GALERIA DE ARTISTAS OLVIDADOS La primera opor tunidad … · (30-I-1932), entregaron obras los...

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1 GALERIA DE ARTISTAS OLVIDADOS PEDRO FRÍAS ALEJANDRO (Palencia, h.1900 Madrid, d. 1963) Nacido en Palencia a fines del siglo XIX o comienzo del XX, su madre quizás fuese hija de Alfonso Alejandro Prádanos, delineante de aquel Ayuntamiento y también profesor en la Escuela Municipal de Dibujo (1891) y después en la nueva Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos (1921) 1 . Al poco de nacer, la familia se trasladó a Valladolid donde su padre fue profesor en la Escuela de Artes y Oficios. En ella el futuro artista iniciaría su formación académica que continuaría como discípulo de González Solá 2 . La atracción que sentía por la obra de su paisano Alonso Berruguete le llevó a estudiar la de los restantes escultores conservada en el entonces Museo provincial de Bellas Artes. Muchos años después su persona la recordaba su amigo el periodista Ángel Lera de Isla como integrante de “un grupo de jóvenes, con pocos años y muchas ilusiones, [que] dábamos nuestros primeros pasos en el periodismo, en la poesía, en la pintura, en la escultura, en la música…” que se reunían en “El Parnasillo”, la tertulia de jóvenes soñadores que tenía como domicilio social un banco del Campo Grande” 3 . 1 Sobre Alfonso Alejandro Prádanos, cfr. Jesús MATEO ROMERO, “Pintores palentinos del siglo XIX”, PITTM, 1972, p.105; Mª Carmen TRAPOTE SINOVAS, “La Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Palencia: etapa fundacional, 1921-1924”, PITTM, 1994, pp. 141-174 (pp. 149, 157-158). Fue ayudante de profesor de entrada de Dibujo y Modelado (R.O. 14-XI-1921 y tomó posesión el 1- XII como profesor auxiliar y BOE-10-XII-1925). 2 J. GUILLOT CARRATALÁ, “El escultor vallisoletano Pedro Frías Alejandro expone en Madrid, Diario Regional, 25-II- 1954. No he localizado a tal maestro a quien en 1925 se denomina “laureado artista”. 3 Ángel LERA DE ISLA, Valladolid, más allá del Campo Grande. Dos escultores vallisoletanos”, El Norte de Castilla, 4-II-1986. La primera oportunidad que tuvo para exponer una obra suya fue en el III Salón de Otoño, celebrado el 5-X-1922 en el Palacio de Exposiciones del Retiro, en Madrid y, en aquella ocasión su escultura titulada Invocación obtuvo un merecido premio. Año y medio después, un amigo de Francisco Cossío le presenta al joven escultor y en la visita a su estudio contempla “un busto de hombre, labrado en piedra, titulado Marino, que surge de la tosquedad de un bloque” y, además, ofrecía fuerza, inspiración y técnica segura. El artista le confiesa que pretendía enviar esta obra a la próxima Exposición Nacional de Bellas Artes y Cossío le da ánimos y consejos para que persevere en su carrera 4 . En enero de 1925 el rotativo vallisoletano anuncia que el artista acaba de terminar una escultura que expuesta en el escaparate de un comercio de la calle de Santiago, ha sido justamente admirada. Esta última producción de Frías es una cabeza de San Francisco de Asís, primorosamente modelada, de gran inspiración y plena de misticismo mostradora de los indiscutibles triunfos que esperan” a Frías Alejandro que se proponía “realizar en breve una exposición de las obras que tiene en su estudio” 5 . Sin duda, para crear un ambiente favorable hacia la exposición que preparaba, al mes siguiente, colocó en un escaparate de la calle Santander una escultura titulada El Norte de Castilla que representaba a “un vendedor de periódico dando el pregón”, de tamaño académico, en yeso patinizado e inspirada, según la crítica, en Berruguete, demostrando poseer “notable seguridad en su modelado6 . 4 Francisco COSSÍO, “El espectador. Un escultor incipiente”, El Norte, 30-IV-1924. 5 El Norte 2-I-1925. 6 “De Arte. Una escultura de Frías Alejandro” El Norte, 26-II- 1925.

