El Sacerdote y El Levita

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Parabola del buen samaritano

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  • EL SACERDOTE Y EL LEVITAEstos dos hombres pertenecan al oficio sagrado y profesaban exponer las escrituras. pertenecan a la clase especialmente elegida para representar a Dios ante el pueblo. se deban compadecer de los ignorantes y extraviados, (Heb. 5:2) a fin de guiar a los hombres al conocimiento del gran amor de Dios hacia la humanidad. la obra que estaban llamados a hacer era la misma que Jess haba descrito como suya cuando dijo: el espritu del seor es sobre m, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres: me ha enviado para sanar a los quebrantados de corazn; para pregonar a los cautivos libertad, y a los ciegos vista; para poner en libertad a los quebrantados.2 {Dtg 462.3} Lucas 10:25-37

  • Haz esto, y vivirs. El samaritano haba obedecido los dictados de un corazn bondadoso y amante, y con esto haba dado pruebas de ser observador de la ley. Cristo le orden al doctor de la ley: Ve, y haz t lo mismo. Se espera que los hijos de Dios hagan, y no meramente digan. El que dice que est en l, debe andar como l anduvo.7 {DTG 465.1} La leccin no se necesita menos hoy en el mundo que cuando sali de los labios de Jess. El egosmo y la fra formalidad casi han extinguido el fuego del amor y disipado las gracias que podran hacer fragante el carcter. Muchos de los que profesan su nombre han perdido de vista el hecho de que los cristianos deben representar a Cristo. A menos que practiquemos el sacrificio personal para bien de otros, en el crculo familiar, en el vecindario, en la iglesia, y en dondequiera que podamos, cualquiera sea nuestra profesin, no somos cristianos. {DTG 465.2}

  • Todo esto no es sino el cumplimiento del principio de la leyel principio ilustrado en la historia del buen samaritano y manifestado en la vida de Jess. Su carcter revela el verdadero significado de la ley, y muestra qu es amar al prjimo como a nosotros mismos. Y cuando los hijos de Dios manifiestan misericordia, bondad y amor hacia todos los hombres, tambin atestiguan el carcter de los estatutos del cielo. Dan testimonio de que la ley de Jehov es perfecta, que vuelve el alma. Y cualquiera que deja de manifestar este amor viola la ley que profesa reverenciar. Por el sentimiento que manifestamos hacia nuestros hermanos, declaramos cul es nuestro sentimiento hacia Dios. El amor de Dios en el corazn es la nica fuente de amor al prjimo. Si alguno dice, Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano al cual ha visto, cmo puede amar a Dios a quien no ha visto? Amados, si nos amamos unos a otros, Dios est en nosotros, y su amor es perfecto en nosotros.11 {DTG 466.2}

  • La visita del Salvador mismo a Samaria, y ms tarde la alabanza al buen samaritano y el gozo agradecido del leproso samaritano, quien de entre diez fu el nico que volvi para dar gracias a Cristo, fueron hechos de mucho significado para los discpulos. La leccin penetr profundamente en el corazn de ellos. Al comisionarlos inmediatamente antes de su ascensin, Jess mencion a Samaria junto con Jerusaln y Judea como los lugares donde deban predicar primeramente el Evangelio. Su enseanza los haba preparado para cumplir esta comisin. Cuando en el nombre de su Seor fueron ellos a Samaria, hallaron a la gente lista para recibirlos. Los samaritanos se haban enterado de las palabras de alabanza de Cristo y de sus obras de misericordia en favor de hombres de su nacin. Vieron que a pesar del trato rudo que le haban dado l tena solamente pensamientos de amor hacia ellos, y sus corazones fueron ganados. Despus de su ascensin, dieron la bienvenida a los mensajeros del Salvador, y los discpulos cosecharon una preciosa mies de entre aquellos que haban sido antes sus ms acerbos enemigos. DTG 452

  • AISLARME DEL MUNDO?Cristo no dio en su vida ningn ejemplo que autorice a los hombres y mujeres a encerrarse en monasterios so pretexto de prepararse para el cielo. Jams ense que deban mutilarse los sentimientos de amor y simpata. El corazn del Salvador rebosaba de amor. Cuanto ms se acerca el hombre a la perfeccin moral, tanto ms delicada es su sensibilidad, tanto ms vivo su sentimiento del pecado y tanto ms profunda su simpata por los afligidos. CS. p. 626

  • UN PROBLEMA UNA SOLUCIN El pecado ha rado el amor que Dios implant en el corazn del hombre. La obra de la iglesia es volver a encender este amor. La iglesia debe cooperar con Dios en desarraigar el egosmo del corazn humano, estableciendo en su lugar la caridad que estaba en el corazn del hombre en su estado original de perfeccin.Carta 134, 1902.

  • EL PLAN DE DIOS PARA SU IGLESIA Leed Isaas 58, vosotros que pretendis ser hijos de la luz. Especialmente vosotros los que os habis sentido muy mal dispuestos a incomodaros por favorecer a los necesitados, leedlo detenidamente vez tras vez. Vosotros cuyos corazones y casas son demasiado estrechos para hacer un hogar para los desheredados, leedlo. Vosotros que podis ver a los hurfanos y a las viudas oprimidos por la frrea mano de la pobreza y agobiados por el duro corazn de los mundanos, leedlo. Tenis temor de que en vuestra familia sea introducida una influencia que os signifique ms trabajo? Leedlo. Vuestros temores pueden ser infundados, y cada da podis recibir una bendicin conocida y bien comprendida por vosotros. Pero, si por el contrario se os requiere efectuar una labor extra, la podris poner sobre Uno que ha prometido: Entonces nacer tu luz como el alba, y tu salud se dejar ver presto. Me ha sido mostrada la razn por la cual el pueblo de Dios no est ms espiritualmente dispuesto y no tiene una fe ms abundante; ello se debe a que est apretadamente estrechado por el egosmo. El profeta est hablando a los observadores del sbado, no a los pecadores, no a los incrdulos, sino a aquellos que tienen la gran pretensin de santidad. No son las muchas reuniones lo que Dios acepta. No son las numerosas oraciones, sino el bienhacer: hacer lo correcto a su debido tiempo. Es ser menos egosta y ms misericordioso. Nuestras almas deben prodigarse. Entonces Dios las har como jardines bien regados, cuyas aguas no faltan.Testimonies for the Church 2:35, 36.

  • EL MORAR EN TU CORAZNEs imposible que el corazn en el cual Cristo mora est desprovisto de amor. Si amamos a Dios porque l nos am primero, amaremos a todos aquellos por quienes Cristo muri. No podemos llegar a estar en contacto con la divinidad sin estar en contacto con la humanidad; porque en Aquel que est sentado sobre el trono del universo, se combinan la divinidad y la humanidad. Relacionados con Cristo, estamos relacionados con nuestros semejantes por los ureos eslabones de la cadena del amor. Entonces la piedad y la compasin de Cristo se manifestarn en nuestra vida. No esperaremos que se nos traigan los menesterosos e infortunados. No necesitaremos que se nos suplique para sentir las desgracias ajenas. Ser para nosotros tan natural ministrar a los menesterosos y dolientes como lo fu para Cristo andar haciendo bienes. {MB 87.2} Siempre que haya un impulso de amor y simpata, siempre que el corazn anhele beneficiar y elevar a otros, se revela la obra del Espritu Santo de Dios.Lecciones Prcticas del Gran Maestro, 353

  • Vas a permitir que el amor de Dios more en tu corazn?