El ser y la identidad sacerdotal

10
EL Ser y la Identidad Sacerdotal I Encuentro

Transcript of El ser y la identidad sacerdotal

Page 1: El ser y la identidad sacerdotal

EL Ser y la Identidad SacerdotalI Encuentro

Page 2: El ser y la identidad sacerdotal

En Pastores Dabo Vobis, Juan Pablo II enseña que ""el manantial de la identidad del sacerdote", como han escrito los padres sinodales, "así como el de toda identidad cristiana, es la Santísima Trinidad", revelada y comunicada a la gente en Cristo, estableciendo, en Él y por medio del Espíritu, la Iglesia como "semilla e inicio del reino"" (PDV 12). La identidad sacerdotal debe ser entendida, pues, como la realidad misma de Dios.

En la fe cristiana, Dios no permanece dentro de los límites de la vida del más allá o en las alturas de los cielos sino que vive entre nosotros, aquí, en este mundo. Ésta es la buena nueva revelada en Jesucristo y comunicada a nosotros a través de lo que Jesús es, esto es, la palabra hecha carne (Jn 1,14); pero también por medio de lo que Jesús hace y dice. Dice así: "El Reino de Dios está cerca" (Mc 1,15). Cuando dice: "Hijo, tus pecados te son perdonados" (Mc 2,5) y "Levántate, toma tu camilla y anda" (Mc 2,9), su palabra es eficaz. La divinidad traída al mundo por Jesús se experimenta en la confluencia entre el ser y el hacer. La identidad y la vida sacerdotal también arraigan en esta confluencia.

Page 3: El ser y la identidad sacerdotal

Jesucristo nos enseña que el don del Sacerdocio no es un don particular sino uno que Dios da a manos

llenas para el servicio de y para la Comunidad

Page 4: El ser y la identidad sacerdotal

La identidad y la vida sacerdotal están vinculadas, de manera esencial, a la identidad y la vida de la Iglesia como "sacramento universal de la salvación" (LG 48). La Iglesia continúa la misión de Cristo, enviado para salvar al mundo por el amor profundo que el Padre siente por nosotros (Jn 3,16; AG 2). Esta misión sigue ahora bajo el poder del Espíritu Santo, que es su agente principal (RM 21). Por ello, el sacerdote, como ministro de la Iglesia, es un hombre del Espíritu. En el sacramento del Orden sagrado recibe un "don espiritual" que lo prepara "no para una misión limitada y reducida, sino para una misión amplísima y universal, hasta los extremos del mundo" (PO 10). De esta manera, el sacerdote adquiere una identidad específica, no para sí mismo, sino para su misión de "ayudar al Pueblo de Dios a ejercer fiel y plenamente el sacerdocio común que ha recibido" (PDV 17).

Page 5: El ser y la identidad sacerdotal

El sacerdote es el consagrado para Dios, lleva en sus manos la cicatriz de Cristo que es la unción del Santo Crisma. Sus vestimentas reflejan que ha sido consagrado para ser el Santo de Dios “Qaddosh L’Addonai.”

Page 6: El ser y la identidad sacerdotal
Page 7: El ser y la identidad sacerdotal

La vida sacerdotal es participación en la santidad de Dios. Todos los que participan en el sacerdocio común del Pueblo de Dios participan en la santidad. Pero el sacerdote recibe una vocación especial en la ordenación, "que lo conforma a Cristo, cabeza y pastor de la Iglesia" (PDV 20). Esta "conformación" hace que el sacerdote piense y obre de una manera que es propia de Cristo, porque la misión específica del sacerdocio ministerial es una participación en el oficio de "Cristo Maestro, Sacerdote y Rey" (PO 1) en la comunidad de los fieles que "se resume en su caridad pastoral" (PDV 21). Los sacerdotes están llamados a promover la santidad de cada miembro, para que cada comunidad local pueda ser signo y medio de salvación en su propio contexto, haciendo que su santidad penetre en un mundo necesitado de fe, esperanza y amor.

Page 8: El ser y la identidad sacerdotal

El compromiso personal en la santidad es, pues, decisivo para la identidad y la vida sacerdotal. Por medio de él, el presbítero se convierte en signo verdadero del Emanuel, Dios con nosotros. Este signo se vuelve más claro por la manera en que el sacerdote ejerce su ministerio. Como ministro de los sacramentos que hacen presente a Cristo entre nosotros, está llamado a manifestar al Señor Resucitado en su misma vida. Como profeta y maestro de la palabra de Dios, está llamado a vivir de la palabra de Dios en su misma vida. Y como pastor de la comunidad está llamado a ser siervo de todos.

Page 9: El ser y la identidad sacerdotal

Por último, no se debe subestimar la importancia del testimonio de este compromiso en nuestra sociedad cada vez más secularizada. Hoy, la gente necesita más signos de lo sagrado como testimonio en contraposición a la sabiduría convencional. Aunque, ante todo, el testimonio debe darse a través de las palabras y las obras, a la vez puede ser comunicado también a través del aspecto. Por este motivo, Juan Pablo II ha insistido en especial sobre la importancia del traje sacerdotal que "manifiesta en la comunidad eclesiástica el testimonio público que cada sacerdote debe dar de su propia identidad y su pertenencia especial a Dios" (Juan Pablo II, Carta al Cardenal Ugo Poletti, Vicario de Roma: 8 de septiembre de 1982).

Page 10: El ser y la identidad sacerdotal

Referencia: