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EXAMEN DE LIBROS EL IMPULSO LIBERAL - DANIEL COSÍO VILLEGAS Y LA HISTORIA MODERNA DE MÉXICO * Charles A. HALE University of lowa H A LLEGADO A su FIN una de las empresas historiográíicas notables de nuestro tiempo. 1 Es sobresaliente, entre otras razones, por la increíble dedicación, la voluntad y la maestría de Daniel Cosío Villegas, su director y autor principal. La Historia moderna de México es una obra monumental. Sus nueve gruesos volúmenes y sus 9017 páginas nos muestran, con la fidelidad de un documento, un periodo extenso e importante de la historia de México, com- prendido entre los años 1867 y 1910. Como suele ocurrir en tales * Esta reseña apareció originalmente en Híspante American Histori- cal Review, LEV :3 (ago. 1974). E l consejo de redación de Historia Mexi- cana acordó y solicitó reproducirla en atención a su interés y como homenaje a su fundador. i Daniel Cosío VILLEGAS , director: Historia moderna de México, México, 1955-1972, nueve volúmenes en diez tomos: i. Daniel Cosío VILLE- GAS: La república restaurada — La vida política, México, 1955; II . Fran- cisco R. CALDERÓN: La república restaurada La vida económica, Méxi- co, 1955; ni. Luis GONZÁLEZ Y GONZÁLEZ , Emma Cosío VILLEGAS y Gua- dalupe MONROY: La república restaurada — La vida social, México, 1957; rv. Moisés GONZÁLEZ NAVARRO: El porfiriato — La vida social, México, 1957; v. Daniel Cosío VILLEGAS: El porfiriato La vida política exterior, primera parte, México, 1960; vi. Daniel Cosío VILLEGAS: El porfiriato — La vida política exterior, segunda parte, México, 1963; VIL Luis Nicolau D'OLWER , Francisco R. CALDERÓN , Guadalupe NAVA OTEO, Fernando ROSENZWEIG , Luis Cossío SILVA , Gloria PERALTA ZAMORA y Ermilo COELLO SALAZAR: El porfiriato — La vida económica, primera y segunda partes, México, 1965; vm. Daniel Cosío VILLEGAS: El porfiriato La vida política interior, primera parte, México, 1970; rx. Daniel Cosío VILLEGAS: El porfiriato —- La vida política interior, segunda parte, México, 1972. En lo sucesivo se citará HMM, y a continuación el volumen y las páginas. 663

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  • EXAMEN DE LIBROS

    E L I M P U L S O L I B E R A L - D A N I E L COSÍO V I L L E G A S Y L A HISTORIA MODERNA DE MÉXICO *

    Charles A . H A L E University of lowa

    H A L L E G A D O A su F I N una de las empresas h i s t o r i o g r á í i c a s notables de nuestro tiempo. 1 Es sobresaliente, entre otras razones, por la i n c r e í b l e d e d i c a c i ó n , la voluntad y la m a e s t r í a de Daniel C o s í o Villegas, su director y autor principal. L a Historia moderna de México es una obra monumental. Sus nueve gruesos v o l ú m e n e s y sus 9017 p á g i n a s nos muestran, con la fidelidad de un documento, un periodo extenso e importante de la historia de M é x i c o , com-prendido entre los a ñ o s 1867 y 1910. Como suele ocurrir en tales

    * Esta reseña apareció originalmente en Híspante American Histori-cal Review, L E V : 3 (ago. 1974). E l consejo de redación de Historia Mexi-

    cana acordó y solicitó reproducirla en atención a su interés y como homenaje a su fundador.

    i Daniel Cos ío V I L L E G A S , director: Historia moderna de México,

    México , 1955-1972, nueve volúmenes en diez tomos: i. Daniel Cosío V I L L E -G A S : La república restaurada — La vida política, México, 1955; I I . Fran-

    cisco R . C A L D E R Ó N : La república restaurada — La vida económica, Méxi-co, 1955; ni. Luis G O N Z Á L E Z Y G O N Z Á L E Z , Emma Cosío V I L L E G A S y Gua-dalupe M O N R O Y : La república restaurada — La vida social, México, 1957; rv. Moisés G O N Z Á L E Z N A V A R R O : El porfiriato — La vida social, México, 1957; v. Daniel Cosío V I L L E G A S : El porfiriato — La vida política exterior, primera parte, México, 1960; vi. Daniel Cosío V I L L E G A S : El porfiriato — La vida política exterior, segunda parte, México, 1963; V I L

    Luis Nicolau D ' O L W E R , Francisco R . C A L D E R Ó N , Guadalupe N A V A O T E O , Fernando R O S E N Z W E I G , Luis Cossío S I L V A , Gloria P E R A L T A Z A M O R A y Ermilo C O E L L O S A L A Z A R : El porfiriato — La vida económica, primera y segunda partes, México, 1965; vm. Daniel Cosío V I L L E G A S : El porfiriato — La vida política interior, primera parte, México, 1970; rx. Daniel Cosío V I L L E G A S : El porfiriato —- La vida política interior, segunda parte, México , 1972. En lo sucesivo se citará HMM, y a continuación el volumen y las páginas.

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    empresas, el trabajo r e s u l t ó ser mucho m á s ambicioso y prolon-gado de lo que se esperaba. Los que h a b r í a n de ser seis volú-menes semestrales durante tres años , se convirtieron en diez tomos que aparecieron a lo largo de 17 a ñ o s . Por lo general, los autores se c i ñ e r o n al plan general de o r g a n i z a c i ó n que p a r t í a de un corte en el a ñ o de 1876 y un tratamiento por separado de la historia po l í t i ca , e c o n ó m i c a y social antes y d e s p u é s de esa fecha. A los seis v o l ú m e n e s originales se a ñ a d i e r o n dos consagrados a las rela-ciones exteriores de M é x i c o , otro m á s dedicado a la e c o n o m í a del periodo 1876-1910 y un cuarto consagrado a la p o l í t i c a de ese mismo periodo.

    L a Historia moderna es producto de un seminario dirigido por C o s í o Villegas en el que colaboraron buen n ú m e r o de investigado-res y lectores, trece de los cuales, a t ravés de un proceso competitivo, se convirtieron en autores de v o l ú m e n e s o secciones de los mismos. E l Seminario de Historia Moderna i n i c i ó sus labores en 1950, cinco a ñ o s antes de que aparecieran los primeros frutos de su trabajo. E l ahora famoso seminario ha sido descrito, con todo pormenor, por el propio C o s í o y por observadores de fuera como organismo de inves-t igac ión , escuela de f o r m a c i ó n y foro para el examen crít ico de la c o m p o s i c i ó n de la obra en progreso.2 Los cr í t icos han elogiado este excepcional esfuerzo colectivo y t a m b i é n el tono medido y objetivo de toda la obra, basada en una prodigiosa d o c u m e n t a c i ó n impresa y en el uso considerable de manuscritos en algunos de los v o l ú m e n e s . Prefiero no hacerme simple eco del aplauso generalizado que se le ha concedido a la empresa, aunque esté de acuerdo con gran parte del mismo. Tampoco pretendo resumir en detalle el contenido de los diversos v o l ú m e n e s . M á s bien me g u s t a r í a hablar de la génes i s de la Historia moderna, examinar las h i p ó t e s i s de C o s í o Villegas y su influencia en el plan y en la e j e c u c i ó n de la Historia y, por ú l t i m o , indicar algunas razones en las cuales fundar una e s t i m a c i ó n de la obra en su conjunto.

    ¿ P o r q u é , c u á n d o y en q u é circunstancias e m p r e n d i ó Daniel C o s í o Villegas la r e d a c c i ó n de una historia en varios v o l ú m e n e s de los 43 a ñ o s que precedieron a la r e v o l u c i ó n de 1910? La respuesta completa a tai pregunta queda reservada para el b i ó g r a f o de Cos ío , pero inclusive una respuesta parcial, en forma de hipótes i s , nos ayu-

    2 HMM, i, pp. 24-27; rx, pp. xvil-xviü. Vid. especialmente Stanley R. Ross: "Cosío Villegas', Historia moderna de México", en Híspante

    American Histórica! Review, X L V I : 3 (1966), pp. 274-282.

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    d a r á a comprender y valorar mejor la obra. L a g é n e s i s de la Historia moderna data de la d é c a d a de 1940, periodo que p r e s e n c i ó no só lo la famosa t r a n s i c i ó n de la po l í t i ca p ú b l i c a desde el agrarismo hasta la i n d u s t r i a l i z a c i ó n urbana, sino t a m b i é n una "toma de conciencia" intelectual de quienes se interesaban en la historia, la identidad cul-tural y el destino de M é x i c o como n a c i ó n . L a e m i g r a c i ó n e s p a ñ o l a h a b í a comenzado a ejercer su influencia en los c í rculos intelectuales y a c a d é m i c o s . Se e s tab lec ió E l Colegio de M é x i c o , tuvo lugar un rejuvenecimiento de los estudios h i s tór icos y f i losóf icos en la Uni-versidad, Leopoldo Zea p u b l i c ó sus obras sobre el positivismo, Edmun-do O'Gorman se puso a indagar el significado de A m é r i c a y la "crisis de la ciencia h i s t ó r i c a " . Estos acontecimientos fueron parte de un brillante despertar de la conciencia nacional en el M é x i c o c o n t e m p o r á n e o . 3 Fue en este contexto intelectual donde Daniel C o s í o Villegas, en 1947, p u b l i c ó " L a crisis de M é x i c o " , con lo que in i c ió su carrera de ensayista po l í t i co . A l a ñ o siguiente, el 1? de julio s e g ú n se nos dice, in ic ió las investigaciones acerca de la historia "moderna" de M é x i c o .

