Impacto de los niveles de Proteína C Reactiva y otros ...
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UNIVERSIDAD DE MÁLAGA Facultad de Medicina
Tesis Doctoral
IMPACTO DE LOS NIVELES DE PROTEÍNA C
REACTIVA Y OTROS FACTORES DE RIESGO SOBRE
LA MORBILIDAD Y MORTALIDAD DE PACIENTES
INCIDENTES EN HEMODIÁLISIS
María del Carmen Vozmediano Poyatos
Málaga 2015
AUTOR: María del Carmen Vozmediano Poyatos
http://orcid.org/0000-0001-5120-3973
EDITA: Publicaciones y Divulgación Científica. Universidad de Málaga
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/legalcodeCualquier parte de esta obra se puede reproducir sin autorización pero con el reconocimiento y atribución de los autores.No se puede hacer uso comercial de la obra y no se puede alterar, transformar o hacer obras derivadas.
Esta Tesis Doctoral está depositada en el Repositorio Institucional de la Universidad de Málaga (RIUMA): riuma.uma.es
UNIVERSIDAD DE MÁLAGA
FACULTAD DE MEDICINA
Departamento de Medicina Interna y Dermatología
IMPACTO DE LOS NIVELES DE PROTEÍNA C
REACTIVA Y OTROS FACTORES DE RIESGO SOBRE
LA MORBILIDAD Y MORTALIDAD DE PACIENTES
INCIDENTES EN HEMODIÁLISIS
Tesis Doctoral propuesta por María del Carmen Vozmediano Poyatos, licenciada en
Medicina y Cirugía para optar al grado de Doctor.
Directores:
Dr. Francisco Rivera Hernández
Profesor Titular
Departamento de Medicina
Universidad de Alicante
Dr. Domingo Hernández Marrero
Profesor Titular
Departamento de Medicina
Universidad de Málaga
Málaga 2015
Universidad de Málaga
D. FRANCISCO RIVERA HERNÁNDEZ, doctor en Medicina y Cirugía por
la Universidad Autónoma de Madrid, profesor titular del Departamento de Medicina de
la Universidad de Alicante y FEA de la Sección de Nefrología del Hospital General
Universitario de Ciudad Real, informa:
Que Dª María del Carmen Vozmediano Poyatos ha realizado bajo nuestra
dirección y de forma conjunta con el Departamento de Medicina Interna y Dermatología
de la Universidad de Medicina de Málaga, el trabajo titulado: “IMPACTO DE LOS
NIVELES DE PROTEÍNA C REACTIVA Y OTROS FACTORES DE RIESGO
SOBRE LA MORBILIDAD Y MORTALIDAD EN PACIENTES INCIDENTES
EN HEMODIÁLISIS” y que a mi criterio dicho trabajo cumple con la estructura y los
cánones de calidad requeridos por la normativa vigente y muestra una correcta
correspondencia entre los objetivos planteados y los resultados obtenidos. Por todo ello,
autorizo la presentación de la Tesis Doctoral para ser juzgada a fin de que opte al grado
de DOCTOR EN MEDICINA por la Universidad de Málaga.
Y para que conste, en cumplimiento de las disposiciones vigentes, expide el
presente en Málaga, a 12 de Noviembre de 2015.
Fdo.: Dr. Francisco Rivera Hernández
Universidad de Málaga
D. DOMINGO HERNÁNDEZ MARRERO, doctor en Medicina y Cirugía
por la Universidad de La Laguna, profesor titular del Departamento de Medicina de la
Universidad de Málaga y Jefe de Servicio de Nefrología del Hospital Regional
Universitario Carlos Haya de Málaga, informa:
Que Dª María del Carmen Vozmediano Poyatos ha realizado bajo nuestra
dirección y de forma conjunta con el Departamento de Medicina Interna y Dermatología
de la Universidad de Medicina de Málaga, el trabajo titulado: “IMPACTO DE LOS
NIVELES DE PROTEÍNA C REACTIVA Y OTROS FACTORES DE RIESGO
SOBRE LA MORBILIDAD Y MORTALIDAD EN PACIENTES INCIDENTES
EN HEMODIÁLISIS” y que a mi criterio dicho trabajo cumple con la estructura y los
cánones de calidad requeridos por la normativa vigente y muestra una correcta
correspondencia entre los objetivos planteados y los resultados obtenidos. Por todo ello,
autorizo la presentación de la Tesis Doctoral para ser juzgada a fin de que opte al grado
de DOCTOR EN MEDICINA por la Universidad de Málaga.
Y para que conste, en cumplimiento de las disposiciones vigentes, expide el
presente en Málaga, a 12 de Noviembre de 2015.
Fdo.: Dr. Domingo Hernández Marrero
A mi madre
AGRADECIMIENTOS
Me gustaría que estas líneas sirvieran para expresar mi más profundo y sincero
agradecimiento a todas aquellas personas que con su ayuda han colaborado en la
realización del presente trabajo.
Primero y como más importante a mis directores de tesis. Al Dr. Domingo
Hernández, impulsor principal de este trabajo. Sus conocimientos, su orientación, su
capacidad de trabajo, su persistencia y su motivación han sido fundamentales para mi
formación. Al Dr. Francisco Rivera que me ha apoyado y corregido con un interés y una
entrega incansable. Ambos han confiado en mi, quizás de una manera no merecida y
siempre estaré en deuda por todo lo recibido por ellos durante el periodo de tiempo que
ha durado esta tesis doctoral.
A mis compañeros del Servicio de Nefrología de Ciudad Real porque todos han
contribuido en cierta medida, a la realización y finalización de esta tesis doctoral, con
un especial agradecimiento a la Dra. Sara Anaya por su ayuda continua y su
generosidad y a la Dra. Guadalupe Caparrós por sus aportaciones estadísticas, siempre
recordaré nuestras discusiones “acaloradas” sobre estadística.
A mis todos mis amigos y muy especialmente a Asunción Bastante, porque ella
siempre ha comprendido mis cambios de ánimo, mis abandonos, porque siempre ha
estado ahí cuando la he necesitado y probablemente yo no.
A mi familia, mis padres y hermanos y como no, a mis queridos sobrinos. Ellos
han sabido entender mis ausencias, mis agobios y preocupaciones. Ellos son el pilar
fundamental de mi vida. A todos mi más sincero agradecimiento y gratitud.
INDICE
INDICE Páginas
ABREVIATURAS .................................................................................................... 1
1. INTRODUCCIÓN ................................................................................................ 5
1.1 PREFACIO .................................................................................................... 7
1.2 DEFINICIÓN Y EPIDEMIOLOGÍA DE LA ENFERMEDAD
RENAL CRÓNICA ....................................................................................... 9
1.3 PROGRESIÓN DE LA ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA Y
TRATAMIENTO SUSTITUTIVO RENAL ............................................. 12
1.4 FACTORES DE RIESGO DE MORBILIDAD Y MORTALIDAD
EN HEMODIÁLISIS…………………………………………………...….13
1.4.1 Factores de riesgo cardiovascular “clásicos”…………………………15
1.4.2 Factores de riesgo cardiovascular “inherentes” a la hemodiálisis ..... 17
1.5 INFLAMACIÓN EN HEMODIÁLISIS ...................................................... 18
1.5.1 Definición ................................................................................................ 18
1.5.2 Causas de inflamación ........................................................................... 19
1.5.3 Marcadores biológicos de inflamación ................................................ 24
1.5.3.1 Concepto. Tipo de marcadores biológicos .................................... 24
1.5.3.2 Proteína C Reactiva ........................................................................ 27
1.5.3.2 Otros marcadores de inflamación: Interleuquina-6,
Fibrinógeno, Ferritina y Leucocitos .............................................. 32
1.5.4 Consecuencias de la inflamación ........................................................... 36
1.5.4.1 Síndrome de Malnutrición-Inflamación-Aterosclerosis .............. 37
1.5.4.2 Calcificación vascular ..................................................................... 44
1.5.5 Inflamación y morbi-mortalidad ........................................................... 45
1.6 ANEMIA EN LA ERC Y EN HEMODIÁLISIS ........................................ 49
1.7 ALTERACIONES DEL METABOLISMO ÓSEO-MINERAL EN
LA ERC Y EN HEMODIÁLISIS ................................................................ 51
1.8 EDAD Y COMORBILIDAD ASOCIADA .................................................. 53
1.8.1 Edad ........................................................................................................ 53
1.8.2 Comorbilidad asociada .......................................................................... 54
1.9 ACCESO VASCULAR EN HEMODIÁLISIS Y
MORBI-MORTALIDAD ............................................................................. 56
2. JUSTIFICACIÓN, HIPÓTESIS Y OBJETIVOS ............................................ 59
3. MATERIAL Y MÉTODOS ................................................................................ 65
3.1 DISEÑO DEL ESTUDIO .............................................................................. 67
3.2 PACIENTES .................................................................................................. 67
3.2.1 Criterios de inclusión ............................................................................. 67
3.2.2 Periodo de seguimiento ......................................................................... 68
3.2.3 Definiciones ............................................................................................ 68
3.3 PARÁMETROS CLÍNICOS Y ANALÍTICOS ANALIZADOS .............. 70
3.3.1 Al inicio de hemodiálisis, basales .......................................................... 70
3.3.2 Periodo de seguimiento ......................................................................... 71
3.4 VARIABLE PRINCIPAL ............................................................................ 72
3.5 DETERMINACIONES ANALÍTICAS ...................................................... 72
3.6 CÁLCULO DEL TAMAÑO MUESTRAL ................................................ 74
3.7 ANÁLISIS ESTADÍSTICO ......................................................................... 75
4. RESULTADOS .................................................................................................... 79
4.1 CARACTERÍSTICAS BASALES .............................................................. 81
4.1.1 Características demográficas y clínicas basales .................................. 81
4.1.2 Parámetros analíticos basales ............................................................... 83
4.2 MORBILIDAD Y MORTALIDAD ........................................................... 87
4.3 CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS Y ANALÍTICAS BASALES
ASOCIADAS CON MORTALIDAD Y MORBILIDAD .......................... 91
4.3.1 Características demográficas y clínicas basales asociadas con
mortalidad .............................................................................................. 91
4.3.2 Parámetros analíticos basales asociados con mortalidad .................. 95
4.3.3 Características demográficas y clínicas basales asociadas con
mortalidad y/o morbilidad .................................................................... 97
4.3.4 Parámetros analíticos basales asociados con mortalidad y/o
morbilidad .............................................................................................. 99
4.4 PROTEÍNA C REACTIVA Y MORBI-MORTALIDAD ........................ 101
4.4.1 Valores basales de PCR y probabilidad de mortalidad y
morbi-mortalidad: análisis de curvas ROC ........................................ 101
4.4.2 Características clínicas, analíticas y tratamiento farmacológicos
de los grupos de pacientes según niveles basales de PCR .................. 102
4.4.3 Morbilidad y mortalidad según niveles basales de PCR .................... 107
4.5 CORRELACIÓN ENTRE MARCADORES INFLAMATORIOS Y
NUTRICIONALES ...................................................................................... 109
4.5.1 Correlación lineal dos variables……………………………………... 109
4.5.2 Regresión lineal múltiple ....................................................................... 111
4.6 ANÁLISIS DE SUPERVIVENCIA SEGÚN PARÁMETROS
CLÍNICOS Y ANALÍTICOS BASALES ................................................... 112
4.6.1 Función de supervivencia: Análisis de Kaplan-Meier ........................ 112
4.6.2 Modelo de regresión de riesgos proporcionales de Cox ..................... 118
4.6.2.1 Mortalidad ....................................................................................... 118
4.6.2.2 Modelo de riesgo compuesto para la mortalidad ......................... 120
4.6.2.3 Mortalidad y/o morbilidad ............................................................ 122
4.7 VARIABILIDAD DE LOS PARÁMETROS INFLAMATORIOS Y
SUPERVIVENCIA ....................................................................................... 124
4.7.1 Características clínicas y analíticas de los grupos de pacientes
según la variabilidad en los niveles de la PCR .................................... 124
4.7.2 Mortalidad y morbilidad en los tres grupos de pacientes según la
variabilidad en los niveles de PCR ........................................................ 129
4.7.3 Comparación del riesgo relativo para mortalidad entre la PCR basal,
PCR máxima, PCR media y PCR mediana .......................................... 132
4.7.4 Factores de riesgo de mortalidad durante el periodo de
seguimiento .............................................................................................. 135
4.7.5 Factores de riesgo de mortalidad y/o morbilidad durante el periodo
de seguimiento ......................................................................................... 138
5. DISCUSIÓN ......................................................................................................... 141
5.1 CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS DE LA MUESTRA ........................... 144
5.2 INFLAMACIÓN EN HEMODIÁLISIS ..................................................... 146
5.2.1 Inflamación, mortalidad y morbilidad ................................................ 151
5.2.2 PCR: medida única vs medidas repetidas ........................................... 154
5.2.3 Inflamación y Aterosclerosis: Mecanismos patogénicos .................... 157
5.3 CORRELACIÓN ENTRE MARCADORES INFLAMATORIOS Y
MARCADORES NUTRICIONALES ........................................................ 158
5.4 MORTALIDAD Y MORBILIDAD EN HD: FACTORES DE
RIESGO ......................................................................................................... 160
5.5 LIMITACIONES .......................................................................................... 167
6. CONCLUSIONES ............................................................................................... 169
7. BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................. 173
1
ABREVIATURAS
2
3
ABREVIATURAS
ARA II: Antagonistas del receptor AT1 de la Angiotensina II
Ca: Calcio
CVC: Catéter venoso central
DM: Diabetes mellitus
DP: Diálisis peritoneal
ECV: Enfermedad Cardiovascular
EPO: Eritropoyetina
ERC: Enfermedad Renal Crónica
ERCT: Enfermedad Renal Crónica Terminal
EVP: Enfermedad Vascular Periférica
FAV: Fístula arteriovenosa
FG: Filtrado glomerular
FGF: Factor de crecimiento fibroblástico
Hb: Hemoglobina
HD: Hemodiálisis
HDL-c: Colesterol ligado a lipoproteínas de alta densidad
HVI: Hipertrofia del ventrículo izquierdo
HTA: Hipertensión arterial
ICC: índice de comorbilidad de Charlson
IECA: Inhibidores del enzima de conversión de la angiotensina II
4
IL: Interleuquina
IMC: índice de masa corporal
IQ: Intervalo intercuartílico
IRE: índice de resistencia a la Eritropoyetina
IY: índice de Youden
K/DIGO: Kidney Disease Improving Global Outcome
K/DOQI: Kidney Disease Outcome Quality Initiative
LDL-c: Colesterol ligado a lipoproteínas de baja densidad
P: Fósforo
PCR: Proteína C reactiva
hs-PCR: Proteína C reactiva alta sensibilidad
n-PCR: Tasa de catabolismo proteico normalizada
PTHi: Paratohormona intacta
rHU-EPO: Eritropoyetina humana recombinante
RR: Riesgo relativo
ROC: Receiver Operating Characteristic
SAA: Amiloide sérico A
TNF-α: Factor de necrosis tumoral alfa
TRS: Tratamiento renal sustitutivo
TX: Trasplante renal
5
1. INTRODUCCIÓN
6
7
1.1 PREFACIO
La Enfermedad Renal Crónica representa, al igual que otras enfermedades
crónicas con gran prevalencia como la hipertensión arterial y la diabetes mellitus, un
importante problema de salud pública.
Afecta al 10% de la población adulta y a más del 20% de los mayores de 60
años. En el año 2013, alrededor de 50.000 personas estaban en tratamiento renal
sustitutivo en España. Asociado a la alta incidencia y prevalencia de la Enfermedad
Renal Crónica, debemos de tener en cuenta los elevados costes sanitarios que conlleva
esta patología, costes puestos en relación con el tratamiento renal sustitutivo y con la
elevada morbilidad, con ingresos hospitalarios complejos muy frecuentes. Finalmente
son pacientes con una elevada mortalidad fundamentalmente de causa cardiovascular.
Los pacientes con Enfermedad Renal Crónica en estadios avanzados, incluidos
en programa de diálisis periódica, presentan una supervivencia global de un 13% a los
diez años, todo ello a pesar de los avances técnicos del tratamiento. Esta alta tasa de
mortalidad, es debida presumiblemente al hecho de que el 50% de los pacientes tiene
una media de tres factores de riesgo cardiovascular y una gran comorbilidad asociada.
Por todos estos motivos se acepta hoy que la Enfermedad Renal Crónica constituye una
de las principales causas de muerte en el mundo occidental.
En los pacientes en diálisis se han descrito un gran número de factores de riesgo
de mortalidad, entre ellos factores tradicionales de riesgo cardiovascular como es la
diabetes mellitus, hipertensión arterial, dislipemia, tabaco y estilo de vida, junto con
factores no tradicionales, inherentes a la uremia y al tratamiento dialítico como son la
8
presencia de toxinas urémicas, anemia, malnutrición, trastornos del metabolismo del
calcio-fósforo y cierto grado de inflamación crónica.
Por tanto es necesaria una nueva evaluación de los marcadores cardiovasculares,
inflamatorios y nutricionales que son especialmente fuertes predictores de mortalidad y
morbilidad en pacientes con Enfermedad Renal Crónica incluidos en programa de
diálisis y especialmente en hemodiálisis, que es el procedimiento terapéutico más
frecuente en nuestro medio. Esto podría tener importantes implicaciones para la
estratificación de riesgo y adoptar las intervenciones terapéuticas oportunas.
9
1.2 DEFINICIÓN Y EPIDEMIOLOGÍA DE LA ENFERMEDAD RENAL
CRÓNICA
La Enfermedad Renal Crónica (ERC) es un término genérico que define un
conjunto de enfermedades heterogéneas que afectan a la estructura y función renal. Se
define como la disminución de la función renal, expresada por un filtrado glomerular
(FG) < 60 ml/min/1,73 m2 o como la presencia de daño renal de forma persistente
durante al menos tres meses1,2.
La publicación, en el año 2002, de las guías K/DOQI (Kidney Disease Outcome
Quality Initiative) por parte de la National Kidney Foundation1 y posteriores
modificaciones con las K/DIGO 2012 (Kidney Disease Improving Global Outcomes)2
sobre definición, evaluación y clasificación de la ERC, han supuesto un paso importante
en el reconocimiento de esta enfermedad.
Clásicamente la ERC se divide en diferentes estadios según el FG calculado o
estimado por diferentes fórmulas (Tabla 1).
10
Tabla 1.- Categorías de Enfermedad Renal Crónica según el filtrado glomerular
Recientemente, a partir de los resultados de distintos estudios clínicos que
incluyen individuos normales, individuos con riesgo de desarrollar ERC y pacientes con
ERC, la organización internacional K/DIGO establece una nueva clasificación
pronóstica de la ERC basada en estadios de FG y albuminuria2. Esta clasificación
contempla 6 categorías de riesgo en función del FG y asocia 3 categorías de riesgo
según la concentración del cociente Albúmina/Creatinina en orina (Tabla 2).
ESTADIO ERC FILTRADO GLOMERULAR
(ml / min / 1,73 m2)
DESCRIPCIÓN
1 ≥90 Daño renal con FG normal
2 60-89 Daño renal y ligero descenso del FG
3A 45-59 Descenso ligero-moderado del FG
3B 30-44 Descenso moderado del FG
4 15-29 Descenso grave del FG
5 < 15 Prediálisis
5D Diálisis Diálisis
11
Tabla 2.- Clasificación compuesta por los riesgos relativos según filtrado
glomerular y albuminuria
La ERC es un problema emergente en todo el mundo. En España, según los
resultados del estudio EPIRCE (Epidemiología de la Insuficiencia Renal Crónica en
España)3, se estima que aproximadamente el 10% de la población adulta sufre de algún
grado de ERC, pudiendo llegar al 21% para mayores de 64 años. En pacientes seguidos
en atención primaria con enfermedades tan frecuentes como la hipertensión arterial
(HTA) o diabetes mellitus (DM) la prevalencia de ERC puede alcanzar cifras del 35-
40%4.
Los colores mostrarían el riesgo relativo para mortalidad global, mortalidad cardiovascular,
fracaso renal tratado con diálisis o trasplante, fracaso renal agudo y progresión de la enfermedad
renal. Color verde: “bajo riesgo”; Color amarillo: riesgo “moderadamente aumentado”; Color
naranja: “alto riesgo”; Color rojo: “muy alto riesgo”.
12
1.3 PROGRESIÓN DE LA ERC Y TRATAMIENTO RENAL
SUSTITUTIVO
La ERC es un proceso continuo de desarrollo, progresión y aparición de
complicaciones. Aunque existen enfermedades renales rápidamente progresivas, la
mayoría de las enfermedades evolucionan durante décadas e incluso algunos pacientes
apenas progresan durante muchos años de seguimiento. El deterioro progresivo de la
función renal, con el consiguiente descenso del FG a cifras inferiores de 15 ml/
min/1.73m2, requiere valorar y preparar al paciente para el inicio de un tratamiento renal
sustitutivo (TRS).
Las diferentes opciones de TRS incluyen hemodiálisis (HD), diálisis peritoneal
(DP) y trasplante renal (TX). El TX es el tratamiento de elección en los pacientes con
ERC, demostrando una mayor supervivencia5, incluso para el grupo de enfermos de
mayor edad6. Sin embargo, el TX no se encuentra al alcance de todos los pacientes con
ERC, existiendo ciertas contraindicaciones absolutas y relativas, si bien es cierto que
con el paso de los años son cada vez menos restrictivas.
En los últimos años hemos vivido un aumento en el número de pacientes con
ERC tratados con cualquiera de las tres modalidades terapéuticas. La HD se sigue
manteniendo como la técnica depurativa más utilizada a excepción de la población
pediátrica, donde la diálisis peritoneal supera a la HD, siendo un puente temporal hacia
el trasplante.
Según datos del Registro de Diálisis y Trasplante de la Sociedad Española
Nefrología7, la incidencia de TRS en España durante el año 2013 fue de 124,2 por
millón de población. El 79% estaban en HD, un 17% en DP y un 4% habían recibido un
TX. Del mismo modo, los datos de prevalencia muestran un incremento del número de
13
pacientes explicada en parte por la mayor supervivencia de los mismos, siendo
actualmente de 1122 por millón de población (51,7% TX, 42,8% HD y 5,5% DP) donde
destaca que el 45% de los pacientes son mayores de 65 años.
1.4 FACTORES DE RIESGO DE MORTALIDAD Y MORBILIDAD EN
HEMODIÁLISIS
Muchos han sido los avances médicos y tecnológicos en el campo de la HD en
estos últimos años. A pesar de ello, los pacientes incluidos en programa de HD
presentan una elevada morbilidad y mortalidad comparada con la población general8,9.
La mortalidad global bruta en España de pacientes incluidos en TRS en el año 2013 fue
de un 25,4% siendo de hasta un 15% para aquellos tratados con HD7.
La enfermedad cardiovascular (ECV) constituye la principal causa de muerte en
HD ocurriendo en el 40-50% de los pacientes10. Esto es aún más evidente en pacientes
con edades comprendidas entre 25-35 años donde el riesgo de muerte por ECV aumenta
hasta 100 veces11. Además la morbilidad cardiovascular es altamente prevalente en los
pacientes en HD12 comprobándose que aproximadamente el 75% de los pacientes tienen
hipertrofia del ventrículo izquierdo (HVI) diagnosticada mediante ecocardiografía13 y
hasta un 40% presentan enfermedad coronaria y/o de insuficiencia cardiaca
congestiva14. Es importante enfatizar que la prevalencia de ECV se encuentra
incrementada ya en estadios precoces de la enfermedad renal, así el deterioro progresivo
de la función renal, constatado por el descenso del FG, se asocia de forma independiente
con un mayor riesgo de muerte, eventos cardiovasculares y hospitalizaciones15.
14
La mayoría de los pacientes con ERC en un estadio terminal (ERCT) presentan
también una alta prevalencia de condiciones comórbidas asociadas, lo cual conlleva un
mayor riesgo de muerte que los pacientes sin comorbilidad16. Aparte de ser un factor
pronóstico, la comorbilidad es también un factor de confusión importante, por este
motivo es esencial tenerla en cuenta para la realización de estudios epidemiológicos de
supervivencia en estos pacientes.
Estudios observacionales realizados en un gran número de pacientes en HD17 y
datos de diferentes registros renales8 muestran un aumento creciente de la mortalidad de
causa no cardiovascular siendo fundamentalmente de causa infecciosa (10-20%) y por
malignidad (5-10%)18.
La mayor prevalencia de ECV, la presencia de factores de riesgo cardiovascular
tradicionales, la existencia de una alta comorbilidad y la aparición de otros factores de
riesgo como son factores asociados a la uremia y factores relativos a la diálisis, juegan
todos ellos, un papel importante en la elevada morbilidad y mortalidad de estos
pacientes19 (Figura 1).
15
Modificado de Park SH.20
Figura 1.- Factores de riesgo cardiovascular en hemodiálisis
1.4.1 Factores de riesgo cardiovascular “clásicos”
Los factores de riesgo cardiovascular convencionales son en los pacientes en
diálisis similares a los de la población general. Así, DM, HTA, hiperlipidemia y vida
sedentaria son frecuentes e incluso más prevalentes en los pacientes con ERCT que en
la población general21.
La HTA, afecta aproximadamente al 80% de los pacientes en HD22 y puede
constituir una causa importante de mortalidad en los pacientes de diálisis23. Sin
embargo, los resultados de los estudios epidemiológicos son controvertidos y no
siempre se encuentra esta asociación24. Incluso podría existir un mayor riesgo de
mortalidad en relación con cifras de presión arterial más bajas25.
CONVENCIONALES
Presión Arterial Diabetes Mellitus
Dislipemia Obesidad
Resistencia Insulina
RELATIVOS A LA UREMIA Toxinas Urémicas Inflamación Estrés oxidativo Enfermedad óseo-mineral Calcio, Fósforo, PTH
FGF-23
RELATIVOS A LA DIÁLISIS
Sobrecarga volumen Infecciones
Biocompatibilidad AGEs
Liberación citoquinas proinflamatorias
Inflamación sistémica Reactantes de fase aguda
Disfunción endotelial
HIPERTROFÍA VENTRÍCULO IZQUIERDO, CARDIOPATÍA ISQUÉMICA CALCIFICACIONES VASCULARES, INSUFICIENCIA CARDIACA
MUERTE SÚBITA
16
Las guías K/DOQI aconsejan un objetivo de presión arterial pre y postdiálisis de
<140/90 mmHg y <130/80 mmHg, respectivamente, basado en los objetivos de presión
arterial del estudio HOT (Hypertension Optimal Treatment)26 y del estudio MDRD
(Modification of Dieta in Renal Disease)27.
