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EL TUNEL ORDOVÍCICO DEL FABAR HISTORIA DEL HALLAZGO DE UN TESORO PALEONTOLÓGICO Autor: Nando Musmarra Ilustracioes de Loana Riboli Traducido por José Ramón Pastor Aliaga Elaboración gráfica – Nando Musmarra Asturias, 2002. El mecánico apoya con fuerza las palmas de las manos sobre el paragolpes trasero del vehículo de Juan Carlos Gutiérrez Marco, después salta sobre el paragolpes delantero haciendo rebotar el automóvil. Ante el semblante preocupado e interrogativo del paleontólogo, el mecánico mueve la cabeza y dice: “Profesor, ya se lo había dicho…….no debería sobrecargar demasiado el vehículo, los muelles ya no tienen tensión, así que no queda otra solución que sustituir los amortiguadores…..”.

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EL TUNEL ORDOVÍCICO DEL FABAR HISTORIA DEL HALLAZGO DE UN TESORO

PALEONTOLÓGICO

Autor: Nando Musmarra Ilustracioes de Loana Riboli

Traducido por José Ramón Pastor Aliaga

Elaboración gráfica – Nando Musmarra

Asturias, 2002. El mecánico apoya con fuerza las palmas de las manos sobre el paragolpes trasero del vehículo de Juan Carlos Gutiérrez Marco, después salta sobre el paragolpes delantero haciendo rebotar el automóvil. Ante el semblante preocupado e interrogativo del paleontólogo, el mecánico mueve la cabeza y dice: “Profesor, ya se lo había dicho…….no debería sobrecargar demasiado el vehículo, los muelles ya no tienen tensión, así que no queda otra solución que sustituir los amortiguadores…..”.

El paleontólogo Gutiérrez Marco da una ojeada al robusto presupuesto y resignado da el consentimiento para realizar el trabajo…….por supuesto, de todos modos aunque no fuera estrictamente necesario…..si volviera a encontrarse en la misma situación, haría otra vez lo mismo, cargando hasta los topes su vehículo con los maravillosos ejemplares fósiles. Si, los maravillosos fósiles del Ordovícico medio encontrados durante la excavación del Túnel del Fabar merecían realizar los viajes necesarios de casi 500 Km. que separan la costa de Asturias del Museo Geominero de Madrid, cruzando las grandes pendientes de la cordillera Cantábrica.

Ectillaneus giganteus (Burmister, 1843) reconstruido por Loana Riboli © 2009

Los montes Cántabros junto con Asturias y gran parte de la península ibérica, hace unos 400 millones de años formaban parte de las costas y la plataforma marina del norte del continente Gondwana, que en la latitud del actual Polo Sur reunía en una única masa continental las actuales Sudamérica, África, India, Antártida y Australia. Unos 140 millones de años más tarde, Gondwana se fracturó al colisionar con Laurasia, formada por el protocontimente norteamericano y la región Anglo-Báltica, las grandes fuerzas laterales desatadas debido a la colisión de las dos masas continentales produjo el nacimiento de grandes cadenas montañosas (Orogenesis varísica o hercínica) entre ellas los Apalaches en Norteamérica y los Urales, así como la cordillera cantábrica en Europa.

Lámina descriptiva, cortesía del Museo del Carmen

En el caso español, los sedimentos paleozoicos, que hasta aquel momento se acumulaban ordenadamente unos sobre otros por más de 225 millones de años, rotaron 90 grados, colocándose casi verticalmente al formar la cadena montañosa de los montes cántabros, siguiendo una línea horizontal paralela a la costa del mar cantábrico, que se extiende por casi 500 Km.

En literatura, no existe una gran tradición de estudios paleontológicos sobre los sedimentos ordovícicos de Asturias, ya sea por los hallazgos incompletos e intermitentes o por su deformidad debida a las poderosas fuerzas generadas en los choques de las masas continentales de las que hemos hablado. Para encontrar la primera noticia sobre el ordovícico de Asturias debemos remontarnos hasta el año 1916 cuando fue publicada la obra póstuma del Ingeniero Luis de Adaro y Magro (completada por su alumno Gumersindo Jonquera), con un interesante informe sobre los restos “silúricos” de trilobites y braquiópodos encontrados en las minas de hierro de Caravia, hoy completamente agotadas y cerradas. En el año 1942 el Ingeniero Primitivo Hernández Sampelayo volvió a analizar estos restos y los retrodató, atribuyéndolos al ordovícico. En el año 1967 el geólogo Jesús Pello con su trabajo sobre los graptolitos del Ordovícico medio de los montes cántabros generó un renovado interés a sus colegas de la Universidad de Oviedo relacionando geológicamente la sierra del Sueve y el valle del río Nalón a la sierra del Fito, después la búsqueda de testimonios del Ordovícico en Asturias se interrumpió por otros 20 años. A mitad de los años 80 se daba todavía por descontado un mapa estratigráfico del ordovícico que en algunos puntos llegaba a 80 millones de años y se consideraba que los sedimentos pertenecían a periodos geológicamente más jóvenes, como el Silúrico y el Devónico, apoyados directamente sobre los estratos de cuarcita del final del Cámbrico y del principio del Ordovícico (Barrios Formation) si excluimos los estratos

Ordovícicos de la “Laviana Nappe” que aparecen en la costa a lo largo del litoral entorno a Avilés.

La primera parte del Ordovícico está constituida por cuarcita, poco fosilífera, de la Barrios Formation.

Con la trasgresión marina del Ordovícico medio, se depositan las arcillas oscuras fosilíferas de la Sueve Formation.

Lámina descriptiva, cortesía del Museo del Carmen

¿Qué final habían tenido los 80 millones de los sedimentos Ordovícicos? ¿Es posible que durante aquel periodo Asturias estuvo emergida y no se conservaron los sedimentos marinos o habían sido completamente erosionados? ¿O bien, como más probable, había sido la concomitancia de los dos factores? Para subsanar esta laguna estratigráfica fue encargado un nuevo estudio a un equipo multidisciplinario internacional compuesto por especialistas de varias universidades españolas, francesas e italianas (Universidad de Pisa). Formaban parte de este grupo de profesionales el paleontólogo Juan Carlos Gutiérrez Marco del Museo Geominero de Madrid (que todavía no sabía que debería de cambiar los amortiguadores de su vehículo!) y José Carlos García Ramos profesor de estratigrafia de la Universidad de Oviedo, hoy director del MUJA (El Museo Jurásico de Asturias, del cual FOSSILI VERACHI ya se ha ocupado en otras ocasiones). Los estudios se prolongaron por más de 10 años en los cuales se revisaron los datos estratigráficos Ordovícicos examinando una decena de localidades tipo bajo las bases de la International Stratigraphic Guide y formalizando la Sueve Formation del Ordovícico medio. Los resultados obtenidos (tras los cuales fue muy importante la identificación de una cincuentena de macrofósiles, algunos de los cuales encontrados

por primera vez en España) fueron ampliamente discutidos en los congresos sobre el Ordovícico de Las Vegas en el 1995 y de Praga en el 1999. La dificultad encontrada por los paleontólogos, por el carácter intermitente y fuertemente deformado de los restos Ordovícicos relativos a la formación del Sueve, que, recordemos, representa los sedimentos ribereños de la plataforma marina del norte del continente de Gondwana, dejándonos abiertas muchas interrogantes. Justamente mientras la comunidad de científicos se preguntaba cómo saber más acerca del Ordovícico asturiano, durante los trabajos de construcción de la Autopista A8, la cual corre paralela a la cordillera Cántabra y a la costa septentrional de la península Ibérica, ocurrió un imprevisto derrumbe durante la perforación del túnel de Fabar, una galería a media colina de poco más de 1380 metros de larga, que une la ciudad costera de Ribadesella con las ciudades de Santander y Oviedo, obliga a la concesión a interrumpir las excavaciones.

El área afectada por el derrumbe fue limpiada de escombros y llevados a la luz (es un decir, ya que hablamos de una galería) una serie de estratos sedimentarios en posición casi vertical. Los paleontólogos no tardaron en identificar estos sedimentos como pertenecientes a la formación Ordovícica del Sueve…… se presentaba para los

