Experiencia poética de la muerte Celan

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    . Revista Internacional de Filosofa, n 49, 2010, 153-171ISSN: 1130-0507

    Experiencia potica de la muerte.

    Una meditacin fenomenolgica sobre Von Schwelle zu

    Schwelle (De umbral en umbral) de Paul Celan

    Poetical Experience of the Death.A Phenomenological Meditation over Von Schwelle zu Schwelle

    (From Threshold to Threshold)by Paul Celan

    JESS GUILLERMO FERRER ORTEGA*

    Resumen: El autor realiza una lectura fenomeno-lgica del ciclo de poemasDe umbral en umbral,de Paul Celan. Apoyndose en textos de Husserl,Lvinas y Derrida, el autor describe el fenmenode la muerte como una ruptura de la comunidadde datos sensibles, por cuya aprehensin objetiva

    los sujetos constituyen un mundo compartido. Lasimgenes poticas se revelan como auxiliar de lamemoria para conservar el vnculo sensible conlos otros ausentes. Pero no porque las imgenespoticas faciliten una reproduccin exacta delpasado, sino porque median una relacin emocio-nal con el otro definitivamente ausente e irrecupe-rable por obra de una representacin.Palabras clave: Muerte, Ruptura de la comunidadsensible, Memoria, Emotividad, Imgenes poticas.

    Abstract: The author attempts to do aphenomenological lecture of the volume of verseVon Schwelle zu Schwelle (From Treshold toTreshold). Ideas of Husserl, Lvinas and Derridaprovide the basis for a description of deathsphenomenon as a breaking of the community of

    sensuous data. This implies a radical interruptionof the intersubjective constitution of the world.The poetic images help the memory to preservethe sensuous bond with the absent others, but notthrough an exact reproduction of the past, butthrough an emotional relationship, inasmuch aswe cant regain the absent other by means of arepresentation.Key words: Death, Breaking of the sensuouscommunity, Memory, Emotionality, Poetic images.

    A la memoria de Carlos Llano CifuentesDavor das Fremde, des Gast du hier bist:

    die lichtlose Distel,mit der das Dunkel die seinen bedenkt,

    aus der Ferne,um unvergessen zu bleiben.

    Paul Celan

    Fecha de recepcin: 26 agosto 2009. Fecha de aceptacin: 16 diciembre 2009.* Ccilienstrasse 30. Bergische Universitt Wuppertal. C.P. 42119. Wuppertal, Alemania. E-mail: ferrerg@

    web.de. Ha publicado: Zur Problematik der Zeiterfahrung der melancholischen Depressivitt im Lichte derHusserlschen Phnomenologie, en:Alea. Internationale Zeitschrift fr Phnomenologie und Hermeneutik, 7

    (2009), pp. 131-160. Continuidad del ser trascendental y muerte del otro. Apuntes para una fenomenologade la muerte (Edmund Husserl y Emmanuel Lvinas), en: Devenires. Revista de Filosofa y Filosofa de laCultura, 21 (2010), pp. 132-161.

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    1. Expresin potica del fenmeno de la muerte como ruptura de la comunidad sensible

    Se ha observado que la palabra alemana Schwelle (umbral) tiene varios significados enla obra de Paul Celan: denota ya una dinmica de lo transitorio, ya la problemtica delexilio y de lo extraterritorial, incluso la dimensin espacio-temporal de la existencia1.En el ciclo de poemas De umbral en umbral (Von Schwelle zu Schwelle), observa MarkusMay, el trmino en cuestin designa una serie de diversos estados intermedios (Zwischen-zustnde), entre ellos una posicin del sujeto entre la vida y la muerte (zwischen Leben undTod)2. Tratemos de aclarar lo antedicho. En una carta dirigida a Celan, Hermann y HanneLenz escriban a propsito del ttulo Von Schwelle zu Schwelle: EnDe umbral en umbralse experimenta una gran soledad; el libro es un breviario para todos los mecidos por lanoche (Nachtgewiegten), vinculados entre s por hilos blancos3. Hay aqu una alusin alpoema de Celan Lo s (Ich wei):

    LO S4 ICH WEISSY t, t tambin: Und du, auch du -:ya crislida. verpuppt.Como todo lo que mece la noche. Wie alles Nachtgewiegt.

    Este batir, volar de alas en redor: Dies Flattern, Flgeln rings:yo lo oigo no lo veo! Ich hrs ich seh es nicht!

    Y t, Und du,como todo lo liberado del da: wie alles Tagenthobene:ya crislida. verpuppt.Y ojos, que te buscan. Und Augen, die dich suchen.Y mi ojo entre ellos. Und mein Aug darunter.Una mirada: Ein Blick:un hilo ms que te envuelve. ein Faden mehr, der dich umspinnt.

    Esta tarda, tarda luz. Dies spte, spte Licht.Lo s: los hilos fulgen. Ich wei: die Fden glnzen.

    Los versos dan testimonio de la afanosa bsqueda del encuentro con otro5: Y ojos, quete buscan./ Y mi ojo entre ellos. Notamos adems que las imgenes del poema parecieran

    1 Cf. M. May: Von Schwelle zu Schwelle, en: Markus May, Peter Goens, Jrgen Lehmann (eds.): CelanHandbuch. Leben-Werk-Wirkung, Stuttgart Weimar, J.B. Metzler Verlag, 2008, pp. 64-65. Salvo indicacinexpresa, las traducciones al castellano son nuestras.

    2 Cf.Ibidem, p. 65.3 Briefwechsel Paul Celan - Hanne und Hermann Lenz, Frankfurt am Main, Suhrkamp Verlag, 2001, p. 60.4 Paul Celan: Obras completas. Traduccin de Jos Luis Reina Palazn, Madrid, Editorial Trotta, 1996, p. 101.

    En lo sucesivo citaremos este texto con las siglas OC, dando enseguida la paginacin.5 A propsito del poema Lo s, Bernard Fassbind insiste, con razn, en la relacin de la idea del esfuerzo de

    dilogo con las imgenes de la ida (Entschwinden) y del ocultamiento (Verbergen), las cuales simbolizanel otro ausente. Cf. B. Fassbind: Poetik des Dialogs. Voraussetzungen dialogischer Poesie bei Paul Celan und

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    referirse a un otro ya fallecido, encubierto por la oscuridad de la muerte: Y t, t tambin:/ya crislida./ Como todo lo que mece la noche [...] Y t,/ como todo lo liberado del da:/ yacrislida. No excluimos que, en el poema, el otro en cuestin haya sido una persona antaoviva, con la cual el poema quera entablar un dilogo. Empero, la experiencia de un otroausente as sea por un momento va a la par del presentimiento deuna posible ruptura delvnculo de proximidad sensible que une un yo con un t. Se trata de una separacinque, tarde o temprano, la muerte tornar definitiva.

    A falta de la visin del otro (en la cual se funda la apercepcin del otro imperando sobresu cuerpo), slo quedan al solitario las resonancias de la propia voz que evoca al echado demenos: Este batir, volar de alas en redor:/ yo lo oigo no lo veo! Estos ltimos versossugieren adems el desconocimiento absoluto de lo que viene despus de la muerte. No haysaber, sino a lo sumo creencia, capaz de sostener la esperanza de transformacin de la larva(imagen quiz del otro ya muerto) en un ser plenamente vivo que goza de entera libertad.Al final, slo sabemos que el fenmeno de la muerte se sustrae a nuestra comprensin,y mientras ms procuramos entenderlo, ms retrocede su misterio ante nosotros. Nuestrosaber sobre la muerte no nos brinda ms luz que el resplandor tenue de una pupa o deuna tumba durante la noche: Una mirada: un hilo ms que te envuelve.// Esta tarda, tardaluz. Lo s, los hilos fulgen.

