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Colección dirigida porFernando Jiménez del OsoFernando Jiménez del OsoFernando Jiménez del OsoFernando Jiménez del OsoFernando Jiménez del Oso

frontera

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Serie: Nowtilus FronteraColección: La puerta del misteriowww.nowtilus.comwww.lapuertadelmisterio.com

Título de la obra: En busca del misterioAutor: Fernando Jiménez del Oso

Editor: Santos RodríguezDirector de la colección: Fernando Jiménez del OsoCoordinación: Lorenzo Fernández BuenoResponsable editorial: Gilberto Sánchez

Diseño y realización de cubiertas: Rodil & Herraiz (www.rodilherraiz.com)Preimpresión: Grupo ROS (www.rosmultimedia.com)

Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley, queestablece pena de prisión y/o multas, además de las correspondientes indemnizaciones pordaños y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicarenpúblicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transfor-mación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte ocomunicada a través de cualquier medio, sin la perceptiva autorización.

Editado por Ediciones Nowtilus S.L.www.nowtilus.comCopyright de la presente edición: © 2003 Ediciones Nowtilus S.LDoña Juana I de Castilla 44, 3º C, 28027 - Madrid

Depósito legal: BA-472-03ISBN: 84-9763-020-3EAN: 978 849763020-7Código Nowtilus: 0301017031

Printed in SpainImprime: Artes gráficas Guemo (Madrid).

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ÍNDICE

Prólogo de Juan Antonio Cebrián ................................................ vii

1. La isla perdida ................................................................................ 1Los muros «incas» ....................................................................... 28La función de los ahu ................................................................. 43Los demonios de Pascua ........................................................... 53Iban solos... .................................................................................. 58

2. Del Pacífico a Pakistán ............................................................... 73Acariciando el misterio .............................................................. 78La escritura que viajó en el tiempo .......................................... 85El asno indio ............................................................................... 90Karachi ......................................................................................... 97Mohenjo Daro ........................................................................... 103Los sellos del Valle del Indo ................................................... 118

3. Soñadores de prodigios ............................................................ 127El señor de Tepoztlán .............................................................. 133El valle sagrado de Daniel Ruzo ............................................ 134Marcahuasi ................................................................................. 144

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El sueño de Waldemar Julsrud ............................................... 153Las figuras de Acámbaro ......................................................... 158¿Por qué tanto misterio? .......................................................... 161

4. El maya que no viajó a las estrellas... ¿o sí? .......................... 179La ciudad del estuco ................................................................. 189Detrás de lo aparente ............................................................... 202Destino: Venus .......................................................................... 208El auténtico misterio está debajo de la losa ......................... 210

5. Erks, la ciudad que nunca vi ................................................... 217Una sierra cargada de enigmas ............................................... 227El bastón de mando ................................................................. 234

6. Memorias del mar muerto ....................................................... 243Un feo dios de hermosas obras .............................................. 258Un misterio cubierto por la sal ............................................... 272Masada ........................................................................................ 276

Índice de términos ........................................................................ 301

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PRÓLOGO

Sensatez, honestidad, templanza esas son las primeras pala-bras que acuden a mi mente cuando invoco la figura de mi queridoamigo Fernando. Todo un icono del misterio, un divulgador deraza, de esos que aparecen cada cierto siglo para deleite de suscoetáneos. Aunque debo confesar, y lo haré en estas líneas, quemantengo algunas sospechas sobre el verdadero yo de Jiménez delOso, me explicaré querido lector: usted no se ha fijado en la imagende Fernando, tan atractivo, tan asentado, con esas ojeras caracte-rísticas, esa mirada profunda, verdad que lo está visualizando enestos momentos. En efecto, no ha variado ni un ápice en los últi-mos decenios, y, es más, desde aquí me atrevo a decir que no hacambiado nada en las últimas centurias. Porque Fernando, hora esde decirlo, es el conde de Saint Germain, sí amigos, ésta es la únicaverdad, si no fuera así no se podría explicar la cantidad de conoci-mientos albergados por esta lúcida mente.

Lo descubrí un buen día en el que fui invitado a pasar unamagnífica velada en casa de Pilar y Fernando. En un descuido deesta entrañable pareja, me deslice entre las sombras góticas de lospasillos hasta llegar al despacho del doctor, un espléndido santuariode la sabiduría. En la estancia de estilo indefinible me topé conlibros polvorientos, objetos de toda índole y procedencia y un retratoextrañísimo donde aparecía Fernando vestido a la usanza medieval.En medio del éxtasis apareció él situando su mano sobre mi hom-bro, el susto fue tremendo, pero su sonrisa cómplice consiguió

UN EXPLORADOR EN BUSCA DEL MISTERIO

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FERNANDO JIMÉNEZ DEL OSO | EN BUSCA DEL MISTERIO

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calmarme, me explicó que ese era su reducto secreto y que lo delcuadro no tenía importancia dado que se había pintado en unmomento de diversión utilizando un traje que había pertenecido ano se sabía quién, asentí con mirada complaciente y callé, pensan-do que su secretillo quedaría bien custodiado. Terminamos la fies-ta y no se volvió a hablar más de aquel asunto.

