Integrando La Arq Ando en El Choapa

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Integrando la Arq ando del Choapa

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  • NDICENDICENDICENDICENDICE

    NDICE 1

    EDITORIAL 3CSAR MNDEZ Y ANDRS TRONCOSO

    HALLAZGO O BSQUEDA DE SITIOS PALEOINDIOS:Problemas de investigacin en torno a los primeros poblamientos 9DONALD JACKSON Y CSAR MNDEZ

    NIVEL QUEREO I:Una discusin acerca del poblamiento temprano en la Provincia del Choapa 15PATRICIO LPEZ, RAFAEL LABARCA Y LAUTARO NEZ

    CIRCULACIN DE MATERIAS PRIMAS LTICAS Y ORGANIZACIN TECNOLGICAEN EL SEMI`RIDO MERIDIONAL DURANTE EL ARCAICO TEMPRANO 21PATRICIO GALARCE

    HUELLAS DE USO Y TAFONOMA:Perspectivas para el anlisis de instrumentos conquiolgicos en el Complejo Huentelauqun. 27MARCELA LUCERO

    EXCAVACIN EN `REA EN YACIMIENTOS DE CAZADORES RECOLECTORES:Una propuesta metodolgica 33CSAR MNDEZ, JIMENA TORRES, PATRICIO LPEZ, FRANCISCA FERN`NDEZ Y GABRIEL ROJAS

    DEJANDO ATR`S LA TIERRA DE NADIE:Asentamientos, contextos y movilidad de las comunidades alfareras tempranasdel Choapa 39DANIEL PAVLOVIC

    LA CULTURA AGRELO-CALINGASTA EN EL CHOAPA 47LORENA SANHUEZA, DANIELA BAUDET, DONALD JACKSON Y LINO CONTRERAS

    RECURSOS VEGETALES Y MODOS DE EXPLOTACIN:Qu nos dicen las plantas acerca de sus consumidores? Un estudio de sitiosDiaguita en los valles de los ros Illapel y Chalinga (IV Regin) 53CAROLINA BELMAR Y LUCIANA QUIROZ

    RELACIONES SOCIO-CULTURALES DE PRODUCCIN, FORMAS DEPENSAMIENTO Y SER EN EL MUNDO:Un acercamiento a los Perodos Intermedio Tardo y Tardo en la cuencadel ro Choapa 61ANDRS TRONCOSO

    ESTILO, INTERACCIN Y PODER:Arte visual Diaguita Inca en asentamientos habitacionales del valle de Illapel ydel rea Diaguita nuclear. 69PAOLA GONZ`LEZ

  • PRIMER ACERCAMIENTO A LOS CONTEXTOS LTICOS DEL PERIODO TARDO EN EL VALLE DEL CHOAPA 77SLABIK YAKUBA Y FELIPE GUTIRREZ

    UN PANORAMA DEL PATRN DE ASENTAMIENTO EN LOS ESTEROSCONCHAL-PUPIO (LOS VILOS): Entre el interior y la costa 83LUIS CORNEJO Y DONALD JACKSON

    ETNOARQUEOLOGA DE RECOLECTORES Y PESCADORES ACTUALESEN LA COSTA DEL CHOAPA 89DONALD JACKSON Y CSAR MNDEZ

    UNA APROXIMACIN ETNOARQUEOLGICA AL ESTUDIO DELOS ASENTAMIENTOS COSTEROS 95CSAR BORIE, ALBERTO DUARTE Y NICOL`S LIRA

    EVALUACIN TAFONMICA DEL MATERIAL SEO DEL VALLE DE PAMA, COMUNA DE COMBARBAL`,PROVINCIA DE LIMAR, IV REGIN DE COQUIMBO 101JAVIER HERN`NDEZ

    PROBLEMAS DE CONSERVACIN DE LOS SITIOS DE COMBARBAL`: Primeros diagnsticos 109BERNARDITA LADRN DE GUEVARA

    LOS PETROGLIFOS DE LA COMUNA DE CANELA (PROVINCIA DEL CHOAPA, IV REGIN, CHILE):Una aproximacin a su interpretacin 115ALEJANDRA GUERRA

    LA OTRA FAUNA: Los animales olvidados del Choapa 121DIEGO ARTIGAS Y GLORIA CABELLO

    LAS POSIBILIDADES DE LA DIFERENCIA:Una aproximacin inicial al arte rupestre del valle de Choapa. 127ANDRS TRONCOSO

    ENTORNO: Obras rupestres, paisaje y astronoma en el Choapa 133PATRICIO BUSTAMANTE

    DIBUJANDO EL CAMINO A LA COSTA:Disposicin del arte rupestre y uso del valle de Canelillo a travs del tiempo 139DIEGO ARTIGAS

    PLAN DE MANEJO PARA LA PUESTA EN VALOR Y PRESERVACIN DEL ARTE RUPESTRE FRENTE ALTURISMO: el caso de la Comuna de Canela (Provincia del Choapa, IV Regin, Chile) 147ALEJANDRA GUERRA

    NORMAS EDITORIALES WERKEN 153

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    EDITEDITEDITEDITEDITORIALORIALORIALORIALORIAL

    Durante el recin pasado XVI Congreso Nacional de Arqueologa Chilena (Tom, 2003), se llam laatencin sobre la gran cantidad de ponencias cuya rea de estudio corresponda a un mismo valle. A pesarde ser Chile un pas de cientos de cuencas fluviales de escurrimiento entre los Andes y el ocano Pacf ico,cerca de un cuarto de los trabajos de los distintos simposios y paneles se limitaban a la hoya hidrogrficadel ro Choapa (figura 1). Esto, lejos de constituirse en una preocupacin, se tradujo en un estmulo quemotiv la realizacin de una instancia de discusin, esta vez especf icamente centrada en exponer y debatir

    el desarrollo de las investigaciones en curso en la zona de nuestro inters. Durante los das 26 y 27 deAgosto del 2004, y gracias al apoyo desinteresado de la Universidad Internacional SEK y su `rea deArqueologa, adscrita a la Facultad de Estudios del Patrimonio Cultural, fue posible participar en unapuesta al da de las lneas de trabajo desarrolladas en la arqueologa de esta rea. Su intencin fuerecibir contribuciones de los ms variados mbitos, distintas cronologas, temas de estudio, tipos de

    FFFFFigurigurigurigurigura 1a 1a 1a 1a 1..... Mapa del rea arqueolgica del Choapa. Modificado desde S. Rivano y P. Seplveda, 1991. Hoya de Illapel.Regin de Coquimbo. Carta Geolgica de Chile 69. Servicio Nacional de Geologa y Minera, Santiago.

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    materialidad, teora y mtodo, estudios de caso, perspectivas interpretativas, valoracin del patrimonio,conservacin, entre otros temas.

    IntIntIntIntIntegegegegegrrrrrando la Arqando la Arqando la Arqando la Arqando la Arqueologa del ueologa del ueologa del ueologa del ueologa del Choapa en el NChoapa en el NChoapa en el NChoapa en el NChoapa en el Norororororttttte Semire Semire Semire Semire Semiridoidoidoidoido, fue una primera instancia exitosa, donderecibimos un total de 25 exposiciones de alto nivel y que, sin duda, abrieron puertas a nuevas formas decomprender y conceptuar la prehistoria del rea.

    La discusin, si bien variada, se centr en un debate abierto sobre qu es El Choapa como unidadarqueolgica, intentando cuestionar antiguas concepciones, hoy por hoy inadecuadas, como son las derea de transicin o marginal. Es una hoya hidrogrf ica?, una zona entre latitudes definidas?, unsegmento de transicin ambiental?, una praxis arqueolgica? o bien un rea meridional del nortesemirido donde un conjunto de arquelogos y amigos nos hemos permitido la realizacin de un trabajoen armona y con inters comn en la construccin del conocimiento prehistrico?

    Lo cierto es que se lleg a consenso sobre lo siguiente: a) los lmites geopolticos (nacionales einternacionales) son slo limitantes en la interpretacin espacial de las tendencias observadas y b) el reacomparte configuraciones de mayor proximidad con distintos sectores culturales limtrofes, a lo largo desu historia. Como ejemplo de lo anterior, durante el Arcaico Temprano, las poblaciones se asemejan a losgrupos que habitaron una larga franja costera que se extendi hasta el norte rido. Llegado el Holocenomedio, los cazadores recolectores migraron activamente entre una y otra vertiente de los Andes e iniciadoel Holoceno tardo, se establecieron con mayor permanencia en la costa del Choapa, asemejndose a losgrupos de Chile central. Una vez incorporada la cermica, los grupos del Periodo Alfarero Tempranocomparten elementos culturales con los valles del Aconcagua, La Ligua-Petorca y la vertiente oriental delos Andes, conf igurndose un rea de cotradicin que se prolong en el tiempo. Con la aparicin de laCultura Diaguita cambia el panorama, ya que los grupos del Choapa establecieron una fuerte relacin conaquellos del resto del Norte Chico, situacin que se extendi hasta los momentos finales de la secuenciaprehistrica. Esta relacin variable entre norte, sur y este, ha derivado en una arqueologa muy rica encontenidos, los cuales recin estamos empezando a develar.

    Asimismo, se rescat la importancia de una crtica hacia nuestras proposiciones y la necesidad de un mayornivel de desarrollo de perspectivas interpretativas, que permitan dar el salto cualitativo a la comprensinde los acontecimientos pretritos, sobre bases cientficas rigurosas e ideas imaginativas. En este sentido,pese a todo el trabajo realizado, uno de los problemas observados es la ausencia de un modelo interpretativoque aborde la transicin entre los periodos Arcaico Tardo y Alfarero Temprano. As tambin, no es menorel escaso desarrollo de las investigaciones bioantropolgicas en la actualidad.

    Por otro lado, uno de los resultados ms inmediatos del taller fue la reunin de una batera de datacionesabsolutas que posibilitan afinar la secuencia histrico-cultural en el valle del Choapa. stas, sin duda,repercuten en la forma de entender mltiples aspectos de la prehistoria en el Norte Chico. Tal secuencia sepresenta en forma calibrada en la figura 2, y no tiene mayor pretensin que exponer sintticamente losresultados cronolgicos de dos equipos arqueolgicos, que ven como necesario compartir su informacinen pos de construir el conocimiento regional.

