EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
Transcript of EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
2
Introducción ...................................................................................................... 12
Objetivos ............................................................................................................ 12
Mapa conceptual ................................................................................................ 13
1.1. La Evaluación .............................................................................................. 14
1.1.1. Definición. ............................................................................................... 14
1.1.2. La validez de la evaluación. ....................................................................... 15
1.1.3. El Objeto de la evaluación. ........................................................................ 18
1.1.4. Especificaciones Metodológicas y Técnicas de la Evaluación. ........................... 20
1.2. Conclusiones de la Unidad ........................................................................... 28
1.3. Referencias bibliográficas ........................................................................... 29
Introducción ...................................................................................................... 31
Objetivos específicos.......................................................................................... 31
Mapa conceptual de la unidad ............................................................................ 32
2.1. La Tipología de la Evaluación ...................................................................... 33
2.1.1. La Evaluación Ex – ante o Inicial ................................................................ 33
2.1.2. Evaluación Intermedia o de Proceso ........................................................... 34
2.1.3. Evaluación Ex - post o Terminal .................................................................. 37
2.2. Conclusiones de la Unidad ........................................................................... 48
2.3. Referencias bibliográficas ........................................................................... 48
Introducción ...................................................................................................... 51
Objetivos específicos.......................................................................................... 52
Mapa conceptual ................................................................................................ 53
3.1. El hacer de evaluador .................................................................................. 54
3.1.1. Los Campos de Acción de los evaluadores. ................................................... 54
3.1.2. Habilidades del Evaluador. ......................................................................... 55
3.1.3. La función de la Interventoría. ................................................................... 57
3.1.4. Funciones del Interventor. ......................................................................... 59
3.1.5. Responsabilidad Social del Interventor. ....................................................... 60
3.2. La Evaluación Económica de los Procesos Psicosociales. ............................. 61
3.3. La Tipología de la Evaluación de Recursos y Productos de un Proyecto ....... 63
3.3.1. La Evaluación Financiera. .......................................................................... 63
3.3.2. La Evaluación Económica ........................................................................... 63
3.3.3. La Evaluación Social .................................................................................. 63
3.4. Conclusiones de la Unidad ........................................................................... 67
3.5. Referencias bibliográficas ...................................... ¡Error! Marcador no definido.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
4
I. FICHA TÉCNICA-IDENTIFICACÓN
II. INTRODUCCIÓN
La evaluación y monitoreo de proyectos de intervención es fundamental dentro del campo de
los procesos psicosociales, de ahí la importancia que dentro de la formación como
especialistas en gestión de procesos psicosociales sea tenida en cuenta como aspecto de
base; ya que los proyectos de intervención psicosocial requieren en su ejecución, ser
analizados y reflexionados, tanto en su misma formulación, como en su proceso de
implementación y hasta en los efectos posteriores o impacto social que generen. Una
evaluación planeada con este enfoque, permite generar gestión del conocimiento desde una
lectura concienzuda en contexto, de los aprendizajes, los aciertos, los desaciertos, los
aspectos a potenciar y a corregir durante el proceso de vida de un proyecto.
Es clave, como parte del proceso de evaluación de proyectos de intervención psicosocial,
indagar sobre la estabilidad y sostenibilidad que producen en los sujetos participantes, las
Nombre de la institución: Fundación Universitaria Claretiana
Nombre del curso: Evaluación y Monitoreo de Proyectos
Psicosociales.
Autor del módulo: John Jairo García Peña.
Dependencia Académica: Facultad de Humanidades y Ciencias Religiosas
Programa académico: Especialización en Gestión de Procesos
Psicosociales
Nivel académico (semestre): 2
Número de créditos: 3
Fecha de elaboración: Agosto de 2014
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
5
comunidades y los aspectos políticos del contexto sociocultural.
Con esta forma de evaluación también, es posible reconocer la particularidad de cada
situación que contiene una intervención, es decir, la riqueza que entraña cada experiencia.
Reconocer esto es lo que da la especificidad a una intervención psicosocial, lo que la hace
única y desde donde se podría generar, desde la participación de las comunidades, un
autoconocimiento local. En esta misma vía, es importante para este tipo de evaluación
generar espacios para la sistematización y el análisis de esas experiencias, lo cual desde
esta perspectiva busca ir más allá de las cifras, estadísticas o registros descriptivos de
actividades que muestren coberturas, para posibilitar espacios de reflexión, comprensión y
análisis desde una perspectiva crítica y activa, sobre la pertinencia de los proyectos, su
eficacia, eficiencia, sus efectos inmediatos y a posteriori en las comunidades, en términos de
transformación e impacto social, que con su intervención y productos, pudieron generar.
Por esto, es de reiterar que dentro de la gestión de procesos psicosociales la evaluación es
concebida como parte fundamental, pues por medio de este proceso, como parte transversal
de un proyecto de intervención, se posibilita el análisis, la comprensión y reflexión que
permite identificar aspectos a corregir, mejorar y fortalecer. Siendo la evaluación siempre
una posibilidad de aprendizaje y de gestión, en la que con la sistematización de las
experiencias, que además, permite aprender de la particularidad de cada experiencia de
intervención, se puede establecer nuevos criterios, replantear los existentes y cambiar
aquellas prácticas que no hayan sido significativas dentro del proceso de intervención.
De ahí, que la evaluación, no puede ser vista como un componente adicional de control o
supervisión en la gestión de los procesos psicosociales, más bien es un componente básico y
necesario que puede garantizar el cumplimiento de los objetivos y la potencialización de los
recursos existentes por medio del estudio interno, el cual debe ser constante, como
mecanismo de conocimiento y comprensión desde la autorreflexión y el autoanálisis de los
equipos evaluadores.
III. OBJETIVOS
Comprender y reflexionar en torno a la importancia de la evaluación y el
monitoreo como actividades que no se pueden reducir a un componente
instrumental y de seguimiento
Adquirir herramientas conceptuales, metodológicas, técnicas y políticas para la
evaluación y monitoreo de proyectos psicosociales.
Reflexionar críticamente sobre los procesos de evaluación y monitoreo de los
proyectos hoy y, su importancia dentro de todo el proceso de gestión de los
procesos psicosociales.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
6
COMPETENCIAS QUE EL MÓDULO-MDM ESPERA DESARROLLAR,
ESTIMULAR O REFORZAR EN EL ESTUDIANTE.
Reconoce y pone en práctica las herramientas y técnicas para la evaluación de
proyectos sociales.
Implementa la evaluación de proyectos como proceso gradual de análisis,
reflexión, crítica y aprendizaje continuos.
Adquiere elementos éticos y políticos para el análisis de situaciones psicosociales
particulares que entrañan los procesos de evaluación.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
7
IV. MAPA CONCEPTUAL
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
es
Un proceso básico de la
acción psicosocial
exige Puede ser tipos implica permite
Validez, técnica,
información,
enfoque de derecho
Cuantitativo y
cualitativo
Ex ante, proceso, ex
post, el monitoreo
La
sistematización
de experiencias
Una acción profesional,
la interventoría, unos
costos-beneficios
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
8
V. BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
Aguilar, M. Ander-Egg, E. (1992). Evaluación de servicios y programas sociales. Madrid:
Siglo XXI. http://www.sigloxxieditores.com | Worldcat y
http://lomiquel.files.wordpress.com/2009/02/2002-control-canvi-rssyps.pdf
Alcaldía de Medellín (2002). Manual práctico de interventoría. Secretaria General.
Subsecretaria jurídica. Municipio de Medellín.
Ander egg, E. Aguilar M. (1996) Cómo elaborar un proyecto. Buenos Aires. Ed. Lumen.
http://www.fba.unlp.edu.ar/textos/ander_egg_aguilar_proyecto.pdf
Bacca, Gabriel (2001). Evaluación de proyectos. Ciudad de México: Mc Graw-Hill.
Banco Interamericano de Desarrollo (1997). Evaluación y preparación de proyectos. EVO-
evaluación: una herramienta de gestión para mejorar el desempeño de los proyectos (Marco
Lógico). La Evaluación y diseño de proyectos.
http://www.iadb.org/cont/evo/spbook/evaii.htm
BID, INDES y Planeación Nacional (1995). Hacia nuevos Modelos de Gerencia Social.
Departamento Nacional de Planeación, Banco Interamericano de Desarrollo– BID -, Instituto
Interamericano para el Desarrollo Social INDES. Santa Fe de Bogotá.
Blanco, Amalio. Rodríguez, Jesús (2007). Intervención Psicosocial. Madrid. Ed. Pearson.
Briones, Guillermo (1991). Evaluación de Programas Sociales., 1ª edición. México. Ed.
Trillas.
Campbell, D.T. (1986). Relabeling internal and external validity for applied social scientists.
In W. Trochim (Eds.) Advances in quasi-experimental design and analysis (pp. 67-78). San
Francisco: Jossey- Bass.
CEPAL - Panorama social de América Latina 2009.
http://www.oei.es/noticias/spip.php?article6015
Cohen, Ernesto (1993). Evaluación De Proyectos Sociales. México. Ed. Siglo Veintiuno.
Cohen, Ernesto. Martínez, Rodrigo (CEPAL). Manual Formulación, Evaluación y Monitoreo de
Proyectos Sociales. México.
http://www.ampres.org.mx/pdf/16%20Manual%20Proyectos%20Sociales_Cepal.pdf
Chacón Moscoso, S. López Ruiz, J. (1993). Metodología de la evaluación de programas de
intervención: una aplicación en centros asistenciales infantiles. En: Apuntes de Psicología,
37-60.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
9
Chacón Moscoso, S. Pérez, J (1998). Validez de la evaluación en intervención psicosocial: Un
análisis metodológico. Universidad de Sevilla.
http://www.copmadrid.org/webcopm/publicaciones/social/43322.pdf
Cook, T. Campbell, D. (1986). The causal assumptions of quasi-experimental practice.
Synthese, 28, 141-180.
Fontaine, Ernesto (2003). Evaluación social de proyectos, 12. ed. Bogotá: Alfaomega.
Gambara H. Vargas E. (2007). Evaluación de programas de intervención psicosocial.
En: Blanco y Rodríguez. Intervención psicosocial. Madrid. Ed. Pearson.
García Peña, John Jairo (2009). El Sentido de las Metodologías de Intervención Psicosocial.
Texto inédito.
http://virtual.funlam.edu.co/repositorio/sites/default/files/ElSentidoDeLasMetodologiasdeInt
ervencionPsicosocial.pdf
Jara Holliday, Oscar (2011). Sistematización de Experiencias, Investigación y Evaluación:
Aproximaciones desde tres Ángulos. Perú. Ed Alforja.
Londoño, Natalia (2009). Formulación de proyectos: enfoques, procesos y herramientas. Medellín. http://www.google.com.co/url?url=http://makaia.org/apc-aa-
files/64646464646464646464646464646464/formulacion_de_proyectos_enfoques_procesos_20_y_herramientas.pdf&rct=j&frm=1&q=&esrc=s&sa=U&ei=I7HPU-jaE-
vNsQT504FI&ved=0CBIQFjAA&usg=AFQjCNHtEzmmbDQkGefeQAbvcNzZM99qHw Manual para la introducción de la perspectiva de género y juventud al desarrollo
rural. ¿Cómo sistematizar una experiencia? Sobre la Recuperación de la memoria Histórica (2008). Guatemala.
http://www.google.com.co/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&frm=1&source=web&cd=2&ved=0CDEQFjAB&url=http%3A%2F%2Fwww.psicosocial.net%2Fde%2Fcentro-de-
documentacion%2Fdoc_download%2F402-propuesta-metodologica-para-la-elaboracion-de-la-memoria-historica-en-comunidades-rurales-peru-&ei=u_ooUtrlE47i9gTsp4D4Cg&usg=AFQjCNHppLQ_yEdyVdtCWmUhJ0LdKy1K9Q&b
vm=bv.51773540,d.eWU
Medina Tornero, M.E. (1996). Evaluación de la calidad asistencial en servicios sociales. En: Intervención Psicosocial, p. 9-21. Miranda, Miranda. Juan José (2012). Evaluación económica y social.
http://antioquia.gov.co/antioquia-v1/organismos/planeacion/descargas/banco_proyectos/libro/10_evaluacion_econom
ica_social.pdf Mokate, Karen (1993). La evaluación económica de los proyectos sociales. BID
http://economia.uniandes.edu.co/investigaciones_y_publicaciones/CEDE/Publicacion
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
10
es/Revista_Desarrollo_y_Sociedad/Ediciones/revista_desarrollo_y_sociedad_no_31/La_evaluacion_economica_de_los_proyectos_sociales
Mokate, Karen (2003). Convirtiendo el “monstruo” en aliado: la evaluación como herramienta de la gerencia social. USA. BID (Banco Interamericano para el
Desarrollo) - INDES (Instituto Interamericano para el Desarrollo Social). http://idbdocs.iadb.org/wsdocs/getdocument.aspx?docnum=2220273
Puerta, Antonio (1996). Evaluación y sistematización de proyectos sociales: una metodología de investigación. 1 ed. Medellín.
Quintero, Víctor (1998). Evaluación de proyectos sociales: construcción de indicadores. Bogotá: Fundación FES.
Ramírez Marín, Gabriel Jaime (s.f.). La Interventoría Social: Un Escenario de Trabajo Interdisciplinario. Medellín. UdeA, CEO (centro de estudios de opinión).
http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/ceo/article/viewFile/1698/1347
Taylor S. Bogdan R (2000). Introducción a los métodos cualitativos de Investigación. Ed. Paidos.
Vargas-Trujillo, Elvia. Gambara D’Errico, Hilda (2005). Evaluación de programas y
proyectos de intervención. Una guía con enfoque de género. Universidad de los Andes. Facultad de Ciencias Sociales – CESO. Departamento de Psicología. http://www.reduniversitaria.es/investigacion/Evaluaci%F3n%20G%E9nero%20y%2
0DDHH.pdf
Vedung, E. (1993). Utilización de la evaluación. Revista de Servicios Sociales y Política Social, 2, 69-80.
Viñas, Ch. Verónica (2005). La profesión del evaluador de políticas, programas y servicios públicos: perspectivas de futuro" en: Revista de Investigaciones Políticas y
Sociológicas. España. Ed. Santiago de Compostela. http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=38040102
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
12
UNIDAD I. La evaluación en la gestión de procesos psicosociales
Introducción
La evaluación como parte de la planeación de proyectos psicosociales, es un proceso
constante y dinámico, además necesario para la sistematización y posterior comprensión de
la eficacia y pertinencia de las intervenciones que se hacen y de las dinámicas sociales que
surgen a partir de cada intervención psicosocial.
En este sentido, la evaluación permite identificar si un proyecto en su acción aportó a la
transformación y mejores condiciones de vida de sus beneficiarios o participantes, a partir
de evidenciar su situación psicosocial de inicio. También reconociendo este principio, es
posible evaluar si, el proyecto permitió tener una comprensión o conocimiento más a fondo
de la problemática social que intervino; de esa forma, es posible indagar por la aceptación,
posicionamiento y sostenibilidad del proyecto en el espacio específico de la intervención y
sus participantes.
Así las cosas, evaluar implica un ejercicio continuo de reflexión que permite la toma de
decisiones antes, durante y después de la ejecución de un proyecto, programa o plan, en
otras palabras, conlleva a velar porque la formulación de una propuesta, su ejecución y el
logro de sus metas alcancen el impacto esperado.
Para evaluar, se requiere tener unos criterios iníciales, que permitan establecer
comparaciones y referentes frente a las metas a lograr. Esto no solo parte de una buena
observación, también debe haber un conocimiento previo de la problemática a intervenir, de
tal manera que al formular los indicadores haya claridad en el cumplimiento de los objetivos.
Para lograr una mayor objetividad en la evaluación consideramos, que independientemente
de la problemática social que aboque la formulación de un proyecto específico, esta debe
contemplar datos cuantificables y estadísticos, acompañados de un análisis concienzudo del
contexto y las singularidades comunitarias. Lograr que estos dos elementos se
complementen, da un margen mayor de éxito en la implementación de proyectos
psicosociales, porque permite responder a las demandas tanto institucionales como
comunitarias.
Objetivos
Concebir La evaluación y el monitoreo como prácticas fundamentales dentro de
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
13
la gestión de procesos psicosociales, ya que permiten la comprensión, el análisis
y la valoración de las acciones realizadas a lo largo de los procesos.
Brindar fundamentos metodológicos y técnicos para la evaluación y monitoreo de
proyectos psicosociales.
Mapa conceptual
UNIDAD I. La evaluación en la gestión
de procesos psicosociales
es
Un proceso de valoración de los proyectos a partir del
análisis y la autorreflexión
conlleva
La validez
Eficacia Pertinencia Eficiencia
requiere
Especificaciones metodológicas y técnicas
La información
generada
Las técnicas Enfoques de
derecho y de
género
El evaluador
A través de A través de
La información de
evaluación
La observación, la
entrevista, la
encuesta, el grupo
focal
desde
La evaluabilidad
del proyecto
desde
La escucha, la
comunicación y la
moderación
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
14
1.1. La Evaluación
1.1.1. Definición.
La evaluación es un proceso inherente a la implementación de un proyecto, que consiste en
ofrecer de manera consciente espacios de análisis, valoración y reflexión durante la
implementación de toda propuesta social, para generar información útil y de calidad de lo
realizado y poder valorar el mérito del proyecto (Chacón, 1998).
