Estructuras, Habitus, Prácticas

8/20/2019 Estructuras, Habitus, Prácticas

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3. Estructuras, habitus, prácticas

El objetivismo construye lo social como unespectáculo ofrecido a un observador que toma“un punto de vista” sobre la acción y que,

trasladando al objeto los principios de su relacióncon él, acta como si éste estuviera destinadonicamente para el conocimiento y todas lasinteracciones se redujesen en él a intercambiossimbólicos. Este punto de vista se toma en lasposiciones elevadas de la estructura social, desdedonde la sociedad se da como representación enel sentido de la !losof"a idealista, pero tambiénde la pintura y el teatro y las prácticas sólo sonpapeles teatrales, ejecuciones de partituras o

aplicaciones de planes. #a teor"a de la práctica entanto que práctica recuerda, en contra delmaterialismo positivista, que los objetos deconocimiento son construidos y no pasivamentere$istrados, y, contra el idealismo intelectualista,que el principio de esta construcción es elsistema de disposiciones estructuradas yestructurantes constituido en la práctica yorientado hacia funciones prácticas. %e puede, en

efecto, con el &ar' de las “(esis sobre)euerbach” abandonar el punto de vista soberanoa partir del cual el idealismo objetivista ordena elmundo, sin dejar de lado, por ello, “el aspectoactivo” de la aprehensión del mundo reduciendoel conocimiento a un re$istro* para hacerlo, bastacon situarse en “la actividad real como tal”, es

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decir, en la relación práctica con el mundo, estapresencia preocupada y activa en el mundo pordonde el mundo impone su presencia, con susur$encias, sus cosas por hacer o decir, sus cosashechas para ser dichas, que domina directamentelos $estos o las palabras sin desarrollarse nuncacomo un espectáculo. %e trata de eludir elrealismo de la estructura al cual el objetivismo,momento necesario de la ruptura con lae'periencia primera y de la construcción de lasrelaciones objetivas, conduce necesariamentecuando hipostas"a esas relaciones tratándolascomo realidades ya constituidas fuera de lahistoria del individuo y del $rupo, sin caer no

obstante en el subjetivismo, totalmente incapa+de dar cuenta de la necesidad de lo social* portodo ello, es necesario volver a la práctica, lu$arde la dialéctica del opus operatum y el modusoperandi, de los productos objetivados y losproductos incorporados de la práctica histórica,de las estructuras y los habitus.

1 #a e'plicitación de los presupuestos impl"citos a laconstrucción objetivista se ha retrasado, paradójicamente. por

los esfuer+os de aquellos que, en lin$-"stica y en antropolo$"a,han intentado “corre$ir” el modelo estructuralista apelando al“conte'to” o a la “situación” para e'plicar las variaciones,e'cepciones y accidentes en lu$ar de convertirlos, como hacenlos estructuralistas, en meras variantes absorbidas en laestructura/, y que se han ahorrado as" un cuestionamientoradical del modo de pensamiento objetivista, cuando no hanreca"do sin más en la libre elección, sin ataduras ni ra"ces, deun sujeto puro. 0s", el método llamado situational analysis queconsiste en “observar a las personas en diferentes situacionessociales” a !n de determinar “cómo los individuos puedenhacer elecciones en los l"mites de una estructura particular/

1f. 2lucmann, &., “Ethno$raphic data in british socialanthropolo$y”, en Sociological Review, 45 /, mar+o 678, pp.89:; y también


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#os condicionamientos asociados a una claseparticular de condiciones de e'istencia producenhabitus, sistemas de disposiciones duraderas ytransferibles, estructuras estructuradaspredispuestas para funcionar como estructurasestructurantes, es decir, como principios$eneradores y or$ani+adores de prácticas yrepresentaciones que pueden estar objetivamenteadaptadas a su !n, sin suponer la bsquedaconsciente de !nes y el dominio e'preso de lasoperaciones necesarias para alcan+arlos,objetivamente “re$uladas” y “re$ulares” sin serel producto de la obediencia a re$las, y, a la ve+que todo esto, colectivamente orquestadas sin ser

producto de la acción or$ani+adora de undirector de orquestaB.

0unque no se e'cluye de nin$n modo quelas respuestas del habitus vayan acompaCadas deun cálculo estraté$ico que trata de reali+arconscientemente la operación que el habitusreali+a de otro modo, a saber, una estimación delas probabilidades suponiendo la transformacióndel efecto pasado en el objetivo anticipado, esas

estrechamente institucionali+adas son imposibles. En todos lossistemas viables, debe haber una +ona donde el individuo sealibre para adoptar sus decisiones de forma que puedamanipular el sistema en su propio bene!cio” #each, E. “Dncertain unconsidered aspects of double descent systems”, en

Man, #544, 67B, p. 33/.


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respuestas se de!nen en primer lu$ar fuera detodo cálculo, en relación con potencialidadesob#etivas, inmediatamente inscritas en elpresente, cosas por hacer o no hacer, decir o nodecir, en relación con un porvenir probable que,al contrario del futuro como “posibilidadabsoluta” absolute M$glichkeit/, en el sentido deGe$el o %artre/, proyectado por el puro proyectode una “libertad ne$ativa”, se propone con unaur$encia y una pretensión de e'istencia quee'cluye la deliberación. ?ara la práctica, losest"mulos no e'isten en su verdad objetiva dedetonantes condicionales y convencionales; sóloactan a condición de reencontrar a los a$entes

ya condicionados para reconocerlos3. El mundopráctico que se constituye en la relación con elhabitus como sistema de estructuras co$nitivas ymotivacionales es un mundo de !nes yareali+ados, modos de empleo o caminos a se$uir,

y de objetos dotados de un “carácter teleoló$icopermanente” como dice Gusserl, tiles oinstituciones; pues las re$ularidades propias deuna condición arbitraria en el sentido de

%aussure o &auss/ tienden a aparecer como3 #a noción de relieve estructural de los atributos de un objeto,es decir, el carácter que hace que un atributo por ejemplo, elcolor o la forma/ “sea tomado en cuenta más fácilmente en untratamiento semántico del si$ni!cado que lo reco$e” #e Iy, =.)., La s%manti&ue psychologi&ue, ?ar"s, ?.>.)., 6:6, p. 6J/ as" como la noción Keberiana de “probabilidades medias”, que essu equivalente en otro conte'to, es una abstraccin, puesto queel relieve var"a se$n las disposiciones, pero permite escapardel puro subjetivismo dando cuenta de la e'istencia dedeterminaciones objetivas de las percepciones. #a ilusión de la

creación libre de las propiedades de la situación y, por ello, delos !nes de la acción, encuentra probablemente una aparente

justi!cación en el c"rculo, caracter"stico de toda simulacióncondicional, que pretende que el habitus sólo puede producir larespuesta objetivamente inscrita en su “fórmula” porqueconcede a la situación su e!cacia de resorte, constituyéndolase$n sus principios, es decir, haciéndola e'istir como cuestinpertinente por referencia a una manera particular deinterro$ar la realidad.

