La Peña de MogarrazLa Peña de Mogarraz Queridos mogarreños y mogarreñas: Es una gran alegría...
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Nº 14 AGOSTO 2018 La Peña de Mogarraz
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Nº 14 AGOSTO 2018
La Peña de Mogarraz
MOGARRAZ
LA PEÑA DE MOGARRAZ, nº 14Agosto de 2018
DIRECCIÓN:Isabel Herrera Maíllo
REDACCIÓN:Martín Alonso - Gerardo Barrado MartínPilar BlancoValverde - Gabriel Calvo
Eugenio Cascón MartínFernando Castro RamírezTeresa Criado HernándezDomingo Criado Maíllo
Pedro García Domínguez - Majo GarufiPilar Gonçalves BlancoVíctor González VillalbaTomás Hernández CamposConcha Hernández VicenteRamón Hernández Martín
Isabel Herrera Maíllo - Francisco LópezNieves Maíllo VicenteMª Teresa Martín Matos
Héctor Minguela García - Alberto ParedesCésar Pastor Díez - Mª José Pérez Sánchez
José Luis Puerto Cascón
FOTOGRAFÍAAyuntamiento de Mogarraz
Pilar Calama - Lucía Maíllo CalamaIsabel Maíllo Calama
Magdalena Maíllo CalamaCandela Maíllo Calama - Pilar Martín PuertoRaúl Mateos - María José López RodríguezElena López Caño - Mª José Hernández Pérez
Nieves Maíllo - Nicky CriadoCarmen Calama Hérnandez - Lidia Calama
Jose Andrés Cascón - José Hernández Vicente
COLABORACIÓN:Carmen Herrera MaílloRoberto García Libiano
PUBLICIDAD:Francisco López
Desiderio Martín MaílloMª José Pérez Hernández
EDICIÓN:Asociación Cultural Virgen de las Nieves
REALIZA:Globalia Artes Gráficas y Distribución
DEPÓSITO LEGAL: AS: 3572-2005
http://www.pvirgendelasnieves.blogspot.com
Revista de difusión gratuita
LA PEÑA VIRGEN DE LAS NIEVES NO SE HACERESPONSABLE DE LAS OPINIONES VERTIDAS PORLOS COLABORADORES DE ESTA PUBLICACIÓN.
SUMARIO
Editorial ................................................................. 3
Saludo del Presidente de la Peña ............................. 5
Saludo de la Alcaldesa............................................. 7
Presentación del Pregonero 2018 Gabriel Calvo ......... 9
Pregón 2017 .......................................................... 11
De Bailes y Músicos. Eugenio Cascón Martín ............. 15
La arcadia de Mogarraz. Pedro García Domínguez ...... 23
Amigos de Mogarraz. Ramón Hernández Martín.......... 27
Mogarraz en primavera. José Luis Puerto Cascón........ 31
El ayer enológico de la Sierra de Francia.
Víctor González Villalba ....................................... 33
Verano cultural y programa de fiestas ........................ 38
El mundo rural y la escuela. Mª José Pérez Sánchez... 41
La magia de la luz. Alberto Paredes .......................... 43
Canto a Mogarraz. Mª Teresa Martín Matos ................ 44
17 de septiembre de 2017: el día al que mis emocio-
nes y recuerdos retornan sin descanso. Majo Garufi .. 45
Retratos de Mogarraz. De las fotografías de Alejandro
Martín al proyecto Retratado2/388 de Florencio
Maíllo. Fernando Castro Ramírez.......................... 49
Nuestro tatarabuelo nos cuenta… para que no olvidemos.
Martín Alonso..................................................... 53
Agua que has de beber no la dejes correr. Gerardo
Barrado Martín ................................................... 57
Añoranza de otros tiempos, desde el atardecer. José
Luis Puerto Cascón ............................................. 60
¿Quién habitó nuestas sierras? Mari Nieves Maíllo
Vicente .............................................................. 61
Las mujeres en el ámbito rural. Pilar Blanco Valverde. 63
El viaje del cerezo. Pilar Gonçalves Blanco ................ 65
A Mogarraz con amor. César Pastor Díez .................... 67
¿Y por qué no? Teresa Criado Hernández ................... 69
Para Lorenzo Maíllo López. Domingo Criado Maíllo..... 70
El limón serrano. Héctor Minguela García .................. 71
Un año en imágenes................................................ 73
Fotografías antiguas................................................. 75
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La Peña de MogarrazMO
GARRAZ
MOGARRAZ
La Peña de Mogarraz
Queridos mogarreños y mogarreñas:
Es una gran alegría para mí tener la oportunidad dedirigirme a todos vosotros con motivo del nacimiento de unnuevo número de la Revista de la Peña, la revista de todos ycada uno de nosotros. Y no sólo de aquellos que detienen sumirada un ratito en ojear los artículos que nuestros colabo-radores han escrito con tanto mimo, o de aquellos que correnpara no perderse ni un detalle de "los santos", sino decualquiera que invierta un solo segundo de su tiempo en pen-sar en qué podría ayudar.
Me gustaría dedicarle estas líneas precisamente a estos,a quienes están siempre al pie del cañón, la mayoría de lasveces en la sombra; a todas las personas que han rebuscadoentre los álbumes familiares para que se recuerde "loantiguo"; a todos aquellos que han puesto su mente y supluma a trabajar en los textos que siguen; a los que evitan quelos escritores más humildes cometamos gazapos. A la alcalde-sa, que, además de trazar el camino de nuestro pueblo, hasacado siempre un minuto para atender las necesidades deesta publicación.
En especial, me gustaría dar las gracias a todas lasempresas, grandes y chicas, que han querido gastar sudinero en un anuncio, porque hemos de recordar que, aunqueel objetivo de esta revista es, sin duda alguna, mantener unalínea cultural que refleje las inquietudes de todos nosotros,además es –lo ha sido hasta el presente– una importantefuente de ingresos que no solamente permite su propia finan-ciación, sino que también supone una contribución sustan-ciosa al sufragio de los costes de orquestas, toros, juegos ydemás componentes festivos.
Por todo esto os pido, mogarreños, que hagamos exa-men de conciencia, porque no sólo corre serio peligro de desa-parecer la revista –tanto por falta de financiación como decolaboración–, sino también la propia Peña Virgen de lasNieves. No dejemos de tener ilusión por nuestras fiestas, nonos dejemos llevar por rencillas y desconfianzas. Dejemos aun lado prejuicios como "si este año está fulano en la Peña, nopago la cuota" o "este año, como no puedo ir al pueblo, nocolaboro". Todo lo contrario, hagamos una cadena, donde cadauno eche una mano allí donde pueda: freír un huevo, venderun cartón para el bingo, contratar al empresario, anunciarseen estas páginas, montar la plaza, vender lotería... Pensemosen cuántos de nuestros familiares y amigos aún no formanparte de esta gran familia con número de socio.
Vamos a apostar por un pueblo unido, intentemos seguirapoyando a la Peña Virgen de las Nieves para que nuestrasfiestas estén cargadas de risas, amistad y mucha, muchadiversión.
¡Viva Mogarraz y la Peña Virgen de la Nieves!
EDITORIAL
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La Peña de MogarrazMO
GARRAZ
MOGARRAZ
La Peña de Mogarraz
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Queridos socios de la Peña, mogarre-ños y amigosque nos acompañáis en la fiesta de nuestra Patrona:
Como presidente de la Peña, al saludaros, quierodesearos a mogarreños, familiares, amigos y foras-teros que nos acompañáis que disfrutéis, ya que estafiesta de Nuestra Señora la Virgen de las Nieves es elmejor exponente de nuestras tradiciones y de nuestraidentidad.
A todos os deseo felices fiestas.
El presidente FRANCISCO LÒPEZ
SALUDO DEL PRESIDENTE DE LAPEÑA VIRGEN DE LAS NIEVES
Junta Directiva y Colaboradores.
JUNTA DIRECTIVA
Presidente:Francisco López Vicente
Vicepresidente:José Hernández De Nacimiento
Tesorero:Nicanor Criado (Hijo)
Secretario:Alberto Torrecilla
Vocales:Nicanor CriadoRicardo Sanz
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La Peña de MogarrazMO
GARRAZ
MOGARRAZ
La Peña de Mogarraz
En nombre de la Corporación Municipal y en el mío propio;con motivo de nuestra Fiesta Mayor, en la que conmemoramos lafestividad de Nuestra Señora de las Nieves, la patrona de Mogarraz;sed bienvenidos todos a estas fiestas tan deseadas.
Si algo he aprendido en estos años en los que he presididonuestro Ayuntamiento es que ningún pueblo de la Sierra de Franciaes autónomo en sí mismo, sea grande o pequeño, sino que forma-mos una macroentidad social territorial, no administrativa, formadapor las distintas poblaciones de nuestros valles serranos.
La Sierra de Francia en su diversidad es una, con caracterís-ticas propias, con una personalidad muy definida y muy distintasobre todo a las de otras zonas periféricas industriales o agrarias.
Pero también es cierto que la personalidad del serrano, encada uno de sus municipios es individualista y escasamente grega-ria. Dicho de otra manera: nos gusta ir a nuestro aire sin contar conla opinión del vecino, guardando nuestros intereses y querencias.Esto es así históricamente, aunque a través de los siglos haya exis-tido coyunturalmente, algún núcleo urbano y hegemónico sobre losdemás. Pero lo cierto es que compartimos patrones de compor-tamiento similares, festividades y folclore; arte y arquitectura,devociones, filias y fobias. Todo ello típicamente serrano.
Necesitamos unirnos para hacer frente a ciertos impondera-bles, como son la despoblación y la escasez de aguas. Pero nos loimpide una burocracia obsoleta e inoperante formada por una
legión de burócratas urbanitas que desconocen nuestros problemas y a los que les importamos un bledo.Solamente de nosotros les interesan nuestros votos electorales. Si de algo estamos artos es de promesasincumplidas, de promesas vanas y de palabras vacías. De todo esto sabemos mucho los serranos.
De lo que debemos de estar seguros es que vivimos en un medio rural privilegiado, que debemosproteger; no expoliar, ni contaminar, ni enajenar. Evidentemente, de lo que se trata es de hablar de loque conocemos, y lo que yo más conozco y donde está todo mi interés es en Mogarraz, en todos y cadauno de sus habitantes. No sabemos la riqueza que tenemos hasta que no la perdemos. No sabemos cuán-to queremos a una persona hasta que nos falta. Y pienso ahora mismo en la ausencia de Emiliano, nues-tro alguacil, nuestro vecino, nuestro amigo, mi compañero. Años de dedicación callada y silenciosa alservicio de nuestro pueblo. Tenía una memoria privilegiada por lo que no necesitábamos consultar loscatastros, porque él sabía de todas las propiedades y de cada uno de sus dueños. Callado y silenciosamen-te Emiliano tenía otras cualidades bondadosas. Le echamos de menos. Un adiós a todos los mogarreñosque nos dejaron en este año y un adiós muy especial a nuestro padre José Maíllo que deja un vacío y unsilencio difíciles de soportar. Quizá este sea uno de los acontecimientos que más nos sobrecoge en unasociedad tan cerrada y querida como es la nuestra, la de Mogarraz. Pues en realidad formamos una solafamilia, con sus ventajas e inconvenientes.
La satisfacción más grande que puede tener un alcalde, en este caso una alcaldesa es la de ver unasociedad dinámica y pujante en su pueblo dirigida por jóvenes. En Mogarraz todas las empresas estánen manos de gente joven, con ilusión, proyectos y toda una vida por delante. Así debe de ser y así es.
A nuestros jóvenes les corresponde escribir el presente y el futuro de nuestro pueblo y de cada unode nosotros. Pues vosotros, los jóvenes sois el porvenir y la esperanza de todos nosotros: chicos y grandes.
Por esto mismo tenemos encomendada una tarea, para mí sagrada, que es la de que nuestrosBordados Serranos, sean declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, tarea que ya se hacomenzado por reconocer el Bordado Serrano como un Bien de Interés Cultural (BIC). Es un trabajo quenos incumbe a cada uno de nosotros: Mogarreños, Serranos y Administración, que en este caso está denuestra parte, ya colaborando. Debemos de colaborar en la medida de nuestras fuerzas, para conseguireste noble propósito, noble y merecido galardón. Broche de honor de nuestra idiosincrasia y de nuestracultura, y muy especialmente de nuestras mujeres mogarreñas, serranas.
Me gustaría que estas fiestas se caracterizaran por la concordia y por la manifestación pública denuestro folclore en armonía, alegría y arte. Que pensemos que lo más importante es que la obra de todossea nuestra alegría y nuestro orgullo. Que no es necesario que nadie sufra por nuestra causa. Ya quenadie es más que nadie.
Divertíos y tomad nota de cuanta hermosura y tradición os rodea y no olvidéis que esvuestra y que vuestro, también, es su cuidado.
¡VIVA NUESTRA PATRONA, LA VIRGEN DE LAS NIEVES!¡VIVA MOGARRAZ!
LA ALCALDESA
SALUDO DE LA ALCALDESADE MOGARRAZ 2018
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La Peña de MogarrazMO
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MOGARRAZ
La Peña de Mogarraz
Gabriel Calvo, folclorista, editor y productor fonográfico, llevamás de treinta y cinco años de trayectoria musical dedicada a larecuperación y divulgación del cancionero tradicional español.
Ha publicado de forma individual numerosos artículos enrevistas, participado en congresos especializados y editado unadocena de trabajos discográficos dedicados al folclore de Salamancay al romancero hispano, en los que han colaborado artistas tan repu-tados como el grupo canario Los Sabandeños, el ilustre folcloristaJoaquín Díaz, el cantante uruguayo Jorge Drexler, el acordeonistaKepa Junkera o los cantautores Víctor Manuel y Marina Rossell.
Gabriel Calvo, Juglar de juglares, ha ofrecido más de 1.000conciertos, en solitario o en compañía de su grupo “La FabulosaRetahíla”. La edición de su último trabajo discográfico y el montajeescénico Trovadores y Juglares, reinventa una nueva fórmula deproyectar la tradición y el romancero español, género del cual se leconsidera en España uno de los más grandes revitalizadores.
Gabriel siempre ha reivindicado sus ancestros mogarreños. Sutatarabuelo Fernando Lucas Maíllo (1843-1918), apodado “Nando laQuina”, fue un ilustre y respetado personaje en la villa, elegidopopularmente por el vecindario para mediar en avenencias y tratos
con alboroques. El hijo de éste, Adrián Lucas Maíllo (1874-1958), se casaría con la monforteñaJuana Martín Hernández, a la sazón bisabuelos de nuestro célebre pregonero en 2018.
PRESENTACIÓN DEL PREGONERO 2018:GABRIEL CALVO (Monforte de la Sierra, 1964)
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AgustínPérez
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La Peña de MogarrazMO
GARRAZ
MOGARRAZ
La Peña de Mogarraz
PREGÓN DE FIESTAS 2017. D. TOMÁS HERNÁNDEZ
Estimados Mogarreños, en primer lugar debo agradecer a la junta de la Peña el honor queme ha hecho, pidiéndome ser el pregonero de las fiestas de este año.
No es necesario que me presente, soy conocido de todos vosotros, pero por si hay alguienque no me conozca, solo he de decir que soy Tomás, el hijo de Lorenzo el Pataca y de JuanaJarina.
Soy persona a la que le gustan las cosas claras y concisas, lo que normalmente llamamos“ir al grano”, por lo tanto mi pregón va a ir en esta línea, no esperéis de él grandes párrafos.
Cuando acepté ser el pregonero, empezó para mí un gran reto: preparar el pregón.Para ello he releído los pregones de los años anteriores, no fuera el caso de que me repi-
tiera.Por lo tanto no os voy a hablar de nuestros orígenes, nuestros monumentos, calles, fuen-
tes... tampoco de nuestra maravillosa gastronomía, de todos conocida, ni de nuestros modismoslingüísticos. Todo esto, ya ha estado ampliamente desarrollado en pregones previos.
Yo solamente os voy a hablar del orgullo de ser mogarreño y de algún recuerdo de las fies-tas de cuando era niño.
Cuando viajo, me alejo de esta zona... mi mayor satisfacción es saber que, en el momentoen el que hablo de Mogarraz, nuestro pueblo, es conocido.
Mogarraz es conocido por su hospitalidad, por la hospitalidad de los mogarreños. Y estaes una gran virtud de la que todos nos hemos de sentir orgullosos.
Creo que es más importante que conozcan Mogarraz por sus habitantes, personas conunos grandes valores, antes que por el paisaje o monumentos que nos rodean, ya que siendoimportantes, no dejan de ser cosas que hoy están y mañana pueden desparecer.
Pero el orgullo de ser mogarreño, conocido por ser amable, generoso, hospitalario... estono tiene precio, esto es algo que hemos de mantener.
Para todos los forasteros, que ya han tenido ocasión de comprobar nuestro carácter, voya explicar un recuerdo de mi infancia.
Hace unos años, el 5 de agosto, cuando repicaban las campanas de la torre anunciando lamisa solemne, en honor de nuestra patrona, La Virgen de las Nieves, mi madre ya tenía a puntoese traje que solo se utilizaba en fiestas importantes, limpio, planchado y con ese ligero aromaa alcanfor.
A la salida de la misa, tenía lugar la procesión, el ofertorio, como ahora, esto no ha cam-biado, pero sí que hay una pequeña diferencia, el Tío Chirri, durante el ofertorio, tiraba cohe-tes desde el balcón del Ayun-tamiento en honor a NuestraSeñora la Virgen de las Nieves.
Entre unos cuantos socios,se compraba el toro; los toros,dependían del dinero aportado,que era posteriormente toreado enla plaza del pueblo el día 6 deagosto.
Esto ha cambiado bastante,actualmente existe una peña, laPeña Virgen de las Nieves y losgastos de la fiesta corren a cargode las cuotas de los socios, delexcelentísimo Ayuntamiento, en-tes privados y aportaciones devisitantes, que habiendo quedadomuy satisfechos de las fiestas,deciden colaborar. El presidente Alejandro Sánchez presentando al Pregonero Tomás Hernández.
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GARRAZ
MOGARRAZ
La Peña de MogarrazHasta hace unos años, la carne del
toro era distribuida en dos partes, unade ellas era vendida en las carniceríasdel pueblo y el dinero recaudado iba alfondo de la peña, la otra parte era guisa-da para la merienda de hermandad deldía 7 de agosto.
Actualmente y por motivos sanita-rios, esto ya no es así. La carne para lamerienda es comprada.
No puedo cerrar este punto sinmencionar al socio fundador de la peña,Don Domingo Sánchez Campos, y agra-decerle la herencia que nos dejó. Sulegado nos ha permitido mantener y ampliar año a año las actividades que realizamos.
Para terminar solo os quiero recordar que lo más importante de Mogarraz son las perso-nas. Nuestros antepasados, nosotros y los futuros Mogarreños.
¡Queridos Mogarreños y gente venida de fuera! A partir de este momento demos inicio alas fiestas de Mogarraz 2017, lanzando simbólicamente y desde nuestro corazón, este cohete,ya que por motivos de seguridad no podemos hacerlo físicamente. Disfrutemos de estas fiestasdándole la personalidad que corresponde a tal celebración, saltemos, corramos, bebamos... ydémonos unos a otros este abrazo lleno de amor, amistad y sobretodo pleno de sinceridad.Mantengamos en todo momento los valores que nos caracterizan.
¡Mogarreños, gritad conmigo!
¡Viva Mogarraz, Viva la Virgen de las Nieves!
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MOGARRAZ
La Peña de Mogarraz
El baile y la danza han formado parte detodas las culturas, seguramente desde los oríge-nes del ser humano. Hay quien considera queson una misma cosa y hay quien entiende queexisten diferencias. Por ejemplo, podría decirseque el baile es libre en la ejecución de sus mo-vimientos, mientras que la danza está sometidaa una reglamentación, a una secuencia estable-cida y a una precisión inalterable en su ejecu-ción. Podría entenderse también que la danzasupone una estilización del baile. O que el bailees una manifestación o liberación personal,mientras que la danza tiene un carácter mássocial, responde a rituales folclóricos, costum-bristas, religiosos o simplemente estéticos.
Y como me he metido en un pequeño lodazal,tengo que cortar por lo sano para poder salir deél a tiempo y sin embarrarme demasiado. Elcaso es que esa serie de movimientos corporales,llamémoslos baile o danza, entendidos o nocomo una misma cosa, han estado siempre pre-sentes, como expresión de ritos o de sentimien-tos, como forma de relación social o interperso-nal, como manifestación artística o como simplediversión. Y, claro está, la comarca y el pueblodonde uno ha nacido no podía ser menos, y deello vamos a hablar en esta ocasión.
Los mogarreños de uno y otro sexo han bai-lado desde siempre –unos más que otros, claro,en función de los gustos y habilidades–, comolos habitantes de cualquier otro lugar, en espa-cios públicos y compañía multitudinaria, quees como suelen hacerse estas cosas. Hubo untiempo, hace ya muchos años, en que habíabaile en la plaza todos los domingos y fiestasde guardar, a los sones que el tamborileroarrancaba a sus instrumentos, la gaita y eltamboril de toda la vida. Ya andaba por allíLorenzo “Titón”, arreándole fuertemente a labadana con la papota y aventando la gaita afuerza de vigorosos soplidos.
Era aquella una forma de bailar asentada enla tradición, en la que las parejas interpretaban,según sus saberes y aptitudes, pasos y movi-mientos establecidos de antemano. Estaba muyunida a lo folclórico: uno frente a otro, sinrozarse. Ellos, con los brazos muy arriba; ellas,dejándolos caer a lo largo del cuerpo, meciéndo-se unos y otras según el compás impuesto por eltamboril: “tuntún, tun tun tun tun tun tun, tun-tún…”. Quizá se acercaba más al ritual de ladanza que al baile desinhibido, y pervive en los
pasos patrimoniales que se trazan con ocasiónde determinadas festividades.
No era, pues, baile agarrado (o a lo mejortambién lo había, pero no lo reflejan las cróni-cas), lo que no quiere decir que careciera decontenido erótico: el macho exhibiendo sufigura y haciendo reclamos a la hembra, lacual seguía sus pasos en actitud aparentemen-te abierta y sumisa. La picardía en algunosmovimientos, las insinuaciones más o menosveladas… Toda una declaración de intencio-nes, como en cualquier otra especie biológica.
Todavía con gaita y tamboril, las cosas fue-ron cambiando poco a poco, y las parejas se atre-vieron a entrelazarse, a tocarse, a agarrarse,
DE BAILES Y MÚSICOSEUGENIO CASCÓN MARTÍN
Ambrosia y Paca bailando en la plaza. Años 50.