La dislipemia es común en los pacientes con ERC y las anomalías de las
lipoproteínas ya aparecen en estadios tempranos de la pérdida de función renal28. La
dislipemia típicamente se caracteriza por elevaciones de los triglicéridos y descenso del
colesterol ligado a lipoproteínas de alta densidad (HDL-c). En pacientes con ERC, los
niveles de colesterol no siempre presentan una relación lineal con los eventos
cardiovasculares como ocurre en la población general. La guías K/DIGO no
recomiendan el tratamiento con estatinas en la prevención de la ECV en pacientes con
ERC y altos niveles de colesterol ligado a lipoproteínas de baja densidad (LDL-c)29.
El síndrome metabólico constituye un factor de riesgo cardiovascular y de
mortalidad en la población general30. En pacientes en HD la prevalencia del síndrome
metabólico y en definitiva, de factores clásicos de riesgo cardiovascular, oscila entre el
30 y el 70 % dependiendo de las series31,32, estando asociado con un mayor riesgo de
eventos cardiovasculares y de muerte en estos pacientes32.
El score de Framingham el cual incluye edad, género, presión arterial sistólica,
hábito tabáquico, colesterol y DM, es un potente predictor de enfermedad cardiaca
isquémica33. Cuando se aplica a pacientes con ERC, diversos estudios, han demostrado
que subestima el riesgo cardiovascular en este grupo de pacientes34,35. Esta observación
17
ha puesto de manifiesto que, en los pacientes urémicos participan otros factores de
riesgo “peculiares” o inherentes que no se encuentran en la población general.
1.4.2 Factores de riesgo cardiovascular “inherentes” a la hemodiálisis
Los pacientes incluidos en programa de HD presentan nuevos factores de riesgo
cardiovascular, específicos a su condición de ERC, estado urémico y tratamiento con
HD. En este sentido, alteraciones en el metabolismo óseo-mineral36, la presencia de
anemia37,38, cierto grado de sobrecarga de volumen de forma crónica39, un estado de
malnutrición40,41, el aumento en los niveles de homocisteina42, el incremento sérico de
factores trombogénicos como el fibrinógeno43, la existencia de estrés oxidativo44 y la
inflamación45, factores todos ellos altamente prevalente en estos pacientes, contribuyen
a la elevada morbilidad y mortalidad descrita previamente en HD. Además, hay estudios
que demuestran que son pacientes con una mayor prevalencia de síndrome de apnea
obstructiva del sueño y otros desordenes del sueño que contribuyen a incrementar el
riesgo cardiovascular46.
18
1.5 INFLAMACIÓN EN HEMODIÁLISIS
1.5.1 Definición
La inflamación es una respuesta biológica compleja del tejido vascular a un
estímulo nocivo como puede ser un agente infeccioso, un daño físico, químico o
traumático o a la acción de un antígeno. Es un mecanismo de defensa del organismo
para intentar eliminar o combatir dicho estímulo. Requiere una regulación muy precisa,
de hecho, tanto deficiencias como excesos en esta respuesta pueden causar morbilidad y
mortalidad47.
En respuesta al daño tisular se produce el reclutamiento y activación de
leucocitos polimorfonucleares y de monocitos en el área afectada. Estas células inician
la cascada inflamatoria mediante la producción de una gama diversa de citoquinas
proinflamatorias y antiinflamatorias que están implicadas en la comunicación autocrina,
paracrina y endocrina. Las citoquinas estimulan la producción de reactantes de fase
aguda y a través de la vía endocrina, consiguen expandir la respuesta inflamatoria a
nivel sistémico48.
En el curso natural de la respuesta inmune, las células circulantes
inmunocompetentes reconocen el antígeno generando una respuesta inflamatoria rápida
y eficaz que limita la agresión. Cuando cesa el estímulo antigénico se detiene la
producción de señales proinflamatorias desencadenando una respuesta antiinflamatoria
en la que las células inmunocompetentes mueren por apoptosis49. Si el estímulo
antigénico perdura en el tiempo o la red de control no actúa de manera eficaz, las
células inflamatorias prolongan su supervivencia haciendo que la respuesta sea crónica,
19
constituyendo un estado inflamatorio crónico que lleva asociado la destrucción celular y
tisular con los consiguientes efectos deletéreos en el organismo.
1.5.2 Causas de inflamación
La inflamación constituye un proceso muy prevalente en pacientes con ERC y
pacientes incluidos en programa de HD. Entre el 30-60% de los pacientes en HD,
pueden tener elevación de los marcadores inflamatorios, dependiendo de las series
analizadas50,51.
En la ERC las concentraciones de citoquinas están más elevadas que en personas
sanas, esto es debido tanto a un aumento de su producción como a una disminución de
su aclaramiento debido al deterioro de función renal.
Aunque las causas relacionadas con la inflamación urémica no han sido
totalmente dilucidadas, son muchos y variados los factores que se han relacionado con
un aumento en la inflamación sistémica, medida sobre todo por niveles séricos de
proteína C reactiva (PCR) en estos pacientes52 (Figura 2).
20
ProteínaCReactiva
Infecciones
Factores genéticos
Exposición materiales biocompatiblesContaminantes diálisis
Estrés oxidativo
ICC/HVI
Obesidad
Resistencia Insulina
Filtrado Glomerular
AterosclerosisHTASobrehidratación
Modificado de Stenvinkel P.53
Figura 2.- Inflamación y Enfermedad Renal Crónica
La propia disminución de la función renal parece estar asociada con la
inflamación e incluso cambios mínimos en la función renal residual parecen influir en
dicha “inflamación urémica”. De hecho se ha demostrado que existe una fuerte relación
entre la función renal residual, la inflamación sistémica y la HVI en pacientes de
diálisis54. La retención tanto de citoquinas55 como de productos avanzados de la
glicosilación56 y otras moléculas pro-oxidantes57 contribuyen en un círculo vicioso a
facilitar un entorno pro-inflamatorio a medida que disminuye el FG.
21
Factores relacionados con el paciente como es la presencia de comorbilidad,
procesos infecciosos, eventos clínicos intercurrentes (digestivos, exacerbación de
enfermedades respiratorias e insuficiencia cardiaca, entre otros) y factores genéticos
pueden favorecer al estado inflamatorio crónico de estos pacientes.
En la población general la obesidad se asocia a un aumento de la actividad
inflamatoria. Es cada vez más evidente que el tejido adiposo no es sólo un depósito de
energía inerte, sino también un órgano endocrino activo que produce varias
adipoquinas, incluidos la leptina, la resistina, la adiponectina, así como citoquinas
proinflamatorias como interleuquina 6 (IL-6) y factor necrosis tumoral alfa (TNF-α)58.
La obesidad es reconocida como un factor de riesgo de ECV y de varios trastornos
metabólicos como la DM tipo II. Además causa daño renal a través de varios
mecanismos que incluyen HTA, hiperglicemia, dislipemia, inflamación y
aterosclerosis59. Dado el impacto que la pérdida de función renal tiene sobre el
aclaramiento de las adipoquinas, las consecuencias fisiopatológicas del desequilibrio de
las mismas, pueden ser mayores en pacientes con ERC que en la población general.
Además, el aumento de la masa de grasa corporal es un hallazgo cada vez más frecuente
en los pacientes que comienzan diálisis60 pudiendo favorecer todo ello un estado crónico
inflamatorio.
La sobrehidratación, una complicación muy frecuente en la ERC es otro
causante del estado pro-inflamatorio, al facilitar la translocación bacteriana en pacientes
con edema intestinal severo61.
22
Existen numerosos estudios que relacionan la técnica de HD con la inflamación.
La interacción de los monocitos circulantes con las membranas no-biocompatibles, el
contacto de la sangre circulante con soluciones de diálisis no estériles, el uso de agua no
ultrapura, el exceso de transporte convectivo, y la frecuencia y duración de la diálisis,
son todos ellos factores contribuyentes al proceso inflamatorio62 (Figura 3). Sin
embargo, no deben ser factores fundamentales en la iniciación de esta respuesta
inflamatoria dado que los pacientes con ERC estadio 5, que aun no han iniciado TRS,
ya presentan niveles elevados de marcadores inflamatorios63.
Modificado de Santoro A.62
Figura 3.- Inflamación y el proceso de la hemodiálisis
23
Finalmente, otras causas importantes de inflamación en la población en diálisis,
son los pacientes portadores de injertos renales no funcionantes, que no han sido
sometidos a trasplantectomia tras su retorno a HD64 y pacientes con fistulas
arteriovenosas protésicas, no funcionantes con datos de infección oculta65.
La Tabla 3 muestra las principales causas de inflamación en HD.
Tabla 3.- Causas de inflamación en hemodiálisis
FACTORES RELACIONADOS CON EL PACIENTE
• Enfermedad subyacente• Comorbilidad, Enfermedad vascular periférica• Estrés oxidativo• Metabolismo Calcio-Fósforo y PTH• Infecciones
• Helicobacter pylori• Chlamydia Pneumoniae• Periodontitis• Tuberculosis y otras• Acceso vascular
• Inmunológicos• Genéticos• Trasplantes no funcionantes
• Anemia• Insuficiencia Cardiaca• Obesidad• Tumores• Sobrehidratación• Vida sedentaria
• Activación del complemento• Biocompatibilidad del dializador• Exposición a endotoxinas y a otras causas del dializado activadoras de citocinas• Sustancias pirógenas del líquido de diálisis
FACTORES RELACIONADOS CON LA HEMODIÁLISIS
Modificado de Jofré R.52
24
1.5.3 Marcadores biológicos de inflamación
1.5.3.1 Concepto. Tipo de marcadores biológicos
Un marcador biológico o biomarcador se define como '' una característica que es
objetivamente medible y evaluada como un indicador de los procesos normales
biológicos, procesos patogénicos o respuestas farmacológicas a una intervención
terapéutica objetiva”. En definitiva, es una proteína medida en la sangre cuya
concentración refleja la presencia y/o la gravedad de un estado de enfermedad.
El biomarcador ideal debe ser preciso, reproducible, medible a un coste
razonable y debe añadir información pronóstica relevante por encima de la
proporcionada por factores de riesgo convencionales20.
Los conocimientos fisiopatológicos de la inflamación proporcionan objetivos
potenciales de diferentes moléculas que pueden ser medidas. Así, es posible determinar
citoquinas pro-inflamatorias como es interleucina-1 (IL-1), TNF-α, moléculas de
adhesión como la molécula de adhesión intercelular-1 (ICAM-1) y selectinas; citoquinas
con efecto a nivel hepático como es la IL-6 o los productos resultantes de la
estimulación hepática, tales como amiloide sérico A (SAA), PCR y otros reactantes de
fase aguda. Por último, pueden ser evaluados otros indicadores de la respuesta celular a
la inflamación, como es el recuento elevado de leucocitos (Figura 4).
25
Modificado de Pearson T.66
Figura 4.- Cascada inflamatoria
La comprensión de la cascada inflamatoria permite considerar una serie de
marcadores inflamatorios como predictores potencialmente útiles de ECV. Estos
marcadores, sin embargo, pueden no ser útiles en el ámbito clínico a menos que posean
características adicionales. Estas incluyen: (a) la capacidad de estandarizar el ensayo y
controlar la variabilidad de la medición; (b) la independencia de los factores de riesgo
26
establecidos; (c) la asociación con ECV en estudios observacionales y ensayos clínicos;
(d) la presencia en la población normal para guiar la interpretación de los resultados; (e)
la capacidad de mejorar la predicción general más allá de los factores de riesgo
tradicionales; (f) la generalización de los resultados a diversos grupos de población; y
(g) el coste de su realización.
Un número considerable de estudios han examinado la asociación entre
inflamación y ECV mediante la medición de una variedad de marcadores séricos. Sólo
algunos de estos biomarcadores, sin embargo, son actualmente utilizables en la práctica
clínica, tras el examen de la estabilidad del marcador, la disponibilidad comercial, la
estandarización de los ensayos para permitir la comparación de resultados y la precisión
del marcador medido por el coeficiente de variación.
La Tabla 4 resume las diferentes moléculas disponibles en la actualidad como
marcadores inflamatorios.
27
Tabla 4.- Marcadores inflamatorios de potencial uso clínico
Marcador Estabilidad Disponibilidad Normas WHO
disponibles
Coeficiente Variación
Moléculas adhesión solubles
E-selectina, P-selectina, ICAM-1
Inestable
(excepto congelado)
Limitada No CV < 15%
Citoquinas
IL-1, IL-6, IL-8, IL-10, TNF-α
Inestable
(excepto congelado)
Limitada Si CV < 15%
Reactantes de fase aguda
Fibrinógeno
SAA
PCR
Inestable
(excepto congelado)
Estable
Estable
Mayoría
Limitada
Mayoría
Si
Si
Si
CV < 8%
CV < 10%
CV < 10%
Leucocitos Estable Mayoría Si CV < 3%
Modificado de Pearson T.66
1.5.3.2 Proteína C Reactiva
La PCR, llamada así por su capacidad de precipitar el polisacárido C
del Streptococcus pneumaniae en presencia de calcio, fue la primera proteína de fase
aguda descrita. Es el prototipo de reactante de fase aguda, aumentando sus niveles de
forma importante en respuesta a un proceso inflamatorio. Pertenece junto con el
amiloide sérico P y la pentraxina 3, a la familia de las pentraxinas, proteínas sintetizadas
por el hígado y por los adipocitos en respuesta a moléculas inflamatorias llamadas
citoquinas. Durante el proceso inflamatorio los macrófagos y monocitos sintetizan
citoquinas, fundamentalmente IL-6, IL-1 beta, TNFα e interferón gamma, las cuales
estimulan la síntesis de proteínas de fase aguda por parte de los hepatocitos, siendo la
28
IL-6 el principal inductor67. Estas citoquinas también suprimen la síntesis de albúmina
y transferrina por parte del hígado68.
Una función importante de la PCR es su capacidad para unirse a la fosfocolina
permitiendo de este modo el reconocimiento tanto de patógenos extraños que presentan
esta molécula, como de componentes de fosfolípidos de las células dañadas. La PCR
puede activar el sistema del complemento y unirse a las células fagocíticas a través de
los receptores Fc, lo que sugiere que puede iniciar la eliminación de los patógenos y las
células diana por la interacción con sistemas efectores de la inflamación, tanto
humorales como celulares69. La rapidez de la respuesta de la PCR, en contraste con la
respuesta inmune adaptativa, más lenta, representada por la producción de anticuerpos,
indica que la PCR es un componente de la respuesta inmune innata70.
De todos los reactantes de fase aguda y marcadores de inflamación vascular del
plasma, la PCR es el marcador de riesgo cardiovascular más utilizado gracias a su
reproducibilidad, bajo coste, disponibilidad en la mayoría de laboratorios, CV
relativamente bajos y mínimas variaciones diurnas66.
Dependiendo de la severidad del estímulo inflamatorio, los niveles de PCR
pueden llegar a aumentar hasta 500 veces sobre su valor normal. Típicamente aumentan
a las 6-8 horas tras la injuria alcanzando el pico a las 24 horas y tiene una vida media
prolongada, de 19 horas48, lo cual permite que pueda ser fácilmente detectada en sangre.
Comparada con otros reactantes de fase aguda como fibrinógeno, albúmina o la
velocidad de sedimentación, la PCR es el marcador cuyos niveles aumentan más
rápidamente y de forma más importante71 (Figura 5).
29
Modificado de Pepys MB.71
Figura 5.- Reactantes de fase aguda
Es importante tener en cuenta que no existe una uniformidad en las unidades que
debe ser medida. Algunos laboratorios utilizan concentraciones en mg/dl y otros
emplean mg/L. Las determinaciones estándares generalmente emplean mg/dl, pero
determinaciones utilizando métodos de alta sensibilidad, referida como PCR alta
sensibilidad (hs-PCR) normalmente utilizan como unidad de medida mg/L. Un grupo de
trabajo del Center Disease Control/American Heart Association, reunido en el año 2002,
determinó que los resultados de la hs-PCR deben ser expresados en mg/L, si bien, esta
recomendación presenta un bajo nivel de evidencia (C)66.
30
Se ha descrito una gran variabilidad inter-individual en los niveles de PCR,
puesta en relación con factores demográficos como son la edad, género y raza72 y con la
comorbilidad asociada73. Asimismo, existe una variabilidad intra-individual asociada a
la presencia de eventos intercurrentes y a la respuesta dinámica del sistema
inmunológico74.
Según los niveles séricos de PCR se pueden clasificar a los pacientes en tres
categorías de riesgo de padecer un proceso inflamatorio y/o infeccioso: pacientes con
bajo riesgo, si los niveles de PCR son inferiores a 1 mg/L, pacientes con riesgo medio si
los niveles oscilan entre 1-3 mg/L y pacientes con alto riesgo si los niveles de PCR son
superiores a 3 mg/L, valores que corresponden de forma aproximada a los terciles de la
población general adulta66.
La ERC generalmente se asocia a niveles de PCR superiores a 3 mg/L75, pero no
existe un claro acuerdo para definir un estado de inflamación asociado a la uremia en
términos de niveles de PCR. Los diferentes estudios establecen como punto de corte,
valores que oscilan entre 5-10 mg/L76,77, sugiriendo un punto de corte pragmático para
los niveles de PCR en los pacientes en HD en torno a 5 mg/L, sin embargo este valor no
está consensuado por ninguna guía clínica y dadas las diferencias étnicas y culturales de
muchos países, no es extrapolable a todas las poblaciones de diálisis.
Los pacientes en HD presentan una variabilidad intra-individual e inter-
individual en los niveles de PCR, mayor aún que la población general. La presencia de
infecciones transitorias, la existencia de alta comorbilidad asociada y el estímulo
intermitente de la diálisis podrían justificar esta variabilidad. La realización de una
única determinación basal de PCR podría estar infravalorando el riesgo de muerte en
estos pacientes y ser insuficiente para la toma de decisiones y la práctica clínica del día
31
a día. En cambio, la monitorización regular de los valores de PCR puede ayudar a
identificar complicaciones subyacentes que requieran un rápido tratamiento, a controlar
la presencia de contaminaciones en el agua o liquido de diálisis, a controlar el estatus
del acceso vascular y finalmente a la optimización de los protocolos y dosis de diálisis.
No obstante, existe controversia sobre la realización de una única determinación
basal de PCR40,77-79 o si tendría mayor poder predictivo la realización de medidas
repetidas en el tiempo teniendo en cuenta la variabilidad descrita anteriormente76,80-82.
En esta monitorización, los pacientes más interesantes son aquellos que
presentan una elevación persistente, silente, de los niveles de PCR entre 5-50 mg/L. A
estos pacientes, debería realizárseles un estudio clínico exhaustivo, independientemente
de la existencia o no de sintomatología, para estudiar las posibles causas de dicha
inflamación. Es recomendable una segunda determinación de la PCR dos semanas
después del primer resultado para descartar procesos transitorios y reducir la
variabilidad biológica de la PCR.
Aquellos pacientes que presentan una rápida elevación de la PCR a valores
superiores a 50 mg/L deberían ser estudiados en profundidad para detectar la existencia
de una infección activa o procesos clínicos importantes. Las elevaciones persistentes o
el incremento en los niveles de PCR indican que estamos ante un paciente en alto riesgo
de morir y se deben hacer todos los esfuerzos posibles para encontrar las causas de
dicha elevación.
La Tabla 5 muestra las principales causas de aumento de PCR y su
monitorización.
32
Tabla 5.- Monitorización de la Proteína C Reactiva
Modificado de Carrero JJ. 83
1.5.3.3 Otros marcadores de inflamación: Interleuquina-6, Fibrinógeno,
Ferritina y Leucocitos
La IL-6, citoquina pro-inflamatoria, es considerada clave en el proceso de
inflamación. Es sintetizada localmente en el área de daño o de infección por los
macrófagos, células T, células endoteliales y fibroblastos. Su liberación está inducida
por la IL-1 y se incrementa en respuesta al factor de TNF-α. Interviene en la producción
33
de inmunoglobulinas, en la diferenciación de linfocitos B, activa a los linfocitos T
citotóxicos, células plasmáticas y modula la hematopoyesis. Sus niveles aumentan
rápidamente, típicamente a las 1,5-3 horas después del estímulo. Constituye el más
poderoso inductor de la síntesis de reactantes de fase aguda por parte del hígado.
Estimula la síntesis de PCR y SAA y suprime la síntesis de albúmina y transferrina, por
ello se ha sugerido que esta citoquina desempeña un papel fundamental en la
patogénesis de la desnutrición y de la aterosclerosis en la población en diálisis.
Diferentes estudios han mostrado que, en los pacientes en HD, sus niveles son
un fuerte predictor de mortalidad de cualquier causa, incluida la mortalidad
cardiovascular, siendo superior a otras citoquinas84-87. El mayor inconveniente que
presenta es que es un marcador difícil de medir en la práctica clínica, muy inestable, con
disponibilidad limitada por los diferentes laboratorios, menos preciso que otros
marcadores y puede estar influenciado por la actividad física. Por este motivo, su
utilización se limita fundamentalmente al campo de la investigación y menos a la
práctica clínica diaria.
El Fibrinógeno (también denominado factor I) es una proteína sintetizada en el
hígado que cumple una función muy importante en la cascada de la coagulación. Circula
en el plasma a una concentración de aproximadamente 200-400 mg/dl, con una vida
media de cuatro días y una tasa de catabolismo de aproximadamente el 25%/día.
Constituye un predictor establecido de eventos cardiovasculares en la población
general88. El nivel plasmático de esta proteína está influenciado por varios factores de
riesgo convencionales, como es el tabaquismo, HTA y DM89 y por factores de riesgo
34
emergentes como es la inflamación90. Niveles más elevados de fibrinógeno constituyen
un hallazgo común en los pacientes con ERC91, observándose en diversos estudios
transversales, una asociación entre fibrinógeno y muerte súbita e infarto de
miocardio92,93. Por tanto, constituye un factor de riesgo independiente de mortalidad
global y cardiovascular en pacientes con ERCT43.
La Ferritina sérica es una proteína que se une con el hierro siendo su función la
de almacenar hierro en el organismo y liberarlo de manera controlada. Es considerada
en la actualidad como la principal prueba para detectar estados de deficiencia o de
sobrecargas de hierro corporal. Las concentraciones séricas oscilan entre 40 a 200
ng/mL en sujetos normales. Además, forma parte de los reactantes de fase aguda cuyos
niveles aumentan en enfermedades hepáticas, infección, inflamación y malignidad. La
síntesis y liberación de ferritina por las células hepáticas está directamente estimulada
por citoquinas inflamatorias como es IL-1 y TNF-α94.
En los pacientes en HD una ferritina sérica elevada puede no ser indicador
óptimo de “aumento de las reservas de hierro”. Al ser un reactante de fase aguda, su
elevación puede estar en relación con un proceso inflamatorio o tumoral95, con un
estado de malnutrición96, así como a una resistencia a la eritropoyetina humana
recombinante (rHu-EPO)97. Hay trabajos que muestran que, en pacientes en HD, la
ferritina sérica se correlaciona con los índices de hospitalización y es un fuerte predictor
de la frecuencia y días de hospitalización y puede ser un marcador de mortalidad98.
35
En la era de rHu-EPO, cuando muchos pacientes en HD están recibiendo dosis
generosas de hierro por vía intravenosa, el aumento de la ferritina sérica es un hallazgo
aún más desconcertante para el clínico. Además, la administración de hierro intravenoso
puede liberar hierro libre que podría reaccionar con peróxido de hidrógeno y generar
radicales libres. Esto se traduce en un aumento en los niveles de los productos de
oxidación avanzada los cuales se relacionan con los niveles de PCR99 y con el espesor
de la íntima-media de la arteria carótida común100. Por ello, el tratamiento con hierro
intravenoso se podría considerar como un factor inflamatorio adicional así como un
factor de riesgo para la aterosclerosis en pacientes en HD.
El recuento de leucocitos, especialmente el aumento de los mismos, se ha
encontrado que se correlaciona con un mayor riesgo de mortalidad cardiovascular en
varones de edad avanzada101 y después de un infarto de miocardio102 siendo considerado
un biomarcador de aterosclerosis101. Alternativamente, el descenso de linfocitos se ha
asociado con una mayor mortalidad en pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva y
se ha identificado como un signo de mal pronóstico en pacientes con enfermedad
coronaria103.
En los pacientes en diálisis, diferentes estudios han mostrado una asociación
entre el recuento de leucocitos y mortalidad. Así, el aumento de neutrófilos junto con el
descenso de linfocitos, ambos marcadores de inflamación y nutrición, constituyen un
predictor independiente del incremento del riesgo de mortalidad en estos pacientes104-
106. Incluso hay estudios que encuentran una relación entre el fallo del acceso vascular
para HD y los niveles de leucocitos, indicando que la inflamación crónica e hiperplasia
36
intimal puede favorecer la progresión de la estenosis del acceso vascular y consiguiente
fallo del mismo107.
En conclusión, no existe un enfoque uniforme para evaluar el marcador sérico
que mejor nos diagnostica el grado de severidad de la inflamación en individuos con
ERC. Desde un punto de vista clínico y práctico, marcadores como la PCR son fiables y
fáciles de medir en la mayoría de laboratorios, siendo el biomarcador más utilizado y
aunque la IL-6 juega un papel clave en la fisiopatología de la inflamación, su
determinación queda fundamentalmente relegada a la investigación clínica.
1.5.4 Consecuencias de la inflamación
La naturaleza pleiotrópica de las citoquinas pro-inflamatorias afecta al desarrollo
de diversas complicaciones concurrentes en la ERC, como es el síndrome malnutrición-
inflamación-ateromatosis y las calcificaciones vasculares (Figura 6).
37
Modificado de Carrero JJ. 83
Figura 6.- Consecuencias de la inflamación en la Enfermedad Renal Crónica
1.5.4.1 Síndrome de Malnutrición-Inflamación-Aterosclerosis
El síndrome de Malnutrición-Inflamación-Aterosclerosis es un complejo
síndrome metabólico de carácter multifactorial, tanto en sus causas como en sus
consecuencias. Se caracteriza por la presencia concurrente de pérdida de masa muscular
(asociada o no a anorexia), pérdida de peso y/o masa grasa junto con inflamación y
ateroesclerosis108.
Este síndrome no es exclusivo de la ERC sino que está presente en un amplio
espectro de enfermedades en las que la inflamación crónica constituye un común
38
denominador, como la tuberculosis, la insuficiencia cardiaca, enfermedad pulmonar
obstructiva crónica, el cáncer o la sepsis.