En este sentido la evaluación tendrá como objetivo reconocer los niveles de pertinencia,
adherencia, eficacia, eficiencia en el desarrollo de un proyecto (BID, 1997).
Es de anotar que la evaluación frecuentemente en nuestro contexto es percibida de forma
negativa, pues se observa que apenas se está generando una cultura de la evaluación, por
lo que todavía su percepción no siempre es favorable, ya que suele verse sólo como un
mecanismo de control y hasta de acoso y no como una estrategia útil en materia de
procesos gerenciales o decisorios.
Es muy importante aprehender un nuevo paradigma de la Evaluación, que consiste en
asumir la evaluación, como un proceso que permite identificar estrategias oportunas para
aprender, mejorar y corregir los procesos de la gestión pública, que hoy exigen que se
verifique con rigor el cumplimiento de los objetivos de las Políticas, Planes, Programas y
Proyectos. En esa medida es imprescindible que los profesionales de las ciencias sociales
tengan bases conceptuales y políticas, que logren contrastar con herramientas
metodológicas pertinentes que les permita llevar a cabo procesos de evaluación y monitoreo
(Bacca, 2001).
En esta vía, la evaluación no sólo es un proceso técnico, sino un discurso ético y político, de
actualidad. Todas las organizaciones de tipo social, se las ven hoy, con los procesos de
evaluación, por tanto es posible identificar diversos ámbitos de la acción social en los que en
la actualidad se evalúa, como: Empresa, escuela, proyectos, administraciones públicas,
fundaciones, etc.
De ahí que, en tanto lenguaje en vigencia, la evaluación sea un componente necesario de
conocer y sobre el que es importante como gestor psicosocial, tomar una posición, que le
permita comprenderlo como un proceso de aprendizaje continuo, que implica una constante
revisión ética en el desarrollo de un proyecto. Pues, puede tomarse como un discurso de
moda, como un requisito a cumplir y mostrar o, como la oportunidad para optimizar los
procesos psicosociales y asumir una postura ética de aprendizaje, respeto y compromiso que
beneficie las prácticas sociales.
La evaluación tiene que proponerse como un proceso dinámico, evaluar es una oportunidad
de mejoramiento del trabajo ejecutado. Es una práctica que compromete, un proceso
reflexivo, analítico y crítico que promueve el cumplimiento de objetivos, es una estrategia de
acción fundamentada en un juicio de valor que genera sostenibilidad y oportunidad, a partir
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
15
de unos indicadores con unas metas reales y alcanzables (Bacca, 2001).
Como efecto, la evaluación permite demostrar a los cooperantes o financiadores la
optimización de los diversos recursos previstos para el cumplimiento del objetivo y
establecer acciones oportunas sobre la sostenibilidad y continuidad de un proyecto. Además,
La evaluación permite rendir cuentas a los participantes en los procesos del proyecto,
incluyendo la organización que lo implementa y a la opinión pública.
Entonces, es importante comprender la evaluación como control, pero no como un control
impuesto si no como una verificación reflexiva de procesos, de esfuerzos, de protocolos y
formatos y como todo esto, redunda en el impacto del proyecto y su aporte a la
transformación social.
Todos estos aspectos se pueden sintetizar desde el concepto de validez, como criterio que
permite evaluar el cumplimiento de metas propuestas. Desde ahí, la evaluación se justifica
como una acción que corrige y minimiza el riesgo de incumplimiento en lo propuesto.
1.1.2. La validez de la evaluación.
Teóricamente la evaluación tiene sus planteamientos de base, desde el discurso de la
investigación científica, a partir de conceptos como la validez (Campbell y Stanley 1966.
Cook y Campbell 1986).
A partir de los aportes de Cook y Campbell (1986) se introduce la distinción entre validez
interna y externa, base en la que se sustentaban los modelos objetivistas de los años
sesentas del S. XX., a partir de lo cual se interpretó como desde la formulación de un
programa de intervención se posibilitaría un determinado impacto social (validez interna),
así como la generalización de tales impactos causados por tales programas a otros contextos
de intervención (validez externa) (Chacón, 1998).
Estos autores abordaron estas dos clases de validez, a partir del planteamiento de distintos
tipos de juicios; de esta forma al estudiar si dos variables covarían, o se relacionan, tal y
como fueron operacionalizadas se estaría planteando la denominada validez de conclusión
estadística.
Por otra parte, si dicha covariación es causal haría referencia a la validez interna; al referirse
a la manera en que deberían etiquetarse las variables de tratamiento y resultados
operacionalizadas, se plantearía la validez de constructo; y finalmente a qué personas,
contextos y momentos se generalizan las relaciones estudiadas haría referencia la validez
externa.
Es decir, en ese momento se llamó la atención sobre la necesidad de distinguir entre el plano
formal del análisis y el sustantivo de las teorías o planteamientos que se usan para decidir
sobre qué variables incidir en los proyectos de intervención.
Por tanto además de conocer si un programa ha tenido un determinado impacto (validez
interna) y si este impacto puede generalizarse o extrapolarse a otras situaciones (validez
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
16
externa), es necesario tener certeza de que efectivamente se ha dado esa relación entre las
variables estudiadas (nivel formal de análisis) y de que además se han elegido dichas
variables desde determinados planteamientos (Chacón, 1998).
Continúa Chacón (1998), afirmando que para poder equilibrar los resultados de la
evaluación, se propone un esquema de validez alternativo basado en los elementos que
constituyen la inferencia que el investigador desea extraer del estudio. El autor distingue
entre unidades, tratamientos, operaciones de observación, y contexto espacio-temporal.
Esta multiplicidad de variantes responde a una realidad en la que se presenta una
dicotomización entre los estudios experimentales rigurosos (basada fundamentalmente en el
principio de manipulación de los agentes causales (Cook y Campbell, 1986) y otros tipos de
estudios de supuesto menor rigor. Ello ha provocado un énfasis en la validez interna de los
estudios experimentales fundamentalmente con infravaloración de la validez externa, para
destacar esta última forma de validez en el resto de estudios donde se enmarcaría la
evaluación de programas de intervención, en los que las amenazas de validez interna son
más frecuentes al carecer del control que brinda la manipulación experimental.
El énfasis, a veces impuesto y poco comprendido, en un tipo u otro de validez ha provocado
muy frecuentemente en los profesionales gestores de los distintos ámbitos de la intervención
psicosocial que se dejen contaminar por los prejuicios hacia la evaluación, lo que muchas
veces ha impedido progresos y resultados claros en el desarrollo de la evaluación como
proceso riguroso.
En este sentido hay que comprender que los criterios de la validez en la evaluación no son
inamovibles, sino más bien que se presentan en una continua interacción, conforme se vaya
desarrollando el proceso.
Elementos definitorios de la validez en evaluación de proyectos
de intervención.
Los elementos de validez que pueden y deben estar presentes en el contexto de una
intervención y por tanto, han de ser los elementos de evaluación, determinan el propósito
primario de la misma, que es servir a las necesidades de los responsables de las tomas de
decisión, más que a los investigadores encargados de realizar la evaluación (Cook y
Campbell 1986).
Un objeto de estudio puede existir al margen del evaluador, pero no puede ser conocido al
margen de éste; de ahí que referirse a las características particulares de una intervención,
equivale a hacerlo desde la lectura de los interventores, evaluadores, a partir de las
experiencias compartidas y saberes populares de las comunidades participantes. En esta
medida, lo que ocurre en la realidad social es descriptible, a través de los conceptos
contrastados en campo, de los profesionales gestores: sociólogos, pedagogos, economistas,
educadores sociales, psicólogos, etc., es por esto que en una misma situación pueden existir
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
17
diferentes interpretaciones, tantas como conceptos referentes se usen, pero todas estas
lecturas tienen que coincidir y contrastarse con una realidad soportada por las vivencias de
una comunidad. Dicha contrastación tiene que ser un factor de validez.
Recapitulemos, al tratar el tema de la validez nos hemos estado refiriendo a la característica
fundamental de la ciencia que es la selección de conceptos con el mayor grado de corrección
posible, es decir con validez. En términos globales el concepto de validez científica se refiere,
a la medida en que se dé una correspondencia de similitud entre las características del
concepto planteado y los datos obtenidos sobre dicho concepto (Chacón, 1998).
Entonces, evaluar con validez la eficacia de un proyecto de intervención psicosocial,
independiente de su énfasis: infancia, situación de desplazamiento forzado, desmovilizados,
tercera edad, etc., implica tener delimitado con claridad el referente conceptual utilizado
desde la formulación de dicho proyecto, para a partir de estos referentes, recoger datos de
la intervención y analizar si se presenta semejanza entre dichos datos y los objetivos
propuestos. Pero siempre contando al momento del proceso de implementación, con la
particularidad de cada población y/o comunidad intervenida desde los aportes que hacen con
base en su propia experiencia y conocimiento popular.
Por tanto es importante precisar que para obtener datos e información válidos ha de
delimitarse y contextualizarse clara y adecuadamente lo que se desea evaluar. Desde cómo
se ha planeado, así mismo, que las evidencias o información obtenidas sean representativas
(validez externa) y no presenten confusiones (validez interna) con respecto a los elementos
definitorios del concepto de referencia o fuente de información.
El logro de la validez en evaluación de proyectos de intervención.
Al evaluar un proyecto de intervención se hace referencia al proceso de obtención de
información válida sobre una determinada acción social, para el logro de los efectos y
productos que se estimen oportunos.
Básicamente, un proyecto de intervención psicosocial representa una apuesta de
acercamiento a las comunidades, que tiene en cuenta el punto de vista de las personas
participantes, en el contexto elegido y dentro del marco de una problemática social; dicha
apuesta, posibilita que la gente se interrogue por su relación con lo social, lo institucional, lo
que les problematiza y las opciones de solución a sus malestares y dificultades de
convivencia y desarrollo. Esto, implica estudiar y conocer el contexto sujeto de intervención,
que permita clarificar las posibles relaciones existentes entre un conjunto de actividades
programadas a partir de dicho estudio, y el logro de unos resultados formulados por la
intervención, que considera unos medios disponibles (tanto humanos como materiales).
Acá es importante que como interventores psicosociales tengamos clara la lógica de una
intervención psicosocial. La cual parte de un estudio inicial o lectura de contexto, que haga
posible un diagnóstico pertinente, la rigurosidad de una línea de base, que brinde soporte a
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
18
los indicadores de gestión, y que dan sentido a los supuestos que determinan los objetivos
que rigen una serie de actividades, que se planean desde unos recursos a partir de las
necesidades manifiestas de la intervención; las actividades son las acciones dentro del
proyecto que permiten ilustrar la propuesta psicosocial y hacen posible el apropiamiento de
la misma por parte de las comunidades. Estos aspectos a tener en cuenta, son los que han
sido planteados por algunos autores como la valoración de la evaluabilidad de un proyecto
(Ander-Egg 1992; Chacón, 1998; Bacca, 2001), es decir los requisitos mínimos a cumplir
por un programa de intervención para poder ser evaluado.
Por lo tanto, se hace necesario al momento de la evaluación, que un proyecto presente unos
objetivos definidos y medibles, así como la traducción del modelo o apuesta particular de
intervención, a una base lógica que justifique esperar determinados efectos o resultados, a
partir de una serie de actividades programadas en la intervención.
Así las cosas, para evaluar es necesario conocer el proyecto desde su formulación, punto de
referencia inicial, referente conceptual que lo sustenta, metodología que lo guía (Estrategias
de acción y actividades programadas), el contexto sociopolítico que lo delimita.
En definitiva para poder llegar a establecer si un programa ha logrado los efectos
perseguidos se habrá de tener claro a qué programa específico nos estamos refiriendo
(Chacón, 1998).
1.1.3. El Objeto de la evaluación.
La evaluación tiene por objetivo superior reconocer los siguientes aspectos que le dan
sentido a este proceso en aras de su validez o efectividad:
1. La Eficacia: Tradicionalmente se la ha definido como el grado de logro de las
metas de producción (bienes o servicios) de un proyecto independiente de los
costos. Es decir, es la relación de lo propuesto con lo ejecutado, la relación entre
la cantidad de bienes o servicios que produce y distribuye el proyecto durante su
operación y lo estimado en la programación. Operacionalmente, esta definición
de la eficacia tiene dos dimensiones: tiempo y metas (Cohen, 1993).
Es posible evaluar la eficacia, para establecer si las actividades efectivamente
conducen al logro de los objetivos de la intervención. La eficacia tiene relación
con el volumen de producción, la cantidad de productos que genera y distribuye
el proyecto en un período determinado. A mayor producción, mayor eficacia.
Para el análisis de la eficacia, los indicadores más adecuados son las diferencias
observadas en la producción generada o productividad, la cantidad de población
sujeto beneficiaria y la cobertura neta (Chacón, 1998).
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
19
2. La Eficiencia: Es la relación entre los productos generados y los recursos
utilizados en la producción. Permite determinar si los recursos de inversión se
ejecutaron en concordancia con el resultado esperado. Es decir, la proporción
entre la inversión y el cumplimiento de los resultados. Esto supone que una gran
inversión de recursos debe traer como resultado un gran beneficio (Bacca, 2001).
La eficiencia contrasta la implementación y gestión acordes con los recursos
financieros destinados; conceptos necesarios de tener en cuenta en lo que
respecta a una evaluación integral de proyectos psicosociales.
Para planificar la eficiencia es necesario definir cuáles son los recursos con los
que se cuenta para llevar a cabo el proceso de evaluación. De otro lado, es
importante definir qué se evaluará: los insumos, el proceso, los resultados y el
impacto (Cohen, 1993).
La eficiencia relaciona el volumen de producción con los recursos utilizados para
ello. La eficiencia incluye a la eficacia y la asocia a alguna unidad de recurso
(dinero, horas/persona, horas/equipo, etc.). A menor costo de producción, mayor
eficiencia.
Tradicionalmente la eficiencia se ha traducido de forma operativa como la
relación entre los costos programados, los costos reales, el volumen de
producción y el tiempo (real y programado). Es la comparación entre los costos
medios programados y los reales invertidos o gastados (Cohen, 1993).
La eficiencia y la eficacia, no son sólo analizables desde el punto de vista de los
productos, sino que se puede y debe aplicar a la implementación de cada una de
las actividades críticas del proceso productivo.
3. La Pertinencia: Como concepto obedece a la habilidad de realizar acciones
estratégicas desde las necesidades y situaciones reales de los contextos de las
comunidades participantes.
Es decir, la pertinencia permite evaluar que los programas sociales se realicen
desde lo que la gente realmente necesita y no desde lo que a los profesionales,
las instituciones o las políticas sociales les parece y determinan autocrática o
tecnocráticamente.
Las acciones pertinentes además posibilitan procesos de adherencia y
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
20
pertenencia a la intervención propuesta. En este sentido la pertinencia se evalúa
en términos de esfuerzo y desempeño administrativo del proyecto.
La pertinencia es la oportunidad, la validez, la conveniencia y el reconocimiento
de la propuesta por parte de la gente que participa. O sea, que lo que se ofrezca
sea realmente lo que la gente requiere y necesita. Por ello para la intervención
psicosocial es importante diferenciar y resaltar la pertinencia de la propuesta.
Si bien dentro del discurso clásico de la evaluación los conceptos por excelencia
han sido la eficacia y la eficiencia, para la intervención psicosocial es fundamental
el concepto de pertinencia y su correlato de pertenencia, por tratar estos de
establecer, si las necesidades detectadas o la problemática social identificada en
un contexto comunitario, justifica la realización de un proyecto de intervención que aporte al Desarrollo social y humano (Vargas y Gambara, 2005).
4. La Adherencia: Se refiere a la adhesión o reconocimiento y al cumplimiento de
los procesos ofrecidos por el proyecto por parte de las personas participantes o
beneficiarias del mismo.
Advierte Chacón (1998), que en la literatura anglosajona, suelen emplearse,
habitualmente, dos términos indistintamente para hacer referencia a la
adherencia: compliance (cumplimiento) y adherence (adhesión). Algunos
consideran que el cumplimiento es una parte de la adherencia (Cohen, 1993).
En síntesis, la adherencia es la coincidencia entre el comportamiento de una
persona y los aportes y prescripciones que la propuesta social brindan. El
concepto de adherencia al tratamiento hace referencia a una gran diversidad de
conductas, da cuenta de una situación de respuesta por parte de los usuarios de
un proyecto que es multimodal y complejo (Cohen, 1993).
Es decir, entre las múltiples respuestas se incluyen desde tomar parte en las
actividades del proyecto, cumplir con su asistencia, continuar con la propuesta,
hasta desarrollar los cambios propuestos en los objetivos del proyecto, parcial o
definitivamente y evitar acciones en contra de la propuesta psicosocial. Y como
seguimiento del proceso se observa que es complejo ya que la adherencia, se
puede dar en un momento pero no en otro, en unas circunstancias pero no en
otras y a una parte del proyecto pero no a otras.
1.1.4. Especificaciones Metodológicas y Técnicas de la Evaluación.
Un programa de evaluación consiste en el diseño de una serie de estrategias dirigidas a la
obtención de información válida acerca de un programa de intervención enmarcado en su
contexto delimitador, para valorar si efectivamente dicha propuesta está siendo
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
21
implementada tal cual ha sido conceptuada, ya que de otra forma no habría seguridad
alguna en el impacto social de la misma.
