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Édgar Ramírezedgar_rmz@hotmail.com

“Nueva Ley Federal del Tra-bajo ¡Nueva letra muerta!”; “Dos sentencias de amparos federales, cobardemente incumplidos”; “Servicios jurídicos IMSS, departa-

mento contencioso corrupto”; “Basta de satrapía, basta de impunidad”; “Des-de diciembre de 1996, más de 17 años nueve meses pidiendo justicia”; “Juntas Federales 37 y 60 ¡Corruptas!”.

Estas denuncias continúan leyén-dose en las mantas instaladas frente al Palacio de Gobierno de Tamaulipas, di-rigidas al delegado federal del Instituto

Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la entidad: José Manuel Assad Monte-longo.

Su autor es José Luis Cantú Sierra, médico especializado en Cirugía Ge-neral del Hospital del IMSS de Mata-moros, quién tiene más de 15 días de plantón y anunció su propósito de morir en huelga de hambre si no se resuelve favorablemente su demanda de justicia laboral.

Cantú Sierra estudió la preparatoria en su natal Matamoros, la carrera en Tampico, en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Tamauli-

pas (UAT), donde se graduó, y durante más de tres lustros laboró en el Hospital General Zona Número 13 del IMSS.

El médico cirujano de 62 años está instalado en una pequeña casa de cam-paña colocada en la esquina que se ha-lla frente a la oficina del gobernador del estado, Egidio Torre Cantú, en el tercer piso del Palacio de Gobierno.

Desatando la huelgaDurante la última semana de febrero, José Luis subió las escalinatas del Pa-lacio de Gobierno a fin de colocar sus mantas de protesta e instalarse ahí, pero

La amenaza de un

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un policía armado se lo impidió, dándo-le como opción alternativa la Plaza Juá-rez que se halla frente al recinto oficial, en cuya parte oriente se ubicó al ampa-ro de unos árboles. José Luis padece de un pie y cojea al caminar.

Una vez instalado reveló el motivo de su protesta, advirtió que se man-tendría ahí hasta la resolución de su problema, o en caso contrario, hasta la muerte y leyó un documento en el que hace una reseña de su historia personal y laboral que es el siguiente: “Mi nom-bre es José Luis Cantú Sierra, médico especialista en Cirugía General, traba-jador de base del IMSS, con antigüedad de 30 años, adscrito al Hospital Gene-ral de zona número 13 en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, me permito exponer que desde el 4 de agosto del 2003, presenté demanda laboral ante la Junta Especial número 60 de la Federal de Conciliación y Arbitraje de la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, en contra del IMSS, por rescisión injusta por hechos que ilegalmente me fueron adjudicados en una demanda penal y administrati-va de la que resulté absuelto en ambos casos, correspondiendo al trámite como juicio laboral 293/2003.

”Y por otra parte al no hacerme las aportaciones al SAR, fondo de retiro e Infonavit, demandé al mismo IMSS y se registró el juicio con el núme-ro 457/2009, los cuáles procedieron a substanciarse y que es fecha hoy aún después de más de 17 años y nueve me-ses, que ilegalmente no concluyen to-davía su ejecución merced al efecto de múltiples actos y omisiones ostensibles de prevaricación que me ocasionaron una gran cantidad y diversidad de ser-vidores públicos y que en la actualidad aún me infligen los que aquí estoy se-

ñalando y que son los CC. Presidentes de las Juntas Especiales números 60 y 37 de la Federal de Conciliación y Ar-bitraje, de Ciudad Reynosa y Cd. Vic-toria, respectivamente, la C. Actuario comisionado a esta última, quienes con su inicuo desempeño favorecen descara-damente los intereses patronales perver-tidos ominosamente por el departamento contencioso de servicios jurídicos de la Delegación Regional en Tamaulipas del IMSS, pues aun en contra de su man-dante obstruye que se me otorguen los cursos de capacitación ordenados en el

laudo de diciembre del 2007, además de no hacer ilegalmente los pagos comple-tos del SAR, Afore e Infonavit”.

