FR. GERUNDIO. · dijo: «Ahor biena Santillan, , quiera probao tu r talento. Dijíslem que eel duqu...

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CAPILLADA 16. JULIO 21 DE 1837. FR. GERUNDIO. Si (juis dixcrit mansos ejui hodic gregem ducunt esse qui f erre de- bebant tintinnabula, anathema sit-, =»oe=- Si alguno digere que los man-" sos que guian hoy el rebaño son los que debían llevar los cencerros, lo planto un soplamocos que le Uejo vizco. CONC. GERUND. CAN. 1 1 . GIL BLAS DE SANTILLANA, Ó EL PROGRAMA DE UN MINISTRO. El mundo siempre fue' mundo, y los hombres siempre fueron hombres, y los ministros también salieron siempre de entre los hombres, y siempre 16

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C A P I L L A D A 16. J U L I O 2 1 D E 1837.

FR. G E R U N D I O .

Si (juis dixcrit mansos ejui hodic gregem ducunt esse qui f erre de-bebant tintinnabula, anathema sit-,

=»oe=-Si a lguno digere que los man-"

sos que guian hoy el rebaño son los q u e debían l levar los cencerros, lo p lan to un soplamocos que le Uejo vizco.

CONC. GERUND. CAN. 11.

G I L B L A S D E S A N T I L L A N A ,

Ó E L P R O G R A M A D E U N M I N I S T R O .

E l m u n d o siempre fue' m u n d o , y los hombres siempre fue ron hombres , y los minis t ros también salieron siempre de en t r e los h o m b r e s , y siempre

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hubo hombro* do m u n d o , v mVi.i tros de mundo, y hombres m u n d a n o s , v ministros del mundo, y ministros con t ra los ministros del mundo , y minis-t ros mundos, y mi n i s! ros 110 mundos : en una p,la-b r a , según fueron los hombres y los minis t ros in ¿liotempore, asi han sido después , et rwnc et semper.

Gil Blas de Saut i l lana ya sabe todo el inundo también quién era ; pues este t a l Gil Blas do San-t¡llana cuenta en t re las muchas aven turas de su vida una que parece hecha de molde para ciertos hombre.? y ciertos min i s t ros , y que demuestra la an t igüedad de ciertos modos de p r o m e t e r , y de ciertas maneras de ministerial' . Cuenta pnes que h:e.«o que la casualidad le proporcionó alguna confianza con el. conde Valdoor íes , entonces pr imer min is t ro , esto le l lamó un dia, y le d i jo : «Ahora b i en , Santi l lana , quiero probar tu ta lento. Dij ís leme que el d u q u e do Melar te solía emplear en disponer varios escritos , y yo tengo ya ideado u n o que para mi será tu primer ensa-yo. La mater ia es es ta . Quiero publicar una obra 6 especie de manifiesto para disponer al público á favor de mi ministerio. Ya he hecho correr se-cre tamente la voz de que encont ré las cosas en grande confusion y en muy nuil e s tado , y ahora es menester hacer ver , asi á la corte como a toda la n a c i ó n , el t r i s te a t raso en que estaba la pobre monarqu ía cuando tomé la rienda del gobierno. Aqui so hace indispensable una pintura m u y viva de lu tal lastimosa situación , de mane-

ra que de golpe ni p u e b l o , y le haga no reliar menos el ministerio pasado. Después pondera rás con gran énfasis las acer tadas medidas que lia t o m a d o el ministerio presente para hacer glorioso el ac-tua l reinado , floreciente el estado y los vasallos felices.

«Dicho esto (continúa) , me puso en las manos un papel , que contenia los justos motivos de los pueblos para estar descontentos del gobierno a n -terior. Constaba de diez artículos el menor de los cuales era muy bas tan te para sobresal tar á todo buen español. Hízome despues pasar á un gabine-tillo cont iguo á su despacho , y all í me dejó solo para que me pusiese á t r aba ja r . Comencé á dis-poner mi manifiesto lo mejor que me f u é posible. E n t r é haciendo una patét ica pero muy ponderada descripción del lamentable es tado en que se ha-l laba la mona rqu í a : el erar io e x h a u s t o , las rentas de la corona disminuidas y empeñadas en manos de asentistas , y la mar ina en te ramen te a r ru inada . Puse presentes las fa l tas que se habían cometido en el ú l t imo re inado , y las funes tas consecuencias que podian t raer consigo. En fin p in té la m o n a r -quía en el ú l t imo peligro por la negligencia ó por la poca previsión de los ministros an t e r io r e s , ó de su ge fe el duque de Melar . A la verdad ya 110 con-servaba yo resentimiento a lguno cont ra aque l se-ñ o r , y sin embargo no me pesaba de que se h u -biese ofrecido ocasion de hacerle aquel mal oficio. T a l es el corazon del hombre.