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necesarias, naturales incluso, debido a que estánen el ori$en de los principios sch%mesL depercepción y apreciación a través de los que sonaprehendidas.

%i se observa re$ularmente una correlaciónmuy estrecha entre las probabilidades ob#etivascient"!camente construidas por ejemplo, lasoportunidades de acceso a talo cual bien/ y lasesperan'as sub#etivas las “motivaciones” y las“necesidades” /, no es porque los a$entes ajustenconscientemente sus aspiraciones a unaevaluación e'acta de sus probabilidades de é'ito,a la manera de un ju$ador que re$ulara su jue$oen función de una información perfecta de sus

probabilidades de victoria. En realidad, dado quelas disposiciones duraderamente inculcadas porlas posibilidades e imposibilidades, libertades ynecesidades, facilidades y prohibiciones queestán inscritas en las condiciones objetivas y quela ciencia aprehende a través de re$ularidadesestad"sticas como probabilidades objetivamenteli$adas a un $rupo o clase/ en$endrandisposiciones objetivamente compatibles con esas

condiciones y, en cierto modo, preadaptadas a suse'i$encias, las prácticas más improbables seencuentran e'cluidas sin e'amen al$uno, a t"tulode lo impensable, por esa especie de sumisióninmediata al orden que inclina a hacer de lanecesidad virtud, es decir, a rehusar lo rehusado

y querer lo inevitable. #as mismas condiciones dela producción del habitus, necesidad hechavirtud, hacen que las anticipaciones que producetiendan a i$norar la restricción a la que estásubordinada la valide+ de todo cálculo deprobabilidades, a saber, que las condiciones de lae'periencia no hayan sido modi!cadas* adiferencia de las estimaciones cient"!cassavantesL, que se corri$en después de cadae'periencia se$n ri$urosas re$las de cálculo, las

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anticipaciones del habitus, especie de hipótesisprácticas fundadas sobre la e'periencia pasada,conceden un peso desmesurado a las primerase'periencias; son, en efecto, las estructurascaracter"sticas de una clase determinada decondiciones de e'istencia que, a través de lanecesidad económica y social que hacen pesarsobre el universo relativamente autónomo de laeconom"a doméstica y las relaciones familiares, omejor, a través de las manifestacionespropiamente familiares de esta necesidad e'ternaforma de la división del trabajo entre se'os,universo de objetos, modos de consumos, relaciónentre parientes, etc./ producen las estructuras

del habitus que están en el principio de lapercepción y apreciación de toda e'perienciaposterior.

?roducto de la historia, el habitus produceprácticas, individuales y colectivas, produce.pues, historia contarme a los principiossch(mesL en$endrados por la historia; ase$ura lapresencia activa de las e'periencias pasadas que,depositadas en cada or$anismo bajo la forma de

principios sch(mesL de percepción, ,pensamiento y acción, tienden, con mayorse$uridad que todas las re$las formales y normase'pl"citas, a $aranti+ar la conformidad de lasprácticas y su constancia a través del tiempoA.

4 En las formaciones sociales donde la reproducción de lasrelaciones de dominación y del capital económico y cultural/no está ase$urada por mecanismos objetivos, el trabajoincesante necesario para mantener las relaciones dedependencia personal estar"a condenado de antemano al

fracaso, si no pudiera contar con la constancia de los habitussocialmente constituidos y refor+ados sin cesar por lassanciones individuales o colectivasM en este caso, el ordensocial descansa fundamentalmente sobre el orden que reina enlos cerebros y en los habitus* es decir, el or$anismo, en cuantoapropiado por el $rupo y acorde de antemano con lase'i$encias del $rupo, funciona como materiali+ación de lamemoria colectiva. reproduciendo en los sucesores lasadquisiciones de los antepasados. #a tendencia del $rupo a

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?asado que sobrevive en la actualidad y quetiende a perpetuarse en el porveniractuali+ándose en las prácticas estructuradasse$n sus principios, ley interior a través de lacual se ejerce continuamente la ley denecesidades e'ternas irreductibles a lasconstricciones inmediatas de la coyuntura, elsistema de las disposiciones está en el principiode la continuidad y la re$ularidad que elobjetivismo, sin poder e'plicarlas, otor$a a lasprácticas sociales, y también de lastransformaciones re$uladas de las que no puedendar cuenta ni los determinismos e'tr"nsecos einstantáneos de un sociolo$ismo mecanicista ni la

determinación puramente interior, peroi$ualmente puntual, del subjetivismoespontane"sta. Escapando de la disyuntiva de lasfuer+as inscritas en el estado anterior delsistema, en el e)terior de los cuerpos, y lasfuer+as interiores, motivaciones sur$idasinstantáneamente de la libre decisión, lasdisposiciones interiores, interiori'acin de lae)terioridad, permiten a las fuer+as e'teriores

ejercerse, pero se$n la ló$ica espec"!ca de losor$anismos en los que están incorporadas* esdecir, de manera duradera, sistemática y nomecánica* sistema adquirido de principiossch%mesL $eneradores, el habitus hace posible la

perseverar en su ser, que se encuentra as" ase$urada, funcionaa un nivel mucho más profundo que las “tradicionesfamiliares”, en las que la permanencia supone la e'istencia de$uardianes y de una !delidad conscientemente mantenida, yque tiene, por ello, una ri$ide+ desconocida para lasestrate$ias del habitus, capa+ éste de inventar, en presencia denuevas situaciones. medios nuevos de cumplir las anti$uasfunciones* más profundo también que las estructurasconscientes mediante las cuales los a$entes pretenden actuare'presamente sobre su porvenir, y hacerlo a ima$en delpasado, como son las disposiciones testamentarias o lasmismas normas e'pl"citas. simples llamadas al orden* es decir.a lo probable, cuya e!cacia redoblan.

