que no concuerda el concepto con objeto, la sorpresa y la
desaprobación del grupo es total.
El programa de Quine pretende “construir una teoría científica de la significación,
es decir, una semántica positiva”13. También se propone rechazar tanto la
semántica intensionalista de Frege como la semántica mentalista expuesta por
Russell en Significado y Verdad14.
Para Quine es evidente que una teoría científica del significado debe tener como
fundamento hechos observables y públicamente asignables. Es decir, debe
descansar sobre comportamientos humanos, por ejemplo para poder satisfacer
12 Ibidem Nota 10. Pg 10. 13 BOTERO. Juán. José U.niversidad Nacional. Ideas y Valores. Editorial Quebecor World, Bogotá, Número 115, 2001, Pg. 22. 14 En esta obra Russell rechaza lo que considera la concepción platonista del sentido de Frege y asume una concepción psicologísta. Por ejemplo, el sentido de “fuego” lo asimila a un -estado del aparato perceptivo-. El sentido de la oración, lo que Frege llama “pensamiento”, Russell lo llama
La teoría del significado en W. O. Quine 21
los principios conductistas, esta teoría tiene que tomar distancia frente a
entidades de raigambre mentalista o intensionalista15, ya que estas no son
aceptadas porque no dicen nada, ni brindan referentes empíricos observables:
“Así, la proposición según la cual las cosas externas se conocen en última instancia sólo por su acción sobre nuestros cuerpos debe tomarse como una de varias verdades coordinadas en la física y en cualquier otro campo, acerca de
cosas que al principio no están en tela de juicio.16”
En su obra la Relatividad Ontológica Quine17 se apropia de algunas afirmaciones
de Dewey18 donde plantea la dependencia del lenguaje privado respecto del
público. El significado no es una existencia psíquica; es primariamente una
propiedad de la conducta debido a procesos de interacción, asimilación y
comprensión de contenidos lingüísticos que las personas tienen en su
cotidianidad. Para lograr una generalidad en los conceptos las personas realizan
asimilaciones entre las diversas sensaciones y con base a estas similitudes se
aprueban o reprueban las definiciones. A estas determinaciones se llega por
medio de consensos, los cuales están presididos por personas del más alto nivel
de comprensión cultural. Este alto nivel de comprensión esta directamente
relacionado con la capacidad que tienen estos individuos de llegar al otro, trasmitir
e interpretar sus contenidos sin equívocos.
“El lenguaje es específicamente un modo de interacción de al menos dos seres: un hablante y un oyente; presupone un grupo organizado al cual pertenecen estas criaturas, y del cual han adquirido sus hábitos de habla. Pertenece en conciencia a
la vida de relación. Quine. La relatividad ontológica. 1974, p 27.“
“proposición”, pero da a este término una interpretación entre mentalista y conductista, ya que las construcciones de orden mentalista se construyen en torno a los actos de la persona. 15 En este sentido la palabra es intensional, ya que hace referencia a la intensidad, lo que tradicionalmente se de nominaba como comprensión y significado. 16 QUINE. W. V. Palabra y Objeto. Editorial Labor, Barcelona, 1968, PG. 18. 17 Ibidem Nota 7. Pg 46. 18 DEWEY, John. Experiencia y Naturaleza.
La teoría del significado en W. O. Quine 22
Para Quine es importante recordar que su trabajo se conecta con las últimas
décadas de Dewey. Siguiendo esta influencia, afirma que el lenguaje es un arte
social que todos adquirimos con la única evidencia de la conducta manifiesta de
otras gentes en circunstancias públicamente identificables. Esto nos remite
necesariamente a la asimilación de los lenguajes por medio de la interacción con
el otro y a decir “recordar” que el lenguaje se construye en la cotidianidad con la
ayuda de todos y cada uno de los componentes de un ambiente o contexto. Así
las cosas, cuando nosotros queremos interactuar con otras personas que no
pertenecen a nuestra comunidad, lo que tenemos que hacer es capturar las
palabras que escuchamos a la persona que era natural de ese ambiente y
repetirla con el mismo sonido, por otro lado ser capaz de repetirlo con la misma
intencionalidad original, para que no se gesten confusiones. Esto sólo lo podemos
lograr por medio de mimesis, es decir fijándonos en la pronunciación que hacen
los demás sujetos sobre el mismo objeto e intentar copiar la expresión que
involucra proferir cada palabra.
Como hemos notado hasta el momento, el lenguaje es construido por personas y
que de ninguna manera pueden existir lenguajes privados, en razón de que los
lenguajes privados están condenados a desaparecer debido a la dificultad que se
presenta en el momento de interpretarlos, porque se hacen intraducibles, sus
mismos “creadores” se encargan de construir términos tan complejos que sólo
ellos sean capaces de comprender.
En la misma dirección de esta idea Wittgenstein se refirió a los procesos
psíquicos, en especial a las propias sensaciones, como una especie de lenguaje
privado propio de los enunciados protocolarios que describen lo experimentado
por una persona; para Carnap, es parte de un lenguaje fisicalista que hace
posible la intersubjetividad y para Wittgenstein no es posible, ya que el lenguaje es
una forma de vida que necesita un interlocutor para que pueda realizarse su teoría
de los juegos de lenguaje.
La teoría del significado en W. O. Quine 23
Para continuar explicando la cuestión de los lenguajes privados y los no privados,
tomaremos el caso del mito del museo, “en el que se afirma que las piezas son
significados y las palabras rótulos”19, nos remite indiscutidamente a afirmaciones
de índole relativista. En la medida en que cada persona tiene una construcción de
un objeto por medio una palabra y su respectivo significado, de lo que se trata
es de intentar reconciliar estas posiciones a nivel social. Cada uno tiene un
museo en la mente, un museo con x cantidad de piezas, que no se han revelado
ya sea por que no ha podido conciliar las estructuras a escala interpersonal o
porque simplemente no coinciden los objetos a los cuales estamos refiriéndonos.
Muchas de estas piezas de esos museos son importantes y tienen significado para
la persona que las esta pensando y jamás podremos interpretarlas de la misma
manera que la persona que las esta pensando, porque cada persona cuando
aprende alguna cosa, está construyendo un concepto que nadie podría interpretar
como sólo ella lo haría.
La cuestión del mito no es más que uno de los métodos que el hombre ha
utilizado para buscar claridad respecto al problema de la significación y como tal,
no podemos afirmar que se trata de algo negativo o positivo, si no que es uno de
los tantos paradigmas que están en continua evolución. Es por eso que el museo
es algo determinante, claro y hasta cierto punto identificable con el pensamiento
de cada ser humano, porque cada una construye su museo mental de acuerdo a
su forma de pensar, decidir y de actuar en la vida.
En el afán de buscar respuestas a este problema del significado el hombre genera
una cantidad de términos para determinar los objetos: uno de estos es el término
de la individuación. Su importancia radica en que la individuación nos permite
delimitar los objetos y realizar características significativas, que diferencien
radicalmente a unos objetos de otros. Por ejemplo, que la construcción del objeto
19 Ibidem Nota 7. Pg 27.
La teoría del significado en W. O. Quine 24
en mi mente el cual hemos denominado “conejo”, usted también lo tenga como
conejo, esto nos determina a los dos a que cada vez que hablemos de conejo20,
los dos sintonicemos el par de términos individuativos en esa serie de categorías
que le hemos asignado para diferenciarlo tanto de otro animal, como de otro
objeto; esto tendrá necesariamente que limitarnos las categorías de individualidad,
es decir, términos que marcan desde donde inicia y donde termina. También
afecta la idea de pluralidad, es decir, términos de masa, cuya identificación
individual es compleja debido a la magnitud que encierran, ejemplo: el agua, los
colores, etc. y por eso los globalizamos para una mejor interpretación.
En el caso de la interpretación, el lingüista formula las llamadas hipótesis
analíticas como afirmaciones de unos enunciados. Estas hipótesis son sometidas
a confrontaciones con la praxis cotidiana de los individuos, es decir, con el uso, y
posteriormente se verifica si dan o no satisfacción a la comunidad para tomar la
decisión de adoptarlas o no.