Recuerdo con emoción mis largos años de amistad con Fernan-do, la primera vez que nos estrechamos la mano fue en la madrile-ña calle Velázquez cuando yo realizaba mi programa Turno de noche.En aquella madrugada propia de vampiros y hombres lobo, apare-ció entre las brumas originadas por el tabaco y el café humeante,yo estaba muy nervioso puesto que admiraba profundamente alpersonaje con el que iba a mantener una amigable conversaciónradiofónica. Como a todos los ídolos, también había mitificado aJiménez del Oso, su larga y dilatada trayectoria profesional no dejabalugar a la duda, más de ochocientos documentales televisivos, otroscientos de programas radiofónicos, la fundación y dirección derevistas como Espacio y tiempo o Más allá de la ciencia, libros, reco-nocimientos, en fin que tenía ante mí a todo un héroe de la comu-nicación española.

La entrevista se convirtió en amigable conversación, y, comosiempre, terminó por cautivarnos a todos. Esa noche los teléfonosardieron, los oyentes, tan entusiasmados como yo, pidieron más ymás, ya que los sesenta minutos ofrecidos supieron a poco. Ese esFernando, un inmenso contador de historias, alguien del que tepuedes fiar, uno de los mejores psiquiatras de nuestro país, porqueademás de contar sabe escuchar y esa cualidad muy pocos la tienen.

Él sabe perfectamente que lo queremos y admiramos, lo sabe,créanme, pero nunca lo verán subido al pedestal, no, Fernando noes así.

Esa noche me demostró que seríamos amigos para siempre,tenemos una forma de ver la vida muy parecida, salvo algunas

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PRÓLOGO

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excepciones como las de pasear por los cementerios o coleccionaralgún hueso que otro.

Hace tres temporadas que me concedió el honor de su colabo-ración en La Rosa de los Vientos, mi actual programa de radio, obvia-mente el espacio de Fernando es uno de los más aplaudidos porparte de la audiencia, y, es que, todo lo que hace este hombre tienetanta magia y tal poder de seducción que es muy difícil sustraerse alo que analiza, comenta u opina. Su editorial en la revista Enigmases toda una referencia para los que seguimos con pasión los asun-tos del misterio, lo que escribe Fernando va a misa, aunque comoél mismo dice «todo es cuestionable», incluido su editorial. Pero, ydigo yo, que pasará cuando dentro de cien años Fernando Jiménezdel Oso siga ahí, seguramente nada puesto que habrá cambiado denombre.

Por eso tenemos una oportunidad única de descubrir la verda-dera personalidad de Fernando Jiménez del Oso y es con este libroque usted tiene entre las manos. En busca del misterio, tiene algo másque texto y magníficas fotografías, esta obra refleja la vida de unode los personajes más apasionantes de la historia contemporáneaespañola. En efecto, estas páginas le van a trasladar a los países ylugares más enigmáticos del planeta Tierra. Jiménez del Oso des-cubre para usted, no sólo grandes centros de misterio, sino tam-bién sus intuiciones, opiniones e investigación de tantos años alfilo de lo inexplicado.

Fernando, con prosa propia de la Generación del 98, nosexplica cómo entrar en los recóndito, lo oscuro, lo aislado; seconvierte, sin pretenderlo, en el mejor cicerone que nadie pudosoñar y es importante que en estos tiempos de papanatismos ilus-trados nos dejemos llevar por alguien que aplica la racionalidaden grado extremo, porque si Voltaire resucitara, seguramentepediría a Jiménez del Oso su colaboración para la nueva enciclo-pedia del raciocinio.

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Fernando es un médico especializado en la mente humana,con más de treinta años de carrera, sus pacientes lo adoran, seguroque si tratara a Woody Allen lo curaría en pocas sesiones. Pero antetodo mi amigo es un humanista, un amante del planeta Tierra y desus misterios.

¿Verdad querido lector que Fernando parece saber más de loque cuenta?, pues sí, yo lo ratifico, sabe mucho más de lo que dicey si usted lee con detenimiento este libro, se dará cuenta que mispalabras no son vanas.

