Hermano - Raquel Fernández

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Poemario de Raquel Fernández

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www.elmensuediciones.com.ar

Colección

Ciudad y río

(poesía)

El mensú ediciones

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Editor . Darío FalconiDiseño de tapa . Robinson Ríos

Diseño de interiores . Darío FalconiLogo editorial . Santiago Gallardo

La autora de este libro obtuvo el primer premio en el2º Concurso Literario Nacional de Poesía EL MENSÚ Ediciones 2011.Fueron jurados del certamen los poetas Arturo Juárez Muñoz (México),

Susana Zazzetti (Argentina) y Fernando de Zárate (Argentina).El premio consistió en la edición y publiciación de este poemario.

© 2011 Raquel Fernández.© 2011 El Mensú ediciones.

Queda hecho el Depósito que establece la Ley 11.723www.elmensuediciones.com.ar / http://elmensu.blogspot.com

[email protected](0353) 4549453 — (0353) 154201252

ISBN 978-987-27570-4-51ª edición - 100 ejemplares

Libro de edición villamariense (Argentina).

Prohibida la reproducción parcial o total, el almacenamiento, el alquiler, la transmisión o transformación de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico o me-cánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos, sin el permiso previo y escrito

de su Editor. Su infracción será penada por las leyes 11.723 y 25.446.

Contacto con la autora: [email protected]

Fernández, Raquel Hermano / Raquel Fernández ; con prólogo de Claudia Vázquez. - 1a ed. - Villa María : El Mensú Ediciones, 2012. 86 p. ; 20x14 cm. - (Ciudad y río / Darío Falconi; 11) ISBN 978-987-27570-4-5

1. Poesía Argentina. I. Vázquez, Claudia, prolog. II. Título CDD A861

Fecha de catalogación: 11/12/2011

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HERMANO

El mensú . ciudad y río . 11

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HERMANORaquel Fernández

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a Daniel.

a Manuel y Néstor,

que me acompañaron

en el proceso de gestación de estos poemas.

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Hermano 11

Prólogo

Este libro no es un libro más para Raquel, si bien cada li-bro se gesta desde la profundidad de nuestro ser para que el poema crezca libre y diga lo que tiene que decir; este libro nace de la hondura misma del dolor.

El dolor se desangra en el poema, el dolor se come a las palabras. Las palabras, sin embargo, se despuntan dejándo-se traspasar por el dolor mismo y así se dicen. Por un lado, la excelencia de la construcción poética, el sonido, la armonía en cada poema, las imágenes que se transparentan en la crudeza del lenguaje. El lector puede moverse en situaciones de la vida cotidiana dentro del poema, sin caerse en ningún lugar común, aunque estas situaciones sean simples como la que se plasma en el poema “Mamá llora”: “Porque esta vez me tocó a mí juntar los

juguetes.” El poema nunca decae, las palabras están puestas en el lugar donde tienen que estar, esto es simplemente una alusión a la forma, definiendo de esta manera que la autora lleva bien puesto el nombre de Poeta. Lo que configura la imagen que tomé como ejemplo, conlleva una carga poética donde se condensa el poema mismo, al igual que “el agujero en el mantel”: ese aguje-ro atraviesa todo el poema, sin ese agujero el mantel sería otra cosa.

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Hay un hilo conductor en este poemario. Sería muy sen-cillo decir “la muerte”, pero ese hilo va más allá de la muerte misma, es lo que trae esa muerte, lo que dice, lo que calla, lo que suda y se convierte en polvo; el estado del duelo. Vuelvo a insis-tir, el lector puede caminar por cada poema como si fuera suyo, puede deslizarse por cada palabra sabiendo de lo que se está hablando. Este libro llega a nosotros como un reflejo de lo que somos cuando el dolor nos atraviesa y deja seca cada parte de nuestro cuerpo; cuando la desolación es la única mirada que te-nemos: es donde nuestro ser toca el límite de lo que somos, llega al límite mismo de nuestra impotencia. Desde ese límite, desde ese fondo, Raquel supo delinear cada verso, Raquel pudo decir-se con voz propia. Y esa voz descubre a Raquel, la pronuncia, la hace una con ella. La autora se conforma en esa Voz Poética que ya es su Voz.

Volviendo a la temática, ¿quién no ha perdido a un ser amado? ¿Quién no ha pasado por un duelo? El poemario se abre tocando la profundidad de la naturaleza del hombre, mostran-do su finitud, queriendo calmar una sed que desde la limitación humana no puede ser saciada. Cada poema nos pone cara a cara con lo que somos, nos lleva a reconocernos en cada herida, en el dolor, en la nostalgia, en la misma ira de no saber como sortear la imposibilidad, el desamparo; nos lleva a “deshojar el vacío”. Hay que pasar esos “días con la frustración hecha tierra”.

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Cada poema es un grito, un silencio que se parte: “Partir el

pan y el cuchillo”. Cada palabra intenta un nuevo comienzo pero “la tierra en la garganta finalizando historias” nos deja a mitad de camino, todavía. Este lugar donde el poema camina, donde trata de cerrarse: “elevo mi nada a lo que no escucha” es tocar en cuerpo y alma el límite de lo que somos, nuestra propia natura-leza, hasta donde llegamos y no podemos más.

“Dolió aprender a no palpar la rosa”: en ese dolor pode-mos decir que “el poema está terminado”.

Al acercarnos a la poesía cruda y desnuda de Raquel en este “Hermano”, se presiente, se vislumbra, un abrir de puertas donde la autora no deja de ejercer este oficio de Poeta al que fue llamada desde el otro lado de la tierra, donde nace la esperanza.

Claudia Vázquez

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HermanoKATA TON DAIMONA EAYTOY

“Y si dijera que realmente te amaba…(…) Quizás te reirías y dirías que vivíamos

en mundos diferentes…”

Paul McCartney, “Here Today”

Sin prefacios llegará la primavera.Como si tu ausencia fuera nada.

Rodarán días para desperdiciar el alma,para negar la luz,para saber que la piel es poco másque un pájaro de escombros.Girarán días blancos, días negros,días disputándose tu nombre.Las piezas de un ajedrez idiota.

Y yo evocando.Yo remirándote el corazón errado,el cuerpo repartido sobre baldosas blancas.Yo ensanchando las manospara alcanzar la tierra que te asfixia.Yo poniéndote un trueno entre los labios.Sin hablar de risibles amapolas.Aceptando el pan ácimo del pésame.Aceptando tu danza con la muerte,tu decisión de ser la isla,el lobo solitario.

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Esto es la vida.Una nadería. Un plato de viento.Ahora todos los platos están rotos.Hay que afilar el grito,hay que llenarse de polvo la faringey ahogarsecon un gato de niebla en la garganta.

Hay que cazar las bestias que soltasteporque dolían tanto.

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Funeral

Fuecuando el relámpago de lo imposibleme tocó los ojosy tu cuerpo se agitócomo un largo mantel tendido a la deriva.Abierto,para que los pájaros comierande tu último latido.Abierto,para que el viento de la infancia se oxidaraen sus entretelones.

Fuecuando ciertas floresanticiparonla primavera en la que venía la Muerte.Entonces miré mis manosy vi que eran las tuyas.

Tierra en las uñas demasiado crecidas.Y la certezade haber vivido en peligro.

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Daniel

“Yo te he querido como nunca. Eras azul como noche que acaba,

eras la impenetrable caparazón del galápago que se oculta bajo la roca de la amorosa

llegada de la luz.”

Vicente Aleixandre

Él era una serpiente leve, un veneno amable. La gota que rebalsaba el vaso. Casi sin quererlo. Casi sin saber qué hacer con sus gestos de agua. Iba y venía. Una mariposa de metal con tierra en los labios. Con la garganta fría diciendo siempre la última palabra. La luz lo hacía llorar, pero no lloraba nunca.

Él era el rincón donde los sonidos se gastan. Los dedos huyendo como látigos, como arañas vivas.

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Sus ojos repetían lagunas. Algo había en esa humedad lenta que nunca pude tocar.

No sé si creía en mí.

No sé si creía.

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The last song

“I never thought you’d comeI guess I misjudged love

Between a father and his son”

Elton John, “The last song”

No sabía que iba a venir.Pero vine.Golpeé tu llanto tantas vecespara que abrieras la puerta.Golpeé los dientes que desgarrantodos los catecismos,la lengua que maldice,la piel que sangra leche tibia(hubo un niño una vez,hubo un sujeto en ese objeto incomprensibleque es el cuerpo muerto).

No sabía que iba a venir.Pero vine.Te tomé entre mis brazos.Sombra.Pájaro deshecho.Mujer rota en cuatro letras(la m, la a,la m, la a).Mujer con tantas arrugas nuevas.Vine y no me importó ser

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un detalle al costado de la ausencia.Vine y no me importóque me clavaras tus puñales solos.

Yo comprendo, mamá.Yo también soy feroz cuando me duele.

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Dolor

“La muerte tiene al principioel rostro de lo que no pudo ser.”

Antonin Artaud

El dolor es cierto.Sólo me queda desatar las manosy ver mi voz cantándole al ausente.Cuando escribo.Estúpido consuelodeletrear el ruedo de la pena,poner la soga al cuello del abecedario.Para que cada palabra tenga su Muerte.Para que cada jardín tenga su ahorcado.Como en la Rusia blanca.

Nada en sus ojos de gatopensando un pájaro.No sabíadonde poner el corazón.

El lobo de hielo se va.Con sus molinos de nieve defectuosos.Con sus heridas solas.Lamiéndose la vida que no alcanzaLa médula jamás domesticada.Y esa lluvia maldita.

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Le toca al viento deshacer al hombre.Le toca a Dios voltear el rostro.Otra vez.Con vergüenza.Con el temor de haberse equivocado.Porque yo rezaba.Iba buscando el sótano del miedo.Rogándole a las piedras(casi como si adivinara el horóscopo de los mendigos).

Mi hermanito no.¿Qué le digo a mamá?¿Cómo le cuento las baldosas blancas,el atroz crecimiento de las uñas,la inmovilidad total del lobo?¿Cómo le nombro ese olor de animal apagado?

