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El toyotismo, modelo de produccin eficiente (El Financiero 02/04/09) El toyotismo, modelo de produccin eficiente (El Financiero 02/04/09) Jueves, 2 de abril de 2009 Qu es el toyotismo? Es un ejemplo clsico de la filosofa Kaisen de mejora en la productividad. El toyotismo tiene su origen en la industria textil, en particular en la creacin de un telar automtico. La Segunda Guerra Mundial, como todos los fenmenos sociales que afectan el curso de la civilizacin dando lugar a impresionantes avances tanto econmicos, como sociales y tecnolgicos, dio paso a drsticos cambios en todas las reas de nuestra actividad. Si nos limitamos al rea de la produccin y el comercio, no es una sorpresa constatar el impresionante cambio del sistema de produccin y comercializacin de los pases orientales, empezando por Japn y despus China y Corea. Eficiencia es la palabra clave de ese cambio, y en el toyotismo encontramos su aplicacin ms integral. Qu es el toyotismo? Es un sistema integral de produccin y gestin surgido en la empresa automotriz japonesa del mismo nombre. Es un ejemplo clsico de la filosofa Kaisen de mejora en la productividad. Como filosofa de trabajo, el toyotismo tiene su origen en la industria textil y en particular en la creacin de un telar automtico, cuyo objetivo es mejorar la vida de los operarios liberndolos de las tareas repetitivas. La familia Toyota, basndose en este invento y en innovaciones subsiguientes, fund una empresa textil en Nagoya, Japn, que con el tiempo se convirti en Toyota Motor Company. Es, con esta metodologa, como nacen los conceptos de jidoka (automatizacin) y poka-yoke (a prueba de fallas) que, junto a conceptos posteriores como just in time (justo a tiempo) y muda (desperdicio), crean lo que se ha llamado sistema de produccin Toyota. La meta del sistema es eliminar los desperdicios (muda), los cuales pueden clasificarse en los siguientes siete tipos: Artculos defectuosos Exceso de produccin Costos innecesarios de transporte Tiempo de espera Inventarios Movimientos innecesarios Procesos innecesarios Qu implica la filosofa Kaisen? "Lo nico que una empresa puede ofrecer a sus clientes es la calidad". Calidad, principiando por el lugar de trabajo (gemba) que representa el lugar donde se lleva a cabo la accin de producir, mediante una mejora continua y sostenida basada en la eliminacin del desperdicio (muda). Qu representa el muda? Muda significa desperdicio o despilfarro, en japons; en este contexto, significa todo lo que no aada valor al producto, es decir, todo lo que quita o impide la eficiencia de la organizacin. Otro concepto bsico del toyotismo es el kanban, tcnica de produccin en la cual se dan instrucciones de trabajo mediante tarjetas denominadas kanban, a las distintas zonas de produccin, instrucciones constantes (en intervalos variados) que van de un proceso a otro, anterior a ste, y estn en funcin de los requerimientos del cliente, es decir, se produce slo para el cliente y no para un inventario. En el kanban, cada proceso produce slo lo necesario, tomando el material requerido de la operacin anterior. Existen tres tipos de kanban: Produccin Transporte Seal (representa una cierta cantidad de material) Tcnica poka-yoke Es una tcnica de calidad que significa "a prueba de errores". La idea principal es la de crear un proceso donde los errores sean imposibles de realizar. La finalidad del poka-yoke es la de eliminar los defectos en un producto, ya sea previniendo o corrigiendo los errores.

Existen tres niveles de poka-yoke 1. Elimina los errores en la fuente antes de que ocurran. 2. Detecta el error en el momento que ocurre antes de que sea un defecto. 3. Detecta un defecto despus de ocurrido antes de la siguiente operacin. Para llevar a cabo el toyotismo, existe una herramienta que incrementa la efectividad en la aplicacin de las dems y refuerza la participacin del personal en todos los procesos de mejoramiento. Esta herramienta se conoce como el sistema de las cinco "S", que se conforma de los siguientes conceptos (cuyo nombre principia con esa letra): SEIRI.- Clasificacin y eliminacin SEITON.- Ordenamiento SEISO.- Limpieza en equipo y rea de trabajo SEIKETSU.- Estandarizacin SHITSUKE.- Sostenimiento Los invito a que conozcamos las nuevas tcnicas de produccin para aplicarlas, en lo posible, en nuestras empresas para hacerlas exitosas. Elaborado por: C.P. y M.A. Mara Teresa Mart de Adalid, coordinadora de Contabilidad de Costos y profesora de Educacin Continua de la EBC. Fordismo En el modelo fordista, las ventajan productivas se alcanzaban por medio de las bondades de las economas de escala; la consigna era fabricar la mayor cantidad de productos, lo ms estandarizados posible y en el menor tiempo. Sin embargo, la produccin en masa de bienes homogneos implica un mercado en constante expansin. En cuanto al trabajo, se buscaba el mayor grado de especializacin, lo cual se lograba al asignar una sola tarea a cada obrero. Es evidente que su misma organizacin le impide una adecuacin rpida ante un mercado diversificado y fluctuante. Esta fue la razn por la que el toyotismo se impuso. El sistema Toyota El modelo japons descansa sobre varios principios, entre ellos se destacan: la produccin en el momento justo, la polivalencia obrera, la fbrica mnima o flexible y el sistema de cero existencias. Por produccin justo a tiempo se entiende que la fabricacin est regulada por la demanda, se iniciar el proceso de acuerdo a las unidades efectivamente vendidas. De este modo se reducen los costos generados por la acumulacin de stocks innecesarios. La fbrica mnima es una consecuencia necesaria del principio anterior, ya que las sobreexistencias evidencias exceso de hombres empleados en relacin a la demanda; todo lo que no sea absolutamente indispensable se elimina, as se reducen costos en personal y equipos. As mismo, para lograrlo es necesario que la fbrica sea flexible, que se adapte a las fluctuaciones de la demanda (pequeas cantidades y diversificadas), lo cual implica la polivalencia obrera. Artculos Relacionados Ideas de negocios rentables en tiempo de crisis Los hroes del bicentenario - Soberanas imaginadas mltiples Espacios y bases del mundo moderno (s. XVI-XVIII)