Busque cual mente renacentista entre las páginas de esta obra,descubrirá hoteles de extraño encanto donde se combinan enigmasy bichos criptozoológicos, sitios remotos llenos de construccionesimposibles para la mente humana de nuestros días. Pero lo princi-pal es que van a conocer la verdadera esencia filosófica de Fernan-do, aquí están sus mejores aventuras, sus pasiones, su contacto conla vida, y algo muy peculiar que para mí no ha pasado desapercibi-do, fíjense que después de tantos años, de tantos viajes y de tantasgastronomías inauditas, a Fernando nunca le ha pasado nada ¡Sedan cuenta!, reiteró mi tesis, ¡es el conde de Saint Germain!, buenovale, si no es el conde por lo menos un primo carnal, pero lo que sísé es que mi amigo tiene el secreto de la piedra filosofal y estoyconvencido que gracias a este libro lo va a compartir con todosustedes, imaginen y disfruten.

JUAN ANTONIO CEBRIÁN

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Capítulo 4

EL MAYA QUE NO VIAJÓ ALAS ESTRELLAS... ¿O SÍ?

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Aquellas, no fueron unas veladas especialmente conforta-bles. A nuestra llegada y de día, el alojamiento nos parecióromántico: un edificio de madera con amplio porche y,

diseminadas cerca de él, las habitaciones, que consistían en sólidascasitas individuales con techo de paja.

A las nueve de la noche apagaban el grupo electrógeno y, ago-tada la última copa y la conversación, cada cual cogía una vela o unquinqué, que de ambos estaba provisto el «hotel», y se iba a sucabaña. Ahí acababa todo el romanticismo. Por el calor y para unamejor ventilación, la pared terminaba por arriba a un metro deltecho, dejando espacio para que el aire circulara libremente… y,con él, cualquier especie animal provista de alas. Pese a todo, elambiente era sofocante y uno se tendía en la cama, conveniente-mente alejada de las paredes por lo que pudiera descender por ellas,como Dios lo trajo al mundo o poco menos.

Empapado con repelente para insectos y con el corazón en unpuño por los horrísonos gritos de los monos aulladores, que más pare-cían estar junto a la cabecera que entre los árboles, me encomendaba a«San Aután» y, confiando en la benevolencia de las arañas, escorpionesy serpientes que en mi imaginación rodeaban el lecho como si fueranángeles de la guarda, esperaba a que el bendito sueño llegara.

Con la luz de la mañana y afortunadamente indemne, compro-baba que mis temores nocturnos eran infundados: ni rastro de ser-pientes o de arañas peludas, a lo más, una rana y algún ciempiés.Diez segundos bajo el chorro de agua helada –en un rincón de lacabaña había un inodoro y una vetusta ducha que desaguaba en elmismo suelo– eran suficientes para despejarse sin quedar yerto yemprender el día con optimismo. Hubiera dado igual no ducharse,porque lo que había afuera bastaba para despertar todos los sentidos.

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El hotel de las ruinas de Tikal respondía a la romántica imagen de una película de losaños cincuenta ambientada en la selva.

Las habitaciones eran cabañas, también con techo de paja, que el viajero compartía contoda la variedad de insectos, batracios y reptiles propios del lugar.

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LA ISLA PERDIDA

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Supongo que ahora llegará hasta allí el tendido eléctrico y enlas renovadas cabañas habrá aire acondicionado, pero, quizá movi-do por la nostalgia, se me antojan más auténticos la selva y el Tikalque en esos días conocí. Era la primera vez que estaba en Guate-mala. Ya había rodado años antes la mayoría de las ruinas mayasde México, alguna de ellas en más de una ocasión, pero Tikal,incrustado en la feraz vegetación, con sus empinadas pirámidesasomando por encima de los árboles y las plataformas ceremonia-les abrazadas por gigantescas raíces, me resultó grandioso y, a lavez, amenazador.

Sin desmerecer lo esbelto de sus templos y la belleza de lasestelas que se alineaban entorno a la plaza principal,algo ominoso parecía flotaren aquél aire húmedo yespeso. Tuve la sensación deque, tras los primorososbajorrelieves y en cada pie-dra labrada, latía, aún vivo,un primitivo y feroz fanatis-mo. Sin razón para saberlo,supe que los mil aromas dela selva se había mezclado enese lugar con el acre olor dela sangre, y la imagen ama-ble que de la cultura mayame había formado cedió sulugar a otra, sin duda másreal, en la que el arte y losconocimientos que hicieronde ése un pueblo singular sehermanaban con los sacrifi-cios humanos.

Ya no flotaba en el aire el aroma del copal, elincienso de mesoamérica, pero algo ominososeguía impregnando el ambiente, algo que teníaque ver con los sacrificios humanos que allí sehicieron.

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En todo caso, no fue una civilización como tantas otras. Porestablecer una comparación, alguien definió a los mayas como «losgriegos de América». Y estaría bien si, además, se añadiera que losde Europa no contaron con los inconvenientes que los mayas tuvie-ron: la selva, la ausencia de metales, el desconocimiento de la rueday la carencia de animales de carga; lo que acrecienta su mérito yobliga a profundas reflexiones sobre el tesón y la genialidad comomotores ligados a los genes que elevan a unos grupos humanospor encima de otros.

