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Hinchazón económica y fragilidad política
El capital, lo que le sobra y lo que le falta Noches y más noches hablando sin parar
escuchando planes súper gloriosos buscando taparme un poco
diciéndome no quiero morir diciéndome no quiero morir veinte minutos de felicidad
sólo veinte minutos (Las Pelotas)
La burbuja especulativa derrama sobre las acciones… La política de ‘apalancamiento’ implementada por el Ban‐
co Central de los Estados Unidos (más conocido como FED o Reserva Federal) ha inyectado en el mercado de capitales, desde el estallido de la burbuja especulativa allá por 2008, más de 4,4 billones (millones de millones) de dólares. Ello ha creado, como analizamos en esta publicación mes tras mes, una nueva gigantesca burbuja, mucho más grande que su predecesora. En una entrevista al economista y gran inversor John
Hussman, realizada por el portal de noticias Rusia Today, es‐te señala: “No se engañen, es una burbuja de activos extre‐madamente peligrosa. Según los datos históricos más fiables se puede decir que la burbuja actual supera los niveles de 1972 y 1987, 1929 y 2007, y que ahora es un 15% mayor que en 2000. (…) La principal diferencia entre el episodio actual y el de 2000 es que la burbuja en 2000 se hizo patente en el sector de la tecnología, mientras que ahora está dispersada en todos los sectores, así que la evaluación de la mayoría de las acciones de ahora es incluso peor que en el año 2000” (RT 28/07). Este inversor refiere a que en los últimos meses han veni‐
do creciendo, en forma acelerada, los índices bursátiles que agrupan a las grandes compañías, lo que podría tomarse, si se lo analiza superficialmente o unilateralmente, como sín‐toma de crecimiento de la economía estadounidense. También el semanario de la city londinense The Econo‐
mist advertía sobre este fenómeno, aunque por supuesto desde otra perspectiva. Bajo el título Las condiciones del mercado tienen un parecido inquietante a las de 2007, la publicación británica hacía referencia al estallido de la bur‐buja de 2008 y al comienzo del prolongado estancamiento en el que se halla la economía mundial. Según esta publica‐ción, “los diferenciales de crédito son bajos, los precios de las casas están subiendo y las adquisiciones están en auge. Los principales índices bursátiles de Estados Unidos, el Dow y el S&P 500, no dejan de golpear nuevos máximos” (TE 28/06).
El crecimiento de estos índices señala que los precios de las acciones de las empresas que los componen están cre‐ciendo y mucho. Efectivamente, los precios de las principales acciones del
índice bursátil más importante de los EEUU, el índice Dow Jones, está por las nubes. El Dow Jones reúne la cotización de las 30 principales empresas de ese país (3M, Alcoa, American Express, AT&T, Bank of America, Boeing, Caterpil‐lar, Chevron, Cisco Systems, Coca Cola, DuPont, ExxonMobil, General Electric, Hewlett Packard, Home Depot, Intel, IBM, Johnson & Johnson, JPMorgan Chase, Mc Donald’s, Merck, Microsoft, Pfizer, Procter & Gamble, Travelers, UnitedHealth Group, United Technologies, Verizon, Walmart y Walt Dis‐ney). A comienzos de julio, este índice superó, por primera vez
en su historia, los 17.000 puntos. Ese número se calcula su‐mando los precios de la totalidad de las acciones de esas 30 grandes empresas y dividiéndolas por un divisor común. De esta manera, todos los días, se informa cuántos puntos bajó o subió el Dow Jones, es decir, si la suma del precio del total de las acciones de esas compañías dividido por un divisor común, aumentó o descendió respecto del día anterior. Si tenemos en cuenta que dicho índice se encontraba a fi‐
nes de noviembre de 2013 en los 16.000 puntos, podemos observar rápidamente un acelerado crecimiento de 1.000 puntos en apenas 7 meses. Es decir, que los precios de las acciones de éstas 30 grandes empresas (que sirven de refe‐rencia para analizar al conjunto de la economía estadouni‐dense y que también son observadas desde todos los puntos del planeta, por lo que la economía estadounidense significa para la economía global) están creciendo, en conjunto, de forma agigantada. Síntoma, según interpretan los grandes centros de poder mundial, de la que cosa marcha bien. Al respecto, The Wall Street Journal informa: “El Dow de‐
moró 139 sesiones en pasar de los 15.000 a los 16.000 pun‐tos y 70 meses desde el primer cierre por encima de los 14.000, que alcanzó en julio de 2007, a las 15.000 unidades. El avance más rápido de 1.000 puntos tuvo lugar en mayo de 1999, cuando el índice demoró apenas 24 jornadas en pasar de los 10.000 a los 11.000 puntos durante el apogeo de la
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burbuja de las firmas de Internet” (WSJ, reproducido en LN 4/7). La aceleración es notable. Detengámonos un momento, para pensar qué está suce‐
diendo. Si observamos la cita textual de este diario financiero
neoyorquino, vemos cómo la mayor aceleración sucedió, precisamente, durante el “apogeo” de la burbuja de las fir‐mas tecnológicas (medidas en otro índice también muy co‐nocido, el Nasdaq). Y ahora el crecimiento del precio de las acciones ya no es en las tecnológicas, sino en todas las ra‐mas, como lo muestra el Dow Jones, que precisamente, co‐mo dijimos, agrupa desde General Electric hasta McDo‐nald´s, pasando por Walt Disney). Este índice de precios, analizado en solitario, podría estar
mostrando por su crecimiento síntomas de robustez en la economía norteamericana. Aunque el dato de la aceleración ya es toda una advertencia. Pero si además del Dow Jones, observamos el resto de los mercados financieros, sobre to‐do los derivados (que hemos analizado en profundidad en nuestro último Análisis…), podemos concluir rápidamente que el acelerado crecimiento de los precios de las acciones de estas compañías es en realidad, como lo señalaba el in‐versor citado más arriba, un síntoma más de la enorme bur‐buja especulativa en que se encuentra la economía mundial, ahora desparramada al conjunto de las ramas. Es decir que el problema no está ya tan sólo en los mercados de bonos de países considerados riesgosos o en los de derivados es‐peculativos, sino que ha alcanzado fuertemente a las accio‐nes de las propias empresas productoras de bienes y servi‐cios. Otro ejemplo de ello lo tenemos en el precio de la tierra
en las zonas productoras de los EEUU. Si para el año 2011, el precio de la hectárea en estados típicamente productores de maíz y soja como Illinois y Iowa rondaba entre 18 mil y 20 mil dólares, actualmente la misma hectárea cuesta 28 mil dólares promedio (información publicada en LN 15/07). El crecimiento de los precios es espectacular, como vemos. La especulación en torno al precio de la tierra tiene que
ver, por un lado, con la búsqueda de capitales por asegurar‐se bienes seguros, en este caso, tierra productora de ali‐mentos y materias primas. Pero, al mismo tiempo, ello deviene de la especulación
creciente justamente con los precios en los mercados de alimentos. Para tener una idea de la magnitud de dicha es‐peculación, basta el siguiente dato: según informa el diario argentino Cronista Comercial, especialista local en seguir las noticias del mundo de las finanzas, “para la cosecha 2013/14, el volumen operado en Chicago equivalió a nego‐ciar 59 veces la producción mundial de trigo, 71 veces la de soja y 23 veces la producción global de maíz” (CR 30/07). La
Bolsa de Chicago es, precisamente, el principal centro de co‐tizaciones de la producción granaria del mundo. Y todo ello en un mundo en el cual, según el último infor‐
me de la ONU, la pobreza alcanza a más de 2 mil doscientos millones de personas (información publicada en CD 24/07), para quienes las fluctuaciones y especulaciones en los pre‐cios de los alimentos resultan cruciales.
…pero los salarios estadounidenses siguen por el piso Sin embargo, como venimos analizando mes tras mes, pa‐
ra la FED ‘desinflar’ la burbuja, es decir, dejar de inyectar di‐nero barato y elevar las tasas de referencia a las que prestar dinero antes de que la burbuja estalle y produzca quiebres en cadena y una nueva profundización de la recesión, no re‐sulta nada sencillo. Lentamente, desde diciembre del año pasado este organismo viene reduciendo paulatinamente el estímulo monetario, que había alcanzado los 85 mil millones de dólares mensuales. Como ya dijimos, desde el inicio de la crisis fueron inyectados casi 4 billones y medio de dólares mediante este mecanismo, comprando bonos, créditos y otros activos monetarios. Actualmente, la ‘cuota de estímu‐lo’ se encuentra en 25 mil millones mensuales y la FED pro‐metió terminar con ello en octubre del presente año. Lo que por el momento la FED no se atreverá a tocar es la
tasa de referencia cero para los préstamos. Cada vez que dejó correr rumores de que el tema sería conversado en las mensuales reuniones de su directorio, los fondos de inver‐sión huyeron despavoridos de los mercados considerados más riesgosos (como los de bonos soberanos de los países emergentes a comienzo de 2014), provocando corridas fi‐nancieras en distintos puntos del planeta, entre ellos nues‐tro país. En su comparecencia mensual en el Senado de los EEUU,
la presidenta de la FED, Janet Yellen, señalaba al respecto: “Debemos ser cuidadosos para asegurarnos de que la eco‐nomía está en una trayectoria sólida antes de considerar subir las tasas de interés”, señalando que si bien el empleo había crecido y los indicadores de crecimiento eran alagüe‐ños, los sueldos estaban aún demasiado bajos (WSJ, repro‐ducido en LN 16/07). Es decir que por más que los precios de las acciones de las empresas crezcan, se produzcan más bienes y servicios y hasta inclusive se creen nuevos puestos de trabajo, el nivel de los salarios no alcanza para reactivar el consumo estadounidense, y ello resulta fundamental en una economía que depende en un 50% de su mercado in‐terno. Por ello, el mismo matutino neoyorquino especulaba con que la suba de tasas será analizada por la FED recién a mediados de 2015. El problema del mercado laboral resulta central para en‐
tender el comportamiento y la preocupación de la FED. En lo
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que va del año, fueron creados en EEUU casi un millón y medio de nuevos empleos. La tasa de desempleo descendió hasta tocar 6,1%, la más baja en casi 6 años. Ello debería hablar a las claras de una economía en sólido crecimiento. Sin embargo, como ya hemos señalado en oportunidades anteriores, gran parte de la fuerza laboral desocupada ha dejado de buscar trabajo. A su vez, el crecimiento de los puestos de trabajo apenas acompañan el crecimiento vege‐tativo, por lo que la fuerza laboral permanece estable en un 62,8% (información publicada en HTV 4/7). Además, la fuer‐za laboral que se incorpora o reingresa al mercado lo hace con salarios cada vez más bajos, precisamente aquello que señalaba la presidenta de la FED, Yellen, como motivo para postergar la subida de las tasas y seguir prestando dinero a tasa cero, haciendo equilibrio entre el intento para que ello se traduzca en inversión y creación de nuevos puestos de trabajo antes de que siga inflándose la burbuja hasta el lími‐te de lo posible. Por todo ello, también el FMI ‘pateó’ para 2015 las espe‐
ranzas puestas en la economía estadounidense. Durante el mes de julio, el organismo de crédito multilateral volvió a reducir la perspectiva de crecimiento de la mayor economía del mundo para el presente año a 1,7% (en abril era de 2,8% y en junio ya había caído al 2%). Para el siguiente año, aún mantiene las perspectivas de 3% basadas en “un fuerte cre‐cimiento en el consumo, la ralentización del freno fiscal, el alza en la inversión residencial, y una relajación de las condi‐ciones financieras” (CR 24/7). Dicen que la esperanza es lo último que se pierde…
Europa estornuda pero tampoco reacciona También el FMI volvió una vez más a ‘retar’ a Europa por
su estancamiento y la debilidad de sus políticas de ‘apalan‐camiento’, esta vez en su informe de revisión anual de la economía del Viejo Continente, pese a que el Banco Central Europeo (BCE) comenzó a emular a la FED inyectando pa‐quetes de compra de bonos y activos financieros por casi medio billón de euros y a haber reducido su tasa de referen‐cia también a niveles nulos, e incluso a interés negativo, pa‐ra castigar a los inversores poco arriesgados (información publicada en CR 15/3). El riesgo es enorme, porque el BCE ‘apalanca’ y los bancos
europeos toman dinero y lo prestan a inversores de alto riesgo, provocando un alto grado de incertidumbre constan‐te sobre cuándo se romperá la burbuja, con la consecuente cesación de pagos. Este mes tuvimos, en tal sentido, una muestra de ello, que
solo terminó, por ahora, en amague. A mediados de julio se conocía la noticia de que uno de los mayores bancos portu‐gueses (nótese que si bien es un banco europeo, no es de las principales economías, es decir, la muestra sólo es un co‐
letazo de lo que podría suceder si esto le pasase a un gran banco alemán o francés, ni que hablar si fuese estadouni‐dense), el Banco Espítio Santo (BES), no estaba en condicio‐nes de pagar sus obligaciones, lo que arrastró caídas en las bolsas europeas pero también en el mismísimo índice Dow Jones, al que nos hemos referido más arriba. Rápidamente, los inversionistas abandonaron no sólo las acciones del BES (las cuales cayeron 19% en horas hasta ser sacadas de coti‐zación para evitar el colapso), sino todo lo que parecía ries‐goso (y como vemos, hasta las 30 principales empresas es‐tadounidenses lo parecían, por ello cayó ese día el Dow Jones), huyendo hacia activos considerados más seguros como el oro y los bonos de EEUU y de Alemania (aunque ninguno de ellos pague nada de interés). Todo comenzó con el anuncio de que el conglomerado
que controla al BES, el Espírito Santo Financial Group S.A., revisaría los créditos otorgados por el banco a las empresas del propio grupo, lo cual es legal pero podría ser una mues‐tra de la poca solvencia de las mismas, por no tomar prés‐tamos de bancos comerciales o externos al grupo. En reali‐dad, quien echó a rodar el rumor fue el diario financiero estadounidense Wall Street Journal, anunciando posibles manejos contables espurios y la preocupación de los inver‐sionistas del grupo. Cierto o no, lo seguro es que derivó en una corrida financiera que hizo temblar por unos días los mercados. Pero la corrida no terminó allí. Rápidamente, cuando bajó la marea, los mismos fondos de inversión que realizaron la corrida salieron a comprar acciones más bara‐tas, producto del reflujo hacia el oro y los bonos soberanos estadounidenses y alemanes. Y con ello los índices bursátiles volvían rápidamente a subir, tras la corrida especulativa. Maniobras como esta parecen ser ya de las más habitua‐
les. Así lo explicaba el jefe de inversiones de Oppenheimer Funds, Krishna Memani, al Wall Street Journal: “Estoy preo‐cupado por cosas como la potencial inflación salarial en EEUU. Estoy preocupado por un prematuro cambio de políti‐ca de la Fed. Estoy preocupado por una desaceleración en los mercados emergentes. Lo que explícitamente no me preocupa es el Banco Espírito Santo” (WSJ, reproducido en LN 14/07). ‘Fue sólo un estornudo’, parece decir el inversionista. Un
síntoma menor al lado del tembladeral en que se ha consti‐tuido el actual sistema financiero mundial. Sin embargo, el FMI, como vimos, le recomienda al BCE que incremente las medidas de estímulo, sin asustarse por contratiempos me‐nores como el del BES. Los números europeos parecen justi‐ficarlo. Según el Wall Street Journal, el índice manufacturero eu‐
ropeo volvió a perder fuerza en el segundo trimestre del año. La información cobra mayor relevancia aún cuando se desgrana la caída por países: ello sucedió en la zona núcleo
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europea, incluyendo a la propia locomotora del continente, Alemania, y a países históricamente industriales como Ho‐landa, Austria y Francia. Según la propia Agencia de Estadísticas de la Unión Euro‐
pea, el desempleo alcanza al 11,6% de la población activa, 18,5 millones de personas, lo que significa casi 7 millones de desocupados más que antes de estallar la crisis. Precisamen‐te, la producción industrial, que representa la quinta parte de la economía de la zona euro, se encuentra 13% por deba‐jo respecto a 2008 (información publicada en WSJ reprodu‐cida en LN 2/7 y en TE 19/7). En Francia, segunda economía europea, el crecimiento se
encuentra en un punto muerto y el índice de confianza em‐presarial según la Insee (agencia de estadísticas oficial) vol‐vió a ser negativo después de un año de tibias esperanzas. Como dijimos, la producción de manufacturas también cayó, y las empresas recortaron puestos de trabajo por octavo mes consecutivo. Por todo ello, los principales analistas económicos europeos ya anticipan que el crecimiento anual esperado, de apenas 1%, parece exagerado. Ante tal situación, el gobierno francés, que estrena como
primer ministro a Manuel Valls, luego de la caída brutal en los votos del gobierno de Hollande en las elecciones munici‐pales, se propone recortar impuestos y reducir cargas socia‐les a las empresas, buscando con ello estimular la inversión. Al mismo tiempo, se propone un recorte del presupuesto estatal de 50 mil millones de euros entre 2015 y 2017 para reducir el déficit fiscal, lo que implica, entre otras cosas, el congelamiento salarial de los empleados estatales. Para po‐der llevar adelante tales medidas, el gobierno socialdemó‐crata se propuso realizar un llamado al ‘Pacto Social’ entre patrones y sindicatos. Estos últimos, luego de escuchar las propuestas, se retiraron de la mesa de diálogo, protestando frente a los intentos del ministro Valls por reformar las leyes laborales garantizadas en el denominado Estado de Bienes‐tar europeo (información publicada en TE 28/6 y 12/7). Mientras tanto, en la alicaída España, luego del comienzo
del estímulo del BCE, las inversiones externas volvieron a aparecer, trayendo nuevamente el peligro del endeuda‐miento barato. De hecho, el endeudamiento privado espa‐ñol alcanza el 120% del PBI. Producto de ello, la tasa de des‐empleo ha disminuido entre abril y junio del presente año en un punto y medio, situándose en 24,45%. Es el primer trimestre que España logra reducir la desocupación desde que comenzó la crisis en 2008. El dato llevaba al presidente Rajoy a expresar que “El mercado laboral ha dado un giro de 180 grados. Estamos ante un cambio de ciclo”. Sin embargo, el propio diario de la familia Mitre aclaraba rápidamente: “El desglose de las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) invita a matizar el optimismo. El rasgo que caracteriza al nuevo empleo es la precarización: crecieron hasta niveles
récord los trabajos a tiempo parcial y se abarataron los sala‐rios. De los 388.000 nuevos puestos creados en el trimestre, 208.000 fueron temporales. ‘Se está creando empleo de ma‐la calidad, en sectores muy volátiles como el turismo. Y gran parte de la reducción de la tasa de paro se debe a que hay menos gente buscando’, se quejó ayer Toni Ferrer, miembro de la conducción de la Unión General de Trabajadores (UGT)” (LN 25/7). La caída del desempleo está basada entonces en la preca‐
rización laboral y los bajos salarios, es decir, en la aplicación de las medidas para desmontar el Estado de Bienestar. Con estos números, la mirada expectante está puesta
siempre en Alemania, motor europeo y cuarta economía del mundo. Hemos analizado en otras oportunidades cómo este país ha logrado pactar con una porción del proletariado lo‐cal, agrupado en las grandes centrales obreras socialdemó‐cratas, el sostenimiento de condiciones laborales y salarios estables para una parte de los trabajadores germanos, los más calificados, a cambio de apoyo político en las medidas de ajuste para el resto de Europa, conjuntamente con un crecimiento del mercado laboral alemán basado en bajos sa‐larios y condiciones precarias. De hecho, la socialdemocracia formó un gobierno de coalición con los socialcristianos para darle un nuevo mandato a la actual canciller Ángela Merkel, principal impulsora de las medidas de austeridad europeas. En este país, según cifras oficiales, el crecimiento de la fuer‐za laboral en el último año alcanzó el 0,9%, haciendo caer nuevamente las cifras de desempleo, que rondan el 5%. Pero, fundamentalmente, Alemania es necesaria, en tanto
motor europeo, para llevar adelante el acuerdo transatlánti‐co entre EEUU y Europa, que pretende crear el mayor mer‐cado del mundo con 800 millones de potenciales consumi‐dores.
Las condiciones imposibles del TLC transatlántico Durante el mes de julio, se realizó la sexta ronda de nego‐
ciaciones para el tratado de libre comercio transatlántico. Sin mayores avances, se anunció que ahora se espera que los acuerdos estén listos recién para comienzos de 2016. Ni siquiera existe un calendario preciso para el avance de las conversaciones y los eurodiputados continuaron quejándose de que las negociaciones se realizan a puertas cerradas y en el mayor de los secretos. Es que las reformas discutidas allí afectarán de tal forma a las economías de los distintos paí‐ses que cualquier filtración al respecto terminaría en un es‐cándalo y en una nueva trabazón política para seguir llevan‐do adelante siquiera las conversaciones previas (información publicada en DW 14/7). Al respecto, el representante de la Comisión Europea en
Berlín justificaba: “Como es natural, no publicamos cada tex‐
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to de la negociación, y ésta tampoco transcurre ante las cá‐maras y micrófonos. Una negociación así sería imposible” (DW 14/7). Según los cálculos estimados por diferentes agentes eu‐
ropeos, tras el acuerdo, el PBI por habitante de EEUU crece‐ría un 14%, mientras que el de los europeos lo hará en un 5%. La diferencia es muy grande. Sin embargo, los mayores perjudicados serían, según los mismos analistas, los países que mayor intercambio tienen con EEUU y que perderán sus ventajas competitivas. Estos son, principalmente, Canadá (‐9,5%), Australia (‐7,4%) y México (‐7,2%). Los números mar‐can a las claras hacia dónde giran las conversaciones reali‐zadas en el mayor de los secretos, porque si no “sería impo‐sible” (información publicada en DW 14/7). Al respecto, el propio ministro de Finanzas alemán,
Wolfgang Schäuble, indicaba: “No se debe esperar que el TLC pueda cerrarse antes de finales de 2015 como estaba previs‐to hasta ahora. (…) Va a llevar más tiempo del previsto. (…) Hay que convencer a la población y a los parlamentos. En Es‐tados Unidos el acuerdo debe ser aprobado por el Congreso y en Europa, los parlamentos de los 28 Estados miembros deben ratificarlo. (…) Si no logramos recuperar una base de confianza entre la población no va a ser posible sacarlo ade‐lante” (DW 19/7). Claramente, las condiciones políticas están primero, por‐
que sin ello no hay posibilidad de aplicación de ningún plan económico. Todos saben que estos acuerdos son imposibles por los rechazos que generan y, al mismo tiempo, resultan inevitables por el grado de concentración de la economía y los niveles alcanzados en la productividad. Es decir, el capi‐tal requiere poder colocar las mercancías producidas, la su‐peración de los estados‐nación y de todas las barreras aran‐celarias, comerciales y leyes laborales tal como las conocemos, las cuales han quedado absolutamente desfa‐sadas. Por eso, Alemania y el resto de las economías europeas,
mientras avanzan en las conversaciones sobre el TLC, se apuran en la medida de sus posibilidades para ubicar sus empresas allí donde encuentren condiciones para ingresar al mercado estadounidense, sin necesidad de aprobar en lo inmediato las condiciones que su aliado les quiere imponer. Ejemplo de ello lo tenemos en la nueva planta de ensambla‐je que el gigante alemán de autos BMW instalará en México para producir 150 mil unidades por año, desde donde pla‐nea poder ingresar dicha producción en el mercado esta‐dounidense, gracias a los acuerdos de libre comercio que México tiene con EEUU mediante el NAFTA. También, la au‐topartista alemana Bosch planea hacer lo propio con una planta que costará 546 millones de dólares en suelo azteca. Alemania es el principal inversionista de la UE en México, y el quinto a nivel mundial, concentrándose fuertemente en
automotrices y farmacéuticas (información publicada en DW 1, 2 y 18/7). Por supuesto, no sólo se trata de mercados donde colocar
sus productos, sino también de las fuentes de donde obte‐ner las materias primas necesarias. Durante este mes, Ale‐mania acordó con el gobierno de Perú un acuerdo minero, así como lo había hecho en 2013 con Chile, para proveerse de los materiales indispensables para su industria, que de‐pende exclusivamente de las importaciones para poder fun‐cionar. Se trata principalmente (aunque no exclusivamente) de cobre, material del que la industria mundial consume anualmente nada menos que 20 millones de toneladas y del que se planea que llegará a demandarse un 50% más dentro de los próximos 30 años (información publicada en DW 5/7).
EEUU empuja a Alemania contra Rusia Mientras tanto, la preocupación alemana encuentra nue‐
vos argumentos, mucho más graves que los meramente económicos. Se trata de las condiciones políticas y el papel que EEUU le pide que juegue en la geopolítica actual. Por un lado, la multa de 9.000 millones de dólares aplica‐
da el mes anterior (a la que nos hemos referido en nuestro último Análisis… en detalle) al banco francés Paribas por sus negocios con países caratulados por EEUU como ‘enemigos’ (Sudán, Irán y Cuba) ha despertado la crítica del propio ban‐co central alemán, el Bundesbank, de acuerdo con lo seña‐lado por la revista alemana especializada Spiegel. De acuer‐do con esta publicación, los alemanes Commerzbank y Deutsche Bank están siendo investigados por las autorida‐des estadounidenses por similares negocios, previéndose multas respectivas por entre 600 y 800 millones de euros (información reproducida en CD 14/7). Hasta el propio presidente de la Federación Industrial
Alemana (BDI), Ulrich Grillo, acusó a los EEUU de “asfixiar” a los bancos alemanes y franceses con multas injustificadas, contradiciendo el principio de la libertad de competencia: “No podemos tolerar la situación donde Estados Unidos de‐bilita el sistema financiero europeo para hacerse después con algún banco o empresa de Europa” (CD 15/7). El problema está claro. La libertad de competencia refiere
a la economía, es decir, a la libertad que tienen los capitales de competir entre sí por un mercado determinado. Pero lo que la economía no puede es determinar qué o quién es un mercado. Para ello está la política. Nuevamente, las condi‐ciones políticas son previas. Dicho en otros términos, Cuba, Irán o Sudán en este caso, económicamente pueden consti‐tuir mercados apetecibles para determinados capitales, pe‐ro para garantizar la reproducción del conjunto del capital se necesitan condiciones políticas adecuadas a escala plane‐taria, y no se le puede pedir a EEUU por un lado que sea el
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‘guardián del mundo’ y al mismo tiempo violar sus reglas geopolíticas. Volveremos en detalle en nuestro segundo artículo sobre
el asunto tocante a la pérdida de hegemonía estadouniden‐se, pero ya vemos aquí cómo las necesidades económicas de corto y mediano plazo chocan con las necesidades políticas de largo plazo. Y esto no tiene que ver en esencia con la na‐cionalidad de cada capital, porque a las empresas estadou‐nidenses que pretenden hacer negocios con dichos países les sucede lo mismo, sólo que cuentan con la maquinaria di‐plomática y bélica norteamericana para hacer negocios en otros lados, hasta que la política mande. Por si esto no bastara, nuevos casos de espionaje por par‐
te de los servicios secretos estadounidenses en suelo ale‐mán volvieron a estallar, complicando aún más la delicada situación. Primero con el arresto de un miembro de los ser‐vicios secretos alemanes que actuaba como doble agente, pasándole información a sus pares norteamericanos, provo‐cando la indignación lógica germana y relacionándolo rápi‐damente con el caso de escucha telefónica por parte de los espías estadounidenses a los teléfonos de la propia Canciller Merkel, quien consideró el asunto como “muy grave” (LN 7 y 8/7). Y luego, una semana más tarde, con un nuevo arres‐to, ahora de un empleado del Ministerio de Defensa ger‐mano, quien suministraba información confidencial a los es‐pías yanquis. En menos de una semana, el embajador estadounidense en Berlín era llamado dos veces a consultas, gesto diplomático que exige la explicación de la contraparte. Como estas no resultaron satisfactorias para las autoridades germanas, estas elevaron la apuesta llegando a la expulsión del jefe de la inteligencia norteamericana en el país: “Pedi‐mos al representante de los servicios secretos norteamerica‐nos en la embajada de Estados Unidos que abandone Ale‐mania. (...) La solicitud se hizo a la luz de la investigación que lleva a cabo el fiscal general, así como por los meses transcurridos sin obtener respuestas sobre las actividades de los servicios secretos de Estados Unidos en Alemania”, dijo en un comunicado el vocero de Merkel, Steffen Seibert (LN 11/7). Por el momento, todo quedó allí. Pero está claro que la si‐
tuación es más que tensa. Como dijimos, EEUU necesita de Alemania en tanto motor
y conductor de Europa para destrabar el acuerdo transatlán‐tico. El Viejo Continente depende en gran medida de lo que pueda hacer Alemania. En lo económico, ha sido así desde hace más de 100 años. Justamente ese lugar, por el alto grado de desarrollo de su industria y de su productividad la‐boral, ha llevado a este país a enfrentarse en dos oportuni‐dades con la necesidad de ampliar su ‘espacio vital’, sus mercados y sus fuentes de materias primas, insumos y ali‐mentos al punto tal de intentarlo mediante la guerra (I y II
guerras mundiales). EEUU primero lo financió, empujándolo primero sobre Rusia y luego también sobre otros territorios europeos, y luego lo derrotó militarmente, logrando abro‐quelar al conjunto de fuerzas occidentales bajo su égida e inclusive casi borrando de la memoria colectiva el papel ju‐gado en ambas contiendas, pero fundamentalmente en la II Guerra, por el pueblo ruso para derrotar a la ‘bestia parda’. Luego de ambas derrotas, Guerra Fría y Estado de Bienes‐
tar mediante, Alemania ha vuelto a ser el motor de la eco‐nomía pero también el actor geopolítico estratégico, ahora aliado a Estados Unidos, para mediar en sus relaciones con Asia, fundamentalmente con China y Rusia. Por ello, frente al desafío que significa la conformación de
un bloque de ambos países en la conducción de los denomi‐nados BRICS −bloque que viene estableciendo acuerdos con un abanico cada vez más amplio de países− las potencias oc‐cidentales −principalmente EEUU e Inglaterra− empujan a Alemania a jugar un rol preponderante en el escenario de la geopolítica mundial. El ejemplo del conflicto ucraniano‐ruso sobre el que volveremos en detalle en nuestro segundo ar‐tículo habla a las claras de ello. Sin condiciones políticas, no hay posibilidad de aplicar las
medidas económicas necesarias. Si Alemania quiere seguir ocupando el rol que ocupa en lo económico, lo que le garan‐tiza determinados estándares de vida para su población, de‐be hacerse cargo de la delicada situación geopolítica mun‐dial, empezando por su vecino ruso. Abiertamente lo manifiesta así el semanario más influyen‐
te de la city londinenses, el legendario The Economist: “A regañadientes, Alemania en Europa se ha convertido un po‐co como Estados Unidos en el mundo, el poder indispensa‐ble. Es demasiado grande, demasiado exitoso, como para quedarse al margen. El peligro de Rusia debe ser enfrentado. La zona euro no debe ulcerarse y la UE debe reformarse para que no se rompa. Se debe evitar que la relación con Estados Unidos se deshilache por acusaciones de espionaje, y se debe reavivar con un gran acuerdo comercial. “Después de haber reconocido su culpabilidad por agre‐
siones del pasado, Alemania está en peligro de cometer el pecado opuesto, la inacción. La paz no es sólo la ausencia de guerra, sino la defensa de la libertad duramente ganada. Muchos de los que llaman a la ‘normalización’ argumentan que Alemania debe hacer valer sus intereses. En realidad, la carga es aún mayor: ahora tiene que defender los intereses de toda Europa” (TE 26/7, traducción propia). Alemania tiene que ‘ponerse los pantalones largos’, pare‐
ce decir este órgano del capital financiero más concentrado a escala planetaria. Ello implica que deje de plantear cues‐tiones menores como los problemas de espionaje entre so‐cios (Alemania exige al respecto que en la firma del acuerdo transatlántico figure expresamente la prohibición de tal
8 El capital, lo que le sobra y lo que le falta
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práctica) y de las sanciones comerciales, para avanzar con el TLC y fundamentalmente para arrastrar a su población y a la europea a una guerra contra Rusia, que enfrente el avance oriental. No se puede caer en la “inacción”, advierte The Economist. Es hora de defender lo ganado. Transparente.
Alemania mira al eje sino-ruso y no se decide Alemania sabe que ese enfrentamiento es, en alguna me‐
dida, inevitable, si se pretende defender el orden mundial y la propiedad del capital concentrado en su conjunto. Pero también sabe que le tocó estar en el peor lugar para ese desenlace, y que pagará muy altos costos. Durante el mes de julio, Angela Merkel realizó su sexta vi‐
sita oficial a China. Merkel eligió simbólicamente la planta que Volkswagen tiene instalada en la provincia de Sichuna para realizar una inspección del estado de las relaciones de las empresas de su país con el gigante asiático, y luego re‐unirse en Beijing con el primer ministro Li Keqiang y con el presidente Xi Jinping. La Canciller alemana, por supuesto, no iba sola. Lo hizo acompañada del más importante arco em‐presarial germano (estuvieron representadas Volkswagen, Airbus y el Deutsche Bank, entre muchas otras grandes compañías). Actualmente, el volumen de intercambio entre ambos países trepa a los 140 mil millones de euros anuales y en la gira fueron firmados nuevos acuerdos por varios miles de millones, fundamentalmente en las ramas automotriz y aeronáutica (información publicada en DW 2, 5, 6 y 7/7). Al mismo tiempo, las mayores tensiones estuvieron, sin
lugar a dudas, en las relaciones con Rusia. Mientras Estados Unidos impulsa las sanciones económicas contra el gobierno moscovita (analizaremos en detalle la crisis con Ucrania en el siguiente artículo), Alemania hace equilibrio entre las obligaciones con su socio transatlántico y los acuerdos co‐merciales y –fundamentalmente− el necesario aprovisiona‐miento de gas ruso. Sobre el final de julio, se conocieron nuevas sanciones por
parte de EEUU, explicadas por el propio presidente Obama: “Hoy EEUU impone nuevas sanciones contra los sectores cla‐ve de la economía de Rusia: energética, militar y financiera. Bloqueamos la exportación de productos y tecnologías espe‐cíficas para el sector de la energía, ampliamos las sanciones y añadimos allí nuevos bancos y compañías de defensa. Y dejamos formalmente de dar créditos que fomenten las ex‐portaciones a Rusia y detenemos la financiación de los pro‐yectos de desarrollo económico de Rusia” (RT 29/7). Paralelamente, la Unión Europea impulsó sanciones sobre
la industria de defensa y petrolera rusas. Asimismo, las em‐presas europeas tienen prohibido comprar acciones o bonos rusos o cualquier otro instrumento financiero emitidos por los bancos estatales de ese país. Según proyectan los pro‐pios organismos europeos, las pérdidas de este año para
Rusia ascenderían a 23 mil millones de Euros, el 1,5% de su PBI. Sin embargo, como decíamos más arriba, Alemania tam‐
bién empieza a calcular sus costos. De acuerdo con la Cáma‐ra de la Industria y Comercio germana, las sanciones provo‐carían una caída en las exportaciones alemanas a dicho país del 17%, lo que representa nada menos que 6 mil millones de euros, estimándose además la caída de puestos de traba‐jo en 25 mil (información publicada en RT 29/7). Y lo propio hacen el resto de las economías europeas, que
dependen en gran medida de la energía rusa, y que tienen además un importante flujo comercial −desde aquellas grandes economías que le venden máquinas y equipos de trasporte o militares (como los casos alemán, francés e ita‐liano) hasta aquellas economías periféricas (como España, Portugal, Grecia o Chipre) que reciben su turismo o sus in‐versiones (información publicada en ET 25/7). Los vínculos económicos son, por un lado, demasiado
fuertes. Pero además, la economía propia (de los EEUU y de la UE) no ofrece muchas perspectivas en el corto y mediano plazo. Por lo tanto, a Europa y fundamentalmente a su mo‐tor alemán se le hace cuesta arriba aceptar las órdenes an‐gloestadounidenses de avanzar sobre Rusia, con el peligro de ofender también a su estratégico socio chino. Pero la geopolítica lo requiere, porque las condiciones para repro‐ducir el capital en su conjunto no pueden esperar para re‐solver el enorme tamaño de la enorme plétora convertida ya en burbuja desparramada por el conjunto de las ramas, como analizamos más arriba, ni tampoco permitir el firme crecimiento del bloque BRICS, ahora también asociado es‐tratégicamente a la UNASUR y la CELAC. En tal sentido, la Cumbre realizada en Fortaleza constituye, sin lugar a dudas, el hecho económico y geopolítico del mes.
Los BRICS y el comienzo de un nuevo orden económico mundial La Cumbre realizada durante el mes de julio en Fortaleza,
Brasil, que reunió a los miembros de los BRICS con los repre‐sentantes de la UNASUR y la CELAC como invitados, junto a la gira que los presidentes ruso Vladimir Putin y chino Xi Jinping realizaron por Latinoamérica y el Caribe, sirvieron para sellar acuerdos comerciales y de inversiones de gran importancia. Por un lado, se lanzó el Nuevo Banco de Desa‐rrollo (NBD) (un banco de desarrollo y de fomento de la in‐fraestructura con un capital inicial de 50 mil millones de dó‐lares extensibles hasta los 100 mil, para lo cual cada uno de los socios miembro aportará 10 mil millones). Por otro, se creó el Arreglo Contingente de Reservas (ACR), un fondo de contingencia económica que alcanzará los 100 mil millones de dólares (China pondrá 41 mil millones, Brasil, Rusia e In‐dia 18 mil cada uno, y Sudáfrica 5 mil). Se trata de reempla‐
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zar al Banco Mundial y al FMI respectivamente y, fundamen‐talmente, de trazar los lineamientos estratégicos e ideológi‐cos de cómo se proponen China y Rusia afrontar el actual periodo de transición económica y política que atraviesa el planeta. El nuevo instrumento financiero de los BRICS estará abier‐
to también a solicitudes de préstamos de otros países miembros de la ONU y tendrá su presidencia rotativa, sien‐do el primer turno para el representante de la India, si‐guiéndolo consecutivamente en el cargo Brasil, Rusia, Sudá‐frica y por último China. En este último país, más precisamente en la ciudad de Shangai, tendrá sede perma‐nente el flamante organismo financiero. También en materia económica, el presidente ruso Putín
señaló la importancia de discutir en el futuro un Banco de Combustibles Internacional que haga frente a los desafíos creados por la desestabilización de las grandes potencias en las zonas donde se encuentran las mayores reservas petro‐leras mundiales. Así lo explicaba el asesor presidencial en la materia, Yuri Ushakov: “Una asociación energética de los BRICS cuyas actividades estén dirigidas a garantizar la segu‐ridad energética de los países participantes, llevar a cabo la investigación y el análisis de los mercados mundiales de hi‐drocarburos. En el marco de esta asociación proponemos un banco de combustible de reserva y el Instituto de la Política Energética de los BRICS” (RT 10/7). Claramente, tanto el Nuevo Banco de Desarrollo como el
Fondo de Reservas para Contingencias junto al Banco de Re‐servas Energéticas apuntan a reordenar el escenario mun‐dial, no solamente en el plano económico sino fundamen‐talmente en el político, quitándole al poder hegemónico la posibilidad de ejercer presión sobre los países más débiles para que acompañen obligadamente las políticas de los grandes centros financieros. Nuevamente, se trata de la creación de las ‘condiciones
políticas’, previas a la economía, a las que hacíamos refe‐rencia más arriba. Precisamente, en cuanto al orden geopolítico mundial, la
declaración del grupo abogó por una urgente reforma de la
ONU, principalmente del Consejo de Seguridad (actualmen‐te conformado por EEUU, Inglaterra, Francia, Rusia y China, con poder de veto unilateral de cualquiera de los 5 miem‐bros), y por el desarrollo de instancias multilaterales de re‐solución de los conflictos. Todo ello, claramente, atenta con‐tra el orden hegemónico en decadencia encabezado por los EEUU y sus aliados europeos, comenzando por Inglaterra. A su vez, la declaración final de la cumbre de Fortaleza,
que incluyó tanto a los BRICS como a los miembros de la UNASUR y la CELAC, dejó un claro posicionamiento respecto al papel jugado por los pueblos y gobiernos latinoamerica‐nos en el desorden mundial generalizado, producto de la crisis del poder hegemónico de las potencias occidentales: “Reafirmamos nuestro apoyo a los procesos de integración de América del Sur y reconocemos en particular la importan‐cia de la Unasur en promover la paz y la democracia en la región, en lograr un desarrollo sustentable y en erradicar la pobreza. (…) Creemos que un diálogo más fuerte entre los Brics y los países de América del Sur puede jugar un rol acti‐vo en mejorar el multilateralismo y la cooperación interna‐cional, para la promoción de la paz, la seguridad, el progreso económico y social, y el desarrollo sustentable en un mundo globalizado cada vez más interdependiente y complejo”, se‐ñala el documento (LN 16/7). Como vemos, la multipolaridad y el papel de América del
Sur en la orientación ideológico‐política de dicho proceso (paz, integración, desarrollo económico social sustentable, etc.) están a la orden del día para los BRICS y sus decisiones geoestratégicas, encabezadas por Rusia y China. Justo cuando EEUU necesita como nunca mostrar a Rusia
aislada para convencer a sus socios europeos, principalmen‐te a Alemania, de que se atreva a enfrentarla en el terreno económico, en el político y, de ser necesario, en el militar. Y ello sólo para empezar, porque luego está el gran desafío asiático, China. Pero, como veremos a continuación, las condiciones geo‐
políticas para eso que necesita el poder hegemónico en de‐cadencia se encuentran en un pantano cada vez más farra‐goso y profundo.
Lo irracional del capital vs la racionalidad de la humanidad
Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio La única verdad,
es la realidad. (Juan Domingo Perón)
A partir de los hechos analizados en el artículo preceden‐te, que sientan las bases materiales para los cambios a los que asistimos como humanidad, abordaremos los aconteci‐mientos que a nuestro entender muestran las profundas modificaciones en materia geopolítica y de estructura mun‐dial que guiaron, en este último mes, el cambio de época que se materializa día tras día sobre toda la faz de la tierra. Durante el mes de julio, el bloque BRICS (Brasil, Rusia, In‐
dia, China y Sudáfrica) pasó de ser un acuerdo económico entre países a convertirse en un plan conjunto de largo pla‐zo en lo que a geopolítica refiere, a partir de una caracteri‐zación común de la presente etapa y de la definición del rumbo a seguir en esta época de transición. Desde allí, ejer‐cer la fuerza centrífuga hacia el conjunto de las economías periféricas que se enfrentan diariamente desde hace déca‐das a los designios del capital más concentrado a nivel mun‐dial, empezando por las reunidas un mes antes en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, en el marco de la Cumbre del G‐77 (que ya agrupa a 133 naciones), donde también se avanzó en acuerdos económicos y geopolíticos estratégicos. Es en este clima entonces, que la gira de los presidentes ruso Vla‐dimir Putin y chino Xi Jinping constituyeron el hecho central del mes también por nuestras tierras. Por supuesto, todos estos cambios se dan de bruces con
los intereses del capital más concentrado a nivel mundial, aquellas 147 grandes corporaciones que concentran el 40% de la riqueza producida en el mundo, a las que nos hemos referido meses anteriores. La aparición de organismos de representación mundial
comandada por los BRICS que se proponen contraponerse al decadente orden hegemónico existente con eje en los EE.UU. y Europa occidental muestra la perdida de las condi‐ciones políticas necesarias de los núcleos de la economía mundial para imponer los designios que representen los in‐tereses del Club Bilderberg/Banco de Basilea/FMI/Banco Mundial/OTAN. En este sentido, el hecho más virulento y trágico del mes
de julio, que expone la desesperación del capital concentra‐do en su decadente gobernanza mundial de acuerdo a sus necesidades e intereses lo constituyó la desaforada invasión de Israel sobre la Franja de Gaza, mostrando como nunca que la institucionalidad pos pacto de Bretton Woods e ins‐taurada a garrotazos bajo la direccionalidad instituida en el Consejo de Seguridad de la ONU, se cae a pedazos. Como consignará el diario de la oligarquía local, La Nación
el 24 de julio, el Consejo de Derechos Humanos de las Na‐ciones Unidas aprobó abrir una investigación sobre posibles “violaciones de los derechos humanos y crímenes de gue‐
rra”, cometidos por el estado sionista de Israel sobre el pueblo palestino durante las ya cuatro semanas de ofensiva militar, ofensiva que arrojó hasta el momento un irreparable saldo de 1867 muertos, en su inmensa mayoría civiles, casi 10 mil heridos y más de 150 mil desplazados en ese peque‐ña zona de Medio Oriente. La firme condena del organismo sobre Israel por sus ac‐
ciones y la exigencia para que detenga “de inmediato” las acciones ejemplifica la pérdida de fuerza de la gran burgue‐sía global en los espacios institucionales, otrora funcionales a sus intereses, a manos de las economías subalternas. La decisión de investigar posibles violaciones de derechos hu‐manos y la condena a Israel forman parte de una resolución a la que sólo se opuso Estados Unidos, que votó en contra al considerar que la medida no tenía espíritu constructivo y que, por lo tanto, no ayudaba al cese de las hostilidades. Como si esto fuera poco, en su alocución, el representante del gobierno de Obama no hizo referencia a los bombardeos de Israel y se limitó a condenar los actos del movimiento na‐cionalista palestino Hamas. De los 47 países miembros del Consejo, la resolución fue aprobada por 29 votos, mientras que hubo 17 abstenciones. Latinoamérica apoyó en conjun‐to el documento, frente al cual los países europeos prefirie‐ron abstenerse por considerar que no era equilibrado al omitir cualquier mención al lanzamiento de cohetes desde Gaza contra la nación hebrea (toda la información publicada en La Nación 24/7). Muestra de lo aislado de los posicionamientos del capital
expresados en Israel es que, a través de su embajador ante la ONU en Ginebra, Eviatar Manor, se afirmó que la resolu‐ción “no cambiará nada”, justificando el criminal accionar en que el gobierno de Benjamin Netanyahu “no tuvo otra al‐ternativa que iniciar su actual ofensiva contra Gaza. Hamas es el agresor y el responsable de los crímenes de guerra”, declaró el diplomático. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU hizo oídos sordos también a la petición del presiden‐te israelí, Shimon Peres, de “condenar el terrorismo, espe‐cialmente de Hamas, en los términos más duros” (LN 24/7). Por su puesto, estos cambios geopolíticos y su incipiente
representación institucional son, como lo mostramos en la votación contra Israel, resistidos por los que antes imponían condiciones al resto de la humanidad. La resistencia de los grupos más concentrados del merca‐
do mundial por impedir el crecimiento político de los BRICS, con Rusia y China a la cabeza de la transición, se tradujo fác‐ticamente en provocar una serie de acontecimientos bus‐cando de forma deliberada la reacción de estas dos naciones
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de manera violenta, lo que justificaría la utilización desatada de las fuerzas represivas más desarrolladas del planeta. Al mismo tiempo, el ataque frontal contra Rusia se está
materializando, como venimos analizando en oportunidades anteriores, a partir de la crisis desatada en Ucrania y la avanzada sobre las poblaciones prorusas que habitan este país. Los máximos representantes del Gobierno euroasiático pusieron de relieve ante la opinión pública mundial cuál es la operatoria del capital para provocar una reacción bélica por parte de la representación de la ex república soviética no bien comenzado el mes. En una entrevista al portal digi‐tal ruso RT, el viceministro de asuntos exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, indicaba: “Estoy seguro de que sin Crimea y Ucrania habría aparecido algún otro pretexto. EE.UU. no quiere aceptar la realidad vigente. Este conflicto, de hecho, era inminente” (RT4/7), dando cuenta que la política de Wa‐shington en las relaciones bilaterales carece de la intención de contar con los intereses mutuos buscando imponer sus necesidades e intereses sobre todos los aspectos. Con el desarrollo de Rusia y su creciente influencia en los
asuntos regionales e internacionales, esta discrepancia en‐tre la percepción y la realidad por parte de EE.UU. llegó a un punto crítico. Como vimos en el artículo precedente, EE.UU. utiliza las
cuestiones de comercio, las inversiones, y el acceso a los mercados como armas estratégicas para realizar sus objeti‐vos políticos. “No tiene nada que ver con la economía de mercado. Es un arma para contener o atrasar a los países que no le gustan a EE.UU. por cualquier razón”, afirmó en este sentido el viceministro ruso (RT4/7). En cuanto a las sanciones estadounidenses, Serguéi
Riabkov subrayó que “nosotros no suspendimos ningún ele‐mento de las relaciones bilaterales”. En este mes EE.UU. uni‐lateralmente rechazó muchas formas de diálogo, incluyendo la comisión presidencial sobre los asuntos económicos. “No creo que los lazos con Rusia no sean importantes para EE.UU.”, dijo el funcionario, pero “parece que la idea de la cooperación mutuamente beneficiosa cedió a un tipo de ra‐bia geopolítica“. En el mismo sentido se explayaba el propio presidente Pu‐
tin: “Los hechos de la crisis de Ucrania son evidencia de los persistentes intentos de los países occidentales para conte‐ner a Rusia…. Debemos entender claramente que los aconte‐cimientos, provocados en Ucrania, son una manifestación concentrada de la política notoria de contención” (XH 2/7). Los eventos que ocurren en todo el mundo han mostrado
que el modelo unipolar basado en el dominio occidental, así como los estándares dobles hacia Rusia ya no son operati‐vos: “….que el Occidente se deshaga de las ambiciones y de‐seo de establecer cuarteles mundiales, de formar a todos en filas por rangos y de imponer a la sociedad reglas de conduc‐ta y vida uniformes” (XH 2/7), reclamaba Putin. Las expresiones de la dirigencia rusa sobre que los grupos
más concentrados de la economía mundial establezcan sus
relaciones con otros “con base en la equidad y el respeto mutuo” obtuvieron una pronta respuesta a mediados de mes. La utilización de la artillería pesada contra Rusia que uso el poder concentrado mundial para responderle a Putin y a su diplomacia sería el derribo del Boeing 777 de Malaysia Airlains con 298 personas a bordo sobre territorio controla‐do por los residentes pro‐rusos de la autodenominada Re‐publica de Donetsk. Detrás de estas acusaciones asoman, como siempre, las
garras del águila imperial en busca de negocios. Ni bien co‐menzado el mes de julio se conocía la aprobación por parte del Parlamento ucraniano, rápidamente y tras sólo una lec‐tura, de la ley que le otorga poderes especiales al presidente Poroshenko, con menos de un mes a cargo del Ejecutivo tras el ´golpe suave´ y las elecciones apresuradas que lo erigie‐ron a la primera magistratura, para crear una empresa ope‐radora del sistema de transporte de gas con la participación de hasta un 49%, como no, de inversores estadunidenses y de la Unión Europea (recordemos que el inicio del conflicto se dio, precisamente, por la negativa del presidente consti‐tucional Víctor Yanukóvich a integrar su país a la Unión Eu‐ropea alejándose de los lazos comerciales y políticos que unían a ese país a Rusia, en los cuales el transporte de gas ruso por suelo ucraniano hacia Europa juega un papel cen‐tral en las relaciones económico políticas euroasiáticas. El Parlamento ucraniano, la Rada Suprema, aprobaba la
medida con 229 votos, apenas 3 votos más de los 226 nece‐sarios. Como vemos, no todos estaban de acuerdo. El documento establece que el operador tendrá el dere‐
cho a “control y/o concesión o arrendamiento” de los princi‐pales gasoductos y depósitos subterráneos.�(Toda la infor‐mación consignada en RT 4/7). Para muestra basta un botón. Pero este es solo la punta del iceberg. Como hemos anali‐
zado en nuestro artículo precedente, la enorme masa de ca‐pital que no encuentra dónde reproducirse buscar desespe‐radamente nuevos mercados y para ello, de ser necesario, destruir las fuerzas productivas que los abastecen con ante‐rioridad para luego convertirse en agentes de la “recons‐trucción”. La combinación de ello con el aparato bélico mili‐tar y sus necesidades de reproducción y expansión no dan respiro. Por eso, todo empuja a la solución bélica. En una rueda de prensa, el jefe del Estado Mayor Conjun‐
to del Ejército estadounidense, Martin Dempsey, se centró en Rusia y sus Fuerzas Armadas y en el decreciente presu‐puesto militar. Siguiendo los pasos del mando político eco‐nómico con sede en el aparato mediático global, el jefe del Estado Mayor Conjunto acusó al Gobierno ruso de supues‐tamente haber decidido aplicar la fuerza militar en Ucrania y advirtió: “Es el primer caso desde 1939. ¡Tengan en cuenta que el Ejército de Estados Unidos no le tiene miedo a la gue‐rra! El país puede pensar de otra manera, pero cumpliremos con cualquier orden” (RT 28/7).
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Ni las tasas de interés cero ni negativas ni la flexibilización cuantitativa han tranquilizado al capital concentrado lanza‐do a todo o nada en busca de su reproducción y superviven‐cia, con una crisis recesiva que lleva ya seis largos años. Co‐mo analizamos en el artículo anterior, las inyecciones de dólares y euros han llevado a un desopilante incremento del precio de las acciones, pero no estimularon ni la producción ni la demanda mundial, ni ayudaron con el desempleo real. Hace tiempo que la economía mundial se convirtió en un ca‐sino gigante. El tamaño de la burbuja especulativa es ya de un tamaño
incalculable, y esa enorme plétora de capital necesita re‐producirse. ¿Cómo puede resolver eso el capital gobernado por su propia lógica? Capturando nuevos mercados y se‐cuestrando recursos naturales por la vía cruenta. Por ello, hace falta enfrentar al mundo con Rusia. Es decir,
hace falta convencer, fundamentalmente al pueblo euro‐peo, que acepte zambullirse por tercera vez en cien años en una contienda bélica mundial, nuevamente en su territorio, esta vez enfrentando a Rusia. Desde Londres los escribas del gran capital salieron rápi‐
damente a empujar a las gobernanzas mundiales a que no duden en culpabilizar al presidente Putin, aunque, como quedara demostrado en los acontecimientos de la investiga‐ción, no haya indicios claros sobre la responsabilidad rusa. Roger Cohen, en una virulenta columna publicada por el The New York Times, reproducida íntegramente por el centena‐rio diario mitrista La Nación, aseguró que “…cabe preguntar‐se si es mejor esperar durante años las evasivas conclusiones de una investigación sobre el destino del MH17 que actuar ahora mismo sobre la base de lo que ya sabemos: que el Boeing 777 con 298 personas a bordo fue derribado por un misil disparado desde un sistema SA‐11 de fabricación rusa desde la región este de Ucrania, controlada por separatistas, mercenarios rusos y agentes rusos. “Crimea fue el prepotente antecedente de este crimen. El
derribo del MH17 se corresponde con un acto de guerra. Tal vez no deliberado, puede ser. Pero acto de guerra al fin. Los cadáveres de holandeses cayeron sobre los campos de gira‐sol y maíz del este de Ucrania, para ser mancillados incluso después de la muerte: 193 inocentes almas deshonradas por los matones de la República Popular de Donetsk. “La respuesta holandesa ha sido de una puntillosa defe‐
rencia para con Moscú. En cuanto a la Unión Europea, la respuesta fue casi inexistente. Cuando las crisis se presen‐tan, Europa se desvanece como un fantasma que se hace humo. Occidente se ha convertido en una noción vacía. Los holandeses tienen muchos negocios con Rusia. Europa deri‐va en una especie de burbuja de cuasi pacifismo. Mejor de‐jarse patotear que ser belicoso. Nadie quiere las armas de agosto. “‘La pronta recuperación de los restos de las víctimas es
ahora imprescindible y nuestra principal prioridad’, dijo el primer ministro holandés, Mark Rutte. También llamó a Pu‐
tin para expresarle su indignación. Y eso fue prácticamente todo. “Los cuerpos se pudrieron al sol durante días. Están alma‐
cenados en bolsas plásticas en vagones refrigerados de una estación de tren infestada de moscas. La caja negra del avión se ha convertido en moneda de cambio. Salgamos a saquear. ¡Vía libre y gratis para todo el mundo! Los equipos oficiales de investigación están bloqueados en el perímetro. Putin arropa su verseo inverosímil en espantosos formulis‐mos oficiales. Su verosímil negación es absolutamente inve‐rosímil. “Este asesinato en masa es un ultraje que no debe permi‐
tirse. La reducción del presupuesto militar ha llevado a las fuerzas especiales holandesas a la insignificancia. Rusia ve‐taría cualquier resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que autorice el uso de la fuerza por tiempo limitado para recuperar los cadáveres y evidencias. Pero Ucrania, en cuyo territorio yacen los restos y los cadáveres, daría su consentimiento. Los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Holanda y Australia deberían dar un ultimá‐tum con la amenaza creíble del uso de la fuerza para exigir el acceso sin restricciones al lugar del hecho. A la Rusia de Putin debería retirársele la organización de la Copa del Mundo de la FIFA 2018. Como prioridad, Occidente debería hacer del ejército ucraniano una fuerza creíble. “Nada de eso ocurrirá. Europa es débil. Los Estados Unidos
de Barack Obama son de atrincherarse, no de resolver. A Pu‐tin hay que aplacarlo. Nadie denuncia su farsa. Los “Putin‐pacifistas” tienen muchos argumentos. Enviar fuerzas a Ucrania confirmaría el argumento ruso de que Occidente tiene planes para ese país. Además, ¿quién quiere una Ter‐cera Guerra Mundial?” (NYT, reproducido en LN 22/7). Debemos dejar en claro que lo que necesitan las corpora‐
ciones más concentradas de la producción mundial es apro‐piarse, cada vez más, de más porciones de la producción global. Impedir el posicionamiento global de otras fuerzas productivas, en este caso las comandados por los BRICS, es tarea esencial ante esa necesidad. En lo expresado por Cohen, en su férreo ataque al Gobierno ruso, se ve con cla‐ridad la necesidad de meter a la ex República Socialista So‐viética en una confrontación armada y de esta manera des‐truir fuerzas productivas. El hecho que el conflicto bélico este sembrado en las fronteras rusas tiene, para las fuerzas del capital financiero internacional, un agregado extra. Como hemos analizado en artículos anteriores los plan‐
teos de unificar entre los EEUU y la UE una zona de libre comercio es una de las medidas de “salida” para las corpo‐raciones mundiales. Los países del este europeo, Ucrania en particular, han sido el caballo de Troya para estos intereses. El llamado del escriba a guerrear no es otra cosa que provo‐car a los sectores del capital que se reproducen en Rusia, expresados en el Gobierno de Putin, por dirimir mano a mano quien se queda con esas porciones de mercado. Aho‐ra bien, la mojada de oreja a los rusos también contiene la
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necesidad de evitar que construcciones históricas opuestas al capitalismo por parte del proletariado mundial, conteni‐das en la experiencia en este caso del pueblo ruso, resurjan con ímpetu desde el interior de las fuerzas que hoy se hayan en conflicto con el eje EE.UU. – Europa. Mucho peor si des‐pués de Rusia viene China, donde el proletariado y el cam‐pesinado de dicho país dirigen política y económicamente los destinos del gigante asiático a través del Partido Comu‐nista. No sea cosa que al proletariado de otros países tam‐bién se le ocurra asumir su responsabilidad histórica y se proponga conducir los destinos de la humanidad comenzan‐do por enfrentar la irracionalidad del capital justamente en el momento en que este atraviesa la peor crisis de historia, buscando su superación.
Medio Oriente “En la cima de montaña arde una hoguera
Los halcones sobrevuelas sus llamas centellantes ¿Todos los hombres que pierden a la amada se vuelven locos como yo?
Mi tristeza no tiene límites Ojala mis enemigos se quedaran todos ciegos, me he vuelto loco.
Cómo resplandece la montaña con la luz de la hoguera” (Estribillo de la canción de cierre de la película
germano-palestina “Contra la pared”)
Es necesario repasar una sucesión de conflictos armados que explotaron como minas terrestres en varios países de la región de Medio Oriente, durante los últimos tres años, para entender cómo se llega a hoy a que el estado de Israel inva‐da militarmente la Franja de Gaza y masacre la población palestina con el solo pretexto de ajusticiar la muerte de tres jóvenes hebreos secuestrados a fines del mes de junio. Los intentos desestabilizadores diseñados por las usinas
bélicas del capital para la región están siendo superados por los pueblos árabes con tres banderas que flamean clara‐mente frente a sus tropas: autodeterminación, soberanía popular y unidad nacional. Muestra de ello es la clara coin‐cidencia en las posiciones de los frentes nacionales en Siria, Irán y Palestina ante los ataques del enemigo en común: los aparatos bélicos institucionales de la gran burguesía supra‐nacional. Luego de que los sectores más concentrado del capital
sometieran a la población siria, durante más de dos años, a incesantes bombardeos, a principio de julio el presidente de esa nación árabe, Bashar al Assad, prestó juramento para un nuevo mandato de siete años tras haber sido elegido con el 88,7% de los votos en los comicios que se celebraron a prin‐cipio de junio. Tras ser reelecto en los recientes comicios presidenciales de Siria, el mandatario hizo pública las líneas que su gobierno seguirá durante los próximos siete años en los aspectos políticos y económicos, claro está que ninguna de ellas parece coincidir con los intereses de los pulpos mundiales del capital (toda la información referenciada en CD 16/7).