estudiosos una irrepetible oportunidad ya que el trazado de la excavación del Túnel del Fabar había atravesado en sentido horizontal el casi desconocido estrato de la Formación Sueve, ofreciendo la ocasión de poder finalmente deshojar, página a página el libro del periodo Ordovícico, íntegramente guardado en la galería del Fabar. La construcción del túnel del Fabar (se trata en realidad, de dos galerías distintas y paralelas cada una de 10 metros de ancha y 6 metros de alta, conectados entre si por unos corredores de emergencia). Debido a la gran resonancia mediática, los periódicos se apresuraron a renombrarlo “Túnel Ordovícico del Fabar” resaltando más si cabe los tesoros paleontológicos que conservaba que la construcción realizada. Fue el túnel de la primera vez: Por primera vez las firmas concesionarias aceptaban que extranjeros trabajasen en las labores peligrosas y por primera vez llegaba a España la nueva técnica de excavación de galerías, La nueva técnica austriaca. La NATN (New Austrian Tunnelling Method) difería de forma sustancial la técnica tradicional usada hasta el momento en España. Con la excavación convencional (avanzando con explosivos) la consolidación de la cavidad obtenida después de los explosivos se hacía mediante la construcción in situ de bóvedas de sostenimiento con hormigón armado, el uso de la técnica NATN (que se basa en la capacidad del conjunto de rocas de autosostenerse) menos peligroso, pero sobre todo menos invasivo y destructivo, consiste en repetidos ciclos de avance, en general de pocos metros cada día, adaptando la excavación primaria efectuada con grandes máquinas perforadoras o fresadoras, adaptándose a las condiciones del lugar, cada día la excavación atraviesa dos ciclos de avance, cada uno de los cuales se divide en las siguientes fases: 1.- Para la creación de la cavidad se realiza mediante grandes máquinas perforadoras y fresadoras, dejando a la roca pocos minutos para “respirar” y asentarse. 2.- Se efectúa el desescombro de la parte superior de los escombros para crear el espacio suficiente para que las máquinas especiales de perfil bajo puedan entrar en la galería recien excavada. 3.- Se procede a la consolidación de las paredes y del techo mediante hormigón armado. 4.- Se retiran todos los escombros. 5.- Se refuerzan las paredes con redes electrosoldadas, centinelas metálicos, bulones y clavos radiales. 6.- Se procede a la proyección final de una segunda capa de hormigón más consistente que el primero.

Reproducción gráfica de Nando Musmarra de una lámina publicada en: “Un tesoro geológico en la Autovía del Cantábrico”

El uso de la técnica NATN, de una parte mantiene los costes bajos y la velocidad de ejecución de la obra, y de otra obliga a los paleontólogos a una verdadera carrera contra el tiempo, ya que los trabajos de los paleontólogos y el estudio de los estratos puede efectuarse solamente durante pocos minutos durante el intervalo de tiempo que va de la fase 2 a la fase 3 o bien durante el desescombro de los detritus. Las excavaciones de las dos galerías del Fabar se realizaron simultáneamente, ejecutadas por cuatro cuadrillas, partiendo de los lados apuestos de la colina, para encontrarse a mitad del trazado. Para los paleontólogos fue imposible seguir a los cuatro grupos de operarios, por lo que para no perder ninguno de los importantes datos estratigráficos se dedicaron con meticulosidad y rigor científico a seguir al equipo que trabajaba en la galería sur partiendo del frente occidental de las excavaciones. Cuando las labores lo permitían, los estudiosos se afanaban a efectuar el relieve estratigráfico de las paredes. Durante la fase de proyección del hormigón a un lado de la galería, los paleontólogos, protegidos solo por un casco de seguridad, en condiciones de poca iluminación y en medio de un ruido ensordecedor, se dirigían al lado opuesto, que todavía no había sido cubierto por el cemento, para recoger la mayor cantidad posible de muestras. Los trabajos avanzaban entre 6 y 10 metros cada día, la mayor dificultad encontrada por los paleontólogos era la de sincronizarse con los ciclos laborales, tratando de aprovechar por lo menos veces al día los cerca de 30 minutos que tenían para revisar el relieve de los estratos de las paredes. Si desgraciadamente ocurría cualquier imprevisto, siempre quedaba la posibilidad de recuperar algo ya que el túnel paralelo era un poco oblicuo respecto a la estructura geológica, y la galería norte llegaba a atravesar los extensos estratos con un retardo de un par de días respecto a la galería sur, lo cual también se hacía cuando el relieve de los estratos era particularmente interesante, dando así una segunda oportunidad simplemente cambiando de galería. Terminado el relevo, los paleontólogos seguían al camión que llevaba el escombro para depositarlo fuera de la galería, procediendo a una recolección somera de ejemplares, anotando meticulosamente la posición del cúmulo de los escombros para poder volver a rebuscar con más calma. Más tarde vieron algunos cúmulos de sedimentos de una estructura concoide que al estar a la intemperie habían perdido la humedad, al secarse se abrieron cayéndose los fósiles. Puede ser que algún operario los había llevado en alguna descarga o puede que fueran restos apilados de otra obra apartados o bien eran restos de material utilizados como relleno para la autopista y recubiertos de asfalto, en cualquier caso se había perdido un verdadero tesoro, aunque los paleontólogos tuvieron éxito, al menos en parte, al recuperar parte de ese material, consiguiendo algunas muestras de ejemplares en una ventana abierta a propósito en el hormigón proyectado en un corredor de servicio de la galería. Esta fatal experiencia obliga a los paleontólogos a modificar su método de búsqueda y a dedicarse personalmente al transporte del material más interesante hasta el edificio que la concesión había puesto a su disposición, el cual en poco tiempo estaba totalmente lleno de muestras, después se pasó a llenar el garaje, después el jardín……