No está resuelto el enigma de su origen. La noticia que tene-mos de ellos a través de ruinas como las de Tikal o Copán, es la deuna cultura ya floreciente, con una arquitectura original y depura-da, con un arte cargado de simbolismo y una escritura jeroglíficaequiparable a la egipcia, también de triple lectura: ideográfica, foné-tica y simbólica.

Sus ciudades fueron abandonadas y devoradas por la vegetacióninsaciable de la selva mil años antes de que los europeos descubrie-sen ese continente. Lo que hoy queda de ellas son ruinas cuajadasde pirámides y plataformas ceremoniales que nos hablan de la exa-gerada religiosidad de quienes las construyeron; sin embargo, comocontraste, el mensaje dejado en sus bajorrelieves refleja conocimien-tos matemáticos y astronómicos sorprendentes, entre los que, porcitar un par de ejemplos, puede señalarse el uso del «cero» catorcesiglos antes de que tal concepto llegase a Europa de manos de losárabes y una medida del año tres diez milésimas de día más exactaque la de nuestro actual calendario gregoriano corregido.

Una cultura formada por gentes singulares que tuvieron el buengusto de no representar en la variada iconografía batallas o conquis-tas, que usaron medidas de hasta sesenta y cuatro millones de añosen su cómputo del tiempo y que, ajustándose a quién sabe qué idealestético, deformaron sus cráneos en busca de un perfil sin frente yse limaron los dientes, incrustando en ellos jade y otras piedras.

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Recientemente, en una de esas investigaciones que monopoli-za a golpe de dólar la National Geographic Society, se afirma que elocaso de la cultura maya fue causado por la lucha fratricida entre laciudad estado de Tikal y la de Calakmul, separadas por cien kilóme-tros, en el siglo VII de nuestra era. Al parecer, esta teoría, ya adelan-tada por Simon Martin, del University College de Londres, y NikolaiGrube, de la Universidad de Bonn, ha sido confirmada por losjeroglíficos descubiertos en una pirámide de Dos Pilas, Guatema-la. Con todo lujo de detalles, se describen las intrigas, batallas ytraiciones protagonizadas por Balaj Chan K´awiil y su hermano,cuyo nombre no se cita. Diez años de encarnizados combates que,según estos eruditos, supusieron el principio del fin para aquellamagnífica civilización. Dudo que fuera así, porque los glifos mayasse están traduciendo sin haber descifrado más que medianamente

En los escasos códices que no fueron destruidos por los frailes, en los glifos de los bajorre-lieves y de las estelas, han quedado recogidos fragmentos de una cultura que, viviendo enla «edad de piedra», poseía conocimientos matemáticos y astronómicos asombrosos.

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su significado y porque, conociendo aquellas tierras del sur, cubier-tas de selvas poco menos que infranqueables, el sentido común medice que tales luchas entre ciudades estado carecen de lógica. Noobstante, se trata de una postura personal y recomiendo al lectorque no me haga el menor caso.

Mientras escribo esto, acaban de publicarse los resultados deotra investigación, en este caso financiada por la Woods HoleOceanographic Institution de Alemania. El estudio, dirigido por GeraldHaug, se ha centrado en el análisis de los componentes químicosen sedimentos correspondientes al primer milenio de nuestra eraen una región al norte de Venezuela. Ha sido la determinación delos niveles de titanio, directamente relacionados con la lluvia, loque ha permitido al investigador alemán llegar a la conclusión deque en los años 810, 860 y 910 hubo extrema sequía en esa parte deAmérica, extensible a Guatemala y al sur de México, lo que, a sujuicio, influyó decisivamente en el abandono de las ciudades mayasde la zona y la emigración de sus habitantes hacia el norte, concre-tamente a la península del Yucatán, dónde la gran abundancia deagua subterránea, explotada por ellos mediante zenotes (enormespozos que adquirieron carácter sagrado) permitió su definitivo asen-tamiento.

Resulta claro que el tema no está resuelto, y que a esas dosrecientes hipótesis, ambas razonables y dignas de respeto, se uniráalguna más, igualmente enjundiosa, antes de que este libro esté enlos escaparates. Sea por alguna de las dos razones expuestas o porotra muy distinta, lo seguro es que el tiempo, que barre de la memoriacon igual eficacia a dioses que a imperios, dio cuenta de los mayas,que terminaron siendo absorbidos por otros pueblos menos cultosy más guerreros.

