Dibujo realizado por Walter Rodriguez, descargado del

facebook del autor

Sobre sus escritos y sobre la ciencia ficción

Editorial ROVE presenta a:Guillermo Barrantes

Entrevista Editorial ROVE©

Presentamos a un escritor de Argentina, con quien char-lamos sobre ciencia ficción, un género relativamente nuevo entre los escritores, quizás un género que podríamos decir que fue llevado de la mano con el avance de la ciencia y la tec-nología los últimos ciento cincuenta años.

Nacio en Buenos Aires, Argentina, en 1974. Actualmente re-side en la localidad de Lomas de Zamora. Sus cuentos in-tegran numerosas antologías. Uno de ellos, “Tierra virgen”, obtuvo en 1998 una Mención de Honor en el concurso anual de cuentos organizado por el Círculo Argentino de Ciencia-ficción y Fantasía. Integro los programas radiales Libros que muerden (FM Palermo / 1999-2000), Babel: realidad y fic-ción (FM Suburbana / 2001), Mil Horas (FM Los 40 prin-cipales / 2007) y Metrópolis (Radio Continental). Es autor, junto a Víctor Coviello, de la trilogía Buenos Aires es leyenda – Mitos urbanos de una ciudad misteriosa, cuyo primer volu-men ya va por la novena edición.

Invitamos a conocer a Guillermo Barrantes, sobre sus obras y su opinión sobre ciencia ficción.

Repasando tus primeros pasos en el mundo de la literatura, ¿nos cuentas

desde cuándo escribes?

Podemos señalar como uno de mis primeros intentos de realizar algo parecido a literatura fantástica a mi propia versión de la mítica serie “Elige tu propia aventura”, de la que era fanático. Llegué a escribir en letra manuscrita, utilizando cuadernos de hoja rayada, como esos que se usaban para el colegio, cuatro títulos, todos dentro del género, y, como obligaba la estructura de la saga, con varios finales posibles cada uno. Luego de algunos escritos en una vieja máquina de escribir que guardaban en mi casa, llegó, cuando tenía unos trece años, mi primera historia escrita en una computadora. En la hora de “Computación” del colegio nos dejaron practicar con el procesador de texto en una Commodore 64 y yo aproveché para escribir una historia de una carilla y media llamada “El vengador del planeta negro” en la que cada uno de los protagonistas se identificaba con alguno de mis compañeros de curso. Aquella primera jugada de “marketing” me salió bastante bien porque todos querían saber qué pasaba con su yo paralelo en la ficción, por lo que la historia terminó teniendo más de una decena de “secuelas”. El primer cuento que me publicaron fue “La Leyenda del Invencible” en el año 1996, y, como no podía ser de otra manera, era un cuento de género fantástico. Yo no soy devoto de ninguna creencia (incluso de la que afirma que estoy respondiendo esta pregunta), pero algunos creen ver una profecía en el titulo de este cuento, una profecía anunciando la futura trilogía de mitos urbanos.

Antes que nada te vamos a pedir que definas la ciencia ficción con un tex-to que hayas leído. Seguidamente me gustaría conocer tu opinión sobre qué

significa escribir sobre ciencia ficción.

Muchos se han animado al de-safío de definir la ciencia fic-ción, pero ninguno, a mi juicio, lo hizo tan bien como el inolvidable Philip K. Dick. El autor de algu-nos de los relatos más originales del género dijo en cierta ocasión:

El escritor de ciencia ficción no di-scierne entre simples posibilidades, sino posibilidades extrañas. No es un banal “¿qué pasaría si…?”, sino más bien un “¡Dios mío!, ¿qué pasaría si…?” librado al frenesí y la histeria.

Escribir ciencia ficción es justa-mente eso para mí, no sólo querer contar una buena historia, sino querer contar la más perturba-dora de ellas, la que nos enfrente con nuestros mayores temores así como con nuestros más am-biciosos sueños. Cuando escribo ciencia ficción siento que envío una sonda a las más oscuras y ex-trañas profundidades de la Reali-dad.

Sobre Ciencia Ficción

¿Crees que hay una diferencia ta-jante entre ciencia ficción y fantasía? Es decir ¿piensas que son complementarias

o bien antagonistas?

Creo que la citada “definición” de Dick se puede generalizar para incluir todo el espectro de lo que suele llamarse género fantástico, o sea el tríptico ciencia ficción / fantasía / terror. Tal vez la mayor diferencia entre la ciencia fic-ción y la fantasía sea el tipo de escenario dentro del cual se de-sarrollan sus relatos. Mientras la primera trata de mantenerse en un universo creíble dentro de los parámetros científicos, la segunda materializa a sus per-sonajes en un universo que se mueve bajo sus propias leyes, sus propios axiomas, sin necesi-dad de explicar un origen cientí-fico para este funcionamiento.