Metodológicamente, la evaluación tiene que ser un proceso alterno o paralelo a la ejecución
de la propuesta misma. Lo ideal es diseñar la evaluación, a la par con la formulación de la
propuesta de intervención. En esta vía es de resaltar que no se puede esperar que se
termine el proceso para evaluar, lo cual es una tendencia aún generalizada. Se trata de que
la evaluación sea un proceso transversal a los momentos de la intervención y de gestión, ya
que de nada sirve finalizar un proceso de intervención, para darse cuenta que se cometieron
errores los cuales sería más fácil corregir durante el proceso mismo.
En este sentido de forma estratégica, la evaluación debe ser un proceso participativo que
involucre a todas las instancias y actores sociales comprometidos. No solo se debe realizar
por las personas que gestionan el proceso evaluativo, es muy importante la participación de
todo el grupo, equipo ejecutor y comunidad participante. Es a través de la información
generada, vía los comentarios y aportes, de la comunidad que se está interviniendo, que se
logra valorar y conocer si se están logrando los objetivos propuestos.
El alcance de la información obtenida.
Un análisis metodológico de la evaluación exige obtener información válida a lo largo de todo
el proceso de implementación de la intervención psicosocial. La evaluación requiere tener
claridad sobre: de dónde se parte y cómo se va conduciendo el proceso, para poder dar
cuenta de los logros o falencias que se generan en el trabajo diario.
Es necesaria una continua realimentación de los procesos, hacer un alto en el camino para
mirar cómo vamos, esa es la esencia de toda evaluación. En este sentido, la evaluación
exige un antes, durante y después de su ejecución, con intervalos de tiempo considerables.
El objetivo de una evaluación es aportar referentes para el profesional en intervención a la
hora de optar por las distintas variantes que se le presentan en el continuo proceso de toma
de decisiones característico del medio social (Chacón, 1998).
La información que se genera de la evaluación permite implementar los correctivos
necesarios. Los cuales pueden estar relacionados con las estrategias, manejo de recursos,
metodologías y así poder tomar decisiones asertivas que conduzcan a optimizar el proceso y
alcanzar las metas propuestas.
Un buen evaluador, debe siempre, emitir una señal clara y oportuna relacionada con la
conveniencia de introducir variaciones, ajustes o de continuar el proceso en las condiciones
en que se viene realizando; una buena evaluación no se limita a identificar errores, pues se
responsabiliza también de fortalecer y promover la continuidad de decisiones que se han
considerado acertadas.
Es necesario para este propósito precisar los métodos de recolección de información,
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
22
teniendo en cuenta que como modalidad de investigación social aplicada, la evaluación
contempla el diseño de una serie de técnicas de recolección de información como: La
entrevista, la encuesta y los grupos focales entre otras posibles.
Las Técnicas de la Evaluación.
Entre las técnicas o métodos de recolección de la información útiles para la
evaluación puede contarse con:
1. La Observación: es una técnica que debe realizarse de forma consciente, se
realiza a partir de definir un objetivo. Exige atención en el contexto, se trata de
hacer una lectura amplia de la situación que se eligió observar (Taylor, 2005).
La observación requiere que todo lo observado sea anotado y sistematizado, para
registrar a manera de diario de campo, la información generada del ejercicio.
Luego dicha información hay que categorizarla. Definir espacio tiempo y la
saturación en la información recogida
2. La Entrevista: Debe ser planeada con un guión previo. Este guión o cuestionario
guía debe construirse con un tipo de preguntas uniformes (respecto al tema y el
tiempo), en tercera persona (en lo posible no comprometer la subjetividad del
evaluador), con preguntas cortas, precisas y entendibles para la persona que se
dirige. Con palabras cotidianas más que técnicas. A veces es necesario recurrir al
parlache, sin incurrir en la vulgaridad (Taylor, 2005).
Desde la intervención psicosocial la entrevista se planifica de una forma
semiestructurada, sea a nivel individual o grupal. Es importante al momento de
entrevistar siempre, realizar un encuadre, hacer lectura de contexto e identificar
roles asumidos (como el colaborador, el interesado, el saboteador, el que no
aporta, etc.). La técnica por excelencia de la entrevista es la escucha: la cual
implica mostrar verdadero interés en las personas que se está escuchando. Se
trata de saber preguntar y llevar el hilo de un tema. Al final se realiza devolución
de la información recogida.
La forma de construir el cuestionario guía es a partir de definir el tema con un
objetivo de interés a la luz de una temática específica; se recomienda preguntar
por bloques temáticos, de lo general a lo específico y a lo singular (lo más íntimo
sólo después de establecer un clima de vínculo propicio). Durante el desarrollo de
la entrevista, si una inquietud es muy larga se debe repartir en varias preguntas,
las preguntas deben hacerse de forma que la conversación fluya: la clave está en
preguntar por el cómo, nunca por el qué o el porqué (evitar divagaciones).
Un buen entrevistador indaga por la experiencia del entrevistado, por sus
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
23
vivencias en el proceso. Es importante que al finalizar la entrevista, se cierre con
la siguiente pregunta: sobre este tema qué más le gustaría agregar?. Por último
devuelve al entrevistado, la información generada, en sus mismas palabras.
3. La Encuesta o el Cuestionario auto diligenciado: Es un instrumento para recoger
información. Se realiza a la luz de una temática específica. Es un cuestionario
para averiguar sobre un tema puntual. Se hace mediante un conjunto de
preguntas cerradas, normalizadas, dirigidas a una muestra poblacional
representativa para conocer estados de opinión o hechos específicos. Igualmente
exige desde nuestra perspectiva, considerar el contexto.
Generalmente las encuestas son de dos tipos: estadísticas o sondeos de opinión,
estas últimas las más utilizadas en el ámbito psicosocial.
Forma de realizar el cuestionario: mediante preguntas cortas y sencillas; de lo
simple a lo complejo; evitar que involucren lo íntimo o personal del encuestado;
las preguntas de la encuesta no deben incurrir en juicios de valor.
Se pregunta por bloques temáticos, de lo general a lo específico, con preguntas
cerradas; siempre se realiza por escrito y a partir de un instructivo. Para su
análisis se categoriza la información, con base en las variables elegidas; ejemplo:
Siempre, a veces, nunca; y, con base en estas variables se tabulan los
resultados.
4. El Grupo Focal: como las anteriores esta también es una técnica de
levantamiento de información en estudios sociales. Pero esta tiene una
justificación y validación teórica que se funda en lo social, ya que su postulado
básico, es capturar en un proceso una representación colectiva a nivel micro de lo
que sucede a nivel macrosocial (Taylor, 2005).
El grupo focal en la evaluación de proyectos psicosociales es importante y muy
difundido, porque permite que en el discurso de los participantes, se generen
imágenes, conceptos, lugares comunes que permiten a un evaluador reconocer
situaciones de cambio social y personal.
La técnica de los grupos focales es una reunión con modalidad de entrevista
grupal abierta y semiestructurada, en donde se busca que un grupo de individuos
seleccionados por los evaluadores reflexionen y elaboren, desde su experiencia
personal, una problemática o situación social que es tema de evaluación.
A su vez las preguntas orientadoras en un grupo focal, deben ser: no solo
concretas sino orientadoras. Deben ser amigables, trasmitidas en una secuencia
que sea cómoda para los participantes, moviéndose desde lo general a lo
específico, de lo más fácil a lo más difícil, y de lo positivo a lo negativo. Deben
ser pocas, puntuales y pertinentes.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
24
Cada uno de estos instrumentos técnicos expuestos, debe generar una información funcional
para los beneficiarios de la evaluación. Siempre la información suministrada debe incluir
hipótesis y/o sugerencias que permitan una adecuada interpretación de los hechos
observados (cohen, 1993).
El Evaluador y las Técnicas de Evaluación.
El evaluador debe ser una persona que no esté directamente involucrada con el tema, puede
ser un profesional interno o externo. Pero es importante que participe de la planificación de
la propuesta evaluativa y sus técnicas de recolección de información, así mismo que esté
totalmente al tanto del tema a evaluar para que logre un dominio efectivo de la actividad.
Debe tener habilidades comunicacionales, como saber escuchar, darse a entender
claramente tanto verbal como no verbalmente, saber interpretar actitudes y
comportamientos, ser asertivo, tener manejo de dinámicas grupales y control eficiente del
tiempo.
Debe saber moderar la técnica o actividad mediante poder llevar el hilo conductor del tema y
mantener a los participantes atentos y participando activamente. Se recomienda para la
obtención de la información hacer uso de un auxiliar que levante la relatoría y haga un
trabajo de observación, ya que puede ser compleja.
Independientemente de la complejidad de la información procesada y de los análisis
realizados, el evaluador debe generar recomendaciones prácticas que orienten sin
ambigüedad la decisión de quienes tienen competencia para incidir sobre los fines de la
gestión y sus recursos. Para ello son los informes de evaluación.
Los Informes de Evaluación.
Un informe debe ser claro, conciso y práctico, y se presenta en un lenguaje comprensible. La
idea nuclear de un informe de evaluación es que el usuario de la evaluación comprenda
cómo debe proceder y qué consecuencias tendría actuar de determinada forma. El informe
de la evaluación debe llevar a una decisión de conservación o de cambio; de otra manera
será un procedimiento inútil.
Los informes pueden ser:
1. Descriptivos: Muestran lo observado en el proyecto en un momento dado y
proponen un seguimiento.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
25
2. Comparativos: Analizan los resultados en relación a otros proyectos
(transversal), al mismo proyecto en diferentes momentos (longitudinal) o al
contexto (población general).
3. Coyunturales: Se circunscriben al momento del análisis.
4. Acumulativos: dan cuenta de todas las fases o momentos del proceso, utilizando
series temporales.
5. Numéricos y gráficos: son ilustrativos desde estos signos:
_ Tablas de datos: Posibilitan contar con una imagen de los resultados de cada
indicador y cuantificar las diferencias existentes longitudinal o transversalmente.
_ Gráficos: Existe una gran variedad, que sirven para descripción de una variable
o la comparación e ilustración de series. Son menos exactos pero más fáciles de
interpretar.
La Matriz de evaluación.
Existe una tradición evaluativa que proviene del análisis económico y otra de la investigación
social. Hay un continuo entre quienes ponen acento en los costos y los que lo hacen
exclusivamente en el logro de los objetivos de impacto. Lo cual en el ámbito de la evaluación
ha dado lugar a los métodos cuantitativos y a los métodos cualitativos. Así, evaluar puede
significar distintas cosas y tener distintos alcances (Cohen, 1993).
Aun cuando en la actualidad, en el discurso de la evaluación se está superando el dilema de
los métodos cuantitativos y cualitativos y se opta por aplicar y reconocer las bondades de
ambos. Las diferencias técnico metodológicas radican en los universos de análisis y sus
variables, indicadores e instrumentos de medición a utilizar (Cohen, 1993).
Independiente del enfoque y su alcance, a nivel técnico la propuesta de evaluación se
programa o formula desde una matriz, que estructura y consolida el diseño del proyecto. En
la que se confirman la pertinencia, la factibilidad y la sostenibilidad del proyecto, de acuerdo
con los criterios de evaluación de calidad y los factores del desarrollo; a partir de lo cual, se
toma la decisión sobre financiar o no el proyecto.
La matriz debe contener los siguientes aspectos a evaluar:
1. Definición de los objetivos y metas de impacto
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
26
2. Descripción de los objetivos de producto
3. Determinación del horizonte del proyecto
4. Definición de las metas y planes operativos
5. Descripción de la tecnología y proceso productivo
6. Identificación de las variables e indicadores a utilizar
7. Selección de las fuentes de información
8. Caracterización de los supuestos
9. Confección de la Matriz Lógica de las alternativas enunciadas a evaluar según
cada situación particular.
La matriz de evaluación permite comparar información para la toma de decisiones, a partir
de investigar, medir y comparar.
Los Momentos técnicos de la Evaluación.
Hay tres momentos de la evaluación. Se refiere al esfuerzo, al proceso y al impacto.
También nombrado el antes (ex-ante), el durante y el post (ex-post) (Aspecto a
desarrollarse en la Unidad II).
Por último con todas estas especificaciones metodológicas vale la pena volver a resaltar que
el producto de toda evaluación es una decisión que valida la situación o que propone
correctivos (Ander-Egg, 1992).
Evaluación con Enfoque Diferencial desde las Perspectivas de Género y de Derechos Humanos
Hoy los programas de cooperación internacional y los de financiación pública, están teniendo
técnicamente y por políticas de equidad e inclusión, un enfoque de evaluación, que
igualmente se ve transversalizado en toda la implementación del proyecto, desde las
perspectivas de género y de Derechos Humanos.
Estas perspectivas son una propuesta política de inclusión, que hacen parte de un enfoque
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
27
diferencial, en la acción social. El enfoque diferencial es entendido como el reconocimiento,
la inclusión y el acompañamiento que toma en cuenta a todos los grupos poblacionales y
comunidades que cultural e históricamente han sido excluidos, menospreciados, catalogados
como minorías o que socialmente han sufrido discriminación.
Este enfoque como apuesta política de transformación social implica procesos de reflexión y
autoconocimiento de estas comunidades y grupos poblacionales para reconocerse y
empoderarse desde su situación de vida. El enfoque diferencial es a la vez un método de
análisis y una guía para la acción; concebirlo desde estos dos sentidos conlleva, en el primer
caso, que las mismas comunidades sepan hacer una lectura analítica y crítica de la realidad
que les permita hacer visibles las formas de relacionamiento y la discriminación implícita que
les ha considerado como vulnerables o diferentes para la sociedad en general o por un grupo
hegemónico. En el segundo caso, les permite a las personas pertenecientes a estos grupos
sociales, tradicionalmente excluidos, que a partir de ese análisis crítico, hagan uso de su
agencia, para la toma activa de decisiones y que a su vez, tengan herramientas como
comunidad, para demandar a la institucionalidad sus derechos.
Este enfoque es una herramienta de lectura contextual, la cual igualmente, es necesaria que
sea asumida e incorporada por los funcionarios y/o personal técnico, gestor, evaluador de
proyectos y agencias financiadoras públicas o privadas, de iniciativas de cooperación para el
Desarrollo y garantes de la protección y ejercicio de los derechos humanos; para que de una
forma más efectiva, puedan brindar una adecuada atención y protección integral de los
derechos de la población.
Es pues, una herramienta técnica y política que permite clarificar si en los proyectos
psicosociales, desde su proceso de planificación, implementación o evaluación se tuvieron en
cuenta los criterios que en términos de evaluabilidad, aseguran su mérito, valor y relevancia
desde este enfoque diferencial que reconoce los Derechos Humanos y la Perspectiva de
Género.
Elvia Vargas e Hilda Gambara (2005) recomiendan su utilización en una propuesta
evaluativa, para facilitar a equipos técnicos y gestores psicosociales el análisis de la
estructura de las iniciativas. Lo cual facilita en términos de evaluación responder las
siguientes preguntas:
¿En qué medida la calidad del proceso de planificación, implementación y
seguimiento de la iniciativa va a permitir que, con los recursos disponibles, se
puedan lograr sus objetivos y llevar a cabo su evaluación en el futuro?
¿En qué medida en el proceso de planificación, implementación, seguimiento y
evaluación de la iniciativa se tuvieron en cuenta los principios de los Derechos
Humanos?
¿En qué medida las preocupaciones, experiencias y necesidades de las mujeres,
así como de los hombres, se consideraron como un elemento integrante en los
procesos de planificación, implementación, seguimiento y evaluación?
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
28
Y continúan estas autoras afirmando que para cumplir estos propósitos, la
evaluación desde este enfoque, debe organiza en función de las cuatro fases del
ciclo de la intervención que deben contemplarse en el proceso de planificación de
una iniciativa de cooperación para el Desarrollo:
1. Análisis de la situación objeto de la acción de cooperación.
2. Planteamiento de objetivos generales y específicos
3. Definición de componentes
4. Y por último la determinación del sistema de seguimiento y evaluación.
Cada una de estas fases se presenta para su respectivo análisis en tres dimensiones (Vargas
y Gambara, 2005):
1. La evaluabilidad.
2. El enfoque de Derechos Humanos
3. La perspectiva de género (Acá también es válido tener presente el enfoque
étnico, como otro componente del enfoque diferencial y cultural, que debe
asumirse como una dimensión transversal a una evaluación psicosocial).
Estas dimensiones se organizan en una matriz que contenga tres columnas, en cada una de
las cuales, aparece la lista de las afirmaciones que constituyen los criterios de análisis.
De esa forma esta herramienta pretende ser un instrumento de evaluación rápida y global
de las iniciativas de cooperación para el desarrollo, teniendo presente que las acciones
sociales son complejas y diversas, sin embargo, teniendo en cuenta que la finalidad de la
herramienta es obtener un juicio global de la medida en que se cumplen los criterios
esenciales de la evaluabilidad (Vargas y Gambara, 2005).
1.2. Conclusiones de la Unidad
La evaluación pone de manifiesto el equilibrio entre la formulación del proyecto y su proceso
de implementación. La evaluación debe tener presente a los distintos actores sociales
participantes en el proyecto.
A manera de conclusión la evaluación se realiza:
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
29
Para determinar si un proyecto mejoró la situación psicosocial de inicio de sus
beneficiarios o participantes.