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para interpretar pasodobles y otros sones querequerían el acercamiento. Claro que las posibi-lidades de estos instrumentos no eran muygrandes, por lo que el repertorio debía de serescaso y reiterativo. Pero no vayamos a pensaren la existencia de apreturas o apretujonesentre los cuerpos. No, el aire fluía entre ellos sinobstáculos y, para los mozos más atrevidos, esta-ban los codos de las mozas como insalvableparapeto de estacas. A lo mejor, ya de noche y enalgún rincón poco iluminado…
Y es que el baile agarrado se considerabapeligroso. Las madres vigilaban en directo ylos curas, en diferido, tronaban desde los púl-pitos contra posibles efusiones carnales. Losguardianes de la moral estaban al acecho y tra-taban de prevenir los males mediante truculen-tos sermones y escritos que condenaban nadamenos que al fuego eterno a quienes sobrepa-saran los límites de la decencia. De por enton-ces es un conocido opúsculo del padre Jeremíasde las Sagradas Espinas (¡caray con el nom-bre!), el cual, bajo el título de ¿Grave inmorali-dad el baile agarrado?, depositaba en estedivertimento las causas de todos los males ycorrupciones de la humanidad. Me parece estaroyendo a don Francisco, nuestro viejo párrocopreconciliar. Pero la férrea tenaza del nacional-catolicismo fue aflojando lentamente y el baileentre dos pasó a ser, como en cualquier otraépoca y lugar, una forma de mutuo consuelo yacercamiento afectivo.
Pero había un momento en el devenir delaño en que las posibilidades del baile se enri-quecían. Para las fiestas de Las Nieves solíacontratarse una pequeña orquesta o grupomusical, procedente de alguno de los pueblosvecinos. La primera de entre las que permane-cen en mi memoria era una integrada por treshermanos de Garcibuey, que tañían dos saxofo-nes –o tal vez saxofón y trompeta– y un redo-blante. Tocaban de oído y a fe que lo hacíanbien, o al menos así nos lo parecía a nosotros,tan poco habituados a degustar exquisitecesacústicas. Recuerdo también un dúo de SanMartín del Castañar, del que ya formaba partePedro, el eterno y entusiasta Pedro, que aún nose ha jubilado. Seguramente hubo más, apartede los que después mencionaré.
A estos grupos los llamábamos, sin más, “lamúsica”. La llegada de la música, con toda sumagia, era para los niños de entonces novedad yacontecimiento a la vez. Solíamos salir a espe-rarlos a la entrada del pueblo –venían a pie, concaballerías para llevar los bagajes– y nos agol-pábamos haciéndoles de retaguardia cuando, yaen las calles, avanzaban exhibiendo sus modes-
tos sones. Del mismo modo procedíamos duran-te los pasacalles que efectuaban cada uno de losdías de los festejos.
Aquella gente se ganaba bien el salario, acuyo montante habían de contribuir los mozoscon sus aportaciones. Además de los menciona-dos pasacalles y de la amenización del festejotaurino, durante los tres días de fiestas, más lavíspera, había baile por la mañana, antes de lacomida, ya entrada la tarde (primera sesión) ypor la noche, hasta altas horas (segundasesión). Y tocaban y tocaban sin apenas descan-so, con su limitado repertorio de pasodobles,valses, tangos y boleros, junto a alguna canciónmoderna que iba llegando: estamos a finales delos cincuenta y principios de los sesenta.
La plaza bullía de gente, del propio pueblo yde los vecinos, sobre todo el segundo día, el deltoro. Las fiestas de cada una de las localidadesserranas eran compartidas por los mozos ymozas de las circundantes, que acudían al recla-mo, en busca de novio o novia, o de lo que salie-ra ocasionalmente. Y aquello era un mar decuerpos moviéndose al compás, en el que sesumergían también parejas veteranas, matrimo-nios bien avenidos, al menos para la ocasión,que acudían a sacudir los huesos y recordarcosas. Por allí rodaba alguna pareja, cuyos inte-grantes exhibían una rotunda humanidad, quegiraba y giraba por toda la redondez del recinto,abriéndose paso como una apisonadora que noconocía obstáculos. Abundaban los dúos forma-dos por dos muchachas (por dos hombres erainimaginable en aquel entonces), que esperabanser sacadas a bailar por un par de muchachosaguerridos y, si no tenían demanda, seguíanellas a su aire.
Y estaban los que iban solo a mirar, a “golel”,y a criticar, ¡faltaría más!, en cuanto percibíancualquier actitud atrevida o un noviazgo en pro-ceso de consolidación. Los poyos de piedra quecircundan la base del álamo, así como los que seasentaban en algunos lugares del contorno,estaban siempre repletos. Y luego venían loscomentarios, a menudo malévolos, sobre todopor parte de quienes no ligaban ni a tiros orecordaban con envidia tiempos mejores. ¡Ay, lahonra, la honra de las muchachas! Pobres deellas como quedara en entredicho: “¡Menudafresca está hecha esa!”; “¡Vaya una sinvergüen-za!”; “¿Quién se va a querer casar luego con esepingo?”. Pero esto ni era nuevo ya entonces niha desaparecido del todo: en la actualidad, lospoyos de la plaza siguen, durante los bailes de lafiesta, llenos de mirones y mironas que no sepierden detalle de lo que allí ocurre, aunque hoylas habladurías importan bastante menos.
La Peña de MogarrazMO
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El tiempo fue pasando, los años sesenta avan-zaron y con ellos llegó una nueva época, máslibre, con costumbres muy diferentes y otramúsica con la que bailar. Surgieron nuevos gru-pos musicales –“conjuntos”, se llamaban ahora–,conformados a imagen y semejanza de las ban-das más famosas. Ya eran de sobra conocidos,incluso en Mogarraz, los Beatles y los RollingsStones, así como los patrios, a los que casi siem-pre podíamos entender: Los Brincos, LosBravos, Los Sírex, Formula V, Los Pekenikes,Los Relámpagos, Juan y Júnior, Los Ángeles,Los Diablos, Los Canarios… Para qué seguir.Sus canciones eran interpretadas, a su manera,por nuestros músicos y bailadas con nuevos rit-mos y formas: bailes modernos para tiemposmodernos.
Los mayores no entendían aquella maneraespasmódica de moverse: siempre el choque degeneraciones que no se comprenden entre sí.Pero los jóvenes de entonces intentábamos estaral día y hacíamos lo que podíamos, cada uno enfunción de su gracia y de sus aptitudes bailo-nas. Claro está que lo fundamental seguía sien-do la búsqueda del restregón, por lo que, comoen las discotecas de la época, se alternaban pie-zas movidas y lentas, abundantes estas últimassobre todo pasada la medianoche, cuando laplaza se iba despejando de ojos escrutadores y lapenumbra ocultaba posibles desmanes.
Por aquel entonces había comenzado la diás-pora rural, el éxodo hacia las ciudades, y eramucha la gente joven que se había marchado aestudiar –los menos– o en busca de trabajo, loque les había permitido ponerse al día en lasnuevas tendencias de música y moda, al menosde las más populares. Era la época de los“yeyés”, aquella generación de pelo largo ypantalones campana, con chica prototípica y
minifaldera caracterizada en una canción: No tequieres enterar, ye ye / que te quiero de verdad,ye ye ye ye… Quien más, quien menos, tratabade que algo de aquello se le pegara.
Las canciones más populares, como las llama-das “del verano”, las conocíamos y tarareábamostodos. Había ya tocadiscos y casetes, lo que per-mitía escuchar los éxitos más sonados: En lafiesta de Blas, / en la fiesta de Blas, / todo elmundo salía / con unas cuantas copas de más…;o Un rayo de sol, oh, oh oh, / me trajo tu amor,oh, oh, oh…; o Con un sorbito de champán / brin-dando por el nuevo amor… Incluso se oían en lacalle, procedentes de alguno de aquellos apara-tos, cosas tan terribles como aquello que, conaires de rumba, decía algo parecido a Pun cata-pún pun pun, cómo nos gusta el verano, / puncatapún pun pun, pa levantarnos temprano, / ira la playa solo para bañarnos tranquilos, / y si novamos solos, vamos con tos los amigos. ¡Pura ydelicada poesía! Pero era lo que triunfaba entreel honrado pueblo, sin duda por lo facilón.
Las canciones surgían por centenares, entreellas las interpretadas por los grandes cantan-tes que fueron apareciendo: Raphael, JulioIglesias, Miguel Ríos, Camilo Sesto, Serrat,Mari Trini, Nino Bravo, Cecilia…, algunos de loscuales aún siguen en el tajo. En muy poco tiem-po se había pasado de la España cañí, la del“pasodoble te quiero”, a otra que buscaba inte-grarse en el mundo circundante, y la músicaera un medio de los más directos y perceptibles.Y, por si fuera poco, llegamos a ganar el Festivalde Eurovisión, y todo el mundo se aprendió elmassielano la, la, la (no era tan difícil), que sebailaba sacando el culo y moviendo los codoshacia adelante y hacia atrás, mientras se salta-ba hacia un lado y hacia otro. Sin dejar de ladoel Congratulations, del inglés Cliff Richards, apesar de que a punto estuvo de arrebatarnos eltriunfo.
Estábamos, pues, en la onda, en todos los sen-tidos. La televisión, que empezaba ya a presidirlos cuartos de estar de algunos hogares, mostra-ba las playas de Levante, de Andalucía y de unasy otras islas atestadas de turistas, procedentesdel centro y del norte de Europa, que traíannuevas y relajadas costumbres, y enseñabanmucha carne, sobre todo ellas: “¡Esas suecas,esas sinvergüenzas!”. Pero ahí estaba el milagroespañol, el Spain is different, a pesar de los true-nos fulminadores y las anatemas de algunosobispos.
Claro que también se empezaron a conocerlas canciones en otros idiomas, con sus grandesintérpretes, y eclosionaron los fans de TomJones, de Engelbert Humperdinck (¡qué difícil
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Fiestas 2017.
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resultaba pronunciarlo!), de Adamo, de JohnnyHalliday y Silvie Vartan, de Carlos Santana, deSimon and Garfunkel…, por no hablar de los yamencionados e incontestables Rollings y Bea-tles. Permítaseme una digresión personal: nohace mucho estuve en Liverpool y tuve ocasiónde descender hasta las profundidades de TheCavern, el antro donde estos últimos comenza-ron su andadura, convertido hoy en capilla pro-fana de atracción turística. Una visita conmuchos años de retraso, pero, de todos modos,¡qué ilusión!
Pero estoy convirtiendo esto en una revi-sión, necesariamente pobre e incompleta, de lamúsica de los sesenta y setenta, y no era eso loque yo pretendía. Intentaba solamente decirque la gente seguía bailando en Mogarraz ylos pueblos aledaños con este aluvión de nove-dades y que los nuevos conjuntos de la zona seiban perfeccionando. El más conocido y dura-dero de esta etapa fue el llamado Los Cisnes,en el que Pedro, el de San Martín, encabezabaun equipo de varios intérpretes, dos de ellosmogarreños: Arturo, el tristemente desapare-cido Turi, y Miguelín, que por ahí sigue con sucoleta y su pachorra de siempre, inmune alpaso del tiempo. Tenían ya teclado, guitarraseléctricas y batería. Habíamos avanzadomucho.
Creo que es hora, sin embargo, de que volva-mos a los bailes domingueros, que hemos aban-donado hace rato, quizá porque durante untiempo desaparecieron. Llegó un momento enque surgieron conatos de revitalizarlos, pero noya con gaita y tamboril, sino con los modernosaparatos de que se disponía.
El primer intento que recuerdo se hizo en elbar del tío Charrusco, con la ayuda de un peque-ño tocadiscos y unos pocos discos que se habíaencargado de adquirir Manelín. Lo que sonabaeran sobre todo boleros y aires similares, inter-pretados por Los Panchos. Era la novedad yrecuerdo aquel primer domingo, con el local con-vertido en salón de baile, atestado de parejas queapenas tenían espacio para moverse. Aunque lacosa no duró mucho, debido a la competencia, dela que ahora hablaremos, aquellos discos y aquelaparato perduraron a lo largo del tiempo y can-ciones como Lo dudo; Alma, corazón y vida yotras similares seguían sonando cuando, añosdespués, el bar era regentado por Minuto. Elbolero fue siempre muy resultón.
Y la competencia llegó arrolladora. Lorenzo“Pataca” se había comprometido a traer un picú.Y lo trajo. Recordemos que el término “picú” nofue más que una adaptación fonética y gráficadel anglicismo pick-up, que era, en definitiva, el
tocadiscos, pero el neologismo sonaba más exó-tico. Solo que el picú de Lorenzo y familia era enverdad potente y moderno.
Y con él regresaron los bailongos domingue-ros. El artilugio comenzó a resonar en el Solano,desde el balcón de la casa donde entonces vivíanlos propietarios, que dominaba aquel espacio, elcual se llenó de parejas danzantes y mironescotillas, para no perder la costumbre. Como, porser un espacio libre, no se podían sacar entra-das, la forma de cobro era por solicitud directa,y por allí andaba la buena de la Juana tratandode abrirse paso entre el gentío, reclamando elestipendio, no sé si pactado o no, a los mozos.Pero eran muchos los que se le escabullían deuno u otro modo. Algún tiempo después, alqui-laron el local del tío Paco “Pericas”, el antiguosalón de la carretera, frente al entonces garajedel coche de línea, y lo convirtieron temporal-mente en pista de baile, con ambigú incluido.
Y es que paulatinamente iban apareciendosalones de baile en muchos de los pueblos de laSierra, a veces incluso por iniciativa de asocia-ciones o cooperativas de jóvenes. Recuerdohaber bajado en varias ocasiones al que había enLas Casas del Conde, en lo alto del pueblo, juntoa la carretera. Y al de La Alberca, cómo no, y aalgunos más. Hasta a San Miguel de Valero yLinares, allá por la zona de las Quilamas, íba-mos a veces. En Mogarraz hubo baile duranteaños en el espacio –también sala de cine– queconstituía la prolongación del bar del tíoVitoriano, en manos por entonces de Indalecio,cuyo acceso costaba la modesta cantidad de unduro o algo por el estilo.
Hoy el baile, tal como lo conocimos, ya noexiste en nuestro pueblo ni en ninguno de losdel entorno; aparte de que han cambiado lostiempos, ni siquiera hay gente para ello.Existen, eso sí, algunas discotecas en los pue-blos más grandes y significados, como LaAlberca, pero eso es ya otra cosa.
En cuanto al baile de la Fiesta, en la Plaza,sigue habiéndolo, pues no podría de ser de otromodo: no se conciben estos festejos sin baile ni,al menos en nuestro entorno, sin toros. Perocarecen del encanto de los de antaño. Ahoraacuden cada año varios grupos musicales, cadadía uno diferente, pues hay que dar trabajo atodo el mundo, de cierta entidad, con muchoaparataje, con instrumentos electrónicos yseñoritas minifalderas que cantan y se muevenen el escenario a modo de go-go girls. Traenunos camiones tan grandes que tienen seriasdificultades para llegar a la plaza, pues apenascaben por las estrechas calles del pueblo, yalguno que otro se ha quedado atascado, con
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los consiguientes daños y perjuicios en balco-nes y farolas.
Todo ha crecido mucho, pero se ha hecho mástrivial y ya no tiene la magia de “la música”, dela modesta y primitiva música que llegaba cadaverano, solo una vez al año. Y la concurrencia seha empobrecido considerablemente, pues laplaza suele estar medio vacía, ya que en el pue-blo queda poca gente, aunque se incremente en
verano, y los jóvenes de los pueblos vecinos queacuden no lo hacen necesariamente para bailar.Ya no es imprescindible el baile de las fiestaspara ligar o, al menos, conseguir el roce o frota-miento…, o lo que sea. Ahora todo es muchomás fácil y directo.
Quedan, eso sí, las notas roncas y nostálgi-cas de la charanga de San Martín, que ameniza,en la Fuente de la Pila, las horas que siguen a lamerienda del toro, el tercer día de la Fiesta, amodo de cierre. En ella sigue Pedro, el Pedro desiempre, ya con muchos años, pero con elmismo entusiasmo que en sus comienzos, tra-zando con su saxofón una línea de continuidada través del tiempo, y con él, unas cuantas pare-jas veteranas que, en la reducida y empedradaplazuela, siguen haciéndose sitio a empujones,en su intento de ejecutar con gallardía las vuel-tas de los valses y el p’acá, p’allá del pasodoble,como han estado haciendo años y años, siempreque han tenido ocasión. Y la jota para terminar,como debe ser. A pesar de los pesares y de la evo-lución de tiempos y costumbres, algunas cosasy personas siguen ahí, invariables e inasequi-bles al desaliento en su heroica resistencia alcambio y a la desaparición.
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Plaza Mayor en la verbena.
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Independientemente del espa-cio y del tiempo, nuestra exis-tencia viene condicionada por ellugar donde transcurre nuestravida y por las personas que nosrodean, formando parte de ella,con las que convivimos, sinhaberlas elegido. Ahora bien,todos nuestros actos cotidianosson irreversibles y determinanlo que será nuestra existencia,nuestro devenir futuro. Todosnuestros actos, por insignifican-tes que nos parezcan, regirán elcurso de nuestra vida, de nues-tra existencia. Algunas vecesnos percataremos de que hemossufrido un cambio o mutación,pero la mayoría de las veces,esto ocurrirá sin que nos demoscuenta, aunque sí se pueda per-catar quien esté a nuestro lado:«esto te ha ocurrido porquehiciste aquello…». Quien está anuestro lado, lo ha visto con mayor nitidez, por-que tiene, con respecto a los hechos, mayorperspectiva, y la distancia crítica nos proporcio-na una vista panorámica que, de otro modo, notendríamos.
En lo que respecta a nuestro comportamien-to y a nuestros sentimientos, podemos asegurarque, desde los albores de la humanidad, nada hacambiado. Los sentimientos y las pasiones sonlos mismos que hace millones de años. Tan solohemos cambiado científicamente, técnica ytecnológicamente. La Ciencia, sí ha progresado,y han podido modificarse nuestros actos y cos-tumbres. Pero, nuestras pasiones y nuestrossentimientos no han cambiado nada en absolu-to. Seguimos teniendo idénticos sentimientos,filias y fobias, que las que tenían nuestros ante-pasados, el «homo antecesor». Seguimos profe-sando los mismos afectos, el mismo amor, lamisma amistad, idéntica generosidad o tacañe-ría, la misma lujuria, la misma honradez, lamisma codicia… y así sucesivamente.
Estos sentimientos no tienen idénticos valo-res aquí o en las antípodas de las islas de laMicronesia del Pacífico sur. Existe algo que loscondiciona.
En la Grecia Clásica del siglo VI y V, antes dela Era Cristiana –entre los pitagóricos, sobreto-do en Isócrates–, no sólo nuestros sentimiento y
pasiones, sino también nuestro destino estabaregido por Cronos, que no solo es el tiempo omedida del movimiento; sino el dios Kronos, quelo mide y determina la existencia y el fin de todocuento existe y lo devora (incluso a sus hijos).Pero además de Cronos –el Tiempo– existeCairós –el Instante Preciso– ese momento decisi-vo en el que todo cambia para nosotros. Elmomento oportuno o inoportuno, en el que cam-bia nuestra vida y se modifica todo, porque cambianuestra existencia y su curso se desvía de nues-tras previsiones, de nuestros proyectos. Ocasio-nalmente podemos percatarnos de que «algo»ha modificado el curso de nuestra existencia;nuestros proyectos; el curso de nuestra vida;pero la mayoría de las veces no nos percata-mos, y cuando lo hacemos ya estamos embarca-dos en otras empresas y nuestros proyectos sehan trastocado; algunas veces para empeorar,pero otras veces para mejorar (por casualidad,pensamos).
Kairós o Cairós se refiere a ese «MomentoDecisivo» de nuestra existencia.
Cairós, como Cronos, era también un dios delOlimpo de los helenos. Tan importante, comoCronos, como el Tiempo y tan inexorable o más,porque podía modificarlo decisivamente. ¡Cuán-tas veces una persona ha bajado la escalera de sucasa y no la ha vuelto a subir! Ciertamente no
Sacando los majos a las ventanas.
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LA ARCADIA DE LA SIERRA DE FRANCIAPEDRO GARCÍA DOMÍNGUEZ
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somos dueños de nuestro Tiempo y menos,aún de nuestro Destino. Cairós es ese «Ins-tante decisivo» en el que cambia nuestroDestino. Cronos es un concepto cuantitativo;mientras que Cairós lo es cualitativo. Ambosson conceptos, que no debemos de confundircon juicios de valor. Conceptos, que desde elsiglo VI a. C en la Grecia clásica, hasta laactualidad, sobre todo hasta las teorías delfilósofo francés Gilles Deloze, han sido concep-tos básicos, categorías elementales del pensa-miento humano, que pasan inadvertidas parael común de los humanos.
Si yo me encuentro viviendo a este lado delparaíso, es decir: de la Arcadia, en plenitud, enuno de los más exuberantes y hermosos para-jes del universo, donde la naturaleza y el oxí-geno puro, entre un sinfín de maravillas nosotorga la naturaleza, todo se lo debo al Cairós,a ese «momento decisivo» en el que se jugó miDestino.
Frecuentemente pensamos que, a ciertasalturas de la vida, nuestro futuro está escrito yes un tremendo error. En 1998 yo creía que midestino estaba escrito y era inexorable. Pues,nada más erróneo. Lo esencial de mi existenciaestaba por ocurrir. Es decir, en junio de 1998 yoestaba en mi despacho del Ministerio de AsuntosExteriores, en la Avenida de los Reyes Católicos,nº 3 de Madrid y dos meses más tarde me encon-traba, donde me encuentro ahora, en la Plazueladel Banco, nº 1 de Mogarraz, en el corazón delParque Natural de la Sierra de Francia.
Simplificando, lo que había sucedido es quemientras yo vivía en Madrid, mis ojos veían elmundo que me rodeaba. Es decir el mundo exte-rior. Y llegó un momento en el que mis ojos setornaron hacia mi interior. Es decir hacia loesencial y lo exterior pasó a un segundo plano,mejor dicho a un plano ético y estético, que esta-ba al servicio de mi espíritu y de mi corazón. Ycomencé a percibir el sonido rumoroso de lasfuentes, de los manantiales y de los arroyos… Asentir el aire purísimo en mis pulmones; a fi-jarme en las amapolas, rojas y a veces amari-llas, en las prímulas, que presagian la llegadadel calor; las altivas calas, que se alegran connuestra presencia; me acostumbré a ver loshumildes lirios morados, amarillos y blancos,al servicio de los humildes, lejos de las fanfar-rias regias galas de otrora.