Cuando nos relacionamos con otras personas e intercambiamos algunas palabras
no solo estamos intercambiando simples palabras, sino que además estamos
intercambiando culturas y en medio de esas relaciones interpersonales recurrimos
a determinadas palabras para lograr identificarnos con la otra persona, de manera
que la compenetración sea más rápida y efectiva. Cuando lo logramos, utilizamos
gestos faciales y movimientos corporales que generan un mecanismo de similitud
y a la vez aprendizaje; así las cosas, estas dos personas una vez que han
terminado de dialogar no seguirán siendo las mismas, debido a la interacción de
mundos que experimentaron; si eran de la misma comunidad, enriquecieron su
20 El animal de orejas largas, que come principalmente zanahoria y pasto, que tiene dientes largos, que sus dos patas al igual que sus dos manos son largas y que tipificamos como de buena suerte cargar una de sus patas en el bolsillo.
La teoría del significado en W. O. Quine 25
propia cultura, pero si eran de diversas culturas, cada cultura se verá afectada por
las incidencias que cada uno haga en favor de dicho diálogo.
Para transmitir lo que pensamos recurrimos a una gran cantidad de explicaciones
que a veces se transforman en una masa correlacional de frases que finalmente
no explican nada y si dejan un sin sabor constante, esto es a lo que Quine se
refiere con la relatividad ontológica.
Respecto a esa relatividad ontológica nosotros, además de ser incapaces de decir
en términos absolutos cuáles son los objetos, somos algunas veces incapaces
incluso de distinguir objetivamente entre cuantificación referencial y una cuasi-
cuantificación sustitucional. Cuando relativizamos estas cuestiones a una teoría de
fondo, la propia relativización tiene dos componentes: relatividad a la teoría de
fondo y relatividad a la elección de cómo traducir la teoría objeto a la teoría de
fondo, e incluso la referencialidad de su cuantificación. Estas cuestiones pueden
reclamar a su vez una teoría de fondo ulterior, que llevaría circularidad en el
sentido de explicar y una vez más caeríamos en la perniciosa reelaboración de la
teoría para brindar más argumentos de credibilidad; terminada dicha teoría, existe
la gran esperanza de sobrepasar los argumentos y de nuevo realizaríamos una
argumentación y así sucesivamente. Esta es la relatividad ontológica a la que
Quine hace referencia con la “la circulariedad” o “perífrasis”.
Inmerso en este problema el interlocutor debe ser consciente que la dinámica de
construcción de significados se puede ver ahogada por la masa de explicitaciones
que pueden ser en cierto sentido necesarias, pero que en otros casos suelen ser
redundantes, cacofónicas, más aún pueden llegar a impedir la construcción de
una secuencia clara en el discurso, objeto de estudio del análisis lingüístico.
La teoría del significado en W. O. Quine 26
Con la intención de unificar criterios y posibilitar lenguajes, el lexicógrafo inserto
en una comunidad cualquiera, diferente a la propia, tiene una tarea de vital
relevancia para la comunidad a la cual él pertenece: esta consiste en hacer un
manual de instrucciones (para la interpretación de la lengua) con toda la gama de
palabras que ha logrado interpretar de la comunidad lingüística a la cual ha
decidido penetrar y formular de manera aproximada cualquier sentencia en la
lengua nativa y viceversa. Esta tarea no es sencilla, ya que este lingüista debe
resolver la gran cantidad de sentencias de la comunidad en una cantidad limitada
y manejable de construcciones gramaticales y formas lingüísticas elementales,
que lleguen a ser comprensibles por cualquier persona sin dificultad mayor y
luego, mostrar cómo pueden asimilarse, equipararse y aproximarse sus funciones
al castellano y viceversa.
Ante un acontecimiento fortuito, nuestro investigador se encuentra habilitado para
reconocer lo que se pretende decir o hacer saber. Tenemos el caso de una
catástrofe; un habitante que ha vivido durante toda su vida en un lugar que ha
aprendido que subir las manos y proferir la palabra “fuego”, está dando aviso a
los demás habitantes sobre el inminente peligro que los está asechando. De igual
manera, nuestro investigador, nacido en Inglaterra y que no tiene conocimiento
alguno de los grupos lingüísticos ni de los lenguajes -orales o corporales- que se
entretejen en este lugar, lo logra reinterpretar. La cuestión radica en que mientras
que los nativos recibieron formación sobre lenguajes, impartidos por los mismos
integrantes de la comunidad, nuestro investigador foráneo ha tenido que abstraer
del contexto la información e intentar sistematizarla y aprender por sí mismo.
Pero continuemos con el ejemplo del fuego. Gracias a que en otra ocasión se
había presentado un incendio y la comunidad había reaccionado de la misma
manera, el investigador encontró datos que pudo equiparar y lograr una identidad;
fue así como logró darse cuenta de lo que allí ocurría. ¿Qué fue lo que hizo
La teoría del significado en W. O. Quine 27
nuestro investigador? En primera instancia, reinterpretó21 los movimientos
corporales que tuvo el nativo 22, que rompió con la calma y la armonía del lugar,
luego reinterpretó los cambios que tuvieron los demás habitantes al saber la
noticia y de esa forma llegó la construcción de uno de sus significados respectivos
en determinadas circunstancias; acto seguido intentó escuchar de la manera más
clara y pura los vocablos que aquel individuo profirió en dicha circunstancia, para
poder escribirlo, luego transliterarlo y generar una hipótesis o aproximación a su
significado.
La anterior forma de construir una definición o de darle significado, ya sea a una
circunstancia, a un objeto físico o abstracto, tiene hasta el momento dos
elementos constitutivos de suma importancia, el primero: es el resultado de
analizar y sistematizar una serie de conductas “humanas y culturales”
identificablemente similares en diferentes momentos, con el mismo o semejante
acontecimiento, sea este fortuito o preparado. El segundo: es el producto de una
serie de construcciones lingüísticas que se van clarificando con el trasegar del
tiempo, aunque en determinadas circunstancias, terminan siendo una masa
indescifrable de correlaciones que hemos ido construyendo para comprender o
reinterpretar más y mejor la información que nos llega a las terminaciones
nerviosas y que en su defecto no brindan significado. Por ende, es deber del
investigador desvincularlas del manual en el momento que éste estime oportuno,
por no facilitar la comprensión.
Del ejemplo anterior podemos entender la importancia de lo que para Quine
significa la Masa Provincial. La podemos entender como “más de algo”. Cuando
encontramos un objeto por primer vez, lo admiramos, pero cuando lo encontramos
en repetidas ocasiones, pensamos que existen más de esos objetos, a esto es
que se refiere Quine con Más de algo, desde un lenguaje primario, donde no se
21 El investigador tomó el papel de receptor de datos sin significación previa para él. 22 Este toma el papel de emisor de datos cargados de significación para los integrantes de su cultura.
La teoría del significado en W. O. Quine 28
conoce todavía el concepto que denota pluralidad, es por esto, que al ver por
segunda o tercera vez una pelota este individuo diga más pelota y no otra pelota.
En conexión con lo anterior, podemos formular la siguiente cuestión: ¿Cómo
sabémos que un niño ha aprendido a diferenciar lo que es mucho de lo que es
poco o si me está hablando en términos de individualidad o en términos de masa o
generalidades? Eso no es tan simple como parece, porque ¿para quién es
sencillo comprender las estructuras conceptuales de un niño, que vive perplejo
por los acontecimientos de su cotidianidad? Pero podemos intentarlo dándonos
un recreo con él para charlar de un tema, de un programa de TV, de una fantasía,
de un cuento, etc. y de esa forma, detectar si para él es claro que las cosas
tienen un límite, si él es capaz de numerar y generar diferencias entre otras, las
cosas; esto nos daría a entender que en su estructura conceptual están inmersas
dichas categorías de cantidad, cualidad y número.
A partir de lo anterior, se hace necesario retomar las seis fases para la
traducción, reinterpretación y/o comprensión de lenguajes orales, escritos,
gestuales, etc. que trabaja Quine en el Texto Hablando de Objetos23.