•F ina lmen to , después de liabcr hecho la mas espantosa p i n t u r a de los males que amenazaban á E s p a ñ a , p rocu ré a len ta r los ánimos haciendo con_ cebir las mas f u n d a d a s esperanzas de precaverlos y de alejarlos con usuras en el ac tua l ministerio, y se concluía la obra hablando del conde Valdeo-r í e s como de l r eden to r d é l a nación, prometiéndo-la torres y montones. En una p a l a b r a , entré tan fel izmente en el espír i tu y en el in ten to del nue-vo min i s t ro , que quedó sorprendido luego que le-yó mi t rabajo , ¿an t i l l ana , me d i j o , lias heclio mas de lo que esperaba de tí ; pues tu obra es verda-deramente digna de u n secretario de estado.»

Dirán a l g u n o s , ¿á quien aplicará este artículo í r . Gerundio? Y d i rán los que estén al alcance de lo que se dispuso y pactó u n memorable dia d e julio de cierto año no remoto: ¿cómo habrá sa-b ido esto F r . Gerundio? ¿Si habrá visto los artí-culos F r . Gerundio? ¿A que está en todos los mis-ter ios F r . Gerundio? ¡Pues no tiene el diablo este F r . Gerundio! ¡O célebres disposiciones de aquel dia de julio , que produj is te is otro dia de agosto! ¿quién había de pensar que llegaseis á noticia de F r . Gerundio? Al fin si las medidas se hubiesen l imi tado á las que dió el conde de Valdeor íes ó Gd Blas de Santi l lana. . . ! pero las o t ras fueron medidas m u y d e s m e d i d a s ! B a s t a , bas ta ; a l buen callar l laman Sancho .

De este a r t í cu lo algunos se quedarán en ayu-n a s , y á ot ros les llenará mas de lo que quisieran.

No todas las viandas so acomodan á todos los es tó -magos. Q'ii poisi capero, capiat,

IOS CUATRO RIOS.

Se conoce que D. Carlos es hombre q u e no so aboga en poca a g u a : cua t ro ríos caudalosos lleva pasados en poco t i empo; el Arga , el Ga l l ego , el Cinca y el E b r o ; y si hubie ra quer ido de tenerse á tomar baños en e l los , creo que nadie se lo h u -biera e s t o r b a d o , y si e'l sabe nada r , no fa l tar ía quien le gua rda ra la ropa . Dicen a lgunos quo piensa venir á tomar las aguas del Manzanares , que son las que le pide el c u e r p o , y las únicas que le en tona r í an ; otros dicen que viene á ju ra r la nueva Consti tución , no habiéndolo podido ver i -ficar antes por la movi l idad argadillcsca en que se h a l l a : ¿y qué t endr í a de p a r t i c u l a r , vamos? ¿No la j u r a n o t ros t an buenos mozos como é l , V q u e como él har ían de nosotros una c r u z , ó nos, c lavar ían en el la si pudiesen? Confesores que le absolvieran de la obligación de l j u r a m e n t o no habían de fa l t a r .

Algunos tontos piensan que viene con miras host i les , pero esto no cue la , p o r q u e es imposible que él haya concebido siquiera la idea de acerca r -

•« A M a d r i d : ¡Acercarse á Madr id estando allí McndÍ7.al)al....!! Y sin dar le lugar á sacar todo el chu rumo de los diezmos de este año! imposible: -y an tes de sacar otros cien millones de los bienes de l c lero, hechos j a nacionales! Todav ía mas im-posible. T a r d a r í a bas tante el en presentar á las Cortes un proyecto de ley para que D. Carlos se volviese echando demonios por el camino que lm_ Lia t r a í d o , ó por el que el diablo le deparara; las Cortes le aprobar ían sin d iscus ión, t an to por ser de lo que e r a , como por ser de quien era; y aprobado por las Cortes , ¿quien era el guapo q u e se acercaba á Madrid», aunque viniera al líen-t e de millón y medio de Gcnízaros? Casualmente si nos liemos ido vadeando basta b o y , es porque las Cortes 110 se han dormido sobre las pajas, ap robando sin cesar proyectos del ministro ; pues sino, ¿dónde es tar íamos á estas horas?