Me acostumbré a esta mirada interior de estelado de la Arcadia Félix de Mogarraz. Un lugararmonioso y privilegiado donde se respira la pazde la vida sencilla de bucólico gozo. Aquí nosobra nada, porque nada falta. Vivir con lo justo:el silencio, con la sonrisa amada, con el paseohasta Monforte de la Sierra. Lejos de la ambi-
ción, de la mentira, de la fal-sedad, que flota en el aireputrefacto urbanita de lapútrida y falsa virtud escar-necida. Lejos de mí el plumí-fero funcionario apoltrona-do, para quien solo existemedrar a costa del prójimo yel próximo inexistente.
Todo comenzó para míinesperadamente. Un 17 dejunio de 1998, Cairós, el«instante decisivo», quepuede cambiar el rumbo deuna vida, cambió la mía yme situó en esa ArcadiaFélix donde todo es armo-nía. El don apacible de undios, o de dos: Cronos yCairós. El Tiempo y el Ins-tante decisivo.
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Mogarraz nevado.
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HIJOS DEÁNGEL RAMÓN GONZÁLEZ C.B.
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37650 SEQUEROS (Salamanca)Tels. 923 43 70 27 - 646 98 03 10
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De todos es conocido el programa de TVEEspañoles por el mundo, recurso periodísticoutilizado como fuente de información inagota-ble, referente tanto al lugar y al país en que resi-den los españoles emigrados como a la historiaparticular de cada uno de los entrevistados. Losemigrados despiertan gran interés periodístico,cultural y social. Que yo sepa, la TPA, la televi-sión autonómica asturiana, lleva ya unos cuan-tos años interesándose por las andanzas de losasturianos que viven fuera de España. No hacemucho, Fran, mi hijo menor, animó el paseo delas cámaras de la TPA por la hermosa y originalciudad jordana de Petra. A través de ese medio,muchos asturianos nos han mostrado las belle-zas de los lugares donde viven y las aventurasque ellos mismos han corrido fuera de Asturias.Incluso en Mieres, la “guapina villa” o el “jardínde flores” donde yo vivo, una asociación comer-cial premia anualmente a mierenses de renom-bre que dejan honda huella de su mierensía allídonde viven o trabajan fuera del concejo deMieres.
Mogarreños fuera de MogarrazAl seguir viva todavía nuestra revista La
Peña de Mogarraz, quiero utilizar este año elespacio que habitualmente me reserva, si nopara informar sobre los lugares donde vivimoslos muchísimos mogarreños que, habiendo sali-do del pueblo, nos hemos acomodado en otraspartes, ni tampoco para premiar a los mássobresalientes o conspicuos de nosotros, sí almenos para tenerlos en cuenta y valorar elhecho como un enriquecimiento colectivo. Laemigración es, en todos los casos, además de unhecho doloroso porque arranca al emigrado desus propias raíces para trasplantarlo en otra tie-rra, una aventura humana que merece ser teni-da en cuenta y valorada como beneficio común.
La asociación de Mieres que organiza losgalardones Mierenses en el mundo ha premia-do, por ejemplo, a personajes de tanto renombrey lustre como el cantante Víctor Manuel, el coci-nero José Andrés y el promotor de tantas obrassolidarias padre Ángel. De haberme propuestohacer algo parecido, lo habría tenido muy fácil,pues me habría bastado dedicar unas líneas,remontándome, por ejemplo, un par de siglos, algran benefactor mogarreño que fue don JuanAntonio Melón. Claro que también podría refe-rirme a tiempos más cercanos, realzando lasfiguras tan influyentes de personajes que, apesar de desarrollar sus vidas fuera de
Mogarraz, se identificaron totalmente con elpueblo, como el general de división ArgimiroCalama Rosellón y el registrador de la propie-dad Eufemio Puerto Cascón. De fijarme inclusoen nuestros días, me habría dado de bruces conexcepcionales personalidades, tan fecundaspara lo mogarreño, como el escultor-pintorFlorencio Maíllo, que tanto ha contribuido a latransformación artística de Mogarraz, y el lite-rato Eugenio Cascón Martín, estudioso de nues-tra peculiar habla serrana y operario del esplen-dor de la lengua española.
Pero no, no es ese mi propósito al rellenar unespacio que quiero dedicar a todos los emigra-dos mogarreños como peana para realzar susméritos, como relicario para guardar los ejem-plos del coraje de sus vidas emprendedoras ycomo espacio festivo para celebrar con ellos susgestas. Referirse a los logros sobresalientes delos que han brillado y dejado huella en algunafaceta de la vida exigiría nombrar y glosar lavida de más de medio centenar. Pero cuentantambién, y mucho, quienes solo se ganaron hon-radamente la vida y crearon una familia. Nodeberíamos olvidar que, por lo general, quienesse vieron obligados a abandonar sus pueblos, sufamilia y sus amigos en busca de una vida mejoro menos mala, fueron las personas más deshere-dadas de la fortuna, las que contaban con menosrecursos económicos y culturales. Los otros, los
AMIGOS DE MOGARRAZRAMÓN HERNÁNDEZ MARTÍN
Ramón Hernández, tamborilero de Mogarraz.
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que lo hicimos para estudiar, fuimos unos afor-tunados que contamos con el sacrificio de nues-tros padres para alcanzar un porvenir mejorque el suyo. ¡Cuántas resonancias mogarreñashay en Argentina, en Estados Unidos, enAlemania, en Francia, en Suiza, en Inglaterra,en Holanda y en tantas ciudades y tantos pue-blos de España!
Fuerte emigración serranaDe niño, cuando la vida de la posguerra era
tan difícil en todos los pueblos españoles, sobre
todo para quienes no tenían tierras de cultivo, vimarchar apesadumbrado a algunos mogarreñospara la Argentina. Antes, en el primer tercio delsiglo XX, lo habían hecho otros muchos a losEstados Unidos y a Centroamérica. Llegué asentirme orgulloso cuando me contaron que miabuelo materno, Antonio Martín, de la familiade los Anades, a quien no conocí porque muriósiendo mi madre casi una adolescente, habíaestado trabajando en el Canal de Panamá. ¡Quécanutas debió de pasarlas el pobre hombre enaquellos trabajos! Pero, aun así, en mi niñezMogarraz era un pueblo animado y muy bullan-guero, cuyos habitantes, hombres y mujeres porigual, cultivaban sus tierras de manera total-mente artesanal. Nosotros, los niños, inundába-mos de juegos y risas las calles, callejas y pla-zuelas del pueblo. Solo en 1940, inmediatamen-te después de nuestra fatídica Guerra Civil, naci-mos en Mogarraz cerca de treinta niñas y niños.
Pasaron los años y los mogarreños, como tan-tos otros, iban descubriendo que más allá delmunicipio y de la provincia había otras regionescon mejores perspectivas para ganarse el pancon el sudor de la frente. Merecía la pena aven-turarse, aunque ello exigiera el coraje de enfren-tarse a una nueva lengua y a una nueva cultura.En los primeros años sesenta, Mogarraz se
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Concurso de tortillas.
PLACA DE PLATAAL MÉRITO TURÍSTICO
Hermanos Andrés Lorenzo, C.B.
Plaza del Peso, 1Tels. 923 21 90 05 - 923 21 96 73
quedó dos años seguidos sin la cosecha de vino,el principal cultivo de entonces, debido a tormen-tas cuyos efectos nocivos ni siquiera pudieroncontrarrestar unos pintorescos cohetes que,para regocijo de los niños, se lanzaban contra lasnubes amenazadoras a la entrada el pueblo,donde hoy están el Hotel Villa de Mogarraz y elRestaurante Mirasierra. El pueblo quedó arrui-nado, pues no contaba entonces con subsidios deninguna especie. Se veía a los mogarreños cabiz-bajos, deprimidos, apagados. Todo ello propicióque se desencadenara una emigración en cade-na, sufrida igualmente por los demás pueblos dela Sierra de Francia, que dejó la población serra-na más que diezmada. Los primeros valientes enliarse la manta a la cabeza y marcharse, encuanto encontraron acomodo fuera de España,contaron maravillas sobre lo mucho que gana-ban y lo bien que vivían. Por ello, no les fue difí-cil convencer a otros familiares, amigos y veci-nos, para que siguieran sus pasos. Hubomomentos en que era fácil ver mogarreños, conpesadas maletas que atesoraban sus pertenen-cias personales, camino del coche de línea condestino a lo desconocido. En poco tiempo,Mogarraz perdió más de la mitad de sus habi-tantes. De ahí que los más de mil habitantes deantaño sean solo unos trescientos hogaño,mientras que los más de quince mil serranos deentonces apenas sumen hoy seis mil. De todosellos, de quienes se fueron y de las familias queformaron, podría decirse que son mogarreñosesparcidos por el mundo, porque es seguro queen todos ellos sigue vivo el apego y la añoranzadel pueblo donde nacieron o en donde se criaronellos mismos o sus padres.
Permítaseme dejar constancia aquí de quemuchos de los emigrados se enfrentaron a vidasmuy duras, de muchísimo esfuerzo, privación ysacrificio. Lo sé muy bien porque me ocupé deespañoles emigrados algún tiempo en Francia yen Inglaterra. ¡Cuántas lágrimas de fornidoshombres me tocó enjugar, cuántas gestioneshacer, cuántos caminos abrir! ¡Era un dolor vera muchos ahorrando, a base de dolorosas priva-ciones, francos o libras esterlinas para juntarcuanto antes lo suficiente con vistas a estable-cerse en España con algún pequeño negocio delque poder vivir dignamente!
La fuerza centrípeta de MogarrazEl emocionado reconocimiento que aquí les
tributo a todos ellos me lleva a sugerir algo quepuede que tenga enorme importancia para elfuturo de Mogarraz si la semilla que lanzo caeen buena tierra buena. ¡Ojalá! Antes de lanzar-la, anoto para justificarme que no son pocos losmogarreños que, viviendo fuera, conservancasas y propiedades en el pueblo y los que, tra-bajando todavía o ya jubilados, retornan a él con
alguna frecuencia para pasar unos días o lasvacaciones anuales. Seguro que cada vez que unmogarreño planea un viaje a su pueblo sienteagitación en el pecho y alegría en todo su cuer-po. Dejar Salamanca atrás y enfilar la carreterade Vecinos es como emprender un camino que,tras disfrutar de las hermosas vistas de la Peñade Francia, te lleva directo al paraíso. No sé si elParaíso estuvo alguna vez en las Batuecas o enla Sierra de Francia, como proclamó Lope deVega, pero lo que sí sé es que, para los mogarre-ños de la diáspora, el paraíso es realmenteMogarraz. Mientras los residentes en el pueblonos consideran afortunados a cuantos, por unau otra razón, pudimos y tuvimos el coraje delibrarnos de los rigores de su forma de vida, losmogarreños de la diáspora los envidiamos aellos por seguir viviendo en él. Deben de sercosas de la vida, pues, vivamos donde vivamos yhagamos lo que hagamos, nunca nos conforma-mos, afortunadamente, con lo que tenemos alvernos empujados siempre a emprender nuevasempresas en busca de nuevas conquistas, denuevas mejoras.
Primera propuesta fallidaHablo de sentimientos y enfoques que sería
necesario no solo reconocer, sino potenciar eincentivar. Deberíamos intentarlo al menos. Enuna o dos ocasiones, cuando fue necesario acu-dir al pueblo para hacer ciertas reparacionesimportantes en la iglesia de Mogarraz, propuseque entre todos los mogarreños, incluidos natu-ralmente los que llevábamos años viviendo enotras partes, se creara una asociación en tornoa ella, algo así como los “Amigos de la iglesia deMogarraz”, a fin de que, con generosas cuotasanuales voluntarias, se reunieran los fondosnecesarios, no solo para acometer las reparacio-nes urgentes del momento, sino también paramantener la iglesia bella y bien equipada a lolargo de los años venideros. Mi propuesta cayóen saco roto al toparse con oídos sordos. Creoque el fracaso se debió, más que al hecho detener que hacer jugosas donaciones, a que lle-var a efecto esa propuesta exigía compromisos,esfuerzos y trabajos de promoción y organiza-ción; es decir, que fracasó más por indolenciaque por falta de medios económicos, pues losmogarreños aportaron en aquel entonces, deforma nominal o anónima, lo necesario para lle-var a buen puerto las obras proyectadas. Depaso, diré que, en otra ocasión, propuse, tam-bién sin éxito, que se reconociera con una placala extraordinaria donación que había hecho unmatrimonio mogarreño, en circunstancias tandolorosas como la muerte por atropello de unahija, para reconstruir con los millones de pese-tas de la indemnización recibida el pórtico de laiglesia. Aunque tal sugerencia sigue en el
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limbo, no desespero de ver algún día esa placaen el pórtico restaurado.
“Amigos de Mogarraz”
Pues bien, mi espíritu quijotesco de mogarre-ño incombustible, que nunca me deja en pazcuando de Mogarraz se trata, azota de nuevo mimente para proponer hoy otra locura. Segu-ramente tampoco tendrá ninguna resonanciapor las razones ya apuntadas, pero lo hago conla vaga esperanza de que mueva los hilos nece-sarios para suscitar alguna iniciativa al respec-to. Se trata, sin embargo, de una locura en laque deberíamos embarcarnos esperanzadostodos los mogarreños, los de dentro y los defuera del pueblo, y también los hijos y los nietosde cuantos hemos creado nuestras familias enlos lugares de nuestro destino.
De salir adelante esta propuesta, sería unahermosa forma de anclar a Mogarraz a jóvenesy no tan jóvenes que, habiendo nacido o vividofuera del pueblo, se sienten parcial o totalmentedesvinculados de sus raíces. Se lograría así quetodos ellos no solo vieran a Mogarraz como elhermoso pueblo de sus padres, un pueblo delque poder sentirse legítimamente orgullosos,sino también como una preocupación personal oincluso como un proyecto digno de su atencióny dedicación. Un buen motivo, sin duda, no solopara promover la asociación “Amigos deMogarraz”, por quijotesca que parezca, sinotambién para concitar la atención y el apoyo ins-titucional necesario.
Esa asociación debería captar el mayornúmero posible de mogarreños, vivan dondevivan, y extender sus tentáculos a los descen-dientes de los mogarreños emigrados y a cuan-tos, por trabajo o relaciones laborales, tienenfuertes lazos con Mogarraz. Los objetivos estarí-an claros: reunir dinero suficiente, a base depequeñas cuotas anuales, para conservar ymantener hermoso un pueblo tan hermoso de
suyo y que debemos sentir como el pueblo detodos o, mejor, que todos somos Mogarraz.
Puestos a echar números, de llegar a ser milsocios, cosa que no resultaría difícil de abrirbien el paraguas, con una pequeña cuota anualse dispondría de un dinero que, aunque nofuera suficiente para obras faraónicas, sí losería para sustanciosas mejoras. Un efectocolateral nada desdeñable sería que una asocia-ción como esa se constituyese en un hermosolazo de unión entre todos los mogarreños y lossimpatizantes de Mogarraz, unión que podríaenriquecerse con algo de gastronomía y jolgoriopopular celebrando un día del socio. El afán porla mejora del pueblo daría al traste, por sí solo,con el pesimismo, la indiferencia y la desidiaque hoy nos acongojan a muchos.
He hablado de mil socios, lo cual puede quesuene a ensoñación o locura quijotesca. Sinembargo, no solo está al alcance de la mano,sino que puede llevarnos incluso mucho máslejos por tratarse de una asociación que seríaatractiva también para muchos de los turistasque visitan habitualmente Mogarraz y para losmuchos serranos que simpatizan con él. ¿A quénúmero de socios podría llegarse en ese supues-to? No me atrevo ni a soñarlo, pero puede queno fuera un desvarío pensar en tres mil, lo quetriplicaría el dinero con que podría contarsepara la mejora permanente del pueblo. Que tresmil socios pudieran considerar a Mogarrazcomo el pueblo de sus desvelos es algo quesobrepasa incluso la locura de este quijote pro-ponente. Tres mil “amigos de Mogarraz” entiempos de tanta penuria poblacional, cuandolos niños parece que en vez de venir con un pandebajo del brazo lo hacen con una cuentacorriente en números rojos, sería algo realmen-te fabuloso, un proyecto de parecidas dimensio-nes al de la magna obra de los cuadros-retratode Florencio Maíllo en las fachadas de las casas.
¡Felices fiestas!
Y, como los caminos se hacen a base de tran-sitar por ellos, desde ahora mismo me declaro,además de mogarreño a carta cabal, “amigo deMogarraz”, lo que implica estar dispuesto apagar la cuota anual que estime conveniente lajunta directiva de la asociación proyectada encaso de que llegue a lograrse.
Pero, como a falta de pan buenas son tortas,me conformaré con que durante las fiestaspatronales de este año todos los mogarreños ycuantos simpatizan con nuestro pueblo nos sin-tamos realmente “amigos de Mogarraz”. Que laamistad sea la bandera de la celebración deNtra. Sra. de las Nieves este año. ¡Felices fiestasa todos!
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Corporación Municipal.
En las laderas de mi pueblo,Estallaba, como un sentir de ímpetu nuevo.
En los pulmones de la arboleda,Renacía la savia en el corazón,Y rompía la luz en el horizonte
De castaños y robledales,Y los caminos se llenaban
Con aromas de sueños de floresEn brotes de colores
Y de crecidas ilusiones.
En aquellas páginas primaveralesDe nuestra niñez,
En la orilla amigable de la Fuente la Pila, O en la Plazuela,
O bajo el álamo de la Plaza,O en la Fuente de Cabolaldea,
O junto al Banco, o en el Rincón de Mané,Un gozo de tiempo aurorales
Nos subía, pecho arriba,Y nos renacía la ternuraY las ansias de vivir
En nuestras laderas de luzY de blancura.
En el aire perfumadoDe los campos,
Brotaban nuevos idiliosDe amores, tal vez, soñados
En las esquinas de nuestro entorno,Y de nuestro espacio.
Se inundaban las campiñasDe tapices verdes,
Y como una nube de nieveY de sueños blancos y malvas,
Se cuajaba en las copas de los cerezosY en sus ramas.
MOGARRAZ EN PRIMAVERAJOSÉ LUIS PUERTO CASCÓN
Primavera en la fuente arriba.
MOGARRAZ
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Las flores inundan de color nuestro pueblo.
Por los cauces y vaguadasDe los ríos Milano y Francia,Entre sauces, alisos y juncos,
Iban cantando las transparentes aguasRomances cristalinosDe tiernos retoños,
De frescor y de esperanza,Entre los suspiros adolescentes
De nuestra alma.
El azul de la mañanaIba creciendo, luminosamente,
Y se llenaba de palomasY del gorjeo alado de pájaros,
Que iban cruzando las cimas más altasDe nuestras pequeñas colinas o montañas.
Nos corría un fluir de vida nuevaPor las arterias y veredas
De nuestros campos,Y por el aire de nuestras calles,
Y el viejo parral del tío CharruscoRebrotaba de color verde esperanza,
Y la esperanza se columpiabaAl viento rizado
De nuestras balconadas de geranios.
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La Peña de MogarrazMO
GARRAZ
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J. LOBOGRAN SURTIDO EN BOTONES Y MEDIAS
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Manoli Guerra PérezC/ Federico Anaya, 1-7 Tel. 923 21 47 48
SUPERTALLAS
Transcurrían los años 90 del pasado siglo XIX.El mundo vivía un momento de esplendor, pueslas nuevas tecnologías estaban emergien-do, unsuceso inconcebible para la sociedad del momento.Nadie era capaz de vaticinar que habría un antesy un después de la conocida como SegundaRevolución Industrial y que traería copiososbeneficios para los países que integraban lahegemonía de ésta, a saber: Gran Bretaña,Estados Unidos, Japón y Europa Occidental.
En esta Segunda Revolución Industrial,primordialmente protagonizadas por los paísesexpuestos con anterioridad, se produjeronnumerosas innovaciones en diversos campos,como, por ejemplo, en el de infraestructuras(Canal de Panamá, tendidos eléctricos…), en eltecnológico (nuevas maquinarias…), en el decomercio internacional… Todo esto fue posibledebido a la creación de nuevos transportes(avión, automóvil…), nuevas formas de energía(gas, petróleo...), nuevos materiales (acero, zinc,hierro…), etc.
Entre tanta bienaventuranza, nadie podíapresagiar que el comercio con vegetales sería laruina para el sector vinícola. En 1863, seintrodujeron en Europa una serie de plantasprocedentes del este de Estados Unidos, perocon el desacierto de importarlas sin desin-fectarlas con antelación, por lo que con ellasarribó un insecto denominado filoxera, quedevastó el acervo de los viñedos galos hacia losaños 70 del siglo XIX.
En 1878, la filoxera llega a España yacontece lo mismo que en Francia: todos losviñedos fueron arrasados en pocos años, puesdesde que la filoxera llega a la planta hasta queesta muere, tan solo trascurren tres años.
Ante esta adversidad, las localidades en lasque el vino no era la forma de vida primordialpudieron encontrar un modo diferente deadaptarse. Pero aquellas regiones en las que lavid era el único medio de vida tomaron dosdeterminaciones para subsistir: por un lado,gran parte de la población decidió emigrar aotros países; por otro, se trató de reimplantarlas viñas mediante los portainjertosamericanos, que eran resistentes a la filoxera,consiguiendo vadear esta adversidad en losaños 30 del siglo pasado. Este fue el caso delárea denominada Sierra de Francia, que vio asus habitantes segregados, ya que unostomaron la decisión de partir y otros depermanecer trabajando en el campo.
Los serranos que estimaron oportunoquedarse, sabían que su medio de vida hacia losprimero años del s. XIX iba a estar basado,fundamentalmente, en la agricultura de la vid ydel olivo, y en menor medida, de los árbolesfrutales. Por ello adquirieron los terrenos quevendieron aquellos que habían marchado.
Las parcelas ya eran suyas, pero todavíaquedaba mucho camino por delante. Trasaquella devastación, solo quedaba eliminartodas las plantas infectadas, arar de nuevo latierra y volver a sembrar vides, pero esta vezcon el portainjertos americano, inmune a lafiloxera.
La primera medida que tuvieron en cuentafue la disposición de cada una de las vides. Ya no
EL AYER ENOLÓGICO DE LA SIERRA DE FRANCIAVÍCTOR GONZÁLEZ VILLALBA
Lucía Maillo vendimiando.
MOGARRAZ
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era idóneo sembrarlas al azar o a gusto de cadauno, sino que deberían plantarse en filas,separadas ocho pies, siempre que el terreno lopermitiese. Con esto, lo que se lograba era unmejor desempeño de las labores y permitir queaccediesen las caballerías, amén de mantenerlos sustratos necesarios que les proporcionaseel suelo.
