Evangelio de Mateo

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24, 25 1045 1040 1041 1037 1104, 1105 1046 1064 1028 1041 754 Genealogía de Jesús 1 Genealogía de Jesús*, Mesías, Hijo de David, Hijo de Abrahán: 2 Abrahán engendró a Isaac; Isaac engendró a Jacob; Jacob engendró a Judá y a sus hermanos. 3 Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara; Fares engendró a Esrón; 4 Esrón en- gendró a Arán; Arán engendró a Aminadab; Aminadab engendró a Naasón; Naa- són engendró a Salmón. 5 Salmón engendró, de Rajab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed engen- dró a Jesé; 6 Jesé engendró al rey David. David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón. 7 Salomón engendró a Roboán; Roboán engendró a Abías; Abías engendró a Asá; 8 Asá engendró a Josafat; Josafat engendró a Jorán; Jorán engendró a Ozías; 9 Ozías en- gendró a Joatán; Joatán engendró a Acaz; Acaz engendró a Ezequías; 10 Ezequías en- gendró a Manasés; Manasés engendró a Amón; Amón engendró a Josías. 11 Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando la deportación de Babilonia. 12 Después de la deportación de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel; Salatiel engendró a Zorobabel; 13 Zorobabel engendró a Abiud; Abiud engendró a Elia- quín; Eliaquín engendró a Azor; 14 Azor engendró a Sadoc; Sadoc engendró a Ajín; Ajín engedró a Eliud; 15 Eliud engendró a Eleazar; Eleazar engendró a Matán; Ma- tán engendró a Jacob. 16 Y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Me- sías. 17 Así pues, son catorce las generaciones* desde Abrahán hasta David, catorce des- de David hasta la deportación de Babilonia, y catorce desde la deportación de Ba- bilonia hasta el Mesías. Nacimiento* de Jesús 18 El nacimiento de Jesús, el Mesías*, fue así: su madre María estaba prometida a José y, antes de vivir juntos, resultó que esperaba un hijo por la acción del Espíri- tu Santo. 19 José*, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió sepa- rarse de ella en secreto. 20 Después de tomar esta decisión, el ángel* del Señor se le apareció en sueños y le dijo: —José, hijo de David, no temas aceptar a María como tu esposa, pues el hijo que espera viene del Espíritu Santo. 21 Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Je- sús*, porque él salvará a su pueblo de los pecados. 1 EVANGELIO SEGÚN MATEO* Para componer su evangelio, Mateo* tuvo delante, además del evangelio de Marcos, una colección de dichos de Jesús, que los estudiosos conocen como Q=Quelle: fuente, y algunas tradiciones propias. Mateo escribió un evangelio, historia y testimonio sobre Jesús que es Jesucristo. Mateo es como un puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Jesús es para él el término hacia el que miran el anuncio profético y la esperanza mesiánica. Mateo demuestra con argumentos de buen conocedor para buenos conocedores la corres- pondencia entre anuncio y cumplimiento. Pero es, sin duda, la fe en Jesucristo la que confiere su fuerza a las «pruebas». Mateo comienza su evangelio con una «historia de infancia»*. Organiza a su modo y de acuerdo con su didáctica los dichos de Jesús, tomados de colecciones previas, y los distribuye en cinco discursos que sitúa en otros tantos remansos del cuerpo narrativo. Las credenciales de Jesús están en la Escritura, que se cumple en él. Jesús no vino a abolir la ley, sino a cumplirla. En el centro del arco que une la ley y el evangelio está el anuncio del Reino, una definitiva tierra prometida para el pueblo definitivo. Éste, para Mateo, es la Iglesia, el verdadero pueblo de Abrahán. || Lc 3,23-28 || Lc 2,1-7

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Evangelio

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  • M A T E O24,25

    1045

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    1041

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    Mt 2,1 754

    Genealoga de Jess1 Genealoga de Jess*, Mesas, Hijo de David, Hijo de Abrahn:2 Abrahn engendr a Isaac; Isaac engendr a Jacob; Jacob engendr a Jud ya sus hermanos.

    3 Jud engendr, de Tamar, a Fares y a Zara; Fares engendr a Esrn; 4 Esrn en-gendr a Arn; Arn engendr a Aminadab; Aminadab engendr a Naasn; Naa-sn engendr a Salmn.5 Salmn engendr, de Rajab, a Booz; Booz engendr, de Rut, a Obed; Obed engen-dr a Jes; 6 Jes engendr al rey David. David, de la mujer de Uras, engendr aSalomn.7 Salomn engendr a Robon; Robon engendr a Abas; Abas engendr a As; 8 Asengendr a Josafat; Josafat engendr a Jorn; Jorn engendr a Ozas; 9 Ozas en-gendr a Joatn; Joatn engendr a Acaz; Acaz engendr a Ezequas; 10 Ezequas en-gendr a Manass; Manass engendr a Amn; Amn engendr a Josas.11 Josas engendr a Jeconas y a sus hermanos, cuando la deportacin de Babilonia.12 Despus de la deportacin de Babilonia, Jeconas engendr a Salatiel; Salatielengendr a Zorobabel; 13 Zorobabel engendr a Abiud; Abiud engendr a Elia-qun; Eliaqun engendr a Azor; 14 Azor engendr a Sadoc; Sadoc engendr a Ajn;Ajn engedr a Eliud; 15 Eliud engendr a Eleazar; Eleazar engendr a Matn; Ma-tn engendr a Jacob.16 Y Jacob engendr a Jos, el esposo de Mara, de la cual naci Jess, llamado Me-sas.17 As pues, son catorce las generaciones* desde Abrahn hasta David, catorce des-de David hasta la deportacin de Babilonia, y catorce desde la deportacin de Ba-bilonia hasta el Mesas.

    Nacimiento* de Jess18 El nacimiento de Jess, el Mesas*, fue as: su madre Mara estaba prometida aJos y, antes de vivir juntos, result que esperaba un hijo por la accin del Espri-tu Santo. 19 Jos*, su esposo, que era justo y no quera denunciarla, decidi sepa-rarse de ella en secreto. 20 Despus de tomar esta decisin, el ngel* del Seor sele apareci en sueos y le dijo:Jos, hijo de David, no temas aceptar a Mara como tu esposa, pues el hijo queespera viene del Espritu Santo. 21 Dar a luz un hijo, y le pondrs por nombre Je-ss*, porque l salvar a su pueblo de los pecados.

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    E V A N G E L I O S E G N M A T E O *

    Para componer su evangelio, Mateo* tuvo delante, adems del evangelio deMarcos, una coleccin de dichos de Jess, que los estudiosos conocen comoQ=Quelle: fuente, y algunas tradiciones propias. Mateo escribi un evangelio, historiay testimonio sobre Jess que es Jesucristo.

    Mateo es como un puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Jess es paral el trmino hacia el que miran el anuncio proftico y la esperanza mesinica. Mateodemuestra con argumentos de buen conocedor para buenos conocedores la corres-pondencia entre anuncio y cumplimiento. Pero es, sin duda, la fe en Jesucristo la queconfiere su fuerza a las pruebas. Mateo comienza su evangelio con una historia deinfancia*. Organiza a su modo y de acuerdo con su didctica los dichos de Jess,tomados de colecciones previas, y los distribuye en cinco discursos que sita en otrostantos remansos del cuerpo narrativo.

    Las credenciales de Jess estn en la Escritura, que se cumple en l. Jess no vinoa abolir la ley, sino a cumplirla. En el centro del arco que une la ley y el evangelio estel anuncio del Reino, una definitiva tierra prometida para el pueblo definitivo. ste,para Mateo, es la Iglesia, el verdadero pueblo de Abrahn.

    || Lc 3,23-28

    || Lc 2,1-7

  • 22 Todo esto sucedi para que se cumpliera lo que haba anunciado el Seor porel profeta:

    23 La virgen* concebir y dar a luz un hijo,a quien pondrn por nombre Emmanuel*(que significa: Dios con nosotros).

    24 Cuando Jos se despert del sueo, hizo lo que el ngel del Seor le haba man-dado: recibi a su esposa 25 y, sin tener relaciones conyugales, ella dio a luz un hi-jo, al que Jos puso por nombre Jess*.

    Los sabios de oriente*1 Jess naci en Beln*, un pueblo de Judea, en tiempo del rey Herodes*. Porentonces unos sabios de oriente se presentaron en Jerusaln, 2 preguntando:Dnde est el rey de los judos que ha nacido? Hemos visto su estrella en

    el oriente y venimos a adorarlo.3 Al or esto, el rey Herodes se alarm y con l toda Jerusaln. 4 Entonces convo-c a todos los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley y les pregunt dn-de tena que nacer el Mesas. 5 Ellos le respondieron:En Beln de Judea, pues lo dej escrito el profeta:

    6 Y t, Beln, tierra de Jud,ciertamente no eres, la menorentre las ciudades principales de Jud;porque de ti saldr un jefe,que ser pastor de mi pueblo, Israel.

    7 Entonces Herodes, llamando aparte a los sabios, investig con exactitud el mo-mento en que haba aparecido la estrella, 8 y los envi a Beln con este encar-go:Vayan e infrmense bien sobre ese nio; y, cuando lo encuentren, avsenme pa-ra ir yo tambin a adorarlo.9 Ellos, despus de or al rey, se pusieron en camino, y la estrella que haban vis-to en oriente los gui hasta que lleg y se detuvo encima de donde estaba el ni-o. 10 Al ver la estrella, se llenaron de una inmensa alegra. 11 Entraron en la ca-sa, vieron al nio con su madre* Mara y lo adoraron postrados en tierra. Abrieronsus cofres y le ofrecieron como regalo oro, incienso* y mirra*. 12 Y advertidos ensueos que no regresaran donde estaba Herodes, regresaron a su pas por otrocamino.

    Huida a Egipto y regreso13 Cuando se fueron, el ngel del Seor se apareci en sueos a Jos y le dijo:Levntate, toma al nio y a su madre, huye a Egipto y qudate all hasta que yote avise; porque Herodes va a buscar al nio para matarlo.14 Jos se levant de noche, tom al nio y a su madre, y parti hacia Egipto, 15 don-de permaneci hasta la muerte de Herodes*. As se cumpli lo que haba anuncia-do el Seor por el profeta: De Egipto llam a mi hijo.16 Entonces Herodes*, vindose burlado por los sabios, se enfureci tanto que man-d matar a todos los nios de Beln y de todos sus alrededores que tuvieran me-nos de dos aos, conforme a la informacin que haba recibido de los sabios. 17 Asse cumpli lo anunciado por el profeta Jeremas:

    18 Se ha escuchado en Ram* un clamor,un gran llanto y lamento:es Raquel que llora por sus hijos,y no quiere consolarseporque ya no existen.

    19 Cuando muri Herodes, el ngel del Seor se apareci en sueos a Jos en Egip-to 20 y le dijo:

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    Os 11,1

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    Jr 31,15

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  • Levntate, toma al nio y a su madre, y regresa a la tierra de Israel, porque hanmuerto los que atentaban contra la vida del nio.21 Jos se levant, tom al nio y a su madre, y regres con ellos a la tierra de Is-rael. 22 Pero al or que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Hero-des, tuvo miedo de ir all. Entonces, avisado en sueos, se retir a la regin de Ga-lilea 23 y se fue a vivir a un pueblo llamado Nazaret*. De esta manera se cumplilo anunciado por los profetas: que sera llamado nazareno*.

    Juan, el precursor1 En aquellos das apareci Juan* el Bautista predicando en el desierto de Ju-dea. 2 Deca:Convirtanse, porque est llegando el reino de los cielos.

    3 A l se refera el profeta Isaas cuando dijo:Voz del que grita en el desierto:Preparen el camino al Seor,nivelen sus senderos.

    4 Llevaba Juan un vestido* de pelo de camello y una correa de cuero a su cintura,y se alimentaba de saltamontes y miel del campo. 5 Acudan a l de Jerusaln, detoda Judea y de toda la regin del Jordn*; 6 ellos reconocan sus pecados y Juanlos bautizaba en el ro Jordn.7 Viendo que muchos fariseos y saduceos venan a que los bautizara, les dijo:Raza de vboras! Quin les ense a escapar del juicio inminente? 8 Den fru-tos que prueben su conversin 9 y no piensen que basta con decir: Somos descen-dientes de Abrahn. Porque les digo que Dios puede sacar de estas piedras des-cendientes de Abrahn. 10 Ya est puesta el hacha a la raz de los rboles y todorbol que no d buen fruto va a ser cortado y echado al fuego. 11 Yo los bautizocon agua* para que se conviertan, pero el que viene detrs de m es ms fuerteque yo, y no soy digno de quitarle las sandalias. l los bautizar con Espritu San-to y fuego. 12 Tiene en su mano la horquilla para separar el trigo de la paja; reco-ger su trigo en el granero, y la paja la quemar con un fuego que no se apaga.