La Figura 7 muestra una representación esquemática de las causas y
consecuencias del síndrome Malnutrición-Inflamación-Aterosclerosis.
MalnutriciónInflamaciónAterosclerosis
Toxinas urémicas
AclaramientoCitoquinas inflamatorias
Estrés oxidativo
Sobrecarga de volumen
Pérdidas nutrientes diálisis
Trastornos endocrinos
Comorbilidad: Diabetes, enfermedad cardiovascular
Calidad de vida
AnemiaAlbúmina
PCR
HospitalizaciónMortalidad
ECV ateroesclerótica
Baja ingesta nutrientes
Homocisteina Colesterol
Pérdida pesoIMC
Modificado de Kalantar-Zadeh41
Figura 7.- Causas y consecuencias del síndrome Malnutrición-Inflamación-
Aterosclerosis
39
La malnutrición calórico-proteica es un problema muy frecuente en los
pacientes en HD pudiendo llegar a afectar al 50% de los pacientes109. Constituye junto a
la inflamación, los factores de riesgo cardiovascular no tradicionales más potentes por
favorecer el desarrollo de aterosclerosis41.
Las principales causas de malnutrición en HD son:
a) Ingesta inadecuada de nutrientes: Anorexia, restricciones dietéticas
b) Pérdidas de nutrientes durante la diálisis: a través de las membranas de
diálisis, pérdidas peritoneales
c) Hipercatabolismo causado por otra patologías: DM, ECV, infección, sepsis,
inflamación
d) Hipercatabolismo asociado al tratamiento de diálisis
e) Trastornos endocrinos asociados a la uremia: resistencia a la insulina,
hiperparatiroidismo, resistencia a la hormona del crecimiento
f) Acidemia con acidosis metabólica
g) Pérdidas de nutrientes por pérdidas sanguíneas.
La inflamación juega un papel fundamental, así a medida que los niveles de IL-6
y TNF-α aumentan en los enfermos de diálisis, el apetito empeora110. Por otro lado, la
masa muscular esta inversamente correlacionada tanto con la IL-6 como con la PCR en
los pacientes en HD, incluso tras corregir por edad y género111. La activación de
citoquinas durante la diálisis también se ha asociado con un aumento en el catabolismo
proteico del músculo112.
40
La albúmina sérica es un marcador del estado nutricional en pacientes con
ERCT113 y sus niveles se asocian con mayor mortalidad de cualquier causa, incluida la
mortalidad cardiovascular40,114,115. Aunque la albúmina es un índice del estado
nutricional, su generación, distribución y eliminación está afectada por otros factores no
nutricionales como son, el estado de hidratación, la permeabilidad capilar, las pérdidas
urinarias y en diálisis, la presencia de infección, de inflamación y tumores. La albúmina
constituye un reactante de fase agudo negativo, así ante un estímulo inflamatorio, la IL-
6 suprime la síntesis de albúmina y transferrina. En consecuencia, hay estudios que
muestran una correlación entre valores séricos de albúmina y niveles de marcadores
inflamatorios como es la PCR116 y la IL-6117. Así, en teoría, la hipoalbuminemia puede
reflejar tanto el estado nutricional como el inflamatorio en pacientes con ERC. La
hipoalbuminemia puede tardar varias semanas en desarrollarse, todo ello debido a su
vida media larga, frente al aumento rápido y agudo de la PCR lo cual puede conllevar
un retraso en el inicio del tratamiento. Por ello es importante analizar la relación entre
PCR y albúmina como factores de riesgo de muerte y estudiar la posible correlación
entre ambos factores.
La prealbúmina o transtiretina es una proteína con una vida media más corta
que la albúmina y por tanto puede dar una información "instantánea" del estado
nutricional. Cuando la IL-6 estimula la síntesis de PCR y SAA por parte del hígado,
también produce una inhibición en la síntesis de albúmina, transferrina y prealbúmina,
por tanto, sus niveles disminuyen no solo en la malnutrición sino también en la
inflamación. Algunos estudios la consideran como el mejor predictor nutricional de
supervivencia en pacientes con ERCT118,119.
41
La aterosclerosis es un proceso multifacético el cual puede ser iniciado por
varios “insultos” sobre el endotelio vascular. La inflamación crónica puede contribuir a
acelerar la aterosclerosis120. En la población general, se ha demostrado que marcadores
de inflamación como el aumento de PCR, es más fuerte predictor de eventos
cardiovasculares que el aumento de LDL-c121. Las citoquinas pro-inflamatorias (como
IL-6 y TNF-α) y reactantes de fase aguda como PCR y fibrinógeno pueden participar en
este proceso122. Por tanto, al menos en virtud de su componente inflamatorio, el
síndrome MIA predispone a los pacientes en HD a la ECV aterosclerótica.
El proceso inflamatorio puede promover la proliferación y la infiltración de
células inflamatorias, sobre todo linfocitos T y macrófagos derivados de monocitos, en
la capa íntima de pequeñas arterias, incluyendo las arterias coronarias con posterior
acumulo de lípidos, proliferación de células de músculo liso y así conducir a la
aterosclerosis y estenosis con la consiguiente enfermedad vascular e isquemia tisular120.
Además, la disfunción endotelial la cual es muy frecuente en pacientes con ERCT,
parece ser la lesión inicial de la ateroesclerosis, produciendo un aumento de la
adhesividad del endotelio a leucocitos y plaquetas así como de su permeabilidad,
induciendo propiedades anticoagulantes y favoreciendo la síntesis de moléculas
vasoactivas, citoquinas y factores de crecimiento. Entre las posibles causas de
disfunción endotelial que conducen a ateroesclerosis se incluyen HTA, DM, moléculas
LDL-c modificadas, radicales libres causados por el tabaco, alteraciones genéticas,
aumento de homocisteína, e infecciones por microorganismos como herpes virus o
Chlamydia pneumoniae120. Asimismo, la disfunción endotelial se asocia de forma
importante a la inflamación123.
42
Inflamación y aterosclerosis acelerada también pueden estar asociadas de forma
indirecta por el estrés oxidativo, el cual ha sido reconocido como un factor importante
de disfunción endotelial y desarrollo de ateroesclerosis. En efecto, diferentes estudios
sugieren que los pacientes con ERCT presentan un incremento del estrés oxidativo. Esto
parece ser debido a múltiples factores que incluyen un aumento de la producción de
sustancias del metabolismo oxidativo (sustancias reactivas del oxígeno generadas por
los leucocitos activados, metales de transición y otras toxinas de diferente peso
molecular) y a una disminución de las defensas antioxidantes124. También influye el uso
de dializadores con membranas poco biocompatibles y la pureza del agua de diálisis125.
Este incremento del estrés oxidativo, favorece la disfunción endotelial así como el
desarrollo de inflamación y como consecuencia final, el desarrollo de aterosclerosis
(Figura 8).
Figura 8.- Relación Inflamación-Aterosclerosis
43
El estrés oxidativo tiene relevancia clínica cuando la producción de oxidantes
excede a la capacidad antioxidante de las células de los distintos tejidos. Cuando esto
ocurre da lugar a la oxidación de importantes macromoléculas como son las proteínas,
lípidos, carbohidratos y el DNA celular. Para medir el estrés oxidativo en distintos
estados como la uremia, existen determinados biomarcadores (LDL-oxidada, aldehídos,
isoprostanos y homocisteína) y se ha podido demostrar como en la ERC existe una
elevación de estos con respecto al resto de la población126. Por otro lado, junto al
acumulo de agentes oxidantes en la uremia se une un descenso de los niveles de thiol,
un potente antioxidante intracelular muy relevante en la patología cardiovascular127.
Se desconoce si la respuesta inflamatoria es un epifenómeno que acompaña a la
enfermedad aterosclerótica establecida o los distintos reactantes de fase aguda están
involucrados en el inicio y/o progresión de la aterosclerosis. Existe una correlación
positiva entre los niveles de PCR séricos y la peroxidación lipídica (medida con los
niveles de ácido tiobarbitúrico) asociado a una correlación negativa con los niveles de
agentes antioxidantes124. Estas observaciones sugieren una importante relación
fisiopatológica entre marcadores de inflamación y de estrés oxidativo en los pacientes
en HD como mediadores directos de la patología cardiovascular acelerada que presentan
los pacientes urémicos.
44
1.5.4.2 Calcificación vascular
La calcificación vascular puede interpretarse, al menos en parte como una
consecuencia de la inflamación sistémica. De hecho, el TNF-α induce la mineralización
de las células vasculares y estudios “in vitro” de cultivos de células vasculares con
monocitos y/o macrófagos (fuente de la mayor parte de las citoquinas) han mostrado
cómo dicha mineralización se ve acelerada128. Mediadores de la calcificación ósea y
vascular como la osteoprotegerina y la fetuina-A se asocian al estatus inflamatorio de
los enfermos en diálisis y predicen el riesgo de mortalidad únicamente en presencia de
una inflamación sistémica de base129. La osteoprotegerina aumenta la síntesis de
moléculas de adhesión en el endotelio130 y las citoquinas pro-inflamatorias inhiben los
niveles circulantes de fetuina A en ERC131. El depósito de cristales de fosfato cálcico en
la íntima arterial (proceso sine qua non de la calcificación) interactúa con los
macrófagos activados induciendo un estado pro-inflamatorio mediante la vía de la
proteína C quinasa y la MAP-quinasa132. Todo esto puede implicar que la inflamación
sea causa y a la vez consecuencia de la calcificación vascular en un círculo vicioso.
45
1.5.5 Inflamación y morbi-mortalidad
Estudios prospectivos realizados en pacientes en HD y en pacientes en DP,
demuestran que una simple medición de mediadores inflamatorios, es capaz de predecir
de una manera independiente, la mortalidad de cualquier causa incluida la
cardiovascular50,79,109,115,133,134. La realización de una determinación de PCR en el
momento de su inclusión en programa de HD puede predecir, independientemente de
otras variables, la probabilidad de eventos cardiovasculares135, de HVI54 y de muerte77.
Incluso es un predictor más potente que otros factores de riesgo para la ECV bien
establecidos como es el LDL-c, la HTA, la obesidad o el tabaquismo121.
El problema que existe en los pacientes en HD es la alta variabilidad intra-
individual e inter-individual de los marcadores inflamatorios, sobre todo de los
inespecíficos como es la PCR. Mientras que la disminución de la función renal residual,
la existencia de comorbilidades y el propio entorno urémico (estrés oxidativo,
acumulación de productos avanzados de la glicosilación, etc) afectan a la variabilidad
inter-individual136, la variación intra-individual se ve más influida por los diferentes
eventos concurrentes (infecciones, complicaciones agudas y cirugías, entre otros), el
tipo de acceso vascular, las membranas bio-incompatibles, la retrofiltración, las
endotoxinas y la diálisis intermitente80,84,137,138.
Diversos estudios longitudinales en los cuales se han realizado varias medidas de
diferentes marcadores a lo largo del seguimiento, fundamentalmente de la PCR, han
demostrado ser un mejor marcador pronóstico que un valor puntual. Los diseños y
metodología de estos trabajos muestran diferentes formas de analizar los valores de
PCR a lo largo del seguimiento del paciente.
46
Como muestra la Figura 9 hay estudios que calculan la media y mediana de
todas las PCR realizadas. En el análisis multivariante analizan el riesgo relativo (RR)
tanto del valor basal de PCR, como del valor mínimo, del valor máximo, el de la media
y el de la mediana. Comprueban que los valores que presenta un RR más alto y que por
tanto mejor predicen el riesgo de muerte, son la media o la mediana de la PCR frente al
resto de mediciones80 (Figura 9).
IL-6 basal
Riego relativo de muerte
PCR mediana
PCR media
PCR máxima
PCR mínima
PCR basal
IL-6 basal
Análisis multivariante de Cox
Modificado de Snaedal S.80
Figura 9.- Diseño de los estudios longitudinales y formas de analizar la PCR
47
En otros estudios76,81,82, como muestra la Figura 10 se clasifica a los pacientes
según las variaciones de la PCR a lo largo del tiempo en cuatro categorías: pacientes
con niveles siempre bajos de PCR, pacientes con niveles de PCR que se modifican a lo
largo del seguimiento, descendiendo o aumentando y pacientes con niveles de PCR
siempre elevados. Estos estudios mostraron que los pacientes con niveles
persistentemente elevados de PCR tenían un peor pronóstico en comparación con los
otros grupos (Figura 10).
Curvas de supervivencia de Kaplan-Meier
PCR siempre baja
PCR que desciende
PCR que aumenta
PCR siempre elevada
Modificado de Meuwese CL.81
Figura 10.- Diseño de los estudios longitudinales y formas de analizar la PCR
48
Finalmente, hay estudios con análisis estadísticos más complejos donde utilizan
un modelo multivariante de Cox tiempo-dependiente para analizar, sobre un valor basal
anual, la influencia del marcador inflamatorio, en este caso IL-6 sobre la mortalidad. En
comparación con los valores basales, los RR fueron mayores cuando se incorpora la IL-
6 como una “covariable” tiempo-dependiente. Estos resultados son similares a los
resultados de estudios sobre la variabilidad de la paratohormona intacta (PTHi) o de la
hemoglobina (Hb)87.
Esto sugiere que la monitorización frecuente de la respuesta inflamatoria para
detectar fluctuaciones en los biomarcadores séricos de los pacientes en HD puede ser de
utilidad para el seguimiento del paciente, pudiendo afectar tanto a la toma de decisiones
clínicas como a la evolución del paciente.
La inflamación junto con la malnutrición y la ECV constituyen factores de
riesgo independientes de mortalidad, la cual se incrementa según aumenta el número de
factores de riesgo, pudiendo llegar a una mortalidad del 75% a los tres años en pacientes
que coinciden las tres entidades139.
Junto con la mortalidad, la presencia de un estado microinflamatorio,
generalizado, caracterizado por altos niveles de marcadores inflamatorios como es el
aumento de PCR y un descenso de marcadores nutricionales como la albumina, puede
contribuir a un mayor riesgo de hospitalización en estos pacientes140, mayor riesgo de
enfermedad vascular periférica (EVP)141, mayor riesgo de accidente cerebro-vascular
agudo51 y un mayor riesgo de muerte súbita en los pacientes en HD142-144.
49
1.6 ANEMIA EN LA ERC Y HEMODIÁLISIS
La anemia es una complicación frecuente en la ERC que aumenta conforme
disminuye el filtrado glomerular precisando tratamiento, en muchos casos, desde los
estadios 3 y 4145. Una vez que se inicia el TRS la anemia se agrava siendo habitual que
el 85-90% de los pacientes precisen tratamiento con agentes estimulantes de la
eritropoyesis146. La causa principal de la anemia es la producción inadecuada de
eritropoyetina (EPO) por el riñón pero existen otras causas potenciales de anemia que
quedan reflejadas en la Tabla 6.
Tabla 6.- Causas de anemia en la Enfermedad Renal Crónica
Modificado de López-Gómez JM.147
50
La respuesta al tratamiento con eritropoyetina humana recombinante (rHU-EPO)
es dosis dependiente aunque la respuesta puede variar mucho en el tiempo y en función
de las circunstancias bajo las cuales se administró el fármaco, tanto entre los pacientes e
incluso dentro de un mismo individuo. Entre las causas de falta de respuesta, la
deficiencia de hierro ha sido la más estudiada148 aunque se han descrito otros factores
como la edad, la presencia de comorbilidad asociada, los niveles más bajos de albumina
y la utilización de un catéter venoso central (CVC) frente a una fístula arteriovenosa
(FAV) como causa de resistencia al tratamiento con rHU-EPO38 .
La inflamación también juega un papel muy importante en la resistencia al
tratamiento con rHU-EPO. Durante el proceso de eritropoyesis determinadas citoquinas
con IL-3, IL-12, factor de crecimiento insulínico y factor estimulante de colonias de
monocitos y granulocitos, actúan estimulando la proliferación de hematíes; por el
contrario hay otras citoquinas como IL-1, IL-6 y TNF-α que bloquean este proceso de
eritropoyesis. La existencia de un estado inflamatorio o un proceso infeccioso se
acompaña de la presencia de estas citoquinas, pudiendo por tanto favorecer la
resistencia a la rHU-EPO y el desarrollo de anemia.
El índice de resistencia a la EPO (IRE) (U/Kg/semana/gr Hb) puede ser
considerado como un marcador relacionado con la comorbilidad y el estado
inflamatorio. Es fácil de calcular y es altamente útil en la evaluación del estado clínico
del paciente. Aumentos en los valores del IRE debe conducir a la búsqueda de posibles
procesos inflamatorios subyacentes.
51
Múltiples estudios han demostrado que la anemia es un factor de riesgo de
hospitalización y mortalidad, incluida la cardiovascular, en los pacientes en HD. La
presencia de anemia sin tratamiento se asocia a alteraciones cardiovasculares tales como
HVI149, cardiopatía isquémica150 e insuficiencia cardiaca congestiva151, todo ello puede
conducir a una mayor mortalidad y tasas de hospitalización152. Otros posibles síntomas
asociados son la debilidad, fatiga, letargia, alteraciones del sueño, anorexia y
disminución de las capacidades cognitiva y mental. Es por tanto fundamental el tratar de
una forma correcta la anemia en los pacientes en HD, estudiar todas las posibles causas
de la misma y en caso de resistencia al tratamiento con rHU-EPO buscar un posible
estado de inflamación crónica o procesos subclínicos.
1.7 ALTERACIONES DEL METABOLISMO ÓSEO-MINERAL EN LA
ERC Y EN HEMODIÁLISIS
Las alteraciones del metabolismo óseo-mineral son un factor de riesgo asociado
a morbilidad y mortalidad cardiovascular en pacientes con ERC153. Constituye una
entidad bien reconocida por sus características clínicas, bioquímicas e histológicas.
Las alteraciones bioquímicas se dan a nivel del calcio (Ca), fósforo (P), PTH,
factor de crecimiento fibroblástico (FGF)-23, Klotho y Vitamina D. La deficiencia de
calcitriol, junto con el hiperparatiroidismo secundario y la hiperfosforemia son los
principales agentes causantes de esta patología. Numerosos estudios longitudinales han
mostrado una asociación entre mortalidad a largo plazo y niveles más elevados de PTH
y P154,155. Recientemente se ha identificado el FGF-23 como principal regulador de la
52
homeostasis del P y constituye un factor predictor de mortalidad156,157. De tal modo que,
existe una potente asociación entre los niveles séricos de FGF-23 y la alteración de la
reactividad vascular, la ateroesclerosis, el índice de masa ventricular izquierda y la
funcionalidad del VI, todo ello independientemente del grado de función renal y del
estado mineral158-160.
A nivel histológico lo característico es la aparición de calcificaciones vasculares
y/o de tejidos blandos y un remodelado óseo anómalo (Figura 11). Ambas alteraciones
se producen desde etapas iniciales de la enfermedad renal y tienen una relación directa
con la aparición de ECV y de muerte161.
Figura 11.- Alteraciones del metabolismo óseo-mineral en la ERC
53
1.8 EDAD Y COMORBILIDAD ASOCIADA
1.8.1 Edad
En el momento actual, en la mayoría de las unidades de HD asistimos a un
incremento progresivo de pacientes incidentes más longevos. El mejor tratamiento de la
ECV y de los procesos oncológicos está originando un incremento de la supervivencia
general y de la esperanza de vida. Como consecuencia de ello gran cantidad de
pacientes añosos están alcanzando estadios avanzados de ERC que plantean la
necesidad de decidir el inicio de un TRS. El criterio para incluir a estos pacientes en
programa de HD ha sido motivo de debate durante mucho tiempo. Gracias a las mejoras
en las técnicas dialíticas y mayor apoyo financiero estos criterios han cambiado y ahora
una edad más avanzada no es una contraindicación para entrar en HD.
La mayor parte de los registros publicados demuestran que la incidencia en
diálisis de pacientes con edad superior a 75 años está aumentando de forma alarmante,
mientras que el resto de franjas de edad están estabilizados o muestran aumentos mucho
más discreto. Aproximadamente el 50% de los pacientes que inician diálisis crónica en
España tienen más de 65 años7. Por otra parte, esta población de edad avanzada suele
acumular otras enfermedades crónicas que empeorarían aún más el pronóstico vital y
funcional a corto plazo, sobre todo entre aquellos individuos que previamente ya no
eran autónomos para las actividades básicas de la vida diaria. La evolución de los
pacientes añosos está sujeta en la mayoría de los estudios, a la edad y a la comorbilidad
asociada162 y no es raro que sean pacientes con una alta tasa de mortalidad en el primer
año en diálisis acompañada de elevada tasa de ingresos y dudosa calidad de vida163. Aún
así, un estudio reciente realizado en pacientes mayores de 75 años que inician programa
54
de HD, encuentran que a diferencia de la población general, la edad no influye en la
mortalidad o la hospitalización de estos pacientes, siendo únicamente la comorbilidad
un factor independiente de riesgo de muerte y por tanto la edad avanzada en sí misma
no debe ser considerada como un factor de exclusión para el inicio de la diálisis164.
1.8.2 Comorbilidad asociada
Muchos pacientes con ERCT tienen condiciones comórbidas asociadas.
Enfermedades crónicas como la DM o HTA pueden ser causa de ERCT y estas
patologías continuarán y coexistirán posteriormente con la ERCT. Estudios
observacionales han demostrado que los pacientes con ERCT con comorbilidad
asociada tienen mayor riesgo de morir en comparación con los pacientes sin
comorbilidad165. En consecuencia, la comorbilidad es considerada como un fuerte factor
pronóstico de supervivencia.
En la ERC se han utilizado diferentes índices de comorbilidad para intentar
ajustar el pronóstico, como el índice de comorbilidad de Charlson (ICC)166, Khan165,
Davies167, Liu168 y el índice de comorbilidad de Charlson modificado169.
El índice de comorbilidad de Charlson propuesto por Mary Charlson y
colaboradores en 1987 fue creado con el objetivo de desarrollar un instrumento
pronóstico de comorbilidades que individualmente o en combinación, pudiera incidir en
el riesgo de mortalidad a corto plazo en todo tipo de pacientes. Consiste en 19
condiciones médicas catalogadas en cuatro grupos de acuerdo con el peso asignado a
55
cada enfermedad. Posteriormente en el año 1994, Charlson y colaboradores validaron el
uso combinado de comorbilidad y la edad del paciente (Tabla 7).
Tabla 7.- Índice de comorbilidad de Charlson
Apartir de 40 años de edad, añadir 1 punto por cada década de edad
De los diferentes índices elaborados en ERCT el ICC es el predictor más fiable y
preciso de mortalidad en HD170; es el que mejor discrimina la supervivencia de estos
pacientes 16 y es probablemente el más usado y recomendado en la ERC16. Si bien estos
índices son útiles para comparar la comorbilidad de diferentes grupos o poblaciones no
lo son tanto para determinar el pronóstico individual. Además, hay otros factores no
recogidos siempre en estos índices, como la edad y factores inherentes a la ERCT, como
la enfermedad renal primaria, la modalidad de tratamiento, el tipo de acceso vascular o
56
un inicio de diálisis «no programado» que también pueden influir notablemente en la
mortalidad de estos pacientes171,172.
1.9 ACCESO VASCULAR EN HEMODIÁLISIS Y MORBI-
MORTALIDAD
La técnica de HD requiere de un acceso vascular de larga duración lo que se
consigue con la realización de una FAV interna autóloga o protésica. Sin embargo, el
empleo de catéteres en las venas centrales constituye una alternativa como acceso
venoso permanente permitiendo la realización de una diálisis eficaz. En los últimos años
se ha detectado un cambio en el perfil del acceso vascular. Se estima que el porcentaje
de pacientes que inician HD en España con CVC oscila entre el 24 y el 44%173-175. Esta
tendencia se relaciona, sobre todo con una variación en las características de los
pacientes, que son más ancianos y con mayor porcentaje de diabéticos, así como con la
aparición de condiciones clínicas que señalan al CVC como el acceso vascular más
apropiado176.
El acceso vascular continúa siendo el “tendón de Aquiles” de las unidades de
HD y da lugar a revisiones exhaustivas del tema177,178. Teniendo en cuenta la menor
morbilidad y mortalidad asociada al uso de FAV en comparación con un CVC, la
National Kidney Foundation a través del grupo de trabajo del acceso vascular, elabora
las guías de práctica clínica que aconsejan la realización de una FAV en todos los
pacientes en HD, incluido los pacientes de edad más avanzada179. El estudio Dialysis
Outcomes and Practice Patterns Study (DOPPS), un estudio multicéntrico,
57
observacional, centrado en las características del tratamiento dialítico y sus resultados,
analiza 4156 pacientes incidentes en HD, encontrando que la presencia de un CVC es
un factor de riesgo de muerte en el primer año de HD180. Esta misma conclusión se
alcanza en los resultados de dos estudios multicéntricos realizados en España, el estudio
MAR con 1710 pacientes prevalentes en HD181 y el estudio ANSWER donde se
analizan 2310 pacientes incidentes en HD182, concluyendo en ambos que la mortalidad
es significativamente mayor en los pacientes con catéter permanente o prótesis de PTFE
que en los pacientes con FAV nativa. Una revisión sistemática, recientemente
publicada, realizada con el objetivo de cuantificar la asociación entre el tipo de acceso
vascular y la mortalidad, mostró los mismos resultados, presentando los pacientes con
CVC un mayor riesgo de muerte, de infecciones graves y de eventos
cardiovasculares183. Junto con una peor supervivencia, la presencia de un CVC también
supone un aumento en las tasas de hospitalización fundamentalmente de causa
infecciosa184. Los pacientes con una FAV realizada precozmente tienen mejor calidad
de vida, referida especialmente a actividad física y energía, estado emocional, calidad
del sueño y nivel de afectación producido por la enfermedad185.
Es necesario, por tanto realizar esfuerzos adicionales para lograr que los
pacientes en HD tengan una FAV debiendo ser considerada una técnica mandataria y no
electiva, con ello se pueden salvar vidas y evitar gastos médicos innecesarios.
58
59
2. JUSTIFICACIÓN, HIPÓTESIS Y OBJETIVOS
60
61
JUSTIFICACIÓN
Los pacientes con ERCT tienen una alta tasa de mortalidad que supera con
creces la tasa de mortalidad de la población general. En el último medio siglo el uso
generalizado de la HD ha constituido un notable logro para evitar la muerte por uremia
en estos pacientes. Hoy en día este tratamiento se ha expandido ampliamente y está
siendo utilizado por una población de pacientes cada vez más longeva con importantes
consecuencias para los pacientes y los sistemas de salud.