Trabajadores polivalentes Los trabajadores ya no se especializarn slo en una tarea, al estilo fordista, sino que debern poder desempear varias funciones (muchas veces simultneamente) que permitan la adecuacin sin necesidad de contratar o despedir efectivos. Al mismo tiempo que se reduce la porosidad del trabajo (tiempos muertos). Sin embargo, como explica Benjamn Coriat en su libro Pensar al revs, esta calificacin especial de los trabajadores fuerza a las empresas a retenerlos e impulsar la formacin constante. Los principales mecanismo de retencin son el empleo de por vida, el salario a la antigedad y la formacin de mercados internos. Bsicamente, se establece con el obrero una

relacin a largo plazo, de formacin constante, en la que los puestos de la gerencia son ocupados por trabajadores de la misma fbrica (mercado interno). Orgenes Las caractersticas del toyotismo fueron resultado de las peculiaridades de la economa nipona de posguerra. Como consecuencia de la guerra, gran parte del aparato productivo japons haba sido destruido y los escasos recursos se dirigan a las reas ms elementales (industria pesada); la falta de competitividad impeda la exportacin y obligaba tener que atender slo el mercado interno. Sin embargo, el mercado automotor japons de los aos 50 se caracterizaba por pedidos pequeos y diversificados. Otro condicionante fue la crisis financiera de 1949 que forz a la empresa a despedir gran parte de su personal y ajustar la produccin a las ventas para no desperdiciar recursos. Subcontratismo Finalmente, el ltimo de los secretos del toyotismo es la descentralizacin y la integracin por subcontratacin. La fbrica japonesa terceriza gran parte de su produccin obteniendo as, en palabras de Ohno, una renta de la relacin. Esto le permite reducir sus inversiones en capital fijo, subcontratando algunas actividades con pequeas y medianas empresas; tambin se ahorra los gastos de la integracin vertical tpicamente fordista. Sin embargo, debe compensar su vulnerabilidad con una fuerte estabilidad contractual con los proveedores. Estos determinantes estructurales forzaron una reestructuracin que tras dos dcadas de perfeccionamiento le permitieron obtener un lugar destacado a nivel mundial ya que era el sistema ideal para un contexto de crisis y mercado fluctuantes.

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Toyotismo: Lucha de clases e innovacin tecnolgica en JapnIntroduccin Lucha de clases en Japn de posguerra Qu es el toyotismo? Los economistas burgueses, e incluso algunos con un tinte de izquierdistas, nos responden: "Es el Just in Time, ms el Kan Ban, ms los EQ (Equipos de Calidad), ms la Calidad Total, ms las normas ISO 9.000, es la empresa como una gran familia en donde los trabajadores cantan el himno de la corporacin antes de comenzar cada jornada y se "sienten" orgullosos de pertenecer a ella, etc.". Sin embargo, Muto Ichiyo* demuestra aqu, con la simple contundencia de narrar los hechos, que esa respuesta es parcial y por lo tanto falsa. Trasmitiendo el testimonio vital de Kamata Satochi 1, nos advierte que la esencia del toyotismo, del "mundo de la

empresa", es: "trasladar la competencia interempresa, a la competencia-rivalidad entre obreros". Ichiyo retoma el anlisis de Marx que privilegia las relaciones sociales como categora central respecto a las econmicas o a las tcnicas, aunque todas estn relacionadas. As, Ichiyo nos lleva a ver que lo central del toyotismo es la irrupcin de nuevos patrones de dominacin del capital sobre el trabajo para aumentar la productividad y extraer una mayor cuota de plusvala que permita una nueva superacin de las crisis capitalistas, lo que obviamente no significa eliminarlas. Estas nuevas formas de dominacin social tienen una de sus vertientes centrales en el propio proceso de produccin. El proceso de produccin de las grandes fbricas fordistas basadas en la parcializacin del trabajo, descompuesto en gestos simples que ejecutaban trabajadores sujetos a la velocidad de la cadena de produccin haba generado una unidad objetiva en la clase trabajadora que, a su vez era soporte de poder relativo del trabajo en el proceso de produccin. La clase obrera ejerca permanentemente ese poder y la "libertad" del patrn se vea limitada por las rigideces tanto de los convenios colectivos de trabajo, como del poder institucionalizado en los sindicatos, en los delegados y comisiones internas de las empresas. Este poder relativo del trabajo en el proceso de produccin tena profundos vasos comunicantes con todos los mbitos de la sociedad. La unidad objetiva de los trabajadores en el proceso de produccin se extenda ms all de cada fbrica, de cada "mundo de la empresa" y ello se manifestaba en la identidad obrera conocida mundialmente como los trabajadores de mameluco azul. La burguesa, temiendo que la Revolucin Rusa de 1917 pudiera despertar emulaciones (independientemente de que el hecho trgico de su degeneracin burocrtica alejaba cada vez ms esta perspectiva) y conmovida por la crisis de los '30, con todas sus consecuencias, reconoci institucionalmente el poder relativo del trabajo, como una tctica para desviar la ola revolucionaria que recorra el mundo en las primeras dcadas del siglos. El reconocimiento institucionalizado al poder del trabajo se focaliz en legalizar los nuevos sindicatos de masas por industria que nacieron al calor de las grandes fbricas fordistas. En el plano ms general, este reconocimiento se manifest en la aceptacin de las llamadas conquistas sociales y en la elaboracin de polticas activas tendientes al "pleno empleo". En el terreno del derecho naci un amplio tejido de leyes, reglamentos y convenios incluso el derecho de huelga, o hasta "el control obrero" se estamparon en las constituciones (en Argentina es el Artculo 14 bis) y aunque sabemos que la Constitucin es pisoteada cuantas veces pierde efectividad como instrumento de dominacin del capital sobre el trabajo, el derecho a la huelga cuestiona el centro del andamiaje de dominacin, basado en la exclusividad del Estado al uso de la fuerza, pues la huelga es un hecho de fuerza. El "derecho" a negarse a trabajar es, en su ms puro sentido, el derecho a la rebelin, a negar la relacin de opresin establecida por el trabajo muerto, el capital, sobre el trabajo vivo. Las regulaciones, las rigideces, las llamadas leyes sociales, la Seguridad Social, la jornada de 8 horas, fueron conseguidas por las luchas mundiales del movimiento obrero y reconocidas por la burguesa mundial quien termin aceptndolas de mala gana ante la posibilidad de que el movimiento obrero avanzara por la va de la revolucin socialista. Esa poltica burguesa, conocida como keynesianismo consista en aceptar hacer concesiones al poder del trabajo, a condicin de pactar con la dirigencia burocrtica del movimiento obrero que los conflictos se plantearan y encerraran en el plano sindical, centralmente el salarial, castrando la lucha de los trabajadores por el poder en toda la sociedad con el fin de construir una sociedad sin explotacin. El keynesianismo inaugurado a raz de las crisis de los aos 20 que desemboc en el crac de octubre de 1929, cobr fuerza despus de la II Guerra Mundial y pudo sostenerse hasta los '70 por varios factores, entre ellos la traicin de la direccin sindical y poltica de los trabajadores. Sin disminuir la importancia de los factores superestructurales creemos que adquiere gran relevancia el hecho de que la batalla por el poder, por liberarse de la

dominacin o por imponer nuevas reglas de dominacin, se inicie en el mbito de la produccin, y en este sentido cobra una importancia determinante al extenderse a todos los mbitos de la sociedad, de la nacin y del mundo. John Holloway, refirindose a la implantacin del toyotismo en la Leyland, afirma al respecto: "Si los cambios en la industria del automvil son representativos de cambios ms generales en el patrn de las relaciones empresa-trabajadores, entonces no resulta sorprendente que haya paralelismos entre los cambios del estilo empresarial y los cambios en el Estado. La direccin de las empresas y del Estado son dos aspectos de la misma cosa, son dos formas de relacin de capital, la relacin de dominacin entre capital y trabajo... Por lo tanto, las condiciones de esa explotacin, las luchas en torno al proceso de trabajo, son la clave para comprender no solamente los cambios en la direccin de las empresas, sino tambin el desarrollo del Estado. Ms an, dado que la direccin empresarial est ms cerca del proceso de trabajo y responde a l ms directamente, no es sorprendente que las tendencias en el desarrollo poltico sean preanunciadas por las tendencias en la direccin empresarial".2 Generalmente lo que pasa en el nivel productivo no es focalizado como relevante a la hora de hacer anlisis y construir polticas, sin embargo Marx haba sealado la importancia del constante cambio de estas relaciones. En El Manifiesto Comunista seala que: "La burguesa no puede existir sino a condicin de revolucionar incesantemente los instrumentos de produccin y, por consiguiente, las relaciones de produccin y con ello todas las relaciones sociales".3 Ms adelante, en El Capital, reafirma el profundo sentido de los cambios en las relaciones sociales y en el poder del patrn que se desenvuelven en el proceso de produccin. Reproduzcamos algunos prrafos: "La maquinaria, asimismo, revoluciona radicalmente la mediacin formal de las relaciones capitalistas, el contrato, entre el obrero y el capitalista." vivientes."4 Para Marx: "La habilidad detallista del obrero mecnico individual, privado de contenido, desaparece como cosa accesoria e insignificante ante la ciencia, ante las descomunales fuerzas naturales y el trabajo masivo social que estn corporizados en el sistema fundado en la mquina y que forman con ste, el poder del patrn".(destacados nuestros)5 Para Marx el sistema de produccin capitalista no se trata de un proceso de trabajo sino de valorizacin del capital, pero ese sistema comienza en la produccin en donde el paso de la manufactura a la industria cambia las relaciones sociales, el contrato entre el obrero y el patrn, porque la mquina no sirve al obrero sino que ste debe seguir el movimiento que imprime la mquina. Este sistema diceproduccin.6 Se establece as una lucha constante por imponer el dominio sobre el "movimiento" o sea sobre quin y cmo domina el tiempo de trabajo. Este dominio es inestable y en las fbricas fordistas la conflictividad era permanente ya que todo cambio de mquinas o herramientas se encontraba frente a relaciones rgidas y no flexibles. Los trabajadores no eran sumisos a los cambios que les significaban un aumento considerable de la explotacin. Por otro lado, el trabajo repetitivo en el uso de una misma mquina produca tambin un conflicto debido a la alienacin provocada por el trabajo montono, aburrido, en tanto el trabajo intelectual se concentraba totalmente en la Oficina Tcnica y slo quedaba el trabajo manual para el trabajador. La conflictividad de las fbricas repercuta sobre todas las relaciones sociales y las luchas de los '70 pusieron al rojo vivo que los parmetros de dominacin del fordismo basados en el contrato social del reconocimiento institucional de los sindicatos y del "bienestar social" haba llegado a su fin. "Inflacin creciente, gasto pblico en ascenso, ganancias decrecientes, altos niveles de actividad huelgustica, todo evidenciaba que el equilibrio de posguerra estaba llegando a su fin" afirma Holloway en La Rosa Roja de Nissan, refirindose a la crisis de los aos 1973 y 1974. En ese momento la productividad, como tasa, se volva negativa y comenzaban a presentarse los primero signos del fin del "pleno empleo".

