Epígrafes tema 6 los Reyes Católicos y la construcción del estado moderno

9
6. LOS REYES CATÓLICOS: LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO MODERNO. 1 Epígrafe 6.1: Los Reyes Católicos y la unión dinástica: integración de las Coronas de Castilla y Aragón. La llegada al poder de los Reyes Católicos se produjo en el contexto de una grave crisis política en Castilla. Isabel era hija de Juan II, y tras su muerte heredó el trono su hijo, Enrique IV (1455-1474), quien se enfrentó a partir de 1461 a una rebelión de la nobleza. El enfrentamiento llegó al extremo de que Enrique fue destronado por los nobles en 1464, en una ceremonia humillante, la farsa de Ávila. Enrique y su hermanastra Isabel llegaron a un acuerdo por el que ésta se convertía en la heredera del trono, en el tratado de los Toros de Guisando (1468), con la condición de que se casara con el rey de Portugal Alfonso V. De esta forma Isabel se convertiría en reina de Castilla a la muerte de Enrique IV. Pero el matrimonio en secreto de Isabel con Fernando, (ambos pertenecían a las familias reinantes en Castilla y Aragón. donde reinaban diferentes ramas de la dinastía Trastámara) hijo de Juan II de Aragón hizo que Enrique IV desheredara a su hermanastra y que nombrara sucesora a su hija Juana la Beltraneja. Al morir Enrique IV en 1474, Isabel se autoproclamó reina de Castilla en Segovia con el respaldo de algunos de los nobles más influyentes y de muchas ciudades castellanas. Contaba también con la ayuda de Aragón. Alfonso V de Portugal invadió Castilla a favor de Juana la Beltraneja con quien se había comprometido en matrimonio. Portugal contaba con el apoyo de Francia. Comenzaba la guerra civil por la sucesión del trono castellano (1475-1479) convertida en conflicto internacional. En marzo de 1476 ejército mandado por Fernando derrotó a los portugueses en la batalla de Toro, a partir de este momento el bando isabelino fue ganando terreno. La guerra terminó en 1479 con el Tratado de Alcaçovas, Alfonso de Portugal reconocía a Isabel como reina de Castilla. En este mismo año, Fernando heredó el trono de Aragón. Se hacía realidad la unión dinástica de los dos reinos Aunque los Reyes Católicos acordaron gobernar conjuntamente todos sus territorios (Concordia de Segovia), la unión de Castilla y Aragón fue meramente dinástica, cada reino conservó sus fronteras, leyes e instituciones. El único organismo común fue el Tribunal de la Inquisición. No hubo el más mínimo intento de avanzar hacia una fusión de reinos. En Castilla los dos tendrían la capacidad de tomar decisiones políticas y las órdenes reales irían firmadas por ambos, sin embargo Isabel tenía los derechos sucesorios aunque Fernando sería rey consorte (y podría ejercer de regente en caso Fuentes: Historia de España, 2º de Bachillerato. Universidades de Madrid. Editorial Coloquio. Historia de España, Editorales Almadraba y Akal

Transcript of Epígrafes tema 6 los Reyes Católicos y la construcción del estado moderno

Page 1: Epígrafes tema 6 los Reyes Católicos y la construcción del estado moderno

6. LOS REYES CATÓLICOS: LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO MODERNO. 1

Epígrafe 6.1: Los Reyes Católicos y la unión dinástica: integración de las Coronas de Castilla y Aragón.

La llegada al poder de los Reyes Católicos se produjo en el contexto de una grave crisis política en Castilla. Isabel era hija de Juan II, y tras su muerte heredó el trono su hijo, Enrique IV (1455-1474), quien se enfrentó a partir de 1461 a una rebelión de la nobleza. El enfrentamiento llegó al extremo de que Enrique fue destronado por los nobles en 1464, en una ceremonia humillante, la farsa de Ávila. Enrique y su hermanastra Isabel llegaron a un acuerdo por el que ésta se convertía en la heredera del trono, en el tratado de los Toros de Guisando (1468), con la condición de que se casara con el rey de Portugal Alfonso V. De esta forma Isabel se convertiría en reina de Castilla a la muerte de Enrique IV.