Es notorio destacar que la participación en las elecciones presidenciales sirias, tanto en el exterior como dentro del país, fue de 11 millones 634 mil 412 electores, el 73,42 por ciento de los ciudadanos con derecho al voto, de acuerdo con el portavoz del Tribunal Constitucional Supremo, Majid Khadra. En estos momentos el Presidente goza de un apoyo mayoritario entre la población siria, entre otros factores porque la guerra, al polarizar los criterios políticos, incluso ha conducido a personas que anteriormente eran contrarias a al‐Assad a apoyarlo en las urnas como la alternativa más segura frente al terrorismo desatado por las fuerzas que in‐vadieron las tierras árabes en los últimos años. No obstante este notorio hecho de consolidación del fren‐
te nacional sirio, uno de los representantes de los sectores ligados a la industria bélica del capital exigió desoír las deci‐siones de las grandes mayorías populares. El senador repu‐blicano, John McCain, instó al Capitolio por el aumento de ayudas militares a grupos armados que luchan en una “gue‐rra de dos frentes”, uno contra el Gobierno de Damasco y otro contra los terroristas del Estado Islámico de Irak y del Levante (EIIL) que controlan ciertas zonas en Siria e Irak. En su encuentro con líderes opositores sirios en Turquía,
el senador estadounidense advirtió que los retrasos en ar‐mar a los grupos armados podrían conllevar un “creciente peligro” para la seguridad y los intereses nacionales de Es‐tados Unidos. McCain alegó haber recibido “informes de primera mano”
que muestran el empeoramiento de la seguridad y la situa‐ción humana dentro del territorio sirio, y de cómo las re‐cientes ofensivas del EIIL en Irak están modificando la diná‐mica del campo de batalla a favor de los extremistas en ambos países. Según McCain, estas ayudas deben incluir, principalmen‐
te, las tareas de entrenamiento y ayudas militares, como el mejoramiento de sus capacidades de anti blindaje y antiaé‐reas, y la creación de una zona segura para ellos dentro del territorio sirio. El accionar del capital no sólo busca empeo‐rar la situación de forma institucional, sino que hecha a fun‐cionar también los sectores más descompuestos que con‐tiene. Un día después de las declaraciones de McCain los takfiríes del grupo terrorista EIIL tomaron el control de un campo petrolero en el este de Siria, tras la retirada de otra banda terrorista rival, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Dijimos apropiación de los mercados y recursos naturales
por la vía cruenta. De acuerdo con el OSDH, “los integrantes del EIIL contro‐
lan el campo Al‐Omar, ubicado en la provincia oriental de Deir al‐Zur, después de que los mercenarios del Frente Al‐Nusra, la rama de Al‐Qaeda en Siria, se retiran del lugar sin ofrecer resistencia” (HTV 6/7). Desde hace más de tres años, antes del inicio del conflicto
sirio, la producción de este campo petrolero ascendía a casi 30 mil barriles diarios. En noviembre de 2013, el Frente Al‐
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Nusra se apoderó del yacimiento y, desde entonces, “vendía 10 mil” barriles diarios, según el OSDH. Inmediatamente Rusia pidió el apoyo del Consejo de Se‐
guridad de Naciones Unidas (CSNU) para impedir la venta ilegal de petróleo sirio a manos de los diferentes grupos te‐rroristas activos en este país árabe. El representante per‐manente de Rusia ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Vitali Churkin, afirmó que una de las fuentes de in‐greso de los terroristas en la región de Oriente Medio es la venta ilegal de petróleo, producto que varios países adquie‐ren a través de intermediarios. Cabe señalar que los terroristas roban y venden las rique‐
zas naturales sirias e iraquíes a precios muy inferiores a los del mercado, a unos 20 a 50 dólares el barril. Claro está que son las diferentes ramas del imperialismo las que salen be‐neficiadas con estas operaciones (Toda la información reca‐bada por RT y HTV entre el 2 y el 7/7). Como señaláramos anteriormente, el campo minado pro‐
puesto por los núcleos de poder del capital financiero es sal‐tado cuidadosamente por las economías que se agrupan en rededor de las cabezas de la transición. Irán no es la excep‐ción en esto. Los intereses imperialistas por controlar el tráfico de pe‐
tróleo a través del estrecho de Ormuz, lugar por donde tran‐sita el 38% del crudo mundial, habían llevado a EEUU, Gran Bretaña, Francia, Alemania y China a exigir el desarme nu‐clear iraní bajo la amenaza de, lisa y llanamente, invadirlo. Al unisono de la solución en Siria, el país persa también ce‐rró filas hacia adentro con el fin de evitar que la desespera‐ción por la reproducción ampliada del capital invadiese sus fronteras e hiciese de su territorio campo arrasado como lo muestra en todos los lugares que llega. La diplomacia iraní anuncio durante todo el mes, día tras día, sobre los avances en la regulación de la no proliferación nuclear de su uranio a más de un 20% de enriquecimiento y el cumplimiento de la agenda de trabajo pautada en Ginebra a principio de año sin que los intereses centrales de la república islámica se vieran afectado. Lo característico es que los medios concentrados de información informaron muy escuetamente, por no decir nada, sobre tan importante noticia para el conjunto de la población mundial. De esta manera, la nación gobernada por Rohani logro asestarle un golpe de neutralidad a la ne‐cesidad de los intereses guerrerísticos de encontrar en el Golfo pérsico otro lugar en donde obtener ganancias en de‐trimentos de los sectores internos de esa economía. Pero vayamos a la zona de la región en donde la irraciona‐
lidad del capital se hizo más notoria e intentó, a partir del manejo de la información y la manipulación de la misma, convencer a la opinión pública de que es inevitable que el mundo por venir siga siendo gobernado por el imperialismo mundial.
Israel vs. la humanidad. De la misma manera que en Siria e Irán los pueblos apu‐
ran superar, al menos de manera transitoria, sus diferencias secundarias para evitar ser deglutidos por las fauces globa‐les, el pueblo palestino formaba a fines de mayo un go‐bierno de unidad entre Al‐ Fatha y HAMAS, las dos facciones mayoritarias que conforman el frente nacional palestino, otrora unificado bajo el manto de la OLP y la figura de Yas‐ser Arafat, muerto tras el desenlace veloz de una misteriosa enfermedad, producto del envenenamiento realizado por los agentes del imperio. De esta manera la apoyatura de gobernabilidad y estabili‐
dad de la nación palestina cobraba mayor envergadura ante las exigencias internacionales. Este hecho fue apoyado mundialmente y simbólicamente ratificado por el viaje del papa Francisco a principio de junio, lo que culminaría en un rezo interreligioso, en el Vaticano, entre los figuras centrales de las tres religiones mayoritarias en la zona: el islamismo, el judaísmo y el catolicismo. Cómo respondió Israel, bastión histórico en la región de
los intereses estadounidenses más compenetrados con los señores de la guerra: invadiendo, una vez más, la Franja de Gaza. Como señaláramos más arriba, el saldo a los primeros días
de agosto es de 1867 palestinos muertos, la mayoría de ellos civiles, casi 10 mil heridos, cerca de 9 mil viviendas des‐truidas, 450 mil damnificados, 67 soldados israelíes muer‐tos, bombardeos constantes, varios de ellos a refugios de las Naciones Unidas. El pretexto para invadir Gaza fue la muerte de tres jóve‐
nes israelíes presuntamente asesinados por Hamas. Una breve cronología de los hechos desarrollada por el
periodista Michel Chossudovsky y publicada en el portal Global Research el 13 de julio nos permite graficarnos cuál es la operatoria de los intereses que necesitan guerra para gobernar. La “Operación borde protector” (OPE) dirigida contra Gaza es una reminiscencia del tristemente célebre Plan de Dagan 2001 llamado “Operación venganza justifica‐da”, en la que los planificadores militares israelíes habían previsto la muerte de civiles israelíes inocentes. Las muertes se utilizarían para recabar el apoyo de la opinión pública is‐raelí y proporcionar una justificación para una operación “legítima” de lucha contra el terrorismo a los ojos de la co‐munidad internacional, dirigida contra los territorios pales‐tinos. Ideado en secreto en julio de 2001, el Plan Dagan (por el jefe del Mossad, Meir Dagan) fue programado por espe‐cialistas de las fuerzas armadas de Israel y del Mossad para ser “lanzado inmediatamente después del próximo atentado suicida con muchas bajas, duraría alrededor de un mes y se espera como resultado la muerte de cientos de israelíes y mi‐les de palestinos”. La operación “Borde protector” fue pla‐neada mucho antes del secuestro y asesinato de los tres adolescentes israelíes. El primer ministro Bibi Netanyahu había convocado a 40.000 reservistas. Como colofón del
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bombardeo, se preveía un importante escenario de opera‐ción terrestre. Por otra parte, siguiendo la lógica del Plan Dagan, el jefe
de la inteligencia israelí había “predicho” el secuestro de los tres adolescentes. Con el título de “El jefe del Mossad tuvo una escalofriante premonición profética del secuestro”, el diario israelí Haaretz afirma que: “El director del Mossad, Tamir Pardo había esbozado un escenario que era espeluz‐nantemente similar al del secuestro de los tres adolescentes perdidos en Cisjordania” (Haaretz, 13/7). Las muertes de civiles israelíes se atribuyen a Hamas sin
pruebas para justificar una acción militar contra Gaza. El ob‐jetivo último de la operación “Borde protector” es romper la base institucional lograda por Al‐Fatah y Hamas y destruir la infraestructura civil de Gaza, con el fin de llevar a cabo fi‐nalmente la anexión de la Franja a Israel. Bajo el título “Grupo yihadista se atribuye los asesinatos
de los adolescentes”, The Times de Israel afirma que: “Un nuevo grupo yihadista palestino que ha prometido lealtad al Estado Islámico (antes conocido como EIIL) se atribuyó la responsabilidad por el asesinato de tres adolescentes israe‐líes el mes pasado en Cisjordania, así como otros ataques mortales recientes contra soldados y civiles israelíes (...). Las acciones se llevaron a cabo en honor de Abu Bakr al‐Baghdadi, el autoproclamado ‘califa’ de Estado Islámico, quien representa al Estado Islámico en Siria y el Levante (ISIL) declararon el mes pasado en un comunicado” ( The Ti‐mes de Israel 3/7). Ahora se ha confirmado que el líder de EIIL y clérigo Abu
Bakr Al Baghdadi, quien habría ordenado el secuestro y ase‐sinato de los 3 adolescentes israelíes “tuvo un entrenamien‐to militar intensivo durante un año entero en manos del Mossad, además de cursos de teología y oratoria” (Gulf News 15/7). El ex empleado de la Agencia de Seguridad Nacional de
EE.UU. (NSA), Edward Snowden, reveló que la inteligencia británica y estadounidense y el Mossad trabajaron juntos para crear el Estado Islámico de Irak y Siria. Todo muy cohe‐rente con las necesidades del capital. Las críticas de la comunidad internacional a la ofensiva is‐
raelí en Gaza fueron en aumento, hasta llegar a que la ONU exija un alto el fuego como describimos al inicio del artículo. Según el embajador israelí en Alemania, sin embargo, no hay alternativa a la lucha contra Hamas. En un reportaje concedido al diario alemán Deutsche Welle, el diplomático alemán haría gala de lo más irracional del capital para narrar lo que está sucediendo en la Franja. De las explicaciones y respuestas, que pretenden funcionar como justificación del accionar inhumano del imperialismo, surgen las certezas más claras de la desconexión de la realidad, y de la necesi‐dad de los pueblos, con respecto a lo que les propone el ca‐pital financiero global lo que los lleva a una irracionalidad absoluta.
DW: “¿Por qué el Ejército israelí actúa de ese modo, a pe‐sar de los numerosos llamamientos internacionales? Yakov Hadas‐Handelsman: En este momento, Israel tiene
el siguiente problema: allí donde actúa el Ejército israelí hay zonas habitadas, pero también un bastión de Hamás en el que se fabrican misiles y donde está emplazado el comando central de esa organización terrorista. Allí también comien‐zan los túneles que conducen a Israel. Cuatro días antes de comenzar con la ofensiva alertamos a los habitantes para abandonaran sus casas. Lamentablemente, la mayoría de ellos no lo ha hecho porque fueron amenazados por Hamás. La gente de Hamás sigue negándose a acordarlo. La mayoría de ellos se esconde en búnkeres o en hoteles de lujo en los países del Golfo Árabe. ¿Qué les importa a ellos si muere gente? No quiero ser cínico, pero el objetivo de Hamás es que haya muchas víctimas, para que la opinión pública vea los crímenes que comete Israel, es decir, genocidio y masa‐cres. Realmente sentimos mucho la pérdida de tantas vidas, pero, al mismo tiempo, al menos 13 soldados israelíes han muerto. Eso demuestra que hay combates, y que el Ejército israelí no bombardea porque sí zonas habitadas. DW: En algunos países europeos, sobre todo en Francia y
Alemania, este fin de semana se llevaron a cabo varias ma‐nifestaciones contra la política de Israel. En algunas de ellas se lanzaron consignas antisemitas. ¿Lo preocupa eso? Yakov Hadas‐Handelsman: Claro que nos preocupa. No te‐
nemos nada en contra de las manifestaciones ni en contra de la libertad de expresión, que son bases de la democracia. Pero la violencia contra la Policía o contra manifestantes pro israelíes es inaceptable. Pienso que eso también debería preocupar a los alemanes, ya que, entre otras cosas, algunos manifestantes gritaban: ‘Judíos, a la cámara de gas’, y eso en Alemania. Ahora se plantea el interrogante de qué hacer en esos casos. DW: Pero también hay mucha gente en Alemania que está
a favor de Israel, pero que considera que el proceder de Is‐rael en Gaza es excesivo. ¿Cree usted que la crítica a la ofen‐siva militar se dirige necesariamente contra Israel? Yakov Hadas‐Handelsman: No nos gusta que siempre se
culpe a Israel. Siempre decimos que en la ONU se mide con tres varas diferentes: una para la mayoría de los países no democráticos, una para los países democráticos, y otra para Israel. Hace nueve años que nos fuimos de la Franja de Gaza, y eso solo para demostrarles a los palestinos y al mundo que estamos a favor de la paz. ¿Y qué recibimos a cambio? Una organización terrorista cuyo objetivo principal es la destruc‐ción de Israel. Cada quien tiene la libertad de criticar a Israel, pero yo espero también que haya sensibilidad respecto del tema y que también se tome conciencia de la realidad. En el caso actual esperamos durante semanas y dimos varias ad‐vertencias, pero HAMAS siguió provocándonos. ¿Qué espera entonces que hagamos?” (DW 22/7).
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¿Quién puede explicar la realidad?... El desenganche entre las expresiones de las corporaciones
financieras internacionales, su necesidad irrenunciable de meter a toda la humanidad dentro de sus designios, y la búsqueda de los pueblos por superar los conflictos manados de la lógica de la concentración económica, es el dilema que enfrentan los relatores de las usinas de pensamiento global. Según informara el portal digital ruso RT el 14 de julio, el consultor político del Departamento de Defensa y varias agencias gubernamentales de EE.UU., incluida la CIA, Ilan Berman propone una “guerra real de ideas” contra Rusia, porque “Moscú está ganando la guerra mediática”. En un artículo de opinión publicado en la revista digital 'The Na‐tional Interest' el autor asegura que las autoridades de Rusia están realizando esfuerzos “sin precedentes” para conseguir apoyo a su acción en el mundo. El mensaje ruso tiene gran resonancia, dice el experto. El análisis se centra en el con‐flicto en torno a Ucrania, que desde hace meses es un esce‐nario de la lucha de EE.UU. contra el acrecentamiento del prestigio y el papel de Rusia en el mundo. Algunos órganos de la propaganda de EE.UU. han lanzado
incluso proyectos especiales para hacer frente a la cobertu‐ra pro rusa de los hechos acontecidos pos derribo del avión MH17, como el sitio web Crimea Realities dedicado a los obstáculos y los problemas que enfrenta en su desarrollo el nuevo territorio federal ruso. Pero hay mucho por hacer, sugiere Berman. Para lograr sus fines mediáticos, el asesor sugiere invertir
en propaganda los recursos financieros reservados para el Fondo de Inversiones EE.UU.‐Rusia, actualmente inútiles porque Washington ya ha congelado varios programas de cooperación bilateral. La idea de redirigir los recursos dispo‐nibles simplemente “requiere atención por parte del Con‐greso”, asegura. “Mientras tanto, en el extranjero no pocas comunidades
han aceptado la idea de que la adhesión de Crimea era más o menos legítima, y que la acción rusa posterior en Ucrania, aunque sea indeseable, al fin y al cabo no está tan injustifi‐cada”, admite Berman. Las conclusiones del autor estadounidense tienen un ma‐
tiz de amenaza, tanto al pueblo ruso como a los que acom‐pañen en la construcción de una nueva realidad. “Los ciuda‐danos rusos —sugiere— deben entender los implicados costes políticos y económicos potenciales para ellos, al igual que el público en otros países debe captar las implicaciones de la crisis actual para la seguridad y la unidad europea a largo plazo. Hace tiempo que ha llegado la hora de que Es‐tados Unidos comience a decirles todas esas cosas en serio”. Pero las aseveraciones del asesor de inteligencia norte‐
americano fueron una virulenta amenaza a todo el mundo en la columna escrita para el oligárquico periódico argentino La Nación “Si algo no le falta al mundo actual son zonas ca‐lientes. Los renovados desafíos revanchistas de Rusia, la po‐derosa insurgencia en Irak y la escalada de tensiones entre
China y sus vecinos son tan preocupantes que acaparan los titulares. Hasta el momento, esas fuentes de conflicto han tenido poco impacto fuera de sus respectivas regiones. Pero eso ahora empezó a cambiar. “En primer lugar está el desafío del Kremlin. Ucrania sigue
siendo la pieza crucial para el sueño de una Unión Eurasiáti‐ca del presidente ruso, Vladimir Putin, pero la agitación de los últimos nueve meses en el interior de Ucrania profundizó la división entre ambos países. No habrá paz en Ucrania en un futuro cercano. Kiev está decidida a reducir su dependen‐cia económica de Moscú y a profundizar sus lazos políticos, económicos y de seguridad con Europa. Para revertir este proceso, Putin hará uso de todas las formas de presión que tenga a mano, para forzar una nueva Constitución ucrania‐na que otorgue más poder a los gobiernos regionales, lo que permitiría que Moscú aprovechara la influencia que tiene en las provincias del Este para frenar la occidentalización im‐pulsada por Kiev. Ninguno de ambos bandos cederá hasta que se vea obligado. Es probable que Occidente endurezca aún más las sanciones contra Rusia, con lo cual seguramente después Europa deberá compartir los costos de una confron‐tación. “En Asia oriental, las relaciones entre China y sus vecinos
podrían volverse mucho más peligrosas. Para reafirmar su creciente influencia regional y para apaciguar las demandas, sobre todo de los militares chinos, de una política exterior más agresiva, Pekín se volvió más intransigente, en especial respecto de las aguas en disputa de esa región. Por el mo‐mento, China sólo está enfrentada abiertamente con Viet‐nam, en parte debido a que el quebranto económico de esa confrontación es económicamente mucho menos peligroso que con Japón y, además, porque Vietnam, a diferencia de Japón o las Filipinas, no cuenta con el apoyo formal de Esta‐dos Unidos. “La situación podría de todos modos complicarse grave‐
mente, ya que el primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha anunciado sus planes de ‘reinterpretar’ la Constitución de Japón para permitir que su país pueda avanzar en su política de seguridad más allá de los límites de la autodefensa….La mala noticia es que esa estabilidad alimenta la autocompla‐cencia, y por más que los líderes del mundo se convenzan a sí mismos de que ese cúmulo de problemas es soslayable, llega un punto en que resulta imposible ignorarlo. Todas esas fuentes de agitación son consecuencia de la ruptura del orden internacional vigente, ninguno de esos conflictos pue‐de resolverse sin una intervención significativa de poderosos actores externos, y nadie está realmente dispuesto ni en condiciones de aceptar los costos y los riesgos de asumir di‐cha responsabilidad. “Como Estados Unidos está en sus cosas y es cada vez más
reacio a ocupar el rol de líder mundial, y nadie está listo co‐mo para llenar el espacio vacante, lo más probable es que las zonas calientes se multipliquen y hagan erupción” (LN 18/7).
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… solo aquel que se sostuvo en ella La certeza que cada día es más palpable en el escenario
internacional es la de la existencia de una creciente búsque‐da colectiva, con las posibilidades ciertas de organizarse, en el corto plazo, en torno a los BRICS. Esto genera una fuerte dosis de entusiasmo acerca de que la situación pueda mejo‐rar, esencialmente por los liderazgos ejercidos por Rusia y China, lo cual es distinto de estar en medio del caos pro‐puesto por los agoreros del descontrol. Por esto, la necesidad de afirmar los intereses comunes
de las grandes mayorías de la humanidad es un deber rele‐vante e irrenunciable ante la constitución del mundo en creación. También por esto, la necesidad de ser extrema‐damente realistas y prudentes cuando de alinearse con otros se trata. La transición encabezada por estos dos gigan‐tes de la economía mundial contiene, en sus formaciones estructurales, los conocimientos y aprendizajes de las luchas de los trabajadores y sus pueblos. Aunque también lo no re‐suelto de las expresiones del capital que también allí se rea‐lizan. Cuando la realidad internacional muestra fisuras profun‐
das que se proyectan sobre la arquitectura misma del poder mundial, el faro que no cesó de iluminar los destinos de La‐tinoamérica, y de gran parte del mundo, se muestra como antorcha para guiar la veta en la construcción de esta nueva montaña. Luego de la gira de Putin y China por estas tierras, la concreción de una superestructura mundial diferente a la existente y el retroceso de los organismos económicos, polí‐ticos y militares del imperialismo, el líder de la revolución socialista cubana, Fidel Castro, salió a explicar la realidad: “En nuestra época los problemas son cada vez más com‐
plejos y las noticias se propagan a la velocidad de la luz, co‐mo muchos conocen. Nada ocurre hoy en nuestro mundo, que no nos enseñe algo a los que deseamos y somos capaces todavía de comprender nuevas realidades. El ser humano es una extraña mezcla de instintos ciegos por un lado y de con‐ciencias por el otro. “Somos animales políticos, como no sin razón afirmó Aris‐
tóteles, que quizás influyó más que ningún otro filósofo de la antigüedad en el pensamiento de la humanidad a través de casi 200 tratados, según se afirma, de los cuales se conser‐varon solo 31. Su maestro fue Platón, quien legó para la pos‐teridad su famosa utopía sobre el Estado Ideal, que en Sira‐cusa, donde trató de aplicarlo, casi le cuesta la vida. Su Teoría Política quedó como apelativo para calificar las ideas como malas o buenas. Los reaccionarios la utilizaron para calificar tanto a Marx, como a Lenin, de teóricos, sin tomar para nada en cuenta que sus utopías inspiraron a Rusia y a China, los dos países llamados a encabezar un mundo nuevo que permitiría la supervivencia humana si el imperialismo no desata antes una criminal y exterminadora guerra. “La Unión Soviética, el Campo Socialista, la República Po‐
pular China y Corea del Norte, nos ayudaron a resistir con suministros esenciales y armas, el bloqueo económico impla‐
cable de Estados Unidos, el imperio más poderoso que jamás existió. A pesar de su inmenso poder, no pudo aplastar al pequeño país que a pocas millas de sus costas ha resistido durante más de medio siglo las amenazas, los ataques pira‐tas, secuestros de barcos pesqueros y hundimientos de bu‐ques mercantes, destrucción en pleno vuelo del avión de Cu‐bana de Aviación en Barbados, incendio de escuelas y otras fechorías similares. Cuando intentó invadir nuestro país con fuerzas mercenarias a la vanguardia, transportadas en bu‐ques de guerra de Estados Unidos como primer escalón, fue derrotado en menos de 72 horas. Más tarde las bandas con‐trarrevolucionarias, organizadas y equipadas por ellos, co‐metieron hechos vandálicos que dieron lugar a la pérdida de la vida o la integridad física de millares de compatriotas. En el estado de la Florida se ubicó la más grande base de activi‐dades contra otro país que existía en aquel momento. Con el curso del tiempo el bloqueo económico se extendió a los paí‐ses de la OTAN y otros muchos aliados de América Latina, que fueron durante los primeros años cómplices de la crimi‐nal política del imperio, que hizo trizas los sueños de Bolívar, Martí y cientos de grandes patriotas de irreductible conduc‐ta revolucionaria en América Latina. “A nuestro pequeño país, no solo se le negaba su derecho
a ser una nación independiente como a cualquier otro de los numerosos Estados de América Latina y el Caribe, explota‐dos y saqueados por ellos, sino el derecho a la independen‐cia de nuestra Patria que sería totalmente despojado, cuan‐do el destino manifiesto cumplimentara su tarea de anexar nuestra isla al territorio de Estados Unidos de Norteamérica. “En la recién concluida reunión de Fortaleza se aprobó una
importante Declaración entre los países que integran el gru‐po BRICS. “Los BRICS proponen una mayor coordinación macroeco‐
nómica entre las principales economías, en particular en el G‐20, como un factor fundamental para el fortalecimiento de las perspectivas de una recuperación efectiva y sostenible en todo el mundo. “Reafirma el apoyo a un sistema multilateral de comercio
abierto, transparente, inclusivo y no discriminatorio; así co‐mo a la conclusión exitosa de la Ronda de Doha de la Orga‐nización Mundial del Comercio (OMC). “Reconocen el importante papel que las empresas estata‐
les desempeñan en la economía; así como el de las pequeñas y medianas empresas como creadores de empleo y riqueza. “Reafirman la necesidad de una reforma integral de las
Naciones Unidas, incluido su Consejo de Seguridad, con el fin de hacerlo más representativo, eficaz y eficiente, de manera que pueda responder adecuadamente a los desafíos globa‐les. “Reiteraron su condena del terrorismo en todas sus for‐
mas y manifestaciones, dondequiera que ocurra; y expresa‐ron preocupación por la continua amenaza del terrorismo y el extremismo en Siria, a la vez que llamaron a todas las par‐tes sirias a que se comprometan a poner fin a los actos te‐
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rroristas perpetrados por Al‐Qaeda, sus afiliados y otras or‐ganizaciones terroristas. “Condenaron enérgicamente el uso de armas químicas en
cualquier circunstancia; y dieron la bienvenida a la decisión de la República Árabe Siria de adherirse a la Convención so‐bre Armas Químicas. “Reafirmaron el compromiso de contribuir a una justa y
duradera solución global del conflicto árabe‐israelí sobre la base del marco legal internacional universalmente reconoci‐do, incluyendo las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas, los Principios de Madrid y la Iniciativa de Paz Árabe; y expresaron apoyo a la convocatoria, en la fecha más tem‐prana posible, de la Conferencia sobre el establecimiento de una zona de Oriente Medio libre de armas nucleares y otras armas de destrucción masiva. “Reafirmaron la voluntad de que la exploración y utiliza‐
ción del espacio ultraterrestre deberán ser para fines pacífi‐cos. “Reiteraron que no hay alternativa a una solución nego‐
ciada a la cuestión nuclear iraní, y reafirmaron apoyo a su solución a través de medios políticos y diplomáticos. “Expresaron preocupación por la situación en Irak y apo‐
yaron al gobierno iraquí en sus esfuerzos por superar la cri‐sis, defender la soberanía nacional y la integridad territorial. “Expresaron preocupación por la situación en Ucrania e
hicieron un llamamiento para un diálogo amplio, la disminu‐ción del conflicto y la moderación de todos los actores invo‐lucrados, con el fin de encontrar una solución política pacífi‐ca. “Reiteraron la firme condena al terrorismo en todas sus
formas y manifestaciones. Señalaron que las Naciones Uni‐das tienen un papel central en la coordinación de la acción internacional contra el terrorismo, que debe llevarse a cabo de conformidad con el derecho internacional, incluida la Car‐ta de las Naciones Unidas, y con respeto a los derechos hu‐manos y las libertades fundamentales. “Expresaron la importancia estratégica de la educación
para el desarrollo sostenible y el crecimiento económico in‐clusivo; así como destacaron el vínculo entre la cultura y el desarrollo sostenible. “La próxima Cumbre de los BRICS será en Rusia, en julio
del 2015. “Pareciera que se trata de un acuerdo más de entre los
muchos que aparecen constantemente en los despachos ca‐blegráficos de las principales agencias occidentales de pren‐sa. Sin embargo, el significado es claro y rotundo: La Améri‐ca Latina es el área geográfica del mundo donde Estados Unidos ha impuesto el sistema más desigual del planeta al disfrute de sus riquezas internas, el suministro de materias
primas baratas, comprador de sus mercancías y el deposi‐tante privilegiado de su oro y sus fondos que escapan de sus respectivos países y son invertidos por las compañías nor‐teamericanas en el país o en cualquier lugar del mundo. “Nadie encontró nunca una respuesta capaz de satisfacer
las exigencias del mercado real que hoy conocemos, pero tampoco podría dudarse de que la humanidad marcha hacia una etapa más justa de lo que hasta nuestros tiempos ha si‐do la sociedad humana. “Repugnan los abusos cometidos a lo largo de la historia.
Hoy lo que se valora es lo que sucederá en nuestro planeta globalizado en un futuro próximo. Cómo podrían escapar los seres humanos de la ignorancia, la carencia de recursos elementales para alimento, salud, educación, vivienda, em‐pleo decoroso, seguridad y remuneración justa. Lo que es más importante, si será esto o no posible, en este minúsculo rincón del Universo. Si meditar sobre esto sirve de algo, será para garantizar en realidad la supremacía del ser humano. “En la Declaración de los BRICS, aprobada el 15 de julio de
2014 en Fortaleza, se aboga por una mayor participación de otros países, especialmente los que luchan por su desarrollo con miras a fomentar la cooperación y la solidaridad con los pueblos y de modo particular con los de América del Sur, se señala en un significativo párrafo que los BRICS reconocen en particular la importancia de la Unión de Naciones Sur‐americanas (UNASUR) en la promoción de la paz y la demo‐cracia en la región y en el logro del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. “He sido ya bastante extenso a pesar de que la amplitud e
importancia del tema demandaban el análisis de importan‐tes cuestiones que requerían alguna réplica. “Pensaba que en los días subsiguientes habría un poco
más de análisis serio sobre la importancia de la Cumbre de los BRICS. Bastaría sumar los habitantes de Brasil, Rusia, In‐dia, China y Sudáfrica para comprender que suman en este momento la mitad de la población mundial. En pocas déca‐das el Producto Interno Bruto de China superará al de Esta‐dos Unidos; ya muchos Estados solicitan yuanes y no dóla‐res, no solo Brasil sino varios de los más importantes de América Latina, cuyos productos como la soya y el maíz compiten con los de norteamérica. El aporte que Rusia y China pueden hacer en la ciencia, la tecnología y el desarro‐llo económico de Suramérica y el Caribe es decisivo. “Los grandes acontecimientos de la historia no se forjan
en un día. Enormes pruebas y desafíos de creciente comple‐jidad se vislumbran en el horizonte. Entre China y Venezuela se firmaron 38 acuerdos de cooperación. Es hora de conocer un poco más las realidades” (CD 22/7). Queda dicho. Ahora, hay que hacer.