Por otro lado, en el campo poltico internacional, el triunfo de las masas vietnamitas sobre el ejrcito de EE.UU. junto a "la rebelin" de los pases productores de petrleo, y la actividad revolucionaria en los pases del tercer mundo en forma de semiinsurrecciones como el Cordobazo argentino, o el Mayo francs de 1968 que volte al hombre fuerte de la Europa continental, Charles De Gaulle, mostraban hasta qu punto haba llegado la crisis. La burguesa enfrentaba el cambio de las relaciones sociales como un problema de vida o muerte para todo el sistema capitalista. Es en este marco que la burguesa focaliza su atencin en Japn y en su forma de organizar la produccin completamente diferente al taylorismo-fordista que imperaba en los pases ms desarrollados. Holloway sostiene que los mtodos de la Nissan, similares a los de la Toyota: "Representan no slo la expansin del capitalismo japons sino tambin, mucho ms importante, una tendencia significativa en la estructura de la dominacin capitalista sobre el trabajo" No fue el toyotismo la nica salida a la crisis capitalista de los '70. Sabemos muy bien que en pases como los nuestros muchas burguesas se inclinan rpidamente hacia otros mtodos caracterizados por la destruccin de todas las rigideces fordistas establecidas en los contratos de trabajo llamadas globalmente polticas de flexibilizacin laboral y adems sabemos que hay un mix de combinacin de diferentes proporciones de fbricas toyotistas coexistiendo con fbricas de alta flexibilizacin, taylorismo salvaje, que actan como proveedoras de fbricas donde predomina la forma de produccin toyotista. An en stas ltimas hay grandes sectores que trabajan en puestos de baja calificacin, con trabajos repetitivos en donde el objetivo patronal se focaliza en aumentar la frecuencia de los ritmos de trabajo. En toda esta gama hay algo en comn. Las "nuevas" relaciones son impuestas despus y como consecuencia de grandes derrotas de los trabajadores. Al respecto Holloway refirindose a la reconversin de la fbrica inglesa Leyland, destaca que: "...las tcnicas patronales de Nissan en Suderland pueden ser de inspiracin japonesa, pero su base real est en la derrota de los obreros en Cowley, Longbridge y en otras partes. Son estas derrotas las que permiten a la direccin empresarial hablar de introducir tcnicas patronales japonesas y de desplazarse desde la produccin Just in case a la produccin Just in time". Respecto a lo central de la produccin japonesa Holloway seala: "Es un estilo de direccin basado en la presuncin de que los trabajadores son disciplinados y leales (al capital), de que no habr paros imprevistos, y que la calidad de los productos en cada una de las fases del proceso ser confiable. Presume por lo tanto que cuando un director dice: "Ve", el trabajador va.". Es ac donde nos reencontramos con Ichiyo. Porque Ichiyo nos cuenta historias paralelas entre el proletariado japons y el ingls en este caso el occidental, en cuanto estos mtodos se estn generalizando en todo el planeta. Ichiyo denuncia y muestra las nuevas relaciones de produccin establecidas a partir de las derrotas de los trabajadores del Japn y lo hace no slo viendo las luchas sindicales sino las luchas polticas y las relaciones que tienen stas con la aplicacin o no de los nuevos paradigmas productivos. Ichiyo escribi el trabajo que ahora publicamos antes de que asumieran Tatcher, Reagan, Mitterrand, o Felipe Gonzlez, antes de la cada del Muro y de los Regmenes del Este de Europa y mucho antes de que el fantasma de la desocupacin se constituyera mundialmente en consecuencia y causa a su vez de aplicacin de los nuevos mtodos de dominacin. Por eso sus pginas no lo reflejan. Hay sin embargo una categora crucial referente a las derrotas de los trabajadores y que es la derrota provocada por no conocer los planes del enemigo de clase, lo que a su vez ayuda a la peor de las derrotas que es la consecuencia de no haber dado la batalla. Para los que desprecian la conciencia de la clase, el toyotismo y los trabajos de Ichiyo y Holloway son irrelevantes en relacin a los problemas polticos y organizativos que estos mtodos condicionan, para nosotros que creemos en la necesidad de que las

batallas de la clase trabajadora sean conscientes, estudiarlos es fundamental. Ichiyo nos sumerge en la historia y las particularidades del poder de los trabajadores nipones, en consecuencia su trabajo arranca en la posguerra. Despus de la II Guerra Mundial la derrotada burguesa japonesa atraves por un perodo de extrema debilidad. Dos gigantes libraron batalla en el Japn: por un lado las fuerzas de ocupacin militar del imperialismo yankee y por el otro el movimiento obrero japons que creci como un coloso. Su poder: "Se extendi como fuego en un pastizal seco. El crecimiento ms rpido fue el de la Confederacin de Sindicatos de Industria (Sambets), dirigido por comunistas que pasan de nada en el '45 a una organizacin de 1.600.00 a fines del '46. Una caracterstica remarcable de esta precoz irrupcin obrera de posguerra fue el control obrero sobre la produccin, con la creacin espontnea de Comits de Taller. Estos Comits se unieron a nivel regional y finalmente a nivel nacional para formar la Sambets... En estas empresas (donde la patronal se negaba ponerlas a producir bajo condiciones no rentables) los trabajadores tomaron el poder y volvieron ellos mismos a poner la produccin en marcha, poniendo a los directivos bajo su control. Aun all donde no haban tomado las fbricas en sus manos los trabajadores crearon, dentro de las empresas, situaciones tales que podran llevarlos fcilmente al control de la produccin. Fuera de las fbricas el control popular sobre la alimentacin y sobre el sistema de racionamiento se extendi rpidamente..."