    Ahora bien, para Celan el fenmeno de la muerte no se da a la experiencia revistiendoel carcter de una constatacin objetiva. Ms bien se trata de una inminencia (fundadaen la memoria de los fenecidos e incrustada en la sensibilidad, en la emotividad) de unaterminacin violenta de los lazos intersubjetivos. Incluso podramos aseverar que lasimgenes poticas plasman en el lenguaje una concepcin de la muerte como separacinbrusca, como disolucin ltima de cualesquiera modalidades del Mitsein (Heidegger), delintentionales Ineinanderssein, estar-intencionalmente-los-unos-en-los-otros (Husserl). Talidea se advierte ya desde la primera parte de De umbral en umbral, titulada Siete rosasms tarde (Sieben Rosen Spter). Conviene recordar que Celan dedic el volumen de poe-mas a su esposa Gisle Lestrange (Fr Gisle). Por una parte, Celan tena en mente elasentamiento necesario de la vida subjetiva en los vnculos familiares. En una carta dirigidaa Gisle abunda Celan en el sentido de su dedicatoria: Para usted, mi alma viviente, mialma-que-vive (meine Seele-die-lebt), en el camino ampliamente abierto de nuestro [hijo]Eric.6 Por otra parte, al experimentar la propia finitud (experiencia vehiculada y acendradapor el recuerdo de los muertos) se avizora la muerte como la amenaza, siempre en ciernes,de una ruptura violenta de la comunidad sensible amorosa. En el poema Epitafio paraFranois (Grabschrift fr Franois) Celan expresa el recuerdo de su hijo muerto: Lasdos puertas del mundo/ estn abiertas:/ abiertas por ti/ en la doble noche./ Mientras queel poema Rememoracin (Andenken), segn Otto Pggeler, trae a la memoria el padremuerto: Nutrido de higos sea el corazn,/ donde la hora recuerda/ el ojo almendrado del

    Konzepte von Intersubjektivitt bei Martin Buber, Martin Heidegger und Emmanuel Lvinas, Mnchen, Wil-helm Fink Verlag, 1995, pp. 190-192.

    6 Briefwechsel Paul Celan Gisle Celan-Lestrange. Mit einer Auswahl von Briefen Celans an seinen Sohn Eric.Erster Band: Die Briefe. Edicin a cargo de Bernard Badiou y comentarios de Barbara Wiedemann, Frankfurtam Main, Suhrkamp Verlag, 2001, p. 67.

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    muerto./ Nutrido de higos./7 (Feigengenhrt sei das Herz,/ darin sich die Stunde besinnt/auf die Mangelauge des Toten./ Feigengenhrt).

    Expresamente se alude a la madre muerta en el poema titulado Ante una vela (Voreiner Kerze): De oro repujado, como/ t me ordenaste, madre,/ model el candelabro,de donde/ ella sube hacia m oscureciendo en medio de/ horas de esquirlas:/ hija de tuser-muerta8. (Aus getriebenem Golde, so/ wie dus mir anbefahlst, Mutter,/ formt ich denLeuchter, daraus// sie empor mir dunkelt inmitten/ splitternder Stunden:/ deines/ TotseinsTochter). Tambin el poema El compaero de viaje (Der Reisekamarad) -pertenecienteal ciclo Amapola y memoria (Mohn und Gedchtnis)- recuerda emotivamente a la madreausente: Este vocablo es pupilo de tu madre./ El pupilo de tu madre comparte tu lecho,piedra a piedra./ El pupilo de tu madre se inclina sobre la migaja de luz9. (Dieses Wortist deiner Mutter Mndel./ Deiner Mutter Mndel teilt dein Lager, Stein um Stein./ DeinerMtter Mndel bckt sich nach der Krume Lichts).

    En el poema O decir (Ich hrte sagen) hallamos imgenes impregnadas de la nos-talgia de Celan por su madre asesinada en Ucrania durante la Segunda Guerra Mundial. Porah asoma un pasado que se entremezcla afectivamente con el amor presente a la esposa y alhijo, produciendo as una oscilacin entre la necesidad de impulsar la vida hacia el futuro yel lastre de la propia mortalidad, cuya experiencia siempre es mediada por el recuerdo de losotros ya difuntos. Al respecto cabe citar los siguientes versos: [...] Vi mi chopo hundirse enel agua,/ vi como su brazo se asa en la profundidad,/ vi sus races implorando por la noche.//No lo persegu,/ tan slo recog del suelo aquella migaja,/ que tiene la forma y nobleza de tuojo,/ te quit del cuello la cadena de proverbios,/ y borde con l la mesa, donde entoncesyaca la migaja.// Y ya no vi mi chopo10. (Ich sah meine Pappel hinabgehn zum Wasser,/ich sah, wie ihr Arm hinuntergriff in die Tiefe,/ ich sah ihre Wurzeln gen Himmel um Nachtflehn.// Ich eilt ihr nicht nach,/ ich las nur vom Boden auf jene Krume,/ die deines AugesGestalt hat und Adel,/ ich nahm dir die Kette der Sprche vom Hals/ und sumte mit ihrden Tisch, wo die Krume nun lag.// Und sah meine Pappel nicht mehr).

    Si dirigimos nuestra atencin a las imgenes potica del lamo (Pappel) y de lamigaja (Krume), salta a la vista el paralelismo con otros poemas de Celan, en los cualesla figura de la madre ocupa el lugar central: lamo tembln, tu follaje es blanco en lo

    7 Paul Celan: OC, p. 102. Pggeler comenta respecto al poema: [...] la rememoracin deba estar vinculada conla patria palestinense, a la cual el padre sionista hubiera querido regresar. Ahora est la higuera en los labios del

    t con quien Celan sabe encontrarse . As Jerusaln se halla, como realidad concreta, alrededor de ambos. OttoPggeler: Spur des Wortes. Zur Lyrik Paul Celans, Freiburg/Mnchen, Verlag Karl Alber, 1986, p. 387.

    8 Paul Celan: OC, p. 95. Hemos modificado las ltimas lneas de la versin de Reina Palazn. sta dice as: hija/de estar ya muerta.

    9 Paul Celan: OC, p. 73. Hemos transcrito la versin de Reina Palazn. No obstante, cabe sealar que la palabraLager podra traducirse aqu como campo, en asociacin con los KZ o campos de concentracin (Kon-

    zentrationslager). Cf. John Felstiner: Paul Celan. Eine Biographie, Mnchen, Verlag C.H. Beck, 1997, p. 96.Desde luego, Reina Palazn usa la palabra lecho segn su sentido arquitectnico (Superficie de una piedrasobre la cual se ha de asentar otra, leemos en elDiccionario de lalengua espaola). Se sabe que durante laSegunda Guerra Mundial Paul Celan fue prisionero en un campo de concentracin rumano (Tbreti).

    10 [...] Vi mi chopo descender al agua,/ vi cmo su brazo garfeaba hacia el fondo,/ vi sus races hacia el cieloimplorar noche.// No lo segu a prisa,/ recog solamente del suelo aquella migaja/ que tiene de tus ojos forma ynobleza,/ te quit la cadena de adagios del cuello/ y orl con ella la mesa, con la migaja entonces.// Y ya no vimi chopo. Paul Celan: OC, p. 83.

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    oscuro./El cabello de mi madre nunca lleg a ser blanco11. (Espenbaum, dein Laub blicktwei ins Dunkel./ Meiner Mutter Haar ward nimmer Wei). Pero la imagen del chopo,en cuanto ste es una especie de lamo, no slo se asocia con la imagen del lamo temblnrepresentado la madre muerta. En el volumen anterior a De Umbral en Umbral, a saberAmapola y memoria, hallamos el siguiente poema:

    PAISAJEVosotros, altos chopos hombres de esta tierra! Ihr hohen Pappeln Menschen

    dieser Erde!]Vosotros, estanques negros de la dicha Ihr schwrzen Teiche Glcks vosotros los reflejis hasta la muerte. ihr spiegelt sie zu Tode]Te vi, hermana, de pie en este resplandor. Ich sah dich, Schwester,

    stehn in dieser Glnze.]