Los BRICS y Latinoamérica profundizan el acuerdo estratégico
Rusia, China y la potencialidad latinoamericana Los artículos precedentes nos permitieron analizar el es‐
tado de crecientes tensiones político‐militares que se han instalado a nivel mundial en los últimos 60 días, agravadas durante el último mes de julio. Al promediar el decimoquin‐to año de este siglo XXI, la profunda crisis del sistema capita‐lista es un hecho indiscutible hasta para los otrora más fer‐vientes negadores de sus tendencias objetivas a la sucesión y agravamiento de las crisis de sobreproducción combinadas con un creciente endeudamiento global. Dicha tendencia a gastar ‘lo que aún no hemos creado’ hace que una buena parte de los países desarrollados esté viviendo ‘a crédito’, mediante la fabricación artificial de valores financieros y económicos, hipotecando así el futuro de por lo menos dos generaciones por venir. Ese ‘estilo de vida americano’, que tiene por centro el gastar más de lo producido y destruir permanente las fuentes de riqueza naturales y sociales pla‐netarias, está en franca decadencia, porque las bases para su perduración son profundamente irracionales y, por lo tanto, inviables. Demandan la extracción permanente de energía y materias primas, así como la explotación y empo‐brecimiento de la mayoría de la población mundial, regando los más variados confines del planeta con violencia y aliena‐ción social. Ante ello, se alza en resistencia y buscando mo‐delos alternativos de existencia una creciente porción de la humanidad, y a esa tendencia no es ajena Latinoamérica, que profundiza la búsqueda de alternativas políticas y eco‐nómicas, a pesar de las minorías locales que juegan como personeros‐agentes internos de aquellas fuerzas imperialis‐tas. Este es el mundo donde las relaciones capitalistas se ago‐
tan en tanto posibilidad de futuro para las mayorías, y la ex‐presión de ello a nivel geopolítico se da como la caída del ‘unipolarismo yanqui‐europeo’. En lo que respecta a nuestra región, el subcontinente latinoamericano, esta crisis del dominio estadounidense‐europeo no para de profundizarse, agravándose en la última década con el surgimiento de un creciente rechazo popular, y en no pocos casos también gu‐bernamental, a la sujeción de una relación de explotación económica y subordinación política que sólo ha agravado en el pasado las condiciones de la vida cotidiana, imprimiendo un signo de pobreza y subdesarrollo que convirtieron a toda la región, según los indicadores de organismos internaciona‐les, en ‘la más desigual del planeta’. Como hemos señalado varias veces en otros números de esta publicación, la déca‐da neoliberal a ultranza de los años noventa fue dando paso
al surgimiento de procesos políticos ‘nacional‐populares’ en varios países, desde la llegada al poder de Hugo Chávez en 1998 en Venezuela, hasta el surgimiento del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil con Lula Da Silva, o el renacer de las viejas banderas peronistas con Nestor Kir‐chner durante el inicio del nuevo siglo, quebrando así la si‐tuación de aparente soledad política en que se hallaba la Revolución Cubana desde medio siglo antes. La necesidad de construir un mundo con otras relaciones
implica establecer un patrón económico distinto, donde los bloques regionales cobran fuerza permitiendo el desarrollo del multipolarismo, base sobre la cual cada sociedad pueda construir la independencia económica de la mano de la so‐beranía política, premisas de la realización, ardua y gradual, de la justicia social. De esta forma, como señalábamos en los artículos precedentes, la fuerza de los países BRICS como cabeza del surgimiento de este nuevo orden mundial tuvo su Sexta Cumbre en Sudamérica, más precisamente en For‐taleza, Brasil. Allí se anunció la creación de dos nuevos ins‐trumentos económico‐financieros alternativos al Banco Mundial (BM) y al Fondo Monetario Internacional (FMI), dominados desde su origen post 2da Guerra Mundial por el eje ‘unipolar estadounidense‐europeo’: un Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) y un Fondo de Reservas (FR). “El Banco de Desarrollo de los Brics, que estaría en funcionamiento a par‐tir de 2016, nacerá con un capital inicial de 50.000 millones de dólares, al que cada país aportará una quinta parte. (El) Fondo de Reservas estaría dotado en un principio por 100.000 millones de dólares, de los cuales China aportará 41.000 millones; Rusia, Brasil y la India 18.000 millones cada uno, y Sudáfrica, los 5000 millones restantes, según lo con‐venido en la última cumbre de los Brics, realizada en la ciu‐dad sudafricana de Durban, el año pasado” (LN 15/7). Es de‐cir, se están definiendo algunos de los instrumentos económicos sobre los cuales desarrollar la independencia económica de dicho bloque, y el desembarco de éste en el continente sudamericano es la señal del papel que la región está llamada a jugar en el nuevo escenario mundial. La ca‐beza mundial de dicho quinteto son las dos potencias asiáti‐cas: Rusia y China, quienes aprovecharon la realización de la Cumbre y definieron también una serie de visitas de Estado por varios de los principales países de la región. La dualidad del orden político actual, con sus instancias regionales pero también con sus momentos de realización nacional, fueron abarcadas por el presidente ruso Vladimir Putin y el chino Xi
20 Rusia, China y la potencialidad latinoamericana
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Jinping, quienes emprendieron sendas recorridas que abar‐caron Brasil, Argentina, Venezuela, Nicaragua y también Cu‐ba, hecho que analizaremos más adelante. Así, durante la 6ta Cumbre del BRICS se dieron a conocer
los nuevos instrumentos financieros antes descriptos, que surgen por la imposibilidad política de ‘reformar’ el FMI y el Banco Mundial, en tanto respuesta frente a la negación de las potencias occidentales a ‘compartir’ la dirección de aquellos organismos: “La creación del Fondo se interpreta, no solo en Brasil, como una reacción al lento proceso de re‐formas del Fondo Monetario Internacional (FMI). Durante la cumbre del Banco Internacional y el FMI a inicios de 2014, la reforma de este –que había sido acordada en el 2010– fra‐casó a causa del veto estadounidense. A través de dicha re‐forma se habría introducido un desplazamiento del 6% de los derechos de voto en favor de los países en vías de desarro‐llo” (DW 13/7). De esta manera, la necesidad de nuevos ins‐trumentos financieros expresa la urgencia del reordena‐miento del orden global, para lo cual aún se precisan mayores definiciones. Como lo señalaba el subsecretario de Itamaraty (la Cancillería brasileña), José Alfredo Graça Lima, “es más fácil decir qué no son los BRICS que decir qué son. No son una organización internacional, una unión aduanera ni una zona de libre comercio. (…) Son más bien un meca‐nismo de cooperación entre sus miembros, que ha demos‐trado ser útil” (DW 13/7). El grueso de la cooperación se sostiene hasta ahora en el comercio entre todos los miem‐bros y la inmensa China. Las exportaciones de Brasil a ese país aumentaron de 1.000 millones de dólares en el año 2000 a 46.000 millones en 2013. “Ya en el año 2012 China superó a los Estados Unidos y se convirtió en el mayor socio comercial de Brasil”, señala el portal alemán Deutsche Welle (DW 13/7). Es decir, el centro del histórico acontecimiento es el desplazamiento de la influencia estadounidense en la región que, como hemos señalado en esta publicación reite‐radas veces, viene produciéndose de manera constante y creciente desde comienzos del nuevo siglo. Dicha pérdida de influencia tiene un momento económico, con el desplaza‐miento comercial del hasta aquí ‘gigante del norte’, pero también implica fundamentalmente un corrimiento político y cultural, que obliga a definiciones más de fondo y a la construcción de alianzas políticas duraderas: “El crecimiento reciente de los países Brics supera holgadamente el creci‐miento de la economía mundial. Nuestra actuación no es apenas una manifestación de lo que somos hoy; representa, sobre todo, lo que queremos ser en el futuro próximo y en el largo plazo”, señalaba la presidenta brasileña, Dilma Rous‐seff (LN 16/7).
En este sentido, apenas terminada la cumbre ‘interna’, el quinteto BRICS se trasladó de ciudad hacia la capital política carioca, Brasilia, donde realizarían otra cumbre, esta vez con los mandatarios de los países que conforman la UNASUR, unión sudamericana, y a la cual fueron invitados también los países de la CARICOM, unión de países centroamericanos‐caribeños. Es decir, se dio de hecho una cumbre con el pleno de los países latinoamericanos, aunque bajo su forma ‘sub‐regional’. La instancia plenaria general, con la CELAC a la cabeza, tendrá un paso decisivo cuando se reúnan sobre el final de este año en Pekin, China‐CELAC. “Reafirmamos nuestro apoyo a los procesos de integración de América del Sur y reconocemos en particular la importancia de la Unasur en promover la paz y la democracia en la región, en lograr un desarrollo sustentable y en erradicar la pobreza”, señala‐ba el documento final firmado por los presidentes del quin‐teto BRICS antes de dejar la ciudad de Fortaleza. “Creemos que un diálogo más fuerte entre los Brics y los países de América del Sur puede jugar un rol activo en mejorar el mul‐tilateralismo y la cooperación internacional, para la promo‐ción de la paz, la seguridad, el progreso económico y social, y el desarrollo sustentable en un mundo globalizado cada vez más interdependiente y complejo”, agregaban (LN 16/7). El encuentro en Brasilia se realizaba con forma de primera
instancia de foro, sin una declaración oficial ‘de peso’, pero sí se dejaba traslucir públicamente la importancia de su rea‐lización a través de las declaraciones de algunos mandata‐rios como el venezolano Nicolás Maduro, quien afirmaba que la reunión de los países latinoamericanos con el quinte‐to BRICS es “una alianza para la paz y la prosperidad, que también puede ayudar a consolidar una nueva arquitectura financiera que beneficie el desarrollo económico en condi‐ciones de equidad. (…) Se trata de una alianza de ganar y ganar, de los que en el pasado fuimos países dominados y ahora somos países y bloques emergentes”. Y agregaba: “Las entidades financieras tienen el mismo objetivo: La construc‐ción de una nueva arquitectura financiera que beneficie el desarrollo económico en condiciones de equidad para nues‐tros países; donde se acabe el capital especulativo financie‐ro, donde se acabe el saqueo de nuestras economías y co‐mience a promoverse la inversión productiva, creadora de trabajo y de riquezas” (ET 16/7). De la misma manera se manifestaba Raúl Castro, presi‐
dente constitucional cubano, quien destacaba la importan‐cia del desarrollo productivo y social que posibilita la alianza con el gigante asiático: “La gran nación asiática es hoy la se‐gunda economía a nivel mundial, y el principal exportador de bienes. Su sólido crecimiento económico ha favorecido in‐crementos de precios de las materias primas y de las expor‐
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taciones de varias economías de la América Latina y el Cari‐be. Hoy China es el destino del 9% de las exportaciones de la región y el origen del 14% de sus importaciones. “Los países de la América Latina y el Caribe, que contamos
con una proporción importante de las reservas minerales, la segunda reserva petrolera y un tercio de las reservas mun‐diales de agua dulce, tenemos el desafío de trabajar por la industrialización de nuestros recursos naturales y agrícolas, de incrementar y diversificar las exportaciones, en particular de bienes de mayor valor agregado y por alcanzar una ba‐lanza comercial más equilibrada, en lo que pueden desarro‐llar un papel de importancia los vínculos con la República Popular China” (CD 17/7). En este sentido, Raúl Castro definía las bases económicas
de los acuerdos alcanzados con las principales economías del quinteto BRICS, que se expresan hoy en diversos proyec‐tos energéticos, industriales y comerciales de carácter estra‐tégico, varios de los cuales ya están en marcha hace algunos años. De ellos, uno de los principales es el que ha acordado China con la República de Nicaragua para la construcción de una mega‐obra de ingeniería en este siglo: el canal bioceáni‐co que atravesará la nación centroamericana, compitiendo comercialmente con el histórico Canal de Panamá, creado y explotado por los estadounidenses por casi un siglo. El nue‐vo canal, sobre tierras nicaragüenses, tendría una profundi‐dad de entre 27.6 y 30metros, un ancho de entre 230 y 520km, y unos 278 km de longitud, atravesando además el Lago Nicaragua, el mayor de Centroamérica, con 8.624km cuadrados. La planificación, construcción y manejo del pro‐yecto fue concesionada en junio del año pasado al grupo chino Hong Kong Nicaragua Canal Development Investment Co. Limited (HKND Group), por un plazo de 50 años prorro‐gables. “El proyecto está listo para, según la proyección, ini‐ciar en diciembre la construcción de este proyecto que debe‐rá estar concluido en el 2019 y arrancar operaciones el 2020”, señalaba a comienzos de mes Telémaco Talavera, uno de los miembros de la Comisión para el Desarrollo del Gran Canal. “Ahora viene el estudio específico sobre la ruta que el día de hoy ha sido aprobada por el Comité de Desa‐rrollo del Canal”, agregaba (ET 8/7). Es necesario recalcar el anunció: se está por construir una mega‐obra que permitirá un mayor flujo del intercambio comercial entre Asia y Amé‐rica, por no decir también Europa, permitiendo el paso de buques de gran calado, ahorrando muchos días de navega‐ción y enormes gastos de fletes. A su vez, políticamente es un fuerte golpe a EEUU, quien queda desplazado de su ante‐rior hegemonía sobre el Caribe. Junto con ello, China acre‐cienta su presencia económica en la región. Como señala el diario local La Nación, muy a su pesar: “China se ha conver‐
tido en un gran inversor en América latina. Las estimaciones de la Cepal indican que entre 2005 y 2013, China dispuso de más de US$ 100.000 millones en préstamos a los países de la región. En 2013, el ministro de Petróleo de Venezuela, Rafael Ramírez, anunció un acuerdo con China National Petroleum Corporation (CNPC) para la inversión de US$ 28.000 millones en un nuevo proyecto en la Faja Petrolífera del Orinoco. Lue‐go se agregó otro por US$ 14.000 con la petrolera estatal China Petroleum & Chemical Corporation (Sinopec). Esta empresa adquirió el 40% de la española Repsol en Brasil por US$ 7100 millones. En 2011, Sinopec expandió sus operacio‐nes en Brasil con la adquisición del 30% de la portuguesa GALP por más de US$ 5000 millones. En Perú hubo inversio‐nes mineras por alrededor de 6000 millones de dólares. En la Argentina se realizó prácticamente una sola inversión impor‐tante. La China National Offshore Oil Corporation (Cnooc) compró 50% de la petrolera argentina Bridas, de la familia Bulgheroni, por US$ 3100 millones. Meses después, Bridas, ya con mayoría china, adquirió 60% de Pan American Energy por US$ 7000 millones” (LN 13/7).
Giras son amores La gira para acuerdos estatales del presidente chino se
producía luego de su participación en la Cumbre de Brasil, e incluiría al mismo Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba, se‐llando decenas de acuerdos comerciales en cada país. En Venezuela, por ejemplo, destacaba que la nación bolivariana “se ha convertido en uno de los destinos con mayor com‐promiso de inversiones de China, también en el mayor mer‐cado de contratación de obras de infraestructura, séptimo suministrador de petróleo y cuarto socio comercial en Amé‐rica latina de China” (LN 22/7). Allí se firmaban al menos “247 proyectos conjuntos, por unos 5.000 millones de dóla‐res” (TS 21/7). Por su parte, en Brasil se firmaban unos 32 acuerdos industriales. Sólo por la venta de 60 aeronaves de fabricación brasileña el volumen de intercambios superaba los 3.200 millones de dólares y, junto con ello, Dilma Rous‐seff señalaba que “desde 2009 China se ha convertido en el principal socio comercial del país” (TS 17/7). Luego, el viaje oficial chino seguía hacia tierras cubanas, donde “se realiza‐ban 29 acuerdos de cooperación” (CD 22/7). Recordemos, además, que la isla caribeña está en pleno desarrollo de un proceso de modificación de la ley de inversiones extranje‐ras, permitiendo una mayor participación de los capitales foráneos en desarrollos industriales y comerciales en la isla, siempre bajo la ferrea planificación estatal de los mismos. Uno de los anuncios durante la estadia de Xi Jinping fue el de la inauguración de una planta farmaceútica especializada en diabetes que producirá la medicación necesaria para
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abastecer a casi 900 mil personas que sufren esta enferme‐dad crónica en la isla (CD 22/7). Pero lo más destacable era el profundo acuerdo ideológi‐
co entre ambos países. Muestra de ello, ya que ambos so‐ciedades están gobernadas desde hace más de medio siglo por sus respectivos Partidos Comunistas, fue que la estadia duró casi tres días y el presidente asiático fue condecorado con la Orden Martí, la más alta condecoración estatal que otorga Cuba (TS 21/7). Es así que queda de manifiesto que lo central de las relaciones para modelar un nuevo equilibrio geopolítico mundial son los acuerdos políticos, es la concu‐rrencia de las voluntades políticas por desarrollar determi‐nados objetivos donde se juega, además, la posibilidad de futuro de las distintas sociedades del planeta. Como señalá‐bamos antes, la decadencia del modelo de vida que ha desa‐rrollado el domino capitalista obliga a los pueblos a buscar nuevos caminos, y en ese punto la isla caribeña es modelo no sólo regional sino también mundial de desarrollo social y cultural. Su ‘internacionalismo’, expresado hace décadas combatiendo en diversas partes del orbe contra las fuerzas imperialistas, hoy se ha transformado en la creciente pre‐sencia de batallones de médicos y educadores cubanos que permiten sustanciales mejoras en la calidad de vida de los lugareas a los que llegan (véase por caso la Misión Milagro, oftalmológica, que está cumpliendo 10 años, o la presencia de los médicos cubanos que atienden en las poblaciones más alejadas de la selva brasileña). Ese ‘potencial’ es lo que el pueblo y el gobierno chinos saben que es la principal ‘he‐rramienta estratégica’ para la construcción de un nuevo or‐den mundial de transición. En paralelo a la gira del presidente chino, aunque unos
días antes de la cumbre de Fortaleza, se produjo también la visita del presidente ruso Vladimir Putin por diversos países del continente. Este también hizo el circuito de los tres prin‐cipales miembros del Mercosur: Brasil, Argentina y Venezue‐la, al tiempo que recaló en Cuba e hizo una escala no previs‐ta inicialmente en Nicaragua. En Cuba, Putin dio un golpe de efecto al ‘condonar’ el 90% de una vieja ‘deuda externa’ cu‐bana con Rusia por 35.200 millones de dólares (DW 11/7), recuperando simbólicamente su papel de ‘gran socio’ eco‐nómico de la isla, como durante la existencia de la Unión Soviética (URSS). A su vez, firmó acuerdos para “grandes proyectos bilaterales [con] la participación de empresas ru‐sas en los yacimientos petroleros de Boca de Jaruco, una ac‐tividad que debe extenderse a otros bloques de exploración petrolera en el área marítima ubicada en el noroeste de Cu‐ba. (…) Rusia también proveerá cuatro nuevos bloques ener‐géticos para dos termoeléctricas cubanas con un costo de 1200 millones de euros. Otro de los acuerdos es la creación
de un centro de conexión de transportes internacionales que incluye la construcción de un moderno aeropuerto para la carga de mercancías” (CD 11/7), así como también se pro‐pone la participación en el desarrollo del puerto de Mariel y en la instalación de radares del sistema ruso de ubicación geosatelital Glonass (RT 11/7). Luego, en Brasil, los principales ejes de los acuerdos ruso‐
brasileños se dieron en dos áreas: militar y energética. Se acordó el intercambio de material industrial de vigilancia así como el desarrollo de la explotación petrolera en el Amazo‐nas (TS 14/7). En Argentina, la presencia del ruso también implicó avanzar en acuerdos energéticos industriales, desta‐cándose la participación para empresas rusas del desarrollo de la central de energía nuclear Atucha III, así como en la ampliación de la termoeléctrica Chiuido I. Párrafo aparte mereció el anunció de la estatal rusa Gazprom, estudiando en conjunto con la también estatal argentina YPF el desem‐barco en las recientemente exploradas reservas de shale oil y shale gas de Vaca Muerta (MS 20/7). Pero quien mejor se‐ñalaba las implicancias mundiales de esta visita, en el con‐texto de los hechos armados de Ucrania y Medio Oriente, era la prensa alemana, que hacía hincapié en lo estratégico del ‘desembarco’ ruso en Latinoamérica: “Putin disfrutará de las visitas a países que lo necesitan. Una condonación de deuda a Cuba, junto con la promesa de nuevos créditos y un proyecto conjunto para la construcción de un puerto. Apoyo a Cristina Fernández de Kirchner en su lucha contra los fon‐dos hedge y proyectos energéticos comunes. Una amable ayuda a Dilma Rousseff para mejorar la balanza comercial bilateral y simultáneamente la oportunidad de aparecer jun‐tos como representantes de un orden mundial multipolar. Allí donde hay un problema, siempre aparece Putin para so‐lucionarlo. “Rusia cultiva viejas alianzas y nuevas dependencias:
América Latina desempeña un importante papel en los pro‐yectos de Putin para un nuevo orden mundial y, como adver‐sario de Estados Unidos, posee sin duda un discreto encanto. Gran importancia le dio a la región Medvédev, el jefe de Go‐bierno ruso, a comienzos de año, diciendo sin ambages: ‘Ru‐sia ha venido para quedarse’. “Queda una pregunta: ¿por qué Alemania y Europa per‐
manecen tan en segundo plano en ese escenario? La impor‐tancia económica de América Latina es indiscutible, los ele‐mentos culturales compartidos son muchos, pero el estatus político parece haberse quedado atrás. Europa no debería dar por sobreentendidas las tradicionalmente buenas rela‐ciones con ‘su’ antiguo ‘nuevo mundo’” (DW 10/7). Es decir, el reconocimiento de que Europa pierde terreno y peso polí‐tico no debe ser confundido con que ‘por ahora’ sigan sien‐
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do los principales inversores: la economía marcha siempre, los alemanes lo saben, por detrás de la política.
Alemania no quiere perder el envión de la Copa En este sentido, aparecía explicitada la necesidad de los
capitales alemanes de no perder trecho en la disputa por los negocios y las inversiones en la región, reclamando quizás poder llevar los acuerdos con Latinoamérica a nivel euro‐peo, aunque el resto de las ‘potencias’ europeas se hallen en franca crisis económica. Lo que en este orden se conocía era el grado del desembarco de los alemanes en la rama de la extracción de metales para la producción industrial. Ello lo ha llevado en los últimos años a establecer acuerdos de in‐versión en la explotación minera, sobre todo en los países sobre los que descansa la Cordillera andina y las costas que miran al Pacífico: “Tenemos una larga tradición de coopera‐ción con Chile, Perú y Brasil, y sus suministros de cobre son clave para nuestra empresa”, afirmaba Peter Willibrandt, presidente ejecutivo de Aurubis, el mayor productor de co‐bre europeo y mayor reciclador de este metal a nivel mun‐dial. El ejecutivo destacaba la presión a nivel mundial por los suministros: “Actualmente se consumen 20 millones de to‐neladas de cobre a nivel mundial y en los próximos 20 años se consumirán más de 30 millones de toneladas. Hay mu‐chos desafíos a nivel global: el abasto energético, la movili‐dad eléctrica, el tráfico individual, la urbanización misma. Todo esto requiere de materias primas y por ello son estra‐tégicas, y no perderán importancia en el futuro” (DW 5/7). Así, y en paralelo a las presencias china y rusa en el subcon‐tinente, el canciller alemán Franck W. Steinmeier visitaba Mexico, donde llegaba ‘promoviendo’ el ‘libre mercado’ pa‐ra sus ansiosos capitales, mientras preparaba una próxima visita de Estado del presidente peruano Ollanta Humala a tierras germanas. En suelo azteca, el ministro alemán indi‐caba que “ambos (Mexico y Alemania) estamos interesados en un mercado libre y abierto a nivel internacional y es im‐portante afianzar las condiciones para lograrlo. Más de 1.700 empresas alemanas están activas en México con in‐versiones y han creado más de 120.000 puestos” (DW 18/7). La presencia sobre dos de las economías que integran la Alianza del Pacífico habla claramente de que en este mundo en crisis económica y social los acuerdos económicos siem‐pre se logran por medio del acuerdo político. En ese sentido, una muestra de las contradicciones aún en ciernes sobre la región la producía la firma del TLC entre Ecuador y la UE. El tratado, lastre diplomático y comercial que viene desde an‐tes de la presidencia de Rafael Correa, “fue pensado en pri‐mera instancia como un acuerdo de la UE con el bloque an‐dino. Bolivia y Ecuador comenzaron junto con Perú y
Colombia las negociaciones en 2007, pero las abandonaron en 2009. Colombia y Perú las concluyeron en 2012 y, des‐pués del largo proceso de ratificación, el acuerdo se aplica provisionalmente desde 2013 con Perú (marzo) y con Co‐lombia (agosto 2013)”. Es decir, el acuerdo se intentó hacer con un bloque subregional que ahora está casi extinto, la Comunidad Andina de Naciones (CAN), que perdió peso cuando Venezuela primero y Bolivia después decidieron abandonarla y acercase política y comercialmente al Merco‐sur. Ello se produjo en tanto la CAN se limitaba a intentar un mercado común de aranceles 0%, deslindando la discusión política y buscando acordar un TLC con EEUU, al estilo NAF‐TA (EEUU, Canadá y Mexico). Pero los límites los establecía la dinámica de los intercambios, que señala como ejemplo la publicación alemana: “De la región andina a los 28 países de la UE se exportan, principalmente, productos primarios, agrícolas (38 por ciento) y minerales (54 por ciento). La UE exporta a la región maquinaria y equipos (50 por ciento) y productos químicos (19 por ciento)” (DW 17/7). La industria y el desarrollo social de un lado, la economía primarizada y dependiente, con bajo desarrollo social, del otro.
Daños ‘colaterales’ Junto con esos números, que son sólo una muestra repeti‐
tiva del empobrecimiento efectuado al continente latinoa‐mericano en más de 200 años de subordinación económica y política a los capitales anglo‐estadounidenses, los países que han resistido el establecimiento de TLC’s con los países industriales e imperiales luchan por paliar las consecuencias sociales que la explotación económica genera en sus países. En este julio cobró luz un drama social que está afectando de manera creciente a varios países de la región centroame‐ricana: las decenas de miles de menores desplazados por la violencia social y económica de sus países de origen en bus‐ca de hipotéticas mejores condiciones de vida en el gigante del norte, EEUU: “Se estima que, solamente de Honduras, son unos 13.000 menores los que se encuentran en Estados Unidos sujetos a la deportación. Incluyendo las cifras esti‐madas para Guatemala, El Salvador y México, el número as‐ciende a los 57.000 menores inmigrantes indocumentados” (DW 15/7). Junto con ello, se cree que este año finalizará con una cifra cercana a los 90.000 menores que ingresan so‐los, sin compañía de ningún adulto a cargo, a tierras esta‐dounidenses, atravesando la frontera mexicana, y que en 2015 la cifra podría arribar a los 150.000 menores (CD 14/7). Ante el creciente drama humanitario, las autoridades esta‐dounidenses sólo saben hacer una cosa: negocios y repre‐sión. Las cárceles para inmigrantes (que pueden esperar más de dos años para que se resuelva su situación judicial)
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pululan enriqueciendo a unos pocos ‘empresarios’ (muchas son privadas y reciben subvenciones estatales para finan‐ciarse). En paralelo, EEUU carga a los menores en aviones y los deporta a sus países de origen, a pesar de que muchos tienen familiares establecidos en los estados del sur esta‐dounidense y en cambio ya no les queda nadie en sus paí‐ses. Este problema fronterizo va en aumento, alimentado por
el cuantioso dinero que genera la trata de personas a ambos lados de la frontera, lo que motivó sobre fines de julio a que los presidentes de Honduras, El Salvador y Guatemala viaja‐sen juntos a entrevistarse con Barack Obama en Washing‐ton. La respuesta del presidente estadounidense fue ejem‐plar y sin aportar solución alguna: “Los menores que no califiquen para quedarse en Estados Unidos serán repatria‐dos”, dijo el mandatario, al término de su encuentro con los presidentes de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén; de Gua‐temala, Otto Pérez Molina; y de Honduras, Juan Orlando Hernández (LN 26/7). Junto con ello, los ‘civilizados’ yanquis del estado sureño de Texas decidieron militarizar la fronte‐ra: “Texas desplegará mil efectivos de la Guardia Nacional en la frontera con México en el próximo mes para evitar el incremento en la inmigración ilegal de menores y familias que llegan a Estados Unidos, dijo el lunes el gobernador Rick Perry” (CD 22/7). Junto con estas equivocadas estrategias, que sólo exacer‐
ban el drama humano y siembran de rebeldías futuras a la infancia latinoamericana, desde los medios concentrados in‐tentaban mostrar que las presencias de las delegaciones ru‐sa y china eran ‘menores’, porque no tienen aún peso eco‐nómico ‘real’ en nuestras economías. No lograban ver, no querían, o no podían, por imposibilidades objetivas, que las definiciones políticas son el primer paso para la constitución de los proyectos económicos. Así, en el subcontinente de habla hispana, el problema de la transición quedaba durante julio puesto ‘sobre el tapete’, y así como la región se conver‐tía en la anfitriona de cumbres de nivel mundial, también cobijaba las definiciones que intentan positivizar un camino de salida para tamaña crisis social a que nos ha llevado el sistema capitalista.
Renovando esperanzas Así, con la política y las definiciones ideológicas puestas
delante del carro, varios de los frentes políticos gobernantes tienen este año la posibilidad de renovar su continuidad po‐lítica al frente de los Estados que dirijen. Es el caso del pro‐ceso boliviano, con Evo Morales y Álvaro García Linera, que se presentan a la reelección por segunda vez, luego de ser aprobada la fórmula por el partido gobernante Movimiento
al Socialismo (MAS), y que diversas encuestadoras señalan con un piso de intención electoral del 60% (TS 2/7), sacán‐dole un 30% de diferencia al segundo (CD 27/7). También en Brasil se presenta a la reelección la actual
mandataria Dilma Rousseff, quien cuenta con la primera in‐tención de voto, según señalaba la prensa extranjera, “a pe‐sar de haber quedado la selección de futbol local afuera de pelear el campeonato mundial” (DW 12/7). En igual sentido sucede en Uruguay, donde el saliente presidente José “Pe‐pe” Mujica, que ‘bendijo’ la formula oficial del Frente Am‐plio uruguayo con Tabaré Vazquez a la presidencia y Raúl Sendic como vice (CD 27/7), se retira con una amplia apro‐bación de su gestión: “57% considera ‘simpático’ al presi‐dente y un 51% aprueba su gestión gubernamental, iniciada en 2010” (TS 24/7). En conjunto con ese promisorio escenario electoral, se ce‐
lebraba en Venezuela por vez primera una Cumbre del Mer‐cosur, con Paraguay ya reincorporado (cuyo Canciller sostu‐vo que “nunca se fueron del bloque”, y que “adhieren a los festejos por el aniversario del natalicio del ex presidente Chávez”, TS 28/7) y con Bolivia como invitado especial, dado que está finalizando el acuerdo multiestatal para su ingreso al bloque como miembro pleno, a pesar de que hace ya va‐rios años que participa del mismo como miembro ‘asocia‐do’. De esta manera, el peso político y económico del blo‐que surgido al sur de Suramérica hace 20 años sigue en franca ampliación, restando margen de maniobra política a la novedosa pero deprimida Alianza del Pacífico, que si bien está ampliamente respaldada por los EEUU, no logra verte‐brar unidad, dado su carácter meramente comercial, en tan‐to mercado común libre de impuestos. Durante el encuentro de mandatarios del Mercosur, dos
temas fueron centrales. Primero, el respaldo unánime por parte del bloque a la
postura argentina en el frente de batalla abierto en Nueva York contra los denominados ‘Fondos Buitre’, que lucran a partir de la especulación con bonos estatales malvendidos en el pasado, tema que analizaremos en el artículo próximo. Segundo, la asociación estratégica del bloque con los paí‐
ses de la Alternativa Bolivariana para las Amércias (ALBA), hecho que aporta en el sentido ya señalado de la primacía de los acuerdos políticos por sobre el desarrollo económico. Como sabemos, la unión de países que conforman el ALBA se define expresamente a partir de presupuestos ideológi‐cos, en tanto se postula la necesidad de forjar un camino de transición que supere la barbarie anárquica del capitalismo, hecho que se materializa –entre otras cosas– con la asocia‐ción para el desarrollo petrolero inter‐estatal, expresada en la empresa Petrocaribe, fogoneada desde la Venezuela Boli‐
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variana bajo conducción del fallecido Hugo Chávez. “El Mer‐cosur es un mecanismo abierto a relacionarse con todos los bloques económicos y comerciales del mundo, de manera que no hay ningún tipo de contradicción”, expresaba el Can‐ciller venezolano Elías Jaua a respecto. Y afirmaba que “la resolución más importante de esta cumbre (...) es precisa‐mente avanzar y crear ya los mecanismos para promover la constitución del espacio económico y complementario con el Caribe” (TS 28/7). Junto con estas medidas, se oficializaba la constitución de
un Foro Empresarial del Mercosur, al tiempo que el chavis‐mo impulsaba dos foros que intentan cubrir un manifiesto faltante político en los procesos regionales (¿y mundiales?): el Mercosur Obrero y el Mercosur Indígena (TS 29/7), espa‐cios que habrá que seguir para comprobar su continuidad.