Las diversas fases sedimentarias entre el Cámbrico y el Ordovícico Lámina descriptiva, cortesía del Museo del Carmen

El espacio tanto en el interior como en el exterior del edificio se agotó en poco tiempo. Los fondos a disposición no eran muchos, así que los paleontólogos iniciaron con sus propios medios una larga serie de viajes para trasferir el material recopilado a la sede definitiva del Museo Geominero de Madrid, a unos 500 Km. de distancia, cargando cada vez con sus automóviles una media de 300 Kg. de material, incluso llegaron a solicitar ayuda a familiares y amigos aprovechando sus viajes a las playas del norte desde la capital. Evidentemente muchos acudieron a la llamada de ayuda ya que en breve tiempo llenaron de material fosilífero un piso entero y la buhardilla del Museo Geominero. Poco a poco los colaboradores del museo fueron reduciendo las muestras a dimensiones más consonantes para el examen geopaleontológico del laboratorio.

El trabajo desarrollado por los estudiosos fue tenido en alta consideración por la comunidad científica internacional, en cuanto que los datos elaborados se referían a una de las más completas sucesiones del Cámbrico/Ordovícico de Europa, esencial para establecer con precisión la posición de Europa occidental en el peri-Gondwana. Terminados los estudios, gracias a los fondos proporcionados por el Ministerio de Transportes, los fósiles encontrados en el túnel fueron expuestos en el aula didáctica del Museo del Carmen en Ribadesella donde debería de transcurrir el resto de su larga vida, como consecuencia de la enorme resonancia mediática nacional, esta exposición provocó una gran afluencia de público, y así todos los españoles pueden admirar los fósiles más famosos del yacimiento Ordovícico.

En el 2005, la fiebre del Túnel del Fabar también me contagió y llegado al Museo del Carmen descubrí con decepción que los fósiles se habían desplazado a otra parte. Una vez allí, inicialmente a regañadientes, me dediqué a visitar la parte superior del museo donde se enseñaba todo sobre los “Indianos”, trabajadores asturianos emigrados al Nuevo Mundo, sobre todo a Cuba, durante el siglo XVIII. Los “Indianos” que regresaban a Asturias construían residencias suntuosas, plantaban palmeras en sus jardines, pero sobre todo se dedicaban en cuerpo y alma a eliminar el analfabetismo en Asturias. Pensad que en una Europa que a duras penas sabía leer o escribir, Asturias tenía ya en el siglo XIX el record del 100% de alfabetización. En el 2008 regresamos a el Carmen y esta vez, finalmente, encontramos todos los fósiles, con el tiempo regresaron a su lugar, y a la directora Teresa del Campo que me hizo de cicerón introduciéndome en el fantástico mundo del paleozoico asturiano.

Teresa del Campo y el Museo del Carmen

Teresa me enseñó la fauna encontrada estrato tras estrato, empezando por los depósitos de la Barrios Formation, que con sus casi 800 metros de potencia, incluye la parte más reciente del Cámbrico medio hasta el inicio del Ordovícico medio. Esta formación que está compuesta por unos sedimentos que nos conducen a un ambiente prevalentemente de ribera marina, presenta trazos fósiles de organismos que vivían sobre el fondo y niveles más profundos con trilobites (olenidios) y graptolites. En los estratos del nivel más próximo, La Matosa Member (El Fabar beds con abundantes phyllocaridios y palynomorphios) que posados directamente en la arena glauconítica de la Oville Formation del Cámbrico medio, han sido encontrados los trilobites más antiguos del túnel del Fabar, los Parabolina sp.