    El trmino latino populus significa tanto pueblo (Volk) como el rbol chopo(Pappel). Teniendo tal comparacin en mente, advertimos que el sentido de los versosantes citados de O decir solicitan un giro de nuestra atencin. Ya no se trata slo de unaasociacin que, para el poeta, despierta el recuerdo de la madre difunta. Los lamos evocanla patria perdida y los muertos durante la guerra: Siempre el ojo,/ siempre el ojo, cuyoprpado/ t abres al reflejo/ de su hermano cado/ Siempre este ojo.// Siempre este ojo cuyamirada/ a ese lamo solo envuelve12. (Immer das Aug, dessen Lid/ du aufschlgst beimSchein/ seines gesenkten Geschwisters./ Immer dies Aug, dessen Blick/ die eine, die Pappelumspinnt). Dicen los primeros versos del poema Notturno (escrito, al parecer, en 1941 yperteneciente al llamado ciclo de Bukowina, tierra natal de Celan): No duermas. Vigila./Los chopos con paso arrullador/ andan junto al pueblo de la guerra./ Los estanques sontodos tu sangre. (Schlaf nicht. Sei auf der Hut./ Die Pappeln mit singendem Schritt/ ziehnmit dem Kriegsvolk mit./ Die Teiche sind alle dein Blut).13 En O decir leemos: [...] Vimi chopo hundirse en el agua,/ vi como su brazo se asa en la profundidad,/ vi sus racesimplorando por la noche [...]. Y en el poema Paisaje se habla crudamente del desarraigo,del hundimiento y de la exterminacin de un pueblo entero.

    Importa sobremanera sealar que la reminiscencia de los seres queridos y fallecidosdurante la Shoa no conlleva, para Celan, una reproduccin o recreacin histrica adecuadade los hechos pasados, ni una rememoracin (Wiedererinnerung) tendiendo a la exactitud enla presentificacin interior (innereVergegenwrtigung) de lo acaecido y puesto (gesetzt)objetivamente en relacin con el presente, por usar una terminologa de Husserl (ms ade-lante ahondaremos en la cuestin de la memoria potica de los muertos). Ms bien Celandesciende hasta la experiencia comn de nuestra mortalidad, o dicho de otra manera: Celanbusca afanosamente la experiencia intersubjetiva originaria, en cuanto somos miembrosde una comunidad de sujetos mortales, vinculados no slo con nuestra generacin, sino

    11 Paul Celan: OC, p. 410.12 Paul Celan: OC, p. 102.13 Este poema no aparece en la traduccin castellana de las Obras completas. Cf. Paul Celan: Die Gedichte.

    Kommentierte Gesamtausgabe in einem Band. Edicin a cargo de Barbara Wiedemann, Frankfurt am Main,Suhrkamp, 2005, p. 393.

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    tambin, por el recuerdo con las generaciones anteriores. Por supuesto tal experienciarequiere un ejercicio de la memoria individual e histrica que no sea un mero recuerdo ouna escenificacin interiorizante14. Esta memoria de los asesinados vctimas del odio, ascomo de cualquier otro ya difunto, incide forzosamente en la constitucin perceptiva de unmundo intersubjetivo actual. Ya la sola percepcin de un entorno, a sabiendas empero deque fue habitado por otros sujetos, hoy ya muertos, nos hace presentir la muerte como unacontecimiento cuya especificidad consiste en desarraigar violentamente a los sujetos de unmundo constituido conjuntamente.

    En esta experiencia de la propia mortalidad discernimos una conjuncin de la experienciadel pasado con la experiencia de la muerte de los otros. La susodicha conjuncin constituyeel material emprico a partir del cual el sujeto se percata de la inminencia de su muerte.Es como si, en medio del cumplimiento intuitivo (anschauliche Erfllung) de cualesquieraintenciones anticipadoras propias de la percepcin y propulsoras de la vida presente, noobstante se experimentara la amenaza de una ausencia que, tarde o temprano, ser tambinla nuestra, la de cada uno. El poeta que recuerda su patria antes de una guerra o de unacatstrofe, ya no mira los paisajes de la misma manera que antes: los estanques, antes motivode dicha, se llenan de sangre, se tornan negruzcos, son as espejo de la muerte de los pueblos([...] vosotros los reflejis hasta la muerte!, Ihr spiegelt sie zu Tode!); la luz es dadaslo como una migaja, como un mendrugo.

    2. Apora de la fenomenologa de la muerte: inmortalidad del presente viviente (leben-

    dige Gegenwart) y ruptura de la comunidad hiltica

    Al comentar el texto poetolgico de CelanEl Meridiano, Jacques Derrida se esfuerza enresaltar el papel de la imgen potica en las interrogantes sobre el presente viviente (leben-dige Gegenwart, nocin introducida por Husserl en su fenomenologa de la conciencia deltiempo.) He ah una problemtica alredor de la cual girarn nuestras reflexiones. Tratemosde precisar la cuestin que nos ocupar en lo sucesivo: el presente viviente, observa Derrida,podra ser unilateramente concebido como [...] el atributo del viviente para cualificar odeterminar el presente, el ahora, un ahora que sera esencialmente viviente, presentementeviviente, ahora en tanto que viviente [...]15. Derrida piensa aqu en un concepto del pre-sente viviente que, mirado estrechamente, podra equipararse a una espontaneidad rgida,un automatismo de pulsiones ininterrumpidas.

    Ahora bien, para Husserl, el presente viviente es ciertamente un flujo continuo demaneras de exhibicin (Darstellungsweisen) de las vivencias, una forma estable de tem-poralizacin continua de objetividades inmanentes y trascendentes. Si stas faltaran, setemporalizara al menos una materia sensible o hyle desprovista de apercepcin mundana

    14 En este contexto conviene traer a colacin unas profundas reflexiones de Jacques Derrida sobre la relacin dela memoria con la mortalidad del otro: El yo y el nosotros de que hablamos no surgen o no se delimitancomo tales sino a travs de esta experiencia del otro, y del otro como otro que puede morir dejando en m o ennosotros esta memoria del otro. Mi terrible, o nuestra terrible soledad despus de la muerte del otro, constituyeesta relacin que se llama yo, nosotros, entre nosotros, intersubjetividad, memoria. Jacques Derrida:

    Mmoires pour Paul de Man, Paris, ditions Galile, 1988, pp. 52-53.15 Jacques Derrida: Sminaire La bte et le souverain. Volume I (2001-2002), Paris, ditions Galile, 2008, p. 292.

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    (Weltapperzeption). Desde esta ptica, no habra, para Husserl, acontecimiento inesperadoalguno que amenace la formalidad de este presente viviente, sea por una aniquilacin (Ver-nichtung) del mundo objetivo16, sea por un acabamiento (Aufhren) de las condiciones deexistencia del sujeto emprico, como veremos ms adelante. As comprendido, este presenteviviente sobre-vivira a la historia como tiempo de fechas mortuorias y se mostrara inmuneante algo extrao o ajeno (Fremdes) que pudiera perturbar o interrumpir la corriente vital ensu despliegue indefinido. Ms an, este presente viviente, considerado en su formalidadpura y como ltimo reducto de la vida trascendental, podra incluso fluir (en una incesabletemporalizacin de impresiones, retenciones y protenciones de fases de la corriente de con-ciencia) allende del tiempopresente de los encuentros o delposiblepresente de encuentros,los cuales slo acontecen en el mundo objetivo habitado por sujetos empricos.

    En este preciso momento de nuestras meditaciones conviene precisar el marco fenome-nolgico de nuestra lectura de De umbral en umbral. Husserl ha puesto el acento en que,para el sujeto trascendental, la muerte es inconstituible e inexperimentable. Tratemosde seguir el hilo argumentativo de Husserl: una experiencia del acabamiento del presenteviviente habra de temporalizarse en el flujo de conciencia. Ahora bien, cada fase impre-sional de tal acabamiento se modificara retencionalmente y, por un cambio de direccindel continuo retencional, se proyectara protencionalmente el arribo de ulteriores fases delacabamiento. En ltima instancia, no habra acabamiento alguno, sino continuidad de laauto-temporalizacin del presente fluyente de la subjetividad trascendental: [...] es evi-dente que el acabamiento concreto, natural del presente viviente no es concebible como unhecho, como algo existente, experimentable. Ello significara que yo podra constatar esteacabamiento e identificarlo una y otra vez como acabamiento, que tendra un pasado comoacabamiento, lo cual es absurdo17.