El Socialismo del Siglo XXI, camino de transición Junto con la Cumbre del Mercosur, sobre el final del mes
se desarrolló en la República Bolivariana de Venezuela el 3er Congreso Nacional del Partido Socialista Unificado de Vene‐zuela (PSUV), actual conducción gubernamental del Estado, y que coincidió con los que hubieran sido los 60 años del fa‐llecido Comandante Hugo Chávez. Del mismo participaron a su vez los mandatarios de Nicargua, Daniel Ortega, y de Bo‐livia, Evo Morales. Allí, Nicolás Maduro fue elegido Presiden‐te y líder unánime del Partido, quien señalaba que el plan de profundización implica “la lucha con la cultura rentística pretrolera”, así como el combate sin cuartel contra la “co‐rrupción” y el “burocratismo”: “Seguimos teniendo un gran reto por delante; crear una maquinaria revolucionaria y al mismo tiempo un cerebro colectivo, (...) estamos hablando entonces de consolidar al Psuv como instrumento para la guerra a muerte contra la contra revolución burocrática y contra la subcultura de la corrupción” (TS 27/7). Junto a esas definiciones, Maduro había señalado unos días atrás, al anunciar el lanzamiento del canal interestatal Telesur en edición en inglés vía internet (TS 24/7), que las tareas del momento imponen “crear medios alternativos, promover movimientos sociales”, fortaleciendo a nivel mundial la “transición hacia una economía socialista”, porque “son los pueblos los portadores de la fuerza para mejorar la humani‐
dad” (TS 24/7). Y todo ello era señalado en su país, mientras era anfitrión de una veintena de mandatarios de la región. Como antecedente, a comienzos de mes, Maduro había en‐cabezado la celebración del 203° aniversario de la Indepen‐dencia del país, definiendo, con la presencia de las moder‐nas fuerzas militares bolivarianas, la unidad estratégica del pueblo y las fuerzas armadas en la defensa de la “Revolución Socialista” (ET 4/7). Casi en paralelo, desde Bolivia llegaban las definiciones
del Encuentro Internacional Sindical Antiimperialista, poste‐rior a la reunión del G‐77 (realizada durante el mes de junio en Santa Cruz), realizado en conjunto por la Central Obrera Boliviana (COB) y la Federación Sindical Mundial (FSM), donde se estipulaba claramente la necesidad de “la unidad internacional de la clase obrera” y la “construcción del socia‐lismo” a nivel mundial (MS 6/7). En concordancia con estas definiciones, días antes, en Nicaragua se habían conmemo‐rado con rango estatal los 35 años de la Revolución Sandi‐nista de 1979 (de orientación socialista), de la cual participó como uno de sus principales dirigentes el actual mandatario Daniel Ortega (TS 19/7). Viajaban como representación ofi‐cial los presidentes Maduro de Venezuela y Sánchez Cerén, recientemente asumido en El Salvador. De esta manera, el mes de julio cerraba cargado de defini‐
ciones sobre la necesidad de superar el actual orden mun‐dial en crisis, y augurando una participación destacada para los pueblos latinoamericanos en dicha transición. La tarea es inmensa y las definiciones políticas son aún esporádicas y diversas, aunque adquieren cada mes mayores alcances. Los intentos imperialistas por fracturar y debilitar la toda‐
vía frágil unidad política regional y su incipiente desarrollo económico son constantes, como veremos a continuación con la situación creada en Argentina a raíz de la disputa ju‐dicial que han entablado los capitales concentrados y espe‐culativos contra ella. Pero las reservas éticas y políticas del continente, junto con sus enormes riquezas naturales, pare‐cen plantear un único desafío: profundizar los procesos de independencia económica y política de nuestros países, al tiempo que se fortalecen los organismos intermedios y uni‐ficadores.
El ataque del capital monopolista trasnacional y las definiciones geopolíticas hacia el BRICS
Puente bajo la lluvia hay cicatrices rastros un grito que desamura y
convierte su ciudad en intemperie y atónito vuelve la intemperie un acto involuntario.
(Pichón Garay) en uno que se moría
mi propia muerte no vi, pero en fiebre y geometría
se me fue pasando el día y ahora me velan a mí
(el Matemático) Todo camino puede andar
(L.A.Spinetta)
Presentación La disputa entre el frente nacional ‐que se expresa políti‐
camente en el gobierno de Cristina Kirchner‐ y los capitales trasnacionales buitre tuvo su escalada a fines de julio, cuan‐do la intransigencia de la justicia estadounidense (funcional a esa fracción de capital monopólico imperialista) impuso a la Argentina la situación de default. El aparato judicial yan‐qui, negándose a aplicar la medida cautelar que el gobierno argentino reclamó en cada instancia de diálogo y negocia‐ción, colocó a nuestro país en un callejón sin salida. Si paga‐ba a los fondos especulativos buitre que reclaman la totali‐dad de la deuda (y que compraron a precio vil cuando la Argentina declaró la cesación de pagos en diciembre de 2001, con lo cual obtendrían una rentabilidad desorbitante del 1600%) como condición para poder abonar a los tenedo‐res de títulos argentinos que en su momento aceptaron la reestructuración de sus acreencias, éstos últimos inciarían una catarata de reclamos exigiendo el mismo trato que aquellos. Todos exigirían cobrar el 100% de sus valores no‐minales, situación que habilita la cláusula denominada RU‐FO, y que obligaría a la Argentina a tener que pagar en lo inmediato 14.400 millones de dólares (la mitad de las reser‐vas del BCRA). La precipitación del fallo judicial yanqui favo‐rable a los buitres, meses antes de que venciera esta dispo‐sición (que caduca a fines de 2014) y la negativa a aplicar el stay (la cautelar a la que hicimos refencia recién y que “pa‐tearía” para el 2015 el pago a los buitres) fue un acto de guerra económica. El capital trasnacional imperialista y su justicia dependien‐
te colocaron a la Argentina en un callejón sin salida: tener que pagar y afrontar un ciclo de endeudamiento que bási‐camente echa por tierra la histórica renegociación y quita de esa deuda criminal que fuera acordada a espaldas del pue‐blo fundamentalmente desde la última dictadura cívico mili‐tar en el país; o negarse a pagar a los buitre y someterse a
que los centros financieros imperialistas (sus calificadoras interesadas) apliquen al país la categoría de default. Desde luego que esto tiene sus costos para la Argentina:
marginación aun mayor en los mercados de capitales, con‐secuente aumento de los costos financieros, retiro de inver‐siones, etc. Por eso, toda la acción de la justicia estadouni‐dense (incluída la prohibición de que Argentina pague a los bonistas reestructurados, cuestionada por los mismos ban‐cos concentrados) significa una sanción ejemplificadora a los intentos soberanos de los países dependientes que deciden alinearse con los bloques no imperialistas (como BRICS) y aliarse (cuando no son parte de ellos) a los que promueven la transformación de las relaciones de producción y su régi‐men de propiedad (como el grupo ALBA). Todo intento de autonomía, de búsqueda de independencia económica res‐pecto de las corporaciones financieras cuyo despliegue en nuestros países ha sido siempre un mecanismo de succión de las riquezas nacionales para alimentar a dichos capitales infinitamente voraces (ley de la acumulación ampliada del capital), es categóricamente castigado. Está en discusión el concepto de soberanía: quién decide el camino que un pue‐blo se apronta a recorrer. El ataque de los capitales financieros imperialistas obligó
a la alianza social que el gobierno kirchnerista expresa en la esfera de la representación política a definir con mucha más profundidad el alineamiento hacia los países del BRICS, es‐trechando lazos tanto en el plano económico así como tam‐bién compartiendo a grandes rasgos el alineamiento geopo‐lítico con los países más importantes de dicho bloque, Rusia y China, cuyos mandatarios visitaron oficialmente al país, antes del decisivo conclave de Fortaleza entre el BRICS y la Unasur/CELAC. Qué tipo de acuerdos se desarrollarán con estos países
contra el dominio de los centros imperialistas, es lo que la Argentina está discutiendo. O un país sojero que exporte bienes primarios a las potencias industrialistas tecnológicas
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como son Rusia y China; o realizar la propuesta de desarro‐llar una patria libre, independiente industrializada, integrada y unida como patria grande sudamericana y latinoamerica‐na.
1. LA GRAN BURGUESIA ARGENTINA: TIERRA ARRASADA
1.1 Castigo buitre ¿Cómo actuaron los órganos del capital trasnacional im‐
perialista en esta disputa a cuyo análisis hemos introducido recién? A principios de julio, casi un mes antes del ingreso en de‐
fault técnico, la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s bajó la nota de la deuda soberana argentina, tras considerar un 50% de probabilidades de que el país caiga nuevamente en default; colocaba la deuda argentina “en observación como reflejo de nuestra evaluación de que exis‐te al menos una probabilidad sobre dos de que los pagos que el país debía hacer el lunes no sean honrados” (CR 2/7). Las calificadoras de riesgo no son órganos neutros que oscultan la realidad de manera ascéptica, sino una herramienta de los capitales trasnacionales imperialistas para ayudar o hun‐dir a un país o a una corporación según el grado de alianza que tejan previamente. La evaluación negativa viene segui‐da de complicaciones y encarecimientos a la hora de conse‐guir créditos. En medio de la ardua negociación entre el go‐bierno argentino y el aparato judicial yanqui, Standard & Poor’s inclinaba la cancha contra la Argentina advirtiendo: “no van a pagar” o “existe una alta probabilidad de que la Argentina no pague sus deudas”. Desde luego que en la afirmación de Standard & Poor’s hay un claro posiciona‐miento contrario a la Argentina, desde el momento en que niega/oculta los legítimos argumentos y razones del go‐bierno de Cristina Kirchner y sólo consigna: “no va a pagar”. Una cadena de presiones, extorsiones y llamados al boicot
internacional contra la economía nacional y contra el mode‐lo industrialista‐integrador‐mercadointernista acompañaron la sopa fría colmada de insectos que el Juez Griesa servía en cada mesa de negociación. El beligerante Grupo de Tareas Estadounidense para la
Argentina (ATFA), que representa a los buitres con asiento en yanquilandia, en la voz de sus copresidentes Robert Sha‐piro y Nancy Soderberg advertían amenazantes que si Ar‐gentina no paga: “Habría costos innecesarios y profundos sobre el pueblo argentino, en una situación que ya es recesi‐va, con más desempleo, mayores tasas de interés, y la Ar‐gentina demostrará una vez más al mundo que no mantiene su palabra. Los mercados castigarán al país con una baja en los bonos. Si el país defaultea, tendrá problemas con todos los bonistas, no sólo los holdouts. Sería una cascada”. Tal el
castigo anunciado por intentar un modelo económico con cierto grado de autonomía respecto de los lineamientos de los centros financieros buitres disfrazados de multilaterales (BM, FMI, etc). Incluso su colega Nancy Soderberg reconocía que aún pagando, el país seguiría “en falta” dado que debe “aceptar el artículo 4° del FMI y ponerse en orden con el GA‐FI por los temas de lavado de dinero” (LN 11/7). En síntesis, los representantes de los buitres aconsejan boicot en mano a los pueblos soberanos cómo deben arrodillarse frente al FMI y al GAFI: herramientas, en su momento, privilegiadas del capital monopólico imperialista para controlar y dispo‐ner de las riquezas nacionales de los países sometidos a és‐tos. Ningún medio hegemónico local se rasgó las vestiduras cuestionando qué pito tiene que ver los reclamos de los ca‐pitales buitres con sus recomendaciones respecto la política local sobre el FMI y el GAFI. Claro que los buitres no sólo gritan sino que también ha‐
cen. Las organizaciones emplumadas realizaron una presen‐tación en el Congreso de Estados Unidos a fin de presionar políticamente para que se impida la apertura de las expor‐taciones argentinas de carne a ese país. La táctica en la gue‐rra económica contra el modelo industrialista nacional fue intentar boicotar a escala mundial las exportaciones nacio‐nales de productos agropecuarios que son decisivisas para el ingreso de divisas a la Argentina. Secar al país de reservas es la meta. Queda claro que la acción de esta fracción de capi‐tal trasnacional no tiene como objeitvo cobrar sus bonos de deuda argentina al 100%. Sino espolear por todos los costa‐dos posibles al modelo económico que no pueden controlar tan fácilmente como en los tiempos de las dictaduras o los genocidios sociales (léase década de 1990). Con esto, rema‐chaban el boicot interno que la propia oligarquía local, fi‐nanciera/terrateniente, y ante todo cipaya antinacional, ha venido realizando en voz baja durante todo el año: según datos oficiales los grandes productores y propietarios de tie‐rra apenas exportaron el 44% de la cosecha. Duerme más de la mitad de los bienes que garantizan el ingreso vital de divi‐sas al país el sueño criminal de la silobolsa. Al mismo tiempo, y confirmando las advertencias del go‐
bierno argentino sobre la catarata de acreedores solicitan‐tes, el resto de los “holdouts” comenzaron a movilizarse pa‐ra capturar los beneficios del triunfo judicial (Griesa mediante) de NML y Aurelius. La firma de abogados Bingham McCutchen mantuvo una conferencia telefónica con bonistas para sondear la creación de un grupo de acreedores para “golpear y negociar” con el gobierno de Cristina Kirchner. Es fama que el capitalismo es buitre: su funcionamiento
es carroñero. Hay buitres con plumas y buitres de saco y corbata con rostro humano. El comportamiento de la banca que forma parte del conglomerado de capitales trasnaciona‐
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les con fuerte asiento en EE.UU. y que protagonizó la em‐bestida judicial contra la Argentina fue la primera en alistar‐se para “ofrecernos” sus oficios divinos‐financieros. La tesi‐tura de estos conglomerados financieros quedaba claramente descrita en un artículo del Wall Street Journal: “A Argentina le quedan pocos amigos en el mundo financie‐ro, pero eso no ha minado el interés de Wall Street por atraer de nuevo a ese país al mercado de bonos. Las mayo‐res firmas financieras pasaron buena parte del primer se‐mestre de 2014 delineando rutas de escape para Argentina, que se encuentra sumida en una batalla legal contra algunos fondos de cobertura que amenaza con empujar al país a su segunda cesación de pagos en 13 años. Un grupo de grandes bancos ofreció colocaciones de bonos que habrían allanado el camino para llegar a un acuerdo con los llamados acree‐dores ‘holdouts’ (…) El esfuerzo podría resultar en un éxito para Wall Street. ‘Muchos bancos están ofreciendo activa‐mente negocios a Argentina’, dice Tony Volpon, director de investigación de mercados emergentes en Nomura Securi‐ties. Los esfuerzos del sector financiero subrayan las comi‐siones lucrativas que los bancos podrían ganar en momentos en que sus ingresos están bajo presión debido a un creci‐miento económico débil, reglas más estrictas y un mayor es‐crutinio regulatorio. Bank of America Corp., Goldman Sachs Group Inc., J.P. Morgan Chase & Co. y UBS AG expusieron ante funcionarios argentinos sus propuestas de una poten‐cial venta de bonos, de acuerdo con personas al tanto de la situación” (LN 25/7). El comportamiento es claro: golpean y boicotean para debilitar las regulaciones y protecciones que la fuerza social nacional‐popular supo conseguir en estos doce años, tras el estallido de masas de diciembre de 2001 (con elementos insurreccionales que hicieron entrar en pá‐nico a la propia oligarquía financiera/terrateniente vernácu‐la). Atacar con boicots financieros y comerciales externos e internos, con el aparato jurídico yanqui, con la prensa he‐gemónica mundial, etc. provocando crisis internas, devalua‐ciones desorbitadas, caídas de gobiernos si es necesario, etc; en síntesis, crear un escenario de tierra arrasada en los países dependientes como creación de condiciones favora‐bles a ellos para luego sentarse luego a “negociar”/imponer sus programas. Por eso la larga fila de capitales “serios” que se presentaron con sus carpetas foliadas colmadas de “bue‐nos negocios”, tras las tropelías de los buitres y el juez yan‐qui. Aunque lo trataremos más adelante, cabe mencionar aquí
que el despliegue de acciones de los capitales monopólicos que generen un escenario de “tierra arrasada” en los países dependientes (y sumamente onerosos para sus pueblos), no está dando los resultados deseados por ellos: la incapacidad de convencer, de imponer sus ideas y sus programas ha ge‐nerado que importantes fracciones de capital medio “nacio‐
nales”, de pequeños empresarios de industria, comercio y servicios mercadointernistas, de sectores medios de profe‐sionales y estudiantes y las clases obreras de los países sub‐sumidos en la cadena de dominio imperialista definan orien‐taciones políticas y económicas contrarias a las necesidades de los capitales trasnacionales monopólicos. Esa imposibili‐dad de “convencer” a las masas, de hacer que encarne en los pueblos su ideología, se explica por el altísimo grado de apropiación de riquezas que estos capitales requieren para reproducirse de manera ampliada, lo que supone una masi‐va expropiación de la grande, mediana y pequeña propiedad nacionales. La destruccion de las condiciones de reproduc‐ción de fracciones sociales enteras dentro de la clase propie‐taria y de la marginación y expulsión a la miseria total de amplias fracciones de la clase obrera es la base objetiva so‐bre la cual la toma de conciencia por parte de las masas de esa situación los ha llevado a oponerse a las recetas mila‐grosas de los mesías lobos de Wall Street. Por ejemplo, el golpe brutal de estos capitales carroñeros de camisa plan‐chada y almidonada empujó a que el gobierno argentino se defina con mayor profundidad en materia de política inter‐nacional orientándose hacia el grupo BRICS (a favor de la mentada “multilateralidad”) y contra los lineamientos de Washington y Europa occidental. Veamos ahora a los voceros locales del capital trasnacio‐
nal. ¿Quiénes y con qué argumentos, en nuestro país, han tomado partido por los capitales especulativos buitres, co‐locándose concienzudamente en contra del modelo econó‐mico indutrial mercado‐internista? Uno de ellos fue el pe‐riodista propagandista del diario La Nación y del grupo Clarín (se lo puede ver en TN) Joaquín Morales Solá. En el órgano de doctrina fundado por Bartolomé Mitre escribió en medio de los ataques especulativos contra el país: “Se mezcla además una clara contradicción cultural. La justicia norteamericana tiende a ser más protectora del derecho de los acreedores que del de los deudores. En cambio, la justicia argentina pone el foco en la fragilidad de los deudores más que en los derechos de los acreedores. Esa diferencia no es una cuestión menor para interpretar la reciente colisión en‐tre una sentencia judicial y una respuesta marcada por la re‐tórica política. Nunca tuvo cabida en esa retórica el hecho cierto de que fue el propio gobierno argentino el que fijó la jurisdicción de la justicia norteamericana para dirimir los pleitos con sus acreedores. La cesación de pagos, técnica o real, sería, en rigor, un suicidio político de la Presidenta. La condena a ‘vivir con lo nuestro’, que sería la consecuencia del default, acompañaría de la peor manera el último tramo del mandato presidencial” (LN 9/7). Solá y todos los escribas de La Nación rematan sus artícu‐
los con el siguiente supuesto: el modelo industrial integra‐dor mercado internista está derrotado políticamente y en
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2015 se viene un cambio de rumbo. Es obvio que operan construyendo esa idea, generando un estado de ánimo para que les de la correlación de fuerzas en virtud de provocar dicho cambio de rumbo. Dan por hecho como situación fatal o natural aquello que tienen que realizar/alcanzar. Pero además se ve a las claras la miopía política de estos viejos bueyes cuyo pesado galope no les permite alcanzar a ver el contenido real de los acontecimientos. Solá afirma: si hay default nos quedará tan solo vivir con lo nuestro (crítica por elevación a la célebre frase de Aldo Ferrer y su proyecto proteccionista/mercado internista que en gran medida ins‐piró el esquema de políticas económicas de los gobiernos de Néstor y Cristina) y eso es la ruina. El pensamiento mecani‐sista de los intelecutales de una clase sin futuro, en claro de‐terioro material y simbólico (deterioro a la hora de imponer las representaciones simbólicas) le impidió preveer lo que de hecho luego sucedió: lejos de quedar encerrado en su propio laberinto, el gobierno expandió su modelo definien‐do con mayor precisión el alineamiento con el bloque BRICS: acuerdos económicos, financieros y centralmente geopolíti‐cos de trascendencia histórica. Además de profundizar las relaciones estratégicas (políticas e ideológicas) con los paí‐ses de la Unasur: Mercosur y Alba. El acercamiento al Alba también es una patada en los ojos del caballo ciego de la oligarquía vernácula. El viejo lobo de mar boquea en la “pe‐lopincho industria nacional”. Tendrá que explicarse qué con‐tiene el término “nuestro” de la frase de Ferrer: ¿qué fuerza abarca el nosotros? El mismo día en que Solá daba cuenta de sus impericias, el
editorial de La Nación arremetía con una destacada defensa de los capitales buitres y del ciclo del endeudamiento ex‐terno. “Es menester evitar cualquier tentación populista a la hora de diseñar la estrategia que debería conducirnos, antes de que concluya este mes, a un acuerdo por la deuda con los bonistas beneficiados por la justicia de los Estados Unidos. (…) Lo que debe exigirse de nuestros gobernantes es que abandonen una política de demonización para no asumir las propias responsabilidades y se elabore un plan serio de ma‐nejo de la deuda, con participación del Congreso, más allá del fallo de Griesa. No sólo debe evitarse el default antes del 31 de julio, sino también después de esa fecha y para siem‐pre” (LN 9/7). Es un escrito lleno de “ruido y furia narrado por un demente” (Shakespeare). Si algo quedó a las claras, incluso para unos cuantos representantes del capital trasna‐cional imperialista es la irracionalidad de las decisiones del juez Griesa. El desorbitado beneficio otorgado a los buitres, la parcialidad y contradicción en muchas decisiones, la velo‐cidad de las sentencias, dejó expuestos a los ilusionistas de la independencia de los poderes y el mamotreto intragable de la república burguesa. Pero no sólo dejó en claro que el Poder Judicial es absolutamente dependiente del Poder
Económico concentrado y que en rigor el tribunal de Nueva York está aplicando un castigo ejemplar a las políticas dísco‐las de la Argentina, sino además que el grado de abuso res‐pecto de la rentabilidad de los buitres pone en cuestión el equilibrio entre las distintas fracciones de capital financiero trasnacional. A finales de julio, nuevamente el editorialista de La Nación
se refería a la disputa con lo buitres: “Hoy los hechos han avanzado y sólo queda cumplir la sentencia. Se han estre‐chado los márgenes para una solución distinta de pagar al contado, que sea libre del riesgo de la aplicación de la cláu‐sula RUFO. (…) La Argentina estaría exenta de ese riesgo si les paga a los holdouts en cumplimiento de una sentencia tal cual la exija el juez. (…) El default sólo podría evitarse em‐pleando dólares de las reservas del Banco Central u obte‐niéndolo en préstamo de otros bancos” (LN 25/7). El órgano, hoy día más yanqui que mitrista, recomendaba pagar a los buitres lo que haya que pagar según la justicia estadouni‐dense; pagar al contado y asumir los riesgos de la cláusula RUFO (¡!), situación que llevaría al país al colpaso financiero y cambiario. Solución: tomar préstamos de los bancos más concentrados de EE.UU. Retomar el ciclo del endeudamien‐to permanente y su consecuente pérdida de soberanía, pér‐dida de poder en la toma de decisiones. Flamea sobre el dia‐rio La Nación la bandera azul, roja y blanca. El gobierno argentino entre rifar las riquezas nacionales
en el altar de Nueva York y entregar los recursos estratégi‐cos a los lobos hambrientos de Wall Steet o dejar que le apliquen la categoría de default técnico, venía adelantando que se decidiría claramente por esta segunda opción, y que daría la discusión en todo foro y agrupamiento regional y mundial denunciando la maniobra sucia de un capitalismo sin patria ni banderas. Además de La Nación, que como hemos visto se opone ro‐
tundamente al default y promueve la entrega en cómodas cuotas de la riqueza nacional, la Asociación Cristiana de Diri‐gentes de Empresas (ACDE) y el Foro de Convergencia Em‐presarial conducido por la SRA y la Cámara de comercio yanqui en la Argentina, se posicionaron claramente en con‐tra del default y llamaron a pagar, pagar, pagar. Desde ACDE se hizo público un comunicado donde se con‐
sideraba: “El default ocasionaría serios perjuicios no sólo a las partes directamente involucradas, sino también al resto de la población, bajo la forma de más inflación, mayor rece‐sión y el consecuente desempleo. Se debería evitar a toda costa, utilizando para ello todos los instrumentos al alcance del Gobierno. Creemos que optar por caer en él como una opción más no guarda relación con la gravedad de la situa‐ción”. Y desde el Foro advertían: “Se complica el crecimiento externo, el crédito financiero directamente desaparece y el comercial se complica también. La inversión va a esperar, no
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habrá creación de empleo y el empleo actual se complica” (LN 30/7). En síntesis, pagar y endeudarse.
1.2 Eje Pacífico y oligarquía Como hemos visto más arriba, la decisiva reunión en For‐
taleza‐Brasil entre los BRICS y el bloque Unasur; y la doble visita oficial a la Argentina de los presidentes de Rusia y Chi‐na, cargados de acuerdos económicos y comericales pero, sobre todo, de coincidencias en materia de alineamientos geopolíticos, provocaron la reacción de la oligarquía finan‐ciera/terrateniente local hermanada a los conglomerados trasancionales con asiento en EE.UU. y Europa occidental. El contundente rechazo al contenido político del acercamiento Argentina‐Unasur‐BRICS, bloque que torpedea claramente la hegemonía unipolar del capital más concentrado a escala global y que domina en el país a través de la oligarquía fi‐nanciera/terrateniente, fue matizado por algunas expresio‐nes intelectuales de dicha oligarquia que frente a las jugosas posibilidades de negocios contenidas en las promotederoas propuestas china y rusa, aspira a hundir sus dientes de lata. En el diario La Nación, el analista de política internacional,
Juan Tokatlian, escribía mientras Xi Jinping se paseaba por Buenos Aires: “Las visitas al país del presidente de Rusia, Vladimir Putin, y del presidente de la República Popular de China, Xi Jinping, refuerzan el gradual y notorio viraje de la diplomacia y el comercio en la dirección de Asia (…). Una parte importante y decisiva del gobierno y del entorno de la Presidenta parte del presupuesto de que la redistribución global de poder, riqueza e influencia es un hecho evidente e inexorable y que la Argentina debe reubicar las coordenadas y el alcance de su política internacional, pues la transforma‐ción más honda y alentadora es de naturaleza geopolítica. (…) La profundización de los lazos con Oriente, algo que va más allá del intercambio comercial con China, no sería cir‐cunstancial (…) se trataría de una decisión central que apun‐taría a que, en un sistema mundial reconfigurado, la Argen‐tina tuviera un lugar y un rol mayor al que fue perdiendo en el concierto de naciones occidentales desarrolladas (…). Hoy, en el comienzo del siglo XXI, resurge el dilema: ¿podrá la Ar‐gentina concebir, practicar y sostener relaciones concurren‐temente promisorias con Occidente y Oriente? Desde hace años que se reproduce, en muchos círculos políticos, empre‐sariales y mediáticos, el mismo pobre debate bajo el interro‐gante de si estamos ‘aislados’ o ‘integrados’. Ésa, creo, no es la cuestión: lo fundamental es precisar, con los disensos na‐turales, qué inserción global pretende la Argentina con una mirada de largo plazo. Y en este momento específico ‐en medio de una prolongada campaña presidencial‐sería indis‐pensable controvertir más abiertamente sobre qué relación quiere tener la Argentina con Occidente y Oriente. Ésa es, a
no dudarlo, nuestra mayor decisión estratégica como na‐ción” (LN 21/7). Con lucidez, Tokatlian recomienda a sus pares superar el
retórico cliché sobre el “aislamiento internacional argen‐tino” bajo la presidencia de CFK. Conciente del viraje geopo‐lítico global hacia el denominado eje Pacífico (Asia‐pacífico) advierte la inevitabilidad de tener en cuenta la asociación económica con los gigantes de esa región. Qué inserción debe hacer la Argentina en un mundo donde bloques de poder se disputan la hegemonía en un momento de profun‐do cambio. Cabe aclarar que cuando dice país o nación se refiere puramente a la oligarquía financiera/terrateniente. Con oportunismo economicista burgués promueve un equi‐librio entre occidente y oriente: oriente abre nuevas posibi‐lidades de negocios más que suculentos, occidente es la madre y el padre y la cuna de los grandes dueños de la pampa húmeda cuya existencia le deben a Gran Bretaña y EE.UU. También desde su columna editorial, La Nación tomará
posición al respecto: “Sin duda, el crecimiento de China co‐mo potencia internacional, su enorme mercado interno y su gravitación como principal comprador de poroto de soja, combustibles y alimentos de la Argentina, hacen que esa asociación estratégica sea una medida inteligente, que de‐bería continuarse como política de Estado. Sin embargo, este acercamiento a la gran república popular de Oriente pone de manifiesto las contradicciones entre la realidad y el relato kirchnerista. El modelo económico de matriz diversificada, de acumulación con inclusión social, fue diseñado para crear empleo en industrias protegidas, sin capacidad de competir internacionalmente y cuyos productos no son exportables, pues son caros. Como resultado, la Argentina no tiene pro‐ductos industriales para exportar a China en gran escala y sólo puede ofrecerle los ‘yuyos’ que provienen del campo, el gran perdedor de la matriz diversificada. Ni siquiera aceite de soja, sino sus granos sin moler” (LN 26/7). El más descarnado editorialista responde las preguntas re‐
tóricas del analista previamente citado. ¿Cuál debe ser la forma de la inserción en oriente, etc., etc.? Problema de fá‐cil solución: la Argentina debe ser proveedora de bienes primarios como el poroto de soja y los alimentos, incluso sin procesar. Si China demanda eso: démosle eso. Nada de in‐novar en desarrollos industriales que integren la fracturada estructura económica nacional y sobre todo la sud y lati‐noamericana. Mantenernos como eslabón primario del desarrollo monumental de la industria y tecnología chinas, es la consigna. El editorial de La Nación se cuida y mucho de refutar cualquier identidad política entre el moviento nacio‐nal argentino y el frente revolucionario conducido por Mao y sus continuadores en el Partido Comunista Chino actual. Por eso avala el establecimiento de relaciones comerciales
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que no modifiquen la estructura productiva nacional (sector primario) reconociendo las diferencias en las tradiciones po‐líticas. Rechaza de plano la identificación Perón‐Mao que con inteligencia relizaba la Presidenta en su discurso de bienvenida a Jinping. En síntesis, se intenta licuar lo esencial de la visita de los
presidentes de Rusia y de China a la Argentina: el contenido del acuerdo es político. Claro que la profundización de dicha asociación económica‐política‐cultural, podrá ser o no será según quién tenga el poder en la Argentina de definir la orientación política de la misma; y tiene el poder de definir la orientación política de la relación con los BRICS quién con‐trole los medios de producción decisivos en nuestro país. Como venimos observando en las distintas ediciones del Análisis… el ataque feroz de los monopolios en irreversible proceso de deterioro (violentos como tigres en la lluvia bus‐cando dar el zarpazo) ante los díscolos movimientos de los países centrales genera en los pueblos, y en los gobiernos que expresan a la mayor parte de estos, una mayor rebeldía frente a los requerimientos de esos centros imperiales.