    Bautismo* de Jess*13 Entonces Jess* vino desde Galilea al Jordn* y se present a Juan para que lobautizara*. 14 Pero Juan trataba de impedrselo diciendo:Soy yo quien necesito que t me bautices, y y t vienes a m?15 Jess le respondi:Olvida eso ahora; pues conviene que cumplamos lo que Dios ha dispuesto.Entonces Juan accedi. 16 Apenas fue bautizado, Jess sali del agua y, en ese mo-mento se abrieron los cielos y vio al Espritu de Dios que bajaba como una paloma*y descenda sobre l. 17 Y una voz que vena del cielo deca:Este es mi Hijo amado, en quien me complazco.

    Tentaciones en el desierto*1 Entonces el Espritu condujo a Jess al desierto*, para que el diablo* lo pu-siera a prueba. 2 Despus de ayunar* cuarenta das y cuarenta noches, sintihambre. 3 El tentador se acerc entonces y le dijo:

    Si eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes.4 Jess le respondi:Est escrito: No slo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de laboca de Dios.5 Despus el diablo lo llev a la ciudad santa, lo puso en la parte ms alta del tem-plo 6 y le dijo:Si eres Hijo de Dios, trate abajo; porque est escrito: Dar rdenes a sus ngelespara que te lleven en brazos, de modo que tu pie no tropiece con ninguna piedra.

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    Dt 8,3

    Sal 91,11-12

    Mt 2,21 756

    || Mc 1,2-8; Lc 3,1-9.15-17; Jn 1,19-28

    || Mc 1,9-11; Lc 3,21-22

    || Mc 1,12-13; Lc 4,1-13

  • 7 Jess le dijo:Tambin est escrito: No tentars al Seor tu Dios.8 De nuevo el diablo lo llev consigo a una montaa muy alta, le mostr todos losreinos del mundo con su gloria 9 y le dijo:Todo esto te dar, si te postras y me adoras.10 Entonces Jess le dijo:Retrate, Satans, porque est escrito: Adorars al Seor tu Dios y slo a l le da-rs culto.11 Entonces el diablo se alej de l, y unos ngeles* se acercaron y le servan.

    Ministerio en Galilea*12 Al or Jess que Juan haba sido encarcelado, regres a Galilea. 13 Dej Nazaret*y se fue a vivir a Cafarnan*, junto al lago, en la frontera entre Zabuln* y Nefta-l*; 14 para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaas:

    15 Tierra de Zabuln, tierra de Neftal,camino del mar, al otro lado del Jordn,Galilea de los paganos.16 El pueblo que habitaba en tinieblas vio una gran luz;a los que habitaban en una regin de sombra de muerteuna luz les brill.

    17 Desde entonces empez Jess a predicar diciendo:Convirtanse, porque est llegando el reino de los cielos.

    Primeros discpulos*18 Paseando junto al lago de Galilea*, vio a dos hermanos: Simn, llamado Pedro,y su hermano Andrs, que estaban echando la red en el lago, pues eran pescado-res. 19 Les dijo:Vengan conmigo y los har pescadores de hombres.20 Ellos dejando inmediatamente las redes, lo siguieron.21 Ms adelante vio a otros dos hermanos: Santiago, el de Zebedeo, y su hermanoJuan*, que estaban en la barca con su padre Zebedeo, reparando las redes. Los lla-m tambin, 22 y ellos, dejando inmediatamente la barca y a su padre, lo siguieron.

    La actividad* de Jess23 Jess recorra toda Galilea, enseando en las sinagogas* judas. Anunciaba labuena noticia del reino y sanaba las enfermedades y las dolencias del pueblo. 24 Sufama lleg a toda Siria*; le trajeron todos los que se sentan mal, aflijidos por en-fermedades y sufrimientos diversos, endemoniados, lunticos y paralticos, y l lossan. 25 Y lo sigui mucha gente de Galilea, la Decpolis, Jerusaln, Judea y delotro lado del Jordn.

    Sermn de la montaa1 Al ver tanta gente, Jess subi a la montaa, se sent, y se le acercaron susdiscpulos. 2 Entonces comenz a ensearles con estas palabras:

    Las Bienaventuranzas*3 Dichosos los pobres* en el espritu, porque de ellos es el reino de los cielos.4 Dichosos los afligidos, porque Dios los consolar.5 Dichosos los humildes, porque heredarn la tierra.6 Dichosos los que tienen hambre* y sed de hacer la voluntad de Dios, porque Dioslos saciar.7 Dichosos los misericordiosos, porque Dios tendr misericordia* de ellos.8 Dichosos los limpios de corazn, porque ellos vern a Dios.

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    Dt 6,16

    Dt 6,13

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    Mt 5,8757

    || Lc 6,20-23

    || Lc 6,17-19

    || Mc 1,16-20; Lc 5,1-11

    || Mc 1,14; Lc 4,14-15

  • 9 Dichosos los que construyen la paz*, porque Dios los llamar sus hijos.10 Dichosos los perseguidos por hacer la voluntad de Dios, porque de ellos es elreino de los cielos.11 Dichosos sern ustedes cuando los injurien y los persigan, y digan contra uste-des toda clase de calumnias por causa ma. 12 Algrense y regocjense, porque se-r grande su recompensa en los cielos, pues as persiguieron a los profetas que vi-vieron antes que ustedes.

    Sal y luz del mundo13 Ustedes son la sal* de la tierra; pero si la sal pierde su sabor, con qu se sala-r? Ya no sirve para nada, sino para tirarla fuera y que la pisen los hombres. 14 Us-tedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima deuna montaa. 15 Tampoco se enciende una lmpara de aceite para cubrirla conuna vasija de barro; sino que se pone sobre el candelero, para que alumbre a to-dos los que estn en la casa. 16 Brille su luz delante de los hombres de modo que,al ver sus buenas obras, den gloria a su Padre que est en los cielos.

    Ms all de la ley17 No piensen que he venido a abolir las enseanzas de la ley* y los profetas; nohe venido a abolirlas, sino a llevarlas hasta sus ltimas consecuencias. 18 Porqueles aseguro que mientras duren el cielo y la tierra la ms pequea letra* de la leyestar vigente hasta que todo se cumpla. 19 Por eso, el que descuide uno de estosmandamientos ms pequeos y ensee a hacer lo mismo a los dems, ser el mspequeo en el reino de los cielos. Pero el que los cumpla y ensee, ser grande enel reino de los cielos. 20 Por eso les digo que si no son mejores que los maestrosde la ley y los fariseos*, ustedes no entrarn en el reino de los cielos.

    Relaciones fraternas21 Han odo que se dijo a nuestros antepasados: No matars; y el que mate ser lle-vado a juicio. 22 Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano ser lle-vado a juicio; el que lo llame estpido ser llevado a juicio ante el Consejo de An-cianos, y el que lo llame imbcil ser condenado al fuego* que no se apaga. 23 Aspues, si en el momento de llevar tu ofrenda al altar recuerdas que tu hermano tie-ne algo contra ti, 24 deja all tu ofrenda ante el altar y ve primero a reconciliarte*con tu hermano; luego regresa y presenta tu ofrenda. 25 Trata de ponerte de acuer-do con tu adversario mientras vas de camino con l; no sea que te entregue al juez,y el juez al guardia, y te metan en la crcel. 26 Te aseguro que no saldrs de all has-ta que hayas pagado el ltimo centavo.

    Adulterio y divorcio27 Han odo que se dijo: No cometers adulterio*. 28 Pero yo les digo que todo elque mira con malos deseos a una mujer ya ha cometido adulterio con ella en sucorazn. 29 Por tanto, si tu ojo derecho es ocasin de pecado para ti, arrncatelo yarrjalo lejos de ti; te conviene ms perder uno de tus miembros, que ser echadotodo entero al fuego que no se apaga. 30 Y si tu mano derecha es ocasin de peca-do para ti, crtatela y arrjala lejos de ti; te conviene ms perder uno de tus miem-bros, que ser arrojado todo entero al fuego que no se apaga.31 Tambin se dijo: El que se separe de su mujer, que le d un acta de divorcio*. 32 Pe-ro yo les digo que todo el que se separa de su mujer, salvo en caso de unin ilegtima,la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una separada, comete adulterio.

    Juramento33 Tambin han odo que se dijo a nuestros antepasados: No jurars en falso, sinoque cumplirs lo que prometiste al Seor con juramento. 34 Pero yo les digo que

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    Dt 24,11034

    Lv 19,12

    Mt 5,9 758

    || Mc 9,50; Lc 14,34-35

    || Lc 16,17; Sant 2,10

    || Mc 10,11-12;Lc 16,18

  • no juren en modo alguno; ni por el cielo*, que es el trono de Dios; 35 ni por la tie-rra, que es el estrado de sus pies; ni por Jerusaln, que es la ciudad del gran rey.36 Ni siquiera jures por tu cabeza, porque no puedes cambiar de color ni uno so-lo de tus cabellos. 37 Que tu palabra sea s, cuando es s; y no, cuando es no. Lo quepasa de ah, viene del maligno.

    Venganza38 Han odo que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente*. 39 Pero yo les digo queno enfrenten al que les hace mal; al contrario, a quien te abofetea en la mejilla de-recha, presntale tambin la otra; 40 al que te demande para quitarte la tnica, da-le tambin el manto; 41 y al que te pida que lo acompaes mil pasos, ve con l dosmil. 42 Da a quien te pida, y no des la espalda al que te pide prestado.

    Amor a los enemigos43 Han odo que se dijo: Ama a tu prjimo y odia a tu enemigo. 44 Pero yo les di-go: Amen* a sus enemigos y oren por quienes los persiguen. 45 As sern dignoshijos de su Padre del cielo, que hace salir el sol sobre buenos y malos, y manda lalluvia sobre justos e injustos. 46 Porque, si aman a quienes los aman, qu recom-pensa merecen? No hacen tambin eso los que recaudan impuestos* para Roma?47 Y si saludan slo a sus hermanos qu hacen de ms? No hacen lo mismo lospaganos? 48 Ustedes sean perfectos, como el Padre celestial es perfecto.

    Limosna1 Cuidado con practicar las buenas obras para ser vistos por la gente, porque en-tonces su Padre del cielo no los recompensar. 2 Por eso, cuando des limosna, novayas pregonndolo, como hacen los hipcritas en las sinagogas y en las calles,

    para que los alaben los hombres. Les aseguro que ya han recibido su recompensa.3 T, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha. 4 Astu limosna quedar en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensar.

    Oracin5 Cuando oren*, no sean como los hipcritas, a quienes les gusta orar de pie en lassinagogas y en las esquinas de las plazas para que los vea la gente. Les aseguro queya han recibido su recompensa. 6 T, cuando ores, entra en tu habitacin, cierra lapuerta y ora a tu Padre, que est en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, terecompensar. 7 Y al orar, no hablen mucho como hacen los paganos, creyendo queDios va a escuchar todo lo que hablaron. 8 No sean como ellos, pues su Padre* yasabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan. 9 Ustedes oren as*:

    Padre nuestro*, que ests en el cielo,santificado sea tu nombre;10 venga tu reino*;hgase tu voluntad en la tierra como en el cielo;11 danos hoy el pan que necesitamos;12 perdnanos nuestras ofensas,como tambin nosotros perdonamos a los que nos ofenden;13 no nos dejes caer en la tentacin*;y lbranos del mal.

    14 Porque si ustedes perdonan a los dems sus culpas, tambin a ustedes los per-donar el Padre celestial. 15 Pero si no perdonan a los dems, tampoco su Padreles perdonar sus culpas.

    Ayuno*16 Cuando ayunen, no anden tristes como hacen los hipcritas, que desfiguran surostro para que la gente vea que ayunan. Les aseguro que ya han recibido su re-

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    Mt 6,16759

    || Mt 23,5

    || Lc 11,2-4

    || Lc 6,27-28.32-36

    || Lc 6,29-30

  • compensa. 17 T, cuando ayunes, perfmate la cabeza y lvate la cara, 18 de modoque nadie note tu ayuno, sino tu Padre, que est en lo escondido. Y tu Padre, queve hasta lo ms escondido, te recompensar.