    A menudo se ha descrito en t é r m i n o s institucionales y profe-sionales la f u n d a c i ó n del Seminario de Historia Moderna, como el esfuerzo que hizo C o s í o por superar lo que a su juicio h a b í a llevado a una decadencia la h i s t o r i o g r a f í a mexicana y a un serio retroceso la p r e p a r a c i ó n de los historiadores y la preser-v a c i ó n de los materiales, resultado todo ello de los a ñ o s de desor-den revolucionario (ni, xvi) . * Aunque sea indiscutiblemente cierto que estos motivos tuvieron importancia a medida que la empresa se fue llevando a cabo, sus comienzos no pueden comprenderse exclusivamente dentro de los l ími te s de la p r o f e s i ó n de historiador. L a Historia moderna fue m á s bien el esfuerzo realizado por una figura p ú b l i c a e intelectual rec ién llegada al campo de la historia en busca de o r i e n t a c i ó n en el pasado para una n a c i ó n en crisis.4

    .3 John L . P H E L A N : "México y lo mexicano", en Hispanic American

    Historical Review, xxxvr.3 (1956), pp. 309-318; Charles A. H A L E : "The history of ideas — Substantive and methodological aspects of the thought of Leopoldo Zea", en Journal of Latin American Studies, m (1971),

    pp. 59-70. * De este modo se citará dentro del texto mismo la Historia mo-

    derna de México. La primera cifra, romana, corresponde al volumen, y la segunda, romana o arábiga, a la paginación.

    4 Por lo menos dos de las obras anteriores de Cosío tuvieron con-

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    Nacido en 1898, Daniel C o s í o Villegas t en ía 22 a ñ o s cuando la r e v o l u c i ó n i n g r e s ó en lo que él llama fase segunda o "reformis-ta". Brillante estudioso de f i losofía , soc io logía , derecho y e c o n o m í a , C o s í o d e s e m p e ñ ó diversos cargos docentes en los primeros a ñ o s de la d é c a d a de 1920, y mantuvo estrechas relaciones y c o l a b o r ó con los principales intelectuales de M é x i c o , con hombres tan diversos como Manuel G ó m e z M o r í n , Vicente Lombardo Toledano, Alfon-so Caso, J o s é Vasconcelos y Alfonso Reyes. Se ha expresado con orgullo de " m i g e n e r a c i ó n " , aquellos intelectuales cuya juventud c o i n c i d i ó con la "primavera" o los "buenos a ñ o s " de la r e v o l u c i ó n mexicana; y nos cuenta que él y sus amigos estaban deseosos de "hacer algo" por el M é x i c o nuevo. 5 Fue este entusiasmo colectivo por el mejoramiento social lo que tanto atrajo hacia M é x i c o , en la d é c a d a de 1920, a extranjeros tan sensibles como Ernest Gruen-ing, Frank Tannenbaum, Robert Redfield y John Dewey.

    A l regresar en 1928, d e s p u é s de tres a ñ o s de estudios en los Estados Unidos, Inglaterra y Francia, y con una m a e s t r í a en eco-n o m í a de la Universidad de Cornell, C o s í o se l a n z ó a una multi-facét ica carrera de a c a d é m i c o , d i p l o m á t i c o , economista y editor. E n 1934 f u n d ó la revista titulada El Trimestre Económico y una gran casa editorial, el Fondo de Cultura E c o n ó m i c a , Como encar-gado de negocios de la l e g a c i ó n mexicana en Portugal, in i c ió en 1937 el proyecto de invitar a M é x i c o a un grupo escogido de inte-lectuales e s p a ñ o l e s . 6 A l a ñ o siguiente, fue co-fundador de La Casa de E s p a ñ a en M é x i c o . C o s í o Villegas se vio absorbido por el v a c í o intelectual, a c a d é m i c o e, institucional creado por la revo-luc ión , e hizo una carrera extraordinaria en las d é c a d a s de 1920 y

    tenido histórico, aunque sus miras fueron claramente diferentes en lo que escribió después de 1947: La cuestión arancelaria en México, México, 1932; "La riqueza legendaria de México" , en Trimestre Económico, vi (1940), pp. 58-83.

    5 Vid. la introducción biográfica de Cosío a sus dos tomos de ensa-yos (Ensayos y notas, México, 1966, i, pp. 17-22) . T a m b i é n "The Mexi-can revolution — Then and now", en Change in Latin América — The

    Mexican and Cuban revolutions, Lincoln, 1961, pp. 29, 33-34.

    Patricia W . F A G E N : Exiles and citizens — Spanish republicans in México, Austin, 1973, pp. 28-29. Hay dos listas: Enrique Krauze, "Datos personales", y Susana Uribe de Fernández de Córdoba, "Ensayo de cro-nobibliografía del licenciado Daniel Cosío Villegas", en Extremos de México — Homenaje a don Daniel Cosió Villegas, México, E l Colegio de México, 1971, pp. 5-31.

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    1930, en el c o r a z ó n mismo de la r e n o v a c i ó n no p o l í t i c a de la vida mexicana.

    A l parecer, C o s í o s in t ió una aguda d e c e p c i ó n por los nuevos rumbos que t o m ó el p a í s d e s p u é s de 1940, a los que llama fase "desarrollista" de la r e v o l u c i ó n . Esta d e c e p c i ó n fue la base de su ensayo de 1947. "Las metas de la r e v o l u c i ó n se han agotado", es-c r i b i ó , "hasta tal punto que el propio t é r m i n o de revolución ha perdido su significado".7 E n pocas palabras, para C o s í o estas metas eran la democracia po l í t i ca , la justicia e c o n ó m i c a y social y la defensa de los intereses nacionales contra los extranjeros, metas que h a b í a n quedado defoimadas, confundidas o hechas a un lado en la fiebre del desarrollo e c o n ó m i c o . A d v i r t i ó que M é x i c o t e n í a que volver a estos objetivos, porque si no la r e g e n e r a c i ó n v e n d r í a del exterior, desde los Estados Unidos, y "el p a í s p e r d e r á gran parte de su identidad nacional". 8

    C o s í o introdujo en este ensayo un tema que ha ocupado un lugar medular en su pensamiento desde entonces y es ahora un lu-gar c o m ú n para quienes estudian a M é x i c o , a saber, que d e s p u é s de 1940 el p a í s ha revertido a las prioridades y a muchas de las carac ter í s t i ca s del r é g i m e n de Porfirio D í a z . Lo que m á s le d o l i ó (y ha seguido a f l i g i é n d o l o ) del neoporfiriato fue la incapacidad

    en el liderato, el marchitamiento de las instituciones d e m o c r á t i c a s , la d i f u n d i d í s i m a c o r r u p c i ó n y el servilismo en el gobierno. Hizo referencia especial a la "tesis inocente" de Francisco I. Madero, en 1910, la "creencia en que la vida pol í t ica , la libertad y la democracia t e n í a n un valor m á s grande a ú n que el progreso ma-terial". 9 Es patente que ex i s t ió una v i n c u l a c i ó n í n t i m a entre la p r e o c u p a c i ó n de C o s í o por el presente y su dec i s ión de estudiar la é p o c a de Porfirio D í a z . Pero como ni D í a z ni su r é g i m e n sur-

    7 Cosío V I L L E G A S : "La crisis de México" , en Extremos de América, Mé-

    xico, 1949, p. 17. Publicado por primera vez en Cuadernos Americanos (32 [1947], pp. 29-51), el ensayo se re imprimió también en Excélsior y provocó muchas polémicas en la prensa. Vid. el legajo de recortes de periódicos corresponidente a Daniel Cosío Villegas en la biblioteca de la Secretaría de Hacienda y Crédito P ú b l i c a Algunos de estos artículos se encuentran también en Stanley R. Ross, comp.: ¿Ha muerto la revolu-ción mexicana?, México, 1972.

    8 Cosío V I L L E G A S : "La crisis de México" , cit., p. 43. 9 Ibid., p. 5. Añadió que la segunda guerra mundial se había librado

    por una idea idéntica a la de Madero.

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    gieron de la noche a la m a ñ a n a , plenamente maduros, en 1876, como parece indicar gran parte de la b i b l i o g r a f í a a p o l o g é t i c a , C o s í o a m p l i ó su i n d a g a c i ó n de manera que incluyese toda la era, desde la r e s t a u r a c i ó n de la r e p ú b l i c a en 1867, hasta la ruina del r é g i m e n de D í a z en 1910.10

    E l objetivo de C o s í o no coincide con el de los estudios his-tór icos m á s estrechamente definidos y a n a l í t i c o s de nuestro tiem-po. E n los a ñ o s de su plena madurez d e c i d i ó lanzarse decidida-mente al estudio de la historia, a manera de expediente para hacer comprender al p ú b l i c o lo que para é l era una crisis nacional, al mismo tiempo que t r a t ó de descubrir, por primera vez, la docu-m e n t a c i ó n de un gran espacio de a ñ o s . Su empresa nos recuerda la gran t r a d i c i ó n de la h i s t o r i o g r a f í a del siglo xix, de los Macau-lay, Guizot, Fustel de Coulanges, o de su compatriota Lucas Ala-m á n . E l compromiso personal y la mira de servicio p ú b l i c o que se descubren tras su obra constituyen uno de sus rasgos notables.

    Por m á s compleja que pueda ser la i n t e r p r e t a c i ó n que nos da C o s í o de la era de 1867 a 1910, el ingrediente fundamental de esta i n t e r p r e t a c i ó n es un apego al liberalismo constitucional. E l constitucionalismo de C o s í o se revela no sólo en los v o l ú m e n e s i, vni y ix (La vida política interior), sino t a m b i é n en sus nume-rosos ensayos po l í t i co s e hi s tór icos , publicados desde 1947. L a Historia y los ensayos se refuerzan mutuamente y d e b e r í a n exami-narse juntos. E l meollo del argumento de C o s í o es que la r e p ú -blica restaurada, la era de los presidentes Benito J u á r e z (1867-1872), S e b a s t i á n Lerdo de Tejada (1872-1876), y el interino J o s é M * Iglesias (1876), fue un punto culminante de la historia polí-tica mexicana. Considera a esa d é c a d a como modelo p o l í t i c o a causa de la calidad intelectual y moral de sus dirigentes, la inde-pendencia de sus instituciones representativas (el congreso y los tribunales), y el vigor de su prensa libre.

    L a r e p ú b l i c a restaurada es, para C o s í o , el comienzo de la historia "moderna" de M é x i c o , pues cons t i tuyó el primer intento de gobernar constitucionalmente el pa í s . L a cons t i tuc ión de 1857 se c o n v i r t i ó en una suerte de estandarte sagrado (i, 67) para los victoriosos jefes liberales de 1867. E n un ensayo suyo consagrado a la cons t i tuc ión , clave para entender su liberalismo, C o s í o se

    1 0 Hay una presentación anterior de este razonamiento en Cosío V I L L E G A S : " E l porfiriato — Su historiografía o arte histórico", en Extre-mos de América, México, 1949, p. 125.