Para verificar si se cumplió con lo planeado: objetivos, actividades, recursos.
Para detectar y corregir fallas en la implementación del proyecto.
Para la toma de decisiones respecto al futuro del proyecto.
Para concluir si el proyecto ha permitido tener una comprensión o conocimiento
más a fondo de la problemática social que se intervino.
Para indagar por el nivel de aceptación y posicionamiento social del Proyecto en
determinado momento histórico.
Para dar cuenta de lo ejecutado y rendir contabilidad que justifique el gasto.
1.3. Referencias bibliográficas
Bibliografía Básica
Aguilar, M. Ander-Egg, E. (1992). Evaluación de servicios y programas sociales. Madrid:
Siglo XXI.
Bacca, Gabriel (2001). Evaluación de proyectos. Ciudad de México: Mc Graw-Hill.
Banco Interamericano de Desarrollo (1997). Evaluación y preparación de proyectos. EVO-
evaluación: una herramienta de gestión para mejorar el desempeño de los proyectos (Marco
Lógico). La Evaluación y diseño de proyectos.
http://www.iadb.org/cont/evo/spbook/evaii.htm
BID, INDES y Planeación Nacional (1995). Hacia nuevos Modelos de Gerencia Social.
Departamento Nacional de Planeación, Banco Interamericano de Desarrollo– BID -, Instituto
Interamericano para el Desarrollo Social INDES. Santa Fe de Bogotá.
Campbell, D.T. (1986). Relabeling internal and external validity for applied social scientists.
In W. Trochim (Eds.) Advances in quasi-experimental design and analysis (pp. 67-78). San
Francisco: Jossey- Bass.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
30
CEPAL - Panorama social de América Latina 2009.
http://www.oei.es/noticias/spip.php?article6015
Cohen, Ernesto (1993). Evaluación De Proyectos Sociales. México. Ed. Siglo Veintiuno.
Cohen, Ernesto. Martínez, Rodrigo (CEPAL). Manual Formulación, Evaluación y Monitoreo de
Proyectos Sociales. México.
http://www.ampres.org.mx/pdf/16%20Manual%20Proyectos%20Sociales_Cepal.pdf
Chacón Moscoso, S. López Ruiz, J. (1993). Metodología de la evaluación de programas de
intervención: una aplicación en centros asistenciales infantiles. En: Apuntes de Psicología,
37-60.
Chacón Moscoso, S. Pérez, J (1998). Validez de la evaluación en intervención psicosocial: Un
análisis metodológico. Universidad de Sevilla.
http://www.copmadrid.org/webcopm/publicaciones/social/43322.pdf
Cook, T. Campbell, D. (1986). The causal assumptions of quasi-experimental practice.
Synthese, 28, 141-180.
Gambara H. Vargas E. (2007). Evaluación de programas de intervención psicosocial. En:
Blanco y Rodríguez. Intervención psicosocial. Madrid. Ed. Pearson.
Taylor S. Bogdan R (2000). Introducción a los métodos cualitativos de Investigación. Ed.
Paidos.
Vargas-Trujillo, Elvia. Gambara D’Errico, Hilda (2005). Evaluación de programas y proyectos
de intervención. Una guía con enfoque de género. Universidad de los Andes. Facultad de
Ciencias Sociales – CESO. Departamento de Psicología.
http://publicacionesfaciso.uniandes.edu.co/psi/Evaluacion_de_programas_y_proyectos_de_i
ntervencion.pdf
Vedung, E. (1993). Utilización de la evaluación. Revista de Servicios Sociales y Política
Social, 2, 69-80.
Bibliografía Complementaria
Ander egg, E. Aguilar M. (1996) Cómo elaborar un proyecto. Buenos Aires. Ed. Lumen.
Blanco, Amalio. Rodríguez, Jesús (2007). Intervención Psicosocial. Madrid. Ed. Pearson.
Briones, Guillermo (1991). Evaluación de Programas Sociales., 1ª edición. México. Ed.
Trillas.
Fontaine, Ernesto (2003). Evaluación social de proyectos, 12. ed. Bogotá: Alfaomega.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
31
UNIDAD 2. Tipos de evaluación
Introducción
La evaluación en tanto actividad investigativa, común a muchas disciplinas, se fundamenta
desde la metodología científica propia de las ciencias sociales, como parte del campo de la
investigación social aplicada. Esta metodología tiene como objetivo emitir un juicio de valor
o un concepto sobre un programa, un proyecto o un servicio, a partir de los datos que han
sido recogidos de manera sistemática y rigurosa para la toma racional de decisiones (Vargas
y Gambara, 2008).
En este sentido la evaluación se considera como un proceso alterno y necesario hoy desde la
gestión e intervención de los proyectos psicosociales. Y es con base en su proceso de
implementación que a su vez, la evaluación puede desempañar roles desde los objetivos que
el mismo proceso de intervención exige.
De ahí que según el momento del proceso de intervención aplique un tipo de evaluación, sea
ex - ante, durante o ex - post. Este es el tema central en esta unidad, para lo cual es muy
importante la comprensión de la unidad anterior.
También hace parte de esta unidad un acercamiento a otros dos aspectos, que podemos
entenderlos como consecuencias lógicas del proceso de la evaluación, nos referimos al
monitoreo, como parte del seguimiento y control de una evaluación y a la sistematización de
experiencias como ese acumulado que permite a los equipos evaluadores formalizar,
sistematizar su hacer y dejarlo como un aprendizaje de los procesos de intervención.
Objetivos específicos
Definir los tipos de evaluación que componen el proceso de la evaluación de la
gestión de proyectos psicosociales.
Brindar elementos metodológicos y técnicos para la evaluación y monitoreo
de proyectos psicosociales.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
32
Mapa conceptual
UNIDAD II. Tipos de
evaluación
inicial exige durante requiere terminal
La evaluación Ex
- ante
valora
El esfuerzo, la
planeación, la
viabilidad, la
inversión y la
eficiencia
Plan de monitoreo
hace
Seguimiento a la
gestión
administrativa:
inversión vs
operación,
programación vs
ejecución
La evaluación de
proceso
valora
El proceso de
implementación,
las actividades, los
productos, la
pertinencia, la
adherencia y la
eficacia
La sistematización
de experiencias
organiza
La información
generada,
formaliza el
conocimiento,
sistematiza la
experiencia,
transmite el
aprendizaje,
institucionaliza el
proyecto
La evaluación Ex
- post
Los resultados, los
costos/beneficios, el
impacto, la
transformación
social
valora
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
33
2.1. La Tipología de la Evaluación
Los tipos de evaluación se refieren a los momentos del proceso técnico de la implementación
de un proyecto de intervención. Vamos a definir cada uno de estos momentos que
componen la evaluación como proceso dentro de la vida de un proyecto:
En el discurso de la evaluación, diversos autores, cohen (1993), Chacón (1998), Bacca
(2001), Vargas y Gambara (2008), Londoño (2009), entre otros; dan cuenta de unos tipos
de evaluación, que desde la literatura sobre el tema se denominan comúnmente como: ex -
ante, ex - post, impacto, de proceso, monitoreo, seguimiento.
Con el propósito de esclarecer estos aspectos, el proceso y el contenido de la valuación, se
ha desarrollado teóricamente desde los autores planteados, una tipología de la evaluación.
Teniendo presente de nuevo, que la evaluación es fundamentalmente un proceso que busca
valorar y generar una información para su aplicación.
Una tipología de la evaluación, debe responder a los criterios específicos considerados desde
los objetivos que persigue el proyecto a evaluar y al momento cronológico del proceso de
intervención, es decir, el tiempo de acuerdo al momento en que se realiza la evaluación
respecto del ciclo de vida del proyecto.
Teniendo estos dos criterios como base, definamos cada uno de los tipos de la evaluación:
2.1.1. La Evaluación Ex – ante o Inicial
Este tipo de evaluación se refiere al a priori de la intervención, tiene como intención
proporcionar información y establecer criterios puntuales para decidir sobre la conveniencia
técnica de la implementación de un proyecto, esto es, determinar su viabilidad técnica.
También, evalúa la posibilidad de alcanzar los objetivos propuestos con base en los recursos
existentes, evaluando y comparando los costos presentes y futuros de las alternativas
posibles, en esa medida es garante de la inversión a hacer con la intervención (Cohen,
1993).
En este sentido, la evaluación ex-ante permite estimar tanto los costos como el impacto (o
beneficios) y así adoptar la decisión cualitativa de implementar o no el proyecto.
En el hacer social a nivel público, privado o en agencias de cooperación internacional,
gracias a esta forma de la evaluación, es factible priorizar distintos proyectos e identificar la
alternativa más óptima para alcanzar los objetivos de impacto perseguidos por cada
organización para el desarrollo.
Para Cohen y Franco (1993), la evaluación ex - ante generalmente utiliza los modelos de
análisis de costo – beneficio o costo – efectividad, donde el análisis costo – beneficio es el
más adecuado para analizar proyectos económicos y el modelo costo – efectividad presenta
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
34
mayores potencialidades para la evaluación de proyectos sociales.
Aspectos obligados que caracterizan la Evaluación Ex – ante:
1. Identificación de los recursos necesarios: hace referencia a las alternativas
potenciales de un proyecto.
2. Estimación de los costos: hace referencia al presupuesto programado.
3. Estimación de los impactos: hace referencia a la formulación de metas de
intervención e indicadores de gestión.
4. Análisis de las relaciones costo/impacto: Definidas las alternativas de un
proyecto de intervención, estas deben ser evaluadas para seleccionar la que
presenta una mejor relación entre los costos de su implementación y el impacto
estimado.
El Análisis Costo-Impacto (ACI) es la metodología que permite seleccionar la alternativa que
maximiza el impacto al menor costo posible, en otras palabras, escoger la opción que
presenta el menor costo por unidad de impacto. Por consiguiente requiere el análisis de
costos y del impacto. Ambos presentan diferencias de operacionalización según la naturaleza
del proyecto, social, productivo, etc. (Cohen, 1993).
Calcular los costos (análisis de la eficiencia)
Cohen (1993) y Bacca (2001), coinciden en afirmar que los costos de un proyecto hacen
referencia al valor económico de cada uno de los bienes y servicios utilizados,
independientemente de su financiamiento. No se debe confundir costo con egreso. En cada
alternativa se deben identificar los costos relevantes que se deben afrontar durante la vida
del proyecto.
Para evaluar proyectos hay que identificar los factores diferenciales (aquellos que implican
mayores o menores costos). Es posible que existan actividades comunes (como el desarrollo
e implementación de un sistema de monitoreo), que, por lo mismo, no contribuyen a la toma
de decisiones, por lo que es preferible posponer su valoración para el proceso de la
intervención (Cohen, 1993).
2.1.2. Evaluación Intermedia o de Proceso
Dice de esa evaluación que se hace durante el período de implementación del proyecto. La
cual permite revisar el desarrollo de una determinada acción o actividad, con el propósito de
analizar su eficacia operacional de tal modo de poder programar o reprogramar, de acuerdo
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
35
a los resultados de la valoración. Su énfasis se centra en los procesos que forman su
dinámica global y también en los factores que facilitan o dificultan el desarrollo y
funcionamiento del proyecto (Briones, 2001).
Este tipo de evaluación se hace cargo de la hipótesis de que todo conjunto social es
modificado cuando se estimula externamente, de allí que sea necesario lograr tener un
cúmulo de información suficientemente poderosa como para cambiar el proyecto de acuerdo
a las necesidades que el conjunto social intervenido va requiriendo.
La evaluación de proceso en proyectos de intervención psicosocial, busca explicitar qué se
evalúa, en términos de la problemática psicosocial a intervenir en contexto, en la
cotidianidad de las participantes, en términos de logros o no.
Para aprehender este proceso de la evaluación, es necesario tener presente que en los
proyectos normalmente al finalizar el diagnóstico se cuenta con varias alternativas de
solución. En la formulación se deben describir todas ellas, centrándose en sus
especificidades y diferencias, es luego, con la evaluación ex-ante, que se decide si se realiza
o no el proyecto y, en caso afirmativo, cuál de ellas implementar.
Con base en lo anterior, en la implementación, se asumen los detalles organizacionales,
administrativos y presupuestarios que posibilitarán el proceso y se comienza a valorar si lo
programado corresponde con lo ejecutado. Es ahí donde la evaluación del proceso cobra
sentido y validez en una propuesta social.
La evaluación permite decidir cuál es el camino más viable de la intervención, permitiendo la
posibilidad de realizar ajustes posteriores. Esto exige que la evaluación del proceso, sea
detallada, incluyendo elementos de la fase de formulación. Cabe recordar que mientras más
preciso y exhaustivo sea el trabajo en esta fase, más fácil y menos riesgosas serán las
decisiones que posteriormente se tomen (Bacca, 2001).
Este tipo de evaluación se hace como alterno al proceso mismo de la intervención, por lo
que puede considerarse como un proceso formativo, más que sumativo.
Para la acción psicosocial, la evaluación de procesos es muy importante porque implica a las
comunidades, mediante las técnicas de valoración como la entrevista, los grupos focales,
donde la gente da cuenta desde sus opiniones y percepciones del proceso, a favor o no de
sus necesidades psicosociales; es decir, si con las actividades de la intervención se suple en
algo y de qué forma eso que les convocó a participar de determinado proyecto.
En este sentido es necesario diferenciar y definir la evaluación como proceso y como
impacto. La transformación social es medir impacto y será posible medirla a largo plazo,
inclusive poder contemplar en ese logro que influencia directa tuvo el proyecto específico y
qué influencia puede tener el entorno como contexto intervenido por múltiples acciones
sociales, pues el impacto no puede adjudicarse a un solo proyecto.
En cambio, en el caso de la evaluación de proceso, se trata de poder valorar si el proyecto
es pertinente y si está siendo aceptado y reconocido por la comunidad para su buen
desarrollo (adherencia y posicionamiento de la propuesta en la comunidad). Claro que de un
buen proceso se generan garantías de un adecuado impacto.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
36
Entonces, hay asuntos que señalan que son de proceso, por tanto es necesario nombrarlos,
pero diferenciándolos del impacto, como aquellos que se refieren durante el trabajo de
implementación, si se está logrando: motivar y empoderar a las comunidades sobre los
objetivos propuestos por el proyecto. Otros asuntos, pueden ser los relacionados con
obtener resultados periódicos, replantear actividades, reforzar estrategias y controlar la
calidad del producto o servicio que se provee y promover consensos, favorecer la interacción
grupal y reconocer la labor de los equipos ejecutores y las personas participantes.
Se trata en esta medida de valorar continuamente el proceso desde el mismo desarrollo del
proyecto. Esto determina la evaluación de proceso, la cual debe programarse dentro de las
actividades propuestas en el proceso formativo de la intervención psicosocial, con
actividades de evaluación y monitoreo (Ander-egg, 1992).
Alcances de la Evaluación de Proceso
Como hemos visto este tipo de evaluación se realiza durante el Proceso de Implementación.
Y supone:
Recoger datos: referencias cuantitativas
Recoger opiniones: referencias subjetivas, valorativas, a través de reuniones,
entrevistas, observación, etc.
No se deben presentar como comentarios los registros de datos cuantitativos y las
valoraciones subjetivas, sino que siempre son aspectos complementarios en la evaluación
(Ander-Egg, 1992).
En el curso de formulación y gestión de proyectos de intervención psicosocial, veíamos la
importancia de evaluar la gestión y los resultados de un proyecto para el Desarrollo. Sin
embargo, esos son sólo uno de los aspectos que es posible evaluar en un proyecto.
Puntualicemos otros componentes de proceso de intervención que es necesario evaluar:
La estructura del Proyecto: Es necesario evaluar las características organizativas
y de gestión, es decir, los cargos creados en el marco del proyecto, el tipo y
cantidad de recurso humano al servicio del mismo, la calidad de los equipos, las
instalaciones físicas y en general los insumos con los que cuenta el proyecto.
También es posible evaluar la distribución de rubros y asignación presupuestal.
El proceso del programa:
- Aspectos técnicos y operativos
- Valoración del cumplimiento de las actividades del programa
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
37
- Evaluación del trabajo de campo, optimización de los recursos vs las acciones
comunitarias
- Evaluación de la calidad
- Cobertura y oportunidad
- Integralidad
- Satisfacción de los participantes, adherencia a la propuesta y posicionamiento o
reconocimiento del proyecto a nivel comunitario.
- Valoración de las personas participantes del proyecto independiente de su rol
social o institucional.
El resultado del programa: evaluar si el programa incrementó conocimientos
sobre un tema en particular, si se dejó capacidad instalada. Si introdujo o
promovió cambios en las actitudes y comportamientos, necesarios para mejorar
una determinada condición o posición de vida. Si permitió el desarrollo de
destrezas y generó la creación de redes de apoyo social.
El impacto del programa: evaluar si el programa redujo costos, contribuyó a la
reducción y/o manejo de la problemática social, transformó condiciones
estructurales. En general, si mejoró el índice de calidad de vida. Es aquí donde
es pertinente entrar a conocer sobre la evaluación ex –post.
2.1.3. Evaluación Ex - post o Terminal
La evaluación ex - post es la más nombrada, la que más se utiliza y por ende la que más
desarrollos teóricos muestra en el contexto de la evaluación de proyectos de intervención
psicosocial, a causa de lo que implica, el impacto o transformación social.