    A partir de la necesaria continuidad del flujo de conciencia en el cual no podra cons-tituirse su acabamiento Husserl concluye la inmortalidad del sujeto trascendental. Alrespecto escribe Husserl: El alma del cuerpo no es inmortal, hablando con rigor, no esnecesario pensarla como inmortal. De hecho, la experiencia cotidiana nos muestra que elalma realmente muere. Pero cada yo-humano trae consigo, en cierta manera, su yo tras-cendental. ste no muere ni nace, es un ser eterno en devenir 18. Ahora bien, aunque elsujeto trascendental no muera, algo nos resulta inminente en vista de la muerte de los otros:nuestra subjetividad emprica ha de fallecer cuando acaben las condiciones de existencia enel mundo. Sin embargo hay otros aspectos de la experiencia de la muerte de otros sujetos

    16 La estructura anticipativa de la percepcin conlleva la posibilidad del no-ser del mundo objetivo, pero suposible aniquilacin dejara indemne el ser de la conciencia, el ser absoluto que, como dice Husserl, nulla reindiget ad existendum. Cf. Edmund Husserl:Ideen zu einer reinen Phnomenologie und phnomenologischenPhilosophie. Erstes Buch. Allgemeine Einfhrung in die reine Phnomenologie. Husserliana Band III/1, editadopor Karl Schuhmann, Den Haag, Martinus Nijhoff, 1971, pp. 103-106. (En lo sucesivo citaremos los textos dela serie Husserliana (despus de la primera referencia completa) con las siglasHua, indicando a continuacin elvolumen y la pgina.

    17 Edmund Husserl, Spte Texte ber Zeitkonstitution (1929-1934). Die C-Manuskripte, Husserliana Materialienvolumen VIII, editados por Dieter Lohmar, Den Haag, Martinus Nijhoff, 2006, p. 96. (Cursivas de G. Ferrer; enlo sucesivo citaremos este texto con las siglasHuaMat. VIII, dando a continuacin el nmero de pgina).

    18 Edmund Husserl:Einleitung in die Philosophie. Vorlesungen 1922/3. Husserliana volumen XXXV, editado porBerndt Goossens, Dordrecht/Boston/London, Kluwer Academic Publishers, 2002, p. 420.

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    (como refrendar una cita de Husserl que examinaremos un poco ms adelante): cuandootros sujetos empricos mueren, experimentamos de alguna manera que dejan de sersujetostrascendentales co-constituyentes del mismo mundo objetivo. (Resulta notable que a partirde la constatacin de la muerte de otro sujeto emprico, cuyo cuerpo perece y se torna uncadver, se experimente, en otro nivel, una ruptura de la comunidad trascendental constitu-yente del mundo. Cmo describir y comprender esta ruptura? He ah una pregunta que, ennuestra opinin, merece ulteriores investigaciones).

    Cabe preguntar ahora dnde arraiga esta inminencia de la muerte que perturba u oscurecede alguna manera la demostracin de un presente viviente continuo y sobre-viviente a lamuerte del sujeto emprico. En el siguiente texto hallamos quiz una clave para la respuesta:[...] Datos hilticos en multiplicidad, es decir en relieve (Abgehobenheit), estn, bajocondiciones trascendentales, para m y para cada yo existente para m, para nosotros, quesomos y debemos poder ser constituidos mundanamente (weltlich). La muerte corporal deotro hombre anula, para mi experiencia, la posibilidad de experimentarle como yo que existemundanamente o como subjetividad trascendental coexistente19. En gran medida el presentetrabajo ha de girar en torno de las implicaciones fenomenolgicas de esta experiencia de lapropia mortalidad como ruptura o disolucin de la comunidad sensible o hiltica, por cuyaaprehensin objetivante los sujetos constituyen un mundo.

    A primera vista, el texto que acabamos de citar pareciera no decir sino una cosa: lossujetos empricos mueren, pero los sujetos trascendentales sobre-viven al acabamiento dela existencia en el mundo. Sin embargo cabe preguntar: cuando otro muere, no se insinaalgo ms en esta experiencia de una interrupcin brusca de la comunidad de datos hilticos(materia comn para la objetivacin del mundo)? No olvidemos que para Husserl la hyle nose reduce a ser dato de sensacin (Empfindungsdatum) ofrecido a la aprehensin objetivante(objektivierende Auffassung). En sentido amplio y esencialmente unitario, la sensibilidadabarca tambin sentimientos e instintos, que tienen su propia unidad genrica y adems unacomunidad esencial de ndole general (Wesensverwandtschaft allgemeiner Art) con aquellassensibilidades en sentido estrecho20. Por consiguiente, habra que revisar a fondo las des-cripciones husserlianas del flujo de conciencia, tomando en cuenta que en l se temporalizauna hyle no slo en cuanto es susceptible de ser aprehendida (aufgefasst) como presentantede cualidades objetivas de las cosas, sino en cuanto es, adems y siempre, materia sensible(sinnlicher Stoff) de sentimientos y emociones. Ms an, en cuanto la hyle es el escenarioprimero de pulsiones (Triebe) y afectos que consituyen un campo de relacin con otrossujetos y con lo otro en cuanto ajeno al yo.

    Quiz slo desde esta perspectiva unitaria de la hyle lo planteamos a ttulo de hiptesisse explica que a pesar de los argumentos a favor de la inmortalidad del ser trascendental,Husserl se tope con una paradoja y reconozca que no hay modo de erradicar el saber,digamos nosotros mejor el presentimiento, la inminencia de una muerte ya no meramenteemprica (o dicho de otra manera: la anticipacin de la propia muerte, avisorada desde lamuerte de otro y comprendida como experiencia no slo objetiva, sino hondamente emo-cional, no hara sino acentuar la inminencia del futuro fallecimiento, la cual est lastrada

    19 Hua Mat. VIII, 102. (Cursivas de G. Ferrer).20 Hua III/1, 193.

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    con la absoluta incertidumbre respecto de la supervivencia de nuestro ser entero, inclusoconsiderado trascendentalmente (dicho sea de paso: a propsito de esta experiencia de lamortalidad se agudiza la cuestin de la unidad del yo trascendental y el yo emprico, comoHusserl la ha afirmado en lasMeditaciones Cartesianas).

    En efecto, la tesis husserliana de la inmortalidad del sujeto trascendental presupone latemporalizacin indefinida, en el flujo de conciencia, de una hyle sin yo emprico, una hyleque se ha tornado, por as decirlo, indiferente a cualesquiera apercepciones mundanas. Deah se siguen inmensos problemas y paradojas que obligan a Husserl a plantearse la siguientepregunta: [...] cmo concebir tal estado del yo que perdura? La entrada en la regulacinmundana significa que el yo comienza con una proto-presencia (Urprsenz), que los con-trastes hilticos ingresan con una regulacin y fuerzas afectivas tales, que puede comenzary continuar el juego de la gnesis constitutiva asociativo-activa. Desde luego ello suscitadificultades parecidas de comprensin: puede tener el yo una existencia consciente conuna proto-presencia hiltica sin relieve, como preexistencia (Prxistenz)?, qu sucede conlos fundamentos del contraste, con la fuerza afectiva, etc.?21. Empero, si consideramos loscomponentes sensuales o hilticos de la conciencia en toda su amplitud (no son tan slodatos de sensacin, sino adems materia de sentimientos e instintos), no parece del todosostenible la concepcin de una temporalidad indefinida e ininterrumpible que excluirala amenaza radical de la muerte y su arribo violento, el cual se insina en las emocionesque nos suscita la muerte de otro (indiferencia, incluso satisfaccin velada o abierta ante lamuerte de otros, son actitudes que slo tienen sentido como modificaciones de una e-mocinoriginaria por la muerte del otro)22.