Pero el matrimonio en secreto de Isabel con Fernando, (ambos pertenecían a las familias reinantes en Castilla y Aragón. donde reinaban diferentes ramas de la dinastía Trastámara) hijo de Juan II de Aragón hizo que Enrique IV desheredara a su hermanastra y que nombrara sucesora a su hija Juana la Beltraneja. Al morir Enrique IV en 1474, Isabel se autoproclamó reina de Castilla en Segovia con el respaldo de algunos de los nobles más influyentes y de muchas ciudades castellanas. Contaba también con la ayuda de Aragón.

Alfonso V de Portugal invadió Castilla a favor de Juana la Beltraneja con quien se había comprometido en matrimonio. Portugal contaba con el apoyo de Francia. Comenzaba la guerra civil por la sucesión del trono castellano (1475-1479) convertida en conflicto internacional. En marzo de 1476 ejército mandado por Fernando derrotó a los portugueses en la batalla de Toro, a partir de este momento el bando isabelino fue ganando terreno. La guerra terminó en 1479 con el Tratado de Alcaçovas, Alfonso de Portugal reconocía a Isabel como reina de Castilla. En este mismo año, Fernando heredó el trono de Aragón. Se hacía realidad la unión dinástica de los dos reinos

Aunque los Reyes Católicos acordaron gobernar conjuntamente todos sus territorios (Concordia de Segovia), la unión de Castilla y Aragón fue meramente dinástica, cada reino conservó sus fronteras, leyes e instituciones. El único organismo común fue el Tribunal de la Inquisición. No hubo el más mínimo intento de avanzar hacia una fusión de reinos. En Castilla los dos tendrían la capacidad de tomar decisiones políticas y las órdenes reales irían firmadas por ambos, sin embargo Isabel tenía los derechos sucesorios aunque Fernando sería rey consorte (y podría ejercer de regente en caso de necesidad, como lo hizo tras la muerte del marido de su hija Juana y la pérdida de la razón de ésta). En Aragón sólo Fernando podía tener el título de rey pero mediante un decreto firmado en 1481 concedía a Isabel la corregencia

Aunque los RR.CC. gobernaron en igualdad en todos sus territorios las diferencias entre ambos reinos eran notables:

Dentro de esta unión dinástica, Castilla desempeñó siempre un papel hegemónico: Castilla superaba a Aragón en extensión territorial, riqueza económica y población.

Castilla disfrutaba organización comercial potente y en crecimiento basada en la exportación de la lana, mientras el comercio catalán arrastraba una profunda crisis.

Castilla era un reino unido (un gobierno, unas cortes) al contrario que Aragón (tres reinos con instituciones propias).

Fuentes: Historia de España, 2º de Bachillerato. Universidades de Madrid. Editorial Coloquio.Historia de España, Editorales Almadraba y Akal

Page 2: Epígrafes tema 6 los Reyes Católicos y la construcción del estado moderno

6. LOS REYES CATÓLICOS: LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO MODERNO. 2

La monarquía castellana no estaba sometida al control de las Cortes, mientras que en Aragón su concepción pactista impedía que el rey modificase la legislación sin el consentimiento de las Cortes.

Page 3: Epígrafes tema 6 los Reyes Católicos y la construcción del estado moderno

6. LOS REYES CATÓLICOS: LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO MODERNO. 3

Epígrafe 6.2. Los Reyes Católicos. La conquista del reino Nazarí y la incorporación del reino de Navarra.

La conquista de Granada.

A los objetivos políticos los RR.CC. sumaron uno que consideraban esencial para la consolidación de los reinos: la unidad de la fe. Para ello el primer paso era acabar con la presencia del Islam en la Península. La guerra de Granada (1481-1492) supuso la incorporación a Castilla del último reducto musulmán en la península. La frontera con el reino nazarita era una fuente continua de conflictos y fricciones a pesar de que sus emires se declarasen vasallos de Castilla y tributasen por ello.

La conquista de Granada fue posible gracias a una fuerte movilización militar por parte de la nobleza, los concejos andaluces y la Santa Hermandad. Los gastos de la guerra fueron subvencionados con el impuesto de cruzada, subvenciones del clero, la Hermandad, préstamos de la Mesta y de las ciudades comerciales de Castilla y Aragón.

La guerra se inició a finales de 1481 cuando los cristianos tomaron Alhama, próxima a Granada. Los RR.CC. supieron explotar las luchas internas en el reino de Granada, entre bandos nobiliarios rivales e incluso entre miembros de la propia familia real.