La evaluación ex – post consiste en la medición o sistematización de los resultados
acumulados de un proyecto en términos de cobertura, focalización, eficacia, eficiencia,
efectos, impacto, relación entre los costos y el impacto.
A diferencia de la evaluación ex-ante, en que se trabaja con objetivos y metas a alcanzar
según las estimaciones existentes, en la ex-post se utilizan los datos reales, que arrojó la
implementación del proyecto.
Este tipo de evaluación busca establecer el logro de los objetivos que planteó el proyecto en
su formulación original una vez finalizada su implementación. Según Briones (1991), la
evaluación ex – post es el estudio que se realiza después de que el programa ha terminado,
con la finalidad de establecer si se obtuvieron o no los resultados esperados y los factores
que actuaron en una u otra dirección.
La evaluación ex-post se lleva a cabo en la etapa final de implementación o una vez
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
38
finalizado el proyecto. Tiene dos funciones:
1. Una cualitativa, que permite decidir si debe continuarse o no con el proyecto o establecer
la conveniencia de formular otros proyectos similares.
2. Otra cuantitativa, que surge en proyectos que se encuentran operando y posibilita tomar
la decisión de si es necesario o no reprogramar.
De forma general la evaluación ex – post, confronta los resultados del proceso de
transformación social, productos y resultados, con parámetros de juicio que responden a los
objetivos planteados inicialmente, con el fin de obtener conclusiones sobre el margen de
logro o fracaso alcanzando por la intervención (Bacca, 2001).
La necesidad de evaluación al término de un proyecto social se relaciona con la detección y
cuantificación de los resultados de la intervención en relación con los objetivos específicos
del proyecto. Dicho en otras palabras, la evaluación ex - post debe compatibilizar la
necesidad de valorar el logro de los objetivos del programa o proyecto con el levantamiento
de los datos al concluir la implementación del proyecto (Cohen, 1993).
En este sentido, este tipo de evaluación constituye la última de las etapas del ciclo de vida
de los proyectos sociales, y permite generar conclusiones y correcciones, a partir de la
información generada, para los proyectos por venir, con objetivos similares.
La evaluación ex - post evalúa los objetivos, por lo tanto debe dar cuenta de la
trasformación de estos objetivos en dimensiones susceptibles de ser medidos; este proceso
exige pasar de los fines generales del proyecto a los indicadores de la evaluación, la
selección de indicadores es, por lo tanto, crucial, dado que, a partir de ellos, se intenta
determinar el grado en que se alcanzaron los objetivos y, por tanto, si el proyecto fue o no
exitoso y la medida de este éxito (Cohen, 1993).
En su sentido más amplio, el proceso de evaluación ex – post no solo es la determinación del
nivel de logro del proyecto respecto de sus objetivos, sino también, es un análisis del
proyecto con recomendaciones en varios niveles: perfil del proyecto, su metodología de
acción, su programación.
Por otro lado, la evaluación ex – post, en tanto mide el impacto y los resultados de un
proyecto, puede arrojar comparativos que den cuenta del momento actual y el origen de la
propuesta. Pues es de anotar que en la modalidad de proyectos, no siempre coincide el
diseño con la ejecución, no siempre hay coherencia entre ambos momentos del proyecto, en
la medida en que no haya relación lógica entre objetivos, o podría verse inconsistencia entre
objetivos y actividades, puesto que muchas veces los objetivos han sido mal formulados.
También la evaluación ex - post es un proceso encaminado a determinar sistemática y
objetivamente la pertinencia, eficiencia, eficacia de todas las actividades desarrolladas a la
luz de los objetivos planteados (Bacca, 2001).
Técnicas para medir impacto
Actividad central: Una actividad inicial de la evaluación ex-post es identificar el
momento más adecuado para llevarla a cabo, considerando la disponibilidad de
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
39
información confiable y válida con los requerimientos de toma de decisiones para
la gestión.
Grupo Focal: Las acciones de seguimiento a post, desde lo psicosocial se realiza
por medio del grupo focal, el cual se propone desde la conformación de dos
grupos focales, uno con personas de la comunidad que hubieran participado del
proyecto y otro con personas que no hicieron parte del proceso, para así poder
medir impacto de la propuesta como transformación o cambio social.
Modelo experimental clásico: Exige seleccionar aleatoriamente una muestra que
se divide, también aleatoriamente, en dos submuestras, el grupo con proyecto o
población beneficiaria (grupo experimental) y el grupo sin proyecto (grupo de
control). Estas submuestras se seleccionan antes de iniciarse la operación del
proyecto (en la situación de línea de base) y deben diferir sólo en que la primera
recibe los bienes o servicios del proyecto y la segunda no (Cohen, 1993).
Tomando en cuenta la selección aleatoria de ambos grupos, las diferencias
iníciales entre ellos, si las hay, debieran ser mínimas. Es decir, entre X y Y no
deben existir diferencias estadísticamente significativas. X - Y = 0 (diferencia no
significativa). Si las diferencias iníciales fueran estadísticamente significativas, es
necesario realizar una nueva selección o distribución de la población en cada
grupo, de lo contrario no es posible medir el impacto.
El modelo compara la situación en que se encontraban los dos grupos en la línea
de base (LB), con la situación en la línea de comparación (LC). A partir de ello se
verifican los cambios generados por el proyecto. Se debe analizar únicamente una variable (objetivo) a la vez y mantener las otras constantes (Cohen, 1993).
La evaluación Ex – post y los impactos logrados
Se realiza mediante la comparación entre el estado inicial de la población sujeto (línea de
base) y otro de comparación que es la situación existente después de un tiempo de
operación del proyecto (línea de comparación), eliminando (o tratando de minimizar) la
incidencia de factores externos. Los modelos para medir efectos e impactos son los mismos,
sólo cambian los indicadores utilizados (Cohen, 1993).
El Impacto y el logro de los objetivos
En el análisis de proyectos se pueden distinguir tres metodologías que buscan comparar los
costos con el logro de objetivos de impacto. La forma de medir los costos es la misma, lo
que varía es la medición del impacto (Cohen, 1993):
Análisis Costo Beneficio (ACB): consiste en comparar los costos con los beneficios
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
40
económicos del proyecto. Si éstos son mayores que los costos, existe una primera indicación
de que el proyecto debería ser, en principio, aprobado.
Un requisito básico es que los costos y beneficios sean expresados en unidades monetarias,
por lo tanto, es una metodología adecuada para el análisis de proyectos que tienen fines
productivos.
En el caso de los proyectos sociales, los beneficios difícilmente pueden expresarse en
moneda, por lo que la utilización del ACB queda severamente limitada. Esta metodología se
utiliza casi exclusivamente en la etapa ex-ante, para tomar una decisión respecto a la
ejecución, rechazo o postergación de un proyecto.
1. Análisis del Costo Mínimo (ACM): compara los costos-monetarios (tanto en una
evaluación ex-ante como ex-post), con el nivel de producción y distribución de
los bienes y servicios que entrega el proyecto.
El ACM deja de lado el análisis de los objetivos de impacto. Asume que ellos
derivan de una decisión política, y se dedica a asegurar que sean alcanzados
incurriendo en los costos mínimos. Se limita a garantizar la eficiencia, pero nada
dice respecto al impacto del proyecto. Éste se presume igual en las distintas
alternativas de intervención.
2. Análisis Costo-Impacto (ACI): compara, al igual que el ACM, los costos
(monetarios) con el logro de los objetivos de impacto. El ACI, no se restringe a
considerar la eficiencia sino que también su impacto determinando en qué
medida el proyecto alcanzará (o ha alcanzado sus objetivos), qué cambio
producirá (o ha producido) en la población destinataria y cuáles son sus efectos
secundarios. El ACI se debe aplicar tanto en la evaluación ex-ante como en la ex-
post.
La evaluación Ex – post y los costos reales del proyecto
Esta etapa realiza en este sentido, las mismas acciones que la evaluación ex-ante. Se debe
(Cohen, 1993):
Confeccionar un flujo de costos. Tomando como base los datos de la formulación
y programación, se ajustan los valores con la información real. Se deben incluir
tanto los ítems ya ejecutados como los que ocurrirán entre el momento de la
evaluación y el horizonte del proyecto.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
41
Actualizar los costos a la fecha de análisis. Considerar la fecha de evaluación
como punto de referencia.
Anualizar los costos.
Construir la matriz de costos reales.
Después de verificar los costos en que realmente se ha incurrido, se los puede
contrastar con los estimados durante la programación.
Para terminar este apartado, es importante retomar que en la actualidad la evaluación ex -
post de proyectos ha tenido mayor desarrollo en el ámbito privado y en el sector de la
inversión pública, debido a que las fuentes de financiamiento exigen conocer y medir el logro
y alcance de los objetivos propuestos. Además ha surgido la preocupación por medir las
consecuencias previstas o no previstas de la intervención en la población beneficiada, una
vez terminado el ciclo de vida de un proyecto.
Monitoreo.
El Seguimiento o Monitoreo, es una forma de evaluación formativa o de proceso, que se
lleva a cabo principalmente, durante la ejecución del proyecto. Se define como un
procedimiento sistemático empleado para comprobar la eficiencia y efectividad del proceso
de ejecución de un proyecto para identificar los logros y debilidades y recomendar medidas
correctivas para optimizar los resultados deseados (Mokate, 1993).
El Monitoreo, en tanto seguimiento es un proceso continuo y permanente durante la
implementación del proyecto, mientras que la evaluación como proceso sistemático, que
puede darse según los momentos de vida de un proyecto, que es lo que definen la tipología
de la evaluación, se lleva a cabo en periodo específicos del mismo.
Entonces, el monitoreo es una parte esencial del proceso de la evaluación que se relaciona
directamente con la gestión administrativa y consiste en un examen continuo o periódico
que se efectúa durante la implementación del proyecto, en las etapas de inversión y/u
operación. Se realiza con el objeto de hacer un seguimiento del desarrollo de las actividades
programadas, medir los resultados de la gestión y optimizar sus procesos, a través del
aprendizaje que resulta de los éxitos y fracasos detectados al comparar lo realizado con lo
programado, algún estándar (promedio u óptimo) y/u otros programas o proyectos (Briones,
1991).
El monitoreo es factible de que se realice en distintos niveles de la gestión, con el objeto de
conocer sobre los insumos, actividades, procesos y productos, cuyos principales indicadores
se relacionan con el tiempo, la cantidad, la calidad y el costo que tiene cada uno.
El monitoreo puede desarrollarse durante los estados de inversión y operación de los
programas y proyectos, con el objetivo de conocer los resultados de la gestión y definir la
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
42
reprogramación requerida (Cohen, 1993).
Tradicionalmente, el objetivo del monitoreo ha estado centrado en la identificación de los
desvíos existentes respecto a lo programado, haciendo un análisis intra proyecto
(longitudinal). Para ello, se toma al programa o plan de producción como el patrón de
comparación y se restringe al control físico y financiero (Cohen, 1993).
La comparación entre lo programado y lo realizado sólo es válida si existe una formulación
adecuada, que permita una programación realista e idónea de los diferentes productos,
procesos, actividades e insumos requeridos en la operación. Si la programación de un
proyecto es arbitraria, monitorear no tiene sentido. (Cohen, 1993). En este contexto, la
formulación, programación y monitoreo están estrechamente vinculados.
La programación no siempre es confiable y cuando hay más de un ejecutor del proyecto,
además de considerar el contraste respecto a la programación, el monitoreo también debe
comparar los indicadores de resultado de cada uno.
Para cada indicador de gestión es posible realizar un análisis de actividades, con el objeto de
comparar los resultados de distintas unidades ejecutoras con similares características. Se
busca generar un aprendizaje conjunto (para todo el proyecto) a partir de los éxitos y
fracasos específicos.
Desde la función del Monitoreo, se resaltan varias razones posibles de fracaso de los
proyectos:
Errores de diseño: originados por la inexistencia o mala estimación de las metas;
poca claridad o inadecuada organización de los procesos y/o actividades; poca
congruencia entre las actividades programadas y la estructura organizacional.
Fallas de implementación: incumplimiento de lo programado (procesos,
actividades, estructura) por parte del equipo a cargo de la operación.
Factores externos: incumplimiento de los supuestos o surgimiento de elementos
contextuales nuevos e impredecibles que modifican el escenario en que se
implementa el proyecto.
Las actividades del monitoreo deben diseñarse y programarse con anterioridad a
la implementación, a objeto de minimizar las dificultades prácticas y maximizar
su utilidad.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
43
Diseñar el plan de Monitoreo debe responder a las siguientes preguntas (Cohen,
1993):
¿Quiénes son los destinatarios de la información que proporciona el monitoreo?
¿Qué información requieren dichos destinatarios?
¿Qué indicadores se deben considerar?
¿Qué instrumentos hay que utilizar?
¿Con qué periodicidad?
¿Qué nivel de precisión es requerido?
¿Cuáles y cuántas unidades hay que observar cada vez (actores sociales,
beneficiarios, ejecutores)?
¿Qué tipo de informes se requieren?
¿Cómo se deben procesar los datos?
Implementación del Monitoreo
Para la recolección, registro y procesamiento de la información del monitoreo se requiere un
plan con la flexibilidad suficiente como para afrontar los imprevistos que se pudieran
presentar. Es importante tomar en cuenta (Cohen, 1993):
1. Sensibilizar al equipo encargado del registro de la información sobre la utilidad
del monitoreo y la importancia de seguir los procedimientos diseñados. Para
ello, es conveniente transmitir el uso del mismo, para garantizar que la
información generada nutra al proyecto y aumente el compromiso y la
confiabilidad con los resultados obtenidos.
2. Los instrumentos, formas de registro y procesamiento de los datos deben ser
estables para mantener su comparabilidad. Si se requieren cambios, se los debe
hacer planificadamente, con una fase de prueba en que operen en paralelo las
técnicas preexistentes y las nuevas.
3. En el procesamiento de datos es importante tener presente el diseño muestral
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
44
al segmentar la información (de manera geográfica, etaria, sectorial, etc.).
Cada subdivisión adicional de la muestra incrementa su error de estimación, por
lo que se deben sopesar los beneficios de tener información más detallada con
los costos de su menor confiabilidad.
4. Si existe factibilidad técnica y económica, utilizar sistemas informáticos para el
registro y transmisión de la información (tecnologías de redes locales, internet y
correo electrónico), así se disminuyen considerablemente los errores de
manipulación.
5. Cuando se trabaja con un proyecto que tiene varias entidades ejecutoras, es
conveniente contar con una estructura de supervisión independiente de la
operativa.
6. Es aconsejable conformar grupos de supervisores por zonas geográficas, con
distintos tipos de proyectos, viabilizando la rotación del supervisor por los
proyectos. Esto permite la suficiente cercanía como para conocer los proyectos
y la distancia necesaria para limitar un excesivo involucramiento en la gestión
diaria.
7. En los proyectos con productos intersectoriales, la supervisión debe ser
multidisciplinaria.
8. Para las salidas a campo es necesario que los supervisores cuenten con una
guía de registro de datos que consigne actividades, indicadores, unidades de
registro y recomendaciones (o información que requiere especial atención).
9. Aun cuando la evaluación ex-post y el monitoreo se realizan durante la
operación, el segundo se preocupa del análisis de los distintos componentes de
la gestión interna (terminando en los productos), mientras que la evaluación
ex-post centra su atención en la relación entre los productos y el logro de
objetivos. En el monitoreo, el centro del análisis está en la eficacia, la eficiencia
y la focalización (lo interno a la gestión del proyecto), en la evaluación ex-post
se incorporan los efectos y el impacto (lo externo, en la población objetivo)
(Cohen, 1993).
Sistematización de Experiencias.
Comúnmente en nuestro contexto, las evaluaciones ex - post de proyectos de intervención
no cuentan con información pertinente debido a que con frecuencia no se ha sistematizado
suficientemente los datos y el conocimiento generados a través del proceso de
implementación de un proyecto. La inexistencia de una adecuada sistematización deja de
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
45
lado la reconstrucción de los aspectos principales del proyecto como el análisis de la
coherencia interna del proyecto, la coherencia de los informes de supervisión, los avances y
logros de las actividades en campo, el contacto con el equipo técnico encargado de formular,
la transmisión de los aprendizajes acumulados con la experiencia de intervención, en general
los logros y las dificultades en la administración y ejecución del proyecto. En fin la
sistematización permite dar cuenta de los procesos de intervención a cabalidad y genera de
los procesos una buena evaluación.
Cuando se habla de sistematización generalmente, se refiere a dos opciones: Como
recolección, registro y clasificación de datos cuantitativos o como sistematización de
experiencias, que posibilitan formalizar un conocimiento empírico adquirido por la
experiencia misma (Puerta, 1996).
En éste último caso, lo fundamental es que se trata de un proceso de reflexión, análisis e
interpretación de una experiencia de trabajo vivida o realizada con la comunidad, por lo que
es de nuestro interés, en lo que respecta a la intervención psicosocial.
La sistematización desde esta perspectiva pretende identificar los saberes adquiridos, dejar
un legado, planificar un derrotero o protocolo a seguir con la intervención y formalizar el
conocimiento adquirido de un proyecto público p privado, ejecutado con comunidad.