    Hasta aqu llega Husserl. Ahora bien, corresponde a Emmanuel Lvinas el mrito deun anlisis fenomenolgico de las implicaciones de nuestra relacin emocional con lamuerte del otro. Al igual que Husserl, Lvinas advierte que la idea de una experiencia dela propia muerte es de suyo contradictoria: La relacin con mi propio morir no tiene elsentido de saber o de experiencia, as fuese un presentimiento o una pre-ciencia. No sesabe, no se puede asistir al anonadamiento (anantissement) propio (si es que la muerte esun anonadamiento)23. El que no podamos presenciar nuestra propia muerte significa que,respecto del acabamiento de la vida, contamos slo con una experiencia indirecta: Todolo que podemos decir y pensar sobre la muerte, el morir, as como sobre su inminencia,pareciera que lo tenemos de segunda mano. Lo sabemos porque lo hemos escuchado o porsaber emprico. Todo lo que sabemos nos viene del lenguaje que habla de la muerte, delmorir y su inminencia, de proposiciones: comunes, poticas o religiosas24. Ahora bien,tal experiencia indirecta no quiere decir ninguna relacin. Hacemos una experiencia

    21 Hua MatVIII, 102.22 Podemos discernir un conflicto del yo ante el aparecer de la muerte del otro: de una parte hay una tendencia a

    la continuidad de s-mismo ms all de cualquier quebrantamiento del yo emprico y de la comunidad constitu-yente; de otra parte se inhibe o interrumpe dicha tendencia, en la medida en que la ausencia definitiva del otrocuestiona (ticamente) la super-vivencia ms all de los lazos intersubjetivos que a cada instante se rompenpor el fallecimiento de los otros. En este punto se impone la complementariedad entre la fenomenologa de lamuerte en Husserl y en Emmanuel Lvinas.

    23 Emmanuel Lvinas: Dieu, la mort et le temps. tablissement du texte, notes et postface de Jacques Rolland,Paris, ditions Grasset & Fasquelle, 1993, p. 28.

    24 Emmanuel Lvinas:Dieu, la mort et le temps. p. 17.

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    originaria de la muerte no como un respectivo mi muerte, sino como la muerte de losotros, la cual a su vez nos revela e instruye sobre la inminencia de nuestra muerte25.

    Al constatar la muerte del otro comprobamos el cese de sus movimientos vitales y susreacciones, somos testigos del anonadamiento de su rostro (anantissement duvisage) encuanto rgano de expresin. Hacemos tambin una experiencia de la partida (dpart) delotro hacia lo desconocido y sin posibilidad de retorno. Ahora bien, ms honda y originariaque tales notas del saber emprico sobre la muerte del otro, se muestra el factum de unaexperiencia emocional ante el drama, una especie de emocin desbordada, [] comosi hubiera un exceso en la muerte. Ella es simple pasaje, partida, y sin embargo fuentede emocin contraria a todo esfuerzo de consolacin26. He ah elfactum de experiencia,el hecho originario de la muerte que Lvinas pretende describir, un hecho ms originario,fenomenolgicamente hablando que el ofrecido a la consideracin temtica de la muertesea como anonadamiento, sea como preludio de una supervivencia del alma o inclusive delser trascendental ms all de la muerte del sujeto emprico.

    Un sujeto que experimenta emocionalmente el drama de la muerte ajena no puede menosque cuestionar, desde tal ndole de experiencia, la formalidad annima de un flujo continuode la conciencia del tiempo. En tal flujo cualesquiera contenidos de retencin que se apagan(sich abklingende Inhalte, segn expresiones de Husserl) son mensurables desde el ahoraimpresional segn una graduacin de menos (-) a ms (+) distancia de la proto-presencia(Urprsenz) y su retencin an fresca; asimismo, cualesquiera contenidos de la protencinpor indeterminados que sean en su concrecin venidera seran mensurables de menos (-)a ms (+) cercana inminente a la proto-impresin que ingresa cumpliendo (erfllend) unaintencin de expectativa27. Ahora bien, el cuestionamiento del que hablamos se dirige a unser absoluto de la conciencia, cuya formalidad omniabarcante sera in-diferente (en trminoslvinasianos) y sobre-vivira a los avatares de los contenidos sensibles que comparten lossujetos empricos para la constitucin de un mundo comn. Leamos el siguiente poema deCelan, el cual expresa quiz este cuestionamiento de la temporalidad puramente formal:

    25 Aqu no podemos ahondar en la toma de postura de Lvinas frente al tema de la muerte en Heidegger. Tan slocitemos un pasaje a ttulo de planteamiento de un problema complejo que nos exige ulteriores investigaciones:Mi relacin con la muerte no se limita a este saber de segunda mano. Para Heidegger (vase Sein und Zeit), talrelacin es certeza por excelencia. Hay un a priori de la muerte. Heidegger denomina la muerte certeza hasta elpunto de ver en esta certeza de la muerte el origen de la certeza misma, y se rehusa a situar la proveniencia deesta certeza en la experiencia de la muerte de los otros. Emmanuel Lvinas: Dieu, la mort et le temps. p. 18.

    26 Emmanuel Lvinas:Dieu, la mort et le temps. p. 18. Para ilustrar su tesis, Lvinas recuerda la escena ltima delFedn: Al lado de aquellos que en esta muerte [de Scrates, n. del tr.] hallan todas las razones de esperanza,algunos (Apolodoro, las mujeres) lloran ms de lo necesario, lloran desmesuradamente: como si la humanidadno se agotara por la medida, como si hubiera un exceso en la muerte. Emmanuel Lvinas:Dieu, la mort et letemps. p. 18.

    27 Dicho con terminologa husserliana: la forma del presente abarca cualesquiera momentos del continuo reten-cional, incluso aquellos cuyo contenido intuitivo se ha vaciado por completo. Ello se debe a que, por obra deuna aprehensin retencional, el presente viviente se extiende a todos los puntos del continuo retencional (losya vacos tambin) sucedindose con un ritmo ininterrumpido de modificacin continua: nos referimos a lacreciente imbricacin retencional de los contenidos hilticos transcurridos, a saber, retencin de retencin,retencin de retencin de retencin, retencin de retencin de retencin de retencin, y as indefinidamente.Por ah la subjetividad absoluta se tornara conciente, de manera prerreflexiva y no-objetivante, de un infinitoactual de las fases del flujo de conciencia (en cuanto maneras de exhibicin retencional de una materia sensibleo hyle).

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    QUIEN NOS CONT LAS HORAS28 DER UNS DIE STUNDEN ZHLTEQuin nos cont las horas, Der uns die Stunden zhlte,sigue contando. er zhlt weiter.Qu puede contar, di? Was mag er zhlen, sag?l cuenta y cuenta. Er zhlt und zhlt.No se pone ms fresco, Nicht khler wirds,ni ms nocturno, nicht nchtiger,ni ms hmedo. nicht feuchter.Slo lo que nos ayud a escuchar: Nur was uns lauschen half:eso escucha ahora es lauscht nutPara s solo. fr sich allein

    3. Conservacin de la comunidad sensible en la memoria potica

    La forma del tiempo, en cuanto medida snttica (desde el ahora) del antes y del des-pus, nos resulta lejana, por as decirlo sobrevuela la comunidad sensible de los sujetosempricos. Estos se vinculan entre s, originariamente, por una materia o hyle compartida quese aprehende como referida a un mundo objetivo. Ahora bien, si consideramos la hyle en suestructura unitaria (materia sensible no slo de aprehensiones objetivantes, sino tambin desentimientos e instintos), resulta concebible que en la experiencia se inmiscuya la amenazade la muerte como una ruptura violenta del mundo comn. Para expresar tal lejana de laeternidad una y silente (sea tal el eterno devenir del flujo indefinido de conciencia)respecto de los avatares del tiempo finito, Celan recurre a ms imgenes. As, en el poemaDel mar29 (Aus dem Meer) leemos lo siguiente: Hemos incurrido en lo Uno y Silente,/penetramos hasta el fondo/ del que hila la espuma de la eternidad -/ nosotros no la hemoshilado,/ no tenamos las manos libres [...]./ (Wir haben begangen das Eine und Leise,/wir schossen hinab in die Tiefe,/ aus der man der Ewigkeit Schaum spinnt -/ Wir haben ihnnicht gesponnen,/ wir hatten die Hnde nicht frei.).