En su época de esplendor, entre el 300 a.C. y el 900 de nuestraera, ocuparon un vasto territorio, un desigual rectángulo de doscien-tos cincuenta mil kilómetros cuadrados, que abarcaba la península

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las fauces estilizadas y abiertas de dos serpientes. Kukulcán serepresenta profusamente así, al igual que otras deidades, emergiendode la boca abierta de una serpiente, como representación del eter-no renacer, del dominio sobre la muerte, de la supervivencia delespíritu.

El «asiento» del personaje es también explícito simbólicamen-te: de izquierda a derecha, un caracol marino, representación de lafertilidad; un brote vegetal, expresión de lo que nace de la tierra, yun símbolo similar al %, que en escritura maya sirve para represen-tar la muerte; de él, por la derecha, nace una forma vegetal. Todoello tiene una significación tan evidente en cuanto se refiere a muertey renacimiento que no merece mayor comentario.

Por debajo de esos símbolos hay un rostro grotesco de bocadesenfadada. Unos lo identifican con el «mascarón solar» y otroscon «el monstruo de la tierra». Yo me inclino por esta última inter-pretación, no porque su simbolismo se ajuste mejor al conjunto dela losa, lo que también sería una razón, sino porque su tocado, lafigura que tiene inmediatamente por encima de los ojos, es similaral tocado «Sol de Tierra» que lleva el noveno dios de los MundosInfernales (Bolontikú) en el glifo G-9 de la estela E de Quiriguá,otra de las ciudades-santuario mayas de esa época, y que, con lige-ras variantes, se identifica en otros relieves también con el Sol deTierra, expresión ésta que alude al recorrido nocturno del Sol, des-de que es «devorado» por el Monstruo de la Tierra al anochecer,hasta que renace al alba por el oriente.

También en este caso el simbolismo es evidente; el viajero estáasentado sobre representaciones de muerte y renacimiento, situa-das a su vez encima del Monstruo de la Tierra, expresión del reinooscuro de la muerte: es alguien que nace después haber muerto,que, en postura casi fetal, abandona el reino de las sombras para unalumbramiento al mundo del espíritu.

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En el «Templo de la cruz», en el mismo Palenque, hay un relieve de característicassimilares, pero sin «astronauta». La cruz representada es la misma que la de la losa, consus brazos horizontales acodados que semejan tubos articulados, también hay una ser-piente bicéfala entrelazada con la cruz y el «asiento» es el mismo «monstruo de la tierra»que figura bajo las posaderas del piloto en el «Templo de las inscripciones», sin embargo,a nadie se le ocurriría ver en esos elementos piezas de nave espacial alguna.

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DESTINO: VENUS

Hay que conocer la cosmología y la teogonía maya profunda-mente para adentrarse en el significado completo de la losa de Palen-que, lo que ni siquiera está al alcance de los expertos. No sucede lomismo con su significado global, accesible para los que estén fami-liarizados con el simbolismo y las estilizaciones artísticas de esacultura; muchos de los glifos tienen interpretaciones diferentessegún las diversas escuelas, pero no contradictorias. Lo que no resul-ta lícito es valorar lo representado en esa losa al margen de su con-texto y de espaldas al conocimiento que actualmente se tiene sobrela cultura maya: si ese relieve representa un vehículo espacial, todoslos de Chiapas y el Yucatán están llenos de fragmentos de vehícu-los espaciales, y si el personaje es un cosmonauta, las ruinas mayasestán repletas de colegas suyos.

Alguien dijo a Charroux que en la losa hay un par de glifos queidentifican a Venus, de lo que sagazmente dedujo que el piloto dela nave se dirigía a ese planeta. Es obvio que Charroux no tenía lamenor idea de la importancia que Venus tuvo en la religión deMesoamérica, equiparable a la que alcanzó Sirio entre los antiguosegipcios. Lo extraordinario sería que en una tumba maya no apare-ciese el símbolo de Venus, ligado como estaba a ese ciclo de vida-muerte-renacimiento fundamental para aquella cultura integradoraque cifraba su destino en las estrellas (fueron extraordinarios astró-nomos y astrólogos).

La revolución sinódica (tiempo que tarda un planeta en volvera estar en conjunción o en oposición con el Sol) de Venus era unamedida de tiempo complementaria al año solar y al año mágico. Elbrillante planeta es estrella matutina durante 236 días, durante 90es invisible, durante 250 es estrella vespertina y a lo largo de 8desaparece con el Sol al atardecer y aparece por el mismo puntodel orto solar como estrella matutina. Hasta tal extremo era impor-tante, que los mayas contaban ciclos de tiempo armonizando sus

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calendarios mágicos y solares con el de Venus, desde el ciclo corto,de 2.920 días, que comprende ocho años solares y 5 venusianos,hasta el más largo de los utilizados en las estelas, que armonizaba3.744 años astronómicos con 2.340 revoluciones sinódicas de Venus,5.256 años mágicos y 1.752 revoluciones sinódicas de Marte. Ensu afán de darle a todo acontecimiento una medida cronológica,hoy se piensa que los mayas identificaban el ciclo de Venus con elciclo de las almas.