    Una decisin necesaria19 No amontonen tesoros en esta tierra, donde la polilla y la herrumbre echan a per-der las cosas, y donde los ladrones perforan los muros y roban. 20 Amontonen me-jor tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre echan a perder las cosas,y donde los ladrones no perforan los muros ni roban. 21 Porque donde est tu te-soro, all estar tambin tu corazn.22 El ojo* es la lmpara del cuerpo. Si tu ojo est sano, todo tu cuerpo est ilumi-nado; 23 pero si tu ojo est enfermo, todo tu cuerpo est en tinieblas. Y si la luzque hay en ti es tiniebla, qu grande ser la oscuridad!24 Nadie puede servir a dos amos; porque odiar a uno y amar al otro, o ser fiela uno y al otro no le har caso. Ustedes no pueden servir a Dios y al dinero.

    Busca lo esencial25 Por eso les digo: No se inquieten pensando qu van a comer o a beber parasubsistir, o con qu vestirn* su cuerpo. No vale ms la vida que el alimento yel cuerpo que el vestido? 26 Fjense en las aves del cielo; ni siembran ni cose-chan ni guardan en graneros, y sin embargo el Padre* celestial las alimenta. Novalen ustedes mucho ms que ellas? 27 Quin de ustedes, por ms que lo inten-te, puede aadir una sola hora a su vida? 28 Y por el vestido, por qu se inquie-tan? Fjense cmo crecen los lirios del campo; no se fatigan ni tejen; 29 y sinembargo, les digo que ni Salomn en todo su esplendor se visti como uno deellos. 30 Pues si a la hierba que hoy est en el campo y maana se echa al fuegoDios la viste as, qu no har con ustedes, hombres de poca fe? 31 As que nose inquieten diciendo: Qu comeremos? Qu beberemos? Con qu nos vesti-remos? 32 Esas son las cosas por las que se preocupan los paganos. Ya sabe el Pa-dre celestial lo que necesitan. 33 Busquen primero el reino de Dios y hacer su vo-luntad, y todo lo dems les vendr por aadidura. 34 No se inquieten por el dade maana, que el maana traer su propia preocupacin. A cada da le bastasu propio afn.

    No juzguis1 No juzguen, para que Dios no los juzgue; 2 porque Dios los juzgar del mis-mo modo que ustedes hayan juzgado y los medir con la medida con que ha-yan medido a los dems. 3 Cmo es que ves la basura en el ojo de tu herma-

    no y no adviertes la viga que hay en el tuyo*? 4 O cmo dices a tu hermano: Dejaque te saque la basura del ojo, si tienes una viga en el tuyo? 5 Hipcrita, saca pri-mero la viga de tu ojo y entonces podrs ver para sacar la basura del ojo de tu her-mano.6 No den lo santo a los perros ni echen sus perlas a los puercos*, no sea que laspisoteen, se enfrenten a ustedes y los destrocen.

    Tened confianza7 Pidan y Dios les dar, busquen y encontrarn, llamen y Dios les abrir. 8 Porquetodo el que pide recibe, el que busca encuentra, y al que llama, Dios le abre. 9 Quinde ustedes, si su hijo le pide pan le da una piedra?; 10 o si le pide un pez, le dauna serpiente? 11 Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hi-jos, cunto ms su Padre del cielo dar cosas buenas a los que se las pidan! 12 Aspues, traten a los dems como ustedes quieran que ellos los traten, porque en es-to consisten la ley y los profetas.

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    Mt 6,17 760

    || Lc 12,33-34; 11,34-36; 16,13

    || Lc 12,22-34

    || Lc 6,37-38.41-42

    || Lc 11,9-13

  • La puerta estrecha13 Entren por la puerta* estrecha, porque es ancha la puerta y amplio el camino*que lleva a la perdicin, y son muchos los que entran por l. 14 En cambio es es-trecha la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y son pocos los que lo en-cuentran.

    Dos clases de profetas15 Tengan cuidado con los falsos profetas; se les acercan disfrazados de ovejas, pe-ro por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conocern. Acaso se reco-gen uvas de los espinos o higos de las zarzas? 17 Del mismo modo, todo rbol bue-no da frutos buenos, mientras que el rbol malo da frutos malos. 18 No puede unrbol bueno dar frutos malos, ni un rbol malo dar frutos buenos. 19 Todo rbolque no da buen fruto se corta y se echa al fuego. 20 As que por sus frutos los co-nocern.

    Dos tipos de discpulos21 No todo el que me dice: Seor, Seor! entrar en el reino de los cielos, sino el quehace la voluntad de mi Padre que est en los cielos. 22 Muchos me dirn aquel da:Seor, Seor! No profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos de-monios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?23 Pero yo les responder:No los conozco. Aprtense de m, malvados!

    Las dos casas24 El que escucha mis palabras y las pone en prctica, es como aquel hombre pru-dente que edific su casa sobre roca. 25 Cay la lluvia*, vinieron los torrentes, so-plaron los vientos y arremetieron contra la casa; pero no se derrumb, porque es-taba cimentada sobre roca. 26 Sin embargo, el que escucha mis palabras y no laspone en prctica, es como aquel hombre necio que edific su casa sobre arena.27 Cay la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, chocaron contra lacasa, y sta se derrumb. Y su ruina fue grande.28 Cuando Jess termin este discurso, la gente se qued admirada de su ensean-za, 29 porque les enseaba con autoridad, y no como sus maestros de la ley.

    Curacin* de un leproso1 Cuando Jess baj de la montaa, lo sigui mucha gente. 2 Entonces se leacerc un leproso y se postr ante l, diciendo:Seor, si quieres, puedes limpiarme.

    3 Jess extendi la mano, lo toc y le dijo:Quiero, queda limpio.Y al instante qued limpio de la lepra. 4 Jess le dijo:No se lo digas a nadie, pero ve, presntate al sacerdote y lleva la ofrenda quemand Moiss, para que les conste que has quedado sano.

    Curacin del criado del capitn5 Al entrar en Cafarnan*, se le acerc un oficial romano* suplicndole:6 Seor, tengo en casa un criado paraltico que sufre terriblemente.7 Jess le respondi:Yo ir a curarlo.8 El oficial romano contest:Seor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero basta que digas una solapalabra y mi criado quedar sano. 9 Porque yo, que soy un subalterno, tengo sol-dados a mis rdenes, y si digo a uno de ellos: Ve, l va; y a otro: Ven, l vie-ne; y a mi criado: Haz esto, l lo hace.

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    Mt 8,9761

    || Lc 7,1-10; Jn 4,43-54

    || Mc 1,40-45; Lc 5,12-16

    || Lc 6,47-49

    || Lc 6,43-44

    || Lc 13,25-27

    || Lc 13,9-13

  • 10 Al orlo, Jess se qued admirado y dijo a los que le seguan:Les aseguro que jams he encontrado en Israel una fe tan grande. 11 Por eso lesdigo que vendrn muchos de oriente y occidente y se sentarn con Abrahn, Isaacy Jacob* en el reino de los cielos, 12 mientras que los hijos del reino sern echadosfuera a las tinieblas; all llorarn y les rechinarn los dientes.13 Luego dijo al oficial romano:Vete y que suceda segn tu fe.Y en aquel momento el criado qued sano.

    Otras curaciones14 Al llegar Jess a la casa de Pedro, encontr a la suegra de ste acostada con fiebre.15 Jess tom su mano y se le quit la fiebre. Ella se levant y se puso a servirle.16 Al atardecer le trajeron muchos endemoniados; expuls a los espritus con supalabra, y san a todos los enfermos. 17 As se cumpli lo anunciado por el profe-ta Isaas:

    l tom nuestras flaquezasy carg con nuestras enfermedades*.

    El seguimiento de Jess18 Viendo Jess que lo rodeaba una multitud de gente, mand que lo llevaran a laotra orilla. 19 Se le acerc un maestro de la ley y le dijo:Maestro, te seguir adondequiera que vayas.20 Jess le dijo:Los zorros tienen guaridas y los pjaros del cielo nidos; pero el Hijo del hom-bre no tiene donde reclinar la cabeza.21 Otro de sus discpulos le dijo:Seor, deja primero que vaya a enterrar a mi padre.22 Jess le dijo:Sgueme y deja que los muertos entierren a sus muertos.

    La tempestad calmada23 Jess subi a una barca y sus discpulos lo siguieron. 24 De pronto se desencade-n una gran tempestad en el lago de tal manera que las olas cubran la barca, peroJess estaba dormido. 25 Los discpulos se acercaron y lo despertaron dicindole:Seor, slvanos, que nos hundimos.26 l les dijo:Por qu tienen miedo, hombres de poca fe?Entonces se levant, orden calmarse a los vientos y al lago, y sobrevino una grancalma. 27 Y aquellos hombres, maravillados, se preguntaban: Qu clase de hom-bre es ste, que hasta los vientos y el lago le obedecen?

    Los demonios expulsados28 Al llegar a la otra orilla, a la regin de los gadarenos, salieron a su encuentro deentre los sepulcros dos endemoniados*. Eran tan agresivos, que nadie se atreva apasar por aquel camino. 29 Y se pusieron a gritar:Qu tenemos nosotros que ver contigo, Hijo de Dios? Has venido aqu a ator-mentarnos antes de tiempo?30 A cierta distancia de all, haba una gran cantidad de cerdos buscando alimen-to; 31 y los demonios le rogaban a Jess:Si nos expulsas, envanos a los cerdos.32 Jess les dijo:Vayan.Ellos salieron y se metieron en los cerdos; de pronto, todos los cerdos se lanzaron al la-go por el barranco y murieron ahogados. 33 Los que estaban cuidando los cerdos huye-

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    Is 53,41035

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    Mt 8,10 762

    || Mc 1,29-34; Lc 4,38-41

    || Mc 4,35-41; Lc 8,26-39

    || Mc 5,1-20; Lc 8,26-39

    || Lc 9,57-62

  • ron a la ciudad y lo contaron todo, incluso lo de los endemoniados. 34 Toda la ciudadsali al encuentro de Jess, y cuando lo vieron le rogaron que se fuera de su territorio.

    El paraltico curado*1 Subiendo a la barca, Jess cruz el lago y fue a su propia ciudad. 2 Entoncesle trajeron un paraltico tendido en una camilla. Jess, viendo la fe que tenan,dijo al paraltico:

    nimo, hijo, tus pecados te quedan perdonados.3 Algunos maestros de la ley decan para s: Este blasfema.4 Jess, dndose cuenta de lo que pensaban, les dijo:Por qu piensan mal? 5 Qu es ms fcil, decir: Tus pecados quedan perdona-dos; o decir: Levntate y camina? 6 Pues ahora sabrn que el Hijo del hombre tie-ne poder en la tierra para perdonar los pecados.Entonces se dirigi al paraltico y le dijo:Levntate, toma tu camilla y vete a tu casa.7 l se levant y se fue a su casa. 8 Al verlo, la gente se llen de temor y daba glo-ria a Dios por haber dado tal poder a los hombres.

    Vocacin de Mateo9 Cuando se iba de all, vio Jess a un hombre que se llamaba Mateo, sentado enla oficina de impuestos, y le dijo:Sgueme.l se levant y lo sigui.10 Despus, mientras Jess estaba sentado a la mesa en casa de Mateo, muchos recau-dadores de impuestos y pecadores vinieron y se sentaron con l y sus discpulos.11 Al verlo los fariseos*, preguntaban a sus discpulos:Por qu su Maestro come con los recaudadores de impuestos* y los pecadores?12 Lo oy Jess y les dijo:No necesitan mdico los sanos, sino los enfermos. 13 Entiendan bien qu signi-fica: misericordia quiero y no sacrificios*; porque yo no he venido a llamar a losjustos, sino a los pecadores.

    Sobre el ayuno14 Se le acercaron entonces los discpulos de Juan y le preguntaron:Por qu nosotros y los fariseos ayunamos, y tus discpulos no ayunan?15 Jess les contest:Es que pueden estar tristes los invitados a la boda mientras el novio est conellos? Llegar un da en que les quitarn al novio; entonces ayunarn. 16 Nadie po-ne un remiendo de tela nueva en un vestido viejo, porque lo aadido har enco-ger el vestido y el desgarrn se har mayor. 17 Tampoco se guarda el vino nuevoen odres viejos, porque los odres revientan, se pierde el vino y se estropean losodres. El vino nuevo se guarda en odres nuevos, y as se conservan los dos.