    Meditemos sobre la siguiente imagen: el tiempo del flujo continuo, mensurable desdeel ahora, no se pone ms fresco,/ ni ms nocturno,/ ni ms hmedo/. El fresco nos hacepensar en el aire que compartimos, un medio sensible que posibilita la vida, pero es tambinsigno de comunidad en la finitud. En Lejanas30 (Fernen) escribe Celan: Mirndonosa los ojos, en la frescura,/ comencemos tambin esto:/ respiremos/ juntos el velo/ que nosoculta a uno del otro,/ cuando la tarde se dispone a medir/ lo que dista todava/ de cadafigura que ella toma/ a cada figura/ que nos ha prestado a ambos [...]. (Aug in Aug,/ inder Khle,/ la uns atmen den Schleier,/ der uns voreinander verbirgt,/ wenn der Abend sichanschickt zu messen,/ wie weit es noch ist/ von jeder Gestalt, die er annimmt,/ zu jeder Ges-talt,/ die er uns beiden geliehn.) Asimismo, el fresco tiene que ver con el hielo. En el poemaDonde hay hielo31 (Wo Eis ist) hallamos estos versos: Donde hay hielo hay frescurapara dos./ Para dos: por eso te hice venir. Un aliento tal de fuego te rodeaba venas de la

    28 Paul Celan: OC, p. 94.29 Paul Celan: OC, p. 88.30 Paul Celan: OC, p. 89.31 Paul Celan: OC, p. 89.

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    rosa./ Pregunt: cmo te llamaban all?/ Me nombraste aquel nombre:/ un viso de cenizalo cubra / de la rosa venas [...]. (Wo Eis ist, ist Khle fr zwei./ Fr zwei: so lie ichdich kommen./ Ein Hauch wie von Feuer war um dich /du kamst von der Rose her.// Ichfragte: Wie hie man dich dort?/ Du nanntest ihn mir, jenen Namen:/ ein Schein wie vonAsche lag drauf -/ Von der Rose her kamst du.).

    En ausencia del otro, no restan sino imgenes para recodarle o conservarle en lamemoria. Se puede tratar de otro que vive an, pero no est ahora con nosotros y quiz nolo estar nunca ms. Otto Pggeler discierne entre las lneas del poema anterior un sentidoambivalente, pero que sirve para contrastar la vida con la muerte como ausencia definitiva:El resplandor de ceniza del fuego en el campo de exterminio y la calidez del amor, el hielodel paisaje mortuorio y el pequeo acceso a la vida tienen lugar como all y aqu32. Alacordarse o hacer mencin de otro fallecido violentamente, Celan asocia tres imgenes queevocan los crematorios de los KZ o KL (Konzentrationslager): un aliento tal de fuego terodeaba / venas de la rosa./ [...] Me nombraste aquel nombre:/ un viso de ceniza lo cubra/ de la rosa venas. Cabe vincular la imagen potica de la flor con la muerte, como haceel siguiente poema:

    DER TOD33 LA MUERTEDer Tod ist eine Blume, die blht ein einzig Mal. La muerte es una flor que slo

    florece una vez.]Doch so er blht, blht nichts als er. Pero mientras florece,

    nada florece sino ella.]Er blht, sobald er will, er blht nicht in der Zeit. Florece cuando quiere,

    no florece en el tiempo.]Er kommt, ein grosser Falter, La muerte viene,

    es una gran mariposa nocturna,der schwanke Stngel schmckt] el tallo tambaleante se engalana.]

    Du lass mich sein ein Stngel, so stark, T me dejas ser un tallo, tan fuerte,dass er ihn freut.] que regocija a la mariposa.]

    El poema alude a la muerte como algo que sucede slo una vez (ein einzig Mal)para cada sujeto. No se trata, empero, de un acontecimiento que sobrevendra abruptamenteal yo emprico, para despus fluir en la temporalidad de un sujeto trascendental inmortal.Por otra parte, ya Heidegger ha observado que la posibilidad de la muerte, en cuanto fen-meno de la posibilidad de la imposibilidad de existir, no equivale a la posibilidad de unacontecimiento real que se verificara y se tornara as disponible (por ejemplo para la cienciahistrica) como algo que est-ah o estuvo-ah en la serie temporal de momentos presen-tes. Por lo mismo, nos parece, Celan dice de la muerte que no florece en el tiempo (erblht nicht in der Zeit), si tiempo significa aqu sucesin de ahoras mensurables segn

    32 Otto Pggeler: Spur des Wortes. Zur Lyrik Paul Celans, p. 212.33 Este poema no aparece en las Obras Completas, editadas por Trotta. Se sabe que Celan tena pensando publi-

    carlo en Amapola y memoria (Mohn und Gedchtnis). Cf. Paul Celan:Die Gedichte. Kommentierte Gesamtaus-gabe in einem Band..., p. 438 y p. 917.

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    el antes o el despus de un presente que est-ah o estuvo-ah. Por consiguientela ciencia histrica, al realizar su tarea de situar los hechos en un secuencias cronolgicaso de relaciones causa-efecto, no pueda dar razn alguna del fenmeno de la muerte, puesste no se deja describir como un acontecimiento insertado en una cadena temporal objetiva.

    Las reflexiones anteriores nos permiten comprender mejor un rasgo esencial de la poesade Celan: su lenguaje da testimonio de una resistencia ante la reproduccin o recreacinadecuada de los hechos pasados y del acontecimiento del morir de los otros. Ello se debea que la poesa se niega a insertar los hechos pretritos (de sujetos mortales) en una lgicade la secuencia temporal. El material sensible de la experiencia potica son imgenes quebuscan adecuarse, de otra manera que la historia, al slo una vez de la muerte de los otros.La memoria potica de los muertos, fundada en tales imgenes, no equivale a un proceso derememoracin histrica cuyo fin es la concatenacin de los hechos acontecidos o la reno-vacin de experiencias pasadas mediante una puesta en escena de imgenes fidedignas. Nose trata, para Celan, de desplegar en la memoria colectiva una cadena de hechos sucesivos,de los cuales cada punto temporal tendra una posicin fija y graduable respecto del ahora.Lo que realmente importa a esta memoria potica de los muertos es conservar la relacinemocional con el otro ausente. (Por lo mismo las imgenes poticas no se temporalizan a lamanera de contenidos extiguindose, a los cuales la espontaneidad retencional asira con elpuo y post-presentara, por usar una terminologa de Husserl, no obstante su oscuridady vaco aunados con su neutralidad emocional34).

    El sueo, por ejemplo, es uno de los escenarios privilegiados para este encuentro honda-mente emocional con los muertos. Ms all de lo que pueda ensearnos una interpretacinpsicoanaltica de los sueos, estos constituyen fenomenolgicamente hablando un lugarde entrelazamiento sensible de los sujetos en y por las imgenes, estando sin embargo losunos ausentes para los otros: Junto a m vives, igual a m:/ como una piedra/ en la mejilla

    34 Quisiramos referir al lector al texto no 4 de losManuscritos de Bernausobre la conciencia del tiempo, dondeHusserl se esfuerza por caracterizar la espontaneidad retencional como momento de la conciencia impresional,como post-presentacin (Postprsentation) que conserva en el presente viviente los contenidos retenidos,incluso los ya vacos e inanimados. Edmund Husserl: Die Bernauer Manuskripte ber das Zeitbewusstsein(1917-1918). Husserliana Band XXXIII, editado por Rudolf Bernet y Dieter Lohmar, Dordrecht/Boston/Lon-don, Kluwer Academic Publishers, 2001, pp. 65-84. La conservacin teniendo lugar en la temporalizacinde las imgenes poticas no podra ser la retencin de un contenido vaco, emocionalmente neutro pero an-

    presente o post-presente. Tampoco podra ser una ndole de re-presentacin, pues el otro se ha ausentadodefinitivamente; el pasado es constitutivo de su alteridad misma. Cabe advertir que Husserl considera otromodo de retencionalidad, ya no como conciencia de una extensin del presente, sino como conciencia de unarelacin intencional con lo acabado. Tanto a los trechos de apagamiento de contenidos concretos, como a lostrechos de apagamiento considerados en cuanto forma abstracta, afecta una restriccin (Beschrnkung), [...]que se expresa en dos aspectos de las modificaciones de apagamiento: segn una idealizacin matemtica, lasmodificaciones van hasta el infinito; empero, en lo finito (im Endlichen) tienen un lmite (Limes). Ello signi-fica que idealmente se puede concebir una modificacin que no experimente una modificacin ulterior. Perocmo es posible que tal modificacin tenga un presente y por tanto deba apagarse? De ninguna manera es fcilresponder a esta pregunta.Hua XXXIII, Se bosqueja as, en la conciencia misma del flujo, una experienciaoriginaria del pasado en su distancia irreversible del presente, anterior incluso a la reproduccin rememorante.En esta experiencia jugaran un papel decisivo la imaginabilidad y la perspectiva corporal. Por dems, la con-ciencia de un fenmeno como acabado podra fundar la relacin emocional con lo definitivamente ausente, loirrecuperable desde el presente.