Estos conocimientos fueron impartidos en elCoto Escolar, una escuela de agriculturaliderada por el general Pando, un general de laGuerra de Filipinas interesado notablemente enla agricultura y establecido en el municipio deMiranda del Castañar.
Una vez preparadas las viñas, los vitivi-nicultores tendrían que subsistir durante tresaños, tiempo ineludible de la vid para comenzara producir uvas óptimas para la elaboración delvino.
Tras estos tres largos años, se emprende denuevo el viaje hacia la producción de vino. Llegael mes de noviembre y la vid ha perdido las hojas:es el momento idíóneo para el esmellinado o lalimpia de la vid, es decir, la eliminación de lossarmientos. Esta tarea es llevada a cabo con uncorvillo, herramienta pequeña y de fácil manejoque permite desarrollar la actividad de un modopreciso.
Junto a la labor anterior, existe otra deno-minada sarmentar o jarmentar, consistente enretirar todos los sarmientos y demás desechosproducidos en la viña. Esta es la única tarearealizada por las mujeres en el cuidado de la vid,si bien en ocasiones la mujer también era laencargada de azufrar.
Una vez concluida la limpia, no es hasta elmes de febrero cuando se efectúa el espollate,consistente en cavar un foso alrededor de la vid(individual) o a lo largo de la fila, sin entre-cortar el foso (a gavia corrida). En ambos casos,el fin era el mismo: conseguir que la humedadalcanzase las raíces, además de localizar losmalicios o bravíos (nuevos brotes cuyonacimiento procede de la parte anterior almacho o al portainjertos) para proceder a suerradicación.
El espollate se podía llevar a cabo de dosmodos diferentes: “a hecho” (cavar con el zachoo legón directamente sobre la tierra) o concaballería, la cual araba por ambos lados de lavid para remover la tierra a fin de que, de estemodo, el hombre empleara menos esfuerzo a lahora de manejar el zacho.
Asimismo, en esta etapa se procedía al abonode la vid, mediante el empleo de los malicios de laviña y de las malezas o maraojos de las matas del
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GARRAZ
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MOGARRAZ
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monte. El procedimiento era sencillo: losmaraojos eran amontonados en la sombra y deesta manera se conseguía su descomposiciónpara, posteriormente, introducirlos en el fosorealizado con el espollate, procurando siempreque la tierra estuviera mojada. En caso de poseerun mayor poder económico, en vez de estosnutrientes se empleaba nitrato amónico cálcico,vulgarmente conocido como amoniaco, el cual seaplicaba manualmente sobre la base de la vid.
Un mes después, por San José, llega la poda,en la que el vitivinicultor, armado con sustijeras, se encargaba de seleccionar aquellasyemas que considerase oportunas y descartar elresto de los sarmientos.
Tras la tarea anterior, no es hasta pasados yados meses, en mayo, cuando se requiere lasiguiente faena, la cava. Ésta radica en tapar denuevo el foso anteriormente efectuado en elespollate.
A continuación de la cava, pero ya en el mesde junio, se efectúa la tapa. Ésta estribafundamentalmente en remover la tierrasuperficial, con ayuda del zacho, para logrardos objetivos: uno, eliminar todas aquellashierbas que han germinado, y otro, levantarpolvo, ya que era considerado como la primerasustancia curativa de la vid.
Exceptuando la vendimia, ya se han reali-zado las tareas más arduas que requiere la viña,pero todavía precisa de curativos. Éstos eranllevados a cabo de dos maneras diferentes:mediante el azufrado y mediante el sulfatado.
En lo que al azufrado se refiere, por logeneral era suministrado al menos, en dos
ocasiones. La primera, después del desborre, esdecir, cuando se observa que la yema ha roto yestá brotando el tallo. Y la segunda, en el cierne,es decir, cuando la uva pierde la flor, sobre losmeses de mayo y junio. Ambas manos serealizaban mediante el mismo procedimiento: elazufre se introducía en un saco de yute o anjeo,que era sacudido sobre la vid, para que, de estemodo, pasase entre los poros, efectuando unaespecie de lluvia de azufre sobre la planta.
En lo referente al sulfato, era de cobre y sesolía aplicar si se originaban precipitaciones ylas temperaturas eran elevadas, puesto que, deno administrarse, la vid podría desarrollaralguna enfermedad, como el Mildiu y Oidio(ceniza), que eran las dos principales. Lamanera de aplicarlo era diferente a la delazufre, dado que el sulfato se portaba en unaherrada (cubo de zinc) y, con una escobaimpregnada, se iba suministrando a la vid encada vapuleada.
Una vez tratada la viña y a continuacióndel cierne, era el momento del espunte. Entrelos meses de junio y julio se cortaban lossarmientos con el sable (vara de olivo, u otramadera que cimbree) con el fin de controlar elporte de la vid y, de este modo, poder realizar lavendimia con mayor soltura.
Finalmente, durante el mes de octubrecomenzaba la vendimia. Para determinar conprecisión el momento de ésta, se efectuaba unacata, es decir, se probaba la baya y se observaba siera dulce, si las pepitas eran oscuras y,finalmente, si se despegaban las semillas de lapulpa con facilidad. Si esta cata no estaba clara,
Arcadio y Paco Maíllo en la vendimia.
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se realizaba una pequeña recolección de laproducción para, posteriormente, obtener mosto.Acto seguido, con el pesamostos o densímetro seanalizaba el grado de azúcar que tenía la uva. Sise consideraba que era el adecuado, se procedíaa la vendimia, tarea realizada con el corvillín(corvillo de menor tamaño).
Una vez recolectado todo el fruto, se cargabaen banastos, que eran acarreados por lascaballerías hasta la bodega.
Al entrar en las bodegas, la uva se situabaencima de las lagaretas (recipientes de piedracon mortero de cal, tapados mediante tablas),donde se molturaba. Debido a la falta demaquinaría, esta tarea se efectuaba con lospies. Una vez realizada esta faena, sedespadillaba a mano (quitar el raspón) y sedejaba caer el mosto con la pulpa dentro de lalagareta.
A partir de este momento, el mosto debepermanecer con la madre durante lo 20 ó 21 díassiguientes. Durante este período, las levadurascomienzan un proceso de fermentación, quefinalizará cuando los hollejos dejen de elevarsehasta la parte superior del líquido. Es decir, cadadía el orujo se posicionará en la parte superior,por lo que el vitivinicultor deberá pisar obazuquear el gorro (hollejo situado en la partesuperior) con una especie de horcas, emplazán-dolo de nuevo en la base. El día en el que éste noemerja, la fermentación habrá concluido.
Tras la fermentación, llega el momento detrasegar el vino a la cuba de castaño. Paraello se introducía en el lagar una cestaestrecha a modo de filtro, en cuyo interiorera alojada una manguera. De esta manera,el mosto era trasvasado por la parte superiordel lagar, consiguiendo con ello desechar lamadre, que posteriormente sería prensada,mediante máquinas manuales para extraer lamayor cantidad de licor posible. El orujo eravendido a unas fábricas llamadas “potes”, quetenían el monopolio de la elaboración delaguardiente.
Antes de introducir el vino en la cuba, estanecesitaba algunos cuidados. Para evitar queel vino se estropease o se perdiese, debía serimpregnada con agua. De este modo, sehincharía y se obstruirían todos los poros yfisuras. Además, una vez realizada esta tarea,se introducía una cuenca de azufre y sequemaba, ya que con su combustión seproducía gas sulfuroso, un eficaz conservantedel vino.
Una vez en la cuba, hasta el mes de marzo elvitivinicultor solo debería analizar si el niveldel vino había descendido y, de ser así,rellenarlo con el vino que guardaba en cubetos(cubas de pequeño tamaño, de tan solo 12cántaros de capacidad, a diferencia de las
MOGARRAZ
La Peña de Mogarraz
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cubas, que hacían unos 300 ó 400 cántaros) oen pellejos almacenados en la bodega para talefecto. En la coyuntura de no poseer más vino,introduciría piedras del río, puesto que dehallarse aire en el interior de la cuba el vinotendería a picarse.
Finalizado este período, llega el mes demarzo y es el momento de trasegar el vino aotra cuba. Ésta debía someterse a los mismosprocedimientos que la anterior, es decir, seimpregnaría de agua y, posteriormente, sequemaría azufre en su interior. Este trasegadose llevaba a cabo con una manguera, a la quese le ataba una vara, controlando así que nodescendiera hasta la base, a fin de evitar laabsorción de los sedimentos. A modo de filtro,para conseguir que los residuos descendieran,algunos vitivinicultores vertían clara dehuevo.
Este proceso se realizaba normalmente enluna menguante y días claros (sin riesgo delluvia). Aunque ellos no sabían por qué seproducía mejor vino en estas condiciones, se hademostrado posteriormente que la presiónatmosférica influye en su elaboración.
Una vez en la cuba, el vino se hallaba prestopara ser vendido, acto que solía acaecer duranteel mes de mayo, momento en el que el vino haterminado por completo su elaboración. Elintermediario para realizar esta labor era elcorretajero, un comercial que se encargaba devender el vino y cuya comisión radicaba en laobtención de un porcentaje por cada venta. Elcorretajero (cargo que era subastado cada año)localizaba a un tabernero o cualquier otrapersona interesada en su adquisición y,acompañado de él, recorría las diversas bodegasen las que se dispusiese de vino, catando losexistentes y seleccionando aquel que más leagradase.
Tras escoger el deseado, solo quedabadepositarlo en los recipientes oportunos parasu transporte, a saber, cubetos o pellejos. Peroantes de ponerlo allí, debía ser calculado. Aeste fin, el corretajero lo vertía, mediante man-gueras, en unos baños (troncos vaciados) o enmedios cubetos (cubetos seccionados por lamitad), donde se iba introduciendo con medioscántaros (anteriormente a los años 50 delpasado siglo XIX), cuya capacidad era de 8litros, o mediante decalitros (a partir de losaños 50 del siglo XIX), a la vez que seregistraba una raya por cada uno. Dicha rayaera trazada tanto por el corretajero como por elcomprador, para que de este modo no se obraraningún fraude.
Informantes: JOSÉ GONZÁLEZ MARTÍN, DIONISIO HERNÁNDEZ COCA,MANUELA SÁNCHEZ COCA, PABLO BUENAFUENTE DOMÍNGUEZ
Programa de Fiestas 2018
LOS VERANOS CULTURALES EN EL SOLANODurante los meses de Julio y Agosto
Exposición en el Museo de las Artesanias de los cuadros premia-dos en el VI CERTAMEN DE PINTURA RAPIDA FLORENCIOMAILLO MOGARRAZ 2018.
JULIO20 Viernes21:00 h. “EXPERIMENTOS SORPRENDENTES DE FÍSICA” (Magia) por
el profesor de la Universidad de Salamanca Santiago VelascoMaillo.Los honorarios del físico están destinados a la ONG SBQ.
21 SábadoPrimer pase 21:00 horas segundo pase 22:00 horas Proyección“LOS BARAÑOS DEL ALBA” (Grupo Cateja Teatro) sala deproyección Museo de las Artesanias.
28 Sábado20:15 h. Presentación del poemario “AZUL MIRANDA” por su autora
Roxana Sánchez.22:00 h. KARAOKE EN EL SOLANO.
AGOSTO9 Jueves20:00 h. TALLER DE BARCOS en TU LIBRERÍA DE SIEMPRE (La de
Venancio).11 Sábado12:30 h. Entrega de premios concurso “MARCAPAGINAS” en TU
LIBRERÍA DE SIEMPRE (La de Venancio).22:30 h. CATEJA TEATRO con la obra ALESIO “UNA OBRA DE OTROS
TIEMPOS”.18 Sábado20.00 h. Presentación del libro “SUEÑO… SUEÑOS ROTOS” por su
autor Perez Villalba. 22:30 h. CONCIERTO DE FOLK grupo “MALAJOTA”.25 Sábado22:30 h. CONCIERTO DE JAZZ grupo “ALEJANDRO LUCAS TRÍO”.
SEPTIEMBRE1 Sábado22:30 h. CONCIERTO de “MUSICA TRADICIONAL MAYALDE”.8 Sábado22:30 h. “HISTÓRICOS CON JAZZ” Grupo: THE LAST QUARTET.
Fecha por determinar Presentación del libro “Y SI LA NOCHE NOESPERA” de Charo Ruano, Juanvi Sánchez y Alejandro Guinaldo.Poesía, dibujo y música.
21 DE JULIO SÁBADO10.00 h. Salida a la finca “Los Talayos” Ganadería Herederos de D. Ma-
nuel Santos Alcalde, situada en Ciudad Rodrigo, para ver losdos novillos y las vacas que se lidiarán el día 6 de agosto.Concluida la visita, se celebrará una capea para los másvaliente en el mismo lugar. Regreso al camping El Casaritopara compartir una comida campestre amenizada con gaita ytamboril.Una vez de vuelta a Mogarraz se cerrará la jornada con unaDiscoteca Móvil.
28 DE JULIO SÁBADO08.00 h. Cierre de la plaza de toros, con posterior merienda para todas
aquellas personas que hayan querido colaborar en el montajede la misma.
12.00 h. Comienzo del Torneo de Mus y Tute en el Bar El Casino del TíoEleuterio (inscripciones en el mismo lugar).
2 DE AGOSTO JUEVES18.30 h. Concurso de disfraces, con premios para las diferentes cate-
gorías desde niños hasta mayores.38
3 DE AGOSTO VIERNES: DÍA DEL NIÑO11.30 h. Gran gymkana desde La Fuente la Pila con muchas sorpresas
y regalos para los más pequeños de la casa.17.30 h. Parque infantil y fiesta de la espuma en la Plaza Mayor.24.00 h. Discoteca Móvil.
4 DE AGOSTO SÁBADO: VÍSPERAS06.00 h. Rosario de la Aurora.08.00 h. Pasacalles tradicional por las calles del pueblo acompañado de
gaita y tamboril.12.00 h. Encierro infantil de carretones.17.00 h. VII Torneo de Tangos en la Plaza Mayor.18.00 h. Tradicional repique de campanas anunciando las Vísperas.19.30 h. Pasacalles con gaita y tamboril para recoger al pregonero
Gabriel Calvo y acompañarle por las calles de la localidadhasta la Plaza Mayor.
20.00 h. Pregón de fiestas 2018. Nombramiento de Reina y Damas delas Fiestas.
20.30 h. Vino español en la sede de la Peña.22.30 h. Concierto del grupo Folk On Crest: expertos en versionar
temas tradicionales y hacer un poco más conocida la músicacharra y castellano leonesa.
24.00 h. Macrodiscoteca móvil con animación.
5 DE AGOSTO DOMINGO: DÍA DE NUESTRA PATRONAVIRGEN DE LAS NIEVES
08.00 h. Pasacalles tradicional por las calles del pueblo acompañado degaita y tamboril.
10.30 h. Toque de Campanas desde el Campanario de Mogarraz(Eucaristía a las 12.00 h.).
11.30 h. Salida de los danzarines y la corporación municipal desde laIglesia hasta la Casa Parroquial para recoger al sacerdote yacompañarle de vuelta a la parroquia.
12.00 h. Misa Solemne en honor a nuestra Excelentísima PatronaVirgen de las Nieves. A continuación, procesión, ofertorio yexibición de bailes serranos en la Plaza Mayor.
14.00 h. Tradicional convite de sangría y bizcochos en la CasaParroquial.
18.00 h. Festival de Folklore, precedido de pasacalles con los parti-pantes, que recorrerán las calles del pueblo.
24.00 h. Gran verbena en la Plaza Mayor a cargo de la orquesta TYCHE.
6 DE AGOSTO LUNES: DÍA DEL TORO07.30 h. Pasacalles tradicional por las calles del pueblo acompañado de
gaita y tamboril.08.00 h. Salida desde el frontón hacia la Finca “Los Talayos” (Ciudad
Rodrigo) para ir a buscar los novillos y vaquilas que selidiarán por la tarde.
10.30 h. Desenjaule en la Plaza Mayor.12.00 h. Encierro infantil de carretones.12.30 h. Pasacalles amenizado por la charanga de San Martín.18.00 h. Festejo taurino con lidia de dos hermosos novillos –Botero y
Azucarero– de la ganadería Herederos de D. Manuel SantosAlcalde, a cargo del valiente novillero Jesús Mejías deAlmorox (Toledo). Vaquillas para los más valientes.
24.00 h. Verbena popular en la Plaza Mayor a cargo de la orquestaAMALGAMA.
7 DE AGOSTO MARTES: DÍA DE LA MERIENDA08.00 h. Pasacalles tradicional por las calles del pueblo acompañado de
gaita y tamboril.12.00 h. Misa en memoria de los socios y demás mogarreños fallecidos.16.00 h. Preparación de la merienda en el Pozo Barrero.20.00 h. Merienda de la hermandad, ofrecida por la Peña Virgen de las
Nieves a sus socios. Finalizada la misma, se celebrará la tradi-cional verbena a cargo de la charanga de San Martín, comocierre de fiestas.
8 DE AGOSTO MIÉRCOLES09.00 h. Desmontaje de la plaza de toros, se ruega colaboración.
Posteriormente un rico almuerzo recompensará a todas laspersonas que hayan colaborado.
12.00 h. Junta general anual en la sede de la Peña.
NOTA: Los horarios que aparecen en el programa son orientativos, laPeña puede modificarlos en caso de ser necesario. 39
La Peña de MogarrazMO
GARRAZ
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Ctra. La Alberca, Km. 4 - MOGARRAZ 37610 Salamanca - EspañaTeléfonos: 616 997 483 - 692 210 313 - 626 619 906
MOGARRAZ
La Peña de Mogarraz
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En el diccionario de la Real AcademiaEspañola se define rural como “Perteneciente orelativo a la vida del campo y a sus labores”. Porlo tanto, al hablar de mundo rural se piensa enun entorno cuyos habitantes viven básicamentede los recursos naturales.
En las últimas décadas, el medio rural vieneexperimentando una serie de transformacionessignificativas en los estilos de vida y en lasrelaciones sociales y económicas, haciendo quela diversidad sea la característica principal delmundo rural y estableciendo una clara ruptu-ra entre el concepto de ruralidad y el de agri-cultura. Las actividades económicas se vandiversificando en una continua necesidad dedar viabilidad a los pueblos, más allá de los tra-dicionales cultivos.
El mantenimiento de un medio rural vivodepende básicamente de dos factores: de queexistan personas que quieran quedarse a viviren él y de que haya alternativas laborales pro-ductivas posibles. Mayormente, las personasdispuestas a vivir en el medio rural son de ori-gen local. Se trata de adultos que han pasadocasi toda su infancia corriendo con libertad porlas calles, jugando en plena naturaleza… Laintensidad del deseo de permanecer en el entor-no donde has crecido es proporcional a la canti-dad de vivencias adquiridas allí. Y la escuelaforma parte de esas vivencias. Pero sin niñosque amen su pueblo, no puede empezar estecuento. Y sin escuelas rurales, no puede haberniños que amen a su pueblo.
Las posibilidades que ofrece la escuela rurala un maestro que desee ejercer su profesión soninmensas. Posibilita modelos flexibles de orga-nización, potencia el desarrollo de las capacida-des de los alumnos, facilita una relación más cer-cana con las familias y el alumnado, permite laparticipación real de la comunidad, favorece lainnovación y establece interrelaciones constan-tes con su entorno más cercano. Frente a unaeducación en la que todo está controlado y regu-lado, como sucede en los colegios grandes de lasciudades, la escuela rural permite una educa-ción en la que la organización del tiempo es fle-xible, los espacios de trabajo diversos, las posibi-lidades inmensas, los límites nulos, etc. Ensuma, donde se puede ser realmente maestro.Sirva como aclaración decir que la escuela ruralno es mejor ni peor que la urbana, sino que esun concepto diferente, pero igual de válido, que
necesita otros recursos y organizarse de mane-ra distinta.
A la vez que se recalcan las bondades de estemodelo, es necesario seguir haciendo referenciaa la necesidad de mejorarlo y dar respuesta a lasnecesidades que se van generando, ya querepresenta uno de los focos más importantespara mantener y desarrollar la cultura de cadalocalidad. Aún quedan pendientes ciertos pro-blemas que hay que resolver, algunos de ellosmuy relevantes. Conseguir mayor apoyo de laAdministración, formar adecuadamente a losmaestros para su trabajo en la escuela rural,potenciar un currículo adaptado al medio, faci-litar recursos, etc., son algunas de esas tareaspendientes.
Tanto las familias como los profesionales delentorno son cada vez más conscientes de laimportancia de este tipo de escuelas. Actualmen-te se están sucediendo una serie de movimientospor parte de las familias para intentar luchar ymantener viva la educación en los colegios más
EL MUNDO RURAL Y LA ESCUELAMª JOSÉ PÉREZ SÁNCHEZ
Ninas de la escuela. Antonia, Serafina, Anamari,Pilar Sánchez. Anos 60.
Niños en la escuela, años 80.
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pequeños. Ejemplo de ello son los “Encuentros endefensa de la escuela rural” que ha realizadoestos dos últimos años la Asociación de Familiasdel C.R.A Los Jarales, de San Miguel de Valero,en colaboración con la Federación de AMPAS deSalamanca, cuya finalidad es consensuar las líne-as conductoras para la elaboración de un PlanProvincial de Educación Rural, inexistente por elmomento. La falta de este plan deja claro el des-interés de la Administración Pública por la escue-la rural.
Aunque el colegio rural proporciona vida alentorno, no debemos luchar sólo por mantenerviva la escuela, sino que hay que hacerlo por elmundo rural en su conjunto, para que el ciclo dela vida de los pueblos continúe. Curso Escolar 89-90.
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La Peña de Mogarraz
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Oro guarda el camino,entre pasadas y penares,perdidas pisadas esparcidas,carga de pesares llevan;cruce de huellas, en él,miradas invisibles, olvidadas,en el paso de la vida, van,¿adónde llegan?
Calima áurea de desierto,rojas tormentas avivan,oscuras miserias en lodazales.Pátina en maderos cancros,incienso de sahumerio purifica,aromática luz, tenue, vidriada.A través del caleidoscopio,giran rogativas, en variscita.
Pompas de colores, en el aire,suspensa levedad iridiscente,infantiles sueños alados, rompen,frágiles escamas de nácar,pugnan mantener el equilibrio,luces multicolor, al sol brillan;liba danzante, funámbulo colibrí,arpegio de dulzura en el Edén.
Refulge a la mirada del loco,en atardeceres ciegos de luz,y el silencio de la calma,en cuna de verde sierra,dormita en lecho febril;no desesperes y aguarda,oigo voces en el camino,gente viene a buscarte.