(Muto Ichiyo). El imperialismo y la burguesa necesitaban retomar el control de la situacin. El capital, en cuanto trabajo muerto, no puede existir si no mantiene la sumisin del trabajo vivo, si no reproduce permanentemente el sistema de explotacin. De esta relacin antagnica surge, para la burguesa, el imperativo de la bsqueda constante no slo de mayor productividad, sino tambin de nuevas formas de organizar la produccin que mantengan y/o refuercen su dominacin, doblegando la abierta o sorda rebelin del trabajo. Y eso como parte de una compleja y articulada estrategia que busca debilitar el poder latente u organizado de los trabajadores, impedir en definitiva que el levantamiento de los explotados abra el camino hacia la toma del poder y la revolucin social. Una breve historia de la bsqueda de la sumisin del trabajo En los primeros tiempos de la industria capitalista, con la manufactura y el maquinismo, los patrones eran dueos de la materia prima, de mquinas y herramientas, de la comercializacin y del dinero, pero los trabajadores de oficio conservaban "el saber hacer" del trabajo. Este "saber hacer" era la base de la articulacin de un cierto tipo de poder obrero, que pona lmites y cuestionaba la sumisin real de la fuerza laboral al capitalista, a despecho de lo estipulado en el contrato de trabajo. Taylor busc trabajos calificados, a los que descompuso en gestos simples que pudieran ser realizados, mediante herramientas adecuadas, en forma repetida, estandarizada y controlable por la patronal. Ford adicion "la cadena", capaz de acelerar los ritmos laborales y minimizar los desplazamientos fsicos del operario. La resultante fue un salto en la productividad capitalista y, simultneamente, un enorme debilitamiento del poder obrero que emanaba del "saber hacer". Con Taylor y Ford la burguesa dio un paso muy importante en la sumisin real del trabajo, en acrecentar su poder y mantener el sistema de explotacin. En las nuevas condiciones de la gran industria conocidas como fordismo, el "poder de los obreros" se desplaz decididamente hacia la masificacin de sus organizaciones y fundamentalmente hacia su unidad objetiva. Mientras las empresas competan entre s en el mercado, los trabajadores de esas empresas se mantenan unidos en un mismo sindicato y peleaban y concertaban condiciones de trabajo y salarios para todos los trabajadores de las fbricas, plasmadas en los convenios colectivos. Sobre esta base objetiva renovada, y en un mundo convulsionado por la Guerra Mundial, la Revolucin Rusa de 1917, y la gran crisis y depresin de 1930, se libr una

batalla ideolgica, poltica y sindical cuyos protagonistas fueron por un lado las grandes empresas y el Estado burgus, pero tambin organizaciones obreras clasistas y revolucionarias. Ford, enemigo acrrimo de la organizacin sindical, pretenda mantenerla por fuera de sus empresas, y durante algunos aos lo logr. Pero diez y siete aos despus de la implantacin de la cadena en la fbrica Ford, en el ao 1930, el movimiento obrero pudo imponer el reconocimiento institucionalizado de su "nuevo" poder y ello se plasma en el reconocimiento e institucionalizacin del sindicato por industria. A lo largo de la dcada de los treinta, una oleada de grandes y duras luchas cambi la fisonoma del sindicalismo norteamericano, con el surgimiento de masivos y combativos sindicatos de industria, cualitativamente distintos a los relativamente "elitistas" sindicatos por oficio de la etapa anterior. La expresin de este proceso fue la consolidacin de una nueva central sindical, la CIO (Congreso de Organizaciones Industriales). Procesos comparables de desarrollaron a nivel mundial. En nuestro propio pas, los sindicatos de oficio que haban sido el corazn de la legendaria FORA (Federacin Obrera de la Regin Argentina), en ese mismo tiempo dejaron lugar a los sindicatos de industria. En dnde resida este nuevo poder de los trabajadores? No en el "saber hacer" del trabajador calificado que haba sido la base de los sindicatos por oficio del perodo anterior, sino en el desarrollo de la unidad obrera masiva. La cadena y las nuevas formas laborales acercaban objetivamente el trabajador calificado al sin oficio: el 79% de los trabajadores de la Ford aprenda en la fbrica su tarea en menos de una semana. El llamado "obrero especializado" de la nueva poca no ser resultado de la calificacin semi- artesanal de antao, sino de la preparacin estandarizada de la mano de obra para las necesidades de la industria. Pero por