Conceptualización sobre la Sistematización de Experiencias
La sistematización de experiencias existe desde hace varias décadas, pero aún en nuestros
contextos, no está lo suficientemente difundida. Es necesario delimitarla de la evaluación en
tanto rebasa el alcance de un simple informe de resultados y, de la investigación en tanto no
pretende lograr generalizaciones (Jara, 2011).
Estos tres conceptos, sistematización, evaluación e investigación, tienen semejanzas y
diferencias; no son excluyentes y guardan relación entre sí. La evaluación y la
sistematización comparten la elaboración conceptual inicial, pero la evaluación como hemos
visto, busca medir los resultados o logros obtenidos de una experiencia, confrontándolos con
los objetivos iníciales y sus metas o productos. La evaluación no se limita a los datos
cuantitativos, también da cuenta de un aprendizaje adquirido, está más centrado en los
resultados.
La investigación de fenómenos sociales busca una construcción de conocimientos científicos
locales, que busca la generalización y pueden ser permanentemente confrontados y
corroborados por la comunicad científica (Puerta, 1996).
La sistematización por su lado, se centra en la dinámica de los procesos, busca una
interpretación crítica y lógica de la experiencia de intervención vivida, aunque al igual que la
evaluación y la investigación, es una forma de acercarse a la realidad social.
Como sabemos desde las teorías de la formulación de proyectos, en el trabajo con la
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
46
comunidad se realizan proyectos que tienen objetivos, metas estrategias, resultados,
indicadores, actividades, cronogramas. Todos estos componentes basados en un diagnóstico
preliminar, pero desde el mismo momento en que un proyecto empieza a ejecutarse, surgen
elementos no esperados, que constituyen el proceso. De esa forma, se pone en marcha una
dinámica particular que involucra a todos los actores participantes: comunidad y equipo
gestor del proyecto.
En esta vía en la intervención psicosocial, se compromete la subjetividad de todos los
participantes, la manera en que se relacionan, actúan, se perciben y cómo son impactados
por la experiencia misma.
Es a partir de formalizar u organizar de manera sistemática este proceso, que podemos
llegar a dar cuenta de la sistematización de experiencias. La cual parte de una
reconstrucción de las vivencias que una intervención comunitaria generó, ordenando los
distintos elementos objetivos y subjetivos, para comprenderlos e interpretarlos de forma
crítica. Se busca con este proceso, aprender de la propia práctica, evitando de ésta manera
caer en un quehacer mecánico (Jara, 2011).
Así las cosas, la sistematización de experiencias es un quehacer teórico - práctico, está por
una parte el referente teórico desde el que fue estructurado el proyecto y por el otro la
experiencia surgida de las vivencias comunitarias, durante la realización del proyecto.
Oscar Jara (2011), advierte que la sistematización va más allá de la narración y descripción
de la experiencia, si bien ambas hacen parte de ésta, la sistematización como tal busca la
interpretación y una noción formal de la intervención como proceso social. Se sistematiza
para optimizar el aprendizaje, busca construir conocimiento y transformación social al
identificar toda la dinámica subyacente a la implementación de proyecto.
Entonces, se Sistematiza para:
1. Recuperar la experiencia y el propio saber.
2. Organizar las experiencias y poderlas comunicar.
3. Mejorar la propia práctica.
4. Relacionar los componentes de la experiencia, identificando sus articulaciones y
evolución.
5. Permitir la continuidad de los procesos sociales.
6. Identificar la significación de los datos obtenidos en un contexto.
Condiciones para una Sistematización (Jara, 2011)
Conciencia de la importancia de la sistematización: solo pueden sistematizar
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
47
los sujetos participantes de la experiencia.
Delimitar la experiencia a sistematizar: la participación en una de las
modalidades de la intervención.
Analizar que la sistematización sea posible: Herramientas para recuperar la
experiencia, apoyo institucional, historia, documentación, formatos, plantillas.
Conformación del equipo técnico para la sistematización.
Elementos Metodológicos de la Sistematización
El equipo sistematizador debe elegir de forma conjunta uno de los métodos de
sistematización. No existe una forma única de hacerlo, depende del tipo de experiencia, el
objetivo específico que se desea lograr, el grupo de trabajo, el contexto social, el nivel de
participación.
Se puede sistematizar a partir de todos los registros de las experiencias desarrolladas: actas
de reuniones, formatos, material de trabajo utilizado con los grupos, videos, fotografías,
notas personales, dibujos. Todo este tipo de material sirve para reconstruir la experiencia.
Puede ocurrir que no se cuente con el material suficiente para sistematizar la experiencia, en
este caso es útil diseñar instrumentos unificadores que permitan dar cuenta de ésta.
Fases del Proceso de Sistematización
1. Recuperación y ordenamiento de la información: Es la fase en la que se
organiza y describe la experiencia, se reconocen los actores. En este primer
momento se debe hacer un registro de lo sucedido para mostrar los cambios.
2. Análisis e interpretación: Es un momento reflexivo, de apropiación teórica e
identificación de aprendizajes significativos.
3. Transformación sobre la práctica: Los aprendizajes significativos identificados
permiten la retroalimentación del proceso, para mejorarlo y corregirlo.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
48
4. Comunicación: Es la fase de socialización, se muestran los hallazgos, avances.
El proceso finaliza cuando se formalizan los aprendizajes, de aquí deben surgir productos
que permitan compartir con otras personas o instituciones lo aprendido: Documentos,
artículos, guías didácticas, folletos, videos, historietas, etc.
2.2. Conclusiones de la Unidad
Es importante al momento de diseñar la estrategia de evaluación tener en cuenta los
parámetros establecidos en el proyecto desde el diseño o formulación de sus objetivos, con
base en estas directrices se formula una tabla de indicadores: de esfuerzo, el desempeño
profesional y su gestión; de proceso, desarrollo del proceso formativo con la población
participante; y de impacto, posibles logros del proyecto a nivel de transformación social a
mediano y largo plazo.
Con base en las reflexiones acerca de la tipología de la evaluación, cabe señalar que cada
ejercicio profesional amerita ser evaluado, desde unos indicadores o criterios definidos.
La evaluación permite un continuo proceso de realimentación durante todo el ciclo de vida
del proyecto y es recomendable hacerlo en todas las etapas de ejecución del proyecto, esto
permite que la generación de información sea útil para posteriores procesos de evaluación.
La información generada por el proceso evaluativo ha de servir para mejorar y armonizar los
proyectos con planes y programas de desarrollo económico y social del aparato de Estado.
Esta información asegura la eficiencia de la asignación de la inversión pública en el marco de
la implementación de diversos programas de desarrollo, y mejorar la productividad de los
proyectos de inversión social.
2.3. Referencias bibliográficas
Aguilar, M. Ander-Egg, E. (1992). Evaluación de servicios y programas sociales. Madrid:
Siglo XXI.
Ander egg, E. Aguilar M. (1996) Cómo elaborar un proyecto. Buenos Aires. Ed. Lumen.
Bacca, Gabriel (2001). Evaluación de proyectos. Ciudad de México: Mc Graw-Hill.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
49
Briones, Guillermo (1991). Evaluación de Programas Sociales., 1ª edición. México. Ed.
Trillas.
CEPAL - Panorama social de América Latina 2009.
http://www.oei.es/noticias/spip.php?article6015
Cohen, Ernesto (1993). Evaluación De Proyectos Sociales. México. Ed. Siglo Veintiuno.
Cohen, Ernesto. Martínez, Rodrigo (CEPAL). Manual Formulación, Evaluación y Monitoreo de
Proyectos Sociales. México.
http://www.ampres.org.mx/pdf/16%20Manual%20Proyectos%20Sociales_Cepal.pdf
Chacón Moscoso, S. Pérez, J (1998). Validez de la evaluación en intervención psicosocial: Un
análisis metodológico. Universidad de Sevilla.
http://www.copmadrid.org/webcopm/publicaciones/social/43322.pdf
Jara Holliday, Oscar (2011). Sistematización de Experiencias, Investigación y Evaluación:
Aproximaciones desde tres Ángulos. Perú. Ed Alforja.
Londoño, Natalia (2009). Formulación de proyectos: enfoques, procesos y herramientas.
Medellín.
http://www.google.com.co/url?url=http://makaia.org/apc-aa-
files/64646464646464646464646464646464/formulacion_de_proyectos_enfoques_procesos
_20_y_herramientas.pdf&rct=j&frm=1&q=&esrc=s&sa=U&ei=I7HPU-jaE-
vNsQT504FI&ved=0CBIQFjAA&usg=AFQjCNHtEzmmbDQkGefeQAbvcNzZM99qHw
Puerta, Antonio (1996). Evaluación y sistematización de proyectos sociales: una metodología
de investigación. 1 ed. Medellín.
Quintero, Víctor (1998). Evaluación de proyectos sociales: construcción de indicadores.
Bogotá: Fundación FES.
Taylor S. Bogdan R (2000). Introducción a los métodos cualitativos de Investigación. Ed.
Paidos.
Vedung, E. (1993). Utilización de la evaluación. Revista de Servicios Sociales y Política
Social, 2, 69-80.
Bibliografía Complementaria
Banco Interamericano de Desarrollo (1997). Evaluación y preparación de proyectos. EVO-
evaluación: una herramienta de gestión para mejorar el desempeño de los proyectos (Marco
Lógico). La Evaluación y diseño de proyectos.
http://www.iadb.org/cont/evo/spbook/evaii.htm
BID, INDES y Planeación Nacional (1995). Hacia nuevos Modelos de Gerencia Social.
Departamento Nacional de Planeación, Banco Interamericano de Desarrollo– BID -, Instituto
Interamericano para el Desarrollo Social INDES. Santa Fe de Bogotá.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
50
Blanco, Amalio. Rodríguez, Jesús (2007). Intervención Psicosocial. Madrid. Ed. Pearson.
Cook, T. Campbell, D. (1986). The causal assumptions of quasi-experimental practice.
Synthese, 28, 141-180.
Fontaine, Ernesto (2003). Evaluación social de proyectos, 12. ed. Bogotá: Alfaomega.
Gambara H. Vargas E. (2007). Evaluación de programas de intervención psicosocial. En:
Blanco y Rodríguez. Intervención psicosocial. Madrid. Ed. Pearson.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
51
UNIDAD III. La función del evaluador como hacer profesional
Introducción
En esta unidad continuaremos tratando el tema de la evaluación de proyectos, dándole
cierre, a partir de abordar el papel y la función del evaluador, como profesional o equipo
profesional, que hace posible dicha acción social que implica la evaluación.
Es necesario reconocer la evaluación como un campo profesional amplio, que está en
expansión laboral en la actualidad. Lo cual exige que este hacer se desempeñe a cabalidad.
Un buen evaluador es aquel profesional que asume el reto de monitorear el ciclo de vida de
un proyecto de manera rigurosa y sistemática, para valorar y medir su proceso: el
cumplimiento de actividades, el uso de recursos, la entrega de oportuna de productos o
servicios y el logro de cambio sostenible; de tal forma, que el diseño y la gestión de las
iniciativas evaluadas se puedan ajustar, con el fin de asegurar que generen valor para la
sociedad.
Siendo el tema fundamental en esta unidad de trabajo académico, la función del evaluador,
es importante en esta misma vía abordar dos conceptos que complementan este hacer
profesional: la interventoría de proyectos y la evaluación económica de los proyectos
psicosociales.
Sobre el primer concepto hay que nombrar inicialmente que, en proyectos de inversión
pública es común denominar interventoría de proyectos a esa labor profesional de evaluar
las propuestas públicas. La interventoría de proyectos psicosociales es esencialmente una
labor de seguimiento y monitoreo. Es importante como gestores psicosociales tener un
acercamiento y entrenamiento en interventoría de proyectos.
Y sobre la evaluación económica es importante señalar que es un aspecto básico de un plan
de evaluación, porque esta revisa el uso y destinación de los recursos de un proyecto
teniendo en cuenta las variables de la economía del contexto donde se implementa el
proyecto. Este tema en lo referente a los proyectos específicamente psicosociales, toma
unas variables interesantes para ser asumidas por un gestor psicosocial, respecto al valor de
los productos y servicios que este tipo de proyectos generan y posicionan en sus
beneficiarios.
Sobre estos aspectos trabajaremos en esta unidad, con la cual se da cierre a este tema tan
fundamental en esta especialización como es la evaluación y ciclo de vida de los proyectos
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
52
de intervención psicosocial.
Objetivos específicos
Identificar la función del evaluador como un hacer profesional
Estudiar la importancia de la interventoría en el proceso de vida de un proyecto
de intervención.
Reconocer los tipos de la evaluación económica de proyectos de intervención
psicosocial
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
53
Mapa conceptual
UNIDAD III. La función del
evaluador como hacer profesional
La evaluación como un
campo de acción profesional
conlleva
determina
El hacer del evaluador
desde
Diversos campos de acción
posibilita exige
La interventoría Unas habilidades como
evaluador
es delimita
Un monitoreo y control La evaluación
económica de
proyectos
psicosociales
mide
Productos y servicios
tangibles y no
tangibles de índoles
simbólicos,
socioculturales y de
convivencia
para Su transformación
social como
comunidad
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
54
3.1. El hacer de evaluador
En la actualidad la evaluación es un amplio campo profesional, que está en evidente
expansión laboral, no sólo desde la evaluación de proyectos de intervención, si no desde la
valoración y aportes que puede hacerse al ámbito público; donde no es suficiente como
hacer profesional tener un repertorio de técnicas, si no que requiere de un manejo de los
contextos, que dé cuenta de una lectura amplia que permita reconocer las situaciones de
una construcción social determinada.
La evaluación hoy, por el desarrollo de las políticas públicas que se están implementando
desde propuestas administrativas horizontales, pone al sector público en fuertes tensiones
sociales, que le exigen especificar y argumentar su pertinencia, eficiencia y eficacia con sus
bienes, productos y servicios, lo cual evidencia la necesidad y la utilidad de la evaluación
actualmente en nuestros contextos.
La evaluación trasciende diversos ámbitos de la acción pública y los procesos de evaluación
están, cada vez más, siendo asumidos por equipos interdisciplinares que las realizan desde
organizaciones de diverso tipo: públicas, gubernamentales, no gubernamentales, privadas,
agencias de cooperación internacional. En esta medida, la gestión psicosocial como ámbito
de acción interdisciplinar es expedita para que dentro de sus funciones esté la evaluación de
proyectos.
La evaluación como ejercicio profesional se ha venido posicionando con asociaciones
profesionales locales de evaluadores y el nacimiento de la Organización Internacional para la
Cooperación en Evaluación (IOCE, por su sigla en inglés), que rige las anteriores (Mark,
2001, citado por Viñas, 2005).
3.1.1. Los Campos de Acción de los evaluadores.
Un evaluador debe tener en cuenta que de acuerdo a los objetivos de un proyecto se hará
las preguntas guías de la evaluación y elegirá su método de acción. Dentro de los métodos a
utilizar se cuentan:
1. La interventoría al plan de monitoreo y seguimiento del proyecto.
2. Evaluar la formulación y programación de los proyectos y propuestas públicas,
para tomar decisiones sobre su validez y determinar su pertinencia.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
55
3. Evaluar la calidad desde los criterios de la eficacia
4. Evaluar la relación costos beneficios, desde los criterios de la eficiencia.
Estas acciones pueden realizarse desde la consultoría, que es una forma profesional de hacer
evaluación en las diferentes organizaciones ya enunciadas (Viñas, 2005).
3.1.2. Habilidades del Evaluador.
1. Comunicación asertiva: busca promover en las personas participantes una
posición activa, desde el reconocimiento de sus particularidades. Una
comunicación asertiva permite la construcción de alternativas, más que llevar
información. La actitud comunicativa del evaluador se materializa cuando brinda
espacios para discutir la información generada y realimentarla desde la opinión y
aportes de los participes de la evaluación.
2. Negociación: saber negociar y tramitar la información recogida de la evaluación
implica que quien evalúa, se asuma como Posibilitador e intercambie con las
comunidades.
3. Observación: implica la capacidad para ir de lo general a lo particular y viceversa.
Permite estar atento a la dinámica grupal, le permite centrarse sobre gestos,
miradas, murmullos que las y los integrantes del grupo estructuran como formas
particulares de relación, concierne a otras manifestaciones simbólicas de sentido
y lenguaje no verbal. La observación debe ser una acción objetiva puntual desde
la descripción hasta el análisis aunque, siempre interfiera lo personal, subjetivo,
más aún cuando se trata de observar fenómenos y situaciones humanas (García,
2009).
4. Escucha: como sabemos esta es la intervención psicosocial por excelencia. Se
relaciona con el deseo de saber de quien escucha sea en el lugar de evaluador o
interventor, se trata de escuchar a cada participante de la comunidad (García,
2009). De una buena escucha que reconozca a los demás depende una buena
recolección de información.