La principal causa de muerte en estos pacientes es la ECV seguida de la causa
infecciosa y tumoral. El riesgo de muerte varía considerablemente entre los enfermos
con ERCT dependiendo de condiciones preexistentes como la DM y la HTA que
empeoran la ECV. Asimismo, otras condiciones inherentes al estado urémico como la
presencia de anemia, las alteraciones en el metabolismo óseo-mineral, la inflamación
crónica y el propio tratamiento dialítico pudieran acentuar estos trastornos.
La inflamación sistémica es muy frecuente en los pacientes con ERCT. Diversos
factores influyen en un estado inflamatorio crónico en estos pacientes. Determinaciones
de marcadores séricos, entre ellos la PCR, nos pueden ayudar a diagnosticar este estado
inflamatorio. En cualquier caso, no existe suficiente evidencia sobre las implicaciones
de la monitorización regular de la PCR en pacientes en HD. Esto plantea la duda de si
múltiples medidas podrían ofrecer ventajas sobre una única determinación de este
parámetro para poder predecir la morbilidad y mortalidad e intentar adoptar las medidas
oportunas.
62
En el momento actual estamos ante un nuevo escenario clínico. Los pacientes
que inician programa de HD tienen cada vez más edad y presentan una mayor
comorbilidad asociada, con mayor prevalencia de DM y de un CVC como acceso
vascular. El conocimiento, por tanto, de marcadores inflamatorios y nutricionales podría
ayudarnos a detectar pacientes de alto riesgo, definir potenciales objetivos de
intervención farmacológica y poder planear futuros estudios en pacientes con ERCT en
aras de poder disminuir las tasas de mortalidad y morbilidad tan elevadas en estos
pacientes.
HIPÓTESIS
Los pacientes con ERCT incluidos en HD presentan una mayor morbilidad y
mortalidad que la población general. Datos demográficos, características clínicas
basales, la comorbilidad asociada y determinaciones séricas de marcadores
inflamatorios como la PCR constituyen una potente herramienta clínica para predecir la
morbilidad y mortalidad en estos pacientes. El cambio en la situación clínica de los
pacientes junto con la mejoría en las técnicas actuales de hemodiálisis, puede llevar
asociado una variación en el perfil inflamatorio y nutricional de los pacientes en HD que
podría afectar a la morbilidad y la mortalidad de estos pacientes.
63
OBJETIVOS
1.- OBJETIVO PRINCIPAL
• Analizar la relación entre los niveles séricos de PCR basales (determinados en el
momento de iniciar HD) y sus modificaciones durante el seguimiento y
tratamiento con HD con la mortalidad y la morbilidad cardiovascular, infecciosa
y tumoral en los pacientes tratados con HD.
2.- OBJETIVOS SECUNDARIOS
• Conocer el punto de corte óptimo en los niveles séricos basales de PCR que
presentan mayor sensibilidad y especificidad para predecir la morbilidad y
mortalidad en pacientes tratados con HD.
• Determinar si las medidas repetidas en el tiempo de los niveles de PCR, ofrecen
ventajas en la capacidad predictiva de mortalidad y morbilidad frente a una
determinación única basal al inicio del tratamiento con HD.
• Estudiar la asociación entre inflamación y malnutrición, analizando la
correlación entre marcadores inflamatorios y marcadores nutricionales.
• Evaluar la relación entre parámetros demográficos, factores clínicos de riesgo
(ICC, DM, ECV, HTA o dislipemia) y tipo de acceso vascular con la mortalidad
y morbilidad de estos pacientes.
64
65
3. MATERIAL Y MÉTODOS
66
67
3.1 DISEÑO DEL ESTUDIO
Estudio de cohortes, retrospectivo, observacional y analítico.
3.2 PACIENTES
3.2.1 Criterios de inclusión
Pacientes mayores de 18 años de edad que iniciaron programa de HD periódica
en el Servicio de Nefrología del Hospital General Universitario de Ciudad Real entre el
1 de enero del 2007 y el 31 de Mayo de 2011. Aunque se realizó un análisis
retrospectivo de las historias clínicas, los pacientes fueron seguidos de forma
prospectiva y periódica en nuestra unidad de HD. Todos los pacientes incluidos en el
estudio tenían al menos 2 determinaciones de PCR.
Se revisó la historia clínica de cada paciente recogiendo datos demográficos,
etiología de la ERC, presencia previa de ECV, HTA, DM y dislipemia, así como el ICC
y el tratamiento farmacológico que estaba recibiendo en el momento de ser incluido en
programa de HD.
El 95% de los pacientes fueron tratados con 3 sesiones de HD a la semana y el
5% restante estaban con 4 sesiones semanales. La duración media de la sesión osciló
entre 3,5 y 4 horas. Todos los pacientes estaban con dializadores de membranas
biocompatibles, repartidos entre los siguientes dializadores: helixona (60%),
polifenileno (15%), polinefrona (15%), polietersulfonsa (5%) y AN69 ST (5%). El
líquido de diálisis con bicarbonato y una cantidad de acetato entre 3 mmol/L y
elaborado con agua ultrapura con niveles de endotoxinas ≤ 0,03 EU/ml186. Se incluyeron
pacientes con técnicas de HD convencional y hemodiafiltración en línea (10%-12%)
68
con un volumen medio de infusión superior a 20 l/sesión (volumen infusión 25% del
flujo sanguíneo del acceso vascular).
3.2.2 Periodo de seguimiento
Los pacientes fueron seguidos en el tiempo hasta la finalización del estudio, el
30 de Mayo de 2013 o la aparición del evento compuesto (mortalidad y/o morbilidad).
La mediana de seguimiento fue de 30 meses con un intervalo intercuartílico (IQ) de 16-
43 meses.
3.2.3 Definiciones
• Enfermedad Cardiovascular: Fue definida por la presencia de:
o Enfermedad cardiaca:
! Cardiopatía isquémica: infarto de miocardio,
revascularización coronaria que incluía cirugía coronaria con
“bypass” o angioplastia coronaria percutánea; historia típica
de angina con coronariografía o pruebas de isquemia
miocárdica anormales.
! Insuficiencia cardiaca: según la definición de la Sociedad
Europea de Cardiología187: síntomas típicos (disnea, astenia,
edemas en MMII) y signos típicos (taquicardia, taquipnea,
derrame pleural, crepitantes, edemas) y evidencia objetiva de
una anomalía estructural o funcional del corazón
! Muerte súbita de origen cardiaco.
69
o Enfermedad cerebro-vascular: accidente cerebro-vascular agudo,
isquémico u hemorrágico; endarterectomía de arterias carótidas.
o Enfermedad vascular periférica: claudicación intermitente; cirugía de
revascularización de miembros inferiores; amputación de miembros
inferiores; aneurismas de aorta abdominal; isquemia mesentérica;
cirugía de aorta abdominal.
• Diabetes mellitus: historia de diabetes previa o actual, recibir fármacos
hipoglucemiantes y/o tener una glucemia en ayunas ≥ 126 mg/dl o una
concentración de HbA1c > 6.5%.
• Hipertensión arterial: se definió como una presión arterial sistólica > 140
mmHg y/o presión arterial diastólica > 90 mmHg o tratamiento
antihipertensivo188.
• Dislipemia: colesterol total > 200 mg/dl y/o niveles de triglicéridos > 200
mg/dl y/o recibir tratamiento hipolipemiante189.
• Malnutrición: niveles de albúmina < 3.8 gr/dl y/o prealbúmina < 30 mg/dl
y/o colesterol < 100 mg/dl, según la Sociedad International de Nutrición y
Metabolismo Renal190.
• Estado nutricional según índice de masa corporal (IMC):
o Bajo peso: IMC < 18,5 Kg/m2
o Normal: IMC ≥ 18.5 y < 25 Kg/m2
o Sobrepeso: IMC ≥ 25 y ≤ 30 Kg/m2
o Obesidad: IMC > 30 Kg/m2
70
3.3 PARÁMETROS CLÍNICOS Y ANALÍTICOS ANALIZADOS
3.3.1 Al inicio de HD (basales)
• Parámetros demográficos y clínicos: edad, género, peso, talla, IMC
(Kg/m2), etiología de ERC, condiciones comórbidas utilizando el ICC
adaptado a la edad, presencia de ECV, HTA, dislipemia, DM, tipo de acceso
vascular (CVC ó FAV autóloga o protésica), procedencia de un TX previo,
serología virus hepatotropos (B, C) y virus de la inmunodeficiencia humana
(VIH).
• Tratamiento farmacológico al inicio de HD por intención de tratar:
inhibidores del enzima de conversión de la Angiotensina II (IECA),
antagonistas del receptor AT1 de la angiotensina II (ARA II),
betabloqueantes, estatinas y/o fibratos, antiagregantes plaquetarios, quelantes
cálcicos, quelantes no cálcicos, rHU-EPO, dosis semanales de rHU-EPO/Kg,
e índice de resistencia a rHU-EPO (definido como dosis semanales rHU-
EPO/Kg/gr Hb)
• Parámetros analíticos:
o Marcadores inflamatorios: hs-PCR (mg/L), fibrinógeno (mg/dl),
ferritina (ng/ml), recuento de leucocitos, linfocitos y plaquetas.
o Marcadores nutricionales: albúmina (g/dl), prealbúmina (mg/dl),
transferrina (mg/dl), creatinina (mg/dl), recuento de linfocitos, perfil
lipídico {(colesterol (mg/dl), HDL-c (mg/dl), LDL-c (mg/dl) y
triglicéridos (mg/dl)}.
71
o Anemia: Hb (g/dL)
o Metabolismo óseo-mineral: Ca (mg/dl), P (mg/dl) y PTHi (pg/ml)
o Perfil hepático: {GOT (UI/L), GPT (UI/L) y GGT (UI/L)} y ácido
úrico (mg/dl)
3.3.2 Periodo de seguimiento
• Datos clínicos: Durante el periodo de seguimiento se recogieron:
o Complicaciones cardiovasculares de nueva aparición, clasificados
como evento cardiaco, enfermedad vascular periférica o accidente
cerebro vascular (según la definición previa de ECV).
o Hospitalización de causa infecciosa (bacteriemia, infecciones
respiratorias, abdominal, partes blandas y piel), tumoral o por ECV.
o Muerte y su causa.
• Datos analíticos:
o Cada 4 meses durante los 2 primeros años del seguimiento y
posteriormente cada 6 meses hasta la finalización del estudio:
hemograma, glucosa, urea, creatinina, calcio, fósforo, PTHi, perfil
lipídico, perfil hepático, ferritina, hs-PCR y albúmina.
o Cada 6 meses durante todo el periodo de seguimiento: Kt/v según
modelo bicompartimental191, tasa de catabolismo proteico
normalizada (n-PCR) medida como gr/Kg/día192, fibrinógeno, ácido
úrico, transferrina y prealbúmina.
72
3.4 VARIABLE PRINCIPAL
La variable principal o variable resultado, está formada por un evento compuesto
que incluyó:
o Mortalidad de cualquier causa y/o
o Morbilidad que incluye:
! Aparición de un nuevo evento clínico cardiovascular y/o
! Hospitalización por causa infecciosa, tumoral o cardiovascular.
3.5 DETERMINACIONES ANALÍTICAS
Todas las determinaciones analíticas se realizaron en el laboratorio del Hospital
General de Ciudad Real. Las muestras sanguíneas se tomaron al inicio de la HD,
después del periodo largo o fin de semana.
Albúmina (g/dl): Se determinó por fotometría a través del método verde de
bromocresol en un analizador ADVIA 2400.
Ácido úrico (mg/dl): Se determinó por método fotométrico, a través de la
reacción enzimática de Fossati con un punto final tipo Trinder. Analizador ADVIA
2400.
Creatinina (mg/dl): Se determinó a través del método fotométrico Jaffé en un
analizador ADVIA 2400. Este método es trazable al método de referencia IDMS
(espectrometría de masas con dilución isotópica).
Calcio (mg/dl): Se determinó por el método fotométrico del arsenazo, en un
analizador ADVIA 2400.
73
Colesterol total (mg/dl), HDL-c (mg/dl) y Triglicéridos (mg/dl): Método
fotométrico. Analizador ADVIA 2400.
LDL-c (mg/dl): Se calculó por la fórmula de Friedewald 193 si los triglicéridos
son inferiores a 200 mg/dl y si son superiores a 200 mg/dl se realizó un método
fotométrico en un analizador ADVIA 2400.
Ferritina (ng/ml): Método Inmunoturbidimetría. Analizador ADVIA 2400.
Fibrinógeno (mg/dl): Se determinó en un analizador ACLTOP 500.
Fósforo (mg/dl): Método fotométrico basado en el procedimiento de Daly y
Ertinghausen basado en la formación de un complejo entre el fósforo y el molibdato.
Analizador ADVIA 2400.
Hemograma: Hb (g/dl), leucocitos, linfocitos y plaquetas, se realizaron por
método fotométrico en un contador hematológico COULTER.
Prealbúmina (mg/dl): Método Nefelometría Cinética. Analizador IMMAGE
800.
hs-PCR (mg/L): Los niveles séricos de PCR se determinaron mediante un
método inmunoturbidimétrico de alta sensibilidad (wr CRP wide range C-Reactive
Protein) de la firma comercial Siemens Healthcare Diagnostics. Este ensayo tiene un
rango de detección de 0.1-624 mg/L; los valores por debajo del límite de detección se
informan como < 0.1 mg/L. El coeficiente de variación inter-ensayo es de 3.2% para
valores de 0.96 mg/L, 1.2% para valores de 5.14 mg/L y de 0.2% para valores de 98
mg/L.
74
PTHi (pg/dl): Método Inmunoquimioluminiscencia. Analizador ADVIA
CENTAUR.
Transferrina (mg/dl): Se determinó por el método inmunonefelométrico, en un
analizador IMMAGE 800.
Urea (mg/dl): Método fotométrico basado en la reacción enzimática de Roch-
Ramel que determina el nitrógeno ureico y posterior multiplicación por 2.14 para
calcular urea. Analizador ADVIA 2400.
3.6 CÁLCULO DEL TAMAÑO MUESTRAL
Los pacientes con ERCT en programa de HD presentan un cierto grado de
inflamación crónica. Según estudios previos la proporción de pacientes con ERCT con
datos de inflamación crónica, determinada por niveles séricos de hs-PCR superiores a
10 mg/L, está en torno al 30%76,109.
La población de pacientes prevalentes en HD en la provincia de Ciudad Real a
fecha 30 Mayo de 2013 fue de 260 pacientes (500 pacientes en HD por millón de
población). El número de pacientes necesario para estudiar la proporción de pacientes
con parámetros inflamatorios, definida por niveles de hs-PCR > 10 mg/L, con un nivel
de significación del 95% y una precisión absoluta de 4, es de 170 pacientes. Asumiendo
un 10% de pérdidas el número de pacientes a incluir en el estudio fue de 190 pacientes
(Epidat 3.1).
75
3.7 ANÁLISIS ESTADÍSTICO
Cada variable fue resumida utilizando los estadísticos descriptivos adecuados a
la naturaleza, cuantitativa o cualitativa, de la misma.
Variables cuantitativas: Se determinó la media ± desviación estándar o mediana
con el intervalo intercuartílico (IQ), según la distribución Gaussiana de la variable. La
normalidad de las variables se comprobó mediante las pruebas de Kolmogorov-
Smirnov. Variables cualitativas: frecuencias absolutas y relativas, expresadas como
porcentajes.
Las diferencias entre las diferentes variables analizadas se valoraron mediante
pruebas de chi cuadrado (prueba exacta de Fisher si el número de efectivos esperado era
inferior a 5) en los variables cualitativos y mediante la prueba t de Student o la U de
Mann-Whitney, cuando es necesario, en los cuantitativos.
Las determinaciones de los niveles de hs-PCR, permitieron analizar la
sensibilidad y especificidad de estos valores para diagnosticar la probabilidad de muerte
o morbilidad. La representación en un gráfico de la sensibilidad (en ordenadas) y los
falsos positivos (1-especificidad) (en abscisas), para cada posible valor de corte de hs-
PCR, nos proporcionó la curva Receiver Operating Characteristic (ROC)
correspondiente. Se calculó el índice de Youden (IY = Se +Es −1) para obtener el valor
de hs-PCR con mayor sensibilidad y mayor especificidad para predecir mortalidad o
morbilidad. Este valor de hs-PCR en el momento de iniciar HD fue de 8 mg/L.
La prueba de ANOVA o el test de Kruskal-Wallis se aplicó para comparar
medidas continuas en diferentes grupos dependiendo de los niveles de hs-PCR,
76
estableciendo como punto de corte, el valor obtenido con las curvas ROC (8 mg/L). Se
compararon tres grupos de pacientes: Grupo I: pacientes con niveles de hs-PCR siempre
inferiores a 8 mg/L a lo largo del seguimiento; Grupo II: pacientes que al menos en una
ocasión han presentado niveles de hs-PCR superiores a 8 mg/L y Grupo III: pacientes
con niveles de hs-PCR siempre superiores a 8 mg/L a lo largo de todo el seguimiento.
Se calculó el grado de relación entre los diferentes marcadores inflamatorios y
nutricionales, fundamentalmente PCR y albúmina mediante el coeficiente de correlación
de Pearson o Spearman según la distribución de las variables. Con un modelo de
regresión lineal múltiple se evaluó la relación independiente entre los niveles de hs-PCR
y albúmina; el modelo fue ajustado por edad, género, tipo de acceso vascular, ICC,
niveles de prealbúmina, ferritina, fibrinógeno, hemoglobina, leucocitos e IRE.
Las funciones de supervivencia se calcularon mediante el análisis de Kaplan-
Meier. El análisis comparativo se realizó a través del Long Rank. Comparamos la
probabilidad de supervivencia según la mediana de la edad del paciente (≤ 67 años vs >
67 años); la presencia de ECV; la mediana del ICC (<7 vs >7); el tipo de acceso
vascular (CVC vs FAV); los niveles basales de hs-PCR (dos grupos según el punto de
corte obtenido en las curvas ROC, en este caso niveles de 8 mg/L); la variabilidad en los
niveles de hs-PCR a lo largo del seguimiento (pacientes sin inflamación vs pacientes
con inflamación oscilante vs pacientes con inflamación persistente) y los niveles de
albúmina (dos grupos en base al punto de corte de 3,8 g/dl según el criterio de
malnutrición de la Sociedad Internacional de Nutrición y Metabolismo Renal190).
La identificación de las variables predictoras de la muerte y del evento
compuesto (muerte y/o morbilidad) en el momento de iniciar HD así como durante el
77
periodo de seguimiento, se analizó mediante un modelo de Cox de riesgos
proporcionales. Utilizamos un criterio de modelización basado en las significación
estadística (según los cambios de verosimilitud del modelo) y de control de la confusión
(según los cambios de las estimaciones de las asociaciones). Las variables con
significación estadística en el modelo univariado, fueron incluidas para generar un
modelo multivariante predictivo parsimonioso. Se realizó un análisis con datos basales
y un segundo modelo con datos del seguimiento. Las variables incluidas en el modelo
basal fueron: edad, género, ICC, tipo de acceso vascular, hs-PCR, ferritina, albúmina,
transferrina y hemoglobina. Creamos un modelo de riesgo compuesto utilizando
aquellos factores de riesgo basales asociados con la mortalidad en el modelo
multivariado de regresión de Cox. De esta manera comparamos pacientes sin factores de
riesgo de mortalidad con aquellos que presentaron uno o más factores de riesgo,
ajustando para otros parámetros de confusión. Durante el periodo de seguimiento, se
determinó la media, la mediana y el valor máximo de hs-PCR para cada paciente.
Construimos un nuevo modelo de Cox para conocer los factores de riesgo de mortalidad
y/o morbilidad durante el periodo de seguimiento. El análisis multivariante incluyó
edad, género, ICC, tipo de acceso vascular, albúmina media, fibrinógeno medio, n-PCR
media, así como las diferentes determinaciones de hs-PCR (media, mediana y valor
máximo).
Para todos los contrastes se ha considerado una significación estadística si P <
0,05). Los cálculos estadísticos se han realizado con el programa SPSS versión 20.0
(SPSS, Inc., Chicago IL, USA) y el Epidat 3.1.
78
79
4. RESULTADOS
80
81
4.1 CARÁCTERÍSTICAS BASALES
4.1.1 Características demográficas y clínicas basales
Se incluyeron en el estudio un total de 190 pacientes que iniciaron programa de
HD entre los años 2007 y 2011 en el servicio de Nefrología del Hospital General
Universitario de Ciudad Real. .
La Tabla 8 muestra las características demográficas y clínicas de los pacientes
en el momento de iniciar HD.
La edad media fue de 63±15 años (rango 21 a 85 años). La mayoría de los
pacientes eran varones (60%). Las dos terceras partes de los pacientes presentaban datos
de sobrepeso y obesidad. La etiología más frecuente de la ERC fue la nefropatía
diabética seguida de la patología glomerular. La mediana del ICC fue de 7 (IQ 5-9) y el
porcentaje de pacientes con ECV y DM fue del 40% y el 46%, respectivamente.
El 40% de los pacientes iniciaron HD con un CVC frente al 60% que
presentaban una FAV y un 13% de los pacientes procedían de un TX renal no
funcionante (Tabla 8).
82
Tabla 8.- Características demográficas y clínicas de los pacientes al inicio de
hemodiálisis
N= 190 pacientes
EDAD (años) 63 ± 15
SEXO (%) Hombre Mujer
60 40
IMC (Kg/m2) 27 (24-31)
IMC (%) Bajo peso Normal
Sobrepeso Obesidad
1
35 32 32
ETIOLOGIA ERC (%) Nefropatía diabética
Glomerular No filiada Vascular
Otras Hereditaria
25 21 18 14 15 7
INDICE DE CHARLSON 7 (5-9)
HTA (%) 90
DIABETES MELLITUS (%) 46
DISLIPEMIA (%) 67
ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR (%) 40
ENFERMEDAD VASCULAR PERIFÉRICA (%) 16
HEPATOPATÍA VIRUS C (%) 4
TIPO DE ACCESO VASCULAR (%) FAV CVC
60 40
PROCEDENCIA DE TX RENAL (%) 13
Los datos cuantitativos son expresados como media±desviación estándar, excepto índice de comorbilidad de Charlson que se expresa como mediana e intervalo intercuartílico. Los datos categóricos son expresados como porcentajes.
Abreviaturas: IMC: índice masa corporal; ERC: Enfermedad renal crónica; HTA: Hipertensión arterial; FAV: Fístula arteriovenosa; CVC: Catéter venoso central; Tx: Trasplante.
83
Medicación basal
En el momento de iniciar HD el 95% de los pacientes estaba recibiendo
tratamiento con rHU-EPO, cuya mediana de dosis administrada fue de 132
U/Kg/semana (IQ 68-202) y la mediana del IRE fue de 13 U/Kg/semana/gr Hb (IQ 6-
20). El 68% de los pacientes estaba recibiendo tratamiento antihipertensivo de los
cuales, el 42% recibían fármacos ARAII, el 33% IECA y el 34% recibía
betabloqueantes. Los fármacos hipolipemiantes se administraron en 113 pacientes
(60%). El 45% de los pacientes estaba en tratamiento con antiagregantes plaquetarios.
Finalmente el 70% de los pacientes recibía quelantes del fósforo: 85 pacientes (45%)
quelantes del fósforo cálcicos y 76 pacientes (40%) quelantes del fósforo no cálcicos.
4.1.2 Parámetros analíticos basales
La Tabla 9 muestra los parámetros analíticos hematológicos e inflamatorios en el
momento de iniciar programa de HD. La anemia fue muy prevalente entre nuestros
pacientes, así el 46% presentaban niveles de Hb inferiores a 10 gr/dl y el 74% tenían
cifras de Hb inferiores a 11 gr/dl, todo ello a pesar de estar la gran mayoría en
tratamiento con rHU-EPO antes de iniciar HD. De igual modo, varios marcadores
inflamatorios como hs-PCR y fibrinógeno se encontraban elevados, con una mediana de
hs-PCR de 8 mg/L (IQ 2-18). El 62% de los pacientes presentaban una hs-PCR superior
a 5 mg/L en el momento de iniciar HD y el 42% tenían niveles superiores a 10 mg/L
(Tabla 9).
84
Tabla 9.- Parámetros hematológicos e inflamatorios basales
PARÁMETROS HEMATOLÓGICOS
Hemoglobina (g/dl) 10,2 ± 1,2
Pacientes con Hb ≤ 10 g/dl (%)
Pacientes con Hb < 11 g/dl (%)
46
73
Leucocitos / mcL 7450 (6100-9100)
Linfocitos / mcL 1300 (900-1700)
Plaquetas / mcL 205000 ± 77588
PARÁMETROS INFLAMATORIOS
hs-PCR (mg/L) 8 (2-18)
Pacientes con hs-PCR > 5 mg/L (%) 62
Pacientes con hs-PCR > 10 mg/L (%) 42
Fibrinógeno (mg/dl) 456 ± 125
Ferritina (ng/ml) 176 (102-310)
Los datos cuantitativos son expresados como media ± desviación estándar, excepto leucocitos, linfocitos, hs-PCR y ferritina que se expresan como mediana e intervalo intercuartíl. Los datos categóricos son expresados como porcentajes.
Abreviaturas: Hb: Hemoglobina; hs-PCR: Proteína C reactiva ultrasensible.
85
La Tabla 10 muestra los parámetros nutricionales, metabolismo óseo-mineral y
lipídico al inicio de HD. Aproximadamente dos tercios de los pacientes (76%),
presentaron niveles de albúmina inferiores a 3.8 g/dl. Asimismo, el 60% de los
pacientes presentó niveles inferiores a 30 mg/dl de prealbúmina. A nivel del
metabolismo óseo-mineral, el P medio fue de 5,1 ± 1,6 mg/dl con un nivel de Ca
normal. El 50% de los pacientes presentaron una PTHi superior a 300 pg/ml. Los
parámetros lipídicos se encontraban dentro de la normalidad y los niveles medios de
ácido úrico se encontraban elevados en el momento de iniciar HD (Tabla 10).
86
Tabla 10.- Parámetros nutricionales, metabolismo óseo-mineral y lipídico, basales
PARÁMETROS NUTRICIONALES
Albúmina (g/dl) 3,5 ± 0,5
Pacientes con albúmina < 3,8 g/dl (%) 76
Prealbúmina (mg/dl) 26,8 ± 8
Pacientes con prealbúmina < 30 mg/dl (%) 60
Transferrina (mg/dl) 178 ± 43
METABOLISMO ÓSEO-MINERAL
Calcio (mg/dl) 8,6 ± 0,8
Fósforo (mg/dl) 5,1 ± 1,6
PTHi (pg/ml) 294 (193-499)
Pacientes con PTHi > 300 pg/ml (%) 48
METABOLISMO LIPÍDICO Y ÁCIDO ÚRICO
Colesterol (mg/dl) 146 ± 43
HDL-c (mg/dl) 38 ± 9
LDL-c (mg/dl) 82 ± 31
Triglicéridos (mg/dl) 127 ± 63
Ácido úrico (mg/dl) 7 ± 2,1
Los datos cuantitativos son expresados como media ± desviación estándar, excepto PTHi que se expresa
como mediana e intervalo intercuartílico. Los datos categóricos son expresados como porcentajes.