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producción libre de todos los pensamientos. todaslas percepciones y acciones inscritos dentro delos l"mites que marcan las condicionesparticulares de su producción, y sólo éstas. 0 través de él, la estructura que lo produce$obierna la práctica. no por la v"a de undeterminismo mecánico. sino a través de lasconstricciones y l"mites ori$inariamenteasi$nados a sus invenciones. 1apacidad de$eneración in!nita y, por tanto, estrictamentelimitada, el habitus sólo es dif"cil de concebir sipermanecemos encerrados en las disyuntivastradicionales, que aspira a superar, deldeterminismo y la libertad, del condicionamiento

y la creatividad, de la conciencia y el inconscienteo del individuo y la sociedad. Febido a que elhabitus es una capacidad in!nita de en$endrar entotal libertad controlada/ productospensamientos, percepciones, e'presiones.acciones que tienen siempre como l"mites lascondiciones de su producción, histórica ysocialmente situadas, la libertad condicionada ycondicional que ase$ura está tan alejada de una

creación de imprevisible novedad como de unasimple reproducción mecánica de loscondicionamientos iniciales.

Iada es más en$aCoso que la ilusiónretrospectiva que hace aparecer el conjunto dehuellas de una vida, como son las obras de unartista o los acontecimientos de una bio$raf"a,como si se tratara de la reali+ación de unaesencia que las precediera* del mismo modo quela verdad de un estilo art"stico no se encuentra en$ermen en una inspiración ori$inal, sino que sede!ne y rede!ne continuamente en la dialécticaentre la intención de objetivación y la intención

ya objetivada, asimismo es mediante laconfrontación entre cuestiones que sólo e'istenpor y para un esp"ritu dotado de ciertos

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principios sch%mesL y soluciones obtenidas porla aplicación de dichos principios sch%mesL, perocapaces de transformarlos, como se constituyeesta unidad de sentido que, posteriormente,puede parecer previa a los actos y obrasanunciadores de la si$ni!cación !nal,transformando retroactivamente los diferentesmomentos de la serie temporal en simplesbosquejos preparatorios. %i la $énesis del sistemade las obras o las prácticas en$endradas por elmismo habitus o por habitus homólo$os como losque constituyen la unidad del estilo de vida de un$rupo o de una clase/ no puede ser descrita comodesarrollo autónomo de una esencia nica y

siempre idéntica a s" misma, ni como creacióncontinua de novedades, es porque se lleva a caboen y por la confrontación, a la ve+ necesaria eimprevisible, del habitus con el acontecimiento,acontecimiento que sólo puede ejercer unaincitación pertinente sobre el habitus si éste loarranca de la contin$encia del accidente y loconstituye como problema, aplicándole losprincipios mismos de su solución; es as" como el

habitus, i$ual que todo arte de inventar , permiteproducir un nmero in!nito de prácticas,relativamente imprevisibles como lo son lassituaciones correspondientes/, pero limitadas ensu diversidad. En suma, siendo el producto deuna clase determinada de re$ularidadesobjetivas, el habitus tiende a en$endrar todas lasconductas “ra+onables” o de “sentido comn”8

5 “Esta probabilidad subjetiva, variable, que a veces e'cluye la

duda y proporciona una certidumbre sui generis, y otras vecesaparece sólo como un lu$ar vacilante, es lo que nosotrosllamamos la probabilidad +los+ca, porque mantiene elejercicio de esta facultad superior por la que nos damos cuentadel orden y la ra+ón de las cosas. El sentimiento confuso deprobabilidades semejantes e'iste en todos los hombresra+onables determina o, al menos, justi!ca las creenciasinquebrantables que se llaman de sentido com,n” 1oumot, 0.,

-ssai sur les fondements de la connaissance et sur les

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posibles dentro de los l"mites de estasre$ularidades, y sólo de éstas, y que tienen todaslas posibilidades de ser sancionadaspositivamente porque están objetivamenteajustadas a la ló$ica caracter"stica de undeterminado campo del que anticipan el porvenirobjetivo; tiende también, al mismo tiempo, ae'cluir “sin violencia, sin método, sinar$umentos” todas las “locuras” “esto no es paranosotros”/, es decir, todas las conductasdestinadas a ser ne$ativamente sancionadasporque son incompatibles con las condicionesobjetivas.

Fado que tienden a reproducir las

re$ularidades inmanentes a las condiciones enlas que ha sido producido su principio $enerador,ajustándose al mismo tiempo a las e'i$enciasinscritas como potencialidad objetiva en lasituación tal como la de!nen las estructurasco$nitivas y motivacionales constitutivas delhabitus, las prácticas no se pueden deducir de lascondiciones presentes que pueden parecerhaberlas suscitado ni de las condiciones pasadas

que han producido el habitus, principio duraderode su producción. %ólo es posible e'plicarlas,pues, si se relacionan las condiciones sociales enlas que se ha constituido el habitus que las haen$endrado, y las condiciones sociales en lascuales se mani!estan; es decir, si se relacionan,mediante el trabajo cient"!co, estos dos estadosde lo social, relación que el habitus efectaocultándola en y por la práctica. El“inconsciente”, que permite ahorrarse estaoperación, no es más que el olvido de la historiaque la misma historia produce, reali+ando lasestructuras objetivas que en$endra en esas

caracteres de la criti&ue philosophi&ue, ?ar"s, Gachette, 6BB,primera edición N8, p. :J/.

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cuasinaturale+as que son los habitus.7 Gistoriaincorporada, naturali+ada, y, por ello, olvidadacomo tal historia, el habitus es la presencia activade todo el pasado del que es producto* es lo queproporciona a las prácticas su independenciarelativa en relación a las determinacionese'teriores del presente inmediato. Estaautonom"a es la del pasado ya hecho y activo que,funcionando como capital acumulado, producehistoria a partir de la historia y ase$ura as" lapermanencia en el cambio que hace al a$enteindividual como mundo en el mundo.Espontaneidad sin conciencia ni voluntad, elhabitus se opone por i$ual a la necesidad

mecánica ya la libertad reOe'iva, a las cosas sinhistoria de las teor"as mecanicistas ya los sujetos“sin inercia” de las teor"as racionalistas.

0 la visión dualista que sólo quiere conocerel acto de conciencia transparente a s" mismo o lacosa determinada desde el e'terior, es necesariooponer, pues, la ló$ica real de la acción queconfronta dos objetivaciones de la historia, laobjetivación en los cuerpos y la objetivación en

las instituciones, o, lo que viene a ser lo mismo,dos estados del capital, objetivado e incorporado,mediante los cuales se instaura una distanciarespecto a la necesidad y sus ur$encias. #ó$ica

6 “En cada uno de nosotros, se$n proporciones variables, estáel hombre de ayer; es el hombre de ayer quien, por la fuer+a delas cosas, predomina en nosotros, pues el presente es bienpoca cosa comparado con ese lar$o pasado durante el que noshemos formado y del cual somos resultado. ?ero a este hombredel pasado no lo sentimos, porque es inveterado; es la parte

inconsciente de nosotros mismos. ?or consi$uiente, se halle$ado a no tener en cuenta sus e'i$encias le$"timas. ?or elcontrario, de las adquisiciones más recientes de la civili+acióntenemos un vivo sentimiento porque, siendo recientes, no hantenido an tiempo de or$ani+arse en el inconsciente”Furheim, E., L.%volution /%dagogi&ue en 0rance* ?ar"s,

04can, 63N, p. 7/.