¿Prefieres escribir ciencia ficción por sobre otros géneros?

Cuando me siento frente a la com-putadora para escribir es porque considero que tengo una historia que vale la pena ser contada. A veces la “semilla” de la historia, la piedra fundamental sobre la que decido construir el relato, no se halla dentro del género, pero al querer contar siempre algo ex-traordinario, al querer pasar del “¿qué pasaría si…?” al “¡Dios mío!, ¿qué pasaría si…?”, termi-no llegando, en la mayoría de los casos, a las fabulosas tierras del fantástico en general y de la cien-cia ficción en particular. O sea… yo más bien diría que estoy con-denado a escribir ciencia-ficción.

Arriba: Foto tomada por Guillermo Barrantes en exhibición de Star Wars, esto es: Ciencia Ficción pura¡

Arriba: Foto tomada por la Revista LEA

Foto arriba: G. Barrantes, Carlos Garini, Victor Coviello

Sigamos con nuestro agujero negro, pero ahora te llevamos al futuro pero con la posibilidad de que tú elijas cuándo deten-

ernos. ¿En qué año te gustaría parar? ¿Por qué?

Trataría de bajar en alguna fecha con altas proba-bilidades de que el viaje espacial estuviera bien de-sarrollado… no sé, unos trescientos o cuatrocien-tos años en el futuro estaría bien… es que tampoco hay que pasarse de la raya: no vaya a ser que baje en un futuro tan lejano que ya no quede nadie en la Tierra o que los que queden se hayan convertido en seres irreconocibles para mis sentidos. Entre tre-scientos y cuatrocientos años pienso que está bien. Y, bueno, además de ver cual es el destino que nos espera en semejante fecha, pediría a los hombres del futuro, como buenos anfitriones, que me lleven a pegar una vueltita en alguno de sus cohetes inter-planetarios, o lo que tengan para viajar en el espacio.

Pensemos que pudiésemos manejar los agujeros negros (tantas veces utilizados en ciencia ficción…) y llevarte al pasado,

¿con quién te gustaría encontrarte para una charla literaria?

Con Isaac Asimov, definitivamente, él fue mi men-tor desde las páginas de sus libros. Y con Stephen King, que si bien está vivito y coleando, bueno, ama-ría tener una charla con él, por su maestría a la hora de contar… y por que aprovecharía para decirle “¡Cuando escribas El juego de Gerald no lo termines así, por lo que más quieras, no lo termines así!”

¿Algún título de ciencia ficción que te haya atrapado? ¿Al-gún autor?

Si no hubiera sido por El fin de la Eternidad de Isaac Asimov no estaría respondiendo esta entrevista. Hubo un antes y un después en mi interior luego de leer aquella Biblia de los viajes temporales. Y, por supuesto, muchas de sus otras obras me parecen puntos altísi-mos dentro de la ciencia ficción: Los propios Dioses, la mejor novela que leí acerca de universos paralelos; la saga de libros dedicadas a los robots positrónicos protagonizadas por R. Daniel Olivaw y Elijah Baley; la trilogía original de las fundaciones así como Preludio a la Fundación, una genial precuela a esa misma trilogía.

Saliendo del universo asimoviano, otros autores que me dejaron su marca fueron Alfred Bester, Ray Bradbury, David R. Bunch, Clifford D. Simak, Olaf Stapledon, Jack Vance, Anne McCraffey, Philip José Farmer, Larry Niven, el citado Philip K. Dick y mu-chos más. A nivel nacional no puedo dejar de nom-brar a los míticos Jorge L. Borges y a Julio Cortázar, así como a Carlos Gardini y Eduardo Abel Giménez.

Son muchos los títulos que recomendaría dentro del género, además de los ya citados de Asimov, pero qui-ero rescatar a Víctimas de Dean Koontz una histo-ria magistralmente contada de dos perros alterados genéticamente; La larga marcha y El pasillo de la muerte, dos obras que bien pueden encuadrarse den-tro de la ciencia-ficción a pesar de estar escritas por el maestro del terror, el archifamoso Stephen King. Y un libro tan extraño como seductor: El libro del Pueb-lo de Zenna Henderson, donde se narra una invasión extraterrestre donde los “malos” somos nosotros.