Setiembre se arrancó de un tirón la primavera.A la mierda con todo.

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Cards castles

A mis hermanos

Qué se yo sé cuando.Mamá tendió la mesa.Multiplicó los panes y los peces.Bendijolas cosechas de todos.Una pulsión de infanciase instalóen los platos dispuestos.Una larga pulsión de terciopelo(y algún perro nos complicó los piescon su cola de hambre).

El prodigio es nómade.Migra de mesa en mesa.Viene y se va.Se va.Deja los cubiertos suciosy las puertas del recuerdo abiertas.

Cards castles.Vivimoscomo si el viento no.

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Qué se yo cuando.Pero la suertetuvo la cara de un mantel a cuadros.Y almorzamos juntos.

Por última vez.

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La inocencia final

“Me pruebo en el lenguajeen que compruebo el peso de mis muertos.”

Alejandra Pizarnik

Coincidimosen los gajes de la infancia.El territorio del padre estaba secopero el agua veníacon el llantode jornada completa.

Fue inexorable partir la muerte de un hachazo,para que cada quien tuviera su memoria,su ración, su carencia.

Coincidimosen el rito del pan.En el regazo del mantel servido.Las palomas volaban hacia adentro,alas imprescindiblesdiciendo que podíamos.Que la sed no era tanta.

La navaja de lluviaque nos mojaba el ruedo,no pudo humedecer la risa.

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Jugamos en el bosque sin saberque vos eras el lobo.El lobo por decreto.El que se lame solo.Mal.Solo.

Qué se yo qué había en tu garganta.Qué sedienta ecuación.Qué pañuelos con causa.Qué primavera que no gritaste nunca.Qué se yo cómo tejo la memoriacon tantos cabos sueltos.

Coincidimos en todo,en nada,en lo que quierael perdón de tu espectro.

Pero hubo un final sin coincidencias.Un capricho sin luces para escalar el viento.Vos, en tu ghetto sin retorno.Yo, entre las cuatro paredes del poema.

Qué fue la vida juntos.Manotazos de huérfano.

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Mamá llora

“Fue necesario todo lo que fuimos contigo,lo que somos contigo del lado de los llantos…” -

Olga Orozco

Mamá llora.Entierra y desentierra esa muerteque no fue la suya.Pero fue.

Mamá sabe la faltapor descarne.Sabe la ausencia por decantación.Por un lado se acomoda el llanto,por el otro,la imposible disposición de los platos,el agujero en el mantel,la cena que se vuelve idiota.El contrato con lo poco que queda.

Mamá se equivocó, claro.Dijo blanco cuando dijo negrocuando dijo todo cuando dijo nada.Nos lastimó palmo a palmo.

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Sin inventar un plan de salvación.Sin detener la garganta del cuchillo.Los lazos del padre, cortados.Y nunca nos preguntó por la sangre.

Sí.Mamá nos lastimó.Nos condenó a ademanes sin refugio,el compás de su dolor inútil.Mamá fue nunca y fue lejos.La sílaba indecisa.¿Dónde estaba mamá,cuando las visiones caíancomo pájaros muertos?

Mamá nos lastimó.Pero no sabía.

Ahora, mamá llora.Mamá llora, ¿entendés?Es la bestia parturienta que se quedó sola.La inhóspita.Para siempre incompleta en sí misma.Imposible decirle una palabraque abrevie el grito que le vuela la cabeza.

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Mamá llora.Cada hora es un golpe de recuerdo.Yo lloro con mamá,cuando puedo.

Porque esta vez me tocó a mí juntar los juguetes.Y esconder los que están rotos.Para que mamá no los vea.

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Primavera de a pie

“La guerra terminaría si los muertos pudiesen regresar.”

James Baldwin

Había que bailar y vos bailaste.Fuiste la torpezade no saber dar el paso redentor.Bailaste como un ciego.Con el corazón de lo deforme.Con la deformidad de tus cuatro paredes solas.La primavera siempre de a pie.Y lo demás, quién sabe.

Ahora nos toca bailar a nosotros.Pero tenemos los pies enredados en la lluvia.Damos un giro defectuosoy nos clavamos en la carne abiertalos verbos que no tuvieron tiempo.

Me aprieta la garganta no saberquién te cerró los ojos.Me aprieta la garganta este apedrearnoscon lo poco que queda.

Una pedrada y soyla boca del vacío.Otra pedrada y soy

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la que acaricia al animal moribundo.A quién van a despellejar primero.

El que quiera matarme que me quite la palabra.Para que no logre completareste círculo de sangre vinculada,esta celada amnióticaque nos devuelva al principio de la historia.

Doy un paso al costado de tu cuerpo.Doy un paso al costado de la memoriaque no supiste sanar.Repesaste tu vidapara la muertey sé que me tomaste de las manos.Cuando tenías cinco años, hermanitoy yo te daba esperanza.Esperanza de qué.

Pobrecito.Pobrecita yo, que nunca supe tejerme la trinchera.Yo también tengo piedras.Pero las míasme llueven en la boca.

Quién soy yo para arrojar la primera.Quién.