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de la que podemos ver una forma paradi$máticaen la dialéctica de las disposiciones e'presivas ylos medios de e'presión institucionali+adosinstrumentos morfoló$icos, sintácticos, le'icales,$éneros literarios, etc./ que se observa, porejemplo, en la invención sin intención de laimprovisación re$ulada. Fesbordado sin cesarpor sus propias palabras, con las cuales mantieneuna relación de “portador” y de “ser portado”como dice Iicolai Gartmann, el virtuosodescubre en su discurso los resortes de sudiscurso, que pro$resa a la manera de un trenque transportara sus propios ra"les;: dicho deotro modo, producido se$n un modus operandi

que no es conscientemente dominado, el discursoencierra una “intención objetiva”, como dice laescolástica, que va más allá de las intencionesconscientes de su autor aparente, y que no cesade ofrecer nuevos est"mulos al modus operandidel que es producto, funcionando as" como unaespecie de “autómata espiritual”. %i laimprovisación oral evidencia su imprevisibilidad ysu necesidad retrospectiva, es porque el halla+$o

que actuali+a recursos desde hace mucho tiempoocultos supone un habitus que domina tanperfectamente los medios de e'presiónobjetivamente disponibles que está dominado porellos, hasta el punto de a!rmar su libertadrespecto de ellos reali+ando las más rarasposibilidades que necesariamente implican. #adialéctica del sentido de la len$ua y las “palabrasde la tribu” es un caso particular yparticularmente si$ni!cativo de la dialécticaentre los habitus y las instituciones, es decir,entre dos modos de objetivación de la historiapasada, en la que se en$endra continuamenteuna historia destinada a aparecer, del mismo

7 Puyer, P., /arado)es de la conscience et limites del.automatisme, ?ar"s, 0lbin &ichel, 677, p. 37.

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“personi!cación” del capital, es porque elproceso puramente social y cuasimá$ico desociali+ación, inau$urado por el acto de marca#eque instituye a un individuo como primo$énito,heredero, sucesor, cristiano o simplemente comohombre por oposición a mujer/, con todos losprivile$ios y todas las obli$aciones correlativas, yprolon$ado, refor+ado, con!rmado por lostratamientos sociales adecuados paratransformar la diferencia institucional endistinción natural, produce efectos bien reales yaque inscritos duraderamente en el cuerpo y en lacreencia. #a institución, aunque se tratara deeconom"a, no está completa ni es completamente

viable más que si se objetiva duraderamente nosólo en las cosas, es decir, en la ló$ica,trascendente a los a$entes sin$ulares, de uncampo particular, sino además en los cuerpos, esdecir, en las disposiciones duraderas parareconocer y efectuar las e'i$encias inmanentes aese campo.

Es en la medida, y sólo en esta medida, enque los habitus son la incorporación de la misma

historia o, más e'actamente, de la misma historiaobjetivada en habitus y estructuras que lasprácticas por ellos en$endradas son mutuamentecomprensibles e inmediatamente ajustadas a lasestructuras, objetivamente concertadas y dotadasde un sentido objetivo a la ve+ unitario ysistemático, trascendente a las intencionessubjetivas ya los proyectos conscientes,individuales o colectivo. >no de los efectosfundamentales del acuerdo entre el sentidopráctico y el sentido objetivado es la producciónde un mundo de sentido com,n, cuya evidenciainmediata es redoblada por la ob#etividad quease$ura el consenso sobre el sentido de lasprácticas y del mundo, es decir, la armoni+aciónde las e'periencias y el refuer+o continuo que

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cada una de ellas recibe de la e'presiónindividual o colectiva en la !esta, por ejemplo/,improvisada o pro$ramada lu$ares comunes,dichos/ de e'periencias semejantes o idénticas.

#a homo$eneidad objetiva de los habitus de $rupo ode clase que resulta de la homo$eneidad de lascondiciones de e'istencia, es lo que hace que lasprácticas y las obras sean inmediatamente inteli$ibles yprevisibles, percibidas. pues, como evidentes* el habituspermite ahorrarse la intención, no sólo en la producción,también en el desciframiento de las prácticas y obras.N

0utomáticas e impersonales, si$ni!cantes sin intención dési$ni!car, las prácticas ordinarias se prestan a unacomprensión no menos automática e impersonal; larecuperación de la intención objetiva que e'presan no

e'i$e de nin$una manera la “reactivación” de la intención“vivida” de aquel que las lleva a cabo, o la “transferenciaintencional con el otro” tan querida por losfenomenólo$os y los defensores de una concepción“participativa” de la historia o la sociolo$"a. ni siquiera lainterro$ación tácita o e'pl"cita “Qqué quieres decirR”/sobre las intenciones de los otros. #a “comunicación delas conciencias” supone la comunidad de “inconscientes”es decir, de competencias lin$-"sticas y culturales/. Eldesciframiento de la intención objetiva de las prácticas yde las obras no tiene nada que ver con la “reproducción”

"achbildung, como dice el primer Filthey/ de lase'periencias vividas y la reconstitución, intil e incierta,de las sin$ularidades personales de una “intención” queno está realmente en su principio.

8 >no de los méritos del subjetivismo y del moralismo de laconciencia o del e'amen de conciencia/, que disimula confrecuencia, es el de demostrar por el absurdo, en los análisisque condenan como “inauténticas” las acciones sometidas a las

solicitudes objetivas del mundo se trate de los análisisheide$$erianos de la e'istencia cotidiana y del “se”, o de losanálisis sartreanos del “esp"ritu de seriedad”/, la imposibilidadpráctica de la e'istencia “auténtica” que recuperar"a en unproyecto de libertad todas las si$ni!caciones dadas y lasdeterminaciones objetivas* la bsqueda puramente ética de la“autenticidad” es el privile$io de quien, disponiendo de ociopara pensar, puede ahorrarse el ahorro de pensamiento queautori+a la conducta “inauténtica”.