En la primera fase lo irrelevante es lograr la distinción entre lo general y lo singular
o particular. Desde este punto podemos dar razón si un niño está entendiendo la
diferencia correcta de lo que es particular “lo uno” y que es plural “más de”; es
decir, que por medio de una charla con el infante él me dé a entender que maneja
bien las dos categorías. Así, el infante me indicará que objetos están integrados a
una espaciotemporalidad (es el caso de palabras como Mamá, Papá, agua, etc.)
23 Ibidem Nota 7. Cap. I
La teoría del significado en W. O. Quine 29
palabras que para él se transformaran en nombres-objetos, que están asociados a
un espacio-tiempo
La segunda fase es de vital importancia recalcar que se inicia con el advenimiento
de los términos individuativos donde surge una idea apropiada de objeto. Esto
quiere decir que el niño iniciará el camino de asignar categorías para cada objeto
y de esta forma ningún objeto se parecerá a otro; el niño logra esto por medio de
un ejercicio de refuerzo y delimitación de categorías para cada objeto.
En la tercera fase se generarán los términos singulares demostrativos con los
cuales el niño está expuesto a confundir categorías, debido a que la
diferenciación respectiva intra-objeto no se ha podido dar en razón de
originalidad; es por esto que el niño en determinada circunstancia en la cual
afirme cosas como ésta manzana y se le presente un objeto muy semejante a lo
que él conoce como manzana, tienda a confundirla con otro objeto que tenga
características externas semejantes. Este objeto bien podría ser un tomate rojo,
que no tiene nada que ver con la familia de las manzanas, pero en la cuestión
estructural de forma y apariencia, si está a determinada distancia, podría pasar
por una manzana. ¿Cómo podríamos llegar a solucionar dichas confusiones?.
Pues en este caso y para el momento en el desarrollo tanto lingüístico como
cognitivo del infante, no hay mucho que hacer, ya que su estructura mental y su
experiencia sensible no están aún preparadas para asimilar otras estructuras a
parte de las que él ya copió en su mente tales como mamá. La resolución de este
problema sólo aparecerá en una nueva fase.
La cuarta fase encuentra que con la unión de un término general con otro termino
en posición atributiva, logramos formar una estructura de objeto un poco más clara
y definida que las de los otros casos anteriores. Por supuesto, que esto se debe a
que el niño en esta fase ya no es tan niño y que el desarrollo de su arquitectura
La teoría del significado en W. O. Quine 30
mental está más preparada para asimilar y cuestionar objetos aparentes tales
como, por ejemplo, Pelota cuadrada, manzana azul, que no existen en la realidad.
¿Por qué en este punto ya no podemos afirmar que hay confusiones respecto a
los objetos en mención?. Porque ya para esta fase el niño ha logrado delimitar,
formular y renunciar a una gran cantidad de categorías que tipifican a cada objeto
y lo determinan en razón de su ser complejo, alejándolo de toda pseudo
apariencia.
La Quinta fase resulta mucho más compleja y avanzada en el desarrollo de la
determinación de los objetos. Para que un niño formule un enunciado de orden
comparativo no es requisito que el objeto tenga algún tipo de sinonimia estructural
ni de contenido. Basta conque él encuentre algún carácter que le motive la
creatividad. Existe inmerso en este ejercicio una serie de categorías que él las irá
hilando en la medida en que sus intereses se lo pidan: por ejemplo, cuando un
niño compara el tamaño de uno de sus juguetes con el tamaño de una de las
herramientas del taller de su papá, la relación que nosotros encontramos es poca,
pero cuando sea él mismo el sustentador de su comparación, lo más seguro es
que tenga una gran cantidad de argumentos para demostrarla.
La Sexta y última fase intenta desarrollar el tema de las entidades abstractas.
Para explicitar este tema, me permitiré tomar el ejemplo de la fase anterior: la
comparación de un objeto que aparentemente no tiene razón de ser comparado
por el ojo prejuicioso de la pseudoapariencia: Lo único que quisiera agregar para
iniciar, es el comentario de aparente, porque para nosotros los adultos y en el
desarrollo de la fase empírica tenemos la tendencia de afirmar que lo que no
vemos ni de lo que no tenemos alguna experiencia sensible es porque no existe.
En el ejemplo anterior tenemos que el niño nos correlacionó la masa de
argumentos con su verdad, para tratar de hacerla evidente. Mientras que para
La teoría del significado en W. O. Quine 31
este niño muchas de las correlaciones que él no consideraba existentes en
cuestión de materia ( pueden ser simplemente sensaciones, olores, recuerdos,
etc.) le funcionaron, para nosotros, lo que no pudimos observar y era inexistente
en cuestión de materia ( pueden ser simplemente sensaciones, olores, recuerdos,
etc.) sencillamente no existía, porque no estábamos preparados para enfrentar
este contexto o ambiente en el cual él sí estaba inmerso y era autoconstructor.
Así las cosas, podríamos estar pensando en que la creencia tiene una
importancia que va más allá de un simple acto interno de automotivación y
estaríamos viéndola como una forma referencial para dar más status a la
manifestación del argumento. Esta creencia no la podemos limitar al campo de la
religiosidad únicamente, ya que en cierto aspecto decimos que la ciencia tiene su
nivel de creencia porque ¿Cómo no creer en lo que se ha trabajado durante un
largo tiempo?. La creencia juega un papel importante desde el momento en que la
persona logra establecer que cree en algo, se inicia una lucha por demostrar a
como dé lugar que lo que dice es real y tiene algún fundamento.
Los lenguajes que se han ido generando entorno al desarrollo de la sociedad
están condenados a pasar por el tribunal de la experiencia cotidiana, que les dará
su nivel de realidad o validez. Con esto no quiero sentar un fundamento que
descanse netamente sobre presupuestos empíricos, sino que en la vida cotidiana
los lenguajes que permanecen son los que se pueden interrelacionar más fácil con
otros lenguajes y de esta forma encuentran una permeabilidad continua.
La teoría del significado en W. O. Quine 32
EL ENFOQUE PRAGMATISTA DEL SIGNIFICADO EN QUINE
CAPÍTULO II
Dado que uno de los objetivos relevantes en la teoría del significado en Quine es
la incursión del Pragmatismo, el propósito del presente capítulo consiste en
describir el influjo de esta tendencia en el autor y para ello he tomado uno de los
argumentos que expone en su obra La Búsqueda de la Verdad:
“La ciencia es como un juego de lenguaje (en sentido Wittgensteniano de la expresión) que es distinto al de la novela de ficción o la poesía, pues tiene como
característica principal el hecho de que su éxito se mide por el éxito de sus predicciones. Esto hace que, desde este enfoque, algo se considere como
existente si, al suponer su existencia, se logra incrementar la capacidad predictiva de la ciencia y así, se logra hacer un mejor retrato de la realidad. Por tanto, puede
decirse que “la candidatura de una oración al estatus científico se basa en su contribución a una teoría cuyas credenciales son sus predicciones”. 24
A partir de esta cita es posible afirmar que una oración será aceptada como parte
del discurso científico, si resulta útil teóricamente, esto es, si contribuye al éxito de
la empresa científica; de lo contrario no será posible que entre en el discurso
epistemológico y por ende, carecería de estatus cognitivo.