    Sin embargo, el resultado ms significativo ha sido verter nuestras investigaciones y esfuerzos en la formade una publicacin. Revista Werken (Arqueologa, Antropologa e Historia) acept el desafo de publicarestos trabajos como el nmero del ao 2004. En este volumen se presentan los resmenes extendidos delas exposiciones del taller, generando un documento que cristaliza el momento que estamos viviendo enla arqueologa del Choapa. Se eligi este formato a f in de permitir un espacio a la totalidad de lascontribuciones. Agradecemos a cada uno de los autores, especialmente en su esfuerzo de sntesis.

    El volumen se organiza en orden cronolgico, habindose dejado temas ms especficos hacia el f inal,especialmente en lo que respecta al ar te rupestre, que bien podra corresponder a una seccinindependiente. D. Jackson y C. Mndez proponen una discusin metodolgica para aproximarse al problema

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    FFFFFigurigurigurigurigura 2.a 2.a 2.a 2.a 2. Cronologa cultural de la cuenca del Choapa. Periodo Paleoindio entre los 16700 y 12900 aos cal. AP.;Complejo Cultural Huentelauqun entre los 13400 y 9500 aos cal. AP.; Complejo Cultural Papudo-Los Morrilos entrelos 7700 y 4200 aos cal. AP.; Complejo Cultural Los Vilos entre los 4000 y 2000 aos cal. AP.; Periodo Alfarero Tempranoentre los 2000 a 400 aos cal. AP. o 50 AC. a 1550 DC.; Cultura Diaguita Pre Inca entre los 1100 a 500 aos cal. AP. o850 a 1350 DC.; Cultura Diaguita Incaica entre los 600 a 400 cal. AP. o 1250 a 1450 DC. y las ocupaciones histricasdel 400 AP. o 1450 DC. en adelante. Todas las dataciones radiocarbnicas fueron calibradas con el programa Ox Calvers. 3.5, Bronk Ramsey (2000) ', con informacin ambiental de M. Stuiver, P. Reimer y T. Brazuiunas, 1998. High-precision radiocarbon age calibration for terrestrial and marine simples. Radiocarbon 40(3):1127-1151. Las datacionespor termoluminicencia, que componen principalmente la secuencia alfarera, fueron comparadas directamente, yaque no se ajustan a los mismos parmetros que las primeras. Las f iguras no estn dibujadas a escala.

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    del primer poblamiento del Choapa a partir de la generacin de preguntas de investigacin y criticando eldesarrollo de trabajos que parten de hallazgos fortuitos. P. Lpez, R. Labarca y L. Nez, reevaluaroncrticamente las evidencias seas del contexto ms temprano del yacimiento clsico de Quereo; su laborsugiere interesantes argumentos de agencia humana en la depositacin de la fauna extinta. P. Galarceexpuso un modelo de aprovisionamiento de materias primas para el Complejo Cultural Huentelaqun en elChoapa, integrando una caracterizacin regional de los paisajes lticos. M. Lucero presenta los resultadosde un trabajo sistemtico de experimentacin y contraste arqueolgico, que posiciona a las valvas demoluscos como potenciales instrumentos de procesamiento de los habitantes del Holoceno temprano. Porsu parte, C. Mndez, J. Torres, P. Lpez, F. Fernndez y G. Rojas discuten el valor de la excavacin en reaen la interpretacin arqueolgica mediante los trabajos conducidos en un sitio costero de 4000 aos en lacosta de Los Vilos. D. Pavlovic abord el tema largamente olvidado del Periodo Alfarero Temprano en elinterior del Choapa; en su trabajo, integra diversas lneas de evidencia y explicita ciertos problemas clavespara este segmento cronolgico. L. Sanhueza, D. Baudet, D. Jackson y L. Contreras unif icaroninvestigaciones en funcin de resolver el problema de la presencia de cermica Agrelo-Calingasta, propiade la vertiente oriental de los Andes, en distintos espacios costeros e interiores del rea de estudio. C.Belmar y L. Quiroz presentaron resultados de investigaciones comparativas para distintos momentos delfinal de la secuencia alfarera, contemplando la identificacin de carporrestos y sus implicancias para elconsumo de las poblaciones de Illapel y Chalinga. A. Troncoso discute el problema de la presencia Incaicaen la zona y las modificaciones contextuales que se dan entre los perodos Intermedio Tardo y Tardo. P.Gonzlez, en la misma lnea, se centra en la caracterizacin de los patrones decorativos cermicos delperodo Inca en el Choapa y sus implicancias. S. Yakuba y F. Gutirrez presentan los resultados del anlisisltico conducido sobre muestras de yacimientos Inca, materialidad frecuentemente ausente en lasdiscusiones prehistricas de dicho periodo. L. Cornejo y D. Jackson, abordan una perspectiva espacial enun transecto entre la costa y el interior, revelando una situacin de alternancia y tensin entre los centrosde mayor intensidad de ocupacin del espacio, a lo largo de toda la secuencia regional. D. Jackson y C.Mndez, en Los Vilos, y C. Borie, A. Duarte y N. Lira, en Pichidangui, abordaron el tema de las ocupacioneslitorales de las poblaciones actuales y sus manifestaciones materiales. Las perspectivas etnoarqueolgicas,contemplaron, en el primer caso, una propuesta de taxonoma del asentamiento y, en el segundo, unaexposicin de los resultados de los primeros trabajos conducidos en el sector. J. Hernndez, expuso losresultados de una aproximacin inicial a una tafonoma regional en el rea de Combarbal, destacando laspotenciales implicancias y expectativas para el registro arqueolgico. En una lnea diferente, aunque en lamisma rea, B. Ladrn de Guevara, a travs de un trabajo de diagnstico de conservacin, identific losvariados agentes que afectan el registro y condicionan su preservacin.

    El ltimo conjunto de trabajos se ref ieren en su totalidad al arte rupestre del Choapa, una de lasmanifestaciones arqueolgicas ms conocidas y frecuentes en el rea. A. Guerra discute las caractersticasformales y la disposicin espacial de un conjunto de soportes rupestres en el curso medio e inferior del roChoapa. D. Artigas y G. Cabello tratan el tema de las representaciones zoomorfas en los grabados del rea,ampliando su anlisis ms all de los camlidos, lo que les permite reconocer una amplia fauna presente enlos petroglifos. A. Troncoso revisa las caractersticas de un conjunto de representaciones para discutir susasociaciones cronolgicas, intentando adscribir algunas a la Cultura Diaguita. P. Bustamante aborda elproblema de la relacin entre el arte rupestre y astronoma, presentando algunos casos donde se danasociaciones significativas entre esta materialidad y fenmenos celestes. D. Artigas analiza los sitios conpetroglifos de Canelillo, discutiendo el uso diferencial que habra tenido tal espacio durante los diferentesmomentos de la prehistoria y la relacin entre disposicin de bloques y los grabados. Finalmente, A. Guerrapresenta el plan de manejo implementado para la puesta en valor de los petroglifos de El Colige, laborefectuada en el marco de un proyecto FONDART dirigido por su persona.

    Este volumen se financi a partir de la contribucin de todos los participantes, aportes de Revista Werken,la Universidad Internacional SEK y el apoyo de Donald Jackson y Cristin Becker, quienes a travs de susproyectos FONDECYT (1030585 y 1040154, respectivamente), permitieron unificar temas tan lejanos como

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    los primeros asentamientos de la costa hasta las ltimas ocupaciones prehispnicas del interior. Muchosde los trabajos aqu vertidos fueron producto de investigaciones f inanciadas por stos y otros proyectos(FONDECYT, FONDART, DID-Universidad de Chile, Estudios de Impacto Ambiental), algunos en actualdesarrollo.

    Queremos finalmente reiterar nuestros agradecimientos a quienes hicieron posible la exitosa realizacinde este encuentro: Eva Flandes, Decano de la Facultad de Patrimonio Cultural de la Universidad InternacionalSEK; la Sociedad Chilena de Arqueologa; las entidades patrocinantes de los proyectos FONDECYT dearqueologa en el Choapa: Departamento de Antropologa de la Facultad de Ciencias Sociales de laUniversidad de Chile, el Museo de Historia Natural de Valparaso y el Centro Nacional de Conservacin yRestauracin, ambos de la Direccin de Bibliotecas, Archivos y Museos; a los estudiantes de la carrera deArqueologa de la Universidad Internacional SEK quienes colaboraron desinteresadamente con laboreslogsticas; a Diego Artigas por nuestro hermoso af iche/portada; a Rafael Palacios, Director de RevistaWerken y a Ediciones LOM.

    Csar Mndez y Andrs Troncoso

    Editores de este volumen

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    Revista Werken No 5, Diciembre 2003, Santiago de Chile. Pg. 9-14

    HALLHALLHALLHALLHALLAZGO O BSQUEDAZGO O BSQUEDAZGO O BSQUEDAZGO O BSQUEDAZGO O BSQUEDA DE SITIOS PA DE SITIOS PA DE SITIOS PA DE SITIOS PA DE SITIOS PALEOINDIOS:ALEOINDIOS:ALEOINDIOS:ALEOINDIOS:ALEOINDIOS:PrPrPrPrProblemas de inoblemas de inoblemas de inoblemas de inoblemas de invvvvvesesesesest igt igt igt igt igacin en tacin en tacin en tacin en tacin en torororororno a los prno a los prno a los prno a los prno a los primerimerimerimerimerososososos

    poblamientpoblamientpoblamientpoblamientpoblamientososososos

    DONALD JACKSON* Y CSAR MNDEZ**

    En Chile, como en el resto de Sudamrica, el descubrimiento de sitios Paleoindios ha ocurrido en lagran mayora de los casos como resultado de hallazgos fortuitos. Estos han impulsado la investigacin entorno a las primeras ocupaciones. Dicha situacin ha definido una estrategia de estudio esencialmenteinductiva, en donde primero aparecen los sitios y posteriormente los problemas de investigacin. Unaestrategia de este tipo presenta evidentes limitaciones, no slo en cuanto a la incertidumbre deldescubrimiento de sitios paleoindios, sino tambin respecto a diversos aspectos involucrados en el estudiodel primer poblamiento. Como primer objetivo se propone discutir los contextos de descubrimiento de lamayora de los sitios paleoindios en Chile y definir las limitaciones producidas a partir de ello. En el marcode esta crtica, postulamos una estrategia de investigacin que privilegie un acercamiento deductivo, endonde primero se planteen los problemas, para luego buscar los sitios arqueolgicos. Esto necesariamentesupone la implementacin de un programa de investigacin previamente diseado (segundo objetivo),que se ejemplifica con la investigacin actualmente desarrollada en la provincia de Choapa.