ello mismo, la unidad y masificacin de la organizacin sindical obrera fue un fenmeno paralelo al de la produccin fordista. Los grandes sindicatos de industria incorporaron incluso a las grandes masas de trabajadores inmigrantes, a los que se debi recurrir para cubrir las necesidades de mano de obra. Con esta herramienta, su unidad, el movimiento obrero enfrent las duras persecuciones patronales de los aos veinte, y luego resisti las consecuencias derivadas de la gran crisis mundial de 1930, comenz su recuperacin y logr avanzar, incluso grandes pasos, sobre los logros de la etapa anterior. Su fuerza impuso numerosas conquistas sociales, salarios reales en alza, jubilacin, seguridad social, sindicalizacin masiva, pleno empleo, etc. Progresos, sin duda, pero limitados y contradictorios porque fueron orientados hacia la colaboracin de clases, a despecho de la ola de revoluciones que sigui al aplastamiento del nazismo, y junto con todo ello se extendi la burocratizacin y la intromisin estatal en la organizacin obrera. Pero entrar en la consideracin de ello extendera innecesariamente esta introduccin. En todo caso, vale subrayar que nada es esttico y menos en el terreno de la construccin y articulacin del poder. Pese a la poltica de comprar a los dirigentes y perseguir a los activistas, pese a la traicin de las direcciones obreras encarnadas en la burocracia sindical y en el estalinismo, el equilibrio basado en los mtodos de regulacin y dominacin caractersticos del fordismo y el (mal) llamado "Estado benefactor" se volvi completamente inestable en el inicio de los '70. El movimiento obrero avanz con sus luchas y puso en jaque a todo el sistema capitalista. Si bien la lucha, lamentablemente no tuvo una direccin consciente y revolucionaria, y por eso no devino en la conquista del poder por parte de los trabajadores, igualmente demostr el poder de los obreros emanado de su unidad. Esta crisis termin de convencer a la burguesa de la necesidad de generalizar "nuevos patrones de dominacin", asentados en una nueva relacin desde el centro mismo de la produccin. Para esto pudo apoyarse en una experiencia prctica que durante tres dcadas haba servido al avance de Japn. Se present al toyotismo (acompaado, aunque no siempre se lo diga, con su contracara el taylorismo salvaje o sistema de mxima flexibilizacin), como la forma de Organizacin Cientfica del Trabajo que posibilitaba, aunque ms no sea por un

perodo, mantener vivo el sistema de explotacin capitalista. As se propagandiz este modelo (o combinacin de modelos) que se extendera aceleradamente por todo el mundo en virtud de "la globalizacin". Muto Ichiyo nos habla de la nueva Organizacin Cientfica del Trabajo pero visto desde el otro lado de la barricada. Denuncia que la poltica de la patronal, con los nuevos mtodos de produccin basado en los EQ, apunta a destruir la unidad desde la fbrica misma, cambiando las condiciones objetivas que la forjaban. Con esto apuntaban tambin a destruir el poder obrero institucionalizado en las organizaciones obreras, en la medida en que el mismo poda escapar al control y los lmites de la colaboracin de clases, alentando procesos de clasismo y radicalizacin poltica, y fomentando "nuevos dirigentes" completamente patronales. Ichiyo nos dice: "La erosin del poder obrero en las fbricas repercuti rpidamente en el sindicato e hizo emerger un nuevo tipo de dirigentes prximos a la patronal,...quienes tomaron la direccin nacional de la Tekko Roren en 1959". En el Japn se desarroll una nueva tctica para controlar el poder obrero desde las mismas bases objetivas que lo soportaban y evitar que su desarrollo pusiera en peligro a todo el sistema capitalista. Una escalada que en su forma se presenta como Just In Time, Calidad Total, EQ o Racionalizacin o flexibilizacin, pero cuya esencia es un objetivo econmico-social-poltico fundamental para la burguesa: la destruccin de la unidad del movimiento obrero para aniquilar esa fuente de poder obrero y mantener e incrementar las ganancias capitalistas. La insistencia en la cuestin de la unidad no significa que la consideremos como la nica fuente de poder obrero. La fuente ltima es, precisamente, la dependencia del capital ante el trabajo vivo y el antagonismo vital que recrea las bases objetivas para la rebelin obrera mientras subsista el trabajo asalariado como fuente de plusvala en provecho de la clase burguesa. S queremos sealar que la unidad fue consustancial con este poder obrero del que hablamos. Por eso Ichiyo tiene total razn cuando denuncia al toyotismo como un arma para destruir la unidad y lograr que los obreros compitan entre s, ganados por el nuevo mito del "mundo de la empresa" y dando la espalda a la bsqueda de un mundo nuevo forjado mediante la eliminacin de la propiedad privada de los medios de produccin y la elevacin de los trabajadores a clase dirigente, ejerciendo el poder con un estado de tipo radicalmente distinto. Consideradas slo como categoras tcnicas o econmicas maquinismo, taylorismo, fordismo o toyotismo, las diversas formas de Organizacin Cientfica del Trabajo, aparecen como distintas