    La hija de Jairo y la mujer enferma18 Mientras Jess les deca esto, lleg un personaje importante y se postr ante ldiciendo:Mi hija acaba de morir; pero si t vienes y pones tu mano sobre ella, vivir.19 Jess se levant y, acompaado de sus discpulos, lo sigui.20 Entonces, una mujer que tena hemorragias desde haca doce aos se acerc pordetrs y toc el borde de su manto, 21 pues pensaba: Con slo tocar su vestido que-dar sana.22 Jess se dio la vuelta y, al verla, dijo:nimo, hija, tu fe te ha salvado.Y la mujer qued sana desde aquel momento. 23 Al llegar Jess a casa del perso-naje y ver a los que tocaban msica fnebre y a los que lloraban, 24 dijo:

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    Os 6,61053

    Mt 9,24763

    || Mc 5,21-43; Lc 8,40-56

    || Mc 2,18-22; Lc 5,33-39

    || Mc 2,13-27; Lc 5,27-32

    || Mc 2,1-12; Lc 5,17-26

  • Vyanse de aqu, que la nia no ha muerto; est dormida.Pero ellos se burlaban de l. 25 Cuando desalojaron a la gente, entr, la tom de lamano y la nia se levant. 26 Y la noticia se supo por toda aquella regin.

    Los dos ciegos27 Al salir Jess de all, lo siguieron dos ciegos gritando:Ten piedad de nosotros, Hijo de David.28 Cuando entr en la casa, se le acercaron los ciegos, y Jess les dijo:Creen que puedo hacer lo que piden?Ellos dijeron:S, Seor.29 Entonces toc sus ojos diciendo:Que se haga de acuerdo a su fe.30 Y se abrieron sus ojos.Jess les orden terminantemente:No se lo digan a nadie.31 Pero ellos, en cuanto salieron, lo comentaron por toda aquella regin.

    El hombre mudo32 Mientras los ciegos se iban, le presentaron un hombre mudo posedo por un de-monio. 33 Jess expuls al demonio y el mudo comenz a hablar. Y la gente decamaravillada:Jams se ha visto nada igual en Israel.34 Pero los fariseos decan:Expulsa los demonios con el poder del prncipe de los demonios.35 Jess recorra todos los pueblos y aldeas, enseando en las sinagogas judas, anun-ciando la buena noticia del reino y sanando* todas las enfermedades y dolencias.

    Envo de los discpulos36 Al ver a la gente, sinti compasin de ellos, porque estaban cansados y desorien-tados como ovejas sin pastor. 37 Entonces dijo a sus discpulos:La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos. 38 Rueguen por tanto al due-o de la cosecha que enve obreros a recogerla.

    Los doce1 Jess llam a sus doce discpulos y les dio poder* para expulsar espritusimpuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias. 2 Los nom-bres de los doce apstoles son: primero Simn, llamado Pedro, y su her-

    mano Andrs; luego Santiago* el hijo de Zebedeo y su hermano Juan; 3 Felipe yBartolom; Toms y Mateo*, el recaudador de impuestos; Santiago, el hijo de Al-feo, y Tadeo; 4 Simn el cananeo, y Judas Iscariote*, el que lo entreg.

    Proclamacin del reino5 A estos Doce los envi Jess con las siguientes instrucciones:No transiten por regiones de paganos ni entren en los pueblos de Samara. 6 Va-yan ms bien en busca de las ovejas perdidas del pueblo de Israel. 7 Vayan y pro-clamen que est llegando el reino de los cielos. 8 Sanen a los enfermos, resucitena los muertos, limpien a los leprosos, expulsen a los demonios; gratis lo han reci-bido, entrguenlo tambin gratis. 9 No lleven oro ni plata ni dinero en el bolsillo;10 ni morral para el camino ni dos tnicas ni sandalias ni bastn; porque el obre-ro tiene derecho a su sustento.11 Cuando lleguen a cualquier pueblo, averiguen quin hay en l digno de recibir-los y qudense en su casa hasta que se vayan. 12 Al entrar en la casa, saluden, 13 ysi lo merecen, la paz de su saludo permanecer con ellos; si no, regresar a uste-

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    Mt 9,25 764

    || Mc 6,34; Lc 10,2

    || Mc 3,13-19; Lc 6,12-16

    || Mc 6,7-13; Lc 9,1-6

  • des. 14 Si no los reciben ni escuchan su mensaje, salgan de esa casa o de ese pue-blo y sacdanse el polvo de los pies. 15 Les aseguro que el da del juicio ser msllevadero para Sodoma y Gomorra que para ese pueblo.

    Persecuciones16 Yo los envo como ovejas en medio de lobos. Sean, pues, astutos como serpien-tes y sencillos como palomas*. 17 No se fen de la gente, porque los entregarn alos tribunales y los azotarn en sus sinagogas. 18 Sern llevados por mi causa an-te gobernadores y reyes, para que den testimonio ante ellos y ante los paganos.19 Cuando los entreguen, no se preocupen de cmo hablarn, ni de qu dirn. Diosmismo les sugerir en ese momento lo que tienen que decir, 20 pues no sern us-tedes los que hablen, sino que el Espritu del Padre hablar a travs de ustedes.21 El hermano entregar al hermano a la muerte, y el padre al hijo; se levantarnlos hijos contra los padres y los matarn. 22 Todos los odiarn por mi causa, peroel que persevere hasta el final, se se salvar. 23 Cuando los persigan en una ciu-dad, huyan a otra; les aseguro que no conseguirn recorrer todas las ciudades deIsrael antes de que venga el Hijo del hombre.24 El discpulo* no es ms que su maestro; ni el siervo ms que su seor. 25 Bastacon que el discpulo sea como su maestro, y el siervo como su seor. Si al dueode casa lo llamaron Belzeb, cunto ms a los de su familia!

    Confianza y valor26 As pues, no les tengan miedo; porque no hay nada oculto que no vaya a mani-festarse, nada secreto que no vaya a saberse. 27 Lo que yo les digo en la oscuridad,dganlo a plena luz; lo que escuchen al odo, proclmenlo desde las azoteas.28 No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden quitar la vida; temanms bien al que puede destruir al hombre entero en el fuego que no se apaga.29 No se vende un par de pjaros por muy poco dinero? Y sin embargo ni uno de elloscae en tierra sin que lo permita el Padre. 30 En cuanto a ustedes, hasta los cabellos desu cabeza estn contados. 31 No teman, pues ustedes valen ms que todos los pjaros.32 Si alguno est de mi parte ante los hombres, tambin yo estar de su parte enpresencia de mi Padre que est en los cielos; 33 pero a quien me niegue ante loshombres, yo tambin lo negar en presencia de mi Padre que est en los cielos.

    Jess, causa de divisin34 No piensen que he venido a traer paz a la tierra; no he venido a traer paz, sinodiscordia. 35 Porque he venido a separar al hijo de su padre, a la hija de su madre,a la nuera de su suegra; 36 los enemigos de cada uno sern los de su casa. 37 El queama a su padre o a su madre ms que a m, no es digno de m; y el que ama a suhijo o a su hija ms que a m, no es digno de m. 38 El que no toma su cruz y mesigue, no es digno de m. 39 El que quiera conservar la vida, la perder, y el que lapierda por m, la conservar.

    Recompensa40 El que los recibe a ustedes, me recibe a m, y el que me recibe a m, recibe alque me envi. 41 El que recibe a un profeta por ser profeta, recibir recompensade profeta; el que recibe a un justo por ser justo, recibir recompensa de justo;42 y quien d un vaso de agua fresca a uno de estos pequeos slo porque es dis-cpulo mo, les aseguro que no se quedar sin recompensa.

    1 Cuando Jess acab de dar instrucciones a sus doce discpulos, se fue aensear y a proclamar el mensaje en los pueblos de la regin.

    Los mensajeros de Juan el Bautista2 Juan, que haba odo hablar en la crcel de las obras del Mesas, envi a sus dis-cpulos 3 a preguntarle:

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    Miq 7,6

    Mt 11,3765

    || Lc 7,18-35; Is 35,5-6

    || Lc 12,51-53; 14,26-27

    || Mc 9,41

    || Lc 12,2-9

    || Mc 13,9-13; Lc 21,12-17

  • Eres t quien tena que venir, o debemos esperar a otro?4 Jess les respondi:Vayan y cuenten a Juan lo que estn oyendo y observando: 5 los ciegos ven, loscojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan ya los pobres* se les anuncia la buena noticia. 6 Y dichoso aquel que no se sientadefraudado por m!7 Cuando se fueron, Jess se puso a hablar de Juan a la gente:Qu salieron a ver en el desierto? Una caa agitada por el viento? 8 Pues qu sa-lieron a ver? Un hombre lujosamente vestido? Los que visten con lujo estn en lospalacios de los reyes. 9 Pero entonces qu salieron a ver? Un profeta? S, y les ase-guro que ms que un profeta. 10 Este es de quien est escrito: Yo envo mi mensaje-ro por delante de ti; l te ir preparando el camino. 11 Les aseguro que no ha surgidoentre los hombres nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el ms pequeo enel reino de los cielos es mayor que l. 12 Desde que apareci Juan el Bautista hasta aho-ra, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos pretenden apoderarse de l.13 Pues todos los profetas y la ley anunciaron esto hasta que vino Juan. 14 Y es que, loacepten o no, l es Elas, el que tena que venir. 15 El que tenga odos, que oiga.16 Con quin comparar a esta generacin? Es como esos muchachos que, senta-dos en la plaza, gritan a los otros este refrn: 17 Hemos tocado la flauta y no hanbailado, hemos entonado lamentaciones y no han llorado. 18 Porque vino Juan, queno coma ni beba, y dicen: Est endemoniado. 19 Viene el Hijo del hombre, quecome y bebe, y dicen: Ah tienen un comiln y un borracho, amigo de recaudado-res de impuestos y pecadores. Pero la sabidura ha quedado avalada por sus obras.

    Ciudades empedernidas20 Entonces Jess se puso a reprender a las ciudades en las que haba hecho la ma-yora de sus milagros, porque no se haban convertido:21 Ay de ti, Corozan! Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro* y en Sidn se hu-bieran hecho los milagros realizados en ustedes, hace tiempo que, vestidas de pe-nitencia y sentadas sobre ceniza, se habran convertido. 22 Por eso les digo que elda del juicio ser ms tolerable para Tiro y Sidn que para ustedes.23 Y t, Cafarnan, te elevars hasta el cielo? Hasta el abismo te hundirs! Porquesi en Sodoma se hubieran hecho los milagros realizados en ti, hoy seguira en pie.24 Por eso les digo que el da del juicio ser ms llevadero para Sodoma que para ti.

    El reino revelado a los pequeos25 Entonces Jess dijo:Yo te alabo, Padre, Seor* del cielo y de la tierra, porque has escondido estas co-sas a los sabios y prudentes, y se las has dado a conocer a los sencillos. 26 S, Pa-dre, as te ha parecido bien. 27 Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoceal Hijo* sino el Padre, y al Padre lo conoce slo el Hijo y aqul a quien el Hijo selo quiera revelar*. 28 Vengan a m todos los que estn fatigados y agobiados, y yolos aliviar. 29 Carguen con mi yugo y aprendan de m, que soy sencillo y humil-de de corazn, y encontrarn descanso para sus vidas. 30 Porque mi yugo es sua-ve y mi carga ligera.

    El Hijo del hombre es seor del sbado1 En una ocasin Jess caminaba a travs de unos campos sembrados. Erasbado. Sus discpulos sintieron hambre y se pusieron a cortar espigas y acomerlas. 2 Los fariseos*, al ver lo que hacan, le dijeron:

    No te das cuenta de que tus discpulos hacen algo que no est permitido en s-bado?3 Jess les respondi:No han ledo lo que hizo David cuando sinti hambre l y sus compaeros:4 cmo entr en el templo de Dios y comi los panes de la ofrenda que ni a l ni

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    Mal 3,1

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    1106

    Mt 11,4 766

    || Lc 10,13-15

    || Lc 10,21-22

    || Mc 2,23-28; Lc 6,1-5

  • a los suyos les estaba permitido comer, sino slo a los sacerdotes? 5 Tampoco hanledo en la ley que en sbado los sacerdotes del templo pueden quebrantar el pre-cepto del sbado quedando sin culpa? 6 Pues yo les digo que aqu hay alguien msimportante que el templo. 7 Si supieran lo que significa: quiero amor y no sacrifi-cios, no condenaran a los inocentes. 8 Porque el Hijo del hombre es seor del s-bado.