La teoría del significado en Quine, desde una visión pragmática, consiste en
constatar la efectividad que tienen los significados de las palabras en
determinados contextos; implica además examinar los acuerdos realizados entre
los individuos de la misma cultura, que se globalizan a través de definiciones. De
24 QUINE. W. V. O. La búsqueda de la verdad, Traducción J.R. Alcázar, Editorial Crítica, Barcelona, 1992, PG. 20.
La teoría del significado en W. O. Quine 33
esta manera, una teoría pragmática del significado supone la descripción de una
interacción entre sujetos y cosas, donde sea la utilidad que recibamos de los
conceptos lo único que constate si podemos continuar las investigaciones sobre
los estados de cosas. Esto lleva a pensar que los grandes discursos en torno a
reflexiones mentales no son válidos, debido a su imposibilidad de constatación
empírica. Una visión pragmática del significado debe propender por limpiar las
definiciones que se han dado de las cosas y encaminarlas hacia la reconstrucción
de significados que tengan referentes concretos y no mentales, porque los
problemas de la mente no son problemas propiamente dichos, son solo
pseudoproblemas. Esto lo sustenta Quine a través de la siguiente cita:
“Otro rasgo notable de la filosofía científica en este período ha sido un creciente interés por la naturaleza del lenguaje. en círculos responsables, este interés nos
ha traído consigo un abandono de otros temas más serios. Constituye más bien un resultado de escrúpulos críticos cuyas huellas pueden hallarse en Locke, Berkeley y Hume y que se aprecian con mayor claridad en Bentham. En los últimos sesenta
años se ha venido comprendiendo cada vez mejor que nuestras nociones introspectivas tradicionales - nuestras nociones de significado, idea, concepto, esencia, todas ellas indisciplinadas e indefinidas- proporcionan un fundamento desesperadamente fofo e inmanejable para una teoría del mundo. Ganamos
control si atendemos a las palabras, a la manera como se aprenden y se usan, a la manera como se relacionan con las cosas.25”
El anterior texto permite mostrar que las relaciones entre los sujetos y las cosas
están mediadas por el lenguaje; gracias a él se generan lazos de proximidad
como un reflejo de los condicionamientos estimúlicos que sufren nuestras
terminales nerviosas. Cuando estamos en el proceso de conocimiento de un
objeto, exploramos su forma, descubrimos su textura, color, olor y sabor etc. como
un sistema de reconstrucción material; proceso que nos ayudará más adelante
para establecer relaciones de similitud o de diferencia entre otros objetos.
25 Ibidem Nota 3. Pg 229.
La teoría del significado en W. O. Quine 34
Así las cosas, nosotros hacemos parte de un conglomerado de personas que
interactúan a través del lenguaje y que lo utilizan como un modo de relación con
los demás. Pero por mucho que el lenguaje sea un vehículo, debemos permitir
que ese vehículo se muestre tal y como es. Hay que indagar sobre los conceptos
que se le han asignado a los objetos y verificar el grado de correlación entre el
concepto y el objeto, de manera que no sea sólo un rótulo, sino que al
relacionarnos con él, nosotros seamos capaces de inferir prácticamente su
materialidad, por medio de nuestras terminales nerviosas.
Esto implica intercambiar nuestros conocimientos y versiones sobre los objetos
con las demás personas, para llegar a un acuerdo semántico, que lleva
implícitamente una negociación, un consenso de carácter social. Este acuerdo se
realiza verificando el grado de proximidad que tienen los conceptos con las cosas,
porque como a cada persona según la región o país donde se haya formado, le
han enseñado una serie de definiciones para los objetos, en muchas
circunstancias cuando ocurre un choque cultural hay una tendencia a confrontar
significados y por decirlo así a radicalizar o ceder en torno a la permanencia de
un concepto.
Por ejemplo, con el Descubrimiento de América, cuando algunos habitantes de
España iniciaron sus exploraciones sobre tierras americanas, comenzaron un
proceso de contextualización y qué mejor forma que la de dar nombre a todo en
razón de su creencia y sus conocimientos. Pero en este caso no hubo un
interlocutor que mediara entre los nuevos conceptos y los conceptos que los
habitantes (amerindios) habían dado a cada cosa que poblaba su tierra. Es por
esto que los españoles tuvieron tanta libertad para nominar los objetos que
encontraban; así como en el caso de las tierras americanas, a las cuales se les
denominó las Indias, debido a que según los mapas, cartas de navegación e
intereses de los conquistadores, apuntaban a las nuevas rutas para comerciar
La teoría del significado en W. O. Quine 35
con la India, es posible que se de una imposición unilateral del significado,
cuando los actores sociales implicados no participan activamente en su
construcción.
Mediante este ejemplo es posible identificar dos elementos que hacen parte de la
teoría del significado en Quine: los objetivos pragmáticos y la traducción libre con
beneficio de transformación. Para los habitantes aborigenes de estas tierras, los
discursos sobre su politeísmo eran totalmente válidos, ya que sus necesidades se
veían satisfechas con las repuestas que encontraban en la naturaleza; pero al
llegar una lógica de pensamiento diferente y no encontrar posibilidad de síntesis o
acuerdo, la antigua creencia fue relegada pero no eliminada, ya que aún despues
de tantos siglos continuamos encontrando vestigios de aquella lengua.
De esta forma nos damos cuenta que el lenguaje que utilizaban los nativos no era
totalmente incompatible con el de los españoles, porque de ser incompatible o de
no compartir algunos elementos lingüísticos, lo más seguro es que se hubiera
dado un exterminio radical de dicha lengua.
Como habitantes de un mundo que está constituido por objeto físicos,
formulamos teorías familiarizándonos de los conceptos vigentes que otros ya han
formulado y de esta forma realizamos procesos de similitud para expresar
conceptos, tal como lo afirma Quine en su texto Del estímulo a la ciencia. Esto
implica una postura naturalista en donde se niegan los componentes mentalistas e
introspectivos, para hacer enfasis en el ámbito estimúlico conductual, relacional
y social.
El naturalismo en Quine es la negación de todo lo que podríamos llamar
sobrenaturalismo, entendiendo por esto último como lo que hay o puede haber
además de lo natural. Es decir a este orden pertenecen todas las entidades
La teoría del significado en W. O. Quine 36
mentales y que no tienen referentes empíricos; es de cierta forma, un rechazo a la
metafísica:
“El naturalismo plantearía la cuestión de cómo nosotros, habitantes físicos del
mundo físico, podemos haber proyectado nuestra teoría científica de todo aquel mundo a partir de nuestros contactos exiguos con el mismo: a partir de los meros
impactos de rayos y partículas sobre nuestras superficies y de unos cuantos indicios más, como el esfuerzo de caminar cuesta arriba.26”
Es evidente que la anterior cita nos invita a reflexionar sobre la forma en que los
humanos, que estamos constituidos principalmente por materia física,
fundamentamos las teorías basándonos en los sentidos y a partir de ellos
realizamos construcciones sociales. Lo mental es algo que se cuestiona en la
filosofía de Quine, ya que esta es una entidad muy discutida dentro del
conductismo al que él se adscribe.
Sin embargo, la paradoja esta dada en que Quine niega a la mente como orígen
primario del significado, pero la revalida la hora de sistematizar y categorizar los
estímulos sensoriales. Pero es la mente la encargada de realizar el proceso de
similitud a nivel corporal, ya que debemos recurrir al recuerdo, un proceso del
cual no podemos tener experiencia sensible, pero del cual no dudamos, debido al
grado de importancia que tiene al momento de figurarnos los objetos. Es la mente
una de las primeras herramientas con las que contamos para formular teorías,
porque las construcciones de conocimiento que se hacen para determinar si un
significado es digno de ser adoptado o no por una comunidad; primero se realizan
de manera conceptual y estructural, desde los individuos hasta los grupos
humanos.
26 Ibidem Nota 10. Pg 23.
La teoría del significado en W. O. Quine 37
Cada cultura desde su formación tiene como principio fundamental construir un
lenguaje que facilite la comunicación intersubjetiva; es por eso que acuerdan una
serie de significados para las cosas y las circunstancias, aunque muchas de ellas
resulten inescrutables para los integrantes de otras comunidades. La razón es
que muchas de las palabras o conceptos emergen de la cotidianidad y son de
origen contextual. Estas palabras al intentar traducirlas resultan
inconmensurables, debido a que en ningún diccionario existe una palabra que
encierre el significado de lo que para las personas de una tribu o grupo humano
pretender expresar con esa palabra.