Arriba: Caricatura de Issac Asimov

¿Considerarías el género de Ciencia Ficción un desahogo o una decepción? Me refiero a si lo tomas como una escapatoria de la realidad formalizada o como un grito de furia a la común.

Ni una cosa, ni la otra. Lo tomo como el lugar donde se encuentran las historias que más me gusta contar y que más me gusta leer. Ni un escape, ni un grito, sino algo mucho más poderoso y profundo: historias, tan simple y maravilloso como eso.

¿Cuándo el uso de la imaginación convierte un escrito en imposible dentro de la realidad?

Yo no creo que haya imposibles, soy de la idea de que por más loca o improbable que parezca una idea, siem-pre puede ser contada de alguna manera que encaje en la historia y la haga creíble. Cuanto más improbable, más difícil será la tarea del escritor de hacerla probable, pero gracias a que algunos aceptaron ese desafío es que tenemos obras geniales para disfrutar una y mil veces.

¿Qué es más ciencia ficción: lo que no vemos o lo que hemos agotado por mirar?

Lo que se entrevé, lo que está mal iluminado y sumergido en las tinieblas, lo que se espía a través de un agu-jero en la ventana de una casa abandonada.

Sobre tus obras literarias

Sabemos que has publicado tres libros sobre mitos y leyendas en Bue-nos Aires, ¿nos explicas brevemente la

temática de tus libros?

La trilogía que titulamos Buenos Aires es leyenda y que escribi-mos con Víctor Coviello intenta llevarle al lector los mitos urba-nos barriales que se ocultan en nuestra fantástica Ciudad. Eso sí, completamente alejados del formato enciclopédico, quisimos acercar nuestras investigaciones como eslabones de la gran aven-tura que vivimos. O sea, cada capítulo tratamos de contarlo de la manera en la que el lector pudiera sentirse como un “caza fantasma” más, codo a codo con nosotros. No sólo quisimos que Buenos Aires es leyenda cumpli-era una labor informativa, sino que intentamos que cada lector viviera lo que nosotros vivimos.

¿En promedio cuánto tiempo les llevo escribir cada libro? Tomando en

cuenta las investigaciones que hicier-on en cada caso.

Casi dos años por libro, aunque, por ejemplo, hay mitos que se incluyeron en el segundo y ter-cer volumen que ya habíamos empezado a investigar cuando estábamos armando el primero. Esas investigaciones fueron interrumpidas por diferentes motivos y luego retomadas. Sin embargo, a diferencia de lo que se suele creer, nos llevó mucho más tiempo la escritura que la inves-tigación en sí. Con todo lo recolectado en la labor periodística, en el trabajo de campo, sobre la mesa… bueno, ahí comenzaba la verdadera tarea del es-critor, ahí debíamos decidir por dónde comenzar, cómo contarlo, cómo llegar al cerebro y al corazón del lector, cómo transmitir la misma pasión con la que nos fueron confiadas las historias.

Estás preparando otra obra, ¿so-bre qué trata?

Estamos trabajando con Víctor Coviello y Patricio Oliver en algo que, si bien está muy relaciona-do con Buenos Aires es leyenda, no se trata de un cuarto volu-men. Es una vuelta al Olimpo porteño pero desde otro plano.

En cuanto a lo personal, acabo de terminar El Temponauta, una novela orientada hacia los más jóvenes, aunque mi objetivo es que aquel que la tenga entre sus manos, sea de la edad que sea, no pueda dejar de leerla. Con esta novela me di el gusto de tocar mi tema preferido: los viajes en el tiempo. Hay homenajes a li-bros como El fin de la Eternidad y a películas como Volver al fu-turo, que me marcaron de chico. El libro saldrá a comienzos del año que viene por el sello Emecé.

¿Hay algún género literario que te gustaría explorar y en el futuro escribir?

Si bien escribí cuentos que se pueden encuadran en todo el espectro de lo fantástico, me gustaría ahondar un poco más en la fantasía, que de los tres pilares del género es el que menos frecuenté. También me gustó mucho escribir un cuento netamente policial. El plantar a un personaje ante un crimen no resuelto y su posible (y, por su-puesto, inesperada y perturbado-ra) solución, me sedujo muchísi-mo… pero bueno, creo que en el afán de llegar siempre al “¡Dios mío!, ¿qué pasaría si…?” termi-naría escribiendo un policial del futuro, o un policial sobrenatu-ral… y así volvería a cumplir mi condena… mi dulce condena.

Los tres ejemplares publicados por Ed. Planeta

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Buenos Aires, fines de Noviembre de 2009

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