    Una revisin de las circunstancias en que se han realizado los hallazgos de los sitios paleoindios (tabla 1),atestiguan -a groso modo-, el marco terico y metodolgico, en el cual se ha desarrollado la investigacindel paleoindio en Chile. La gran mayora de los sitios descubiertos, han sido producto de hallazgos noprevistos en excavaciones, que aunque sistemticas, estaban orientadas a otros propsitos. stas son lascircunstancias de casi la totalidad de los sitios del extremo austral del territorio, donde la presencia de

    * Departamento de Antropologa, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile. [email protected]** Departamento de Antropologa, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile y `rea de Arqueologa, Facultad de Estudios

    de Patrimonio Cultural, Universidad Internacional SEK. [email protected]

    TTTTTabla 1abla 1abla 1abla 1abla 1. . . . . Yacimientos paleoindios discutidos y circunstancias de su hallazgo.

    fauna extinta asociada a instrumentos, alert sobre la presencia de las ocupaciones tempranas. Prueba deello, es que los primeros hallazgos en Cueva de Fell, slo suponan la existencia de una temprana ocupacin,en virtud de la presencia de presuntos restos de caballo extinto, una larga secuencia ocupacional y elregistro de puntas cola de pescado, para las cuales se desconoca -al momento- su significado crono-cultural (Bird 1993).

    Sitio Sitio Sitio Sitio Sitio LocalizacinLocalizacinLocalizacinLocalizacinLocalizacin CirCirCirCirCircunscunscunscunscunsttttt ancias hallazgoancias hallazgoancias hallazgoancias hallazgoancias hallazgo RRRRRefefefefeferererererenciaenciaenciaenciaencia

    Tres Arroyos I Extremo Sur Excavacin: no previsto (1983) Massone (1987) Pali Aike Extremo Sur Excavacin: no previsto (1936) Bird (1993) Cueva de Fell Extremo Sur Excavacin: no previsto (1936) Bird (1936) Cueva del Medio Extremo Sur Excavacin: no previsto (1985) Nami (1985-86) Laguna Sofa 1 Extremo Sur Excavacin: dirigido (1989) Prieto (1991) Monte Verde Sur de Chile Erosin fluvial: casual (1977) Dillehay et al. (1982) Taguatagua 1 Centro frtil Drenaje laguna: casual (1967) Montan (1967) Taguatagua 2 Centro frtil Excavacin: dirigido (1986) Nez et al. (1994) Quereo Norte semirido Excavacin: dirigido (1973) Montan y Bahamondes (1973) El Membrillo Norte semirido Inspeccin dirigida: casual (2000) Jackson (2002)

    Punta Negra Norte rido Inspeccin no dirigida: casual (2003) Nez (2003)

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    Donald Jackson y Csar Mndez

    Tales hallazgos alentaron estudios sistemticos en los contextos tempranos de cada uno de los sitios(Emperaire et al. 1963, Nami 1985-86, 1987, Massone 1987). No obstante, y a pesar de las tempranasreflexiones sobre el poblamiento inicial del extremo austral (Saxon 1976), slo las investigaciones en TresArroyos 1, se orientaron sistemticamente a la bsqueda de nuevas evidencias a travs de prospecciones(Massone 1997, Massone et al. 1998). Excepcin a la forma de estos hallazgos en Patagonia, constituye elsitio de Cueva Laguna Sofa 1. En este caso un programa de prospeccin, permiti registrar varias cuevasprximas al Seno de ltima Esperanza. En una de ellas, el descubrimiento de huesos de gran tamao,motiv un sondeo exploratorio, verificndose la asociacin cultural a fauna extinta e impulsando su estudiosistemtico (Prieto 1991). Esta iniciativa y el contexto de los numerosos hallazgos paleoindios enMagallanes, han tenido continuidad a travs de programas de sondeos sistemticos en cuevas y aleros dela regin (Borrero et al. 1991, San Romn et al. 2000, San Romn y Morello 2003).

    Entre los sitios accidentalmente descubiertos, se encuentra el asentamiento de Monte Verde, localizadoen el sur de Chile. En este caso, la erosin fluvial del estero Chinchihuapi, dej al descubierto perfiles deuna terraza fluvial con evidencias culturales, excepcionalmente bien preservadas, de uno de los msantiguos sitios del continente. Ello motiv estudios minuciosos y sistemticos (Dillehay 1989, 1997), sinembargo no se realizaron programas posteriores para la bsqueda de nuevos yacimientos.

    Por otra parte, el sitio paleoindio de Taguatagua 1, en Chile Central, se descubri, tambin accidentalmente,al drenar artif icialmente la laguna homnima, dejando expuestos restos de fauna extinta en una antiguapaleoplaya. Su inspeccin revel asociaciones culturales, constituyndose un equipo interdisciplinariopara su estudio intensivo (Casamiquela et al. 1967, Montan 1968). Los antecedentes de estas evidenciasen ambientes paleolacustres y el conocimiento de antiguos hallazgos de fauna extinta en la localidad deQuereo, en la costa del Choapa, alentaron el desarrollo de un Programa Paleoindio en Chile. Las excavacionesen Quereo corroboraron la asociacin entre fauna extinta y ocupaciones humanas (Montan y Bahamondes1973). Esta situacin, constituy un hito, pues comenzaba a esbozarse una perspectiva ms deductiva enla investigacin. Posteriores ampliaciones de las excavaciones en el sitio de Quereo (Nez et al. 1994a),as como el descubrimiento de un nuevo asentamiento en Taguatagua (Nez et al. 1994b), permitieronformular un primer modelo de adaptaciones tempranas a ambientes circumlacustres de tierras bajas (Nezet al. 1987). Inspecciones preliminares, considerando dicha perspectiva, han permitido registrar un nuevositio paleoindio prximo a la localidad de Quereo, El Membrillo (Jackson 2002), as como otros hallazgossuperficiales de inters.

    En el norte rido, el nico sitio temprano relacionable con adaptaciones propiamente paleoindias, es elhallazgo, inserto en una prospeccin geolgica, de una punta cola de pescado en el salar de Punta Negra;sitio que comienza recin a ser estudiado sistemticamente (Nez comunicacin personal 2003). Estehallazgo confirma las antiguas y correctas presunciones deductivas, acerca de la posibilidad de antiguasocupaciones en las paleoplayas del (Lynch 1986). A ello se suman nuevos hallazgos de fauna extinta en lapuna, aunque en asociacin puntas de proyectil triangulares (Nez et al. 2002).

    Esta resea nos muestra que la gran mayora de los sitios paleoindios en Chile han sido descubiertos bajodistintas circunstancias accidentales, las que motivaron posteriores estudios sistemticos. Estasinvestigaciones, pocas veces han alentado programas regionales para la bsqueda de nuevos asentamientosque permitan conformar panoramas integrales relativos a actuar de los primeros ocupantes. Entre otrasrazones, ello se debe a la falta de principios predictivos en la formulacin de los proyectos. Dicha situacinsupone una estrategia esencialmente inductiva. A partir de hallazgos fortuitos, se intervienen los contextosarqueolgicos a travs de metodologas estandarizadas, cuyos resultados generan la proposicin de teorasad hoc, las que son corroboradas con las evidencias empricas (Figura 1a). Su mayor debilidad est en sucarcter tautolgico, donde subyace la idea que en los enunciados estn las conclusiones. Por tanto, sucarcter predictivo es muy limitado, ya que depende del hallazgo fortuito de nuevas evidencias.

    Nosotros proponemos generar una estrategia de tipo deductiva en donde se parta desde problemas de

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    Hallazgo o bsqueda de sitios paleoindios: ...

    investigacin, ya sea originados desde el mundo de las ideas, o bien lo emprico. Preguntas especf icasconstituiran la base para la proposicin de hiptesis, y la formulacin metodologas especficas para suresolucin. Estas metodologas suponen explicitar criterios de verificacin y falsacin, para una etapaposterior de contraste de las proposiciones con la informacin emprica; corroborando o refutandosenuestras proposiciones (Figura 1b). En esta estrategia, las conclusiones no estn contenidas en losenunciados y, requieren por tanto, ser resultado de la necesaria contrastacin. Una estrategia de estetipo tiene mayor poder explicativo en vistas de sus alcances predictivos.

    En el marco de un proyecto de investigacin sobre el poblamiento inicial del semirido, hemos planteado-entre otros problemas de investigacin- la bsqueda de sitios paleoindios en funcin de las preguntas dedonde y bajo qu condiciones paleogeogrficas y ambientales debiramos esperar la presencia de estetipo de ocupaciones. Para su formulacin, se siguieron proposiciones previamente planteadas (Nez etal. 1987) y se consider las siguientes variables: 1. interrelacin funcional entre asentamientos, 2.disponibilidad potencial de recursos biticos (fauna y vegetacin) y abiticos (materias primas lticas), 3.variables geomorfolgicas locales, 4. procesos de formacin de sistemas lagunares y fluviales, 5. eventualinteraccin entre depositacin y deflacin, 6. formacin de paleosuelos y otras unidades sedimentarias.

    FFFFFigurigurigurigurigura 1a 1a 1a 1a 1..... Estrategias de investigacin utilizadas en los estudios del Paleoindio.