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    c o n v i r t i ó en el c a m p e ó n de la carta constitucional y de los hom-bres que la compusieron, en contra de sus detractores porfirianos, como Justo Sierra y Emilio Rabasa. E l congreso constituyente de 1856, e s c r ib ió , es la ú n i c a p á g i n a de nuestra historia en la cual " M é x i c o da la i m p r e s i ó n de un p a í s maduro, plenamente encla-vado en la democracia y en el liberalismo de la Europa occiden-tal moderna" . 1 1 La c o n s t i t u c i ó n de 1857 le dio a M é x i c o su pri-mera traza de « m o d e r n i d a d » (m, xxvi-xxvii).

    N o obstante la a d m i r a c i ó n que siente por Sierra y por Rabasa, como intelectuales y como escritores, cree que su influencia ha sido nociva. Son "los dos grandes pilares en que se sustenta la j u s t i f i c a c i ó n h i s tó r i ca del porfiriato". 1 2 Para las intenciones de C o s í o , tiene importancia capital el llevar a cabo una rev i s ión de la o p i n i ó n de Rabasa de que Benito J u á r e z , como Porfirio Díaz , se vio obligado a convertirse en dictador extralegal a causa de las limitaciones fijadas al ejecutivo en la cons t i tuc ión de 1857. E l punto de partida de C o s í o en la Historia moderna es la d i s t i n c i ó n entre la r e p ú b l i c a restaurada como democracia po l í t i ca y el por-firiato como t i r a n í a p o l í t i c a . Esta d i s t i n c i ó n ha ejercido gran influencia en el conjunto de la obra, y ha afectado su o r i e n t a c i ó n fundamental, su o r g a n i z a c i ó n y su d i v i s i ó n en periodos.

    N o obstante, hay ambivalencia en su i n t e r p r e t a c i ó n , pues tam-b i é n ha recalcado que la r e p ú b l i c a restaurada fue el antecedente del porfiriato. E l tema central del volumen i es el de la "relaja-c i ó n constitucional", el proceso por el cual la autoridad del eje-cutivo se r e c u p e r ó de su extrema debilidad bajo la cons t i tuc ión . J u á r e z y Lerdo, al restablecer el senado y asumir poderes extra-ordinarios para sofocar las rebeliones regionales e intervenir en los estados, contribuyeron a la r e l a j a c i ó n constitucional. Esto lleva a C o s í o a sacar en c o n c l u s i ó n , muy a su pesar, que la r e p ú b l i c a restaurada "empalma perfectamente con el porfiriato: entre la una y el otro no hay s o l u c i ó n de continuidad, y menos, muchís i -mo menos, una « f a l l a » h i s t ó r i c a " . 1 3 E n los v o l ú m e n e s VIII y ix

    1 1 Cosío V I L L E G A S : La constitución de 1857 y sus críticos, México, 1 9 5 7 , p. 1 6 2 .

    1 2 Ibid., p. 6 2 . Las ideas de Sierra se expresaron primordialmente en el periódico La Libertad en 1 8 7 8 - 1 8 7 9 ; las de Rabasa en La constitución y la dictadura ( 1 9 1 2 ) .

    1 3 HMM, i , p. 3 4 6 : E l primer ensayo de Cosío sobre la literatura pol í t ica del México moderno mencionó el año de 1 8 6 7 como el año

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    traza el crecimiento continuo de la autoridad central a través de la d é b i l primera presidencia de D í a z (1877-1880), el r é g i m e n m á s fuerte de Manuel G o n z á l e z (1880-1884) y, por ú l t i m o , la segunda presidencia de Díaz , d e s p u é s de la cual se mantuvo la autoridad absoluta desde 1888 hasta 1910.

    Sin embargo, C o s í o se esfuerza notablemente por justificar la s u s p e n s i ó n de las g a r a n t í a s constitucionales antes de 1876, y las considera como la ú n i c a manera de mantener la paz y la estabili-dad frente a un n ú m e r o excepcional de rebeliones, las m á s impor-tantes de las cuales fueron las encabezadas por el propio Porfirio D í a z . 1 4 Afirma que las leyes extraordinarias se instituyeron selecti-vamente tan só lo d e s p u é s de un libre debate en las c á m a r a s y de un abierto escrutinio por parte de la prensa. Enumera tales leyes y el acontecimiento concreto que o c a s i o n ó cada una de ellas, y calcula que estuvieron en vigor en total só lo 49 de los 120 meses de la d é c a d a (i, 347-350). Por consiguiente, a pesar de la ambivalencia y aun de algo de c o n t r a d i c c i ó n , C o s í o se aferra fir-memente a su argumento de que lo que distingue a J u á r e z , Lerdo e Iglesias de Porfirio D í a z y sus partidarios fue el respeto que el primer grupo m a n i f e s t ó por el derecho, hasta el extremo de la v e n e r a c i ó n . 1 5

    Para completar el cuadro de liberalismo de Daniel C o s í o Ville-gas, s e ñ a l a r é dos rasgos obvios, pero importantes: primero, su anticlericalismo y, segundo, su rechazo del liberalismo d e c i m o n ó -nico en cuestiones s o c i o e c o n ó m i c a s . E l anticlericalismo de C o s í o no se hace patente en la Historia moderna, debido en parte a

    inicial del porfiriato, el punto en el que terminó la carrera militar de Porfirio Díaz y comenzó su carrera política, definición que Cosío aban-donó después. Vid. " E l porfiriato", cit., pp. 119 y 125. La continuidad del poder central fue uno de los principales puntos establecidos ante-riormente por Frank A. Knapp en The Ufe of Sebastián Lerdo de Te-jada - 1823-1889 (Austin, 1951, pp. 120-121).

    1 4 Cosío hizo hincapié en estas revueltas en Porfirio Díaz en la revuelta de la Noria (México, 1953) , su estudio piloto para la Historia moderna.

    lo HMM, V I I I , pp. 104-105; vid. también ibid., i, 476-477, donde Cosío distingue entre la dictadura en la que el derecho proporciona la fuente y, en últ ima instancia, la l imitación de la autoridad excepcional, y la t iranía, que es simplemente el poder por encima de la ley. Desarro-lla el tema también en " E l Porfiriato — Era de consolidación" (en Historia Mexicana. xm:l [1963], pp. 86-87) .

  • E X A M E N DE LIBROS 671

    que no se examina mayormente la iglesia institucional en nin-guno de los v o l ú m e n e s (una deficiencia profunda y notoria), pero sí e s t á incorporado en la estructura misma de su i n t e r p r e t a c i ó n . Se n e c e s i t ó una r e s e ñ a del volumen i, obra de un observador cle-rical muy sensitivo, para recordarnos "aquel punto de vista libe-ral" , muy metido en el alma de don Daniel, por el cual e n t e n d í a la referencia de C o s í o a la " r e a c c i ó n conservadora" como el "enemigo interno" del victorioso partido liberal, al cual, a su vez, C o s í o equiparaba al p a í s mismo. 1 6 S ó l o ocasionalmente salen a la superficie los sentimientos de C o s í o , y a d e m á s , aparecen en los ensayos, no en la Historia. E n 1957, cr i t icó la tendencia de los escritos conmemorativos del centenario de la cons t i tuc ión a ate-nuar el anticlericalismo de J u á r e z porque la iglesia ca tó l ica "ha vuelto a ser intocable". 1 7 Una d é c a d a antes, y con un tono que nos hace recordar el mural que Orozco p i n t ó de J u á r e z , se ima-g i n ó que si la derecha volviese al poder, " la mano peluda, la garra de la iglesia, s a ld rá al descubierto, con todo su apetito de poder, todo su oscurantismo incurable respecto de los problemas del p a í s y de sus mejores hombres". 1 8

    Daniel C o s í o Villegas califica frecuentemente a la r e v o l u c i ó n mexicana como un rechazo del liberalismo del siglo xix, con lo cual se refiere, por supuesto, a la e c o n o m í a del laissez-faire y al abstencionismo estatal en materia de p o l í t i c a social. C o s í o f o r j ó sus ideas s o c i o e c o n ó m i c a s durante su carrera p ú b l i c a desde 1920 hasta 1940, y nunca ha visto con s i m p a t í a el resurgimiento del liberalismo e c o n ó m i c o d e s p u é s de la segunda guerra mundial. U n o de los elementos de su censura del neoporfiriato es el de que el estado se ha convertido en "prisionero de la empresa pri-vada" . 1 9 De igual manera caracteriza al r é g i m e n de D í a z como una era de desenfrenado individualismo, que dio como resultado injusticias sociales y e c o n ó m i c a s . Aunque reconoce que el libera-lismo e c o n ó m i c o fue t a m b i é n la f i losof ía de la r e p ú b l i c a restau-rada, C o s í o considera que era natural en aquel tiempo, y estaba en a r m o n í a con el r é g i m e n del individualismo po l í t i co legalizado. Por otra parte, "el individualismo social porfiriano, el concepto

    1 6 Jo sé B R A V O U G A R T E : reseña de HMM, i, en Historia Mexicana, v:2 (1955), p. 243.

    17 Cosío V I L L E G A S : La constitución de 1857..-, cit., p. 14. 18 Cosío V I L L E G A S : "La crisis de México" , cit., p. 39. 19 Cosío V I L L E G A S : "Mexican revolution", cit., p. 34.