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#a homo$enei+ación objetiva de los habitusde $rupo o de clase que resulta de lahomo$eneidad de las condiciones de e'istencia,es lo que hace que las prácticas puedan estarobjetivamente concertadas sin cálculo estraté$icoal$uno ni referencia consciente a una norma, ymutuamente ajustadas sin interaccin directaalguna y, a fortiori* sin concertación e'pl"citaobedeciendo la forma de la interacción misma alas estructuras objetivas que han producido lasdisposiciones de los a$entes en interacción y queles asi$nan todav"a, a través de ellas, susposiciones relativas en la interacción y fuera deella.6 “)i$uraos dice #eibni+ dos relojes

perfectamente sincroni+ados. ?uede hacerse estode tres maneras, #a primera consiste en unainOuencia mutua; la se$unda, ponerles un hábilobrero que los corrija y los pon$a de acuerdo entodo momento; la tercera, fabricar los dospéndulos con tal arte y e'actitud que puedaase$urarse el acuerdo mutuo por siempre”.J

&ientras se i$nore el verdadero principio de estaorquestación sin director de orquesta que

con!ere re$ularidad, unidad y sistematicidad a9 En contra de todas las formas de ilusión ocasionalista queconducen a relacionar directamente las prácticas conpropiedades inscritas en la situación. es preciso recordar quelas relaciones “interpersonales” sólo en apariencia sonrelaciones de persona a persona y que la verdad de lainteracción no reside nunca por completo en la interaccióncosa que se olvida cuando, reduciendo la estructura ob#etivade la relación entre los individuos reunidos o sus $rupos depertenencia es decir, las distancias y las jerarqu"as a laestructura coyuntural de su interacción en una situación y un

$rupo particulares, se e'plica todo lo que sucede en unainteracción e'perimental por las caracter"sticase'perimentalmente controladas de la situación, como laposición relativa en el espacio de los participantes o lanaturale+a de los canales utili+ados/.10#eibni+* “%econd éclaircissement du systSme de lacommunication des substances” 767/, en 4euvresphilosophi&ues, ?ar"s, vol. 44. ?. =anet, de #adran$e, N77, p.8AN.

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las prácticas. sin or$ani+ación, espontánea oimpuesta, de los proyectos individuales, noscondenamos al arti!cialismo in$enuo que noreconoce otro principio uni!cador que laconcertación consciente* si las prácticas de losmiembros del mismo $rupo o, en una sociedaddiferenciada, de la misma clase, están siempremás y mejor concertadas de lo que saben yquieren los a$entes, es porque. como dice#eibni+, “no si$uiendo más que sus propiasleyes”, cada uno “se pone de acuerdo con elotro”. El habitus no es más que esa leyinmanente, le) insita inscrita en los cuerpos poridénticas historias, que es la condición no sólo de

la concertación de las prácticas sino, además, delas prácticas de concertación.B En efecto, lasrecti!caciones y ajustes conscientementeefectuados por los mismos a$entes suponen eldominio de un códi$o comn, y las empresas demovili+ación colectiva no pueden tener é'ito sinun m"nimo de concordancia entre los habitus delos a$entes movili+adores profeta, l"der, etc./ ylas disposiciones de quienes se reconocen en sus

prácticas o sus propósitos, y sobre todo, sin lainclinación al rea$rupa miento que suscita laorquestación espontánea de las disposiciones.

11 Es as" como la i$norancia del fundamento más se$uro, peromejor escondido, de la inte$ración de los $rupos o las clasespuede conducir a unos a ne$ar la unidad de la clase dominantesin otra prueba que la imposibilidad dc estableceremp"ricamente que los miembros de la clase dominante tienenuna pol!tica e'pl"cita, e'presamente impuesta por laconcertación, el complot incluso, ya los otros a hacer de la

toma de conciencia, especie de cogito revolucionario que haráacceder a la clase obrera a la e'istencia constituyéndola como“clase para s"”, el nico fundamento posible de la unidad de laclase dominada.12 %e comprende que la dan+a, caso particular yparticularmente espectacular de sincroni+ación de lohomo$éneo y de orquestación de lo hetero$éneo, estépredispuesta a simboli+ar en todas partes la inte$ración del

$rupo ya refor+arla simboli+ándola.

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Io cabe duda de que todo esfuer+o de movili+acióndiri$ido a or$ani+ar una acción colectiva debe contar conla dialéctica de las disposiciones y las ocasiones, que sedesarrolla en cada a$ente sin$ular, sea movili+ador omovili+ado siendo, probablemente, la histéresis de loshabitus uno de los fundamentos del desajuste entre lasocasiones y las disposiciones para asirlas que provoca lasocasiones fallidas, y, en particular, de la imposibilidad,observada a menudo, de pensar las crisis históricas se$ncate$or"as de percepción y de pensamiento distintas a lasdel pasado, aunque fuera revolucionario/; y también conla orquestación objetiva que se establece entredisposiciones objetivamente coordinadas porqueordenadas se$n necesidades objetivas parcial o

totalmente idénticas. ?or ltimo, es e'tremadamentepeli$roso pensar la acción colectiva se$n el modelo de laacción individual i$norando todo lo que le debe a la ló$icarelativamente autónoma de las instituciones demovili+ación con su historia, su or$ani+ación espec"!ca,etc./ ya las situaciones institucionali+adas o no en las queopera.

#a sociolo$"a trata como idénticos a todoslos individuos bioló$icos que, siendo producto de

las mismas condiciones objetivas, están dotadosde los mismos habitus* clase de condiciones dee'istencia y condicionamientos idénticos osemejantes, la clase social en s"/ esinseparablemente una clase de individuosbioló$icos dotados del mismo habitus, comosistema de disposiciones comn a todos losproductos de los mismos condicionamientos. %iestá e'cluido que todos los miembros de la misma

clase o incluso dos entre ellos/ hayan tenido lasmismas e)periencias y en el mismo orden, escierto, sin embar$o, que todos los miembros deuna misma clase tienen mayor nmero deprobabilidades que cualquier miembro de otra deenfrentarse a las situaciones más frecuentes paralos miembros de esa clase* las estructuras

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objetivas que la ciencia aprehende bajo la formade probabilidades de acceso a los bienes,servicios y poderes, inculcan, a través de lase'periencias siempre conver$entes que con!erensu +sionom!a a un entorno social con sus carreras“cerradas”, sus “puestos” inaccesibles o sus“hori+ontes velados”, esta especie de “arte deestimar lo veros"mil”, como dec"a #eibni+, esdecir, de anticipar el porvenir objetivo, sentido dela realidad o de las realidades que es,probablemente, el principio mejor oculto de sue!cacia.