    Este metodologa de bsqueda de sitios paleoindios est siendo actualmente aplicada en la costa de LosVilos (prov. del Choapa) y se encuentra constituida bsicamente por dos etapas: prospeccin superficial ysondeos estratigrficos dirigidos a lugares potenciales, segn las consideraciones del diseo previamenteestablecido.

    En consideracin con los cambios paleogeogrficos ocurridos en la costa de Los Vilos, se dise unaprospeccin dirigida. En primer lugar, se excluy aquellas unidades geomorfolgicas de origen o afectadaspor procesos holocnicos, como terrazas fluviales y toda la franja litoral comprendida entre el limite demarea alta y el talud muerto de antiguas terrazas pleistocnicas. Se excluy tambin reas afectadas porintensa intervencin antrpica, como as mismo unidades geomorfolgicas con visibilidad nula. Las reasseleccionadas, correspondieron a aquellas unidades geomorfolgicas de origen pleistocnico u holocnicotemprano con potencial de visibilidad. Se privilegi sectores donde la deflacin elica o erosin fluvialdejaron expuestas unidades sedimentarias contemporneas con el momento de inters. Las unidades demuestreo correspondieron a cursos fluviales que se desprenden desde el barranco de la cordillera de lacosta hasta litoral, labrando cuencas y terrazas de antiguos sistemas lacustres y, dejando expuestosextensos perfiles estratigrficos. Tambin se contempl planicies litorales (antiguas terrazas marinas)donde infrayacen sistemas de paleodunas, cuyos sectores deflacionados exponen depsitos pleistocnicos

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    Donald Jackson y Csar Mndez

    u holocnicos tempranos.

    Esta estrategia de prospeccin ha permitido identif icar un total de 24 localidades con fauna extinta, ochode ellas en estratigrafa (Mndez et al. 2004), y algunas en actual evaluacin. Asimismo, se identificvarias localidades, que si bien no presentaban este tipo de evidencias, si manifiestan adecuadas condicionesgeomorfolgicas para potenciales yacimientos tempranos, y por tanto, seleccionables para los sondeosestratigrf icos.

    La segunda etapa metodolgica, est constituida por un programa de sondeos estratigrficos (6.25 m2

    cada uno), orientado sobre la base de la informacin recuperada durante la prospeccin. Se seleccionlocalidades con perfiles pleistocnicos expuestos o bien sectores cuya geomorfologa atestiguaba laexistencia de antiguas cuencas, cursos fluviales o bien ambientes lacustres actuales que se presuman desimilar condicin durante el Pleistoceno. Se sonde ocho localidades, atestigundose slo en una de ellas,presencia de fauna extinta redepositada. Factores de sesgo constituyeron: 1. la escasa profundidad de lamayora de las unidades (2 m en promedio) debido al riesgo de colapso, 2. los extensos depsitos arenososy 3. el hecho que algunas localidades lacustres actuales, mostraron que se trataba de formaciones recientes,y en ningn caso, relictos del pleistoceno.

    Estas dos etapas metodolgicas en la bsqueda de ocupaciones paleoindias, deben ser finalmente evaluadasa travs de muestreos y excavaciones ms amplias en los lugares con evidencias, para ponderar eventualesasociaciones culturales. Ello implica esencialmente, conocer los procesos de formacin de sitios y,especialmente, los factores tafonmicos que podran simular agentes antrpicos u obliterar los indiciosculturales. Para estos fines se requiere adicionalmente, una estrategia actualista tanto en terreno, comode laboratorio, para la formulacin de variables que permitan evaluar el carcter cultural de las evidenciasregistradas.

    Los resultados logrados con esta estrategia deductiva, son alentadores en virtud de su carcter predictivoy sus potencialidades para modelar los escenarios para el hallazgo de yacimientos arqueolgicos productode los primeros poblamientos. Resulta ms lgico, entonces, arriesgarse con una estrategia de este tipo,que esperar, tal vez eternamente, que la pala de alguna retroexcavadora nos proporcione un nuevo sitiopaleoindio en cualquier parte del territorio nacional.

    AAAAAgggggrrrrradecimientadecimientadecimientadecimientadecimientososososos

    Investigacin financiada a travs del proyecto FONDECYT 1030585.

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    Hallazgo o bsqueda de sitios paleoindios: ...

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    Revista Werken No 5, Diciembre 2003, Santiago de Chile. Pg. 15-20

    NIVEL QUEREO I:NIVEL QUEREO I:NIVEL QUEREO I:NIVEL QUEREO I:NIVEL QUEREO I:UUUUUna discusin acerna discusin acerna discusin acerna discusin acerna discusin acerca del poblamientca del poblamientca del poblamientca del poblamientca del poblamiento to to to to te me me me me mprprprprprano en laano en laano en laano en laano en la

    prprprprprooooovincia del Choapavincia del Choapavincia del Choapavincia del Choapavincia del Choapa

    PATRICIO LPEZ*, RAFAEL LABARCA* Y LAUTARO NEZ **

    I.I.I.I.I. INTRINTRINTRINTRINTRODUCCINODUCCINODUCCINODUCCINODUCCIN

    El estudio de los primeros pobladores del cono sur de Amrica ha sido escasamente abordado porprogramas sistemticos de investigacin regional, derivando en mltiples hallazgos fortuitos y aislados.En este sentido, debido a que la evidencia de estas primeras poblaciones en muchos casos efmera ycompleja, gran parte de las discusiones apuntan a la contrastacin y verificacin de la data disponible.Esto se torna crucial para aquellos sitios que se ubican dentro de rangos cronolgicos demasiado tempranos,sus restos que los componen son discutibles en trminos de los procesos de formacin, o bien si la evidenciaescapa a los paradigmas clsicos propuestos para la arqueologa de finales del Pleistoceno (p.e.: ausenciade instrumental formatizado, fauna actual).

    Si bien la evidencia arqueofaunstica en sitios con claras asociaciones entre fauna extinta y restos culturaleses por lo general escasamente discutida, en aquellos contextos en donde la data arqueolgica dice relacincasi exclusivamente a restos faunsticos, este tipo de informacin se vuelve de suma importancia. Debidoa que es un registro tanto biolgico como ecofactual y artefactual, los principios de sus transformacionesobedecen tanto a causas naturales como culturales, siendo casi indistinguibles en muchos casos estasvariaciones. En este sentido, la tafonoma, que apunta al estudio de los procesos que afectan a losorganismos a lo largo de los procesos de fosilizacin, ha demostrado ser una herramienta importante parala contratacin de este tipo de evidencia.

    Uno de los yacimientos tempranos ms discutidos dentro de la bibliografa del Paleoindio en Chile esQuebrada Quereo (IV Regin, 315541S y 713443E). Este sitio fue trabajado por primera vez de manerasistemtica a comienzos de los aos setenta por Montan y Bahamondes (1973). Estos investigadoresdefinen tres niveles culturales con fauna extinta aunque sin registro ltico artefactual asociado. La evidenciacultural se restringe a huesos con desgaste y con huellas evidentemente producidas al ser utilizados comoinstrumentos por el hombre y fracturas atribuibles a la accin del hombre (Montan y Bahamondes,1973:219-220). Trabajos posteriores de Nez y colaboradores, por medio de una excavacin en un reaaledaa al sector excavado por Montan y Bahamondes, postulan la presencia de dos niveles Paleoindios(Nez et al. 1994). El nivel ms tardo, Quereo II, est datado entre los 11.100 150 AP y 9.370 180 APsin calibrar, y presenta un diverso conjunto faunstico conformado por mastodonte (Cuvieronius sp.), caballo(Equus (Amerhippus) sp.), ciervo de los pantanos (Anifer niemeyeri), Mylodon sp. y/o Glossotherium sp.,camlido, cetceo, aves (Anatidae), roedores y anuros (Bufonidae). La evidencia cultural dice relacinhuesos con huellas de corte, artefactos seos con huellas de uso y huesos fracturados, entre otros,interpretndose esta ocupacin como un evento de caza y faenamiento de por lo menos dos caballos (Nezet al. 1994). Por su parte, el nivel ms temprano, Quereo I, presenta un registro faunstico similar confechas que van entre los 12.000 195 AP, 11.600 190 AP y 11.400 145 AP sin calibrar. Si bien la evidenciacultural para este nivel es bsicamente la misma, Nez y colaboradores (1994:110) sealan que lasevidencias culturales son tipolgicamente dbiles y de baja frecuencia situando este nivel como unhipottico evento de caza y faenamiento de por lo menos un caballo y un paleocamlido.

    * Licenciado en Arqueologa, Universidad de Chile. E-mail: [email protected] y [email protected]** Instituto de Investigaciones Arqueolgicas y Museo, Universidad Catlica del Norte.

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    Patricio Lpez, Rafael Labarca y Lautaro Nez

    Con el inters de reevaluar la evidencia faunstica de los niveles pleistocnicos de sitio de Quereo, se realizuna visita al Museo Arqueolgico de La Serena, en cuyos depsitos se encuentra gran parte de la coleccinde este sitio. A continuacin se presentan los resultados de los anlisis realizados a la evidencia faunsticadel nivel Quereo I considerando nuevas perspectivas tafonmicas y zooarqueolgicass con el objeto dediscutir la posibilidad de evento cultural inicial en la zona cuyo registro no difiere mayormente de loobservado en el Nivel Quereo II.

    II. MAII. MAII. MAII. MAII. MATERIAL Y MTTERIAL Y MTTERIAL Y MTTERIAL Y MTTERIAL Y MTODOSODOSODOSODOSODOS

    Se analizaron un total de 866 especmenes seos correspondientes ntegramente al Nivel Quereo I,muestra que, sin embargo, podra estar distorsionada debido a problemas en el registro del Museo. Para laidentif icacin taxonmica y anatmica se utilizaron guas osteolgicas y colecciones de referenciadepositadas en el Departamento de Antropologa de la Universidad de Chile, fotograf iadas previamente.Las medidas de abundancia taxonmicas y anatmica son expresadas en NISP, MNI, MNE, %MAU. Los ndicesde densidad sea (DO) e ndice utilidad (MGUI) de camlidos fueron tomados de Miotti y colaboradores(1999), mientras que los valores de DO y utilidad (FUI) para caballo provienen de Lam y colaboradores(1999) y Outram y Rowley-Conwy (1998) respectivamente. Los cr iterios tafonmicos referentes amodificaciones de carnvoros, roedores, races, abrasin, meteorizacin, fracturas y huellas de corte seencuentran resumidos convenientemente en Lyman (1994). Los ndices de densidad y utilidad fueroncorrelacionados utilizando el test de Spearman (rho).