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GALERIA DE ARTISTAS OLVIDADOS

PEDRO FRÍAS ALEJANDRO (Palencia, h.1900 –Madrid, d. 1963)

Nacido en Palencia a fines del siglo XIX o

comienzo del XX, su madre quizás fuese

hija de Alfonso Alejandro Prádanos,

delineante de aquel Ayuntamiento y

también profesor en la Escuela Municipal

de Dibujo (1891) y después en la nueva

Escuela de Artes Aplicadas y Oficios

Artísticos (1921)1. Al poco de nacer, la

familia se trasladó a Valladolid donde su

padre fue profesor en la Escuela de Artes y

Oficios. En ella el futuro artista iniciaría su

formación académica que continuaría como

discípulo de González Solá2. La atracción

que sentía por la obra de su paisano Alonso

Berruguete le llevó a estudiar la de los

restantes escultores conservada en el

entonces Museo provincial de Bellas Artes.

Muchos años después su persona la

recordaba su amigo el periodista Ángel

Lera de Isla como integrante de “un grupo

de jóvenes, con pocos años y muchas

ilusiones, [que] dábamos nuestros primeros

pasos en el periodismo, en la poesía, en la

pintura, en la escultura, en la música…”

que se reunían en “El Parnasillo”, la tertulia

de jóvenes soñadores “que tenía como

domicilio social un banco del Campo

Grande”3.

1 Sobre Alfonso Alejandro Prádanos, cfr. Jesús MATEO

ROMERO, “Pintores palentinos del siglo XIX”, PITTM, 1972,

p.105; Mª Carmen TRAPOTE SINOVAS, “La Escuela de Artes

Aplicadas y Oficios Artísticos de Palencia: etapa

fundacional, 1921-1924”, PITTM, 1994, pp. 141-174 (pp.

149, 157-158). Fue ayudante de profesor de entrada de

Dibujo y Modelado (R.O. 14-XI-1921 y tomó posesión el 1-

XII como profesor auxiliar y BOE-10-XII-1925). 2 J. GUILLOT CARRATALÁ, “El escultor vallisoletano Pedro

Frías Alejandro expone en Madrid, Diario Regional, 25-II-

1954. No he localizado a tal maestro a quien en 1925 se

denomina “laureado artista”. 3 Ángel LERA DE ISLA, “Valladolid, más allá del Campo Grande. Dos escultores vallisoletanos”, El Norte de Castilla, 4-II-1986.

La primera oportunidad que tuvo para

exponer una obra suya fue en el III Salón de

Otoño, celebrado el 5-X-1922 en el Palacio

de Exposiciones del Retiro, en Madrid y, en

aquella ocasión su escultura titulada

Invocación obtuvo un merecido premio.

Año y medio después, un amigo de

Francisco Cossío le presenta al joven

escultor y en la visita a su estudio

contempla “un busto de hombre, labrado en

piedra, titulado Marino, que surge de la

tosquedad de un bloque” y, además, ofrecía

“fuerza, inspiración y técnica segura”. El

artista le confiesa que pretendía enviar esta

obra a la próxima Exposición Nacional de

Bellas Artes y Cossío le da ánimos y

consejos para que persevere en su carrera4.

En enero de 1925 el rotativo vallisoletano

anuncia que el artista “acaba de terminar

una escultura que expuesta en el escaparate

de un comercio de la calle de Santiago, ha

sido justamente admirada. Esta última

producción de Frías es una cabeza de San

Francisco de Asís, primorosamente

modelada, de gran inspiración y plena de

misticismo mostradora de los indiscutibles

triunfos que esperan” a Frías Alejandro que

se proponía “realizar en breve una

exposición de las obras que tiene en su

estudio”5.

Sin duda, para crear un ambiente favorable

hacia la exposición que preparaba, al mes

siguiente, colocó en un escaparate de la

calle Santander una escultura titulada El

Norte de Castilla que representaba a “un

vendedor de periódico dando el pregón”, de

tamaño académico, en yeso patinizado e

inspirada, según la crítica, en Berruguete,

demostrando poseer “notable seguridad en

su modelado”6.

4 Francisco COSSÍO, “El espectador. Un escultor incipiente”, El Norte, 30-IV-1924. 5 El Norte 2-I-1925. 6 “De Arte. Una escultura de Frías Alejandro” El Norte, 26-II-1925.

2

Por fin el 12 de marzo se inauguró en el

salón del Ateneo la primera exposición “del

joven y notable escultor Pedro Frías

Alejandro” compuesta por catorce obras7

algunas de las cuales [Invocación, Marino y

San Francisco de Asís] ya había enseñado

al público. Las nuevas fueron: Un episodio

tomado de Cervantes: Y le dejaré a él por

Gobernador; los retratos de sus padres, de

Rosina y de Francisco Cossío (este

inacabado, seguramente por las prisas); dos

figuras femeninas: Misticismo y Pesar,

calificadas como de “indudable mérito”

pero que, sin embargo, no constituían “lo

más interesante de la exposición”, Enigma

(en piedra), Consumatum est, y un boceto y

un jarrón”.