5. Preguntas significativas: cuando la escucha es óptima, la pregunta se instaura
como una de las formas más claras de facilitar la producción grupal, por tal razón
quien posibilita o dinamiza la evaluación, ha de hacer uso de esta herramienta en
la vía de rastrear en el discurso puntos centrales y llevar a los participantes al
reconocimiento y abordaje de estos.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
56
6. Reflexión: todo proceso evaluativo en tanto es análisis de los procesos de
intervención exigiría esta aspecto, pues la reflexión se relaciona con la posibilidad
humana de analizar lo vivido y las formas de asumir dichas vivencias. Es decir, se
trata de poder volver sobre el propio decir y actuar, o el de los otros y otras, para
comprender, adquirir claridades y poner límites sobre las falencias ocurridas. En
la medida en que los decires puestos en un grupo, se asuman como material de
trabajo, sus integrantes siempre podrán retomarlo para volver sobre el propio
decir y explorar el tejido discursivo y comportamental que conforma al grupo, en
el que cada uno pone algo de sí: ideas, sentimientos, expresiones valorativas,
angustias, preocupaciones (García, 2009)
7. Respeto por el otro: se refiere a saber escuchar independiente de la condición del
otro/a, reconocer que cada persona tiene algo por decir y aportar. Este principio
se basa en reconocer a cada persona como sujeto diferente, con capacidad de
desarrollo y transformación, esto hace de la heterogeneidad una fortaleza y no
una amenaza. Es el principio de la equidad (García, 2009)
8. Flexibilidad y apertura: implica admitir la existencia de otras lógicas, otras
dinámicas, otros modos de actuar frente al mundo. En la evaluación esto es
factible y cuando emerja hay que permitirlo, para poder leerlo, comprender y
posibilitar su reflexión. Se tiene flexibilidad y apertura cuando se puede entender
la vida como proceso y cada comunidad o grupo humano que se conforme, como
realidad en construcción. La flexibilidad pide estar atento a las continuas
transformaciones que se dan en el desarrollo de un proceso y tener la capacidad
para reconocer y asumir los cambios que surgen en el mismo, los cuales pueden
convertirse en el motor de transformaciones favorables si se saben asumir como
parte de los procesos. Permite la capacidad para adaptarse a los cambios que se
presentan en cuanto a una estructura social, la utilización de técnicas de acción,
manejo del tiempo y disponibilidad de espacios (García, 2009).
9. Reciprocidad: se basa en una retroalimentación continua del proceso evaluativo y
la información generada del mismo. En cada aspecto del proceso evaluativo que
emerge, evaluador y comunidad se retroalimentan mutuamente, lo que brinda la
posibilidad de asimilar una propuesta psicosocial en su conjunto.
10. Creatividad: proceso que permite recrear una realidad vivida, que es de lo que se
trata al analizar y reflexionar sobre un proceso de intervención. La creatividad
apunta a la creación de espacios intersubjetivos que posibiliten la expresión
creativa, libre y fluida en el grupo que permite la evaluación, donde cada quien
encuentra un lugar para su forma particular de expresar y construir desde su rol
y función; lo cual exige, técnicas de recolección de la información que sean
participativas y lúdicas que permitan a los participantes reconocer su proceso.
11. Concertación de normas: todo proceso evaluativo durante su desarrollo requiere
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
57
de normas que lo hagan posible. Pero la idea de las normas no es centrar su
atención en su cumplimiento sino en su concertación como grupo, para de esa
forma interiorizarlas como parte importante de cualquier labor. La
responsabilidad de quien coordina un grupo, radica en posibilitar que el grupo
construya control social y por ende relacione la autoridad y el respeto con todo lo
que aporte al desarrollo del grupo. Para el cumplimiento de esta función el
profesional cuenta con el dispositivo de encuadre, qué se define como el
acumulado de normas y acuerdos que facilitarán el desarrollo óptimo de un
proceso. Allí se contempla toda la información que tiene que ver con el manejo
del número de sesiones, el tiempo de cada una de ellas, el espacio donde se van
a realizar, las asistencias e inasistencias de los participantes, los recursos a
utilizar. En el encuadre también se aclara la función del evaluador y el alcance
propuesto con la evaluación (García, 2009).
Con estos principios o habilidades de un evaluador en su ejercicio laboral, nos queda claro
que el papel del evaluador del S. XXI, no sólo debe incluir la valoración de lo que se ha
observado y experimentado si no también, hacer un cuestionamiento reflexivo y crítico
constante de su propia objetividad y sensibilidad en la información precisa de lo evaluado,
tomando en cuenta a las personas, grupos u organizaciones partícipes de la evaluación, para
que este proceso pueda cumplir con lo propuesto (Viñas, 2005).
3.1.3. La función de la Interventoría.
En proyectos de inversión pública es común denominar interventoría de proyectos a esa
labor profesional de evaluar las propuestas públicas. Por tanto, la interventoría de proyectos
psicosociales es esencialmente una labor profesional, que realiza un evaluador mediante la
realización de seguimiento y monitoreo a un proyecto público de intervención. En esa
medida, es importante como gestores psicosociales tener un acercamiento y entrenamiento
en interventoría de proyectos.
La interventoría de proyectos, también en nuestro contexto se designa como auditoría.
Interventoría para los proyectos de inversión pública, auditoría en el caso de proyectos con
recursos privados. Es el acompañamiento, supervisión, recolección de evidencias,
coordinación y control realizado a través de un equipo de trabajo profesional o de una
persona natural o jurídica, funcionaria o contratista, con altas calidades éticas, morales y
profesionales, de los diferentes aspectos que intervienen en el desarrollo de un contrato o de
una orden, llámese de servicio, consultoría, obra, trabajo, compra, suministro, actividad,
etc., que se ejerce a partir del nacimiento de la obligación, hasta la liquidación definitiva de
un contrato, bajo la observancia de las disposiciones legales que para este evento
establecen las normas y principios del Régimen de Contratación previsto para las entidades
públicas en el contexto de desarrollo de la propuesta o proyecto (Alcaldía de Medellín, 2002).
Esta función trata de determinar la pertinencia de los objetivos y su posibilidad de
realización, así como la eficacia, la eficiencia, el impacto y la sostenibilidad. La interventoría
o auditoria es la aliada de la gerencia moderna, cubre los aspectos de eficacia de una buena
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
58
gestión de los recursos, verifica la conformidad de las operaciones y declaraciones
financieras con las obligaciones legales y contractuales (Mokate, 2003).
La esencia de la interventoría técnica de los proyectos psicosociales es verificar la validez del
mismo, mediante determinar el progreso de implementación del proyecto, a través del
proceso ofrecido con las actividades, los costos y el cumplimiento de los plazos para las
mismas. Dicha evaluación que sustenta la interventoría, son elementos que se verifican
durante la ejecución del proyecto.
También la Interventoría comporta dentro de su hacer una forma de control primario que
deben aplicar los entes territoriales en sus relaciones contractuales; es el conjunto de
actividades que en representación de la Entidad realiza una persona natural o jurídica para
vigilar, controlar, verificar y colaborar en la ejecución de los contratos o convenios.
Corresponde a una exigencia legal que tiene el propósito de asegurar al máximo el
cumplimiento del objeto contractual, de los fines de la contratación y la satisfacción de los
intereses de la Entidad mediante la obtención del fin perseguido (Ramírez, s.f.).
Por tanto la interventoría técnica de un proyecto se realiza para rescatar el valor de la
evaluación y corroborar desde su cumplimiento que la entidad ejecutora está cumpliendo o
cumplió con lo contractualmente establecido.
La interventoría evidencia que la evaluación consiste en un proceso que contribuye a una
garantía de generación de valor para la sociedad a través del mejoramiento de las
condiciones de vida de un determinado grupo poblacional. Proporciona información
pertinente que, a su vez, fortalece la capacidad de los gestores psicosociales para responder
eficazmente a las necesidades sociales. Así, actúa como aliado de los que buscan lograr los
objetivos finales de las políticas, programas y proyectos (Mokate, 2003).
Pero con toda esta argumentación que justifica y valida la evaluación y su ejercicio mediante
las interventorías o auditorías de proyectos, todavía en nuestro entorno no se tiene una
cultura de la evaluación adecuadamente instalada. Las personas y equipos técnicos que
implementan un proyecto, suelen ponerse temerosos y prevenidos (de ahí que popularmente
les llamen asustadurías), pues siempre hay un ambiente de tensión con esta práctica
profesional que impide que el monitoreo y la evaluación se perciban como parte integral del
proceso de gestión de los proyectos; el objetivo es que cada día más y con el ejercicio de la
misma, se vaya teniendo más consciencia y cultura de la evaluación como proceso de
autocrítica, reflexión y auto revisión de la labor psicosocial.
La pregunta que queda es si realmente las organizaciones de la sociedad civil, están
realizando evaluaciones a consciencia, con el rigor que se requiere o es un ejercicio que se
hace hoy, como un requisito institucional y de moda?
Amerita analizar este cuestionamiento desde el hacer de la gestión de proyectos, que
todavía es común en nuestro medio que presente una forma típica de gerenciar las
intervenciones sociales, impidiendo que la evaluación sea una aliada de los procesos y por el
contrario alimente el temor a la interventoría técnica, porque propone un monitoreo más
activista que analítico, donde se revisa más el cumplimiento de la actividad como un fin
mismo, su cobertura, el diligenciamiento de formatos institucionales y que tienen por meta
sólo la entrega de un servicio. En cambio, un monitoreo revisado por una interventoría
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
59
técnica más crítica y analítica posibilitaría que las actividades de un proyecto sean asumidas
activamente por sus participantes, estas serían más un medio que un fin, para lograr un
posicionamiento de los objetivos del proyecto en pro de una transformación comunitaria e
impacto social, lo cual fortalecería un proceso psicosocial desde el fortalecimiento de la
eficacia, la pertinencia y la adherencia a la propuesta del proyecto.
3.1.4. Funciones del Interventor.
Hacer devoluciones a los participantes del proyecto, especialmente pero no
exclusivamente al equipo ejecutor, en relación con la información generada, los
hallazgos, observaciones y recomendaciones; teniendo en cuenta siempre desde
la acción psicosocial, las lecturas de contexto desde un análisis de orden
sociopolítico. Esto posibilitará al interventor tener una mirada ética y crítica de la
situación específica donde se implementó el proyecto, que le permita al evaluador
tener presente la particularidad que diferencia cada población o comunidad.
Recomendar en la misma vía anterior, acciones para corregir situaciones que
estén poniendo en riesgo el logro de los objetivos del proyecto. La gerencia tiene
la responsabilidad de hacer los ajustes que sean necesarios para que el proyecto
continúe desarrollándose eficazmente. Es decir, el monitoreo permite evaluar la
pertinencia, la suficiencia, la eficacia y la eficiencia del proyecto durante su
ejecución.
Identificar logros y debilidades del proyecto a tiempo, para tomar las acciones
correctivas recomendadas.
Velar por la adecuada y efectiva ejecución de los recursos de inversión. Esta es
una labor inherente a la Gerencia del proyecto; no obstante, en aras de la
transparencia y de proteger el proyecto contra cualquier riesgo de desvío de
recursos, es importante que un interventor, lleve a cabo esa labor de
seguimiento y vigilancia financiera.
En Colombia la interventoría como modalidad de control de los proyectos públicos se
considera como un ejercicio laboral de índole profesional que está regulado por la
normatividad legal en vigencia, La Ley 80 de 1993 o Estatuto Contractual, establece de
manera general los lineamientos y principios para su funcionamiento, aunque no explicita el
perfil y las funciones que debe cumplir el interventor.
De la ley 80 amerita en este aspecto resaltar dos artículos: el artículo 26 en su literal 1, en
el cual se delimita la responsabilidad de la interventoría interna: “los servidores públicos
están obligados a buscar el cumplimiento de los fines de contratación, a vigilar la correcta
ejecución del objeto contratado y a proteger los derechos de la entidad, del contratista y de
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
60
los terceros que puedan verse afectados por la ejecución del contrato”. Y el artículo 53 dice
que, “Los consultores, interventores y asesores externos responderán civil y penalmente
tanto por el cumplimiento de las obligaciones derivadas del contrato de consultoría,
interventoría o asesoría, como por los hechos u omisiones que les fueron imputables y que
causen daño o perjuicio a las entidades, derivados de la celebración y ejecución de los
contratos respecto de los cuales hayan ejercido o ejerzan las funciones de consultoría,
interventoría o asesoría”. Así mismo, se deben tener en cuenta en el proceso de
interventoría todos los decretos y normas que apliquen para el sector social en el cual se
inscribe el proyecto determinado a evaluar (Ramírez, s.f.).
3.1.5. Responsabilidad Social del Interventor.
El Interventor responderá fiscal, disciplinaria, civil y penalmente por sus acciones u
omisiones en la actuación contractual en los términos de la Constitución y de la Ley
(Ramírez, s.f.):
Disciplinariamente dando lugar a la destitución e inhabilidad para contratar y
acceder a cargos públicos o suspensión del cargo (Código Único Disciplinario).
En materia civil se vería obligado a pagar Indemnización en caso de adelantarse
en su contra una acción de repetición.
En materia penal, privación de la libertad.
En materia fiscal, viéndose obligado al pago del perjuicio causado al Estado.
Tipos de Actas Realizadas por el Interventor
Los interventores tienen dentro de sus funciones realizar actas dependiendo del momento
del monitoreo, del contrato de intervención y demandas a los ejecutores del proyecto y de
los objetivos de la evaluación. Desde estos criterios se mencionan los tipos de actas más
frecuentemente a diligenciar por un interventor, en las que debe reseñar su proceso de
control y seguimiento:
1. Acta de inicio: Documento que determina el primer día del contrato. Marca el
inicio del desarrollo del proceso y por tanto, el punto de partida para el control
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
61
del plazo y seguimiento por parte del Interventor.
2. Acta de pagos parcial o total: Corresponde al pago que se efectúa una vez
ejecutado un determinado porcentaje del objeto contratado o al cabo de un
determinado período.
3. Acta de suspensión: Bajo ciertas circunstancias, normalmente por fuerza mayor o
caso fortuito, la ejecución de un proyecto debe suspenderse por un determinado
tiempo, situación ésta que debe registrarse en acta y someterse a aprobación del
ordenador del gasto y del respetivo comité de contratación, con el debido tiempo
de anticipación con la finalidad de motivar el auto de suspensión de términos.
4. Acta de reiniciación: Una vez superados los inconvenientes que hayan motivado
la suspensión del contrato, se elabora nueva acta que da continuidad al mismo.
5. Acta de recibo definitivo: En ésta declaran conjuntamente Interventor y
Contratista que el contrato se ha cumplido de conformidad con lo pactado y se
registran las cantidades de bienes o servicios recibidos lo mismo que los
desembolsos hechos por el contratante.
6. Acta de liquidación final o finiquito: En ésta el ordenador del gasto, el Interventor
y el Contratista declaran conjuntamente que se dio cumplimiento a todos los
bienes y servicios pactados originalmente, dentro del tiempo previsto y además
declaran encontrarse a paz y salvo.
3.2. La Evaluación Económica de los Procesos Psicosociales.
Para acercarnos al tema de la evaluación económica de los procesos psicosociales, es
necesario tener un acercamiento a los desarrollos teóricos de la evaluación económica de
proyectos; cuyo propósito es, asignar en forma óptima los recursos de un proyecto teniendo
en cuenta sus efectos sobre las variables económicas de empleo, producción, comercio
exterior, consumo, ahorro, inversión, etc. (Miranda, 2012; Londoño, 2009; Fontaine, 2003;
Mokate, 1993; Cohen, 1993).
Estos autores coinciden en afirmar que la evaluación económica, se mide por criterio de
eficiencia, entendiendo esta como la optimización de los recursos disponibles. Entonces, en
términos económicos un proyecto produce y/o distribuye bienes o servicios (productos),
para satisfacer las necesidades de aquellos grupos que no poseen recursos para solventarlas
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
62
autónomamente, con una caracterización y localización espacio-temporal precisa (Mokate,
1993).
Los proyectos sociales muy frecuentemente no caben en estas denominaciones, ya que su
objetivo central es brindar o buscar equidad a sus beneficiarios. Pero la idea de la evaluación
económica es encontrar, desde el objetivo que determina una propuesta la forma de
optimizar sus recursos en pro de los resultados. En este sentido, un proyecto de tipo social
sería eficiente, si los recursos financieros invertidos se ven reflejados en la mejora de las
condiciones y estas a su vez se reflejan en el mejoramiento de la calidad de vida de sus
participantes, para lo cual debe haber igualdad frente al beneficio, es decir equidad.
Teóricamente entonces, vale decir que la evaluación económica se orienta por un objetivo de
eficiencia en tanto que la evaluación social tiene propósitos de equidad, criterio que en sí la
hace eficiente.
Dice Miranda (2012) que la contribución de un proyecto al bienestar de la sociedad puede
observase a través de diversas manifestaciones: unas se pueden percibir directamente en el
mercado del bien o servicio que abastece el proyecto, en otros casos un proyecto puede
generar cambios en otros mercados que pueden considerarse como costos o beneficios
indirectos del proyecto; y, que no siempre resulta fácil la identificación y en algunos casos
imposible su valoración.
De forma general se puede afirmar que la evaluación económica de los proyectos de
intervención busca identificar su aporte al bienestar económico nacional o local, en efecto, se
podría medir vía evaluación, la contribución de un proyecto al cumplimiento de múltiples
objetivos económicos: como el crecimiento del producto bruto, la generación de empleo, la
optimización de la infraestructura, la producción y el ahorro de divisas y recursos, etc. En
síntesis la evaluación económica busca identificar los impactos positivos y negativos del
proyecto sobre los recursos reales y asignarles un valor que refleje el aporte marginal de
cada recurso al bienestar social (Miranda, 2012).
En este sentido es importante, definir que sobre la evaluación económica de proyectos de
intervención, hay que tener presente tres acepciones o aspectos: Los financieros, los
económicos y los sociales.