Gracias a esta falta de equivalencias es que el hombre ha inventado los manuales
de traducción, los cuales tiene como propósito brindar información aproximada
sobre los diferentes lenguajes. Quine señala a este respecto que por muchos
intentos que se han hecho, no se ha podido encontrar una compatibilidad a nivel
de traducciones. Podríamos decir que para un investigador resultaría complejo
insertarse a una comunidad e intentar traducir lenguajes, únicamente con base en
las relaciones que los habitantes tienen con las cosas y verificando el nivel de
eficacia que estas definiciones tiene respecto a la realidad. Para que este
propósito fuera exitoso nuestro investigador debería naturalizar su conducta y
existencia en la comunidad que pretende traducir, tarea que resultaría larga y
hasta cierto punto no muy productiva, debido a las transformaciones que tiene el
lenguaje a través del tiempo y las circunstancias.
Esa naturalización nos brindaría la posibilidad de entender los lenguajes de
manera más clara y fluida, en donde cada expresión actue no como una palabra
clave, sino como una palabra-contexto, es decir que este ligada a un
acontecimiento ya sea de orden público o privado.
La teoría del significado en W. O. Quine 38
Como seres humanos nos podemos comunicar con los demás para encontrar
respuesta a la gran cantidad de interrogantes que tenemos sobre el mundo, la
existencia, Dios, etc. Los hombres realizamos vínculos con diferentes culturas,
sean estas lejanas o cercanas y para lograr una buena comunicación realizamos
acuerdos de carácter semántico; de esta forma se delimitan los espectros
intersubjetivos que cada una tiene y buscamos una fusión de horizontes y
cosmovisiones que resulten ser un marco satisfactorio para las dos culturas. Así
las cosas, podemos afirmar que la efectividad de un significado está de cierta
manera ligada tanto al nivel de satisfacción que le brinda a los individuos, como al
nivel de creencia que sobre este depositan los mismos.
Para una comunidad es importante encontrar respuestas a sus cuestionamientos;
algunas realizan esta búsqueda indagando en su propia cultura, escudriñando en
su lenguaje, religión, etc. otros buscan estas respuestas mirando al exterior,
verificando las respuestas con referentes tanto teóricos como empíricos, que han
tomado de la tradición y hasta el momento han resultado reales y útiles. La
vigencia y la validez de un discurso para una comunidad está directamente
relacionada con la capacidad que convencer a los integrantes de que su uso es
totalmente necesario para el desarrollo de la comunicación interpersonal.
Con relación al pragmatismo y al fenómeno de la traducción podemos decir que
es grande el aporte que se hacen mutuamente. Respecto a la traducción, el
interprete tiene una gran responsabilidad y es la de no desviar los objetivos y las
pretensiones originales de un sistema comunicativo. Por ello cuando un
investigador quiere realizar la traducción de un texto, lo mejor es que primero
indague cuáles son los objetivos que tiene cada comunidad, porque sobre estos
es que ella edifica sus teorías. Una especie de diagnóstico que delimite las
necesidades y equipare los lenguajes es necesario para que la traducción se
realiza de manera clara.
La teoría del significado en W. O. Quine 39
Las traducciones que se hacen en la práctica tienen que dar respuesta a los
intereses del publico interesado en conocer los roles de vida de los habitantes y
sus pensamientos. La utilidad que le daremos a este discurso será relevante, ya
que si la traducción que se realice satisface nuestros intereses, podemos abordar
de manera más rápida al universo de conocimientos que posee dicha comunidad;
por ejemplo, nosotros hemos podido interpretar y trabajar los textos de Platón
gracias al trabajo realizado en primera medida por Aristóteles y luego por
traductores que se preocuparon por transportar los textos de las lenguas
originales a las nuestras.
Tal como se verá en el siguiente capítulo, el efecto pragmático de la teoría del
significado se expresa tanto en la construcción social de referentes lingüísticos,
como en el problema hermenéutico derivado de la traducción. Esto nos lleva a
incorporar el tercer elemento en el trabajo semántico de Quine: El holismo.
La teoría del significado en W. O. Quine 40
EL HOLISMO SEMANTICO
CAPÍTULO III
El holismo en sentido estricto, consiste en formar una totalidad de diversos
factores o elementos, de tal manera que se constituyan en una unidad
completamente diferente a ellos; es decir, representa la irreductibilidad del todo a
la suma de sus partes.
La tesis del Holismo semántico en Quine emerge de la fusión de las teorías de P
Charles S. Pierce y Moritz Schlick27, con la tesis de Pierre Duhem28; su propósito
es unir la idea de que el sentido de un enunciado es el método de verificación con
la idea de que jamás verificamos las hipótesis aisladas, sino en su globalidad
científica.
Hay que resaltar que el holismo propuesto por Quine se extiende a todos los
campos del saber, ya que a él le interesa fundamentar una teoría del significado
que involucre las diferentes ciencias, para que posibiliten su permeabilidad. Por tal
razón es que afirmamos que Quine va más allá del holismo propuesto por Carnap
y por Duhem. Quine afirma que:
27 La teoría verificacionista de la significación: a saber, que el sentido de un enunciado es el método de su verificación. 28 El holismo epistemológico: Quine quería decir que ningún enunciado aislado tiene alguna significación empírica y que esta sólo la tiene la colección completa de los enunciados que constituyen la ciencia.
La teoría del significado en W. O. Quine 41
“nuestros enunciados afrontan el tribunal de la experiencia sensible, no individualmente, sino como un cuerpo organizado29”
En este proceso de unicidad de los saberes, Quine incluye disciplinas como la
física y la matemática, de las cuales dice que se refieren al mundo exterior.
Además, el autor complementa el saber teórico con la construcción unificada
realizada desde la experiencia cotidiana, que no necesariamente se expresa en
una formulación de carácter científico
En Quine se reconocen dos versiones del holismo que son totalmente diferentes.
Se puede afirmar que sin haber conocido la primer versión resulta casi imposible
entender la segunda, debido a que esta retoma elementos de la primera, pero
adquiere una nueva identidad que le permitirá al autor explorar los horizontes de
la traducción con mayor firmeza.
En la primera versión, que corresponde al Holismo Epistemológico, se exige que
sea la totalidad de la ciencia la que infiera las consecuencias observables de las
oraciones científicas; esto tiene como consecuencia la subdeterminación de las
teorías por la experiencia. Porque si la verdad o la falsedad de una oración
dependen de la totalidad de las demás oraciones del lenguaje, entonces siempre
podremos protegerlas de alguna observación inconveniente acudiendo a
cualquier teoría, incluso al cambio de significado, con el fin de evitar la refutación.
Esta es una tesis radical, ya que si se detecta una falla en la teoría se niega el
estudio de las porciones y se somete a estudio la totalidad de la construcción.
En la segunda versión, expresada en el Holismo Semántico, que es mucho más
flexible, dice que en todo momento en que tengamos que hacer una consulta
29 QUINE. W.V.O. Los Métodos de la Lógica, Traducción J. J. Acero & N. Guash. Barcelona, Editorial Ariel, 1981, PG 17.
La teoría del significado en W. O. Quine 42
sobre nuestra construcción del cuerpo teórico para corregir aparentes fallas, la
podemos hacer de forma segmentada, sin que tenga que peligrar toda la teoría;
aquí solo se revisaría una parte de ella. De esta forma, Quine introduce uno de
los principios que más adelante denominará como de “mínima mutilación”:
“Generalmente, es sólo una porción de la teoría, de dimensión mediana, la que contendrá todas las conexiones susceptibles de afectar nuestra decisión final a
propósito de una oración dada30”
Este principio de “mínima mutilación”, permite que en el cuerpo de la teoría se
hagan algunas modificaciones, tales como cambios de significaciones, sinonimias,
etc. que ayuden a depurarla y por ende, a clarificarla evitando así que se tengan
que realizar cambios radicales, como lo proponía en la anterior versión del
Holismo.