Respecto a las manos que manejan «delicadamente» los man-dos de la nave, habría que censurar al escultor que labró la losa suinexcusable olvido en el momento de representar tales mandos.Injustificadamente se tiende a considerar que los bajorrelievesamericanos responden a la misma rigidez, al mismo hieratismo quelos egipcios, cuando, si con una expresión artística se puede com-parar la de los mayas, no es con la de Egipto o la de Mesopotamia,sino con la de Oriente, al punto que gestos, actitudes y movimien-tos recuerdan sorprendentemente los de esculturas y relieves de laIndia. Las manos del «astronauta» son tan expresivas y dinámicascomo las de otros muchos personajes mayas. Su ropa tampoco esla más adecuada para un piloto y sí idéntica, en cuanto al ceñidor yal faldellín, a la de otras figuras retratadas en Palenque, como la queaparece en un panel oval del «palacio» y que debe corresponder aun sacerdote, no a un rey, puesto que está ofreciendo una corona aotro personaje de más alto rango sentado en un trono constituidopor un jaguar de dos cabezas.

Sumando detalles y dando a cada uno la interpretación quemás convenga, se puede llegar a cualquier resultado. Recuerdo aquelsimple juego gráfico de mi infancia en el que, colocando un cuatrodebajo de un seis, se obtenía un perfil humano: «con un seis y uncuatro hago una cara que es tu retrato». Bien está si no olvidamosque no es un dibujo de un perfil, sino un seis y un cuatro que,colocados en esa posición, semejan un perfil humano. La disposición

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del personaje y de todos los elementos que lo acompañan recuer-dan la imagen convencional de alguien pilotando un vehículo queno es avión, porque carece de alas, ni carreta, porque no tiene ruedas,y que en su extremo inferior presenta una serie de líneas que pare-cen las llamas de una tobera, las plumas de una serpiente emplu-mada o las llamas del infierno, pero que, en cualquier caso, habránde identificarse como lo que son y no condicionando el noventa ynueve por ciento restante de lo contenido en la losa a esas supuestasllamas, que, tal vez, tendrían el valor que algunos pretenden darle sitodo lo que hay delante de ellas fuese realmente un vehículo, loque, como hemos visto, no es ni por asomo. Aunque en las des-cripciones que he leído de la losa sus autores pasan por alto lashipotéticas llamas, si se atiende a la forma de las que están repre-sentadas completas (las dos de los lados), es lógico deducir que setrate de plumas, pues son similares a las que tiene en su tocado el«astronauta» y otros muchos personajes mayas, o las del quetzalque aparece representado en el extremo superior de la cruz.

Queda un detalle: el del «aparato» para respirar que tiene juntoa su nariz. Dudo que el artista maya encargado de representar algoque obviamente no entendía, hubiera descendido al detalle de uninhalador que, además, no está conectado a ingenio alguno, ni si-quiera a la nariz del piloto, a la que apenas toca. No es parte de unsistema, es un símbolo, cuyo significado desconozco, que tiene allado, a su izquierda, otro igual, aunque más pequeño, y que conligeras variantes se halla numerosas veces representado en la losa.Si fuese un inhalador habrá que convenir que llamó poderosamen-te la atención del escultor, pues llenó toda la lápida de inhaladores.

EL AUTÉNTICO MISTERIO ESTÁ DEBAJO DE LA LOSA

En fin, no es cuestión de opinar. Lo que de acuerdo a la simbo-logía y al arte maya está representado en la célebre losa de Palenquese corresponde con la función que tal losa tenía, es decir, la de una

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COLECCIÓNLA PUERTA DEL MISTERIO

Dirigida por Fernando Jiménez del Oso

Desde NOWTILUS FRONTERA ofrecemos una colecciónde temática única: La Puerta del Misterio. Realizada por un gru-po de autores especializados en el periodismo de investigación detodo aquello que resulta desestabilizador, extraño o misterioso; querezuma frescura, aventura y rigurosidad; que posee los ingredien-tes necesarios para que el lector sacie su curiosidad por aquellostemas que permanecen situados en los límites de la realidad, peroque no dejan de estar presentes en nuestra sociedad, y en la curio-sidad de todos.

Ediciones Nowtilus presenta una colección diferente, cuyoobjetivo es informar con veracidad, crear opinión y que los lecto-res sean los que saquen sus propias conclusiones.

De la mano del Doctor Jiménez del Oso recorremos los enig-mas del país de los faraones, las caras desconocidas de Jesús, el usode las plantas mágicas, el secreto de los templarios en España, loslugares de poder, las claves ocultas del cristianismo, la certeza delfenómeno Ovni y los expedientes oficiales, las técnicas de capta-ción de las sectas y cómo defendernos de ellas. En definitiva, laobra más completa jamás realizada, escrita por autores de recono-cido prestigio y solvencia.

