Indiferencia e individualismo

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PARA LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE LA PUCV Indiferencia e Individualismo; Metástasis del sistema educacional chileno. Lo que están haciendo los estudiantes secundarios es digno de sacarse el gorro y aplaudirles hasta quedar sin manos. Sin embargo, la comodidad del observador pasivo y aletargado por la televisión farandulera y los periódicos de las élites acomodadas, solo permite reproches, malestares y quejas permanentes. No faltarán los que a conciencia de tener la verdad entre sus dientes, dirán que las tomas, no son el camino para provocar los cambios que a todas luces son fundamentales; sobrarán las voces que enunciarán indignados, que la toma de planteles educacionales, atenta contra aquellos que desean “educarse” en los plazos que el gobierno fija. Indignados, estarán ellos porque se ha quemado un bus, o apedreado a un grupo de fuerzas especiales. Tampoco faltarán los intelectuales que escudriñarán en sus anaqueles cognitivos e interpretarán desde la comodidad de la primera fila en clases o desde el abrigo de su pensión universitaria, que nada se saca con las tomas y paros sucesivos, argumentarán sólidamente que el camino para el cambio es seguir estudiando, que la obtención del título apremia y que el costo de una movilización, es un precio, muy elevado de asumir. Cuesta bien poco creer, que en medio de una discusión medular acerca del sistema político y económico imperante

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PARA LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS DE LA PUCV

Indiferencia e Individualismo; Metástasis del sistema educacional chileno.

Lo que están haciendo los estudiantes secundarios es digno de sacarse el

gorro y aplaudirles hasta quedar sin manos. Sin embargo, la comodidad del

observador pasivo y aletargado por la televisión farandulera y los periódicos de

las élites acomodadas, solo permite reproches, malestares y quejas

permanentes. No faltarán los que a conciencia de tener la verdad entre sus

dientes, dirán que las tomas, no son el camino para provocar los cambios que a

todas luces son fundamentales; sobrarán las voces que enunciarán indignados,

que la toma de planteles educacionales, atenta contra aquellos que desean

“educarse” en los plazos que el gobierno fija. Indignados, estarán ellos porque

se ha quemado un bus, o apedreado a un grupo de fuerzas especiales.

Tampoco faltarán los intelectuales que escudriñarán en sus anaqueles

cognitivos e interpretarán desde la comodidad de la primera fila en clases o

desde el abrigo de su pensión universitaria, que nada se saca con las tomas y

paros sucesivos, argumentarán sólidamente que el camino para el cambio es

seguir estudiando, que la obtención del título apremia y que el costo de una

movilización, es un precio, muy elevado de asumir.

Cuesta bien poco creer, que en medio de una discusión medular acerca del

sistema político y económico imperante en Chile, se evidencie de manera cruda

y sin censura, la crisis de identidad y la falta de compromiso social de los

estudiantes de las Universidades Chilenas, sin duda, propiciada por largos

años de una Educación basada en la indiferencia y la individualidad.

Bastaron 6 meses de movilización, para que muchos, de los que durante el

2011 salieran con batucadas y cánticos contestatarios a marchar por las calles,

metieran la cola entre las patas y se fueran a sus casas, apremiados por la

pérdida de tiempo y ofuscados por la menoscabo a las arcas familiares. Las

Universidades en tanto, hicieron lo suyo; para palear los costos de la

movilización, no congelaron aranceles, subieron las cuotas básicas y siguieron

con el aumento exponencial de las matrículas, aún, cuando las salas de clases

siguen atiborradas de estudiantes que no cumplen con los mínimos estándares

de calidad y que aún así, consiguen sortear los años de estudio universitario, a

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pesar, de que no manejan los contenidos y saberes de su asignatura con

propiedad. Las carreras universitarias de “prestigio”, hacen oídos sordos y

hacen vista gorda de los procesos sociales, ya que la concepción de desarrollo

que les han inculcado, resulta incompatible con la realidad nacional y se

mantienen al margen de cualquier discusión, apelando, a que el tiempo es

dinero y que no importa el bienestar colectivo mientras alguna empresa

extranjera, o un buen jefe, les reciba con jugosos sueldos a fin de mes.

La acumulación de fallas en el sistema político económico imperante en

nuestro país, se ha concentrado en un punto crítico; la educación, y son los

estudiantes de enseñanza secundaria, quienes nuevamente nos enseñan cómo

se hacen las cosas, asemejándose analógicamente, a las células inmunitarias

que luchan contra un cáncer propagado.

La intelectualidad que emana de los estudiantes de las Universidades Chilenas,

apesta a podrido. El cáncer metastático de la individualidad e indiferencia está

arraigado en el cuerpo y alma de este organismo. Las opciones para mejorar

son pocas, muchos de los que habitan en este cuerpo ocupan la quimioterapia

como forma de combatirla, otros se someten a radiaciones atómicas

permanentes y existen algunos, que creen en las terapias alternativas para la

solución de este mal, sin embargo, el actuar de los adolescentes de enseñanza

secundaria, nos muestra claramente que este organismo está a punto de morir,

y que es cosa de tiempo, para que estemos enterrando el cadáver de un

sistema educacional caduco y obsoleto, que muchos y por conveniencia, lo

mantienen conectado a un ventilador artificial.

Vaya para los estudiantes secundarios, toda mi energía y apoyo, ya que

nuevamente nos están enseñando como se lucha contra un sistema

educacional opresivo y retrogrado.

Valparaíso, Agosto del 2012