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Las desapariciones inexplicables

“La muerte es una vida vivida.La vida es una muerte que viene.”

Jorge Luis Borges

Fue la chispa y no es.De hueso en hueso se disipa el instinto.La impaciencia se parte la cabezacontra las piedras del camino.¿Y la genuina duda en Dios?La duda también es una forma que se desvanece.Que cesa.Los titubeos son para la lluviacuando la chispa se extingue.

Él era demasiado pequeño.No estaba hecho para abrir puertas.Se tomó la muerte al pie de la letra.Ahora no importa demasiadoquién dijo qué.También la miseria se apaga de hueso en hueso.

Hago lo que no supe hacertocando de oído en el viento.Quiero aclarar esta ciudad que sangra.Quiero aclarar este paisaje donde el barro es él.

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Rasgar con mi voz la incompletud de su noche.Yo nunca prendí velas y aquí estoyde pie junto a la llama.

El calendario se ocupó, finalmente,de los problemas urgentes.Las flores están para esto.Para marcar lo que quedacuando el otro se aleja de nuestras redes.Pero algo tiene que quedar de la vida.Algo másque una garganta fraccionada,un crédito sin pagar,un perro ladrando solo,un desconcierto.

Esas son las desapariciones inexplicables:las nuestras.

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Maniac monday

“I’m gonna shoot the whole day down, down, down I’ll shoot it all down.”

Bob Geldof, “I don’t like Mondays”

Es cierto. No me gustan los lunes. No sé si por tristeza o por cansancio. O porque arrastran los cadáveres de los domingos imperfectos. Pero yo no soy la madre de los vidrios rotos. No me embellezco nunca para el fuego.

Mis gestos no saben desmontarse de la pena. Los lunes. Me miro en el espejo y nadie avanza a treparme la sangre. Entonces soy la cara de mi madre, su cuchillo sin filo.

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Hubo desconocidos que sonrieron recostados en una ambulancia. Hubo quien robó tus flores. Podría matarlos a todos si fuesen patitos en fila.

Pero el patito soy yo.

Espero el disparo.

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Dónde están tus zapatos

“Amar al otro es renunciar a poseerlo,incluso muerto.”

Jean-Yves Leloup

Mamá está llorando.La escucho, entre sueños,pero aprieto los párpados.La arranco de mi cabezacomo a una ortiga.Mamá me está doliendo demasiado.Prefiero quedarme con vos,pelo largo, remera verde,veinticuatro o veinticinco años,mi bebé entre tus brazos.

Mamá está llorandoy me erradicadel rayo de sol flotando en el polvo.Entonces cantocomo un pájaro en ruinas.Toco tu ataúd y digo“Te quiero, gordo”.Toco tu soledad y comprendoque a partir de los insectos y la lluviasomos parte del polvo del caminoque acerca el cementerio hasta tu casa.Mi casa.

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Mamá está llorandoy no sé qué decirle,porque a Cristo no le creo ni los clavos.Tantos agujeros cavados en el cieloy ninguno que sirva para sepultarte.

Dónde está la garantía del latido.Dónde están tus Parisiennes.Dónde están tus zapatos.

Tengo ganas de verte, hermanito.Entonces me paro frente a un recuerdo azulcon una pintada de AC-DCy un cartel descolocado que sugiere“Descienda por la puerta trasera.”Pero no lo abro, para no romperte.Me basta pensar estás ahí con tus ratones,con tus modestas epifanías,con tu ironía intacta.

Mamá está llorando.Otra vez.

Y yo…Yo jamás fui tan vieja.

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Antes

“Es preciso que continúe mi camino,que marche, que marche.”

Pär Lagerkvist

Hilar la arena,dejar la boca endebleen el horizonte,saber un pájaro.Empezar a armar la vida,así, tan fácil.

Antes,ningún viaje era de regreso.Y no llegaba el primer soborno(había cierto ordenen las flores azules,en las rodillas nítidas,en la luz multiplicada).

Antes,no sabíacuál era tu cauce.Cuándo se deteníalo que empezábamos a armar.La vida.

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Antes,no sabíaque el corazón se parte.Que el cuerpo aprende a morirse.

Las puertas se abríanpara ir a jugar(había cierto ordenen la mentira del verano).

Y nadie se quedaba solo.Con las sombras.

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Diario de primavera

“Cambié de ubicación:ocupo el sitio de mi hermano.”

Lucas Serra

ILa primavera canta con la voz complaciente de un limos-nero idiota. Yo la escucho a hurtadillas, como si fuera el eco de los pasos de un amante. Los amantes se van. Pero la primavera llega. Con pétalos para las fosas nasa-les dormidas.

IILos hombres y las mujeres se acercan, atraídos por el polen. Tienen rostros que ya no importan. La mecánica irreflexiva de sus voces me espolea amorosamente. Ne-cesito tragar esta porción nacida de la Muerte. Devorar el melancólico manjar. Ya habrá tiempo después para el reposo.

IIIElijo un motín de rosas, la bravura de plantarle cara a la Muerte, de romper su cadena de mando. Pretendo parir con una flor. Sólo con una flor. Pero cada hora tiene su engaño: el nido de musgo, la luna en el aire. Y me duele la sangre en los extremos rojos.