Pero esta nueva postura que Quine ha tomado genera inquietudes como la
siguiente: ¿Qué partes de la teoría se pueden revisar y que partes no? . A esta
pregunta el autor responde en sus obras Desde un Punto de Vista Lógico31 y en
Los Métodos de la lógica32 de la siguiente manera:
“Incluso un enunciado situado muy cerca de la periferia puede sostenerse contra una experiencia recalcitrante apelando a la posibilidad de estar sufriendo
alucinaciones, o reajustando enunciados de las llamadas leyes lógicas [ ... ] No hay enunciado alguno que esté inmunizado contra la revisión”
Podemos observar que esta es una posición radical, ya que niega totalmente la
posibilidad de eximir de la revisión a determinadas partes de la teoría. Para Quine
30 Ibidem Nota 10. Pg 13. 31 QUINE. W. V O.Desde un punto de vista lógico, Traducción Manuel Sacristan, Barcelona, Editorial Ariel, 1962, PG 77. 32 Ibidem Nota 28. Pg 17.
La teoría del significado en W. O. Quine 43
todo el cuerpo teórico debe ser sometido a revisión, incluso aquellos enunciados
que se encuentran en la periferia de la teoría, es decir, que no son parte central
de la misma. Pero esta posición adquiere unos matices diferentes con la
introducción de la semántica, ya que tomando como herramientas las demás
ciencias y saberes, el cuerpo teórico se hace más complejo y en consecuencia,
requiere de otro tipo de estudios que amplíen las fronteras de la lógica y la
matemática.
Si miramos en obras como Los Métodos de la Lógica, Palabra y Objeto, en ellas
Quine hace explícito su proceso de “ablandamiento”; nos daremos cuenta que la
postura ha cambiado y que se ha mostrado mas complaciente frente a las
posibilidades que le brindan otras ópticas, ya acepta que un cuerpo teórico puede
presentar fallas en determinados estadíos; de esta forma, la revisión sería por
estadíos liberando del fracaso de la totalidad por causa de una parte; es como
una especie de deconstrucción teórica, donde prima el objetivo de indagar sobre
la consistencia de los argumentos, sin poner en riesgo la totalidad.
El autor, al reconocer el carácter Holista del lenguaje, evita el recurso a las
significaciones como una suerte de entidades diferentes del lenguaje, pero
expresadas por él. En esta óptica, el significado de oraciones y términos de
nuestro lenguaje de trasfondo estará dado por sus condiciones de uso y sus
relaciones internas y no porque estén relacionadas con condiciones exógenas a
dicho lenguaje. Así las cosas, la tesis de la indeterminación de la traducción33 no
será una tesis autocontradictoria, pues su formulación no requerirá apelación
alguna a significaciones extralinguísticas, sino que bastará con el reconocimiento
del Holismo Semántico, como lo ha hecho Quine.
33 La tesis de la indeterminación de la traducción sostiene que no es posible establecer semejanzas o diferencias de significado reales entre las expresiones.
La teoría del significado en W. O. Quine 44
Con el Holismo Semántico se puede ver que la idea de la incompatibilidad entre
manuales de traducción es sólo aparente, ya que desde esta perspectiva se
permite la existencia de diversos modos de pensar y de exponer la realidad. De
esta forma, cualquier intento por disolver las incompatibilidades que existan entre
los diversos manuales de traducción, nos remitirá necesariamente a revisar desde
el intérprete hasta los objetivos que este tenía al emprender la tarea de traducir.
Según Quine, un traductor debe tener las siguientes características para que su
trabajo sea eficiente. 1. Debe tener una gran formación en los aspectos
lingüísticos, es totalmente necesario que demuestre su grado de idoneidad, frente
a las herramientas para interpretar, extraer y sistematizar la información de los
datos que se presentan, 2. Debe reconocer que para poder traducir una lengua a
otra tiene que ser muy buen conocedor de la suya, 3. Debe poseer mucha
discreción para que conserve la distancia entre la obra original y su traducción, 4.
Debe ser humilde en reconocer que su obra esta sujeta a posibles cambios y que
por ende no es la última palabra en traducciones. 5. Debe ser riguroso, es decir,
debe estar verificando permanentemente el sentido de todas y cada una de las
decisiones que toma al momento de traducir; no puede dar espacio a la perífrasis,
a la ambigüedad, o la duda y por ello debe conservar siempre la precisión y la
exactitud, con el objetivo de que la dicha traducción constituya una actividad
seria. Y 6. Es importante que el traductor posea creatividad para recolectar,
descifrar, interpretar los símbolos, signos etc. y ponerlos en la dinámica de un
discurso, que sea correpondiente en significado con respecto a la obra original.
Como dijimos hace un momento, el traductor debe conocer muy bien su propia
lengua, ya que en el ejercicio de la traducción la necesitará. El traducir no es un
acto de trasvasar de un lenguaje a otro; tampoco constituye un acto mecánico de
sinonimias entre las palabras para articularlas de forma semejante. Para Quine la
traducción tiene analogía con el arte: para poderlo hacer debemos sentir la
La teoría del significado en W. O. Quine 45
necesidad, además debemos valorar lo que otros escriben y que otra mejor forma
hacerlo en su lengua original; este ejercicio nos conduciría a una tendencia
universalizante: cuando traducimos universalizamos un idioma y como un hecho
derivado, globalizamos unas ideas, unos pensamientos, un estilo de vida, etc.
Para Quine el acto de traducir no se limita únicamente a realizar una versión en
otro idioma de un texto que posiblemente le interese a determinado grupo de
personas. Desde esta perspectiva la traducción es capaz de hablar con sentido
cultural, es decir, hablar desde una cultura aledaña como si fueran mis propias
circunstancias de encarnar al personaje al que se esta traduciendo, de intentar
pensar como él estaba pensando y de habitar el suelo y las condiciones que este
tuvo que pasar para escribir la obra original.
Pienso que es desde aquí desde donde Quine plantea el problema de la
indeterminación de la traducción. Para que podamos traducir un texto de manera
fiel, uno de los requisitos que debemos cumplir es comprender los pensamientos
que se quieren traducir y asimilarlos en nuestra propia estructura mental, ya que
si logramos esto será mucho más fácil buscar las sinonimias semánticas para
cada lengua. Para el autor realizar una traducción por medio de sinonimias no es
una tarea difícil; es asunto de conseguir un buen diccionario de sinónimos y
antónimos. Pero realizar una traducción después de haber entendido las
estructuras mentales del autor y generar unas sinonimias semánticas es tarea un
poco más compleja, ya que es aquí donde nos damos cuenta si realmente
tenemos claro el texto que queremos traducir.
Si para dicha traducción recurrimos a la perífrasis o a la “masa de correlaciones”,
esto le indica a Quine que no dominamos nuestro propio lenguaje y por supuesto,
que no sabemos como traducir una palabra; este problema se agudiza cuando las
palabras tienen sus orígenes en la cotidianidad –palabras contextuales-. En estas
La teoría del significado en W. O. Quine 46
palabras se hace imposible la traducción, debido a que tienen en sí una carga de
sentidos que normalmente una persona foránea no los puede capturar; solo si él
se da la oportunidad de incursionar en el ambiente, para describir tal y como ve
las circunstancias y luego se toma el trabajo de deconstruir cada situación que se
le presenta y confronta los datos que ha extraído de forma observacional, puede
llegar a hacer un buen trabajo lingüístico. De esta manera, el traductor dejará de
ser un elemento pasivo en la construcción de significados y se inserta como uno
más de los individuos que construyen significado desde su cotidianidad, esto en
el caso de la traducción radical, que es el caso que a mí más me gusta debido a la
dificultad con la que el investigador tiene que caminar. Definimos en sentido
quineano a la traducción radical como el partir de la incomunicación entre dos
lenguajes que son totalmente diferentes y desconocidos el uno del otro, hasta
encontrar un punto de acuerdo semántico.
Encontramos en la traducción un vehículo que nos permite transportarnos por
culturas, pensamientos e ideas de otras personas que han escrito en otras
lenguas. Esto quiere decir, que por medio de la traducción es que nosotros
hemos tenido contacto con las obras de carácter literario, filosófico, poético etc. y
de esta forma es que hemos sido conscientes de la multiplicidad de
manifestaciones de carácter escritural existentes en el mundo a través de la
historia del hombre.