Isabelinia glabrata

En la parte central de la Barrios Formation se encuentra el Ligüeria Member, con el último testimonio del ichnofosil cruciana semiplicata, con el cual termina el Tremadociano, el periodo más antiguo del Ordovícico. La parte más reciente de la Barrios Formation (Tanes Member) muestra muchos horizontes de ichnofósiles (Skolithos) que fueron muy útiles para las correlaciones regionales, y con trazas fósiles producidas, bien por predadores y saprofagos (rusophyciform bathtub burrows) o bien las clásicas trazas continuas producidas por la comunidad de habitantes del fondo marino en aquel tiempo. En el Tanes Member están presentes principalmente lechos con lingulidos, restos de trilobites, bivalvos y conodontes (protopanderudus, Drepanodus, Drepanoistodus), y ostrácodos con alguna taxa problemática (Hanadirella). Son abundantes los Graptolitos Azygograptus undulatus (el encuentro por primera vez de esta especie asiática en el túnel indica la presencia de corrientes peri-Gondwanicas que favorecieron la llegada de estos emigrantes asiáticos) y Eremochitina brevis (éste último identificado en España por primera vez) sugiere una correlación con el Arenigiano medio del Cámbrico. Importantísimo fue el descubrimiento inesperado de un estrato K-bentonítico (relacionado al Pedroso beds de la Asturias central) que permite a los estudiosos extender hasta la Asturias oriental la superficie de los depósitos volcánicos de una gran erupción avenida durante el Cámbrico. De los datos revelados en la excavación del Fabar se ha establecido que esta erupción volcánica fue la más potente en todo el territorio ibérico, con una magnitud 10 veces más grande que la erupción del volcán filipino Pinatubo del 1991.

Lámina descriptiva, cortesía Museo del Carmen

Los estudios de los sedimentos del Fabar también han puesto al descubierto el petróleo más antiguo de España, encontrado en los estratos de transición entre la Barrios Formation (Cámbrico/Ordovícico) y la del Sueve (Ordovícico).

Al principio los estudiosos sospechaban que el petróleo provenía de intrusiones desde las rocas jurásicas, pero los estudios sobre los restos plctónicos han

confirmado que este petróleo paleozoico es el más antiguo de todo el sureste europeo.

Lámina descriptiva, cortesía Museo del Carmen

Teresa me acompañó a las estancias que contienen los fósiles por los cuales el túnel es famoso. Esta fauna proviene del Ordovícico y cuya sucesión estratigráfica ha sido plasmada en una carta a escala 1:100 generando una representación gráfica de más de 6 metros dividida en 6 tramos dispuestas en 54 secuencias. Muchas especies de invertebrados, algunas de las cuales desconocidas, otras citadas por primera vez en en España y Europa, han sido identificadas en la Sueve Formation, la parte más reciente del Ordovícico encontrado en el Fabar. Visitando el museo del Carmen, enseguida salta a la vista que de todos los fósiles provenientes del Fabar, los trilobites son el grupo mejor representado, tanto por la diversidad como por la cantidad, con cuatro ordenes (Pachopida, Corynexochida, Lichida, Asaphida) más un quinto orden, el de los Ptychopariida, con excelentes ejemplares de Parabolina sp. encontrados en los estratos Cámbricos (El Fabar Beds):

Eccoptochile almadenensis

El orden Pachopida está bien representado por los trilobites de la familia Calymenoidea, caracterizado por una glabella fusiforme y un pigidio redondeado, con cuatro especies: Neseuretus tristani (Brongniart & Desmarest, 1822), Colpocorype rouaulti (Henry, 1970), Salterocoryphe salteri (Rouault, 1851), Prionocheilus mendax (Vanek, 1965). La familia Dalmanitoidea es común en el túnel del Fabar con ejemplares de Phacopidina micheli (Tromelin, 1877), Crozonaspis morenensis (Hammann, 1972), Morgatia cf. Primitiva (Hammann, 1972). También hay que reseñar el hallazgo excepcional de un ejemplar de Zeliszkella toledana (Hammann, 1972) el dalmantoide más raro del Fabar. El hallazgo de Cheiruroidea con la mortalidad en masa de los placoparia (Coplacoparia) tournemini (Rouault, 1847) demuestran el comportamiento gregario de estos trilobites. Loa Eccoptochile almadenensis (Romano, 1980) completan el elenco de trilobites pertenecientes al orden Pachopida en el túnel del Fabar.