  • 672 E X A M E N DE LIBROS

    de que el individuo poco o nada d e b í a a la colectividad, resultaba grotesco frente a la s u m i s i ó n po l í t i c a a una t i r a n í a " . 2 0

    Las diversas suposiciones que proporcionan un punto de par-tida para la Historia moderna pueden descubrirse t a m b i é n como partes de la i n t e r p r e t a c i ó n cícl ica que hace C o s í o del curso del p a í s desde la independencia. Afirma que M é x i c o ha oscilado entre los dos objetivos principales de la c iv i l i zac ión occidental moderna, el de la libertad p o l í t i c a y el del bienestar material, o el del progreso p o l í t i c o y el progreso e c o n ó m i c o . E n esta tarea, M é x i c o , como todos los d e m á s pa í se s de la A m é r i c a Latina, se e n c o n t r ó en desventaja inicial, pues t en ía que destruir la herencia e s p a ñ o l a al mismo tiempo que d e b í a levantar un nuevo sistema po l í t i co (i, 45). De tal modo, el periodo que llega hasta 1867 cons t i tuyó

    una b ú s q u e d a exclusiva de la libertad po l í t i ca , aunque implicara el estancamiento e c o n ó m i c o y la persistencia de los monopolios. E l r é g i m e n de Díaz , por otra parte, sacr i f icó la libertad po l í t i ca en u n avance espectacular en pos del progreso e c o n ó m i c o . E l ciclo c o m e n z ó de nuevo cuando Madero se r e b e l ó contra la t i r an ía p o l í t i c a porfiriana, y por desgracia el p a í s d e s p u é s de 1940 v o l v i ó a perseguir la meta primaria del progreso e c o n ó m i c o . 2 1 L a inter-p r e t a c i ó n general de Cos ío , una vez m á s , destaca y singulariza a la r e p ú b l i c a restaurada al considerarla como era en la cual se l l evó a cabo un esfuerzo noble, aunque sin é x i t o , para perseguir a la vez ambos objetivos (i, 56-57; xrx, xix). Desde 1947, C o s í o ha tenido la esperanza de que M é x i c o encuentre el equilibrio buscado por J u á r e z y sus colegas d e s p u é s de 1867. E n la mente de C o s í o no ha cabido nunca la menor sombra de duda acerca de c u á l es la meta m á s importante, pues, como e s c r i b i ó en 1951, " L a

    20 HMM, iv, p. xxviii. La distinción que hace Cosío entre la repú-blica restaurada y el porfiriato en materia de política socioeconómica podría compararse con el debate entre Luis González y Moisés González Navarro. González Navarro acusó a su colega de idealizar (en el volu-men ni) el contenido agrarista de algunos programas liberales de 1857 a 1867, olvidándose de que en realidad el régimen de latifundios se vio reforzado por los supuestos teóricos del laissez-faire, comunes tanto a la repúbl ica restaurada como al porfiriato. Historia Mexicana, vi:S (1956), pp. 406-423.

    2 1 Cosío V I L L E G A S : "Díscolos y amargados", en Excélsior (México, mar. 21, 1969); reimpreso en Cosío V I L L E G A S : Labor periodística real e imaginaria, México, 1972, p. 318. Vid. también la entrevista con Cosío en Excélsior (oct. 25, 1969).

  • E X A M E N DE LIBROS 673

    libertad individual, pero no la riqueza, es un fin en sí mismo. . . el m á s imperioso que el hombre puede contemplar". 2 2 Es patente que Daniel C o s í o Villegas c o n c i b i ó su Historia moderna como auxiliar en l a b ú s q u e d a de las prioridades nacionales.

    E n tanto que el compromiso nacional y los fines de servicio p ú b l i c o de C o s í o Villegas son un rasgo notable de su obra, el otro es su gigantesca d o c u m e n t a c i ó n . E l uso de fuentes en los diversos v o l ú m e n e s resulta impresionante conforme a cualquier criterio de m e d i c i ó n que se aplique, y es una de las razones jus-tificables del fuerte aplauso que se le ha tributado. A d e m á s de los libros, folletos, p e r i ó d i c o s , textos legislativos e informes de las dependencias nacionales y estatales, los autores aprovecharon muy bien el centenar de tomos que abarcan los debates parlamentarios del periodo. L a m a y o r í a de los v o l ú m e n e s de la Historia se basan en por lo menos unos cuantos materiales manuscritos, pero su amplio uso e s t á limitado a a q u é l l o s escritos por el propio C o s í o , especialmente los v, vi, V I I I y ix. N o só lo c o n s u l t ó los papeles de personajes tales como Manuel Escobedo, Vicente Riva Palacio, Ignacio Vallarta, Madero e Iglesias, sino que fue el primer histo-riador que u t i l i z ó los 675 000 documentos que existen en el archivo recientemente abierto de Porfirio D í a z . A d e m á s , para los v o l ú m e -nes que se ocupan de las relaciones exteriores se consultaron múl-tiples archivos: figuran destacadamente manuscritos de los Estados Unidos, Francia, E s p a ñ a , Inglaterra, Guatemala y M é x i c o .

    Atestiguan la importancia de las fuentes en la Historia mo-derna las diversas b i b l i o g r a f í a s que p r e p a r ó C o s í o sobre historia po l í t i c a , publicadas en cuatro ediciones cada vez m á s completas entre 1949 y 1972, a d e m á s de una exhaustiva g u í a de los mate-riales para la historia d i p l o m á t i c a mexicana. 2 3 Nota aparte merece la compleja c o m p i l a c i ó n y aná l i s i s de las e s tad í s t i ca s d e m o g r á f i c a s del volumen iv y de las es tad í s t i cas e c o n ó m i c a s del volumen vn,

    22 Cosío V I L L E G A S : " E l México de Tannenbaum", en Problemas Agríco-

    las e Industriales de México, m (1951), p. 159a.

    2 3 Cosío V I L L E G A S : " E l porfiriato — Su historiografía" , cit., La his-toriografía politica del México moderno, México, 1953; Nueva biblio-

    grafía política del México moderno, México, 1965; Última bibliografía

    política de la historia moderna de México, México, 1972; Cuestiones

    internacionales de México — Una bibliografía, México, Archivo Histó-rico Diplomát ico Mexicano, 1966 [Guías para la historia diplomática de México, 4].

  • 674 E X A M E N DE LIBROS

    las cuales, en ambos casos, dieron lugar a publicaciones colate-rales.24

    Se han hecho muchos comentarios sobre la forma en que se recurr ió a los testimonios de la prensa de la ciudad de M é x i c o , especialmente de parte del propio C o s í o Villegas, en los v o l ú m e -nes consagrados a la p o l í t i c a interior. Aunque haya reconocido que su uso de la prensa puede ser "desmesurado", nunca ha vaci-lado en su c o n v i c c i ó n de que es una fuente que posee un valor ú n i c o . N o es dif íc i l de entender la r a z ó n de esta conv icc ión , si la relacionamos con la v i s i ón liberal que tiene C o s í o de la p o l í t i c a y de la historia, en cuyo c o r a z ó n alienta una prensa libre y vigo-rosa. L a carrera de C o s í o como ensayista po l í t i co , que se ha desarrollado al mismo tiempo que su carrera de historiador, ha in-cluido en a ñ o s recientes una i n c u r s i ó n extraordinaria en el perio-dismo. Los penetrantes discernimientos y los juicios independien-tes que emanan de su columna semanal en el p e r i ó d i c o Excélsior (18 de agosto de 1968 a 2 de abril de 1971) son un rasgo ú n i c o

    en la semicontrolada prensa mexicana. 2 5

    La existencia de una prensa libre durante la r e p ú b l i c a res-taurada le hace sentir un especial atractivo por esa era, y es en su volumen i de la Historia moderna donde se le puede criticar con mayor justicia por confiar demasiado en los p e r i ó d i c o s y por reproducir en el texto grandes trozos de comentarios contempo-r á n e o s . Esta tendencia es menos notable en los v o l ú m e n e s v m y ix, en parte porque el uso de la prensa es tá equilibrado por una ut i l i zac ión mayor de manuscritos y de otras fuentes. Se debe tam-b i é n esto ú l t i m o a que la prensa misma q u e d ó cada vez m á s controlada entre 1876 y 1910 y en consecuencia aparecieron co-mentarios menos inteligentes y menos crít icos. Es evidente que C o s í o Villegas siente una especial afinidad con los periodistas

    2 4 Seminario de historia moderna de México: Estadísticas económicas del porfiriato — 1877-1911, México, 1956; Seminario de historia mo-derna de México: Estadísticas económicas del porfiriato — Comercio

    exterior de México — 1877-1911, México, 1960; Seminario de historia moderna de México: Estadísticas económicas del porfiriato — Fuerza

    de trabajo — Actividad económica por sectores — 1877-1911, México, 1964.

    2 5 Vid. la iitil discusión de estos artículos (reunidos después y publicados con el título de Labor periodística, cit.) por Stanley R. Ross: "Daniel Cosío Villegas y el ensayo polít ico", en Extremos de México, cit., pp. 33-47.

  • E X A M E N DE LIBROS 675

    liberales de fines del siglo xix, J o s é M> Vigil , Enrique C h á v a r r i , Daniel Cabrera, J o a q u í n Clausell, y especialmente Francisco Zarco ("ese monstruo de madurez y de buen juicio"), y que cita sus

    opiniones con especial deleite. 2 6

    C o s í o ha considerado siempre a la prensa como fuente "pri-maria", junto con los documentos gubernamentales y los manus-critos de diversas clases, en c o n t r a p o s i c i ó n a los libros y los folle-tos (sin exceptuar las publicaciones c o n t e m p o r á n e a s ) , que son fuentes "secundarias". 2 7 Los primeros proporcionan "datos o he-chos* los segundos "opiniones". Me parece di f íc i l de aceptar esta d i s t i n c i ó n , especialmente cuando se la yuxtapone a la i m p l i c a c i ó n de C o s í o de que como la prensa, durante la r e p ú b l i c a restaurada, era libre y se expresaron en ella todos los matices de la o p i n i ó n p o l í t i c a , es una fuente i n t r í n s e c a m e n t e superior para la r e d a c c i ó n de la historia po l í t i c a (i, 38). Las declaraciones que hace un individuo a la prensa, o en un discurso en el congreso, o, si a eso vamos, en un informe ministerial, ¿no deben ser consideradas por el historiador, de la misma manera como "opiniones" expresadas por ese mismo individuo en un folleto o en un libro contempo-r á n e o ? ¿ N o p o n d r á n de manifiesto, tales testimonios, suposiciones semejantes que el historiador debe ponderar con un grado igual de e s p í r i t u cr í t ico? Aunque el efecto p r á c t i c o de la c las i f icac ión de fuentes que hace C o s í o tal vez sea di f íc i l de discernir, t e ó r i c a m e n t e esta c l a s i f i cac ión puede llevarnos a sostener el punto de vista muy discutible de que la o p i n i ó n p e r i o d í s t i c a nos proporciona un

    2 6 HMM, i, p. 249. E l procedimiento característico de Cosío al dis-cutir, por ejemplo, las relaciones de Díaz con los gobernadores de los estados, o sus mensajes al congreso, es el de describir lo que ocurrió o lo que se dijo, tomándolo o bien de manuscritos de Díaz, o bien de la prensa "oficialista", seguido de un comentario crítico desde un punto de vista "democrát ico" , "independiente" o "liberal". A este respecto, Cosío cita especialmente de El Monitor Republicano (por lo que toca a los acontecimientos anteriores a su desaparición en 1896). Vid. HMM, ix, pp. 99, 102, 106, 112, 350. E l resultado puede ser la implicación de que la resistencia de la prensa a Díaz parecía más fuerte e influyente de lo que realmente fue.