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    hundida de la noche35. (Neben mir lebst du, gleich mir:/ als ein Stein/ in der eingesunkenenWange der Nacht). Durante el sueo el yo no emprende voluntariamente una reproduccinde acontecimientos anteriores, sino ms bien el pasado emerge o irrumpe vestido con elropaje de las imgenes y los smbolos. Celan describe como un husped (Gast) al otro yafallecido, a quien se recuerda constantemente da, tarde y noche en los sueos: Bien antesde la tarde/ hace trnsito en tu casa quien ha cambiado un saludo con la oscuridad./ Bienantes del da/ despierta/ y enciende un sueo antes de irse,/ un sueo resonante de pasos:/ looyes recorrer las lejanas/ y arrojas tu alma hacia all36. (Lange vor Abend/ kehrt bei direin, der den Gru getauscht mit dem Dunkel./ Lange vor Tag/ wacht er auf/ und facht, eh ergeht, einen Schlaf an,/ einen Schlaf, durchklungen von Schritten:/ du hrst ihn die Fernendurchmessen/ und wirfst deine Seele dorthin).

    Asimismo, en el poema titulado En el arrebol de la tarde37 (Im Sptrot) escribeCelan: En el arrebol de la tarde duermen los nombres:/ a uno despierta tu noche/ y lo gua,con bastones blancos tanteando/ el terrapln sur del corazn, bajo las pinos:/ una, de estaturahumana,/ camina a la ciudad de los alfareros/ donde el aguacero entra como amiga/ de unahora marina [...]. (Im Sptrot schlafen die Namen:/ einen/ weckt deine Nacht/ und fhrtihn, mit weien Stben entlang-/ tastend am Sdwall des Herzens,/ unter die Pinien:/ eine,von menschlichem Wuchs,/ schreitet zur Tpferstadt hin,/ wo der Regen einkehrt als Freund/einer Meeresstunde.) El papel del poeta consiste, no pocas veces, en fijar como escrituralas imgenes del sueo, ya que en este material sensible se temporalizan espontnea yexclusivamente figuras y sucesos del pasado, ljano o prximo. Consideremos el poematitulado Un granito de arena (Ein Krnchen Sands):

    UN GRANITO DE ARENA38 EIN KRNCHEN SANDSPiedra en la que te esculp Stein, aus dem ich dich schnitztcuando la noche devast sus bosques: Als die Nacht ihre Wlder verheerte:te esculp como rbol ich schnitzt dich als Baumy te envuelvo en lo pardo de mi ms und hllt dich ins Braun meinessuave adagio] leisesten Spruchs]como en una corteza wie in Borke -

    Un pjaro, Ein Vogel,de la ms redonda lgrima salido der rndesten Trne entschlpft,se agita como fronda sobre ti: regt sich wie Laub ber dir:

    t puedes esperar du kannst wartenhasta que entre todos los ojos un bis unter allen den Augen eingrano de arena destelle por ti,] Sandkorn dir aufglimmt,]un granito de arena, ein Krnchen Sands,

    35 Paul Celan: OC, p. 100.36 Paul Celan: OC, p. 93.37 Paul Celan: OC, p. 84. Hemos modificado la versin de Reina Palazn slo en una palabra: traducimos Pinien

    por pinos, en vez de pincarrascas.38 Paul Celan: OC, p. 86.

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    que me ayud a soar das mir trumen half.cuando me sumerg para als ich niedertaucht,encontrarte -] dich zu finden -]

    Hacia l brota tu raz Du treibst ihm die Wurzel entgegen,que te da alas cuando el suelo se die ich flgge macht, wenn der Bodenencandece de muerte,] von Tod glht,]y delante de ti voy en vilo como una hoja und ich schweb dir voraus als ein Blatt,que sabe dnde se abren las puertas das wei, wo die Tore sich auftun.

    En la obra de Celan es recurrente la imagen potica de la piedra (Stein) para caracterizarla incrustacin en los recuerdos del otro ausente. En este sentido escribe Celan: Sonmicrolitos, piedrecillas, apenas perceptibles, fenocristales minsculos en la densa toba de tuexistencia39. Recuerdos, piedras minsculas detrs de la frente, la contingencia del maanalos junta en un mosaico. Ms all de los recuerdos, desesperacin, arena dispersa del ser-ah(Dasein) suprimido40. La imagen potica de la arena sugiere adems la dispersin de losotros ausentes en imgenes oscuras, oscilantes, como son las imgenes del sueo. Los otrosya fallecidos, en cuanto definitivamente ausentes, no podran darse en una reproduccinrememorativa adecuada y exacta. (Celan asocia arena y sueo pensando tal vez en unafigura de relatos populares infantiles, el Sandmann, quien duerme a los nios arrojndolesarena a los ojos. El personaje se ha tornado clebre gracias a la obra de E.T.A. Hoffmann,Der Sandmann, que Freud habra de analizar a propsito de la experiencia de lo siniestro,das Unheimliche).

    El yo lrico (el sujeto de la experiencia potica) sostiene una relacin emocional con elotro ausente esculpido en piedra, envuelto en la palabra como en una corteza. Es loque insina la imagen del ave surgiendo de una lgrima y agitndose como fronda sobre elotro que aparece durante el sueo. Desde luego el sueo no representa el nico escenario deuna relacin, impregnada de tristeza, con el otro ya fallecido. Ms bien la imagen poticade la lgrima, la dura, la clara/ la inmemorable lgrima41, expresa el modo esencial devinculacin entre quien recuerda y quien es recordado en su ausencia definitiva. A la imagende la memoria potica como ave agitndose sobre el otro ausente se ana la imagen de lahoja en vilo delante de ti.

    4. Imgenes poticas y dimensiones de la experiencia de la propia mortalidad

    Cualesquiera lazos intersubjetivos y encuentros de dilogo con el otro implican una unaexposicin de la propia mortalidad ante el otro, en el sentido de un hacerse o ser de entradavulnerable ante una posible violencia por parte del otro (violencia cuyas manifestaciones

    39 Paul Celan: Mikrolithen sinds, Steinchen. Die Prosa aus dem Nachla. Kritische Ausgabe, editada y comen-tada por Barbara Wiedemann y Bertrand Badiou, Frankfurt am Main, Suhrkamp Verlag, 2005, p. 74, 128.1. Enadelante citaremos esta obra abreviando el ttulo Mikrolithen sinds..., y dando a continuacin el nmero depgina y de interlineado.

    40 Paul Celan: Mikrolithen sinds..., p. 75, 130.41 Paul Celan: OC, p. 93.

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    pueden ir desde las formas ms ostensibles hasta las ms veladas o encubiertas; pinsese,por ejemplo, en la indiferencia ante el sufrimiento o la miseria, en el acallar o ignorar losreclamos de justicia o ayuda por parte del otro). Tendramos entonces que en el presenteviviente al cual Husserl, como se ha dicho, llama inacabable e inmortal se inmiscuye, poras decirlo, el presentimiento de la muerte como una violencia extrema contra nuestro serfinito, por ende frgil y precario.