El conjunto de la exposición del artista

palentino, que permaneció abierta durante

ocho días8, reflejaba la diversidad de temas

tratados (retrato, géneros religioso y

literario y decoración) así como los

distintos materiales en los que trabajaba

(madera, barro y piedra). Sin duda, su éxito

influyó para ser elegido meses después

como vocal de la nueva directiva del

Ateneo, en su sección de Literatura y Bellas

Artes, junto con el historiador Francisco

Antón, el arquitecto Agapito y Revilla y el

escritor Fernando Allué9.

Vislumbraría buenas expectativas porque en

noviembre de aquel año dirigió una

propuesta al Ayuntamiento proponiendo,

nada menos, que la erección de un

monumento a Berruguete para el que llevó

a realizar un boceto que describió en su

estudio el crítico Carlos Rodríguez Díaz.

Constaba de una base cuadrangular de dos

cuerpos, algo más ancho el inferior, en

piedra gris, sobre el que se encontraba

sentado Berruguete, en actitud de observar

el efecto de una obra en ejecución; las

piernas graciosamente cruzadas empuñando

7 El Norte, 12 y 13-III-1925. 8 J.G.S. “Exposición de escultura de Frías Alejandro”, El Norte, 19-III-1925. 9 El Norte, 1-IX-1925, p. 2.

en su diestra el mazo que apoya en una

pierna y sosteniendo en la otra mano,

también blandamente apoyada, el cincel.

Vestido con sencillo jubón y gregüescos, a

la moda de su tiempo. Piedra blanca y

limpia como las de Monóvar o Novelda. El

monumento es sencillo, poco elevado como

para dirigirse a los alumnos que llegan a

copiar al Museo, en la Plaza de Santa Cruz

Se le pidió que presentara presupuestos

pero el asunto quedó sobre la mesa10

.

El artista no se desanimó y en 1928,

titulándose “escultor y tallista” escribe una

carta a los organizadores del homenaje que

se tributa al periodista y pedagogo Luis

Bello (1872-1935) en la que expresa su

admirando por él y ofrece realizar el trabajo

artístico que se le encargase con destino a la

casa que se pensaba ofrecer antes de un año

al escritor11

.

Por entonces aún no había perdido su

vinculación con Valladolid pues la

asociación de la prensa local le pidió una

obra para el festival benéfico que a

comienzos de 1932 preparaba, pues el

escultor era “muy conocido en Valladolid

[aunque] actualmente reside en Madrid”. El

artista correspondió remitiendo a los

periodistas vallisoletanos “una obrita

escultórica verdaderamente deliciosa. Es

una cabecita de niña, prodigio de anatomía

y de gracias que llamará poderosamente la

atención en la exposición que proyectamos

efectuar”12

.

Quizá sus simpatías políticas influyeron en

la elección de sus modelos pues nada más

proclamarse la II República hizo un busto

de Julián Besteiro (1870-1940), militante en

10 Carlos RODRÍGUEZ DÍAZ, “Al escultor Alonso Berruguete. Un anteproyecto de monumento”, El Norte, 13-XI-1925. 11 “Homenaje a Luis Bello”, La Voz, 21-IV-1928. 12

“Una escultura”, El Norte, 14-I-1932 y “Valladolid, 30

años atrás”, El Norte, 21-I-1962, p. 32. Además, para esta fiesta de la Asociación de la Prensa a favor de su Montepío (30-I-1932), entregaron obras los artistas: Félix de la Fuente J. Arrimadas, Mucientes y L. Sánchez Santarén.

3

el mismo partido que Bello y recién elegido

Presidente de la Cámara constituyente13

. Al

XIII Salón de Otoño, celebrado en 1933,

presentó dos bustos del literato albaceteño

Roberto Molina Espinosa (1883-1958) y del

periodista Antonio Lezama (1888-1971),

vinculado a la izquierda radical y fundador

del periódico La Libertad, retratos que

fueron calificados como obras de arte y

magníficas tallas en madera de este

“meritísima e interesante artista”14

.