Assad “¡El corrupto!” Cantú Sierra viajó de la ciudad fronteri-za a la capital de Tamaulipas para hacer del conocimiento público su protesta, conseguir que se suspenda la negativa ilegal del departamento contencioso de los servicios jurídicos de la Delegación Regional del IMSS y se cumpla la ejecu-ción plena del laudo del Segundo Tribu-nal del Decimonoveno Circuito, con sede en Reynosa, Tamaulipas, que ordenó su reinstalación.

En su desesperación por no hallar atención a su demanda, el médico de-nuncia presuntos actos de corrupción por parte del delegado del IMSS, José Manuel Assad Montelongo, a quien responsabiliza de negligencia e inefi-ciencia, al igual que a sus colaboradores cercanos.

La queja actual del médico consiste en que tras su reinstalación y el pago de sus salarios caídos, el IMSS no lo rehabilitó en su actividad anterior, sino que lo tiene

El médico denuncia presuntos actos de corrupción por parte del delegado del IMSS,

José Manuel Assad Montelongo.

Lo difícil de la profesión es ejercerla cuando hay carencias de todo tipo y cuando estas limitaciones afectan

a las personas que más padecen.

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en minusvalía profesional y no le ha pro-porcionado los cursos de rehabilitación que requiere como cirujano especialista.

Cantú Sierra asegura haber recurrido ante la Dirección General del IMSS, en la Ciudad de México, en demanda de una revisión integral del servicio médico por-que tiene elementos de juicio “para pen-sar que todo el Seguro Social anda mal en todo Tamaulipas”.

A fin de seguir llamando la atención amenaza con amputarse en los próximos días los dedos de la mano derecha –uno cada día con intervalos de tres a cinco días– si las autoridades no atienden su demanda. Practicará dichas cirugías me-diante el uso de anestesia local.

Antes dejará una constancia de los agravios que Assad Montelongo ha cometido contra él y la población dere-chohabiente al fomentar la corrupción y la impunidad, en contubernio con el jefe de personal operativo, Javier Go-vea Aguilar.

“Estoy en la vía pública para mani-festar mi rechazo y mi protesta en con-tra de la institución del IMSS. Lamen-tablemente lo debo decir con tristeza”, dijo a la prensa.

No hay peor lucha que la que no se haceEl médico recuerda que cuando se gra-duó se dijo que “quería ejercer, servir y

llevar una vida próspera, con la misma ilusión que todo profesionista anhela. De esa manera llegué hasta a cultivarme como especialista”.

Enumera sus satisfacciones como profesional de la medicina. “En oca-siones me hablan en la calle. Una joven ya realizada económicamente, me dice que si la conozco y yo le digo que no. Entonces me aclaran que a esa persona yo la traje al mundo. Y ésas son unas pinceladas de lo que esta profesión deja como satisfacción”.

Reconoció que también hay muchas penas, “pues la profesión lleva inherente atestiguar o ser parte de cuando las per-sonas fallecen. En películas se ve, a ve-ces, cómo muere la gente, pero es muy distinto verlo de a de veras; esto siempre impone y le recuerda a uno que ésa es la lucha fundamental que uno tiene.

”Dentro de un hospital, ante la muer-te, uno está en un reto permanente, pues uno tiene que ubicarse con profesiona-lismo. Debes, como se dice comúnmen-te, separar las paridas de las preñadas. No puede uno negar la impresión que como ser humano siente, pero en el profesionalismo se encuentra el marco para hacer a un lado el trastorno que se pudiera sentir y que prevalezca el entre-namiento y la capacitación”.

Lo difícil de la profesión, dijo, es ejercer la profesión cuando hay caren-cias de todo y cuando estas limitaciones afectan a las personas que más padecen. Es entonces cuando el sentido del ho-nor profesional se vuelve contra quie-nes “tienen la responsabilidad de pro-veer de lo necesario para atender a los pacientes y uno se da cuenta que tam-bién tienen carencia de vergüenza. Sin embargo la realidad es muy terca y nos dice que nos faltan hospitales, camas, médicos especialistas, capacitación... Y eso es interminable. Pero no cejo en mi empeño constructivo. Por eso estoy aquí en la vía pública. Porque no hay peor lucha que la que no se hace”, dijo finalmente.

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