Oro, que al agua guías,bajo el sol, tu brillo lustra,si te falta, te mimetizasal igual que el camaleón;¿cuál es mejor lazarillo?no sabría decir el por qué…En un mundo de ciegos,siempre el tuerto es el rey.
LA MAGIA DE LA LUZALBERTO PAREDES
Oro guarda el camino.
Arco Iris.
FOTOGRAFÍA: RAÚL MATEOS
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Naciste en el montede la bella sierraque lleva por nombrede Francia las letras.
Creciste al amparode cerezos y parras.
Llamaste Milanoal que por tu vera pasa,rumores de agua que por el camino arrasa.
Tramoneras y piedrascon retratos prendidos en tu pecherade familiares que se fuerony de los que se quedan.
Alrededor de la lumbrehace tiempo estuvieranatizando las brasasbajo pucheros de barro,contando mil cosas que sucedieran.
CANTO A MOGARRAZMª TERESA MARTÍN MATOS
Torre.
Velos de luz se filtranpor tus calles y callejasencendiendo geranios y hortensias,enredaderas que cuelgan de balconeshablandando paredes de piedras.
El olor, cuando pisan tus uvasy queman tu leña,me recuerda hogares de antañode los que casi no quedan.
De todas las villas,para mí la primera,por tus brazos abiertos,por tu gran corazóny por tu belleza.
MOGARRAZ
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El día en que mis pies pisaron la tierra quesentó mis raíces familiares más cercanas y quemis ojos se reencontraron con mis abuelos. Diréque Florencio Maíllo “tiene la culpa”. SusRetrata2 me impulsaron hacia Mogarraz.
Corría julio del año pasado cuando unamañana mi jefe me llamó sorpresivamente paradarme una de las noticias más importantes demi vida: “Te vas a Vigo a trabajar”. El Institutode Ciencia en el que formo parte del área decomunicación (INIDEP) estaba a punto de reci-bir su nuevo barco de investigación y yo era laelegida para cumplir una serie de labores infor-mativas y protocolares. Mi felicidad era inconte-nible: mi primera vez fuera de Argentina y nadamás y nada menos que yendo al país de misabuelos maternos, con los que me crié. Salírauda hacia mi casa a buscar mi pasaporte parainiciar los trámites, y en el ínterin llamé a mimadre. ¡Quién más podría recibir tremendanoticia primero! Pero la sorpresa no se la lleva-ría sólo ella; también me la llevaría yo: “De Vigosalieron tus abuelos hace 65 años”, me contaríaemocionada, por primera vez, y mis lágrimasempezarían a brotar. Estaba todo dicho: al fina-lizar mi trabajo me iría a buscar su historia…,mi historia.
Antonia Criado Cabrero y Tomás Sánchez,con la pequeña Francisca en sus brazos, fueronenviados a Argentina después de la Guerra Civilespañola, dejando en Mogarraz a sus hermanos,primos y padres… Antonia siempre recordó sutierra con cierta lejanía en el sentimiento y lapalabra. La Virgen de las Nieves siempre laestuvo acompañando en sus cánticos y villanci-cos navideños, pero el volver no fue su objetivo,al menos no explícito. En cambio Tomás, silen-cioso, siempre pensó en todo lo que allí habíadejado, pero sobre todo en “Cisca”: su mamá, mibisa. Hasta el día de su fallecimiento, hace yacasi 17 años, la tuvo en su recuerdo, en su dolor.Lo sabríamos cuando a su partir, mi madreencontrara fotos carnet que él había sacado parainiciar los trámites para el pasaporte.
Había dejado mi última mañana en Vigo paraempezar a transitar los pasos hacia mi historiaal visitar el Monumento al Emigrante. Movió enmí tantos sentimientos que sería imposiblematerializarlos en estas líneas. Sentir el dolor
de los que partieron, junto con la esperanza quellevaban en sus maletas, y lograr ver a misabuelos como privilegiados por poder partirtodos juntos, algo que no era común en aquellostiempos, en los que los hombres eran los queprincipalmente salían en busca del nuevo hori-zonte de este lado del Atlántico. Esa mañana del15 de septiembre era el primer paso haciaMogarraz. Esa misma noche Salamanca me reci-bió y me enamoró. Es que, en realidad, en esasmágicas calles nació Tomás, pero de muy niñola Sierra de Francia lo acunó.
Hace algunos años, mi mamá, Alicia SusanaSánchez, aprendió a usar el ordenador y con élle llegó la era Facebook. Para ella fue la ventanaa Mogarraz. A esa tierra que, sin aún haberlapisado, parece haber vivido siempre a través demis abuelos. Así conoció la obra de Maíllo. Viocómo magistralmente había evocado a los hijosdel pueblo en las paredes de sus casas. Entreellos mi bisa Felipa Cabrero, la mamá deAntonia. Se le ocurrió contactarlo, contarlequién era y la historia de mis abuelos. Y mani-festarle su intención de que, a través de susretratos, por fin descansaran en su tierra, a laque no habían podido volver nunca. Por las
17 DE SEPTIEMBRE DE 2017:EL DÍA AL QUE MIS EMOCIONES Y RECUERDOS
RETORNAN SIN DESCANSOMAJO GARUFI
Monumento al emigrante. Vigo.
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redes le hizo llegar dos imágenes: una de miabuela en una Navidad y la famosa foto carnetde mi abuelo, que encontró tras su fallecimien-to. Maíllo los inmortalizó. Mamá no pudo másde la emoción. Lo vimos en foto, corría el 2014.Confieso que yo no era tan consciente delmomento… hasta ahora.
Esa mañana del 17 de septiembre me levantétemprano en el hotel. Sabía que no tenía másque un micrito a la tardecita para ir aSalamanca y, para colmo, me había olvidado miregistro de conducir en Mar de Plata, mi ciudaden la provincia de Buenos Aires, Argentina.Pero mi objetivo era el día y no la noche en elpueblo. No tenía más que el nombre deAmbrosio, hermano de mi abuelo, y no habíaavisado a nadie que iría a Mogarraz, más que aPaloma, quien tuvo la deferencia de escribirle
un mail a la alcaldesa, Concha HernándezVicente, para comentarle. Pero no habíamosrecibido respuesta y esa mañana hice un últimointento por encontrar alguna forma más econó-mica de atravesar los 82 km que me distancia-ban del pueblo. Llamé al Ayuntamiento. Unhombre muy gentil me atendió. Aún recuerdolas palabras de Darío cuando le comenté que,ante la falta de conexiones, entonces me iría enremís. “Pero saldrá muy caro”. “No importa, yaestoy acá. Usted espéreme, que en un rato esta-ré por allá”, le respondí riendo. Cien euros (dosmil pesos argentinos en aquel mes) no me dis-tanciarían de mi historia.
Llamé al remís, con “la suerte” de que el con-ductor jamás había ido a Mogarraz. Lo terminéconduciendo con el GPS de mi celular. PasamosLa Alberca y el corazón empezaba a latir más y
Majo Garufi y sus antepasados.
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más, hasta que: “¡Esa es mi bisabuela!”, gritédentro del coche al ver la foto de Felipa, gene-rando entre susto y risa en el conductor, quelogró frenar su marcha en el Mirasierra. Ahíunos hombres nos dirían que podía bajarmehasta la plaza, pero luego el auto debía esperaren ese estacionamiento. Nos adentramos por lacalle Miguel Ángel Maíllo. Un hombre de boina,como las que solía llevar mi Tomás, caminabajunto al auto. El chofer atinó a preguntarledónde estaba el ayuntamiento cuando me miró yexclamó: “¡Tú eres la niña que llamó hoy!”. Mialegría no podía creer la coincidencia. Me invitóa bajar y caminar con él hasta el encuentro conConcha…, sin saber me llevaba primero alencuentro con mis abuelos.
Bajando por Cabolaldea, la torre de la iglesiade la Virgen de las Nieves me daba los primerostemblores en el cuerpo (como ahora que lo escri-bo). Sabía que en una de sus paredes estabanAntonia y Tomás esperándome… Unos metrosbastaron para encontrarme con los ojos de miabuela una vez más. “La gallega”, como en miciudad le decían, había fallecido hacía poco másde un año, a días de cumplir 91. Y ahí la teníade nuevo, mirándome como lo había hecho 32años de mi vida. Y a su lado mi abuelo Tomás,mirándola como lo había hecho muchos añosmás. Sólo Darío, el cielo y la tierra bajo mis piessaben lo que fue topármelos en la pared sobre laCancilla. Por fin encontrarlos, por fin volver averlos. Agradezco el silencio y la compañía deDarío en uno de los momentos más importantesde mi vida.
Me acerqué a sus caras. Mi altura no me per-mitió tocarlos. Cuando logré componerme de laemoción, seguimos caminando hacia la PlazaMayor. La que había viajado sin querer molestaro preocupar a nadie estaba a punto de encontrar-se con la alcaldesa. ¡Menuda responsabilidad! Yahora es cuando, al recordar, dejo de llorar mien-tras escribo y me vuelvo a reír: Concha hablabapor teléfono cuando esta mujercita de metro cin-cuenta entró a su despacho con la cara moradadel llanto (sin poder detenerlo aún, claro) y sucompañero abrazándome. La rareza en su mira-da aún me genera gracia/ternura. ¡PobreConcha! ¿Qué hacía esta llorona frente a ella?¿Quién era? Al cortar su móvil, Darío se encargóde introducirla en quién era esta pequeña argen-tina. Le conté sobre el mail de Paloma. Aún no lohabía visto y de ahí su sorpresa, seguida de unagran calidez. Hablamos un poco, me acompañócon algunas lágrimas ante mi relato. Yo habíaido casi sin información realmente. No recorda-ba muchos de los nombres que mi mamá decíatantas veces. Sólo Ambrosio y su foto.
Un joven alto y rubio aparecería en acción:Samuel Hernández Vallecillo, sobrino deConcha, a quien me presentó y le indicó quefuera a buscar a “Fonso”, del que por lo visto yoera prima lejana. A los minutos, otro muchachomuy alto, de pelo castaño y bigote acompañadode una corta barba, estaría frente a mí. Tambiénsorprendido y desconcertado.
Nos presentaron. Intentamos deducir nues-tra conexión. Nos reímos. Me invitó a conocer asu familia… y ahí estaba la conexión más gran-de que podía encontrar. A metro de la imagen demi bisa, estaba la casa de Florián. Entramos.Alfonso se encargó de decirle quién era yo. Ytodo fue emoción una vez más. Ese hombre deojos claro y camisa a rayas recordaba a mi abue-lo como si no hubieran pasado 65 años. Como siayer hubieran estado jugando mi abuelo, juntocon el Ambrosio y él, en la plaza, como si laCisca siguiera por allí esperándolo, como si nohubieran pasado nunca las horas desde su par-tida. No voy a olvidar su mirada cristalina: susojos me hacían sentir a Tomás, me hacían sentirese pedacito de mi abuelo que él siempre habíaesperado que regrese. Lo extrañaba. Lo extrañaaún. Lo quiere. ¡Cómo lo quiere en su recuerdo!Confieso que me causó dolor despedirme. A sus93 años lo vi tan bien, pero era hora de almor-zar y tampoco queríamos que tanta emoción loafectara más. Tomó mis manos. No me queríasoltar. Y yo tampoco a él, realmente. Hoy sé queun pedacito de mi corazón se quedó con Florianese mediodía, como alguna vez un pedacito desu corazón se quedó esperando a su hermano dela vida volver.
Luego el rato pasaría almorzando con lospapás de Fonso, recorriendo las callecitas deMogarraz con “mi primo” como guía, junto a supequeña y bella Gurutze. Conocería a todos misparientes fallecidos en la torre de la iglesia,luego a la Virgen de las Nieves y, al menos porfuera, La Posada de Mogarraz, hoy restaurante,antes hogar de mi abuelo. Me sacaría una de lasfotos más lindas de mi vida: con mis abuelossobre mi sien, con el sol alumbrándonos. Y ahíle explicaría a una vecina que me hablaba desdesu balcón quiénes eran esos dos desconocidos,inmortalizados frente a su ventana.
Han pasado varios meses desde aquel día.Hoy, 3 de mayo, a una quincena de cumplir mis35, de un impulso decidí contarles mi historia yla de esos dos hijos de Mogarraz que ya muypocos recuerdan. Aquel 17 de septiembre sólopasé unas horas en aquel bello pueblo. Pero fue-ron de una intensidad que mi pecho aún reviveante cada recuerdo que mi garganta anuda,entre la felicidad y la nostalgia.
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En un pequeño pueblo de la sierra salmanti-na llamado Mogarraz, las calles se han converti-do en el espacio de exhibición de Retrata2/388.Quinien-tos retratos debidos al pintor FlorencioMaíllo –ejecutados a la encáustica, sobre plan-cha metálica para resistir las inclemencias deltiempo– cuelgan de las fachadas de las antiguasviviendas y de los muros de la iglesia. Los retra-tos muestran a los habitantes del pueblo talcomo eran en 1967, cuando los fotografióAlejandro Martín. Como muchos otros pintoresantes que él, Maíllo usó las fotografías comomodelos. Los actuales habitantes de Mogarrazhan acogido con entusiasmo esta exhibición,cuyo tema son ellos mismos.
Mogarraz es un pueblo milenario cuya mayorpoblación se registró hace un siglo, cuandoalcanzó 1.110 habitantes. Desde entonces haestado despoblándose, hasta llegar a una pobla-ción actual de alrededor de 320 personas. Laemigración de las personas que se van a otroslugares en busca de empleo es un hecho que hoyafecta agudamente a toda España. En 1967 elDr. Isidoro Herrero, alcalde de Mogarraz, leencargó al fotógrafo Alejandro Martín retratara 388 habitantes adultos que todavía vivían allí.La intención del encargo no era ni antropológi-ca, ni sociológica, ni artística, sino meramentepráctica. El Dr. Herrero quería que los mogarre-ños no tuvieran que viajar hasta la ciudad deBéjar para hacer el trámite de renovación delcarnet nacional de identidad.
Alejandro Martín Criado había nacido enMogarraz en 1917. A los dieciocho años se alis-tó en el Ejército de Aviación, en Madrid. El finalde la Guerra Civil lo halló destacado en GranCanaria, donde se tituló como piloto de avionescomerciales. Sus habilidades mecánicas lo lleva-ron a tomar cursos por correspondencia de elec-trónica y fotografía. Luego de retirarse, volvió aMogarraz y se convirtió en reportero gráfico afi-cionado. A finales de los años setenta, los veci-nos de Mogarraz lo eligieron alcalde del pueblo.Durante su gestión tramitó la remodelación delas deterioradas calles de la villa. La poblaciónlo recuerda como un hombre recto, tolerante yreceptivo.
En un frío mes de octubre de 1967, AlejandroMartín improvisó un telón de fondo colgandouna limpia sábana blanca en la parte trasera desu casa y colocó su cámara Yashica 44LM de dos
lentes sobre un trípode. Uno por uno, los 388mogarreños adultos que no habían emigradodesfilaron entre el telón y la cámara para retra-tarse. Aunque el objetivo de Martín era simple-mente lograr fotos de identificación, se discier-ne en ellas el talento del fotógrafo para captarlas emociones y personalidades de sus retrata-dos. Hay en ellos un anticipo de los retratos queRichard Avedon haría a comienzos de los añosochenta de los habitantes del oeste norteameri-cano. Entre ellos hay incluso un autorretrato,en el que Martín aparece vistiendo su chaquetade cuero de aviador. Según Maíllo, en 1975Martín, impulsivamente, decidió deshacerse desus negativos, pero su esposa, Ángeles deNacimiento Lorenzo, rescató algunos. No lequeda claro al que suscribe cuánto quedó de suobra fotográfica.
Entra el pintor Florencio Maíllo, mogarreñotambién, cuya obra hasta hace poco había tran-sitado por trabajos con la tierra, la abstracción,la materialidad y lo geométrico. Sin embargo,en 2006 Maíllo ya había realizado otro proyectocon una obra fotográfica: las 3.000 fotografíasdel archivo de Bienvenido Vega. Fabio Rodrí-guez de la Flor, comisario de muchas de susexhibiciones, dice que Maíllo es un artista que“hace del proceso creativo un trayecto de inves-tigación y una ardua tarea documentativa”. Deeste modo, cuando llegaron a sus manos losnegativos de Martín, Maíllo decidió hacer conellos algo diferente. Ya sea por lealtad, nostal-gia, o disposición antropológica, Maíllo se plan-teó la hercúlea tarea de pintar en cuatro añoscerca de 500 retratos, la mayoría de ellos basa-
RETRATOS DE MOGARRAZ.DE LAS FOTOGRAFÍAS DE ALEJANDRO MARTÍN AL
PROYECTO RETRATADO2/388 DE FLORENCIO MAÍLLOFERNANDO CASTRO RAMÍREZ
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dos en las fotos de Martín. Esto viene a ser unretrato cada dos días. Así, el arriero, la maestra,el zapatero o el posadero mogarreño, que algu-na vez se transformaron en fotografía en blancoy negro, sufrieron una segunda metamorfosishasta converirse en pintura de color. DeclaróMaíllo: “He regresado a la época de mi infanciapara recordar a mucha gente, incluso a mímismo. Se trata de mi obra más ‘rara’, porqueincluso el escenario lo es, pero el hecho de poderrecordar la memoria de mi pueblo hace que losque vivimos estemos implicados en cultivar lamemoria de lo que éramos”.
El desenfadado estilo de Maíllo en las pintu-ras de la instalación de Retrata2/388 no traicio-na en absoluto la personalidad de los retratados,congelada en las fotos de Martín. Los vecinosdel pueblo que todavía viven se reconocen enestos nuevos retratos, que hacen eco de los deGerhard Richter copiados de enciclopedias,excepto que los del pintor alemán son intencio-nalmente grises y despersonalizados. En cam-bio, los de Maíllo son sutilmente coloridos y, ensu mejor momento, sus pinceladas le ordenan ala pintura ser cabello, solapa o mentón sinhacerse invisible; es decir, sin dejar de ser elmaterial pintura.
Es posible que algunos de los retratados yahayan dejado de ser, más en las pinturas deMaíllo también dejan de ser mero dato demográ-fico o archivo olvidado para convertirse enmemoria compartida por los que todavía sonhabitantes de Mogarraz. Entre una plétora demotivos marianos, inquisitoriales, y paganosesculpidos en las fachadas y dinteles por la anti-gua población de judíos conversos, los retratoscolgados de Maíllo repueblan la villa. Losretratos de los padres de Concepción HernándezVicente, la actual alcaldesa de Mogarraz, devuel-
ven la mirada al espectador. La alcaldesaHernández declaró: “Es como si los vecinoshubieran vuelto a tener vida y, en realidad, asíes, ya que su recuerdo, ahora más que nunca,aflora entre nosotros”. Un punto interesantepara ser discutido es si los retratos fotográficosde la gente de Mogarraz realizados por Martínhubieran generado tanto entusiasmo como elque han suscitado las pinturas de Maíllo.
En años recientes, Mogarraz se ha convertidoen un pueblo museo. El trabajo de remodelaciónque empezara Martín Criado lo está concluyen-do su alcaldesa actual. Pese a su antigüedad,Mogarraz no parece estar acabando, sinocomenzando algo importante. Ha dejado de serun pueblo de donde la gente se va, y se ha con-vertido en una polis donde la gente llega y par-ticipa. Esta exhibición es sólo un síntoma de eserenacimiento.
Autorretrato del fotógrafo Alejandro Martín Criado; retrato del mismo por Florencio Maíllo.
Esperanza Vicente Criado y Justo Hernández Alfajeme,padres de la actual alcaldesa.
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SEBASTIÁN SÁNCHEZ LÓPEZ “FLORIÁN”.Nacido el 05.07.1923 en Mogarraz, Salamanca.
Pregunta.- Buenas tardes, señor Florián.Respuesta.- Nos las de Dios.P .- ¿Por qué le llaman a Vd. Florián, si no es
su nombre?R.- Mi primer nombre es Sebastián, pero a mí,
cuando me bautizaron había un cura que se lla-maba don Florián, y se llevaba muy bien con miabuelo, que era albañil y, claro, siempre que lepasaba alguna cosina en la casa iba mi abuelo yse la arreglaba. Y dice que le dijo el cura a miabuelo “¿Quiere usted, Sebastián, que le ponga-mos el nombre mío? (Florián)” – “¡Ah, lo que Vd.Diga! ¡Póngaselo!”. Y me lo puso. Y después, paque veas, ¡To el mundo Florián! Y si voy p’alSoto (Sotoserrano), por ejemplo, y tos esos pue-blos, no me llaman ningún nombre de ese, siem-pre Fuegos, porque era el mote de mi tíoAmbrosio, que tenía un cerezo el “Tío Manelete”,allí atrás en la huerta, costal, y vinon una piarade muchachos mientras misa a comerle las cere-zas y salió el Tío Manelete: “Pero eeh…, …espe-rar ahí…”, y le dijo mi tío Ambrosio, que era unbicho: “baje pacá”; y tenía un montón de carneel Tío Manelete y se liaron a cantos con él, ydijo el Tío Manelete “¡Me cago en diez!, esto espeor que el fuego aquí”. Y de fuego, Fuegos, yse queó. Y les llamaron así a mi tío, a mi padrey a mí.
P.- Acabamos de ver una foto de cuando eraVd. muchachillo ¿Cuénteme de cuando empezó atener memoria?.
R.- Coño, de muchacho, siempre estropeandocosas.
P.- ¿Vd. era el más travieso de todos?R.- No, yo no, el que era más travieso era mi
primo Agusto, y mi hermano Tiburcio… y este…Fonso, del secretario, también.
P.- ¿Cuántos hermanos más tenía?R.- Tomás, Tiburcio y yo, éramos los tres, y
ninguna hermana. Se murió otro muchachoque se llamaba Meces… no, como las mujeres:Ascensión.
P.- ¿Recuerda cosas que sus padres u otros lecontaran de cómo era usted por entonces?
R.- De eso yo me enteré por los abuelos, por-que mi padre se murió muy pronto. A nosotrosnos recogió mi abuela, mi abuela Teresa, porquemi madre, cuando vino era mu joven, y de laparte de mi padre había mucha familia, y esta-ban muchos en Madrid, y le buscaron una casa
pa mi madre, pa trabajar a servir, para mandaralgo pa mantenernos.
P.- ¿Después qué vino?R.- ¿Qué vino? La guerra, y estuvimos tos,
tres años aquí, con mi abuela, y mi madre, quefue a ganar algo pa comer.
P.- ¿Cuando empezó la guerra, en el 36, teníausted 13 años, 16 cuando terminó?