    El hombre de la mano atrofiada9 Jess se fue de all y entr en la sinagoga juda. 10 Haba en ella un hombre quetena una mano atrofiada. Entonces, los que buscaban un motivo para acusar a Je-ss, le hicieron esta pregunta:Est permitido sanar a alguien en sbado?11 l les contest:Si alguno de ustedes tiene una oveja y se le cae en un hoyo en sbado, acasono va y la saca? 12 Pues un hombre vale mucho ms que una oveja. Por tanto, sepuede hacer el bien en sbado*.13 Entonces dijo al hombre:Extiende tu mano.La extendi y qued restablecida como la otra. 14 Pero los fariseos, al salir, se pu-sieron a planear el modo de acabar con l.

    El Siervo de Dios15 Jess lo supo y se alej de all. Lo siguieron muchos y los san a todos, 16 advir-tindoles que no dijeran que haba sido l. 17 As se cumpli lo anunciado por elprofeta Isaas:

    18 Este es mi siervo, a quien eleg;mi amado en quien me complazco;derramar mi espritu sobre l,y anunciar el derecho a las naciones.19 No discutir, ni gritar;no se oir en las plazas su voz.20 No romper la caa resquebrajadani apagar la mecha que apenas arde,hasta que haga triunfar la justicia.21 En l pondrn las naciones su esperanza.

    El poder de Jess22 Entonces le presentaron un endemoniado ciego y mudo. Jess lo san, de suer-te que el mudo hablaba y vea. 23 Toda la gente, maravillada, deca:No ser ste el Hijo de David?24 Pero los fariseos, al or esto, dijeron:Este expulsa los demonios con el poder de Belzeb, prncipe de los demonios.25 Jess se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo:Todo reino dividido termina destruido; ninguna ciudad o familia dividida pue-de permanecer. 26 Si Satans expulsa a Satans, est dividido. Cmo, pues, perma-necer su reino? 27 Y si yo expulso los demonios con el poder de Belzeb, los hi-jos de ustedes, con qu poder los expulsan? Por eso ellos sern sus jueces. 28 Perosi yo expulso los demonios con el poder del Espritu de Dios, es que ha llegado austedes el reino de Dios.29 Cmo puede entrar uno en casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, sino lo ata primero? Slo entonces podr saquear su casa. 30 El que no est conmi-go, est contra m; y el que no recoge conmigo, desparrama.31 Por eso les digo que se perdonar a los hombres todo pecado y toda blasfemia;pero la blasfemia contra el Espritu no se les perdonar. 32 Al que diga algo con-

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    Os 6,6

    1053

    Is 42,1-4

    Mt 12,32767

    || Mc 3,20-30; Lc 11,14-23; 12,10

    || Lc 6,6-11

  • tra el Hijo del hombre, se le perdonar; pero al que lo diga contra el Espritu San-to, no se le perdonar ni en este mundo ni en el otro.33 Si un rbol es bueno, dar fruto bueno; pero si un rbol es malo, dar fruto ma-lo. Porque el rbol se conoce por el fruto. 34 Raza de vboras! Cmo pueden us-tedes decir cosas buenas, siendo malos? Porque de la abundancia del corazn ha-bla la boca. 35 Del hombre bueno, como atesora bondad, salen cosas buenas; encambio, del hombre malo, como atesora maldad, salen cosas malas. 36 Y yo les di-go que en el da del juicio tendrn que dar cuenta de las palabras intiles que ha-yan dicho. 37 Por tus palabras sers absuelto, y por tus palabras sers condenado.

    Un signo de Jons38 Entonces algunos maestros de la ley y fariseos le dijeron:Maestro, queremos ver una seal hecha por ti.39 Jess respondi:Esta generacin perversa e infiel reclama una seal, pero no tendr otra sealque la del profeta Jons. 40 Pues as como Jons estuvo tres das y tres noches enel vientre del pez, as estar el Hijo del hombre tres das y tres noches en el cora-zn de la tierra.41 Los ninivitas se levantarn en el da del juicio contra esta generacin y la con-denarn, porque ellos hicieron penitencia al escuchar la predicacin de Jons, yaqu hay alguien que es ms importante que Jons. 42 La reina del sur se levanta-r en el juicio contra esta generacin y la condenar, porque ella vino del extremode la tierra para or la sabidura de Salomn; y aqu hay alguien que es ms im-portante que Salomn.

    Retorno del mal espritu43 Cuando un espritu impuro sale del hombre anda por lugares ridos buscando des-canso y, al no encontrarlo, 44 dice: Regresar a mi casa de donde sal; al llegar la en-cuentra deshabitada, barrida y arreglada. 45 Entonces va y toma consigo otros siete es-pritus peores que l, y se instalan all, con lo que la situacin final de este hombrees peor que la del principio. As le ocurrir tambin a esta generacin perversa.

    La madre y los hermanos de Jess46 An estaba Jess hablando a la gente, cuando llegaron su madre y sus herma-nos*. Se haban quedado afuera y trataban de hablar con l. 47 Alguien le dijo:Oye! Ah afuera estn tu madre y tus hermanos que quieren hablar contigo.48 Respondi Jess al que se lo deca:Quin es mi madre, y quines son mis hermanos?49 Y sealando con la mano a sus discpulos, dijo:Estos son mi madre y mis hermanos*. 50 El que cumple la voluntad de mi Pa-dre que est en los cielos, se es mi hermano, mi hermana y mi madre.

    El sembrador1 Aquel da sali Jess de casa y se sent a orillas del lago. 2 Se reuni entorno a l mucha gente, tanta que subi a una barca y se sent, mientrasla gente se quedaba de pie a la orilla. 3 Y les habl de muchas cosas por me-

    dio de parbolas*. Deca:Sali el sembrador a sembrar. 4 Al sembrar, unas semillas cayeron al borde delcamino; vinieron los pjaros y se las comieron. 5 Otras cayeron en terreno pedre-goso, donde no haba mucha tierra; brotaron en seguida porque la tierra era pocoprofunda, 6 pero cuando sali el sol se marchit la planta y se sec porque no te-na raz. 7 Otras cayeron entre la maleza, y cuando la maleza creci las ahog. 8 Fi-nalmente otras semillas cayeron en tierra buena y dieron fruto: un grano dio cien,otro sesenta, otro treinta. 9 El que tenga odos, que oiga.

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    Jon 2,1

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    Mt 12,33 768

    || Mc 8,11-12; Lc 11,24-32

    || Lc 11,24-26

    || Mc 3,31-35; Lc 8,19-21

    || Mc 4,1-9; Lc 8,4-8

  • Sentido de las parbolas10 Los discpulos se acercaron y le preguntaron:Por qu les hablas por medio de parbolas?11 Jess les respondi:A ustedes Dios les concede conocer los misterios del reino de los cielos, pero aellos no. 12 Porque al que tiene se le dar, y tendr de sobra; pero al que no tiene,aun aquello que tiene se le quitar. 13 Por eso les hablo por medio de parbolas*,porque aunque miran no ven, y aunque oyen no escuchan ni entienden. 14 De es-ta manera se cumple en ellos lo anunciado por Isaas:

    Oirn, pero no entendern; mirarn, pero no vern,15 porque se ha endurecido, el corazn de este pueblose han vuelto torpes sus odos, y se han cerrado sus ojos;de modo que sus ojos no ven, sus odos no oyen,su corazn no entiende,y no se convierten a m para que yo los sane.

    16 Dichosos ustedes por lo que ven sus ojos y por lo que oyen sus odos; 17 porqueles aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lovieron, y or lo que ustedes oyen y no lo oyeron.

    El sembrador. Explicacin18 As pues, escuchen ustedes lo que significa la parbola del sembrador. 19 Hay quienoye el mensaje del reino, pero no lo entiende; viene el maligno y le arrebata losembrado en su corazn. Este es como la semilla que cay al borde del camino.20 La semilla que cay en terreno pedregoso es como el que oye el mensaje y lo re-cibe en seguida con alegra, 21 pero no tiene raz en s mismo, es inconstante y, alllegar el sufrimiento o la persecucin a causa del mensaje, en seguida sucumbe.22 La semilla que cay entre maleza es como el que oye el mensaje, pero la preo-cupacin del mundo y la seduccin del dinero ahogan el mensaje y queda sin fru-to. 23 Finalmente, la semilla que cay en tierra buena es como el que oye el men-saje y lo entiende; ste da y produce fruto, sea cien, sesenta o treinta.

    El trigo y la cizaa*24 Jess les propuso esta otra parbola:Con el reino de los cielos sucede lo mismo que con un hombre que sembr bue-na semilla en su campo. 25 Mientras todos dorman, vino su enemigo, sembr ci-zaa en medio del trigo, y se fue. 26 Y cuando creci la planta y se form la espi-ga, apareci tambin la cizaa. 27 Entonces los siervos vinieron a decir al amo:Seor, no sembraste buena semilla en tu campo? Cmo es posible que tenga ci-zaa?. 28 l les respondi: Lo ha hecho un enemigo. Le dijeron: Quieres quevayamos a arrancarla?. 29 l les dijo: No, no sea que, al arrancar la cizaa, arran-quen tambin con ella el trigo. 30 Dejen que ambos crezcan juntos hasta el tiem-po de la cosecha; entonces dir a los trabajadores: Recojan primero la cizaa ytenla en manojos para quemarla, pero el trigo jntenlo en mi granero.

    El grano de mostaza y la levadura31 Les propuso otra parbola:Sucede con el reino de los cielos lo mismo que con un grano de mostaza* queun hombre toma y siembra en su campo. 32 Es la ms pequea de todas las semi-llas, pero cuando crece es mayor que las hortalizas y se hace como un rbol*, has-ta el punto que los pjaros del cielo pueden anidar en sus ramas.33 Les dijo otra parbola:Sucede con el reino de los cielos lo mismo que con la levadura que una mujertoma y mete en tres medidas de harina, hasta que fermenta todo.

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    Is 6,9-10

    1072

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    1028

    Mt 13,33769

    || Mc 4,30-32; Lc 13,18-21

    || Mc 4,13-20; Lc 8,11-15

    || Mc 4,10-12; Lc 8,9-10

  • Destino de las parbolas34 Jess expuso todas estas cosas por medio de parbolas a la gente, y nada les de-ca sin utilizar parbolas, 35 para que se cumpliera lo anunciado por el profeta:

    Hablar por medio de parbolas,publicar lo que estaba oculto desde la creacin del mundo.

    El trigo y la cizaa. Explicacin36 Entonces dej a la gente y se fue a casa. Sus discpulos se le acercaron y le di-jeron:Explcanos la parbola de la cizaa del campo.37 Jess les dijo:El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; 38 el campo es el mun-do; la buena semilla son los hijos del reino; y la cizaa, los hijos del maligno; 39 elenemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del mundo; y los trabaja-dores, los ngeles. 40 As como se recoge la cizaa y se hace una fogata con ella,as tambin suceder cuando llegue el fin del mundo. 41 El Hijo del hombre envia-r a sus ngeles, que recogern de su reino a todos los que fueron causa de tropie-zo y a los malvados, 42 y los echarn al horno de fuego. All llorarn y les rechina-rn los dientes. 43 Entonces los justos brillarn como el sol en el reino de su Padre.El que tenga odos, que oiga.

    El tesoro y la perla44 Sucede con el reino de los cielos lo mismo que con un tesoro escondido en elcampo: el que lo encuentra lo deja oculto y, lleno de alegra, va, vende todo lo quetiene y compra aquel campo.45 Tambin sucede con el reino de los cielos lo mismo que con un comercianteque busca perlas* finas, y que, 46 al encontrar una de gran valor, se va a vender to-do lo que tiene y la compra.

    La red47 Tambin sucede con el reino de los cielos lo mismo que con una red que echanal mar y recoge toda clase de peces; 48 una vez llena, los pescadores la sacan a laplaya, se sientan, seleccionan los buenos en canastas, y tiran los malos.49 As ser cuando llegue el fin del mundo. Saldrn los ngeles a separar a los ma-los de los buenos, 50 y echarn a los malos al horno de fuego; all llorarn y les re-chinarn los dientes.

    Conclusin51 Jess pregunt a sus discpulos:Han entendido todo esto?Ellos le contestaron:S.52 Y Jess les dijo:Todo maestro de la ley que se ha hecho discpulo del reino de los cielos, es co-mo un padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas.

    Rechazo de Jess en su patria53 Cuando Jess acab de contar estas parbolas, parti de all. 54 Fue a su puebloy se puso a ensearles en la sinagoga* juda. La gente, admirada, deca:De dnde le vienen a ste esa sabidura y esos poderes milagrosos? 55 No esste el hijo del carpintero? No se llama su madre Mara, y sus hermanos Santia-go, Jos, Simn y Judas*? 56 No estn todas sus hermanas entre nosotros? Dednde, pues, le viene todo esto?