    2 7 Ibid., i , p. 35; ix, pp. 944-945. Sus bibliografías publicadas por separado se limitan a fuentes "secundarias" aunque comprenden nume-rosos libros y folletos escritos entre 1867 y 1910, junto con materiales posteriores a 1910.

  • 676 E X A M E N D E LIBROS

    á n g u l o insuperable para llegar a la c o m p r e n s i ó n de la realidad p o l í t i c a .

    Cualesquiera defectos que puedan descubrirse en el uso que hace C o s í o de la prensa, su p r e d i l e c c i ó n por la misma lo ha lle-vado a emprender algunos estudios só l idos , sutiles y dilatados de los p e r i ó d i c o s del porfiriato. 2 8 E n estos estudios se subraya no só lo la lucha de los p e r i ó d i c o s de la o p o s i c i ó n en contra del r é g i m e n autoritario, sino t a m b i é n el cambio decisivo que se pro-dujo en la prensa misma al ser fundado El Imparcial por obra de Rafael Reyes S p í n d o l a en 1897. E l p e r i ó d i c o independiente, doctrinario, de c i r c u l a c i ó n limitada, c e d i ó su lugar al p e r i ó d i c o barato, noticioso, de c i r c u l a c i ó n masiva, dependiente del gobier-no. E l h i n c a p i é que hace 4 C o s í o en la t r a d i c i ó n d e c i m o n ó n i c a de la prensa libre parece ser, en parte, una r e a c c i ó n al surgimiento y al predominio del periodismo "industrial" en M é x i c o . 2 9 T a l vez haya llevado a cabo sus propios esfuerzos p e r i o d í s t i c o s con la esperanza de revivir en el M é x i c o c o n t e m p o r á n e o algunas de las cualidades de la prensa anterior a 1897.

    A principios de su labor h i s t o r i o g r á f i c a , Daniel C o s í o Villegas hizo una sorprendente d e c l a r a c i ó n en torno al m é t o d o , cuya ins-p i r a c i ó n a t r i b u y ó a Fustel de Coulanges, el medievalista f rancés de fines del siglo xix. C o s í o nos dice que su propia meta como historiador es la de "recrear el pasado hasta el punto ideal de hacerle sentir al lector que él es un testigo, hasta un actor, de los acontecimientos pintados en el relato. Y para ello, he maniobrado de modo que no sea yo, el escritor del relato, el historiador, quien hable, sino la historia misma". 3 0

    Como C o s í o no ha dicho mayor cosa desde 1953, e x p l í c i t a m e n -te, en torno a la c u e s t i ó n del m é t o d o , es d i f íc i l saber si t o d a v í a se apega a este credo de la h i s t o r i o g r a f í a c ient í f i ca de fin de siglo,

    28 ib id., ix, pp. 229-274, 525-595. Vid. también el tratamiento m á s breve, pero no menos valioso, de González Navarro (ibid., iv, pp. 675-682).

    2 9 Vid. Cosío V I L L E G A S : "The press and responsible freedom ín México" , en Responsible freedom in the A mericas, Nueva York, 1955, pp. 272-280.

    3 0 Cosío V I L L E G A S : Porfirio Díaz..., cit., p. 13. Fustel, dice Cosío, solía prohibir a su auditorio que le aplaudiesen en sus conferencias, porque en realidad ap laudi r ían a la historia y no a él, y hacerlo sería absurdo.

  • E X A M E N D E LIBROS 677

    ero no cabe duda de que ha ejercido una influencia importante n la e l a b o r a c i ó n de la Historia moderna.

    Es p a r a d ó j i c o que una obra que se o r i g i n ó en las convicciones rofundas y apasionadas de su director acerca de los problemas -1 p a í s debiese guiarse por una f i lo so f í a en la cual se permite los hechos que hablen por sí mismos. Pero es una paradoja

    .onsustancial a gran parte de la h i s t o r i o g r a f í a del siglo xix, con la que la Historia moderna tiene algunos puntos de semejanza. L a t eor í a del dejar que los hechos hablen por sí mismos no só lo nos ayuda a comprender la d e c i s i ó n de C o s í o de que la obra descansase sobre una cantidad enorme de d o c u m e n t a c i ó n , sino t a m b i é n su aguda d i s t i n c i ó n entre fuentes que nos proporcionan datos o hechos y las que nos proporcionan opiniones, o hechos "en bruto o desnudos", en o p o s i c i ó n a los "trabajados u orna-dos" (i, 35). Una de las caracter í s t i cas sobresalientes de la Historia es una suerte de v e n e r a c i ó n por los hechos o datos. L a a p l i c a c i ó n de la t e o r í a de C o s í o ha contribuido a formar una de las principa-les cualidades de la obra (que m á s adelante c o m e n t a r é ) , a saber, su tono objetivo y, especialmente, su tratamiento del porfiriato en sus propios t é rminos , exento de la acostumbrada perspectiva revolucionaria. Pero la teor í a puede ser t a m b i é n una de las razo-nes que explican la d i m e n s i ó n de la obra, que para el gusto mo-derno es excesiva. P o d r í a sacar uno en c o n c l u s i ó n , l ó g i c a m e n t e , que si el objetivo de la h i s t o r i o g r a f í a es dejar que los hechos o datos hablen por sí mismos, entonces ¿ p o r q u é no incluir todos los hechos o datos en vez de una simple se lecc ión? A d e m á s , si el historiador ha de apartarse de su trabajo, entonces, ¿ cuá l es la base teór i ca de su se lecc ión o l i m i t a c i ó n de los datos? Hay mo-mentos en que el lector siente que es v í c t i m a de que se hayan puesto en p r á c t i c a tales suposiciones.3 1

    L a obra en su conjunto se ve afectada no só lo por las supo-siciones m e t o d o l ó g i c a s de Daniel C o s í o Villegas, sino t o d a v í a m á s por algunos aspectos de su i n t e r p r e t a c i ó n sustantiva. E n efecto, p o d r í a decirse que la Historia moderna de México no es una obra, sino dos, y tal vez inclusive tres. A u n cuando todos los v o l ú m e n e s se basan en una formidable d o c u m e n t a c i ó n , en su o r g a n i z a c i ó n ,

    3 1 Vid. Lyle N . M C A L I S T E R : reseña de HMM, vi, en Hispanic Ame-

    rican Historical Review, X L I I I : 3 (1963), pp. 436-448. En el extranjero se dice en broma (y yo comparto la opinión) de que don Daniel debería conseguir para sus lectores becas de tiempo completo.

  • 678 E X A M E N D E LIBROS

    sustancia y estilo de p r e s e n t a c i ó n existe una clara diferencia entre

    los tomos consagrados a la p o l í t i c a interna (i, VIII, ix) , escritos por

    el propio C o s í o , y los que compusieron sus colaboradores en ma-

    teria de historia social y e c o n ó m i c a (u, m, iv y vu) . Los v o l ú m e -

    nes po l í t i co s son interpretativos y de forma narrativa, aun cuando

    no se ajusten a una e x p o s i c i ó n estrictamente c rono lóg ica . Por otra

    parte, los v o l ú m e n e s sociales y e c o n ó m i c o s e s t á n por lo general

    desprovistos de toda i n t e r p r e t a c i ó n patente y su e x p o s i c i ó n es

    invariablemente " t e m á t i c a " . A u n cuando la calidad de estos últ i-

    mos v o l ú m e n e s y de los c a p í t u l o s que los forman v a r í a considera-

    blemente, comparten todos una debilidad c o m ú n que no se advier-

    te en los v o l ú m e n e s de C o s í o , a saber, que los autores, en vez

    de dominar su vasta cantidad de datos, tienden a verse domina-

    dos por la misma. Esto puede ser resultado, en parte, de la in-

    fluencia de la t eor í a de dejar que los hechos hablen por sí mis-

    mos, que ai parecer g u i ó el trabajo del seminario. Los autores

    m á s j ó v e n e s , de edades comprendidas en su m a y o r í a entre los 20

    y los 30 a ñ o s cuando c o m e n z ó el proyecto, presumiblemente no

    h a b í a n compartido el compromiso personal y el impulso interpre-

    tativo de C o s í o y, de tal modo, estaban m á s dispuestos que el

    propio C o s í o a interpretar literalmente la m á x i m a . Por consi-

    guiente, su producto es e n c i c l o p é d i c o en sus alcances y en su

    p r e s e n t a c i ó n , y, con algunas excepciones notables, flojo en con-

    ceptos, interpretaciones o conclusiones. S e ñ a l a la diferencia entre

    los v o l ú m e n e s p o l í t i c o s y los s o c i o e c o n ó m i c o s el hecho de que las

    introducciones interpretativas de todos los v o l ú m e n e s e s t án escritas

    por el propio C o s í o Villegas.

    Sin embargo, hay que s e ñ a l a r que la Historia moderna, que

    yo sepa, carece de precedentes como gran obra en c o l a b o r a c i ó n .

    Por ejemplo, no se la puede comparar con la Cambridge modern history, ni con Peuples et civilizations, ni con The American

    nation, porque a diferencia de quienes colaboraron en la ejecu-

    c ión de estas obras, los autores mexicanos carecieron virtualmente

    de una base m o n o g r á f i c a moderna sobre la cual levantar su obra.

    Mientras que las obras antes citadas fueron esencialmente s íntes i s

    de investigaciones previas, la Historia moderna tuvo que ser a

    uno y el mismo tiempo i n v e s t i g a c i ó n fundamental y s í n t e s i s . 3 -

    3 2 L a s únicas prcdecesoras importantes de la Historia moderna son las obras de Ricardo G A R C Í A G R A N A D O S (Historia de México desde la restauración de la república en 1867 hasta la caída de Porfirio Díaz?