Abreviaturas: PTHi: Paratohormona intacta; HDL-c: Colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad;
LDL-c: Colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad.
87
4.2 MORTALIDAD Y MORBILIDAD
Los pacientes fueron seguidos en el tiempo hasta la aparición del evento
compuesto (variable principal: mortalidad y/o morbilidad) definida previamente en la
metodología o hasta la finalización del estudio el 30 de Mayo de 2013.
La mediana de seguimiento fue de 30 meses (IQ 16-43 meses). Durante todo el
periodo de estudio, se trasplantaron 32 pacientes (16,8%) y en 5 pacientes (2,6%) se
perdió el seguimiento por cambio de residencia. La mediana de seguimiento de los
pacientes que se perdieron del estudio fue de 25 meses (IQ 13-37).
Un total de 55 pacientes fallecieron (29%) con una tasa de mortalidad anual del
11,5% (intervalo confianza al 95%: 8,6-14,8%). La Figura 12 muestra las curvas de
supervivencia de Kaplan-Meier de la población estudiada con sus intervalos de
confianza al 95%. Así, la probabilidad de supervivencia, al año de haber iniciado HD, a
los dos y a los tres años fue del 90%, 82% y 74%, respectivamente.
88
Figura 12.- Supervivencia global de toda la población
La Figura 13 representa las principales causas de muerte y hospitalización. La
ECV supuso el 49% de todos los fallecimientos, seguida de la causa infecciosa (22%) y
la tumoral (18%). De los pacientes que fallecen por ECV, el 44% lo hacen por patología
cardiaca y el 40% por EVP. El 22% de los pacientes requirió ingreso hospitalario,
siendo la etiología infecciosa la principal causa de ingreso (47% de los ingresos)
seguido de la ECV (31% de los ingresos) y la causa tumoral (17% de los ingresos)
(Figura 13).
89
49%
22%
18%
11%
ENFERMEDADCARDIOVASCULAR
INFECCIOSA
TUMORAL
OTRAS
MORTALIDAD
31%
47%
17%
5%
ENFERMEDADCARDIOVASCULAR
INFECCIOSA
TUMORAL
OTRAS
HOSPITALIZACIÓN
Figura 13.- Causas de mortalidad y de hospitalización
La mortalidad ocurrió principalmente en los dos primeros años después de su
entrada en HD. Así, el 33% de los pacientes que fallecen, lo hacen en el primer año y el
25% lo hacen en el año siguiente para posteriormente disminuir la mortalidad de forma
significativa (P= 0.001) (Figura 14). La tasa de mortalidad anual durante los dos
primeros años fue del 40% frente a una tasa de mortalidad anual del 6% en los años
posteriores (P< 0.0001)
90
0
5
10
15
20
25
30
35
0-12meses 12-24meses 24-36meses 36-48meses 48-65meses
MORTALIDAD
Porcentaje
P =0.000
Figura 14.- Mortalidad y tiempo en hemodiálisis
La patología cardiovascular fue muy prevalente. Cuarenta pacientes presentaron
un evento cardiovascular de “novo” (20%) y de ellos, el 67,5% de los pacientes
fallecieron por este motivo. La patología cardiaca fue el evento cardiovascular más
frecuente afectando al 11% de todos los pacientes seguida de la enfermedad vascular
periférica (7,5%) y un 2,5% de los pacientes presentaron un accidente cerebro-vascular
agudo.
Finalmente, un total de 97 pacientes (51%) presentaron el evento compuesto:
mortalidad de cualquier causa (55 pacientes) y/o morbilidad definida por hospitalización
de causa infecciosa, tumoral o un evento cardiovascular (42 pacientes).
91
4.3 CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS Y ANALÍTICAS, BASALES,
ASOCIADAS CON MORTALIDAD Y MORBI-MORTALIDAD
4.3.1 Características demográficas y clínicas basales asociadas a mortalidad
La Tabla 11 muestra las características demográficas y clínicas de los pacientes
que fallecieron frente al resto de pacientes.
Los pacientes que fallecieron a lo largo del seguimiento se caracterizaron por ser
de mayor edad, presentaban un ICC más elevado y había un porcentaje más elevado de
ECV basal que los pacientes que no fallecieron. No encontramos diferencias en el
género, IMC ni en la etiología de la ERC entre los fallecidos y no fallecidos. En
relación al resto de factores de riesgo cardiovascular no había diferencias en la
proporción de diabéticos, la presencia de dislipemia o el porcentaje de pacientes
hipertensos.
La presencia de un CVC fue de forma significativa más frecuente en el grupo de
pacientes que fallecieron. No encontramos diferencias en el hecho de que el paciente
procediera de un Tx renal previo (Tabla 11).
92
Tabla 11.- Características demográficas y clínicas asociadas con mortalidad
EXITUS (N= 55)
NO EXITUS (N= 135)
P
EDAD (años) 72 ± 9 59 ± 16 0.000
GÉNERO (%)
Hombre
Mujer
60
40
60
40
1.000
IMC (Kg/m2) 28 ± 5,7 27 ± 5,6 0.172
ETIOLOGÍA ERC (%)
Nefropatía diabética
Glomerular
Vascular
29
13
16
23
24
11
0.422
HTA (%) 84 93 0.062
DIABETES MELLITUS (%) 51 44 0.366
ENFERMEDAD
CARDIOVASCULAR (%)
58 33 0.002
DISLIPEMIA (%) 64 69 0.499
ÍNDICE CHARLSON 9 (7-10) 6 (5-8) 0.001
ACCESO VASCULAR (%)
FAV
CVC
34
66
71
29
0.000
TX PREVIO (%) 7 14 0.156
Los datos cuantitativos son expresados como media ± desviación estándar, excepto índice de
comorbilidad de Charlson que es expresado como mediana y rango intercuartílico. Los datos categóricos
son expresados como porcentajes.
Abreviaturas: IMC: índice masa corporal; ERC: Enfermedad renal crónica; HTA: Hipertensión
arterial; FAV: Fístula arteriovenosa; CVC: Catéter venoso central; TX: Trasplante
93
En relación con el tratamiento farmacológico que estaban recibiendo los
pacientes al inicio de HD, la Tabla 12 muestra este tratamiento en los dos grupos de
pacientes.
La dosis de EPO fue más elevada en el grupo que falleció y el IRE también fue
más elevado. La proporción de pacientes que estaba en tratamiento con IECA y ARA II,
en el momento de su inclusión, fue mayor en el grupo de pacientes que no falleció y lo
mismo ocurrió con el tratamiento con quelantes del fósforo no cálcicos, que fue mayor
el porcentaje en el grupo que no falleció. No encontramos diferencias en relación con el
tratamiento con antiagregantes plaquetarios y betabloqueantes (Tabla 12)
94
Tabla 12.- Tratamiento farmacológico al inicio de hemodiálisis y mortalidad
EXITUS
(N= 55)
NO EXITUS
(N= 135)
P
DOSIS EPO (U/Kg/semana) 186 ± 129 132 ± 97 0.007
IRE (U/Kg/semana/gr Hb) 19 ± 14 13 ± 11 0.010
IECA (%) 18 38 0.007
ARA II (%) 23 49 0.002
BETA BLOQUEANTES (%) 33 35 0.867
ANTIAGREGANTES
PLAQUETARIOS (%)
44 45 0.873
QUELANTES FÓSFORO
CÁLCICOS (%)
38 47 0.264
QUELANTES FÓSFORO
NO CÁLCICOS (%)
29 44 0.052
Los datos cuantitativos son expresados como media ± desviación estándar. Los datos categóricos son expresados como porcentajes.
Abreviaturas: EPO: Eritropoyetina; IRE: índice de resistencia a la eritropoyetina; Hb: Hemoglobina;
IECA: Inhibidores del enzima de conversión de la Angiotensina II; ARA II: Antagonistas del receptor
AT1 de la Angiotensina II
95
4.3.2 Parámetros analíticos basales asociados con mortalidad
En la Tabla 13 se presentan los parámetros analíticos, al inicio de HD, de los
pacientes que fallecieron, frente al resto de pacientes.
De forma significativa, los pacientes que fallecieron a lo largo del periodo de
seguimiento presentaban parámetros de desnutrición con niveles más bajos de albúmina,
prealbúmina y transferrina. Por el contrario, tenían niveles más elevados de marcadores
inflamatorios, fundamentalmente hs-PCR, ferritina, leucocitos y linfocitos.
A nivel del metabolismo óseo-mineral, únicamente encontramos diferencias en
los niveles de Ca, que eran inferiores en los pacientes que fallecieron pero no había
diferencias en los niveles de P y de PTHi. Por otro lado, tampoco encontramos
diferencias en relación con datos de anemia, perfil lipídico y niveles de ácido úrico
(Tabla 13).
96
Tabla 13.- Parámetros analíticos al inicio de hemodiálisis y mortalidad
EXITUS (N= 55)
NO EXITUS (N= 135)
P
Hemoglobina (g/dl) 10 ± 1,2 10,2 ± 1,2 0.214
Leucocitos/ mcL 9196 ± 4025 7455 ± 2360 0.005
Linfocitos/ mcL 1625 ± 3218 1469 ± 965 0.039
Albúmina (g/dl) 3,3 ± 0,5 3,6 ± 0,4 0.000
Prealbúmina (mg/dl) 23 ± 8 28 ± 7 0.000
Transferrina (mg/dl) 161 ± 46 185 ± 40 0.000
hs-PCR (mg/L) 32 ± 42 12 ± 22 0.000
Ferritina (mg/dl) 366 ± 365 219 ± 175 0.041
Fibrinógeno (mg/dl) 482 ± 134 445 ± 120 0.065
Calcio (mg/dl) 8,4 ± 0,9 8,6 ± 0,8 0.023
Fósforo (mg/dl) 5 ± 1,7 5 ± 1,6 0.961
PTHi (pg/ml) 342± 235 404 ± 374 0.253
Colesterol (mg/dl) 138 ± 36 150 ± 44 0.084
HDL-c (mg/dl) 37 ± 10 38 ± 12 0.765
LDL-c (mg/dl) 75 ± 24 84 ± 33 0.059
Triglicéridos (mg/dl) 124 ± 69 129 ± 60 0.665
Ácido úrico (mg/dl) 7 ± 2 7,1 ± 2 0.656
Los datos cuantitativos son expresados como media ± desviación estándar.
Abreviaturas: hs-PCR: Proteína C reactiva ultrasensible; PTHi: Paratohormona intacta; HDL-c: colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad; LDL-c: colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad.
97
4.3.3 Características demográficas y clínicas basales asociadas a mortalidad
y/o morbilidad
La gran mayoría de diferencias clínicas que encontramos entre los pacientes que
fallecen y pacientes que sobreviven se confirmaban cuando analizamos el evento
compuesto, es decir, mortalidad y/o morbilidad de forma conjunta como muestra la
Tabla 14. Así, nuevamente eran pacientes de mayor edad, con un ICC más elevado, con
una mayor prevalencia de ECV y había un porcentaje más elevado pacientes con CVC
en el grupo de pacientes que tuvo el evento compuesto. La prevalencia de DM, fue
también más elevada en este grupo (Tabla 14).
98
Tabla 14.- Características demográficas y clínicas basales asociadas con
mortalidad y/o morbilidad
EXITUS Y/O HOSPITALIZACIÓN
(N= 97)
NO EXITUS Y/O HOSPITALIZACIÓN
(N= 93)
P
EDAD (años) 68 ± 12 58 ± 16 0.000
GÉNERO (%)
Hombre
Mujer
65
35
55
45
0.155
IMC (Kg/m2) 27 ± 5 28 ± 6 0.172
ETIOLOGÍA ERC (%)
Nefropatía diabética
Glomerular
Vascular
25
15
15
25
26
10
0.158
HTA (%) 86 95 0.038
DIABETES
MELLITUS (%)
53 39 0.055
ENFERMEDAD
CARDIOVASCULAR (%)
56
25
0.000
DISLIPEMIA (%) 67 68 0.914
ÍNDICE CHARLSON 8 (6-10) 6 (4-8) 0.000
ACCESO VASCULAR (%)
FAV
CVC
46
54
75
25
0.000
TX PREVIO (%) 9 16 0.155
Los datos cuantitativos son expresados como media ± desviación estándar excepto el índice de
comorbilidad de Charlson que se expresa como mediana y rango intercuartílico. Los datos categóricos
son expresados como porcentajes.
Abreviaturas: IMC: índice masa corporal; ERC: Enfermedad renal crónica; HTA: Hipertensión
arterial; FAV: Fístula arteriovenosa; CVC: Catéter venoso central; TX: Trasplante
99
4.3.4 Parámetros analíticos basales asociados con mortalidad y/o
morbilidad
La Tabla 15 muestra el análisis del global de los parámetros analíticos de los
pacientes que fallecieron y/o presentaron morbilidad (ingreso hospitalario o patología
cardiovascular), frente a los pacientes que no presentaron el evento.
De nuevo, se observó un descenso en los niveles de parámetros nutricionales,
con valores más bajos de albúmina, prealbúmina y transferrina. Presentaban un aumento
de los marcadores inflamatorios, como la hs-PCR, ferritina, leucocitos y linfocitos, así
como un aumento de marcadores trombogénicos como el fibrinógeno. En el grupo de
pacientes que presentó el evento compuesto observamos que eran pacientes con cifras
de Hb más bajas.
En relación con el metabolismo óseo-mineral, los niveles de Ca y PTHi eran
inferiores de forma significativa, sin cambios en el P sérico. El perfil lipídico y los
niveles de ácido úrico no mostraban diferencias entre ambos grupos de pacientes, pero
los pacientes con morbilidad y/o mortalidad presentaron niveles inferiores de colesterol
(Tabla 15).
100
Tabla 15.- Parámetros analíticos basales y mortalidad y/o morbilidad
EXITUS Y/O HOSPITALIZACIÓN
(N= 97)
NO EXITUS Y/O HOSPITALIZACIÓN
(N=93)
P
Hemoglobina (g/dl) 9,9 ± 1,2 10 ,4 ± 1,3 0.009
Leucocitos/ mcL 8452 ± 3447 7444 ± 2447 0.045
Linfocitos/ mcL 1540 ± 2572 1489 ± 737 0.010
Albúmina (g/dl) 3,38 ± 0,4 3,65 ± 0,4 0.000
Prealbúmina (mg/dl) 24 ± 8 29 ± 7 0.000
Transferrina (mg/dl) 171 ± 45 186 ± 38 0.005
hs-PCR (mg/L) 26 ± 39 9 ± 13 0.000
Ferritina (mg/dl) 307 ± 313 214 ± 159 0.012
Fibrinógeno (mg/dl) 485 ± 137 426 ± 104 0.004
Calcio (mg/dl) 8,4 ± 0,9 8,8 ± 0,7 0.004
Fósforo (mg/dl) 5,1 ± 1,6 5 ± 1,6 0.732
PTHi (pg/ml) 338 ± 232 435 ± 419 0.049
Colesterol (mg/dl) 140 ± 39 152 ± 45 0.051
HDL-c (mg/dl) 37 ± 10 38 ± 12 0.293
LDL-c (mg/dl) 76 ± 26 87 ± 35 0.016
Triglicéridos (mg/dl) 130 ± 73 125 ± 50 0.599
Ácido úrico (mg/dl) 7 ± 2 7 ± 1,9 0.997
Los datos cuantitativos son expresados como media ± desviación estándar.
Abreviaturas: hs-PCR: Proteína C reactiva ultrasensible; PTHi: Paratohormona intacta; HDL-c: colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad; LDL-c: colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad.
101
4.4 PROTEÍNA C REACTIVA Y MORBI-MORTALIDAD
4.4.1 Valores basales de PCR y probabilidad de mortalidad y morbi-
mortalidad: análisis de curvas ROC
La capacidad predictiva de los niveles basales de hs-PCR, para la mortalidad,
mostró un área bajo la curva ROC de 0,724 (IC 95% 0,644-0,803; P< 0.0001). El valor
de hs-PCR basal con mayor sensibilidad (76%), mayor especificidad (62%) y más alto
índice de Youden (IY) (0,386) para predecir la probabilidad de muerte fue de 8,35 mg/L
(Figura 15).
El área bajo la curva ROC de los niveles basales de hs-PCR para predecir el
evento compuesto (mortalidad y/o morbilidad) fue de 0,710 (IC 95%: 0,637-0,783; P
<0.0001) y el valor de hs-PCR con mayor sensibilidad (66%), mayor especificidad
(67%) y más elevado IY (0,316) para predecir el evento compuesto fue de 8,15 mg/L
(Figura 15).
102
Figura 15.- Curvas ROC para la Proteína C Reactiva como predictor de
mortalidad (A) y mortalidad y/o morbilidad (B)
4.4.2 Características clínicas, analíticas y tratamiento farmacológico de los
grupos de pacientes según niveles basales de PCR
De acuerdo con los niveles basales de hs-PCR obtenidos de las curvas ROC que
predicen mejor la mortalidad o el evento compuesto (8,35 mg/L y 8,15 mg/L,
respectivamente) categorizamos a los pacientes en dos grupos con la finalidad de
facilitar el análisis de los resultados. Establecimos pacientes con niveles basales de hs-
PCR >8 mg/L vs pacientes con niveles basales de hs-PCR ≤8 mg/L.
103
La Tabla 16 muestra las características demográficas, clínicas y tratamiento
farmacológico al inicio de HD en los dos grupos de pacientes según los niveles basales
de hs-PCR. Los pacientes con niveles de hs-PCR más elevados, eran de mayor edad y
con un ICC más elevado. No encontramos diferencias en relación al género e IMC.
La presencia de ECV, DM y dislipemia fue más frecuente en el grupo con
niveles mayores de hs-PCR pero estas diferencias no alcanzaron significación
estadística. La proporción de pacientes con un CVC en el grupo de hs-PCR >8 mg/L fue
mayor que en el grupo de hs-PCR ≤8 mg/L (53% vs 26%; P <0.001).
La proporción de pacientes que estaban tomando IECA y ARA II fue mayor, de
forma significativa, en el grupo con niveles más bajos de hs-PCR y lo mismo ocurrió
con los quelantes del fósforo no cálcicos. Las dosis administrada de EPO fueron
mayores en el grupo con hs-PCR > 8mg/L y de igual manera presentaban un IRE más
elevado. Por el contrario no encontramos diferencias en el resto de tratamientos
(hipolipemiantes, betabloqueantes y antiagregantes) (Tabla 16).
104
Tabla 16.- Características demográficas, clínicas y tratamiento farmacológico, de
los grupos de pacientes según niveles basales de Proteína C Reactiva
PACIENTES CON hs-PCR ≤ 8 mg/L
(N= 96)
PACIENTES CON hs-PCR > 8 mg/L
(N= 94)
P
EDAD (años) 60 ± 16 67 ± 14 0.003
GÉNERO (%) Hombre Mujer
59 41
61 39
0.883
IMC (Kg/m2) 27 ± 5,6 28 ± 5,7 0.611
ÍNDICE CHARLSON 6 (5-8) 8 (6-9) 0.043
HTA (%) 92 88 0.447
DIABETES MELLITUS (%) 42 50 0.308
ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR (%)
35 46 0.184
DISLIPEMIA (%) 64 71 0.281
ACCESO VASCULAR (%) FAV CVC
74 26
47 53
0.001
IECA (%) 43 22 0.003
ARA II (%) 49 34 0.040
ANTIAGREGANTES PLAQUETARIOS (%)
45 45 1.000
QUELANTES P CÁLCICOS (%) 43 47 0.662
QUELANTES P NO CÁLCICOS (%) 49 31 0.012
DOSIS DE EPO (U/kg/semana)
126 ± 88 170 ± 125 0.012
IRE (U/Kg/semana/gr Hb) 13 ± 10 18 ± 14 0.009
Los datos cuantitativos son expresados como media ± desviación estándar, excepto índice de comorbilidad de Charlson que se expresa como mediana e intervalo intercuartílico. Las variables categóricas se expresan como porcentajes.
Abreviaturas: hs-PCR: Proteína C reactiva ultrasensible; IMC: índice de masa corporal; HTA: Hipertensión arterial; FAV: Fístula arteriovenosa; CVC: Catéter venoso central; IECA: Inhibidores del enzima conversión de Angiotensina; ARA II: Antagonista receptor AT1 Angiotensina II; P: Fósforo; EPO: Eritropoyetina; IRE: índice de resistencia eritropoyetina; Hb: Hemoglobina.
105
Los parámetros analíticos de los dos grupos de pacientes según los niveles
basales de hs-PCR, se muestran en la Tabla 17.
Los pacientes con niveles de hs-PCR >8 mg/L presentaban descenso de los
parámetros nutricionales con cifras más bajas de albúmina, prealbúmina, transferrina y
creatinina sérica. Por el contrario, existía un aumento en los niveles de marcadores
inflamatorios como la ferritina, en los factores trombogénicos como el fibrinógeno y
en el recuento de plaquetas.
Por otra parte, los niveles de Ca eran inferiores de forma significativa pero no
existían diferencias en los niveles de P ni de PTHi.
A nivel lipídico no encontramos diferencias entre ambos grupos pero
encontramos niveles de ácido úrico más elevados en los pacientes con mayor nivel de
hs-PCR, de forma significativa (Tabla 17).
106
Tabla 17.- Parámetros analíticos de los grupos de pacientes según los niveles
basales de Proteína C Reactiva
PACIENTES CON hs-PCR ≤ 8 mg/L
N= 96
PACIENTES CON hs-PCR > 8 mg/L
N= 94
P
Hemoglobina (g/dl) 10,3 ± 1,2 10 ± 1,3 0.064
Leucocitos/ mcL 7427 ± 3050 8501 ± 2936 0.003
Linfocitos/ mcL 1706 ± 2445 1320 ± 1088 0.003
Plaquetas/mcL 191950 ± 64533 219138 ± 87191 0.015
Albúmina (g/dl) 3,6 ± 0,4 3,3 ± 0,4 0.000
Prealbúmina (mg/dl) 28 ± 7 25 ± 8 0.015
Transferrina (mg/dl) 187 ± 41 169 ± 42 0.002
Creatinina (mg/dl) 6,8 ± 2,6 6,1 ± 2,1 0.039
Ferritina (mg/dl) 195 ± 179 328 ± 298 0.000
Fibrinógeno (mg/dl) 405 ± 95 508 ± 131 0.000
Calcio (mg/dl) 8,8 ± 0,8 8,3 ± 0,8 0.000
Fósforo (mg/dl) 5 ± 1,7 5 ± 1,5 0.925
PTHi (pg/ml) 386 ± 300 386 ± 378 0.998
Colesterol (mg/dl) 150 ± 43 142 ± 41 0.223
HDL-c (mg/dl) 39 ± 12 36 ± 10 0.103
LDL-c (mg/dl) 83 ± 32 81 ± 30 0.641
Triglicéridos (mg/dl) 128 ± 65 127 ± 61 0.936
Ácido úrico (mg/dl) 6,7 ± 1,7 7,3 ± 2,2 0.039
Los datos cuantitativos son expresados como media ± desviación estándar.
Abreviaturas: hs-PCR: Proteína C reactiva ultrasensible; PTHi: Paratohormona intacta; HDL-c: colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad; LDL-c: colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad.
107
4.4.3 Mortalidad y morbilidad según niveles basales de PCR
La Figura 16 ilustra la mortalidad y morbilidad de los pacientes según los
niveles basales de hs-PCR (≤ 8 mg/L vs > 8 mg/L).
La mortalidad de cualquier causa fue más elevada en el grupo de pacientes con
niveles de hs-PCR >8 mg/L frente a pacientes con hs-PCR ≤8 mg/L (45 vs 13%; P
<0.0001) y lo mismo sucedió con la mortalidad de causa cardiovascular (22 vs 6%; P
=0.002). De igual modo, los eventos cardiovasculares, fueron más prevalentes en este
grupo de pacientes (31 vs 11%; P<0.0001). Por el contrario, no encontramos
diferencias significativas en la hospitalización entre ambos grupos de pacientes (22 vs
22%). El 67% de los pacientes con niveles basales de hs-PCR >8 mg/L presentaron el
evento compuesto (mortalidad y/o hospitalización) frente al 35% de los pacientes que
lo hacen en el grupo con niveles de hs-PCR ≤ 8 mg/L (P <0.0001) (Figura 16).
108
0
10
20
30
40
50
60
70
NS
Porc
enta
je
P =0.000
P =0.000
P =0.002
P =0.001
hs-PCR > 8mg/L hs-PCR ≤ 8mg/L
Figura 16.- Morbilidad y mortalidad según niveles basales de Proteína C Reactiva
109
4.5. CORRELACIÓN ENTRE PARÁMETROS INFLAMATORIOS Y
NUTRICIONALES
4.5.1 Correlación lineal bivariada
Como se observa en la Figura 17, los niveles séricos de hs-PCR al inicio de HD,
se relacionaron de forma significativa con parámetros nutricionales. Existió una
correlación con los niveles basales de albúmina sérica (r= -0,271; P <0.0001) y de
prealbúmina (r = -0,199; P =0.011) ambos de forma negativa. Por el contrario existió
una correlación positiva entre niveles de hs-PCR y otros parámetros inflamatorios como
la ferritina (r =0,250; P <0.0001) y el fibrinógeno (r= 0,179; P =0.014). Encontramos
de nuevo una asociación negativa entre los niveles basales de Hb y hs-PCR (r= -0,260;
P <0.0001) (Figura 17).
110
Figura 17.- Correlaciones entre niveles de Proteína C Reactiva y niveles de
albúmina (A), prealbúmina (B), hemoglobina (C) y ferritina (D)
111
4.5.2 Regresión lineal múltiple
El análisis de regresión lineal multivariante mostró que los niveles basales de hs-
PCR se asociaron de una manera significativa e independiente con los niveles de
albúmina aún después de ajustar para la edad, género, ICC, tipo de acceso vascular y
otros parámetros analíticos como son prealbúmina, hemoglobina, leucocitos,
fibrinógeno y ferritina y de tratamiento como es el IRE. Como ejemplo, el descenso en
los niveles de albúmina sérica de 1 g/dl, supuso, en promedio, un aumento de los
niveles de hs-PCR en 12,8 mg/L. Las otras variables que se asociaron de forma
significativa e independiente con los niveles basales de PCR fueron la presencia de un
CVC, el IRE y el recuento de leucocitos (Tabla 18).