expresiones de lo mismo. Pero penetrar en su contenido social permite apreciar diferencias cualitativas. Desde el punto de vista del poder de los trabajadores, debemos considerar que el toyotismo lamentablemente ha logrado en gran medida, dar pasos muy importantes para destruir la unidad proletaria. Si se quiere, un smbolo de esto, podemos verlo en el reemplazo de la fraternidad del mameluco azul, por la falsa "unidad en la familia de la empresa" cada una con sus uniformes distintivos al estilo de los Mac Donald's. Todo esto invalida razonamientos supuestamente reconfortantes del tipo: "si el movimiento obrero pudo sobreponerse una vez al maquinismo, y otra vez al taylorismo- fordismo, seguramente podr sobreponerse ahora al toyotismo". Este razonamiento, adems de falso lgicamente (las generalizaciones inductivistas son arbitrarias, puesto que nada permite asegurar que si un fenmeno se repite dos veces deber repetirse siempre) es falsa polticamente, porque no denuncia, como s lo hace Ichiyo, el peligro que representa para la clase obrera esta nueva escalada burguesa. Se trata de comprender este peligro, enfrentarlo, y desarrollar prcticamente nuevas fuentes de poder de los trabajadores en las que apoyarse para el cambio social y terminar con el sistema de explotacin capitalista. Por qu los trabajadores japoneses aceptaron este mtodo de produccin? No creemos en las explicaciones de los analistas que contestan presurosos que ello se debe al tradicional "espritu sumiso" del pueblo japons. Muto Ichiyo tambin derrumba este mito. Demuestra que slo se impuso este modelo a travs de la derrota de enormes huelgas, algunas abiertamente polticas y antagnicas a la alianza

contrarrevolucionaria del Japn con EE.UU. La burguesa japonesa, con el activo sostn de las bayonetas del ejercito de EE.UU. en la inmediata posguerra, y una clara estrategia antiobrera, pudo imponer a los trabajadores el "individualismo" y el "espritu de sumisin" que tanto alaban los comentaristas burgueses. Muto Ichiyo nos dice que no hay toyotismo sin derrota de los trabajadores y con esto nuevamente apela a categoras marxistas, de relaciones sociales, y no a categoras econmicas burguesas. En la lucha de los oprimidos contra los opresores y en el desenlace de esta confrontacin, est la clave de cada perodo histrico. Zanahorias y garrotes Muto Ichiyo narra los hechos y las trampas. Nos alerta que una de estas trampas fue privilegiar la "lucha por aumentos de salarios", en desmedro del combate enderezado contra los planes de racionalizacin y la lucha poltica: "La irona reside en que estos aumentos de salarios aceleraron precisamente las presiones para una rpida renovacin de la maquinaria industrial y de una racionalizacin (toyotismo y flexibilizacin). El capital se vio compelido a pasar de la explotacin de la plusvala absoluta a la plusvala relativa." Recuerda que los trabajadores japoneses solos y aislados, extraviados por la ceguera de la direccin estalinista (por no decir la traicin), y "la falta de internacionalismo, impidi que las masas enfrentaran la realidad del mundo y en especial la de Asia". Ichiyo seala que encerrarse en el sindicalismo y, dentro de l, en el enfrentamiento salarial como sustituto de una lucha dentro de una estrategia social, poltica e internacionalista, termina debilitando al movimiento obrero. Tras la zanahoria de mejoras salariales para algunos sectores, llegaron los garrotes contra el conjunto de la clase obrera. Aqu y ahora No fue curiosidad histrica lo que nos movi a traducir y editar este trabajo. Si lo hicimos es porque creemos que conocer esta experiencia es muy importante para la lucha diaria y actual que deben llevar a cabo los activistas obreros en nuestro pas y en todo el mundo, donde las burguesas estn desenfrenadamente tratando de implantar, e implantando, los nuevos mtodos de explotacin. Con estos nuevos mtodos de explotacin y con su consecuencia en gran medida deseada, la desocupacin, la burguesa mundial ha logrado debilitar el poder de los sindicatos y de las organizaciones obreras. Las nuevas condiciones de la produccin y sus consecuencias sociales y polticas ha cambiado totalmente el panorama y presentan nuevos desafos. Estamos viviendo "la Globalizacin", con su nuevo modelo (combinacin de modelos) que impone a los revolucionarios descartar ciertas herramientas de lucha e impulsar nuevas. Combatir al nuevo modelo capitalista pasa tambin por analizar lo que sirve y lo que ha dejado de ser til en el programa de los revolucionarios. Muto Ichiyo nos brinda hechos, experiencias y conclusiones de lo acontecido en Japn, en la lucha del movimiento obrero desde el fin de la guerra hasta mediados de los '80. Durante 40 aos el toyotismo se desarroll sin que el movimiento obrero mundial, incluida nuestra corriente, advirtiera la magnitud y naturaleza del ataque. Es hora de superar semejante rmora. Ichiyo nos permite ver a Japn desde la ptica de un revolucionario, lo que no es frecuente, y esto otorga al presente trabajo importancia no slo testimonial: puede servir como herramienta de lucha contra el "marketing ideolgico" que