Apenas hubo enfrentamientos en campo abierto, la estrategia fundamental fue el asedio a las ciudades hasta lograr su rendición. La superioridad artillera del ejército cristiano fue fundamental (permitió la toma de varias ciudades tras su asedio), así como la capacidad cristiana de mantener en campaña de forma permanente un ejército enorme para la época, con 15.000 jinetes y 50.000 infantes. También se utilizó la flota para bloquear los puertos nazaríes. Fernando dirigió personalmente las campañas, la presencia de los reyes en algunos de los asedios reforzó su liderazgo y animó a las tropas. Tras la rendición de una plaza se solía establecer una capitulación respetuosa con los vencidos.

La última campaña fue larga y el asedio de la ciudad de Granada que duró casi un año fue muy costoso, por lo que al final el emir Boabdil negoció en secreto la rendición y unas generosas capitulaciones (libertad, bienes y conservación de la religión y costumbres de los musulmanes) que sólo se respetaron al principio. El 2 de enero de 1492 los Reyes Católicos tomaron posesión de la Alhambra y culminaron definitivamente el proceso de reconquista. Boabdil recibió el señorío de las Alpujarras.

La incorporación de Navarra.

El pretexto alegado fue una supuesta conspiración de Navarra y Francia contra el reino de Castilla, que sirvió a Fernando de justificación para ocupar militarmente Pamplona en 1512. Tras la unión dinástica de Castilla y Aragón y la conquista de Granada, era evidente que los Reyes Católicos no deseaban la presencia en la Península del un reino en teoría independiente pero vinculado en la práctica a la corona francesa.

En 1515 en las Cortes de Burgos, Fernando anexionó el reino de Navarra a la Corona de Castilla, pero en plano de igualdad, por lo que conservó sus instituciones propias y fueros, entre ellos las Cortes.

Al finalizar el reinado de los Reyes Católicos, sólo Portugal permanecía como reino independiente en la península. Para completar la unidad religiosa en 1492 los judíos fueron expulsados de Castilla y Aragón. La expulsión fue la culminación de una ola de antisemitismo constante en toda la Península

Page 4: Epígrafes tema 6 los Reyes Católicos y la construcción del estado moderno

6. LOS REYES CATÓLICOS: LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO MODERNO. 4

durante la baja Edad Media. Se presionó a los reinos vecinos para hicieran lo mismo y los judíos fueron expulsados de Portugal y de Navarra.

Epígrafe 6.3. Los Reyes Católicos: la integración de las Canarias y la aproximación a Portugal.

Las Canarias fueron objeto de disputa entre Portugal y Castilla durante la guerra sucesoria, hasta que en el Tratado de Alcaçovas-Toledo de 1479, Portugal renunció al archipiélago.

En 1477 comenzó la conquista de las islas que aún estaban por colonizar. Durante casi veinte años fueron dominadas una a una, hasta que los últimos indígenas de Tenerife se rindieron en 1496. Tras una lucha desigual, la conquista trajo consigo el derrumbamiento demográfico de los indígenas, por la incidencia de las enfermedades traídas de la Península. La población nativa muy mermada asimiló rápidamente la cultura de los nuevos repobladores peninsulares, con los que se mezcló sin conflictos.

El proceso de conquista fue muy similar al que luego se emprendería en América. Lo hicieron particulares que firmaban un contrato (capitulaciones) con la Corona para efectuar la empresa en su nombre. Consistía en el establecimiento de un contrato con particulares y eclesiásticos para que llevaran a cabo la conquista y evangelización de los nuevos territorios en nombre de la monarquía, cuyo papel se reducía a autorizar y controlar la empresa.

Las nuevas tierras permanecieron como tierras de realengo, bajo el control directo de la Corona, pero los particulares se repartían los beneficios económicos. La escasez de población provocó que los salarios subieran y se comenzaron a traer esclavos de la costa africana. El azúcar se convirtió en la principal fuente de riqueza, aunque a partir de 1492 también se explotó el tráfico hacia América, en cuya ruta las Canarias eran escala obligada. Las Canarias serán un punto estratégico fundamental en la ruta hacia América, cuyo descubrimiento fue el gran acontecimiento del reinado.