    III. RESULIII. RESULIII. RESULIII. RESULIII. RESULTTTTTADOSADOSADOSADOSADOS

    Dentro de las taxa identif icadas, la de mayor abundancia corresponde a Edentata con un 24,3%,seguido por Equus (Amerhippus) sp. con un 4,6%. Ms atrs se ubica Palaeolama sp. con un 2,4%, yCuvieronius sp. con un 1,1%. En este nivel ocupacional se registraron, adems, restos de cnido y flidoindeterminado. Si bien no se lleg a una determinacin taxonmica especfica para estos carnvoros, losrangos mtricos apuntan hacia una especie pequea de cnido, afn con Pseudalopex culpaeus en el primercaso, mientras que para los restos identificados como Felidae, stos podran corresponder a Puma concolor.La alta fragmentacin de la muestra impidi un grado de identificacin mayor, correspondiendo un 66,4%a astillas de hueso largo o fragmentos mnimos clasificados como Mammalia.

    Las unidades anatmicas de caballo americano identificadas corresponden principalmente a porcionesdel esqueleto axial, destacando vrtebras torcicas (NISP:7-MNE:5) y costillas (NISP:23-MNE:15). Otrasunidades (escpula, coxal, tibia y tarso indeterminado), se encuentran escasamente representadas. Estaabundancia, sin embargo, da cuenta de slo un individuo juvenil-adulto (>5 aos). Por su parte, los restosde Palaeolama sp., pese a ser menos numerosos presentan una mayor diversidad anatmica, ya que seidentificaron fragmentos craneales (maxilar), mandibulares, y del esqueleto axial y apendicular. De acuerdoal registro de tres tibias, se estima un MNI de dos individuos, situacin que es confirmada por los datososteomtricos obtenidos. Los restos de edentado si bien numerosos, corresponden en su gran mayora aosteodermos con un 99% de representacin. Los nicos restos apendiculares corresponden a un tarso yuna astilla de hueso largo. Por su parte, dentro de los especmenes de mastodonte se incluyen una vrtebracoccgena, una falange II, dos fragmentos de costillas y seis astillas de hueso largo. El nico resto decnido corresponde a un M1, mientras que los restos de flido dicen relacin con dos falanges. Dentro deeste conjunto faunstico se observaron patologas en una vrtebra torcica y dos costillas de Equus(Amerhippus) sp. En el caso de la vrtebra se observaron ampliaciones en las carillas articulares tanto dela apfisis articular izquierda como de la superficie articular costovertebral de ese mismo lado, as comouna deformacin de la apf isis transversa izquierda. Por su parte las costillas presentan una deformacinen sus superficies articulares.

    La incidencia de meteorizacin en el conjunto seo es baja. Tan slo un 5,2% de la muestra total presenta

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    Nivel Quereo I: ...

    algn grado de interperizacin (Estadio 1 a 2). Asimismo, las alteraciones producidas por carnvoros sonigualmente leves con un 0,5%, lo que sugiere que este tipo de agentes no tuvieron un rol activo comoacumuladores y en la destruccin de los conjuntos seos. Una situacin similar ocurre con el pisoteo endonde se observ una baja incidencia de fracturas y huellas (0,9%). Las improntas de radculas sonsignif icantes. Un 9,5% de las piezas presentaban huellas dendrticas, las que se distribuan en su granmayora en una cara del hueso, sugiriendo cierta estabilidad depositacional. Por ltimo, signos de abrasinestn presentes en el 4,5% de los especmenes. Al respecto, debemos considerar que la quebrada almomento de la depositacin del nivel I corresponda a un ambiente mixto de playa y desembocadura delantiguo estero, situacin que seguramente no favoreci el traslado intensivo de osamentas y la alteracinsuperficial de las mismas a travs del traslado de sedimento; aspecto que es sugerido adems por la bajafrecuencia de huellas de arrastre. Todos estos antecedentes nos permiten plantear que la incidencia defactores tafonmicos es muy baja, y que por tanto, estos rastros no constituyen un sesgo importante en larepresentacin sea y huellas que pudiesen ser enmascarar o ser confundidas con marcas culturales. Eltest de Spearman aplicado para explorar la posibilidad de preservacin sea diferencial arroj resultadospoco significativos debido, principalmente, a la baja muestra utilizada (r

    s= -0,016, p=0,742, N=12 para

    Palaeolama sp. y rs= -0,074, p= 0.875, N=7 para Equus (Amerhippus) sp.) Pese a esto, la representacin de

    elementos seos con densidades heterogneas, es decir, de baja, mediana y alta densidad sugiere una altaintegridad de los conjuntos. Dentro de la conservacin del material faunstico, destaca las diferencias decoloracin de los restos, las que pueden indicar distintos eventos depositacionales distribuidos a lo largode los rangos cronolgicos def inidos para este nivel.

    Las modificaciones culturales corresponden en su gran mayora a fracturas traumticas en huesos largos ylos derivados de stas en restos de quidos. Se caracterizan por la presencia de puntos de impacto, negativosde lascado y marcas de rastrillado (hackle marks). Este tipo de alteraciones son escasas (N=9), sin embargo,corresponden a un tipo de alteracin significativa. Dentro de las piezas identificadas destaca un fragmentodistal de tibia de Equus (Amerhippus) la cual evidencia una serie de puntos de impacto para el rebajeaguzado de un extremo. Los impactos se distribuyen en ambos bordes de la pieza, situacin que puededeberse tanto a la aplicacin de golpes en ambos sectores del hueso, o bien por el impacto del espcimensobre un soporte ltico (yunque). Los negativos de lascas estn presentes exclusivamente en la cara medular,denotanto la orientacin unidireccional de los golpes. Otra pieza de similares caractersticas se encuentrasobre una astilla de hueso largo de Cuvieronius sp. la cual tambin presenta diversos golpes sobre los dosbordes de la pieza, con negativos de lascado hacia la superficie medular del hueso. Este tipo de evidenciase asemeja a los artefactos seos expeditivos descritos para otros sitios tempranos de Amrica, tanto porsu tipo de manufactura y uso situacional (Johnson 1982), y que adems pueden estar relacionados aactividades de procesamiento inicial de las mismas presas de los cuales provienen (Frison 1982). Noobstante, estas evidencias pueden estar relacionadas adems al consumo de mdula. Esto es observableen restos seos cuyas fracturas no presentan una sistemtica de golpes como el de las piezas antes descritas,sino que ms bien corresponden a fracturas en la dif isis de tipo helicoidal, propias de la accin humanade trozamiento de huesos largos en sitios de matanza.

    Las marcas de procesamiento se encuentran en una costilla de caballo americano, en una mandbula dePalaeolama, y en un fragmento mandibular de un camlido indeterminado. El fragmento proximal de costillade Equus (Amerhippus) presenta una serie de marcas distribuidas en la superficie ventral cerca de la cabezacostal, propias de la actividad de desprendimiento de estos huesos con la columna vertebral. Las marcasobservadas en la mandbula de Palaeolama corresponden a actividades de desprendimiento de este elementocon el crneo. En el caso de la mandbula de camlido las marcas son acordes a la remocin de la lenguadentro de etapas iniciales del faenamiento.

    Los primeros anlisis realizados con los materiales del nivel I de Quereo, daban cuenta de otras evidenciasculturales: una vrtebra cervical de caballo americano perforada por el posible impacto de un artefactoaguzado, y la fractura de un crneo de quido en la zona nasofrontal (Nez et al. 1994). Nuestros anlisisde estos especmenes sealan para el caso de la vrtebra cervical la posible accin de un carnvoro que se

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    Patricio Lpez, Rafael Labarca y Lautaro Nez

    refleja en la destruccin intensiva de los bordes y cuerpo de la pieza, y en la perforacin observada en lasuperficie ventral. Asimismo, la fractura del crneo no presenta las caractersticas propias de un golpetraumtico. Los bordes de fractura son irregulares sin signos de impactos directos, lo que sugiere factorespostdepositacionales de destruccin. Observaciones personales (P.L.) de carcasas de quidos actuales,sealan la presencia de fracturas en la zona de articulacin entre el hueso nasal y frontal debido al pisoteode ganado, por lo que es necesario considerar estos antecedentes.

    En el caso de los restos de Palaeolama sp. se encuentran representados elementos seos tanto del esqueletoapendicular como axial. Sin embargo, la abundancia de estos elementos es baja en consideracin a los dosindividuos representados en este nivel. Esto es similar al caso de caballo americano, aunque en esta taxahay una mayor presencia de costillas. En ambos casos, no obstante, destaca la ausencia de los miembrosdelanteros (hmero+radio-ulna+falanges), lo que sugerira el traslado completo de estos elementos.Asimismo, la presencia de huellas para el desprendimiento de costillas con la columna vertebral observadasen Equus (Amerhippus) sp. apuntan al consumo (y traslado) de parte de la parrilla costal. Debemosconsiderar que el bajo nmero de huellas de faenamiento observadas no tiene significacin a priori en ladiscusin de las estrategias de consumo, debido a lo azaroso de su presencia o ausencia (Lyman 1994). Lacorrelacin establecida entre %MAU y %MGUI para los restos de Palaeolama es baja y positiva, pero conuna escasa significancia: r

    s= 0,013, p= 0.969, N=12. Una situacin similar acontece entre la correlacin

    establecida entre %MAU y %FUI para los restos de quido: rs= 0,449, p= 0.312, N=7.