    Pero qu lenguaje resultara apto para expresar esta tensin entre las expectativas decontinuidad infinita de la vida y la inminencia de la muerte? Celan caracteriza al poemacomo una misiva semejante a un mensaje depositado en una botella (Flaschenpost), porende esencialmente frgil. El sujeto mismo se hace signo o mensaje, esperando de algunamanera que otro le procure una vida continua, pero estando consciente al mismo tiempode su mortalidad: Puesto que es una manifestacin del lenguaje y por tanto esencialmentedialgico, el poema puede ser una botella de mensaje lanzada con la confianza ciertamenteno siempre muy esperanzadora de que pueda ser arrojada a tierra en algn lugar y en algnmomento, tal vez a la tierra del corazn (Herzland)42.

    El saberse vulnerable ante el otro constituye slo una dimensin de la experiencia depropia mortalidad. El mensaje del poema, en tanto lenguaje, trae consigo una significaciny espera un constante cumplimiento intuitivo (anschaulicheErfllung) de las expectativastornadas hacia un futuro infinito; pero ya no se trata del cumplimiento en la inmediatez delpresente viviente egolgico por medio de una impresin inmanente pura, sino de un cumpli-miento que slo podra proporcionar un t que responda a la misiva: [...] los poemas estnde camino: rumbo hacia algo. Hacia qu? Hacia algo abierto, ocupable, tal vez hacia un tasequible, hacia una realidad asequible a la palabra43. Empero la escritura de un mensajeal que se puede responder o ignorar implica la posible ausencia de quien espera el dilogo.Dicho de otra manera: la escritura del poema, semejante a un mensaje en botella, conllevala conciencia de que, en una posible ausencia de quien escribe, el contenido de la misivapodra no arribar a su destino.

    Por consiguiente, la poesa de Celan se sabe plenamente imbuida en las significacionesreiterables de un lenguaje preciso a veces, pero tambin abierto a sentidos diversos. Talessignificaciones pueden ser recibidas y comprendidas, o interpretadas de otra manera, enausencia de quien las expresa primeramente. De ah se sigue la proyeccin del dilogo msall de la vida presente de quien lo ha iniciado. Ahora bien, ello slo es posible porque elpoema se constituye en un medio sensible donde los sujetos en dilogo pueden o pudieranencontrarse, en cierta manera, gracias al cumplimiento intuitivo de las significaciones dellenguaje, incluso si el primer interlocutor ya no existe ms. Pero ya no se trata entonces deun medio donde se compartiran no se sabe cmo datos de sensacin individuales, menosan fantasas meramente subjetivas y caprichosas, sino imgenes poticas impregnadas dee-mocionalidad(como bien indica la etimologa, se trata esencialmente de un movimientohacia el otro).

    Ciertamente tales imgenes se constituyen y temporalizan en el presente viviente deun sujeto (quien hace la experiencia potica), pero a la vez se fundan en el presentimiento

    42 Paul Celan: OC, p. 498.43 Paul Celan: OC, p. 498.

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    (Vorahnung) o la inminencia (Bevorstand) de que los actos significativos, una vez enun-ciadas o ex-presadas las palabras por un sujeto o escritas sobre un papel, intencionan sucumplimiento intuitivo ya no slo en inmediatez y autocercana la de la intuicin proto-impresional, por usar trminos tcnicos de Husserl, sino en el recuerdo o la memoria queotro har o podr hacer de nosotros.

    Jacques Derrida ha descrito elocuentemente tal experiencia de la propia mortalidad,experiencia que constituye el trasfondo de cualquier expresin enunciada en primera per-sona, por mucho que se profiera en la cercana de la auto-presencia: Cuando la palabra Yoaparece, la idealidad de su Bedeutung, en tanto que es distinta de su objeto, nos colocaen la situacin que Husserl describe como anormal: como si Yo fuera escrito por un des-conocido. Slo as se puede dar razn del hecho de que comprendamos la palabra Yo noslo cuando su autor es desconocido, sino incluso cuando es enteramente ficticio. Ycuando est muerto44. Ms an: LaBedeutung yo soy o yo soy viviente, o incluso mipresente viviente es, slo es tal y tiene la idealidad propia de cada significacin, cuando nose deja vulnerar por la falsedad, es decir, si en el momento en que la significacin funcionayo puedo estar muerto. Sin duda laBedeutung yo soy ser diferente de la Bedeutung yoestoy muerto, pero no necesariamente del hecho de que yo est muerto45.

    Atenta a la experiencia de la propia mortalidad (experiencia subyacente en cualquier usodel lenguaje que parte de las expresiones en primera persona), la poesa de Celan traza lapalabra yo sobre el papel a sabiendas de que la muerte es un acontecimiento inminente,y que slo un t podr asumir, o mejor dicho recibir las significaciones del poema. Lapoesa de Celan salva as la oposicin de dos momentos esenciales en la experiencia de lapropia mortalidad. Por una parte, resalta el aspecto de la singularizacin de la muerte, lacual, como ha mostrado Heidegger, es cada vez la ma (jemeinig), insustituible: Nadiepuede tomarle al otro su morir. Bien podra alguien ir a la muerte por otro. Sin embargo,esto siempre significa: sacrificarse por el otro en una causa determinada. Semejante morirpor... no puede empero significar jams que de este modo le sea tomada al otro su muerte.El morir debe asumirlo cadaDasein por s mismo. La muerte, en la medida en que ella es,es por esencia cada vez la ma [jemeinig]. Es decir, ella significa una peculiar posibilidadde ser, en la que est en juego simplemente el ser que es, en cada caso, propio del Dasein.En el morir se echa de ver que la muerte se constituye ontolgicamente por medio del ser-cada-vez-mo y de la existencia46.

    Pero por otra parte, el uso del pronombre yo (y del posesivo mi muerte) implicaque el significado de mis palabras despus de mi muerte adquiera contenido intuitivo enuna comunidad sensible de imgenes del recuerdo transmisibles de generacin en genera-cin. Pero tal comunidad es endeble, y resulta imprevisible saber si alguien se acordar delos otros ausentes. As, quien habla en nombre propio sobre los muertos, implica en sus

    44 Jacques Derrida:La voix et le phnomne. Introduction au problme du signe dans la phnomnologie de Hus-serl,Paris, PUF, 1967, p. 107.

    45 Jacques Derrida:La voix et le phnomne, p. 108.46 Martin Heidegger: Ser y tiempo, traduccin, prlogo y notas de Jorge Eduardo Rivera C., Madrid, Editorial

    Trotta, 2003, p. 261. Cabe observar que Heidegger mismo ha matizado esta especie de solipsismo del Sein-zum-Tode: En tanto que posibilidad irrespectiva, la muerte asla, pero slo para hacer, en su condicin deinsuperable, que elDasein pueda comprender, como coestar, el poder-ser de los otros. Ibidem, p. 283.

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    palabras que en el futuro otros, en ausencia de quien primero habl o escribi, habrn quizde repetirlas, y que estas palabras, reiteradas una y otra vez, podrn ser recibidas por otrosen el porvenir. As se constituye una comunidad de mortales, un nosotros. Las imge-nes poticas, tal como las usa Celan, aspiran a constituir un vnculo de recuerdo entre lasgeneraciones. As, en el poema Hacia la isla (Inselhin) Celan nos refiere un lugar deencuentro entre vivos y difuntos, a saber la memoria de los otros ausentes, a quienes lasimgenes poticas quieren conservar sin minimizar en absoluto el drama de su muerte: [...]ste es el lugar donde/ hacen alto los que hemos alcanzado: ellos no nombrarn la hora, nocontarn los copos,/ no seguirn las aguas hasta la presa.// Estn separados en el mundo,/cada uno en su noche,/ cada uno en su muerte,/desabridos, destocados, con la escarcha/ delo Cercano y lo Lejano47. (dies ist der Gegend, wo/ rasten, die wir ereilt:// sie werden dieStunde nicht nennen,/ die Flocken nicht zhlen, den Wassern nicht folgen ans Wehr.// Siestehen getrennt in der Welt,/ ein jeglicher bei seiner Nacht,/ ein jeglicher bei seinem Tode,unwirsch, barhaupt, bereift/ von Nahem und Fernen).

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    47 Paul Celan: OC, p. 103.

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