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IVEl sol no se dijo a tiempo. La Muerte no se dijo nunca. Entonces miro al sol como miro a la Muerte: hasta que-marme los ojos.

VTodo lo verde se esfuma. El cuerpo se deshace: no fue más que un capricho. Permanece la piedra en la gargan-ta. El dedo erosionando la vaciedad de todo padrenues-tro. Arrojo flores contra mí. Arrojo flores como pensa-mientos astillados.

VITiritando de pavor frente al muro horizontal de la espal-da. Sólo mi voz recién nacida reclamando por una muñe-ca rota. Sólo la vejiga equivocada y la humedad temporal de las piernas. Debería callarme. Debería dar tres pasos atrás en el reloj. Pero no puedo.

VIIDebajo de la costra de sangre seca palpita un corazón que no sirve para vivir pero sigue latiendo, arropado por no sé qué esperanza, arropado por los tallos defec-tuosos de todos los parias de la Tierra. Tiene la forma de un féretro iracundo, de un gruñido de lobo.

VIIIHay un río imperfecto que no alcanza para vetar la sed. Hay una sed feroz reptando como raso en la garganta. El pan de la oscuridad es enorme. Lo parto en un mantel de lluvia extendido sobre el reclamo de mis muertos.

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IXLa ausencia es la constante. Con la aguja estropeada del recuerdo debo coser y descoser palabras. Tejer y des-tejer señuelos. Dejar una marca de vida. Nadie muere sabiendo su Muerte. Qué luz iluminó su flanco.

XAlgo me roza pero no adivino si viene de Dios o viene de la versión pagana del libro que Dios ha escrito. Tampoco sé si viene del terror de saber que ese roce no es posible. Las cruces me complican las manos.

XIUn trapo rojo entre sutura y sutura. Un trapo blanco donde capitulo. Sin condiciones. Acepto que otra vez florezcan los manzanos.

XIIÉramos tres en la canción que cantábamos esa noche. A veces alguno desafinaba. A veces, alguno quería arran-carse la voz, callarse para siempre. A veces nos odiába-mos con una vocación tan alta que arañaba la luna. Pero éramos tres. Ahora somos sólo dos mujeres perdidas. ¿Y a esto llaman primavera?

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La rebelión del catecismo

Fue el grito.La virtud de todo lo ofendido-todo lo defendido-acorralando sal en la garganta.La boca cayendo de rodillas.

Fue el grito.Mi grito.¿Qué hice de tu carne,de tu verbo,de la consumación de los milagros?

El gritorompió el tímpano del cielo.Derogó tu aleluya.Me extirpóde tu módica gloria.

Partir peces, partir peces, partir peces.Remontarsea la levadura de los panes.¿Dónde estaba tu “Levántate y anda”?Eras una ficción.Y nadie prendía velasen nuestra casa.

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El grito se incrustó en las paredes.Fue la suciedad.Así de sucio era el Paraísoque me colgaste del cuello.Yo deshojaba el vacío:“Me quiere, no me quiere.La Muerte.”

Al final no me quiso.Me tocó seguir tragando pastillas.

¿Quién pecó más,hombre de arena inconstante?¿Mi desesperación o tu mentira?

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La última vez

“Yo amaba tus grandes pies. Y tus manos agrietadaslas amaba también.

Ahora ellas están muertas. Ahora ya no existe nada.”

Pär Fabien Lagerkvist

Hoy fue la última vez.La última vez que lavé tu ropa.Lo hice con los ojos secos.Sabía que me estabas mirandoDesde no sé cuándo.Desde no sé dónde.Y no quería que me vieras llorar.

Hoy fue la última vez.Tengo las manos ásperas.Dos uñas rotas.Las babas del Diablo de todos tus veranosenredadas en el pelo.¿Y tu olor?¿Dónde está tu olor?

Guardabas un pañuelo mío entre tus cosas.Un pañuelo azul de seda.Tan de mujer.Tan de hermana a la que no soporto.

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Lo más importantede lo que dijistefueron tus silencios.El pañuelo azul cumplióel acaso o la certeza.Le dio a la última vez una esperanza.Más allá de lo vacío y lo desnudo.

Pero tu olor,¿dónde está tu olor?

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Pesadilla

“Al final, da un paso a la luz.Bajo el sombrero estropeado, es todo lo que me temía.”

Brian Hodge

Ahora quiero preguntarte por qué.Por qué la Muerte jamás viene sola.Porque no se basta a sí misma.No se remite a un sobrio colorín colorado.No pretendo perdices, está claro.Pero por lo menos un final decente.Un final que desclave de sus goznesla carne desprovistay apure el mutis por el forode todos los actores de reparto.Nosotros.

Ahora quiero preguntarte cómo se hacepara alcanzar la supuesta ignorancia de los muertossi los vivos rebuznan manotazos,si no rozan siquieralo que en verdad importa.Y vos,descifrado, explicado, traducido,sos esto y sos aquello,y, además, sos el botín de guerra.A ver quién se queda con el mejor pedazo.