R.- ¿Qué se yo? De aquellas cosas es mejor niacordarse, de la guerra. Mi hermano, que era elmayor, porque mi padre murió a los 40 años y…¡Era un ebanista, con unas manos!, y barbero,ya cuando se murió… Y mi hermano estuvoaprendiendo allí, en la barbería, y le daba la bro-cha a alguno (de los muebles), y después vino laguerra, se fue voluntario a Falange… y, unabomba le cortó la mano, la izquierda, a Tomás(Tiburcio), estaba manco, lo que ya te digo…aquello fue un desastre…/… lo que pasa demuchachos… ya que hablas de muchachos…entonces se sembraba aquí, a la vera abajo de lospareones, de las patatas y eso… canecules, lascalabazas, que aquí se llamaban canecules, que
NUESTRO TATARABUELO NOS CUENTA...PARA QUE NO OLVIDEMOS
MARTÍN ALONSO
Florián y su familiar Majo Garufi.
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eran reondos, lo que aquí se llamaba calabazaera la del vino… y ¿Qué hacíamos los mucha-chos? Como estaban colgando de las paredes…con los tiracantos… a hacer puntería.
P.- Hablemos de otra cosa. Terminada la gue-rra, ya era usted un mocito ¿Ya empezaba a bus-car novias y eso?
R.- ¡Que vaaa! A trabajar con mi abuelo queera albañil, y con tu tío Geromo, y con tu padrecuando hizo estas casas de aquí, del tío PacoPericas.
P.- ¿Y a los 18, 19 o veinte?R.- ¡Joé, a los vente, ventiuno ya estaba yo
casao.P.- Pero antes de casarse, Cuénteme, por
favor. ¿A cuántas le tiró usted los tejos?R.- A muchas (risas).P.- ¿Y…, cómo conoció a su mujer?R.- Mira, lo más tonto del mundo. Estaba yo
de criao con Borreguillas, de los Botines, el hijodel tío Lázaro Correa, y subía yo a las Seras,donde tenían un majuelo mu grande; y habíaque taparlo (tapa: faena que se le hacía a lasvides), y estaba mi suegro y mi suegra y laSagrarios (esposa de Florián) allí sentá; y lavieja (suegra), ¡que sabía más que los perros!,dice mi suegra a mi suegro: “Quita que saqueahí una miaja de vino… Y estando así le dije yo(a Sagrarios): ¡Qué!, Pero así, a lo claro ¿Quieresque seamos novios? “—Nooo, lo tengo que pen-sar”. Cuando bajaba yo por la tarde, estaba ellacogiendo agua en la fuente del castillo y le dije:¿Lo has pensao? “—Yo…, lo que tu digas”. Y asífue. Y a lo tonto a lo tonto, así se hicieron lascosas.
P.- ¿Y qué fue lo que más le gusto de sumujer, Sagrarios?
R.- (Inmediata) Todo.P.- ¿Pero habría alguna cosa que destacara?R.- Era pequeñita, pero era guapísima, mu
guapísima, mu trabajadora; obediente, inteli-gente y to.
P.- Un cantante, trovador de aquí cerca,Monforte, Gabriel Calvo, me contó que ella lerelató muchas canciones populares antiguas¿Tanta memoria tenía?
R.- Y hasta a estos de Salamanca, alMariquelo, también le enseñó muchas cancio-nes, la Sagrarios. Era mu inteligente, era unamuchacha…, y, después, una persona mubuena, venía un pobre aquí y aquel no se iba sincomer de mi casa. Setenta años juntos… comodice aquel, a cualquiera que le digas, es que hayque tener dos gemelos para aguantar a unamujer ese tiempo, y ella a mí (risas). Porquesiempre hay caminos, mu rectos, pero hay unoque se tuerce, y aunque no quieras, tienes quesubir.
P.- ¿Cuánto pasó desde que se declararonnovios hasta la boda?
R.- (Risas) Que se yo, de seguía… cuando esoque se dio… año, año y medio. Me casó donCayetano, el cura de El Madroñal, porque el deaquí andaba pa tomar las aguas, que estabamalo del hígado…
P.- ¿Y de sus hijos, hijas?R.- Tere es la mayor, que está pa Almería, y
después César año y medio o dos años máschico. Y después los otros; la Paquita, que estáen Francia, ya tiene 70 años, me llamó ayer yme dice “papa”… “y le dije yo: ya vas parriba”,y me dice “setenta, papa…”. Después Miguel yManolo.
P.- Y ya que conocemos su familia ¿Su traba-jo, qué fue primero, agricultor o albañil?
R.- Yo desde muchacho empecé con mi abue-lo, y con los tíos tuyos, siempre de ayudante, depeón; como era albañil también mi abuelo. Ycuando había libre, p’al huerto; era el trabajod’entonces. Y entonces, ya sabes, de no ser encarreteras y eso…, pues los trabajos de por aquíeran pocos.
P.- Y sigue la tradición, su hijo César y sunieto Alfonso. ¿Les ha enseñado usted?
R.- Mi nieto no, de su bisabuelo, porque legusta mucho trabajar las cosas de madera; yCésar, empezó conmigo en El Zarzoso, en el con-vento, lo llevé yo entonces p’allí, era un chavalentonces, y después empezó a trabajar, a traba-jar.
P.- ¿Se siente usted orgulloso de eso, de habersido un buen albañil?
R.- Sí, señor. De eso no le tengo envidia anadie. Tuve mucha gente de Salamanca (clientessuyos). Mira (mirando al techo), este yeso estáechao hace 50 años, y no se cae. Mira, vino unavez un señor del ayuntamiento, cuando eraalcalde don Isidoro (el médico), y diz que dice elalcalde: “el que trabaja el yeso es usted”, y elotro, que era pintor, me dijo que cuando quisie-ra me llevaba con él pa Salamanca (como emplea-do competente suyo), por algo sería.
P.- ¿Usted que ha trabajado con morteros decal y de cemento, cuál es mejor?
Verbena día de la Carne del Toro.
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R.- Depende, pa la cosa de la humedad esmejor la cal, pero si mezclas dos partes de cal yuna de cemento queda estupendo, es mejor,queda más fuerte. Sí señor, a mí me gustabanlas cosas mu bien hechas. Miguel también estu-vo trabajando, poniendo ladrillos.
P.- A través de la vida hay muchos cambios, yen esta vida larga que usted ha disfrutado ¿Enqué cosas se ha fijado más?
R.- Tú sabes, cuando estuve de criao, an’ca(en casa) Borreguillas ¡Tú sabes la vida quetraíamos allí!... Esos me quitaron a mí… losricos… porque an’ca mi abuela había que ir toslos días a misa, los domingos… y muchos díascuando ibas a comer o a cenar, había que rezarun padrenuestro… Eso es lo que más m’a llamaola atención, porque era lo justo que yo descan-sara ese día, o uno a la semana; los domingos,cuando estaba de criao, los domingos tenía queir, hasta el toque de misa, a abrir marugatos y acavar los majuelitos que andaban por ahí. Eso síque la tengo clavá aquí, que luego venías, alavarte… y ya no te daba tiempo a ir a misa.
P.- ¿Eso le dolía porque es usted muy creyen-te?
R.- Yo, siempre. Yo tengo santos por toos lossitios que vayas de mi casa, lleno de santos, decristos, por algo será; porque mis abuelos meenseñaron esa educación. Porque mi abuelacuraba las “nubes” (enfermedad en los ojos), y laSagrarios también ¿Sabes lo que es una nube?La última vez, que estaba yo en La Herguijuela,y la Sagrarios; y había uno que lo llamabanLázaro, que era mu amigo mío, que estaba yohaciendo una casa, en la plaza, ande el álamo, yaquel café lo hice yo, y… le dije yo a José María:anda mu mal Lázaro; y me dijo: “Está p’ahí, tooslos días de médicos, que no saben lo que tiene”.Al poco rato bajó p’allí, y le dije yo: “¡Qué andas,Lázaro!”, y me dice: “Mu mal…, las cuatroperras que tenía me las han comio los médicos,y las que tenía el hijo también…, que me estoyqueando ciego, que de este ojo no veo na”.
“¡Cagon la leche!, le dije yo, ¿quieres que te mireese ojo?, ¿quieres que se te cure?” Y me dice:“Curarse, ay…”. Era una nube, que los médicosno la quitan; y le dije: “Tú quieres creer que esteojo se te va a curar…, ¡tienes que tener muchafe, eh! Coges, si tienes por ahí una boina, unoscalcetines que has estrenao tú ¿Has estao algu-na vez a Mogarraz?”. “Sí, una vez a sacarmemuelas”. “Pues mira, la casa del practicante esesta, de frente, según hace la vuelta es la mía,allí vivo yo… y estás con la mi mujer mia”.Aquel ojo estaba perdío, total… Y subió… y¡Ay… cuando bajó a La Herguijuela, ya de vuel-ta!; allí le dijo a José María, el que estaba traba-jando conmigo, que le preguntó cómo le habíaido, y le respondió: “Todavía me duele una miji-na, que cuando subía ¡Qué dolores!”. Quierescreer que a los seis días estaba el ojo más limpioque una patena. Y el mi muchacho, Manolito, yalas ha quitao, que se lo enseñó la Sagrarios. Hayque rezarle una novena a Santa Lucía bendita…,se las quita hasta al ganao. Me acuerdo mi abue-la, era una mujer lo más inteligente… se lo ense-ñó a la Sagrarios.
P.- Usted, que ya tiene tantos años, ¿recuerdahace 45, cuando estaba a la mitad de su vida?
R.- Entonces no pensaba uno más qu’en tra-bajar. No te sé decir, porque mi padre murió alos cuarenta, y mi madre también; le sacaba diezaños, mi padre a mi madre. Mi madre tenía diezaños y mi padre ya veinte, cuando se hicieronnovios. Mi padre, Manuel, y mi madre Sebastiana.
P.- Entonces, ¿no recuerda ninguna anécdotade entonces?
R.- Pues na, na más que trabajar, y que no mefaltara el trabajo ¡Ay amigo, había que criarcinco hijos! Y había que buscar el trabajo comofuera, debajo de las nubes. En la carretera de LaFuente de San Esteban, la taberna que llamabanLa Fuente…, aquellos portillos de la manoizquierda, están puestos por Augusto y por mí.
P.- ¿Recuerda de cuando nació su primernieto?
R.- (Dudas)… Fonso… la Tere, de Almería,aquella tiene tres hijas…, la mayor ya es gran-de; y de Manolo, Moisés. (Le cuesta recordar, porla amplitud de su descendencia, y la distancia dealgunos).
P.- ¿Y de sus biznietos, qué me puede decir?¿Seguramente la hija mayor, Tere, será la que lediera su primer biznieto?
R.- ¡Oño… , unos están p’a un lao, otros p’aotro! La de Tere, esa que está ahí en la foto,detrás del reloj, esa es nieta; y la otra, que hatenío una muchacha que es taratanieta (tatara-nieta). ¡Ay, Dios mío… Dios mío…! Ocho nietos,y biznietos por que haya lo menos once…
Nota del redactor: La conversación terminóentre risas, y en la promesa de continuarla cual-quier otra tarde.
Mimosa florenciendo.
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Sancho Panza, el fiel escudero, sabía utilizarlos refranes a su conveniencia, de tal maneraque sacaba de sus casillas a su señor amo, donQuijote de la Mancha. Aquí, como te habrásdado cuenta, he corregido el enunciado delconocido refrán con el propósito de centrar eltema a tratar. Para llevarlo a cabo, a la hora dela exposición, procederé de lo general a lo par-ticular; es decir, de lo global a lo concreto.
Cuando hablamos globalmente del tema delagua, un bien con el que conectamos a diario,percibimos de inmediato que entraña una grandificultad, pues no hemos de olvidar que nosenfrentamos a uno de los temas más trascen-dentales que podamos tratar; sin embargo, no esmenos cierto que, al adentrarnos en su análi-sis –aunque sea parcialmente– nos atrapa uninterés desbordante.
El agua, básicamente, no tiene ni principio nifin. El agua con la que hoy tú y yo hemos elabo-rado la comida es la misma que sació la sed delos primeros pobladores de la Tierra hace milesde años. Un fenómeno fascinante llamado ciclodel agua hace que circule alrededor, sobre y através de la Tierra de forma incesante desde elprincipio de los tiempos. El agua se intercambiasucesivamente entre la atmósfera, los océanos,ríos, lagos, aguas subterráneas y los organis-mos vivos. El agua dulce disponible de la Tierrase renueva en un ciclo casi mágico: los seresvivos la transpiran, el aire la evapora y lasnubes la devuelven en forma de lluvias. Es decir,lluvias, evaporación y transpiración mueven elagua de una parte a otra del ciclo.
Pero que el agua esté sometida a un ciclo cons-tante de renovación no quiere decir que sea unrecurso infinito. Si el consumo se dispara, lagestión es inadecuada o la contaminación ladegrada, el equilibrio se rompe y el aguacomienza a escasear. La intervención del serhumano, sobre todo durante las últimas cincodécadas, ha trastocado el ciclo hídrico y el equi-librio del planeta y, por tanto, de nuestra propiasupervivencia. La escasez de agua a la que nosenfrentamos está provocada principalmente porel deterioro de su calidad, que reduce la canti-dad disponible para el uso con múltiples conse-cuencias. Pero para entender lo que significaesa reducción hace falta saber en qué consumi-mos el agua. ¿Nos la estamos bebiendo? ¿Sepierde por el camino?
El gran fantasma del agua es su propiaausencia, la sequía. Los impactos del cambioclimático, causados por el hombre, además derepartirse por el globo de manera muy desigual,
han devenido en una climatología impredecible.En los últimos años –los vemos y los sufrimos–aumentan espectacularmente los fenómenosmeteorológicos extremos, los huracanes y lostornados, las sequías y las inundaciones demanera súbita. En nuestro país ya empezamos asentir esas consecuencias. En España, donde losrecursos hídricos están distribuidos de formamuy desigual, los embalses solo una vez en suhistoria habían estado tan vacíos como durante2017, debido a la pertinaz sequía. Esta sequía seha prolongado, amenazando seriamente agrandes áreas de la Península, hasta finales delmes de febrero del presente año. Pero en algu-nas regiones de Etiopía no ha llovido en tresaños consecutivos, lo que ha dejado a más deocho millones de personas –más de cuatro vecesla población de toda Castilla y León– a expensasde la ayuda humanitaria para alimentarse. Elagua –su escasez– comienza a ser un problemaallí donde no lo había sido nunca y los antojosde un clima desequilibrado hacen sonar cam-panas de alarma.
Veamos, ¿de cuánta agua disponemos? Enrealidad, de muy poca. Pensemos que la Tierra
AGUA QUE HAS DE BEBER,NO LA DEJES CORRER
GERARDO BARRADO MARTÍN
Camino del agua.
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está cubierta –así nos lo han enseñado en laescuela– en un 70% por agua, pero solo el 2,5%es agua dulce. De ese total, el 68% son hielos yglaciares, el 30,1% son acuíferos subterráneos yel 1,3% restante son las aguas superficiales deríos y lagos. ¿Y en qué la gastamos? Del totaldisponible, la producción de alimentos consumeel 70% del agua dulce. El 19% se dedica a con-sumo industrial y en torno al 11% restante es elque corresponde a uso doméstico. Un rápido vis-tazo nos informa de que no hay tanta aguadulce disponible y que la mayor parte se empleaen producir alimentos.
Para comprender qué significa ese porcentaje,parémonos en alguna de las cifras sobre las quedifícilmente meditamos cuando nos sentamos ala mesa a comer. Para producir un kilo de carne,hacen falta 15.000 litros de agua. Para producirun kilo de arroz, hacen falta 1.500 litros de agua(en 2017 se produjeron 754 toneladas de arroz).Para producir un kilo de patatas, bastan 150litros, para uno de tomates 80...
El crecimiento constante de población obligaa producir más comida, mientras las señales dealerta del planeta piden reducir el impactomedioambiental de la producción de alimentos.Ese impacto se traduce, entre otras cosas, en lacontaminación de los recursos hídricos.
Aún el 80% de las aguas residuales de lasgrandes y las pequeñas urbes del planeta regre-san al medio ambiente sin tratar. Por cada litrode agua con residuos se contaminan ocho. Poreso, hoy una de las grandes batallas de lasostenibilidad está en el tratamiento de lasaguas residuales, que está detrás de numerosasenfermedades: diarrea, cólera, disentería, fiebretifoidea y poliomielitis. Si atacamos el temadesde lo concreto, desde lo que nos afecta direc-tamente, de inmediato nos invaden sentimientosde desasosiego. El crecimiento económico mo-derno –lo visualizamos en nuestros pueblos se-rranos– se ha fundamentado en agotar o ensu-ciar los recursos ambientales (aire, agua, tierra)a cambio de beneficios y multiplicación de servi-cios, productos… Nadie cayó en la cuenta –niaún ahora somos muy conscientes– de que elaire sucio envenena y de que el agua contamina-da mata animales, plantas e incluso personas.Nos está costando demasiado tiempo imbuirnosde que vivimos en un espacio concreto, conpotencial limitado de explotación de recursos ycon unas condiciones de supervivencia que seestán deteriorando sin que exista una contun-dente determinación para evitarlo. Urge sumarvoluntades para que, de una vez portodas –desde lo público y desde lo privado–,demos solución a aquellos problemas esencialesque, verano a verano, se repiten en Mogarraz.No debemos estar dispuestos a depender de loscamiones cisterna –cada año durante más tiem-po– para abastecernos de un bien tan básico ynecesario como es el agua. No se trata de pedir
un bien banal o de lujo; recordemos que nuestrocuerpo está compuesto de un 70% de agua,aproximadamente. Imposible, pues, prescindirde ella, al margen de su uso en otras necesi-dades de la vida.
Está bien que distintos organismos públicosy privados destaquen excelencias de nuestropueblo: Monumento Histórico Artístico, ParqueNatural Batuecas Peña de Francia, Patrimoniode la Biosfera por la Unesco y Pueblo másBonito de España. Pero si de verdad les preocu-pa el abandono y la falta de arraigo poblacional,están tardando en dar solución de maneraurgente y eficaz. El espacio geográfico en el queestamos afincados es muy reducido. En él nofluyen ríos largos y caudalosos; son más bien decorto recorrido. Por ello, tan pronto los vemosrebosantes de agua, cuando el régimen de llu-vias es alto, como los vemos secos, cada vez conmás frecuencia y durante períodos más largos,debido a la sequía prolongada. Dar solución aeste problema exige la colaboración de todos. Enprimer lugar, las distintas administracioneshan de ser solidarias con las necesidades esen-ciales que sufren sus ciudadanos. Necesitamosnuevas soluciones en la gestión de los recursoshídricos a fin de satisfacer los nuevos desafíos ala seguridad del agua, causada por el crecimien-to de visitantes y el cambio climático. De perdu-rar la pasividad y la inacción, nuestros empren-dedores, que han apostado por crear unasempresas y unos servicios de calidad, invirtien-do grandes sumas de dinero, dejarán de gener-ar riqueza y empleo, y el abandono rural seráun hecho irreversible. Este clamor que desdeaquí lanzo exige soluciones de urgencia que sebasen en las prioridades ciudadanas. Y el aguaes prioridad fundamental. Esta es una tarea pri-mordial que todos nosotros necesitamos abor-dar juntos, de manera responsable, a fin de evi-tar conflictos relacionados con el agua.
Pero esto supone una inversión. Es cierto.Después de un estudio real y objetivo de la can-tidad de agua que necesita el municipio paracubrir las necesidades de abastecimiento deagua, la Corporación –y con la fuerza de todos–ha de presentar a las administraciones las dosposibles soluciones a mi entender: ejecución deun azud lo menos invasivo posible para el medionatural, o ampliación del depósito de agua. Ungran espejo nos dejaron los serranos que noshan precedido en el que podemos reflejarnos: elingenio derrochado hasta conseguir la centraleléctrica y, con ella, la luz. Ha pasado más de unsiglo de esta gesta. ¿Seremos nosotros capacesde conseguir la nuestra?
No creo que la inversión deba ser desorbitada.Ha de saberse bien lo que deseamos. Tratemosde aprovechar las estaciones más lluviosas delaño para almacenar y ahorrar el agua que seproduce en nuestro entorno. La queremospara consumo humano. Con este sistema, ni
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perjudicaríamos a nuestros pueblos vecinos, yaque habría agua suficiente para todos, ni sealteraría significativamente la Cuenca Hidro-gráfica del Tajo, a la que pertenecemos geográfi-camente, pues el número de usuarios a los queha de abastecer es francamente limitado.
El sector empresarial debe sentirse concernidoy, como tal, implicado activamente. El agua es unrecurso necesario, vital, no solo para disfrutar deuna vida saludable, sino también para crearriqueza y desarrollo. El agua es vida y da vida; elagua es futuro. Y es precisamente pensar en elfututo lo que os ha movido a invertir y dedicarletodo vuestro tiempo y vuestros desvelos con el finde asegurarlo consolidando el presente. Estosobjetivos –muy loables, por supuesto– fueronprobablemente los que os animaron un día a darel paso hacia adelante. Por todo ello, consideroque os habéis eregido en la locomotora y en losagentes activos en la generación de desarrolloeconómico y social, y en consecuencia, es respon-sabilidad de todos que deis voz al agua comofuente de vida y de futuro.
¿Cómo podemos contribuir todos los vecinospara revertir la situación creada en Mogarrazlos últimos veranos con el asunto del agua deuso humano? El primer objetivo ha de ser el desensibilizarnos y hacernos reflexionar sobre lanecesidad de crear una nueva cultura del aguaque permita el desarrollo justo y una gestiónsensible de nuestros recursos hídricos. Entretodos, luchando juntos, podremos hacer visibleeste problema que nos afecta. Si “el acceso alagua potable limpia y segura y al saneamientocomo un derecho humano esencial para el plenodisfrute del derecho a la vida” ha sido sacado ala luz, en julio de 2010, en la Asamblea Generalde Naciones Unidas, en pleno siglo XXI, se meantoja tarde para llegar a semejante obviedad. Y,
sin embargo, la implementación de este derechosigue en cuestión al dejarlo en manos del mer-cado, las grandes corporaciones o la desidia deciertas instituciones.
Nuestra Corporación Municipal –con el apoyorotundo y sin fisuras de los sectores empresa-rial y vecinal– ha de reclamar fehacientementela necesidad de avanzar hacia una concepciónpública del agua y, al tiempo, ejercer conautonomía sus competencias en esta materiatan sensible: no es posible dejar correr el aguaque nos pertenece y que hemos de beber.
Solo la ejecución de estas vitales intervencionesevitarán el abandono y la desolación de este tanhermoso rincón de la sierra salmantina, que contanto empeño y pundonor han sabido preservar yconservar nuestros esforzados antepasados.