    IVIVIVIVIV. C. C. C. C. CONONONONONCLUSIONESCLUSIONESCLUSIONESCLUSIONESCLUSIONES

    El anlisis del conjunto faunstico del nivel Quereo I sugiere a lo menos el consumo humano derestos de caballo y Palaeolama. Estas evidencias se expresan en marcas y fracturas derivadas de una etapainicial de procesamiento, dentro de eventos bastantes efmeros de consumo de esta megafauna. El registrode este nivel ocupacional presenta una evidencia que ha sido considerada atpica en comparacin a otroscontextos tempranos de Amrica asociados a fauna hoy extinta. Esta consideracin se basa en la ausenciade artefactos lticos de apropiacin y faenamiento, entre otros elementos de mayor diagnosis. Sin embargo,debemos considerar que la evidencia presente en el sitio para ambos niveles tempranos no se enmarcadentro de un contexto de matanza masiva de fauna. Lo efmero de la evidencia, sugiere ms bien unaprovechamiento situacional, ya sea a travs del carroeo de carcasas, o bien de la caza de animalesenfermos y/o debilitados, circundantes a este ecorrefugio. En este sentido, el anlisis de las osamentas decaballo permitieron identif icar patologas (artrosis), que constituyen posibles evidencias de stressalimenticio hacia fines del Pleistoceno. Estas afecciones patolgicas han sido observadas tambin pararestos de mastodonte del nivel II del mismo sitio (Labarca 2003), y en edentados registrados en otrosyacimiento de la zona (Mndez et al. 2003), siendo antecedentes a considerar en futuros anlisis.

    En vistas de una etapa inicial de exploracin de los primeros pobladores de la zona, la evidencia de lossitios puede corresponder a eventos ocupacionales bastantes discretos. Esto es especialmente sensible enaquellos yacimientos de caza/carroeo y faenamiento, en donde tales actividades pueden dejar una muybaja presencia artefactual o marcas de procesamiento. Se ha documentado para algunos sitios paleoindiosel uso de artefactos seos expeditivos para el faenamiento de presas de gran tamao (Johnson 1982), ytal como se mencion anter iormente, el carroeo de estos animales pudo ser tambin una vacomplementaria a la caza. En este sentido, los niveles I y II de Quereo no ofrecen diferencias signif icativastanto en trminos de las taxa consumidas, como tambin por las evidencias culturales presentes,revalidando al nivel ms temprano (Quereo I) dentro de un panorama general de ocupacin inicial en lazona. Lo ltimo ha quedado ratificado por las recientes investigaciones desarrolladas en la costa delsemirido chileno, debido al hallazgo de una importante cantidad de sitios cuyas similitudes con los nivelesI y II de Quereo son evidentes (Jackson et al. 2003, Mndez et al. 2004).

  • 19

    Nivel Quereo I: ...

    FFFFFigurigurigurigurigura 1a 1a 1a 1a 1. . . . . Fragmento de tibia de Equus (Amerhippus) sp. con fracturas culturales del nivel Quereo I.

    AAAAAgggggrrrrradecimientadecimientadecimientadecimientadecimientososososos

    Comprometen nuestra gratitud el Lic. en Arqueologa Carlos Osorio por su colaboracin en lostrabajos de laboratorio, el Museo Arqueolgico de la Serena por disponer de sus colecciones, el arquelogoDonald Jackson por su ayuda en la elaboracin de esta investigacin y el Lic. en Antropologa Fsica ArturoSez por la descripcin de las patologas.

    IVIVIVIVIV..... REFERENREFERENREFERENREFERENREFERENCIAS BIBLIOGR`FICCIAS BIBLIOGR`FICCIAS BIBLIOGR`FICCIAS BIBLIOGR`FICCIAS BIBLIOGR`FICASASASASAS

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    Patricio Lpez, Rafael Labarca y Lautaro Nez

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  • 21

    Revista Werken No 5, Diciembre 2003, Santiago de Chile. Pg. 21-25

    CIRCIRCIRCIRCIRCULCULCULCULCULAAAAACIN DE MACIN DE MACIN DE MACIN DE MACIN DE MATERIAS PRIMAS LTICTERIAS PRIMAS LTICTERIAS PRIMAS LTICTERIAS PRIMAS LTICTERIAS PRIMAS LTICAS YAS YAS YAS YAS YORORORORORGGGGGANIZAANIZAANIZAANIZAANIZACIN TECNCIN TECNCIN TECNCIN TECNCIN TECNOLOLOLOLOLGICGICGICGICGICA EN EL SEMI`RIDOA EN EL SEMI`RIDOA EN EL SEMI`RIDOA EN EL SEMI`RIDOA EN EL SEMI`RIDOMERIDIONAL DURANTE EL ARMERIDIONAL DURANTE EL ARMERIDIONAL DURANTE EL ARMERIDIONAL DURANTE EL ARMERIDIONAL DURANTE EL ARCCCCCAICAICAICAICAICO TEMPRANO TEMPRANO TEMPRANO TEMPRANO TEMPRANOOOOO

    PATRICIO GALARCE*

    I.I.I.I.I. LLLLLAS MAAS MAAS MAAS MAAS MATERIAS PRIMAS LTICTERIAS PRIMAS LTICTERIAS PRIMAS LTICTERIAS PRIMAS LTICTERIAS PRIMAS LTICAS EN EL SEMI`RIDO MERIDIONAL: ESAS EN EL SEMI`RIDO MERIDIONAL: ESAS EN EL SEMI`RIDO MERIDIONAL: ESAS EN EL SEMI`RIDO MERIDIONAL: ESAS EN EL SEMI`RIDO MERIDIONAL: ESTRATRATRATRATRATEGIASTEGIASTEGIASTEGIASTEGIASDE APRDE APRDE APRDE APRDE APROOOOOVISIONAMIENTVISIONAMIENTVISIONAMIENTVISIONAMIENTVISIONAMIENTOOOOO

    El territorio semirido meridional se caracteriza por la existencia de numerosas fuentes potencialespara el aprovisionamiento de materias primas lticas en distintos sectores dentro del transecto entre lacosta y la vertiente occidental de la cordillera de los Andes. La informacin geolgica, as como muestreossistemticos practicados por nosotros (Galarce 1999, 2004) en sectores costeros e interiores de la cuencadel Estero Pupo, sealan la presencia de importantes recursos lticos de alta calidad utilizados por loshabitantes prehistricos del rea. Especficamente, para el sector costero entre Chigualoco y Pichidangui,tenemos una abundante disponibilidad de materias primas de alta calidad, identificadas como un conjuntode tobas y riolitas silicificadas, obtenibles a partir de afloramientos y fuentes secundarias que exponenlos depsitos de la formacin volcnica Pichidangui (Rivano y Seplveda 1991). Esta zona deaprovisionamiento de materias primas, apropiadas para la manufactura de diversos instrumentos lticos incluso bifaciales- se ubica en la franja costera y planicies litorales situadas entre la Ensenada El Negro y lalocalidad de Pichidangui, en la parte sur del rea costera estudiada. Cabe destacar que dentro del reacostera se emplazan varios asentamientos del Complejo Huentelauqun, algunos de los cuales han sidointervenidos arqueolgicamente (Jackson et al. 1999).

    Otra importante zona de potencial aprovisionamiento ltico corresponde al valle de origen tectnico situadoentre Illapel por el norte y la localidad de Tilama por el sur. En esta zona el recurso ltico clave es el cristalde roca, el cual se presenta en forma de fuentes primarias afloramientos y vetas- que se distribuyenhomogneamente a lo largo de una franja orientada en sentido norte sur (Rivano y Seplveda 1991).Dentro de esta zona de aprovisionamiento contamos con la presencia de a lo menos dos asentamientosasignables a ocupaciones del Complejo Huentelauqun, en el sector de la localidad de Caimanes (Jackson1998). Un factor geogrfico que caracteriza esta rea interior, distante unos 35 km desde la lnea costera,es la existencia de un sistema de pasos y corredores interiores que facilitan la movilidad norte sur entrelas distintas cuencas hidrogrficas de la regin, como son las de Choapa, Pupo y Quilimar (Galarce 2000).

    Para reas precordilleranas y cordilleranas del Semirido meridional, poseemos menos informacin quepara las anteriores referidas. Sin embargo, muestreos preliminares realizados en sectores del valle deChalinga (Estero Cunlagua), al NE de la localidad de Salamanca, indican la presencia de recursos lticos dealta calidad rocas silceas, principalmente- en afloramientos primarios y fuentes secundarias querepresentan depsitos de la formacin volcnico sedimentaria Quebrada Marquesa, Miembro Queln(Rivano y Seplveda 1991). Para el rea propiamente cordillerana, si bien no contamos con informacingenerada a partir de estrategias de muestreo sistemtico, el registro de un asentamiento Huentelauqunen el curso superior del ro Tencadn (Jackson et al. 2000), muestra un predominio mayoritario de materiasprimas silceas de alta calidad, tanto en instrumentos, como en derivados lticos, sugiriendo la obtencinde recursos lticos a partir de fuentes localizadas en sectores relativamente cercanos al sitio.

    * Arquelogo, Programa de Magster en Antropologa UTA UCN. Monja Alferez 4757 Depto 209 E-mail: [email protected]

  • Patricio Galarce

    22

    La distribucin geogrfica congruente entre recursos lticos de alta calidad y asentamientos Huentelauqundentro del Semirido meridional, sugiere que los grupos arcaicos tempranos pudieron haber fundamentadola explotacin de materias primas de acuerdo con una lgica territorial basada la obtencin de materialesptreos a partir de fuentes primarias y secundarias situadas en sectores relativamente cercanos a losrespectivos asentamientos. Aunque slo contamos con anlisis detallados de conjuntos lticos trabajadosen la costa y al interior del valle de Pupo (Caimanes), la informacin proveniente de estos registros tiendea conf irmar la hiptesis de una utilizacin prioritaria de recursos lticos locales para elaborar losinstrumentos lticos, especialmente bifaciales. Esta situacin ser discutida en el prximo punto.