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A ver a quién le cerraste la puerta en las narices.A ver a quién dejaste entrar en el cubil del lobo.Amar. Odiar.Por qué no nos vamos todos al carajo.

Ahora quiero preguntarte por qué no estoy llorando.Por qué le grito a la chica de la tele“¡Estás dormida, idiota, despertate!”,y ella sigue corriendo para el ladodonde ni vos ni yo correríamos nunca.

Cuántas veces vimos esta película de mierda.No sé por qué sigo insistiendo.Si la pesadilla es ésta.

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Negro o nada

“Un mundo donde te movías como un caballo de ajedrezque se movía como una torre que se movía como un alfil.”

Julio Cortázar

No hizo faltaacecharte por el ojo de la cerradura.Estabas en mi sueñoy me negabas la voz,me devastabas el abecedario.Me dolía el reverso de la sangre,porque el gesto amargo era el mío.Y vos te reías.

Tan lejos,la taza de leche-mucho más cerca, la taza de lluvia-.Tan lejos,la casa de la infancia-mucho más cerca, las baldosas que repito como una letanía idiota-.

Todos los muertos son incómodos.Vos, el más incómodo de todos.Con tu costumbre herir y estar herido.Con tu vida de tablero de ajedrez.Blanco o negro.

Negro o nada.

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Chiquito

“No quedes silenciosa si muero primero,párpados azules oxidados

dientes luminososcomo mi mojado deseo de agua.”

Francis Picabia

El grito no alcanza,siquiera,para que descarrilen los trenes.Para que el agua se trague todo.Para que el sol se canse.

Mis manos han envejecido tantodesde el último septiembre.Tocan cosas que no están.Tocan tu carne incompleta.Buscan papeles amarillos de nostalgia,palabras con los labios amputados.Mendrugos de infancia.“…Ahora que me acuerdome tenés que seguir contando la película de Drácula...”“…Qué lindo. Dentro de 47 días cumplís 15 añosy yo dentro de 93 días cumplo 12 años,pero no vamos a comparar tus 15 con mis 12...”“…Mamá quiere macetas para colgary se las compramos en la feria…”

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“…La cortamos. Escribime una carta vos también…”

Chiquito.

¿Cuándo dejé de ser la hermana mayory me convertí en la que no pudo salvarte?

¿Cuánta carne hace faltapara llenar el ataúd del cielo?

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La voz se va

“No quiero olvidarme de su voz”,dijo mamá.Y yo pensé:“La voz es lo primero que se olvida.”Es como si el nudo de silencioque amordaza a los muertosempezara a gestarse en la memoria.

Tenemos bocas,tenemos manos,tenemos piernas.Tenemos fotos que mientenun pasado que nunca fue perfecto.Pero la voz se va.Hace su nidoen los tímpanos yermos de los ángeles.Se gasta con el barro y los insectos.

La voz se va.Salta al vacío.Su cadáver es una mancha aborrecidaprofanandoel cuerpo inmaculado del recuerdo.Lo que queremos quedarnos porque es nuestro.Fue nuestro.

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Entonces doblamos los ojosy tratamos de pensar en otra cosa.En bocas,en manos,en piernas.

En otra cosa.

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La puerta azul

“Un pájaro muerto llamado azul.”

Alejandra Pizarnik

IHay una puerta azuly en esa puertatu mano trazó un ojopara velarte solo.Ningún encuentroen las hojas que danzan.Hay pequeñas flores en la memoriapero no bastanpara repatriar tu jardín.

IILa puerta azul transita un rumor,una convulsión de seda.El sudor se anticipade nido en nidopara golpearlo que queda de tus manos.Un ramo de vientose abandona en el umbral.La ausencia tienelos delicados pies de una novia.

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IIILa puerta azul es una máscara.Detrás está tu rostro.Cuántos gestospara aterirme en la noche.Cuánta carnemultiplicando insectos.Lo que está abajodebe permanecer abajo.La puerta azul es una lápida.

IVAbro y cierro la puerta.Un acto de inocenciapara lavarla mortandad de las sombras.Ingenuamentete tallo en la cadencia de un pájaro.Para que migrescon las voces del alba.Para que alcances el veranoque se rompió en setiembre.

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Decir adiós

“Decir adiós es tenerpájaros feroces en las manos.”

Mía Gallegos

La Muerte cruza la línea que separatu error de mi pretexto.Abre sus venas resecasy su sangre detenida diceque la guerra de mis voces es inútil.Entonceshay constelaciones que no puedo tocar.Entonceshay fisonomías que doblo en el corazóncomo pañuelos de encaje.

No me conformo.

La Muerte me toma de la mano,me obliga a bailar.Danzo con los ojosempapados de raíces,con los peces de tierra que discurrenentre tu carne y tus huesos.Me aferro al cuerpo que ya no es.Entoncesme visto de blanco para un bautismo de lágrimas.

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Entoncesun pájaro se derrumbaconvertido en cenizas.

Cuando llueve,la Muerte parece más real.Teje y desteje el aguay yo me apago en círculos.Sé que debo dejarte dormiren tu camastro de tierra.Clausurar el tiempo que fue nuestro.Concluirlas rodillas raspadas.