1.3 La oligarquía y su modelo financiero agroindustrial exportador En la apertura de la 128° Exposición Rural de Palermo, el
presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Miguel Etchevehere, criticó al Gobierno con estas palabras: “Toda la fuerza creadora y productiva del campo está intacta. Oja‐lá en estos días de descuento que quedan de aquí al próximo período constitucional, a fines de 2015, podamos encontrar un sector público que esté a la altura de estos desafíos, que tenga funcionarios probos que conozcan la realidad agroa‐limentaria mundial para poder hacer que nosotros, los pro‐ductores, expresemos todo nuestro potencial” (LN 8/7). La oligarquía financiera/terrateniente organizada en la
SRA jugaba el papel que le toca en la Argentina: conducir al bloque de la gran burguesía aunque sea dependiente y subordinada de los capitales trasnacionales monopólicos. La línea de acción en el país proviene de la SRA. Más duro en la crítica al Gobierno sería el discurso del acto oficial con que concluyó la exposición agroindustrial, el día el día 26 de ju‐lio. “¿Va a intentar solucionar con sentido común los mayo‐res reclamos de la gente? ¿O seguirá empecinado en cami‐nar a ciegas hacia el porvenir? Sentimos angustia e inquietud por la inflación y la inseguridad, que no paran. Por el fantasma de un default que nadie quiere, y por la falta de profesionalismo y de ética republicana de muchos funciona‐rios. Solo en concepto de retenciones a los granos, el go‐bierno recaudó 76.000 millones de dólares en diez años. Se llenaron los bolsillos y recaudaron como nunca. Ningún go‐bierno, desde el retorno de la democracia, tuvo tanto poder y tanto dinero. Y sin embargo no solucionó ningún problema
de fondo. (…) Fue la década depredada. Depredaron los re‐cursos del campo, las reservas energéticas y las del Banco Central. Depredaron la credibilidad de las estadísticas públi‐cas. Y se extiende sobre todos nosotros la sombra de un nuevo default, mientras nos dicen que la cuenta la pague el que sigue” (LN 27/7). Antes de glosar ambas intervenciones cabe señalar quié‐
nes acompañaron desde el palco las palabras de Etchevehe‐re. Por supuesto, estuvieron los otros representantes de las cámaras agropecuarias que integran la Mesa de Enlace; la Unión Industrial Argentina fue a pleno con su presidente, Héctor Méndez, y sus vicepresidentes José Urtubey y Daniel Funes de Rioja; Jaime Campos (AEA); Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio); Claudio Cesario (Asociación de Bancos de la Argentina); Miguel Blanco (IDEA); Carlos de la Vega (Cámara de Comercio) y Carlos Wagner (Cámara de Construcción); Diego Pérez Santisteban (Cámara de Importadores) y Enri‐que Mantilla (Cámara de Exportadores). Entre los diplomáti‐cos, uno de los concurrentes fue el embajador de China en la Argentina, Yin Hengmin. No faltó el secretario general del sindicato de los trabajadores rurales, Gerónimo Venegas. Y como representantes de los partidos políticos estuvieron el presidente del radicalismo, el senador Ernesto Sanz, sus pa‐res en el senado Alfredo De Angeli (Pro) y Juan Carlos Rome‐ro (peronismo disidente), los diputados radicales Ricardo Buryaile y Patricia De Ferrari, los massistas José Ignacio de Mendiguren y el intendente Gustavo Posse (San Isidro); por su parte el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, envió a su ministro de Agricultura, Julián María López. Desde IDEA, la Bolsa de Comercio y AEA se realizaron ex‐
plícitos elogios al discurso del titular de la SRA. Veamos cuá‐les fueron sus ejes centrales. Uno de los contenidos axiales del discurso político de Et‐
chevehere es la cuestión de la disputa por el control de la renta agraria. El concepto de depredación tiene que ver con la situación inaceptable por la oligarquía vernácula de que el Estado nacional controle una porción de la renta y su trans‐ferencia a la industria local y la distribución en clave merca‐do. Los recursos intactos del campo, dice el hombre de la SRA, deben ser de los grandes dueños del campo. La activi‐dad agroindustrial, agrega, es el motor de la economía ar‐gentina: sus bienes transables (bienes que demanda el mer‐cado mundial) son la fuente primordial de las divisas con las cuales pueden importarse todos los insumos necesarios pa‐ra que funcionen el resto de las ramas de actividad en la in‐dustria, los servicios, etc. Los datos duros de 2014 respaldan las aseveraciones de Etchevehere: del total de divisas liqui‐dadas por los exportadores en lo que va del año (por un to‐tal de 14.418 millones de dólares) el 37% se debe al comple‐jo agroindutrial. Tal es el poder que detentan en cuanto propietarios de los medios de producción decisivos de la Ar‐
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gentina agroindustrial exportadora (así fue diseñada por el capital británico en su metamorfosis entre capital industrial e imperialista) cuya autoconciencia se expresa en el golpis‐mo, sin vergüenza, del discurso del presidente de la SRA; siendo éste otro de los puntos nodales de su discurso. La SRA (así como ya lo vimos para el discurso de La Nación) da como un hecho que en el 2015 habrá un cambio en el mo‐delo económico que reestablezca en las manos oligárquicas el control absoluto de la renta agraria. De esa manera ponen en cuestión toda medida oficial en dirección industrialista, porque parten del supuesto de que estamos en un momen‐to de “transición” hacia ea restauración del gobierno oligár‐quico‐neoliberal. Colocan el resultado al que quie‐ren/necesitan llegar como un supuesto, como una realidad fehaciente, como algo ya dado. Esta es la construcción ideo‐lógica con que pretenden naturalizar un cambio en la direc‐ción del estado en función exclusiva de sus intereses. Sin embargo, su poder y su conciencia chocan con un
problema perentorio: lograr las condiciones políticas para que la fuerza de masas se neutralice y ellos puedan aplicar el plan antipopular más grande de la historia del país. Su programa devorador de propiedades, es decir de las condi‐ciones materiales de fracciones enteras del capital tanto con asiento en la industria como en el mismo ámbito rural, y su consecuente masiva pauperización y miseria, les impi‐de, por el momento, constituir una fuerza capaz de impo‐nerse, por los votos o las botas, al personal político que ha venido comandando el Estado desde 2003 a esta parte. Históricamente, esta fracción dominante de la burguesía argentina “hacía la diferencia”, es decir, lograba virar el curso de la historia allí cuando se desarrollaba un proyecto alternativo a su dominio, conquistando la conciencia (volá‐til y oportunista) de la vasta pequeña burguesía argentina: capitales medios, pequeños y otros sectores que viven de la explotación de una pequeña propiedad y/o de brindarle sus servicios profesionales. Los golpes de estado sanguina‐rios, los gobiernos liberales antipopulares siempre conta‐ron con el apoyo del empresariado medio y pequeño local y de otros sectores de “capas medias” profesionales, em‐pleados de servicios, etc. La experiencia de la última dictadura (plan Martínez de
Hoz) y sobre todo de los años oscuros del menemismo y delaruísmo (planes Cavallo y Cema) dejó una huella de fuego en la preocupada testa de la pequeña burguesía ar‐gentina. Quedaron heridas de muerte sus ensoñaciones de llegar a ser como la oligarquía porteña que relame sus hue‐sos en los mauselos de la Recoleta muda. La fractura y realineamiento político de una gran parte de esta fracción subordinada del capital, gorila en su genética histórica, que se alineó con el gobierno peronista de Néstor y Cristina
Kirchner, dejó al “Estado Mayor” de la gran burguesía local flaco de suboficiales y tropa. En este sentido cabe mencionar, además, las fracturas in‐
ternas que se hicieron explícitas el mes pasado en dos enti‐dades agropecuarias: la Federación Agraria (FAA) y la propia Sociedad Rural. Por un lado, la salida de Eduardo Buzzi como titular de la Federación, motivada por su explícita interven‐ción en la política partidaria (en el massismo), hizo visibles las fracturas dentro de la FAA y las duras críticas de varios sectores a la conducción de Buzzi por haberse subordinado a la SRA. No sólo los agrupamientos que vienen jugando como oposición a la política buzzista de la FAA salieron pú‐blicamente a denostar la participación de la entidad agraria en la Mesa de Enlace, sino que además se explicitó una divi‐sión en el propio oficialismo, nucleado en la agrupación Azul y Blanca, donde no se pudo acordar el nombre del candida‐to que reemplace a Buzzi. Mientras éste procura instalar a su actual secretario gremial Omar Príncipe, un antiguo cola‐borador suyo, el ex diputado Pablo Orsolini se abrió para presentar una lista alternativa. Orsolini justificaba la esci‐sión: “Hay que conversar con quien haya que conversar, no importa el color político de quien conduzca. Él (por Buzzi) quizás a lo mejor por defender un acuerdo con las otras en‐tidades (que conforman la Mesa de Enlace) lo llevó a que no se pueda estar sentado en una mesa para discutir las políti‐cas que necesitan los pequeños y medianos productores” (TA 21/7). Al mismo tiempo, y como mencionábamos recién, otras
dos facciones se posicionaron con críticas a la conducción buzzista: “Tuvimos muchas diferencias con Buzzi, se perdió el rumbo en la defensa de los pequeños y medianos producto‐res, que hoy atraviesan una situación comprometida y que son la razón de por qué estamos en la FAA. La conducción a futuro tiene que ser una construcción de consenso, que em‐pecemos a ocuparnos de los problemas que tiene el que vive pura y exclusivamente de su actividad agropecuaria”, de‐marcaba Elvio Ghía, referente de la corriente Línea Federal entrerriana. El motivo estructural de la fractura quedaba claro: la enti‐
dad que históricamente representó a los pequeños produc‐tores (en sus orígenes no propietarios de la tierra sino más bien arrendatarios) y cuyo parto fue, precisamente, la lucha contra los grandes terratenintes en 1912 (“el grito de Alcor‐ta”) un siglo después quedó bajo la conducción de un sector rentista, muy bien acomodado en virtud del alza de los pre‐cios de la soja, del precio de la tierra y de la renta agraria, y que además participa de negocios en otras ramas en el ám‐bito urbano (comercios, negocios inmobiliarios, transportes, etc). Este cambio en la composición interna de la FAA, que podemos caracterizar como aumento del peso de los pro‐pietarios medios y pequeños de zona fértil esencialmente
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rentistas, es decir que no explotan ellos su propiedad, aban‐donan el terreno de la producción y sólo se convierten en arrendadores rentistas; sector que pasó a conducir la enti‐dad cuya conducción representó Buzzi, explica la pleitesía rendida a la SRA y CRA en la Mesa de Enlace. Pero no todos los miembros de FAA aceptan esa estrategia. El recién citado Elvi Ghía explicaba a este respecto: “No es solamente seguir por seguir, hoy la Mesa de Enlace se ha visto como un parti‐do de oposición, cuando tenemos que volver a las bases, que son los problemas puntuales del pequeño y mediano produc‐tor”. Desde otra agrupación, Claudio Demo, productor de soja y
maíz de Río Cuarto, Córdoba, historizaba: “Buzzi pasó de ser el presidente más progresista que había tenido la Federación Argentina a convertirse en uno de los más reaccionarios, aliado con la parte más conservadora de la ruralidad argen‐tina” (TA 21/7). En la SRA también se hicieron patentes las diferencias, si‐
tuación más bien anómala, puesto que la oligarquía verná‐cula dueña del país suele ocultar con mucha autoconciencia los dobleces internos. Un grupo de directores y delegados zonales renunciaron a sus cargos en la entidad aduciendo falta de acuerdo con la propuesta de reelección de Etche‐vehere, desprestigiado por las investigaciones que demos‐traron la explotación de obreros rurales en condiciones de esclavitud en una de sus propiedades. Finalmente cabe mencionar la acción boicoteadora inter‐
na que los grandes terratenientes ejecutaron (y ejecutan) contra el modelo industrial integrador mercado‐internista, jugando de manera concertada con los capitales trasnacio‐nales monopolicos que castigaban desde el centro del impe‐rio a la política económica nacional. Según datos de la Bolsa de Cereales de Rosario, se exportó en lo que va del año apenas el 44% de la cosecha de soja (calculada en 55,7 mi‐llones de toneladas), muy por debajo de la cantidad expor‐tada en 2013 para el mismo mes (año en que también se presionó al gobierno liquidando divisas en cuenta gotas). Es‐ta apuesta al no ingreso de divisas, al desfinanciamiento del país, unido a las demandas desorbitadas de los buitres ex‐ternos funciona como un juego de pinzas que estrangula la economía nacional. Queda en evidencia el papel protagóni‐co que cumple en nuestro país la oligarquía financie‐ra/terrateniente en tanto agentes internos de los capitales trasnacionales monopólicos: hacer tierra arrasada para ne‐gociar los términos del saqueo posterior. También, el minis‐tro de Agricultura, Carlos Casamiquela, denunciaba que res‐tan 190 mil toneladas de trigo autorizadas para exportar y que los comercializadores “no están vendiendo”.
2. EL EMPRESARIADO NACIONAL: NÁUFRAGOS ANTES DE ZARPAR
2.1 Alineamiento decisivo hacia los BRICS Como hemos consignado más arriba, el ataque del apara‐
to judicial del capital más concentrado del mundo, trasna‐cional y monopólico, puso al gobierno entre la espada, la pared o la profundización de los lazos políticos y económi‐cos con los bloques de países cuyo contenido es la disputa con las potencias imperialistas decadentes: BRICS, Unasur y Alba. El mes pasado, en el marco de la celebración de la históri‐
ca reunión en Brasil entre BRICS y Unasur, los presidentes de Rusia, Vladimir Putin y de China, Xi Jinping, visitaron ofi‐cialmente a la Argentina, replicando nuestro país el alinea‐miento estratégico discutido en Fortaleza. No es un dato menor que la visita a la Argentina del presi‐
dente Jinping fue acompañada por 200 empresarios chinos. Xi, entrevistado por varios medios del continente, entre ellos el diario La Nación, afirmaba en ese momento: “Estoy a la expectativa de realizar un profundo intercambio de pun‐tos de vista con la presidenta Cristina acerca del desarrollo de la agenda bilateral y los otros temas de interés común y trazaremos juntos un plan maestro para las relaciones bila‐terales, con vistas a potenciar el intercambio y cooperación en las diversas áreas, promover un crecimiento equilibrado y estable del comercio bilateral, y elevar el nivel de la coope‐ración mutuamente beneficiosa en materia de inversión productiva y construcción infraestructural, con el objetivo de llevar la asociación estratégica entre China y la Argentina a una nueva altura” (LN 14/7). En el acto que dio inicio a la visita oficial de marras, Cristi‐
na Kirchner afirmó: “Es hora de valorar la magnífica oportu‐nidad que tenemos en este mundo que vuelve a ser multipo‐lar. El surgimiento de economías como la de China permite alternativas frente a un mundo que se creía agotado. Es un día fundacional en la relación de ambos países, porque esta relación de China y Argentina pasa a conformar una verda‐dera política de estado, no de un gobierno. Este compromiso asumido signifca una jerarquización, la cualificación de la re‐lación económica, política y cultural, que va más allá de la bilateralidad. Hay un nuevo marco de las relaciones interna‐cionales afortunadamente y la aparición de nuevos actores es provechoso para todos” (CA 19/7). En los dichos de la presidenta, se evidenia un claro posi‐
cionamiento contra la hegemonía de los centros capitalistas imperiales, su definición de un mundo agotado en el que surgen “nuevos actores” y la adhesión a la denominada “multipolaridad”, es claramente un viraje decisivo respecto de la política de seguidismo al imperio yanqui, a la acepta‐ción a pie juntillas de la doctrina Monroe y el concepto de
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patio trasero que el país transitó desde 1976 hasta 2003. Se profundiza, entonces, el vínculo hacia los bloques alternati‐vos a los centros imperiales. Observemos algunos datos que deja esta doble visita.
China es el segundo socio comercial de la Argentina, y el in‐tercambio bilateral comercial alcanzó, el año pasado, los 14.800 millones de dólares, es decir, 2400 veces más que la cifra registrada al inicio de las relaciones diplomáticas en 1980. Hay que tener en cuenta que la relación comercial es favorable (superavitaria) para el país oriental y que las ex‐portaciones de América latina a China se concentran en cin‐co capítulos donde predominan los productos minerales, agrícolas y combustibles. China, por el contrario vende a la región productos industriales. En materia de inversiones, China realizó en la Argentina una sola inversión importante: la compañía China National Offshore Oil Corporation (Cnooc) compró el 50% de la petrolera argentina Bridas, de la familia Bulgheroni, por US$ 3100 millones; y algunos me‐ses después, Bridas, ya con mayoría china, adquirió el 60% de Pan American Energy por US$ 7000 millones. Otro de los acuerdos importanes sino‐argentino fue el ru‐
bricado entre los Bancos Centrales de ambos países: se trata de un intercambio de monedas (pesos y yuanes) equivalente a 11.000 millones de dólares (denominado swaps), con el objeto de dinamizar el comercio bilateral pero además, por el que Argentina puede recurrir a un pase “por adelantado” de esas divisas convertibles al dólar y evitar una crisis por nuevas corridas cambiarias y fugas de capitales, default téc‐nico mediante. También deja la visita de Jinping una veinte‐na de convenios que implicarán inversiones chinas por US$ 7500 millones en represas hidroeléctricas y en infraestructu‐ra ferroviaria en nuestro país. El gobierno de China construi‐rá, financiará y dará equipamiento para el proyecto de la cuarta central nuclear eléctrica en el país, Atucha III, de 700 megavatios, de agua pesada y uranio natural. Similares saldos dejó la visita, unos días antes, de Vladimir
Putin. Se avanzará en tratados comerciales y en el desarro‐lloro energético nuclear (con fines pacíficos). La carga sim‐bólica de la foto de Cristina con el demonizado y sancionado Putin, sumado a la vindicación que hizo la Presidenta de la condonación de la deuda a Cuba, fue un mensaje claro a EE.UU. y Europa occidental. ¿Se cerró la puerta del patio trasero? Esto plantea la siguiente cuestión. El contenido de la re‐
lación con los BRICS (y con China y Rusia particularmente) dependerá de qué fuerza social se impone en la Argentina: qué proyecto de país y de patria grande se logra realizar en la Argentina y la región. Ser un apéndice agrario de China, como promueve la propia oligarquía vernácula, o desarrollar junto a los bloques alternativos al imperialismo decadente un proyecto que integra la estructura fracturada nacional y
regional en base al desarrollo industrial y la redistribución de la riqueza. Es decir, que quiebre la lógica de la depen‐dencia financiera respecto de cualquier polo. Tal situación no la puede conducir la oligarquía vernácula hermana de los capitales monopólicos imperialistas: sólo pueden hacer ne‐gocios con los nuevos actores, que menciona CFK. Más bien, la realización de un acuerdo con BRICS que potencie el desa‐rrollo autónomo de la región y que realice la justicia social de los trabajaodres y el pueblo argentino y latinoamericano, requiere en nuestro país liquidar el poder económico y polí‐tico de la oligarquía financiera/terrateniente. Derrotarla po‐líticamente y definitivametne y recuperar la renta de la tie‐rra agraria es el primer momento necesario para que la relación de fuerzas al interior de Unasur vire hacia la política de liberación antiimoperialista del ALBA y, a su vez, permita un trato de igualdad con la China socialista y el BRICS, donde la lucha contra el capitalismo imperialista deteriorado a más no poder sea el eje de unidad en un primer momento histó‐rico de la transición hacia un nuevo orden social mundial. Queda planteada una pregunta que sólo podrá resolverse
en la práctica política: ¿quién podrá conducir en la Argenti‐na la victoria contra la oligarquía pro imperialista y realizar las proclamas de la Presidenta CFK?
2.2 El empreariado nacional, sus pequeños negocios y sus angustias El centro, el mes pasado, estuvo puesto en la disputa (una
constante) entre el gobierno y la UIA y a la usanza de lo ana‐lizado más arriba para la FAA y la SRA, la explicitación de un agrupamiento de capitales medios que promueve jugar con plan propio en la entidad industrial. A mitad de mes el titlar de la UIA, Héctor Méndez, hizo un
planteo al gobierno nacional, exigiendo mayor protagonis‐mo en la definición del plan económico. Tomando como disparador la batalla con los fondos buitres, el empresario que lidera el agrupamiento agroindustrial dentro de la UIA disparaba: “La cuestión del litigio con los fondos buitre es un tema mortificante para el empresario. La angustia es muy grande. No solamente las inversiones están paradas, el mer‐cado se asusta y consume menos. Varias empresas están al límite de las suspensiones. Creo que el Gobierno se equivoca al no abrir el juego, pero yo no manejo la política. En este momento toda la responsabilidad recae sobre un jovencito que tiene que estar ahí luchando solo o de una señora que está luchando sola con todo el peso de la responsabilidad” (P12 25/7). “Mi cámara –en relación con la entidad que nu‐clea a los empresarios del plástico– tiene distintos sectores y todos están con caídas de hasta el 40%, dada la mayor in‐certidumbre de los empresarios” (TA 25/7). El ataque dirigido desde una fracción del capital asentado
en la industria y que hoy conduce la entidad, daba cuenta de
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su mayor grado de acercamiento (no digamos identidad, porque también guardan contradicciones entre sí) con la oligarquía financiera/terrateniete. Esto demuestra el esme‐rilado apoyo del empresariado nacional con que cuenta la política económica y sobre todo el decisivo alineamiento in‐ternacional del gobierno (lucha con los centros imperiales buitres y acercamiento al BRICS). Cabe señalar otra cuestión. En la Unión Industrial, más
precisamente al interior del agrupamiento denominado In‐dustriales (proteccionista/mercado‐internista) se ha desta‐pado la profunda disputa que viene desplegándose entre los grandes grupos como Arcor, Techint, Peugeot (entre otros) versus el agrupamiento de los capitales medios encabezado por la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra); la Asociación de Industriales de la provincia de Buenos Aires (Adiba); la Unión de Industriales bonaerense (Uipba); la Fe‐deración Industrial de Santa Fe (Fisfe); la Cámara Argentina del Calzado y la UIA de Entre Ríos (UIER). Estos últimos, ex‐presión del capital medio genuinamente nacional y de sec‐tores industriales de las provincias, decidieron avanzar en la batalla frente a las grandes compañías por la conducción de la lista Industriales. También las cámaras que nuclean a los capitales más pe‐
queños salieron a cruzar las expresiones de Méndez. La Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme) calificó como “falaces y parciales” las declaraciones de Méndez. “Al llamar a un pacto social, el presidente de la UIA no especifica quiénes serían sus actores. Cabe recordar que propuestas anteriores de ese estilo involucraron a actores sociales que históricamente propusieron un modelo de ex‐clusión social, como la Mesa de Enlace, empresas monopóli‐cas y oligopólicas y formadoras de precios. Ahora se suma‐rían a ese grupo todos los que impulsan un acuerdo a cualquier costo con los fondos buitre” (P12 25/7). También desde la la Confederación General Económica (CGE) se re‐novó el apoyo a la negociación oficial: “Tenemos confianza en la presidenta y en quienes están actualmente negociando la deuda” (TA 25/7). En rigor, capitales medios y pequeños nacionales han de‐
finido su apoyo al alineamiento de política internacional del gobierno nacional: el sector que encabeza Lascurain (indus‐trias metalmecánicas), los industriales de la provincia de Buenos Aires que representa Rial y las cámaras de algunas provincias no pueden conciliar un proyecto con la Mesa de Enlace y la oligarquía financiera/terrateniente. Las pyme y micropyme juegan también como apoyo de este sector. No así, los grupos económicos locales que dan y quitan su ad‐hesión al modelo industrial mercado‐internista según la conveniencia más o menos inmediata. De todas maneas, la fuerza decisiva para avanzar contra la
oligarquía, recuperar la renta agraria y derrotarla política y
culturalmente no basta. El frente nacional sigue dividido y no aparecen los lineamientos políticos que orienten en esa dirección. En este punto el gobierno nacional no logra atinar y sigue con desorientación llamativa. No hay un acercamien‐to ni política de construcción hacia el movimiento obrero: sólo se lo invita como convidado de piedra a ser base de consumo y movilización cuando las papas del modelo se queman en el horno industria nacional. Esta situación de debilidad apareció claramente en algu‐
nos sectores intelecutales del kirchnerismo.
2.3 Límites de la fuerza social conducida por el empresariado local: divisando al movimiento obrero ¿Qué fue de aquella consigna oficial que decía “vamos por
todo”? ¿Cómo escapar del cuello de botella en que el mode‐lo económico ha caído gracias al estrangulamiento financie‐ro que los grandes grupos trasnacionales propiciaron con cierto éxito? Tales son las preguntas de algunas voces preo‐cupadas del kirchnerismo en medio de la batalla para nada menor que el mismo gobierno nacional viene desplegando con coraje en el corazón financiero del mundo capitalista. Las respuestas: tiros en la niebla. Elegimos dos artículos editoriales publicados en Tiempo
Argentino, uno del sociólogo Alejandro Horowitz y el otro del editor del Miradas al Sur Eduardo Anguita. Destacamos estos dos porque hacen referencia a los límites en la política del núcleo político del kirchnerismo hacia el movimiento obrero. Horowitz editorializaba, en torno a los reclamos de las
centrales sindicales por el impuesto a las Ganancias que pa‐gan los obreros: “Es cierto que (el impuesto a las ganancias) permite apuntalar los planes sociales que benefician a los trabajadores más postergados, pero no es menos cierto que funciona como una suerte de redistribución regresiva del in‐greso popular (…). Ni siquiera cuando la oposición exigió el restablecimiento del 82% móvil para todos los jubilados, la necesidad de recurrir al aporte patronal fue seriamente con‐siderada (…). Cuando se observa la estructura actual de la distribución del ingreso, queda claro que no difiere sustan‐cialmente de la vigente durante los '90. Lo que se modificó es el quantum de la producción nacional. Basta que este quantum se achique, para que el mismo coeficiente distri‐buidor suponga otros niveles de reparto. O se cambia la polí‐tica de distribución del ingreso, cambiando el proyecto, o se sostiene el mismo proyecto con sus inevitables consecuen‐cias. Un peronismo que no puede contener a los trabajado‐res, al menos a un segmento decisivo, pierde su papel histó‐rico” (TA 21/7). Críticas dentro del kirchnerismo al impuesto a las ganan‐
cias aplicado al salario de los trabajadores. Con este se fi‐nancia a sectores más postergados de la clase (desocupados
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y ocupados subsidiados en su consumo cuando no directa‐mente en parte de sus salarios) pero recae en los trabajado‐res ocupados mejor pagos y debilita la necesidad de rearti‐cular el frente nacional: es decir, pone sobre la mesa las contradicciones entre una fracción del capital industrial mercado internista y grupos locales con el movimiento obrero. Si bien no define un plan de acción, el cómo resolver dicho problema, destacamos la visibilidad del problema de reconstruir la unidad del frente nacional. De todas maneras el autor del artículo no avanza en los presupuesto ideológi‐cos del kirchnerismo que explican la traba en la definición política que sobreestima el papel que puede jugar el empre‐sariado nacional en el proceso de liberación nacional y social por sobre el proletariado. Mucho menos en las condiciones objetivas que hacen que dicho empresariado mercado‐internista esté históricamente atado por condiciones estruc‐turales a la dependencia de las divisas ingresadas en el país por el polo terrateniente agro‐exportador. Y Anguita en el mismo órgano de prensa oficialista anali‐
zaba: “Históricamente, el peronismo no sólo tuvo la base so‐cial obrera, sino que también representantes gremiales en el gobierno y la dirigencia partidaria. Juan Domingo Perón lo resumía con una metáfora tomada de la anatomía humana: la columna vertebral del peronismo es el movimiento obrero. Así lo interpretó el kirchnerismo en sus primeros años y le permitió llegar triunfante a octubre de 2011 con una fuerte presencia sindical. Pero la realidad de esta sociedad globali‐zada y liderada por el capital financiero dio señales de que muchas cosas no avanzaban. No se crean empleos genuinos en el sector privado desde 2007. La inversión pública a veces generó puestos de trabajo y en muchos otros casos dio ocu‐pación e ingresos sin una contraparte en la productividad. Y aunque las políticas de inclusión resulten de los mejores lo‐gros de este gobierno, no dejan de ser medidas contingentes para paliar una situación de emergencia que requiere buscar las fórmulas para trocar salario ciudadano por trabajo. (…) No menos importante es que hay una dispersión salarial in‐mensa entre diversos sectores de asalariados. Lo injusto es el sistema, porque en los trabajadores la retención la hace el empresario, mientras que para los sectores más privilegia‐dos hay maneras muy claras de eludir o pagar menos, por‐que muchas de las ganancias, los empresarios las pagan a
través de sociedades y pueden disfrazar sus balances. Pero no es sólo eso, desde ya, lo que distorsiona y hace bastante regresivo (reaccionario, marcadamente tendiente a mante‐ner la desigualdad social debería decirse) el sistema tributa‐rio argentino. “Es preciso reparar en ese contexto complejo para enten‐
der cómo la dirigencia gremial fue un aliado clave para Nés‐tor y Cristina. No sólo porque acompañaron en la lucha por los Derechos Humanos sino porque actuaron como un puen‐te legítimo ante la gran cantidad de demandas de trabaja‐dores informales, precarizados, y no sólo de los representa‐dos en tal o cual sindicato. ¿Qué pasó desde fines de 2011? ¿Hubo un intento deliberado de Cristina de alejar a Hugo Moyano del gobierno para no ceder ante las ambiciones del líder de la CGT? ¿Había madurado para entonces la idea de que el kirchnerismo debía contar con sus propias organiza‐ciones sociales, juveniles y territoriales para avanzar sobre un armado político que dejara de lado las viejas estructuras peronistas? A criterio de quien escribe estas líneas sucedie‐ron las dos cosas” (TA 22/7). Anguita va al fondo de la cuestión, aunque sin darle salida
práctia al asunto. Más que límites hay un límite en el mode‐lo y donde la cuestión impositiva (su carácter regresivo) es solo una manifestación: dentro de la alianza social de em‐presarios nacionales mercado internistas y grupos locales y el movimiento obrero, se expresa la subordinacion de éstos a los primeros y eso ha sido y es una política que se des‐prende de una concepción sobre el proceso de liberación social. El kirchnerismo no cuestiona esa subordinación de los trabajadores al capital nacional, sino más bien la concibe como necesaria. Hete ahí el centro del problema y la traba durísima para reunificar un frente nacional antiimperialista que empuje con toda la fuerza, y lleve el proceso a la victo‐ria, el alineamiento internacional de confrontación con los tribunales yanquis imperialistas y se hermane con los BRICS (la China socialista y la Rusia ex soviética) que el gobierno está encabezando y al cual se lanzó correctamente y con energía y coraje. Hay que apoyar la política internacional del gobierno. Lo cual supone desplazarse en su política hacia el movimiento obrero.