Tabla 18.- Modelo de regresión lineal mostrando la relación entre los niveles de
Proteína C Reactiva y albúmina sérica
VARIABLE COEFICIENTE
ESTIMADO B
IC 95%
COEFICIENTE B
COEFICIENTE
ESTANDARIZADO
P
CONSTANTE 88,03 43,73 132,33 0.000
ACCESO VASCULAR
CVC vs FAV
12,25
3,56 20,94
0,19
0.006
ALBÚMINA (g/dl) -12,81 -21,90 -3,70 -0,19 0.006
IRE (U/Kg/semana/gr Hb) 0,63 0,27 0,98 0,25 0.001
LEUCOCITOS/ mcL 0,01 0,00 0,03 0,17 0.010
Variable dependiente: Proteína C reactiva (mg/L)
Abreviaturas: IC: Intervalo de confianza; CVC: Catéter venoso central; vs: versus; FAV: Fistula arteriovenosa; IRE: índice de resistencia a eritropoyetina; Hb: Hemoglobina
112
4.6 ANÁLISIS DE SUPERVIVENCIA SEGÚN PARÁMETROS
CLÍNICOS Y ANALÍTICOS BASALES
4.6.1 Función de supervivencia: Análisis de Kaplan-Meier
Analizamos la supervivencia del paciente en base a características demográficas
y clínicas al inicio de HD. Como se ha indicado previamente en la metodología,
categorizamos a los pacientes en dos grupos según la mediana de la edad, género,
mediana del ICC, presencia de ECV, presencia de DM y tipo de acceso vascular.
Los pacientes de edad más avanzada, en este caso superior a 67 años,
presentaron durante el seguimiento una mortalidad superior a los pacientes con edad
menor o igual a 67 años (P= 0.001) pero no encontramos diferencias según el género.
Los pacientes con ECV previa y los que presentaban un ICC >7 tenían una
probabilidad de supervivencia inferior al resto de los pacientes (P= 0.003 y P= 0.001,
respectivamente). Por el contrario no encontramos diferencias significativas en la
mortalidad según la presencia o ausencia de DM.
En relación con el tipo de acceso vascular, los pacientes portadores de un CVC
presentaron una mayor mortalidad, frente a los pacientes con FAV. La probabilidad de
supervivencia a los tres años de iniciar programa de HD en pacientes con FAV es del
87% frente al 68% en los pacientes con CVC (P <0.0001) (Figura 18).
113
Figura 18.-Curvas de Kaplan-Meier para la mortalidad según
características demográficas y clínicas basales
114
Estas diferencias en la probabilidad de supervivencia fueron similares cuando
analizamos de forma conjunta la mortalidad y/o morbilidad, es decir, el evento
compuesto. La Figura 19 representa las curvas de Kaplan-Meier para mortalidad y
morbilidad según características demográficas y clínicas basales.
Nuevamente, los pacientes con un ICC >7, los pacientes con ECV previa y los
pacientes con un CVC presentaban una mayor mortalidad que el resto de pacientes. Por
el contrario no encontramos diferencias en la supervivencia según la edad del paciente >
67 años vs ≤ 67 años (P= 0.060) (Figura 19).
115
Figura 19.-Curvas de Kaplan-Meier para mortalidad y/o morbilidad, según
características demográficas y clínicas basales
116
En la Figura 20 se muestran las curvas de Kaplan-Meier para la mortalidad y
para el evento compuesto, en función de parámetros inflamatorios, al inicio de HD. Los
pacientes con niveles inferiores de hs-PCR presentaron una supervivencia
significativamente superior. De este modo, los pacientes con niveles de hs-PCR ≤8
mg/L presentaban una probabilidad de supervivencia a los tres años del 88% frente al
60% de supervivencia que presentaban los pacientes con niveles de hs-PCR >8 mg/L.
De forma similar, cuando se valoró la morbilidad y/o mortalidad de forma conjunta la
probabilidad de supervivencia fue mayor en los pacientes con niveles más bajos de hs-
PCR.
Figura 20.-Curvas de Kaplan-Meier para la mortalidad (A) y el evento compuesto
(B) según niveles basales de Proteína C Reactiva.
117
Los pacientes con parámetros de malnutrición presentaron una tasa de
supervivencia inferior a los pacientes bien nutridos, como muestra la Figura 20. Así, los
pacientes con niveles séricos de albúmina >3,8 g/dl presentaron una probabilidad de
supervivencia a los tres años del 80% frente a la probabilidad del 70% que presentaban
los pacientes con albúmina ≤3,8 g/dl (P= 0.013).
Finalmente, los pacientes con parámetros de inflamación y malnutrición (hs-
PCR >8 mg/L y albúmina ≤ 3,8 g/dl) tuvieron una menor probabilidad de supervivencia
que la observada en los pacientes no inflamados y bien nutridos (hs-PCR ≤ 8 mg/L y
albúmina >3,8 g/dl) (P <0.0001) (Figura 21).
Figura 21.-Curvas de supervivencia Kaplan-Meier para la mortalidad según
niveles basales de albúmina (A) y según la presencia de malnutrición e inflamación
(B).
118
4.6.2 Modelo de regresión de riesgos proporcionales de Cox
4.6.2.1 Mortalidad
El modelo de riesgos proporcionales de Cox mostró que el índice de
comorbilidad de Charlson, la presencia de un CVC y los niveles basales de hs-PCR se
asociaron de forma independiente con la mortalidad ajustando para el resto de variables
que pueden confundir (Tabla 19). Los pacientes con un índice de comorbilidad de
Charlson >7 presentaron el doble de riesgo de mortalidad que los pacientes con un
índice de Charlson ≤7. La presencia de un CVC supuso un riesgo de morir 3,2 veces
superior frente a los pacientes con una FAV. Finalmente, los pacientes con niveles
basales de hs-PCR superiores a 8 mg/L presentaron un riesgo de fallecer 3,7 veces
superior frente a los pacientes con niveles ≤ 8mg/L (Tabla 19).
Tabla 19.- Modelo de regresión proporcional de Cox para estimar los factores de
riesgo de mortalidad
VARIABLE COEFICIENTE ERROR ESTANDAR
RIESGO RELATIVO
IC 95% P
INDICE CHARLSON > 7
0,66 0,28 1,94 1,11-3,41 0.020
ACCESO VASCULAR
CVC vs FAV
1,15
0,29
3,17
1,79-5,61
0.000
hs-PCR > 8 mg/L 1,30 0,32 3,70 1,95-7,02 0.000
Modelo multivariante ajustado para edad, género y niveles de albúmina
N= 190 pacientes, mortalidad 55 pacientes.
Abreviaturas: IC: Intervalo de confianza; CVC: Catéter venoso central; vs: versus; FAV: Fístula arteriovenosa; hs-PCR: Proteína C reactiva ultrasensible
119
En términos cuantitativos, por cada aumento de una unidad en el ICC el riesgo
de fallecer aumentó 1,22 veces (RR 1,22; IC 95% 1,12-1,32; P <0.0001) y por cada
aumento de 10 mg/L en los niveles de hs-PCR basal el riesgo de muerte se incrementó
en un 13% (RR 1,013; IC 95% 1,01-1,02; P <0.0001).
Analizamos los pacientes que fallecieron exclusivamente por ECV y
nuevamente el índice de Charlson >7, la presencia de un CVC frente a una FAV y los
niveles basales de hs-PCR >8 mg/L se asociaron de forma independiente con la
mortalidad cardiovascular (Tabla 20).
Tabla 20.- Modelo de regresión proporcional de Cox para estimar los factores de
riesgo de mortalidad cardiovascular
VARIABLE COEFICIENTE ERROR ESTANDAR
RIESGO RELATIVO
IC 95% P
ÍNDICE CHARLSON > 7
1,25 0,46 3,51 1,40-8,75 0.007
ACCESO VASCULAR
CVC vs FAV
0,81
0,40
2,25
1,02-4,97
0.044
hs-PCR > 8 mg/L 1,35 0,47 3,87 1,52-9,84 0.005
N= 190 pacientes, mortalidad por enfermedad cardiovascular 27 pacientes.
Abreviaturas: IC: Intervalo de confianza; CVC: Catéter venoso central; vs: versus; FAV: Fístula arteriovenosa; hs-PCR: Proteína C reactiva ultrasensible
120
4.6.2.2 Modelo de riesgo compuesto para mortalidad
Por último, en base a los diferentes factores de riesgo de mortalidad (índice de
Charlson >7, presencia de un CVC y niveles hs-PCR >8mg/L) los pacientes fueron
divididos en cuatro grupos según el número de factores que presentaban al inicio de
HD. Del total de 190 pacientes, 46 pacientes (24%) no presentaron ningún factor de
riesgo, 61 pacientes (32%) tuvieron un solo factor de riesgo, en 54 pacientes (28%)
coincidían dos factores de riesgo y finalmente, 29 pacientes (15%) presentaron tres
factores de riesgo (Figura 22).
24%
33%
28%
15% SINFACTORESRIESGO
1FACTORRIESGO
2FACTORESRIESGO
3FACTORESRIESGO
Figura 22.- Distribución de los pacientes en función de los factores de riesgo de
mortalidad
121
La Figura 23 muestra el análisis multivariante para conocer el riesgo de muerte
en función del número de factores de riesgo que presentó el paciente, al inicio de HD,
ajustando para edad y género. La presencia de un solo factor no se asoció de forma
significativa con un mayor riesgo de muerte frente a los pacientes sin ningún factor (RR
2,12, IC 95% 0,45-10,01). En cambio los pacientes con 2 factores de riesgo presentaron
un riesgo 10 veces superior de morir que los pacientes sin ninguno de ellos (RR 9,8, IC
95% 2,2-43,2; P= 0.003). Los pacientes con tres factores de riesgo tenían 16 veces más
posibilidades de fallecer que los pacientes con ausencia de factores de riesgo (RR 16,5;
IC 95% 3,5-77; P= 0.001) (Figura 22).
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
REFERENCIA 1FACTOR 2FACTORES 3FACTORES
Rie
sgo
ajus
tado
de
mue
rte
Factores de riesgo asociados a mortalidad: Índice de Charlson>7, presencia de un catéter venosocentral y Proteína C Reactiva > 8 mg/L.Los pacientes sin factores de riesgo (referencia) fueron comparados con pacientes con 1 factor deriesgo (RR 2,1; IC 95%: 0,5-10), pacientes con 2 factores de riesgo (RR 9,8; IC 95%: 2,2-43) y pacientescon 3 factores de riesgo (RR 16; IC 95%: 3,5-77).
NÚMERO DE FACTORES DE RIESGO
¡Error!
Figura 23.- Riesgo relativo de mortalidad en base al número de factores de riesgo
Factores de riesgo asociados a mortalidad: Índice de Charlson >7, presencia de catéter venoso central y Proteína C reactiva >8 mg/L.
Los pacientes sin factores de riesgo (referencia) fueron comparados con pacientes con 1 factor de riesgo (RR 2,1; IC 95%: 0,5-10), pacientes con 2 factores de riesgo (RR 9,8; IC 95%: 2,2-43) y pacientes con 3 factores de riesgo (RR 16; IC 95%: 3,5-77)
122
4.6.2.3 Mortalidad y/o morbilidad
Un total de 97 pacientes presentaron el evento compuesto (mortalidad y/o
morbilidad).
La Tabla 21 muestra el modelo de regresión de riesgos proporcionales de Cox.
Las variables que se asociaron de forma significativa con el evento compuesto,
ajustando para el resto de variables que pueden confundir fueron el índice de Charlson,
la presencia de un CVC, los niveles basales de hs-PCR y los niveles de hemoglobina
sérica. De este modo, el aumento de 1 unidad en el índice de Charlson aumentó el riesgo
de tener el evento compuesto un 13%, la presencia de un CVC supuso un riesgo 1,8
veces superior de mortalidad y/o morbilidad frente a los pacientes con una FAV; el
aumento en los niveles basales de hemoglobina de 1 gr/dl disminuyó el riesgo de
mortalidad y/o morbilidad en un 18% y los pacientes con hs-PCR >8 mg/L presentaron
el doble de riesgo de mortalidad y/o morbilidad que el resto de pacientes con niveles
inferiores de hs-PCR (Tabla 21).
123
Tabla 21.- Modelo de regresión proporcional de Cox para estimar los factores de
riesgo de mortalidad y/o morbilidad
VARIABLE COEFICIENTE ERROR
ESTANDAR
RIESGO
RELATIVO
IC 95% P
ÍNDICE CHARLSON 0,123 0,035 1,13 1,06 - 1,21 0.000
ACCESO
VASCULAR
CVC vs FAV
0,592 0,220 1,81 1,17 - 2,78 0.007
hs-PCR > 8mg/L 0,778 0,220 2,17 1,41 - 3,35 0.000
HEMOGLOBINA (g/dl) -0,198 0,091 0,82 0,69 - 0,98 0.029
Modelo multivariante ajustado para edad, género, niveles de albúmina y transferrina
N= 190 pacientes, morbilidad y/o mortalidad 97 pacientes.
Abreviaturas: IC: Intervalo de confianza; CVC: Catéter venoso central; vs: versus; FAV: Fístula arteriovenosa; hs-PCR: Proteína C reactiva ultrasensible
124
4.7 VARIABILIDAD DE LOS PARÁMETROS INFLAMATORIOS Y
SUPERVIVENCIA
Durante los dos primeros años de seguimiento se determinaron los niveles de hs-
PCR cada 4 meses para posteriormente realizar medidas cada 6 meses hasta el final del
periodo de estudio o la aparición del evento principal. El número medio de
determinaciones por paciente fue de 7 ± 3 con un mínimo de 2 determinaciones y un
máximo de 13 determinaciones.
4.7.1 Características clínicas y analíticas de los grupos de pacientes según la
variabilidad en los niveles de la PCR
A partir de los resultados de las mediciones repetidas de hs-PCR y utilizando el
valor de corte de los niveles de hs-PCR (8 mg/L) que tuvieron mayor capacidad
predictiva para mortalidad, los pacientes fueron divididos en 3 grupos:
• Grupo I: Pacientes con niveles de hs-PCR siempre inferiores a 8 mg/L a lo largo
del seguimiento (N=45)
• Grupo II: Pacientes que al menos en una ocasión han presentado niveles de hs-
PCR superiores a 8 mg/L (N= 96)
• Grupo III: Pacientes con niveles de hs-PCR siempre superiores a 8 mg/L a lo
largo de todo el seguimiento (N= 45).
125
Como se muestra en la Tabla 22, los pacientes del grupo III eran más mayores,
con un ICC más elevado, mayor porcentaje de EVP y de CVC frente al resto.
Observamos una tendencia a un mayor número de diabéticos y ECV. Un total de 24
pacientes (12%) estaban con técnicas de hemodiafiltración “on line” y la mayor
proporción de pacientes que recibieron estas técnicas de pertenecían al grupo I (Tabla
22).
126
Tabla 22.- Características clínicas de los tres grupos de pacientes según la
variabilidad en los niveles de Proteína C Reactiva
GRUPO I
N= 49
GRUPO II
N= 96
GRUPO III
N= 45
P
EDAD (años) 57 ± 15 64 ± 16a 67 ± 11b 0.006
GÉNERO (%)
Hombre
Mujer
59
41
55
45
71
29
0.197
IMC (Kg/m2) 28 ± 6 28 ± 5 26 ± 6 0.122
HTA (%) 98 90 82 0.039
DIABETES MELLITUS (%) 39 43 60 0.082
ENFERMEDAD
CARDIOVASCULAR (%)
33 37 56 0.054
ENFERMEDAD VASCULAR
PERIFÉRICA (%)
6 18 24 0.049
DISLIPEMIA (%) 71 65 67 0.775
ÍNDICE CHARLSON 6 (4-8) 7 (5-9) 8 (6-10)c 0.000
ACCESO VASCULAR (%)
FAV
CVC
82
18
60
40
38
62
0.000
TÉCNICA HEMODIÁLISIS (%)
Convencional
Hemodiafiltración “On line”
77
23
88
12
95
5
0.028
Los datos cuantitativos se expresan como media ± desviación estándar excepto índice de Charlson que se expresa como mediana y rango interquartil. Las variables categóricas se expresan como porcentajes.
Grupo I: Pacientes con hs-PCR siempre inferior a 8 mg/L; Grupo II: Pacientes con hs- PCR en alguna ocasión superior a 8 mg/L; Grupo III: Pacientes con hs-PCR siempre superior a 8 mg/L. Abreviaturas: IMC: Índice masa corporal; HTA: Hipertensión arterial; FAV: Fístula arteriovenosa; CVC: Catéter venoso central. aP=0.047 vs Grupo I; bP=0.006 vs Grupo I; cP=0.023 vs Grupo I
127
Los parámetros analíticos de los tres grupos de pacientes, como se muestran en
la Tabla 23, ponen de manifiesto que los pacientes del grupo III estaban más anémicos,
presentando de forma significativa, un nivel medio de Hb inferior a la Hb media de los
otros dos grupos. De igual manera, estaban peor nutridos con niveles séricos más bajos
de albúmina, prealbúmina y transferrina. Presentaban una menor ingesta proteica con un
valor medio de n-PCR inferior y cifras más bajas de creatinina media, todo ello como
medida indirecta de la masa muscular. Cuando analizamos parámetros de eficacia de
diálisis no encontramos diferencias en los valores medios de Kt/v entre los tres grupos
de pacientes. Desde un punto de vista inflamatorio, además de presentar valores más
elevados de hs-PCR, presentaron de forma significativa niveles medios de fibrinógeno
más elevados que el resto de pacientes (Tabla 23).
128
Tabla 23.- Parámetros analíticos de los tres grupos de pacientes según la
variabilidad en los niveles de Proteína C Reactiva
GRUPO I
N= 49
GRUPO II
N= 96
GRUPO III
N= 45
P
Hemoglobina media (g/dl) 11,7 ± 0,6 11,4 ± 0,7a 10,9 ± 0,9b,c 0.000
Albúmina media (g/dl) 3,8 ± 0,2 3,6 ± 0,3b 3,3 ± 0,4b,c 0.000
Prealbúmina media (mg/dl) 30,5 ± 6,2 27,4 ± 7,2 23,9 ± 8,5b,d 0.001
Transferrina media (mg/dl) 185,9 ± 27,3 175,3 ± 34,3 153,2 ± 33,4b,e 0.000
Creatinina media (mg/dl) 8,1 ± 2,5 7,8 ± 2,7 6,7 ± 1,7f 0.019
hs-PCR media (mg/L) 1,9 ± 1,3 13,9 ± 13,6g 48 ± 35,4b,c 0.000
Fibrinógeno medio (mg/dl) 396,2 ± 71,4 446,1 ± 91,9h 533,1 ± 126,2b,c 0.000
n-PCR media (g/kg/día) 1,1 ± 0,3 0,98 ± 0,3 0,91 ± 0,3i 0.015
Kt/v medio 1,28±0,2 1,3±0,2 1,3±0,2; 0.209
Los datos cuantitativos se expresan como media ± desviación estándar.
Grupo I: Pacientes con PCR siempre inferior a 8 mg/L; Grupo II: Pacientes con PCR en alguna ocasión superior a 8 mg/L; Grupo III: Pacientes con PCR siempre superior a 8 mg/L.
Abreviaturas: n-PCR: tasa de catabolismo proteico normalizada; hs-PCR: Proteína C reactiva ultrasensible
aP=0.039 vs Grupo I ; bP<0.0001 vs Grupo I; cP<0.0001 vs Grupo II; dP=0.052 vs Grupo II; eP=0.001 vs Grupo II; fP=0.035 vs Grupo I y Grupo II; gP=0.002 vs Grupo I; hP=0.011 vs Grupo I; iP=0.013 vs Grupo I
129
4.7.2 Mortalidad y morbilidad en los tres grupos de pacientes según la
variabilidad en los niveles de la Proteína C Reactiva
Durante el periodo del estudio fallecieron 55 pacientes. En el grupo I falleció el
6,1% de los pacientes, en el grupo II el 28,1% y en el grupo III el 55,6% de los
pacientes (P <0.0001). De este modo la tasa de incidencia de mortalidad anual fue en el
grupo I del 2% (intervalo confianza 95% 0,5-6,3), en el grupo II del 10% (intervalo
confianza 95% 6,5-14,3) y en el grupo III del 34% (intervalo confianza 95% 22-50).
La aparición del evento compuesto (mortalidad y/o morbilidad) fue también más
frecuente, de forma significativa, en el grupo III frente al resto de grupos (grupo I:
16,3%, grupo II: 52,1% y grupo III: 86,7%; P <0.0001) así como la mortalidad de causa
cardiovascular (grupo I: 2%, grupo II: 12,5%, grupo III: 31%; P <0.0001) y la
hospitalización (grupo I: 10%, grupo II: 12,5%, grupo III: 31%; P =0.042) (Figura 24).
130
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
MORTALIDAD MORTALIDADCARDIOVASCULAR
HOSPITALIZACIÓN MORBI-MORTALIDAD
Por
cent
aje
P =0.000
P =0.000
P =0.000 P =0.042
Grupo I Grupo II Grupo III
Figura 24.- Mortalidad y morbilidad en los tres grupos de pacientes según la
variabilidad en los niveles de Proteína C Reactiva
Las curvas de supervivencia de los pacientes en los diferentes grupos se
muestran en la Figura 24. Los pacientes del grupo III presentaron una mortalidad más
elevada que los pacientes del grupo II y del grupo I. La probabilidad de supervivencia a
los dos años de iniciar programa de HD fue del 65% en el grupo III, frente al 90% del
grupo II y el 94% del grupo I (P <0.0001) (Figura 25).
131
MESES 0 20 40 60
GRUPO I 49 46 46 46
GRUPO II 96 88 77 70
GRUPO III 45 28 21 20
Pacientes en riesgo
GRUPO III
GRUPO I
GRUPO II
Log rank 40.8P <0.0001
Figura 25.- Curvas de supervivencia Kaplan-Meier para la mortalidad en los tres
grupos de pacientes
132
Cuando se analizó la supervivencia en los tres grupos de pacientes, de forma
separada, la probabilidad de fallecer fue superior en el grupo III frente al grupo II (P
<0.0001) y frente al grupo I (P <0.0001) así como en el grupo II frente al grupo I (P
=0.004).
4.7.3 Comparación del riesgo relativo para mortalidad entre la PCR basal,
PCR máxima, PCR media y PCR mediana
Se determinó en cada paciente, además de la PCR basal al inicio de HD, la
media de todas las hs-PCR así como la mediana y la hs-PCR más elevada de todas las
mediciones. Entre todas las determinaciones existía una correlación significativa con
coeficientes de correlación que oscilaban entre 0,68 y 0,95 (P <0.0001). Calculamos el
riesgo relativo de muerte para cada una de estas variables en un modelo multivariante de
Cox donde se introdujo el valor de la PCR como una variable continua, todo ello
ajustado para edad y género.
La Figura 26 muestra los diferentes riesgos relativos para cada valor de hs-PCR.
El riesgo relativo de muerte para la hs-PCR media fue el más elevado de todos los
calculados (RR 1,035; IC 95% 1,027-1,043; P <0.0001) así el aumento del valor medio
de la hs-PCR de 1 mg/L supuso un aumento del riesgo de fallecer del 3,5% frente a la
hs-PCR basal que supuso un aumento del riesgo del 1,8% (RR 1,018; IC 95% 1,012-
1,024; P <0.0001); al 3,3% de aumento del riesgo cuando utilizamos la mediana de la
hs-PCR (RR 1,033; IC 95% 1,025-1,040; P <0.0001) y al 1,4% de aumento del riesgo
133
cuando utilizamos la hs-PCR máxima (RR 1,014; IC 95% 1,010-1,018; P <0.0001)
(Figura 26).
Figura 26.-Comparación del riesgo relativo para mortalidad entre PCR basal,
PCR media, PCR mediana y PCR máxima.
En el análisis de las curvas ROC la hs-PCR media fue la variable que presentó
una mayor área bajo la curva para predecir la mortalidad (Figura 27).
134
Figura 27.- Curvas ROC de las diferentes determinaciones de Proteína C Reactiva
para predecir la mortalidad
AREA BAJO LA CURVA ERROR ESTANDAR
IC 95% AREA P
PCR basal 0,72 0,04 0,64 0,80 0.000
PCR máxima 0,78 0,04 0.70 0,85 0.000
PCR media 0,81 0,03 0.74 0,88 0.000
PCR mediana 0,80 0,04 0.73 0,87 0.000
135
4.7.4 Factores de riesgo de mortalidad durante el periodo de seguimiento
Durante el periodo de seguimiento se determinaron periódicamente, además de
los niveles de hs-PCR, otros parámetros analíticos pudiendo calcular el valor medio de
estos parámetros. Los pacientes que fallecieron estaban más anémicos, peor nutridos
con niveles medios más bajos de albúmina, prealbúmina, transferrina y n-PCR y más
inflamados, con niveles medios más elevados de leucocitos, PCR, ferritina y
fibrinógeno, que los pacientes que sobrevivieron. No encontramos diferencias en los
valores medios de Ca y P pero si en los valores de PTH que eran inferiores en los
pacientes que fallecieron. El valor medio de Kt/v entre los dos grupos de pacientes fue
similar (Tabla 24).
136
Tabla 24.- Parámetros analíticos durante el seguimiento y mortalidad
EXITUS (N= 55)
NO EXITUS (N= 135)
P
Hemoglobina media (g/dl) 10,9 ± 0,9 11,5 ± 0,6 0.000
Leucocitos/ mcL media 8962 ± 3649 7313 ± 2207 0.000
Albúmina media (g/dl) 3,3 ± 0,4 3,8 ± 0,2 0.000
Prealbúmina media (mg/dl) 23 ± 8 29 ± 6 0.000
Transferrina media (mg/dl) 157 ± 36 179 ± 31 0.000
hs-PCR media (mg/L) 39 ± 36 11 ± 12 0.000
Ferritina media (mg/dl) 562 ± 309 467 ± 197 0.037
Fibrinógeno medio (mg/dl) 494 ± 126 437 ± 94 0.010
Calcio medio (mg/dl) 8,8 ± 0,5 8,9 ± 0,4 0.488
Fósforo medio (mg/dl) 4,6 ± 0,9 4,5 ± 0,9 0.857
PTHi media (pg/ml) 267 ± 154 350 ± 194 0.050
n-PCR media (g/kg/día) 0,86 ± 0,3 1,05 ± 0,3 0.000
Kt/v medio 1,3 ± 0,2 1,3 ± 0,3 0.885
Los datos cuantitativos son expresados como media ± desviación estándar.