Ta, te, ti,suerte para nadie.

Ta, te, ti,¿cómo te digo adiós?

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Días negros, días blancos

“Y cada día encontramos a alguienque involuntariamente nos pregunta

sin abrir siquiera la boca:¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Y qué viene después?”

Jaroslav Seifert

Habrá días negros.Habrá días blancos.

Habrá días negros.Habrá días de silencios incurables,de lagartos flotantescaminando su fugasobre un paisaje de vidrios rotos.De perros pudriéndose sin culpaal costado del camino.

Habrá días de dedos oxidaos.De gestos ateridos objetando la sedade mis voces escritas.Con la frustración hecha tierra.Con un guante de raso girandosobre los goznes de todas las puertas.(hace un siglo de puertas disparabaspara matar al mundo).

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Habrá días sin tiempo para hallar un cuerpo vivo.Con alas de búho rasgándote la espalda.Un aleteo sin talismanes que rescaten tu risa.Días llamados al destino de morir.A tapiartu sótano de bestias crujientes.A entenderel espasmo flotante del alma.

Habrá días para cerrarlos ojos más solitarios del mundo.Los ojos con límites precisos.Los ojos ávidos por salir de la jaula.

Habrá días blancos.Habrá días blancos porque la vida insiste(más allá de los lugares comunes).

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Diciembre

A Mamá

Diciembrese atrinchera en las cornisas.Es una mancha más de mugreapretujándose entre las palomas.

Diciembrees una plaga roja y verde,vestida de guirnaldas.Va de mal en peor,copiando blancos gestos forasteros,recalcandosus juegos pirotécnicos.Propagando las copascon pecado, con prisa.

Diciembrerobustece a los muertos.Reedita la gris cartografía de la ausencia.Tiene sillas vacías.Tiene platos donde come el viento.

Hay un mártir de madera en diciembre.Hay un almanaque consumido.Y un relámpago final que nunca alcanzapara sanar la memoria.

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Cementerio, otoño y gato

Mil capas de barro,mil capas de carne,mil capas de huesos,mil capas de Muerte.Pero el cementerio hoyera tan sólouna capa de hojas secas.

Limpié tu lápida en voz alta,exigiéndole a mayoalgo más de respeto.Pero el viento no dejó de gemiry la lloviznade articular su caótico discurso.

Hubo un gatoque llegó hasta mi antojode ordenar el otoñozigzagueando entre cruces.Lo tuve entre mis brazos.Estudié sus pupilas amarillaspara versi esos eran tus ojos.No.No eran.Los muertos están muertosy los gatos

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son simplemente gatos.Pero fue un desahogo(un módico milagro)abrazar algo vivorepitiendo tu nombre.

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Accidents happen

¿De qué estábamos hablando?Ah, si. Del “Andrea Doria”.Qué mala suerte.Parecía tan seguro, tan moderno.Como el “Titanic”.Accidents Happen.

Estábamos hablando del “Andrea Doria”. De alguna película que yo vi y vos no. Tu boca estaba viva. O la confundí con esta manía del otoño.

Soñé con el “Andrea Doria”. Geena Davis estaba en la cubierta. Y de pronto, desaparecía. Accidents Happen. Una mujer a toda niebla. Con los dedos de agua. Muriendo de hambre de aquí para siempre. Entre las algas.

Estábamos hablando del “Andrea Doria” y me pregunté cuándo habías vuelto. Cómo.

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Por qué conversábamos sobre trivialidades. ¿Y la solemnidad de los muertos? ¿Y las revelaciones?

Los fantasmas regresan, casi siempre, a retomar la cosa donde la dejaron.

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Antes o después

“Es preferible consolarse que ahorcarse.”

Diógenes de Sínope

Antes o despuésel día llega.Hay que doblar pacientemente los fantasmas.Cerrar los cajones.Preguntar qué hace esa pluma negraentre las páginas del libro que amamos.

Antes o despuésdejamos de comprender la tragediade un zapato abandonado en la calle.Nos volvemos menos humanos.O más.Tratando de aferrarnosal detalle cotidiano:pagar la luz,sacar a pasear al perro,ver la nueva temporada de nuestra serie favorita.

Antes o despuésvolvemos a sonreír.Dejamos de buscar el verbo vacante

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a la hora de la mesa.Nos juntamos con amigos.Decimos que sí, que claro, que vamos,y leemos en voz alta un poemaque ya no parece nuestro.

Antes o despuésel día llega.Brindamos el 31 por un año distinto.Somos animales que sobreviven.Somos lo que tenemos que ser.Tendemos la ropa en sogas interminablessin pensar ni una sola vez en eso.Y la gente deja de mirarnoscon esa mezcla de incomodidad y lástima.Ya no quiere abrazarnos.Lo que resulta un alivio.Los abrazos de los extraños tienen algo forzado.Algo desierto como una arruga inmóvil.¿Por qué me estás abrazando vosque no me abrazaste nunca?Sólo nos cruzamos en el almacén, algunas veces,y cambiamos dos o tres palabras sobre el tiempo.¿Así es tener un hermano muerto?¿Ser abrazada, abrazada y abrazada,por gente que ni siquiera sabeque mi segundo nombre es Graciela?