Los Reyes Católicos intentaron establecer una relaciones positivas con Portugal, superado el enfrentamiento de la guerra de sucesión en Castilla (1479) ambas monarquías lograron resolver los conflictos mediante sucesivos tratados que evitaran nuevos enfrentamientos.

El Tratado de Alcaçovas de 1479 significó el reconocimiento de Isabel como reina y el apartamiento de Juana, a cambio se pactó la boda de la hija mayor de los Reyes Católicos con el heredero portugués; el acuerdo incluía también un reparto de zonas de influencia en el Atlántico: se reconocían los derechos castellanos sobre Canarias y los Reyes Católicos renunciaban a las Azores y Madeira, así como a la costa africana al sur del cabo Bojador (lo que dejaba las manos libres a los marinos portugueses para avanzar por la costa africana).

El acuerdo marítimo se mantuvo por ambas partes, de manera que, tras el descubrimiento de América, se negoció un nuevo pacto, el Tratado de Tordesillas (1494) por el que Portugal reconocía el derecho castellano sobre las tierras recién descubiertas (siempre y cuando no se tratara de tierras que estuvieran bajo el dominio de un príncipe cristiano) y se regulaba nuevamente el reparto de zonas de influencia.

Page 5: Epígrafes tema 6 los Reyes Católicos y la construcción del estado moderno

6. LOS REYES CATÓLICOS: LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO MODERNO. 5

Epígrafe 6.4. Los Reyes Católicos. y la organización del Estado: instituciones de gobierno.

El programa político de los Reyes Católicos tenía como objetivos básicos: el fortalecimiento de la autoridad real, la modernización del Estado, el mantenimiento de la sociedad estamental y la unidad religiosa

Para fortalecer su autoridad, ejercieron el poder personalmente, no permitieron que se cuestionaran sus decisiones, castigando a los opositores e introdujeron un rígido ceremonial en la corte. A este protocolo diseñado para realzar su imagen y subrayar la superioridad de la monarquía, añadir la propaganda de cronistas e historiadores que ensalzaban y difundían la acción política de los reyes; igual función tuvo el amplio programa de construcciones benéficas: hospitales, iglesias, conventos y monumentos conmemorativos.

Al aumentar las competencias del estado y del poder político de la monarquía, la administración central se complejizó (con una burocracia numerosa y especiali-zada formada por juristas y letrados con formación universitaria, pertenecientes en su mayor parte a la nobleza). Se rodearon de colaboradores leales con amplia formación política y técnica: Hernando de Talavera (consejero de la reina, experto en finanzas); el cardenal Mendoza (consejero de los reyes en sus primeros años de reinado) y el Cardenal Cisneros (confesor, arzobispo de Toledo y regente).

Para modernizar la administración del Estado potenciaron y reorganizaron instituciones de gobierno ya existentes. El Consejo Real que luego pasó a denominarse Consejo de Castilla se convirtió en el órgano de gobierno más importante y desde 1495 todos sus miembros eran letrados. Hasta este momento había estado acaparado por alta nobleza y clero.

Este organismo solía reunirse en diversos comités según la naturaleza de los asuntos a tratar. Así se constituyeron los primeros consejos especializados en ciertas materias: Consejo de la Inquisición, Órdenes Militares, Consejo de Aragón. Los demás asuntos los siguió tratando el Consejo Real, que estaba por encima de todos los demás y que acabó llamándose Consejo de Castilla, como manifestación del predominio de esta corona sobre el conjunto de la monarquía.

En cuanto a la organización territorial de justicia establecieron dos Chancillerías (Valladolid y Granada) con funciones de tribunales superiores. Tenían juris-dicción sobre los territorios al norte y sur del Tajo respectivamente. Crearon dos Audiencias (Santiago y Sevilla), tribunales de rango inferior a la Chancillería. Potenciaron el control del territorio mediante reformas administrativas, y se consolidó en Castilla la figura del corregidor (nombrados por la Corona, ejercían como gobernadores y jueces de sus territorios, controlando a los cabildos municipales: regidores y alcaldes), fueron piezas esenciales del poder real.

Las Cortes siguieron funcionando en ambos reinos, aunque a partir de 1480 se reunieron en pocas ocasiones.