?ara de!nir las relaciones entre el habitusde clase y el habitus individual indisociable de la

individualidad or$ánica, inmediatamente dada ala percepción inmediata 9intuitus personae5 ysocialmente desi$nado y reconocido nombrepropio, personalidad jur"dica, etc./ se podr"aconsiderar el habitus de clase o de $rupo/, esdecir, el habitus individual en la medida quee'presa o reOeja el de clase o $rupo/ como unsistema subjetivo pero no individual deestructuras interiori+adas, principios sch%mesL

comunes de percepción, concepción y acción, queconstituyen la condición de toda objetivación y detoda apercepción, y basar la concertaciónobjetiva de las prácticas y la unicidad de la visióndel mundo sobre la perfecta impersonalidad y elcarácter sustituible perfecto de las prácticas y las

visiones sin$ulares. ?ero esto llevar"a a suponerimpersonales e intercambiables a todas lasprácticas o las representaciones producidasse$n principios sch%mesL idénticos, a la manerade las intuiciones sin$ulares del espacio que, decreer a Tant, no reOejan nin$una de lasparticularidades del yo emp"rico. En realidad, esuna relación de homolog!a, es decir, de diversidaden la homo$eneidad reOejando la diversidad en lahomo$eneidad caracter"stica de sus condiciones

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sociales de producción, la que une los habitussin$ulares de los diferentes miembros de unamisma clase* cada sistema de disposicionesindividual es una variante estructural de losotros, en el que se e'presa la sin$ularidad de laposición en el interior de la clase y de latrayectoria* El estilo “personal”, la marcaparticular que llevan todos los productos de unmismo habitus, prácticas u obras, es sólo unadesviacin con respecto al estilo propio de unaépoca o una clase, si bien reenv"a al estilo comnno sólo por la conformidad, a la manera de )idiasque, se$n Ge$el, no ten"a “manera”, sinotambién por la diferencia que hace la “manera”.

El principio de las diferencias entre loshabitus individuales reside en la sin$ularidad delas trayectorias sociales, a las que correspondenseries de determinaciones cronoló$icamenteordenadas e irreductibles las unas a las otras* elhabitus que, a cada momento, estructura enfunción de las estructuras producidas por lase'periencias anteriores, las nuevas e'perienciasque afectan a tales estructuras dentro de los

l"mites de!nidos por su poder de selección,reali+a una inte$ración nica, dominada por lasprimeras e'periencias, de las e'perienciasestad"sticamente comunes a los miembros de unaclase.3

El peso particular de las primerase'periencias se debe especialmente a que elhabitus tiende a ase$urar su propia constancia ysu propia defensa contra el cambio, mediante laselección que reali+a entre las nuevasinformaciones, recha+ando, en caso de e'posiciónfortuita o for+ada, aquellas que puedancuestionar la acumulación acumulada y, sobre

13 Es fácil ver que el nmero in!nita de combinaciones en las

que pueden entrar las variables asociadas a las trayectorias decada individuo y de las l"neas que se procede, puede dar

cuenta de la in!nidad de diferentes sin$ulares.

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todo, evitando la e'posición a talesinformaciones* pensemos, por ejemplo, en lahomo$amia como paradi$ma de todas las“elecciones” por las que el habitus intentafavorecer las e'periencias adecuadas para surefuer+o como el hecho, emp"ricamente probado,de que se tiende a hablar de pol"tica conpersonas de la misma opinión/. &ediante la“elección” sistemática que hace entre los lu$ares,acontecimientos y personas susceptibles de ser

frecuentados* el habitus intenta ponerse al abri$ode crisis y cuestionamientos cr"ticos,ase$urándose un medio al que está lo másadaptado posible, es decir, un universo

relativamente constante de situacionesadecuadas para el refuer+o de sus disposiciones,ofreciendo el mercado más favorable a susproductos. U es, una ve+ más, en la propiedadmás paradójica del habitus, principio no elegidode todas las 6elecciones7, donde reside lasolución a la paradoja de la informaciónnecesaria para evitar la información* losprincipios sch%mesL de percepción y apreciación

del habitus que están en el principio de todas lasestrate$ias de evitación son, en $ran parte, elproducto de una evitación no consciente y noquerida, sea que resulte automáticamente de lascondiciones de e'istencia como la que es efectode la se$re$ación espacial/, sea que haya sidoproducida por una intención estraté$ica como laque pretende evitar las “malas compaC"as” o las“malas lecturas”/; una evitación, en todo caso,cuya responsabilidad incumbe a los adultosmismos, formados en las mismas condiciones.

0unque apare+can como reali+ación de !nese'pl"citos, las estrate$ias, que permiten encararlas situaciones imprevistas y sin cesar renovadasque produce el habitus, sólo en apariencia estándeterminadas por el futuro* si parecen orientadas

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por la anticipación de sus propias consecuencias,refor+ando as" la ilusión !nalista, es en realidadporque, tendiendo siempre a reproducir lasestructuras objetivas de las que son producto,están determinadas por las condiciones pasadasde la producción de su principio de producción,es decir, por el porvenir ya dado de prácticaspasadas, idénticas o sustituibles, que coincidecon su porvenir en la medida, y slo en la medida,en que las estructuras en las que funcionan sonidénticas u homólo$as a las estructuras objetivasde las que son producto. 0s", por ejemplo, en lainteracción entre dos a$entes o $rupos dea$entes dotados del mismo habitus sean 0 y E/,

todo sucede como si las acciones de cada uno deellos sea al para 0/ se or$ani+asen en relación alas reacciones que provocan por parte de todoa$ente dotado del mismo habitus sea b,reacción de H a a/; por consi$uiente, implicanobjetivamente la anticipación de la reacción queesas reacciones provocan a su ve+ sea aB,reacción a b/. ?ero la descripción teleoló$ica, lanica que conviene para un “actor racional” que

posee una perfecta información sobre laspreferencias y la competencia de los otrosactores, y se$n la cual cada acción tendr"a porobjetivo hacer posible la reacción a la reacciónque suscita el individuo 0 reali+ando una accióna, un don por ejemplo, para determinar alindividuo H a producir la acción b, un contradon, y poder as" llevar a cabo la acción aB, pujade dones/, es tan in$enua como la descripciónmecanicista, que har"a de la acción y su réplicamomentos de una secuencia de accionespro$ramadas, producida por un dispositivomecánico.A El habitus $uarda la solución a las

14 ?ara dar una idea de las di!cultades con que trope+ar"a unateor"a mecanicista de la práctica como reacción mecánica,determinada directamente por las condiciones antecedentes yenteramente reductible al funcionamiento mecánico de