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    Sal 78,2

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    1055,1098,1099

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    Mt 13,34 770

    || Mc 6,1-6; Lc 4,16-30

    || Mc 4,33-34

  • 57 Y los tena desconcertados. Pero Jess les dijo:Un profeta slo es despreciado en su pueblo y entre los suyos.58 Y no hizo all muchos milagros por su falta de fe.

    Muerte de Juan el Bautista1 Por entonces, el rey Herodes* oy hablar de Jess, 2 y dijo a sus conseje-ros:Es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos; por eso ac-

    tan en l los poderes milagrosos.3 Y es que Herodes haba detenido a Juan*, lo haba encadenado y lo haba metido enla crcel, por causa de Herodas, la mujer de su hermano Filipo. 4 Pues Juan le deca:No te es lcito tenerla por mujer.5 Y, aunque quera matarlo, tuvo miedo al pueblo, que lo tena por profeta.6 El da que se celebraba el cumpleaos de Herodes, la hija de Herodas danz enpblico y agrad tanto a Herodes 7 que ste jur darle lo que pidiera. 8 Ella, insti-gada por su madre, le dijo:Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.9 El rey se entristeci, pero por no romper el juramento que haba hecho ante losinvitados, mand que se la dieran, 10 ordenando que le cortaran la cabeza a Juanen la crcel. 11 Trajeron la cabeza en una bandeja y se la dieron a la muchacha, lacual a su vez se la llev a su madre. 12 Despus vinieron sus discpulos, recogieronel cadver, lo sepultaron y fueron a contrselo a Jess.

    Primera multiplicacin de los panes13 Jess, al enterarse de lo sucedido, se retir de all en una barca a un lugar tranqui-lo para estar a solas. La gente se dio cuenta y lo sigui a pie desde los pueblos. 14 Cuan-do Jess desembarc y vio aquel gran gento, sinti compasin de ellos y san a losenfermos que traan. 15 Al anochecer, sus discpulos se acercaron a decirle:El lugar est deshabitado y es ya tarde; despide, pues, a la gente para que vayana los pueblos y se compren comida.16 Pero Jess les dijo:No es necesario que se vayan, dnles ustedes mismos de comer.17 Le dijeron:No tenemos aqu ms que cinco panes y dos peces.18 l les dijo:Triganmelos.19 Y despus de mandar que la gente se sentara en la hierba, tom los cinco pa-nes y los dos peces, levant los ojos al cielo, pronunci la bendicin, parti los pa-nes, se los dio a los discpulos y stos a la gente. 20 Comieron todos hasta hartar-se, y con lo que sobr llenaron doce canastas. 21 Los que comieron eran unos cincomil hombres, sin contar mujeres y nios.22 Luego hizo que los discpulos subieran a la barca y se le adelantaran a la otraorilla, mientras l despeda a la gente. 23 Despus de despedirla, subi a la monta-a para orar a solas. Al llegar la noche estaba all solo.

    Jess anda sobre el agua24 La barca, que estaba ya muy lejos de la orilla, era sacudida por las olas, porque elviento era contrario. 25 Antes de la madrugada, Jess se acerc a ellos caminando so-bre el lago. 26 Los discpulos, al verlo caminar sobre el lago, se asustaron y decan:Es un fantasma.Y se pusieron a gritar de miedo. 27 Pero Jess les dijo en seguida:nimo! Soy yo, no teman.28 Pedro le respondi:Seor, si eres t, mndame ir hacia ti sobre las aguas.29 Jess le dijo:

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    Mt 14,29771

    || Mc 6,47-53; Jn 6,15-21

    || Mc 6,30-46; Lc 9,10-17;Jn 6,1-14

    || Mc 6,14-29; Lc 9,7-9

  • Ven.Pedro salt de la barca y, caminando sobre las aguas, iba hacia Jess. 30 Pero al sen-tir la violencia del viento se asust y, como empezaba a hundirse, grit:Seor, slvame!31 Jess le tendi la mano, lo levant y le dijo:Hombre de poca fe! Por qu has dudado?32 Subieron a la barca, y el viento amain. 33 Y los que estaban en la barca se pos-traron ante Jess, diciendo:Verdaderamente eres Hijo de Dios.34 Despus de atravesar el lago, llegaron hasta la orilla de Genesaret.

    Curaciones35 Al reconocerlo los habitantes del lugar, difundieron la noticia por toda aquellaregin y le trajeron todos los enfermos. 36 Le suplicaban que les dejara tocar si-quiera el borde de su manto; y todos los que lo tocaban quedaban sanos.

    Las tradiciones antiguas1 Entonces unos fariseos* y maestros de la ley procedentes de Jerusaln seacercaron a Jess y le dijeron:2 Cmo es que tus discpulos no observan la tradicin de los antepasa-

    dos? Por qu no se lavan las manos antes de comer?3 Jess les respondi:Y cmo es que ustedes desobedecen el mandato de Dios para seguir su propiatradicin? 4 Porque Dios dijo: honra a tu padre y a tu madre*, y el que maldiga a supadre o a su madre ser castigado con la muerte. 5 Pero ustedes dicen: El que diga asu padre o a su madre: He ofrecido a Dios los bienes con los que te poda ayudar6 no tiene obligacin de socorrer a su padre. Anulan as el mandamiento de Dios consu propia tradicin. 7 Hipcritas!, bien profetiz de ustedes Isaas cuando dijo:

    8 Este pueblo me honra con los labios,pero su corazn est lejos de m;9 en vano me dan culto,pues las doctrinas que ensean son preceptos humanos.

    10 Y llamando a la gente les dijo:Escuchen atentamente: 11 lo que entra por la boca no mancha al hombre; lo quesale de la boca, eso es lo que mancha al hombre.12 Los discpulos se acercaron entonces a decirle:Sabes que los fariseos se han sentido ofendidos al or tus palabras?13 Jess respondi:Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial ser arrancada de raz.14 Djenlos; son ciegos que guan a otros ciegos; y si un ciego gua a otro ciego, cae-rn ambos en el hoyo.15 Pedro tom la palabra y le dijo:Explcanos esta comparacin.16 Y Jess contest:Ni siquiera ustedes entienden todava? 17 No comprenden que todo lo que en-tra por la boca baja al vientre y va a parar a la letrina? 18 Sin embargo lo que sa-le de la boca viene del corazn, y eso es lo que mancha al hombre. 19 Porque delcorazn vienen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornica-ciones, los robos, los falsos testimonios y las injurias. 20 Eso es lo que mancha alhombre; comer sin lavarse las manos no mancha a nadie.

    La mujer cananea21 Jess se fue de all y se retir a la regin de Tiro y Sidn. 22 En esto, una mujercananea procedente de aquellos lugares se puso a gritar:

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    1044x 20,12x 21,17

    Is 29,13

    Mt 14,30 772

    || Mc 6,54-56

    || Mc 7,1-23

    || Mc 7,24-30

  • Ten piedad* de m, Seor, Hijo de David; mi hija vive maltratada por un demonio.23 Jess no le respondi nada. Pero sus discpulos se acercaron y le decan:Dile que se vaya, porque viene gritando detrs de nosotros.24 l respondi:Dios me ha enviado slo a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.25 Pero ella fue, se postr ante Jess y le suplic:Seor, socrreme!26 l respondi:No est bien tomar el pan de los hijos para echrselo a los perritos.Ella contest:27 Es cierto, Seor, pero tambin los perritos comen las migajas que caen de lamesa de sus amos.28 Entonces Jess le dijo:Mujer, qu grande es tu fe! Que te suceda lo que pides.Y desde aquel momento qued sana su hija.

    Curaciones29 Jess parti de all y se fue a la orilla del lago de Galilea; subi a la montaa yse sent all. 30 Se le acerc mucha gente trayendo cojos, ciegos, sordos, mancos yotros muchos enfermos; los pusieron a sus pies y Jess los san. 31 La gente se ma-ravillaba al ver que los mudos hablaban, los mancos quedaban sanos, los cojos ca-minaban y los ciegos recobraban la vista; y se pusieron a alabar al Dios de Israel.

    Jess da de comer a las multitudes32 Entonces Jess llam a sus discpulos y les dijo:Siento lstima de esta gente, porque llevan ya tres das conmigo y no tienen nadapara comer. No quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen por el camino.33 Los discpulos le dijeron:Dnde vamos a conseguir pan en este lugar deshabitado para dar de comer atanta gente?34 Jess les pregunt:Cuntos panes tienen?Ellos respondieron:Siete, y unos pocos pescados.35 Entonces Jess mand a la gente que se sentara en el suelo. 36 Tom los siete pa-nes y los peces, dio gracias, los parti y se los iba dando a los discpulos, y stos ala gente. 37 Comieron todos hasta hartarse, y con lo que sobr llenaron siete ces-tas. 38 Los que comieron eran cuatro mil hombres, sin contar mujeres y nios.39 Despus despidi a la gente, subi a la barca y se fue a la regin de Magadn.

    Una seal del cielo1 Los fariseos* y saduceos* se acercaron a Jess con la intencin de poner-le una trampa y le pidieron que les mostrara una seal del cielo. 2 l les res-pondi:

    [Cuando llega la tarde ustedes dicen: Har buen tiempo, porque el cielo estrojo. 3 Y por la maana: Hoy habr tormenta, pues aunque el cielo enrojece, es-t nublado. Saben discernir el aspecto del cielo, pero no los signos de los tiempos.]4 Esta generacin perversa e infiel reclama una seal, pero slo se les dar la se-al de Jons.Y sin ms, los dej y se fue.

    Pan y levadura. Explicacin5 Cuando los discpulos pasaron a la otra orilla, se haban olvidado de llevar pan.6 Jess les dijo:

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    Mt 16,6773

    || Mc 8,14-21

    || Mc 8,11-13; Lc 12,54-56

    || Mc 8,1-10

  • Tengan mucho cuidado con la levadura de los fariseos y saduceos.7 Ellos comentaban entre s: Lo dice porque no hemos trado pan. 8 Jess se diocuenta y les dijo:Hombres de poca fe! Por qu piensan que es porque no tienen pan? 9 Anno entienden? Es que no recuerdan los cinco panes repartidos entre los cinco milhombres, y todas las canastas que recogieron? 10 Ni los siete panes repartidos en-tre los cuatro mil hombres, y todas las cestas que recogieron? 11 Es que no entien-den que no se trata de panes? Cuidado con la levadura de los fariseos y saduceos!12 Entonces comprendieron que no se refera a que tuvieran cuidado con la leva-dura del pan, sino con las enseanzas de los fariseos y saduceos.

    Confesin de Pedro*13 De camino hacia la regin de Cesarea* de Filipo, Jess pregunt a sus discpulos:Quin dice la gente que es el Hijo del hombre?14 Ellos le contestaron:Unos que Juan el Bautista; otros que Elas; otros que Jeremas* o uno de los pro-fetas.15 Jess les pregunt:Y segn ustedes, quin soy yo?16 Simn Pedro respondi:T eres el Mesas*, el Hijo de Dios vivo.17 Jess le dijo:Dichoso t, Simn*, hijo de Juan, porque eso no te lo ha revelado ningn mor-tal, sino mi Padre que est en los cielos. 18 Yo te digo: t eres Pedro*, y sobre estapiedra* edificar* mi iglesia*, y el poder de la muerte no podr con ella. 19 Te da-r las llaves* del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedar atado en el cie-lo, y lo que desates en la tierra quedar desatado en el cielo.20 Entonces mand a sus discpulos que no dijeran a nadie que l era el Mesas.

    Primer anuncio de la pasin21 Desde entonces comenz Jess a manifestar a sus discpulos* que tena que ir*a Jerusaln y que tena que sufrir mucho por causa de los ancianos, los jefes de lossacerdotes y los maestros de la ley; que lo mataran y al tercer da resucitara.22 Entonces Pedro, tomndolo aparte, se puso a reprenderlo:Dios no lo quiera, Seor; no te ocurrir eso.23 Pero Jess, dirigindose a Pedro le dijo:Colcate detrs de m, Satans! Eres para m un obstculo, porque no piensascomo Dios, sino como los hombres.24 Y dirigindose a sus discpulos* aadi:Si alguno quiere venir detrs de m, que renuncie a s mismo, cargue con sucruz, y me siga. 25 Porque el que quiera salvar su vida, la perder; pero el que pier-da su vida por m, la conservar. 26 Pues de qu le sirve a uno ganar todo el mun-do, si pierde su vida? O qu puede uno dar a cambio de su vida? 27 El Hijo delhombre va a venir con la gloria de su Padre y con sus ngeles. Entonces tratar acada uno segn su conducta. 28 Les aseguro que algunos de los aqu presentes nomorirn sin ver antes al Hijo del hombre venir como rey.