    II.II.II.II.II. ARARARARARCCCCCAICAICAICAICAICO TEMPRANO TEMPRANO TEMPRANO TEMPRANO TEMPRANO EN EL SEMI`RIDO MERIDIONAL: ESO EN EL SEMI`RIDO MERIDIONAL: ESO EN EL SEMI`RIDO MERIDIONAL: ESO EN EL SEMI`RIDO MERIDIONAL: ESO EN EL SEMI`RIDO MERIDIONAL: ESTRATRATRATRATRATEGIAS DETEGIAS DETEGIAS DETEGIAS DETEGIAS DEORORORORORGGGGGANIZAANIZAANIZAANIZAANIZACIN TECNCIN TECNCIN TECNCIN TECNCIN TECNOLOLOLOLOLGICGICGICGICGICA Y CIRA Y CIRA Y CIRA Y CIRA Y CIRCULCULCULCULCULAAAAACIN DE MACIN DE MACIN DE MACIN DE MACIN DE MATERIAS PRIMAS LTICTERIAS PRIMAS LTICTERIAS PRIMAS LTICTERIAS PRIMAS LTICTERIAS PRIMAS LTICASASASASAS

    Los anlisis realizados en varios conjuntos lticos, principalmente aquellos situados en las reascosteras (Jackson 1993, Mndez 2002) y de valles intermedios (Estero Pupo), indican varias situacionesinteresantes para discutir, en trminos de la conformacin regional de los contextos lticos del ArcaicoTemprano en la parte sur de la regin semirida de Chile. Estas situaciones apuntan, principalmente, a loque se observa para la elaboracin de instrumentos bifaciales, materiales lticos que permiten una mejoraproximacin al problema de la movilidad territorial de los grupos y la circulacin de materias primas,considerando que estas herramientas se encuentran sujetas a mayores grados de transporte y conservacindentro del kit instrumental de grupos cazadores recolectores (Kelly 1988).

    En este sentido, las condiciones de disponibilidad y acceso a los recursos lticos en las distintas reas de laregin semirida, favorecieron la utilizacin de materias primas locales de alta calidad para elaborar losinstrumentos bifaciales. Esta lgica de utilizacin de recursos creemos que implica la insercin de lasconductas referidas al aprovisionamiento de materias primas en el marco del desarrollo de otras actividades,principalmente de subsistencia. A su vez, la operacin de componentes logsticos en la obtencin dematerias primas locales de alta calidad se realizara en funcin de la planificacin de actividades cinegticas,como la caza, ejecutadas en determinados sectores del territorio semirido.

    Este cuadro conductual, donde las materias primas de alta calidad son obtenidas en una base dependientede la disponibilidad y acceso local desde los asentamientos, y de acuerdo, tanto a la planificacin deactividades de subsistencia, como a la de movimientos territoriales, resulta esperable que en los contextoslticos de los grupos Huentelauqun se represente una baja importancia de componentes conservadores(sensu Binford 1979) para instrumentos bifaciales. Desde este punto de vista, la elaboracin, utilizacin ytransporte de instrumentos bifaciales, conformara una tecnologa bastante expeditiva en estos contextosarqueolgicos (Bamforth 1986, Nelson 1991). Nuestra interpretacin, en trminos de organizacintecnolgica y territorial de los grupos cazadores recolectores arcaicos tempranos, nos lleva a sostener queestas poblaciones corresponderan a grupos que presentan una estrategia de alta movilidad residencialdentro del rea semirida meridional, donde destacara la importancia de componentes tecnolgicosexpeditivos en la conformacin territorial de la industria ltica, especialmente en el caso de los instrumentosbifaciales (Galarce 2004). A un nivel espacial ms especfico, si bien los grupos organizaron su tecnologay movilidad en trminos expeditivos y residenciales, respectivamente, es probable y esperable que lapresencia de componentes organizativos logsticos (Binford 1980) haya operado para efectuar actividadeso tareas especf icas como la caza o el aprovisionamiento ltico para bifaces.

    Finalmente, la investigacin realizada permite generar un modelo de circulacin de materias primas dentrodel rea semirida meridional, de acuerdo a la informacin generada a partir de los contextos ubicados enla costa al sur del Choapa, alrededor de la localidad de Los Vilos. La intencin de este modelo es articular eltransecto costa cordillera en trminos de la movilidad de las poblaciones humanas y de los recursoslticos entre las reas de asentamiento de los grupos Huentelauqun (figura 1).

  • Circulacin de materias primas lticas y ...

    23

    FFFFFigurigurigurigurigura 1a 1a 1a 1a 1..... Esquema geogrfico mostrando la circulacin de materias primas lticas de alta calidad,inferida para el mbito territorial Huentelauqun en el Semirido Meridional. Elipse A (tobas yriolitas silicif icadas) indica movimientos por materia prima dentro del rea costera ( 30 km).Elipse B (cristal de roca) indica movimientos entre la costa y los valles intermedios (aprox. 40km). Elipse C (rocas silceas) seala probables movimientos entre la costa y el rea cordillerana(ms de 60 km). Los nmeros indican conjuntos de sitios arqueolgicos: 11111 sitios del sector LosVilos, 22222 sitios del sector Huentelauqun, 33333 sitios del sector Pichidangui, 44444 sitios ubicados envalles intermedios, 55555 sitios ubicados en vertiente occidental de la cordillera de los Andes y 66666sitios ubicados en la vertiente oriental de la cordillera de los Andes.

    El esquema geogrf ico mostrado en la figura, nos muestra tres situaciones inferibles a partir del estudiode los contextos lticos Huentelauqun. Los movimientos mejor visualizados corresponden a losidentificados para el rea costera (elipse A) y entre la costa y los valles intermedios (elipse B). Las materiasprimas que circulan corresponde a tobas y riolitas silicificadas para el primer caso, las cuales se registrany forman la mayor parte de los materiales de alta calidad en los contextos costeros estudiados, tales comoPunta agu, Punta Penitente y Quereo Norte. En el caso de la elipse B, la materia prima que circulacorresponde al cristal de roca, material que alcanza una importante representacin en los contextoscosteros mencionados, as como en el sitio de Caimanes, ubicado en medio de la zona de aprovisionamientode esta materia prima. Por su parte, la elipse C muestra los movimientos menos claros visualizados, queocurriran entre reas cordilleranas y la costa para las rocas silceas, donde la representacin en los registros

  • Patricio Galarce

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    costeros es muy baja en comparacin con los abundantes recursos locales obtenidos en la lgica de laelipse A. Este cuadro nos permite modelar territorialmente el rango de movilidad y alcances de la circulacinde materias primas lticas durante el Arcaico Temprano en el Semirido Meridional. Evidentemente, a medidaque la investigacin en reas interiores de la regin avance, es probable que este modelo de relaciones secomplejize e incluso modif ique en varios aspectos sustanciales del mismo.

    AAAAAgggggrrrrradecimientadecimientadecimientadecimientadecimientososososos

    Se agradece el apoyo prestado a esta investigacin por los proyectos FONDECYT 1950372, 1990699y 1030585. En especial, agradecemos la ayuda de Donald Jackson, Roxana Seguel y Csar Mndez.

    III.III.III.III.III. REFERENREFERENREFERENREFERENREFERENCIAS BIBLIOGR`FICCIAS BIBLIOGR`FICCIAS BIBLIOGR`FICCIAS BIBLIOGR`FICCIAS BIBLIOGR`FICASASASASAS

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  • 27

    Revista Werken No 5, Diciembre 2003, Santiago de Chile. Pg. 27-32

    HUELLHUELLHUELLHUELLHUELLAS DE USO Y TAS DE USO Y TAS DE USO Y TAS DE USO Y TAS DE USO Y TAFAFAFAFAFONONONONONOMA:OMA:OMA:OMA:OMA:PPPPPerererererspectivspectivspectivspectivspectivas paras paras paras paras para el anlisis de insa el anlisis de insa el anlisis de insa el anlisis de insa el anlisis de inst rt rt rt rt rumentumentumentumentumentososososos

    conqconqconqconqconquiolgicos en el Comuiolgicos en el Comuiolgicos en el Comuiolgicos en el Comuiolgicos en el Complejo Huentplejo Huentplejo Huentplejo Huentplejo Huentelauqelauqelauqelauqelauqun.un.un.un.un.

    MARCELA LUCERO*

    I.I.I.I.I. INTRINTRINTRINTRINTRODUCCINODUCCINODUCCINODUCCINODUCCIN

    Los artefactos de concha son un indicador arqueolgico que hasta el momento no ha sido abordadosistemticamente ms que en contados casos en la arqueologa nacional (Niemeyer y Schiappacasse 1977,Weisner y Tagle 1991, Lucero 2002, 2003). Creemos que el aprovechamiento de esta materia prima, deberaestar presente en adaptaciones de raigambre fuertemente costera, como hasta ahora se ha interpretadoal Complejo Huentelauqun (Llagostera et al. 2000). Esta investigacin abord el estudio integral de esteindicador en sitios adscritos a este complejo cultural del Perodo Arcaico Temprano, en la costa de LosVilos, Provincia del Choapa. Nuestra aproximacin terica y metodolgica parti por concebir la conchacomo una materia prima con caractersticas singulares. Luego emprendimos el estudio tafonmico deconchas de la zona de estudio y la experimentacin con cuchillos y raspadores expeditivos de Mesodesmadonacium (macha) y Concholepas concholepas (loco), respectivamente. Estas dos etapas nos dieron aconocer huellas de origen tafonmico y cultural, lo cual nos permiti abordar el anlisis arqueolgico conslidos referentes comparativos.

    II.II.II.II.II. CCCCCARAARAARAARAARACTERIZACTERIZACTERIZACTERIZACTERIZACIN DE LCIN DE LCIN DE LCIN DE LCIN DE LA MAA MAA MAA MAA MATERIA PRIMATERIA PRIMATERIA PRIMATERIA PRIMATERIA PRIMA

    La concha es el exoesqueleto de los moluscos. Es una secrecin calcrea del manto, en cuya formacinintervienen calcita, aragonita y una matr iz orgnica (Surez 1981). Las conchas de mayor intersarqueolgico han sido las Clases Bivalvia, Gastropoda y Poliplacophora (Claassen 1998). Para denominar alos artefactos de esta materia prima utilizaremos el trmino conquiolgico propuesto por Surez (1981)ya que ste se ref iere exclusivamente a la concha y no al molusco completo como sucede con el trminomalacolgico.