  • E X A M E N DE LIBROS 679

    Tampoco debemos comparar a la Historia moderna con México

    a través de los siglos (1888-1889), de m ú l t i p l e s autores, que no

    p r e t e n d i ó ser m á s que una c r ó n i c a p o l í t i c a . L a insuficiencias de

    la Historia moderna deben apreciarse siempre por c o m p a r a c i ó n

    con la magnitud de la obra emprendida.

    E n cierto sentido, los dos gruesos v o l ú m e n e s (v, vi) consagra-dos a las relaciones exteriores de M é x i c o con Guatemala, A m é r i c a Central, Estados Unidos y Europa, escritos por el propio C o s í o , constituyen una tercera obra dentro de la totalidad. Aunque ha-yan surgido naturalmente dentro de su experiencia d i p l o m á t i c a , aparentemente son producto de una idea posterior; al menos, un tratamiento por separado de las relaciones exteriores no f i g u r ó en el plan original (i, 23). Por supuesto, estos v o l ú m e n e s enriquecen enormemente el conjunto; forman parte importante de la r e v i s i ó n que la Historia nos ofrece de nuestra c o m p r e n s i ó n del r é g i m e n de D í a z (del que h a b l a r é m á s adelante). L o sustancial de estos v o l ú m e n e s tiene que ver, en muchos puntos, con cuestiones im-portantes de los v o l ú m e n e s p o l í t i c o s y e c o n ó m i c o s . Sin embargo, a pesar de todo su valor, son esencialmente algo que e s tá sepa-rado del resto, tanto en su o r g a n i z a c i ó n como en su i n t e r p r e t a c i ó n .

    L a consecuencia principal de las suposiciones interpretativas de C o s í o en la e l a b o r a c i ó n de la Historia tiene que ver con la d i s t r i b u c i ó n en periodos, es decir, con la s e p a r a c i ó n fundamental que hay en la obra entre la r e p ú b l i c a restaurada y el porfiriato. Hemos visto que, para C o s í o , el problema principal del M é x i c o

    México, 1 9 2 3 - 1 9 2 8 ) y José C. Y A L A D É S (El porfirismo — Historia de un régimen, México, 1 9 4 1 - 1 9 4 7 ) . La primera nos ofrece un relato útil , pero indocumentado de toda la época, y a menudo hace hincapié en acontecimientos que afectaron personalmente a García Granados. Pro-bablemente fue el primero en emplear el concepto de " repúbl ica restau-rada". La historia de Valadés abarca bien el porfiriato y se basó en una documentación considerable, pero los juicios frecuentes del autor la echan a perder. No abundan las monograf ías anteriores. Aparte del estudio que Knapp hizo de Lerdo, podr íamos citar a David M . P L E T C H E R (Rails, mines and progress — Serven American promoters in México —

    1867-1911, Ithaca, 1 9 5 8 ) , Edgar T U R L I N G T O N (México and her foreign creditors, Nueva York, 1 9 3 0 ) , los diversos estudios de J. Fred Rippy acerca de las inversiones; Alfred T I S C H E N D O R F (Great Britain and México in the era of Porfirio Díaz, Durham, 1 9 6 1 ) y varias disertaciones nor-teamericanas recientes utilizadas por Cosío Villegas en HMM, ix.

  • 680 E X A M E N DE LIBROS

    c o n t e m p o r á n e o es de naturaleza p o l í t i c a . 3 3 De igual manera, el hilo central de la historia moderna de M é x i c o es la p o l í t i c a ; y de su d i s t i n c i ó n original entre la r e p ú b l i c a restaurada "demo-c r á t i c a " y el " t i r á n i c o " porfiriato, provienen la d i v i s i ó n del tra-bajo y muchas de las virtudes y las deficiencias de la Historia considerada en su conjunto. Las discusiones en torno a la periocli-zac ión de C o s í o tienden a concentrar su a t e n c i ó n en la justifica-c i ó n de 1867 o 1910, en c o n t r a p o s i c i ó n a 1857 o 1908 o 1920 (i, 11-13; ix, xiii-xiv). Sin embargo, el problema no se presenta en r e l a c i ó n con las fechas terminales de la historia moderna de M é x i -co, sino m á s bien en r e l a c i ó n con la fecha de 1876, punto de in-f l e x i ó n p o l í t i c o que fue impuesto r í g i d a m e n t e t a m b i é n al trata-miento de los temas e c o n ó m i c o s y sociales.

    ¿ E l ca rác te r p o l í t i c o de los r e g í m e n e s antes y d e s p u é s de 1876 fue lo suficientemente diferente como para justificar la d i v i s i ó n de la historia del desarrollo de los ferrocarriles en dos segmentos, ambos por el mismo autor? 3 4 ¿ N o es la historia de la e d u c a c i ó n , desde 1867 hasta 1910, una sola pieza, como lo son las historias de la i n v e r s i ó n extranjera, de los aranceles, de las relaciones labora-les, del teatro y de la ó p e r a ? O, ¿ n o existen otras fechas clave m á s importantes que la de 1876? P o d r í a uno responder que cualquier d i v i s i ó n en periodos basada en la p o l í t i c a hace violencia a las continuidades s o c i o e c o n ó m i c a s , y que sin embargo los aspectos

    3 3 Vid. por ejemplo, Cosío V I L L E G A S : El sistema político mexicano, México, 1972. Es un análisis revisado de la política mexicana, presen-tado primero en forma de diversas conferencias dictadas en la Univer-sidad de Texas.

    3 4 Cosío se da cuenta del problema, pues en la introducción a HMM, n, p. 20, afirma (al hablar de la política de ferrocarriles) que lo que dice Calderón demuestra cómo la república restaurada es el antece-dente del porfiriato; sin embargo, subraya de nuevo el carácter "demo-crát ico" de la primera (p. 18) y habla del ú l t imo diciendo que es una "degeneración de la repúbl ica restaurada" (p. 21). Vid. Walter V. S C H O L E S : reseña de HMM, n, en Hispanic American Historical Review,

    xxxvi: 3 (1956), pp. 400-401. No me parece convincente el alegato ante-rior de Cosío (en HMM, i , p. 23) para la solución de continuidad de la historia económica y social en 1876 con fundamento en los cambios que correspondieron a la turbulencia de la vida política en la repúbl ica restaurada y la calma que prevaleció en el porfiriato, cambios socio-económicos moderados hasta 1876 y cambios m á s grandes y más impor-tantes después.

  • E X A M E N B E LIBROS 681

    p r á c t i c o s de una obra como la Historia moderna exigen que acep-temos 1867 y 1910 como fechas terminales. Otro problema que r e s u l t ó de la d e c i s i ó n en torno a la d i s t r i b u c i ó n en periodos es el de que no existe una uniformidad de o r g a n i z a c i ó n o tratamiento dentro de los dos pares de v o l ú m e n e s sociales y e c o n ó m i c o s . Por ejemplo, el excelente a n á l i s i s de las finanzas p ú b l i c a s en el volu-men I I va seguido de una e x p o s i c i ó n patentemente m á s floja y m e c á n i c a , por obra de un autor diferente, en el volumen vn de la obra. U n punto sustancial, la acumulativa r e c o n s t r u c c i ó n de las finanzas de M é x i c o por obra de tres ministros notables, M a t í a s Romero, Manuel D u b l á n y J o s é Ivé s Limantour, tiende a perderse. E n general, el volumen n hace el intento de relacionar diversos aspectos de la e c o n o m í a desde 1867 hasta 1876, en tanto que el volumen vn e s t á tajantemente dividido en diez c a p í t u l o s temát i -cos, de autores diferentes, lo cual impide lograr una c o m p r e n s i ó n del conjunto. P o d r í a a ñ a d i r s e que el tratamiento por separado de cuestiones s o c i o e c o n ó m i c a s antes y d e s p u é s de 1876 dio una ven-taja a los autores de los v o l ú m e n e s anteriores, sobre todo a Luis G o n z á l e z y Francisco R. C a l d e r ó n , pues les p e r m i t i ó ofrecer un fondo y un contexto v á l i d o para toda la era, en tanto que los autores del porfiriato se vieron a menudo reducidos a d e s e m p e ñ a r el papel de suministradores de datos. Son notables excepciones, a este respecto, el estudio de M o i s é s G o n z á l e z Navarro, que aparece en el volumen iv, sobre tenencia de la tierra, y el ampliamente fundamentado a n á l i s i s que hace Nicolau d' Olwer de las inversio-nes extranjeras en el volumen vn.

    Es importante s e ñ a l a r que la e x p o s i c i ó n de las relaciones exte-riores no toma en cuenta el rompimiento de la continuidad de 1876. De hecho, C o s í o reconoce e x p l í c i t a m e n t e la continuidad de la p o l í t i c a exterior mexicana s e g ú n la f o r m u l ó J u á r e z en 1867 y só lo gradualmente la modificaron sus sucesores, antes de que D í a z , en 1888, la abandonase. 3 5 L a historia magistral que nos traza C o s í o de las relaciones exteriores se ve reforzada por el

    3 5 HMM, vi, pp. viii-ix. Es curioso que Cosío justifique su división en periodos de los asuntos extranjeros como una manera de contrarrestar a quienes atribuyeron a Díaz elementos de dicha política que fueron realmente desarrollados por sus predecesores. De tal modo, es cohe-rente en su esfuerzo por acentuar la significación de la repúbl ica res-taurada, aun cuando invierte su manera de enfocar la periodización para hacerlo.