    Transfiguracin*1 Seis das despus, tom Jess consigo a Pedro, a Santiago y a su herma-no Juan, los llev a una montaa muy alta a solas 2 y se transfigur en supresencia. Su rostro brillaba como el sol y sus vestidos se volvieron blan-

    cos como la luz. 3 En esto, se les aparecieron Moiss y Elas que conversaban conJess. 4 Pedro tom la palabra y dijo a Jess:Seor, qu bien estamos aqu! Si quieres hago tres tiendas: una para ti, otra pa-ra Moiss y otra para Elas.

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    Mt 16,7 774

    || Mc 8,27-30; Lc 9,18-21

    || Mc 8,31-9,1; Lc 9,22-27

    || Mc 9,2-13; Lc 9,28-36

  • 5 An estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubri, y una voz desde lanube deca:Este es mi Hijo amado, en quien me complazco, escchenlo.6 Al or esto, los discpulos cayeron rostro a tierra, llenos de miedo. 7 Jess se acer-c, los toc y les dijo:Levntense, no tengan miedo.8 Al levantar la vista no vieron a nadie ms que a Jess. 9 Y cuando bajaban de lamontaa, Jess les orden:No cuenten a nadie esta visin* hasta que el Hijo del hombre haya resucitadode entre los muertos.10 Los discpulos le preguntaron:Por qu dicen los maestros de la ley que primero tiene que venir Elas?11 Jess les respondi:S, Elas tena que venir a restaurarlo todo. 12 Pero les digo que Elas ha venidoya y no lo han reconocido, sino que han hecho con l lo que han querido. Del mis-mo modo van a hacer padecer al Hijo del hombre.13 Entonces entendieron los discpulos que se refera a Juan el Bautista.

    Curacin de un nio epilptico14 Cuando llegaban a donde estaba la gente, se acerc un hombre, que se arrodillante Jess, 15 diciendo:Seor, ten compasin de mi hijo que tiene ataques y est muy mal! Muchas ve-ces se cae al fuego y otras al agua; 16 lo he trado a tus discpulos, pero no han po-dido sanarlo.17 Jess respondi:Generacin incrdula y perversa! Hasta cundo tendr que estar con ustedes?Hasta cundo tendr que soportarlos? Triganmelo aqu.18 Jess orden salir al demonio y ste sali del muchacho, que san en el acto.19 Despus, los discpulos se acercaron en privado a Jess y le preguntaron:Por qu nosotros no pudimos expulsarlo?20 l les dijo:Porque tienen poca fe; les aseguro que si tuvieran una fe del tamao de un gra-no de mostaza, diran a esta montaa: Trasldate all y se trasladara; nada lessera imposible.

    Segundo anuncio de la pasin22 Un da que estaban juntos en Galilea, les dijo Jess:El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, 23 y le darnmuerte, pero al tercer da resucitar.Y se entristecieron mucho.

    El impuesto del templo24 Cuando llegaron a Cafarnan, se acercaron a Pedro los que cobraban el impues-to del templo y le dijeron:No paga su Maestro el impuesto?25 Pedro contest:S.Al entrar Pedro en la casa, se anticip Jess a preguntarle:Qu te parece, Simn? Los reyes de la tierra a quines cobran los impuestosy contribuciones: a los ciudadanos de su pas o a los extranjeros?26 Pedro contest:A los extranjeros.Jess le dijo:Por tanto, los ciudadanos de su pas estn exentos. 27 Con todo, para que no seofendan, ve al lago, echa el anzuelo y saca el primer pez que pique; brele la bo-ca y encontrars una moneda de plata. La tomas y la das por m y por ti.

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    Mt 17,27775

    || Mc 9,30-32; Lc 9,43-45

    || Mc 9,14-29; Lc 9,37-43

  • El mayor en el reino1 En aquel momento se acercaron los discpulos a Jess y le dijeron:Quin es el ms importante en el reino de los cielos?2 l llam a un nio, lo puso en medio de ellos 3 y dijo:

    Les aseguro que si no cambian y se hacen como los nios no entrarn en el rei-no de los cielos. 4 El que se haga pequeo como este nio, se es el mayor en el rei-no de los cielos. 5 El que recibe a un nio como ste en mi nombre, a m me recibe.

    Evitar el escndalo*6 Al que sea ocasin de pecado para uno de estos pequeos que creen en m, ms levaldra que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojaran al fondo del mar.7 Ay de quienes son ocasin de pecado en el mundo! Es inevitable que esto exista.Sin embargo, ay de aquellos que sean ocasin de pecado! 8 Por eso, si tu mano o tupie es ocasin de pecado para ti, crtatelo y arrjalo. Es mejor entrar en la vida man-co o cojo, que ser arrojado con las dos manos o los dos pies al fuego que no se apa-ga. 9 Y si tu ojo es ocasin de pecado para ti, scatelo y arrjalo; es mejor entrar enla vida con un solo ojo, que ser echado con los dos ojos al fuego que no se apaga.10 Cuidado con despreciar a uno de estos pequeos; porque les digo que sus n-geles en el cielo contemplan sin cesar el rostro de mi Padre del cielo.

    La oveja perdida 11 El Hijo del hombre ha venido a salvar lo que estaba perdido.12 Qu les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le extrava una de ellas,no dejar en la montaa las noventa y nueve para ir a buscar la descarriada? 13 Ysi llega a encontrarla, les aseguro que se alegrar por ella ms que por las noven-ta y nueve que no se extraviaron. 14 Del mismo modo el Padre del cielo no quiereque se pierda ni uno solo de estos pequeos.

    Correccin fraterna15 Por eso, si tu hermano te ofende, ve y llmale la atencin a solas. Si te hace ca-so, habrs ganado a tu hermano. 16 Si no te hace caso, toma contigo uno o dos, pa-ra que cualquier asunto se resuelva en presencia de dos o tres testigos. 17 Si no leshace caso a ellos, dselo a la comunidad; y si no hace caso ni siquiera a la comuni-dad, considralo como un pagano o como uno que recauda impuestos para Roma.18 Les aseguro que lo que aten en la tierra quedar atado en el cielo; y lo que des-aten en la tierra quedar desatado en el cielo. 19 Tambin les aseguro que, si dosde ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir cualquier cosa, la obten-drn de mi Padre del cielo. 20 Porque donde estn dos o tres reunidos en mi nom-bre, all estoy yo en medio de ellos.

    La parbola del perdn21 Entonces se acerc Pedro y le pregunt:Seor, cuntas veces tengo que perdonar a mi hermano cuando me ofenda?Siete veces?22 Jess le respondi:No te digo siete veces, sino setenta veces siete. 23 Porque con el reino de los cie-los sucede lo que con aquel rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. 24 Al co-menzar a ajustarlas, le fue presentado uno que le deba diez mil talentos. 25 Comono poda pagar, el seor mand que lo vendieran a l, a su mujer y a sus hijos, ytodo cuanto tena, para pagar la deuda. 26 El siervo se ech a sus pies suplicando:Ten paciencia conmigo, que te lo pagar todo!. 27 El seor tuvo compasin deaquel siervo, lo dej libre y le perdon la deuda. 28 Nada ms salir, aquel siervoencontr a un compaero suyo que le deba cien denarios; lo agarr y le apretabael cuello, diciendo: Paga lo que me debes!. 29 El compaero se ech a sus pies,

    18

    M A T E O

    1035

    Dt 19,15

    Mt 18,1 776

    || Mc 9,33-37; Lc 9,46-48

    || Mc 9,42-48; Lc 17,1-2

    || Lc 15,3-7

    || Lc 17,3

  • suplicndole: Ten paciencia conmigo y te lo pagar!. 30 Pero l no quiso, sinoque fue y lo meti en la crcel hasta que pagara la deuda. 31 Al verlo sus compa-eros se disgustaron mucho y fueron a contar a su seor todo lo ocurrido. 32 En-tonces el seor lo llam y le dijo: Siervo miserable, yo te perdon toda aquella deu-da, porque me lo suplicaste. 33 No debas haberte compadecido de tu compaerocomo yo me compadec de ti?. 34 Entonces su seor, muy enojado, lo entreg pa-ra que lo castigaran hasta que pagara toda la deuda. 35 Lo mismo har con uste-des mi Padre celestial si no se perdonan de corazn unos a otros.

    El divorcio1 Cuando Jess termin este discurso, sali de Galilea y se dirigi a la re-gin de Judea, a la otra orilla del Jordn. 2 Lo sigui muchsima gente y alllos san.

    3 Se acercaron unos fariseos y, para ponerlo a prueba, le preguntaron:Puede uno separarse de su mujer por cualquier motivo?4 Jess respondi:No han ledo que el Creador, desde el principio, los hizo hombre y mujer, 5 yque dijo: Por eso dejar el hombre a su padre y a su madre, se unir a su mujer,y sern los dos uno slo? 6 De manera que ya no son dos, sino uno slo. Por tan-to, lo que Dios uni, que no lo separe el hombre.7 Ellos le dijeron:Entonces, por qu mand Moiss* que el marido diera un acta de divorcio a sumujer para separarse de ella?8 Jess les dijo:Moiss les permiti separarse de sus mujeres por la incapacidad de ustedes pa-ra entender los planes de Dios, pero al principio no era as. 9 Ahora yo les digo: Elque se separa de su mujer, excepto en caso de unin ilegtima, y se casa con otra,comete adulterio.10 Los discpulos le dijeron:Si tal es la situacin del hombre con respecto a su mujer, es mejor no casarse.11 l les dijo:No todos pueden hacer esto, sino slo aquellos a quienes Dios se lo concede.12 Algunos no se casan porque nacieron incapacitados para eso; otros porque loshombres los incapacitaron; y otros eligen no casarse por causa del reino de los cie-los. Quien pueda poner esto en prctica, que lo haga.

    Jess bendice a los nios13 Entonces le presentaron unos nios para que les impusiera* las manos y orarapor ellos. Los discpulos los reprendan, 14 pero Jess dijo:Dejen a los nios y no les impidan que vengan a m, porque de los que son co-mo ellos es el reino de los cielos.15 Despus de imponerles las manos se fue de all.

    El joven rico16 En cierta ocasin se acerc uno y le pregunt:Maestro*, qu debo hacer de bueno para obtener la vida eterna?17 Jess le contest:Por qu me preguntas acerca de lo bueno? Uno slo es bueno. Si quieres en-trar en la vida, observa los mandamientos.18 l le pregunt:Cules?Jess contest:No matars, no cometers adulterio, no robars, no dars falso testimonio; 19 hon-ra a tu padre y a tu madre, ama a tu prjimo como a ti mismo.20 El joven le dijo:

    19

    M A T E O

    Gn 1,27

    Gn 2,24

    1046,1034

    Dt 24,1

    1040

    1044

    x 20,12-16

    Mt 19,20777

    || Mc 10,17-31; Lc 18,18-30

    || Mc 10,13-16; Lc 18,15-17

    || Mc 10,1-12

  • Todo eso ya lo he cumplido. Qu me falta an?21 Jess le dijo:Si quieres ser perfecto, ve a vender todo lo que tienes y dselo a los pobres; astendrs un tesoro en los cielos. Luego ven y sgueme.22 Al or esto, el joven se fue muy triste porque posea muchos bienes. 23 Jess di-jo a sus discpulos:Yo les aseguro: es difcil que un rico entre en el reino de los cielos. 24 De nue-vo les digo: es ms fcil a un camello pasar por el ojo de una aguja* que a un ri-co entrar en el reino de Dios.25 Al or esto, los discpulos se quedaron impresionados y dijeron:Entonces, quin podr salvarse?26 Jess los mir y les dijo:Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible.27 Entonces Pedro tom la palabra y le dijo:Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. Qu nos espera?28 Jess les contest:Les aseguro que ustedes, los que me han seguido, cuando todo se haga nuevo yel Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, se sentarn tambin en doce*tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. 29 Y todo el que haya dejado casas,hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o tierras por mi causa, recibir cien ve-ces ms y heredar la vida eterna.30 Hay muchos primeros que sern ltimos y muchos ltimos que sern primeros.