presenta a Japn como el paradigma de la felicidad, de modelo deseable para el progreso de la humanidad y que se impone como una ineludible consecuencia objetiva del desarrollo de las nuevas tcnicas y herramientas, como una realidad econmica desvinculada del desenlace de las luchas entre el capital y el trabajo. Ichiyo se ubica desde este ltimo ngulo. Narrando desde las desgarradoras historias de las mujeres trabajadoras de la Sony, hasta los problemas de las intencionales intoxicaciones de los trabajadores de Minamata. Denuncia tambin a los dirigentes sindicales que condujeron a la encerrona de luchar slo por aumentos salariales, y dejaron expedito el paso a los planes de implantacin de nuevas formas de explotacin capitalista que disminuan el poder de los trabajadores. En el ao 1918

Lenin tom en consideracin el hecho de que los mtodos tayloristas y fordistas (por entonces recin inaugurados) aumentaban enormemente la productividad. Denunci que esos mtodos en manos de la patronal significaba un aumento brutal de la explotacin, pero advirtiendo tambin que contenan elementos de avance cientficotecnolgico que la joven Repblica Sovitica debera adoptar, y rpidamente. En la concepcin leninista, la contradiccin que esto planteaba se debera enfrentar con dos medidas complementarias: por un lado rebajar las horas de la jornada laboral y simultneamente posibilitar que, aprovechando esas horas que quedaban libres, los obreros se elevaran poltica y culturalmente para ejercer efectivamente la administracin del Estado y el poder. Lenin tena una frmula econmico-social (bajar la jornada) y poltica (incorporar a la clase obrera efectivamente al poder del Estado). El estalinismo desnaturaliz esta perspectiva, adoptando mtodos capitalistas bajo la forma brutal del stajanovismo y liquidando tanto el poder de los obreros a nivel del Estado como en los centros mismos de produccin. El enfoque de Lenin sigue siendo ilustrativo, aunque no exista en ningn lugar del mundo un gobierno bolchevique leninista, puesto que hoy se trata de plantear la unidad de la lucha por una rebaja cualitativa en los tiempos de la jornada laboral sin prdida de salario, acompaada con el planteo de una batalla poltico-cultural por la toma del poder por los trabajadores en todo el mundo. Ahora, la desocupacin La desocupacin, como consecuencia inexorable del nuevo modelo, no aparece reflejada en este trabajo que estamos presentando, porque el mismo tiene ya ms de una dcada y fue escrito desde un Japn que durante unos 40 aos aplic casi sin competencia los nuevos mtodos de superexplotacin, disfrutando de los privilegios de los que llegan primeros. Hoy, al generalizarse tanto el toyotismo como su contrapartida el taylorismo salvaje o sistema de mxima flexibilizacin en todo el mundo, se comienzan a ver palmariamente sus nefastas consecuencias universales. La destruccin ecolgica del planeta, el hambre, y la desocupacin masiva con medidas de flexibilizacin que a su vez provocan ms desocupados, presionan en un crculo cerrado infernal para que sean aceptados los nuevos mtodos. Quedan a la vista los resultados de barbarie a que conducen estos mtodos de explotacin en el sistema capitalista. Ichiyo nos da herramientas para profundizar el anlisis que nos permita descubrir las debilidades de la aplicacin en todo el mundo del "toyotismo". Avanzar en el camino que nos sealara Lenin comienza por asimilar la magnitud de los cambios operados en el mundo, y asumir el desafo de forjar en la lucha un nuevo programa internacionalista y revolucionario capaz de orientar a los trabajadores para enfrentarlo globalmente. Nstor Collazo y Andrs Romero Notas 1. Kamata Satochi se proletariz en la fbrica Toyota y reflejando su experiencia personal escribi dos libros: "Toyota la fbrica de la desesperacin" y "El revs del milagro", dos libros editados por Mspero y Ediciones Obreras de Francia. 2. John Holloway, La Rosa Roja de Nissan. 3. Carlos Marx, El Manifiesto Comunista, pg. 66, Ediciones Pluma , Buenos Aires, 1974. 4. Carlos Marx, Maquinaria y Gran Industria. El Capital, OE, Tomo1, De. Ciencias del Hombre, Bs.As.,1973. 5. Idem. 6. No queremos desconocer el poder que emana del dominio de la superestructura de la sociedad, comenzando por el Estado, instituciones , ideologas, etc. Queremos sealar que a nivel de la produccin ya hay un poder del capital sobre el trabajo, sin el cual es imposible la produccin capitalista. Pero existe tambin un poder relativo del trabajo

sustentado en diferentes parmetros: en el saber hacer, en el grado de organizacin, en la historia de la clase trabajadora y sus mejores representantes, en la tradicin y en el grado de las derrotas y victorias parciales del trabajo sobre el capital y viceversa. *Los textos que presentamos han sido tomados de la publicacin Cahiers d'tudes et recherche, Nro. 5, 1987, del Institut de Recherche et Formation, Pars, Francia. El autor, Muto Ichiyo, fue colaborador de la revista inglesa AMPO Japan-Asia Quaterly Review y del Pacific Asia Resource Center, con sede en Tokyo. Ha escrito diversos trabajos sobre la izquierda revolucionaria en Japn.