  • 682 E X A M E N DE LIBROS

    hecho de que la era se considera como un conjunto, al tiempo que las historias de la sociedad y de la e c o n o m í a tienen la falla de no hacerlo. L a f r a g m e n t a c i ó n hace di f íc i l la c o m p r e n s i ó n del cambio s o c i o e c o n ó m i c o y, a d e m á s , hace patente la p r i m a c í a de lo po l í t i co . L a n a r r a c i ó n de C o s í o , interrumpida en el punto lóg ico de i n f l e x i ó n que es la fecha de 1876, subraya el cambio, pero a menudo nos perdemos el sentido de la r e l a c i ó n entre la p o l í t i c a y otros asuntos. U n ejemplo notable es que la e x p l i c a c i ó n que se da de la c a í d a del r é g i m e n de D í a z se expresa por completo en t é r m i n o s p o l í t i c o s en el volumen ix y no se la trata en lo m á s m í n i m o en los v o l ú m e n e s iv y V I L 3 6

    Hemos s e ñ a l a d o la complejidad de la i n t e r p r e t a c i ó n que hace C o s í o de la historia moderna de M é x i c o basada en una ambi-valencia respecto de la r e l a c i ó n entre la r e p ú b l i c a restaurada y el porfiriato. Esta complejidad queda demostrada con mayor claridad a ú n en la obra maestra de la Historia moderna, a sa-ber, la historia p o l í t i c a de los a ñ o s 1876 a 1910, redactada por C o s í o . A u n cuando no haya renunciado al liberalismo consti-tucional, que lo l l e v ó a una censura inicial del r é g i m e n , C o s í o

    Villegas nos ofrece, por vez primera, una c o m p r e n s i ó n porme-norizada y una v a l o r a c i ó n juiciosa de la p o l í t i c a porfiriana. Su mayor logro es haber roto la barrera i d e o l ó g i c a de 1910, haber renunciado a la perspectiva revolucionaria vulgar, que considera al porfiriato ú n i c a m e n t e como un "antiguo r é g i m e n " opresor. A d e m á s , se ha producido un cambio sutil en la actitud de C o s í o con respecto a D í a z y su r é g i m e n en las ú l t i m a s dos d é c a d a s , un cambio que dice mucho a su favor como historiador. 3 7 E l e s p í r i t u

    3 Vid. Lorenzo M E Y E R : reseña de HMM, ix en Historia Mexicana,

    xxii:2 (1972), pp. 234-243. 3 7 J o s é Fuentes Mares comenta: "siendo irascible como es, su obra

    es un modelo de equilibrio, de objetividad" ("Hombre violento", en Excélsior (México, feb. 19, 1971). Mart ín Quirarte ha observado cómo la ira de Cosío para con el porfiriato fue aflojando a medida que se fue adentrando cada vez más en él ("Historia política — Siglo xix", en Historia Mexicana, xxv:2-3 [1965-1966], p. 421) . Vid. también las palabras cambiadas entre González Navarro y Cosío (Historia Mexicana, xx:3 [1970], pp. 470-475) ; también los interesantes comentarios de Laurens B . P E R R Y ("Political historiography of the Porfirian period oí Mexican history", en Investigaciones contemporáneas sobre historia de

    México — Memorias de la tercera reunión de historiadores mexicanos

  • E X A M E N D E LIBROS 683

    cr í t i co que lo ha llevado a poner en tela de juicio las ortodoxias r e t ó r i c a s e i d e o l ó g i c a s de las revoluciones permanentes le ha permitido t a m b i é n abrirse paso a t ravés de estas mismas ortodoxias en su a p l i c a c i ó n a la i n t e r p r e t a c i ó n de la historia anterior a 1910.38 L a o p i n i ó n corregida que de D í a z se forma C o s í o aparece no só lo en los v o l ú m e n e s v m y ix, sino t a m b i é n en el v y el vi . De hecho, si acepta uno la premisa i m p l í c i t a de C o s í o , de que la p o l í t i c a tiene importancia primordial en la historia moderna de M é x i c o , los v o l ú m e n e s sociales y e c o n ó m i c o s contribuyen tam-b i é n a esta r e v i s i ó n del porfiriato, y las debilidades o fallas de estos v o l ú m e n e s se convierten realmente en virtudes.

    C o s í o se lanza en contra de la imagen de c a j ó n , petrificada e intemporal, que muestra siempre al octogenario Porfirio D í a z en las festividades del centenario ele 1910 (vm, xiv), y ha subrayado el cambio que, a lo largo del tiempo, sufrieron tanto el hombre como el r é g i m e n . C o s í o Villegas ha hecho por el porfiriato lo que Robert C . Padden hizo por el imperio azteca y Woodrow Borah, Francois Chevalier y P. J. Bakewell hicieron por el siglo xvi: pre-senta como desarrollo una era que anteriormente h a b í a sido in-terpretada tan só lo como una totalidad m o n o l í t i c a . Por ejemplo, vemos ahora los a ñ o s que van desde 1876 hasta 1910 como ocho periodos electorales, cada uno de ellos lleno de luchas de faccio-nes, de debates en torno a la c o n s t i t u c i ó n y a los cambios en la misma, de diversos grados de o p o s i c i ó n a la p e r p e t u a c i ó n de D í a z . Los v o l ú m e n e s v m y ix nos ofrecen un cuadro claro de epi-sodios hasta ahora oscuros de este desarrollo, como el de la recon-c i l i a c i ó n de D í a z con los "viejos liberales" durante su primer régi-men, el surgimiento de Manuel G o n z á l e z como personaje destacado por derecho propio, la f o r m a c i ó n de la U n i ó n Liberal Nacional

    y norteamericanos, Oaxtepec, Morelos, 4-7 de noviembre de 1969, México, E l Colegio de México, 1971, pp. 458-477).

    3 8 Debe hacerse una importante distinción entre la interpretación constitucionalista liberal de Cosío y lo que podríamos llamar la inter-pretación liberal oficial de la política del siglo xix. Esta últ ima, como la presenta por ejemplo Je sús Reyes Heroles, postula una continuidad directa entre las ideas liberales del siglo xix, así como de las ideas políticas de antes de 1867, y los programas de la revolución, olvidándose del porfiriato o interpretándolo únicamente como una suerte de anden régime. Vid. mi "Liberalismo mexicano", en Historia Mexicana, xn:3 (1963), pp. 457-463.

  • 684 E X A M E N DE LIBROS

    en 1892 como esfuerzo realizado por el "establishment" para contener el poder perpetuo de D í a z , la lucha en torno a la suce-s ión , que condujo a la c r e a c i ó n de la vicepresidencia y al periodo de seis a ñ o s en 1904, y al creciente conflicto entre los c ient í f i cos y los gobernadores de los estados, sobre todo entre Limantour y Bernardo Reyes, en su calidad de sucesores potenciales de D í a z en 1910.

    Para calificar el r é g i m e n de D í a z , C o s í o se deshace de su ante-rior etiqueta de " t i r á n i c o " , lo mismo que de la de "dictatorial" y prefiere el t é r m i n o m á s neutral de "autoritario" (ix, xx-xxi). N o obstante, como considera que la a m p l i a c i ó n de la autoridad pre-sidencial fue un proceso constante desde 1867 hasta 1888, un tema central del relato es c ó m o se las a r r e g l ó D í a z para conser-var el poder absoluto desde 1888 hasta 1910. Redujo a los gober-nadores a un servilismo extremo (revelado a menudo, grá f ica-mente, en los archivos de D í a z ) , l i m i t ó al congreso y m a n i a t ó a la prensa, y supo enfrentarlos entre sí a los rivales potenciales de su poder. C o s í o insiste en que inclusive su é l i te de consejeros, los c ient í f icos , no pasaban de "ser un poder secundario, derivado de la ú n i c a fuente real de poder, que se llamaba Porfirio D í a z " , (ix, 854). A l mostrar c ó m o D í a z no pudo o no quizo zanjar

    decisivamente la c u e s t i ó n de un sucesor fuerte, C o s í o , en efecto, sugiere que el colapso del r é g i m e n se d e b i ó tanto al conflicto interno y al debilitamiento del liderazgo como a la resistencia exterior. C o s í o hace h i n c a p i é particular en el hecho de que D í a z s o b r e v i v i ó a la m a y o r í a de los subordinados capaces y dignos de confianza que tuvo (ix, 494-524).

    De los estudios realizados por C o s í o en torno a la p o l í t i c a

    exterior surge t a m b i é n una o p i n i ó n corregida acerca del r é g i m e n

    de D í a z . Alega convincentemente que D í a z fue un nacionalista

    a u t é n t i c o y no un mero lacayo de los intereses extranjeros. E l go-

    bierno republicano, d e s p u é s de 1867, se e n f r e n t ó a un dilema.

    M a n t e n í a relaciones con una sola n a c i ó n importante, los Estados

    Unidos, antiguo aliado en contra de la i n t e r v e n c i ó n europea; y

    sin embargo, sus dirigentes comenzaron a darse cuenta de que

    esta s i t u a c i ó n p o d r í a conducir a una indisputada h e g e m o n í a

    norteamericana en los asuntos mexicanos. D í a z y G o n z á l e z actua-

    ron para contrarrestar la influencia norteamericana al renovar las

    relaciones con Francia (1880) y con Inglaterra (1884) y, final-

    mente, al alentar las inversiones europeas. E n sus extensos estu-

    dios de la c u e s t i ó n fronteriza con Guatemala y los esfuerzos por

  • E X A M E N DE LIBROS 685

    fomentar la u n i ó n centroamericana, C o s í o muestra que el r é g i m e n

    de D í a z intervino profundamente en los asuntos centroamerica-

    nos, en parte para compensar el apoyo que los norteamericanos

    daban a los intereses guatemaltecos (volumen v ) . A d e m á s , el

    nuevo r é g i m e n , ayudado por la n e g o c i a c i ó n brillante y firme de

    Ignacio Vallarta, pudo conseguir que Estados Unidos reconocie-

    sen las condiciones mexicanas en 1878.39 E n un episodio poste-

    rior, y luego de un atento estudio de los documentos, C o s í o de-

    muestra que D í a z no c o m p r o m e t i ó el honor nacional ni p e r m i t i ó

    a los Estados Unidos ocupar la b a h í a de Magdalena, en Baja

    California, como e s t a c i ó n de abastecimiento de c a r b ó n (VI, 316-

    317), a c u s a c i ó n que frecuentemente se ha levantado contra el dic-

    tador. Inclusive llega a sentir s i m p a t í a por el vacilante r é g i m e n

    de D í a z en sus vanos esfuerzos por persuadir a los Estados Unidos

    para que aceptasen la e x t r a d i c i ó n de agitadores p o l í t i c o s y revo-

    lucionarios mexicanos.