Y caso que S. M. intencional atropellase por t o d o , y ce r rando los ojos á las descargas de pro-yectos, , se obstinase en acometer la c a p i t a l , ¿ha-bía mas que hacer que subirse el señor Arguelles á la t r i b u n a , y sin escupir ni pes tañar le dispa-r a r a un discurso de 25 pliegos de papel de marca l leno de rayos y cen te l l a s , diciendo que ni en Franc ia ni en Ing l a t e r r a era usado que un prín-cipe que se l lamase Carlos tuviese la temeridad de invadir la capital del reino, m i e n t r a s hubiese un d ipu tado as tur iano que apoyase al ministerio? Y si esto no b a s t a b a , como es de sospechar , á con-

=231=» vencer al temerario Car los , ¿tenia m«s que em-pezar el señor Gorosarr i á a r ro ja r le pedradas de palabras? ¿Quién resiste á la aspereza de un d i s -curso del señor Gorosarr i? Q ü . Carlos no tiene ore jas , ó tenia qae s a l i r escalabrado de una pe-ladilla ó de una f rase Gorosarr ina (no parece sino qne le pusieron cu prol'ecia un apel l ido asi chir-riante como lo habia de ser su re tór ica) . P o r m ' par te conueso que por no oirle , renunciar la una corona , si á ta l costa hubiera de ganarla , pues me causa la misma sensación en las muelas y t r i -pas que cuando pruebo f r u t a verde , ó a lgún niño se divier te en ral lar un pla to con el t enedor de-b u t e de mí. ¿Quién resiste aquel lo de «No debe ser : ¿será? no debe ser.» F igurémonos que dice de D. Car los : «no do-be e n t r a r ; ¿ent rará? no debe entrar.» ¿Cómo habia de e n t r a r , señor? ¿Cómo

lmbia de en t r a r ? • _ Con que no hay que temer que pase el qu in to

r io ; y por ú l t i m o , si le p a s á r a , que le pase; y si ent ra 'en M a d r i d , que e n t r e ; la pátr ia por eso no habia de perecer , porque como dice el señor L u -jan , refiriéndose á un poe t a , da patria, la lleva todo hombre de corazon en su pecho (y ahora me ocurre en t r e paréntesis que sin duda por CÍO al pecho le han dado en l lamar patria , de modo que el señor L u j a n , si como supongo es hombre de corazon, tiene una p a t r i a , - y su señora si .a t i ene , que no lo sé de cier to por mas lus tona que he l e d o l e u J i ú , dos patr ias) . Pero buen provecho

le haga al señor L u j a n la pa t r ia del pecho, q ü e

debe ser una patr ia m u y poética y de pura ima-ginación ; F r . Gerundio quiere una patria mas prosa ica , mas maciza, y aunque es hombre de co-razón , 110 quisiera l levar su patr ia á los Estados unidos met ida en el pecho : conque 110 nos fiemos de patr ias poéticas, y abramos el ojo por si el se-ño r don Desiderio quisiere pasar el qu in to rio.

C A R T A D E T I R A B E Q U E A S U AMO

Fu. GERUNDIO.

Reverendís imo señor y amo mió: por esta car ta de mi mano manuscr i ta conocerá su Pater-nidad que yo soy tan lego ó mas que an tes , con la diferencia que ahora estoy hecho un bruto de gordo , y frescachón como un P a d r e provincial, p o r q u e aunque su P a t e r n i d a d 110 me quitaba gusto, y yo era el amo de la despensa , parece que en-gorda uno mas con un zoquete de pan negro cuando le come sin mirar la cara á nad ie , que con pechugas de ángeles cuando tiene que arre-glar los bocados á compás con la música , y esto se lo digo á su P a t e r n i d a d sin que le sirva de ofensa. Algunos que vienen á buscarle á Y. y se

encuen t r an c o n m i g o , piensan que soy yo F r . G e -r u n d i o , y me l laman Reverenda-, ¡si viera Y . co-mo me gusta eso , señor! E l o t ro dia me l lamó uno Reverendísimo y me llené de placer ; yo creo que esto cont r ibuye muclio á que me ponga como un Tudesco. Ahora ya no e s t r año que les suceda lo mismo á los que quedan haciendo las veces d e un u s í a , po rque me parece á mí que hay mucha carne lega por todas par tes .

P o r aqqi ya 110 vienen los facciosos , po rque ya se ha vue l to á l levar á las iglesias la p la ta que habia depositada. Se acordara su " P a t e r n i d a d que solo se recogió po rque no la r ap iña ran los faccio-s o s , con que por eso digo que ya 110 vienen. Con todo eso, las obras de fortificación s iguen , y deben de ir b i r n , p o r q u e lie visto á a lgunos ind i -viduos del ayun tamien to dar a lgunas reglas como si fuesen ingenieros , y creo que 110 tengan mas instrucción en ol ramo que su i n g e n i o , v en eso está la gracia.