Pero este vehículo puede presentar fallas a la hora de transportar los significados
de una cultura a otra y más si se trata de lo que Quine ha denominado traducción
radical. La traducción aporta una suerte de decisión que facilita el movimiento o
desplazamiento de significados, aunque el transito mismo nunca sea garantizado;
ya que sabemos que pueden haber flujos de intereses del traductor que
desfiguren los significados y de esta forma, que el lector se dé cuenta que es un
texto traducido de manera descuidada o unilateral
La teoría del significado en W. O. Quine 47
Podríamos afirmar que al traducir lo que hacemos es recomponer el sentido de
una serie de significados de una lengua a otra; al recomponer estos significados
obtenemos una aproximación entre dos lenguas, que nos permite hablar con el
texto, sin miedo a que las claves de su lenguaje nos haga cometer errores. Así las
cosas, podríamos decir que la traducción es un acto de redimirnos de los desafíos
entre lenguas, sin privilegiar necesariamente un discurso ideológicamente
avasallante que se deba enseñar en todas las lenguas posibles. Podemos ver que
detrás de todo acto de traducción se esconden unos intereses por impartir
información depurada, limpia de toda manipulación contextual que pueda
perjudicar la labor de crítica, en su más estricto sentido.
De esta forma estamos considerando al traductor como un coautor ya que cada
una de las traducciones que se realizan llevan siempre el sello de la persona que
realiza el trabajo; cuando nosotros reconocemos un traductor por su fidelidad a la
obra, lo que hacemos es buscar las obras de lenguas extranjeras traducidas por
este personaje, es decir, que el traductor se transforma en una carta de
navegación, en un mentor de las obras de lengua no conocida, pero que nos
interesa conocer. De igual manera lo afirma Antonio de Campany al respecto:
“Como el diverso carácter de las lenguas casi nunca permite traducciones literales,
un traductor, libre en algún modo de esta esclavitud, no puede dejar de caer en ciertas licencias, nacidas de la libertad de buscarle al modelo analogías y
equivalencias, que acaso desvanecen su precisión, energía y hermosura34 ” De este comentario podemos extraer un elemento que es de vital importancia a la
hora de traducir literalmente; pienso que no se puede traducir de manera radical
un idioma en otro, por la sencilla razón de que cada lenguaje posee unos juegos
que como lo diría Wittgenstein; solamente conociendo las reglas de el juego
podemos entrar a participar; lo que nosotros haríamos en este juego es actuar de
34 CAPMANY y de MONTPALAU, “Antonio de. Arte de traducir del idioma francés al castellano (1776)” , en textos clásicos de teoría de la traducción Miguel Ángel Vega, Editor Ediciones Cátedra, S.A. 1994, PG 196
La teoría del significado en W. O. Quine 48
manera libre como lo estamos pidiendo, al momento de traducir el traductor tiene
que deshacerse de todas estas taras y tomar de manera responsable su papel de
coautor. Un lenguaje que sea inflexible es un lenguaje con el que no se puede
negociar el asunto del significado y por ende estará en apuros nuestro traductror
intérprete.
Una parte de este negociar es aprehender los conceptos de los nativos e intentar
llevarlos a nuestra lengua con la mayor rigurosidad posible; es por eso que antes
de intentar traducir una lengua extranjera, debémos aprehender muy bien los
elementos que tiene la nuestra, de manera que los nativos no sientan que su
lengua esta siendo transgredida, porque al ocurrir esto, lo más posible es que los
individuos nos nieguen la posibilidad de continuar inmersos en su cultura y de esa
forma no tengamos la posibilidad de interpretar su lengua:
“Tenemos muy firmemente asentado un fundamento conceptual para la sinonimia cognitiva. Las hiladas, como las llaman los albañiles, se disponen como sigue. En primer lugar, la relación de mismidad de la estimulación total de un individuo en
momentos diferentes. Ella se define, teóricamente, como mismidad de receptores activados. En seguida está la relación de equivalencia cognoscitiva de oraciones ocasionales para un individuo. Ésta se define por su disposición a dar veredictos
iguales cuando las dos oraciones le son preguntadas bajo estimulaciones totalmente idénticas. Después está la relación de equivalencia cognoscitiva de oraciones ocasionales para toda la comunidad lingüística. Ésta se define como equivalencia cognoscitiva para cada individuo. Finalmente, está la relación de
sinonimia cognoscitiva [cognitive synonymy] de una palabra o una frase. Ésta se define como intercambiabilidad en oraciones ocacionales salva aequalitate
[habiendo sido salvada la igualdad]. Podríamos, si quisiéramos, dar el siguiente paso en este orden y definir el significado cognoscitivo de una palabra como el
conjunto de sus sinónimos cognoscitivos”35
El anterior fragmento nos dá a entender que la formulación de la sinonimia
conceptual es como la construcción de un edificio, en la cual cada uno de los
ladrillos y las piezas que están lo suficientemente medidas y arregladas para que
no generen malestar al momento de acomodarlas y en caso existir un problema,
La teoría del significado en W. O. Quine 49
se pueda realizar un cambio gracias a que existen repuestos semejantes para
reemplazarlos sin modificar la estructura, ni el sentido de la edificación.
Una vez solucionado este obstáculo, debemos tener presente que nos
enfrentamos a un nuevo problema que es el de relacionar un objeto con un
concepto y un concepto con otro. Puede que para nosotros esté muy claro que el
nativo nos brinda un asentimiento, pero nada nos asegura de que ese
asentimiento esta supeditado por la masa de correlaciones que yo le hago a este
individuo y por tanto lo obligo a dar esa respuesta. Es decir, que la factibilidad de
la traducción radica en que sea el nativo quien nos comparta un concepto dando
sus explicaciones. Por otro lado, la lógica que tiene un nativo no necesariamente
se tiene que acomodar a la estructura del traductor, porque finalmente es este
segundo quien llega a indagar y no al revés. Cada persona organiza su
pensamiento de acuerdo al lugar en el que se desarrolla y fue educado; lo que
tendría que hacer el traductor es descubrir esos mapas lógicos, deconstruirlos,
comprenderlos e intentar vincularlos al suyo propio, para tener prosperidad de su
investigación.
En todo este proceso de traducción hemos llegado a uno de los puntos más
importantes: se trata de los lenguajes de trasfondo. Estos se encargan de construir
significaciones de acuerdo a la información que se ha podido obtener del sujeto o
del objeto. Un lenguaje de trasfondo no nos puede verificar si algo es o no
verdadero en razón de sus proposiciones.
Así las cosas, en nuestro lenguaje de trasfondo “Conejo” y “Conejidad” tienen
significados diferentes en tanto que no son sinónimos cognoscitivos. Es
importante distinguir entonces entre la sinonimia puramente estimulativa y la
sinonimia cognoscitiva. Ya que la primera se trata de la similitud o igualación a
nivel de las terminales nerviosas, es decir, una impresión es similar o se iguala a
35 Ibidem Nota 3. PG 51-52.
La teoría del significado en W. O. Quine 50
otra en la medida en que me produce las mismas características de los impulsos
sensoriales en dos o más momentos diferentes. Mientras que la segunda se
puede ver más clara y únicamente desde los referentes teóricos, es decir, cuando
una palabra se encuentra en dos o más ambientes y se refieren al mismo
elemento como al momento de proferir la misma palabra, el mismo grupo de
fonemas.
La tarea que tenía nuestro traductor era el de realizar un manual de traducción;
en este manual están consignadas todas las correlaciones semánticas para que
una persona pueda entender un lenguaje, de esta forma una persona puede
encontrar que para una oración de una comunidad desconocida le correspondan
más de una oración en su idioma. A pesar de la forma como fueron concebidas y
formuladas esas correlaciones, nosotros tenemos que dar cuenta de cómo se
construyeron desde fundamentos empíricos mediados por las estimulaciones
corporales y cómo fueron tomadas para el pensamiento lógico que luego les dio
dinámica discursiva.
Sobre el cómo llegamos a esta formulación de correlaciones semánticas, puedo
afirmar que se llega mediante la deconstrucción o segmentación de enunciados
de una cultura, que permiten llevar a cabo traducciones largas a partir de
correspondencias entre trozos cortos; es como realizar hipótesis en búsqueda de
una verdad, pero aquí ya tenemos unos trozos de verdad que en el futuro
podemos confirmar o descartar, pero que de momento nos permiten avanzar y lo
que nos que da por hacer es articularla con otros datos que se continúan
sistematizando.