Ectillaenus giganteus

El orden de los Corynexochida esta presente con los Ectillaneus giganteus (Burmeister, 1843), facilmente identificables porque el pigidio tiende a asumir la misma forma y el mismo tamaño qu el cefalón. Los Ectillaneus son los trilobites más agradables estéticamente del túnel del Fabar. También el orden de los Lichida está bien representado por los fantásticos trilobites espinosos Selenopeltis macrophtalma (Kloucek, 1916) y los Selenopeltis aff. Kamila (Snajdr, 1984). Cabe mencionar también el hallazgo de una parte del trilobite gigante de la familia de los Lichoidea, el Uralichas cf. Hispanicus (Verneuil & Barrande, 1856) que hizo cruzar los dedos a los paleontólogos esperando un hallazgo excepcional (que por cierto no ocurrió) hasta el final de las excavaciones.

Los trilobites del Fabar pertenecientes al orden de los Asaphida, se distinguen por tener una talla medio grande: Nobiliasaphus nobilis (Barrande, 1846), Isabelinia glabrata (Salter, 1853). La presencia de trilobites que habitan en el mar abierto, como el Parabbarrandia cf. Crassa (Barrande, 1872), el Dionide mereki (Henry & Romano, 1978) y el Raphiophoridae sp. Ha demostrado que en algunos puntos de peri- Gondwana el mar alcanzaba una profundidad muy elevada.

Isabelinia Glabrata

Es inevitable destacar los sedimentos Ordovícicos del Fabar, respecto a los trilobites, los otros invertebrados son menos abundantes y menos diversificados que en otros yacimientos europeos. Los fósiles que han atraído mayormente mi atención son las asociaciones de ostrácodos, relativamente diversos (con nuevas especies y algunas muy antiguas como Paleocopes y Binodicoipes), conodontos (Drepanoistodus suberectus, Panderodus, Semiacontiodus), posibles Icthyliths (que se confirman testimonialmente como los vertebrados más antiguos de Europa) y otros fósiles menos comunes como Machaeridians y Conularids. Muy importante también es la presencia de Graptolitos y de Chitinozoans, que pueden señalizar con certeza la Sueve Formation en el Oretaniano inferior y el Dobrotiviano inferior. Me ha llamado la atención de forma particular la taxa problemática, organismo en espera de una identificación y catalogación definitiva. Como los enigmáticos macaeridios (Gusanos acorazados) y los hyolitos, los cuales sabíamos donde y cuando encontrarlos, pero todavía queda por descubrir muchos de estos animales y de su papel desarrollado en un ecosistema dominado por los trilobites, señores indiscutibles de los mares paleozoicos.

Placoparia (Coplacoparia) tournemini

Terminada la visita al Museo del Carmen, me dispongo a regresar a casa con mi vehículo, que en cuanto a peso trasportado no es caso de broma, está totalmente volcado sobre las ruedas traseras, lleno hasta los topes, pero no de trilobites sino de más de 250 Kg. de pesadísima Pirita cúbica encontrada en una afortunada expedición a una cantera de la provincia de Logroño…..pienso que tendré que ser muy prudente en mi regreso a Italia y apenas llegue a casa tendré que visitar al mecánico para que también revise mis amortiguadores!!

Bibliografía consultada: Guidi Cestelli C., Geotecnica e tecnica delle fondazioni vol. 1, 1987, Hoepli Gutiérrez- Marco J.C., Bernández E., Un tesoro geológico en la Autovía del

Cantábrico, 2003, Ministerio de Fomento

Gutiérrez-Marco J.C., Bernández E., Rábano I., Sarmiento G.N., Sendino M.C., Albani R., Bagnoli G., Ordovician on the move: geology and paleontology of the “Túnel Ordovícico del Fabar” (Cantabrian free highway A-8, N Spain), 2003,

INSUEGO, Serie Correlation Geologica

Gracias a Teresa del Campo del Museo del Carmen en Ribadesella, por la ayuda prestada.

Nando Musmarra © 1999-2009