Abreviaturas: hs-PCR: Proteína C reactiva ultrasensible; PTHi: Paratohormona intacta; n-PCR: tasa de catabolismo proteico normalizada
137
El modelo de riesgos proporcionales de Cox mostró que el índice de Charlson,
los niveles medios de hs-PCR, la albúmina sérica media y los niveles medios de Hb, se
asociaron de forma independiente con la mortalidad ajustando para el resto de variables
de confusión (Tabla 25).
Tabla 25.- Modelo de regresión proporcional de Cox para estimar los factores de
riesgo de mortalidad durante el seguimiento
VARIABLE COEFICIENTE ERROR ESTANDAR
RIESGO RELATIVO
IC 95% P
INDICE CHARLSON 0,125 0,047 1,13 1,03-1,24 0.008
hs-PCR media (mg/L) 0,021 0,005 1,02 1,01-1,03 0.000
Albúmina media (g/dl) -0,932 0,411 0,39 0,17-0,88 0.023
Hemoglobina media (g/dl) -0,914 0,225 0,40 0,26-0,62 0.000
Los pacientes con un ICC más elevado presentaron un mayor riesgo de fallecer,
así por cada aumento de 1 punto en el ICC aumentaba la probabilidad de fallecer 1,13
veces. En relación con la hs-PCR, el modelo se construyó utilizando la hs-PCR media,
que fue el valor que presentó un RR más elevado en el modelo de Cox ajustando solo
para edad y género y además tenía un área mayor bajo la curva ROC. Por cada aumento
en los niveles medios de hs-PCR de 10 mg/L, aumentaba la probabilidad de fallecer un
Modelo multivariante ajustado para edad y género.
N= 190 pacientes, mortalidad 55 pacientes.
Abreviaturas: IC: Intervalo de confianza; hs-PCR: Proteína C reactiva ultrasensible
138
22%. Finalmente, los otros dos parámetros serológicos que se asociaron de forma
independiente con la mortalidad fueron la albúmina media y la hemoglobina media. El
aumento de los niveles de albúmina de 1gr/dl conllevó un descenso en la probabilidad
de fallecer del 59% y lo mismo ocurría con la Hb, así el aumento de los niveles en 1g/dl
disminuyó la probabilidad de fallecer un 60% (Tabla 25).
4.7.5 Factores de riesgo de mortalidad y/o morbilidad durante el periodo de
seguimiento.
Los pacientes que presentaron el evento compuesto estaban más anémicos, peor
nutridos con niveles medios más bajos de albúmina, prealbúmina, transferrina y n-PCR
y más inflamados con niveles medios más elevados de leucocitos, PCR, ferritina y
fibrinógeno que los pacientes que no presentaron el evento compuesto. No encontramos
diferencias en los valores medios de Ca y P pero si en los valores de PTH que eran
inferiores en los pacientes que presentaron el evento compuesto. A nivel lipídico los
valores medios de colesterol, LDL-colesterol, HDL-colesterol y triglicéridos fueron
similares en ambos grupos de pacientes. El valor medio de Kt/v entre los dos grupos de
pacientes fue similar (Tabla 26).
139
Tabla 26.- Parámetros analíticos durante el seguimiento y mortalidad y/o
morbilidad
EXITUS Y/O HOSPITALIZACIÓN
(N= 97)
NO EXITUS Y/O HOSPITALIZACIÓN
(N= 93)
P
Hemoglobina media (g/dl) 11,1 ± 0,8 11,6 ± 0,6 0.000
Leucocitos/ mcL media 8333 ± 3104 7224 ± 2318 0.006
Albúmina media (g/dl) 3,4 ± 0,4 3,8 ± 0,2 0.000
Prealbúmina media (mg/dl) 25 ± 7 30 ± 6 0.000
Transferrina media (mg/dl) 165 ± 36 180 ± 30 0.002
hs-PCR media (mg/L) 31 ± 31 6 ± 6 0.000
Ferritina media (mg/dl) 518 ± 267 469 ± 202 0.161
Fibrinógeno medio (mg/dl) 489 ± 117 416 ± 82 0.000
Calcio medio (mg/dl) 8,8 ± 0,4 8,9 ± 0,3 0.059
Fósforo medio (mg/dl) 4,7 ± 0,9 4,5 ± 0,8 0.104
PTHi media (pg/ml) 338 ± 232 435 ± 419 0.052
Colesterol medio (mg/dl) 136 ± 26 141 ± 30 0.183
HDL-c medio (mg/dl) 38 ± 9 38 ± 8 0.644
LDL-c medio (mg/dl) 74 ± 20 77 ± 23 0.334
Triglicéridos medio (mg/dl) 127 ± 47 138 ± 60 0.168
n-PCR media (g/kg/día) 0,88 ± 0,3 1,11 ± 0,3 0.000
Kt/v medio 1,28 ± 0,2 1,32 ± 0,3 0.244
Los datos cuantitativos son expresados como media ± desviación estándar.
Abreviaturas: hs-PCR: Proteína C reactiva ultrasensible; PTHi: Paratohormona intacta; HDL-c: colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad; LDL-c: colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad; n-PCR: tasa de catabolismo proteico normalizada
140
En el modelo de riesgos proporcionales de Cox las únicas variables que
permanecieron en el modelo y por tanto se asociaron con un mayor riesgo de mortalidad
y/o morbilidad fueron los niveles medios de Hb, la hs-PCR media y el valor medio de n-
PCR, todo ello ajustando para el resto de variables de confusión entre ellas el ICC, el
tipo de acceso vascular y los niveles medios de albúmina (Tabla 27).
Tabla 27.- Modelo de regresión proporcional de Cox para estimar los factores de
riesgo de mortalidad y/o morbilidad durante el seguimiento
VARIABLE COEFICIENTE ERROR ESTANDAR
RIESGO RELATIVO
IC 95% P
Hemoglobina media (g/dl) -0,694 0,173 0,45 0,35-0.70 0.000
hs-PCR media (mg/L)
n-PCR media (g/kg/día)
0,026
-1,036
0,004
0,363
1,02
0,35
1,01-1,03
0,17-0,72
0.000
0.004
Modelo multivariante ajustado para edad y género, índice de comorbilidad de Charlson, tipo de acceso vascular, albúmina media y fibrinógeno medio.
N= 190 pacientes, mortalidad y/o morbilidad 97 pacientes.
Abreviaturas: IC: Intervalo de confianza; hs-PCR: Proteína C reactiva ultrasensible, n-PCR: tasa de catabolismo proteico normalizada
141
5. DISCUSIÓN
142
143
El propósito de nuestro estudio fue analizar el impacto en términos de
supervivencia de la variabilidad en los biomarcadores inflamatorios, específicamente la
PCR, en pacientes con ERCT incluidos en programa de HD. Analizamos una cohorte de
pacientes incidentes en HD de un único centro que son seguidos longitudinalmente de
una forma estrecha, poniendo de manifiesto la alta prevalencia de la inflamación en
estos pacientes. Según nuestros hallazgos, la PCR prototipo de reactante de fase aguda,
se asoció de manera independiente a mortalidad y morbilidad en pacientes con ERCT.
La mayoría de los estudios que analizan la asociación entre inflamación y morbi-
mortalidad son trabajos realizados en pacientes prevalentes en HD. Es bien conocido
que el procedimiento de la HD por sí misma puede contribuir al estado inflamatorio. La
biocompatibilidad de la membrana, el uso de líquidos de diálisis contaminados, la
retrofiltración y la frecuencia y duración de la diálisis son factores contribuyentes al
proceso inflamatorio y puede actuar como un proceso intercurrente modificando los
niveles de marcadores inflamatorios. La peculiaridad de nuestro estudio consiste en que
fueron pacientes incidentes en HD y ya la primera determinación de PCR, en el inicio
de HD, fue un fuerte predictor tanto de mortalidad como de morbilidad, todo ello
después de ajustar para otras variables tan potentes como son edad, existencia de ECV
previa, comorbilidad asociada, presencia de anemia y estado nutricional.
Dado que en los pacientes en HD existe una gran variabilidad intra e
interindividual en los niveles de PCR, la realización de múltiples medidas de PCR a lo
largo del seguimiento demostró ser un mejor predictor de mortalidad frente a una única
determinación de PCR. Aunque muchos trabajos previos han analizado la relación entre
inflamación y morbi-mortalidad, pocos estudios han utilizado medidas seriadas de la
PCR en una evaluación prospectiva como en nuestro análisis.
144
En el momento actual a pesar de los avances en el tratamiento de diálisis y en los
cuidados médicos, hemos observado una elevada mortalidad en nuestros pacientes,
relacionada con mayor comorbilidad asociada, con la presencia de inflamación,
malnutrición y la utilización de un CVC como acceso vascular.
5.1 CARÁCTERÍSTICAS CLÍNICAS DE LA MUESTRA
Presentamos el análisis de una serie de pacientes mayores de 18 años de edad
que iniciaron programa de HD crónica en el Servicio de Nefrología del Hospital
General Universitario de Ciudad Real entre el 1 de enero del 2007 y el 31 de Mayo de
2011. Las características demográficas de nuestra población son similares, en términos
generales, a las descritas en otros trabajos. En efecto, la edad media de nuestros
pacientes fue de 63 años y el 52% tenían una edad superior a 65 años, datos similares al
estudio ANSWER194. Este estudio observacional, prospectivo y multicéntrico realizado
en España entre los años 2003 y 2004, analiza las características socio-demográficas,
clínicas y analíticas de una cohorte de 2341 pacientes incidentes en HD comunicando
una edad media de 65 años. De manera similar, nuevamente un estudio observacional,
multicéntrico realizado en clínicas Fresenius Medical Care de España que incluyó 2637
pacientes incidentes y 4679 pacientes prevalentes en HD, describen una edad media de
65 años en los pacientes que inician HD175. Esta situación reproduce la tendencia en los
últimos años de incluir en HD pacientes cada vez más añosos como también se ha
constatado en datos del Registro de Diálisis y Trasplante de la Sociedad Española de
Nefrología7 donde el 56% de los pacientes que inician HD tenían más de 65 años. La
distribución por género de los pacientes mostró una proporción de varones del 60%,
similar a lo descrito por Pérez García y cols. en el estudio ANSWER194 y en otros
145
estudios españoles como el estudio MAR (Morbidity and Mortality Anaemia Renal)22 y
el estudio realizado en clínicas Fresenius Medical Care en España194.
En nuestros pacientes, la nefropatía diabética fue la principal causa de ERCT
afectando al 25% de los pacientes seguida de la patología glomerular que representó el
21% y la nefropatía vascular que afectó al 14% de los pacientes. Nuestros datos están en
concordancia con los resultados del Registro Español de Diálisis y Trasplante7 donde la
etiología más frecuente de la ERCT es la nefropatía diabética (25% de los pacientes)
seguida de la nefropatía vascular (17% de los pacientes) lo cual supone que estas dos
entidades representan el 42% de todos los pacientes que inician HD. Por el contrario,
estos datos son muy diferentes al registro americano donde la nefropatía diabética y la
nefropatía vascular juntas suponen más del 70% de los casos de ERCT8 lo cual deja
entrever diferencias epidemiológicas y/o ambientales entre los diferentes registros.
El análisis de la comorbilidad asociada mostró que el 50% de los pacientes
estudiados presentaron un ICC superior a 7 y como era de esperar, la existencia de ECV
previa a su entrada en HD fue elevada (40%), así como la presencia de HTA y EVP,
datos todos ellos similares a estudios previos175,194,195.
Al inicio de HD el 40% de nuestros pacientes presentaron como acceso vascular
un CVC permanente. Estos resultados están en sincronía con estudios previos realizados
en España donde se comunica que hasta el 40% de los pacientes incidentes en HD no
tienen una fístula arteriovenosa, y como en los últimos años se ha producido un
aumento importante en el número de pacientes que inician HD con un CVC174. Esta
propensión se relaciona sobre todo con una variación en las características clínicas de
los pacientes que son más ancianos y con mayor porcentaje de diabéticos, así como con
146
la aparición de una serie de condiciones clínicas que hacen del CVC el acceso vascular
más apropiado176.
5.2 INFLAMACIÓN EN HEMODIÁLISIS
La inflamación constituye un proceso muy prevalente en pacientes con ERC y
pacientes incluidos en programa de HD. De todos los marcadores de inflamación, la
PCR es uno de los marcadores de riesgo de muerte más extensamente estudiado y
utilizado en la práctica clínica66,86.
No existe un acuerdo definitivo para establecer un estado de inflamación
asociado a la uremia. De hecho, no existe consenso sobre cuál es el valor de corte “cut-
off” de PCR para definir la presencia de inflamación en pacientes con ERC. En
población general se establecen tres categorías de riesgo de padecer un proceso
inflamatorio y/o infeccioso según los niveles de PCR: riesgo bajo PCR <1 mg/L; riesgo
medio PCR 1-3 mg/L y alto riesgo: PCR >10 mg/L66. En pacientes con ERC los niveles
de PCR suelen estar más elevados que en población general con cifras superiores a 3
mg/L75 pero existe una gran variabilidad entre los diferentes trabajos publicados a la
hora de establecer un valor de PCR que mejor pueda predecir la mortalidad. La mayoría
de los estudios realizando análisis de curvas ROC, determinan diferentes puntos de
corte de PCR que son predictivos de mortalidad cardiovascular y mortalidad global en
pacientes en HD. Nascimento y col.76 realizando análisis de curvas ROC establecen que
el valor de PCR que mejor predice la mortalidad en sus pacientes es de 5.1 mg/L. Por
otra parte, Chauveau y cols.196 utilizan 8 mg/L e Iseki y cols.79 usan 10 mg/L como sus
147
puntos de corte. Con estos datos se sugiere que en los pacientes en HD el punto de corte
de PCR en torno a 5 mg/L197.
Nuestro trabajo mostró que la mediana de los niveles basales de PCR a su
entrada en HD era de 8 mg/L. En el análisis de las curvas ROC el valor de hs-PCR que
mejor predijo la mortalidad y el evento compuesto (mortalidad y/o morbilidad) fue de
8,35 mg/L y 8,15 mg/L, respectivamente. Tomando como referencia el valor de 8 mg/L,
el 50% de nuestros pacientes presentaron un estado de inflamación al inicio de HD pero
si consideramos valores de 5 mg/L como aconsejan algunos trabajos197, el 62% de
nuestros pacientes estaban inflamados. En consonancia con nuestros datos, Zimmerman
y cols.50 analizan 280 pacientes estables en HD encontrando que el 50% de ellos
presentan un aumento de reactantes de fase aguda sobre todo PCR y SAA. De manera
similar, Zoccali y cols.51 estudian 138 pacientes en diálisis de los cuales el 62%
presentan niveles de PCR superiores a 5 mg/L en ausencia de una infección clínica
aparente y algo similar fue descrito por Panichi y cols.198 que encuentran que el 47% de
sus pacientes en HD tienen niveles de PCR superiores a 5 mg/L.
Los pacientes que al inicio de HD estaban más inflamados (hs-PCR >8 mg/l), se
caracterizaban por tener una edad más avanzada y había una mayor proporción de
varones. Existen estudios realizados en población general72 que muestran que la edad se
asocia a un aumento de la PCR, como ocurrió en nuestra serie. Además, fueron
pacientes con un ICC más elevado y con una mayor prevalencia de ECV previa. La
presencia de comorbilidad asociada puede contribuir a la inflamación y a que estos
pacientes tengan cifras más elevadas de PCR. De esta forma, distintos estudios
examinan la relación entre comorbilidad, medida a través de diferentes marcadores y la
148
presencia de inflamación. A modo de ejemplo, Snaedal y cols.80 encuentran una fuerte
asociación entre inflamación (determinada por niveles de PCR) y comorbilidad y
eventos clínicos en pacientes en HD; así los pacientes con mayor score de morbilidad
tienen niveles más elevados de PCR. En relación con el acceso vascular un 53% de los
pacientes del grupo con PCR más elevada eran portadores de un CVC frente a un 26%
de pacientes en el grupo con cifras más bajas de PCR. Es sabido que la presencia de un
CVC constituye una puerta de entrada para organismos infecciosos y puede favorecer el
desarrollo de un proceso inflamatorio y contribuir a niveles más elevados de reactantes
de fase aguda199.
Desde un punto vista nutricional, los pacientes inflamados de nuestro estudio
estaban peor nutridos como lo demuestran las cifras más bajas de proteínas viscerales
como la albúmina y prealbúmina, al inicio de HD. Aunque muchos factores pueden
contribuir al deterioro del estado nutricional en los pacientes en HD, la inflamación
puede ser una de las más importantes causas de hipoalbuminemia en ERCT139. Kaysen
y cols.200 investigan 79 pacientes en HD comparando pacientes con niveles estables de
albúmina frente a pacientes en los que se produce un descenso de los niveles de
albúmina >0,3 g/dl durante el seguimiento encontrando que los niveles de PCR
constituyen el predictor primario de los niveles séricos de albúmina. Stenvinkel y
cols.201 analizan 206 pacientes en HD y comparan dos grupos de pacientes según
niveles de PCR (<10 mg/L vs ≥10 mg/L) encontrando que los pacientes con mayor nivel
de PCR son pacientes de edad más avanzada, con mayor proporción de ECV y de
malnutrición. En consecuencia, diferentes autores116 han mostrado una relación inversa
149
entre los valores séricos de albúmina y niveles de marcadores inflamatorios
fundamentalmente PCR, datos similares a los descritos por nuestro grupo.
No encontramos diferencias entre los dos grupos de pacientes en relación con la
anemia, pero si existían diferencias estadísticamente significativas en la dosis de rHU-
EPO, requiriendo los pacientes con inflamación dosis más elevadas para poder mantener
el mismo nivel de Hb y presentando un IRE más elevado. La inflamación juega un
papel muy importante en la resistencia al tratamiento con rHU-EPO. Determinadas
citoquinas como IL-6 y TNF-α bloquean el proceso de eritropoyesis, como ya demostró
Goicoechea y cols.202. Otras causas de resistencia a rHU-EPO fueron analizadas por
López Gómez y cols.38 en 1.710 pacientes en HD en España encontrando que la edad, la
comorbilidad asociada, los niveles más bajos de albumina y la utilización de un CVC,
fueron factores asociados a una resistencia al tratamiento con rHU-EPO. Estos factores
junto a la inflamación podrían contribuir a necesitar dosis más altas de EPO para
intentar mantener cifras de Hb en rango, como se observó en nuestros enfermos. El
hecho de encontrar una correlación negativa entre los niveles de Hb y hs-PCR apoya
esta relación.
Cuando analizamos los niveles séricos de otro reactante de fase aguda como es
el fibrinógeno, el 66% de nuestros pacientes presentaron valores superiores a 400 mg/dl,
considerado el límite superior de la normalidad en nuestro laboratorio. Los pacientes
con hs-PCR >8 mg/L presentaban de forma significativa niveles superiores de
fibrinógeno que el resto de pacientes. Los niveles séricos de esta proteína se ven
influidos por varios factores de riesgo convencionales como son el tabaco, la HTA y la
DM89 y por factores emergentes como es la inflamación90. Es conocido que la ERC se
150
asocia con valores más elevados de fibrinógeno91, pero además podría poner de
manifiesto el estado inflamatorio que presentaban nuestros pacientes al inicio de HD.
La ferritina también se encontraba más elevada en los pacientes con PCR >8
mg/L. En HD una ferritina sérica elevada puede no ser indicador exclusivo de las
reservas de hierro sino que constituye un reactante de fase aguda y puede estar en
relación con un proceso inflamatorio. En este sentido, Kalantar-Zadeh y cols.203
examinan los depósitos de hierro en la médula ósea de 24 pacientes urémicos y
muestran que solo los pacientes con una médula ósea totalmente deplecionada de hierro,
tenían valores séricos de ferritina más bajos. En el resto de pacientes los depósitos eran
independientes de los niveles de ferritina. Por otro lado, Owen y cols.204 estudian en 154
pacientes en HD la relación entre los niveles de PCR y otras medidas de laboratorio
como albúmina, prealbúmina, creatinina y ferritina, encontrando una correlación
positiva entre los niveles de PCR y ferritina después de ajustar para otras variables
confusas como son albúmina y prealbúmina. Por tanto, los niveles más elevados de
ferritina en nuestros pacientes al inicio de HD, cuando aún no estaban recibiendo hierro
intravenoso podrían estar en relación con un proceso inflamatorio subyacente.
Finalmente, los pacientes inflamados presentaban de forma significativa un
mayor recuento de leucocitos que el resto de pacientes. El aumento del número de
leucocitos es un indicador de la respuesta celular a la inflamación y también es un
parámetro de malnutrición. En esta línea, Reddan y cols.104 analizan la asociación entre
el recuento de leucocitos y mortalidad en 25.661 pacientes en HD, encontrando que los
niveles más elevados de neutrófilos constituyen un marcador “alternativo” de
inflamación y malnutrición y pueden predecir el riesgo de muerte en HD.
151
A modo de resumen, en el análisis multivariante las variables que se asociaron
de forma independiente con los niveles de hs-PCR al inicio de HD fueron la presencia
de un CVC, los niveles más bajo de albúmina, un mayor IRE y el recuento de
leucocitos, ajustando para variables demográficas y parámetros analíticos como son la
prealbúmina, ferritina, fibrinógeno y transferrina.
Todos estos factores, junto con la propia ERC, la cual constituye por sí misma
un estado de inflamación sistémica con un aumento de los niveles de citoquinas pro-
inflamatorias197 podrían explicar el elevado número de pacientes de nuestro estudio que
se encontraban “inflamados” en el inicio de HD.
5.2.1 Inflamación, mortalidad y morbilidad
En población general existe un fuerte nexo de unión entre el aumento de los
niveles séricos de marcadores inflamatorios, fundamentalmente PCR y el incremento
del riesgo de morbilidad y mortalidad, sobre todo cardiovascular88,205. De manera
similar a lo ocurrido en población general, diversos estudios realizados en pacientes con
ERCT incluidos en programa de HD también encuentran una asociación entre los
niveles de PCR y mortalidad50,77-79,133,206.
Una única determinación de PCR puede ser altamente predictiva del pronóstico
en pacientes en diálisis, sin embargo no se sabe con claridad si una determinación
aislada puede predecir la mortalidad. Como muestran nuestros datos los pacientes que
fallecieron tenían niveles basales de PCR más elevados que los pacientes que
sobrevivieron. Al categorizar a los pacientes según niveles basales de hs-PCR (≤ 8 mg/L
vs >8 mg/L), los pacientes con niveles de hs-PCR más elevados presentaban una
152
probabilidad de supervivencia a los tres años del 60% frente al 88% de probabilidad de
supervivencia que presentaban los pacientes con niveles de hs-PCR ≤8 mg/L. En el
análisis multivariante de Cox encontramos que, ajustando para otras variables como la
edad, género, ICC, tipo de acceso vascular, niveles de albúmina y Hb, los pacientes con
niveles basales de hs-PCR superiores a 8 mg/L, presentaron un riesgo de fallecer 3,7
veces superior a los pacientes con niveles ≤ 8 mg/L. Otros investigadores han evaluado
la relación entre marcadores inflamatorios y riesgo de muerte en pacientes en HD. Así,
Bazeley y cols.77 analizando datos del estudio DOPPS (Dialysis Outcomes and
Practicce Patterns Study) realizado en 5061 pacientes prevalentes en HD encuentran que
la determinación de PCR, en adición a otros marcadores inflamatorios como son la
albúmina, recuento de leucocitos y ferritina, mejora la predicción de mortalidad al año
en los pacientes en HD. Otros estudios50,79,133,206 realizados todos ellos en pacientes
prevalentes en HD y con un menor número de pacientes pero con alta aplicabilidad han
demostrado que una única determinación de PCR permanece en el análisis multivariante
como predictor independiente de muerte, ajustando para otros factores de confusión tan
potentes como pueden ser la edad, la presencia de ECV previa y los niveles séricos de
albúmina. Por el contrario, Owen y cols.204 no encontraron una relación significativa
entre el riesgo de muerte y la PCR en pacientes en HD pero probablemente este
resultado estuvo condicionado al hecho de que el periodo de seguimiento fue tan solo de
6 meses.
La principal causa de muerte de nuestros pacientes fue la ECV (49% de los
pacientes). Lo mismo que sucedió con la mortalidad global, el nivel basal de hs-PCR al
inicio de HD estaba más elevado en los pacientes que fallecen por ECV frente a los
pacientes que sobreviven y fue un fuerte predictor de mortalidad por ECV en el análisis
153
multivariante. Concretamente, los pacientes con niveles de hs-PCR >8 mg/L al inicio de
HD tenían 3,87 veces más riesgo de morir por ECV que los pacientes con niveles
inferiores a 8 mg/L. Según lo publicado existen datos que apoyan la conexión entre
PCR y ECV. Zimmerman y cols.50 encuentran que la mortalidad cardiovascular
aumentaba de forma significativa por cada incremento del cuartil de la PCR,
presentando los pacientes del más alto cuartil un riesgo de morir 5,48 veces superior.
Yeun y cols.133 observan una similar asociación entre PCR y mortalidad cardiovascular
e incluso en el análisis multivariante solo la edad y la PCR permanecen como
predictores de mortalidad saliendo del modelo otros factores de riesgo tradicionales.