    N o obstante alguna flojedad en la o r g a n i z a c i ó n y ciertas des-

    igualdades cualitativas, los estudios sobre e c o n o m í a ayudan a

    completar el cuadro corregido del porfiriato. C o s í o afirma que

    el r é g i m e n de D í a z puso las bases de una moderna e c o n o m í a na-

    cional (vn, xiii), g e n e r a l i z a c i ó n corroborada por los diversos capí-

    tulos. Por ejemplo, C a l d e r ó n rechaza las acusaciones de que la

    p o l í t i c a ferrocarrilera porfiriana estuviese guiada totalmente por

    los dictados de una e c o n o m í a de e x p o r t a c i ó n y no por razones

    de desarrollo interior, y a ñ a d e que muchas de las antiguas defi-

    ciencias de la p l a n e a c i ó n fueron problemas universales de la

    é p o c a , igualmente caracter í s t i cos , por ejemplo, de Estados Unidos

    (vu, 630, 633). Subraya t a m b i é n la p o l í t i c a clara y previsora de

    Limantour, que c u l m i n ó d é c a d a s m á s tarde en la n a c i o n a l i z a c i ó n

    (vn, 570-571, 604-613). D'Olwer, aun cuando califique a las in-

    versiones norteamericanas como las m á s "coloniales" a causa de

    su v i n c u l a c i ó n con la p o l í t i c a franca de " p e n e t r a c i ó n p a c í f i c a " o de

    "conquista e c o n ó m i c a " (vn, 1013, 1167), parece dar por supuesto

    que la intensa i n v e r s i ó n extranjera fue una parte necesaria y

    beneficiosa del desarrollo e c o n ó m i c o porfirista. L a misma con-

    c e p c i ó n benigna del r é g i m e n caracteriza los buenos estudios sobre

    3 9 HMM, vi, pp. 3-250. Cosío publ icó también su historia de este episodio por separado (Estados Unidos contra Porfirio Díaz, México, 1956, y, en inglés [traducido por Nettie Lee Benson], The United States ver sus Porfirio Díaz, Lincoln, 1963) .

  • 686 E X A M E N D E LIBROS

    moneda e industria de Fernando Rosenzweig. E n pocas palabras, el volumen vn nos proporciona un punto de partida equilibrado y pormenorizado para la r e a l i z a c i ó n de futuras y m á s sutiles investigaciones.

    Otro tanto p o d r í a decirse del volumen iv, el cual, por la o r g a n i z a c i ó n de sus temas, su vasta d o c u m e n t a c i ó n y su carencia de h i n c a p i é en el cambio, pone las bases para el estudio de la sociedad porfiriana en sus propios t é r m i n o s . Como el volumen no trata directamente los o r í g e n e s sociales de la r e v o l u c i ó n , nos proporciona un correctivo para las interpretaciones deformadas que subrayan ú n i c a m e n t e la e x p l o t a c i ó n social. Hay amplios tes-timonios de la e x p l o t a c i ó n en los c a p í t u l o s que consagra G o n z á l e z Navarro a la tierra y los trabajadores, pero en este volumen exhaustivo y e n c i c l o p é d i c o destacan t a m b i é n temas menos estudia-dos, tales como el del desafortunado programa de co lon izac ión , la e x p a n s i ó n de un sistema laico de beneficencia, los problemas de m o d e r n i z a c i ó n de la e d u c a c i ó n superior y la t e r m i n a c i ó n del multisecular esfuerzo para lograr el d e s a g ü e de la ciudad de M é x i -co. 4 0 Sin embargo, los historiadores futuros t e n d r á n que concen-trar su a t e n c i ó n en las relaciones necesarias entre lo " e c o n ó m i c o " y lo "social", pues la s e p a r a c i ó n de estas c a t e g o r í a s en la Historia moderna es a menudo artificial y arbitraria.

    Es patente que d e s p u é s de 20 a ñ o s de estar inmerso en la

    d o c u m e n t a c i ó n del periodo 1876-1910, Daniel C o s í o Villegas, como

    corresponde a un buen historiador, a d q u i r i ó una s ó l i d a aprecia-

    c ión e inclusive una ocasional s i m p a t í a por el r é g i m e n de Porfirio

    D í a z . A l mismo tiempo, no ha vacilado en sus convicciones libe-

    rales iniciales. U n a de las razones que ofrece C o s í o para ampliar

    la e x p o s i c i ó n de la p o l í t i c a interior hasta 1 993 p á g i n a s (de tipo

    m á s p e q u e ñ o que el de los v o l ú m e n e s anteriores) es la de demos-

    trar, con todo pormenor, que las libertades p ú b l i c a s y la cr í t ica

    del r é g i m e n —en pocas palabras, la "vida p o l í t i c a " — se mantuvo

    viva a pesar de los extremos del gobierno autoritario (ix, xvi).

    Su a f i c ión por la prensa "liberal" como fuente, y el énfas i s consi-

    derable que pone en la prensa en su amplio estudio de la oposi-

    c i ó n gradualmente creciente d e s p u é s de 1888 (todo el ú l t i m o

    4 0 González Navarro ampl ió su estudio de la colonización en una monografía publicada por separado: La colonización en México (Méxi-co, 1960).

  • E X A M E N DE LIBROS 687

    tercio del volumen ix) , apuntan el mantenimiento de estas con-vicciones liberales. A d e m á s , s e ñ a l a claramente la o p o s i c i ó n consti-tucionalista liberal, desde el panfleto antirreeleccionista de 1892 escrito por Emilio V á z q u e z G ó m e z (ix, 643-646) hasta la c a m p a ñ a de Madero de 1908-1910. A l mismo tiempo, presta menos aten-c ión al radicalismo social de los "precursores".

    E n la columna semanaria que estaba escribiendo al mismo tiempo que su volumen de la Historia, C o s í o , medio en broma, p i d i ó que se convocase una nueva c o n v e n c i ó n constitucional para el a ñ o de 1972, s e ñ a l a n d o que "el M é x i c o de hoy recuerda cada vez m á s los ú l t i m o s a ñ o s del porfiriato y los albores del made-rismo". A ñ a d i ó que uno de los consejeros de la c o n v e n c i ó n debe-r í a ser un historiador del siglo xix, que pudiese convencer a los delegados de que "e l verdadero problema de un gobierno, de cualquier gobierno, es limitar el poder del gobernante". 4 1 A l terminar la Historia moderna de México nos queda el sentimiento de que existe una t e n s i ó n no resuelta entre C o s í o Villegas el historiador y C o s í o Villegas el abogado y cr í t ico de la causa liberal.

    Si la h i p ó t e s i s principal de este ensayo es correcta —la de que la Historia moderna n a c i ó de la p r e o c u p a c i ó n que le c a u s ó a C o s í o la crisis por la que a t r a v e s ó M é x i c o en la d é c a d a de 1940 y su deseo de ofrecerle al p a í s un nuevo conjunto de prioridades-p o d r í a m o s entonces, finalmente, preguntarnos si la obra l l e g a r á a cumplir las esperanzas de su director. L a respuesta inmediata t e n d r í a que ser un no, sobre todo porque la obra no será l e í d a por un n ú m e r o suficientemente grande de personas. C o s í o pre-tende que la Historia se dirige tanto al lector general como al historiador, 4 2 pero su enorme d i m e n s i ó n y su aplastante masa de i n f o r m a c i ó n con toda seguridad d e s a l e n t a r á a aquellos que, en

    4 1 Cosío V I L L E G A S : " ' A constituirnos" y " E l gran debate", en Excélsior (may. 23 y jun. 6, 1969) . Vid. también Cosío V I L L E G A S : Labor periodís-

    tica, cit., pp. 329 y 334, donde reafirma sus convicciones constituciona-listas.

    4 2 HMM, i, p. 39. Impl icó esto al justificar su excepcional estilo en las notas de pie de página, que ya ha dado lugar a suficientes comen-tarios. Baste con decir que el sistema utilizado en los primeros volú-menes, múlt iples referencias en una sola entrada, pertenecientes a menudo a muchas páginas del texto, es sencillamente inutilizable (por ejemplo, ibid., ni, p. 943, donde toda una pág ina de referencias abrevia-das sigue a una sola nota de pie de página) . En los volúmenes v, vi, viii y ix Cosío, afortunadamente, se atuvo al sistema estándar.

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    generaciones anteriores, p o d r í a n haber l e í d o a A l a m á n o inclusive México a través de los siglos. Por otra parte, los ensayos de C o s í o , que a menudo presentan en forma destilada los mismos argumen-tos que la Historia, e j e r c e r á n una influencia m á s amplia, y tal vez a t ravés de ellos C o s í o logre llevar a cabo su m i s i ó n p ú b l i c a . Por otra parte, el Seminario de Historia Moderna ha sido un é x i t o , puesto que ha producido por lo menos dos de los m á s destacados historiadores profesionales de M é x i c o , que se han desarrollado hasta rebasar considerablemente las restricciones de la Historia y han escrito importantes obras independientes. Los diversos v o l ú m e n e s de la historia social y e c o n ó m i c a son minas de i n f o r m a c i ó n y punto de partirla para la i n v e s t i g a c i ó n futura de in-numerables temas. M á s a ú n , el e s p l é n d i d o relato de Daniel C o s í o Villegas, escrito con brillante estilo, se rá un indispensable punto de partida para todo aquel interesado en la historia p o l í t i c a . 4 3

    Sin embargo, el logro m á s grande que representa la empresa es de un ca rác te r m á s general. A l abrirse paso a t ravés de la aparentemente impenetrable barrera i d e o l ó g i c a levantada por la re-v o l u c i ó n de 1910, al eludir el impulso centenario de la historio-g r a f í a y al basar sus interpretaciones en una i n v e s t i g a c i ó n seria, Daniel C o s í o Villegas y sus colaboradores han dado nueva vida al estudio profesional del M é x i c o moderno y c o n t e m p o r á n e o , tanto dentro como fuera del p a í s .

    4 3 Peter H . S M I T H (reseña de HMM, vni, en Historia Mexicana, xxi:3 [1972], pp. 538-542) formula algunas de las preguntas que podr ían hacer los futuros estudiosos de la política porfiriana. Hay que observar que los volúmenes viu y ix son una fuente inapre-ciable de información biográfica difícil de encontrar acerca de políticos de aquel tiempo.