En este círculo de intelectuales militaba

también el cronista oficial de Madrid, el

periodista Pedro de Répide (1882-1948), al

13 La Libertad, 19-VII-1931. 14 Antonio Lezama, “Notas de Arte. El XIII Salón de Otoño”, La Libertad, 22-XI-1933. .

que Frías retrató en un busto de yeso15

y

éste correspondió con el autor calificándole

como “notabilísimo escultor” cuando da la

noticia de que se le había encomendado “el

busto definitivo que ha de ser entregado al

Ayuntamiento madrileño para su colocación

en una plaza pública” con el fin de honrar la

memoria de Antonio García Gutiérrez

(1813-1884), autor del famoso drama

romántico El Trovador, todo ello por

iniciativa del Sindicato de Viticultores de

Chiclana (Cádiz), su pueblo natal y la

gestión del P. Fernando Salado Olmedo16

.

El monumento después de varios intentos

para ser instalado en Madrid, sobre el

pedestal de la estatua de Isabel II o en la

plaza de las Salesas, próximo a la calle que

lleva su nombre, los jardines de la

Biblioteca Nacional, se llevó por fin a

Chiclana en 1936 donde se inauguró y allí

se encuentra presidiendo la Plaza de Patiño,

habiendo sufrido antes ¡hasta ocho

traslados!17

15 La Libertad, 15-VII-1934. 16 Pedro de RÉPIDE, “El cincuentenario de García Gutiérrez”, La Libertad, 10-VIII-1934. 17 J.C. RODRÍGUEZ, “Ida y vuelta del magistral Cabrera”, Diario de Cádiz, 16-X-2016.

4

Antonio García Gutierrez. Chiclana. 1934

Aquel año lo cierra el artista inaugurando

en el madrileño Círculo de Bellas Artes una

exposición si bien es cierto que, en el

mismo tiempo y lugar, se presentaba otra

del gran pintor escenógrafo J. Muñoz

Morillejo18

.

Frías expuso “catorce magníficas esculturas

realizadas con arte inspiradísimo [que] han

llamado poderosamente la atención. Todas

tienen aciertos y méritos que señalar pero

las que acaso sobresalgan por su técnica y

lo bien conseguidas son el busto en yeso de

Pedro de Répide, las cabezas de sus padres

y hermana, tres preciosas tallas en madera,

una cabeza de estudio primorosamente

ejecutada en piedra y dos figuras: Dolorosa

y Consumatum est, dignas de nuestros

grandes imagineros”.

Como puede verse la exposición, en cierta

medida, resultaba ser un poco antológica

18 “Exposiciones en el Círculo de Bellas Artes”, ABC, 26-X-1934.

pues llevó obras que el artista hacía tiempo

había realizado tal vez para paliar en parte

la ausencia de “un soberbio busto del

famoso autor del Trovador… por no estar

fundida a tiempo” pero que constituía para

quien ya la había admirado “una espléndida

demostración de lo que ya representa en el

arte este joven escultor”. Además a sus

talentos como artista “unía excelente

preparación cultural, inspiración y gran

dominio técnico”19

.

El crítico Luis Gil Fillol reconoció que sus

tallas en madera “acusan un dominio

absoluto”, denotan seguridad en su

ejecución y admite conocer “pocos tallistas

tan diestros como Frías. En su mano, la

gubia debe de ser un instrumento más dócil

y fácil que los palillos y las raederas…En él

oficio y sensibilidad corren parejas. Trata la

forma con cariño, cuida el claroscuro del

modelado, estiliza inteligentemente” y huye

del amaneramiento. Le califica como

escultor destacado, muy impersonal pero

sin encuadrarse en una modalidad concreta

que “daría a su tecnicismo estilo definido,

19 La Libertad, 7-XI-1934.

5

con perjuicio, naturalmente, de la

sinceridad y variedad de su obra”20

.

Dolorosa, 1931

A la exposición organizada por la

Asociación de Pintores y Escultores de

1935 presentó “un busto en nogal” que

mereció felicitaciones21

y en el XV Salón

de Otoño de aquel año el jurado, integrado

por Mariano Benlliure y Moreno Carbonero

entre otros, le otorgó la distinción de socio

de mérito por su Busto de hombre o Cabeza

de estudio22

. Prácticamente al mismo

tiempo la Casa de Palencia en Madrid, con

el patrocinio del marqués de la Valdavia D.

Mariano Ossorio y Arévalo, celebró una

exhibición de esculturas y dibujos en la que

Frías mostró diez obras y Martínez Tavera,

al que se considera palentino, veinte

dibujos23

.