Analizamos también los pacientes que presentaron el evento compuesto
(mortalidad y/o morbilidad). Nuevamente, fueron pacientes de mayor edad, con un ICC
más elevado, con una mayor prevalencia de DM y ECV previa y el acceso vascular más
utilizado fue un CVC. Presentaban de forma significativa un aumento de parámetros
inflamatorios (PCR, fibrinógeno y ferritina) y datos de malnutrición proteica con el
descenso de proteínas viscerales (albúmina, prealbúmina y transferrina). En el análisis
multivariante, ajustando para otros factores, los pacientes con niveles basales de hs-PCR
>8 mg/L tenían el doble de riesgo de presentar el evento compuesto que los pacientes
con hs-PCR ≤8mg/L; en cambio la albúmina, prealbúmina y transferrina perdieron su
poder predictivo al incluir en el modelo la hs-PCR. La mayoría de los estudios
publicados consideran como objetivo principal la mortalidad y realmente hay pocos
trabajos en la literatura que consideren como “end-point” la morbilidad aunque ésta sea
de gran importancia tanto para el paciente como para los sistemas de salud por los
elevados costes que conlleva. Ikizler y cols.140 estudian 73 pacientes estables en HD los
cuales son seguidos durante 15 meses y evalúan la asociación de marcadores
154
inflamatorios y nutricionales con la hospitalización, demostrando que los pacientes que
sufren hospitalización presentan de forma significativa descenso de todos los
parámetros nutricionales y un aumento de la PCR permaneciendo en el análisis
multivariante solo la PCR. También se ha visto que los pacientes con mayor nivel de
PCR tienen un mayor riesgo de eventos cardiovasculares. En este sentido, un análisis
post-hoc del estudio AURORA (Rosuvastatina y eventos cardiovasculares en pacientes
en HD)207 ensayo clínico que incluyó 2.776 pacientes estables en HD para investigar si
la administración de Rosuvastatina 10 mg/día disminuye la mortalidad y ECV, mostró
que los factores que se asocian con el desarrollo de eventos cardiovasculares son la
edad, los niveles de P, la albúmina sérica, el tiempo en diálisis, la presencia de diabetes,
de ECV y los niveles de PCR. Todo ello indica que igual que lo hallado en nuestro
estudio, la PCR también puede ser un potente predictor de morbilidad en pacientes en
HD.
5.2.2 Proteína C Reactiva: medida única versus medidas repetidas
En pacientes con ERCT incluidos en programa de HD los mediadores
inflamatorios incluida la PCR, están sujetos a una gran variabilidad intra e
interindividual. De esta manera, una única determinación del marcador inflamatorio
puede impedir al médico obtener información importante sobre la variabilidad de la
respuesta inflamatoria y por tanto del proceso subyacente responsable de esta variación.
Por este motivo nosotros realizamos determinamos seriadas de PCR con el objeto de
conocer como la variabilidad de la PCR a lo largo del seguimiento pudiera afectar al
resultado final y predecir mejor la mortalidad que una única medida basal.
155
Dividimos a los pacientes en tres grupos según la variabilidad de la PCR, así
grupo I: pacientes con hs-PCR siempre inferior a 8 mg/L durante todo el seguimiento;
grupo II: pacientes con hs-PCR en algún momento superior a 8 mg/L y grupo III:
pacientes con hs-PCR siempre superior a 8 mg/L. Los pacientes del grupo III tenían una
mortalidad mayor que los otros dos grupos. La probabilidad de supervivencia a los 2
años de iniciada HD de los pacientes del grupo III fue del 65% frente al 90% del grupo
II y el 93% del grupo I; del mismo modo tanto las hospitalizaciones como la aparición
de un evento cardiovascular de “novo” fue superior en el grupo III que en el resto de
pacientes. La peor supervivencia del grupo III pudiera explicarse por un patrón continuo
de respuesta inflamatoria sistémica en el contexto de una población más longeva, con
mayor comorbilidad, más desnutrida y con un peor acceso vascular. Muchos factores
pueden contribuir a esta inflamación crónica en HD, entre ellos la biocompatibilidad de
la membrana del dializador, la contaminación del líquido de diálisis, la utilización de un
CVC como acceso vascular y la aparición de eventos clínicos intercurrentes. Todos
nuestros pacientes se dializaban con membranas biocompatibles y aunque es un estudio
retrospectivo de mucho tiempo de seguimiento, con muchas sesiones de HD, los análisis
microbiológicos realizados en el líquido de diálisis durante los años del estudio siempre
cumplían los niveles de endotoxinas ≤ 0,03 EU/ml. Por todo ello, lo más probable es
que ese estado inflamatorio permanente esté sobre todo en relación con la comorbilidad
asociada, la aparición de eventos clínicos “de novo” y la utilización de un CVC como
acceso vascular.
Nuestros resultados coinciden en gran medida con los encontrados en diversos
estudios longitudinales que han demostrado que los pacientes en HD con elevaciones
156
persistentes de la PCR a lo largo del seguimiento tenían peor pronóstico que los
pacientes con niveles más bajos o elevaciones aisladas de la PCR76,81,82. Así,
Nascimento y cols.76 estudian una cohorte de 180 pacientes en HD con determinaciones
bimensuales de PCR. Excluyendo los pacientes con enfermedad inflamatoria o
infección encontraron que los pacientes con niveles de PCR persistentemente superiores
a 5.1 mg/L presentaban un mayor riesgo de fallecer que el resto de pacientes.
El número de pacientes de nuestro trabajo que fue tratado con técnicas de HD
hemodiafiltración “on line” fue pequeño (12,5%) y no constituyó el objetivo de nuestro
estudio, encontramos que había un menor número de pacientes con técnicas “on line” en
el grupo III frente al resto de grupos. Se ha publicado que las técnicas de
hemodiafiltración “on line” son más efectivas en el aclaramiento de biomarcadores de
inflamación208,209 aunque existe una gran controversia con respecto a los niveles de
PCR. Existen estudios que observan un descenso en este parámetro198,210 pero otros
trabajos como los realizados por Maduell y cols.211 y Ariza y cols.212 fueron incapaces
de demostrar descenso de los niveles de PCR asociados al transporte convectivo.
La determinación de hs-PCR cada 4 meses durante los dos primeros años del
seguimiento y posteriormente cada 6 meses hasta la finalización del estudio o aparición
del evento compuesto nos permitió conocer en cada paciente la media de todas las hs-
PCR, la mediana y el valor máximo de hs-PCR en cada paciente. Encontramos una
excelente correlación entre las diferentes determinaciones de hs-PCR lo cual
proporcionó validez interna a nuestro estudio. El valor de hs-PCR que presentó una
mayor área bajo la curva ROC para predecir la mortalidad fue la hs-PCR media (AUC
0.81; P<0.0001). En el modelo multivariante de Cox ajustando para edad y género, la
157
hs-PCR media fue el predictor más fuerte de mortalidad con un riesgo relativo superior
al riesgo relativo de la hs-PCR basal. Nuestros resultados son similares a otros trabajos
publicados en la literatura. Snaedal y cols.80 realizan determinaciones de PCR cada tres
meses en 228 pacientes prevalentes en HD encontrando que la PCR mediana fue el
valor que más se asoció con la mortalidad, mejor que la PCR basal que en este caso no
fue significativo. Todo esto nos sugiere que en la práctica clínica, la monitorización
frecuente de la respuesta inflamatoria con la realización de medidas repetidas puede ser
de utilidad para el seguimiento del paciente, permitiéndonos una estimación más precisa
del perfil de riesgo del paciente en HD así como explorar la causa subyacente del
proceso inflamatorio e intentar establecer las medidas terapéuticas apropiadas.
5.2.3 Inflamación y Aterosclerosis: Mecanismos patogénicos
La inflamación crónica puede contribuir al desarrollo de ateroesclerosis y por
tanto a un mayor riesgo de morbi y mortalidad cardiovascular. Todo el proceso de
aterosclerosis, desde la lesión más precoz consistente en la formación de la estría grasa
hasta las lesiones más avanzadas de placas fibróticas, está fuertemente unido a una
respuesta inflamatoria y a la disfunción endotelial120-123 procesos ambos muy frecuentes
en pacientes con ERCT.
Diferentes estudios realizados en pacientes con ERC examinan la relación entre
marcadores inflamatorios y enfermedad vascular. De esta manera, Stenvinkel y cols.109
analizan 109 pacientes en situación prediálisis encontrando una asociación significativa
entre los niveles de PCR y el engrosamiento íntimo-medio de la carótida. Chen y
cols.141 estudian los factores de riesgo de EVP en una gran cohorte de pacientes con
ERC como es el estudio CRIC (Chronic Renal Insufficiency Cohort) existiendo una
158
asociación entre los niveles de PCR y la presencia de EVP, después de ajustar para
factores de riesgo tradicionales de ECV; y resultados similares se han comunicado en
pacientes en HD como muestran Vega y cols.213 que analizan los factores de riesgo de
EVP en 220 pacientes estables en HD encontrando niveles más elevados de PCR en los
pacientes con EVP y en los pacientes que fallecen durante el seguimiento.
La PCR puede contribuir directamente a la patogénesis de la aterosclerosis a
través de varios mecanismos: a) unión a las células endoteliales dañadas y activación
del sistema del complemento favoreciendo la formación de células espumosas; b) unión
a lipoproteínas de baja densidad y muy baja densidad por un mecanismo dependiente
del calcio, favoreciendo la agregación de las mismas y finalmente c) estimulación de la
síntesis de factores tisulares por parte de los monocitos e inducción de la expresión de
moléculas de adhesión contribuyendo de esta manera al efecto pro-inflamatorio sobre
las células endoteliales214.
5.3 CORRELACIÓN ENTRE MARCADORES INFLAMATORIOS Y
MARCADORES NUTRICIONALES
En el estudio realizado encontramos una correlación entre marcadores
inflamatorios, en este caso hs-PCR, ferritina y fibrinógeno con marcadores nutricionales
como son la albúmina y prealbúmina. Aunque todas las correlaciones fueron
estadísticamente significativas, la correlación entre los niveles de hs-PCR y albúmina
fue la que presentó un coeficiente más elevado. Además, en el análisis de regresión
lineal múltiple, la hs-PCR al inicio de HD se asoció de forma independiente con los
159
niveles de albúmina, aún después de ajustar para variables que pueden confundir. El
descenso de la albúmina en 1 gr/dl supuso un aumento de la hs-PCR en 12,8 mg/L.
Varios estudios han encontrado una relación entre los niveles de albúmina y PCR con
resultados similares a los hallados por nosotros. En este sentido, Owen y cols.204
analizan la asociación entre PCR y otros marcadores séricos en 1054 pacientes en HD,
encontrando una correlación inversa entre PCR y albúmina (r= -0.254; P <0.001), PCR
y prealbúmina (r= -0.354; P <0.001) y una correlación directa entre PCR y ferritina (=
0.148; P <0.001). De manera similar a nuestros resultados, los valores de los
coeficientes de correlación fueron relativamente bajos lo cual significa que parte de la
variabilidad de la prueba se explica por factores diferentes a los que estamos analizando,
pero los valores de P tan significativos hace casi improbable que las asociaciones sean
debidas al azar. Kaysen y cols.215 exploran los efectos de la PCR sobre la albúmina
sérica en 364 pacientes en HD, utilizando como variable dependiente la albúmina y
comprobando en el análisis multivariante, que el aumento de 1 unidad del logaritmo de
la PCR supone un descenso de la albúmina de 0,175 g/dl, ajustando para otros factores
que podrían influir de forma equivocada sobre los niveles de albúmina como son la tasa
de catabolismo proteico normalizada, la raza y la presencia de DM.
Los niveles séricos de albúmina pueden estar condicionados por otros factores
diferentes a la ingesta proteica y el estado nutricional. En efecto, determinadas
circunstancias como son la edad, la presencia de comorbilidad asociada (ECV y DM), y
la inflamación sistémica, pueden estar fuertemente asociadas con los niveles de
albúmina41, factores todos ellos presentes en nuestros pacientes. La interacción entre el
estado nutricional y el estado inflamatorio es compleja y diferentes mecanismos
160
explican este nexo de unión. La albúmina constituye un reactante de fase aguda
negativo. De esta manera, ante un estímulo inflamatorio determinadas citoquinas pro-
inflamatorias como IL-6 y TNF-α estimulan la síntesis hepática de PCR y ferritina y
recíprocamente suprimen la síntesis de albúmina, prealbúmina y transferrina por parte
del hígado. Además, el TNF-α no solo promueve el proceso catabólico sino que produce
una supresión en la síntesis de proteínas e induce a la pérdida de apetito y a la
anorexia41.
5.4 MORTALIDAD Y MORBILIDAD EN HD: FACTORES DE RIESGO
A pesar de muchos años de esfuerzo y trabajo en la optimización de las técnicas
de HD y en el cuidado de los pacientes, las tasas de mortalidad en HD siguen siendo
inaceptablemente altas.
En nuestro estudio fallecieron el 29% de los pacientes lo que supone una tasa de
mortalidad anual en torno al 12%. Son cifras de mortalidad similares a otros estudios
realizados en Europa. En el estudio ANSWER, Cuevas y cols.182 describen una tasa de
mortalidad anual del 14%, Pérez García y cols.175 en el estudio realizado en clínicas
Fresenius Medical Care en España encuentran una tasa de mortalidad anual del 12%. En
el estudio DOPPS216 la tasa de mortalidad en Europa se sitúa en el 16% siendo una tasa
de mortalidad inferior a la de Estados Unidos que fue del 22%.
En nuestro análisis, un importante número de pacientes fallecieron durante los
dos primeros años después de su inclusión en programa de HD con una mortalidad
anual muy superior a la tasa de mortalidad en los años posteriores. Estudios previos
observacionales realizados en pacientes incidentes en HD han descrito una elevada
mortalidad fundamentalmente durante el primer año después de iniciada la HD,
161
llegando a representar el 35% de todas las muertes217. Esta elevada mortalidad de forma
precoz también se ha podido constatar en pacientes en HD incluidos en lista de espera
de TX renal que en principio son pacientes con una menor comorbilidad. En este
sentido, Hernández y cols.218 muestran que el mayor número de fallecimientos ocurrió
durante los dos primeros años después de su inclusión en lista de espera de TX renal,
periodo de tiempo que, en principio, suele coincidir con su entrada en HD. Incluso hay
autores que han comunicado una mayor mortalidad durante los primeros 120 días en
HD. Así, en el estudio DOPPS, Bradbury y cols.180 encuentran una tasa de mortalidad
del 28% durante este periodo de tiempo frente al 22% en el periodo posterior hasta
completar el primer año. En nuestro estudio, todos los pacientes que fueron incluidos
tenían al menos un periodo de seguimiento de 4 meses. Por este motivo no pudimos
calcular la tasa de mortalidad en este periodo de tiempo pero si fue muy evidente la
elevada tasa de mortalidad en los dos primeros años lo cual está en consonancia con lo
descrito en la literatura.
La principal causa de muerte fue la ECV la cual supuso el 49% de todos los
fallecimientos de nuestra serie seguida de la causa infecciosa y la tumoral. Son
resultados similares a estudios previos. Ortiz y cols.9 describen a la ECV como la
principal causa de muerte en los pacientes con ERCT seguida de la causa infecciosa y la
tumoral. La patología cardiaca fue la principal causa de muerte por ECV en nuestros
pacientes. En el estudio HEMO10, ensayo clínico, aleatorizado, multicéntrico, que
incluyó a 1846 pacientes en HD se analizan los efectos de la dosis de diálisis y flujo de
la membrana sobre la morbilidad y mortalidad en pacientes en HD, describiendo una
mortalidad de causa cardiaca en el 40% de los pacientes, no encontrando diferencias
significativas entre los diferentes grupos de pacientes. En España Cuevas y cols.182 en el
162
estudio ANSWER y Pérez García y cols175 comunican que entre el 45%-50% de los
pacientes fallecen por ECV siendo la patología cardiaca la afección cardiovascular más
frecuente.
Los factores de riesgo muerte en nuestros pacientes al inicio de HD fueron en el
análisis univariado la edad más avanzada, la presencia de ECV previa a su entrada en
HD, un ICC más elevado y tener un CVC como acceso vascular. Asimismo, además de
niveles más elevados de hs-PCR, presentaban parámetros analíticos de malnutrición con
niveles más bajos de albúmina, prealbúmina y transferrina. En el análisis multivariante,
las únicas variables que permanecieron en el modelo y que por tanto se asociaron de
forma independiente con la mortalidad fueron el ICC, la presencia de un CVC y los
niveles de hs-PCR. Incorporando estos tres factores en un modelo de riesgo compuesto,
los pacientes que tenían dos factores de riesgo presentaron un riesgo de fallecer 10
veces superior que los pacientes sin ningún factor. Esto es de gran importancia porque
dos de estos factores, el tipo de acceso vascular y la presencia de inflamación, son
factores potencialmente modificables lo cual puede conllevar una mejora en el
pronóstico vital de nuestros pacientes en HD.
Nuestros resultados coinciden con lo publicado en varios estudios que han
analizado los factores de riesgo de mortalidad y morbilidad en pacientes en
HD180,182,216,219-221. De esta manera, se ha relacionado con la edad, la presencia de ECV
previa, DM, comorbilidad asociada, tipo de acceso vascular, alteraciones del
metabolismo óseo, malnutrición e inflamación. A modo de ejemplo, Holme y cols.222
elaboran un modelo pronóstico de mortalidad global en pacientes en HD a partir de la
base de datos del estudio AURORA (Assessments of Survival and Cardiovascular
Events). En dicho modelo pronóstico las variables con más capacidad para discriminar
163
mortalidad fueron la edad, la historia previa de ECV, la DM y analíticamente los niveles
de PCR y albúmina. Recientemente, Flöege y cols.223 han elaborado un “score” de
riesgo de muerte en pacientes incidentes en HD a partir de una gran base de datos que
incluye 11.508 pacientes en HD en clínicas Fresenius Medical Care, encontrando como
predictores de mortalidad la edad, el IMC, la historia de ECV o cáncer, el uso de un
CVC y desde un punto de vista analítico los niveles de hemoglobina, PCR, ferritina y
creatinina.
La mayoría de los estudios comentados previamente describen a la edad como
un factor pronóstico en pacientes en HD. En nuestro análisis la probabilidad de muerte
fue más elevada, en los pacientes mayores de 67 años. De igual manera, la historia
previa de ECV también se asoció con una disminución de la supervivencia. En cambio,
en el análisis multivariante ambas variables perdieron la significación. La utilización de
una variable más potente como es el ICC adaptado para la edad, que ya incluye la ECV
y la edad puede explicar porque ambas variables salen del modelo. De esta manera
construimos un nuevo modelo sin incluir el ICC y tanto la edad como la ECV
constituyendo un factor de riesgo de muerte junto con los niveles de hs-PCR y el tipo de
acceso vascular (datos no mostrados).
Estudios observacionales han demostrado que en los pacientes con ERCT la
comorbilidad es considerada como un fuerte factor pronóstico de supervivencia165. De
los diferentes índices elaborados para medir la comorbilidad en ERCT, el ICC es el
predictor más fiable y preciso de mortalidad en HD170 siendo el que mejor discrimina la
supervivencia de estos pacientes y es probablemente el más usado y recomendado en la
ERCT16. En nuestro trabajo, los pacientes con un ICC superior a 7 tenían el doble de
164
probabilidad de morir que los pacientes con un ICC menor o igual a 7 y desde un punto
de vista cuantitativo, el incremento de 1 punto en el ICC supone un 22% más de riesgo
de morir, todo ello después de ajustar para otros factores. En la literatura diferentes
autores han analizado el impacto de la comorbilidad, medida a través del ICC, sobre el
pronóstico de los pacientes con ERCT170,224 siendo incluso un factor más potente que la
edad164. Por tanto, la utilización de un índice de comorbilidad, en este caso el ICC cuyos
datos son fáciles de obtener y medir en pacientes incidentes en HD nos puede
proporcionar una valiosa información sobre el pronóstico de nuestros pacientes.
El manejo del acceso vascular constituye un elemento clave en el cuidado del
paciente en HD. Es fundamental incrementar el uso de una FAV frente a un CVC
teniendo en cuenta la menor tasa de mortalidad y morbilidad asociada al uso de una
FAV179. En nuestros resultados, la presencia de un CVC constituyó un predictor
independiente de muerte, de esta manera, la presencia de un CVC confiere el triple de
riesgo de morir frente a los pacientes con una FAV autóloga o heteróloga; del mismo
modo aumenta el riesgo de mortalidad y morbilidad 1,8 veces frente a los pacientes con
FAV. Hay muchos estudios en la literatura que describen la asociación entre el tipo de
acceso vascular y mortalidad y morbilidad en pacientes en HD180-182,184. A modo de
resumen, Ravani y cols.183 en una revisión sistemática realizada con el objetivo de
cuantificar la asociación entre el tipo de acceso vascular y la mortalidad en pacientes en
HD, mostraron que los pacientes con un CVC tenían un mayor riesgo de morir, de
desarrollar infecciones graves y de presentar eventos cardiovasculares. Por todo ello,
nos encontramos ante una variable potencialmente modificable y es necesario realizar
165
esfuerzos adicionales para lograr que los pacientes en HD tengan una FAV como acceso
vascular, debiendo ser considerada una técnica mandataria y no electiva, en aras de
intentar salvar vidas y evitar muchos gastos médicos innecesarios.
La albúmina constituye un fuerte predictor de mortalidad. Numerosos estudios
han demostrado que niveles más bajos de albúmina sérica se asocian con una mayor
mortalidad en HD114,115,225,226. Un meta-análisis de 38 estudios con un total de 265.330
pacientes en HD mostró una relación inversa entre albúmina sérica y mortalidad de
cualquier causa y mortalidad cardiovascular227. En nuestro estudio, en el análisis
univariado los pacientes que fallecieron o presentaron el evento compuesto presentaron
de forma significativa parámetros de malnutrición con niveles más bajos de albúmina,
prealbúmina y transferrina. Los pacientes con niveles séricos de albúmina > 3,8 g/dl
tenían una probabilidad de supervivencia mayor que los pacientes con una albúmina ≤
3,8 g/dl. Considerando conjuntamente pacientes inflamados y malnutridos (hs-PCR>8
mg/L y albúmina ≤ 3,8 g/dl), la supervivencia fue claramente inferior en los pacientes
con datos de inflamación y malnutrición. En el análisis multivariante los marcadores
nutricionales se silencian y pierden su significación no encontrando además interacción
significativa entre la albúmina y la PCR. En concordancia con estos hallazgos, estudios
en los cuales el efecto de la inflamación (medida por niveles de PCR), también es
contabilizada en el análisis de regresión, los niveles de albúmina tienden a perder su
poder predictivo50,133,228 lo cual sugiere que la inflamación tiene un mayor poder
predictivo de mortalidad. Por tanto, la presencia de inflamación aguda o crónica podría
166
por tanto limitar la especificidad de la albúmina sérica como marcador nutricional y
comportarse más como un reactante de fase aguda.
Nuestro estudio nos ha permitido ver la evolución de los niveles de albúmina
durante el seguimiento. Así, los pacientes que sobrevivieron tenían una albúmina media
superior a su albúmina basal y a su vez, superior a la albúmina media de los pacientes
que fallecieron. En este caso, en el análisis multivariante la albúmina media si
constituyó un predictor independiente de mortalidad, igual que los valores medios de n-
PCR, ambos reflejo del estado nutricional. Estudios longitudinales han demostrado que
el aumento progresivo de los niveles de albúmina en el tiempo se asocian con un mejor
pronóstico del paciente229. Por consiguiente, abordar la hipoalbuminemia constituye una
oportunidad para la potencial mejora en los resultados de hospitalización y mortalidad
de esta población.
Múltiples estudios han demostrado que la anemia es un factor de riesgo de
hospitalización y mortalidad, incluida la cardiovascular, en los pacientes en
HD149,150,152. En nuestro estudio los niveles medios de Hb constituyeron un factor de
riesgo independiente de fallecer no así los niveles en el momento de iniciar HD. En este
sentido, el aumento de 1 gr/dl en los valores medio de Hb supuso un descenso en la
probabilidad de muerte de un 60%, ajustando para otras variables. Trabajos previos
como el realizado por Fort y cols.230 muestran en un estudio prospectivo de pacientes
incidentes en HD realizado en España un descenso en el riesgo de muerte asociado al
incremento en los niveles de Hb durante el seguimiento, ajustando para otros factores de
confusión. Es por tanto fundamental tratar de una forma correcta la anemia en los
167
pacientes en HD, estudiar todas las posibles causas de la misma y en caso de resistencia
al tratamiento con rHU-EPO buscar un posible estado de inflamación crónica o un
proceso subclínico que lo justifique.
5.5 LIMITACIONES
Nuestro estudio presenta ciertas limitaciones:
• Estudio retrospectivo observacional que contiene varios sesgos de información
en la recogida de las variables. Para minimizarlos, se ha procedido a la recogida
de datos siguiendo un protocolo estandarizado y con una definición de las
variables preestablecidas. De igual modo, llevamos a cabo un análisis estadístico
riguroso mediante modelos de regresión.
• Se realizó el estudio a todos los pacientes consecutivos, que iniciaron programa
de HD en un solo centro, durante un periodo de tiempo concreto. Es posible que
se incluyeran pacientes con procesos inflamatorios y/o infecciosos activos, bien
al inicio de HD o durante el seguimiento, que podrían condicionar niveles más
elevados de PCR. Por ello, nuestros resultados podrían no ser extrapolables a
otras poblaciones.
• Solo utilizamos como marcador inflamatorio la PCR y no otros marcadores
como citoquinas e interleuquinas. Sin embargo, son marcadores difíciles de
medir en la práctica clínica son menos precisos e inestables con una
disponibilidad limitada por los diferentes laboratorios.
168
• El estado nutricional solo fue valorado por niveles de albúmina y no utilizamos
otros parámetros nutricionales como la Evaluación Global Subjetiva (SGA)231.
La SGA constituye un fuerte predictor de mortalidad, pero su sensibilidad,
precisión y reproducibilidad en el tiempo no han sido bien estudiadas. Por el
contrario, diferentes sociedades y guías consideran a la albúmina un marcador
útil y válido del estado nutricional en pacientes en HD190,232.
169
6. CONCLUSIONES
170
171
Del análisis de los factores de riesgo de morbilidad y mortalidad de los pacientes
incidentes en HD en nuestro centro, podemos extraer las siguientes conclusiones:
1. Los niveles séricos de PCR, tanto basales, como sus variaciones a lo largo del
seguimiento, constituyen un fuerte predictor de mortalidad y morbilidad en los
pacientes con ERCT que inician tratamiento con HD.
2. El punto de corte de la PCR que mejor predice la mortalidad y morbilidad en
nuestro estudio es de 8 mg/L. Los niveles superiores a este valor nos deben
alertar para monitorizar estrechamente a estos pacientes e investigar la búsqueda
de tratamientos más específicos.
3. La monitorización de forma regular de los niveles de PCR ofrece ventajas en
relación a su capacidad predictiva de mortalidad, frente a la realización de una
única determinación.
4. Existe una estrecha correlación entre los niveles séricos de PCR y los
marcadores nutricionales, especialmente con la albúmina. Por tanto, los valores
de PCR y albúmina pueden reflejar un estado inflamatorio crónico subyacente
que aumenta la morbilidad y la mortalidad en los pacientes tratados con HD.
5. La comorbilidad asociada, determinada a través del ICC, la utilización de un
CVC como acceso vascular, la presencia de malnutrición y de anemia son otros
factores de riesgo independientes de mortalidad y morbilidad, especialmente en
pacientes con inflamación crónica.
172
173
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