La oligarquía agazapada y las trabas del frente nacional
Como en cancha de arena Cappa: A mí me parece importantísima la idea de que el fútbol pertenece a la clase obrera. De esa manera tenemos un enfoque
global del asunto que resulta clarificador a la hora de saber para qué se juega, por qué se juega y para quién se juega. De ese modo además, incluso en lo estrictamente futbolístico, comprendemos ciertas características del juego que son propias de la clase que le
dio origen: el atrevimiento, la picardía, la diversión, el desenfado. Menotti: Es que todo eso la clase oprimida lo precisa para vivir. El chico que vive en la esquina de un barrio, si no es pícaro lo pasa
muy mal. Ahora, claro, nadie quiere vivir eternamente de las picardías y por eso se lucha para cambiar la sociedad. (César Luis Menotti y Ángel Cappa, Fútbol sin trampa)
Cuando el planeta entero se debate de un modo cada vez
más feroz entre la profundización de la irracionalidad y la barbarie del orden imperialista y la posibilidad de un nuevo orden mundial más acorde con las necesidades humanas, en nuestro país tal contradicción toma formas específicas. El ataque brutal y genocida por parte del estado sionista
pro‐imperialista sobre la población palestina de la Franja de Gaza, junto con un nuevo capítulo del intento por parte de las potencias occidentales de apoderarse definitivamente de Ucrania, ponen más en el centro la discusión entre gobierno mundial del capital concentrado y autodeterminación de los pueblos, apareciendo esta última cada vez más como fase indispensable en la construcción de nuevo orden, que hoy encabezan las naciones rusa y china. El problema nacional –que analizamos pormenorizada‐
mente el mes pasado– toma de este modo ribetes dramáti‐cos en todo el mundo, profundizando su significado para la Argentina y Latinoamérica. Resulta cada vez más evidente que resolver este problema en el país –esto es, el problema de la propiedad de la tierra y el resto de los recursos– tiene que ver con resolver la contradicción entre naciones impe‐rialistas versus naciones oprimidas a lo largo y a lo ancho del globo. Cobran en este sentido un valor fundamental los alinea‐
mientos en cuanto a política exterior se refiere, tema que estuvo en el centro de la escena el mes pasado, con la cum‐bre de los BRICS en Fortaleza y las visitas a la Argentina de los presidentes ruso y chino, Vladimir Putin y Xi Jinping res‐pectivamente. La virulencia retórica con que la oligarquía vernácula salió a disputar contra el alineamiento del país con estos dos países que intentan conducir la transición ha‐cia un orden mundial opuesto a aquel regido por las relacio‐nes de producción capitalistas dan cuenta de la profundidad de la descomposición a que han llegado dichas relaciones, por un lado, y de la desesperación por parte de los repre‐sentantes del viejo orden al ver cómo se resquebraja su ca‐dena de mando y surgen nuevos liderazgos no sostenidos en concepciones imperialistas ni de competencia entre nacio‐nes, sino de solidaridad entre las mismas, por otro. La desesperación toma forma también en el plano de la
política electoral. Asistimos este mes a otro capítulo de im‐potencia oligárquica por cerrar un candidato que le dé ex‐presión acabada a su plan, a pesar de los esfuerzos ciclópeos
que viene haciendo el Foro de Convergencia Empresaria y la legendaria Tribuna de Doctrina. La batalla cultural, o sea, ideológica, se torna de este mo‐
do más perentoria que nunca. Cada aspecto de la vida social toma carácter inmediatamente político. Así ocurre, por ejemplo, con la Copa Mundial de Fútbol realizada en Brasil y en el que la Argentina obtuvo el subcampeonato. Al no po‐der evitar la oligarquía local el sentimiento de unidad patrió‐tica y la movilización popular y de masas que generó dicho evento –hechos contrarios a sus intereses de dominación, para la cual precisan un pueblo disperso en su individuali‐dad–, aquella buscó apropiarse del sentido de dicha movili‐zación y dicha unidad, fustigando una vez más al Gobierno por ser supuesto causante de divisiones entre los argenti‐nos. Finalmente, visitaremos una vez más las contradicciones
internas cada vez más agudas a que se halla enfrentado el frente nacional, al hacerse más y más patente que las bur‐guesía industrial mercado‐internista es absolutamente inca‐paz de ser coherente con los lineamientos del nuevo orden mundial liderado por los BRICS al que intenta sumarse el país bajo la conducción de Cristina Fernández. Su propio ori‐gen de clase le impide jugar ese papel. Frente a esta traba objetiva, el movimiento obrero organizado no logra aún asumir el papel histórico que le toca jugar en el presente, actuando todavía como actor de reparto en un argumento escrito por la ‘burguesía nacional’. Los reclamos y moviliza‐ciones por mantener el nivel de vida alcanzado por amplios sectores de la clase trabajadora desde 2003 hasta la fecha no logran aún superarse en un proyecto propio, que con‐temple y subordine a todos los demás sectores expropiados por el capital concentrado.
Dime con quién andas… Como analizamos en páginas anteriores, el bloque sino‐
ruso que conduce el agrupamiento de países denominados BRICS continuó el mes anterior con su línea de salir por el mundo a sumar voluntades a su proyecto antagónico a aquel que propone el capital más concentrado, que se halla en plena desbarrancada y amenaza con llevarse tras de sí a la humanidad entera. En esa línea, se realizaba la cumbre de los BRICS en la ciudad brasileña de Fortaleza, donde se afianzaban los lazos entre este grupo de países y los agru‐
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pamientos que intentan darle forma político‐institucional al proyecto de la Patria Grande Latinoamericana (MERCOSUR, UNASUR, CELAC, ALBA). La Argentina era de la partida y recibía importantes espal‐
darazos políticos en su disputa contra los ‘misiles financie‐ros’ de los fondos buitre. Días antes del encuentro, los pre‐sidentes Vladimir Putin y Xi Jinping pasaban por nuestro país para afianzar acuerdos estratégicos en el plano económico‐financiero, energético, político‐institucional, ideológico‐cultural, etc. La Argentina se alineaba abiertamente en la senda que marcan estos países en su intento de encabezar el proceso de transición desde el viejo orden capitalista de‐crépito hacia otro superior. Los acuerdos por energía nu‐clear y por los pozos de Vaca Muerta con Rusia, el apoyo de ambos países al reclamo por la soberanía de las Malvinas, el swap firmado con China para aumentar las reservas del BCRA e incluso el apoyo de China a que nuestro país sea un próximo integrante de los BRICS son algunas de las formas que tomó en su visita por nuestra tierra la estrategia global del grupo, estrategia que –como ya vimos– tuvo su cenit en la creación de un banco de desarrollo y un banco de reserva propios, alternativos al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional respectivamente (Información publicada en LN 11, 13, 14, 19/7; en CA 10, 11, 13, 18, 19/7; y en CD 13/7). La Tribuna de Doctrina oligárquica respondía furibunda
ante esa alianza estratégica, no tanto por los acuerdos co‐merciales –en los que muchos sectores del establishment están interesados, tal como vimos en el artículo anterior–, sino en la significación que tienen para la batalla ideológica, esto es, estratégica, de largo alcance, estos acuerdos. Como representante del imperialismo en la Argentina, esta oligar‐quía sabe como pocas lo que significa un alineamiento polí‐tico con el bloque sino‐ruso para la conciencia de las masas, es decir, la posibilidad de vislumbrar un orden de cosas dife‐rente a aquel que ella instauró desde que somos país. De este modo, se sucedían una serie de editoriales que
nos alertaban del peligro que acarrea tal alineamiento.
1. Caos y retorno de ‘ideologías perimidas’ El primero de ellos se lamentaba por la pérdida de hege‐
monía por parte del imperio yanqui y la situación caótica que esto acarrea para el mundo: “En el escenario interna‐cional crece una preocupación común, inocultable, por la aparición de lo que se denomina el ‘arco de inestabilidad’, que se ha extendido sobre el mundo. (…) “Una serie de crisis de paz y seguridad internacionales se
mantiene abierta en los más diversos rincones del planeta. Desde Medio Oriente, hasta Ucrania y los mares del Este y Sur de China. Inconexas entre sí, esas crisis conforman un peligroso clima de preocupación que se complica cuando el liderazgo internacional de los Estados Unidos parece ser ca‐da vez más indeciso, cuestionado y menos decisivo. (…) “Rusia, después de lo de Crimea y Sebastopol, sigue debili‐
tando a Ucrania y sosteniendo a los insurgentes separatis‐
tas, pero ahora con un costo enorme, pues ha quedado ais‐lada de Occidente y separada del G‐7. Por esa razón, Vladi‐mir Putin recorre afanosamente el mundo a la pesca de alia‐dos reales o imaginarios que lo ayuden a recomponer una imagen deteriorada. Lo cierto es que encuentra eco en aque‐llos países que, por la razón que fuere, se muestran proclives a acompañarlo en la tarea de debilitar el liderazgo norte‐americano. (…) “En América latina, las recetas y experiencias totalitarias
están a la vista, pero se han debilitado, y los esquemas pro‐pios del colectivismo están sumando un nuevo, innecesario y trasnochado fracaso económico y social. (…) “La sensación que flota en el escenario internacional es la
de la existencia de un creciente desorden colectivo, con po‐cas posibilidades de organizarse en el corto plazo. Esto gene‐ra una fuerte dosis de escepticismo acerca de que la situa‐ción pueda mejorar, esencialmente por falta de liderazgos. (…) “Por esto, el llamado ‘arco de inestabilidad’ al que aludi‐
mos en el título. También por esto, la necesidad de ser ex‐tremadamente realistas y prudentes cuando de alinearse con otros se trata. Y de andar con pies de plomo antes de subirnos al carro de alguno de nuestros recientes visitantes, que llegan cuando el escenario internacional es el descripto, empeñados en disimular sus propias dificultades y en obte‐ner apoyos que los proyecten a los niveles de poder a los que aspiran. (…) “Se puede ciertamente vivir sin necesidad de empantanar‐
nos patológicamente en los conflictos, o de crearnos enemi‐gos o adversarios a cada paso. Para ello, tenemos que dejar de movernos en función de resentimientos y viejas y perimi‐das ideologías manteniendo, en cambio, la capacidad para escoger libremente el camino que creamos sea el mejor para nuestra sociedad, en función de los intereses nacionales” (LN 24/7). La posición recuerda las amenazas del marxismo y la ‘gue‐
rrilla apátrida’ contra el ‘ser nacional’ de la dictadura. Ocu‐rre que ya no hay como entonces una policía mundial sufi‐cientemente entera como para conducir la lucha contra los males del ‘colectivismo’. Las experiencias de conducción de sus respectivos países por parte del proletariado, tanto en la Rusia soviética como en el desarrollo de la revolución china, están sin duda presentes y contenidas en las políticas que ambos países intentan expandir hacia el mundo. Eso lo tiene claro el órgano político de la oligarquía local. Frente a ello, es necesario destacar que esta última no plantea ninguna salida por la positiva a la crisis de hegemonía mundial. Se li‐mita a señalar el caos reinante y parece decirnos que lo vi‐vamos lo mejor que podamos mientras surge otro verdade‐ro Imperio capitalista al cual subordinarnos.
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2. Antiimperialismo, enfermedad patológica de las naciones inmaduras Otro aspecto del problema lo trataba el incansable com‐
batiente de la pluma oligárquica pro‐imperialista, Carlos Pa‐gni, en su nota titulada “Alianzas ingenuas en la guerra con‐tra EEUU”: “Primero se denunció la voracidad desalmada de los ‘buitres’; después, la ‘extorsión’ de Thomas Griesa; aho‐ra, la contradicción es con Washington. El objetivo es que la Argentina integre un bloque contra los Estados Unidos, en una nueva pero dudosa Guerra Fría. (…) “El kirchnerismo puso en funcionamiento sus creencias
más atávicas. Primero, no hay decisión jurídica ni económica que no pueda ser doblegada por la política. Segundo, la in‐dependencia de los magistrados es tan ilusoria en los Esta‐dos Unidos como en la Argentina o Venezuela. Hay un tercer axioma, que se activará en los próximos días: el poder de Washington se sentirá menoscabado si en Buenos Aires de‐ciden ‘irse con otro’” (LN 7/7). El enfrentamiento con la nación más poderosa del planeta
es un problema de ingenuidad juvenil, similar a la de los adolescentes que se enfrentan a los padres sin más causa que el enfrentamiento mismo. O sea, es un invento ideoló‐gico, no tiene bases materiales en la expoliación de recursos y en la transferencia gigantesca de valor que fluye por el in‐tercambio desigual desde hace décadas. Pero hay otra con‐secuencia que se extrae de aquí. El kirchnerismo cometió un pecado que se creía eliminado de la faz de la tierra –neoliberalismo, Consenso de Washington y ‘fin de la historia mediante’–: se propuso hacer política. Esto, en lenguaje neoliberal, significa poner en cuestión la idea de que el or‐den imperialista en que vivimos es un orden natural al que la humanidad ha llegado por vía del desarrollo biológico desde el nacimiento del homo sapiens hasta el presente. En‐frentar ese orden es, para el Imperio y sus personeros, en‐frentar la leyes de la naturaleza. Enfermedad similar a la que sufre el pueblo palestino que persiste en la testarudez de negar su esencia como pueblo inferior y por lo tanto subor‐dinado por naturaleza divina a aquella otra raza llamada a mandar sobre la tierra. Continuaba la saga un nuevo editorial del matutino de los
Mitre, denominado “La China del relato”, donde se interro‐gaba “si la Presidenta, obnubilada por el entusiasmo juvenil de sus seguidores de La Cámpora, no tiene una secreta ad‐miración por aquellos jóvenes chinos que, movilizados por Mao, integraban la Guardia Roja durante la Revolución Cul‐tural (1966‐1969), para atacar a quienes no eran fieles a su liderazgo. Blandiendo el Libro Rojo de su mentor, los ‘jóve‐nes idealistas’ persiguieron la infiltración ideológica capita‐lista. (…) “La promoción de vínculos comerciales con la República
Popular China, donde no rige la democracia, no existen liber‐tades públicas y se persigue a los disidentes, es demostra‐ción de madurez política y sabiduría práctica. Pero otra cosa es alabar un régimen que funciona sobre la base de reglas
que contrarían los principios esenciales de nuestra democra‐cia republicana, con el fin adolescente de molestar a los Es‐tados Unidos. Tal como el kirchnerismo ha hecho también con Venezuela, Irán y Rusia, colocando a nuestro país en el grupo de las naciones impredecibles y, por ello, fuera del flu‐jo internacional de las inversiones tan necesarias para ase‐gurar el empleo y el bienestar de la población” (LN 26/7). Clarito como el agua. No hay problema en hacer negocios
con China, sobre todo aquello que tiene que ver con la ven‐ta de soja o cualquier producto que beneficie a los dueños de la tierra, pero ni pensar en acercarse ideológicamente a un régimen que postula el desarrollo económico sobre la base de propiedad estatal y que ‘usa’ el mercado como un momento del desarrollo de su población y no como ente na‐tural al que la humanidad se somete ciegamente como a la ley de gravedad. La historia del siglo XX con su etapa desco‐lonizadora, donde se desmoronó el sistema colonial euro‐peo y se puso en peligro el dominio del sistema neo‐colonial yanqui, aparece acá más viva que nunca. Y no emerge por magia o por la ocurrencia de un inteligente y memorioso académico. Emerge porque la descomposición actual del or‐den imperialista y la lucha de los pueblos por su liberación vuelven a colocar esa historia sobre la mesa, como modo de afirmación ideológica que les permita caminar. Esa es la his‐toria que tiene que matar el Imperio y sus oligarquías en los países dependientes.
3. Falso nacionalismo y aislamiento Recordemos que este tiroteo contra el alineamiento na‐
cional con las fuerzas que comandan las alternativas al mundo del capital se producía en momentos en que el fren‐te nacional peleaba cabeza a cabeza, día tras día, contra los fondos buitre. Al respecto, el diario de la burguesía financie‐ra/terrateniente expresaba, casi rogaba: “Como hemos se‐ñalado en anteriores oportunidades, lo peor que podría ha‐cer el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner es cerrar la puerta a una negociación, refugiándose en posiciones con‐fundidas con un falso nacionalismo que sólo conducirían a un mayor aislamiento internacional del país y a un agrava‐miento de las penurias socioeconómicas” (LN 9/7). Resulta ya casi ocioso decirlo. No hay ningún tipo de aislamiento in‐ternacional. El dilema del país no es, como falsamente cons‐truye la oligarquía, apertura externa –léase apertura de la economía para que cualquier buitre haga negocios a costa de la pauperización popular– o repliegue del país sobre sí mismo. Sino subordinación económica/política/cultural al imperialismo putrefacto o construcción de un orden social nuevo, que tiene como premisa no solamente la elección de otros aliados a nivel internacional, sino la afirmación de la autodeterminación nacional, para lo cual es necesario avan‐zar sobre los intereses de la oligarquía anti‐nacional que rige aún los destinos y la vida conjunta del país a partir de la propiedad de la tierra. Por ello la mención al ‘falso naciona‐
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lismo’ en el enfrentamiento con el capital concentrado. Pues los intereses de ese sector minoritario del país tienen como premisa los intereses de ese capital financiero trasnacional.
Se busca presidente cipayo, preferentemente con conocimientos agropecuarios y manejo de vocabulario socialdemócrata
1. Alineamiento buitre Frente a la disputa que el frente nacional plantaba al capi‐
tal financiero trasnacionalizado, con su ‘necia’ pelea contra los buitres y su peligroso alineamiento internacional, aquel volvía a hurgar entre los presidenciables de la oposición, ha‐ciendo malabares entre sus necesidades objetivas, en cuan‐to a la reproducción de su capital, y el planteo de un interés general que se da de bruces cada vez más con esa reproduc‐ción. En esta línea, la American Task Force Argentina, agrupa‐
miento de fondos buitre en plena disputa contra el pueblo argentino, publicaba un artículo en el que señalaban que el gobernador Daniel Scioli, Mauricio Macri y el diputado Ser‐gio Massa están “a favor de un acuerdo negociado con los fondos como una forma de desbloquear la inversión en energía muy necesaria y la financiación de bonos globales” (reproducido en CA 23/7). Como vimos en el artículo ante‐rior, la apropiación de los recursos energéticos del país y a su vez la necesidad de continuar prestando a interés por parte de un sector del capital son temas que están en el centro de la cuestión. Siguiendo la ‘senda buitre’, Mauricio Macri aparecía como
estrella invitada en el almuerzo del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp) en el Hotel Alvear, donde lo esperaban el anfitrión y presidente del Cicyp, Eduardo Eurnekian; Héctor Méndez, de la Unión Industrial Argentina; Alejandro Bulgheroni, de Pan American Energy; Luis María Etchevehere, de la Sociedad Rural; Adelmo Gabbi, de la Bol‐sa de Comercio; y Carlos de la Vega, de la Cámara Argentina de Comercio. “Yo hubiera resuelto el tema”, respondía suel‐to sobre la disputa con los fondos buitre. “Hay que negociar y cerrar el tema porque si no caemos en default, que es lo peor que nos puede pasar”, advertía el jefe de Gobierno por‐teño, al tiempo que reprochaba al kirchnerismo “llevar las cosas siempre al borde el abismo” (P12 3/7). Se sumaba al equipo del capital concentrado Sergio Mas‐
sa, en una conferencia de prensa junto al titular de la Socie‐dad Rural, Luis Etchevehere y el presidente de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), Jaime Campos, luego de hablar ante el Foro de Convergencia Empresarial. El ‘renovador’ utilizaba allí la misma metáfora futbolística ‘civilizadora’ que la revista The Economist, en plena polémica mundialista: “La Argentina tiene que sacarse de la espalda el estigma de ser el Luis Suárez de los mercados para ser el Messi de los mer‐cados. Aplicar un fair play que nos permita ser considerados serios, un país con perspectiva. En ese sentido, lo mejor que nos puede pasar es que haya una negociación muy profesio‐
nal” (LN y P12 8/7). Un país ‘serio’ y ‘profesional’, nada de andar jugando a ejercer la soberanía nacional. Antes que nada, adecuación a la realidad existente. En este armado pro‐buitre, Massa intentaba sumar una pata sindical, en plena pelea por la suba del mínimo imponible al Impuesto a las Ganancias: “Convocamos a todos los sectores del mundo del trabajo, las centrales de trabajadores y a legisladores de todos los partidos para tratar de resolver el tema de ganan‐cias, que es una aspiradora del salario” (CA 25/7). De este modo, se intentaba colocar el interés inmediato de un sec‐tor de la clase trabajadora –los trabajadores ocupados regis‐trados– detrás del interés del sector del capital representa‐do en los fondos buitre. Más adelante, analizaremos las condiciones políticas al interior del movimiento obrero que hacen posible que intereses antagónicos puedan ser presen‐tados como hermanados.
2. Alineamiento terrateniente Por el lado de la pata local de los intereses imperiales, re‐
sultaban significativos algunos párrafos del discurso de apertura de la 128° Exposición Rural el día 26 de julio, en la que el presidente de la SRA Luis Etchevehere se dirigía a las posibles fuerzas gobernantes pos 2015: “Ya sabemos cuáles son las Políticas de Estado para que, gobierne quien gobier‐ne, tengamos el marco institucional que nos contenga a to‐dos y permita encauzar el potencial productivo del país. Ne‐cesitamos entonces el compromiso de las fuerzas políticas, tanto de las que sean en el futuro oficialistas u opositoras. Unas y otras deberán mantener a lo largo del tiempo la vi‐gencia de esas Políticas de Estado”. Y más adelante. “Ya lo‐gramos el compromiso inicial de las principales fuerzas polí‐ticas con voluntad de dialogo. Celebramos esas propuestas, y esperamos que pronto se transformen en hechos concre‐tos” (www.sra.org.ar). Un clásico: políticas de Estado más allá del tinte político
del Gobierno. Partido único. Defensa irrestricta de los in‐tereses de la oligarquía terrateniente atada a los intereses del capital más concentrado a nivel global. Gane quien gane, que ganen los propietarios de la tierra. El resto puede discu‐tirse luego. Aportaba a la causa uno más de los incansables editoriales
de la Tribuna de Doctrina, desaprobando a los integrantes de las fuerzas opositoras en el examen sobre defensa del in‐terés terrateniente: “Insistimos en la significación de que mensajes de esta índole se conviertan en materia de refle‐xión en los ámbitos políticos ajenos a las decisiones de fondo de los dos últimos gobiernos. Cuando se conocen algunos documentos políticos de partidos de oposición o se toma no‐ta de declaraciones de algunos de sus dirigentes, suele ad‐vertirse la profundidad del desconocimiento que priva sobre la magnitud de las realizaciones agropecuarias en la Argen‐tina” (LN 12/7).
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3. La ilusión socialdemócrata Como podemos observar, menuda tarea es la que tiene
por delante el bloque oligárquico anti‐nacional en su nece‐sidad imperiosa de llegar al Gobierno en 2015 y echar por tierra el conjunto de las políticas sucedidas a lo largo de la ‘década depredada’ kirchnerista, tal como la llamaba Etche‐vehere en el discurso citado. Ocurre una cosa en este punto. Pese a haber perdido parte del caudal electoral que acom‐pañó al proyecto nacional en 2011, un grueso de la pobla‐ción se muestra de acuerdo con los lineamientos generales de las políticas kirchneristas, a las que identifica con mejoras en el nivel de vida en diferentes aspectos. Si esta afirmación es cierta, se derivan de aquí dos cuestiones. La primera es la imposibilidad por parte de los candidatos del establishment de decir a fondo qué es lo que piensan hacer en caso de ac‐ceder al Gobierno, al ser inconfesables esos planes para el conjunto del pueblo. La segunda es que aún sin decir del to‐do los planes, ningún candidato ni fuerza opositora logra enamorar por sí misma al electorado. ¿Qué hacer entonces? El ‘contubernio republicano’. Unir
en un solo frente antes de las PASO a candidatos de muy di‐ferente extracción político‐ideológica con el único fin de ex‐pulsar del Gobierno –y si es posible del país– ese mal deno‐minado ‘peronismo’, para instaurar por fin la república al estilo europeo occidental que se aleje de las alianzas espu‐rias mencionadas en el primer apartado y que asuma con la naturalidad que se requiere las fuerzas del mercado. Así lo dejaba expresado el diputado e intelectual de la Coalición Cívica Fernando Iglesias: “La comprensión de una realidad tan simple y la aceptación de que bajo otro ciclo hegemónico peronista el país no tendrá salida ni destino escasean entre la oposición responsable de generar una alternativa de po‐der. Unos proponen que Pro y el Frente Amplio‐UNEN confi‐guren un espacio político unificado que concentre el voto opositor y pueda ser gobierno en 2015, como si nada hubie‐ra sucedido en el país entre 1999 y 2001. Otros responden con la necesidad de Pro y del FA‐UNEN de afianzar sus iden‐tidades ideológicas y programáticas; como si lo fundamental fuera si la oposición al peronismo es de centroderecha o de centroizquierda, y no las consecuencias económico‐político‐sociales del seguro triunfo peronista al que la fragmentación opositora inevitablemente conducirá. (…) “La táctica de usar las PASO como gran interna opositora
entre su ala de centroizquierda y de centroderecha permiti‐ría tanto al FA‐UNEN como a Pro continuar su tarea de cons‐trucción político‐partidaria autónoma, en la esperanza de que se conviertan en la expresión local de las dos grandes fuerzas progresistas de la modernidad, la socialdemocracia y el liberalismo, ausentes del escenario argentino desde que sus espacios fueran cooptados, en 1930, por la alianza inamistosa entre el Partido Populista y el Partido Militar. (…) “La oposición tiene la obligación política y ética de garan‐
tizar el acceso de uno de sus candidatos al ballottage y per‐mitir a los ciudadanos argentinos optar entre la República y
la continuidad de la hegemonía peronista. Y el primer paso para lograrlo es permitir que los ciudadanos opositores de‐cidan si quieren que el candidato opositor al peronismo sea de centroderecha o de centroizquierda. En las PASO, y no en la segunda vuelta, cuando nuevamente será demasiado tar‐de para oponerse a otra década de populismo en el poder. Todo lo demás es egoísmo, ceguera y mezquindad disfraza‐dos de convicción” (LN 21/7). Llamado desesperado a sumar a Macri a la interna del FA‐
UNEN. Ganemos las elecciones, luego que cada uno haga política como mejor le parezca, ‘por derecha o por izquier‐da’, nunca muy alejados del ‘centro’, por supuesto. Total, el camino del futuro gobierno ya está trazado por la SRA, el FCE y las editoriales de La Nación. La descomposición en que se ha sumido el sistema de partidos en Argentina toma ribe‐tes cómicos. Lo único que se sabe es el alineamiento con la oligarquía y los fondos buitre. ¿Y mañana, cuando pase esta disputa? Mañana será otro día, dice el diputado. Más cómi‐ca todavía resulta la invocación hoy, 2014, a la socialdemo‐cracia y al liberalismo como ‘fuerzas progresistas’, cuando las masas sienten de manera palmaria a lo largo y a lo ancho del planeta a dónde han desembocado dichas fuerzas. La socialdemocracia europea se halla en el cenit de su des‐composición, levantando las banderas del ajuste y la elimi‐nación completa de cualquier vestigio del Estado de Bienes‐tar construido en el orden pactado en Bretton Woods, hasta el punto de tener que negar la soberanía del Estado‐Nación con tal de beneficiar la reproducción ampliada de los capita‐les más concentrados, que prefieren una serie de tecnócra‐tas de los centros financieros administrando los negocios de aquellos en cada rincón del planeta. El liberalismo, por su parte, ha desembocado en la negación absoluta hasta de la más mínima pizca de libertad para el individuo, que ve redu‐cido su espacio vital al nivel de la mera reproducción animal, y a veces hasta ni eso, para que pueda garantizarse la re‐producción de capital señalada. Y, sin embargo, los muchachos insisten. Así, el historiador
Luis Alberto Romero nos regalaba una dosis más del irracio‐nalismo que ha invadido el pensamiento de la burguesía. “Al fin de la Segunda Guerra Mundial, con los acuerdos de
reconstrucción, en Europa llegó la hora de la socialdemocra‐cia. (…) “La tradición socialdemócrata, que pesó poco en nuestro
país, tuvo una oportunidad en 1946. Desde hace diez años, acuciados por el fascismo, los socialistas venían confluyendo con radicales, comunistas, sindicalistas e intelectuales, en un frente antifascista. En la elección de 1946 esa idea tomó forma con la Unión Democrática, cuyo programa sumó al antifascismo las ideas socialdemócratas de posguerra, que ya había plasmado el laborismo inglés. Perdieron frente a Perón, que ofreció otra versión del discurso de la justicia so‐cial, envuelto en la doctrina social de la Iglesia y sumando los motivos populista y nacionalista. Además, construyó su candidatura desde el poder; había certidumbre sobre lo que
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haría y sobre la capacidad de hacerlo, y eso fue decisivo para captar a los sindicatos y los trabajadores. “Perón construyó un Estado de Bienestar singular, con po‐
ca igualdad y muchos privilegios corporativos, manirroto y poco previsor, despreocupado de la eficiencia económica y de la democracia institucional. Selló la alianza entre el pero‐nismo, los trabajadores y amplios sectores populares, y ya no hubo futuro para la socialdemocracia. (…) “Hará falta una única fuerza política, consistente y con‐
vencida, que derrote al gatopardismo peronista y que pueda enfrentar las reacciones generadas por cualquier reforma. Hay que construirla. La tradición socialdemócrata tiene una tarea específica en este esfuerzo conjunto: asegurar que las soluciones incluyan la perspectiva de la equidad social” (LN 22/7). Volver al orden de Bretton Woods, parece ser la propues‐
ta de Luis Alberto. Del mismo modo, volver a recrear la Unión Democrática, pero esta vez… ¡que gane! ¡Sí, se pue‐de! Sólo es cuestión de ‘acuerdos de reconstrucción’. Po‐niéndose de acuerdo, la socialdemocracia sería capaz hasta de derogar la ley de gravedad… La pregunta sería: ¿cómo hacen las diferentes fracciones de la burguesía para ponerse de acuerdo si no hay lugar en la reproducción ampliada de capital para todas ellas y tienen que devorarse unas a otras? ¿Qué acuerdo puede haber entre 147 trasnacionales que manejan la producción mundial y miles de fracciones llama‐das por la historia a ser eliminadas de la competencia. El idealismo filosófico como producto espiritual creado por la burguesía para explicarse la realidad ha tocado fondo. El alejamiento de la realidad no proviene del consumo de
drogas ni de algún otro narcótico de parte del historiador, sino del encadenamiento entre su pensamiento y los intere‐ses de una clase que desde hace tiempo ha dejado de repre‐sentar los intereses de la humanidad en la historia, pasando a jugar el papel de la reacción en toda la línea a los intentos de cualquier desarrollo humano. El propio pensamiento burgués se convierte así en el narcótico con que la propia clase burguesa se aleja de la realidad. Por eso debe reaccio‐nar con la violencia que reacciona, tal como observamos en otros artículos del presente Análisis… De todos modos, los propios integrantes del FA‐UNEN ti‐
raban por la borda toda la perorata iglesio‐romerista. Mien‐tras el presidente del radicalismo capitalino, Emiliano Yaco‐bitti, afirmaba que el “FAU debe definir su candidato y ver si compite (con el PRO). Mientras más amplias sean las PASO, mejor”, Pino Solanas acusaba a los dirigentes del frente que impulsan el ingreso de Macri de estar “traicionando la pro‐puesta de UNEN y el voto ciudadano” y aseguraba estar “en las antípodas de aceptar un acuerdo con el PRO”. A su vez, estallaba la interna dentro del propio Partido Socialista por la sucesión de Antonio Bonfatti en la gobernación santafeci‐na, donde Rubén Giustiniani, posible candidato, acusaba Hermes Binner de actuar a la ‘manera kirchnerista’, por ele‐gir ‘a dedo’ los candidatos (CA y TA 23/7).