En esta vía, Miranda (2012) afirma que es oportuno tener presente que el sistema
económico no se puede escindir de otros sistemas como el político, el social o el
institucional, por el contrario cualquier decisión que se genere en un sistema determina en
mayor o menor grado consecuencias en los otros. Dependiendo de los objetivos y las metas
que se persiguen se puede identificar cuatro formas distintas pero complementarias de hacer
una evaluación.
Y continua planteando, que dichas formas son, la evaluación financiera de proyectos, la cual
también se conoce como evaluación privada, que consiste en el beneficio o lucro de agentes
particulares (personas o entidades públicas o privadas), este tipo de evaluación, orienta la
asignación de recursos hacia distintas aplicaciones; por otro lado está la evaluación
económica de proyectos, cuyo propósito es asignar en forma óptima los recursos e
identificar y medir los efectos del proyecto sobre las variables económicas de empleo,
producción, comercio exterior, ingreso, ahorro, inversión, etc.; está también, la evaluación
social de proyectos que trata de identificar y dimensionar los efectos redistributivos del
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
63
proyecto, esta evaluación incluye los efectos redistributivos atribuibles al proyecto. Y por
último, el autor incluye, la dimensión ambiental en los proyectos, que conduce a su
evaluación ambiental (Miranda, 2012).
3.3. La Tipología de la Evaluación de Recursos y Productos de un
Proyecto
Como parte del tema de la denominada evaluación económica, que como vemos aborda vía
la eficiencia el manejo y control de los recursos y gastos de un proyecto, puede
contemplarse en esta misma vía de optimizar costos, distintos tipos de evaluación:
3.3.1. La Evaluación Financiera.
Es una evaluación con fines de lucro, o de tipo empresarial, que tiene por objeto medir la
eficiencia del capital social aportado para financiar un proyecto. Se le denomina
indistintamente como evaluación financiera, evaluación del capital social o evaluación
privada o del empresario. Se habla de evaluación financiera cuando el empresario centra su
principal interés en determinar la rentabilidad del capital social, cuando busca determinar la
rentabilidad financiera del proyecto para una entidad determinada (Fontaine, 2003).
3.3.2. La Evaluación Económica
Al igual que la evaluación financiera, su objetivo es de lucro y su propósito es medir la
eficiencia de la inversión involucrada de un proyecto. Es decir, incluye tanto la eficiencia de
los recursos propios (capital social) como de los recursos obtenidos de créditos o préstamos.
Se habla de evaluación económica cuando además de calcular la evaluación financiera, se
considera que es conveniente preparar un análisis de rentabilidad no sólo del capital social,
sino de la inversión total (capital social más préstamos) (Miranda, 2012).
La evaluación económica también se conoce como la evaluación de análisis costo beneficios,
la cual en tanto metodología de evaluación, busca estudiar y medir el aporte neto de un
proyecto al bienestar de una región. De esta forma la evaluación económica ya implica una
valoración de la sociedad donde se imparte, desde su bienestar y calidad de vida, que
supone dos desafíos que buscan beneficiar a la sociedad: 1. Utilizar los recursos en forma
eficiente; 2. Asignarlos en forma equitativa en los grupos humanos participantes.
3.3.3. La Evaluación Social
Esta evaluación se aplica indistintamente a proyectos generados por un afán de lucro o un
objeto meramente social. Su objetivo es medir la eficiencia de los recursos invertidos en el
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
64
proyecto pero, a diferencia de las evaluaciones económica y financiera, con criterios y
parámetros macroeconómicos, esta pretende valorar y medir la acción microsocial.
Mientras los dos tipos de evaluación anteriores pueden valorar criterios como la
disponibilidad al consumo global, la liberalización de los recursos productivos; el crecimiento
económico nacional y la redistribución del ingreso, entre otros. Se habla de evaluación social
cuando además de considerar las evaluaciones financiera y económica se pretenda medir el
rendimiento de la inversión total mediante los beneficios sociales netos que genera el
proyecto, en la localidad específica de la intervención y sus efectos in situ.
La diferencia respecto a las otra evaluaciones es que en la social el concepto de beneficio no
deriva de los estados financieros tal como en aquellas, sino que el cálculo del beneficio neto
se realiza a partir de efectos externos del mercado, medidos en términos de los costos de
oportunidad que tienen los recursos físicos, humanos y monetarios, que son empleados en
los proyectos (Miranda, 2012).
ALUACION FINANCIERA EVALUACION ECONOMICA
Desde esta tipología señalada alrededor de la valoración económica de los proyectos, es
importante señalar algunas diferencias significativas que ayudan a precisar la evaluación
económica de un proyecto y su concomitante evaluación financiera:
a. En el análisis económico de proyectos se debe valorar la rentabilidad del proyecto
con base a los llamados precios sombra, también nombrados en el discurso
económico como precio cuenta o precio social, son aquellos que se diferencian de
los privados porque representa el costo oportunidad de producir o consumir un
bien o servicio, permitiendo el análisis costo - beneficio; en tanto que en la
evaluación privada o financiera, se utilizan los precios de mercado, incluidos
impuestos y subsidios.
b. Cuando se trabaja en el análisis macroeconómico, los impuestos y subsidios se
consideran como pagos de transferencias entre diferentes sectores. La nueva
riqueza creada por un proyecto incluye todos los impuestos que se deben pagar
durante el período de instalación y en el período de implementación. Los
impuestos se pueden considerar como parte del beneficio global del proyecto que
se transfiere a la sociedad en su conjunto para que se invierta en la forma que se
considere conveniente. Por lo contrario, un subsidio se considera un costo para la
sociedad, ya que se trata de la enajenación de recursos que se realiza para
explotar un proyecto. Esta discriminación no se considera en la evaluación
financiera, puesto que los impuestos se comportan como cualquier costo, en
tanto que los subsidios se tratan como ingresos.
c. En la evaluación económica, los intereses del capital no se deducen del
rendimiento bruto, ya que son parte del rendimiento global del capital que
obtiene la sociedad en su conjunto. Mientras que en la evaluación financiera, los
intereses pagados por el uso del capital ajeno se consideran como costos y el
reembolso del capital de deduce antes de llegar a la corriente de beneficios
(Miranda, 2012).
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
65
Los Proyectos Psicosociales
Este tipo de proyectos de intervención, son aquellos que contribuyen al bienestar social o
comunitario directo de las personas que participan o se benefician de ellos, se caracterizan
por intervenir situaciones humanas en sociedad, como las relativas a la salud, educación,
convivencia, la vivienda y sus relaciones socioculturales con el entorno o contexto social, los
niveles de ingresos y uso de los recursos de una comunidad, su nutrición y seguridad
familiar y social, la dinámica familiar, los trastornos de relacionamiento y comportamentales,
las relaciones y sentidos de ley de una comunidad, entre muchos otros aspectos humanos en
colectivo que dan cuenta de la multidimensionalidad del ser humano.
En esta vía un proyecto psicosocial debe permitir generar unos servicios y productos, los
cuales definitivamente no siempre son tangibles, en tanto son procesos humanos y sociales,
que permiten a sus participantes apropiarse, desde sus potencialidades y recursos propios,
de sus situaciones cotidianas de vida, que en un momento dado han sido conflictivas o no
han encontrado formas de gratificación.
Así las cosas un proyecto psicosocial cuando define mediante un proceso de intervención,
unos productos, no necesariamente son de índole material, sino que también se refiere al
fortalecimiento de recursos simbólicos subjetivos, de convivencia y socioculturales que le
permita a una comunidad, sostenerse y continuar produciendo como comunidad en favor de
su transformación social y reconocimiento como colectivo, entendiendo lo colectivo como ese
factor que nutre y posibilita la experiencia social.
En esta vía, la noción de bienestar social plantea un sentido integral, en relación con los
bienes y servicios susceptibles de apropiación humana, sean materiales o inmateriales,
objetos o ideas que tienen un valor para una sociedad, sea un valor de uso, de cambio o
simbólico; aspectos que dan cuenta de las ganancias monetarias, pero también las de la
estima, el prestigio, el conocimiento, la seguridad, la salud, el poder, las libertades y las
actividades altamente valoradas (Reygadas, 2008).
El objeto y enfoque de los proyectos psicosociales consisten en integrar unas actividades
lógicamente para generar un cambio en las condiciones de vida básicas y/o el
comportamiento de un determinado grupo social. En esa medida, los proyectos sociales
ofrecen y producen servicios que mantienen, generan o restauran algún bien meritorio que
se consume por las personas beneficiadas por el proyecto (Mokate, 1993).
Dichos bienes meritorios que la autora en mención, señala deben ser objeto de evaluación
dentro de un plan de interventoría, pues de dicha evaluación se puede definir el nivel del
logro de los objetivos y de las metas de un proyecto psicosocial.
Por tanto para evaluar proyecto psicosociales se debe tener en cuenta, que dichos bienes
meritorios, que genera la intervención de un proyecto, deben valorarse desde dos aspectos;
primero, la utilidad brindada directamente por la intervención del proyecto a la población, a
partir del aumento en la disponibilidad de la buena salud, educación, seguridad, etc. en su
función de ser bienes de consumo. Y segundo, es importante reconocer el aporte del
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
66
proyecto a la capacidad productiva de la economía lograda por la comunidad intervenida, a
través del aumento de la fuerza de trabajo, por ejemplo, o de la liberación o ahorro de
recursos posibilitado por el proyecto. En este sentido, los bienes meritorios que se producen
de una intervención psicosocial, tienen la característica de ser tanto bienes de consumo
como también bienes de inversión (Miranda, 2012).
Entonces, la evaluación económica de proyectos psicosociales se puede expresar y resumir
en los siguientes términos:
La determinación del impacto del proyecto sobre las distintas variables de la
función de bienestar social. La evaluación económica y social es una herramienta
de la economía de bienestar aplicada. Consiste en determinar si una acción o
política mejora el bienestar de una comunidad como un todo (Miranda, 2012).
Por tanto, su enfoque consiste en definir y aplicar criterios para juzgar y medir el
bienestar.
Con la dificultad que entraña un indicador de bienestar y es que no existe un
criterio universalmente válido, aceptado y unificado para juzgar el bienestar. El
punto de partida de la evaluación de Bienestar Social es asumir que cada
individuo juzga por sí mismo, si un cambio de un estado a otro le implica mayor o
menor bienestar.
La asignación de valor a cada impacto, mediante la estimación de las utilidades
marginales de cada elemento de la función de bienestar.
El cálculo de un descuento inter temporal de los impactos ubicados en diferentes
momentos, utilizando una tasa que represente el verdadero costo de oportunidad
del capital, la tasa social de descuento (Miranda, 2012).
Metodologías de la Evaluación Económica
Modelo Costo – Beneficio: Los principales interrogantes que la técnica de evaluación de
proyectos permite contestar son los relativos a la cuantificación y valuación de costos y
beneficios; a la conveniencia y oportunidad o no de llevar a cabo un proyecto; y lo referente
a la distribución de recursos disponibles entre las diferentes alternativas.
La evaluación de un proyecto implica pues el establecimiento de criterios para la
identificación y valoración de costos y beneficios para todo el horizonte del proyecto, a su
vez dado que estos beneficios y costos ocurren en distintos momentos en el tiempo, se
requiere de un coeficiente de ponderación que los haga comparables. Una técnica muy
socorrida para atribuir costos y beneficios a un proyecto consiste en comparar dos
situaciones hipotéticas, una que supone establecer qué pasaría en la economía con el
proyecto y otra qué ocurriría sin el proyecto (situación básica optimizada). Para mejor
claridad en la identificación de costos y beneficios aplicables a un proyecto, podemos
distinguir tres categorías: los costos y beneficios directos, los costos y beneficios indirectos o
secundarios, y por último los costos y beneficios intangibles (Miranda, 2012).
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
67
Modelo Matemático: Se basa en la identificación de una serie de variables pertinentes a una
matriz de semi insumo - producto, que incluye todos los sectores económicos. Con la
estimación de los coeficientes técnicos (cantidad de cada insumo necesario para producir
una unidad de producto), que acompañados de la cuantificación de los recursos disponibles
se ensambla en un sistema coherente de inecuaciones, cuyo objetivo es optimizar el uso de
los recursos sujeta a una función que define los valores representativos de los fines que
persigue la comunidad (Miranda, 2012).
El Método de los Efectos: Cuando se considera una economía en su visión de conjunto, la
primera dificultad que se presenta es la identificación de los sujetos o agentes,
representados en individuos, familias, áreas urbanas y otros sobre los cuales caerían los
efectos del proyecto (Miranda, 2012).
Método de las Distorsiones: Este método como su nombre lo indica trata de cuantificar las
diferencias existentes entre los precios de mercado y los verdaderos costos de oportunidad.
La corrección se realiza tratando de establecer los efectos que los impuestos, los subsidios,
las externalidades, las condiciones de imperfecciones etc., producen sobre los precios de
mercado (Miranda, 2012).
Método de los Precios Mundiales: La filosofía de este método sostiene, que los precios
mundiales reflejan adecuadamente la verdadera oportunidad de un país en materia de
intercambio, y que por lo tanto esos precios sirven de base para valorar todos los elementos
que deben considerarse al analizar un proyecto (Miranda, 2012).
3.4. Conclusiones de la Unidad
La evaluación es un campo profesional amplio, que en la actualidad está en expansión
laboral.
La interventoría de proyectos psicosociales es esencialmente una labor de seguimiento y
monitoreo.
La evaluación económica es importante señalar que es un aspecto básico de un plan de
evaluación, porque esta revisa el uso y destinación de los recursos de un proyecto teniendo
en cuenta las variables de la economía del contexto donde se implementa el proyecto.
Los proyectos psicosociales deben permitir generar unos servicios y productos, los cuales no
siempre son tangibles, en tanto son procesos humanos y sociales, que permiten a sus
participantes apropiarse, desde sus potencialidades y recursos propios, de sus situaciones
cotidianas de vida, que en un momento dado han sido conflictivas o no han encontrado
formas de gratificación.
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
68
Aguilar, M. Ander-Egg, E. (1992). Evaluación de servicios y programas sociales. Madrid:
Siglo XXI.
Alcaldía de Medellín (2002). Manual práctico de interventoría. Secretaria General.
Subsecretaria jurídica. Municipio de Medellín.
García Peña, John Jairo (2009). El Sentido de las Metodologías de Intervención Psicosocial.
Texto inédito
http://virtual.funlam.edu.co/repositorio/sites/default/files/ElSentidoDeLasMetodologiasdeInt
ervencionPsicosocial.pdf
Londoño, Natalia (2009). Formulación de proyectos: enfoques, procesos y herramientas.
Medellín.
http://www.google.com.co/url?url=http://makaia.org/apc-aa-
files/64646464646464646464646464646464/formulacion_de_proyectos_enfoques_procesos
_20_y_herramientas.pdf&rct=j&frm=1&q=&esrc=s&sa=U&ei=I7HPU-jaE-
vNsQT504FI&ved=0CBIQFjAA&usg=AFQjCNHtEzmmbDQkGefeQAbvcNzZM99qHw
Miranda, Miranda. Juan José (2012). Evaluación económica y social.
http://antioquia.gov.co/antioquia-
v1/organismos/planeacion/descargas/banco_proyectos/libro/10_evaluacion_economica_soci
al.pdf
Mokate, Karen (1993). La evaluación económica de los proyectos sociales. BID
http://economia.uniandes.edu.co/investigaciones_y_publicaciones/CEDE/Publicaciones/Revis
ta_Desarrollo_y_Sociedad/Ediciones/revista_desarrollo_y_sociedad_no_31/La_evaluacion_ec
onomica_de_los_proyectos_sociales
Mokate, Karen (2003). Convirtiendo el “monstruo” en aliado: la evaluación como
herramienta de la gerencia social. USA. BID (Banco Interamericano para el Desarrollo) -
INDES (Instituto Interamericano para el Desarrollo Social).
http://idbdocs.iadb.org/wsdocs/getdocument.aspx?docnum=2220273
Quintero, Víctor (1998). Evaluación de proyectos sociales: construcción de indicadores.
Bogotá: Fundación FES.
Ramírez Marín, Gabriel Jaime (s.f.). La Interventoría Social: Un Escenario de Trabajo
Interdisciplinario. Medellín. UdeA, CEO (centro de estudios de opinión).
http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/ceo/article/viewFile/1698/1347
Viñas, Ch. Verónica (2005). La profesión del evaluador de políticas, programas y servicios
EVALUACIÓN Y MONITOREO DE
PROYECTOS PSICOSOCIALES
69
públicos: perspectivas de futuro en: Revista de Investigaciones Políticas y Sociológicas.
España. Ed. Santiago de Compostela.
http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=38040102
Bibliografía Complementaria
CEPAL - Panorama social de América Latina 2009.
http://www.oei.es/noticias/spip.php?article6015
Cohen, Ernesto (1993). Evaluación De Proyectos Sociales. México. Ed. Siglo Veintiuno.
Cohen, Ernesto. Martínez, Rodrigo (CEPAL). Manual Formulación, Evaluación y Monitoreo de
Proyectos Sociales. México.
http://www.ampres.org.mx/pdf/16%20Manual%20Proyectos%20Sociales_Cepal.pdf
Fontaine, Ernesto (2003). Evaluación social de proyectos, 12. ed. Bogotá: Alfaomega.