Todo tiene secretos, incluso el agua, ¿losabías? Vivir, crecer, aprender, tener salud, unfuturo… son algunos de los secretos que escondeel agua. Nuestro objetivo debe ser que dejen deestar ocultos y formen parte de nuestra vidacotidiana. Por fortuna, de nosotros dependerá,en gran medida, el conseguirlo. Lo tremenda-mente trágico es saber que muchos millones deseres humanos no podrán más que soñarlos.
Es tiempo de hacer piña insistiendo yresistiendo en nuestros derechos. En caso con-trario, nos veremos en la necesidad de apareceren los telediarios, como Teruel, Zamora, Segovia,Almería…, las provincias más presentes en lascalles exigiendo inversiones, infraestructuras ymedidas contra la despoblación para salvar unaszonas de España que no están dispuestas a quelas dejen morir por una sangría constante depoblación. Lo que me hace dudar es que laprovincia de Salamanca, en los estudios consul-tados, no aparezca citada, cuando, para muchosobservadores, está sometida al mismo desgarropoblacional.
De cualquier manera, no debemos dejarnosrobar las oportunidades, y menos sin siquieradefenderlas. Jamás nos perdonarían nuestroshijos y nietos que, a pesar de nuestra peticiónagónica de auxilio para escapar del abandonoinstitucional, camino de la despoblación total,tuviéramos como respuesta la indiferencia y lainacción institucional, cuando sería fácil solventarel problema si, de verdad, hubiera una mínima vo-luntad política. No reivindicamos grandes inver-siones; solo lo justo para cubrir las necesidadesesenciales de un bien que producimos: el agua.
Aunque sea incómodo y fatigoso, dada nuestraubicación respecto a Salamanca, aceptamos cier-tos imponderables, aunque a veces nos vaya enello la vida, como la concentración escolar y eltener que hacer un tour de más de una hora hastaSalamanca en caso de una urgencia médica.
En definitiva, si la unión hace la fuerza, aquítenemos la ocasión. Actuemos. No es momentode mostrar debilidad. Y ten presente por lo queluchas: agua que has de beber, no la dejes correr.
Río Monforte.
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Al atardecer, en el espejo de los años,Contemplo los arroyosDe luz de aguaQue corrían por la orillaDe las calles empedradasDe mi pueblo,En el azul lejano de nuestra infancia.
Al atardecer,me he asomado al balcón de luzde la Peña la Cabra,y he contemplado, casi como con pena extraña,aquel paraje como un mar de cierzo de oleajesde viñedos fértiles productivos y verdes,o de olivos tiernos,columpiándosepor entre las colinas y los valles.
Al atardecer.He recorrido las veredasDe nuestros huertos y majuelos,Y veo como crecían y soñaban,En el viento de los años,Semilleros de fecundas hortalizasO campos oliendo a frutales,O manzanos frondosos, o cerezales, o dulces perales,O claudias amarillas de ciruelos.
Y al atardecer,En la acuarela del ayer, veoCómo llegaban con su cansancio a cuestas,Y el sudor al hombro,Los hombres de la vendimiaAcarreando cestos de uvas, en sabor maduro,A la anchura de sus espaldas,O en los banastos cargados de los borriquillos, o de losmulos.
Y, ya cerca del atardecer, contemplo A las mujeres de mi pueblo,En corros de amistad cercana y palabra,Cómo bordaban, con sus manos mágicas,Encajes de Manila, o filigranas de lana, o de seda,En sus sueños crecidos de esperanza.
Al atardecer,Recuerdo, con aire triste de nostalgia,Aquel éxodo, con riesgo aventurero,Del correr de los sesenta,De muchos niños y mayoresQue, un día, emigramos,casi como desnudos, con la aurora saliente del alba,desde las raíces del corazón del pueblo,en busca de los espacios de otras geografías,o de otros lares de soles y de nuevas mejoras de vida.
Y no olvido el atardecer de muchachos y muchachasQue jugaban en la tierra gastada de la Plaza,
AÑORANZA DE OTROS TIEMPOS, DESDE EL ATARDECERRemembranzas de algunos momentos de nuestro ayerJOSÉ LUIS PUERTO CASCÓN
Luces de Mogarraz.
A los tangos, o “a la una la brinca la mula…,”o a las chapas..., o a la “chirumba”.O que saltaban al aire de la comba,Mientras la tarde junto al álamo se doraba.
Y al atardecer,en el embrujo silente de las calles,sonaba, siempre, el eco fervoroso de la esquilade la moza de ánimas,suplicando el rezo de una plegariapor el eterno descanso de nuestros difuntos y el espíritu de su alma.
Al atardecer,Desde las campanas colgadasDel alto granito antiguo de la torre,Caían los tañidos en bronceDe las horas, relatandoO contando el transcurrir del historial cotidianoDel tiempo apaciblemente transitado.
Al atardecer,En la historia de nuestras viejas tradiciones y eventos,Recuerdo, con cierta añoranza,Entre alegre, sombreada y simpática, aquellos días,Cantando o bebiendo en pandilla,Y animada francachela y bullanguería,De las reuniones de los quintos,Festejando al sol o la sombra de calles y plazas,Al cumplir la edad,Siempre, inolvidablemente “marcada”Al ser llamados a filas.
Y ya, al atardecer de los Domingos, rememoro,Al son del tamboril y la gaita, las mozas y los mozos,Buscando en el aire de los abrazos, sus requiebros, ysus chanzas,Entre los guiños de pícara complicidad,Y los ritmos enamoradizos de la danza.
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Os propongo un ejercicioarqueológico por nuestros mon-tes y sierras: descubrir altaresde sacrificios de los pueblos quepoblaron nuestras tierras, 219años a. C. Es decir, antes de queIberia fuera romanizada.
Pero… ¿quiénes habitabannuestros lares por aquel enton-ces? Nuestros paisanos eran losVETTONES. Y sabemos de ellosgracias al griego Estrabón, queen la época del emperadorAugusto, y aunque nunca llegóa visitar Hispania, se documentómuy bien a través de Homero,Herodoto, Aristóteles, etc.
Estrabón, en el libro III de suobra Geografía, nos habla deIberia, y nos dice que los vetto-nes, junto con los lusitanos, eran una mezcla deculturas celtas e íberas; es decir, celtíberos.
Los vettones, nos cuenta Estrabón, vivían encastros; de ahí que muchos de nuestros pueblosestén construidos en lo alto de colinas y monta-ñas, como Miranda o Cepeda, que muy posible-mente, en sus inicios, fueron castros vettones.
Literalmente nos dice Estrabón: Su sal esrojiza, pero machacada se hace blanca. La dietade los habitantes de las sierras es a base de pande bellota, mantequilla y cerveza. En lugar deaceite, usan manteca. Dos tercios del año vivende bellotas, que secan, machacan, muelen y con-vierten en pan. Por lo general, comen carne decabrón. Sacrifican a Ares cabrones, caballos yprisioneros de guerra… A los condenados amuerte los arrojan desde un peñasco.
Estrabón destaca las costumbres guerreras ybárbaras de lusitanos y vettones, como, porejemplo, la inspección de las entrañas de los pri-sioneros para predecir y augurar el futuro.Hacían hecatombes de cada clase o especie,como los antiguos griegos, y sacrificaban caba-llos y humanos a los dioses de la guerra en losaltares construidos expresamente para ello: losllamados altares de sacrificios. Según Píndaro,estos pueblos sacrificaban todo por centenares.
Respecto a sus costumbres de fiesta, noscuenta el viejo Estrabón: Fabrican y beben cer-veza en vasos de madera y a veces les falta elvino, que, si lo poseen, beben pronto en lasnoches de plenilunio, cuando cantan y danzan a
un dios sin nombre, hasta el amanecer y antelas puertas de sus casas. Sus danzas en comúnson dando saltos y poniéndose en cuclillas ocogidos de las manos. Cuando están embriaga-dos, bailan una danza en círculo, al son de laflauta o el cuerno. En algunas de estas danzasparticipan las mujeres. Visten sayales negroslos hombres y vestidos bizarros, floreados, lasmujeres.
También nos cuenta Estrabón que se lavabanlos dientes con orina envejecida en cisternas, yque dormían en el suelo o sobre lechos de paja.Se dejaban el cabello largo y colgando, como lasmujeres. Sigue diciéndonos que estas gentesdesconocían las costumbres civilizadas, talescomo el paseo, dado que pensaban que sólo sepodía hacer la guerra o permanecer sentados.Sus mujeres son bravas y valientes –continúa–,pues trabajan la tierra y, cuando dan a luz,sirven a sus maridos, acostándoles a ellos envez de acostarse ellas mismas en sus lechos.Frecuentemente dan a luz en las tierras delabor, lavan al recién nacido y lo envuelven enpañales, agachándose junto al arroyo. Son, engeneral, gente espartana. Se untan dos vecespor día y toman baños de vapor, echando pie-dras calientes al agua.
Los condenados a muerte eran despeñadosdesde lo alto de las rocas y a los parricidas losapedreaban hasta la frontera de sus tierras.Tenían una sola mujer, como los griegos. A losenfermos los colocaban junto a un camino, por
¿QUIÉN HABITÓ NUESTRAS SIERRAS?MARI NIEVES MAÍLLO VICENTE
Otoño.
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si pasaba alguien que entendie-ra de la enfermedad.
Entre los vettones, el caballoocupaba un lugar importante ensus vidas. Los utilizaban comoforma de trueque o como botínde guerra. Sus monedas eranbastas piezas de plata.
A pesar del transcurso deltiempo, numerosos restos ar-queológicos de estos antepasa-dos vettones han llegado hastanuestros días, dispersos enmuchos casos y destrozados enotros. Los verracos, los castros,los toros de piedra, torques yaltares de sacrificios, que si noson tan bellos como el de Ulaca,sí podemos aún encontrar ennuestros montes y sierras, comovestigio de estos que fueronnuestros paisanos.
Desde aquí os reto a buscar y descubrir algu-nos de estos vestigios vetones, escondidos ycamuflados por el paso de los siglos. Con unpoco de imaginación, podríamos encontrar
algún que otro altar, con sus escaleras ya desfi-guradas por el paso del tiempo y sus doce sur-cos, por donde corría la sangre de los sacrificiospara fecundar la tierra y dar gracias a los dio-ses por el éxito en la lucha.
Becerro.
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Los cambios sociales quese vienen produciendo ennuestro país en los últimos40 años han ido transfor-mando las sociedades rura-les, donde la influencia de lafamilia y la Iglesia se mani-festaban más que en lasurbanas y donde las formasde pensar eran más conser-vadoras y perpetuaban losestereotipos de lo que seconsideraba ser mujer o serhombre, y confinaban a lasmujeres al ámbito domésticoy al de los cuidados (sin olvi-dar su trabajo en otras tareasagrícolas, ganaderas…).
El acceso de la mujer a laeducación, las nuevas for-mas de entender las relacio-nes familiares, la incorpora-ción al mundo laboral, lainfluencia de la economíaglobal y las comunicacio-nes, han configurado unnuevo mundo rural en elque las mujeres no acaban de encontrar su sitio,pues, aunque se han realizado grandes avances,aún están muy arraigados los estereotipos degénero. Claro está que esto se agudiza si habla-mos de las zonas más rurales (con menos de2.000 habitantes, como es el caso de Mogarraz),que se caracterizan por sufrir graves problemasde despoblación (regresión del 25%), masculini-zación de los grupos en edad reproductiva, espe-cialización agraria, elevado nivel de formaciónde las mujeres jóvenes, mercado laboral pococualificado que no absorbe a las mujeres cualifi-cadas, escaso desarrollo de servicios para lapoblación, desadaptación entre la demanda y laoferta laboral, falta de mano de obra con forma-ción profesional, emigración de mujeres jóve-nes, envejecimiento de la población. Las mujeresrurales representan el 6% de la población ruraltotal en España.
Existen otros entornos rurales llamadosintermedios (entre 2.000 y 10.000 habs.), algu-nos de los cuales han aumentado por la llegadade inmigrantes y por el turismo rural. Se caracte-rizan porque, en general, mantienen o aumen-tan la población; tienen mercados laborales con
relativo dinamismo; poseen importancia lasactividades industriales de carácter endógeno;existe concentración de servicios comarcales,como son los sanitarios, educativos, atención ala 3.ª edad, ocio y otros servicios comerciales.Las mujeres conforman el 15% de la poblaciónen los entornos intermedios.
Algunos de los aspectos negativos son queaprovechan sus recursos a costa de su entornonatural; existen dificultades para asumir a tra-bajadoras/-es con mayor nivel de especializa-ción; hay pocos servicios de atención a familia-res, lo que dificulta la incorporación de la mujeral ámbito laboral; existe una gran dependenciade los desplazamientos continuos.
Los entornos llamados periurbanos o áreasurbanas (más de 10.000 habs.) son las áreasmás dinámicas. Más de las ¾ partes tienen másde 10.000 habitantes; están cerca de núcleosurbanos mayores, lo que favorece que puedanir a la ciudad a trabajar y volver; ofrecen vivien-das más económicas, lo que ha favorecido quese instalen en ellos un mayor número de pare-jas jóvenes con hijos menores. Al mismo tiem-po, tienen todo tipo de servicios sanitarios,
LAS MUJERES EN EL ÁMBITO RURALPILAR BLANCO VALVERDE
Curso P.P.O. Lali, Carmen, Tere, Ele, Brigi, Anuncia, Flora, Consola,Ani, Ambrosia, Magdalena, Pilar y Juani.
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guarderías, escuelas, institutos, servicios deocio y otros comerciales; gozan de mejorescomunicaciones y transportes, que facilitan quela mujer pueda ir a trabajar a los espacios urba-nos cercanos, e incluso le ofrecen la posibilidadde trabajar en el área periurbana, así como acce-der a otras actividades culturales y políticas.
Como nuevos problemas de estas zonas, pode-mos observar que hay un envejecimiento cre-ciente de la población femenina, aparte de quelas parejas en que trabajan ambos no tienensuficientes servicios desarrollados que les per-mitan conciliar la vida familiar y laboral. El79% de las mujeres en nuestro país viven enespacios urbanos o periurbanos.
Tanto hombres como mujeres, en especial losjóvenes, se desplazan en función de las oportu-nidades de trabajo, en busca de mejores formasde vida. Pero hay otra parte de la población quepermanece en los pueblos.
Todas las leyes y políticas comunitarias,nacionales y locales han contribuido, sobretodo, a que la sociedad haya tomado concienciay se haya colocado en el centro del debate laimportancia del papel que las mujeres desempe-ñan en el ámbito rural. Pero aún se siguen man-teniendo los estereotipos de género, la divisiónsexual del trabajo, el desigual reparto del tiem-po y los espacios. La conciliación sigue siendoun tema para las mujeres; los proyectos y prác-ticas sociales son diferentes; la segregaciónsigue poniendo a las mujeres de los ámbitosrurales en los primeros lugares de desempleo y
exclusión social. Por lo tanto, podemosconcluir que, en cuanto a la igualdad deoportunidades, estamos en fase de desa-rrollo.
Es necesario, para aprovechar y mejo-rar las condiciones de vida de las perso-nas que desean vivir en zonas rurales,que hombres y mujeres trabajen juntos yno dejen de lado el potencial de las muje-res, a fin de evitar que éstas acaben pormarcharse. De cara a mantener la pobla-ción joven, es muy importante que, desdela educación, se desmonten los prejuiciosque existen sobre el medio rural; se expli-que la ventaja que supone la cercanía consu entorno; se les haga descubrir elpotencial que tienen desde los recursosnaturales propios, y se les planteen nue-vas posibilidades de crear empresas en elentorno. Es importante para ello el apoyode la familia, para que puedan realizarinversiones en nuevos proyectos empre-sariales sostenibles; mejorar las redes deservicios sociales; posibilitar la creaciónde nuevos yacimientos de empleo
(PYMES, turismo rural, Internet y nuevas tec-nologías, productos ecológicos de la agricultu-ra, creación de cooperativas con maquinaria,profesionalización de empresas dedicadas al cui-dado de los mayores y personas dependientes;en definitiva, nuevos yacimientos de empleo).
Vivir en las zonas rurales puede suponersumar una calidad de vida que no tienen las ciu-dades, más grandes y masificadas.
Las mujeres rurales cada día se forman más,se organizan mejor... Poco a poco están apren-diendo a defender sus derechos. Los pasos quese dan hacia la igualdad en el medio rural sonlentos. Están accediendo a la propiedad y titula-ridad de las tierras (en 2016, el 67,58% de lostitulares de explotación eran hombres, frente al32,42% que representan las mujeres). Sonpocos, pero se va avanzando. No se rinden antelas dificultades, emprenden, avanzan hacia laigualdad de oportunidades y un entorno ruraldonde por fin dejen de ser invisibles.
Termino con esta reflexión:Cuando el medio rural muere, también desa-
parece una parte de las ciudades… Nos enfren-tamos a una situación paradójica, y es que eldesarrollo rural es un asunto que nos afecta atodos, pero nadie se da cuenta de ello. Las zonasrurales son biotopos vivientes a los que no pue-den renunciar nuestros ciudadanos.
Franz Fischler (miembro de la ComisiónEuropea y responsable de agricultura ydesarrollo rural).
Quisca Calama, Paco Maíllo y Manolo Cabrero trabajando.
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Entre huertas, vides, robles y castaños, hayun árbol que acompaña, generación tras gene-ración, a los habitantes de Mogarraz: el cerezo.Árbol de gran belleza que, al florecer, parececubrir de motas de nieve las laderas de la Sierrade Francia. Los vecinos de la zona han crecidooliendo sus flores, saboreado sus frutos y unospocos han conseguido hacer de ellos su formade vida. Pero ¿cómo ha llegado este árbol, origi-nario del Lejano Oriente, a convivir con las gen-tes de Mogarraz? Nos adentraremos en un viajeen el tiempo para conocer cómo esta especie, ensu origen exótica, terminó siendo parte del pai-saje natural de la zona.
La procedencia exacta de los cerezos esincierta. Sabemos que surgió en Asia Menor ytambién que su historia está estrechamenteligada a la del hombre. Se sabe que, ya en laprehistoria, los hombres consumían cerezas; dehecho, se han encontrado grandes cantidadesde huesos en asentamientos de la Edad dePiedra, 6.000 años a. C. Hasta el siglo I a. C, elcultivo de la cereza se limitaba a la zona com-prendida entre el mar Negro y el mar Caspio.En el año 67 a. C, los romanos conquistan lacolonia griega de Cerasunte (hoy Giersun, enTurquía), donde abundaba el cultivo de cerezas.
El general romano Lucio Licinio Lúculo, unapasionado de los placeres de la mesa, tras laconquista de Cerasunte, loco por estos dulcesfrutos, llevó 74 ejemplares a la ciudad de Romapara que pudieran deleitarse con este manjarque había descubierto. Los romanos rebautizanla ciudad conquistada como Cerasus, dandotambién su nombre al fruto que de allí procedía.Es precisamente esa denominación en latín elorigen del nombre español de la cereza. No obs-tante, es posible que el cerezo, gracias a lasrutas migratorias de las aves que ingerían estosfrutos y transportaban sus semillas a kilóme-tros de distancia, ya se conociera en Europaanteriormente. Lo que sí parece claro es queeste hecho facilitó su expansión.
El cerezo llegó a España mucho más tarde, enel Alto Medievo, y posiblemente fueron los ára-bes, y no los romanos, los que lo introdujeronen la Península Ibérica, estableciendo su cultivo,entre otras regiones, en el Valle del Jerte. Trasla Reconquista, los nuevos colonos mantuvieronsu cultivo en la zona. No es, sin embargo, hastael siglo XIV cuando aparecen los primeros escri-tos que dan constancia de su cultivo de maneramás generalizada en la zona. En siglo XVI, elmédico Luis de Toro, en su Placentiae, hablaba
EL VIAJE DEL CEREZOPILAR GONÇALVES BLANCO
Cerezos en flor.
La Peña de MogarrazMO
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de las cerezas de la zona del Jerte “como cerezasde gran gusto y tamaño extraordinario”. A prin-cipios del siglo XIX, las cerezas del Jerte yagozaban de gran fama y eran consumidas hastaen la corte. El cultivo del cerezo se expandióhasta alcanzar un gran esplendor a principiosdel siglo XX, llegando a adquirir un papel cru-cial en la economía de todo el Valle.
El origen de las cerezas en la Sierra deFrancia no debe de diferir en gran medida deldescrito anteriormente. Sabemos que los árabesfueron pobladores de la Sierra de Francia: dehecho el término Mogarraz se cree que puedeproceder del árabe Murgis, que alude a planta-ción. No parece descabellado, entonces, pensarque los árabes pudieron introducir las planta-ciones de cerezo también en la zona. No obstan-te, en todo este proceso no debemos olvidar,como señalábamos anteriormente, el papel fun-damental que juegan y han jugado los pájarosen la dispersión de las cerezas. Sin duda, lasaves favorecieron el asentamiento en la zona deespecies silvestres con frutos pequeños, negrosy de sabor azucarado y amargo.
Pero ¿cómo llegaron las cerezas a convertirseen uno de los pilares de la economía deMogarraz? Las historias que van pasando depadres a hijos nos cuentan que, a principios delsiglo XX, los cerezos se criaban salvajes entrelos robles y castaños originarios de los montesserranos. Las gentes de la zona conocían estascerezas bravías como “amargalejas”, pequeñasde tamaño y con poca salida comercial, quecomían niños y mayores cuando el hambre apre-taba y no había otra cosa que llevarse a la boca.
A principios del siglo XX, como decíamos, lascerezas comenzaron a adquirir un gran interéscomercial. Era cuestión de tiempo que la Sierrade Francia, teniendo estos frutos a su disposi-
ción, se sumara a esta tendencia. Los primerosen dedicarse a las cerezas a nivel profesional enla zona, como cuenta un gran conocedor deestos cultivos, Juan Manuel Herrera, fueron losvecinos de Casas del Conde, que supieron ver elinterés comercial del prod ucto. En Mogarraz,Jorge Herrera tomó el relevo y comenzó a explo-tar el recurso de las cerezas bravías que crecíanen el monte. A partir de este momento, las gen-tes del lugar se dieron cuenta de las salidascomerciales de este recurso tan valioso quedurante años apenas habían aprovechado. Sinembargo, esta variedad de cerezas tenía unasalida comercial muy limitada y el mercadodemandaba cerezas de mayor tamaño y dulzor.Fue Arcadio Maíllo quien, en un viaje aSalamanca, decidió que quizá esas cerezas másdulces que crecían en el Jerte podrían crecertambién en sus tierras. Así, se hizo con unoscuantos ejemplares de Navalindas y, en púas deinvernadero, las trajo a su Mogarraz, dondecomenzó a “rejetarlas” con las cerezas “amarga-lejas” que crecían en los montes, denominándo-se desde entonces esta variedad en el pueblocomo las cerezas de “Arcadio”.