De esta manera, debemos resaltar que lo importante del Holismo semántico, es
que al momento de realizar una traducción no caigamos en el error de pretender
realizar una traducción radical, sino, debemos comprender que toda lengua tiene
La teoría del significado en W. O. Quine 51
sus claves y que si el holismo se da en razón de múltiples saberes para nuestra
comunidad, también se da en múltiples lenguas y que por lo mismo nosotros
tenemos que buscar los símiles, descubrir las lógicas existentes entre lenguajes
mediante la formulación de las denominadas hipótesis analíticas y no intentar
correlacionar dos lenguajes con estructura holística independiente.
Frente a este tema Quine experimentó una de las transformaciones mas difíciles
de realizar debido a la estructura de su pensamiento, ya que él viene de una
tradición lógico-matemática y el tener que aceptar muchas de las afirmaciones que
ha llegado a reconocer es verdaderamente un acto de madurez intelectual y
constituye un viraje de la lógica hacia el pragmatismo. Es precisamente esta
condición la que lo separa de Carnap y lo sitúa en el territorio de la Filosofía Post-
analítica.
Para Quine no es fácil aceptar la vinculación del hombre en su teoría del
significado, lo interesante es que en la medida en que avanza su teoría termina
siendo el hombre el encargado de resolver tal problema. Pues mirando el estado
de interactividad del hombre con las ciencias, los objetos y los conocimientos es
que se analiza el lenguaje y se resuelve el problema del significado. Desde aquí
podemos ver la refutación que el autor le da a toda su tradición, porque esta no
permitía que el hombre hiciera parte del análisis filosófico, ya que lo consideraba
una fuente de pseudoproblemas; por un lado, por no saber utilizar el lenguaje de
manera correcta y por el otro, por construir pseudoproblemas que encasillaron
durante mucho tiempo a la filosofía.
Otro de los ataques de Quine a la filosofía analítica tradicional radica en dar
apertura a la multiplicidad de pensamientos para que estos generen nuevas
formas de conocimiento teórico y a la vez critiquen los discursos que se han
fundamentado; lo novedoso es que para la tradición los únicos conocimientos que
tenían la posibilidad de realizar revisiones eran la matemática y la lógica; ahora,
La teoría del significado en W. O. Quine 52
en esta nueva versión de la teoría del significado Quine incluye, al lado de las
denominadas ciencias duras, disciplinas blandas tales como la psicología, la
sociología, la historia etc.
Mientras que para la tradición lo ideal era formular un lenguaje que unificara las
ciencias, para Quine la importante era estudiar un lenguaje que sea comunicado y
entendido por todas o por lo menos la mayoría de las lenguas. Son posiciones
antagónicas, en donde Quine, según mi opinión, logra desvirtuar la actitud
solipsista y reduccionista que tenía los analíticos europeos sobre el
conocimiento científico.
Bueno, pero no todo es contradicción, porque ya hacía unos años Wittgenstein en
su obra póstuma Investigaciones Filosóficas36 se había propuesto describir unos
juegos de lenguaje; este concepto lo introdujo para afirmar que el uso es lo
primario en el lenguaje, por tanto, para entenderlo, es necesario saber como
funciona. El uso es lo que le proporciona al lenguaje su significado; los lenguajes
usados en situaciones concretas, son concebidos por Wittgenstein como un
conjunto de reglas aprendidas en la cotidianidad y por costumbre. De esta
manera, el empleo de determinadas reglas provoca respuestas específicas en el
comportamiento de la comunidad lingüística, de la misma manera como ocurre en
un juego en el que el adversario, en el caso nuestro el interlocutor, conoce las
reglas. La configuración de estas reglas surge desde el interior de la comunidad
como un método de identificación y participación activa de todos los individuos en
la construcción de su paradigma cultural.
Si quisiéramos hacer un paralelo sintético entre Wittgenstein y Quine, esto
resultaría en cierto modo sencillo, ya que los dos tienen en su esencia los legados
de la matemática y la lógica, en los dos se evidencian dos períodos del
La teoría del significado en W. O. Quine 53
pensamiento y prácticamente los dos finiquitan sus posturas filosóficas incluyendo
elementos que para la tradición podrían ser refutables; los dos involucran la
sociedad en su segundo período y este ejercicio les arroja ciertos resultados tales
como la configuración de esquemas filosóficos ligados a la interrelación de las
comunidades, en especial la cuestión del uso del lenguaje. Para estos dos
filósofos la clave no esta en dividir la filosofía, sino en darle apertura al
pensamiento y sistematizarlo de manera que se de total utilidad para los
habitantes.
De esta manera, es posible concluir que tanto Quine como Wittgenstein son fruto
de una tradición analítica rígida, que les acerca en mayor o menor grado el
pensamiento neopositivista. Sin embargo, con ellos llega al climax la filosofía
analítica y se marca el sendero hacia un nuevo pensamiento: la filosofía post-
analítica: el compromiso de esta nueva tendencia, tanto en Quine como en
Wittgenstein, consiste en formular un análisis del lenguaje ordinario en términos
humanistas, en donde se revalidan aspectos la cultura, la interacción social
y la descripción del comportamiento en relación del significado.
36 Cfr. WITTGENSTIEN, Ludwig. Investigaciones Filosóficas. UNAM, México, 1974.
La teoría del significado en W. O. Quine 54
CONCLUSIONES
Después de haber realizado la reconstrucción analítica de la teoría del significado
en Quine, es posible concluir que:
1. El autor es el principal protagonista de la fractura analítica al subrayar la
crisis del positivismo lógico y dar cabida al pensamiento post-analítico. A
partir de la crítica al criterio de verificación y de la negación de la
distinción entre analítico y sintético, estos elementos quedan
descalificados como “dogmas del empirismo”, que es preciso superar.
2. La implicación conductista en la teoría del significado en Quine le
permitió al autor avanzar en su teoría semántica hacia una postura
interdisciplinario. La psicología es el nuevo fundamento epistemológico
desde donde se realiza lasemántica, como un modo de adjudicar
significado a los estímulos, reacciones y conductas públicamente
observables.
3. Gracias a lo anterior, la teoría del significado se da a través de términos
pragmáticos, porque lo que posee contenido ya no se limita a lo
lógicamente demostrable. Ahora el significado está vinculado con la
acción y su validéz no se califica en términos de falso o verdadero, sino
con criterios de efectividad o ineficacia. Lo que predomina desde la
perspectiva pragmatista es el éxito que se puede obtener a través del
lenguaje.
4. Esta teoría del significado culmina en el holismo, como crítica a las
concepciones “ladrillo” desarrollados a partir del atomismo lógico de
La teoría del significado en W. O. Quine 55
Russell y de la teoría pictórica de Wittgenstein. El significado no se
refiere a partes de enunciados sino a los discursos como totalidades. A
propósito del holismo Quine explora el problema de la traducción, con
consecuencias importantes para la crítica de la filosofía analítica,
porque el problema de la interpretación y de la comunicación
intersubjetiva sitúa el lenguaje en una perspectiva hermenéutica.
5. Quine es un autor revolucionario frente a la filosofía analítica ortodoxa,
porque incluye al sujeto como un elemento relevante dentro de las
teorías del significado. Más aún, no es el sujeto considerado
aisladamente, sino en relación con los otros e inserto en una comunidad
lingüística y cultural, quien está llamado a construir significados dentro
de escenarios eminentemente relacionados.
6. Debido a todos los elementos anteriores, la síntesis entre estímulo,
conducta e interacción social, plantean una semántica que apartir de
Quine promete la renovación de la filosofía analítica, en aras de un
acercamiento con tradiciones de pensamiento más continentales.
Aunque parezca paradójico, en cuanto parecen tener cita el
conductismo, la perspectiva analítica y la hermenéutica.
La teoría del significado en W. O. Quine 56
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