    Los trabajadores de la via*1 Por eso, con el reino de los cielos sucede lo mismo que con el dueo de unahacienda que sali muy de maana a contratar trabajadores para su via.2 Despus de contratar a los trabajadores por un denario* al da, los envi a

    su via. 3 Sali a media maana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, 4 yles dijo: Vayan tambin ustedes a la via, y les dar lo que sea justo. 5 Ellos fueron.Sali de nuevo a medioda y a primera hora de la tarde e hizo lo mismo. 6 Sali porfin a media tarde, encontr a otros que estaban sin trabajo y les dijo: Por qu es-tn aqu todo el da sin hacer nada?. 7 Le contestaron: Porque nadie nos ha contra-tado. l les dijo: Vayan tambin ustedes a la via. 8 Al atardecer, el dueo de la vi-a dijo a su administrador: Llama a los trabajadores y pgales el jornal, empezandopor los ltimos hasta los primeros. 9 Vinieron los de media tarde y recibieron undenario cada uno. 10 Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibiran ms; pe-ro tambin ellos recibieron un denario cada uno. 11 Al recibirlo, se quejaban contrael dueo, 12 diciendo: Estos ltimos han trabajado slo un rato y les has pagado igualque a nosotros, que hemos soportado el peso del da y del calor. 13 Pero l respon-di a uno de ellos: Amigo, no te hago ninguna injusticia. No quedamos en un de-nario? 14 Toma lo tuyo y vete. Si yo quiero dar a este ltimo lo mismo que a ti, 15 nopuedo hacer lo que quiera con lo mo? O es que tienes envidia porque yo soy bue-no?. 16 As los ltimos sern primeros, y los primeros sern ltimos.

    Tercer anuncio de la pasin17 Cuando Jess suba* a Jerusaln, tom consigo a los doce discpulos aparte y lesdijo por el camino:18 Miren, estamos subiendo a Jerusaln. All el Hijo del hombre va a ser entre-gado a los jefes de los sacerdotes y maestros de la ley, que lo condenarn a muer-te, 19 y lo entregarn a los paganos, para que se burlen de l, lo azoten y lo cruci-fiquen; pero al tercer da resucitar.

    Los puestos importantes20 Entonces, la madre de los Zebedeos se acerc a Jess con sus hijos y se arrodi-ll para pedirle un favor.

    20

    M A T E O

    1070

    1034

    1069

    1108

    1105

    Mt 19,21 778

    || Mc 10,32-34; Lc 18,31-34

    || Mc 10,35-45

  • 21 l le pregunt:Qu quieres?Ella contest:Manda que estos dos hijos mos se sienten uno a tu derecha y otro a tu izquier-da cuando t reines.22 Jess respondi:No saben lo que piden. Pueden beber el cliz de amargura que yo voy a beber?Ellos dijeron:S, podemos.23 Jess les respondi:Bebern mi cliz, pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mconcederlo, sino que es para quienes lo ha reservado mi Padre.24 Al or aquello, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos. 25 Pero Je-ss los llam y les dijo:Ustedes saben que los jefes de las naciones las gobiernan tirnicamente y quelos dirigentes las oprimen. 26 No debe ser as entre ustedes. El que quiera ser im-portante entre ustedes, sea su servidor, 27 y el que quiera ser el primero, que seasu esclavo. 28 De la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser ser-vido, sino a servir y dar su vida en rescate por todos.

    Dos ciegos recobran la vista29 Al salir ellos de Jeric, le sigui mucha gente. 30 Y dos ciegos, que estaban sen-tados junto al camino, al or que Jess pasaba, gritaron:Seor, Hijo de David, ten compasin de nosotros*!31 La gente les deca que se callaran, pero ellos gritaban todava ms fuerte dicien-do:Seor, Hijo de David, ten compasin de nosotros!32 Jess se detuvo, los llam y les pregunt:Qu quieren que haga por ustedes?33 Ellos contestaron:Seor, que se abran nuestros ojos!34 Jess, compadecido, toc sus ojos, y al instante recuperaron la vista y lo siguie-ron.

    Entrada* en Jerusaln*1 Cerca ya de Jerusaln, al llegar a Betfag, en las proximidades del montede los Olivos, Jess envi a dos discpulos 2 con este encargo:Vayan al poblado de enfrente; al entrar, encontrarn una burra atada con

    su borrico al lado; destenlos y triganmelos. 3 Y si alguien les dice algo, dirn queel Seor los necesita, pero que en seguida los devolver.4 Esto sucedi para que se cumpliera lo que dice el profeta:

    5 Digan a la hija de Sin:Mira, tu rey viene a ti,humilde y sentado en un burro,en un borrico, cra de un animal de carga.

    6 Los discpulos fueron e hicieron lo que Jess les mand: 7 trajeron la burra y elborrico; pusieron sobre ellos los mantos, y l mont encima. 8 El gento, que eramuy numeroso, extenda sus mantos en el camino; otros cortaban ramas de rbo-les y las extendan por el camino. 9 Y la gente que iba adelante y atrs gritaba:

    Hosanna* al Hijo de David,bendito el que viene en nombre del Seor.Hosanna en las alturas.

    10 Al entrar Jess en Jerusaln, toda la ciudad se alarm y se preguntaban:Quin es ste?

    21

    M A T E O

    1066

    1120,1105

    Is 62,11

    Zac 9,9

    1039,1066

    Sal 118,26

    Mt 21,10779

    || Mc 11,1-11; Lc 19,28-38; Jn 12,12-19

    || Mc 10,46-52; Lc 18,35-43

  • 11 La gente responda:Es el profeta Jess, el de Nazaret* de Galilea.

    Purificacin del templo12 Jess entr en el templo y ech a todos los que estaban all vendiendo y com-prando, tumb las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los quevendan las palomas*. 13 Y les dijo:Est escrito: Mi casa es casa de oracin, pero ustedes la han convertido en cue-va de ladrones.14 Algunos ciegos y cojos se acercaron a Jess en el templo, y l los san. 15 Perolos jefes de los sacerdotes y maestros de la ley, al ver los prodigios realizados y alos nios que aclamaban en el templo: Hosanna al Hijo de David!, se indigna-ron 16 y le dijeron:No oyes lo que estn diciendo?Jess les respondi:S. Es que nunca han ledo aquel pasaje de la Escritura que dice: De la boca delos nios de pecho has sacado una alabanza?17 Y dejndolos, sali fuera de la ciudad, y se fue a Betania, donde pas la noche.

    La higuera seca18 Por la maana, temprano, cuando regresaba a la ciudad, Jess sinti hambre. 19 Viouna higuera junto al camino, se acerc a ella y, al no encontrar ms que hojas, le dijo:Que nunca jams brote de ti fruto alguno.Y la higuera se sec al instante.20 Al ver esto, los discpulos se quedaron admirados y se preguntaban:Cmo es que la higuera se sec al instante?21 Jess les respondi:Les aseguro que si tienen fe y no dudan, no slo harn lo de la higuera, sinoque, si dicen a esta montaa: Qutate de ah y arrjate al mar, as pasar. 22 Ytodo lo que pidan con fe en la oracin lo obtendrn.

    La autoridad de Jess23 Jess entr en el templo*, y mientras enseaba, se le acercaron los jefes de lossacerdotes y los ancianos del pueblo y le dijeron:Con qu autoridad haces estas cosas? Quin te ha dado esa autoridad?24 Jess les respondi:Tambin yo les voy a hacer una pregunta. Si me contestan, les dir con qu auto-ridad hago esto. 25 El bautismo de Juan, de dnde vena, de Dios o de los hombres?Ellos intentaban ponerse de acuerdo y razonaban as: Si decimos que de Dios,nos dir: Entonces, por qu no le creyeron? 26 Y si decimos que de los hombres,la gente se pondr en contra nuestra, porque todos piensan que Juan era un pro-feta. 27 As que respondieron a Jess:No sabemos.Entonces Jess les dijo:Pues tampoco yo les digo con qu autoridad* hago estas cosas.

    Parbola de los dos hijos28 Qu les parece? Un hombre tena dos hijos. Se acerc al primero y le dijo: Hi-jo, ve hoy a trabajar en la via. 29 l respondi: No quiero. Pero despus searrepinti* y fue. 30 Luego se acerc al segundo y le dijo lo mismo. l respondi:Voy, seor. Pero no fue. 31 Cul de los dos cumpli la voluntad de su padre?Le contestaron:El primero.Entonces Jess les dijo:

    M A T E O

    1047

    1049Is 56,7

    Jr 7,11

    Sal 8,3

    1056

    1029

    1028

    Mt 21,11 780

    || Mc 11,15-18; Lc 19,45-48; Jn 2,13-22

    || Mc 11,12-14.20-24

    || Mc 11,27-33; Lc 20,1-8

  • Les aseguro que los que recaudan impuestos para Roma y las prostitutas les lle-van ventaja para entrar en el reino de Dios. 32 Porque vino Juan a manifestarles elcamino de la salvacin y no le creyeron; en cambio los recaudadores de impues-tos y las prostitutas le creyeron. Y ustedes, a pesar de esto, no se arrepintieron nicreyeron en l.

    Parbola de los viadores homicidas33 Escuchen esta otra parbola: El dueo de una hacienda plant una via, la ro-de con una cerca, construy un lugar para hacer el vino, edific una torre, la arren-d a unos viadores, y se ausent. 34 Al llegar la cosecha, envi sus criados a losviadores para recoger los frutos. 35 Pero los viadores agarraron a los criados, hi-rieron a uno, mataron a otro y al otro lo apedrearon. 36 De nuevo envi otros cria-dos, en mayor nmero que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. 37 Final-mente les envi a su hijo, pensando: A mi hijo lo respetarn. 38 Pero los viadores,al ver al hijo, se dijeron: Este es el heredero. Matmoslo y nos quedaremos consu herencia. 39 Lo capturaron, lo arrojaron fuera de la via y lo mataron. 40 Qules parece? Cuando regrese el seor de la via, qu har con esos viadores?41 Le respondieron:Matar sin compasin a esos miserables, y arrendar la via a otros viadoresque le entreguen los frutos a su tiempo.42 Jess les dijo:No han ledo nunca en las Escrituras*: La piedra que rechazaron los construc-tores se ha convertido en piedra fundamental; esto lo hizo el Seor y es realmen-te admirable?43 Por eso les digo que a ustedes se les quitar el reino* de Dios y se le entregar aun pueblo que d a su tiempo los frutos que al reino corresponden. [44 El que cai-ga sobre esta piedra quedar despedazado, y sobre quien ella caiga ser aplastado.]45 Cuando los jefes de los sacerdotes y los fariseos* oyeron sus parbolas, se die-ron cuenta de que Jess se refera a ellos. 46 Queran capturarlo, pero tuvieron mie-do de la gente, porque lo tenan por profeta.

    Parbola de las bodas1 Jess tom de nuevo la palabra y les dijo esta parbola:2 Con el reino de los cielos sucede lo mismo que con aquel rey que cele-braba la boda de su hijo. 3 Envi a sus criados para llamar a los invitados

    a la boda, pero no quisieron venir. 4 De nuevo envi otros criados encargndolesque dijeran a los invitados: Mi banquete est preparado, he matado reses y bece-rros gordos, y todo est listo; vengan a la boda. 5 Pero ellos no hicieron caso, y sefueron unos a su campo y otros a su negocio. 6 Los dems, capturando a los cria-dos, los maltrataron y los mataron. 7 El rey entonces se enoj y envi sus tropaspara que acabaran con aquellos asesinos e incendiaran su ciudad. 8 Despus dijoa sus criados: El banquete de boda est preparado, pero los invitados no eran dig-nos. 9 Vayan, pues, donde se cruzan los caminos e inviten a la boda a todos losque encuentren. 10 Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los queencontraron, malos y buenos; y la sala se llen de invitados.11 Al entrar el rey para ver a los invitados, observ que uno de ellos no llevaba tra-je de boda. 12 Le dijo: Amigo, cmo has entrado aqu sin traje de boda?. l sequed callado. 13 Entonces el rey dijo a los servidores: Atenlo de pies y manos ychenlo fuera a las tinieblas; all llorar y le rechinarn los dientes. 14 Porque sonmuchos los llamados, pero pocos los elegidos.

    El tributo al csar15 Entonces los fariseos* se pusieron de acuerdo para buscar en las palabras de Je-ss algn motivo para acusarlo, 16 y le enviaron algunos de sus discpulos con lospartidarios de Herodes a decirle:

    22

    M A T E O

    Is 5,1-2

    1035

    Sal 118,22-23

    1052

    1106

    1106

    Mt 22,16781

    || Mc 12,13-17; Lc 20,20-26

    ||