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La cara oculta de Jesús

Sectas, la amenaza en la sombraCómo actúan, quiénes son y cómo defendernos

De Egipto al sur de Francia, tras la pista de su vida secreta

A través de este libro, el autor investiga ynos muestra las diferentes «vidas de Jesús».Primero con la secta de los esenios, poste-riormente con los egipcios, donde adquiriólas enseñanzas propias de los iniciados; y porúltimo se presenta la posibilidad de quemuriera cerca de una remota aldea de losPirineos franceses, donde han sido halladosunos pergaminos con un contenidodesestabilizador, y donde aún se custodia sutumba.

Por Mariano Fernández UrrestiISBN: 84-9763-004-I

El problema de las sectas se ha convertidoen los últimos años en una de las grandeslacras sociales, aún pendiente de solución.Cualquiera de nosotros, independientementede la raza, cultura o estrato social, puede caeren las redes de estas agrupaciones que, comodemuestra el autor de la obra, no cesan decrecer y expandir su poder. En un excelentetrabajo de campo realizado desde dentro yfuera de ellas, aprenderemos a identificarlasy a defendernos de ellas.

Por Antonio Luis MoyanoISBN: 84-9763-005-X

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Poltergeist, una incómoda realidad

El enigma de las Momias

Fenómenos inexplicables en nuestro hogar

Casas encantadas, fenómenos extraños,sucesos paranormales... parecen formarparte del mundo del celuloide pero son tanreales como la vida misma. El poltergeist noes selectivo; se manifiesta como y cuando leviene en gana, desencadenando unos fenó-menos que casi siempre sorprenden a la «víc-tima» sin preparación alguna. En esta obra,narrada de forma «diferente», se habla delos más célebres, de los clásicos y de los másdocumentados, desde el rigor y la investiga-ción puramente periodística.

Por Lorenzo Fernández BuenoISBN: 84-9763-006-8

La búsqueda desesperada de la inmortalidad

Desde que el hombre es hombre el miedo ala muerte, a ese último viaje sin retorno apa-rente, le ha llevado a utilizar los más varia-dos sistemas para intentar luchar contra ella.La momificación ha sido uno de ellos y enesta obra están todas las claves, desde lastécnicas para realizarla, a las maldiciones delas momias.

Por David E. Sentinella VallvéISBN: 84-9763-011-4

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Las Plantas Mágicas

La Espada y la CruzTras las huellas de los templarios en España

Sus propiedades desconocidas, los rituales y cómo utilizarlas

A lo largo de la historia, el uso de las plan-tas, tanto en su vertiente ritual como en lacurativa, ha hecho que aparezca una nuevaciencia cuyo elemento principal es el cono-cimiento de la botánica.Plantas curativas, malignas, los filtros deamor, etc., son parte de un libro ampliamentedocumentado y repleto de sorpresas pero,por encima de todo, de gran utilidad.

Por Mar Rey BuenoISBN: 84-9763-008-4

Si existe una orden de caballería que haalcanzado con el paso de los siglos la cate-goría de mito, ésta es sin lugar a dudas laOrden de los Caballeros Pobres del Templode Salomón, más conocida como la Ordendel Temple.Su misteriosa aparición, sus primeros pasos,el enriquecimiento y poder que atesorarony sus secretos son parte de las claves que elautor desvelerá en esta obra.

Por Xavier MusqueraISBN: 84-9763-009-2

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La «invasión» Ovni

Los secretos del Antiguo Egipto

La evidencia que los gobiernos ocultan

Un recorrido diferente por el misterioso país de los faraones

La posibilidad de que objetos volantes deorigen incierto estén surcando impunementenuestros cielos se ha convertido en certezaa raíz de las desclasificaciones de informesovni que en los últimos años han llevado acabo diferentes gobiernos. A pesar de lascríticas, lo que queda de manifiesto es quelos ovnis continúan manifestándose, sien-do ocultados bajo los epígrafes de máximaconfidencialidad de los estamentos milita-res. Esta sorprendente investigación perio-dística así lo pone de manifiesto.

Por Bruno CardeñosaISBN: 84-9763-010-6

Hablar de Egipto es hacer referencia a lacultura más impresionante y enigmática queha pasado por la faz de la Tierra. En un tiem-po remoto, en un país en el que tan sólohabía desierto y muerte, apareció una cultu-ra que cultivó las artes y las ciencias, unacivilización que dio los mejores astrónomos,matemáticos, ingenieros, para llevar a caboobras imposibles con un elemento siemprepresente: el culto a sus dioses y a la magia.