Es t á V . haciendo ya una fa l ta m u y grande, n o r q u e a lgunas gen te s se van de smandando un p o c o , no viendo delante á F r . Gerund io .

E n la comida que tuv ie ron los Nacionales o1

o t ro dia , el que mas y el que menos acredito que lo que-.coge en t r e los d ientes 110 se le escapa, y q u e si Ue-gára el caso de su f r i r el h a m b r e de un cerco,ser ian capaces de d iger i r balas de canoa.

Á los papeles públ icos 'no les saco sustancia: ó yo soy muy b r u t o , ó ellos vienen m u y sosos.

mmi34=» S e ñ o r , no se fie V. de mugeros ; la viuda do

los once hijos me ha dejado por un mancebo de una botica.

Señor , á los reverendos pies de vuestra Pa-ternidad vues t ro humilde y p ros l i tu to Lego Fr. Pclegrin Tirabeque.

FR. GERUNDIO

¿i su lego Tirabeque.

In fe l i z ! Infeliz!!! T e has l lenado de vanidad, y t u nombre ni aun siquiera se encuentra en el Diccionario de la lengua castel lana! Reg í s t ra le , y verás como no hallas en e'l la palabra Tirabeque^ a pesar de significar una ensalada tan común y tan conocida como tú . Bien que de esto no tienes t u la culpa , porque al fin tu eres un Lego co-nocido como ta l ; sino los académico? , esos va-ciadores ó la toneros de la lengua española , que nos han de jado sin una porcion do voces usuales, co r r i en t e s , y admit idas por el públ ico , y algu-nas tan castel lanas rancias corno si se hubieran inventado en Campa/as . Poro esto ya no es del «aso para ba j a r t e esa Vanidad que lo parte el

alma, porque te dan el t ra tamiento de Reveren-cia en ausencia mia. Infel iz! Infeliz!1! ¿ N o ves (jni si se me antoja á mi obrar como el Gobierno, le anearé cuando menos lo pienses de tu dest ino ,le Lego , ó te t rasladaré ciento cincuenta leguas de distancia , que todo es apear con mas ó menos po l í t i ca? Si quiero alegar un motivo poderoso para qu i t a r t e el pan que me comes y con que tanto e n g o r d a s , ¿ t engo mas que decir que per -teneces al pa r t ido m o d e r a d o , o q u e eres paste-lero ? Y por úl t imo ¿tengo mas que enviarte á la Isla de Cuba por vía de medida gubernat iva , incorporándote en la lista de sospechosos de des-afectos? Hazte cargo pues de t u s i tuación, y cui-dado con volver á engreír te , porque te llamen í eve renc ia , entiendes?

' N o estraño que encuentres sosos los papeles públ icos , porque ni ellos t raen mucha sal , ni tú eres hombre de muy lino paladar. Los del otro dia fueron causa de que yo diese un susto á los amigos. Es taba sudando , cuando me t ra jeron el correo , y apenas lo leí , cuando me acometió un frió como de calentura , tan horroroso , que todos creyeron que me daba un singulto. Yo no sé si habían pasado por la región del hielo , ó ha-blan estado den t ro de alguna garrafa , 4o cierto es que venían como la nieve ; figúrate t ú que ni nos decían donde paraba D. Car los ; y ya ves que pasar del estremo del calor al del frió produce unos efectos tan terr ibles que á mas de cuatro

han hecho sucumbir . P o r ú l t i m o , me fomentaron la f rente , pecho y estómago con tres circulares de l ministerio de la Gobernación , que venían cargadas de azufre , n i t ro y carbón de piedra y con aquel calorcillo logré irme restituyendo á mi pr í s t ino estado.

Allá voy luego; ' por eso no te escribo mas la

r g o : vete p reparando para recibir por primer saludo un reverendo cachete en prueba del des-potismo q u e debo ejercer sobre t í durante las actuales circunstancias.

A D i o s , Lego enfá t ico , á D i o s , circunflejo T i rabeque . T e aprecia á pesar de tus liviandades y flaquezas t u a m o = F r . Gerundio.

P . D. Si ves al buen hombre que puso en el Boletin oficial la descripción de la comida cívica del P a r q u e , dile de mi par te lo que decia Maese P e d r o al 'muchacho que estaba esplicando á D. Qui jote la significación de las figuras del r e t a b l o : « llaneza , muchacho ; no le encumbres, que toda afectación es mala.»