    La concha es un material biocermico conformado por cristales de composicin mineral y origen biolgico(Arias et al. 2001). El componente mineral de las conchas constituye entre un 95 a un 99% de su peso(Currey 1980). En esta fase mineral, el carbonato de calcio (CaCO

    3) cristaliza en tres tipos principales de

    polimorfos: aragonita, calcita o en modo amorfo, que a su vez se ordenan en 5 tipos de microestructuras:nacarada, prismtica, lamelar-cruzada, foliada y homognea (Currey 1980). Estas microestructuras seencuentran combinadas en patrones microestructurales que son comunes a nivel de familia taxonmica(Currey 1980). Es importante destacar que los componentes inorgnicos de las conchas no tienen lascaractersticas de resistencia que tienen al estar acompaados por una trama orgnica (Arias et al. 2001).El grosor, patrn microestructural y grado de matriz orgnica inciden en la fuerza de una concha particularpre y post mortalidad, mientras que su macroestructura (forma, rasgos esculturales) est orientada acumplir estrategias defensivas del molusco (Zuschin et al. 2003). Por lo tanto, para optimizar el desempeode la concha como materia prima, sta debera ser trabajada y/o utilizada cuando la valva an est frescay mantenga su componente orgnico.

    La concha de cada grupo taxonmico se constituye entonces como un tipo de materia prima que tienepropiedades fsico-qumicas singulares propias de su patrn microestructural que incidirn en el

    * Europa 2176, Providencia, [email protected]

  • Marcela Lucero

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    comportamiento mecnico que tengan los artefactos durante su manufactura y uso. Con respecto a laspropiedades mecnicas de cada tipo de microestructura, la nacarada1 es la ms resistente a fuerzas depresin, tensin y torsin, superando incluso al jade, el pedernal, la calcedonia y el granito (Currey 1980).

    En el anlisis de materiales arqueolgicos se revisaron fundamentalmente conchas de Concholepasconcholepas (loco), Mesodesma donacium (macha) y Retrotapes rufa (almeja). Con respecto al patrnmicroestructural de Concholepas concholepas ste ha sido descrito como una capa externa gruesa de calcitaprismtica, con lneas de crecimiento diagonales a la superficie interna, y en posicin interna, una capaaragontica delgada, compuesta de lamelas perpendiculares a la superficie de la concha (microestructuralamelar cruzada) (Guzmn et al. 2001:1). Con respecto al patrn microestructural de Mesodesma donaciumy Retrotapes rufa, no tenemos referencias de su estudio en Chile. Sin embargo, por el momento podemosregirnos por la generalizacin de que en los bivalvos, la capa intermedia (messtraco) est compuesta porprismas de calcita o de aragonita, o bien por lminas paralelas entre s que se intercalan con lminas deconquiolina (Surez 1981).

    III.III.III.III.III. METMETMETMETMETODOLODOLODOLODOLODOLOGAOGAOGAOGAOGA

    El estudio tafonmico se realiz sobre una muestra obtenida mediante recoleccin selectiva deconchas (aquellas especies presentes en los sitios Huentelauqun) en distintos tipos de playas (rocosa,arenosa, mixta) e incluy el registro y anlisis del microastillamiento natural que concluy en la def inicinde tipos tafonmicos de huellas (Lucero 2004a). En la etapa de experimentacin se llen una ficha deregistro paralelo a la realizacin de cada experimento, se analiz el conjunto de datos y se sistematiz lostipos de huellas. Se realizaron tres clases de experimentos: [1] cortar pescado fresco con valvas deMesodesma donacium, [2] escamar pescado fresco con valvas de Mesodesma donacium, [3] raspar cueroseco con valvas de Concholepas concholepas. Cada tipo de experimento tuvo quince replicaciones, salvoescamar pescado que slo tuvo cuatro y un experimento aislado combin escamar y cortar. El total deexperimentos fue 36. En la seleccin tanto de las tareas, como de los materiales trabajados tomamos encuenta varios factores. En primer lugar, las probables actividades de grupos que estn explotando losrecursos costeros. En segundo lugar, cules de ellas seran susceptibles de realizarse con instrumentosconquiolgicos expeditivos. Y por ltimo, que las especies elegidas estuvieran presentes en sitiosHuentelauqun del rea de estudio. Las especies Mesodesma donacium y Concholepas concholepas fueronelegidas debido a que han sido registradas en abundancia en los sitios Huentelauqun de la IV Regin(Bez y Arata 1997) y presentan caractersticas de morfologa general, dureza, tipo y espesor de borde,que las hacen idneas para ser usadas para cortar y raspar, respectivamente, sin modificar previamentesus bordes.

    En los cuchillos expeditivos de Mesodesma donacium se eligi como borde de uso el ventral, por ser ste elms largo, recto y fino. El ngulo de incidencia sobre el material trabajado fue entre 45 y 90. La direccindel movimiento fue bidireccional. El total de movimientos (strokes) fue entre 600 y 1000. El total f inalvariaba si el borde se fracturaba o comenzaba a dejar de ser efectivo en la tarea de cortar. En los raspadoresexpeditivos de Concholepas concholepas se eligi como borde de uso el ventral, por ser ste el de menorespesor y presentar adems una superficie corrugada que ayudara al raspado. El ngulo de incidenciasobre el material trabajado fue de 90. La direccin del movimiento fue bidireccional. El total de movimientos(strokes) fue entre 800 y 1000. El cuero trabajado fue humedecido con agua para facilitar la tarea de raspar.

    En la etapa de anlisis de los materiales arqueolgicos, se busc identificar artefactos y/o bordes conhuellas de uso e inferir su funcin. Se separaron todos aquellos bordes mayores de 20 mm. Estos bordesfueron lavados, secados y observados a la lupa binocular (hasta 80x). Finalmente, se observaron enMicroscopio Electrnico de Barrido (MEB)2 muestras tafonmicas, experimentales y arqueolgicas, de

    1 Esta microestructura est presente en los mitlidos.

  • Huellas de usa y tafonoma: ...

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    manera de comparar los tipos de huellas, particularmente las estras de desgaste y micropulidos noobservables con bajos aumentos.

    La experimentacin busca evaluar la efectividad, modos de uso, gestos tcnicos y obtener colecciones dereferencia con las cuales comparar los materiales arqueolgicos. Sabemos que este acercamiento adolecede varias desventajas, entre otras ser rplicas meramente intuitivas de los distintos usos y materialestrabajados (Gutirrez 2003). No debemos caer en el riesgo de pretender igualar la posibilidad exploradacon la realidad prehistrica. Cabe destacar que en esta investigacin no pretendemos reconstruir los gestostcnicos o maneras de trabajo empleados por los grupos Huentelauqun, sino slo inferir si fueron usadaso no como instrumentos. Con la experimentacin buscamos conocer y comprender las variables queintervienen en la formacin de las huellas de uso, para luego ser capaces de rrrrreconocer econocer econocer econocer econocer su accin en losmateriales arqueolgicos e inferir si el artefacto fue utilizado y su funcin con distintos grados deprofundidad (desde distinguir la accin hasta inferir el tipo y dureza relativa del material trabajado).

    IVIVIVIVIV..... HUELLHUELLHUELLHUELLHUELLAS DE USO Y TAS DE USO Y TAS DE USO Y TAS DE USO Y TAS DE USO Y TAFAFAFAFAFONONONONONOMAOMAOMAOMAOMA

    A la hora de evaluar huellas de uso en un conjunto arqueolgico de conchas, no basta la solabsqueda de alteraciones en los bordes. An cuando las conchas hayan sido efectivamente utilizadas, lashuellas podran haber desaparecido como consecuencia de mltiples procesos tafonmicos pre y post-depositacionales (bsicamente aquellos derivados de la intemperizacin: abrasin, disolucin, exfoliacin,fragmentacin), culturales (lugar y tipo de descarte, pisoteo, combustin) y derivados de la accin delarquelogo (excavacin, embalaje, almacenaje). Por ello es necesario primero evaluar la conservacin delconjunto malacolgico a analizar, particularmente en trminos de disolucin, fragmentacin e integridadde los bordes, antes de observar los bordes ms detenidamente en busca de huellas.

    En la muestra tafonmica se identificaron tres tipos de huellas en Mesodesma donacium y cuatro enConcholepas concholepas (Lucero 2004a). En el conjunto experimental se identificaron dos tipos de huellasde uso en Mesodesma donacium y dos en Concholepas concholepas. Luego del anlisis y comparacin de lamuestra tafonmica y la experimental, llegamos a la conclusin que el microastillamiento no es capaz desustentar por s solo las inferencias sobre su origen tafonmico o cultural, ya que al menos en las actividadesexperimentadas y las especies utilizadas, los tipos de huellas resultantes de un uso cultural son demasiadosimilares a los tipos tafonmicos. Sin embargo, no debemos generalizar esta situacin a todas las huellasde uso posibles de formarse bajo distintas condiciones y en distintas especies (Lucero 2004b). En estainvestigacin en particular fueron otro tipo de huellas como los microdenticulados, biseles de desgaste,estras de desgaste y micropulidos los que permitieron una discriminacin entre un origen cultural o unotafonmico. Ninguna de estas tres huellas fue observada en la muestra tafonmica. Las estras de desgastepodran tener un origen natural, pero en este caso suelen presentarse aisladas, en zonas no necesariamenteadyacentes al borde y de disposicin irregular.

    VVVVV..... INSINSINSINSINSTRTRTRTRTRUMENTUMENTUMENTUMENTUMENTOS COS COS COS COS CONQUIOLONQUIOLONQUIOLONQUIOLONQUIOLGICGICGICGICGICOS EXPEDITIVOS EXPEDITIVOS EXPEDITIVOS EXPEDITIVOS EXPEDITIVOS DEL COS DEL COS DEL COS DEL CO