La creación de un ejército real permanente y la reorganización de la Santa Hermandad (cuerpo de vigilancia y policía rural) contribuyeron también a potenciar la política interna y exterior de los Reyes Católicos.

En la Corona de Aragón, por su tradición política pactista el poder monárquico tuvo más dificultades en fortalecerse. Debido al empobrecimiento por el ciclo de guerras del siglo XV, apenas se obtenían ingresos fiscales; por ello Fernando utilizó los ingresos, el ejército y la red diplomática de Castilla para su política exterior, prescindiendo de las Cortes aragonesas, catalanas y valencianas.

Page 6: Epígrafes tema 6 los Reyes Católicos y la construcción del estado moderno

6. LOS REYES CATÓLICOS: LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO MODERNO. 6

Para lograr la unidad religiosa expulsaron a los judíos, forzaron la conversión de los musulmanes y crearon el Tribunal de la Inquisición con el fin de perseguir cualquier vestigio de herejía.

Page 7: Epígrafes tema 6 los Reyes Católicos y la construcción del estado moderno

6. LOS REYES CATÓLICOS: LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO MODERNO. 7

Epígrafe 6.5. Los Reyes Católicos: la proyección exterior. Política italiana y norteafricana.

El Mediterráneo se había convertido en un ámbito tradicional de interés para la Corona de Aragón desde la incorporación de Sicilia en 1282. Pero también Castilla tenía intereses mediterráneos (al menos en el sector magrebí del norte de África, demasiado cercano a las costas andaluzas como para no representar una amenaza).

Con los Reyes Católicos las buenas relaciones que existían entre Castilla y Francia fueron sustituidas por la tradicional rivalidad aragonesa hacia este país y el enfrentamiento con Francia por el predominio en la península italiana. Se iniciaba así lo que habría de ser una constante en la política exterior española hasta finales del siglo XVII.

El escenario del enfrentamiento fue Italia, un mosaico de reinos pequeños pero de gran interés lo que los hacía ser codiciados por las dos grandes potencias militares del momento: la monarquía francesa y la española.

Cerdeña y Sicilia estaban integradas en la Corona de Aragón y en Nápoles reinaba una rama bastarda de Alfonso V el Magnánimo. En un primer momento, Fernando el Católico y el monarca francés, Carlos VIII, buscaron una solución pactada, el Tratado de Barcelona (1493), por el que Francia restituía a Aragón los condados de Rosellón y Cerdaña, anexionados durante la guerra civil catalana de 1462-1472, a cambio de la renuncia de los Reyes Católicos a los matrimonios previstos con Borgoña e Inglaterra (Juana la Loca con Felipe el Hermoso de Borgoña, Catalina con Arturo de Inglaterra y después con Enrique VIII)

La ruptura vino cuando Carlos VIII invadió Nápoles en 1494. La reacción española fue inmediata y se organizó una coalición antifrancesa, en la que destacó la intervención de las tropas comandadas por, Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, que obligó a retroceder al ejército francés. Tras una larga y compleja campaña militar, el conflicto concluyó en 1505 año en el que se llegó a un acuerdo por el que Francia se quedaba con el Milanesado y renunciaba al reino de Nápoles que fue integrado en la Corona de Aragón.

La hostilidad hacia los Estados del norte de África obedecía a razones económicas, ideológicas y estratégicas. Tras la conquista de Granada, los Reyes Católicos intentaron extender sus dominios por el Norte de África como medio de contener la piratería y los ataques de turcos y berberiscos 1 a las costas españolas. La piratería berberisca comenzaba a convertirse en un problema desde que empezó a recibir el apoyo del sultán turco, se trataba de garantizar el circuito comercial en el Mediterráneo occidental y también en el Atlántico. Pero por encima permanecía vivo el espíritu de cruzada, y para muchos de los dirigentes era un deber religioso extender el cristianismo entre los pueblos norteafricanos.

El éxito fue escaso y la ocupación española quedó reducida un pequeño número de plazas fuertes de la costa: Melilla (1497), Oran, Bugía y Trípoli; sin conseguir acabar con la piratería.

1 Nombre dado a estos piratas originarios de Berbería, la zona mediterránea de Marruecos, Túnez, Argelia y Libia, (el actual Magreb). El nombre berberisco viene del término berebere, las tribus que se asentaban en esta zona en la época.