Por Juan José Haro VallejoISBN: 84-9763-007-6

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Crónicas de Fenómenos Insólitos

Lugares de PoderLos enclaves donde el hombre transciende

Una aventura por el sendero de los dioses

Rituales de vudú, chamanes en el Amazo-nas, áridos desiertos plagados de leyendas.Esta obra es un diario de viaje escrito con elpolvo en las botas y el sudor aún resbalan-do por las mejillas. El autor se introduce enlugares anteriormente vetados a cualquieroccidental para demostrar, sin margen a laduda, que lo imposible, en ocasiones, cobraforma en los cinco continentes del planeta.

Por Miguel BlancoISBN: 84-9763-012-2

Son muchos los lugares repartidos por elmundo que destacan sutilmente por encimade los demás. Son los conocidos como«lugares de poder», enclaves en los que seconcentran una serie de energías que trans-forman al individuo, que hacen que éstetranscienda. El talante viajero del autor con-fiere a este volumen un aspecto aventurero,pero también práctico. No en vano le ha lle-vado a «experimientar» en estos sitios, obte-niendo resultados únicos y sorprendentesque nos narra apasionadamente.

Por Juan Ignacio Cuesta MillánISBN: 84-9763-013-0

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Víctimas del MisterioCrónica negra de los fenómenos extraños

Enigmas del CristianismoLa Sábana Santa, estigmatizados, apariciones marianas y objetos sagrados

Enigmas del Cristianismo, misterios de laIglesia, en definitiva, todo se incluye dentrode una misma idea: en el seno de la cristian-dad se han producido, desde hace sigloshasta nuestros días, una suerte de fenóme-nos que dada su relevancia han sido rápida-mente «callados» para que no traspasaran elgrueso muro que separa la Basílica de SanPedro del resto de los mortales.

Por José Gregorio González GutiérrezISBN: 84-9763-015-7

La crónica negra del misterio es, por des-gracia, amplia y variada. Desde la investiga-ción periodística, el autor ha reunido en estevolumen la serie más destacada de casos. Apesar de la distancia y diferencia social deaquellos que fueron siniestros protagonistasde los mismos, poseen unas característicascomunes: un absoluto desprecio por la vidahumana e importantes dosis de misterio ensus facetas más dantescas.

Por Lorenzo Fernández BuenoISBN: 84-9763-014-9

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Tras las huellas del pasado imposible

Las psicofonías, ¿quién hay ahí?

La arqueoastronomía y el conocimiento oculto de la antigüedad

El misterio de la transcomunicación

Es, sin lugar a dudas, el fenómenoparanormal más inesperado, impactante yllamativo de cuantos se incluyen en el fasci-nante universo del misterio. Hablamos de lapsicofonía, voces sin rostro que en ocasio-nes se manifiestan para demostrar que exis-ten otras realidades paralelas a la nuestra.Cómo se realizan, cuáles son sus peligros oqué lugares son los propicios para efectuarla práctica son algunos de los argumentosde este excepcional estudio.

Por Pedro Amorós SogorbISBN: 84-9763-016-5

A lo largo y ancho de nuestro planeta hayuna serie de construcciones, yacimientos yobjetos que permanecen fuera de su tiem-po, construidos hace miles de años con unaprecisión y técnica que espanta. El conoci-miento que alguien en el pasado inculcó alas civilizaciones de esas épocas surge de unamanera tan precisa y rápida, que ha desper-tado las dudas de los arqueólogos «apócri-fos», que se han aptrevido a buscar las huellasque aquéllos dejaron a su paso por nuestromundo.

Por Tomé MartínezISBN: 84-9763-017-3

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Pactos Satánicos

Pasajes del terror

Blasfemia y magia negra desde tiempos remotos hasta nuestros días

Psicokillers, asesinos sin alma

Han sido la causa de muchas piras inquisi-toriales. Los pactos satánicos se han prodi-gado en la clandestinidad a lo largo de lahistoria, llegando hasta nuestros días impor-tantes reminiscencias de unos cultos que seniegan a desaparecer. Religión para unos,filosofía para otros, vandalismo para lamayoría, el autor de esta obra narra de for-ma amena la evolución del satanismo en losúltimos siglos y se ha «infiltrado» en varioscolectivos satánicos para narrarnos directa-mente su experiencia, eso sí, desde dentro.

Por Santiago CamachoISBN: 84-9763-018-1

Asesinos en serie, psicópatas que no mues-tran sentimiento ni piedad a la hora de aba-lanzarse y descuartizar a sus víctimas, gen-tes sin alma... Juan Antonio Cebrián nossorprende una vez más con una obra inédi-ta que saca a la luz los aspectos más oscurosde la naturaleza humana.Narra de forma impecable la personalidadexecrable de los psicokillers más célebres dela historia.

Por Juan Antonio CebriánISBN: 84-9763-019-X

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