Antes o despuésnos toca sacrificar al cadáver que regresa.

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Ponerlo a dormir(pero que no le falten las flores,que no le falte nunca esa parte nuestra que se llevó).

Antes o después.

Antes o despuésnos descubrimos cruzando los dedospara que sea antes.

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Cerrando puertas

“¡No le toques ya más que así es la rosa!”

Juan Ramón Jiménez

IDe repente, la ausencia. Un manotazo, la voz de fuga. Un manotazo, la rotura del mediodía. La ortografía del muerto en un papel amarillo. Peligro de habla. Peligro de gritar lo que no se dijo nunca.

IICiega de alma, la mesa. El lugar vacío. El instante que humedece las palabras. Partir el pan y el cuchillo. Partir la boca muda. Saber la fatalidad más grande. Sin volver a mirarlo jamás. Porque esa risa no era mía: las fotogra-fías mienten.

IIICuándo dio el salto. Cuándo se convirtió en el antepasa-do de la esperanza. Dónde se dejó la vida. Por qué no lo reconozco en el roce de la luz. Por qué fuimos arena que no coincidió en ningún desierto.

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IVEntonces el alma es un lugar sin pájaros. Entonces no hay más Infierno que mugir para adentro, dar estocadas ciegas a los signos, entenderse por fin con la locura. En-tonces no queda más consuelo que la desnudez atempo-ral de las flores.

VQuién le sirvió a la Muerte este plato de carne viva. De-masiado cercana para buscarlo. Mi verso insiste pero no lo toca. Hay una fiesta con amigos a la que no me invi-taron. Me muerdo las manos, pero es tarde. E inútil: no lo conozco.

VIEl llanto de los vivos espanta a los muertos. Los párpa-dos de los muertos espantan a los vivos. Pero los ojos de los unos y los otros jamás se encuentran. Hay reinos que no pueden tocarse.

VILos juguetes de la vida están rotos. Hay que cumplir los ritos que envuelven cada llama que se agota. La tierra en la garganta finalizando historias. La tierra sofocando los ojos que nunca fueron llaves. Él abandonando las garras.

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VIIISangre resbalada en sus últimas baldosas. Sangre que no es sangre pero duele como un animal moribundo. Quiero sentirlo mío, pero no puedo. Algo me arrancó su tiempo y no hay lágrimas que valgan para recomponer la injusta tragedia de la carne.

IXElevo mi nada hacia lo que no escucha. Podría tener una cruz. Podría tener un escapulario que dijera su nombre. Pero a los muertos hay que dejarlos ir. Por eso le suelto las manos.

XDolió aprender a no palpar la rosa. A cerrar ese tiempo que fue nuestro. Escaso, errado, flemático, indigente. A restañar con palabras el pasado imperfecto. Para que los muertos y los vivos comprendan de una vez por todas que ya no hay que tocar nada. El poema está terminado.

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Orden del libro

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HERMANO

Prólogo / 11

Hermano / 15

Funeral / 18

Daniel / 20

The last song / 22

Dolor / 24

Cards castles / 26

La inocencia final / 29

Mamá llora / 30

Primavera de a pie / 31

Las desapariciones inexplicables / 33

Maniac mondays / 35

Dónde están tus zapatos / 37

Antes / 39

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Diario de primavera / 41

La revelión del catecismo / 44

La última vez / 46

Pesadilla / 48

Negro o nada / 50

Chiquito / 51

La voz se va / 53

La puerta azul / 55

Decir adiós / 57

Días negros, días blancos / 59

Diciembre / 61

Cementerio, otoño y gato / 62

Accidents happen / 64

Antes o después / 66

Cerrando puertas / 69

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sobre la colección Ciudad y río

Es muy triste ver a una ciudad sin río,pero más lo es una literatura sin poesía.

Villa María ha sido cuna y casa de poetas.Desde los albores de aquello que denominamos

“literatura local”, han dejado su impronta un destacado número de exponentes. Nombres como el de Geremías Monti, Bruno Ceballos, Héctor Broggi Carranza, Rosa Tejeda Vázquez de Theaux... hasta la recordada Edith Vera, no faltan cuando hablamos de precursores y de buenos poetas.

No es casual que una colección de poesía nos presente como editorial. Desde este nuevo emprendimiento continuaremos con esa tradición tan bella de dar a conocer los versos de nuestras dos ciudades que, con sus realidades particulares, (con)forman parte de un mismo lugar.

Emulando el cauce del Ctalamochita, esta colección navegará por nuestras aguas y continuará su marcha hasta bañar quién sabe qué márgenes. En este recorrido se incorporarán quienes ya han hecho un oficio de la palabra y aquellos noveles que buscan, eternamente, el eco de su voz.

Darío Falconieditor

EL MENSÚ ediciones

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Hermano de Raquel Fernández se terminó de imprimiren el mes de Febrero de 2012,

por orden de EL MENSÚ edicionesen Bibliografika de VOROS S.A. Bucarelli 1160,

Buenos Aires, República Argentina.

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