Y ni qué hablar cuando se trata de posicionarse sobre la pelea contra los fondos buitre. Mientras Carrió, Cobos y Sanz proponen pagar lo que Griesa pide, pues lo contrario sería “como ir al default por una Louis Vuitton” –según el decir de Lilita–, Solanas plantea revisar la legitimidad de to‐da la deuda, Lousteau acusa a Griesa de tomar decisiones “incompatibles con el sentido común” y Ricardo Alfonsín respalda la postura del gobierno argentino en la negocia‐ción. En un mismo lodo, todos los socialdemócratas ‘mano‐
seaos’…
Pasión de multitudes Y en el mismo lodo… se jugaba el Mundial, que acarreaba
un debate político‐ideológico pocas veces visto en la historia de este deporte. A los intentos y posterior fracaso por parte de un sector de la oposición brasileña de boicotear el torneo en su etapa previa, se agregaba la apuesta en la batalla cul‐tural por parte del eje bolivariano, que ponía en pantalla, a través de la señal Telesur y para todo el mundo de habla hispana, el telediario De zurda, conducido por el periodista oriental Víctor Hugo Morales y con la participación del ex futbolista y técnico de la selección argentina Diego Armando Maradona, de histórico alineamiento con el régimen cubano y bolivariano. Por la pantalla desfilaban figuras del fútbol y de la política del eje bolivariano –como el presidente ecua‐toriano Rafael Correa y la ex senadora colombiana Piedad Córdoba en persona y el presidente uruguayo Pepe Mujica por vía telefónica. La disputa con el establishment imperial, que tiene su expresión futbolística en la Federación Interna‐cional de Fútbol Asociado (FIFA) llegaba al punto tal que a Maradona, luego de la segunda fecha del torneo, se le ne‐gaba la entrada a los estadios a causa de los comentarios críticos vertidos en dicho programa contra la conducción de la FIFA en general y –fundamentalmente– a partir de la de‐cisión de esta de dejar afuera de la competencia al delante‐ro uruguayo Luis Suárez, luego de la mordida en el hombro de un jugador italiano.
1. El fútbol como negación de los conflictos de clase La oligarquía local se mantuvo expectante hasta bastante
avanzada la fase final. Y recién cuando la selección nacional tuvo chances concretas de obtener el título salió a través de sus plumas a disputar el sentido de la selección nacional, de su juego y de sus victorias. El que daba la orden era una vez más el octogenario Marianito Grondona, en una nota titula‐da pomposamente “La gesta del fútbol”, en la que indicaba: “El fútbol se ha vuelto, así, una pasión simultánea de multi‐tudes. Por la vía de esta pasión, en principio meramente de‐portiva, ha surgido un movimiento nacional que todos com‐parten porque es, a la vez y al mismo tiempo, universal. (…) “Podríamos lamentar esta aparente masificación de nues‐
tros sentimientos, que hace recordar al tristemente célebre hombre‐masa que describió Ortega y Gasset en La rebelión de las masas, pero habría que advertir también, ya desde
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otra mirada, que no parece tan mal que, cuando se llega a este nivel del análisis, se recurra a una metáfora deportiva en lugar de una metáfora clasista. ¿Dónde están, en este sentido, nuestros sentimientos más profundos? ¿Más cerca del pueblo ‘futbolero’ o más cerca del antagonismo de cla‐ses? Según Marx, lo que en resumidas cuentas nos definía era la posición que elegíamos en la lucha de clases. Pero lo que más se observa hoy alrededor nuestro es que lo que aparentemente nos divide es lo que en verdad nos une: una pasión deportiva. “Quizá no habría que desechar este encumbramiento del
deporte al tope de nuestras preferencias, desechándolo por frívolo y sin advertir el mensaje que nos envía más allá del fútbol. Este mensaje es que, al concentrarnos en el fútbol y no en la sociología, en Messi en vez de Marx, estamos reve‐lando sin querer que no nos atrae tanto la división o la lucha de clases como suponíamos, ya que el deporte o el juego multitudinario es en verdad lo que nos moviliza” (LN 10/7). ‘Messi en vez de Marx’, es la fórmula que propone Don
Mariano. De denostar al fútbol como elemento barbariza‐dor, la oligarquía se propone conducirlo. En vistas de que ya no es posible evitar la movilización popular y masiva en pos de un sentimiento nacional colectivo que pueda traer con‐secuencias nefastas para la clase dominante, en tanto hecho movilizador de la conciencia de las masas, a lo que atina aquella es a mantener lo más alejado posible de dicha movi‐lización el componente clasista, conocedora a su vez de la presencia insoslayable de dicho componente en el ambiente del fútbol, que está ligado en la Argentina –así como en otros países, fundamentalmente del denominado ‘Tercer Mundo’– indisolublemente con la clase obrera y que ha cumplido en la historia un papel unificador de la misma. Por ello, si el fútbol es la afirmación de la pertenencia de clase por parte de los trabajadores, en tanto expresión de valores colectivos que se experimentan jugando y mirando, la prédi‐ca grondoniana se dirige directamente a romper esta idea, a negar los valores de clase que el fútbol enseña y a diluirlos en una igualdad formal entre los individuos de la nación.
2. La selección nacional contra el frente nacional Ya con la selección disputando la final de la Copa del
Mundo, la intención de la Tribuna de Doctrina era la identi‐ficación lisa y llana del conjunto nacional con los intereses de la oligarquía que intenta derrotar el modelo mercado‐internista con inclusión social instaurado desde 2003, colo‐cando los valores colectivos del seleccionado como la antí‐tesis de aquellos que promueve el gobierno nacional. La no‐ta editorial aparecida el día de la final avanzaba: “El conjunto argentino ha dado ejemplares muestras de humil‐dad, sacrificio y espíritu de equipo. Tres valores que no abundan en nuestro país, y especialmente en nuestra clase dirigente, y que quizá fueron la razón del súbito enamora‐miento que despertó un futbolista como Javier Mascherano en miles de argentinos. (…)
“Se trata de un mensaje que deberían escuchar muy bien nuestros gobernantes, habituados a sembrar rencores y divi‐siones, y también muchos argentinos que han hecho un culto de la tristemente popular ‘viveza criolla’. (…) “Cabe aguardar también que ningún éxito deportivo, co‐
mo la eventual obtención de la Copa del Mundo, derive en intentos de aprovechamiento político de los que la historia argentina da lamentable cuenta, ni en acciones sustentadas en un supuesto nacionalismo mal entendido o en tentacio‐nes populistas. (…) Es sumamente valorable que los argentinos volvamos a
experimentar sentimientos de unidad nacional, en momen‐tos en que nuestra sociedad ha caído en divisiones y enfren‐tamientos promovidos desde el Gobierno” (LN 13/7). Como repiten las páginas de la Tribuna de Doctrina desde
hace tiempo, las divisiones en la sociedad son un invento del kirchnerismo. No existe la sociedad dividida en clases ni los privilegios de unos pocos a costa del esfuerzo de las mayo‐rías, hecho que se viene intentando combatir desde el Go‐bierno a través de diversos mecanismos redistributivos. Ya señalamos lo que significa para la oligarquía el ‘nacionalismo mal entendido’: el cuestionar el orden existente, el cual tie‐ne carácter natural para las clases dominantes. Bien. La se‐lección triunfa porque respeta dicho orden y las jerarquías que derivan de aquel, a diferencia de los ‘populismos’ que inútilmente intentan tapar el cielo con las manos. Continuaba la prédica Joaquín Morales Solá, a raíz de los
incidentes en el Obelisco luego de los festejos por el segun‐do puesto obtenido por la selección: “La alegría colectiva es imposible en un país golpeado y destruido por grupos depre‐dadores que nadie sabe a ciencia cierta de dónde salen ni qué buscan. (…) “La novedad del domingo es que no había protestas. Era
un festejo, convertido en agravio por grupos que no pedían nada ni se quejaban de nada. La violencia sin otro impulso que el de la propia violencia. Podrá deducirse que es el resul‐tado de diez años de palabras violentas que terminan inevi‐tablemente en hechos violentos. Podrá argumentarse que ésas son las maneras de vivir de sectores marginales descui‐dados por un gobierno que ignora muchas cosas. Podrá infe‐rirse también que es el resentimiento social que el kirchne‐rismo inoculó durante una década de discursos resentidos. Hasta podrá hablarse de un Estado anoréxico al término de tantos elogios a las virtudes del Estado. Y, al final del día, todos tendrán un poco de razón” (LN 16/7). Los argentinos somos incapaces hasta de festejar un sub‐
campeonato mundial. Aunque no haya protestas, igual ha‐brá violencia, ya que la violencia es inoculada desde el Go‐bierno que se inventa enemigos de la nada e intenta conducir al pueblo por ese camino de la violencia como un fin en sí mismo.
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3. El maradonismo, etapa superior del argentinismo bárbaro De nuevo Grondona (Mariano, por supuesto) intentaba
teorizar sobre las pasiones que seguía despertando el fút‐bol, aún con la copa finalizada, y de explicar la burla racista que un grupo de jugadores alemanes le espetaba a los ar‐gentinos: “El hombre, al parecer, no podría librarse del todo de sus impulsos bélicos. No podría convertirse completamen‐te en pacifista. Lo que sí podría hacer es transformarse en deportista. De hecho, lo ha venido haciendo en gran escala. Como antes, busca ganar. Pero ganar sin matar. En vez de guerrear, elige competir. Si no guerreáramos, salvaríamos nuestras vidas. Si dejáramos de competir, perderíamos nues‐tra esencia. A esto, no podemos renunciar. (…) “La competencia futbolística de la final le llegó a la Argen‐
tina demasiado pronto y a Alemania, demasiado tarde. Has‐ta fue para nosotros una distinción la burla alemana a costa de los gauchos. Un país de más de mil años vino a compa‐rarse con un país de sólo doscientos años. El paralelo nos honra” (LN 17/7). Primero. La idea liberal de siempre. La esencia del hombre
es individual y competitiva por naturaleza biológica. No hay forma de escapar de allí. Hay que adaptarse a ello. Por eso existe la competencia deportiva, para sublimar este carácter del hombre como lobo del hombre que habita en el ADN de todo ser humano. Segundo. La burla alemana de los gauchos colocados en una situación ontológicamente inferior a la de la raza germana nos debería dar gusto, ya que es un honor que una nación superior en desarrollo civilizatorio se com‐pare con nosotros, que nos hallamos aún en un estadio infe‐rior de barbarie. Daba un paso más en la formulación del problema la plu‐
ma que reemplazó a la de Don Mariano los domingos, Jorge Fernández Díaz, a través de su nota “El ocaso del marado‐nismo kirchnerista”, lugar en que se definía “el maradonis‐mo [como] un rasgo cultural que hilvana la transgresión, la arrogancia, la automitificación, la prepotencia, la agresión verbal y el ánimo permanente de convertir casi todo en una gresca pública. (…) “Contra la fanfarronería desfachatada se eleva el emble‐
ma de Mascherano, virtuoso en autocríticas, humildad y so‐lidaridades de equipo. Mientras Maradona se tatúa frívola‐mente al ‘Che’ y lo muestra orgulloso, Mascherano declara su vergüenza cuando lo dibujan como Guevara en las redes sociales. Mientras el Jefecito concibe a la selección como un combate perpetuo contra todos sus egos, Maradona es el ego caminante, parlante y mesiánico. El Diez es Dios y se lo cree; el Cinco es sólo una herramienta de la historia, y a ella se entrega con modestia y esfuerzo. (…) “El unánime elogio de nuestra sociedad a los ‘valores’ que
su escuadra transmitió y un examen objetivo acerca de los candidatos que más chances tienen de arribar a Balcarce 50 tras la ‘década pendenciera’ podrían obligarnos a creer que
se cierra un largo ciclo para el maradonismo como praxis de época y discurso público” (LN 20/7). Maradona es la síntesis de los rasgos que los argentinos
debemos expurgar de nuestro ser. Con agudo sentido sar‐mientino, se identifica a Maradona no como mero individuo y futbolista, sino como el sitio donde se halla contenido el carácter de la ‘argentinidad’. Y lo cierto es que eso es un problema para la oligarquía, ya que Maradona, como seña‐lamos, representó y representa desde siempre –con luces y sombras– una forma de negación del orden existente, a par‐tir de la afirmación de determinados principios de solidari‐dad propios de la clase trabajadora –dentro y fuera de la cancha. Y eso es lo que nunca las clases dominantes pudie‐ron tolerar de la figura de Maradona, mucho más cuando entabló una larga amistad con el jefe de la Revolución Cu‐bana, Fidel Castro, participó de la ‘Contracumbre’ de las Américas en Mar del Plata en el año 2005 –que encabezó el presidente venezolano Hugo Chávez Frías– y desnuda cada vez que tiene oportunidad el orden imperante en el mundo del fútbol liderado por la FIFA. Repetimos. Esto es un pro‐blema, ya que no se trata simplemente de un individuo, sino que este expresa sentimientos y pensamientos colectivos que se identifican con su accionar. El propio Fidel Castro sintetizaba las causas de este odio
oligárquico, a través de una carta enviada a Maradona du‐rante el campeonato del mundo y leída en el programa tele‐visivo señalado: “Admiro tu conducta por numerosas razo‐nes. Tuve el privilegio de conocerte cuando triunfaron las ideas más justas de nuestro pueblo y ningún poder pudo aplastarlas. Nada estrechó tanto nuestras relaciones como latinoamericanos. Tú has vencido las pruebas más difíciles como atleta y joven de origen humilde” (CD 23/6). Frente a semejante figura, se intenta colocar a Masche‐
rano como su antítesis, como aquel que tranquilamente se adapta a las circunstancias de su medio, el que no intenta cambiar la historia sino que acepta pasivamente su lugar en ella. Hablamos en este caso del Mascherano como figura que la oligarquía construye e intenta ponderar, indepen‐dientemente de cuál sea el Mascherano de la realidad. Finalmente, un informe del diario de los Mitre daba la cla‐
ve de la interpretación oligárquica, el porqué de la elevación de Mascherano sobre Maradona, aún cuando en la realidad no haya ninguna rivalidad entre ambos (¿quién es quien ge‐nera discordia y odio entre los argentinos?). Entre numero‐sos especialistas que intentan a través de diversas fórmulas explicar la clave del éxito del seleccionado nacional, aparece el académico Rodolfo Rivarola, especialista en liderazgo de IAE Business School, quien señala: “Como en una empresa, la gente mira a quienes dirigen, buscan su ejemplaridad y consistencia, y las grandes expectativas no caen sobre los hombros por igual. Es importante para los más jóvenes sa‐ber que hay personas dentro de la cancha que pueden sos‐tener esa presión” (LN 11/7. subrayado nuestro). Caso ce‐rrado. Frente al Diego populista y seguidor de ‘perimidas
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ideologías’, Mascherano puede ser un buen líder porque en‐carna en la cancha al perfecto empresario, figura que pon‐dera desde siempre la burguesía como emblema del produc‐tor de riqueza, ocultando de ese modo el origen de la misma, que se halla en el trabajo del obrero.
El pañuelo de la discordia… Ligado al anterior, otro territorio que estuvo en disputa
durante el mes de julio fue el de los símbolos patrios. Es de‐cir, de todo aquello que nos define como argentinos ante el mundo. La pelea se daba en el Congreso de la Nación y lue‐go en las páginas de los diarios, a partir de la propuesta de la ley por parte del oficialismo de incluir el pañuelo blanco de las Madres de Plaza de Mayo como uno más de los em‐blemas nacionales. Aprobado por abrumadora mayoría en la Cámara Baja, el proyecto recibía una airada respuesta de parte de la oligarquía, a través de un editorial titulado “Un nuevo e inaceptable emblema oficial de la Nación”: “De esta manera el pañuelo blanco pasaría a formar parte del con‐junto que comprenden la Bandera, el Himno, el Escudo y la Escarapela. El texto aprobado ordena ‘incorporar el pañuelo blanco de las Madres de Plaza de Mayo al acervo de los em‐blemas nacionales argentinos, en similares condiciones de tratamiento, usos y honores’. “La iniciativa conlleva un contenido desafiante, claramen‐
te ideológico y sectario. Pero sólo encontró rechazo en siete diputadas. (…) “Más allá de las circunstancias históricas que enmarcaban
las consecuencias de los enfrentamientos y de los métodos violentos e inaceptables de uno y otro lado, el dolor de las madres debía ser profundamente respetable. Esto vale para quienes perdieron sus hijos y familiares en ambos bandos. “La cuestión cambió y se tornó diferente desde el momen‐
to en que la conducción y las principales dirigentes de las Madres asumieron y tomaron como bandera propia la causa revolucionaria y violenta de las organizaciones guerrilleras que pusieron en vilo a la Argentina en los años setenta. (…) “La creación de la Universidad de las Madres de Plaza de
Mayo fue un proyecto con un claro fin de adoctrinamiento marxista‐revolucionario. (…) “Los pañuelos blancos acompañaron las convocatorias y
los eventos kirchneristas. Gran parte de la ciudadanía no só‐lo les ha perdido respeto y simpatía, sino que los relaciona con los rasgos totalitarios y corruptos de este gobierno. De ninguna manera resulta aceptable que el pañuelo de las Madres pase a constituir un emblema oficial de la Nación. Sólo producirá más enfrentamiento y división en un país que reclama paz y reconciliación” (LN 5/7). Primeramente, algo más para reprochar a la flaca oposi‐
ción política, que no termina de ponerse los pantalones lar‐gos para defender en todos los planos de la pelea los intere‐ses que el capital concentrado necesita. Segundo, la revisita por la ya clásica Teoría de los Dos Demonios toma un senti‐do muy particular por el uso que de esta misma teoría se
viene haciendo en la actualidad desde el Imperio yanqui y sus secuaces repartidos por el mundo, a propósito del geno‐cidio contra el pueblo palestino en Gaza. Tercero, las Ma‐dres son reivindicables mientras su accionar sea inocuo para los intereses de la clase dominante. Es decir, mientras se li‐miten –como lo hicieron y hacen otras organizaciones de Derechos Humanos– a reclamar sólo por sus hijos muertos, o sea, sólo mirando hacia el pasado. Pero se tornan alta‐mente peligrosas cuando ese pasado se resignifica y se le‐vanta como bandera para dar batalla en el presente contra los mismos enemigos de clase contra los que se peleaba en ese pasado. De aquí el cuarto punto que causa horror: el ‘adoctrinamiento marxista‐revolucionario’ en la universidad. Es decir, la asunción y el no ocultamiento de la existencia de una batalla ideológica en todo proceso de formación y cons‐trucción de saberes. Como vimos al comienzo, a propósito de los acuerdos de
política estratégica con el eje ruso‐chino a nivel global, y como vemos ahora en referencia a la lucha política de las Madres de Plaza de Mayo, la circulación de la teoría marxis‐ta constituye un fantasma insoportable que ronda la cabeza de la oligarquía argentina. La amenaza no reside en que se enseñe marxismo en una universidad, de hecho la clase do‐minante convivió durante años ‘de mil amores’ con el mar‐xismo académico. Y es que no hay problemas mientras este se mantenga como mero texto de circulación académica. El peligro reside en que la teoría rompa las barreras del aca‐demicismo burgués y se convierta en verdadera teoría, es decir, en herramienta que se da a sí misma la propia clase trabajadora en el desarrollo de su pelea contra el enemigo de clase y que contribuya a una explicación más racional y coherente de la práctica transformadora que está llevando a cabo.
La clase trabajadora, en busca de su teoría Mientras el gobierno nacional intentaba unir y dar cohe‐
rencia, a través de todas las peleas relatadas contra el capi‐tal concentrado trasnacional y su expresión oligárquica lo‐cal, a un golpeado y fracturado frente nacional, el desarrollo de la crisis profundizaba los conflictos entre el capital y el trabajo, mostrando cada vez con más fuerza los límites de este mismo frente en su estado actual, con la burguesía na‐cional industrial mercado‐internista como conductora del mismo. Los conflictos se multiplicaban entre los gremios banca‐
rios, portuarios, petroleros, colectiveros, ferroviarios. A los reclamos por mejoras salariales y discusiones paritarias, se agregaba este mes un nuevo y fuerte reclamo por parte de todas las centrales obreras para que se aumente el mínimo imponible al Impuesto a las Ganancias, que termina licuan‐do los aumentos conseguidos en paritarias. Este conflicto llevaba a los líderes de la CGT y CTA opositoras a convocar a un paro para el mes de agosto en reclamo por esta suba.
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No obstante, el rasgo principal que caracterizó la conflicti‐vidad laboral el mes de julio lo constituyo la sumatoria de despidos y suspensiones en diferentes ramas de la produc‐ción, pero principalmente en el sector de las denominadas autopartistas proveedoras de las grandes terminales auto‐motrices, en crisis desde hace meses a causa de la sobre‐producción y consecuente caída de las ventas de automóvi‐les. Tal como venimos analizando mes tras mes a lo largo de
estas páginas, no se trata este de un hecho voluntario por parte de un empresariado sin ‘responsabilidad social’, tal como se suele reclamar desde el Gobierno. Se trata del desarrollo objetivo y la profundización de la crisis del siste‐ma capitalista a nivel global, que tiene estas expresiones na‐cionales. La industria de autopartes es la cara más visible de esta
crisis, con alrededor de 400 empresas, la mayoría extranje‐ras –Lear (EEUU), Gestamp (España), Valeo (Francia), Vis‐teón (EEUU), Kromberg (Alemania), Johnson Controls (EEUU), Plascar (Brasil), entre otras– y 65 mil obreros y em‐pleados que resultan víctimas de cierre, baja en la produc‐ción y deslocalización productiva. Ejemplo de este movi‐miento es la empresa estadounidense Lear, subsidiaria de la Terminal de Ford, que intenta abaratar sus costos de pro‐ducción para ganar competitividad reemplazando los mazos de cables de Lear por otros producidos en empresas radica‐das en Honduras y Filipinas. Esto generaba la suspensión de 330 trabajadores por tiempo indeterminado en mayo y 100 en julio, cuando además se despidió a otros 100. Tema que no es novedad, ya que desde el año pasado la firma viene ofreciendo retiros voluntarios a numerosos operarios, algo que viene sucediendo a su vez con el resto de las firmas mencionadas (Información publicada en LN 9/7). El condimento que se agregaba al conflicto capital‐trabajo
este mes próximo pasado era la profundización de la las protestas obreras por el sostenimiento de los puestos de trabajo, a través del bloqueo de empresas y el corte de rutas y calles, lo cual era respondido en varias ocasiones con re‐presión policial. De este modo, en Lear, los trabajadores paraban la pro‐
ducción y realizaban protestas contra las suspensiones y despidos señalados y por el impedimento por parte de la empresa de dejar ingresar a los delegados en la planta para desarrollar sus tareas gremiales. Los trabajadores fueron desalojados por la policía luego de varios días de protesta frente a la planta situada en la localidad de Pacheco (LN 5/7). Días más tarde, los obreros volvían a la protesta con un corte en la autopista Panamericana (LN 24/7). Similar desalojo violento por parte de efectivos policiales
se producía durante el corte sobre General Paz llevado ade‐lante por trabajadores de las empresas Emprendimientos Ferroviarios (Emfer), dedicada a la fabricación y reparación de vagones, y Tecnología Avanzada de Transporte (Tatsa), fabricante de carrocerías de micros y camiones. Ambas em‐
presas pertenecen al grupo Cirigliano, dueño de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), que controlaba el Ferrocarril Sarmiento antes de que este fuera reestatizado (LN 8/7). Los hechos generaban un debate al interior del Frente pa‐
ra la Victoria, sobre todo a partir de la actuación del secreta‐rio de Seguridad de la Nación, Sergio Berni. “Tenemos que dejar que se pueda circular por General Paz, porque es el ho‐rario de mayor circulación y es la puerta de entrada a la ciu‐dad”, señalaba Berni al respecto (CA 8/7). A lo que respon‐día el diputado nacional del FpV y referente de la JP Evita Leonardo Grosso: “Berni debería explicar por qué hace todo lo contrario a lo que hacía Néstor. (…) Es funcional a la opo‐sición. Dos días de represión a obreros y los medios progres no dicen nada”. A lo que agregaba: “Acá, en esta Argentina, no se reprime. Nosotros defendemos a los laburantes”. A su vez, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que diri‐ge Horacio Verbitsky, hablaba de un “preocupante despla‐zamiento en la política de no represión de la protesta social” (LN 10/7). Se sumaba el Movimiento Octubres, liderado por el diputado Gastón Harispe: “Nosotros, que somos parte, y legítimos hijos de los cortes de ruta y de la lucha del movi‐miento obrero que enfrentó la ofensiva neoliberal de los 90, repudiamos las represiones en torno a los conflictos sindica‐les recientes”. A lo que se agregaba un nuevo proyecto de ley presentado por el oficialismo en la Cámara de Diputados para regular la protesta social, donde se privilegia el diálogo antes que la represión, no se obliga a informar antes de la protesta y se habla del uso de la fuerza como último recur‐so, prohibiendo la portación de armas de fuego por parte del personal policial (LN 15/7). Pero junto con el debate sobre la represión policial, apa‐
recía también el debate sobre los límites del actual modelo y su posible superación. Así, el secretario de Agricultura Fami‐liar y líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, se expresa‐ba del siguiente modo: “Hay una década ganada, pero es in‐suficiente, hace falta mucho más. (…) Los compañeros tienen que tener un trabajo digno. (…) No estoy en contra del capi‐talismo, pero quiero construir otra cosa al lado, la economía popular, que tenga como eje la creación de empleo. (…) Mamá Cristina cuida a los pollitos más débiles. Los trabaja‐dores no registrados tienen dos ingresos. El salario de su trabajo y el del subsidio, y la Asignación Universal aumentó 40% este año. El desafío es cómo hacemos para que esos compañeros discutan paritarias” (LN 21/7). Las definiciones de Pérsico dejan traslucir algunos de los límites que tiene el frente nacional en la pelea contra la oligarquía. Al igual que la propia presidenta, se señala aquí al capitalismo como úni‐ca forma de producción de riqueza posible. Dentro del mis‐mo, hay que pelear por paritarias y empleo registrado (‘tra‐bajo digno’). Es decir, vuelve a caerse en la ilusión de que al capitalismo se lo puede regular, controlar, en función de co‐rrer el peso de la balanza a favor de los intereses de los tra‐bajadores. Se trata una vez más de la caracterización de la etapa que vive el mundo y nuestro país como un momento
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de aquel. En última instancia, se parte aquí nuevamente de la idea de que atravesamos una etapa de resurgimiento de las burguesías nacionales, ahora en los países periféricos, que desarrollarán un capitalismo de libre competencia, co‐mo aquel que floreció en las grandes potencias desde me‐diados del siglo XVIII hasta finales del XIX. No se logra vis‐lumbrar el hilo conductor que va del desarrollo de la libre competencia al monopolio, que se ha desarrollado a niveles extremos en la actualidad, transformación que se produce por la propia dinámica de la competencia como motor del desarrollo del capital. En definitiva, se piensa posible cons‐truir las bases de la justicia social sin destruir a su vez las ba‐ses que impiden el desarrollo de la misma: la propiedad pri‐vada de los medios de producción y cambio, cada vez más concentrados en menos manos y que deja por fuera de la reproducción social al grueso de la humanidad, para la que se reserva represión, guerras, inseguridad, drogadicción, en‐fermedades de laboratorio, y siguen las firmas. Y tales definiciones provienen no de la cabeza individual
del jefe del Movimiento Evita, sino que tienen que ver con que el frente nacional que intenta expresar el Gobierno es conducido aún por los intereses de la denominada ‘burgue‐sía nacional’, que tiene a la propiedad privada como base de su reproducción, lo que la hace oscilar en la disputa contra la oligarquía y el imperialismo, al no poder cuestionar a fon‐do sus bases, ya que de ese modo se negaría a sí misma co‐mo clase. Una de las voces más críticas y lúcidas del propio frente
daba una vuelta más a la definición de estos límites de clase, emparentando las trabas actuales de kirchnerismo con aquellas que tuvo el peronismo histórico. Así se expresaba Eduardo Anguita en una de sus columnas habituales en el matutino oficialista Tiempo Argentino: “La dirigencia gre‐mial fue un aliado clave para Néstor y Cristina. No sólo por‐que acompañaron en la lucha por los Derechos Humanos sino porque actuaron como un puente legítimo ante la gran
cantidad de demandas de trabajadores informales, precari‐zados, y no sólo de los representados en tal o cual sindicato. ¿Qué pasó desde fines de 2011? ¿Hubo un intento delibera‐do de Cristina de alejar a Hugo Moyano del gobierno para no ceder ante las ambiciones del líder de la CGT? ¿Había madurado para entonces la idea de que el kirchnerismo de‐bía contar con sus propias organizaciones sociales, juveniles y territoriales para avanzar sobre un armado político que de‐jara de lado las viejas estructuras peronistas? A criterio de quien escribe estas líneas sucedieron las dos cosas” (TA 22/7). Frente a las voces del oficialismo que tronan contra la di‐
rigencia gremial y que celebran ‘haberse sacado de encima’ a la dirigencia sindical ‘corrupta’, Anguita señala el problema que representa para el frente nacional encarar la lucha feroz que tiene por delante contra el enemigo, tal como pudimos observar, sin contar con el grueso del movimiento obrero dentro del frente nacional. Incluso se da un paso más, reco‐nociendo el intento deliberado de correr a la CGT Moyano, al no concebir a los trabajadores como sujeto de transfor‐mación, reemplazando a los mismos por la ‘juventud’ y las organizaciones no ‘contaminadas’ por el viejo peronismo. Esta confusión llevó al gobierno a alejarse del sector del movimiento obrero que más lejos había llegado en el inten‐to de superación de las trabas que acarreaba la concepción gremial, con la creación de la Corriente Nacional del Sindica‐lismo Peronista y los intentos de formular un plan político desde los principios de la clase trabajadora. Más allá de toda el agua que haya corrido bajo el puente,
la tarea de los trabajadores no puede ser otra que retomar los fundamentos de la Corriente desde el punto al que se había llegado, si se quiere ser coherente con el alineamiento con los BRICS que mencionamos al comienzo y con la dispu‐ta contra el capital concentrado trasnacional y sus expresio‐nes.