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paradojas del sentido objetivo sin intenciónsubjetiva* está en el ori$en de esosencadenamientos de “$olpes”, objetivamenteor$ani+ados como estrate$ias sin ser producto deuna verdadera intención estraté$ica lo quesupondrá, al menos, que sean tomados como unaestrate$ia entre otras posibles.8 %i cada uno delos momentos de la secuencia de accionesordenadas y orientadas que constituyen lasestrate$ias objetivas puede parecer determinadopor la anticipación del futuro y, en particular, porla de sus propias consecuencias lo que justi!cael empleo del concepto de estrate$ia/, es porquelas prácticas en$endradas por el habitus y

e'i$idas por las condiciones pasadas de laproducción de su principio $enerador están, deantemano, adaptadas a las condiciones objetivas,siempre que las condiciones en las que el habitusfunciona sean idénticas o semejantes a aquellasen las que se constituyó, provocando ese ajuste alas condiciones objetivas perfecta einmediatamente lo$rado. la ilusión de !nalidad o,lo &ue viene a ser lo mismo, de mecanismo

autorre$ulado.

maquinarias preestablecidas. cuyo nmero, por otro lado.deber"a %uponerse in!nito. as" como por las con!$uracionesfortuitas de est"mulos capaces de hacerlas funcionar desdeafuera, bastará con evocar la empresa $randiosa y desesperadade ese etnólo$o que, armado de un estimable valor positivista,re$istra ANJ unidades elementales de comportamiento durante

veinte minutos de actividad de su mujer en la cocina, y evaluara BJ.JJJ unidades por d"a y por actor, a varios millones, portanto, por aCo para un $rupo de varias centenas de clases deactores, los “episodios” que la ciencia tendr"a que tratar cf.

Garris, &., The "ature of 8ultural Things, Iueva Uor,Pandom Gouse, 67A, pp. :A9:8/.15 #as estrate$ias más rentables son las que más a menudo

producen, más acá de todo cálculo y en la ilusión de lasinceridad más “auténtica”. un habitus objetivamente ajustadoa las estructuras objetivas. esas estrate$ias sin cálculoestraté$ico producen a quienes apenas podemos llamar susautores un bene!cio secundario importante, la aprobaciónsocial que se da a la apariencia de desinterés.

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#a presencia del pasado en esta especie defalsa anticipación del porvenir que efecta elhabitus no se muestra mejor, paradójicamente,que cuando el sentido del futuro probable esdesmentido, y unas disposiciones mal ajustadas alas posibilidades objetivas, debido a un efecto dehistéresis es el ejemplo de Fon Vuijote, tanquerido por &ar'/, reciben sanciones ne$ativasporque el entorno al que se enfrentan realmenteestá alejado de aquél al que están objetivamenteajustadas.7 Efectivamente, la permanenciarecurrente, bajo la forma de habitus, del efectode los condicionamientos primarios e'plicatambién, y con la misma claridad, los casos en

que las disposiciones funcionan a contratiempo yen los que las prácticas están objetivamenteinadaptadas a las condiciones presentes porqueestán objetivamente adaptadas a condicionescaducas o abolidas. #a tendencia a perseverar ensu ser, que los $rupos deben, entre otras ra+ones,a que sus componentes están dotados dedisposiciones duraderas, capaces de sobrevivir alas condiciones económicas y sociales de su

propia producción, puede estar en el ori$en tantode la inadaptación como de la adaptación, tantode la rebelión como de la resi$nación.

Hasta con evocar otras formas posibles derelación entre las disposiciones y las condiciones,para ver en el ajuste anticipado del habitus a lascondiciones objetivas un “caso particular entrelos posibles”, y evitar as" universali'ar inconscientemente el modelo de la relacióncuasicircular de reproducción cuasi perfecta, quesólo sirve cuando las condiciones de producción16 los conOictos $eneracionales oponen no tanto clases de edad

separadas por propiedades naturales como habitus producidosse$n modos de generacin* diferentes, es decir. separadas porcondicione,; de e'istencia que. imponiendo distintasde!niciones de lo imposible, lo posible* lo probable invitan aunos, como si fueran naturales o ra+onables, a prácticas quelos otros consideran impensables o escandalosas, y viceversa.

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del habitus y las condiciones de sufuncionamiento son idénticas u homólo$as. Eneste caso particular, las disposicionesduraderamente inculcadas por las condicionesobjetivas y por una acción peda$ó$icatendencialmente ajustada a esas condiciones,tienden a en$endrar prácticas objetivamentecompatibles con esas condiciones y esperan+asde antemano adaptadas a sus e'i$enciasobjetivas amor fati/.: En consecuencia. tiendena ase$urar, al mar$en de todo cálculo racional yde toda estimación consciente de lasposibilidades de é'ito, la correspondenciainmediata entre la probabilidad a priori o e) ante

que se da a un acontecimiento con o sinacompaCamiento de e'periencias subjetivas comoesperan+as, e'pectativas, temores, etc./ y laprobabilidad a posteriori o e) post que puedeestablecerse a partir de la e'periencia pasada;permiten as" comprender que los modeloseconómicos fundados sobre el postulado tácito/de que e'iste una “relación de causalidadinteli$ible”, como dice &a' Weber, entre las

posibilidades $enéricas “t"picas”/ “que e'istenobjetivamente por término medio”, y las“e'pectativas subjetivas”N y, por ejemplo, entrelas inversiones o la propensión a invertir y la tasa

17 En la literatura psicoló$ica se encuentran al$unos ejemplos

de intentos de veri!cación directa de esta relación 1f.HrunsKich, E.. “%ystematic and representative desi$n of psycholo$ical e'periments”, en Ieymen, =. ed./ /roceedings of The 9erkeley Symposium on Mathematical Statistical and

/robability , Hereley. >niversity of 1alifornia ?ress, 6A6. pp.

A39BJB; ?reston, & 2., y Haratta, ?, “0n e'perimental study of the action9value of an uncertain income” en 0merican :ournalof /sychology 7 /. 6AN, pp. N3963; 0tteneave. )..“?sycholo$ical ?robability as )unction of E'perienced)requency”, :ournal of -)perimental /sychology , A7 B/, 683,pp. N9N718 1f. Weber &.. Essais sur la théorie de la science,traducción francesa de =. )reund, ?ar"s, ?lon, 678, p9

3AN.

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de bene!cio esperada o realmente obtenida en elpasado dan ra+ón con la misma e'actitud de lasprácticas que no tienen por principio elconocimiento de las posibilidades objetivas.