Este fue el principio del cultivo como fuentede ingresos en el pueblo. Después llegarían pocoa poco otras variedades, como las cerezas de la“Tía Mesia”, la picota, la costalera y, más actual-mente, las variedades Sunburst o Summit, quellegaron a la Sierra de la mano de los hermanosManolo y Agustín Herrera.
Sea uno u otro el origen, los cerezos hanencontrado en la Sierra de Francia un lugar decondiciones climáticas y edafológicas perfectasque han permitido que se mantenga a lo largode los años, llegando a convertirse, como decía-mos, en uno de los pilares de la economía moga-rreña.
Las primeras cerezas.
MOGARRAZ
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Durante muchas décadas, Mogarraz fue paramí un punto ignorado y opaco en la constela-ción de nuestros pueblos peninsulares. Ahora esuna estrella de primera magnitud que ilumina-rá con su cálida luz los caminos que me faltarecorrer en mi ya larga travesía por el mundo.Esta conversión estelar se debió a mi primeravisita a la comarca de la Sierra de Francia haceveinte años y, más recientemente, por el hechode haber entrado en el entorno de mi vida unapersona excepcional crecida en estas latitudes yque vive por y para esta joya de oro viejo que sellama Mogarraz.
En aquella visita me enamoré de todos lospueblos de la Sierra de Francia por donde pasa-ba y que se parecen unos a otros como gotas deagua. Y me enamoré hasta el punto de no poderevitar ahora un temor reverencial al escribir unencendido elogio al pueblo de Mogarraz y a susgentes por su heroico tesón y empeño en que loshogares de sus antepasados sobrevivan a losembates de la despoblación que amenaza engu-llirlos en su vientre insaciable.
En esta menguada agrupación vecinal, cadacasa con su tramonera o bojareque, cada piedra,cada dintel, cada cornisa o voladizo, cada pelda-ño de granito de la escalera exterior describe laepopeya ciclópea de unas personas que, conesfuerzos y sufrimientos indescriptibles, humil-dad y constancia, vencieron los arduos retosque les presentaba la naturaleza en un mediohostil. Las múltiples paredes de piedra seca quesostienen los bancales y los bosques del entornohablan de hombres fuertes y perseverantescapaces de rectificar un paisaje y dejar tras ellosun asentamiento consolidado, así como trabajoy futuro para las generaciones que les sucedie-ron y que, junto con el sentimiento de solidari-dad entre el vecindario, es la herencia más hon-rosa que los mogarreños han recibido de susmayores.
Hacia mediados del siglo XX Mogarraz alcan-zó los 1.000 habitantes y con ellos escribió unaparte de su historia reciente, cuando el pueblocontaba incluso con un teatro del que sólo res-tan las maderas tronchadas y carcomidas de supatio de butacas. Después, el paso del tiempo, eléxodo y la diáspora de las últimas décadas redu-jeron su demografía a la mínima expresión, con300 almas en números redondos, pero que aúnenarbolan con orgullo el estandarte de su pue-blo. Por imperiosa necesidad vital, huyó la
juventud en busca de futuro y aquí quedaronlos ancianos, cual hierbas de ayer secándose alsol, como un eco del viejo tango “Yira yira” ycomo el árbol secular y glorioso que va perdien-do su ramaje.
Consultando las cifras del Instituto Nacionalde Estadística, observamos que las únicas pobla-ciones españolas que crecieron demográfica-mente fueron las grandes ciudades. De seguiresta tendencia, en pocas décadas desaparecerá elmedio rural entero, y la población española que-dará concentrada y comprimida en unas pocasciudades-hormiguero, donde las personas sedisputarán a cada instante hasta el aire que res-piren.
¿Dónde quedó nuestra vocación europea sidejamos morir nuestra campiña y tenemos queimportar de otros países verduras y legumbresde muy inferior calidad que las que aquí se cul-tivan? Como viajero impenitente, me he paseadopor el agro de Francia, Bélgica, Holanda yAlemania, y he visto por todas sus campiñas unemporio de riqueza forestal y agrícola, con suspueblos colmados de habitantes de todas las eda-des que no necesitan marchar a las grandes ciu-dades porque sus gobernantes ya han acercadoal medio rural los frutos del progreso técnico yeconómico. ¿Por qué no se hace aquí lo mismopara evitar que los pueblos se mueran y no ten-gan que depender al cien por cien del turismo?Bien está el turismo cuando es un complementode la economía local, no cuando significa una
A MOGARRAZ CON AMORCÉSAR PASTOR DÍEZ
Cuartilla 2017.
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necesidad primaria parasobrevivir y que puede esfu-marse en cualquier momen-to. Las autoridades compe-tentes están obligadas ahacer algo para evitar queestos pueblos y estas comar-cas se conviertan en geogra-fía muerta.
A pesar de todo y volvien-do a Mogarraz, beatus ille,bienaventurados quienes to-davía pueden pasear por elCamino del Agua entre laverde espesura de arbustos,enredaderas, árboles, flores,arroyos y alamedas, y escu-char de pronto las campa-nas de la iglesia del pueblosonando en el valle como unsalterio de esquilas. Allí laspersonas mayores sentiránañoranza del tiempo pasado,mientras las parejas jóvenes quizá puedan pro-digarse discretamente arrumacos en la divinaembriaguez en que sume a un alma la visión deun mundo de sueños que se transforma en rea-lidad. Así se forja la creación poética. Y es evi-dente que Mogarraz posee buenos poetas que
podrían corroborar mis modestas ideas. Porcierto, en una revista atrasada de la PeñaVirgen de las Nieves he encontrado unos sone-tos antológicos escritos por una mujer cuyonombre no recuerdo en este momento. Yo no soymás que un viejo atormentado y decrépito, quemiro el pasado porque no tengo futuro; pero sipudiera dar marcha atrás en mi vida y volver amis lozanas primaveras, también me encantaríapasear al atardecer por ese paradisíaco Caminodel Agua esperando a que me alcanzara la amo-rosa clemencia de una estrella, o bien por latarde, acompañado de jóvenes mogarreños ymogarreñas y, sentados a la sombra de un robleo de un castaño, recitarles los áureos versos deTeócrito y de Virgilio, cuyas inmortales compo-siciones parecen las más idóneas para ensalzarla vida del mundo rural y los goces honestos delos seres humanos.
Junto a otros pueblos de la Sierra de Francia,Mogarraz ha quedado incluido en la lista de lospueblos más bonitos de España. Sin embargo, labelleza no es hija de la razón, sino de la sensibi-lidad y, por tanto, no es susceptible de ser medi-da con un patrón científico como, por ejemplo,la distancia, la velocidad o el calor. Al final lamisma razón nos dirá que amamos a las perso-nas, a las cosas y a los pueblos no porque seanmás o menos bellos, sino porque son más omenos nuestros, porque forman parte de no-sotros, son retazos de nuestro propio ser, denuestro yo subjetivo y abstracto. Mogarraz eshermoso por sí mismo pero, sobre todo, porquesus habitantes lo adoran.Anselmo y Pantoja.
Fachada de tramoneras típica.
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A mediados de abril recibí uncorreo de Isa, donde me comuni-caba que se hacía cargo de estarevista, para así mantener latradición y conseguir que estapublicación siga llegando anuestras casas como en todaslas fiesta. Le contesté que, sitenía un rato, de lo que en esasfechas no disponía, lo haría, ymás cuando a mí esto de escribirme cuesta: prefiero las letrasdentro de una buena fórmula.
Eran las fechas en las que secelebraba el Día de la Madre ynos sentíamos bombardeadospor miles de mensajes en redessociales, teléfonos móviles, tele-visión..., y hablando con Jimename di cuenta de que lo mejor deesa fecha, para mí, era simplemente el podercelebrarlo como tal.
Aunque también pensé que a todo el mundole gusta recibir algún regalo de vez en cuando yme dije: “¿por qué no?”. Por ello, desde aquíquiero hoy mandarles mi humilde regalo atodas nuestras madres, y en especial a la mía.GRACIAS.
Gracias, por supuesto, por hacernos buenaspersonas y ayudarnos a crecer.
Gracias por los pequeños detalles que queda-ron en nuestra memoria, como ese bocadillo de
salchichón de la matanza al llegar de la escuela;ese disfraz improvisado con la ropa de la abuelaFelipa para, en carnaval, dar una vuelta por elpueblo.
Gracias por ir dejando pan “asentao” y hacermigas para cenar; por mediar y hacer que Eloy,“el Zurdo”, nos llevara unas llaves del cochehasta las Batuecas cuando se nos habían perdi-do las que llevábamos y mi padre, como debe ser,me había dicho por teléfono “que me buscará lavida”, ante la asombrada y preocupada miradade uno de los frailes del convento.
Pero como esto va de mantener tradiciones,gracias por ser las guardianas de nuestras cos-tumbres. Son nuestras madres la que se esfuer-zan en transmitírnoslas, al igual que ellas lasrecibieron de nuestras abuelas. Sobre todo, enestas fechas, preparar la novena, cambiar demuda y manto a la Virgen, ponerle sus “hilos”,cantar la alborada...
Gracias por el afán de hacer las cosas bien;“Que ese pañuelo está desmentio”; “Que el galá-pago tapa la medalla del cristo”; “El hueco delpañuelo no está bien”; “El moño está bajo”; “Hayque mandar dorar el hilo”...
Gracias por esos desvelos, desvelos que a másde una nos han valido algunos buenos picota-zos. Gracias por ese trabajo que no se ve y que,sin embargo, consigue que todo luzca bien: losbailes, la procesión... LA FIESTA.
GRACIAS por enseñarnos a serMOGARREÑOS.
¿Y POR QUÉ NO?TERESA CRIADO HERNÁNDEZ
Águedas 2017.
Rocío, Teresa y Amparo.
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Alguien me dijo una vez, y no exageraba ennada, que: “tu abuelo por donde va, se dedica ahacer amigos”.
Y eso es algo que sembró con naturalidad yde manera innata. Avilés, Madrid, Cadalso de losVidrios, Mogarraz,... que puedo decir, si inclusoingresado en La Paz, se hacía rápidamente conel liderazgo de la planta...
RELATOSAún recuerdo con calidez aquellas conversa-
ciones de su niñez en La Alberca con su padre“el tío Arsenio Manolino” trabajando en la fra-gua. Su particular emigración a tierras asturia-nas empujado por la búsqueda de empleo dondeplantó una semilla de amistades aún conserva-da por nosotros. Risas y más risas, cuando con-taba las bromas y vivencias con sus tíosAgustín, Vito, Eloy. Una crianza llena de imagi-nación que suplía la falta de recursos. Bromas,chascarrillos y jugarretas con tíos, primos,vecinos y conocidos. Porque aunque muy traba-jador siempre reservaba una parte de sus pen-samientos en cómo liarte para pasar un buenrato: ni los nietos estábamos libres de ser objetode sus chanzas.
LA PEÑAAdemás de todo eso, sacrificó como muchos
otros, buena parte de su tiempo en la creación yel desarrollo de lo que entonces fue algo novedo-so en la sierra. La Peña. Algo de locos comomuchos pesimistas auguraban, que sólo consu-miría tiempo y dinero para ofrecer poco al pue-blo. Pues él fue uno de esos valientes pionerosque arriesgó, hasta su propio dinero, para dar aluz esta idea, este sueño. Nunca se arrepintió, alcontrario, orgulloso presumía de La Peña deMogarraz, de como con el esfuerzo de unospocos salió adelante y consolidó las bases de loque es hoy. Tesorero incansable durante 18 añosal lado de varios presidentes y juntas, nunca fueperezoso en seguir arrimando el hombro paraotras faenas y vivió con pasión y emoción pro-pias de un niño cada fecha señalada en esecalendario que llevaba la Peña. La compra de lalotería (“madre mía niño como toque, hacemosotras Nieves en diciembre con toros y todo”).
Preparar la salida a la dehesa para ajustar losnovillos en invierno. La visita a la ganadería enSantiago, las fiestas, deseando que los toros die-ran buen juego y quedásemos en buen lugar enla Sierra, la merienda del día 6... y vuelta aempezar el ciclo el siguiente año. Inagotable,teniendo en cuenta que era un “jubilado” llevan-do el ritmo de sus compañeros inseparables,Canor y Fonso el cartero, Agapito y Jose... ymuchos otros.
La venta decamisetas en casa,el cobro a mano delas cuotas apun-tándolas en la li-breta que siemprellevaba encima, yaque entonces, aunhabiendo la posibi-lidad de pagarlaen banco, la mayo-ría buscaban al “tíoLorenzo” para pa-gar donde fuera (enel bar, en la calle).
Todo sin orde-nadores, para lle-gar a casa y pasara limpio en los cua-dernos las cuen-tas. Lo sé bien, ya que esperaba muchas veces amis vacaciones para que le hiciese las listas desocios en cuadernos nuevos: tú ves mejor que yoy escribes más rápido, me decía.
SONIDOSEl machaqueo del hierro en la bigornia.
Cientos de “asaeros”, punteros, bisagras, cantos,llares, badilas y tenazas. Muchas tardes rodeadode su fragua, desplegaba maestría para doblegarel metal a su gusto, técnica y conocimientos...Perfeccionista hasta rozar la obsesión, era capazde repetir un encargo desde el inicio si no estabacomo debía. Muchas veces me fijé en como calen-taba el hierro y lo trabajaba, el temple que habíaque dar a cada parte en cuestión, pero no supeguardar esa sabiduría que el atesoraba.
TRABAJOAtendió a mi abuela, muy mermada física-
mente, la fragua, su puesto como tesorero, lasviñas y los cerezos, y no contento con eso, cadavez que veníamos a Mogarraz no dejaba que nosocupásemos de nada en la casa…
Vendimia, vino. No dejaba nada atrás. Porqueél disfrutaba de todo el doble si, al acabar la jor-nada, se acompañaba con un vino y sus amigos:Florencio, Tito, Anselmo, Toño, etc.
Trabajo y humor: ligados a una personalidadafable y risueña. Es un legado que guardamoscomo la mejor de las memorias, la mejor de lasherencias que un abuelo puede dar a sus nietos.Porque con los niños de eso se trata: dar buenosprincipios y buenos recuerdos.
PD. Agradecer especialmente a Isabel Herre-ra Maíllo la oportunidad que nos ha dado parahacer este pequeño homenaje a mi abuelo.
PARA LORENZO MAÍLLO LÓPEZDOMINGO CRIADO MAÍLLO
El tío Lorenzo.
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La primera vez que escuché en Mogarraz laspalabras “limón serrano”, pensé en una varie-dad de cítrico oriundo de la Sierra de laFrancia, una zona del sur de Salamanca decla-rada Parque Natural desde julio del año 2000,aunque quizá fuera mejor decir vergel en elque crece gran variedad de árboles frutales,como cerezos, prunos, naranjos, limoneros, asícomo viñas y muchas otras especies del mundovegetal.
Tal fue mi sorpresa cuando me explicaron loque realmente era que pensaba que me estabangastando una broma: ¡¡¡una ensalada con limón,chorizo y huevo!!!
La RAE define ensalada como “Hortaliza oconjunto de hortalizas mezcladas, cortadas entrozos y aderezadas con sal, aceite, vinagre yotros ingredientes”. Y en otra acepción, ensala-da de frutas como “Mezcla de trozos de distintasfrutas, generalmente con su propio zumo o enalmíbar”. Pues bien, digamos que el limónserrano sería una ensalada de frutas, en estecaso cítricos como el limón y la naranja, cuyovalor nutritivo se complementa con las proteí-nas y grasas que aportan el chorizo u otras car-nes y el huevo. Y aunque en un principio parez-ca que estos ingredientes no deberían mezclarseentre sí, su armonía en este plato serrano esespectacular.
Este plato es típico de la Sierra de Francia, dela Sierra de Béjar y del norte de la provincia deCáceres, donde se le denomina ensalada hurda-na, por la zona geográfica de las Hurdes dondese elaboraba.
Centrémonos ahora en los orígenes de estareceta. Es probable que proceda de la cocinasefardí, en la que la que los cítricos son muycomunes. Pero otras versiones apuntan a que laidea original de su combinación de ingredientesla tuvieran los pastores de la zona, para conser-var las carnes durante más tiempo y ablandar-las. El ácido cítrico de la naranja y el limónactúa igual que el ácido acético del vinagre: enprimer lugar rompe las fibras musculares de lacarne, ablandándola, y, en segundo lugar, apor-ta un medio ácido en el que los microorganismosno pueden proliferar, aumentando considera-blemente el tiempo de conservación. Este proce-so es idéntico al que tiene lugar en los famososescabeches, cuya finalidad es la misma, al tiem-po que se añade el objetivo de aromatizar elgénero que se trate con ellas.
Obviamente, existen multitud de recetas dis-tintas, dependiendo de la zona y de la personaque la prepara: unas con naranja solamente,otras con carnes como el cabrito, con jamónserrano, con conservas o escabeches de pescado,con huevo cocido o escalfado en vez de frito,regadas con vino tinto…
Para terminar, vamos a ver cómo se hace esteplato en Mogarraz, ese precioso pueblo declara-do uno de los más bonitos de España. En estavilla era común que los hombres lo elaboraranen las bodegas como almuerzo el día de San Blas(3 de febrero), junto con cabrito asado a la brasa.Esta tradición sigue fiel a sus orígenes y actual-mente se degusta el limón serrano ese mismodía en la plaza mayor del pueblo. Uno de esoshombres es Agapito Hernández Iglesias, que loelabora de la siguiente forma:
EL LIMÓN SERRANOHÉCTOR MINGUELA GARCÍA
Limón Serrano.
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RECETA para 4 pax:Limón: 2 uds.Naranja: 3 uds.Ajo: 2 dientes.Huevo: 5 uds.Chorizo curado: 500 g.AOVE (aceite de oliva virgen extra): 3 dl.Vino tinto o clarete: 1 dl (a ser posible de la
variedad Rufete, típica de la zona).Sal, pimentón: C/S (cantidad suficiente).
ELABORACIÓN:Pelar y cortar los cítricos en rodajas.
Reservar las pieles para infusiones o alguna ela-boración dulce, como flan, natillas, arroz conleche, crema pastelera… Cortar el chorizo enrodajas, picar el ajo, cocer dos huevos y freír losotros tres con abundante aceite.
Picar la clara de huevo y juntar con el ajo yel chorizo.
Elaborar una salsa con el vino, el aceite, lasal, el pimentón y la yema de los huevos duros.
Colocar los cítricos en la base del plato, encimalas rodajas de chorizo, el ajo, la clara de huevo ylos huevos fritos. Regar con la salsa y serviracompañado de un buen pan de miga blanca.
Este plato también puede degustarse en losexcelentes establecimientos hosteleros del pueblo. Domingo preparando el limón en San Blas.
ArtesaníaHOYOS MARCOS
Puertas • VentanasCarpintería en madera de castaño
Escaleras en roble macizo
620 22 21 69 • 659 44 27 19LA ALBERCA
Grupo de danzarines.
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U N A Ñ O E N I M Á G E N E S
Carne.
Ramo Mayores.
Cabalgata.
Charanga.
Día del Niño.
Día del Niño.
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U N A Ñ O E N I M Á G E N E S
San Blas.Peña 2.0
Verano Cultural.
Familia Maíllo.
Fiesta de la Espuma.Elena, Ángel y Darío
MOGARRAZ
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F O T O G R A F Í A S A N T I G U A S
Alfonsa, Arturo, Rocío, Teresa y Hortensia, 1955.Propiedad de Rocío Hernández.
Ángel, Teresa, Rafa Calama y César Sánchez.1977. Propiedad de Rocío Hernández.
Chico, Argimiro, Canor, Mari y Ambrosia. Finales 40-50.Propiedad de Mª José López Rodríguez.
Tomás (o Lala). 1963.
Lucia Martín, Juani y Aniana Cascón, Fatima Maillo,Lourdes Martín, Ita y Pilar y Sole Alvarez.Anos 70-80. Propiedad de Pilar Calama.
Tomasa, Enriqueta, Lucas, Agustin, Domimica, Antonio Calama,Ambrosia, Remedios, Hortensia, Filiberto, Visi y Amando.Anos 30. Propiedad de Pilar Calama.
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Grupo de danzarines. Años 30.Propiedad de Pilar Martín.
Hortensia Hernández y Paco Criado en carnavales.Años 70. Propiedad de Magdalena Maíllo.
Isabel y Lucía Maíllo. Años 60.Propiedad de Lucía Maíllo Calama.
Mª José y Rafael Hernández. Finales 70.Propiedad Rocío Hernández.
Mari Tere, Tere, Teresa, Carola, Juanita, Elena, Ana Mari,Lucia, Claudi, Isabel, Humi, Candela y Nieves.Curso P.P.O Anos 60. Propiedad de Isabel Maillo.
De izquierda a derecha: Mundi, Alfonso Cascón, Sebastián Martín,Aníval Calvo, Tomás Martín, Mudo Sequeros, Ricardo. 1964.Propiedad de Pilar Martín Puerto.
F O T O G R A F Í A S A N T I G U A S
Durante una década los maestros artesanos han dejado su impronta en bóvedas, torres, tallas, artesonados,bordados, vidrieras, retajos de cantería y carpintería, dando forma al actual complejo.
El hotel Abadía de Los Templarios se encuentra inmerso entre 100.000 m.2 de naturaleza en pleno corazón del ParqueNatural de Las Batuecas. Integrado dentro de un Complejo Rural del cual for man parte 47 villas en la misma línea y con-fort que el propio hotel.Dotado de 57 Junior Suites, 2 Suites y 2 Suites Imperial, el hotel incorpora las más modernas tecnologías y equipamientos.Instalaciones: Piscina El Lago, Pistas de Tenis, Restaurante Las Bóvedas (capacidad 600 personas), Cafetería, Sala deLectura, Servicios de Guardería, Complejo Termal Spa, Zonas Ajardinadas, Auditórium (capacidad 250 personas) yRestaurante Los Capiteles con capacidad para 350 personas.Actividades: Vuelos en Globo, Rutas a Caballo, Rutas en Quads, Descensos en Canoa, Tiro con Arco, Paint-Ball, Senderismo,Comidas Camperas, Cenas Medievales (con representación teatral), Excursiones en Catamarán (por los meandros delpantano Gabriel y Galán, visitando Granadilla) y Rutas en Buggies.
Web: abadiadelostemplarios.com Teléfono: 923 324 107