20 GIL FILLOL, “Arte. Las exposiciones del Círculo”, Ahora, 7-XI-1934. 21 Luis de GALINSOGA, “La Exposición de la Asociación de Pintores y Escultores”, ABC, 13-VI-1935, p.10. 22 El siglo futuro, 7-XI-1935, p. 19; ABC y El heraldo de Madrid, 8-XI-1935. 23 ABC, 27-XI-1935. Frías había asistido a la comida que se dio en homenaje de simpatía y gratitud al citado marqués, presidente de la Casa palentina en Madrid. cfr. Palencia, publicación oficial de la Casa de Palencia, 1-V-1935.

Busto de hombre o Cabeza de estudio. 1935

Clausura de la exposición en la Casa de Palencia de Madrid

El estallido de la guerra en 1936 le

sorprendió en Madrid y su taller situado en

la calle de Zabaleta, en el popular barrio de

la Prosperidad, sufrió desperfectos

irreparables. No obstante, de aquel año data

su escultura La Paz24

en la que parece

romper con todo su estilo anterior y busca

en la dulcificación de la expresión femenina

la esperanza en la solución de la contienda.

24Itziar ZABALZA MURILLO, “Críticas de Arte”,

http://www.apintoresyescultores.es/criticas-de-arte/

6

La terminación de ésta fue, como para

tantos otros españoles, una vuelta a

empezar. Trabajó con mucho ahínco y en

1941 se presentó a la Exposición Nacional

de Bellas Artes con sus obras “Cabeza de

estudio” y “Náufrago”, calificadas como

“muy recias, con seco estilo castellano25

. En

1949 acudió a la Exposición Nacional de

Artes Decorativas y en 1953 a la

Internacional de Artesanía donde ganó un

galardón. En febrero del año siguiente

expuso en una sala de arte de la calle del

Rollo, junto a la Casa de la Villa de Madrid,

gestionada por la Asociación de Escritores

y Artistas españoles26

, un total de 26 obras

trabajadas directamente en madera de nogal

y caoba y otras en yeso y piedra27

.

Fue autor del Crucifijo con el que dialoga el

niño Pablito Calvo en la famosa película

25 Exposición Nacional de Bellas Artes. II. Esculturas, Madrid, 1941, ABC, 5-XII-1941.En aquella ocasión se presentó también el escultor vallisoletano Trapote con su Ciega de Yscar, en la que “estiliza un tipo social castellano”, policromada con la técnica más tradicional.. 26 ABC, 17-II-1954; “La exposición de un escultor vallisoletano, Pedro Frías Alejandro, en Madrid”, El Norte, 17-II-1954; José GUILLOT CARRATALÁ, Diario Regional, 25-II-1954. La exposición se clausuró el 1-V; Jesús URREA, “La Escultura de 1900 a 1936”, en José Carlos BRASAS EGIDO y Jesús URREA, Pintura y escultura en Valladolid en el siglo XX (1900-1936), Historia de Valladolid, IX-1, Valladolid, 1988, p.140. 27 Volvió a exponer: Náufrago, San Juan de Dios, San Francisco de Asís, Dolorosa y Consumatum est.

“Marcelino, pan y vino”, dirigida por

Ladislao Vajda y estrenada en 195428

.

Tres años después la vallisoletana Real

Academia de la Purísima Concepción le

nombra académico correspondiente en

Madrid.

Allué le calificó como un “gran artista,

vallisoletano e imaginero castellano” y

reconoce que su estilo “no es sereno sino

apasionado, denso de dramatismo. Las

tallas gritan de dolor o se consumen por una

intensa y callada pasión”29

. Por su parte, su

entrañable amigo Lera de Ysla,

corresponsal de El Norte en Madrid,

muchos años después recordaría sus

frecuentes visitas a su taller y que el artista

era un ser “entrañable, un hombre sencillo,

callado. No daba importancia a la

meritísima obra que día a día estaba

realizando. Y, sin embargo, se le veía

siempre tan gozosamente entregado a su

tarea, que no parecía sino que estaba

entretenido, pasando el rato”30

.

© Jesús Urrea 14-V-2018

28 “Diario hablado de Málaga”, ABC, 28-IV-1963. Se conserva en el Convento de carmelitas de Don Benito como donación de los Estudios cinematográficos Chamartín promovida por Miguel López Cabrera, ingeniero de sonido de la película, cuya hermana residía en este convento. 29 Fernando ALLUÉ y MORER, “Un escultor vallisoletano en Madrid. Pedro Frías Alejandro”. El Norte, 30-XI-1958. 30 Ángel LERA DE ISLA, El Norte, 4-II-1986.