Pecordando que la acción racional. orientada“juiciosamente” a partir de lo que es“objetivamente válido”6, es la que “sedesarrollar"a si los actores hubieran tenidoconocimiento de todas las circunstancias y detodas las intenciones de los particulares”BJ, esdecir, de lo que es “válido a los ojos del cient"!cosavantL”, el nico en condiciones de construirmediante el cálculo el sistema de posibilidades

objetivas a las que deber"a ajustarse una acciónllevada a cabo con perfecto conocimiento decausa, &a' Weber muestra claramente que elmodelo puro de la acción racional no puede serconsiderado como una descripción antropoló$icade la práctica. y no sólo porque los a$entes realesno poseen más que e'cepcionalmente lainformacin completa y el arte de apreciarla quesupondr"a una acción racional. Fejando aparteeste caso e'cepcional en el que se renen las

condiciones económicas y culturales/ de laacción racional orientada por el conocimiento delos bene!cios que pueden eventualmentease$urar los diferentes mercados, las prácticasdependen. no de posibilidades medias debene!cio, noción abstracta e irreal que sóloe'iste por el cálculo, sino de probabilidadesespec"!cas que posee un a$ente sin$ular o unaclase de a$entes en función de su capital,

entendido bajo el punto de vista aqu" consideradocomo instrumento de apropiación de lasoportunidades teóricamente ofrecidas a todos.

19 Weber, &., op3 cit3* pp. 338933720 Weber, &., -conomie et soci%t%. ?aris, ?lon, vol. 4, 67:, p. 7


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#a teor"a económica que sólo conoce las “respuestas”racionales de un a$ente indeterminado e intercambiable a“ocasiones potenciales” responses to potentialopportunities/ o, de forma más precisa, a posibilidades

medias como las “tasas medias de bene!cio” ase$uradaspor los diferentes mercados/, convierte la ley inmanentede la econom"a en norma universal de la prácticaeconómica conveniente* oculta as" que el habitus“racional”, condición de tal práctica económica, esproducto de una particular condición económica de!nidapor la posesión del capital económico y cultural necesariopara esco$er efectivamente las “ocasiones potenciales”ofrecidas formalmente a todos* y oculta también que lasdisposiciones, al adaptar a los económica y culturalmentemás desfavorecidos a la condición espec"!ca que las

produce, y al contribuir al mismo tiempo a hacerimprobable o imposible su adaptación a las e'i$encias$enéricas del cosmos económico en materia de cálculo oprevisión. por ejemplo/ les llevan a aceptar las sancionesne$ativas que resultan de esta inadaptación. es decir, sucondición desfavorecida. En suma. el arte de sopesar y deaprovechar las oportunidades. la capacidad de prever elporvenir mediante una especie de inducción práctica, ode apostar por lo posible contra lo probable con el ries$ocalculado, son otras tantas disposiciones que sólo puedenadquirirse bajo ciertas condiciones, es decir, en ciertas

condiciones sociales. 1omo la propensión a invertir o elesp"ritu de empresa, la información económica está enfunción del poder sobre la econom"a* esto se debe a quela propensión a y las posibilidades de adquirirla dependede las posibilidades de utili+arla con é'ito; y también aque, lejos de ser una simple capacidad técnica adquiridaen ciertas condiciones, la competencia económica, comotoda competencia lin$-"stica. pol"tica, etc. /, es un podertácitamente reconocido a quienes tienen poder económicoo, la misma palabra lo dice. una especie de atributoestatutario.

Es sólo en la e'periencia ima$inaria la delcuento, por ejemplo/, que neutrali+a el sentido delas realidades sociales, cuando lo social adopta laforma de un universo de cosas posiblesi$ualmente posibles para cualquier sujeto

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posible. #os a$entes se determinan en relación aunos !ndices concretos de lo accesible y loinaccesible, del “es para nosotros” y el “no espara nosotros”, división tan básica yfundamentalmente reconocida como la quesepara lo sa$rado y lo profano. Los derechos deprelacin del futuro que de!ne el Ferecho y elmonopolio de determinadas cosas posibles quease$ura, sólo son la forma e)pl!citamentegaranti'ada de todo este conjunto deprobabilidades apropiadas mediante las cualeslas relaciones de fuer+a presentes se proyectansobre el porvenir, diri$iendo as" las disposicionespresentes y, en particular, las disposiciones

respecto al porvenir. Fe hecho, la relaciónpráctica que un a$ente particular mantiene conel porvenir y que diri$e su práctica presente sede!ne en la relación entre, de un lado, su habitus

y, en particular, unas estructuras temporales yunas disposiciones respecto al porvenirconstituidas a lo lar$o de una relación particularcon un universo particular de cosas probables, y,de otro lado, un estado determinado de

probabilidades que le son objetivamenteotor$adas por la sociedad. La relacin con lascosas posibles es una relacin con los poderes; yel sentido del porvenir probable se constituye enla relación prolon$ada con un mundoestructurado se$n la cate$or"a de lo posiblepara nosotros/ y lo imposible para nosotros/, delo que es de antemano apropiado por y paraotros, y lo que uno tiene de antemano asi$nado.?rincipio de una percepción selectiva de los"ndices propios para con!rmarlo y refor+arlo másque para transformarlo, y matri+ $eneradora derespuestas adaptadas de antemano a todas lascondiciones objetivas idénticas u homólo$as a lascondiciones pasadas/ de su producción, elhabitus se determina ;n función de un porvenir

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probable que anticipa y contribuye a reali+arporque lo lee directamente en el presente delmundo presupuesto, el nico que puedeconocer.B ?or ello, está en la base de eso que&ar' llama la “demanda electiva”BB poroposición a la “demanda sin efecto”, fundada enla necesidad y el deseo/, relación realistarespecto a las cosas posibles que encuentra sufundamento y al mismo tiempo sus l"mites en elpoder/ que, en tanto que disposición que incluyela referencia a sus condiciones sociales/ deadquisición y reali+ación, tiende a ajustarse a lasoportunidades objetivas de la satisfacción de lanecesidad o el deseo. inclinando a vivir “se$n

sus $ustos”, es decir, “de acuerdo con sucondición”, como dice la má'ima tomista, y ahacerse as" cómplice de los procesos que tiendena la reali+ación de lo probable.

21Ejemplo e'tremo de tal anticipación, la emoción es unapresenti!cación alucinada de lo por venir que manifestando las

reacciones corporales. en todo idénticas a las de la situaciónreal, lleva a vivir como presente, o incluso como ya pasado,necesario e inevitable por tanto 9”estoy acabado”, “estoyperdido”9un porvenir todav"a incierto, en suspens. 22 &ar', T.. “Ebauche dMune critique de lMéconomie politique”.en 4euvres -conomie* 44, ?ar"s, 2allimard, 67N ?léiade/, p.:.

Estructuras, Habitus, Prácticas

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